Mapa de Ciudad

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Mapa de Ciudad René Ghenzi

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Cuento corto realizado para un concurso literario de la ciudad de La Plata, la historia transcurre en dicha ciudad.

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  • Mapa de Ciudad

    Ren Ghenzi

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    Ediciones Digitales Alan5_RG SistemasDiseo Ren Ghenzi

    www.geocities.com/[email protected]

    Septiembre de 2004Impreso en Argentina

  • Ghenzi Ren

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    Mapa de Ciudad*

    *escrito entre Agosto y Septiembre de 2004

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  • Ghenzi Ren

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    No es verdad que vivimos, ni que duramos en la Tierra.

    Debo dejar las bellas flores e ir en busca del Sitio del Misterio.

    Pero, por corto tiempo, hagamos nuestros hermosos cantos

    Poema Azteca.

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  • Ghenzi Ren

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    Mapa de Ciudad

    Se me haba hecho costumbre escribirle al fantasma de ese amor

    que aun rondaba en mis noches de pensionado;

    Despus de tantos kilmetros recorridos en el intento de

    encontrarte y tanto tiempo en la inmvil bsqueda que da la espera de

    esperarte; por querer decirte aquello que realmente siento fue que aprend

    a corregir mis textos, quitndoles quizs la esencia de lo espontaneo que

    suele a veces ser molesto o innecesario, agregando la palabra tan esperada

    que ninguna musa parece querer acercarme (y acercarnos), borrando

    algn final de oracin y reemplazndolo por puntos suspensivos... total...

    por suerte aun existen cosas entre nosotros que se comunican en el

    silencio.

    Me pregunto si ser por esto que al leerme me siento tan extrao, o,

    s cmo ayer; lo extrao es escribirte aun sabiendo que no podrs leer una

    carta que en realidad jams llegar a tus manos...

    Fueron tantas las cartas que me pareci extrao que; cuando al

    guardar en un cajn junto a otras como ella la ltima carta que fue escrita

    para ser guardada, bien porque ya no me quedaban esperanzas de

    encontrarte o porque ya pensaba en volver a mi pueblo, vengo a descubrir,

    doblado en tres isomtricas partes; un viejo mapa de la ciudad, que ya era

    viejo antes que yo lo encontrara tirado entre bolsas de basura (que no se

    piense que anduve revolviendo basura en busca de quien sabe qu),

    porque siempre las cosas que otros tiran suelen parecernos

    extraordinarias, nicas y especiales, y sobre todo; ntimamente

    necesarias... como un mapa, o eso de desdoblar lo doblado y entonces,

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    descubrir a su vez en l, al desplegarlo, el lugar en donde terminan las

    utopas (o al menos la ma), que es tambin el momento en que se pierde

    la ilusin del corazn que suea, y donde nace una diagonal que no

    culmina sino del otro lado... de la ciudad... o del mapa... o del cajn... y

    quizs en algn prrafo de aquella carta que nunca leers, que alguien

    ms se encargar de rescatar de la basura, y servir para ese alguien de

    gua, espero que no se pierda como yo en la bsqueda o en la espera...

    porque la bsqueda no termina cuando encontramos aquello que

    pensamos estamos buscando, la bsqueda puede terminar en cualquier

    momento, los motivos ocultos de nuestras bsquedas suelen ser

    desconocidos por nosotros mismos y como en un partido de ajedrez cada

    movimiento oculta la jugada... la jugada cambia con cada movimiento del

    otro jugador... a veces queremos ganar, a veces perder...

    Viajar en la noche era como (en realidad significaba) escaparme,

    huir del fracaso de una utopa que me haba llevado a seguirte y

    perderte... y casi perder mi cordura (claro que ya la haba perdido antes, al

    perseguir un sueo). El aire fresco del micro inmvil, entre permisos y

    disculpas sentarme y esperar, y pensar, y nuevamente esperar, el aire

    fresco, la inmovilidad, mis pensamientos eran fotos que como todas las

    fotos son; instantes de un pasado viajando al presente; recuerdos que traen

    otros recuerdos;

    Como el da en que me enter que viajabas lejos a estudiar no

    importaba que cosa... viajabas lejos, y yo haba descubierto una manera

    diferente de ver y mirar una mujer al verte por primera vez... pero siempre

    te alejabas y yo en mi vergenza de nio me quedaba en la primaria

    mientras vos ya ibas al secundario (ahora se llaman de otra forma), y antes

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    las cosas eran diferentes, se respetaba a los viejos, y segu entonces el

    deseo ajeno de ser mecnico; seis aos en una escuela tcnica, vos cinco en

    un bachiller contable y despus... la noticia; viajabas lejos a estudiar. Tuve

    que esperar dos aos para tener la excusa perfecta, para viajar, y para

    buscarte en esta ciudad de diagonales, me llevabas tanta ventaja que tard

    un ao ms en encontrarte, te la pasabas estudiando y yo... que siempre

    fui un poco vago; ni siquiera haba pensado en anotarme o en estudiar

    algo.

    Recuerdo sobre todo el da aquel en que nos encontramos;

    Fue una semana despus de haber encontrado el mapa, de haberlo

    dividido en sectores (cansado de buscarte de mil formas diferentes e

    igualmente absurdas) y armar as el nuevo juego de la bsqueda; yo

    recorra una calle y otra, y una diagonal hasta una plaza, y me sentaba

    bajo rbol a tachar el sector recorrido...

    Fue tambin el da en que empezaba a dudar de todo mtodo

    utilizado, de las reglas de aquel juego, y hasta de tu presencia en la

    ciudad, imagin que estaras escondida en algn sector oculto, uno que mi

    viejo mapa no mostraba, y tambin imagin que quizs lo que haca era

    intil e innecesario, ya que bastaba llamar por telfono, preguntar a

    alguien... pero hubiera resultado demasiado fcil, y entonces lo entiendo...

    me entiendo.

    Lo cierto es que despus de recorrer el sector marcado, tirado a la

    sombra de un rbol e idealizndote como cada da que pasaba (o aun peor

    ya que por cada sector de bsqueda fallida te reinventaba idealizada y a la

    vez inalcanzable por perfecta... y ms me enamoraba), enamorndome

    aun ms (como si eso fuera posible) del recuerdo que guardaba de tus

    ojos, tu voz, tus gestos... de vos...

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    Esa tarde te vi acercndote por el camino con los libros en la mano,

    la sensacin no pudo ser ms parecida a un sueo; todos los sonidos

    desaparecieron en el silencio, creo que no respiraba o no poda hacerlo, mi

    corazn marcaba el ritmo en que pasaba el tiempo... tu mirada que

    encontr la ma dibuj una sonrisa en tus labios, en ciertos momentos el

    tiempo pareciera detenerse... imagen en mi mente es este recuerdo, un

    instante despus estabas a mi lado;

    - qu haces ac, vos tambin estudiando? dijiste al verme con un

    libro que haca poco haba sacado de la biblioteca.

    - si, bueno no, ms o menos... que alegra, tanto tiempo... vamos a

    tomar algo y te cuento -

    - hace mucho que no vas al pueblo, sabs algo de aquellos lados? -

    - no, nada, se ve que vos tampoco sos de usar el telfono... y de

    escribir supongo que menos -

    - no, si me la paso estudiando... dijiste... y as pasamos juntos las

    horas que le quedaban a aquella tarde; hablando, caminando, entrando a

    un bar, y por supuesto prometiendo volver a encontrarnos.

    Habas dicho que el Martes a la misma hora y recin era Viernes, no

    encontraba forma de lograr que pasara el tiempo, por distraer mi mente,

    pensando que poda hacerlo, le aquel libro al menos tres veces... y todava

    era Viernes, algunos das son demasiados largos. Surgi entonces la idea, a

    modo de ensayo, a modo de prueba; escribir una carta que tus ojos no

    lean, y precisamente por eso fue que te dije en aquellas palabras lo que

    ms tarde te dira de alguna forma... y recin era Sbado... una a una las

    cartas se fueron juntando en un cajn y creo que en esas cuatro noches,

    escribiendo, tratando de describir un mundo ajeno, aquel que guardaba lo

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    que senta y aun siento, creo que descubr como si me mirara en un espejo

    ms cosas de m que en todas las otras noches de mi vida... hasta hoy,

    creo.

    Nuevamente la sensacin de estar soando; amanecer en aquella

    plaza, nunca haba escuchado juntos el canto de tantos pjaros, nunca

    sent tan tibio en mi piel el calor del sol, ni tan profundo el aroma del roco

    evaporndose... lentamente pas la maana, se aproximaba la hora de la

    tarde en que... pero no, la hora haba pasado y vos no... intentaba imaginar

    un motivo, de haberte conocido hubiera pensado en mil excusas posibles,

    pero slo saba de vos que siempre te me escapabas... rara suerte de un

    destino que me haca pensar que una vez ms esto volvera a pasar... y no

    llegabas, y no llegaste; te habas escapado.

    Desde aquel da, despus de perderte una vez ms, a pesar de ser

    yo un vagabundo del destino y vos el mapa perdido... siempre ests para

    m... en sueos o fuera de esta realidad, guiando de una forma abstracta

    mis pasos, indicando un camino. Mi tiempo se dividi entre vigilias y

    ensueos, y buscarte a veces, y nunca encontrarte, pero siempre intent

    pedir prestada una palabra a las musas, o la busqu entre libros y libros,

    siempre de la misma biblioteca... mi nica forma de hablarte; escribirte,

    mis cartas; en un cajn.

    Entonces un da sucedi lo increble; entre olvidos y recuerdos, en

    un sueo, cuando logr al fin dormir o cuando so despierto, tu fantasma

    entr por la ventana de mi cuarto (ambiente nico de cada pensin en la

    que me toca estar), abri lentamente el cajn, como tratando de no

    despertarme, o dejarse ver, y ley la ltima carta que te haba escrito.

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    Claro que yo poda verte, y me alegraba al ver mis palabras en el

    reflejo de tus ojos cada noche, de all en ms cada sueo fue el momento

    esperado, y por eso dejaba abierta la ventana, para verte... nunca me

    anim a molestarte mientras leas, ni a interrumpir tu fantasma para

    preguntarle cuando volvera a verte, o encontrarte en alguna plaza.

    En mis cartas no mencionaba esto de verte en mis sueos

    leyndome, quizs el viejo temor a tus escapes, o ese nuevo miedo a no

    volverte a ver... hasta que descubr aquel mapa y me di cuenta de lo

    absurdo de mis bsquedas, hasta que decidido a encontrarte o perderte

    para siempre te escrib estas palabras;

    ... porque en la noche que mi sueo crea, cuando mis ojos cerrados

    tienen la ilusin de hacerte real y traerte, llegas a mi cuarto en abstracta

    forma de visin etrea, y entonces eres y no eres, pero eso no importa.

    Pensaba no mencionarte esto, que puede parecer una locura, o una

    ilusin salida de alguna noche de borrachera, pero, a pesar de mis intentos

    no puedo dejar de contarte; que veo cada noche aquella parte eterna de tu

    alma entrar por la ventana abierta en mi cuarto, y del cajn que vos (slo

    vos y yo, o ese nosotros que surge de la extraa comunin entre una parte

    de tu ser y otra muy distinta del mo), del cajn que nosotros sabemos,

    tomas la carta en tus translcidas manos y despus de leerla simple y

    tranquila, de mi mente y de mi vista, como siempre... desapareces.

    S, por ver esto que te cuento veo, que vos sabes lo que yo siento,

    que te importa e interesa saber que siento cada da... y quiero que sepas

    (porque s que ahora es de noche o que estoy durmiendo o soando) que

    te estoy viendo y que tan slo por ver cruzarse un instante nuestras

    miradas estoy dispuesto a sacrificar el resto de mis sueos.

  • Ghenzi Ren

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    Guard la carta en el cajn, y te esper en silencio, recostado en la

    cama, cerrando mis ojos para ver la ventana, para verte entrar en mi

    mundo.

    Cuando nuevamente saliste de la realidad para entrar en esa otra,

    apareciste en mi sueo abstracto en colores, suerte de realidad

    calidoscopio que en cada giro me converta en espectador de una

    fotonovela, y pude ver; la ventana que se abra, vos entrando a la

    habitacin o escapando del afuera (siempre tan afuera de mi cuarto), un

    primer plano del mapa escrito, marcado, reescrito y remarcado con lpiz,

    lapiceras, fibras y otros elementos de escritura, el mapa en mis manos, vos

    abriendo el cajn... el calidoscopio girando me mostr luego; nimbado de

    luz tu cuerpo en un halo de fluorescencia propia, la carta en tus manos,

    primer plano de tus ojos, mis palabras, letra a letra disolvindose en

    colores y formas, el plano, la ciudad claramente pintada en sectores

    delimitados por gruesos trazos, el circulo en donde te encontr (o me

    encontraste) o nos encontramos aquella vez, tus ojos ahora cerrados... y

    finalmente el calidoscopio que girando y girando se alejaba me dej ver

    del laberinto la salida a otra realidad, nuevamente despertar fue no

    encontrarte... el mapa en mis manos... salir a buscarte otra vez aun

    sabiendo que no te encontrara...

    Aos, tanto tiempo buscando; en libros una palabra u otra, o tantos

    libros en una misma biblioteca, me haba convertido en cadete, y ahora era

    encargado de un sector... tantos textos han pasado por mis manos, y jams

    volv a verla, su figura desapareci de mis sueos hace ms tiempo del

    que puedo soportar, de extraar esa parte de su alma sent la necesidad de

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    partir o de volver, porque el tiempo ha pasado y suele hacerse tarde

    esperando un momento que ya pas, es que nadie nos avisa cuando la

    ltima oportunidad est por pasar, no podemos darnos cuenta de eso,

    hasta que como hoy es tarde... y mi mundo se reduce a estas calles, mis

    palabras a su nombre, mi felicidad; encontrarla.

    Pero no todo est escrito mientras queden cosas por leer y se tengan

    cosas que escribir, simplemente ahora es tiempo de volver, la vejez quizs

    me lo pide, suerte de cansancio, si, cansa vivir... son pocas las

    posibilidades de encontrar un motivo que pueda curar las alas de mi

    ilusin, dibujar sobre mis labios una sonrisa, o al menos distraer mi

    tristeza, pero cumpliendo mi nuevo deseo (descartados todos los dems)

    estoy volviendo a mi pueblo.

    Sentado en el micro recuerdo todo lo vivido en esta ciudad, bueno,

    casi todo, mi mente se llen de olvidos en estos ltimos aos, es adems el

    recuerdo un simulacro del pasado, tan parcial, siempre tan de este lado

    (tan de mi lado), que no puedo por ejemplo recordar lo que otros vieron o

    sintieron, lo que ella vivi o pens decir antes de pronunciar un profundo

    silencio... y no puedo ser objetivo al recordarla, menos aun cuando siento

    aquello que nunca dej de sentir y cada nuevo recuerdo es forzado a ser

    diferente, ya sea por sentirme mejor o por no recordar algn detalle... un

    mejor momento para olvidar.

    Los recuerdos son tan frgiles en mi mente, hojas secas bajo los

    pasos de un presente insensible... y entonces me aferro al nico ancla que

    me ata a las realidades pasadas, en mis manos se desdobla un viejo papel,

    el mapa de ciudad que de alguna forma abstracta me llev a encontrarla y

    pienso; qu ser de Chivilcoy, y qu ser de La Plata, sin m... s que las

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    cosas quedaron en orden, pero nunca la balanza terminar de moverse...

    slo al final, pero ser tarde, al menos para m.

    Mientras pienso, recuerdo y pienso, el micro sale de la terminal y

    mirando sin ver el mapa en mis manos me voy entregando al sueo, cansa

    vivir, ya lo dije antes...

    Aun sin creerlo cierto el micro se detiene en algn lugar de la ruta y

    me despierto, alguien sube, me siento molesto, incomodo, siento que no

    voy a poder volver a dormirme, y ni siquiera s cuanto falta para llegar... y

    entonces te veo, inconfundible tu figura se acerca por el pasillo, tus ojos,

    mis ojos, unidos en una mirada que lo dice todo... ahora s que segua

    durmiendo. La noticia fue una noticia ms en los diarios de la zona, que la

    niebla, que los frenos, un micro que sale de la ruta y vuelca... y varios

    muertos.

    ... el fiel de la balanza se detiene en el centro... a veces nos

    encontramos en medio del mar o del desierto, a veces nos perdemos en

    una pequea ciudad... a pesar de mapas y deseos.

    Fin

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