Masotta Rodrigue

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    Le el artculo varias veces y juro que me perd en la selva oscura. Masottaemprende una feroz crtica de los psicoanalistas argentinos, de quienes dice que

    "slo es posible leerlos, mirndolos al revs, como esos tejidos que se entienden sise los observa del lado de atrs". Mirar a los analistas al revs puede ser unejercicio interesante, si se piensa que esa es la forma en que uno se mira en elespejo.A continuacin pasa a criticar mi trabajo sobre autismo, escrito 15 aosantes. Ya me refer de paso a ese trabajo sobre Ral, el nio mudo autista de 4aos, aquel que me llev a conocer a Suzanne Langer, a mi periplo por Stockbridgey a la comunidad teraputica. El artculo en cuestin fue debido a una invitacin aparticipar de un libro titulado New Directions in Psychoanalysis, editado por MelanieKlein. En ese trabajo combino Melanie Klein con Winnicott y SuzanneLanger.Contino con los antecedentes. Masotta se lanzaba con todo a la lidpolmica y cuestionaba al orden instituido. Creo que me tir el guante porconsiderarme el paradigma de la APA, lo que no deja de envanecerme. El suyo era

    evidentemente un texto destinado a causar efectos polticos. Y yo tena quelevantar el guante, batirme en duelo por esa Dama canalla que era la APA. En mirespuesta cito a Masotta:

    "Veamos el ejemplo de la seal emitida por el nio autista de Rodrigu: se trata dela palabra "/m(a)/m()"; pero la presencia aqu de una doble aliteracin voclica yconsonntica, paranomasis, difcil de separar del sentido de la palabra, nohomologa ste al ejemplo de la pequea Anna?" (O.Masotta en Leer a Freud).

    En mi rplica de 1969 contino diciendo:

    "S? El problema es que no s bien si comprendo; adems la palabra paranomasisme sorprendi, por el diccionario me enter que viene a ser la semejanza entre dos

    vocales acentuadas. Eso ocurre para los a de mam. Y aqu tengo un problema,los chicos muy chicos no hablan como los grandes; es decir, como la palabraescrita. Si mal no recuerdo la primera palabra del chico autista fue ms bien un

    m-m. Adems me pregunto como analista de nios, que una vez flotldicamente en un cuarto de juego, qu hubiera pasado ante la palabra dicha porvez primera, si yo hubiese pensado en /ma/m/?. No me cabe duda que algo de laexperiencia se hubiera perdido".

    Luego Masotta pasa al sueo de Ana; Ana es Anna Freud, la hija de Freud. Masottanos informa que el sueo de la pequea Ana se articul en voz alta durante eldormir: Ana F(r)eud, f(r)ambuesas, f(r)utillas.... Cmo est presente -segnMasotta- el significante de este sueo? Lo cito nuevamente: "En la repeticin de un

    grupo fnico, en la escansin que la repeticin introduce, en el efecto delordenamiento retrico y de jerarquizacin interna y autnoma de las frases...".Para Masotta los fr en Freud, frambuesas y fresas son importantes. Pero lacuestin es: para quin? Seguramente no para la pequea Anna. Ella era austracay los nios austracos suean en alemn".

    Zas!, un gol de media cancha.

    Ser? La pregunta es, visto desde aqu, cmo puede un tipo lcido como Masottacometer algo parecido a una gigantesca gafe.

    Tom a Masotta, sin lugar a duda, como un ingenuo que pensaba que Anna Freudsoaba en espaol. Desde la zorra cautela de la tercera edad me pregunto, por

    primera vez, no ser que Masotta me arm la cama y que yo pis el palito? Creoque no, pero uno nunca sabe. Lo que me llama la atencin es que ningn analista,

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    "El smbolo es la.frutilla suculenta queel psicopata omnipotentemere genera ensu mundo interno, mentras que el pechoenvidiado y atacado pasa a ser el objetodenigrado y de poco valor."(E. Rodrigu, en El contexto del pro-ceso analtico.)l' 111111111\('" -quie e .aMarx no sin ha er ledo a Lacan- e que11 \ 1'" 11 tnr a: eer a Freud 1. Pero toda posi le o pro able lecturati , 1"" lid d(\\)('rl\ transitar por e lecho de Procusto de la historia y deti . 111111110 dI I psicoanisis. Ocurre efectivamente que es difcil discernir,

    11"1 111111 os histricos, la obra de Freud de desarrollo contemporneo deI .111 l' 1 IIda .onjetura > entre la fecha de publicacin de La interpretacin" , 1 (o,v ,1I/('1I0S y e Congreso de Sazburg median apenas diez aos. Desde11111111('1 S hasta su muerte Freud no slo se vera liberado de aquela soledaddI' 1011 uos de la declinacin de su amstad con Fliess, los tiempos de sus"1 IIl'osis y de sus pnicos, de su autoanisis, sino que su propia producci6ndtl Iscritor se vera rodeada muy pronto por la produccin de Ferenczi,\III'uham, Steke, Rank. Cmo decidir entonces sobre eso que en otrosIlISOS hay menos dudas; e'St'Oes, so re los textosy sobre e or en de una

    'k - 1 ura? 3Cu es e vaor y e acance e la teora ta como ela se encue=" r

    11'1I xpesta en esos textos? Se recuerda la posicin de Steke: si bien Freudhaba sido un gigante, los enanos trepados a sus hombros vean ms leos , Vqu . Tanto reconocimento ocultaba mucho desdn. Y de msmo Freud '~)10 quedara hoy aparentementemente ms que los despojos de la ltimaparte de su obra: ~ ra ~a ers 11 lidad pobremente conceptuai-zada, ~deo-~o ps ui Q como conflicto, e esqueeto de una concep-cin dinmca de la enfermedad y de la cura 4.

    " Oscar Masotta. Naci en Buenos Aires en 1930. Entre 1965y 1967 sedesempeacomo investigador de dedicacin exclusiva en la Facultad de Arquitectura de la VBA.Director de la Primer Biena Mundia de la Historieta (Di Tela, 1968). Libros: Sexoy traicin en Roberto Arlt (J . Alvarez, 1965); Happenings (en colaboracin, J . Alvarez,1967); El "pop art" (Columba, 1967); Conciencia y estructura (J . Alvarez, 1968);La historieta y e mundo moderno (Pads, 1969)."" Resumen de la conferencia leda en e Instituto Lucheli Bonadeo, e 18 deabril de 1969. . .1\ :1

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    J)' sta manera la historia ha podido ver constituirse muy pront doslrlstorns del psicoanlisis- una de ellas, abundantemente escrita, ha sidop 'o P nsada~ se en~pta en el "Establishme.nt" psicoana-111'o (.La Asoclacion Argentina es un buen ejemPlo). sta inscripcin, dev rdad, no es ms que la del significante inconsciente, la huella mnsicaque si la memoria no olvid, fue porque jams estuvo en la conciencia: lar presin de Freud. Si se leen las historias, todo permanecera aparente-mente en orden: el "psicoanlisis" comenza despus del "codo" de los aosveinte. Qu deca Freud? Si se lee Inhibicin, sntoma angustia se com-prueba simplemente que junto al aE!do eJg pri era teora de.laangustia (separacin mecnica del afecto y la representacin) y junto a unaangustia concebida ahora como fracaso de las funciones del yo, Freud~

    conserva la nocin de un "a posterori" 5, la Idea de una temporalidad queescinde a'la represin ed_os tieinpos," esto es, un modelo comenzado abosquejar ya en- el interior de las ms arcaicas ficciones neurolgicas delProyecto 6.En tiempos de Freud, cuando la neurosis de Freud era inseparable deSil deseo de Saber sobre la neurosis 7, cuando Freud extraa finalmente suteora de su neurosis y se zafaba por lo msmo de su neurosis por la cons-truccin de una teora, entonces el psicoanlisis estaba lejos de ser unainstitucin. El "psicoanl isis hoy" (para usar una frase que una vez unlibro festej) parece estar condenado a comenzar por el final . Se trata enesencia de transm " una t~C]1.8; en el mejor de los casos -o en el peor-de formalizar una teora sobre cuyos fundamentos y alcances ya nadie sepregu a. No es necesario hacerlo, puesto que si ella existe en la cabezade nuestros "gigantes del silln", es porque el Poder fundamentar al Saber.Por lo dems, una teora, si tiene consenso, resulta econmca; al menos~ en que no sern necesarios ms de dos prrafos para exponerla. Pero yono hago metforas: hasta tal nto creo que lo reprimdo es Freud, queentiendo que slo eSJmstl5le leer algmos libros escfi os por pSIcoanalistasargentinos, atendiendo a las lagunas, mrndolos del revs, como esos tejidosdel ejemplo que slo seentienden si se los observa del lado de atrs.He aqu un_l~o .del discurso freudiano en el discurso manifiesto deun psicoanalista de h,.gy: "Considero que este mutismo -escribe Hodfigu-e-es un artftcio d10. tcnica de uerpretacuni de los sueos que Freudempleaba a principioe desiglo, El mtodo de fragmentar los sueos en esla-bones arbitrarios y de solicitar, a veces presionar, al paciente para queasocie con cada tem genera una alteracin de la trama natural del sueo,donde los smbolos estn significativamente relacionados con su texto" s,Pero no sepercibe aqu, como en el caso de lo reprimdo y el sntoma, unacierta apropiacin masiva -por anttesis- de un trozo del discurso doRodrgu por el ligar y la fuerza de la teora de Freud? Veamos qu dice 1prrafo: a) que no es posible aislar un signo de su contexto; b) porqu laigruficacin es una "trama natural" (esta expr sin desdichada siglliric'lIsin duda que hay que analizar lo que se tiene a la vista, la rnag n el 1s\lciiO,p r j mplo, y no las palabras O ); c) q1I la simili a in s610 os kfhh ('11(,1Interior d 1 .ont xlo actual y globnl d 1 signo o d( 1smbolo. ~P(II'() 110 '(r '0110' 11nqu! l us lesis d 1I11Fl( J loll)('llologfll el, (11 lollllld ul ( d i nl n I l uV(WlI'16nslcmpr >rll'J l\l\li~ll d( los I('xlos d('(lllllol'i 11\'1'0'tllo 11\1,t 11111111

    I ',1/fj('alivo) que enfatiza lo molar por un rechazo sistemtjc~ d~lo ~"()111('111111'11uquietud, en fin, ya suficientemente derrocada por la hng~stl '(ll'1II111'"lporflnea. Cmo podra haber significacin -y ello ,tan~o afuera '0111111I.1('lIlrodel psicoanlisis- si- el signo no llevara en SI msmo su pJ '()P 111'1lI('ipio de fragmentacin, de aislamento del texto y de ,todo, t ~() ( 1111111'(11a al cdigo y su potencial potico) 10 Y su propio principio d\l'\'sl6n interna (la barra saussuriana, que separa el signific.ante del Hi~1II ('11110,no es ni un descubrimento del lingista ni un privilegio d ,1 SqH1111'lIito). Cmo podra haber in~er~ncia del "teI?", a su contc lo, ,111'Idl k-unt esto es sin esa materialidad de extenonda absolula, \111'111111qu~define; la materi"aliaad -el lenguaje; en fin, sin la posihilkhuldi "lIl1lqujcr palabra (monema o frase) de ser tomada "a la 1 tra", (:01110\ (' l 101\'fin descompuesta al extremo en sus "letras" o flmento 'OIlVI\I1d 111111Sil anagrama, y sin que esos proouctos moleculares de la sigllll11111'1I1o onstruida no fueran capaces de nuevas fusiones, de f~nnnr (:~I1HIII(\' 'od nas (por sus semejanzas, formales, sonoras; por sus dif r 11('UI)\ dn uln']r y cerrar a la vez el trnsito del sentido? Qu contesta RocIri'tu l'\I\l1 lodo por una amputacin de la teora freudiana del signo: s tn

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    omn d nomnador" dice Lacan, indicando la importancia de los pa~rnt s).Pero veamos el ejemplo de la "seal" emtida por el nio autista deIlodrigu: se trata de la palabra "/m (a) Im ()" 15 (barras y parntesis

    ~son mos). Pero la presencia aqu de una dob e al"teracin, voclica y conso-n: tica, paranomass difcil de separa cteI sentido _e Ia palat5r,a, no omo-oga este ejemplo al del sueo de la peque'Ana? Dnde reside aque~e ~s~re indca~vo, de la palabra que no le permtira "elev~e: a funcinslmbo~En nmgun lado. Lo que ocurre es que no es e o de un sirn-Q Q ! Q . . J . 9 que determna eficacia; en gran parte cwmo:o el nio o el a ultohacen uso del smbolo, ya e.sttoda.eclaido.-Cuestin que se complica sise trata del i!lf~6, que se parece bastante poco en este sentido a una'abeja o a una hormga, ya que su "nicho ecolgco" se halla dos vecesarticulado 17. Por 10 dems, ~ entrada del nio al lenguaje se opera deuna sola vez; y no es porque e sujeto se apodere de una_vez )u~e.pentina-ment1;d-eI repertorio completo de trms, reglas y usos de la lengua. Lo

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    . , ,

    :.1 r.[l expresin es de Lacan; ver La sciencie et la vrit, en Ecrits, Pars, Seuil,1 on o , 855~878. En 1948 Lacan llamaba .laatencin sobre la comunicacin y transmsindel 11 {PO de conceptos ~fcilmente unvoco, Po; otra parte-- d~ la teora:-:;Sesrsult ats peuoent-ils fonder une science positive? Oui, si l'experience est controlable parIOllS. Or, constitue entre deux suiets dont Tune [oue dans le dialogue un rle d'idalempersonalit (point qui requerra plus loin notre attention), Texprience, une [ois ache:oe et sous les seules conditions de capacit exigible pour toute recherche spciale,peut tre reprise par l'cutre suiet avec un troisl~me. Ceue voie apparement initiatiquen'est qu'une trasmssion par rcurrence, dont il n'y a pos lieu de s'tonner puisqu'eletient a a siructure meme, ipolaire, e toUte subiectioit". L'agressivit en Psuchanaiqse,e op. cit., pg. 103. Pero e psicoanisis no dea por todo e lo de ser ciencia, puestoque puede determnar su objeto: e inconciente.

    3El problema es cmo decidir sobre e sentido de desarrollo de su obra. Serque habr que leer la Interpretacin, la Psicopatologa y e Chiste en una perspectivadonde l~preocuIlacin "In stjca" deba entenderse como superada por la llegada dela teora "estructura" (?) de las instancias? Cu es e orden de implicacin que fijala reacin entre la segunda tpica, la ltima teora de los instintos, la teora de lascuaidades y ladoctrina de sueo? A nuestro entender Freud msmo 11adeado indicadoen e Esquema, en 1938, e orden y escaonamento de las razones que unen la historiade los conceptos a su inherencia a Sistema. Volveremos en detale sobre la cuestin enotro lugar,

    4 Una visin fugaz sobre Freud, pero no menos descorazonadora: P. J . Van de'Leeuw, Sobre e desarrollo de la teora [reudiana. Ejemplo tanto ms significativo enla medida que aparece en e nmero de la ReJ isia de Psicoanlisis (julio-diciembrede 1968), [dedicado a festear e XXV aniversario de la publicacin!5 Sobre la nocin freudiana de represin a posteriori vanse lostrabaos de Pontas,Laplanche, Leclare y Creen, recopi aa~ inconciente y e psicoanlisis francscontemporneo, Nueva Visin, Buenos Aires, 1969.6 Vase Moustafa Safouan, De la structure en psychanalyse, contribution a unethorie dumanque, en Qu'est-ce que le structuralisme, Pars, Seuil, 1968, 239-297.7 Vanse ias'observaciones y e anisis de Leclare sobre los sueos de la inyecci6na Irma y de lamonografa de botnica, en Psychanalyser, Pars, Seuil, 1968, 31-53.8 E. Rodrigu, en El contexto de proceso psicoanaltico, Buenos Aires, Pads,pg. 82.9 Exactamente lo contrario de lo que postulaba Freud.10 Realidad potica, habra meor que"decir, para enfatizar las nociones [acanianasde "efecto de sentido" y de "letra", Usamos la paabra "potica" en e sentido rigurosoqu~adquiere en e interior d_emode o de Jackobson: reacin de la funcin de seecci6ncon la de combinacin por la cua las equivaencias que constituyen la primera Rproyectan sobre e ee de la contigidad que constituye a la segunda. Vase Essais dolinguistique Gnrale, Minuit, Pars, 1963, pg. 220. Vase como eemplo de la d 'fInicin de ]ackobson y de su aplicacin concreta a anisis estructura en poesa: Saml{)1R. Leoin, Linguistic Structures en Poetry, Mouton Co., La Haya, 1964. Para la r 'la {ucntre la definicin y e significante en psicoanisis, vase Lacan, L'instrl11cede {(I tourdans l'inconscient, en 071. cit. pg. 50:4.11 Vase conjuntam nto 1anlisis qu ha Fr ud 1 l olvido erl nornh Sf(IIC1r I] y Ins r'f1'xiOlls e Em) Bcnvcnlsto sobr la nocu snIlR."l'i1l111l do ,nhllo'lld,dud.

    f;. { (W(j ti,. .vIR"( UI/{.(ulst/fl'll, Iln J rO/II\'J/(',v ti J ,ill{(,'lIr/III' 11'111'1'1I11', I,II ,C,oIllwlJ oI( N 1\11). 1 O (J (J , J j~ , r ; ,

    l ': , Ito(!,.i'u, op, cit., pg. 47.111 l.fI(lllIl,. s aa que existen en Freud por lo menos cuatro definicin 's Il 11111

    " 1" ,,,"" dnl t1 s O.11 J . 1.11 (\11, Le dsir et son interprtation, en Bulletin de Psychologie (1!-('('IIIIIf'

    " 1 ''', 111 noviembre, 3, 10, 17 diciembre, 7 enero de 1959; resumen du J . 1 \I"liloll "

    Ih "'"1/ Pana and Mama, en The Seected Writngs, La Haya, Mouton & .0., IUlI'\.111 1 ,: / ,, 1 O que an no habla, segn la expresin de Lacan, en op. cit., ( 'sP( ,( ,J ,J

    11\0 "l o 1:1 l ' 11.11 ~( ,(.flrro simplemente a las dos articulaciones de Martinet: la seguucln ('111111''' 111 d, ,,"Idfld s sin contenido semntco (los fonemas) e investida de propl'''"oI1'M

    111111111 "f, llrl rouca s y estructuraes (aunque e fonema sea funciona )1 1'/ SI"lt!i111"' ,,,,,dI'IIv/I 11 lu onsttucin de significado).

    111 llllt,lll '1obson, e captulo sobre "shfters": Les ambrayers, les catuorr t /1f" " 1, 1/11'/11) vusse, en op. cit. 176-198, Vase tambin Lacan, op. cii., pr..(s. (1 ()

    11111 M. Illlrolll\n, art, cit.; y tambin Jacques Derrda, Freud. et la scene de 1'1I('''IIIf'I'.".,//''' '1 1/ III rliff61'ence, Pars, Seuil, 1967, 293-3.40.111 r , AlfIlIlNN

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    -Emilio RodriguLEER A RODRIGU- =

    "Pero veamos el ejemplo de la 'seal'emtida por el nio autista de Rodrigu:se trata de la palabra c/m(a)/m( (ba-rras y parntesis son mos). Pero la pre-sencia aqu de una doble aliteracincoclica y consonntica, paranomass (elnfasis es m-o-mo: quiero decir que 110es de Msasotta) difcil de separar del sen-tido de la palabra no homologa ste alejemplo de la pequea A.na?"

    (O. Masotta en Leer a F reud.S?El problema es que no s bien si comprendo; adems la palabra"paranomasis" me mat. En el diccionario y por la Real Academa, meenter de que viene a ser la semejanza entre dos vocablos que slo sediferencian por la vocal acentuada. Eso corre para las "a" de "mam".Ya aqu tengo un problema: los chicos muy chicos no hablan como losgrandes; es decir, como la palabra escrita. Si mal no recuerdo, la primerapalabra dem chico autista fue ms bien un "mm". Eso seguramentehace una diferencia.(Adems, me pregunto como analista q!leuna vez trat de flo-tar ldicamente en un cuarto de juego, qu hubiera pasado si,ante la palabra dicha por vez primera, yo hubiese pensado en

    trmnos de "m(a)/m()".No me cabe duda que a180de la experiencia se hubiera per-dido.)Pasemos al sueo de Ana, siguiendo la sugestin deMasotta. Ana esAna Freud, la hija deFreud. Masotta nos informa que el sueo de " ... lapequea Ana se articula en -voz alta durante el dormr: Ana F(r)eud,Ftriesas, f(r)ambuesas, bollos, papilla". Cmo est presente -segn::\Iasotta- el significante en este sueo. Citmoslo nuevamente: "En larepeticin de un grupo fnico, en la escansin que la repeticin intro-duce, en el efecto, en fin, de ordenamento retrico y de jerarquizacininterna y autnoma de las frases ... " Para Masotta las "Ir" en Freud,frambuesas, y frases son importantes. Pero la cuestin es: para quin?Seguramente no para la pequea _Ana. Ana era austraca y losnios _austracos suean en alemn.127

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    .Anotacumei t= un psicoanlisJ 'deE RodrlguO,ear IM .asotta

    "Para remontar las causas de 'este deterioro de dis-curso psicoanatico, es legtimo aplicar e mtodo a lacomunidad que lo soporta".J . Lacan, Funcin y campo de la paabra Ij delenguae . _

    "

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    :;\(lU la "nxercin -el ucertjo-; de certidumbre anticipada" de 'quehabla' Lacan). Tambin se podra haber dicho: omnipotencia. Perola omnipotencia interpretada no evdencia, la mayor parte de las veces,ms que la omnipotencia de la Interpretacin, La cuestin es: c6mopudo Rodrigu confiar~e a esa observacn -a la violencia que impli-~aba- que haca soh,e m texto? Rodrigu no poda ignorar el humorque en m despertara la lectura de su nota y el descubrimento de ese-error que s610, haba sealado para (con el fin de) hacerlo suyo; con-tratransferencialmente hablando: un cierto aire levantisco y castigador.una rabia preada de alegra. "Blier/ 5e degr: Une tendue de cielnoctume boulecers par un oiolent orage les clairs zbrant la nue r-olent une masse rocheuse au long de laquelle, insoucieux de la iempte,un homme [ort, muscl, dcid, grimpe allgrement" (K. Hischer, Pou-boirs secrets des mots et des symboles, Paris, 1966). Me ruborizo porm: pero la culpa es de Rodrigu. Ms an: sugiero -como dira Rodr-g~-' que para el caso Rodrigu forma conmgo una pareja perversa::Verseau/ 8e degr: Un lioii assis dans tllle arne ouoerte, regarde [i -rement s'aoancer un homme qui s'approche de lui, portant d'une mainune tte de mouton, et de Tautre une [orte chalne.r ou: Un hommeipor-

    ...tant une cliaine sur so. main ouvette/. Fiert et dignit, indpendanced'esprt, ndomptable, qui subjugue les autres, homme fort, dompteur./Andel, Fromco; gnral Guisan, Mussolini, le champion de dressage 'dechecal Chammartin, Morse (chaine =ransmssioa tlgraphique" (K .Hschler, ibd.) , y por 10msmo, no existe azar alguno en el hecho de quenos hablemos' indirectamente, que Rodrigu conteste m nota COI) una

    ccasi-carta, carta-nota, nota-parodia, carta-furtiva: "Yerseau/ 23e degr:Deux chiens courant de [ront".El problema es: qu quiso decir Rodrigu? Se dir: aludir, y no elu--dr, no sin inteligencia, que sus ideas incluan ms afirmaciones (con-tinente, rvere, vientre materno, en Lacan hay una palabra para lacuestin, "habitat"', pero no se apodera de toda la teora). Nada. La'respuesta correcta es: lo que dijo, a la letra (veremos cmo la letra no-carece de contexto). Esto es, decir su error. Anotemos de inmediato-que en tanto al contestar Rodrgu no dejaba de exponerse, la vocacin(la articulacin -y no la intenconalidad- inconsciente) de su nota se;,revela en primer lugar como masoquista. Yo deca adems: leer a Freud,Rodrigu contesta: "Leer a Rodrigu". Se dir ahora: he ah n rasgode humor reivindicatorio, o de conversin inducida y lcida de la apa-tenl?, ' :l1l1ancia en' humldad, etc, Tampoco nada de eso, Para un Jaca-nno de estricta observancia: no podra pasar desapcrdbiJa la frase'Jonde Hodrgu enuncia su propio nombre despns el" un verbo eninflitivo ". Desde ]0 alto de la pgina el "Sujeto" (lllodrig'tf/) II()~anuncia que lo que va a segllir tiene que ver con ('1/(',\'(' I Y ('()Jl S(I de

    saparcn como sujeto. Olnl ob, ,'I'VI\('! )11oJ,vlll (\.l'O (tU no s aleja d~mateia1): el reverso y 1(1 v'l'dlld d(ll IJ IIIH'l'nllvtl 11\)1>'rs01l01l l.a frasedescubre al protagonisln dol l'1l111)('ln(\o trunsf TIlu'III

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    en nudo gordi.mo ni In tr(\v en repartitora, mucho menos para entregar-el' poder a una 'tcnic,\ fundada en la transferencia automtica, En'Frtmd b, tcnica se deduce de las propiedades del material' y la resis-tencia de los avaLHCS d(' la transferencia; como recuerda Lacan jamsFreud dej de pcruumcccr ficJ de algn modo a esas metforas deradiaciones, distancias y ncleos a las que refera la resistencia en elmomento msmo que se separaba de Breuer, Y que no se nos diga queestamos pensando en un material que existira fuera de la transferencia:ese material no existe en ningn lado, Pero por lo msmo, es necesarioanalizar el material p'1l'

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    Quera decir: que como es el caso de Rodrigu y de [ones, yo tam-.bin podra estar equivocado, y que ~odrigu poda decirlo y sostener-lo .Esto es, de la msma manera que yo digo y sostengo que l y J ones(salvando las distancias) estn los dos equivocados, y en ms de un'punto, En cambio, qu hace Rodrigu? Debo decirlo (si "flota ld-carriente" no es por razones de tcnica sino de humldad}: le pone lospp.ntos a ms "i" (conoca la significacin del nmero imaginario en el. lgebra lacanianai': es improbable). " P tutte SOllO prncipe/ pe tutieso signore/ solo per lo mo pubrccco/ [edele seroitore" (.annimo?).,.Rodrigu me seala un error que no podra desdecir lo que yo he afir-".;maclo,por ms brevemente, sobre su pensamento, sino que al revs mec~~mfrrna (me confirmaba: el imperfecto espaol no es del todo dis-,tinto del Iacaniano}; me baya yo equivocado o no. Lo he mostrado:ms 'puntos y ms "i" permanecen aristotlicamente en sus lugares ade-.cnados, ya que Ballesteros ha traducido correctamente en este caso yatendiendo a la atencin que Freud prestaba al signficante. Pero estocarece de importancia aqu puesto que el entredicho introducido porRodrgu se refiere al hecho lato del error (hecho bruto y aislado; pun-tual, habra que decir para enfatizar su semejanza con el olvido), susealamento, puesto que si yo me hubiera equivocado, ello dejaba fue-"ra de consideracin la relacin del error con las ideas que entenda 50S-.: tener con el ejemplo. J ntencin de humllar? 5610 en un sentido. 'Perono a m, no hay que 'equivocarse, puesto que como ensea Lacan, si".damos que el sujeto -el ejemplo de Rodrigu viene al dediHo- se'identiftr 1 al agresor, perderemos seguramente Ia estrategia de la ar-ticulc:' sistarnos de cualquier manera: de haber alg{m error en mejempI", e no quitaba que yo poda haber optado entre otros exs-tentes n la obra de Freud y segllir sosteniendo lo que sostena. Surgeas algo oscuro (u]a letra Iacaniana ) en todo esto; la furtivo-carta, estoes; la mrada-furtiva (giallce) de Rodrigu contiene un mensaje deextra:fia.aparenci~ (absu;do, dira Freud.: se sabe lo que vale la pa-labra en el contexto freudiano), pero que no podra permanecer indes-cifrable para quien supo leer el captulo tercero de La internteucin.de los sueos. "Usted Masotta -dice su primera parte- se ha equivoca-,"~o,"incurri en error, lo quemuy bien prueba que yo estoy equivocado."~Cmo no reconocer la presencia aqu de esa conexin --seiahda porFreud- entre irona (esa estructura que describe la retrica) y los.olvidos? Se recuerda el ejemplo del peine (hombre de las ra\;\s): p:\r" tie!\(' . de l se puede negar a comprender el 1l10Vill\~III(l(1

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    sotta ) e sujeto ,J":"lp:lfcce de lugar donde aparenta estar, ya que enning.1l momento alaca menos que ah donde se muestra atacando,Cuando el tema e! cuestin (suietj entra, Rodrigu (sujetado) sale,Se podra decir tamhin que a Rodrigu le ocurre a la inversa de Halllita: cuando "obtiene" e "objeto", ste se le torna "bueno", Pero comode cualquier manera no se carece de odo psicoanaltico se entiendepor cules desvos tiende a artcularse e deseo-de Rodri~u y cul ese aura (en el sentido mdico de trmno) de ese deseo: "Ah ... , 7(/,~alas enfermas, cansadas tempranas del pjaro del crepsculo, 011 dandij.aguardando en la arena, soportando en la playa la cada del - l ti1l 1oda .. .l" .Es que Rodrigu, cama dira Lacan; debe una muerte. Pero dndeest la deuda, quines son los hermanos, quin es Emlio Rodrgu? Encuanto a aque que Lacan llama e "interlocutm emnente", yo lo deca:no hay duda que participa en el juego. Con un par de interrogantesAlthusser nos ubicar de pleno frente a las respuestas (y quienes lo hanIedo saben lo leos que est de complacerse- en cierto uso de la lite-ratura): "Quin era por consiguiente Freud, para haber podido, a lavez, fundar la teora analtica, e inaugurar como analista nmero uno,auto-analizado, Padre originario, la larga filiacin de aualistas quede l se reclaman?" (Freud y Lacan). Como Nietzche, como Marx-contesta Althu'sser- Freud era hijo natural. Pero Gran Padre primti-vo, no ha convertido al conjunto de sus hermanos en horda y a cadauno en hermano? Apuesto que por deante de los ojos de Rodrigu.tuvo que pasar un da - y aun en el caso de que haya apretado losprpados para no ver- una fantasa de flageacin donde al menos unosde los oficiantes de la parea era un psicoanalista: Pegan a -un psico-analista!Falta un punto. Debemos buscar todava, para alcanzar e verdadero, acento freudiano de arbitrariedad =paroda, pero no nos divertamos-

    en el tacho aparente de los restos (en psicoanlisis puede no haberdesperdicios), la sancin de la letra. Lacan observa que e sujeto de lafantasa de flageacin descrita por Freud no puede en verdad iden-tificarse ni con las figuras que eercen e castigo ni con quienes son Oagelados. Si es que con algo puede e sujeto identificarse -colldnye- no essino con e instrumento msmo de castigo 18 Pronto, ,dnde est e l{t.'go? Se ve: ah donde exasperado por e dolor de la existencia )' la fah:ldel sentido el poeta de la audicin coloreada exiga una mucrt, snlici!;uius por la sobreabundancia de la significacin nosotros buscamosal significantc. Contestacin: en la primera Irnsc-palnlira illlC Ho(lrigl'"sela clcba]o de ese ttulo en iufinit ivo donde pcnosall;('llte deca ~Ideseo. r:se seing I!) lacaniano, firma y marca de la hh~lli(' frl'lIdiall:l.~Cml llamar ('11efedo a esa "S" )' a ('sos dos illll'IIII"IIIlIIIl\ ;\11011'1170

    pticos, serpiente secconacla qne no 11111('11 "", \ 1111 1"" di' 111' do,trozos (hay que moverlos) probable y rcnltv.uln ('!lY '1 Plodlll'l() l' ",imagen especular de la "S", la sigla la .m1111111 d.1 ,'Id.-III 'It( )101 111111111Ionia alen;ana introduce al Ello, Es, fJ'('lIdinll"i' ""111 h t' 111 d. 111 1"1 h,preciso escuchar:--.S?=Ch vuoi? 19-Leer a Rodrigu.~S?-Basta =es la rplica de Rodrigll{

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    '},eyend(>a Rodrigu : obseroaciones tericas, \

    Pe:;o Hodrigu no es cualquiera, es un hijo de Freud. Y de una l1a,l,'I'brillante,. C:laJ;d? ~e lee el relato de su trabajo con Raulto (El ontfi../\.de UIl esqmzoFe~1co de tres aos con mutismo) no se puede dejar d,.reconocer, en p):~mer lugar" parte de las :nism~~ virtudes qne La(':illrecon.,:('e en los excelentes informes kleinianos". El concepto de la ,')pO~~l?lI '-como en Dora- no se aleja dernasado del desarrclk- d, Ianlisis, y se percibe, en ('feclO, esa espiral de la cual I abla Rodl"t'"en otro lad~ la forma tal vez de h dialctica de ese tlinogo -e1Ollgueres v palabras qnp rlefjnc el campo < I f '1 anlisls kleinhmo. Bo~hj '"ino,.~s LeI~ Gr:lb{-'lg. ~ H O(l~ g,:{~ el relata dr-scriptivo -la'11/'1"\';'"~aC101!-. del, paciente ru s,) confunde con los tmnos ~erico~ d 1.1,m~erpretacjon, ni Se confina demasiado en el comenzo de su. rolntMientras el anlisis se dC'S.",l)()II,l e e'Si) ,"'1 ] , ' , . . . es una y otra vez, 111:1S '11(10\1.mr cana vez, vuelto a presentar,~3,~~:llJdonosen su relato nos ser posible evocar el movirnientn d, Ianm.sls de Raulito, Aprovech0remos para indicar algunas coincidt.lld 1parcl~e~ entre el anlisis kleinano y el anlisis Iacaniano, al '/'11'1'.que indicaremos algunos puntos qHe quedan sin explicacin en el 111forme de ~{)drjg.u -quiero decir, que nodrig",,~ lO 'oculta-; sef;;ll:1I1mos :~ msmo tiempo otros t~pos de ausencias -son hs Que der', 11.dferencas tericas .que jams se {li~cuten--; cos rerr:cnh.)_:-~!n~~'umente desde cierta sombra que al fDa de'! ;nfO,ill'" , ""C~" Cel'II'II _ __: o J....., ~C4 . ' ' ' .... _(,e la figura. de, la prctica (la

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    ,;on.,idera" s qlI conceptos telemos disponibles como herramentas para peusnacerca de este- proceso de fusin o identificacin surge oboiamente e de [antos!n,dado que slo

    pasae entre e masoquismo ergeno y e masoquismo mora. Es posible que en ,,)caso de ltimo toda situaci6n de "concurrencia" y competencia pueda reactiva~o oexplcarlo. Pero quienes hayan ledo a Bodrigu y coincidan con ago que repite amenudo, encontrarn ms razones para no tomar en serio nuestro parangn. Enefecto Rodrigu avisa muchas veces que tratndose de grupos, no hay que .1".'0;:. -vectar sobre e nuevo objeto las articulaciones de grupo faJl)ilia;. E~.exa~~mente.o que, a revs, tratamos de hacer: solamente que e gr~~o ~qU en ;uestton es l~corporacin de los psicoanaitcos y e padre en cuestin -es Freua. No es porcasuaidad que Rodrigu -'-por otra parte=, quien constantcm~nte muestra unafigura muy superada de Freud, aqu -litigando- se muestre fe. Es exacto enefecto que 113. lengua de las paabras de sueo es fundamenta. Yo me pregu~o,'cu es la reacin "ntrapsiquica" de Rodrign con la figura de Freud y con ?lNombre de Freuc1? La pregunta, se ve, es legtima. Recomendo por lo demasque e lector recorra con cuidado la pequea nota de Rod~gll: si sabe' leer, a. ~aletra encontrar ah un indicio de las escaramuzas de Rodngu con e pal0l11111lCOen cuestin (la paabra aqu es una y la msma en espaol y en aemn). ,"., Cfr. Las formaciones. de inconsciente.ao Ibd.ao Tratndose de psicoanisis y de psicoanaistas, se sabe, los encu.entr?scas~aes,fugaces, las ancdotas, no son de ma gusto (cobran .un are de historia, sugler~nsiempre que tienen que ver con la historia de la doctrina, y.esto por las c~act~ns-ticas de su trasmsin). Conoc a Rodrigu en casa de Annmd~ Aberastun, a fm~sde 63, no me acuerdo, o en 1964. Pero sera dema gusto aqu declarar en cambiotodo lo que yo deb entonces a Armnda Aberasturi (he contado en otro lad~ queentonces me mora literamente de hambre) y a m querido doctor Ennq~e PI;honRvre, quien puso en ms manos la separata de Buletia de Psyc.ho.logte e?!ta~opor e Grupo de Estudios dePsicologa de la Universidad d~Pars, .fumado 9~punoy letra por Lacan y que contena su semnario sobre las formaciones de mcons-ciente". Tuve entonces la oportunidad de cruzar agunas paabras con Rodrlgu,quien regresaba, creo, de los Estados Unidos. Recuerdo e~.estilo: a~ento y caute{laso distante y permsivo. Armnda Aberastur, y para facilitar e diogo, le ;pre-gun~asu opinin sobre Lacan. No recuerdo los trmnos de su respuesta. No recue;-do tampoco si Rodrigu pretendi un desacuerdo sobre e supuesto de que lo hablaledo. Recuerdo en cambio que habl de Susan Langer. Hablbamos chi~o e, unopara e otro.~ Ni San Jorge ni e Dragn: como en'e chiste de Freud "Where is the savouri'";

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    lacaniano o no, repar en la gafe; es un caso poco comn de represin colectiva.Porque, coo!, Anna Freud soaba en alemn.

    Me detengo aqu porque esta polmica con Masotta fue importante en mi vida y talvez, junto con el huevito del cuc, estuvo en la base de mi dificultad posterior deleer a Lacan. Por ese tiempo muchos de nosotros comenzamos a leer en serio

    textos duros, difciles de digerir. Althusser y Lacan encabezaban la lista.

    Althusser, en primer lugar, ejerca su terrorismo ideolgico; l circunvalaba elmundo con una prctica terica que era cosa de pasmo, entonces vos, que slofuistes a la facultad de medicina, te queds pagando. Althusser era un dspota quete deca que nadie sabe leer, excepto Marx y, tal vez, Spinoza que hizo ciertosprogresos con "Mi Mam me ama" y otros textos simples. Entonces vos, que lespara el carajo, te sacude un calambre generalizado al informarte que se requiereuna doble lectura de El Capital y que la primera de ellas consiste en leer los cuatrotomos, palabra por palabra, lnea por lnea, en varios idiomas adems de estudiar,lgico, en alemn, pasando, como dice el guacho, "por las ridas mesetas de ladistribucin simple", para remontar el majestuoso Iguaz de la plusvala. Y una vez

    que has preparado el terreno con esta lectura laboriosa aunque ingenua, tens queempezar de nuevo con las obras completas, pescando entre lneas, escuchando losinaudibles susurros y murmullos, en la bsqueda de lo que sin decir dice y vos tepons verde y comprs El Grfico.

    Otro tanto me pasaba con Lacan. Me resultaba difcil de leer. Hay que entrar,vencer las resistencias, volverte un lector hembra, como recomendaba Cortzar,dejarte impregnar por lo nuevo. Y yo, en 1969, no era un pichn de analista conmis 46 aos. Yo ya era rodrigueano de pelo en pecho, con nombre hecho, lo quees, admitmoslo, un peligro.

    El asunto se complica porque creo que Masotta tena razn en su apreciacin globalde mi trabajo. Sent el aguijn. Haba un cierto guitarreo de mi parte. Tal vez, al

    escuchar la crtica, vislumbr, con un dejo de temor, que nuevos cdigos seavecinaban y que la hegemona kleiniana estaba siendo amenazada. Nunca nadieme haba confrontado antes desde esa pedana terica, tratndome con una falta derespeto rayando en la insolencia.

    Ya en la poca intua que Lacan representaba una revolucin cultural. Del mismomodo que en el captulo sobre Melanie Klein, de mi biografa de Freud, hablo delhuracn kleiniano, ahora se anunciaba el tornado lacaniano. Yo creo en laprogresiva sofisticacin del pensamiento. Klein jugaba con un mecano nmero IV;Lacan, con el V. Por eso sent que Masotta me colocaba en el corral de losdinosaurios, sensacin bien inquietante, ser un dinosaurio a los 46 aos...

    Tato Pavlovsky cuenta una historia interesante: l era campen sudamericano denatacin estilo mariposa y cierta vez, cuando va a correr los 100 metros, seencuentra en el andarivel de al lado con un buen nadador que no era mariposista.Qu ests haciendo ac?, le pregunta y el otro se sonre delicadamente y relajasus largos brazos. Larga la carrera y el intruso gana por varios cuerpos; era laprimera vez que Tato competa frente a un rival que corra con el revolucionarioestilo delfn, con el mecano acutico nmero V. Resultado: Tato colg su malla.Masotta nadaba el estilo delfn de Lacan. En el trueque de mecanos se produce unpequeo salto epistemolgico.