Mercedes Acillona López (coord.) Ramiro Pinilla: el mundo ... · charla sobre la lectura en la...

26
Mercedes Acillona López (coord.) Ramiro Pinilla: el mundo entero se llama Arrigunaga DeustoDigital

Transcript of Mercedes Acillona López (coord.) Ramiro Pinilla: el mundo ... · charla sobre la lectura en la...

Mercedes Acillona López (coord.)

Ramiro Pinilla: el mundo entero se llama

Arrigunaga

DeustoDigital

Ramiro Pinilla: el mundo entero se llama Arrigunaga

Mercedes Acillona López (coord.)

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

Ramiro Pinilla: el mundo entero

se llama ArrigunagaMercedes Acillona López (coord.)

2015 Universidad de Deusto

Bilbao

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

Serie Letras, vol. 59

Esta edición ha sido posible gracias a la ayuda de la Diputa-ción Foral de Bizkaia y al Ayuntamiento de Getxo, a quienes expresamos nuestro agradecimiento.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o esca-near algún fragmento de esta obra.

Imagen de portada: Playa de Arrigunaga (Getxo). Cortesía de Aitor Ibarrola.

© Publicaciones de la Universidad de Deusto Apartado 1 - 48080 Bilbao e-mail: [email protected]: 978-84-15759-73-7

Índice

Ramiro Pinilla, el escritor que sabía escuchar María Bengoa Lapatza-Gortazar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Introducción Mercedes Acillona López . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

Estudios

Las ciegas hormigas de Ramiro Pinilla: un canto a la libertad natural Iñaki Beti Sáez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

Un relato criminal protagonizado por un detective adolescente. En el tiempo de los tallos verdes, la segunda novela de Ramiro Pinilla Lucía Montejo Gurruchaga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

Seno. Un éxodo hacia la matria original Mercedes Acillona López . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57

La saga de los Baskardo o la reivindicación de los orígenes Antonio Garrido Domínguez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

Una aproximación a las Primeras historias de la guerra interminable Margarita Garbisu Buesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

El hambre y la novela: Antonio B . el Ruso Juan Manuel Díaz de Guereñu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109

Y Pinilla creó a Txiki Baskardo José Ramón Zabala Agirre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127

El fantasma del deseo: delirios nacionalistas en Huesos, de Ramiro Pinilla Iker González-Allende . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145

Verdes valles, colinas rojas y la identidad vasca plural Santiago Pérez Isasi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

Crimen y castigo en La higuera de Ramiro Pinilla: Del trauma y la ceguera parcial a una potencial clarividencia Aitor Ibarrola-Armendariz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201

Metáforas marinas y metanovela policiaca en Sólo un muerto más Jorge Chen Sham . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223

Bibliografía sobre Ramiro Pinilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241

8 ÍNDICE

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

Participan en esta obra

María Bengoa Lapatza-Gortázar. Periodista

Iñaki Beti Sáez. Profesor Titular de la Universidad de Deusto (San Sebastián)(in memoriam)

Lucía Montejo Gurruchaga. Profesora Titular de la UNED (Madrid)

Mercedes Acillona López. Profesora Titular de la Universidad de Deusto (Bilbao)

Antonio Garrido Domínguez. Profesor Titular de la Universidad Complu-tense de Madrid

Margarita Garbisu Buesa. Profesor Titular de la Universidad a Distancia de Madrid

Juan Manuel Díaz de Guereñu Ruiz de Azúa. Catedrático de la Universi-dad de Deusto (San Sebastián)

José Ramón Zabala Agirre. Hamaika Bide Elkartea, investigador del equi-po «Sociedad y cultura vascas»

Iker González Allende. Profesor Titular de la Universidad de Nebraska Lincoln

Santiago Pérez Isasi. Investigador de la Universidad de Lisboa

Aitor Ibarrola Armendáriz. Profesor Titular de la Universidad de Deusto

Jorge Chen Sham. Catedrático de la Universidad de Costa Rica

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

Ramiro Pinilla, el escritor que sabía escuchar

El último acto público al que asistió Ramiro Pinilla se celebró en la Bi-blioteca de la Universidad de Deusto, en Abandoibarra. Fue el 7 de mayo de 2014. En la sala Ignacio Ellacuría había una charla dirigida a los alum-nos titulada «Una ruta hacia la lectura» y Ramiro estaba entre el público. Recuerdo haber insistido mucho para que, a sus 90 años, no se desplazara desde Getxo a Bilbao en metro para escucharla; pero allí estaba él, en pri-mera fila, atento y entregado.

Uno de los rasgos más dominantes de la personalidad de Ramiro era su inmensa curiosidad, su actitud de escucha. Durante los más de diez años que compartí con él, comprobé muchas veces cómo entrevistaba a quienes venían a entrevistarle. Les preguntaba por sus hijos o su trabajo. Le interesaba si sus padres vivían y, en ese caso, les decía: ¿Ya les dices que les quieres? Tenía una manera sincera de interesarse por los demás, particularmente por la gente más humilde: a un chófer le interrogaba so-bre su trabajo; a la becaria que venía a hacer su primera entrevista, le pre-guntaba si había escrito algún cuento; las aficiones del celador que le le-vantaba de la cama cuando estaba en la UCI, ocupaban su charla el último mes de su vida.

Otro rasgo de Ramiro era su humildad. Sostenía que para ser un buen narrador no había que ser muy culto. Él era más culto de lo que admitía; pero, aunque siempre respetaba la verdad histórica, no daba mucha im-portancia a la documentación en sus novelas. Recuerdo el repaso exhaus-tivo que hicimos de «Verdes valles, colinas rojas», antes de su publicación, para sustituir todos los «títburis» que aparecían en sus páginas por «birlo-chos» o la búsqueda de información sobre los indios huitotos y kamayurá, ya que Boniato y Anaconda, dos personajes originarios de esas tribus indí-genas, llegaron a Getxo de la mano de Saturnino Altube para demostrar su

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

12 MARÍA BENGOA LAPATzA-GORTAzAR

fertilidad, y teníamos alguna duda sobre la coherencia de lo que de ellos se contaba. Con su humor habitual, Ramiro quitaba importancia a cualquier gazapo. Su actitud era siempre divertida: en sus novelas él era Dios, qué importaba… Otra muestra de lo poco que le gustaba hacer alarde de erudi-ción es que en todos sus libros publicados, más de veinte, no hay una sola cita a modo de epígrafe al comienzo. Esos pensamientos que ilustran las obras, los consideraba un exhibicionismo gratuito. También son escasísimas las citas en el interior de sus páginas narrativas. En todo «Verdes valles, colinas rojas», apenas un verso de «La voz a ti debida» de Pedro Salinas: «Que hay otro ser por el que miro el mundo», esa maravillosa verbalización del amor y, cómo no, varios fragmentos de «Walden» de su querido Henry David Thoureau que leen los hermanos Baskardo en Oiarzena, la comuna de Getxo.

Ramiro poseía una intuición extraordinaria para la estructura narra-tiva. Uno de mis mayores asombros al rescatar el original de su inmensa trilogía «Verdes valles, colinas rojas» que guardaba en una bolsa de ba-sura en el gallinero, fue comprobar —al ordenar los capítulos y guardar-los en cajas archivadores— cómo el manuscrito había sido escrito desde la primera página hasta la 3.111 tal y como posteriormente fue publicado por la editorial Tusquets en tres tomos en un total de 2.162 páginas im-presas. Apenas se añadió la muerte de Roque, escrita con posterioridad (en 2005) cuando ya se había publicado el primer tomo, se cambió de or-den alguna de las leyendas míticas y, por consejo del editor, se suprimió el primer capítulo del primer tomo, excesivamente teatral, incluido en la prepublicación de Libropueblo de 1986. A este asombroso hecho de pres-cindir de esquemas previos, él no le daba ninguna importancia. Decía: «Yo pienso la escena que me hace falta para contar lo que quiero con-tar, busco la idea, elijo los personajes y después la escribo». Convivió con más de 200 personajes que guardaba en fichas pero, sobre todo, en su imaginativa mente durante décadas. Y le parecía lo más natural sinto-nizar la confluencia de voces y narradores con su aliento épico, capítulo tras capítulo, sin desmayo. Sin embargo, era incapaz de organizar el árbol genealógico de los Altube y los Baskardo. Cuando una tarde del verano de 2004 le llevé el árbol finalmente incluido en el libro, mostró enorme asombro, como si fuera cosa de gran mérito; me aseguró que él lo había intentado muchas veces dejándolo por imposible. Me preguntaba: pero, ¿cómo lo has hecho?

Tuve el privilegio de dibujar también los caseríos, el molino, la venta, el verdadero Roble de los vascos... todo lo que Ramiro me dictó sobre un gran mapa inmaculado de Getxo para hacer coincidir su mundo imaginario con el escenario real. «Este mapa que te he dictado y tus manitas han di-bujado te pertenece, María, como recuerdo de aquel inolvidable verano de

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

RAMIRO PINILLA, EL ESCRITOR QUE SABÍA ESCUCHAR 13

los verdes valles, colinas rojas y papelitos amarillos. Con mi amor», escri-bió en el DIN A3 cuando la editorial nos lo devolvió, tras publicarlo. Fue el verano en que nos enamoramos. Los papelitos amarillos eran los pos-it que hasta entonces él no conocía. Recuerdo haber trajinado durante mu-chos meses con cuatro tomos encuadernados en guairo de la versión origi-nal de «Verdes valles, colinas rojas» pasada por Ramiro al ordenador. Nos conocíamos de una entrevista que le hice en 1997, la primavera siguiente le pedí que me presentara un libro de cuentos y accedió generosamente. Después, nos veíamos en su taller de escritura de Algorta sin continuidad; pero un día de mayo de 2004 me pidió que leyera aquella novela enorme: quería conocer mi opinión. Según él, salvo un lector de la editorial que se la iba a publicar, nadie la había leído. En aquella versión primero, y en las galeradas de los tres tomos de Tusquets, después, llené muchas páginas de notas adhesivas para comentar con él capítulo a capítulo… Tras muchos papelitos amarillos tuve el privilegio de ser su primera lectora hasta el fi-nal de su vida.

Diez años después de aquel verano, en mayo de 2014, tras salir de la charla sobre la lectura en la Biblioteca de Deusto, mientras íbamos hacia mi casa, nos acompañaron Iñigo Larroque Aranguren, profesor del Taller de Literatura del programa de Deusto Campus Cultura, su mujer, Soledad Domínguez, y Martín Ibarrola, que llevaba un ejemplar de «Aquella edad inolvidable» que Ramiro le dedicó. Martín nos entregó una entrevista a un indigente, «Ritxar», con el título «El hombre que leía a la intemperie». Se iba a publicar en la revista online de Deusto «La espiral». Un precioso re-lato de un sin techo que mientras pedía, leía. Admiraba la obra de Ramiro. Martín nos contó que le habían visto leyendo «Verdes valles, colinas rojas» en la Plaza de Campuzano y junto a la Iglesia subterránea, en la calle Doc-tor Achúcarro. Ramiro estaba emocionado.

Al día siguiente, ya en Getxo, preparamos un paquete con varios li-bros, algunos de Libropueblo, para Ritxar. La profesora de la Universi-dad de Deusto, Mercedes Acillona, nos hizo llegar un correo electrónico con el plan de una obra de la que nos habló al salir de aquella charla, ésta que ahora se publica: los once títulos de ensayos con los que cada profesor abordaba diferentes obras de Ramiro, desde los cuentos de «Recuerda, oh, recuerda» hasta sus novelas policiacas, pasando por la trilogía «Verdes va-lles, colinas rojas». Cuando se lo enseñé orgullosa me dijo:

«Esto es muy serio ¿verdad, muchachita? ¿Te gusta? — Sí, Ramiro, me gusta que todos esos expertos presten atención a tu —obra Ah, entonces está bien…» —

Parecía alegrarse más por mí que por él.

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

14 MARÍA BENGOA LAPATzA-GORTAzAR

Quedó confirmado al atardecer cuando, comentando las buenas noticias de la víspera, sólo se acordaba de Ritxar, el indigente que llevaba su vida en una maleta y, mientras esperaba la ayuda de los transeúntes, leía. «¡Y ha elegido mis libros!», repetía.

María Bengoa Lapatza-gortazar

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

Introducción

La narrativa de Ramiro Pinilla representa medio siglo de novela en Es-paña. Desde su primer premio en 1960 con Las ciegas hormigas hasta su última novela Cadáveres en la playa, su universo ha ido creando una espi-ral, en ondas concéntricas pulsadas desde un mismo espacio. Getxo, Arrigu-naga, representan un universo de ficción paralelo, reconocible pero fantás-tico, real y mítico, concreto y universal, al mismo tiempo. El mundo entero se llama Arrigunaga. En Arrigunaga, esa playa entre acantilados, tan cobi-jada como embestida por corrientes intrépidas, la condición humana se re-conoce en su esencia natural y primigenia, que no es sino su ser en plena li-bertad. Pero esa libertad es acosada por la historia y la invasión incoercible del progreso. Y la novela de Pinilla, de principio a fin, queda traspasada por ese canto a la libertad que la sociedad amenaza en cada rincón histórico. En esa sucesión de opresiones se escriben relatos de odio y violencia. Y enton-ces el espacio marino prístino y original se convierte en un acecho para la memoria. Arrigunaga es así intemporal a la vez que histórica.

Girando sobre un mismo espacio y unos mismos personajes —sagas fa-miliares que representan el largo linaje vasco— la narrativa de Pinilla va transformándose a lo largo de sus más de cincuenta años de creación. Son los géneros narrativos los que abren las diferentes vías de análisis de un mismo paisaje natural y humano. Se repiten los espacios, las rocas, los ca-minos, los viejos caseríos y los nombres de sus moradores, pero cambian los grandes modos de la construcción ficcional. Arrigunaga es un acantilado dramático (Las ciegas hormigas), una salinidad edénica puramente mítica (Seno) o unas arenas que esconden el misterio de la más pura novela ne-gra (la serie de Samuel Esparta). Los verdes valles de Getxo, los caseríos de Andra Mari, los vecinos recurrentes de Algorta confeccionan un espacio dialéctico frente al lugar de las minas en el relato épico del País Vasco (Ver-des valles, colinas rojas) y forman un documento para la memoria histórica de la guerra civil (La higuera).

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

16 MERCEDES ACILLONA LóPEz

Así, la obra de Pinilla no puede escapar de su concepción mítica ni de su dimensión histórica, y su relato cuenta el mundo vasco desde ambas perspectivas, aunque sea diferente su relación proporcional. Quizá esa pro-porcionalidad sea la única especificidad de cada relato.

Toda la obra de Pinilla transcurre a su vez en un mismo tiempo, la gue-rra y su posguerra, o hasta ella conducen los vericuetos narrativos de sus historias. El Getxo del franquismo es el telón de fondo para una permanente lectura ética de la realidad vasca. La sombra asidua de la violencia y del crimen convierten a su vez los textos en una conciencia actual firme frente a las turbias aguas del terrorismo vasco. Pinilla ha sido siempre un escritor comprometido con su realidad, una voz ética que no hacía ostentación de serlo.

La producción de Ramiro Pinilla ha dejado más de doce novelas y nu-merosos cuentos convirtiéndose en una de las novelísticas vascas en espa-ñol más compacta y representativa de todos los tiempos, quizá sólo supe-rada por la obra de Baroja, cuya temática se prodigaba en otros espacios al margen de la temática vasca, y la dedicada a Bilbao de zunzunegui. Si algo les une, además de las entrañas del paisaje vasco, es la voluntad que pone en pie a sus personajes. En ambos, el País Vasco es un protagonista y no sólo un espacio, porque el espacio y sus gentes apegadas a él constituyen el alma que mueve sus plumas. Igual que el 98 creó una nueva mirada para contemplar Castilla, Pinilla ha creado una mirada especial para esa pequeña ensenada de oleaje y acantilado llamada Arrigunaga. El recortado perfil de La Galea y de Aixerrota se puebla de seres familiares y eternos, como una nueva realidad cervantina. Y la playa, salpicada de un pedregal que arrastra las mareas, se hace nostalgia de aquella orilla limpia de cuando éramos ni-ños.

El análisis de toda esta producción que presentamos en este libro es un proyecto que inició Iñaki Beti y que no pudo ver concretado. Son once las obras más representativas del escritor las que hemos seleccionado para ser abordadas por diferentes especialistas. La elección ha pretendido poner la mirada sobre los textos más representativos de Pinilla, aquellos que han sig-nificado un avance o una transformación en el ritmo de su narrativa. Cro-nológicamente partimos de su primer premio en la posguerra y terminamos con la primera novela de su nueva etapa policiaca, la serie de Samuel Es-parta. A estos capítulos les acompaña una bibliografía extensa que conduce hasta las principales reseñas, estudios y tesis sobre Pinilla.

La huella de Faulkner y de García Márquez marca, en palabras del au-tor, las primeras novelas. Pero la originalidad de su novela supera cualquier eventual deuda. En sucesión cronológica, se abre el estudio con Las ciegas hormigas (1961), premio Nadal que consagró al autor. Iñaki Beti traza el análisis narrativo de esta obra de ambiciosa construcción formal y moral.

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

INTRODUCCIóN 17

Un rico juego de voces y perspectivas componen el relato de esta mirada sobre la vida como supervivencia en la que la lucha por la vida se concreta en una noche de temporal atroz en la playa de Arrigunaga y el estoicismo cegado de Sabas Jáuregui. Sobre los mismos escenarios vuelve su segunda novela. Lucía Montejo Gurruchaga ve que En tiempo de los tallos verdes (1969) se adelanta a la mejor novela policiaca española de los años venide-ros. Asier Altube, adolescente de trece años, es el narrador de la trama de este crimen perpetrado en la playa de Aizkorri. A la hábil construcción de la trama policial se le sobreponen otros aspectos no habituales en el género como es el estudio de los personajes y el acercamiento a los espacios y cos-tumbres. Pinilla da respuesta al realismo social y al experimentalismo for-mal.

La obra con mayor acercamiento a la experimentación de la nueva na-rrativa hispanoamericana es Seno (finalista del Planeta en 1971) protagoni-zado por los zanarruza . Mercedes Acillona la entiende desde su inmersión en la mitología vasca (Mari, Baxajaun, la etxe y la etxekoandre, el matriar-cado vasco, el akerre, etc.), pero conjugando lo vasco con una lectura meta-física humana universal, donde el eterno retorno, el tiempo cíclico, el éxodo hacia el origen, se abren a la concepción sagrada y mítica de lo humano. El relato mítico continúa en Los Cuentos de Pinilla, estudiados por Anto-nio Garrido Domínguez en los que constituyeron Recuerda, oh, recuerda (1975) . El mundo de los Baskardo traba estos relatos que regresan al mito de los orígenes manteniendo formas de realismo mágico. Muchos mitos ya creados se reiteran nuevamente en la saga de los Baskardo, originarios del mar pero atados telúricamente a la tierra. Pinilla ahonda en el dualismo en-tre tradición y progreso, tensión que ya había aparecido e irá creciendo y definiéndose en obras posteriores.

Una segunda colección de cuentos se acerca a la guerra y primera pos-guerra en Getxo, Bilbao y Navarra. Primeras historias de una guerra inter-minable (1977) es abordada por Margarita Garbisu. Los relatos confirman el particular universo getxotarra de Pinilla. Los Altube protagonizan ahora los primeros días de la guerra. Y Elisenda Baskardo aprece para volver en obras posteriores. Temor, represión, muerte, opresión son los diversos rostros de esta guerra que permanece quieta en la historia, interminable. Un paso más hacia la realidad histórica lo constituye Antonio B… El rojo, ciudadano de tercera . España, España… (1977). Juan Manuel Díaz de Guereñu se acerca al estudio de esta novela en la que Pinilla da un paso hacia la realidad. Com-para la primera edición y la segunda, restaurada, y se interna en el modo na-rrativo de construir el testimonio de su protagonista, un delincuente entrevis-tado por el autor y llevado hasta la ficción. A través del hambre y la miseria se compone un cuadro descarnado de la sociedad del franquismo. Abocado a delinquir, acorralado, es la metonimia para sustentar una denuncia.

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

18 MERCEDES ACILLONA LóPEz

Reanuda Pinilla su senda narrativa y regresa al cuento y a la temática vasca con Andanzas de Txiki Baskardo (1979) . El escritor está publicando ya en su proyecto editorial socializador Libropueblo. Joxerra zabala analiza el universo vasco que sustenta esta colección de quince cuentos dedicados a los niños y traducidos al euskera. El conjunto narra la historia épica de Txiki Baskardo (representación del mítico Martin Txiki) a lo largo de miles de años. Pinilla recupera las aguas de Arrigunaga como el lugar en que na-ció la vida, repasando milenios de historia vasca marcados por la lucha en-tre tradición y modernidad. Los cuentos ahondan en las líneas de obras an-teriores afianzando su esencialista cosmovisión vasca.

Tras largo silencio regresa el autor con Huesos (1997) enlazando con los personajes creados veinte años atrás. Regresa Pinilla a la realidad de la guerra y posguerra nuevamente a través del adolescente Asier Altube y la historia de los Jáuregui (escondido el gudari Ismael en casa durante años) en un clima de temores y opresión. Iker González-Allende compara este re-lato con el que se reescribirá más tarde en Las cenizas de hierro . Las dife-rencias entre ambos le llevan a proponer Huesos como una crítica de Pinilla hacia el «delirio» del nacionalismo vasco anclado en el victimismo, hacia la fascinación que ejerce para atraer a nuevos patriotas.

La definitiva consagración de Pinilla llega con la trilogía Verdes valles, colinas rojas, escrita a lo largo de veinte años y publicada en tres volúme-nes: La tierra convulsa (2004), Los cuerpos desnudos (2005) y Las cenizas del hierro (2005). La novela obtuvo el Premio Euskadi, el Premio de la Crí-tica y el Premio Nacional de Narrativa. Pinilla se situaba en la cumbre de la novela española. Santiago Pérez Isasi aborda estos tres volúmenes que re-presentan la confluencia de todos los caminos iniciados en obras anteriores y son su cosmovisión creativa total. La historia se vertebra en torno a dos familias, los Baskardo-Oiaindia y los Altube entre 1889 y 1961, años que enmarcan un agitado devenir histórico y político. El estudio se centra en las configuraciones dicotómicas políticas e ideológicas desarrolladas a tra-vés de la novela. Así la trilogía aborda especialmente la división de los dis-cursos socialista y nacionalista contrapuestos en dos espacios simbólicos e ideologizados, margen derecha y margen izquierda de la ría. Pero el texto debe entenderse como un reconocimiento del pluralismo político que aboca a la comprensión del otro.

Junto al éxito obtenido, Pinilla había recuperado sus relaciones con el mundo editorial publicando a partir de ese momento con la editorial Tus-quets. En su última obra, Pinilla había entrado en la historia reciente sa-biendo que de ella dependía nuestro presente. Es así que La higuera (2006) se plantea como un paso más, un ejercicio por recuperar las zonas calladas de la memoria. Aitor Ibarrola analiza esta novela a la que atribuye un espí-ritu reparador sobre un pasado de sufrimiento. El análisis del relato le lleva

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

INTRODUCCIóN 19

a descubrir en ella una compleja tipología del dolor y la culpa que recaen sobre ambos bandos. Más que una novela de crimen y castigo lo es de re-conciliación y perdón. Así el novelista huye de la etiqueta fácil reclamando una verdad múltiple y abierta.

Parecía que Ramiro Pinilla hubiera saldado cuentas con la historia y la memoria en el proceso culminante de sus últimas obras y, sin embargo, vuelve la historia y la memoria de la posguerra en el espacio getxotarra a través de una nueva experimentación con la novela policiaca que ya había practicado en sus inicios. En 2009 Sólo un muerto más abre la serie del li-brero-investigador Sancho Bordaberri o Samuel Esparta. A esta primera no-vela seguirán los crímenes de El cementerio vacío (2013) y Cadáveres en la playa (2014), asesinatos que no son mero pretexto para el ejercicio de cons-trucción de la intriga sino que dibujan cada vez con más precisión el espa-cio de Getxo en los años sombríos de la posguerra. Jorge Chen analiza la primera de estas novelas, sorprendente por sus guiños cervantinos y por la génesis de una metanovela anidada en el proceso de avance de la investiga-ción del crimen.

El recorrido narrativo de Pinilla ha terminado en la construcción de una novela dentro de la novela, emparejando en paralelo la realidad y ficción. La ironía y la metamorfosis del personaje han llevado al escritor hasta la gran lección cervantina. Es este el broche que afirma definitivamente que su espacio mítico de Arrigúnaga, el suyo, el de sus obras, se ha hecho rea-lidad. Ningún lector de Pinilla puede mirar los acantilados de La Galea sin verlos a través de los ojos del novelista. Arrigúnaga ya no es un paisaje, es el espacio original del ser humano y el espacio de la identidad vasca. Arri-gúnaga es el espacio humano para la memoria y la libertad.

Mercedes aciLLona López

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

estudios

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

Las ciegas hormigas de Ramiro Pinilla: un canto a la libertad naturalIñaki Beti Sáez1

Universidad de Deusto

En un pueblo costero del País Vasco, durante una noche de viento y llu-via, varias familias de vecinos acuden a orillas del mar para recoger el car-bón desprendido de un buque inglés encallado en el litoral, concretamente a la altura de La Galea (Vizcaya). La esforzada recogida del carbón y el pos-terior destino del preciado mineral configuran el conjunto argumental de la novela. La historia, que según nos dice el propio autor, está basada en he-chos reales, gira en torno a los componentes de una de las familias que sale del caserío en medio de las inclemencias del tiempo y de una noche cerrada, junto con sus convecinos, para, luchando con un mar embravecido, ir apro-piándose de la valiosa carga que transportaba el accidentado barco carbo-nero. Las autoridades del pueblo, por su parte, intentarán impedir dicha ac-ción. Los carabineros, cumpliendo con la obligación de restituir el carbón a su destino legal, se enfrentan al pueblo consiguiendo que el enfebrecido trabajo de la gente pobre de las proximidades de Algorta resulte totalmente baldío.

Entre esos hombres y mujeres pobres, humildes y resignados se encuen-tra la familia de Sabas, el protagonista. Ellos son los que con más afán y ga-nas van a emprender el arduo y arriesgado trabajo. También son, sin duda, los que pagarán un precio más alto por su ambición: la muerte de Fermín, uno de los integrantes del clan. Es tanto el empeño y el deseo que se pone

1 Iñaki Beti falleció antes de ver cumplido este proyecto. El trabajo sobre Las ciegas hormigas que aquí presentamos es una selección del capítulo dedicado a esta obra en su tesis doctoral sobre Ramiro Pinilla.

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

24 IñAkI BETI SáEz

en la acción que, conforme avanza el relato, el carbón pierde su valor intrín-seco de mercancía cotizable y pasa a convertirse en símbolo de independen-cia y lucha. El fracaso final se convierte de ese modo en una razón nueva y más poderosa para seguir luchando.

El relato, pues, su tema, no puede ser más sencillo y verosímil. Sin em-bargo, trascendiéndolo, se levanta pronto la personalidad férrea, de caracte-res épicos, de Sabas, el padre, el jefe de la familia, «Un hombre de hierro, que parece salido directamente de la tierra como un valioso mineral pero que guarda en el fondo de su ser unos matices de ternura sólo perceptibles por leves movimientos en la superficie».2 Personalidad íntegra, en fin, que contrasta fuertemente con la debilidad que muestran todos los restantes per-sonajes: su esposa (Josefa), sus hijos (Bruno, Cosme, Fermín y Nerea), su cuñado (Pedro), etc. Por escasas horas la voluntad imperturbable de Sabas triunfa sobre los egoísmos y miserias de los suyos para arrastrarlos a la de-sesperada conquista del mineral. Va obligando, poco a poco, a los restan-tes miembros del clan familiar —cada uno de los cuales tiene esa noche su preocupación y su ilusión privadas, excepto Ismael— a colaborar decidida-mente con él en la común tarea de recuperar el combustible en esos sacos que han de subir con grandes dificultades hasta lo alto del acantilado de La Galea. Ninguno osa dejar de hacer lo que Sabas, silenciosamente, sin utili-zar las palabras y con sólo la mirada, ordena.

Surge así la aventura de una noche y varios días de esfuerzos en los que se despliega una tenacidad dantesca y en los que, además de morir Fermín a causa de un accidente durante la operación de rescate del mineral, Bruno es detenido por desertor y, finalmente, los carabineros consiguen arrebatar a la familia el carbón que les podía haber permitido pasar un invierno más có-modo.

Como señala el propio Ramiro Pinilla, es el espíritu de lucha lo que ca-racteriza e impera en la novela.3 Una lucha sorda contra los vecinos que

2 Así definía Rafael Vázquez zamora Las ciegas hormigas en la revista Destino . Barce-lona (18 de marzo de 1961).

3 «He intentado reflejar en Las ciegas hormigas la fortaleza del hombre que lucha con su vacío religioso, con los elementos y con los demás hombres. Es el caso de tantos miles y mi-les, en la actualidad, en todos los rincones del mundo. Lo que queda derrotado en él es el sim-ple episodio que vive aquellos días, no su espíritu de hombre, que, sin desesperarse, reacciona y sigue su camino, pues está vivo en el mundo y ha de cumplir con el deber de hombre que instintivamente presiente le ha sido exigido por el solo hecho de nacer.» En entrevista reali-zada a R. Pinilla en El Ciervo en 1961.

Igualmente, refiriéndose a la novela, Pinilla nos dice: «Sí. Es un planteamiento dramá-tico de la vida y el hombre, es el hombre solo contra la adversidad, sin esperanza ninguna en aquello que está haciendo, que no es otra cosa que cumplir el programa de la especie. En la novela este hombre [se refiere a Sabas] está enfrentado en su desnudez a la realidad, según la veo yo, claro,… Es un héroe al que nadie le va a premiar. La gente que le rodea no pensaba

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

LAS CIEGAS HoRMIGAS DE RAMIRO PINILLA 25

también persiguen el mismo fin —piénsese en el regateo que mantiene Sa-bas con Chacartegui para alquilar una carreta con bueyes capaces de trans-portar el carbón, en la envidia del tío Antón, etc.— contra la propia con-ciencia, contra los sentimientos humanos de pena e impotencia —a causa de Fermín, cuyo cuerpo sin vida permanece escondido y sin enterrar—, contra los elementos de la naturaleza y contra la justicia personificada en los cara-bineros que constantemente «olfatean» e1 carbón para devolverlo a sus le-gítimos dueños.

Pese a tantas contrariedades Sabas nunca se rinde y sigue luchando hasta el ú1timo momento. Esforzarse, no cejar, no desesperar ante nada ni ante nadie es para él una condición de la vida. De ahí el carácter simbó-lico o metafórico del título de la obra: Las ciegas hormigas. Las hormigas encarnan esa instintiva y frenética pasión por el trabajo que define a Sa-bas, siempre obstinado, infatigable, seguro de sí mismo, arrastrando a los suyos con el ejemplo constante de su firmeza no exenta, sin embargo, de ternura y sensibilidad. Son significativas en este sentido las palabras que dirige el protagonista a su hijo Ismael, ya al final de la obra, sobre las hor-migas:

Pondrías una piedra, y también la remontarían. Destrozarías a aza-donazos su recinto, y siempre quedarían algunas para reanudar la misma vida de esfuerzo, bien aquí o en otro lugar. Siempre siguen adelante. Tro-piezan y se levantan. Están preparadas para vencer todo lo que les pongan delante. Son invencibles. Han sido creadas con esa consigna, y la cum-plen. ¿Para qué? ¿Para qué? ¿Quién puede saber para qué han sido crea-das así?4

Nos encontramos, pues, ante un interesantísimo documento humano, en donde surge una galería de singulares personajes cuyo latir sicológico se nos da en forma de personal y alternado monólogo interior. Las accio-nes, y no tanto la palabra, son las que nos descubren el modo de ser, la es-pecial sicología de estos hombres y mujeres vascos que luchan, como las hormigas, sin saber bien el porqué y el para qué. Ciertamente, Las ciegas hormigas es un relato dramático, incluso trágico, en el que hay muy poco lugar para la esperanza. Sin embargo, la vitalidad y humanidad de los per-sonajes lo dotan de una fuerza poética entrañable que impresiona notable-mente al lector.

como él, pero él tenía el coraje de admitir la verdad y, no obstante, seguir adelante. Es, sin duda, una postura heroica del hombre». En la Revista Kantil 7 (febrero de 1978).

4 Ramiro Pinilla: Las ciegas hormigas. Barcelona: Ed. Destino, 1961 (284). En adelante citaré por esta edición.

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7

26 IñAkI BETI SáEz

1. Perspectivismo narrativo

Ramiro Pinilla organiza y presenta los acontecimientos que se desa-rrollan en la novela a partir de las voces de diversos personajes. Son los distintos puntos de vista que adoptan éstos los que van confeccionando esa especie de «retablo» en el que se constituye la estructura narrativa del texto. Dejando a un lado los personajes de orden secundario, la narración, que se inicia con el relato de Ismael (el hijo menor de Sabas), va pasando alternativamente a Fermín, a Cosme, a Bruno, a Nerea (sus otros hijos), a su mujer, a Pedro (cuñado), a la abuela (madre de Josefa) y a Berta (mujer de Pedro).

La estructura perspectivista empleada5 por el autor hace que la novela posea de esta forma «no un centro o un foco, sino varios, con la compli-cación y enriquecimiento dramático que ello supone, al ofrecerse al lec-tor una acción filtrada a través de diversas conciencias, cambiante y hasta contradictoria según el punto de vista adoptado» (Mariano Baquero Goya-nes 172).

Un personaje, que podemos decir que contempla los hechos desde un plano más amplio, funciona como narrador fundamental que llena los co-mienzos de cada uno de los capítulos. A continuación, los personajes res-tantes van refiriendo porciones de la acción desde ángulos más personales y limitados. Entrelazándose pues estos relatos, se va construyendo la historia angustiosa de las ochenta horas que dura la aventura.

La acción se presenta en veintiún capítulos introducidos, como he-mos señalado, por la narración en primera persona de Ismael que actúa, al mismo tiempo, como comentador de los sucesos acaecidos durante esos cinco días. Además de la voz de Ismael, los capítulos se articulan en base a una serie de episodios constituidos por los monólogos interiores del resto de los miembros de la familia y de algún otro personaje más.

Ramiro Pinilla utiliza con acierto la técnica perspectivista, consi-guiendo que ese mundo de cosas, objetos inertes y acontecimientos de apariencia trivial cobre una realidad vibrante. El realismo, la objetividad tan proclamada por los escritores en los años sesenta, surge espontánea-mente en la novela del escritor vasco. Por otro lado, a pesar de los recur-sos utilizados, la acción de la novela discurre de una forma totalmente lineal, de tal manera que las distintas voces narrativas se van yuxtapo-niendo ordenadamente sin romper en ningún momento el argumento gene-

5 No cabe duda de que esta técnica perspectivista utilizada por Ramiro Pinilla se debe a la influencia recibida del escritor americano Faulkner a través de su novela Mientras ago-nizo .

© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-15759-73-7