Mártires Peruanos

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Los mártires religiosos, víctimas del tiempo del terrorismo.

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  • Introduccin: En Per, como en muchos otros pases del continente, podemos hacer una larga lista de hombres y mujeres, laicos y religiosos, que han dejado su vida en el camino, intentando hacer a Cristo presente en las difciles situaciones que han tenido que atravesar nuestros pases, denunciando las injusticias y ponindose del lado del pobre. Muchas veces esa misin de hacer presente el Reino les ha costado la vida, esa vida que iban entregando a jirones en el camino y que, de repente, se vio truncada, interrumpida por quienes vean amenazados sus intereses y no supieron descubrir que, el llamado del Evangelio, tambin les invitaba a ellos. Pidamos al Seor que, hacer memoria de nuestros mrtires, nos ayude a vivir en coherencia el Evangelio y el compromiso con

    nuestros pueblos, desde nuestra consagracin y la riqueza de nuestros carismas.

    CAMINOS (Eduardo Salas - Grupo SIEMBRA) * Hay caminos que nos unen mano abierta, abrazo tierno. Hay pisadas que congregan huellas nuevas, huellas viejas. Mucha vida compartida, regalada en esperanza, hay cansancios, hay fatigas, de un Dios que se reparte. * Hay caminos de trabajo, de oficios, de quehaceres, manos duras, manos fuertes que se entregan sin esperas. Hay caminos que nos llevan con un Dios que ama y canta, muchos sueos en camino, un pas por levantarse. * Caminamos, compaero por la tierra que tenemos, caminamos, compaera, nuestro Dios va con su pueblo. Caminamos, compaero, construyendo vida nueva, caminamos, compaera, nuestro Dios va en tu mirada. * Hay caminos de alegra, de encuentro y de acogida, de esperanza y armona, de la historia trabajada. Hay caminos que seducen, de un Dios que canta y baila, de un pueblo en alborada porque ama, porque lucha.

    Vamos a hacer un breve recorrido por la vida y la entrega de los religiosos y religiosas que han dado la vida por nuestro Per y por su servicio al Evangelio desde la coherencia de vida. En los aos que el pas ha vivido la violencia armada (1980-2000), muchos agentes pastorales han sido vctimas de este fuego que inflama el odio, desde los distintos flancos en que se ha hecho presente y con, generosidad, han sabido dar y darse hasta el final. Que su ejemplo nos invite a vivir hasta entregarnos del todo. Nuestro paso por la vida de estos hermanos y hermanas religiosas, se detendr en una breve sntesis de su vida, algn testimonio y una cancin que nos ayude en el vivir la fe, la esperanza y, por supuesto, tambin el perdn. Cada uno y cada una, en comunidad, lo podremos espaciar como consideremos oportuno.

  • * HNA. JUANA SAWYER, SSC El da 14 de diciembre de 1983, el pas se conmocion con las imgenes que daban cuenta de los sucesos en el penal de Lurigancho. Esa maana la Hna Juana Sawyer, Misionera de San Columbano, junto con tres misioneras maristas, y una animadora de TV, as como un miembro de la Comisin Episcopal de Accin Social, fueron tomadas como rehenes por un grupo de 10 reclusos comunes que buscaban su libertad. Liberaron a una de las religiosas para que comunicara a las autoridades, penales y eclesiales, as como a los medios de comunicacin, y poder de este modo negociar la liberacin. Se negoci durante 5 horas y se acord poner a disposicin de los presos una ambulancia de la clnica, conscientes de que ellos no tenan armas de fuego. En cuanto la ambulancia sali del penal, llovieron las rfagas de metralleta, y al concluir el episodio haba un saldo de nueve muertos, con trato inhumano a cadveres y heridos. La Hna Juana fue trasladada al Hospital pretendiendo aparentar que haba muerto posteriormente, pero los 5 impactos de bala, uno de ellos en la base del crneo, no era eso lo que manifestaban. Las hermanas que trabajaron con ella la recuerdan as: Su identificacin con los pobres fue su don especial. Nunca fue condescendiente con ellos, ms bien los trat como a sus hermanos y

    hermanas, alentndoles en la bsqueda de empleo, sugiriendo pequeos trabajos o tratando ella misma de encontrarles trabajo. Saban que era su amiga aun cuando era necesario ser firme con ellos. El da de su sepelio, su ltimo paseo, acompaada por una multitud de amigos, fue una denuncia de la violencia, una exigencia de justicia y fraternidad, del derecho a la vida, a una vida digna y justa para todas las personas. Alentados por el ejemplo de nuestra Hermana Juanita que supo dar la vida por los amigos (Jn 15,13), expresamos nuestro vivo deseo de continuar nuestra labor evangelizadora en el Penal de Lurigancho, que ha sido para nosotros lugar privilegiado de encuentro con el Seor en el pobre y maltratado. (Carta de los Agentes Pastorales del Penal de Lurigancho. Lima, 22 de diciembre de 1983)

    A LA VIDA (Yns Franco - Grupo SIEMBRA) * Mujer de la calle de manos sencillas que abrazas la tierra, que ensea a vivir. Mujer sudorosa tranquila que anima, que siempre camina en misterio hacia Dios. ** PORQUE ERES MUJER QUE ME INSPIRA A CRECER PORQUE ERES CORAJE, TERNURA Y NACER, QUIERES PATRIA NUEVA Y TRABAJAR POR SER SEMILLA FECUNDA, NUEVO AMANECER. * Te miro y aprendo que nada es de uno nosotros, familia, la comunidad, tus gestos transmiten la mano extendida que invitan a un pueblo a vivir en calor. * Tus pasos muy firmes que engendran la vida, semillas cogidas del rostro de un Dios que clama, que llama, que exige, reclama un nombre, una tierra, un mundo mejor.

  • * HNA. AGUSTINA RIVAS, BP La Hna Agustina (Aguchita", como la llamaban cariosamente), formaba parte de la Comunidad del Buen Pastor en La Florida, pueblo del Valle del Yurinaqui, en el departamento de Junn. Tena 70 aos y ella misma haba pedido, tres aos antes, ir al Vicariato de San Ramn, consciente del riesgo de trabajar en esta zona tan convulsionada. All el servicio de las hermanas abarcaba

    distintas comunidades rurales, en temas como salud, educacin, nutricin, alfabetizacin, trabajo con mujeres, clubes juveniles y catequesis familiar. Aguchita tena el don de convocar a todos, y para sus hermanas fue testimonio del Buen Pastor: fraterna, servicial, generosa Disponible siempre. El 27 de septiembre de 1990, estaba enseando a un grupo de nias a preparar toffees. Un grupo de subversivos de Sendero Luminoso entr en el pueblo (casi todos nios y adolescentes, con algn adulto). Todo el pueblo fue convocado a una reunin en la plaza. La Hna Agustina se demor un poco porque haba ido a conseguir limones y, cuando lleg, la joven que le haba ordenado ir a la reunin, dijo esta monja no me ha obedecido, por lo que fue obligada a salir al centro de la reunin junto con otros cinco pobladores. Fue acusada de hablar de paz, distribuir alimentos y trabajar con los ashninkas. Fueron asesinando a los pobladores que estaban delante con ella, y la hicieron callar cuando pidi que cesase tanta violencia. Ya era su turno, y aunque el pueblo protest, de nada sirvi. A ella le dijeron: a ti ahora que te salve tu Dios, a tu Dios tambin le vamos a cortar el cuello. La hermana junt las manos y trat de arrodillarse pero se desvaneci. All la dispar la joven que le haba ordenado ir a la reunin y se convirti en la primera religiosa mrtir asesinada deliberadamente por Sendero Luminoso.

    Poner en prctica la voluntad del Dios de la vida fue lo que la llev a la muerte. Los testimonios que tenemos son unnimes en decir que el motivo de este alevoso asesinato es el trabajo que las hermanas del Buen Pastor hacan en medio de los pobres de ese lugar de alegre nombre, La Florida. Evangelizar y organizar es dar vida. Aquellos que buscan dominar o manipular a los pobres en funcin de sus intereses, no la aceptan. Un pueblo que recibe una palabra liberadora del Evangelio y que se organiza se hace poco a poco independiente, autnomo. Los defensores de la muerte, cualquiera que sea su signo, ven as cuestionados sus privilegios o descalificado su mesianismo poltico. (P. Gustavo Gutirrez, OP).

    VIVIR AMANDO (Eduardo Salas - Grupo SIEMBRA) * Tenemos que seguir amando aunque no haya caminos para andar, an si nuestros pies estn cansados, una brecha, un camino quedar, tenemos que seguir amando, compaero. * Tenemos que seguir amando, cuando hay brillos que opacan nuestra luz, cuando hay voces que aturden nuestra voz, estos das de ominosa claridad, tenemos que seguir creyendo, compaera. * Tenemos que seguir amando cuando se hace omnipotente el capital, si el imperio de la prepotencia aplasta, con la luz abierta al desafo, tenemos que seguir luchando, compaero. * Tenemos que seguir amando, aunque el sueo y la utopa estn ausentes, si la unin no es ms que sueo en desbandada, solidarios, enlazados, hermanados, tenemos que seguir amando, compaera. * Tenemos que seguir amando, aunque cueste edificar entre miserias, aunque cueste sumar las voluntades, con ternura, con perdn, con impaciencia, tenemos que seguir amando, compaero. * No hay miedos, no hay silencios, no hay rabias cuando es limpio el corazn, hay coraje, hay cario, hay esperanza, hay un pueblo que an espera florecer, tenemos que seguir amando, compaero.

  • * HNA IRENE MC CORMACK, RSJ Esta mujer alegre, sencilla, resuelta y organizadora, lleg a nuestro pas en 1987, como miembro de la Congregacin de las Hnas de San Jos del Sagrado Corazn. Sirvi primero en el distrito de Los Olivos en Lima, y posteriormente en Huasa-Huasi, del departamento de Junn. En esta ltima misin, y como haba manifestado siempre en su Australia natal, se preocup mucho de la educacin integral de nios y jvenes, con lo que supona de formacin y tambin de recreacin, y asumiendo su papel en la celebracin de la liturgia. Cuando llegan los ajustes econmicos en 1990 trabaj muy intensamente con las mujeres, en tareas de promocin y produccin, organizando un centro de Critas que atenda a 30 caseros de la zona. La presencia y acompaamiento de la Hna Irene tambin se dejaron sentir en la organizacin de la comunidad, animando las faenas comunales, con la olla comn semanal que alimentaba tambin la solidaridad en el pueblo. La tarde del 21 de mayo de 1991, un grupo de subversivos ingres a Huasa-Huasi, y su jefe afirm en la plaza : Nosotros no

    hemos venido a dialogar, sino a ejecutar. Sacaron de sus casas 5 personas, que fueron ejecutadas ese da, y entre ellas a la Hna Irene, acusada de distribuir alimentos que tienen por finalidad embrutecer al pueblo y de ser una yanqui imperialista. La Hna Irene haba recibido amenazas anteriormente para que abandonara el trabajo que haca con los pobres a travs de Critas, pero no quiso abandonarlo y permaneci fielmente junto al pueblo al que haba elegido servir. Siguiendo a Jess quera que todos tuvieran vida y vida en abundancia. Por eso, si en trminos cristianos hablamos de martirio, deberamos al mismo tiempo ser conscientes de que la santidad, la entrega, la solidaridad, la justicia, son cuestiones de vida y no de muerte. Podramos casi decir que la espiritualidad de la Hna Irene era la bsqueda del amor, de la fraternidad, de la vida; no el martirio. El martirio no se busca, se encuentra. Dios no nos llama a ser mrtires sino a ser santos. Dios nos pide que cuidemos la vida, toda vida. (Informativo Signos. IBC - CEP, Lima, Junio de 1991)

    ESPERANZA DE LOS POBRES (E. Salas - Grupo SIEMBRA) Con ternuras del Buen Padre, con clamores de la Madre, con las manos fatigadas, te encarnaste en nuestro mundo. Voz que arrulla al amar. La justicia como afn, el cario como regalo y compartes con nosotros, nuestro pan, nuestra cancin. Voz que se une al caminar. DA A DA, CODO A CODO, HAMBRE A HAMBRE, PIEL A PIEL, EN TU GENTE EST NACIENDO UNA PATRIA PARA TODOS. CANTO A CANTO, RISA A RISA, SIN DESMAYOS SIN RENCORES, ES TU VOZ UN NUEVO ANUNCIO, MI JESS DE NAZARET. Entre el polvo, entre las calles, entre esteras, en los barrios, compaero de pobrezas, levantaste a la mujer. Voz que grita la igualdad. No hay espacio p la pena, no hay cabida al desamor, el taller que nos libera, el taller nos da la vida. Voz que canta al laborar.

  • * PADRES MICHEL TOMASZEK

    Y ZBIGNIEW STRZALKOWSKI, OFM Estos dos franciscanos conventuales de origen polaco, llegaron al distrito de Pariacoto, en el departamento de Ancash, el ao 1989. Su trabajo les llev a trabajar con las comunidades cristianas de base, y se integraron rpidamente a la comunidad de campesinos de la zona, por su energa y juventud, su impulso al crecimiento del pueblo y la bsqueda de soluciones rpidas. En poco tiempo lograron ganarse el corazn del pueblo, gracias a su labor apostlica, la formacin de comunidades cristianas, la escuela de catequistas y su identificacin con las necesidades de los campesinos. Tenan 32 y 34 aos cuando, la noche del 9 de agosto de 1991, fueron asesinados por miembros de Sendero Luminoso en Pariacoto. Despus de celebrar la misa, fueron sacados de la casa parroquial donde estaban reunidos, como era habitual, con animadores y catequistas. Los encapuchados manifestaran que se oponan a la evangelizacin y a su discurso sobre la paz, adems del modo en que los campesinos se estaban organizando con la ayuda de los sacerdotes, adems de que con la ayuda alimentaria estaban adormeciendo al pueblo. Despus de dinamitar la puerta del almacn, se los llevaron en una furgoneta, junto a una religiosa, a la que abandonaron en el camino y, tras dinamitar el puente, a ellos los asesinaron junto al cementerio,

    con dos autoridades civiles de la zona e incendiaron posteriormente el carro de la parroquia. Al denunciar estas muertes moral y cristianamente, debemos como iglesia proclamar con energa que estos hermanos sacerdotes y religiosas, varios de ellos venidos de tierras lejanas, han sido asesinados a causa de su compromiso evanglico con los pobres de neustra patria: por compartir con ellos la fe y la vida; por haber asumido con los sectores ms marginados de nuestra injusta sociedad la bsqueda de una vida ms humana; por haber alentado su organizacin y su lucha por liberarse de una pobreza inhumana y antievanglica; por acompaarlos como Iglesia que no puede separar las tareas de evangelizacin y la promocin humana, so pena de ser infiel al mandato de su Seor y a la enseanza del magisterio eclesial (Mons. Jos Dammert. Homila en la misa por los 50 aos de UNEC. Septiembre 1991).

    CENTINELA DE ESPERANZA (Jaime Montoya - Grupo SIEMBRA) Quiero ser centinela de esperanza, quiero ser guardin del amor, descubrir con la aurora la vida que el Seor nos ofrece en cada hora. Quiero ser centinela de esperanza, y poner mi esfuerzo en la unidad, con los hombres y mujeres que construyen sin cesar fuertes lazos de fraternidad. Y TRABAJAR CON MI PUEBLO EN LIBERTAD, GESTANDO NUEVOS TIEMPOS QUE VENDRN, DE LA MANO CAMINAR, AVANZANDO EN NUESTRO ANDAR. POR LA VIDA Y EN LA PAZ, QUE SLO EN TI SE PUEDE HALLAR. Quiero ser centinela de esperanza, quiero ser consuelo en el dolor, secar el llanto amargo y en los ojos ver nacer la alegra y la esperanza de vivir. Me urge ser centinela de esperanza, y llevar justicia e igualdad, curando corazones, devolviendo dignidad, alzando el rostro humilde en la verdad.

  • ORACIN FINAL Te damos gracias, Seor, por cada uno de estos hermanos y hermanas, que han entregado su vida por nuestro pas, por nuestro pueblo y por los hermanos. Ensanos a vivir en fidelidad al Evangelio, con todo lo que implica, de vivir del lado del pobre, de buscar la justicia y rescatar siempre la dignidad. Que nuestra vida y servicio, desde la riqueza de nuestros carismas, como religiosos y religiosas, sea un entregarnos cada da, desde las cosas pequeas, con amor y disponibilidad, a la construccin de tu Reino, que es paz, amor y justicia. Con Mara, Madre y Seora de Amrica Latina, modelo con su fiat y su entrega generosa, mediadora nuestra, te presentamos nuestras necesidades y nuestros deseos. Amn

    QUE CANTEN LOS PUEBLOS (Eduardo Salas - Grupo SIEMBRA) Corazones que se funden, esperanzas renovadas, voluntades que se unen, el amor que no desmaya. Es el grito, es el sueo, una mano extendida, un abrazo, una caricia, una tierra remozada. Corazones que se funden, el amor que no desmaya. Una voz que se une al canto, una espera que termina, la noticia que reanima, la verdad florecida. La justicia que repara, ese grito sin descanso, el cansancio de los que aman, solidaridad fecunda. Una voz que se une al canto, la verdad florecida. QUE CANTEN LOS PUEBLOS, QUE VIVAN LA PAZ, QUEDANCE ESTA TIERRA POR SU LIBERTAD. QUE BRILLE MI PUEBLO, QUE BRILLE SU LUZ A LOS HOMBRES Y MUJERES QUE NO QUIEREN CLAUDICAR. QUE VENGA TU REINO, QUE VENGA SEOR, A LOS HOMBRES Y MUJERES DE BUENA VOLUNTAD. QUE VENGA TU REINO, QUE VENGA SEOR, LOS POBRES DE MI PUEBLO COMIENCEN A VIVIR.

    Para realizar este subsidio hemos recurrido a las pginas web de las congregaciones a las que pertenecan estos religiosos y religiosas, mrtires del Evangelio, as como tambin al material realizado conjuntamente por el Centro de Estudios y Publicaciones (CEP) y el Instituto Bartolom de las Casas (IBC), intentando rescatar la memoria de estos hermanos y de algunos sacerdotes y laicos que fueron asesinados en Per por su fe y su servicio, durante las dcadas del conflicto armado. Por lo que se refiere al apoyo musical, hemos utilizado los CDs del grupo Siembra titulados: Que canten los Pueblos! y Me seduces.