Martinez Martin Reduccion Pampas

download Martinez Martin Reduccion Pampas

of 23

Transcript of Martinez Martin Reduccion Pampas

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    1/23

    Las reduccionesde lospampas (1740-53):

    aportaciones etnogeogrficasalsur deBuenosAires

    Dra. Carmen MARTNEZ MARTNUniversidad Complutense de Madrid

    Entre la s numerosas descripciones geogrficas que nos van apareciendo du-rante la formacin de la s provincias espaolas en Amrica, destacan la s realiza-das por losjesuitas, que hoy encontramos en documentos muy diversos que es-cribieron los miembros dela Compaa de Jess. A veces van acompaadas contempranos mapas de los lugares en donde ejercieron su labor evangelizadora, oque visitaron conel propsito de avanzar para formarnuevas reducciones.

    Entre ellas, adquieren especial consideracin aquellos documentos escritos

    o grficos que se ocupan de nuevas tierras, en zona de frontera, en donde la pre-sencia espaola fue escasa. Muchas veces la primera visin geogrfica de territo-rios, hasta entonces desconocidos por los europeos, fruto de la s vivencias quetuvieron sus misioneros, debido a la preparacin de muchos de aquellos jesuitasque pasaron a Amrica, le s concede an mayor valor documental.

    En este aspecto, quisiera acercarme a la contribucin que realizaron en elconocimiento de los amplios territorios de la Pampa y la Patagonia; reasque tuvieron una fase de acercamiento con las llamadas misiones australes dela provincia jesutica del Paraguay, pues a pesar de su cortavida, entre 1740-53, cre la necesidad de comprender los contenidos geogrficos y etnogrfi-

    cos que encerraban.

    1 . ESCASA PRESENCIA ESPAOLA EN LA PAMPAHASTA MEDIADOS DEL SIGLO XVIII

    Para valorar esta aportacin a la geografa del pasado, conviene recordarpreviamente, que la Pampa y la Patagonia haban permanecido durante los pri-meros siglos de la presencia espaola en Amrica como territorios abiertos,donde no germinaron la s fundaciones de nuevas ciudades, porque el medio na-

    tural o bien la poblacin india allasentada hicieron estriles sus intentos.Revista Complutense de Historia de Amrica, nm. 20 . 145-167. Editorial Complutense, Madrid, 1994.

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    2/23

    146 Carmen Martnez Martin

    Por ello, al comps de las conquistas, los misioneros del Paraguay llega-ron por el interior de la Pampa, desde 1573 hasta la poblacin de Crdoba,la ms meridional de la Gobernacin de Tucumn. Pero la expansin territo-rial de su frontera sur hacia la Pampa no tuvo los resultados que se augura-ban por su temprana fundacin, aunque su historia manifiesta cmo hubotempranos intentos para adelantar la Gobernacin hacia el Estrecho de Ma-gallanes.

    Ya en la etapa de conquista de esta parte del Continente, el aliciente delos Csares, una ciudad fabulosa, no bien ubicada en el interior de la Patago-nia, propici tempranas expediciones desde las ciudades espaolas ms cer-canas, como sucedi con los Gobernadores del Tucumn, Gonzalo de Abreu,en 1576 ~, y Ramrez dc Velasco, en 1586 2, propsito que repetir cuatro

    aos ms tarde, cuando quiso adelantar la jurisdiccin de Crdoba hasta elro Quinto ~.El inters por encontrar la ciudad de los Csares permaneci vigente en-

    tre los padresjesuitas hasta bien entrado el siglo XVIII. Por ello, en una cartadel Provincial del Paraguay, P. Machoni, de 1739, dirigida al Propsito Ge-neral de la Compaa de Jess, P. Francisco Retz, nos narra otra famosa ex-pedicin realizada desde Crdoba por el Gobernador de Tucumn, Jerni-mo Luisde Cabrera, en 1621 ~.

    La amplia distancia de esta frontera de espaoles hasta el Estrecho deMagallanes, con un medio natural nada favorable para avanzar, por la falta

    de recursos de agua corriente que lo facilitaran, la s inundaciones en pocasde lluvias, la misma salinidad del terreno y otros inconvenientes en relacincon la poblacin india, generaron que lajurisdiccin de Crdoba quedaraligada durante la etapa espaola al ro Cuarto, en estancias ganaderas de laPampa.

    Mientras esto suceda en la Gobernacin de Tucumn, igualmente en ladel Paraguay, no se va a extender la presencia espaola ms all del repartode los territorios alrededor de Buenos Aires, realizado por su fundador Juande Garay en 1580. Aunque tambin se registran intentos infructuosos paraavanzar hacia el sur, como sucedi con la entrada del Gobernador Hernan-

    darias de Saavedra, quien desde Buenos Aires, entre noviembre dc 1604 has-ta el 18 de febrero del ao siguiente, lleg hasta los territorios desconoc-dos de la Patagonia ~.

    P. LOZANO, S . J . 1754-55 Historiade la conquista delParaguay, Ro de laPlata y Tucu-mn, Buenos Aires, 1875, Ed. Andrs Lamas, lib. 4. cap. XII.

    2 Archivo General de Indias (AGI). Informe al Rey. Santiago del Estero, 10 de diciembrede 1586.

    AGI, Charcas26. Carta-informe al Rey. Santiago del Estero, 1 de enero de 1590.Real Academia de la Historia (RAH). Mss . Jesuitas, 9/7263. Vase su transcricin al

    final del presenteestudio.

    P.Jos SANCHEZ LABRADOR (1772): El Paraguay Catholico. Los indios panipas-puel-ches-patagones, edicin prologada y anotada por G. FIJRLONG, S.J., Buenos Aires, Ed. Viau y

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    3/23

    Las reducciones de lospampas (1740-53) 147

    La dbil expansin que manifest Buenos Aires resulta poco comprensI-ble, si se tiene en cuenta que lleg a convertirse pronto en la ciudad ms po-

    blada de esta parte de Amrica, aunque aquel resurgir estuvo orientado a serpuerta abierta al Atlntico, mientras que las estancias ganaderas de la Pampaconcedidas por Juan de Garay a los fundadores apenas se expansionan en elinterior. En gran medida, porque las continuas entradas de los indios pampasfueron cercando a la ciudad, donde slo las vaqueras se propagan, sobretodo con la explotacin de cueros efectuadas por los asientos de FranciayGran Bretaa,como sucedi entre 1700-1715.

    Pero lentamente se fueron definiendo los llamados pagos, distritos de tie-rras y heredades a paniculares, vecinos de la ciudad, dedicados a la vaquerao agricultura, pero sin ninguna efectiva poblacin espaola, al menos hastaavanzado el siglo XVIII. Como el de Luxan, en donde se consolid la villa desu nombre en 1745; el de Magdalena, Quilmes, Areco, en donde se cre unpueblo en 1750, el de las Conchas, el del Salto, etc..

    En algunos de ellos se constatan intentos para reducir a los indios de laPampa, aunque denotandbiles resultados. En los primeros pagos citados, te-nemos informacin de haber tenido reduccin de indios los misioneros fran-ciscanos y dominicos desde la fundacin de Buenos Aires, pero donde pron-to se observ un fuerte descenso de los indios reducidos. En el pago deQuilmes, el Gobernador Hernandarias de Saavedra, en 1615, form un pue-blo de indios procedentes de las islas del delta del Paran, pero un ao des-pus se percibe ya la prdida de su poblacin, quedando habitado por espa-oles y mestizos, sin apenas poblacin india.

    Igualmente resulta incomprensible la falta de expansin de Buenos Airespor el litoral sur, lo que hubiera favorecido la ocupacin de la Patagonia. Laciudad vivi de espaldas a las posibilidades que ofreca la expansin costera,a pesar de las noticias que se tenan de aquel litoral martimo patagnico des-de el viaje de Magallanes, intensificndose su reconocimiento a partir de1779, cuando desde Espaa se ve la necesidad de crear nuevas poblacionesante la posible ocupacin extranjera.

    Slo as se explica que el hallazgo de la baha de Barragn y su puerto deultramar, a 10 leguas de la ciudad, se retrase hasta 1727 6, habiendo perma-necido como lugar de estancias ganaderas desde el reparto de Juan de Garay,ligadas en el siglo XVII a la familia de A. Gutirrez Barragn. La importanciaestratgica de aquel lugar para la ciudad de Buenos Aires, determin desdeentonces que fuera elegido como asiento de fortificaciones militares, estable-cindose las primeras en 1736 ~.

    Zona-Editores, 1936, p. 21. Ms pormenorizadaen Hernandarias de Saavedra, de M. V. FI-GUERERO y E. GANDA, Historia de l a Nacin Argeintina, Buenos Aires, 1939, t. III, cap.VII. pp. 316-317.

    6 AGI, Charcas221. Carta del Cabildo de Buenos Aires, 20 de agosto de 1738.Vanse los contenidos de geografahistrica que recoge la Historiade la provinciadeBue-nosAires, Dir. R. LEVENE, La Plata, t. II , 1941.

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    4/23

    148 Carmen Martnez Martin

    El testimonio escrito del jesuita 1 . Lorenzo Casado, que estuvo en aquel te-rritorio en el siglo XVIII, hasta la expulsin de la Orden, resume esta situacin.

    Dir que: no se puede poner lmites ciertos, porque de la banda del sur se alanla s campaas, que van a dar al estrecho de Magallanes y cordillera de Chile, aloccidente estn Mendoza y San Juan que distan ms de 200 leguas y pertenecena l Reyno de Chile, son todos despoblados, hacia e l norte est lajurisdiccin deCrdoba del Tucumn como 100 leguas. Al norte tiene la ciudad de Santa Fe dela Vera, como 80 leguas distantes. Poblada de forma diseminada en 20 30 le-guas a su alrededor, con estancias y chacaras, de pan llevar y ganados mulares ycaballares en abundancia. Y hacia el sur, slo destaca un fuerte en la cercana dela baha de Barragn, en donde hay algunas casas y capillas, no es an puertoformado, esta es la madrigera del contravando de la colonia de Sacramento de

    los portugueses ~.

    2 . EL PROBLEMA DE LOS PAMPAS EN LAS ESTANCIASESPAOLAS DE BUENOS AIRES Y LOS PRIMEROSINTENTOS PARA SOLUCIONARLO

    La escasa ocupacin espaolade la Pampa favoreci que se extendiera el

    ganado caballar y yeguas salvajes desde la poca de la creacin de BuenosAires, hasta llegar aser el principal sustento de la poblacin india que habita-ba en sus contornos. Y asimismo, gener el nomadismo y la movilidad de gru-pos ms alejados, en la bsqueda de aquellas fciles presas de la Pampa; enmayor medida, cuando llegaron a constituir su principal elemento de truequecon las poblaciones indias sedentarias, los aucas asentados al sur de la cordi-llera de Chile ~. De lo que resulta difcil determinar una etnia propia a medi-da que fue pasando el tiempo .

    Pero la formacin de aguas encharcadas en poca de lluvias, lo que facili-taba la rpida expansin de los baguales o ganado salvaje, sufra a veces la

    falta de precipitacin, y en consecuencia la muerte del ganado libre. Si a ellounimos el aumento de las vaqueras en el Rio de la Plata durante el sigloXVIII, con recogida de ganado silvestre para matarlos, para sacarle el cuero,valorizado por los ingleses, o bien paradomesticarlos, hizo que entrase la po-

    Informe del P. Lorenzo Casado al P. Calatayud. Faenza, 17 de abril de 1771,Archivo deLoyola

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    5/23

    Las reducciones d e lospampas (1740-53) 149

    blacin india a las estancias de los espaoles, en famosas invasiones de cap-tura de los alrededoresde Buenos Aires

    Por todas estas circunstancias resultaba escaso el conocimiento que te-nan los espaoles del sur de la Pampa. Permaneci como lugar de paso paraalcanzar la ciudad de Mendoza y adonde acudan los pobladores en carretasdesde Buenos Aires para abastecerse de sal. Y hasta bien entrado el sigloXVIII, el curso del Salado fue la frontera con la poblacin india del sur, aun-que con frecuencia transgredida por los naturales, como se va recogiendoenla documentacin.

    En consecuencia, las entradas de castigo desde Buenos Aires fueron unaconstante en la historia de la Gobernacin. Entre otras, destaca la que orga-niz el Gobernador Pedro Esteban Dvila en 1635, a] mando del Capitn

    Amador Baz Alpain, para alcanzar a los indios serranos, quecon graves deli-tos haban ido a buscar a los indios pampas, reducidos en el distrito de Bue-nos Aires. Ola de 1680, cuando el Gobernador Jos Garro mand a Juan deSan Martin, ayudado de Juan Baz de Alpain, para dar alcance a los pampas yserranos ante los robos realizados 12

    La situacin se agudiza a partir de 1734, perodo de amplias invasionesde los pampas, aucas, serranos, que saquearon las estancias y viviendas rura-les de los alrededores de Buenos Aires, dando as comienzo a una primeraetapa de fortificacin de la frontera en defensa fija, como el fortn de Arreci-fe en 1736; se incrementa en 1745 con fortines de destacamento permanen-te, y en 1752 se crean las milicias rurales de los Blandenges. Problema que semantuvo ms tarde, como sucedi con la lnea de fortines formadadurante elVirreinato del Rio de la Plata ~

    Pero hasta que se fueron fortificando las fronteras abiertas de lajurisdic-cin de Buenos Aires, se sucedieron los robos y pillajes (insultos) de los in-dios en las estancias espaolas. Las continuas quejas de los Gobernadores yvecnos explican los intentos de resolver este problema de los pampas desdeel Consejo de Indias. Las copias de la s cartas enviadas por el Rey al entoncesGobernador de Buenos Aires, don Joseph de Herrera y Sotomayor, conten-das en el libro de Oficio de la Plata, entre el 31-8-1680 y el 9-11-1688, nosrevelan lo quese realiz entonces t

    Como sola ser habitual, el Consejo de Indias consult con varias perso-nas quepodan dar solucin a este problema de los pampas. En respuesta, elObispo de Buenos Aires, a quien se le haba encargado su reduccin en

    1> E. A. CONI: La agricultura, ganadera e indistintas hasta el Virreinato>, en Historiade laNacinArgentina, Buenos Aires, 1940, cap. III, t. IV,p. 258.

    >2 RAH, Col. MatayLinares,t. 11, Docs. 5, fl,7y 11.

    13 R. U. MARFANY; Frontera con los indios en el sur y fundacin de pueblos, cap. VI,en L a historiamilitardurante los siglosXVI! y XVIII, de J. M. MONFERINI, cap. 1 , 2. parte,Historia de la NacinArgentina, op . c i t . , 2Y cd., 1940, t. IV.

    4 AOl, Buenos Aires 3, Li. Libro de Oficios de la Plata, del 31 de agosto de 1680 hastael 9 de noviembre de 1688.

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    6/23

    150 Carmen Martnez Martn

    RR.CC. de 1679 y 1680, en carta de 1683 destacaba que la dificultad desu reduz.on, por su natural ynconstancia y orror que tienen lavida politi-

    ca, y que por esta causa, se havian desbanezido las poblaziones que se re-dugeron>. Por lo que propona que estuviesen en los arrabales de la ciudadde Trinidad, en donde todas ras estubiesen la vista, y se les pudiesepredicar la fee > .

    Otra medida fue propuesta por don Fernando de Mendoza Mate deLuna, Gobernador de Tucumn, que tuvo noticias de los asaltos de los in-dios cuando fue a tomar posesin del cargo por Buenos Aires. En carta de1682 dir que el medio mas aproposito seria el transmutarlos a las Pro-vnzas del Peru, plicandolos al trabajo de las Minas 1 5 Pero, sobre todo,destacan las opiniones que escribi J. de Herrera y Sotomayor, en las car-

    tas del 25 de diciembre de 1682 y 26 de mano del ao siguiente 16, a quienen dos RRCC. de 1684 y 1685 se le haba mandado la conversin de losindios pampas y serranos.

    Como se relata en una carta del 5 de diciembre del ao siguiente, fue-ron escasos los resultados obtenidos hasta entonces. Dir que cuando se lehan ofrecido tierras y sementeras han huido, como sucedi cuando fuerontransmutados a la reduccin de Santo Domingo Soriano, puesta en tiempodel Gobernador don Joseph de Garro, para que estuvieran a imitacin deotros indios ya reducidos, dando muerte a un cabo y quince espaoles quepuso de guardia en el pueblo que los haba reducido. Tampoco est de

    acuerdo con la proposicin antes destacada por el Gobernador de Tucu-mn de incorporarlos en las minas, porque como dir son tan flojos e in-tiles, de poca utilidad podran serles all 17

    3 . LA LICENCIA PARA LA EVANOELIZACIONDE LOS PAMPAS (1684)

    Al mismo tiempo, tuvieron lugar mutuas relaciones del Consejo de In-

    dias con el procurador de la Compaa de Jess en la Provincia del Para-guay, P. Diego Altamirano, que explica la peticin de licencia para quecuatro religiosos entrasen a adoctrinar a los pampas. Licencia que fue con-cedida, como se lo comunicaba el Rey al Gobernador de Buenos Aires(Madrid, 21 de mayo de 1684) ~.

    De su contenido se pueden extraer algunas consideraciones:r

    ~ Ibidem, Madrid, 1-5-1684.~ AGI, Charcas 283. Correspondenciadel Gobernador.1~ bidem. Carta del Gobernadoral Rey, 5-12-1686.t> Aol, Buenos Aires 3, LI. op. ch.

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    7/23

    Las reducciones de los pampas (1740-53) 151

    a) Que el inters entonces de la Corona estaba encaminado no slo a lareduccin de los naturales, sino adems a iniciar la presencia espaola en las

    tierras que corran hasta el Estrecho de Magallanes e impedir las entradas delos extranjeros, dado el desamparo que ofreca la costa del Mar del Norte.Aunque adverta que para que los portugueses no prosigan adentrando suspoblaciones a la de San Gabriel desde ese Ro de la Plata, no por esto degende proseguirse las reducciones de esta Vanda del Rio de la Plata en los ladosdel ro Paran y el del Uruguay que estn comen~adas y adelantadas hacia laVanda dcl Brasil, antes se adelaten con mucho cuydado y el calorposible porlo mucho que ymporta asegurar estos sitios de las entradas de los Portugue-ses 19

    b) La licencia llevaba implcito que fuera la Gobernacin del Rode la

    Plata, como capital en Buenos Aires, la que ahora se ocupe de expansionarsu jurisdiccin en los hasta entonces apenas conocidos territorios de la Pata-gonia. Y consciente de la dificultad, argumentaba lo que haba sucedido conel P. Nicols Mascardi, de la misma Compaa, cuando entr desde el reinode Chile, dando vueltas a la cordillera que divide aquel reino y la goberna-cin de Tucumn, para instruirlos, y recibi su muerte de los indios Poyas en1675.

    No obstante, pareca ms idneo que fueran las ciudades chilenas quie-nes se ocuparan de avanzar entre las poblaciones indias de la Patagonia, puesel destacado mito de los Csares, Lin Lin o Trapalanda, haba generado algu-

    nas entradas al otro lado de la Cordillera, primero por los conquistadores ydesde mediados del siglo XVII, por los misioneros del sur de Chile, sobretodo, los asentados en la misin de Castro de la isla de Chilo 20

    De aquella etapa de labor evangelizadora del sur de Chile merece reco-nocimiento, entreotros, el P. Diego Rosales en el lago Nahuel Huapi, o el yacitado P. Mascardi, quien realiz varios viajes en su afn de llegar a los Csa-res, y aunque no alcanz lo que esperaba, recorri en sus cuatro entradas am-plios territorios de la Patagonia 2 1 Sus noticias sobre la abundante poblacinindia aviv el espritu emprendedor de los padres del Paraguay para impulsarla conquista espiritual de aquel territorio, como sealaba el den de la cate-

    dral de Buenos Aires al Rey en 1678, por ser ms fcil por esta banda, sinpasar la cordillera de los Araucanos, que estorbaban el paso de los de Chi-le 22

    1> AGI, Charcas 5 . Carta del Consejo de Indias. Madrid, 12-5-1684.20 J. MARTIN VIEDMA:

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    8/23

    152 CarmenMartnez Martn

    A las experiencias del P. Mascardi se aadieron las noticias sobre la na-turaleza y habitantes de la cordillera de Chile, que haba escrito el P. Alonso

    de Ovalle enHistorica Relacione del Regno di Cifr impreso en 1646 (Roma),acompaada de un mapa, Tabula geographica Regni Chile, que a pesar desus errores, dio la primera visin del hasta entonces ignorado interior de laPatagonia. Y para el conocimientode la lengua dc los naturales, requisito ne-cesario para su evangelizacin, se acude al Artey Vocabulario del P. Luis deValdivia, impreso en 1606 en Lima (la segunda en Sevilla, en 1684), que tu-vo gran difusin entre los misioneros de esta partede Amrica.

    c) Atendiendo ahora a la evangelizacin desde la provincia del Para-guay, la Corona se ocup en sealar dnde deberan asentarse las nuevasmi-siones: a... las poblaziones que se hiciesen de los Indios que se redujesen ya

    deser en lo mas mediterraneo, y tierra adentro de otros parajes, huiendo dehacer poblaziones en la costa; sino desbiadas dentro de ella a lo menos 30leguas, por se mas conbeniente que este despoblada dicha costa, para quenunca llen brigo extranjeros enemigos... 23

    Se contempla que han de ir los cuatro misioneros con escolta de solda-dos que se le podr dar de ese presidio, sin que hagan falta para la defensa deese puerto, y cuidado de la ciudad de Trinidad. O que los soldados que seeligiesen y fuesen estn a la orden de los religiosos misioneros y que ejecutenlo que ellos dispusiesen. Se sealaba una escolta de 50 soldados, o los queparecese convenir, paraque defiendan a los religiosos de los infieles mas fie-

    ros que son los mas cercanos a Buenos Ayres, de donde podran los soldadosfacilmente volver a la ciudad cuando fuese necesario, sin que se aada grava-mena la Rl. hazda 24

    4. FORMACION Y RESULTADOS DE LAS MISIONES DEL SURDE BUENOS AIRES

    No estn claras las circunstancias que determinaron el retraso de la mi-sin entonces encomendada; segn el P. Machoni, en la cartaya destacada de

    1739, fueron las dificultades del Gobernador de Buenos Aires y oficiales re-ales las quefrustraron todo 25 Razones que se deben aadir al inters que te-na la Compaa de Jesus en adelantar sus mtsones del Chaco, como recogela CartaAnua de 173926

    Pero el problema de los pampas se recrudece desde 1734; en aquel ao

    ~7

    423-24; advierte que esta empresa es ms fcil desde Buenos Aires, porqueest libre de las se-rranas insuperablesque impiden el paso desde Chile.

    23 AGI, Buenos Aires 3 . Libro de Oficiosde la Plata, op . cit., t 155v.24 AGI, Charcas5, 12 de mayo de 1684. Carta informativaque antecede a la cdula conce-

    dida por la comisin encargada de esta misin.25 RAIl, Jesuitas 9/7263. Vase latranscripcin al final del presente estudio.26 RAH, Jesuitas 9/7263.

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    9/23

    Las reducciones d e lospampas (1740-53) 153

    realizaron varias fechoras, robando ganado de los pagos vecinos a la ciu-dad de Buenos Aires, o la devastacin del pago de Areco y entradas en la s

    estancias cordobesas hasta la Punta del Sauce, en 1739, como nos nana el P.Lozano 2 7La represalia no se hizo esperar; envi el Gobernador M. de Salcedo una

    expedicin al mando del teniente de Dragones don Esteban Castillo, de laque dir que no tuvo efecto> por verse precisados a retroceder por la falta deagua que experimentaron en la campaa... hasta en tiempo ms adecuado....O la del maestre de campo Juan de San Martn, que avanz en su bsquedahasta la sierra de Tandil y cerro Casuati, con orden que le dio de solicitar lapaz 28

    Aceptaron las condiciones impuestas; como narra el P. Lozano, real-

    mente admitieron los Pampas en su terror pnico estas condiciones de paz...,y que viniesen a formar un pueblo para ser instruidos all en la religin cris-tiana 2 9 M. Salcedo, respaldado por el Cabildo de la ciudad, solicit al P.Machoni que se hiciera cargo la Compaa de Jess de su evangelizacin.Tras consulta general de la provincia de Paraguay (25 de febrero de 1740)fue aceptada la peticin de lo que pareca ser una misin olvidada por losje-suitas.

    El mismo P. Machoni haba escrito en la carta destacada de 1739 que noresultaba empresa fcil, y no es cosa de exponerse aventuras, empresassi fruto, y sin prudente esperanza de conseguir el fin. Mientras vea que, por

    ahora, sea ms conveniente dedicarse a las misiones del Chaco, cuya conso-lidacin no estaba an terminada y quedaban en el centro de la provinciaje-suitica del Paraguay, y por lo que concluida sta se pasara a la de los Cessa-res y naciones circunvecinas de la cordillera de Chile. O que caban mejor enla Viceprovincia chilena 30

    Aceptadas las condiciones establecidas por el P. Machoni al Gobernador,reiterndose las de la licencia de 1684, se emprende la formacin de la pri-mera reduccin tras consulta al Cabildo de la ciudad y sede vacante del obis-pado. De esta manera lo expresaba el P. Lozano: Admitieron el Gobernadory el Cabildo las condiciones puestas con gusto, por la prontitud con que los

    jesuitas se hacan cargo de esta empresa ~.La correspondencia del Gobernador y escritos de los jesuitas nos ayuda-

    rn a conocer su evolucin. La empresa se vio favorecida por la presencia enBuenos Aires de los experimentados misioneros PP. M. Querini y M. Strobel,que se encargaron de su ejecucin. El primero se ocup de la gestin econ-

    Cartas Anuas 1735-1743, Rey. Estudios, o p . cit,pp.298-299.~ AGI, Buenos Aires 302. Carta del Gobernador Miguel de Salcedo al Rey. Buenos Aires,

    20-11-1741. En donde se acompaa de una copia de la relacin de la entrada del Maestre deCampo don Cristbal Cabral al Gobernador, Sierra del Caiz, 2 de noviembre de 1741.

    29 CartasAnuas 1735-43,o p . c i t . ,

    pp. 299-300.~O RAH, Jesuitas 9/7263.< CartasAnuas i735-43,op. cit.

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    10/23

    154 Carmen Martnez Martn

    mica, que obtuvo con las limosnas recogidas de la ciudad, los 400 pss. de lasCajas reales concedidos para manutenciny sustento de los misioneros 3 2

    Mientras el P. Strobel se ocup de avanzar con una escolta de soldados,como se dir, para impedir la muerte de los misioneros en manos de los br-baros, pasando al otro lado del ro Saladillo, en donde reuni a los indios el7 de mayo de 1740; la primera reduccin fue llamada la Pursima Concep-cin de los Pampas ~ De la temprana correspondencia del P. Strobel extrae-mos algunos datos; como que estaba a unas 40 leguas de Buenos Aires, al surde la desembocadura del Ro de la Plata, a 360 de latitud, en una llanura bajay hmeda, frecuentemente inundada ~

    Esta zona era conocida entonces como regin de Tuyu, pampa inunda-da que se extendera pasado el ro Salado, al sur del pago de la Magdalena,

    fuera de las estancias de espaoles, que se prolongabaen el Atlntico hasta elcabo de San Antonio. Pero el lugar no result ser tan idneo como se pensa-ba, porque en poca de lluvias se inundaba el territorio, por lo que fue nece-sano trasladarlaal sudoeste, como narrael P. Snchez Labrador, en unacoli-na que estaba a una distancia de dos leguas y se llamaba la loma de losnegros ~.

    En la correspondencia de aquellos aos se manifestaba la preocupacinde la Corona por conocer los resultados de la nueva misin. As, tras la pri-meravisita del entonces Provincial B . Nussdorffer, en 1745, expresaba grandesaliento, dir que el fruto no se corresponde al cuidao con que se han

    aplicado los padres, por ser gente vagabunda e inconstante y muy dada a laembriaguez... Se ven pocos progresos y conservan entre si seguir sus parciali-dades, muchas enemistades y odios que cuando estn bebidos propugnan suspendencias y muertes... 3 6 ~

    Mientras tanto, los desmanes de los indios serranos prosiguen en un asal-to que afect a los pagos de Arrecifes, Luxan, Matanza y el de Magdalena en

    32 AOl, Charcas 384. Certificacin dada por el escribano Juan de Merlo por orden delGobernador M. de Salcedo a peticin del P. Querini, superior de las reduccin por 400 pss.Buenos Aires, 15-10-1740.

    C. A. MONCAUT (1981): Nuestra Seorade la Concepcin d e los Pampas, 1740-1 7 5 3 .Historia de un pueblo desaparecido a orillasde l ro Salado bonaerense, Buenos Aires.

    Publicado porCarlos LEONHARDT, Re.. F.uudios, La misin de los indios pampas,Buenos Aires, 1926, p. 441. J. SANCHEZ LABRADOR: Lo s indios pampas-puelches-paagones, o p . cit., p. 88, y asi-

    mismo la nota nm. 89 de G. FURLONO.Tambin seala el traslado el P. Lozano en la Carta del P. Pedro Lozano al P. Bruno Mo-

    rales, Procurador General de Madrid, Crdoba, 1 de noviembre de 1746 (editada en la po-ca), p. 41; dir que se mud la reduccin de la Concepcin en 1745. Un ejemplar de estapu-blicacin la encontramos en la coleccin Graio, nm. 7792 (Biblioteca de la Agencia deCooperacin Internacional. Madrid). No obstante, conviene destacar que la carta manuscrita seencuentra enla Real Academia de la Historia (Madrid), Mss. Jesuitas 9/7258, leg. 38. MientrasO. FURLONO (1967): ManuelQuerin4 S .J . , ysu s informes al Rey 1747-50, Buenos Aires;des-taca este traslado en 1743 1144.

    AOl, Charcas 384. CartadelP. Nudorffder, Buenos Aires, 30 de agosto de 1745.

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    11/23

    Las reducciones de los pampas (1740-53) 155

    noviembre de 1740, y la consecuente entrada de castigo, dndole alcance elMaestre de Campo don Cristbal Cabral en la sierra de Casuati y la Ventana,

    cuando se gestionaron nuevas paces, que emprender ms tarde el nuevoGobernador Ortiz de Rozas.Durante sugobierno fue necesario adoptar nuevas medidas econmicas y

    polticas para afrontar el problema de los indios. El libro de actas del Cabil-do de Buenos aires, 1744-45, nos permite conocer que se oblig a los veci-nos que iran a la bsqueda de sal en carretas con el Maestre don CristbalCabral, a contribuir con una fanega de sal para la defensa de lajurisdiccincontra los indios infieles, o cobrar un real a cada carreta que entre a esta ciu-dad desde Mendoza, Tucumn, Santa Fe, Corriente y Paraguay, para la de-fensa de la ciudad contra las continuas invasiones de los indios infieles 37.

    Adems se prohibi comprar ponchos a los indios serranos, como habasucedido en el pago de Luxan, lo que sola ser frecuente en las estancias delos alrededores de Buenos Aires. Medidas duras, puesto que fue multadabajo pena de 200 pss. si fuera espaol, e iran a las obras de 5 . M., y seis aosde destierro a San Felipe de Montevideo a trabajar en las obras de 5 . M., y sifuera indio, negro o mulato, 200 azotes por la calle pblica y de seis aos dedestierro a otro presidio 3 8

    Todas estas circunstancias no impidieron que la misin de la Concep-cin fuera la avanzadilla para la evangelizacin hacia el sur. El Obispo deBuenos Aires, en 1745, dir que quieren proseguir hacia el sur con nuevas

    reducciones. El P. Ladislao Orosz, Rector del Colegio de Buenos Aires, alinformar sobre la misin de los pampas en 1743, destacaba: ...este pueblo hade ser puerta para la conversin del gento numeroso que habita las dilatadascampaas que median entre el Estrecho de Magallanes y las ciudades deMendoza y Buenos Aires..., y luego entrarn dos misioneros internndosems entrelos fieles, para fundar el segundo pueblo ~.

    En esta situacin se incorpor a la misin de la Concepcin, en 1744, elP. Toms Falkner, destinado a fundar nuevas reducciones entre los indios se-rranos, situados al sur, como se haba gestionado entreel nuevo GobernadorOrtiz de Rozas y el Provincial P. Nusdorffer. El Gobernador escriba que de

    esta reduccin sali un misionero hacia los infieles serranos, pero se frenpor la invasin que realizaron a las haciendas de la jurisdiccin de BuenosAires, con muertes y robos.

    Al mismo tiempo se gestion en Madrid la entrada por el litoral de tresmisioneros para recorrer aquellos parajes, a fin de crear nuevas misiones silas condiciones fueran adecuadas para ello. Tendr lugar asi el viaje desde

    RAH. Coleccin Mata y Linares, t. II .

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    12/23

    156 Carmen MartnezMartn

    Buenos Aires hasta alcanzar por el sur el ro Gallego, de 1745-46, en la naveSan Antonio, en donde participaron los jesuitas como el P. Quiroga, que vinode la Pennsula para este fin, y los misioneros PP. Strobel y Jos Cardiel 4O ~

    Pero tampoco en aquel viaje martimo se obtuvieron los resultados espera-dos (malos parajes, desiertos, sin agua, en donde no se encontr la poblacinindia que se esperaba). No obstante, se reconocen y observan con cierta deten-cin las costas patagnicas, como queda patente en los diarios y mapas de losmisioneros.

    Y tras la destacada expedicin, el P. Cardiel, insatisfecho por la marcha delos acontecimientos, se incorpor a las misiones australes, y junto con el P.Falkner entr a la sierra del Volcnpor tierra, porque como destacaba la Carta-relacin (1747) que dej de aquella expedicin, y a que por mar se nos frustra-

    ron nuestros intentos41

    La idea debi gestionarse en el viaje martimo, puesen un mapa del P. Quiroga de 1745, aparece una leyenda al surde la sierra deCasuati, en donde se recoge que se puede all hacer una poblacin con puestode los Bandengesque se ocupen en la frontera 42

    Con la aprobacin del Gobernador y el Obispo avanzaron los PP. Cardiel yFalkner en aquellos paisajes de la s sierras 70 leguas de Buenos Aires; recorrie-ron desde los 360 L en el Cabo San Antonio hasta los 380 LA3. De esta manera,a fines de agosto de 1746, elegido el lugar, fundaron la reduccin de NuestraSeora del Pilar del Volcn; cl 13 de noviembre del mismo ao, entre los indiosserranos, en la sierra del Volcn, en la banda que mira al sur (cerca de Mar del

    Plata).Desde all nuevamente inici el P. Cardiel otra entrada, ante la s noticias deque al sur, a 200 leguas de la misin, se encontraban indios de los llamadostoelches y otros de Chile. Pero no lleg a buen trmino, como dir: prometillevarme un cacique tuelche, pero estando para partir me falt a la palabra 44;cuando deja memoria de los territorios del interior de la Patagonia, gracias ala sinformaciones que recibi de los indios y que plasmar enun mapa.

    Asimismo desde la misin dcl Pilar se sucedieron las entradas de su compa-fiero el P. Falkner, sin teneran suficiente informacin sobre el alcance de talesavances en el interior 45. La vida entre los indios del cacique Bravo llev al P.

    Lorenzo Casado a decir de l que realiz entrada en la cordillera para reducir~ C. MARTNEZ MARTIN: La expedicin del P. Quiroga, S.J., a la costa patagnica,

    1745-46, R e > , Complutense d eHistoriad eAmrica, nm. 17, 1991, Pp. 121-137.G. FURLONG (1953): Jos CardieL S .J. y su Carta-Relacin (1747), Buenos Aires, p .

    206.~ Mapa de la Biblioteca Nacional. Publicado por J. GUILLEN: Cuatro cartas jesuticas

    dela regin magallnica>, Rey, de I n d i a s , nm. 6,1941, Pp. 67-80.~ AOl, Buenos Aires 302, Esta salida del 1 . Cardiel la recoge el Gobernador, Buenos Ai-

    res, 15-10-1746. Est resumida en Historia de la Compaa de J e s s e n la Provincia del Para-guay, deP. PASTELLS, t. VII, Madrid, 1948, pp. 666-667.

    O . FURLONO (1747): JosCardie4 S.J, ysuCarta-Relacin, o p . ci i .

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    13/23

    Las reduccionesde los pam pas (1740-53) 157

    a la poblacin, y que estaba tan hecho a sus comidas que coma carne de po-tro como si fuera de gallina 46~

    E igualmente el P. Cardiel, antes de incorporarse a las misiones del Cha-co, emprendi otra expedicin desde Buenos Aires, como informaba el Go-bernador Andonaegui, que sali el 11 de marzo de 1748 en procecusin desu celoso anclo reconocer por tierra la desembocadura del ro Sauce (Ne-gro) al mar, que est en la costa del sur, lo que no pudo ejecutar por los vien-tos contrarios quando fue en la fragataSan Antonio, y si en esta ocasin ha-la oportunidad, lleva intento de visitar toda la Tierra, y sus varvaras nacioneshasta el Estrecho de Magallanes para reducirlos Pueblo, y conbertirlos a laFe Catholica y .

    Aun sin conseguir los resultados esperados, le permiti recorrer por tie-

    rra, prximo al litoral, desde Buenos Aires, pasando por las reducciones dela Concepcin y Nuestra Seora del Pilar, hasta llegar a cuatro leguas al surdel arroyo de la Ascensin, 30 leguas al norte de la desembocadura del roColorado. Los conocimientos del medio que va sealando en su diario secompletancon varios mapas 48

    Tambin el P. Falkner abandona las reducciones; no obstante, prosiguenlos misioneros jesuitas con una nueva reduccin, como informaba el P. M.Querini: a 10 leguas del Pilar se dio principio este ao (1750) a otra reduc-cin llamada Nuestra Seora de los Desamparados, en la misma nacin delos serranos

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    14/23

    158 Carmen Martnez Martn

    El Cabildo de Buenos Aires envi un pliego de justificaciones paratrasladarla a otro lugar distinto del ro Salado para, como dir, no se vea ycomunique con los de su nacin enemiga e infiel 5 O De esta manera elGobernador Andonaegui mand un memorial y prueba de testigos presen-tada al Rey, para desmantelara y hacerla desaparecer 51, hasta quedarabandonada el 13 de febrero de 1753 52

    5. LA DOCUMENTACION ESCRITA YCARTOGRAFICADE LOS PP. CARDIEL YFAiLKNER

    Los cortos aos que duraron tales misiones no hanquedado en el olvi-do, gracias a que fueron los primeros que visitaron algunos territorios des-conocidos por los espaoles, al sur de la frontera de Buenos Aires. Peroadems, porque las experiencias de sus misioneros se han podido difundirmediante la documentacin escrita o grfica que nos dejaron. Y bajo estapremisa previa centraremos a continuacin nuestra atencin, primero paraconocer la documentacin que nos legaron y , despus para valorar susaciertoso errores.

    Antes de entrar en los dos jesuitas, quesern aqu objeto de atencin, sedebe sealar que se trataba de misiones comprendidas dentro de la provin-cia jesutica del Paraguay, con escasas vinculaciones con las que se haban

    realizado o estaban en marcha en la viceprovincia chilena. Slo as se ex-plica que salvo las referencias de obras publicadas con anterioridad, comola del P. Ovale por el Falkner, o la del P. Valdiviapor Cardiel, no se reco-

    jan las experiencias evangelizadoras de los jesuitas del sur de Chile. Mien-tras que, sus informaciones se extienden entre los miembros de esta Provn-cia, como ocurri con los escritos del P. Lozano desde la Universidad deCrdoba, o con el misionero y escritor P. Snchez Labrador

    Y dejando aparte las noticias recopiladas por otros afamados jesuitasdel Paraguay, nos centraremos en la documentacin que dejaron los PP.

    50 AOl, Charcas221. El Cabildo de Buenos Aires representa conjustificacin lasrazonesque ay para que se mudela rreduzion de los indios pampas....Buenos Aires, 15-10-175 2.

    ~ AOl, Charcas221. Carta de Joseph Andonaegul al Marqus de la Ensenada Buenos Ai-res, 28-10-1752.

    52 Para el anlisis de la decadenciay final de las reducciones australes tenemos el estudiode C. BRUNO en Historiade l a Iglesia e n la Argentina, Buenos Aires, 1969, t. V, cap. 3 . Asimis-mo, la versin que da el P . Miranda al P. Pedro de San Juan destacaba cmo se desvaneci Ydeshizo la misin de los pampas, y la causa fue no tanto la invasin hostil de los indios infieles,queestn hacia la cordillera de Chile, cuantola persecucin, que con esta ocasin se levant enBuenos Aires contradicha misin..., pues como destacar (dichos pueblos a distanciade 50leguas de Buenos Aires) serva para tenernoticias anticipadas de los movimientos del enemigo,y con esto dar noticiasa Buenos Aires... Crdoba del Tucumn, 9 de mayo de 1754. Archivo

    Histrico Nacional (Madrid), Jesuitas 120,4t

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    15/23

    Las reducciones de los pampas (1740-53) 159

    Cardiel y Falkner, misioneros quefueron testigos presenciales de aquellas re-ducciones australes.

    5.1. Documentacin delECardiel sobre la Patagonia

    El P. Cardiel nos ha legado los conocimientos alcanzados en sus expedi-ciones de aquellos aos, publicadas y dadas a conocer por el tambin jesuitaG. Furlong, que encontramos en lo que se viene denominando Carta-Rela-cin de 1747 y el Diario de viaje y misin del ro Sauce, de 1748, quedeber ser completada con los mapas que se han ido encontrando en distin-tas cartotecas.

    La labor de recopilacin, ya emprendida por G. Furlong, nos lleva aconstatar seis mapas vinculados a este misioneros, aunque sin saberse defini-tivamente su autora. En orden cronolgico lo que se desprende de los co-mentarios que contienen tenemos:

    Carta de las costas magallnicas segdn las ms modernas observacionesdel ao 1 745 y1746. Tamao: 405 x 581 cms., que se conserva en e l ArchivoGeneral de la Nacin, Buenos Aires, estudiado y publicado por Flix Outes yG. Furlong ~.

    Mapa de la s costas de Magallanes, por quien las anduvo por la misma

    playa.. al volver de una misin quehaca al ro Sauce. Ao 1748. De 840 x 563cms. Del Museo Britnico, Add. 17668, F., que ha sido recogido por FlixOutes.

    Demostracin del terreno que anduvo el P. jesuita Joseph Cardiel en elviaje que hizo desde elpueblo del Pilas del Volcn, hato el arroyo de la Asump-cin, y su vuelta por la costa del marhasta elR0

    de San Clemente, segn las di-recciones ylatitudes de su diaria 335 x 420 cms. Del Museo Britnico, Add.17669, nm. 23, publicado como el anterior en la edicin de la obra del P.Snchez Labrador Los indios pampas, puelches ypatagones, anotada por G.Fulong.

    En la cartoteca de la Biblioteca Nacional de Madrid se encuentran tresmapas que no aparecen recogidos en la relacin de Furlong, que proceden dela Secretada de Estado y que debieron ir acompaando de informes o corres-pondencia de la poca y estn publicados por . 1 . F. Guilln ~ Al estar sepa-rados de la documentacin escrita, no podemos conocer la finalidad quese

    Publicado en Carta indita de la extremidad austral de Amricapor el P. Jos Cardiel,S.J., 1747, de Flix OUTES, y estudio de G. FURLONG, en Rey. Facultadde FilosofayLetras,Museo Etnolgico, Serie B , nm. 1, 1940, PP . 1-20.

    ~ J. GUILLEN:

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    16/23

    160 Carmen Martnez Martn

    pretendacon ellos, e incluso deja abierta la posibilidad de que no fueran reali-zados por este misionero, como advierte J . Guilln. No obstante, la similitud

    con los anteriores, la s alusiones que se recogen en sus cartelas o el mismo con-tenido de sus expediciones nos lleva a atribuirselo al P. Cardiel. Estos son:

    Viaje departe de la Tierra de Magallanes hecho ao de 1 748 por tierraadentro yporla playa del MarEste segundo viaje lo hizo el P. Joseph Cardielsolo, sin otro sugeto de la Compaa y el mismo form tambin este mapa,sugeto dignisimo de todo credito. Paraguay, y Abril 14 de 1749 = Sebastiande San Martin = (20 >< 26,5 cms.). Va en la misma hoja que el siguiente.(BNJvIXLII-362b4

    Tierra de Magallanes con las Naciones que se ha n podido descubrir en

    viages deMary tierra desde elao de 1745 hasta elde 1 748 (21,2 x 27,8 cms.)(BN.MXLII-362a). Mapa de Magallanes de 1751. Manuscrito, de mayor tamao que los

    anteriores (59 x 48 cms.). Con numeracin de los lugares que cita en la carta ycon amplia nota aclaratoria sobre sus contenidos (BN.MXLII-403).

    5.2 La obra delP Toms Falknersobre/a Patagonia

    Mientras Cardiel elabor sus escritos en aquellos aos de labor misione-

    ra, las vivencias del P. Falkner se escribieron ms tarde, tras el exilio, lo quele permiti ordenar y completar las experiencias vividas en Amrica. Su obraA description ofPatagonia andthe Adjonining Parts ofSouth America fue pu-blicada en Londres, 1774, y el mapa que acompaa al texto, segn los datossuministrados por el jesuita, en dos hojas, fue confeccionado por Mr. Kit-chin,hidrgrafo deS. M.

    La primera publicacin en castellano fue la de la coleccin Obras y Do-cumentos sobre las provincias del Ro de la Plata, de Pedro de Angelis, pu-blicada en 1836 55, segn la traduccin que realiz don Manuel Machn,Oficial de la Secretara de Hacienda, que como destaca estuvo en aquel pas

    y conoci la edicin 56En esta ltima publicacin se reduce el prefacio del caballero Berkeleyde la edicin original, que versa sobre las relaciones e importancia de Espaay los ingleses en el Ro de la Plata. Adems hay una versin casi completa,mejorada en la traduccin, con un estudio del autor, es la de 5 . A. Lafone

    ~ P. DE ANGELIS (1836): Coleccinde ObrasyDocumentos, o p . c i , t. II (Y cd. 1969),pp. 659-755. La edicin posterior ms completa del original ingls fue la de A. LAFONTEQUEVEDO, Buenos Aires, 1911. Vase al respecto la obra de A. D. YGOBONE: Viajeroscientf icose n laPatagoniadurantelossiglosX1~IJIyXX, BuenosAires, 1977, pp. 27-66.

    56 Biblioteca Nacional (Madrid): Descripcin de la Patagonia, traducida al castellano pordon Manuel Machn, Oficialde la Secretara del Consejo de Hacienda. Con un nuevo mapa delas panesmeridionales de Amrica, publicado en Londres, 1774, Mss . 1616.

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    17/23

    Las reducciones de los pampas (1740-53) 161

    Quevedo. Ambos puntos de partida para las posteriores ediciones en cas-

    tellano.

    6. ACIERTOS Y ERRORES DE LA GEOGRAFIA Y ETNOGRAFA

    AL SUR DE BUENOS AIRES

    Como se ha visto, ninguno de los dos misioneros recorrieron los am-plios paisajes del interior de la Patagonia, cuando ms se acercaron hasta elcurso del ro Negro. No obstante, apoyndose en las informaciones que re-cibieron de los indios que acudan a las vaguadas de la sierra del Volcn yCasuati, no slo dejan constancia de sus expediciones en aquellas tierras,

    sino quese extienden hacia el sur, ofrecindonos su versin sobre la desco-nocida Patagonia, que Cardiel llama Magallanes influido quiz por elcartgrafo francs N. Sanson de Abbeville.

    En el Mapa de Magallanes (1751) del P. Cardiel aparece una amplianota que dice: de Buenos Aires a Magallanes est por lo interior poco re-gistrado por gente Europea, y as ha sido necesario valerme de lo que dicenindios de varias Naciones que por su genio vagabundo corren toda la tierrahasta el mismo Estrecho. A stos los he examinado en diversos tiempos, ysin que uno sepa de otros, para dar mejor con la verdad. Igualmente lo re-fiere el P. Falkner en su descripcin de la Patagonia, aadiendo adems las

    nformaciones recibidas por algunos espaoles que estuvieron cautivosmuchos aosentre los indios, como el Capitn Mancilla, de Buenos Aires.Al ocuparse de cargografiar un territorio tan extenso, desde el Ro de

    la Plata hasta el Estrecho de Magallanes, urga la necesidad de tener algu-nos conocimientos matemticos, en donde no destacaron, incluso los ma-pas de Cardiel, como comenta J. Guilln, de los existentes en la BibliotecaNacional (Madrid), son slo croquis 5~. Por tanto, apenas ofrecendatosso-bre la localizacin de los lugares que describen, mxime cuando la fuentede informacin fue muchas veces las noticias dc los indios.

    Tuvieron queapoyarse en mapas ya elaborados; sin embargo, los adap-

    taron a lo que queran representar; como advierte Falkner, tom el mapade Mr. DAnville, seguramente el de 1748; pero aadir que tuvo necesidadde ensanchar el Continente de poniente a levante, por mis observaciones enformaciones de otras personas. En consecuencia, ofrece una clara defor-macin este-oeste del Cono Sur, con destacados errores cuando sita lospaisajes del interior.

    G.FURLONG (1954): Toms Falknery suacercade lospatagones, 1788, Buenos Aires.Leatribuye el documentoque estudia en la obra. Yen La personallady la obrade TomsFalk-nerrealiza un destacable estudio sobre este misionero.

    ~ J. GUILLEN (1941): op. o i t . , pp. 72-74.

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    18/23

    162 Carmen Martnez Martn

    a) Elperfil costero

    El tiempo y el lugar de elaboracin de los escritos y cartografa de ambosdebern ser considerados, dado los avances sobre esta parte de Amrica queaportaron nuevos descubrimientos. No obstante, sus vivencias en las misio-nes determina que ambos tengan presente el viaje a la costa oriental patag-nica de los jesuitas de 1745-46; de forma ms clara se adviene en Cardiel,que particip en l, y se vali de los datos que aport entonces el P. Quiroga.As, el ltimo mapa citado en la anterior relacin ofrece una gran semejanzaen la toponimia y perfil costero del litoral entonces visitado, con el que dibu-

    j el P. Quiroga en 1745.En aquellas fechas el viaje de 1746 fue conocido en Europa, y explica

    que el mapa de Amrica del Sur de DAnville, de 1748, en relacin con elperfil de la costa oriental patagnica lo destaque como fuente de informa-cin; lo mismo que sucede con la Carta des Dcouvertes qunt cte faites parles Espagnois en 1746. Entre la Riviere de la Plata et le Detroit de Magellan>,de Mr. Bellin, de 1756, que acompaa a la Historie de Voyages del M. lAb-ble Prevot. Ambosmapas tuvieron unagran difusin desde entonces ~.

    La cartografa de los dos misioneros ofrecen claras diferencias entre eldibujo poco preciso de Cardiel y la abundante toponimia y accidentes coste-ros de Falkner, como se advierte en el trazado del litoral pacfico y Tierra deFuego. En esta parte del Continente, ambos debieron tener en cuenta la obra

    de Alonso de Ovalle: Falkner alude a ella cuando se refiere a la descripcindel reino de Chile, aunque no as al dibujar sus costas, pues acude a la topo-nimia de posteriores viajeros ingleses; mientras en los mapas de Cardiel, laisla de Chiloe y las numerosas islas de su alrededor guardan bastante simili-tud con los datos que ofrece la obra de Ovaile 60

    No est clara la fuente de informacin que emplearon para dibujar laTierra de Fuego, una de las grandes incgnitas de la cartografa de Sudamri-ca durante bastante tiempo. En los mapas de Cardiel el nmero de islas va-ran, y en su ltimo mapa advierte que el Estrecho de Magallanes, Islasdel Fuego y toda la costa del Mar del Sur, los pongo como los hallo en los

    mapas que menos yerran al parecer. Y en el de1

    746-47 se remite a A. Fr-zier, navegante francs que nos dej la Relation dii Voyage de la Mer du Sud(Pars, 1716), que para la poca de la elaboracin de los mapas del P. Cardiel

    5 La Carte de IAmerique Mridionale de Mr. Behin se encuentraen el Atlas, t. 12, p . 386,de LHistoireG n raled e V oy a ge sde M. lAbble Prevot. Paris, 1784-1786. El ejemplar consultadoest en la Biblioteca del Palacio Real (Madrid). Vase adems O. IURLONG (1936): Cartografa

    jesuistica de lRode l a Plata, Buenos Aires, PP. 87-91.~> ALONSO DEOVALLE: Historica RelationedelRegno diC dc Roma, MDCXLVI. Lminas11 y 12. Biblioteca Nacional (Madrid).

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    19/23

    Las reducciones de los pampas (1740-53) 163

    haba ya varias ediciones 61 Sin embargo, no se corresponde con los mapasde Frzier ni el trazado de las islas, ni la toponimia utilizada 62~

    Falkner es ms fiel al mapa de DAnville, como l mismo dir, perfeccio-nado por Mr. Bolton, y para el Estrecho, el mapa de Mr. Pernetty, Capellnque fue en la escuadra de M r. Bouganville, navegante francs que recorrieste litoral en su viaje alrededor del Mundo de 1766-69. Por tanto, completsus informaciones condatos de expediciones posteriores.

    b) Los ros

    Los ros son otros de los elementos destacables de la cartografa de en-

    tonces. A este respecto merece reconocimiento la riqueza que ofrece Falknersobre la hidrografa del curso inferior del Paran, la costa del Rode la Platahasta Punta Piedra, los ros menores de la Pampaseptentrional o la del cursodel Saladillo (Salado) a pesar de que su objetivo estaba encaminado a la Pa-tagonia; esto quiz se deba, como l mismo advierte, por las largas tempora-das que vivi en aquellos territorios. Aspectos de los que no se ocupa Car-diel, que ofrece una toponimia muy pobre, pues no pretendi hacer unadescripcingeogrfica ordenada como el anterior.

    Ambos se ocupan de los territorios al sur del Saladillo hasta las sierras deTandil y Casuati (Ventana), donde se asentaron las misiones, y recogen la

    mala encorrenta de esta parte de la costa, en la que ya aprecian con zonas la-gunares, como la llamada Mar Chiquita. La descripcin de este litoral fue unavance para los escasos conocimientos que se tenanhasta entonces sobre elsur de Buenos Aires, y motiv que el mapa de Custodio Saa de Famas, envia-do al Rey por el Marqus de Loreto en 1782, incluya los datos del viaje queen 1748 realiz el P. Cardiel por aquella costa 63 Incluso el investigador F-lix Outes deja abierta la posibilidad de que algunos de los mapas hoy atribui-dos al misionero sean copias posteriores destinadas aeste fin 64

    A estas primeras informaciones sobre el sureste de la provincia de Bue-nos Aires, se deben unir la de los ros Colorado (R. Barrancas para Cardiel) yro Negro (R. del Sauce para Cardiel), en donde los mapas anteriores deja-ban un gran vacio. Aunque Falkner ofrece gran riqueza de datos sobre ambasredes hidrogrficas, tambin contiene llamativos errores; entre otros, situarparalelo al curso del ro Colorado otroque llama Barrancas; aunque adviene

    ~ L. VILA VILLAR (1991): El viajedeAmedieFreizierporla AmricaMeridiona Sevilla. Enlaspp. 25-28 recoge lasediciones de laobra.

    62 Ibidem: CarteRedvite de lExtremite delt4merique

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    20/23

    164 Carmen Martnez Martn

    que tiene duda por la relacin dada por los indios que este ro se vacie in-mediatamente en el Ocano, y no el ro Colorado, poco ms arriba de suboca(hoy sabemos que un ro llamado Barrancas confluye con el ro Gran-de, para formar el Colorado).

    Mejores informaciones dej Falkner sobre las fuentes del ro Negro,que supo por los indios serranos, ya que el famoso cacique Cangapol oBravo, amigo del misionero, habitaba en aquellos parajes; pero no fue tanacertado en el trazado de su curso cuando cruza la Patagonia. Asimismo,Cardiel sita el ro Sauce (Negro) por las informaciones de los indios (pe-guenches y toelches), como dir, segn como cuentan lajornada, pareceque estn como aqu se ponen 65, aunque sin alcanzar la riqueza de datosde la descripcinde Falkner.

    La desembocadura del ro Negro ofrece una posicin aceptable, queFalkner llama baha de San Matas o baha Sin Fondo; sus apreciacionessobre las ventajas de aquel lugar para la entrada de extranjeros a laPatago-nia, motiv que la Corona sintiera necesidad de crear establecimientos es-paoles en aquel puerto, como ocurri con las expediciones patagnicasde 1779-83. Ser entonces cuando se dibujen las bahas de esta parte del li-toral, que no aparecen, ni siquiera insinuadas, en la cartografa de los mi-sioneros.

    Sin detenernos en precisar los errores de esta hidrografa de laPatago-nia, debemos valorar la contribucin que hicieron con el trazado de ambos

    ros, sobre todo porque llevan sus cabeceras a las sierras chilenas. La pro-ximidad a la ciudad de Valdivia, que anota Falkner con el ro Negro, deter-mino que Francisco de Viedma enviara una expedicin al mando de Basi-ho Villarino en 1782, siguiendo su curso desde el fuerte de Carmen dePatagones, con la finalidad de encontrar la comunicacin con las ciudadeschilenas. Pero hasta entonces las fuentes de informacin sobre su hidrogra-fa fueron las que escribi el misionero, como va destacando Villarino enel diario de aquellaentrada ~

    Al sur del ro Negro no se observa nada destacable en relacin con lohasta entonces conocido; pero la importancia del viaje de los jesuitas de

    1746 determina que no aparezcan los os del sur de la Patagonia. SloFalkner sita el ro Camarones, que lo tom del mapa de DAnville, comoadvertir, sin conocer con certidumbre su existencia (hoy sabemos quenohay tal curso de agua en la baha del mismo nombre). Las mismas noticiasque tuvieron del citado viaje, les lleva a sealar las caractersticas desrticasen el surde la Patagonia; o como pas seco, estril y con muy poco pastoen ladescripcinde Falkner.

    Notas del Mapade Magallanes. Ao de 1751.66 Archivo del Musco Nava]. Mss . 518. Copia del Diario de Basilio Villarino de la Descu-

    bierta y reconomiento del roNegro en la costa oriental patagnica (1783-83), porJosefde laBarreda. Fuerte del Carmen del Ro Negro, 19-8-1783.

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    21/23

    Las reducciones de los pampas (1740-53) 165

    c) La etnografa

    Un elemento imprescindible en la descripcin de tales paisajes fue la po-blacin india, como ya haban recogido los distintos viajeros que desde Pigaf-feta visitaron aquellas costas. Ahora, con ms razn, por su labor evangeliza-dora, la descripcin de las distintas poblaciones que habitaban la Patagoniaocupa un lugar relevante. Empresa difcil, dada la amplitud del territorio, endonde no se haba entrado, o por la misma fuente de informacin que tuvie-ron, las noticias de algunos indios.

    Los captulos segundo y tercero de la obra de Falkner estn dedicados alpas de los indios, que se completan con los contenidos del mapa, desde elsur de Buenos Aires al Estrecho de Magallanes, e incluye la Tierra de Fuego

    y las Malvinas. As va estudiando, adems, el clima, suelos, ros, valles, mon-taas, flora y fauna. Como asimismo recoge Cardiel en las relaciones de susentradas yresume en los mapas.

    Para la grafa de los nombres que adoptan, la abundancia de parcialidadesque citan o la s diferencias entre denominaciones de ambos, complican la lectu-ra del profano. Se deber aadir la falta de estudios que permitan la identifica-cin de los nombres que recibieron con viajeros anteriores, o los que aparecenen la documentacin de los espaoles (pampas, serranos, aucas, etc.) 6 7

    No obstante, resulta entonces relevante la diferencia entre indios de apie del sur del ro Negro y costa suratlntica, e indios de a caballo; estosltimos fueron mejor conocidos porque llegaban hasta las misiones, como lostoelches o tehuelches del ro Negro, por lo que les lleva a recopilar datosapreciables sobre su conocido nomadismo.

    Igualmente nos dejaron pginas valiosas sobre su idioma, religin, formade vida o su vinculacin con el medio natural en donde habitaban, y que vanrecogiendo, a veces de forma desordenada, otras con una expresa intencin,como sucede en los captulos cinco y seis de la obra de Falkner. Tempranasinformaciones que tendrn que esperar el paso de un siglo para que el explo-rador ingls G. C. Musters, que vivi largas temporadas entre los indios de laPatagonia, durante su recorrido de 1869-80, enriquezca con fuentes ms fi -dedignas lo que entoncesdejaron estos misioneros 6 8

    67 P. LOZANO (1746):

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    22/23

    166 Carmen Martnez Martn

    APENDICE

    Transcripcin de unfragmento de la Carta de Antonio Machoni al 1 . Fran-cisco Ret; Prepsito General de la Compaa de Jess (Roma), Crdoba de Tu-

    cunuin, 30 de enero de 1739.

    Habla V. P. en el principio de esta 6 . ~ carta, y supone quemi Antecessorquando estuvo en Buenos Ayres se informarla bien de la expedicin sobreque en Congregacin Provincial se habl, las Naciones, que de Buenos Ay-res azia el sur, y estrecho de Magallanes habitan entre los Cesares, y Patago-nes, y aade y. P. la razn; porque no es cosa de exponerse aventuras, empressas sin fruto, y sin prudente esperanza de conseguir el fin.

    En Buenos Ayres no es facil tuviesse mi Antecesor, quien le pudiesse infor-mar bien de esto. Trat sde esta expedicin con los nuestros, motivo de fervo-rizarse algunos Padres, y le s pidiessen los embiasse. Lo mismo sucedio en elColegio Mximo de Cordoba, y con mas calor en los dos meses, poco ms,que residio en dicho Colexio de Provincial el P. San Martin, pues formo un nu-meroso catalogo de Pretendientes, muchode los cuales me consta escrivieron V. P. puesta toda la consideracin solamente en la Mission, fin, y ninguna enlos medios muy dificultosos de hallarse, y de excutarse, como luego insinar.

    Quiso el P. Sr. Martin lograr la ocassion de poner en una de la s cathedrasde Theologia un padre de su empeo, embiando luego esta expedicion al

    Maestro de Vispera, uno de los pretendientes, facilitandole la conducta como sifuera de un Colegio otro, persudiendole con instancia, que caminasse unaspocas leguas, y se volviese hallando alguna dificultad. Que entre los Cessares yPatagones, ai mucha Gentilidad, que pertenece como ms inmediata las Mis-siones de la Provincia de Chile, consta de la s Historias, y de la vida del V. P.Mascardi, que penetro hasta el estrecho de Magallanes; mas que de esta Ntra.Provincia se pueda emprehender esta expedicion no es facil, por sus dificulta-des insuperables, que ai por tierra distancia de ms de mil leguas, y muchos noscaudalosos que pasar, que precissan desistir de la empressa, como le sucedioantiguamente al Governador del Tucuman Dn. Geronymo Luis de Cabrera.

    Este se ofrecio al rey Catholico de entrar su costa al descubrimiento deestas Naciones, y de la ciudad de los Cessares que fundaron los espaoles deuna de las Naves, que en tiempo del Emperador Carlos V embio el Obispode Plassencia, y naufrag en el estrecho de Magallanes. Acept el Rey laoferta, prometiendole hacerle Marqus de la Ciudad, que descubriesse, yconquistasse. Para esta empressa sali con quatrocientos soldados espaoles,doscientos carros, dos mil Bueyes; quatro mil Vacas, y otras prevenciones ypertrechos nezessarios; 1 habiendo caminado doscientas leguas se vio obliga-do desistir de su intento, por haverle salido al encuentro cinco mil Indios,con quienes pele, y por las otras dificultades que antes dixe.

    El ao91 del siglo passadode 600 vino de Espaa la Mission del P. Die-go Fco. Altamirano destinada unicamente para esta Mission de los Cessares

  • 8/6/2019 Martinez Martin Reduccion Pampas

    23/23

    Las reducciones de lospampas (1740-53) 167

    con muchas Cedulas Reales y Ordenes favor de esta expedicin; mas porla s dificultade, que el Gobernador de Buenos Ayres y Ofiziales Reales pre-

    sentaron se frust todo. A mi me parecia que por aora pusiessemos todonuestro connato en conquista, para Jesus Cristo las Infieles Naciones delChaco, por pertenecer esta Missin Ntra. Provincia y estar en el centro deella; y concluido esto se intentasse la de los Cessares, y acciones circunveci-nas de la cordillera de Chile, con lizencia, y fomento del Rey para emprehen-derla, no por tierra, sino por mar, desembarcando en el estrecho antes dellegar l. (Real Academia de la Historia, Madrid, Mss. Jesuitas, 9/7263).