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Mentiras oficialesLo que nunca le contaron sobre las conspiraciones que han cambiado el mundo

David Heylen Campos

Ttulo de la obra: Mentiras oficiales Autor: David Heylen Campos Editado para Puzzle Editorial de Libros S.L. por Ediciones Nowtilus S.L. www.nowtiluspuzzle.com Copyright de la presente edicin: 2006 Ediciones Nowtilus S.L Doa Juana I de Castilla 44, 3 C, 28027 - Madrid David Heylen Campos Primera edicin: Marzo 2006 Diseo de la coleccin: Dami Mathews Diseo e imagen de cubierta: Opalworks Realizacin de interiores: David Borreguero Printed in Spain Impreso por Litografa Roses Energa 11-27 08850 Gav (Barcelona) ISBN: 84-96525-94-5 ISBN13: 978-84-96525-92-8 Depsito legal: B-50173-2005

Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra est protegido por la Ley, que establece pena de prisin y/o multas, adems de las correspondientes indemnizaciones por daos y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren pblicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artstica o cientfica, o su transformacin, interpretacin o ejecucin artstica fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a travs de cualquier medio, sin la perceptiva autorizacin.

Con todo mi cario para Kathy, Yenny, Mnica, Mama, Luca, Daniel y Mincho. Con amor a Candy, ese caramelito que me endulza la vida.

AGRADECIMIENTOS

ECIR QUE HE APRENDIDO y disfrutado escribiendo este libro es indudablemente una verdad innegable, y para ello he recibido el apoyo y el empuje de muchos amigos, familiares, y desconocidos de los cuales, stos ltimos, han pasado a engrosar satisfactoriamente el primer grupo. Entre todos ellos destaca una persona que sin pretenderlo ha marcado una lnea a seguir que me ha reportado grandes satisfacciones, entre ellas el que Vd. tenga este libro en sus manos. Jos Gregorio Gonzlez es como el hermano que nunca tuve, ese amigo que todo el mundo quiere tener, porque le da a la palabra amistad su pleno sentido. A l va dirigido mi ms sentido agradecimiento. Tampoco puedo olvidar a Toi, a quien envo un guio cmplice desde aqu, y cmo no, a mis compaeros de micrfono Daniel Fox y a mi gran Mencey Fernando Hernndez. Citar a todos y cada uno de aquellos a cuantos querra ofrecer mi gratitud sera dedicar un captulo entero de este libro. Pero no puedo dejar de ofrecer un gentil reconocimiento a personas que desde hace tiempo me han apoyado y depositado su confianza en cada nuevo proyecto que he emprendido. Entre ellos merece especial atencin Lorenzo Fernndez Bueno, quien puso su plena confianza en mi para la elaboracin de este libro, y a cada uno de los que he conocido durante este largo camino. Mi querido y momificado amigo -adems de tocayo-, David E. Sentinella, el emprendedor Iker Jimnez, as como a todo el grupo de Ediciones Nowtilus. A ellos van dirigidos mis ms conspiranoicos agradecimientos, y a los que no estn reflejados aqu, quin sabe por qu oscura y misteriosa causa, obviamente no los olvido.

D

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ndice

Conspiraciones...FERNANDO JIMNEZ DEL OSO .............................................................. 11

PrlogoJOS GREGORIO GONZLEZ ................................................................. 13

Introduccin ................................................................................... 19 Captulo 111-S, LA PENLTIMA CONSPIRACIN AMERICANA ................................. 23

Captulo 211-M, LA GRAN CONSPIRACIN ESPAOLA ........................................... 55

Captulo 3 (I)JFK, EL FINAL DEL SUEO NORTEAMERICANO ........................................ 91

Captulo 4 (II)JFK, SE FRAGUA LA TEORA DE LA CONSPIRACIN ............................... 105

Captulo 5STALIN, CONSPIRACIN EN EL KREMLIN ............................................. 125

Captulo 6MARTN LUTHER KING, EL HOMBRE DE LOS SUEOS ........................... 139

Captulo 7LA VERGENZA DEL ORO NAZI ............................................................ 151

Captulo 8EL COVER-UP JAPOAMERICANO. UNIDAD 731 ................................. 163

Captulo 9TERROR EN OKLAHOMA .................................................................... 175

Captulo 10FLUORACIN, ENVENENAMIENTO GLOBAL .......................................... 187

Captulo 11LA HISTORIA OCULTA DE LA ASPIRINA ................................................ 203

Captulo 12MARTE, LA CONSPIRACIN SE TIE DE ROJO ....................................... 221

Captulo 13CONSPIRACIONES ABSURDAS DE AYER Y HOY ...................................... 241

EplogoRESISTIENDO AL OLVIDO .................................................................... 261

Bibliografa y sitios Web ............................................................ 285

CONSPIRACIONES...

H

A SUCEDIDO SIEMPRE. La manipulacin es una constante desde que las necesidades tribales alumbraron la poltica, ya se expresase en un jefe de clan o en un consejo de ancianos. Los argumentos para mover a las tribus, lo mismo que a los pueblos o a las naciones, eran, son y seguirn siendo los que resuenan con los sentimientos. Salvo por las necesidades ms perentorias, como el hambre, los humanos responden a las soflamas de sus lderes con cualquier vscera o glndula, excepto con el cerebro. No es una opinin personal, ah est la historia pasada y la reciente. En los pases teocrticos, impulsores de un cambio en la estrategia internacional cuyas consecuencias no podemos siquiera imaginar, los recursos para la manipulacin son tan elementales como efectivos, y uno no sabe de qu asombrarse ms, si de la felona de los imanes gobernantes o de la irracionalidad cerril de los gobernados. En el caso de las democracias, el asunto es mucho ms complejo: un barniz de raciocinio en las mentes de los ciudadanos tan superficial que se desprende al menor roce- exige mtodos ms sofisticados. El principal ha sido convencerlos de que disponen de la informacin suficiente para emitir un juicio. Aunque as fuera, que obviamente no lo es, el que gobierna sabe bien que ese ciudadano no ejerce la ardua tarea de analizar la informacin para emitir un juicio y prefiere opinar de prestado, esto es, hacer suya la opinin de los sesudos comentaristas de la actualidad poltica o social. Ya en esa eleccin de a qu opinantes adherirse se est dejando llevar por razones que suelen tener poco que ver con la razn, pero no importa; defender como suya esa tesis prestada. Consecuentemente, quien detenta el poder arbitra las medidas necesarias para controlar los medios de comunicacin; no slo los estatales, dnde la manipulacin es tan descarada que produce vergenza ajena,

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sino tambin los privados, para, a travs de los lderes de opinin, hacer que los gobernados opinen lo que mejor convenga. Es claro que esos lderes opinan, a su vez, por afinidades y, sobre todo, por dinero, como es claro tambin que el medio de informacin que les paga y prestigia pertenece a grupos financieros con los que quienes gobiernan o aspiran a gobernar estn comprometidos. Gracias a ese estado de cosas, el ciudadano que realmente quiera estar informado ha de leerse tres o cuatro peridicos, or otros tantos programas informativos de radio y, si su tiempo se lo permite, ver los telediarios de diferentes cadenas para, despus, obtener una media aritmtica. Aun as, tras vomitar por tanta bazofia ingerida, seguir consciente de que le faltan datos importantes para hacerse una idea cabal de lo que est sucediendo. Todo es un juego, sucio y miserable, pero juego al fin. La poltica est tan condicionada por lo econmico, que son las multinacionales las que verdaderamente llevan las riendas del mundo, y eso, a poco que sea perspicaz, el lector ver que se extiende como un pulpo de infinitos tentculos a lo que vemos, leemos, consumimos y, sin que nos demos cuenta, a lo que pensamos. En este libro, veraz, descarnado y escrito sin contemplaciones, encontrar varios y contundentes ejemplos de cmo y con qu intenciones se nos manipula. Estoy seguro de que al terminar su lectura encontrar motivos sobrados para el desaliento y, si es sensible, para la amargura, pero los hechos son as. Y no olvide que en las siguientes pginas lo que se recoge es slo un pequea muestra; cosas iguales o peores estn sucediendo en este mismo momento.

FERNANDO JIMNEZ

DEL

O SO

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PrlogoConspira... que algo queda

N

Si as fuera nunca sera descubierta, y por tanto no se podra hablar de una trama oculta teorizando sobre su alcance y ramificaciones. As son las conspiraciones: medias verdades construidas para ocultar autnticas mentiras, y que como todo en esta vida, estn sometidas al implacable juez que es el tiempo, ese que termina por dejar al descubierto los cadveres emparedados, colocando las cosas en su sitio. Las hay de todos los tipos y alcances. Me atrevo a asegurar que todos, en algn momento de nuestra vida, hemos sido copartcipes, cuando no autnticos cerebros, de alguna conspiracin. Es posible que los motivos hayan sino nobles, como por ejemplo haber desenmascarado a un farsante en nuestro trabajo, o tal vez un poco ms egosta, del estilo de poner en evidencia a un rival en una contienda amorosa. Sin embargo esas tramas locales, aunque en origen respondan al mismo hecho de manipular la realidad, no son comparables a los efectos que pueden tener las grandes conspiraciones de las que trata este dossier. Recuerdo a Jerry, el compulsivo y casi paranoico protagonista de Conspiracin, interpretado por Mel Gibson, descubriendo conspiraciones a diestro y siniestro. Y es que mientras escribo estas lneas que el autor me ha querido confiar ms por amistad que por sano criterio, suena de fondo la magistral y pegadiza banda sonora de la citada pelcula. En la cinta, como en la vida real, nada era lo que pareca, aunque las piezas del puzzle para recomponer la realidad estaban todas sobre la mesa. La trama mezclaba elementos autnticos, como el proyecto secreto13

O EXISTE UNA CONSPIRACIN PERFECTA.

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de la CIA Mk-Ultra sobre control mental, con otros ms cinematogrficos, destacando en cualquier caso por haber sabido reflejar el espritu conspiranoico del que muchos norteamericanos estn contagiados. Y no es para menos, ya que si bien las conspiraciones parecen algo inherente a los colectivos humanos, y estn presentes a lo largo de todos los tiempos y lugares, la realidad nos demuestra que los maestros indiscutibles en el arte de maquillar la realidad son los estadounidenses. No hay otro lugar en el mundo con tanta conspiracin por kilmetro cuadrado como los Estados Unidos, y lo peor de todo es que generalmente tienen la mala costumbre de hacerlas extensibles a donde les viene en gana, sin el permiso de nadie, que por eso se autoproclaman los gendarmes del mundo. Y si no que se lo pregunten a Fox Mulder, el incansable agente del FBI que persigue misterios en la serie Expediente X. Tras los dramticos y pintorescos guiones sobre asesinos del ms all, experimentos con el espacio-tiempo o extraos seres elsticos comehgados, la exitosa saga televisiva deba su xito, en gran medida, al hilo argumental que de fondo impregnaba casi toda la serie: la conspiracin de las conspiraciones, el supuesto pacto secreto del gobierno estadounidense con los aliengenas, por medio del cual los gringos obtenan tecnologa a cambio de mirar a otro lado en caso de abducciones de terrcolas. La cosa parece simple pero les aseguro que no lo es en absoluto. Los estadounidenses estn tan saturados de medias verdades, existe una manipulacin de la realidad tan desarrollada, que la mayora piensa que su gobierno conspira sobre cualquier cosa, dando crdito incluso a los pactos con extraterrestres grises de grandes cabezas y ojos rasgados venidos de otros planetas. Por eso los argumentos cinematogrficos conspiranoicos tienen tanto xito en EEUU y otros pases occidentales. Y los ejemplos son realmente numerosos, aunque no hay espacio para realizar aqu un repaso del recurso de la conspiracin en el sptimo arte. Sin embargo el lector no debe llevarse a engao con este libro. Me consta que su autor se ha aplicado con esmero para14

Mentiras oficiales

ofrecer una visin de conjunto de las principales conspiraciones, en algunos casos tan burdamente tramadas que su xito slo se explica como consecuencia de la vulnerabilidad social del primer impacto. Este hecho es especialmente notorio en dos de los temas tratados en esta obra, a saber, el del asesinato del presidente Kennedy, y el de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, y contra el Pentgono en Washington, el 11 de septiembre de 2001. En ambos casos, y especialmente en el segundo, el desarrollo de los acontecimientos al ms puro estilo del reality show provocaron tal conmocin en la opinin pblica, que sus efectos narcotizantes anularon cualquier posibilidad de analizar framente los hechos hasta transcurrido un tiempo considerable. Todo apunta, de forma muy explcita en el caso de la conspiracin para matar a uno de los presidentes ms jvenes, carismticos y peligrosos para el sistema en la historia de EEUU, que detrs de lo que llamamos realidad y de los gobiernos tericamente democrticos elegidos en las urnas, se esconden personajes que mueven los hilos segn su antojo e inters. Con el caso de JFK ha pasado el tiempo suficiente como para denunciar sin tapujos la farsa del Informe Warren, y demostrar punto por punto cmo se manipularon las pruebas y falsearon datos deliberadamente. No obstante la pregunta sigue en el aire, quines y por qu mataron a Kennedy? En cuanto al otro ejemplo, el de los atentados del 11 de septiembre de 2001 perpetrados supuestamente por Bin Laden, el nuevo y ms malo entre los malos para los intereses USA, es posible que an no haya pasado el tiempo suficiente como para que la mayora hable sin tapujos del asunto. Por suerte algunos investigadores han puesto de manifiesto las notorias incoherencias que rodearon a los atentados, as como todos los cabos sueltos que apresuradamente se han intentado atar burdamente. Sospechas fundadas, manipulacin de datos o mentiras monumentales, tramas financieras En este libro Heylen hace un detallado repaso por todo ello, a15

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tal punto que ms de un lector se llevar a buen seguro ms de una sorpresa. Estoy convencido que a medida que vayan desgranando las pginas de este dossier, les asaltar una duda que de prosperar puede que hasta les llegue a robar alguna que otra hora de sueo: quin mueve los hilos? Existe, como muchos especialistas en conspiraciones postulan, un gobierno en la sombra que lo controla todo, que decide cmo y de qu manera se desarrollarn los acontecimientos futuros? Es cierto que ese grupo ultrapoderoso es capaz de programar guerras y tratados de paz, aupar hasta lo ms alto de un gobierno a sus hombres de confianza y derrocarlos cuando dejan de serles tiles? La posibilidad de que esas sospechas sean ciertas es por s sola aterradora para los que gustamos de vivir en libertad. Profundizar en el terreno de las mltiples teoras de la conspiracin es meterse de lleno en arenas movedizas, pisar engaosamente en un terreno que parece firme y que finalmente termina por reblandecerse bajo nuestros pies y engullirnos sin remedio. Metafricamente, nos puede dejar fuera de juego a poco que comencemos a cuestionarnos la veracidad de la realidad en la que vivimos. Puede que a muchos lectores les resulte lejano un asunto como el del asesinato de Kennedy, y que para nada se sienta identificado con este lder. Mucho me temo que pueda ocurrir lo mismo con la historia de Martin Luther King, y tantos otros que han sufrido las consecuencias de las tramas tejidas para acabar con sus vidas. La cuestin clave desde mi modesto punto de vista es que si esas conspiraciones han existido, pueden seguir desarrollndose a cada momento. Eso es lo preocupante, lo que me hace desconfiar por sistema del propio sistema y los que ostentan el poder. En cuanto aparezca un personaje carismtico, con la suficiente lucidez y honradez como para denunciar la existencia de alguna trama inconfesable que atente contra la voluntad y la libertad de otras personas, ese poder conspirar para desacreditarle o sencillamente quitarle de en medio. Cada vez que veo imgenes de la infinidad de16

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conflictos blicos que azotan al mundo, as como de las desigualdades sociales el hambre, la enfermedad, la pobreza me pregunto quin diablos se estar beneficiando, y literalmente enriqueciendo con esa situacin. Como ya he comentado, interesarse por el mundo de las conspiraciones es dar un paso al frente de cara a complicarse un poco ms la vida. De un asunto se pasa a otro y uno comienza a interrogarse, a cuestionar todas las verdades que nos intentan vender. El rosario de preguntas que van surgiendo incluye el saber si realmente el ataque sorpresa de los japoneses a Pearl Harbour era conocido por los altos mandos estadounidenses, o si Juan Pablo I hubiera promovido alguna revolucin en el seno de la Iglesia de no haber muerto prematuramente, dicen que asesinado, cuando apenas llevaba un mes de pontificado. Estos temas llevan a plantearse quin permiti que miles de soldados a ambos lados del ya desaparecido Teln de Acero, fuesen expuestos sin su conocimiento ni consentimiento, a fuertes dosis de radiacin atmica, a que miles de peruanos fuesen esterilizados sin su consentimiento durante el gobierno de Fujimori o incluso a que las aguas de algunas regiones conflictivas del Reino Unido, fuesen fluoradas en un intento por calmar las discrepancias mediante la intoxicacin de la poblacin. Son ciertas las teoras que apuntan a un origen artificial del virus del SIDA?, o incluso, a que no hay una sola prueba que demuestre que dicho virus existe realmente y es causante de las millones de muertes que se atribuyen en las ltimas dcadas? Hasta hace unos meses se consideraba que el virus de la viruela estaba erradicado del planeta, y que apenas se conservaban algunas cepas por su inters cientfico. Hoy sabemos que existen muchas, demasiadas muestras del virus y que pueden ser usadas, mortalmente, en ataques de guerra biolgica. A qu se debe el permanente empecinamiento de la mayor parte de los gobiernos de todo el planeta en negar la realidad del fenmeno OVNI? Por qu ese esforzado inters en que aceptemos que no existen casos sin explicacin convencional? Tienen17

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algunos alimentos sustancias adictivas no declaradas que se aaden a los mismos para asegurarse futuros compradores? Es cierto que a travs de la publicidad subliminal los publicistas manipulan nuestros gustos y nos invitan a consumir tal o cual producto? Cmo es posible que durante varios aos todas las llamadas telefnicas de medio mundo estuvieran siendo espiadas por el sistema de satlites estadounidense Echelon? Las preguntas, como ya les dije, son numerosas y afectan a todos los mbitos de nuestra vida. La desconfianza hacia el sistema es para m, tal vez equivocadamente, un sntoma de libertad, aunque eso no hace que mi vida sea ms feliz y placentera. Ms bien al contrario. David Heylen nos deja entrever en las siguientes pginas la punta de un inmenso iceberg, nos presenta una seleccin de episodios conspiranoicos de diversa ndole, pero no nos engaemos; todo apunta a que las verdades que se nos ocultan son an ms vergonzosas que aquellas que se nos han permitido descubrir. Y eso s que es para perder el sueo.

Jos Gregorio Gonzlez

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Introduccin

introducir al lector en el tema a travs de unas pocas lneas de lectura rpida, se convierte en una tarea ciertamente difcil; tanto o ms arduo que intentar demostrar al hombre del siglo XXI que cada una de las supuestas conspiraciones aqu expuestas, es tan vlida como la posibilidad de que jams hayamos pisado la Luna. Hemos pisado la Luna, o tal vez no? Quiz por irnico no sea este ejemplo el ms apropiado, pero tal vez haya servido para enviar un mensaje a su subconsciente capaz de generar en alguna parte de su cerebro una pregunta clave: acaso est poniendo en duda el autor la llegada del hombre a la Luna, y desde esa duda, intenta cimentar su argumentacin acerca de otras muchas conspiraciones igual de improbables? Quin sabe. Mi intencin en este momento no es convencerles de si el hombre estuvo o no en la Luna, de si fueron entidades gubernamentales las que mataron a Kennedy, Martin Luther King o Marilyn Monroe, o de si el actual presidente de los Estados Unidos estaba o no enterado de los atentados del 11-S. Mi papel aqu es hacerles meditar desde la inquietud, mostrarles lo que piensan otras personas y cmo lo argumentan a travs de sus investigaciones. Estos personajes se niegan muchas veces a tomar al pie de la letra lo que los medios de comunicacin y los gobiernos del mundo nos ofrecen, enfrascados en una cruzada por la verdad en la que aparentemente no tiene nada que ganar y s mucho que perder. Estos individuos nos ofrecen la otra versin de los acontecimientos, basada tambin en19

S

I ESCRIBIR ESTE LIBRO NO FUE UN RETO SENCILLO,

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hechos reales. Pero an as, como transmisor de esos trabajos e investigaciones, entre mis objetivos est el que usted extreme su escepticismo, incluso con esas personas de las que hablo, ya sea un Jim Garrison enfrentado a la trama de JFK, o un Thierry Meissan cuestionando los hilos argumntales del mayor atentado terrorista de la historia. Al final lo importante es lo que usted, amigo lector, crea. Las conclusiones a las que usted como lector y ser humano sea capaz de llegar. Al fin y al cabo la Teora de la Conspiracin naci as, como la necesidad del ser humano para encajar las piezas de un rompecabezas y descubrir el porqu del comportamiento de determinados personajes o sociedades que se mantienen en la sombra, pero que evidentemente existen, llmense CIA, FBI, Nuevo Orden Mundial, Iluminados, Globalizacin y un largo etctera. No es una teora cientfica, pero se ayuda de la ciencia y la lgica para darle forma a ese rompecabezas. Que no existan elementos que puedan verificar tales tesis no es un mecanismo para ser refutada, todo lo contrario; es signo evidente de que la conspiracin est bien elaborada. Una buena conspiracin es as, improbable, y si en algn momento se puede probar, ser negada y rebatida, o bien ser demasiado tarde para sentar a nadie en el banquillo de los acusados. Aunque la primera gran cantera para la Teora de la Conspiracin fuera sin lugar a dudas el evidente e impune magnicidio contra el presidente J. F. Kennedy, no es ni mucho menos el primer caso de esta clase. Podramos viajar hasta la antigua Roma y vislumbrar el asesinato de Julio Csar, o sumergirnos en los entresijos de la egiptologa y comprobar las guerras de poder que haba en torno a la figura sagrada del faran. Ya en la actualidad, la vergonzosa falta de transparencia alrededor de la tragedia del 11 de septiembre, pasando por la muerte de Juan Pablo I, el suicidio de Marilyn, el accidente de Diana de Gales, el asesinato de Robert Kennedy y accidentes de aviacin como el de la TWA-800, refuerzan el carcter universal de las conspiraciones.20

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La historia de la humanidad est plagada de muertes, accidentes, tragedias, suicidios, logros y atentados en los que no se han llegado a resolver todas las dudas que muchos, sacrificando su tiempo, su dinero y en ocasiones su reputacin, han planteado. En algunos casos se ha logrado determinar, tras aos de arduas y persistentes investigaciones, que dichos sucesos fueron producto de una conspiracin, vase el caso del pastor evangelista Luther King o del ya nombrado asesinato de JFK. Sin embargo, y a pesar de las evidencias, nadie ha sido nunca acusado o llevado ante el gran jurado, bien por el largo paso del tiempo, o porque an permanece una losa de silencio y confidencialidad al ms alto nivel sobre dichos sucesos. No olvidemos que al fin y al cabo a la Justicia se la representa con los ojos cubiertos, aunque no sorda, por lo que la presuponemos capaz de escuchar el grito del pueblo. Mientras tanto hemos visto cmo determinados personajes han sido acusados y sealados por esas mismas personas que se ocultan en la sombra. Esos personajes, con nombres como Lee Harvey Oswald, Jack Ruby, Timothy McVeight o Earl Ray, se han llevado sus secretos a la tumba, y en ocasiones se les ha ahorrado un juicio justo. Sean culpables o no, cuando menos se les debe el beneficio de la duda, puesto que as nos lo han ofrecido. Analice, estudie, investigue, infrmese y saque sus propias conclusiones; las pruebas estn ah, esperando a que alguien las descubra; no permanecern ocultas para siempre. Yo le ofrezco un pequeo manojo de dudas en forma de libro, pero depende de usted lector el que la verdad salga a la luz.

David Heylen Campos

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"No se como ser la tercera guerra mundial, slo se que la cuarta ser con piedras y lanzas"Albert Einstein

CAPTULO 8

El "cover-up" japoamericano Unidad 731El ao no poda empezar peor para las delicadas relaciones China-Japn. La decisin del Ministerio de Educacin1 para reeditar los libros de textos de enseanza secundaria, fue el pretexto perfecto que necesitaron algunos insurgentes para liberar su ira. El motivo, autentico "cover-up", la ocultacin de las atrocidades de un despiadado grupo de cientficos japoneses conocidos como Unidad-731, y su relacin con los norteamericanos durante la II Guerra Mundial.

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Abril de 2005 163

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La noticia sala a la luz y las protestas junto con los altercados pblicos no se hicieron esperar. El tumulto se reuni frente a la fachada de la embajada japonesa en Singapur. Proclamaban, entre gritos y lanzando piedras contra los cristales de la embajada, la respuesta del pueblo chino ante la ocultacin de todo tipo de atrocidades que cometi Japn antes y durante la guerra. Mientras que ambos bandos se resisten a pedir disculpas, China por las manifestaciones y Japn por sus crmenes de guerra, pocos son los que enfocan su mirada hacia Amrica, fuerte aliado de Japn en la actualidad y culpable de la evasin de muchos cientficos japoneses que experimentaron con humanos al igual que hicieran los nazis con los judos.

Altercados frente a la embajada de Japn en China en Abril de 2005

Guerra biolgica AL FINALIZAR LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, los mdicos del ejrcito japons sintieron una gran curiosidad por algunos agentes qumicos y biolgicos usados durante las contiendas en Europa. Producto de ese inters fueron enviados al continente un grupo de 40 cientficos dirigidos por el Dr. Ito, que a su vez164

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era controlado por el Comandante Terunobu Hasebe. Los primeros descubrimientos no se hicieron esperar. Determinaron que el uso de armas bacteriolgicas seran muy efectivas a la hora de producir bajas masivas en el enemigo2. Sin embargo, para un pas de costumbres como Japn, donde ha existido, por tradicin, un cdigo de honor entre guerreros, actos como estos representaban la vileza humana. Estas sutilezas acabaran pronto, gracias a la nueva visin de Shiro Ishii, el padre de la que sera conocida y ocultada como Unidad-731. Cuando en 1925 la Convencin de Ginebra prohbe el uso de armas biolgicas, y Japn rechaza el tratado, pocos podan imaginar que este ltimo se convertira, en el mayor productor de este tipo de armas en todo el planeta. Slo siete aos despus de la firma del tratado, las tropas Japonesas invadiran Manchuria y entre las filas del ejercito nipn destacara la figura de un medico oficial del ejercito. Era Shiro Ishii, quien cautivado por la guerra bacteriolgica, comenzara en breve una larga y cruel era de experimentos. Ishii Shiro nace en 1890 en una familia rica y acomodada, se grada en medicina en la Universidad de Tokio en 1927 y accede al ejrcito de forma inmediata, lo que le permite viajar por Europa y Amrica para familiarizarse con las investigaciones biolgicas. A su regreso a Japn Ishii tropieza con una epidemia de meningitis en Shikoku. Consigue crear un filtro para el agua, deteniendo y extinguiendo la propagacin de la enfermedad. Este suceso casual le hara valedor del reconocimiento como bacterilogo usando esta influencia para promover, en el ejercito, el uso de armas biolgicas.2

Esta efectividad ya haba sido comprobada en antiguas contiendas como las acaecidas durante las colonizacin de Amrica, donde los colonos britnicos regalaron mantas a los indios Americanos en modo de ofrendas. Desgraciadamente, estos no saban que las mantas se encontraban plagadas de un enemigo invisible al que no podan combatir, la viruela. 165

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A finales de verano, cuando gran parte del noreste de China se encontraba ya ocupada, Ishii viaja por gran parte del pas con un grupo de ms de una docena de cientficos con la firme decisin de asentar su propio centro de investigacin en un lugar a 20 kilmetros de Harbin, muy cerca del ro Peiyin. Tendra que finalizar el ao 1932 para que lo sueos de Ishii se hicieran realidad y fuera nombrado coronel. Recibi un presupuesto de 200.000 yenes para comenzar y Shiro Ishii, el precursor promover sus estudios. Cuatro aos de la idea de utilizar despus, en 1936 por orden del armas qumicas en la guerra y encargado emperador Hiroito, se asientan en de la Unidad-731 Machuria dos unidades de investigacin, una de ellas comandada por Ishii. Seran conocidas como "Prevencin Epidmica y Seccin de purificacin de Agua del Ejrcito de Kuantung", la primera y la segunda, dirigida por Yujiro Wakamatsu, se asentara bajo el nombre de "Seccin de Prevencin de la Enfermedad Veterinaria del Ejrcito de Kuantung". Estos ingenuos nombres solo tenan un propsito, encubrir las verdaderas intenciones de las instalaciones a la luz pblica. El complejo albergaba en total ms de 150 edificios distribuidos en cerca de 10 kilmetros cuadrados. En su interior trabajaban 3000 personas comprendidos entre personal cientfico y tcnicos. Las infraestructuras de la muerte EL COMPLEJO ASENTADO EN PING FAN, fue terminado en 1939, y entre las decenas de edificios de investigacin, se asentaban adems, prisiones, crematorios, granjas de animales, una central166

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elctrica, un centro para patologas, y los barracones de los oficiales. Todo ello rodeado por una valla electrificada de alta tensin. Era el centro de investigacin biolgica ms grande del mundo, y nadie tena conocimiento de su existencia.

Los Japoneses ocupan China

Pases como Rusia o Estados Unidos vigilaban de cerca las acciones de Japn, pero desconocan totalmente el propsito final de las instalaciones, siendo fcilmente engaados por la mentira que se ocultaba tras sus falsos nombres. Ergo, la realidad era mucho ms aterradora. El lugar donde se asentaban las instalaciones era ideal para la captura de enemigos al rgimen japons, siendo principalmente soldados y civiles chinos. Tambin podan encontrarse civiles de otras nacionalidades como rusos o coreanos. Fueron encarcelados en las prisiones por miles y se realizaban cruentas investigaciones con ellos. "La mujer que se encontraba en la camilla, la cual se haba desmayado, abri los ojos inesperadamente, y comprob con horror como su abdomen estaba abierto de par en par. Se puso comprensiblemente histrica y comenz a gritar presa167

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del pnico. Inmediatamente, algo ms calmada y entre sollozos nos pidi que la matramos a ella, pero que le perdonramos la vida a su bebe". Estos duros testimonios pertenecen a Kurumizawa Masakuni, uno de los mdicos de Unidad-7313. Esta unidad era la comandada por Ishii Shiro. El Dr. Kurumizawa ha sido uno de implicados que se ha atrevido a hablar, y relatar los horrores vividos en Manchuria. Estas y otras muchas vejaciones fueron descritas entre lagrimas al escritor Hal Gold, quien las reprodujo en su libro "La Experimentacin humana durante la Guerra: Testimonios, Japn y el encubrimiento de la posguerra". En un documental de la NBC, "Fabrica de Muerte: Unidad731" el propio Dr. Kurumizawa, explicaba como las vivisecciones, eran una practica habitual en todas las unidades, no solo en la 731, sino tambin en la 100 o en la 569. "Las vivisecciones eran practicadas con regularidad para efectuar varios tipos de ciruga y se sola seguir un patrn definido. Primero sen realizaba una apendicetoma, luego la amputacin de un brazo, u otra extremidad y finalmente una traqueotoma. Una vez terminada la prctica mataban al individuo con una inyeccin letal". Otro de los doctores de la Unidad-731 que se atrevi a hablar fue el Dr. Yoshio Shinozuka. "La primera vez que tuve que experimentar con sujetos vivos las piernas me temblaban, casi no poda tenerme en pie. Pero eso no era nada comparado con la mirada del sujeto que se encontraba encima de la camilla, sus ojos reflejaban un intenso odio hacia m". Shinozuka explicaba como, para superar el trauma de ese odio, llamaban a sus "pacientes" con el sobrenombre de "marutas" (trozos de madera), ya que deban de mentalizarse3

Sera a partir de 1942 cuando sta unidad comenzar a recibir dicho nombre, antes conocida como "Prevencin Epidmica y Seccin de purificacin de Agua del Ejrcito de Kuantung".

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que lo que estaba encima de la mesa de operaciones, no eran humanos, sino simples troncos, de lo contrario podran volverse completamente locos.

Los "carniceros japoneses" llamaban a sus victimas "troncos" para no volverse locos por lo que hacan

El fin ltimo de estos atroces programas de investigacin, la fabricacin en masa de armas biolgicas de exterminacin masiva, fue el gran secreto de Japn durante la segunda guerra mundial. Tal era el secretismo que se cerna sobre las instalaciones, que la mano de obra utilizada para construir las infraestructuras, principalmente esclavos, fueron enviados a las prisiones para luego ser las primeras cobayas en la experimentacin. La efectividad de estas mortferas armas ya haba sido comprobada en ms de una ocasin con la poblacin asitica. Pruebas realizadas sobre el terreno haban sido ya iniciadas despus de la ocupacin del noreste de China. En varias ocasiones, cuando se haba elaborado grandes dosis de agentes patgenos productores de enfermedades mortales como la Peste Bubnica, el Clera, la Viruela o el Botulismo, se arrojaban sobre la poblacin de diferentes maneras, para luego estudiar169

David Heylen Campos

su comportamiento. En Ningbo, dejaron caer, mediante aeroplanos, millares de pulgas infectadas. En Shandong o en Yunnan, se arrojaban estos virus a los pozos, charcas o ros. Incluso varios testigos relataban como los aeroplanos japoneses arrojaban arroz, algodn o telas infectadas con diferentes enfermedades. Ms cruel incluso era el reparto de caramelos con ntrax a los nios. Sobra decir que las muertes producidas por estas epidemias se contaban por millares en todo el territorio oriental de la repblica China. Las infecciones en masa se comparaban con los estudios realizados en los laboratorios de las instalaciones. Las declaraciones de Shinozuka o Kurumizawa, entre otros, han sido la nica manera de conocer ms oscuros detalles de los experimentos que realizaban las diferentes unidades.Bombas como esta se arrojaban sobre la poblacin China. Contenan virus letales o epidemias

El auswitch asitico LOS EXPERIMENTOS CON HUMANOS en las instalaciones de la Unidad-731 o la 100, eran a cada cual ms horrible. Probablemente, si se considera sensible, no deba seguir leyendo estas lneas. Aunque, para poder entender el porque de la ira china a lo largo de todos estos aos, o tal vez perturbarse170

Mentiras oficiales

por el vergonzoso comportamiento del gobierno estadounidense al finalizar la guerra, quizs y solo quizs, si que debera hacerlo. En su libro "The Devouring Monster", Morimura Seiichi describe con gran detalle las incontables atrocidades cometidas durante los ltimos aos de la guerra en China. Muchas de ellos eran pruebas sencillas como juntar a infectados de epidemias con sujetos sanos en entornos controlados para comprobar como se extenda la enfermedad. Otros eran tan cruentos como introducir a sujetos dentro de cmaras de presin, y elevar esta ltima hasta que el cuerpo literalmente reventara. Todo ello con el nico propsito de saber cuanta presin era capaz de soportar el cuerpo humano. En lo relativo a la capacidad de supervivencia, se dejaban morir a personas de hambre o de sed, o incluso momificarlos vivos deshidratando sus cuerpos. Para hacer un seguimiento de cmo afectaban las enfermedades vricas que se esparcan sobre la poblacin china, se vesta al sujeto con un traje especial infestado de pulgas portadoras de virus como el de la peste bubnica. Una vez que la enfermedad haba progresado, se le llevaba a una cmara asptica y se le ataba a la mesa de operaciones. Posteriormente se le realizaba una autopsia mientras an estaba vivo. No se utilizaba anestesia, pues se deseaba observar los rganos sin ningn tipo de alteracin. Con todo, los experimentos ms sanguinarios consistan en producir graves quemaduras tanto de hielo como de fuego en los sujetos, primero en un brazo, luego lo amputaban y seguan con cada una de las extremidades hasta que slo quedaba el tronco y la cabeza, que finalmente eran utilizadas para experimentos con agentes patgenos. Se les quemaban con lanzallamas, se probaban municiones de ltima generacin, se les administraba dosis letales de radiacin, incluso se le inyectaba sangre de animales o burbujas de aire. Las vejaciones eran innumerables.171

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Encubrimiento norteamericano TRAS EL GRAVE ENFRENTAMIENTO DE JAPN con Estados Unidos en el ataque a Peral Harbor en 1941, y viendo las pocas posibilidades de victoria frente al "gigante dormido" que haban despertado, los centros de investigacin del noreste de China comenzaron a desmantelarse en Agosto de 1945. El complejo de la Unidad-731, fue casi completamente derruido en el intento de eliminar toda prueba de lo que all haba sucedido. Ms de quince trenes fueron usados para transportar a las tropas japonesas de regreso a Pusan, Tokio, y muchos miembros de la Unidad-731 llegaron en barco a los puertos japoneses de Sasheo, Ikaruga y Sensaki. Entre ellos se encontraba Shiro Ishii quien, tras abandonar Tokio, regres a su hogar en la Prefactura de Chiba, donde fue arrestado por los oficiales de inteligencia norteamericanos en Septiembre de 1945.

Restos de las instalaciones de la muerte

El nombre de Ishii ya les sonaba a los americanos. Tras la guerra del Pacifico Sur, haban arrestado a muchos prisioneros, entre los que se encontraban diversos cientficos que confesaron lo avanzado de la experimentacin biolgica en Japn. Sali172

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a la luz por primera vez el nombre de la persona que lo hizo posible, Shiro Ishii. De ah su inminente captura. Una vez capturado Ishii deba de ser juzgado en un consejo de guerra por sus crmenes, pero nada ms lejos de la verdad. Ishii lleg a un acuerdo vergonzoso con las autoridades americanas en 1946. Estos perdonaran sus crmenes y le daran inmunidad ante un juicio, a cambio de los resultados de aos de investigacin en la Unidad-731. Se cree que este acuerdo pudo llegar incluso ms lejos, ya que durante la guerra con Corea, aparecieron en los campos de batalla, armas bacteriolgicas supuestamente usadas por los americanos con la supervisin y gracias a las investigaciones de Ishii. Con todo, el encubrimiento de Ishii por parte de los americanos lleg al punto de mentir al gobierno Ruso, quien reclamo a Ishii para ser juzgado por sus crmenes de guerra. El gobierno americano respondi a la solicitud alegando que tanto Ishii, como muchos miembros de la Unidad-731, se encontraban en paradero desconocido y por tanto no podan ser juzgados. Shiro Ishii muri en la prefectura de Chiba, su hogar, el nueve de Octubre de 1959, sin que fuera juzgado por uno solo de sus crmenes. Otros miembros de la Unidad-731 se encuentran vivos y dispersos por todo Japn, incluso los jvenes estudiantes de las unidades de la muerte, no pudieron salir adelante debido a que sus estudios no fueron reconocidos. De las aproximadamente 4.000 vctimas de la Unidad-731, ni una sola logro sobrevivir. Japn reconoci en 2002, tras ms de 50 aos de silencio, la existencia de la Unidad-731, debido a las presiones de los cientos de familiares de chinos que murieron a manos de este escuadrn. Nunca ha reconocido la existencia de otras unidades ni lo que se haca en ellas. Jams se han pagado indemnizaciones a las vctimas de las masacres en China y an a da de hoy se teme que resurja un brote mortal de las muchas enfermedades epidmicas que se esparcieron sobre todo el territorio del noreste de China.173

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Japn ha pedido disculpas de forma oficial al gobierno Chino tras los altercados en las embajadas Japonesas de Singapur. China espera que esas disculpas se traduzcan en hechos, no solo palabras.

Monumento a las vctimas de la Unidad-731

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