MARA La Falsa Liebre de La Patagonia

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Aspectos historicos de la mara (Dolichotis patagonum)

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MARA, LA FALSA LIEBRE DE LA PATAGONIA Dolichotis patagonum

Con su aspecto, mezcla de liebre y pequeo venado, la mara llam la atencin de los primeros exploradores de la Patagonia.

John Wood, marino ingls que particip del viaje del contralmirante John Narborough al Atlntico Sur, las encontr hacia 1670 en Sandy Bay, al sur de Puerto Deseado (Santa Cruz, Argentina). Las llamaron liebres e incluso bautizaron Hare (= liebre) a una pequea isla por la gran cantidad de maras que encontraron all: Matamos nueve de ellas en un slo da, nos parecieron mucho mayores que nuestras liebres inglesas, algunas de ellas pesaban 20 libras cada una. Cuando se las persegua se metan en agujeros en la tierra, como nuestros conejos.

El propio Narborough relataba haber visto 5 6 liebres de las cuales el galgo mat una; tienen la conformacin de las liebres inglesas, y [son] mucho mayores, y en lugar de cola tienen un pequeo mun de aproximadamente una pulgada, sin pelo; tienen madrigueras en la tierra como los conejos.

Casi cien aos despus, otro marino ingls, John Byron, contaba que en Puerto Deseado, vieron unas liebres de un tamao prodigioso tambin aparecen en este sitio; porque pesan, estando vivas, casi 20 libras, y una vez cuereadas son tan grandes como un zorro. Se las ve principalmente en los valles (...) Vi muchas liebres. Le dispar a una que pesaba ms de 26 libras. En verdad, que si hubiera tenido un buen lebrel le hubiera dado a comer liebre a la tripulacin dos veces por semana. Las liebres tienen aqu la carne blanca y de un gusto muy agradable.

Para estos exploradores no haba dudas de que se trataba de liebres, aunque algo diferentes a las europeas. Pero, pocos aos despus, en 1781, el zologo Thomas Pennant advirti que estaban ms relacionadas con los cabiai o agutes, del gnero Cavia de Linneo, y por eso le di el nombre de Patagonian Cavy, separandolas de los conejos y liebres verdaderos (lagomorfos). Gracias a un ejemplar existente en el Museo Leveriano de Londres, Pennant hizo una descripcin ms detallada, y adems parece que supo o dedujo sus hbitos alimenticios ya que la incluy entre los cuadrpedos herbvoros. Tambin aport uno de los primeros dibujos de la mara con un aspecto muy conejil.

Es curioso que, a pesar de que la mara no est sealada para Chile, el jesuita Juan Ignacio Molina (1782) a la vez que citaba las observaciones de Byron parece referirse a ella cuando menciona que la liebre, a la que da la errnea nomenclatura de Lepus timidus, se hallaba en grandes cantidades en las provincias de Coquimbo, Puchacay, y Huilquilemu, tres localidades del pas bastante distantes entre s. En esa poca la liebre europea an no haba sido introducida en Chile as que no sabemos a que animal se refera Molina.

Zologos posteriores como Kerr, Shaw y Brown siguieron repitiendo la descripcin de Pennnat y las observaciones de Byron, y slo recin con el aporte de Flix de Azara encontramos datos nuevos sobre la mara. Hacia 1796 Azara haba sido encargado por el virrey Melo de Portugal para reconocer la frontera sur en lo que es hoy la provincia de Buenos Aires (Argentina), a los efectos de construir fortines para la defensa contra los indgenas pampa. En esa zona observ maras: He visto y cogido muchas entre los 35 y 36 grados, y se extiende por toda la tierra patagona Por eso la llam Liebre Patagona pero sealando sus diferencias con la europea: mayor y ms fornida, no corre tanto y se cansa ms presto. Afirma que un jinete bien montado puede cazarla con el lazo o las boleadoras.

Sobre su voz dice: O muchas veces de noche su voz elevada, incmoda y bastante aguda que dice oooi. Dice que los indios y los espaoles consideran su carne muy inferior a la del Peludo, Mulita, Pichii y Mataco, y de muy diverso gusto que la Liebre de Europa. Persiguindolas ninguna fi su salud a otra cosa que a las piernas no obstante haber por all algunas vizcacheras. Cazadas de pequeas se domestican mucho, salen de casa y vuelven, caminan a paso, y comen de todo. Dos que le enviaron de Ro Negro eran muy mansejonas; pero como saliesen de casa me las mataron los Perros de la calle. Finalmente cuenta que vio muchas alfombras de sus pieles, que son muy buenas por la suavidad y buena vista.

Hacia 1819, Anselme Gatan Desmarest, profesor de anatoma en la Escuela Veterinaria de Alfort, recibi 4 pieles de mara provenientes de Buenos Aires a las que sin embargo llam Liebre de Brasil. Desmarest observ que estas pieles pertenecan a la misma especie descripta por los viajeros ingleses y por Azara y al igual que Pennant la clasific prxima a los agutes pero dentro de un gnero aparte que llam Dolichotis, del griego dolichos, largas, y otis, orejas, pues en efecto sus orejas eran ms largas que las de aquellos. Tambin propuso importar a la mara a Europa dado que la bondad de su carne y el uso que se podra hacer de su piel y de su pelo, para la sombrerera de calidad, nos aseguraran obtener un excelente provecho. Pero al ao siguiente, se arrepinti y las ubic en el mismo gnero de los agutes como Dasyprocta patachonica, usando el nombre comn de Agouti des Patagons (= Agut de los patagones). Desmarest qued as como el autor de la especie, aunque no pudo agrgar ms observaciones que lo dicho por Azara.

En 1832 Lesson opt por el nombre de Mara Magellanique, porque Los Puelches [?] de las orillas del estrecho de Magallanes llaman al pequeo animal que nos ocupa mara, introduciendo un error etnogrfico: el nombre mara o marra es de origen mapudungun pero de ninguna manera los puelches habitaron al estrecho de Magallanes. Lesson reconoce el aporte de Azara y lamenta que slo haba en el Museo de Historia Natural de Paris un solo ejemplar en mal estado del que se obtuvo el dibujo que reproducimos aqu.

El naturalista francs Alcides dOrbigny vio maras en las cercanas de la baha San Blas, en el extremo sur de la provincia de Buenos Aires. Tambin registr el nombre indgena de mara y, a pesar de ser muy buen cazador, cuenta que no pudo matar ninguna para obtener ejemplares de estudio: eran demasiado salvajes para que uno pudiera acercarse a ellos, en medio de un campo casi descubierto. Queriendo verlas mejor las corri a caballo pero casi se mata pues el caballo haca los mismos giros buscos que ellas. Pero uno de los peones que lo acompaaba le mostr como cazarlas: Hizo levantar una mara, detrs de la cual corri al galope, hasta enlazarla; luego, sin poner pie en la tierra, la tom por las orejas y me la entreg viva.

Supuso que no beban o lo hacan con el roco de la maana ya que se encontraban en zonas completamente privadas de agua y no podemos suponer que abandonen los alrededores de su madrigueras, para andar diez a doce leguas a buscar el agua ms cercana. Uno de los ejemplares cazados por el pen fue a parar al asador pero la comida debe haber sido algo desabrida porque el francs acot si se la prepara bien, debe ser un excelente alimento. Finalmente hizo una interesante observacin de un tat predando una cra de mara a la que llevaba a su cueva habindola desangrado de una sola mordida.

El prximo naturalista que lleg a estas tierras y llev a Europa noticias de la mara fue Charles Darwin, quien la llam cavy habindola observado en las proximidades del ro Colorado, en el extremo norte de la Patagonia, donde nos dice que es el cuadrpedo ms abundante. El Agut es un verdadero amigo del desierto; es un rasgo comn del paisaje ver dos o tres de ellos movindose rpido en lnea recta, uno detrs del otro, a travs de estas llanuras salvajes." Darwin se preguntaba por qu la mara ya no era abundante en Santa Cruz donde el capitn Wood la haba visto tan numerosa.Contradiciendo a Azara dice: Donde vive la vizcacha y hace sus vizcacheras, el agut las usa; pero donde la vizcacha no se halla, como en Bahia Blanca, el agut cava l mismo.

Y agrega: (...) he visto muchas veces dos o tres de estos animales sentados sobre sus ancas junto a las bocas de sus cuevas, a las cuales entraban tranquilamente cuando yo pasaba a cierta distancia. Diariamente, en las cercanas de estos lugares, los agutes eran abundantes, pero a diferencia de la mayora de los animales cavadores, vagaban, generalmente de a dos o tres juntos, a millas o leguas de su madriguera; y no s si regresaban por la noche. El cavy se alimenta y anda de da; es desconfiado y observador; rara vez se acurruca a la manera de las liebres; no puede correr muy rpido, y por eso es atrapado frecuentemente por una pareja de perros, an mestizos. Su forma de correr recuerda ms a un conejo que a una liebre. El cavy generalmente produce dos cras, que nacen dentro de la cueva. La carne, una vez cocida, es muy blanca; sin embargo, es sosa y seca.

El Dr. Charles Pickering integrante de la expedicin norteamericana del capitn Wilkes vio en el verano de 1839 que la mara era muy comn en el ro Negro. En una de mis excursiones asust a un grupo de seis de estos animalitos, que huyeron corriendo a considerable velocidad, y para mi sorpresa, mantenindose estrictamente en una sola fila. Me dijeron los nativos que as ocurra cuando se los vea en grupos, y con el propsito de mantenerse en el camino a sus madrigueras. Sin embargo se dice que este agut generalmente est en parejas, aunque quizs no en la estacin de nuestra visita. En otra ocasin encontr cuatro juntas, dos de las cuales se refugiaron en cuevas, mientras que las otras desaparecieron detrs de un risco. El aspecto del animal me record al de la liebre, aunque tiene un paso peculiar y algo llamativo. Las cuevas son grandes y frecuentemente tiene como compaero una especie de bho cavador [la lechucita de las vizcacheras Athene cunicularia] (...) Un joven fue llevado vivo a bordo y tena un grito silbado, no fuerte. Nunca intent morder.

Los tres reinos de la naturaleza es una obra editada en Madrid en 1852 que traduce al espaol y actualiza la obra de Buffon, quien no haba podido identificar bien a la mara a la que confundi con liebres verdaderas del hemisferio norte. Pero en la obra que mencionamos aparece un detalle interesante sobre la especie: Los indios les dan caza para comer su carne que es inspida: tratan siempre de matar primero la hembra, pues estn seguros de que el macho ni aun muerta la abandonar (...) el macho nunca abandona la hembra aun en el caso de verse perseguido por perros. Los bilogos actuales consideran que la monogamia de la mara se basa en la divisin de tareas correspondiendo al macho la vigilancia y defensa de la hembra ante los predadores, y a la hembra la alimentacin y cuidado de la cra.

El zologo alemn Hermann Burmeister durante su viaje por Argentina vio maras en Mendoza cuando viajaba desde la ciudad hacia el ro Desaguadero. Atravesaba el camino con rapidez y daba grandes saltos, como un gamo, y descansaba pronto sobre las patas traseras apoyadas hasta los talones, para quedar con las extremidades delanteras extendidas (...) Se oculta debajo de las matas en nido abierto, y vive de hierbas de la pampa, sobre todo de gramneas. Siempre la vio en pareja o de a tres, con la cra, nunca he visto una solitaria y nunca la vio ocultarse en las cuevas de vizcachas.

Tuvo un ejemplar en cautiverio, un macho joven que permaneca atado en mi habitacin, hacindose pronto muy manso; se dejaba tocar y pasar la mano por el lomo, sin demostrar temor. Si se le molestaba o pegaba, produca un tono silbante, como lo hacen los conejillos de la India, sonando as como uui. Parece ser que no slo coma pasto sino tambin verduras y frutas maduras o verdes como manzanas, peras y duraznos. Pero Burmeister, cientfico al fin, termino sacrificndolo para estudiar su anatoma.

Un artista llamado Adolf Goering,que acompaaba a Burmeister, contaba, en relacin a este mismo animal cautivo, que era una criatura muy amable, de buen carcter e inofensiva. Desde el primer da mostraba gran confianza en su amo, tomaba sin dudar la comida de sus manos, y soportaba que se lo tocara sin exhibir ninguna molestia. Era muy aficionado a las caricias, arqueaba su lomo, pona la cabeza a un lado como si quisiera ver la mano amiga que lo acariciaba y lanzaba un agradecido pero indescriptible chillido o gruido.

Hacia 1869-1870 el viajero ingls George Musters recorri la Patagonia con los aoni-kenk (tehuelches) y encontr maras en abundancia en el centro de la provincia de ro Negro, en las cercanas de la actual Sierra Colorada. Las llam liebres o cavies, y registr el nombre tehuelche: paahi. Estos animalitos viven en cuevas, pero generalmente estn afuera comiendo o durmiendo sobre la hierba durante el da. Son sumamente rpidos por quizs durante una milla pero, como los zorros del pas, pronto se cansan. Para cazarlos primero cerrbamos las madrigueras con arbustos; pero las astutas bestezuelas a menudo se evadan deslizndose por una abertura no observada por quienes cerraban las cuevas. Se requera considerable habilidad para voltearlas con las boleadoras, porque, si eran atrapadas solo por las patas o el cuerpo se liberaban solas con rapidez, pero un golpe en la cabeza era mortal al instante. Son buenas para comer, aunque la carne es algo seca una vez asada. Con las pieles se hacen mantas, pero son de poco valor, ya que pronto se les cae el pelo.

Otro aventurero ingles Heskett Prichard, que haba venido a la Patagonia con el imposible encargo de capturar un Mylodon vivo, encontr a la mara ms a menudo en parches de barro seco y no ms al sur del lago Colhu Huapi. Sus dos perros, Tom y Brian mataron en una ocasin una mara cuya carne consider excelente, parecida a la de la liebre inglesa. El agut a menudo obliga a los perros a una dura persecucin, especialmente donde el terreno es quebrado, y en tales lugares frecuentemente logra escapar. Tras asustarse reaparece muy pronto, y cuando realmente emprende la huida raramente recorre ms de 100 m antes de darse vuelta para ver si la persiguen. Este es el caso cuando la persigue un hombre slo; cuando hay perros no hay tiempo que perder con ningn tipo de especulacin.

MARAS EN EUROPA

Los primeros ejemplares de mara enviados a los zoolgicos de Londres y en Paris no lograron reproducirse y no pudieron sobrevivir por mucho tiempo.

En 1870 segn informaba Albert Geoffroy Sant-Hilaire haba muerto durante el invierno una pareja de maras en el Jardin d'Acclimatation del Bois de Boulgone (Paris). Tres aos despus adquirieron cuatro ms pero la reproduccin de estos animales dulces e inofensivos fracas. Saint-Hilaire remarcaba que al paso, al trote o al galope las maras tienen ms un aspecto de ciervo que de roedor. La manera en que se acuestan no es como la de las liebres y conejos.

Hubo tambin algn inters en Espaa por la aclimatacin de esta especie. Mariano de la Paz Graells, director del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, recibi dos maras que le fueran enviadas por Marcos Jimnez de la Espada, zologo de la Comisin Cientfica Espaola del Pacfico. Escribe Graells: A la vista de un animal tan dulce, tan acariciable, tan manso, de la talla de un Moschus [ciervo almizclero], y cuyo pelaje podr ser utilizado por la peletera, no dudo en afirmar que su multiplicacin ser para nosotros una verdadera conquista. Lamentablemente parece que los dos ejemplares eran machos y se frustr el proyecto.

Fue Cornly, un vizconde francs, que era especialista en aclimatacin de especies, quien, haciendo caso del consejo de Desmarest, se ocup de adaptar la mara al mundo europeo. Primero tuvo dificultad en obtenerlas, incluso una que le enviaron por barco termin en el plato y luego en el estmago de un rico pasajero. Cornly observ que la mara no viva durante mucho tiempo en cautiverio, salvo que dispusiera de amplios espacios con pasto. Cuando consigui una pareja, se le ocurri dejarlas sueltas en su parque de Beaujardin, en Tours, y all se acostumbraron a vivir y se amansaron a tal punto que se acercaban al que las llamaba, tomaban el pan que se les ofreca con la mano, y an se suban sobre las rodillas de las personas sentadas. Se adaptaron tambin a la presencia de los otros animales del parque pero cuando un perro o una gacela se le acercaban por atrs, usaban un medio de defensa bien bizarro. Un pequeo chorro de orina lanzado a la cara del intruso. (...) No siendo el licor ni corrosivo, ni de olor repugnante, no es un arma muy peligrosa.

Comprob lo que sealbamos ms arriba, el gran apego del macho por la hembra con la cual se comportaba con una ternura ejemplar. No las observ cavar ms que leves depresiones en el suelo donde finalmente ocurri el nacimiento de dos cras el primer ao y tres al ao siguiente. Luego recibi tres machos ms, uno de ellos de talla enorme. Cuando el padre de la familia lo vio de lejos, entrechocaba los dientes; se precipit hacia el intruso con el mayor furor y lo puso en fuga.

Por su parte, Pierre Amde Pichot criaba con xito maras en su propiedad de Svres y haba visto que las maras en cautiverio excavaban el suelo si era seco y suelto y tambin ocupaba albergues artificiales por lo que supuso que en su vida silvestre bien podra usar sin problemas las cuevas de otros animales como las vizcachas.Georges de Frzals un francs que vivi a fines del s. XIX en Mendoza tena un macho domesticado, Juanito, y observ que nunca las maras en cautiverio haban intentado excavar madrigueras, quizs por disponer de bastante sombra y humedad en los corrales, lo que les haca innecesario buscar refugio. Mientras que las que vivan en libertad en las proximidades del ro Tunuyn, s lo hacan para protegerse de los ardores del sol y disfrutar un poco del fresco. Lo mismo ocurra en Famatina (La Rioja) donde eran abundantes y se las cazaba a golpes de pala, segn Claude Mabit.

Remy Saint-Loup, autor de un interesante trabajo sobre la anatoma y el comportamiento de la especie, observ que Cuando la pastura crece abundante, con una hierba densa y suculenta sobre tierras crasas y hmedas, los Dolichotis desaparecen como si rechazaran esta humedad del suelo o la calidad especial de las hierbas ricas y por eso aconseja intentar su aclimatacin en las regiones ms secas de Francia. Segn este autor en esa poca haba 6 criadores de maras en Francia y aparentemente ninguno en Inglaterra. La utilidad de estos roedores provena de la elegancia de su forma y actitud que los haca extremadamente decorativos, de su carne blanca como la del conejo y de su piel til para la confeccin de guantes, ya que el pelo es caedizo y no serva para otros artculos.

Las previsiones de estos criadoresno se cumplieron pues finalmente la mara no parece haber sido objeto de la cra industrial, quedando slo confinada a los zoolgicos.

MARAS EN LAS CULTURAS AMERICANAS

En los restos arqueolgicos de antiguos asentamientos sudamericanos aparecen los huesos de este roedor lo que demuestra que desde hace muchos aos se la usaba como alimento. Estos sitios arqueolgicos se encuentran en la regin pampeana, en la Patagonia y en la zona Chaco-santiaguea con una antigedad que va desde10.000 aos hasta440 aos atrs.

Como hemos visto a travs de los distintos relatos de los exploradores y naturalistas europeos, la mara fue un recurso para los pueblos originarios, especialmente para los tsonekas o tehuelches de la Patagonia, para los que constituan una buena fuente de protenas. Por tratarse de una pieza menor su caza la realizaban las mujeres. As mismo con su cuero se elaboraban mantas y alfombras que los indgenas vendan o canjeaban en Carmen de Patagones. Claraz (1865) dice que el cuero se usaba tambin como recipiente para agua.

Generalmente se la cazaba en invierno cuando escaseaba la caza mayor, por eso quizs una de sus leyendas la vincula con esa estacin del ao. En efecto, cuando no existan las estaciones el hroe mtico Elal convoc a todos los animales para que establecieran la duracin de cada poca del ao. Cada animal fundament sus preferencias: as los guanacos y los cauquenes necesitaban un verano largo para poder alimentar sus cras. Los cazadores, como el puma y el zorro, preferan el invierno para poder seguir en la nieve las huellas de sus presas. La perdiz propuso tres lunas de fro, tres de calor y las otras seis lunas de transicin entre el verano y el invierno. Entonces la Mara viendo que el problema era la duracin del invierno propuso que durara tres lunas.

Pero el Oin (choike o and petizo) se opuso pues quera que todo el ao fuera invierno y al que no le gustara que se fuera al norte. La discusin se hizo dura entre la mara y el and, que gritaba a ms no poder, hasta que la primera enojada dio un manotazo en el suelo y se fue a su cueva. El choique la sigui y pisndole la cola se la arranc. Desde entonces la mara qued sin cola y el and qued con voz ronca. Elal, finalmente dio la la razn a la mara y desde entonces el ao se divide en cuatro estaciones de tres lunas cada una: shorken (verano), kpenken (otoo), sheiaik (invierno) y ariskiken (primavera).

Los mapches de la regin de Collon Cur (Neuqun, Argentina) realizaban una danza de la mara, de caractersticas rituales ya que era una de las cinco danzas que integraban la ceremonia del Nguillatn.

En la actualidad, por su distribucin endmica para la Argentina, la mara simboliza en cierta forma a los mamferos de la Argentina y posiblemente pro ello fue elegida por la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamferos (SAREM) para su logo.

Alex Mouchard

REFERENCIAS

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&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&Ilustraciones001- Patagonian Cavy Dibujo a partir de un ejemplar trado por Narborough y depositado en el Museo Leveriano.-Pennant, Thomas 1781 - History of quadrupeds. B. White. London.002 - Shaw003-Lesson-Pretre-Mara de Patagonie. Dibujo de Jean Gabriel Pretre.Lesson, R. P. - Prtre, J. G. - 1830-1832- Centurie zoologique. F.G. Levrault. Bruxelles.004- Patagonian cavy. Waterhouse, George Robert 1848 - A Natural History of the Mammalia. Vol 2. H. Baillire.005-Gervais-Dolichotis de Patagoni

006-Vogt-the patagonian cavy

007-Mara-The animals of the world : Brehm's Life of animals.1895008- La chasse illustre c.1873009--Cornly, Joseph -1885- Note sur le Livre Patagon on Mara. Bull. Soc. d'Accl., p. 553.

010-Hudson, William Henry 1893 - Idle days in Patagonia. Chapman & Hall, ltd. London

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013-The Cambridge natural history, edited by S. F. Harmer and A. E. Shipley.By: Harmer, S. F. - Shipley, A. E.Publication info: London :Macmillan and Co. ;1895-1909.014-Nouveau dictionnaire encyclopdique universel illustr, to give it its full and original name, was published in Paris between 1886 and 1891, under the direction of Jules Trousset.

MARA, LA FALSA LIEBRE DE LA PATAGONIA Dolichotis patagonumCon su aspecto, mezcla de liebre y pequeo venado, la mara llam la atencin de los primeros exploradores de la Patagonia.John Wood, marino ingls que particip del viaje del contralmirante John Narborough al Atlntico Sur, las encontr hacia 1670 en Sandy Bay, al sur de Puerto Deseado (Santa Cruz, Argentina) y las llamaron liebres. Incluso bautizaron Hare (= liebre) a una pequea isla por la gran cantidad de maras que encontraron all: Matamos nueve de ellas en un slo da, nos parecieron mucho mayores que nuestras liebres inglesas, algunas de ellas pesaban 20 libras cada una. Cuando se las persegua se metan en agujeros en la tierra, como nuestros conejos.

El propio Narborough relataba haber visto 5 6 liebres de las cuales el galgo mat una; tienen la conformacin de las liebres inglesas, y [son] mucho mayores, y en lugar de cola tienen un pequeo mun de aproximadamente una pulgada, sin pelo; tienen madrigueras en la tierra como los conejos.Casi cien aos despus, otro marino ingls, John Byron, mencion sobre Puerto Deseado, que unas liebres de un tamao prodigioso tambin aparecen en este sitio; porque pesan, estando vivas, casi 20 libras, y una vez cuereadas son tan grandes como un zorro. Se las ve principalmente en los valles. Vi muchas liebres. Le dispar a una que pesaba ms de 26 libras. En verdad, que si hubiera tenido un buen lebrel le hubiera dado a comer liebre a la tripulacin dos veces por semana. Las liebres tienen aqu la carne blanca y de un gusto muy agradable.

Como vemos para estos exploradores no haba dudas de que se trataba de liebres, aunque algo diferentes a las europeas.Pero pocos aos despus, en 1781, el zologo Thomas Pennant advierte que estn ms relacionadas con los cabiai o agutes, del gnero Cavia de Linneo, y por eso le di el nombre de Patagonian Cavy, Y la separ de los conejos y liebres verdaderos (lagomorfos). Gracias a un ejemplar existente en el Museo Leveriano de Londres Pennant pudo hacer una descripcin ms detallada, pero adems pudo determinar sus hbitos alimenticios ya que la incluy entre los cuadrpedos herbvoros. Tambin aport uno de los primeros dibujos de la mara con un aspecto muy conejil.

Es curioso que, a pesar de que la mara no est sealada para Chile, el jesuita Juan Ignacio Molina (1782) a la vez que citaba las observaciones de Byron parece referirse a ella cuando menciona que la liebre, a la que da la errnea nomenclatura de Lepus timidus, se hallaba en grandes cantidades en las provincias de Coquimbo, Puchacay, y Huilquilemu, tres localidades del pas batante distantes entre s. Zologos posteriores como Kerr, Shaw y Brown siguieron repitiendo la descripcin de Pennnat y las observaciones de Byron, y slo recin con el aporte de Flix de Azara encontramos datos nuevos sobre la mara. Hacia 1796 Azara haba sido encargado por el virrey Melo de Portugal para reconocer la frontera sur en lo que es hoy la provincia de Buenos Aires (Argentina), a los efectos de construir fortines para la defensa contra los indgenas pampa. En esa zona observ maras: He visto y cogido muchas entre los 35 y 36 grados, y se extiende por toda la tierra patagona Por eso la llam Liebre Patagona pero sealando sus diferencias con la europea: mayor y ms fornida, no corre tanto y se cansa ms presto. Afirma que un jinete bien montado puede cazarla con el lazo o las boleadoras.Sobre su voz dice: O muchas veces de noche su voz elevada, incmoda y bastante aguda que dice oooi. Dice que los indios y los espaoles consideran su carne muy inferior a la del Peludo, Mulita, Pichii y Mataco, y de muy diverso gusto que la Liebre de Europa. Persiguindolas ninguna fi su salud a otra cosa que a las piernas no obstante haber por all algunas vizcacheras. Cazadas de pequeas se domestican mucho, salen de casa y vuelven, caminan a paso, y comen de todo. Dos que le enviaron de Ro Negro eran muy mansejonas; pero como saliesen de casa me las mataron los Perros de la calle. Finalmente cuenta que vio muchas alfombras de sus pieles, que son muy buenas por la suavidad y buena vista.

Hacia 1819, Anselme Gatan Desmarest, profesor de anatoma en la Escuela Veterinaria de Alfort, recibi 4 pieles de mara provenientes de Buenos Aires a las que sin embargo llam Liebre de Brasil. Desmarest observ que estas pieles pertenecan a la misma especie descripta por los viajeros ingleses y por Azara y al igual que Pennant la clasific prxima a los agutes pero dentro de un gnero aparte que llam Dolichotis, del griego dolichos, largas, y otis, orejas, pues en efecto sus orejas eran ms largas que las de aquellos. Tambin propuso importar a la mara a Europa dado que la bondad de su carne y el uso que se podra hacer de su piel y de su pelo, para la sombrerera de calidad, nos aseguraran obtener un excelente provecho. Pero al ao siguiente, se arrepinti y las unic en el mismo gnero de los agutes como Dasyprocta patachonica, usando el nombre comn de Agouti des Patagons (= Agut de los patagones). Desmarest qued as como el autor de la especie, aunque no pudo agrgar ms observaciones que lo dicho por Azara.

En 1832 Lesson opt por el nombre de Mara Magellanique, porque Los Puelches [?] de las orillas del estrecho de Magallanes llaman al pequeo animal que nos ocupa mara, introduciendo un error etnogrfico: el nombre mara o marra es de origen mapudungun pero de ninguna manera los puelches habitaron al estrecho de Magallanes. Lesson reconoce el aporte de Azara y lamenta que slo haba en el Museo de Historia Natural de Paris un solo ejemplar en mal estado del que se obtuvo el dibujo que reproducimos aqui. El naturalista francs dOrbigny vio maras en las cercanas de la baha San Blas, en el extremo sur de la provincia de Buenos Aires. Tambin registr el nombre indgena de mara y, a pesar de ser muy buen cazador, cuenta que no pudo matar ninguna para obtener ejemplares de estudio: eran demasiado salvajes para que uno pudiera acercarse a ellos, en medio de un campo casi descubierto. Queriendo verlas mejor las corri a caballo pero casi se mata pues el caballo haca los mismos giros buscos que ellas. Pero uno de los peones que lo acompaaba le mostr como cazarlas: Hizo levantar una mara, detrs de la cual corri al galope, hasta enlazarla; luego, sin poner pie en la tierra, la tom por las orejas y me la entreg viva.Supuso que no beban o lo hacan con el roco de la maana ya que se encontraban en zonas completamente privadas de agua y no podemos suponer que abandonen los alrededores de su madrigueras, para andar diez a doce leguas a buscar el agua ms cercana. Uno de los ejemplares cazados por el pen fue a parar al asador pero la comida debe haber sido algo desabrida porque el francs acot si se la prepara bien, debe ser un excelente alimento. Finalmente hizo una interesante observacin de un tat predando una cra de mara a la que llevaba a su cueva habindola desangrado de una sola mordida. El prximo naturalista que lleg a estas tierras y llev a Europa noticias de la mara fue Charles Darwin, quien la llam agut (cavy) habindola observado en las proximidades del ro Colorado, en el extremo norte de la Patagonia, donde nos dice que es el cuadrpedo ms abundante.El Agut es un verdadero amigo del desierto; es un rasgo comn del paisaje ver dos o tres de ellos movindose rpido en lnea recta, uno detrs del otro, a travs de estas llanuras salvajes." Darwin se preguntaba por qu la mara ya no era abundante en Santa Cruz donde el capitn Wood la haba visto tan numerosa.Contradiciendo a Azara dice: Donde vive la vizcacha y hace sus vizcacheras, el agut las usa; pero donde la vizcacha no se halla, como en Bahia Blanca, el agut cava l mismo.Y agrega: (...) he visto muchas veces dos o tres de estos animales sentados sobre sus ancas junto a las bocas de sus cuevas, a las cuales entraban tranquilamente cuando yo pasaba a cierta distancia. Diariamente, en las cercanas de estos lugares, los agutes eran abundantes, pero a diferencia de la mayora de los animales cavadores, vagaban, generalmente de a dos o tres juntos, a millas o leguas de su madriguera; y no s si regresaban por la noche. El cavy se alimenta y anda de da; es desconfiado y observador; rara vez se acurruca a la manera de las liebres; no puede correr muy rpido, y por eso es atrapado frecuentemente por una pareja de perros, an mestizos. Su forma de correr recuerda ms a un conejo que a una liebre. El cavy generalmente produce dos cras, que nacen dentro de la cueva. La carne, una vez cocida, es muy blanca; sin embargo, es sosa y seca.

El Dr. Charles Pickering integrante de la expedicin norteamericana del capitn Wilkes vio en el verano de 1839 que la mara era muy comn en el ro Negro. En una de mis excursiones asust a un grupo de seis de estos animalitos, que huyeron corriendo a considerable velocidad, y para mi sorpresa, mantenindose estrictamente en una sola fila. Me dijeron los nativos que as ocurra cuando se los vea en grupos, y con el propsito de mantenerse en el camino a sus madrigueras. Sin embargo se dice que este agut generalmente est en parejas, aunque quizs no en la estacin de nuestra visita. En otra ocasin encontr cuatro juntas, dos de las cuales se refugiaron en cuevas, mientras que las otras desaparecieron detrs de un risco. El aspecto del animal me record al de la liebre, aunque tiene un paso peculiar y algo llamativo. Las cuevas son grandes y frecuentemente tiene como compaero una especie de bho cavador [la lechucita de las vizcacheras Athene cunicularia] (...) Un joven fue llevado vivo a bordo y tena un grito silbado, no fuerte. Nunca intent morder.

Los tres reinos de la naturaleza es una obra editada en Madrid en 1852 que traduce al espaol y actualiza la obra de Buffon, quien no haba podido identificar bien a la mara a la que confundi con liebres verdaderas del hemisferio norte. Pero en la obra que mencionamos aparece un detalle interesante sobre la especie: Los indios les dan caza para comer su carne que es inspida: tratan siempre de matar primero la hembra, pues estn seguros de que el macho ni aun muerta la abandonar (...) el macho nunca abandona la hembra aun en el caso de verse perseguido por perros. Los bilogos actuales consideran que la monogamia de la mara se basa en la divisin de tareas correspondiendo al macho la vigilancia y defensa de la hembra ante los predadores, y a la hembra la alimentacin y cuidado de la cra.Hermann Burmeister durante su viaje por Argentina vio maras en Mendoza cuando viajaba desde la ciudad hacia el ro Desaguadero. Atravesaba el camino con rapidez y daba grandes saltos, como un gamo, y descansaba pronto sobre las patas traseras apoyadas hasta los talones, para quedar con las extremidades delanteras extendidas (...) Se oculta debajo de las matas en nido abierto, y vive de hierbas de la pampa, sobre todo de gramneas. Siempre la vio en pareja o de a tres, con la cra, nunca he visto una solitaria y nunca la vio ocultarse en las cuevas de vizcachas.Tuvo un ejemplar en cautiverio, un macho joven que permaneca atado en mi habitacin, hacindose pronto muy manso; se dejaba tocar y pasar la mano por el lomo, sin demostrar temor. Si se le molestaba o pegaba, produca un tono silbante, como lo hacen los conejillos de la India, sonando as como uui. Parece ser que no slo coma pasto sino tambin verduras y frutas maduras o verdes como manzanas, peras y duraznos. Pero Burmeister, cientfico al fin, termino sacrificndolo para estudiar su anatoma.Un artista llamado Adolf Goering,que acompaaba a Burmeister, contaba, en relacin a este mismo animal cautivo, que era una criatura muy amable, de buen carcter e inofensiva. Desde el primer da mostraba gran confianza en su amo, tomaba sin dudar la comida de sus manos, y soportaba que se lo tocara sin exhibir ninguna molestia. Era muy aficionado a las caricias, arqueaba su lomo, pona la cabeza a un lado como si quisiera ver la mano amiga que lo acariciaba y lanzaba un agradecido pero indescriptible chillido o gruido.Hacia 1869-1870 el viajero ingls George Musters recorri la Patagonia con los aoni-kenk (tehuelches) y encontr maras en abundancia en el centro de la provincia de ro Negro, en las cercanas de la actual Sierra Colorada. Las llam liebres o cavies, y registr el nombre tehuelche: paahi. Estos animalitos viven en cuevas, pero generalmente estn afuera comiendo o durmiendo sobre la hierba durante el da. Son sumamente rpidos por quizs durante una milla pero, como los zorros del pas, pronto se cansan. Para cazarlos primero cerrbamos las madrigueras con arbustos; pero las astutas bestezuelas a menudo se evadan deslizndose por una abertura no observada por quienes cerraban las cuevas. Se requera considerable habilidad para voltearlas con las boleadoras, porque, si eran atrapadas solo por las patas o el cuerpo se liberaban solas con rapidez, pero un golpe en la cabeza era mortal al instante. Son buenas para comer, aunque la carne es algo seca una vez asada. Con las pieles se hacen mantas, pero son de poco valor, ya que pronto se les cae el pelo.Heskett Prichard, aquel aventurero que vino a buscar un Mylodon vivo a la Patagonia, encontr a la mara ms a menudo en parches de barro seco y no ms al sur del lago Colhu Huapi. Sus dos perros, Tom y Brian mataron en una ocasin una mara cuya carne consider excelente, parecida a la de la liebre inglesa. El agut a menudo obliga a los perros a una dura persecucin, especialmente donde el terreno es quebrado, y en tales lugares frecuentemente logra escapar. Tras asustarse reaparece muy pronto, y cuando realmente emprende la huida raramente recorre ms de 100 m antes de darse vuelta para ver si la persiguen. Este es el caso cuando la persigue un hombre slo; cuando hay perros no hay tiempo que perder con ningn tipo de especulacion.

LA MARA EN EUROPALos primeros ejemplares que se haban enviado a los zoolgicos de Londres y en Paris no lograron reproducirse y no haban podido sobrevivir mucho tiempo.En 1870 segn informaba Albert Geoffroy Sant-Hilaire haba muerto durante el invierno una pareja de maras en el Jardin d'acclimatation del Bois de Boulgone (Paris). Tres aos despus adquirieron cuatro ms pero la reproduccin de estos animales dulces e inofensivos fracas. Saint-Hilaire remarcaba que al paso, al trote o al galope las maras tienen ms un aspecto de ciervo que de roedor. La manera en que se acuestan no es como la de las liebres y conejos.Hubo tambin algn inters en Espaa por la aclimatacin de esta especie. Mariano de la Paz Graells, director del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, recibi dos maras que le fueran enviadas por Marcos Jimnez de la Espada, zologo de la Comisin Cientfica Espaola del Pacfico. Escribe Graells: A la vista de un animal tan dulce, tan acariciable, tan manso, de la talla de un Moschus [ciervo almizclero], y cuyo pelaje podr ser utilizado por la peletera, no dudo en afirmar que su multiplicacin ser para nosotros una verdadera conquista. Lamentablemente parece que los dos ejemplares eran machos y se frustr el proyecto.Pero Cornly, un vizconde francs, que era un especialista en aclimatacin de especies, haciendo caso del consejo de Desmarest se ocup de adaptar la mara al mundo europeo. Primero tuvo dificultad en obtenerlas, incluso una que le enviaron por barco termin en el plato y luego en el estmago de un rico pasajero. Cornly observ que la mara no viva durante mucho tiempo encerrada, salvo que dispusiera de amplios espacios con pasto. Cuando consigui una pareja, se le ocurri dejarlas sueltas en su parque de Beaujardin, en Tours, y all se acostumbraron a vivir y se amansaron a tal punto que se acercaban al que las llamaba, tomaban el pan que se les ofreca con la mano, y an se suban sobre las rodillas de las personas sentadas. Se acostumbraron tambin a la presencia de los otros animales del parque pero cuando un perro o una gacela se le acercaban por atrs, usaban un medio de defensa bien bizarro. Un pequeo chorro de orina lanzado a la cara del intruso (...) No siendo el licor ni corrosivo, ni de olor repugnante, no es un arma muy peligrosa.All comprob lo que sealbamos ms arriba, el gran apego del macho por la hembra con la cual se comportaba con una ternura ejemplar. No las observ cavar ms que leves depresiones en el suelo donde finalmente ocurri el nacimiento de dos cras el primer ao y tres al ao siguiente. Luego recibi tres machos ms, uno de ellos de talla enorme. Cuando el padre de la familia lo vio de lejos, entrechocaba los dientes; se precipit hacia el intruso con el mayor furor y lo puso en fuga.Por su parte, Pierre Amedee Pichot criaba con xito maras en su propiedad de Svres y haba visto que las maras en cautiverio excavaban el suelo si era seco y suelto y tambin ocupaba albergues artificiales por lo que supuso que en su vida silvestre bien podra usar sin problemas las cuevas de otros animales como las vizcachas.Georges de Frzals un francs que viva en Mendoza tena un macho domesticado, Juanito, y observ que nunca las maras en cautiverio haban intentado excavar madrigueras, quizs por disponer de bastante sombra y humedad en los corrales, lo que les haca innecesario buscar refugio. Mientras que las que vivan en libertad en las proximidades del ro Tunuyn, s lo hacan para protegerse de los ardores del sol y disfrutar un poco del fresco. Lo mismo ocurra en Famatina (La Rioja) donde eran abundantes y se las cazaba a golpes de pala, segn Claude Mabit.

Remy Saint-Loup, autor de un interesante trabajo sobre la anatoma y el comportamiento de la especie, observ que Cuando la pastura crece abundante, con una hierba densa y suculenta sobre tierras crasas y hmedas, los Dolichotis desaparecen como si rechazaran esta humedad del suelo o la calidad especial de las hierbas ricas y por eso aconseja intentar su aclimatacin en las regiones ms secas de Francia.Segn este autor en esa poca haba 6 criadores de maras en Francia y aparentemente ninguno en Inglaterra. La utilidad de estos roedores provena de la elegancia de su forma y actitud que los haca extremadamente decorativos, de su carne blanca como la del conejo y de su piel til para la confeccin de guantes, ya que el pelo es caedizo y no serva para otros artculos.

MARAS EN LAS CULTURAS AMERICANASEn los restos arqueolgicos de antiguos asentamientos aparecen los huesos de este roedor lo que demuestra que desde hace muchos aos se la usaba como alimento. Estos sitios arqueolgicos se encuentran en la regin pampeana, en la Patagonia y en la zona Chaco-santiaguea con una antigedad que va desde10.000 aos hasta440 aos atrs. Como hemos visto a travs de los distintos relatos de los exploradores y naturalistas europeos, la mara fue un recurso para los pueblos originarios, especialmente para los tsonekas o tehuelches de la Patagonia, constituan una buena fuente de protenas. Por tratarse de una pieza menor su caza la realizaban las mujeres. As mismo con su cuero se elaboraban mantas y alfombras que los indgenas vendan o canjeaban en Carmen de Patagones. Claraz (1865) dice que el cuero se usaba tambin como recipiente para agua.Generalmente se la cazaba en invierno cuando escaseaba la caza mayor, por eso quizs una de sus leyendas la vincula con esa estacin del ao. En efecto, cuando no existan las estaciones el hroe mtico Elal convoc a todos los animales para que establecieran la duracin de cada poca del ao. Cada animal fundament sus preferencias: as los guanacos y los cauquenes necesitaban un verano largo para poder alimentar sus cras. Los cazadores, como el puma y el zorro, preferan el invierno para poder seguir en la nieve las huellas de sus presas. La perdiz propuso tres lunas de fro, tres de calor y las otras seis lunas de transicin entre el verano y el invierno. Entonces la Mara viendo que el problema era la duracin del invierno propuso que durara tres lunas. Pero el Oin (choike o and petizo) se opuso pues quera que todo el ao fuera invierno y al que no le gustara que se fuera al norte. La discusin se hizo dura entre la mara y el and, que gritaba a ms no poder, hasta que la primera enojada dio un manotazo en el suelo y se fue a su cueva. El choique la sigui y pisndole la cola se la arranc. Desde entonces la mara qued sin cola y el and qued con voz ronca.Elal, finalmente dio la la razn a la mara y desde entonces el ao se divide en cuatro estaciones de tres lunas cada una: shorken (verano), kpenken (otoo), sheiaik (invierno) y ariskiken (primavera). Para los mapches, especialmente en la regin de Collon Cur (Neuqun, Argentina) la danza de la mara era una de las cinco danzas que integran la ceremonia del Nguillatn.

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