Meishu Sama y Las Montañas

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Meishu sama y las montañas En Japón el culto a las montañas se le denomina “Sangaku Shinko” lo cual significa el credo a las montañas. En el Sintoísmo Japonés, la religión tradicional del Japón, cada objeto de la naturaleza como las rocas, árboles, montañas, lagos, etc. son vistos y reverenciados como Kamis o dioses. Los Kamis o dioses se concentran especialmente en las montañas ya que son los lugares más cercanos al cielo y a los dioses. Las montañas en Japón son considerados lugares de un alto nivel pureza en donde los monjes, los samuráis y las personas comunes escalaron durante siglos para obtener purificación espiritual y sabiduría mediante la meditación y oración a los Kamis. Meishu sama durante su juventud escaló varios montes y montañas, pero fue en el monte Nokoguiri donde alcanzó un alto grado de iluminación y el contacto con el dios supremo y creador de todas las cosas al entonar la oración Amatsu Norito. Esa revelación o iluminación consistió en que el mundo estaba cambiando de la era de la noche a la era del día y de la luz. Tal fue la afición de Meishu sama por las montañas que construyó un suelo sagrado en el área montañosa de Hakone. De ahí se ve la montaña más alta del Japón llamada monte Fuji o Fuji sama como se le llama de forma respetuosa. El monte Fuji con 3.776 metros de altitud, es el pico más alto de la isla de Honshu (isla principal) y de todo Japón. Se encuentra entre las prefecturas de Shizuoka y Yamanashi en el Japón central y justo al oeste de Tokio, desde donde se puede observar en un día despejado. El Fuji es un volcán compuesto y es el símbolo de Japón. Considerado sagrado desde la Antigüedad, les estaba prohibido a las mujeres llegar a la cima hasta la era Meiji (finales del s. XIX). Son mayoría los que escalan por la noche para apreciar la salida del sol. El monte Fuji es un atractivo cono volcánico y es un tema recurrente en el arte japonés, siendo objeto de muchas pinturas y caligrafías Meishu sama también lo reverenció como un arte que nos

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Meishu sama y las montañas

En Japón el culto a las montañas se le denomina “Sangaku Shinko” lo cual significa el credo a las montañas. En el Sintoísmo Japonés, la religión tradicional del Japón, cada objeto de la naturaleza como las rocas, árboles, montañas, lagos, etc. son vistos y reverenciados como Kamis o dioses.

Los Kamis o dioses se concentran especialmente en las montañas ya que son los lugares más cercanos al cielo y a los dioses. Las montañas en Japón son considerados lugares de un alto nivel pureza en donde los monjes, los samuráis y las personas comunes escalaron durante siglos para obtener purificación espiritual y sabiduría mediante la meditación y oración a los Kamis. Meishu sama durante su juventud escaló varios montes y montañas, pero fue en el monte Nokoguiri donde alcanzó un alto grado de iluminación y el contacto con el dios supremo y creador de todas las cosas al entonar la oración Amatsu Norito. Esa revelación o iluminación consistió en que el mundo estaba cambiando de la era de la noche a la era del día y de la luz. Tal fue la afición de Meishu sama por las montañas que construyó un suelo sagrado en el área montañosa de Hakone. De ahí se ve la montaña más alta del Japón llamada monte Fuji o Fuji sama como se le llama de forma respetuosa.

El monte Fuji con 3.776 metros de altitud, es el pico más alto de la isla de Honshu (isla principal) y de todo Japón.

Se encuentra entre las prefecturas de Shizuoka y Yamanashi en el Japón central y justo al oeste de Tokio, desde donde se puede observar en un día despejado. El Fuji es un volcán compuesto y es el símbolo de Japón.

Considerado sagrado desde la Antigüedad, les estaba prohibido a las mujeres llegar a la cima hasta la era Meiji (finales del s. XIX). Son mayoría los que escalan por la noche para apreciar la salida del sol.

El monte Fuji es un atractivo cono volcánico y es un tema recurrente en el arte japonés, siendo objeto de muchas pinturas y caligrafías Meishu sama también lo reverenció como un arte que nos dejó dios a la humanidad. Una de las obras con mayor renombre sobre el Fuji, es la obra maestra 36 vistas del monte Fuji del pintor ukiyo-e Katsushika Hokusai. También aparece en la literatura japonesa y es el tema de muchos poemas.