Chanchisco Javier y Lindorfo el Gallo

Por Mariana Emilia Montaner Jiménez y familia Concepción, 2013.

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En una granja con muchos animales, vivía un gallo llamado Lindorfo, al que le gustaba presumir con las gallinas lo hermoso y valiente que era.

Lindorfo cada vez que miraba al charco de los chanchos, se burlaba sin piedad de ellos.

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Miren a los chanchos mis gallinas admiradoras.

“Pero que cochinos…están todo el día en el barro”.

Chanchisco Javier, uno de los cerditos, estaba aburrido de las burlas del gallo. Pero sabía que en algún momento, Lindorfo recibiría su castigo.

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Un día, sucedió que Loberto el lobo, se aproximó a la granja con mucha hambre.

De un salto cruzó la cerca de madera, para robar una gallina.

En el alboroto llamaron al valiente gallo, pero este muy asustado por el lobo, arrancó para ocultarse en el gallinero.

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En el mismo momento en que Loberto el lobo iba a dar un mordisco a la gallina, apareció volando…CHANCHISCOMAN!!!!. Sí, el cerdito del que el gallo se burlaba.

Con máscara y capa, se arrojó valientemente para enfrentar al lobo y así salvar a la gallina.

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CHANCHISCOMAN, con el mismo barro que despreciaba el gallo Lindorfo, hizo una bola para arrojarla como un proyectil contra Loberto el lobo, que huyo humillado y lleno de barro.

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Una vez que el lobo desapareció, Lindorfo el gallo salió y dijo: “Yo también podría haber derrotado al lobo”.

Pero ya ninguna gallina ni animal de la granja le creían. Ahora todos respetaban al los cerditos y su barro.

Chanchisco Javier, estaba feliz. El gallo Lindorfo, había aprendido una gran lección!!!

FIN

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