Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

57
AL SOSLAYO Mariam Budia PERSONAJES: RETENIDA 1.ª RETENIDA 2.ª HOMBRE ELEGANTE PASEANTES: hombres, sombras, sonidos...

Transcript of Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Page 1: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

AL SOSLAYO

Mariam Budia

PERSONAJES: RETENIDA 1.ª RETENIDA 2.ª

HOMBRE ELEGANTE PASEANTES: hombres, sombras, sonidos...

Page 2: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Primer Acto

(Parece una celda, una celda-parque. Parece un parque solitario de noche,

sólo parece. Luz de estrellas y luciérnagas. Césped. Verde. Moho. Musgo.

Hay una fuente-lavabo en el centro de la escena; una ventana, una puerta,

un camastro, un baúl, un banco... Dos mujeres forcejean.)

RETENIDA 1.ª.- Bebe.

RETENIDA 2.ª.- No quiero.

RETENIDA 1.ª.- He dicho que bebas.

RETENIDA 2.ª.- No tengo sed.

RETENIDA 1.ª.- ¡Bebe!

RETENIDA 2.ª.- Por favor, déjeme.

RETENIDA 1.ª.- Debes mantenerte con vida.

RETENIDA 2.ª.- ¿Por qué me hace esto?

RETENIDA 1.ª.- Porque tengo frío.

RETENIDA 2.ª.- ¡Suélteme!

RETENIDA 1.ª.- ¡Obedece!

RETENIDA 2.ª.- ¡Me hace daño!

RETENIDA 1.ª.- Lo siento.

(Las mujeres se dirigen hacia el banco.)

RETENIDA 2.ª.- Hace calor.

RETENIDA 1.ª.- Tonterías.

RETENIDA 2.ª.- Hace calor. Tengo calor.

RETENIDA 1.ª.- Hace frío.

RETENIDA 2.ª.- ¿Por qué se quita la chaqueta?

RETENIDA 1.ª.- Póntela.

RETENIDA 2.ª.- Tengo calor, además...

Al soslayo

2

Page 3: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- Las madres debemos cuidar de nuestras hijas.

RETENIDA 2.ª.- Gracias, pero no la necesito.

RETENIDA 1.ª.- Toda la vida sacrificándome por ti... por tu futuro... ¡y no quieres

obedecerme! ¿Dónde está el respeto que me debes? (Gimoteando.) Eres

una ingrata. Me voy. (No se mueve.)

RETENIDA 2.ª.- ¿Cuántos pasos?

RETENIDA 1.ª.- Cinco... quince... quizás veinte.

RETENIDA 2.ª.- (Extendiendo el brazo.) Su chaqueta.

(RETENIDA 2.ª se pone la chaqueta que le ofrece RETENIDA 1.ª. Se escu-

cha el rumor de unas voces masculinas.)

RETENIDA 1.ª.- Si atravieso el sendero...

RETENIDA 2.ª.- Se caerá.

RETENIDA 1.ª.- Tomarás mi mano...

RETENIDA 2.ª.- Cogeré su mano..., la besaré..., y después me reiré.

RETENIDA 1.ª.- No puedes hacerlo, no sabes.

RETENIDA 2.ª.- (Riendo.) ¿Ve? Es como rasgar una telaraña.

RETENIDA 1.ª.- Cállate. No te he enseñado a reír. ¡Cállate!

(Acaba el juego. Vuelve la realidad. Tristeza.)

¿Por qué estás aquí? Nunca me lo has dicho.

RETENIDA 2.ª.- ¿Hace falta un motivo?

RETENIDA 1.ª.- Me ayudaría a comprender.

RETENIDA 2.ª.- No te lo aconsejo. La gente se trastorna por intentar comprender.

RETENIDA 1.ª.- (En tono cínico.) Sobre todo cuando nadie responde.

(Pausa.)

Mariam Budia

3

Page 4: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- (Dubitativa.) Pasaba por la calle... (Pausa.) Supongo que me tocó

a mí. Tal vez no les gustó mi cara, el color de mi pelo o mi falda. (Pausa.)

Nunca dicen nada. ¿Y tú?

RETENIDA 1.ª.- A los paseantes no les gusta nadie. Todos somos objetivos.

RETENIDA 2.ª.- (Susurrando.) Te oirán.

RETENIDA 1.ª.- (En tono irónico.) Será la primera vez...

RETENIDA 2.ª.- Mejor que no escuchen que hablamos de ellos.

(Ambas miran a la pequeña ventana cubierta de orín. Se vislumbra el rostro

de un hombre, un paseante. Las mujeres susurran.)

RETENIDA 1.ª.- Están vacíos.

RETENIDA 2.ª.- Sí... sus ojos están vacíos.

RETENIDA 1.ª.- No sólo sus ojos, también sus mentes, sus corazones...

RETENIDA 2.ª.- Taxidermistas...

RETENIDA 1.ª.- No pueden moverse. Observan y observan sin decir nada... Unas

horas más tarde, aquí te encuentras. (Pausa.) Apestan a sudor.

(Un paseante golpea los barrotes de la ventana con una navaja.)

RETENIDA 2.ª.- ¿Qué hora es?

RETENIDA 1.ª.- Las once de la mañana.

RETENIDA 2.ª.- Pero... ya ha oscurecido.

RETENIDA 1.ª.- Por eso.

RETENIDA 2.ª.- ¿Por eso?

RETENIDA 1.ª.- Sí.

RETENIDA 2.ª.- Estás loca.

(Se levantan y retoman el juego de la fuente-lavabo.)

RETENIDA 1.ª.- Bebe, bebe, bebe, bebe...

Al soslayo

4

Page 5: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- Sabe a hierro. (Se quita la chaqueta.)

RETENIDA 1.ª.- No puede saber a otra cosa.

RETENIDA 2.ª.- Cloro.

RETENIDA 1.ª.- Tonta, el cloro no existe.

RETENIDA 2.ª.- (En tono de burla.) «El cloro no existe.»

RETENIDA 1.ª.- El cloro es un invento de los americanos.

(Pausa. El juego termina.)

¿Qué te hacían?

RETENIDA 2.ª.- Nada. (Pausa.) Me tocaban...

RETENIDA 1.ª.- ¿Los pechos?

RETENIDA 2.ª.- El pubis.

RETENIDA 1.ª.- ¿Y tú?

RETENIDA 2.ª.- ¿Yo?

RETENIDA 1.ª.- Sí, qué hacías... ¿decías?

RETENIDA 2.ª.- Ponía los ojos en blanco.

RETENIDA 1.ª.- Mentira.

RETENIDA 2.ª.- Es verdad, te lo juro. (Resignadamente.) La dura costumbre...

RETENIDA 1.ª.- Tampoco te lo he enseñado.

RETENIDA 2.ª.- Me lo enseñó él.

RETENIDA 1.ª.- Cállate. (Molesta.) ¿Quién?

RETENIDA 2.ª.- Lo sabes perfectamente.

RETENIDA 1.ª.- ¡Qué asco!

RETENIDA 2.ª.- ¿Cinco, quince, quizás veinte?

RETENIDA 1.ª.- Adiós. (No se mueve.)

(Pausa.)

RETENIDA 2.ª.- ¿Tu marido no te hacía poner los ojos en blanco?

Mariam Budia

5

Page 6: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- ¿Él? Sólo hablaba, hablaba y hablaba... (Rememorando un tiem-

po pasado.) Recuerdo que levantaba mis ojos hacia la oscuridad adormecida

de la noche, hacia las entrañas del abismo nacarado y... (Súbitamente enfa-

dada.) Él continuaba hablando y hablando sin cesar, diciendo: «Cinco puntos,

cinco puntos más y nos arruinaremos. ¡Dichosos japoneses! ¡Con esos ojos

rasgados nunca sabes si te miran bien... mal... si compran... si venden...!»

(Pausa.) Así día tras día. Era insoportable. (Se dirige hacia el camastro.) Su

tacto era pegajoso, viscoso. Me hacía daño. (Tumbándose.) Al principio tenía

fuerzas para fingir, pero después, cada vez que lo hacía mi cara se llenaba

de humedad. ¡Pobre necio! Quedaba tan agotado que casi se dormía dentro

de mí. Yo me iba al cuarto de baño, me duchaba, metía el cepillo de dientes

lo más profundo que podía en mi garganta y vomitaba. (Pausa.) Después mo-

ría lentamente, (melodramática) y la luna lloraba peces de amianto. (Pausa.)

Él roncaba.

(Pausa larga.)

RETENIDA 2.ª.- (Acercándose al camastro.) Siento deseo.

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué?

RETENIDA 2.ª.- Sexo.

RETENIDA 1.ª.- Estúpida.

RETENIDA 2.ª.- Él es muy atractivo.

RETENIDA 1.ª.- Yo deseo, tú deseas, ella desea, nosotras deseamos, vosotras

deseáis, ellas desean. Presente de indicativo del verbo matar.

RETENIDA 2.ª.- Me gustaría desearte.

RETENIDA 1.ª.- No puedes desearme.

RETENIDA 2.ª.- No puedo, pero quiero.

RETENIDA 1.ª.- Para qué.

RETENIDA 2.ª.- (Sin dejar de sonreír.) Para revocar todo tu poder, para devolverte

el daño que me estás haciendo. (Pausa.) Para verte prisionera de ti misma,

de tu curiosidad. (Pausa.) Me gustaría verte llorar de terror. Ver tu cara trans-

Al soslayo

6

Page 7: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

formada en un amasijo de alambres retorcidos. Ver tu temblor, tu repulsión...

No sabes cuán feliz sería viéndote deseada. (Pausa.) Tendré que aprender.

(Pausa.) ¿Me enseñarás?

RETENIDA 1.ª.- No te enseñaré.

RETENIDA 2.ª.- Entonces, lo hará él.

RETENIDA 1.ª.- ¿Te desea?

RETENIDA 2.ª.- Sí. Jadea.

RETENIDA 1.ª.- ¡Calla!

(Ambas escuchan. Ruidos. HOMBRE ELEGANTE abre la puerta. Entra, las

mira y se acerca. No dice nada. Permanecen mirándose los tres. Ninguno

pestañea. HOMBRE ELEGANTE abre la chaqueta de su impoluto traje de-

jando visible una Beretta 9 mm. Continúan las miradas. HOMBRE

ELEGANTE se acerca a la puerta, escupe y sale.)

RETENIDA 2.ª.- Se ha equivocado.

RETENIDA 1.ª.- Aún no es la hora del desayuno.

RETENIDA 2.ª.- Querrás decir de la cena.

RETENIDA 1.ª.- Cinco... quince... quizás veinte. (Pausa.) No me atrevo.

RETENIDA 2.ª.- Eres cobarde. Crees que no porque yo lo soy más que tú.

RETENIDA 1.ª.- (Ofendida.) Igual que él, eres igual que él. (Pausa.) No, eres peor.

Tú siempre estás ahí, pase lo que pase, permaneces erguida, a mi lado, de-

jándome hacer...

(Pausa larga.)

RETENIDA 2.ª.- No, no me parezco a ti. Yo quiero vivir.

RETENIDA 1.ª.- Nuestra vida no depende de nosotras.

RETENIDA 2.ª.- Soy hermosa y joven, tú estás arrugada. ¡Mírate! Hueles a con-

formismo, a saliva de borracho.

RETENIDA 1.ª.- Conoces a muchos, ¿verdad?

Mariam Budia

7

Page 8: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- Te conozco a ti.

RETENIDA 1.ª.- ¿Tú crees?

RETENIDA 2.ª.- No.

RETENIDA 1.ª.- No podemos vivir.

(Se sientan en el banco, de manera automática, como repitiendo un ritual. No

se miran. No se tocan. Permanecen inertes en sus posiciones hasta que co-

mienzan a hablar.)

RETENIDA 2.ª.- Me aburro.

RETENIDA 1.ª.- Hace frío.

RETENIDA 2.ª.- Estoy sudando.

RETENIDA 1.ª.- Límpiate la nariz, tienes mocos.

RETENIDA 2.ª.- Arréglate el pelo.

RETENIDA 1.ª.- Esa falda es demasiado corta.

RETENIDA 2.ª.- La medida justa.

RETENIDA 1.ª.- ¿Para qué?

RETENIDA 2.ª.- No seas necia. (Pausa.) Se ha levantado viento.

RETENIDA 1.ª.- Para qué.

RETENIDA 2.ª.- Para que me la metan...

RETENIDA 1.ª.- Tienes razón. No te pareces a mí.

RETENIDA 2.ª.- Sí me parezco.

RETENIDA 1.ª.- No.

RETENIDA 2.ª.- La agonía.

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué dices?

RETENIDA 2.ª.- Estamos muertas.

RETENIDA 1.ª.- Yo respiro.

RETENIDA 2.ª.- Te ahogas.

RETENIDA 1.ª.- Un pequeño aliento.

RETENIDA 2.ª.- Mal olor.

RETENIDA 1.ª.- No pareces mi hija.

Al soslayo

8

Page 9: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- Tú no eres mi madre.

(Pausa. Retoman el juego.)

RETENIDA 1.ª.- ¿Desde cuándo lo sabes?

RETENIDA 2.ª.- Lo supongo. (Juega sin muchas ganas.) Debieron cambiarme en

el hospital. Mire mis ojos, mi pelo... No puedo ser su hija.

RETENIDA 1.ª.- Bien, bien, sigue jugando...

RETENIDA 2.ª.- No me apetece.

RETENIDA 1.ª.- Por favor...

(RETENIDA 2.ª no contesta, pero asiente con su silencio.)

El parto fue tranquilo. Sufrir, sudar, empujar... ¡Ay! Tu carita... (Pausa.) ¡Eras

horrible! Morada, hinchada, arañada, monstruosa... No querías venir a este

mundo, te aferrabas a mi útero intentando permanecer allí el mayor tiempo

posible.

RETENIDA 2.ª.- Necesito su ayuda.

RETENIDA 1.ª.- Hace frío.

RETENIDA 2.ª.- La necesito.

RETENIDA 1.ª.- Nos necesitamos.

(Las mujeres han permanecido inmóviles en el banco. Ahora comienzan a

caminar muy deprisa a través de la escena.)

RETENIDA 2.ª.- (Pensativa.) ¿Por qué aún no la he abandonado? Estúpida, estú-

pida, estúpida...

RETENIDA 1.ª.- ¿Quién te ha enseñado a hablar así? Cada vez que abres la boca

sale una porquería de ella.

RETENIDA 2.ª.- Madre, es usted quien no sabe hablar.

Mariam Budia

9

Page 10: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- Cuando yo era joven gané varios concursos de poesía, y eso no

sabe hacerlo cualquiera.

RETENIDA 2.ª.- ¿Ganar concursos o escribir poesía?

RETENIDA 1.ª.- Las dos cosas.

RETENIDA 2.ª.- Está bien. Imagine una margarita. ¿Recuerda? Una margarita.

Tiene que definirla de la manera más poética posible.

RETENIDA 1.ª.- ¿Y el premio?

RETENIDA 2.ª.- (Poniendo voz de hombre y adoptando maneras masculinas.) «En

las presentes circunstancias no habrá premio, sólo un accésit.»

RETENIDA 1.ª.- Pero... ¡yo quiero un premio!

RETENIDA 2.ª.- (Voz masculina.) «Añadimos un premio al accésit y todos conten-

tos». (Hablando normalmente.) La ganadora recibirá un bofetón como galar-

dón. Como es la caricia más suave que recibimos aquí, estamos acostum-

bradas. Entregará el premio la derrotada.

RETENIDA 1.ª.- De acuerdo. ¡Tambor! (RETENIDA 2.ª imita el redoble del tam-

bor.) ¡Oh, tú! Planta herbácea. Hermosa composición de flores terminales.

Centro amarillo, blanca corola. «Dime, dime Margarita, ¿adónde vas, tú, tan

bonita? A la era verdadera. Pim, pom, fuera.»

RETENIDA 2.ª.- (Aplaudiendo.) No ha estado nada mal. No conocía esa faceta

suya, querida madre.

RETENIDA 1.ª.- Ya te he dicho que... bueno... tampoco quiero pecar de inmodes-

ta. Hubo gente interesante también, pero insignificante comparada conmigo.

(Pausa.) ¡Hala! Ahora te toca a ti. No sé si podrás superarme.

RETENIDA 2.ª.- (Poniéndose muy cursi.) La tristeza desapareció el día que la vi.

Fue como si de pronto el horizonte se tornara violeta tras despertar de una

larga agonía. Ahí estaba ella, temprana, abierta, respirando claridad. Una au-

reola de cálidos colores rodeaba su elegante y tersa figura. (Ahora más seria,

hablando de sí misma.) La posé suavemente en el camino y pude observar

una lágrima. Me di cuenta entonces, no debí cogerla. Su belleza efímera se

transformó, aniquilada por las temblorosas e incautas manos que deseaban

amarla, destruida por el ardor de un beso, en la nada. (Pausa.) No puedo jus-

Al soslayo

10

Page 11: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

tificar mi derrota. No puedo. (Pausa.) Nunca volveré a respirar su fragancia,

su candor. (Volviendo a la cursilería.) Mis manos aplastaron su pudor mien-

tras las yemas de mis dedos estrujaban su inocencia. (Pausa.) En este cami-

no a cada paso me acuerdo de ella, y siento fluir mi sangre a través de los

brazos y las piernas, perdiéndose en dos zancadas, asomándose a las uñas

de mis desdichados pies.

RETENIDA 1.ª.- Eso es el mayor sinsentido que he oído en mi vida. He ganado.

RETENIDA 2.ª.- Debo reconocer que usted lo ha hecho mejor. (Aplaude e imita el

sonido de una multitud.) «Bravo, bravo, ha estado usted sublime.» (Carras-

pea antes de hablar. Voz masculina.) «Le daré su recompensa.» (RETENIDA

2.ª pega a RETENIDA 1.ª un suave cachete en la mejilla.)

RETENIDA 1.ª.- Este premio no sirve. Pégame más fuerte.

RETENIDA 2.ª.- No.

RETENIDA 1.ª.- Por favor, te lo ruego, pégame más fuerte.

RETENIDA 2.ª.- No, madre. (Voz de hombre.) «El jurado ha decidido, de manera

unánime, modificar el premio. Como portavoz del mismo, declaro públicamen-

te que: (imitando a un pregonero) el nuevo premio para la ganadora, en este

caso usted, mi amante señora, será de una suave y tierna caricia.»

RETENIDA 1.ª.- Me retiro del concurso.

RETENIDA 2.ª.- No puede hacerlo, ya es demasiado tarde. ¿Qué dirían sus admi-

radores si supieran que renuncia a tan alto galardón? Se morirían de risa,

¿recuerda? (Vocaliza exageradamente.) Risa. (Susurrando.) ¿Ha olvidado

que ellos saben reír?

RETENIDA 1.ª.- Está bien, pero sólo una.

(RETENIDA 2.ª acaricia a RETENIDA 1.ª. Ofendida, RETENIDA 1ª se dirige

hacia el baúl, saca una baraja española y se sienta en el banco.)

Ven aquí.

RETENIDA 2.ª.- Tranquilícese, madre.

RETENIDA 1.ª.- ¡He dicho que vengas!

Mariam Budia

11

Page 12: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- ¿Qué hace con eso?

RETENIDA 1.ª.- Para qué preguntas si ya lo sabes. Vamos a jugar a mi juego pre-

ferido.

RETENIDA 2.ª.- Ese juego no me gusta. Sabe que lo detesto.

RETENIDA 1.ª.- ¿Sí?

RETENIDA 2.ª.- Sí.

RETENIDA 1.ª.- ¡Vaya con la niña!

RETENIDA 2.ª.- ¡Vaya con la madre!

RETENIDA 1.ª.- Siéntate aquí. Cariñito. Bonita mía. (Pausa.) No lo voy a repetir.

¡Siéntate!

(RETENIDA 2.ª se sienta junto a RETENIDA 1.ª. Ambas escupen en sus ma-

nos y las juntan a modo de pulso. RETENIDA 2.ª pierde.)

Te toca repartir.

RETENIDA 2.ª.- (Repartiendo cartas.) Es la última vez que juego a esto. Sabe que

voy a perder. Siempre pierdo. Tiene ventaja.

RETENIDA 1.ª.- Lo sé y por eso me gusta.

RETENIDA 2.ª.- Habla.

RETENIDA 1.ª.- Paso.

RETENIDA 2.ª.- Paso.

RETENIDA 1.ª.- Paso.

RETENIDA 2.ª.- Paso.

RETENIDA 1.ª.- Sí.

RETENIDA 2.ª.- Sí.

RETENIDA 1.ª.- Quince, muñeca.

RETENIDA 2.ª.- Eso es un farol.

RETENIDA 1.ª.- Nena, voy de mano.

RETENIDA 2.ª.- ¡Yo voy de mano!

RETENIDA 1.ª.- Siempre voy de mano.

Al soslayo

12

Page 13: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- La conozco perfectamente. Ha comenzado a temblar su ceja iz-

quierda.

RETENIDA 1.ª.- Calla y juega.

RETENIDA 2.ª.- De acuerdo. (Muestran las cartas.)

RETENIDA 1.ª.- Perdiste.

RETENIDA 2.ª.- (Fingiendo sorpresa.) ¡No puede ser! Su ceja...

RETENIDA 1.ª.- Nenita, sé cómo engañarte con o sin ceja.

RETENIDA 2.ª.- Bueno, bueno.

RETENIDA 1.ª.- Te mandaré algo sencillito. (Con nerviosismo, afectada.) Cosas

que sabes hacer. No te las he enseñado yo, pero como he podido comprobar

que tienes grandes amigos que te instruyen correctamente, imaginaré que

soy tu amigo. «¿Almejita mía, vidita, amorcito, foquita? Tu amiguito está tris-

te. Tu amiguito ya no se divierte contigo. La última vez que me hiciste gozar

fue... ¿Cuándo? No lo recuerdo. »

RETENIDA 2.ª.- (Intentando detener el juego.) Por favor, no quiero seguir jugando.

¿No crees que tenemos suficiente con lo que pasamos aquí? ¿Por qué nos

hemos vuelto como ellos? Por favor, no es agradable... déjalo... por favor...

RETENIDA 1.ª.- «La última vez fue... Da lo mismo, no tiene importancia. ¡Te mere-

ces un castigo! (En tono seductor.) Si haces lo que voy a pedirte, tu amiguito

volverá a ser feliz, y tú, la agradable pelandusca que siempre quisiste ser.»

RETENIDA 2.ª.- (A punto de llorar.) Es suficiente.

RETENIDA 1.ª.- «Capullito, no es necesario que llores. Ponte a gatas.»

RETENIDA 2.ª.- (De rodillas.) Por favor.

RETENIDA 1.ª.- «¡A gatas! ¿No me oyes? ¡He dicho que a gatas!» (Pausa larga.)

¡Levántate! Ahora quieres hacerte la víctima, ¿no? (Se dirige hacia la puerta

y la golpea con violencia.) ¡Dejadme salir! ¡Quiero salir! (Llora.) ¡Quiero salir!

(RETENIDA 2.ª se ha levantado. Queda vertical en el extremo derecho del

escenario. RETENIDA 1.ª la observa, evidentemente arrepentida. Se dirige al

extremo opuesto. No se miran. Hablan alternativamente, bien audible, pero

no se escuchan.)

Mariam Budia

13

Page 14: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- Nunca olvidaré aquella noche de tormenta...

RETENIDA 1.ª.- Jamás quise hacerle daño, pero mi hija se alejaba de mí...

RETENIDA 2.ª.- De tormenta, de fuego que penetra en la sangre y te hace enmu-

decer de dulce hielo...

RETENIDA 1.ª.- Su sonrisa era tan frágil que cautivaba todas las miradas. No era

justo, ninguna para mí. Sólo desprecio y humillación...

RETENIDA 2.ª.- Noche de mentira, de miedo, de falsas promesas, de anulación.

La mano que parecía sincera, se deslizaba sobre mi cuello como una sangui-

juela, lentamente...

RETENIDA 1.ª.- ¿Por qué poseía toda esa felicidad, todo ese amor, mientras yo

me pudría en mi rincón consumida por el tedio y el desasosiego?

RETENIDA 2.ª.- Sólo recuerdo la oscuridad, sus ojos cerrados, su presión... Decía

que había llegado a amarme, que me deseaba, que me dejaría libre, que me

ayudaría a escapar... pero sólo me asesinaba. Quería tomar, con mi sumisión

y anhelo, lo que ya había tomado cientos de veces por la fuerza.

RETENIDA 1.ª.- Conocí a un hombre atractivo e interesante. Entonces vi la solu-

ción. Conseguiría que mi hija aborreciese lo que más deseaba, que se trans-

formara en un ser como yo.

RETENIDA 2.ª.- Una bombilla. Una cama sucia y vieja. Cuerdas, golpes, insultos...

RETENIDA 1.ª.- Conquistaría a mi hija, le prometería el infinito y la dicha... Des-

pués pisotearía sus anhelos. (Pausa.) Ella seguiría conmigo, nunca me deja-

ría. Sumisa.

RETENIDA 2.ª.- Las cuerdas en las manos, las manos en los hierros, los hierros

en mi vida... Dolor, frialdad, aislamiento, represión... Su cara... el terror... el

desgarro... Mi cuerpo se rompía en pedazos. Su piel... molusco que se ad-

hería a mi piel... Babas, dolor. Latidos, dolor. Caricias, dolor, dolor, almohada.

RETENIDA 1.ª.- ¿Sumisa? Uno, dos, tres, hasta llegar a mil. Nunca tenía suficien-

te. Nunca saciada.

RETENIDA 2.ª.- Me daba tanto asco que llegué a flotar entre las sombras. (Respi-

ra un soplo de felicidad.) Comenzó a ser amable. Ya no quería tomarme con

Al soslayo

14

Page 15: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

violencia, no, y pensé que tal vez comenzaba a amarme, que tal vez me ayu-

daría, que me dejaría libre, libre, libre...

RETENIDA 1.ª.- Se marchó. (Lamentándose.) Quizá esté pagando por lo que hice.

Quizá esté aquí por eso, por nada, por todo.

(Comienzan a escucharse sin muchas ganas. Inercia. No hay solución.)

Me equivoqué con mi hija.

RETENIDA 2.ª.- Lo sé.

RETENIDA 1.ª.- Perdóname, tú no eres ella. (Llevándose las manos a la cabeza.)

Me va a estallar, va a estallarme.

RETENIDA 2.ª.- A ti lo que más te duele es el pasado, a mí el presente.

RETENIDA 1.ª.- Pasado y presente.

(Pausa.)

RETENIDA 2.ª.- Nunca nos dejarán salir de aquí.

RETENIDA 1.ª.- No es verdad.

RETENIDA 2.ª.- Continuemos con la mentira.

RETENIDA 1.ª.- ¿Hasta cuándo?

RETENIDA 2.ª.- Quizá la muerte.

RETENIDA 1.ª.- La certeza de la negación.

RETENIDA 2.ª.- La certeza de la hipocresía.

RETENIDA 1.ª.- La certeza.

RETENIDA 2.ª.- La certeza.

RETENIDA 1.ª.- Soledad.

RETENIDA 2.ª.- Soledad.

RETENIDA 1.ª.- Por una vez estamos de acuerdo.

RETENIDA 2.ª.- No.

RETENIDA 1.ª.- ¿Entonces?

RETENIDA 2.ª.- Todo recto, sin detenernos, firmes, como siempre...

Mariam Budia

15

Page 16: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- Firmes, como siempre...

RETENIDA 2.ª.- ¿Te duele mucho?

RETENIDA 1.ª.- Siempre quise a mi hija.

RETENIDA 2.ª.- Me refiero a tu cabeza.

RETENIDA 1.ª.- Menos que el pasado.

(HOMBRE ELEGANTE entra y observa. Sale. Ellas esperan en silencio.

HOMBRE ELEGANTE entra de nuevo portando una bandeja con comida. Se

detiene frente a ellas y deja la bandeja en el suelo. Mira a RETENIDA 1.ª.

Ríe. Mira a RETENIDA 2.ª. Se acerca. Acaricia su pubis, su pecho, roza con

sus dedos los labios abiertos. Acaricia su pelo. La besa y desaparece.)

¿Qué has sentido?

RETENIDA 2.ª.- Es difícil de explicar.

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué has sentido?

RETENIDA 2.ª.- Es difícil de explicar.

(Pausa.)

RETENIDA 1.ª.- ¿Por qué hemos repetido esto?

RETENIDA 2.ª.- Seguimos el guión.

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué guión?

RETENIDA 2.ª.- El nuestro, supongo. El de nuestra vida.

RETENIDA 1.ª.- ¿Quién es el impertinente que ha escrito nuestra vida sin pedirnos

permiso? ¿Quién nos ha puesto en este lugar?

RETENIDA 2.ª.- Las impertinentes somos nosotras. (Observa la bandeja.) Ellos

nos han puesto aquí, pero nosotras escribimos nuestros interminables días

en esta monotonía. Revivimos y revivimos lo que más daño nos hizo, lo que

más daño nos hace. (Inmóvil.) Hemos perdido la esperanza porque nos han

abandonado, porque hemos aprendido a hacer daño de verdad, porque aun-

que tarde o temprano nos asesinen estos miserables, ya estamos muertas.

Al soslayo

16

Page 17: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

(Se acercan a la bandeja. Miran su contenido, se sientan en el suelo y obser-

van. Sólo observan, ninguna come.)

RETENIDA 1.ª.- Tenemos que encontrar un mecanismo.

RETENIDA 2.ª.- ¿Un mecanismo?

RETENIDA 1.ª.- Conseguir superar el miedo.

RETENIDA 2.ª.- Convertirlo en una situación agradable de terminación. (Pausa.)

Paseo por un camino calizo, entre grandes vegetaciones grises, de nuevo li-

bre... Observo las cristalinas aguas marinas mientras una lechuza de hielo se

posa en mi cálido brazo. Peces de extraños colores bailan al ritmo de las

aguas indicándome la dirección...

RETENIDA 1.ª.- El final.

RETENIDA 2.ª.- Siento que es el comienzo.

RETENIDA 1.ª.- La antítesis.

RETENIDA 2.ª.- En la antítesis está la unidad.

RETENIDA 1.ª.- La unidad de la dispersión.

RETENIDA 2.ª.- La dispersión de las entidades.

RETENIDA 1.ª.- Profusiones.

RETENIDA 2.ª.- Contusiones.

RETENIDA 1.ª.- Me aburro.

RETENIDA 2.ª.- Yo también. (Pausa.) No hacemos nada, nada. ¿No lo ves? Sólo

decimos y decimos palabras ininteligibles, sin nexos, sin coherencia. Automa-

tismos, soliloquios, tonterías...

RETENIDA 1.ª.- La palabra es lo único que nos queda.

RETENIDA 2.ª.- Será a ti...

(Pausa larga.)

RETENIDA 1.ª.- Cuéntame algo agradable.

RETENIDA 2.ª.- Agradable para quién.

Mariam Budia

17

Page 18: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- Para ti.

RETENIDA 2.ª.- ¿Hombres?

RETENIDA 1.ª.- No me importa. Creo que podré soportarlo.

RETENIDA 2.ª.- Comienzas a comportarte como si fueras mi verdadera madre.

RETENIDA 1.ª.- (Mostrando satisfacción.) No te pases de lista...

RETENIDA 2.ª.- Paula y yo fuimos al teatro. Estaba lleno de gente y nos sentamos

en la última fila. La representación había comenzado. No sabíamos qué íba-

mos a ver pero no nos importaba. (Pausa.) El escenario se llenó de personas

que se movían de un lado a otro sin demasiado orden...

RETENIDA 1.ª.- ¿El escenario se movía?

RETENIDA 2.ª.- ¡Los actores se movían! Bailaban, cantaban, recitaban... Fue muy

pesado. (Pausa.) Los actores saltaron desde el escenario y se dirigieron hacia

nosotras. Recuerdo que se aproximó un joven actor, apuesto, interesante... Nos

miramos, percibió mi excitación y preguntó quedamente en mi oído: «¿En tu

casa o en la mía?». Le dije que en la suya. (Pausa.) Me despedí de Paula a

la salida del teatro. Aquel joven sin nombre estaba esperándome. (Pausa.)

No me llevó a su casa. Fuimos a un hotel extraño, un hotel sin nombre. El

suelo era de losa y había piedras enormes por todas partes, por las paredes,

techo... Aquel lugar fantástico, inimaginable, parecía salido de un cuento

oriental. (Pausa.) La recepcionista nos enseñó una máquina. Debíamos in-

sertar dinero por la ranura plateada del aparato y echar suertes. (Adecentan-

do su maltrecha figura.) Perdimos. De nuevo la misma operación con las mo-

nedas. (Pausa.) De repente, cinco luces rojas se encendieron y una voz me-

cánica surgió de la máquina: «Felicidades, les ha correspondido la suite prin-

cipal». (Pausa.) Entramos en el ascensor y el joven sin nombre comenzó a

besarme... (Rememorando.) Su saliva... mulso elixir disuelto en mi boca... sus

manos violentas bajo mi falda... mis temblorosos muslos... «Estás tensa » me

dijo Robert Redford. Contesté que no. (Pausa.) Llegamos a la habitación y...

RETENIDA 1.ª.- (Excitada.) Es suficiente. No me cuentes más.

RETENIDA 2.ª.- Lamento haberte aburrido.

RETENIDA 1.ª.- Te aseguro que no me has aburrido.

Al soslayo

18

Page 19: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- Sí, te he aburrido.

RETENIDA 1.ª.- Está bien. No quiero discutir, ahora no. Me has aburrido muchísi-

mo.

RETENIDA 2.ª.- Tampoco hace falta que exageres...

RETENIDA 1.ª.- Sólo he dicho lo que tú querías escuchar.

RETENIDA 2.ª.- Si tú lo dices...

(RETENIDA 2.ª comienza a comer. RETENIDA 1.ª observa. Lentamente, sin

muchas ganas y con excesivo miedo, intenta probar la comida.)

Está un poco quemada.

RETENIDA 1.ª.- ¿Nos estarán drogando? ¿No estaremos formando parte de un

experimento? (Pausa.) Cualquier día nos envenenan... (Pausa.) No, no, no...

Les gusta más usar la pistola. (Pausa.) ¡No saben cocinar! ¿Nadie en este

destartalado mundo sabe cocinar? (Pausa.) Cuando yo era niña, lo que más

deseaba era que llegase la hora de la comida. (Pausa.) Mi abuela vivía con

nosotros. Una mujer con unas manos para las cazuelas... ¿cómo te diría?...

no sé... ¡las anheladas por los mejores gastrónomos del mundo! Aquellos pa-

vos dorados... crujientes... calentitos...

RETENIDA 2.ª.- Una uña.

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué?

RETENIDA 2.ª.- En el pollo. He encontrado una uña.

RETENIDA 1.ª.- Apártala.

RETENIDA 2.ª.- (Lamiendo la uña.) Quizá sea de él.

RETENIDA 1.ª.- ¿De Robert Redford?

RETENIDA 2.ª.- (Negando con la cabeza.) ¡Uh, uh, uh!

RETENIDA 1.ª.- ¡Calla, cochina!

RETENIDA 2.ª.- Quizá sea lo único que puedo tener de él, aunque, últimamente,

siento que se interesa mucho por mí... (Pausa.) Algún día me sacará de aquí

y nos iremos a aquel hotel sin nombre para vivir eternamente juntos, sin na-

die más.

Mariam Budia

19

Page 20: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- Sabes que nunca podrás marcharte de aquí. Nunca te dejarán

salir. Además, ¿qué harías sin mí? Estás demasiado acostumbrada a mí, a

mis juegos, a mis mezquindades... a ti misma. (Pausa.) Siempre estarás

conmigo.

RETENIDA 2.ª.- No estés tan segura de eso. Es verdad que me he acostumbrado

a ti, a estas cuatro paredes... Llevamos aquí demasiado tiempo, pero mi pa-

ciencia tiene una raya y está casi en el límite.

RETENIDA 1.ª.- Esa frase... ¿no será al revés?

RETENIDA 2.ª.- No lo recuerdo.

(Pausa.)

RETENIDA 1.ª.- ¿Va a sacarte de aquí?

RETENIDA 2.ª.- Sí, me lo ha dicho varias veces.

RETENIDA 1.ª.- Te ha mentido. Siempre mienten. Él está tan prisionero como no-

sotras. Puede caminar, salir, entrar... pero continúa estando encerrado, en-

cerrado en su locura, en su abismo, en su lucha, en su odio... No sólo es nues-

tro carcelero, es su propio celador. (Pausa.) A las otras les habrá dicho lo

mismo. ¿Te crees que eres la primera? No seas necia. Es su estrategia.

(Pausa.) No tiene sentido.

RETENIDA 2.ª.- Para ti nada tiene sentido.

RETENIDA 1.ª.- Niñerías...

RETENIDA 2.ª.- Él no miente, a mí no.

RETENIDA 1.ª.- Utiliza palabras... sentimientos falseados... una manera de poner

nombre a algo que no se posee... una forma impura de decir lo que no se

siente... de enumerar lo indefinible...

RETENIDA 2.ª.- ¿Nosotras somos impuras?

RETENIDA 1.ª.- Depende del sentido del término.

RETENIDA 2.ª.- Precisamente por eso, por la ausencia de sentido. Somos pala-

bras, falsas palabras que pronunciamos para confortar nuestra inconsistente

Al soslayo

20

Page 21: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

existencia. (Pausa.) ¿Crees que si dejamos de hablar moriremos? ¿Piensas

que es nuestro enrarecido diálogo el que nos mantiene con vida?

RETENIDA 1.ª.- Dijiste antes que estábamos muertas.

RETENIDA 2.ª.- ¡Antes, antes! Volvemos a lo mismo. Palabras.

RETENIDA 1.ª.- No te entiendo.

(Pausa larga.)

¿Por qué no estamos discutiendo ahora? ¿Estaremos perdiendo nuestra

identidad?

RETENIDA 2.ª.- Sí, discutimos. (Pausa.) Nunca hemos tenido identidad.

RETENIDA 1.ª.- Poseemos documentos.

RETENIDA 2.ª.- Será lo único...

RETENIDA 1.ª.- (Busca entre las cosas desperdigadas por el suelo.) Mira, tus do-

cumentos.

RETENIDA 2.ª.- DNI.

RETENIDA 1.ª.- Sí, tu DNI, aquí estás tú, eres tú, mira, ¿no te acuerdas?

RETENIDA 2.ª.- DNI, documento de negación del individuo.

RETENIDA 1.ª.- Me estás engañando. Te aprovechas de mi mala memoria.

RETENIDA 2.ª.- NIF, número de identificación del fósil.

RETENIDA 1.ª.- Ahora te estás pasando...

RETENIDA 2.ª.- ¡Qué importa su significado! Tú y yo somos fósiles, nacimos hace

millones de años. (Triste.) Y fuera nos han olvidado. (Pausa.) ¿En qué siglo

naciste tú?

RETENIDA 1.ª.- No lo recuerdo. Hace demasiado tiempo.

RETENIDA 2.ª.- ¿En qué siglo nací yo?

RETENIDA 1.ª.- No lo sé.

RETENIDA 2.ª.- En el fondo sé que me quieres.

RETENIDA 1.ª.- En el fondo sé que te quiero.

RETENIDA 2.ª.- Creo que yo también te quiero.

RETENIDA 1.ª.- Creo que tú también me quieres.

Mariam Budia

21

Page 22: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

(Pausa larga.)

RETENIDA 2.ª.- Me cuesta reconocerlo.

RETENIDA 1.ª.- Nunca me querrás como yo te quiero a ti. Soy tu madre.

RETENIDA 2.ª.- No empieces con eso de nuevo, al final terminarás creyéndotelo...

Nunca nos habíamos visto antes, ni en un encuentro en el supermercado, ni

en un paseo por el parque, ni en las oficinas de empleo... nunca hasta nues-

tro secuestro.

RETENIDA 1.ª.- Quizá no pidieron rescate, tal vez para nuestro Gobierno no éra-

mos importantes, tal vez no lo somos. (Pausa.) Nunca lo seremos. (Intenta

cambiar de tema.) ¿Qué hora es?

RETENIDA 2.ª.- ¿Te apetece intentar un nuevo juego? Hace mucho tiempo que no

realizamos algo diferente...

RETENIDA 1.ª.- Por ejemplo...

RETENIDA 2.ª.- Ahora yo haré de madre y tú de hija.

RETENIDA 1.ª.- Puede resultar muy aburrido. Yo soy madre e hija a la vez, pero tú

sólo eres hija. No sabrás cómo comportarte. Será inútil.

RETENIDA 2.ª.- Vamos, anímate, ¡juguemos!, sólo hay que ponerle una pizca de

imaginación. Sólo es un juego, un divertimento absurdo. (Jugando.) Todavía

estaremos aquí muchos años, ¿verdad, hija mía? Debemos intentar hacer

más soportables las horas que nos quedan. (Intentando convencer a

RETENIDA 1.ª.) Además, no pretendo crear un tratado científico sobre el

comportamiento materno.

RETENIDA 1.ª.- Puede que tengas razón...

RETENIDA 2.ª.- Ponte de pie.

RETENIDA 1.ª.- ¿Así?

RETENIDA 2.ª.- Así. Delante de mí, casi rozándome.

RETENIDA 1.ª.- ¿Tengo legañas?

RETENIDA 2.ª.- Camina cinco pasos de espaldas.

RETENIDA 1.ª.- Parece un duelo.

Al soslayo

22

Page 23: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- Quizá lo sea.

RETENIDA 1.ª.- ¡No empecemos otra vez!

RETENIDA 2.ª.- Siéntate en el suelo.

RETENIDA 1.ª.- Esto es ridículo.

RETENIDA 2.ª.- ¡Siéntate en el suelo, mujercita rebelde!

(HOMBRE ELEGANTE aparece de nuevo en escena. Mira a RETENIDA 1.ª.

Vuelve a reírse. Mira a RETENIDA 2.ª. Seriedad. Recoge la bandeja.)

HOMBRE ELEGANTE.- Pobres. (Sale riendo.)

RETENIDA 1.ª.- Es la primera vez que le escucho hablar.

RETENIDA 2.ª.- No.

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué habrá querido decir?

RETENIDA 2.ª.- Simplemente lo que ha dicho.

RETENIDA 1.ª.- Seguro que en el interior de esa palabra se oculta alguna perver-

sa intención.

RETENIDA 2.ª.- No, te equivocas.

RETENIDA 1.ª.- No me gusta su expresión... Debería haberme acostumbrado,

pero no puedo. Cada día siento más temor. (Pausa.) Es terrible vivir con mie-

do.

RETENIDA 2.ª.- No tiene cara, sus músculos están atrofiados.

RETENIDA 1.ª.- Me asusta. En su aliento respiro el dolor, la ira... Lo huelo en su

boca. Sé que quiere hacerme daño. Si es verdad que te hace promesas, no

creas nada. Lleva la falsedad escrita en el rostro.

RETENIDA 2.ª.- No tiene rostro.

RETENIDA 1.ª.- Igual que todos.

RETENIDA 2.ª.- ¿Todos?

RETENIDA 1.ª.- Sí, todos.

RETENIDA 2.ª.- ¿Los paseantes?

RETENIDA 1.ª.- Sí.

Mariam Budia

23

Page 24: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

(Miran hacia la ventana. Un paseante muestra su mano entre los barrotes: un

puño con el dedo pulgar hacia abajo.)

RETENIDA 2.ª.- No pienso como tú. Este hombre es sincero conmigo. (Pausa.)

Dices que hueles el odio en su boca, pero nunca has estado tan cerca de él,

siempre habéis mantenido una distancia... (Titubea un instante.) De no ser

que tú... y él... a mis espaldas... (Gesto obsceno.)

RETENIDA 1.ª.- Me ofendes. ¿Cómo se te ha podido pasar por la cabeza seme-

jante atrocidad?

RETENIDA 2.ª.- ¿Crees que soy inhumana?

RETENIDA 1.ª.- Lo dice mi intuición.

RETENIDA 2.ª.- No quiero oír más.

RETENIDA 1.ª.- Pues tendrás que escucharlo.

RETENIDA 2.ª.- ¿Por qué?

RETENIDA 1.ª.- Porque así lo quiero.

RETENIDA 2.ª.- Amén.

RETENIDA 1.ª.- No vuelvas a levantarme la voz.

RETENIDA 2.ª.- (Sorprendida.) ¿Qué?

(RETENIDA 1.ª coge la baraja y comienza a hacer un solitario.)

RETENIDA 1.ª.- Es un mentiroso, como todos. ¿Por qué me mira enmascarando

su vileza con la risa?

RETENIDA 2.ª.- Su risa no enmascara nada. Es franco. Le pareces ridícula y se

ríe de ti. (Coge del suelo una vieja armónica que ha aprendido a tocar duran-

te su cautiverio y comienza a emitir sonidos con ella.)

RETENIDA 1.ª.- (Justificándose.) No se ríe de mí. Seguramente le parecerá gra-

ciosa nuestra situación y por eso se ríe, lo cual no es de muy buena educa-

ción por su parte...

RETENIDA 2.ª.- Educación a estas alturas...

Al soslayo

24

Page 25: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

(Las mujeres quedan congeladas en el tiempo, estáticas. Surgen sonidos de

gente que habla, gente que compra cosas, señoritas que anuncian las reba-

jas en unos grandes almacenes... La vida continúa en algún remoto lugar. Al

cesar el ruido se retomará la actividad.)

Se nos está olvidando jugar. Necesitamos jugar.

RETENIDA 1.ª.- Pues juguemos.

RETENIDA 2.ª.- Tenemos un juego pendiente.

RETENIDA 1.ª.- ¿Un juego?

RETENIDA 2.ª.- Sí, un juego.

RETENIDA 1.ª.- Te refieres...

RETENIDA 2.ª.- Me refiero.

RETENIDA 1.ª.- Yo estaba sentada en el suelo.

RETENIDA 2.ª.- Yo estaba frente a ti.

RETENIDA 1.ª.- Te miraba.

RETENIDA 2.ª.- También te miraba. (Pausa.) Casi nunca nos miramos...

RETENIDA 1.ª.- Casi nunca. (Pausa.) ¿Qué hago?

RETENIDA 2.ª.- Sólo observa, ahora mando yo. (Va hacia el baúl y saca una vieja

americana con la que se viste.)

RETENIDA 1.ª.- No sé qué pretendes, pero creo que este juego no va a resultar

agradable. ¡No quiero que te metas con tu padre! Aunque fuese un cochino

incorregible, está muerto. ¡A los muertos hay que dejarlos descansar en paz!

Son los únicos que no pueden defenderse. Además, me traerá recuerdos que

intento borrar desde hace mucho tiempo. (Pausa.) ¿Por qué te la pones? Es-

tás ridícula. ¡Ni que fuera tu talla! Pareces una mariquita frustrada. (Jugando.)

¡Mariquita, mariquita, mariquita, mariquita...! (Retomando su faceta maternal.)

Y ese pelo... ese pelo no va nada bien con la americana. ¡Mira los botones!

Están sucios, puedo verlos desde aquí. No, no, no, no, esa solapa no está

bien colocada. (Levantándose.) Espera...

Mariam Budia

25

Page 26: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- ¡Quieta! No puedes moverte de tu sitio. Recuerda que ahora tú

eres mi hija y debes obedecerme, así que no hables de tu marido. ¡Y deja de

llamarme hija! Terminarás volviéndote loca.

RETENIDA 1.ª.- Bueno, habrá que aguantar, la niña me salió respondona.

RETENIDA 2.ª.- ¡Ya no soy la niña! ¡En este juego no!

RETENIDA 1.ª.- Usted perdone. Quise decir que mi madre es un tanto déspota.

RETENIDA 2.ª.- (Adoptando una arquetípica postura autoritaria.) ¡Un poco de res-

peto hacia mi persona! Niña estúpida, ¿es que nunca vas a aprender lo que

soy y represento? ¡No estoy aquí para escuchar tonterías infantiles! (Pausa.)

Creo que mi amor por «la causa» me ha obligado a relegar mis deberes hacia

ti. (Pausa.) Tendré que continuar con una educación intensiva para poder

salvarte de la corrupción que campa a sus anchas en estos lúgubres parajes.

RETENIDA 1.ª.- Quién eres... ¿mi padre?, ¿mi madre?

RETENIDA 2.ª.- Pídeme permiso antes de hablar y no olvides llamarme señor o

señora, es indiferente. «La causa» es asexuada. Sólo existen el deber y el

honor. Vamos a ver... Tengo que educarte, ¿verdad?, te educaré.

RETENIDA 1.ª.- Sí, señor barra a.

RETENIDA 2.ª.- ¿Qué hora es?

RETENIDA 1.ª.- No lo sé, señor barra a. Usted no me ha regalado nunca un reloj.

RETENIDA 2.ª.- Inventa, inventa, ¡inventa!

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué tengo que inventar?

RETENIDA 2.ª.- Qué tengo que inventar, señor barra a.

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué tengo que inventar, señor barra a?

RETENIDA 2.ª.- Todo, tienes que inventarlo todo.

RETENIDA 1.ª.- Sí, señor barra a.

RETENIDA 2.ª.- ¿Qué hora es?

RETENIDA 1.ª.- Las 17:30, señor barra a.

RETENIDA 2.ª.- Muy bien, señorita. Observo que te enseñaron algo en el colegio

de Niza. Sabes la hora aun cuando el tiempo no existe y el reloj es un espe-

jismo. ¡Perfecto!

RETENIDA 1.ª.- Gracias, señor barra a.

Al soslayo

26

Page 27: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- De nada. (Pausa.) ¿Por qué, señorita?

RETENIDA 1.ª.- No lo sé, por... decir algo.

RETENIDA 2.ª.- Decir algo, señor barra a.

RETENIDA 1.ª.- Por decir algo, señor barra a.

RETENIDA 2.ª.- Nunca hay que decir algo por decir, siempre hay que decir lo que

se piensa, aunque a veces no se piense lo que se dice. (Pausa.) Bien pensa-

do, si digo lo que pienso me expulsan de «la causa», y si pienso lo que digo

me mantengo, pero si al pensar digo lo que no he pensado, ya no sé qué

pienso, pues la falta de pensamiento conlleva la ausencia del dicendi, y sin el

dicendi el pensandi no tiene sentidi... ¡Ya me has liado, niña!

RETENIDA 1.ª.- ¡Realmente es usted una caca pensante!

RETENIDA 2.ª.- Gracias.

RETENIDA 1.ª.- De nada.

RETENIDA 2.ª.- ¿Qué has dicho?

RETENIDA 1.ª.- Cuándo.

RETENIDA 2.ª.- Antes, hace tres segundos.

RETENIDA 1.ª.- De nada.

RETENIDA 2.ª.- Antes, antes, hace aproximadamente siete segundos.

RETENIDA 1.ª.- Nada.

RETENIDA 2.ª.- Mentira, mentira, y repite, señor barra a.

RETENIDA 1.ª.- Nada, señor barra a.

RETENIDA 2.ª.- Te lo repito, ¿qué has dicho?

RETENIDA 1.ª.- ¿Cuándo?

RETENIDA 2.ª.- ¡No me toques los...! ¿Qué dijiste?

RETENIDA 1.ª.- Nada, señor barra a.

RETENIDA 2.ª.- ¡Cómo que nada!

RETENIDA 1.ª.- No, señor barra a. Le he contestado a su pregunta: nada, señor

barra a.

RETENIDA 2.ª.- No me torees. ¡Antes!

RETENIDA 1.ª.- ¿De qué?

RETENIDA 2.ª.- Antes de antes.

Mariam Budia

27

Page 28: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- De nada.

RETENIDA 2.ª.- (Intentando controlarse.) Muy bien. Tranquilidad. Ante todo tran-

quilidad. Mira, mi niña, olvida todo lo que has dicho después del primer nada...

¡eh!... del primer... ¡haz memoria! ¿Qué has dicho? ¡Bonita! ¿Qué le has lla-

mado a tu señor barra a? ¡Una moto puedes ganar si me lo dices! ¡Guapa!

Recuerda...

RETENIDA 1.ª.- ¡Un ordenador!

RETENIDA 2.ª.- ¡No es cierto!

RETENIDA 1.ª.- Quiero decir que una moto, no, que prefiero un ordenador.

RETENIDA 2.ª.- ¡Un ordenador para la nena!

RETENIDA 1.ª.- Dije: realmente es usted un coco pensante.

RETENIDA 2.ª.- ¿De verdad?

RETENIDA 1.ª.- Dije: usted es muy inteligente. (Pausa.) ¿Por qué se altera tanto?

No es nada malo, aunque... si es la primera vez que alguien se lo dice, com-

prendo su incontrolable entusiasmo, señor barra a.

RETENIDA 2.ª.- Claro, claro, te entiendo perfectamente.

RETENIDA 1.ª.- Me alegro, señor barra a.

RETENIDA 2.ª.- (Dibujando en la pared.) ¿Preparada para el test psicológico?

RETENIDA 1.ª.- (Dirigiéndose hacia el camastro.) No lo soporto más.

RETENIDA 2.ª.- ¿No juegas más?

RETENIDA 1.ª.- No está bien jugar a estas cosas... Con los que tienen en sus ma-

nos nuestras vidas no se hace el tonto. Descansemos un rato. No quiero te-

ner pesadillas con tu padre.

RETENIDA 2.ª.- Es mi juego y quiero continuar. Tú no me hubieras permitido pa-

rar.

RETENIDA 1.ª.- Por supuesto que no.

RETENIDA 2.ª.- No es justo.

RETENIDA 1.ª.- Quizá no lo sea, pero no me importa. Debes obedecerme, sólo así

continuaremos con vida.

RETENIDA 2.ª.- No pienso obedecerte más.

RETENIDA 1.ª.- Me obedecerás.

Al soslayo

28

Page 29: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- No voy a dejar de jugar.

RETENIDA 1.ª.- (Amenazante.) Harás lo que yo te diga.

RETENIDA 2.ª.- No.

RETENIDA 1.ª.- Si no lo haces te...

RETENIDA 2.ª.- No me das miedo. (Gritando.) Y ellos tampoco. (Pausa.) Ya no.

(Pausa. Miran hacia la ventana. Nadie se asoma. Vuelven al banco.)

RETENIDA 1.ª.- Me voy.

RETENIDA 2.ª.- ¿Cuántos pasos?

RETENIDA 1.ª.- Cinco... quince... quizás veinte.

RETENIDA 2.ª.- ¿No sabes contestar otra cosa?

RETENIDA 1.ª.- Cambia de pregunta.

(Pausa larga.)

RETENIDA 2.ª.- Dime algo.

RETENIDA 1.ª.- Algo.

RETENIDA 2.ª.- ¡Dime algo!

RETENIDA 1.ª.- Algo ya es algo.

RETENIDA 2.ª.- Entonces otra cosa.

RETENIDA 1.ª.- Queda.

RETENIDA 2.ª.- ¿Algo? ¿Queda?

RETENIDA 1.ª.- Te amo.

RETENIDA 2.ª.- Me produces ardores.

RETENIDA 1.ª.- Es verdad.

RETENIDA 2.ª.- Lo sé.

RETENIDA 1.ª.- Es verdad que te amo.

RETENIDA 2.ª.- Es verdad que me produces ardores.

RETENIDA 1.ª.- Nunca has sido cariñosa conmigo.

RETENIDA 2.ª.- ¡Me cuesta creer lo que estoy escuchando!

Mariam Budia

29

Page 30: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- Ni una caricia...

RETENIDA 2.ª.- Nunca te han gustado las caricias.

RETENIDA 1.ª.- Ni un beso...

RETENIDA 2.ª.- ¿Por qué esta farsa?

RETENIDA 1.ª.- Ni una palabra de aliento...

RETENIDA 2.ª.- Resultas patética.

RETENIDA 1.ª.- Ni una sonrisa...

RETENIDA 2.ª.- Cállate.

RETENIDA 1.ª.- Ni unos «buenos días, mamá.»

RETENIDA 2.ª.- No conseguirás que me sienta culpable. No soy tu hija. (Pausa.)

Siempre con tus juegos, siempre intentando revivir tus miserias, tus errores

con tu hija... Ya hemos tenido bastante. (Suplicante.) Todos estos años, en

vez de intentar sobrevivir junto a mí, has convertido nuestro encierro en una

tortura infinitamente más dolorosa. (Pausa.) Desde el principio intenté que

nuestra convivencia fuese tranquila, que nos ayudara a luchar, a continuar

hacia delante... Intenté ofrecerte mi cariño, no sólo por ti, también por mí,

egoístamente, para no ahogarme entre estas paredes...

RETENIDA 1.ª.- Podríamos intentarlo de nuevo.

RETENIDA 2.ª.- Qué.

RETENIDA 1.ª.- Comportarnos como madre e hija.

RETENIDA 2.ª.- ¿Cómo se supone que deben comportarse madre e hija según tu

enferma cabecita?

RETENIDA 1.ª.- Como...

RETENIDA 2.ª.- No lo sabes.

RETENIDA 1.ª.- Aprenderé.

RETENIDA 2.ª.- ¿Quién va a enseñarte?

RETENIDA 1.ª.- Tú.

RETENIDA 2.ª.- ¿Y a mí?

RETENIDA 1.ª.- Yo.

RETENIDA 2.ª.- Es absurdo.

RETENIDA 1.ª.- Eres más inteligente que yo.

Al soslayo

30

Page 31: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- No puedo hacerlo.

RETENIDA 1.ª.- No quieres hacerlo.

RETENIDA 2.ª.- No quiero ni puedo.

RETENIDA 1.ª.- ¿Por qué?

RETENIDA 2.ª.- Prefiero la situación tal cual se encuentra.

RETENIDA 1.ª.- Perdóname.

RETENIDA 2.ª.- Hace tiempo.

RETENIDA 1.ª.- ¿Rencor? (Pausa.) Vamos a retroceder en el tiempo. Quiero que

recordemos.

RETENIDA 2.ª.- ¿Recordar?

RETENIDA 1.ª.- Hace diez años.

RETENIDA 2.ª.- ¿Diez años?

RETENIDA 1.ª.- ¿No lo recuerdas?

RETENIDA 2.ª.- ¡Diez años!

RETENIDA 1.ª.- La excursión al campo...

RETENIDA 2.ª.- ¿Qué es el campo?

RETENIDA 1.ª.- El campo...

RETENIDA 2.ª.- No sé qué es, nunca he estado allí.

RETENIDA 1.ª.- Sí, recuerda, una vez hace doce años.

RETENIDA 2.ª.- ¿No eran diez?

RETENIDA 1.ª.- Sí, eran quince.

RETENIDA 2.ª.- No puedo acordarme.

RETENIDA 1.ª.- Tu padre, tú y yo, hace treinta años, fuimos una vez al campo.

Fue maravilloso. Por un día pudimos apartarnos del asfalto, de la contamina-

ción, de las aglomeraciones, del bullicio...

RETENIDA 2.ª.- Sí, de eso me acuerdo, pero... ¿y el campo?, ¿cómo era?

RETENIDA 1.ª.- Siéntate en mis rodillas y te lo explicaré.

(RETENIDA 2.ª se sienta.)

Una mañana, el sol entraba por la ventana y...

Mariam Budia

31

Page 32: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- El sol...

RETENIDA 1.ª.- Sí, fue cuando atacaron aquellos grandes edificios de oficinas,

¿no te acuerdas? Fue horrible.

RETENIDA 2.ª.- No lo recuerdo.

RETENIDA 1.ª.- Inténtalo, sí... ¿recuerdas que hubo un fraude fiscal en un hospi-

tal? ¿Sí? ¿Recuerdas que pasó a ser una casa de máquinas tragaperras diri-

gida por el ministro de hacienda y...?

RETENIDA 2.ª.- ¿Aquel señor vestido de rojo, de pelo blanco, con muchos jugue-

tes, que decía constantemente «Oh, Oh, Oh»?

RETENIDA 1.ª.- No... oh, oh, oh, era ministro de educación. (Pausa.) Aquel día

pudimos ver el sol. Tu padre cogió el coche y fuimos al campo. Buscamos un

sitio en el que no hubiese nadie y dejamos las cosas: la mesa, las sillas, las

flores... Tuvimos que llevar flores artificiales ya que en el campo no quedaba

ninguna. ¡Qué tranquilidad! No había árboles que enturbiasen la calma con el

ruido de sus ramas zarandeadas por el viento, ni insectos ni hierba, nada...

sólo arena y paz.

RETENIDA 2.ª.- (Fingiendo.) Lo recuerdo todo.

RETENIDA 1.ª.- (Ilusionada.) Podemos intentar revivir esas imágenes como si es-

tuviesen ocurriendo ahora.

RETENIDA 2.ª.- Rememoremos.

RETENIDA 1.ª.- ¡Qué día tan agradable!

RETENIDA 2.ª.- Sí, es un día estupendo.

RETENIDA 1.ª.- No, hija, te confundes, no puedes decir estupendo ya que te pare-

ció un día horrible. Nunca te gustó el campo.

RETENIDA 2.ª.- Tienes razón, mamá, nunca me gustó. ¡Un día horrible! No sé

cómo puedes decir que es un día agradable.

RETENIDA 1.ª.- Desde luego... hija mía, no se puede ir contigo a ningún sitio. Na-

da te gusta, todo te parece ridículo o aburrido. ¿Hay algo que te guste real-

mente?

RETENIDA 2.ª.- Mi casa, me gusta mi casa. Quiero ir a mi casa, a mi casa, a mi

casa, a mi casa... (Paulatinamente, comienza a sentir angustia, eleva el vo-

Al soslayo

32

Page 33: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

lumen de su voz y grita. Grita a las paredes, a la ventana, a RETENIDA 1.ª, a

los paseantes... Ha dejado de jugar.) Mi casa, quiero irme, quiero irme de

aquí, no puedo más, por favor, quiero irme, dejadme salir, quiero irme, por fa-

vor, dejadme salir, no puedo más, no puedo más, ¡dejadme salir! (Cae.)

RETENIDA 1.ª.- (Se acerca a RETENIDA 2.ª y acaricia su pelo intentando apaci-

guarla. No quiere dejar de jugar, no puede, pese a la tristeza que invade su

voz, su corazón.) Y nos fuimos a casa porque no te pudimos calmar. ¡No nos

dio tiempo ni a respirar! (Bromeando.) Eras una pesada de armas tomar, pero

el día, mejor dicho, el breve espacio de tiempo, resultó agradable.

(Pausa larga.)

RETENIDA 2.ª.- Ahora puedes explicármelo, estoy preparada.

RETENIDA 1.ª.- ¿Explicarte?

RETENIDA 2.ª.- Sí.

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué?

RETENIDA 2.ª.- La forma...

RETENIDA 1.ª.- No te entiendo.

RETENIDA 2.ª.- De verdad que estoy preparada.

RETENIDA 1.ª.- Sigo sin entenderte.

RETENIDA 2.ª.- Dijiste antes que no había comprendido todavía la forma en que

me amas.

RETENIDA 1.ª.- ¿Por qué quieres saberlo?

RETENIDA 2.ª.- Sólo quiero comprender.

RETENIDA 1.ª.- Si no recuerdo mal tú creíste comprender hace mucho lo...

RETENIDA 2.ª.- Quizá me equivoqué. (Pausa.) Tengo derecho a equivocarme,

¿no?

RETENIDA 1.ª.- No estás preparada.

RETENIDA 2.ª.- ¿Para equivocarme o para comprender?

RETENIDA 1.ª.- Para ambas cosas.

Mariam Budia

33

Page 34: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- Quiero saberlo. (Cariñosa.) Es un buen momento para que inten-

temos comportarnos como madre e hija.

RETENIDA 1.ª.- He cambiado de opinión. No quiero comportarme como una ma-

dre. (Pausa.) No sé, pero tampoco quiero saber.

RETENIDA 2.ª.- Entonces, lo que dijiste antes...

RETENIDA 1.ª.- ¿Antes? Nunca he hablado contigo.

RETENIDA 2.ª.- ¿Y pretendes ser mi madre? De nuevo tu comportamiento es tan

estúpido como de costumbre. ¡Bienvenida al mundo de los necios! (De pie,

vuelve a jugar sin muchas ganas. La situación es insoportable, el autoengaño

ha dejado de funcionar, la desesperación se adueña de todo.) ¡Señora, hacía

mucho tiempo que no la veía! Gracias por regresar a nuestro hospicio. Ha

llegado a tiempo. Con usted se reunirá más tarde la flor y nata de la socie-

dad, nuestros mayores y queridos dirigentes: cretinos, mezquinos, gorrinos,

palominos y cominos. Hablando de cominos... Le prepararemos un menú es-

pecial para que se atiborre de comida y reviente de una vez. Nos sobra y no

sabemos qué hacer con ella. Podemos empezar con acelgas pencas bien

cociditas, en el tiempo exacto, ni más ni menos. Cocineros y demás personal

de nuestra empresa sincronizarán sus relojes. Seguiremos con coliflor en flo-

retes, por si usted es una amante de la esgrima, y terminaremos con cordero

al horno con ajo y perejil. Si usted tiene problemas de digestión, de postre le

ofreceremos pastel de ciruela; ahora bien, no se preocupe por nosotros. Aquí

somos ciegos, sordos y mudos. Podrá soltar a su libre albedrío el esfínter

anal. ¡Perdón! ¡Qué olvido el mío! Antes de comenzar a comer le brindare-

mos unas setas y hongos con sustancias tóxicas, para ver si surten el efecto

deseado y logramos, de un plumazo, desembarazarnos del bochornoso es-

pectáculo que ofrece su presencia en este país de esmoquin y maletín. (Se

introduce en el baúl y cierra la tapa.)

RETENIDA 1.ª.- Hija, hija, hija... A veces no me explico cómo puedo enfadarme

contigo. A pesar de todo, en algunas ocasiones resultas graciosa. ¡Qué sería

de nosotras sin estos momentos! ¡No podríamos continuar!

RETENIDA 2.ª.- (Habla desde el interior del baúl.) No continuamos.

Al soslayo

34

Page 35: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- Siempre se sigue un camino.

RETENIDA 2.ª.- No es cierto.

RETENIDA 1.ª.- Lo estático no permanece.

RETENIDA 2.ª.- Eso es lo único que por suerte o por desgracia se mantiene firme.

RETENIDA 1.ª.- Sólo se avanza caminando.

RETENIDA 2.ª.- El camino conlleva cansancio.

RETENIDA 1.ª.- Mientras caminas, contigo llevas la esperanza de la salida.

RETENIDA 2.ª.- ¿Y el cruce?

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué cruce?

RETENIDA 2.ª.- ¿Si en vez de encontrarnos en medio del camino nos encontrá-

semos justo en el cruce?

RETENIDA 1.ª.- Elegir.

RETENIDA 2.ª.- ¿Elegir?

RETENIDA 1.ª.- Habrá que descubrir hacia dónde continuar.

RETENIDA 2.ª.- Es imposible.

RETENIDA 1.ª.- Es la única posibilidad imposible.

RETENIDA 2.ª.- En el cruce está lo estático, lo firme, lo perenne, la muerte, la úni-

ca imposibilidad posible...

(Pausa.)

RETENIDA 1.ª.- Siempre has sido muy guapa.

RETENIDA 2.ª.- (Abre la tapa del baúl y se asoma.) Gracias.

RETENIDA 1.ª.- De nada. (Pausa.) Tu pelo es muy bonito.

RETENIDA 2.ª.- Gracias.

RETENIDA 1.ª.- De nada. (Pausa.) Tus ojos también son bonitos.

RETENIDA 2.ª.- Gracias.

RETENIDA 1.ª.- De nada. (Pausa.) Y tus labios...

RETENIDA 2.ª.- De nuevo gracias.

RETENIDA 1.ª.- De nuevo de nada.

Mariam Budia

35

Page 36: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

(Pausa.)

RETENIDA 2.ª.- Tú tampoco estás mal.

RETENIDA 1.ª.- Gracias.

RETENIDA 2.ª.- De nada. (Pausa.) Sé que me amas.

(Se escucha «In den Kasernen», interpretada por Marlene Dietrich. Las muje-

res comienzan a bailar como si fuesen dos amantes. Miradas, tensas mira-

das. Al finalizar la canción, RETENIDA 1.ª se dirigirá hacia el banco y se sen-

tará. RETENIDA 2.ª también en el banco, apoya la cabeza sobre el regazo de

RETENIDA 1.ª.)

¿Por qué?

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué?

RETENIDA 2.ª.- ¿Por qué me amas?

RETENIDA 1.ª.- Soy tu madre.

RETENIDA 2.ª.- No empieces otra vez con eso. Quizá vuelvas a ser madre algún

día, lejos de aquí, con una hija verdadera. No te atormentes más y no me

mortifiques.

RETENIDA 1.ª.- Puede ser.

RETENIDA 2.ª.- Tiene que ser.

RETENIDA 1.ª.- No lo es. (Se besan.)

FIN DE ACTO PRIMERO

Al soslayo

36

Page 37: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Segundo Acto

(La misma celda-parque, sin embargo, todo parece limpio, recién pintado y

ordenado. La ventana es ahora mayor, con hermosas cortinas. Sobre el baúl

duerme HOMBRE ELEGANTE. Las mujeres, en el suelo, duermen también.

Los tres están en ropa interior. HOMBRE ELEGANTE se despierta. Mira a las

mujeres. Ríe. Mira a RETENIDA 2.ª con seriedad. Se acerca a ella. Acaricia

su pelo. Mira de nuevo. Recoge su ropa y sale. RETENIDA 1.ª se despierta.)

RETENIDA 1.ª.- Hacía tiempo que no dormía tan plácidamente. ¡La verdad es que

no recuerdo cuándo fue la última vez que dormí! Debió ser hace mucho... (In-

tentando recordar.) No, no puedo recordarlo. Cada día mi cabeza funciona

peor. Quizá debería ejercitar la memoria. (Pausa.) ¿Ejercitar la memoria? Pa-

ra qué. Tal como están las cosas, creo que no me hace falta recordar. La

memoria es positiva cuando se tiene futuro, pero yo... Nazco y muero en ca-

da segundo, minuto, día... ¡Qué más da! No sé el tiempo que llevo viva ni el

tiempo que he estado muerta. (Pausa.) Viva, muerta... Cuando pienso en la

vida, creo que solamente es un espejismo del espíritu de mi muerte, como un

nuevo engaño de mi conciencia. (Mira a RETENIDA 2.ª.) Eres hermosa.

Cuando yo era como tú, desperdicié mi tiempo y no podré recuperarlo jamás.

Sé que te he hecho daño en algunas ocasiones... Lo lamento. (Pausa.) Ni

marido ni hija tengo. Pero ahora estoy aquí contigo... y creo que me amas.

(Imagina.) Tus labios abrasaban y tu piel palpitaba como si tu corazón pre-

senciara cada momento en el que mis labios rozaban tu piel. No decías nada.

Sólo me mirabas y te ofrecías. Como si... (Recuerda la presencia de

HOMBRE ELEGANTE y se agita.) Él estuvo aquí, puedo percibir su asquero-

so olor. Estuvo aquí. (Pausa.) Debí soñarlo, debí soñarlo, no puede ser cier-

to... (Vuelve a imaginar su mundo.) Sí... te acariciaba... tú me sonreías, y yo...

yo... (Agitada de nuevo.) No puede ser. Ha sido un mal sueño. Sólo estába-

Mariam Budia

37

Page 38: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

mos tú y yo, él no ha intervenido. (Despertando a RETENIDA 2.ª.) Despierta,

despierta, por favor. Despierta.

RETENIDA 2.ª.- Qué ocurre. Buenos días, tardes, noches, querida mamaíta.

RETENIDA 1.ª.- No, ahora no quiero jugar. ¿Qué ha sucedido?

RETENIDA 2.ª.- De qué hablas.

RETENIDA 1.ª.- Hace unos instantes, antes de dormirnos.

RETENIDA 2.ª.- No puedo contestarte. Llevo durmiendo toda la eternidad.

RETENIDA 1.ª.- No empieces con tus historias, no es el momento.

RETENIDA 2.ª.- ¿Dónde está mi ropa?

RETENIDA 1.ª.- (Con nerviosismo.) Olvídate de tu ropa.

RETENIDA 2.ª.- Estamos horribles... me duele la cabeza... Es como si hubiese

tomado algo... como si...

RETENIDA 1.ª.- Otra vez los paseantes... Han estado aquí, seguro. (Mira hacia la

ventana. Un paseante, anciano y sonriente, observa la escena.) ¿Qué ha pa-

sado? ¿Recuerdas algo? ¿Ha estado él aquí? Dime, ¿recuerdas algo?

RETENIDA 2.ª.- ¿Él? ¿Hombre Elegante?

RETENIDA 1.ª.- Hombre Elegante.

RETENIDA 2.ª.- Él siempre está con nosotras.

RETENIDA 1.ª.- No te evadas.

RETENIDA 2.ª.- ¿Evadirme? Eso quisiera. (Vuelve a recostarse.) Déjame dormir.

(Hablando entre dientes.) Evadirme, evadirme, evadirme... (Se yergue enfa-

dada.) Sólo contesto a tus preguntas... Y cállate. Me aburres con tu interés.

¡Déjame en paz! No cambiarás nunca. Preguntas, preguntas y más pregun-

tas. Cuando yo interrogo, tus repuestas no conducen a ninguna parte, ancia-

na decrépita. (Vuelve a tumbarse.) ¡Déjame dormir!

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué estás diciendo? Antes me besaste, lo sé. Eso no he podido

imaginarlo. Era demasiado real.

RETENIDA 2.ª.- (Continúa tumbada.) Ahora sí que estás totalmente loca.

RETENIDA 1.ª.- No estoy loca. Me amas, me amas, me lo has demostrado...

RETENIDA 2.ª.- No te amo, a él sí. (Tranquilizándose.) Va a ayudarme.

RETENIDA 1.ª.- Mientes.

Al soslayo

38

Page 39: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- No.

RETENIDA 1.ª.- Quieres hacerme sufrir.

RETENIDA 2.ª.- Sólo un poco.

RETENIDA 1.ª.- Yo creía...

RETENIDA 2.ª.- Tú no crees nada. Siempre me has odiado porque te recordaba a

tu hija, pero no soy ella.

RETENIDA 1.ª.- Pensaba que tú...

RETENIDA 2.ª.- (Se levanta.) No te amo. ¿Te lo repito? No te amo.

RETENIDA 1.ª.- ¿Y él? ¿También forma parte de esto? Él estaba con nosotras, lo

recuerdo perfectamente.

RETENIDA 2.ª.- Estaba conmigo.

RETENIDA 1.ª.- ¿Por qué no reaccioné? Lo permití, no supe responder, lo permití.

RETENIDA 2.ª.- Me hizo el amor.

RETENIDA 1.ª.- (Displicente.) El amor.

RETENIDA 2.ª.- No estás entendiendo nada. (Reconciliadora.) Creíste conseguir-

me, pero no pasó nada, sólo crees que pasó, pero no fue así.

RETENIDA 1.ª.- Creía que después de todo lo que hemos pasado juntas llegarías

a amarme como yo te amo. (Pausa.) Todo lo he hecho pensando en ti. Todo

por ti, todo por ti, por ti. Eres lo único que tengo...

RETENIDA 2.ª.- No sigas, no puedo creerte.

RETENIDA 1.ª.- Creí que podríamos aprender a vivir juntas, la una con la otra, sin

necesidad de nadie más. Tú y yo por siempre, desde siempre y para siempre.

RETENIDA 2.ª.- Si pretendes conmoverme...

RETENIDA 1.ª.- (Vistiéndose.) ¿Por qué a ese hombre le permites amarte y a mí

no? Él nos retiene aquí, te utiliza, quiere manipularte... Yo sólo quiero la parte

de ti que me pertenece, esa parte de mí que perdí y que sólo puedo recupe-

rar a tu lado.

RETENIDA 2.ª.- Estás mucho más trastornada de lo que pensaba...

RETENIDA 1.ª.- Sólo te tengo a ti. Tú eres la única persona a quien puedo dar

todo mi amor. (Comienza a llorar.)

Mariam Budia

39

Page 40: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- Jamás te amaré. (Pausa.) Un día nos encontramos aquí porque la

estúpida casualidad quiso que estos criminales se cebaran con nosotras. Na-

da más, no sé quién eres, no sé quiénes fueron ni tu marido ni tu hija, y lo

cierto es que me importa un bledo. (Pausa.) Seguro que te abandonaron por-

que no podían soportarte. (Llora.) No te soporto, no te quiero, me das asco,

¿me oyes? Lo único que anhelo es dejar de ver tu estúpida cara lo antes po-

sible.

RETENIDA 1.ª.- Tenemos mucho tiempo.

RETENIDA 2.ª.- Nuestro tiempo no ha existido nunca.

RETENIDA 1.ª.- No digas eso.

RETENIDA 2.ª.- Nunca.

(HOMBRE ELEGANTE aparece portando mesas pequeñas y plegables de

campamento, dos sillas, dos velas, dos folios, dos plumas y dos tinteros. Coloca

las cosas para que las mujeres escriban.)

RETENIDA 1.ª.- Cuando las alas crecen es mejor que intentemos utilizarlas, pues

quedarán atrofiadas siendo pasto de los instigadores buitres que vuelan so-

bre nuestras grasientas cabezas.

RETENIDA 2.ª.- No pretendo rectificar nada de lo que fue mi vida, sólo quiero ex-

presar lo que siento cuando miro hacia atrás, cuando mi nariz observa el

horizonte...

RETENIDA 1.ª.- Mirando el curso de los milenios percibo la derrota escrita en mi

frente con letras rojas, bien marcadas, claras...

RETENIDA 2.ª.- El horizonte que se aproxima no describe mi esperanza. Plasma

la ilusión del vuelo sobre las irregularidades de mi entorno. No intentaré sa-

ber más. Conozco lo suficiente para regresar al pasado desde otra perspecti-

va.

RETENIDA 1.ª.- Claras sombras que me explican lo indeciso de mi naturaleza, de

mi condición. El equívoco se mueve paso a paso en la plenitud de mi figura

consternada.

Al soslayo

40

Page 41: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- El amor es un gran junco abatido, derrotado antes de luchar. Una

fuerza equiparable a la contradicción humana de la noche. La sombra de la

energía hecha fuego...

RETENIDA 1.ª.- Quisiera morir y no sé cómo hacerlo. Intento retorcer mi alma para

sangrar mi espíritu, pero no sale nada... sólo humo y aliento.

RETENIDA 2.ª.- ¿Cómo hablar de sus manos si apenas puedo escribir con las

mías? Sólo los retazos de mis uñas pueden arañar el viento que sopla seco

en mi garganta.

RETENIDA 1.ª.- ¿Cómo exigir perdón si no puedo perdonarme a mí misma? Ni el

rezo le sirve a mi cansada espalda arqueada.

RETENIDA 2.ª.- Mi lecho apesta como tumba de almohada.

RETENIDA 1.ª.- Mi cama está helada de calor de cuerpo.

RETENIDA 2.ª.- Mis ojos arden de pasión cuando lo veo. ¿Cómo evitar semejante

desviación?

RETENIDA 1.ª.- Mis fríos ojos se hunden en sus cuencas vacías de ocio.

RETENIDA 2.ª.- Mi pecho palpita en su boca como un animal enfermo que muere

sin resuello.

RETENIDA 1.ª.- Cuelga mi pecho como un ampuloso reloj descompasado frente a

la arruga escrita en el agua.

RETENIDA 2.ª.- Hace calor, mucho calor.

RETENIDA 1.ª.- Hace frío, mucho frío.

RETENIDA 2.ª.- Él es mi única esperanza.

RETENIDA 1.ª.- No me atrevo.

RETENIDA 2.ª.- Nunca saldrá de aquí.

RETENIDA 1.ª.- Miente, miente, a ella también.

RETENIDA 2.ª.- Las cuerdas no sujetarán jamás mis manos.

RETENIDA 1.ª.- Todos mienten.

RETENIDA 2.ª.- De nuevo la libertad, como cuando no existía.

RETENIDA 1.ª.- (Preguntando a RETENIDA 2.ª.) ¿La libertad?

RETENIDA 2.ª.- No, yo.

Mariam Budia

41

Page 42: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

(Continúan escribiendo, de nuevo sin prestarse atención.)

RETENIDA 1.ª.- La tormenta. Todo borrado por una nube azul de terciopelo redu-

cida a manchas. Manchas como las de mi vida, como las de mi memoria... de

mi juventud, de mi infancia... Manchas y errores. Manchas y errores.

RETENIDA 2.ª.- La muerte es la única vida posible. Siento que mi tiempo se acer-

ca. Voy a conocer lo que significa la hora... Nada será tan certero como la de-

función y el descanso sobre la tierra. No sufriré. Descansaré tranquila. Sólo

los gusanos recitarán mi nombre, pero tendrán que acostumbrarse a su sole-

dad... no pienso hacerles compañía.

RETENIDA 1.ª.- No sé cómo encontrar la solución, pero tarde o temprano apare-

cerá.

(HOMBRE ELEGANTE entra en escena sacando lustre a su Beretta 9 mm.

Se coloca de espaldas al público, entre las dos mujeres.)

HOMBRE ELEGANTE.- ¿Habéis terminado?

(HOMBRE ELEGANTE recoge los papeles, tinteros y plumas. El resto queda

en escena. Desaparece. Entra una vez más con dos pañuelos negros y cubre

los ojos de las mujeres con ellos. Observa. Las mujeres están de pie con los

ojos vendados. Las mujeres bailan juntas, de nuevo, esta vez sin música,

evidentemente asustadas. A partir de ahora, el miedo será patente incluso en

los juegos. HOMBRE ELEGANTE recoge los pañuelos y sale.)

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué hora será?

RETENIDA 2.ª.- No lo sé.

RETENIDA 1.ª.- Es imposible no saberlo.

RETENIDA 2.ª.- No tengo que saberlo, no me importa.

RETENIDA 1.ª.- Adivina el momento.

RETENIDA 2.ª.- Es la hora de ser felices.

Al soslayo

42

Page 43: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- ¿Tan tarde?

RETENIDA 2.ª.- Tan pronto.

RETENIDA 1.ª.- Tengo los pies metidos en agua.

RETENIDA 2.ª.- Yo en chocolate.

RETENIDA 1.ª.- Alrededor de tus pies hay churros.

RETENIDA 2.ª.- ¿Dónde?

RETENIDA 1.ª.- En el chocolate, a ambos lados de tus pies.

RETENIDA 2.ª.- Es verdad... ¡Son de preciosos colores! No voy a poder comerlos.

RETENIDA 1.ª.- Son para ti.

RETENIDA 2.ª.- No los alcanzo. Están muy profundos. El chocolate está tan espe-

so que me resulta difícil verlos. (Pausa.) Mira, creo que se acercan a ti.

RETENIDA 1.ª.- Se acercan a mí, pero ya no son churros. Son peces de variados

colores. Se mueven alrededor de mis pies, me hacen cosquillas.

RETENIDA 2.ª.- Mira, se parece a tu marido. (Riendo.) Seguro que ha vuelto del

mundo de los muertos para saludarte. No puede vivir sin ti.

RETENIDA 1.ª.- No, este pez es mucho más guapo, mucho más guapo. La de co-

lor verde es su mujer, y sus hijos están detrás de él.

RETENIDA 2.ª.- Estoy cansada.

RETENIDA 1.ª.- Nosotras siempre estamos cansadas.

RETENIDA 2.ª.- Esta vez es diferente.

RETENIDA 1.ª.- El padre se está comiendo a las crías...

RETENIDA 2.ª.- Estoy cansada de verdad.

RETENIDA 1.ª.- No ha dejado ni las espinas...

RETENIDA 2.ª.- Por fin cansada.

RETENIDA 1.ª.- Este pez también está cansado.

RETENIDA 2.ª.- Estoy cansada, no tengo fuerzas para continuar.

RETENIDA 1.ª.- Son muchas las cosas que nos han ocurrido. Hemos jugado de-

masiado y es hora de descansar. (Pausa.) No te preocupes, descansa, yo es-

taré contigo todo el tiempo. No voy a dejarte sola. No volveré a hacerte daño,

ya has sufrido bastante...

RETENIDA 2.ª.- Por fin entiendes.

Mariam Budia

43

Page 44: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- Te comprendo. (Pausa.) Has estado con él, pero comienzas a

descubrir que me amas. (Parece enajenada.) Por eso quiero que te relajes.

Dentro de unos años, cuando despiertes de tu sueño, descubrirás lo que sig-

nifico para ti. Mientras tanto, duerme. (Coge a RETENIDA 2.ª del brazo y la

recuesta en el camastro.)

RETENIDA 2.ª.- Estoy tan agotada que no voy a poder pelear contigo. Descansa-

ré, pero no voy a dormir. No quiero darte la oportunidad de sangrar mis pen-

samientos.

RETENIDA 1.ª.- Siempre piensas cosas negativas de mí. (Pausa.) Quiero que me

conozcas de verdad.

RETENIDA 2.ª.- No puedo conocerte porque no existes y jamás existirás.

RETENIDA 1.ª.- Cariño, estás cansada y no puedes pensar correctamente. Ya

hablaremos en otro momento.

RETENIDA 2.ª.- No habrá otro momento.

(Pausa larga.)

RETENIDA 1.ª.- (Susurrando.) Descansa.

RETENIDA 2.ª.- No puedo descansar.

RETENIDA 1.ª.- Te contaré un cuento...

RETENIDA 2.ª.- No quiero que digas nada.

RETENIDA 1.ª.- Érase una vez...

RETENIDA 2.ª.- Quiero escuchar.

RETENIDA 1.ª.- Hablaré...

RETENIDA 2.ª.- A ti, no.

RETENIDA 1.ª.- ¿Entonces?

RETENIDA 2.ª.- Quiero escuchar silencio.

RETENIDA 1.ª.- El silencio no puede escucharse.

RETENIDA 2.ª.- El silencio posee su melodía particular. Una melodía que varía

según la clase de silencio que reine.

RETENIDA 1.ª.- ¿Qué clase de melodioso silencio quieres escuchar?

Al soslayo

44

Page 45: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- El silencio de su amor.

RETENIDA 1.ª.- Érase una vez un, un, un, un, una, dos, aunque bien pensado tres

es un buen número.

RETENIDA 2.ª.- Éranse una vez...

RETENIDA 1.ª.- Sí.

RETENIDA 2.ª.- Éranse una vez un camello y un ciempiés.

RETENIDA 1.ª.- Éranse una vez un camello y un ciempiés, sí.

RETENIDA 2.ª.- Un camello y un ciempiés caminando sobre un olivo...

RETENIDA 1.ª.- No se puede caminar sobre un olivo.

RETENIDA 2.ª.- Caminaban sobre un olivo cubierto de espinas...

RETENIDA 1.ª.- No es posible. Pueden caminar por el desierto, por las rocas...

RETENIDA 2.ª.- Sobre un olivo cubierto de espinas que observaba sus pasos...

RETENIDA 1.ª.- Debes descansar.

RETENIDA 2.ª.- Eran examinados cuidadosamente mientras caminaban, mientras

respiraban, mientras soñaban... Solos, creyéndose solos.

RETENIDA 1.ª.- (No quiere escuchar.) Jugaré a las cartas.

RETENIDA 2.ª.- Sus pies fueron atacados por las espinas. Comenzaron a sangrar,

a debilitarse, pero intentaban continuar, cada vez más débiles... Poco a poco,

la sangre teñía el olivo de un fuerte color amargo...

RETENIDA 1.ª.- (Buscando las cartas.) ¿Has visto mi baraja?

RETENIDA 2.ª.- Y la sangre iba espesando como el chocolate de mi vida, de la

misma manera, con el mismo olor...

RETENIDA 1.ª.- ¿No me escuchas?

RETENIDA 2.ª.- Un olor profundo y somnoliento...

RETENIDA 1.ª.- ¿La has cogido?

RETENIDA 2.ª.- Se quedaron dormidos. ¿Qué podían hacer? De pronto, las espi-

nas comenzaron a crecer. Tomaron sus formas, sus pensamientos, sus ilu-

siones y sus amargas frustraciones...

RETENIDA 1.ª.- Necesito jugar a las cartas.

RETENIDA 2.ª.- Las espinas fueron creciendo, acumulando la sabiduría de los

desapercibidos animales a los que aniquilaron...

Mariam Budia

45

Page 46: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- Necesito jugar a las cartas.

RETENIDA 2.ª.- Pero cayeron en su propia trampa...

RETENIDA 1.ª.- Necesito jugar a las cartas. ¡Necesito jugar a las cartas! No pararé

de hablar hasta que me des las cartas. Dame las cartas.

RETENIDA 2.ª.- (Gritando.) No tengo tus malditas cartas. (Pausa.) Crecieron y

dieron paso a otras espinas que al igual que ellas comenzaron a formarse

con su imagen.

RETENIDA 1.ª.- No mientas. ¿Dónde diablos las has puesto?

RETENIDA 2.ª.- (Rindiéndose.) No las he puesto en ningún sitio.

RETENIDA 1.ª.- Se las habrá llevado el viento, ¿verdad?

RETENIDA 2.ª.- No, se las habrá llevado él.

RETENIDA 1.ª.- Sí, tu queridísimo.

RETENIDA 2.ª.- Sí, mi queridísimo.

RETENIDA 1.ª.- Llama a tu amiguito y dile que te dé la baraja.

RETENIDA 2.ª.- No puedo llamarle. Vendrá cuando crea conveniente.

RETENIDA 1.ª.- Si tanto te quiere vendrá si le llamas.

RETENIDA 2.ª.- Acudirá cuando deba.

RETENIDA 1.ª.- Tienes miedo. No le llamas porque sabes que no vendrá.

RETENIDA 2.ª.- (Pausa.) Él haría cualquier cosa por mí.

RETENIDA 1.ª.- Entonces llama bien fuerte, seguro que ni te escucha.

RETENIDA 2.ª.- (Tras pensarlo detenidamente, encuentra el valor necesario para

decir su nombre.) Hombre Elegante, quiero que vengas, ¡ven! (Asustada, ro-

gando.) Ven, por favor, ven, ven.

(Pausa tensa.)

RETENIDA 1.ª.- No viene. (Pausa.) No vendrá.

RETENIDA 2.ª.- (Muy asustada.) Vendrá. (Rogando en voz baja.) Por favor, por

favor, por favor...

(HOMBRE ELEGANTE aparece en escena. Besa a RETENIDA 2.ª.)

Al soslayo

46

Page 47: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- Pregunta por sus cartas. (Con temor.) Piensa que las tienes tú.

RETENIDA 1.ª.- (A RETENIDA 2.ª, susurrando.) Pídeselas, por favor.

HOMBRE ELEGANTE.- No tengo tus cartas. Se las habrán llevado los otros. (Be-

sa de nuevo a RETENIDA 2.ª y sale.)

RETENIDA 1.ª.- Mentiroso, mentiroso...

RETENIDA 2.ª.- Ha venido, le he llamado y ha venido... (Pausa.) Me ama, me

ayudará... (Hacia RETENIDA 1.ª, con aire de suficiencia.) ¿Y a ti quién te

ama?

RETENIDA 1.ª.- No quieres reconocerlo pero me amas. Eres más testaruda que tu

padre. ¡Dime que me amas!

RETENIDA 2.ª.- Otra vez con el jueguito...

RETENIDA 1.ª.- Dímelo.

RETENIDA 2.ª.- No.

RETENIDA 1.ª.- Dímelo.

RETENIDA 2.ª.- No.

RETENIDA 1.ª.- Dímelo, dímelo.

RETENIDA 2.ª.- He dicho que no.

RETENIDA 1.ª.- Necesito que me lo digas.

RETENIDA 2.ª.- No, no, no, no, no, no, no, y no.

RETENIDA 1.ª.- Me lo vas a decir.

RETENIDA 2.ª.- Ya no puedes hacerme daño.

RETENIDA 1.ª.- Puedo.

RETENIDA 2.ª.- No, porque no siento nada por ti.

RETENIDA 1.ª.- No quiero verte más.

RETENIDA 2.ª.- Me marcharé cinco pasos... quince... quizás veinte. ¿Recuerdas?

RETENIDA 1.ª.- Recuerdo.

RETENIDA 2.ª.- Me alegro, puedo comprobar que tu cabeza aún funciona media-

namente bien.

(Pausa larga.)

Mariam Budia

47

Page 48: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- Está lloviendo.

RETENIDA 2.ª.- Llueve.

RETENIDA 1.ª.- Nos estamos mojando.

RETENIDA 2.ª.- Es un buen presagio.

RETENIDA 1.ª.- De qué.

RETENIDA 2.ª.- De mi final.

RETENIDA 1.ª.- Ni tú ni yo tendremos nunca final.

RETENIDA 2.ª.- Tú tal vez, yo, seguro.

RETENIDA 1.ª.- Nosotras, como todo el mundo, estamos condenadas a padecer

continuamente. No existe nuestro final.

RETENIDA 2.ª.- (Tranquila y feliz.) Antes también pensaba que estábamos conde-

nadas a padecer, pero he podido ver muy claro que existe una forma de evi-

tarlo.

RETENIDA 1.ª.- No seas necia.

RETENIDA 2.ª.- Por primera vez en mi vida, no lo soy.

RETENIDA 1.ª.- ¿Cuál es la fórmula mágica que yo desconozco?

RETENIDA 2.ª.- No puedo explicártelo, no lo comprenderías.

RETENIDA 1.ª.- No estés tan segura.

RETENIDA 2.ª.- No quiero que pienses que esto lo decidí hace mucho tiempo y

que no he querido decírtelo. Antes estaba tan condenada como tú, pero he

visto la salida.

RETENIDA 1.ª.- Si de verdad has encontrado una salida, ayúdame.

RETENIDA 2.ª.- La muerte.

RETENIDA 1.ª.- Pero ya estamos muertas.

RETENIDA 2.ª.- Lo estamos y lo estaremos. Muertas en vida, sin poder decidir,

porque los paseantes nos colocaron aquí para permanecer eternas.

RETENIDA 1.ª.- ¿Eternas?

RETENIDA 2.ª.- Él me dará la vida.

RETENIDA 1.ª.- Cómo.

RETENIDA 2.ª.- Con la muerte.

Al soslayo

48

Page 49: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- No te comprendo.

RETENIDA 2.ª.- Renaceré, en cambio tú morirás con la vida, perteneciéndoles

eternamente con tu sufrimiento.

RETENIDA 1.ª.- ¿A ellos?

RETENIDA 2.ª.- A ellos. (Mira hacia la ventana. Dos paseantes observan. Parece

no temer nada, ya no susurra, grita hacia los paseantes.) ¡Se sentirán supe-

riores mientras duren sus mezquinas vidas! (Pausa.) Ahora soy tan mediocre

como tú, tú como yo... pero él me ayudará... porque... a su manera... a su

manera, me quiere. (Pausa.) Si hubieras sido valiente...

RETENIDA 1.ª.- Mi ruina.

RETENIDA 2.ª.- Ahora comienzas a entender.

RETENIDA 1.ª.- Sí.

(HOMBRE ELEGANTE aparece con una bandeja que deposita sobre el baúl.

Acaricia a RETENIDA 2.ª, mira a RETENIDA 1.ª, pero no se ríe. Desaparece.

Las mujeres comienzan a comer. RETENIDA 2.ª tiene apetito.)

A tu padre tuvieron que ayudarlo.

RETENIDA 2.ª.- Sí.

RETENIDA 1.ª.- ¿Quién pudo hacer semejante cosa?

RETENIDA 2.ª.- Una mujer elegante.

RETENIDA 1.ª.- Es difícil de creer.

RETENIDA 2.ª.- Sí.

RETENIDA 1.ª.- ¿Cuánto nos queda?

RETENIDA 2.ª.- Depende.

RETENIDA 1.ª.- ¿De qué?

RETENIDA 2.ª.- Depende de él.

RETENIDA 1.ª.- ¿También dependo de él?

RETENIDA 2.ª.- Tú dependes de ti misma, igual que yo, pero no quieres darte

cuenta.

RETENIDA 1.ª.- ¿Entonces?

Mariam Budia

49

Page 50: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- Te queda toda la eternidad.

RETENIDA 1.ª.- ¿Y a ti?

RETENIDA 2.ª.- Muy poco.

(Pausa larga.)

RETENIDA 1.ª.- No tengo hambre.

RETENIDA 2.ª.- Me comeré tu parte.

RETENIDA 1.ª.- Perderás tu figura.

RETENIDA 2.ª.- Nunca tuve figura.

RETENIDA 1.ª.- Estás muy extraña. No pareces la misma.

RETENIDA 2.ª.- Es la felicidad.

RETENIDA 1.ª.- ¿Desde cuándo conoces la felicidad?

RETENIDA 2.ª.- Desde el momento en que acudió a mi llamada.

RETENIDA 1.ª.- Me gustaría conocerla...

RETENIDA 2.ª.- Tuviste tu oportunidad. Ahora es tarde. No te dejará.

RETENIDA 1.ª.- Quién.

RETENIDA 2.ª.- A veces pienso que te conozco mucho menos de lo que...

RETENIDA 1.ª.- Yo casi nunca te entiendo.

RETENIDA 2.ª.- Nunca nos hemos entendido.

RETENIDA 1.ª.- ¿Quién no me dejará?

RETENIDA 2.ª.- Hombre Elegante.

RETENIDA 1.ª.- Me lo figuraba.

RETENIDA 2.ª.- Pero no sólo él.

RETENIDA 1.ª.- Nadie más puede impedirlo. Estamos solas.

RETENIDA 2.ª.- Te olvidas de algo muy importante...

RETENIDA 1.ª.- ¿Algo muy importante?

RETENIDA 2.ª.- Muy importante... No es una persona, son varias.

RETENIDA 1.ª.- Sí, son muchísimas.

RETENIDA 2.ª.- Ellos.

RETENIDA 1.ª.- Los paseantes.

Al soslayo

50

Page 51: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- A ti no te dejarán, hace tiempo que conmigo no se meten.

RETENIDA 1.ª.- Me da igual que se metan contigo o conmigo, el caso es meterse

con alguien. (Pausa.) No pueden vivir de otra forma. Necesitan vernos inferio-

res, reírse de nosotras... Es la única manera de poseer su efímera y repug-

nante existencia. Necesitan mirarnos, aniquilarnos y borrar nuestro recuerdo

para así comer tranquilos.

RETENIDA 2.ª.- No tenemos capacidad de pensamiento ni posibilidad de opinión.

(Por la comida.) ¡Está rica! (Pausa.) No tenemos ningún poder y ellos lo tie-

nen todo. Nadie vino a ayudarnos, nadie vendrá.

RETENIDA 1.ª.- Al rostro de una hermosa mujer le han salido pecas, máculas co-

mo nosotras. Ellos maquillarán su faz perfilando el olvido. (Pausa.) Y nos de-

jan aquí, porque sólo somos dos mujeres frente a millones de habitantes que

ya se han olvidado. (Pausa.) La prensa no dirá nada, sólo los allegados nos

recordarán de vez en cuando, lo suficiente para sentirse más humanos.

(Pausa.) Y si algún periódico nos dedica un pequeño artículo, contrarrestarán

con otro que hable de la boda de algún famosillo mediocre. (Pausa.) Nos

hemos convertido en la lacra dolorosa que quieren olvidar. ¡Y vaya si olvidan!

(Pausa.) Seguiremos en este rincón mientras los paseantes esbozan su ca-

mino delante de nosotras, al soslayo.

(Pausa larga.)

RETENIDA 2.ª.- Te quiero.

RETENIDA 1.ª.- Quédate conmigo.

RETENIDA 2.ª.- Es demasiado tarde.

RETENIDA 1.ª.- No es demasiado tarde. Podemos comenzar a vivir otra vida.

RETENIDA 2.ª.- Lo he pensado mucho...

RETENIDA 1.ª.- Cambiaré, te lo prometo, seré distinta a partir de ahora. Te lo de-

mostraré si te quedas conmigo.

RETENIDA 2.ª.- No tienes que demostrarme nada. Eres una mujer excelente so-

metida a una tensión extrema. (Pausa.) No debes cambiar.

Mariam Budia

51

Page 52: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

(Pausa larga.)

RETENIDA 1.ª.- ¿Cómo vas a hacerlo?

RETENIDA 2.ª.- Dejándolo todo.

RETENIDA 1.ª.- ¿Cuándo te vas?

RETENIDA 2.ª.- ¿El momento exacto? Él lo decidirá por mí.

RETENIDA 1.ª.- Quiere ayudarte.

RETENIDA 2.ª.- Quiere ayudarme porque le importo, pero no puede cambiar lo

que es... Ha encontrado el término medio.

RETENIDA 1.ª.- ¿Lo crees de verdad?

RETENIDA 2.ª.- No.

(Pausa larga.)

RETENIDA 1.ª.- Tal vez te quiera.

RETENIDA 2.ª.- Tal vez un poco.

RETENIDA 1.ª.- ¿Y tú?

RETENIDA 2.ª.- Me enamoré de él cuando prometió ayudarme.

RETENIDA 1.ª.- ¿De verdad?

RETENIDA 2.ª.- No.

(Pausa larga.)

RETENIDA 1.ª.- Te envidio.

RETENIDA 2.ª.- No sé el porqué.

RETENIDA 1.ª.- Debo hacerlo.

(HOMBRE ELEGANTE aparece para llevarse la bandeja.)

HOMBRE ELEGANTE.- Volveré pronto y podrás descansar. (Sale sonriendo.)

Al soslayo

52

Page 53: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- Llévame contigo.

RETENIDA 2.ª.- No puede ser.

RETENIDA 1.ª.- Por favor.

RETENIDA 2.ª.- No tendrías valor.

RETENIDA 1.ª.- Moriré sin ti.

RETENIDA 2.ª.- Vivirás.

RETENIDA 1.ª.- No tengo fuerzas, no me importa lo que suceda después.

(Pausa larga.)

¿Soñamos por última vez? No niegues la última voluntad de una arrepentida

solitaria.

(Ambas comienzan el último y más triste de los juegos.)

RETENIDA 2.ª.- Por última vez.

RETENIDA 1.ª.- Hoy es el día de tu comunión y debes estar muy guapa. Arréglate

el cabello. Toda la familia ha venido a verte... (susurrando), con muchos rega-

los.

RETENIDA 2.ª.- No recuerdo mi primera comunión.

RETENIDA 1.ª.- Parecías una novia.

RETENIDA 2.ª.- Creo que no recibí la comunión.

RETENIDA 1.ª.- ¡No seas tonta! Comulgaste, y ¡bien guapa que estabas aquel día!

RETENIDA 2.ª.- Bueno, sí, comulgué.

RETENIDA 1.ª.- Ahora que has decidido dejarme, podrías hacerme este favor...

RETENIDA 2.ª.- Qué ridículo.

RETENIDA 1.ª.- Voy a darte la comunión para que cuando te vayas, puedas des-

cansar en paz junto a tu padre.

RETENIDA 2.ª.- Quiero descansar en paz, así que espero no encontrarme con tu

marido. Seguro que me pregunta por ti. ¡Qué fastidio!

Mariam Budia

53

Page 54: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- (Buscando en el suelo restos de comida. Encuentra un pequeño

trozo de pan.) Colócate delante de mí.

RETENIDA 2.ª.- Puedes comenzar.

RETENIDA 1.ª.- Espera, debes estar de rodillas.

RETENIDA 2.ª.- ¡Siempre arrodillada! Bueno, si la gran sacerdotisa así lo quiere,

no contrariaré su voluntad. Así sea, señora entre las señoras. (La impotencia

invade a las mujeres. Utilizan el juego como despedida, extremaunción.)

RETENIDA 1.ª.- Tomad y comed todas de ella, porque es mi carne, carne que será

entregada por vosotras y por todas las mujeres, para el perdón de los peca-

dos. Haced esto en conmemoración mía.

RETENIDA 2.ª.- Amén.

RETENIDA 1.ª.- Eso no se dice ahora.

RETENIDA 2.ª.- Perdón, es todo lo que sé decir.

RETENIDA 1.ª.- (Poniendo en la mano de RETENIDA 2.ª el trozo de pan.) En

conmemoración mía...

RETENIDA 2.ª.- Amén.

RETENIDA 1.ª.- (Elevando el volumen de su voz.) En conmemoración mía...

RETENIDA 2.ª.- Amén, amén, ¡amén!

RETENIDA 1.ª.- ¡Come!

RETENIDA 2.ª.- ¿Por qué no lo has dicho antes?

RETENIDA 1.ª.- Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y dándote gra-

cias, señora, lo pasó a sus discípulas diciendo: tomad y bebed todas de ella,

porque es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derrama-

da por todas vosotras para el perdón de los pecados. Haced esto en conme-

moración mía.

RETENIDA 2.ª.- Amén.

RETENIDA 1.ª.- ¡Bébete la sangre!

RETENIDA 2.ª.- ¿Qué sangre?

RETENIDA 1.ª.- (Señalando hacia la fuente-lavabo.) Ve y bebe.

RETENIDA 2.ª.- Pero sin peleas, ¿vale? (Bebe.)

Al soslayo

54

Page 55: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 1.ª.- Nunca nos hemos peleado, siempre jugábamos.

RETENIDA 2.ª.- ¡Bonitos juegos realizas tú!

RETENIDA 1.ª.- (Dubitativa.) Es... es... el sacramento de nuestra fe.

RETENIDA 2.ª.- Amén.

RETENIDA 1.ª.- Di las palabras.

RETENIDA 2.ª.- ¿Las palabras?

RETENIDA 1.ª.- Sí, ahora es el momento.

RETENIDA 2.ª.- ¿Las palabras mágicas?

RETENIDA 1.ª.- Las palabras sagradas.

RETENIDA 2.ª.- Abracadabra, pata de cabra.

RETENIDA 1.ª.- ¡No seas sacrílega!

RETENIDA 2.ª.- ¿Qué significa sacrílega?

RETENIDA 1.ª.- Hija, significa hija.

RETENIDA 2.ª.- Palabras sagradas.

RETENIDA 1.ª.- Dirás: «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven,

señora».

RETENIDA 2.ª.- Anunciamos tu resurrección, proclamamos tu muerte...

RETENIDA 1.ª.- Las has dicho al revés. Anunciamos tu muerte... repite conmigo.

RETENIDA 2.ª.- Anunciamos tu muerte...

RETENIDA 1.ª.- Proclamamos tu resurrección...

RETENIDA 2.ª.- Proclamamos tu resurrección...

RETENIDA 1.ª.- Ven, señora.

RETENIDA 2.ª.- Ven, señora.

RETENIDA 1.ª.- Muy bien, muy bien. Ahora lo haremos correctamente. Cuando

oigas que yo digo nuestra fe, entonces tú respondes lo que te he enseñado.

RETENIDA 2.ª.- ¿Después me dejarás en paz?

RETENIDA 1.ª.- Sí.

RETENIDA 2.ª.- ¿Ya no tendré que responderte?

RETENIDA 1.ª.- No tendrás que hacerlo. (Pausa.) Atención.

RETENIDA 2.ª.- Atenta estoy.

RETENIDA 1.ª.- El sacramento de nuestra fe...

Mariam Budia

55

Page 56: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

RETENIDA 2.ª.- Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven, seño-

ra... ¿Cuál era el nombre?

RETENIDA 1.ª.- No he dicho ningún nombre.

RETENIDA 2.ª.- ¿No?

RETENIDA 1.ª.- No.

RETENIDA 2.ª.- Amén.

(Ahora que el juego ha terminado, las mujeres respiran tranquilas.)

RETENIDA 1.ª.- Ahora estás preparada.

RETENIDA 2.ª.- (Con impaciencia.) No puedo esperar más.

RETENIDA 1.ª.- Siempre has estado esperando.

RETENIDA 2.ª.- Tú también.

RETENIDA 1.ª.- Todos esperamos.

RETENIDA 2.ª.- Pero sólo unos pocos lo saben.

RETENIDA 1.ª.- Sólo unos pocos creen saberlo.

(Pausa tensa. HOMBRE ELEGANTE entra con su pistola en la mano.)

HOMBRE ELEGANTE.- Vamos... no tengo todo el día.

RETENIDA 1.ª.- Quiero que me des tu perdón.

RETENIDA 2.ª.- No tengo nada que perdonar, pero si va a hacer que te sientas

mejor...

RETENIDA 1.ª.- Sin embargo... te vas.

HOMBRE ELEGANTE.- ¡Vamos!

RETENIDA 2.ª.- Después de tantos años... nunca te he dicho mi nombre. Me llamo

Marta, como tu hija, y he aprendido a quererte. (Pausa.) ¿No vas a decirme el

tuyo?

RETENIDA 1.ª.- No lo recuerdo. Mi nombre... Creo que era... creo que es... Espe-

ranza.

RETENIDA 2.ª.- Esperanza... Bonito nombre. No vuelvas a olvidarlo.

Al soslayo

56

Page 57: Mariam Budia - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

(HOMBRE ELEGANTE y RETENIDA 2.ª salen. Ambos son sombras chines-

cas que pueden observarse entre brumas. Se escucha un disparo y una

sombra cae al suelo.)

RETENIDA 1.ª.- Escapó. (Riendo, muy feliz.) ¡Escapó! ¡Escapó!

FIN

Mariam Budia

57