Microrrelatos: unidad didáctica (4º ESO)

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1 LOS MICROCUENTOS Y LAS MICROFICCIONES textos hiperbreves relatos mínimos ficciones súbitas, relatitos, textículos, ultracortos, microscópicos, bonsái, cuentos ultrabreves, cuentitos, microrrelatos, minicuentos, cuentos en miniatura

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LOS MICROCUENTOS Y LAS MICROFICCIONES

textos hiperbreves relatos mínimos

ficciones súbitas, relatitos, textículos, ultracortos, microscópicos, bonsái,

cuentos ultrabreves, cuentitos, microrrelatos, minicuentos, cuentos en miniatura…

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PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD DIDÁCTICA

¿Conoces el cuento más breve de la historia de la literatura? ¿Sabes que es posible crear mundos imaginarios con tan sólo siete palabras? ¿Tienes cinco minutos en tu apretada agenda para leer un puñado de microrrelatos, microcuentos o minicuentos? Has llegado al maravilloso mundo de las historias de bolsillo, de las pequeñas grandes historias, del tamaño de un grano de arena, de un grano de arroz ... Pasa, no te cortes.

Los contenidos y objetivos que nos planteamos al inicio de esta unidad son los siguientes:

1. Conocer qué es un microcuento y diferenciarlo de una microficción 2. Analizar microcuentos 3. Elaborar un microcuento a partir de otro. 4. Conocer qué es un microrrelato. 5. Analizar algunos microrrelatos a partir de sus características. 6. Disfrutar de la lectura de microrrelatos de escritores ilustres y anónimos. 7. Recopilar microrrelatos publicados en Internet. 8. Crear tu propio microrrelato.

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1. LOS MICROCUENTOS Los minicuentos conservan los rasgos propios del cuento clásico, con excepción del pre-final (debido a su extensión mínima): tiempo secuencial, espacio verosímil, narrador omnisciente, personajes arquetípicos, lenguaje literal, género convencional, intertexto implícito y final epifánico. ACTIVIDAD 1

Actividad previa a la lectura 1. Vamos a recordar todo lo que recordéis del cuento de Caperucita.

Proporcionarles las distintas versiones (son inexcusables las de Perrault y los hermanos Grimm). Es muy útil, de entrada, comprobar en la pizarra quiénes son los seis actantes de cada versión que recuerdan (el destinador o donante, los padres; el sujeto o protagonista, Caperucita; el objeto, la merienda para la abuela; el destinatario o beneficiario, la abuela; el antagonista u oponente, el lobo, y el ayudante, los cazadores).

2. Lectura de la versión de Ignacio Viar deteniéndose a poco de iniciado el

último párrafo: «Veinte años después. Caperucita, enfermera diplomada, marchaba a una misión de África ... », para preguntarles qué creen que va a pasar a continuación. Leído hasta «Veinte años después ... », que continúen el relato y escriban los finales previsibles.

Texto 1

Caperucita Azul

Aquella niña de siete años, inserta en paisaje alpino, era encantadora. La llamaban, por su indumentaria, Caperucita Azul. Su encanto físico quedaba anulado por su perversidad moral. Las personas cultas del pueblo no podían explicar cómo en un ser podían acumularse la soberbia, la crueldad y el egoísmo de un modo tan monstruoso.

Sus padres luchaban diariamente para convencer a Caperucita. - ¿Llevarás la merienda a la abuelita? - No.

Y surgían los gritos y las amenazas. Todo lo que surge cuando hay un conflicto educacional. Caperucita tenía que atravesar todos los días, tras la discusión, un hermoso pinar para llegar a la casita donde vivía sola la abuelita. Caperucita entraba en casa de su abuelita y apenas la saludaba, dejaba la cesta con la merienda y marchaba precipitadamente, sin dar ninguna muestra de cariño. Había en el bosque un perro grande y manso de San Bernardo. El perro vivía solo y se alimentaba de la comida que le daban los cazadores.

Cuando el perro veía a Caperucita, se acercaba alegre, moviendo el rabo. Caperucita le lanzaba piedras. El perro marchaba con aullido lastimero. Pero todos los días el perro salía a su encuentro, a pesar de las sevicias.

Un día surgió una macabra idea en la pequeña pero peligrosa mente de la niña. ¿Por qué aquel martirio diario de las discusiones y del caminar hasta la casa de su abuela? Ella llevaba en la cesta un queso, un pastel y un poco de miel ¿Un

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veneno en el queso? No se lo venderían en la farmacia. Además, no tenía dinero. ¿Un disparo? No. La escopeta de su padre pesaba mucho. No podría manejarla.

De repente, brilló en su imaginación el reflejo del cuchillo afilado que tenía en su mesita la abuelita. La decisión estaba tomada. El canto de los pájaros y el perfume de las flores no podían suavizar su odio. Cerca de la casa surgió de nuevo el enorme perro. Caperucita le gritó, lanzándole una piedra.

Llamó a la puerta. -Pasa, Cuperucita.

Su abuela descansaba en el lecho. Unos minutos después, se oyeron gritos. Cuando el cuchillo iba a convertirse en instrumento mortal, Caperucita cayó derribada al suelo. El pacífico Son Bernardo había saltado sobre ella. Caperucita quedaba inmovilizada por el peso del perro. La abuelita, tras tomar una copa de licor, reaccionó del espanto. Llamó por teléfono al pueblo. Cuperucita fue examinada por un psiquiatra competente de la ciudad. Después la internaron en un centro de reeducación infantil. La abuelita, llevándose a su perro salvador, abandonó la casa del bosque y se fue a vivir con sus hijos.

Veinte años después. Cuperucita, enfermera diplomada, marchaba a una misión de África. - ¿A quién atribuye usted su maldad infantil? -le preguntó un periodista. - A la televisión -contestó ella subiendo al avión.

En África, Cuperucita murió asesinada por un negro que jamás vio un televisor. Pero había visto otras cosas.

(Viar, 1978)

Actividades posteriores a la lectura 3. Estructura:

a) Se aprecian dos partes claras que se pueden considerar como dos cuentos distintos: señalad el planteamiento, nudo, clímax y el desenlace de cada parte.

b) La segunda parte, que empieza «Veinte años después... », ¿es prescindible? ¿Qué es lo que añade? ¿Cuál la intención comunicativa del autor: criticar la eficacia de los métodos empleados para la reinserción de los presuntos delincuentes, educar en la suposición de que hay «culturas y pueblos o naciones» superiores que van a «ayudar generosamente» a otros más necesitados, cuando lo que buscan, en realidad, es seguramente explotar sus recursos económicos, etc.?

4. Análisis del espacio-tiempo:

a) ¿cuáles son los lugares de la acción?, ¿qué clase de espacio: realista o fantástico? Analizar el valor simbólico de los espacios: paisaje alpino, hermoso pinar, bosque con perro manso en lugar de lobo, casa de la abuela, ciudad, centro de reeducación, avión, África.

b) ¿Cuánto tiempo del relato transcurre? (medid el tiempo que pasa atendiendo a las palabras encargadas de marcarlo). ¿Cuál es el tiempo histórico? (¿hay marcas del tiempo histórico?).

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5. ¿Qué es lo que sucede? Secuencia de acciones del argumento. ¿Está ordenado cronológicamente o se producen saltos hacia atrás o adelante?

6. Personajes: caracterización de Caperucita (a los siete años y a los

veintisiete). ¿Qué personajes se mueven al servicio de la sociedad y cuáles son unos inadaptados?: Personaje principal (Caperucita) y secundarios (función de cada uno).

7. Punto de vista del narrador: ¿es objetivo?, ¿cuándo toma partido?

Fijémonos en los adjetivos. ¿Hay un tono irónico al servicio de qué clase de comunicación?

8. Intención comunicativa: valorar el significado de ese final trágico. ¿Qué

simboliza el negro? ¿No se confrontan como símbolos el mundo que representa Caperucita, enfermera diplomada, y el negro, que parece tener detrás de sí a toda África? ¿O la reacción del africano es tan primaria como la de Caperucita cuando tenía siete años?

9. Cuál es el tema o idea central: en la pizarra anotaremos todo lo que vais

apuntando.

ANEXO DE TEXTOS, PÁGINAS 2-13

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CAPERUCITA AZUL, IGNACIO VIAR COMENTARIO DE TEXTO

La primera parte del cuento, la versión del cuento tradicional, se desarrolla en las

líneas 1 a 37 con la estructura habitual de planteamiento (líneas 1-18), el nudo o conflicto (deseo de caperucita, en este caso), el clímax (líneas 28-339 y el desenlace (líneas 33-37). En el planteamiento aparece una Caperucita perversa que mantiene una relación conflictiva con sus padres y abuela, a quienes trata con crueldad, como lo hace también con el perro San Bernardo. El nudo o conflicto surge cunado Caperucita maquina la macabra idea de matar a su abuela con un cuchillo. El clímax se produce en el momento en el perro salva "in extremis" a la abuela. El cuento termina con el desenlace del internamiento de Caperucita en un internado que es un centro de reeducación infantil.

La segunda parte del cuento, tras una elipsis, sólo contiene el planteamiento (líneas 38-41) y el desenlace (líneas 42-44), sin nudo y clímax que están elididos. El planteamiento presenta veinte años después a una Caperucita enfermera que marcha a una misión a África y el desenlace, su muerte a manos de un negro que nunca ha visto la televisión.

La obra presenta como personaje central a Caperucita en dos fases de su vida: la de la niñez (siete años) y la de la juventud (Veinte años después). La primera es descrita por el narrador al inicio con ironía ("encantadora") para a continuación describirla como "perversa", "soberbia, cruel y egoísta", "poco cariñosa","desobediente" a sus padres. También queda descrita su perversidad moral mediante sus acciones: no quiere llevar la merienda a su abuelita, lanza piedras al perro y se le ocurre la idea macabra de matar a su abuela. Caperucita sustituye en su maldad al lobo que queda eliminado. En definitiva, un reverso y parodia de la Caperucita clásica, una niña inadaptada.

Los demás personajes (los padres, la abuela y el perro) sirven de contrapunto a la protagonista, son sus antagonistas, los que se oponen las "bondadosas" acciones de la protagonista, invirtiendo los términos habituales de protagonista y antagonistas que se oponen a los deseos del protagonista. Los padres han fracasado en su función educadora; y el perro cumple la función de salvador de la abuela en el último momento y héroe del cuento.

La Caperucita de la segunda parte del cuento, se supone que como consecuencia del final de la primera parte (su internamiento en un centro de reeducación infantil) es una enfermera diplomada que marcha a una misión a África donde muere. Esta Caperucita apenas está descrita y se deja al lector su descripción moral en la elipsis que se ha producido entre la primera y la segunda parte. Se da a entender que la reeducación ha sido positiva porque se ha convertido en una enfermera solidaria que acude a África a ayudar como enfermera a personas necesitadas.

Los espacios en que trascurre la primera mitad del cuento son un hermoso paisaje alpino, un hermoso pinar, el bosque y la casa de la abuela. Los dos primeros adoptan un valor simbólico de tranquilidad e inocencia que se asocian irónicamente a una perversa Caperucita. Los de la segunda parte son más reales, la ciudad y África, responden lugares del mundo actual.

Respecto del tratamiento del tiempo externo, la primera parte del cuento no se desarrolla en ningún momento preciso porque los cuentos no precisan de esa temporalidad ya que lo que interesa en ellos son los comportamientos de los personajes y las moralejas que se extraen de ellos. En la segunda parte, en cambio, la acción se sitúa en un momento de la actualidad ("avión", "misión a África", "televisor").

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La acción de la primera parte transcurre en un día ("todos los días, un día, de repente, de nuevo, unos minutos después, después...") concentrado la acción en el tiempo. La segunda parte no se sabe en cuánto tiempo transcurren los hechos, solo que se producen Veinte años después" de los ocurridos en la primera parte. Esta ausencia se debe a que las partes del nudo y del clímax se han elidido.

En definitiva se trata de una narración cronológica, sin flash-back si prolepsis, pero sí con elipsis temporales tanto entre la primera y la segunda parte como dentro de esta.

El narrador de ambas partes es un narrador omnisciente que toma partido, en ocasiones irónicamente, en la descripción moral de Caperucita y en la narración de los hechos.

Por último, el autor en este cuento con dos partes claramente diferenciadas posee más de una intencionalidad comunicativa. Respecto al cuento clásico, lo parodia e ironiza sobre él, cuyo final, la reeducación de Caperucita, es el punto de partida de la segunda parte. Una de las posibles intencionalidades de esta parte es la de criticar la prepotencia y la ignorancia occidental de las labores humanitarias que lleva acabo: Caperucita muere por ignorar el clima de violencia que vive África. Otra interpretación, sería la crítica a la cultura de la televisión como medio mal formador de la educación de los niños, a la que Caperucita adulta acusa de su maldad infantil. Pero, paradójicamente y en un final que da lugar a más de una interpretación, quien mata a una Caperucita reeducada es una persona que nunca ha visto un televisor, pero sí "oras cosas", final abierto a la interpretación del lector, que como hemos apuntado más arriba se podría tratar de la violencia que asola a África.

ACTIVIDAD 2 Actividades previas a la lectura 1. ¿Qué significan las siguientes palabras y expresiones: «ignorancia

topográfica», «condescender», «eminencia», «celo religioso» «labor redentora», «arduo conocimiento», «códice».

2. Información histórico-cultural: ¿quién era Aristóteles? ¿Y Carlos Primero de

España y Quinto de Alemania? ¿Qué sabemos de los agentes principales en el «descubrimiento y conquista del continente americano», en 1492? ¿Qué función desempeñaban entonces los religiosos dominicos, jesuitas y franciscanos?

3. Preparación para antes de la lectura: responder individualmente, por escrito,

a la siguiente cuestión: ¿qué crees tú que harías si te perdieses en medio de la selva virgen amazónica y te apresasen unos indios salvajes? lectura de los escritos.

4. Lectura de la primera parte del texto: «Cuando Fray Bartolomé Arrazola se

sintió perdido, ............. se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible ... »

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Detenemos aquí la lectura y ahora cada cual ha de lanzar su hipótesis sobre lo que viene a continuación y sobre el final de la historia. Debéis enumerar exactamente las acciones que auguran hasta la conclusión.

Texto 2

El eclipse

Cuando Fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido, aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente en el convento de Los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora.

Al despertar, se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro imposible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo.

Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas. Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de ese conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.

- Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura. Los indígenas lo miraron fijamente y Bortotomé sorprendió la incredulidad en

sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto desdén.

Dos horas después, el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios, brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado, mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, los infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles.

(Monterroso, 1981)

Actividades posteriores 5. ¿Qué sucede? Secuencia exacta de las acciones del argumento. 6. Estructura: partes. Señalar planteamiento, nudo, clímax y desenlace. 7. Análisis del espacio-tiempo:

a) ¿cuáles son los lugares de la acción? ¿Qué clase de espacio: realista o fantástico?

b) ¿Cuánto tiempo del relato transcurre? (Medid el tiempo que pasa atendiendo a palabras y expresiones temporales). ¿Cuáles son las marcas del tiempo histórico?

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8. Caracterización física y psicológica de los personajes: caracterización del personaje colectivo y del individual.

9. Punto de vista del narrador: tipo de narrador, ¿es objetivo?, ¿dónde toma

partido? 10. Intención comunicativa: valorar el significado de ese final trágico: ¿lo

hubiesen sacrificado igual de todos modos? ¿Están acaso vengando los indígenas en el misionero todo lo que odian de los invasores? ¿Qué ideas se defienden sobre la conquista de América?

ANEXO DE TEXTOS, PÁGINAS 14-15 Texto 3

NOCHEBUENA

Fernando Silva dirigía el hospital de niños, en Managua.

En vísperas de Navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Fernando decidió marcharse. En su casa lo esperaban para festejar. Hizo una última recorrida por las salas, viendo si todo quedaba en orden, y en eso estaba cuando sintió que unos pasos lo seguían. Unos pasos de algodón: se volvió y descubrió que uno de los enfermitos le andaba detrás. En la penumbra, lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedían permiso.

Fernando se acercó y el niño lo rozó con la mano:

—Decile a… —susurró el niño—. Decile a alguien que yo estoy aquí.

El libro de los abrazos

PERSONAJES

1. ¿Cuántos personajes aparecen en la historia? (¡Cuidado!, no confundas los que efectivamente actúan y los aludidos).

2. ¿Qué sabes de cada uno de ellos? Y lo que es más significativo, ¿qué no sabes de ellos?

3. ¿Qué relación se establece entre ellos? El cuento espera una respuesta en este sentido ¿sabrías explicar por qué?

ESPACIO

4. ¿Dónde transcurre la historia? ¿Cómo se da esta información, explícita o implícitamente? Y lo que es más importante ¿dónde no transcurre?

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5. ¿Es un lugar significativo? Razona tu respuesta.

6. En el texto hay una importante oposición entre “dentro-fuera” / “aquí-aquí no” ¿sabrías explicarlo? (Repara en cómo se cierra el cuento?)

TIEMPO

7. ¿Cuándo transcurre la historia? ¿Es un momento significativo respecto a lo que quiere transmitir el relato? Justifica tu respuesta.

8. ¿Cuánto tiempo “ocupa” el relato?

TEMA

9. ¿Qué crees que quiere decir el cuento? ¿Cómo crees que consigue hacerlo? (¿Crees que el narrador ha elegido bien a los personajes, el espacio y el tiempo? Explica tu respuesta)

10. ¿Qué te dice a ti? ¿Te ha conmovido?

CONFIGURACIÓN (FORMA / FONDO)

11. INFORMACIÓN: ¿Crees que sobra o falta algo en este cuento? ¿Eliminarías o añadirías algo? Justifica tu respuesta.

12. ESTRUCTURA: ¿Puede alterarse el cuento? ¿Podría, por ejemplo, comenzar reproduciéndose las palabras del niño y especificar luego a quién se las dice, dónde y cuándo? ¿Sería lo mismo? Razona tu respuesta.

13. ¿Crees que la INFORMACIÓN y la ESTRUCTURA se hallan íntimamente relacionadas en este relato? Explícalo.

14. ¿Crees que la extensión es la adecuada? ¿Es demasiado breve para lo que cuenta o, por el contrario, podría ser todavía más breve?

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2. LAS MICROFICCIONES ACTIVIDAD 1: introducción

LA NOCHE 1001

En la última noche a Sherezade sólo se le ocurría un relato hiperbreve.

Realmente lamentó estar falta de inspiración. 1. Lee detenidamente los microrrelatos publicados en la web: A.- James Bond.

GANADOR del IX CONCURSO DE MICRORRELATOS DIGITALES ELMUNDO. ES

El jurado, compuesto por la redacción del elmundo.es, ha designado tres ganadores de entre los 854 recibidos, que recibirán como premio tres relojes S watch de la colección 007:

556. Yo vs. James Bond

Yo soy James Bond, créeme Monica, aunque sea por un microsegundo, por favor, por favor, por favor...

(Martin Emilio C.M.)

61. Despiste ESTOY RODEADO DE MALOS, ME ESTAN FRIENDO, TENGO QUE HACER ALGO INMEDIATAMENTE. PIM, PAM, RATATATA, PIM, PAM, UN MICROSEGUNDO DE TIROTEO Y SEIS MALOS MUERTOS. UAAAHHHHH, UAHHHH, LA POLICÍA, POR FIN ESTOY SALVADO. BOND? SR. JAMES BOND? SI EL MISMO. ACOMPAÑENOS A COMISARÍA, ESTÁ UD. DETENIDO. ...????. COMISARIO AQUÍ DEBE DE HABER UN ERROR. SR. BOND DEME SU DOCUMENTACIÓN POR FAVOR. INSISTO DEBE DE HABER UN ERROR SOY EL AGENTE 007 CON LICENCIA PARA MATAR. EFECTIVAMENTE HAY UN ERROR OBSERVE: "AGENTE 007 - JAMES BOND - LICENCIA PARA MATAR - VALIDA DE 25-11-01 A 25-11-02. LO SIENTO HA CADUCADO.

(RUBEN LUIS ALBA)

344. Palmarés de récords Tiempo aproximado de las principales hazañas de Bond, James Bond. Aniquilar a Bloomfeld: 3 meses, 14 días y 9 horas. Matar a Doctor No: 2 meses, 30 días y 2 horas. Ajusticiar a Nordm; 2: 1 mes, 13 días y 0,30 horas. Consumar con las chicas Bond: Un microsegundo.

(Vicent Ivars)

B.- Día de los enamorados.

Tan hondo... Patético. Te veo pasar delante de mí, veinte años después, y todavía lloro.

(Sol)

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Me quiero

No he recibido ninguna llamada diciéndome cuánto me quieren ni un patético regalo de enamorados... pero yo me quiero. Es más: voy a declararme: me gusto cuando río y también cuando lloro por estar sola. Me gusto cuando sueño despierta, cuando me levanto los domingos

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y leo el periódico al sol. Cuando me pinto los labios y me pongo tacones, cuando me silban por la calle, cuando hago bien mi trabajo y cuando se me iluminan los ojos contemplando los pequeños detalles que hacen especiales cada uno de mis días: un sol radiante, una luna triste... Sí: me quiero. Soy lo mejor que me ha pasado.

(Pilar) --------------------------------------

Of course, la amo Mi mujer se ha fugado con el instructor de golf. Patético. Pero en todo caso, no ha de negar que la conozco bien... para San Valentín le encargué un juego de palos con mango de caoba.

(Barón von P.)

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También conocidos como: textos hiperbreves, relatos mínimos, ficciones súbitas, relatitos, textículos, ultracortos, microscópicos, bonsái, cuentos ultrabreves, cuentitos, microrrelatos, minicuentos, cuentos en miniatura…

Se señala a menudo cómo estas obras su origen en composiciones muy remotas, hay quienes dicen que desde el momento mismo en que el hombre aprendió el arte poético o incluso a filosofar.

Se suele hacer referencia, como posibles filiaciones, a otra serie de géneros con los que de un modo u otro guardan similitudes: las fábulas, parábolas, haikus, poemas en prosa… incluso, proverbios, anécdotas o chistes.

No obstante, como género literario suele decirse que aparece a principios del siglo XX.

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ACTIVIDAD 2: definición, características y tipologí a 1. Definición y características Se entiende por microcuentos aquellos relatos breves, o muy breves, en los que se presenta, en su mayor condensación, una historia o un microcosmos que se ofrecen al lector como un destello de imaginación, poeticidad, ingenio, misterio… Howe decía acertadamente: «Los escritores que hacen cuentos breves tienen que ser especialmente audaces. Lo apuestan todo a un golpe de inventiva».

¿Cómo podría diferenciarse el micro-relato del minicuento ? En el minicuento los hechos narrados, más o menos realistas, llegan a una situación que se resuelve por medio de un acontecimiento o acción concreta. Por el contrario, el verdadero desenlace del micro-relato no se basa en una acción sino en una idea, un pensamiento. Esto es, el desenlace de un minicuento depende de algo que ocurre en el mundo narrativo, mientras que en el micro-relato el desenlace depende de algo que se le ocurre al autor. Esta distinción no es siempre fácil. Otra característica esencial del micro-relato es la fusión de géneros. Algunos elementos narrativos lo acercan al cuento convencional, pero el micro-relato se aleja de los parámetros del cuento y del minicuento porque participa de algunas de las características del ensayo y del poema en prosa.

Diez recursos para lograr la brevedad en el micro-relato

1. Reversiones, parodias, y alusiones de obras conocidas (transtextualidad). Demuestra una red de conexiones, un diálogo intertextual entre escritores, con la complicidad del lector conocedor. Esta reversión alcanza, desde luego, hasta la más famosa de todas las minificciones, como vemos en “El dinosaurio”, de Pablo Urbanyi: Cuando despertó, suspiró aliviado: el dinosaurio ya no estaba allí.

A veces las alusiones son múltiples, y en eso consiste parte de su gracia. Esta es “Contrariedad”, de Blau Carras, que juega con ésta y con una de Jorge Luis Borges que ya jugaba con un famoso filósofo.

Hace unas horas era una mariposa que revoloteaba sobre la cabeza de un chino dormido. Después me desperté y fui un dinosaurio. ¿Soy un dinosaurio que recuerda haber soñado que era una mariposa sobrevolando a un chino o una mariposa que sueña ahora que es el dinosaurio que lo mira dormir? Chuang Tzu, soñador de este dilema, despierta y constata molesto que el dinosaurio todavía está allí. Intuye las incasables multitudes que repetirán esta pueril solución del bello enigma y lamenta amargamente su inoportuno despertar.

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Sueño de la mariposa

Chuang Tzu

Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu

Desde luego, jugar con personajes conocidos de otras obras es también un recurso

para lograr la brevedad, pues no requiere descripciones. Veamos “Instrucciones para no perderse en el Infierno”, de René Avilés Fabila.

Tome fuertemente la mano de Beatriz y no la suelte pase lo que pase. � Busca información sobre Beatriz, personaje de "La divina comedia", de Dante ALIGHIERI

2. Hacer uso de personajes históricos, bíblicos, o de la cultura popular, además de los literarios. Esto le permite al autor abreviar, pues no tiene que describir ni contexto ni personajes: pueden ser bíblicos, históricos, legendarios, mitológicos, literarios, o de la cultura popular

Múltiples microrrelatos se han escrito sobre personajes, y en particular sobre Adán y Eva (y sobre las manzanas). La finalidad es frecuentemente desacralizadora. Ni Dios ha logrado escapar. Veamos una muestra de Avilés Fabila, sin título.

Si Dios creó a la humanidad, entonces Él es el primer doctor Frankenstein de la Historia.

� Busca información sobre Frankestein.

Sobre la tentación, tenemos uno de Raúl Brasca, “Polimorfismo”.

Sentado en la rama del árbol vecino, el chico miraba con codicia la manzana más madura. Tendió la mano para arrancarla y en el mismo momento recordó el pecado original que acababan de enseñarle en catecismo. Retiró la mano indeciso y buscó la serpiente enroscada en el tronco. No estaba. Son puras mentiras, se dijo y, como tantas otras veces, arrancó la manzana, la lustró frotándola contra la camisa y la mordió. Mientras masticaba, miró distraídamente la fruta mordida. Se paralizó. Escupió espantado lo que tenía en la boca y arrojó lejos el trozo que le quedaba. Había visto un pequeño gusano que emergía de la pulpa. Con el diablo nunca se sabe, pensó.

� Busca información sobre Adán y Eva y el paraíso

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Un personaje conocido del lector puede combinarse a veces con un formato nuevo no literario, para lograr la desfamiliaridad. Avilés Fabila nos proporciona otro ejemplo en “Anuncio”.

Oriundo de Hamelin, soy flautista y alquilo mis servicios: puedo sacar las ratas de una ciudad o, si se prefiere, a los niños de un país sobrepoblado.

ANEXO DE TEXTOS, PÁGINAS 16-19

La Tortuga y Aquiles Por fin, según el cable, la semana pasada la Tortuga llegó a la meta.

En rueda de prensa declaró modestamente que siempre temió perder, pues su contrincante le pisó todo el tiempo los talones.

En efecto, una diezmiltrillonésima de segundo después, como una flecha y maldiciendo a Zenón de Elea, llegó Aquiles.

Augusto Monterroso

ANEXO DE TEXTOS, PÁGINA 22

La ubicuidad de las manzanas “La flecha disparada por la ballesta precisa de Guillermo Tell parte en dos la manzana que está a punto de caer sobre la cabeza de Newton. Eva toma una mitad y le ofrece la otra a su consorte para regocijo de la serpiente. Es así como nunca llega a formularse la ley de la gravedad”

Ana María Shua

ANEXO DE TEXTOS, PÁGINA 22-23

A Circe , ¡Circe, diosa venerable! He seguido puntualmente tus avisos. Más no me hice amarrar al mástil cuando divisamos la isla de las sirenas, porque iba resuelto a perderme. En medio del mar silencioso estaba la pradera fatal. Parecía un cargamento de violetas errante por las aguas.

¡Circe, noble diosa de los hermosos cabellos! Mi destino es cruel. Como iba resuelto a perderme, las sirenas no cantaron para mí.

ANEXO DE TEXTOS, PÁGINAS 26-32

Julio Torri

Aviso La isla prodigiosa surgió en el horizonte como una crátera colmada de lirios y de rosas. Hacia el mediodía comencé a escuchar las notas inquietantes de aquel canto mágico.

Había desoído los prudentes consejos de la diosa y deseaba con toda mi alma descender allí. No sellé con panal los laberintos de mis orejas ni dejé que mis esforzados compañeros me amarraran al mástil.

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Hice virar hacia la isla y pronto pude distinguir sus voces con toda claridad. No decían nada; solamente cantaban. Sus cuerpos relucientes se nos mostraban como una presa magnífica.

Entonces decidí saltar sobre la borda y nadar hasta la playa. Y yo, oh dioses, que he bajado a las cavernas del Hades y que he cruzado el

campo de asfodelos dos veces, me vi deparado a este destino de un viaje lleno de peligros.

Cuando desperté en brazos de aquellos seres que el deseo había hecho aparecer tantas veces de este lado de mis párpados durante las largas vigías del asedio, era presa del más agudo espanto. Lancé un grito afilado como una jabalina.

Oh dioses, yo que iba dispuesto a naufragar en un jardín de delicias, cambié libertad y patria por el prestigio de la isla infame y legendaria.

Sabedlo, navegantes: el canto de las sirenas es estúpido y monótono, su conversación aburrida e incesante; sus cuerpos están cubiertos de escamas, erizados de algas y sargazo. Su carne huele a pescado.

Salvador Elizondo

ANEXO DE TEXTOS, PÁGINAS 33-37

Silencio de sirenas (1996) Cuando las Sirenas vieron pasar el barco de Ulises y advirtieron que aquellos hombres se habían tapado las orejas para no oírlas cantar (¡a ellas, las mujeres más hermosas y seductoras!), sonrieron desdeñosamente y se dijeron: ¿Qué clase de hombres son estos que se resisten voluntariamente a la Sirenas? Permanecieron, pues, calladas, y los dejaron ir en medio de un silencio que era el peor de los insultos.

Marco Denevi (Buenos Aires, 1922 - 1998)

3. Hacer uso de formatos antiguos como bestiarios, leyendas y cuentos folklóricos Como puede verse por el ejemplo anterior, muchos microrrelatos combinan varias características, y escritores de distintas épocas parecen responderse unos a otros, no sólo con los dinosaurios, sino con las jirafas, los monos, las sirenas. El formato de bestiario o de leyenda obliga a una musicalidad de canto rodado que recuerda el proverbio y el dicho popular. Excepcionales son aquí los de Juan José Arreola y Augusto Monterroso, si bien parten de distinta base que los bestiarios antiguos, pues tienden a adjudicar cualidades animales a los humanos. El propósito es frecuentemente humorístico, como en esta reversión, de Juan Armando Epple, de un cuento infantil tradicional, “Para mirarte mejor”.

Aunque te aceche con las mismas ansias, rondando siempre tu esquina, hoy no podríamos reconocernos como antes. Tú ya no usas esa capita roja que causaba revuelos cuando pasabas por la feria del Parque Forestal, hojeando libros o admirando cuadros, y yo no me atrevo ni a sonreírte, con esta boca desdentada.

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La personificación de objetos comunes requiere un despliegue de ingenio, aunque pudiera decirse que éste es un requisito esencial del microrrelato. “Bodas de fuego” es un buen ejemplo, de Guillermo Samperio.

Un cerillo, ataviado de novio, sale hacia la iglesia. Al llegar se entera, por boca de los cerillos parientes, que la novia escapó en compañía de un cerillo vestido de amante. El novio frota su cabeza y aparece un pequeño bozo ardiendo bajo el cigarro.

Veamos uno, que vagamente nos recuerda al haiku, de César Antonio Alurralde,

“Lagrimones”.

Un llanto insonoro denunciaba su triste palidez sin emitir un gemido. Sus ojos parpadeaban apurados y un lagrimón tras otro rodaba irremediablemente por las mejillas. En un rincón, el cirio se consumía con la noche.

4. Los títulos: incluir en el título elementos propios de la narración que no aparecen en el texto del relato

En La ubicuidad de las manzanas, el título es la razón y gracia del relato, esto es, su resolución. Otro ejemplo, esta vez de Marco Denevi, se titula: Justificación de la mujer de Putifar:

“¡Qué destino: Putifar eunuco, y José casto!” (Falsificaciones)

Putifar era un oficial de la corte egipcia y jefe de la guardia de corps del faraón. Según el Génesis, fue el amo de José cuando éste fue vendido como esclavo por sus hermanos, y era un hombre rico.1 Putifar compró a José a unos mercaderes viajeros madianitas, y al observar que era un buen siervo lo nombró jefe sobre todo lo que tenía en la casa y en el campo, y Yahveh bendijo todo lo suyo debido a él. La esposa de Putifar no le era tan fiel como su siervo José. Repetidas veces trató de seducirle, y un día, cuando ninguno de los hombres de la casa estaba cerca, se insinuó, pero José no cedió sino que huyó. Cuando Putifar regresó a casa, escuchó la falsa acusación de intento de violación de su frustrada esposa. Encolerizado, hizo que lo encerrasen en prisión.3

El título nos da parte de la información indispensable, y a veces nos obliga a volver a él al final. Nótese que también se recurre a utilizar personajes bíblicos que no requieren explicación (Putifar y José).

Luisa Valenzuela lleva traviesamente este recurso al extremo con un largo título en

el que incluye gran parte de la narración:

El sabor de una medialuna a las nueve de la mañana en un viejo café de barrio donde a los 97 años Rodolfo Mondolfo todavía se reúne con sus amigos los miércoles por la tarde. “Que bueno” (Aquí pasan cosas raras) Valenzuela se vale también de los signos ortográficos para añadirle significado a sus

breves palabras. La exclamación “que bueno” llega con tan poco entusiasmo que le suprime los signos de admiración y deja la palabra ‘que’ sin acento.

Para lograr mayor brevedad, pueden añadírsele también otras funciones al título, como por ejemplo, ubicar rápidamente al lector en otro tiempo o lugar determinado. Así tenemos Veritas odium parit, de Marco Denevi:

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“Traedme el caballo más veloz- pidió el hombre honrado- acabo de decirle la verdad al rey”. (Falsificaciones, 1977, 70)

El título en latín sugiere un contexto antiguo, medieval. Monterroso utiliza un título en latín con otra intención. Según él, la fábula de la

gallina, o en este caso gallo, de los huevos de oro resultaba “tan vulgar que necesitaba estar revestida de un tono absolutamente severo” (Viaje al centro de la fábula, 26) y le dio el título de Gallus aureorum ovorum.

Marco Denevi usa este recurso con frecuencia. Veamos su Curriculum Vitae:

“A menudo un dictador es un revolucionario que hizo carrera. A menudo un revolucionario es un burgués que no la hizo”.

Denevi también usa el latín para evitar el lenguaje vulgar y titula otro de sus micro-relatos Post coitum non omnia animal triste, que además da la clave del relato.

4. Ofrecer nuevas perspectivas. Hay algo de rebeldía y de afán de salirse del campo trillado en la mayoría de los micro-relatistas.

Se basan en perplejidades, paradojas y cambios de perspectiva que nos obligan a una nueva manera de mirar al mundo. El asunto es a veces obvio, pero oscurecido por la rutina o la falta de juicio crítico. De Alvaro Yunke, tenemos “La ciencia”. –Yo ladro como vos y, sin embargo, el hombre a mí me persigue. Y el perro contesta al lobo. –Pero, ¿olvidas que yo, además de ladrar, sé lamer la mano.

Una de las ventajas de leer o escribir minificciones que nos dan un cambio de percepción es que desarrollan el juicio crítico. Nos recuerdan la sabiduría popular o la libresca pascaliana. De Augusto Monterroso, “Carne y espíritu”. Es cierto, la carne es débil; pero no seamos hipócritas: el espíritu lo es más.

El uso de la paradoja es frecuente. Veamos “Hombres de maíz”, de Juan Armando Epple.

Creció entre los choclos de una modesta chacra de Limache leyendo novelas de vaqueros y soñando con las doradas praderas del lejano Oeste norteamericano. Cuando lo expulsaron del país fue a parar a un pueblito de Ohio. Allí trabajó varios años en una tediosa fábrica procesadora de maíz, añorando los verdes campos de Limache. Ahora vive en una granja de Limache, fastidiando a los vecinos con sus historias sobre la fabulosa extensión de los maizales dorados de Ohio.

A veces presentar una nueva manera de ver las cosas requiere un salto mayor. Este,

sin título, es de Luisa Valenzuela.

La verdadera crueldad de las espinas no reside en tenerlas sino en irlas perdiendo, dejándolas prendidas en la azorada piel de quien tenga la osadía de acercársenos.

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La médula del microrrelato queda afuera a veces, y es el lector quien tiene que llenar

algunos espacios vacíos. De Ana María Shua, “La Que No Está”.

Ninguna tiene tanto éxito como La Que No Está. Aunque todavía es joven, muchos años de práctica consciente la han perfeccionado en el sutilísimo arte de la ausencia. Los que preguntan por ella terminan por conformarse con otra cualquiera, a la que toman distraídos, tratando de imaginar que tienen entre sus brazos a la mejor, a la única, a La Que No Está.

Algunos escritores se empeñan en hacernos pensar. De Augusto Monterroso,

tenemos “Caballo imaginando a Dios”.

A pesar de lo que digan, la idea de un cielo habitado por Caballos y presidido por un Dios con figura equina repugna al buen gusto y a la lógica más elemental, razonaba los otros días el Caballo. Todo el mundo sabe – continuaba en su razonamiento – que si los Caballos fuéramos capaces de imaginar a Dios, lo imaginaríamos en forma de Jinete.

5. Crear una nueva realidad. En busca de novedad, puede crearse una nueva realidad, ya sea poética, fantástica o absurda.

Veamos una de Jesús Ortega, “Ebrias”.

Las mariposas al volar lo hacen muy erráticamente debido al néctar que beben en las flores. El néctar las mantiene embriagadas de manera permanente. Las personas de aguda capacidad auditiva refieren que en el silencio es posible el leve sonido de su hipo a cada desviación en la trayectoria de su vuelo.

Si la nueva realidad es muy absurda y resulta difícil interpretar su sentido, nos

recuerda una pintura moderna, pero cabe meditar sobre su autenticidad literaria. Esta nueva realidad puede ser fantástica, y cualquier modalidad del cuento clásico puede ejercitarse. Hay muchos ejemplos de minicuentos policíacos, pero voy a incluir uno fantástico, “Búsqueda”, de Julia Otxoa,

Ella andaba siempre de aquí para allá, preguntando por alguien a quien nadie conocía. Hasta que un avispado paseante le dio pelos y señales del lugar donde encontrar a quien buscaba. Entonces supo que aquel ser monstruoso, producto de su imaginación, se había hecho realidad. Tenía nombre y apellido. Esperaba en una concreta dirección de la ciudad a que ella, inevitablemente condenada, llamara a su puerta.

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6. Juegos de lenguaje.

Este es uno de los recursos más obvios para lograr la brevedad, y uno de los más difíciles. Jorge Luis Borges ha impactado nuestra literatura, para bien o para mal, con su lenguaje certero y juegos de palabras.

Gabriel Jiménez Emán nos proporciona un micro-relato humorístico: El hombre invisible

“Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello” (Los dientes de Raquel, 141).

Algunos son tan concisos que corren de boca en boca como un chiste. Veamos

Toque de queda, de Omar Lara: “- Quédate- le dije. Y la toqué.

(Brevísima relación: Nueva antología del micro-cuento hispanoamericano, Juan Armando Epple, ed., 1990, 51)

Un golpe de ingenio, basado en el juego entre las ideas y un lenguaje imaginativo,

da origen a algunas minificciones. Veamos “Confesión esdrújula”, de Luisa Valenzuela.

Penélope, nictálope y noctámbula, teje redes para atrapar un cíclope.

De Ana María Shua, que nos ha regalado con tantos micro-relatos ingeniosos, tenemos “Naufragio”.

¡Arriad el foque!, ordena el capitán.¡Arriad el foque!, repite el segundo. ¡Orzad a estribor!, grita el capitán. ¡Orzad a estribor!, repite el segundo. ¡Cuidado con el bauprés!, grita el capitán. ¡El bauprés!, repite el segundo. ¡Abatid el palo de mesana!, grita el capitán. ¡El palo de mesana!, repite el segundo. Entretanto, la tormenta arrecia y los marineros corremos de un lado a otro de la cubierta, desconcertados. Si no encontramos pronto un diccionario, nos vamos a pique sin remedio.

Y para terminar con una sonrisa, Guillermo Cabrera Infante, tan dado a los juegos de palabras, nos ofrece una pequeña obra maestra de concisión, si se me permite, aunque no sea apta para menores, “Canción cubana”, en la que de la frase inicial se pierde una última palabra en cada línea. ¡Ay, José, así no se puede! ¡Ay, José, así no sé! ¡Ay, José, así no! ¡Ay, José, así! ¡Ay, José! ¡Ay!

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7. Hacer uso de la elipsis y la sugerencia La brevedad extrema de los microrrelatos se logra por la extrema concisión y el uso de la elipsis y de la sugerencia. Por tanto es más importante lo que se sugiere, lo que se deja entrever que lo que se dice explícitamente, por lo que crea ambigüedad.

Desde luego, se logra mayor brevedad si no se dice todo. Un lector activo se da por entendido. En ese caso, la expresión del desenlace o epifanía no necesita ser explícita. De Julio Torri, gran pionero del micro-relato, sacamos de un relato breve el siguiente ejemplo:

“Desde que se han multiplicado los automóviles por nuestras calles, he perdido la admiración con que veía antes a los toreros y la he reservado para los aficionados a la bicicleta” (Tres libros, 1964, 111).

Hacer uso de la elipsis requiere también un golpe de ingenio. Veamos el texto íntegro de Cláusula III, de Juan José Arreola, que dice así:

“Soy un Adán que sueña con el paraíso, pero siempre me despierto con las costillas intactas” (Bestiario, l972).

Como puede apreciarse, el lector tiene que hacer uso de conocimientos previos, pero

no queda duda en cuanto al significado. Uno de los más ingeniosos es Fecundidad, de Augusto Monterroso:

“Hoy me siento bien, un Balzac; estoy terminando esta línea” (La oveja negra, 1969, 61).

Desde luego, el relato más elíptico e interactivo, el más recordado por todos, y quizá

por eso algo sobrevaluado literariamente, es El dinosaurio, de Augusto Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”

(Obras completas, 1972, 75).

(Hay dos interpretaciones posibles, que brevemente son: o bien «alguien» que ya había visto al dinosaurio o bien “el dinosaurio mismo”. Opto por la primera, pero desde luego que no puedo aseverar en forma absoluta que sea la correcta. Eso está muy bien, y es un hecho más que conocido en la literatura contemporánea: manifiesta, simplemente, la existencia de la ambigüedad.)

Pasión El hombre, con los brazos abiertos delante de la puerta, le obstaculizaba el pase. Ella no pudo evitar una sonrisa, pese a todo. - Pareces un Cristo. - No te vas. - Volveré en unos días. - ¿Está aquí de nuevo, verdad? - ¿Para qué lo preguntas? - No te vayas. - Déjame salir. - ¿Esto va a durar todo la vida? - No lo sé.

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El hombre se apartó, cruzó junto a ella evitando rozarlo, se sirvió un trago y se hundió en un sillón, derramándose encima la bebido, mientras la puerta se cerraba. Se levantó de inmediato, fue hasta la ventana: Sólo entonces se dio cuento de que llovía. - Se va a mojar -dijo, en voz muy bajo.

Julio Miranda

� Analiza las elipsis y sugerencias de este microrrelato.

8. Hacer uso del humor, de la ironía y de la parodia: carácter lúdico

Patio de tarde

A Toby le gusta ver pasar a la muchacha rubia por el patio. Levanta la cabeza y remueve un poco la cola, pero después se quede muy quieto, siguiendo con los ojos la fina sombra que a su vez va siguiendo a la muchacha rubia por las baldosas del patio. En la habitación hace fresco, y Toby detesta el sol de la siesta; ni siguiera le gusta que la gente ande levantada a esa hora, y la única excepción es la muchacha rubia.

Para Toby la muchacha rubia puede hacer lo que se te antoje. Remueve otra vez la cola, satisfecho de haberla visto, y suspira. Es simplemente feliz, la muchacha rubia ha pasado por el patio, él la ha visto un instante, ha seguido con sus grandes ojos avellana la sombra en las baldosas.

Tal vez la muchacha rubia vuelva a pasar. Toby suspira de nuevo, sacude un momento la cabeza como para espantar una mosca, mete el pincel en el tarro, y sigue aplicando la cola a la madera terciada.

Julio Cortázar (1974) «La fe y las montañas» Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios. Pero cuando la Fe comenzó a propasarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía.

La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio.

Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de Fe.

A. Monterroso (1990) «El grillo maestro»

Allá en tiempos muy remotos, un día de los más calurosos del invierno el Director de la Escuela entró sorpresivamente al auto en que el Grillo daba a los Grillitos su clase sobre el arte de cantar, precisamente en el momento en que les explicaba que la voz del Grillo era la mejor y la más bella entre todas los voces, pues se producía mediante el adecuado frotamiento de las alas contra los costados, en tanto que los Pájaros cantaban tan mal porque se empeñaban en hacerlo con la garganta, evidentemente el órgano del cuerpo humano menos indicado para emitir sonidos dulces y armoniosos.

Augusto Monterroso

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Con el recurso de la parodia se puede lograr la brevedad cuando se quiere hacer un contraste humorístico u ofrecer nuevas perspectivas ante un pensar anquilosado. Se re-escribe la historia o algún pasaje bíblico. Se parodian dichos populares, frases hechas, situaciones o leyendas conocidas. Para lograrlo, el escritor se vale de la paradoja, la ironía o la sátira. Veamos un ingenioso juego de perspectivismo de René Avilés Fabila: Apuntes para ser leídos por los lobos:

El lobo, aparte de su orgullosa altivez, es inteligente, un ser sensible y hermoso con mala fama... Trata de sobrevivir. Y observa al humano: le parece abominable, lleno de maldad, cruel; tanto así que suele utilizar proverbios tales como: “Está oscuro como boca de hombre”, para señalar algún peligro nocturno, o “el lobo es el hombre del lobo”, cuando este animal llega a ciertos excesos de fiereza semejante a la humana (Los oficios perdidos, 1985, 56).

Veamos también, de Marco Denevi, una parodia moderna de un cuento muy viejo. El contexto ya está dado y el escritor no tiene que describir la situación ni los personajes. La bella durmiente del bosque y el príncipe:

“La Bella Durmiente cierra los ojos pero no duerme. Está esperando al príncipe. Y cuando lo oye acercarse, simula un sueño todavía más profundo. Nadie se lo ha dicho, pero ella lo sabe. Sabe que ningún príncipe pasa junto a una mujer que tenga los ojos bien abiertos” (Antología precoz, 1973, 215).

9. Hacer uso de un final ambivalente. Un final ambivalente, sugerente al mismo tiempo de otra verdad, se debe quizá, al menos en algunos casos, a la influencia del haiku japonés, cuya brevedad fue además popularizada en México por José Juan Tablada. Tenemos aquí uno, inédito, de Lázaro Gómez Carriles, “Sobre la verde y húmeda yerba”.

Hojeando un poemario en una espléndida tarde de verano, el poeta se deleitaba despreocupado sobre la yerba. Se había arremangado los pantalones, y refrescaba sus pies desnudos en las serenas aguas del río. Como una tormenta que se desata de imprevisto, un gomioso caimán – respondiendo a un instinto natural – lo agarró por una pierna y desapareció entre las turbulentas aguas. Allí quedó el libro de poemas sobre la verde y húmeda yerba.

10. Hacer uso de un final sorpresivo El final abrupto, impredecible, pero abierto a múltiples interpretaciones, impone una lectura que incide en el desarrollo de la imaginación y del pensamiento exigiendo un lector modelo que recree el contexto de este minicosmos narrativo.

Sorprender al lector al final es una de las características más notables del cuento, y por tanto, del minicuento. El tema de la literatura reflejándose en sí misma es a veces fértil. De Alvaro Barnagán García, “Epílogo”.

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Cuando escribió la palabra “fin” se dio cuenta de que su personaje aún respiraba, pero ya era tarde para ayudarlo, así que cerró la pluma y lo dejó morir.

Para que sea más literario, debe alejarse un poco del chiste y la anécdota, pero su

frecuente propósito humorístico a veces lo traiciona. Veamos un ejemplo, “Corrección cinematográfica”, otra vez de Avilés Fabila.

Cuando el aterrado público esperaba ver al inmenso King-Kong tomar entre sus manazas a la hermosa Fay Wray, el gorila con paso firme salió de la pantalla, y pisoteando gente que no atinaba a ponerse a salvo, buscó por las calles neoyorquinas hasta que por fin dio con una película de Tarzán. Sin titubeos – y sin comprar boleto – con toda fiereza, destrozando butacas y matando espectadores, se introdujo en el film y una vez dentro ansiosamente buscó a su verdadero amor: Chita.

De Victorio Lichy tenemos otro ejemplo, “Sin título”.

Un día oscuro de otoño de un oscuro año, llegó a una oscura estación de tren de un oscuro pueblo de provincia, un oscuro personaje que llevaba oscuras intenciones. Justo apareció un bichito de luz y le arruinó los planes.

ACTIVIDAD 3: ANÁLISIS-PRÁCTICA 1. En grupos de tres alumnos, seleccionad dos microcuentos de cada grupo (

Grupo I, II y III), según os indique el profesor, de entre los que componen la Antología de minificciones y microcuentos . Analizadlos de modo similar al microrrelato anterior, en la medida en que sea pertinente hacerlo en todos los aspectos, para presentar una explicación de sus características y una opinión o valoración de la selección.

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ACTIVIDAD 4 Recopilación de microrrelatos 1. Recopila micorrelatos de tu gusto, justificando la elección, en los siguientes

documentos: • Babelia, suplemento literario de El País, páginas 2 y 3: Once y un

minicuentos • Babelia, suplemento literario de El País, páginas 2 y 3: Átomos

literarios • La extrema brevedad: microrrelatos de una y dos líneas (Antología

de minificciones y microcuentos) • Internet:

• www.ciudadseva.com: Biblioteca Digital Ciudad Seva / Cuentos / Minicuentos: Varios Autores ( Al final de este apartado aparece otra sección titulada M INICUENTOS DE AUTORES EN OTRAS SECCIONES DE LA BIBLIOTECA DIGITAL CIUDAD SEVA)

• www.clubcultura.com: clubliteratura / Juan José Millás / Articuentos (4 bloques temáticos)

• Búsqueda de autores de los suplementos el El País

ACTIVIDAD 5: Crea dos microrrelatos propios

Microrrelato: doce recursos más para hacernos sonreír Recurso Nº 1. Trasgresión de géneros. Una de las características del microrrelato es que es “proteico”, o sea, que salta las barreras genéricas tradicionales entre la narrativa, la poesía y a veces el ensayo. Lola Díaz nos ofrece un buen ejemplo poético en Fertilidad.

“A punto de terminar su relato, una ráfaga de viento se llevó las palabras. Cayeron en tierra fértil, y en primavera brotaron cuentos de colores”. New York, mayo de 2006.

La fantasía poética aparece combinada con la narrativa en este ejemplo, de Miguel Gomes:

“Apenas despierto, sin motivos aún para pensar, descubro la séptima cara del dado. Está junto a las otras, en medio de ellas, y a un lado. Allí donde no llega el Azar.

Recurso Nº 2. Sorprender al lector con una lógica inesperada.

Veamos un ejemplo de Raúl Brasca (2005).

“Me abandoné a la placidez del sueño y, cuando regresé a la vigilia, me vi empapado y temblando de miedo. Me perdí detrás de una mujer, y cuando me di cuenta, estaba desnudo y sin un centavo. Me dejé flotar en el vaivén de las olas,

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y cuando volví en mí, me hacían respiración artificial. Definitivamente, no puedo dejarme solo.”

Veamos también La fuerza del destino, de Julia Otxoa:

“El perro riñe al gato, el gato al ratón, el ratón a la musaraña, la musaraña a la araña, la araña a la mosca, la mosca a la hormiga, la hormiga a la pulga, pero la pulga, como es tan pequeña, no tiene nadie más pequeño a quien reñir, así que, indignada, prepara la revolución para derrocar al perro.”

Recurso Nº 3. Realizar un cambio sorpresivo de contexto.

A veces se crea una expectativa, tratando de despistar al lector. Veamos Pista falsa de Ana María Shua (1992):

“Seguir el reguero de manchas, ¿no será peligroso? ¿Cómo saber que conducen al cadáver, y no hasta el asesino? (Pero las manchas son de tinta y llevan hasta la palabra fin).”

Veamos otro ejemplo, Antropofagia, de Isabel Segura Boutry:

“Sus incontables victorias no le impidieron sucumbir a los encantos de la exótica reina negra. Ella, siguiendo ancestrales ritos, no dudó en comérselo. El rey había olvidado que era el blanco del tablero.”

Recurso Nº. 4. Contrastar presente y pasado.

Ayuda en este recurso hacer referencia a personajes conocidos. Veamos, también de Shua (1981), un fragmento de un relato más largo, Princesa, mago, dragón y caballero, que remeda una historia medieval: [...]

El caballero Arnulfo amaba y deseaba ya la princesa Ermengarda (a su imagen) como un chico ama y desea su primera, no poseída bicicleta [...].

Veamos Post-operatorio, de Adolfo Bioy Casares:

“- Fueran cuales fueran los resultados- declaró el enfermo tres días después de la operación-, la actual terapéutica me parece muy inferior a la de los brujos, que sanaban con encantamientos y con bailes.

Y uno más moderno, Bagdad, de María Elena Lorenzín (inédito):

“Érase una vez una ciudad de ensueño, una legendaria ciudad de las Mil y una Noches. Ahora es la ciudad de las mil y una pesadillas”.

Recurso Nº 5. Concretización de una metáfora o dicho popular. Veamos En legítima defensa, de César Antonio Iturralde: “Sustrajo el pan, y su condena fue perpetua por haber matado el hambre”.

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De Fernando Aínsa, Olvido confirmado: “Recuérdalo, por las dudas: todos los escritores inmortales se han muerto”.

Veamos otro ejemplo, Despertar, de Norberto Costa:

“Despertó cansado, como todos los días. Se sentía como si un tren le hubiese pasado por encima. Abrió un ojo y no vio nada. Abrió el otro y vio las vías.”

Recurso Nº 6. Escamotear el significado de una frase hecha.

Veamos otro de Fernando Aínsa, un microrrelato que es parte de “De eso se trata ahora”. Su amor por la patria no tiene fronteras. A veces el lector tiene que completar el significado.

De José Antonio Martín, veamos un buen ejemplo. Cuento que me contó una vez

mi hija Adriana, fastidiada que le pidiera un cuento: “Había una vez un colorín colorado”.

Recurso Nº 7. Utilizar un formato popular, no literario.

Un formato moderno a que recurre el microrrelato con frecuencia es el anuncio clasificado. Veamos Clases de gimnasia, otra vez de Shua (1996):

“Para aumentar la flexibilidad del tronco y ramas, evitando así quebraduras provocadas por ráfagas intempestivas, clase de gimnasia para árboles se ofrecen, individuales y a domicilio. Precios especiales para bosques”.

Y otro ejemplo, Aviso oportuno, de Vetusta Morla: “Se solicitan fantasmas para devolver la capacidad de asombrar. Interesados, favor de presentarse sorpresivamente.

Veamos, de Armando Pérez, Designio que parafrasea el muy conocido Génesis: “Entonces dijo: “¡Que se haga el automóvil!” Y la ciudad se deshizo”.

Recurso Nº 8. Utilizar una lógica desviada. Puede llevar a una paradoja o al absurdo

Veamos este de Andrés Rivero.

“Decía que amaba tanto a su esposo que tenía que engañarlo con otros hombres; uno, para probarse a sí misma todo lo que quería al marido; dos, para destrozarle la ilusión a esos que algún día podrían rivalizar con su cónyuge.”

Con frecuencia este recurso envuelve además una inversión de ideas o de palabras. Veamos Una realidad (inédito), de Fabián Vique:

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“Me desperté a las tres de la madrugada sobresaltado, bañado en sangre, con un puñal clavado en el medio de mi pecho. “¡Menos mal!”, me dije, “es sólo una realidad”. Y seguí durmiendo,”

Y otro de Vique, también inédito, Melómano: “Tanto le gustaba la música que le había puesto a su teléfono móvil, que nunca atendió una llamada.”

Recurso Nº 9. Hacer uso de la ironía.

Este recurso consiste en decir lo contrario de lo que se quiere significar, lo que el lector deberá captar. Veamos Libertad, de Juan José Arreola:

“Hoy proclamé la independencia de mis actos. A la ceremonia sólo concurrieron unos cuantos deseos insatisfechos, dos o tres actitudes desmedradas. Un propósito grandioso que había ofrecido venir envió a última hora su excusa humilde”.

Veamos uno más, El sueño y la vigilia, de Gabriel Jiménez Emán:

“Había confundido tanto la vigilia con el sueño que antes de acostarse clavaba con un alfiler cerca de su cama un papelito que decía: Recordar que mañana debo levantarme temprano”.

Recurso Nº 10. Desacralización de personajes conocidos. Hay algo de burla en esta intertextualidad. Veamos el elíptico Drácula, de Diego Muñoz Valenzuela: “El conde Drácula no soporta más el dolor de muelas y decide tratarse con un especialista”.

Veamos además Pecado, de Luis Felipe Fernández: “Al convertirse en hermoso cisne, el patito feo comprendió que su madre había sido adúltera”.

Por último, veamos otro microrrelato inédito de Fabián Vique, Si Penélope:

“Si Penélope, señores Diputados, en lugar de tejer y destejer improductivamente hubiese sólo tejido, la industria textil de Ítaca habría recibido un impulso fenomenal y Grecia ocuparía hoy un lugar más relevante en la Comunidad Económica Europea.”

Recurso Nº 11. Crear una perspectiva infrecuente o única. Este es uno de los recursos favoritos de los microrrelatistas. Su propósito parece ser hacernos ver el mundo desde otro ángulo. Veamos Calidad y cantidad, de Alejandro Jodorowsky:

“No se enamoró de ella, sino de su sombra. La iba a visitar al alba, cuando su amada era más larga.”

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Veamos el Nro 108 del libro La Sueñera de Ana María Shua: “Yo contra los huevos fritos no tengo nada. Son ellos los que me miran con asombro, desorbitados”.

Veamos, de Alfredo Armas Alfonzo:

“Engracia Magna Pastora Toribia Rafaela le pusieron a la hora de las aguas, y no crecía; mamá lo atribuía a la carga de tanto nombre”.

Y éste, de Rogelio Guedea, En defensa del oficio:

“Los que no escriben saben que escribir es fácil (...). Sin embargo, los que escriben piensan todo lo contrario y si se empeñan en estar horas enteras frente a la página en blanco (...) es sólo porque quisieran encontrar finalmente esa verdad de que tan buena fuente saben los que no escriben.”

Veamos por último otro ejemplo, muy sutil, de Raul Brasca: Amor I.

"A ella le gusta el amor. A mí no. A mí me gusta ella, incluido, claro está, su gusto por el amor. Yo no le doy amor. Le doy pasión envuelta en palabras, muchas palabras. Ella se engaña, cree que es amor y le gusta; ama al impostor que hay en mí. Yo no la amo y no me engaño con apariencias, no la amo a ella. Lo nuestro es algo muy corriente: dos que perseveran juntos por obra de un sentimiento equívoco y de otro equivocado. Somos felices.”

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MICRORRELATOS ESCRITOS POR ALUMNOS

CURSOS ANTERIORES

1. El portero estaba colocado...¡gol! 2. Toda una vida

Lo vio pasar en un vagón de metro y supo que era el hombre de su vida. Imaginó hablar, cenar, ir al cine, yacer, vivir con él. Dejó de interesarle.

3. El inmigrante

Estaba siendo la noche más larga de mi vida: estaba hambriento, congelado, tenía a mi padre recién muerto encima de mí. Nadie decía nada, todos estábamos muy asustados, esperando que llegáramos al paraíso. De repente pudimos ver la luz, pensábamos que sería la policía, pero venían a ayudarnos. Nos escondieron en una casa y a los días decidí salir a conocer el paraíso, sólo pude verlo durante un instante.

4. Es fácil juntar de nuevo a los Beatles. Sólo se necesitan tres balazos. 5. Belleza escultural

Su tez era brillante; su cuerpo esbelto y bien moldeado; su cabellera resplandecía con múltiples colores bajo el sol. Sin embargo nadie podía acordarse de semejante belleza, pues ella era Medusa.

6. Sueño fatídico Cuando murió, fue enterrado en un ataúd y los gusanos devoraron su cuerpo. Su casa fue vendida porque no tenía herederos y su puesto de trabajo ocupado por un compañero suyo. Sin embrago, él continuó con su vida y nunca supo qué ocurrió aquella fatídica noche mientras dormía.

7. Toda una vida en un sueño El niño soñaba. Soñaba que era mayor, que disfrutaba de su adolescencia, de su juventud. El niño soñaba que llegaba a la madurez, que disfrutaba de la vida, de su pareja, de sus hijos. El niño siguió soñando y soñó que llegaba ala vejez, que recordaba con añoranza los tiempos de antaño, que veía acercarse el día de su muerte. El niño despertó y vio su cara marcada por las arrugas, por la vida y por los pasos cercanos de la muerte.

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MICRORRELATOS ESCRITOS POR ALUMNOS

CURSO 2011-2012

Fútbol como religión Dios creó el fútbol, en le que había Cristiano y Messi-as. Cada uno estaba hasta las Casillas del otro. Pedrito, el amigo de Messi-as que vivía en la misma Villa, no quería que hubiese Pique. Por eso llegó Pepe el domingo de ramos para arreglarlo. Lásss-tima para el Cristiano que el Messi-as estuviese super Mou-tivado y abriese el camino hacia la victoria. Dios, la terminar de contarle la historia a Jesús, le preguntó a la amdre de su hijo: - Di, María, ¿qué te ha parecido la historia? - Muy bonita - ¿Por qué, por qué, por qué,...?

Julen Iturralde y Julen Martín El primer bebé El parto fue un éxito. El bebé era precioso, salió con bastante pelo, mejillas muy suaves y, cuando, abría los ojos, se veían unos preciosos ojos azules.

Ha pasado mucho tiempo, pero todavía no entiendo cómo el primer bebé que tuve no fue el momento más feliz de mi vida, cómo es que no me dolió, ni cómo pueden decir que es algo complicado, pues yo lo único que hice fue ponerme los guantes y decir a la pobre mujer que empujase.

Julen Martín

Buenos días Como cada noche de aquel caluroso verano, reinaba el silencio. Me deslicé por la puerta, sin hacer ruido alguno. En la casa había muchos objetos de valor, era el paraíso para un ladrón. Subí sigilosamente las escaleras y me adentré en la habitación a hurtadillas. Era el momento de mayor tensión, cuando lentamente me acerqué a la cama donde dormía el hombre de la casa. Un aguda alarma me sobresaltó, y sin poder reaccionar el hombre me agarró del cuello. Ya que no podía hacer nada, me limité a darle los buenos días: ¡¡¡MIAU!!!

Alex Hualde y Edurne Lizarraga La radio Al despertar, la radio pensó que si su dueño estaría aún apagado. En efecto, no tenía luz y decidió darle al botón de "encendido", pero seguía sin funcionar. Entonces se dio cuenta de que no estaba enchufado.

Edurne Lizarraga

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La cámara Yo ya no sabía cuánto tiempo llevaba allí, pero no podía escapar esa cámara oscura e infinita. Había pasado lo que pueden considerarse muchos años vagando por esa oscuridad. Lo último que recuerdo antes de perder mi cuerpo y convertirme en un alma confinada, fue un "clic" y seguidamente una intensa luz blanca que entraba por los ojos de mi cuerpo y me arrastraba a esta cámara sin salida. No sé hasta cuando estaré aquí.

Íñigo Díaz de Cerio y Cristina Cabezón

De cabeza en cabeza He llegado. No hay nada. Por ello he decidido cambiar de rumbo. Esta vez he elegido un sitio con más vegetación. Pero entonces ha empezado a llover, después ha venido la nieve dejando en ele aire un extraño olor. Poco a poco me debilito y cuando he perdido todas mis fuerzas, un rastrillo gigante me ha atrapado me ha elevado. Ha sido entonces cuando he visto un edificio con mi imagen y por encima de esta cruz roja. creo que este es mi fin.

María Oyanarte y Edgar Rivera

Ella La creatividad nunca fue m fuerte. Sentarme frente a una hoja en blanco si saber qué escribir siempre me ha frustrado. Ya desde pequeño tenía dificultad para hacerlo. Recuerdo la primera vez que tuve que contar una historia a partir de unas viñetas. El resultado fue una descripción de las escenas y mi primera gran llorera. Hasta que la conocí a ella. No sé como apareció en mi vida. Se cruzó en un cálido atardecer de desesperación. Las ideas surgieron en mi cabeza, eran tantas que apenas me daba tiempo a escribirlas: aventuras, cuentos de amor, cómics... historias sin final.

Como vino se fue, y ahora la añoro. Pues con su huida, mi incapacidad volvió a aparecer.

Saúl Braco

El juego de las montañas El viento sopló de algunas nubes despertando a las nubes de alrededor, pues estaban muy juguetonas. Estas nubes, a cusa de este repentino despertar, empezaron a gotear su sueño, destrozando el juego de las montañas. Ante este hecho, las montañas decidieron enfriar el ambiente convirtiendo por arte de magia las gotas cristalinas en gigantescos copos de nieve vistiéndolas de novia.

Irma Irigoien e Irantzu Lategi