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10CMO APRENDEMOS A LEERHistoria y ciencia del cerebro y la lectura Maryanne Wolf

Lecciones de lectura segn Proust y el calamar

No nacimos para leer. Los seres humanos inventamos la lectura hace apenas unos milenios. Y con este invento modificamos la propia organizacin de nuestro cerebro, lo que a su vez ampli nuestra capacidad de pensar, que por su parte alter la evolucin intelectual de nuestra especie. La lectura es uno de los inventos ms notables de la historia, una de cuyas consecuencias es precisamente la posibilidad de dejar constancia de esta ltima. El invento de nuestros antepasados pudo aparecer slo gracias a la extraordinaria capacidad del cerebro humano para establecer nuevas conexiones entre estructuras preexistentes, un proceso posible gracias a la capacidad de moldearse de acuerdo a la experiencia. Esta plasticidad intrnseca del cerebro constituye la base de casi todo cuanto somos y de lo que podemos llegar a ser. Este libro cuenta la historia del cerebro lector en el contexto de nuestra evolucin intelectual. Adems abarca tres reas de conocimiento: los orgenes histricos del aprendizaje de la lectura, desde la poca de los sumerios hasta Scrates; el ciclo vital de desarrollo de los humanos, a medida que aprendemos, con el paso del tiempo, a leer de maneras cada vez ms sofisticadas; y la historia y la ciencia de lo que ocurre cuando el cerebro no es capaz de aprender a leer. Comprender estos sistemas nicos predeterminados- prefijados, generacin tras generacin, por la informacin gentica- mejora nuestro conocimiento de aspectos insospechados que tienen unas implicaciones que slo estamos empezando a explorar. Y entretejiendo las tres partes del libro hay una visin particular de cmo el cerebro aprende lo que sea. La aptitud del cerebro para aprender a leer es el resultado de su proteica capacidad para establecer nuevas conexiones entre estructuras y circuitos dedicados originalmente a otros procesos cerebrales ms bsicos y que han disfrutado de una existencia ms prolongada en la evolucin humana, como son la visin y el habla. Gracias a este diseo, llegamos al mundo programados con la capacidad de cambiar lo que la naturaleza nos ha dado, de manera que podamos superarlo. Estamos, se dira que desde el principio, preparados genticamente preparados para los avances. Se puede aprender a leer gracias slo a la plasticidad del cerebro y, leyendo, el cerebro cambia para siempre, tanto psicolgicamente como intelectualmente. Gran parte de nuestra manera de pensar y de aquello en lo que pensamos se basa en las conclusiones y asociaciones generadas a partir de lo que leemos. En este libro se utiliz al clebre novelista francs Marcel Proust como metfora y al infravalorado calamar como analoga para dos aspectos radicalmente distintos de la lectura. Proust consideraba la lectura como una especie de santuario intelectual, quedaba a los seres humanos acceso a miles de realidades diferentes que, de otra manera, jams hubiesen podido conocer ni comprender. Cada una de estas nuevas realidades era capaz de transformar la vida intelectual de los lectores sin exigirles siquiera que abandonaran la comodidad de su silln. En los aos cincuenta del siglo XX, los cientficos utilizaron el largo axn central del tmido aunque astuto calamar para comprender cmo se activan y comunican entre s las neuronas y los sistemas de reparacin y compensacin de que disponen cuando algo sale mal. El estudio de lo que el cerebro humano tiene que hacer para leer, es anlogo a los estudios del calamar en la neurociencia de antao. Se cuenta que Maquiavelo a veces se preparaba para leer disfrazndose con ropa del perodo del escritor que estaba leyendo y que serva la mesa para ambos. Era una muestra de respeto por el talento del autor. Mientras leemos, podemos abandonar nuestra propia conciencia y trasladarnos a la conciencia de otra persona., de otra poca, de otra cultura. Cuando transmigramos a los pensamientos de un caballero, a los sentimientos de un esclavo, al comportamiento de una herona y la forma que tiene un malhechor de arrepentirse o renegar de sus fechoras, nunca regresamos a nosotros mismos completamente iguales; a veces volvemos inspirados, a veces apenados, pero siempre enriquecidos. En cuanto esto sucede, ya no estamos limitados por los confines de nuestro propio pensamiento. Estuvieran donde estuviesen situados, nuestros lmites originales son desafiados, provocados y, poco a poco, movidos a un nuevo lugar. Una expansiva sensacin de ajenidad cambia lo que somos y, lo que es de una importancia trascendental para los nios, lo que creemos que podemos llegar a ser. Hace aos, el cientfico cognitivo David Swinney contribuy a descubrir el hecho de que, cuando leemos una palabra sencilla como chinche, activamos no slo el significado ms comn (una criatura rastrera de seis patas), sino las acepciones menos frecuentes de ese trmino: los micrfonos ocultos, los problemas tcnicos de un software. Swinney descubri que el cerebro no encuentra slo un significado para una palabra; antes, estimula un verdadero tesoro de conocimientos sobre tal palabra y las muchas otras relacionadas con ella. Los nios con riqueza de vocabulario y de asociaciones entre palabras extraern de cualquier texto o conversacin una experiencia sustancialmente diferente a la de los nios que no tengan la misma riqueza lingstica y conceptual. Volvamos a la dimensin biolgica y miremos debajo de la superficie del acto conductual de leer. Todos los comportamientos humanos descansan sobre capas y capas de una ingente actividad subyacente. La autora de este libro Maryanne Wolf pidi a la neurocientfica de Oxford y artista Catherine Stoodley que dibujara una pirmide ilustrativa de cmo cooperan esos diversos niveles cuando leemos una simple letra. En el vrtice de esta pirmide, leer la palabra oso es el acto superficial; por debajo de ste se encuentra el nivel cognitivo, que se compone de todos aquellos procesos de atencin, de percepcin conceptual, lingsticos y motores que utilizamos para leer. Estos procesos cognitivos, que muchos psiclogos dedican toda su vida a estudiar, se basan en estructuras neurolgicas tangibles formadas por grupos de neuronas dirigidas por la interaccin entre los genes y el entorno. El proceso de lectura no depende de un programa gentico directo heredado. Por lo tanto, las siguientes cuatro capas implicadas en l deben aprender la manera de formar de nuevo los senderos necesarios cada vez que un cerebro aprende a leer. Esto es lo que distingue la lectura de los dems procesos, explica porque nuestros hijos no aprenden de manera natural como aprenden a usar la visin o el habla, que estn preprogramadas. Las propiedades del sistema visual son un ejemplo magnfico de cmo el reciclado de los circuitos visuales existentes hizo posible el desarrollo de la lectura. Las clulas visuales poseen la capacidad de alcanzar un altsimo grado de especializacin y precisin, as como establecer nuevos circuitos entre las estructuras preexistentes. Esto permite a los bebs venir al mundo con unos ojos listos para activarse y que son un modelo excepcional de diseo y precisin. Poco tiempo despus del nacimiento, cada una de las neuronas de la retina del ojo empieza a comunicarse con un conjunto concreto de clulas del lbulo occipital.

De manera fascinante, las redes celulares que han aprendido a cooperar a lo largo del tiempo elaboran representaciones de la informacin visual, aun cuando esta informacin no est delante de nuestros ojos. En un experimento esclarecedor llevado a cabo por el cientfico cognitivo de Harvard Stephen Kosslyn, se pidi a unos lectores que serraran los ojos e imaginaran determinadas letras. Cuando se les pidi que pensaran en las letras maysculas, se produjo una reaccin en unas regiones diferenciadas del crtex visual responsables de una parte del campo visual; por su parte, las letras minsculas activaron otras reas distintas. La lectura es un acto neuronal e intelectualmente tortuoso, enriquecido tanto por los impredecibles rodeos de las deducciones y pensamientos de un lector como el mensaje que llega directamente a ojo desde el texto.

Cmo aprendi a leer el cerebro Empezaremos en Sumeria, Egipto y Creta, porque es en la escritura cuneiforme sumeria, los jeroglficos egipcios y una escritura protoalfabtica de reciente descubrimiento donde podemos encontrar el todava misterioso nacimiento del lenguaje escrito. Los principales modelos de escrituras inventados por nuestros antepasados exigieron algo un tanto diferente del cerebro, y esta circunstancia puede explicar que transcurrieran ms de dos milenios entre los sistemas de escritura ms antiguos conocidos y el notable casi perfecto alfabeto desarrollado por los antiguos griegos. En su origen, el principio alfabtico implica la profunda comprensin de que cada palabra del lenguaje hablado est formada por un conjunto finito de sonidos que se pueden representar por un grupo finito de letras. Este principio aparentemente ingenuo constituy una verdadera revolucin cuando surgi con el tiempo, porque permiti que cada palabra hablada fuera traducida a escritura.

Cmo aprende a leer el cerebro de un nio y los cambios que experimentamos a lo largo de la vida. Son varios los puntos que relacionan la historia de la escritura humana con el desarrollo de la lectura en el nio y que dan mucho que pensar. El primero es el hecho de que, aunque nuestra especie le cost dos mil aos conseguir el avance cognitivo necesario para aprender a leer con un alfabeto, en la actualidad nuestros hijos tienen que alcanzar ese mismo dominio de la letra impresa en apenas dos mil das. Despus estn las implicaciones evolutivas y educacionales de tener un cerebro reorganizado para aprender a leer. Si no existen genes especficos exclusivos de la lectura, y si nuestro cerebro tiene que conectar las viejas estructuras de la visin y el lenguaje para adquirir esta nueva habilidad, todos los nios de cada generacin tienen que realizar una ardua tarea. Para adquirir este sistema antinatural, los nios precisan de unos entornos educativos que sustenten todas las partes del circuito que han de ser fijadas para que el cerebro lea. La comprensin del perodo de desarrollo, que se extiende desde la infancia hasta el inicio de la edad adulta, requiere entender todos los componentes del circuito del cerebro lector y su desarrollo. Tambin implica entender la historia de dos nios que tienen que aprender cientos y cientos de palabras, miles de conceptos necesarios para el desarrollo de los principales componentes de la lectura. El aprendizaje de la lectura empieza la primera vez que se toma en brazos a un beb y se le lee un cuento. Con qu frecuencia ocurra esto, o deje de ocurrir, durante los primeros cinco aos de vida, resulta ser uno de los mejores ndices de prediccin de la capacidad de lectura posterior. Un sistema poco estudiado divide de manera invisible nuestra sociedad; las familias que proporcionan a sus hijos un entorno fecundo en oportunidades del lenguaje escrito y oral se alejan poco a poco de aquellas que no lo hacen o no pueden hacerlo. Un importante estudio determin que ya en el jardn de infancia una brecha de treinta y dos millones de palabras separa a algunos nios de hogares empobrecidos lingsticamente de sus coetneos. La plasticidad de nuestro cerebro nos permite aprender a leer y despus de esto cambia para siempre, psicolgica e intelectualmente, con la lectura modificamos la organizacin de ste. En otras palabras, as lo expresa Maryanne Wolf. El aprendizaje de la lectura empieza la primera vez que se toma en brazos a un beb y se le lee un cuento. Los nios que escuchan y utilizan miles de palabras, cuyos significados ya han comprendido, clasificado y almacenado en su cerebro, tienen ventaja en el campo de su educacin. Los nios que por el contrario no se les lee un cuento, y que jams se imaginan dragones o princesas, tienen una gran desventaja, a esto se le llama pobreza lxica, o cundo el cerebro no es capaz de aprender a leer, se habla de dislexia. Aprendemos a leer basndonos en las conclusiones y asociaciones generadas a partir de lo que leemos, la lectura permite que las personas vayan ms all de la informacin que se les proporciona y as crear infinidad de pensamientos. Ahora, sobre la historia de la aparicin de los primeros sistemas de escritura, nos encontramos con la escritura cuneiforme, implementada por los sumerios, de la que luego los Acadios conservaron muchos smbolos, los jeroglficos egipcios y una escritura pro alfabtica, tenemos ms tarde la invencin del alfabeto griego. En trminos generales, el alfabeto tiene tres grandes contribuciones, una es la economa de caracteres, lo que permite una escritura eficaz y lectura fluida; la segunda contribucin es la ampliacin de lmites para pensar y escribir, estimulo el pensamiento novedoso y por ltimo incremento la conciencia del habla. El desarrollo del lenguaje escrito se debe a su vez al desarrollo de elementos de la lengua hablada, cmo lo son el fonolgico, semntico, sintctico, morfolgico y pragmtico.

Los comienzos del desarrollo de la lectura o no

Imagnense la siguiente escena. Un nio pequeo est sentado, embelesado, en el regazo de un adulto querido, escuchando palabras que se mueven como el agua, palabras que hablan de hadas, dragones y gigantes de lugares lejanos e imaginarios. El cerebro del nio pequeo se prepara para leer bastante antes de lo que uno jams sospechara, y utiliza para ello casi toda la materia prima de la primera infancia, cada imagen, cada concepto y cada palabra. Y lo hace aprendiendo a utilizar todas las estructuras importantes que constituirn el sistema de lectura universal del cerebro. Decenios de investigaciones demuestran que la cantidad de tiempo, que un nio escucha leer a sus padres y a los dems seres queridos predice con bastante exactitud el nivel de la lectura que alcanzar aos despus. De qu manera aprende a leer un nio es un cuento de magia y hadas o uno de oportunidades perdidas innecesariamente. Estos dos panoramas corresponden a dos infancias muy diferentes: en una ocurre casi todo lo que esperamos, en la otra se cuentan pocos cuentos, se aprende poco vocabulario y el nio se queda cada vez ms rezagados, antes incluso de empezar a leer. EL PRIMER CUENTO: Trabajar con bebs prematuros pone de relieve la importancia dl tacto en el desarrollo. Un principio parecido es aplicable al desarrollo ideal de la lectura. En cuanto un beb puede sentarse en el regazo de quien lo cuida puede aprender a asociar el acto de leer con el sentimiento de ser querido. La asociacin entre or leer y sentirse amado proporciona los mejores cimientos para este proceso, que ningn cientfico cognitivo ni investigador de la educacin podra haber diseado mejor. UN SERIO JUEGO DE PALABRAS: En el siguiente paso en el proceso es una comprensin cada vez mayor de las ilustraciones: el nio adquiere la capacidad de reconocer las imgenes que ilustran unos cuantos libros que no tardarn en acabar sobados y con algunas esquinas dobladas. Este avance se debe a que el sistema visual ya funciona a pleno rendimiento hacia a los seis meses, la atencin tiene un largo camino por delante hasta la maduracin y el sistema conceptual crece da a da a pasos agigantados. A mediad que la capacidad de atencin aumenta, mes a mes, tambin se incrementa el conocimiento que el beb tiene de las imgenes familiares y crece su curiosidad por las novedades. Al tiempo que la capacidad de atencin y percepcin aumentan, stos enfrascan en el antecedente ms importante de la lectura, el desarrollo temprano del lenguaje, con el descubrimiento fundamental de las cosas. A los adultos les puede costar alejarse de su propia visin del mundo cotidiano para darse cuenta de que los nios muy pequeos no saben que todas las cosas de este mundo tienen un nombre. Poco a poco, los nios aprenden a etiquetar los elementos destacados de su mundo, empezando, por lo general, por la gente que los cuida. Pero la conciencia de todos tiene su propio nombre suele aparecer alrededor de los dieciocho mese, y es ste uno de los pocos conocidos hitos que se alcanzan durante los dos primeros aos de vida. Detrs de cualquier manifestacin de un nio se esconde la capacidad de su pequeo cerebro para relacionar e integrar informacin procedente de varios sistemas: visual, cognicin y lenguaje. Cuando los nios son capaces de nombrar las cosas, el contenido de los libros desempea un papel todava ms importante para los pequeos porque, a partir de este momento, pueden elegir lo que se lee. Esto desencadena una notable dinmica de desarrollo: cuando ms se le lea a los nios, mejor comprendern todo el lenguaje que lo rodea y ms ampliarn su vocabulario. El genio lingstico se debe a diversos elementos de la lengua hablada que, ms tarde, todos incorporamos al desarrollo del lenguaje escrito. El desarrollo fonolgico: la evolucin de la capacidad de un nio para or, distinguir, separar, y manipular los fonemas que forman las palabras abre camino al descubrimiento esencial de que stos estn hechas de sonidos; por ejemplo gato se componen de cuatro sonidos distintos g/a/t/o. el desarrollo semntico: el aumento del vocabulario de un nio constituye a la progresiva comprensin del significado de las palabras, que alimenta el motor de crecimiento del lenguaje en su conjunto. El desarrollo sintctico: la asimilacin y el uso de las relaciones gramaticales del idioma allana terreno para comprender la complejidad de las oraciones de los libros. El desarrollo morfolgico: el nio adquiere y utiliza las unidades mnimas de significado; esto contribuye a que el nio entienda de que clase gramatical son y que funciones gramaticales tienen las palabras que encuentra en frases y cuentos. Por ltimo, el desarrollo pragmtico: la aptitud de un nio para percibir y utilizar las normas socioculturales del lenguaje en sus contextos naturales proporciona la base para entender las formas posibles de utilizar las palabras en las incontables situaciones descritas en los libros. RISAS, LGRIMAS Y AMIGOS: Sin embargo, ninguna de estas aptitudes lingsticas se desarrolla en el vaco. Todas se asientan en los cambios subyacentes del cerebro en el desarrollo, en el conocimiento conceptual del nio en constante aumento en las contribuciones concretas de las emociones a la evolucin del nio y a su capacidad de comprender a los dems. Este perodo de la infancia sienta las bases para una de las habilidades sociales, emocionales, cognitivas ms importantes que un ser humano puede adquirir: la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Entender los sentimientos e los dems no es sencillo para los nios de tres a cinco aos. Hay un ejemplo de esto en Sapo Sepo, la serie de Arnold Lobel. En uno de los cuentos, sapo est enfermo, y sepo acude en su ayuda sin pensarlo dos veces, movido slo por la empata. Sepo da de comer a Sapo todos los das y se preocupa por l, hasta que un da Sapo se pude levantar de la cama y puede volver a jugar. Este breve cuento da un ejemplo muy sencillo de lo que significa entender lo que siente otro y cmo esto puede convertirse en la razn para ayudarlo.

LO QUE EL LENGUAJE DE LOS NIOS NOS ENSEA A TODOSMs o menos en la poca en que empezamos a reconocer los sentimientos que, por un lado, nos unen a los dems y, por otro, establecen los lmites que nos separan de los otros, realizamos otro descubrimiento intelectual forma parte de otro mayor y ms tcito, a saber, que los libros tienen un lenguaje propio. En primer lugar, lo ms evidente, es que el vocabulario especial de los libros no se usa en la lengua oral. Piensen en aquellos cuentos que les deleitaban, cuyas historias empezaban as: rase una vez, hace mucho tiempo, un lugar sombro y solitario donde nunca se haba visto el sol, habitado por un duendecillo de mejillas hundidas y tez blanca como la cera, pues ninguna luz haba acariciado jams su piel. Nadie habla de esta manera. Sin embargo forman parte de del lenguaje literario y dan a los nios las claves que los ayudan a predecir de qu clase de cuento se trata y lo que puede suceder.Pero el lenguaje literario no es slo especial como fuente de vocabulario. Igualmente importante es la sintaxis, las estructuras gramaticales que no suelen aparecer en el habla cotidiana. Los nios aprenden este uso por contexto. Otra caracterstica del lenguaje literario es que implica una comprensin incipiente de los recursos de la escritura, tales como el lenguaje figurativo y, en especial, la metfora y la comparacin. Otras de las caractersticas del lenguaje literario es un grado de comprensin mayor por parte del nio. Cuanto ms coherente es la historia para el nio, ms fcil le resulta recordarla; cuanto ms fcil recuerda mayor ser su contribucin a los esquemas de conocimientos emergentes del nio; y cuantos ms esquemas desarrolle un nio, ms coherentes encontrar las historias y mayor ser la base de conocimientos para las lecturas futuras.Qu hay en el nombre de una letra?Cuando los nios van familiarizndose con el lenguaje literario, empiezan a desarrollar una conciencia ms til de los detalles visuales de las letras. A medida que se familiarizan con las formas concretas de algunos renglones, algunos nios pueden identificar letras de colores en trozos de papeles. Sin duda alguna, la edad a la que un nio es capaz de nombrar las letras vara considerablemente entre individuos y de una cultura a otra. Se debera animar a los padres a que ayuden a los hijos a nombrar letras siempre que estos parezcan dispuestos.

Cundo debera empezar a leer un nio?El acto de leer depende de la capacidad de nuestro cerebro para relacionar e integrar diversas fuentes de informacin. En concreto, el rea visual con las reas auditiva, lingstica y conceptual. Esta integracin depende de la maduracin independiente de cada zona y de la velocidad a la que esas zonas pueden ser conectadas e integradas.El mejor material conductor de la naturaleza, la mielina, forma una capa de envuelve los axones. Cuanta ms mielina reviste el axn, con ms rapidez puede la neurona conducir su carga. El aumento de mielina sigue un calendario de crecimiento que difiere de una regin a otra del cerebro (por ejemplo, los nervios auditivos se mielinizan en el sexto mes de embarazo; los nervios pticos, en el sexto despus del parto).

En la mayora de casos, las regiones que necesitan estn mielinizadas para leer no lo estn lo suficiente hasta los 5 aos de edad, o incluso despus.En un estudio realizado por la especialista en lectura Usha Goswami y su equipo, se descubri que los nios europeos que aprendan a leer a los 5 aos lo hacan peor que aquellos que empezaban a leer a los siete. De modo que, si nos esforzamos para que un nio aprenda a leer demasiado precozmente, ello puede ser contraproducente para su aprendizaje.Por supuesto, existen excepciones de nios que empiezan a leer antes. La escritora Penlope Fitzgerald lo hico a los 4 aos. Pero en general, lo ms apropiado para el desarrollo ptimo de los nios es que dejemos que sean nios.

Tipos de lectores: Por otro lado, el desarrollo de la lectura, segn Wolf, se debe a un proceso de evolucin, con cinco fases o mejor, cinco tipos de lectores. El primero es el pre lector incipiente, es ste quien sentado en el regazo de sus padres, escucha y aprende sonidos, palabras, conceptos, es una etapa de percepcin, segundo, el lector novel, su principal descubrimiento es el concepto de que las letras corresponden con sonidos del lenguaje; luego, vienen los lectores descifradores, quienes empiezan a entender los que leen; ahora el lector de comprensin fluida acumula conocimiento y est preparado para aprender de cualquier fuente y por ltimo el lector experto, que es la fusin de los procesos cognitivo, lingstico y afectivo. La estancia en la primera tiene una duracin de aproximadamente 5 aos, tiempo durante el cual los nios estn familiarizndose con las letras creando una conexin entre el sistema visual y el auditivo, es aqu donde aprenden la mayor parte de las palabras que les servirn de base para el aprendizaje posterior de la lectura; de esta estacin no debera avanzar nadie que no haya logrado este objetivo ya que esto representa un futuro dficit en su capacidad para descifrar el cdigo lector. En esta primera etapa encontramos al Prelector Incipiente. En la segunda estacin los nios comprenden que las palabras impresas representan sonidos de nuestro lenguaje y logran diferenciar las unidades que componen unas palabras, empezando por las slabas y finalmente reconociendo las unidades ms pequeas que son las letras. Con este conocimiento consiguen descifrar los textos y comprenden los conceptos representados en l, aunque slo en parte. Es aqu donde hallamos al Lector Novel. En la tercera estacin tenemos al Lector Descifrador que se diferencia considerablemente del anterior en la seguridad y desenvolvimiento que alcanza en la lectura de una forma semifluida preparndose para leer fluidamente a travs del aprendizaje de vocabulario y la adquisicin de rapidez en la deduccin y la interpretacin de nuevas palabras a travs del contexto del texto. Finalmente en las ltimas dos estaciones se encuentra al Lector Fluido quien es capaz de descifrar lo que dice en el texto y el Lector Experto que comprende y asocia la lectura con sus conocimientos previos. Sin embargo, no todas las personas alcanzan el nivel del lector experto, esto se debe generalmente a falencias presentadas durante la infancia ya sean estas problemas mdicos como la dislexia y las infecciones de odo, o sociales que tienen que ver con el entorno y la educacin que recibe en su casa. Est demostrado que leer a los nios antes de los 5 aos les brinda una predisposicin al aprendizaje del cdigo escrito y no hacerlo genera una falta considerable de vocabulario que se ver reflejada en el rendimiento educativo futuro del menor. Se debe tener en cuenta que mientras ms lea el nio, y participe en conversaciones, mas vocabulario tendr para hacer asociaciones pertinentes. La lectura consta de dos partes: la asimilacin de sistemas fonolgicos, sintcticos, emocionales, afectivos, morfolgicos y prcticos antes mencionados y la segunda que es la perfeccin en estas medidas que hacen del proceso, una comprensin profunda. Como conclusin general, Wolf expone que aprender a leer no tiene fin, algo que se podra apoyar con el hecho de que estamos en constante bsqueda de lectura: una receta, un aviso, instrucciones, cartas, correos electrnicos, etc.