MESA 3 HIDALGO - gob.mx · inauguración y en esta mesa nos acompaña Juan Vega Gómez, del...

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MESA TRES Moderador: …tema sobre ética, democracia, derechos humanos, que es el título de este foro nacional, cuya sede es Ciudad Juárez. Sean todos bienvenidos, expositores, ponentes, sean bienvenidos. Gracias. Mi nombre es Rafael Valenzuela Mendoza y soy profesor investigador de tiempo completo en esta Universidad, y actualmente estoy trabajando algunas líneas de investigación vinculadas a la seguridad pública, el gobierno abierto, transparencia y derechos humanos. Agradezco la presencia de los ponentes esta mañana en el evento de inauguración y en esta mesa nos acompaña Juan Vega Gómez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; Adriana Cepeda de Hoyos, de Cinema Park, Adicto a la Vida; María de Jesús Medina Arellano, del Instituto de Investigaciones Jurídicas; Alejandro Jiménez Padilla, del Instituto de Derechos Humanos y Democracia; Jorge Enrique Linares Salgado, de Programa Universitario de Bioética de la UNAM; Eduardo Hernández, de la Clínica del Tabaco, Sociedad Civil, que es una Organización No Gubernamental adscrita a la iniciativa “Sin mota somos más; Sergio Rueda Delgado está con nosotros; Rodolfo Fierro está con nosotros; Hugo Camarillo Hinojosa. Muchísimas gracias por su presencia. La dinámica es la siguiente: Cada uno de los ponentes presentará su tema por un tiempo máximo de 15 minutos. En este tiempo, en el tiempo máximo, quiero reiterarlo, habremos de escuchar cada una de las posturas, propuestas y algunos puntos de vista de los expertos que forman esta mesa. Acto seguido, habremos de abrir una ronda de preguntas y respuestas. Para ello, el staff que nos acompaña en esta mesa habrá de poner a su disposición algunas tarjetas para que ustedes elaboren su pregunta y la podamos responder, debatir y reflexionar desde los puntos de vista de nuestros expertos panelistas.

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MESA TRES

Moderador: …tema sobre ética, democracia, derechos humanos, que es el título de este foro nacional, cuya sede es Ciudad Juárez. Sean todos bienvenidos, expositores, ponentes, sean bienvenidos. Gracias. Mi nombre es Rafael Valenzuela Mendoza y soy profesor investigador de tiempo completo en esta Universidad, y actualmente estoy trabajando algunas líneas de investigación vinculadas a la seguridad pública, el gobierno abierto, transparencia y derechos humanos. Agradezco la presencia de los ponentes esta mañana en el evento de inauguración y en esta mesa nos acompaña Juan Vega Gómez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; Adriana Cepeda de Hoyos, de Cinema Park, Adicto a la Vida; María de Jesús Medina Arellano, del Instituto de Investigaciones Jurídicas; Alejandro Jiménez Padilla, del Instituto de Derechos Humanos y Democracia; Jorge Enrique Linares Salgado, de Programa Universitario de Bioética de la UNAM; Eduardo Hernández, de la Clínica del Tabaco, Sociedad Civil, que es una Organización No Gubernamental adscrita a la iniciativa “Sin mota somos más; Sergio Rueda Delgado está con nosotros; Rodolfo Fierro está con nosotros; Hugo Camarillo Hinojosa. Muchísimas gracias por su presencia. La dinámica es la siguiente: Cada uno de los ponentes presentará su tema por un tiempo máximo de 15 minutos. En este tiempo, en el tiempo máximo, quiero reiterarlo, habremos de escuchar cada una de las posturas, propuestas y algunos puntos de vista de los expertos que forman esta mesa. Acto seguido, habremos de abrir una ronda de preguntas y respuestas. Para ello, el staff que nos acompaña en esta mesa habrá de poner a su disposición algunas tarjetas para que ustedes elaboren su pregunta y la podamos responder, debatir y reflexionar desde los puntos de vista de nuestros expertos panelistas.

Estaremos tratando de abrir por cada pregunta no solamente una respuesta, sino un debate, una reflexión y, por qué no decirlo, una confrontación de ideas, como bien se dijo en el acto inaugural. Sin más preámbulo, me gustaría dar inicio en el orden en el cual se me entregó por parte de la Secretaría de Gobernación. Iniciamos con el doctor Juan Vega Gómez. El doctor Juan Vega Gómez es doctor en derecho por la UNAM con estancia postdoctoral en la Universidad de Oxford; es investigador de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; pertenece al Sistema Nacional de Investigadores en nivel uno y es especialista en filosofía del derecho desde una perspectiva analítica que atiende los problemas tradicionales de la disciplina como la permanente atención entre el derecho y moral, entre otras líneas de investigación. Sin más preámbulo, doctor, te cedo el uso de la voz por un espacio de 15 minutos. Dr. Juan Vega Gómez: Están justos los tiempos y los espacios aquí en la mesa. Muchísimas gracias a Rafael, la verdad es un gusto que modere la mesa, es un profesor aquí de la Universidad que conozco desde hace algo de tiempo y la verdad es un gusto estar aquí con él, con ustedes y con todos los panelistas. Seguramente aquí mi objetivo, más que nada, es aprender de todos ellos, precisamente para encaminar el debate en relación al uso de la marihuana. ¿En qué consiste? Y voy rápido, precisamente porque los 15 minutos me van a traicionar seguramente. ¿En qué consiste mi participación? Mi participación es algo muy puntual que tiene que ver precisamente con la forma que toma el argumento de la Suprema Corte de la Justicia para esclarecer la autonomía personal como principio básico en esta cuestión de la

sentencia que se dio y que generó precisamente este debate tan importante. Me voy a concentrar nada más en la resolución de la Corte y algunas observaciones que tengo en relación a la argumentación de la Corte. Voy a ir poco a poco desarrollando la forma que toma el argumento y la forma en que establecen este principio importante de libertad, y ahí tendré algunas observaciones que hacer. Para la Suprema Corte de Justicia, en la resolución, que creo que ya a estas alturas todos conocemos, la Constitución otorga una amplia protección a la autonomía de las personas para el goce de ciertos bienes que son indispensables para la elección y materialización de los planes de vida que los individuos se proponen. Es muy interesante, en relación al argumento de la Corte, que sostiene que se puede materializar cualquier plan de vida, según este principio de autonomía de las personas de la Corte. Para la Corte tenemos, estoy desarrollando su argumentación, su punto de vista, para la Corte tenemos libertad para elegir y materializar, les digo, cualquier plan de vida. Esta libertad, según el argumento, se traduce en el derecho al libre desarrollo de la personalidad, el cual se entiende, desde el punto de vista de la argumentación, sólo desde el derecho a la dignidad y respeto a las personas. Continúa desarrollándose el argumento. Este derecho al libre desarrollo de la personalidad en su núcleo, la Corte utiliza la denominación en su dimensión interna, el proyecto y ahora ya resolución, protege una esfera de privacidad en contra de incursiones que limitan la capacidad para tomar ciertas decisiones a través de las cuales se ejerce la autonomía personal. Es decir, en algún momento dado en esta argumentación regresamos al principio básico, según la Corte, de la autonomía personal.

El argumento descarta una intervención en estos planes de vida basada en que el Estado pueda determinar y elegir cualquier o un determinado o determinados planes de vida, y pasa el proyecto en la sentencia al análisis de determinadas limitaciones o límites a este derecho que gira en torno a dos elementos importantes, o sea, no podemos intervenir en ese elemento de la autonomía personal en el libre desarrollo de la personalidad, en la dignidad humana, salvo en dos casos, según la Corte. En el caso de la salud, que seguramente en torno a esto va a girar mucho la discusión, salud ya sea individual o social. Y, por otra parte, en la cuestión del orden público, el bienestar de la sociedad en general. Si ustedes ven la resolución de la Corte, el resto del proyecto, después de desarrollar este principio de libertad, autonomía personal, dignidad humana, libre desarrollo en la personalidad, después la Corte lo que hace es que aplica tres pruebas importantes para saber en qué medida están afectando estos elementos de salud, orden público y en qué medida la salud u orden público tienen un peso tan importante como para limitar ese elemento de la libertad y el libre desarrollo de la personalidad de las personas. Las tres pruebas no son propias de este análisis de la Corte, en este caso de la marihuana, son pruebas que ha desarrollado el Tribunal Constitucional para muchos de los casos de límites a los derechos fundamentales: la prueba de la idoneidad, la prueba de la necesidad de las medidas que se están tomando y la prueba de proporcionalidad, en qué medida podemos en algún momento dado afectar algún derecho humano. La pregunta después de la Corte es: ¿En qué medida estos elementos de idoneidad, necesidad y proporcionalidad pueden afectar la autonomía personal o libre desarrollo de la personalidad? Para determinar eso, dice la Corte, la constitucionalidad. En un punto de vista estrictamente desde el jurídico, de los abogados, muchos pensarán que en este momento lo que voy a realizar es analizar esos tres principios con base en los cuales la Corte gira su

determinación de si se está afectando el derecho fundamental o no, en el análisis de la prueba de proporcionalidad y las posibles críticas. Pero debo decirles que éste no es el objetivo que quiero discutir en este momento, no es el objetivo que quiero discutir con estos estudios que estoy llevando a cabo en torno al uso recreativo de la marihuana. Me gustaría concentrarme, y éste es el objetivo principal de mi participación, concentrarme en uno de los pasos del argumento de la Corte; uno de los pasos del argumento de la Corte que desde mi punto de vista dio con mucha rapidez, demasiada rapidez, y que creo que nos debemos detener ahí precisamente para generar una de las discusiones importantes en torno al consumo de la marihuana, y creo que es una de las discusiones que ameritan precisamente detenernos en ella, y es lo que he estado insistiendo, de concentrar el debate hacia acá, hacia donde lo quiero girar. Recordemos al principio de mi plática, el razonamiento de la Corte descarta una intervención en estos planes de vida basada en determinar o trazar ciertos planes de vida. Veamos más a fondo esta parte de la argumentación de la Corte. El argumento reiteradamente dice: “Se defiende un derecho al libre desarrollo de la personalidad que rechaza el paternalismo del Estado para decidir lo valioso de esos planes de vida”. Eso es bien importante en la resolución de la Corte, rechazar tajantemente ese elemento paternalista por parte del Estado. Además, la Corte argumenta: “La Constitución -y ésta es una de las conclusiones que más me llamaron la atención- no impone un ideal de excelencia humana, permite que cada individuo elija su propio plan de vida y adopte el modelo de virtud personal que considere válido en tanto no afecte a los demás”. Es muy interesante. La parte que aún más me llamó la atención de esta parte del argumento de la Corte es una cita que hace de, bueno, muchos filósofos del derecho se van a identificar con este autor, un autor argentino, Carlos Santiago Nino, la Corte de manera textual cita a Nino, dice: “Las intervenciones basadas en fines perfeccionistas no encuentran protección constitucional, pues el Estado no puede exigir a

las personas que se conduzcan de acuerdo a un determinado modelo de virtud”. Y cita, les digo, este libro de Nino, en las páginas 425 a 426. Bueno, Nino es muy bueno, seguramente los que están adentrados en estas discusiones, sobre todo derechos humanos incluso, Nino es muy bueno, pero tanto como para aceptar esta cita de Nino sin mayor discusión, creo que es demasiado. En algún momento dado presenté esto en la Corte y un argentino inmediatamente me brincó por la cuestión ésta de Nino y quería defenderlo, entiendo esa parte, pero ni siquiera quiero llegar a la conclusión de que está equivocado esto que dice, lo que quiero es discutirlo más, ese es el objetivo. Nino es muy bueno, pero tanto como aceptar esta cita. La repito, perdón que la repita, pero creo que es muy importante: “Las intervenciones basadas en fines perfeccionistas no encuentran protección constitucional, pues el Estado no puede exigir a las personas que se conduzcan de acuerdo a un determinado modelo de virtud”. Creo que hay mucho en esta idea, muchísimo en esta idea que tenemos que discutir, muchísimo, y es en donde creo que puedo en algún momento dado, junto con algunos colegas y otras personas, girar el debate hacia allá. Me gustaría precisamente en estos momentos, con el poco tiempo que tengo, pero sembrar por lo menos la semilla de la duda de este argumento que la Corte piensa que no se debe defender. Y quiero avanzar en una lectura perfeccionista, la postura de Nino es antiperfeccionista, quiero avanzar precisamente en una lectura perfeccionista, precisamente el tema de la autonomía personal, donde tenemos que considerar lo siguiente: Uno. Es cierto, los estados tienen un deber de respeto hacia los ciudadanos y deber de promover la persecución autónoma de su bienestar individual. Eso hay que reconocerlo.

Dos. El bienestar implica proyectos de vida, pero aquí está el punto, no cualquier proyecto de vida, no cualquier plan de vida, proyectos de vida valiosos en un sentido importante. Les digo, no es que quiera en algún momento dado cuestionar esta parte, refutarlo, sino más bien cuestionarlo. Hay otra postura dentro de la filosofía política, moral y jurídica que precisamente nos va a decir lo siguiente: Hay que discutir si este uso recreativo de la marihuana entra o no entra dentro de ello. El bienestar, ese bienestar que tanto quiere proteger la Corte interpretando nuestra Constitución. Por cierto, yo nunca encontré en la Constitución algo tan literal como lo dice Nino. El bienestar para mí implica proyectos de vida valiosos, no cualquier proyecto de vida que se considere válido. La autonomía personal, desde esta perspectiva perfeccionista, la autonomía personal por sí sola es vacía, se valora la autonomía porque persigue precisamente el bien. El ideal de autonomía en esta visión que quiero presentar, el ideal de autonomía exige solamente la disponibilidad de opciones moralmente aceptadas. Esta postura contraria no es un punto de vista, uno sólo, sobre el bien que se defiende con esta noción perfeccionista, es una pluralidad y diferentes concepciones del bien que se pueden elegir libremente, son proyectos de vida aceptables. Eso es lo que quiero agregarle a lo de los proyectos de vida aceptables, valiosos, diversos y plurales. Es decir, incluso con una idea perfeccionista desde el punto de vista se puede aceptar un pluralismo de valores y se acepta que hay bienes iguales o incomparables con otros y se respeta dicha diversidad. El núcleo de la tesis es que la autonomía personal es valiosa porque las opciones son moralmente buenas, valiosas y válidas. Y esto se puede llevar a cabo por parte del Estado, es decir, una promoción de

estos planes de vida racionales, buenos, moralmente valiosos, se puede llevar a cabo por parte del Estado sin coerción o manipulación. Ese es el importante punto donde ahí sí la autonomía es celosa, siempre y cuando el Estado no lleve a cabo actos de coerción o manipulación y que nos presente precisamente esos elementos de planes de vida moralmente valiosos y que promocione la posibilidad de que yo me dedique a alguno de ellos. A lo que quiero llegar, y permítanme concluir con un punto en relación al uso recreativo de la marihuana, desde mi punto de vista, en relación a la argumentación de la Corte, no es tan convincente el descartar la opción de una intervención en los planes de vida sin argumentar en contra de toda una tradición que ve de manera distinta la autonomía personal. Es decir, Nino no es suficiente y no argumentarlo en el proyecto y en la decisión, no es suficiente para mí. Ahí está el debate o uno de los debates importantes, aunado al de salud, médico y demás que tenemos que tomar en consideración. Mi punto es que tratar de guiar el debate hacia este punto de la posibilidad del Estado de promocionar diversos planes de vida valiosos moralmente es algo que se debe discutir y que va a ayudar mucho precisamente para en algún momento dado ver si podemos justificar o no estas limitaciones a la libertad. ¿Qué pasa con el punto tan interesante inicial de la dignidad y el respeto a las personas, que es lo que defienden los antiperfeccionistas, Nino y la cuestión de la no intervención del Estado? Yo lo único que les digo son dos cosas, la idea es bastante intuitiva, debemos un respeto a las personas, a su dignidad, eso sin duda alguna; en tanto, son capaces de ser agentes racionales, capacidad de pensar y actuar con base en razones. El Estado debe respetar esa capacidad racional de la gente en la elección de sus planes de vida, pero una cuestión es respetar a las personas, y otra cosa muy distinta, hay un espacio importante aquí,

que es respetar la opinión que tienen las personas en relación a determinados temas y determinados planes de vida. Yo creo que no hay necesariamente una falta de respeto o a la dignidad de la persona si se cuestionen sus puntos de vista del bien, quizá están equivocados, pero no significa que estoy en algún momento dado afectando la dignidad. La dignidad se respeta, aunque pueda criticar este elemento de su decisión del plan de vida. Todos me van a decir, y hasta ahora tengo muy claro que me van a decir: “Okey, tiene una postura perfeccionista donde el Estado sí puede tener una injerencia importante y entonces la conclusión automática para Juan Vega es que hay que prohibir el uso recreativo de la marihuana”. Yo creo que no, no necesariamente. ¿Qué significa este debate perfeccionista, antiperfeccionista, en relación a la autonomía y al consumo de la marihuana de manera recreativa? Creo que de todas formas hay un espacio en esta postura perfeccionistas para argumentar un uso recreativo de la marihuana. Mientras no exista un daño para ejercer esas capacidades que tiene la persona para elegir los diferentes planes de vida, mientras no exista un daño importante, creo que en algún momento dado podemos considerar el uso recreativo de drogas como la marihuana como una opción. ¿Por qué? Porque yo entiendo que algunas personas me van a decir “esta idea perfeccionista tiene un fuerte énfasis deontológico en los deberes, deber de no dañar o destruir la capacidad que uno tiene para llevar a cabo una vida valiosa, por ejemplo no suicidarte o no mutilarte, y deberes de ejercer la capacidad de cada uno para desarrollar y realizar estos bienes”. Pero reitero, mientras no se lleve a cabo una cuestión de afectación de estos bienes, estos deberes, creo que aun así podemos llegar a la conclusión por lo menos de que no necesariamente es inmoral el uso recreativo de la marihuana, incluso desde una perspectiva perfeccionista.

Ya con esto cierro, discúlpenme los otros ponentes y el público, pero ya con esto cierro, creo que la argumentación de la Corte está muy interesante, falla en ese punto, después se va a las cuestiones médicas, empíricas, de ciencias duras y demás. Está muy bien, yo no niego que tenemos que auxiliarnos de estas otras disciplinas para implementar políticas públicas importantes. El especialista no soy yo, seguramente son los médicos, psicólogos y demás que están en este foro, pero lo que sí le exijo a la Corte es que le entre a la discusión ética, moral, en relación a estos puntos, porque creo que es lo que está detrás de muchas de las inquietudes que tiene la sociedad. Muchísimas gracias. Moderador: Muchísimas gracias al doctor Juan Vega Gómez. Les recuerdo a los ponentes que vamos a tener un espacio para profundizar en sus puntos de vista y en sus planteamientos. Agradezco mucho la intervención del doctor Juan Vega Gómez, de la UNAM. A continuación escucharemos la participación de la maestra Adriana Cepeda de Hoyos, ella es Directora General de Cinema Park “Adicto a la Vida”; ingeniera industrial en sistemas por el Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey; posgrado en control de calidad en Japón; maestría en administración con especialización en negocios internacionales en la Universidad de Loyola, en Chicago; trabajo en CEMEX, en donde logró cargos directivos importantes con responsabilidades no sólo en México, sino en varios países, como España, Estados Unidos, entre otros. Actualmente es investigadora de la Clínica del Tabaco y pertenece al Movimiento “Sin mota somos más”. Adelante, ingeniera, muchísimas gracias.

Ing. Adriana Cepeda de Hoyos: Gracias. Primero. ¿Qué es “Sin mota somos más”? Es una organización que aglutina a más de 200 instituciones, muchas de ellas con muchos jóvenes, en donde nuestro objetivo es informar con evidencia científica sobre los probables daños que pueda ocasionar el uso de la marihuana y, en base a eso, que las personas tomen las decisiones correctas. Pero para hacer esto un poco más ameno, hace unos días uno de mis parientes me pregunta: “Oye, Adriana, ¿qué es eso de “Sin mota somos más”? Y aquí le respondo con esta carta que me voy a permitir leerles: “Hace unos días un miembro de mi familia me preguntó sobre nuestra postura en “Sin mota somos más”, pues se sentía confundido, ya que hay estudios que se contradicen sobre el uso de la marihuana. Le respondí que los resultados dependen, o sea, que sí son muy variados los resultados y que dependen un poco de quién los patrocine, pero la realidad para quienes trabajamos con adicciones es que atestiguamos un incremento en los casos de psicosis y esquizofrenia en menores de edad relacionados con su consumo. Nada más el año pasado fueron dos mil 735 casos de psicosis relacionado con el uso de marihuana, nada más en el Hospital San Bernardino de la Ciudad de México. Los expertos dicen que esto nada más sucede en individuos propensos a enfermedades mentales y que esto se agrava por la combinación de la marihuana con el alcohol, pero todos los expertos coinciden en que los riesgos aumentan en menores de edad, pero la realidad es que no saben que estos riesgos se potencializan aún en menores de 25 años, siendo en México la mayoría de edad 18 años. La edad de inicio en el uso de muchas drogas, incluyendo el alcohol, tabaco y marihuana, es de los 10 a los 13 años. La realidad es que el uso de la marihuana es dañino en mayor o menor medida, y que todos, inclusive los adultos, como lo cita el fallo

de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para ejercer su derecho al libre desarrollo de la personalidad tienen también el derecho a estar informados adecuadamente. Los que nos dedicamos a la prevención y al tratamiento podemos atestiguar de primera mano el dolor, la desesperación y las grandes pérdidas que sufre una persona con adicciones, y este dolor se extiende a sus familias y a la sociedad. Las drogas no son un juego, por eso lo erróneo del término “uso lúdico y recreativo”. Me dedico al cine, ir al cine sí es lúdico y recreativo. Toda adicción empieza con esa primera probadita. Se habla de su uso medicinal, aunque nuevamente el término correcto es terapéutico, pues sus usos han sido para tratamiento del dolor y disminución de síntomas, no para curar. Lo cierto es que en México hay que invertir en investigación y demostrar o no sus beneficios con evidencia científica. Para esto no necesitamos modificar la Ley General de Salud, la cual permite el uso de otros psicotrópicos, como la morfina. En todos los debates sobre el uso de la marihuana ha habido un consenso generalizado sobre la necesidad de la prevención y tratamiento de adicciones; sin embargo, la realidad nos demuestra la enorme dificultad y muchas veces la imposibilidad de destinar impuestos recabados por alcohol y tabaco al rubro de la prevención o el tratamiento. La realidad es que hay una disminución consistente en el presupuesto para estos rubros. Por otro lado, una vez normalizado el consumo, es decir, cuando la tolerancia y la promoción social se incrementa en cuanto al uso de una droga, las acciones de prevención se dificultan y en muchas ocasiones se imposibilitan.

Para esto veamos el ejemplo del alcohol, cuyo uso y abuso no sólo en adultos, sino sobre todo en niños y jóvenes, no es solamente tolerado, sino muchas veces promovido en diversos ámbitos sociales. Cada vez son más niños y jóvenes que se inician en el consumo de la marihuana argumentando que no hace daño y hasta es benéfica, ya hasta la van a legalizar. Lo cierto es que las acciones de prevención, por más innovadoras que sean, son como una voz en el desierto. Pretender detener el uso, abuso y dependencia de la marihuana con programas de prevención, en un ámbito social que tolera y promueve su uso, es como sembrar en el desierto. ¿Posible? Evidentemente, a eso me dedico y creo en la prevención, pero muy complicado y difícil. Se dice con mucha ligereza “hay que invertir en prevención”, cuando hemos demostrado que es difícil que se invierta realmente en prevención y, por otro lado, ante una normalización social en su consumo, estos esfuerzos se hacen muy difíciles. Legalizar la marihuana no resolverá la violencia y la delincuencia, pues estos son problemas que son complejos y multifactoriales que tienen más que ver con la impunidad, la corrupción, la falta de Estado de derecho, la desigualdad, la falta de oportunidades, la pérdida de valores, etcétera. El creer que legalizar una droga es la solución a estos problemas es, por decir lo menos, ingenuo, sobre todo porque el narcotráfico puro ya no existe, se ha convertido en delincuencia organizada, que tiene muchas otras actividades delictivas como el secuestro, la extorsión, la trata de personas, el robo de combustibles, etcétera. El mismo delincuente recién aprehendido confesó que había dejado el negocio de la marihuana por la cocaína y metanfetaminas, al resultarle mucho más redituable. Si queremos de verdad resolver las problemáticas del país deberíamos entrarle de lleno a resolver la corrupción, la impunidad en todos los ámbitos de la sociedad, empezando por la familia.

La sola acción de la legalización de la marihuana no resolverá en nada estas problemáticas y nos traerá, en cambio, un serio problema de salud pública. Mencioné sólo algunos de los riesgos en salud, pero son muchos para este inminente problema de salud pública, obviamente no estamos preparados en un sistema de salud de por sí ya en muchos casos rebasado. Nuevamente, los que nos dedicamos a la prevención y tratamiento entendemos de primera mano que las adicciones son una enfermedad y que los usuarios no deberían estar en la cárcel, pero para resolver esto se tiene que ir al fondo y a mejorar el sistema de procuración de justicia penitenciario del país. Hemos visto casos como el de Topo Chico, en donde se pone muy evidente la necesidad de reformar el sistema penitenciario del país. El problema no es nada más que los usuarios de marihuana están en la cárcel, cosa que está verdaderamente mal, pero es resolverlo de fondo y ver que a la gente se le dé un debido proceso en las cárceles. En “Sin mota somos más” estamos de acuerdo en que es momento de buscar la solución de nuestros principales problemas, que son un flagelo para todos, que causan dolor y muerte a muchos, pero hagámoslo de una manera inteligente e integral, yéndonos a las causas, como la impunidad, la corrupción, los valores, la familia. Construyamos una sociedad basada en el respeto, la legalidad, la cultura del esfuerzo, la solidaridad y, por qué no decirlo, el amor, al fin de cuentas somos más los que trabajamos arduamente el cambio que queremos en nuestro querido y dolido México. Muchas gracias. Moderadora: Muchísimas gracias por tu intervención.

Le recuerdo al público que al final vamos a abrir una ronda de debate con sus preguntas, para tratar de ser reflexionadas por parte de los expertos panelistas. A continuación, quiero introducir a esta mesa a la doctora María de Jesús Medina Arellano, ella es doctora en bioética y jurisprudencia médica por el Instituto de Ciencias Ética e Innovación y el Centro de Ética Social y Políticas Públicas de la Escuela de Derecho de la Universidad de Manchester en el Reino Unido. Actualmente es investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y miembro de Sistema Nacional de Investigadores; es maestra en derecho por la UNAM y cuenta con múltiples publicaciones académicas en journals y revistas internacionales científicas enfocadas al estudio de los derechos humanos y células madres en concreto. Te cedo la voz por 15 minutos máximo. Dra. María de Jesús Medina Arellano: Muchas gracias. Al igual que el doctor Vega, voy a tratar de ser lo más clara posible en el menor tiempo. Tengo una presentación conmigo que obviamente sobrepasa los 15 minutos, nada más comentarles que el argumento que critica el doctor Vega desde la filosofía del derecho, creo que no es suficiente en muchos sentidos, entonces sí valdría la pena una discusión más profunda desde la filosofía respecto a estos argumentos que se utilizan en la sentencia del ministro Arturo Zaldívar. Por el espacio que tenemos no voy a entrar a la discusión de esos argumentos, pero sí fue precisamente el argumento perfeccionista que utilizó la Corte. También entró al análisis el otro argumento paternalista que existe, cómo se justifica, que nada más lo justifica en casos de interdicción, por ejemplo.

El argumento de la defensa social, el argumento democrático, que espero que nuestro querido amigo Jorge Enrique Linares, del Programa Universitario de Bioética entre un poco también a la discusión. Pero aquí yo me voy a enfocar al argumento, no al argumento, sino a los principios en materia de derechos humanos. ¿Por qué legalizar y por qué no prohibir? Uno de los aspectos que me ha interesado respecto a los derechos humanos, sobre todo al avance de la ciencia y tecnología, es el ámbito de la regulación, que si bien también la Corte expresa que se debe de regular en lugar de prohibir, también vamos a ver cómo regular y por qué regular, porque no nada más es hablar de un concepto de autonomía. Como lo dice el doctor Vega, no es unívoco, podemos atender a distintos principios y este principio puede estar abierto a la interpretación, el libre desarrollo de la personalidad puede ser entendido e interpretado desde distintas visiones y también por el Estado. No es muy claro hablar nada más de un concepto de libre desarrollo de la personalidad y de autonomía, pero sí hablemos también del respeto a los derechos humanos. En los modelos prohibicionistas hay muy poco estudio respecto de cuáles son los beneficios que ha causado tener un modelo prohibicionista por parte del Estado y creo que en ese sentido, como nos lo dijo la expositora previa, también es importante tener más investigación, no solamente en el ámbito científico, sino también en el aspecto social, que demuestre cuál modelo es el que representa, si lo queremos ver así, mayor beneficio para grupos de consumo para la sociedad y para toda aquella persona que necesita un tratamiento terapéutico, no medicinal, puesto que sabemos que tampoco hay evidencia suficiente que demuestre este beneficio medicinal o cura. Lo que sí hay hasta el momento es que hay demasiadas situaciones y conductas que estigmatizan y causan prejuicios en la sociedad hacia

aquellas personas que hacen uso lúdico de algunas sustancias como es la marihuana. Sin embargo, también esto favorece a la oligarquía y consolidación de otras empresas, como es la industria farmacéutica, la cual no genera el mismo estigma ni los mismos prejuicios para quienes consumen drogas legales, como para aquellos que deciden consumir aquellas que no son legales. Y creo que éste es un problema que también debe de atender el Estado al hablar de ética y derechos humanos. ¿Cuáles derechos, los de la industria farmacéutica o aquellos de los más desfavorecidos? Es decir, hay también una manipulación del lenguaje social y normativo respecto al surgimiento de un monopolio a través del uso controlado que hacen del discurso normativo, donde se legitimizan ciertas acciones, como son aquellas de la industria farmacéutica en áreas complejas que abordan el binomio de la salud y del derecho, reflexiones que tienen que ver con un modelo global prohibicionista en beneficio, como lo dije y lo vuelvo a repetir, de algunas compañías farmacéuticas. Los modelos prohibicionistas, también se discute que no han cumplido con el objetivo inicial por el cual se adoptaron, que fue la erradicación de la comercialización ilegal de estas sustancias buscando la salud pública. Por el contrario, ha generado violencia en algunos casos mucho mayor a la que se tiene y obtenido pocos resultados en la erradicación del consumo o de la rehabilitación. Además, este modelo prohibicionista creo que representa altos costos sociales en cuestión a la violentación de los derechos humanos; es decir, a través de la violencia que sufren las personas en las calles por esta lucha contra las drogas se transgreden otros derechos, como son los fundamentales, el derecho a la vida. Como les digo, no existen datos oficiales que demuestren esta conexión entre la lucha contra las drogas; hay poca también evidencia que demuestre que esta lucha contra las drogas nos da mayor violencia.

Pero sí hay estadísticas del mercado de los usos indebidos de algunas drogas por el crimen organizado, hay diversas fuentes que construyen un modelo de costo social alto y un aumento de consumo en diversos países en donde tenemos el modelo prohibicionista, dando cuenta de lo contrario en donde existen modelos flexibles, como es el caso de varios estados. Pero no podemos tampoco adoptar esos ejemplos, sino que tenemos que hacer un análisis empírico, social, respecto de cómo ha sido el impacto a nivel global y a nivel local de estos modelos prohibicionistas. Finalmente, creo que debemos de tener algunas propuestas respecto de lo que implicaría una regulación flexible, que es la autorregulación por parte de quienes pueden o podrían sembrar y consumir. Todos lo comentamos, en algún momento el doctor Jorge Enrique Linares y su servidora, alguien ha visto esta película de Dallas Buyers Club, siempre hay un mercado para lo ilegal. Y desafortunadamente lo que está tras bambalinas y en las sombras puede ser más abusivo que aquello que podemos controlar a través del Estado en defensa de los derechos humanos. Muchas gracias. Moderador: Muchas gracias, doctora. Les recuerdo a los ponentes, a los que nos acompañan en la mesa, que ustedes pueden ir anotando algunas de sus intervenciones al finalizar con respecto de alguna presentación en particular. Esto, además de que el público nos hará algunas preguntas a través de tarjetas. Nada más quisiera ubicar a los del staff de la Secretaría de Gobernación. ¿Está con nosotros el staff, los que nos van a apoyar? ¿El staff de la Secretaría de Gobernación está por acá? No está.

Bueno, de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, quien nos acompaña, se pueden dirigir a él para entregarle su pregunta y poderla reflexionar en esta mesa. Continuamos, los expositores podrán ir anotando sus reflexiones, algunas alusiones que quieran hacer en relación al tema de alguno de los compañeros que aquí nos acompañan. Enseguida les presento a Alejandro Jiménez Padilla, él es integrante del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, en donde participa como investigador en el área de Seguridad Ciudadana y Justicia. Él es graduado en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y estudió la maestría en Derecho Constitucional y Amparo en la Universidad Iberoamericana de Puebla; es titular del Seminario de Derechos Humanos en la Carrera de Derecho de la Universidad Iberoamericana de Puebla y se ha desempeñado en el litigio estratégico con diversas organizaciones de derechos humanos en los ejes de acceso a justicia, igualdad y no discriminación. Actualmente participa en el proyecto editorial Mexican Love con la Universidad de Houston y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; participa en la Clínica Jurídica de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos, todos los derechos para todas y todos. Alejandro, te cedo la voz. Lic. Alejandro Jiménez Padilla: Muchas gracias. Para empezar, voy a dejar al final un posible aporte, para generar un poco más de debate desde estas posturas paternalistas, perfeccionistas, para ir entablando algo sobre ese tema, pero voy a desarrollar nuestra ponencia, porque la hicimos de manera colectiva desde la ONG en donde trabajo y por respeto a mis compañeros con los que lo construí, primero les comparto esta parte.

Primero. Me mandaron desde el DF para acá con la advertencia o con el aviso de que tenía que reconocer el por qué o cuál es la razón por la que estamos acá y por la que se iniciaron estos foros. Reconocer la labor del ministro Zaldívar y la valentía, porque tampoco era tan fácil aventarse una decisión así, y en general de la Primera Sala. También el compromiso democrático o al menos para la construcción de una Corte Constitucional de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Calderón, porque se ve en la composición de la diversidad ideológica estos efectos. Eso es por lo que estamos acá y no porque de repente se hayan iluminado, es por eso que tenemos que defender todos, espero que aquí haya mucha gente de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, la independencia judicial es esencial para que la vigencia de los derechos humanos sea posible. A esto Gargarella le llama la sala de maquinaria constitucional, sin independencia judicial no hubiéramos estado acá. Una vez expuesto este aviso previo, en mi participación hablaré de dos puntos, desde los cuales entendemos los efectos de las políticas prohibicionistas que desde el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia consideramos se debería de replantear esta política, primero la prohibición y sus efectos quizá en dinámicas de mercado y el segundo punto es el problema que genera la criminalización del uso o del traslado, producción, en la ineficacia del uso de los recursos de las procuradurías. En nuestra organización llevamos algunos casos de desaparición forzada, otros de tortura, en donde a diario nos encontramos con la falta de capacidad para investigar de las procuradurías y muchas veces la falta de independencia de los servicios periciales para identificar por ejemplo cuestiones de tortura, que la tortura también está relacionada directamente a la falta de capacidad para investigar técnicamente o científicamente los hechos probablemente delictivos y por eso en cierta medida se abusa de la práctica de la tortura.

Es la lectura que tenemos. Si vemos desde una perspectiva liberal el que el mercado ilegal y toda la desregulación que genera, el mercado ilegal es un mercado desregulado, iniciándolo así. Si lo vemos desde una perspectiva liberal, esto sería el sueño para quienes aspiran a la eliminación total del Estado, un mercado sin árbitros imparciales ni reglas fijas, en donde el más fuerte sobrevive. Aquí encontraríamos quizá cuestiones marxistas, pero ahí encontraríamos quizá el capitalismo voraz en su más cruda expresión, en donde no hay impuestos, no hay contratos, no hay ni sindicatos ni derechos laborales de quien trabajo ahí, es totalmente desregulado ese mercado. Los mercados clandestinos son el núcleo básico de la ventaja competitiva de las organizaciones criminales, en todos los mercados clandestinos y no sólo en el de marihuana, como comentaba. Es por esto que quien sostenga el argumento de que sobre la relación directa entre legalización de la marihuana y el fin del crimen organizado está en un error; sin embargo, de lo que estamos hablando en este lugar es de cerrar poco a poco los espacios de los mercados paralelos que operan con la anarquía comercial bajo el manto de la prohibición. Legalizar no implica liberalizar por completo el uso, producción, traslado y consumo de la marihuana, en realidad eso terminaría siendo más parecido a lo que ahora tenemos con este mercado negro desregulado. Legalizar implica poner reglas, diseñar e implementar un sistema de límites, derechos y límites claros para las personas consumidoras, así como la posibilidad de crear controles, tasas impositivas a su producción y comercialización. Regular el mercado de la marihuana implica ponerle límites, alejar a las personas menores de edad de su consumo, tal y como se hace a nivel regulatorio con el alcohol y el tabaco; alejar a los consumidores

de los puntos de venta controlados por el crimen organizado, asumiendo con responsabilidad la incoherencia de despenalizar el consumo sin antes haber creado una vía legal para obtención de la marihuana. El Secretario de Gobernación se refería a esto, el consumo no es delito, pero no tenemos ninguna manera legal de hacerlos de la sustancia. Dejar todo al derecho penal, por otra parte, nunca ha sido una buena idea, es la parte más violencia del poder estatal, esto todos lo sabemos. El poder punitivo. La óptica punitivista con la que el Estado regula actualmente esta sustancia pasa por alto al menos cinco o seis niveles de política pública mucho más eficaces para desincentivar el consumo y proteger la salud de los consumidores. Pensemos en el tabaco, y eso quizá también va a generar algo de discusión. La prohibición en el tabaco, tenemos prohibición de publicidad; tenemos la publicidad antitabaco en las cajetillas; los impuestos, sólo lo pueden consumir o comprar los mayores de edad; la prohibición de consumirlo en espacios públicos, una NOM que regula la calidad de las plantas y los procesos de producción. En conclusión, para un niño de 10 años es más fácil con el esquema actual comprar un cigarro de marihuana en la esquina de su casa, que una cajetilla de cigarros en el Oxxo. Todo esto será un minúsculo paso en la estrategia de reducción de los mercados clandestinos que aumentan día con día los recursos de las organizaciones criminales. Sólo así, cortando estos densos flujos de dinero provenientes de los mercados ilegales, ya sea regulándolos o identificando su relación con operaciones de lavado de dinero y no criminalizando a quienes

consumen y orillándolos a negociar con las organizaciones mafiosas, se puede poner este triste episodio nacional. Mi segundo punto, y esto es lo que me gustaría resumirlo en una frase, en un país repleto de víctimas del delito, repleto, la verdad hay lugares, y creo que Ciudad Juárez es testigo, en un país lleno de víctimas del delito es una injusticia estructural utilizar los recursos limitados institucionales, técnicos y personales para investigar, acusar y castigar a personas que cometieron un ilícito, pero que este ilícito no generó una víctima, más que ellos mismos, que no me gustaría ponerlo a nombre, pero castigar, investigar y gastar todo lo que implica el sistema de justicia, el sistema penitenciario para sancionar a una persona que no le hizo daño a nadie. Aquí me gustaría hacer un paréntesis, y esto no es mío, es de Catalina Pérez Correa, que es muy interesante leerla, ella comenta algo muy interesante: Si se va a proteger la salud pública metiendo a las personas a centros penitenciarios, en donde por cierto puede correr riesgo su vida y además no son nada salubres, no sé si ya les ha tocado ir a un centro penitenciario, no sabemos en dónde estamos. Se puede proteger la salud pública a balazos, también es otro punto. Creemos que esto es insostenible, pensemos que en una procuraduría hay 10 ministerios públicos y a estos ministerios públicos siempre, no es un estándar que encontramos repetido en las procuradurías, se les evalúa dependiendo del éxito en la judicialización de carpetas de investigación o de averiguaciones previas. “Inicié una carpeta de investigación y logré judicializar tantas”. Con este tipo de incentivos, que buscan medir la eficacia de las procuradurías, lo que estamos provocando es que los ministerios públicos inicien averiguaciones previas o carpetas de investigación que tienen cierta posibilidad de tener éxito. Imaginen la diferencia entre estándar probatorio entre una flagrancia por posesión simple de marihuana y una persona que va y denuncia una desaparición forzada.

El estándar probatorio y la posibilidad de indagar sobre la desaparición es tremendamente difícil contando con toda nuestra falta o nuestra escasez de recursos; en cambio, siempre se van a preferir casos que tienen mucho más potencial de éxito, como es la detención en flagrancia o detención en falsa flagrancia. También esto lo decimos, es más fácil plantarle la marihuana a un detenido que en una maceta, entonces éste es otro problema, que ya no me va a dar tiempo para abarcarlo, pero que hay una relación directa entre las falsas flagrancias y la siembra de pruebas que la marihuana es una estrella. Me gustaría cerrarlo ahí y poder comentar algo. No tengo yo tan trabajada la parte de filosofía del derecho ni argumentación jurídica, pero sí había analizado un poco un tanto más como muy a favor de Zaldívar, pues me tocó estudiar y ver la transformación de la Corte y que me falta quizá desarrollar más mi punto crítico, pero sobre esta promoción de proyectos de vida valiosos y sobre la posibilidad de que cupieran proyectos de vida no valiosos, como pienso actualmente encontramos. Pensemos en los vagabundos, que quizá no tienen un proyecto de vida valioso, pero en mi tierra, en Aguascalientes alguna vez estuvo tipificado el delito de vagancia y mal vivencia, que al final terminaba por criminalizar a las personas y no a sus actos. Ese podría ser una limitante. Otro, y quizá aquí un poco más agresivo, los juniors, pensemos en los juniors, en personas que no están haciendo nada ni por la sociedad ni por la dinámica cultural ni económica, viven de sus padres sin ninguna aspiración. ¿Éste sería un proyecto de vida válido? Yo pienso que lejos de eso, en un Estado liberal de derecho debería de caber todo tipo de proyectos de vida y no establecer una nueva inquisición como un poco más secularizada, pero a nivel filosófico. Muchas gracias. Moderador: Muchísimas gracias, Alejandro.

A continuación, escuchamos la participación del doctor Jorge Enrique Linares Salgado. Él es Director del Programa Universitario de Bioética de la UNAM, cuenta con un doctorado en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México; es profesor de la Facultad de Filosofía y Letras en el Posgrado de Filosofía de la Ciencia y en el Posgrado de Ciencias Médicas y de la Salud de la UNAM; es mimbro del Sistema Nacional de Investigadores de la Academia Mexicana de Ciencias y de la International Association of Bioethics. En su labor de investigación y docencia se ha enfocado en los problemas de la bioética, la ciencia y la tecnología en la historia contemporánea en los temas actuales. En 2008 recibió la distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos de la Investigación en Humanidades. En 2007, Premio Nacional de Filosofía de la Asociación Filosófica de México. Y en 2005 obtuvo el Premio de la Academia Mexicana de Ciencias. Un honor. Dr. Jorge Enrique Linares Salgado: Gracias. Yo creo que, para centrarme en algunos puntos del debate, actualmente existe ya un pleno consenso sobre la utilidad de los usos terapéuticos de la marihuana en muy diferentes presentaciones, creo que es un consenso que ya podría mover a nuestro país a considerar la plena despenalización, descriminalización de los usos terapéuticos. Estamos retrasados con respecto a otros países, por ejemplo, otros estados, como California, durante varios años atrás que se ha hecho esto. El debate está en torno al tema de la despenalización y la posible legalización.

En efecto, la reforma del 2009 que hubo a nivel federal, de una despenalización muy restringida con una aportación de cinco gramos, es inoperante y contribuye a muchos abusos de autoridad que todo mundo conocemos, y al problema que señaló hoy mismo el Secretario de Gobernación, de que las cárceles están llenas de personas que fueron detenidas con unos cuantos gramos de marihuana. Ese es el problema real de la criminalización y penalización y eso debe acabar ya en este país. El problema es discutir cómo se podría legalizar, regular, legalizar quiere decir regular adecuadamente el consumo, la producción y la distribución. Y hay varias posibilidades. Una, la que yo apuesto, sería la plena descriminalización y despenalización del consumo, plena, sin gramos ni nada de esto. Y lo segundo es el problema de qué modelo elegir para regular y legalizar la producción y distribución, si es en clubes de autoconsumo con supervisión, desde luego, con regulación; si es una comercialización, muchos piensan que no es el camino correcto la comercialización, por otras razones, y entonces el problema está en qué modelo elegiríamos para ello. Ahora, el problema es que la posible despenalización y también regulación legalizada de tanto el consumo como la distribución de la marihuana, no implica desde luego que la marihuana sea un producto inocuo y que no produce riesgos. Nadie ha dicho eso, la marihuana produce riesgos y produce daños a la salud, eso está clarísimo, pero hay muchísimas otras cosas en el mundo y en el mercado que producen riesgos y daños a la salud, y el Estado no tiene ya actualmente argumentos para seguir prohibiendo y criminalizando a quienes se dañan a su salud por consumir tales cosas. Ahora, eso no quiere decir que la marihuana, en efecto, cuando hablamos de uso recreativo, que a mí tampoco me gusta el término de “uso recreativo”, pero es el que se está popularizando.

Entonces el uso recreativo, no terapéutico, no con fines terapéuticos, está basado en ese derecho fundamental de elección autónoma de formas de vida. Yo les recomiendo, hay un estudio que ahora se ha publicado, que lo coordinó el doctor Juan Ramón de la Fuente, se llama “Marihuana en Salud”, es un libro que publicó el Fondo de Cultura Económica con la UNAM y la Academia Mexicana de Medicina. Ahí está contenida toda la información científica actual, están todas las referencias científicas actuales por las cuales yo puedo decir, yo no soy un experto obviamente en medicina y todo, pero pueden ver la ponencia en extenso que tengo, y diría dos tesis que pueden resultar polémicas. Una, el consumo de marihuana no representa actualmente un problema de salud pública grave en México, no lo es. Se calcula, por estimaciones, que alrededor de 9, 10 por ciento de los usuarios de marihuana pueden llegar a un uso problemático de su consumo, pero no se ha demostrado que haya adicción, como sí hay otras drogas. Es muy importante separar completamente el conjunto de otras drogas que son muy dañinas, de la marihuana. Ese es el tema científico que ahora tenemos mucha más información; sin embargo, no hay estudios todavía absolutamente concluyentes, pero así es la ciencia, va avanzando con estudios longitudinales, con pruebas, etcétera, investigación que falta por hacerse mucho en este país. ¿Por qué no se ha hecho esta investigación? Porque estaba prohibido, porque hay prejuicios y el tema, que me voy a la tesis, es que no puedo ver las dos cosas al mismo tiempo, perdonen mis limitaciones ópticas, pero la tesis cinco -que debe estar por ahí, me dicen cuando aparezca-, el problema es esto, ha habido una estigmatización y discriminación de los consumidores de marihuana en este país, como en todas partes del mundo.

Al ser perseguidos, al ser criminalizados, entonces automáticamente fueron considerados adictos, personas degeneradas, indeseables, dispuestas a delinquir, y la gran mayoría no lo son. Eso no quiere decir que no se persiga a quienes delinquen por haber consumido o no haber consumido, eh, esa es otra cosa; el tema es: Podemos seguir considerando un crimen consumir marihuana y hoy por hoy, según los datos científicos que tenemos, o sea, esto es basado en evidencia científica, no existen daños severos ni de altísimo riesgo, como sí existen de otras drogas con respecto al consumo de marihuana. Y en todo caso el derecho fundamental de consumirla debería basarse, con aquella discusión que ya se hizo sobre el asunto de la autonomía, yo que el Ministro hubiera elegido otros autores más clásicos, hay un autor clásico en la defensa de la autonomía individual en toda la tradición occidental moderna, que es John Stuart Mill, quien publica en 1859 el libro “Sobre la Libertad”. Dice John Stuart Mill: “Dicho principio, el principio de la autonomía, establece que el único fin por el que los hombres están legitimados individual o colectivamente para interferir en la libertad de acción de cualquiera de sus semejantes es la propia defensa. La única razón legítima para abusar de la fuerza contra un miembro de una comunidad civilizada en contra de su voluntad, es la de impedirle perjudicar a otros; pero su propio bien, sea físico, moral o de salud, no es razón suficiente. El único aspecto de la conducta por el que se puede responsabilizar a alguien frente a la sociedad es aquel que concierne a otros; en aquello que le concierne únicamente a él, su independencia es absoluta, sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo y su propia mente el individuo es soberano”. Esa es la tesis que debería estar en la sentencia. Ahora bien, no quiere decir -insisto- que la marihuana no produzca riesgos y hay que tratar los riesgos, en efecto hay que insistir en la prevención, en el tratamiento, se sabe con certeza los daños que puede ocasionar si se consume en edad temprana, adolescencia y

niñez, se conocen estas relaciones con efectos psicóticos y por ahí hay relación con esquizofrenia, pero no son concluyentes, entonces no podemos pensar que esto es una pendiente resbaladiza que si se legalizara la producción todo el mundo se volvería marihuano y todo el mundo se volvería psicótico. Eso no ha sucedido ni va a suceder, y tenemos bases científicas para pensarlo, no es una mera suposición. Hay que insistir en el tratamiento, y yo la verdad aplaudo a todas las personas que están en el tratamiento, que conocen estos problemas y han visto los casos más terribles, sin duda que son algunos casos terribles, pero no es la mayoría de los casos de consumidores de marihuana, y hay que separar muy bien consumidores de marihuana que consumidores de otras drogas. Se sabe también que la marihuana no es la droga de entrada a otras drogas, no la es, según todos los estudios, pero hay que hacer más investigación. No tenemos absolutamente datos concluyentes, pero los indicios, las investigaciones más recientes nos están mostrando esto, hacen caer los argumentos de la enorme peligrosidad de la marihuana, por lo cual yo creo que la marihuana ya no debería estar en el grupo de drogas altamente peligrosas en la Ley General de Salud. El Estado no tiene ya argumentos para criminalizar y perseguir y que el problema es que el consumo existe, existirá; las causas, a ver si puedo encontrar la última tesis. No, esto ya se trabó. Déjenme concluir ya mejor. No se puede atacar y destruir o desaparecer, nos guste o no nos guste, las causas sociales y los fundamentos de por qué la gente consume drogas psicoactivas y marihuana, es una cultura, y esto tiene muchas dimensiones, no quiere decir que sean modelos excelentes de virtud; y probablemente lo sean. Yo no me atrevería a calificar como modelos ni mucho menos inmorales, ni nada de eso.

Y ante esa realidad, ¿qué es lo que le corresponde al Estado y la sociedad? Mi conclusión la puedo cerrar así: El Estado Mexicano tiene la obligación de advertir con rigor y veracidad, que no ha sido el caso, al público sobre los riesgos reales a la salud por el consumo de marihuana, los riesgos reales, no los inventados en las estadísticas, y separar muy bien el consumo de marihuana de otro tipo de drogas, con base en las evidencias científicas actuales, pero no posee razones suficientes para perseguir criminalmente a sus consumidores ni para prohibir legalmente todo tipo de producción y distribución de la marihuana, tanto para usos terapéuticos como para usos recreativos. Esa es mi conclusión, cerrada, si quieren. En la ponencia en extenso están muchas referencias y todo lo remito al libro de “Marihuana y Salud”, que les insisto, es una muy buena compilación de los estudios actuales, que nos dan los argumentos de base científica para poder llegar a estas conclusiones e insisto una vez más, separemos de una vez el conjunto de todas las drogas y de las adicciones y tal que sin duda son problemas de salud, del asunto del consumo de marihuana. Hasta ahí. Moderador: Muchísimas gracias, doctor. Enseguida escucharemos al doctor Rodolfo Fierro, médico cirujano con especialidad en neurología pediátrica, se graduó como médico en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y prosiguió su preparación en la Universidad Estatal de Nueva York, en Stony Brook, y en la Facultad de Medicina de Baylor hasta lograr su especialidad en neurología pediátrica, especialidad que ha ejercido desde 1996. Director del Departamento de Neurofisiología Clínica del Hospital Infantil de El Paso, Texas, y Consejero de la Fundación del Centro Médico Universitario en esa ciudad. Dr. Rodolfo Fierro: Muchas gracias a todos por estar aquí.

Les voy a decir que estoy en presencia de gente que le ha dedicado al tema de la adicción mucho más tiempo que yo. Mi área dentro de la medicina, la neuropediatría, escasamente ve casos de adicción. Yo me dedico, como todos ustedes podrán saber, a niños con epilepsia. Y eso es lo que me trae aquí con ustedes, la epilepsia. Uno de los manejos que hay para la epilepsia, sobre todo los síndromes intratables de epilepsia es lo que me trae aquí. Hay un caso muy sonado de Colorado, un caso aquí en México también de una familia que hizo los esfuerzos necesarios para poder a uno de esos niños con este tipo de epilepsia. La epilepsia en particular se llama el Síndrome de Dravet, una doctora francesa, que lo describió en 1987, se los voy a describir rápidamente: Imagínense ustedes, son padres jóvenes, acaban de tener a su primer bebé, se cuidaron ustedes, son sanos, no tienen ninguna adicción, el parto salió como si nada, el niño nació en condiciones excelentes, lo ven ustedes desarrollarse perfectamente bien y a la vuelta de un año comienza con una convulsión aparentemente febril, una convulsión por fiebre, una convulsión rara porque duró 20 minutos, no es lo común; una convulsión que a lo mejor estuvo más de un lado del cuerpo que del otro, se tardó el niño para recuperarse de esa convulsión, pero llegó al hospital, se estabilizó, se fue a su casa, a los papás se les dijo “no te preocupes, fue una convulsión febril, el virus ése que le dio eso fue lo que lo causó”. Los papás despreocupados se van a la casa, a la cosa de varios meses comienzan otras convulsiones. Para no hacerles el cuento muy largo, el Síndrome de Dravet se caracteriza por una encefalopatía epiléptica, nuestro cerebro se ve afectado no solamente con la epilepsia, sino también con estragos psicomotores. Estos pacientitos empiezan a tener diferentes tipos de convulsiones epilépticas, las generalizadas tónico-crónicas, que todo mundo podemos reconocer como una convulsión en la que caemos al piso tiesos, se nos atraganta la garganta porque batallamos para respirar porque los músculos del pecho se constriñen también; tenemos también convulsiones tipo ausencia, convulsiones mioclónicas en las que hay pequeños resaltos, que es lo que lo caracteriza, es una epilepsia tipo mioclónica en la que los niños de

repente tienen sobresaltos; hay convulsiones atónicas en las que los niños pierden el tono muscular, pueden estar paraditos y de repente hasta el suelo, son niños que son epilépticos que tienen usar un casco con un protector facial para las caídas porque fácilmente se rompen dientes, se lastiman, tienen contusiones a veces cerebrales severas por las caídas. Estos padres eventualmente llegan a mi tratamiento, a los dos años llegan a mi tratamiento después de haber tenido una serie de convulsiones febriles, otras pequeñas que no se habían identificado como convulsiones hasta que yo pregunto por ellas, entonces los papás dicen “ah, sí, también hemos visto ésas”, y ahora como todos los papás traen su teléfono celular con videograbadora, me traen videos de las convulsiones. A los dos años empiezan los niños sus tratamientos generalmente, y son intratables, no responden a los medicamentos que tenemos. Ahorita tenemos a nuestra disposición aproximadamente unas 25 medicinas antiepilépticas. Estos pacientitos, una, dos, tres, en combinación, cuatro, cinco medicamentos, con sus potenciales efectos secundarios, ¿verdad? Estos niños empiezan a perder, a tener regresión, de repente los papás dicen “sabe qué, en los últimos seis meses no hemos visto la adquisición de nuevas palabras, se tropieza más fácilmente”, un año después ya nada más habla cinco palabras, empiezan a perder muchas características que eventualmente los lleva a un estado de discapacidad mental y psicomotriz. Estos padres, en su desesperación, pues los veo yo en mi oficina seguido, son de los que consumen más de mis llamadas telefónicas, “ahora convulsionó 15 veces, ahora convulsionó 100 veces de las chiquitas, doctor; ayer tuvo nada más una, tuvimos un día excelente, pudimos salir con los abuelitos ayer un ratito y nada más tuvo una”. Ese fue su buen día. Eventualmente los mandamos a un centro de epileptología, donde hay neuropediatras como yo que hicieron todavía otros dos o tres años más de supraespecialización en epileptología pediátrica, para ver si son candidatos a algún tipo de cirugía, un tipo de cirugía cerebral.

Estos pacientitos no son candidatos a cirugía. ¿Por qué? Porque sus epilepsias son de los dos lados del cerebro al mismo tiempo, multifocales, no podemos entrar a quitar múltiples focos y dejar este cerebrito como queso suizo, vamos a discapacitar más al paciente haciendo ese tipo de procedimientos. Iniciamos a veces una dieta especial, una dieta que se llama la dieta cetógena, una dieta en la que les damos altas cantidades de grasa y proteína y muy poquitos carbohidratos, con la intención de que al quemar los carbohidratos produzcan el producto final de la quema de los carbohidratos, del metabolismo; digo, perdón, de las grasas, que se llaman los cuerpos cetónicos. Y los cuerpos cetónicos son antiepilépticos. ¿Cómo supimos eso? En la primera década del siglo pasado no había medicamentos más que las sales de bromuro y el fenobarbital, la gente se llevaba a sus niños a los retiros religiosos a pedir por ellos, y como parte del retiro religioso se ponían en ayuno por dos o tres días pura agua, y los niños milagrosamente mejoraban. Decíamos “por qué”, si eres tú una persona religiosa, más se llenan tus convicciones de la religión, pero si eres científico dices “yo no creo en eso, tiene que haber una razón científica”; eventualmente nos dimos cuenta que los cuerpos cetónicos son capaces de ayudarnos en la epilepsia. Estos pacientitos no responden a la dieta cetónica. Tenemos un aparato estimulador del nervio vago, aquí en el cuello tenemos un nervio que va a seguir de la carótida, ponemos un estimulador que lo podemos programar con una computadora, manda señales al cerebro y esa señal continua diaria a veces nos ayuda un poco, ¿verdad? Tampoco responden bien. Hace tiempo hubo investigación en ratas; en las ratas empezaron a hacer investigación sobre la marihuana. Claramente sabemos que el componente psicoactivo principal de la marihuana es el tetrahidrocannabinol, THC.

El tetrahidrocannabinol es proconvulsivante, no nos ayuda para las convulsiones, las produce. Entonces tenemos que buscar dentro de las 400 sustancias que hay en la marihuana, dentro de los 80 cannabinoides que hay dentro de la marihuana cuál es algo que sea anticonvulsivante. Entonces en ratas, las ratas no son como los humanos ni los humanos somos como las ratas, generalmente, ¿verdad? En las ratas hay un efecto anticonvulsivante de uno de los cannabinoides, el cannabidiol, CBD. Y ese CBD es el que nos permite teorizar que a lo mejor pueden funcionar en los niños con problemas epilépticos severos. ¿Quiénes son los niños que se van a someter a esa droga? Pues los niños que no responden al tratamiento convencional, niños que están en extrema situación social, médica, familias devastadas por el gasto económico y social que les causa este tipo de trastorno, familias que han perdido su potencial económico están listas para probar lo que sea. ¿Y quién soy yo para decirles “no lo pruebes”? Es tu hijo, tú tienes toda la autoridad de hacer lo que tú tengas que hacer con tu niño. Sacan el CBD, el cannabidiol en algunas áreas donde se permite y lo empiezan a utilizar en algunos pacientitos; desafortunadamente estamos hablando de un producto que no está reglamentado, no está producido por una técnica que lo refine, que lo sintetice a su componente básico, que sepamos cuál es la dosis miligramo por kilogramo que necesitamos utilizar. Entonces lo que reciben estos pacientes es una variación gigantesca de potencia de medicamento. Ahora me regreso un poco a mis pacientes que yo he tenido con Síndrome de Dravet a través de mis 20 años de práctica privada, 10 de ellos que he tenido a través del tiempo; cinco de ellos convulsiones intratables, medicamentos hasta arriba y de repente en un plazo de tres o cuatro meses se apagó la epilepsia, sin yo haber hecho una

intervención clínica, sin que los papás hubieran cambiado el esquema de medicamentos, de repente este cerebrito llegó un momento en el que la mutación genética se modificó, es una mutación en los canales de sodio del cerebro y empezaron a mejorar. ¿Qué teorizó yo, qué digo yo en mi cabeza, qué pasó con esos dos niños que fueron a Colorado, los demás que han ido? ¿No les tocaría que a lo mejor le dieron su medicamento en el momento que iban a mejorar? Eso no lo sé, es una pregunta importante, ¿verdad? Pero lo que necesitamos son estudios longitudinales, doble ciego, con controles, para poder ver si de veras favorece. Y eso es lo que se está haciendo ahorita. Entonces si los papás de mis pacientitos vienen y me preguntan: Doctor, ¿usted me puede administrar la marihuana? –No, en Texas no se permite todavía, están en ese proceso, pero en un momento dado si está bien legalizado en Texas, se permite el uso de la marihuana para estos fines, yo creo que no voy a batallar en utilizarla. Pero yo no quiero que ustedes se vayan con el mensaje de casos anecdóticos que resonaron en la prensa, que se fueron por el internet viralmente y que atestiguan a que esta medicina funciona, porque de mis pacientitos que han intentado la marihuana con epilepsia intratable, uno ha mejorado, uno de 10 pacientitos. ¿Quién soy yo para quitarle a ese uno ese potencial de mejoría? Pero sí tenemos que tratar este medicamento como cualquier otra medicina, tenemos que pasarla por todo un esquema de investigación para que si sale al mercado sepamos cuál es la dosis eficaz, cuál es la dosis tóxica, cuáles son los efectos secundarios, para que esos papás sepan cuáles son las interacciones con los medicamentos que están tomando. Entonces no tengo yo una tesis, no me dedico a eso, no estoy en el área académica de la medicina, estoy en el área completamente clínica y viene ahora a traerles un pequeño momentito de neuropediatría, que se sale posiblemente del tema de mi augusta

compañía, que están más adentrados dentro del tema, pero al final si tienen unas preguntas, estoy a su disposición. Gracias. Moderador: Bien, muchísimas gracias. A continuación escucharemos al maestro Eduardo Hernández Sandoval, él es socio director adscrito a la Clínica del Tabaco, una Asociación Civil dedicada al tabaquismo, alcohol y consultoría en la prevención y el tratamiento de estos conceptos que he mencionado. Nuestros resultados; bueno, los resultados de esta Asociación, la Clínica del Tabaco, han sido aceptados en el Cuarto Congreso Latinoamericano Tabaco y Salud, y han sido certificados ante notario público y tiene algunos textos, como el “Dejar de fumar”… ¿Cuál es maestro? Mtro. Eduardo Hernández Sandoval: … y “Perdido en sus Adicciones”, lo publica Editorial Trillas. Moderador: Así es. Y ha participado en las mesas 8, 9, 10 y 11 de la Comisión Bicameral en el Senado de la República para el uso de la marihuana y, por supuesto, estuvo también en el primer foro donde se debatió el tema del uso de la marihuana celebrado en Cancún hace poco. Te cedo la voz, maestro. Muchas gracias por tu presencia. Mtro. Eduardo Hernández Sandoval: Muchas gracias. La anterior ponencia de la Clínica del Tabaco en el Foro Salud Pública y Prevención, definió los términos cannabis, marihuana, medicina, recreativo, personal, legalizar, regular, descriminalizar y despenalizar para, con base en el Artículo 4º Constitucional, en el que toda persona tiene derecho a la protección de la salud y el Estado la obligación de garantizarla, presentar a los legisladores una propuesta para el desarrollo de iniciativas de ley en la regulación de los usos del cannabis.

Después de mi participación en las mesas 9, 10 y 11 de la Comisión Bicameral, allá en la de senadores y diputados, en este Foro de Ética y Derechos Humanos, pretendo continuar con esa lógica que no es prohibitiva, es conciliadora de los intereses de salud pública, especialmente los de niños y adolescentes, del uso terapéutico de los cannabinoides vía clínica nunca fumados, de la despenalización de la posesión de marihuana para consumo personal y de la obligación del Estado de sancionar los delitos contra la salud. La ética es una rama de la filosofía que estudia la bondad o la maldad de los comportamientos, las acciones humanas y sus relaciones con la virtud y el deber. La bioética es una rama que rige los principios de la conducta del hombre, así como el ambiente en el que pueden darse las condiciones para su desarrollo. Mi ponencia es un reclamo social. Respecto a los derechos humanos con base en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, pretendo desarticular los artículos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Corte, para dar cuatro amparos para el consumo lúdico y recreativo de marihuana. Desde el punto de vista de la ética, el uso del cannabis tiene dos motivaciones básicas: La de intoxicarse consumiendo marihuana, termino coloquial definido como el preparado de hojas, flores y tallos de la cannabis con alto contenido de tetrahidrocannabinol fumada o ingerida. En esta bolsa hay cinco gramos de tabaco, para que se den una idea. Y la de posibles fines terapéuticos de la cannabis Índica, con un alto contenido en cannabidiol, CBD, uno es psicoactivo; uno no, y hay que ver las combinaciones que pudiera tener algún efecto terapéutico, nunca fumadas y que la comunidad médica, como bien decía el doctor Fierro, apenas comienza a entender.

Disociarse de la realidad nunca ha sido en beneficio del ser humano y menos cuando además se generan daños al individuo, a la familia y a la sociedad. Aquí la tesis se rompe porque sí hacemos daños a terceros. Luego, por otro lado, salvaguardar la salud y el bienestar de la población para su desarrollo social y económico son bases de la fundación del Estado. ¿Es ético que filántropos millonarios, como George Soros, vulneren la soberanía de los países y de los acuerdos internacionales para el control de estupefacientes desde varios puntos de vista? La respuesta es que no. Este falso debate ya se dio el siglo pasado con el tabaco. Cabilderos promoviendo intereses económicos ante legisladores y la población indefensa ante la epidemia de tabaquismo que aún padecemos. Si la intención de Soros es detener los daños por consumo de sustancias, le propongo que en lugar de fondear asociaciones promoventes de la legalización del consumo recreativo de marihuana en América, utilice esos recursos para implantar programas de prevención que den resultados con base en evidencia. Aquí tengo el Programa de Prevención Integral del Uso de Nicotina, THC; sustancias y abuso del alcohol de la Clínica del Tabaco, estructurado por ocho regiones para todas las escuelas de educación media y básica en los 32 estados del país; a menos, por supuesto que la verdadera intención de Soros sea el lucro por la venta de marihuana industrializada a la población más vulnerable. El tabaquismo es rentable para la industria tabacalera, sabemos que Philip Morris gana más que Microsoft, que McDonald’s y Coca-Coca juntas; 4 mil 600 millones de dólares en beneficios en 2005. El mercado de la marihuana promete ser muy rentable a costa de la salud pública; el tabaco y el alcohol son drogas legales y el narcotráfico es ilegal; la marihuana no hace daño porque está prohibida, está prohibida porque hace daño.

El mayor bien debe regir las consideraciones de los legisladores, quienes tendrían que resistir las presiones de los cabilderos que promueven los intereses de grupos para de forma rapaz e insaciable buscar el máximo beneficio económico y político a costa de nuestra población. Como ejemplo mencionemos que, de acuerdo con los estados financieros de Grupo CARSO en 2006, información disponible por internet en la Bolsa Mexicana de Valores, el 18 por ciento de sus ganancias provenía de dos compañías: Philip Morris y CIGATAM, que licencian y fabrican Marlboro. De acuerdo con CONADIC, en 2013 el tabaquismo le costó la vida a 66 mil mexicanos. La OMS refiere en 2014 que el tabaquismo sigue siendo la primera causa de muerte prevenible. ¿En verdad no ven la similitud entre el inhalar el humo de tabaco o de otra planta? Por favor, a los ponentes les pido que refieran sus fuentes con asertividad, hay que evitar mencionar un estudio; dice, la relevancia del foro no permite datos no comprobables o confusos, y a los legisladores les pido desde esta tribuna que siempre tengan presente cuál es el trasfondo de qué es lo que están escuchando. Ahora desde el punto de vista de la bioética, de nuestro comportamiento respecto a la vida y al medio ambiente. ¿Por qué consumimos tabaco, marihuana o abusamos del alcohol? La respuesta típica de los usuarios es “porque me gusta”, y aunque en parte tienen razón no saben que si no hubieran experimentado con esos productos, su sistema nervioso se hubiera encontrado en balance y relajado, en primer lugar, por lo que no hubiera sido necesario aliviar ninguna tensión.

Nuestro sistema nervioso evolucionó para cumplir con las funciones de supervivencia: Comer, beber, reproducirnos. Nos motiva para llevar a cabo esas actividades. Cuando el nivel de glucosa baja, nuestro sistema nervioso nos motiva para buscar alimentos. Eso se siente como el hambre, y si no comemos se intensifica, nos duele la cabeza, nos sentimos ansiosos, irritados. Cuando comemos esa sensación se va y ya estamos satisfechos, sentimos placer. Todos sabemos qué sentimos cuando tenemos sed y tomamos un vaso con agua o cuando tenemos hambre y comemos algo que nos gusta. Aquí toma relevancia la bioética. La nicotina, el tetrahidrocannabinol, el etanol, generan a la salida del organismo una sensación de irritabilidad mayor a la que sentiríamos si tuviéramos hambre; esto es debido a que la forma química de estos compuestos secuestra el mismo canal de comunicación cerebral, porque los seres humanos somos precisamente eso y sobrevivimos. ¿Es bioético promover entrar al balance bioquímico natural del organismo con productos psicoactivos para que a su salida del cuerpo se sienta ansiedad por consumirlos y, por lo tanto, argumentar el derecho de usarlos? Desde un punto de vista objetivo y con base en la evidencia, la respuesta es que no. Los usuarios no conocen el mecanismo de compatibilidad bioquímica a los compuestos adictivos. Es evidente que a pesar de su investidura, los ministros de la Corte tampoco. Sólo conocen la sensación subjetiva del placer que su ingesta proporciona, placer que no hubiera sido necesario si el sistema nervioso se hubiese encontrado libre en primer lugar, no secuestrado por químicos psicoactivos que trasgreden las capacidades fisiológicas del organismo y supeditan al individuo al consumo. Es cierto que no todos los usuarios van a desarrollar adicción, ahí mencionaron algo al respecto, pero con porcentajes cada vez mayores

de THC en la marihuana, hasta un 39.5 por ciento, el porcentaje de dependencia aumenta constantemente. La encuesta del consumo de sustancias en estudios de 2014 ya refiere que el consumo de marihuana el último año aumentó seis puntos, a 14.4 por ciento en la población de 12 a 17 años. No es porque la política prohibicionista no esté funcionando, la política de restricción al consumo está permitiendo que los niños y adolescentes mantengan percepción de riesgo y digan “no, mejor no la pruebo”. Pero como hoy se está haciendo todo este foro mediático, los chamacos dicen “si la van a legalizar, vamos a ver de qué se trata”. El problema es esa compatibilidad fisiológica, no es si te gusta, es si el tetrahidrocannabinol es trabajar esos canales de sodio y entonces tiene la capacidad de crearte una mayor adicción y a ver ahora defiende tu sistema nervioso, cuando ya está secuestrado. Las decisiones de los adultos son el fundamento de la asistencia, pero cuando se confronta con la realidad de la experimentación de los adolescentes, el razonamiento se resquebraja, pone en riesgo la vida y salud del bono demográfico. Se forma este bono por los menores a los que pretendemos heredar el país. Sabemos que el 82 por ciento de los fumadores de nicotina ya consumían las cantidades de tabaco que fuma regularmente antes de cumplir 18 años y el reporte de la Casa Blanca sobre el estado de Colorado alerta a todo el gobierno federal estadounidense sobre los daños que se están generando por esta legalización del consumo medicinal, lúdico y recreativo y se disparó el consumo de adolescentes, y hay una larga serie de problemáticas asociadas de abandono de estudios, de ausentismo laboral. Y el estudio se los voy a compartir. Vayamos ahora a los derechos humanos. Empecemos por el Artículo 1º de la Declaración Universal de la ONU: Todos nacemos libres, con uso de razón y conciencia. La administración de sustancias psicoactivas como el THC esclaviza a un porcentaje de los usuarios a su consumo, 9, 20, 59, dependiendo del estudio, de la edad de inicio, del porcentaje.

Nubla el razonamiento y degrada el nivel de conciencia, lo que contradice al artículo; por lo tanto, la marihuana no debería estar disponible para la población como cualquier otro producto de forma legal. El Artículo 4º prohíbe la esclavitud. La etimología griega de la palabra hito es esclavo, el problema no es el potencial cerebro vulnerable de las víctimas esclavizadas al consumo de químicos psicoactivos, es el cerebro criminal de quien lucra con la adicción a sustancias psicoactivas. Un afán recaudatorio por consumo es inaceptable, porque hoy sabemos que el Estado Mexicano gasta 240 por ciento más en el sector salud en enfermedades por tabaquismo, y nada más consideran cuatro de 34 de lo que recauda la Secretaría de Hacienda por impuestos al tabaco; 240 por ciento que es una cantidad muy relevante. El Artículo 16 reconoce a la familia como base de la sociedad y al Estado su deber de protegerla. La dependencia al THC debe ver las capacidades del individuo, su integración familiar y crecimiento socioeconómico, lo que impacta el tejido social del que dependemos todos. La lógica de cuatro particulares para parar el consumo de un psicoactivo que no usan, cuatro ministros y un puñado de notables se desmoronan ante la lógica requerida para crear políticas públicas de salud que privilegian el desarrollo social y económico de un país con 120 millones de habitantes. Lástima que la doctora Nora D. Volkow, Directora del Instituto de Abuso de Drogas en los Estados Unidos no pudo presentar en el foro anterior su ponencia sobre el consumo de marihuana. Aquí traigo algunos estudios interesantes, de ésos que dicen que no existen, en el que se refiere que el lóbulo frontal es más chico en los usuarios regulares de marihuana, y la corteza prefrontal es más

delgada. Son estudios de la Universidad de Wisconsin y también se los comparto. Para rematar el argumento que fundamenta la sentencia de la Corte, el Artículo 29 refiere que todos tenemos deberes con la comunidad, sólo en su seno podemos desarrollar la personalidad y todos estamos sujetos a la ley para salvaguardar la paz y la armonía con los demás. El consumo lúdico y recreativo de químicos, no sólo de THC, impacta negativamente en la sociedad. El síndrome motivacional por consumo, donde el usuario pierde el interés de su entorno, ha sido ampliamente documentado en la literatura médica. Lúdico es jugar, y con porcentajes de adicción al THC que varían a la alza, fumar marihuana es jugar a la montaña rusa. ¿En verdad están los legisladores dispuestos a jugar a la ruleta rusa con nuestros niños y adolescentes con débiles argumentos que otros países ya han probado inviables? Mención aparte es el uso terapéutico de cannabinoides administrados vía clínica, nunca fumados; para padecimientos muy específicos a profundidad. No hay quien no promueva la salud y la salvaguarda de la calidad de vida, pero esas son dos cosas muy diferentes. No se dejen engañar. Hay consenso en que el usuario de psicoactivos no es criminal, es un enfermo, aunque requiere tratamiento con base en evidencia, con apego a los derechos humanos y a la Norma 028SSA2, para la prevención de las adicciones y tratamiento. El consumidor de químicos no necesita la validación social de que su personalidad se desarrolla libremente usando lo que necesita, es tratamiento por profesionales calificados y con resultados comprobados en la materia. Para información con base en el método científico, la Clínica del Trabajo y Editorial Trillas hemos compartido el libro electrónico “La evidencia en contra de la legalización de la marihuana”, que lo encuentran en las páginas de clinicadeltabaco.org; el reporte del

NIDA, otros de la Casa Blanca también lo encuentran ahí en la página de clinicadeltrabajo.org, sin costo. Por lo anteriormente expuesto y fundado, y me quedan todavía tres minutos, esas son las variables que tenemos que considerar. Ahí tienes la cannabis, en la primera columna es la cannabis sativa, alto contenido de THC; la segunda tiene las variables referentes al cannabidiol y algunas variables que pudieran ser de interés terapéutico. Y eso será parte del análisis desde el punto de vista de las modificaciones que están acá. Esta es Ley General de Salud y entonces en el Artículo 234 se debe de mantener los términos desde un punto de vista científico, no puede haber iniciativas de ley que diga “marihuana”; marihuana es un término coloquial, debe decir “cannabis”, “cannabinoides”, cuáles, para qué y cómo. Ley General de Salud. Luego, por otro lado, tenemos también las variables asociadas a que deben de ser específicas, por eso aquella modificación del 237. Estos son los artículos que se deben de modificar de la Ley General de Importaciones y Exportaciones, para dar cabida a medicamentos con base en cannabinoides. Hay que permitir la parte de investigación; pero qué creen, les tengo una noticia. Como dice ahí, el Artículo 238 de la Ley General de Salud ya permite la investigación científica y COFEPRIS decía: El protocolo está disponible, tienes que meterlo a Secretaría de Salud y se hace. En ese marco de referencia, mi ponencia concluye en la solicitud a los legisladores de que tengan una toma de decisiones responsable, con base en estudios reconocidos como el NIDA, que cuiden las posturas y más allá de toda duda razonable, entonces determinen qué privilegia la salud pública y los intereses de grupos. Los invito a que hagamos juntos una política de drogas integral, que cumpla con los acuerdos internacionales, salvaguarde el verdadero desarrollo de la personalidad y de los jóvenes, y promueva la investigación científica.

Agradezco su atención y la oportunidad de presentar esta información en beneficio de la salud pública de todos. Muchas gracias. Moderador: Muchísimas gracias a Eduardo. A continuación escucharemos la participación del doctor Hugo Manuel Camarillo Hinojosa. Él es doctor en Ciencias Sociales en el área de gobierno y políticas públicas, es autor de varios artículos publicados en capítulos de libro, en revistas indexadas en México y el extranjero. Ha sido profesor visitante en la Universidad Autónoma de Baja California, la Universidad Diego Portales, en Santiago de Chile, bajo la tutoría del doctor José Joaquín Brunner. Desde 2014 es el Coordinador General en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez del Programa de Profesionalización de la Gendarmería de la Policía Federal. Desde 2013 colabora en la Secretaría Académica de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez en asuntos jurídicos e institucionales. Profesor de tiempo completo en el Departamento de Ciencias Jurídicas y miembro del Centro de Investigaciones Jurídicas de la misma universidad. Adelante, doctor. Dr. Hugo Manuel Camarillo Hinojosa: Hola, buenas tardes; buenas tardes a todos. Saludo con gusto a todos los académicos que se encuentran aquí presentes; también saludo a los alumnos que acudieron a ver este tipo de foros y este tipo de debates; también, desde luego, saludo al moderador, al doctor Rafael Valenzuela, y a todos y cada uno de mis compañeros ponentes.

Finalmente, también agradezco la participación de todas y cada una de las personas que de alguna manera participaron para el desarrollo y el desenvolvimiento de este tipo de foros, porque siempre son pertinentes este tipo de espacios donde se propicia el diálogo para poder escuchar las diferentes posturas acerca de la legalización de la marihuana. Y quiero comentar que, con la finalidad de cumplir cabalmente con las reglas establecidas para el presente debate, he preparado este guion para sujetarme única y exclusivamente a lo que quiero, a lo que deseo decir en los 15 minutos permitidos. Una vez dicho lo anterior, comenzaré con mi ponencia, cuyo título es “México y las actividades relacionadas con el consumo de la marihuana con fines distintos a los de carácter médico y científico, un derecho de los ciudadanos o un derecho del Estado para continuar su política de prohibición”. El primer aspecto que deseo poner sobre la mesa es que un debate nacional sobre los distintos usos de la marihuana debe ser contextualizado a nivel internacional. ¿Por qué lo digo? Simplemente porque otros países superaron la discusión que actualmente vivimos en México y regularon su legalización en ciertos casos y bajo determinadas condiciones. En este sentido yo considero que habría que voltear la mirada a las problemáticas o a las ventajas suscitadas en otros entornos geográficos, en otros entornos económicos, políticos y sociales para una mejor comprensión de los aspectos alrededor del debate que hoy ventilamos. Por ejemplo, a nivel de América Latina, Uruguay, el segundo país más pequeño de Sudamérica, legalizó en diciembre del 2013 la producción, almacenamiento, venta y consumo de la marihuana con fines distintos a los médicos y científicos. Por ejemplo, la Ley Uruguaya permite que para el consumo personal o compartido en el hogar se puede realizar la plantación, el cultivo y la

cosecha doméstica de hasta seis plantas de marihuana. Asimismo, se permiten las actividades de plantación, cultivo y cosecha de hasta 99 plantas de marihuana realizadas por clubes de membresía, con un mínimo de 15 socios y un máximo de 45. Claro que la ley de Uruguay no establece el tamaño de las plantitas. Sin embargo, lo anterior se trata de una creación legislativa que la International Narcotics Control Board, que en español sería la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, consideró como infractora de ciertos artículos de la Convención de Estupefacientes de 1961, esto según lo que está documentado por los informes de la Junta Internacional de Fiscalización de los Estupefacientes en el mes de marzo, del informe del mes de marzo del 2015. A su vez, en los Estados Unidos de América también se legalizó la marihuana en algunos de los estados bajo ciertas especificaciones; por ejemplo, recientemente en Texas se ventiló la pertenencia sobre el uso limitado de aceite de marihuana con fines médicos. Para que se diera esto hubo un cabildeo interesante por parte de familiares de personas con epilepsia, algo que ya comentaba el colega neuropediatra, quienes exclusivamente, estas personas con epilepsia, tendrían el acceso al producto, exclusivamente ellos. Otros estados como Colorado, Washington, Alaska y Oregón, permiten el uso de la marihuana con fines recreativos y en cerca de 24 estados de Estados Unidos se permite el uso de marihuana bajo ciertas condiciones y bajo ciertos fines. En Europa, específicamente en Holanda, fue permitido el almacenamiento, la venta y consumo de marihuana desde hace décadas en las coffeshops, no en las sexshop; sin embargo, a partir del 2012 el gobierno se ha preocupado por regular la emergencia de algunas situaciones preocupantes. Y al respecto Holanda trató de subsanar algunas de las lagunas de la ley para controlar de manera más precisa la venta y el consumo en los lugares de expendio.

De todo lo anterior que acabo de decir en el plano internacional, se desprende que aunque en otros países se ha podido superar la etapa del debate colectivo acerca del uso de la marihuana y conducirlo hacia una legislación que lo regula y permite bajo ciertas circunstancias modalidades y fines, se trata de una discusión por demás vigente no sólo a nivel nacional, sino internacional que merece reunir todas las percepciones con todas y cada una de las aristas que los ponentes han planteado. Ahora, una vez hecha esta contextualización internacional sobre el uso de la marihuana, me referiré ahora al contexto nacional; específicamente haré una serie de interpretaciones a ciertos artículos de la Ley General de Salud y son las siguientes: Conforme a lo dispuesto por el Artículo 7º, fracción I, le corresponde a la Secretaría de Salud del Gobierno de México establecer y conducir la política nacional en materia de salud. Asimismo, el Artículo 17 de la misma ley, en su fracción I, establece que hay una competencia del Consejo de Salubridad General para dictar medidas contra la venta y producción de sustancias tóxicas, es decir, bajo una interpretación general del texto de la ley, el Estado Mexicano tiene toda la facultad expresa para tomar las decisiones necesarias en materia del uso de la marihuana, dados los posibles efectos que ésta produce en la salud de la población, por lo que la apertura de un debate nacional al respecto representa de alguna manera, al menos en teoría, que la política de México en materia del uso de la marihuana que finalmente se vaya a diseñar o a instrumentar, pues será incluyente y esperamos realmente que la voz ciudadana esté, dado que el gobierno a través de la Secretaría de Salud no está obligado, jurídicamente hablando, a considerar las posturas de los académicos, los investigadores, los profesionales del derecho, la medicina, la psicología, etcétera, respecto al uso de la marihuana. Por otro lado, es necesario mencionar que la Ley General de Salud siempre ha regulado la venta y el suministro de los estupefacientes, sustancias psicotrópicas y productos que la contengan.

Establece esta Ley General de Salud en su Artículo 204, que para lo anterior, es decir, para la venta o suministro, debe contarse con una autorización sanitaria en los términos que dicte esta ley y las demás normatividades aplicables. ¿Esto qué significa? Me refiero en los términos de una de las preguntas que venían en el texto de la convocatoria de este debate nacional y que hace referencia a la pregunta de: ¿Debe mantenerse la prohibición o es preferible regular la marihuana? La respuesta sería en este sentido: Interpretando el texto de la ley, el uso de tal estupefaciente está prohibido y está regulado; prohibido porque la norma no permite libremente su uso; y regulado, porque del artículo puede desprenderse que en caso de que sí se autorice por la autoridad correspondiente se podrá vender y suministrar. Ahora bien, conforme al precepto jurídico 234 de la misma ley, existe un listado de 110 sustancias y/o productos que se consideran como estupefacientes, entre ellos la marihuana. Y en el numeral 235 se determina que la siembra, cultivo, cosecha, elaboración, preparación, acondicionamiento, adquisición, posesión, comercio, transporte en cualquier forma, prescripción médica, suministro, empleo, uso, consumo y, en general, cualquier acto relacionado con estupefacientes o productos que la contengan estarán regulados por la misma ley en cita, por las leyes generales relacionadas con la materia y por los tratados internacionales, etcétera. ¿Lo anterior en qué se traduce? En que una extensa, extensísima regulación de 15 textuales actos relacionados con los estupefacientes, incluso el mismo artículo expresa al final que dichos actos, es decir, la siembra, cultivo, cosecha, elaboración, etcétera, sólo podrá realizarse con dos fines: El médico y el científico, y sobre todo con la debida autorización por parte de la Secretaría de Salud. En este sentido, según se desprende del artículo en cita, si no es con tales fines, es decir, el médico y el científico, cualquiera de los actos

mencionados en el anterior párrafo en relación con la marihuana están prohibidos, incluyendo el fin recreativo o lúdico. Ahora bien, en la tercera parte de mi ponencia sobre el uso de la marihuana no puedo dejar de mencionar el papel preponderante que tuvo la Suprema Corte de Justicia en la historia de nuestro país, esto porque el 4 de noviembre del 2015, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia resolvió a favor de cuatro ciudadanos, y el caso lo conocen todos ustedes, incluso ya varios de mis colegas plantearon ese aspecto, cuatro ciudadanos fueron autorizados mediante un juicio de amparo para el consumo, siembra, cultivo, preparación, acondicionamiento, posesión, transportación, empleo y uso de marihuana con fines lúdicos o recreativos, se trató de un fallo trascendental para México, dado que estas personas plantearon, ante los tribunales, que determinados artículos de la ley eran inconstitucionales porque trasgredían algunos de sus derechos fundamentales. Los amparados ya los conocen ustedes y se pueden buscar en internet, ellos plantearon que los artículos 235, 237, 245, 247 y 248 de la Ley General de Salud eran violatorios del Texto Constitucional. Y, efectivamente, coincido con algunos de mis colegas en que habría que aplaudir el proyecto del Ministro Arturo Zaldívar, que fue también consensado por Olivia Sánchez y José Ramón Cossío y que tuvo un voto en contra, por parte del Ministro Jorge Pardo Rebolledo. Y algunos de los argumentos expuestos por estos ciudadanos que solicitaron el beneficio por parte del juicio de amparo para poder hacer uso de la marihuana en ciertos actos, en sí el recreativo y el lúdico, conforme a esta demanda de amparo los argumentos esgrimidos por ellos son los siguientes: Los ciudadanos expusieron que los preceptos jurídicos citados eran inconstitucionales porque les restringían sus derechos fundamentales a la identidad personal, imagen propia, libre desarrollo de la personalidad, autodeterminación de libertad individual, todos derechos fundamentales inherentes al principio de dignidad humana y del derecho de la salud; argumentaron la prohibición por parte del Estado para el uso de la marihuana con fines distintos a los médicos y

científicos. Esto trasgredía su libertad para decidir en el sentido integral sobre su autodeterminación y proyecto de vida. Para los ciudadanos amparados la prohibición de la marihuana en sentido personal y recreativo por parte del Estado invadía su esfera privada a decidir por ellos lo que deben hacer o no, y esto se traduce en una afectación de su libertad individual; asimismo, los quejosos arguyeron que la prohibición lúdica del consumo de marihuana causa afectaciones a su derecho de salud ante la potestad de los ciudadanos para decidir sobre el goce o no de una buena salud. Voy a omitir algunas otras cuestiones sobre la Suprema Corte de Justicia porque ya me extendí del tiempo y también el doctor Juan Vega habló sobre esto. Y, finalmente, diré la reflexión final: A partir de todo lo expuesto en esta ponencia, mi perspectiva consiste en que México debe dejar atrás su política de prohibición del consumo de marihuana, así como todas las actividades relacionadas con ésta, tales como la siembra, el cultivo, la cosecha, la preparación, la posesión y la transportación con fines recreativos. La política de nuestro país y su normatividad en materia de salud debe tener mayor apertura para el respeto y garantía de los principios de universalidad, interdependencia y progresividad de los derechos fundamentales. Las disposiciones de la Ley General de Salud no deben seguir contraviniendo el principio pro persona integrado en nuestra Constitución Mexicana desde junio del 2011, esto porque vulnera el replanteamiento de la comprensión de los derechos humanos y cualquier atentado a éstos debe ser reparado por el Estado, según lo establecido por el Artículo 1º de nuestra Constitución. En este sentido y para terminar, el derecho mexicano en materia de salud no debe quedarse anclado en una posición moralista del Estado. Mantenerse en una política prohibicionista en cuanto al uso de la marihuana, más allá de los fines médicos y científicos, se traduce en

una política descontextualizada en el plano internacional; y el doctor Jorge lo planteó también. Si ya la Suprema Corte de Justicia resolvió en favor de un consumo lúdico de la marihuana con base en un análisis profundo del derecho mismo, la jurisprudencia y la doctrina, tanto el Poder Ejecutivo y el Legislativo deben romper el paradigma moralista de resistencia para posicionarse en pro de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Muchas gracias. Moderador: Enseguida vamos a escuchar al doctor Sergio Rueda Delgado. Dr. Sergio Rueda Delgado: Yo soy un cientifista total, no creo en las cifras subjetivas. Pero antes de iniciar me quiero presentar: Soy el doctor Sergio Rueda, pertenezco al Consorcio Internacional de Adicciones, IC&RC, la mayor entidad mundial que certifica adictólogos en las áreas médicas psicológicas. Realicé estudios de doctorado en medicina conductual, realicé estudios de postgrado en Nueva York, soy consejero avanzado en drogas y Director del Instituto de Medicina y Tecnología Avanzada de la Conducta del Hospital Poliplaza Médica. Yo también tengo un libro, no lo vengo a promocionar; pero es uno de mis libros sobre el amor como adicción, ganó el premio más importante en Iberoamérica hace dos años. Y el día de hoy yo creo que estamos dando palos de ciego aquí con este tipo de debate. Le voy a preguntar a él y vamos a iniciar con algo muy dinámico: Si usted tuviera cáncer y le digo que este medicamento se llama Krebiozen y lo va a curar, y usted se lo toma y se cura. ¿Qué pensaría? Que el tratamiento tuvo eficiencia.

Pero al pasar dos meses resulta que usted a través de los medios de comunicación o de revistas científicas o de su médico, que no era cierto, usted tuvo una reemisión de cáncer. ¿Qué pasaría si usted se entera que no es cierto que se curó? Es un engaño, es un engaño médico ético. Los tratamientos establecidos por el gobierno de México, y creo que aquí estamos perdiendo el punto de vista. ¿Qué es lo que se busca aquí? La reducción, la disminución del uso de drogas. La pregunta viene: ¿Está funcionando el tratamiento? No. No es ético implementar técnicas antiéticas que no están funcionando. Cuando se aplica un estudio o una implementación, un tratamiento social, como es la reducción de la demanda a la droga a través de técnicas prohibicionistas y tenemos 100 mil muertos en México, 10 mil en Ciudad Juárez, yo soy nativo de Juárez y vivo en la frontera también; tenemos 100 mil muertos, tenemos que como una medusa el narcotráfico se diversifica con la prohibición. Y resulta que tenemos secuestros, extorsiones, familias desintegradas, las cárceles llenas de gente, esta parte en Estados Unidos de los presos son por el consumo de drogas. ¿Qué me estoy preguntando? ¿Está funcionando la estrategia? No. No es ético que yo como médico especialista sepa que esto no funciona y te lo voy a dar, es lo que hizo el gobierno de Calderón. Él dijo “para que las drogas no lleguen a tus hijos”. Pero un tratamiento se tiene que comprobar empíricamente, no bastan opiniones subjetivas de decir “el estudio científico tal dice esto y esto otro”. Ésta es revista referiada, son científicos que han sometido sus estudios a otros científicos, como la revista Lancet, Nature, que nos dicen que realmente esto está validado o son opiniones subjetivas.

El último estudio del año pasado de la revista Science, una revista muy conectada con Lancet, encontró cuáles son las afectaciones tóxicas de las drogas, desde la marihuana, las metanfetaminas, todas; resulta que el alcohol es 114 veces más dañino tóxicamente que la marihuana. Y encontramos, si ven lo amarillo; lo amarillo es la que menos afecta, en segundo lugar vamos a encontrar el alcohol, la heroína, la cocaína, está por encima del tabaco; y la hipocresía del gobierno, y no critico a todo el gobierno porque hay gentes de buena fe, Calderón obviamente él es adicto al alcohol y no se castigó con técnicas persecutorias y se metió al bote, que metan a los demás. Sabemos que las estrategias persecutorias dejan mucho dinero. Yo vivo en la frontera, un prisionero en Estados Unidos, en las cárceles privadas pagan 150 dólares por cada uno; aquí los tenemos en la cárcel, están enquistados dentro de los sistemas un número grandísimo de personas que han sido acusados por traer un cigarrito, pero en ninguno de los casos tenemos gente que realmente se dedica a esto. ¿Por qué le vamos a dejar el negocio a los grandes empresarios de la droga? Veinte millones de dólares en promedio es lo que gana el narcotráfico. Ahora, ¿por qué estoy aquí? Porque hace cuatro años, un 19 de febrero uno de mis hermanos me habló angustiado que algo había consumido y le había caído muy mal, era adicto al alcohol; llevaba como 47 años tomándose una botella de vodka diaria y no le pasó nada. Se consumió una cocaína adulterada y muere de un infarto. Lo perdí. Y cuando vengo aquí, realmente que digamos que pueden usar condones va a haber más sexo, eso es una mentira del gobierno. ¿Cuánto le invirtió realmente el gobierno a la prevención? Si queremos reducir, las Naciones Unidas dicen que potencia 20 veces más la reducción de la demanda.

Nosotros propusimos tres proyectos de prevención de las adicciones con certificación internacional, con cursos a los maestros sin costo en tres distintas administraciones gubernamentales y los tres nunca se tomaron en cuenta a nivel estatal. Un estudio de 100 mil pesos, que para mí cuesta mucho que no estoy subsidiado por el gobierno, lo reciben los tres representantes del gobierno y ninguno lo aceptó. Posteriormente sometimos tres maestrías en el área de prevención de las adicciones y dijeron que no les gustó la hoja azul, que venía la hoja amarilla en que venía en el estudio. Y al doctor Stanley Kramer, un autor de más de 2 mil publicaciones científicas, querían que revalidara sus estudios de médico y que fuera a sacar la carta de no antecedentes al eje vial Juan Gabriel; le dijeron los doctores ve a pedir informes al eje vial Juan Gabriel, cómprate tu lunch, tu torta para que saques tu carta de no antecedentes. Si el gobierno dice sobre esto “mata más gente el tabaco en lugares cerrados”, que aquí se sigue fumando. Yo canto profesionalmente, en un bar que se llama el Viejo Oeste, un bar que está por Ignacio de la Peña, se oyeron unos balazos y cuando estaba cantando me dice una persona “no dejes de cantar” y le digo por qué, y mataron a dos personas afuera. Cuando salgo había dos adolescentes de 14, 15 años que vendían droga y fueron ejecutados, vendían marihuana. Es la penalización la solución que está invirtiendo el gobierno. Nosotros encontramos que en los estudios de factibilidad, que hay alrededor de nueve programas de adicciones en todo México, la UNAM; en el norte no hay ninguno y no se aprueba. ¿Cuál es la seriedad del gobierno en esto? ¿Por qué este debate? Para mantener enquistados en el poder a los que están en el gobierno que obtienen mucho dinero por las drogas, mantener que los que están distribuyendo sean personas que van a dañar nuestra salud.

Sabemos que si el gobierno lo regula, la Secretaría de Salud, se va a crear una norma de calidad, y si nosotros entrenamos a nuestros niños desde cinco y ocho años, ya habló aquí el neurólogo; decía el doctor John Money en la Universidad Johns Hopkins, si usted entrena al niño entre cinco y ocho años va a formar un mapa neurológico que le va a impedir consumir drogas, va a ser mucho más difícil. No queramos tapar el pozo al niño cuando ya está ahogado. Tenemos que educar desde el inicio, la educación de las drogas desde la infancia en las primarias; se pone la sexualidad en la educación, pero no se pone de la prevención de las drogas. La cuestión aquí son los estudios que citan nuestros compañeros, vienen de revistas referiadas, de revistas científicas, Lancet, Nature; o son nada más usadas como la cuestión tendenciosa de presentar resultados a favor de una prohibición. ¿Qué alternativa ofrece el gobierno? ¿Cuál es la mejor? ¿Van a ofrecer a cambio qué, la misma estrategia que no ha cambiado, la misma estrategia que nos sigue perjudicando y que siguen matando gente y que la gente del narco sigue haciendo mucho dinero? Dejar la industria de 20 millones de dólares al narco, cuando podemos invertir en prevención. Hace muchísimos años, cuando viene la prohibición de consumir alcohol las 24 horas, que yo era de los bohemios de la Juárez y cuando lo redujeron a mí escandalizó. Resulta que en estas prohibiciones son toda la semana, sin embargo, la criminalidad antes y después se potenció con la prohibición de los horarios, el clandestinaje, los affters mucho más peligrosos, la policía que son de los peores corruptos que conozco arrestando a cualquiera por cualquier razón, los retenes antialcohol, ocho mil pesos a los que trabajan en salario mínimo. ¿Cuál es la estrategia del gobierno? Cero. ¿Qué van a contribuir?

No sé qué van a contribuir. Pero les pido a ustedes que piensen, cuál es la estrategia que tenemos, si la prohibimos cuál es la que está ofreciendo el gobierno, no utilizarla y cómo vamos a apoyar todo esto. Este tipo de situaciones son las que nos llevan a nosotros a la conclusión de que necesitamos una estrategia comprensiva, la gente sufre mucho estrés ahorita, se llama por estudios el estrés social, cuando el hambre, la miseria se potencialicen aritméticamente, geométricamente, cuando inician los sedates. Yo voy a la cantina porque soy un consumidor de déficit, problemas de pareja, problemas económicos, los estacionamientos que nos quitan 200 pesos por semana, cuando ganas el salario mínimo. Es ese tipo de situación que estamos viviendo, es el entramado que decía el Papa que debemos de trabajar, en ofrecer oportunidades de trabajo, calidad de vida, ir a las verdaderas causas del consumo de droga. Hay un libro que se llama, muy famoso, de un escritor canadiense, “Vale la pena morir por él”, él dice que la raíz del consumo de drogas está en la sedación por estrés. Mientras no mejores el estrés social de miseria en nuestro país no vamos a tener resultados positivos, no se trata de aventar inmediatamente, vamos a consumir la droga de manera lúdica, se trata de que quien no la dé sean personas, porque va a continuar el consumo de todos modos, sean personas profesionales, éticas y no narcos y sicarios que te pueden matar y que te pone en riesgo. La pregunta: ¿Tiene buena estrategia el gobierno? No tiene buena estrategia. ¿Qué nos ofrece? Ninguna. Este debate no tiene razón de ser con este tipo de temas. Vamos a argumentar en contra o a favor, no. ¿Está funcionando? Es ético tener un medicamento que no funcione, es antiético y es inmoral.

Moderador: Agradezco a cada uno de los expositores su intervención, haber respetado los tiempos, aunque minutos más, minutos menos, sí se ajustaron a los 15 minutos que marcamos al inicio. Me gustaría también expresar lo siguiente, vamos a abrir una ronda en la mesa para responder algún comentario, alguna alusión que consideren cada uno de los expositores. Me gustaría preguntarles por dónde iniciamos, con quiénes iniciamos, me gustaría que levantaran la mano, tendremos una oportunidad de intervenir de tres minutos para hacer referencia a alguna de las ponencias que ustedes consideren necesario profundizar o bien profundizar en la propia. Se trata de un espacio de tres minutos con la oportunidad de una réplica de hasta dos minutos. Me gustaría que iniciáramos, estamos recibiendo aquí sus preguntas. Adelante. Intervención: Lo mío es muy breve en relación a lo que comentaba Alejandro. Lo que me comentó Alejandro, me gustaría que quedara muy claro, Alejandro, que la postura no es antiliberal, la cuestión de defender algún tipo de perfeccionismo, una postura perfeccionista también se inscribió dentro de lo liberal, precisamente porque estamos muy en sintonía contigo de que no se puede canalizar el tema de los planes de vida valiosos a través de la coerción, que es algo inmoral y a través de la manipulación. Quiero que quede muy claro que no es una cuestión de nueva inquisición, para nada, eso sí me preocupó muchísimo y a lo mejor lo di y lo expuse de manera muy rápida y no se puntualizó bien, también se inscribe dentro de una posturalidad. Yo sí creo que el ejemplo que mencionaste no puede ser el adecuado, por ejemplo, el junior, deja tú el junior, el parásito, creo que precisamente por eso nos critican o los critican a los parásitos y a los junior, precisamente porque hacen nada y nada más se están alimentando sin hacer absolutamente nada. Creo que el derecho, el derecho es lo que hace a través, por ejemplo, del derecho fiscal, te estás beneficiando de los servicios públicos del Estado y no pagas nada, no, tienes que pagar, tienes que contribuir al gasto público de manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes. Creo que de todas formas ahí hay, el ejemplo me gustaría comentarlo más en corto contigo, precisamente, porque sí creo que hay elementos que se pueden criticar.

Siendo honestos un mismo los crítica y no están en el punto de dejarlo así como que cada quien haga lo que quiera, creo que tengo elementos morales y razones importantes para criticar a los parásitos y es un poco lo que estoy tratando de avanzar. Eso en realidad es lo que quería comentar, que también se escribe dentro de una postura liberal. Hubieran mencionado lo que comentaste tú, Jorge, hubiera mencionado a mil en la sentencia, bueno, ese es mi punto, ni siquiera trate de defender una postura perfeccionista, muy en el fondo, a lo mejor, ese es mi punto de vista. Lo que quise mencionar es que a pesar de lo bueno de la sentencia de la Corte, Camarillo también lo puntualizó, lo muy bueno de la sentencia de la Corte, ese punto me gustaría verlo más discutido, más argumentado, una postura de mil, pero después nos vamos a la cuestión de interpretar el principio del daño, etcétera. Esa discusión en realidad no es una conclusión, es la discusión la que quiero que se genere, porque creo que ahí podemos canalizar mucho lo que usted cerró de si es inmoral o si es antiético, usted lo planteó así, antiético el consumo lúdico de la marihuana. Creo que ese es uno de los temas más importantes y ese es mi objetivo, discutir ese punto a pesar de que yo esté mal en el fondo, pero sí creo que amerita muchísimo más discusión. Muchas gracias. Intervención: Yo fui de las que entendí que el papelito era que ya me había faltado el tiempo, entonces lo cerré todo rapidísimo. Realmente me gustaría hablar un poquito de este estudio, fue un estudio hecho en Inglaterra que mide diferentes factores de peligrosidad de las sustancias, incluyendo a factores sociales, biopsicosociales. Si bien pone al alcohol como una de las sustancias más dañinas para el ser humano, pone al tabaco detrás y a la marihuana por tercero, también pone a la marihuana como más peligroso que el LCD. Tengamos muy en claro de qué tipo de fuentes estamos hablando, pero, como yo decía, no nos turnemos viendo que estudio aplica en México y qué estudio no, al final de cuentas todos coincidimos que no es que su uso para recreación no es inocuo, hace daño y vayamos a lo que decía Nicole Frederich, miembro de la UNESCO con respecto a nuestro papel de educadores, profesores, padres y los animadores de grupos juveniles, eminentemente constructivo, consiste en ayudar a los jóvenes y a los no tan jóvenes a formarse, a desarrollar sus recursos

intelectuales, afectivos, morales y aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a ser feliz. En fundamento de los programas preventivos que nosotros damos como adicto a la vida es tratar de formar en el profundo sí para aprender a decir que no y no es que tengamos una actitud moralista, sino sí creemos, y a lo mejor somos idealistas, en que el ser humano puede, tiene el derecho también a aspirar a lo mejor, a lo mejor para sí mismo y a lo mejor para los demás. Que no se nos olvide, también tenemos el derecho a aspirar a ser la mejor versión de nosotros mismos. Por otro lado, también aprendamos de nuestros errores, hablan de la regulación del tabaco, del alcohol como si fueran la panacea cuando tomos sabemos el problema de salud pública que eso representa. Sabemos perfectamente y lo hemos visto en foros, que los muchachos menores de edad, los niños, consumen alcohol y tabaco, y que lo pueden también conseguir de una manera muy fácil, que también existe un mercado negro de alcohol y tabaco, y que el problema de salud pública con alcohol y tabaco sea multiplicado desde que se ha regularizado más. Entonces, tomemos ese aprendizaje, veamos lo que sucede si esto se industrializa y hay un monopolio económico detrás de esto y regulemos, regulemos de una manera mucho más inteligente, pero sobre todo no creamos que es un medicamento, dando un medicamento que no funciona, no creamos que nebulizando una sustancia vamos a mejorar las condiciones de ilegalidad de violencia, hay muchos ámbitos internacionales donde el narcotráfico no es violento. Nuestro problema es un problema estructural, es un problema multifactorial, por qué no nos vamos a la raíz de los problemas, por qué no hablamos de verdad de una manera paralela, a lo mejor más consistentemente del tema de la impunidad, del tema de la falta de Estado de Derecho, del tema de la falta de oportunidades, resolvamos los problemas de fondo, no creamos que tomándonos una aspira vamos a resolver un cáncer social. Muchas gracias. Intervención: Gracias, Adriana. Creo sí es súper importante no creer que la regulación va a resolver los problemas sociales que tenemos respecto a no solamente el consumo de la marihuana, sino de otras drogas y de otras adicciones, parece título de película, pero sí lo es. Es importante creer en la estructura social y también ver cómo regulamos a aquellos productores y a aquellos distribuidores que están en lo legal y lo ilegal.

Entonces, son las dos vertientes y no es un problema fácil, no es de decir vamos a legalizar y con eso terminamos un problema de salud pública, sería ilusorio, utópico. La violencia tampoco, no se sigue, no hay un argumento lógico, pero tampoco hay una pendiente resbaladiza respecto de permitir y llevarnos a otro tipo de. Si existe en el ámbito de la filosofía, si existe evidencia empírica también, pero creo que también es necesario tener la evidencia empírica de nuestro neuropediatra registrada en un protocolo que se vaya a seguir por COFEPRIS, pero también tenemos muchos problemas estructurales con nuestras instituciones que regulan los protocolos de investigación científica. Por ejemplo, esto es de la práctica clínica a la parte médica, pero no lo tenemos reportado, cómo vamos a contextualizar lo que no tenemos evidenciado si no tenemos autoridades eficientes que lleven a cabo un control adecuado respecto a lo que pasa en el ámbito clínico y lo que pasa en ciencia básica. Sí es un problema mayúsculo en cuanto regulación, el reto no es fácil, pero tampoco no podemos seguir prohibiendo, porque tampoco hay evidencia que diga que la prohibición nos da mayor beneficio. El plan de autonomía, como decíamos, es un problema de la filosofía y tenemos que seguirlo discutiendo totalmente con, a lo mejor revisar los autores como John Stuart Mill, otros que nos hablan precisamente de esta visión utilitarista respecto de la autonomía y seguir por ese camino en cuestión de dar mayor coherencia a los argumentos filosóficos que se presenten en una sentencia. Ahora, la Corte creo que también perdió una oportunidad importantísima de tener una deliberación con expertos de distintas disciplinas que pudieran abordar el tema de esa manera y tener un foro como el que hoy tenemos con todos ustedes, con todos los interesados. Pero también creo que podemos aprovechar, como nos dijo Hugo, esta sentencia también para reafirmar que tenemos también derechos y libertades que el Estado nos debe de respetar y garantizar. No confundamos el debate, aquí no estamos discutiendo si no van a prohibir o permitir, aquí tenemos que estar viendo cómo vamos a regular para poder garantizar las libertades y los derechos que nos ha dado el Artículo 1 Constitucional en materia de derechos humanos. Muchas gracias. Moderador: A continuación Alejandro Jiménez.

Lic. Alejandro Jiménez Padilla: A mí nada más me gustaría terminar también lo que me faltó. Vuelvo a este punto mucho más concreto, a las patologías que alcanzamos a ver nosotros, quizá producto de recargar todo el sistema de justicia penal en las policías, sobre todo en la estrategia de seguridad en las policías. Nosotros lo hemos encontrado, ellos le llaman esta lógica de sacar de circulación, en realidad, como los mismos policías no confían en la capacidad probar o de llevar a juicio a la persona que ellos, los vecinos le dijeron que es el que se está metiendo a las casas, como ellos no confían en esa posibilidad, para el policía justiciero, que también se está desarrollando esa identidad, es más fácil sembrarle marihuana, porque el delito de posesión es simple, aunque no sea para fines de tráfico es una llave maestra. Además de la falsa flagrancia para estar sacando de circulación a las personas omitiendo su obligación constitucional de reparar el daño o de garantizar la reparación del daño, el esclarecimiento de los hechos. Por eso vamos nosotros hacia este punto, eliminar esos rincones y esas aristas de donde la arbitrariedad se está colgando, nos está dejando o nos está quedando a deber a todos. La marihuana ha permitido o el tipo penal de posesión simple ha permitido subsidiar esta negligencia y la falta de capacidad de las policías, hay mucha gente que lo acusan por posesión simple está en la cárcel, pero ellos dicen: “Yo cometí otro delito, eso nunca lo hice yo”. Entonces, ese reconocimiento también va generando una mejor reinserción, si estás en la cárcel por algo que sí cometiste y te comprobaron todo lo que hiciste es diferente a que te metan ahí como con una llave maestra de falsas flagrancias en donde de repente tienes cinco oficiales que se saben de memoria una versión de cómo detuvieron a una persona por equis cosa o por posesión de marihuana. Creo que ahí le tenemos que cerrar el campo a la arbitrariedad y por eso estamos preocupados por este tipo penal tan ambiguo que sirve como un mecanismo de criminalización instantáneo, sólo quería cerrar con eso. Me gustaría luego discutir con ustedes, es muy buena la postura, creo que pasar al siguiente paso de necesidad, como es la medida que menos restringe o menos afecta a los derechos que estamos teniendo y sería bueno también desarrollar más la discusión. Es todo. Intervención: Creo que tenemos que partir de la base de que la demanda y la necesidad social del uso de distintas drogas psicoactivas no va a desaparecer,

nos guste o no nos guste con ninguna prohibición y que las personas tienen el derecho de experimentar, utilizar cualquier tipo de sustancia química, sean drogas psicoactivas fuertes, sea marihuana, sea café, sea té, sean chocolates, sea azúcar, eso no es un argumento viable en ningún sentido. Utilizamos muchas sustancias para sentirnos bien o para tratar de encontrar algún estado de satisfacción. Ese no es el problema. Tenemos que encontrar un equilibrio entre los derechos fundamentales que están garantizados en la Constitución, el derecho a la autodeterminación y, desde luego, la protección de todas las sociedades, los riesgos de las libertades individuales, la libertad implica cómo nos protegemos, paradójicamente, de los efectos de la libertad de todos, es el equilibrio muy difícil de encontrar, pero tenemos que buscar una forma. Desde luego que existen temores y preocupaciones muy fuertes de qué pasaría con el ejemplo del tabaco y el alcohol con un mercado abierto, poco regulado, desde luego que ese no es el modelo que muchos queremos. La gran mayoría de consumidores de marihuana son personas muy conscientes, son personas que no quieren ese mercado abierto, son personas que no quisieran que Philip Morris les vendiera Marlboro Verdes y comprárselo a la Philip Morris y tener estos grandes problemas que tenemos con alcohol y tabaco. En países donde el alcoholismo, por ejemplo, es mucho más grave que en México se han impuesto otras medidas regulatorias, que sí funcionan, a lo largo funcionan, que van desalentando el consumo, por vía positiva, por regulaciones de horarios de venta, que protegen a los jóvenes y a los niños. Hay que insistir en eso y, en efecto, lo que ha hecho el país, no las organizaciones civiles, el Estado mexicano en prevenciones, casi nada, y tenemos que exigir que el Estado realmente gaste en eso y no en la persecución criminal. Sí hay forma de pensar un modelo de regulación que equilibre esto, la libertad y la dignidad, porque yo quiero vivir en un país en donde tengamos libertades fundamentales para dirigir nuestra propia vida, no quiero vivir en un país en donde me castiguen con pena de muerte por fumar marihuana, que los hay. No quiero vivir en un país en donde prohíban todo, entonces prohibamos el tabaco, el alcohol, la pornografía, estas son siempre las tentaciones de una posición prohibicionista. El asunto en la ética social, digamos, y también en la bioética es que no hay la ética o la bioética, está el principio fundamental de la autodeterminación por lo cual se pueden elegir muchas formas de vida que a unos nos pueden parecer buenas, a otros nos pueden parecer correctas o incorrectas.

Es decir, no existe un criterio único en las sociedades actualmente democráticas y plurales como para tasar cuál es lo moral o lo inmoral, eso simplemente ya no es posible. Tenemos una gran variedad de formas de vida y que algo de lo que hacen otras personas nos parecerá inmoral, terrible, degeneradas, incluso, pero ya no tenemos el derecho por vía de la sociedad y del Estado de prohibir, perseguir, criminalizar al menos que demostremos que eso daña directamente los derechos de terceros. Ese es el punto fundamental del tema de la marihuana. Como les explicaba, la mayoría de los estudios científicos actualmente, y esa es la tendencia, muestran que la marihuana tiene riesgos, desde luego no es inocua, que hay que advertirlos bien que los riesgos son más grandes para los niños y adolescentes, pero que no es un producto tan dañino como otras drogas, hay que separarlo bien, justo con la evidencia científica de las causas reales, la forma de prevenir, de evitar y de desalentar el alto consumo es posible hacerlo con otras medidas regulatorias, precautorias, educativas. Es por ahí por donde tenemos que avanzar en una discusión de cómo podemos lidiar con ese problema. Intervención: Una nota precautoria, siempre que hay, en la medicina nos topamos con esto, yo voy a tener un médico que está en pro de este tipo de tratamiento, ese médico va a diseñar sus estudios para que de alguna forma u otra se publiquen a mi favor. Es algo que un médico publique un artículo que vaya en negación a su teoría principal. Nos vamos a encontrar en esta mesa con dos puntos de vista opuestos y cada uno va a sacar su armamentario de datos que me van a apoyar a mí y lo único que vamos a hacer es blanco, negro y nada de matices de gris. Lo principal es el diálogo, anoche yo me eché dos copitas de vino con mi familia, era el cumpleaños de mi padre, manejé a la casa perfectamente bien, yo como médico sé que puedo metabolizar cuatro onzas de vino por hora. Hoy en la mañana hice mi ritual espiritual, no soy religioso pero hice mi ritual espiritual de ingerir mi cafeína diaria, mis 60 gramos de cafeína que son importantes para mi funcionamiento, más mis 30 adicionales en la tarde, antes de hacer mis rondas en los hospitales. Me voy a meter al deporte de una forma férrea y me meto un mes donde me sujeto a una estructura de disciplina pesada que me lastima mis coyunturas, mis

articulaciones, mis músculos, a veces me he dañado, quién me prohíbe que yo me haga ese daño. Pienso que esta discusión se va a polarizar basada en estudios, tenemos que tomarla desde el punto de vista de qué nos beneficia más como sociedad. Estoy de acuerdo perfectamente bien de que el tema de la prevención es importante, no te cases cuando estás jovencito, espera a qué termines la universidad, que trabajes por cinco o diez años, que seas una mujer independiente y que no dependas de un hombre, entonces, sí, encuéntrate un pelado para casarte con él o lo que tú quieras hacer, o no encuentres a nadie si no quieres. Pero yo digo de nuevo, el tema es la prevención, has las cosas en su momento y la prohibición a lo único que lleva es, como la novia, no andes con ese muchachito, garantizado que va a andar con ese muchachito. Gracias. Intervención: Me gustaría tomar base sobre los 100 mil muertos porque si eso es lo que tenemos en la guerra contra las drogas, tendríamos que contrastarlos contra los 66 mil que tenemos cada año por tabaco, según el CONADIC, en el año 2013 y eso solamente considera cuatro de las 34 enfermedades que causan la muerte. Decía algún presidente en una reunión del Día Mundial sin Tabaco, que 7 mil productos químicos de la combustión del humo del tabaco, para qué, con tres te mata. La nicotina es 60 por ciento más tóxica que el arsénico, el monóxido de carbono hace que la sangre se haga más pegajosa y espesa, y es 250 veces más afín que el oxígeno en tu cerebro, y el alquitrán provoca cáncer. Luego, tienes las variables asociadas a este otro y la marihuana, la marihuana tiene el tetrahidrocannabinol, usted me hizo favor de dejarme aquí su estudio, yo le voy a hacer favor de pasar este que es del Harvard Medical School de Psiquiatría, de la Universidad de Cincinnati de Psicología, de la Universidad de Wisconsin y Milwaukee. En esos tres hablamos de cómo la corteza prefrontal, el volumen parietal del lóbulo frontal y la cognición se ven impactadas hasta en ocho puntos, es relevante cuando el coeficiente es de 120 y si es menor está complicado. De ahí vamos a otro punto importante, y las cárceles llenas de gente, a lo mejor no conoce el estudio de la población interna en centros federales de readaptación social 2012, que hizo el CIDE y el INEGI.

Hay 233 mil internos en México, 40 por ciento están por delitos contra la salud, de éstos tenemos que transporte de drogas, posesión, venta al menudeo, tráfico, venta al mayoreo, fomento al narcotráfico, suministro, además de plantación, tienen el 98.2 por ciento de los delitos contra la salud. Lo que estamos discutiendo de consumo, que yo quiero que esa gente salga de la cárcel son 1.8 por ciento, son 865 personas. Bajo ese marco de referencia también tenemos que pasar a esto de la libertad, pero la libertad se toma con educación y entonces hay que llevar hasta 21 años. Toda esta regulación, órale, vamos a agarrarla en serio y vamos a llevar tabaco y alcohol hasta 21 para empezar, porque entonces puedo tomar decisiones, no cuando soy un adolescente y mi lóbulo frontal todavía no se ha terminado de conformar. Eso es fundamental, porque resulta que ahora le voy a poner a la población y discúlpenme, la marihuana y la nicotina son puerta de entrada a otras drogas, les guste o no, está documentado desde 1988 con la encuesta domiciliaria de abuso de sustancias en Estados Unidos. De ahí porque me decía la doctora Herminia Pasantes: “Uy, qué vieja referencia”, pues de ahí hay una larga serie de estudios que confirman esas tendencias. La incidencia del consumo de marihuana es de 113 veces de alguien que fumaba tabaco, la incidencia del consumo de cocaína es de 32 veces de alguien que fumaba tabaco, contra alguien que no fumaba. Se me acabo el tiempo, pero aquí todavía hay más. Intervención: Buenas tardes de nuevo. Esto se trata de un debate, voy a hacer señalamientos directos a los colegas, a todos no, pero a algunos sí, a ver qué me contestan. Al primero que le voy a hacer un señalamiento es al doctor Juan Vega, me parece que la ponencia del doctor estuvo muy interesante, pero se concentró básicamente en Santiago Nino, y yo sabes porque entiendo un perfil de filósofo del derecho y eso es totalmente respetable y es tu derecho fundamental, incluso. Pero el debate no era sobre Santiago Nino, el debate, Juan, y me disculparas por ello, el debate era sobre si se va a regular el uso recreativo de la marihuana, no si la Suprema Corte de Justicia citó bien, citó mal o interpretó mal a Santiago Nino. De hecho, si ustedes observan y leen detenidamente la sentencia de la Suprema Corte de Justicia observaran que no sólo cita a Santiago Nino, citan a varios autores, jurisprudencia, ley y también doctrina, no sólo a Santiago.

Sería el único señalamiento, por lo demás estuvo excelente. Otro punto es para Adriana, al final de la ponencia dijiste algo así como algunas referencias donde decías que legalizar la marihuana provocaría muchos problemas, graves problemas en la ciudadanía, problemas sociales y económicos. Yo te digo que afirmar eso es algo muy aventurado, porque todavía al no estar aprobado el asunto del uso recreativo de la marihuana no puedes aventurarte a decir en un foro como éste ese tipo de afirmaciones. Decir que provocará problemas, vamos, donde están los estudios. Alejandro, al final de tu ponencia hiciste una referencia a los junior en relación con lo que comentaba Juan Vega y en esa referencia a los junior criticaste, intérprete que criticaste su proyecto de vida, desde mi perspectiva los junior y cualquier persona tiene derechos fundamentales, aunque sean junior. Me parece que también tu afirmación es muy aventurada para hacer una crítica sobre los junior, los estás discriminando y creo que tú representas algo de los derechos humanos. También para Eduardo, creo que te concentraste demasiado, tu ponencia se concentró demasiado en criticar el uso de la marihuana con fines médicos, pero ese no era el tema del debate. Intervención: (Habló fuera de micrófono) Intervención: Permíteme hablar y luego tienes tus minutos para que contestes lo que consideres. Te concentraste en el asunto del uso de la marihuana con fines médicos criticando, bla, bla, bla, pero ese no es el debate porque la Ley General de Salud permite el uso de la marihuana con fines médicos y científicos. Además, creo que no es el debate, no es el momento oportuno para que vendas libros aquí. Intervención: Bueno, del 97 al 2000 trabajé con 15 mil trabajadoras sexuales, ahí fue donde me enteré que el hecho de la persecución deja mucho dinero, las mujeres salen violadas, me tocó un chavalito que lo violaron por ano, terminó hospitalizado y prácticamente perdió parte del intestino. Estos son casos anecdóticos, pero son del campo de batalla, no son cuestiones subjetivas y opiniones.

A la compañera Adriana creo que la tenemos que mandar a 20-20, porque aquí está el estudio y se los voy a pasar, no dice que la marihuana esté en tercer lugar, está en último lugar, no sé qué cito, pero a veces los estados alterados de conciencia nos impiden ver bien las cosas. Respecto a lo que dice el compañero en relación a que los 100 mil muertos y los 69 mil por tabaco la correlación es válida, estamos hablando que la estrategia del gobierno ha producido 100 mil muertes, la estrategia del gobierno persecutoria y policial. ¿Qué tiene que ver el tabaquismo y que mueran 60 y tantas mil personas con la estrategia persecutoria? Es una correlación ilógica, que no tiene sustento científico empírico, aquí la metodología científica es si lo que ellos buscan aplicándola ha funcionado y la respuesta es contundente a los que ustedes vieron que perdieron seres queridos en esta guerra sin tener que ver nada. No, Calderón se equivocó totalmente y las encuestas de las drogas a nivel nacional, a pesar de su guerra tan bárbara que él hizo falló totalmente porque siguió incrementándose. Aquí lo importante es: ¿Qué vamos hacer para que funcione, cómo rehabilitamos, cómo prevenimos, cómo mejoramos las condiciones sociales y económicas para no tener que drogarnos cuando tenemos problemas para no comer? Esa es la clave del gobierno, restructurar la sociedad, como dijo el Papa Francisco, el entramado, no las cárceles, donde tenemos a medio mundo, hay una rehabilitación, empieza antes de. Intervención: Agradezco a cada uno de los expositores esta primer ronda en la cual hemos profundizado nuestros puntos de vista y hemos hecho alusiones a la participación de cada uno de nosotros en esta mesa. Vamos a continuar con una siguiente ronda y última, con un tiempo de tres minutos en el mismo orden para ir cerrando nuestra intervención y abrir paso a las preguntas del público que nos acompaña en este momento. Adelante. Intervención: En realidad es una cuestión que es la de Camarillo, creo que es la que me toca directamente y una en defensa, precisamente, creo que lo de los junior, él me lo mencionaba a mí como ejemplo bueno de cómo tienen derechos. En relación a lo que dice Camarillo creo que es un poco injusto porque mi discusión no giró en torno a una cuestión académica de Nino, de hecho es nada más un trampolín que me sirve para la discusión.

Mi preocupación, y ojo con esto, sé que se está poniendo más caliente el debate, es normal, pero mi preocupación es que ese punto no lo discutió la Corte. Entonces, el citar a Nino, sí, claro, por supuesto que cita a muchas fuentes, cita a derecho comparado, cita al tribunal constitucional alemán, etcétera, leí toda la resolución, pero no me interesa entrar a los datos duros, científicos, médicos y demás, no es mi especialidad. Mi preocupación únicamente fue eso, de que no lo argumenta y precisamente creo que Camarillo y yo vamos a estar de acuerdo que lo mínimo que le puedo pedir a un tribunal constitucional es que me dé buenos argumentos, eso también está dentro de una postura liberal y democrática. Es más, ya con el calor del debate, sé que esto se está perdiendo por ahí, pero ni quisiera estoy dando argumentos de por qué una postura perfeccionista se tiene que aceptar. Yo creo que en el fondo sí, pero eso lo podemos discutir en otro foro porque aquí no proporcione argumentos para mi postura perfeccionista, que la postura perfeccionista reconoce algo que yo sé que voy a en contra corriente, pero de manera impresionante en relación a una idea más objetiva de la moralidad y de los valores, totalmente de acuerdo. Se presupone en un país relativista y ultra relativista moral en relación al mismo concepto, yo entiendo que voy a contracorriente ahí, pero no tengo ningún problema por defenderlo en otro foro, es mi problema más objetivista moral que tengo. Pero aquí mi única preocupación es que ese punto se tiene que argumentar y es lo que le quiero pedir a la Corte, porque creo que el producto de esa argumentación va a dar muchas luces en relación al tema ético moral del uso recreativo de la marihuana. Es más, les digo y les adelante, es una postura liberal, porque creo que en el fondo, una postura perfeccionista no tiene ningún problema en reconocer un uso recreativo de la marihuana, no creo que afecte de manera importante tus planes de vida. Nada más para ponerlo en contexto, lo que me preocupó es que se cita sin argumentar, y curiosamente le estoy pidiendo que me argumente el padre de la argumentación, que tiene que ser un tribunal constitucional y el que tiene que tener muy claro que los argumentos de autoridad no valen, sean de Nino o sean de quien quiera. Ese es mi punto. Muchas gracias.

Intervención: Traigo el estudio completo de Lancelot, se lo voy a proporcionar, pero ese no es el propósito y lo dije en mi exposición, y también lo decía el doctor, para cada estudio que dice una cosa, hay otro que dice otra, pero en particular el Lancelot sí pone al LCD como menos peligroso que la marihuana y era mi único punto. Lo que oye la población, lo que oyen allá afuera, pues si no es dañina me la fumo, y hemos tenido incrementos de consuno muy grandes y con respecto a los daños que pudiéramos tener. Me gustaría acercarte esto, con respecto a los incrementos que ha habido, por ejemplo, en el caso de Colorado, en donde el consumo de marihuana ha incrementado en un 56 por ciento tras su legalización, pero tampoco vamos a tomar esos números como ciertos, porque tampoco los podemos transportar a la comunidad mexicana. La cuestión es una droga que no es inocua, que causa daños mayores en población menor de edad y el hacerla más accesible y la tolerancia social mayor va a haber un incremento en su consumo, por lo tanto habrá un incremento en el tema de salud. ¿De cuánto va a ser? Lo desconozco, no tengo una bolita de cristal, sin embargo, la lógica nos dice que al haber mayor consumo habrá mayor riesgo y habrá mayor problema de salud, pero vayámonos mucho más allá y aquí se ha hablado someramente de lo que es el comportamiento humano y por qué la gente consume drogas. Uno de mis profesores de la UNAM iba alineado con usted y decía que quien inventó la droga era el dolor y no necesariamente, a veces el ser humano consume drogas por curiosidad. Yo le llamo la seis del comportamiento, nos comportamos por convencimiento, por una cuestión de comunidad, de norma social o por una cuestión de conveniencia, nos conviene, y hay otra cuestión que también tiene que ver con legalidad o el tema del castigo. Nuestro comportamiento tiene que ir de una cosa a lo ideal, y por eso a lo que me dedicó es que estemos convencidos de cómo actuamos. Pero muchas veces, sobre todo en los niños, en los adolescentes, la norma social llega a pesar mucho, hacen lo que sus compañeros dicen, y se dice de manera muy ligera que hay que invertir en prevención. Lo quiero decir aquí es que una vez normalizado el consumo, que para allá vamos, los esfuerzos de prevención se hacen sumamente difíciles, porque vamos a remar en contra de la corriente, por más que invirtamos en prevención también

hay que considerar un costo adicional en tratamiento, porque por más que hagamos, si esto está normalizado, va a haber mucho más enfermedad. Eso es absolutamente lo que pensamos. Por otro lado, ha habido normas que por medio de la prohibición han ocasionado un bien a la sociedad, por ejemplo, el alcoholismo en México, que si bien es una norma de disminución del daño no proviene de consumir nocivamente el alcohol. Nada más de su relación con los accidentes viales, pues gracias a esa prohibición, gracias a que sí te meten al torito y gracias a que en esa estructura si hay altos niveles de no impunidad o de persecución, se han disminuido en 70 por ciento las muertes por accidentes viales. Muchas veces la prohibición salva vidas. Intervención: Nada más un punto. Si estamos hablando de ser claros en cuanto a evidencia científica y datos, no hay un journal que se llame Lancelot, es The Lancet. Es algo nada más ahí, porque si estamos tratando de promover la evidencia científica para tomar nuestras decisiones, pues que sea así. Un punto importante también, creo que la curiosidad es más importante que la educación forma, decía Albert Einstein, la curiosidad para cualquier tipo de acción no puede ser eliminada del ser humano. Tampoco podemos aludir argumentos como que vamos a prevenir la curiosidad, es que la curiosidad es parte de nosotros y nosotras, realmente no podemos tampoco tener tolerancia para el consumo de aquellas personas. Coincido con Eduardo en que en el desarrollo, por ejemplo, de tomar decisiones basada en evidencia científica o racionales, que también el término racionalidad puede ser sometido a debate, porque en muchas ocasiones en el ámbito de la salud, las niñas, niños y adolescentes están más seguros de lo que quieren, que los propios padres y saben que es lo mejor para ellos, inclusive que los propios padres. Hablemos de la transfusión sanguínea en familias testigos de Jehová, por ejemplo, ahí vas contra creencias pero como vas decirle a un padre que lo mejor para su hijo será esto y, por tanto, lo tiene que hacer. Es llegar a las decisiones que tienen que ver con la autonomía precisamente y con la libertad de creencias y de diversidad de posturas éticas que para mí no llegan a un grado de objetividad, por ejemplo, en ese sentido.

Al igual que el doctor Vega, también creo que la Corte perdió una oportunidad importante de dar argumentos convincentes para que este debate fuera científico desde aquí, desde donde estamos y que no tengamos que recurrir a argumentos de autoridad para poder defender la libertad. Gracias. Intervención: Nada más para aclarar. Utilice el ejemplo de un vagando y un junior como personas que hacen lo que quieren ellos con sus planes económicos a futuro, sin afán de utilizarlos como una categoría que pretendiera menospreciar a ninguno de los dos. Quizá reduciendo la parte del vagabundo como una persona que quizá se desentiende o no vive dentro de los parámetros culturales o socioeconómicos estándar y la parte del junior, pero quizá fue para ejemplificarlo, no fue con el afán de criticarlo, todos estamos en la posibilidad de ser o tener un hijo, una hija que esté en esa situación. En una sociedad liberal, que fue con lo que termine, en una sociedad liberal democrática deben de caber todo ese tipo de proyectos de vida, independientemente si persiguen algo valioso en nuestros términos, en los términos estándar o no. Gracias también por la alusión, porque también puedo aprovechar para aclarar, había entendido como la coerción, bueno, el modelo perfeccionista coercitivo, es sin coerción ni manipulación. Entonces, si no restringe derechos ese modelo de perfección o esa aspiración a la perfección, soportaría un test de proporcionalidad al no restringir derechos, bueno, eso ya lo estaba pensando como en otro sentido. Muchas gracias. Intervención: El ejemplo que pone Adriana está muy bueno, porque justamente en el caso del alcoholímetro no criminalizas a la gente por tomar alcohol, sino la detienes en la circulación porque puede causar un peligro a otros, exactamente igual sería con la marihuana. No debemos de criminalizar al consumidor de, sino restringir su uso social, obviamente no vamos a permitir a gente que está muy intoxicada que conduzca vehículos, que tome decisiones en la asamblea o que sea un médico operando, obviamente no. Eso es regulación estricta y para eso tiene que haber una acción coercitiva del Estado, justamente es eso.

Pero el tema fundamental es que el derecho de autonomía es el mayor bien social que tenemos en una sociedad que aspira a ser democrática y plural. Plural es muy importante, plural significa que no tenemos un solo criterio de qué es la vida buena y virtuosa, hay muchos criterios que pueden ser igualmente válidos. Yo juzgo a otros porque no conozco sus vidas y digo que los que toman Pepsi son unos parias y tienen un pésimo gusto, no saben de la vida, o los que escuchan rap, a mí me parece espantoso el rap y lo juzgo como algo inmoral, me molesta. Tengo que ser tolerante, el concepto de tolerancia es fundamental para una sociedad cultural y democrática. Estamos en la posibilidad de que el Estado mexicano avance, ahora sí que como dicen, un salto cuántico a partir de un criterio que empiece a cambiar en un Estado verdaderamente democrático y plural, con el principio de la autonomía individual de autodeterminación que implica que cada persona puede buscar sus formas de vida, incluso equivocarse, incluso cometer un acto que lo daña a sí mismo y eso es el caso del uso de las sustancias psicoactivas, que se usan no nada más por el dolor, sino por el placer fundamentalmente, porque tenemos el derecho de buscar el placer, que eso es algo que da sentido, queramos o no, a la vida humana. Esa es la ponencia, con algo de la estigmatización y la discriminación, que es la base de la prohibición, o sea, hoy no hay razones suficientes para decir que la marihuana debe seguir siendo prohibida, la marihuana, no otras drogas, a pesar de sus efectos nocivos. ¿Por qué? Por el principio de autodeterminación y de pluralidad en una sociedad democrática. La razón por la que sigue prohibida es por perjuicios y por estigmas sociales, en el que estamos cayendo todo el tiempo asimilando al marihuano como si fuera una persona peligrosísima o un adicto. La gran mayoría no son adictos, ni se consideran enfermos, ni quieren ser tratados, ahí entra el principio bioético de consentimiento informado. Creo, y eso lo digo en la ponencia, creo que en unos años, unas décadas quizá, se va a recordar esta época de la lucha contra las drogas como una época de discriminación, de persecución intolerante, como ha habido en muchas épocas de la historia de la humanidad, porque así somos en la humanidad. Probablemente haya una serie de demandas sociales, de reparación, de indemnización, que ojalá sea por vía jurídica y colectiva, en unas décadas vamos

a estar discutiendo eso, las reparaciones por los abusos cometidos contra muchas personas por esta política prohibicionista. Muchas gracias. Intervención: Cedo mis tres minutos porque quiero escuchar las preguntas de los cautivos que tenemos aquí ya por dos horas y media. Intervención: Bueno, pero yo no, entonces déjame poner mis tres minutos para que no me anden correteando, que para eso están estas cosas. Algo que le quería comentar a Hugo, que no había dado tiempo, es que hay una contradicción de tesis, porque la misma Corte, cuando se presentaron los amparos para fumar tabaco dijo que no hay un derecho a fumar. Entonces, ahora dice que hay un derecho a fumar marihuana, entonces eso es por planta. De ahí me paso con Sergio, si no conoces la diferencia entre inhalar el humo caliente y si lo tóxico de la combustión de plantas secas, cómo te explico. Pero te puedo decir que cinco gramos que la ley general de salud permite son seis cigarros, estos seis cigarros que son lo que la ley general de salud permite de consumo de marihuana es lo que la ENDA 2011 refiere, que nos cuesta al Estado mexicano en 2008, 75 mil 200 millones de pesos en enfermedades por tabaquismo, como explique previamente, monóxido de carbono, alquitrán, eso está en la combustión de cualquier materia orgánica. Yo había iniciado mi debate refiriéndome a las ideas, a los conceptos, pero ya que hubo comente en ese terreno, creo que me escuchaste todo al revés, a lo mejor es porque te queda la pantalla al revés. Yo dije en la ley de importaciones que estoy manejando los términos suficientes para que pueda haber importación y exportación de cannabinoides, incluso le pongo un 20 por ciento de impuesto, pero creo que eso no lo oíste. Por otro lado, marihuana fumada, dice el Vicepresidente de la Asociación de Policías de California, que el 98 por ciento del consumo de marihuana medicinal en Estados Unidos es sólo para intoxicarse, el otro 2 por ciento si tiene razones legítimas de VIH o de SIDA. También dice el reciente director general de la DEA, el sistema medicinal de marihuana en Estados Unidos es una broma, es una guasa, lo dicen ellos, no lo digo yo, yo sólo cito las fuentes. Para ir al otro punto que me pareció un poco de mal gusto, porque yo no vine a vender, Hugo, dije gratis. ¿Sabes por qué es gratis?

Porque el licenciado Fernando y yo acordamos aportar a la salud pública y los intereses económicos de toda la tirada de este libro se tiraron a la basura para que ustedes puedan tenerlo sin costo y se documenten en fuentes serias y se forjen un criterio. Entonces, van a escuchar una gran cantidad de información, saben qué tienen que hacer, fórmense un criterio con base en evidencia y entonces definan qué es lo que es más conveniente desde el punto de vista personal, familiar y social. Porque les voy a decir para concluir, esto no es un asunto de filosofía, ni de derecho, ni de moral, es de salud pública. Muchas gracias. Intervención: Hola. Para empezar la salud pública es un derecho Eduardo, por si no lo sabías. Intervención: (Habló fuera de micrófono) Intervención: Pero acabas de afirmar una tontería. Ahora, Eduardo, te escuché muy bien, te escuché perfectamente, no necesito ver tu pantalla para ver las afirmaciones moralistas en las cuales se construye tu discurso, porque son afirmaciones moralistas. Cuando me refería a que venías a vender libros es en el sentido de que todos los que están aquí o la mayoría de los que están aquí han publicado cosas científicas, artículos en revistas científicas, pero no venimos aquí a presumir qué ha escrito cada quien. Eso espero que te quede claro. Respecto a Juan Vega, hiciste muy bien la precisión en la segunda ronda, es decir, ya planteaste que lo que en realidad querías decir era hacer una crítica a la resolución de la Suprema Corte de Justicia en cuanto a que no daba argumentos respecto a la cita de Santiago Nino, y eso me parece muy idóneo. Pero habría que reconocer que si bien la sentencia de la Suprema Corte de Justicia, donde declara la posibilidad, la autorización a cuatro personas para el uso de la marihuana con fines recreativos habría que reconocer que al menos es una sentencia que es un parteaguas en la historia de México, en la historia del derecho mexicano que a partir de ahí surgen espacios de discusión como este debate. Lo ideal sería que no sólo se quede en una resolución o una discusión de la Suprema Corte de Justicia, sino que también la creación de la ley emerja en un sentido similar al de la Suprema Corte de Justicia en pro de los derechos fundamentales del individuo y de respetarle al individuo su derecho a la libertad,

que es el bien jurídico más importante después de la vida y respetarle también su derecho a la salud y de decidir qué hace con su vida o no respecto a sus actividades recreativas. Porque prohibir esto es no estar en el contexto internacional y prohibir esto significa que México, suscrito a varios tratados internacionales, dónde queda una idea de ir a la vanguardia de lo que se suscita alrededor del mundo. Finalmente, diría que me da mucho gusto que estén ustedes presentes y que existan estos espacios de discusión para debatir acerca de problemas importantes como éste. Gracias. Intervención: Primero que nada: ¿Usted es de Juárez o es de la Ciudad de México? Intervención: (Habló fuera de micrófono) Intervención: Hay una metodología en ciencias, se llama metanálisis, en metanálisis de la ciencia se agarra, ese estudio le funcionó a México. El torito se implementa en 30 estados y si a los 30 estados les funciona entonces tiene validez científica, en el torito no pasa lo que pasa en Juárez, aquí se implementó el alcoholímetro y los casos se incrementaron incluso. ¿Qué hizo el gobierno? Como sabe que… (FIN DE AUDIO)

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