Miguel Amorós

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Revolucionarios Confederales FRANCISCO CARREÑO Y LOS ARDUOS CAMINOS DE LA ANARQUÍA MIGUEL AMORÓS

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Francisco Carreño

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Revolucionarios Confederales

FRANCISCO CARREÑO Y LOS ARDUOS CAMINOS

DE LA ANARQUÍA

MIGUEL AMORÓS

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Revolucionarios confederales FRANCISCO CARREÑO Y

LOS ARDUOS CAMINOS DE LA ANARQUÍA

MIGUEL AMORÓS

(Edición ampliada) Diciembre de 2012

Editado por la Asociación Isaac Puente

(Vitoria 2.005)

Miquel Amorós es un escritor de lo más prolífico. Tomando lecciones de su larga militancia anarquista destacan últimamente sus reflexiones en torno al urbanismo y el desarrollismo y a la historia del anarquismo revolucionario. Ha dado multitud de charlas en ateneos y otros espacios libertarios y antiautoritarios. La mayoría de estas intervenciones de los últimos años han sido recogidas en los libros: Las armas de la crítica (Muturreko Burutazioak, 2002), Golpes y contragolpes (Pepitas de Calabaza, 2005) y Desde abajo y desde afuera (Editorial Brulot, 2007).

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LUCES DE BOHEMIA

Francisco Carreño Villar, hijo de Santos y Fredis, nació en Bilbao,1 el 26 de septiembre de 1890. Tuvo una hermana. Su infancia fue dura, marcada por las privaciones. Llegó a Barcelona de niño con su madre, pero fue a la escuela y es posible que cursase estudios para maestro, pero su primera vocación fue la literaria. Era gran admirador de la literatura rusa, de Tolstoi, y particularmente de Gorki. Más adelante, en 1936, conversando con los escritores de Moscú, confesaría: “Cuando tenía 17 años leía toda la literatura que encontraba de Gorki y sobre Gorki. Creo que no habrá ningún escrito suyo, editado en español, que no lo haya adquirido para mi biblioteca. Os diré más, admiro tanto a Gorki, que hasta he dado su nombre al único hijo que tengo.”2 Las obras de Schopenhauer y Spencer serían en cambio sus primeras lecturas filosóficas. Teorías ateas que ensalzaban la voluntad y la soberanía individual no sólo frente al Estado, sino frente a cualquier constricción exterior bien sea grupo, sociedad, ideología o costumbre, y por lo tanto, vivero desordenado de ideas donde se abastecía la juventud rebelde de principios de siglo. Eran años en que los individualistas americanos y franceses empezaban a traducirse al castellano y constituían parte esencial de la biblioteca de cualquier bohemio anarquista de la época. Se inició en la lucha social con los “Jóvenes Bárbaros” del Partido Radical, el único partido que repartía armas entre sus cachorros. Dicho partido fue fundado en Barcelona por Alejandro Lerroux en 1901, que con su acta de diputado, una oratoria teatrera y un diario, caló en las masas populares. Hizo campaña contra la represión y sus abogados defendieron a obreros y a destacados anarquistas (por ejemplo, a Francisco Ferrer). El Radical era el único sector republicano que proponía la revolución violenta como medio de derrocar la monarquía e instaurar una república “social”. Era también el partido más militante. No cejaba de abrir centros, “casas del pueblo”, cooperativas, etc., donde se domiciliaban sociedades obreras, organismos juveniles y femeninos, periódicos, mutualidades, etc., y se celebraban reuniones, veladas teatrales; también se prestaba asistencia jurídica o se daban clases nocturnas para obreros y diurnas para sus hijos. Semejante infraestructura fue levantada en pocos años y absorbió a muchos anarquistas ocasionales atraídos por la posibilidad de medrar o por lo que ahora llaman “realismo político”. Después del fracaso de los atentados contra el rey, el Partido Radical abandonó definitivamente las prácticas conspirativas y por un lado se lanzó a disputar el espacio político a la Unión Republicana de Salmerón y a los restos del Partido Republicano Federal, y por el otro, peleó por el control del movimiento obrero catalán contra “Solidaridad Obrera”, organización levantada conjuntamente por anarquistas convertidos al sindicalismo revolucionario y por una minoría socialista. El partido se extendió por toda Cataluña y empezó a contactar con republicanos de varias ciudades españolas; consiguió un aceptable nivel electoral pero falló en sus proyectos de crear una federación obrera. Sin embargo poseía suficiente influencia en el campo proletario como para crear en él un falso ambiente revolucionario a través de su ala extremista, formada por la Juventud Republicana Radical, las “Damas Rojas”, los “anarquistas domesticados” (así llamaba Lerroux a los trásfugas del anarquismo que se afiliaban al partido) y las sociedades obreras radicales. En los primeros años del siglo XX, en Barcelona y por ende en Cataluña nada se podía emprender sin el Partido Radical. En las elecciones municipales de 1909 había tenido un éxito sonado. La mayoría de anarquistas, con alguna excepción como la de Tomás Herreros, consideraban al partido como un aliado necesario para hacer la revolución social. Así, cuando el 26 de julio de 1909 los obreros de Barcelona declararon la huelga general contra el embarque de tropas para Marruecos y salieron a la calle, los republicanos radicales fueron requeridos para ponerse en cabeza del movimiento. El Comité de Huelga se veía pronto desbordado por los acontecimientos y los anarquistas eran demasiado pocos y demasiado desorganizados para imprimir a la huelga una dirección revolucionaria. Sin embargo, el Partido Radical, no deseando

1 El militante de la regional del Norte Ángel Aransáez le llama “el bilbaíno” en “Les Dossiers Noirs d’une certaine résistance. Trajectoire du fascisme rouge”, Centre d’Études Sociales, Perpignan, 1984. El dato nos ha sido confirmado por el acta de defunción emitida por el ayuntamiento de Toulouse. 2 “Lo que oí en la URSS”, Martin Gudell, Ediciones Estudios Sociales, México DF, 1946.

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implicarse más de lo necesario, había dejado la protesta contra la guerra en manos de los “Jóvenes Bárbaros”, la milicia que formaban sus juventudes, y éstos habían celebrado asambleas masivas y manifestaciones bulliciosas. El día 25 el vocero radical “El Progreso” había publicado una editorial titulada “Remember”, donde se rememoraba la quema de conventos de 1835. De inmediato la facción extremista radical se lanzó a la calle canalizando la ira popular contra las iglesias y los frailes, ignorando fábricas, bancos, cuarteles y edificios públicos.3 La desactivación del contenido de clase mediante el anticlericalismo fue manifiesta. Pero además, a la hora de la verdad, los políticos radicales se desentendieron del movimiento, más tarde conocido como La Semana Trágica.4 Su inhibición cobarde desengañó a muchos y reveló la naturaleza y el verdadero sentido de la demagogia radical. Lerroux, que oportunamente estaba de gira por América, era el funesto político capaz de levantar al pueblo oprimido para venderlo a continuación en sus tratos con el Estado. El poeta Joan Salvat-Papasseit, compañero de Carreño, lo veía así: “Lerroux ha explotado el sentido de la masa, para decir más tarde que no había caudillos para la Rebelión; llamándola así imbécil, ha extinguido la tea incendiaria que hizo rugir sus pechos. Y el pueblo, puestas sus energías con la visión fetiche, ha agotado sus fuerzas ante ese desengaño.”5 Cuando Carreño entró en los medios radicales como “propagandista”, la influencia del Partido de Lerroux y su lugarteniente Emiliano Iglesias declinaba. En 1912 estuvo preso “a consecuencia de un artículo contra la forma de gobierno”6, o sea, contra la monarquía. No tardó en desilusionarse del lerrouxismo. Un desprecio que Lerroux hizo a sus huestes le llevó a discutir con otros correligionarios la conveniencia de esperar a don “Ale” en los alrededores de su torre residencia y dispararle. Se dieron de baja del partido y escribieron un manifiesto “al pueblo radical”.7 Mucho debió contribuir a ello Luis Bonafoux, toda una leyenda del periodismo anticlerical e intransigente, rayano en el anarquismo. Carreño lo conoció en Paris, a principios de 1912: “Cuando los parisienses estaban agitados por las hazañas de los simpáticos apaches Bonnot y Garnier en un café de los grandes boulevares de París llamado Gran Café de Madrid, mi amigo Gómez de Fabián me presentó a Luis Bonafoux... hombre fuerte y libre.”8 El desencanto con los políticos republicanos, la juventud, ciertas inquietudes literarias y el hambre, lo llevaron en 1915 a la redacción de “Los Miserables”, “diario de extrema izquierda”, hoja mitad lírica, mitad épica, y por encima de todo iconoclasta, que dirigía Fernando Pintado, el mismo que en 1936 será nombrado presidente del Sindicato de Periodistas de la CNT al dimitir Callejas9. Los principales redactores eran Angel Samblancat, Lluís Capdevila, Mateo Santos, Platón Peig y el mismo Salvat-Papasseit. Escribir en tan irrespetuosa hoja era un seguro para la cárcel, pero “un anomenat Carreño, que ningú no sabía qui era, què era, d’on venia i on anava”10, tal como lo describe un contertulio, tenía poco que perder. El grupo de “Los Miserables” se reunía en el Bar del Centro, en la Rambla del Mig, “el darrer reducte de la bohemia barcelonina, trista i amarga, perquè al seu final solament hi havia la sala grisa de l’hospital o la cel.la freda de la presó. Eren cavallers d’un ideal imprecís, sense goig i sense glòria, eternament intsotmesos, preferint viure amb tota mena de privacions que

3 El impacto de la editorial fue persistente. Abundan en la prensa libertaria posterior los artículos titulados “Remember”. 4 Una información detallada puede leerse en “La Semana Trágica”, Joan Connelly Ullman, Ariel, Esplugues (Barcelona), 1972. 5 “Lerroux”, Gorkiano, Los Miserables, 3-VII-1914. 6 La Vanguardia, 6-VIII-1912. 7 “A un redactor de Revolución”, Carreño, El Insurgente, nº 1, 23-IX-1915. 8 Francisco V. Carreño, “Luis Bonafoux”, El Picapedrero, noviembre de 1918, Montevideo. José Gómez de Fabián era también periodista acreditado, corresponsal en París del periódico El Socialista , cuando se fundó en abril de 1913. 9 A la redacción “pertenecían un puñado de periodistas republicanos incontrolados; es decir, sin control político, divino ni humano (...) El gobernador denunciaba el periódico casi todos los días, y sus sabuesos se incautaban de algunos ejemplares en los quioscos de Las Ramblas. Y no hay que decir que tanto el director de “Los Miserables” como sus redactores contaban los procesos por centenares. En más de una ocasión, director y redactores se veían obligados a reunirse [en la] galería de políticos de la bastilla barcelonesa.” “Perico en las Ramblas”, Fernando Pintado, Páginas Libres, Toulouse, 1948. 10 “L’Alba dels Primers Camins”, Lluís Capdevila, editorial Andorra, 1968.

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ajupir-se davant d’un burguès.”11 También tenían su mesa en el bar figuras obreras del relieve de Angel Pestaña y “el Noi del sucre”. A Capdevila, Carreño le resultaba muy antipático, ya que supuestamente le había sustraído el original de una novela corta. En consecuencia el retrato que le hizo es poco favorable: “Alt, carregat d’espatlles, amb el cap petit, el front estret, els ulls xics de mirada enganxosa, el caminar feixuc i lent, en Carreño hi havia quelcom de simiesc (...) No escrivia ni pintava. No sabíeu què feia ni us interressava saber de què vivia. Vivia com tots vosaltres: de miracle, del miracle del cafè amb llet i els croissants del Bar del Centro...”12 Después del advenimiento de la República Capdevila y Carreño se volverán a encontrar en bandos opuestos: Capdevila, en la Esquerra, como director de “La Humanitat” y de “L’Esquetlla de la Torratxa”; Carreño, en la CNT. Al cerrar “Los Miserables”, parte del equipo hizo con Samblancat “El Insurgente”, una “hoja de subversión social y espiritual” donde los artículos se cobraban “en días de cárcel celular”. Carreño proclama desde allí su republicanismo intransigente, y su fe revolucionaria: “Seremos revolucionarios, porque sabemos que una monarquía no cae por una argumentación, por un discurso. Para desdeñar el procedimiento revolucionario, es necesario no propagar ideas revolucionarias. Nuestras personalidades del republicanismo español, predicando la caída del régimen y absteniéndose de la revolución, son traidores a dos causas: infieles y traidores al orden establecido con sus predicaciones revolucionarias, e infieles y traidores a la revolución con sus escrúpulos por el orden. Derribar pacíficamente una monarquía es utopía que nadie ha concebido... Somos y seremos revolucionarios porque resistencias legales no es posible en nuestro pueblo, que está habituado a la servidumbre. La violencia de la arbitrariedad, del atropello, de la injusticia de los de arriba engendra la [violencia] de los de abajo. A la fuerza se le contesta con la fuerza. En la sociedad sucede como en la naturaleza, cada ser engendra su semejante. Por estos argumentos somos antimilitaristas. Por estas razones somos revolucionarios.”13 El número 2 de “El Insurgente” anunciaba la constitución de un grupo revolucionario puesto a las órdenes de los inspiradores del semanario. “Los componentes de este grupo, todos muchachos esforzados y hombres valerosos que han recibido de sobra el bautismo de fuego, son garantía suficiente de que vamos a ocupar en las luchas políticas de Barcelona el puesto que necesitamos y que queremos que nos sea respetado, para poder llevar a la conciencia revolucionaria de la ciudad la intransigencia de nuestros ideales y las violencias de nuestros procedimientos.”14 “El Insurgente” fue clausurado y en su segunda aparición, allá por 1916, ya no figuraba Carreño como redactor. Por entonces Carreño se confesaba socialista, como su amigo el poeta Salvat, que firmaba artículos con el seudónimo de “Gorkiano”. El republicanismo místico había dejado de ejercer influencia sobre ellos. Una fuerza –o un impulso schopenhaueriano- empujaba al joven Carreño a ir hacia adelante, deprisa, entre los osados, sin insignias ni colores, sin creencias ni metas, como los héroes nihilistas de las novelas rusas que había leído o los anarquistas bandidos franceses cuyas hazañas le habían impresionado. La actitud de los militantes socialistas frente a la guerra mundial o la pomposa vaciedad de la Asamblea de Parlamentarios le debieron de provocar vómitos, pero el malestar no le encaminó hacia la poesía o el arte sino hacia los medios obreros anarquistas.

11 “Memòries d’un llibre vell”, Emili Eroles, editorial Pòrtic, Barcelona, 1971. La librería de Eroles era el otro lugar de reunión de esa bohemia. El ambiente barcelonés queda bien descrito en el capítulo 6 del libro de Ferran Aisa y Remei Morros, “Joan Salvat-Papasseit, l’home entusiasta”, Virus , 2002. 12 “L’Alba dels primers camins”. 13 “Antimilitaristas. Revolucionarios”, Francisco Carreño, El Insurgente, 23-IX-1915. 14 “Grupo revolucionario Los Insurgentes”, El Insurgente, nº2, 30-IX-1915.

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EN ARGENTINA Y URUGUAY Secretario de la Federación Obrera Regional

Se fue a la Argentina, o mejor al Uruguay, podemos suponer que entre 1916 y 1918, periodo en que se desencadenó una fuerte oleada migratoria en la península. Cuando llegó al otro lado del Atlántico conocía perfectamente el ideario de la CNT, por lo que su ascenso en los medios anarquistas fue rápido. La primeras noticia que tenemos de él es una colaboración aparecida en “El Picapedrero” de noviembre de 1918, órgano de la Sociedad de Resistencia de Obreros Picapedreros, adherida a la Federación Obrera Regional Uruguaya, FORU, entidad fundada en agosto de 1905 siguiendo los pasos de su hermana la FORA y de la AIT.15 Uruguay era un país económicamente boyante, dirigido por una burguesía urbana representada por los seguidores de José Batlle y Ordoñez, figura mayor del Partido Colorado, en oposición a la gran burguesía terrateniente ganadera y exportadora, mejor reflejada políticamente por el Partido Nacional o Blanco. Los batllistas llevaron a cabo un proceso de modernización y reformas que desarrolló en gran manera el aparato estatal, interfiriendo en los conflictos sociales. El movimiento obrero radicalizó su postura ante las pretensiones mediadoras del Estado batllista, y fue justo en ese periodo cuando llegó Carreño. La Revolución Rusa se estaba produciendo y no eran momentos para defender las ideas en los cafés sino en la calle. Carreño rechaza el individualismo –que había alimentado sus comienzos- y polemiza con los teorizantes que temen ver empañados sus ideales por la acción y con “los luchadores de pieza, mesa y levita.” Es en cambio plenamente voluntarista. Llama a la lucha por encima de todo, pues se trata de una necesidad vital y de un deber: “Sólo vence quien busca la victoria. No suele ella venir a nosotros y si la verdad sale del pozo de los tinteros, los revolucionarios rusos no encontraron en ella la victoria (...) Encarnaremos las ideas en nuestros actos y amasaremos con el sacrificio y la abnegación nuestra voluntad para la acción (...) Quien lucha no vence, quiere vencer y eso debe bastarle. Quien nos pregunte ¿qué hacéis? Contestaremos: luchar. Este es nuestro deber.”16 A mediados de 1919 era ya secretario de la FORU, en plena efervescencia de la clase obrera organizada. El momento fue crucial, pues el 23 de julio la Federación Obrera Marítima había declarado la huelga y el boicot al puerto, registrándose encontronazos entre huelguistas y esquiroles, que allí llamaban “carneros.” La FORU se volcó en la huelga hasta que la muerte el 11 de septiembre de un “carnero” desencadenó la represión. Los locales obreros fueron asaltados por la policía –los de la FOM, el del sindicato de Carreros, el Centro Internacional de Estudios Sociales donde se reunía la FORU y estaba la redacción de “La Batalla”—mientras que los responsables de las organizaciones eran detenidos, figurando entre ellos Carreño.17 Al ser puesto en libertad viajaría a Buenos Aires para quedarse un tiempo, aunque siguió manteniendo contactos con sus compañeros de Montevideo y participando en sus discusiones. En aquellos tiempos, los sindicatos de la Federación Obrera Regional Argentina –la FORA-- eran o bien “quintistas”, o sea, partidarios del comunismo libertario proclamado como finalidad por el V Congreso de 1905, o bien “novenarios”, reformistas, dominantes en el IX Congreso de 1915.18 Dicha fracción había celebrado un nuevo congreso y adoptado el nombre de FORA del Décimo. Durante la “Semana Trágica” del 8 al 15 de enero de 1919 las bandas paramilitares de la patronal y 15 Todas las informaciones de su estancia en Uruguay provienen del trabajo de Pascual Muñoz “Apuntes para una historia del Sindicato Único del Automóvil (1903-1965)”, publicado en “Breve historia del movimiento obrero uruguayo/Apuntes para una historia del SUA(TT)”, Ediciones solidarias con David y Héctor, Montevideo, Julio de 2012. 16 Francisco V. Carreño, “De la lucha”, El Picapedrero, diciembre de 1918; “Ecos”, El Picapedrero, enero de 1919. 17 Pascual Muñoz, “Obreros y carneros. De la huelga marítima a la huelga general por la libertad de Ángel González”, Tierra y Tempestad, publicación anárquica, nº 14, 2012, Montevideo. 18 Quince años antes que el Congreso de la Comedia de la CNT “el Quinto Congreso Obrero Regional Argentino, consecuente con los principios filosóficos que han dado razón de ser a las organizaciones obreras, declara: que aprueba y recomienda a todos sus adherentes la propaganda e ilustración más amplia, con el sentido de inculcar a los obreros los principios económicos y filosóficos del comunismo anárquico.” “La FORA. Ideología y Trayectoria del movimiento obrero revolucionario en la Argentina”, Diego Abad de Santillán, editorial Nervio, 1933, Buenos Aires.

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el ejército hicieron más de 800 muertos y millares de heridos. Hubo también miles de represaliados y encarcelados. Una de las dos FORA había tratado de acabar la huelga cuando los empresarios empezaron a ceder, pero la otra creía que sonaba la hora de la revolución social y había decidido continuar. El influjo de la Revolución Rusa espoleaba a los obreros y alarmaba a los propietarios, dispuestos a ver en cada huelga un movimiento revolucionario. Carreño llegaba al país vecino justo en el momento en que la clase obrera argentina vivía los combates más intensos de su historia. La primera referencia argentina que tenemos de Carreño nos la da el periodista José Gabriel, corresponsal de la bonaerense “Crítica” en 1936 y que, al tropezarse con él en Bujaraloz, en la sede del Comité de Guerra de la Columna Durruti, éste le espetó: “Entonces tú eres gallego allá, como yo lo era; yo soy Francisco Carreño; estuve en Buenos Aires y fui secretario de la FORA del Quinto; y allá me persiguieron hasta martirizarme.” Y el otro, que había sido de la FORA del décimo, contestó: ¿Vos sos Carreño, el de los quintistas?” 19 Hablaban de los años 1919-20, periodo en que la FORA del Quinto, o FORA “comunista”, era la organización sindical predominante y mantenía en jaque a la burguesía argentina, a menudo contra los intereses de la otra FORA. Una FORA rompía las huelgas a la otra, y para colmo la pasividad suicida engendrada por la división sindical permitía sangrientas derrotas, como por ejemplo la de los obreros de “La Forestal”, en el Chaco, que fueron masacrados en abril de 1921, o la de los manifestantes del 1º de mayo en Cualeguaychú, Entre Ríos, cuyos muertos quedaron sin vengar. Ese mismo mes tuvo lugar el asalto al local de chóferes de Buenos Aires y la resistencia de los obreros fue épica. Hubo un conato de huelga conjunta abortada por las exigencias protocolarias de la parte reformista. La represión fue mayúscula; se cerraron locales, se clausuraron todas las publicaciones anarquistas y centenares de obreros fueron a parar a la cárcel. También el Consejo Federal de la FORA. Otros se escondieron en otras capitales. Después ocurrieron las matanzas de huelguistas en La Patagonia. Carreño no guardaba buen recuerdo de aquel tiempo; visitó demasiadas veces las mazmorras y por culpa de una huelga de hambre quedó con el estómago deshecho de por vida. La FORA terminó por ignorar las solicitudes de fusión de su homónima reformista evitando así el interminable debate sobre la legalidad, pero no otras polémicas, como las suscitadas por la minoría pro bolchevique en torno a la dictadura del proletariado. Lo mismo sucedía en Uruguay, con el resultado de la fractura y debilitamiento de la FORU. La persecución de los anarquistas en Rusia había enfriado el entusiasmo por los bolcheviques y su estilo de gobierno. Y por vez primera se habían unido las agrupaciones obreras anarquistas, los grupos editores de “La Protesta”, “La Antorcha”, “Ideas” y “Tribuna Obrera”, los círculos educativos libertarios, los centros de estudios sociales, los consejos de relaciones, la Federación Obrera Local Bonaerense y el mismo Comité Federal de la FORA, para denunciar la represión bolchevique: “Las agrupaciones que suscriben, después de dejar constancia de su solidaridad con los perseguidos, de su protesta contra los perseguidores, de su simpatía con la Revolución Social en todos los países, y de su voto para que sobrepase ésta al socialismo de Estado, creen un deber llamar con urgencia a la propaganda Comunista Libertaria netamente definida, en la seguridad de que los actos del Poder serán siempre los mismos y que la sociedad que nosotros anhelamos sólo podrá existir por el libre acuerdo del pueblo entre sí para todas las cuestiones y por el respeto mutuo – sin gobiernos que las repriman, a pretexto de ser responsables de su uso o ejercicio para la conservación de determinado orden social, en el cual ellos han de ser lo más importante— de todas las libertades que hoy son amenazadas o padecen gravemente por los instintos del poder, principalmente los tribunales o la policía. Creemos que basta la violencia para destruir un régimen de violencia y para impedir en el futuro nuevos dominadores; y que legar la violencia organizada, es decir, los institutos del Poder, como instrumento y como medio de alcanzar las conquistas de la humanidad, es caer en el mismo círculo vicioso que niega regeneración al pueblo fuera de sus parlamentos, ministros, jueces, carceleros o gendarmes. Todo lo que fuera de esto es hecho por el pueblo, nos parece la única, la real conquista revolucionaria y por eso rechazamos y tratamos de

19 “La Vida y la Muerte en el Frente de Aragón”, José Gabriel, Editorial Imán, Buenos Aires, 1938. Gabriel era un antiguo contrincante de la fracción rival.

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destruir la fe en el parlamento, para que la pongan los proletarios en sus organizaciones y en su acción únicamente.”20 Resulta curioso que Carreño visitara Rusia quince años más tarde como delegado de la CNT y de la Columna Durruti, y que, pasando por encima de consideraciones diplomáticas, reclamara como antes la libertad de los anarquistas presos. Se señala la presencia de Carreño en el mitin del cine Mitre, domingo 16 de julio de 1922, en la calle Boedo de Buenos Aires, junto con los anarcocomunistas Alberto Bianchi y Rodolfo González Pacheco, dos miembros del equipo de “La Antorcha”, donde disertó sobre los “Aspectos de la acción anarquista ante los problemas del proletariado mundial”.21 En esa ciudad se casó y tuvo un hijo. Probablemente fue secretario del Ateneo Libertario de Buenos Aires en 1923.22 La FORA había celebrado en marzo de 1923 un nuevo congreso en el que suprimía el agregado “comunista”, rechazaba la dictadura del proletariado como fórmula de transición y se reafirmaba en el comunismo libertario. Debilitada por la represión y las escisiones, todavía tuvo fuerzas para declarar el 15 de junio de 1923 una huelga general en protesta por el asesinato de Kurt Wilkens, el que ajustició al teniente coronel Varela, ejecutor de la masacre de peones rurales en Patagonia. Hubo centenares de detenidos. Después, hubo problemas internos que forzaron el regreso de Santillán de su estancia alemana, en 1926. Entonces su influencia se dejó sentir y la FORA viró hacia el pacifismo y la propaganda doctrinaria, excluyendo a los anarquistas violentos. Pero la baja de afiliados revelaba una organización en decadencia. Bastante antes, hacia 1924 Carreño había vuelto a Montevideo, entregándose a la organización de sindicatos y colaborando con el Sindicato Único del Automóvil, SUA, columna vertebral de la Federación Obrera. La FORU, de la que se había escindido en 1923 la Unión Sindical Uruguaya, constituida alrededor de la FOM y el Partido Comunista, se reafirmaba en la lucha económica como único medio de combate contra la burguesía, rechazando explícitamente la toma del poder estatal. El “sindicato único” que abarcaba todos los oficios de una industria, a imitación de la I.W.W. americana y la CNT, podía ser la forma organizativa eficiente que superara las limitaciones del gremio de oficio. Carreño se entregó de lleno a la tarea de reorganización sindical, desempeñando el cargo de secretario del SUA. Laureano Riera, secretario por entonces de la FORU, recordó a Carreño en sus memorias como “el cerebro del único sindicato de verdad que tenía la FORU” y lo señaló como “hombre honrado” y “gran conferencista”: “¿Te fijaste que cuando da conferencias en el salón del Centro de Protección de Choferes declama capítulos enteros de las obras de Jean Grave como si fueran pensamientos y palabras suyas? Pero no importa, porque habla bien. Casi te podría decir que le mata el punto al doctor y profesor Rodríguez Fabregat, el pico de oro del Uruguay, casi tan famoso en el mundo como los campeones olímpicos.”23 En efecto, Carreño dará a lo largo de su vida pruebas más que suficientes de su oratoria al servicio de la causa obrera revolucionaria. Riera criticó otros aspectos de su militancia, quizás derivados del carácter forjado por su particular trayectoria: de Carreño dijo Federica Montseny que era un individualista que creía en la organización. Haciendo honor a su memoria pronunció estas palabras: “Recordaremos siempre su larga silueta, [que] sobre la misma ropa parecía colgada, flotando al viento. Su perfil aguileño, sus ojos penetrantes, su voz zumbona, su aire inconfundible (...) Un paria eterno, un desarraigado, un hombre sin patria, sin hogar, un ciudadano del universo, ser de todas las tierras holladas y por hollar...”24 Para Federica, Carreño era un “linyera”, especie de trotamundos del campo argentino “que ayudó a las ideas de rebelión, de emancipación individual, de desprecio por los bienes materiales y que fue una especie de mensajero o lento chasque entre las poblaciones,

20 “Sobre el estrangulamiento de la propaganda anarquista en Rusia. Al proletariado en general. A las organizaciones revolucionarias del país y del exterior”, en Redención, nº 43, órgano de la CRT de Levante, Alcoy, 16-XII-1921. 21 La Antorcha, Buenos Aires, 14-VII-1922. Los colectivos que sostenían el semanario criticaban a la FORA por autoritaria y, como se diría más tarde, por circunstancialista. 22 El “Esbozo de una Enciclopedia histórica del anarquismo español” de Miguel Íñiguez menciona a un tal Francisco Parreño, información sacada de la “Revista Blanca”, nº7. Fundación Anselmo Lorenzo, Madrid, 2001. 23 Laureano Riera Díaz, “Memorias de un luchador social”, Tomo II, Ed. Riera Díaz, Bs As. 1981. En Pascual Muñoz, Op. cit. 24 “In memoriam”, Federica Montseny, CNT, nº 100, Toulouse, 1-III-1947.

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entre las cuadrillas de trabajadores, entre las vías férreas. Prototipo del anarquista individualista, el linyera lanzó su protesta contra la sociedad, dejó crecer sus cabellos y sus barbas, y sin más bagaje que su atadito (la “linyera”) salió a recorrer los campos argentinos, a vivir con muy poco y a disfrutar y padecer en el contacto con la naturaleza. En su atadito llevaba un libro de versos, o alguna obra del príncipe Kropotkine o del desbordante Bakunin, y un número de “La Protesta” o “La Antorcha”...”25 Sin embargo, Carreño, en aquellos momentos, rebatía ese individualismo, que en Argentina conducía al suicidio social. Para cualquier anarquista español el gran error del anarquismo en algunos países había sido quedarse al margen del movimiento obrero. Carreño, en un artículo que envió a “La Protesta” comparaba la diferencia existente entre la respuesta de los trabajadores italianos a la ascensión de Mussolini y la de los españoles frente al golpe de Estado de Primo de Rivera. A los seis meses de fascismo, en Italia no quedaba ni propaganda anarquista, ni movimiento obrero. En España tanto la Confederación como los grupos anarquistas conservaban en gran parte la vitalidad: “la aversión que la mayoría de los militantes siente hacia el movimiento obrero es la principal causa de que los pueblos no despierten y se rebelen contra quienes los tiranizan. Y en las distintas concepciones que el anarquismo de ambos países tiene acerca de la participación y no participación en el movimiento obrero, es precisamente, en donde constatamos un verdadero contraste..., si tenemos en cuenta que mientras la C.N. del T. cuenta con el apoyo unánime del anarquismo español, la U.S.I. no cuenta ni con el de la mitad de los anarquistas italianos. Esa es pues, en la opinión de no participar en el movimiento obrero donde radica la verdadera causa de que en Italia se prolongue la reacción mucho más tiempo que en España.”26 La posición de Carreño era la anarcosindicalista clásica, si bien sus apreciaciones sobre el movimiento obrero español pecaban de optimistas, pero su temperamento le inclinaba a la acción individual. Suponemos el partido que tomó en la polémica sobre los “anarcobandidos” que tanto enfrentó a los libertarios argentinos y que causó la muerte de Emilio López Arango, alter ego de Santillán, puesto que tenía amistad con el anarquista expropiador Miguel Arcángel Roscigna, y porque, tanto por su casa como por el SUA pasaron varios anarquistas de acción, tal como se desprende de las declaraciones de Jaime Tadeo Peña y Carlos García Capdevila, dos anarquistas españoles refugiados en Montevideo que protagonizaron un violento atraco en noviembre de 1928 y una espectacular fuga posterior del penal de Punta Carretas.27 Posiblemente llegó a conocer a “Los Errantes” (Durruti, Ascaso y Jover) y seguro que estuvo al tanto de sus expropiaciones ocurridas en Buenos Aires y en la ciudad de San Martín entre octubre de 1925 y febrero de 1926, fecha en que Durruti y sus compañeros desde Uruguay escaparon a Francia. Con seguridad, participaría en la subsiguiente campaña anarquista internacional contra su extradición a la Argentina. Lo cierto es que cuando regresó a España buscó la compañía de Durruti y no la de Santillán.

25 “Los anarquistas expropiadores, Simón Radowitzky y otros ensayos”, Osvaldo Bayer, La Galerna, Buenos Aires, 1975. 26 “Lo que nos dicen los hechos”, F.C., La Protesta, 27-III-1924. 27 Gonzalo D. Fernández, “Historia de Bandidos”, FCU, Montevideo, 1994, en Pascual Muñoz, Op.cit.

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EL SINDICATO ÚNICO DEL AUTOMÓVIL

Fiel a sus convicciones obreristas, trabajó para la consolidación del SUA, sumergido en la atmósfera revolucionaria del momento. En noviembre de 1925 el sindicato contaba con seis secciones y un Comité Pro Presos. Era el momento de extremar la campaña por la libertad de Alfredo Tipa y Francisco Serón, dos militantes del Sindicato de Choferes acusados de la muerte de un “carnero” durante el boicot a la empresa de taxis “Saturno” declarado en diciembre de 1920. El SUA, que proclamaba su inocencia, convocará en mayo de 1926 un mitin en los salones de la Sociedad Francesa contra la represión. Los procedimientos de la policía serán denunciados en el acto, así como los atropellos ocurridos en las cárceles. La inocencia de Tipa y Serón quedará manifiesta. Finalmente, Carreño hablará de la represión internacional y de la situación de España e Italia en la línea anteriormente descrita. Poco después la sección de Nafteros (obreros de gasolineras), la mejor organizada, impuso el boicot a las empresas West Indian y Anglo Mexican, con las que sostenía un largo contencioso. El SUA realizará numerosas conferencias en los barrios de Montevideo y en las poblaciones del interior para explicar y extender el conflicto, pero el estallido de una bomba en un garaje sirvió de excusa a las autoridades para ordenar una razzia por los locales obreros. La FORU se vio obligada a declarar la huelga general, ampliamente seguida del 8 al 13 de abril. La bomba que explota en el momento oportuno permitiendo impunemente detenciones y torturas era un método usado repetidas veces por agentes del gobierno para romper huelgas y desmantelar sindicatos hostiles. El SUA logró parar esa embestida y mantener una actividad impresionante, y eso a pesar de sufrir la defección de los choferes afines al Partido Comunista, proclives a la colaboración con el Estado, y que pretendían su disolución. En agosto secundó un paro nacional por la ejecución de Sacco y Vanzetti. De nuevo reorganizado el sindicato, en junio de 1929 se produjo el conflicto del ómnibus “El Deseado”. Se trataba de una pequeña empresa sin importancia, de cinco operarios. Su particularidad consistía en que tres eran libertarios y dos, comunistas. El propietario y un guarda, afiliados al sindicato de choferes disidente, se enfrentaron a otros tres empleados que reclaman el sueldo no pagado. El SUA decidió no dejar pasar la provocación y un día, varios militantes subieron al ómnibus decididos a detenerlo; entonces se produjo un tiroteo, muriendo un sindicalista y el guarda aludido. El incidente trascendió más de lo previsto: la policía aprovechó la ocasión para asaltar el local de la FORU y entrar en casa de Carreño, deteniendo también a otros militantes destacados del SUA, como Valentín Oyhenart, Manuel Kerbis y David Cisneros.28 Estos tres últimos fueron trasladados al penal de Punta Carretas. Carreño fue liberado, y no es descartable que anduviera por Buenos Aires, en plena oleada de huelgas, pero las condiciones en Argentina para un “gallego” revolucionario eran mucho peores. Si estuvo realmente allí, no permaneció mucho tiempo. A mediados de 1930 le volvían a detener en Montevideo. En diciembre de 1930, una publicación de la Sociedad de Resistencia de Obreros Panaderos informaba que llevaba varios meses preso. A lo largo de los años veinte en Argentina terminó la experiencia de una democracia burguesa dirigida por las clases medias nacionalistas. Por un lado, se abandonó la política yrigoyenista de industrialización desde el Estado, la que en cierta forma había intentado el batllismo en Uruguay; por el otro, se incrementó la represión de los movimientos obreros. La FORA experimentó en 1929-30 un crecimiento inesperado, llegando a tener más de cien mil cotizantes y controlando de nuevo la vida sindical del país. Esa subida fue una de las causas del golpe de Estado. El descontento se extendía por todos los sectores sociales, la clase media empobrecida viraba al patriotismo fascista y la oligarquía terrateniente tomó la iniciativa. El 6 de septiembre de 1930, en nombre del “orden”, el general Uriburu estableció la dictadura: “Para la historia, la breve dictadura Uriburu corresponde a un viraje importante, sin duda decisivo, en la medida en que marca la ruptura con la quasi democracia radical, un fortalecimiento del aparato del Estado, el control estricto de la emigración, particularmente, de los emigrantes políticos y la liquidación del movimiento revolucionario.”29

28 Pascual Muñoz, Op.cit. 29 “Autopsia de Perón”, Louis Mercier Vega, Tusquets editor, Barcelona, 1975.

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Gremios, ateneos y publicaciones fueron clausurados. Los luchadores sociales, especialmente los anarquistas, fueron perseguidos, apaleados e incluso fusilados. Si eran argentinos, los confinaban en el Sur, o los olvidaban en el penal de Ushuaia (Tierra del Fuego). Si eran foráneos los deportaban. Algunos, como González Pacheco y Abad de Santillán, escaparon a Uruguay. La dictadura militar argentina, en represalia por la acogida que encontraron en el país vecino, gravó con elevados impuestos los productos uruguayos. “La Protesta” se editaba en Montevideo, pero la ciudad era recorrida por bandas de matones a sueldo de la dictadura uriburista que no dudaban en apuñalar refugiados. Tampoco andaban bien las cosas entre los mismos refugiados; en una reunión acontecida en el SUA el 26 de febrero de 1931, de la que habla Santillán en sus memorias30, acabaron a tiros. Aunque los dos heridos guardaron silencio -uno de ellos, Jesús Martínez, cuyo verdadero nombre era Macías, moriría tres semanas después- varios anarquistas con relación al sindicato del automóvil fueron detenidos. El propio Carreño fue conducido el 2 de marzo a comisaría para prestar declaración.31 En ese contexto sucedió el 18 de marzo de 1931 la fuga de Punta Carretas mencionada antes; a través de un túnel escapó un grupo de presos en el que figuraban los españoles Peña y Capdevila, autores del atraco al Cambio Messina, y sindicalistas implicados en atentados. Posiblemente Carreño fuera molestado, pero al mes siguiente se proclamó la República en España. La tentación era demasiado fuerte, así que se despidió de todos, cogió sus bártulos y compró billete para Barcelona.

MAESTRO Y ORADOR EN LA CATALUÑA PRERREVOLUCIONARIA En Barcelona fue bien recibido. Visitó los lugares de antaño, donde Capdevila lo encontró “agre, amargat, poc després de proclamada la República”. Viadiu recordaba en las tertulias del Bar del Pi “a Carreño, que luego evolucionó hacia el ‘durrutismo.”32 Carreño, “el argentino”, de inmediato, puso sus cualidades de orador y organizador al servicio de la CNT. Acompañó a Federica Montseny y Sol Ferrer, la hija de Francisco Ferrer, a San Salvador, pedanía del municipio de Serchs, y ante los mineros de Fígols, en el mitin-gira del primero de mayo de 1931, pronunció su primer discurso. Un testigo lo recuerda: “acudió mucha gente... Sus palabras fueron bien acogidas. Se dio la palabra al auditorio y los que hablaron fueron todos chavales que trabajaban en el lavadero [de mineral], denunciando la brutalidad a que eran sometidos.”33 El contacto con la realidad española no debió absorberle demasiado, pues su mente todavía deambulaba por Montevideo. Allí hacía falta en la reconstrucción del SUA y en la campaña a favor de Kerbis, Cisneros y Oyhenart, condenados injustamente por la muerte del guarda de “El Deseado”. Carreño no se lo pensó dos veces y volvió a Uruguay. Allá, la afluencia de militantes de Argentina podía contribuir a reforzar la FORU, que vivía sus peores horas. Acababa de trabar amistad con Hugo Treni, figura del anarquismo italiano más conocido como Ugo Fedeli. Con Abad de Santillán e Ildefonso González publicó en 1931 “La Tierra”34 y a través del periódico se organizó una conferencia en Salto, en octubre de 1931, donde Carreño pudo explayarse a sus anchas. Comenzó hablando de Sacco y Vanzetti, siguió con la dictadura de Uriburu y terminó con el caso del “Deseado”, resaltando la injusta situación de los tres compañeros presos por ello (Oyhenart fue puesto en libertad tras la conferencia). Fue su último éxito orgánico. La caída brutal de las exportaciones sumió al país en la miseria. La moneda se depreciaba y los precios estaban por las nubes. No había trabajo para nadie y se daba la paradoja de que en un país productor de carne era 30 “Memorias 1987-1936”, Diego Abad de Santillán, Editorial Planeta, Barcelona, 1977. 31 Agradezco a Pascual Muñoz esta información. 32 “El bar del Pi”, José Viadiu, Le Combat Syndicaliste, 1-I-1970. 33 “Minas de Fígols. Una historia de la revolución social”, Pedro Peralta, Centre d’estudis Federica Montseny, Badalona, 2004. 34 Entrada “González Gil, Ildefonso”, “Enciclopedia histórica del anarquismo español”, Miguel Iñiguez, Asociación Isaac Puente, Vitoria, 2008.

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cada vez más difícil encontrar comida. Para colmo, el proletariado, cuya representación se la disputaban cuatro centrales, no mostraba interés sino por el fútbol. El legalismo pregonado por los comunistas hacía estragos, arrastrando con él al SUA. El gobierno, por su parte, colocaba a sus peones en los comités de huelga y en las juntas directivas de los sindicatos, a fin de reclamar la mediación de las autoridades, rechazando así la acción directa. Empezó a darse el triste espectáculo de la adhesión obrera al gobierno. Ante ese panorama, era imposible darse el menor signo de rebelión.35 A partir de marzo de 1933, el ambiente del país también se volvió hostil no sólo al activismo social sino a cualquier tipo de oposición política al proclamarse dictador el presidente Gabriel Terra. Los aires conservadores y parafascistas se imponían también en Uruguay, convirtiendo a los sindicatos en un apéndice del Estado. Algunos como Santillán buscaron alianzas contra natura con liberales, socialdemócratas y comunistas para restablecer las condiciones políticas de la democracia burguesa, tal como habían intentado hacerlo el año anterior en Argentina36; otros como Carreño, contrarios a las aventuras políticas, optaron por abstenerse. Carreño fue condenado a la deportación y expulsado del país seguramente a finales de 1933, quedándose allí su compañera y su hijo pequeño. De nuevo en Cataluña, esta vez no pudo ejercitar inmediatamente sus dotes de agitador público puesto que la CNT había pasado a la clandestinidad tras los movimientos insurreccionales del 8 de enero y del 8 de diciembre. Incluso los ateneos libertarios habían sido clausurados. Carreño encontró un trabajo digno como maestro de una escuela racionalista, la del “Ateneo Racionalista El Porvenir” de Montcada i Reixac, entidad cultural que si bien fundada por anarquistas, por alguna razón se salvó del cierre. El Ateneo, sito en la calle de Santiago, 24, era el local social del Sindicato Único de Trabajadores de la CNT de Montcada. El Ateneo se ocupaba claro está de la cultura obrera y organizaba veladas artísticas de alguna importancia (teatro, poesía, música). La CNT era la principal fuerza de una localidad de 7240 habitantes; al constituirse el 20 de mayo de 1931 logró afiliar a 894 obreros, que a mediados de 1933 ya no eran más de 600. Su primer secretario fue José Herrero, al que siguió Juan Téllez, trabajador de la fábrica Asland. Los cargos eran para un año. Cuando llegó Carreño a Montcada el secretario sería probablemente Antonio López. Vivió entre compañeros y ejerció de docente durante tres años, es decir, hasta el comienzo de la guerra, cuando marchó al frente.37 Pronto se le brindaron oportunidades para lucir su oratoria. Carreño no se cortaba ante el público; le encantaba hablar, sobre todo de problemas económicos, perdiendo a veces la noción del tiempo. Dio un mitin mano a mano con Federica Montseny el 22 de abril de 1934, pidiendo la amnistía para los sindicalistas presos como consecuencia de los mencionados movimientos insurreccionales (Federica clamaría contra la pena de muerte). Guardamos un comentario de sus modos en la tribuna, debidos a la escuela de Samblancat y de “Los Miserables”: “Como orador tenía un estilo propio. Entretenía y divertía al público con latiguillos y salidas muy de principios de siglo. El público admiraba y agradecía su esfuerzo de voluntad...”38 Ni que decir tiene que la experiencia americana le había marcado profundamente, y su comprensión del momento histórico se apoyaba en sus reflexiones pasadas, aunque estaba perfectamente informado de todo lo sucedido en España tras el advenimiento de la República. De acuerdo con Carreño, ésta no había solventado la cuestión económica y todo seguía igual, hambre y miseria para los explotados. La manera de solucionar estos problemas se basaba en la represión: el Gobierno se disponía a aumentar los efectivos de la Guardia Civil y la de Asalto. “Hoy el capitalismo también tiene su símbolo: la cárcel”. De la cárcel iban a salir los golpistas del 10 de agosto (Sanjurjo y consortes), pero no los anarquistas del 8 de diciembre. Era “la amnistía de los poderosos.” Las manifestaciones continuas eran la única posibilidad de los presos sociales.39

35 “La Dictadura de Uriburu”, Solidaridad Obrera, 5-IV-31; “Panorama de América”, Tierra y Libertad, 12-9-1931. 36 “Las pendientes resbaladizas (los anarquistas en España)”, Manuel Azaretto, Editorial Germinal, Montevideo, 1939. Reproducido en la página web de la Fondation Pierre Besnard. 37 Datos facilitados por el historiador local Ricard Ramos. 38 “In memoriam”, Federica Montseny. No es cierto que perteneciera a la Agrupación cultural Faros (testimonio de Concha Pérez al autor) ni, por razones de edad, a las Juventudes Libertarias, tal como afirma A. Paz en uno de sus libros. 39 “El gran mitin del domingo”, Solidaridad Obrera, 24-IV-1934.

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Por entonces tenía lugar en Barcelona una huelga prolongada de tranvías y autobuses y Carreño representaba al Sindicato de Transportes. A una encuesta de la Soli sobre el primero de Mayo contestaba: “No es día de fiesta. Ni tampoco día de duelo. Es la afirmación del proletariado internacional en pro de su emancipación. También es el resumen de las actividades del año transcurrido. El estudio de sus errores y de sus éxitos. El compromiso que contrae el proletariado para materializar las luchas emancipadoras.”40 A lo largo de 1935 “Solidaridad Obrera”, dirigida por Manuel Villar, otro argentino, publicó varios artículos suyos. Definía su labor como periodismo obrero: “somos periodistas ocasionales que abandonamos provisionalmente la fábrica o el taller para desempeñar el cargo de director de un periódico, que una vez cesado en el mismo, volvemos tranquilamente a los lugares de explotación capitalista.” Para acallar a ese periodismo los actuales gobernantes han inventado una ley de prensa, que las izquierdas no anularán cuando recuperen el poder: “Así como ahora las derechas aplican sin vacilación la ley de Orden Público, obra genuina de la democracia de izquierda, así también las izquierdas al llegar a conquistar nuevamente el Gobierno aplicarán inflexiblemente estas flamantes leyes fabricadas en esta hora de neofascismo.”41 En el siguiente artículo Carreño trató de definir al nuevo fascismo que surgió de las legiones de “hombres endurecidos, medio dementes y medio truhanes” formadas tras la gran guerra del 14, fuerzas sociales que “han trastornado el desarrollo y desvirtuado también la marcha del progreso.” La sociedad caminaba lentamente hacia su organización basada en el trabajo y el sindicalismo contribuía a ello. El gran capital interrumpió este progreso con la guerra. Los fascistas --en España, los cedistas-- prometían solucionar el pleito entre Capital y Trabajo prohibiendo la sindicación y las huelgas. Pero no lograrían triunfar porque no resolverían los problemas sociales con el simple uso de la fuerza y entonces, “las fuerzas reales que hasta hace unos años eran el punto de mira para todos los que esperaban la justicia social, ahogadas ahora por la fuerza bruta, por la terrible confusión de la hora, por la desorientación de los hombres, surgirán de nuevo.” Los fascistas, que “son la última manifestación del gran capitalismo”, se irán “quizás en una crisis semejante a la que los trajo, quizás desmoronándose en medio de una tragedia social.”42 El fracaso de la Revolución de Octubre amenazaba al proletariado con la dictadura. Para Carreño, el retroceso social acarreado por las derrotas debería hacer meditar a los trabajadores sobre la naturaleza de los partidos políticos que todavía fascinaban a una parte de ellos. Había pasado buena parte de su vida en América luchando contra el espejismo político y estatal: “Desgraciadamente, si una gran parte de los trabajadores reconocen en el capitalismo su enemigo común, no pasa lo mismo con respecto a la concepción sobre el Estado... muchos se han dejado arrastrar hacia las filas de los partidos políticos, creyendo ingenuamente en la posibilidad de construir un Estado proletario que sea salvaguarda y garantía social y económica de los hombres. He ahí su error (...) Con los gobiernos de izquierda burguesa la fuerza del Estado protege al capitalismo disimulando su conservadurismo bajo una demagogia socialdemócrata... Con los gobiernos reaccionarios de derecha existen los mismos males que con los gobiernos de izquierda, aumentados todavía por la supeditación a las grandes empresas capitalistas y a los grandes terratenientes. Y mañana, trabajadores, si el socialismo ocupa el lugar del Gobierno, se venderá de nuevo a la burguesía, traicionando los intereses de la clase laboriosa y productora, como lo ha hecho en Inglaterra, en Italia, en Francia; como lo ha hecho en Alemania, como lo hará en todas partes (...) El que entra en el engranaje de los intereses estatales, u obedece a ellos, o cae vencido irremediablemente (...) Si el Estado se apodera de todo, aunque se diga servidor del proletariado, el pueblo que trabaja ahora para el capitalista hombre, mañana trabajará para el capitalista Estado y para la burocracia inmensa.”43 Las raíces del estatismo hay que buscarlas en los partidos políticos, organizaciones que aspiran a

40 “Encuesta sobre el Primero de Mayo”, Solidaridad Obrera, 1-V-1934. 41 “La libertad de expresión y el Estatuto de la Prensa”, Francisco Carreño, Solidaridad Obrera, 31-I-1935. 42 “Los valores sociales”, Francisco Carreño, Solidaridad Obrera, 15-II-1935. 43 “El Estado ante la Revolución proletaria”, Fancisco Carreño, Solidaridad Obrera, 26-IV-1935.

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la dominación y tienen por fin la conquista del Estado. El final de la explotación será precedido por el final de las creencias en las promesas políticas y en la virtud del Estado. Carreño razonaba pues como un anarquista ortodoxo. En su último artículo de la Soli volvía al tema del eclipse momentáneo del anarcosindicalismo. Carreño era determinista al afirmar que el destino histórico de los sindicatos era la sustitución “de los órganos caducos de la sociedad” y eso no había sido así debido al “propio instinto de conservación de la sociedad condenada a ser sustituida. Quiere vivir... De ahí su enorme esfuerzo por detener el tiempo. Y por un momento... lo ha logrado. Políticamente dominan las derechas en todo el mundo. Económicamente todo es un desastre. Socialmente, detenido el movimiento de los trabajadores, el panorama del mundo es francamente fúnebre y trágico.” Empero, la salida de la crisis no podría conseguirse bajo regímenes militaristas que trataran de paralizar los antagonismos de clase. “Ni el problema de la desocupación, ni el de la paz podrán ser solucionados (...) No es ésta, pues, la hora de todas las derrotas, [es] simplemente un momento triste de la historia, que será sin embargo rico en enseñanzas.”44 Para la CNT el recurso a la guerra que empleaban los regímenes fascistas era la peor amenaza contra el proletariado, obligado a combatir al hermano de otro país en lugar de a su enemigo de clase. El fascismo se reía de las sanciones económicas que decretaba la Sociedad de Naciones, la CNT predicaba el boicot de masas. El 25-VIII-1935 Carreño dio una conferencia titulada “1914-1918. Guerra europea; causas y efectos”, en el cine Liceo de Sans, y otra “Ante la próxima guerra” el 27-IX-1935, en Santa Coloma de Gramenet, organizada por el Sindicato Único de aquella localidad.45

ENTRE EL FASCISMO Y LA REVOLUCIÓN

A finales de 1935 los Sindicatos, clausurados la mayoría desde diciembre de 1933, abrían sus puertas. Estos habían empezado su particular boicot por la campaña contra la pena de muerte y el indulto a los obreros presos. A tal fin el Comité Regional de la confederación convocó una reunión de militantes para impulsar la campaña y explicar la posición de la organización de cara a las elecciones. Carreño se encontró allí con Federica Montseny, Durruti, Ascaso, Manuel Pérez, García Oliver, Alejandro Gilabert, etc. Probablemente su amistad con Durruti provenga de esos días. El 5 de enero participó en el segundo mitin de la CNT contra la pena de muerte y el fascismo en el Teatro Olympia, junto con Durruti, Manuel Pérez y García Oliver, después de dos años de mordaza. Asistieron más de treinta mil personas. Habló primero Carreño: “Nadie puede demostrar que la pena capital es ejemplar. Ya nadie cree en esta supuesta ejemplaridad. A pesar de que nada la justifique, la pena capital se aplica porque es necesaria a los Gobiernos de todo el mundo para poder subsistir. La democracia ha fracasado, porque es incapaz de establecer la convivencia humana en un sentido armónico. Hay hambre, miseria y paro forzoso en todas partes. Y para sostener lo que es insostenible se aplica la pena de muerte (...) Hay crisis económica en Alemania, en Francia, en todo el mundo. Los Gobiernos no pueden solucionar esta crisis, por eso hacen leyes. Todas estas leyes tienen carácter de fascistas. El fascismo es la defensa de la autoridad y el Estado, los que defienden la [propiedad] privada y el sistema del asalariado.”46 Carreño continuó sus prédicas en favor de la unidad de los trabajadores para acabar con el régimen burgués. Habló de las leyes represivas que votaron los primeros gobernantes republicanos, del escándalo de la detención gubernativa, de los malos tratos a los detenidos, de la libertad de prensa y del derecho a reunión y asociación, conculcado por los gobernantes actuales. La CNT tenía que luchar por las libertades que la propia burguesía se mostraba incapaz de sostener. A continuación habló Durruti, apasionado y brusco, cuya sinceridad sin adornos entusiasmaba a los

44 “Un momento triste de la historia”, Francisco Carreño, Solidaridad Obrera, 18-VIII-1935. 45 Noticias sacadas de La Vanguardia de 25-VIII-1935 y de “Revolución y Guerra en Gramenet del Besós 1936-1939”, Juan José Gallardo y José Manuel Vázquez, edición de los autores, 1997. 46 “La CNT habló el pasado domingo en el lenguaje de la justicia y el progreso”, Solidaridad Obrera, 7-I-1936.

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proletarios. La CNT no obstaculizaba el voto pero afirmaba que el triunfo electoral de las izquierdas no iban a arreglar nada: los propietarios se inclinarían cada vez más hacia el fascismo frente al cual solamente cabía la revolución social. Luego hablaron los demás. Manuel Pérez dijo que Durruti era un “gigante con corazón de niño”, frase que emocionó a éste e hizo fortuna.47 Como era costumbre en todos los mítines de la CNT, a la salida del local se recaudó ayuda para los presos, que esta vez resultó una fuerte suma. A partir del mitin del Olympia se dedicó a una intensa campaña de propaganda por Cataluña que duró hasta junio. El 17 de enero Carreño intervendría en Granollers y Montcada en sendos mítines, junto con Ricardo Sanz, Durruti y García Oliver. Durruti respondía a las izquierdas: “les decimos que queremos la libertad de los presos, puesto que aún tenemos tres mil compañeros nuestros que ellos metieron en la cárcel. Y hoy les decimos lo mismo: Sólo hay dos caminos, Revolución social o fascismo. No podemos conformarnos [con] ir a la reconquista [de la república] del 14 de abril, que tanto daño nos ha hecho. Hay que atenerse a los momentos en que vivimos y venga en buena hora el frente popular revolucionario; pero en las urnas, jamás, puesto que el parlamentarismo no ha resuelto ningún problema...”48 Carreño habló el último. Repasó los desaciertos de los socialistas y el proceder represivo de la Esquerra cuando tuvo el poder, para concluir que todos los gobiernos proceden igual con los descontentos. En vista de lo cual “Iremos a la revolución social teniendo por lema Asturias; pero nunca para servir de escabel ni para encumbrar a nuevos tiranos. El voto no soluciona nada. Tenemos ejemplos en Alemania, Austria y Grecia que, después de pasar las elecciones y tener en su poder los municipios, se presentó un Hitler o un Dolfuss y [barrió todo] con las ametralladoras. Y un caso semejante ocurriría si, con nuestra acción en la calle, no oponemos al fascismo acción directa, frente revolucionario y [no damos] la vida por la libertad.” 49 Su siguiente mitin sucedía en Tarrasa, acompañando a Ricardo Sanz, Fidel Miró (por las Juventudes Libertarias) y Manuel Pérez. Su parlamento empezaba con un análisis del 14 de abril, cuando la monarquía “cambió de nombre pero no de procedimiento”, seguía con el movimiento de Octubre, que había sido obrero en Asturias y burgués en Cataluña, y concluía pidiendo “arrancar del patíbulo a los 41 camaradas que la justicia ha condenado.” 50 El día 24 mitineaba en Sardañola-Ripollet con Cándido Martínez, Sanz y Ortiz. El 31, en Gavá, con Manuel Pérez y Giner Torres. El 4 de febrero estuvo con Sanmartín y Ortiz en Caldes de Montbuy. El 11 de febrero tomó la palabra en un acto organizado por las Juventudes Libertarias de Mollet, con F. Miró, Antonio Sanmartín, María Durán y Francisco Escudé. En Montevideo no se sabía nada de él, por lo que cundió la consiguiente alarma entre sus muchísimos amigos y sus familiares cuando un periódico de Buenos Aires titulado “Espartacus”, dio la noticia de que “había muerto en una cárcel de España como consecuencia de las torturas sufridas.” Un intercambio de cartas aclaró la cuestión, y el periódico libertario de Montevideo “Esfuerzo” aseguraba poco después que Carreño se encontraba “perfectamente bien y en libertad, al frente de una de tantas escuelas racionalistas que sostiene y subvenciona el proletariado adscrito a la CNT y que funciona en Moncada, una población colindante con Barcelona.”51 El proletariado se movilizaba a marchas forzadas gravitando alrededor de la CNT, al menos en Cataluña. El triunfo electoral de Frente Popular no significaba más que tiempo para organizar todas las energías que de nuevo se acumulaban a fin de parar el golpe fascista que iba a suceder al triunfo de las izquierdas. A tal fin, la CNT emprendía una nueva tanda de mítines de “orientación sindical” o de “afirmación sindical”, aprovechando la ocasión para pedir a las izquierdas el cumplimiento de sus promesas, exigiendo por ejemplo ya no la amnistía para los “presos sociales”, sino su reintegro en el primitivo lugar de trabajo. Carreño envió desde Moncada un giro de 3’90 ptas. a “Terra Lliure”, primera publicación anarquista escrita en lengua catalana. Disertó el 11 de marzo sobre 47 Manuel Pérez, “Un gigante con corazón de niño”, Emancipación, órgano de la CRT de Andalucía, 20-XI-1938. 48 “Moncada. Mitin contra la pena de muerte y el fascismo”, Solidaridad Obrera, 24-I-1936. 49 Ibídem. 50 “En Tarrasa. Grandioso mitin de afirmación sindical contra la guerra y el fascismo”, Solidaridad Obrera, 25-I-1936. 51 “El compañero Francisco Carreño”, Esfuerzo, nº 1, Febrero de 1936, Montevideo. El mismo periódico publicó una foto de Carreño en su número 10 de diciembre.

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“Marxismo y comunismo libertario” en el Ateneo Cultura Social de San Adrián del Besós. El mundo capitalista se encontraba en una crisis irresoluble de la que no saldría ni con obras públicas, ni con el socorro estatal a parados, ni con la mismísima jornada de seis horas que reivindicaba la CNT. Todos eran paliativos del Estado, del que eran partidarios los marxistas. La revolución social era el único recurso “que ponga en manos de los productores las máquinas, fábricas, talleres, minas; todos los elementos del progreso.”52 Eso llevaría a la instauración del comunismo libertario, el fin de la esclavitud y la miseria y el imperio de la felicidad entre los hombres. Al día siguiente hablaba otra vez en Moncada, su pueblo, con “Mirlo”, María Durán y el metódico pero no menos pasional Francisco Ascaso; el 15 de marzo en Suria, con María Durán y Durruti; el 19 dará una conferencia en Mollet y pedirá a los camaradas de la barriada de Monte Carmelo “aplazar la conferencia por hallarse algo abatido.”53 Para el 22 está prevista su participación en un gran mitin en la plaza de toros Monumental, al lado de Manuel Pérez, J.J. Doménech, Federica Montseny y Jacinto Borrás. El mitin fue suspendido por la lluvia y aplazado para el día 27, pero a celebrar en el Price. El día señalado Carreño habló del paro forzoso. Era “fruto de la incapacidad capitalista, la llaga de su propio sistema.” En virtud del progreso técnico, la maquinaria reducía la necesidad de mano de obra en la producción, condenando al paro a miles de obreros, pero una parte de la producción se destruía por falta de consumidores. Quizás se trabajase menos horas pero el trabajo era más penoso “porque el obrero, como las máquinas, trabaja automáticamente bajo la presión del capataz, que reloj en mano controla sus movimientos.”54 El problema era el mismo en el campo, en la construcción, entre los marineros... y no se podría solucionar más que con la apropiación obrera de los medios de producción. El mitin acabó reclamando la abolición de las leyes represivas y la libertad para todos los presos, sociales y comunes. El 28 conferenciaba en Sardañola-Ripollet, localidad vecina a Montcada, sobre “¿Qué es la guerra?”. La guerra no obedece a causas patrióticas o civilizadoras, “lo que hoy promueve la guerra es la conquista de mercados. El carbón y el petróleo son, entre otros, los gérmenes de futuras guerras. La guerra de Italia en África es una prueba evidente de lo que decimos. Se dice querer civilizar a los negros, pero lo que en realidad se pretende es explotarlos.” La guerra o el fascismo es el dilema de la burguesía frente a un incontrolable ejército de parados.55 El día 29 estuvo con Miró en Ribes de Fresser y el 31 en Molins de Rei. El 5 de abril asistía a la Conferencia Regional de Sindicatos de Aragón, Rioja y Navarra e intervenía en el mitin de clausura en la plaza de toros de Zaragoza, junto con Feliciano Subero, Miguel Chueca, Manuel Pérez y Federica Montseny. De ese mitin Miguel Pérez nos brinda la imagen de un Carreño entregado y pródigo en exceso, al que conocía bien: “Conociendo a Carreño y sabiendo cómo le gustaba hablar, principalmente para tratar problemas económicos, durante el viaje a Zaragoza Federica propuso que cada uno abordara un tema diferente y de que los discursos no excedieran de media hora cada uno, pues de esta forma el mitin, con la presentación, los oradores y el resumen de la presidencia, no pasaría de dos horas y media. Quedamos pues que Carreño abordaría el problema económico, yo el problema internacional y Federica haría una exposición sobre el comunismo libertario, cosa que ella hacía continuamente en Cataluña y agradaba bastante a los trabajadores. Carreño empezó a hablar y después de abordar durante más de media hora el problema económico, entró en lo internacional, en el comunismo libertario, en la filosofía y en cien mil cosas diferentes de lo que habíamos tratado en el viaje. Y así pasaron cincuenta minutos y Federica se desesperaba porque el público daba muestras de cansancio, lo que me obligó a dar un tirón de la chaqueta a Carreño para que pusiera fin a su discurso.

52 Solidaridad Obrera, 29-III-1936. 53 Solidaridad Obrera, 19-III-1936. 54 “El mitin del Price”, Solidaridad Obrera, 29-III-1936. 55 Solidaridad Obrera, 23-IV-1936.

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Federica, ya bastante aburrida, no quiso esperar a ser la última y habló después de Carreño, dejando al pobre Pérez sin tener [nada] que decir, pues el buen amigo había agotado la Enciclopedia Social y Anárquica en su discurso...”56 En efecto, el discurso de Carreño tocaría todos los temas, a saber, el paro, “al que ningún gobierno, democrático o fascista, le puede encontrar solución”, la crisis del consumo, la revolución, el comunismo libertario, la inutilidad del triunfo de las izquierdas: “hoy venimos a decir aquí que sus promesas preelectorales han de quedar incumplidas... porque la CNT no colaborará con la burguesía en la solución de problemas que puedan significar una continuación del Estado y del capitalismo” 57, etc. La CNT siguió pidiendo la derogación de las leyes represivas, la abolición de la censura, una amnistía total y la destitución del jefe de servicios de la cárcel de Zaragoza. Acordó no aceptar la Reforma Agraria e ir a la expropiación sin indemnización. Desde la plaza se mandó un saludo a los metalúrgicos de Barcelona en huelga. El 11 de abril Carreño estará en Olesa de Montserrat con María Durán y José Coll. El 19 participaría en el mitin de clausura de la campaña de propaganda por tierras de Lérida, junto con Pérez Rubio, Rosario Dolcet y García Oliver. De nuevo desarrolla el tema del paro, del fracaso de la política arancelaria para combatirlo y de la inoperancia de la ley Agraria. En España, en que todo está por hacer, el paro es incomprensible y contra la miseria que acarrea se han enviado en lugar de pan, guardias civiles. “Hasta el presente, a la burguesía le ha convenido mantener al ejército de parados como amenaza y dique de contención a las gestas reivindicativas de los que trabajan. Pero el problema ha rebasado sus cálculos y lo que era una conveniencia se ha convertido en un peligro.” Terminaba llamando a los trabajadores a “sindicarse y acudir a las asambleas para discutir todos los problemas que la revolución nos plantea.” 58 La actividad de Carreño era febril. El día 20 dio una conferencia en el local del Sindicato Textil y Fabril de Barcelona (el de Pablo Ruiz), acerca del “Marxismo o Anarquismo en la realización del comunismo”. Al día siguiente hablaba en el Ateneo Libertario del barrio badalonés de La Salud sobre “La Juventud y la Guerra”. En el Ateneo Obrero Martinense de la barriada de San Martí de Provençals, su conferencia versaba sobre “De la República a un régimen socialista ¿evolución? ¿revolución?” y al día siguiente visitaba el local del Sindicato de la Construcción de Barcelona. Su prevista visita a Benicarló el primero de mayo fue cancelada porque a última hora fue nombrado delegado para el Congreso Extraordinario de Zaragoza.59 Seguramente asistió en nombre de los sindicatos de Montcada, en compañía de Eusebio Martínez. La federación local, en proceso de reorganización, tenía 550 afiliados, que subirían a 1000 en agosto. A los comicios zaragozanos asistía la flor y nata del anarcosindicalismo hispano representando a 988 sindicatos con más de 600.000 trabajadores. Su primera intervención versó sobre la ausencia de relaciones entre el Comité Nacional de la CNT y el Secretariado Ibérico de la AIT (Carbó, Shapiro) no obstante residir éste en España. Acabó felicitando al Comité Nacional por haber organizado el Congreso en Zaragoza terminando así con el monopolio de Madrid. La segunda intervención que recogen las actas se refiere al paro: “Dado el alcance actual del paro obrero, las 36 horas no lo solucionan. Los Sindicatos deben de confeccionar estadísticas sobre trabajos a realizar, seguido de una extensa agitación, conducente a demostrar cuál debe ser el horario que se trabaje para dar ocupación a todos. Otras trayectorias no liquidarán el problema que implica el lastre de los desocupados.”60 Sin embargo, el dictamen sobre el paro forzoso insistió en la jornada de 36 horas. En el dictamen “sobre la situación político-militar” se pedía proseguir con la campaña contra las leyes represivas, por la demostración de la incapacidad de los partidos políticos en solucionar la cuestión social, por la amnistía, contra el fascismo y la guerra. Por eso, acabado el Congreso, Carreño prosiguió la campaña de mítines y conferencias tocando, a petición de un público dispuesto, todos los temas que la situación prerrevolucionaria requería: el 20 de mayo explicaba en la barriada de San Andrés “¿Qué es la guerra?”; mitin en Sabadell el 23, con Rosario 56 Memorias de Manuel Pérez, escritas a finales de los cuarenta, inéditas, en la Fundación Anselmo Lorenzo. 57 “Granada, Zaragoza. Dos mítines, dos triunfos de la organización confederal”, Solidaridad Obrera, 9-IV-1936. 58 “El mitin de Lérida”, Solidaridad Obrera, 23-IV-1936. 59 Solidaridad Obrera, 25-IV-1936. 60 Actas del Congreso Confederal de Zaragoza.1936; editadas por Zero, Madrid, 1978.

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Dolcet y Francisco Arín; el día 24 en Vilafranca, con Ortiz y Francisco Pellicer; el 30, de nuevo en Olesa, donde habló con gran conocimiento de causa del “Valor de la escuela racionalista”. El 14 de junio pronunció una conferencia en Manresa sobre “Comunismo estatal y comunismo libertario” y el 24 dio un mitin “de afirmación sindical y orientación ideológica” en Roda de Ter, con Ortiz y Jaime Rosquillas Magriñá. Las sucesivas campañas revelaron a Carreño como propagandista libertario de primera fila y pedagogo de multitudes; en fin, un luchador con la palabra. El levantamiento militar del 18 de julio le dio ocasión de demostrar que también sabía luchar con las armas. No se quedó en Montcada, pues se puso a disposición del Comité de Defensa, coordinado por el grupo “Nosotros”.

EN EL COMITÉ DE GUERRA DE LA COLUMNA DURRUTI El 19 de julio, Carreño salió a la calle para batirse contra los militares sublevados. En los momentos finales estará al lado de Durruti asaltando el cuartel de Atarazanas.61 Tras la victoria obrera una reunión de destacados militantes acordó no “ir a por el todo” y colaborar con las demás organizaciones de izquierda. Durruti dijo en la reunión que era prioritaria la liberación de Zaragoza; después, ya se vería. A la salida se dirigió al cuartel de Pedralbes, futuro cuartel Bakunin, para arengar a la tropa y pedir que le acompañaran los que quisiesen. Los soldados y obreros allí presentes le contestaron que irían donde les mandase. Mientras, grupos de obreros se inscribían en los locales sindicales, en los que se les daban mantas, cascos, municiones y armas. Carreño colaboraba con Durruti en la organización de su columna. Por la tarde del 23 ésta ya estaba preparada: desfiló por las Ramblas, Plaza de la República, Paseo de Gracia y Diagonal, abandonando Barcelona a primeras horas de la noche. Se acababa de constituir el Comité de Milicias Antifascistas bajo la hegemonía indiscutida de la CNT. A las nueve y media de la mañana, Durruti habló por la radio en su estilo directo y llano: Trabajadores de Cataluña, y especialmente los de Barcelona, que habéis respondido generosamente al llamamiento de la CNT lo mismo que al de otras organizaciones, sindicatos y partidos políticos de izquierda que integran el Comité Antifascista, tenéis el deber, hoy más que nunca, de escuchar a los miembros de este Comité, que os llaman a organizar la defensa de lo que habéis conquistado en Cataluña, y además, trabajadores, tenéis el deber de salir de Cataluña hacia Aragón, para caer sobre esa capital que está en manos del fascismo y aplastarlo de una vez para siempre. En Aragón, los compañeros, los trabajadores, son víctimas de las hordas fascistas que se ensañan con el obrero. El proletariado catalán que siempre está alerta, que siempre ha vivido a la vanguardia de la libertad de España, hoy más que nunca debe escucharnos. Pero no creáis que defendemos intereses personales, porque se trata del proletariado español, trabajadores, que no puede vivir otra vez “aquello” que todos hemos conocido y que nos ha hecho vivir la más miserable de las vidas. Tenéis un deber en estos momentos: concentrarnos en la calzada del Paseo de Gracia a las diez de la mañana. Una advertencia, trabajadores de Barcelona todos, y en particular los de la Confederación Nacional del Trabajo. Los puestos que han sido conquistados en Barcelona, que no sean abandonados. Tenéis que permanecer ojo avizor, en guardia permanente, por si tuviésemos que responder a posibles acontecimientos. Trabajadores de la CNT: todos como un solo hombre debemos ir a ayudar a los camaradas de Aragón”62 Nuevos contingentes montaron en camiones en el Paseo de Gracia, mientras que otros cogían el tren, en la estación de Francia. Acompañaban a Durruti como escolta Yoldi, Ruano y Ballano. Carreño bajó en Lérida. Allí se encargó de transportar en camiones a las centurias que llegaban en

61 “La lucha en Barcelona”, Kyra Kiralina, Mujeres Libres, nº 10, julio 1937. 62 “Alocución de Durruti”, en La Vanguardia, 25-VII-1936.

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tren. Tuvo que intervenir pistola en mano para impedir linchamientos de presos derechistas en la cárcel.63 De Lérida se trajo ropa y un coche Hudson de 8 cilindros para el Comité de Guerra d3e la Columna -o Comité Central, como se llamaba al principio- que el Depósito de allí le había suministrado. Él y el sargento Manzana quedaron encargados de conseguir piezas de artillería, munición y un cuerpo sanitario para la columna.64 Esto último fue obra del joven doctor Félix Martí Ibáñez. La maniobra pensada por el Comité de Milicias consistía en hacer confluir sobre Zaragoza las fuerzas de Durruti, Ortiz y Villalba. Pero después de tomar Caspe y ocupar Bujaraloz, la Columna se había parado y medio desorganizado frente a Pina. Se replegó a Bujaraloz y desde allí Durruti envió una centuria hacia el Sur, a Sástago, donde la Columna Hilario-Zamora libraba batalla para despejar el camino a Zaragoza, y otra hacia el Norte, al mando de Carreño y el teniente de la guardia civil Garrido, a Los Monegros. En una primera salida fue liberado el pueblo de La Almolda. Después tocó el turno a Castejón de Monegros, donde se habían hecho fuertes los fascistas y luego a Valfarta, llegando hasta Monegrillo.65 Carreño tuvo un papel importante en la toma de Gelsa, el 8 de agosto, al mando de una centuria y un grupo de carabineros. Llegó al pueblo en camiones a toda velocidad. Según relata un testigo: “Bajo una verdadera lluvia de metralla hemos entrado en el pueblo de Gelsa. El estallido de los proyectiles ha ido quedando en la retaguardia; pero un nuevo enemigo ha surgido del campo contrario. Varios nidos de ametralladoras nos han recibido con un nutrido fuego desde la otra parte del río. Nuestros milicianos, sin arredrarse por eso, antes al contrario, se han lanzado hacia la ribera hasta que los fascistas, en número seis veces mayor y viendo que era imposible aguantar un ataque tan arrollador, han huido como gamos en dirección a Quinto, donde tienen emplazada una avanzada. Al frente de esta centuria van los camaradas Carreño y Manzana.”66 Ese mismo día se tomó Pina, y poco después cayeron Osera, Farlete y Monegrillo. Una larga hilera de camiones repletos de hombres armados, unos cuantos turismos y diez tanques se desparramaron por la zona. El coche de Durruti iba de un lado para otro gritando “no retroceder, sólo avanzar, siempre avanzar”67, mientras un avión leal evolucionaba sobre las cabezas de los milicianos. Al organizarse la Columna Durruti en el frente Carreño fue nombrado responsable de información en el Comité de Guerra, y como tal, encargado del “boletín de guerra” de la Columna, al que se tituló “El Frente”, que empezó a salir el 13 de agosto, y de la emisora. Balius visitó por entonces la Columna y trabó conocimiento con Carreño, sacando la siguiente impresión de él: “tiene una cierta similitud con los insurrectos del Méjico turbulento. Un sombrero de paja de anchas alas le da todo el aspecto de guerrillero de ultramar. Es un muchacho muy simpático. Afable y cariñoso con todo el mundo. Es un intelectual que sabe empuñar el fusil.”68 El 14 de agosto el periodista ruso Mijail Koltsov anotó en su diario sus impresiones de la entrevista con Durruti, ciertamente pintorescas. Estaban presentes Carreño, Mora, Subirats y algunos otros, que contaron las cosas como realmente sucedieron. El periodista Carrasco de la Rubia, que trabajaba para “La Vanguardia” hizo una visita al cuartel general de la Columna “para saludar a los jefes y pedir la correspondiente autorización para poder recorrer la línea de fuego. Como ahora alterno la pluma con la cámara hago unos primeros planos de Durruti, Carreño, Miguel Yoldi y el capitán Ramos...” 69Pasados los primeros días, una de las primeras dificultades con que tropezó la Columna fueron los abandonos, disimulados como peticiones de permisos. El Comité de Guerra se vio obligado a hacer una declaración: “Desde Barcelona vinimos. Los caminos quedaron a nuestra 63 “Una vida azarosa”, Manuel Ramos, edición del autor, 1993. 64 En Solidaridad Obrera del 4-VIII-1936 leemos: “Esta mañana una expedición dirigida por el camarada Carreño ha ido a Caspe y Alcañiz para traer material de guerra, regresando sin novedad”. 65 Solidaridad Obrera, 4-VIII-1936. 66 “Toma de Gelsa, Pina y Osera”, Solidaridad Obrera, 11-VIII-1936. 67 La Vanguardia, 12-VIII-1936. 68 “En el frente de Aragón. La Columna Durruti”, Jaime Balius, Solidaridad Obrera, 12-VIII-1936. En el mismo número hay una foto suya delante del Hudson, y en el número del día siguiente, otra con Durruti y un grupo de milicianos. El Frente del 4-IX-1936 publicó un artículo de Balius en homenaje a una enfermera muerta en Tardienta durante un bombardeo. 69 La Vanguardia, 27-VIII-1936.

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espalda, claros y limpios. El que no sirva para recorrerlos hacia adelante, sin mirar atrás, que vuelva la espalda definitivamente. No haremos comentarios sobre los ausentes, pero queremos tener el convencimiento de que los que van con nosotros no tienen más idea ni más pensamiento que el de avanzar, liberando hermanos y creando el porvenir.” 70 La firmaban Durruti, Lucio Ruano, Manzana, Yoldi y Carreño. Una columna llegó entonces de Barcelona y fue distribuida por todo el sector. Lo peor era la falta de armamento. Villafranca de Ebro y Alfajarín habían sido tomadas y abandonadas a continuación al no disponerse de armas para defenderlas. Durruti pedía armas insistentemente al Comité de Milicias pues estaba convencido que el proletariado saldría ganando si acababa victoriosamente la guerra cuanto antes. En un discurso desde la emisora de la Columna, celebrando la ocupación de Fuentes de Ebro, clamaba:“¡Todas las armas arrinconadas y escondidas, al frente! Todos los campesinos de Aragón se nos suman, y desde los niños hasta los ancianos nos piden armas. Es preciso traer todas las armas. Es preciso sacarles las telarañas y traerlas al frente. Es preciso que aquellas armas que estén escondidas debajo de las baldosas de vuestra casa (yo sé que las tenéis, porque yo también las he tenido), vengan inmediatamente al frente.”71 Para el reportero José Gabriel, Carreño era “un hombre todavía joven, flaco, largo, algo agobiado (...) Tiene ahora aspecto enfermizo” secuelas de los malos tratos de la policía argentina, andaba a tranco largo y no se la había perdido del todo el acento porteño; era “matero”, es decir, amante de la infusión de yerba mate, como Durruti y Santillán.72 Carreño explicó el 8 de septiembre a los periodistas que habían venido a Bujaraloz el problema estratégico número uno de la Columna, “Podríamos avanzar en cualquier momento –me dice Carreño—Pero si no avanzan los demás nos metemos como cuña y quedamos en peligro. Y ¿Por qué no avanzan los demás –pregunto Pues mira; porque no avanzan. Nosotros no podemos adelantarnos más. Somos los más cercanos a Zaragoza ¿Ves donde está Osera? Ahí estamos. Conforme avancen por la derecha, nos vamos a Zaragoza. Pero tienen que avanzar los demás.”73 La Columna Ortiz no podía avanzar debido a la resistencia encontrada en Quinto y Belchite, insuperable por culpa de los cañones fascistas y por falta del equivalente en los rangos libertarios. Otro tanto se podía decir de la cercana Columna del POUM. A principios de septiembre la Columna Durruti pudo contar con cañones y ametralladoras. Sabedor Durruti de que en Sabadell había equipo para armar una columna que al final no se formó, y de que el dirigente local de la UGT y el PSUC Moix impedía su entrega al frente, organizó una expedición punitiva compuesta por una centuria al mando de Carreño. Santillán logró persuadir al estalinista Moix para que cediese las armas por las buenas74 y Carreño se hizo cargo de ellas “de mutuo acuerdo.”75 Con esos pertrechos se preparó el ataque sorpresa a Fuentes de Ebro, al otro lado del río, que cayó a la primera. La conquista era inútil, porque la posesión, con el río a la espalda, no se podía defender. Carreño, cargando un fusil alemán arrebatado a los facciosos, explicaba a José Gabriel el motivo de la operación: “Todos los días nos cañoneaban, hombre, y no podíamos contestarles; pero hoy tenemos cañones; además, sabemos que hay allá sesenta catalanes que quieren pasarse y los vamos a buscar. No interesa el pueblo: queremos zumbarles y traernos a los camaradas.”76 70 “Todos adelante; ninguno hacia atrás”, El Frente, Pina de Ebro, 27-VIII-1936. 71 “¡Al fascismo no se le discute, se le destruye!, ha dicho el camarada Durruti”, Solidaridad Obrera, 12-IX-1936. 72 “La vida y la muerte en el frente de Aragón”, José Gabriel. 73 Ibídem. 74 Abad de Santillán, en Timón, noviembre de 1938, Barcelona. 75 En el órgano del Comité Local de Defensa, el Full Oficial del 8-IX-1936, aparece la siguiente nota: “Sabadell, 6-IX-36. En nombre de la Columna Durruti dejo constancia de haberme incautado, de acuerdo con todas las organizaciones sindicales, políticas y sociales que componen el Comité de Defensa, de todo el material de guerra, ametralladoras, etc., que poseían las organizaciones, excepción de los fusiles necesarios para la defensa local. Dejo aclarado que todo se ha realizado de mutuo acuerdo en bien de la causa y del triunfo contra el fascismo. Francisco Carreño.” 76 “La vida y la muerte en el frente de Aragón”. La toma de Fuentes de Ebro fue relatada por La Noche, en el número del 9-IX-1936, aludiendo a la presencia de Carreño y Manzana en el “Estado Mayor” de Durruti.

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En un frente poco activo las tareas en la Columna eran variadísimas; la primera, organizar la revolución en los pueblos donde se había desplegado. Si los milicianos llevaban sus fusiles, los campesinos empuñaban la hoz y el rastrillo. Carreño cuenta: “Los hacemos trabajar para que no fueran a perderse las cosechas; y te aseguro que trabajan con ganas; aquí todos para todos: siegan en su campo, trillan en su era, y luego al del otro, y el producto para la comunidad; nosotros les damos a cambio los artículos que necesitan; nada de dinero; esto es el comunismo anárquico en marcha. Aquí no pasará lo que en Rusia.”77 Los detalles no habían de descuidarse. Carreño, Arís y Campón inauguraron el Ateneo Libertario de Pina de Ebro y llamaron a los campesinos “para asistir a las clases y las conferencias al objeto de capacitarse para la nueva vida que se está gestando.” Más chocante resultó el bautizo de un niño: “Hace unos días nació un niño, hijo de los vecinos del pueblo, al que sus padres quisieron que apadrinara la columna. El miembro del Comité Central, compañero Francisco Carreño, procedió desde el balcón del Ateneo Libertario a presentar al pueblo al recién nacido que se llamaría Liberto. Agregó que habiendo nacido bajo el signo de la contrarrevolución fascista que el pueblo ha convertido en revolución liberadora, el niño quedaba apadrinado por todo el pueblo, pues todos luchamos para prepararle una vida mejor y más justa.”78 Entre tanto, el movimiento libertario se reorganizaba en los pueblos libres del fascismo. La Columna Durruti se había cubierto de gloria en los combates de Siétamo y era el puntal de esa reorganización. El 20 de septiembre tuvo lugar en Alcañiz un importante Pleno Regional de la FAI, al que asistió Carreño probablemente en representación de la Comarcal de Alcorisa. El punto más importante a tratar era la “Posición de la FAI ante la reconstrucción económica de los pueblos”. Carreño explicó la implantación del comunismo libertario en los pueblos que la Columna había liberado, pero fue replicado por el maestro José Alberola, de Fraga, en un discurso que emocionó a los reunidos: “yo digo que aquello es un comunismo de guerra que lo crean las circunstancias... Opino que si el comunismo libertario es impuesto, ya no es libre...”. Alberola, Espallargas y Carreño fueron propuestos como oradores en el acto de clausura.79 Tres días después tuvo lugar un mitin en Pina organizado por el grupo cinematográfico “Kine” que estaba rodando un film sobre la Columna Durruti. A él pertenecía “Les”, el ilustrador de los folletos de Balius editados en Mallorca. El discurso corrió a cargo de Carreño “quien comenzó diciendo que no son estos los momentos de perder el tiempo en hablar teniendo el enemigo a pocos metros, siendo las acciones las únicas cosas de valor, y que las voces de los cañones y fusiles son más elocuentes que la verborrea de los oradores. Que es hora de hacer y no de hablar.” Con todo, habló de la gesta del proletariado español, de su voluntad de victoria, de cómo fueron derrotados los militares en Barcelona y se extendió en consideraciones de orden político y social, ponderando el generoso rasgo de los milicianos que evacuan a los niños del frente y los envían a la ciudad condal. Añadió que “los militantes de la CNT luchan por la libertad y la igualdad social y política de todos” para terminar diciendo, en clara referencia personal, “que hay que cortar las amarras que nos ligan a nuestras familias, novias y amistades, para pensar solamente en la lucha y en el bien de la Humanidad, que es nuestra gran familia.”80 La elocuencia de los fusiles de la que hablaba Carreño no tardó en manifestarse; a primeros de octubre la Columna resistió dos ataques del enemigo en Farlete, derrotándolo en toda regla. El Comité de Guerra en pleno, con Durruti, Yoldi, Carreño, Flores, “Rico” y Roda, coordinó la

77 Ibídem. 78 “Inauguración del Ateneo Libertario de Pina” y “Bautizo original del niño Liberto”, El Frente, 19-IX-1936. Otro ejemplo: ante la muerte de su hijo de 16 años en el sector de Sariñena, el periodista Gamón apreciaría “en cuanto valen las frases de elevado sentido moral y libertario de los camaradas Durruti y Carreño”, según consta en la Soli del 4-IX-1936. 79 FAI, “Memoria del Pleno Regional de Grupos Anarquistas de Aragón, Rioja y Navarra”, septiembre de 1936, editado en Barcelona. 80 Reportaje de Carrasco de la Rubia en La Vanguardia, 27-IX-1936.

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acción.81 Acto seguido se desplegó por la Sierra de Alcubierre. Los nacionales habían tomado Leciñena y la columna contraatacó en Monte Oscuro y alcanzó Perdiguera; después hubo que retirarse. En un pajar a la entrada del pueblo habían quedado copados ciento setenta milicianos del Grupo Internacional que o bien murieron peleando, o ardieron en el incendio, o bien fueron asesinados al caer prisioneros. Pocos escaparon de aquel infierno. El 19 de octubre la columna conquistó la posición ermita de Santa Quiteria, en el sector de Tardienta. Luego sucedieron días de lluvia y frío, quedando el frente otra vez inactivo. La comarcal de Alcorisa había señalado la necesidad de celebrar un pleno de sindicatos. La iniciativa recayó en Carreño, Pablo Ruiz “el sastre” y Julián Merino, éste último faista y miembro del Sindicato del Transporte Marítimo de Barcelona. Los tres fueron quienes realmente convocaron el Pleno Extraordinario Regional de Sindicatos y Columnas que se celebró en Bujaraloz el 6 de octubre, al que asistió el propio Durruti. Al final, Carreño quedó en participar en la ponencia para la creación de un Comité de Guerra de las fuerzas que operaban en Aragón, el famoso “mando único”. Pero el resultado más sobresaliente del Pleno fue la constitución del Consejo de Aragón, en principio, compuesto exclusivamente por libertarios. El comentario desdeñoso de García Oliver se desmiente por sí sólo: “En el Comité de Guerra Carreño no aportó iniciativas militares. Era de ambiciones pequeñas.”82 Precisamente en aquellos momentos García Oliver, ser de ambiciones grandes, contribuyó al aborto de la operación “Comuna Libre”, iniciativa bien plausible del Comité de Guerra de la Columna Ortiz para entrar en Zaragoza.83

EL VIAJE A RUSIA

No nos consta fecha exacta, pero es bastante probable que Carreño aprovechara en octubre algunos días de inactividad para estar con sus compañeros de la CNT de Montcada. Estos –Salvador Mellado, Manuel Tomás del Toro y otros-- habían formado un Comité de Guerra proletario en la finca incautada Torre Maza, que de hecho poseía la autoridad real en la localidad; el ayuntamiento, donde el partido de la Esquerra era mayoría, solamente residía la autoridad nominal. Aun cuando su papel no podía ser determinante, los “testigos” que al acabar la guerra se ofrecieron o fueron obligados a señalar víctimas a las autoridades franquistas, insistían en su labor ideológica y asesora del Comité. Uno de ellos aludía a “un anarquista de antiguo llamado Francisco Carreño, que aun cuando no figurase como componente del Comité es creencia del testigo que era el inspirador.”84 Su asesoría, si la hubo, se basaría en el comportamiento mostrado por la Columna Durruti al organizar la vida cotidiana en el frente, pero en un contexto de retaguardia. En aquellos momentos el Comité tenía que disolverse para dar entrada a un “Comité Municipal” con presencia de todas las fuerzas de izquierda, constituido finalmente el 4 de octubre. De un total de 15 delegados, 10 fueron de la CNT, cifra que en virtud del decreto del Govern de la Generalitat relativo a la reordenación de los consejos municipales quedaría reducida a 6. No podemos discernir en la actividad cenetista de Montcada una influencia especial de Carreño y menos todavía implicarle en la persecución de religiosos o derechistas. Los acuerdos del antiguo Comité habían sido los que cabía esperar: creación de comedores populares, organización de una colectividad campesina, habilitación de un edificio religioso para grupo escolar, envío de milicianos a la Columna Durruti, orden público revolucionario, etc... En el gobierno local formado en la sesión del 22 de octubre, con un alcalde de ERC, la CNT dirigiría las comisiones municipales de Economía y Obras Públicas, Abastos, y

81 Mosén Jesús Arnal habla de la reacción destemplada de Durruti cuando fue interrumpido en una reunión en Venta de la Monzona, el cuartel general de la Columna, el 7 de octubre, porque le habían denunciado como cura. Mandó fusilar al delator, que al final pudo contarlo. “Per què vaig ser el secretari de Durruti?”,Pagès editors, Lleida, 1997. 82 “El eco de los pasos”, Juan García Oliver. 83 Nueva Historia, nº 26, marzo 1979, Eduardo Pons Prades. 84 Declaración de Juan Prat Taulet, concejal de ERC, 8-V-1941, Causa General de Moncada, folio 272.

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Seguridad.85 Por otra parte, Carreño, en tanto que representante de la Columna, no podía permanecer demasiado tiempo en la retaguardia, por lo que su presencia en Montcada tuvo que ser episódica y su impronta, relativa, al menos hasta bien entrado 1938. Si Carreño viajó a Barcelona, con certeza tuvo que hacer de enlace entre la Columna y el Comité Regional de la CNT, y hasta dejarse ver por la Consejería de Guerra de la Generalitat, allí donde trabajaba García Oliver. Por entonces empezaba a cocerse una operación diplomática de importancia decisiva, que marcará el comienzo de la influencia estalinista en la CNT. . Convencida de no obtener la menor arma para la defensa de Inglaterra y Francia, la CNT volvió la mirada a Rusia. El gobierno soviético se había adherido al Comité de No Intervención pero sus agentes consulares se encargaban de sugerir un cambio de actitud al conocer aquél las simpatías de los españoles por el pueblo ruso. El Comité Regional fue invitado a participar en la representación catalana que viajaba a Rusia para asistir a los fastos del aniversario de la Revolución de Octubre, visita oficial organizada por la Asociación de Amigos de la URSS. La CNT se opuso siempre a los métodos bolcheviques y condenaba la dictadura aunque fuese en nombre del proletariado, pero una mayoría de dirigentes pensaba que se vivían circunstancias especiales y que salvar la revolución española, e incluso la revolución mundial, bien valía una misa estalinista. Los motivos del viaje obedecieron pues a cálculos estratégicos, tal como diría aquél en el acto que celebró el retorno de la delegación: “la lucha que actualmente se está sosteniendo en España es el motivo por el que la CNT se ha decidido a ir a la URSS... los regímenes capitalistas están fracasados a pesar de los esfuerzos que hacen los regímenes fascistas... el triunfo del proletariado español abre ante el mundo una inmensa perspectiva para el triunfo final de la revolución universal.”86 En principio la Organización designó a Francisco Carreño, Marcos ¿Alcón? y Carbó para ir a Rusia, el primer acto público de política exterior del anarcosindicalismo hispano.87 Aparentemente Durruti no creía en la eficacia del viaje pero el Comité de Guerra, reunido en Osera, se declaró a favor y decidió que Carreño fuese en representación de la Columna. Durruti entonces –23 de octubre- redactó un mensaje a los trabajadores rusos y se lo entregó. La carta iba dirigida exclusivamente a los obreros, ignorando a sus dirigentes, y a pesar de las precauciones diplomáticas que determinaban su contenido concluía rotundamente afirmando el ideal anarquista. No obstante, la prensa republicana convertía la carta en una carta para Stalin: “El delegado Carreño, representante de la Columna Durruti en el frente de Aragón, lleva una carta dirigida al pueblo ruso, firmada por el propio Durruti y para ser entregada a Stalin. En ella dirige un vibrante saludo al pueblo soviético en nombre de los trabajadores que luchan contra el fascismo en el frente de Aragón.”88 Acto seguido la Generalidad de Cataluña promulgó el decreto de militarización de las columnas. El Comité de Guerra se reunió de nuevo e hizo una declaración en pro de la autodisciplina y recabando “libertad de organización”: “Los milicianos de esta Columna tienen confianza en sí mismos y en los que la dirigimos, por su expresa delegación, sin reservas. Por tanto creen, y nos identificamos con ellos, que el decreto de militarización no puede mejorar nuestras posibilidades de lucha, viniendo a crear, en cambio, suspicacias, reservas y repulsiones que ya han apuntado y concretarían un verdadero estado de desorganización. La razón que se aduce de que el enemigo luche “aprovisionado de material en grandes proporciones” no tiene, evidentemente, solución con la militarización de las milicias. Por todo lo expuesto, este Comité, haciéndose eco del clamor de la protesta levantado en la

85 “Los albores del nuevo régimen. El poder político anarcosindicalista en los ayuntamientos del Vallès Occidental (1936-1939)”, Matías Vargas Puga, editado por el Consell Comarcal del Vallès Occidental, Sabadell, 1994. 86 “Anoche en el Gran Price”, La Noche, 12-XII-1936. 87 Acta de la reunión de Comités el 20 de octubre de 1936. Archivo CNT, IIGS. Joan Llarch afirma que Carreño sustituyó a Durruti que es quien había sido invitado a Rusia, lo que no parece verosímil, “La muerte de Durruti”, Ediciones 29, Barcelona, 1983. 88 “Una carta de Durruti para Stalin”, ABC, 31-X-1936. La carta está reproducida enteramente en mi libro “Durruti en el Laberinto”, Mutturreko, Bilbao, 2007.

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Columna por el Decreto referido, se ve precisado a no admitirlo.”89 El documento está fechado el 1º de noviembre, en Osera y lo rubrica por el Comité de Guerra, Durruti. El discurso radiofónico de Durruti del día siguiente reproducido en la prensa confederal fue casi literalmente una lectura del documento en cuestión. Después, Durruti se iría a Madrid y Carreño a Moscú. Al final le acompañaban José Berruezo, de la junta del Sindicato Metalúrgico de Barcelona, y Martin Gudell, un lituano que trabajaba de traductor para el Comité Regional. Contrastan la colaboración y amistad sólidas entre Durruti y Carreño con la especie difamatoria fabricada por el despreciable Rüdiger para uso del Comité Nacional en sus maniobras de descalificación contra “Los Amigos de Durruti”, según la cual Durruti habría enviado a Rusia a Carreño con el fin de quitárselo de encima. El ex García Oliver insinuó en sus memorias selectivas que era pro bolchevique.90 La prensa libertaria se hizo eco del viaje y de la carta de Durruti, “llena de emoción y sinceridad revolucionaria”.91 El día 10 la expedición llegó a Leningrado, pasada ya la fecha conmemorativa de la Revolución Rusa que es el 7. La estación estaba abarrotada de público y al pisar suelo a los representantes españoles les ofrecieron un ramo de flores. A la salida había preparado un mitin donde hablarían representantes de varios sindicatos que les dieron aliento en la lucha entablada contra el fascismo. Contestaron por la delegación, Carreño, de la CNT y José González, de la UGT.92 El “Moscow Daily News”, diario en inglés editado en Moscú para la propaganda del régimen decía escuetamente: “Francisco Carreño, un luchador de la famosa Columna Durruti, maestro en Barcelona, dijo: ‘El pueblo español está preparado para cualquier sacrificio. Sabemos que la victoria sobre el enemigo costará muchas víctimas, pero a pesar de todo venceremos.’”93 Carreño, sin ofender a los miembros de la delegación de otras organizaciones, había subrayado varias veces en su alocución su condición de anarquista y el papel de los anarquistas en las calles de Barcelona el 19 de Julio y en el frente de Aragón. Al ser traducido su discurso, Carreño fue presentado como republicano, al igual que los obreros que dieron la batalla al fascismo. Los comunistas, que no existían, fueron descritos como los principales combatientes. El público, lógicamente, aplaudió al traductor y gritó vivas a Stalin. En el hotel, Gudell, que sabía ruso, contó la impostura a Carreño, y ambos acordaron no decir nada para no estropear la misión que se les había encomendado. La delegación catalana formaba parte de la delegación española, cuarenta personas en total. El secretario de la minoría parlamentaria comunista, Antonio Muriel, que se abrogaba la voz cantante, había sido aleccionado en España por Stepánov y Togliatti a fin de que la delegación agradeciera en donde se presentase la “desinteresada” ayuda soviética y las atenciones de Stalin sin mencionar para nada las armas. La Unión Soviética era uno de los firmantes del tratado de No Intervención y no le convenía que se hablase en público sus suministros bélicos. La delegación de la CNT no se prestó al incienso, en cambio si que se sumó a las demandas de armamento. Muriel confesó su apuro al ministro de Educación y agente del Komintern Hernández: “toda la delegación no tenía más que una idea en la cabeza, una obsesión: pedir armas al gobierno soviético. En cualquier parte que estuviéramos planteaban la cuestión sin pararse a pensar si era o no prudente crear complicaciones a nuestros camaradas rusos.”94 En Leningrado los delegados vieron fábricas metalúrgicas, el palacio de los zares, un par de escuelas, el sindicato de artistas de cine y la cárcel-fortaleza de Pedro y Pablo, donde estuvieron presos Bakunin y Kropotkin. Unos comentarios ofensivos a su memoria motivó la primera protesta de Carreño. En la casa del Ejército Rojo

89 “La Columna contesta al decreto de militarización”, reproducido en Vía Libre, órgano de la CNT y de la FAI de Badalona, 7-XI-1936. La centuria de Badalona se encontraba en Pina, justo al lado de Osera. 90 Escribía Rúdiger cuando la persecución contra Los Amigos de Durruti había comenzado: “no era ningún amigo de Durruti. Mientras éste vivía, para separarlo del frente, lo envió a Rusia”; en el Informe al Comité Nacional para el Congreso extraordinario de la AIT, 11-VI-1937. Y García Oliver: “Durruti lo envió con la delegación de su columna al desfile de octubre en Moscú, lo que no lo caracteriza como anarquista precisamente” (“El eco de los pasos”). 91 Nosotros, portavoz de la FAI, Valencia, 7-XI-1936. 92 “Al Comité Central del Partido Comunista”, camarada José Darás, Verdad, Valencia, nº 104, 26-XI-1936. 93 “Second Spanish Delegation Welcomed on Arrival Here”, Moscow Daily News, 14-XI-1936. 94 “La Grande Trahison”, Jesús Hernández, Fasquelle Éditeurs, Paris, 1953.

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conversó con algunos viejos oficiales, relatándose mutuamente episodios de lucha revolucionaria. El día 13 llegaron a Moscú y tuvieron que soportar un discurso de Kalinin, presidente de la Unión, que duró tres horas. A los cenetistas no les gustaron las afirmaciones sobre la disciplina, así que “la delegación de la CNT, considerando que no fue a Rusia a cumplimentar a las personas representativas del Estado, tuvo a bien no presentarse a Kalinin.”95 Los días sucesivos fueron dedicados a visitas diversas. Resultaron emotivas las preguntas de un grupo de niños rusos de la Escuela Modelo. Carreño les contó la historia del niño Pedro: “Los padres de Pedro no querían dejar a un niño de 13 años que fuera al frente, pero Pedro tomó la bicicleta y, sin decir nada a nadie, llegó al Cuartel General de las fuerzas de Aragón. Los delegados del Comité de Guerra --decía Carreño-- queríamos hacerle volver a su casa, pero él dijo que no quería regresar, pues sus padres no le admitirían; además, quería luchar con los fascistas. Los milicianos tomaron cariño al muchacho y dejaron que se quedara en el Cuartel General. Pedro servía de mensajero, llevaba cartas a la retaguardia, nunca le dejaron ir a las avanzadillas. Pero un día Pedro desapareció del Cuartel General. Todo el mundo le buscaba sin poder dar con él. Pasados unos cuantos días, visité un hospital y me extrañé muchísimo al encontrar a Pedro encamado. Entonces me explicó su odisea. Un día, dando vueltas por el Cuartel General, oyó que los milicianos preparaban un ataque, y él, que tenía muchas ganas de participar en la guerra, sin decir nada a nadie, se marchó al frente, tomando parte en el ataque. Pedro, entró al pueblo junto con los demás milicianos, pero luego tuvieron que abandonarlo, huyendo le hirieron y se encontraba curándose las heridas. Al despedirme de él, Pedro me dijo: --Cuando me cure ya no vais a considerarme como a un niño, porque ya soy grande. He tomado parte en una batalla, estoy herido y soy miliciano de veras.”96 La historia gustó a los alumnos y todavía más a la prensa soviética, que la reprodujo el día siguiente. El día 20 fueron a la Komintern, la internacional comunista. El delegado Ercoli dirigió su discurso, calculadamente crítico, a la CNT. Le contestó Carreño: “dijo que ha venido a la URSS no como un simple visitante, sino para entablar relaciones con los Sindicatos. Dice que también ha traído un saludo al pueblo, a los trabajadores rusos, que han prestado su ayuda al pueblo español en estos momentos tan difíciles... La CNT tiene su disciplina, nunca hemos estado sin ella. Nuestra disciplina ha estado a la altura de las necesidades y de acuerdo con las mismas. En estos momentos que necesitamos disciplina de guerra nuestras columnas son las primeras que la tienen. Además el pueblo español tiene sus métodos de lucha, sabe sacrificarse y de la manera que le es propia ha sabido y podido oponerse al fascismo. Internacionalmente se conoce muy poco al pueblo español, y todavía menos a la CNT. A nosotros nos desconocen hasta en Francia. Siempre se han burlado de nuestro movimiento y ahora les sorprenden nuestros hechos revolucionarios.”97 Seguidamente habló Manuilski, delegado para asuntos españoles, mostrando mayor tacto pero viniendo a decir lo mismo. Mencionó la actividad de Carreño en América. Éste le replicó: “dijo que está bien la alianza revolucionaria, o si se quiere, el frente único, pero no se puede realizar el frente proletario supeditando una corriente a la otra. Han de ceder las dos. Tampoco se pueden dar las consignas desde arriba; es el pueblo quien las tiene que dar. El pueblo español es ya mayor de edad y nosotros, los de la CNT, somos la mayoría. Vosotros...tenéis que dejar al pueblo que decida sobre sus propios destinos, tenéis que bajar un poco y reconocer[le] el derecho a definirse.”98 El 20 por la tarde llegó la noticia de la muerte de Durruti en el frente de Madrid. “Esta noticia nos quitó a todos el ánimo para seguir haciendo visitas, pues todos nosotros lo sentíamos como si 95 “Informe de la Delegación de la CNT que fue a la URSS en el mes de noviembre de 1936 al Comité Regional de Cataluña”, por F. Carreño, J. Berruezo y M. Gudell, 11-XII-1936. 96 “Lo que oí en la URSS”, Martin Gudell. 97 Informe de la Delegación, etc. 98 Ibídem.

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hubiéramos perdido lo más valioso que teníamos en España (...) Al día siguiente toda la prensa rusa y ukraniana confirmaba la muerte de nuestro compañero y reproducía la carta que Durruti escribió para el pueblo ruso, la cual fue llevada a Moscú por el delegado de la Columna Durruti, compañero Carreño. También se reproducía una fotografía del mismo con el mono de guerrillero.”99 El genio de Durruti quedó plasmado en la carta, la única muestra de diplomacia revolucionaria que dio la CNT.100 El día 22 fueron a Kiev: “En Kiev, las autoridades civiles y militares y los representantes de las universidades y escuelas nos ofrecieron una recepción en la gran sala del mejor hotel de la ciudad. Allí estaba presente la Ucrania oficial. El jefe de la guarnición de Kiev, un viejo bolchevique, pronunció un discurso de salutación. Después de dar la bienvenida a los huéspedes, comunicó la noticia de la muerte de Durruti e invitó a los presentes a ponerse en pie y guardar un minuto de silencio en honor al gran guerrillero español.” La delegación regresó a Moscú y visitó a algunos obreros anarquistas. En una cabaña, un metalúrgico con numerosa familia les enseñó un recorte del “Pravda” con la foto de Durruti y otro recorte con la de Makhno: “Makhno era uno de los más grandes revolucionarios y ahora nos quieren hacer creer que era un bandido. Tened cuidado, que ahora que [Durruti] está muerto no profanen también su memoria.”101 El 27 cambiaron impresiones con el secretario de los Sindicatos soviéticos, Abolin, y le criticaron el escaso papel que tenían los sindicatos en el país, así como la inmoralidad del estajanovismo. Carreño le entregó una lista de 154 camaradas anarquistas presos en las cárceles rusas o desterrados para que interviniera cerca del Gobierno con el objeto de conseguir su libertad y un pasaje para España.102 El aterrado burócrata prometió tratar el asunto pero de sus trámites nada se supo. Por fin pudieron hablar con anarquistas rusos, que les contaron lo mal que vivían, sin poder desempeñar labor alguna, estando la mayoría de ellos desterrados en Siberia. El día 29 ya estaba la delegación de nuevo en Leningrado, y de nuevo el redactor de “Pravda” vino a entrevistar a Carreño. A estas alturas del viaje, Carreño ya estaba de vuelta de la diplomacia rusa y tenía una pésima impresión del régimen soviético. Irritado por las constantes tergiversaciones de sus palabras en la prensa, echó de la habitación al periodista. No en vano Martín Gudell, en una primera impresión del viaje, dijo que lo peor habían sido los intermediarios, acompañantes inseparables, los “perevochik”, palabra rusa que no significa exactamente intérprete puesto que “la misión del perevochi no es solamente interpretar, es la de interpretar a su manera.”103 En el Pleno Regional de Grupos Anarquistas de febrero el representante del grupo Los Irreductibles relacionaba el sabotaje estalinista a la revolución española con la experiencia vivida por la delegación que fue a Rusia: “Nosotros sabemos que la delegación que fue a Rusia, compuesta por el compañero Carreño y otros, manifiesta que en Rusia se invirtieron nuestros conceptos anárquicos expuestos por Carreño.”104 Los cenetistas no firmaron durante la visita ningún documento y rehusaron dirigirse a los hombres de Estado; sólo se dirigieron a los trabajadores. Terminaban su informe con una advertencia premonitoria: “los bolcheviques envían a España a todos los comunistas de Europa. Aquí viene gente no solamente de Francia, Inglaterra y otros países, sino también de la URSS. Hemos tenido ocasión de hablar con algunos que salieron de ésta. Todos ellos se arman en España y hay que estar alerta, no sea que estas armas se vuelvan contra nosotros.”105

99 “Recuerdos del viaje a la URSS”, Martín Gudell, en ¡¡Campo!!, número extraordinario, y en Solidaridad Obrera, 20-XI-1937. 100 De la muerte de Durruti, su compañero Ricardo Sanz dio una versión tardía que el libro de A. Paz no recoge. Durruti habría muerto por el disparo a bocajarro de un miliciano que huía del frente, cuando éste trató de detenerle. Boletín de l’Amicale de la 26 Division, nº 3, 20-XI-1991. 101 Artículo anónimo aparecido en “¡¡Campo!!”, número especial del 20-XI-1937. Probablemente de Carreño. 102 “Lista de los compañeros anarquistas y anarcosindicalistas encarcelados y desterrados en la URSS que la delegación de la CNT, durante su estancia en la misma, ha entregado a los hombres responsables de los sindicatos pidiendo su inmediata liberación”, documento conservado en los archivos de la CNT en el IIGS. 103 “Lo más agradable y desagradable de la URSS”, Martin Gudell, Solidaridad Obrera, 15-XII-1936. Lo más agradable fueron los niños. Con los obreros no tuvieron contacto y con algunos representantes, el trato fue puramente oficial. 104 Actas de los Plenos de grupos anarquistas de Cataluña, celebrados los días 6 de diciembre de 1936 y 14 de febrero de 1937. 105 Informe de la Delegación, etc.

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LA PROPAGANDA REVOLUCIONARIA EN EL CAMPO La CNT no dio publicidad a las críticas de la delegación, ni publicó la lista de anarquistas rusos represaliados, pero discretamente solicitó del cónsul Antonov la libertad de los anarquistas rusos encarcelados. Con igual discreción éste prometió transmitir la petición a las autoridades rusas pero nada autoriza a creer que lo hiciera. Mientras tanto la delegación en pleno fue recibida con honores en el consulado ruso de Barcelona. Asistieron el presidente Companys y sus allegados; los estalinistas Comorera y Sesé, y algunos militares. El grupo de la CNT fue el más numeroso: Valerio Mas, Eroles, Aurelio Fernández, Félix Martí Ibáñez, Puig Elías, Fábregas, Toryho, Galipienzo y Muñoz.106 Al día siguiente tuvo lugar un mitin organizado por los Amigos de la URSS en el Gran Price de Barcelona, donde Carreño expuso los motivos del viaje. Del talante crítico de Carreño da muestras el hecho de que apareciese en la lista de colaboradores que el semanario anarquista radical “Ideas” publicó en su primer número de diciembre. No se reincorporó de inmediato a la columna Durruti puesto que en febrero trabajó para la “gran gira de propaganda en la regional catalana” con el objetivo de la creación de una Federación Regional Campesina. Se constató su presencia en los mitines “de afirmación sindical revolucionaria” de Sadurní de Noya (Anoia), el 10, Vilafranca, el 12, Valls, el 14, Falset, el 15, Mora, el 16, Gandesa, el 17, Amposta el 19 y Granollers, acto final el domingo día 21. Del Penedés a las comarcas tarraconenses, para dar la vuelta y concluir en el Vallés. Le acompañaron Ramón Porté, secretario general del Comité de Campesinos, J. Reverter, presidente del Consejo Municipal de Amposta, y José Viadiu, del Comité Regional de Cataluña. Carreño hablaba en nombre de la Columna Durruti y es de suponer que no habló a favor de la militarización. En Amposta el acto había despertado mucha expectación y el local estaba abarrotado. Carreño recordó haber estado allí antes de las elecciones de febrero de 1936. El discurso fue vigoroso y encendido, digno de un miliciano: “Dice que sin la ayuda internacional todo habría terminado rápidamente y excita a que suprimiendo todo trabajo superfluo o innecesario, vayan todos los hombres y todas las armas al frente que es donde deben estar. Pide que se empleen las mujeres en los trabajos en que puedan sustituir a los hombres y que se disponga hasta la última peseta para obtener, como sea, el material bélico necesario. Critica la obra de la retaguardia, de la que dice que no hace lo necesario para ganar la guerra. Estamos en momentos graves --dice-- la metralla que ha caído sobre Madrid, Valencia, Barcelona y otros puntos, puede llegar aquí; tal vez nos visite la aviación enemiga. Y habrá quien tenga miedo; miedo ¿de qué? ¿de perder la vida? Si la vida que habéis llevado es de miseria, no debéis tener miedo a perderla. Habla de la labor de los Sindicatos, elementos de defensa del trabajador antes, y hoy fuerzas directrices de la Revolución. Aboga por la unión de las dos Sindicales; pero sin prejuicios ni hipocresías, sino leal y sinceramente. Hace un llamamiento a todos para ganar la guerra y recuerda Sagunto y Numancia, táctica que debemos seguir, sucumbiendo antes de ser vencidos...” Al final el acto terminó con el mayor entusiasmo, todo el público cantando “Los Hijos del Pueblo” y “A las barricadas”.107 El día 24 estuvo con Liberto Callejas en la comitiva que acompañaba los restos de Tomás Herreros, el casi mítico administrador de la Soli, que acababa de fallecer. De nuevo como compañero comprendido en “el cuadro de oradores” fue llamado a la Casa CNT-FAI, esta vez por el Comité Regional de las Juventudes Libertarias, para participar en un ciclo de conferencias sobre “orientaciones revolucionarias”, seguramente para glosar el tema del momento, la “unidad proletaria”. Le tocó hablar en la barriada de El Clot el día 18 de marzo, y en un local del Paseo Pi y Margall (Paseo de Gracia) el día 20. El 4 de abril dirigió en la ciudad de Tarragona, en nombre del Comité Regional de la CNT, una “sesión de orientación y propaganda anarquista.” El órgano vespertino de la Regional, “Catalunya” en su número 46 anuncia otra

106 “De regreso de la Rusia Soviética”, La Noche, 11-XII-1936. 107 “Mitin en Amposta”, Agitación, órgano de la Confederación Comarcal de Benicarló, nº 47, 6-III-1937.

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conferencia suya en Vilafranca del Penedés que lleva por título “De un régimen capitalista a la socialización de la vida”, para el 15 de ese mes. El mismo día fue nuevamente convocado por el C.R. juvenil junto con muchos otros militantes faístas de relieve (Balius, por ejemplo).

ENTRE LA DISCIPLINA ORGÁNICA Y LAS CAPITULACIONES Con los Amigos de Durruti

La Columna Durruti se hallaba dividida en el asunto de la militarización. Los debates en torno al tema fueron intensos y hubo enfrentamientos que por poco no derivaron en tiroteos. Con la desmoralización causada por la muerte de Durruti muchos milicianos no soportaron las imposiciones y abandonaron el frente. Otros quisieron quedarse pero sin someterse a una jerarquía militar. Por otra parte, Ruano y Campón, que se hicieron cargo en Aragón de la Columna en ausencia de Durruti, eran incapaces de dirigirla. Mandaron fusilar a varios milicianos por retroceder ante el enemigo, con lo cual perdieron toda autoridad moral y se ganaron la inquina de la mayoría, que consideraba el castigo desproporcionado.108 Varios delegados de centuria llevaron el caso a los Comités de la Casa CNT-FAI de la Vía Layetana. Si añadimos que aquellos habían apartado dinero y joyas de requisas sin control, que habían acumulado deudas y que Ruano había seducido a la mujer de otro jefe de Columna, Aldabaldetrecu, el caso era grave.109 Los problemas se precipitaban; al hacerse cargo Manzana de la Columna por expreso designio de la Organización, obró con autoritarismo; los milicianos de Gelsa y del Grupo Internacional fueron obligados a dejar el frente; el Comité de Guerra y el de Centurias fueron disueltos para ser sustituidos por un Estado Mayor con jerarquías estrictas y un código militar disciplinario.110 Las agrupaciones y las centurias se volvieron brigadas, batallones y compañías, con sus correspondientes oficiales y mandos. Era demasiado. Existía un acuerdo no escrito de aceptar de puertas afuera la militarización, y conservar la vieja estructura de puertas a dentro. Sin embargo, Manzana asumió responsabilidades sin estar a la altura, por lo que chocó con los antiguos del Comité de Guerra, con Carreño y especialmente con Mira, que le echó en cara el haberse dejado embaucar por el alto mando de la Generalitat llevando al matadero a un elevado número de reclutas libertarios en la insensata operación del Carrascal de Chimillas. Mira le puso la pistola en el pecho y Manzana dimitió del cargo. A Carreño, que venía de sufrir en carne la perfidia de los estalinistas, le sublevaban sus maniobras contrarrevolucionarias en el frente y en la retaguardia que la militarización no hacía sino agravar, y pensaba que la CNT debía cambiar de actitud para que la Revolución avanzase. Desde la entrada de la CNT en el Gobierno, sus representantes hablaban un nuevo lenguaje. Para Peiró, que ya se había pronunciado por una república federal cuando terminase la guerra, “Transigir es triunfar, no solamente en la guerra, sino en la revolución”;111 para García Oliver, “El gobierno actual del que formamos parte no es ni reaccionario, ni burgués, ni parlamentario, y en él tenemos un sitio natural e indicado. Se trata de un gobierno revolucionario...Creo personalmente que deberíamos quedarnos en el Gobierno al concluir la guerra”112; para Juan López la anarquía, o lo que fuera, llegaría mediante referéndum, “El día que hayamos batido al enemigo se hará un plebiscito nacional para saber cómo España

108 Por esta razón los del Sindicato de la Metalurgia decidieron liquidarles. Acta de la Reunión del Comité Regional de Cataluña, el 27-I-1937, en el IIGS. 109 Ruano y Campón, fueron destituidos por Manzana, por orden de Ricardo Sanz, y tuvieron que devolver ingentes cantidades de dinero expropiado; en marzo de 1937 se les expulsó de la Columna. Ruano, su hermano y las compañeras de ambos fueron ajusticiados “por dignidad confederal” en junio del mismo año, en una celada que les tendió Justo Bueno en el garaje Durruti, de la barcelonesa calle Casanovas. Campón salvó la piel amparándose en la Comisión de Investigación que dirigía Escorza, especie de servicio secreto de la CNT. Ver el Sumarísimo ordinario num. 27059 instruido contra Justo Bueno, Luis Latorre y José Martínez Ripoll, en el Juzgado Militar num. 3 de Barcelona. 110 Sorprende un poco la ligereza de los Comités responsables al nombrar a Manzana, cuya implicación exacta en la muerte de Durruti todavía se desconoce. 111 Solidaridad Obrera, 20-XI-1936. 112 Solidaridad Obrera, 27-I-1937.

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quiere organizar su política y su economía...”;113 y para Federica “El momento es excepcional y esta convicción decide la actitud de los anarquistas a formar parte del Gobierno y constituir el bloque de unión para luchar contra el fascismo y ganar la guerra por encima de todo. Hemos creído imprescindible ingresar en el Gobierno para inspirar a las masas la seguridad de verse totalmente representadas y para acabar con los celos que pudieran existir entre los militantes de la UGT y la CNT. Con nuestra colaboración se habrá demostrado que somos elementos responsables y con la suficiente capacidad para adaptarnos a la realidad del momento actual de España, para contribuir a establecer un régimen de verdadera democracia obrera”. 114Toryho, en las editoriales de la Soli iba remachando el clavo: la del 24 de enero de 1937 proclamaba que “nuestra revolución ha de ser española”, es decir, que había de renunciar a extenderse a otros países; en otra , la del 3 de febrero, aclaraba que la guerra contra el fascismo era sólo una “guerra de la independencia”, eliminando su carácter de clase; y finalmente, en la editorial del 21 de febrero, colocaba la guinda en los titulares “NOSOTROS RENUNCIAMOS A TODO MENOS A LA VICTORIA”, palabras que un estalinista había atribuido a Durruti, y que ninguno de sus compañeros corroboró jamás. Carreño contemplaba los efectos desmoralizadores que en la retaguardia tenían esas renuncias y los nulos resultados en materia de armas para el frente. Por eso sostuvo la fundación de la Agrupación “Los Amigos de Durruti” por parte de ex milicianos de la Columna opuestos a la militarización, participando en la ponencia de constitución y quedando nombrado vocal de la Junta Directiva de la Agrupación.115 Por otra parte, continuaba sus tareas de propaganda en la CNT. El 3 de abril participó en un mitin de orientación sindical en el teatro Tarragona, en la ciudad del mismo nombre, junto a Alomá, Saez y Araus. Presidió el acto Salvador Castelló.116 Intervino en el histórico mitin del Poliorama dado por los Amigos de Durruti, al lado de Pablo Ruiz, Francisco Pellicer y Jaime Balius, pronunciando el discurso final sobre “unidad sindical y colaboración política”. Un camarada con cargo le había recomendado moderación, razón por lo cual se ciñó poco al tema y entró a saco. De inmediato se separó de la ideología antifascista de los Comités dirigentes de la CNT y afirmó que la crisis obedecía a la quiebra del capitalismo, siendo el fascismo el instrumento violento de contención al ímpetu revolucionario de los trabajadores. Si para ganar la guerra se perdiera la Revolución dentro de poco volvería el fascismo. ¿Dónde estarían los gobernantes? ¿dónde estuvieron el 19 de Julio? En España hay dos burguesías, una fascista y otra republicana, y hay que luchar contra ambas. El pueblo destruyó la propiedad privada porque era la causa de su miseria y socializó las fábricas y talleres. Destruyó el sistema burgués y empezó a construir “porque una revolución que no construye sus organismos de defensa, de justicia y de producción, está condenada de antemano al fracaso.”117 Estos organismos eran las Milicias (“el ejército del pueblo”), los grupos de investigación, las patrullas de control, el Tribunal Popular, los comités de barriada y de pueblo... El primer fallo fue consentir la disolución del Comité de Milicias y de los comités locales. Los Sindicatos -la UGT y la CNT- han de formar un Consejo Nacional que se haga cargo del gobierno, propuesta oficial de la Confederación. Terminó pidiendo el avance de las conquistas revolucionarias y la libertad de Maroto, jefe de la columna de su nombre preso por orden del gobernador de Almería. Fue su mejor discurso y el más aplaudido. Carreño regresó al frente para volver a Barcelona con cincuenta milicianos. Se esperaba de un momento a otro un golpe de la contrarrevolución. Habló en el acto de propaganda de Los Amigos de Durruti en el Teatro Goya, el 2 de mayo, con la sala a rebosar, sobre “La personalidad revolucionaria y anarquista de Durruti”. Según la prensa, “puso de manifiesto la vida de perseguido que tuvo Durruti por amor al pueblo. Relató la historia revolucionaria de Durruti que culminó el

113 Conferencia reseñada en La Vanguardia, 18-XII-1936. 114 Entrevista en La Vanguardia, 9-XII-1936. 115 “Se ha constituido la asociación Los Amigos de Durruti”, La Noche, 16-III-1937. 116 La Vanguardia, 3-IV-1937. 117 “En el Poliorama. Los Amigos de Durruti”, La Vanguardia, 20-IV-1937. Reconstruimos el discurso con ayuda de las reseñas de La Noche y La Batalla, del mismo día, y con el informe de Rosalio Negrete a la US Revolutionary Workers League, reproducido en Revolutionary History, vol.1, nº2, 1988.

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19 de Julio, añadiendo que éste había sido siempre fiel a su espíritu ácrata.”118 Al día siguiente empezaban las gloriosas Jornadas de Mayo. Carreño estuvo en la barricada de la Brecha de San Pablo, desde donde se dominaba el Paralelo.119 En el sector, la principal batalla sucedió así: “En la tarde [del día 4] en la gran barricada del Paralelo, los anarquistas instalan, entre sillones de mimbre tomados de una terraza vecina, un cañón del 75 o 77. Lo fijan con un colchón y apuntan al Cinema Americano, situado dos o trescientos metros más arriba, donde aguantan unos cuantos guardias civiles. Un instante de espera antes del primer cañonazo, y en ese corto instante de inmovilidad y silencio, la barricada, en mitad de la amplia avenida de casas bajas, parece una evocación histórica; el tiempo parece detenido; en la trasparencia del aire, da la impresión de que un hechizo haya transportado hasta aquí una vieja estampa de la Commune de París; pero el cañón truena y el hechizo se disipa; el obús vuela y vuela no se sabe adonde, mientras que debajo del cañón, que se ha movido de sitio, arde el colchón. Una discusión violenta empieza, que para pronto. Algunos hombres trajinan con el cañón, lo empujan, lo arrastran, se lo llevan corriendo por las calles transversales, lo encaran al cine y disparan, a unos veinte o treinta metros, alcanzándolo en plena fachada. Pero cuando entran en él la mayoría de los guardias han escapado por el tejado; a la mañana siguiente serán atrapados, uno a uno, en las casas vecinas a la plaza de España. Se les obligará a salir a la calle y serán llevados bajo vigilancia al Comité de Distrito de la CNT.”120 Como delegado de Los Amigos de Durruti fue solicitado entonces por los trotsquistas; Quesada y Munis se sentaron con él en una mesa del Café Brasil, pero no llegaron a acuerdos.121 Suponemos que difundió el “informe de la delegación de la CNT que fue a la URSS en noviembre de 1936” pues a finales de julio parte de él fue reproducido en “Anarquía”, publicación clandestina de los grupos anarquistas de Barcelona. El historiador libertario Diego Camacho, entonces miembro del grupo “Los Quijotes del Ideal”, dijo haber estado presente en una conferencia de Carreño dada después de los hechos de Mayo en el Ateneo Cultural Faros, en donde relataba su viaje a Rusia y la inicial oposición de Durruti.122 Hablar del Durruti revolucionario en aquellos momentos de represión era casi subversivo. Cuando las fuerzas del orden asaltaban un local libertario lo primero que hacían era romper el retrato de Durruti. Santillán, Montseny y Toryho habían desarrollado la doctrina hagiográfica del “renunciamos a todo menos a la victoria” con la que la CNT liquidaría para siempre la memoria de aquel gran revolucionario, pero su figura todavía simbolizaba el radicalismo de la revolución, como lo demuestra el nombre mismo de “Amigos de Durruti” que adoptó la agrupación más intransigente de la CNT-FAI. Su elevación a mártir de la Organización, reflejo de todas las virtudes burocráticas, no tuvo lugar hasta el 20 de noviembre de 1937. Transcurridos más de cuarenta años, la misma Federica dijo de Balius, Ruiz y Carreño algo que ningún otro destacado burócrata ha llegado a admitir: “Los Amigos de Durruti era una agrupación de compañeros muy purista, que creía que no había que aceptar nada de lo que se había aceptado y que mantenía una posición de extremismo, es decir, de NO A TODO. En Valencia estaba la Columna de Hierro, que tenía la misma posición(...) No estuvimos siempre de acuerdo con la posición extrema un poco atolondrada de “Los Amigos de Durruti” y de la Columna de Hierro, pero a pesar de todo eran gente honrada, gente que pensaba que defendían lo correcto y que eran los demás quienes sin darse cuenta traicionaban la 118 “Los Amigos de Durruti. Acto de propaganda en el Goya”, La Vanguardia, 4-V-1937. La misma nota aparece en catalán en La Publicitat, 4-V-1937. 119 Declaraciones de Angel Marín en “Lo que Dante no pudo imaginar”, de Amadeo Sinca Vendrell, edición del autor, 1980. No pudo estar al mismo tiempo en Lérida, en una imaginaria reunión en nombre del Comité Regional de Aragón de la CNT con García Vivancos, Rovira (del POUM) y el teniente coronel Reyes, tal como cita un “Informe que emite la asesoría jurídica de Aragón, en virtud de orden telegráfica del general jefe del Ejército del Este”, fechado el 15 de mayo, que cita sin convicción Ramón Salas Larrazábal en su “Historia del Ejército Popular de la República”, tomo I, Editora Nacional, Madrid, 1973. 120 “Mai 37 a Barcelone: Images de révolution”, Yves Lévy (“Les Hommes du jour”), L’Espagne Nouvelle, nos 50/51, 10-VI-1938. 121 Carta de Quesada a Agustín Guillamón, del 16-X-1997. 122 “Durruti en la Revolución española”, A. Paz, fundación Anselmo Lorenzo, Madrid, 1996.

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revolución.” 123 El 24 de julio pronunció un discurso en el funeral del capitán de artillería José Carceller, que le había acompañado justo hacía un año en la marcha a Zaragoza. Se refirió al difunto como buen amigo, excelente artillero, hombre íntegro y, por encima de todo, revolucionario.124 Lo más seguro es que no volviera al frente125 pero no tuvo que ver con la publicación de “El Amigo del Pueblo”. El propio Balius afirmó por carta a Bolloten que su papel en la Agrupación fue secundario. De Carreño en la retaguardia sabemos que justo después de los hechos de Mayo estuvo en el intento de resucitar los Consejos de Obreros y Soldados camuflándolos en una Agrupación Regional de Fuerzas Armadas de Cataluña, una especie de sindicato de soldados, policías, carabineros, guardias civiles y guardias de asalto. El objetivo perseguido era, primero, controlar las fuerzas del orden de forma que no pudieran ser utilizados contra las organizaciones libertarias mientras duraba la guerra contra el fascismo, porque después sería “cuando vendrá la Revolución.” Los Consejos “podrían ir preparando de una forma muy paulatina la garantía de nuestra Revolución Libertaria; en su labor de saneamiento podrían ir escogiendo a todos aquellos compañeros de los diferentes Cuerpos Armados que están dispuestos, como indiscutiblemente los hay, a salir a la calle...”126 Carreño formaría parte del Departamento de Orden Público junto con Barrachina, Hernández, Vilaseró y Olmos. Se trataba pues de la primera tentativa que sepamos de organizar fuerzas en la retaguardia para preparar un asonada anarquista. No tuvo éxito y no se supo nada más de ella. La Federación Local de Grupos Anarquistas de Barcelona mantuvo un Comité de Coordinación e Información formado por ex miembros de aquellos comités.127 En el Ejército Popular la CNT optó por la institución del Comisariado y en la retaguardia disolvió los Comités de Defensa Confederal. Era la plasmación perfecta del circunstancialismo post mayo expresado impecablemente por Abad de Santillán: “Ocurre a menudo que no es con la línea recta la que lleva más prontamente y con más seguridad al objetivo; a veces se llega primero haciendo zig-zags. Incluso acontece que se adelanta más y se llega primero desandando lo andado.”128 El trabajo de penetración en los Cuerpos Armados y en el SIM se realizaría desde la Sección de Defensa del Comité Regional, pero no con el objeto de hacer la Revolución sino de evitar un golpe comunista. Todavía la Soli se hace eco de un mitin suyo en Sabadell el 16 de julio, pero el nombre de Carreño desaparece de las publicaciones libertarias, clamando su ausencia con relación a la segunda expedición de una delegación de la CNT en los fastos del Octubre ruso y también a las glosas del primer aniversario de la muerte de Durruti. Sin embargo, no permaneció inactivo, ni tuvo que esconderse como Balius, Ruiz, Ródenas y tantos otros. Todo parece indicar que se retiró a Montcada y se refugió en el trabajo orgánico; en enero de 1938 actúa en el secretariado de SIA y el 26 de mayo figura como secretario de actas en la primera sesión del Pleno Regional de Locales y Comarcales de la CNT de Cataluña. También trabajaba en la Comisión Jurídica de la CNT, junto a Picas y Segarra. En Montcada, cuyo alcalde era desde el 26 de enero José Martí Maimó, de la CNT, pasó a formar parte del consistorio el 4 de marzo de 1938, al lado del citado Martí y otros cuatro compañeros: Antonio Monreal Villalva, José Mulet Mir, José Miras Asensio y Pedro Contreras Ortega. Sustituía a Francisco Bellido, que se había incorporado al Ejército Popular. Como Presidente de la Junta de Defensa Pasiva se encargó entre otros asuntos del alojamiento de los refugiados que fluían en oleada hacia Barcelona durante 123 “Témoignage d’une militante de la Révolution Espagnole”. Entrevista en francés grabada el 12-VII-1982. CNT-AIT, Toulouse. 124 La Vanguardia, 25-VII-1937. 125 Dato confirmado al autor por Juan Sans Sicart, comisario de guerra de la 121 Brigada mixta, quien jamás le vio por Allepuz, cuartel general de la 26 División en 1938. 126 “Dictamen de la Ponencia para el estudio de los Consejos de Obreros y Soldados”, en el “Consejos de Obreros y Soldados y demás cuerpos similares de Cataluña. Acta del Pleno de Delegados de la Organización Confederal, celebrada el día 18 de mayo de 1937.” Archivo de la CNT, IIGS. Es posible que entre los delegados hubieran otros “Amigos de Durruti” aparte de Carreño. 127 Capítulo VII de “La Guerre d’Espagne. République et Révolution en Catalogne (1936-1939)”, François Godicheau, Ed. Odile Jacob, Paris, 2004. 128 “¿Anarquistas en el gobierno o anarquistas gubernativos?”, Diego Abad de Santillán, Tiempos Nuevos, junio de 1937.

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la batalla del Ebro. En el pleno del ayuntamiento del 21 de septiembre, presentó su dimisión por haber sido designado por el Consejo Nacional de la Infancia Evacuada, organismo dependiente del Ministerio de Instrucción Pública que ocupaba el cenetista Segundo Blanco, para el cargo de Administrador General de las Colonias Infantiles de Sitges. Sus compañeros de Montcada aceptaron la renuncia pero le mantuvieron en el cargo de concejal.129 Como demuestra la importancia nula del tipo de funciones que desempeñaba, equivalente casi a un exilio interior, no era de los que se habían plegado a última hora; Horacio Martínez Prieto tuvo un fuerte agarrón con él y llegó a decir que era “más extremista que un trotsquista en la toma del poder.” 130 Ante los avances de las tropas de Franco y la contrarrevolución dirigida por los estalinistas, Carreño optó por apoyar a la burocracia catalana de la CNT y la FAI contra el negrinismo del Comité Nacional, pero gracias a la ayuda de las poderosas regionales de Levante y Centro, éste impuso la política de colaboración incondicional. En el pleno conjunto del Movimiento Libertario en octubre de 1938 se echaron por la borda los últimos lastres revolucionarios que sobrevivían a la marea colaboracionista. En aquellos momentos la CNT era una organización a la deriva, vuelta del revés, buscando un matrimonio imposible con el Estado burgués y la contrarrevolución. Los militantes como Carreño para evitar marginarse de la organización, que equivalía quedar a merced del SIM, tenían que enfriar, por lo menos en las formas, su radicalismo. Y esperar a que la guerra terminase para tratar de volver a la situación de los primeros días de julio del 36.

EXILIO EN SANTO DOMINGO, PANAMÁ Y FRANCIA Al acabar la guerra escapó a Francia y no sabemos dónde estuvo internado o escondido. En el país vecino nadie se hacía ilusiones. La guerra con Alemania se veía venir y la derrota de Francia se daba por hecha. El país se volvía inseguro. Lo cierto es que acudió al SERE, el servicio pro refugiados de Negrín, y a finales de 1939 (¿octubre o diciembre?) embarcó en Burdeos para la República Dominicana, con Peirats, Viadiu, Ródenas, Quiles, Jover, Cortés, y muchos otros compañeros. Llegaron en dos semanas; el SERE, que debía correr con los gastos de la instalación, se disolvió. Menos de la tercera parte encontraron trabajo, por supuesto, ínfimamente retribuido. Otros vivían de las ayudas del nuevo organismo auxiliador JARE, y los demás, de limosnas. La dictadura trujillista dominicana necesitaba campesinos para sus colonias agrícolas, y lo que menos había entre los refugiados eran campesinos. La vida de aquellos improvisados agricultores en las colonias era tan dura que las escasas ayudas no llegaban ni para cubrir los gastos médicos. Al cabo de un año de colonos nadie podía exhibir una cosecha. Entonces, los delegados del JARE recomendaron la evacuación, pero México ponía dificultades a la llegada de nuevos refugiados. En 1941 Carreño subió a un barco con Progreso Ródenas y Peirats, que recaló en el Panamá de Arnulfo Arias. El presidente convino en acoger a los que quisieran quedarse. Carreño, Progreso y algunos más lo hicieron; los demás se dirigieron a Venezuela donde dieron media vuelta, cruzaron el Istmo y llegaron a Ecuador.131 Carreño halló algún acomodo en la ciudad de Panamá, lo suficiente como para enviar regularmente pequeñas cantidades de ayuda a la Soli que se publicaba en Méjico. También las enviaba a las listas de ayuda a los refugiados españoles.132 A finales de 1943 regresó clandestino a Francia y trabajó para la reconstrucción del Movimiento Libertario Español en el seno del Comité de Beziers. Fue nombrado “delegado de fronteras”, es decir, encargado de organizar los pasos a España. Para sobrevivir se dedicó al trapicheo, como hacían otros compañeros. El guerrillero Domingo Ivars dice con el tono moral del honrado expropiador que“el vaig pescar a 129 Información de Ricard Ramos, septiembre de 2012. 130 Noticia proporcionada por César Martínez, hijo de Horacio, entrevistado por Myrtille Gonzalbo el 15 de noviembre de 2004. 131 José Peirats Valls, “Una experiencia histórica del movimiento libertario”, Suplementos 18, revista Anthropos, enero 1990. 132 Su nombre aparece en una lista de subscriptores publicada por el Consejo Nacional (Estados Unidos) de Solidaridad Internacional Antifascista, en Cultura Proletaria, Nueva York, nº 792, 3-VII-1943 colección en el CIRA de Lausanne).

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Perpinyà dalt del tramvia fent contraban.” Por azar se hizo con una comprometedora carta de Carreño a Pons Argilés y la utilizó en su contra para apartarlo del cargo.133 La militancia libertaria se hallaba diseminada por el territorio francés, parcialmente ocupado por los alemanes, después de haber sufrido las experiencias de los campos de refugiados, compañías de trabajo, campos de castigo y cárceles. Varias iniciativas de reorganización surgieron por todas partes, confluyendo en dos: la del Comité de Relaciones nacido en el departamento de Cantal y domiciliado después en Montpellier, con Juanel como secretario, y la del Comité de Beziers; uno en la línea claramente revisionista, partidario de un programa político interclasista y de la participación en las instituciones republicanas, y el otro, favorable al apoliticismo y la acción directa. En el Pleno de Marsella de diciembre de 1943 ambas tendencias acordaron la unidad “como cosa primordial e inmediata”. En Muret, localidad cercana a Toulouse se encontraba el Groupe de Travailleurs Etrangers nº 513, compuesto en su mayoría por libertarios. Contaban con la aquiescencia del responsable francés del GTE, de la Gendarmería y de la Resistencia, con la que colaboraban.134 Así que, el 12 de marzo de 1944, todavía en la clandestinidad, se celebró en Muret el segundo Pleno del MLE. Valiéndose de artimañas para conseguir pases de salida del pueblo donde estaban confinados, como nacimientos inesperados, enfermedades repentinas de familiares, bautizos, sepelios de parientes, etc., unos veinte delegados que representaban la zona ocupada, las seis zonas interdepartamentales en que se había estructurado el exilio y las Juventudes Libertarias -cincuenta personas en total- lograron asistir al pleno. Nadie en el pueblo notó nada, la gente estaba acostumbrada a ver deambular españoles por la estación. Al acabar, el movimiento libertario quedaba plenamente vertebrado.135 El “camarada X” de Beziers (Carreño) se distinguió por su vehemencia al defender los tradicionales principios y tácticas confederales; el periodo colaboracionista había terminado con la victoria de Franco. En una carta de Juanel Molina a Juan Ferrer, éste dice desdeñosamente al respecto: “Como en todos los plenos anteriores, en el de Muret presenté la cuestión de confianza y la dimisión, donde Carreño y Malsand, para hacer contrapeso a las seis regionales de la zona libre, se sacaron de la manga otras tres regionales en el nombramiento de cargos. Aunque las seis de la zona libre me ratificaron en el cargo por unanimidad y una sola de ellas representaba más número de todas las de la zona ocupada reunidas, dejé paso libre a Carreño. El “pretensioso” de Juanel mantuvo su dimisión. Y anota que Malsand y Carreño llevaban el acuerdo por escrito de que no habiendo tenido tiempo para hacer los nombramientos, sus delegados se sumaban a la mayoría.” 136 Los juanelistas salieron derrotados, aunque no del todo, porque si bien se reafirmó en el pleno la tradición libertaria, se aprobaron en correspondencia las gestiones poco ortodoxas de la Comisión de Relaciones de Montpelier y se otorgó un voto de confianza a su secretario Juanel, cabeza de los “políticos”. Carreño, tenido por hombre de mucha experiencia, fue elegido secretario del primer Comité Nacional, del que formaban parte su amigo Ángel Marín, Evangelista Campos y Bernardo Merino, y fijó su residencia en Toulouse, hospedándose en casa del militante Miguel Silvestre Talón.137

133 “La Revolta dels Quixots”, Oriol Malló, Empúries, Barcelona, 1997. No puede ser verdad que Ivars denunciara a Carreño ante el Comité Nacional porque no había, ni que tal denuncia le perjudicara, pues poco después Carreño fue secretario del primer Comité Nacional del MLE en Francia. 134 “Comisario en el exilio”, Joan Sans Sicart, Editorial Milenio, Lleida, 2004. Sans era entonces hombre de confianza de Germinal Esgleas y Federica Montseny. 135 “Tiempo de historia”, José Fortea, Fundació d’Estudis Llibertaris Federica Montseny, Barcelona, 2002. 136 Carta sin fecha, que Ramón Álvarez incluye en su libro “Historia negra de una crisis libertaria”, Editores Mexicanos Reunidos S. A., 1982, 137 “Del radical-socialismo al socialismo radical y libertario”, José Borrás, Fundación Salvador Seguí, 1998.

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SECRETARIO DEL M.L.E. Juanel contaría en 1978 entre un torrente de infundios contra Balius, que Carreño “me pidió que cesaran las reservas que se tenían con él y me aseguró que él jamás había formado parte de “Los Amigos de Durruti”. Balius le respondería en su momento llamándole mentiroso y bellaco: “te sirves de un cadáver para hacerle decir lo que se te antoja”.138 Por otra parte, un pasado en el lado radical de la CNT y la FAI era mejor visto entre la mayoría de la militancia que lo contrario. Como quiera que sea, la afiliación durrutista de Carreño está, como hemos podido ver, bien documentada, y jamás renegó de ella en público. Casaba bien con su individualismo a toda prueba. Volviendo al tema que nos ocupa, Carreño, ya roído por la tuberculosis, intentó conciliar los principios y los tratos de la Comisión de Relaciones, lo que le valió la desautorización de los intransigentes, que eran quienes realmente le habían colocado en el puesto de secretario. De su informe al Pleno de junio de 1944 explicaba que la primera de sus gestiones consistía en entrevistarse con la Resistencia francesa. El Pleno de Muret había puesto condiciones: “No intervenir en atentados. Intervenir en actos de sabotaje. No pertenecer a los ejércitos. En caso de desembarco, no intervenir hasta que éste se haya afianzado. Conservar nuestra fisonomía propia e intervenir de forma colectiva cuando la lucha adquiera cuerpo e intervenga de forma general el pueblo.” Después de cambiar impresiones con los jefes regionales de la Resistencia quedaron para una reunión con el jefe supremo de la Liberación que nunca ocurrió. Mientras esperaban, se entablaron conversaciones con la CGT y se concretó “salvar el prestigio de la Organización. Salvar a los militantes, y cuando la lucha se haya generalizado con la intervención del pueblo, luchar juntas ambas organizaciones y de ser posible, inclinando al terreno social.” Las gestiones fueron aprobadas en plenarias, pero por sorpresa vino el desembarco de las tropas aliadas en Normandía, creándose un estado de nerviosismo y confusión. Entonces Carreño se reunió con la CGT y les solicitó un lugar de concentración para los confederales, armas y vituallas. Armas no hubieron y la CGT facilitó un lugar -al que llegado el momento no fue nadie- y entregó la suma de 40.000 francos para gastos de manutención.139 Carreño fue criticado por aceptar esa cantidad de una central influenciada por el comunismo, aunque este no era el caso de la CGT de Toulouse, y fue acusado de tomar decisiones al margen de lo acordado. Los del subcomité de la zona ocupada (por ejemplo, Paulino Malsand), aliados de la víspera, pasaron a considerarle “sospechoso”. A pesar de todo siguió con la política de pactos antifranquistas, participando en un comité de enlace CNT-UGT con vistas a una Alianza Sindical que no pudo plasmarse por estar la UGT completamente desorganizada, y entrevistándose con políticos socialistas y republicanos para establecer una Alianza Antifascista que saliera al paso de las pretensiones comunistas y su Unión Nacional. Un gran acto celebrado en Toulouse bajo la consigna “Ni Franco, ni Negrín” resumía sus objetivos tácticos. Dirigieron la palabra un delegado de la CGT, Acracio Bartolomé por los libertarios, y Carreño por el comité de enlace, contándose con la presencia de alguna personalidad socialista y republicana.140 Con la legalidad, o sea, con la Liberación, los efectivos del MLE se habían duplicado y se habían organizado nuevas federaciones. La labor del Comité Nacional estaba siendo contestada por un sector de la militancia y era de recibo un nuevo pleno. Entre el 8 y el 13 de octubre de 1944 se celebró en Toulouse un Pleno que pudo llamarse con propiedad “de Regionales”. Carreño justificó su actuación leyendo el “Informe del Comité Nacional”: “La fusión del Movimiento se ha llevado a cabo. Cumpliendo acuerdos hemos sostenido

138 “No es hora de subterfugios”, Jaime Balius; “Sobre un “Testimonio Histórico””, Juanel, Solidaridad Obrera, Barcelona, 20-XII-1978. Balius afirmaba categóricamente que “también pertenecieron a la Agrupación durrutista los compañeros Alejandro Gilabert, Francisco Carreño, Máximo Franco, delegado de la División Rojinegra, Ponzán, Santana Calero y muchos más” en “Por los fueros de la verdad”, Le Combat Syndicaliste, París, 2-IX-1971. 139 “El Movimiento Libertario Español en Francia a todos los militantes”, Francisco Carreño, junio 1944, en Contribución a la historia de la CNT de España en el exilio”, José Berruezo, Editores Mexicanos Unidos, México DF, 1967. 140 “Gran acto de Toulouse: Ni Franco ni Negrín”, CNT, nº1, órgano oficial del MLE en Francia, 5-IX-1944. Aparecía cada semana en Toulouse, dirigido por Felipe Alaiz y administrado por Juanel.

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relaciones con el Movimiento Nacional de Liberación francés. Se han constituido unidades militares al margen nuestro pero las hemos acogido y defendido. No obstante, en la militancia preponderaba un clima de no intervención en territorio francés, y enfocar los problemas de cara a España. En la CGT de Toulouse encontramos buena acogida. Se nos dio local y dinero. Lo aceptamos y se ha aconsejado a nuestros compañeros el ingreso en los sindicatos de este organismo obrero. Nuestra presencia le dará impulso más acorde con lo que necesita la clase trabajadora (...) Precipitándose en los acontecimientos, los compañeros acuden a nosotros solicitando armas y medios de combate. Elementos que no podemos proporcionar por la actitud que, como resultado de los acuerdos del anterior Pleno, nos inhibíamos de la lucha. Y con esto hemos de buscar el respeto de nuestro Movimiento para impedir que se nos atropelle. De Gaulle y sus comunistas, con ellos los organismos administrativos, no nos reconocen. Nuestra inhibición fue un error. Hoy lo pagamos.”141 Se fijaba como criterio de la CNT la restauración de la República en España, acompañada de unas reivindicaciones económicas para cuando se constituyera el Gobierno Provisional. En el Pleno, como de costumbre, la facción “de los principios” discutió con la facción que consideraba al exilio como una continuación del colaboracionismo del 36, pero a la hora de los hechos la segunda ganó por la mano. El pleno se pronunciaba por el matrimonio con la UGT y por la Alianza Democrática Española, cuya primera manifestación fue rechazar la adhesión del POUM, puesto que por otro lado se pedía al Partido Comunista que formulase una demanda de ingreso. Esta vez ganaron los partidarios de la intervención política y el abandono de las ideas anarquistas. Juanel fue nombrado secretario del Comité Nacional. Buena parte de la emigración estaba convencida de que la intervención aliada derrocaría a Franco y no deseaban poner obstáculos a la legalidad de las instituciones republicanas. La moción política era pues una repetición del “antifascismo” circunstancialista del 36. Acto seguido, el 15 de octubre tuvo lugar en Decazeville un mitin unitario “antifascista” que contó con la participación de Ricardo Gasset por los republicanos, Pascual Tomás por la UGT, Rodolfo Llopis por el PSOE y Carreño y otro compañero por la CNT.142 El 23 de octubre se creaba la Junta de Liberación Nacional y la CNT se adhería a ella de inmediato. El día 29 tuvo lugar en la Bourse du Travail de Toulouse un gran mitin, donde hablaron Malsand, Buenacasa, Carreño y Domingo Torres, representando a las tendencias manifestadas en el anterior pleno. Se reafirmaba una política unitaria sin los comunistas basada en el retorno a la democracia burguesa republicana, y se abandonaba la actividad guerrillera en provecho de presiones diplomáticas internacionales y como mucho, una intervención armada de los países aliados vencedores de Hitler. Carreño justificó la oposición a la Unión Nacional por las pretensiones dirigistas del PCE y sus tratos con la gente de Gil Robles. Además, la UNE había influido en las autoridades francesas a través del PCF para que suspendieran los mítines de la ADE, pero lo peor habían sido los cincuenta y seis asesinatos de refugiados relacionados con la Resistencia, muchos de ellos cenetistas, hecho que entonces no fue denunciado en público. En nombre de la CNT Carreño pedía la República: “Queremos la República reconocida y legalizada, continuada. Vamos a reconstruir lo que sólo pudo quebrar la fuerza bruta. Somos herederos de aquella. situación legal, pero no queremos a nuestro lado a los responsables de la lucha contra la República. No preconizamos ni recomendamos que se vaya a España con armas. Queremos otra cosa. Queremos que no se cometa la insensatez de provocar con aquella acción la más violenta de las represiones de Franco contra nuestros compañeros y afines encarcelados en España y conducidos, por represalia, ante el pelotón de ejecución. Esto es gravísimo y esto es lo que ocurre en España. ¡Todos contra Franco!”143

141 “Anales del exilio libertario. Los hombres, las ideas, los hechos”, tomo 1, B. Torre-Mazas, ediciones CNT (comité del exterior), Toulouse, julio 1985. 142 « Les dossiers noirs d’une certaine Résistance. Trajectoire du fascisme rouge ». 143 “Mitin de clausura”, CNT, nº8, 4-XI-1944.

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CON FEDERICA Los resultados del Pleno no convencieron a muchos anarquistas sinceros ni a los partidarios de otro tipo de oportunismo, que crearon una red de intereses a todos los niveles de la burocracia orgánica conocida por “la familia” de puertas adentro, y “la FAI” de puertas afuera. Surgieron un buen número de publicaciones que atacaban sin contemplaciones al “reformismo” y rebatían todos los acuerdos del Pleno. Entre la militancia se iba viendo la necesidad de un nuevo Pleno. Germinal Esgleas y Federica Montseny, únicos miembros del fantasmal Consejo del Movimiento Libertario, fueron inesperadamente rehabilitados en una reunión plenaria a la que habían acudido para rendir cuentas, cosa que no hicieron. Inmediatamente se pusieron al frente de la nueva ortodoxia contra Juanel y los “reformistas”, contando con extraños apoyos: Peirats, Borrás, Gómez Peláez, Fontaura, Chueca, Puig Elías, Malsand, Cerrada, Sans Sicart, Ángel Marín y un largo etcétera de militantes que posteriormente tendrían razones más que suficientes para arrepentirse del paso dado. Las cada vez menores esperanzas de una intervención aliada en España debilitaron las posiciones “políticas” dentro del MLE. Carreño habló en el mitin del Trianon Plaza de Toulouse en recuerdo de la muerte de Durruti, el 20 de noviembre. El 11 de marzo de 1945 dio una conferencia en la Casa del Pueblo de Montauban, organizada por el comité departamental del MLE de Tarn et Garonne. También estuvo en los actos conmemorativos del catorce aniversario de la República en Burdeos, organizados por la JEL, departiendo sobre “Lo que debe hacer la República”. Su posición era circunstancialista, pero a medida que arreciaba la campaña “antipolítica”, se acercaba al lado contrario. Federica Montseny supo captar su personalidad única: “En el Movimiento había sido siempre un francotirador, un hombre independiente, ajeno a toda actuación de clan o de grupo. Tenía y conservaba un criterio propio y una posición propia; lo que, en ese vaivén de las actuaciones y en esa fluctuación de las corrientes, le valió en muchas ocasiones verse convertido en árbitro de la situación. Su alma de vasco socarrón, hasta involuntariamente burlón y astuto, se divertía ante estos fenómenos, previstos y descontados por su ya larga experiencia de militante obrero (...) Era contradictorio y complejo, como somos todos, capaz, como todos, de lo más grande y de lo más pequeño. Humano, desde la cabeza a los pies, luchando dentro de esta envoltura de humanidad banal y dolorosa, por dominar su naturaleza y afirmar una personalidad en lucha consigo mismo.”144 El esperado Congreso de federaciones locales del MLE en Francia se desarrolló en París entre el 1 y el 12 de mayo de 1945. Unos cuatrocientos delegados trataron varias ponencias encaminadas a reafirmar los principios, tácticas y finalidades del Congreso de Zaragoza, a los que se añadían la colectivización, la escuela unificada y las autonomías regionales. Carreño participó en la ponencia “Propaganda, educación y prensa” en compañía de Ginés Alonso, Juanel, Ildefonso González y José Viladomiu, que postulaba la creación de una Comisión encargada del control ideológico y político de la prensa libertaria, tal como hizo el Comité Nacional de Marianet en 1937 para suprimir las disidencias revolucionarias; sólo que esta vez la disidencia a anular era derechista y politiquera. La Comisión debía escribir un guión supervisado por el secretario del CN que marcase la tónica de la propaganda, indicando temas y campañas. “Los editoriales de prensa, que marcarán la línea de la Organización, han de someterse al control de los Comités responsables. Se dedicará a glosar y explicar los acuerdos orgánicos y a educar a la militancia en el sentido doctrinal y táctico que la organización determine; así como a tratar los problemas del momento con el enjuiciamiento característico en nuestra interpretación finalista...” No obstante, en honor de la vieja costumbre de “comprensión para los discrepantes”, no siempre respetada, se destinaría a tribuna libre una página. El ámbito de la disidencia quedaba bien delimitado: “Los oradores, en cuantos actos hablen como representantes de nuestra organización, procurarán ceñirse al guión de orientación que confeccionará la Comisión de Propaganda, con el fin de no establecer contradicciones que solamente caben en tribuna libre y en actos de carácter individual e interno.” 145 Respecto a la

144 “In memoriam”, Federica Montseny, CNT, nº 100, 1-III-1947. 145 “Memoria del Congreso de Federaciones Locales celebrado en París del 1º al 12 de mayo de 1945. Dictámenes”,

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práctica diaria, poco se decía. Se confirmaba el interés por la alianza CNT-UGT, “piedra angular de la reconstrucción española”, y el habitual recurso a la unidad antifascista representado por la JEL. A decir verdad la CNT desaprobaba toda acción armada contra Franco y continuaba, contra toda evidencia, esperándolo todo de la presión diplomática. En el mitin de clausura del Teatro “Gaieté Lyrique” Carreño habló en ese sentido y también en el mitin del cine Plaza de Toulouse organizado el 3 de junio para glosar los acuerdos de París.146 Ese mismo mes figuraba como administrador del boletín “CNT” y encargado de la redacción, correspondencia y giros. Puig Elías juzgó su postrer función: “Su gestión administrativa en “CNT” será espejo y ejemplo de lealtad y probidad. Ni la enfermedad, de curso tan penoso, ni los sufrimientos más grandes, podían apartarle de allí. Le hemos visto retorcerse de dolor y “plantar fuerte”, como se dice en estilo popular. Le hemos visto atender de preferencia a su labor que a su misma salud.”147 En la Halle aux Grains de Toulouse tuvo lugar un gran acto de protesta contra las ejecuciones criminales de Franco coincidiendo con la conmemoración del noveno aniversario de la muerte de Durruti. Carreño habló por la Regional de Toulouse. Su discurso reflejaba la frustración que sentían los exilados al comprobar que las “democracias” no desahuciaron a Franco una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, pese a la moderación y al entreguismo del Movimiento Libertario: “Una vez liberada Francia, el ML no quería otra guerra civil en España. Deseábamos calma y serenidad; deseábamos la solución jurídica y un recobramiento pacífico. La CNT hablaba de paz y no de trastorno. El mundo no ha comprendido aquellos deseos. No ha querido darse cuenta de que queríamos evitar días de luto. Esperábamos que socialistas y comunistas, mayoritarios ahora en Francia determinen un rompimiento de relaciones con Franco. Si no cae el fascismo en España lo haremos caer nosotros y surgirá el terror.”148 Después del Congreso de París los militantes se sumieron en luchas internas que se agravaron cuando la Organización del interior envió ministros al gobierno Giral y provocó la escisión. Carreño estuvo con los montsenistas. Las derivas polítiqueras le repugnaban, y como eran común en los medios anarquistas ante un panorama sombrío, la vuelta a las ideas era lo único de recibo. Se dedicó más si cabe a la confección de “CNT”; en tanto que responsable del periódico escribió a Ugo Fedeli, compañero al que no había visto desde su estancia en Uruguay, solicitando su colaboración.149 Del 25 al 30 de agosto de 1946 un Pleno Nacional habido en Toulouse nombró a Germinal Esgleas secretario general y ratificó a Carreño en la administración de “CNT”, con Felipe Alaiz como director.150 Su plan de renovación de “CNT” incluía colaboraciones de todas las figuras inequívocamente anarquistas del Movimiento.151 La enfermedad hacía estragos; Carreño se moría. Tuvo la alegría de volver a ver a su hermana y a su hijo, lo que le dio ánimos para vivir. Hizo nuevos planes; quería regresar a España. El 17 de febrero de 1947, el linyera, el maestro, el orador, el miliciano, el extremista, el organizador, “el argentino” como le llamaban todavía algunos, el viajero Carreño, moría en el Hotel Unic de la alameda Jean Jaurès, donde se hospedaba, a las ocho y media de la tarde, en presencia de su amigo Bartomeu y de los compañeros de la redacción de “CNT”. En el sepelio, una multitud de libertarios acompañó el féretro, cubierto con la bandera rojinegra. Federica Montseny leyó un bonito responso que emocionó a los presentes. El coche fúnebre estaba repleto de flores.

Movimiento Libertario Español, CNT en Francia, 1945, Comité Nacional. 146 “Mitin de clausura del Congreso del Movimiento Libertario”, CNT, nº9, 23-V-1945; “Mitin del MLE”, CNT, nº 12, 13-VI-1945. 147 “Responso laico”, CNT, nº 100, 1-III-1947. 148 “Grandioso acto de protesta contra los crímenes de Franco”, CNT, nº 35, 30-XI-1945. 149 Carta con matasellos del 18-IV-1946, en los Papeles de Ugo Fedeli, IISG de Ámsterdam. 150 “Facerías. Guerrilla urbana 1939-1957”, Antonio Téllez, Virus, Barcelona, 2004. 151 “CNT” aparecerá en breve con cuatro grandes páginas”, Francisco Carreño, CNT, nº 35, 30-XI-1947.

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