MASTER UNIVERSITARIO EN ORDENACIÓN Y GESTIÓN DEL ...

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1 MASTER UNIVERSITARIO EN ORDENACIÓN Y GESTIÓN DEL DESARROLLO TERRITORIAL Y LOCAL (2014-2015) ASIGNATURA: Experiencias de Planificación y Reconocimiento Territorial SALIDA DE CAMPO: Santiago de la Espada Segura de la Sierra (Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, Jaén) 13 al 17 de Mayo 2015 Profesor: Joaquín Márquez Pérez Organizan: Dptos. de Geografía Física y AGR, y Dpto. de Geografía Humana. Universidad de Sevilla. 2015

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MASTER UNIVERSITARIO EN ORDENACIÓN Y GESTIÓN DEL

DESARROLLO TERRITORIAL Y LOCAL (2014-2015)

ASIGNATURA: Experiencias de Planificación y Reconocimiento Territorial

SALIDA DE CAMPO:

Santiago de la Espada – Segura de la Sierra (Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, Jaén)

13 al 17 de Mayo 2015

Profesor: Joaquín Márquez Pérez

Organizan: Dptos. de Geografía Física y AGR, y Dpto. de Geografía Humana. Universidad de Sevilla. 2015

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INDICE:

1- INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................. 3

1.1- La Salida ...................................................................................................................................... 3 1.2- El Parque Natural Sierra de Cazorla, Segura y las Villas: Segura ............................................. 4

2- CLIMATOLOGÍA ................................................................................................................................. 8

3- GEOLOGÍA ......................................................................................................................................... 10

4- GEOMORFOLOGÍA .......................................................................................................................... 12

4.1- Los procesos kársticos ............................................................................................................... 12 4.2- Tobas y travertinos .................................................................................................................... 14

5- HIDROLOGÍA ..................................................................................................................................... 15

5.1- Introducción .............................................................................................................................. 15 5.2- Formas de relieve asociadas a la hidrología superficial .......................................................... 15

6- BIOGEOGRAFÍA ................................................................................................................................ 18

7- POBLAMIENTO Y ECONOMÍA ...................................................................................................... 21

7.1- El poblamiento y su evolución histórica .................................................................................... 21 7.2 Economía ................................................................................................................................... 22 7.3. Una interpretación del espacio desde la antropología .............................................................. 23 7.4. Formas de hábitat y patrimonio histórico-cultural .................................................................... 24

8- CARTOGRAFÍA ................................................................................................................................. 26

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1- INTRODUCCIÓN

1.1- La Salida

Entre los días 13 y 17 de Mayo de 2015 tendrá lugar la Salida de Campo correspondiente a la asignatura Experiencias de Planificación y Reconocimiento Territorial (MUOGDTL), que se desarrollará en la Sierra de Segura. La Salida tiene como característica básica su carácter pedestre, de modo que, a lo largo de tres jornadas, se recorrerá un sector de la Gran Ruta 147 (GR-147), en concreto aquel que enlaza los núcleos de Santiago de la Espada y Segura de la Sierra, a través de antiguos caminos y veredas enclavados en el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas (Jaén). El objetivo final de esta salida es el de ofrecer a los alumnos del Master Universitario en Ordenación y Gestión del Desarrollo Territorial y Local la posibilidad de realizar un itinerario a pie a través de lugares de una gran belleza, abriendo las puertas para que muchos de los conocimientos que se imparten en el master puedan ser, si no aplicados, al menos visualizados. Más concretamente, temas como el paisaje, geomorfología, biogeografía, climatología, hidrología, geografía rural y urbana, ordenación del territorio, gestión de parques naturales… pueden ser observados “in situ” y de forma conjunta. De este modo aumenta la posibilidad de emplear la geografía como una ciencia “transversal”. Por otra parte, el desenvolverse en un medio rural, de gran interés histórico, y repleto de antiguos caminos y veredas, requiere el manejo con soltura de una de las herramientas básicas del geógrafo, la cartografía. La ruta elegida tiene una longitud de casi 43 km, y será realizada en tres jornadas:

o Santiago de la Espada – La Toba: 13.5 km; o La Toba – Río Madera: 18 km. o Río Madera – Segura de la Sierra: 11 km.

El alojamiento nocturno tendrá lugar en los citados núcleos de población, mientras que almuerzo y “tentempiés” se llevarán a cabo en lugares adecuados, situados a lo largo del sendero. Dadas las características de la ruta, se considera imprescindible que los participantes posean práctica en este tipo de experiencias, y que dispongan de los materiales necesarios para llevarla a cabo. Por último, los resultados materiales de la salida de campo se concretarán en la redacción de un dossier individual relativo a la experiencia de la salida, y centrado en la gestión del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas (20 páginas).

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1.2- El Parque Natural Sierra de Cazorla, Segura y las Villas: Segura

El Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, con 209.920 Ha, constituye el espacio protegido más extenso de España y el segundo Parque Natural declarado por la Administración Autonómica. Se sitúa en el límite noreste de Andalucía, ocupando todo el este de la provincia de Jaén. El Parque se extiende por 3 comarcas, ocupando todo o parte del territorio de 23 municipios, donde reside una población aproximada de 100.000 habitantes.

La comarca del Alto Guadalquivir, dónde se encuentran las sierras de Cazorla y El Pozo, ocupa un 25% de la superficie del Parque, extendiéndose por parte de los municipios de Cazorla, Chilluévar, Hinojares, Huesa, La Iruela, Peal de Becerro, Pozo Alcón, Quesada y Santo Tomé.

La Comarca de la Loma y Las Villas ocupa un 7% del Parque, ocupando parte de los municipios de Iznatoraf, Sorihuela del Guadalimar, Villacarrillo y Villanueva del Arzobispo.

La Sierra de Segura, ocupa el 68% de la superficie protegida, lo que supone que un 77,6% de su territorio está declarado Parque Natural, contando con tres municipios (Hornos de Segura, Santiago-Pontones y Benatae) en los cuales la totalidad de su territorio se encuentra protegido. Se extiende por los municipios de Beas de Segura, Benatae, Génave, Hornos, Orcera, La Puerta de Segura, Santiago-Pontones, Segura de la Sierra, Siles, y Torres de Albánchez.

Santiago-Pontones es, con gran diferencia, el municipio que más superficie representa (32,5%) en el total de la extensión del Parque Natural siguiéndole, a mucha distancia, Segura de la Sierra, Cazorla y Siles. El Parque Natural es un espacio no demasiado proclive para la agricultura, siendo sus aprovechamientos tradicionales principales el forestal y el ganadero. Sin embargo, el Parque contribuye de manera decisiva a la generación de una oferta de bienes y servicios no monetarizados que colaboran al equilibrio ambiental como son el control de la erosión en la cabecera hidrográfica del Guadalquivir y Segura, la regulación del ciclo hidrológico a partir de los enormes reservorios superficiales y subterráneos existentes, la renovación del aire viciado y la absorción de dióxido de carbono, el mantenimiento de la biodiversidad, la producción de recursos naturales (materias primas, productos alimentarios, fuentes de energía) y la generación de actividades de descanso y recreo para la población. Como principal antecedente al reconocimiento de sus excepcionales valores naturales y especialmente faunísticos, se declaró en 1960 el Coto Nacional de Caza de las Sierras de Cazorla y Segura, con una extensión cercana a las 70.000 Ha, coincidiendo con una gran parte de la mitad meridional de este espacio protegido. El primer reconocimiento internacional del interés ambiental de este espacio sobrevino con su declaración, en 1983, bajo la figura de Reserva de la Biosfera dentro del Programa MaB de la UNESCO, constituyendo una de las de mayor extensión de España. Tres años después, en 1986 es declarado el Parque

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Natural y en 1988 adquiere la consideración de ZEPA -Zona de Especial Protección para las Aves-. Por último ha sido propuesto como Lugar de Interés Comunitario -LIC- en el marco de la Red Natura 2000.Recientemente la Federación de Parques Nacionales y Naturales de Europa le ha concedido el Certificado de la Carta Europea de Turismo Sostenible. Las especiales características ambientales de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, su accidentada orografía, la complejidad geológica y la variada naturaleza del substrato y sus peculiares condiciones climáticas, permiten la presencia de una riqueza florística excepcional, con multitud de especies endémicas y de distribución restringida que, unido a la diversidad de su fauna e importancia de algunas de sus especies, convierten a este espacio natural en una de las áreas de mayor interés ecológico de la región. El relieve del Parque Natural se caracteriza por su aspecto quebrado y abrupto, con una distribución de altitudes que va desde los 600 metros en las cotas más bajas de los valles fluviales hasta los 2.000 metros de Pico Cabañas y Cabrilla, lo que permite caracterizar a este espacio natural como de montaña media, aunque ello no impide la existencia de pendientes acusadas en gran parte del territorio. Respecto a la litología, los materiales son mayoritariamente de naturaleza carbonatada, lo que resulta decisivo para explicar las formas exteriores del terreno, pero también para comprender el tipo y distribución de las especies vegetales y los campos cultivados. El particular comportamiento de la caliza ante la presencia del agua es responsable de la aparición de multitud de geoformas de detalle muy peculiares que caracterizan plenamente el paisaje de estas montañas. La formación de encajamientos profundos de los ríos en cañones impresionantes, la proliferación de navas, el desarrollo de terrazas de tobas, la aparición de lapiaces o grutas de hundimiento y disolución forman, en suma, un mosaico geomorfológico de enorme espectacularidad. El Parque Natural conforma una divisoria de aguas hacia el Mediterráneo -río Segura- y hacia el Atlántico -río Guadalquivir-. La abundante presencia de agua, además de ser un agente modelador del relieve del Parque Natural, constituye una de las características más destacadas del mismo, ya que estos macizos prebéticos son uno de los islotes pluviométricos más relevantes del sur peninsular, lo que contrasta con las limitadas precipitaciones en los ámbitos meridional y oriental del Parque Natural, que conectan con las provincias de Granada, Almería y Murcia. Los ríos más importantes del Parque Natural, así como sus afluentes, han conocido una importante labor de regulación mediante la construcción de una red de embalses de diferente tamaño y capacidad, cuyo objetivo fundamental es satisfacer las necesidades agrícolas, energéticas o urbanas de zonas alejadas del macizo montañoso en el que se almacena el agua, sin que ello haya tenido una repercusión favorable al desarrollo de la población local que habita en el territorio productor de dicho recurso. Este enorme reservorio superficial de agua se complementa con el existente en el subsuelo. Gracias a la elevada permeabilidad de las rocas superficiales el Parque Natural ofrece además una amplia red de acuíferos subterráneos. La riqueza florística del espacio queda de manifiesto ante la presencia de más de 1.800 especies de flora vascular inventariadas hasta el presente, lo que

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hace de este Parque Natural una de las áreas de mayor interés botánico de Andalucía, sólo superada por Sierra Nevada. Esta importancia florística alcanza mayor relevancia ante la presencia de un gran número de endemismos y especies raras que encuentran en el Parque una de sus últimas áreas de distribución. A nivel del conjunto de España, el porcentaje de especies endémicas presentes en el Parque alcanza el 30%, siendo más de una veintena los endemismos locales cuya área de distribución se circunscribe a los límites de este espacio protegido. Las áreas especialmente ricas en endemismos dentro del Parque se corresponden con los pisos oro y, en menor medida, supramediterráneo, presentando una concentración en determinadas áreas, como la Sierra del Pozo, la Sierra de la Cabrilla, la Sierra de Las Empanadas y la zona septentrional de la Sierra de Segura. En cuanto al reconocimiento oficial de esta importancia, destaca el elevado número de especies que se encuentran catalogadas y protegidas según el Decreto 104/1994, de 10 de mayo, por el que se establece el Catálogo Andaluz de Especies de la Flora Silvestre Amenazada en Andalucía: 12 en la categoría de Especies en Peligro de Extinción y 16 en la categoría de Especies Vulnerables. Por otro lado, la riqueza faunística del Parque Natural queda de manifiesto ante el hecho de que sean cerca de 200 las especies de vertebrados catalogadas en el mismo, destacando la presencia de determinados endemismos locales como la lagartija de Valverde (Algiroides marchi), descrita por primera vez en 1958, y la subespecie de la ardilla común (Sciurus vulgare subsp. segurae). En relación con los invertebrados, las numerosas especies inventariadas, siendo numerosos los endemismos descritos hasta la fecha, contribuyen, sin duda, a realzar la importancia faunística del Parque en este apartado. A nivel de protección legal, la riqueza faunística del Parque alcanza una gran relevancia debido a la inclusión de una gran parte de las especies presentes entre las principales figuras de protección de ámbito autonómico, nacional y comunitario. A las que gozan de protección por estar incluidas en el Decreto 4/1986 , de 22 de enero, de la Comunidad Andaluza, hay que añadir la presencia de 150 especies declaradas de Interés Especial según el Real Decreto 439/1990, de 30 de marzo, por el que se regula el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Por último, con arreglo a las normativas comunitarias, son numerosos los hábitats y especies recogidas por la Directiva Hábitat, bien como especies de interés comunitario para cuya conservación es necesario asignar zonas especiales de protección y/o como especies de estricta protección en el ámbito de la Comunidad Europea. Asimismo, el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas fue declarado Zona de Especial Protección para las Aves ( Z.E.P.A. ) según la Directiva 79/409, del Consejo de la Comunidad Europea de 2 de abril de 1979 relativa a la conservación de las aves silvestres, cumpliendo los criterios para las siguientes especies: Buitre leonado (Gyps fulvus), Águila perdicera (Hieraaetus fasciatus), Halcón (Falco peregrinus), Buho real (Bubo bubo) y Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax). Desde el punto de vista paisajístico, su relieve escarpado, con la presencia de

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frecuentes moles calcáreas disectadas por el encajamiento de la red fluvial formando profundos y estrechos valles, su exuberante vegetación, en la que destacan los extensos bosques de pinos laricios, y la presencia constante del agua a través de los numerosos ríos y embalses, configuran un conjunto de extraordinaria belleza y gran riqueza de contrastes. Prueba de ello es la presencia dentro del Parque Natural de numerosos enclaves y parajes catalogados en diversas figuras por su interés paisajístico. En el Inventario Nacional de Paisajes Sobresalientes (ICONA 1977) son ocho las áreas del Parque inventariadas: la Cabecera del río Tus y Peña Alcón (Siles), los Campos de Hernán Pelea y Calar de las Palomas (Santiago-Pontones), Cueva del Peinero (Villacarrillo-Iznatoraf), los términos de Hornos y Segura de la Sierra y sus respectivos cascos urbanos, el Valle del río Madera (Segura de la Sierra y Santiago-Pontones), el Valle del río Segura (Santiago-Pontones) y el Valle del río Zumeta (Santiago-Pontones, limítrofe con la provincia de Albacete). Otro reconocimiento posterior se materializó en 1986, con la aprobación del Plan Especial de Protección del Medio Físico de la provincia de Jaén, que cataloga al conjunto de las sierras que forman el Parque entre los espacios más sobresalientes de la provincia, diferenciando también una serie de espacios más pequeños por su interés ambiental y paisajístico: Salfaraf y Cerro Quintería, Sierra de Calderón y el área forestal de interés recreativo de Cazorla y Segura. Aparte de estos espacios, cabe añadir una larga serie de áreas que destacan, igualmente, por su extraordinaria belleza, entre las que cabe señalar el embalse del Tranco con sus dos islas (Cabeza de la Viña y Bujaraiza), las calares como la Nava del Espino y El Navalperal, el Collado de Góntar, la Cordillera de Las Banderillas, El Yelmo, la cabecera del río Tus y muchos más.

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2- CLIMATOLOGÍA Con su gran extensión (214.330 Has.) y su diversidad geográfica, el clima de la Sierra de Segura se caracteriza por una notable variedad. A pesar de esto debemos considerar que el clima de este espacio natural protegido es de carácter continental, con inviernos fríos y en algunos lugares de las sierras con abundantes precipitaciones en forma de lluvia e incluso nevadas intensas a partir de los 1.200 msnm., y veranos seco, y calurosos. Desde el punto de vista térmico, los valores medios anuales analizados mes a mes y por zonas nos muestran un clima relativamente suave, con intervalos térmicos comprendidos entre los 20º C correspondientes a los meses más cálidos (20º -25º C) y los más fríos (-2º C). Con relación a las precipitaciones, oscilan entre los 500 mm, en las partes más bajas de la zona suroccidental y los 1.600 e incluso 2.000 mm, en las cumbres, siendo los meses de máximas precipitaciones los de Diciembre y Enero, aunque en la primavera y en el otoño, se han alcanzado en los últimos años (95-96 y 97) altas cotas pluviométricas.

Mínimo Máximo Sevilla

Precipitación (mm) 600 1500 570

Precipitación en enero (mm) 80 170 80

Precipitación en julio (mm) <5 15 <5

Precipitación máxima en 24h 100 160 140

Días de precipitación 60 80 55

Días de helada 60 90 5

Días de nieve 5 25 <1

Días de tormenta 10 17 10

ETP (mm) 650 850 1000

Insolación (h) 2600 2800 3100

Temperatura media (ºC) 9 14 18

Temperatura enero (ºC) -2 7 11

Temperatura julio (ºC) 18 22 27

Oscilación térmica anual(ºC) 20 22 17,5

La mayoría de las variables, por tanto, reflejan una importante variabilidad espacial dentro de los límites de Cazorla, e incluso de la ruta propuesta por el GR 147. Los importantes contrastes en la precipitación, observables igualmente en el mes de enero, se pueden matizar comentando una cierta homogeneidad en las precipitaciones máximas en 24 horas (por lo tanto la torrencialidad es prácticamente la misma en todo el Parque) y unos elevados valores en los días de precipitación, que se mantienen en torno a 70 (por 55 de Sevilla, para comprender la magnitud de la variable). Climáticamente, se alcanzan valores extremos en Andalucía en aquellas variables que reflejan la continentalidad de un clima, como el número de días de helada (en torno a 90 en algunos puntos al sur de Cazorla), el número de días de nieve (25, al igual que en Sierra Nevada, máximo en Andalucía), la

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oscilación térmica anual, máxima con valores incluso superiores a 22ºC, temperaturas medias de enero, con valores por debajo de 0ºC (sólo superados por los registros de las cumbres de Sierra Nevada). No obstante, el matiz introducido a las variables anteriores por el carácter montañoso del clima de Cazorla se refleja en:

unas temperaturas medias estivales particularmente bajas dentro de Andalucía (inferiores a 20ºC en la mayor parte del Parque, mínimo en Andalucía), y

una limitada ETP, inferior a 700 mm anuales, lo cual también supone el valor más bajo de Andalucía

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3- GEOLOGÍA La Sierra de Segura, como unidad orográfica, forma parte de las Cordilleras Béticas, concretamente pertenece al dominio Prebético de las Zonas Externas (la zona más próxima al antiguo continente, representado por Sierra Morena). Sus rocas se formaron a partir de sedimentos depositados desde el Triásico (hace unos 250 millones de años) hasta el Mioceno (hace 25 millones de años), época en la que se levanta la Cordillera Bética. Estos materiales son principalmente dolomías con algunas alternancias de margas, de edad Jurásica, depositados en un medio marino somero. El espesor máximo de sus sedimentos se estima en unos 700 m en sus zonas más internas, que va disminuyendo hacia el Oeste. Bajo el Prebético encontramos los materiales del Trías, representados principalmente por margas rojas con yesos (de naturaleza evaporítica), que actúan como cobertera de despegue y deslizamiento, a partir del cual se producen los cabalgamientos de una unidades sobre otras. Durante la mayor parte de su historia geológica, estas sierras constituyeron un dominio de plataforma marina adyacente al continente, donde predominó el depósito de materiales carbonatados, y al que también accedieron sedimentos arcillosos procedentes de Sierra Morena, que en algunas épocas pudieron expandirse por la mayor parte del dominio:

En general, sus sedimentos mesozoicos son típicos de plataforma poco profunda y niveles marinos someros y costeros, con episodios detríticos frecuentes.

En el Jurásico se instala en la zona el amplio mar de Tethys que se extendía hacia el sur y el este desde la costa emergida de la Meseta Ibérica, con depósito de calizas formadas a partir de fangos carbonatados, resultado de la acumulación de caparazones y esqueletos marinos en el fondo del mar.

Entre el Jurásico medio hasta casi el Cretácico superior existe una gran laguna estratigráfica que representa épocas de no sedimentación, ya que esta zona (la más cercana al continente) estuvo emergida durante gran parte del tiempo. También se observa claramente como los distintos ciclos sedimentarios representan transgresiones y regresiones marinas,

A partir del Cretácico inferior son frecuentes los sedimentos detríticos que llegaban a la zona costera arrastrados por los ríos, que erosionaban el viejo continente emergido.

El Paleógeno está poco representado, siendo principalmente Eoceno marino.

Los materiales neógenos están representados por rocas de plataforma somera de ambientes costeros, lacustres, palustres y fluviales. Son por lo general materiales detríticocarbonatos y suelen aparecer en el núcleo de los sinclinales

La fase orogénica principal tuvo lugar durante el Mioceno, con un estilo tectónico alpino con predominio de pliegues, abundantes escamas tectónicas, cabalgamientos y fallas, sin que existan grandes mantos de corrimiento. Son frecuentes los diapiros del Triásico superior y las inyecciones salinas en los

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núcleos de los pliegues y en la superficie escamas. Los sedimentos comenzaron a ser comprimidos, deformados, fracturados y apilados en unidades tectónicas hasta emerger, en un lento proceso que comenzó hace 25 millones de años y continúa en la actualidad. El agua, la nieve y el viento han modelan estos relieves, conformando unos paisajes kársticos de impresionante belleza.

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4- GEOMORFOLOGÍA

Las sierras del Pozo y Segura se caracterizan por la morfología kárstica, que aunque se puede encontrar en cualquier parte del Parque, es aquí donde presenta las formas más espectaculares. En estas zonas, los principales agentes que actúan en el modelado del relieve son las aguas superficiales, tanto las de arroyada como los torrentes y ríos, aunque la meteorización química, los fenómenos gravitatorios de ladera y las aguas subterráneas, producen también importantes efectos. Por lo tanto, el modelado de las vertientes por los cursos de agua y los procesos kársticos son los principales responsables del relieve que actualmente se observa en todo el Parque.

En la sierra de Segura y el Pozo se han unido la naturaleza caliza junto a una estructura de pliegues más o menos amplios para originar un espectacular relieve kárstico de asombrosa belleza en las zonas altas de esta sierra. Abundan extensos lapiaces y dolinas o torcas y calares, que dan nombre a muchas zonas, sobre los que se desarrolla una vegetación muy escasa, ya que los procesos erosivos fluviokársticos han desmantelados la totalidad de la cubierta bioedafológica, aflorando el sustrato calizo.

Las formaciones mas características de la Sierra de Segura son los localmente llamados Calares. la naturaleza caliza de los materiales en las zonas más elevadas y su disposición tectónica, que coincide a estas altitudes con capas más o menos horizontales o poco buzantes que forman parte de grandes pliegues, ha originado la formación de numerosas altiplanicies calcáreas en la Sierra de Segura y en sus vecinas del Parque Natural y de Albacete. Los calares son una morfología muy extendida en esta comarca. Son altiplanicies de grandes dimensiones donde se alzan los picos más sobresalientes y con una morfología kárstica característica. Estas altiplanicies actúan como una zona de infiltración, y son por lo general áridas, ya que apenas existe escorrentía superficial, desarrollándose numerosas simas, dolinas o torcas, uvalas y poljés, así como extensos lenares o lapices. Otro de los valores más destacados de estos calares son las panorámicas que se observan desde ellos. Al situarse en zonas elevadas, las cuencas visuales son muy amplias, abarcando en la mayoría de los casos varias provincias.

4.1- Los procesos kársticos

Las calizas son rocas que se erosionan fundamentalmente por disolución o corrosión, tanto en superficie como en profundidad, provocando hundimientos y dando lugar a pocos residuos de alteración. Aunque son rocas compactas, pueden presentar muchas superficies de discontinuidad como diaclasas y planos de estratificación, que les confiere el carácter de rocas permeables, además el residuo insoluble suele ser escaso (arcillas, limos y arenas de descalcificación). El agua de escorrentía, las heladas y el deshielo penetra a favor de estas superficies discontinuas, gracias al progresivo ensanchamiento de los poros de la roca, atacando a calcita y la dolomita, dejando vacíos en las zonas solubles y rocas llenas de asperezas en las insolubles. Frente a su capacidad para disolverse, la caliza presenta gran consistencia y por ello es

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capaz de mantener pendientes verticales e incluso extraplomadas, o soportar las grandes bóvedas y los conductos subterráneos que llegan a formarse en el interior de los macizos calcáreos. Las margocalizas al ser más fácilmente erosionables, suelen localizarse en zonas bajas, donde las condiciones climáticas y edafológicas más favorables dan lugar a una rica cubierta vegetal. Los procesos kársticos actúan sobre las abundantes rocas carbonatadas de estas sierras originando formas del relieve muy características, como lapiaces o acanaladuras , oquedades , galerías, surgencias de agua, torcas o dolinas, cuevas, simas, desfiladeros, etc. La tipología se formas cársticas se divide en exocársticas y endocársticas. Las formas exocarsticas son aquellas que se generan en la superficie. La erosión de las calizas por la escorrentía, las heladas y el deshielo, así como la desigual resistencia a la disolución por el agua cargada de anhídrico carbónico, dan al paisaje una forma atormentada. Están muy bien representadas en todo el Parque Natural, pero es en las zonas más altas, con menor cobertura vegetal, donde pueden apreciarse mejor. La parte más elevada de los macizos kársticos actúa como una zona de infiltración, siendo una zona árida en la que apenas existe escorrentía superficial. En su lugar son frecuentes las simas o conductos verticales y las dolinas o torcas, que son depresiones circulares o con forma de embudo, con diámetros que oscilan entre decenas y centenares de metros. Se forman principalmente por hundimiento de cavidades subterráneas (dolinas de colapso) o por disolución en torno a un conjunto de fisuras o a una sima simple (dolinas de disolución). Los Calares (como el Calar del Espino) conforman depresiones cerradas en cuyo fondo se reconocen los contornos de dolinas en artesa, de bordes suaves y cubiertos por sedimentos, fruto de la karstificación de las areniscas. En la superficie de un afloramiento rocoso es frecuente la presencia de surcos a acanaladuras producidas por la disolución de la roca al escurrir sobre ella el agua de lluvia. Esta superficie se llama lenar o lapiaz. Los procesos de hundimiento o de disolución pueden ser tan numerosos que varias dolinas se unan entre sí, formando depresiones más amplias y de contornos irregulares llamadas uvalas y en última instancia grandes depresiones de fondo plano llamadas poljés. En algunos puntos situados al pie de las laderas del poljé existen surgencias o grandes manantiales donde las corrientes subterráneas alcanzan la depresión. Las aguas circulan por su fondo y se pierden bajo las laderas opuestas, en puntos conocidos como ponors o sumideros. Formas similares son los valles en fondo de saco con paredes verticales o casi verticales que se prolongan hasta las cabeceras de los mismos. En ellas se encuentran los puntos de surgencia de corrientes subterráneas que fluyen valle abajo hasta desaguar en algún cañón o valle principal. Las formas endokársticas se originan dentro de la masa rocosa, en el interior de los sistemas kársticos. Su desarrollo, distribución y geometría están condicionados por la fracturación y planos de estratificación de la roca. Dichos planos, junto con la presencia de niveles impermeables y no figurados, y la situación de un nivel de base local, configuran las pautas de circulación de las aguas subterráneas, para las cuales se distingue entre una zona vadosa o de circulación vertical (zona de aireación), un nivel freático con su zona de

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fluctuación y la zona freática (zona de saturación), en la cual todos los huecos están saturados. En la zona vadosa predominan los conductos verticales, como pozos y simas, en los que agua circula libremente hasta alcanzar las corrientes subterráneas ligadas al nivel freático. La intersección de conductos verticales y horizontales suelen dar lugar a grandes cavernas. Tales cavidades ya no son el resultado de la disolución de la roca, sino de una paulatina descompresión y de la caída de bloques desde el techo y paredes, que ya en el fondo pueden ser evacuados por disolución.

4.2- Tobas y travertinos

También en esta zona se dan depósitos travertínicos y tobas. Los primeros son formados por la precipitación de carbonato cálcico a partir de las aguas que alcanzan el nivel de saturación del ion bicarbonato, que suele producirse por evaporación del agua en las cavidades subterráneas. Los depósitos travertínicos presentan formas muy variadas, tapizando las paredes y suelos de grutas o bien surgiendo de las fisuras de los techos (estalactitas), hasta unirse (columnas), con las que crecen desde el suelo por goteo de las primeras (estalagmitas). La Toba calcárea, por su parte, es una roca caliza muy porosa, que se forma cuando el agua fluye a la superficie de las regiones calizas cargada de carbonato cálcico disuelto, al encontrarse con la atmósfera libera su CO2 disuelto (proceso favorecido por la existencia de vegetación), por lo que la caliza precipita, formando la roca. La localidad de La Toba se sitúa sobre un travertino de dimensiones hectométricas, situado en la vertiente meridional del valle del río Segura, en un sector muy encajado entre el Puntal de las Buitreras (1.680 m) y el Calar del Pino (1.567 m). El travertino, adosado a la escarpada ladera calcárea, presenta una morfología plana superior, sobre la que se asienta la pintoresca aldea. En las paredes verticales del travertino existen varias surgencias kársticas con saltos de agua espectaculares y morfologías de carbonatos de gran belleza. Estratigráficamente, las surgencias se encuentran a la base de las dolomías del Cretácico superior, que constituyen el acuífero, sobre los niveles impermeables que pertenecen al Cretácico inferior.

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5- HIDROLOGÍA

5.1- Introducción

El Parque Natural conforma una divisoria de aguas hacia el Mediterráneo -río Segura- y hacia el Atlántico -río Guadalquivir-. La abundante presencia de agua constituye una de las características más destacadas del mismo, ya que estos macizos son uno de los islotes pluviométricos más relevantes del sur peninsular, lo que contrasta con las limitadas precipitaciones en los ámbitos meridional y oriental del Parque Natural, que conectan con las provincias de Granada, Almería y Murcia.

Los ríos más importantes del Parque Natural, así como sus afluentes, han conocido una importante labor de regulación mediante la construcción de una red de embalses de diferente tamaño y capacidad, cuyo objetivo fundamental es satisfacer las necesidades agrícolas, energéticas o urbanas de zonas alejadas del macizo montañoso en el que se almacena el agua, sin que ello haya tenido una repercusión favorable al desarrollo de la población local que habita en el territorio productor de dicho recurso. Este enorme reservorio superficial de agua se complementa con el existente en el subsuelo. Gracias a la elevada permeabilidad de las rocas superficiales el Parque Natural ofrece además una amplia red de acuíferos subterráneos.

Cuenca Río Embalse Capacidad

Guadalquivir Aguascebas Aguascebas 6,4

Guadalquivir Guadalentín La Bolera 53,0

Guadalquivir Guadalmena Guadalmena 346,5

Guadalquivir Guadalquivir Puente de la Cerrada 8,0

Guadalquivir Guadalquivir Tranco de Beas 498,2

Segura Segura Anchuricas 7,8

Segura Zumeta La Novia 1,

Son numerosos los ríos y arroyos que nacen en estas sierras, lo que unido a la naturaleza de las rocas ha ocasionado multitud de formas típicas del modelado de las zonas templadas. Donde los relieves son muy abruptos, los cursos de agua aparecen encajonados en la roca, formando estrechos valles fluviales, con cascadas y saltos de agua, cerradas o desfiladeros, pozas, etc.

5.2- Formas de relieve asociadas a la hidrología superficial

Las “aguas salvajes o de arroyada” son aquellas que discurren durante los períodos de lluvia sin encauzarse en cursos fijos, o sea, el agua de escorrentía. La arroyada difusa se inicia cerca de las cimas de las montañas y converge en los cauces fluviales, a los que suministra agua y sedimento. Son importantes como agentes de erosión laminar, sobre todo en ausencia de vegetación y con pendientes acusadas. Durante una lluvia fuerte, el manto de agua que baja, ejerce una fuerza de arrastre sobre el terreno que extrae partículas minerales y las transporta ladera abajo. En toda la zona del Parque es muy frecuente este tipo de erosión, que va modelando poco a poco las vertientes. En terrenos

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blandos, como los arcillosos y sin cobertura vegetal que proteja de la erosión, se producen abarrancamientos denominados cárcavas. En yesos y sobre todo en calizas, las acanaladuras son más estrechas, casi lineales, especialmente si se forman a favor de fracturas. También pueden aparecer pequeños huecos redondeados por acumulación de agua. En ambos casos se llaman lapiaces o lenares.

Los “torrentes“ son cauces de agua de caudal irregular, activos en épocas de deshielo o tras fuertes lluvias. Suelen desarrollarse en zonas de montaña, en los márgenes de sistemas montañosos y en especial, en aquellos lugares donde existe una falla que produce un escarpe del terreno. Las fuertes pendientes y las aguas veloces y turbulentas hacen que su principal acción sea erosiva, formando valles en V cuya profundidad dependerá también del grado de erosión de las laderas. El poder erosivo del agua sobre el fondo es prácticamente nulo. El ahondamiento se debe al golpeteo y rozamiento del material transportado. Resultado de su acción se observan por todo el Parque, arroyos que bajan velozmente desde las cimas, formando multitud de cascadas sobre calizas con pendientes muy altas, incluso extraplomadas.

Los “ríos” son cursos continuos de agua encauzada. Su acción geológica depende de la pendiente, de la naturaleza del terreno y del caudal del río. Las principales formas del relieve producidas por estos dentro del Parque Natural son:

Valles fluviales: son valles excavados por los ríos, con forma de V. Cuando un macizo rocoso es erosionado por los agentes fluviales se forma un valle. Los distintos valles aparecen separados por crestas, colinas o montañas, que representan partes no desgastadas del macizo. La erosión es máxima en las partes altas del río, donde la pendiente es mayor.

Gargantas y cañones: se producen por la erosión vertical por disolución de la roca carbonatada que encaja rápidamente los cauces, mientras que las paredes del cauce son casi verticales.

Cascadas y escalones: son saltos de agua en el curso de un río debido a causas litológicas (capas duras), fallas u otros accidentes tectónicos y producidos por la abrasión del cauce por las partículas que transporta la corriente. El río tiende a eliminarlas mediante el socavamiento de la base y su transformación en rápidos. Predominan en torrentes y en el curso alto de los ríos.

Marmitas de gigante: son oquedades cilíndricas excavadas en el lecho rocoso, y son producidas por una corriente rápida. A menudo en su interior quedan algunas de las piedras esféricas que los han tallado.

Llanura aluvial y de inundación: se desarrollan en las zonas más anchas del curso del río. Están constituidas por sedimentos finos transportados en suspensión por inundaciones.

Meandros. cuando el cauce está curvado, por ejemplo para salvar un obstáculo, la velocidad del agua tiende a ser mayor en la cara convexa, ya que avanza más velocidad en el mismo tiempo. Por eso el río tiende a erosionar en esta cara, mientras que en la cóncava se produce sedimentación de material que forma el point-bar. Esto hace que la curva se vaya abriendo cada vez más hasta estrangularse y transformarse en un meandro abandonado.

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Terrazas fluviales: a veces los ríos erosionan verticalmente su llanura de inundación encajándose en la misma, ya sea por variación del nivel de base o por cambios climáticos importantes y por tanto, de caudal. La antigua llanura de inundación queda en forma de escalón topográfico al producirse un escarpe de terraza como consecuencia del encajamiento. Es frecuente en ríos de zonas templadas la existencia de 4 terrazas, lo que se atribuye a los cambios climáticos provocados por los últimos períodos glaciales. Durante el avance de los hielos, el río quedaría sin agua y tendería a sedimentar, mientras en el retroceso volvería a erosionar y se encajaría.

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6- BIOGEOGRAFÍA Este Parque Natural constituye una cadena de montañas, valles y altiplanos enclavada en el Sistema Bético, limitando al oeste con el valle del Guadalquivir y al norte con Sierra Morena. El tipo de materiales que la forman, el relieve escarpado y el clima, han originado unas características geológicas, botánicas, faunísticas y paisajísticas, con entidad suficiente para constituir una de las zonas naturales más espectaculares y variadas de la geografía ibérica. La distribución espacial de la vegetación está controlada por dos factores principales: la precipitación y la temperatura, que se distribuyen de forma irregular a lo largo del Parque debido a la influencia de un tercer factor: la altitud. La combinación de estos tres factores da lugar a los pisos bioclimáticos. Dentro del parque, entre la vegetación autóctona destacan los extensos bosques de PINOS LARICIOS, entre los que aparecen importantes masas de ENCINAS, ÁCERES, ROBLES e incluso algunos ACEBOS y AVELLANOS, donde se desarrollan una amplia variedad de comunidades vegetales con un alto número de endemismos. Son más del centenar las especies florísticas endémicas de Andalucía que aparecen en estas sierras, destacando por su belleza e importancia ecológica dos endemismos locales, la VIOLETA DE CAZORLA (Viola cazorlensis) y el ATRAPAMOSCAS (Pinguicula vallisnerifolia) De acuerdo con la clasificación termoclimática se establecen los denominados pisos bioclimáticos (Terán et al., 1985). De los seis descritos para la región mediterránea, tres de ellos se encuentran presentes en el macizo de Segura-Cazorla: mesomediterráneo, supramediterráneo y oromediterráneo. Conjugando las condiciones termo y ombroclimáticas resultan las siguientes combinaciones: mesomediterráneo seco y subhúmedo, supramediterráneo seco, subhúmedo y húmedo, y oromediterráneo subhúmedo-húmedo.

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El piso mesomediterráneo tiene una importante extensión, ocupando la franja basal de la sierra hasta alcanzar los 1.300 (1.400) m de altitud, si bien en las zonas internas es sustituido por el piso supramediterráneo en cotas inferiores. Es un piso sin discontinuidades, cuya vegetación potencial correspondería a un ENCINA BASÓFILO (Paeonio coriaceae-Quercetum rotundifoliae Rivas Martínez 1964), sin ninguna originalidad con respecto al conjunto de los encinares béticos si se origina bajo un ombroclima marcadamente seco. Cuando las precipitaciones son más elevadas (seco-húmedo), circunstancia que raramente se produce en otros puntos de Andalucía Oriental, el encinar se enriquece en una serie de elementos mesófilos como el SERVAL (Sorbus torminalis), o el QUEJIGO (Quercus faginea). El piso supramediterráneo se inicia por encima del anterior hasta alcanzar los 1.750 m. Este piso presenta una singularidad importante, ya que en él se contrastan dos gradientes inversos, alcanzando aquí su máximo significado: el decremento de la temperatura con la altitud y el incremento de la precipitación. De esta forma, en el piso supramediterráneo aparecen acantonados una serie de elementos de elevadas exigencias mesofíticas, de óptimo eurosiberiano, y que alcanzaron estas latitudes meridionales durante la última glaciación, quedando aislados de su área principal. Es el caso del AVELLANO (Corylus avellana), del ACEBO (Ilex aquifolium). Estos elementos se muestran afines en cuanto a condiciones ombroclimáticas se refieren y se unen formando unos bosquetes atípicos en el contexto mediterráneo y únicos en toda Andalucía. En el otro extremo, es decir, bajo ombroclima seco y en este mismo piso dominan los encinares supramediterráneos basófilos (Berberidi hispanicae-Quercetum rotundifoliae), que, como consecuencia de las bajas temperaturas presenta una fisonomía abierta y algo achaparrada. Como término medio, habría que hablar de los bosques caducifolios submediterráneos, es decir, de los ACERALES (Daphno latifoliae-Aceretum granatensis) y de los ROBLEDALES (Quercion robori-pyrenaicae). Por último, el piso oromediterráneo, donde ya no se puede considerar precipitación como factor principal, en este caso en forma de nieve, es la baja temperatura reinante la que ofrece la limitación más importante al desarrollo vegetal en este piso que ocuparía la zona cacuminal del macizo. La vegetación

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potencial está representada por los PINARES de alta montaña (Daphno oleoidi-Pinetum sylvestris) y está caracterizado por su gran riqueza en endemismos, dado el aislamiento geográfico de las especies vegetales que lo habitan. En lo referente a la fauna del Parque, en los extensos bosques se puede reconocer una gran cantidad de de especies de vertebrados, de ellos 36 especies de mamíferos, entre los que destacan el ciervo, la cabra montés, el muflón, el gamo y el jabalí; depredadores como la nutria, la gineta, la garduña, el gato montés y el zorro. Entre las aves del Parque se cuentan unas 130 especies, la mayor parte insectívoras, pero con un número apreciable de rapaces diurnas y nocturnas que constituyen un poderoso atractivo. Esta amplia diversidad le ha valido la calificación de ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). Las rapaces constituyen un grupo con numerosos representantes, un total de 26 especies entre las que destaca el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), que aunque desapareció en los años 80, hoy se encuentra en fase de reintroducción. En el Parque se pueden encontrar también varias especies de águilas, milanos, gavilanes, ratoneros, etc. Las rapaces nocturnas están muy bien representadas en todos los entornos, destacando el búho real (Bubo bubo) y la lechuza común (Tyto alba) entre otros. La fauna de invertebrados, que suele pasar desapercibida para la mayoría de los visitantes, es sin embargo la que alberga la mayor parte de los endemismos faunísticos de estas sierras.

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7- POBLAMIENTO Y ECONOMÍA

7.1- El poblamiento y su evolución histórica

En las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas se localiza históricamente un sistema de asentamientos de tipo disperso. Existen numerosos núcleos de reducido tamaño ocasionalmente alejados unos de otros (Tabla 1), así como cortijos y cortijadas características de estas sierras. (PDS Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas, 2003). No sólo el relieve calcáreo es la causa de este poblamiento disperso, aunque las navas o fondos de valle horadados por la disolución de las rocas calizas son la clave de su ubicación, sino que también el peculiar aspecto legal del territorio de estas sierras ayuda a explicar esta situación. El predominio de la propiedad pública y sus condiciones limitaron la evolución de muchos de estos reducidos núcleos. El otro aspecto clave de este lugar serrano es el fuerte fenómeno migratorio que padeció durante los años 60 y 70. Esta emigración hizo desaparecer muchas de las células de poblamiento, caracterizadas por la autosuficiencia. (AGUILAR IBÁÑEZ, J. 2003). Además, durante la década de los 80 hasta la actualidad el proceso de recuperación de población está vinculado a la concentración de la población en las cabeceras comarcales, como es el caso de Santiago de la Espada y Segura de la Sierra. Este fenómeno de concentración constituye un problema serio de generación de desequilibrios mayores en la comarca (POT Sierra de Segura, 2003). Tabla 1. Socioeconomía poblaciones del trayecto (2009).

Fuente: Aguilar Ibánez. (2003); SIMA (2010).

Nombre población

Nº hab.

Extensión superficial (km2)

Actividad Económica

Cultura

Segura de la Sierra

2.054

224 (Todo su territorio está incluido dentro del Parque Natural)

Agricultura del olivar (Denominación de Origen Sierra de Segura); Huertas familiares (900 ha.); Oveja Segureña; Turismo; Apicultura

Patrimonio: Conjunto Histórico-Artístico 1972, Castillo Mudéjar, Fuente Imperial, Colegio Jesuita, Baños Árabes. Fiestas: Fiestas de la Virgen del Rosario, corridas de toros, bolos serranos, jotas serranas, romería de San Isidro.

Santiago- Pontones

3.758

684 (El 80% es Parque Natural)

Actividades ganadera (ovino, bovino), forestal, caza, pesca y turismo.

Patrimonio: pinturas rupestres, yacimientos prehistóricos. Fiestas: Santiago Apóstol y La Inmaculada Concepción (con encierros y exhibiciones), Fiestas a la Virgen del Rosario.

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7.2 Economía

7.2.1. Sector primario La agricultura de la Sierra de Segura se desarrolla en torno al olivar, que ocupa el 87% de la superficie de los aprovechamientos agrícolas. Excepto en Santiago-Pontones (por las extremas temperaturas), en el resto de municipios el olivar ocupa más de la mitad del terrazgo agrícola. Este cultivo ha experimentado un gran impulso desde la entrada de España en la UE (1986), constatándose su importancia con la concesión de la denominación de origen para el aceite de la Sierra de Segura. Esta expansión también se ha secundado por una masiva transformación en regadío, aprovechando las disponibilidades de agua ofrecidas por el Parque Natural. Los restantes cultivos tradicionales de secano han disminuido considerablemente. Las superficies dedicadas a la producción del cereal sólo alcanzan cierta notoriedad en las altiplanicies de Santiago-Pontones y Segura de la Sierra. Los productos hortofrutícolas de regadío se extienden sobre una superficie discontinua, destacando las de Santiago-Pontones con más de 1.000 ha. Los cultivos más extendidos son las hortalizas, seguidas de la patata y distintas variedades de plantas forrajeras. La ganadería se desarrolla muy señaladamente en Santiago-Pontones, que tiene la mayor cabaña ovina de toda la provincia (concentra casi el 69% y el 54%, respectivamente, de la cabaña de ovino y caprino de la Sierra). La raza segureña es la autóctona de la zona. Esta ganadería tiene un carácter extensivo, aprovechando los pastos espontáneos de las zonas altas de la Sierra. La producción ganadera está orientada básicamente a la carne, siendo la venta de corderos la actividad comercial más extendida. 7.2.2. Sector secundario Las industrias dedicadas a la obtención del aceite de oliva (almazaras) y sus derivados (aceite de orujo, carbonilla) constituyen la principal actividad fabril en este territorio. En los últimos años se advierte un notable incremento de esta industria. En Segura de la Sierra hay dos almazaras. Pese a una gran explotación en siglos anteriores, las industrias locales de transformación de la madera se limitan a dos serrerías (en Orcera y Siles). Se fabrican palets y se produce para carpintería. (El comienzo de la explotación forestal de la Sierra de Segura, por parte de la administración, comienzó durante el primer tercio del siglo XVIII, cuando se inician los trabajos para la nueva Fábrica de Tabacos de Sevilla1). La transformación industrial de los productos ganaderos se limita a la venta de chotos y corderos vivos, a secaderos de jamones y a la elaboración familiar de

1 Tras la desaparición de la Provincia Marítima, en 1836, la actividad prosiguió a menor escala,

aunque a principios del siglo XX los montes de la Sierra de Segura volvieron a cobrar protagonismo, esta vez para abastecer de traviesas al ferrocarril, y por esta razón gran parte de los conocimientos y técnicas relacionadas con la corta y extracción de la madera han perdurado hasta la introducción de la maquinaria moderna, hacia los años 50 del siglo XX.

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embutidos (Santiago-Pontones). También se produce en Santiago de la Espada leche de cabra y quesos en industrias de pequeño calado. La construcción tiene especial relevancia en la zona del recorrido, debido al incremento del turismo rural y la segunda vivienda. 7.2.3. Sector terciario Se ha experimentado un incremento de la actividad turística en la zona, creándose una nueva infraestructura turística mediante la diversificación de la tipología de los alojamientos existentes. La integración paisajística se está consiguiendo mediante el fomento de la rehabilitación del patrimonio arquitectónico rural (La Toba) y manteniendo las tipologías constructivas propias del medio rural, promoviendo el uso de materiales y colores propios del legado patrimonial de la arquitectura tradicional.

7.3. Una interpretación del espacio desde la antropología

El medio físico ha sido determinante para el desarrollo del hombre y su cultura tradicional en la Sierra de Segura; la cultura tradicional local responde a un intento de mantener cierto equilibrio con el medio. Al mismo tiempo, las difíciles comunicaciones han sido un factor fundamental de aislamiento. La compleja orografía, elevada altitud media y dureza del clima de esta Sierra siempre condicionó históricamente tanto las actividades económicas como la formación de núcleos de poblamiento. Sin embargo también influyó la excesiva dependencia de una serie de poblamientos (concejos) importantes que aglutinaron la mayor parte de la población y de la tierra. Núcleos de poblamiento en su mayor parte de reducidas dimensiones y situados a escasa distancia unos de otros (de ahí sus elevados niveles de endogamia), dieron como resultado un tipo de ocupación del espacio con un fuerte grado de asimetría, ya que junto a pequeñas unidades de poblamiento (cortijos, granjas) estrechamente vinculados a la organización de la tierra y a la explotación del suelo, se encontraban otras unidades mayores (aldeas) y otros núcleos con un carácter marcadamente urbano, como Segura de la Sierra. Por otro lado, la baja calidad del suelo y las escasas posibilidades de aprovechamiento del territorio desde el punto de vista agrícola, pero sobre todo la desigual estructura de la propiedad de la tierra, (vinculada a los concejos, nobles, conventos), convirtieron a esta zona en un espacio privilegiado en recursos naturales, con abundantes montes y pastos y una patente orientación ganadera (García Díaz, 1987). Paulatinamente al recurso de la ganadería, se unió la apertura de la economía natural a otras actividades de auxilio, como el transporte (carretería, arriería) o la producción forestal (importancia de la demanda de madera para la construcción naval, que incluyó a este territorio en la denominada Provincia Marítima de Segura de la Sierra). Hechos posteriores, entre ellos la sobreexplotación forestal, la creación del Coto Nacional y la emigración, despoblaron decenas de pequeños núcleos de población en la Sierra de Segura, obligando a emigrar a sus vecinos o a

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desplazarse a nuevas colonias creadas en el interior del parque por la administración estatal. Por esta razón muchas de las aldeas de la Sierra están abandonadas y consecuentemente se abandonaron algunas actividades económicas tradicionales (se podrán observar durante el recorrido cortijadas abandonadas). Actualmente las actividades económicas tradicionales de la Sierra se están retomando al calor del desarrollo de un incipiente turismo rural y la demanda de tanto de productos derivados de la ganadería muy revalorizados (cordero y queso), como de productos “ecológicos” que han conseguido poner en marcha una de las más solventes experiencias de agricultura ecológica de las que se desarrollan en Andalucía.

7.4. Formas de hábitat y patrimonio histórico-cultural

7.4.1. Arquitectura popular Hubo un tiempo, a principios del siglo XX, que estas sierras estaban moteadas por más de 200 aldeas donde vivía un nutrido vecindario, dedicado a las labores agrícolas y ganaderas. Su forma de vida aún prevalece. La arquitectura tradicional, fruto del esfuerzo individual y colectivo, representa un patrimonio -en este caso etnológico tan importante como el paisaje, la geología, la flora o la fauna de la Sierra de Segura, y en la actualidad pasa por momentos de dificultad, amenazada por las nuevas tipologías constructivas, (bloques de hormigón, la Uralita…). El trazado urbano es tortuoso y anárquico, y responde a estrictos criterios de ubicación de lomas, praderas y ríos. Por lo general existe una pequeña plaza mayor, sombreada por un nogal y refrescada por una caudalosa fuente. En sus proximidades existe un horno de leña, que todos los vecinos utilizan para cocer pan. Son muchos los elementos arquitectónicos dignos de mención, pero destacan algunos que por su función se han conservado hasta nuestros días, como molinos y almazaras, usados tradicionalmente para moler el grano o molturar la aceituna. Son de destacar el Molino y la Almazara de Miller, en el término municipal de Santiago-Pontones. La vivienda popular de la zona de nuestro recorrido se denomina cortijada, para la que se utilizan como materiales constructivos aquellos que se tienen más a mano, y estos son: la piedra, el adobe, la madera y las tejas y cubiertas de tipo árabe. La cortijada de montaña con economía de subsistencia es un conjunto de edificaciones, espacio agrario, fuentes y acequias. Eran comunales los hornos y las dependencias para los animales, que han hecho de ella un modelo de hábitat autosuficiente en muchos aspectos. Constituye este sistema un ejemplo arcaizante del tipo de agricultura de subsistencia en las montañas mediterráneas, ya que ha sobrevivido hasta fechas muy recientes.

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Proteger el suelo y conducir las aguas fueron los trabajos más laboriosos en la transformación del paisaje. Las torrenteras de suelos más frescos se aprovecharon en forma de terrazas, consiguiendo pequeñas parcelas para el cultivo de hortalizas y cereal. Las viviendas campesinas buscan también dejar el mayor espacio posible al terreno agrícola. Por esta razón se asientan en la base de la montaña, casi sobre la roca viva, que en algunas dependencias se convierte en elemento constructivo. La parte norte de las casas se protege de la humedad mediante laboriosas zanjas de separación y drenaje. La vivienda serrana, como norma general, es de planta rectangular y tiene gruesos muros que oscilan entre 50 y 70 cm., hechos con piedras y tobas unidas con argamasa, lo que sirve de protección contra el calor veraniego y contra el frío del invierno Cerca de las viviendas se sitúan los gallineros, conejeras y otras dependencias, como los hornos exentos y corrales para el ganado. Las cuadras y los chiqueros se encuentran algo más separados, así como la era comunal. Con frecuencia junto a las cortijadas existían abrevaderos, particulares o reales. Un sistema particular de abrevadero era el de ahuecar troncos de árboles que resultaba especialmente abundante por su economía (Garrido, J.L., 2004). 7.4.2. Vías pecuarias La importancia del legado patrimonial que representa la red de vías pecuarias en la Sierra de Segura, con 650 kilómetros de longitud y con un gran valor paisajístico, ha dado lugar a la elaboración de senderos, actividades compatibles con el uso ganadero de las vías pecuarias, elemento ancestral de la cultura ganadera de esta comarca. 7.4.3. Prácticas deportivas autóctonas Los bolos serranos constituyen el único deporte autóctono de Andalucía practicándose casi exclusivamente en los pueblos y aldeas del Parque Natural. Aunque prácticamente sin ayuda institucional, se puede decir que hoy están totalmente recuperados, hasta el punto de ser actualmente el segundo deporte más practicado en este territorio después del fútbol. Existen dos modalidades: la denominada de montaña o de "mingo único" y la denominada de valle o "de tres mingos" y cuyo uso se restringe a la Sierra de Segura.

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8- CARTOGRAFÍA

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3ª Jornada: Río Madera – Segura de la Sierra: 11 km