Mi Columna El 15 de Marzo 2015

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Mi columna el 15 de marzo 2015 ¿Quién judicializa a quién? Una extraña atrofia afecta gravemente la estructura política y judicial peruana, al punto de debilitar sus movimientos y distorsionar sus funciones y reflejos. Solo la mantiene viva y precariamente activa el uso del poder por el poder mismo (siempre alejado del compromiso de servicio al país) y el síndrome de la judicialización de los que no gobiernan por los que gobiernan, y viceversa, de los que gobiernan por los que no gobiernan. Síndrome de judicialización, además, con denunciados sin pruebas, procesados con juicios pendientes, encarcelados sin sentencia, culpables amparados en el refugio y la impunidad, y jueces y fiscales tan investigados como los acusados que comparecen ante sus despachos. Quienes desde el inicio del gobierno pregonaban la conducta de “caminar derecho” y promovían investigaciones parlamentarias para bloquear en el camino futuras candidaturas de sus adversarios políticos, en beneficio de las propias, se asoman ahora a la dura realidad del calvario fiscal y judicial propio. Lo hacen, claro, ya sin la autoridad moral de antes, cuando Ollanta Humala y Nadine Heredia agitaban, inmaculados, las banderas de la anticorrupción. Y lo que es peor: lo hacen valiéndose de todos los resortes del poder para impedir, por ejemplo, que Martín Belaunde Lossio, el prófugo ex operador de las campañas electorales nacionalistas del 2006 y 2011, comparezca ante la justicia peruana y por consiguiente comprometa a las altas esferas del gobierno. La expresión de Belaunde Lossio de “yo no me voy a la cárcel gratis” revela que él podría arrastrar en su causa a no pocas encumbradas personalidades vinculadas a sus negocios con el Estado, cuyas puertas se le abrieron de par en par.

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¿Quién judicializa a quién?

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Mi columna el 15 de marzo 2015Quin judicializa a quin? Una extraa atrofia afecta gravemente la estructura poltica y judicial peruana, al punto de debilitar sus movimientos y distorsionar sus funciones y reflejos. Solo la mantiene viva y precariamente activa el uso del poder por el poder mismo (siempre alejado del compromiso de servicio al pas) y el sndrome de la judicializacin de los que no gobiernan por los que gobiernan, y viceversa, de los que gobiernan por los que no gobiernan. Sndrome de judicializacin, adems, con denunciados sin pruebas, procesados con juicios pendientes, encarcelados sin sentencia, culpables amparados en el refugio y la impunidad, y jueces y fiscales tan investigados como los acusados que comparecen ante sus despachos. Quienes desde el inicio del gobierno pregonaban la conducta de caminar derecho y promovan investigaciones parlamentarias para bloquear en el camino futuras candidaturas de sus adversarios polticos, en beneficio de las propias, se asoman ahora a la dura realidad del calvario fiscal y judicial propio. Lo hacen, claro, ya sin la autoridad moral de antes, cuando Ollanta Humala y Nadine Heredia agitaban, inmaculados, las banderas de la anticorrupcin. Y lo que es peor: lo hacen valindose de todos los resortes del poder para impedir, por ejemplo, que Martn Belaunde Lossio, el prfugo ex operador de las campaas electorales nacionalistas del 2006 y 2011, comparezca ante la justicia peruana y por consiguiente comprometa a las altas esferas del gobierno. La expresin de Belaunde Lossio de yo no me voy a la crcel gratis revela que l podra arrastrar en su causa a no pocas encumbradas personalidades vinculadas a sus negocios con el Estado, cuyas puertas se le abrieron de par en par. No es para nada un consuelo que el Congreso, ahora sin mayora oficialista, haya aprobado investigar y denunciar ante el Ministerio Pblico a Alexis Humala, hermano del presidente, por usurpacin de funciones. Todos recordamos cuando sbitamente Alexis Humala apareci en Mosc, acompaado del actual vocero del Partido Nacionalista, Josu Gutirrez, proponiendo a funcionarios del gobierno ruso entablar negocios de pesca a nombre del rgimen del hermano que an no haba terminado de sentarse en el silln presidencial. Acomedidos diplomticos peruanos colaboraron en las andanzas financieras de aquel nuevo e intocable prncipe del humalismo. El problema de fondo no es, sin embargo, quin judicializa mejor que quin y quin va primero que quin a la crcel o quin se libra mejor que quin de las garras de la justicia.

El problema de fondo es que nuestra estructura poltica de poder pretende darse el lujo de judicializar cuando ni siquiera es capaz de gobernar ni de legislar como se debe y nuestra estructura judicial se empea en demostrar cada da que no es garanta de nada, con lo que sencillamente volvemos al comienzo de esta columna: el ejercicio del poder en el Per padece de una grave atrofia, a la espera de un shock institucional histrico que le devuelva sus facultades de movimiento, de razonamiento, de visin, de reflejos y de control de sus actos. Los viejos conocidos y los nuevos por conocer que aspiran seriamente a gobernar el Per desde julio del 2016 deben saber que les espera una estructura poltica y judicial enferma, incapaz de resistir nuevas ineptitudes e improvisaciones. Nuestra estructura poltica de poder pretende darse el lujo de judicializar cuando ni siquiera es capaz de gobernar ni de legislar como se debe y nuestra estructura judicial se empea en demostrar cada da que no es garanta de nada.