MAPUCHEC o n t ex t u a l i z a c i ó n d e l c o n f l i c t o

Manuel Márquez IllanesPaz Ahumada Berríos

“La ley indígena de 1993 sólo nos reconoce como etnia y no como pueblo y por eso no tenemos dere-

cho a territorio o representación propia”

(Victo Naguil, dirigente de la Coordinadora de Organizaciones Mapuche)

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Territorio Mapuche segun el conocimiento

ancestral

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Contextualización del Conflicto

Mapuche -Estado de Chile

I. Invasión y guerra de resistencia contra el wingka (invasor) Desde la llegada de los invasores españoles hasta la actualidad los Mapuche constituyen el pueblo originario más numeroso que habita el territorio chileno. Estudios realizados en el último tiempo sostienen que la sangre Mapuche fluye por las venas de un alto porcentaje de la población chilena (especialmente entre los estratos socioeconómicos bajos). En esta misma línea, tanto antropólogos así como también historiadores afirman que el Pueblo Mapuche es la base del pueblo mestizo chileno. A pesar de lo anterior, en su gran mayoría ese mismo pueblo chileno suele desconocer su origen Mapuche y al mismo tiempo rechazar sus demandas territoriales autonómicas. Los registros arqueológicos dan cuenta que hacia el siglo XVI los Mapuche poblaban en gran numero la llamada Zona Centro y Zona Sur de Chile. No obstante, al igual como ocurrió con todos los pueblos precolombinos de “América”, tras la invasión europea su población se vio considerablemente disminuido.

Según el investigador chileno José Bengoa, anterior a la llegada de los europeos el pueblo Mapuche no se caracterizaba precisamente por constituir un pueblo guerrero. Fue la necesidad de sobrevivir como pueblo lo que los empujo a dedicarse a tiempo completo al Weichan (guerra) y con el tiempo a desarrollar el Kollellaullin (arte marcial Mapuche). Han sido tres los grandes enemigos contra quienes han tenido que levantar las armas los weichafes mapuche a través del tiempo: los del Tahuantinsuyo (Imperio Inca), los del Imperio Español y los del Estado chileno. Los Incas lograron someter a la población Mapuche-Picunche pero no pudieron vencer a los weichafes Promaucaes o Gente Salvaje (nombre que daban los incas a todos aquellos pueblo indígenas que no podían derrotar) de la costa maulina (Curepto, Licantén, Hualañe, Heuchullami, Vichuquén, etc. ). Algunas décadas después de la invasión incaica nuevos y más poderosos enemigos vienen decididos a someter al Pueblo Mapuche. Luego de más de veinte años (1536 - 1557) de guerra y exterminio en el Chile Central tanto Picunches como también Promaucaes son finalmente derrotados por el máximo poder bélico de aquel tiempo: el imperio español. Toda la población mapuche de la Zona Central sobreviviente que no alcanzó a huir en hacia las tierras libres de la Zona Sur fue obligada a trabajar bajo la lógica mercantilista orientada a la acumulación de metales preciosos (oro y plata). Una vez dominados los Mapuche del Chile Central (Picunches y Promaucaes), los españoles se pusieron como objetivo establecer la autoridad de su Rey cristiano en la Zona Sur. Después de duras y encarnizadas batallas logran conseguirlo. Sin embargo, en el año 1598 el Toquí Pelentraru encabeza un alzamiento general que fue determinante en el futuro del pueblo Mapuche. Es así como tras la victoria de Pelentraru en la batalla de Curalaba la Corona Española se vio obligada a establecer acuerdos con la Nación

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Mapuche. De esta forma, en el año 1641 las fuerzas militares Mapuche y los represntantes de la Corona Española reúnen en el rio Quilin para firmar un tratado de Paz basado en el respeto mutuo entre ambas naciones. A partir de ese momento la guerra constante que caracterizó los primeros cien años de la relación entre mapuches e invasores dio lugar a una convivencia más o menos pacifica cimentada en el comercio fronterizo y el desarrollo de parlamentos como instancia resolutiva de problemáticas. A pesar de los temores de los Mapuche de las tierras libres del Sur, la independencia chilena del imperio español no cambió en nada la autonomía de la Nación Mapuche. Sin embargo, esta situación cambió hacia la segunda mitad del siglo XIX cuando los intereses de los terratenientes del Chile Central ponen sus ojos en las fértiles tierras Mapuche. Luego de algunos debates, la elite chilena (descendiente de los conquistadores españoles) de aquel tiempo decidió incorporar por medio de las armas el amplio territorio mapuche a la soberanía nacional de Chile. Los Mapuche del sur rio Biobío que hasta esa fecha se habían mantenido libres de toda autoridad estatal deciden una vez más tomar las lanzas para defender su territorio y su libertad. Debido a la superioridad bélica con que contaba el ejército chileno, finalmente los Mapuche son derrotados y sometidos a vivir bajo las jurisdicción del Estado de Chile. El triunfo militar chileno sobre las fuerzas militares Mapuche no solo significó la pérdida de la autónoma política, sino también la perdida de la mayor parte de su territorio ancestral. Dentro de este contexto, el Estado chileno regaló parte de las tierras Mapuche a colonos de origen europeo y remató las tierras sobrantes a los latifundistas chilenos. Los Mapuche que sobrevivieron a este verdadero exterminio fueron despojados de su riqueza (ganado) y obligados a vivir como campesinos en reducciones indígenas.

Durante el transcurso de las primeras décadas del siglo XX, los Mapuche crearon diversas organizaciones con el objetivo de defender las pocas tierras que el mismo Estado de Chile les asignó tras su derrota militar. La sociedad Mapuche descrita por viajeros y estudiosos de principios del siglo XX da cuenta de un pueblo indígena sumido en la más absoluta pobreza y el alcoholismo. Historiadores coincidente en señalar que tanto la pobreza como también el alcoholismo generalizado fueron consecuencia directa de la ocupación de su territorio ancestral por parte del Estado de Chile. La situación del Mapuche comenzó a cambiar hacia la década de 1960 cuando se da inicio al proceso de Reforma Agraria en Chile. Los Mapuche aprovecharon esta instancia para recuperar el territorio asignado por la República de Chile que desde la ocupación misma comienzo a ser usurpado por terratenientes chilenos y europeos. Especial importancia tuvo en aquellos años el papel jugado por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que en conjunto con los Mapuche protagonizaron los llamadas corridas de cerco. El proceso de recuperación territorial mapuche encontró su punto más alto durante el gobierno de la Unidad Popular cuando miles y miles de hectáreas de tierra son devueltas al Pueblo Mapuche. Sin embargo, tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 las tierras recuperadas durante el transcurso del Gobierno Popular vuelven a manos de los terratenientes europeos y chilenos en proceso que los historiadores han llamado la contrarreforma. Igualmente, muchas de las tierras entregadas por el derrocado gobierno socialista vuelven a manos del Estado chileno. Dichas tierras son rematadas a privados por la dictadura de Augusto Pinochet.

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Dentro de este escenario en el año 1974 se promulgó el Decreto con Fuerza de Ley 701 de fomento forestal. Es precisamente en este momento cuando las tierras mapuches recuperadas durante el gobierno de Allende son plantadas con monocultivos: pinos y eucaliptus. Los años de dictadura cívico-militar fueron de dolor y a la vez de reflexión para el movimiento Mapuche, pues fueron cientos los Mapuche que sufrieron la tortura y la muerte a manos de “los valientes” soldados. Durante el transcurso de estos años los dirigentes mapuches sobrevivientes (en su mayoría comunistas y socialistas) comenzaron reflexionar en torno a la experiencia vivida durante el gobierno de la Unidad Popular. La conclusiones de dichas reflexiones fueron claras, los Mapuche debían alejarse del paternalismo de los partidos políticos de izquierda y buscar su propio camino. A pesar de lo anteriormente señalado, en el año 1989 varias organizaciones Mapuche dieron su apoyo a la candidatura de Patricio Aylwin.

VI. El despertar del Movimiento Mapuche

Apenas llegó la democracia en Chile las esperanzas depositadas por las organizaciones Mapuche se transformaron en decepción, pues el acuerdo de reconocimiento Constitucional de los pueblos originarios no fue cumplido por los gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia. La organización que destacó durante los primeros años de la democracia protegida fue el Consejo de Todas las Tierras liderada por el joven abogado mapuche Aukan Huilcaman quién promovió la toma simbólica de los territorios mapuches usurpados por terratenientes (europeos y chilenos) y empresas Forestales. Asimismo, vale destacar que este el despertar del movimiento Mapuche se dio dentro de un contexto global latinoamericano de movilización indígenista ante la conmemoración de los 500 años de la llegada de las carabelas de Cristóbal Colon al Mar Caribe. Una de las primeras acciones realizadas dentro de este marco se dio en la ciudad de Temuco en donde fue izada la bandera de la Nación Mapuche. Este acto tuvo connotaciones de carácter nacional tanto por parte de la derecha pinochetista-neoliberal así como también por parte de los partidos de centro-izquierda-neoliberales que condenaron la acción. La consecuencia inmediata de esta acción realizada por el Consejo de Todas las Tierras fue la solicitud cárcel para todos los mapuches involucrados. Este fue el primer episodio en que el Estado de Chile enfrentó (y aun enfrenta) la problemática de tierras mapuche haciendo uso del Poder Judicial.

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Primer atentado incendiario contra las empresas forestales

Las empresas Forestales además de ser señaladas por los Mapuche como uno de los principales usurpadores de su territorio ancestral provocan la migración forzada de miles y miles de familias Mapuche a las periferias de las zonas urbanas (principalmente Temuco, Concepción y Santiago) en donde se ven obligados a vender su fuerza de trabajo como mano obra barata. Asimismo, este modelo económico potenciado desde el mismo Estado ha ido generando un verdadero etnocidio, ya que pinos y eucaliptus destruyen la flora y fauna de su territorio (base esencial de la cultura del pueblo Mapuche). Dentro de este contexto, a finales del año 1997 se produjo en la comuna de Lumako la primera acción directa de weichafes mapuche contra el capital forestal. A partir de entonces el Estado de Chile comenzó a desplegar todos sus recursos represivos orientados a proteger el negocio forestal de privados en territorio Mapuche.

“Mientras haya coligües para construir nuestras lanzas, no dejaremos entrar a nuestra tierra a los wingkas”

(Ñidol Longko Kilapán, líder militar mapuche que durante la segunda mitad del siglo XIX resistió la invasión del Ejercito Chileno)

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Muerte de los Weychafes Mapuche

Los ataques incendiarios contra el capital forestal ocurrido a fines de 1997 en la comuna de Lumako marcaron un antes y un después en el accionar del movimiento Mapuche. Las tomas de fundos y predios forestales realizados de forma simbólica(al estilo del Consejo de Todas las Tierras) en los años noventa, dieron paso al control territorial efectivo (al estilo de la Coordinadora Arauco Malleco). Los Mapuche ya no esperan los largos procesos de compra de tierras desde la institucionalidad (CONADI) del Estado de Chile, sino que ahora lo hacen enfrentando directamente al invasor (forestales y latifundistas). Ante esta nueva estrategia desplegada por el movimiento Mapuche por una parte el Estado responde empleando la Ley de Seguridad Interior del Estado (promulgada por la dictadura cívico-militar) y por otra parte haciendo uso del monopolio de la violencia (militarización de la Araucanía). Es dentro de este contexto donde son asesinados los Weychafes Alex Lemun, Matías Catrileo y Jaime Mendoza Collio.

“Nosotros no podemos concebirnos como mapuche sin te-ner tierra, sin tener territorio y ese territorio tiene que ser

recuperado en base a lo que es la autonomía”

(Matías Catrileo, Wechafe Mapuche de la CAM)

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Campesino Mapuche cosechando papas

La sociedad de la abundancia descrita por viajeros y cronistas del siglo XIX contrasta con la pobreza en que se encuentra sumido el Mapuche del siglo XX. Esta pobreza está directamente relacionada con la Ocupación armada del Wallmapu por parte del Estado de Chile, pues de ganadero el Mapuche es obligado a convierte en agricultor, esto es, en campesino. Las pocas tierras fértiles que cultiva se ven empobrecidas hacia la segunda mitad del siglo XX por efecto de la introducción de los monocultivos (pinos y eucaliptus) fomentadas tanto por la dictadura cívico-militar así como también por los sucesivos gobiernos de la Concertación. De este modo, la agricultura de subsistencia de las comunidades Mapuche van generando cada vez menos producción. La realidad que deben enfrentar los Mapuche a la vez que los empuja a recuperar sus tierras usurpadas por el capital foráneo los motiva a expulsar de su territorio ancestral a las empresas forestales.

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El Estado protector del capital empresarial

Así como durante el transcurso de la segunda mitad del siglo XIX fueron los intereses económicos de la elite terrateniente los promotores de la invasión armada del Wallmapu, en la actualidad son los intereses del capital forestal y trasnacional los que promueven la ocupación militar del territorio ancestral Mapuche. Asimismo, de igual forma que en el siglo XIX hoy el Estado de Chile protege y fomenta las inversión del capitalismo nacional e internacional en el Walmapu. En este sentido, el Estado de Chile pone a disposición del capitalismo las fuerzas de elite de Carabineros de Chile para detener las demandas territoriales del Pueblo Nación Mapuche.

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Machi mapuche recolectando lawen (yerbas medicinales)

Dentro de la cultura Mapuche la Machi ocupa un lugar central no solo tiene el don de curar a los enfermos, sino que también es quien dirige las rogativas durante el desarrollo del Ngillatún. La sanación de los enfermos la realiza utilizando principalmente los lawen (yerbas medicinales) e invocando a sus antepasados. Con la llegada de las forestales la tarea de la Machi se ve seriamente dificultada, ya que pinos y eucaliptus impiden el crecimiento de los lawen. En este sentido, la introducción de los monocultivos en el territorio ancestral Mapuche además de dañar directamente la flora y fauna afecta directamente su reproducción cultural.

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Hermanas Quintreman

En la cultura Mapuche la mujer ocupa un lugar fundamental, pues es ella quién está llamada a reproducir la cultura Mapuche por medio de la difusión de los saberes antiguos. Si bien es cierto, que dentro de la historia Mapuche son hombres quienes lideraron la resistencia contra el invasor también existieron sujetos de sexo femenino que destacaron por su valor y su decisión de continuar la guerra cuando ya no quedaban weychafes pero quedaban coligues para seguir la lucha. Algo así ocurrió en la comuna de Alto Biobio en donde las hermanas Nicolasa Quintreman y Berta Quintreman encabezan la resistencia contra la instalación de la hidroelectrica de ENDESA-España. Esta transnacional respaldada por complicidad de los gobierno del Demócrata Cristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994 - 2000) y del Socialista Ricardo Lagos Escobar (2000 - 2006) finalmente lograr instalar la central hidroeléctrica en el territorio Mapuche-Pehuenche inundando con ello los cementerio ancestrales de este pueblo asentado en plena cordillera de los Andes.

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Araucarias en tierras erosionadas de la Cordillera de Nahuelbuta

En donde antes robles, arrayanes, maquis, litres, quillayes y Araucarias crecían orgullosas apuntando hacia los cielos, hoy solo se dejan ver suelos desnudos y secos por efecto de la erosión que producen los monocultivos (plantaciones de pinos y eucaliptus) introducidos por las empresas forestales. Diversos estudios señalan que un solo pino es capaz de absorber hasta cuarenta litros de agua al día, mientras que un eucaliptus llega consumir hasta sesenta. Durante el último tiempo tanto en la Zona Central como también en la Zona Sur de Chile son cientos las comunidades de Mapuches y de campesinos chilenos que deben hacer frente a la falta del recurso hídrico. Junto a todo lo anterior, en verano campesinos y mapuches se ven expuesto a los temibles incendios forestales que durante el transcurso del 2017 terminaron con la vida de personas y poblaciones enteras. Dentro de este contexto en la Zona Sur organizaciones de resistencia Mapuche se plantean como principal objetivo expulsar de su territorio a las empresas forestales.

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Machi Francisca Linconao

La judicialización de las reivindicaciones Mapuche no es nada nuevo en el largo conflicto Mapuche-Estado de Chile. Lo novedoso fue lo ocurrido en el año 2009 cuando la Corte de Apelaciones de Temuco acogió la demanda (sustentada en el Convenio 169 de la OIT) de la machi Francisca Linconao contra la Sociedad Palermo Limitada por talar bosque nativo. Este hecho marcó el inicio de la persecución judicial contra la auto-ridad espiritual Mapuche. Se le acusó de ser cómplice del grupo Mapuche que supuestamente realizó el atentado incendiario que terminó con la vida de dos ancianos terratenientes de origen eu-ropeo. Como es costumbre, desde un principio Linconao fue con-denada socialmente a través de los medios de desinformación al servicio de los intereses de la forestales y terratenientes. A pesar de que en más de una ocasión la misma justicia la ha declarado inocente hasta el día hoy continúa su persecución judicial. Todo esto dentro del marco de los escándalos por manipulación y co-rrupción tanto de fiscalía como también Carabineros de Chile.

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Funcionario de la Iglesia Católica bendiciendo armamento de las fuerzas de elite de Carabineros de Chile que combaten al Mapuche

Deus Vult: “es voluntad de Dios”. Estas eran las palabras que pronunciaban los funcionarios de la Iglesia Católica al momento de bendecir las armas de los guerreros medievales que partían a combatir al infiel durante el contexto de las cruzadas. Aunque han transcurrido siglos desde aquellos oscuros tiempos en que se mataba en nombre de Dios, en el sur de Chile aun se ve cada cierto tiempo a sacerdotes bendiciendo moderno armamento comprado por el Estado de Chile para evitar el avance de los grupos de resistencia Mapuche que luchas por recuperación territorial. Asimismo, la iglesia Católica mantiene enormes extensiones de tierras que son reclamadas como territorio ancestral por diversas comunidades Mapuche. Dentro de este marco, a modo de protesta en el último tiempo han sido incendiadas varias iglesias (tanto católicas como también evangélicas).

“¿Qué dirá la izquierda y el progresismo si hacemos el uso legitimo de las armas, fun-dada en el Derecho a Rebelión de los Pueblos del mundo frente a la tiranía?”

(Hector Llaitul, líder histórico de la CAM)

El presente FANZINE se plantea como objetivo entregar algunos datos para abrir el debate y salir del cerco de desinformación. Por lo mismo no hemos querido realizar un estudio academicista plagado de tecnicismo, sino más bien aportar desde un lenguaje simple, cercano y de fácil

comprensión.

“La movilización continuará, hasta lograr la recuperación territorial del margen sur del [rio] Bíobío hacia el sur”

(Aucan Huilcaman, dirigente histórico del Consejo de Todas las Tierras)