Matilda 11

3
Leer más... MATILDA Capitulo 1.- La lectora de libros. No es de extrañar que las madres y los padres piensen que su hijo o hija es el ser más maravilloso del mundo, aunque sea la criatura más pequeña y horrible que se haya visto nunca jamás. Pero hay padres quienes no están en absoluto interesados en sus hijos y éstos son los peores. El señor y la señora Wormwood tenían un chico corriente, Michael, y una hija, Matilda. Ellos siempre estaban tan ocupados con sus asuntos que no se daban cuenta de que Matilda era lista – muy lista-. A la edad de un año y medio, ella sabía hablar perfectamente y sabía tantas palabras como las personas mayores. Cuando tenía tres años, Matilda ya sabía leer los periódicos. A los cuatro años, ella leía muy rápido y comprendía perfectamente. - Papá - decía Matilda. ¿Podrías comprarme un libro? - ¿Un libro? - interrogó él. ¿ Qué tiene de malo ver la televisión? -¡Tenemos una magnífica televisión y vienes ahora pidiendo un libro! -¡ Somos demasiado buenos contigo , mi chica! Casi todas las tardes, Matilda se quedaba en casa, mientras su hermano ( quien era cinco años mayor que ella ) iba a

Transcript of Matilda 11

Page 1: Matilda 11

Leer más...

MATILDA

Capitulo 1.- La lectora de libros.No es de extrañar que las madres y los padres piensen que su hijo o hija es el ser más

maravilloso del mundo, aunque sea la criatura más pequeña y horrible que se haya visto

nunca jamás. Pero hay padres quienes no están en absoluto interesados en sus hijos y

éstos son los peores.

El señor y la señora Wormwood tenían un chico corriente, Michael, y una hija, Matilda.

Ellos siempre estaban tan ocupados con sus asuntos que no se daban cuenta de que

Matilda era lista – muy lista-.

A la edad de un año y medio, ella sabía hablar perfectamente y sabía tantas palabras

como las personas mayores. Cuando tenía tres años, Matilda ya sabía leer los

periódicos. A los cuatro años, ella leía muy rápido y comprendía perfectamente.

- Papá - decía Matilda. ¿Podrías comprarme un libro?

- ¿Un libro? - interrogó él. ¿ Qué tiene de malo ver la televisión?

-¡Tenemos una magnífica televisión y vienes ahora pidiendo un libro!

-¡ Somos demasiado buenos contigo , mi chica!

Casi todas las tardes, Matilda se quedaba en casa, mientras su hermano ( quien era

cinco años mayor que ella ) iba a la escuela, su padre marchaba al trabajo y su madre

iba al cine.

Una tarde, Matilda fue andando a la biblioteca del pueblo . La señora Phelps, la

bibliotecaria, se quedó sorprendida al ver a una niña tal pequeña allí.

-¿Dónde están los libros de literatura infantil, por favor? – preguntó Matilda.

La señora Phelps le mostró el lugar donde se encontraban y le dijo:

-¿Si tu quieres, puedo buscarte un libro con muchos dibujos?

-¡No, gracias! Estoy segura que encontraré algo que me guste – respondió Matilda.

Después de aquel día, ella se dirigía a la biblioteca todas las tardes y se sentaba

silenciosamente en el rincón del lector.

-¿ Qué más puedo leer? – consultó un día a la señora Phelps. He visto todos los libros de

literatura infantil .

Page 2: Matilda 11

-Quieres decir que has visto todos los libros con ilustraciones.

- Sí, pero he leído los libros también – contestó matilda.

La señora Phelps no se lo podía creer.

- ¿ Cuántos años tienes, Matilda – preguntó.

- Cuatro años y tres meses – respondió Matilda.

La señora Phelps estaba, incluso, más sorprendida, pero era demasiado sensata para

demostrarlo.

- ¿Qué clase de libro te gustaría leer ahora? – le inquirió.

- Uno que sea realmente bueno,- replicó Matilda. Uno que sea muy conocido.

Por eso la señora Pheps le dio Great Expectations del famoso escritor Charles Dickens.

Durante las siguientes tardes ella observó a Matilda en el rincón del lector con el libro

sobre sus rodillas.

Durante los posteriores meses, Matilda leyó catorce libros famosos de diferentes

escritores, y la señora Phelps la observaba con sorpresa y emoción.

-¿Sabes que puedes pedir prestados libros de la biblioteca y llevarlos a casa, Matilda? –

le manifestó un día .

- ¿De verdad que puedo sacar libros de biblioteca?- le subrayó Matilda.

Después de enterarse de eso, ella visitaba la biblioteca una vez a la semana para pedir

prestados nuevos libros y devolver los leídos. Todas las tardes leía. Los libros la

llevaron a Africa con Ernest Hemingway, a la India con Rudyard Kipling, y a otros

muchos exóticos y maravillosos países.