Marginados "La Voz de la Calle"

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MARGINADOS “La voz de la calle” Así es mi mundo: Crónica-Entrevistas Habitantes de calle en Bogotá El otro lado de la calle: Crónica-Reportaje fotográfico Barrio La Candelaria. XXV Feria Del Libro 2012. Editorial: XXX Juegos Olímpicos Londres, Inglaterra 2012 La mayor delegación colombiana en la historia de los juegos Olímpicos De frente: Artículos de opinión Visiones del habitante de calle. La banda deportiva: ¿Sabías qué? Curiosidades Olímpicas Edición 00 - Mayo/Junio de 2012 (Habitantes de Calle)

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Revista producida por estudiantes de la Universidad Panamericana en Bogotá

Transcript of Marginados "La Voz de la Calle"

MARGINADOS “La voz de la calle”

Así es mi mundo: Crónica-EntrevistasHabitantes de calle en Bogotá

El otro lado de la calle:Crónica-Reportaje fotográficoBarrio La Candelaria.XXV Feria Del Libro 2012.

Editorial: XXX Juegos Olímpicos Londres, Inglaterra 2012La mayor delegación colombiana en la historia de los juegos Olímpicos

De frente:Artículos de opiniónVisiones del habitante de calle.

La banda deportiva:¿Sabías qué? Curiosidades Olímpicas Ed

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Indicador de marginados

-Así es mi mundo1. Crónica: La calle, una tierra movediza que hunde Pág. 3al que quiere salir. 2. Entrevistas:La calle, un lugar de pocos amigos. Pág. 5“Los policías no son injustos, lo injusto es la ley” Pág. 7Caminando hacia un futuro Pág. 8Una ausencia de iniciativa política. Pág.10

-De frente3. Artículos de opinión: Ojos que no ven, corazón que no siente. Pág.11¿Quiénes son los habitantes de la calle? Pág.12Escondiendo una cruda realidad. Pág.13“Vivía en el campo, vivo en la calle” Pág.14La “L”, descomposición social. Pág.15

-Editorial4. Juegos Olímpicos 2012 Pág.16“Más rápido, más alto, más fuerte”

-La banda deportiva 5. ¿Sabías qué? Pág.17Curiosidades Olímpicas

-El otro lado de la calle6. Crónica Pág.18Un paseo histórico 7. Reportaje fotográfico Pág.19El mundo del libro

GRUPO EDITORIAL MARGINADOS:

Directora:Gabriela Prieto

Subdirectora: Lina Flórez

Diagramador: Álvaro Mendoza

Diseñador: Giovanny Ospina - Andres Bolívar

Jefe de fotografía: Omar Martínez

Jefe contenido:Edwin Melo

El pasado 29 de abril, el grupo de investigación de la revista Marginados, salió a recorrer

las calles del centro de la ciudad en busca de conocimientos acerca de la vida de personas que son margina-das por la mayoría de la sociedad. No llevábamos una cuadra de re-corrido, cuando nos encontramos con un sin número de historias im-pactantes que causaron en nosotros múltiples sentimientos, generando un cambió inmediato en la percep-ción que tal vez teníamos sobre esta dura realidad.

Niños, jóvenes, adultos y ancianos, atrapados en un callejón oscuro y sin salida, destruido por la pobreza, la falta de educación y las drogas.

El aspecto físico no es muy impor-tante, la vida en la calle tiene otras prioridades, como un almuerzo de $ 200 en los cambuches del Bronx o pagar el alquiler de una pieza para no dormir en las bancas de concreto

ASÍ ES MI MUNDO

que brinda el hotel parque tercer mi-lenio. El aseo personal o mantener una buena imagen, ya no es de inte-rés para estas personas, “el que vive en la calle pierde su autoestima”. Las casas del Samber, escondidas en medio de la décima y la caracas, albergan a cientos de habitantes de calle al igual que lugares como la L, parques, puentes, alcantarillas, lo-tes, chatarrerías o esquinas, que ha-cen parte del hábitat móvil de estos 8.385 rechazados por Bogotá.

Luego de cruzar por los sitios más frecuentados por los habitantes de calle, llegamos a Plaza España, en donde un hombre perteneciente a la tercera edad, sentado al lado de la iglesia, pedía limosna. Este nos con-tó de su vida, de cómo las drogas y la soledad lo llevaron a ser parte de un grupo social rechazado y temi-do, una historia similar a la que le sucedió a Don Héctor.

La calle, una tierra movediza que hunde al que quiere salir

Omar MartínezJefe de fotografía

MARGINADOS 3

exclusión social, refugiados en el bazuco, el pegante bóxer, la sole-dad y el dolor.

La indigencia infantil, ah formado jóvenes que difícilmente cumplen su mayoría de edad, mujeres abusa-das por la vida y doblegadas a ma-nos de hombres trastornados con sus experiencias en la calle.

Colombia en general, es uno de los paises suramericanos con mayor número de indigencia y con menor inversión pública para su atención, todos llegan a la calle por motivos diferentes pero los discriminan por igual. Aunque el 17.2% de habitantes de calle llegaron a este tipo de vida por problemas de drogadicción y decisión propia, el 70% quieren salir de ella, y el 85% de personas que los rodean prefieren ignorarlos, escon-derlos y aparentar que no existen, destinándolos a crecer, vivir y sufrir la frialdad la pobreza, y a ser objeto

Otros miles de seres humanos, que han caído en las redes del bajo mundo, hoy se encuentran sin posi-bilidades de salir adelante, “la calle es como tierra la movediza, hunde mas al que intenta salir”.

Descubrimos que cuando se efectuó el desalojo de la calle del cartucho no se acabo con la problemática de la indigencia, solo se reubicó en dis-tintos lugares de la ciudad a 1059 mujeres, a 704 menores de edad y a 7.286 hombres, que son interve-nidos por organizaciones guber-namentales y no gubernamentales, direccionadas a prevenir y solucio-nar esta situación. Pero la falta de posibilidades los mantiene estanca-dos en un ritmo de vida que arreba-ta la dignidad a cualquiera, ya que en estos lugares podemos encontrar personas con títulos profesionales, artistas, deportistas, seres con habi-lidades únicas, y deseos de aportar soluciones a una realidad palpable, siendo sometidos a un régimen de

de intolerancia, rechazo, y abuso. Lo más preocupante de todo es que es una cadena que va dejando de ge-neración en generación, las mimas carencias y problemáticas.

La indiferencia no solucionara el problema, es necesario tomar medi-das para generar opciones de cambio en nuestro país, que aunque con mu-chas falencias, es hermoso para vivir.

Giovanny OspinaEdwin MeloLina Flórez

Redacción Marginados

La calle, un lugar de pocos amigos

Plaza España, lugar en el cuál Héctor Luis pide limosna hace doce años.

MARGINADOS entrevistó a Héctor Luis Lenis, un hom-bre que habita hace doce

años en la calle, y que sobrevive pi-diendo limosna en Plaza España.

El hombre de 58 años de edad, un habitante de calle invisible para la sociedad, quien asegura que son muy pocas las ayudas que recibe del gobierno, accedió a entrevistar-se con Marginados y a contarle las vivencias de su estadía en la calle.

MARGINADOS: ¿Para usted qué es la calle?

Héctor Luis: La calle es lo peor.

MARGINADOS: ¿Hace cuánto tiempo habita en la calle?

H.L.: Hace doce (12) años.

MARGINADOS: ¿Cómo llegó a este lugar? Fotografía: Grupo editorial revista

Marginados.

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H.L.: A raíz de un accidente, y a cau-sa del abandono de mis seres queri-dos. También influyo la muerte de mi único hijo.

MARGINADOS: ¿Consume algu-na sustancia psicoactiva? ¿Cuál?

H.L.: En realidad consumí varias, entre ellas el bazuco, pero actual-mente no, a causa de mi edad y las experiencias que tuvo estando meti-do en el vicio.

MARGINADOS: ¿Qué efectos tuvo en su vida el consumo de dro-ga?

H.L.: Problemas de salud, soledad y rechazo.

MARGINADOS: ¿Cuáles son los lugares por los que más se movili-za?

H.L.: Por el sector de la calle 16 en él cuál habito y en Plaza España que es en donde pido limosna.

MARGINADOS: ¿Cómo se asea? ¿Cada cuánto?

H.L.: Todos los días me aseo en el lugar en donde habito ya que tiene servicio de baño.

MARGINADOS: ¿Cada cuánto se alimenta?

H.L.: No es lo más importante para mí, me alimento cuando recolecto el dinero suficiente para la habitación. Ahí días en los que me toca pasar sin comer.

MARGINADOS: ¿Recibe alguna ayuda (Fundación o persona)?

H.L.: No, no recibo ayuda de nin-guna entidad, algunas veces ahí sa-cerdotes que nos dan desayuno los domingos y la gente que me da li-mosna que es con la que sobrevivo.

MARGINADOS: ¿Cómo era su vida antes de llegar a la calle?

H.L.: Vivía en Pereira con mi esposa y mi hijo, y trabajaba en zapatería.

MARGINADOS: ¿Cómo se siente viviendo en la calle?

H.L.: Muy mal, es lo peor que me ah pasado.

MARGINADOS: ¿Qué es lo más duro de la calle?

H.L.: Lo más duro es tener que dor-mir en la calle, estar expuesto al frío y a los peligros.

MARGINADOS: ¿Tiene algún tipo de creencia religiosa?

H.L.: Creo en papá Dios qué final-mente es mi única compañía.

MARGINADOS: ¿Sabe algo de sus familiares?

H.L.: Lo último que supe, de eso ya hace dos años, fue que mis her-manos se fueron a vivir a Estados Unidos, y que mi ex esposa vive en Pereira.

MARGINADOS: ¿Le gustaría vol-ver a ver a sus familiares?

H.L.: No, ellos se olvidaron de mí, me abandonaron, no me interesa si quiera saber de sus vidas.

MARGINADOS: ¿Considera que tiene amigos?

H.L.: No ninguno a pesar de llevar tanto tiempo viviendo en la calle no tengo amigos, o bueno si, mi único amigo y compañía es Dios.

MARGINADOS: ¿Ah pensado en dejar la calle?

H.L.: Si, es uno de mis mayores an-helos, pero es muy difícil por mi edad y los problemas de salud que me impiden conseguir un trabajo digno.

MARGINADOS: ¿Cómo es el tra-to de las demás personas para con usted?

H.L.: Me discriminan, y en algunas ocasiones la policía intenta sacarme de aquí, sin embargo por los años que llevo en este sector ya no me molestan tanto.

MARGINADOS: ¿Cómo es su vida sexual?

H.L.: No tengo compañera senti-mental hace mucho tiempo.

MARGINADOS: ¿Cómo es su vida social?

H.L.: Solamente me saludo con al-gunas personas que me reconocen en el sector, las cuales me ayudan con dinero para mi sustento diario.

Lina FlórezRedacción Marginados

Álvaro MendozaEdwin Melo

Giovanny OspinaLina Flórez

Grupo Investigación Marginados

Carol Viviana, habitante de calle acongojada a causa de estar lejos de su única hija.

Carol Viviana, una habitante de calle obligada a abando-nar su hogar a los doce años

de edad, habló con MARGINA-DOS para contarle su historia el pasado martes 01 de mayo.

Esta joven mujer que aparenta más edad de la que tiene, dice ser amante de la naturaleza, motivo por el cual se rebusca la vida lim-piando las calles.

Huyó de su casa a los doce años porque su padre abusaba sexual-mente de ella y su madre no la de-fendía.

MARGINADOS: ¿Para usted que es la calle? Carol Viviana: Esto no es vida, esto es lo peor.

MARGINADOS: ¿Hace cuánto tiempo habita en la calle?C.V.: Desde cuando tenía 12 años. MARGINADOS: ¿Cómo llegó a este lugar?

C.V.: Me tocó abandonar mi casa, porque mi papá abusaba sexualmen-te de mí y mi mamá no me defendía.

MARGINADOS: ¿Consume algu-na sustancia psicoactiva? ¿Cuál?C.V.: (Ríe) Eh probado todo tipo de drogas, marihuana, bazuco, coca, popper, pegante, ya es tan normal que casi no me hace efecto.

MARGINADOS: ¿Recibe alguna ayuda (fundación o persona)?C.V.: No, nadie nos ayuda, el go-bierno nos tiene olvidados.

MARGINADOS: ¿Qué es lo más duro que ah vivido en la calle?C.V.: Lo más duro que eh vivido en la calle fue cuando el papá de mi hija me vio con un novio que tenía y sin pensarlo dos veces lo cogió a puñaladas, en ese momento pensé que me iba a matar, eso ocurrió e la calle del cartucho.

MARGINADOS: ¿Tiene algún tipo de creencia religiosa?C.V.: Nunca eh visto a Dios física-mente, pero me manda muchas per-sonas buenas, soy bautizada por la iglesia de los Monzones, Dios para mi lo es todo.

MARGINADOS: ¿Sabe algo de sus familiares?C.V.: (Llora) Mi única familia es mi hija de 11 años que esta en el con-vento, porque no me gustaría verla consumiendo vicio.

MARGINADOS: ¿Cómo es el tra-to de las fuerzas públicas para con usted? C.V.: Los policías no son injustos, lo injusto es la ley. Eh escuchado sobre grupos de limpieza social (la mano negra), pero a mí gracias a Dios nunca me han tocado.

MARGINADOS: ¿Cómo es su vida social? C.V.: Me siento marginada por la sociedad.

Lina FlórezRedacción Marginados

Omar Martínez-Edwin MeloGrupo Investigación Marginados

Fotografía: Grupo editorial revista Marginados.

“Los policías no son injustos, lo

injusto es la ley”

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Caminando hacia un futuro

Julio Armando en compañía de uno de sus 22 cachorros.

Fotografía: Álvaro Mendoza

Julio Armando Ochoa Guasca tiene 45 años de edad, de los cuales lleva 30 viviendo en la

calle. No se enorgullece de su pa-sado, pero camina hacia el futuro. Hace aproximadamente tres años dejó de delinquir y consumir bazu-co para dedicarse a cuidar y salvar perros, lo cual ha sido su redención. Nos cuenta aspectos interesante de su vida, nos habla del desalojo de la calle del cartucho y de cuando lo bombardearon, “llegaban policías y empezaban a matar a todo mundo” dice Julio.

Nos hablo también de el olvido y la marginación por parte del gobierno distrital, “nosotros no somos pie-dras, nosotros no somos animales, somos seres humanos enfermos que necesitan ayuda”.MARGINADOS: ¿Para usted qué es la calle? Julio Ochoa: Para mí la calle es mi hogar, mi mundo, porque desafortu-nadamente no conozco nada mejor.

MARGINADOS: ¿Hace cuánto tiempo habita en la calle?J.O.: Hace 30 años.

MARGINADOS: ¿Cómo llegó a este lugar?

J.O.: Llegué a ser habitante de calle por curiosidad y porque me gustó el agite que se veía antiguamente en los ladrones. Me nació ser delincuente, me gustaba hacer eso, en verdad lo confieso, no me da pena decirlo.

MARGINADOS: ¿Consume algu-na sustancia psicoactiva? ¿Cuál?J.O.: Ya no consumo y ya no robo, porque me dediqué a la cuestión de cuidar a mis perritos, mis 22 perritos.

MARGINADOS: ¿Qué efecto tuvo en su vida el consumo de droga?J.O.: La droga en mí tuvo un efecto muy negativo, mientras andaba en el mundo de la drogadicción robaba y maltrataba a la gente, y eso no me enorgullece.

MARGINADOS: ¿Cuáles son los lu-gares por los que más se moviliza? J.O.: Yo me movilizo por todo el centro de la ciudad, por San Victo-rino, la candelaria, a veces por las cruces y pues en el Brons, que es donde pago los $15.000 de la pieza donde me guardan mis perritos.

MARGINADOS: ¿Cómo se asea? ¿Cada cuánto?J.O.: Pues yo todos los días a eso de las 7:00am subo desde el Brons con tres perritos, a cada uno de ellos les llevo el control del baño. Los baño ahí arriba del chorro de Quevedo y pues aprovechando que los estoy bañando me baño yo.

MARGINADOS: ¿Cada cuánto se alimenta?J.O.: Eso depende mucho de lo que me pueda colaborar la gente. Una vez o dos, según lo flojo que este el día.

MARGINADOS: ¿Recibe alguna ayuda (fundación o persona)? J.O.: Pues afortunadamente la con-cejal “Sharito” anda pendiente de mi, a veces me da purina para mi pe-rritos y pues me ayuda también con unos pesitos. Ella esta tratando de sacar adelante con migo la cuestión de la fundación para mis perritos, se va ha llamar “derecho a vivir” y va a llevar la fotografía de Yaruma.

MARGINADOS: ¿Cómo era su vida antes de llegar a la calle?J.O.: Antes era un muchacho sano, vivía con mi papá y mamá en Tunja, yo era bailarín.

MARGINADOS: ¿Cómo se siente viviendo en la calle?J.O.: No me gusta, no tengo nada, solo tengo en mi corazón tristeza y malos recuerdos.

MARGINADOS: ¿Qué es lo más duro de la calle? J.O.: Aguantar frío, pasársela con hambre y miedo de que le hagan algo a uno, eso es lo más difícil y a la vez desesperante.

MARGINADOS: ¿Tiene algún tipo de creencia religiosa?J.O.: (Ríe y llora) Yo solo creo en la mano de Dios, quiero ir al estadio mas grande de Alemania a predicar la palabra de Dios, a dar mi testimo-nio, para decirle a todo mundo que existe un Dios que no es racista, un Dios que ama, y pues ahí si que Dio-sito me mate.MARGINADOS: ¿Sabe algo de sus familiares? J.O.: No se nada de ellos hace mucho tiempo.

MARGINADOS: ¿Considera que tiene amigos? J.O.: Si, mis perritos son mis mejores amigos.

MARGINADOS: ¿Ha pensado dejar la calle? J.O.: Claro que si, y si Dios quiere, cuando tenga mi fundación ya no voy a vivir mas en la calle.

Lina Flórez - Álvaro MendozaRedacción Marginados

Álvaro MendozaGrupo Investigación Marginados

Fotografía: Álvaro Mendoza

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Jairo Estupiñán, un abogado de 43 años de edad, habló con MARGINADOS y le contó acer-

ca de su labor con los habitantes de calle. Él asegura que toda esta pro-blemática radica en la falta de com-promiso del Estado para ayudar a estas personas.

MARGINADOS: ¿Cómo nace su interés por ayudar al habitante de calle?J.E.: Nace con mi vinculación a inte-gración social.

MARGINADOS: ¿Hace cuánto tiempo ayuda al habitante de calle? J.E.: Llevo ocho años trabajando con esta población.

MARGINADOS: ¿De qué manera ayuda usted al habitante de calle?J.E.: Las acciones que se adelantan en beneficio de los habitantes de calle, están ubicadas dentro de los lineamientos del plan de desarrollo, yo estoy específicamente vinculado al sector de salud pública, en el mar-co de la garantía de este derecho, en la secretaría de integración social, y colaboro en la identificación de la población vulnerable, para que pue-dan acceder a los beneficios.

La cifra de habitantes de calle es alarmante. A diario vemos como en semáforos y lugares de alta concurrencia se sitúan niños, jóvenes, an-cianos, hombres y mujeres con un propósito específico, sobrevivir pi-

diendo limosna.

Lo que para la mayoría es simplemente parte de la cotidianidad y fruto de la pereza del ser humano para trabajar, para mí son alternativas extremas que toman las personas, viendo en la mendicidad el único camino para salir adelante.

Es fácil hacer señalamientos y juzgar, pero cuando soy lo suficientemente capaz de mirar que hay más allá, es en donde me doy cuenta que esta rea-lidad que muchas veces veo tan lejana, no respeta edad, sexo, ni raza, que incluso yo misma puedo ser víctima de ello.

Aunque no desconozco que como en todos los casos hay gente que se apro-vecha de la buena voluntad del otro, no por esto voy a negarme a abrir los ojos y darme cuenta que estas personas no son animales, son seres humanos que al igual que todos ríen, aman, pero sobre todo sufren, y si llegaron a esta situación, a lo mejor no fué por voluntad propia, sino porque la misma necesidad los obligó a eso.

Buscar una solución que acabe por completo esta problemática es bastante complejo, pero la iniciativa debe nacer de mí, de ti, de todos, tal vez no dando un recurso económico o material, pero si abriendo nuestro corazón, dejando a un lado la indiferencia, y mediante ello dar un punto de partida para generar un cambio en la visión que tienen muchos de la realidad.

¨No se trata de mover grandes masas, se trata de mover conciencias¨

Lina FlórezRedacción Marginados

Una ausencia de iniciativa política De Frente

MARGINADOS: ¿Ha visto resul-tados ayudando al habitante de calle?J.E.: Una doble mirada se puede lle-var a cabo. Lo primero es tener bien claro para que uno ayuda a alguien. Si se ayuda con la esperanza de que logre superar la condición de habi-tante de calle, uno podría decir que realmente es bastante complejo por la situación social y económica del país, por otro lado, si uno lo quisiera hacer en pro de mejorar las condi-ciones ambientales de la ciudad, se podría decir que el efecto es positivo. A pesar de que no es tan evidente, se ha generado una disminución del impacto negativo que tiene la ciudad frente a los habitantes de calle.

MARGINADOS: ¿Cree qué vale la pena ayudar al habitante de calle?J.E.: Vale la pena, antes que nada son seres humanos, ciudadanos que tienen los mismos derechos de cual-quier otro.

MARGINADOS: ¿Cuánto tiempo dedica para ayudar al habitante de calle?J.E.: Desde que me integre al sector de integración social, dedico casi toda mi jornada laboral para ayu-darles.

Ojos que no ven, corazón que no sienteMARGINADOS: ¿Qué haría usted para concientizar a la gente de no caer en esta situación?J.E.: Pues les diría que para no caer en esta problemática deben ser muy consientes del entorno que les ro-dea, y de la misma manera ser con-sientes también de que nadie está exento a esto.

MARGINADOS: ¿Cómo cree us-ted que la gente podría ayudar al habitante de calle?J.E.: No son tanto las personas, es una decisión política de estado, debe comprometerse el gobierno nacional con la solución del conflic-to. De nada sirve la discriminación o la limpieza social.

MARGINADOS: ¿Qué es lo más impactante que ha visto en el desa-rrollo de su labor?J.E.: La indolencia humana, la inso-lidaridad, he visto muertes. Lo más duro es que no hay una conciencia de parte de la gente, nadie piensa en que le puede pasar lo mismo.

Lina Flórez - Álvaro MendozaRedacción Marginados

Álvaro MendozaGrupo Investigación Marginados

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De acuerdo al VI censo de ciudadanos y ciudadanas habitantes de calle, realizada por la secretaría de integración social 9.614 personas deambulan por las calles de la ciudad, sin techo, sin abrigo y sin co-

mida, niñas y niños de 4 a 18 años, desplazados, poliglotas y profesionales de todas las áreas completan la triste lista de seres humanos que por alguna circunstancia de la vida han llegado a habitar en la calle.

Son personas erróneamente marginadas por la sociedad que ven en la ca-lle una opción de vida, quizás no el mejor, pero la mayoría de los casos es su única salida, retacando, reciclando, y hasta robando, viven día a día tratando de satisfacer sus necesidades básicas, entre ellas el consumo de sustancias psicoactivas, sustancias que los llevan a perder su autoestima a tal punto que muchas personas los califiquen como “desechables” pero, ¿si merece algún ser humano ser llamado “desechable”, por el simple hecho de habitar en la calle?, esta es la exclusión a la que se ven sometidos por parte de otras personas de la ciudad, aun sabiendo que ninguno de noso-tros está exento de caer en esta problemática.

Nuestro deber es tratar de reintegrarlos, brindarles esa segunda oportuni-dad que muchos de ellos necesitan para volver a ser los que eran antes, los que eran hasta el día que su vida cambió, porque a pesar de que muchos sienten miedo, lástima y rechazos son muy pocos los que contribuyen a un cambio definitivo en sus vidas. Concienticémonos y ayudemos a las per-sonas que viven en el mundo invisible de las calles ya que son y serán por siempre seres humanos igual que nosotros.

Edwin MeloRedacción Marginados

Difícil es no darse cuenta de la mediocre manera como el gobierno distrital afronta una problemática social tan trascendente como lo es la de los habitantes de calle.

Ojalá que el gobierno distrital se de cuenta de una buena vez, que los pro-gramas para el beneficio de esta población son muy escasos.Pero no será fácil, la exclusión de este gobierno es notable, observamos día tras día los atropellos de las autoridades y la discriminación de la gente hacia ellos.

Desafortunadamente la imagen que quiere proyectar esta ciudad, se ve per-judicada por los habitantes de calle, así, en lugar de colaborarles se prefiere tratar de ocultar una realidad que ellos representan.

En el plan de desarrollo, uno de los objetivos es la atención a esta po-blación, la secretaría de integración social desarrolla estrategias para ayu-darlos, hogares de paso para día y noche, brigadas o centros de atención transitoria pero desafortunadamente no son suficientes.

¿Quiénes son los habitantes de la calle?

Escondiendo una cruda realidad

Esta problemática es cada vez mas alarmante y evidente, pese a que el bus-quen la manera de hacer creer a la ciudadanía que las cosas tienden a mejo-rar, las autoridades pertinentes deben tener en cuenta que los habitantes de calle son ciudadanos con los mismos derechos de cualquier otro individuo.Los recursos invertidos para colaborar a la solución de esta problemática no son suficientes, no se cuestiona el hecho de que se inviertan recursos en educación, alimentación o en obras de infraestructura pese a que mucho dinero se desaparece misteriosamente y no se vean resultados, lo que si debo cuestionar es que no se invierten los recursos suficientes para colabo-rar a la solución de esta problemática.Finalmente el gobierno distrital tiene que buscar mas soluciones hacia evi-tar que la gente caiga en esta problemática en vez de tratar de esconder al habitante de calle como si no fuera parte de la sociedad.

Álvaro MendozaRedacción Marginados

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El desplazamiento forzado en Colombia, causado por actos inhumanos a mano de orga-

nizaciones terroristas, ha generado que aumente el número de habitan-tes de calle, estas personas en busca de nuevas oportunidades deciden abandonar su tierra. Vidas inocen-tes marginadas por combates entre paramilitares, guerrillas y fuerzas públicas, en donde las víctimas de una guerra que lleva ya más 50 años, son los mismos ciudadanos que las políticas públicas mencionan como prioridad pero el sistema social aís-la como una población en decaden-cia sin derechos ni garantías.

Las calles de Bogotá ahora son el hogar de cientas de familias dam-nificadas por la guerra, llegaron a la ciudad capital en busca de la tar-jeta de desplazados, la cual les per-mite acceder a bonos alimenticios, comedores comunitarios, subsidios de vivienda, sisben y otras necesi-dades básicas, pero la deprimente realidad que les brinda el sistema público colombiano, en donde la cédula es un documento indis-pensable para trámites legales y la cantidad de desplazados tan exten-sa como para una respuesta inme-diata, cierra las puertas a prontas soluciones. Salieron de su tierra

La “L” o la letra, nació en el año 2002 después de que el antiguo cartucho fuera recuperado por

las autoridades, y a decir verdad, lo único que lo diferencia es su ubi-cación. Al igual que en el cartucho, en la “L” se consumen todo tipo de sustancias psicoactivas, armas blan-cas, armas de fuego y gran cantidad de artículos robados, hacen parte de este lugar. Al ingresar un olor a ba-zuco, marihuana y muerte ronda es-tas calles, pero tal vez lo más impre-sionante es ver como seres humanos se descomponen en la más lamenta-ble miseria humana.

La “L” es el lugar de Bogotá donde más se reúnen expendedores y con-sumidores de droga, gibaros que acaban con los sueños de pequeños e indefensos niños, y terminan de hundir a las personas adictas que ro-dean a este lugar, como cuerpos sin alma, que no les importa nada más que consumir sustancias que cada día los arrastra hacia un callejón sin salida y a una oscura realidad que terminara en miseria y muerte.

Tal vez pensamos que este lugar solo lo frecuentan habitantes de calle, pero es muy fácil encontrar estudiantes con sus uniformes de colegio y personas elegantemente vestidas, esto se debe a la facilidad y comodidad de ingresar y comprar desde una dosis personal, hasta lo suficiente para enviciar nuestros co-legios y barrios.

La “L” es un lugar aterrador que funciona con gran éxito, o por lo

“Vivía en el campo, vivo en la calle”

La “L”, descomposición

socialcon miedo, en medio de sacrificios, afujías y resignación, dejando atrás seres queridos, sueños y sus tierras, debe ser difícil pensar en un docu-mento cuando se intenta salvar la vida, permanecer en una fila dos horas cuando los niños están afue-ra aguantando hambre, que difícil remembrar su hogar como una víc-tima más de un gobierno que man-tiene una guerra absurda “si se aca-ba la guerrilla se acaba el ejército”.

Por esto, y por la falta de solidaridad, la inconciencia ciudadana, la escases de oportunidades y la preocupante solvencia económica, es común ver familias sentadas en las esquinas de las calles a la intemperie del clima, vestidas con harapos, cubiertos por el mugre, con letreros que dicen “so-mos desplazados ayúdenos”, aun así se escucha decir que el derecho a una vida digna nos cobija a todos los ciu-dadanos, pero que dignidad puede haber en un niño que extiende sus manos a un desconocido limosneán-dole una moneda, el mismo niño que llego a Bogotá como víctima de la guerra, será criado por la vida en la calle, bajo un régimen de carencia, sa-crificios, crimen y con un pasado que se quiere dejar atrás “mi familia vi-vía en el campo, la guerrilla los mato,

llegue como desplazado, me crie con dolor, no encontré ayuda, la calle me acogió, no soy un abogado soy un re-ciclador”. Los habitantes de calle pertenecen al conjunto de personas margina-das por la sociedad, siendo ellos el producto de un sistema estatal en decadencia y en necesaria reestruc-turación, el abuso de autoridad, la guerra, la drogadicción, la prosti-tución, la delincuencia común, las pandillas, la miseria, la falta de con-ciencia, entre otras, son problemá-ticas que necesitan ser atendidas de inmediato, no solo con documentos o leyes que las mencionan, no con armas, con educación, con oportuni-dades, con equidad “mi familia vivía en el capo, me crie con educación, hoy genero empleo, soy agricultor”.

Giovanny OspinaRedacción Marginados

menos así piensan los delincuentes que están a cargo, mientras que sus imperios y cuentas crecen rápida-mente, nuestra sociedad se consu-me lentamente. Lugares como este y muchos más, son los que el gobier-no y la comunidad deberían borrar.

Omar MartínezRedacción Marginados

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Los juegos olímpicos son el evento multidisciplinario más importante del mundo. La XXX olimpiada se realizara este año en Londres, In-glaterra desde el 27 de julio hasta el 2 de agosto con la participación

de más de 10.000 atletas que buscaran la gloria olímpica en 26 deportes y 38 disciplinas.

A pesar de ser un país futbolero, Colombia concentra su atención e ilusión en estas justas ya que por primera vez en la historia, una delegación co-lombiana está conformada por más de 100 deportistas, cumpliendo con el objetivo trazado desde hace 4 años. A pesar del poco apoyo por parte del gobierno y el sector privado, el deporte colombiano ha progresado a pasos agigantados, recordemos que hasta ahora la delegación más grande había sido la que participó en los juegos olímpicos Pekín 2008 con 67 deportistas.Luego de las diecinueve participaciones, Colombia cosecha 11 medallas olímpicas, 1 de oro, 3 de plata y 7 de bronce, destacándose en deportes como la halterofilia y el boxeo. En Londres 2012 el COC (Comité Olímpico Colombiano) aspira ganar 5 medallas olímpicas, hay un buen nivel en cada uno de los deportistas, lo que vale la pena destacar es el gran entusiasmo que ha despertado en los colombianos la participación en estos juegos.

Llegó el momento de mostrarle al mundo que en Colombia hay muy bue-nos deportistas, y que todo no es narcotráfico y guerrilla. “Más rápido, más alto, mas fuerte”, vamos Colombia.

Edwin MeloRedacción Marginados

Edwin MeloGrupo Investigación Marginados

EDITORIAL“Más rápido, más alto, más fuerte”

LA BANDA DEPORTIVA¿Sabias qué?Curiosidades Olímpicas

• JORGE PERRY NOVA VILLATE ex atleta colombiano, fue el único participante colom-biano en los juegos olímpicos de los ángeles 1932. Lo curioso es que participó en la maratón y a los 10km de competencia se des-mayo. Recibió la medalla al méri-to deportivo.

• FRED LORZ ganó la ma-ratón en 1904. Antes de entregar-le la medalla de oro, se descubrió que había ido en coche por más de 14km. Él atleta fue sancionado de por vida.

• ABEBE BIKILA atleta de Etiopía, ganó la maratón tras correr descalzo, además días antes había sido operado de apendicitis.

• En los juegos olímpicos de 1920, realizados en Bélgica, no participaron Alemania, Aus-tria, Bulgaria, Hungría, y Tur-quía, por haber sido enemigos de este país en la primera guerra mundial.

• Después de la segunda guerra mundial, la situación en Europa era precaria. Las meda-llas que se entregaron eran de hojalata.

• Múnich 1972 es con-siderada la olimpiada más oscura de la historia, por el asesinato de 10 deportistas israelitas a manos de la orga-nización terrorista palestina Septiembre Negro.

• En los juegos olímpi-cos de la antigüedad, los atletas competían desnudos exhibien-do sus cuerpos como símbolo de perfección y dedicación.

• La polaca STANISLWA WALASIEWICS, que ganó la medalla de oro en 100 metros en las olimpiadas de 1932, resul-tó ser un hombre.

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EL OTRO LADO DE LA CALLE Un paseo histórico

En épocas en las cuales culturizarse y saber un poco más de nuestra historia está pasado de moda, después de un previo acuerdo, pese al frío y a la llovizna, me dispuse a cumplir con la cita pactada en la Pla-

za de Bolívar el viernes 11 de mayo de 2012. Pasadas las 7:00 pm y estando casi que completo el grupo, empezamos un recorrido que de principio a fin me envolvió con su magia.

Al comienzo del recorrido nos impidieron el paso por los alrededores de la plaza, lo que nos obligó a tomar vías alternas que nos permitieron divisar más detalladamente lugares que muchos tal vez pasábamos desapercibido. Con cámaras fotográficas en mano, cada quién capturando lo que le llama-ba la atención, nuestro caminar se tornaba lento a pesar de que nos dete-níamos únicamente en los sitos de mayor interés. La primera gran parada fue en la Plaza de José Rufino Cuervo, lugar en el cual hay un muro con los derechos del hombre plasmados, posterior a ello, tuvimos el gran privile-gio de entrar al majestuoso Teatro Colón que se encuentra en remodelación y es inaugurado hasta dentro de dos años, sin duda alguna una inigualable sensación que duro pocos minutos pero que fue muy bien aprovechada.

Nuestra caminata continuo, y hacía parte de ella la percepción de múltiples museos, elegantes restaurantes, y sensuales exposiciones arquitectónicas que llaman la atención no solamente de los citadinos, sino también de los turistas que se dejan atrapar por las apasionantes historias de nuestro cen-tro histórico.

Nuestro recorrido finaliza en el Chorro de Quevedo, lugar en el que se cree, se fundó nuestra hermosa ciudad.

Hay gran diversidad de sitios por visitar, todo depende de la disposición, la curiosidad, y las ganas que se tengan de saber más, de aquel frío lugar que no solamente es capital del país, sino capital de historia.

Lina FlórezRedacción Marginados

EL MUNDO DEL LIBRO

Muro declaración de los derechos del hombre.

Fotografía: Grupo editorial revista Marginados.

Palcos teatro ColónFotografía: Revista Marginados

Puerta principal de la maravillosa XXV feria del libro.

Entrada al pabellón de Brasil, país invitado.

Uno de los artistas gráficos invitados a la XXV feria del libro Bogotá 2012.

Ejemplar de cuentos didácticos en 3D para niños.

Exhibición de libros en el pabellón número 5 de corferias.

Vista panorámica del pabellón, en el cual se hace homenaje al gran escritor Rafael Pombo.

Hombre y mujer disfrasados, mues-tra teatral del país invitado Brasil.

Estatua humana situada en la entrada principal de corferias.

Caricatura del premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.

Espectadores conociendo la variedad de libros exhibidos en la feria.

Libro del escritor Juan Carlos Volta.

Literatura, asistiendo masivamente a la XXV feria internacional del libro.

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Omar MartínezJefe de fotografía