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Mayo - Junio de 1939.

MEMORIALDEL

EJERCITO DE CHILEPublicación bimestral

Se publica bajo la Dirección del Estado Mayor del Ejército

Oficinas: Moneda 1356-Teléf. Auto 85193

Año XXXII N.º 162 ler. Semestre.

S U M ARI O :SECCION EDITORIAL.

Pág.

1.—La Concepción . 3052.—El Agregado Militar del Brasil . 3073.—M Agregado Militar del Japón .. 309

SECCION GENERAL.

4.—La Organización dte las Columnas de Acarreo y Bagajes para nues-tro Ejército.—Por el Capitán Sr. Guillermo Toledo 31.1

5.—La Escritura Secreta.—Por el Tte. Crl. en retiro Sr. Arturo Puen-tes R. . 331

6.—La Caballería en la Guerra Civil Española.—Por el Mayor Sr. MarcialVergara G 349

7.—La actuación del Ejército en la Zona del terremoto de la Provinciade Concepción.—Por el Tte. Crl. Sr. Alberto PoHoni 357

8.—La Unidad de Aplicación de la Escuela de Ingenieros Militares.—Porel Teniente Sr. Raúl Llortote R 369

SECCION LITERATURA MILITAR EXTRANJERA.

9.—Conductor y Conducidos.—Por el Mayor Tilomas R. Phillips.—Tradu-cido de "The Infantry Journal (EE. UU.) . . . . . . 379

(a la vuelta)

SUMARIO:

(de la vuelta)Pág.

10.—La Campaña de Verano de 1870.—Páginas de la obra del CapitánLuis Le Guillou.—Traducido de la Revue d'Etudes Militaires .. 401

11.—Guadalajara. Un contra ataque aéreo.—Por el Tte. Jack W. Rudolph —Traducido de "The Infantry Journal" 411

12.—Crónica de Libros. Formación de la Moral del Pueblo Alemán.—Tra-ducido de la "Revue d'Infanterie" 421

13.—Veinte millones de Rojos. Organización Militar y Táctica del Sovtet.—Por el Tte. Crl. de Infantería Charles A. Willoughby.—Tradu-cido de "The Infantry Journal" (EE. UU.) 437

SECCION INFORMATIVA.

14.—El Secreto. Consecuencias del Decreto-Ley del 21 de marzo de 1939.—Traducido de L,Air, de abril de 1939 . . . 451

15.—Dependencias de los estafetas montados de las planas mayores deregimiento y batallón de infantería.—Tomado de la Revista Mi-litar Argentina. Abril 1939 455

16.—Inglaterra.—Una nueva unidad de defensa anti-aérea.—Unidades dedefensa anti-aérea de fábricas 459

17.—Inglaterra.—El cruce de ríos por la caballería 46018.—Polonia.—Fuerzas del Ejército . . . 45019.—Holanda.—Cañón de Infantería 46220.—EE. UU.—Elección del Personal de escuchas.—Aviones-blancos para

ejercicios de defensa anti-aérea.—El uso del caballo en la guerra 46221.—Alemania.—Hay que ahorrar vainillas.—Cómo instruye el Comandante

de Compañía a sus Suboficiales 465

MEMORIAL DEL EJERCITOCONDICIONES PARA LA SUSCRIPCION.

INTERIOR DEL PAIS.

Por un año $ 24.00Por un semestre 12- 00Por un año (Para Alféreces y Suboficiales de Ejército) 12.00Número suelto del año 4.00Número suelto atrasado .. 5.00

EXTRANJERO.

Por un año $ 50.00Por un semestre . . . 25.00Número suelto del año 5.00Número suelto atrasado 6.00

Los pagos pueden hacerse en sellos chilenos de correo de$ 0.20 o mayores, por giro postal, letra o giro internacional, etc.a la DIRECCION DEL MEMORIAL DEL EJERCITO en el Es-tado Mayor del Ejército.

ADVERTENCIAS.

Los colaboradores deben remitir sus trabajos a más tardarhasta el día 20 de cada mes. En general estos serán publicadospor orden de llegada, pero la Dirección se reserva el derecho deseleccionarlos según su actualidad y clase de materias.

Los trabajos deberán ser escritos a máquina con dos espa-cios por lo menos, y con un ancho margen al costado izquierdo.Al final, el autor colocará su firma. El Memorial no se haceresponsable por las ideas emitidas. Los originales no serán de-vueltos.

La Dirección del Memorial publicará, además, semestralmenteuna obra para la "Biblioteca del Oficial", a la cual tendrán de-recho gratuito los suscriptores de ese semestre.

A fin de evitar entorpecimientos en la remisión de la revistay volúmenes de la Biblioteca, es de interés para los suscriptores,avisar oportunamente sobre su verdadera residencia, unidad oguarnición en el caso que la dirección puesta por la Dirección delMemorial, no fuera la correcta.

Las nuevas suscripciones semestrales deben ser renovadas enenero y junio de cada año, de acuerdo con la Orden del Comandoen Jefe del Ejército (Sec. I. N.º 8, del 3. I. 934., B|O. N.º 2, pág.62). Junto con la remisión de la cuota, se enviará una lista de lossuscriptores..

La Concepción.

(9 de Julio de 1882).

En el aniversario de esta jornada que es la gloria cumbredel Ejército, el país entero escuchará con emoción el juramentoa la bandera que habrá de realizarse en todos los Cuarteles de laRepública.

El acto impresionante con que los nuevos Oficiales y cons-criptos se incorporarán a la falange de defensores del patrimoniode la nacionalidad, representa un instante decisivo en la vida delos nuevos soldados de Chile.

Se vincularán a una tradición militar inmaculada y hereda-rán más de un siglo de glorias, cuya es la obra inmortal de losque en el pasado lucharon y vencieron o murieron por hacer lagrandeza de nuestro Chile amado.

Vivir con emoción intensamente emuladora el pasado y satu-rarse de la fe del presente para encarar sin angustias el porvenir,será la religión de los que frente a los colores de la bandera, siem-pre victoriosa, recibirán alientos que serán como una promesa deglorias.

La paz les exigirá abnegaciones y sacrificios, ya que la vidade la Nación tiene necesidad de esfuerzos infinitos para acentuarsu ascensión a prósperos destinos. Durante ella, el soldado, lomismo que cualquiera otro de los obreros del progreso, debe su-perarse en sus afanes de perfeccionamiento, pues ya sabe que eltrabajo es el más sólido cimiento de la Institución y la única ma-nera de corresponder a las esperanzas de la Patria.

MEMORIAL DEL EJERCITO.

El aniversario cuya celebración se confunde con la verifica-ción de la ceremonia solemne de la Jura de la Bandera, presenta re-lieves augustos en su significación moral, que son los que habránde realizarse en ese día, para señalar al joven oficial y al cons-cripto cual ha de ser su misión y su destino el día en que laRepública nos entregue el honor de sus banderas.

El episodio guerrero, cuyo recuerdo hace vibrar con la máshonda y patriótica emoción, tuvo por escenario el confín remotode una sierra abrupta y por actores a soldados de Chile quesupieron aceptar estoicamente los designios de la fatalidad en unaregión en donde el laurel del sacrificio debía ser el galardón delos que no podían esperar el ansiado florecer de una esperanza.

Lucha titánica, cuya decisión estaba escrita ya como un trá-gico destino, fué la de aquellos oficiales y soldados del que hoyes el legendario Regimiento "Chacabuco".

La Sierra, testigo de esa epopeya inolvidable, la "breña"bravia cuya ocupación fué objeto de tanto combate homérico yde tanta prueba de heroísmo, guardará para siempre la memoriade las luchas que epilogaron el conflicto del Pacífico.

Guardar como en un santuario tanto recuerdo de gloria yelevar el espíritu en un solo deseo de emulación, debe ser la consigna que oriente nuestros actos en el porvenir.

La Dirección.

306

El Mayor don José Alves de Magalhaes.

(Agregado Militar del Brasil).

La representación militar del Brasil en nuestro país, mante-nida siempre con el brillo que corresponde a vínculos cuya bellatradición remonta lejana y hondamente en el pasado, se ve honra-da en la actualidad con la llegada a nuestro suelo del Mayor señorJosé Alves, de Magalhaes, Oficial cuyos merecimientos lo hacen fi-gurar entre los miembros más destacados del Ejército de la granNación hermana.

308 MEMORIAL DEL EJERCITO

Su hoja de servicios, iniciada como Aspirante de Infanteríaen 1917, representa la trayectoria de la vida de un Oficial, cuyas;capacidades superiores se han puesto de relieve en cada una de las!actividades de su desempeño profesional.

Después de lograr una sólida cimentación de su prestigioen las tropas como Oficial subalterno en distintas Unidades, recibió

como premio su designación para formar parte del cuerpo de ins-tructores del Colegio Militar, en cuyo desempeño, durante dos pe-ríodos que sumaron 5 años, logró los más altos estímulos por sussobresalientes dotes de educador y maestro de la juventud.

Con el antecedente de atributos intelectuales que le augurabanun brillante porvenir participó, con resultados dignos de las másaltas calificaciones, en cursos de perfeccionamiento como Teniente1.º en la Escuela de Arma, después de lo cual obtuvo el títuloCapitán el año 1927, en cuyo grado fué designado alumno de laEscuela de Estado Mayor, Instituto en el cual, después de tresaños de estudio que ponen a prueba su sólida capacidad profesio-nal, obtiene su diploma de Estado Mayor.

Después de servir durante corto tiempo en el Estado Mayorde la 1.º Región Militar, es destinado en 1931 a servir bajo las ór-denes del General Goes Monteiro en la 2.º Región Militar con asien-to en Sao Pablo. En 1932, acompañando siempre al eminente Jefedel actual Estado Mayor del Ejército del Brasil, presta sus servi-cios en el Estado Mayor del Grupo de Regiones Militares, en cuyopuesto obtiene su ascenso a Mayor, hermoso estímulo profesionalde su brillante carrera.

Con este grado es destinado al Estado Mayor del Ejército, encuyo Instituto, como siempre, ofrece el aporte generoso de su yareconocida preparación profesional.

Destinado nuevamente al Estado Mayor del Grupo de Regio-nes Militares, una vez más a las órdenes del General Goes Montei-ro, vuelve más tarde al Estado Mayor del Ejército, adjunto al Ga-binete del Jefe del más alto organismo militar del Brasil.

Antes de recibir su destinación como Agregado Militar a laEmbajada de su Patria en Santiago, el señor Mayor Alves degalhaes servía, con la más alta aprobación de la Superioridad,puesto de Jefe de la 2.º Sección "Informaciones" del Estado Mayordel Ejército.

Al iniciar sus labores entre nosotros, el señor Agregado Mili-tar del Brasil encontrará la misma cordial acogida que el Ejércitode Chile ha ofrecido a sus antecesores. Su prestancia intelectual ysitó admirables condiciones de caballero y de soldado auguran unéxito brillante en su misión. Al reconocerlo así, el "Memorial delEjército de Chile" se complace en presentarle sus saludos afectuo-sos de bienvenida.

La Dirección.

El Coronel don Ryosuke Nakanisi.

(Agregado Militar del Japón).

Es especialmente grato al "Memorial del Ejército" dar la bien-venida al nuevo Agregado Militar de S. M. el Emperador del Japónen Chile. Aunque desgraciadamente para nosotros el Señor CoronelNakarusi no residirá en Santiago, durante su corta permanencia enel país se ha captado toda nuestra estimación y profunda admira-ción por sus dotes de caballero y virtudes militares,


Típico exponente de su vieja raza samurai, es un soldado nato.Su carrera militar se ha desarrollado especialmente en su arma deorigen, la infantería, y le ha correspondido tomar parte activa enlas campañas de Manchuria, donde fué condecorado con la Ordendel Sol Levante, y después en la campaña de China, tomando parteen las batallas de Shangai, Hankow y la toma de Cantón.

Oficial distinguido, se ha desempeñado largos año como pro-fesor de la Universidad Militar de Tokio, siendo nombrado Agrega-do Militar en Wáshington, puesto que desempeñó durante tres años,

Vuelto a América, le corresponde en esta ocasión desempeñarel puesto de Agregado Militar de su país en las repúblicas hermanasdel Brasil, Argentina y Perú. Con las especiales condiciones queadornan al Señor Coronel, estamos seguros que su misión será todoun éxito y el "Memorial del Ejército de Chile" se complace de an-temano en formular sus mejores votos de bienvenida y el pronto re-greso entre nosotros del distinguido Jefe del Ejército Imperial.

La Dirección.

La organización de las columnas de acarreoy bagajes para nuestro ejército.

CLASES DE VEHICULOS QUE CONVENDRIA ADOPTAR.

Por el Capitán Sr. Guillermo Toledo 0.

1. Introducción.2. Vialidad del terreno en que deberán actuar las columnas y

bagajes.3. Influencia que ejercen las características del terreno sobre

los vehículos.4. Diferentes clases de columnas de acarreo que necesita nues-

tro ejército.5. Organización técnica de los carruajes.6. El tipo de carruaje auto e hipomóvil individualizado como

el más conveniente para organizar las columnas.7. Clases de vehículos que se proponen a este respecto.8. Conclusiones de caracter general.9. Difusión en el país del tipo de carruajes elegido.

1.—Introducción.

El desarrollo del presente tema obedece al propósito de apro-vechar algunos capítulos de un trabajo presentado a la considera-ción de la Academia de Guerra en 1938 y que por considerarlo deinterés he creído necesario publicarlo.

El contribuir a buscar un tipo de carruaje, automóvil o hipomó-vil, para dar satisfacción a las necesidades de nuestro Ejército, esobligación de todos los miembros de la Institución y por eso entregoal análisis de los Oficiales los capítulos siguientes;


2.—Vialidad del terreno en que deberán actuar las columnasy bagajes.

Este punto debe ser resuelto y tomado con amplitud de crite-rio, por cuanto las condiciones generales de vialidad de las diversazonas en que se divide el país, difieren grandemente entre ellaslo que obligará a un meditado estudio para dar la más acertada so-lución al siguiente problema: "Encontrar el vehículo más apto pa-ra organizar las columnas y bagajes y que éstas puedan actuar sincambios fundamentales en cualquiera de las distintas zonas". Parala solución del problema he buscado un tipo único, que se acerqueal ideal de carruaje y solamente la práctica indicará sus beneficioso inconvenientes. Este es el vehículo que analizaré a lo largo delpresente trabajo, hasta llegar a individualizarlo.

El país, desde el punto de vista de las posibilidades operativas,lo he dividido en 4 zonas y de cada una de ellas haré un breve aná-lisis en cuanto a sus condiciones generales de vialidad:

a) Zona Norte.

Es una extensa región de desiertos, en que la actividad humanasólo se manifiesta en los centros mineros y en las poblaciones de lacosta.

Se pueden distinguir dos aspectos generales en esta región

1. El valle: con su suelo formado de una capa de arena exten-dida sobre la costra del caliche, de espesor variable y falta de agua.

2. La región cordillerana: con pocos caminos y algunos sende-ros ; pero que no escasea tanto el agua.

Debemos considerar también la cordillera de la costa, que, enpartes, se alza bruscamente junto al mar y cuya altura fluctúa en-tre los 300 y 1,900 metros. Permite ser cruzada, por hombres a piey jinetes casi en toda su extensión. Sus caminos, sin grandes gra-dientes.

En toda la zona faltan recursos naturales, salvo en Quebrada deCamarones que se produce pasto.

La carencia de agua hace pensar en la inconveniencia del em-pleo de vehículos hipomóviles.

El servicio automóvil se ha generalizado mucho en la región, loque ha traído un mejoramiento en los caminos. Estos son aptos parael tránsito durante todo el año. Además, la falta de recursos no afec-ta al empleo del automóvil, por cuanto éste, cuando no trabaja nadadconsume y, cuando lo hace, consume una pequeña cantidad de agua

LA ORGANIZACION DE LAS COLUMNAS...

b) Zona Central.

Presenta 2 regiones de naturaleza diferentes:1.º Desde el Norte hasta la Cuesta de Chacabuco, muy monta-

ñosa. Los caminos, en su mayoría, corren de mar a cordillera y ensu penetración hacia esta última pierden casi todos su carácter decarreteros para transformarse en senderos.

La cubierta es consistente. Los caminos en invierno se conser-van en buen estado, lo que permite la transitabilidad de carruajesdurante todo el año.

2.º La región Sur comienza en la Cuesta de Chacabuco, desdedonde se extiende el valle longitudinal. Su cubierta es en generalplana, pero en algunos trechos es cortada por lomajes, ya sean dela cordillera de Los Andes o de la Costa, formando así algunas an-gosturas.

El terreno es firme para el tránsito de carruajes.La transi tabil idad fuera de los caminos se ha restringido nota-

blemente por la sub-división de la propiedad y por el cultivo agríco-la, que ha cruzado los campos de canales de regadío y cercados.

Hacia la cordillera de Los Andes hay algunos caminos carrete-ros, como también otros que descabezan al pie de las primeras al-turas, transformándose en senderos.

La cordillera de la Costa se presenta cortada por ríos, los quedan salida hacia el mar al gran valle central de Chile.

Las obras de arte, que se encuentran en un gran número, alser destruidas u obstruidas, entorpecerán seriamente la transita-bilidad.

c) Zona Sur.

En grandes extensiones la cubierta vegetal de la región está for-mada de bosques, los que llegan; hasta las alturas de las montañas.Los caminos que corren por entre los bosques están apenas delinea-dos. Necesitan de gran atención para una intensa transitabilidad.

El material para arreglo de caminos (cascajo y ripio) es escaso.El clima, generalmente húmedo, y las lluvias abundantes, ha-

cen que los caminos en la época de invierno sean difícilmente tran-sitables.

La cordillera andina se presenta menos escarpada que en lazona Norte o Central; también, menos alta; pero el invierno se dejasentir más intensamente, debido a su situación geográfica. Desdemarzo hasta setiembre se producen nevazones, las que obstruyenconsiderablemente los caminos y senderos.

La cordillera de la Costa se presenta más baja y sus lomajesson más accesibles, pudiendo ser cruzada, en su mayor parte, porvehículos livianos, (especialmente carretas chanchas).


d) Zona Austral.

El terreno es, en general, ondulado, transitable en partes sólopor columnas a lamo, pues su consistencia es blanda y con exten-siones fangosas que es necesario rodear.

Accidentalmente se encuentran cerros que pueden ser salvadospor vehículos livianos.

Los caminos principales que van a caer al límite con Argentinason de muy buena calidad y por sus grandes extensiones, tiene am-plio empleo el automóvil.

Existe agua en abundancia durante todo el año.En el invierno, que es muy riguroso, la transitabilidad de cual-

quier vehículo se hace difícil. Se impone en esta época la tracciónhipomóvil.

Como conclusión se podría decir que las condiciones generalesde vialidad de las diferentes zonas, permiten el siguiente empleo devehículos:

Zona Norte.

l.º Amplio empleo de vehículos motorizados, en cualquier épocadel año.

2.º Menor empleo de vehículos hipomóviles.

Zona Central.

Amplio empleo de vehículos auto e hipomóviles en cualquierépoca del año.

Zona Sur.

1.º En verano:—Amplio empleo de vehículos hipomóviles.—Restringido empleo de vehículos automóviles en la región

cordillerana.2.° En invierno:

—Posible empleo de vehículos hipomóviles.—Muy restringido empleo de vehículos automóviles.

Zona Austral.

1.º En verano:—Amplio empleo vehículo automóviles.—Posible empleo de vehículos hipomóviles.

2.º En invierno:—Difícil empleo de vehículos automóviles.—Posible empleo de vehículos hipomóviles,

LA ORGANIZACION DE LAS COLUMNAS...

3.—Influencia que ejercen las características del terrenosobre los vehículos.

a) El terreno de llanura.

1.º En la trocha.—No la restringe. Posibilita su adopción a vo-luntad.

2.º Tipo de carruaje.—No lo impone. Se puede adoptar cual-quiera, lo que va en evidente ventaja de su capacidad y forma.

3.º Material de fabricación.—Solamente lo determina el fin aque sea destinado el vehículo.

4.º En la estabilidad.—Influenciadas sólo por la resultante de supropia fabricación.

5.º En las fuerzas necesarias para su tracción.—Se elimina enla llanura el esfuerzo constante que la gravedad, en la ascensión dependientes, hace sumar al requerido por el movimiento sobre un pla-no horizontal. Este por el contrario, una vez iniciado el movimien-to, decrece en razón inversa con la velocidad, por efectos de lainercia.

Sin embargo, a épocas lluviosas corresponden fuerzas de trac-ción mayores en virtud de las alteraciones sufridas en el terreno.Así se puede decir que en la llanura, el esfuerzo que demanda unvehículo para ponerse en movimiento o para mantenerse en él, estáen razón inversa a la consistencia del terreno.

b) En terreno de desierto.

1.º En la trocha.—No la restringe, por cuanto no falta espacio.2.º Tipo de carruaje.—-Impone un tipo liviano, en consideración

a los esfuerzos de tracción, que son característicos en el desierto. (Ma-yor roce de las ruedas al terreno).

A mayor peso del vehículo se impone un mayor ancho de larueda, tanto para evitar su enterramiento, como para obtener unamayor superficie de rozamiento de las ruedas.

3.º Material de fabricación.—Lo determina solamente la resis-tencia propia a los fines que se destine el carruaje. (Carros de sub-sistencia, menor resistencia que los carros de munición).

4.º En la estabilidad.— La planicie misma no ejerce mayor in-fluencia sobre la estabilidad.

Hay que considerar sí, las bajadas y subidas en la travesía delas quebradas; en éstas, la estabilidad de los vehículos sufre tantocomo en la montaña, lo que aconseja darles una base de sustenta-ción extensa y lo más cerca de ella el centro de gravedad.

5.º En las fuerzas necesarias para su tracción.—En la marchapor los caminos, el trabajo gastado en el movimiento de un vehículo


es semejante al requerido en la llanura. Fuera de ellos, dicho traba-jo sufre una merma. causada por el reblandecimiento de la super-ficie arenosa.

Tres son los términos que, sumados, dan el esfuerzo perdido:—La profundidad a que se entierran las ruedas.—El ancho de la llanta; y—La falta de apoyo para los cascos de los caballos, si se trata

de hipomóviles. Las ruedas motrices, por efectos del roceprofundizan la zanja abierta ya por el peso, si se trata deautomóviles.

6.º Sobre la duración del carruaje.—Dos son los factores prin-cipales que, en el desierto, influyen desfavorablemente sobre la du-ración de los vehículos.

—Fuera de los caminos, los vehículos automóviles someten asus motores al trabajo máximo, lo que no sólo perjudica almotor. sino además a las piezas destinadas a transmitir susesfuerzos.

—El calor producido por el trabajo excesivo disminuye tam-bien la resistencia de las diferentes piezas a las solicitacionesde torsión, rotación, etc.

En lo que respecta a vehículos a tracción animal, tambiénes fuera de los caminos donde el desierto influye mayormen-te en su desgaste. Sometidos allí constantemente al esfuerzomáximo de sus caballos y, a veces, al de parejas múltiple,es fácil llegar al límite de resistencia de sus diversas partes.

c) En terreno de montaña baja.

1.º En la trocha.—Como, en general, los pocos caminos existen-tes son angostos, se impone la adopción de vehículos de poca trochaEsta restricción es impuesta, además, por la necesidad de hacer po-sible el cruzamiento en aquellas partes en que el terreno ha permi-tido el ensanchamiento de la vía.

2.º Tipo de carruaje.—La estrechez de los caminos restringe la for-ma del cajón o caja en el sentido del ancho. Las curvas pronuncia.das dificultan el paso de vehículos de 4 ruedas, a tres o dos parejas;se impone el carruaje a 2 ejes, de vuelta completa y con un solo ti

3.º En el material de fabricación.—Las asperezas del terreno, losvolcamiento a que los vehículos están expuestos y los grandes es-fuerzos de tracción a que se les somete en las subidas, imponen unagran resistencia en el material de construcción.

4.º En la estabilidad.—La estabilidad está aquí fuertemente in-fluenciada por el terreno. La ascensión o el descenso de pendientesescarpadas, tienden a hacer caer fuera de la base de sustentación

LA ORGANIZACION DE LAS COLUMNAS.

la línea de gravitación, lo que es tanto más frecuente, cuanto menora dicha base y mayor la distancia de ella, al centro de gravedad.

Este inconveniente limita el carguío hacía arriba, lo que obra nega-tivamente en la capacidad de las vehículos.

5.º En las fuerzas necesarias para su tracción.—Al esfuerzonecesario para el trabajo sobre un plano horizontal se suma en lamontaña el necesario para vencer la gravedad, que es constante ytanto mayor, cuanto mayor sea el grado de pendiente que se deseaascender. (Se desprecia el roce). Empíricamente puede decirse que,para mover un vehículo en una pendiente de X grados, debe aplicarseuna fuerza de X más Y veces mayor que para mover el mismo ve-hículo en el plano horizontal. Agréguese que, mientras en éste elesfuerzo inicial disminuye considerablemente una vez iniciado elmovimiento, en la ascensión permanece constante y constante tam-bien es el esfuerzo que, por la razón ya mencionada, se le agrega.

Ya que nos hemos formado un concepto acerca de la vialidadde nuestro territorio y de la influenicia que ejercen las característi-cas de él sobre los vehículos, veamos ahora:

4.—Las diferentes clases de columnas de acarreo que necesitanuestro Ejército.

a) Las Columnas de Acarreo Hipomóviles.

Estas columnas son las más usadas, porque su empleo es venta-joso en cualquier clase de caminos y aun en muchas extensiones fue-ra de ellos, lo que no se podría hacer con las columnas a tracciónmecánica.

Pueden también acompañar a las tropas sin violentar su airede marcha, seguirlas en el campo de batalla y aun intercalarse en-tre ellas.

Sus rendimientos varían según la clase de terreno en que ac-túen, o si están llenas o vacías.

El consumo que representa un vehículo hipoimóvil, por día, esel siguiente:

52 kilos de forraje.171 litros de agua.10 gramos de grasa para ejes; y

para su servicio ocupa un total de 4 hombres, incluyen-do al Cdte. del carruaje.

Por las acotaciones anteriores, se evidencia la necesidad que elEjército, para todas sus Unidades, tenga columnas hipomóviles.

318 MEMORIAL DEL EJERCITO.

b) Las Columnas de Acarreo a Tracción Mecánica.

Son el ideal de un Ejército cuando se cuenta con una buenared caminera, un territorio plano, puentes resistentes, petróleo pro-pio y materias primas suficientes para la fabricación de sus re-puestos.

Nuestro país no reúne estos requisitos; pero debemos pensar.que este medio de tracción es indispensable en ciertos tipos de co-lumnas, por cuanto ellas resuelven favorablemente el factor tiempo y espacio, que para nosotros es de vital importancia, dadas nues-tras posibilidades de guerra de movimiento, con escasos efectivos ycon grandes distancias por recorrer.

Este medio de tracción elimina los siguientes inconvenientesde los otros sistemas: peso en combustibles, lubricantes y agua.

Las características fundamentales de este medio son:—Su mayor rendimiento de marcha.—Su velocidad y capacidad de arrastre.—Su facilidad de alojamiento; y—La economía en personal.La práctica ha demostrado que un vehículo a tracción me-

cánica consume por día lo siguiente:—40 litros de bencina.— 3 litros de aceite.—40 gramos de grasa.—10 litros de agua; y

2 hombres para su manejo y cuidado.

c) Las Columnas de Acarreo a Lomo.

Solamente las enuncio como una de las columnas sin las cualesnuestro Ejército no podría abastecerse; pero, en atención al espíri-tu del tema, no las trataré.

5.—Organización técnica de los carruajes.

a) Generalidades sobre la organización.

Se estima que los carruajes para las columnas de acarreo y ba-gajes deben ser de 4 ruedas.

Para la tracción y x dirección del vehículo, tiene éste una o dosvaras (timón), donde se enganchan los caballos.

Para los estrechos caminos que conducen nuestras líneas demunicaciones hacia el E. es más conveniente el carruaje a dos va-ras, en atención a la disminución del ganado y a que el largodel vehículo se reduce.

LA ORGANIZACION DE LAS COLUMNAS... 319

Consideraciones de orden práctico aconsejan repartir la cargade manera que las 35 partes del peso total sean soportadas por eleje trasero y las 25 restantes por el eje delantero.

b) Modo de reunión de los vehículos.

Para que un carruaje de 2 ejes pueda cambiar de dirección, espreciso, que los 2 vehículos estén articulados, uno con relación alotro. Según el modo de reunión de los vehículos, se distinguen:

—Los carruajes a suspensión, y—Los carruajes a contra-apoyo.

1.º Carruajes a suspensión. (Fig. 1).

Fig. 1.

En ciertos carruajes, la parte delantera del vehículo traseroposee un argollón que se engarfia sobre un gancho que tiene laparte delantera. Los 2 vehículos son así independientes uno delotro. Están destinados estos carruajes a desplazarse en terrenosmuy accidentados y variados.

2.º Carruajes a contra-apoyo. (Fig. 2.).

Fig. 2.

En este sistema la parte superior del vehículo delantero llevauna banda circular, en la cual el centro está marcado por un pi-bote; y la extremidad de la flecha del carruaje trasero, reposa so-


Fig. 4.

320

bre todo el extendido de esta banda. Los 2 vehículos son así solida-rios el uno del otro. El peso de la parte delantera del vehículo tra-sero, es suficiente para mantener horizontal las varas o el timón.

Estos carruajes tienen un gran rendimiento. Como el vehículodelantero está reducido a las ruedas, al eje y a los simples órganosde soporte, presenta un peso adicional muy reducido. Además, elcarruaje tiene un largo menor que en el caso del carruaje a sus-pensión.

c) Giro de los carruajes.

Se llama giro de un carruaje, el espacio mínimo que le es ne-cesario para hacer, rodando, una media vuelta completa sobre elmismo. Un carruaje es tanto más manejable; cuanto menor sea elespacio en que pueda girar.

Los carruajes a 2 ejes giran a cada instante alrededor de unpunto situado era la intersección de las direcciones de los 2 ejes.

Se tiene así el giro mínimo. Un tal carruaje se llama de "girocompleto". (Fig. 3).

Fig. 3.

En los carruajes a suspensión las ruedas delanteras vienen atocar la flecha del vehículo, mucho antes que el eje delantero seaperpendicular al eje trasero. Estos carruajes se llaman de "girolimitado". (Fig. 4).

Carruaje de giro limitado.


Para nuestro territorio es ventajoso el carruaje que pueda vol-ver en el espacio mínimo. Por lo tanto ofrece mejores condicionesel de giro completo.

d) Tracción de los vehículos.

Da resistencia para mover un vehículo obedece a diversas cau-sas. Pueden ser:

1.º Resistencia al rodaje de las ruedas sobre el suelo.2.º Resistencia al frotamiento de los ejes sobre la masa.3.º Resistencia del aire.4.º Resistencia debido a las pendientes, y5.º Resistencia debido a las curvas.

1.º Sobré el suelo horizontal firme, la resistencia al rodaje essensiblemente proporcional al peso del vehículo e inversamente pro-porcional al diámetro de las ruedas.

Esta resistencia varía con el ancho y la naturaleza de las llan-tas (exterior), la velocidad del carruaje, la naturaleza y estadodel suelo.

2.º La resistencia al frotamiento de los ejes es siempre muypequeña en relación a la resistencia total y depende:

—De la intensidad del roce.—Del tamaño del camino recorrido por un punto de aplica-

ción, atribuido durante el desplazamiento.La intensidad del roce se disminuye empleando materias bien

escogidas, pulidas y engrasadas.El tamaño del camino recorrido por el punto de aplicación dis-

minuirá aumentando el diámetro de la rueda y disminuyendo el deleje, tanto como lo permita la resistencia de éste.

Nuestros carruajes, incluso la artillería, han adoptado el tipode ruedas de 1.30 m. de diámetro.

Para las posibilidades de construir un tipo de carruaje de co-lumna más liviano que los existentes, se puede adoptar un diáme-tro menor a las ruedas traseras del vehículo y éste podría ser eldel antiguo carro de policía, de 1.20 de diámetro; con lo que se con-sigue bajar, teóricamente, en 0.05 m. el centro de gravedad del ca-rruaje.

El rodaje delantero, de 0.86 m. de diámetro, no es suceptiblede disminuirse, en atención a la necesidad de conservar el giro com-pleto del carruaje y a la vez acarrearía serias dificultades alarrastre.

3.º La resistencia del aire, no interviene, sino cuando la velo-cidad es muy grande. Para el tipo de carro en estudio, vale des-preciarlo, en virtud a que él es proporcional al cuadrado de la ve-locidad y depende de la superficie sobre la cual obra,

M. del E. 2.


4.º Resistencia debido a la pendiente. (Fig. 5).Guando se hace subir un plano inclinado a un vehículo, se

desarrolla un trabajo igual al producto del peso del vehículo por laaltura de elevación del centro de gravedad. Este producto es igualal esfuerzo de tracción suplementaria debido a la pendiente, multi-plicado por el largo del camino recorrido.

En consecuencia, la resistencia opuesta por la pendiente esigual a los kilogramos de peso de la masa, por el % de pendiente,por metro y tonelada.

Para nuestro estudio consideramos una disminución de la taray de la carga y recomendando una buena estiba, el problema debi-do a la resistencia de la pendiente queda solucionado. Mas, si se con-sidera un tiro de ganado vigoroso, superior en fuerzas a la resis-tencia total, los accidentes del terreno pierden su valor de tal.

h-500m

S-1000m.

Fig. 5.

Para nuestro carruaje en estudio tenemos los siguientes pesos,que influirán en la determinación de la fuerza necesaria para sutracción:

Tara 700 Kgs.Carga 500 "

Suma total ., . 1,200 Kgs.

Si a estas cantidades aplicamos las fórmulas del Trabajo te-nemos :

T = P. x' h. (Peso por altura).T = F. x s. y por el coeficiente ro. (Fuerza por espacio).

Reemplazando los valores tenemos que:

P. x h. = P. x s. x p. s.h.P

= 1,000 metros.= 500 "= 0,8

322


Luego:P. x h.

F =s. x p.

Reemplazando los valores, tenemos:

1,200 x 500F =

1,000 x 0:8= 750 Kgs.

En consecuencia, podemos decir que para arrastrar un peso de§1,200 Kgs. necesitamos una fuerza de 750 Kgs.

e) Estabilidad transversal. (F ig . 6 ) .

Un vehículo es tanto más estable cuanto menor tendencia tengaa darse vuelta a consecuencia de las desigualdades o asperezas delterreno.

Fig. 6.

La estabilidad es tanto mayor, mientras concurran los siguien-tes factores:

1.º Cuanto menos elevado sea el centro de gravedad.2.º Cuanto más vecino sea éste del plano de simetría del vehículo.A este respecto, introduciendo una modificación en los resortes,

en el sentido de afianzarlos por debajo de los ejes y rebajando lasconsolas que los hacen solidarios a la caja del carruaje, se tiene,

con respecto a la altura del centro de gravedad de nuestros vehículos,una disminución de más o meaos 0.20 m., con lo cual, teóricamente,el tipo de carro en estudio tendría su centro de gravedad (estandovacío) a 0.70 m. del suelo.

3.º Cuanto más ancha sea la trocha.Este es un factor que, para el carruaje en estudio, no puede

sufrir alteración con respecto a los existentes, por cuanto hay con-veniencia en mantener la trocha usual en Chile, que es de 1.80 m.


4.° Cuanto menor sea la velocidad, pues, sobre un terreno des-igual, el aire rápido ocasiona vaivenes de los que resulta un continuodesplazamiento del centro de gravedad y,en consecuencia, duranteestos vaivenes, la vertical puede salirse del polígono de sustentación.

Sobre el particular ya se ha dicho que no es conveniente emplearotro aire de marcha, para los carruajes de las columnas llenas, queel paso.

f) El rodaje de los vehículos.1.º Ejes.Pueden ser rectos, curvos o acodados.En los ejes se distinguen 2 partes principales:—El cuerpo o parte central, y—Las mangas o extremos, que son de forma tronco-cónica y re-

ciben la bocina de las ruedas.Las mangas no siguen la dirección del cuerpo del eje, sino que

reciben una ligera inclinación hacia abajo. (Fig. 7).

Fig. 7.

Esta desviación tiene por objeto impedir que en las marchas,las ruedas tiendan a salirse de la manga do forma tronco-cónica.Por otra parte, la forma tronco-cónica de la manga tiene por objetofacilitar la entrada y salida de las ruedas en el eje, disminuyendoel rozamiento.

2.° Las ruedas.Se componen) generalmente de las siguientes partes:—Cubo o masa.—Cama y—Llanta.La masa puede estar formada por un troza de madera torneada

y perforada, para recibir los rayos y el eje; o bien por una bocinade bronce y platillas externos, que unen los rayos.

Para el tipo de carruaje en estadio es ventajoso que la masa seade madera por las siguientes razones:

—La madera conserva en mejor forma los rayos, los que ,al serabrazados por el bronce, con la acción del tiempo, se pudren.

—La madera es más resistente a la trepidación del material; sehace más solidaria la unión de la madera con la madera.

—Es considerablemente más liviana que el bronce u otro metal.—Es más fácil su construcción, ya que cualquier taller lo pue-

de elaborar; y—Es más barato su costo.


3.º Los Bayos.Creneralimente de madera, son una ventaja para la fabricación

en nuestro país, por cuanto en Chile ya se ha adoptado para los ca-ruajes pesados la luma y, para los livianos, la acacia.

4.º La cama.Está formada de 3 trozos que reciben el nombre de pinas.

5.9 La forma de la rueda.Diada la circunstancia de la inclinación de las mangas de los

ejes, las ruedas -quedan más juntas en la parte baja que en la alta y,si los rayos estuvieran en un solo plano, o sea, perpendiculares aleje de la manga, resultaría que no quedarían los rayos perpendicu-lares, sino inclinados con respecto al suelo. A fin de que 'ésto no suce-da se da a la rueda la forma de un quitasol chino, cóncavo hacia elexterior y convexo hacia el interior del carruaje, dé manera que apesar de la inclinación de las mangas, los rayos toquen el suelo per-pendicularmente. Esta concavidad exterior de las ruedas recibe elnombre de "copado".

6.º La llanta o calce.Por lo que respecta al ancho de las llantas o calce, éste depen-

de de la calidad del terreno por donde los carruajes deban transitar,es decir, de la compresibilidad de ellos, o sea, mientras más ¡blandosea un terreno, mayor debe ser la superficie de contacto entre el te-rreno y la rueda.

Las Comisiones que han estudiado las adquisicionies de materialbélico en el extranjero, han llegado a la conclusión que el ancho dela llanta para los carruajes en Chile debe ser de 0.08 a 0.09 m. Estacifra adoptaremos para nuestro caso.

g) La capacidad de arrastre de los animales en la tracción.

El esfuerzo de tracción de 3 parejas, para los carruajes pesados,es un factor varía-ble que depende no sólo del peso del carruaje, sinode la forma y distribución de dicho peso, del vigor y peso de los ca-ballos, del terreno en que deban actuar y del aire de marcha que seemplee.

Todos estos antecedentes nos están demostrando la necesidad deadoptar un tipo de vehículo liviano, por cuanto carecemos del nú-mero suficiente de ganado y de las condiciones de vigor que se exi-gen. Además, los terrenos en que se moverán los carruajes tendránpartes curvas, con pendientes, etc., lo que difícilmente permitirá eltiro de 6 caballos; en cambio, disminuyendo éstos, existe, por lo me-nos, la evidencia de evitar los entorpecimientos.


Los franceses estiman que el esfuerzo que desarrolla un caballo,dentro de un tiro de 3 parejas, corresponde a 340 kilogramos, comoel peso normal que puede arrastrar. Las alemanes atribuyen sóloun poder de arrastre, en las mismas condiciones, de 325 kilogramospor caballo.

Se sabe también que era el conjunto, el esfuerzo del caballo pier-de un considerable % y éste es del valor siguiente

—En carruajes con tiro a 2 caballos pierde un 2,2 %—En carruajes con tiro a 3 caballos pierde un 18 %—En carruajes con tiro a 4 caballos pierde un 20 %—En carruajes con tiro a 5 caballos pierde un 27 %—En carruajes con tiro a 6 caballos pierde un 36 %—Los bueyes tienen una capacidad de arrastre de 32% superior

a los caballos, lo que aplicado a carruajes más pesados y encaminos de mayor dificultad, este esfuerzo se podría estimaren 859 kilogramos por animal.

Nuestro vehículo en estudio, para aquellas partes del terreno enque las dificultades, fueran de tal magnitud, que el tiro de 3 caba-llos se hiciera insuficiente por un largo período, podría ser dotadode un dispositivo especial para colocarle un pértigo y ser arrastradopor bueyes.

6.—El tipo de carruaje auto e hipomóvil individualizadocomo el más conveniente para organizar las columnas y bagajes,

a) El tipo de carro elegido.

El tipo de carro elegido tiene las siguientes características quelo individualizan como el más apto, económico y de rápida cons-trucción :

a) Tara: 700 kilos. (Fca. y Maestranza del Ejto).b) Carga: 500 kilos. (Se conserva la unidad de carga).c) Tracción; Un tiro a 3 caballos. (Un 4.º caballo para el Cdte.

del Carro, con pechera).d) Trocha: 1,80 m.c) Reunión de los vehículos: a contra-apoyo.f) Ejes: rectos.g) Giro: de vuelta completa.i) Caja: largo: 2.90 m.

alto: 0.50 m.ancho: 1.32 m.

j) Centro de gravedad, vacío: 0.70 m.k) Rodaje:

—(Ruedas de madera. (Llantas de 0.09 m.),


—Forma: con copado.—Cubo: de luma.—Cama: de 3 pinas.—Distancia entre eje y eje: 1.60 m.—Diámetro ruedas traseras: 1.20 m.—Diámetro ruedas delanteras: 0.86 m.

1) Freno: de tornillo.m) (Resortes: abrazados por debajo de los ejes.n) Varas: 2 varas y dispositivo para pértigo.ñ) Conducción: un jinete o un conductor sentado.o) Consumo por día: (personal y ganado).

—Forraje: 32 kilos.—Agua: 130 litros.—Grasa para ejes: 8 gramos.

b) El tipo automóvil elegido.

El tipo automóvil que se propone, en consideración a las ca-racterísticas topográficas de nuestro país, debe ser de 2 toneladas,con una carga útil (para terrenos de baja montaña o accidentados),de una tonelada, a fin de que el motor pueda conservar sus condi-ciones de tracción y sea capaz de salvar las dificultades que se le pre-senten en la marcha.

—Sus principales características deben ser:

a) Marca: Ford.b) A rueda simple.c) Capacidad: 2 toneladas.d) Carga: Reglamentaria para terrenos difíciles, una tone-

lada; para terrenos planos 1 1/2 tonelada.e) Personal: 1 chofer y un mecánico.f) Rendimiento:

—Hasta 8 horas de trabajo diarios. (Cada 4 días de tra-bajo, uno para revisión).

—Velocidad con carga: 20 kilómetros por hora.—Rendimiento máximo en el día: 160 kilómetros

g) Consumo:—1 litro de bencina por cada 5 kilómetros recorridos.—Al día: 32 litros de bencina.—1 litro de aceite por cada 50 kilómetros recorridos.—Al día: 3 litros de aceite.—Agua: 10 litros diarios.—Grasa: 50 gramos diarios,

328 MEMORIAL BEL EJERCITO

7.—Clases de vehículos que se proponen para organizarlas columnas de acarreo y bagajes en nuestro Ejército.

a) Para las Columnas de Acarreo de Ejército.

Estimo que las Columnas de Acarreo de Ejército deben ser au-tomóviles, por las siguientes razones:

1.° Este sistema resuelve el factor tiempo y espacio, (proble-ma de nuestra futura guerra).

2.º Por los largos recorridos y en corto tiempo que deberánefectuar. (Escasos efectivos, grandes distancias).

3.° Porque estas columnas se moverán normalmente por buenoscaminos, en razón de las exigencias estratégicas.

4.º Por la escasez de ganado de tiro y mular que hay en el país.5.º Porque la capacidad de carga de los vehículos, unido a su

rendimiento de marcha y a sus consumos, lo hacen superioral medio hipomóvil o a lomo.

b) Para las Columnas de Acarreo Divisionarias.

A las Divisiones debe dotarse de columnas de acarreo automóvi-les e hipomóviles, en una proporción conveniente, por las siguien-tes razones:

1.º Por la calidad de los caminos en que les corresponderá ac-tuar. (No siempre de buena clase).

2.° Porque nuestro país presenta 4 zonas con características biendefinidas cada una y en las cuales tiene aplicación más ven-tajosa un medio que el otro.

3.º Por la falta de medios de combustible, lubricantes, repues-tos, etc.

4.º Porque existe en el país una buena cantidad de vehículosaprovechables o transformables.

c) Para los Bagajes de las Unidades.

Para la organización de los bagajes de las unidades debe em-plearse normalmente el tipo hipomóvil y, eventualmente, el medioautomóvil, por las siguientes razones:

1.º Por el terreno en que van a actuar.2.º Por las cortas distancias que deben recorrer.3.º Porque deben llegar hasta las mismas tropas combatientes y

los motores denunciarían la presencia de éstas.4.º Porque deben acompañar a las tropas en sus aires de mar-

cha y el medio automóvil tendría que forzar sus motores pa-ra dar el rendimiento de marcha de las tropas, con el con.siguiente perjuicio para ellos.


8.—Conclusiones de carácter general.

a) Nuestro territorio y sus posibilidades en cuanto a la viali-dad no permite la adopción de un tipo único de columna; pero síla implantación de un vehículo único, como se ha dejado en eviden-cia a lo largo de este estudio.

b) La organización! de las columna y bagajes deberá ser flexi-ble, ya que en muchas ocasiones habrá que introducir algunas va-riantes, a fin de lograr el mejor abastecimiento de las tropas.

c) El arreglo, desde la paz, de los caminos, es algo muy decisi-vo para el buen funcionamiento de los bagajes y columnas.

d) Como una maniera de probar las bondades de las organiza-ciones propuestas, las unidades deberían hacer ejercicios de paz, conlos vehículos y columnas que se adopten, a fin de conocer sus de-fectos y remediarlos oportunamente.

9.—Difusión en el país del tipo de carruaje elegido.

Como un aporte para lograr e intensificar el desarrollo y per-feccionamienito de la defensa nacional doy a conocer la forma cómose podría difundir la construcción y empleo del tipo de vehículo,tanto automóvil como hipomóvil, elegido.

a) Vehículo automóvil.

Forma de difundir su construcción:1.º Aún cuando en nuestro país no se han establecido fábri-

cas productoras de automóviles, se puede, sin embargo,considerar que existe la posibilidad de construir la carro-cería completa y buen número de repuestos, como se haceactualmente. De esta manera, y propendiendo a su fo-mento, se lograría rebajar el costo de máquinas y repues-tos y generalizar el empleo del tipo automóvil elegido.

Forma de difundir su empleo:1.º Que el Estado tome a su cargo la importación de este

automóvil o, en su defecto, que dé las facilidades necesa-rias para la más económica importación.

2.º Otorgando a este automóvil la más baja categoría y porconsecuencia, la patente más barata.

3.º Aumentando de categoría y subiendo las patentes, al restode los tipos de automóviles.

4.º Liberando por un período el uso de la patente, a este tipode automóvil.

5.º Mejorando las vías de comunicación, como una manerade facilitar a la agricultura su empleo.


6.º Resolviendo el problema de bajar el precio del combutibie y lubricante. Una forma sería autorizando la com-petencia, a base de la libre importación; o bien intensifi-cando los trabajos de búsqueda y explotación de yacimien-tos nacionales.

7.º Adoptando en forma obligatoria, como tipo fiscal, semi-fiscal y municipal, el automóvil elegido.

b) Vehículo hipomóvil.

—Forma de difundir su construcción:1.º Ofreciendo premios a la fábrica que presente un vehículo.

más apto y barato.2.º Que el fisco proteja su Construcción en los Talleres par-

ticulares.3.º Que la Caja de Crédito Agrario tome a su cargo la cons-

tracción de un crecido número de estos carruajes para en-tregarlos a los agricultores, previas compensaciones.

4.º Fomentando la construcción particular de piezas de re-puesto, con el objeto de mantener la conservación devehículos en uso.

—Forma de difundir su empleo:1.º Haciendo exposiciones de propaganda regionales y locales.2.º Demostrando las ventajas de su adopción por medio de la

propaganda escrita. (Diarios, afiches).3.º Imponiendo fuertes patentes a los vehículos que no sean

de este tipo.4.º Rebajando el valor de la patente al vehículo elegido.5.º Liberando, en el primer tiempo, del pago de patente

aquél que adopte para su uso particular este vehículo.6.º Aceptando, por cuenta fiscal, previo pago de cierta can-

tidad de dinero, el cambio del vehículo viejo por el adop-tado. A este último, buscarle su transformación, o la ma-nera de aprovechar sus partes vitales, en la construcciónde los del nuevo modelo.

7.º Y, por último, adoptando en forma obligatoria, como tipofiscal, semi-fiscal y municipal, el nuevo vehículo elegido.

La escritura secreta.Por el Tte. Coronel en retiro Sr. Arturo Fuentes Rabé.

Quien haya echado una mirada al mapa europeo a fin deobservar detenidamente los acontecimientos que nacieron y sedesarrollaron durante el prolongado período de la Gran Guerra,debe aceptar que el campo de operaciones en que se presentaronestos acontecimientos, no se vió solamente circunscrito al teatrode guerra donde se libraron las batallas y se efectuaron los mo-vimientos estratégicos, sino que la acción también extendió susservicios secretos e invisibles a través de los distintos países,traspasando todas las fronteras.

La máquina de guerra, real y palpable, que estremeció lossuelos de la vieja Europa, movió y condujo los pesados elementosde guerra de acuerdo con determinaciones adoptadas por la Su-perioridad de la Guerra, resoluciones que lograron cristalizarse abase de informaciones del Servicio Secreto, que extendió su am-plia y oculta red dentro y fuera del plano y escenario principalde los acontecimientos.

Los hechos bélicos se hicieron sentir en dos terrenos diferen-tes : uno dentro de los campos de operaciones al servicio de lasmáquinas de guerra y otro a través de los campos de investiga-ciones al servicio de las armas ocultas.

Consecuente con estas consideraciones, vamos a abordar unpequeño estudio destinado a señalar la importancia que revisteeste segundo escenario, en atención a que presenta un delicadoproblema de índole militar y diplomática; estudio que en estosúltimos años parece comienza a ser debidamente considerado porlos países sudamericanos.

La lucha o, mejor dicho, la guerra, alimentada por los servi-cios secretos, puso en juego actividades, elementos y personajesde índole bien definida y cuya acción se encaminaba a descubriry frustar con la debida anticipación los designios del adversario,al mismo tiempo que encubrir y mantener el secreto de los pro-pios designios.

En tan difícil como necesaria labor trabajó el tan antiguoy ya establecido servicio de espionaje, secundado esta vez en


forma efectiva y vigorosa por una arma nueva, destinada a darmayor fuerza y seguridad a la acción del servicio secreto.

Dentro de este nuevo campo de acción lucharon los esfuerzosde ambos adversarios, esfuerzos que dieron lugar a verdaderasbatallas secretas y a hechos con relieves dramáticos tan heroicosy de tanta importancia como aquellos que fueron sellados al piedel cañón o junto a las bayonetas.

La ciencia ofreció sus progresos y la necesidad los puso alservicio del Arte de la Guerra.

Diversos son los medios y elementos empleados en esta luchasecreta; todos ellos se complementan entre sí y juntos constituyenlas poderosas fuentes de informaciones, tanto ofensivas comodefensivas, en las que deben basarse los procedimientos de losGobiernos y las resoluciones y directivas dictadas por los AltosComandos.

En el curso del presente trabajo sólo presentaremos la im-portancia que tiene y la necesidad que existe, dentro de la órbitaque corresponde a cada país, de organizar debidamente este ser-vicio secreto, no sólo en la parte que se relaciona con las infor-maciones de carácter reservado, sino también en aquella otra par-te que habla del Servicio de Comunicaciones Secretas.

Para los países sudamericanos se simplifica esta tarea infor-mativa si se considera que las comunicaciones secretas de las dis-tintas Naciones y que se refieren a informaciones de alguna ín-dole especial, serán tramitadas en el idioma corriente, el caste-llano, que no necesitará de traductores especiales y preparadosexprofeso para el estudio de este idioma.

Por regla general se trabajará con idiomas conocidos y contransmisiones de uso corriente. Sin embargo, puede presentarseel caso de que algunos países utilicen el idioma de sus aborígenes,(en el Chaco el Guarany) y con ello hagan más invulnerable susistema de comunicaciones secretas. Debe aceptarse que tal pro-cedimiento se circunscribirá al campo de batalla y sólo será em-pleado en órdenes cortas y resoluciones rápidas cuyo buen éxitodependa de la invulnerabilidad momentánea del mensaje. Ante talconsideración caen recursos de índole también secreta.

Por otra parte, debe aceptarse que la infuencia europea, sidebe ella actuar dentro del horizonte diplomático sudamericano, será casi exclusiva de índole comercial, y su entendimiento-será directo de Gobierno a Gobierno, lo que no dará margen ni,motivos constantes para la captación de numerosos mensajes se-cretas en idioma extranjero, que sea necesario descifrar y traducir,

La acción diplomática y, muy especialmente, la acción di-plomático-militar de estos países pequeños y de idioma comúnse circunscribirá de preferencia a las naciones sudamericanas yafectará, especialmente, a aquellos países que aun mantienen la-

tentes factores o problemas por liquidar,

LA ESCRITURA SECRETA 333

La Gran Guerra, entre muchos otros, sentó un principiorelacionado con la Guerra Secreta. Este principio deja constan-cia que todas las Potencias mantenían en sus servicios secretoscriptólogos especializados en la descifra de criptogramas de ori-gen extranjero. Servicios especiales se encargaban de interceptartoda comunicación cifrada.

Personal especializado, que trabajaba en las sombras, exten-día sus tentáculos indagadores a través de los muros de las Em-bajadas o hasta los archivos guardados en las cajas fuertes, y seapoderaba de los secretos cifrados, que luego eran traducidos yenviados hasta las oficinas que debían descifrarlos.

Aparte del servicio corriente de espionaje, todos los paísesmantuvieron un servicio especial secreto destinado a la captaciónde mensajes cifrados, enviados o recibidos por los distintos di-plomáticos acreditados en los respectivos países.

Respecto al servicio de espionaje, problema de tanta trascen-dencia, tan discutido como medio ilegal y de tan positivos servi-cios para el país que lo pone en práctica, estimamos debe consi-derarse bajo el prisma de un legítimo medio informativo, en elcual, por sobre toda otra consideración, prima la necesidad y elinterés nacional.

Es un medio de informaciones lógico y propio a las exigenciassecretas de las naciones, medio temerario que exige, en el factorhombre que actúa, un temperamento extraordinario, una prepa-ración superior a la corriente y un espíritu de trabajo y de sa-crificio que lleva el sello del anonimato y el precio de la vida.

Fruto de este último factor que se anota fué la captación ydescifra de mensajes de suma importancia, que obligaron a cam-biar rumbos a la actuación bélica y diplomática de grandes po-tencias, e influyeron poderosamente en los destinos de las nacio-nes beligerantes.

Las decisiones de los distintos países en guerra, se filtrarona través del tamiz de las informaciones secretas.

Bastará sólo citar algunos de los hechos de mayor trascen-dencia para aceptar el inmenso valor que tuvo este servicio y eltrabajo que cupo desarrollar a estos organismos que actuaronfuera del campo de batalla.

El telegrama Zimmerman.

El comienzo de 1917 se inicia para los aliados con un golpeque bien puede titularse como "el más audaz de los golpes efec-tuados por el Servicio Secreto". Se trata del telegrama Zimmer-man.


Dice Albert Pignaud: '' En el momento en que este ''affaire''explotó, el Presidente Wilson llegó a mirar como inevitable laintervención de su país en la lucha; pero para decidirse a ello y,especialmente para arrastrar la opinión, le faltaba todavía poderinvocar contra los alemanes un tangible quebrantamiento o vio-lencia hecha por éstos contra algún privilegio o constitución delos fueros de su país.

Los propios alemanes se encargaron de proporcionar este ma-terial.

Los descifradores habituales del Almirantazgo encontraronsobre las mesas de trabajo, en la mañana del 19 de enero, entrelos numerosos mensajes interceptados, un telegrama que les llamóla atención. Tal mensaje parecía salido de Berlín con destino aMéjico y cifrado según nuevo sistema de escritura secreta.

Intrigados ante este misterio,, hincaron el diente al documen-to, y, después de un trabajo difícil, lograron traducir la siguientefrase: "El primero de Febrero nos proponemos dar comienzo a laguerra sub-marina sin restricción".

Sin duda que tal traducción dió origen a una revelación ines-perada cuya gravedad no quedaba circunscrita al solo texto tra-ducido. El resto del mensaje, aun no conocido, iba a develar todauna maquinación.

Dentro de una atmósfera de febril curiosidad, los criptólogosredoblaron sus esfuerzos y, después dé dos asaltos sucesivos, con-siguen reconstituir el texto íntegro de tan importante mensaje,que dice: "Alemania propone a Méjico una alianza contra los EE.UU. en la cual será invitado a participar el Japón, y que, en elcaso de victoria, obtendrá como premio una importante anexiónterritorial".

La compromitente claridad de este mensaje no dejaba lugara dudas.

Como un último escrúpulo, el Presidente Wilson, a quien sele comunicó ¡mediatamente el contenido de tan importante do-cumento, pidió, simplemente, que se volviera a verificar la tra-ducción.

Verificada esta segunda prueba, el Presidente no vacila enentregar el documento al conocimiento del país.

No se necesitó nada más para que en todos los sectores de laNación se levantara una verdadera ola de indignación, lo sufi-cientemente poderosa para que lograra barrer con la resistenciade las últimas opiniones que aun abogaban por la neutralidadde EE. UU.

El 3 de febrero se rompieron las relaciones diplomáticas conAlemania.

La acción de las "Informaciones Secretas", provocaba unode los acontecimientos más decisivos de la guerra.

LA ESCRITURA SECRETA. 335

El ataque contra el Saliente de Saint Mihiel (13. IX. 18).

Si la importancia de los Servicios Secretos salía a luz graciasa este golpe audaz y afortunado, hechos posteriores debían confir-mar la necesidad de estos servicios. El más importante de estoshechos y que se cita como un ejemplo de esta naturaleza, se re-fiere al vacío en que cae la ejecución de los planes de batalla queconciben y ponen en práctica los. Cuarteles Generales.

Ahora toca a los norte-americanos experimentar en carnepropia la debilidad de sus servicios de comunicaciones e impar-tición de órdenes secretas en el campo de batalla. En el ataquepreparado por ellos hacia el fin ya de la guerra, contra el sa-liente de Saint Mihiel, fallan sus directivas y fracasan sus propósi-tos porque su sistema de comunicaciones se presenta débil anteun enemigo que se ha especializado en la captación de mensajesy traducción de documentos cifrados.

Los norte-americanos cometieron el error de no asegurar elsecreto de las comunicaciones telegráficas por medio de las cua-les prepararon y ordenaron el ataque, lo que permitió que el ad-versario previniera sus efectos mediante una anticipada eva-cuación de la posición atacada. Si la acción de los norte-america-nos no hubiera caído en el vacío y los alemanes no hubieran or-ganizado la retirada de acuerdo con la orden de ataque dada porsus adversarios, posiblemente no hubieran podido escapar a unaverdadera catástrofe.

El Comandante O. Yardley (GABINETE NEGRO AMERI-CANO) describe en esta forma este hecho histórico: Este jovenOficial (se refiere a un joven Teniente alumno suyo en Norte-América y recién comandado en Francia como Criptógrafo) queapenas podía considerarse como un alumno recién egresado, po-día leer los telegramas cifrados americanos con tanta facilidad,que daba la evidencia de que el enemigo pudiera también hacerloy lograra traducir con la mayor facilidad toda nuestra corres-pondencia.

La comunicación que este joven Oficial elevó a la Superiori-dad dando cuenta de este grave hecho, sumió al Estado Mayoren el más profundo desorden y confusión.

Pero ya era tarde para remediar el mal. Mediante la capta-ción de estas comunicaciones, el enemigo logró conocer la repar-tición de las tropas americanas, a todo lo ancho, en el frente delsaliente de Saint Mihiel como igualmente la cantidad y el nú-mero de las Divisiones y la hora precisa en que debía iniciarseel ataque.

Es decir, el enemigo estaba plenamente informado y al co-rriente de las intenciones del Ejército americano.

Los alemanes no habían tenido mayor trabajo que el de leer,con la misma facilidad con que lo había hecho el joven criptó-


grafo americano, los telegramas interceptados para conocer, has-ta en sus menores detalles, los planes completos, los preparativosllevados a cabo y todas la disposiciones tomadas para el ataque.

Terminar con los ocupantes y hacer desaparecer aquel sa-liente, que desde cuatro años formaba un enorme saco incrustadoen las líneas francesas, cortando las comunicaciones y las líneasférreas entre Verdún y Toul, tal era la monumental tarea entre-gada al esfuerzo del Ejército norte-americano.

A juicio de los alemanes, la posición que ocupaban en el sa-liente, era inexpugnable.

¿Qué iba a resultar de la gran ofensiva americana de 1918, siel enemigo, conociendo sus dispositivos, se aprestaba a rechazarel ataque o, por lo contrario, se retiraba y hacía que este cayeraen el vacío ?

Esta última hipótesis fué la que realmente se verificó.Nuestro joven Oficial, continúa Yardley, había hecho notar

al Estado Mayor General, la inferioridad en que nos colocaba ladevelación del, secreto de nuestras intenciones. No podíamos yacontar con los efectos de la sorpresa.

La retirada alemana había comenzado.Esta ofensiva americana del 12 de Septiembre de 1918 ha sido

considerada como un triunfo de nuestras armas, pero ¿qué hubie-ra sido ella verdaderamente si se hubiera caído sobre el enemigoy se le hubiera tomado por sorpresa?

Nuestra ciega confianza, prosigue Yardley, y la testarudezpara seguir con el empleo de métodos criptográficos deficientesacababan de dar sus frutos.

Reducido a perseguir al enemigo que se retiraba en el máscompleto orden, el General Pershing entró en Saint Mihiel el 13de Septiembre. Con la ocupación del saliente por las tropas ame-ricanas la formidable cuña enemiga había desaparecido.

Por lo general, los más importantes acontecimientos de laguerra no llegan a conocerse en todos sus detalles. La historiaoficial de la guerra mundial no ha logrado conservar el nombrede este joven Oficial que tan eficientes e importantes serviciosprestó en su desempeño como descifrador.

La sola frase que en la historia de la guerra hace alusión aeste incidente, bastante grave y de transcendental consecuenciapor cierto, es la siguiente: "A pesar de todas las precaucionestomadas por Pershing, a fin de mantener el secreto de la ofensiva,los alemanes, que esperaban el ataque, comenzaron a batirse enretirada".

El Comandante Yardley termina este párrafo diciendo conamargura: "Podría creerse, leyendo la historia de la GuerraMundial, que semejantes insuficiencias no se presentaron sino aloriente del Atlántico; profudo error. En efecto, el hecho que re-latamos no es sino uno de los numerosos dramas a los que las


fuerzas americanas comandadas por Pershing fueron arrastradasen Francia. Se ha hablado del ridículo espectáculo dado por elPresidente Wilson, el Coronel House, el Ministerio y el GeneralPershing en Francia, ensayando salir airosos en sus gestiones di-plomáticas o militares, con ayuda de códigos secretos para el usode los niños. Más tarde, en 1929, iba a caer sobre los hombros deun debutante toda la responsabilidad de mantener inviolables lossecretos diplomáticos de los EE. UU.".

El hecho presentado por el Coronel Yardley y las palabrasque estampa como consecuencia de este hecho, dan todo su valora lo que significa la inviolabilidad de un secreto diplomático ode un secreto de guerra.

En el frente oriental la guerra de cifras produce verdaderosestragos entre los dirigentes rusos. Después de las desgraciadasexperiencias que en un comienzo de las operaciones sólo les hizoutilizar el telégrafo y la telegrafía sin hilos para despachar yrecibir mensajes, muchas veces sin cifrar y otras cifrados con sis-temas rudimentarios, se vieron en la dura necesidad de improvi-sar sistemas y multiplicar los códigos y las cifras ante la amenazaconstante de la divulgación de sus secretos.

La experiencia rusa deja constancia, en forma por demásmanifiesta, que esta ciencia es muy difícil de dar los frutos quede ella se esperan, cuando caen bajo la tarea de la improvisación.Hubo un momento en que los soviéticos tuvieron en trabajos, másde 16 sistemas secretos de transmisión, lo que no impidió que susadversarios mantuvieran el absoluto control de sus intenciones,disposiciones y órdenes transmitidas y "por transmitir".

La impotencia con que los rusos se estrellaron para, mantenerel secreto de sus comunicaciones les hizo pensar que eran víctimade la traición de sus propios connacionales; y su desesperaciónllegó a tal punto, que se señalaron presuntos traidores que, sinmayores antecedentes que aquellos que se desprenden de las pre-sunciones, fueron objeto de crueles, bárbaras e injustas ejecu-ciones.

De parte de los italianos también se desprenden ejemplos queseñalan la importancia de los servicios secretos en la transmisión ytramitación de mensajes determinados.

Entrados a la lucha con posterioridad al resto de los beli-gerantes, creyeron proceder de acuerdo con la experiencia queemanaba de los fracasos de las comunicaciones secretas rusas. Delos otros países no era fácil obtener estas experiencias, dado a quemantenían en secreto sus procedimientos y procedían al cambiode sistemas tan pronto como algunos de los puestos en prácticase presentaba vulnerable.

M. del E. 3.


Este artículo, dice M. Giviérge, contiene una inexactitud his-tórica y deja la impresión que estos radios fueron traducidos enlos momentos de la Batalla del Marne, lo que hubiera venido afacilitar la tarea del Alto Comando francés. En realidad, la tra-ducción se efectuó con posterioridad a la batalla y, únicamentealgunas semanas después de este hecho de armas, los Generalesfranceses se encontraron en una situación análoga a la manifes-tada anteriormente para Ludendorff.

Puede agregarse, prosigue M. Giviérge, que, durante la gue-rra, no se guardó debidamente el secreto del servicio de descifra.La censura, mal informada sobre los asuntos que debían mante-nerse en secreto, permitió que la prensa, tanto francesa como lade los aliados, publicara informaciones que fueron sabiamenteaprovechadas por los enemigos.

Esta facilidad que, en la descifra de los mensajes y en lasnoticias de prensa encontraron los adversarios, les sirvió de ex-periencia y los llevó a hacer más secretas sus comunicaciones ymás invulnerables sus despachos cifrados; especialmente se tomóeste temperamento en lo que se relacionó con la radiotelegrafíade carácter militar.

En Noviembre de 1919, a causa de una polémica entabladaentre dos diarios franceses, el público llegó a conocer la traduc-ción de importante correspondencia diplomática secreta que, elmismo mes, se encargó de publicar el diario de París; La VOIXNATIONALE.

Además, como ya lo hemos visto, en el curso de la guerrase han interceptado y descifrado telegramas cifrados de sumaimportancia, cuyo contenido ha bastado para que países neutraleshayan entrado a tomar parte en la guerra. Representantes ale-manes en América, Bernsdorf y Luxburg, fueron sorprendidosal ver aparecer en la prensa mundial la traducción de comunica-ciones estrictamente reservadas, enviadas a ellos por su Gobiernoy cuyo contenido provocó la decisión de los Gobiernos de EE. UU.y del Brasil.

No puede suponerse, continúa M. Giviérge, que los Gobiernos,cuya correspondencia secreta fué traducida y publicada, hayanignorado los informes que guardan relación con esta traducción.Tal revelación puede también tener su origen en que el secretoque rodea a los servicios criptográficos haya sido traicionado.Puede también achacarse a la ignorancia de los censores en loque se refiere a saber apreciar debidamente cuales documentoscaen dentro de la censura y cuales no, censores que no se hanespecializado en lo que se relaciona con documentos cifrados yque, sin considerar la importancia de un documento de esta natu-raleza, dejan pasar mensajes que pueden ser utilizados por eladversario.


Sin embargo, demasiado secreto muchas veces resulta nefas-to. A fuerza de mantener ocultas las nociones criptográficas deuna Nación, se carece del personal competente y del número quese necesita en un momento dado. Lo que corresponde a loe Esta-dos Mayores es saber guardar el secreto de los detalles que alenemigo le convendría conocer.

Se ha escrito bastante sobre estos servicios de cifra y descifrapara que se pretenda mantenerlos ignorados.

Sin necesidad de tener que recurrir a los ejemplos que nosproporciona la historia del pasado, termina M. Giviérge, y deconsiderar la importancia que a estos servicios se dió a base delos estudios y trabajos efectuados por VIETE, en tiempo de En-rique IV, y por ROSSIGNOL en el reinado de Luis XIII, se pue-de manifestar, apoyándose en las consideraciones que preceden,que en todo tiempo y en toda época, los estudios criptográficoshan sido de suma utilidad a los diversos Estados y que éstos ne-cesitan los servicios de criptólogos experimentados".

"Es de interés nacional tratar de despertar en los ciudada-nos la vocación por la criptografía. En el curso de la Gran Guerrafueron muchos los que revelaron predisposiciones especiales poresta ciencia, revelaciones que fueron hijas de la casualidad y que,de personas completamente ajenas a este trabajo, formó descifra-dores que rindieron esfuerzos de sumo interés e importancia. Sinembargo, es manifestación de cordura y prudencia descartar losbeneficios de esta improvisación para ir directamente a la orga-nización de estos servicios que deben funcionar desde el tiempode paz".

"Por otra parte, mientras a fines del siglo pasado se nece-sitaba de circunstancias especiales y extraordinarias para que untercer interesado lograra captar mensajes secretos y criptogra-mas auténticos tales como los que se tramitaban a través de laslíneas telefónicas o telegráficas y que estaban protegidos contratoda indiscreción, gracias al secreto que rodeaba a este génerode comunicaciones, la difusión de la telegrafía sin hilo permite,en la actualidad, interceptar criptogramas de cualquier índoleque ellos sean, ya se transmitan cifrados con sistemas simples ose envíen a base de los procedimientos más complicados puestosen práctica por la diplomacia".

Mayor fuerza da a este argumento el hecho aceptado de quees inútil pretender que un criptógrafo, por mucha práctica quetenga, sea capaz de llegar a una solución rápida en un trabajo dedescifra si el método empleado para redactar el mensaje cifradoha sido efectuado por otro criptógrafo experimentado.


Consideraciones generales.

Es indispensable que la oficina encargada de este serviciohaya iniciado sus actividades desde el tiempo de paz y haya se-guido, paso a paso, las transmisiones secretas que haya podidoobtener, especialmente si éstas se refieren a claves desconocidas,que es necesario estudiar particularmente para establecer su ori-gen y llegar a conocer su literatura. Sólo en esta forma estará ensituación de extender sus tentáculos tan pronto como el horizontediplomático comience a obscurecerse y los acontecimientos así loexijan.

Organizada debidamente, estará en situación de dar el golpeque haga luz en el momento oportuno y podrá descubrir inten-ciones o traer a la luz los verdaderos puntos de vista perseguidospor los distintos Gobiernos.

La realidad muestra que es difícil prever el momento preci-so en que una Nación extranjera pueda provocar una cuestión decarácter internacional o hacer revivir problemas que son perjudi-ciales a los intereses y seguridad exterior de otra Nación.

El mejor éxito de una oficina de descifra está íntimamente liga-do a la ¡continuidad de su trabajo.

Muchos son los ejemplos que, sobre la importancia del "ser-vicio secreto'', nos proporciona la historia de la humanidad; ser-vicios y sistemas que han visto ampliado su campo de accióncon el nacimiento de la radio-telefonía, que el progreso y la cien-cia han puesto al servicio de los pueblos.

Sin duda que como rama de mayor importancia en el serviciode esta nueva ciencia, se destaca la criptografía, rama que cae delleno dentro de la acción de la radio-telefonía.

Muchos han sido y son los sistemas empleados por los dis-tintos países en sus comunicaciones secretas, mensajes que setrata de hacer llegar a destinatarios determinados y sin que terce-ros conozcan el contenido de ellos.

Viejos procedimientos, sumamente peligrosos si se consideraque cada uno de ellos, para su transporte, necesita de un indivi-duo que se preste para tan difícil tarea.

Tales métodos están representados por la escritura secreta,empleo de las tintas simpáticas, fotografías, mensajes que debentransportarse ocultos y disimulados junto a la ropa o dentro delas valijas de un individuo (espía?) que se juega la vida en elcumplimiento de su misión. Agentes secretos cuyo campo de ac-ción está dentro del propio país enemigo.

Esta clase de correspondencia, según sean las circunstancias enque se practique y la ocasión en que se use, presentan un mínimoo un máximo de peligro. No siendo un despacho transmitido porla telefonía sin hilos, se está seguro que llegará a su destino sin


que haya sido captado por el enemigo, al mismo tiempo que, es-tando escrito con tinta simpática, sólo podrá ser descifrado poraquél que conozca los reactivos que deben emplearse para su des-cifra. Pero, así como se presenta invulnerable cuando no encuen-tra tropiezos en su entrega, reviste también un máximo compromi-tente cuando presenta motivos que se traduzcan en la más levesospecha de parte de quien los conduce. Muchas veces el más li-gero registro del equipaje es suficiente para establecer la culpa-bilidad de quien aparece sospechoso.

. El curso de la Gran Guerra puso de manifiesto todo el inge-nio que desplegaron los grandes maestros del espionaje para eltransporte de las comunicaciones secretas. Se vió el empleo de latinta simpática que permite escribir los mensajes secretos entrelas líneas de una comunicación corriente. En un principio se uti-lizó corrientemente el jugo de limón o la leche, elementos que hanvenido usándose desde hace mucho tiempo.

Como el jugo de limón o la leche no era fácil transportarlosconstantemente sin que dieran motivos a sospechas, los químicos pu-sieron a disposición de los interesados líquidos incoloros que muybien podían figurar entre los que normalmente se emplean parael tocador; tales líquidos, en caso de necesidad, podían ser inge-ridos sin peligro alguno.

Más adelante se perfeccionó este sistema, que muy prontofué descubierto por el servicio de contra espionaje, y se sustituyópor pastillas y comprimidos medicinales y ácidos especiales conlos que se impregnaban cordones para zapatos, botones forrados,corbatas, etc., que bastaba disolver un momento en agua paraobtener el líquido deseado.

"Todo lo que acabo de decir, escribe el Oficial alemán a quiense deben estas informaciones, permite prever que las tintas sim-páticas serán, durante la próxima guerra, una de las armas máspeligrosas manejadas por el servicio secreto.

Para hacer el empleo más seguro con esta clase de elementos,dice Albert Pignaud, se ha pensado en servirse, no de cartas,sino de impresos que están sometidos a un control infinitamentemenos severo. A mediados de la guerra, el correo de Francfortterminó por sorprenderse de la regularidad con que un Doctorde la ciudad enviaba a un colega suizo, siempre el mismo, unaprofusión de periódicos y boletines médicos".

"Las circunstancias y el momento no eran propicios a tal ac-tividad de correspondencia técnica. Para estar seguro de que setrataba de un caso de espionaje informativo, el servicio corres-pondiente decidió, haciendo frente a todo riesgo, tratar quí-micamente uno de estos diarios. Con tal procedimiento se vió apa-recer al margen de uno de ellos caracteres rojizos de inscripcio-nes que constituían un caso de traición característico. Y comosu autor era hombre metódico, había tenido cuidado de enumerar


sus envíos. El descubierto llevaba el número 71. ¡ Sé habría nece-sitado mucho menos para hacerlo merecer el pelotón de ejecuciónal que fué remitido!

Uno de sus émulos, continúa Pignaud, trabajando para Ale-mania, había encontrado un medio mucho más simple para burlarla censura. Según testimonio de un alto funcionario de "ScotlandYard", uno de los mensajes redactados con más inteligencia du-rante toda la guerra, fué escrito con tinta simpática en el dorsode una vieja hoja de papel obscuro que servía como envoltorio deun paquete enviado a Copenhague y que contenía dos novelasrecién publicadas".

Muchos otros sistemas de esta índole fueron empleados du-rante la guerra, procedimientos más o menos seguros en un prin-cipio ; pero que siempre terminaron en forma trágica para quie-nes fueron los conductoras de tales sistemas. El banquillo delacusado y la muerte anónima fué siempre el pago para aquellosque fueron descubiertos en estos servicios de informaciones se-cretas puestas al servicio de la patria.

No es nuestro propósito entrar a señalar cada uno de los sis-temas y la importancia que cada uno de ellos reviste dentro delservicio secreto con que cuentan los distintos países. Sólo hemosquerido señalar, de paso, el papel que cada uno ha jugado en eltablero de la Gran Guerra, para circunscribir la acción al másimportante de todos: la criptografía, que es la que más vastoshorizontes encuentra en su actual y futuro empleo.

La ciencia de la cifra es tanto más necesaria y de mayorimportancia, cuanto de mayor transcendencia sea la acción deorden diplomático o militar a que se ajusta.

La evolución benéfica que esta rama del saber ha experimen-tado gracias a la experiencia de los años y el aporte científico quele han brindado los hombres de estudio, la han hecho convertirse enuna ciencia nueva, de proyecciones incalculables y destinada aformar parte inseparable, no sólo dentro de las actividades gene-rales del país, sino también, y muy especialmente, junto a lasdistintas misiones que corresponde llenar al Ejército, tanto en lapaz como en la guerra.

La experiencia se ha encargado de demostrar que este nue-vo arte, o ciencia si así se le quiere llamar, no es materia que pue-da improvisarse de un momento a otro y cuando sus servicios sehacen necesarios, nó; ella es materia de un estadio reposado yconsciente, que sea capaz de ir formando los futuros elementosdestinados a mover y hacer funcionar tan delicado rodaje.

La Gran Guerra estimuló enormemente la necesidad de ser-virse de la escritura criptográfica, lo que dió origen a una. litera-


tura especial que se puso en práctica con la cooperación y em- .pleo de diversas máquinas destinadas a este objeto.

La necesidad de la tramitación rápida de estas comunicacio-nes, dió origen al empleo de la radiotelegrafía.

De esta última necesidad se desprendió un mal o daño quedebía dejarse sentir en esta clase de comunicaciones; él se refierea la fácil captación de las noticias transmitidas a través del es-pacio y su interceptación y traducción.

Por su parte, esto último dió origen a la "Guerra de Cifras",lucha tenaz entre el secreto criptográfico del mensaje enviado y latarea impuesta por el criptógrafo interesado en descifrar talmensaje.

Por parte del primero, se estudió el principio destinado ahacer invulnerable el mensaje entregado a la radiotelegrafía,complicando el sistema criptográfico. Por parte del segundo seprofundizó el arte de la descifra y, en este terreno, se llegó a lí-mites no soñados.

Las Oficinas de descifra repartieron y organizaron sus ele-mentos, especializándolos para abordar con buen éxito el fin pro-puesto y, al lanzarlos hacia el objetivo por alcanzar, se salvarontodos los obstáculos. Ni la dificultad que presentaban ciertos idio-mas, (como el Ruso y el Japonés), ni su difícil literatura fueroninconvenientes demasiados serios para lograr el buen éxito de latarea.

El estudio destinado a hacer invulnerable el mensaje se de-dicó, de preferencia, a combinar los distintos sistemas de escri-tura secreta mediante procedimientos que no podían permanecerocultos, por mucho tiempo, al criptógrafo interesado; combina-ción de sistemas que siempre han seguido un camino conocidocomo lo es el de volver a cifran un mensaje ya cifrado, para lle-gar a obtener cifras y textos que demandan un mayor espaciode tiempo y un conocimiento bastante amplio en esta ciencia paraentregar el secreto de sus combinaciones.

Sistema sumamente lento en sus procedimientos y sujeto aun mayor número de errores; principio que está en absoluto des-acuerdo con la rapidez y facilidad de traducción que deben ca-racterizar a estos mensajes, de parte de aquellos que conocen laclave o mantienen un sistema secreto convenido para el envío ydescifra de estos documentos.

De la mayor o menor urgencia que reviste el despacho y latoma de conocimiento de estos mensajes, nació la mayor o la me-nor invulnerabilidad con que se revistió al sistema criptográficoempleado. Mensajes tramitados dentro del teatro de operacioneso en el propio campo de batalla, debían ser de rápida traducciónsi se considera que ellos podían contener instrucciones u órdenesque debían ser cumplidas en un espacio de tiempo determinado.

LA ESCRITURA SECRETA

Para el criptógrafo enemigo resultaba cuestión de minutosla importancia de la traducción de estos mensajes, toda vez que,pasado el momento oportuno, el mensaje traducido perdía suvalor.

De esta última necesidad se desprende el estudio destinadoa saber apreciar debidamente, y en todo su valor, la calidad desecreto que debe revestir una comunicación o mensaje determi-nado, a fin de no complicar y dificultar su elaboración y descifra.

Organización de estos Gabinetes Secretos.

De los antecedentes que hemos anotado, fácil es deducir laorganización que deben tener las Oficinas o Gabinetes de inves-tigaciones secretas.

La principal de estás reparticiones, de carácter permanentey organizada desde el tiempo de paz, debe funcionar dentro delpaís y permanecer afecta, (en lo posible dependiendo de ella), auna repartición militar. De esta Oficina o Gabinete Secreto de-penderán las Secciones o Sub-secciones correspondientes destina-das a actuar dentro o fuera del país, tanto en el período de pazcomo en el de guerra.

Hasta la fecha, en una u otra forma, los distintos países hantratado de ocultar o disimular la existencia y funcionamiento deestos Gabinetes, precaución que en la actualidad cae en el vacío,toda vez que los organismos dependientes de estas reparticioneshan dejado y dejan sentir su acción en todas aquellas partes don-de existen o se cree que puedan existir secretos que se estime deinterés llegar a conocer.

No obstante el velo con que se pretende encubrir la accióndé estos organismos, existe demasiada literatura al respecto yrelaciones detalladas que dan cuenta de la organización, funcio-namiento, buenos o malos éxitos de los trabajos emprendidosy victorias o derrotas de los organismos que han actuado.

De la organización de estos Gabinetes, la más acabada, sinduda, y la que mayores experiencias ha dejado, es la del "Gabi-nete Negro Americano", que bajo la denominación de la M. I. 8.,(Servicio de Informaciones Militares. Sección N.º 8) se creó yfuncionó en EE. UU., bajo la inmediata dirección del ComandanteHerbert O. Yardley.

Tal Gabinete, compuesto sólo de una oficina en sus comien-zos, se desenvolvió rápidamente y, las necesidades propias al mis-mo servicio, lo obligaron a formar cinco Sub-secciones que sedenominaron:

1.—Sub-sección cifras.2.—Sub-sección Transmisiones.3.—Sub-sección Taquigrafía, criptografía y descifra de

los mensajes interceptados.


4.—Sub-seeción Laboratorio de tintas simpáticas.5.—Sub-sección Traducción de telegramas.

La primera Sub-sección permitía organizar las comunicacio-nes particulares del Servicio de Informaciones. Un servicio espe-cial permitía que los agentes secretos se encontraran repartidospor los distintos países del mundo; unos en el desempeño de mi-siones concretas, otros sin misión aparente definida. En esta formase lograba recoger todo informe o comunicación de importancia yhacerlos llegar hasta el conocimiento del Jefe del Servicio Secretoquien, a su vez, transmitía a los interesados todo aquello quepudiera serles de importancia.

Del correcto funcionamiento de este servicio se desprendióque el Gabinete criptográfico debía depender directamente deun alto Instituto Militar, quien era el único que debía conocer dela cifra y descifra de la correspondencia secreta.

En esta forma quedaba garantida la libre disposición de suspropias comunicaciones y asegurado el secreto de sus transmi-siones.

La segunda Sub-sección Transmisiones tenía a su cargo lagarantía del secreto de las comunicaciones.

Su tarea se refería a la preparación y estudio de los códigosy claves por emplearse y que debían ser propuestas al Jefe de laSección, quien determinaba la periódica adopción de estos nuevossistemas.

La 3. Sub-sección Taquigrafía, criptografía y descifra de losmensajes interceptados.

Sin restarle importancia al resto de las Sub-secciones., la 3.ªreviste importancia especial. A ella afluyen todos los mensajessecretos, tanto del interior como del exterior del país, y es la lec-tura de estos documentos la que señala una pauta definida quetiene relación directa con las negociaciones diplomáticas que segestionan o con las resoluciones que debe adoptar el Alto Co-mando en la Guerra.

4.—Sub-sección Laboratorios de tintas simpáticas.La labor de esta Sub-sección es muy amplia y su actividad

está íntimamente ligada a la acción que ejercita el espionajemundial. Posiblemente donde mayores secretos alcanzó la acciónde esta Sub-sección durante los últimos años fué en la química. Laliteratura que se refiere a esta rama de la ciencia es sumamenteabundante y la historia presenta los hechos donde quiera quehaya habido necesidad de utilizar estos servicios.

5.—Sub-sección Traducción de telegramas.Según el sentir del Gabinete Negro Americano, fué de im-

prescindible necesidad la creación de esta Subsección, atendidala enorme afluencia de telegramas extranjeros que se presentaban

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S A N T I A G O

La caballería en la guerra civil española.Por el Mayor Sr. Marcial Vergara Guevara.

Leyendo gran cantidad de informaciones sobre la guerra civilespañola, no he podido menos de sentirme admirado y orgulloso, co-mo oficial del arma de Caballería, al darme cuenta del gran pa-pel desempeñado durante el curso de las operaciones por la Divi-sión de Caballería que, a las órdenes del General Monasterio, enmuchos casos fué el factor decisivo de la victoria y de la explota-ción en gran escala de la misma.

La guerra española ha demostrado que los tiempos de la caba-llería no han pasado, sino, muy al contrario, ha evidenciado quesus actividades y sus posibilidades Son hoy inmensamente superio-res y el panorama que se ofrece a la actividad operativa del armay a la audacia e iniciativa de sus Jefes es de proyecciones insos-pechadas .

Organización de la Caballería Española antes de la Guerra Civil.

Como resultado de, las numerosas reformas militares con pos-terioridad a la caída de la monarquía, la caballería quedó constitui-da oficialmente por una División a tres Brigadas y éstas a dos re-gimientos, con un total de 3.800 sables. Además contaba con dosescuadrones de ametralladoras, un regimiento de artillería a caba-llo, una compañía de ciclistas, una compañía de ciclistas ametralla-dores, una compañía de zapadores, una escuadrilla de exploracióny varias formaciones médicas y veterinarias. Cada División de In-fantería contaba con un grupo de exploración compuesto de 1 Es-cuadrón y una sección de ametralladoras. El Cuartel General de laDivisión se encontraba en Madrid; pero las unidades de, la divisiónestaban diseminadas en todo el territorio español. Las tropas decaballería africanas sumaban, más o menos, dos mil sables y eran es-tas unidades, además de ser muy experimentadas en la guerra demontaña y de guerrillas, tropas de moral muy elevada y de unalealtad a toda prueba a sus jefes.


Salta a la vista muchos puntos de similitud entre la organi-zación de la División española y la nuestra, lo que hace aún másinteresante para nosotros los acontecimientos posteriores.

Las Operaciones.

Al estallar el movimiento revolucionario, más del noventa porciento de la oficialidad y sub-oficialidad se unió a las fuerzas delGeneral Franco y gran parte de estos valiosos elementos sirvieronen el primer momento para formar el esqueleto de las nuevas uni-dades de otras armas. La caballería, como en la gran guerra, vol-vía una vez más, a entregar sus jinetes para formar el núcleo delas unidades selectas de las armas hermanas.

Fueron los escuadrones de la caballería de Africa las que,agrupados a todos los elementos metropolitanos, con un efectivo deseis escuadrones y dos baterías a caballo, formaron una brigada alas órdenes del General José Monasterio. Esto ocurría en octubrede 1936. Es muy interesante dar a conocer algunos rasgos biográ-ficos de este jefe que había de revelarse un conductor del arma decualidades sobresalientes. El General Monasterio es un viejo sol-dado, veterano de las campañas de Marruecos, y cuya gran ambi-ción hace 25 años atrás, fué la de ser aviador; pero su carrera enesta arma duró muy poco, debido a que, un serio accidente en elaeródromo de Cuatro Vientos, puso fin a este ensayo, y una vezrestablecido de sus heridas, volvió a su arma de origen, la caba-llería .

Combatió al lado de Franco en Marruecos para pasar después,como instructor a la Academia Militar de Zaragoza, cuando el Ge-neral Franco era Comandante de dicho Instituto Militar. Ligadopor estrecha amistad al jefe de la revolución, se unió a ella desdeun principio, siendo herido en una pierna en los primeros encuen-tros. Dotado de gran experiencia y valentía, y poseedor de una no-table fecundidad de recursos para solucionar todas las dificultades,fué puesto a la cabeza de la caballería nacionalista que combatía apie en ese período, por falta de caballos. Había que organizado to-do y Monasterio se dió por entero a la tarea; el buen éxito lo aguar-daba,

La caballería, reforzada por infantería motorizada, ametralla-doras y un batallón de artillería de campaña, participa en el sitiode Madrid en 1936, cubriendo eficazmente el flanco derecho delejército nacionalista. En el valle del Jarama, en 1937, y en la cam-paña de Aragón, en cooperación con la aviación, cumple numerosase importantes misiones. Sin embargo, no es hasta la contra ofensi-va de Teruel, el 5 de febrero de 1938, que la caballería viene a pro-bar que es irreemplazable en ciertas misiones que muchos pensabanpertenecían ya a las tropas mecanizadas. Trataré de dar una ideade estas operaciones.

LA CABALLERIA EN LA GUERRA CIVIL... 351

Batalla del Alfambra.

El 21 de diciembre, cuando el General Franco se preparabapara su ofensiva hacia el mar, las fuerzas republicanas desencade-naron sorpresivamente un violento ataque sobre Teruel. La débilguarnición, después de una defensa heroica, fué prácticamentebarrida y los pocos sobrevivientes tuvieron que rendirse. Esta ac-ción, que fué proclamada por el Gobierno de Madrid como la vic-toria más importante de los republicanos durante toda la guerra,tuvo como resultado inmediato el levantar la moral bastante decaí-da de los leales y dar la esperanza de mejores días para su causa.

La ciudad de Teruel, capital de la provincia del mismo nom-bre, con una población de 9.600 habitantes, había estado en poderde las fuerzas nacionalistas desde el principio de la guerra. Se en-cuentra situada en la confluencia de los ríos Guadalaviar y Alfam-bra, y a más o menos sesenta millas al noroeste de Valencia. Teruel,vieja ciudad de leyenda, ha sido llamada la Ciudad de Roca, porestar edificada sobre un espolón de piedra, protegida al sur y sur-oeste por una profunda quebrada cruzada por un acueducto, y alsureste, por el río Guadalaviar.

Su importancia estratégica y militar no era mucha para el Ge-neral Franco; pero, en vista de las grandes concentraciones gobier-nistas, el Alto Comando nacionalista resolvió apoderarse a todacosta de la ciudad y poner de manifiesto su superioridad moral ymaterial sobre las fuerzas republicanas.

La táctica seguida por el Comando nacionalista» en Teruel, esel sistema llamado de "bolsa", que no es más que una operaciónconsistente en amarrar al enemigo por el frente, mientras otrasfuerzas atacan por cada lado de la saliente, cerrando en esta for-ma la bolsa. Por lo demás, éste no es un procedimiento nuevo, puesen la gran guerra tenemos innumerables casos donde se emplea elmismo sistema para hacer desaparecer una saliente en las líneasenemigas; ejemplo típico es la batalla de St. Mihiel.

La operación fué cuidadosamente planeada y llevada a cabocon tal maestría, que mereció de parte del General Weygand, el ca-lificativo de "operación brillantemente concebida y llevada a caboen forma maestra". Las concentraciones, los dispositivos de avan-ce y maniobras fueron perfectas.

El Cuartel General nacionalista se refiere a la actuación de lacaballería de Monasterio en los siguientes términos: "una parteespectacular fué la desempeñada por la División de Caballería Mo-nasterio, que contribuyó grandemente a la victoria, por la rapidezy decisión de sus movimientos".

El primer empuje de. los nacionalistas para recuperar Teruellos llevó hasta las afueras de la ciudad; pero las condiciones clima-téricas paralizaron la ofensiva. A mediados de enero, habiendo me-jorado el tiempo, los nacionalistas ocuparon las alturas del Mule-


tón, más o menos a cuatro kilómetros al norte de la ciudad, peronuevamente las condiciones climatéricas empeoraron, produciendola paralización de las operaciones durante el resto del mes de enero.

La batalla del Alfombra se inició al amanecer del 5 de febre-ro y su situación inicial es la que doy en el croquis adjunto. Laslíneas se extendían desde Vivel del Río - Singra; desde ese punto,paralelamente al camino de Zaragoza - Teruel, alturas de Celada,cerro del Muletón, seguían hacia el suroeste. La llave de la posi-ción eran las alturas de Palomera, que dominan el terreno monta-

Croquis N.º 1.

LA CABALLERIA EN LA GUERRA CIVIL...

M. del E. 4.

ñoso hacia el este y el camino real Teruel - Zaragoza al oeste. Es-ta posición había sido intensamente reforzada con casamatas de ce-mento y nidos de ametralladoras, hasta convertirla en una verdade-ra telaraña de trincheras y fortines, armados de abundantes armasautomáticas. El punto débil estaba justamente en ser una salienteque permitía atacarla desde amibos flancos al mismo tiempo en unaoperación convergente.

El 5 de febrero, los nacionalistas amagaron violentamenteMontalbán y, acto seguido, desencadenaron una violenta ofensivaen un frente de más o menos 28 kilómetros, desde Portalrubio a Ce-ladas. La División Sánchez, atacando por el frente desde las vecin-dades de Cindra y los cuerpos de Yagüe y Aranda golpeando des-de los ángulos de la saliente. El Cuerpo de Varelas seguía empleán-dose activamente al suroeste de Teruel. Las fuerzas fueron manda-das por el General Dávila, recientemente nombrado Ministro deDefensa.

El ataque fué precedido por un violento bombardeo, el más in-tenso hasta entonces visto en la guerra española. Vivel del Río,Portalrubio, Rubielos y Celadas, al atardecer no eran más que mon-tones de ruinas, todas las obras permanentes también estaban de-molidas.

Solamente entonces avanzaron las olas de asalto precedidaspor numerosos tanques, mientras la aviación y la artillería seguíanametrallando las posiciones de retaguardia e impidiendo los con-traataques . .

Las líneas gobiernistas, incapaces de resistir este tremendoesfuerzo, se rompieron.

Al norte, el cuerpo de Yagüe, compuesto de tropas africanasescogidas, se apoderaba de Rubielos, Cervera del Rincón y Por-talrubio, produciendo una ruptura en las líneas (ver croquis). Através de este hueco se precipita como un torrente la masa de ma-niobra", es decir, la División de Caballería Monasterio, hasta esemomento cuidadosamente mantenida en la reserva. La Divisiónde Caballería cruza las líneas enemigas y en seguida, por una mar-cha diagonal, alcanza la espalda de la posición enemiga y se apo-dera de la Aldea de Camanas, derrotando a las formaciones de re-serva enemigas. La aparición de esta masa de caballería detrás deSierra Palomera, dió como resultado el abandono de esta posiciónllave, rindiéndose dos brigadas y siendo casi totalmente aniquila-dos los batallones que trataron de escapar. Mientras el Cuerpo deAranda tomaba la dirección noreste y el Cuerpo de Yagüe la direc-ción sur y sureste, ejecutando el movimiento convergente, la caba-llería capturaba las poblaciones de Perales y Alfambra; en segui-da, remontando el valle del Alfambra hacia el sur, barre con, todaslas fracciones enemigas del valle del Alfambra. Continuando su


progresión por la ribera este del Alfambra, la División de Caballe-ría, al tercer día de batalla, febrero 7, alcanza el camino real y fe-rrocarril Teruel - Sagunto, más o menos a dos kilómetros al oestede la ciudad de Teruel, cortando así la única línea de abastecimien-to de los republicanos. Durante estos tres días de batalla, la Divi-sión de Caballería ha inflingido al enemigo fuertes pérdidas, muyespecialmente a la famosa brigada del "Campesino", y ha contri-buido especialmente a la limpieza del campo de batalla y se ha apo-derado de numerosos convoyes de aprovisionamiento para las tro-pas de primera línea.

El 18 de febrero, las fuerzas nacionalistas han cruzado el Al-fambra y tres días después los tres cuerpos de Ejército nacionalis-ta juntaban sus fuerzas, a dos kilómetros de Teruel, sobre el cami-no Teruel - Sagunto. La División de Caballería, inmediatamentese desplaza hacia el sur, ocupando las villas de Castralvo y Alde-.huela, para cortar la retirada de las fuerzas republicanas, y ayudaren esta forma a la rendición de Teruel que se efectuaba al día si-guiente.

El mejor comentario sobre el desempeño de la caballería en labatalla del Alfambra, son las palabras del General Yagüe: "es a lacaballería, a quien corresponde en gran parte el éxito de la jorna-da. Fueron sus jinetes los que, demostrando una gran pericia enlas operaciones de montaña en la campaña del norte, nuevamenteahora vuelven a demostrar el profundo error de ciertas autorida-des militares que opinan que los tiempos de la caballería han pasa-do en los modernos procedimientos guerreros".

La Marcha hacia el mar.

(Véase croquis N.º 2).

El 9 de marzo, el General Franco inició su incontenible ofen-siva hacia el mar, en un frente de 125 millas, desde Teruel a Hues-ca y la frontera francesa. El total de efectivos acumulados paraesta empresa, más o menos 250.000 hombres, y la enorme cantidadde material, permitieron a los nacionalistas obtener una rápida su-cesión de buenos éxitos que los hicieron dueños de la situación.

Después de la batalla del Alfambra, la División de Caballeríahabía sido completamente reorganizada, reforzándola con infante-ría motorizada y formaciones de tanques. El 9 de marzo, los nava-rros rompieron el frente enemigo, cerca del pueblo de Herrera.Por el hueco, al igual que en el Alfambra, se lanzó el torrente decaballería, cortando las comunicaciones y sembrando el pánico enla retaguardia. En la orden del día del Ejército del día 11, hace elComandante en Jefe nacionalista la siguiente anotación: "la caba-llería, en su rápido y magnífico avance, ha causado al enemigo lamayor confusión y desorden en su retirada". Los escuadrones deMonasterio, en su avance hacia el este, ocupan Escatrón el 13, mar-

LA CABALLERIA EN LA GUEERA CIVIL... 355

Croquis N.º 2.

piando 60 millas en cinco días, y apoderándose de gran cantidadde prisioneros y material, y especialmente abriendo el camino alcuerpo de Yagüe que se apodera de Caspe el día 15. La misión en-comendada a la División es proteger el flanco izquierdo (norte)del cuerpo Yagüe y preparar y cubrir el paso del Ebro por estecuerpo en Quinto y Gelsa. La caballería cumple su cometido y elcuerpo de Yagüe inicia el paso del río el 23; el 25 está ya en sutotalidad en la ribera opuesta, a pesar de la gran cantidad de aguaque arrastra dicho río Yagüe se apodera de Bujalaroz, cortandoel camino Lérida - Zaragoza y obligando a las gobiernistas a reti-rarse al Este de Zaragoza. Durante estas operaciones, los escua-drones de Monasterio han formado la vanguardia del cuerpo deYagüe, abriendo siempre el camino a la Infantería, y apoderámdosedel pueblo de Pina, en donde tomó muchos prisioneros. Pocos díasdespués se apodera de las alturas de Mónegros en la vecindad deBujalaroz, posición preparada para la defensa, y donde los gobier-nistas se mantienen firmemente.

El 27 de marzo el cuerpo de Yagüe tomó contacto con la líneafortificada del río Cinea que protegía la ciudad de Lérida. Este


es un obstáculo natural formidable, pues, además de su corrientey profundidad, sus riberas son sumamente escarpadas y altas. Todos los puentes habían sido destruidos y los gobiernistas ocupabanposiciones muy fuertes y dotadas de artillería y gran número dearmas automáticas.

Vencido este obstáculo, se produje un intervalo entre los cuer-pos de Yagüe y García Valino. Este fué inmediatamente taporneado por la División de Caballería que se apodera de las villas deFayón y Monaspe, restableciendo de este modo el contacto entre losdos cuerpos de Ejército.

El 15 de abril es la 4.ª División navarra del Cuerpo de Aran-da la que rompe el frente republicano. La caballería se precipitapor el hueco y barre con todas las resistencias republicanas, lo cualpermite a los escuadrones de Monasterio llegar al mar después dela caída de Vinaroz. Se ha cumplido así uno de los grandes obje-tivos del Comando Nacionalista, la España republicana queda di-vidida en dos partes, es ya el principio del fin.. .

Después de la operación sobre Vinaroz, la División de Caba-llería fué destinada a cubrir una saliente de más de 500 millas cua-dradas, misión que pudo cumplir únicamente gracias a su movi-lidad .

El 24 de junio de 1938, el cuerpo de García Valino rompe elfrente enemigo en las vecindades de Orida. Nuevamente la caba-llería repite su maniobra, cruza las líneas y, marchando hacia elsureste en dirección a Nules, que cayó el 9 de julio. La brecha hacia elmar se ha ensanchado enormemente, empieza la agonía de la valien-te Cataluña...

Conclusiones.

La similitud del teatro de operaciones con nuestro territorio,y la organización de la División de Caballería, muy parecida a lanuestra, con excepción de las formaciones motorizadas y tanques,que le fueron agregados después de la batalla del Alfambra, de-muestran hasta la evidencia que una caballería bien mandada yoportuna y correctamente empleada, es de una eficacia aun supe-rior a la misma infantería mecanizada, con la cual se pensó por unmomento en substituirla. Guadalajara es buen ejemplo de la vul-nerabilidad de estas formaciones.

La caballería nada ha perdido, ha ganado mucho. El espíritude audacia y empuje se mantienen incólumes, su potencia de fuegola hace igual a la mejor infantería y su movilidad la hace supe-rior. Todavía, para aquéllos que guardamos intacto en el fondodel alma todo el viejo espíritu del arma, podemos desenvainar nues-tros sables y enristrar las lanzas, como en los viejos tiempos que.ya se creían pasados, y arrancar la victoria o correr a la muerte,sin temor que los oráculos nos llamen locos. . .

La actuación del ejército en la zona delterremoto de la provincia de Concepción.

(Charla en el Rotary-Club de Santiago, por el Tte. Coronel Sr. Alberto Pollonl).

Compañeros Rotarios:A insinuación de mi amigo Yackaman, rotario de Santiago y

autorizado por la Presidencia de este Club, me dirijo a Uds. enesta pequeña charla, motivada por el azar de mis funciones pro-fesionales, que me pusieron en una de las misiones más hermosasde mi vida militar y de rotario.

Nunca he comprendido mejor la profunda filosofía de nues-tro lema: "Dar de sí, sin pensar en sí".

Fuí comisionado por la Superioridad Militar para transladar-me con mi Unidad (el Batallón de Ferrocarrileros de Puente Alto),a la ciudad de Concepción, azotada por el espantoso terremoto del24 de enero ppdo y es allí donde pude, como autoridad y con me-dios a mi disposición, tener el gran placer '' de servir''; nunca unaorden superior me ha sido más agradable de cumplir, nunca se hanhermanado mejor la misión militar y el sentimiento humano; edu-cado en la austeridad de nuestra reglamentación militar y en laSencillez y sinceridad de nuestros preceptos rotarios.

Voy, pues, a tratar de narrarles, lo que yo supe de la actua-ción que cupo al Ejército en la zona desvastada de la Provincia deConcepción.

Desde los primeros momentos en que se tuvo noticias, hastacierto punto fidedignas de las proporciones de la catástrofe queafectó el Sur, de la República, el Comando en Jefe del Ejército sepreocupó de impartir las órdenes necesarias para la correcta orga-nización, bajo el mando militar, de las medidas a tomar en el res-tablecimiento de la normalidad de esa región.

A este respecto, en primer lugar, se enviaron reconocimientospor tierra y por el aire; luego, el día 25 en la tarde, se dió la or-den de movilizar por todos los medios posibles, las Unidades mili-tares hacia las diferentes ciudades afectadas. Además, de inmedia-to se pensó en la organización del mando militar, designándose porDecreto Supremo a los Jefes de Plaza respectivos.


El Comando en Jefe del Ejército, en persona, con su EstadoMayor, recorrió las zonas desvastadas, tomando en el terreno mis-mo informes de las medidas adoptadas y aconsejando las que de-bían tomarse.

El mando de la Provincia se distribuyó en dos grandes zonas:La Zona del Interior, que abarcaba las ciudades principales y pue-blos del interior, bajo el mando del Comandante en Jefe de la III.División de Ejército, General don Víctor Cañas Ruiz-Tagle, y la,zona del litoral, bajo las órdenes del Comandante en Jefe del Apos-tadero Naval de Talcahuano. Desde los primeros momentos se tra-tó de dar al mando militar una organización completa, para poderasí dar cumplimiento a las numerosas e imprevistas misiones quese iban a presentar. Es así como el mando se agrupó en una formaque podría decirse correspondía a la organización de un CuartelGeneral en tiempo de guerra.

El Comando de la Plaza estaba dividido en dos grandes elemen-tos : el mando propiamente dicho y sus órganos de acción; 4 gran-des departamentos divididos en secciones agrupaban los múltiplesy variados problemas a resolver. Estos eran: el Departamento I."Régimen Interior", el Departamento II. "Ayudantía", el Depar-tamento III. "Jurídico" y el Departamento IV. "Dirección de losServicios". Como órganos de acción encontramos las fuerzas desti-nadas a solucionar los problemas correspondientes. Largo sería enu-merar las misiones de cada Departamento y Sección, pero ellas fá-cilmente se deducen de la respectiva de su clasificación.

Organizado el mando, se entró de lleno al trabajo, que pudo lle-varse en muy buena forma gracias a la cooperaron decidida de lasautoridades de Concepción, desde el señor Intendente hasta el últi-mo empleado, como asimismo de la I. Municipalidad y todos los ser-vicios fiscales en general, los que con el máximo de interés' traba-jaron sacrificadamente en el cumplimiento de las disposiciones im-partidas por el Comando Militar. Difícil sería, sin caer en la injus-ticia, indicar nombre de algunas de las autoridades mencionadas,pues, como queda establecido, cada uno tomó con todo interés laparte que le correspondió.

Como ya he dicho, me cupo la misión de transladarme al Surcon mi Unidad, y ello se desarrolló en la siguiente forma:

A las 9.30 de la noche del día miércoles 25, se recibió la ordende marchar a la zona de la catástrofe. A las 24 hrs. del día indica-do, se encontraba formado el Batallón con todos sus elementos; ves-tuario, equipo y herramientas, listo para embarcarse en Puente Al-to. A las 02,00 hrs. se embarcaba en la Estación Mapocho en direc-ción a Valparaíso y a las 8 hrs. del jueves 26, partía a Talcahuanoa bordo del "Araucano". A las 16 horas del viernes 27, se encon-traba en Concepción, a disposición del Comando de la Plaza. Undía más tarde llegaba por vía marítima un Batallón del Regimien-to de Infantería N.º 2 "Maipo", de guarnición en Valparaíso.

LA ACTUACION DEL EJERCITO EN LA... 359

Anecdótica fué nuestra navegación en el "Araucano". Granparte del personal que no conocía el mar, se mareó por completo.El vaivén en los altos entrepuentes del buque madre fué superiora toda previsión de los soldados del Ferrocarrileros, acostumbradosa las suaves curvas y cambios de gradientes del Ferrocarril. Losmás temibles Sargentos luego se cambiaron en afables camaradas,y los férreos mocetones cordilleranos del Cajón del Maipo, de espal-das sobre el puente, cara al cielo, recordaron con orgullo su "blan-ca montaña", y pensaron en la inmensa y piadosa mentira patrió-tica "de ese mar que tranquilo te baña".

A la media noche del jueves 26, la situación se tornó más gra-ve para mis conscriptos. Una neblina espesa cubrió el Océano y elbuque empezó a hacer sonar su sirena cada tres minutos. Todos des-piertos, oían con inusitada atención las órdenes de nuestro inmu-table Comodoro Arroyo y las comunicaciones de la sonda: "42 mts.a babor", y las órdenes: marcha lenta, detenerse, esperar situación.Era la maniobra. Luego se supo que muy cerca de nosotros habíaencallado un vapor de la Compañía Schwager, el "Federico Sch-wager". Esta situación se agravaba por el hecho de haberse de-rrumbado el Faro de la Quinquina. Por fin, con precisión matemá-tica enfrentamos la boca grande.. . ¡estábamos salvados! Una brisadel O. había corrido la neblina y divisábamos Talcahuano. Sus bos-ques, que ocultan las fortificaciones, sus Morros, el Apostadero consu vaticano y las vetustas chimeneas del "O'Higgins", formabanun inmensa anfiteatro de interrogación para nuestras mentes an-siosas de lo desconocido. Hemos llegado a la zona del terremoto y,desde el buque, a medida que nos acercamos, vemos los primerosestragos: casas derrumbadas, techos rotos y los espigones de atra-que del Puerto Militar agrietados y fuera de la horizontal de suconstrucción. Nuestra observación de tierra se suspende, pasamosfrente a un buque de guerra de S. M. Británica, el "Exeter", ydebemos formar en el puente para hacer los honores de reglamento,luego los mismos honores al '' Riquelme'', que se prepara para lle-var al Norte a S. E. el Presidente de la República.

No podemos atracar al molo 500, sitio acostumbrado para estebuque madre, pues ofrece peligro, ya que se ha derrumbado en subase. El Comandante Lagreze me proporciona una lancha para ira tierra. Me presentó al Apostadero para pedir un medio de comu-nicación con Concepción. El Jefe no está, tiene dos miembros de sufamilia muertos, y todo se encuentra interrumpido: teléfonos, te-légrafo, ferrocarril. Consigo una moto con un Guardiamarina inge-niero que la conduce y monto "al anca", pidiéndole que me llevelo más pronto a Concepción. Habíamos andado unas pocas cuadras,cuando un auto loco Sale de una boca-calle, nos estrella reciamentey da por el suelo con nosotros. Alcanzo a sacar la pierna; no asími joven conductor, que recibe de lleno el parachoque del auto quese la fractura por completo, Mal augurio para mi llegada. Trato


de conseguir un auto.. . ¡imposible!... Pienso luego que ha lle-gado el momento de proceder "manu militari". Tomo dos marinerosarmados de una patrulla de la calle y requisiono el primer autoque pasa: Protestan los ocupantes; pero mi misión está por sobretodo, y así logro llegar a Concepción, donde me presento al Jefede la Plaza, que en esos momentos estaba reunido con los "nota-bles" de la localidad en el gran Salón de la Municipalidad, her-moso edificio que ha quedando en pie. Se me encomendó la misiónde hacerme cargo de la Dirección técnica del grueso de las tropasdestinadas a la remoción de los escombros.

Vuelto a Talcahuano, se me presentaba el difícil problema dollevar el Batallón a Concepción, sin contar con medios de trans-porte. Nuevamente y halagado por el buen éxito de la requisicióndel auto, exigí al Jefe de Estación de los FF. CC. que me pusieraun tren a mi disposición. Imposible fué su respuesta, la línea estáinterrumpida por los derrumbes. No obstante, le ordené poner eltren, pues conduciría a tropas de ferrocarrileros. Yo estaba seguroque, ya no a bordo del '' Araucano '', sino a bordo de un ferroca-rril, recobrarían su potencial técnico y llegarían a su destino. Asífué; nos embarcamos a las 4 de la tarde y a las 6, después de al-gunos trabajos de arreglo de la vía, ya estábamos en Concepción(fué el primer tren que corrió entre estas localidades).

Viene aquí algo, mis queridos amigos rotarios. que me conmo-vió íntimamente, y por eso se los narro: Después de instalar nues-tro campamento en el galpón de coches de la Estación de los Ferro-crariles (que es todo de zinc y no ofrecía ningún peligro), reunía mi tropa y la exhorté al cumplimiento del deber y a guardar lamás estricta compostura y silencio (no se debía hablar fuerte, de-bía respetarse el dolor ajeno), en la salida que luego haríamos alpueblo para reconocer la misión del día siguiente. Pues bien, a pocoandar, mi gente enmudeció por completo... Era tan grande la rui-na, era tan sincero el dolor de los vecinos que veían el paso de latropa, que lloraban y nos decían frases de cariño. A pesar de queiban mis saldados en marcha a discresión, sistemáticamente, toma-ron el compás y cada cual sintió, sin saber por qué, en lo más pro-fundo de su alma, un hondo y sincero espíritu de servir... "dedar de sí, sin pensar en sí". En esos momentos, y al llegar a laPlaza de Armas, pasó un camión con milicianos que, puño en alto,gritaron vivas al Ejército. Los míos, mudos y como movidos poruna sola voluntad, se irguieron cual si pensaran y recordaran lasinstrucciones teóricas del Cuartel. ¡ Qué hermoso es servir a nues-tros conciudadanos en los momentos de zozobras cuando se lleva eluniforme de la Patria y se tiene por único culto el tricolor sim-bólico !

La Plaza de Armas es un campamento macabro: Carpas milita-res se agrupan caprichosamente en pequeños barrios delineadospor los prados de los que fueron jardines. Los grandes edificios

LA ACTUACION DEL EJERCITO EN LA ...

del centro comercial de las calles Barros Arana y O'Higgins e in-termedias parecen brochazos siniestros del arte futurista.

En general, el trabajo de la tropa se puede resumir en las si-guientes actividades:

a) Cubrir las pequeñas localidades del interior, con guarni-ciones de 10 a 15 hombres, que tenían por misión mantener el or-den, remover los escombros para las extracción de cadáveres y or-ganización del pequeño gobierno local.

Se envió tropa a las siguientes localidades de la Provincia:San Rosendo, Hualqui, Florida, Yumbel, Coelemu, Tomé, etc.

b) Cooperación al restablecimiento de los servicios de agua po-table, alumbrado, alcantarillado y comunicaciones, por medio dedestacamentos de 15 a 20 hombres, con las herramientas necesariaspara los trabajos técnicos encomendados. En Concepción, desde losprimeros momentos trabajaron en el agua potable: 50 hombres delGrupo de Artillería a Caballo N.º 3, del General Roberto Silva Re-nard, y 30 del Regimiento de Infantería N.º 6 "Chacabuco".

c) Destacamentos de tropa de 20 a 50 hombres, destinados comotransportadores, a fin de descargar, almacenar y remitir a sus des-tinos víveres llegados a Concepción, por los diferentes medios que dis-puso el Supremo Gobierno. Desde un principio 'trabajaron, 100hombres del R. I. 6 "Chacabuco", en esta misión.

d) Personal auxiliar de 4 a 5 hombres que se movilizaron enlos camiones de subsistencias, a fin de organizar los puntos de entregade víveres en los pequeños pueblos, y organizar los puntos de re-parto de subsistencias.

Dentro de la ciudad de Concepción se instalaron las siguien-tes puntos de reparto de subsistencias:

Plaza Condell 900 porciones.Carrera esq. Tucapel 900 ''Plaza Cruz . . . 500Esc. Manuel Bulnes 650 ''Prat. esq. San Martín 400Pelantaro esq. C. Henríquez . . . . . . . . . 800 ''Cahcabuco esq. Paicaví 400 "Pedro de Valdivia (Sindicato de Cervece-

rías Unidas') 300Camino Viejo al Cementerio . . . . 400 "Matadero ..... 500Aníbal Pinto N.º 1754 150Aníbal Pinto N.º 1757 350Puchacay (Quinta Agrícola) .. 250 "

e) El resto de las tropas, bajo mis órdenes directas y formadopor las siguientes Unidades: R. I. 2 "Maipo", R. I. 6 "Chacabu-co", R. C. 7 "Guías", G. A. C. 3 "Silva Renard", Bat. FF. CC.


N.º 1, Dest. de Art. de Costa (80 hombres) y Destacamento de Ma-rinería de Desembarco del "Latorre" (200 hombres), con un to-tal de 1.200 hombres aproximadamente, procedió en forma metó-dica a la remoción de escombros, fijándose, en general, las siguien-tes misiones principales:

—Extracción de cadáveres.—Derrumbamientos de muros y casas desplomadas que ame-

nazaban caer.—Despejo de calles.

Por orden del Comando de la Plaza, los trabajos técnicos seiniciaron el día sábado 28, a las 7 de la mañana, después de izarcon los honores de reglamento la Bandera Nacional en el palaciomunicipal.

Este fué un momento emocionante, la tropa no tenía sus ar-mas para rendir los honores a la Bandera de la Patria; pero sí te-nía las herramientas para mitigar el dolor de sus conciudadanos,los que, emocionados, salían de sus carpas y ruinas a los acordesdel Himno Patrio, olvidando por un momento su desgracia, con lamirada clavada en lo alto del mástil de la Municipalidad.

La extracción de cadáveres fué, sin duda, una de las tareasmás ingratas. Pasaban los días, y aquellos que en un principio ig-norábamos su paradero, ya se hacían anunciar por un nauseabun-do olor. El último que sacamos, después de catorce días, fué el deuna muchacha de 19 años, habitante de una pensión de la calle Ba-rros Arana que dicen era bonita, y ¡ horror!. . . nadie queríatocarla, ni aun pon las propias herramientas. Hubo que cambiarvarios turnas para sacar las montañas de escombros que pesaban so-bre ella y tal era la fetidez de su avanzado estado de descomposi-ción, que hubo de usarse de una estratagema con unos marinerosdel "Latorre" para encajonarla; y fué así que, viendo que ya nopodía exigir más a mis soldados en este terreno, salí a la calle abuscar voluntarios. Pasaba en esos" momentos un destacamento demarineros del "Latorre" a los que le pregunté si habían volunta-rios para sacar a una niña. Cuatro mocetones corrieron presuro-sos a cumplir su cometido; pero al ver de qué se trataba, palide-cieron y expusieron que creían que se les llamaba para sacar a unaenferma. Sin embargo, cumplieron la orden. Tal vez quince díasantes no habría sido necesario de buscar voluntarios para la mu-chacha .

El derrumbamiento de muros y edificios fué una tarea arduay fatigosa: debía procederse con estrictez, pero sin lesionar los in-tereses del vecindario. Se derribaron por la tropa más de 600 ca-sas que amenazaban desplomarse.

La misión más interesante fué, sin duda, la destrucción de lastorres de la vieja catedral que habían cumplido más de un cuarto

LA ACTUACION DEL EJERCITO EN LA... 3 6 3

de siglo, en la siempre muda custodia del centenario templo. Eranestas torres el orgullo de Concepción, y de todos los caminos quellegan a la ciudad, se divisaban las siluetas elegantes de las dasaristocráticas hermanas gemelas.

Fácil es comprender lo difícil de la operación. Botar las to-rres era una segunda catástrofe material y moral para los afligi-dos pencones: material, porque al caer su masa, calculada en 600toneladas, desde una altura de 45 metros, produciría un estreme-cimiento tal de la tierra, cuyas vibraciones harían caer los murosde tantos edificios desplomados adyacentes; moral, porque alrede-dor de ellas se había tejido desde el día siguiente del terremoto unaserié de leyendas y opiniones, cuyo factor común era el gran cariñohacia la vetusta materia.. Pero después del examem técnico, estimésu inmediata destrucción, por significar un peligro inminente parala ciudad. Horas después de mi decisión recibí centenares de opi-niones adversas que echaban sobre mi responsabilidad el tremendofardo de la incertidumbre sobre lo que podía ocurrir al efectuarla destrucción por medio del explosivo; pero era preferible afron-tar este segundo remezón, hecho ex-profeso a una hora determina-da y con todas las precauciones del caso, a correr el albur que ellascayeran de un momento a otro con las consecuencias fatales queeran de prever.

Para asegurarme en mi tranquilidad personal, solicité la ve-nia del Gomando de la Plaza para reunir a todos los Ingenieros yArquitectos que se encontraban en la ciudad, a fin de que, despuésde un estudio técnico, emitieran su opinión. Estos, en número de27, estuvieron en completo acuerdo y firmaron, por mi pedido, elActa correspondiente, en la cual se establecía la necesidad absolutade derrumbar de inmediato las torres, ante el peligro de un malmayor. No podía ser de otra manera: dos torres circulares de caly canto armado, de 25 metros de altura; construidas hace 25 años,con un peso de 600 toneladas, descansaban sobre dos torres rectan-gulares de 20 metros de altura, hechas de ladrillos pegados con ba-rro, construidas hace más de cien años por Toesca, sin ninguna li-gazón metálica, en tal forma que con el terremoto zarandeó la par-te cilindrica sobre su base, destruyendo sus bordes de ladrillos yperdiendo su excentricidad en más de 0.80 cms. La destrucción delos ladrillos superiores de la parte rectangular, hizo que una delas torres se inclinara en más de 8.º con respecto a la vertical. Ade-más, los muros de la parte rectangular estaban agrietados en todasu altura.

Resuelta su destrucción, surgen dos difíciles problemas: Con-vencer al poder aclesiáistico de la necesidad de derrumbarlas y elgrave problema del cálculo del explosivo, para no producir mayo-res daños con la destrucción en la catedral al caer las torres.

Lo primero fué obra de una diplomacia razonada, muy tole-rante y respetuosa para con el Sufrimiento del señor Obispo y del

MEMORIAL DEL EJERCITO

señor Vicario, que no podían convencerse de la necesidad de ladestrucción. Empezamos mal; hubo frases duras,, recriminacionesque sufrí estoicamente; pero, poco a poco, llegamos a pleno enten-dimiento, después de haber hecho retirar por la tropa todos losefectos de valor y obras de ar te . . . Lástima grande, el tiempo nome permitió retirar los vitreaux, cuyos grandes marcos metálicosestaban empotrados en los muros. Había que resignarse a perder,por este capítulo, una fortuna superior a un millón de pesos. Nues-tras relaciones llegaron a tan buen entendimiento, que, momentosantes de la destrucción, el señor Obispo me manifestó: "Dios selo pague, Comandante", a lo que la fantasía de la prensa santia-guina ha agregado que yo le repuse: "Dios me perdone.. ." Elúltimo pedido del desolado Vicario fué que le permitiera decir mi-sa una hora antes de la destrucción, a lo que naturalmente accedí,poniéndole la condición de hacerlo sin público.

Lo segundo, los cálculos del explosivo, fué la resultante de es-tudios empíricos bien desarrollados; paro de los cuales, a decir ver-dad, no teníamos, por su magnitud, experiencia técnica alguna:cuarenta kilos trotyl en cada una fué la receta. Llenos de fe en laexactitud de nuestras cálcalos, señalamos a las autoridades y perio-distas, el sitio preciso dónde y cómo debían caer las torres, no sindejar de pensar muy íntimamente que la buena suerte del soldado,es muchas veces el factor decisivo en sus resoluciones.

Se fija las diez de la mañana del día jueves 2 de febrero pa-ra el Sacrificio final de las torres. Se tomaron todas las medidasaconsejables y se alejó desde temprano la población a seis cuadrasa la redonda de la plaza. Fué un espectáculo sensacional: el cerroCaracol parecía la galería de un inmenso estadio, lleno de genteque esperaba ansiosa la hora de la lucha entre el hombre y la masainerte, que se convierte en polvo sutil al soplo de la ciencia.

Son las diez menos cinco. Se ha construido un refugio en elextremo N. E. de la plaza, desde donde haré funcionar el explo-sor. Únicamente queda mi General Cañas, que no quiere dejarmesolo, algunos Oficiales de su Estado Mayor y los periodistas quenunca faltan. Son las diez, el clarín hace sentir el último aviso,en tanto que yo, con mano trémula, tomo la manilla del explosory con un solo impulso la. acciono.. . Nada! La fuerza no es sufi-ciente para el estopín.. . Pasan algunos segundos de incertidum-bre. . . Hemos fracasado. Nuevamente, con todo el peso de micuerpo, acciono la palanca. Una ronca detonación rasga los aires.la enorme mole se levanta y parece que le cuesta decidirse a caer,donde el genio humano le ha indicado. Una inmensa nube de polvocubre el horizonte... No ha pasado nada, la torre ha caído conprecisión matemática donde se indicó. .. Se ha salvado el honordel Arma de Ingenieros. Minutos más tarde cae su gemela, tam-bién en el sitio preciso donde se había señalado.


El despejo de calles fué también una tarea larga y difícil. 20mil metros cúbicos se movieron en 26 días. Hubo, como en todotrabajo técnico militar, su orden de urgencia: despejo de calzadas,despejo de vías de tranvías y luego despejo completo de veredas.

Fotografía N.º 1.

Las torres de la Catedral después del terremoto. Puede observarse lainclinación, en casi 8.º con la vertical de la torre del Oeste. Cabe notar tam-bién el fenómeno inexplicable: las cruces que eran de fierro (rieles), se encuen-tran dobladas con la oscilación del sismo. Una de estas cruces fué llevada porlos Ferrocarrileros a Puente Alto, donde se encuentra como recuerdo mudo dela trágica misión del Batallón, en Enero de 1939.

Veo, mis amigos rotarios, que ya me extiendo demasiado y ter-minaré estableciendo que el comportamiento general y disciplinade las tropas en trabajo fué excelente. Sin duda que el principalestímulo para el desarrollo de este espíritu de trabajo y sacrificio,fué el afán de servir del soldado, ante lo terrible de la desgraciaque hoy aflige al país.

Cabe agregar, por las declaraciones del público, que cada uni-formado que llegaba al lugar más apartado de los campos, produ-cía una impresión de consuelo, de esperanza, de actividad y de or-den dentro del desaliento y tristeza natural de los afectados en es-ta terrible circunstancia.

La tropa de marinería que estuvo bajo las órdenes del Coman-dante de la Plaza, trabajó con especial interés, lo que fué recono-


cido por todo el público, habiendo constancia de ello en los nume-rosos artículos de prensa.

La fuerza de Aviación del aeródromo improvisado en Concep-ción,, prestó importantísimo concurso y cooperación, sobre todo enlos primeros momentos en que había falta absoluta de comunicacio-

nes y medios para efectuar reconocimientos rápidos.La, tropa de Carabineros demostró también en el cumplimien-

to de las misiones ordenadas por el Jefe de la Plaza, un eficienteespíritu de trabajo y sacrificio, que ha comprometido la gratitudciudadana, dándole un brillo especial a su lema "Urden y Pa-tria".

Fotografía N.º 2.

La caída de la torre Oeste.—Obsérvese el soplo de la explosión en losárboles de la Plaza.

Después de haber observado la forma metódica y ordenada,sin roces de ninguna especie con las autoridades civiles, lleno delcariño y respeto de las poblaciones en desgracia, puede estimarse:

1.º —Que las Fuerzas Armadas pueden tomar organizadamen-te, desde el primer momento, las medidas necesarias en circunstan-cias de esta índole (catástrofe por terremotos), ya que ellas tienengran semejanza a las medidas que d?ben tomarse en la organiza-ción de zonas ocupadas en tiempo de guerra y que han sufrido los


efectos de los bombardeos y, en general, todas pueden considerar-se ten el capítulo de " problemas de Estado Mayor a resolver bajocircunstancias especiales".

2.º —Que las Fuerzas Armadas inspiran a las poblaciones de-soladas, el respeto derivado de la tradición, lo que hace fácil elcumplimiento inmediato de medidas drásticas que deben tomarseen los primeros momentos.

3.º—Que ya tenemos que convencernos que cataclismos de es-ta naturaleza (fuertes temblones y terremotos), son un mal endé-mico en nuestro país, ya que se repiten periodicamente en determi-nado número de años y que, por lo tanto, las autoridades milita-res, llamadas a tomar las primeras medidas, tendrán que estudiarun Reglamento de "Organización y Funcionamiento de CuartelesGenerales para el caso de cataclismos nacionales" y en él se esta-blecerá las muchas experiencias de la reciente catástrofe, paira asíno ir nuevamente a afrontar las incertidumbres de la improvi-sación .

Fotografía N.º 3.

La caída de la segunda torre, la del Este.—Obsérvese el corte plano deledificio de la Catedral donde estaba la torre Oeste. Gracias a la bondad delcálculo en el empleo de los explosivos, ambas torres cayeron en forma divergen-te hacia el interior, sin dañar la Iglesia, como puede verse.

La unidad de aplicación de la Escuela deIngenieros Militares.

Por el Teniente Sr. Raúl Llorente R.

Las escuelas de armas del Ejército tienen, en general, la mi-sión de uniformar y perfeccionar la instrucción de la Instituciónmediante la realización de cursos de informaciones para Jefes ycursos regulares de aplicación para Capitanes, Tenientes, Subofi-ciales y Clases. Las Escuelas forman además a los futuros Clasesmediante cursos de perfeccionamiento de Soldados. Estos objetivos,complementados con la misión paralela de dar forma práctica a lasnuevas reglamentaciones, se logra actualmente en la mayoría delas Escuelas, por dos medios:

—por el desarrollo de cursos teóricos;—por la aplicación práctica de los principios tácticos o técni-cos en la Unidad de Aplicación respectiva.

Un curso para) cualquier alumnado, organizado únicamentecon base teórica, no puede tener el rendimiento de aquel que fun-cione con todos aquellos elementos de personal y material que leson necesarios para la realización práctica de los estudios. Esta ne-cesidad ha hecho que las distintas Escuelas de armas cuenten en laactualidad con unidades de aplicación.

En la organización de estas unidades, que por su misión espe-cialmente determinada, como modelo y elemento de experimenta-ción, son y constituyen la base de cada arma, debe considerarseexclusivamente su [finalidad. La Escuela, por la acción de su Uni-dad de Aplicación, debe permitir que cada Oficial o Suboficialalumno "ejercite el mando" y mueva los elementos reales que es-tarán a su disposición.

Atendiendo a esta consideración, la organización especial dela Unidad de Aplicación de la Escuela de Ingenieros Militares esde gran complejidad y exige, de quienes la estudian, una gran vi-sión de conjunto de lo que es el arma de Ingenieros y gran ampli-tud de miras para aceptar con desapasionamiento la verdad delestado actual de cosas.

M. del E. 5.


No puede ser la Unidad de Aplicación una simple unidad más,agregada al conjunto pobre que presentan las unidades divisiona-rias de Ingenieros, sin mayores elementos materiales y con unadotación muy reducida de personal. La Escuela debe contar conuna herramienta de trabajo eficiente, muy superior a la actual, queconsta de una Compañía de Teléfonos, una Compañía de Zapadoresy una Sección Columna de Puentes. Esta dotación está muy lejosde permitir que la Unidad de Aplicación pueda cumplir con" lafinalidad que se previo al crearla.

El arma de Ingenieros es relativamente pequeña dentro delconjunto del Ejército. Su pequeñez ha hecho que la especializaciónsea posible solamente en los grados subalternos. Del grado de Ca-pitán para arriba, el arma generaliza al Oficial y lo obliga a conocerlas otras especialidades, valiéndose para ello de la Escuela de In-genieros.

La falta de una Unidad de Aplicación, perfectamente dotaday organizada, hace que los Oficiales que realizan sus cursos y noconocen una determinada especialidad, vuelvan nuevamente a tro-pas sólo con conocimientos teóricos y que, por lo tanto, deseen con-tinuar sirviendo sólo en la especialidad que conocen y dentro dela cual no corren el riesgo de fallar prácticamente en una tareaderivada de una situación real de campaña. Esta situación, que enjusticia no se puede atacar, constituye en el fondo un elemento ne-gativo de arrastre que sólo podrá eliminarse con la creación de unaunidad verdadera de aplicación.

La instrucción completa de Ingenieros es cara y, por lo tanto,no es posible realizarla en todo el Ejército con igual intensidad.La falta de elementos ha ido creando una oficialidad hasta ciertopunto teórica, que no ha resueltos en campaña problemas de inge-nieros y no ha trabajado nunca dentro de un conjunto completoque reúna bajo un solo mando, columnas de puentes, máquinas yaun cuadros que se asemejen a los que se contará en un caso real.Estas oportunidades, que podrían ser facilitadas en las maniobrascon la concentración de medios, tampoco están al alcance de la ofi-cialidad de Ingenieros, pues, desgraciadamente, y como todos sa-bemos, las unidades del arma, salvo raras excepciones, han concu-rrido a los grandes ejercicios como tropa de infantería. Sin entrara considerar las razones que han motivado este empleo, es del casodejar establecido que hasta ahora las experiencias prácticas decampaña relacionadas con Ingenieros han sido escasas y que esteestado de cosas se mantendrá mientras no exista una Unidad capazde responder con la concurrencia de sus elementos al campo deempleo.

La falta de columnas de puentes hace que ellos sean siempreconstruidos en el polígono de trabajos, sin dificultades técnicas gran-des y sin variedad de fondo, orillas y accesos. Este mal, originado por

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LA UNIDAD DE APLICACION DE LA ... 371

la pobreza de nuestro erario, será de peligrosas consecuencias si nose reacciona pronto contra él, concentrando en un solo institutotécnico de Ingenieros todos aquellas elementos materiales y huma-nos que son necesarios en el desarrollo de una instrucción eficazy práctica. El día en que se logre organizar esta unidad, se habráasegurado definitivamente el porvenir del arma.

La Unidad de Aplicación como centro de experimentación de-be ser privilegiada con la dotación de los elementos más nuevos ymodernos de Ingenieros que se adquieran para el Ejército y deella saldrán a las tropas las normas que se seguirán en su manejoe instrucción. La Unidad de Aplicación debe formar la doctrinatécnica.

Mucho se ha discutido sobre la composición de la Unidad deAplicación de la Escuela de Ingenieros Militares que, como dije enun principio, es una unidad compleja. Es necesario considerar enella las distintas especialidades y las diferentes características delas modalidades de trabajo. La Unidad que resulte del estudio delas necesidades del arma ha de ser, por lo tanto, una unidad gran-de en personal y rica en elementos. Su organización a todo costoresolvería automáticamente numerosos problemas de instruccióny constituiría dentro del Ejército el instrumento completo de in-genieros .

Antes de entrar en consideraciones de especialidad, es necesa-rio dejar establecido que el arma de Ingenieros es una de las ar-mas más difíciles de improvisar e instruir, pues en su preparaciónen tiempo de paz no se puede recurrir con eficacia al sistema debanderolas y de elementos figurados en el papel. El trabajo de In-genieros exige que las comunicaciones funcionen, que las líneasexistan, que los puentes resistan, que los carros de F. C. corransobre rieles, etc. No se puede falsear sin peligro el criterio de Ofi-ciales de Ingenieros y de otras armas con rendimientos de trabajosy cálculos empíricos de materiales, alejados de la realidad. Es ne-cesario que la Escuela de Ingenieros oriente en todo sentido a losalumnos y no los desmoralice por la carencia de aquellos elementosde investigación y experimentación que, faltando en tropa, tampo-co le son puestos a su alcance en el instituto del arma, que por sumisión debe ser completo.

Establecida la imperativa obligación de crear una Unidad deAplicación completa, estudiaré las necesidades de cada especiali-dad en particular, para deducir de ello los instrumentos que la ins-trucción de escuela requiere.

A).—Comunicaciones.

La Unidad de Aplicación de Comunicaciones debe facilitar lainstrucción de escuela, no sólo de los Oficiales de Ingenieros y Sub-Oficiales de Comunicaciones, sino también la de Oficiales, Sub-Ofi-


ciales y Clases de todas las armas por medio de la realización decursos regulares de perfeccionamiento.

El servicio de comunicaciones se extiende en una sola red des-de el Comando Supremo del Ejército hasta la más pequeña uni-dad del frente que cuente con elementos materiales de transmisio-nes. Por tal motivo, en el fondo no existen, como creen algunos,comunicaciones exclusivas de caballería, artillería, infantería oaviación. En realidad, todas estas ramas de transmisiones, armóni-camente accionadas, constituyen un solo servicio de comunicacio-nes de Ejército que, en los distintos escalones del mando, materia-lizan los enlaces y cohesionan las tropas en la acción.

La doctrina de comunicaciones en la Institución es una solaen materia de construcción, explotación y empleo. El lenguajeusado en la explotación es el mismo en los diferentes escalones; loselementos tienen las mismas funciones y su empleo está reguladopor los mismos reglamentos, los que dejan pendiente sobre el ser-vicio la tutela del técnico.

En algunos ejercicios se ha visto que los distintos escalonesde comunicaciones, por falta de orientación precisa y por defectosde doctrina, no han actuado siempre con la armonía que el servi-ció exige para la correcta verificación de los enlaces. El funciona-miento de cursos para personal de todas las armas en una Unidadde Comunicaciones dentro de la Escuela de Ingenieros, sería alta-mente provechoso en el mantenimiento de la unidad de doctrinade comunicaciones en todo el Ejército.

Es necesario también que la Escuela establezca, desde el tiem-po de paz, relaciones constantes de explotación con los serviciasde transmisiones de la Aviación y de la Armada, enlace que sóloes posible asegurar a lo largo de todo el territorio y en las distin-tas unidades después del trabajo que realice la Unidad de Aplica-ción, la que manteniendo una constante preocupación por el problema,corregirá los errores que existan, fijará normas y establecerá así,una verdadera cooperación y colaboración entre los sevicios inte-resados de las Fuerzas Armadas.

Las tropas de Infantería necesitan para sus cursos en la Es-cuela de Ingenieros una Sección de Comunicaciones de Montañacompleta, en donde realicen los Oficiales, Sub-Oficiales y Clasesde esta arma sus pruebas y la parte aplicada de la instrucción.

Conviene tener en la Escuela de Ingenieros una Sección ópti-ca independiente y una Sección palomar con un palomar fijo y va-rios palomares móviles. En Chile se mira con cierto pesimismo elempleo de las palomas en las transmisiones; sin embargo, ejércitoscon mayor experiencia de guerra que el nuestro, mantienen entiempo de paz palomares de instrucción y fomentan, por todos losmedios, la colombofilia como un medio seguro de establecer la re-serva de palomas necesaria en un caso de movilización.

372

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LA UNIDAD DE APLICACION DE LA... 373

La Sección palomar de la Escuela contribuiría a la difusióndel departe de la paloma entre el elemento civil y serviría de palo-mar de Ejército.

Los telegrafistas del Servicio de Radio Permanente y sus reem-plazos deben perfeccionarse y formarse en la Escuela de Ingenierosdentro de una unidad especialmente dedicada a la Explotación.En esta unidad se practicaría explotación telefónica, radiotelegrá-fíca y telegráfica.

La Escuela debe contar también con una unidad de construc-ción de líneas permanentes que practique en el tendido de líneastelefónicas y telegráficas y establezca enlace práctico con la Di-rección de Servicios Eléctricos, Compañía de Teléfonos y Telégra-fo del Estado,

En la actualidad no existe en la Instrucción unidad alguna espe-cialmente dedidacada a esta actividad, tan esencial en caso de guerra,y que cuente con elementos especiales que permitan al Oficial, Sub-Oficial o Clase realizar una experiencia práctica. El trabajo de es-ta Compañía está íntimamente ligado al de la Compañía de Ex-plotación .

Sobre la base de estas apreciaciones, la Unidad de Aplicaciónde Comunicaciones, dentro del Regimiento Escuela de Ingenieroscontaría, como mínimo, con las siguientes Compañías y Secciones:

Unidad orgánica: 1 Batallón de Comunicaciones.

1 Plana Mayor.1 Compañía de Teléfonos, modeló divisionario y organizada

con un tercio motorizado y resto montado.1 Sección Comunicaciones de Montaña: 1 Sección Optica; 1

Sección Palomares. (Estas 3 Secciones se agruparían paralos efectos de inst. adm. y disciplina en una Compañía).

1 Compañía de Radio, modelo divisionario y dotada con al-gunas elementos de Ejército y aparatos de radiogoniometríay escucha.

1 Compañía de Explotación.1 Compañía de Construcción de líneas permanentes.

Resumen-. 1 Batallón de Comunicaciones con 1 P. M. y 5 Com-pañías.

B).—Zapadores.

Esta especialidad del arma de Ingenieros requiere una aten-ción muy particular, pues, como dije en un comienzo, la falta deelementos en tropa ha hecho que la Oficialidad se haya ido teori-zando de tal manera que en ciertos aspectos constituye su instruc-ción un peligro latente. Esto exige la creación pronta de una Uni-dad de Aplicación de Zapadores que cuente con elementos muy su-periores a los de las unidades de tropa.


Es necesario considerar también que, fuera del problema dezapadores en Ingenieros, existe un problema de instrucción de za-padores en todo el Ejército, ya que en la actualidad, por falta deuna Escuela apropiada, no se realizan cursos de zapadores parapersonal de Oficiales y tropa de otras armas. Estos cursos seríande gran utilidad en la difusión de los principios que establecen losReglamentos de Puentes (I. y I I . Parte), Reglamento de Forti-ficación de Campaña y Zapadores para todas las armas. El cono-cimiento de estos Reglamentos, como es lógico que sea en un paísde topografía tari accidentada como el nuestro, es obligatorio paratodas las armas en general.

Los cursos de personal de otras armas se repartirían para losefectos de la instrucción práctica, en la Compañía de Zapadoresligeros y Compañía de Zapadores de Montaña.

Los Oficiales de Ingenieros y tropa de Zapadores necesitan pa-ra su correcta instrucción de dos elementos especiales básicos que,si bien es cierto, tienen muchos puntos de contacto, son en su esen-cia diferentes, pues dependen tácticamente de dos escalones distin-tos y tienen, por lo tanto, exigencias diversas. Me refiero a la Com-pañía de Zapadores a pie (ligeros divisionarios) y Compañías deZapadores Motorizados (pesados de Ejército) con sus respectivascolumnas de puentes.

En la Compañía de Zapadores ligeros se realizarían, en gene-ral, los siguientes trabajos:

1.—Construcción de puentes reglamentarios hasta 7 tonela-das, completando el material danés.

2.—Contracción de puentes de circunstancias hasta de 7 to-neladas, pero sin emplear en su construcción maquinarias.

3.—Construcción de obras de fortificación de campaña.4.—Realización de trabajos de minado.5.—Ejecución de destrucciones en ejercicios con infantería y

en la realización de planes especiales de destrucciones.6.—Trabajos de castramentación.7.—Construcción y reparación de sendas y caminos.

La columna de puentes ligeros divisionaria transportaría el ma-terial y dando movilidad a la Compañía, la liberaría de la rutinadel trabajo constante en el polígono de ejercicios. Esta columna,por ser de la Escuela, estaría dotada con un 50% de pontones y 50'%de caballetes.

La Compañía de Zapadores motorizada permitiría realizartrabajos de mayor aliento, los que en general serían los siguientes:

1.—Construcción de puentes reglamentarios de 7 a 24 tone-ladas.

2.—Construcción de puentes pesados (carreteros) con elemen-tos de circunstancias y materiales especiales de construc-ción (manpostería, betón, fierro, etc.).


3.—Ejercicios de colaboración con Ferrocarrileros (construc-ción y reparación de puentes ferroviarios, construcción deobras de arte, etc.) .

4.—Preparación de fortificaciones de gran resistencia (cons-trucción de obras modelos con betón, fierro, etc.).

Esta Compañía, igual que la anterior, contaría con una colum-na de puentes pesados tipo Ejército, pero motorizada. Como com-plemento indispensable al trabajo de esta Compañía en la Unidadde Aplicación de Zapadores, habría que considerar una Secciónmáquinas, ricamente dotada. (Grupos compresores, máquinas yherramientas para aire comprimido, martinetes a vapor, etc., etc.).

En lo que a trabajos de montaña se refiere, es necesario laCompañía de Montaña a tres Secciones con:

1 Secc. Andariveles (tipo regimentado y divisionario).1 Secc. Puentes suspendidos.1 Secc. transporte a lomo. (Daría movilidad a la Compañía

y le permitiría realizar ejercicios de montaña con mayorlibertad).

Fuera de las unidades que he ido enumerando, la Unidad deAplicación de Zapadores debería contar con una Sección Ilumina-ción con reflectores motorizados, montados y a lomo y una Secciónde Ametralladoras A. A. transportada.

Estas dos secciones, junto con la Sección máquinas, constitui-rían una Compañía mixta.

De lo anteriormente expuesto, se deduce la siguiente composi-ción de la Unidad de Aplicación de Zapadores:

Unidad orgánica: 1 Batallón de Zapadores.

1 Plana Mayor.1 Compañía de Zapadores a pie (Zapadores livianos).1 Compañía de Zapadores motorizados (Zapadores pesados).1 Columna de puentes ligeros.1 Columna de puentes pesados tipo Ejército.1 Compañía de Zapadores de Montaña, con:

1 Secc. Andariveles.1 Secc. Puentes suspendidos.1 Secc. Transporte.

1 Compañía Técnica mixta, con:1 Secc. Máquinas.1 Secc. Iluminación.1 Secc. Ametralladoras A. A.

Resumen: 1 Batallón de Zapadores con una Plana Mayor, cua-tro Compañías y dos columnas de puentes,

,


C).—Ferrocarrileros.

De esta especialidad la Escuela sólo puede tomar en su Uni-dad de Aplicación el aspecto de construcción de F. C. que es elde mayor importancia para el Ejército.

La construcción de Ferrocarriles no es una actividad sencilla;ella exige, de parte de los Oficiales y de la tropa, conocimientos es-peciales y elementos de trabajo apropiados. Con una Compañía deConstrucción se puede asegurar en el arma el mantenimiento de launidad de doctrina y se puede llegar a la realización práctica de nu-merosos ejercicios combinados de construcción con zapadores, como serestaciones de embarque, desvíos, instalaciones de parques de sec-tor, obras de arte para F. C., etc., etc. Por tal motivo, es necesa-rio considerar en la dotación de la Unidad de Aplidación de Inge-nieros, una Compañía de Ferrocarrileros de Construcción que de-pendería directamente del Cdte. del Regto.

Unidad orgánica: 1 Compañía de Ferrocarrileros de Construcción.

Sumando las organizaciones de cada especialidad, el Regto.Escuela de Ingenieros debería contar con la dotación siguiente:

Regimiento de Aplicación de Ingenieros.

1 Batallón de Comunicaciones con:1 Plana Mayor.1 Compañía de Teléfonos.1 Compañía de Radio.1 Compañía de Explotación.1 Compañía de Construcción de líneas permanentes.1 Compañía Mixta con:

1 Secc. Comunicaciones de Montaña.1 Secc. Optica.1 Secc. Palomares.

1 Batallón de Zapadores con:1 Plana Mayor.1 Compañía de Zapadores ligeros.1 Compañía de Zapadores pesados.1 Columna de puentes ligeros.1 Columna de puentes pesados de Ejército.1 Compañía de Zapadores de montaña, con:

1 Secc. Andariveles.1 Secc. Puentes suspendidos.1 Secc, Transporte.


1 Comnañía Técnica Mixta con:1 Secc. Máquinas.1 Secc. Iluminación.1 Secc. Ametralladoras A. A.

1 Compañía de Ferrocarrileros de Construcción.

Después de haber estudiado las necesidades reales de la Uni-dad de Aplicación de la Escuela de Ingenieros Militares, es nece-sario meditar lo que en el arma representa la actual Unidad deAplicación. Ella sólo constituye una esperanza para el futuro yen ella cifran muchos Oficiales el porvenir del arma. Es necesariomantener esta esperanza y planificar, desde luego, algo grande quereuna todo aquello que falta en las unidades de tropa y que tam-bién, por ahora, falta en la Escuela de Ingenieros; es necesario uni-ficar los deseos de perfeccionamiento y prosperidad y encauzarlosen un solo sentido, que partiendo de la Escuela, llegue a toda el ar-ma; es necesario que todos los Oficiales amantes de su arma y desu especialidad acepten la responsabilidad indirecta del futuro deIngenieros y busquen el perfeccionamiento de la Institución me-diante el desarrollo de la Unidad de Aplicación que, como dije enun principio, debe proporcionar con generosidad a todos los Ofi-ciales y a la planta de Ingenieros las enseñanzas prácticas queahora en muchos aspectos faltan.

Sea este trabajo una contribución para el futuro de la Escue-la, a la que tanto queremos, por lo que ella significa y por lo quedebe llegar a ser.

Conductor y conducidos.Por el Mayor del Cuerpo de Art. de Costa, Sr. Thomas R. Phillips.

Traducido de "The Infantry Journal" (Estados Unidos de N. A.)

Los comandantes de las grandes unidades de nuestro ejércitoalcanzaron en la guerra los más altos gradas sin llevar consigo másque un bagaje sumamente escaso de la observación o la experienciaadquiridas en los puestos inferiores. Habrán, sin duda, conocidosoldados profesionales y unidades pequeñas y las habrán coman-dado en los ejercicios sin riesgo del período de paz; pero la conduc-ción de los soldados ciudadanos y de las grandes unidades en elpeligro y la urgencia de las batallas, es una tarea diferente y demayor complejidad en su naturaleza. Los deberes y prácticas deloficial profesional que maneja soldados profesionales en la paz,no lo habilitan para la conducción de tropas en la guerra, sino que,según toda probabilidad, su mente recargada por las costumbres yteorías adquiridas en aquellas funciones va a bloquear el desarro-llo de cualquiera de las cualidades que como conductor de hombrespudiera poseer.

En nuestras dos grandes guerras, la Civil y la Mundial, laconducción de masas de soldados civiles fué un problema que para-logizaba a la mayoría de los oficiales. Debe observarse que la mayorparte de los más connotados jefes de la guerra Civil: Grant, Sher-man, Mc-Clellan y Stonewal Jackson, por ejemplo, habían dejadoanteriormente las filas del ejército y volvieron a él al encendersenuevamente las hostilidades. Algunos oficiales americanos, escribióel coronel G. F. R. Henderson, refiriéndose al último conflicto, lo-graron conseguir de los voluntarias un rendimiento análogo al de


las tropas veteranas; otros, que no comprendían los' prejuicios y ras-gos morales de los voluntarios, jamás adquirieron su confianza y, apesar de su capacidad en otros múltiples aspectos, fracasaron entodas las operaciones que emprendieron. Con los regulares, estoscomandantes probablemente habrían tenido buen éxito; pero conlos voluntarios rodaron de desastre, en desastre. No es suficientecolocar a éstos bajo el imperio de la ley militar, continúa el coro-nel Henderson: se requiere algo más que las normas y reglamentosque gobiernan al ejército profesional, para ganar y fortificar laconfianza de los soldados ciudadanos y mantenerlos firmes frentea todas las contingencias del peligro, de las dificultades y de laspenurias.

Hancock, uno de los afortunados comandantes de Cuerpo enel ejército de la Unión, nunca despreció a los voluntarios. Por elevidente respeto que les demostraba y su calurosa aprobación portodo cuanto realizaban con cierto, producía en ellos el convenci-miento de que los consideraba como a soldados consumados y en elmismo grado de eficiencia que si pertenecieran a su viejo regimien-to regular. El sabía con cuánta asiduidad, paciencia y buen áni-mo y con qué ansia conmovedora por imitar y aprender, los vo-luntarios de 1861 trataban de capacitarse para participar en lagran lucha; y veía que era de extrema importancia desarrollar enestos regimientos el respeto y la confianza en sí mismos y llevarlosa pensar que ellos podían realizarlo todo y se hallaban en pie deigualdad con cualesquiera otros. Pero Hancock no era un simplejefe disciplinario; él amaba a sus hombres, los comprendía por en-tero y era, por consiguiente, apto para el alto comando.

El retorno, después de la Guerra Civil, a un pequeño ejércitoprofesional, significaba una vuelta a la psicología de la conducciónexistente antes de la contienda. En la Guerra Mundial, un proble-ma idéntico nos enfrentó de nuevo en su plena fuerza imperativa;y la solución no fué feliz. Según un escritor de The American Le-gión Magazine,: "E l sistema disciplinario de nuestro Ejército re-gular es principalmente responsable del hecho de que la enseñan-za militar universal no haya llegado a formar parte de la ley delos Estados Unidos. Los hombres licenciados del servicio llevarona miles de hogares informaciones de primera mano acerca de losmétodos empleados en el ejército, métodos que mantenían vivo elperpetuo tintinear de los tacones al "cuadrarse", el incesante yfatigoso saludar, el forzamiento excesivo de la deferencia hacia losoficiales de cualquier grado, algo como una insistencia de marti-nete en la minucia de observaciones inútiles y sin sentido, y la fal-ta de frecuencia en el contacto humano, a través del trato con loshombres de las filas. Este sistema ha producido muchos buenos ad-ministradores; pero los pocos gemimos conductores de hombresque de tal sistema han emergido, lo han sido a pesar del entrena-miento a que se les sometió y no como efecto lógico del mismo".

CONDUCTOR Y CONDUCIDOS.

El problema se nos presenta de nuevo al volver a formar unejército de ciudadanos, porque de nuevo también hemos vuelto alas antiguas prácticas usadas en el ejército profesional y en la pe-queña unidad. Los reglamentos disciplinarios permanecen inalte-rables en todos sus aspectos esenciales, en relación con los de 1821,los cuales son copia de los del notable ejército campesino de laFrancia, real de 1788. En teoría, el hombre es el único elemento queno experimenta cambios en la guerra. Pero, así como la vida socialdel hombre cambia, de igual manera debe modificarse la relaciónentre el conductor y el conducido. Wellington guardó hasta sumuerte el convencimiento de que sólo por medio del azote podíaobtenerse un ejército disciplinado. Rochambeau escribió en sus"Memorias" que el azote era el nervio de toda la disciplina. Talcastigo fué prohibido en los Estados Unidos en 1813 y, esto no obs-tante, quince años después un oficial fué procesado en una CorteMarcial por haber hecho flagelar a un soldado hasta el extremo deinutilizarlo para el servicio durante nueve días. La verdad es queya no practicamos tales métodos y que en tal sentido la actitud delhombre ha experimentado evidentes transformaciones. Perman-cen, sin. embargo, otras costumbres, igualmente antiguas, igualmen-te inaplicables hoy, que menoscaban nuestro esfuerzo para condu-cir con acierto en la próxima guerra al instruido, inteligente, in-dependiente y progresista joven americano.

La guerra ofrece perspectivas no sólo al soldado ciudadano yal civil, sino también a un inmenso número de hombres. Los pro-cedimientos empleados en¡ el manejo de la Compañía durante lapaz"o los usados por los comandantes de puestos, no enseñan la cien-cia de la conducción de tropas a los oficiales que, como en un tirode catapultas ascienden de pronto a los más altos comandos. Comolo dijo Foch, refiriéndose a los jefes del Ejército francés en 1870:"Eran ellos magníficos generales en la paz, muy buenos soldadosque sabían de todo, menos de guerras"; en suma, generales abso-lutamente faltos de experiencia en manejar hombres por decenasde miles.

Los recién ascendidos a generales reaccionan según su carác-ter. El uno, que parece haberse tragado un sable, según el decirfrancés, se pasa el tiempo en inspecciones rutinarias y en el sope-samiento y repartición de los castigos; el otro se cree invulnerableen la alta cumbre de su puesto y se recluye dentro de ella como undios; otros, no evolucionan: el que fuera comandante de compañíaayer, sigue siendo el mismo como comandante de división. Unospocos, muy pocos, descubren, desarrollan y emplean la técnica dela conducción en masa y reciben, en cambio, una devoción que noreconoce límites y no se para en sacrificios.

Es fácil aminorar las diferencias existentes entre los procedi-mientos de conducción del pequeño ejército profesional y los exi-


gidos por los más vastos comandos. El término medio de los ofi-ciales no saben nada de estos distingos y, sin embargo, son elloslo que separan el éxito del desastre. En los tiempos en que los ejér-citos estén constituidos por toda la masa ciudadana y se emplee laguerra totalitaria (escribió Ludendorff), el oficial cumplirá su mi-sión sólo en el caso de que tenga una noción clara de la base sobrela cual descansan la unidad del pueblo y la disciplina. Los oficia-les de la antigua escuela carecían de estas cualidades porque laoficialidad vivía en divorcio con el pueblo. El hecho de que estosoficiales ignoraran el modo de pensar del pueblo y conocieran so-lamente los principios monárquicos y nacionales, fué una conse-cuencia de las condiciones predominantes de aquel tiempo. Pero elresultado de la guerra evidenció de modo claro que esto no era su-ficiente.

En Francia, después de 1870, cuando la nación adoptó el sis-tema militar obligatorio, se necesitaron veinte años, dice el Gene-ral Tanant, para que el ejército modificara sus métodos en la con-ducción de tropas concordándolas con la mentalidad del soldadociudadano. Fué necesario que transcurrieran quince años para que.esta conducción, en su forma ilustrada, paternal y efectiva, se ge-neralizase en el ejército francés. En nuestro propio ejército tenemosel problema enormemente difícil y apenas comprendido de realizareste mismo cambio pocos meses después del estallido de otra gue-rra. Si fracasamos, el ejército volverá a merecer y a recibir el odióde sus propios soldados cuando se reintegren a sus hogares y ten-gan que luchar durante años contra una antipatía imposible decomprender.

Existe una técnica en la conducción de los altos comandos, lacual puede, en cierto grado, ser adquirida por todos. Al alcanzarel puesto superior, termina el proceso educativo del jefe. El gene-ral debe actuar con la personalidad y el carácter de que se hallaactualmente dotado. Pero aun entonces, en el momento último, ne-cesita robustecer su preparación con un estudio técnico de la con-ducción de tropas que le sirva de guía en el dominio cuya explo-ración inicia. Si carece de esa técnica, fracasa y la próxima guerrase resentirá de sus fracasos. Los grandes jefes del pasado desen-volvieron sus métodos a través del ensayo y del error. Políticos detodos los tiempos han aprendido la técnica de conducir a los pueblosmediante análogo proceso. El conductor en la guerra moderna nodispondrá de tiempo ni de oportunidad; pero los psicólogos de hoyhan descubierto que el problema de la conducción de masas y losmétodos que tal conducción requiere, han dejado de ser el secretodel genio ocasional.

Existen muchas definiciones acerca del conductor y del artede conducir. Acaso sea la más clara aquella que limita la funcióndel comando directivo a la esfera moral en el ejercicio del comando.

CONDUCTOR Y CONDUCIDOS. 383

Tal ejercicio se refiere a estos puntos:Dirección.—La imposición, mantenimiento y dirección de la

unidad moral en forma que responda a nuestros fines, en analogíacon la definición que hemos dado sobre la eficiencia;

Generalato.—La dirección táctica o estratégica de las ope-raciones ;

Manejo.—Funcionamiento, administración y supervigilanciadel Estado Mayor.

Muchos substitutos de la conducción de tropas actúan con éxi-to en tiempo de paz. Un buen administrador puede, en la línea quele es propia, ejercer facultades de comando sin aproximarse jamása las cualidades requeridas por el conductor. El temor al castigoes efecivo en la paz; en la guerra, puede la prisión librar de unasentencia de muerte. La vigilancia, en la paz, puede llevarse has-ta el extremo de captar las más mínimas infracciones de la unifor-midad; en la guerra, la batalla es puesta en manos de los jefes su-balternos. La vigilancia y el castigo, funciones primordiales delbuen funcionamiento y substitutos de la conducción en tiempo depaz, no son aprovechables o son sólo de uso parcial en la guerra.El oficial profesional hace actuar con suma frecuencia, en tiempode paz, a estos substitutos que en la guerra, puede decirse, le estávedado emplear.

La conducción es la función de más alta importancia en el ejer-cicio del mando. La dirección táctica y estratégica y la administrarción, vigilancia, etc., pueden, aun en vasta escala, ser confiadas aun competente Estado Mayor; pero los ojos de los hombres esta-rán siempre vueltos hacia arriba y no hay entidad alguna que pue-da en aquella misión reemplazar al Comandante. "La técnica y latáctica, dijo Foch, son del resorte de los Estados Mayores; pero esel jefe mismo quien debe suministrar el espíritu y la moral". Yañade que no le son suficientes ni la clarividencia ni la energía sicarece del poder necesario para transmitir a su comando el mismoespíritu que a él personalmente le anima. Debe conocer a sus hom-bres, amarlos y mantener entre ellos y él mismo esa confianza mu-tua que es más indispensable en un ejército nacional que en unejército profesional.

Los jefes militares se hallan comprendidos en tres clases prin-cipales :

(1) El Jefe Institucional que ejerce su control por virtud desu rango o de su posición, esto es, por el prestigio establecido y laautoridad legal inherente al cargo que desempeña. Todos los ofi-ciales del ejército son jefes institucionales.

(2) El Jefe del Pequeño Grupo, el cual actúa sobre los indi-viduos. Se halla representado en el ejército por los capitanes, te-nientes y suboficiales.


(3) El Jefe de Masas, que impresiona y domina por su carác-ter, su comprensión y su capacidad para modelan y controlar lasmentes de vastas agrupaciones sin tener íntimo contacto personalcon ellos. Desde los comandantes de regimiento hasta los de la másalta jerarquía, todos deben poseer las características anotadas.

El jefe institucional expide órdenes en uso de su autoridad le-gal y espera que sean obedecidas por imperio de la ley. Su supe-rioridad moral reside en su rango y posición, no en sí mismo. Re-vestido de aquellas facultades, puede mantenerse y organizar ungrupo totalmente coherente cuidándose, sí, por exigencias psicoló-gicas", de ser puntilloso en materia de vestidos, de instrucción y dis-ciplina, en una palabra, en todo aquello que pueda constituir unsímbolo de obediencia a su autoridad. De esta manera, un hombrefalto de las cualidades personales necesarias para dominar o com-prender a sus subordinados, puede ocupar la posición de conduc-tor de tropas y obtener un éxito considerable, a lo menos en la paz,siempre que reconozca sus propias limitaciones y sepa, cómo adap-tar a ellas los métodos que ponga en juego.

La conducción institucional es un sistema que substituye elprestigio de la posición por el prestigio de la personalidad; es algoque está implícito en el ejército profesional y que permite el cam-bio frecuente de los jefes conductores sin que ello irrogue daño al-guno a la organización. En el ejército del tiempo de paz no haymedio alguno que permita seleccionar a los conductores de masasy de ahí la necesidad de crear un sistema de conducción. Desgra-ciadamente el sistema no sólo fracasa cuando se aplica a la forma-ción de tales conductores, sino que, por otra parte, hasta pareceimpedir su desarrollo. El más perfecto conductor institucional esla antítesis del conductor Se masas, el cual debe ser convincente yoriginal y hallarse dotado de un alto grado de iniciativa. Por lasfacultades que le son propias, es una verdadera espina clavada enel costado de muchos conductores institucionales que predominanpor su jerarquía. La conducción institucional, camino de su de-cadencia, alimenta los aspectos más inferiores de la vida militar, co-mo el tintineo de los espolines al chocar de los tacones y demás va-nas superficialidades a que anteriormente nos hemos referido.

El conductor de pequeñas grupos trata con sus hombres enforma individual y se concentra en la psicología del individuo.Dados el conocimiento y el deseo de comprenderlos y cuidarlos, elproblema de ganar su confianza y adhesión es de solución sencilla.En estrecho y diario contacto con ellos, dispone de todas las opor-tunidades para demostrarse digno de su confianza y dotado de lasuficiente capacidad para conducirlos. Pero, a medida que los añostranscurren, va acumulando en su cerebro una serie de ideas y demétodos que, destinados a girar en torno de las actividades del re-ducido grupo que comanda, pueden, si la acumulación persiste,

CONDUCTOS Y CONDUCIDOS 385

serle activamente pernicioso el día que llegue a los escalones supe-riores del comando. Hemos conocido viejos oficiales que nuncahan podido desprenderse de los intereses y los métodos del coman-dante de compañía.

La conducción de masas en sí misma no tiene nada de nuevo;es la exploración psicológica de la mentalidad de la masa y la in-vestigación encaminada a elaborar métodos por medio de los cua-les pueda aquella ser debidamente influenciada. En algunas na-ciones la propaganda encadena pueblos enteros a su voluntad ac-tuando sobre la psicología de las muchedumbres. Todos los gran-des jefes militares y políticos han sido conductores de masas capa-ces de despertar la devoción y el entusiasmo de sus prosélitos y porellos fué que se forjó la máxima de que el conductor nace, pero nose hace. Sin embargo, como ocurre con otros proverbios demasiadosimplistas, éste encierra sólo una parte de la verdad, porque los psi-cólogos modernos" han hallado la manera de hacer una ciencia deeste tipo de conducción y describir una técnica que sirva de basea su desarrollo, con el éxito que ya innegablemente alcanza en elcampo de la política. Y, así, estos métodos han pasado a ser apro-vechables por todos aquellos que posean la inteligencia necesariapara emplearlos. Con los enormes ejércitos que hay día, com-puestos en su mayor parte de civiles, tales métodos son esencialesen la conducción de la guerra.

La conducción institucional y el tipo institucional de discipli-na, han obtenido en el pasado éxitos admirables con los ejércitosprofesionales. Producen halagadores resultados en el ejército depaz, porque entonces tenemos tiempo para cambiar las normas ha-bituales de nuestros hombres y condicionarlas dentro de los idealesy orgullos propios del soldado profesional, al paso que, tratandosedel ejército nacional, de apresurado entrenamiento, no existe ma-terialmente oportunidad para encuadrar su carácter dentro de lospatrones requeridas, la despiadada tentativa de obtener tal fin enun período demasiado corto y con un núcleo demasiado pequeñode profesionales exhibidos como ejemplo, engendra temor, resis-tencia, odio y sospecha. Toda la buena fe y el ansia del soldadopor aprender, puede convertirse en cinismo y desconfianza, si ensus tramos iniciales se ve sujeto a un comando que parece no te-ner otro objeto que el de oprimirlo dentro de un marco de mil pe-queñas restricciones. Fué nuestra mal inspirada conducción insti-tucional la que creó la desconfianza del sistema militar en nuestroEjército durante la Guerra Mundial y la que hasta hoy mantieneen divorcio a la comprensión ciudadana de los delicados ideales yaltos propósitos que aquel sistema perseguía.

El conductor de masas debe conocer la mentalidad de sus hom-bres. El conocimiento de la psicología allanará su labor; pero, más

M. del E. 6.


que tal conocimiento, la comprensión que deriva del contacto conellos y de la simpatía recíproca. Los viejos psicólogos se imaginabanla mente fraccionada en dos partes: una consciente y la otra ins-tuitiva, y llegaron a anotar gran número de instintos. El psicólogoanalítico admite una base instintiva y, además, un inconsciente po-blado de fijaciones y complejos que él cree ser la llave de muchasde nuestras acciones. Los que investigan las causas determinantesde nuestros actos, niegan la existencia de los instintos y llaman alinconsciente lo no "verbalizado", ampliando así sabrosamente elcampo de sus disputas. Pero, al margen de los desacuerdos de lospsicólogos respecto al origen de los impulsos de la conducta huma-na, todos ellos convienen en que el hombre está caracterizado porciertos modelos o normas de conducta. En nuestro esfuerzo porinutilizar las tendencias humanas universales, importa poco quelas creamos reacciones de normas heredadas o las consideremos co-mo reacciones de normas aprendidas.

En sus métodos para influenciar al subordinado, el conductorreune en grupos las tendencias predominantes de los individuos.En el nivel inferior se hallan los grupos condicionados por el ape-tito y el instinto; en el nivel más alto, los grupos se basan en elinterés, el sentimiento y los ideales. Estas agrupaciones no son ne-cesariamente de orden físico, esto es, no forman multitudes pro-piamente dichas. Los doce mil oficiales del ejército son sólo ungrupo de "intereses y de ideales". El grupo una vez formado tie-ne, todo él, una mentalidad definida, común a todos sus compo-nente. En Psychology and Leadership se hallan anotadas las ca-racterísticas del grupo o sus instintos de rebaño, como ser: intole-rancia de todas las opiniones que difieran de las de la agrupación;temor a la soledad; afinidad en todos los hábitos y costumbres delgrupo; sujeción a las opiniones del rebaño; susceptibilidad para laconducción; subordinación de sus relaciones con el compañero alhecho de que éste sea reconocido como miembro del conjunto y al-to poder de receptividad sugestiva. Todas estas característicaspueden y deben ser utilizadas por el jefe.

Su primer problema estriba en desarrollar la unidad y el sen-timiento de grupo. Puesto que el hombre es, instintivamente, unelemento de rebaño, la formación de la fidelidad es cosa sencilla:Que los poseedores de un fondo cultural común vivan juntos yorienten su trabajo hacia un fin común y automáticamente se iden-tificarán con el grupo; y si a esto se añade la identidad del uni-forme, ciertos modos de decir, peculiares a todos, ciertos ideales ysímbolos como el saludo militar, la insignia militar, las tradicionesmilitares, etc., la solución será completa. "La fama histórica decualquier cuerpo militar, escribió Hindenburg, es un lazo de uniónentre todos sus miembros, una especie de cemento que se mantie-ne compacto, aun en los tiempos de más ruda prueba". El proceso

CONDUCTOR Y CONDUCIDO. 387

se acelera con la instrucción, los desfiles y las paradas. En losejércitos modernos el valor primordial de esa instrucción descan-sa en el desenvolvimiento del espíritu de grupo: ahí está el secre-to de toda la magia. El tipo de obediencia y disciplina enseñados,tienen actualmente escasa aplicación en el campo de batalla. Cuan-do los hombres han permanecido mucho tiempo en las líneas y sehallan consecuentemente, desorganizados, ningún otro método igua-la al de la instrucción en orden cerrado para restablecer el espíri-tu de grupo. El es el símbolo visible y a la vez la realidad del gru-po en acción trabajando de consuno con todos sus miembros y to-dos sus jefes.

Puesto que el grupo de soldados no es una organización natu-ral, sino formada deliberadamente con una finalidad determinada,debe dotársele de intereses, de sentimientos y de ideales que lessean propios, los cuales, por otra parte, corresponden a las virtudesheroicas del soldado: patriotismo, lealtad, orgullo, obediencia, va-lor, sacrificio de sí mismo y disciplina. En el ejército profesionalestos ideales tienen su continuidad. El los, más bien que deliberada-mente implantados, son absorbidos y, así, el proceso es lento. En elejército ciudadano deben ser intencional y conscientemente incul-cados; si no lo son, deben entonces reemplazarse por la disciplinade hierro de la autoridad legal. Se define la disciplina como el con-trol ganado por el forzamiento a la obediencia. Pero ¡cuánto másdeseable y más sencillo es dar al saldado ideales propios de su gru-po, de manera que la autoridad emane del fondo de los hombresmismos y éstos obren más bien por la moral que por la disciplina!

Un general americano, en la Guerra Mundial, cuando era to-davía coronel y comandante de cierta unidad del Ejército. Regu-lar, reunía a menudo sus tropas para hablarles. Desglosada de losanales de su regimiento, les narraba la historia de una acción he-roica en la batalla y en seguida preguntaba: "¿ A quién debemosatribuir esta victoria? ¿Quién merece en realidad tal galardón?"Y la respuesta fluía del convencimiento de algunos: "El soldadociudadano, señor". Seguían a continuación otras preguntas, perotodas premeditadamente destinadas a provocar el mismo tipo derespuestas. Y era así como el jefe desarrollaba los sentimientos deorgullo y de importancia de sus hombres y su responsabilidad in-dividual en los triunfos que esperaba de su regimiento. Este pro-cedimiento, caro, por lo demás, a su corazón de comandante, don-de no cabía la insinceridad, a pesar del aparato deliberadamenteteatral que imprimía a sus reuniones, fué siempre por él recomen-dado con especial relieve. Era así como implantaba los ideales ensu grupo, y lo que sus tropas realizaron más tarde en el campo debatalla evidenció las excelencias de tal método.

Este método era el de la sugestión. Cada soldado, dentro desí mismo, esperaba ser tan heroico como los ejemplos que su coro-


nel citaba; y lo fué efectivamente en el momento de la prueba. Lacualidad que vigoriza en el jefe este poder de sugestión es la bue-na fe: cualidad emocional que se transmite de espíritu en espíritu.La afirmación constante y la repetición de los ideales produciránsólidos arraigos si se ejercitan con sinceridad. La razón y el dere-cho tienen escasa influencia comparados con la buena fe. Ella fuéy no la lógica la que dió a Huey Long la posición que ocupó y elsitio que mereció en el corazón de sus subordinados. El coman-dante que deje de hacer uso de la Sugestión y de la afirmación,descuidará una de las primordiales herramientas de la conducción.

El orgullo y la confianza del grupo en la capacidad del con-junto se desarrollan a través del éxito alcanzado por él mismo; pe-ro este logro debe ser razonablemente gradual. La confianza en símismo de un regimiento de soldados bisónos puede arruinarse poruna marcha que exceda a su capacidad. "Las exigencias inalcan-sables perjudican la confianza en los jefes y hacen bambolear el es-píritu de las tropas". El jefe que no conoce el coeficiente de re-sistencia de su grupo y le exige esfuerzos que superan a sus posibi-lidades, destruye su moral.

"Ningún hombre es más valiente que Yessoutai, dijo GenghisKhan, nadie está dotado de más raros dones; pero como las mar-chas más largas no lo cansan y como no siente ni hambre ni sed,creí que sus oficiales y soldados no experimentan tampoco tales ne-cesidades. Y ésta es la razón por la cual él no es apto para el altocomando". Y respecto al fracaso de Sir John Moore, en análogosrespectos, Wellington dijo: "El era tan bravo como su propia es-pada, pero no sabía qué era lo que el hombre podía o no podía ha-cer". Los reglamentos del servicio de campaña francés son explí-citos en el sentido de que la capacidad de las tropas bisoñas debeser calculada prudencialmente y que debe ser protegida enérgica-mente. En la Guerra Mundial, nuestro Gran Cuartel General su-po apreciar la importancia de lo que dejamos dicho.

En el avance del 28.º de Infantería sobre Cantigny, el primerataque netamente americano, no se dejó a la. casualidad resquicioalguno de un posible fracaso. La operación fué ensayada sobre unterreno similar a retaguardia. El éxito esperado era de carácteresencial, no sólo desde el punto de vista de la moral del regimien-to, sino también para acentuar la confianza en la totalidad delejército americano. Las mismas razones tuvo Chaumont para en-viar a la batalla hombres parcialmente entrenados. Un fracaso enlas comienzos habría sido desastroso para la moral de los hombres.En Saint Mihiel se registró el caso análogo de no dejar nada a lascontinencias del azar.

Un ejemplo clásico de los medios empleados para desarrollarel orgullo de grupo es la exposición hecha por un coronel alemán,que fué capturado, y que apareció en órdenes expedidas más tardea toda la Primera División en el frente:

CONDUCTOR Y CONDUCIDOS 389

"Recibí orden de conservar mi puesto a toda costa (dice). Elfuego concentrado de la artillería cayó sobre mi posición, en unaacción maravillosa de sus cañones. Era tan densa la cortina de Susdisparos, que nos era imposible movernos de nuestros abrigos sub-terráneos. Inmediatamente detrás seguía la infantería de la Pri-mera División forzando el avance y comprendí entonces que todoestaba perdido... Lo sabía ayer que la mencionada División meenfrentaba y sabía también que ello significaba para nosotros lalucha más dura de la guerra. Esa Primera División es maravillo-sa y el Ejército alemán lo Sabe bien. No creíamos que en un lapsode cinco años los Americanos hubieran podido formar una Divi-sión como la Primera. Tanto la obra de su infantería como la de suartilleria.es digna de los mejores ejércitos del mundo".

La uniformidad con que se distribuye la alabanza entre la in-fantería y la artillería nos induce a creer que la exposición del co-ronel alemán ha experimentado modificaciones antes de darse a lapublicidad, porque, en rigor, no es muy verosímil que el originalcontenga tales conceptos; pero lo que se hizo conocer a nuestrastropas era la que ellas necesitaban creer y, procediendo de un ene-migo, ello adquiría insuperable valor. Uño puede imaginarse losredoblados esfuerzos que tales tropas debían desplegar en lo suce-sivo para mantenerse a la altura de esa reputación ganada al otrolado de la línea.

Pero, así como las órdenes inteligentes y oportunas pueden lle-var la moral a su más alto grado, las que carecen de tales caracte-rísticas pueden deprimirla, como lo comprueba el siguiente extrac-to que, a guisa de ejemplo, damos de la orden de una División.Esta unidad, mantenida en el frente durante el primer mes, habíacombatido bravamente; impertérrita, había sufrido más de quinien-tas bajas y se hallaba orgullosas de sus éxitos:

2.—La naturaleza del servicio que la División va ahora a rea-lizar, exige el imperio de la disciplina más absoluta y. el manteni-miento de un "standard" de eficiencia que supere a todo cuantohasta la fecha se ha exigido de nosotros.

3.—De hoy en adelante, las tropas de este comando se manten-drán en toda ocasión bajo el régimen de la más rígida disciplina,tanto en el campo como sobre la marcha, lo cual es esencial a sumáximo de rendimiento en el día de la batalla.

4.—Esta orden será leída por los diversos comandantes a loshombres de sus unidades.

Por orden de

Oficial Jefe de Estado Mayor.¿ Cómo recibirían las tropas esta orden ? Naturalmente, era ella

una reprensión de parte del comandante de la división. Para hom-bres que creían, sin duda, haber actuado maravillosamente, ¿ qué sig-nificaba aquello de '' rígida disciplina ? Probablemente ponerse en


posición de atención y saludar en cada media vuelta. Y, lo que esoshombres necesitaban y merecían era la alabanza de su jefe, porquese habían desempeñado bajo nuevas y terribles condiciones. Si al-guna laxitud en la severidad de la disciplina se había producidocomo resultado de la permanencia de un mes en la línea del fren-te, ella podía rápidamente restablecerse en un corto período de ins-trucción de conjunto. La ausencia de comprensión, por parte delgeneral, del estado de espíritu de sus hombres, podía haber que-brantado la moral de toda la división. Y esto, simplemente, porno saber hallar el camino que conduce al corazón del Subalterno.

En contraste con la anterior puede colocarse la orden del ge-neral Mangin a los Americanos de su comando, en julio de 1918:

Oficiales: Suboficiales y Soldados del II. Cuerpo de Ejército delos Estados Unidos:

Hombro a hombro con vuestros camaradas franceses os habéisarrojado a la batalla en la contra-ofensiva iniciada en 18 de julio.

Fuisteis a ella como a una celebración.Vuestro magnífico valor sorprendió y desconcertó al enemigo

y vuestra tenacidad indomable detuvo la ofensiva de las divisionesde refresco.

Os habéis ganado la admiración de vuestros hermanos de armas.Camaradas Americanos, os estoy agradecido por la sangre que

habéis derramado en el suelo de mi país y me siento orgulloso dehaberos mandado en tales días y de haber combatido con vosotrospor la liberación del mundo.

Mangín.

Debe observarse, además, quería orden precedente estaba fir-mada por Mangín; por el más alto comandante mismo y no por elcomandante Tal o Cual, como el jefe de Estado Mayor y otro en e1carácter de oficial para diluir más, si cabe, el valor de lo que de-bía ser una personal comunicación del jefe. No contenía ni siquierra el párrafo habitual y típico de que fuera leída a las tropas.

Pueden registrarse las páginas; de la historia, las órdenes ge-nerales de Napoleón y las oraciones de los antiguos y no se halla-rá un mensaje más hermoso, más directo y varonil que el expedidoa la Primera División el 29 de octubre de 1918. Esta unidad ha-bía sufrido más de siete mil bajas entre el 4 y el 11 de octubre.Las tropas habían esperado pasar un mes en una zona de descan-so ; pero recibieron orden de volver para tomar parte en la batalladel Meusa-Argona:

"Memorándum para los Miembros de la 1.º División.

Conviene tener presenta en toda ocasión y especialmentevíspera de las operaciones activas lo siguiente:


1.—Que nosotros formamos la primera división de asalto.2.—Que en cuatro diversos campos de batalla siempre nos lie-

mos apoderado de los objetivos que se nos han asignado.3.—Que nos hemos abierto paso a través de las mejores tropas

alemanas en un total de treinta kilómetros y no hemos cedido ja-bas ni una pulgada de terreno al enemigo.

4.—Que por cada prisionero nuestro, le hemos tomado más decien a los alemanes.

5.—Que el record anterior se ha debido al orgullo y espíritude cada uno de los miembros de la División, el cual, desde el sitioque le ha sido individualmente asignado, ha dado a su país la to-talidad del esfuerzo de que eran, capaces su corazón, su talento ysu resistencia física".

Todos los hombres necesitan y buscan un jefe al cual instinti-vamente entregarle su confianza, su respeto y su afecto. El coman-dante que, por su actuación, genera dentro de su grupo la des-confianza y el disgusto, ha realizado casi un milagro de falsa con-ducción. El hecho de que esto ocurra tan a menudo no indica quesea difícil evitarlo, sino que revela la falsedad fundamental exis-tente en muchas de nuestras concepciones sobre la ciencia de laconducción. " la adoración por el héroe es la raíz profunda de don-de brota todo. Ningún sentimiento más noble que esta admiraciónpor nuestros superiores puede radicar en el corazón del hombre, haescrito Carlyle. El constituye hasta hoy, y así lo será siempre, lainfluencia más vivificante de su vida".

Hay una vieja norma de conducta que el jefe debe considerar co-mo hecha sobre medida para él mismo: en la niñez, el ser humano sevuelve hacia el padre en busca de cuidado y de solaz. Este deseo portener un superior a quien recurrir, no se extingue jamás. Tan pron-to se expresa en la devoción hacia el héroe, como en la búsquedaconstante de un guía, como en la fe hacia el mesías político o, comoen el ejército, por el amor y la dedicación hacia los superiores ca-paces de comprender y de llenar esta necesidad humana. Muchossoldados han arriesgado su vida para proteger a un jefe que lesera querido. Las tropas de Lee abogaban ante él para alejarlo delpeligro y uno de los medios más eficaces de Napoleón para enva-lentonar a sus hombres consistía en amenazarlos con lanzarse alcombate a la cabeza de sus regimientos. Bandera en mano cargóen el puente de Arcola frente a sus granaderos, así como otras ve-ees, y sólo a petición de sus soldados, abandonaba los sitios peli-grosos. En el vivac de Austerlitz les anunció: "Soldados, me man-tendré lejos del fuego si con vuestra bravura acostumbrada lle-vais el desorden y la confusión a las filas enemigas; pero, si porun instante la victoria es incierta, veréis a vuestro Emperador ex-ponerse personalmente a los primeros golpes".

El problema a resolver por el jefe militar consiste en obtenerse centralice en él esa oculta tendencia de adoración al héroe, su-


ministrando a sus hombres el cuidado que han menester y siendopara ellos el guía reclamado por el humano instinto, asociándose ala imagen de los propios padres y atrayendo hacia sí análoga fi-delidad y homenaje. El primer paso debe ser el cuidado incansa-ble por sus subordinados. "El oficial debe igualmente abrirse ca-mino hasta su corazón y ganar su confianza por medio de 1a com-prensión de sus sentimientos y pensamientos y por una incensantevigilancia de sus necesidades".

Nuestro Manual for Camlmanders of Large Units Subraya asi-mismo la importancia de tal actitud: "Su primer objeto debe serasegurar el amor y adhesión de los suyos mediante un constantedesvelo por su bienestar. La devoción que deriva de estas atencio-nes no reconoce límites y lo inviste del poder suficiente para exi-girles prodigios de valor en el día de la batalla".

Ño hay incompatibilidad alguna entre tal conducta y la obli-gación de cumplir con los deberes más arduos y peligrosos, ni seopone a las exigencias de la disciplina más rígida y llevada al másalto extremo de severidad. El amor y el cuidado, por un lado, y elcumplimiento del deber y la disciplina por el otro, deben marcharbrazo a brazo.

Es un problema difícil para el jefe de los grandes comandosel ponerse en conexión estrecha con sus inferiores. Debe para elloformar pitaes deliberados y crear ocasiones que le permitan com-partir sus peligros y privaciones. Esto requiere, además de la prác-tica, el montaje de cierta maquinaria teatral y es cuestión absolu-tamente diferente del problema que confronta al jefe de los pe-queños grupos, siempre en diario contacto con sus hombres.

Ni aun Napoleón poseía las capacidades innatas al conductor.El mariscal Marmont ha declarado que el ejército de Italia no sólolo acogió con desconfianza, sino que hasta lo miraba con irrisión, ysus primeros esfuerzos para arengar a sus hombres sólo provoca-ban su risa. Tuvo entonces que aprender a pulsar las cuerdas y loconsiguió; no había transcurrido mucho tiempo y ya aquellos llo-raban de coraje al escuchar sus reproches. Nunca hubo un generala quién se escuchara más religiosamente. Cuando hablaba, y estoera frecuente, el entusiasmo de sus tropas alcanzaba límites insu-perables. Reunidos en torno de sus proclamas y órdenes del día,se las aprendían de memoria. Hacía vibrar las cuerdas emociona-les, pero siempre con palabras de acción: nada de vanas retóricasni de discursos de fantasía y, sobretodo, nada de pomposidades.Siempre que le era posible explicaba a sus soldados sus intencio-nes y maniobras e incansablemente, era frases como la siguiente,les confirmaba su afecto: "Mis soldados son mis hijos".

Ningún general del ejército de la Unión recibió una devociónmás ilimitada que McClellan. El forjó el ejército con el cual Grantganó la Guerra Civil, organización maravillosa que siempre res-pondió a las exigencias de todos los comandantes que en rápida su-


cesión le siguieron, sin contaminarse con las derrotas que habíanarruinado a la mayor parte del resto de las fuerzas. Leyendo lascartas de Henry Sproul, puede tenerse una idea de los métodosque empleaba. El 5 de junio de 1862, después que su regimientohabía estado en acción, Sproul escribía a los suyos: "El generalMc Clellan nos ha enviado sus agradecimientos diciéndonos que sireanudamos la lucha él volverá a estar en el acto con nosotros''.Así procedía con todo su ejército; se mezclaba entre sus hombres,se esforzaba por alimentarlos debidamente y organizarlos en formade darles la seguridad de que saldrían siempre victoriosos. Seis se-manas más tarde, después de la retirada hacia el sur de la Penín-sula, Sproul volvía a escribir:

"Supongo que el pueblo culpa a Mc Clellan, cuando no debie-ran culpar a nadie, sino a sí propios. La falta fué de ellos que nole enviaron los refuerzos que pedía y que tan angustiosamente ne-cesitaba. Pero no: lo abandonaron junto con sus hombres entregán-dolos al destino de ser muertos por fuerzas enemigas verdadera-mente abrumadoras. Me impongo por los diarios de la grita quepide su retiro. Este sería el medio de acabar la destrucción delejército, porque no hay aquí un solo soldado que no lo ame más quea su propia vida, ni uno que no se sienta desoso de perder esa Vi-da por él. Si el general es llamado, creo que se producirá un mo-tín en el ejército".

La aparición personal ante las tropas puede acompañarse a ve-ces de procedimientos tan desacertados, que tienen que producirreacciones necesariamente desfavorables. Estos fracasos se deben in-variablemente a la incapacidad del jefe para comprender al solda-do. A uno de nuestros' mayores generales en Francia se le ocurrióque sus hombres debían saber quién era él. Las tropas, en marchahacia el frente, atravesaban a la sazón cierta aldea bajo una llu-via torrencial. El general, acercándose a un balcón que flanquea-ba la ruta de marcha, adoptó una pose digna de su rango. Nadie,empero, le prestó la menor atención. Gritó entonces: " ¡ Soy el ge-neral Tal!" Pero nadie pudo oírlo ni tampoco reconocerlo. Los sol-dados sólo vieron en el balcón a un ser uniformado que agitabalos brazos y parecía decir algo. Se alzó, naturalmente, una griteríaen dirección a él, la cual se extendió, sin mayores incidencias, a lolargo de la columna. No hay para qué decir que más tarde, cuan-do se identificó la figura del balcón, ningún prestigio hacia elladespuntó en el corazón de sus subordinados.

Hubo en otra ocasión cierto general que anunció una visitade inspección a una brigada. La revista se había fijado para las7 A. M. y algunos de los hombres tuvieron que abandonar sus alo-jamientos, a 20 millas' de distancia, para hallarse listos a la horaprefijada. Sonaron las 7 y . . . ningún general; y la lluvia seguíacayendo. Llegó el mediodía y . . . ni sombra del general; y los co-mandantes subalternos que sentían por el ausente un verdadero

MEMORIAL DEL EJERCITO

terror, se negaban a permitir que sus soldados abandonaran las fi-las para comer. A las tres de la tarde, un ayuda de campo, trepadoen una motocicleta que chapoteaba y se hundía en el barro, llegóal fin con el anuncio de que el general había venido y se había mar-chado. Todos los hombres que integraban aquella unidad, guar-dan todavía un, odio inextinguible, tanto por ese general como porel ejército mismo. El objeto de la visita no era sólo el de inspec-cionar las tropas, sino el de proporcionar a éstas la oportunidadde ponerlas en contacto con el conductor que tanto ansiaban cono-cer ; pero éste fracaso en sus dos aspectos, destruyendo la confian-za y el afecto de sus subordinados.

Podemos también considerar aquí las influencias que produceel traje del comandante. Durante la paz, estamos siempre inclina-dos a atribuir excesiva importancia a su apariencia externa.

Pero, en rigor de verdad, ¿ qué es lo que ella importa ? El ge-neral Grant nunca tuvo más de una levita a la vez, a la cual queríacomo a su viejo amigo. Prefería mandarla confeccionar en formade poder usarla indistintamente por el derecho o por el revés y has-ta no agotarla por sus dos fases no se desprendía de ella. No se lehubiera distinguido, a no ser por su insignia, de un reservista decaballería. Mangin que pasaba en las trincheras desde el amane-cer hasta el mediodía, se exhibía siempre inmaculado. Al subir alfrente, evitaba las trincheras de comunicación y caminaba a plenocampo para no mancharse el uniforme. Contrastando con él, Pé-tain, de ordinario, se cubría sencillamente con un capote de solda-do. El siguiente encuentro entre ambos, cuando los dos eran co-mandantes de brigada en el tiempo de la retirada de Bélgica, mues-tra las diferencias de sus hábitos. Preparándose para comer a ori-llas de un camino. Pétain, bamboleante de fatiga, extrajo de unsaco de papel, un trozo de carne fría, un poco de pan y un pedazode queso. El pulcro Mangin, por el contrario, extendió un pañosobre una mesa improvisada y colocó sobre ella un filete calientede buey, papas frías, ensalada y una ¡botella de vino. "¿Cómopuede usted hacer todo eso " ? — interrogó Pétain. " ¿ No sube queestamos en guerra?" "Esa es, precisamente, la (razón por la cualnecesito estar bien alimentado", respondió Mangin. He estado enla guerra toda mi vida y jamás me he sentido mejor que ahora.Usted ha estado combatiendo quince días y está casi muerto. Sigami consejo y aliméntese decentemente''.

Pero, después del fracaso de la desastrosa ofensiva de abril de1917, última gota de agua que hizo desbordarse el vaso y transfor-marlo en motín, fué a Pétain hacia quien la Francia volvió losojos para restablecer la disciplina. Merced a su paciencia, a su in-teligencia, a su bondad y a su profundo conocimiento del corazónhumano, el orden fué restaurado en corto tiempo. Atacó la verda-dera causa del mal, poniéndose en estrecho contacto con los hom-bres, hablándoles y demostrándoles con actos de juiciosa organiza-

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ción, que todos encontrarían apoyo moral en él. Los poilus lo com-prendieron en el acto y le entregaron su corazón.

También Napoleón dramatizaba su aspecto ante sus hombres,vistiendo los atavíos del simple soldado, al paso que a su alrededorformaban su Estado Mayor y sus mariscales cubiertos de bordadosy galones de oro. Cuando aparecía con su levita gastada y el legen-dario y pequeño sombrero en la cabeza, destacándose por una de-liberada y exagerada, sencillez, cobraba ante sus tropas el aspectode un héroe de la antigüedad. Es lo que está dentro del corazóndel jefe y no el revestimiento externo de su persona, lo que despier-ta ]a devoción del subordinado. Georges Bonnet, actual Ministrode Relaciones Exteriores de Francia, escribiendo desde las líneasde batalla en 1915, acerca de los motivos que impulsan los actos deverdadero heroísmo, decía: "Este obra, porque adora a su familiay por ella quisiera llegar hasta la gloria; aquél, porque se hallaentre camaradas de la misma aldea y no ha de abandonarlos a nin-gún precio; un tercero, porque tiene un buen comandante que hasabido como hacerse comprender y donar".

El jefe de los grandes comandos debe convertirse, para el es-píritu de sus hombres, en parte integrante de su grupo, identifi-cándose con sus actividades. El político elegante organiza campa-ñas para obtener el voto del campesinado, se viste desordenadamentey se exhibe sin corbata, identificándose con el agricultor y demos-trándoles de este modo su derecho a ser su representante. El jefemilitar hace lo mismo, bien que en un plano de mayor altura. De-be exhibir las cualidades que exige de sus soldados: valor, forta-leza, lealtad y disciplina. Y sí, además de esto, participa de sus pe-nurias y peligros, recorre de golpe dos tercios del camino que lossepara de su corazón. Debe también, y deliberadamente, dar prue-bas de su valor, provocando las oportunidades o aprovechándolastan pronto se presenten. El cuadro favorito de Grant, durante laGuerra Civil, era uno en el cual Se veía sentado sobre un tronco,fumando un cigarro y escribiendo tranquilamente un despachomientras las granadas estallaban a su alrededor. Próximos a él, dossoldados decían, señalándolo: "Ulises no se asusta en lo más míni-mo". El general Buck no se hallaba nunca ausente cuando sushombres estaban en peligro o en apuros. Recorría las trincheras,día y noche, y con su tremenda vitalidad y su coraje de león, com-partía con sus hombres, excediéndolos siempre, los peligros y aflic-ciones que los rodeaban: Era tan firme y tenaz como ellos debíanllegar a ser y, así, todos lo idolatraban.

Pero, ¿ es éste el lugar propio de un general en la batalla? ¿ Odebe él mantenerse atrás, dentro de las defensas subterráneas, ocu-pado en clavarle alfileres a los mapas?

Blaise de Montluc, escribiendo en el siglo XVI, subrayaba es-ta declaración: "Cuando el combate llega a su punto álgido en al-guna parte y el jefe no acude allí, o por lo menos algún oficial dis-


tinguido, los hombres no proferirán más que una queja: la de quehan sido enviados a la muerte".

Y los hombres' no han cambiado desde entonces. El generalBarbot, al escuchar los reproches de su Estado Mayor por su ex-posición al peligro, replicó: "Esperaba este reproche. En princi-pio, ustedes tienen razón, pero uno nunca debe ser absoluto. En laactual situación, yo estimo las cosas diferentemente. El lugar delcomandante de la división, siempre que sea capaz, está, por el con-trario, en el centro de sus poihis, y este centro se halla en la pri-mera línea. La situación es excesivamente grave y es necesario quetodos los jefes de las unidades tácticas, desde el más pequeño has-ta el más alto, no se economicen y den el ejemplo. Hay aquí, final-mente, una cuestión de moral, la cual nunca ha adquirido tantaimportancia como en el caso actual. El poilus se siente feliz al verque allí donde caen las granadas cada uno afronta su destino sintomarlas en oonsideraición".

El general Barbot fué colocado al mando de la 77.ª Divisiónel 1.º de septiembre de 1914, y en pocas semanas llegó a ser el ído-lo de sus oficiales y tropa. Alto, delgado, llevando el uniforme deun simple soldado y un birrete alpino en la cabeza, se hallaba siem-pre presente en todos aquellos sitios donde su acción podía exal-tar la voluntad de conquistar. El día en que asumió el mando enla Chipote Ridge, encargado de proteger la retirada del ejércitode Alsacia, se dice que cubrió esa retirada con su propio cuerpo. Afines de octubre, cuando Arrás parecía perdida, se negó a abando-narla y la ciudad fué salvada. Pasaba sus días y sus noches en lasprimaras líneas; hablaba con sus hombres y siempre sabía encon-trar las palabras que templan la voluntad y exaltan el valor. Es-ta sencillez en su actitud, decía Petain, lejos de amenguar su pres-tigio engendraba una comunidad de pensamientos y unificaba en.una misma afección a los hombres que perseguían el mismo fin yestaban expuestos a los mismos peligros. A los ojos de sus solda-dos él vivía sólo para tres cosas: para su país, para sus hombres y pa-ra la victoria. Fiel a sus principios, el general Barbot, menos deun año después, hallándose en otra situación excesivamente grave,cayó en medio de sus tropas sobre la primera línea de combate.

Tampoco Mangín fué jamás avaro de sí propio. Hablando deuna operación, decía: "Mi principal batallón se lanzó a la cabeza;pero la resistencia era tenaz y después de algunas vacilaciones, hi-ce tocar "a la carga"; pero esta resolución fué prematura; nuestroshombres buscaban puntos de apoyo y ciertas fracciones vacilaban.Mis sostenes de caballería con los cuales había contado para ame-nazar la retaguardia del enemigo, a quien creía pequeña en susefectivos, habían desaparecido. Y fué apoyando y empujando no-sotros mismos a las tropas — los generales a cincuenta yardas de-trás de la línea de fusileros — como logramos alcanzar nuestro ob-jetivo. Evidentemente, no era ese el lugar que nos correspondía,


pero siendo, sí, el indicado por el estado de nuestras tropas y lasdisposiciones del enemigo, era, en verdad, el que debíamos ocupar.El empuje dado por nuestro ejemplo se hizo realidad en el avanceincontenible que arrasó de un extremo a otro de la aldea''.

Y ¿ qué piensan los hombres de esta clase de generales ? HenryDetheil, reservista de la división, envió a su país el siguiente co-municado después que Mangin había asumido el mando: "Al fincontamos con un jefe. Después de haber tenido a nuestra cabezauna ruina andante, actualmente tenemos a uno de los mejores gene-rales del Ejército francés: joven, intrépido, de mente lúcida, ins-pirando y fortificando sin cesar el alma de sus hombres y cargan-do a su cabeza cada vez que es necesario, siempre en los momentosdifíciles se le halla bajo el fuego en la primera línea. Ya tenemosun hombre, tenemos un jefe y nos sentimos gozosos de servir a susórdenes ".

Y no son sólo los soldados, sino también los comandantes su-balternos de todos los grados, los que requieren el apoyo que ema-na de la presencia del superior. El 27 de mayo de 1918, el generalDuchesne, al mando del Sexto Ejército francés, fué atacado porlos alemanes en el Chemin des Datmes. Sus tropas fueron pulveri-zadas. Ni en los días de la batalla, ni en los siguientes recibió niel estímulo de una palabra, ni la presencia consoladora del AltoComando. Es en tales ocasiones, que el jefe vuelve sus ojos a laretaguardia, en busca del apoyo moral de sus superiores, únicosque pueden ayudarlo moral y materialmente. El primero en visi-tarlo fué el Premier Clemenceau y fué de él de quien recibió elgeneral Duchesne el estímulo reconfortante que necesitaba.

El general Mordacq, consejero militar de Clemenceau, hacíanotar, hablando de este incidente, que no es sólo en los momentosdel buen éxito cuando el jefe debe visitar a sus subordinados; es, es-pecialmente, en los momentos críticos, como en el caso de Duches-ne. Decía Mordacq, que en los comienzos de la guerra, él recorda-ba haber visto al general Barbet siempre al lado de sus tropas ca-da vez que el desastre parecía inminente; pero que, en contrastecon tal actitud, durante el primer ataque en Bélgica (abril de1915), ni el comandante de su división ni el de su cuerpo de ejér-cito jamás se mostraron en puntos tan avanzadas como el que ocu-paba el puesto de comando de Mordacq.

Con algunas excepciones dignas de consideración, los coman-dantes americanos en la Guerra Mundial, no pasaban mucho tiem-po en las líneas. Un solo general fué muerto: indicación que mar-ca la extensión del peligro a que se exponían las altas jerarquías.Esto, naturalmente, no era por falta de valor personal, sino porque,como regla, aquellos jefes no disponían de Estados Mayores sufi-cientemente capacitados para que se pudiera delegar en ellos laspropias responsabilidades; en otros casos, frecuentes también, eraporque el comando superior les ordenaba quedarse al extremo de


una línea telefónica. En cambio, en la sola batalla de Antietam(Septiembre de 1862), hubo por el lado de la Unión, seis generalesmuertos — incluyendo a dos comandantes de cuerpos — y diez ge-nerales heridos. Los Confederados tuvieron cinco generales muer-tos y seis heridos, lo que hace un total de veintisiete de estos altosjefes muertos y heridos en una sola batalla. Pero la conducciónfué soberbia. Si hubiera sido delegada en otros o ejercida a la dis-tancia desde, un puesto seguro, la batalla habría' sido un desastrepara uno u otro de los combatientes.

Es obvio que el hombre no es conducido por la recompensani por el castigo. A él le importa más la opinión de su grupo que nin-guna otra. Arriesgará su vida por un comandante amado, por uncamarada o por respeto a su organziación, pero no por temer a lacorte marcial. Sin embargo, la recompensa y el castigo, son ele-mentos necesarios, adjuntos a la conducción, pero, si ésta es acer-tada, hará innecesaria la frecuencia de la represión. En la paz,puede una organización ser gobernada por procedimientos drásti-cos, pero un comandante que recurre a tales normas, no es un con-ductor, sino que un carcelero. Puede establecer una apariencia dedisciplina, pero ésta no sirve para la guerra, porque la disciplinade la guerra es fruto de la abnegación. En el campo de batalla eldespertar será duro y lo será al precio de la propia vida. Mientrasmás perfecta parezca ser aquella disciplina, más peligrosa lo seráen la realidad, por la inclinación natural a atribuir a una organi-zación que parece buena un valor combativo muy superior al queposee en realidad.

El castigo debe reservarse para la represión de los incorregi-bles, para aquellos que esquivan el cumplimiento de su deber y pa-ra los que no quieran doblegarse a la disciplina. La multiplicidadde los castigos denota falta de superioridad moral en el comandan-te. Si en el combate cualquier castigo que no sea el de la pena demuerte, substrae al individuo del cumplimiento de algún peligrosodeber, ¿qué palanca de conducción le queda al comandante quecuenta precisamente con el cumplimiento de aquel deber?

La recompensa, así como el castigo, deben ser inmediatos. Unapalabra de alabanza de un comandante respetado, ya es una recom-pensa. Muchos americanos veían como pasaban en dirección a las-primeras líneas de las organizaciones francesas, los baldes llenosde las medallas que al siguiente día iban a otorgarse en premio delas acciones heroicas. En cambio, todas las recomendaciones paracondecorar a los americanos tenían que ser sometidas' a la conside-ración de un Consejo en el Gran. Cuartel General, y éste era exce-sivamente lento en sus resoluciones. Para la Cruz de Servicios Dis-tinguidos, el Consejo aprobó cerca de cinco mil recomendaciones yrechazó otras tantas. Pero, las cuatro quintas partes de las defi-nitivamente otorgadas, no fueron aprobadas hasta después del tér-mino de la guerra y así perdieron todo su valor como estimulantes


de la moral. Los franceses fueron más generosos, distribuyendo alos americanos entre catorce y quince mil condecoraciones; peroéstas fueron puestas en el "frigorífico oficial" hasta después delarmisticio.

La conducción en la paz, tal como la practicamos, tiene pocarelación con la conducción en la guerra. En virtud de que las ta-reas a realizar en tiempo de paz no son severas, bastan la rutina dela conducción institucional y sus substitutos: el castigo y la dis-ciplina de la ley. Insistimos una vez más en que si fuéramos a laguerra, careceríamos de toda preparación psicológica para condu-cir al soldado ciudadano. En el futuro se constituirán ejércitosmás numerosos que aquéllos sobre los cuales flameó nuestra ban-dera en el Meuse-Argonne. Los soldados vendrán directamente anosotros desde la vida civil y a la vida civil volverán después; yes de importancia vital que reconozcamos que tales tropas, caren-tes de tradiciones, de normas, de costumbres y de la instrucciónde los soldados regulares, exigen líneas de conducción diferentesde las del profesional. Debe organizarse sobre nuestra espléndidabase institucional un sistema de conducción inspirado en la com-prensión, en la confianza mutua y en el mutuo sacrificio. Sólo co-nociendo la naturaleza y finalidades de la conducción institucionaly sus limitaciones, sólo estudiando los métodos de los grandes je-fes y estudiando y aplicando las investigaciones de los psicólogosmodernos, podremos impedir que la misión de conducir, confiadaa nuestra responsabilidad, caiga en las estupideces de una repeti-ción mecánica, de superficialidades inútiles y nos permita prepa-rarnos para conducir los grandes ejércitos de soldados ciudadanosque nos anuncia el porvenir.

La campaña de verano de 1870.Páginas de la obra del Capitán Luis Le Guillou, publicadas en la

"Revue d'Etudes Militatres" de Enero de 1939.

(Traducción del Memorial del Ejército) C. M. G.

Moltke y el Gran Estado Mayor.

El Jefe Supremo del Ejército—der Kriegsherr—es el So-berano. El rey Guillermo I es un bello anciano de 73 años,erguido y vigoroso. Soldado de alma desde su primera juven-tud, entró en París en 1814 con el ejército prusiano y se com-place en evocar este recuerdo glorioso. Convencido de que «lapotencia militar encierra en sí la soberanía», ha empleado, des-de su advenimiento al trono, de todo su poder, casi absoluto,de toda su autoridad, incontrastada desde 1866, para refor-zar, material y moralmente, al ejército prusiano. Ya hemosvisto con qué éxito brillante lo ha hecho.

En la guerra que se inicia no se conformará con desem-peñar un papel decorativo, como se ha creído corrientemente.Muy a menudo tomará grandes resoluciones, a veces poco fe-lices, y, como buen oficial prusiano que ha ejercido todos loacomandos, hasta el del III C. de E., no vacilará, cuando locrea útil, en llegar hasta el detalle más insignificante. (1).

Su confianza en el Ejército es absoluta: La grandeza dealma del Rey, sin embargo tan sencillo y tan bueno, la ener-gía que ponía en la ejecución de lo que consideraba como ver-dadero, y, en fin, el éxito admirable que lograra en la últimaguerra, d aban a todo el ejército alemán la confianza más ab-soluta en la forma cómo dirigiría él la campaña actual...» (2).

(1) Uno de sus viejos generales le lanzó un día este apóstrofe familiar:¡Su Majestad tiene siempre la manía... del detalle...! (Memorias del Generalvon Hohenlohe-Ingelfingen).

(2) Verdy du Vernois: En el Gran Cuartel General.M. del E. 7.


En su tarea de organizador ha sido secundado por un Minis-tro de Guerra de primer orden, el general von Roon, cuyo aspec-to grave, mezcla de severidad y de tristeza, que se imponíapor su mirada dominante, su palabra clara y cortante, su andarerguido y acompasado — stramm und straff — hacía de él eltipo mismo del oficial prusiano. Roon, el educador militar delpríncipe Federico Carlos, fué el auxiliar del Rey en los per-feccionamientos realizados desde 1861. De esta suerte llegóa ser su amigo y confidente, en cuyo carácter le sostuvo en lashoras de desaliento cuando, en su lucha contra el Parlamento,Guillermo I pensó muy seriamente en abdicar. (1).

Pero el verdadero jefe de este ejército, el que dirige ylanza los dardos que ha forjado y acerado el Ministro de Guerra,expresión usada por el Rey después de Sedán, es el Jefe delEstado Mayor del Ejército, él general de infantería (2) Barónvon Moltke: «Helmuth-Karl Bernhardt von Moltke tenía 57años y sólo era mayor-general (general de brigada) cuando,en. 1857, fué llamado por el Príncipe Regente. Espíritu esen-cialmente positivo, de carácter tenaz y de temperamento deacero, tenía la energía y la perseverancia de los reformadores,con esa razón que vence los obstáculos. Desprovisto detodo sentimentalismo, sin tener la generosidad del soldado nila liberalidad del hombre feliz, reemplazaba sus cualidadesausentes por una sólida razón, una voluntad poderosa y unjuicio firme y recto que consideraba sus objetivos sin dilacio-nes ni debilidades. No había simpatía en este militar de co-razón seco, rostro enjuto y de actitudes frías, cuya fisono-mía enigmática tenía más de metodista que de Jefe de Ejér-cito. Tal cual, se imponía por su superioridad intelectual y,si no sabía hacerse querer, por lo menos sabía hacerse escu-char y obedecer...». (3).

(1) Nacido en 1803. Ministro de Guerra y de Marina en 1859. Sucesor deBismarck en la presidencia del Consejo de Estado en 1873. Mariscal en el mis-mo año, una grave enfermedad impidió abandonar el lecho; para poder seguirviendo a su Soberano instaló sus habitaciones frente al Palacio Real. Al morir,el año 1879, fué acompañado en su lecho de muerte por el propio Guillermo I.quien le encargó "sus recuerdos para los viejos camaradas caídos a los cualesel Mariscal encontrará"...

(2) General de Infantería, General de Caballería son grados que corres-ponden, en Prusia, a nuestro grado de General de División, Comandante deCuerpo de Ejército. En la movilización, los Comandantes de Ejército sonescogidos entre los Comandantes de Cuerpo de Ejército en servicio activo o enretiro, debido a que esta monarquía, en razón de su carácter militar, no teníaConsejo Supremo de Guerra.

(3) Teniente Coronel Rousset: Los Maestros de la Guerra.

LA CAMPAÑA DE VERANO DE 1870 403

El Conde d'Herisson, oficial ordenanza del general Trochu,que tuvo ocasión de observar de cerca a von Moltke, ha hechode él el siguiente retrato (1 ) : «Con su rostro rasurado, enjutoy surcado por una infinidad de pequeñas arrugas, el señor deMoltke no tenía el aire del militar que nosotros tenemos porcostumbre representarnos en Francia. Parecía más bien unbenedictino, un asceta o un viejo actor...».

Moltke obtuvo de sus colaboradores el rendimiento y laabnegación que saben lograr los que tienen un alma y un,corazón de Jefe. Y él era un Jefe, un gran Jefe, inteligente,tranquilo, enérgico, autoritario sin brusquedad, instruido en todo,artista también—«der grosse Sprächkünstler»—el sabio que sabecallar en siete idiomas. Descansaba de su tarea abrumadora es-cribiendo novelas, traduciendo Ossicm e interpretando a Mozarten su violín. «No es el militar que imaginarnos en Francia...».Sin hijos de su matrimonio con una joven de la aristocraciainglesa, le es fácil hacer abstracción de su personalidad y desubordinarlo todo al interés general. No conoce el «sí mismo»ni el «yo», y, con un carácter muy por sobre todo pensamientoegoísta, este hombre será definido así por Schlieffen: «No lu-chaba, no trabajaba para su ambición, para su gloria...» (2).Todo lo dirige sin buscar la vana ostentación del comando ydeja a otros el incienso de las aclamaciones. Cuando se hacecirculo alrededor del viejo y glorioso soberano que le debetanto, él se coloca modestamente en el marco de una ventana.«Ser más que parecer» tal es la divisa que ha adoptado (3).

Es, en el fondo, un «condottiero» de genio, un dilettantede uniforme. Mecklemburgués, hizo sus primeras armas enel ejército danés, antes de ser prusiano, y sus primeros triun-fos los obtuvo sobre los compañeros de armas de su juventud.

Diversas misiones le dan ocasión de recorrer Europa yAsia; después, hace una entrada discreta en el Estado Mayor,por esta puerta excusada que es el Servicio Topográfico, y solocomienza a dar la verdadera medida de su capacidad cerca

(1) Conde d'Herisson: Diarlo de un Oficial ordenanza.(2) Moltke esperará su bastón de Mariscal, sin decir una palabra, hasta la

paz de Francfort, a pesar de que el Kronprinz y Federico Carlos, comandantesde ejércitos subordinados, lo recibieron después de la calda de Metz, contrarian-do la tradición prusiana que había negado la dignidad militar suprema a los prin-cipos de sangre real.

(3) Esta es su divisa de hombre, pues su divisa de estratega será dife-rente: "Erst wagen, dann wagen" (Primero pensar, después osar) será másfiel a la primera que a la segunda.


de la sesentena, después de haber formado pacientemente supersonalidad y su doctrina.

Antes de 1870, sin contar el intermedio de Sadowa, hadirigido sus esfuerzos al perfeccionamiento del Gran EstadoMayor prusiano, institución cuya necesidad había sido com-prendida por Schamhorst y cuya creación es debida al gene-ral von Grollmann, que inició su organización en 1814. Colo-sado a la cabeza de ella, 43 años más tarde, von Moltke pro-sigue, con su obstinación característica, la obra de sus predece-sores, Müffling, Krauseneck y Reyher, que habían dado aPrusia, por intermedio de la Academia de Guerra, una élite degenerales y de Jefes de Estado Mayor habituados a razonaren forma semejante frente a un mismo problema, sólo y únicomedio de obtener unidad de acción en todos los escalones delmando. En la guerra que se inicia, en la cual el, Jefe Supre-mo no podrá abarcar con un golpe de vista, como en otras épo-cas, el conjunto de sus ejércitos y ni siquiera el campo, de ba-talla de un sólo ejército será la unidad de doctrina la que per-mitirá a varios generales prusianos tomar sucesivamente la di-rección del combate a su llegada al campo de batalla, de condu-cir la acción a buen fin, con unidad, en función del objetivo fija-do por el primero de ellos o el menos antiguo.

Entre nosotros sucedió lo contrario en Sedán: Tresgenerales franceses se sucedieron en el Comando en Jefe ycada uno tuvo una «inspiración» diferente; los tres tomarondecisiones contradictorias y condujeron el ejército a la ca-tástrofe...

El sistema de Moltke, que es exclusivamente prusiano, re-pugna a priori a nuestro genio individualista. Fuerza será quenosotros lleguemos también a esto más tarde, pues la guerramoderna es un trabajo de equipo. El mérito de Moltke es quefué uno de los primeros en comprender y realizar este pro-pósito, para mayor provecho del Estado prusiano, dando ejem-plo sistemático de hacer pasar desapercibida su propia per-sonalidad.

El general von Peuker, Director de la Academia de Gue-rra, fijó, en 1868, en la siguiente forma, los procedimientos deinstrucción que se debían emplear en la formación de los Ofi-ciales de Estado Mayor: «El método se ceñirá a la aplicacióna casos particulares... (1). Una educación así dirigida tiene,

(1) Se refiere al juego de guerra, imaginado después de las guerras delPrimer Imperio, por una élite de jóvenes oficiales de la Guarnición de Berlín,en la época en que Gneisenau era Gobernador de esta ciudad.


desde el punto de vista militar, la ventaja inapreciable de tem-plar las voluntades y de conducir, en consecuencia, al objetivomoral perseguido por la Academia de Guerra. El sentimientode seguridad que dan el saber y la facultad de poder, en lascircunstancias más extraordinarias, y de sacar partido, hábily rápidamente, termina por colocar, aun a los caracteres másdébiles, en estado de tomar, en una coyuntura difícil, unadecisión firme y de asegurar la ejecución».

La instrucción militar técnica recibida en la Academiade Guerra se completaba durante las vacaciones de cada unode los tres ¡años de estudios, con permanencias en regimientosde diversas armas. Después de disciplinas intelectuales decarácter elevado, se llevaba a los oficiales alumnos al contactocon los cuerpos de tropa, de manera que se les impedía per-der, a causa de la práctica sin antídoto de las combinacionesteóricas del Juego de Guerra, la sana noción de las posibilidadesdel combatiente y el sentido práctico, sin el cual no se llegaa buen fin en la guerra.

La selección de los Oficiales alumnos, hecha en forma muyseria y cuidadosa, se operaba sin examen, sin clasificación,sin inútiles resentimientos y sin que la «marca» fuera dema-siado patente.

Una vez terminados los cursos, todos los oficiales eranenviados a sus cuerpos de origen. Gran número de ellos, losque no iban a ser destinados para el servicio de Estado Mayor,eran designados para ayudantías de autoridades superiores (1).Los que obtenían los mejores resultados eran llamados al GranEstado Mayor General, en donde se continuaba su formaciónbajo la alta dirección de von Moltke, para después seguir enél o en el Estado Mayor de un cuerpo de Ejército o de una divi-sión. Pero con esto no se determinaban las pruebas. Si durantesu carrera un Oficial de Estado Mayor demostraba frialdad ensu celo profesional, decadencia o fatiga, o su actuación indicabaque se le había estimado muy por encima de su capacidad,desaparecía rápidamente del servicio de Estado Mayor yvolvía a las tropas. Él caso contrario se producía a veces,pero muy raramente... (2).

(1) Cada año se presentaban alrededor de 120 candidatos a la Academia deGuerra. 40 de ellos eran admitidos y sólo una docena de ellos eran retenidosdefinitivamente en el Estado Mayor.

(2) Las notas obtenidas por Schlieffen en la Academia de Guerra lo obli-garon a hacerse titular de Estado Mayor por el camino" indirecto del ServicioTopográfico y no permitían augurar que ocuparía, con el tiempo, el sitial de Mol-tke, después del corto intermedio de Waldersec.


Los Oficiales admitidos definitivamente en esta élite tancuidadosamente seleccionada ascendían rápidamente hasta elgrado de Mayor (chef d'escadrons) al cual llegaban 5 ó 6años antes que sus camaradas de los cuerpos de tropa. Lo-grada esta ventaja, la carrera de estos oficiales recuperaba suritmo normal y no podían obtener otras promociones, sino des-pués de ejercitar el mando efectivo, por lo menos un año encada grado.

Durante 13 años consecutivos antes de 1870, Moltke fuéel gran educador del ejército prusiano por intermedio de estaAcademia de Guerra, cuyos trabajos supervigilaba muy decerca, concibiendo centenares de tareas tácticas, discutiendolas resoluciones con los oficiales-alumnos, dirigiendo los viajesde aplicación en el terreno (1) y poblando el Gran Estado,Mayor General con sus discípulos más brillantes, los cuales,a su turno, difundían la doctrina hasta los cuerpos de tropa.Descargados de toda la fastidiosa carga del «papeleo»—queera confiado a los oficiales de ayudantía—los titulados (Stá-bler) podían dedicarse únicamente a la parte noble de suarte, aspecto profesional dejado deliberadamente de mano enel ejército francés, en el cual los Oficiales de Estado Mayoreran confinados en el servicio rutinario corriente.

Prosiguiendo la tarea de sus predecesores, Moltke enseñóa sus discípulos a reflexionar y a resolver una situación conbuen sentido en una época en que en el ejército francés setenía horror por estos trabajos y en la cual, aquellos de nues-tros oficiales que estudiaban, buscaban menos la esencia mis-ma de los principios napoleónicos que los procedimientos decombate o cambios de líneas de operaciones, según esquemas orecetas para ganar la batalla... Para usar la expresión delGeneral Bonnal, diremos que había en el ejército prusiano, de1870 un verdadero «sindicato intelectual», del cual Moltke erael presidente, y que nuestros ejércitos fueron batidos muchomenos por un jefe talentoso que por una institución: el GranEstado Mayor General prusiano.

Esta institución era tanto más necesaria en la Alemaniade 1870, debido a que numerosos altos comandos eran ejer-cidos tradicionalmente por príncipes de la sangre o confiados

(1) Procedimiento anterior a Moltke, ideado por el General v. Müffling, Je-fe del Estado Mayor General, a partir de 1821, perfeccionado en 1834 por Krau-seneck, quien dejó de lado la enseñanza de la maniobra clásica destinada a evi-tar la batalla para dedicarse a estudiar ésta y su consecuencia natural, la ex-plotación. Su sucesor, von Reyher, Jefe del Estado Mayor General en 1848, fuéquien formó la mayoría de los Jefes que comandaron los cuerpos de ejércitoprusianos y aplicaron el mismo método.


a generales muy antiguos, cuya formación militar se remon-taba a cerca de medio siglo (1). Como no se podía hacersentarse a los miembros de las familias reinantes en losbancos de la Academia de Guerra ni obligar a los viejosa volver a las aulas de este Instituto, fuerza era darles unJefe de Estado Mayor realmente capaz de comandar un ejér-cito o un cuerpo de ejército en función del objetivo estraté-gico o táctico perseguido por el comando supremo. En estascondiciones, muy a menudo el. general sólo efectuaba por símismo la elección entre las diversas soluciones que le eranpropuestas y no conservaba, a veces, sino las aparienciasbrillantes del Comando (2). Por esta causa se verá, a menudo,que, los Jefes de Estado Mayor prusianos y aun jóvenes ofi-ciales de Estado Mayor, simples capitanes, tienen una actua-ción verdaderamente primordial. Sabiéndose en posesión de ladoctrina no titubearon jamás, cuando era necesario, en to-mar decisiones que correspondían normalmente a su general,y sin que éste lo tomara a mal, toda vez que, con el buenéxito de ellas, trabajaban para su gloria.

Esto ocurría en Alemania en oposición a la obedienciapasiva, generadora de la pasividad que reinaba en el ejércitofrancés, en el cual cada uno esperaba, para hacer lo que impo-nía la situación, una orden que no llegaba jamás. Aun enla actualidad este procedimiento prusiano del mando chocaa nuestra mentalidad de franceses, habituados, desde Napo-león, a una centralización regida, a recibir el impulso desdearriba y convencidos de que las iniciativas son, generalmentepoco estimadas.

«Sólo los grandes capitanes no tienen necesidad de con-sejo y cada siglo produce apenas dos... (3) Napoleón fué unode ellos» Moltke tuvo la modestia de no compararse con él y,lejos de esto, no desdeñó la cooperación de un pequeño grupode «diplomados» bien elegidos. Este método le permitirá ven-cer sin estar presente, en tanto que los ejércitos de Napoleóneran normalmente batidos cuando el Maestro no se encontrabacon ellos.

(1) No había límite de edad para los generales prusianos. Estos permane-cían en actividad hasta que solicitaban el retiro o hasta que el Rey les pedía,por medio de la carta verde tradicional, que lo solicitaran.

(2) Esta tradición, que parece remontarse a la pareja Blücher-Gnelsenau,se conservó hasta la Alemania de 1914. El 1.° de Agosto Guillermo II dijo alKronprinz en presencia de Moltke el joven, Tirpitz y Bethmann-Holweg: "Yote confío el mando del V Ejército. Tendrás como Jefe de Estado Mayor al Co-ronel Schmídt v. Knobelsdorf. Harás lo que él te aconseje. (Recuerdos de laguerra del Kronprtoz).

(3) Moltke.—Relato de la Campaña de Italia.


Moltke" se hizo secundar en su tarea por su CuartelGeneral, el general v. Podbielski. (1) hombre de buen consejoque sabía, a pesar de su exterior rudo, hacer reinar la alegríay la buena camaradería en el Gran Cuartel General. Pero suscolaboradores preferidos eran los tres «semi-dioses», jóvenesoficiales superiores de menos de 40 años, que él descubrióy formó, discípulos que le profesaban una amistad infinita-mente respetuosa, correspondiendo al afecto paternal del gene-ral, quién los reunía, a menudo, en las tardes o en las noche,alrededor de una mesa de whist para buscar reposo del trabajoabsorbente del día (2 ) : Eran el Coronel Bronsart v. Schellea-dorf, (3), Jefe de la Sección Operaciones, el Teniente-CoronelBrandenstein (4), Jefe de la Sección Transportes y el Teniente-Coronel von Verdy du Vernois, Jefe de la Sección Informaciones.Amigos desde la Escuela de Cadetes, camaradas de promoción dela Academia de Guerra, estos tres hombres constituían unequipo notable, doblemente unidos por el afecto y la inteligencia.«Si uno de nosotros, escribe Verdy du Vernois en sus recuerdos,debía interrumpir la redacción de una orden destinada a unejército para transmitir una comunicación verbal, era inme-diatamente reemplazado por otro sin que se pudiera suponer queel redactor hubiera cambiado...»

El mayor —después general— von Blume, del Departamentode Operaciones, escribió en sus «Recuerdos de Moltke» lassiguientes líneas que se refieren a la atmósfera cordial delGran Cuartel General alemán: «En el Estado Mayor del Generalyon Moltke no hubo, durante toda la campaña, que duró másde seis meses, la menor discordia entre los Oficiales. EsteEstado Mayor estaba formado únicamente de amigos, los cualescumplían su deber con celo, sin envidias y sin roces. Esto de-muestra su feliz composición y todos nosotros experimentá-bamos el encanto de servir con el gran hombre que nos man-daba. La superioridad de su inteligencia suprimía toda riva-lidad entre nosotros. La exactitud con que él cumplía su deber,su imparcialidad, su calma, que no le abandonaba jamás aun

(1) Terminó su carrera como Inspector General de Artillería. Despuésfué elegido diputado y más tarde nombrado Ministro de Guerra.

(2) Moltke interrumpió estas partidas desde el 25 de Agosto al 2 de Sep-tiembre, a causa del recargo de trabajo que le originó el Ejército de Chalona.Después de Sedán dijo a sus compañeros de juego: "Ahora que el incidente quenos ha interrumpido está liquidado, creo que podremos reanudar nuestras parti-das. (Memorias del General principe de v. Hohenlohe-Ingelfingen).

(3) Bronsart fué Ministro de Guerra en l883 y Verdy du Vernois en 1889.(4) Brandenstein terminó prematuramente su carrera como Jefe del Cuer-

po de Ingenieros e Inspector General de Fortalezas.


en los momentos más penosos, y su bondad, que no permitiónunca una palabra de impaciencia en sus labios, provocabanuna poderosa acción de sus colaboradores y proyectaban plenaluz sobre estas cualidades cuyos éxitos brillantes ahora pertene-cen a la historia».

Bismarck mismo, era menos indulgente para con el EstadoMayor. Poco querido por los militares, se las devolverá concreces y dirá de ellos, en una carta dirigida a su esposa,el 12 de Septiembre... «La organización de la administraciónme ocasiona muchos disgustos a causa del increíble espíritude rutina y las rivalidades que hay entre los militares, princi-palmente en el Estado Mayor, en los servicios de Correos yTelégrafos y de Etapas... Son héroes delante del enemigo,pero, frente a sus mesas de trabajo, están amarrados los unosa los otros por sus prejuicios como el legendario rey de lasratas ».

Sabemos que el Canciller de Hierro acostumbraba seme-jantes salidas que conviene no tomar demasiado en serio. Es-ta nos permite, sin embargo, pensar que la máquina militaralemana no funcionará siempre sin fricciones, a pesar de lascualidades y del valer de los que la dirijan. ¿ Pero lo contra-rio, sería posible?

Cuando se compara a Moltke con Napoleón, se le considera,generalmente, como un discípulo y nuestro orgullo nacionalherido encontrará en esto, después de 1870, un primer con-suelo. Esto es sólo verdad en parte. Moltke es discípulo deNapoleón a través de Clausewitz, que fué quien extrajo sufilosofía de las campañas Napoleónicas y codificó sus enseñan-zas (1). Pero no parece que Moltke haya asimilado completa-mente los principios formulados por su maestro prusiano.

En lo que respecta al plan de operaciones, lo vamos aver partir, como en 1866, sin haber reunido antes sus ejércitosy después ejecutar su concentración por marchas convergentes,

. procedimientos peligrosos delante de un adversario maniobrero.Le veremos basar sus operaciones sobre hipótesis, a falta deuna búsqueda sistemática de informaciones. Le veremos tambiénsuponer al enemigo intenciones lógicas, tal cual pudieran habersido las suyas en situaciones idénticas, a pesar de que la

(1) Clausewitz, discípulo de Scharnhorst, amigo de Gneisenau, Director dela Academia de Guerra desde 1818 a 1830, fué mantenido siempre alejado de losaltos Comandos militares, porque estaba, como Gneisenau, sindicado de perte-necer a la Tugendbund, asociación nacionalista que trabajaba por la unidad ger-mana. Su obra "De la guerra" sólo fué publicada tres años después de su muer-te y fué entonces cuando se comenzó a rendir pleno homenaje a los raros mé-ritos de este gran pensador militar.


experiencia prueba que el enemigo no ejecuta siempre, lejosde esto, lo que en buena lógica se puede suponer que vala hacer. Moltke, por último, desconociendo el empleo de lavanguardia general, aplicará una extrategia lineal que a me-nudo le hará caer en el vacío y no obtendrá la victoria, sinogracias a una superioridad aplastante y al espíritu de ini-ciativa de los subordinados que formara. Napoleón estaba siem-pre en «situación» de hacer frente a los acontecimientos másimprevistos. Moltke no lo estaba.

En el dominio táctico, Moltke no tuvo siempre el cuidadode montar el ataque decisivo, de crear el «acontecimiento»;cuando éste llegó a producirse en los campos de batalla deAgosto, fué obra de sus subordinados audaces e inteligentes.Moltke radicaba todo en la fórmula: «Festhalten undumfassen»amarrar en el frente y envolver; pero procedía a veces como siolvidara que solamente se fija por miedlo de un ataque con-ducido sin fin preconcebido, falta que hace del envolvimientoun arma de doble filo y que conduce a la disgregación. Porlo demás, para obtener los frutos del envolvimiento, es nece-sario considerar las espaldas del enemigo, condición que nocumplieron Moltke y sus subordinados, pues generalmente efec-tuaron el desborde de un ala, de suerte que ninguna batallafué verdaderamente decisiva, salvo la de Sedán, librada encondiciones muy especiales.

Moltke fué un organizador de gran estilo, y se mostró su-perior a Napoleón como animador de un Estado Mayor. Muyinferior a éste en lo que concierne a combinaciones estraté-gicas y tácticas, le faltó la inspiración de los grandes capitanes.Fué un hombre de talento, pero no un artista... (1) «Hizode la guerra un asunto de razonamiento casi matemático... (2)».

Sea como fuere, por primera vez, desde 1815, «se ve apa-recer repentinamente sobre el campo de batalla grandes masas,accionadas como mecánicamente, abundantemente abastecidas detodo lo que es necesario y conducida la campaña con una pre-cisión casi mecánica (3). Este perfeccionamiento en la pre-paración para la guerra es una deuda que el ejército alemán,tiene para con Moltke, secundado por el Gran Estado Mayorprusiano».

(1) Tte. Crl. Picard: La Pérdida de Alsacia.El autor tomó aquí la palabra "artista" en un sentido militar, pues, como

lo hemos visto, en otro aspecto Moltke fué un verdadero artista.(2) General Canonge: Historia Militar Contemporánea.(3) Teniente Coronel Rousset: Los Maestros de la Guerra.

Guadalajara.

UN CONTRA ATAQUE AEREO.

Por el Teniente Jack W. Rudolph.Traducción de M. V. G.

En la mañana del 9 de marzo de 1937, los títulos de los dia-rios del mundo anunciaban a grandes caracteres la aplastante vic-toria en la ofensiva de los insurgentes en alguna parte al norte deMadrid, dirigida contra una ciudad de nombre musical, Guada-lajara .

Cuatro días más tarde, las primeras páginas y los altos par-lantes anunciaban la derrota de las fuerzas atacantes. Durante cier-to tiempo, los neutrales, a 3.000 millas del frente, supieron más dela progresión de la batalla que el alto Comando leal. Esto es unainconsecuencia en una situación de desconcierto.

El combate aparecerá en los libros de historia como la Batallade Guadalajara, a pesar de que la pelea nunca estuvo a menos detreinta millas de la ciudad. La lucha fué tan espectacular comosorprendente y más dramática que decisiva; muy pocas personas,aun entre los participantes, podrían decir a ciencia cierta qué eslo que habría ocurrido. La historia de la batalla fué obscurecidapor una nube de títulos periodísticos, la propaganda oficial y lacensura, hasta que fué olvidada en el torrente de los acontecimien-tos mundiales cada día más espectaculares. Ernesto Hemingway,extravagantemente declara que la derrota de los insurgentes ha si-do, desde Caporetto, la más grande derrota militar italiana. Estaaseveración no ha sido nunca explicada ni explotada.

¿Qué sucedió en Guadalajara? Sabemos que un cuerpo de vo-luntarios italianos, combatiendo de parte de los insurgentes, logróperforar las líneas al norte de Madrid y fué también súbitamenterechazado. ¿ Por qué la batalla fué tan importante ? ¿ Cómo se com-batió? y, sobre todo, ¿qué pudo transformar a una columna que noencontraba casi oponentes en una masa de fugitivos que, aullando,no piensan sino en correr para salvar sus vidas?

Tal vez podamos dar las respuestas a éstas y otras preguntas.Veamos. Durante el invierno de 1936-37 el sitio de Madrid setransformó en una situación estabilizada.


Los insurgentes, detenidos en los suburbios al oeste, se habíanvuelto hacia el sur, habían cruzado el Río Jarama y tomado bajosus fuegos la carretera principal hacia Valencia, por donde veníantodos los abastecimientos.

Los leales entonces tuvieron que aprovechar la ruta circulary más larga del norte, de la costa a Cuenca, y desde ese punto ha-cia Madrid, cruzando por Guadalajara y Alcalá de Henares.

Para el Alto Comando republicano, Guadalajara y Alcalá pa-recían estar completamente seguras detrás del baluarte de los Mon-tes Guadarrama. Realmente, los insurgentes, habían cruzado lasmontañas en Sigüenza más o menos a 50 millas al norte de Guada-lajara, pero nunca habían explotado el éxito. El sector era reco-nocido como muy tranquilo, y el Gobierno lo mantenía solamentecon una débil fuerza de milicianos. Pero en este sector los rebeldes'planeaban un Knock-out a Madrid. Al norte y al este de Madridse extienden los llanos de Nueva Castilla, una planicie de dos mila cinco mil pies sobre el nivel del mar, casi enteramente rodeadade montañas. La Sierra de Guadarrama forma una barrera de ca-si 150 millas al norte y al oeste. Ríos cerrentosos e invadeablescortan esta planicie, nacen desde las montañas y corren paralela-mente al eje del proyectado avance rebelde.

Dos ríos, el Henares y el Tajuna, corren desde las montañasal sud oeste hacia Madrid, más o menos paralelos y con una sepa-ración de unas catorce millas. Entre los dos ríos se extiende la an-cha carretera nacional de concreto, de Zaragoza a Madrid. En Gua-dalajara, la carretera de Zaragoza combina con el camino a Soria,el único camino de primera clase en la región. El terreno es rugo-so y salpicado por macizos boscosos, con pendiente suave que bajahacia Guadalajara. El suelo, una mezcla de greda arenosa, apenaspuede mantener una que otra pobrísima hacienda. Hay muchaspequeñas aldeas, compactas y sólidamente edificadas de piedra,prestándose para enérgica defensa. El clima es generalmente elmismo de la región montañosa al norte de Denver. En marzo, elterritorio es empapado por fuertes y continuadas lluvias.

Cincuenta o sesenta millas al sur de la ciudad de Sigüenza, amedio camino a Madrid, se encuentra la vieja ciudad de Guadala-jara," que durante más de mil año ha sido la capital de la provin-cia de su nombre. Aquí se encuentran la carretera de Cuenca con lacarretera nacional. A más o menos veinte millas más cerca de Ma-drid se encuentra Alcalá de Henares, el último filete de la limita-da red caminera que conduce a la capital española.

Estas dos ciudades fueron elegidas como los objetivos para elataque. El plan consultaba la penetración por la ruta nacional deuna columna motorizada, rompiendo a través del frente dislocadoy, apoderándose del punto de unión de los caminos, obligar a laevacuación de Madrid.

GUADALAJARA

La falange de Epaminondas, nuevamente en acción en estaépoca de mecanización.

Para el propuesto raid al "segundo patio de Madrid", los in-surgentes reunieron un cuerpo motorizado de dos divisiones de in-fantería, apoyadas por artillería, tanques y más o menos cien avio-nes. El General Mancini mandaba el cuerpo de Ejército. Estasfuerzas fueron concentradas alrededor de Sigüenza por ferrocarrily transportes automóviles. La mayoría de las unidades fueron traí-das del sur por caminos extraviados. Estos movimientos y reunio-nes de tropas fueron tan bien ocultados que, a pesar que los lealesmantenían el control del aire, esperaban un ataque, y observabanla zona, la concentración no fué sospechada. Para hacer justiciaa los aviadores leales, debe reconocerse que el mal tiempo fué enparte responsable del fracaso en ubicar la concentración.

Cada división estaba compuesta de dos regimientos de infan-tería, un regimiento de artillería, un batallón de tanques, un ba-tallón de ametralladoras divisionarias, una compañía química conlanza llamas, ingenieros y tropas de los servicios. Una batería de20 mm. combinada anti-tanque y antiaérea, marchaba con la van-guardia de cada división. Una columna de tropas españolas fuétambién designada para tomar parte en el avance por el camino deSoria. Esta columna no motorizada fué primordialmente una flanc-guardia.

Los regimientos de infantería fueron organizados en tres ba-tallones de más o menos 650 hombres cada uno; los batallones con-sistían de 1 compañía de ametralladoras y tres compañías de fusi-leros . Un pelotón de morteros de 45 mm. y una batería de campa-ña marchaba con cada regimiento. La artillería divisionaria teníauna batería de 75 y un batallón de howitzers de 100 mm. El bata-llón a tres baterías mecanizadas. Entre 30 y 50 tanques livianosFiat-Ansaldo, modelo 1933, componían los batallones de tanques.Estos vehículos rápidos de 3 1/2 toneladas, llevaban una tripula-ción de 2 hombres y una ametralladora.

La columna entera era mecanizada y armada con los últimosmodelos de armamento italiano. Si el cálculo de 70 hombres porcamión y por batallón es correcto, el número de vehículos en la co-lumna era de más o menos dos mil. La fuerza aérea, estimada en-tre 80 y 100 aviones, fué agrupada en una escuadrilla de bombar-deo y cuatro escuadrillas de persecución. Los aviones de marcasitalianas y alemanas, Fiats, Romeos, Savoias, Heinkels y bombar-deros Junkers.

Las primeras apreciaciones hacían subir la fuerza atacante en-tre 25.000 y 30.000 hombres, con otros 15.000 en la flancguardiade Soria. Esta apreciación parece haber sido exagerada. Las ci-fras actuales son probablemente de no más de .8.000 infantes y 5mil auxiliares, sin contar con la columna de flanco.

No es, precisamente, la fuerza necesaria para llevar las opera-

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ciones 50 millas al interior de las líneas enemigas donde bullían100.000 españoles desesperados y defendiendo sus hogares.

Con excepción de unos cuantos hombres que habían tomadouna parte secundaria en las operaciones sobre Málaga, las divisio-nes atacantes no tenían ninguna experiencia de guerra. Consis-tían, en su mayor parte, en milicias de camisas negras sin granpreparación, ni inteligencia y con muy poco entusiasmo por su ta-rea. Muchos se habían enrolado simplemente por poder comer. Conexcepción de unos cuantos Sub-Oficiales del ejército regular, dema-siado escasos para hacer sentir su influencia, los oficiales y sub-oficiales no tenían ninguna experiencia de sus deberes. La expedi-ción completa había sido rápidamente reunida sin que el personal hu-biera adquirido la práctica del trabajo de las armas combinadas.

Las fuerzas del Gobierno que se les oponían eran aún peores.Desde que el sector era conocido como muy tranquilo, la posiciónfué siempre mantenida por una débil fuerza de milicianos. Cuan-tos de estos semi-soldados estaban realmente en las trincheras nose sabe; pero, en todo caso, no poseían ni el número ni el armamen-to para afrontar el ataque. Grupos heterogéneos se habían disper-sado hacia la retaguardia, hasta la misma Guadalajara.

El número de las fuerzas del Gobierno es desconocido. Sinembargo, las brigadas leales de ese sector, se suponía que estabandivididas en cuatro batallones de 750 hombres cada uno, a saber:1 compañía de ametralladoras y cuatro compañís de fusileros, ¿de-más, cada brigada tiene un batallón de artillería de campaña y unconglomerado de caballería, ingenieros y tropas de los servicios. Pa-ra la atención médica había una indescriptible organización provis-ta de vendajes, yodo y una profunda ignorancia de sanidad y pri-meras curaciones. La artillería no sabía mucho más de sus cañonesrusos que del idioma ruso mismo.

En el aire, los gobiernistas tienen sin duda la superioridad.Cincuenta aviones de bombardeo y más de cien aparatos de ata-que y persecución, todos de manufactura rusa, estacionados en ae-ródromos permanentes entre Madrid y Guadalajara .Estos avionesvolaban, a pesar del mal tiempo que impedía el vuelo de los avia-dores nacionalistas. A pesar de que la mala visibilidad impidió alos aviadores gobiernistas ubicar las concentraciones, no hay excu-sa posible para la tardanza en reconocer la extensión y direccióndel movimiento una vez comenzado.

Una fuerte lluvia empezó a caer en la mañana del 8 de marzo.Al amanecer, la artillería nacionalista rompió el fuego y por treshoras ¡bombardeó intensamente las embarradas trincheras gobier-nistas .

Entonces se desencadenó el ataque. La vanguardia empezó :su avance protegida por la cortina de fuego. Los tanques, encon-trando muy difícil el avance en un suelo resbaladizo, pasaron porentre las olas de asalto y escoltaron a la infantería hasta las po-

GUADALAJARA 415

siciones gobiernistas. Las primeras líneas fueron ocupadas con es-casas pérdidas. Los defensores se retiraron con tal rapidez que lospartes dando cuenta de los acontecimientos, no llegaron y el co-mando gobiernista continuó en absoluta ignorancia de lo que ocu-rría en el frente.

El grueso de las fuerzas atacantes comenzó ahora su progresiónpor el camino real. Los vehículos, formando una columna de más de20 millas de largo, se movieron por pequeños saltos. La 3.º Divi-sión de Camisas Negras, con su Comandante, General Navolini, ala cabeza; sigue la División Littorio, a las órdenes del general Ber-gonzoli. Después que los camisas negras hubieran despejado Alma-drones, la división Bergonzoli debe continuar su progresión por uncamino secundario que parte desde las inmediaciones de la aldea y quecorre paralelo en dirección a Brihuega, en el valle del río Tajuna.La columna española marcha al pie de las montañas por el valledel Henares al flanco derecho.

Cuando la vanguardia llegó a Almadrones se encontró confuerte resistencia, resultando que el grueso no pudo ocupar el pue-blo hasta las últimas horas de la tarde, habiendo avanzado no másde unas cuatro millas. La columna hizo alto durante la noche, lavanguardia continuó su avance para la protección del vivac. Loselementos avanzados \ de la División Littorio, no llegaron a labifurcación de caminos hasta la mañana siguiente.

Después de una noche y un amanecer lluvioso, la columna rea-nudó su marcha al sur. Siendo el camino algo mejor ahora, la co-lumna de protección pasó por Gajanejos. El grueso principal lle-gó a la ciudad antes del anochecer, en donde vivaqueó después dehaber recorrido 20 kilómetros. Mientras tanto, aun cuando ambosflancos ejecutaron progresos continuos, la división Littorio no pu-do alcanzar el grueso principal.

El día 10, la columna de Camisas Negras permaneció en Ga-janejos. Se han dado muchas razones por la falta cometida de noseguir adelante, pero ninguna es aceptable, puesto que existe elhecho de que la detención dió a los batallones gubernamentales enretirada el tiempo suficiente para rehacer sus ,filas destrozadas yser reforzadas con la llegada de los primeros refuerzos. Las uni-dades, irrumpiendo dentro del sector, se movieron directamentehacia la línea de batalla tan rápidamente que llegaron hasta el cam-po mismo del enemigo.

A la mañana siguiente se reanudó el avance, la columna Bri-huega se movió ahora en dirección paralela al grueso principal.Tuvo que hacer frente a una fuerte resistencia que la obligó a com-batir por cada pulgada de terreno. La fuerza de avanzada atrave-só Trijueque y llegó a Torija, en donde fué detenida. El gruesoprincipal hizo un alto durante la noche en Trijueque, en lugar dehaberse fortificado en Guadalajara. Las columnas de los flancosocuparon Brihuega y Padilla de Hita.


Por el lado de los gobiernistas, los movimientos de tropas ylas acciones del Alto Comando fueron aún inciertas. Según los co-municados oficiales, la mayor parte de los cuales son escritos porun Barón de Munchausen, castellano, el cuartel maestre gobiernistatuvo noticias del rompimiento del frente el 8 de marzo e inmedia-tamente despachó 5 brigadas para llenar el hueco. Hay razón pa-ra dudar, sin embargo, si el Gobierno tuvo alguna informaciónexacta hasta el día 10, cuando el movimiento fué primeramente in-formado por la aviación.

Al final de esa mañana, un explorador gobiernista, de regresoa su base después de su misión de reconocimiento, decidió dar unaúltima mirada por los alrededores. De repente se encontró ser elblanco de proyectiles que lo hicieron correr bajo una lluvia deellos para protegerse. Escudriñando desde su refugio para verquién había disparado contra él, descubrió la columna que, por iro-nía del destino había sido él el primero en ver.

El día 11 la vanguardia nacionalista avanzó lentamente, en-contrando fuerte resistencia, lo cual la obligó a combatir continua-mente, luchando por cada pulgada de terreno. Llegó a Torija, pa-só adelante, fué rechazada y volvió una vez más para apoderarsede la ciudad al llegar la noche. Dos lentos progresos de los elemen-tos avanzados mantuvieron al grueso principal detenido en su ca-mino, por donde sólo pudieron moverse por cortos desplazamientos.

Uno piensa en las reflexiones que deben haberse hecho los de-salentados soldados italianos, quienes, amontonados en sus pococonfortables camiones y contemplaban el campo fangoso sobre elcual nubes grises se deslizaban a -través de una lluvia torrencial.

Todo el día la tempestad estuvo amenazadora. En los aeró-dromos cerca de Guadalajara, los mecánicos y tropas de tierra tra-bajaron febrilmente en las escuadrillas de aviones del Gobiernorecién llegadas.

A la mañana siguiente la tormenta estalló. Los aviones ata-caron volando bajo y ocultándose con la lluvia llegaron muy cercade sus objetivos, actuando sobre las columnas que se arrastrabanpor, los caminos. Pasaban sobre las columnas picando sobre ellascon terrible estruendo, bombardeando y ametrallando desde altu-ras tan bajas que era imposible no dar en el blanco; ascendíandespués, giraban y. volvían muchas veces. Además, los avienes decaza volaban alto para rechazar a los aparatos nacionalistas que nun-ca llegaron, hundidos en el barro.

Cogidos en sus camiones cubiertos, los infortunados rebeldesno tuvieron escapatoria. Durante cuatro días permanecieron me-tidos en sus camiones, mojados, molidos y miserables. Habían per-dido la voluntad para combatir, aun cuando hubiesen sido capacesde una defensa efectiva. El pánico se apoderó de la columna. Loshombres mismos huyeron de los camiones para proteger sus vidasdejando a un lado su equipo y armamento. Algunos trataron de

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salvarse metiéndose debajo de los camiones, pero las partes de ma-dera de los camiones no dieron protección contra las bombas y elfuego de las ametralladoras.

Otros, metidos en el fango que detenía a la columna por el an-gosto camino, fueron muertos cuando huían. A ambos lados del ca-mino las muertos y el equipo cubrían cientos de metros.

La columna cercada llegó a ser una verdadera carnicería. Loscamiones, sus conductores muertos o presa de pánico y bloqueadoscompletamente, produjeron el movimiento general de alto: Algu-nos, fuera del camino, otros empantanados o volcados sobre el blan-do fango.

Durante el día la desorganización continuó, mientras la ator-mentada columna trataba de seguir adelante. Los aeródromos go-biernistas se mostraban en gran actividad, las escuadrillas de avio-nes se aprovisionaban de combustible y bombas y partían nueva-mente . Toneladas de bombas y miles de proyectiles de ametralla-doras caían sobre la infortunada columna antes que una oportunaobscuridad los salvara.

También la vanguardia fué objeto de la acción de los aviado-res. Aunque las unidades desplegadas pudieron protegerse ellasmismas, algo de su pánico se comunicó hacia adelante y produjo enla vanguardia un considerable desorden. Las tropas gobiernistasse dieron cuenta de la incertidumbre de los atacantes y avanzaronpara rechazarlos.

Evidentemente el ataque fué un fracaso. Durante la nochedel 12 al 13 de marzo se ordenó la retirada. Cuando los avionesgobiernistas volvieron al día siguiente para liquidar completamen-te a sus enemigos, ellos se movían en dirección opuesta. Las tropasgobiernistas se movieron ahora hacia adelante con cautela. LasBrigadas internacionales, apoyadas por tanques de 6 toneladas quelograron atravesar el sector fangoso, llegaron a Trijueque, peropasaron de largo sin limpiar los alrededores de la ciudad. Un je-fe de batallón nacionalista reunió una fuerza detrás de la vanguar-dia. Sobrevino una lucha desagradable en la cual los nacionalistasse apoderaron nuevamente de la aldea destruida.

El día 13, el sol apareció por primera vez. Aun esto no fuéventajoso para la retirada de los nacionalistas, porque dió a la ar-tillería gobiernista suficiente visibilidad para localizar a la colum-na y ser un buen objetivo para el fuego de ametralladora de losaviones. Sin embargo, permitió a los aviones nacionalistas volarsobre las montañas para ayudar a las tropas amigas. Los esfuerzospara rechazar a los aviones que atacaban a la columna, fueron inú-tiles, debido a la superioridad aérea de los gobiernistas. Los avio-nes nacionalistas, en los varios días siguientes, contrarrestaron losataques, bombardeando los aeródromos gobiernistas y. los sectoresde concentración.

M. del E. 8.


Por unos siete días continuó la pesadilla mientras la columnase retiraba lentamente por el camino. El día 20 los nacionalistashabían retrocedido 15 kilómetros y recobraban suficiente energíay valor para contestar los ataques de los aviones que hostilizabansus movimientos hasta muy atrás, cerca de Sigüenza. Compren-diendo que sus acciones tácticas habían perdido el efecto de la sor-presa y considerando que volar a poca altura en sus incursionesera peligroso, los gobiernistas dieron por terminadas sus operacio-nes aéreas.

Mientras tanto, las columnas de flanco fueron tomando parti-cipación en el combate. El día 13, la columna Brihuega, que sehabía detenido, fué objeto de uno de los primeras ataques aéreos.

El combate se empeñó furiosamente por varios días mientras.los nacionalistas procuraban por sí mismos salir de su situacióndifícil.

Mientras la división de izquierda empezó a retroceder; su re-taguardia opuso una, gran resistencia, manteniendo a los gobiernis-tas fuera de Brihuega hasta el día 18. Tres brigadas gobiernistastrataron de atrapar esa fuerza de cobertura, la cual consistía pro-bablemente de unos dos batallones de infantería, alguna artilleríay ametralladoras. El día 18, la retaguardia en peligro de ser ro-deada, logró libertarse con dificultad. Las tropas perseguidoras seapoderaron de alrededor de 60 camiones 6 piezas de campaña, al-gunas ametralladoras y cerca de 100 prisioneros. Un pequeño gru-po, que quedó aislado en la antigua Iglesia de Santa María, pre-sentó una heroica resistencia, fué aniquilado después de terriblecombate de cerca de 20 horas.

En el flanco derecho, la columna española conservó su posicióny respondió bien a los ataques, rechazando un movimiento de flan-queo gobiernista para separarla del grueso principal. Esta colum-na, que no estaba ligada a un camino, pero que se encontraba me-jor protegida por la configuración del terreno, fué sometida a unterrible bombardeo desde el aire. Solamente se retiró a corta dis-tancia y con el fin de rectificar su dispositivo.

El día 20, los nacionalistas se atrincheraron y resistieron unúltimo y formidable ataque aéreo, el que no dió resultados decisi-vos, porque no fué apoyado por las tropas de tierra. Finalmente,lograron estabilizar sus líneas unos 15 kilómetros, delante de lasposiciones iniciales de la ofensiva.

Aproximadamente una mitad del terreno conquistado conti-nuó en poder de los nacionalistas; no obstante, la operación fuéuna victoria gobiernista. El que la victoria no hubiera sido decisi-va puede atribuirse a culpa del Gobierno para apreciar su éxito ya la poca energía; a la persecución. Un importante resultado de lavictoria, no consideradlo por la táctica corriente, fué el gran levan-tamíento de la moral gobiernista.

Aunque el plan nacionalista para lia captura de Guadalajara

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fué atrevido, tuvo probabilidad de éxito. Guadalajara era un cen-tro estratégico ideal; si hubiera sido tomada, Madrid podía muybien haber caído. Con sus últimas vías de abastecimiento cortadas, losdefensores, a pesar de toda su valentía, no habrían podido mante-nerse . Sin embargo, enviar una fuerza de menos de 20.000 hom-bres al corazón de Madrid, era meterse en una verdadera cueva defieras. Apoyados los atacantes, ¿habrían alcanzado su objetivo?¿Qué habría sucedido? La columna tenía que ejecutar dos accionesantes de principiar.

Las operaciones preliminares, particularmente la concentra-ción oculta, fueron bien ejecutadas. Por supuesto, si los gobiernis-tas hubieran tenido un servicio de informaciones verdadero, el mo-vimiento di? miles de camiones y hombres dentro del sector de Si-güenza pudo no haberse realizado tan perfectamente oculto. Noobstante, a los nacionalistas corresponde el mérito de la realizaciónde una sorpresa inicial incomparable, tal como la de Allenby en Pa-lestina .

EI éxito en esa rama del arte militar requiere jefes expertose instrumentos adecuados. Esta operación, en particular, requiereuna fuerza flexible, muy instruida y sumamente móvil, capaz deacción coordinada. En lugar de ello, los nacionalistas emplearonun comando rápidamente formado, pobremente instruido, que nopudo cuidar de él misino. La actuación de los cuerpos fué deficien-te en la acción combinada, lo mismo que el funcionamiento del Es-tado Mayor. La disciplina dejó mucho que desear, especialmenteen las fases más críticas de la batalla.

Hubo equivocación al despreciar las capacidades de los defen-sores. La conducción de la marcha indica que los atacantes esta-ban inspirados, alucinados es la palabra más exacta, por los éxitosdel raid motorizado del Mariscal Badoglio sobre Addis Ababa. Pordesgracia, para los nacionalistas, ellos tuvieron que habérselas conespañoles de mucha imaginación y no etíopes semi-civilizados.

El mal tiempo hizo estragos en la marcha. Las lluvias conti-nuas transformaron la región en un verdadero pantano. La colum-na, impotente para salirse del camino, quedó a merced de los ata-ques aéreos.

La suerte de estos cuerpos motorizados es una lección prácti-ca del empleo impropio de grandes masas motorizadas. Una colum-na de camiones muy concentrada, de kilómetros de longitud, fuéenviada por un camino, bien señalado a pleno día, con ninguna pro-tección antiaérea. El movimiento presentaba un blanco muy de-seado por los aviadores. Un plan de transporte motorizado com-pleto habría considerado una reducción en la magnitud de los blan-cos; esto, por supuesto, habría reducido materialmente el efecto delos ataques aéreos. Jamás los nacionalistas contaron con el recono-cimiento aéreo. Cuando más se necesitó de los aviones, ellos no lle-garon, porque no podían. Los aeródromos de emergencia más allá


de las montañas, estaban inundados, en contraste con los campos deaviación gobiernista. Los aviones estaban pegados al suelo. Ade-más, si los aviones nacionalistas hubieran sido capaces de volar, nohabrían podido atravesar las montañas tapadas de nubes. Cuandollegaron, finalmente, los aviones, ya era tarde. Es un error depen-der enteramente de un apoyo aéreo para la protección contra lasfuerzas aéreas enemigas.

El Gobierno sometió a un Consejo de Guerra la falta de nohaber estado Guadalajara debidamente defendida. Este frente erademasiado importante para descuidarlo. Los gobiernistas, al dejarde utilizar su fuerza aerea superior como un importante medio deinformación, dejaban la puerta abierta para una sorpresa. Verda-deramente vale la pena pagar cualquier precio con tal de poder veral que le está apuntando.

La parte más importante en la operación fué la acción de lafuerza aérea gobiernista en el contra-ataque. Pero, aun aquí lasimportantes ventajas tácticas fueron desperdiciadas por el fracasode las tropas de tierra para explotar debidamente los éxitos de laaviación. Los aviadores gobiernistas liquidaron la operación racio-nalista y dieron la oportunidad para un contra-ataque; pero secontragolpe podía solamente ser ejecutado con las bayonetas de lainfantería, y . . . la infantería no actuó.

Parece que las fuerzas de tierra no ejecutaron un ataque coor-dinado en ningún momento. Tan lento fué su avance, que Jurante -dos días perdieron el contacto con las fuerzas enemigas desorgani- .zadas, cuya retirada se realizaba a razón de unos 2 kilómetros pordía. Si las Brigadas Internacionales hubieran actuado con ener-gía, el término "Caporetto Español" habría tenido algún signi-ficado.

Aunque Guadalajara es aún muy reciente para emitir un fallofinal autorizado, no deja de ser una lección. Demostró la eficaciadel ataque aéreo sobre tropas reunidas y conducidas en columnascerradas de vehículos. Citando los hombres no van preparados pa-ra defenderse ellos mismos contra tales ataques, y cuando carecende libertad de movimiento por la condición del terreno, ellos estánindefensos contra la muerte que viene desde arriba.

Crónica de libros.(Traducido de "La Revue d'Infanterie").

Formación de la Moral del Pueblo Alemán.

En crónica anterior respecto a libros, nos hemos esfor-zados en guiar al lector al través de la excesiva complejidaddel pensamiento alemán en general. El conjunto de ideas o desentimientos de donde procede en Alemania la concepción es-pecial que allí predomina respecto de la cosa militar, los in-formes que se tienen del ejército y del país y la preparaciónnormal del ciudadano en el cumplimiento de sus deberes milita-res, vienen siendo desde antaño el objeto de una literaturaabundante, variada y hasta desconcertante, tal vez, para elespíritu francés.

A la verdad, ella provee a facilitar la iniciación necesaria ala definición de conceptos y comprensión de un vocabulario quepara el lector francés no corresponden a nada claro. Nos pro-ponemos dar aquí un sentido más accesible a la terminología ale-mana en materia de «defensa nacional» (Wehr) y constatar quelas dos nociones: de cosa nacional y de cosa militar se iden-tifican en la concepción nacional-socialista y nos permitirá darsu sentido pleno a las medidas profundas que concurren a lapreparación moral del pueblo alemán en el sentido de la «de-fensa nacional».

Todo organismo de educación de la juventud debe estable-cerse sobre una sólida base moral. Se puede, en rigor, hacerque la preparación militar descanse sobre la simple necesidadque, de la acción física, experimenta la juventud y el atrac-tivo que sobre ella ejerce la carrera de las armas.

Pero, el nacional-socialismo no sólo quiere ser una resu-rrección de la Alemania: pretende, además, hacerla revivir conirreductible firmeza sobre la base de principios nuevos y esta-blecerla sobre una mística.

Si el Gobierno francés quisiera dictar una ley sobre lapreparación militar de la juventud y le faltaran considerandossobre qué fundamentarla, no tendría más que escribir una frasedel tenor siguiente:


«Art. 1.°—Con el objeto de desarrolla en la juventud fran-cesa el amor a la Patria y la voluntad de sacrificio para su,defensa, el Gobierno francés decreta lo que sigue: »

Y ningún francés tendría necesidad de la menor explicaciónde esta palabra ni del concepto de Patria. Una obra escrita enFrancia sobre lo que es la preparación militar, se bifurcaría deinmediato hacia una exposición de los medios prácticos, de laorganización: le sería imposible al autor entregarse a largasdisertaciones sobre la idea de Patria y sobre la necesidad dedefender, sin caer en la vulgaridad y en el lugar común. EnAlemania ocurre algo totalmente diverso: podríamos citar másde cien obras publicadas sobre la materia en los últimos cienaños por las casas editoriales militares y semi-oficiales y cu-ya lectura se aconseja a los jóvenes, a los alumnos de lasescuelas militares y a los soldados.

Debatiéndose la Alemania en medio de un gran confusio-nismo de vocabulario y de sentimientos patrioticos, y, tra-tando de definirse a sí propia, en sus crisis de dudas, tan pron-to se volvía hacia la Francia —país evolucionado y completo-como se precipitaba en su propio caos exhumando la época delromanticismo. El nacional-socialismo ha sentido la necesidadde encerrar el pensamiento nacional alemán en un vocabulariopreciso que crea, a su turno, nociones precisas. Dos extractosde obras recientes nos harán palpar la razón de esta necesidad:

«Los franceses rinden culto a una divinidad: la Francia;sus oficiales y sus soldados son los sacerdotes de ese culto yla bandera tricolor su símbolo sagrado. A nosotros nos parececosa de teatro el besar tal enseña. Pero, aquél que ha visto ysentido como el viejo marinero de un navio comercial, al des-puntar el alba iza el tricolor a la punta del mástil de unvapor francés con este grito detonante como una oración «Vivala Francia», comprenderá que, para tal nación, la idea de Patriaes tan sagrada como su símbolo y que, esta nación, en lo quenombra, envuelve a la vez, con la más profunda veneración, ala divina, a la eterna Francia.

Llegará el día en que no se sabrá cómo el pueblo ale-mán ha podido combatir sin ser una nación y cómo es la débaclela que debe hacer de nosotros esa nación (1)».

El autor de estas frases es un antiguó combatiente y unmiembro romántico de los cuerpos francos. Un técnico, anali-zando con mayor frialdad la preparación total para la guerra,se expresa en estos términos: «La nación francesa era, desde

(1) Von Volkmann Leander: "Soldaten oder-Militars". (Lehmanns VerlagMunich).

CRONICA DE LIBROS 423

antes de la guerra, una de las más completamente unificadasdel mundo. El pueblo francés considera su territorio como unapropiedad, en la más extricta acepción del vocablo, de igual mo-do que el pueblo italiano. El sentimiento nacional de los fran-ceses arranca de la base de que una vida en común dentrode la unidad y la libertad de varios siglos ha penetrado, desdeel seno de la comunidad, a la intimidad de un amor personalpor la Patria el cual se une al orgullo de un hombre que haimpulsado durante casi dos siglos el desarrollo de la EuropaOccidental (1)».

Alemania, hasta estos últimos días, carecía de dos cosas:del sentimiento de unidad de su país y del orgullo del nombrede Alemania; la unidad, de cuya reciente realización no seha compenetrado aún, y el nombre de Alemania que sólo fluc-tuaba en la realidad como un deseo. Entregada así a sus propiospensamientos, se debatía en medio de palabras numerosas y desentido impreciso. Stam o tribu, Land o país, Heimat o tierradel hogar, Vatarland o país de los ancestros.

Gemeinschaft: esta es la comunidad y ella comprende lascomunidades de oficio, las comunidades religiosas y las comu-nidades políticas o de clases; los teóricos nacional-socialistashan creado la Volksgemeinsehaft, o comunidad popular. Volkse traduce por: pueblo; pero el nacional-socialismo le ha dadoun sentido más amplio: la unidad orgánica de todos los miem-bros de la comunidad alemana, cualquiera que sea su clasesocial. El Volkstwm es, a la vez, la comunidad popular y lacualidad de pertenecer al pueblo alemán: «el derecho de ciu-dadanía» . La nación no es más que una definición cara alos teóricos alemanes; es la palabra que un día deberá ocuparel lugar de las otras: de Volk, de Volktum. El Canciller Hitler hareunido a los alemanes en una vasta comunidad de sangre y deidioma; pero esta reunión de todos los alemanes no ha halladotodavía esa forma de equilibrio que constituye la nación, esdecir, un cuerpo del cual no se pueda desprender el órgano sin,matarlo. De esta nación saldrá algún día. en proceso de naturalevolución, el Estado (Staat), que hasta hoy es sólo una crea-ción artificial administrativa y burocrática. Mientras tanto, eldestino ha puesto a la cabeza de Alemania a un hombre excep-cional, el Führer, encargado de llegar a su pueblo a la madurez.

Durante el período transitorio, el pueblo alemán tienenecesidad de todos estos breviarios de vida nacional y que sele explique por qué se exige de él que se prepare a defem-

(1) Bernhard Schleich: Wehrgedanke un Staat, Wehrfahigkeit. Obra delmás alto valor sobre la preparación militar.


der y a ensanchar los límites de la Patria por medio de lasarmas. .

Hemos visto que en Francia la noción de Patria es unanoción de adhesión y afecto; ella es, además, una nociónde tranquilidad, estática. Los simples hechos de vivir sobre elsuelo de Francia, de ejercer una profesión, de cultivar la tie-rra, comportan, en sí mismos, un valor patriótico. No puedeocurrir lo mismo en Alemania porque la Patria, con sus con-ceptos que de ella derivan (Nación y Estado) está todavía porvenir.

La Patria francesa es una entidad que de modo natural ypreciso encuentra su defensa en el hecho de su propia existen-cia y en los miembros que la integran, en su historia, en supresente y en su porvenir. Tal es la razón por qué en Francia,el término «militar» se emplea para expresar de modo sufi-ciente la cualidad de todo cuanto se refiere a la defensa nacio-nal, siendo inconcebible la idea cargar armas en un sentidoque no sea el de la defensa de la Patria. Alemania reservaal adjetivo «militar» un sentido puramente técnico y puedeentregarse a distinciones sutiles entre soldat (soldado) ymilitar.

El militar es el técnico, el que recluido en su cuartel1 oen el fondo de su oficina ha perdido de vista el significadode su labor y no conoce ya más que los detalles de su oficio.El soldado es el guerrero, el heredero de los Landknechts yde los mercenarios de la Guerra de Treinta años, es el hombrede cuerpos francos o del «Baltikum». El soldado de tradiciónalemana no se inquieta más que el militar por el sentido desus actos: le basta con batirse; y esto es la verdad a talpunto que los aliados en 1919 tuvieron cuidado de insertar enel Tratado de Versalles una cláusula (art. 179, Cap. III, Sec. I,parte V) por la cual Alemania se comprometía «a tomar lasmedidas adecuadas para impedir que los nacionales alemanesabandonaran su territorio para enrolarse en el ejército, la flotao la aviación de cualquiera potencia extranjera».

La Alemania de post-guerra ha comprendido que era ne-cesario fusionar al militar y al soldado dentro de los mismosideales a que propendía la futura nación. Las cosas militaresse designan en lo sucesivo con la ayuda de numerosos com-puestos de la expresión «Wehr».

Antes de la guerra mundial las unidades territoriales esta-ban agrupadas bajo el nombre de «Landwehr» o, casi literal-mente, «defensa del país». Después de la guerra el ejército pro-fesional recibe el nombre de «Reichswehr», palabra que yano puede traducirse por «defensa del Imperio».


El Diccionario «Sachs-Villatte» da de la palabra wehrenla traducción siguiente: «defender, poner en estado de defensa):.Enunciado perfectamente fácil de comprender: defender la Fran-cia es levantar en sus fronteras una barrera contra la invasión.Pero, defender una cosa que se transforma, implica el impe-rativo de algo más: de poner en estado de atacar y de des-truír lo que generó el desarrollo de esta cosa. El Reich es siem-pre algo por venir, un objeto del futuro y no Es por malafe que alemania, so pretexto de defenderse, construye su po-tencia ofensiva. Wehren pierde su significado estático; una pala-bra que expresa lo por venir es una palabra dinámica. Wehr, esla defensa y es también el ataque. Ofensiva y defensiva: estaes la síntesis de toda actividad militar. Pero,. es también ladefensa y el ataque para un cierto objeto determinado: laAlemania. Casi podría traducirse Wehr por: «la nación alemanaen armas».

Esta raíz dará centenares de compuestos.Es wehrfähig el que se halla en estado de cargar armas;

es wehrhaft el que puede y quiere usar de sus armas. Estasson las dos cualidades primordiales, no solamente del soldadosino del ciudadano, porque el vocablo Wehr no adquiere susignificado pleno sino cuando se puede unir en él la acciónque virtualmente expresa y el objeto de esta acción.

Ampliando lo anteriormente expuesto, veremos cómo enFrancia la cosa militar deriva su significado de la idea nacio-nal y patriótica, al paso que la cosa nacional y la cosa militarse unen y se confunden.

«La comunidad espiritual de un pueblo debe radicar so-bre su facultad de cargar armas y de servirse de ellas»(Wehrfähigkeit). (1) ,

Un Estado puede subsistir, en el hecho, sobre una baseque no sea la de la nacionalidad; sin embargo, un Estadonove no podrá levantarse en el porvenir si carece de estacualidad personal y viviente.» (2)

La Alemania de ante-guerra era un «Estado de nacionalida-des» y quiso llegar a ser un «Estado nacional». Fracasando enel descubrimiento de un valor que le permita esta transmutación,ha descubierto el valor militar. El. Nacional-socialismo quisofundar un Estado a la manera espartana, un Estado militar.Mein Kampf, refuerza a menudo los lazos que unen a este Esta-do con el espíritu de las líneas del frente.

(1) Bernhard Schleich, op. citada.(2) Rudorf Kyellen: Der Staat als Lebensform.


«La historia ofrecerá sus laureles a Bismarck porque élcomprendió que la cuestión alemana no tenía significación si-no desde el punto de vista militar. (1).

«El sentir de la comunidad militar debe preceder al de lacomunidad popular, porque sin un frente militar común es im-posible un frente de unidad nacional». (2)

El espíritu prusiano perseguía la realización de la unidadalemana. El nacional-socialismo ha reivindicado esta misión aldarle un aspecto místico a aquella aspiración. El ejércitoalemán es el heredero del espíritu prusiano y en el devenirde los tiempos se va fundiendo más y más sólidamente con elconglomerado total de su pueblo. El nacional-socialismo asig-na al ciudadano las mismas finalidades que en su acción asignael ejército al soldado. De este modo se realiza una unidadque facilita la preparación moral de la nación alemana; yesto, a tal punto, que el párrafo pertinente de la Ley de Marzode 1935, —que prohibía al ciudadano bajo banderas toda acti-vidad política— podría muy bien ser suprimido sin conse-cuencias.

En el siglo XVIII un escritor alemán reclamaba del ver-dadero soldado la posesión de las diciocho esenciales cuali-dades siguientes: temor de Dios, perspicacia, tenacidad, des-precio por la muerte, sagacidad, fidelidad, obediencia, respeto,ser atento, odiar los placeres viles, desear el honor, tener fe,cumplir estrictamente sus deberes y poseer hábitos de econo-mía. La Alemania contemporánea vuelve a imponer estos man-damientos. En cada página de las obras de educación moraldestinadas a la nación y al ejército se registran estos o análo-gos preceptos. La única diferencia es que Alemania, pene-trada de los principios de la guerra total, exige ahora de todossus ciudadanos la observación de estas cualidades.

El Canciller Hitler y todos los antiguos escritores comba-tientes han acusado a las retaguardias de haber quebrantadodurante la guerra mundial las fuerzas de resistencia de lasarmas alemanas.

En el futuro, la guerra será total y este hecho representauna evidente ventaja.

Se alegran los pacifistas por el hecho de que el horror dela sangre se extiende sobre los civiles y las familias de laretaguardia, con el fin de exhaltar él terror universal; pero

(1) Teniente-general von Matzsch: Wehrwende. El autor es uno de los másfogosos educadores de la juventud y del Ejército alemán.

(2) Ver cita N.º 1.

CRONICA DE LIBROS. 427

los teóricos alemanes ven en esta acción un elemento suple-mentario para la unidad de la nación y la standardización dela educación en su conexión con la guerra.

El valor del soldado era una cualidad estrictamente indi-vidual : pero es esta ya una forma anticuada dé valor, el cualse exigirá tanto del ciudadano como del soldado: es más bienuna resistencia moral a toda prueba (Widerstands Kraft), sim-ple emanación individual de la resistencia moral colectiva de unaunidad, de una aldea y de un pueblo. Sólo el Estado tienelos medios de obrar sobre tan vasta escala.

Antes de emprender su inmensa obra de educación moralde la nación, el nacional-socialismo ha debido estudiar, con lapaciencia y el método peculiares al alemán, todos los factoresque dicen relación con la resistencia moral de un pueblo: fac-tores individuales, como el valor personal y el valor cívico;factores sociales, como la profesión o el modo de vivir. Im-posible nos sería entrar en los detalles de tal estudio; apenassi podremos escoger algunos ejemplos y hacer algunas citas:

«El valor cívico se apoya en el sentimiento, el cual esel mandatario de un objeto de derecho digno de ser defen-dido, de un objeto hacia el cual se está moralmente obligado.El valor delante del enemigo proviene, por el contrario, deuna especie de fantasía moral. La resistencia durante la gue-rra es, en efecto, un problema de inteligencia, una cuestión deestabilidad de juicio y de concepción. La resistencia moral de-pende del grado de certidumbre y de convicción».

Por consiguiente, a un pueblo dotado de sólidas cualida-des físicas sólo le faltará la inculcación de los principios bóli-dos de que carezca.

«Las fuerzas morales de un pueblo ejercen la más pode-rosa influencia sobre sus cualidades militares y sobre su fuerzamilitar.

El verdadero valor, es decir, la resolución consciente desoportarlo todo, las privaciones, el dolor, el terror, el sufrimientoy la muerte, para alcanzar un fin predeterminado, pertenece alas más altas facultades humanas. El cultivo de estas faculta-des hasta hacer de ellas una cualidad de las masas, proceso in-dispensable a la aptitud militar de un pueblo, es uno de losprincipales problemas tanto de' la educación popular como dela enseñanza militar.

La disciplina en un ejército y naturalmente también enun pueblo, sostendrá el valor y la resistencia y permitirá vencerlas debilidades que a menudo se abaten sobre los mejores y losmás valientes. La disciplina tiende a dar al espíritu militar laelevación necesaria y representa el cimiento que exige el man-


tenimiento de las facultades militares de este poderoso organis-mo de los Estados modernos».

Para cumplir esta obra de educación, el Estado necesita es-tar en posesión de facultades mucho más amplias que en elpasado y no solamente tener el privilegio de la preparaciónmilitar y el derecho exclusivo a la educación de la juventud,sino que todo aquello que constituye la vida moral de los hom-bres debe hallarse bajo su dependencia. Una obra muy curiosa,escrita en forma poética, nos traza un cuadro de todos los me-dios que debe poseer el Estado para despertar en el pueblolas fuerzas militares que en él yacen adormecidas. Citaremosalgunos pasajes:

«De una u otra manera, cada miembro de la comunidad po-pular debe tener conciencia de que el ejército, la economía y lacultura, en las pequeñas como en las grandes cosas, se hallanestrechamente unidos... Un millón de soldados es poca cosa siun número de individuos bastante superior no se mantiene a re-taguardia pensando y trabajando como soldados... Todo aque-llo que no es útil al ejército ha pasado a ser un lujo en Ale-mania. Lo que parece ser un lujo puede siempre tener méritomilitar: por ejemplo, una obra de arte que nos haga a la Patriamás digna de ser defendida... En toda teoría científica o filo-sófica que encuentre eco en el resto del mundo, pero que ame-nace la actitud general de nuestro pueblo, reside un error...Crear filósofos que, siendo bastante inteligentes y belicosos paraser profundizados, se integren de lleno en el nuevo pensamientoque tiende a hacer de la nación una nación de soldados... Elespíritu militar de la nación debe también hallar en la músicasu expresión embargante. No es por obra del acaso por lo quela más bella de las canciones populares alemanas es un canto,de soldados (canción del príncipe Eugenio). Yo podría demos-trar que nuestro rango mundial en materia de música no seríaamenazado, sino favorecido si trabajásemos para una comuni-dad de soldados. Una sencilla canción de Landknechts puedea veces superar al más enfadoso poema sinfónico.»

Más adelante, el autor afirma que, para comprender la geo-grafía, no existe tanto la necesidad de poseer conocimientostécnicos precisos como la de poseer un sentimiento alemán.Finalmente, y esta es una cuestión que todos los autores mili-tares tratan con más o menos fuerza y entusiasmo, pero siempredentro de una común línea ideológica:

«Una iglesia sólo puede ser teñida como verdaderamentealemana si ella actúa en servicio del pueblo alemán... En laguerra el más incrédulo, para quien la inmortalidad no signifi-.ca nada, ha comprendido que tal vez él iba a tener que morir


bien pronto por otras almas y es en este hecho donde reside elvalor de eternidad de una verdadera comunidad de soldados. Loshombres, como los pueblos, convencidos de la existencia de talcomunidad, se elevan por encima de ellos mismos y de sucarácter perecedero y llegan a creer en la existencia de unimperio divino».

Estas frases no son excepcionales. Están escritas por unmilitar. Uno de los más serios educacionistas del ejército ale-mán, el coronel F. Altrichter dice algo análogo, bien que entérminos más mesuradas.

De este modo, todos los organismos del Reich laboran enbeneficio de las «facultades militares» del pueblo alemán».

Dos problemas sociales han preocupado particularmente alos teóricos de la preparación militar: la despoblación bajo larepública de Weimar y el aflujo de la población hacia lasciudades. El Gobierno alemán ha luchado enérgicamente con-tra estas dos causas de debilitamiento del espíritu militar.

Además de los medios materiales empleados para impedirla despoblación —y que no es del caso exponer aquí— se hanpuesto en juego las más sabias propagandas.

Un pueblo que vive dentro del sentimiento de su propiaseguridad, evoluciona a veces hasta menospreciar —por creer-la inútil— la carrera de las armas; y es por esto que en Ale-mania se 'explota el sentimiento de la inseguridad por medio deobras, de mapas (1) y de afiches. I en propaganda de eficacesresultados se ha hecho valer el argumento de que en tiempode guerra la Francia, insuficientemente poblada, no podría porsí sola subvenir a las necesidades que de ella exigiría el em-pleo del factor hombre tanto en el frente de batalla como en lasactividades de la economía nacional. La corriente de poblaciónhacia las ciudades no ha recibido todavía una solución muysatisfactoria. La Alemania considera que la «urbanización de unapoblación amengua su espíritu guerrero». El campesino, encontacto más íntimo con la naturaleza, conoce la fuerza y lospeligros que de ella emanan; el hombre de la ciudad vive enmedio de comodidades amodorrantes y pierde, en su anonimato,el sentimiento de las comunidades orgánicas. Es preciso, en-tonces, predicar el retorno a la tierra. Esta es la razón que llevaa las formaciones pre-militares a hacer vivir a los niños y alos jóvenes en plena naturaleza y también la. causa de que sedistribuya a los que no trabajan, tierras sin cultivo. Se ledevuelve así al campesino una nueva nobleza.

La conclusión que se extrae de estos estudios acerca de

(1) Wehrwissenschaftliche Atlas, de von der Lutz.


los factores individuales y sociales de la «Wehrfáhigkeit» de unpueblo, nos dice que las cualidades del ciudadano no debenjamás diferir de las del soldado y que de un pueblo falto, devigor moral y de disciplina no puede salir un ejército moralmentefuerte y disciplinado.

En el libro de A. Chateaubriand: La Gerbe de Forces. (1)encontramos esta frase puesta en boca de un jefe nacional-socia-lista: «Un pueblo no está defendido solamente por sus cañones;lo está, sobre todo, por el desarrollo de su alma y de sus fuerzasespitituales. Cada corazón alemán debe ser una fortaleza in-vencible» .

A. de Chateaubriand había interpretado esta frase comouna declaración pacifista. Sin duda él había traducido «Wehren»por defensa. Los alemanes proclaman que su ejército no esmás que el muro fortificado en el campo de expansión dela cultura alemana y esto es lo que acaso ha inducido a erroral autor citado.

La nueva cultura alemana, por lo demás, halla sus modelosy palabras de orden en la vieja tradición militar prusiana yorienta la labor de toda la nación alemana hacia sus finalida-des militares.

Establecida sobre una poderosa base moral, la organizaciónde la preparación militar busca incrustar una comunicación pro-funda en la juventud de una colectividad que alcanza a 80 mi-llones de almas. Mirando hacia la formación futura de estosseres, el Estado dispondrá de ellos desde sus primeros años.

La educación militar debe comenzar desde la infanciainiciándose en la familia y en la escuela, es decir, por lospadres y por el Estado.

A partir de la infancia, la familia y la escuela, estos dossitios donde se lleva a cabo la educación de la juventud, debencuidar de la preparación corporal y moral de los futuros de-fensores de la Patria que le son confiados».

Esta proposición indica claramente que los niños pertene-cen, ante todo, a la comunidad popular y, por ende, al Estado.

Es éste, por consiguiente, quien, por una parte, va a cui-dar de dirigir a los niños durante el tiempo en que éstos lason confiados a la escuela y, por otra, quien debe tomar asu cargo la formación y la supervigilancia de la familia; y espara cumplir este segundo deber que el nacional-socialismo haextendido hacia la mujer la obra educacional del Estado.

La mujer alemana debe ser, ante todo, madre de familia enel sentido espartano, que procree hijos sanos y se forme con-

(1) Grasset, editor, 1937.


ciencia de que esos hijos, antes de pertenecer a ella, le perte-necen al Estado.

«La madre alemana es una educadora que debe conocer yaplicar sin debilidad y en toda su dureza las leyes de lanaturaleza» . (1)

La mujer alemana debe ser «la compañera del hombre ensus trabajos y en sus peligros y trabajar y sufrir aliadodel hombre tanto en la guerra como en la paz». (2)

Madame Scholtzklink, Fuehrerin de las mujeres alemanas,decía en un discurso: «Nuestra aspiración tiende a formar alhéroe combativo, consciente de su misión, razonable y de espí-ritu crítico, al fuerte: el hombre alemán, verdadero y paro»..

Antes de 1934, la educación de la joven era una cuestiónde partidos y de iniciativa privada. Hoy las jóvenes alemanasson incorporadas en una «Unión de las jóvenes alemanas» (laB. D. M.).

De igual modo que son incorporados los jóvenes varonesen los trabajos que les están determinados, las jóvenes, a partirde 1939, deberán permanecer durante un año en los campos deservicio femenino donde se las empleará en obras de ayuda a loscolonos instalados en las tierras conquistadas por el serviciomasculino. Más que las tales obras en sí mismas, el serviciofemenino tiene por objeto inculcar a la mujer alemana los prin-cipios connaturales que ella debe transmitir a su prole:

En los primeros tramos de su vida el joven alemán sehallará colocado entre un padre y una madre a los cuales elEstado habrá impartido principios qué les son comunes, análo-gos a los enseñados en la escuela.

Pero, esto es para el porvenir. Mientras tanto, el padrede familia, antiguo combatiente, debe ayudar al Estado con suinfluencia, sus recitales y su ejemplo. «El amor a la Patriay el espíritu militar (wehrhafte Geist) no echarán jamás raícesprofundas si no le son enseñadas al niño desde el período desu infancia. Los relatos guerreros de los padres, sobre batallasy victorias, sacrificios y fatigas ofrendadas a la Patria, produ-cen siempre una impresión muy honda en el espíritu receptivodel infante».

Junto con la casa familiar, gravita también sobre la escuelasu responsabilidad en la educación moral de la juventud. Elladebe darle el sentido del orden, la fidelidad al deber, la discirplina, el sentimiento del honor y el amor a la Patria. La escue-la será el instrumento más poderoso si ella cumple conveniente-

(1) Elsa Trobenius. Die Frau im dritten Reich.(2) N. S. Frauenbuch. F r . Eher Nach Verlag.


mente con su rol de impartir al niño el amor al trabajo y el gocede vencer las dificultades que tan útil es en la conducción dela vida y tan indispensable en el ejercicio de las armas.

La escuela no basta al cumplimiento de esta misión y espor eso que el Gobierno ha convertido en instituciones del Es-tado los organismos educacionales del Partido.

A los once años, el muchacho entra en la «Deútsches».Jungvolk» o «juventud alemana». A los quince, es transferido ala juventud hitleriana (Hitler-Jugend). Al cambiar de organiza-ción, el educando no cambia de vida. En la Jwngvolk como enla Hitler-Jugend se le desarrolla el gusto por el esfuerzo y elriesgo y el sentido de la disciplina y de las responsabilidades.Se le enseña que le está reservado al más meritorio y al, másbravo la misión de conducir y comandar a los demás, princi-pio, que, por lo demás, encontrará en toda la organización socialde su país.

El Estado no deja al futuro soldado ningún resquicio deescape. De la juventud hitleriana pasa, a los 19 años, a loscampos do trabajo. Allí también se le hará llevar una vida rudadentro del concepto de que el más alto de los valores es eldel trabajo desinteresado. Se le hará construir fortificaciones yotras obras análogas y se acabará de inculcarle, sobre todo,el sentimiento de la camaradería y el convencimiento de que élno es más que una célula en el vasto cuerpo de la nación,alemana. Después de dos años de este régimen, en posesión yade sólidas bases morales, podrá ingresar al ejército donde se leenseñará la verdadera profesión de las armas. Y cuando prestejuramento de observar la «carta del soldado alemán» no experi-mentará otro sentimiento que el de dar forma a sus propias con-vicciones morales. La profesión de las armas, propiamente dicha,no se aprende sino en el ejército, «único portador de las armasdel pueblo alemán». En la «Hitler-Jugend» no se entrega aejercicios militares, propiamente dichos.

En un país donde los principios morales del pueblo enteroson los principios militares y donde se considera que el ejércitoes al mismo tiempo la encarnación y el ejemplo de la nación,es evidente que se dará el primer lugar en la enseñanza a lasciencias ligadas a las cosas militares; y, esto, tanto en lasescuelas como en las formaciones pre-militares.

El programa de las escuelas alemanas acaba de ser refun-dido para el año que comienza (1). He aquí cómo lo presentauna autoridad educacional:

«El nuevo programa de las escuelas alemanas demuestra

(1) Esta cuestión será tratada en un próximo estudio.

CRONICA DE LIBROS.

suficientemente que son las cualidades intelectuales fundamen-tales del soldado las que en el Estado nacional-socialista debenconstituir el fin principal de la educación del carácter y de lavoluntad: certidumbre del objetivo que se pretende alcanzar,decisión rápida, modestia y disciplina moral. De allí debe saliruna mueva raza, ruda, y sana y en contacto con la naturaleza».

En lo que concierne a las materias de enseñanza, fuera dela historia y de las matemáticas, la geografía política, el usode las cartas, el estudio del terreno y su utilización, las mar-chas con brújula, etc, ocuparán sitio preferente. Los maestros,por otra parte, aconsejarán a sus alumnos la lectura de losinnumerables «alfabetos» de la ciencias militares: alfabetosdel sirviente de ametralladoras; del granadero, del jinete, delartillero, etc., y, finalmente, ciertas organizaciones anexas del«Jungvolk» o de la «Hitler-Jugend», como, por ejemplo, elcuerpo de aviadores nacional-socialistas (N. S. F. K.) se en-cargarán de desarrollar en el joven cualidades especiales.

Este cuerpo está dividido en varias clases que correspondena la edad de los adherentes y a cada una de las organizacionesdel Partido. En la «Jungvolk» existen asociaciones para elestudio de modelos de aviones (Modelftugarbeitsgemeinschaften)y en la juventud hitleriana, a partir de los 15 años, los jóvenesdeben construir modelos más y más perfeccionados de acuerdocon planes exclusivamente propios. Allí reciben conocimientosteóricos sobre el vuelo sin motor y pasan en seguida a los ejer-cicios prácticos formando unidades de aviadores. (Fliegereinhei-ten). A los 18 años emprenden sus primeros vuelos a motor,sirven después cuatro años en la aviación y entran por final cuerpo de aviadores nacional-socialistas. Todo este entrena-miento no persigue otra finalidad que la de formar aviadores deciase excepcional y también de «mantener despierto y arraigaren el pueblo alemán el sentimiento aéreo.»

Por lo demás, tal es el objeto común a todas las organiza-ciones oficiales del Partido: desarrollar la actitud moral mili-tar del pueblo alemán. Alemania proclama, en efecto que elpoder político debe ser establecido de acuerdo con los mismosprincipios y según el mismo orden jerárquico reinante en elejército.

Terminado su servicio militar, el joven alemán, fuera de losperíodos regulares en que debe volver a las filas; se verá incen-santemente sujeto a la influencia de diversas organizaciones que,viviendo bajo los mismos principios morales que el ejército, lomantendrán virtualmente en contacto con él durante todo elcurso de su vida.

M . del E. 9.

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La Francia, desde las guerras de la Revolución, habíareconocido la necesidad —dentro de la nueva concepción delEstado moderno—- de tener un ejército de servicio universal yla obligación, para todo ciudadano, de defender la Patria. Pero,después de una guerra, los franceses retornan a sus campos yno piensan más que en cultivarlos.

En los primeros tiempos de la Revolución Nacional, el Par-tido hitleriano ensayó distinguir entre el soldado del ejército re-gular y el que él llamaba «soldado político». El primero era elque cargaba las armas destinadias a proteger la nación: el otro,el miembro de las formaciones nacional-socialistas, combatía porla conquista política, pero dentro del mismo espíritu que el sol-dado de la nación.

Más adelante desapareció toda distinción entre el soldadoy el ciudadano porque el hitlerismo hizo suya la afirmación deClausewitz de que la guerra no es más que la continuación dela política actuando al influjo de nuevos medios. El ejércitoalemán de servicio universal deberá tener un día el efectivo dela nación.

¿ Cuál es el objetivo final de la educación común del sol-dado y del ciudadano?

El objetivo final es la formación de un Estado militar, deun Estado con disciplinas espartanas, capaz de ser transforma-do, en un abrir y cerrar de ojos, en gigantesca máquina mili-tar. La concepción de la «nación armada» ha sido ya sobre-pasada.

El ejército de otras épocas tenía la misión de defenderel país. En la actualidad, la nación misma debe ser su propioejército, dar al vocablo «Wehren» todo su valor y ligarse asu significado intrínseco de incensante transformación demarcha.

Esta podría ser nuestra conclusión; pero, como el presenteestudio no es, en suma, más que una crónica bibliográfica, nosparece preferible terminarlo con algunas citas que estimulenen el lector el deseo de leer la copiosa lectura de la cualhan sido extraídas y profundizar su sentido.

En la Revista Wehrtechniche Monastshafte, de septiem-bre de 1938, el general de artillería Ludwig ensayó establecerlos verdaderos beneficios de los dos factores del éxito: elmaterial y el moral.

La superioridad pasajera del material ofensivo sobre el dela defensa puede asegurar a uno de los adversarios un triunfopasajero; pero bien pronto la defensa encuentra nuevos medioscon la entrada en acción de una superioridad cuantitativa; peroel personal que sirva este material deberá penetrarse de sus pro-


piedades y comunicarle un alma. De manera que, en todo casoes la moral quien decide de la suerte de la guerra. Y la fuenteque provee esta moral es la nación.

«Mientras más profundamente un pueblo ha plasmado sunoble y hermosa existencia en el arte la ciencia;, la cultura y lariqueza, más grande puede ser su pérdida en caso de guerra ymás poderosa debe ser, por consiguiente, su voluntad militar(l).

«La Reichswehr no era política simplemente porque suobjetivo debía ser el mantenimiento del orden y de la unidaddel país... Sus simpatías, aun cuando no tuvieran expresiónexterna, debían ir forzosamente a la revolución nacional...

«Ahora ya está creado el Estado al cual aquella puede iden-tificarse para siempre; participa plenamente de su voluntady su actitud es la misma que la del Estado. Así como el únicqportavoz de la voluntad política es, según la expresión del Füll-rer, el movimiento nacional-socialista, el ejército es el únicoportador de las armas. La «Wehrmacht» es, en su intangibilidad,la encargada de la realización militar de los designios del Estado.Su juramento de fidelidad al Führer del Reich y del puebloalemán como a su propio jefe supremo, ha puesto definitivamen-te en sus manos todas las fuerzas nacionales; de modo que la«Wehrmacht», en derecho y políticamente, forma parte integran-te e intangible del Estado nacional-socialista... La actitud delsoldado no está sólo ligada al empleo de las armas... está másbien constituida por la obediencia y la abnegación hacia el pue-blo. Y es en nuestro pueblo de soldados de unidad recientedonde se funde la herencia total de todas las comunidades mili-tares (alemanas» (2).

«El Estado militar en formación no es ya cuestión de cien,o docientos mil fusiles, sino de 60 millones de almas. El equili-brio entre el trabajo y la fuerza armada no es un problemamecánico, un problema presupuestario, sino un problema dehombres de Estado, en su más alto sentido (3).

El nacional-socialismo posee, en cierto modo, la concep-ción de que el mundo debe estar forjado sobre el yunque mili-tar y es éste punto de vista desde el cual puede hablarse delnacimiento de un Estado militar. Tal Estado se apoya en unaconcepción individual de la vida que transfiere al nacional-socia-lismo los mismos valores que constituyen las caractenóticasespecíficas del ejército. Cada alemán, aunque se halle fuera delas filas, debe, en consecuencia, considerar como más desea-

(1) Vonder Goltz: Yolk im Waffen: citado por B. Schleich.(2) Gerhard Günther: Dentsches Knegertum im Wandel der Geschiechte.(3) H. von Metgsch: Arbeft und Waffe ais Grundlagen der Natíon.


ble y honroso que el bienestar y los provechos materiales, unestilo de vida ruda, viril y heróica. En las. formaciones delmovimiento nacional-socialista esta concepción de la vida espuesta en práctica y cultivada por la preparación de cada uno desus miembros para el sacrificio de sí mismo. En el Partido co-mo en el Ejército, como epicentro fundamental de la educación,se halla el modelo imperecedero del soldado y del hombre: aptopara cargar armas, franco, pleno del sentimiento del honor, dela fidelidad y del deber y camarada perfecto, disciplinado y pron-to a ofrecerse en sacrificio» (1) .

Teniente. J. Legusre.

(1) Coronel F. Altrichter: Der soldatische Führer.

Fábrica y Depósito Central de Vestuarioy Equipo del Ejército

SANTO DOMINGO 3317 — TELEFONO 90523Tiene en existencia:

CALZADO PARA HOMBRES: tipo corte militar, botín de unapieza, botín civil, zapatones, botas chantilly y de caza, zapatos paraSki y Andinos.

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Al personal de las Fuerzas Armadas en Servido Activo hasta3 meses.

Veinte millones de rojos.ORGANIZACION MILITAR Y TACTICA DEL SOVIET.

Por el Tte. Crl. de Infantería, Charles A. Willoughby.

Traducido de "The Infantry Journal" (Estados Unidos de N. A,).

Con sus fuerzas activas de más de 1:500.000 hombres y una re-serva entrenada que se calcula en 18.000.000, el ejército de la Ru-sia soviética es probablemente el más numeroso del mundo si no elmás fuerte en cualquier sentido que se le considere. Es por ello dignade la cuidadosa atención y estudio de los miembros de cualquierejército toda doctrina que emane de tan tremendo poder y cadainformación respecto a las bases que inspiran la organización desus unidades. Extraídas de diversas fuentes (1), ofrecemos en esteartículo las últimas informaciones sobre los intereses militares deaquella nación.

Para considerar en principio la táctica y organización de launidad básica de la infantería, tenemos que referirnos brevementeal reciente manual de infantería que fué necesario reeditar para darcabida a la introducción de la "unidad de combate", análoga ala escuadra de la infantería alemana, de tipo reforzado. En el nue-vo manual encontramos eliminados algunos de los capítulos conte-nidos en el anterior, tales como: marchas en skis, combate a la ba-yoneta, preceptos para el uso de las granadas de mano y forma-ciones de ciclistas. Todo esto aparece ahora en folletos separados.Se ha escrito, por otra parte, mucho más respecto a la proteccióncontra gases y particularmente sobre la adopción de medidas des-tinadas a absorver o inutilizar los efectos de estos elementos sobrevastas extensiones de terrenos.

(1) Las principales fuentes, además del Manual del Soviet, son varios ar-tículos del Magazine del Soviet Krasnaya Svyesda, de 1937; el Wochenblatt-Mi-litar alemán, de 1938 y el Zusammenstellung und Russische Armee de Ivanov,de 1937.


Respecto a las unidades básicas de la infantería, el nuevo ma-nual nos dice que el equipo de combate "standard" es la escuadrade fusileros agrupados en torno del F. A. (ametralladora liviana).(1) Se compone de un jefe de escuadra, ocho fusileros y una ame-tralladora. En vista de su reducido tamaño no está dividida tácti-camente en unidades de maniobra y de apoyo del fuego.

La sección consta de tres escuadras de fusileros y una escua-dra de fusileros portadores de granadas, compuesta de un jefe yseis hombres. Este fuego de alto ángulo dentro de la sección de-muestra ya una tendencia a mantener la independencia del fuegoordinario de apoyo. Igual cosa se ve en la organización de la com-pañía, la cual cuenta con secciones propias de ametralladoras pe-sadas, compuestas de ocho hombres (un apuntador, un reempla-zante, dos observadores, un conductor y tres transportadores de mu-nición).

Como en los otros ejércitos del mundo, las formaciones en or-den cerrado han sido simplificadas. En la formación de reuniónde la sección las tres escuadras de fusileros y la escuadra de grana-deros se colocan una detrás de otra en una fila de nueve hombres.La sección de ametralladoras pesadas se sitúa detrás del centro dela compañía. Para formar la columna de marcha, la sección de flan-co rompe simplemente la marcha al frente, seguida en columna porlas secciones restantes.

Para la escuadra de fusileros existen tres formaciones en or-den abierto: la columna por filas, la línea en orden disperso conintervalos de cuatro a cinco pasos y la formación en cuña. En elcombate, el soldado avanza individualmente por saltos o arrastrán-dose. Cuando llega a unas cincuenta yardas de la línea enemiga,una salva concentrada de granadas de mano cubre su saltó final.Las últimas cien yardas pueden, sin embargo, ser recorridas en sal-tos por la totalidad de la línea. En el orden abierto el personal deservició de las ametralladoras torna la formación adoptada por launidad de rifleros más cercana.

La tabla siguiente muestra de modo más detallado la organi-zación del regimiento de infantería:

El Regimiento de Infantería del Soviet.

Plana Mayor del Regto.Comandante de la Sección de Ingenieros.Comandante de la Sección Gases.Comandante de la Artillería de Acompañamiento de tiro curvo.Comandante de Bagajes.

(1) Escuadra combinada.—N. del T.

VEINTE MILLONES DE ROJOS 439

Comandante de Destacamentos Sanitarios y Sección de Veteri-naria.

Oficial de Política.Comandante del Destacamento de Escuela Regimental.Destacamento Regimental de Reconocimiento.Compañía Regimental de Comunicaciones.3 Batallones de fusileros.

Cada batallón:

Plana Mayor del Batallón.Comandante Sección Ametralladoras.1 Compañía de Ametralladoras Pesadas—3 Sec. de Ametralla-

doras (12 piezas).1 Sección de Artillería de Acompañamiento (dos cañones de

37 mm. y tres morteros livianos).3 Compañías de fusileros:

3 Sec. de fusileros, 1 Sec. Granada de Mano,1 Sec. Ametralladoras.

Bagaje de Combate.Artillería de Acompañamiento:

2 Baterías de tiro curvo (76 mm.).1 Batería de Contando.

Destacamento de Escuela Regimental(cuadro de instrucción)':

3 Sec. de fusileros.1 Sec. de ametralladoras.

Destacamento Regimental de Reconocimiento:1 Sección Montada (20 jinetes, 3 ametralladoras livianas).1 Sección de bicicletas (ametralladoras pesadas).

1 Compañía de Ingenieros (Pioners).1 Sección de Gases:

4 Escuadras de Gases.1 Camión con Equipo Anati-Gas.

Elementos de abastecimientos y Servicio:Bagaje de Combate (Amunicionamiento).Bagaje de Campaña (Transporte Animal).

Se calcula que 285 regimientos semejantes se han organizadocomo unidades activas hasta una fecha reciente. Existen también,a la. fecha, en servicio activo, unas 600 baterías de cañones de acom-pañamiento.

La tabla que sigue detalla el armamento de las unidades deinfantería:

Rifle.—Modelo 1891 / 1930; calibre 7.62 mm.; aparatos de punte-ría (Vernier) modernizados (alza graduada en metros); cargador


de 5 cartuchos; velocidad de fuego: 10 a 12 tiros por minuto. Peso9.9 libras; alcance: 2,500 yardas.

Pistola.—Modelo: Browning; calibre 9 mm.; almacén dé 7 ti-ros y peso de 2.2 libras.

Ametralladora liviana.—Modelo: Degtjarob; calibre: 7.62 mm.;refrigerador de aire; alcance: 1.400 a 1.500 yardas; velocidad defuego: 500 tiros por minuto; soporte de dos pies.

Ametralladora pesada.—-Modela: Maxim; calibre: 7.62 mm.,refrigerador de agua; mecanismo de retroceso; cinta de 220 tiros;peso 4.3 libras; velocidad de fuego: 600 tiros por minuto; alcance:3,800 yardas; transportada en carros de dos ruedas.

Granada de mano.—Modelo: Djakonow 1933; radio de explosiónen la defensiva: 100 yardas (2.000 fragmentos) si se la cubre conun cilindro auxiliar; sin este cilindro, el radio de explosión (ofensi-va) se reduce a 25 yardas.

Armas Pesadas (Batallón fusileras).—Morteros Stokes ( y otrostipos).

37 mm. Modelo: Rosenberg; alcance: 2.200 yardas.Cañón de 47 mm. (anti-gas) ; alcance: 1.600 a 3.300 yardas.La división de infantería del Soviet ha sido, lo mismo que la

nuestra, sometida a experimentos y cambios durante los años reciénpasados; no obstante esto, el 'bosquejo de las doctrinas tácticas quedamos a continuación arroja suficiente luz sobre lo que son las sub-unidades divisionales principales.

La marcha de aproximación.

La división soviética en la «marcha de avance lleva una vanguar-dia cuya fuerza es, usualmente, a lo menos un tercio de la infanteríay aproximadamente la mitad de la artillería divisional. Cuenta tam-bién con un agregado ocasional de la artillería de los Cuerpos deejércitos, aun de los calibres de mayor alcance. Esta fuerza se basaen el deseo de obrar ofensiva y rápidamente y conseguir así, en unchoque sorpresivo el predominio sobre el enemigo. El resto de laartillería orgánica se mueve a la cabeza del grueso. La aviación ylas unidades mecanizadas suministran la seguridad frontal y por elflanco.

El avance por saltos individuales o por líneas se relega a casosexcepcionales, pues, se ]e considera como un inútil consumidor detiempo que conduce a la pérdida de la iniciativa. El Soviet esperaque sus vanguardias actúen independiente y enérgicamente y quesu artillería obre con análoga agresividad desde sus posiciones ade-lantadas, aun en el momento del avance de los sostenes, buscandoventajosas posiciones de fuego para establecer su superioridad, Encuanto a los reconocimientos, emplea para ello los principales ele-mentos de la infantería.


Así, pues, la doctrina impuesta a la vanguardia del ejército so-viético consiste en ganar al enemigo por la sorpresa y derrotarlo porla rapidez, la agresividad y la fuerza superior de sus elementos deavanzada. Esto en muchos casos significa, por supuesto, descentra-lización del comando y acción independiente.

• Combate ofensivo.

Normalmente, la división de infantería del Soviet se agrupa, ha-blando en términos generales, en un elemento de fijación (la van-guardia) compuesta más o menos de un tercio de la fuerza disponi-ble ; un elemento de maniobra, el cuerpo principal; y la reserva, for-mada aproximadamente por la novena parte de los efectivos dispo-nibles. La extensión de los frentes para el ataque, cuando el enemigoestá en posición, es ]a siguiente: 4.500 — 6.500 yardas para un Cuer-po de ejército; 2.200 yardas para una división; 1.200 — 2.200 paraun regimiento y 600 — 1.000 yardas para un batallón. La amplia-ción de estos frentes aumenta considerablemente cuando se trata deun enemigo en movimiento: Cuerpos 9.000 — 13.000 yardas; divi-sión, 4.500 — 6.500; regimientos. 2.200 — 3.300 yardas y batallón,1.100 a 2.200.

Las armas pesadas de los regimientos de infantería son emplea-das por el regimiento. Pueden, sin embargo, ser entregadas a los ba-tallones y a las compañías como refuerzos inmediatos y próximos enlos terrenos cerrados, neblinas u otras condiciones análogas.

La artillería divisionaria presta su apoyo directo con un bata-llón por cada regimiento de infantería. La artillería de los Cuerposde ejército pasa a menudo a las divisiones; pero opera en agrupa-ciones para la conducción unitaria del fuego; y el Cuerpo ordina-riamente recibe una división de artillería de la reserva del GranCuartel General. Cuando esto viene, traspasa un regimiento a cadadivisión y conserva el tercero para su propio uso.

La doctrina del Soviet concibe la ofensiva como un movimien-to de agresividad implacable, tal como es la acción asignada a lavanguardia. La masa del fuego se coloca a considerable distanciahacia adelante, no obstante los riesgos de la falta de abrigo y de lavulnerabilidad de las posiciones. Protegidos por este fuego, los ele-mentos de maniobra intentan las acciones de flanco, maniobra quese busca siempre, sea que el enemigo se. halle en posición o en mo-vimiento. Contra el enemigo en posición se planea un ataque secun-dario para garuar la apertura de una brecha. La línea de partida estan próxima al enemigo como sea practicable, alrededor de 800 a1.000 yardas de sus elementos avanzados. Los puestos de comandode la artillería se hallan entre 600 y 1.700 yardas del enemigo y elemplazamiento de las baterías de 2.000 a 3.500 yardas. No obstante


el aspecto general de agresividad que predomina en las enseñanzastácticas del Soviet, la artillería, ordinariamente, emprende una in-tensa preparación de tres a cuatro horas.

Los batallones de la primera ola de ataque, precedidos y acom-pañados por tanques, buscan a la artillería enemiga y sus emplaza-mientos de reserva. Deben avanzar resueltamente y evitar los cen-tros de resistencia que puedan ser rodeados o rebasados por susflancos, dejando su reducción a otros escalones de ataque más próxi-mos a la retaguardia.

Cada unidad, dicen los preceptos reglamentarios, avanza tanprofundamente como sea posible dentro de los boquetes de los dis-positivos enemigos. La artillería debe prestar su apoyo dentro de laproximidad que le sea posible, desplazándose hacia adelante por es-calones, con el objeto de asegurar la continuidad de la protecciónde su fuego directo.

El proceso de esta acción conduce a una completa descentrali-zación y debe mantenerse a "paso rápido". En suma, el objetivo esquebrantar la voluntad del enemigo y destruirlo, no ganar terreno.

Combate defensivo.

La defensiva — insisten los reglamentos del Soviet — es pura-mente una medida provisional. Sólo una parte del ejército asumirála defensiva mientras se efectúan en otro sitio los preparativos para,la acción ofensiva, cuando se lleva a cabo una reagrupación de losefectivos o en cualquiera situación análoga que exija economía defuerzas.

La zona general de la defensa no es estrictamente definida.Cuenta, sí, con un puesto avanzado y una línea principal de resis-tencia, pero también aquí se deja considerable latitud a la iniciativade los comandantes locales.

Las siguientes son las amplitudes normales de los frentes en ladefensiva: Cuerpos de ejército, de 15 a 19 millas; división, 9,000 a13.000 yardas; regimiento, 3.000 a 4.500 yardas; batallón, 1.100 a2.200 yardas; compañía, 500 a 1.100 yardas. La proporción de fuer-za existente de los elementos de la defensa principal alcanza aproxi-madamente a dos tercios para la defensa principal y los contra-ata-ques locales; más o menos a un tercio para los contra-ataques demayor importancia y cerca de un noveno para las reservas encar-gadas de la protección de los flancos.

En el combate defensivo las armas pesadas de la infantería ope-ran contra los objetivos locales y contra los tanques, en particular.La artillería divisionaria orgánica proporciona apoyo directo, afectaa los batallones y compañías de infantería, sin perjuicio de las mi-siones eventuales que deba desarrollar en las zonas circunvecinas.


La artillería del Cuerpo de ejército contraataca a las baterías ene-migas y, para su control, se la mantiene ordinariamente en agrupa-ciones.

Cada ametralladora liviana en el combate defensivo debe cubrircon sus fuegos un frente de setenta y cinco yardas a una distanciade 250 yardas, disparando a razón de dos tiros por minuto y porcada yarda del frente que deba batir. Así el sector de fuego de unasección, basado en sus ametralladoras livianas, es de 225 — 250 yar-das. A esta densidad se añade una adicional proporcionada por elfuego de fusil, de 200 tiros por minuto, lo que permite a la seccióncubrir un frente aproximado de 300 yardas. Las armas adicionalessacadas del resto de la compañía pueden ser empleadas para ensan-char a 500 yardas el frente abarcado por la sección. El fuego cru-zado se usa habitualmente desde las posiciones de la línea frontal.

El cálculo anterior se basa en una velocidad de fuego, por ca-ñón, de 300 tiros por minuto. Esta, por supuesto, no es la velocidadmáxima, pero se la considera razonable para los instantes de acre-centamiento brusco del fuego rápido; antes que para el fuego con-tinuo. El problema de los frentes — siempre materia de controver-sia en la forma en que lo han resuelto los Soviets —contiene, sin em-bargo, un elemento notable: la densidad de fuego por yarda defrente. Bien considerado, este es probablemente el ítem más impor-tante en la potencia del fuego.

En el período de preparación del enemigo, la artillería divisio-naria concentra sus fuegos en su línea de partida para quebrantarel ataque en el momento de su iniciación y, en seguida, vuelve suscañones contra los tanques hostiles a medida que éstos aparecen.Todas las unidades — cualquiera que sea el número de sus efecti-vos — deben defenderse en sus posiciones, aun cuando estén ro-deadas, emprendiendo el contra-ataque tan pronto como sea nece-sario.

La táctica soviética abarca también¡ la posibilidad de tropezarcon frentes de unidades más numerosas. En tal caso se emplea unsistema de fuegos cruzados y de fuertes puntos de apoyo con ocu-pación intermedia débil o, donde la situación lo exige, una defensamóvil para las posibles direcciones de aproximación del enemigo.En este último caso se considera lógica la descentralización de lasunidades, especialmente de la artillería. La fracción de infanteríade los equipos artillería-infantería puede ser tan pequeña como unacompañía de infantería.

Ataque de tanques.

La doctrina del Soviet parece pronunciarse en favor de los ata-ques de tanques en masa, A pesar de existir la opinión razonada


de que las armas anti-tanques se hallan sólo en los comienzos de sudesarrollo definitivo y que, no obstante, ellas son ya capaces de po-ner fuera de combate a los tanques livianos y a los de categoría me-dia, por simples impactos directas, el ejército soviético se aferra ala esperanza de que los ataques en masa logren rebasar el poder dela defensa anti-tanque. Esto parece indicar que se creyera que elenemigo solo va a tener un número limitado de armas anti-tanquesen un sector defensivo cualquiera.

En un artículo reciente el autor examina un encuentro típicode tanques y supone un ataque por cuatro compañías de tanqueslivianos sobre un frente de 1.000 yardas en cuatro líneas de veinti-cinco tanques cada una. El enemigo está compuesto por un batallónde infantería a la defensiva. Se presume que los cañones anti-tan-ques estarán dispuestos en el sentido de la profundidad, en treslíneas: primero, los tres cañones de la sección anti-tanque del bata-llón; en seguida, tres cañones cedidos por el regimiento y, finalmen-te, seis cañones de la compañía anti-tanque divisionaria. Cada ca-ñón dispone de un campo de tiro de 1.000 yardas aproximadamen-te. Los tanques avanzan a razón de doce millas por hora y, conse-cuentemente, permanecen bajo el fuego durante cinco minutos máso menos. En este lapso cada cañón puede disparar de cincuenta asesenta tiros apuntados, lo que hace un total de 150 a 180 tiros delos cañones anti-tanques de primera línea. Es, naturalmente, pro-blemático saber cuantos de estos tiros van a dar en el blanco, peropodemos suponer que serán tocados todos los tanques que se hallendirectamente en la línea de fuego y que aquellos que logren abrirsepaso irán a caer de lleno bajo las bocas de los cañones adicionales.

El autor se pregunta si 100 tanques livianos (7 toneladas) po-drían realizar con éxito su objetivo. En su sentir; siete tanques de100 toneladas se acercarían más a la posibilidad de obtenerlo, in-clinándose así del lado del moderno pensamiento francés antes queal ataque soviético de tanques livianos en masa.

Los autores soviéticos recomiendan también el empleo nocturnode los tanques. Creen ellos que, como regla, el atacante debe em-plear de noche unidades menores adscritas a la infantería. Los tan-ques irrumpen a través de ciertos sectores de la posición defensivaenemiga y de este modo facilitan el ataque del amanecer. El ataquede tanques debe ser planeado en tal forma que la infantería puedaocupar antes del alba el terreno que ellos logren capturar. Las uni-dades de esta arma no operan bajo las órdenes de la infanteríaatacante porque no tienen medios de recibirlas después de habersepuesto en marcha. A la luz del día sólo deben emprenderse aquellosataques de tanques de carácter decisivo y encaminados a penetrarhasta el fondo mismo de las defensas enemigas; pero el objeto delataque nocturno es simplemente llegar hasta las posiciones de la

MILLONES DE ROJOS.

artillería enemiga con el menor número de bajas. El segundo ataquesigue el amanecer y abarca toda la profundidad de la posición. Enlas penetraciones nocturnas de esta naturaleza, el fuego de los tan-ques se reduce al mínimo y sólo se abre sobre las resistencias fron-tales. A causa de las grandes dificultades que acompañan a losataques nocturnos de los tanques, sólo debe emplearse en ellos uni-dades bien entrenadas y disciplinadas. La radio comunicación seconsidera como una solución para conservar un estrecho control so-bre los tanques en maniobra. Para designarles los blancos se em-plean proyectiles de señales. Un tanque por sección tiene a su car-go el reconocimiento de los objetivos anti-tanques; su comandantedebe tener una puntería excepcionalmente exacta, Este "tanquescout" abre el fuego sólo contra las armas anti-tanques; la totalidadde la compañía cae entonces sobre ellos y los desbarata.

Los tanques en las operaciones defensivas.

Los reglamentos del Soviet fijan, como acabamos de ver, losprocedimientos empleados por la defensa en un frente normal, enun frente extendido y en un frente móvil. En los dos últimos, lostanques se adscriben a la reserva y desde allí son usados para apoyarlos contra ataques. Si hay bastante número de ellos, pueden ser dis-tribuidos a los sectores de los batallones separados.

En las operaciones de la defensa normal se reparte un batallónde tanques a cada división de infantería. El comandante coloca sustanques en aquellas zonas desde las cuales tiene intenciones de ini-ciar la ofensiva; pero puede también emplearlos dentro de su posi-ción defensiva donde quiera que exista la posibilidad de una pene-tración del enemigo.

Siempre se subordinan tanques a las unidades de reconocimien-to y de puestos avanzados. En una defensa normal, el Ejército Rojoenvía puestos avanzados débiles delante de la línea principal de re-sistencia, compuestos de una sección o una compañía por batallón,según sean las exigencias de la situación. Los reglamentos de com-bate aconsejan adscribir a lo «menos una sección de tanques a lasguarniciones de esos puestos con el objeto de atacar a las unidadesenemigas de reconocimiento y de seguridad. 'También pueden ellasdetener las vanguardias del enemigo, forzar a su cuerpo principala desplegarse prematuramente y hasta servir de pantalla a las fuer-zas de los puestos avanzados cuando éstas tengan que replegarse.

El momento más adecuado para destruir las fuerzas enemigasen el frente de la línea principal de resistencia es aquel en que elenemigo está concentrando sus efectivos inmediatamente antes delanzarse adelante. En tales circunstancias, su infantería y la mayorparte de sus armas orgánicas de apoyo, mucha parte de su artille-

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ría — no digamos nada de sus observadores — unidades de señalesy puestos de comando, se hallan concentrados en una zona reduciday en su defensa anti-tanque no está todavía debidamente organizada.Todo esto considerado, los tanques atacantes pueden, en tal caso,alcanzar un éxito considerable. Este ataque puede librarse de díao de noche, pero, preferentemente, al amanecer. Los tanques pueden,naturalmente, encontrar a su paso obstáculos o minas, y los que vana la cabeza tendrán que afrontar el fuego de toda la artillería ene-miga y la de los tanques que la apoyan, posibilidad que aumenta elriesgo si por casualidad el enemigo cuenta con mejores tanques. Siel número y el armamento de éstos es inferior al nuestro y sus posi-ciones de reunión han sido exactamente determinadas, debe empe-ñarse el ataque.

Una división de infantería sobre un frente normal de defensa ycon un batallón de tanques a su disposición, debe usar éstos en doslíneas. Una compañía de tanques avanza en la primera ola contrala línea enemiga del frente a la profundidad de unas 1.000 yardas.En el segundo escalón atacan dos compañías con las reservas regi-mentales y divisionarias a una profundidad de 1.300 yardas. Lasrutas deben ser cuidadosamente reconocidas, especialmente por laposibilidad de que hayan sido minadas con anterioridad. La prepa-ración debe también hacerse por medio de cortinas de fuego de laartillería amiga sobre las rutas de retirada de los tanques a fin deproteger su regreso después del cumplimiento de su misión.

Las opiniones del Soviet difieren respecto al empleo de los tan-ques dentro de la posición defensiva. Dicen algunos autores queéstos deben ser distribuidos a la primera línea de defensa; otros,que deben ser puestos a disposición de los comandantes de "sectorespara usarlos en los contra-ataques. En aquellos puntos en que éstosvan a robustecer la primera línea de defensa, los sectores de las uni-dades pueden, consecuencialmente, ensancharse. Esto, en cambio,proporciona más espacio para la maniobra del contra-ataque, peroindudablemente acarrea también una dispersión de las fuerzas detanques y sólo puede hacerse cuando haya abundancia de estos ele-mentos.

Si se dispone sólo de una cantidad limitada, se emplean en sec-ciones desde detrás de la línea frontal.

Cuando se hallan bajo el control de los comandantes de sector,compañías enteras de tanques, solas o con infantería, se lanzan con-tra el flanco de la infantería contraria antes de que ésta alcance ala línea principal de resistencia. Si un ataque enemigo flaquea, todoslos tanques apoyan a las unidades que emprendan el contra-ataque.El empleo de los tanques debe ser precedido del reconocimiento denumerosas rutas de avance. Las posiciones de reunión, antes y des-


pues de una lucha, no debe localizarse cerca de la línea de partida,a causa de las concentraciones de la artillería enemiga.

Si el enemigo atacante posee tanques más numerosos y de ma-yor potencia, los del contra-ataque soviético se dirigen contra la in-fantería contraria una vez que ésta se separa de sus tanques. Dondesea posible, los tanques deben atacar partiendo de los terrenos másaltos a los de nivel inferior para ganar mayor velocidad y competirpor dar alcancé, tan pronto como sea posible, a la infantería contra-ria porque éste es el camino más fácil para protegerse de las armasanti-tanques.

Deben asimismo ser empleadas como unidades estacionarias defuego, especialmente cuando los más veloces deben detenerse paraasegurar la posesión del terreno hasta la llegada de la infantería ami-ga. El comandante de tanques debe mantenerse alerta para el casode un encuentro con tanques enemigos de superior armamento. Ental caso, sólo puede atacar si se halla protegido por campos minadosy es apoyado vigorosamente por fuegos de artillería previamentepreparados.

Un problema del Soviet sobre la carta.

Un problema sobre la carta, aparecido en el diario de artille-ría del Soviet, destinado a una división de infantería, proyecta unainteresante claridad respecto a la agrupación de las unidades deartillería, infantería y mecanizadas. Una división empeña sus prin-cipales esfuerzos contra un enemigo en posición defensiva. La agru-pación de la artillería y la distribución de las unidades de tanquerevela aquí procedimientos tácticos definidos.

La división disponía de un regimiento orgánico de artillería decampaña de tres batallones; un regimiento pesado (4 batallones)procedente de la reserva del ejército y un regimiento de cañones detipo medio (3 batallones) de la reserva del Cuerpo de ejército. Elcomandante de la división envía las agrupaciones para el apoyo di-recto, en la siguiente forma: al l.º de infantería, un batallón de ar-tillería liviana y uno de artillería pesada; al 2.º de Infantería, igualcosa y al 3.º de Infantería, un batallón de artillería liviana y dos deartillería pesada. Al regimiento de tipo medio se la asigna la tareade prestar apoyo general con sus fuegos a larga distancia.

Una agrupación similar en apoyo "directo" y "general" se ha-ce evidente en la distribución de los cuatro batallones de tanquesadscritos a esta división. Así, el l.º de Infantería, recibió una com-pañía de tanques; el 2.º regimiento, dos compañías y el 3.º un ba-tallón de tanques. Los otros das batallones de esta arma fueron con-servados en un grupo especial para los objetivos distantes.


Esta distribución variable de tales unidades se basaba en el te-rreno y en el. concurso que era menester prestar al esfuerzo princi-pal.. Los tanques fueron puestos bajo las órdenes de los comandan-tes de infantería como armas de acompañamiento para ayudar a lainfantería en avance a dominar a las ometralladoras, a los morte-ros de la infantería y otras resistencias análogas. El grupo de tan-ques destinado a los objetivos distantes operaba bajo las órdenes dela división. Su misión debía principalmente concentrarse sobre laszonas de la artillería enemiga y sobre las reservas. Este grupo, noobstante, atacaba simultáneamente con la infantería a objeto de ex-plorar en toda su profundidad y en una sola acción las disposicionesdel enemgio.

El problema indicaba también una considerable coordinación delEstado Mayor y el enlace del combate. Las conferencias de ese Ins-tituto a la cual asistieron representantes de todas las unidades ma-yores se celebraron para aclarar y coordinar el esquema de la manio-bra y los factores de tiempo y de espacio.

El comandante del grupo de tanques indicó su zona de avance,itinerario y probable duración del ataque, en orden a coordinar es-tos elementos con los fuegos de la agrupación de la artillería en elapoyo general. Las agrupaciones encargadas del apoyo directo arri-baron a las mismas conclusiones que los comandantes de infantería.Aparentemente la doctrina del Soviet conoce bien el problema de losenlaces que, si eran ya complicados cuando se reducían sólo a la in-fantería con la artillería, ahora lo son mucho más.

Conclusión.

Las doctrinas tácticas extraídas entre otras fuentes, de los pro-pios documentos oficiales contienen pocas novedades capaces de pro-ducir asombro; pero ellas son reveladoras del conocimiento adqui-rid por el Soviet de todos los problemas tácticos modernos. Aparen-temente, el pensamiento del Soviet sobre el empleo de la infanteríaaérea no ha adquirido todavía una forma fija y definitiva.

Los puntos de vista de Isserson, instructor de táctica, nos darátal vez, al término, una indicación de las orientaciones del pensa-miento soviético. El escritor cree que la estrategia de la Guerra Mun-dial que fracasó, era la '' estrategia de la línea" y, en su sentir, debereemplazarse por la "estrategia en la profundidad". Prefiere unescalonamiento en el sentido de la profundidad, mayor que el queha existido jamás. Concibe el ataque moderno como una serie de olasque continuarían con fuerza creciente martillando los obstáculos desu frente. La aviación en masa opera como primer escalón; las unida-


des de tanques y las motorizadas constituyen el segundo escalón y de-trás de éste siguen en su Obra arrasadora las grandes unidades de in-fantería. La ruptura a fondo de las líneas fue el mayor de los proble-mas en 1914-18; pero él era sólo un medio para llegar a un fin; al-canzar las zonas de retaguardia del enemigo. Fracasó porque falta-ron las unidades móviles para la explotación del éxito. Ahora ellasse hallan disponibles en los tanques. Isserson combate las teorías deSchlieffen, quien es partidario del reforzamiento de los flancos paralas maniobras eventuales y cree en el escalonamiento uniforme enprofundidad para ganar penetración y decisivos resultados.

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M. del E. 10.

El secreto.Consecuencias del Decreto Ley del 21 de Marzo de 1939.

(Traducción de L'Air, de Abril de 1939).

Muchas cosas tendría que decir sobre la situación de nues-tras fuerzas aéreas y sobre la producción de nuestras fábricasnacionales: cuestiones particularmente interesantes y de pal-pitante actualidad en estos tiempos de inquietud porqueatravesamos.

Me apresuro a agregar que son elementos tranquilizadoresque valorizan el esfuerzo meritorio realizado y continuado portodos los que me proponía escribir.

Desgraciadamente tengo que limitarme a un silencio pru-dente de acuerdo con lo estipulado en el Decreto Ley del21 de Mayo último, referente a las informaciones militares, afin de no sufrir la censura de Anastasia.

Efectivamente, el análisis de ese Decreto pone de mani-fiesto que todo lo que se refiere a la aviación militar es con-siderado como asunto secreto. Se esperaba que una circularcomplementaria aclararía ciertos conceptos en esa cuestión, de-finiendo con precisión lo que podía llegar a conocimiento delpúblico y lo que había que mantener en reserva. No habiéndosepublicado ninguna comunicación oficial, tendremos que atener-nos, a pesar de los inconvenientes que resulta de ello, a lasprescripciones generales dictadas.

Antes de analizar las consecuencias producidas por el es-tado de hecho así creado, séame permitido decir que todos losperiodistas serios comprenden perfectamente que se impone cier-ta discreción en todo lo que se refiere a la defensa nacional,

452 MEMORIAL DEL EJÉRCITO

particularmente en el período agudo de tensión internacionalen que vivimos actualmente.

Es necesario reconocer que, particularmente en cuestionasaeronáuticas, se han cometido abusos, y que cifras y datossobre el valor de nuestros materiales, sobre las posibilidadesde nuestra industria se han difundido ante la opinión pública,informaciones que debían de haber permanecido en secreto.Sin embargo, debemos reconocer que, fuera de algunas excep-ciones, esas divulgaciones han tenido como origen las esferasoficiales mismas.

Con todo, es imposible dejar de reconocer la acción efi-caz de la prensa en esta materia, pues ha sido. ella la quecon sus gritos de alarma, con sus campañas a veces violentas,ha arrastrado a la opinión y obtenido del Parlamento, deci-siones y créditos que habrían sido conocidos probablementecon mucho retardo.

No olvidemos que en un país democrático como el nuestro,la voz de la opinión conserva siempre todo su valor.

No se trata ciertamente de suprimir la libertad de prensa,sino solamente de limitar su campo de investigación en lascuestiones que puedan perjudicar la reserva en lo referentea la defensa nacional, con el fin de no facilitar la tarea delos agentes extranjeros de informaciones.

En una palabra, sería conveniente llegar en esto a unadefinición práctica del secreto sin tratar de ocultar todas lascuestiones militares que interesan tan vivamente a la opinión.

A los abusos evidentes cometidos durante todo un períododurante el cual todo se hizo público, se pasa sin trancisión auna ley demasiado draconiana.

La mayor parte de los grandes periódicos franceses hancreado, desde hace tiempo, una sección aeronáutica. Existe,además, en nuestro país, cierto número de diarios y publica-ciones especializadas cuya difusión en el extranjero está bas-tante extendida. Los cronistas no disponen ya como campo deacción sino de asuntos referentes, ya a la aviación comercial,ya a la aviación de turismo, por fin, a la aviación extranjera.La aviación popular misma, que ha llegado a ser un organismopremilitar, no dará ya, en consecuencia, elementos importantes.

Resultará de ello que la prensa francesa estará abundante-mente provista de informaciones de proveniencia extranjeray, por muy paradógico que esto pueda parecer, nuestros diariossuministrarán más y más descripciones de la relaciones demateriales o de tentativas de las aviaciones de los otros países.

EL SECRETO 453

Será de grandes consecuencias entre nosotros el no podercitar nada. Ciertos materiales nuestros son notables y superio-res a veces a los productos de las industrias concurrentes; perono se puede decirlo.

¿ Qué puede resultar de esta situación ?Desde luego, cierto malestar en la opinión pública que,

como está acostumbrada a ser ampliamente informada sobrenuestros trabajos, se inquietará con mayor razón del silenciosobre la aviación francesa, ya que estará más informada delos buenos éxitos de la aviación extranjera.

Además, arriesgamos de ser olvidados en el exterior. Esde esperar que este estado de cosas no se eternice y que llegueel momento en que al fin se consolide la paz. Entonces po-dremos exportar la sobreproducción de nuestras fábricas, pues,si hemos creado una industria aeronáutica que corresponde anuestras necesidades en la carrera armamentista actual, seránecesario pensar en el momento en que nuestras fuerzas aéreasestén ya provistas. ¿ En donde encontraremos los compradoressi nos hemos dejado distanciar en todos los mercados por lapropaganda y publicidad extranjeras ?

Debemos pues realizar un gran esfuerzo de prestigio que nopuede ser mantenido en estos tiempos, sino por la prensa entodas sus formas.

Si dirigimos una mirada sobre otras naciones, constatare-mos que la propaganda no es descuidada en ninguna parta.Ciertamente, las informaciones de orden puramente militar sedan con mucha mesura, lo que es muy lógico. Por el contrario,todo lo que se refiere al valor, performances y cualidades delos materiales es ampliamente difundido.

En general, los tipos de aviones en estudio, en ensayo, sonmantenidos en secreto hasta el momento en que se está segurode su éxito. Si dan pruebas satisfactorias, si realizan las ele-vadas performances calculadas, no se demora mucho en darlasa la publicidad.

En el Reich mismo, en donde durante muchos años seha procedido con mucha discreción sobre el material aéreomilitar, mientras se lograban obtener los resultados esperados,de que la potencia aérea alemana se consolidara, se es maspródigo a este respecto. Por cierto, las organizaciones de lasunidades, los puntos de estacionamientos, los movimientos delpersonal, los accidentes, no son publicados. Pero, al contrario,las dos naciones totalitarias, Alemania e Italia, difunden ex-tensamente por la prensa extranjera todas las informaciones


posibles respecto a sus materiales. Esto está comprendido, porotra parte, en el cuadro del plan general de propaganda deesos dos países.

En América también se considera como secreto a los ma-teriales en ensayo y en construcción, mientras ellos no seanpuestos en servicio en las formaciones. Todo esto parece per-fectamente lógico.

Nosotros pedimos otro tanto en Francia. Deseamos simple-mente que los servicios oficiales lleguen a un régimen un pocomás liberal y no opongan un veto sistemático a todas lascuestiones tocantes a la aviación militar.

Es una necesidad reconsiderar el Decreto Ley del 21 deMarzo y definir lo que debe ser secreto. La opinión podráasí continuar siendo informada y el prestigio y la propagandafrancesa no serán perjudicados.

Agregaré que los periodistas comprenderán también sudeber y se comprometerán de buena voluntad a no publicarnada que pueda informar a las potencias extranjeras y servirla causa de esos países. Debemos confiar en sus sentimientospatrióticos, mayormente aun en estos graves momentos por-que atravesamos.

General X.

Dependencia de los estafetas montados de lasplanas mayores de regimiento y batallón deinfantería.

(De la Revista Militar Argentina. Abril de 1939).

Los estafetas montados de la planas mayores de regimientoy batallón de infantería forman, parte orgánica de aquellas y,por consiguiente, dependen directamente de su comandante desubunidad: el ayudante.

Lo dicho es lo que acostumbramos a ver corrientemente yque por otra parte es lo que prescriben nuestros reglamentos.

Sin embargo, hay quienes dicen que deberían dependerde los jefes de las secciones de comunicaciones con el fin defiscalizar todo el tráfico de partes y órdenes.

Se argumenta en favor de esta opinión, que muchas veceslos partes quedan involuntariamente en los bolsillos de losayudantes, oficiales de órdenes, etc.; otros, se pierden sin serleídos, sin llegar hasta el jefe a que estaban destinados. Cuando,por razones de las circunstancias se busca el parte, éste nose encuentra ,y. la responsabilidad se hace caer injustamente,según se dice, en el servicio de comunicaciones.

A pesar de lo dicho en el párrafo anterior mi opiniónes contraria, debido a las misiones que los reglamentos asignana los estafetas montados de infantería y de las cuales haremos.-un ligero y comentado resumen.

El Reglamento de Ejercicios para la Infantería, 1.a Parte,en el N.° 87, dice:...«...son empleados por las planas ma-yores de que forman parte en todas las situaciones en quepuede encontrarse una tropa en campaña».


En la marcha:

1) Con la vanguardia; como punta de caballería o paraestablecer enlace con la caballería adelantada.

2) Para la exploración a los flancos. R.C.C. N.° 170.

3) Como observadores del aire. P.V.P.Aé. N.° 18.

4) Para mantener el enlace con las columnas vecinas.

5) En la transmisión de órdenes y partes.

De la síntesis expuesta surgen claramente dos misionespara los estafetas montados: una, como órgano de exploracióny seguridad; y otra, como órgano transmisor de órdenes y partes.

Para las misiones de exploración y seguridad descarto todaintervención del Jefe de la Sección de comunicaciones. Lasórdenes para los estafetas son impartidas directamente por eljefe que ordena el servicio, puesto que nadie mejor que élsabrá lo que desea que hagan aquéllos.

Ahora bien, en el cumplimiento de las misiones antedichas,los estafetas tendrán necesidad de traer partes, y entonces: ¿ Aquién deben entregarse? Sin ninguna duda se apreciará quecorresponde al jefe que impartió la misión, quien, por otra parte,marcha más próximo a la dirección de avance del enemigo yno siempre acompañado del jefe de la sección comunicaciones.De no procederse así, las comunicaciones serían lentas y lasresoluciones tardías; estando las tropas en movimiento es ne-cesario proceder con rapidez.

Para el caso inverso, es decir, si el parte u orden tienesu origen en el comando, tampoco es conveniente que pase porel jefe de la sección de comunicaciones porque se pierde tiempo.Teniendo en cuenta que el jefe o ayudante son los que redactan,lo más adecuado sería enviarle una copia para archivo, si elparte es importante y se desea Centralizar todas las co-municaciones.

Hemos visto lo relativo a marcha; ahora consideremos lasotras dos situaciones que restan en conjunto, dado que los mo-vimientos de las tropas se reducen considerablemente hastallegar a la estabilidad de los alojamientos.

En el combate y en el alojamiento.

1) Para la exploración y seguridad, al frente y a losflancos.

DEPENDENCIA DE LOS ESTAFETAS. 457

2) Convenientemente reforzados, como «reservas móviles»R.E.I. V. parte N.° 41, 4.a p. (A este respecto caberecordar que el regimiento tiene un total de 53 estafe-tas montados y 58 guarda caballos).

3) Como transmisores de órdenes y partes a caballo o apie.

Con respecto a los puntos 1 y 2 podemos ratificar lodicho para marcha, puesto que ninguna intervención se hacenecesaria por parte del jefe de la Sección comunicaciones.

Como transmisores de partes y órdenes podemos decir quellenan más una función interna de la plana mayor o hacia lasunidades vecinas o comando superior, que hacia las unidadessubordinadas. En efecto; las compañías envían al puesto decomando del batallón, y estos al puesto de comando de regi-miento, receptores de órdenes a pie o a caballo, según convengade acuerdo con la situación. Estando estos órganos como re-fuerzo de los medios técnicos ¿hace falta que los estafetasmontados dependan del jefe de la Sección de comunicaciones?Evidentemente, no. En. cambio el jefe o el ayudanta (esteúltimo comandante de la plana mayor) tiene que enviar órdenesa los bagajes, pelotón de observadores, caballos de mano, etc.etc., es decir, llenar necesidades propias de la plana mayor.

Podría presentarse el caso de que los medios técnicos nofuncionaran y que los receptores de órdenes no hubiesen llegadoal puesto de comando o que se encontrasen llenando su come-tido y fuera necesario enviar un mensaje. Para esto queda elrecurso de emplear cualquier hombre disponible de la reservade comunicaciones, de la plana mayor o de cualquier fracción,según la urgencia del parte.

Pero, este caso sólo revela la falta de ese órgano detransmisión montado en "la sección de comunicaciones, y cuyasmisiones no deben ser las de un estafeta montado.

Se podría hacer cuestión porque llevando el nombre deestafeta montado no se ajusta a su significado literal. Efec-tivamente, así es; pero tampoco podríamos llamarlos explo-radores porque nos faltaría lo de estafeta.

Conclusiones.

1.—Hemos visto que en los estafetas montados las misio-.nes propias de transmisión son relativamente menores que lasde exploración y seguridad y las primeras por su índole no


necesitan la intervención del jefe de la Sección de comunica-ciones. Por lo tanto, de la centralización preconizada por algunasopiniones podemos decir que ella servirá para deslindar respon-sabilidades pero no podrá evitar las causas fortuitas o intencio-nadas que impidan la llegada de un parte: y que en cambioretarda el mecanismo del comando, sobre todo cuando es me-nester tomar resoluciones rápidas y oportunas.

2.—Conviene que los estafetas montados se denominen «ex-ploradores estafetas», al igual que en la caballería, por cuantoese nombre involucra mejor las misiones que les incumben.

3.—Es necesario dotar a las secciones de Comunicacionesde soldados estafetas para asegurar las comunicaciones cuandono funcionen los medios técnicos o cuando aun no hayansido instalados.

Informaciones extranjeras.

INGLATERRA.

Nueva unidad de defensa antiaérea.

Se ha constituido en Irlanda del Norte una Brigada de re-serva de Defensa Antiaérea. Está destinada no Solamente ala defensa territorial, sino también, eventualmente, a actuarcon un Ejército de campaña de ultra-mar. Su efectivo es de160 Oficiales y 4.800 hombres de tropas y comprende: 1Regimiento de Defensa Antiaérea compuesto de una Plana Mayor,3 baterías y 1 batería liviana en Belfast; 1 Regimiento deDefensa Antiaérea compuesto de una Plana Mayor y 2 bateríasen Londonderry, 1 batería en Ballymena: 1 Regimiento deproyectores compuesto de una Plana Mayor y de 3 bateríasen Belfast y 1 batería en Lurgan.

Unidades de defensa antiaérea de fábricas.

Estas unidades estarían encargadas de asegurar la defensade los grandes establecimientos industriales contra los ataquesaéreos. Estarían comprendidas dentro de las formaciones deartillería de la reserva del Ejército territorial y estarían for-madas con voluntarios de 38 a 50 años de edad. Armamento:ametralladoras y cañones livianos de defensa antiaérea. Lainstrucción, bajo la dirección del Ministerio de la Guerra, seefectuaría en las fábricas mismas, fuera o dentro de las horasde trabajo, y con una permanencia anual de 8 días en uncampo de instrucción. .


El cruce de ríos por la caballería.

Consejos para los jinetes, por el Tte. Cor. Dinmock. Diceel autor que habrá que seguir las indicaciones que ha sugeridola experiencia y que, en muchos casos, han salvado lavida de un hombre:

1.° Cruce los estribos. (La corriente mantiene el estri-bo en el pie) .

2.° Mantenga la cabeza del caballo río arriba.3.° Mantenga el caballo exactamente en el centro del vado.

(A menudo hay suelo traicionero a derecha e iz-quierda).

4.° Haga parar el caballo durante un minuto, una vez enel agua, al principio, para estudiar un poco el vado.

5.° Si fuera posible, el jinete debería desprenderse detodo equipo pesado y. de su uniforme, para poder nadarbien, si hubiera necesidad.

Si el jinete tiene que nadar, debería hacer lo siguiente:

1.° Si hubiera tiempo, deslizarse al agua, del lado de ríoarriba y no separarse de él.

2.° Manténgase a la altura de su hombro, agarrando elborrén delantero de la montura muy frecuentemente,porque un caballo nada más de prisa que un hombre.

3.° Conserve el caballo en la buena dirección, tirando dela rienda correspondiente o echándole un poco de aguaa la cara.

4.° No use martingala: más de un buen caballo se ahogó,por haber enredado sus patas delanteras en ellas.—

(Las Fuerzas Armadastubre de 1938).

The Fighting Forces — N.° 4 — 0c-

POLONIA.

Fuerzas del Ejército.

Estas informaciones son un extracto de un artículo delCapitán M. Nurk, publicado en la revista estoniana Sodur,del 7-XI-938.

El Ejército polaco comprende en tiempo de paz 10 Cuerposde Ejército. 30 Divisiones do Infantería, 1 División de Caballeríay 12 Brigadas independientes de Caballería.

INFORMACIONES EXTRANJERAS

La repartición territorial de estas grandes unidades seríala siguiente:

I. Cuerpo de Ejército, Varsovia (VIH, XVIII, XXVIII D.I. y D. C}.

II. Cuerpo de Ejército, Lublin (III., XIII, XXVII D. I.y 1 Brig. de Cab).

III Cuerpo de Ejército, Grodno (I. XIX, XXIX D. I. y3 Brig. Cab).

IV. Cuerpo de Ejército, Lodz (VII, X, XXVI D. I.).V. Cuerpo de Ejército, Cracovia (VI, XXI, XXIII D. I. y

y Brig. Cab.).VI. Cuerpo de Ejército, Lwow (V, XI, XII D. .I. y 2

Brig. Cab.).VII. Cuerpo de Ejército, Poznan (XIV, XVII, XXV D. I.

y 1 Brig. Cab.).VIII. Cuerpo de Ejército, Thorn (IV, XV, XVI D. I. y

1 Brig. Cab.).IX. Cuerpo de Ejército, Brest-Litowsk (IX,. XX, XXX, D. I.

y 1 Brig. Cab.).X. Cuerpo de Ejército, Przemysl (II. XXII, XXIV D. I.

y 1 Brig. Cab.). . .

La División de Infantería comprende 3 Regimientos deInfantería y 1 Regimiento de Artillería liviana. La Divisiónde Caballería comprende 3 Brigadas a 2 Regimientos y 2 Gru-pos de Artillería a caballo; las Brigadas de Caballería inde-pendientes tienen de 2 a 4 Regimientos de Caballería y 1Grupo de Artillería a caballo. A estas grandes unidades hayque agregar las unidades de guardia de frontera. En total, lasfuerzas del Ejército en tiempo do paz es de:

Infantería, 323 Batallones; Caballería 272 Escuadrones;Artillería, 481 Baterías (303 livianas, 90 pesadas, 9 muy pe-sadas, 39 a caballo, 40 de defensa antiaérea); tropas motori-zadas, 12 Batallones de tanques, 4 Grupos de autos blindados;Ingenieros, 28; Batallones (14 de Zapadores, 1 de químicos,13 de trasmisiones). El Ejército del, Aire comprende 6 Regi-mientos y 1 Grupo de Aviación (1.500 aviones más o menos)y 3 Batallones de aerostación.

La Infantería y la Caballería tienen un armamento (fusil,ametralladoras livianas y pesadas) que realizan la unidad decalibre: 7,9, completamente modernas y de excelentes cualida-des balísticas y técnicas; el fusil, derivado del Máuser 1898,es llamado Máuser 1925. Las ametralladoras livianas y pesadas,


sistema Colt-Browwing, son de fabricación polaca, así cómolos morberos de 46 mm. y 81 mm. Stockes-Brandt y el cañónantitanque de 37 mm. Bofors.

El Regimiento de Infantería está armado de 108 ametra-lladoras livianas, 36 pesadas, 27 morteros livianos, 9 morterosStockes Brandt, 9 cañones antitanques, 4 cañones da acompaña-miento de 75 mm.

El Regimiento de Artillería liviana consta de 2 grupos decañones y 1 grupo de obuses; el Regimiento de Artillería pe-sada de 2 grupos de obuses y 1 grupo de cañones; cada grupocomprendo 3 baterías de 4 piezas. El Regimiento de Artilleríadispone de 18 ametralladoras pesadas (2 por batería). .

HOLANDA.Cañón de infantería.

Cada Regimiento de Infantería comprende una compañí?a 3 cañones de 47 mm. modelo Bohler. Este cañón es arras-trado ya por hombres (una pequeña rueda se encuentra fijabajo la extremidad de la flecha), o ya por un caballo, obien por un auto para todo terreno.

Las características de la pieza son: longitud del tubo1.850 mm.; longitud total de la pieza 3,210 mm.; anchura devía 1.000 mm.; altura de muñonera 600 mm.; peso de lapieza, con escudo 394 Kg.; las flechas del afuste pueden tenerun arco de 60°; el tubo está provisto de un freno de boca;freno hidráulico y recuperador a resorte: dos clases de muni-ciones: obús de ruptura de 1,45 kg., cartucho de 2,11 Kg.,que alcanzan una velocidad inicial de 660 m-s. y atraviesana una distancia de 500 metros una plancha de acero de 30mm. de espesor (a esta distancia 50% de los tiros de disper-sión pasan en un rectángulo de 26 cm. de altura por 29cm. de ancho) y un obús explosivo de 2,45 kg. de peso,cartucho de 3,01 kg., que tiene una velocidad inicial de 330 m-s.

Cada cañón está acompañado de un armón que contiene.80 obuses de ruptura y 20 obuses explosivos.

ESTADOS UNIDOS.

Elección del personal de escuchas.

Estas informaciones son un extracto de un artículo delCapitán de Sanidad G. E. Ledfors, publicado en el Coast Ar-tillery Journal.

INFORMACIONES EXTRANJERAS 463

Para la elección del personal destinado al servicio de losaparatos de detección por el sonido, el método del diapasónpermite eliminar a todos aquellos cuyo sistema auditivo esdefectuoso o insuficiente. El diapasón está situado sucesiva-mente, por su punta, sobre la frente, sobre el vértice de lacabeza y en la protuberancia occipital. En las posiciones 1 y3, se hacen vibrar las láminas, con ayuda de un pequeñomartillo especial, de alto a abajo, en la segunda lateralmente.(El autor presenta fotografías de esas posiciones). El soldadoexaminado debe decir en cual oreja es más perceptible elsonido. El diapasón empleado es de 128 vibraciones doblespor segundo, cuyo tono se aproxima más al sumbido de unmotor de avión. Da mejores resultados que los diapasones de64, 256, 512 y 2,048 vibraciones igualmente ensayadas. Ex-periencias hechas en una batería han revelado que el 82% delos hombres eran incapaces de trabajar en los aparatos daescucha. El 18 % fué sometido a las pruebas de un aparatode dos auriculares (se acompaña igualmente una fotografía) quepermitió verificar Ja acuidad y la perfecta igualdad de lasdos orejas. El primer examen necesitó dos minutos, el segundotreinta minutos por hombre, más o menos.

El empleo de un audiómetro permite determinar la pér-dida de audición en cada oreja.

El método del diapasón permite eliminar a los hombresinaptos para el servicio de escuchas. Un resultado excelenteobtenido con el diapasón permite esperar una buena clasifica-ción para los otros métodos. Con una prueba a la voz o alreloj se puede igualmente eliminar a todos aquellos cuya audi-ción es igual en las dos orejas, pero insuficiente.

Aviones blancos para ejercicios de tiro de la defensa antiaérea.

Esta cuestión es examinada en el número de Noviembre-Diciembre de 1938 de Coast Artillery Journal, por el Coman-dante S. L. Mc. Croskey. Considera que los tiros sobre man-chas no constituyen sino un enfrenamiento elemental que nopreparan de manera satisfactoria para el tiro contra avionesmaniobreros que se desplazan a gran velocidad y gran altura.Los ingleses utilizan, desde 1935, aviones dirigidos por radio,las «abejas», que pueden alcanzar una velocidad de 160 km.por hora y que tienen un techo de 3.000 m., y un modelo;más reciente, montado sobre flotadores o ruedas, llamado «avis-pa», dotado de un motor mucho más potente, 355 CV en lugarde 130 CV, y que tiene una envergadura de 9.30 metros yuna longitud de 7,80 metros. El Ejército Americano dispone


de 3 aviones-blancos de porte pequeño, lanzado por catapulta,fabricado por los talleres de Reginald Denny, con las siguientescaracterísticas: velocidad 120 km/hora; control de. radio yautomático; envergadura 3.60 mt.; paracaída automática; dura-ción del vuelo 30 minutos; techo 2.200 metros. La artilleríade costa americana trata de obtener aviones-blancos que tenganlas características: duración de vuelo 2 horas a 3.000 metrosde altura; velocidad 230 km/hora; envergadura 6 a 9 metros;flotabilidad asegurada; aterrizaje automático o por ondas.

El uso del caballo en la guerra.Por el Mayor Macnamara, diputado.

Antes, en Gran Bretaña se solía exagerar la importanciade los caballos. Para Irlanda la cría de caballos es una desus fuentes de recursos. Examinemos ahora, por un minuto,lo que ha sucedido en Inglaterra. Todo el Ejército ha sidomecanizado y motorizado. El caballo ha dejado de existir prác-ticamente, para la guerra. Sólo ha quedado un regimiento acaballo en el Ejército de línea y uno¡ de la guardia.

Ahora bien, me pregunto cual es la razón de estas cosas.¿Acaso cree el Estado Mayor que todas las guerras futurasforzosamente • han de asemejarse a la última Guerra Mundial,olvidando lo sucedido en Palestina?

Recuerda el autor que participó en las grandes maniobrasen el norte de la India, de parte del partido no mecanizado.En cambio, el partido enemigo estaba enteramente mecanizadoy motorizado. El primer día de maniobras llovía continuamente,cambiando el lecho reseco de un río en un torrente rápidode varios centenares de metros de anchura. El barro era deesa clase de que es difícil librarse.

Bien, nosotros, dice el autor, siempre tuvimos nuestrasfrazadas de noche y nunca nos faltó comida. En cambio, el«enemigo» pronto se acercó a nuestros fuegos pidiéndonos algopara comer.

Por otra parte, tanto Francia como Alemania, han decididocontinuar con la caballería a caballo, comprando, caballos.

Me pregunto, también, si en países como Palestina loscomandantes no encontrarían más fácil, mantener el ordendisponiendo de una cantidad adecuada de caballería.

La verdad es que la mecanización y el caballo no deberíancompetir, el uno con el otro, sino completarse mutuamente.—(La Revista de Caballería — The Cavalry Journal — N.° 6 —Noviembre—Diciembre de 1938),

INFORMACIONES EXTRANJERAS. 465

ALEMANIA.

Hay que ahorrar las vainillas de los cartuchos.

Por el pirotécnico Schmidt.

—«A recibir las municiones» ! se oye llamar al suboficialde tiro cada vez que la tropa se aleja del cuartel para efec-tuar ejercicios de tiro. «A. ver si me devuelven las vainillas»,dice después el mismo, al entregar los cartuchos.

Pero, una vez en el terreno, todo el mundo se olvida delas palabras del suboficial. Sería ventajoso si la tropa ayudaraa conservar los metales de valor. Supuesto que cada soldadosólo perdiese tres vainillas, durante el servicio diario, despuésdespués de un servicio de un año, se nos ofrecería el si-guiente cuadro:

1 año = 365 días.

Por cada tirador 365 x 3 = 1.095 vainillas.Por cada compañía 1.095 x 170 = 186.150 vainillas.Por cada batallón .186.150 x 4 = 744.600 vainillas.

Estas 744.600 vainillas, calculadas en kilogramos, a basede un peso de 27 grs. por vainilla, darán un peso de 20.104kilogramos, lo que significaría, en cifras redondas: 20.000 kilosde bronce. En vista del valor actual del bronce, de c¿l. $ 1,09por kilo, la pérdida importaría: 20.000 x c/1. $ 1,09= c/1. $ 21.800.

Ésta es ya una suma de importancia, considerando que setrata sólo de un batallón. (Infantería Alemana — DeutscheInfanfcerie — N.° 11 — Noviembre de 1938).

Cómo instruye el comandante de compañía a sus suboficialesinstructores.

Principios e ideas de un comandante de compañía.

Pocos días faltan para la incorporación de los nuevosreclutas. El comandante de la compañía hojea su grueso librode anotaciones en una tarde tranquila, para encontrar algunosapuntes que pueda transmitir a sus suboficiales instructoressobre la labor que les espera. Sabe muy bien que él es elúnico responsable de la instrucción y educación de la compañía;


por otra parte, también sabe que esta tarea es imposible sinuna colaboración inteligente de parte de cabos, sargentos y sub-oficiales. Es él quien los ha elegido, después de haberlos es-tudiado muy bien, resuelto a dejarles cierta independencia desus directivas.

De» acuerdo con la labor alcanzada serán apreciados elcomandante, los jefes subalternos y toda la compañía.

Pero, el adiestramiento técnico del soldado, así más omenos empezaría diciendo el comandante, es Bolamente un as-pecto de la enseñanza a que aspiramos. El otro aspecto, y nomenos importante, es el desarrollo de la personalidad militar,la educación del carácter. Y esta educación que incluye el almay el corazón del recluta, exige buenos conocimientos psicoló-gicos, los que adquieren sólo después de muchos años de ser-vicio ; requiere, además,. mucha paciencia y mucho domi-nio de sí mismo.

El elemento más importante de la enseñanza es, sin em-bargo, el ejemplo del instructor.

«La actitud, el porte, la conducta, el concepto de su pro-fesión, su vida y —si fuera necesario— su muerte, tienen in-fluencia decisiva sobre clases y tropa» (Reglamento alemánN.» 130/1).

Unicamente un dominio completo de las materias a enseñar,dará al suboficial la seguridad necesaria, delante de los hombres,sea durante los ejercicios, sea durante la academia. Los hombressuelen ser bastante perspicaces para darse cuenta si él superiorconoce todos los detalles del servicio o si únicamiente regaña,sin decir como debería procederse.—(La Preparación Militarde la Tropa—Der Truppendienst—N.° 27—Octubre 27 de 1938).

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