Métrica y Estructura Dramática en El Teatro de Lope de Vega

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  • MTRICA Y ESTRUCTURA DRAMTICAEN EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

    Fausta ANTONUCCI (ed.)

    (Kassel: Edition Reichenberger, 2007, 231 pgs.)

    El libro recoge un conjunto de trabajos que son una buena muestra de laconstitucin de una lnea reciente de estudios formales del teatro del Siglo deOro: el anlisis de su estructura fundado en la mtrica. La profesora FaustaAntonucci, editora del libro, dibuja, en la introduccin, un estado de la cues-tin que identifica muy bien el carcter de los trabajos en el contexto de losestudios anteriores sobre la mtrica del teatro de Lope de Vega (Morley yBruerton, o Diego Marn, por ejemplo), as como de los problemas plantea-dos en los dedicados a la segmentacin de la obra teatral (Ruano de la Haza,por ejemplo). El inters de la funcin interpretativa de la mtrica como fac-tor de segmentacin de la comedia del Siglo de Oro se integra en la modernaatencin al teatro como texto representado inters que se explica por laconsideracin semitica de la literatura como hecho comunicativo, y la im-portancia de la palabra en el drama, frente a un papel excesivo de la vista,que no corresponda a la realidad de la representacin de la comedia en supoca. Se trata de destacar lo auditivo, frente a lo espacial, en la constitucindel tempo dramtico. La polimetra caracterstica de la comedia urea ad-quiere entonces un protagonismo bien reconocido e interpretado en los tra-

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  • bajos de Marc Vitse, autntico patrn de la teora y la prctica de esta formade estudio, quien fecha en 1982 su primer intento de hacer de la mtrica elcriterio decisivo para la estructuracin de una comedia (p. 169, n. 2). Sustrabajos son comentados y sirven de punto de partida para la discusin deventajas e inconvenientes de la segmentacin mtrica sobre la espacial en laedicin y estudio de las comedias. Tampoco se olvida la alusin al lugar de lamtrica en la gnesis de la obra. Termina la introduccin con la presentacindel corpus de Lope estudiado en los trabajos recogidos, de los que se hace unpequeo resumen crtico (pp. 19-21), y con la informacin sobre la gnesisde los distintos estudios (conferencias, seminarios), que ilustra bien las re-laciones que mantienen los distintos autores en torno al mismo tema de in-vestigacin (pp. 21-22).

    El primero de los anlisis es el que Fausta Antonucci dedica a tres obrasde Lope: El Marqus de Mantua (1596), Los Palacios de Galiana (entre1597 y 1602), Las mocedades de Roldn (entre 1599 y 1603). Aparte dequ funcionalidad cobran los cambios de metro en relacin con los despla-zamientos espaciales y temporales que marcan la progresin de la intriga, sepropone averiguar si pueden o no rastrearse diferencias estructurales coin-cidentes con las diferencias genricas, y si existen rasgos caractersticosque puedan considerarse propios de obras conectadas, como stas, con unaprctica escnica de raigambre cortesana (p. 33). Tras la descripcin mi-nuciosa de mtrica e intriga de cada una de las obras, viene un apartado deconclusiones (pp. 63-66) en el que se comentan los resultados en compara-cin con otros estudios histricos y estructurales de las comedias de Lope.Slo destacamos, por su proyeccin hermenutica, la creencia manifestadapor la autora en que la consideracin conjunta de polimetra y organiza-cin espacial de la pieza ayuda muchsimo a profundizar en su significadoy en las intenciones del dramaturgo (p. 66).

    Delia Gavela Garca analiza en su aportacin la comedia encargada aLope en 1611, El premio de la hermosura y Amor enamorado. El minuciosoanlisis de micro y macrosecuencias lleva a la autora a tres conclusiones quenos parece que tienen que ver respectivamente con problemas concretos delanlisis, cuestiones de semitica teatral y caractersticas del gnero. Podemosresumir la primera conclusin diciendo que se cumplen los criterios de Rua-no para la delimitacin de lo que l llama cuadro, y los de Vitse para la seg-mentacin de las macrosecuencias en microsecuencias segn la mtrica. Lasegunda conclusin, que tiene que ver con la funcin de lo visual y lo audi-tivo, seala cmo la mtrica (lo auditivo) es un medio que acompaa alavance de la accin, al tiempo que un motivo de concesiones a lo literario,

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  • ornamental y potico (proliferacin de recursos retricos y amplio uso de for-mas mtricas italianas). Lo visual, por su parte, remite a una iconografa delpoder, obligado por los nobles destinatarios de la obra. Este clientelismo,sin embargo, no afecta a las similitudes con comedias de distinto tipo quemuestran cmo Lope est estableciendo una base comn para la comedia engeneral. Y sta es la tercera conclusin.

    Mnica Gell dedica su trabajo a los usos dramticos y estticos de laversificacin en El perro del hortelano, partiendo de tres funciones de la m-trica en la confluencia de dramaturgia y esttica: la estructurante de loscambios mtricos en la accin dramtica, la semntica que recalca los re-sortes semnticos importantes, y la esttica de las diferentes formas (p.109). Es consciente la autora de las dificultades que puede plantear el mto-do y esto explica el que, antes del anlisis minucioso de la estructura, se de-tenga en la explicacin de formas englobadas y englobadoras. Estos con-ceptos, como se ver en el trabajo de Marc Vitse aqu recogido, son de unaimportancia capital desde el momento en que suponen: primero, que el cam-bio de forma mtrica no supone automticamente un cambio estructural deidntica categora en la obra; y, segundo, que la jerarquizacin de los cam-bios supone una eleccin de ndole interpretativa: dividir de una forma es in-terpretar la obra de una determinada manera. Despus de su detenido anli-sis de la obra, en sus conclusiones (pp. 124-125) seala Mnica Gell quela mtrica juega una papel dramtico crucial, concretado en paralelismosestructurales y semnticos, como, por ejemplo, en el caso de las sutiles co-rrespondencias de los sonetos entre ellos.

    Manuela Sileri contribuye con el anlisis de dos comedias de Lope cro-nolgicamente distantes: Los melindres de Belisa, compuesta entre 1606 y1608, y Las bizarras de Belisa, fechada el 24 de mayo de 1634. Despus dela inevitable referencia al marco terico y algunas precisiones metodolgicas,viene el minucisoso anlisis estructural de ambas comedias. El comparar doscomedias tan alejadas en el tiempo tiene inters por la inevitable atencin alo que permanece y lo que cambia, que es lo que hace la autora en sus con-sideraciones finales (pp. 158-161). Destacamos, por lo que se refiere a lasformas mtricas, la sustitucin de quintillas y romancillo por silva y cancin,pero la continuidad de un uso en el que los versos italianos sirven para pre-sentar a los personajes masculinos mientras que las mujeres utilizan por logeneral los versos cortos, o la tendencia a repetir estructuras mtricas, re-curso fundamental en Melindres, que desaparece en Bizarras (p. 160). T-mense estas anotaciones slo como ejemplos del tipo de comparacin, nocomo sntesis de la misma.

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  • Marc Vitse cierra el conjunto de las aportaciones con un trabajo en el quela discusin terica tiene un protagonismo especial, acompaada del anlisisdel drama campesino de Lope de Vega, Peribez y el Comendador de Oca-a. Y es que las precisiones tericas y metodolgicas se plantean en dilogoy contraste con el anlisis que sobre la misma obra public Fausta Antonuc-ci en Anuario Lope de Vega, VI, 2000, y que se reproduce como APNDICE enla recopilacin que estamos comentando (pp. 207-231). El problema de lasformas englobadas es punto de arranque de la discusin polmica con Faus-ta Antonucci y ocupa la primera parte del trabajo versin muy reformadade una conferencia pronunciada en Roma en 2002, que es, en palabras deMarc Vitse, un intento de explicacin de los motivos que me condujerondesde el triunfo de la englobacin (lo faustiano) al triunfo de la desengloba-cin (lo vitisiano) (p. 171). Esto se concreta en la reduccin de trece formasenglobadas en F. Antonucci a cuatro en el esquema de Vitse, como l mismoexplica. Y es que, segn Vitse, la finalidad de la actividad englobadora deAntonucci responda a una decisiva voluntad de simbolizacin, a un firmeproyecto de interpretacin simblica, tanto de temas como de espacios, y elprofesor francs ve como un riego esa voluntad de simbolizacin (p. 182).De aqu la segunda parte del trabajo, que se titula Estructuras mtricas y sim-bolizacin, y que empieza con una reconstruccin hipottica del proceso in-terpretativo de F. Antonucci en el plano temtico frente al que Vitse tiene ob-jeciones de tipo textual y de tipo terico. Dejando aparte las primeras slopodramos concretarlas entrando en los detalles textuales, lo que es imposi-ble en una resea, s merece la pena reproducir la objecin de tipo tericoque considera dudoso y peligroso el paso de la reconstruccin aleatoria (loson todas) de un esquema estructural a otro orden de cosas que sera el, di-gamos, de la intencionalidad escritural de Lope, el de la conciencia o sub-conciencia que l poda tener de estar elaborando una unidad reducidacomo instrumento para tratar de una temtica especfica (p. 184). Lo que se-para a Vitse de Antonucci es el lmite al que puede llegar la interpretacin delanlisis estructural: la profesora italiana no tiene inconveniente en dotar designificado simblico incluso hasta llegar a la intentio auctoris a los te-mas y a los espacios. Del proceso de simbolizacin del espacio dramtico ysus etapas, hasta llegar a una lectura axiolgica del mismo, trata a continua-cin. Al violento acercamiento de lo mtrico a lo axiolgico hay que aadirel inconveniente que supone para la subestructuracin en mesosecuencias delas macrosecuencias donde el elemento espacial sirve preferentemente a lainterpretacin simblica. Queda esto ilustrado con el comentario de la or-denacin de la macrosecuencia primera del Acto III. De las conclusiones des-

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  • tacamos: la adopcin, por necesidades descriptivas, del nuevo concepto demesosecuencia, y la ms precisa redefinicin de las formas englobadas. Laclara distincin de dos formas de interpretacin de la segmentacin: comomera segmentacin temporal (del tiempo o tempo dramtico se entiende),ritmada, como musicalmente, por la mtrica; o reinscripcin de la seg-mentacin versal primera en un esquema simblico segundo, sea este te-mtico o bien espacial (p. 199). Desde la primera forma, que es la de Vitse,ste interpreta Peribez como una pieza militar. Termina observando que in-dependientemente de las diferencias lgicas de las segmentaciones, lo im-portante es que cada vez se atiende ms y as se refleja en las introduc-ciones a las ediciones recientes al criterio mtrico en la segmentacin deuna obra de teatro. Y si bien no hay un modo automtico que mecnicamentenos d la segmentacin, cada vez es ms firme la conviccin de que existe,entre las convenciones de escritura de la Comedia, el sistema, callado peroindudable, de la estructuracin mtrica, que cada obra concreta traducir deforma original (p. 201).

    Termina la recopilacin con la reproduccin del trabajo de Fausta Anto-nucci sobre Peribez, publicado el ao 2000, motivo del comentario de M.Vitse. Destacamos, de entre sus conclusiones, el que, segn la profesoraitaliana, la segmentacin mtrica pone de relieve mecanismos de cons-truccin, y al mismo tiempo resortes semnticos importantes de la obra.Tambin su propuesta de conjugar articulacin mtrica y articulacin es-pacial en aras de una mayor eficacia del anlisis: porque los momentos enque no hay coincidencia son precisamente momentos clave de la intriga; yporque el espacio moldea la construccin de la arquitectura semntica ysimblica de la obra. Ya hemos indicado la importancia que este aspecto tie-ne en el comentario de Vitse. Por ltimo, el basado en la mtrica es el mssencillo y rentable mtodo de segmentacin y lleva a la construccin esce-nogrfica y semntica de la obra.

    Hay unas caractersticas constantes en los diferentes trabajos, pues sesuele empezar casi siempre con unas referencias al campo terico y meto-dolgico en el que se sitan (utilizacin de la mtrica como criterio de seg-mentacin). Hay tambin una contextualizacin de la obra estudiada en laproduccin de Lope de Vega. Sigue un minucioso anlisis de la estructura dela obra, ejemplos de lectura atentsima y apegada al texto en la que la des-cripcin mtrica va acompaada del resumen del argumento. Se siente comonecesario terminar con unas conclusiones de tipo metodolgico o interpre-tativo, dado lo novedoso del punto de vista. Despus de la bibliografa, figuraun cuadro del anlisis de cada obra estudiada. Estos esquemas debern ser te-

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  • nidos en cuenta por quienquiera que estudie la estructura de estas obras o lasedite.

    Aunque es imposible entrar en detalles concretos, s es necesario haceralgunas consideraciones generales. La primera es que el libro es un buen lu-gar de referencia para el nuevo mtodo de estudio de la estructura de la co-media fundado en la segmentacin mtrica. El mtodo tiene un carcter b-sicamente formal, pero no renuncia a sus consecuencias interpretativas.Simplificando mucho quiz, diramos que est entre una tendencia estructu-ral ms inmanente y otra ms inclinada a la interpretacin. Siguiendo con lasimplificacin, Marc Vitse podra representar la primera tendencia, mientrasque Fausta Antonucci la segunda. La novedad del mtodo impone la obliga-cin de acuar una terminologa nueva, pero hay que decir que siempre sehace con extremada moderacin y justificada por la necesidad de evitar laconfusin con trminos muy usados. De ah que el inspirador de la teora,Marc Vitse, pueda resumirla en una lista: minisecuencia, nanosecuencia,neoenglobacin, neoenglobada, semienglobada, preenglobada y postenglo-bada, forma englobada exenta y algunas palabras ms (p. 195, n. 22).

    Ni que decir tiene que las investigaciones llevadas a cabo son importan-tes para la historia de la comedia y el conocimiento de la obra de Lope deVega. Muchos de los saberes referidos a ambas y proporcionados por lahistoria de la literatura estn incorporados y comentados en los diferentes es-tudios. Y hay tambin una idea de la representacin de la comedia, tan de-cisiva que parece estar en la base de la novedad del mtodo. Consiste en darla primaca al aspecto auditivo de la representacin sobre el visual. De ah, laimportancia de la mtrica para marcar el ritmo dramtico. Marc Vitse se ca-lifica a s mismo de pertinaz paladn de la supremaca estructural del crite-rio mtrico sobre el criterio espacial (p. 192). Creo que nada ms grfico,para ilustrar este punto de partida, que la experiencia de la representacin dePeribez el 6 de octubre de 2002, por la Compaa Nacional de Teatro, en elTeatro Pavn de Madrid, narrada por Marc Vitse. En ella se destacaba, en ac-titud decimonnica, los aspectos folclricos y pseudonaturalistas, con un de-corado implacable y aplastante que obligaba a continuos reconocimientos deespacios geogrficos. Concluye el profesor francs: Los espectadores sevean transportados, mejor dicho constantemente desplazados por el ojo (lovisual), en lugares ambientalmente desconectados, y perdan, por el mismocaso, el hilo del drama que ante ellos se verificaba. Y muchos de nosotrosnos quedamos harto defraudados en el plano emocional, y deplorando con laslgrimas de nuestros ojos mentales este triunfo desolador de lo visual sobrelo dramtico o lo trgico (p. 194).

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  • Para terminar, dos palabras sobre la mtrica. El papel de la mtrica en es-tos trabajos es el de un instrumento, lo que quiere decir que no se planteancuestiones de teora o descripcin de las formas mtricas en s, ni de historiade las teoras mtricas sobre las formas presentes. Pero lo que s aportan to-dos los trabajos son unos anlisis valiossimos para comprender la funcinesttica de la mtrica. Son investigaciones ejemplares de lo que los estudio-sos de la mtrica solemos clasificar en el apartado de MTRICA Y POTICA.Porque, como sealan los autores, los anlisis mtricos ponen de manifiestorasgos formales que caracterizan y diferencian a la comedia y sus tiposcomo gnero. Y porque el estudioso de la mtrica encontrar materialesmuy valiosos para la configuracin de la funcin estilstica de las diferentesformas mtricas. Algn ejemplo de esto ltimo. Fausta Antonucci nos in-forma del virtuosismo mtrico de ciertas formas italianas, raras en el contex-to de las tres comedias de Lope que estudia, como son la sextina, el soneto endilogo o en eco, los versos sueltos esdrjulos o la cancin (p. 64). Vase lacalificacin que hace Mnica Gell de la redondilla como forma no marcada,grado cero, en Lope (pp. 115 y 118). Adase la observacin, ya comentada,de Manuela Sileri sobre verso italiano y personajes masculinos, verso cortoy mujeres. Hay un cdigo mtrico, productor de significacin esttica, que semanifiesta en la estructuracin mtrica del ritmo dramtico, como demues-tran la teora y la prctica de los trabajos aqu reunidos, y tambin en valoresy funciones asociados a cada una de las formas mtricas.

    El libro, pues, est llamado a ser referencia obligatoria para el nuevo es-pacio de anlisis de la comedia fundado en la segmentacin segn el criteriomtrico, para estudiosos y editores del teatro del Siglo de Oro y especialistasen Lope de Vega, y tambin para especialistas de mtrica orientados a la re-flexin sobre la funcin esttica de las manifestaciones del verso.

    Jos Domnguez CaparrsUniversidad Nacional de Educacin a Distancia

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