MICRORRELATOS DE MIEDO

CONCURSO MICRORRELATOS “MIEDO EN EL BEMBÉZAR”Curso 2012-2013.

MIEDO EN EL BEMBÉZAR

Érase una vez, en un instituto llamado Bembézar ,una mañana a las 8:35 , desde mi pasillo se oyó un ruido muy fuerte en la cafetrería. Fuimos allí y no había nadie .Solo había sangre. De repente en el aula de música se oyó un ruído más fuerte todavía. Fui yo con mis amigos a ver lo que pasaba y cuando llegamos no se abría la puerta. Fuimos a conserjería a pedir ayuda y cuando llegamos se oían voces de niños gritando :

-¡Socoro! ¡Socorro!

El conserje tiró la puerta abajo y no había nadie solo sangre en las ventanas.

Mis amigos y yo, andando atemorizados , llegamos otra vez a nuestro pasillo; y el golpe fue ahora en la biblioteca, llegamos y la puerta estaba abierta. Quiso entrar un amigo mío delante de mí. Al cabo de un rato no oíamos nada y ya llegó un momento en el que nos estaba preocupando y decidimos entrar, pero allí no había nadie y nos asustamos mucho, salimos a correr uno para un lado, otro para otro lado…

Eran las 13:30 y cuando salí al recreo estaban allí mis amigos sentados. Me fui acercando y ellos se alejaban de mí; no entendía nada. Más tarde tocó el timbre y me fui a la biblioteca a estudiar y a hacer los ejercicios. Salí a los 20 minutos y me fui otra vez al patio y mis amigos estaban otra vez allí, pero ahora estaban corriendo y yo corriendo detrás de ellos y no los alcanzaba nunca. De repente tocó el timbre y desaparecieron como si fueran fantasmas.

Ya tenía clase y cuando entré en el aula estaban todos mis amigos: los del aula de Música , los de la biblioteca…

Con estacas atravesándoles el cuello, estaban colgados de la pared y ponía un mensaje en la pizarra diciendo:

¡¡EL SIGUIENTE ERES TÚ!!

Jorge Romero Gallego. 1º ESO B

TARDE DE PÁNICO EN EL BEMBÉZAR

Los chicos del instituto Bembézar andaban algo nerviosos por culpa de un intento de secuestro de un menor en Azuaga. Todo tipo de comentarios se

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escucharon en el patio del recreo: que si era un hombre de aspecto un poco desgarbado y siniestro, o que si era un viejo mendigo con barbas largas.

El viernes por la tarde tres chicos se quedaron a clases de refuerzos. Todo iba normal, pero transcurrida media hora el cielo oscureció y comenzó a tronar y caer rayos que iluminaban todo el instituto, ya que en el mismo instante del trueno la luz se apagó; el profesor les dijo que no se moviesen, que regresaría en un instante.

Transcurridos quince minutos los chicos se pusieron muy nerviosos, pues el profesor no regresaba. De pronto, los chicos vieron una figura negra a través de la ventana y comenzaron a gritar llamando al profesor, pero éste no aparecía. Decidieron ir en su busca, de repente dio un tremendo trueno y se oyó un golpe en la puerta. Los tres quedaron inmóviles y boquiabierto. La puerta se abrió y allí estaba delante de ellos la siniestra figura; resultó ser el profesor que se había puesto un chubasquero grande y negro para salir a comprobar el sistema de luz.

Mª José Sillero. 1º ESO B

Miedo en el Bembézar

Una mañana de Halloween, por hacer algo de miedo, jugamos al escondite, cosa de la que siempre me arrepentiré. La mañana era fría. En el ambiente se notaba algo extraño. Lo hacíamos por diversión. Mis amigas y yo buscamos a la profesora de Matemáticas. Todo comenzó con risas, aunque yo estaba un poco seria. Mis amigas y yo no conseguíamos encontrar a la profesora. Nos dimos cuenta de que algo pasaba en la sala de profesores: alguien se movía

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de un lado a otro sin parar. Al final paró y con una voz ronca nos dijo: “Voy a ir a por vosotras”. A la profesora de Matemáticas la habían secuestrado y no paraba de gritar: “Socorro, socorro”. Vimos que el hombre se acercaba poco a poco hacia nosotras. Nosotras sin pensar echamos a correr, entonces miré para atrás y vimos que estaba tirado en la mitad del patio. Nosotras, muy silenciosamente, nos acercamos a él. Cuando nos dimos cuenta abrió los ojos, lanzó la mano y atrapó a una de mis amigas. La cogió y se la llevo a la Sala de Profesores donde estaba la profesora de Matemáticas, Sonia. Mi otra amiga y yo pensamos como poder salvar a las dos. A mí se me ocurrió una idea: hacer un muñeco que se pareciera a mí. Cuando él lo viera iría corriendo hacia el muñeco y nosotras entraríamos por la otra puerta para salvar a Sonia y a mi amiga y así las dos saldrían ilesas del secuestro del “Hombre de la fiesta de Halloween”. Y ya con el plan pensado nos dispusimos a hacerlo. Empleamos dos horas en hacer el muñeco. Con mucho cuidado y sin hacer ruido lo pusimos en la puerta principal. Cuando el “Hombre de la fiesta de Halloween” lo vio echó a correr hacia el. Cuando nosotras entramos por la otra puerta que está en el patio, nos encontramos a Sonia y a mi amiga atada a una silla. Nosotras, corriendo, las desatamos y salimos rápidamente de allí. Nosotras nos salimos del edificio y llamamos a la policía y cuando vinieron se llevaron detenido al “Hombre de la fiesta de Halloween”.

Fin

Marta Tena Bermejo 1ºB

Microrrelato de terror en el IES Bembézar

Era un día de noviembre cuando estábamos en el patio del recreo y entraron diez hombres enmascarados con pistolas. La mitad de estos cogieron y metieron a todos los niños en una clase, mientras que los otros fueron registrando las clases y los despachos.

Cuando fueron registrando las clases fueron a un aula a por niños que se habían escapado pero estos los vieron y se quedaron escondido.

Un niño que tenía un móvil llamo a la guardia civil, pero esta no les hizo caso. Los niños decidieron escapar, pero un enmascarado los vio y pego un tiro, pero

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no les dio. Entonces un vecino oyó el disparo y fue a ver que pasaba, pero vio a uno de los hombres enmascarados y salió a correr. El enmascarado llamo a su jefe y se lo conto. El jefe le dijo que lo cogiera y salió a correr para pillarlo, en ese momento pasaba por allí la guardia civil que lo vio y llamo a las refuerzos para que fueran al IES Bembézar. Estos llegaron, entraron al instituto y se metieron en consejería y les anunciaron por megáfono que se rindieran y salieran para afuera. Pero estos no se hicieron caso y entro la guardia civil a rescata a los niños. Cuando faltaba el ultimo niño un enmascarado lo cogió, pero un agente le pego un tiro en la pierna al enmascarado que soltó al niño. Al final nadie salió herido, los enmascarados fueron a la cárcel, les quitaron las cosas robadas y los niños volvieron a la normalidad.

Manuel Pascual Mellado 1º B

MIEDO EN EL BEMBEZAREscrita por Carlos Rudilla Gómez. 1º B

La historia que paso a contaros, me sucedió a mí.

Como ya me conocéis, por mi gran despiste, el pasado Lunes olvidé en clase unos libros y no podía realizar mis tareas.

Me acerqué al Instituto por la tarde, ya anochecido, con la pretensión de recogerlos.

Mi alegría fue que, aun siendo bastante tarde, me encontré con las puertas abiertas. Todas las luces estaban apagadas, excepto las de emergencias, que eran las únicas que iluminaban algo los pasillos.

Llamé en voz alta, más bien gritando, para ver si había alguien en el centro; nadie contestó. Me fui por el pasillo hasta la puerta de mi clase, estaba entreabierta. Pensé que estaría la Sra. de la limpieza ¡ Cuál fue mi sorpresa que la clase estaba totalmente vacía! No había ni mesas ni sillas, nada, solo en el centro de la clase una gran mesa toda rodeada de velas que iluminaban la

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estancia. Observé que las paredes estaban pintadas en color rojo, "parecía sangre", con mensajes y dibujos satánicos.

Me asusté tanto que, cuando pude reaccionar ante lo que estaba viendo, corrí el pasillo a delante y no miré para atrás.

Al día siguiente volví al Instituto , como todos los días, y con la idea de buscar una explicación a lo que había sucedido la noche anterior. Me asombré cuando comprobé que al llegar a clase, estaba todo en su sitio, hasta mis libros estaban debajo de la mesa, como si allí no hubiera sucedido nada.

¡¡¡HABRÍA SIDO TODO UN MAL SUEÑO!!!

MIEDO Y TERROR EN EL BEMBÉZAR

Una vez en el instituto Bembézar un grupo de muchachos quisieron saltarse al instituto por la noche y querían entrar por Bachillerato, pero no pudieron porque estaba cerrado, así que tuvieron que forzar la puerta. Entraron y, de repente, escucharon gritos y llantos de una niña en la planta de arriba y todos corrieron para el patio, pero la puerta estaba cerrada. Salieron corriendo de Bachillerato todos hasta la puerta y se dieron cuenta de que faltaba uno. Volvieron a ver dónde estaba, pero no lo encontraron y se volvieron a escuchar los gritos y los llantos de la niña.Estaba todo muy oscuro y uno pisó algo diferente. Alumbraron y era el muchacho que faltaba: estaba muerto y la niña se reía. Intentaron salir, pero la puerta estaba cerrada y no se podía abrir. Entonces, uno se empezó a sentir muy mal, como si le faltara el aire y, de repente, cayó al suelo. El amigo, al verlo, comenzó a moverlo y como no reaccionaba se asustó y pensó: “Aquí morimos todos”. Se sentó y entre tinieblas vio a la niña que se reía y, de repente, él también murió.

FIN JUAN LUIS RODRIGUEZ VEGA 1ª B

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MIEDO EN EL BÉMBEZAR

Había una vez un niño que se fue al instituto Bembézar con su amigo Víctor. Al día siguiente el niño, su amigo Víctor y toda la clase llegaron muy rápido para sentarse. En mitad de la clase de Lengua, la profesora se convirtió en un ogro que estaba muy enfadado. Todos los alumnos salieron a correr para que no les cogiera a ninguno. En la hora de Matemáticas, el profesor se convirtió en un zombi, y se cayó al suelo. Cuando se despertó, los alumnos se habían ido al recreo.La profesora de Plástica se convirtió en un fantasma muy malo que fue comiéndose a un niño detrás de otro.Los únicos niños que sobrevivieron fueron el niño del que hablaba al principio y su amigo Víctor.Con el miedo que tenían los dos se fueron a sus casas y no fueron en un mes al instituto. Durante ese mes llamaron a un especialista en seres paranormales y resultó que el niño era el causante de todos estos fenómenos, pero solo afectaba a los profesores.

José Romero Gallego

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LA HISTORIA EN EL BEMBÉZAR

Un día en el Bembézar le dijimos a Agustín de Sociales que si nos podíamos quedar en el instituto a dormir en el aula de 2ºC y nos dijo que sí, pero que nos portáramos bien.

Era de noche y usamos nuestros sacos de dormir. Nos dormimos en la clase de bachillerato, todos estábamos en un círculo contando historias de miedo con als luces apagadas. De pronto, escuchamos voces y pasos a lo lejos y nos asustamos mucho. Todos pensábamos cual era ese ruido que estábamos escuchando. Los niños, que son muy valientes, se levantaron y fueron a ver que era. Abrieron la puerta y vieron una sombra y fueron a ver lo que era, y aparecieron Sonia de matemáticas y María Isabel de Ciencias Naturales, que estaban preparando una obra teatral para la noche de Halloween. Se fueron para la clase y nos contaron lo que era y nos echamos a dormir y la mañana siguiente nos dijo Agustín que cómo nos habíamos portado y le dijimos que muy bien, que queríamos repetirlo otra vez.

BELÉN RODRIGUEZ DEL POZO 1ºB

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La niña del Salón de Actos.

Todo comenzó el 13 de noviembre en el instituto Bembézar. Era viernes y a Marta y Carmen se les ocurrió una idea.Marta y Carmen eran hermanas y sus padres esa noche no dormían en casa. Ellas pensaron que sería divertido pasar la noche solas en el instituto y hacer lo que quisieran allí. Cuando sonó el timbre de las 2.30 Marta y Carmen se escondieron en los baños de Bachillerato y esperaron a quedarse solas. Pasaron la tarde husmeando por todo el instituto, cogieron comida de la cafetería y vieron una película en la clase D-13. Cuando terminaron de ver la película ya se había hecho de noche; era una noche muy oscura, la luna no alumbraba y hacía mucho viento y solo se escuchaban los crujidos de las puertas. Marta y Carmen tenían un poco de miedo y decidieron irse a casa a dormir, pero todas las puertas estaban cerradas y no podían salir. De repente, se escuchó un fuerte portazo que procedía del Salón de Actos y un grito muy fuerte de una niña. Aunque tenían mucho miedo fueron a ver si había alguien, pero no había nadie, tan solo una gran mancha de sangre en el suelo. Marta y Carmen no sabían qué hacer y salieron corriendo hasta el “Hall” y se abrazaron, pero al darse la vuelta vieron una sombra y escucharon una voz que decía: “FUERA DE AQUÍ”. Se quedaron inmóviles, y de repente la figura de una niña apareció delante de ellas. Todos los cristales se rompieron y las puertas daban portazos; aquella niña parecía furiosa.Marta y Carmen intentaron hablar con ella, pero reaccionó mal y se abalanzó sobre ellas: las chicas quedaron inconscientes en el suelo.A la mañana siguiente se las encontraron ahorcadas en la puerta del Salón de Actos.La niña las había matado para vengar su propia muerte. Aquella niña había sido alumna del instituto Bembézar en 1990 y fue violada y asesinada por el profesor de Música después de negarse a mantener una relación sentimental con él.

Alba Hidalgo Chavero (1º Bachillerato A)

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“EL ENCUBRIMIENTO”

Aquel miércoles había sido otro día ¿cansando? y para colmo, la lluvia no había cesado en toda la mañana. El día había transcurrido con normalidad; el segundo recreo se acababa y llegaba la hora de matemáticas. La clase, como de costumbre, se hizo lenta y aburrida, pero al fin sonó el timbre. Ahora únicamente restaba la clase de C.M.C. y podríamos marcharnos a casa. Nuestra alegría aumentó al saber que Ana Valencia, nuestra profesora, había faltado. Poco después de saber esto, apareció Don Rafael, quien iba a ser nuestro profesor de guardia y nos dijo que subiéramos a la D13, ya que Ana nos había sorprendido dejándonos preparada una película en lugar de ejercicios. Para no variar, todos entramos en la clase riéndonos y armando jaleo, lo que no me impidió fijarme en que la pizarra estaba muy sucia; sin embargo, fue cuando Don Rafael se dispuso a bajar la pantalla, cuando me di cuenta de que aquel que hubiera borrado la pizarra lo hizo de tal forma que había representado una cruz. No estaba totalmente seguro, ya que todo había sucedido muy rápido, pero cuando escuché a Laura y David comentando lo mismo, mis dudas desaparecieron. Sin embargo, la sorpresa mayúscula vino cuando, al encenderse el proyector, la frase “Ahora es mi turno” permanecía en la pantalla al tiempo que comenzaba la película. Alguien había escrito esto en la lente del proyector con un rotulador rojo que se encontraba en la mesa de Don Rafael, que resultó ser el mismo que él había perdido hace días y… sorprendentemente, la tinta se había acabado. Todos salimos de la clase sobresaltados y algunos de nosotros nos dirigimos a Dirección para contar lo ocurrido. El director nos repetía constantemente que nos tranquilizásemos y volviésemos al aula; sin embargo, sus rostro cambió al escuchar el nombre del profesor que se encontraba con nosotros y nos preguntó con cierto nerviosismo que dónde estaba, pero al salir al patio sólo encontramos al resto de la clase. El director preguntó por Don Rafael, pero nadie supo responderle, excepto Castillo, que dijo que habría ido a comprar un rotulador nuevo. Decidimos regresar de inmediato a la clase, pero ninguno de nosotros esperaba encontrar lo que todos observábamos sin decir una palabra. En el pasillo central de la clase se podía ver un pequeño charco en el suelo, causado por una gotera que nadie recordaba y seguido del cuerpo sin vida de Don Rafael, que se encontraba delante del único pupitre que había en el pasillo. Todo hacía pensar que se había golpeado con dicha mesa al resbalar, pero tras acercarnos a la mesa encontramos aquel rotulador junto con la foto de un joven y feliz adolescente en la cual ponía: “La tinta pareció acabarse de la misma forma en la que todo pareció un accidente”.

Laura Cabanillas. 1º Bachillerato A.

“EL FANTASMA DE ANA”

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Todo comenzó un día cuando me dirigía al instituto. Por las mañanas siempre me encontraba por el camino a mis compañeros y a los profesores, pero ese día no me encontré a nadie y pensé que había pasado algo. Cuando llegué al instituto parecía como si no hubiera nadie, pero todas las puertas estaban abiertas; entré dentro y en la conserjería había un papel que ponía: “Se declaran dos días de luto por la muerte de una profesora, Ana Valencia”.

Yo pensé que era la única persona del instituto que no lo sabía. De repente, se presentó allí un compañero mío, Paco. Él tampoco sabía nada y cuando leyó el papel se le puso la cara blanca y me dijo: “Esto lo he soñado yo, he soñado que esto iba a pasar hoy”. Me cogió del brazo y me llevó a la sala de profesores, me sentó en una silla.

Inesperadamente, se apagaron las luces de la Sala de Profesores y empezó a hacer mucho frío, sobre todo por donde yo estaba y se oía la voz de la profesora como si estuviera dando clases. Mi amigo y yo nos acercamos al Departamento de Lengua, abrimos la puerta y allí estaba Ana, vestida de blanco, con un rostro pálido y sin manos. De la impresión empezamos a gritar y salimos de allí corriendo, ya que nos habían dicho que había muerto.

Nos salimos a la puerta y en ese mismo momento llegó el Director y nos preguntó qué hacíamos allí. Le contamos todo lo que había pasado y se quedó sorprendido.

Íbamos entrando de nuevo al recinto del instituto los tres y, de repente, se cerraron las puertas de fuera; empezaron a aparecer unas nubes muy oscuras en el cielo y empezó a llover. Nos entramos dentro y vimos cómo el fantasma de Ana vagaba por los pasillos como si buscara a alguien; llamaba a una persona pero no se le entendía el nombre. Lo poco que se entendía era que se iba a vengar de la persona que le había matado y esa persona lo iba a pasar muy mal.

El fantasma se metió en una clase y se sentó en una mesa. Decía que en esa mesa se sentaba la persona que le había matado y esperaría a que pasaran los días de luto para poder vengarse.

Días más tarde, estando en el instituto, un muchacho llamado David empezó a sentirse mal porque decía que estaba viendo a Ana y toda la gente se reía de él. Cuando nadie se lo esperaba el fantasma se nos apareció a todos en el Salón de Actos. Ana lo único que hacía era señalar a David con su brazo, ya que sus manos no las tenía.

David confesó la verdad y nos contó a todos que él había cortado los frenos del coche de Ana porque lo había expulsado del instituto. El muchacho acabó en el manicomio y al fantasma nosotros no lo volvimos a ver (no volvimos a ver nunca más al fantasma),pero según me han contado se le sigue

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apareciendo a David, porque lo que quiere es que él muera o lo pase tan mal como lo había pasado su familia.

VICTORIA GARCIA CALERO (1ª BACH. A)

CUENTO DE MIEDO31-10-1996. Para unos esa fecha fue un día festivo como el de todos los

años, para otros, ese día lo recordarán para el resto de sus vidas...Todos pensamos que iba a ser un día normal como todos los años Halloween, pero no, este día cambió algo…algo que a todos se nos quedó en la memoria..

Como casi todos los días, me despertaba por la mañana y me preparaba para ir al Instituto Bembézar, pero ese día tenía un mal presentimiento... algo que me recorría el cuerpo de pies a cabeza. En las clases los profesores nos preguntaban qué haríamos esa noche en Halloween. Mis amigos y los demás alumnos proponían ideas sobre lo que hacer. Yo alejado de la clase y del mundo, todavía sentía ese presentimiento, una sensación que no podía explicar con palabras. Las clases se pasaron volando para mí. Ya había tocado y todos nos reuníamos a la salida y estuvimos hablando de quedar, mientras volvíamos a casa. Mis amigos me dijeron que

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habíamos quedado a las 11 en el Cristo para hacer no sé qué.. y que me llevara máscaras, creo recordar. Pero bueno, como os iba contando, esa tarde me dormí la siesta y me levanté muy tarde. Casi no me daba tiempo a prepararme para ir al Cristo donde había quedado con Juan, Carol, Ismael, mi novia y Pipa.

Cuando llegué todos tenían una máscara y dos espráis rojos. Yo traía la mía, aunque no sabia muy bien que para qué… Me estuvieron explicando lo que querían hacer: ¡era una locura!! Querían colarse en el instituto y grabar un mensaje en la pared para gastar una broma. Llegamos a la puerta del instituto y nos saltamos todos las vallas, y Juan sacó una llave que había robado, pero cuando íbamos a abrir la puerta que entra a Bachillerato, estaba abierta. Todos nos quedamos asombrados, pero Juan, sin miedo, entró sin mas dilación y con él fueron todos detrás. En el momento en el que entré, un escalofrío recorrió mi cuerpo y mi cabeza era como si dijese no entres ahí… no entres ahí… Pero yo sin saber lo que podría pasar entré. Estaba todo oscuro, no se veía nada; todos nos agarramos para no perdernos, pero Juan se fue para delante, nosotros nos separamos. De repente una luz pequeñita se asomaba por el pasillo; estaba en una clase y se oía una voz muy aguda. Todos pensábamos que era Juan gastándonos una broma. Pero de repente, se oyó un grito de esa habitación y todos salimos corriendo de allí, menos Juan que seguía allí, aunque nosotros nos fuimos a casa.

Al día siguiente me dijeron que no había instituto, que algo había pasado y que nadie sabía qué. Fui corriendo al instituto a ver qué había pasado y allí estaban los padres de Juan llorando. Yo, sin preguntar y esquivando policías, entré al pasillo y lo vi…vi el mensaje pero no era de espray rojo, sino de sangre…sangre de Juan y enfrente Juan ahorcado: me derrumbé. No podía saber qué había pasado ese día. Nadie ni nadie supo ni sabrá lo que ocurrió ese día en el instituto Bembézar.

Francisco José Manchón de la Gala. 1ªBACH A

NADIE ESTÁ A SALVO DE...EL 22 de diciembre del 2012 después de que los alumnos se hubieran

marchado a casa de vacaciones, los profesores se quedaron recogiendo y ordenando sus respectivos departamentos.

De repente se levantó una espesa niebla. Elena, la profesora de Dibujo Técnico, estaba distraída ordenando las láminas de sus alumnos, cuando escuchó un ruido y se giró, era uno de sus compañeros, lo saludó y apreció en él algo extraño en la mirada, y de repente se escuchó en el centro un grito.

Juanma, el profesor de Informática, se encontraba en su aula y al escuchar el grito se asomó al pasillo, no vio a nadie y empezó a buscar por las aulas. Todas estaban cerradas, hasta que llego al aula de Dibujo, donde se encontró la puerta abierta y a Elena, sobre la mesa, con el cartabón y la escuadra clavados en el pecho.

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Mientras tanto Francisco, el profesor de Educación Física, estaba en el gimnasio colocando el material. Entró un compañero y se pusieron a hablar de lo que iban a hacer en las vacaciones.

Unos minutos más tarde Blanca se acercó al gimnasio a recoger su portátil y al entrar se encontró a Francisco muerto, estaba colgado de las espalderas.

Se formó un gran revuelo en el centro ante el descubrimiento de estos hechos, por ello el director convocó a todos los profesores y personal subalterno en el Salón de Actos, y mientras, éste intentó llamar a la Guardia Civil, pero se encontró que la línea estaba cortada y que su móvil no tenía cobertura. Al llegar al Salón de Actos le pidió a sus compañeros que les dejara un móvil que tuviera cobertura, pero ninguno disponía de ésta. Entonces decidieron que Nicolás se acercara al cuartel de la Guardia Civil para avisarles de los hechos.

Todos estaban nerviosos, pero el director intentó tranquilizarlos. Todos se miraban recelosos, no confiando en sus compañeros con el miedo de que el asesino estuviera entre ellos. Detectaron que faltaban dos profesores: Juan Chávez y Sonia. De repente se escuchó un fuerte golpe en el pasillo, entró corriendo y cerrando la puerta tras de sí Juan. Iba con el rostro desencajado. Todos pensaron que alguien lo perseguía, pero de pronto sacó una pistola de agua y le disparó a Agustín en el pecho; a éste le empezó a salir humo del cuerpo, ya que la pistola estaba cargada con ácido sulfúrico. Se desató el pánico. Todos empezaron a correr de un lado para otro para evitar que el ácido les alcanzara.

Las puertas se abrieron de golpe y apareció la Guardia Civil que tras varios intentos consiguió detenerlo.

Así terminó el día en el que comenzaban las vacaciones de Navidad...

MARIO BLANCO BLANCO 1º BACHILLERATO “A.

Historia de Terror

Tras volver de las vacaciones de invierno, estábamos comentando mis compañeros y yo sobre lo que habíamos hecho en las fiestas pasadas. Cuando nos dimos cuenta de que había un alumno nuevo, todos nos quedamos sorprendidos y nos preguntábamos quién sería aquel extraño muchacho. Resultó ser Eufrasio Caníbal Matamoros, de 17 años. Al parecer procedía de un pequeño pueblo del suroeste de Galicia y había llegado a nuestro instituto porque a su padre, que era ingeniero, lo habían trasladado a la planta del Cabril. Era alto y delgado, aunque de complexión fuerte. Parecía ser algo tímido, pero en realidad era un chico bastante divertido cuando lo conocías; además, le gustaba mucho todo lo relacionado con lo sobrenatural. Se ganó la confianza del grupo rápidamente con sus historias de miedo y, sobre todo, cuando un día, inesperadamente, nos propuso hacer el juego de la

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ouija (o güija). Solo un pequeño grupo aceptó hacerlo y saltarse la hora de Inglés. Justo en el momento en el que estábamos practicando el juego, la profesora entró en la sala y al observar lo que estábamos haciendo, cogió la tabla y la partió contra el suelo. De repente, el vaso, que había caído bocabajo, comenzó a llenarse de un humo muy denso. Al cabo de unos instantes reventó y el humo fue inhalado por Mari Carmen Mariscal, la profesora. Desde entonces, ella comenzó a tener convulsiones, momentos en los que afirmaba observar gente que la llamaba, situaciones en las que parecía estar poseída… Durante seis meses visitó varios centros de salud y hospitales y ningún médico pudo diagnosticarle la enfermedad que tenía y al poco tiempo, falleció en extrañas circunstancias.

Francisco José Cano Mateo 1 BACH. A

La leyenda

Alguien dijo una vez que en un lugar no muy alejado del universo existía un lugar donde ocurrían fenómenos paranormales. Ese lugar estaba situado en un pequeño pueblo de España llamado Azuaga.

Un día normal y corriente, como todos, Mario y su amigo Javier se dirigían al instituto como cada mañana, cuando se encontraron en el suelo un pequeño y antiguo libro sobre la historia de su municipio. En él descubrieron un extraño papel manchado escrito en latín con un mapa muy peculiar. Era muy parecido a la estructura del edificio de su instituto…

- ¡Mario! Este mapa es muy parecido al del instituto - dijo su amigo Javier -.

- Es verdad… ¡DÉJALO… RÁPIDO, O LLEGAREMOS TARDE! - le respondió él-.

Dicho esto, siguieron su camino pero sin poder dejar de pensar en ese extraño papel e, incluso en clase estuvieron hablando de él en vez de

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prestar atención al profesor y lo copiaron en una libreta. Por no estar atendiendo en la clase de Matemáticas el profesor fue discretamente hacia su sitio y los vio con ese antiguo y sucio papel.

- ¿Qué hacéis? - dijo el profesor -.- Nada… - respondieron ellos a la vez -.

El profesor les quitó el mapa y al verlo, rápidamente se sorprendió de una manera muy sospechosa. Acto seguido rompió dicho papel en pequeños trozos destruyéndolo por completo. Todo ello hizo aún más sospechar a estos dos chicos. Observaron detenidamente y vieron una pequeña marca que había inscrita, indicando el aula de música del centro. Esto hizo que empezaran a investigar.

Al día siguiente, acompañados de tres amigos más de su clase, fueron al aula de música con las llaves que había en la Sala de profesores. Siguiendo las indicaciones del mapa se dirigieron al rincón más alejado de la puerta, donde había una pequeña palanca escondida detrás de una columna, tal y como estaba indicado. Los cinco muchachos, sin temor, la accionaron y se abrió una especie de pasadizo en una de las baldosas del suelo.

- ¡Joder, tíos…! ¡Vámonos de aquí, que esto tiene muy mala pinta! - dijo uno de ellos -.

Acto seguido, los tres compañeros que se habían incorporado huyeron rápidamente mientras Mario y Javier entraban en aquel pequeño subterráneo. En aquel lugar oscuro y tenebroso había un pequeño haz de luz saliendo de un antiguo espejo con los bordes dorados, que aunque pareciera mentira, daba la sensación de que producía un sonido un tanto extraño.

-“ VENI NOBISCUM. TRANSGERO CRISTALLUM ET AMMIGRO ALLUDIO…” - salía del espejo mientras se reflejaban dos preciosas niñas .

Mario se dio cuenta de que aquello que creían escuchar no era un simple ruido: era una frase en latín que se repetía y se repetía… Todo era muy extraño y debido a ello se dieron la vuelta y corrieron hacia la puerta del pasadizo, cuando la baldosa se cerró y quedó perfectamente sellada. Una luz roja comenzó a iluminar mínimamente toda la habitación mientras desaparecía la voz del espejo y emergía del suelo las dos muchachas que anteriormente habían aparecido reflejadas en el espejo…

- ¿No queréis jugar? Os diremos la verdad: aquel papel que encontrasteis en la calle lo pusimos nosotras. Somos cazadoras de almas y gracias a vosotros podremos seguir viviendo, pero todo esto tiene un pequeño problema para vosotros y es que… ¡DEBÉIS MORIR!

Los dos amigos comenzaron a correr por toda aquella pequeña

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sala subterránea con diversos intentos de escapar, pero fueron alcanzados por dos cuchillos afilados que cayeron del techo.

Antes de morir, Javier tuvo tiempo de enviar una imagen a sus tres compañeros por móvil por una única razón: aquellas dos muchachas les resultaba familiar… ¡ Eran estudiantes de Bachillerato en el centro!

¡TENED CUIDADO, A LO MEJOR OS SENTÁIS CON ELLAS EN CLASE Y PODEÍS SER LOS SIGUIENTES…!

Pedro Luis Díaz Palacios (1º Bach. A).

Microrrelato de Lengua:

Todo comenzó en 1997 con la llegada del profesor Rafael Alexandre al IES Bémbezar.Todos los años se celebraba el Concurso de cortos del instituto, y como de costumbre, todos los alumnos veían el Concurso de Cortos en el Salón de Actos. A mi amigo Javier y a mí nos parecía un tostón este concurso y decidimos escondernos para librarnos de verlo. Cuando estábamos escondidos en las escaleras que van hacia el aula Minerva , escuchamos un ruido procedente del laboratorio. ¿Cómo podía ser que alguien hubiera en el laboratorio si se suponía que todo el mundo estaba viendo el Concurso de Cortos?.Fuimos hacia el laboratorio y conforme nos acercábamos escuchamos gritos de dolor.Pensamos que podía ser peligroso, así que en vez de abrir la puerta entera, decidimos mirar por la pequeña abertura que se habían dejado. Allí vimos una cosa terrible: vimos cómo se hacían experimentos con personas muertas. Decidimos seguir investigando sobre el tema, ya que no reconocimos qué persona era la que estaba haciendo esos experimentos. Un día caminando hacia la cafetería observé como se le caía al (no “a el”) profesor Rafael Alexandre un papel al suelo. Me apresuré a contárselo a mi amigo Javier y vimos qué ponía en el papel. En él se podía leer: “El alumno Víctor Vizuete debe de someterse al experimento por tener un coeficiente intelectual menor de 80”.Entonces, pensé que Don Rafael estaba siempre obsesionado con que los alumnos fueran muy inteligentes para el progreso del instituto y que el laboratorio no se usaba desde el año de su llegada.Avisé a Víctor sobre esto y él se rio en mi cara diciéndome que todo era un disparate.Poco después descubrimos que Rafael Alexandre le había mandado a Víctor un mensaje sobre su conocimiento y que iba a recibir un regalo. Javier y yo avisamos a todo el mundo que conocíamos pero nadie nos hizo caso . Vimos cómo se dirigían Rafael y Víctor hacia el laboratorio y decidimos seguirlos . Allí

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observamos cómo le invitaba a beber agua. Todo nos pareció corriente hasta que vimos como al beber agua Víctor se quedaba inconsciente. En realidad no era agua sino un potente veneno. Rápidamente avisamos a todo el mundo que pudimos para que observara ese crimen. Acorralamos a Don Rafael entre todos y llamamos a la policía. En aquel laboratorio había unos 10 alumnos muertos, a los que todos los habían dado por desaparecidos. Finalmente, Don Rafael fue condenado a cadena perpetua y ya no sucedió ningún acontecimiento de este tipo en el IES Bémbezar.

Casiano Jurado Bustos . 1ºBachillerato A

Este hecho ocurrió un 28 de Noviembre. El grupo de teatro, que preparábamos una función para la próxima semana, tuvimos que ir por la tarde a ensayar la obra. El instituto Bembézar nos había dado permiso para ensayar allí, aunque estaríamos solos y nosotros deberíamos encargarnos de abrir y cerrar el centro. Transcurrida media hora de ensayo, decidimos descansar cinco minutos,’’Pingu’’ aprovechó el descanso para ir al baño. Pasaban los minutos y “Pingu” no regresaba, así que mi hermano, Sergio, decidió ir a buscarlo. Pasados unos minutos empezamos a preocuparnos porque ninguno de los dos había regresado del baño, así que decidimos ir todos a buscarlos. El baño estaba vacío y allí no había nadie. Decidimos que lo mejor era dividirnos en grupo y buscarlos por el resto del centro. Cuando algún grupo los encontrara avisaría a los compañeros que llevaban móvil que eran, Lucía, Fátima y Luis . Media hora más tarde, mi grupo, que estaba formado por Luis , Ana y yo, no habíamos tenido noticias de nadie y llamamos a Lucía, pero no nos contestaba. Decidimos ir a la zona por donde ellos iban a buscar a Sergio y a “Pingu” y nos encontramos con un hecho escalofriante: en el suelo, pintado con algo que parecía sangre, había una frase escrita:” A vuestros amigos no los volveréis a ver y vosotros no saldréis vivos de aquí”. Muertos de miedo, intentamos llamar a nuestros padres primero y después a la policía, pero los teléfonos no tenían cobertura. Decidimos marcharnos del centro a buscar a la policía, pero la puerta estaba cerrada y no se podía abrir. Cuando estábamos intentando salir por una ventana oímos un fuerte golpe detrás de nosotros; era un hombre my grande y fuerte, que parecía enloquecido y que gritaba: “No saldréis de aquí”. Nos dio un fuerte golpe en la cabeza con una maza que llevaba en la mano. Cuando me desperté me encontraba en el laboratorio. Allí estaban Ismael, Fátima, Lucía Sergio y “Pingu” heridos. El hombre estaba en frente de nosotros y decía que nos iba a matar porque tenía que vengarse del centro, ya que él había sido un trabajador del centro al que había despedido. Cuando el hombre se acercó a nosotros con la idea de matarnos, Luis consiguió coger un ácido que había en el laboratorio y echárselo en los ojos. El hombre quedó ciego y no nos veía. Nosotros aprovechamos ese momento para huir y llamar a la policía. Media hora después el hombre era atrapado y nosotros tuvimos que ser hospitalizados, pero lo importante era que estábamos todos vivos.

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María Fernández

``TERROR EN EL INSTITUTO´´ Eran las ocho y media de la mañana y Jorge llegaba extrañado al instituto. La lluvia y el aire no le habían impedido darse cuenta de que ningún autobús había llegado al instituto y sus dudas fueron confirmadas por su amigo Manuel, que le había contado que las carreteras estaban cortadas y que ningún alumno y profesor de fuera habían podido llegar al instituto, con lo que solo iban a estar las personas de Azuaga y, por lo tanto, también faltaba la mitad del profesorado, pero Jorge y sus amigos decidieron quedarse, debido al temporal. La primera hora, como era de esperar, la tenían libre, con lo que el profesor de guardia les dejó coger los ordenadores y vieron sin querer una noticia en Internet que decía que un hombre se había escapado de una prisión cercana y que rondaba por la Campiña Sur. Al principio se lo tomaron a broma y estuvieron hablando de ello un rato, pero de pronto se apagó la luz. El profesor fue a ver qué pasaba: los cuatro alumnos de la clase salieron. Entre ellos estaban Jorge y Manuel y, de pronto, apareció el asesino. Los cuatro amigos salieron corriendo y se encerraron en la clase. Todavía no se sabe cuánto tiempo estuvieron encerrados, pero se supo que los cuatro alumnos de aquella clase nunca volvieron a salir y ni los profesores que estaban aquel día volvieron a hablar de ello. De lo que sí se dieron cuenta es de que en aquella clase del instituto Bembézar siempre han pasado cosas extrañas.

Luis Alfonso Martínez Recio 1º Bach A

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RElato de Halloween-¿Cómo pasó? – Me entristece hablar de esto, pero si es lo que quieres te lo contaré. Corría el año 2013 uno de los días más fríos de todo el año, casualmente el 31 de Octubre. En el IES Bembézar se había organizado la XIII fiesta de Halloween en la que todos los profesores y alumnos irían disfrazados de Hallowen. La fiesta empezaba a medianoche pero dos alumnos querían ir un tiempo antes porque se aburrían. Llegaron a la puerta donde paraban los autobuses pero estaba cerrada, así que, anduvieron hasta la principal, esta también lo estaba y tras pensar que hacer, decidieron saltarse la valla, al hacerlo se llevaron una gran sorpresa había trece agujeros de forma rectangular y profunda en todo el jardín. Uno de los chicos se asustó pero el otro le convenció de que sería parte del decorado de Hallowen y siguieron hasta entrar por la puerta de conserjería. Tras hacerlo, encontraron una nota pinchada con una chincheta en la pared: “Seguid hasta la biblioteca sin mirar atrás, allí encontraréis la respuesta (Fdo: Vuestra Peor Pesadilla)” y así lo hicieron. Continuaron por el pasillo pasando por delante de la puerta del salón de actos y giraron hacía la biblioteca como les decía la nota, subieron las trece escaleras que daban al final del pasillo. Justo encima de el pomo de la puerta había otra nota, esta decía “Si abrís la puerta, no habrá vuelta atrás (Fdo: Vuestra Peor Pesadilla)” Los chicos empezaban a asustarse pero esto no les impidió seguir, uno de ellos agarró el pomo pero el otro le agarró la mano y preguntó -¿Estas seguro? A lo que contestó –Vamos tío, es una fiesta… ¿qué nos puede pasar? Su amigo convencido le soltó la mano y dejó que girase el pomo, la puerta se abrió, estaba oscuro, los chicos no veían nada y de repente una luz roja se encendió en la estantería de libros de terror, se acercaron, la luz procedía de un libro bastante gordo y antiguo, los chicos abrieron el libro al azar se abrió en la página trece, leyeron una frase:”El secreto está en el trece”, intentaron buscar algo más en el libro pero no había nada más escrito, las demás páginas estaban en blanco. Pensaron en qué hacer y se les ocurrió que si el secreto estaba en el trece el aula D-13 tendría algo que ver. Salieron a correr como locos hasta el patio, pero algo les paró en seco, personas o eso parecían. Uno de ellos se les acercó corriendo y dando alaridos ambos chicos se asustaron y cerraron la puerta justo a tiempo para que no entrase. Golpeaba y empujaba la puerta. Los chicos vieron su cara a través del cristal de la puerta, -Zombis dijo uno -¿Zombis? Preguntó el otro –Sí, zombis. Respondió su amigo. Corrieron como no habían corrido en su vida hacia la puerta de conserjería, una nota en el cristal los detuvo “Os dije que no habría vuelta atrás (Fdo: Vuestra Peor Pesadilla)”.-Pensemos, ¿cómo podemos llegar a la D13? Dijo uno de los chicos. -¿Está en Bachillerato verdad?- Preguntó el otro. –Claro. –Vayamos por la sala de profesores. Titubeo el chico. Ambos, agachados, anduvieron por el pasillo de la sala de profesores hasta la puerta que daba al patio. –¿Qué hacemos ahora?. Preguntó uno de ellos –Correr. Respondió el otro. Y así hicieron corrieron y corrieron hasta llegar a las escaleras de bachillerato que daban al segundo piso, donde estaba la D13. Rápidamente, abrieron la puerta del aula, quedaron petrificados, 7 zombis se abalanzaron sobre ellos, escaparon como pudieron pero de vuelta por las escaleras les estaban esperando otros 6… no pudo escapar.-¿No pudo escapar?, será que no pudieron escapar…-No, lo he dicho bien, no pudo escapar. -Entonces… uno se salvó ¿no? ¿Quién es?-Sí… Fui yo.

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MICRORRELATOS DE MIEDO

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