Mi error fue amar al príncipe - Descarga y lee libros...
Transcript of Mi error fue amar al príncipe - Descarga y lee libros...
ÍndiceDedicatoriaNotadelaautoraPrólogo
MIERRORFUEAMARALPRÍNCIPE.PARTEI
Capítulo1Capítulo2Capítulo3Capítulo4Capítulo5Capítulo6Capítulo7Capítulo8Capítulo9Capítulo10Capítulo11
AgradecimientosBiografíaPróximamenteCréditosClick
TedamoslasgraciasporadquiriresteEBOOK
VisitaPlanetadelibros.comydescubreunanuevaformadedisfrutardelalectura
¡Regístrateyaccedeacontenidosexclusivos!
PróximoslanzamientosClubsdelecturaconautoresConcursosypromociones
ÁreastemáticasPresentacionesdelibrosNoticiasdestacadas
Compartetuopiniónenlafichadellibroyennuestrasredessociales:
ExploraDescubreComparte
Dedicoestaserieamislectores.Graciasporestarconmigoencadalibroyporvuestrocariñoyapoyoconstante.¡Unescritornoesnadasinvosotros!
NotadelaautoraCuando leas estos libros, no trates de ubicar el pueblo o la época.
Solodéjatellevarporelmundocreadopormí.Dondelaantigüedadylamodernidadsemezclandotandodemagiaaestashistorias.Simplementesiente,sueña…ama.
PRÓLOGOElpríncipemiróunavezmásalajovenmientraslosguardaespaldas
depalacio,asulado,erantestigosdetodocuantosucedía.Tanto su padre como su novia le habían mentido. El primero le
prometióquepodríamarcharseaestudiarfuera—conlacondicióndequeelúltimocursolohicieraenlauniversidadqueestabacercadepalacio—yqueduranteesosañosrespetaríasudeseodeserunomás,deacariciarlaansiadalibertadqueporsuposiciónlehabíasidonegadadesdeniño.Peronohabíasidoasí.
Descubrirquelehabíapuestoguardaespaldasparaquevelaranporélnocheydía,sinembargo,noledolíatantocomoelhechodequelajovenque, según él creía, lo quería por símismohabíamontado en cólera alcomunicarlequehabíarenunciadoeltronoporellaenloqueeraparaélunactodeamor.Mientraslegritabaquesehabíavueltoloco,sediocuentade que todo había sido fingido, todo, que en verdad ella nunca amó alchicodedieciochoañosqueseocultabatraseltítulo.Aloírlosgritosdeella, los guardaespaldas habían irrumpido en la habitación tirando lapuertaabajo,por sinecesitabaayuda.Enesosmomentosnosentíanada,salvorabiaporhabersedejadoengatusarporunacarabonita.
Saliódelhostaldondehabíanconcertadoelencuentroy sealejódeallíseguidodelejosporunodeloshombresdesupadreysintiéndoseuniluso.Primero, por creer que ella lo amabade corazón, y segundo, porhabercreídodeverdadquesupadrehabíaaceptadosudeseodelibertadysudecisiónderenunciaraltrono.¡Quéestúpidohabíasido!Sinembargo,almenoseso lehabía servidoparadescubrir loqueella sentíaporély,aúnmásimportante,loqueélsentíaporella.Ledolíamássuengañoqueelhechodequenuncamásvolveríanaestarjuntos.
Mientrascaminabaenlanoche,sepreguntabasirealmentelaquería,si alguna vez la había querido, pero eso ya daba igual. Jamás olvidaríaesta lección. Ahora sabía que el amor no estaba hecho para él, porquenuncapodríahuirdesudeber.Aojosdetodos,éleraelpríncipeLiam,yno simplemente Liam, el chico que soñaba con ser como los demás. Ypuestoquenopodíaeludirsudestinonisusobligaciones,casipreferíanollegara amarnuncaanadie.Así, almenos, seevitaría eldolorde tenerquedejarlamarcharsiellanocumplíaconlosrequisitosparaserreina…
CAPÍTULO1
TresañosmástardeELEN
—¡Elpríncipevuelveacasa!Estoyenmipupitreguardandomiscosasenlamochilacuandolavoz
chillonadeGloriairrumpeenmicabeza.Lamirodereojoylaveosaltarde emoción frente a su inseparable amigaRoberta.Decido ignorarlas yseguiralomío.Noeslaprimeravezquehablandelpríncipeherederoaltrono,perosílaprimeraquecomentanqueregresaacasa.
—Habrá venido por mí. No esperaba menos —alega Robertaquitándoseelpelorubiodelhombroparadarseimportancia.
—Aúnnoesnadatuyo—objetaAinaraconunamiradadeodio,aunsabiendoqueaRobertaesmejornocontradecirla.
—Élprometió a suspadresqueestudiaría suúltimoañode carreraaquí.Yamítambién…Creoqueesoespruebamásquesuficientedequeélharegresadoparacerrarnuestrocompromiso.
Robertaseyergueylataladraconsuspenetrantesyfríosojosverdes.Alfinal,Ainara,comotodos,agachalacabezaysevaasusitiodemalaganaaterminarderecogersuscosas.
Yo decido hacer lo mismo y salgo de la clase sin darle másimportanciaaloqueacabadesuceder.Regresoacasasola,comocadadíadesdequeempecéenlauniversidad.Setratadeunaantiguaresidenciadelos reyes habilitada para los estudiantes que está ubicadamuy cerca delpalacio.Seencuentrarodeadadelujosasmansiones,quecontrastanconlascasas del otro lado del lago, más sencillas y humildes. El pueblo estádividido en dos por un enorme y precioso lago que tiene la suerte deseguir conservando su belleza natural y que el hombre no lo hayaacondicionado para su uso. Solo rompe esa imagen idílica un antiguopuentedepiedraque fue reformadoposteriormenteparapoder cruzarlotanto a pie como en coche. El pueblo, además, es muy conocido, entreotras cosas, por sus dos universidades, a las que acuden a estudiarpersonas de las ciudades colindantes, ya que el nivel académico esmuyaltoymuchosdelosquehansalidodeellashanconseguidoalcanzaraltoscargosenpocotiempo.
Haceunosaños,mispadrescompraronlaheladeríaquehayenmediode la zona residencial de alto standing. Aunque funciona también comobocatería y hamburguesería, es más conocida por los elaborados yvariadosheladosdemipadre.Laadquirieronconsusahorrostrasmuchosañosdeservirafamiliasadineradas,lasmismasqueenvíanasushijosaestudiarenlacarísimauniversidadprivadaalaqueyovoy.
Aúnrecuerdoeldíaquemecomunicaronsudecisióndepagarmelamatrícula—había conseguido una beca, pero aún había que aportar unapartedeldineroparatenerplaza—.Séporquélohicieron.Porqueellos,despuésdematarseatrabajarparaotrosduranteaños,noquierenvolveraagacharlacabezaantenadie.Esmás,quierendemostrarleaesagentequesomosigualqueellos,almenosenloreferenteaeducación.Yyonopudenegarme,peseaqueheodiadocadadíaquehepasadoenestauniversidady que me escapo siempre que puedo al otro lado del pueblo, donde lagenteseparecemásamíymesientomásagustoconella.
De camino a casa me cruzo con un grupo de jóvenes que estáncomentandolainminentellegadadelpríncipey,sinpoderevitarlo,levantolavistahaciaelimpresionantecastilloquesealzaporencimadelpueblo.Sabíaqueelpríncipe,elúnicohijode losreyes,estabaestudiandolejos.Nuncalohevisto.Niganas.Nocreoqueseamejorquemiscompañerosdeclase,peroquiénsabe,nosepuedejuzgaralagentesinconocerla.Elproblemavienecuandolosconocesytedascuentadequesonpeoresdeloqueimaginabas.Notodossonasí,claroestá.Lomaloesqueyo,pormiparte,aúnnoheconocidoaningunoquemedemuestrelocontrario.
Cuandoempecéenlauniversidadeintentédarlesunaoportunidadamisnuevosamigos,soloconseguísusmofaspues,ademásdeserlahijade los heladeros, soy la más pequeña de la clase debido a que soysuperdotada—acabo de cumplir los dieciocho años y mis compañerostienen,elquemenos,veintiuno—.Conel tiempo llegamosaunacuerdotácito:yonomemetíaensusasuntosyellosmedejabanenpaz…Hoyporhoy,paraellossoyinvisible,yyohacetiempoqueaprendíaignorarlos,ya que llevo tres años sin dirigirles la palabra más que para loimprescindible.
Al llegar a la zona residencial, paso junto a una granmansión queperteneceaunademiscompañerasycaminounosmetrosmáshastamicasa. Puede que solo sea un edificio de dos plantas, con una modernaheladeríaenlaplantadeabajoyunapartamentoenladearriba,peroamí
megustamucho.Ymásloharíasialdarmelavueltayverlariquezaquenosrodea,laverdadnomegolpeara.
Entro en la heladería.Esun localmuyacogedor, tododecorado entonos pastel donde predominan el verde y el azul. Las paredes estánsalpicadasconheladosdecorchoblancopintadosqueledanuntoquemuyoriginal. Frente a la entrada está elmostrador y, tras él, la ventana quecomunicaconlacocinayporlaquesecogenlospedidos.Lasmesassondecolorblanco impoluto,y tambiénhayunos sillones azuloscuromuycómodosquesonlospreferidosdecasitodoslosclientesquevienenporaquí.
Cierro la puerta anunciando mi llegada y mi madre me saludasonriente.Apesarderondaryaloscuarentaycincoañosydequesupelo,rojo como el mío, está surcado de canas, se la ve tan increíble comosiempre.Susojossondeunpreciosocolorverde.Losmíos,encambio,sondeunoscurocolorplateado,comolosdemipadre.
—¿Qué tal tus clases?—me dice este girándose hacia mí con unasonrisa.
—Mal—contesto.—Bueno,yasolotequedaestecursoenesauniversidad.—Medaun
apretóndeánimoen lamanoycambiade tema—.Nos tenemosque iraunaferiadehelados.Queremosverquénovedadespodemosincorporaralnegocio.Hepensadoampliarlo.
—¿Tequedasycierrastú?—mepreguntamimadre.—Puesclaro.Eslunes,novendrámuchagente.—Yocuidodeella—comentaunamujermayorqueestásentadaen
unamesahaciendopuntomientrastomasuacostumbradocaféconmediacucharadadeazúcaryunchorritomuypequeñodeleche.
—Ah, entonces yame quedomás tranquila, señoraAmapola.—Mimadrememiraconunaexpresiónquebiendicelocontrarioyluegomesusurramuybajito—:Sinecesitasalgo,mellamas,yrecuerdaelnúmerodelapolicía…
—Mamá,mesétodoslosnúmerosdememoria.Algobuenoteníaquetenerserelbichorarodelaclase,¿no?…
—Los raros sonellos,porno saberver lobrillantequeeres.—Mipadremesonríeconcariñopaternalyletiendeamimadreelbolso.
—Nosvamos,quetupadrecomienzaaimpacientarse.—Ah,muybonito,yosoysiempreelqueseimpacienta.Mujeres…
Cuandomispadressevan, leavisoa laseñoraAmapola—laúnicaclientapor ahora—que subo a casaunmomento adejar lamochila.Albajar,meencuentroconquelamujersehaidoyhadejadoenlabandejaelcafépagado.
—¡Y se suponía que iba a cuidar de mí! —me digo en voz alta.Sonrío, meto el dinero en la caja registradora y me dirijo a la cocinapensandoenquéhacermeparacomer.
Depronto,oigolapuertacerrarseconunportazoquemehacedarunbrinco del susto. Levanto los ojos de mi bocadillo y me asomo por laventana de la cocina. Al principio no veo a nadie, pero luego me doycuentadequehayunchicomirandoporelventanalseparandolevementelas cortinas. Me pongo tensa, pues parece que se está escondiendo dealguienynopuedoverle lacara.Solosuespaldaanchabajounacamisaazulada arremangada, sus vaqueros y su pelo rubio cortado a capas ydespeinadoquelellegaporloshombros.Esevidentequeestáalertayhaentrado precipitadamente en la heladería. Así que cojo lo primero queencuentro,quenoesotracosaqueelrodilloqueusamipadreparaamasarcuandoeslanochedelaspizzas,yconelmayorsigiloposible,salgodelacocina.
Conforme me acerco al intruso, alzo el rodillo muy despacio,dispuesta a usarlo si hiciera falta. La mano me tiembla, sobre todo alcomprobarque,aunqueintuyoquenoserámuchomayorqueyo,mesacamás de una cabeza. Debería haberme ido por la puerta de atrás opreguntarlequéquería.Sí,esohubierasidolomássensato,peroyocasinuncasuelohacerlomássensato.Además,suactitudnoesnormal.Puedequeestéhuyendodelapolicíaoquequieraasegurarsedequenohaynadiecercapararobarme…
Empiezo a abrir la boca para preguntarle quién es y qué hace aquícuando de repente se gira y rápidamenteme coge de lasmuñecas ymetumba de espaldas sobre la mesa más cercana, usando su cuerpo y susmanos para inmovilizarme.Todo en una décimade segundo.Sus seriosojosverdesestánclavadosenlosmíos.
—Yo…—comienzaadecir.Estoy aterrada, pero aprieto los labios para que las lágrimas no le
muestrenmidebilidad.Sumiradavapasandopocoapocodelaseriedadala sorpresa y va aflojando la presión sobre la mano con la que yosostengoelrodillo.
—Yo…Losiento…Se separa y empieza a andar a grandes zancadas por la heladería,
inquieto.Ya recuperada del asalto,me incorporo yme froto lamuñeca,pensativa:peseaquenomedueleyélestádeespaldas,mehadejadouncosquilleoextrañoenlapielallídondehanestadoposadossusdedosynopuedodejardeverenmimenteesosojosdecolorjade.Estoysonrojada,agitada,ynosébienporqué.
—Creíaquemeibasaatacar…—continúaamododedisculpa.—Lo habría hecho de haber sido necesario—comento, esperando
quenonotecómometiemblalavoz.Se para en seco y me sonríe, haciendo que aparezcan un par de
hoyuelosensusmejillas.—Nomidesmásdemetroymedio,¿ypensabasenfrentarteamí?—Mido un metro cincuenta y cinco —me defiendo, un poco
indignada.Se ríe con ganas, volviendo a mostrarme los hoyuelos que se le
marcan junto a sus sensuales labios.Aparto rápidamente los ojos. ¿Quédemonioshagofijándomeenesascosasenunmomentoasí?
—Eresvaliente.—Oinsensata,segúnsemire.Laheladeríatienepuertadeatrás…—Sinembargo,noibasadejarqueunextrañosehicieraconellocal.—No,sipodíaevitarlo.—Notodoelmundotieneagallasparapelearporloqueessuyo.—Yosí…—Mecambiodemanoelrodillo,nerviosa.—¿Yporquépensabasquedebíasdefendertedemí?¿Esque tengo
pintadeatracadoroalgoporelestilo?Cometoelgranerrordemirarlodenuevo,porquealobservarlomás
relajada,me doy cuenta de lo guapo que es.Desde luego, no parece unatracador,sinomásbienunángelcaídodelcielo,consupelorubioyesosojosverdesqueseguroquesoncapacesdeconseguircualquiercosacontan solo unamirada. Es alto y se ve que hace ejercicio, porque bajo sucamisa se adivinan unos músculos bien definidos. Tiene un cuerpoperfecto.Hombrosanchos,caderaestrecha…Pornohablardesusonrisajuguetonayesospícaroshoyuelosqueseleformancuandosonríe…Unavezmás, y parami absoluta desgracia,me sonrojoydecidomirar paraotrolado.
—No, la verdad es que no —respondo—. Creo que he visto
demasiadaspelispolicíacasúltimamente.—Siento haberte asustado al cerrar la puerta tan fuerte. Me dio la
impresióndeveraalguienaquiennoteníaganasdever…,almenosdemomento.
—Aquíestásseguro.Loslunesestoestácasimuerto.Nosuelevenirnadie,salvoalgúnclientefijo.—Medoycuentadequesigososteniendoelrodilloen lamanoy, levantándolounpoco,añado—:Perdonapor lodesalirasí.
—Nohaynadaqueperdonar.Lesonríoymedirijoalabarraparaponermetrasella.Asímesiento
mássegura,nosoloportenerlaentreeljovenyyo,sinotambiénporquemeveomásaltagraciasalescalónquehayenelsuelo.
—Notendrásalgoparacomer,¿verdad?—Algirarme,descubroquesehasentadoenunodelostaburetesdelabarraymeobservafijamente—.Estoymuertodehambre.
—Meestabahaciendounbocadillode…—Seguroqueestámuyrico.Hazmeotroigualparamí—mecorta.Asientoymevoyalgonerviosahacialacocina,dejoelrodilloensu
sitioymeacercoalamesa,dondeestámibocadilloamediopreparar.—Tortillacontomate.Sencillopero irresistible.—Oigodenuevoa
miespalda.—¡Nodeberíasentraraquí!—lerecriminomirándolodereojo.—No hay más clientes, no creo que pase nada. A menos que te
moleste…¡Puesclaroquememolesta!Estáapoyadoenelquiciodelapuertay
su presencia llena toda la cocina, pero antes muerta que reconocerlodelantedeél.
—Paranada.Hetenidomironespeores.Seríeymislabiosnopuedenevitarcurvarseconsucontagiosarisa.Preparosubocata,tratandoportodoslosmediosdequenorepareen
mismanostemblorosas.Yparacolmo,séqueestoyrojacomountomate.Lo noto. ¿Qué diablos me sucede? Creía que mi época de vergonzosahabíaquedadoatrás…Lamentablemente,parecequeno.
—Ten,tubocata.Selotiendoenunplatoespecialconunpuñadodepatatasdebolsa.Él
memira,locoge,saleysesientaenunadelasmesas.Yodecidocomermeelmíotraslabarra.
—Nomegustacomersolo—dicecuandodoyelprimermordisco.—Noestássolo,yoestoyaquí—replico.—Ya,peromeresultaincómodovertecomerdepie.Puedessentarte
conmigo.Teprometoquenovolveréalanzarmeencimadeti.—No tengopor costumbre comer con los clientes.Y ahoradéjame
disfrutardemibocataensilencio.Me giro para que nome dé conversación.Me sorprende lo rápido
que seha callado, hastaquenoto algomoverse ami izquierday loveosentadootravezenuntaburetedelabarra.
—Aquíestoymáscómodo.—¿Siempreerestan…?—¿…Simpático?Sí,esosuelendecirme.Lomiro exasperada: él sabía que le iba a decir «molesto».Decido
ignorarloyseguircomiendoensilencio,pordifícilquemeresulteconélmirándomefijamente.
—¿Podríasdejardehacereso?—¿Elqué?¿Mirarte?Claro,cuandotesientesamilado.—¿Siempre consigues lo que quieres? Alguien debió decirte hace
tiempoquenosiempreseconsigueloqueunoquiere.Seríeunavezmás.—Lo sé. Por eso siempre lucho por conseguir casi todo lo que
quiero,almenosloqueestáenmimano.Noañademás,perosigueobservándomeimpasible.Alfinalsalgode
la barra, solo para dejar de sentir sus ojos verdes posados enmí, ymesientoasulado.Así,consuerte,secentraráensubocataynoenmí.
—MellamoLiam—medicetendiéndomelamanoymirándomeconfijeza.Intuyoqueesperaalgoenmí,quereaccionedealgunamanera,peroyosololerespondo:
—Elen—Yselaestrecho.Sumanoesenormeencomparaciónconlamía.Ycálida.
—Encantado.—Ydime, Liam, ¿haces esto amenudo?—le pregunto soltando su
mano.—¿Terefieresahablarconextrañasconagallas?No,perotúmehas
caídobien.Tengomuybuena intuicióncon lagente…,concasi toda.—Notoquesumiradasetornaseriaunsegundoantesdemostrarsesonrientede nuevo—. Digamos que he de aprender a simple vista cómo es la
personaque tengodelante.Aveces,serelmásrápidoenpercibir loqueotrosnoventedaventajaanteloqueterodea.
—Cierto.Yoporlogeneralpecode…—Deprontomedavergüenzaloqueibaadeciryagacholacabeza.
—Vamos,notecallesahora.Yoteheconfesadomigransecreto.Le sonrío y jugueteo conmi bocata entre lasmanos antes de darle
otromordisquito.Luegocojounpardebotellasdeaguadelabarrayletiendouna.
—Bueno,yosiempreesperoquetodoelmundotengaalgobueno,ymellevoungranchascocuandodescubroquenoesasí.
—Pocas personas tienen algo bueno en su interior, ymenos a esteladodelpueblo.—Sumiradaseensombrecedenuevo.
—¿Eresdelpueblo?—preguntosorprendida,yaquenunca lohabíavistoporaquí.
—Pordesgracia,sí.—Bueno, tampoco está tan mal. Yo creo que sus alrededores son
preciosos,sobretodoellago.—Sí,elpaisajeesloúnicoquemerecelapenadeaquí.Nosquedamosensilencio.Dereojo,mefijoenladesenvolturacon
la que está sentado y en cómo toma su bocadillo, con elegancia ymasculinidad.
—Esta heladería era antes de Herminia —dice rompiendonuevamente el silencio— y, que yo recuerde, no tenía hijos… ¿Siguetrabajandoaquí?
—Oh,no.Ellaera laantiguadueña,perohaceunosañosconocióaunhombreysefueavivirconél.Mipadreviounnegociomuyrentableenestaheladeríae invirtió todossusahorrosparacomprársela.Ydesdeentonceslascosasnoshanidobastantebien,laverdad.
—Por eso luchas por ello y lo defiendes conuñas y dientes.Oshacostadomuchollegarhastaaquí,loleoentusojos.
—Sí, mucho. Para mis padres supuso un antes y un después en suvida.Ahorasonsuspropiosdueños.
—Locomprendo.Esmuyvaliososereldueñodeunomismo—diceconlamiradaperdida;sujovialidadestáahoraempañadaporunasombraderesignación—.¿Ytú?¿Eresdueñadetuvida?
—Sí…Omejor dicho, no. Estoy deseando acabar la universidad ylargarmedeaquí.
—Eresmuyjoven,aúntequedanalgunosaños.Nolecontradigo,pueseltemadeirvarioscursosadelantadasiempre
meincomoda.Solosoyunachicamásqueaspiraalomismoquetodoelmundo:serfeliz.
Seguimos comiendo en silencio y, cuando termina, Liam echa unvistazoalacartadehelados.
—¿Tenéis todos estos sabores? —pregunta señalándomelosadmirado.
—Sí—sonríoconorgullo—.Cuandomispadresdecidenhaceralgo,lohacena logrande.Siempreestánampliando lacartaymejorandosushelados.Eligeelquequierasytelopongo.
Liam escoge uno de los especiales de la casa, que le sirvo trasrecogerlosplatosdelacomida.
—¡Mmmm!Estámuyperoquemuybueno.—Losé.Estoy agachada tras la barrametiendo los platos en el lavavajillas,
por loquenoveoquiénentracuandoescuchoque lapuertaseabre.Melevanto.Treshombresalosquenoconozcodenadaestánsentándoseenunadelasmesasjuntoalventanal.Liamlesobservamuyserio.
—Voyaatenderles—digocogiendolalibreta.—Tencuidado,nomegustan—meadvierteenunsusurro.Yo asiento mientras me acerco a ellos. El que Liam esté aquí no
tendríaporquéhacermesentirmás tranquila,pero teniendoencuenta larapidezdereflejosconlaqueantesmehaplacado,lohace.
—Buenosdías,¿quédeseantomar?—¿Estásenelmenú,pelirroja?—Lostresseechanareír.Yoclavolosojosenmilibretaeignorosucomentario.—Lespuedorecomendarunosbocadillosfríos…—Túsíqueeresfría.—Nuevasrisas,estavezmásfuertes.Mepongo
tensa.—Creoqueestamesalaatiendoyo.MegiroymeencuentroaLiamconlamiradaheladayunalibretaen
lamano.—¿Deseanpediralgooprefierenquelesenseñelapuertaconmucho
gusto,paraperderdevistasushorriblescaras?—preguntaconunaampliasonrisa.
UnodeellosempiezaalevantarsecomoparaencararseaLiam,pero
esteleponeunamanoenelhombroobligándoloasentarsedenuevoyseloaprietaconfuerza.
—Tomaremos unos bocatas fríos y tres refrescos —contesta elhombreachantándose.
—Excelente elección, aunque largarsehubiera sido sinduda lamásacertada.
Liamseencaminahacia labarrayyo losigosinsabermuybiensidarlelasgraciasopreguntarleporquéhavenidoasocorrerme.
—Hubiera podido defenderme yo solita. No es la primera vez quetengoquelidiarcongenteasí—lecomentoenvozbajaenlacocina.
—¿Yatuspadresnolesimporta?—mepreguntaenelmismotono.—¡Claroquelesimporta!—respondoindignada—.¿Perotúquiénte
creesqueeresparajuzgaramispadres?Noteconozcodenada.—Cierto,perograciasaestedesconocidonohastenidoquevértelas
solaconesostres.«Enesotienerazón»,pienso.—Graciasporayudarme—ledigoalfinalentredientesagachandola
cabeza—.Esque…todoestomeparecesurrealista—leconfiesomientrasempiezo a preparar uno de los bocatas. Un momento después, me doycuenta de que él está haciendo los otros dos siguiendo mis pasos—.¿Quiéneres?
—Hoy, solo Liam. Venga, que cuanto antes coman, antes se van.¿Tienespicanteparaañadirlealgomásfuerte?
—Notientesalasuerte…—Aveceslosriesgoslerecuerdanaunoqueestávivo.Bufoymuevolacabezadeunladoaotro,resignada.—Eresimposible.NotoqueLiamestáotravezrelajado,aunquenodejademiraralos
trestiposporlaventanadelospedidos.Cuandoterminamos,Liamvaaservirleslosbocatasylasbebidasy
vuelvetraslabarra.—Teníasquehabermedejadoponerleselpicante—mediceflojitoal
oído,ynopuedoevitarsonreír.Me suena el móvil: es mi padre. Acaban de llegar a la feria y me
preguntasitodovabien.—Perfectamente —le digo. No me apetece contarle que estoy
teniendoundíadelomásextrañodesdequeunapuestoyfastidiosojoven
ha irrumpido en la heladería. Cuando le cuelgo, me quedo mirando aLiam,queestáapoyadoenlabarra.¿Quiénserá?
Uno de los hombres pide la cuenta y Liam se acerca y le dice unprecio a ojo, bastante aproximado al que tenemosnosotros puesto en lacarta.Cuandosemarchan,vienehacialacocinaquitándoseeldelantaldecinturanegroylodejaenlapercha.
—Bueno, gracias por todo —le digo—. La comida corre de micuenta.Por lasmolestias.Algúnprivilegio tieneque tenerser lahijadeljefe.
Aunasí,Liamsaca sucarteradelbolsilloydejaunbillete sobre labarra.
—Sinoloquieres,échaloenelbotedelaspropinas.Asientoylometoenlacaja.—Bueno,serámejorquemevaya.Yateheentretenidobastante.—Sí,esunaformadeexpresarloquehapasado.—Lesonrío;élme
miradivertido.—Graciasporhacermeolvidarduranteunosmomentos la realidad.
—Yechaaandarhacialapuerta.—Hablascomosilarealidadfueramala…—digoantesdequesalga.—Loes.Yporsitelopreguntas,nocreoquetardesmuchoensaber
quiénsoyycambiar…—Segiraymesonríeporúltimavez—.Aunquedesearéquenolohagas.Esperonohabermeequivocadocontigo.
Dicho esto se va y cierra la puerta tras de sí, dejándome aún másdesconcertadaquecuandoentró.Anteselcorazónmelatíaconfuerzapormiedo a que fuera un atracador; ahora es por algo bien distinto, y noentiendocómopuedeacelerarsedeestamaneraporun jovenmisteriosodelqueapenassénada.
LIAMMientras regreso a casa, nopuedodejar de pensar en esta preciosa
jovendegrandesojosgrisesy cabello rojo fuego.No recuerdo cuándofuelaúltimavezquemesentítanagustoconalguien.Losuficientecomoparahacermeolvidarquiénsoy.Lagenteseacercaamíporinterés,porloque fui realmente sincero cuando le dije que esperaba que no cambiaracuandosupieraquién…Porquesiesoocurre,nomequedarámásremedioquealejarmedeella.Enfin,eltiempolodirá…Elúnicoproblemaesque,de solo pensar en esa posibilidad, siento un pequeñodolor en el pecho,pues la idea de no volver a verla me inquieta más de lo que debería
CAPÍTULO2
ELENMelevantoycomienzoaprepararmeparairaclase.Cuandoletoca
el turno ami pelo, cepillomis ondas de cobrizo oscuro—que a vecesparece más bien castaño dorado según le dé la luz— y me hago unsencillopeinadocondoshorquillasaloslados.Despuésbajoadesayunaralaheladería,queyaestáabiertaalpúblicoyenlaquehayunmontóndegente,tantodelpueblocomodelosalrededores,quevieneparadegustarlos bollos recién hechos de mi padre. Mientras él prepara un café conleche,yocojounoymelovoycomiendo.
Ayer no entró nadiemás después de queLiam se fuera, por lo queaproveché para hacer mis deberes. Mis padres no tardaron mucho enllegary cuando lohicieronymepreguntaronqué tal había ido la cosa,simplementelesdijequebien.Ahora,viendolaheladeríallenadegenteyalaluzdeunnuevodía,todolovividoayermeparecesurrealista,desdeLiamhastalostreshombresqueentraron…,inclusoelhechodequeyo,conloreservadaquesoyypeseaestarsonrojadahastalasorejas,acabaracharlandoconélcontodalanaturalidaddelmundo.Noentiendoporquémeresultabatanfácilhacerlo…Peroesmejorquenoledémásvueltas.Hasidounaanécdotaincreíbleenmimonótonayaburridavida.Punto.LaarchivaréenmimenteymerecrearérecordandolosojosverdesdeLiam.Bueno,susojosverdes,susonrisa,susmúsculos…¡Basta!
—¿Yesacara?—Este…Mehe quemado con el café—contesto entre dientes ami
padre.—Tencuidado.Termino el desayuno, me pongo los cascos y salgo hacia la
universidad. Me gusta ir escuchando música en el móvil durante elcamino, ignorando mi alrededor. Voy pasando por delante de lasmansiones de la zona residencial, una tras otra.Calles y calles de casasenormes, algunas con historia, otras más modernas y raras, pero todaselegantesy lujosas.Prefieropasearpor lapartedelpuebloquequedaalotroladodellago.Allíesdondevivemiúnicaamiga,Laia,unajovende
diecisieteañosqueestáacabandoelbachillerato—siyohubierasidounachica normal, seguiría yendo al instituto y habríamos podido sercompañerasdeclase—yque,alcontrarioqueyo,tieneunagranfacilidadparahaceramigosyhablardecualquiercosa.Laconocíundíaquefuiacomprarmeunospantalones enuna tiendade ropaque era de sumadre.Ella estaba atendiendo y enseguida empezó a preguntarme cómo mellamaba,dedóndeera,etcétera,etcétera.Unasemanadespuéssepresentóen la heladería y desde entonces somos amigas.De eso hace ahora tresaños.FueatravésdeellacomoconocíasuhermanoÁngelyalosamigosdeeste,RobertyAdair.ConAdairnosuelohablarmucho.IgualqueLaia,aunquenoporfaltadeganas.Ellaestáenamoradísimadeéldesdequeerapequeña; sin embargo, de un tiempo a esta parte él la ignora sin quesepamosbienporqué.YluegoestáRobert.Creoquesientoalgoporél,nosébiensiesamistadoalgomás.Delostres,esconelquemejormellevo,desdeluego.Megustamuchohablarconélymirarsussonrientesojosdorados,peronuncahesentidoelimpulsodeirmásalláennuestrarelación.Talvezseanmiinexperienciaymitemoraperdersuamistadlosquemehacennoquerercruzarlalínea,nolosé.
Llego a la universidad y como siempre, sin prestar atención a lagentequemerodea,pasobajoelarcodesuenormepórticodeentradayrecorro sus amplios pasillos, cuyos altos techos están adornados porescayolaspreciosasquehacetiempodejarondellamarmelaatención.
Una vez enmi clase,me siento enmi sitio—en una esquina de laprimera fila, separada del resto de mis compañeros— y poco despuésentranAinarayClarahablando tanaltoquenopuedoevitarescuchar loquedicen:
—Estáinclusomásincreíbledeloquerecordaba.SipiensaRobertaquelevoyadejarelcaminolibreconél,lollevaclaro.Mipadretambiénse codea con el rey, es unmarqués y tieneunas rentas considerables—dice Ainara de manera petulante. Hoy lleva su pelo largo y negroarreglado con unmedio recogido y se hamaquillado de forma que susojoscastañosparezcanmásgrandes.
—Yo que tú tendría cuidado con ella. Desde que ha regresado,Robertano seha separadode él niunmomento.Parece su sombra—leprevieneClara.
—¡Yaquisieraesasersusombra!Nolellegaalpríncipenialasueladeloszapatos…
La conversación se va perdiendo conforme suben por las escalerashacialospupitresdelfinal.Mientraslosdemásalumnossiguenentrando,yoaprovechopararepasarunasnotasdelaclasedeayer.
—Siéntense.—Elprofesoralzasuvozy,porlosmurmullosyrisitasqueoigodetrásdemí,séquenosvaapresentaralpríncipe,peroyosigoalomío,sinlevantarlavista—.Hoytenemoselhonordetenerennuestraclaseasualteza,elpríncipeLiam.
Entonces sí, alzo la cabeza y… ante mí me encuentro de golpe aljovenquecasigolpeéayer.
Mequedopetrificada, recordando loquemedijo antesde irse:quesabía que cambiaría cuando supiera quién era, aunque esperaba que nofuera así. De pronto, el hecho de que ayer estuviese comiendo unbocadilloconélylaformaenquelotratémehacensentiralgoestúpida.
Liam sonríe a la clase y va hacia su sitio, cómo no, al lado deRoberta.Porelcamino,saludaavarioschicosalpasarantesdesentarse,todoestosindejardesonreír.Seleverelajadoycómodoensuentorno,no parece que le moleste mucho ser el centro de atención de todas lasmiradas,apesardequeen laheladeríadieseaentender locontrario.Esevidente que lo de ayer no fuemás que un rato divertido para un jovenpríncipe…Sí,hadebidodereírsemuchoamicosta.
Miro al frente, tratando inútilmente de prestar atención al profesor.NoparodepensarenLiamo,mejordicho,enelpríncipeLiam,ycuantomáslohago,másmeenfurezco.¡Malditomentiroso…!¡¡Sihastasehizopasar por camarero!! ¿Tanto se aburre en supalacio?Ahora sé por quétodomeparecíatanraro:¡¡élnoencajabaenmimundo!!
Cuando acaba la clase, miro horrorizada mis papeles: casi no hetomadoapuntes.Esperoaquesalgantodos,enespecialLiam,ymedirijoamisiguienteclaserezandoporquenonosencontremosenloquerestadedía,omejor,delcurso,aunsabiendoqueesunimposible.
—¿Elen?Medetengoenmediodelpasilloyaprietolospuños.Algirarme,veo
aLiammirarmesonriente,unasonrisa fugazquesepierdeencuantosepercatademiactitudseriayfría.
—Alteza.Liamnodicenada,solonotoquesuslabiossecontraen.—Alfinalmeequivoqué.—Memiramuyserioysedamediavuelta
para ir junto a Roberta, que no ha perdido detalle de lo que ha pasado
entre losdosy sonríepara sus adentros tantopormi indiferencia comoporlaseriedaddeLiam.
Meencaminohaciamiclaseconunnudoenelestómago.Escomosilehubieradefraudado.¡Imposible!,soyyolaquedeberíaestarenfadada…Unavezmás, sus palabras de despedida resuenan enmimente. ¡Pero esquemesientoutilizada,fuiunpuroentretenimientoparaél!
Sinembargo,durantelasiguientehorayconformevoyrecordandoyasimilandotodoloquesucedióayer,medoycuentadequeélnohizonadamalo, nada que haga pensar que su intención era reírse de mí. Alcontrario,semostrómuysolícito.Yesahídonderadicaelproblema:quenome cabe en la cabezaquenos sintiéramos tan cómodos así, sinmás,peseaserdoscompletosdesconocidos.
Alsonarel timbrequemarcael finalde laclase,medoycuentadeque esta vez tampoco he apuntado nada. Tengo que dejar ya de darlevueltasaeste tema.Pasara loquepasaseayer,yahaacabado.Él seguirácon suvidayyocon lamía, asíquees inútil seguirmareandomásesteasunto.
LIAMObservoaElenalejarsepasilloadelantesintiéndomeunestúpidopor
haber pensado que ella sería diferente. Que cuando hoy nosencontráramos,meseguiríamirandoigualqueayer,quemicondicióndepríncipe no cambiaría su forma de tratarme, como hace con todo elmalditomundo.Pero loha cambiado, ymeduele.Y esoqueyadeberíaestar acostumbrado.Aver si aprendo de una vez que en esta vida todosolvidanquebajomi títulohayunhombredecarneyhuesoquesienteypadececomolosdemás.
Roberta se cuelgademibrazocomouna lapay tirademíhacia lasiguienteclase.Sonríecoqueta,comosiyonosupieraquebajoesacaraque me muestra hay una chica fría y sin sentimientos. Le sonrío poreducaciónyhagocomoque laescuchomientrasmimentevaga lejosdeaquí.Y asíme paso lamañana, escuchando un sinfín de alabanzas y deconversaciones que no van dirigidas a mí, a Liam, sino al príncipe, ycontestandoconloqueesperanoír.Llevotantosañoshaciéndoloquemesalesolo.
Salgo de la universidad como las estrellas de cine, rodeado de unanube de admiradores, y a lo lejos veo a Elen ponerse los cascos e irseandandoacasa.Mehe fijadoenquenohahabladoconnadieen toda la
mañana.Esunachicasolitaria.Olavida lahahechoserasí.Avecesnosomos loquequeremosser, sino loquenonosquedamás remedioqueser. No debería insistir, lo sé, pero necesito una prueba más paraconfirmarquemeheequivocadoconella.
ELENEstoy en casa. He terminado de comer y me he puesto con mis
ejercicios,perotengolamentebloqueada,estálejosdeaquíunavezmás.Nunca me había pasado. Siempre he tenido facilidad de comprensión eincluso he disfrutado con mis tareas—excepto cuando me siento en laobligacióndesacaraltísimasnotas;nadieesperaqueunasuperdotadaderepentesaqueunnotable,escomosilosprofesoressiempreesperaranlaperfeccióndemí—.Sinembargo,haymomentosenqueestoycansada,enque pese a mi facilidad para el estudio, me apetece hacer otras cosas.Comoahora.
Melevantodemiescritorioycojounachaquetafinaparairadarunpaseo.Una vez que salgo por la puerta trasera de la heladería, tomo elsenderodetierraquequedaaladerechayatraviesolaespesaypreciosaarboleda hasta llegar al lago. Me acerco a la orilla y me quedoobservando sus tranquilas aguas, algo que siempre me relaja y me damuchacalma…
—Vaya,noesperabaquenadievinieraporaquí.Mesobresaltoalescucharesavozy,algirarme,veoaLiamdarun
salto para bajar de uno de los árboles que están próximos a la orilla yvenir hacia mí, serio. Se queda a unos pasos de distancia y me estudiadesdesualtura—mesacavariospalmos,debederozarelmetronoventa,ytenerlotancercademíytanseriohacequeparezcaaúnmásalto.
—Nosabíaqueaquíhabíaalguien…—¿Yquiénesesealguien?Encuantomehaceesapregunta, séquemeestáprobando.Quepor
miactituddeestamañana,élcreequesoycomolosdemás,quesoloveoenélalpríncipe.¿Deberíadejarquesiguierapensándolo?
—Liam—decidocontestarsacándoledelerror.Él sonríe, haciendo que mi corazón dé un vuelco, y me asalta la
sensacióndequenohetomadoelcaminocorrecto.¿Adóndenosllevarámirespuesta?
—¿Quétallasclases?Yoheacabadoalgoharto.Empiezaacaminary,comovequeyonovoydetrásdeél,sedetiene
ymemira.Finalmentelesigo.—Noseteveíamuytriste.Estabasmuybienrodeado.Seríe.—Sí,depesadosyaduladoresparalosquesolosoyelpríncipeLiam.—Es algo que no puedes cambiar. Siempre tendrás la duda de si la
genteseacercaatiporinterésono.—Pordesgracia.—Amuchagentelegustaríaestarentulugar.—Esoesporque son libresyno saben loque significa estar enmi
lugar. Tener toda tu vida detallada y escrita desde que naces, tenermarcadocadapasoquevasadar.Inclusoantesdeaprenderahablar,mispadres ya tenían pensado qué haría, dónde estudiaría, el qué…absolutamentetodo.Alfinyalcabo,eraloqueseesperaba,yseespera,delheredero.
—Eneso,enpartetecomprendo.—¿Por ser superdotada?—Asiento—.Conocí aun jovenen laotra
universidadqueeracomo tú—continúa—yvivía recluidoensucuarto.Estudiaba dos carreras a la vez. Los profesores siempre esperaban lomejordeél.Yéltambiénseloexigíaasímismo.
—Sí,algoasí.Hayveces inclusoque,segúnconquiénhables…,daigual.
—Notecalles.—Es que… todo esto es tan… raro… —Me detengo y miro un
instante el agua calmada antes de girarme hacia él—. ¿Por qué ayeractuastedeesamanera?¿Comosinosconociéramosdeantes?
—Ayer no me reconociste. De hecho, casi me golpeaste con unrodillodecocina…
—Ibaapreguntarprimero—mejustificoentredientes.—Vaya, gracias. —Se ríe—. No tengo muchos momentos de
descanso,de ser simplementeLiam.Poresomesentía tancómodoayer.Alsertanescasos,cuandosurgenmomentosasí,nomeparoapensarensiesraroono,simplementelodisfruto.
—Supongoquetienesrazón.Seguimosandando.Liamcogeunapiedrecitaylalanzahaciaellago,
haciendoquerebotevariasvecessobresusuperficieantesdehundirse.—Amíesonuncamehasalido.—Inténtalo.
—No,no,esmásprobablequemeacabemojandoaqueloconsiga.—Vamos,noseasgallina.Me tiende una piedra y, un poco dubitativa, la tiro; como yo me
temía,sehundealaprimeradecambio.—Hazesto.Me fijo en cómo coloca sus piernas y la mano. Luego cojo otra
piedradelsueloylalanzointentandoimitarlo.Dadosbotes.—¡¡Lohehecho,lohehecho!!—gritodandosaltitoscomounacría
pequeña. Liam se ríe contagiándome su felicidad—. ¡¡Otra!! —le pidoefusiva.
Pasamos un rato tirando piedras y disfrutando de este juego tansencillo.Pocoapocoel solha idocayendoyempiezaa refrescar,peroestoymuyagusto.Hedejadodecuestionarmesi esto tiene lógicaono;simplementedisfruto,comohaceLiam,ymegusta.Lociertoesquemegustamucho,yesoempiezaapreocuparme…
—Creoqueeshoraderegresar.—Sí—digoadmirandoelpreciosoatardecer.—Además,hequedadoconunoscompañerosentuheladería.—Ah…,bien.Caminamosensilencioy,cuando llegamosa lapuerta traserade la
heladería,Liamsacasumóvil.—¿Sería tanamablededecirmesunúmero,señorita?—lodicecon
unapícarasonrisaquemehacesonreíramítambién.Alfinalselodigoyélmedauntoqueparaquesemequedegrabadoelsuyo—.Nolollevasencima.
—No,lohedejadoenmihabitación.—Terminaensesentayocho,porsitienesmásllamadas.—Lodudo.Bueno,serámejorqueentreynoteretrase.—Sí,ahoranosvemos.—No creo. Cuando vienen compañeros de mi clase, es mi madre
quienlosatiende.Yomequedaréenlabarra.—¿Porsusmofas?—¿Por qué si no? No me importa servir a quien sea, tengo más
dignidadquelamayoría.—Orgullosa.—Liammeacaricialamejillaysealeja,dejándomeun
cosquilleo donde élmeha tocado—.Ten cuidado conRoberta. Se le hametidoenlacabezaquesoysuyo.
—Yalodijoayer.Vadiciendoporahíquehasregresadoporella.—Que siga soñando. —Se despide de mí con una de sus bellas
sonrisas.Entroenlaheladeríaconunasganasterriblesdevolveraverlo,pero con muy pocas de hacerlo delante de mis compañeros de launiversidad.
Trasquitarmelachaqueta,mepongounodelosdelantalesnegrosymerecojoelpeloenunacoletausandounadelasgomasquesuelollevarenlamuñeca.Losmechonesmáscortosdelflequillosemesalen,porloquetratodeengancharlostraslasorejas,peronohayremedio.
Ya en la barra, veo que mi madre ya está atendiendo mesas, muyajetreada.Hoy,alcontrarioqueayer,estállenodegentedelosdosladosdelpueblo.
Empiezo a coger pedidos, sin dejar de vigilar de reojo lamesa demiscompañeros.Liamaúnnohavenido,peroencuantoentraenellocallo sé incluso sinmirar a la puerta, pues se hace un silencio expectante,comositodoelmundohubiesedejadoloqueestabahaciendoodiciendoparaprestarletodasuatención.Algirarme,leveosaludaralagentequehayreunida.Losmásosadosselevantanaestrecharlelamanoyadecirlelo orgullosos que están de que haya vuelto, mientras algunas chicas lofotografíanconelmóvilyLiamsiguesinpodersentarseamerendarconsusamigos,comounjovenmás.Ycuandoalfinloconsigue,susamigoslepalmeanlaespaldaynoparandeadularlo.Viéndoloasí,entiendomásnuestrosencuentros:nodebedeserfáciltenersiemprequeserelpríncipeparatodos,atodashoras.
Al poco llega Roberta con su séquito y se sienta a su ladodesplazandoconpocodisimuloalqueestaba juntoaLiam.Mimadreseacercaaatenderles.Notardaenvolveryentendermelanotaparaquelesirva lo que han pedido y, en cuanto lo tengo listo, se lo dejo en unabandejay sigo atendiendoa losde labarray a lasmesasmás cercanas.Sonrío al oír a mi padre en la cocina, canturreando una canción de laradio—estáen inglésyelpobrenodauna—y,al levantar lacabezadenuevo,veoaLiamhablandoconRobertaysonriéndoleporalgoqueellalehadicho.¿Quiénesenverdad?Nopareceestartanmalconelloscomoasegura…yunavezmásmeasaltaelmiedodequeseestériendodemí.
—Mamá, tengo que terminar unos trabajos de clase —le comentocuandosedespejaunpocolaheladería.
—Claro,hija,losestudiossonloprimero.
Al comenzar a subir la escalera, noto que alguienme observa.Medetengoun segundo, deseandoque sea él, pero sigo subiendoy evito latentacióndedarmelavueltaparacomprobarlo.
Ya enmi cuarto, veo parpadear la luz demimóvil, avisándomedequetengounmensajeounallamadaperdida.Lodesbloqueo.Eselnúmerode Liam. Por un momento pienso en borrarlo, pero lo grabo en miscontactosconelnombredeLiam.Asecas.
Estoydejandoelmóvilsobre lamesadeestudiocuandoveoqueseenciendeotravezyqueesLiamquienmellama.¿Quéquerráahora?Mequedomirándolo como una tonta, dudando en si contestar o no. «Todoestoesunalocura»,medigo,perofinalmentelacuriosidadmevence.
—Hola.—Sientonohabertehechocaso…¿HasvistolacaradeAinara?—No.¿Estásenlaheladería?—Fuera,juntoalosaparcamientos.Meacercoalaventanaycorrolacortina.Efectivamente,estáabajo,
conlamanoenelbolsilloyapoyadoenuncochecaro,queintuyoeselsuyo.
—Estoyasomadaalaventanaqueestásobrelaheladería.Liamalzalamiradaymesonríe.—Noteheignoradoapropósito.—Parecíasestarpasándotelomuybienconellos.—Soyunpríncipe.Unade lasprimerascosasquemeenseñaronde
pequeño es a saber comportarme en público y que nadie note misemociones.
—Ya.—Penséquetehabíadadoesaimpresión.—¿Yquémásteda?—Nomeeslomismo.Mecaesbien.—Nomeconoces.—Peroloharé.Nosquedamosmirándonosensilencio.—¿QuélehapasadoaAinara?—Teníaunafeamarcaenlamejilla.EstabamuycalladayRobertala
asesinaba con lamirada.EstamañanaRobertamedijo queAinara creíaque tenía algo que hacer conmigo, pero que ella se encargaría deenseñarlecuálerasusitio.
—¿Creesquelahagolpeado?—Nosé.Yohaceañosqueno laveo.Anteseraunaniñamimaday
consentida. Trataba mal a sus empleados y tenía la mano muy largacuandoselellevabalacontrariaoalguienseinterponíaensucamino.
—Lasigueteniendo.—Esomeheimaginado.—Poresovasahacercomosinomeconocieras,paraprotegermede
ella—deduzco.—Teaseguroquenodisfrutoviendocómohacendañoaotrospor
miculpay,sinpruebas,nopuedohacernadacontraRoberta.Supadreesunodeloshombresmáspoderososdelpueblodespuésdelmío,ysupadreyelmíosoníntimos.
—Tendrécuidado.Ytranquilo,asíteevitolacargadetenerquelidiarconmigo…
—Retira eso.—Liam agacha la cabeza y empieza a andar—. Vale,casi nome conoces…, aun así, no puedes pensar en serio que eres unacargaparamí,¿verdad?
—Sitedijeraloquepienso…—Dimeloquepiensasperoalacara.Teesperoenlapuertadeatrás
dentrodediezminutos.Cuelgayloveoentrarenlaheladería.Mepongolachaquetaunavezmásyaloscincominutosbajousando
laescaleradehierroquehayenlahabitacióndelfondodelpasilloquemispadresusandetrastero.Solotengoquecogerlallavequeestácolgadaenelmarcode laventana,abrirelcandadoyencaramarmealalféizarparaempezar a descender. Voy por la mitad cuando veo a Liam venir algoserio.
—Dime.Mientras yo termino de bajar yme pongo a su lado, él escruta las
sombras,porsialguienvinieraalapartetraseradelaheladería,aunqueesmuy poco probable. Observo largo rato sus ojos verdes bajo la luzanaranjadaquehaysobrelapuertadeservicio,pensandocómodecirledelamejormaneraposibleloquepienso.
—Vamos,nocreoqueseatandifícil—meanima.Suspiroymearmodevalor.
—Está bien. Pienso que estás así conmigo porque soy unentretenimiento para ti —le digo mirándolo a la cara; sus ojos están
serios.—Siento haberte molestado entonces. —Me hace una reverencia y
empieza a alejarse. Enseguidame arrepiento y voy tras él, le tomo delbrazo.Liamsepara.
—Nohetenidoamigosenlauniversidad…,bueno,ninunca…Solotengo unos pocos amigos al otro lado del pueblo… Lo siento, soydesconfiadapornaturaleza.
—Yodiríamásbienqueerestonta.—Liamsevuelvehaciamí,ymerelajoalverquemesonríe—.Tienesmuchascosasbuenas,Elen,esunalástimaquetúnolasveas.¿Enquépuntoestamosahora?Yoyaséloquequiero,yséquenomeheconfundidocontigo.
Sindejardemirarlealosojos,decidodecirlelaverdad.—Megustaestaratulado,pero…Liammeponeundedosobreloslabios.—Por esta vez, conmigo, deja de cuestionártelo todo, y yo haré lo
mismo.Contigohehechounaexcepción.Yotambiéndesconfíodelagentepero,comoyatedije,enseguidaséenquiénsípuedoconfiar…,olagranmayoríadelasveces,almenos.—Unavezmás,mepareceverpasarporsumiradaunhalodetristeza.
—Mevaacostar.Liamseríe.—No lodudo,peroestepueblomeasfixiaydesdeayer sientoque,
cuandoestoycontigo,medasunrespiro.Solotepidoquenomeprivesdeél.—Asiento—.Tengoquevolveradentro;lesdijequesalíaaatenderunallamadaimportante.
—Yoterminarélosdeberes,aunqueestabatandistraídaestamañanaqueapenashecogidoapuntes.
—Mándametue-mailporSMSyteescaneolosmíoscuandollegueacasa.
—Gracias.—Denada.Hastalavista.Asientodenuevoymequedomirandocomosealeja.Soysurespiro.
Elrespirodeunpríncipe.Sonríoysuboacasa.LeenvíomidireccióndecorreoaLiamy,mientrasestoycenandounbocataenmicuarto,mellegauncorreo.Essuyo:medalasbuenasnochesymedeseaqueduermabien.Descargosusapuntesylosleo;megustasuletraclarayvaronil,ygraciasa ellos podré terminarmis deberes a tiempo.Tal vez él también seami
respiro,porque,porprimeravezencuatroaños,estoydeseandoiraesauniversidadyvolveraverlo,aunqueseadesdelejos.
LIAMMirolapantallademiordenadorsinver,pensandootravezenElen.
Hedeadmitirque,cuandoregreséparaserfielamipalabra,suponíaquetodo seríamás de lomismo; nunca imaginé que sería asaltado por unajovenasí.Unapartedemímeadviertequelomásprudenteseríaalejarmedeella,peronipuedo,niquiero.Ellaesunsoplodeaire frescoenestemundo,enestajauladeoroquedesdeniñotantoheodiado,ynocreoquenuestraamistadlehagadañoanadie.
Tocanalapuertaymeinformandequeelrey,mipadre,deseavermeen su despacho. Me dirijo hacia allí sin demora y, tras llamar con losnudillos,esperoaqueélmedésupermisoparaentrar—mipadrenuncaolvidalasnormassociales.
—Pase.Abrolapuertayloencuentroojeandovariosdocumentos,demodo
quemesientofrenteasumesayaguardoaquetengatiempoparamí.Norecuerdo cuándo fue la última vez que se comportó conmigo como unpadre,sololorecuerdocomounestrictorey.Pasancincominutosantesdequealcelamiradaymetiendaunospapeles.
—Deberíasconfirmarpersonalmentelaasistenciaatodosesosactos,aunquenotequedaotraqueacudir.
—Noséporquétemolestasendejarmelaopcióndenegarmecuandotusecretariapuedehablarpormí.
—Bueno, siempre te quejas de que decido por ti, ¿no?—Mi padresonríecomosilehicieragraciaquemerebelara.
Melevanto,hartodesujuego.—Gracias por recordarme cuáles son mis obligaciones como
herederoaltrono.—Hacesbienennoolvidarlas,Liam—apuntacuandoabrolapuerta
paramarcharme—.Porcierto,noteolvidesdelbaileydeloqueesperodetienél.
Megiroparamirarloconrabia.—Nopiensoelegiresposatanpronto.—Esoya loveremos.—Mipadremelanzaunamiradadesafiantey
memarchocerrandolapuertadeunportazo.Regresoamicuartoytirolosfoliossobremiescritorio,asqueado,
agobiadopormisresponsabilidades,y,sinsaberporqué,mimentevuelvea ella y su sonrisa.Elen.Cojo elmóvil y dudo en si escribirle algo.Alfinalnolohago,perotengoclaroquenopiensoperderloúnicoquemehacesentirlibreenestelugar.
CAPÍTULO3
ELENNadamás llegar a la universidad, veo a Liam a lo lejos con unos
compañerosy,alpoco,sientoelmóvilvibrar.Rápidamentelosacodemibolsillo.Esunmensajede él.Lo leomientras entro a clase, tratandodequenadienotelatontasonrisaquesehadibujadoenmicara:
«Buenosdías,Elen.¿Tienesplanesparaestatarde?Sédeunlugarquetegustaría.Contesta.»
DejolamochilaymesientoparateclearenseguidaunSMS:«Miplaneraestudiar…¿Dóndequedamos?Besos.»Levanto la cabeza al escuchar el revuelo de mis compañeros, y
comprueboqueLiamacabadeentrar.Nomirahaciamisitio.Roberta lesigue de cerca, pero él está concentrado en escribir algo en el móvil,ignorándola.Notardoenrecibirunnuevomensaje:
«¿Sabes dónde está la pizzería de Alberto en el pueblo? ¿Besos?Mejordámeloscuandomeveas,siteatreves:P».
Mesonrojoporsuúltimocomentarioylecontesto:«Sí,sédóndeestá.¿Aquéhoraquedamos?Seguroquevassobrado
debesos,asíquelosmíosnovanaservirparaampliartulargalista.»Elprofesoracabadeentrar,demodoquepongoelmóvilensilencio
y lo dejo bajo mi pupitre. Pocos minutos después lo mirodisimuladamenteycomprueboquetengounnuevoSMS:
«A las seisde la tarde.Talvezalgúndíacambiesde idea :P.Tráetealgodeabrigo.»
Lecontestounsimple«Ok»,guardoelmóvilenlamochilaeintentoseguir la explicación del profesor, aunque mi mente está muy lejos deaquí.Mesientoinquieta,conganasdereír,decantar,desaliralacalleyponermeadarsaltosdealegría…,detodomenosdeestarenclase,perodeboserenarmesinoquieroquemepaselomismodeayer.
Cuandolasclaseslleganasufin,veosaliraRobertadetrásdeLiamyunosminutosdespuésmeloscruzoenlaentradadeledificio.
—Esta tarde no puedo—le escucho decir a él cuando paso por sulado—. Gracias por tu invitación, Roberta, pero tengo un compromiso
muy importante que no puedo eludir. Lamento tener que declinar tuinvitación.
—Noimporta,seguroqueencontraremosunmomentoparavernos.Buenosdías,alteza.
—Buenosdías.Salgodelrecintosonriente.EltonodeLiameracorrectoydistante.
Me gusta más como es cuando está conmigo. ¿Será verdad que soy unrespiropara él?No lo sé, peromemueroporque lleguen las seis paravolveravernos.
***Estoyhechaunmanojodenervios.Desdeestamañananoheparado
de darle vueltas a nuestro encuentro.Me ha costadomucho decidir quéponerme.Alfinalmehedecantadoporunpantalónvaquero,unacamisetablanca y una chaqueta de punto rosa. El pelo me lo he dejado suelto,recogidocondospasadores,unoacadalado.
Al llegar a la pizzería de Alberto, veo que hay unmotorista en lapuerta,montadoenunarelucientemotonegrayvestidotambiéndenegrodelacabezaalospies,salvoporalgunosdetallesmetálicosenlachaquetadecuero.Elcascotambiénesnegro,incluidalavisera,porloquenodejaver su rostro. Me detengo junto a la puerta y miro hacia la carretera,esperando ver aparecer a Liam y pensando cómo hará para que no loreconozcan.
—¡Elen!—Oigoamiespalda.Enseguidareconozcosuvoz.Megiroymedoycuentadequeesel
motoristaquienmellama:seha levantadolaviseray losojosverdesdeLiammeobservanrisueños.
—Sube—dicetendiéndomeuncasco.Sindudarloun segundo,mepongo el cascoyme subo tras él, que
enciendeelmotoryseincorporaalacarretera.Nuncahabíamontadoenmoto.Escomosivolara.Mientrassalimos
delpueblo,medebatoen simegustaonoesa sensación,porquenomesientomuysegurayendoagarradaalasiento.Conciertavergüenza,acabopasandolosbrazosporlacinturadeLiam.Encuantoapoyomimejillaensu amplia espalda, decido que ir enmoto, al menos con Liam, es algomaravilloso.
Cuandonotoqueempiezaaaminorarlavelocidadynosdetenemos,miroamialrededor.Estamosenunapequeñaplaya.Liamdesmontaymetiende caballerosamente la mano para ayudarme a bajar. Durante unsegundo disfruto de sus cálidos dedos tocando los míos y, cuando mesuelta, me miro la mano y pienso que hubiera dado lo que fuera poralargarmásesteinstante…
Se quita el casco y yo hago lo mismo, tratando de alejar esepensamientodemimente.Losdejamosenlamotoycaminamoshacialaplaya.
—¿Tegusta?—mepreguntacuandollegamosalaorilla.—Meencanta.Nolaconocía.—Estábastantealejada,pocaspersonaslaconocen.Mejor.Lesonrío.Liamsesientaenlaarenayyomesientoasulado.Cierro
losojosparadejarmearrullarporelruidodelasolas.Labrisallegaconolorasalypocoapocoestatranquilidadmevarelajando.
—Esta mañana te vi hablar con Roberta… —digo—. Fuiste muypolíticamentecorrecto.
—¿Usted cree? Es un honor para mí que sus preciosos oídosestuvieranatentosaloqueasualrededoracontecía.
RompoareíryLiammeimita.—Siempre es así. Ellos se creen que solo sé hablar de esa forma
engolada,ysiempresedirigenamícomosualteza.—Seguroquesitevieranahoramismoasívestido,nopensaríanque
eresunpríncipe.Liam se sonríe y luego se abre un poco la chaqueta de cuero,
mostrandounacamisablanca.—Amipadretambiénledaríaunataque.Esunasuerteparamíqueel
castillotengapasadizossecretosypuedaescaparmecuandolonecesito.Lamoto la dejo escondida entre los matorrales que rodean los antiguosmurosdelpalacioqueahoraestándestruidos.
—Debedeseragobiante.—Unpoco.—Porcierto,¿tusangreesazul?—bromeo.Liam alza las cejas, me tiende un brazo y se sube la manga de la
cazadora,dejandoalavistasumagníficoreloj.—¿Quierescomprobarlo?Laúltimavezquemecortéeraroja,pero
quiénsabe.
Meríoycojosumuñeca,pasandomisdedosporsucálidapiel.—No,nomegustalasangre.Mefiarédesupalabra,alteza—ledigo
retirandomimano, pues he sentido la tonta tentación de prolongarmiscaricias.
Nos quedamos en silencio y yome abrazo las piernas apoyando lamejillaenlasrodillas.
—Hastenidoqueviajarmucho.—Sí,bueno.Lamayoríadelasveceshasidoparaasistiraactosque
organiza mi padre, como futuro heredero del reino. Aun así, siempreconsigoencontrarunhuecoparahuirdemisobligaciones.Hevistositiosincreíbles.
—Yonoheviajadonunca.—Deberíashacerloundíadeestos.—Megustaríamucho.Talvezundíapuedas indicarmequé lugares
merecelapenavisitar.—Oacompañarte.Meríomirandohacialasolas.—Ambos sabemos que eso no es posible. —Me giro hacia Liam
cuando advierto que este no comparte mi risa despreocupada, y decidocambiardetema—.Antesdecomprarlaheladería,mispadrestrabajabanlejosdelpueblo,paralospadresdeunodenuestroscompañerosdeclase.Mi madre limpiaba y mi padre se encargaba de la jardinería. Aunqueganaban un buen sueldo, tenían que aguantar mucho, mucho. Yo casisiempreibaahacermisdeberesenlacocinacuandoacababaelcolegio;mientrasnome interpusieraenel caminode la señora, ellanoveíamalqueyoestuvieraallí.Esmás,creoquenilosabía.—Sonríoalrecordar—.Mispadresestabanorgullososdemí.Miinteligencialeshacíasoñarconqueunbuendía todo sería distinto, queyono acabaría comoellos, quepor finalguiende la familia seríade losquemandabanynode losquerecibenórdenes.Memetieronenlosmejorescolegiosymehanayudadosiempreentodo.Yonuncameopuseaello,porqueveíalailusiónensusojos,lasesperanzasqueponíanenmí.
»Y así es como acabamos aquí. Mi padre invirtió sus ahorros encomprarlaheladeríayenpagarlapartedelamatrículaquenocubríalabeca.Noteimaginascuántolescuestallegarafindemes.Poresoyolesechounamano,porqueconeldineroqueseahorrandecontrataraotrapersona pueden pagar mi plaza en la universidad. Se han sacrificado
mucho y también he comprobado desde niña cómo son los de tu clase.Creoquehayquevaloraracadapersonaporcómoes,nopordóndehanacido. Nomemalinterpretes, tengo los pies en el suelo. Sé cuál es larealidadypuedoverperfectamentelalíneaquenosseparaatiyamí,peroaunasí,megustaestaraquí,contigo.Sertuválvuladeescape.Turespiro,comotúdices.Solotepidoquenuncamehagasunapromesaquenomepuedas cumplir, ni me prometas nada que ambos sepamos que es unimposible.Comolodeacompañarmeenesosviajes.Seamosamigos,perononosengañemos.Noolvidemosquepertenecemosamundosdistintos.Eslomejor.
Tomoaire,puestrasmidiscursolonecesitaba.NomeatrevoamiraraLiampormiedoaquepiensequesoyunpocotontaporloquehedicho.Quizáshehabladodemasiado…
—Teentiendo.Estodoloquedice.Megirohaciaél.Estáobservandoelmarconel
semblanteserio.—¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si todo el mundo
pudiera decidir qué quiere hacer en la vida, quién quiere ser,independientementededóndehayanacido?—pregunta.
—Sí,ycreoquesiesofueraposible,alfinalnosarrepentiríamosdenuestra elección.El serhumano tienepor costumbreno ser feliz con loquetiene.Siemprequieremás,aunqueyalohayaconseguidotodoynosedécuentadeello.
—Avecestodosereduceaalgotansencillocomoserfeliz.—Otras,aalgotansencillocomosonreír—ledigoconlaesperanza
dequedejeaunladosuseriedady,paramiagrado,lohace.—Chicalista.—Trasdecirestoselevanta—.Ahoravengo.Liam se acerca a lamoto y al poco regresa con una bolsa que ha
sacadodeella.—Unadelascocinerasnoshahecholamerienda.Esunagranmujer,
conun corazóndeoro.Nuncamepregunta para quénecesito las cosas,simplementemeayudaentodoloquepuede.Ellaesfelizenmicasa.Megustapensarquelostrabajadoresquemerodeansonfelices…
—Notodoelmundoesigual.TúmismomedijisteayerqueRobertanotratabienalservicio.
—Sí,losé.Poresointentonosercomoellos—dicedejandolabolsaenelsuelo.
La abro. Veo un mantel y lo tiendo en la arena; Liam saca unossándwichesyunaslatasderefrescoylosponeenelmedio.
—Tedejoelegir.—¿Nosoniguales?—No lo creo, pero seguro que todos están buenos. Podemos
compartirlossiquieres.Desenvolvemosvarios, los partimospor lamitadynosponemos a
comer.—Conquealgunossonfelicessimplementesonriendo.—Megustacuandosonríes,másquecuandoestásserio.—Contigo me cuesta estar serio. Nunca he conocido a nadie que
sonríatantocomotú.—Enesomeparezcoamipadre.—Pruebootrodelossándwiches—.
Mejorreírquellorar.—Cierto.—Daotromordiscoyguardasilencio.—Liam,séquehayalgoquetepreocupa.Siquiereshablar…—Noesnada…—Haceunapausa—.Soloestabapensandoenelgran
baile que está organizando mi padre. ¿Sabes que espera que en élencuentrealamujeradecuadaparamíyempieceacortejarla?Dicequeyaestoyenedaddesentarlacabeza…
—¿Cuántosañostienes?—Veintiuno.Nosoytanmayorcomoparasentarlacabeza.—¿Veintiuno? ¡Me sacas tres años! Eres un viejo. Es raro que no
tengascanas…Liamseríeymetiraunabolitadepapeldealuminio.—Creoquetupadredeberíadejarteirturitmo.—Sí, eso me gustaría a mí, pero él se casó con veintidós años y
espera que yo haga lo mismo. Como sabrás, soy hijo único, el únicoheredero al trono. A mi madre le costó quedarse en estado y ya fuedemasiadotardeparatenermáshijos.Poresoempiezaaponersenerviosoyquierequemecasecuantoantes,paratenerunnietoyasegurarlalínea.
—Ahora sé por qué decías que toda tu vida está escrita desde quenaciste.—Asienteconresignación—.Ysupongoqueaesebaileacudirántodaslashijascasaderasdebuenafamilia,paraquetengasbastantedondeelegir.
—¿Cómolohassabido?—preguntaconironía.—Nosé.¿Intuición?—bromeo.
—Puessí.Dehecho,yamehapasadolalistadelasinvitadasycadavezquemimadremeve,meempiezaaenumerarlascualidadesdeesta,deaquella…
—Nomeextrañaqueteescapesdepalacio.Debedeserhorriblequete obliguen a casarte ya, te guste o no tu futura esposa—pienso conunescalofrío.
—Nopiensocasarmeconquienellosquieran.Estáatardeciendoyhaymuypocaluz,peroapesardeello,susojos
verdesrelucen.—Hacesbien,peroalfinaltendrásqueelegir.—Mepodríasayudarconlaelección—comentasonriente—.Alfiny
alcabo,solosetratadevalorarquiénseríalamejorprincesa.—Dichoasí,suenatanfrío…—Peroeslarealidad.—Nomegustaría estar en tupellejo, laverdad.Esuna tranquilidad
saberqueundíamecasaréconquienyodecida.—Graciasportucomprensión—comentaconguasa.—Denada—lecontestoenelmismotono.—¿Ycómoserá?—¿Quién?—Conquientegustaríacasarte.Reflexionouninstantemientrasledoyotromordiscoalsándwich.—Pues… creo que un chico rubio, muy alto y con unos ojos
increíblementeverdes.—Meríotrasmigracia—.Esbroma.—Yoestabapensandoqueparamíseríaperfectaciertapelirrojacon
losojosplateados.Ah,yque tengaunasadorablespecasen lasmejillas.¿Conocesaalguienqueencajeconesadescripción?—Sonríe.
Micorazóndaunvuelcoaloíreso,aunsabiendoqueambosestamosbromeando.
—No,perocuandoencuentreaalguienconesascaracterísticas,telamandaré…,claroquetuspadrestienenquedarleprimeroelvistobueno.¿Dóndeledigoquedebepasarelcasting?
Liamrompeareíryyoconél.—Eresmuyocurrente,Elen.Gracias.No añade nada más, pero tampoco necesito que me dé más
explicaciones:medalasgraciasporhacerlesimplementeolvidar.—Ven,demosunpaseo.—Recoge lascosasy luegoseponedepie
tendiéndome unamano para ayudarme a levantarme.La tomo y, aunquemegustasentirsucalidez,enseguidalasueltoycomienzoaandarporlaorilla.
—Háblamedeesoslugaresquedescubríasentusviajes.—Estábien,aunqueteadviertoquenosoymuybuennarrador.Liam empieza a describirme uno de ellos, y yo enseguida lo
reconozcoylecuentosuhistoria.—Estoy impresionado.—Agacho la cabeza algo cohibida. A veces
me emociono hablando y se me olvida que a algunas personas lesincomodaqueyohablesinpararyhagaalardedetodoloquesé—.Notesientasmal,megustaloquerelatas.Tehablarédeotro.
Estetambiénloreconozcoy,alcontarleloquesésobreél,Liammecuenta cómo lo vio él. La noche va cayendo poco a poco mientrascharlamos.
—¿Tedascuentaaladesitiosquehemosidoenunmomento?—mepreguntadespreocupado.
—Sí, el poder de la mente es increíble. —Sonrío. Hace rato quehemosvueltodelpaseoynoshemossentadoenlaplayaparaseguirconnuestraconversación,sinimportarnosqueyacasinopudiéramosvernos.
—Esmejorquevolvamos.Yaesmuytarde.Asiento y, tras coger las cosas, vamos hacia la moto. Esta vez, al
montar,nodudoenagarrarmeaLiamdesdeelprimermomento—estoydeseando hacerlo desde que me bajé de ella—, por lo que hago oídossordos a esavoz interiorquemedicequenodebería sentir esta calidezprecisamenteporél…
LIAMCuando noto los pequeños brazos deElen alrededor demi cintura,
mecuestamuchonoacercarmismanosparaqueelabrazoseaaúnmayor.Alfinalnolohago,ynoesporfaltadeganas.Estanpequeñacomparadaconmigo,quemedanganasdeabrazarlaacada instanteyprotegerladeestemundoquenoentiendeaalguienconunamentetanmaravillosa.Meencanta hablar con ella, debatir sobre cualquier cosa o simplementeguardarsilenciosinsentirquetengoquellenarlocomoseaparaquedejedeserincómodo.
Pasopordelantedelapizzeríaysigounpocomás,paraquenotengaque regresar solamucho tramo.Ya cercade su casa, detengo lamotoyesperoquebaje.Ellasequitaelcasco.Tieneelpeloalgoalborotadoylas
mejillas sonrosadas.Estápreciosa.Es preciosa.Me sonríe conesapizcadeinocenciaquemeencantadeellaymedevuelveelcasco.
—Nosvemospronto—ledigoconunaseguridadabsolutamientraslo cojo, pues solo ella puede evitar que mi condición de príncipe measfixieporcompletoyséqueharéloimposibleporestarasulado.
***Unanuevareuniónencasadeunapotencialesposa,oesodicenmis
padresy sus informes.Entroy saludocomoesperandemí.La jovenencuestiónesunamujerdecasitreintaañosquemedevoraconlamirada;nisiquierasemolestaendisimularlo.
La tarde seme hace interminable.Me cansa tener que estar todo elratosonriendoporlastonteríasquedicen.Lomásgraciosoesquenadienotami incomodidad,porquenadiememira realmente, soloven loqueesperanverdemí.Yentoncespiensoenella.Encómomemiradeigualaigual, en cómome sonríe.Séquenodeberíapensar tanto enElen,perohacerlo sirveparaaliviarestas tediosas reuniones.Llevo toda la semanaacudiendoalascasasdelasfamiliasmásilustresdelpueblo,alabúsquedadeunamujeraptaparasermiesposaycomenzaracortejarla. ¡Comosituvieraintencióndehacertalcosa!Demodoquemedejollevar,sabiendoque,tardeotemprano,mipadrememarcaráelcaminoquedeboseguirsivequenomuestrointerésalgunopordoblegarmeasusdeseos.
CAPÍTULO4
ELENEstamosaviernesy,desdequeLiammellevóelotrodíaalaplaya,
no hemos vuelto a quedar. Me ha enviado mensajes y me ha llamadocuando ha tenido un hueco para decirme que está muy liado con lapreparación del baile que están organizando sus padres y conociendo aposiblesfuturasesposas.Cadavezquemehabladeeso,noséporqué,semecortalarespiraciónalcreerquemevaadecirquiéneslaelegida,yalpensar en ella siento brotar en mí algo parecido a los celos. Y mereprendoporello.Yosécuálesmisitio,esmejorquenuncaloolvide.
Estoyllegandoamicasadespuésdelasclases.Enlauniversidadnosehabladeotracosaquedelbailedelsábado.Naturalmente, todosestáninvitadosmenos yo; mis padres no se han ganado su invitación.Me esindiferente,laverdad.Nuncahemossidoinvitadosalasfiestasdepalacio,yahoramásqueotrasvecesprefieronoir.NomeapetecepresenciarendirectocómoLiamdespliegasusencantosconlasdiferentescandidatas…y ya no por celos, sino porque simplemente encuentro todo eso muyaburrido.
Entroenlaheladeríaasaludaramispadresy,cuandoestoysubiendoamicuarto,mesuenaelmóvil.MeapresuroasacarloesperandoqueseaLiam,peroesmiamigaLaia.
—¡Estasemanahasidohorrible!Acabamosdeempezarelcursoyyanoshanatiborradoadeberes.¿Yquétaltú?
—Bien.Comosiempre.—Venteamicasaestanocheynoshinchamosaverpelisyacomida
basura.¿Vale?Anda,dimequesí,necesitounrespiro.Sonríosinquerer,puessucomentariomeharecordadoaLiam.—Claro,iréestatarde.—¡Sí!Tequiero.Eresmisalvadora.Encuantollegues,nosbajamos
alvideoclubaalquilarunmontóndepelisrománticas.—Preparalosclínex.—¡Esoestáhecho!Nosvemos.Cuandoterminodecomer,mepreparoparalanochedepijamascon
Laia.Decaminoasucasa,caigoenla tentacióndecomprarunosdulces
paramerendar.Estoy en la puerta a punto de llamar al timbre cuandome suena el
móvil;alsacarlo,veoqueesLiam.—Hola,preciosa.¿Dóndeestás?—Vaya, ahora con halagos. —Liam se ríe mientras yo trato de
regañar a mi corazón, que late desbocado desde que he descolgado elteléfono,comomesuelepasarúltimamente—.Estoydelantedelacasademiamiga.Vamosapasarlanocheviendopelículasrománticas.
—Vaya,nochedechicas.—Sí,necesitadistraerse.Yavesquenoereselúnicoquemeutiliza
paraesefin.—Yaveo,ya.—Secallaymequedoesperandoaverquéquiere—.Te
llamabaporsiteníasunratoparavernos,peroestáclaroqueno.—No…¿Dóndeestás?—Cercadelpueblo.Hesalidoadespejarme.—¿Preparadoparalafiestademañana?—No,peroquéremedio.Bueno,tedejocontuamiga.Pasadlobien.—¡No,espera!—digoantesdequecuelgue—.Quedéconellaenque
vendríaporlatarde…Podemosvernosunrato.Además,tengodulces—comentomirandolabolsaquellevoenlamano.
—Enesecaso,teesperoenlapizzería.—Deacuerdo.—Gracias.Cuelgoymeapoyoenlapuerta.¿Quédemoniosestoyhaciendo?No
he podido negarme, estoy deseando pasar un rato con él, aunque seancincominutos…,estonopuedeserbueno.Nadabueno.
Voyhacialapizzería.Liamnotardaenaparecermontadoensumoto.Ni siquiera nos decirnos nada.Mepongo el cascoque élme tiende,mesubo tras él y lo abrazo—disfrutando, ymucho, de su cercanía—, y élarrancayseincorporaalacarretera.
Pocodespuésllegamosanuestrodestino,laplayadondeestuvimoselotrodía.Losdosbajamosdelamoto,nosquitamosloscascosyechamosaandarhacialaorilla.Liamtomademimanolosdulces.
—Alfinalestevaasernuestrolugarprivadoparaescapar—bromeo.Élsonríe,peroestálejosdeaquí—.Enlabolsahayunosbollosrellenosdenataqueestánespecialmentebuenos,aunquenotantocomolosdemipadre… —«¡Qué tontería! Es un príncipe, seguro que ha probado
manjaresmejoresquelosbollosdemipadre»,pienso,peronodigonada,puesséqueloqueLiambuscademicompañíaesprecisamentequenolerecuerdequiénes.
—¿Enserio?Esotendréqueverificarlo.Nos sentamos en la arena, junto a la orilla. Liam coge uno de los
bollosyloprueba.—Tienesrazón,estánmuybuenos.Tendréqueprobarlosdetupadre
paracompararlos.Muerdo elmío y, al hacerlo, noto queme hemanchado de nata la
nariz.Liamseríeysacaelmóvil.—¡Niseteocurrafotografiarme!—gritointentandotaparmelacara
conlasmanos,peroLiammelassujeta.—Vamos,siestásmuygraciosa.—¡¡Liam,no!!Demasiado tarde. Ya ha hecho la foto. Me suelta las manos y
aprovechoqueestámirandocómohaquedadolafotoparauntarledenatalacara.
—¡¿Serás…?!Meríoysacoelmóvil,peroLiammeloatrapa.—Oye,túmehashechouna—mequejofingiendofastidio.—Lo siento, no eres tan rápida como yo —Liam se levanta y se
limpia—.Toma,bórralasiquieres—añadetendiéndomesumóvil.Veolafoto,salgohorribleperodecidonoborrarla.—Mejorno.Asíme recordarás cuandononosveamos.—Sonríoy
sigocomiendo.Liamsesientaensilencio.—¿Dóndepiensasircuandoacabeslacarrera?—lepregunto.—Lo más lejos posible, dentro de mis obligaciones. Cualquier
destinomevale.Liammemirafijamentecuandodiceestoyyoapartolamirada.No
debería importarmenovolveraverlecuandoelcurso termine,solonosconocemosdeunosdías…
—Talvezpodamosquedaralgunavez—comento,tratandodequenonotequesímeimportanoverlemás.
—Sí. —Comemos en silencio—. Mañana es el baile y tengo mihabitaciónllenadedossieresconlasaptitudesycaracterísticasdetodasycadaunadelasjóvenesqueasistirán.
—¿Teloshasleídotodos?
—¡Quéremedio!,mimadremepreguntadisimuladamenteporellas.—Quéagobio.¿Yhayalgunainteresante?—No.Nosepuedeconoceraalguienporunpapel.—En Internet hay muchas páginas donde la gente rellena un
formularioparaque lesencuentren supareja ideal…,piensaqueestoesparecido.Algunahabrá.
—Seguro.Sientoquenooshayanenviadoinvitación.—Yo no. —Liam me mira con las cejas alzadas—. Ese tipo de
eventosnomellamanmucholaatención.Sonríe.—Suertequetienes.—Sí,laverdad.—¿Yquéplanestienesparamañana?—Ayudaramispadres,yluegotalvezquedeconLaia.Hacetiempo
mecomentóquequeríasalirdefiestaconunosamigos…Consuerteselehaolvidado,peronocreo,ymássivienensuhermanoy losamigosdeeste. No quería ir sola, así que me tocará acompañarla. No es que memolesteestarconellos,alcontrario,mecaenmuybien,peronomegustamucho salir por ahí, y las pocas veces que lo hago estoy deseandolargarme.
—Tencuidado.—Siemprelotengo.—Seguroquetienesmuchoéxitoconloschicos—dicepícaro.Merío.—Claro.Mepasoeldíaespantandoalosmoscones—ironizo.—Vamos, no seas tonta. No eres fea. Tiene que haber algún
pretendientesecretoporahí.—Bueno,hayunchico…,unodelosamigosdeLaia.Noseseparade
mí.Ante losojosde todospareceminovio,peroen realidadyosolo ledejoporqueasímeevitoponerexcusassiseacercaalguno…Mecaemuysimpáticoyesmuyguapo…
—¿Ytegusta?—¿Robert?No.Bueno,sí…,esmono,cuandoloconocímellamóla
atención…,aunquesupongoqueesolespasaráatodaslaschicascuandoleven—SonríoalrecordaraRobert—,peronosé…
—¿Tehasliadoconél?—Undíaenunjuegomerobóunpiquitoenloslabios.Nadadelotro
mundo.—Seguroquefueporquetúnoquisiste.—Es posible. A veces me pregunto si no debería darle una
oportunidad… Es uno de mis mejores amigos y me agrada mucho sucompañía…
—Si no te ha interesado hasta ahora…Soy de los que piensan quecuando te gusta alguien, te sientes irremediablemente atraído por esapersona.Haycosasquenosedebenforzar,ycreoqueelamoresunadeellas.Almenostúquetienesoportunidaddeelegir,hazlobien.
Liamdiceestoobservandoelmar.Yahemosguardadolosbollosquenos han sobrado y estamos simplemente disfrutando de nuestra mutuacompañía.Unatristezaquenosédedóndeprocedemeinvadealpensarensuspalabras.
—Loharé—prometo.Unapartedemíquieregritar queyaha elegido; sin embargo,otra
másgrandelaacallaylerecuerdaqueavecesquerernoespoder.Mirosuperfil ymequedo absorta observando sus facciones, su tez angulosa, elflequillo cayéndole sobre los ojos… Rápidamente aparto la mirada,decididaasermásfuertequeestoqueestánaciendoenmíyvencerlo,sealoquesea loquesiento,puesnoleharíabienanadie.Avecesesmejorvivirenlaapatíaquesufriendoporloquenuncadebióhabersesentido.
—¿Tienes mucha prisa? —pregunta. Miro la hora en mi móvil yniegoconlacabeza—.Bien,meapetecepasearunpoco.
Melevantoymepongoasualtura,traslocualcaminamosparalelosalaorilla.
—¿Cómollevaslosestudios?¿Necesitasquetepasemásapuntes?—No,yalosllevobien,perogracias.Megustatuletra.—Gracias,noesnadadelotromundo.—Si tú lo dices… La mía es horrible, cuando llevo mucho rato
escribiendo, solo la puedo entender yo. Suerte que tengo muy buenamemoriayquerecuerdoloqueescribo,porquesino,nolaentenderíaniyo.
—Yaserámenos.Meríoy,ensilencio,damosunospasosmáshastaquemesuenael
móvil.Alcogerlo,mecontestaunaLaiaemocionadísima.—¡¿Dóndeestás?!Bueno,da igual.Cambiodeplanes:nosvamosal
cineconmihermanoysusamigos.¡¡YvieneAdair!!¿Aqueesfantástico?
—Yo…vale.Notardaré.—¡¡Bien!!¡¡Quéilusión!!YvendráRoberttambién.¿Noesgenial?—Sí…,québien.—Asíqueventeinmediatamente,yvestidaparasalir.Hastaahora.—
Ycuelga.Liammemiraexpectante.—¿Tenemosqueirnos?—Esome temo.Estanoche tocacineconelhermanodeLaiaysus
amigos.—YesetalRobertirá,¿no?—Sí.Tengoganasdeverloypreguntarleporsusestudios.Es cierto, me apetecemucho verlo. Eso debe de significar algo…,
¿no?Talvezdebadarunpasomásennuestrarelación.Noesquemeestéobligando a nada, es solo que ahora mismo siento la necesidad de serrealista.Deapagarcomoseaestoque lateenmipecho,antesdequeseademasiado tarde. Y Robert no solo es guapo, sino además una de lasmejores personas que conozco, y un gran amigo. No podría hacer unaelecciónmejor…,¿verdad?
—Sinoteapeteceir…—Sí,sí,lopasaremosbien.LociertoesquemegustaríamásquedarmeaquíconLiam,peroél
debevolverasusobligaciones,aseguirestudiandoasufuturaesposa.Sí,esmejorquesalgaconLaiaymerodeedemimundo.Porsimedapornotenerlospiesenelsuelo.
—Bien,teacercoatucasa.
***Estoy atenta a la película. De vez en cuando, Robert me comenta
algunaescenaflojitoaloído,yyolerespondodelmismomodoysonríocuandoesconveniente.Sinembargo,aligualquesiempre,nosientonadaespecial por estar con él más allá. Me siento cómoda a su lado, loreconozco, y le aprecio como amigo, pero no noto nervios en elestómago, ni sonrío como una tonta por el simple hecho de verleaparecer, como sé que hacen muchas chicas. Tal vez no le he dadosuficiente tiempo.Loobservode reojo condisimulo.Esmuyguapo.Sucabellorubiolecaesobrelosojosdorados,quesoncálidosyamistosos.
Tieneveintiúnaños,igualqueLiam,yvaalauniversidadpúblicaconelhermanodeLaia,Ángel.
Roberttomamimanoylaacaricia.Yoledejohacer,sucontactonomedesagrada,aunquetratodenocompararsusmanosconotras.
—Ahoravieneunadelasescenasquesalenenlostráileres.—Seguroquehanacortadoalgo—lerespondosonriente.—Seguro.Noscentramosenlapantallayvemosunaescenadeacción.Megiro
haciaLaia:estámirandodereojoaAdairyestelesonríeconfrialdad.Noséquépensardeél.Pareceunchicomuyserio,peroLaiamecuentacosasdeélquemehacenpensarquetalvezhayaalgomásdetrásdeesafachada.Creoque,aligualquetodosnosotros,éltambiénesconscientedelamorque ella le profesadesdequeÁngel lo llevó a su casaporprimeravez,cuandoLaiateníadoceaños.SegúnmecontóLaia,yaenaquelentoncessefascinóporél.Pero losuyonuncahapasadodeunaamistad.PeseaqueLaia intenta de todas las formas posibles que haya algo más, no hayacercamiento alguno por parte de Adair y para colmo, desde hace untiempo,élestáaúnmásdistanteconella.Laiasedesespera.Siempreestádeseandoverlo,peroluego,despuésdequedarconél,regresaacasatristeporquesedacuentadequeeslomismodesiempre.Admirosupacienciayconstanciaconél,siempreesperandoalgoquetalveznuncallegue,perocadavezquelesacoeltema,medicequesideverdadnoesparaella,undíaalguienlaobligaráamirarhaciaotrolado,peroquehastaahoranadielohaconseguido.
—¿Quieres?—mepreguntaRoberttendiéndomeunaschocolatinas.Cojo una para mezclarla a continuación con las palomitas. Me
encantaestaexplosióndedulceysaladoenmiboca.Seguimos susurrándonos al oído durante toda la película. Los
comentarios de Robert son muy ingeniosos; tanto, que más de una veztengoqueponermelamanoenlabocaparaevitarreírmeenaltoysoltarunacarcajada.
Cuando la peli termina, recojo mis cosas y Robert me ayuda aponerme la chaqueta, como todo un caballero. Sonrojada, le doy lasgraciasysalimosdelcine.Unavezenlapuerta,Ángelpregunta:
—¿Os hace ir a tomar algo? Tú duermes enmi casa, ¿no?—dicedirigiéndoseamí.
—Sí.
—¡Claroquevamos!Dondedigáis—sueltaLaia.—Eso es complicado. Solo tienes diecisiete, en la mayoría de los
sitiosnotedejaránpasar—apuntaAdair.—Casidieciocho.El1deenero loscumplo,yademás,nocreoque
melonoten.—Si tedeja tuhermano,pormívale,pero talvezosdeberíais ir a
dormir.Lasdos.LaiamiraaAdairdesilusionada,porloquepiensoenquédecirpara
animarla.—CreoqueesmejorquevosotrososvayáisporvuestroladoyLaia
yyonosvayamosaladiscotecadelpueblo.Laiamemiraymesonríe.—Sí.Además,creoquesalíanmiscompañerosdeclase.—¡Genial!—comentaAdairconironía.«¿Quélepasa?Paralocalladoquees,hoyseestáluciendo.»—Osacompañamos—diceRobert.—No,nosvamossolas.Yanosomosunasniñas,aunquealgunosse
empeñenennoquererverlo.Laiame toma lamano y yo tengo que despedirme de ellos con un
rápido adiós, porque yame arrastra tras ella. Pero entonces Robertmellamaynosdetenemosparaquenosalcance.
—Mepreguntabasipodríamosquedarmañanaparairacenar.¿Quéteparece?
Agacho la cabeza, decidida a no perder de vista mis pies, y meacuerdodelbailedeLiam.TalvezdebadarleunaoportunidadaRobert:puedequeesomeayudearecordarmecuálesmisitio,porsimicorazóndecidenublarmelarazón,yademás,yaeshoradesaberhaciadóndenosconducenuestrarelación.Esunodemismejoresamigos;puedequeesosignifique algoy hasta ahora yonohaya sabidoverlo.Si no lo intento,nuncasabréquéhabríapasado.
—Vale,meparecebien.—Estupendo. Te recojo a las ocho.—Asiento. Luego se gira hacia
Laiay lamiraconcariño—.Noséquéhapasadoenelcine,peroélnosueleactuarasí.Quizásesoquieradeciralgo.—RobertleguiñaunojoyLaiaempiezaasonreír.
***La discoteca está hasta los topes. Laia trata de bailar y parecer
despreocupada,peronotoensumiradaqueestádistante.Legritoaloídoquevoya labarraapedirmealgo.Desdeallí,hagounrepasode lasalamientrasdoyelprimersorbo.Laiahaencontradoasusamigosdeclaseyestábailandoconellos,yenunasmesasdelfondohayvarioscompañerosdemiclase;mefijomejoryveoqueentreellosestáRoberta.¿Quéhacenaquí?Nosuelosalirmucho,perocreíaqueestadiscotecadepueblonolesgustaba.Alparecer,meequivoqué,paramidesgracia.
—Nodeberíasbeberalcohol.DoyunrespingoalescucharenmioídolavozdeLiam.—¿Quéhacestúaquí?Liammemiradisimuladamentemientrassepidealgo.Ladelabarra,
porsupuesto,noledejapagar.—Roberta dijo que en esta discoteca no había mucha gente y que,
comocasitodosyameconocían,nomeatosigarían.—Quéconsiderada.—Sí,puesdeberíashabervistolaqueseorganizócuandoentré.—Elpesodelafama—bromeo.—Sí. —Sus ojos verdes me miran más intensamente durante un
segundoyluegoapartalamirada—.Nosvemos.Tencuidado.AsientoyveoaLiamalejarsedevueltaconsuscompañeros.Regreso
a donde está Laia sin poder apartar los ojos de él, pues esta noche estáincreíblementeguapo.Llevaunpantalónvaqueroyunacamisablancaqueresalta el moreno de su piel, el pelo rubio le cae desordenado por elcuellodelacamisa.Soyconscientedequenosoylaúnicaenesteespacioquesepercatadesubelleza.Encuantollegaasumesa,Robertaacaparasuatenciónyélparecesentirseagustoconella,aunqueenelfondoyoséquesolotratadesercortés.
—¿ConocesalpríncipeLiam?—mepreguntaLaiasorprendida.—Solodevista.Vamosalamismaclaseyvinoasaludarme,esmuy
educado.—Sí.Ibaaacercarmeparaquemelopresentaras,peromediocorte.
Esmásguapodeloquerecordaba.—Sí,esguapo.¿Cómovas?—Algo aburrida. ¿Nos vamos? Bueno, termínate la copa. —Se la
tiendoypegauntrago.AlcontrariodeloquehapensadoLiam,essoloun
refresco de naranja. No suelo beber porque, como no lo hago confrecuencia,semesubemucho.
Laiasedespidedesusamigosyrecogemosnuestraschaquetas.Antesdesalir,misojossevansinquererhaciaLiam,alque,paramisorpresa,lepilloobservándomedisimuladamentedesdesuposición.Lesonríoysigoamiamigafueradellocal.
YaencasadeLaia, ledaelbajónyacaboconsolándolaporelmalcomportamientodeAdair.Resultaque,enelcine,Laiatuvounimpulsoyseatrevióacogerlelamano,yporlovistoestenoselotomónadabien.
—Losiento,Laia.Talvezdeberíasolvidartedeél…Lamiro.Esmuyguapa.Séquelabellezanoloestodoparagustarle
a alguien, pero Laia tiene una cara muy dulce, y su pelo rubio oscurocontrastaalaperfecciónconsusintensosojosverdes.Siempretieneunasonrisaenelrostroyesoesloquelahaceaúnmáshermosayledaeseairededuendecilloalegre.
—No puedo. Cuando sientas esto por alguien, me comprenderás.PorqueyoséqueatiRobertnotegusta,pormuchoquelointentes.
—Es buen chico, y muy guapo. Muchas personas acabanenamorándosedesumejoramigo…yRobertesunodelosmíos.Talvezseacuestióndetiempo.
—Sitúlodices…Yahoravamosaponerunapeli.Delasrománticas,¿eh?,quetengomuchasganasdellorar.
Lesonríoyledoyunabrazo.Trasponernoselpijama,nosmetemosbajounamantaensucamaparaverunadenuestraspelículaspreferidasy,cómono,acabarllorandocomounasMagdalenas,paravariar.
—¿Creesquealgunavezalguiensentiráesopormí?—comentaLaiacuando la película está acabando y el protagonista se arrodilla ante lachicayledicedelantedetodosquenopuedevivirsinella.
—Esto es ficción. Pero sí, creo que un día alguien te querrá y osenfrentaréisjuntosalosobstáculosqueseospresenten.
—Tambiénvendráparati.Tomodistraídaunapalomitamientrassalenlasletrasdeloscréditos
enlapantalla.Yo,alcontrarioqueLaia,nosoytanoptimistaalrespecto.Ellaeslaromántica;yo,larealista…otratodeserlosiempre.
—Nolotengotanclaro.Peroesinevitablecontagiarsedetuformadeser.
—Cuandoloencuentres,losentirásaquí—diceseñalándoseelpecho
—.YnolosientesporRobert.—Quiénsabe.Avecestepasastodalavidaalladodeunapersonasin
verlo de verdad y, un buen día, lo miras y ves algo en él que nuncaapreciastehastaesemomento…
Laiarompeareír,porqueprecisamentedeesotratabalapelícula.—Nocuela.—Enlapelículahafuncionado.—Túmisma.—¿Porquéno?EnelfondotútambiénesperasesodeAdair,queun
díatemiredeverdad.Por los ojos de Laia pasa un halo de tristeza y enseguida me
arrepientodeloquehedicho.—Losiento…—Tienesrazón.Pero¿sabesunacosa?—Laescuchoconatención—.
No se elige a quién amar, solo cómo queremos amar a esa persona.EsperoquetevayabienconRobert,perorecuerdaquenopodrásforzarlascosas.Ymientrastanto,yoseguiréesperandoaqueundíaAdairsedécuentadequeexisto.Nopiensodejardelucharporél.
AsientoyLaiamesonríe,otravezesperanzada.Esalgoqueadmirodeella:noserindenunca.
CAPÍTULO5
ELENHebajadoalaheladeríaaayudaramispadresy,enelratoquellevo,
nolehequitadoojoalacarretera:nohacenmásquepasarcochescarosen cuyo interior viajan los notables personajes invitados al baile depalacio.Cadavezqueveouno,mepreguntosienélirásufuturaesposaysientounapunzadadedolorquemeatormentayquerápidamentetratodereprimirpensando:«Estoesunatontería.Liamestáhaciendosuvida,yotengoquehacerlamía».
—Mamá,voyacambiarme.Mimadreasienteysuboamihabitaciónaprepararmeparamicita
conRobert.Meacercoalaventanaparaabrirlaymirarhaciaelcastillo.¿DóndeestaráLiam?¿Yasabráaquiénleinteresaconocer?
Decidodejardepensarenesoyempiezoavestirme.Alterminar,memiro en el espejo y estudio cómome quedami pantalón negro con unsuéterpalabradehonoryunachaquetillacorta.Elpelolollevoaunladoymehehechoondasconlaplancha.Noestámal.
AlasochoenpuntooigoamimadrellamándomedesdelaescaleraydiciéndomequeRobertmeestáesperando.Bajoenseguiday,cuandollegoalaheladería,loveohablandoconmipadre.Vamuyguapoy,nadamásverme, me sonríe mostrándome sus relucientes dientes blancos. «Estoyhaciendo locorrectopero¿porquéahora?»,mepreguntoal irhaciaél.«Enel fondo, tengo la sensacióndequemeestoyobligando, aunquenocreo que sea por Liam… ¿O sí?» Obvio la pregunta, incapaz de darlerespuesta.
—¿Nosvamos?—Claro.—Notengáisprisaenvolver—comentamipadresonriente.—¿Cómoqueno?A las tres, comomuy tarde, aquí—respondemi
madreseria.Asiento y, tras despedirnos de mis padres, salimos juntos hacia el
cochedeRobert.Mehallevadoacenarenunrestaurantequenoconocía,peromeha
gustadotodoloqueRoberthapedidopormí.Hemoshabladodetodounpoco.Élestáapuntodeacabarlacarreray,comonosabecómoandaráeltema de trabajo, le tiene algo preocupado—yame lo había comentadootrasveces,demodoquesaquéel tema,porsi lo teníamásclaro—.Yo,pormiparte,lehedichoquesigosintenerclaroquéharécuandoterminelauniversidad,perosíséquemequieroiraotrolugarlejosdeaquí.
—¿Adónde?—Nolosé.—Supongoqueseguirásestudiando.—Sí, teníapensadohacerotracarrera,peroaúnnomehedecidido
por ninguna. Además, tendré donde elegir, porque estoy sacando muybuenasnotasynotendréproblemaenquemedenbeca.Cuandoacabeelcursoloveré.
—Esperoquenotemarchesmuylejos.Me tensoantesuclarocomentariocondobles intencionesysolosé
asentir. ¿No debería sentir algo? ¿Una sonrisa por que quiera seguirviéndome?Tiempoaltiempo.
—Bueno,deberíamospedirelpostre.—Pidetúpormí.Seguroquemegustará.Robert sonríeypideunplatoconunpocodecadacosa.Cuando lo
traen,mecuestadecidircuálprobarprimero,puestodostienenunapintadeliciosa.
—¿QuétalestáLaia?—Bien—digo tras saborear laminitarta de chocolate—, pero creo
queayerAdairsepasóbastante.—Noséquélesucedió.Cuandoosmarchasteis,élsefueasucasay
noquisoseguirlafiesta.¿Túsabesloquepasóenelcine?—Unatontería.Noeraparaqueselotomaraasí.—Robertmemira
intrigado—.Laialecogiólamanoenunimpulso.—Vaya.Puessí,comotúdices,noesparatanto.Nosé,habrátenido
unamalasemana.Asiento, aunque tengo la sensación de que hay algo más. Tal vez
quieradarleaentenderaLaiaquedebemirarhaciaotroladosinherirsussentimientos y no sepa cómo hacerlo. A fin de cuentas, es la hermanapequeñadesuamigo,notienequeserfácilestarensulugar.
Al terminar los postres,Robertmepropone ir a tomar algo a otrositioyacepto.Cuandollegamos,pedimosdosrefrescos—Roberttambién
porquetienequeconducir—.Casinopodemoshablarporloaltaqueestálamúsica, demodo que ambos nos dedicamos a pasear los ojos por lasala. Al poco aparecen el hermano de Laia, que me saluda con unafectuosoabrazo—estáclaroquevaalgocontento—,yAdair,queestátanseriocomoayer;o,mejordicho, comosiempre.Nosquedamosun ratoconelloshastaqueRobertmedicequemeacompañaacasa.
Cuandoaparcamosfrentealaheladería,mevuelvoparadespedirmedeélymeencuentroconquemeestámirandointensamente.Meinquietopor lo que pueda pasar a continuación. ¿Acaso al aceptar su cita le hehechocreerquesientoalgoporél?
—Bueno,lohepasadobien.Graciasportodo.—Elen, yo… —Lo miro sonriente y algo nerviosa por no saber
cómoirme.Cuandosientoqueponeunadesusmanosenmicuelloymeacaricia,séquesuslabiosnotardaránmuchoenatraparlosmíos,yasíes.Cierrolosojosytratodedisfrutarelmomentopero,peseaquemebesacondulzurayexperiencia,nosientonada,mequedorígida.
—Lo siento—me dice tras apartarse con un último piquito en loslabios.
—Nopasanada—contestosonriendoparaquenosesientamal.—Nomevoyarendir.—Agrandolosojos—.Ahoraquenoshemos
decidido a dar este paso, no pienso rendirme sin saber hasta dónde nosllevanuestrarelación.
—Yono…Meacaricialamejillaymemiraconsuspreciososojosdorados.—Dametiempo.Solotepidoeso,unaoportunidad.Megustasyeres
unademismejoresamigas.¿Melodarás?Agacho la mirada y mi cabeza comienza a dar vueltas. No es mal
muchacho,talvezelamortalcomolopintanenlaspelículasquevemosLaiayyonoexista,ynoseamásqueunaceptación…¡¡yoquésé!!Ysilorechazo, ¿nomearrepentiré?Ahoramismo loúnicoquequieroes salircorriendo sin mirar atrás pero, por otro lado, no quiero hacer daño aRobert. Además, él solo me está pidiendo tiempo para ver si nuestrarelaciónfuncionaono,yunapartedemítambiénquiereaveriguaresoy,sobre todo, poder amarloy ser feliz a su lado.Séque conRobert seríafeliz…
—Notienesquecontestarahora.Nosvemospronto.—Deacuerdo.Veamosadóndenosllevaesto.Pocoapoco.
Robertasientefeliz.Me despido de él y bajo del coche para ir hacia mi casa. Abro la
puertadelaviviendaqueestájuntoaladelaheladeríaymevuelvoparadespedir a Robert, que ya se está alejando tras esperar a que abriera lapuerta.Soloentoncesmedoycuentadequehayalguienentrelassombrasdelaparcamiento.Enseguidasédequiénsetrata.Liam.
Cuando el coche de Robert se pierde, Liam sale de las sombras yvienehaciamí.Llevasutrajedemotoristaymemiramuyserio.¿Quélesucede? El corazón me late desbocado y casi siento la necesidad dedisculparmeporelbesoquesegurohavistoquemehadadoRobert.
—Hola,Elen.—Hola.—¿Hija?—mepreguntamimadredesdeelpisodearribaaloírme
entrar.—Sí,mamá,ahorasubo.Estamoshablandoaquí.—Vale, me voy a dormir —Y tras decir esto, cierra la puerta de
arriba.MevuelvohaciaLiamyabrolapuertadeltodo.—Pasa,aquídentroestaremosmejor.—¿Alfinalhasdecidosalirconél?—Liammesonríe,peronoveo
queensusojoshayaningúnrastrodeesafalsasonrisa.—No…Bueno,élquierequeloconsidere…—¿Yquévasahacer?Liamsesientaenlaescalerayyoasulado.—Nolosé.Esbuenmuchacho…—Pídeleuncurriculum.Sonríopor suocurrencia,perocambiode tema,puesahoramismo
nomeapetecepensarenRobert.—¿Quétallanoche?—Mal.Encuantoheencontradounhueco,meheescapadodeallí.No
losoportabamás.—¿Algunaelegida?—Esposible…,algunassonagradables…—Seguroquesabeselegirbien.—Másmevale,porlacuentaquemetrae.Nos quedamos en silencio, disfrutando simplemente de la cercanía
delotro.Mihombroestározandoelsuyoymegustaesecontacto;tanto,
que me dan ganas de apoyar la cabeza, pero me contengo. Noto uncosquilleoenelcorazónyeldeseodequeesteinstantenoacabenunca.Noquiero que nadie nos robe nuestros momentos… Ese pensamiento mealtera.No,esonoestábien,noestoymirandoenladirecciónadecuada.
Meremuevoinquieta.—¿Tepasaalgo?—No…Nada, cosasmías.—Lesonrío—.Por cierto, ¿cómosabías
quenoestabaencasa?—Te mandé un mensaje. —Me sonríe. Saco el móvil y lo veo—.
Como no contestabas, pensé que estarías durmiendo, o bien que habíassalidocomoayerynohabíasescuchadoelaviso.Hellegadohacepoco.
—Sientonohaberlovisto.—Estabasdisfrutando.MiroaLiamymepierdoensusojosverdes.¿Disfrutando?—Sí,claro.—Apartolamirada.—Serámejorquetedejedescansar.Vineporquetequeríacomentar
quemañanasalgoconmipadredeviaje;unoorganizadoporunodesusamigos.
Nosemeescapaeltonoamargodesuvoz.—¿Ycuándovuelves?—Pronto.Aunquenosélafechaexacta.Liamse levantayme tiende lamanopara levantarme, tancaballero
comosiempre.—Prométemealgo…—Lomiroexpectante—.Queelegirásbien.Séaquéserefiereyagacholamirada.—Aveceshayquedartiempo…—¿Deverdad crees que es cuestiónde tiempo?Liamme levanta la
barbilla y la respuesta llega a mi mente clara y rotunda: «¡NO!». Sinembargo,ladesechoyledigo:
—Aveces,sí.Notepreocupes,amboselegiremosbien.—Sí,claro.Pásalobien.Asiento.Empiezoasubiry,unosescalonesmásarriba,megiroylo
miro.—Si encuentras algún precioso lugar, ¿podrías hacer una foto para
queloviera?—Claro. Cuenta con ello. —Liam me sonríe con una sonrisa
increíblementefrancayluego,trasdecirmeadiós,sevacerrandolapuerta
trasél.Suboamicuartoymepreparoparaacostarme.Yabajo lasmantas,
empiezo a darle vueltas y a analizarmi noche con Robert, pero sin yoquererlo,Liamsecuelaconstantementeenmispensamientos.
LIAMRecreo el beso que ese joven le dio a Elen en mi mente. Quiero
convencermeamímismodequenomeimporta,peroenelfondonoesasí.YsientoqueenpartesedebeaquecreoqueElenseestáforzandoaquelegusteesechico,ynoentiendoporquétienequehaceralgoasí.Porqué alguien que es libre de elegir a quién amar se obliga a esto. Pordesgracia, he visto en sus ojos que se siente perdida y que necesita laseguridadqueledaesejoven.Meresultamuydifícildejarqueellasigasuvidaysedécuentadesuerror.Sesuponequeenesoconsistelaamistad,puesnosoportaríaqueellasufriera,que lehicierandaño.Nosoportaríaquenadieapagarasuvitalidad,sudulzura,y talvezporesomemolestótantoverlabesándoseconesechico.Porque laconsideromiamigaynoquieroquesufra.Esmásseguropensarasí.
ELENEs lunes, se me han pegado las sábanas y voy medio corriendo a
clase. Ayer me quedé hasta tarde haciendo deberes, pues no lograbaconcentrarme,peroalfinaltodomesalióperfecto.
Por suerte, cuando entro enmi clase, veoque el profesor acabadellegarydedejarsuscosassobreelescritorio.Mesientoenmisitioylaclasecomienza.Lasiguientehoratambiénlatenemosaquíporloque,eneldescansodeunaaotra,lamayoríademiscompañerosnisiquierasalenalpasilloyempiezanacircularcomentariossobreelbaile.
—¡¡Liambailóconmigotodalanoche!!Yaosdijequeélhabíavueltopormí—comentaRoberta.
—Bailó lo mismo contigo que con esa pelirroja que vino con suspadres—lacontradiceAinara—.Además,tengoentendidoquelosreyesyLiamsehanidoapasarunosdíasconellos.¿Nocreesqueesosignificaalgo?
Robertagruñeyseencaraconella.—Mástevalequedejesdedecirsandecessisabesloqueteconviene.
Él es mío, ¡¡mío!! ¿Te queda claro?—y a continuación grita a toda laclase,paraquetodosloescuchemos—:Haréloqueseaparaconvertirme
enlafuturareina.¡¡Quenadielodude!!—Sí, lo quenos faltaba, una loca al frente del reino—comentami
compañerodedetrás.Nopuedoevitarsonreírdisimuladamente.—Yoquetúnoestaríatansegura.RobertacogeaAinaradelacamisa,peroestaleplantacara.—Penséqueyatehabíaquedadoclaro.—Notetengomiedo,Roberta.Yahora,sinoteimporta,quítametus
suciasmanosdeencima.—Dejadladiscusiónparaluego—comentaelprofesor,queacabade
entrar.Roberta le hace caso y se aleja a su pupitre, no sin antes echarle a
Ainaraunamiradaasesina.NomegustaríaestarenelblancodeRoberta,la verdad; se nota a la legua que es una niña consentida que no sabeaceptarunnoporrespuesta.
Cuando terminan las clases, salgo sin perder tiempohaciami casa,puescuantoantesllegue,mástiempotendrépararealizarunosejercicios.Apenashedadounospasoscuandonotoelmóvilsonarenmibolsillo.LosacoyveoqueesLiam.
—Buenos días. ¿Me equivoco, o vas camino de la heladería?—mepreguntamientrasyosigoandandoporlascallesdelbarrioresidencial.
—Sí,eresmuylisto.—Liamseríe.—¿Quétallasclases?—Bien. Por cierto, has sido el centro de todas las conversaciones.
Roberta no ha parado de decir que estás casi a punto de declararte. Siquieresquetedéunconsejodeamiga…
—¿Esosomos?—Sí…,¿no?—dudo,temiendohaberlomalinterpretadotodo.—Claro, solo te estaba probando. Sé lo que me vas a decir: que
Robertanomeconviene.Pero,tranquila,estámásquedescartada.—Mealegro.—Yamíquetepreocupespormí.—Yportureino.Siellasubieraaltrono,estoseríauninfierno.Liamsueltaunacarcajadaymecontagialarisa.—HadichoAinaraqueestásencasadelospadresdeunajovenconla
que bailaste—continúo. Inmediatamenteme llevo lamano al estómago,puesnotounasensaciónmolestaenél.
—Sí,escierto.
—¿Quétales?—Esunabuenamuchacha.Muy joven, a primerosde año cumplirá
losdiecisiete,perotienealgoespecial.—Esoesbuenaseñal.Talvezellasealaindicada.Alfinyalcabo,lo
delaedadessolounnúmero.—Nosé,tiempoaltiempo.Nosquedamosensilencio.—¿Hoy también te quedas sola en la heladería? Si lo haces, ten el
rodilloamano,novayaaserqueentrealguiencomoyo.—No,estaránmispadres.Perolapróximavezquemequedesola,lo
tendréamano,teloprometo.Nuevapausa.—Te llamaba para mostrarte algo, pero prefiero esperar a que
lleguesatucuarto.—¿Dóndeestás?—Enunlugarquetegustaría.—Descríbemelo.—Quierohaceralgomejor.—¿Unafoto?—No.¿Tequedamucho?—Impaciente.—Comienzoacorrerporlointrigadaqueestoy.—¿Estáscorriendo?—¡¡Sí!!¡¡Espera!!—ledigocasisinaliento,yLiamseríe.Entroenlaheladeríacomounaexhalación,saludofugazmenteamis
padres,quememiranconlabocaabiertaynolesdatiempoareaccionar,ysuboamicuarto.
—Yaestoy.¿Quéqueríasenseñarme?—Toma un poco de aire primero.—Lo hago—. Te voy a colgar.
Ahora,cuandotellame,acepta.—¿Elqué?Pero Liam ya ha colgado. Me quedo mirando el móvil como una
tonta,esperandoaqueocurraalgo,hastaquevuelveasonarel teléfono.Esunavideollamada.Respondoyenseguidaveomireflejoenelmóvilymedoycuentadequeestoydespeinadísimaynoesmimejormomento,pero no comento nada al respecto. Cuando aparece su imagen, veo unjardínmuybiencuidadollenoderosas,petuniasyfloresdetodotipo.Losrayos del sol se cuelan por entre las enredaderas. Seguramente son los
jardinesdelachicaqueleestátratandodeconquistar.—¿Tegusta?—Escuchosuvoz.—Sí, esprecioso, pero túmeestásviendoamí, yo tambiénquiero
verte.Liamgiralacámaraypuedoversuampliasonrisa.—Estásrojacomountomate.Esotepasaporcorrer.—Túhastenidolaculpapornodecirmedequésetratabalasorpresa.Derepente,susonrisasecongela.—Tengoqueirme.Tellamarépronto.—Pásalobien.—Sí,fenomenal—comentaconundejoirónicoantesdecolgar.Cuando cuelga, me quedo mirando el móvil, preguntándome si
cuando acabemos la universidad seguiremos siendo amigos. Meencantaría, la verdad. No sé dónde iré al curso siguiente, pero sí megustaríapodermantenerelcontactoconél.Parecementiraquesolohagaunasemanaquenosconocemos.ConLaiamepasólomismo:aloscincominutos de entrar en su tienda hablábamos de todo como si nosconociéramosdetodalavida,yapartirdeahínoshicimosinseparables.Ojalá conLiam las cosaspuedan seguir así cuandonuestros caminos seseparen.
CAPÍTULO6
ELENEstamosajuevesyhoylaheladeríaestállenadegente.Muchosdelos
jóvenesdelpueblopasanporaquíantesdeirsedefiesta,aunquemañanahaya clases, y hace poco que han llegado varios compañeros míos,Robertaentreellos.Estabacercadesumesacuandolaheoídocomentarpor casualidad que Liam la ha llamado y le ha dicho que no tardaríamuchoenvenir.¿Seráciertoquelahatelefoneadoélaella?Yocreoqueesmásbienalrevés.
—Elen,alguienhavenidoabuscarte—meavisamimadre.Alzo lacabezaconlaesperanzadequeseaLiam,aunqueséqueesoesimposible,yasíes.QuienestáapocospasosdemíesRobert.
—Hola,Elen.—Hola.—Pasabaporaquíymehaapetecidounodevuestroshelados—me
dicesonriente,haciendoquesusojosdoradosbrillenconintensidad.—Deacuerdo,siéntate,ahoramismotelopongo.—Siquieres,vete,hija.Miroprimeroamimadreyluegoellocalllenodegente.—No hace falta, señora, aquí estoy bien —comenta Robert muy
cortés.Mimadrelesonríecomplacidayélsesientaenlabarramientrasmi
padrelesirveunodesusheladosestrella.—¿Quétaltodo?—mepreguntamientraspongootropardehelados
aunaparejitadenovios.—Bien.Muycansada,perobien.—Tuspadrestienensuertecontigo.—Yyoconellos.—LesonríoyRobertmedevuelvelasonrisa.—Esteheladoestádelicioso.Vuelvoasonreírporelcumplidoymedoy lavueltaparacogerde
detrás de la barra el sirope de chocolate y unas almendras. Robert meacercaelheladoydejaqueleecheporencimaunpocodecadacosa.
—Asíestarámejor.—Seguroquesí.
Despuésmevoyaatenderunasmesas.Cuandoquedayapocagente,mimadremesugierequemetomeundescansoymesienteunratoenunadelasmesasconRobert,quenoshapreparadounosbocadillosconpatatasfritas.
—Gracias,mamá.—Telohasganado—dicedejandolosplatosfrenteanosotros.Mimadremira sonriente aRobert unaúltimavezy luegonosdeja
solos.—Parecequemehadadoelvistobueno.—Sí,esoparece.Metensoantesucomentario,perosonríoparaquenolonote.—¿QuétalestáLaia?—Puesbien,selepasará.—«Esoespero»,medigoparamí—.¿Ytú?
¿SabesalgodeAdair?—No.Hacedíasquenohabloconél.Comemosunratoensilencioynoparodepensarenquédecirpara
que estedejede ser tan incómodo.Cuandoéramos solo amigos estonopasaba,nomecostabasacartemasdeconversación.¿Porquénopuedesertodocomoantes?Porqueahoraestamossaliendo,yaúnestoyesperandoquesaltenchispasoalgoporelestilo.
—¿Tienes planes para mañana? —pregunta interrumpiendo mispensamientos—.Talvezpodríamosquedar.
—Sí,estábien.—Vaya,¿esoesresignación?—Mesonrojoyniegoconlacabeza—.
Tranquila,erabroma.Lomiroseria,perocuandosonríe,yotambiénlohago.—¿Cómo están tus abuelos? El otro día vi a tu abuela en el
supermercado.—Mayores.—Lodicecontristeza—.Megustapensarquevanaestar
amiladosiempre,pero…ARobertlehancriadosusabuelosdesdequeeraniño,paraélsonlos
únicospadresqueconoce.—Ahoraestánaquí.—Tomosumanosobre lamesayse laaprieto
concariño.—Losé.Gracias.—Denada.—¿Ytusclasescómovan?
—Lasclases,bien.Peronomeadaptoamientorno.—Ennuestrauniversidadhubierassidomásfeliz.—Esposible.—Lesonrío—.Oshubieraconocidoavosotrosyeso
mehabríaayudadoaadaptarme.—Cierto.Yotehubieraayudadoencantado.Desvío la mirada hacia el suelo del local y sigo masticando en
silencio.Séquedebería decir algo ante su comentario, pero solo semeocurreunsimplegracias,ynoesloqueélespera.
Cuandoterminamosdecenar,medicequelacenahaestadodeliciosayquesetienequeir,yyoloacompañoalapuerta.
—Nosvemosmañanaentonces.—Sí,claro.—Hasta mañana.—Y sin más, sonríe y se da la vuelta. No intenta
besarmeotravez.CierrolapuertacuandoRobertsevaypongoelcartelde«Cerrado»,
puesyasehaidotodoelmundo.Mimadreestárecogiendolabarra,porloquemeacercoaayudarla.
—Deberíassubiradescansar.—Estoybien.Empiezoarecogerconella.—Mamá…¿Túenseguidateenamorastedepapá?Mimadredejaloqueestáhaciendoymesonríe.—Oh,no.Alprincipiomeparecíaunpesado.—Te he oído—dicemi padre desde la cocina como haciéndose el
ofendido.—Cállate,bobo—fingeregañarlemimadre;luegoseacercaamíen
planconfidenteymedice—:Alprincipionomeatraíanada,peroalfinal,despuésdemuchoinsistirydeirdetrásdemí,medicuentadequeestabaenamoradade él.No sé cuándo sucedió, solo séqueundía lovi hablarcon otra y me dije: «Este es mío, que nadie piense que me lo va aquitar»…Yhasta ahora.—Veo el amor y la añoranza reflejados en losojosdemimadrealecharlavistaatrás,unbrilloespecialquedesaparececuandovuelvealpresente—.¿LopreguntasporRobert?
Asiento.—Mecaebien.Somosbuenosamigosyesmuyguapo,nosé…—Daleunaoportunidad.—Sí,noquieroarrepentirmedespuéssilopierdo…—digo,aunque
enelfondopiensoquesilopierdotampocomeimportaríatantomientrasno lopierdacomoamigo.«Peroesono losé.Mira loque lepasóamimadre»,tratodeconvencerme.
—Mevoyaestudiar.—Buenasnoches,cariño.—Buenasnoches.Llevo un rato intentando dormirme, pero no dejo de pensar en la
conversaciónconmimadre.Talvez loestéprecipitando todoynovaallegarsinmás.Debedesereso…
Cojo elmóvil y pienso en enviarle unSMS aLiampara averiguarcuándoregresa.¡No,esoestámal!Lodejootravezenlamesita,evitandoasílatentacióndesaberalgodeél,sibienesonomequitalasganasquetengodeverlo.Pero¿porqué?¡Sicasinoloconozco!Seacabó.Mañanairé con Robert y lo pasaré genial, y no hay más que pensar. Otra vezvienenamimentelaspalabrasdeLiamcuandomedijoqueeligierabien.¿Estoyhaciéndolo?
Me tapo y cierro fuerte los ojos, esperando que el sueño lleguecuantoantes.
***Observo a Robert mientras cenamos. No ha parado de contarme
cosasquehahechoalolargodesuvida.Apesardequeloconozcodesdehacetiempo,muchasmehansorprendidoporquenuncahabíamoshabladodeellas.Porejemplo,no sabíaque sumadre loabandonóy supadre lodejóconsusabuelosporqueningunoqueríahacersecargodelniño;solosabía que lo habían criado sus abuelos. Yo no sé qué contarle. Herebuscadoenmimemoriaalgunaanécdota,algo,perolociertoesquemelimitoaescuchar.Megustasuvozysuformaderelatarlo todo.Miroelreloj.¿Solohapasadounahora?Mesorprendoantemipensamientofugazyenseguidamesientoculpable.Noesjustoparaél.
—Estacomidaestámuydeliciosa.Conocessitiosrealmentebuenos.—Gracias.Lomejorvieneenelpostre—diceconunasonrisa.Definitivamente, es un chico majo, y simpático, y además parece
disfrutar de mi compañía. ¿Qué más se puede pedir? A lo mejor estoyqueriendoprecipitarlascosas.Talvez,simerelajo,esachispaquebuscolleguesinmás.
VeoaRoberthacerungestoconlacabezaalcamareroy,alpoco,seposadelantedemíunplatoconunpostredechocolateyunarosarojaallado.Me quedo de piedra.Nunca antes habían hecho algo así pormí, yalgolateenmiinterior.Vamosbien.
—Gracias…Mehasdejadosinpalabras.—Tomolarosaylahuelo.LacaradeRobertresplandecedealegríaylededicounasonrisa.
—Esperabaquetegustara.Ladejoaunladoyprueboelpostre.—Estádelicioso.Nomesorprende.—Esoesmalo.Mimetaessorprendertecadadía.Lo miro asombrada y luego solo sonrío. ¿Debería de haberme
gustadosucomentario?Sí,peroenrealidadhesentidoagobio.Novamosbien.
No digo nada mientras como y, por suerte, Robert interpreta misilencio como que quiero disfrutar de este manjar con que me haobsequiado,perolaverdadesquenoséquédecir.Pormásquemeestrujoel cerebro, no encuentro palabras para llenar este pesado silencio. Eratodomuchomásfácilcuandosoloéramosamigos.Alfinal,semeocurrehablarledelúltimolibroqueheleído;sinembargo,cuandomedoycuentade que Robert no dice nada, decido callarme. Lo he aburrido. Deberíahaberaprendidohacetiempoquealagentenolegustaserconscientedequesémásqueellos;leshacesentirincómodos.
—Losiento.—No…Disculpa,solo teestabaadmirando.Meencanta todoloque
sabes.Mesonrojoysonrío.¡No le importa!Asípues,sigohablándoledel
libro,yluegolecuentoalgoqueheaprendidoestasemanaenclase.—¿Te apetece ir a dar un paseo? —propone cortándome con una
gran sonrisa. Yo me callo y asiento, aceptando que ya he habladodemasiadoporhoyyquetodoelmundotieneunlímite.
—Claro.Salimos del restaurante y nos dirigimos al puerto que hay cerca.
Mientras caminamos despacio, Robert me cuenta algunas cosas de suuniversidad.Yoasientodevezencuando,perolohagocomounautómata,puesmimenteestálejosdeaquí.Unayotravezmedigoquedeberíaestarescuchándole,queaunquemeestoyenterandodeloquemecuenta,noleestoy prestando toda la atención que se merece. Llevo todo la noche
esperandosentirlasmariposasenmiestómago,oqueaparezcaunaseñalquemeindiquequeélesparamí.Entoncespiensoenmispadres.
Miro la rosa que me ha regalado y luego le sonrío, decidida aconocerlomejor.Yderepente,sinsaberporqué,losojosverdesdeLiamsecruzanenmimente.AlmiraraRobert,casihedeseadoquefueseLiamquien estuviera aquí.Me asusto por este pensamiento y lo reprimo confuerza.Soy lo suficientemente inteligentecomopara saberqueesmejornopensarenLiammásdelonecesariopero,apesardeello,mimentenoparadepensarendóndeestará,sitardarámuchoenvolver,yenlomuchoque lo echo de menos. No, tengo que luchar contra esta marea desentimientosyprestaratenciónaRobert.LoquesientoporLiamessoloatracciónfísica,nadamás.
Alzomimanohacia ladeRobertyeste,al sentir su roce,entrelazasus dedos con losmíos. Su calidezme reconforta y sé que he hecho locorrecto.
—Llevodeseandohaceralgodesdequetevi.Robertsedetieneyalzasumanohastamimejilla.Lomiroytratode
perderme en sus ojos como lo hago en los de Liam. ¡Dios, no dejo depensarenLiam!
—¿Elqué?—Esto.Deprontobajalacabezaymebesa,sindejarmelugaralaprotesta.
Suslabiossoncálidosynomedesagradacómosemuevensobrelosmíosasíque,aunquesucalideznometraspasacomocreoquedebería,lodejohacerylosigopasiva.Intentodisfrutarelbeso,puesRobertbesamuybienyesfácildejarse llevar,peroeseesprecisamenteelproblema:meestoydejandollevarsinmás.
Despuésdeunossegundos,Robertparecedarsecuentademifaltadeentusiasmoyseseparaconsuavidad.
—Demosunpaseo.—Tirademimanoyyolosigo—.Tengofe.Yo no digo nada, pues ahora mismo tengo la impresión —o la
certeza—dequeelúnicoquetienefeenestoesél.¿Nodeberíahabermehechosentiralgoesebeso?¿Habermeremovidoalgopordentro?Nosé,enlaspelissaltanchispas.Hastalas«protas»sientenfuegosartificiales,yalgunaslevantanelpieytodo.Misdospiessehanquedadoenelsuelo…Conlolistaquesoyparaunascosas,soyalgoinocenteparaotras.Nuncaheestadoconnadienimeheenrolladoconnadiemásalládeunospicos
inocentesrobados.Yahoramesientomuyperdida.Creoquelaspelículasrománticas les hacen un flaco favor a las adolescentes, pues yo no hesentidochispasquevalgan,yempiezoapensarquelosbesossonsiempreasí. Algo normal, nada del otro mundo. Tal vez por eso los chicos seenrollanconunosyconotros.Total, sino se sientenadaespecial, ¿quémásdaconquiéntebeses?…Pero,enfin,serámejorquedejeestetema,porque por más vueltas que le dé, temo que no voy a llegar a nadaconcreto.
Robertproponevolverynomeniego.Ahoranecesitoestara solasconmispensamientos.
—Tellamaréparaquedar—mediceyadelantedemicasaydándomeunligerobesodedespedida.
—Vale. Cuando quieras —respondo bajándome rápidamente delcoche.Aunquenomegustereconocerlo,enelfondoestoyhuyendodeél,porsiseloocurrevolverabesarme.Seguroquemañanaporlamañana,máscalmada,medarécuentadequehoyteníaundíamaloyyaestá.Queestoysacándolotododequicio.
Abrolapuertademicasaymedespidodeélconlamano.Alllegarami cuarto, me cambio de ropa y no tardo en meterme en la cama,deseandoqueconelsueñosedespejentodasestasdudas.
No sé qué hora es cuando suena el móvil. Lo cojo enseguida yrespondoadormilada,sinmirarnilahoraniquiénmellama.
—¿Dígame?—Vaya,vozdesueño.—Liamseríeymicorazóndaunvuelco.—Estarde.—Sí, cerca de las tres de mañana. Acabo de llegar… Creía que
estaríasdefiestaoquehabríasquedadocontuamigoespecial,peroveoqueno.Sientohabertedespertado.Nosvemos.
—¡Espera!¿Dóndeestás?—Debajodetucasa.Enlapartetrasera…—Bajo.Dameunosminutos.—Nohacefaltaque…Lecuelgoysalgodelacamadeunsalto.Noséquéponerme,asíque
alfinaloptoporcogerlabataylaszapatillas.Memiroalespejoantesdebajar.Nomeveotanmal:mibataesrositayconunsimpáticomuñequitoenunodeloslados,ymicara,desueñototal,talvezdebería…No,simearreglo, pensará queme arreglo para él.Mejor presentarme con actitud
despreocupada,talcomoestoy,reciénlevantadadelacama.Además,élnomegusta,¿no?¿Quémásdaquemeveaconestaspintas?Sinhacerruidoytratandodeignorarlavozdemiinteriorquemedice:«¡No!»,medirijoa la escalera exterior trasera y, nadamás abrir la ventana, veo a Liam,esperándomeconunagransonrisa.
—Bonito pijama—dice cuando bajo el último escalón,mirándomedearribaabajoyconcaradeguasa.
—Solomeveslabata—replico.—Seteveelpantalóndecuadrospordebajo.Mesonrojoyloignoro.—¿Qué tal todo? Roberta sabía que volvías, se lo dijo a todo el
mundo.—Lo sé, me llamó varias veces esta semana, según ella, para
comentarmecosasdeclase.—Québuenacompañera.—Ambossabemosloquebuscademí.—Ati.—Nimásnimenos.¿Yquétaltú?¿Cómohaidotodo?—Bien…—Noteveomuyconvencida.Agacholacabeza.Ungolpedeairemehacetemblar;después,siento
algocálidosobremishombrosy,almirar,veoqueLiammehapuestosuchaqueta.
—No…—Si te constipas, me sentiré terriblemente culpable. No debería
habertehechosalirdelacama.—Tenía ganas de verte. —Liam me sonríe con calidez y yo me
arropoconsuchaqueta.Enseguidamellegasuperfume.—Venga, cuéntamelo. ¿Qué ha pasado? No nos conocemos de
mucho,peropuedesconfiarenmí.—Losé.—Desvíolamiradalejosdesus intensosojosverdesyme
pregunto si decírselo o no. Al final opto por hacerlo—. Tú… ¿te hasbesadoconmuchasjóvenes?
Liamalzalascejasymemiradivertido.—Nosoyvirgen,siesaestusegundapregunta.—No seas tonto…, sé que no eres virgen. No esperaba que…,
bueno…—Liam se ríe abiertamente y yo me relajo—. Lo que quiero
saberessitodoslosbesossoniguales.Notengomuchaexperienciaeneltema…—ledigo flojitoymortificada,aunquenomeavergüenzodemiconfesión, al menos no delante de él. Con Liam siempre tengo lasensacióndequepuedohablardecualquiertemayélnoseburlarádemí.Tras pensar eso, me doy cuenta de que así no avanzo.Me separo unospasosdeLiamymequedomirandohacialanoche.
—No,notodoslosbesossoniguales.Haypersonasquetegustanmásque otras y, por tanto, sientes más—Hace una pequeña pausa—. No tegustanlosbesosdetuenamorado—adivina.
—Yonohedichoeso…—Quizásesoseaporalgo.—¿Atitegustanlosdelachicaquehasidoaconquistar?—Nohablamosdemí,yademás,aúnnolahebesado.—Meextraña.—Amí,no.Supadrenoseseparadeella,esunaauténticalapa.Oal
menosloseráhastaquesepaque,desucederalgo,suhijaestáprometidaconmigo.Ysinoestárondándolasupadre,estáelséquitodesirvientasalcargodesuhijaquelapersiguena todashoras.Nodejanquehaganadasola, nimuchomenos que se quede sola. Lomismo temen que le hagaperdersu«mayortesoro»…
Meríoporsuformadedecirlo.—Quélástimaporti.—Eso me da igual. Si hubiera querido besarla, lo hubiera hecho
igualmente.—Todoundonjuán.—Es posible, pero ahora volvamos al tema. ¿Qué te preocupa?No
estásobligadaaqueélteguste,Elen.—Ya…,peromispadrestampocosegustaronaprimeravista…—Talveznosedieroncuentadequesegustabanlaprimeravezque
sevieron,peroesonosignificaqueelamornoestuvieraallí.—¿Túcrees?—Nolosconozco,peropuedeser.—Robertnobesamal,pero…—Notemolestes,meimportabienpococómobesaRobert.—Umm…,losiento.Talvezseafrígida.Liamseríey,acontinuación,notosumanoenmicuello,puesseha
colocado detrás de mí, y me acaricia. Enseguida ese sencillo gesto
despiertaenmíunsinfíndeterminacionesnerviosas.—Noterayes,Elen;loquetengaqueser,será.Disfrutadetodoyno
dejesquenadietedigahaciadóndetienesqueir.SitudestinonoesRobertyesotro,losabrás.Noteagobies.
Aceptosucariciay,siguiendounimpulso,meechohaciaatrásymeapoyoensupecho.
—Nomedisgusta…—Daletiempo.—Gracias.—Alzo lamirada.Liammemira concalidez—.Gracias
porescucharme.—Denada.Megustahacerlo.Mehaceolvidar.Liamdejadeacariciarmeysealeja.—Estáempezandoarefrescar.Serámejorquemevaya.—Letiendo
lachaqueta—.Tíramelaahoraporlaventana,notevayasaresfriar.Me lapongootravezy, trasdecirleadiós, subopor lasescalerasy
cierrolaventanaquedaaellasmuydespacioparanohacerruido.Luegovoyamicuarto.Abrolaventana,letirolachaquetaaLiamylesusurroun«buenas noches» con los labios. Élme tira un beso y se va caminandohaciasumoto,ocultaenunazonadelaparcamientodondeapenashayluz.Mientras le veo alejarse, tengo la sensación de que parecía muy solo,comoresignado.¿Habrápasadoalgo?Talvezqueríahablarmedeelloyleheatosigadoconmistonterías.
NuevamentememetoentrelassábanasycojoelmóvilparamandarleunSMS:
«¿Estás bien?Me acabo de dar cuenta de que parecías… triste. ¿Hapasadoalgo?Puedesconfiarenmí.Besos.»
Loreleoylomando.Mequedounratoesperandosurespuestapero,como no llega, lo dejo sobre lamesita. Estoy casi dormida cuandomellegaunSMSycojoelmóvilparaleerlo:
«Estoybien.Perograciasporserdelaspocaspersonasquesabenvermás allá de lo que quiero mostrar. No me equivoqué contigo. Besos,descansa.Nosvemospronto.»
Loleovariasvecesantesdedejarelmóvilymetermedenuevoenlacama.Me sorprendo a mí misma con una amplia sonrisa pintada en lacara,peroporestaveznohagonadaparaquedesaparezca.Soloporestanoche me apetece dormirme recordando los bellos ojos de Liam y sutiernacariciaenmicuello.Soloporestanoche…
CAPÍTULO7
ELENHoymehe levantado tempranoparaponermeaestudiar,peroantes
estoydespejándomeunpocomirandoelcorreo.Alabrirlo,medoycuentade que tengo uno de Liam. En cuanto lo abro y leo de qué se trata, nopuedoevitarsonreír:
«Lugaresquehevistoenesteviajequequierocompartircontigo.Besos,LIAM.»Descargo la carpeta y empiezo a ver las diferentes fotos. Hay
muchísimasy todas sonpreciosas.Reconozcoqué sitioesporvariasdeellas y enseguida recuerdo que he leído algo sobre él. Se lo comentarécuandolovea.
Cuandoterminodeverlastodas,mepercatodequenohedejadodesonreír.
—Vaya sonrisa. —Cierro la ventana automáticamente, como sitemiera quemimadre fuera a descubrir a qué se debe—. ¿Pensando enRobert?
Megiroylamirocomosiacabarandesalirledoscabezas,hastaquemedoycuentadequedesdeayernohepensadoenRobert.
—Sí,claro.Mimadrefrunceelceño,comosinoacabaradecreerme,ysalede
micuarto.Abrootravezelcorreoy,alhacerlo,descubroquemeacabadellegarotromensajedeLiam.
«Voyaestarunratoporel lago.Si teapetecevenir…Notesientasobligadaaello,¿vale?
Besos,LIAM.»Traspensarlounpoco,omásbiennada,meempiezoacambiarpara
irhaciaallí.Ayermediolaimpresióndequelepasabaalgo,dequevinoamicasaporquenecesitabaqueleescuchasey,sisomosamigos,esoesloquehacenlosamigos,¿no?
Bajando por las escaleras, me encuentro a mi madre que estásubiendoymedice:
—Ah,Elen,veníaaavisarte.Robertestáabajo,havenidoabuscarte.Lehedichoqueibaapreguntartesipodíassalir…¿Puedes?
Mirohaciaarriba,yporunmomentoestoytentadadedecirqueestoymuy liada y escaparme por la parte de atrás hacia el lago. Pero luegopiensoquepasartiempoconLiamsolomeharádaño…Aunquenoquierareconocerlo, aunque no quiera aceptar esa verdad, eso es lo que misubconscientesiente.Noquieroanalizarestaseguridad,noquieropensarpor qué Liam me puede hacer daño, me da mucho miedo encontrar larespuesta, demodo que prefiero callar y asentir a mi madre. ¿Soy unacobarde?No,simplementecreoqueestoysiendorealista.
***Robertmehallevadoacomeryahoraestamostomandouncafé.Por
suerte, no ha vuelto a intentar besarme. Me suena el móvil y lo sacoesperandoqueseaLiam.Mesientomalpornohaberidoalacita;elhechodequehayasidomidecisiónnolahacemásllevadera.
MedecepcionounpococuandoveoqueesLaia.—¿EstásconRobert?—Sí.—Bien. Mi hermano me ha dicho que han quedado con él en la
cafeteríayquesolomedejaríaacompañarlosiestabastú,porquedicequesino,iríantodotíos.¿Temolestaquevaya?QuieroveraAdairyverquétalestánlascosasconél.
—No,claroquenomemolesta.Alcontrario,meapeteceverte.—Y a mí. Con el agobio del principio de curso, casi no hemos
habladoúltimamente.—Sinecesitasayuda…—Tranquila,telapediré.Nosvemosahora.Media hora después, aparecen por la cafetería los compañeros de
clasedeRobert,entreellosAdair.Mesaludancariñosamente,luegomirana Robert de manera significativa, lo cual me hace sentirme un pococortada.AlpocolleganLaiaysuhermanoÁngelconunacaradepocosamigosquenoentiendo,hastaqueLaiasequitaelabrigo:sehapuestounaminifaldayunacamisaalgoajustada.MedadosbesosyobservodereojoqueAdairendureceelrostro.
—¿Qué intentas demostrar, Laia? Eres muy niña como para llevaresas ropas —le suelta Adair cuando ella se vuelve a saludarlos. NotocomolamiradadeLaiaseentristece.
—Lo que tú digas. No soy yo la que está ciega. Vamos, Elen, meapetecetomaralgo.
Laiamecogedelamanoymellevahacialabarra;estátemblando,asíqueledoyunligeroapretóndeánimo.Yaenlabarra,dejadefingirquenolehadolidoelcomentariodeAdair.
—Nolecomprendo.—Ignóralo.—Ojalápudiera.Nospedimosunasbebidasynosquedamosenlabarraparatomarlas,
mientrasloschicosjueganalbillar.Mirohaciaallí:Robertacabademeterunabolaconungolpesecodeltaco.
—¿TúcreesquesibesasaAdairsentiríasalgo?—lepreguntoaLaia.—¡Claroquesí!Aveceshesoñadoquemebesabayesigualitoque
enlaspelículas.Seríaunmomentomágico…—Dejadepensarasí,Laia.Laspelículassonsolopelículas.—¿NoeresfelizconRobert?—Nosomosnovios.—Puesamihermanolehacontadoqueestáissaliendo.Meremuevoinquietaenmitaburete.—Solosomosalgomásqueamigos…,peroyonoestoysegurade
nada.—Mefrotoelpuentedelanarizagobiadacontodoesto.—Esmuyguapoyungranchico,perosinosientesmariposas…—¿Y si no se sienten? ¿Y si no existen en realidad? ¿Y si solo
buscamosesasensaciónporqueesloquenoshanhechocreerqueocurrecuandoestásenamorado?
Laiamemiramuyseria.—Elen,nodeberíasforzarteaquererle.Sinohassentidonadahasta
ahora…esporquenosientesnadaporél.Notratesdehallarunarespuestarebuscadacuandoenverdadtúmismasabesloquequieres.
—Algunaspersonasnecesitanmástiempoparadarsecuenta.TúnotehasrendidoconAdair.
—Sí…, tienes razón, no soy la más indicada para darte consejossobre ese tema.—Laia se gira en la silla y da un trago a su bebida ensilencio.
—Losiento,noséquépensar.Perotalvez…—Talvezambasnosestemosengañando—Deprontosegiraydeja
elvasoenlabarra—.Nomeapeteceestaraquí…
Laiaselevantayvaaporsuabrigo.Yolasigoy,antesdequepuedacogerelmío,ellayahasalidocomounbólidoporlapuerta.Salgodetrásdeella,peroesmásrápidaynosépordóndehagirado.Entrodenuevoenlacafetería.Suhermanomeestámirando,demodoquemeacercoaellos.
—Sehaido.—¿Con esas pintas?—Adair mira serio la puerta, luego a Ángel,
sueltaeltacodebillarsobrelamesaysalecorriendotrasellamaldiciendodemilmanerasdiferentes.
Yomequedodepiedra.¿Acasosientealgoporella?Entonces,¿quéloretiene?
CuandoAdairseva,Ángelhaceamagodeirtambién,peroRobertledice:
—Déjalos.Ángellemiraserio,peroalfinalasienteysigueconlapartidacomo
sinohubierapasadonada.Al poco vuelveAdair con su gesto taciturno de siempre, ese en el
cualnopuedesleerconexactitudloquehasucedido.MepreguntosihabráhabladoconLaia.Decidollamarlaalmóvilparaverquéhaocurrido.Melocogealsegundotoque.
—¿Quépasa?—¿Estásencasa?—¿Dóndesino?Mepiensoatiborrarapelisrománticas.Alcontrario
quetú,yosícreoenelamor.—Yo también, pero…—Por un momento dudo en contarle lo de
Liam,peroalfinalmecallo.Nosabríapordóndeempezar—.Peronada.Debescreer.Quenadie tehaganuncaperderesamagiadecreerenalgotandulce.Meencantaqueseastanromántica.Sientolodeantes.
—Nopasanada.—Porcierto…¿Hasvueltoacasasola?—Sí,claro.¿Por?MegirohaciaAdair,que,comosisupieradequéestoyhablando,me
estámirandoconsusintensosojosgrises.—No,pornada.Yahablamos.—Besos.CuelgoymesientoaesperaraqueRobertmelleveacasa.—Bueno…, lo he pasado bien… —digo en cuanto llegamos al
aparcamiento de la heladería, con la mano en la puerta del coche para
abrirla.Robertseríe.—Tranquila,novoyabesartemás,amenosquetúquieras.Dejocaerlamanosintiéndomeunpococulpable.—Talvezseríamejordejarlo…Alzasumanoymeacaricia.—Estonohahechomásqueempezar,nopiensorendirmetanpronto.
Antesodespuésconseguiréquedeseesestarconmigo.Lomiroalosojos.Casideseocreerle.Seríatodotansencillo…Bajodelcoche trasdespedirmey,cuandoentroen laheladería,aún
conbastantegente,mequedoparaayudaramispadres.Así,conelajetreo,nopensaréennada.
Cuandoporfinsevaelúltimocliente,cerramosysubimos los treslasescalerasconpasocansado.
—Ah, se me olvidó comentarte que había un paquete para ti en lapuertadeatrás.Noponedequiénes.
Elcorazónempiezaalatirmeconfuerza.—¿Dóndelohasdejado?—preguntoamimadre.—Entucuarto.—Gracias.Buenasnoches.—Buenasnoches,hija.Abro la puerta demi habitación y la cierro suavemente tras demí,
llenadecuriosidad.Sobremiescritoriohayunpequeñopaquete.Lotomo,rompo el envoltorio y abro la cajita de color azul. Al asomarme a suinterior, sonrío y sé que es de Liam. ¿Cómo se le ha ocurrido traermealgo así? Un rodillo en miniatura adornado con un lazo azul. Es unamoneríaporlopequeñoquees.
Cojo el móvil ymarco su número. Cuando da el primer tono,measaltanlasdudasporsiloestaréllamandoenunmalmomento.
—Hola,Elen.—Hevistoturegalo…,mehaencantado.—Mealegro.Fueverloyacordarmedeti.Merío.—Escuriososaberquemerecuerdasporunrodillodecocina.—Sí.¿Quétallatarde?—Bien.QuedéconRobert,poresono…—No pasa nada. Te mandé el correo precisamente para que si no
estabas en casa, no trataras de venir pensando que te necesitaba. Soloqueríadarteeldetalle,peroesunatontería…
—Amímehagustadomucho.—Nuncaheregaladonadatanbarato…Perocuandolocompréenla
tienda,no sentíque fueraunaestupidez; sabíaque túcomprenderíasporquételoregalabaynotesentiríasofendidaporello.
Me sorprendequemediga eso, puesmedemuestra queme conocemásdeloqueyopensaba.
—Esprecioso,gracias.—Tengoquedejarte.Estabaenunatediosareunión…—Oh,perdona,sientohabertemolestado.—Yo,no.Buenasnoches,Elen.—Buenasnoches,Liam.Miroelrodilloyloacaricioconmisdedosconcariño.Tienerazón,
nopiensoqueseaunatontería.Dehecho,ahoramismomesientolamujermás feliz del mundo por este regalo tan simple pero a la vez tansignificativo, porque almirarlo solo pienso: «Él se acordó demí». Sinembargo,apesardemicarasonriente,sientoquealmismotiempoafloraladudaenmiinterior,puessospechoquetodoestomeestáconduciendoauncaminoqueyodeberíaevitar.
LIAMDejo el móvil sobre la mesa y miro mi cuarto vacío. No quería
mentirle,pero temíaquesiseguíahablandoconella,estoscelosquemeasaltanalimaginarlaconRobertsetraslucieranenmivoz.Notengoporquésentirlos.Elladebeseguirsuvida,comoyolamía,aunquesaberqueasíescomodeberíanserlascosasnolashacemássencillas.Enestosdíasqueheestadofueranohedejadodepensarenella.Cuandovieserodilloenminiatura,nopudeevitarcomprarloimaginandolacaraquepondríaalverlo.Esundetalleinsignificanteparaloqueyopuedopermitirme,perosabíaqueaellalegustaría.Porquéhellegadoaconocerlatanbienentanpocotiempomeinquieta,puescuantomáslaconozco,másansíonuestropróximo encuentro. Quiero creer que es solo por amistad, pero soyconscientedequealosamigosnoselosdesea,yyonohepodidoignorarlomuchoquemeatraeciertapelirrojadeojosgrises.
Daigualloquepase,nopiensorenunciaranuestraamistad.Aunqueséqueestoyjugandoconfuego.
CAPÍTULO8
ELENHe llegado muy temprano a la universidad para pasarme por la
biblioteca antes de las clases.Mientras recorro los pasillos, veo a otrascompañerasque, al igualqueyo, lucenelhorribleuniforme: faldagris,chaquetaazulmarinoojerseyazulmarinoy,bajoellos,unablusablanca,todo ello adornado con detalles en dorado, para que se note queestudiamosenunauniversidaddegentebien.
Cruzolaentradadelabibliotecayvoyhastacasielfinal,enbuscadeunlibroquesueloconsultaramenudoparaalgunastareas.Lotomo,mesiento en una de lasmesas iluminadas y empiezo a tomar notas. Semepasaeltiempotanrápidoque,cuandosuenalasirenadelaprimeraclase,alzo la cabeza impactada por el sonido. ¡Pensaba que era más pronto!Recojo apresuradamente mis cosas, dejo el libro en su sitio y salgocorriendohaciamiaula,perocuandollegolapuertaestácerrada.Laclaseya ha comenzado y los profesores prohíben entrar una vez que hancerrado la puerta. Me quedo mirándola, enfadada por mi estupidez, y,dando media vuelta, regreso a la biblioteca para aprovechar esta hora,decididaanollegartardealasiguienteclase.
Alpocoderetomarmisdeberes,notoquemevibraelmóvil,quehepuestoencimadelamesaparapodermirarlahora.LocojoyveoqueesunmensajedeLiam:
«¿Se tehaolvidadoquees lunes?¿Ose tehanpegado lassábanas?¿Estásbien?Contesta.»
Sonríoylecontesto.«¿Notecansasdedarórdenes?Tehasalidolasangreazulquellevas
dentro:P.Estoybien,estoyestudiandoenlabibliotecaysemehapasadolahora.Nosvemosenlasiguienteclase.Besos.»
LodejoconfiandoenqueLiamnomandemás,peromeequivoco.«¿Tehasdadocuentadequenoparasdeponermebesosynuncanos
hemosdadoniuncastobesoenlamejilla?¿Porquéerestanfalsa?Melosmandasyluegonuncamelosdas…:P»
Sonríosonrojada.Enelfondopiensoquenodeberíacontestarle,quedebería dejar de seguirle el juego y seguir estudiando sinmás, pero no
puedo.Mideseoderesponderleesmayorquemisensatez:«Nosoyfalsa.Esqueeresmuyfeoynomeapetecebesartufeacara.
Esculpatuyapornosermásguapo.»Me levanto a mirar por la antigua vidriera de la biblioteca con el
móvilenlamano;alpoconotoquevibra.«Ponotraexcusa,queesaesmuyvieja.Además,seguroqueeresde
las que van dando besos a todo bicho abandonado que encuentran. Nocuela.»
Y a esto, ¿qué le digo? Levanto la cabeza y me veo sonreír en elreflejodelcristal.Meimpactaelbrilloqueveoenmisojosymicaradeabsolutafelicidad.PorLiam…«No,porelpríncipeLiam.»Larealidadmegolpea como si me dieran un puñetazo en el estómago. ¿Qué estoyhaciendo?Tengoqueponerfinaestatontería.
«Siyobesaraaunpríncipe,seguroqueloconvertiríaenrana,puesmidestinoestámáscercadevivirenunacharcaqueenunpalacio.Asíquevebuscándoteunaprincesaquequierabesarte,asínocorrerásel riesgo.Tú no has nacido para vivir en una charca ni yo para vivir en unpalacio…»
ElmóvilmeavisadequevoyaenviarunSMSmúltiple,perolohagoigualmente.Despuésdemásdeunminutodeespera,deduzcoquenomevaa llegarcontestación.Mejor.Talvez lametáfora tontade la ranay lacharca le haya hecho recapacitar y deje de decir tonterías que solo mehacen sonreír como una idiota. A veces me pregunto qué es lo quenecesitopara aceptardeunavezcuál esmi sitio.ParaLiamsolo soy ladistraccióndelmomento;despuésllegaráotra.
***Cuando salgo de la biblioteca para ir a la siguiente clase, me
encuentro a Liam en la puerta hablando con unos amigos. Levanta lacabezaymeobservaseriounsegundosinquenadiesepercate,peroyosíhepodidoversusojosverdesseriosycautelosos.¿Lehabrámolestadomimensaje?Lodudo.Elcorazónmelateconfuerzaydesvíolamirada,peroantesnotoqueLiamse tensaalveralgooaalguienqueestá trasdemí,por lo que yo también miro en esa dirección. Una joven pelirroja vacaminando segura y sonriente hacia Liam, llega a su lado, lo coge delbrazoyselollevadeallíconlamayornaturalidaddelmundo,apesarde
que decenas de pares de ojos—entre ellos losmíos— están puestos enella.¿Quiénserá?Solocuandosealejanmepercatodealgoenloquenome había fijado hasta ahora: esa joven lleva el uniforme de nuestrauniversidad.
Sigo caminando hacia mi clase, ignorando el vuelco desagradableque me ha dado el estómago. Ahora mismo es como si alguien meestuviera retorciendo las entrañas.Me siento enmi sitio y al poco entraRobertahechaunafuria.
—¡¡QuiénsehacreídoqueesesaparaacercarseamiLiam!!—Pues,segúnheoído,es la jovencon laquebailódosvecesenel
baile… y dicen además que los reyes y el príncipe han estadorecientementedevisitaensucasa—explicaGloria.
—¡¡Séperfectamentequiénesesa!!¿Acasocreesquesoyestúpida?Suamiganiegaconlacabezaconlosojosmuyabiertos.—¿Qué pasa? ¿Te asusta la competencia? ¿A ella también la vas a
golpear?—laprovocaAinara—.Terecuerdoqueesunalady,supadreesunduque,ytúnoeresmásquelahijadeunmercaderconmuchodinero.
—¡Noteaguanto…!—¿El qué? ¿Que te diga la verdad? —Ainara pone los brazos en
jarras—.Estaluchalatienesperdida.Élnuncaserátuyo…o,mejordicho,túnuncaserásreina.
Roberta le pega un bofetón. Todos contienen el aliento. Ainara seapartaelpelodelacaraylamirasindecirnada.
—Sí,esevidentequeteduele.Robertalevantalamano,peroluegoretrocedealdarsecuentadeque
tienemáspúblicodelquecreía,sevasumisaasusitioycomienzaahacerpucheros.
—¡¡Quémiráis!!Ellameprovocó.Nadiedicenadaeintentocentrarmeenmiscosas,peroenmimente
nodejoveraLiamyaesachicajuntos.Laclasesequedaensilenciodenuevo: Liam acaba de entrar junto con la joven pelirroja quesupuestamente es su futura prometida. Me pregunto si también essuperdotada,porqueLiammedijoqueteníadieciséisañosy,siestudiaenesta universidad, lo más seguro es que así sea. Hago como que misapuntessonmásinteresantesqueloqueellospuedandecirysigoalomío,tratandodesobreponerme.¿Porquésientoesto?¿Porquémedueletantoverloconella?¿Separeceráestoaloquesintiómimadrecuandovioami
padreconotra?Acallolaspreguntas,puesresponderlassuponepagarunprecio muy alto. Sé que la verdad…, la verdad me haría daño, así queprefieroignorarallorar.
—Atendedtodos—oigodeciralprofesor,queacabadeentrar—.OspresentoaladyBianca,vuestranuevacompañeradeclase.
Laobservo.Supeloesunpocomásoscuroqueelmío,susojossondeunpreciosoazuloscuroy tieneunporte regio.Noaparentadieciséisaños;parecedemiedadoinclusomayorporsusaberestar.
Todosvanasussitiosyelprofesorcomienzasuclase.Yotomonotastratandodequeloqueexplicamellenelacabezadeteoríaypoderdejarasídepensar.Ylomismohagoenlassiguientesclases.Cuantoterminalaúltima,mevoydirectaamicasa;lohagocasicorriendo,comosihuyera.Y solo cuando estoy enmi cuarto con la puerta cerradanoto comomisojos se llenan de lágrimas y mi dolor se hace aún más intenso. Sé laverdad,peromeempeñoenconvencermedelocontrarioy,mientras laslágrimasresbalanpormicara,merepitounayotravez:«Nosientonada,no siento nada».Me lo digo con cada sollozo y, cuando por finme heserenado,merecuerdocuálesmi lugar.Ycuálserásiempre.Siempre…Dar voz a la verdad de lo que siento solo serviría para causarme másdolor.
***Mepasoeldíaestudiandoyhaciendotrabajospero,comohellegado
tarde,no tengo losapuntesde laprimerahora.Piensoen llamaraLiamparapedirlequemelosenvíeycojoelmóvilconesaintención,perolovuelvoadejarenlamesadeinmediato.Tengoqueconcentrarmeenmistareasynadamás.
—Hija, te traigo un vaso de leche y un bollo.—Mimadre deja lameriendaenlamesaylesonrío.
—Gracias.—Denada.Veo a mi madre marcharse y, cuando cierra la puerta, suena un
mensajeenmimóvil.Loabro.EsdeLiam,peroesmuycorto:«Miraelcorreo.»Abroelcorreointrigada.Mehaenviadounarchivoconlosapuntes
escaneadosdelaprimerahora.Soloelarchivoadjunto,nohaescritonada
más. Tal vez hayamos decidido, cada uno por su lado, dejar las cosascomo están, o quizás esté demasiado eclipsadoporBianca.Desecho eseestúpidopensamientoylecontesto:
«Muchasgracias.Losnecesitaba.»Ysigoestudiando,olvidándometodolodemás.
***Cuandomepreparo para ir a dormir, veo en lamesita de noche el
rodilloquemeregalóLiam,locojoymequedomirándolo.Metumboenla cama sintiéndome muy tonta. ¿Qué hago enfadándome? No tienesentido,estecomportamientosoloseríalógicosiyosintieraalgoporél…Solosomosamigos.Cojoelmóvilylollamo,talcomollevoqueriendohacerdesdequemeenviólosapuntes.
—Buenasnoches.—Buenas—lecontesto.Micorazón late rápido,perono lehagoni
caso.—¿Tehanservidolosapuntes?—Paraeso te llamaba,queríadarte lasgracias.Mehanvenidomuy
bien.—¿Ytúnopodíashabérmelospedido?—mecomentaalegre.—Sí…—Orgullosa.Mesientoenlacama.—Esbonita.—¿Bianca?—Sí.—Sí…—Al apuntarse a nuestra universidad tendrás más tiempo para
conocerla.—Sí, eso han pensado mis padres y los suyos —me dice con
gravedad.—¿Ytú?—Ereslaúnicapersonaenmuchotiempoquemepreguntaloqueyo
quiero.—¿Yquées?—No lo sé ahora mismo. Debería estar contento, puedo conocerla
antesdeprecipitarmeycometerunerror…—Peronoloestás.—No.—Notoensuvozquehayalgomástrasestanegativa.Nos quedamos callados escuchando la respiración del otro,
sintiéndonosensilencio,peroestaausenciadepalabrasnosehacepesadaniincómoda.
—¿Cómollevaslostrabajosdemañana?—Bien,aunquepuedequenoesténperfectos.—Seguroquesí,tenmásfeenti.—Esointento.No hace ningún comentario sobre el mensaje que le escribí esta
mañana,yyoloprefiero.—¿Estabasocupado?—No,meretiréaestudiar.—Sitemolesto…—Benditamolestia.—Seríeyyoconél.—Alfinaltevoyatenerquecobrarporutilizarmecomoválvulade
escape.—Losamigosnoseutilizan,simplementeestánahí,¿no?—Sí,peroyonotengomuchosamigosíntimos,soloLaia.—YahoraRobert.—Supongo.¡Dios mío, no he pensado en él en todo el día! Esto no puede ser
buenaseñal.—¿Quépasa?—¿Porquétienequepasaralgo?—Unacorazonada.—Nada,essoloque…¿PiensasenBiancacuandonoestásconella?—Sololaconozcodeunosdías.—Ya…—Aratos.¿Por?—No,pornada.—Nomeharíasunapreguntacomoesapornada.Melevantoyempiezoacaminardearribaabajopormicuarto.—No, solo pensaba en si es malo no pensar en alguien con quien
estássaliendo,perocomohoyheestadomuyliada…—Elen,¿porqué lohaces?¿Porqué teobligas?Túno llevassobre
loshombroselpesoqueyollevo.¿Porquéentonces?«Porti»,pienso,peroenseguidaniegoconlacabezaynotocomola
respiraciónsemeacelera.«No…No,no.»—Nosé,meapeteceestarconalguien,sentirquesoytanimportante
paraunapersonaenelmundocomoloesélparamí…—«MeparecequeveoconLaiademasiadaspelículasrománticas»—.Nomehagascaso…
—¿Ysientesesoporél?—Aúnno.¿Ytúporella?—Noestamoshablandodemí.—Ya…—No,peromecaebien.Aveces, cuandono tequedamás remedio
queelegir entreunauotra, el hechodeque laquevaa ser tu esposa tecaigabienesunpuntoafavor.Yquiénsabe,talvezundíallegueaamarla.
—Enesomedaslarazón—lecomentosonriente.—Tramposa.Usasloquetedigoentupropiobeneficio.—Esoesserlista.Liamseríe.Yobostezotratandodequeélnoloescuche.—Estarde,tedejodormir.—Notengosueño.Liamseríeotravez.—Mentirosa.—Megustahablarcontigo.—Agrandolosojosporloqueacabode
decir—.Osea,quierodecir…—Amítambién.Buenasnoches,Elen.—Buenasnoches,Liam.
LIAMEntroeneldespachodemipadreparahuirdeBiancaysuséquito.Sé
queellamesiguesoloporqueesloqueseesperadeella.Veoresignaciónensumirada,unamiradaigualalamía.Nomedejaniasolniasombraporque,aligualqueyo,soloacataórdenes.
Meapoyoenlapuertayescuandoreparoenquenoestoysoloyquemipadreestábebiendo.Pocossabenqueesunodesusviciosymenosaúnqueavecessepasadelaraya,comopareceserahora.
—Nodeberíasseguirbebiendo—digoacercándomeaélyquitándolelabotelladelamano.
—Haréloquemedélagana.¡Soyelrey!—Ahorasoloeresunborracho.—Mipadrememiradesafiantecon
susojosverdesigualesalosmíos.Seríe.—¡Soyelrey!¡Poresosiempresehacetodoloqueyoquiero!¿De
verdadpensabasqueibaadejarentusmanosunaeleccióntanimportante?Fuiyo,¡yo!,quienhaceañoselegíatuesposa—diceconunacarcajada.Me aparto de él, horrorizado—.Sobre tododespués de ver lo insensatoque llegaste a ser en el pasado.Esto solo es un contrato,Liam, y yo sémejorquenadiequiénpuedeserlamejorparaestereino.
Seríealvermidesconciertoymirabia.—Asíes,miqueridopríncipe.Montéunbaile,tepresentéatodaslas
candidatas posibles, pero en realidad nunca tuviste elección. Biancasiemprefuelaelegida.
Salgodeldespachoasqueadoycorrohaciamicuartoparausar lospasadizosyalejarmedeestecastillo.Deestavidadelaquenopuedohuir.¡Qué iluso soy!Enel fondopenséque si teníaquecasarmeconalguienqueellosquisieran,almenospodríadecidirconquién.Unavezmás,mipadremehademostradoquemividaestáescritaydirigidaporotros,queyonosoymásqueunmeroespectadordeella.
No sé ni qué hora es cuando aparco la moto bajo la ventana delcuartodeElen.Laluzestáapagada.Estardeynovoyadespertarla.Estanecesidaddeellanohacemásquecomplicarlotodo,puesempiezoasentirqueElenesalgomásquemirespiro.
¿Yquéimportaeso?Almenosestarasuladosílodecidoyo.Ynopuedonegarquelanecesito.
ELENHan pasado cuatro días desde que Bianca llegó a la universidad y,
desdelaúltimacharlatelefónicaquetuvimosLiamyyo,nohemosvueltoahablar.BiancanoseseparadeélyRoberta,poralgunaextraña razón,estáintentandohacerseamigadeella.¡Asaberquéestátramando!
Entro en labibliotecayvoyhacia el fondo.Esmuy tempranoynohay mucha gente todavía. Cuando llego al sitio donde acostumbro asentarme, me detengo de golpe al ver a Liam mirando a través de laventana.Está tenso,conelsemblanteserio,ysumentepareceestar lejosdeaquí.¿Habrápasadoalgo?
Dejo la cartera en la mesa y me acerco a él. Como siempre, estáimpresionante.Se ha quitado la chaqueta del uniformey lleva la camisablancaarremangada;elpelorubiolecaesobrelafrente.Nosécomonome di cuenta la primera vez que lo vi de que no se trataba de un joven
cualquiera.Aunqueestéquietoynohagaalardedeella,lerodeaunaurade superioridad que lo diferencia de los demás y de la que no puedeescapar.
—Liam…Élmemiraporencimadesuhombroysucaracambiaenunsegundo
delgestoserioypreocupadoalasonrisaalaquemetieneacostumbrada.Cuandolohace,notocomoseladevuelvosinrazónalgunao,silahay,esporsufelicidad.
—¿Qué tal todo? —Liam me acaricia la mejilla, lo cual mesorprende, pero lo recibo con agrado.Megusta el cosquilleo quedejansusdedosenmipiel.
—Bien.Algoliadaconlosestudios,perobien.—Sientohaberestadoalgodistanteestosdías…—Alzomimanoyla
pongosobrelasuya,queaúnsigueenmimejilla.—Noimporta.YoavecesmepasodíassinhablarconLaia,perosé
que,cuandolanecesite,ellaestaráahí.Liammesonríeybajalamano.Mepierdoenlacalidezdesusojos
verdes.—¿Qué tal con Bianca? Por cierto, deberías advertirla sobre
Roberta…—Yalohice,medijoquesabíacómoeranlaschicascomoRoberta,
quesabríamanejarla.Esperoquesepaloquehace.—Parecequetienecarácter.—Sí,aunqueno lomuestra.Yosolohevistounatisbodeellomuy
pocasveces.MepreguntocómoseráBiancaenverdad.Aveces tengolasensacióndequesoloesloquesupadreesperadeella,peroaúnmequedamuchoporconocer.
—Portucara,diríaquenotehagustadoloquehasvistohastaahora.—No,esmáscomplicadoqueeso.¿Ytú?¿Cómoestátuenamorado?—Bien,supongo…—Megiroparacogerdelaestanteríaellibroque
hevenidoabuscar—.Nomeapetecehablardeél.—Como quieras.—Hace una pausa—. Yo también uso ese libro a
veces,haceunmomentoloestabahaciendo.—Esmuybueno.Mesientoenlamesa;Liamsequedadepie.Intento concentrarme en el texto, pero con él a pocos metros,
observándome,meresultaunpocodifícil.Alfinalalzolamirada.Apesar
de que Liam está mirando en mi dirección, una vez más su vista andaperdidaenunpuntoinexistente.
—Liam…¿Deverdadestásbien?—lepreguntopreocupada.Pocoapocosusojossevancentrandoenmíyasienteconlacabeza.—¿Tienes un rato esta tarde? ¿O esta noche? Necesito salir o me
volveréloco.—Teníaqueayudaramispadres…—Iréavertecuandotodosduerman…omejor,déjalo.—Mesonríey
empiezaarecogersuscosasparamarcharse—.Quetengasbuendía.Voyhaciaélypongomimanoensubrazo,deteniéndolo.—Liam,meapetecehablarcontigo.Cuandoestésenlapartedeatrás
demicasa,hazmeunaperdidaybajaré.Nomeimporta.Liamasienteyhaceamagodeirse,perosedetiene.—Avecesnosésidargraciasporhaberteconocido,omásbienal
contrario…—lodicemuyserio,peroluegoseríenegandoconlacabezayañade—:Erabroma,Elen.
Asientoyloveoalejarsedándolevueltasasucomentario,peseaquehadichoquenoeramásqueunabroma.Deprontomehedadocuentadequeyotambiénmelopregunto,aunquehastaahoranohubiesedadovozaese pensamiento que rondaba en mi mente: ¿es una suerte habernosconocidoounadesgracia…?
CAPÍTULO9
ELENHe terminado de cenar y me he preparado para acostarme—o al
menos, eso es lo que quiero hacer creer a mis padres—.Me sabe malmentirlespero,de contarles laverdad,mediríanqueestoy jugandoconfuego,queestaamistadnollevaaningúnlado,ytemoquemedenrazonesdepesosuficientesparaalejarmedeLiam…Porqueenelfondoyoyasétodo eso.Cierro los ojos, respiro hondo y vuelvo a hacer lo imposibleporignorar,puesséqueunavezquedévozalaverdad,nopodrénegarla.Trago el nudo que se me ha formado en la garganta y me quedo a laesperadequemispadresseacuestenydequeLiammellame.
Hoynollevoelpijama,sinounchándal,puessabíaquevendría.Sonmás de las doce y en la casa reina el silencio. «Puede que al final hayadecididonovenir, tal vez sea lomejor…»Entoncesme suena elmóvil,pero solo da un toque, nome da tiempo a cogerlo. Lomiro y veo quetengounaperdidadeLiam.Salgodemicuartosinhacerruidoycaminode puntillas por el pasillo hacia la habitación trasera para bajar por laescalera de hierro. Cuando abro la ventana, Liam está de espaldasobservandolaarboledaquehayapocosmetrosdelacasa.
Salgoalafríanoche.Laescalerachirríasuavementecuandoempiezoabajar,porloqueélmeescuchayenseguidavienehaciamí.
—¿Tuspadressehanacostadoya?—Sí,yduermencomotroncos,noseenterandenadaporlanoche.—Bien, porque quería llevarte a un lugar. ¿Confías enmí?—Liam
metiendelamanoynodudoencogerla.—Yasabesquesí.Empieza a andar sin soltarme la mano y nos adentramos en la
arboleda.Liamseguíaenmediodelaespesuracomounexperto.Cuandosalimosallago,nohaylucesartificialesdeningúntipo,solounabrillantelunaplateada.
—¿Verdad que por la noche parece diferente?Cuando era niñomeescapabamuchasvecesdepalacioyveníaaquí.Mepasabahorasmirandolasestrellas,pensandoque,seamosquienesseamos,elcieloeselmismoparatodos—lodiceelevandolosojoshaciaelfirmamento.Yoleimito,y
losdosnosquedamosensilencioobservandolanocheestrellada—.Peroluegovolvíaacasaylarealidadmegolpeaba:elcieloseríaelmismoparatodos,peroenlatierraexistíanclasesyyopertenecíaalamásalta,laquemuchosadmirabanyenvidiaban,aunqueyonolohiciera.Deniñolleguéapensar que era un egoísta por no saber valorar lo que tenía.Al fin y alcabo,¿quiénnoquerríaserrey?¿Saberquealgúndíaguiaráseldestinodetupueblo?Sinembargo,nadiesabeloqueesosignifica:laeducaciónférrea desde pequeño, tener tu vida marcada incluso antes de nacer, notenerningunacapacidaddeelección…
—AhorahaspodidoelegiraBianca…Liamseríesinilusión.—Mipadremecomentóquenoteníaalternativa.Estabaalgobebido
yselefuelalengua;fueasícomomeenterédequeélyelduqueyateníanelmatrimoniocerradodesdehaceaños.Comoves, estavez tampocoheelegidoyo.
Meentristezcoypiensoenquédecirparaalegrarlo.—Bueno,apesardeeso,laelegisteaellaynoaotra.Quizásseapor
algo…Liamsegirahaciamí.Casinopuedoversurostroenlaoscuridad,
peroaunasí,puedosentirsusojosverdesobservarmefijamente.—¿De verdad crees que la elegí? ¿Por qué nomejor decir queme
resignéunavezmás?—Todos tenemos que resignarnos a algo. Yo me resigné a ir por
delante demis compañeros, a ser la pequeña cerebrito de la clase, a notener amigos, a que la mayoría de la gente piense que prefiero estarmetidaenmislibrosahablardetemasbanales.Soyigualqueellos,peromeprejuzganydandeladosinmolestarsesiquieraenconocerme.Asíhasidomividadesdequeconseisañosmeadelantaronvarioscursos;porsuerte,lotengomásqueasumido.
—Perotúsoloerasunaniña.—Ytúsolounniño.Yonopudeelegirmidestino,tútampoco.—¿Yquéharáscuandotermineslacarrera?—Lo que se espera de mí: seguir estudiando. Mis padres no se
tomaríanbienquedesperdiciaramiinteligenciaquedándomeconellosenla heladería.Nome lo han dicho, pero lo sé, los he oídomuchas veceshablar del tema cuando creían que yo no estaba escuchando. Siempredicen:«Elennoescomonosotros.Ella llegaráaseralguien importante,
serádelasquemandan,nodelasqueacatanórdenesdeotros».—Esonoeslomásimportante.—Losé,y tú también,pero loscomprendo.Tuvieronque rebajarse
tantas veces para poder comer… ¿Quién no soñaría con que sus hijosnuncatuvieranqueservir?
Empezamosapasearporlaorilladellago,aúncogidosdelamano.AhoramismonomeapetecesoltarsumanoyparecequeaLiamtampoco.
—De poder elegir, ¿qué tipo de vida hubieras elegido? —mepregunta.
—Supongoqueunavidanormal.Megustaríairaclasecongentedemiedad,habersidoniña…Depequeñamepasabahorasestudiando,puesveíalailusióndemispadresporlobrillantequeeraynoqueríabajarelritmo, ¿entiendes? —Noto que asiente en la oscuridad—. Por eso megustaríavolveratrásypasarmehoras jugando,sinhacernada,salvoserunaniña.Ahoramelotomoconmáscalma,oesointento…
—Solotienesdieciochoaños,nopasanadaporqueterelajes.—Niati.—Niamí.—¿Ytú?Depoderelegir,¿quéelegirías?Liammeobservaunsegundoyluegovuelveamirarhaciadelante.—Talvezsimplementeelegir.Poderelegirloqueyoquieroencada
momento.—Esalgotansencillo…—Y tan difícil. —Liam se detiene—. Es tarde. Será mejor que te
acompañeacasa.Miromi reloj demuñeca. Se nos ha pasado el tiempovolando, sin
darnoscuenta.—Deacuerdo.Cuandollegamosalaheladería,mequedopensandoenloquequiere
Liam,elegir.—Talveznopuedahacermuchoporti,perosípuedodejarteelegir.
¿Tienesplanesparaalgúndíadeestefindesemana?—Paratodos,aunquesiempremepuedoescapar.¿Quétramas?—me
preguntasonriente.—Podemos quedar para ir al sitio que tú elijas y hacer lo que te
apetezca.Liamsequedapensandoenmipropuestayalfinalasiente.
—Estábien.Tedirédóndeycómoquedamos.Buenasnoches,Elen.—Buenasnoches.Liamsedalavueltaparamarcharseyyo,siguiendounimpulso,me
acerco a él y lo abrazo por la espalda. Liam se detiene y acaricia mismanos.Nosquedamosun ratoasí,hastaquepor findecidosepararmeyempiezoasubirlasescaleras,sindecirnada.Avecessobranlaspalabras,ymáscuandoloquesalgadetubocapuedenserestupideces.«¿Aquéhavenido eso? ¿Por qué lo he abrazado?», se preguntami lado racional ysensato.Lecontesto:«Porquelodeseaba.Ymucho».
***—…Yluegopodríamosiratomaralgo…¿Elen?MiroaRoberty le sonrío.Noséquémeacabadedecir.Es sábado
por la noche y hemos quedado para ir a cenar, pero desde el jueves nodejodepensarenLiam,sobretododesdeayer,cuandolevidelbrazodeBianca y sentí una vez más algo parecido a los celos… ¡Oh! ¿A quiénquiero engañar? ¡Eran celos! No paro de verlos juntos, abrazados…YahoraestoyconRobert, tratando…¡tratandode sentirporél aunque seaunapizcadeloqueempiezoasentirporLiam!Esaeslaúnicaverdad.
—¿Elen?¿Estásbien?MiroalbuenodeRobertyniegoconlacabeza.—No,yono…—meacuerdodeloquehablamosLiamyyo.Soloes
cuestión de elegir.Hay veces en las que no tenemos opción, pero en loreferente aRobert, nadiemehaobligadoa empezar esta relación, salvoyo,ysilohehechohasidoúnicamenteparanoreconocerlaverdad.Puesla verdad es dolorosa, y sé queme hará sufrir—.No puedo seguir conesto.Nopuedoseguircontigo.Losiento,peromeestoyengañandoamímisma—digodecarrerillaconlosojosfijosenmiplato.
Levanto lacabezayobservoaRobert: tiene losojosempañadosenlágrimas.Lehehechodaño,ytodoporhabersidounaegoístaynohaberparadoestoatiempo.
—¿Estássegura?Me sorprende que no me insista, que no me diga que lo seguirá
intentando.¿Habrásabidoverelfinalinclusoantesqueyo?—Sí.—Lucharíaporti…,peronopuedoobligarteasentiralgopormí.Al
menos lo hemos intentado. Llevo varios días pensándolo y… no puedolucharacontracorriente.
—Tal vez eso es porque tú y yo estamos destinados a ser buenosamigos,nadamás.
—Esposible.Robert se levanta. Mientras se va a pagar la cuenta, yo tomo mis
cosas.Alvolver,veolamiradatristedeRobertymesientomuymal.¿Ysisimplementeestoyfascinadaporelpríncipe?¿YsisolomeatraedeLiamelauraquelerodea?Dios,sigopensandoenLiam.
Robertseacercaytomasuscosasensilencio.—Megustaríaamarte—ledigo—.Megustaríaderretirmepordentro
contusbesos…Megustaríapensarentiacadahora…Seríamosfelices,lo sé, todo elmundovería biennuestra relación…—Yseme rompe lavozaldecir—:Deverdadmegustaría,peronolosiento.
Robertsuspira,cabizbajo.Pareceincapazdemirarmealosojos.—Losé.Mehepasadotodalasemanaesperandoquemellames,que
memandesunmensaje…,peromedecía:«Estaráocupada».Perohoynomehassonreído,nimehasescuchadounasolavez…Podríalucharportipero¿dequémeserviría?
Agacho lamiradaymedoycuentadeque esta relación estaba rotadesdeelprincipio,puesensolounosdías,lasganasdeRobertdelucharpormísehanapagado.Creoquenoerasoloyolaquenosentía.Cuandoquieres a alguien, nodejas de amarlode la noche a lamañana, y nuncadejasdelucharporél.Puedequetratesdeseguircontuvidasinotienesaesa persona a tu lado físicamente, pero siempre está clavado en tucorazón,comounaespinaquenotedejadedolerniunsegundo.TalvezRobertyyoprecipitamoslascosasysiantesnosurgiónada,fueporalgo.Cuandomepropusoque saliéramos, teníaquehaber rehusado, comohehecho otras veces; no lo hice, y ahora me arrepiento de haberle dadofalsasesperanzas.
—Séquesimequisierasdeverdad, lucharíaspormícomo lohaceLaiaporAdair.
—Yopiensolomismo,peroesahoralarazónlaquehablapormí.—Esperoquesigamossiendoamigos.—Tiempo al tiempo. Ahora mismo quiero estar solo. ¿Te llevo a
casa?—No,irépaseandoacasadeLaia.Noquedalejos.
Salimosdelrestauranteynosdespedimosconunfríoadiós.Caminoporlacalle,abatidaporloqueacabadepasar.EsperorecuperaraRobertcomoamigo.Escomositodoestohubierasidosurrealista.MesientomalporRobert,pormí,porquemicorazónhayadecididofijarseenlapersonaequivocada,porquenosientanadaporquiendebo.
Llego a casa de Laia y miro la hora; seguro que todavía estádespierta.Tocoelporteroautomático.Contestaellaymeabreencuantoledigo quién soy. Subo en el ascensor. Me está esperando con la puertaabiertaymedejaentrarmirándomeextrañada.
—¿NohabíasquedadoconRobert?—¿Tienespelisrománticasymuchosclínex?—Ymúsicatristesiquieres.—Ahoramismolosnecesito.Saludofugazmenteasuspadres,queestánenelsalónviendolatele,y
vamosasucuarto,enlasegundaplantadeláticodúplex.Laiameinvitaaquedarme a dormir y no me niego. No quiero estar sola con mispensamientos. Aunque, por otro lado, no sé si estoy preparada paracontarle la verdad. Ni siquiera estoy preparada ni para reconocerla yomisma,medamiedodarnombrealoquesiento.
—Toma,avisaatuspadres—dicetendiéndomeelteléfonofijodelacasa.
Les llamo.Mimadre no tiene impedimento en queme quede aquí.CuelgoyledevuelvoaLaiaelteléfono.
—Bueno,yahoraponmealdía—diceestasentándoseconlaspiernascruzadassobresucama.
—He dejado lo que sea que tuviera con Robert. No podía seguirmintiéndoleaél,niamí.
—Vaya, lo sientomucho.—Meabraza.Yonuncaosvi juntos,perocomolohabíaselegidotú,nopensabadecirnada.
—¿Porquénonosveíasjuntos?—Nosé…Nuncatehevistomirarloconojosdecorderodegollado,
ynuncamehashabladodeél.—Esonotieneporquésignificarnada.—Loquenoentiendoesporquéaceptastesalirconél.—No sé… bueno, sí sé. Es buen muchacho, y mi amigo. Me
preguntabaquépasaríasimedabaunaoportunidad…—Peronada.Poresodecíasqueelamordelaspelículasnoexiste,y
lo de los besos: no sentías nada cuandoRobert te besaba.Me lo figuré,peronohequeridoatosigarte.
—Sí. Pero tal vez sea así…—Laiamemira con cara de «no te locreesnitú»—.Bueno,vale,tienesrazón.Dehabermegustado,loshabríadisfrutado.
Nosquedamosunratoensilencio.—Voyaporheladodechocolate,chocolatinasytodoloquepilleen
lacocinaque tengaexcesodecaloríasyvengabienparaestos casos—diceLaialevantándosedeunboteyyendohacialapuerta—.Tenemosunaemergencia,¡animarte!
—Gracias.Laiasaleconunasonrisamientrasyomequitolachaquetayladejo
sobrelacama.Meempiezasonarelmóvil.Alsacarlo,veoqueesLiam.Elcorazón,comosiempre,memartilleaconfuerzaenelpecho.Dudoensicogerloono,nomesientomuybienahoramismo,pero…
—Hola,Liam.—¿Hapasadoalgo?—Solotehedichohola.¿Cómopuedesintuirquehapasadoalgo?—Soymuylisto.—Sí,esoparece.No,nohapasadonada.—Elen…—meapremia.Mellevolamanoalpuentedelanariz;finalmente,decidocontárselo.—HecortadoconRobert.—Vaya,losiento.—Yono,yesoesprecisamente loqueme tieneasí. ¿Quépretendía
conseguirforzandoalgoinexistente?—Hacertedaño.—Hayotrascosasquemehacenelmismodaño…Nopreguntes—le
digo cuando empieza a decir algo—. Hace unos días él me dijo quelucharíapormí,yhoysehaidosinluchar…Supongoquenoerayosolalaqueseestabaengañando.Cuandoestáenjuegoperderalapersonaquequieres, luchas, ¿no? Es difícil aceptar una retirada cuando el corazónmanda.
—Nunca he amado, pero supongo que tienes razón, hasta ciertopunto. A veces no se lucha, no porque no se quiera, sino porque no sepuede.Aveceselamornoessuficiente,Elen.
—Losé.—Unapausa—.TalvezquieraaferrarmeaqueRobertseha
rendidopara no sentirme tanmal por herirlo.Soyunamalapersona—Liamseríe—.Noleveolagracia.
—Nome ríode ti, solode tu formadedecirlo.Elen,nohashechonadamalo,túnuncaleprometistenada,¿verdad?
—No.Aunasí,mesientotanmal…—¿Dóndeestás?—EncasadeLaia.Nosvamosaatiborraradulcesypelisrománticas
—digosonriendo.—Notehinchesmucho.Megustaríallevartemañanaaunsitioyno
podréhacerlosiestásencamaporindigestión.—¿Adóndevamos?—Yaloverás.¿Estarásbienparaquedar?—Claro.Estudíadeelegir.—Sí.Sinecesitasalgo,llámame,alahoraquesea.—Gracias, lo haré. Pero como seamuy tarde, te arrepentirás de la
horaenlaquemedijisteesto.—Liamseríeyyoconél—.¿Porquéestancomplicadoelamor?
—No tengo ni idea. Mañana a las once en la pizzería de Alberto.Buenasnoches.
—Buenasnoches,Liam.Cuelgoymequedopensativamirandoelmóvil.—¿Liam?Sellamaigualqueelpríncipe…—Cambiaeltonodevoz,
incrédula—.Porquenoseráelpríncipe,¿verdad?Laiamemiraseria,yyonotengomásremedioqueasentir.—Te he visto sonreír, y poner ojos de cordero… ¡¡Dios, ahora
entiendo por qué te precipitaste con la relación conRobert!! Elen, creoquetienesalgoquecontarme,amenosquenoconfíesenmí…
—¡Claroqueconfíoenti!,eresmimejoramiga.Soloquedecirloenvozaltasuponereconocerciertascosasque…¡¡Dios,Laia,estoyperdida!!Desde que lo conocí, me reí con él, despertó algo en mí, algo quecomenzó a crecer, algo imposible que nunca debería haber existido. Élestádestinadoaserrey…¿Comprendes?¡¡Aserrey!!
Meremuevoinquietaporlahabitación.—Peronopuedodejardedesearestarconél.Nosabeseltiempoque
he pasado intentando convencerme de que lo que sentía por él era soloamistad.Enelfondo,siemprelohesabido,peroestandolorosalaverdad.Estandoloroso…—Tomoaireparaordenarmisideas—.Estandoloroso
amaraalguienquesabesquenuncaserátuyo.Siemprehecreído,hemoscreído—rectificomirando aLaia—que el amor lo puede todo.Hemosvistocientosdepelículas románticasen lasqueelamorsiempre triunfa,peroenlavidareal—mecalloymellevolasmanosalacabeza—,enlavidarealamaravecesnoessuficiente.Puedoamarloconlocura,amarlotodalavida,peronuncaserásuficiente.
Me siento en la cama y me llevo la mano al pecho. Reconocer laverdadsolohaincrementadomidolor.
—Lo siento, Elen, y te comprendo.NiAdair es un príncipe ni estádestinadoaserrey,peroes tan inalcanzablecomoLiam,y loquesientoporélnoessuficienteparatenerleamilado.
Nosquedamosensilenciomirandolateleapagada,quenosdevuelvenuestrotristereflejo.
—Creoquenohetraídosuficientesdulces—sueltaLaia.NopuedoevitarreírmeyLaiatambién.—¿Quévasahacer?—Supongoqueaceptarquehedeconformarmeconsuamistadyque
nopuedoaspiraramás.Levantaréunmuroalrededordemicorazónparanosufrir…
—Vasasufrir igual.Yollevohaciéndolodesdehacetiempo.—Laiaha cogido la tarrinadeheladoyme tiendeuna cuchara—.¿Ycuál es lahistoria?
Entrecucharadaycucharada,lecuentoaLaiatodo,deprincipioafin.—¡Vaya forma de conoceros la vuestra! Ojalá él hubiera sido un
chiconormalycorriente.Lástimaquenolosea.—Ya.—Noloolvides,Elen,élacabarácasadoconBianca.No comentonada.Envezde eso, decido atacar las patatas: cojoun
buenpuñadoymelasmetoenlaboca.—¡Menuda mezcla estamos haciendo! —digo cuando termino de
tragar.—Cualquiera diría que no hemos cenado. —Nos reímos. Laia se
levanta y va hacia el estante de pelis—. ¿De llorar poco o de llorarmucho?
—Demucho—respondoacaparandolacajadelosclínex.Medejaunpijama y nos cambiamos para ver la peli arropadas. Al final, como yaimaginábamos,acabamosllorandoamocotendido,tantoporlapelicomo
por lo que a cada una nos aflige. ¿Por qué cuando estamos tristes nosponemospelículasaúnmástristesomúsicamáslenta?Esalgoquenuncacomprenderé.
CAPÍTULO10
ELEN—Vamos,quevasallegartarde—meapremiaLaiamientrastermino
devestirme—.¿Teencuentrasbien?—Meduelemuchoelestómago,perodudoqueseadelatracónque
nosdimosayer.Laiasonríeymepasasuscosasdemaquillaje.—Venga,píntateunpoco,peronomucho,queesdedía.Lecojolaspinturasymepongoaello.Tengounasojerashastalos
pies,puesnohepegadoojoen toda lanochepensandoen loque sientoporLiampero,sobretodo,enmirupturaconRobert.Escuriosoytristealavez.Ahorapiensomásenélquecuandoestábamos saliendo,peronoporquesientanada,sinoporquemesientoculpable.Mepreguntoporquéhubounmomentoenquepenséqueforzarlascosasseríabueno.
Termino de maquillarme y me recojo el pelo a un lado con unahorquilla.
—Mevoy.—¡Luego me lo tienes que contar todo! Y tranquila, si llaman tus
padres,estásenmicasa.Asientocon tristezaymedirijohacia lapuerta.Mesiento fatalpor
mentirpero¿quésoluciónmequeda?Mispadressolomeaconsejaríanloque todos sabemos, que me aleje de Liam. Por eso mismo no puedodecirles laverdad, porque séque tienen razónyya tengo suficiente conlidiarconmispropiasdudasypensamientos.
MedespidodeLaiayvoyhaciaellugardemicitaconLiam.FrentealapizzeríadeAlberto,hayaparcadouncochenegrodealtagamaconlaslunastintadas.Conformemeacerco,sebajalaventanilladelcopilotoy,alecharunvistazodisimuladamentehaciaelinterior,soloveolasonrisadeLiam,puesllevapuestasunagorrayunasgafasdesol.
—Vamos,entra.Sin dudarlo, entro en el coche con el estómago encogido y los
nerviosaflordepiel.Estoeslomalodereconocerloquesesiente:quepasas de tener controlada la situación a temblar como una tonta y a
preguntarteconstantemente:«¿Lonotará?».—¿Adóndevamos?—Confíaenmí.Le sonríoyme relajoenel asiento tras abrocharmeel cinturón.El
cochehueleasuperfume.Lomirodereojoymefijoenqueconduceconabsoluta destreza. Lleva la camisa arremangada y va vestido con unpantalónvaqueromoderno.
—¿Losperiodistasnosabentumatrícula?—De este coche, no.No está en el palacio, lo guardo en un garaje
aquíenlaciudad;noestácompradoaminombre.Ylamototampoco.—¿Falsificandodocumentos?—ledigosonriente.—No,estánanombredeunbuenamigomío.Nuncamedelataría.—Vaya,nosabíaquetuvierasunamigotaníntimo.«¿Cuántascosasnosédeél?¿Cómosepuedeamaraalguiencuando
apenasconocesaesapersona?»—Novaanuestrauniversidad.Eshijodeunadelastrabajadorasde
mis padres, la cocinera que nos preparó los bocadillos para la playa.Tenemoslamismaedadysumadre,cuandoerapequeño, lo traíaacasaconellayjugábamosjuntos.Noshicimosbuenosamigos.Luegoélsiguiósuvidayyolamía,peroseguimosmanteniendonuestraamistad.
—Mealegrasaberquecuentasconunamigodeverdad.—Gracias—mesonríemirándomedereojo.—¿Cómo se llama? Conozco a algunos jóvenes de tu edad en el
pueblo,sobretodolosamigosdelhermanodeLaia,comoRobert.—Loquemerecuerda,¿estásbien?—Sí,rara,perobien.—Luegohablamosmástranquilos.—Sí. —Me quedo pensativa mientras miro hacia la carretera, y
decidoqueesmejorcontárseloahora,porqueluegomeapetecepensarenotras cosas, no en Robert—. Con él nunca tenía nada que hablar, lossilencioseransuperincómodosymicabezanoparabadepensarensacartemas de conversación. Nome sentía a gusto. Debí advertir las señaleshacetiempo.Perocuandosoloéramosamigosestonopasaba.Loquesímedoleríaseríaperderlocomoamigo.
—Nunca es tarde para darse cuenta de la verdad. A veces nosempeñamosenalgo,peropormuchoquelointentemos,noresulta.Noestuculpa,algunascosassimplementenopuedenser.
—Losé.Tengocuriosidadporsaberdóndevamos.—Noseasimpaciente.—Liamsonríemostrándomesuhoyuelo.Miroporlaventanilla,puessisigomirandoaLiam,tengomiedode
delatarme.—Porcierto…¿Quéperfumellevas?—mepregunta.—¿Por?—Noeseltuyo.Mesorprendequelohayareconocidoymevuelvoamirarlo.—Eltuyohueleaframbuesa.—Sí,esteesdeLaia.—Laia—repitepensativo—.Ahorarecuerdodequémesuena.—¿Dequé?—Túmelohabíasdichoalgunavezysabíaquelohabíaescuchado
enotraparte.Puedequeseaunacasualidad,pero…¿suhermanosellamaÁngel?
—Sí.¿Cómolosabes?—PorquetieneunamigoquesellamaAdair.—Espera unmomento. ¿Tu amigo de la infancia no será un chico
morenoconunosincreíblesojosplateados?—Vaya descripción. —Lo dice serio pero enseguida sonríe—. El
mismo.—Quécasualidad.—Sí,nosabíaqueosconocíais,nuncamehahabladodeti.—Nohemoshabladomucho.Esdemasiadoserio.—Soloconquienquiere.—Liamsonríeconcariñoalpensaren su
amigo—.Esmuyreservado,peromuybuenagente.—Se me hace raro imaginarlo jugando contigo. Casi siempre está
analizándolotodo,conesamiradaqueparecequenoselepasadetalle.—Teaseguroquenoselepasa.Me giro hacia Liam. Tiene el ceño fruncido, pero luego sonríe
quitandoimportanciaasucomentario.—¿QuétehadichodeLaia?—Quees lahermanadeunamigo suyo, aunqueél se refiere a ella
comolahermanadeÁngel…Yaestamosllegando.Mequedoobservándolo.Porunmomentohe tenidolasensaciónde
que ha cambiado de tema a propósito, pero es normal que no quieradelatar a su amigo.Vuelvo la vista hacia la carretera. Frente a nosotros
apareceunpequeñopueblecitotodoconlascasasblancasconstruidoenlafaldadeunamontaña,yenloaltodeesta,selevantauncastillodepiedra.
—¿Estuyo?Liamseríe.—No,esdelpueblo.Iremosaverlo.Esmedieval.—Esprecioso.—Sí, todoelpueblo loes.Vineunavezcuandoerapequeñoyhace
tiempoquequeríavolver.—Mealegraacompañarte.¿Creesquetepuedenreconocer?Aunque
conesasgafasdesolesmásdifícil,tusojossonmuycaracterísticos.—Sí,todamifamiliatienelosojosverdes.—Quécurioso.Lostuyossonmuybonitos…—Mesonrojoymefijo
enqueLiamestáfrenando—.¿Vasaaparcarya?—Sí.Ygracias.Lostuyostambiénsonmuybonitos.—Gracias.Aparca,sebajadelcocheyvahaciamiladoparaabrirmelapuerta.—¿Creesquealguienmereconocerá?—preguntacerrandoelcoche
ybajándoselagorraunpocomás.—No,ysialguienlohace,nuncapensaráqueestamosjuntos.EmpezamosaandaryLiammemiraconcuriosidad.—¿Ah,no?—No, tú y yo no encajamos en el mismo mundo. —Sonrío con
tristeza,pueseslaverdadymedueledecirlaenalto.—Ahoraestamoslosdosaquí,asíquealgosíencajaremos.Opuede
quehayamosencontradounpuenteentretumundoyelmío.—Esposible—admito,aunqueenelfondopiensoqueesimposible.
Estepuenteesdemasiadoinestable,nopuededurar.—¿Qué tal está tu estómagodespuésdel atracónde anoche?—dice
cambiandodetema,nosésiapropósitoono.—Bien.Despuéstodoloquecomimos,creoquepuedoasegurarque
estáapruebadebombas.Liamseechaareír,yyoconél.Surisahacequemeolvidedetodo.Nosadentramosenelpueblo.Enlaplantabajadelamayoríadelas
casas hay tiendas y puestos donde se exhiben todo tipo de productosartesanos. Me acerco a una en la que venden cerámica y, cuando mevuelvo,veoaLiamnomuylejosenunpuestodemiel: ladependientaleestácomentandolaspropiedadesdelamiel,mientrasélsemuestraatento
ysonriente.Alfinallecompraunostarrosalaseñora,peroledicequelosrecogeremosmástarde,alavuelta.Seguimosandandoymirandopuestos.
—Esmuybonito—digorefiriéndomealpueblo.—Sí,lagenteesmuycercana.—¿Quévasahacerconlamiel?—Tomármela y tomártela, uno de los tarros es para ti. Ahora que
empiezaelfrío,tevendrábien.—Esamujertehacaídosimpática,¿eh?—Sí,peroademásdeeso,lamieltambiénmegusta.Subiendo una cuesta, veo unos pañuelos azules en otra tienda que
llamanmiatención,pueseninviernomelossueloponermucho.—¿Cuáltegusta?—Nosésicomprarmeesteoeste—ledigoseñalándoleunoverdey
otroazul.Liamlostomayyoesperoaquemedejeprobármelospero,enlugardeeso,sevahaciaeltenderoyledicequesequedaconlosdos.
—Li…—medetengojustoantesdemeterlapata.SeguramentehabrámuchosLiamenelmundo,notendríaporquédesvelarsuidentidadsoloporeso;aunasí,yporsiacaso,meacercoylesujetodelbrazoparaevitarquepague,peroLiamesmásrápido:loscogeconlaotramanoyselospagaalhombre.
—Vamos, no seas cría. Solo son unos pañuelos y me apeteceregalártelos.
—Nopiensomirarnadamásenloquequedadedía.Liamseríey,poniéndomecaradeniñobueno,metiendelabolsacon
lospañuelos.—Así, cuando los lleves, te acordaras de mí, por si algún día el
puentese rompe.—Lodicesonriente,peroel finaldesufraseborramisonrisadelrostro.
—Gracias—digocogiéndolos.Seguimospaseando.Másadelante,Liamcompraunabolsadedulces,
quenosvamoscomiendomientrascaminamos.Cuandollevovarios,notoquemiestómagoseresiente.
—Nopuedomás.—¿Estás cansada? ¿Quieres que nos sentemos un rato?—comenta
Liampreocupado.—No,noeseso.Esquemedueleelestómago.—Yameextrañabaamíquenotedoliera.Sientolodelosdulces.
—Nodebícomer.Liammete los dulces en la bolsa de los pañuelos y se vuelve para
buscaralgo.—Espérameaquí.—¿Dóndevas?—Aporalgoquealivietudolor.Loobservoalejarseyuninstantedespuésmepercatodequenosoyla
única.Que,pesea llevar lagorray lasgafas,despierta el interésde losquelerodean,especialmenteeldelasjóvenes.Cuandolepierdodevista,mesientoenunbancoaesperarle.Atansolounosmetroshayunatiendade souvenirs. Entro en ella con la idea de comprarle algo a Liam; yotambién quiero que me recuerde. Enseguida, en lo alto de una de lasestanteríasmellamalaatenciónunapequeñaboladeaguaconpurpurinaenlaqueseveelpuebloconelcastilloenloalto.Latomoyvoyhaciaelmostrador. Un poco después, mientras el dependiente me la estáenvolviendo,escuandomepregunto sino seráuna tontería.Liamesunpríncipey,pormuchoqueyomeempeñeenverlocomoalguiennormalycorriente,noloes.
Pagoalhombreymetoelregaloenelbolso,dudandoensidárseloono.Denuevoenelexterior,mesientoenelbancodeantesymepongoamirarelpaisaje,increíblementeverdeyhermoso.
—Esmuybonito,¿verdad?Me giro y veo a Liam ami espalda.No le digo nada yme doy la
vuelta para seguirmirando el paisaje con los nervios a flor de piel portenerletancerca.Entoncesaparecedelantedemíunvasodeplásticoconunainfusión.
—Manzanilla.Teharábien—explicatendiéndomela.Locojodesumanosinpoderevitarrozarsusdedos—omásbiensin
querer evitarlo—. «¿Qué estoy haciendo?» A veces creo que desde queconocíaLiammeveoarrastradaporunaespeciedelocura.
Ledoyunsorbitoparacomprobarsiquemayélsesientaamilado.Nos quedamos en silenciomientrasme la tomo observando lo que nosrodea, aunque, sinceramente, desde que Liam ha vuelto, el paisaje hapasadoaunsegundoplano.
—Yaestá—anunciogirándomehaciaél.Levantolacabezaparamirarlo,élagachalasuya.Depronto,medoy
cuentadelocercaqueestamoselunodelotro,dequemicuerpoyelsuyo
casiseestántocando,ymeasaltaeldeseodequeLiamacorteaúnmáslasdistancias.Lodeseotandesesperadamentequesoyconscientedequeestoysiendoirracional,puespormuchoqueélacortelasdistanciasfísicamente,nuestrosmundosseguirántandistantescomoantes.
—Sigamos—diceLiamlevantándoseycortandodegolpeelcontactovisual.
Echa a andar y yo lo sigo tirando el vaso de lamanzanilla en unapapelera.
Almediodía, después de pasear por las calles de piedra del pueblomirandolospuestos,Liammepreguntacómovoydelestómagoyledigoquemejor,aunquelociertoesquesigoteniendoungrannudodenerviosquenodejademolestarme.Entramosenunrestaurantedecomidacaseray,cuandonosdicenloquetienenesedíademenú,medecantosindudarloporunasopa.Liamsonríeysepidelomismo.
—Eresunamentirosa.Tuestómagosiguemal,asaberquécomeríaisanoche.
—Lapreguntacorrectaesquénocomimos.Lleguéamezclarpatatasconheladoychocolatinasconganchitosdequeso.
Seríe.—¿Enserio?Meextrañaquenolotengaspeor.—Sí,eraparavernos;peromevinobien.—Laiaesmuyamigatuya,¿no?—La única. Como habrás comprobado, en la universidad no tengo
amigos,aunquemejorparamí.—Yo soy al contrario: tengo amigos por donde vaya, pero la
mayoríanosondeverdad.Tú,almenos, sí sabesque lospocosamigosquetienessondeverdad.
—Esoescierto.Tienequeserdifícilestarrodeadodegentequesolotequiereporinterés,ynoporquieneresinteriormente.
—Unoseacostumbra.Lacamareranos traeunaensaladay lasbebidas;antesde irse,echa
unamiradaaLiam.—Hastacongafasllamaslaatención.¿CómollevaesoBianca?LasonrisadeLiamsepierdeysepreparaparacomer.—Nomeapetecehablardeella.—Perdona—digounpococortada.—Notelotomesamal.Essoloqueestoycansadodequeellaseael
único tema de conversación enmi casa.Mis padres están deseando queanuncieoficialmente el compromiso; aunque antesodespués tendréquehacerlo,quierenqueseayoquiendecidaelmomento.
Semeretuercenaúnmáslastripasymellevolamanoalestómago.Liam,preocupado,ponesumanosobrelamía.
—¿Deverdadestásbien?—Sí,deverdad.—Veosumanomorenaporelsolcubriendolamíay
cómoantesderetirarlameacariciadisimuladamente,provocandoqueunsinfín de escalofríos me recorran todo el cuerpo. Era todo más fácilcuandopreferíairdeignoranteynoreconocerloqueteníadelante.
—Puede que algún día lleguéis a amaros. La vida es muy larga yseguro que ella te acaba gustando y… dejemos el tema, tú no queríashablardeél—«Niyo»,pienso.
—Todoesposible.Empezamos a comer y hablamos de temas relacionados con las
clases.Acabamosdebatiendosobrealgoquedijounprofesor,ysonríoalfinal cuando Liam se da por vencido yme da la razón, ilusionada.Meencantahablarconéldeestascosas,verquemeescuchaymecomprende,quenuncamehacesentirunbichoraro.
—A mi padre le caerías bien —me dice—. Le encanta debatirconmigo y pocas veces le gano; creo que tú le ganarías. Piensas muyrápido.Eresmuylista,Elen.
—Eso me dijeron con seis años —digo tratando de disimular elruborquemehancausadosuspalabras.Muchagentemehallamadolistaalo largo de los años, pero hasta ahora solo había visto verdaderaadmiraciónporpartedemispadresyahoradeLiam.
—Su sopa, jóvenes. No dejen nada —comenta la cocinera trasdejarnosenlamesalassopashumeantes.
—Le aseguroqueno—comentaLiamconuna sonrisa, y lamujer,peseaestarentradaenaños,seladevuelvesonrojada.
—Eresundonjuán—lesusurrocuandonosdejasolos.—Sololehesonreído.—Solo,dice.Liam se ríe y probamos la sopa. Está realmente buena yme sienta
muybienalestómago.Cuandoterminamos,Liampideunpocodepolloalaplanchaparalosdos.
—Pormiculpaestáscastigadoatomarcomidaligera.
—Megusta.Noañadenadamásy,cuandollegaelpollo,seguimosconversando
detemastrivialeshastaqueLiammepreguntaporRobert.—¿CómosetomóRobertlaruptura?—Mal, pero me pareció que él también había visto el final de lo
nuestro.Loviresignado.—Nosepuedeobligaraamar.—Losé.—Memetountrozodepolloenlabocamientraspiensoen
Robert—.Sientoqueélnomeamabadeverdad.Nomemiraconojosdecorderodegollado.
Liamlevantalavistadelplatoyarquealascejas,divertido.—¿Ojosdecorderodegollado?—CosasdeLaia.Liamseríeyyoapartolamirada,paraquenomepilleobservándolo
justamentedeesaforma.—Eldíamenospensadollegaráalguienquetequiera,Elen,ytemire
conojosdecorderodegollado—bromea.Lelanzountrozodepan.—Lodifícilnoesquealguienmequiera,esqueyotambiénlequiera
a él, o viceversa. Y que ese amor pueda funcionar. Como dice Laia, elamoravecesnoessuficiente.
Liamfrunceelceñoypreguntaserio:—¿Noloes?Yoniegoconlacabeza.—No,noloes.Liamsequedapensandoantesdedecir:—Escierto.Siyoamaraalgunavez,deberíaocultar loquesientoy
guardármeloparamí,amenosqueseamiesposa.EnesoledoylarazónaLaia.
—Esinjusto.—Sí,peroesloquehay.Liam termina de comer y yo lo observo en silencio. Siento una
opresiónenelpecho,pueslomalonoesamarlo,sinoqueenelsupuestocasodeque élmequisiera, daría igual, porque esono acortaríanuestradistancia. Nunca podría existir nada entre nosotros. Solo podríamosmirarnosyanhelarloquenuncatendríamos.
Cuando terminamos salimos del restaurante y seguimos nuestropaseo,aunquenotardamosensentarnosenunbancoquehaypocoantes
dellegaralcastillo.—Estáempezandoarefrescar.—Sí, creoqueesbuenmomentoparausarunodemispañuelos—
Saco el azul yme lo coloco alrededor del cuello, y antes de que puedallevarmelasmanosalpeloparasacármelo,notocomoLiamlohacepormí.
—Gracias.—Denada—mediceseriomirandohaciaotrolado.Llevaasídesde
nuestraconversaciónenelrestauranteyenelfondoséqueporqué.Yoséque lo amo y tengo que olvidarlo como sea, y que un día la vidaseguramentemepondráaalguienenmicaminoquemehagamirarhaciaotro lado,aunqueahorameparezcaun imposible.Encambio,Liamestádestinadoaamarensilencioyaaparentarque todoestáperfectoconsufuturaesposa.Siélnollegaraaamarla,nuncaapareceríaensuvidaunapersonaqueocuparaelvacíodeamorespasados.Ensucorazónsiempreexistirálaangustiadeloquepudoserynofue,yeldolordehabervistomarchar a la persona amada sin poder hacer nada salvo ver cómo sepierdeenladistancia…
Serámejorquesaqueuntemadeconversación,ypronto,puessisigopensandoenesto,mepondrémuytristeporLiam.
—Notengoganasdeiraclasemañana.—Ya somos dos. Yo esta noche tengo una cena con los padres de
Bianca.Yconella,claro.Liam se pone aúnmás serio. Preocupada, pongomimano sobre la
suyaquetieneapoyadaenlapiernaydigo:—¿Quépasa?Puedescontármelo.Liammemira. Nos quedamos así, mirándonos, y trato de leer sus
ojosocultostrassusgafasdesol.—Nosé simerece lapena retrasar lo inevitable.Sinoes ella, será
otra.Tragoypreguntoconmiedo.—¿Elqué?—ElanunciodemibodaconBianca.—Medaunvuelcoelcorazón,
peromeregañoporello.YoyaséquécaminovaaseguirLiam;cuantoantesloacepte,mejor—.Sigamospaseando,ahoranosoyelpríncipe.
Se levanta, haciendo que nuestras manos se separen, y comienza aandarabuenpasohaciaelcastillo.Cuando loalcanzo,yahapagado las
entradas.Lomiroseria,peroélmesonríe.Comonopuedoverlelosojos,nopuedosaberhastaquépuntoesasonrisaessincera.
Entramos en el castillo y lo recorremos siguiendo al guía de otrogrupo.Susexplicacionessobre lahistoriadelcastillo resuenanentre loscorredoresdepiedraycasipuedessentirtetransportadoaotraépoca.Meparece increíblepensarquehacemuchosañosotraspersonas, conotrossueñosyambiciones,vivierantrasestosmuros.
—Esbonito.Quizásmásqueeltuyo.Liam se ríe. Estamos bastante alejados del grupo y nadie puede
escucharnuestroscomentarios.—Elmíonoestanantiguo.¿Nolohasvistonunca?—No, a nosotros nunca nos invitan a vuestras fiestas —digo
sonrientepensandotambiénenmispadres.Liamsequedaserioyluegosonríe.—Tal vezundía tu inteligencia y tus títulos te abran las puertas de
palacio.—Nomequitaelsueño,laverdad,peroquiénsabe.Talvezalgúndía
puedairavisitarosatiyatues…esposa—Sigoandando,preguntándomepor qué diablos comento en voz alta temas que me hacen tanto daño.Supongoqueporquequieromantenerlospiesancladosalsuelo.
Cruzounarcoyllegoaunasalarepletadeinstrumentosdetortura.—¿Teimaginassiendoelpríncipedeunadeestasépocas?—No,mealegrahabernacidoenesta.¿Quieresqueprobemosalguna
máquina?—sugiereconunapícarasonrisa—,¿quétalesadeahí?—¡Niloca!Liamhaceamagodecogermeysalgocorriendo,peromealcanzay
meatrapaporlacintura.—Vamos,solounpoquito.Medapor reír y aLiam también.Por fin logro escabullirme,pero
meparoensecocuandonosllamanlaatención.—¡Dejendearmareseescándalo!—Losiento,señor,novolveráapasar—Liamempiezaaandarhacia
lasalidayyovoytrasélmortificada.—Hasidoculpatuya—ledigosonriente.—Yocreoquemásbientuya.Sinotuvierasesacaratanseria,nome
habríavistoobligadoaquitártela.—¡Vayaformadedarlelavueltaalatortilla!
—Almenoshassonreído.—Tramposo.Salimos del castillo y seguimos paseando por las calles del pueblo
hastaquesuenaelmóvildeLiamysealejaunpocoparacontestar.Porsuexpresión, no debe de gustarle lo que escucha al otro lado de la línea.Cuando regresa separaymemira,oesocreo,puesnopuedoverle losojos.¡Dichosasgafas…!
—Tenemosqueirnos.—Supongoquenosonbuenasnoticias.Liamcontraelaboca,peroluego,alvermiseriedad,mesonríeyse
acerca.—Todoestábien,todosiguesucurso.Esloquetienejugaraserun
chiconormal…,queavecestelollegasacreer.Sinembargo,larealidadestásiempreahípararecordartequiéneres.
Meacaricialamejilla.Mequedodepiedracuandosusdedoscálidospasanpormi cara, y noto cómo se agitami respiración.Nosquedamosquietosuninstante,temiendoromperestemomento,peroalfinalLiamsegirayempiezaaandarhacialaentradadelpueblo.Cuandopasamosporelpuestodelamiellarecogemosynotardamosenllegaralcoche.
Elviajedevueltatranscurreensilencio.Élnomehadichoparaquélehan llamado,peroyo lo sé:debeprometerseconBiancaoficialmenteesta noche, durante la cena con sus padres.Me siento tan inmensamentetriste ahora mismo, que me pregunto si mi estómago aguantará otroatracóndedulces.
Llegamos al garaje donde guarda el coche y recuerdo que aúnconservo en mi bolso el regalo que le he comprado a Liam. Ahora,sabiendoloqueestáapuntodehacer,mepareceunaestupidezdárselo;sinembargo,temiendoqueapartirdehoysuvidaestémonopolizadaporsufuturaesposayquepuedequesealaúltimavezquenosveamos,metolamanoyselotiendo.
—Esuna tontería.Yo tambiénqueríaqueme recordaras…,yahoraque…, bueno, que te vas a prometer, no tendremos tanto tiempo paravernos…Siempreterecordaré.
—Estonoesunadespedida,Elen.—Sinoloeshoy,loserácualquierotrodía.Por primeravez en todo el día,Liam sequita las gafas de sol. Sus
ojos están tristes, muy tristes, y eso hace que los míos se llenen de
lágrimas.¿Porquéesatristeza?Sinembargo,notardamuchoensonreír.—Nodramatices—dice tratandode restarle importancia;yo sonrío
paraocultartambiénmipena.Abreelregaloy,cuandodescubreloquees,seloquedamirandosin
decirnada.—Esunatontería,yatelodije…—Eslomejorquemehanregaladonunca…Gracias.—Denada.Memiraylesonríodecorazón.Liamseinclinahaciamí,oasímelo
parece,peroalfinalretrocedeybajadelcochecerrandolapuertatrasél.Salgoyloescuchollamaraalguien.—Es tarde. Debo volver—comenta, esta vez sin mirarme, cuando
bajo la ventanilla del coche. Sumoto está aparcada a unosmetros y alpocollegaAdair,quelosaludaconfamiliaridad,mostrándomeunafacetadeélquenoconocía.
—Hola,Elen—mesaludaserio.—Hola,Adair.—He de irme ya. Ten cuidado al volver—le dice a Adair, y este
asiente.YonocomprendoelmensajesilenciosoquesehanenviadohastaqueLiamseponeelcascoymontaenlamoto.Tengolasensacióndequehe dicho o hecho algo que le hamolestado, no comprendo por qué hasalidoasídelcoche,oquéhapasado.
—Vamos, te llevo a tu casa.Asíme invitas a uno de esos famososheladosquehacetupadre.
Adairvienehaciaelcocheyentra.Salimosdelgarajey,alospocosmetros,Adairmemiraporel retrovisorymedeja tanheladacomosusojosplateados:
—Deberíasolvidarle.Élnoesparatiynuncaloserá.Lomirosorprendidaporsucrudezayporquehayadadoporhecho
loqueyo siento;mepregunto si no será evidentepara todos. ¿SeráporesoporloqueLiamsaliócorriendo?¿Acasomiregalomedelató?«¡¡Yyoqué sé!!En los libros no te enseñan esas cosas», piensomortificada.Sabrémuchodetodo,habréestudiadomucho,peroahoramedoycuentadequenosénadadelomásimportante,lavida.Yquenotengoniideadecuáldeberíasermisiguientepaso,puestodoslosquemegustaríadarmellevanenunasoladirección:haciaelpríncipeLiam.
CAPÍTULO11
LIAMEscondo lamoto en el acceso al pasadizoyme adentro en él hasta
llegarapalacio.Cuandoentroenmicuartocorriendounadelasparedesocultas, tiro la gorra y las gafas sobre la cama y comienzo a pasearincómodo por la habitación. Me siento asfixiado, agobiado, inquieto,atrapado…Miro la bola de Elen y me acuerdo de la estupidez que heestado a punto de cometer: ¡casi la he besado!Me paso lamano por elpelo,cansado.Mesientoenlasillademiescritorioymequedomirandolabolaconlamenteenblancoy,alavez,recordandoaElenmientraslamuevo.Susojosplateadosbrillanenmimenteal igualque lapurpurinaque se mueve libre por el agua. Libre y a la vez atrapada, pues estáencerradaenunaboladecristal…
¿Qué me pasa? Sé cuál es mi deber, sabía cuál sería mi camino.Nuncamehagustado,peroyameheresignadoyhetratadodesacarleelmejorpartidoalasituación.Noeslaprimeravezquemiroamialrededorysientoqueestoyencerradoenunacárceldeoro,peroahoraescomosilasparedeshubieranencogido.YyanosésialestarconElensolotratodebuscarunrespiro,odeverdadestoyempezandoasentiralgomás…
Tocanalapuerta.Decidoguardarsilencio,paraquepiensenquenoestoy,notengoganasdeenfrentarmeanadieahoramismo;sinembargo,lapuertaseabreymipadreapareceenelumbral.
—¿Nopensabascontestar?—mepreguntaserio.Lo observo. Nos parecemos mucho físicamente; tanto, que cuando
envejezcayaséqueeseserámiaspecto.Supeloyaestácanoporlosaños,perosusojosverdessiguenbrillandoconintensidad.Esunpocomásbajoqueyo,perorobusto.Tienemuybuenaplantaymimadremehacontadoque, cuando era joven, no le costaba mucho encontrar atencionesfemeninas.
—No.—Esanoesformadecontestaratupadre.—Meeslomismo.—Vaya,elpríncipehatenidounmaldía.—Nocreoqueteimporte.
—Tienesrazón,nomeimporta,amenosqueinterfieraenlosplanesdeestanoche.
Losojosverdesdemipadreseencuentranconlosmíos.—NovoyaprometermeaBianca—Lodigosinpensar,antesincluso
dehabermedadocuentadequeenelfondoesoesloquemeasfixia.—Nopuedesescapardeesto.Sinoesella,seráotra.—Otraqueseadevuestraelección.—Porsupuesto.Ynocreoquedebavolvera recordartequeeresel
últimodescendientedenuestrafamilia.Sitúnoheredaselreino,eltronoseperderáconmigo.Liam,ereslosuficientemayorcomoparasabercuálestucamino,perotecomprendo.Cuandoyotuvequeprometermecontumadre, me rebelé contra todos, pero con el tiempo he aprendido aquererla.
—Dormíscadaunoenunaladelcastillo,nuncaoshabéisamado.—Tetuvimosati.Algobuenosaliódenuestromatrimonio.Pesealoduroquesiemprehasidomipadreconsusnormas,siempre
loheadmiradoyquerido.Séperfectamentequesiyonoreinara,sialgomepasaraantesdetenerunheredero,elreinoseperdería,yestoacabaríacon mi padre. Por eso aún siento más este enorme peso sobre loshombros.Nohaysalida,nuncalahahabido.Mitíosílatuvo:élrenuncióalacoronayfuemipadrequienocupógustososulugar.Yo,encambio,notengohermanosenquienabdicar.
—Biancaesunajovendealtacunaymuybonita.¿Paraquéretrasarloinevitable?Hijo,noteestamospidiendoquetecasesconellamañana.Aúnsoisjóvenes,sobretodoella;tenéisunosañospordelanteantesdelaboda.Además,estosdíashastenidotiempodeconocerlaunpocomejor,yadeberíassaberqueesunabuenachica.
Sonrióirónicamente.Unospocosdíasjuntosnomehacenconocerlamás. Sobre todo cuando apenasme han dejado hablar con ella a solas,pero¿quémásda?
—Vosotros ya teníais estematrimonio acordado. ¿Dequé sirve queyo acepte gustoso este matrimonio? Ya me lo has dicho por teléfono.Tantosi anunciooficialmentequeestamosprometidoscomosino, todoseguiráadelantecomotúesperas.
Mipadrememirayyolesostengolamirada.—Noeslaprimeravezquetenemosestaconversación,perorecuerda
loqueocurriólaúltimavez.—Mipadreveenmimanolaboladecristal
—.Noséquiéntehabrádadoesabola,perotalvezesajovennoseatandiferente a aquella por la que te planteaste dejarlo todo y por la que tefugaste, hasta que descubriste que ella solo iba detrás de tu dinero y tucorona.AlmenosconBiancatieneslaseguridaddequeesonopasará.Sufamiliatienecasitantodinerocomonosotrosysutítuloyaledasuficientereconocimiento.
Miro labolaymimente retrocedehastaaquelmomento,haceunostres años. La conocí en mi primer curso de universidad y me cautivó.Cuando le propuse huir lejos, ella aceptó, hasta que le dije que habíarenunciadoaltronoporellayasíselohabíahechosaberamispadres.Memiróhorrorizadaysepusohechaunafuria.DeningúnmodoentrabaensusplanesestarconunchiconormalquenofueseelpríncipeLiam.Poraquelentoncesmecreíaenamoradoe,ingenuodemí,creíqueellaestabatan enamorada como yo. No pude equivocarme más. Mis padres nocomentaronnadacuandoregresé;ellos intuíanqueaquellopasaría,peroquisieron que yo mismo descubriera cómo era la vida y saliera de mierror.
PeroElen…Ni siquiera sé lo que siento por ella, solo que cuandoestoy a su ladome siento vivo y feliz.Muy feliz.Me gusta su risa,megusta cómo cuenta las cosas, la forma que tiene de agrandar los ojoscuandocreequehadichoalgomalycómosesonroja,haciendoquesuspecas se marquen más. La deseo como un hombre desea a una mujerpero…¿estoesamor?Nolosé.Perodeserlo,daigual.Pertenecemosamundosdiferentes,comoellabienmerecuerdatanamenudo.PiensoenlacaradeElencuandomediolabola,lailusiónquebrillabaensusojosyelcariñoquesedesprendíadeellos…,peroluegomeasaltóladudaymeviamímismomirandoaaquellaotrachicaycreyendoquedeverdadsentíaalgopormí.
Denuevomepaseoinquietopormihabitación.Aquellaveznosupeverqué es loque ellaqueríademíhastaque fuedemasiado tarde.PeroElennoesasí,losé.
Measomoalaventanaycontemploelreinodemipadre.—Tusantepasadoslucharonmuchoporestastierras.Esnuestrodeber
conservarlas, pues el día de mañana serán de tus hijos. ¿Esa chicarealmentemerecequeestésasí?
RecuerdotodoslosmomentospasadosconElen.Cuandoledijequeella erami respiro, lo dije de corazón.Aunque tal vezme aferre a ella
como último recurso para demostrarme que yo tomomis decisiones…«¡¡No lo sé!!» Respiro hondo y trato de calmarmi caótico interior, sinéxito.
—Liam,túerespríncipeantesquehombre.Yestereino,tureino,eslo único seguro que tienes ahora. Te lo digo por experiencia. No solosabescuálestudeber,sinotambiénquelaelegidaparasertuesposadebetenerelvistobuenodel rey,yo.YquedeelegirotraquenoseaBianca,debeseralguienqueestéalaalturadelreino.
—Económicamente.—Entreotrascosas.Teesperamosabajo;notardesenarreglarte.Yte
recuerdoqueniaquellavezpodíashaberescapadoeternamente,niesta.Esmejorqueacepteslarealidadcuantoantes.Teayudará.
Asiento ymi padre se va.Miro la bola de cristal y nuevamentemeveo a mí mismo con dieciocho años, huyendo de todo lo que conocía,tratandodeescapardeldestinoquemehabíantrazadoporunajovenquedecíaamarme,ignorandoquenopodíahacerlo.
Enelfondo,séquemipadretienerazón.Dejolabolaymepreparoparalacena.DaigualsiElenesauténtica,siloquesientoporellaesalgomásqueatracción,puesal finyalcabosécuálesmideberynopuedoescapardeél.
CuandoentroenelsalónyveoaBiancadeespaldas,consucabellopelirrojocayéndoleporlaespalda,deseocontantafuerzaquecuandosegireseaotrapersona,quemedoycuentadequehoyelijocomopríncipe,peromicorazónmedicequeyaheelegidocomohombre.
ELENAyudoamispadresarecoger.Adairestásentadoenunadelasmesas,
observándome.Acabasuheladoylodejaenlamesamientrasmeacercoaél.
—¿Hasterminado?—mepregunta.—Sí,¿ytú?—Sí, gracias. —Me sonríe y me sorprende ver su sonrisa—. Me
gustaríahablarcontigo,sipuedeser.—Claro.Mesientofrenteaél,intrigadaporloquetengaquedecirme,aunque
unapartedemíyalopresupone.—MegustaríahablartedeLiam.—Meloimaginaba.
—¿Quésientesporél?—Lomiroseria—.Estáclaroquenoesdemiincumbencia, pero tengo ojos y he visto cómo lemiras…—Agacho lacabeza—.Elen,no tedigoestoparahacertedaño.Nuncahemoshabladomucho,peromecaesbien.
—Esbuenosaberlo,pensabaqueteeraindiferente.Adairseríe.—Nosoymuyhablador.—Poresomeresultatanrarohablarcontigodeestetema.—HastaestamañananosabíaqueconocíasaLiamy,cuandoélme
dijo que iría contigo al pueblo, no me dio buena espina. Y menos aúncuandooshevistojuntos.
—NocreoquesealaprimeravezqueLiamusasucoche.—No,perosíeslaprimeraquelohaceconalguien.Élsiempreusa
esecochecuandonecesitairsesolo,perohoylonecesitabaparapasarundíacontigo.
«¿Adóndequierellegar?»—Diloquetengasquedecir.Memiraserio.—Liam no puede cambiar lo que es. Aunque intente comportarse
comounjovennormalycorriente,noloes.Élsiempremeconsiderósumejoramigo,peroyosiemprehesabidocuálesmilugar,porquemelohanrecordadoatodashoras.Cuandoeresniñonoentiendesporquénotedejaniralcastillo,nipuedessubiralcuartodetuamigoajugarconsusjuguetes.Suspadressonmuyestrictosenesesentido.Nosonmalosconelservicio,peronuncasemezclanconél.
—Sémuybiencuálesmisitio.—Peroesonoteevitasentir.Nodudodetuinteligencia,séquesabes
perfectamente cuál es tu lugar…, sin embargo, no es fácil recordarlocuandoelcorazónmanda.
—Hablascomosisupierasdeesto.Adairsonríesinalegría.—Olvídatedeélantesdequeseatarde,Elen.Eslomejor.—Yonosientonadaporél…—Amípuedesmentirmecuantoquieras,peronopuedesmentirteati
misma.—Notepreocupespormí,tengolasituaciónbajocontrol.NosquedamosmirándonosensilencioyluegoAdairasiente.
—Losiento,Elen.SéqueempezasteasalirconRobertparaolvidartedeLiam.
Lomiroconlosojosagrandados.—¿Algunavezseteescapaalgo?Sonríe.—No.¿Notehedichoqueestoyestudiandoparaserdetective?—No,noteníaniidea.—QuéraroqueLaianotelohayadicho.—Nohablamosmuchodeti—miento.—Claro.—Adairmirasurelojyselevanta—.Hedeirme,nosvemos
pronto.—Graciasportuconsejo.—Denada.Nomegustaversufriralagentequemerodea.—¿QuétalestáRobert?—Bien,losuperará.Niéleraparati,nitúparaél.Asiento y lo veo salir de la heladería. Subo a mi cuarto y, tras
ponermecómoda,tratodeconcentrarmeenmisestudios,peronodejodepensarenLiam.Finalmentemeasomoporlaventanaymirohaciadondeestá el castillo. Yo también sé que mi corazón me ha jugado una malapasada con Liam, ¡pero no puedo dejar de amarle! Al final decidoacostarme,conlaesperanzadedormirmeprontoydejardepensarenél,almenosporunashoras.
***Medespiertoysalgodelacamaodiandomissueñoso,mejordicho,
mispesadillas.NoheparadodesoñarconLiamprometiéndoseaBianca,ybesándolaparasellarsucompromiso.Lopeoresque,peseaqueahoramismo he abierto los ojos y he dejado de soñar, a estas horas es unarealidad,yelpesodeesarealidadmehunde.Mepreparopara iraclasesinganas.Nosésiserécapazdeverloconellayencajarlanoticiadesupróximoenlace.
Me pongo el uniforme y una chaqueta, pues ha venido el frío degolpe,yobservo lospañuelosqueme regalóLiam,con la sensacióndequeayernuestrosubconscientesabíaqueeraunadespedida.
***
Llego a la universidad y, nada más entrar en clase, veo a Robertadandovueltasporellahechaunafuria.
—¡Nopuedehaberseprometido!—laoigodecircuando llegoamipupitre.
Aunqueestabapreparadapararecibirlanoticia,medoycuentadequeenelfondoalbergabalaesperanzadequenoocurrieratanpronto.Tratode reponerme y me siento, deseando que nadie haya notado que esaspalabrasmehandejadoparalizada.
—¡Esto no va a quedar así! Hasta que no se casen no hay nadaperdido.¡¿Peroquiénsehacreídoquees?!
Nadie le contesta, pero Roberta sigue despotricando, hasta que derepente se calla y la clase se queda en silencio. Entonces sé que hanentradoLiamyBianca.
—¡Enhorabuena! —comenta uno de mis compañeros confirmandomis sospechas.Yome concentro enmis apuntes conmás intensidadquenunca,puesnoestoypreparadaparaverlosjuntos.
Cuando el profesor entra les felicita también por la buena nueva yempieza la clase.Al terminar salgode lasprimerasyvoyderechaa losservicios,memetoenunodeellosymeencierroparatratardecontrolarlaansiedad.«Estoyalosabías,yalosabías…»,merepitounayotravez,pero nome sientomejor. Tengo un nudo en el estómago y unas ganasinmensas de llorar, y estoy furiosa por sentirme así por él. Aprieto lospuñosy respirohondovariasvecesparacalmarmeymementalizoparaverlos,puesnopuedoretrasarmásloinevitable.
Salgo de los servicios ymemiro al espejo. Sacomi neceser ymeretocoelmaquillaje.Meaplicouncoloretesuaveynatural,yrímel,yunpoco de brillo rosita trasparente, y cuando considero que mi cara nopareceladealguientriste,salgodelosbañostratandoderecordarcómoera antes de conocer a Liam y no hacer nada para delatarme, ymuchomenosdelantedeél.
Sinembargo,estavez lasuerteno juegaami favor,puesnadamássalirmeencuentroconLiamyBiancajuntos,ynosoloeso,sinoqueélseagachaarecibirunbesoenlamejilladeBianca,oalmenosesomeparecedesdeaquí.Mequedoimpactada.Tratodereponerme,sobretodocuandoLiam se separa y sus ojos verdes se encuentran con los míos. Cortoenseguida el contacto visual y trato de alejarme de allí como si noacabaranderompermicorazónenmilpedazos.Mecreíapreparadapara
presenciar esto, pero no es así. Ahora mismo es como si alguien meestuvieraestrujandoelcorazón.Nopuedodejardeverlosjuntos.
Llegoa laclasequemecorrespondeymesiento, sacomiscosaseintentohacercomosinomehubierapasadonada.
Pasoelrestodelamañanasumidaenunanube.Paralosdemásestoyigualquesiempre,peropordentronoesasí.Cuandolasclasesterminanpor fin,me voy ami casa rezando para no derrumbarme antes de estarentre las paredes demi cuarto.Ya en él,me encierro ymedejo caer alsueloy,abrazándomelasrodillas,sacofuerademíeldolorquesientoenforma de llanto. Por suerte, mis padres están fuera comprando y nopuedenescucharme.Concadalágrima,concadasollozo, tengounacosamásclara:queestosolovaahacermemásfuerte,quehoyhamuertoalgodentrodemí,haciendoqueunescudoprotejamicorazón.Puesmierrorhasidoamaralpríncipe.
AGRADECIMIENTOSEn especial a mi prometido y mi familia, por vuestro apoyo
incondicional, por ilusionaros con cada uno de mis logros y vivirloscomopropios.Porquerermetantocomoyoosquieroavosotros.
AmieditoraAdelaidaHerrerayaClickEdicionesporconfiarenestaserie y amarla tanto como la amo yo. Y a Mónica Yáñez, por ser tanmaravillosaycorregirmisnovelasparaquebrillenconluzpropia.
Atodosmislectoresyatodalagentequeestáamilado,pordejarosseducirconmisnovelasyvivirlasconlamismaintensidadconqueyolohagocuandolesdoyvida.Graciasporentendermimundoyporestaramilado.Porvuestroscomentariosyopinionesquemeayudanymeanimanaquerermejorarmeencadalibro.
A todosvosotros, ¡¡graciaspor ser simplementemaravillosos!!Yalosnuevoslectores,encantadadetenerosamiladoydequeosunáisamipequeñagran«familia».
Nació el 5 de febrerodel 1983.Desdepequeñaha contado conunagran imaginación. Imaginativaydespiertano tardómuchoenempezaradecantarseporelmundoliterario,yaquecon9añosempezóaescribirunpequeñoteatroycon12añosescribíapoesíasyfrasessueltas.Peronofuehastalos18añoshastaque«descubrió»elordenadorcuandoescribiósuprimeranovelaenserio, siendoesteelcomienzodesucarrera literaria.Desde entonces no ha dejado de escribir y de inventar diversosmundosllenosdemagia,fantasíayamor.Publicóunaseriede9 librosdeformagratuita en su blog «Mi error», que cuenta conmiles de descargas portodoelmundoyhaconseguidoconellounmayorreconocimiento.
Librospublicadosenpapel:•Elcírculoperfecto(EditorialAmbar2010)• Me enamoré mientras dormía ( Editorial Nowe Volution Enero
2014)• Me enamoré mientras mentías (Editorial Nowe Volution
Noviembre2014)•Porsiempretú(EdicionesKiwiMarzo’15)Administradora de la web literaria de éxito «teregalounlibro.com»
quecuentaconmásdeunmillóndevisitas.Además, la autora ha conseguido colocarse en las primeras
posiciones de las listas demás vendidos en Amazon y Itunes con susnovelas«Meenamorémientrasdormía»y«Porsiempre tú»ysunovela«Me enamoré mientras mentías» ha sido nominada a mejor novelarománticajuvenilesteañoenclubromántica.
Mássobreella:http://www.moruenaestringana.com/Sufrase:«Laúnicabatallaquesepierdeeslaqueseabandona»Yellanopiensaabandonarsusueño.
PróximamenteQueridoslectores:Esperamos que hayáis disfrutado mucho con la lectura y os
animamosaseguirleyendolaserie«MiError».Aquítenéislospróximoslanzamientos.
VolumenIIMierrorfuebuscarteenotrosbrazos.ParteI(02/02/16)Mierrorfuebuscarteenotrosbrazos.ParteII(16/02/16)
VolumenIIIMierrorfueconfiarenti.ParteI(01/03/16)Mierrorfueconfiarenti.ParteII(15/03/16)
VolumenIVMierrorfueenamorarmedelnoviodemihermana.ParteI(05/04/16)Mierrorfueenamorarmedelnoviodemihermana.ParteII(12/04/16)
VolumenVMierrorfueamarte.ParteI(03/05/16)Mierrorfueamarte.ParteII(17/05/16)
VolumenVIMierrorfuecreerencuentosdehadas.ParteI(07/06/16)Mierrorfuecreerencuentosdehadas.ParteII(21/06/16)
Serie«Mierror»MierrorfueamaralpríncipeParteIMoruenaEstrínganaNosepermitelareproduccióntotaloparcialdeestelibro,nisuincorporaciónaunsistemainformático,nisutransmisiónencualquierformaoporcualquiermedio,seaesteelectrónico,mecánico,porfotocopia,porgrabaciónuotrosmétodos,sinelpermisoprevioyporescritodeleditor.Lainfraccióndelosderechosmencionadospuedeserconstitutivadedelitocontralapropiedadintelectual(art.270ysiguientesdelCódigoPenal).DiríjaseaCedro(CentroEspañoldeDerechosReprográficos)sinecesitareproduciralgúnfragmentodeestaobra.PuedecontactarconCedroatravésdelawebwww.conlicencia.comoporteléfonoenel917021970/932720447.©deldiseñodelaportada,ClickEdiciones/ÁreaEditorialGrupoPlaneta©delaimagendelaportada,Sivilla/Shutterstock©MoruenaEstríngana,2016©EditorialPlaneta,S.A.,2016Av.Diagonal,662-664,08034Barcelona(España)www.planetadelibros.comPrimeraediciónenlibroelectrónico(epub):enerode2016ISBN:978-84-08-14988-0(epub)Conversiónalibroelectrónico:J.A.DiseñoEditorial,S.L.
CLICK EDICIONES es el sello digital del Grupo Planeta donde sepublican obras inéditas exclusivamente en formato digital. Su vocacióngeneralista da voz a todo tipo de autores y temáticas, tanto de ficcióncomodenoficción,adaptándosealastendenciasynecesidadesdellector.Nuestraintenciónespromoverlapublicacióndeautoresnovelesydarlaoportunidadaloslectoresdedescubrirnuevostalentos.
http://www.planetadelibros.com/editorial-click-ediciones-94.htmlOtrostítulosdeClickEdiciones:
EllaestudestinoMeganMaxwell
Heaven.ElhilorojodeldestinoLucíaArca
LasuertedeencontrarteHelenaNieto
Mariposasentuestómago(primeraentrega)NatalieConvers
LachicadelosojosturquesaJonairaCampagnuoloMisalasporunbeso
MartaConejoAuracambialaszapatillasporzapatosdetacón
AlexandraRomaUnacanciónbajolasestrellas
LauraMoralesViajehaciatucorazónMoruenaEstrínganaSukiDesu.Tequiero
KaylaLeizTúeresmivezJudithPriay