Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

16
Biblioteca Digital DIBRI -UCSH por Universidad Católica Silva Henríquez UCSH -DIBRI . Esta obra está bajo una licencia Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/ HISTORIA Y GEOGRAFIA N 18 Mariluán: la restauración del orden en la Araucanía, 1822-1827 RODRIGO ARAYA* Resumen Este trabajo se centra en la figura del cacique Mariluán, quien, en el contexto de la etapa final de la guerra a muerte, tiene una participación significativa en la medida que éste junto a otros lonkos se transformarán, según el autor, en artífices de la paz, luego de superar los obstáculos, endógenos y exógenos del contexto bélico que se venía desarrollando en la zona. Palabras Clave: - Mariluán - Mundo Mapuche- Guerra a muerte - Araucanía siglo XIX Abstract This work is centered on the figure of the Mariluán cacique, who in the context of the final stage of war until death, has a significant participation in the measure that this alongside other lonkos will become, according to the author, in creators of La Paz after surpassing the obstacles, endogenous and exogenous of the warlike context that carne developing in the zone. Key Words: - Mariluán - Mapuche World - War until death - Araucanía century XIX * Programa Magíster en Historia Universidad de Chile

Transcript of Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

Page 1: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

Biblioteca Digital DIBRI -UCSH por Universidad Católica Silva Henríquez UCSH -DIBRI.

Esta obra está bajo una licencia Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported de Creative

Commons.

Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/

HISTORIA Y GEOGRAFIA N 18

Mariluán: la restauración del orden en

la Araucanía, 1822-1827

RODRIGO ARAYA*

Resumen

Este trabajo se centra en la figura del cacique Mariluán, quien, en el contexto de la etapa final de la guerra a muerte,

tiene una participación significativa en la medida que éste junto a otros lonkos se transformarán, según el autor, en artífices de la paz, luego de superar los obstáculos, endógenos y exógenos del contexto bélico que se venía desarrollando en la zona.

Palabras Clave: - Mariluán - Mundo Mapuche- Guerra a muerte - Araucanía siglo XIX

Abstract

This work is centered on the figure of the Mariluán cacique, who in the context of the final stage of war until death, has a significant participation in the measure that this alongside other lonkos will become, according to the author, in creators of La Paz after surpassing the obstacles, endogenous and exogenous of the warlike context that carne developing in the zone. Key Words: - Mariluán - Mapuche World - War until death - Araucanía century XIX

* Programa Magíster en Historia Universidad de Chile

Page 2: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

La última etapa de la guerra intertribal mapuche, que se prolongó más de cinco años, a partir de los lejanos tiempos en que la flecha corrió por primera vez desde los abruptos acantilados costeros hasta los agrestes paisajes cordilleranos, coincidió con la fase final de la guerra a muerte, es decir, con la resistencia realista a la instalación del nuevo gobierno republicano por parte del Estado chileno(VICUÑA MACKENNA, 1972; BARROS ARANA, 1890-1897; GUEVARA, 1910. En esta etapa, el protagonismo histórico correspondió principalmente a los mapuche y, en especial, al cacique arribano Mariluán, figura principal de su butalmapu. Mariluán o "diez guanacos" en mapudungun, tuvo su reducción en Adencol, cerca de la actual Victoria.' Para la historiografía tradicional, Mariluán permaneció en gran medida olvidado, siendo eclipsado en importancia por los lonkos Mangín, Colipí y Coñoepán. Este lonko no mereció la oportunidad de ser mencionado como un líder político, porque fue incluido dentro del concepto del indio bárbaro y desleal, prejuicio que predominó en la sociedad chilena del siglo XIX y del cual fueron un reflejo los historiadores positivistas.' Barros Arana expresó, en general, que los mapuche habían intervenido en la guerra a muerte, "atraídos por la sed de/robo y de/pillaje", agregando nuestro insigne historiador que Mariluán era "inconstante en sus promesas, como era práctica entre esos bárbaros" (BARROS ARANA, 1888, p. 213). Vicuña Mackenna señaló: "Mas entre estos dos defensores de nuestra causa, levantábase el verdadero rey de los llanos aquel bravo manco Mariluán...y que había sido el más temible de los enemigos de la independencia de Chile en el otro lado del Bíobio si no hubiese existido en las cabeceras de las sierras el jefe de los Huilliches Mañil Bueno, el último toqui de Arauco"(VICUÑA MACKENNA, 1972, pp.122-123). Guevara afirmó que Mariluán era un poderoso lonko y ulmen de la región Ilanista, amigo de los misioneros franciscanos de Chillán y beneficiario desde 1 779 de un sueldo del rey como cacique gobernador de Bureo. Además, agregó que "como los dominios de Mariluán se hallaban en el centro de estos lomajes planos [Huelehueico hasta las orillas del rio Bureo] y como su poder no tenia contrapeso, venía a ser de hecho señor del vutranmapu [tierra grande]de los Ilanistas"(GUEVARA, 1910, p. 298). Mientras, que para Guevara, Mangín era el más poderoso lonko arribano, dueño de una extensa red de influencias que se extendían desde Quepe hasta Lonquimay.

En años más recientes, el más importante representante de la historiografía de la escuela fronteriza, Sergio Villalobos, a pesar de sostener como tesis central la existencia de relaciones fronterizas pacíficas como el eje de la coexistencia entre mapuche e hispano-criollos, contradictoriamente se hace eco de la historiografía tradicional al momento de referirse a la participación mapuche durante la guerra a muerte, porque expresa que los factores motivacionales de los indígenas estuvieron dados por la influencia de los jefes realistas, quienes los habrían inducido a la lucha y por "la animosidad latente ye/odio secular contra el blanco"(VILLALOBOS, 1985, p.24). Estos conceptos los reitera Villalobos en su reseña del libro de Ana María Contador sobre los Pincheira, en que expresa que, junto a los jefes realistas que respaldaron acciones de gran crueldad, destacaron los jefes indígenas, "movidos por las revanchas y el pillaje, hermanados con su necesidad de libertad y sus costumbres ancestrales. "(VILLALOBOS, 1997, p. 243) Por lo tanto, siguiendo aquel planteamiento, se hace innecesario estudiar cabalmente a los lonkos del período de la guerra a muerte, porque no habrían realizado acciones de mayor trascendencia que merezcan atención por parte de la historiografía oficial. Problema que se hace evidente al momento de estudiar los últimos años de la guerra a muerte, en que la actividad política de los jefes indígenas es indudable al tenor de los documentos, como aquel que hace mención del parlamento de Tapihue de 1825 y todas las anteriores gestiones que se llevaron a cabo, para que tuviera éxito.

En un artículo, Eduardo Téllez estudió a los butalmapus durante un período de la guerra a muerte.(TnLEZ, 1998) Téllez se refiere también a la existencia del lonko Mariluán, quien habría sido un Ilanista oriental que entró en relaciones de alianza con los arribanos de Mangín para hacer frente a los mapuche partidarios del gobierno patriota, temeroso de perder los privilegios que había conquistado durante la monarquía borbónica. Sin embargo, el estudio no logra clarificar la pertenencia a distintas agrupaciones de los lonkos Mangín y Mariluán, debido sobre todo a lo

Page 3: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

exiguo del tiempo analizado, insuficiente para comprender en su real complejidad la participación mapuche durante la guerra a muerte.

En el presente artículo, planteamos hacer un estudio de la última etapa de la guerra a muerte y la importancia que tiene en su conclusión la actuación del lonko arribano Mariluán. Sostenemos que el jefe mapuche encabezó el antiguo proyecto político de los caciques gobernadores que consistió en dotar a la Araucanía de un mínimo orden que le permitiera desarrollarse en armonía junto a sus vecinos hispano-criollos.' Al igual que Curiñancu, Leviant y otros insignes lonkos mapuche y pehuenches, Mariluán vivió el tránsito de ser un jefe de guerra para pasar a convertirse en un artífice de la paz, pues se esforzó en terminar con la guerra en territorio tribal y en mantener intacto su poder, hecho esencial para poder garantizar la obtención de su primer objetivo. Para ello, recurrió tanto a las armas como a las herramientas de la diplomacia, hecho que fue incomprensible para sus interlocutores chilenos, quienes sólo se explicaron sus repentinos cambios de política en la conducta mentirosa, inherente al mapuche. La conducta alternativa de Mariluán mostró que poseía una alta comprensión de la realidad social y política de principios del siglo XIX. La tarea para Mariluán no fue fácil, pues debió enfrentar un complejo escenario bélico que se prolongaba por años y una serie de factores endógenos: la división de las agrupaciones mapuche ante la problemática que significó construir un nuevo marco de relaciones inter-tribal es la búsqueda de la manera más conveniente para hacer frente al Estado chileno, lo que se tradujo en la hostilidad de los aba-jinos a su proyecto autonomista, quienes deseaban obtener para sí la representación oficial del mundo mapuche ante el Estado chileno, sumado a la tradicional rivalidad de los primeros con los arribanos; el segmentarismo tribal y el conflicto social entre los lonkos, más favo-rables a la coexistencia con los hispanos y los mocetones, partidarios del antiguo ethos guerrero.

En el fondo, la prolongación del conflicto mapuche, se debió fundamentalmente a la dificultad que significó el reestablecer los equilibrios de poder en la frontera. Éstos se vieron afectados por tres importantes factores. En primer lugar, por la ya mencionada división de las agrupaciones mapuche ante el nuevo escenario que significó el surgimiento del Estado chileno. El segundo factor tuvo relación con la presencia de elementos rebeldes a la autoridad del Estado chileno, refugiados en el territorio indígena. Finalmente, las implícitas aspiraciones de las auto-ridades chilenas de conquistar el territorio mapuche. La combinación de estos factores gatilló una feroz lucha en la Araucanía entre los tres bandos en pugna, conflicto en que las divisiones político-militares no van a obedecer a la oposición mapuche-huinka, sino que van a ser el reflejo de complejos intereses en que lo tribal se combinará con factores económicos y de política regional y nacional. Por tanto, los líderes mapuche se van a valer tanto de los jefes realistas como de los representantes del nuevo Estado chileno, para defender sus complejos intereses que implicaban determinar quién detentaría la hegemonía política en la Araucanía, la que, a su vez, permitiría el libre paso a las riquezas de las Pampas argentinas.

I. LA ÚLTIMA FASE DE LA GUERRA TRIBAL

La actividad bélica prosiguió con gran intensidad, una vez desaparecido Vicente Benavides a principios de 1822. El bando realista tuvo a su mayor defensor en la persona de Juan Manuel de Pico, quien quedó de facto como su principal jefe.

Page 4: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

En el territorio mapuche se vivió una constante agitación al interior de los butalmapus. De todos los jefes que se habían aliado a los realistas, el más perseverante fue Mariluán, quien pronto se convirtió en un obstáculo para los planes de "pacificación" de los jefes patriotas, como señaló Bulnes, cuando envió al capitán Luis Salazar para que fuese a conversar con ciertos caciques abajinos, para que "les haga conocer la utilidad que nos resultaría el concluir lo más pronto con el obstinado Mariluan."4

Según la información aportada por Vicuña Mackenna, durante el invierno de 1822, la actividad bélica se redujo principalmente a encuentros entre agrupaciones mapuche rivales, escasamente documentados en los archivos(VICUÑA MACKENNA, 1972, p.686) A pesar de la continuación de las hostilidades, Mariluán se mostró dispuesto a negociar con Freire, como se lo hizo saber en una carta que le envió, y en la cual le señaló que tuvo una junta con los caciques de su reducción, con el objetivo de implementar un acuerdo con los chilenos. El lonko arribano estaba agradecido del gesto de buena voluntad de las autoridades patriotas, porque aquellas le habían devuelto a una hija cautiva: "y este favor sabré corresponder a VS como corresponde, [porque aunque soy] indio también sé tener palabra y cumplir con lo que prometo."' Pero Mariluán carecía del suficiente poder para evitar los malones que realizaban sus subordinados, quedando por lo tanto, en mal pie para negociar frente a los patriotas, siempre desconfiados de la sinceridad de la palabra del mapuche. Consciente de este problema, Mariluán agregó: "VS dirá éste está tratando de Paz y está maloqueando como han ido los indios al partido de Santa Juana, pero no ha sido con mi permiso."' Días después, Mariluán volvió a escribir a Freire dándole cuenta de los resultados de las conversaciones con los maloqueros. El jefe de la partida señaló a Mariluán que maloquearon Santa Juana por instigación de unos santafesinos, los cuales fueron posteriormente ejecutados.7 De este modo, la división entre el estamento militar y el liderazgo político se hizo otra vez evidente en estos hechos, porque los malones se efectuaron a espaldas de Mariluán, teniendo participación en ellos los santafesinos, los cuales mantenían buenas relaciones con los patriotas, por lo que no se podía descartar que éstos hubieran querido entorpecer el acuerdo con Freire.

A fines de 1822, Mariluán insistió en la necesidad de negociar con las autoridades de Concepción, a pesar de que aún cobijaba en sus tierras al tenaz realista Pico, hecho que contradice la opinión de Vicuña, de que era un simple títere del español. Mariluán hizo saber este propósito a Freire por intermedio de los lenguaraces Agustín y Rafa Burgos, pasados secretamente al bando patriota. En una carta, Agustín Burgos interfirió en las posibles negociaciones porque aconsejó a Freire que a los "indios" como "en todo son contrarios de la razón y de la verdad y por esto al indio jamás se le debe decir la verdad sino todo lo contrario. "8

Empero, el principal interlocutor de Mariluán, el intendente Freire, desconfiaba de las intenciones de los "indios", siendo para él la confrontación el mejor argumento para tratar con las agrupaciones mapuche. De este modo, Freire afirmó: "el proyecto de Mariluan es originado del estado de apuro en que las reducciones amigas en unión del oficial Ruiz han puesto probablemente a los de Collico, Boroa y demás aliados suyos, y seguramente han retrocedido en auxilio de estos. Las bravatas de los rebeldes son tan despreciables, como si estos que las hacen cuando más afligidos están."'

A fines de noviembre, Mariluán envió una larga carta a su receloso interlocutor Freire. En primer lugar, hizo una denuncia, por la hostilidad que sufrió un emisario suyo en Santa Juana, donde fue apresado y amenazado de muerte por el oficial Ruiz y el "indio Ligenpi", el mismo que había

Page 5: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

efectuado un malón en contra de un pariente de Mariluan y, en consecuencia, "se han recelado mis embajadores hasta inter no saber si VS a dado esta orden"'°. Además, Mariluán informó que llegaron a visitarlo enviados de los costinos, quienes le dieron cuenta del malón que sufrieron por parte de los abajinos Cadiñanco y Paillalebi. Los costinos desearon formar una partida para ir a maloquear a los de Lumaco, pero Mariluán les contestó "que ellos tienen la culpa de estas averías que les han sucedido, que sino hubieran muerto a los embajadores que les mandaron en solicitud de la Paz para que todos estuviéramos sosegados", reprochándoles que con su acción "nada de esto hubiera sucedido por lo que les he dicho que mejor es que tratemos de hacer una paz para vivir todos en sosiego."" Mariluán fue hábil al evitar participar en un malón en contra de los abajinos, en especial con los de Lumaco, pues éstos contaban con refuerzos de soldados patriotas, estando en una posición más fuerte para resistir un ataque. Además, Mariluán deseaba entenderse con Freire, por lo que debió dar muestras de buena voluntad; en este caso, evitar combatir con los mapuche amigos del intendente.

Los líderes mapuche fueron testigos de un cambio violento de interlocutor en sus negociaciones con el Estado chileno, ya que, producto de una grave crisis política, O'Higgins perdió el poder, debido a la acción conjunta de un movimiento militar proveniente del sur dirigido por Freire y de la aristocracia santiaguina. Ahora que existía un nuevo gobierno chileno, ¿habría un cambio de política del Estado chileno, hacía los mapuche?

2. CAMBIOS EN EL ESTADO CHILENO:

FREIRE ASUME SU DIRECCIÓN

La actividad política en la Araucanía se concentró en la zona correspondiente al antiguo y prestigioso butalmapu costino donde Ferrebú y sus aliados lafquenches buscaron negociar de la mejor manera con las autoridades nacionales, por lo que se sometieron a largas y extenuantes negociaciones con los jefes patriotas, en especial las principales autoridades chilenas de la zona: Hilarión Gaspar y Ramón Picarte. Para conseguir ese fin, Ferrebú y Gaspar mantuvieron una nutrida correspondencia que les sirvió para analizarse mutuamente, de manera de encontrar la mejor estrategia para poder negociar con ventaja. Así, el fraile realista escribió una misiva en que defendió apasionadamente su conducta y agregó que vivía en medio de "una nación independiente de ustedes y si confederada a mi soberano"12. Ferrebú, fue astuto en reconocer el carácter autónomo de la nación mapuche, a pesar de que aquélla conservaba un pacto de alianza con el monarca español, título que no podían esgrimir los chilenos al momento de negociar.

No obstante, estas negociaciones estaban destinadas al fracaso porque las desconfianzas de los costinos hacia los chilenos eran muy fuertes debido a los actos de violencia que habían ejercido en contra de ellos, añorando aquéllos la tranquilidad que reinaba en tiempos de la monarquía. Así, Ferrebú expresó respecto a los costinos que, mientras "el Rey les miraba muy compasivo, trataba de su aumento... la Patria trataba su exterminio levantando, animando, y auxiliando a los Naturales del sur a fín [que] los acabasen.....

El panorama interno en la Araucanía se complicó aun más por la persistencia de las rivalidades entre las distintas agrupaciones mapuche. Los lafquenches y los arribanos tenían una alianza que les exigía mutuos gestos de reciprocidad, sobre todo al momento de negociar con las autoridades de Concepción. Así, Ferrebú escribió a Gaspar que los costinos estaban esperando el resultado de una junta arribana para decidir enviar parlamentarios, porque "cuando los Llanos había abierto comunicación con el Gobierno fue consultado con ellos antes de abrirla, y por esta causa y la de ser aliados les debían también avisar"14

Los patriotas, en los hechos, no estuvieron disponibles para establecer un acuerdo duradero con los

Page 6: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

costinos, porque mantuvieron su apoyo a las agrupaciones de Venancio y Liempi, sus principales enemigos. Cuando importantes caciques lafquenches supieron de la presencia de sus rivales en Concepción, rechazaron inmediatamente enviar parlamentarios a esa ciudad. Ferrebú escribió, "en los días pasados se habían animado por mí, pero como supieron la estada en Concepción de Venancio y Liempi, se contuvieron hasta esperar las contestaciones arribanas".

En pleno invierno, cuando la actividad bélica decreció y los ánimos estaban más serenos para conversar, Mariluán entró en contacto con Lantaño.15 Pese a los reclamos de este último, por las correrías de los aliados de Mariluán en la isla de la Laja, aquel estuvo dispuesto a celebrar una parla general en Nacimiento, según lo que informó el cacique Manulevi de Col-g ue. Sin embargo, la realización de esta parla tuvo bastantes dificultades, porque los abajinos, en especial Venancio, no estuvieron dispuestos a aceptar que los Ilanistas monopolizaran la interlocución oficial del mundo tribal ante el Estado chileno, incentivando la guerra tribal con sus malones a los aliados de Mariluán. Aquel, por intermedio de unos mensajeros enviados desde Chacayco por el poderoso cacique arribano Magnír Bueno, se enteró de que un hermano de Venancio llamado Calbupán planeaba salir a maloquear las reducciones de Cura y Muco, además de que el cacique Cudiñanco de Llidaico había efectuado un malón en la costa. El efecto negativo de estas incursiones lo señaló el propio Mariluán al solicitar a Barnachea que "se lo comunique a Venancio, y que inmediatamente pongo sus correos a estos Caciques, para cortar estos malones, por que lo contrario se perderá todo lo trabajado."16 No obstante estos problemas, Mariluán no se dejó intimidar por la agresiva estrategia abajina, logrando que se pudiera celebrar la parla o reunión en Yumbel, asistiendo los caciques arribanos Calbullenque, Marinao, Abulen, Payne, Manulao, Epuñan, Lebipan y Catrilebi, los cuales prometieron mantenerse en "paz y unión, que no faltaran en adelante, en todo cuanto han prometido a Mariluán en la Junta que les ha hecho.' Sin duda, esta parla fue muy importante, pero parcial en sus logros, pues no había asistido el propio Mariluán, lo que le restaba formalidad para que fuera un acuerdo definitivo. Además, no estaban incluidos los caciques de otras reducciones importantes como Chacayco y Collico, por lo que el acuerdo no tenía bases sólidas para sentar una paz general y definitiva. Este inconveniente quedó reflejado por las tratativas que Mariluán tuvo que hacer con sus aliados lafquenches y con las poderosas agrupaciones de Chacaico y Collico, para evitar que se involucraran en la lucha que Pico obstinadamente seguía.

Una opinión diferente tuvo Barnachea, el cual escribió a Freire haciendo un positivo balance de la parla de Yumbel y de los diversos contactos que había mantenido hasta ese momento con Mariluán y los pehuenches. Barnachea afirmó: "Les he parlado largamente desengañándolos del error en que han estado, prometen hacer una paz y alianza con nosotros y entregar los españoles que están entre ellos."18

Mientras Barnachea hacía esfuerzos para llegar a un acuerdo con los mapuche rebeldes, desde Santiago surgieron señales contradictorias. El 27 de octubre de 1823, el Congreso Nacional aprobó un proyecto de ley, que en lo fundamental consistió en un plan de ocupación del territorio mapuche hasta el río Imperial, con el pretexto de acabar con los focos realistas sobrevivientes, entregando algunos terrenos a "los indios" que quisieran integrarse a la "vida social" y los demás a chilenos y colonos extranjeros (BARROS ARANA, 1888, pp.139-140). De este modo, la aristocracia chilena a través de sus representantes políticos, dio una clara señal de que ambicionaba conquistar estos territorios, al igual como lo hicieron sus antepasados, ignorando la realidad del mundo mapuche y desechando más de 250 años de convivencia fronteriza. Afortunadamente para los mapuche, aquellos propósitos por el momento no se concretaron, porque hubieran provocado la extensión de la guerra por muchos años. Sin embargo, aquella ley fue un anuncio de que tarde o temprano los chilenos iban a pretender conquistar la Araucanía, utilizando cualquier herramienta

Page 7: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

para ello.

Después de meses de intensas negociaciones, los principales jefes chilenos Barnachea y el intendente de Concepción general Juan de Dios Rivera, concordaron con los lonkos mapuche la celebración de un parlamento. Pero el intendente dudó del éxito del parlamento, porque tenía una visión desfavorable del indio. El juicio más lapidario de Rivera y que reflejó fielmente la opinión mayoritaria de la elite de la época respecto a los mapuche, quedó expresado en sus siguientes palabras: "El Indio naturalmente inclinado al robo, y a la destrucción de su semejante, protege con facilidad las partidas de malvados que lo solicitan, pues en su ayuda, ve el fin de sus criminales deseos. La experiencia tiene acreditado que es incapaz de abeniencia [sic] mientras se mira próspero y triunfante, porque sólo los golpes fuertes lo hacen arredrar y diferir a las negociaciones de paz."19 Cabe preguntarse ¿cómo iba a prosperar el parlamento, si uno de los interlocutores manifestaba una total falta de respeto y confianza hacia su contraparte?.

Además de estos problemas, surgieron otros inconvenientes por parte de los chilenos. Ferrebú hizo saber a Rivera, que la presencia del guerrillero chileno Luis Salazar con una partida de milicianos en las ruinas de Nacimiento, había despertado los recelos de Mariluán, quien tenía todo el derecho a desconfiar de un posible plan expansionista del gobierno chileno. Rivera justificó esta situación y expresó que entregar excusas era propio de los indios.

A pesar de estos problemas, Mariluán escribió a Barnachea informándole de la realización de una junta en Chacaico con la presencia del capitán de amigos Ortíz, Rafa Burgos, el hijo de Mariluán, llamado Guanaco —también denominado Guenado en otros documentos- y otros integrantes de su reducción, quienes después acordaron marchar a Yumbel junto a los representantes de las reducciones de Collico y Chacaico. Sin embargo, al final de su carta, Mariluán informó que la reducción de Lumaco, maloqueó a la reducción de Canulo, lo que echaba por tierra las diligencias realizadas para celebrar con éxito del parlamento de Yumbel. Globalmente, esta situación fue una señal contradictoria hacia los arribanos y lafquenches, porque, de no mediar una clara condena de los chilenos a los malones ejecutados por sus aliados de Lumaco, los arribanos no iban aceptar bajar sus armas y, de este modo, quedar desprotegidos ante las incursiones de sus rivales."

Mientras esperaba la celebración del parlamento, Barnachea se preocupó de redactar una propuesta a objeto de presentarla "a los embajadores de los cuatro Butralmapu con el objeto de pacificación y tratar lo conveniente a la felicidad general"2' Este extenso programa planteó en lo esencial tres principios: la unidad del territorio chileno con el mapuche, considerándose a aquellos como ciudadanos chilenos; el reestablecimiento de las relaciones fronterizas y, por último, la mantención del río Biobío como "la línea que divide los terrenos de esta nueva unida familia"".

A estas proposiciones, Barnachea agregó posteriormente: "Habrá una Paz y alianza perpetua é inalterable entre ambos Estados. Su linea divisoria será el Biobío. Se protegerán mutuamente con fuerza armada cuando uno, ú otro Estado sea invadido por los Españoles ó por cualesquiera Potencia Extranjera". Sin embargo, a pesar de lo concluyente de esta segunda propuesta, en cuanto a reconocer la independencia de la nación mapuche, cabe preguntarse ¿cuál fue el motivo de su elaboración?. Esta interrogante la respondió el propio Barnachea al señalar que si los mapuche aceptaban el artículo N°1, se facilitaba el camino para que aceptasen los artículos siguientes. Pero Barnachea agregó "Como me parece difícil que ellos entren por él, aunque haré los esfuerzos posibles a fin de conseguirlo, cuando más no puedo será necesario reconocerlos como independientes, y buscar su

Page 8: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

alianza, poniendo en lugar de aquel, el que por separado incluyo."24 Barnachea dio una muestra de pragmatismo y agudo sentido político al reconocer la inviabilidad de la mayoría de las proposiciones de la primera propuesta. Ésta, en algunos de sus artículos, recordaba las estipulaciones de los antiguos parlamentos coloniales, pero, la diferencia estuvo en que, en aquellos, el mapuche, si bien aceptó ser vasallo del rey, no renunció a su calidad de sujeto autónomo y soberano, al que se le respetaba la integridad de su territorio. En cambio, en estas nuevas proposiciones, indirectamente se pretendió dominar a los mapuche, asimilarlos al Estado chileno y vigilarlos por sus soldados y colonos. Otro problema que se vislumbró fue que al tener Barnachea un doble discurso hacia el mundo tribal y al utilizar el reconocimiento de la independencia mapuche como un instrumento de conveniencia política, daba cuenta de la ambigüedad de la política chilena respecto al tema, por lo que la posibilidad de la reconstitución de un orden fronterizo estable se diluía, mientras prosiguiera el doble juego del Estado chileno. Además, no debemos olvidar que los realistas aún conservaban cierto poder e influencia en el territorio mapuche, contribuyendo a la inestabilidad de la región.

Estos factores, unidos a la inasistencia de los parlamentarios de Mariluán, provocaron el fracaso del parlamento de Yumbel. Barnachea desconoció la inexistencia de estos problemas, al culpar del fracaso de la reunión a los collicanos, según una carta que escribió a Mariluán: "¿será posible que a un corazón grande como el de V le intimiden las palabras de los Collicanos y negativas de otros, porque no les advirtió el tiempo de pasar a la Costa?; No lo creo. V es el promotor de la Paz y tiene un Derecho como procurador de gran bien, hacer entrar de grado o por fuerza a los que no/a quieran. ""Transcurridos unos pocos días, Barnachea recibió un mensaje de Rafa Burgos, en que se dio a conocer que Mariluán "arrojó la máscara", encontrándose dispuesto junto a Pico, para ir a maloquear a Lumaco, reducción responsable de numerosos malones." De estos eventos se puede pensar que Mariluán descartó participar en el parlamento, porque fue más importante para él, responder a las agresiones de sus enemigos, que amenazaban su poder en la Araucanía. Las acciones de los lumaquinos contaron con el apoyo de los chilenos, de quienes eran aliados, por lo que Mariluán no podía confiar en aquellos, los que en el fondo sólo esperaban darle un golpe y destruirlo, además, que se debe considerar que desde hacía meses que una serie de partidas patriotas encabezadas por Luis Salazar y Eusebio Ruiz entre otros, estaban actuando en la Araucanía impunemente, interviniendo en la guerra tribal a favor de Colipí, Coñoepán y sus aliados.27 Estos hechos los desconoció Barros Arana, quién indicó que el proyecto de Barnachea y apoyado por Freire, "era simplemente una quimera" porque se conoció que Pico y Mariluán se habían concertado en un plan para invadir Chile Central(BARROS ARABA, 1888, p. 274).

Tras constatar de hecho, el fracaso de las negociaciones con los Ilanistas y lafquenches, el intendente Rivera escribió a Freire, informándole de las malas noticias provenientes del sur: "Este suceso convence de la imposibilidad de formar tratados con hombres que aún no han salido del estado de la naturaleza, y aun cuando se consiguiese, serían momentáneos, sin ninguna subsistencia, pues no puede esperarse buena fe de la imbecilidad de aquellos, mucho más cuando no faltan españoles que saben aprovecharse de su volubilidad y natural inconstancia. "28 Es decir, para Rivera, el fracaso de las negociaciones, se debió a la esencia salvaje de los mapuche, por lo que sólo cabía esperar la respuesta militar, la que en esos momentos era poco factible por la cantidad de recursos que demandaría a un adeudado Estado chileno -más preocupado en ese instante de conquistar Chiloé para la República y acabar con los Pincheira- que en asegurar el control de los elementos rebeldes a la autoridad del Estado que permanecían en la Araucanía.

3. LA AGONÍA DE LA GUERRA EN LA ARAUCANIA. EL REESTABLECI1v1IENTO DEL ORDEN

FRONTERIZO

A fines del verano de 1824, los jefes realistas Pico y Ferrebú entraron en movimiento. Sin

Page 9: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

embargo, sus acciones corrieron la misma suerte: ambos fueron derrotados. Estos inútiles hechos de violencia, sirvieron para que los lonkos mapuche entendiesen que los realistas eran, a fin de cuentas, un elemento desestabilizador en el orden de la sociedad tribal. La preocupación central de los caciques mapuche y especialmente de los arribanos, fue el reestablecer el antiguo orden fronterizo en la frontera. Mariluán llegó a enfrentarse a Pico, cuando se negó a apoyarlo en su plan de invadir la provincia de Concepción. Por el contrario, Mariluán en una muestra de las contradicciones de intereses entre ambos jefes, estuvo más interesado en defender su propio poder en tierras tribales, que en invadir el territorio chileno. El gran lonko arribano les habló a los posibles combatientes:

Y los contuvo diciéndoles a Pico que no convenía hicieren aquel movimiento, que si lo verificaran lo dejaran mal con el gobierno de la patria, y que ellos no habían recibido ningún perjuicio en su tierra, y que si a otros habían maloqueado, había sido por los naturales de Lumaco y Malal. Que por favor les pedía se retirasen a su tierra, que esperasen que volviesen los mensajes que habían salido para la costa, y que según lo que les mandasen decir, había tiempo para pasar a dar su malón29

El difícil panorama para el restablecimiento de la paz en la Araucanía se vio facilitado con la muerte de Ferrebú y Pico en septiembre y octubre de 1824 respectivamente. Desaparecido Pico, sólo quedaron los restos de las partidas realistas al mando de los comandantes Ascencio y Senosiaín, quienes permanecieron en terrenos de Mariluán, esperando continuar con la resistencia, la que, a estas alturas, carecía de cualquier posibilidad de triunfo. Ante estos últimos acontecimientos, surgió con mayor fuerza la posibilidad de la celebración de un parlamento entre los arribanos y Barnachea. De acuerdo con la información proporcionada por el sabio francés Claudio Gay, Mariluán, a pedido del comandante de la Alta Frontera Pedro Barnachea, envió como sus representantes para entablar negociaciones a "los caciques Pedro Antinao de Collin, José Leviluan de Pilguen, Buchalican de Collico y Maripil de Quecheregua" con el objeto de "entraren tratados, supuesto que estaba facultado por su Gobiemo"(Gay, 1871, p. 301). Esta última exigencia era sumamente importante para los lonkos mapuche, porque, para que las negociaciones tuvieran éxito, debían estar seguros de que su contraparte, correspondía a un legítimo representante del gobierno chileno. Barnachea lo fue en ese momento, por lo que llegaron a un principio de acuerdo que consistió en la realización de un parlamento en Tapihue.3°

Ahora bien, gran parte del éxito en la realización del parlamento, iba a depender de la actitud que tomasen los abajinos, principales rivales de los arribanos, los cuales estuvieron dispuestos a negociar. Su principal jefe, Venancio Coñoepán, mostró sus verdaderas intenciones, al participar de una expedición conjunta chileno-abajina, en la que iban también los oficiales Luis Salazar y Juan de Dios Montero, la que se dirigió a Lonquimay, tierras del temible Melipán, para de ahí asentarse en las salinas con el objeto de impedir su extracción a los pehuenches amigos de Pincheira.31 De este modo, Coñoepán, logró cumplir con su vieja aspiración de contar con el patrocinio de los chilenos para luchar por el control de la sal, fuente de riqueza y de intercambio para la nación mapuche, actuando en los hechos como un estadista visionario.32

En vista de que los abajinos habían conseguido sus objetivos de controlar una importante cuota de poder en la Araucanía, no hubo mayores inconvenientes para que se celebrase el tan anunciado parlamento de Tapihue entre Barnachea y Mariluán el 1 de enero de 1825. El butacoyan contó con la presencia de Mariluán, de otros 60 caciques gobernadores

y 230 mocetones.33 Durante la reunión, el lonko arribano, de acuerdo a lo que relató Guevara,

Page 10: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

"se comprometió a suspender las hostilidades, aceptar el nuevo sistema de gobierno y propender a la tranquilidad del territorio"(GUEVARA, 1910, p. 602). Barnachea los exhortó a que se reconciliasen con el Estado chileno, haciéndoles ver la conveniencia de la finalización de las hostilidades, agregando que, en consecuencia, encontrarían "las ventajas de una civilización que les haría apreciar mejor todavía el mérito de aquella libertad, de que tan celosos se manifesta-ban"34. Desde luego, a Mariluán y a los otros caciques les convenía el reestablecimiento de la paz, por lo que dieron su aprobación al tratado, procediendo a su vez a dar públicas muestras de querer lograr la reconciliación con sus enemigos, entregando los prisioneros que tenían. Claudio Gay, sostuvo que Mariluán se habría mostrado arrepentido de su actuación pasada como aliado de los realistas porque habría pedido perdón a Dios agregando: "Señor Dios, no tengo la culpa, sino mis padres, que jamás me advirtieron que los españoles eran nuestros tiranos y que nos habían quitado nuestra libertad"". Aquella declaración es bastante contradictoria, pero reflejaría, en caso de ser cierta, la fortaleza de los vínculos que habían construido los mapuche con las autoridades hispanas coloniales, y a su vez, nos mostraría el pragmatismo con que debieron actuar en tan difíciles circunstancias los lonkos mapuche. Ahora bien, si fuera el caso contrario, Mariluán habría afirmado lo que deseaban escuchar los chilenos, de manera de dar término a la guerra, evidenciando de paso, su habilidad política para transar con los chilenos. Barnachea, mientras tanto, al igual que en sus proposiciones de fines de 1823, declaró según lo que afirmó Barros Arana, el compromiso del gobierno de conceder a los mapuche los mismos derechos de los chilenos, consiguiendo el regreso de numerosas familias chilenas desde la Araucanía (BARROS ARANA, 1888, p. 317)36. Sin embargo, ambos historiadores, omitieron señalar la principal consecuencia que se desprendió de la celebración del tratado, pues de acuerdo al examen del texto, aquél dejó de manifiesto el reconocimiento implícito de la autonomía mapuche por parte del Estado Chileno.

Según el artículo 18°: "Los gobernadores ó Caciques desde la ratificacion de estos tratados no permitirán que ningún chileno ecsista en los terrenos de su dominio por convenir así al mejor establecimiento de la paz y unión, Seguridad Jeneral y particular de estos nuevos hermanos."" Es decir, se reafirmaba la separación entre ambas sociedades como garantía de la paz en el mundo fronterizo, siendo la presencia de cualquier chileno en territorio indígena, un acto claramente ilegal. Además, en el mismo tratado se reconoció la potestad jurisdiccional de los lonkos mapuche en sus territorios, claramente delimitados en sus límites, a efectos de actos delictivos cometidos por chilenos en territorio tribal; de este modo, el artículo 190 dictaminó que "Haciendo memoria de los robos escandolosos que antiguamente se hacían de una y otra parte, queda desde luego establecido, que el Chileno que pase á robará la Tierra, y sea aprendido, será castigado por el cacique bajo cuyo poder cayere; así como lo será con arreglo á las leyes del país el natural que pillase en robos de este lado del Bio Bio, que es la linea divisoria de estos nuevos aliados hermanos."" Por lo tanto, quedó claro que se estaba en presencia de dos sociedades, con sus propias normas e instituciones, pero hermanadas en el trato cotidiano, realidad que el tratado no escondió, al preocuparse de garantizar un efectivo reestablecimiento del comercio fronterizo. Tal como señaló el artículo 17°: "siendo ya una sola una familia nuestros comerciantes serán tratados fraternalmente cuando se internen en sus terrenos, cuidando escrupulosamente no se les saltee y robe, y cuando se roben unos á otros, descubiertos los ladrones pagarán el duplo de lo robado, si tubieren con qué, y sino se castigarán con arreglo a las leyes.""

Este tratado, ratificado a fines del mismo año en Los Ángeles, fue violado por el Estado Chileno en el período de la Ocupación de la Araucanía y omitido en sus principales disposiciones por la historiografía tradicional chilena, porque entregaba una sólida argumentación jurídico-histórica a los liderazgos mapuche, en el momento que tuvieran que defender la integridad de su territorio y, posteriormente, reclamar la satisfacción de la deuda histórica por parte del Estado chileno.

Page 11: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

Mariluán, por intermedio de la actividad diplomática, había conseguido un importante triunfo, al obtener el reconocimiento de la autonomía mapuche por parte de la más importante autoridad chilena de la frontera, hecho que, sin duda, lo equiparó a los grandes caciques gobernadores de fines del período colonial y le otorgó un prestigio y poder en el butalmapu arribano que solo Mangín, -quien se marginó del acuerdo- era capaz de desafiar.

La importancia del tratado fue tal, que desde ese momento la guerra tribal inició una clara declinación, alcanzando cierta tranquilidad el territorio mapuche, donde se empezó a conformar un nuevo equilibrio de poder, siendo los principales focos, la zona arribana controlada por los caciques Mariluán y Mangín Bueno y ciertos cacicazgos abajinos, principalmente aquellos liderados por Colipí y Coñoepán, por sus vínculos con las autoridades chilenas. Ahora, las partidas de Senosiaín y la banda de los Pincheira, constituirían los últimos factores de desequilibrio en el mundo tribal, especialmente si buscaban el apoyo mapuche para sobrevivir. De este modo, la guerra a muerte tenía sus días contados, porque la causa realista se había tornado en una lucha anacrónica y estéril, porque carecía de cualquier posibilidad, y sus representantes más destacados en Chile, la banda de los Pincheira, estaban orientando sus acciones hacia territorio argentino en un claro afán de sobrevivencia.

Al carecer de relevancia la presencia de algunos prófugos realistas en territorio tribal, llegó el momento de que se celebrase un parlamento general con el objeto de consagrar el nuevo orden en la Araucanía, que reconociese la importancia de los dos grandes bloques de abajinos y Ilanistas. Los abajinos se mostraron dispuestos a dar su concurso a un nuevo acuerdo, así el cacique de Lumaco Ambrosio Pinolevi expresó el deseo de celebrar un parlamento junto "a las reducciones que hasta ahora no han abrazado el sistema liberal de la madre patria, como son los collicanos, Quechereguas, Malleco, Canglo, Bureo y hasta el propio Mariluan". Siendo el objetivo del parlamento según Pinolevi el tratar de "transar el espíritu de la pacificación y de la reconciliación en ambas partes'''.

El parlamento proyectado se celebró en las ruinas de Los Ángeles entre los días 20 y 23 de diciembre de 1825. En esa reunión, Barnachea reconoció la urgencia de nombrar capitanes y tenientes de amigos y un comisario de naturales a fin de facilitar la realización de futuras parlas. Es decir, se hizo necesario recomponer los canales institucionales de las relaciones fronterizas, para garantizar una cierta estabilidad en las relaciones chilenomapuche.41 Rivera escribió al Ministro de Guerra para darle cuenta de lo acordado en el parlamento. En su misiva, el intendente se mostró confiado en que la paz fuese duradera, porque se habían ratificado las capitulaciones de Tapihue. Así, con el apaciguamiento de las principales tribus asentadas en la Araucanía, las fuerzas chilenas pudieron concentrarse en realizar expediciones en contra de los Pincheira, las que van a demorar años en cumplir con su objetivo de acabar con los célebres bandidos.

Sin embargo, la paz que se había asentado en la Araucanía, volvió a sufrir un repentino quiebre, al volver Mariluán a combatir al Estado chileno, de acuerdo a un informe de Rivera en que señaló que "El cacique Mariluán que es el móvil a que obedece casi toda la Indiada contenida hasta el Imperial ó sobre los que goza un influjo al menos capaz de ponerlos en movimiento, faltando a sus solemnes promesas detalladas en el tratado de Tapihue y ratificadas en los Ángeles a mí presencia, vuelve a enarbolar el estandarte de la discordia, y se prepara para renovar las escenas san-grientas que habían calmado a fuerza de sacrificios "42.

El juicio del intendente Rivera se une al que da Claudio Gay quien señaló a propósito del cambio de actitud de Mariluán "El carácter desleal de Mariluán quedó desenmascarado en esta ocación, mostrándose clara y francamente. "(Gay, 1871, p.317) Sin embargo, habría que tener

Page 12: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

presente que los equilibrios políticos mapuche eran bastante frágiles, por lo que Mariluán, para defender su poder, debía mantener una doble actitud: por una parte mostrar una actitud de colaboración y entendimiento con el gobierno chileno y por la otra, conservar una posición de firmeza ante las infracciones a la tranquilidad del territorio tribal por parte de algunos militares chilenos que se involucraron en las luchas tribales, como fueron los casos de Luis Salazar y Juan de Dios Montero, porque si se mostraba débil, Mangín podría aprovechar aquella situación para desestabilizar su poder. Por ello, a Mariluán le convenía tener el refuerzo de los experimentados restos de las fuerzas realistas encabezados por Senosiaín quién regresó de las tierras pampinas y se unió a Mariluán.

La situación cambió radicalmente al ser reemplazado en su cargo el comandante de la Alta Frontera Pedro Barnachea, siendo reemplazado por Juan de Luna, quien se dedicó a convencer a Mariluán y Senosiaín para que se rindieran, hostilizándolos en un primer momento. Ante estos hechos, según el historiador español Mariano Torrente, Mariluán y Senosiaín concluyeron que la magnitud del poder de las fuerzas chilenas "ya habría sido una mal calculada desesperación empeñarse en sostener más tiempo una guerra cruel que no podía producir resultado alguno favorable..."(TORRENTE, 1900, p. 433-434).

Las intenciones de Mariluán fueron cuestionadas por Colipí, quien se comunicó con el nuevo intendente de Concepción Santiago Fernández, informándole que Mariluán "lo había invitado a la paz; pero con el doble objeto de unirse todos, hacer causa común y declararse contra el Gobierno de la Patria, muy especialmente dirigiéndose contra esa Plaza. "43 Es decir, las desconfianzas y rivalidades entre las grandes agrupaciones mapuche no habían finalizado, entorpeciendo el término efectivo de la guerra en la Araucanía. A pesar de las intrigas de los abajinos, Mariluán se dispuso a negociar una paz definitiva con el coronel Luna. Así, tenemos un informe del jefe de operaciones del ejército del sur, José Manuel Borgoño quién escribió al Ministro de Guerra, señalándole que el "estado de las negociaciones de/sur presenta un aspecto bien favorable. Según las comunicaciones del Comandante Don Juan de Luna...se conforma la excelente disposición para la paz."44

Al final, las negociaciones llegaron a un feliz término el 16 de abril de 1827, cuando se presentaron en Yumbel, Mariluán, Senosiaín y Tiburcio Sánchez. Ellos se acogieron a las promesas de paz del gobierno del general Freire, que representaba el comandante Luna. Éste denunció la actitud de Barnachea y de los caciques de Angol y Lumaco, los cuales habrían obstaculizado las negociaciones con sus intrigas, las que felizmente no tuvieron éxito.45 Por lo tanto, se logró el término definitivo de la guerra en la frontera, cuando dejaron sus cargos como interlocutores del gobierno chileno ante los mapuche, los partidarios de la línea militar Barnachea y Rivera. Mariluán, Senosiaín y sus seguidores, sólo terminaron de luchar, cuando se les garantizó la paz de los valientes, es decir, sin vencedores ni vencidos. Mariluán logró la paz para el butalmapu arribano porque obtuvo el resguardo de que los abajinos iban a abandonar la estrategia de la guerra tribal, volviendo la tranquilidad a los rehues de la Araucanía.

De esta manera, finalizaban diez largos años de una guerra que había ensangrentado a la antigua región de la frontera, quedando sólo como un factor de inestabilidad para el orden republicano la banda de los Pincheira. La paz había vuelto a la Araucanía, se habían reestablecido los equilibrios de poder fronterizos, y Mariluán y los demás lonkos arribanos lograron mantener la independencia del territorio. Pero estos logros no fueron definitivos porque el equilibrio de poder se mostró frágil. De una parte, la paz permitió que se reiniciara el proceso de infiltración pacífica por parte de colonos nacionales, que lentamente capturaban las tierras tribales utilizando diversos

Page 13: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

subterfugios. De otra, las principales tribus de la Araucanía emergían fatalmente divididas. Los abajinos, que mayoritariamente apoyaron la causa patriota, mantuvieron fuertes lazos con el Estado chileno, de modo que el horizonte no se vislumbró tranquilizador para los arribanos. Por sobre todo, después de tantos combates y sangrientos enfrentamientos, quedaba una pregunta flotando en el aire: ¿hasta qué punto estaría dispuesto el Estado chileno a respetar la integridad de la nación mapuche?.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

FUENTES

A.N.F.M.G., Vol. 136, fjs. 281-284. 46 lbíd. Barnachea a Freire, Yumbel, 16 de octubre de 1823 en

A.N.F.M.G., Vol. 136, s/f. Barnachea a Mariluan, Yumbel, 26 de diciembre de 1823 en

A.N.F.M.G., Vol. 136, fi. 318. Barnachea a Rivera, Nacimiento, 13 de diciembre de 1824

en A.N.F.M.G., Vol. 146, s/f. Barnachea a Rivera, Yumbel, 13 de diciembre de 1823 en

A.N.F.M.G., Vol. 136, fj. 289. Barnachea a Rivera, Yumbel, 31 de diciembre de 1823 en

A. N . F. M .G ., Vol. 146, s/f. Barnachea a Rivera, Yumbel, 31 de diciembre de 1825 en

A.N.F.M.G., Vol. 171, s/f. Barnachea a Rivera, Yumbel, 7 de julio de 1824 en A.N.F.M.G.,

Vol. 146, s/f. Barnachea a Rivera", Yumbel, 26 de septiembre de 1823 en

A.N.F.M.G., Vol. 136, fj. 241. Barnachea, Yumbel, 13 de diciembre de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 136, fj. 285. El

subrayado es original.

Carta de Mariluán a Freire Pilguen, 29 de Noviembre de 1822 en A.N.F.M.G., Vol. 130, fj. 289. Fernández al Ministro del

Interior,

Concepción, 4 de enero de 1827 en A.N.F.M.G., Vol. 163, s/f. Ferrebú a Gaspar, Panguilemu, 28 de junio de 1823 en

A.N.F.M.G., Vol. 127, s/f. Ferrebú a Gaspar, Panguilemu, 5 de mayo de 1823 en

A.N.F.M.G, Vol. 127, s/f. Freire a Picarte, Concepción, 12 de noviembre de 1822

en Archivo Nacional Fondo VICUÑA MACKENNA, Vol. 14, fi. 92-92v.

José Manuel Borgoño al Ministro de Guerra, Chillán, 24 de enero de 1827 en A.N.F.M.G., Vol.166, s/f.

Lantaño a Freire, Tucapel, 5 de noviembre de 1822 en A.N.F.M.G., Vol. 130, fj. 234.

Lantaño a Rivera, Yumbel, 4 de agosto de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 136, fi. 134.

Manuel Bulnes a Freire, Nacimiento, 11 de marzo de 1822 en Archivo Nacional, Fondo Ministerio de Guerra, (en adelante A.N.F.M.G). Vol. 129, fj. 142.

Mariluan a Barnachea, 22 de septiembre de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 136, fj. 238v.

Page 14: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

Mariluan a Barnachea, Pilguen, 12 de diciembre de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 136, fj. 280-280v. Mariluan a Freire,

Pilguen, 20 de agosto de 1822 en A.N.F.M.G., Vol. 130, fj. 44.

Mariluan a Freire, Pilguen, 4 de septiembre de 1822 en A.N.F.M.G., Vol. 130, fj. 44v.

Parte del comandante Luna, Yumbel, 16 de abril de 1827. Archivo Nacional, Fondo Ministerio del Interior, Vol. 15, fj. 659.

Pinolevi a Rivera, 15 de septiembre de 1825 en GUEVARA, Op Cit, pp. 606-607.

Rivera a Freire, Concepción, 11 de enero de 1824 en A.N.F.M.G., Vol. 146, s/f.

Rivera al Ministro de Guerra, Concepción, 20 de diciembre de 1824 en A.N.F.M.G., Vol. 146, s/f.

Rivera al Ministro de Guerra, Concepción, 4 de abril de 1826 en A. N . F. M .G ., Vol. 146, s/f. "Tratados celebrados entre el Coronel Graduado de los ejércitos de la República Comandante de alta frontera, y Delegado de la Ciudad de los Ángeles Pedro Barnachea, autorizado por el Sr. Brigadier de los ejércitos de Chile Gobernador intendente de la Provincia de Concepción para tratar con los naturales de ultra Bio bio y D. Francisco Mariluán Gobernador de 14 Reducciones", contenidos en los artículos siguientes en BN, Biblioteca Americana, Vol. 492, Anexo 2, fj 2.

LIBROS

BARROS ARANA, DIEGO(1890-1897), Historia Jeneral de Chile, Vols. XI-XIV, Santiago

GAY, CLAUDIO(1871), Historia Física y Política de Chile, Vol. VIII, París

GUEVARA, TOMÁS(1910), Los Araucanos en la Revolución de

la Independencia, Santiago. LARSON, BROOKE(2002), Indígenas, Elites y Estado en la for-

mación de las repúblicas andinas, Lima LEÓN, LEONARDO, (1999), Apogeo y ocaso del Toqui Ayllapan-

gui de Malleco, Chile. 1769-1776, Santiago LEÓN, LEONARD0(2001) Los señores de la Cordillera y las

Pampas. Los Pehuenches de Malalhue 1770-1800, Mendoza. LEÓN, LEONARD0(1991) Maloqueros y Conchavadores en

Araucanía y la Pampas, 1700-1800, Temuco PINTO, JORGE (1996), Araucanía y Pampas. Un mundo fron-

terizo en América del Sur, Temuco. PINTO, JORGE(2003); La formación del Estado y la nación, y el pueblo mapuche. De

la inclusión a la exclusión, Santiago MARISTELA, SVAMPA (1987); El dilema argentino: civilización o

barbarie. De Sarmiento al revisionismo peronista; Buenos Aires

QUIJADA, MÓNICA (2000), Homogeneidad y Nación con un estudio de caso: Argentina, siglos XIX y XX, Madrid.

VICUÑA MACKENNA, BENJAMÍN(1972), La Guerra a Muerte, Buenos Aires-Santiago,

Page 15: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

REVISTAS Y OTRAS PUBLICACIONES

VILLALOBOS, SERGIO;

VILLALOBOS, SERGIO,

toria de la Revolución Hispano-Ame-ricana, T. III, Santiago, pp. 433-434. "Guerra y Paz en la Araucanía: Peno-dificación" en VILLALOBOS, SERGIO et al; Araucanía: Temas de Historia

Fronteriza, Temuco, 1985, p.. 24. Reseña: Ana María Contador, "Los Pincheira. Un caso de Bandidaje Social. Chile 1817-1832", Cuadernos de His-toria N°17, Santiago, 1997, p. 243.

Notas 1 Ver más información sobre Mariluán en GAY, CLAUDIO, Historia Física y Política de Chile, Vol. VIII, París, 1871, pág. 273; GUEVARA Op Cit, pp. 297-298. 2 Para un estudio sobre el tema de la barbarización de las sociedades indígenas, véase LARSON, BROOKE; Indígenas, Elites y Estado en la formación de las repúblicas andinas, Lima, 2002; PINTO, JORGE; La

formación del Estado y la nación, y el pueblo mapuche. De la inclusión a la exclusión, Santiago, 2003; MARISTELA, SVAMPA; El dilema argentino: civilización o barbarie. De Sarmiento al revisionismo peronista; Buenos Aires, 1987; QUIJADA, MÓNICA, Homogeneidad y Nación con un estudio de caso: Argentina, siglos XIX y XX, Madrid, 2000. 3 En la formulación de este planteamiento es fundamental la influencia de los trabajos del historiador Leonardo León, quien se ha abocado a estudiar las relaciones políticas entre las jefaturas mapuche y el Estado Español, sosteniendo la existencia de un pacto colonial entre ambos actores que tuvo por efecto años de estabilidad en el mundo tribal. Revisar de su obra con relación al tema, "El Malón de Curiñanco. El surgimiento de un cacique araucano, 1764-1767" en Proposiciones 19, Santiago, 1990; Maloqueros y Conchavadores en Araucanía y la Pampas, 1700-1800, Temuco, 1991; "Guerras tribales y estructura social en la Araucanía, 1760-1780" en Revista de Ciencias Sociales, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso, N°39, Valparaíso, 1994; Apogeo y ocaso del Toqui Ayllapangui de Malleco, Chile. 1769-1776, Santiago 1999; Los señores de la Cordillera y las Pampas. Los Pehuenches de Malalhue 1770-1800, Mendoza, 2001. 4 Manuel Bulnes a Freire, Nacimiento, 11 de marzo de 1822 en Archivo Nacional, Fondo Ministerio de Guerra, (en adelante A.N.F.M.G). Vol. 129, fi. 142. 5 Mariluan a Freire, Pilguen, 20 de agosto de 1822 en A.N.F.M.G., Vol. 130, fj. 44. 6 ídem. 7 Mariluan a Freire, Pilguen, 4 de septiembre de 1822 en A.N.F.M.G., Vol. 130, fj. 44v. 8 Lantaño a Freire, Tucapel, 5 de noviembre de 1822 en A.N.F.M.G., Vol. 130, fj. 234. 9 Freire a Picarte, Concepción, 12 de noviembre de 1822 en Archivo Nacional Fondo VICUÑA MACKENNA, Vol. 14, fi. 92-92v. 10 Carta de Mariluan a Freire, Pilguen, 29 de noviembre de 1822 en A.N.F.M.G., Vol. 130, fj. 289. 11 lbíd., fj. 289v. 12 Ferrebú a Gaspar, Panguilemu, 5 de mayo de 1823 en A.N.F.M.G, Vol. 127, s/f. 13 lbíd. 14 Ferrebú a Gaspar, Panguilemu, 28 de junio de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 127, s/f. 15 Lantaño a Rivera, Yumbel, 4 de agosto de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 136, fi. 134. 16 Mariluan a Barnachea, 22 de septiembre de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 136, fj. 238v. 17 Barnachea a Rivera", Yumbel, 26 de septiembre de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 136, fj. 241 18 Barnachea a Freire, Yumbel, 16 de octubre de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 136, s/f. 19 ídem. 20 Mariluán a Barnachea, Pilguen, 12 de diciembre de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 136, fj. 280-280v. 21 A.N.F.M.G., Vol. 136, fjs. 281-284. Con relación a esta propuesta, el historiador Jorge Pinto, sostiene equivocadamente que se habría celebrado el proyectado parlamento de Yumbel de 1823, hecho que no aconteció de acuerdo a la documentación revisada. Ver Jorge Pinto; Op Cit, p.. 47.

Page 16: Mariluan la restauracion del orden en la araucania, 1822-1827

22 lbíd. 23 Barnachea, Yumbel, 13 de diciembre de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 136, fj. 285. El subrayado es original. 24 Barnachea a Rivera, Yumbel, 13 de diciembre de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 136, fj. 289. 25 Barnachea a Mariluan, Yumbel, 26 de diciembre de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 136, fj. 318. 26 Barnachea a Rivera, Yumbel, 31 de diciembre de 1823 en A.N.F.M.G., Vol. 146, s/f. 27 Al respecto ver GAY; Op Cit, pp. 277ss y GUEVARA; Op Cit, pp. 575ss. 28 Rivera a Freire. Concepción, 11 de enero de 1824 en A.N.F.M.G., Vol. 146, s/f. 29 Barnachea a Rivera, Yumbel, 7 de julio de 1824 en A.N.F.M.G., Vol. 146, s/f. 30 Barnachea a Rivera, Nacimiento, 13 de diciembre de 1824 en A.N.F.M.G., Vol. 146, s/f. 31 Rivera al Ministro de Guerra, Concepción, 20 de diciembre de 1824 en A.N.F.M.G., Vol. 146, s/f. 32 VILLAR, DANIEL -JIMÉNEZ, JUAN FRANCISCO, "Indios Amigos. El tránsito progresivo desde la autonomía a la dependencia étnica en un sistema de contactos múltiples. El caso de Venancio Coihuepan en sus momentos iniciales 1827, frontera sur de Argentina en PINTO, JORGE, Araucanía y Pampas. Un mundo fronterizo en América del Sur, Temuco, 1996. 33 Más detalles del parlamento de Tapihue los podemos encontrar en GAY, CLAUDIO, Op Cit, pp. 302-306. 34 lbíd., p. 303. 35 lbíd., p. 304. 36 BARROS ARANA, Historia...0p Cit, T.XIV, pág. 317. 37 "Tratados celebrados entre el Coronel Graduado de los ejércitos de la República Comandante de alta frontera, y Delegado de la Ciudad de los Ángeles Pedro Barnachea, autorizado por el Sr. Brigadier de los ejércitos de Chile Gobernador intendente de la Provincia de Concepción para tratar con los naturales de ultra Biobío y D. Francisco Mariluán Gobernador de 14 Reducciones, contenidos en los artículos siguientes" en BN, Biblioteca Americana, Vol. 492, Anexo 2, fi 2. 38 lb íd 39 lb íd 40 Pinolevi a Rivera, 15 de septiembre de 1825 en GUEVARA, Op Cit, pp. .606-607. 41 Barnachea a Rivera, Yumbel, 31 de diciembre de 1825 en A.N.F.M.G., Vol. 171, s/f. 42 Rivera al Ministro de Guerra, Concepción, 4 de abril de 1826 en A.N.F.M.G., Vol. 146, s/f. 43 Fernández al Ministro del Interior, Concepción, 4 de enero de 1827 en A.N.F.M.G., Vol. 163, s/f. 44 José Manuel Borgoño al Ministro de Guerra, Chillán, 24 de enero de 1827 en A.N.F.M.G., Vol.166, s/f. 45 Parte del comandante Luna, Yumbel, 16 de abril de 1827. Archivo Nacional, Fondo Ministerio del Interior, Vol. 15, fj. 659. Más información respecto a la reunión de Yumbel la tenemos en un parte de Borgoño al ministro de guerra, despachado de Chillán con fecha 18 de abril de 1827 en A.N.F.M.G., Vol. 166, s/f.