Manual Pca Spanish

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Manual de Planificaciónpara la Conservaciónde Áreas, PCA

© The Nature Conservancy, TNC, 2006Reservados todos los derechosImpreso en Ecuador

Edición: María Cuvi SánchezDiseño gráfico: PUNTOMAGENTA:María Luz Calisto · Gisela Calderón · Juan MéndezPortada: PUNTOMAGENTAFoto portada: Walter H. WustFotos: p.1 -Juan Carlos González; p.13 -Walter H. Wust; pp.19, 27, 67, 149 -Steffen Reichle; pp.22, 55, 165 Maarten Kappelle; pp.33, 135 -HugoArnal/TNC; pp.46, 47, 72 -Rodrigo López; pp.53, 123, 137, -Archivo FundaciónNatura - Ecuador; pp.80, 119 -Tarsicio Granizo/TNC; pp.85, 152 -DiegoOchoa/TNC; p.94 -Marcio Sztutman/TNC; p.105 -Marci Eggers/TNCMapa: CDC y UNALM

Impresión: Impresora FloresNúmero de ejemplares: 1200

Distribución y canje: The Nature Conservancy.

Derechos de autor No 025027ISBN: 9978-45-217-6

“Esta publicación ha sido posible gracias al apoyo de la Oficina de DesarrolloRegional Sostenible, División de América Latina y el Caribe, de la Agenciade los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y de The NatureConservancy, conforme a las condiciones de la Donación No. EDG-A-00-01-00023-00 del Programa Parques en Peligro. Las opiniones aquí expresa-das pertenecen al autor (o autores) y no reflejan, necesariamente, las de laAgencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y The NatureConservancy.”

Alentamos la reproducción total o parcial de las ideas que constan en estelibro siempre y cuando se cite la fuente.

Esta obra debe citarse así:

Granizo, Tarsicio et al. 2006. Manual de Planificación para la Conservaciónde Áreas, PCA. Quito: TNC y USAID.

Presentación xiii

Agradecimientos xv

1 Introducción a la Planificación para la Conservaciónde Áreas 1Tarsicio Granizo

2 Objetos de conservación 13Tarsicio Granizo, Estuardo Secaira y María Elena Molina

3 Análisis de la viabilidad de los objetos de conservación 33Tarsicio Granizo, Bernal Herrera y Silvia Benítez

4 Presiones 55Sandra Ísola, Estuardo Secaira, María Elena Molina y TarsicioGranizo

5 Las fuentes de presión 67Óscar Maldonado, Tarsicio Granizo, Estuardo Secaira y MaríaElena Molina

6 Análisis del contexto humano. La participación delos actores sociales 85Michelle Libby y Paulina Arroyo

Índice de contenido

v

Capítulo

Capítulo

Capítulo

Capítulo

Capítulo

Capítulo

vi

7 Estrategias 105Tarsicio Granizo y Mauricio Castro Schmitz

8 La capacidad de conservación 119Tarsicio Granizo

9 Medidas del éxito en la conservación 135Bernal Herrera-F.

10 Ideas para organizar talleres de Planificación para laConservación de Áreas 149Tarsicio Granizo

11 El Libro de Trabajo de Excel 165Tarsicio Granizo

Glosario de acrónimos 193

Referencias citadas en el texto 195

Autores y Autoras 201

Índice de contenido

Capítulo

Capítulo

Capítulo

Capítulo

Capítulo

vii

1 Esquema 1.1. Componentes de la conservaciónpor diseño de TNC 6

Esquema 1.2. Fuentes de información para una Planificaciónpara la Conservación de Áreas 7

Esquema 1.3. Planificación para la Conservación de Áreasdentro del ciclo de un proyecto 11

Esquema 1.4. Adapataciónes de la PCA a los objetos naturales 12

2 Esquema 2.1. Ejemplos de escalas espacialesde la biodiversidad 16

Recuadro 2.2. Ejemplos de objetos de conservación 29Recuadro 2.3. Datos tomados de ejemplos de las PCA

de Centroamérica y Sudamérica 31

3 Gráfico 3.1. Pasos metodológicos para evaluar la integridadecológica en un sitio prioritario parala conserva c i ó n 37

Cuadro 3.2. Elementos útiles para la identificación de losatributos ecológicos clave 38

Esquema 3.3. Ejemplo de un modelo ecológico de unecosistema de agua dulce 40

Esquema 3.4. Rangos naturales de variación 42Cuadro 3.5. Valores de los indicadores de viabilidad 43Cuadro 3.6. Algunos atributos clave calificados para

el Huemul Hippocamelus bisulcus enNevados de Chillán, Chile 45

Índice de material gráfico

Capítulo

Capítulo

Capítulo

viii

Cuadro 3.7. Resultado final de la evaluación de la viabilidaddel oso andino Tremarctos ornatus en la Biorreserva del Cóndor, Ecuador 48

Cuadro 3.8. Resultado final de la evaluación de la viabilidaddel bosque montano en la Biorreservadel Cóndor, Ecuador 49

Cuadro 3.9. Resultado de la evaluación de la viabilidaden Irupana, Bolivia, mediante elmétodo directo 50

Cuadro 3.10. Ejemplo de rangos de calificación de atributos c l a ve de los objetos culturales, Guatemala 5 2

Cuadro 3.11. Ejemplo de calificación utilizado en los análisisde significación, Guatemala 54

4 Esquema 4.1. Adaptaciones de la PCA a los objetosculturales 59

Esquema 4.2. Ejemplo de potenciales presiones enun ecosistema de agua dulce 60

Cuadro 4.3. Criterios para obtener el valor globalde la pre s i ó n 62

Cuadro 4.4. Evaluación de las presiones del objeto totoralesen Pantanos de Villa, Perú 62

Cuadro 4.5 Evaluación de las presiones del objeto sistemashídricos en Punta Curiñanco, Chile 62

Cuadro 4.6. Evaluación de las presiones del objetoselva montana en Tariquía, Bolivia 62

Cuadro 4.7. Evaluación de las presiones del objetositio arqueológico Cerro Colorado en Paracas, Perú 64

Cuadro 4.8. Evaluación de las presiones del objeto memoriahistórica, conocimientos y prácticas tradicionalesen Lago Atitlán, Guatemala 64

Esquema 4.9. Identificación de fuentes de presióndel objeto bosque de altura 65

Esquema 4.10. Identificación de las presiones del objetobosque de altura 65

Esquema 4.11. Modelo ecológico creado a través de círculosconcéntricos 66

Índice de mater ial gráfi co

Capítulo

ix

5 Recuadro 5.1. Causas subyacentes de una fuente depresión 71

Cuadro 5.2. Criterios para obtener el valor combinadode contribución e irreversibilidad 75

Cuadro 5.3. Criterios para obtener el valor combinadoglobal de la fuente y la presión 75

Cuadro 5.4. Cálculo del valor global de la presión parael “borochi” Chrysocyon brachyurus enNoel Kempff Mercado, Bolivia 75

Cuadro 5.5. Análisis de contribución e irreversibilidad de las fuentes de presión que afectan al “borochi”Chrysocyon brachyurus en Noel Kempff Mercado, Bolivia 76

Cuadro 5.6. Valores jerárquicos de la amenaza al “borochi”Chrysocyon brachyurus en Noel Kempff Mercado, Bolivia 77

Cuadro 5.7. Resumen de las amenazas críticas en Noel Kempff Mercado, Bolivia 78

Recuadro 5.8. Lista de fuentes de presión (objetos naturales) y causas del deterioro (objetos culturales) 82

Recuadro 5.9. Algunos datos de interés 83Cuadro 5.10. Matriz para trabajar en la combinación de

fuentes y presiones 84

6 Diagrama 6.1. Etapas relacionadas con los aspectos sociales de una PCA 92

Diagrama 6.2. Amenazas críticas identificadas en el ParqueNacional Galápagos, Ecuador 96

Diagrama 6.3. Actores relacionados con las amenazas críticas enel Parque Nacional Galápagos, Ecuador 97

Diagrama 6.4. Motivaciones identificadas en el Parque Nacional Galápagos, Ecuador 98

Diagrama 6.5. Causas subyacentes identificadas en el Parque Nacional Galápagos, Ecuador 102

Diagrama 6.6. Ejemplo del análisis de actores con la cacería como amenaza crítica 103

Diagrama 6.7. Ponderación (porcentaje) de los diferentescomponentes del análisis de actores en el Parque Nacional Galápagos, Ecuador 103

Índ ice de material gráf ico

Capítulo

Capítulo

x

Diagrama 6.8. Identificación de la “ruta crítica prioritaria” en elejemplo del Parque Nacional Galápagos, Ecuador 104

7 Cuadro 7.1. Ejemplos de objetivos antes y después deaplicar los criterios 109

Cuadro 7.2. Ejemplo del análisis de viabilidad de un atributoecológico clave del “huemul” Hippocamelusbisulcus en Nevados de Chillán, Chile 110

Cuadro 7.3. Resumen de las amenazas críticas en Podocarpus, Ecuador 111

Diagrama 7.4. Análisis de los actores e identificación de ru t a scríticas en el Parque Nacional Galápagos, Ecuador 112

Flujograma 7.5. Sobre el éxito de las estrategias deconservación 115

8 Cuadro 8.1. Niveles del scorecard del programa “Parquesen Peligro” 127

Cuadro 8.2. Zonificación del área del proyecto 127Cuadro 8.3. Plan de manejo del sitio a largo plazo 127Cuadro 8.4. Evaluación de la ciencia y la información

necesarias para el área del proyecto 128Cuadro 8.5. Desarrollo e implementación de un programa

de monitoreo para el área del proyecto 128Cuadro 8.6. Infraestructura física del área del

proyecto 129Cuadro 8.7. Personal en el área del proyecto 129Cuadro 8.8. Plan de capacitación para el personal

del proye c t o 130Cuadro 8.9. Tenencia de la tierra en el área del

proyecto 130Cuadro 8.10. Análisis de amenazas en el área del

proyecto 130Cuadro 8.11. Declaración oficial del estatus de área protegida

para la zona del proyecto 131Cuadro 8.12. Plan para el financiamiento a largo plazo del

área del proyecto 131Cuadro 8.13. Comité de manejo o comité técnico asesor

para el área del proyecto 131

Índice de mater ial gráfi co

Capítulo

Capítulo

xi

Cuadro 8.14. Participación comunitaria en el uso de los recursos del área del proyecto 132

Cuadro 8.15. Apoyo de los actores interesados y los grupos activos en el área del proyecto 132

Cuadro 8.16. Desarrollo de la agenda política nacional, regional y local del área del proyecto 133

Cuadro 8.17. Programas de comunicación y educación ambiental para el área del proyecto 133

Cuadro 8.18. Liderazgo institucional 134

9 Diagrama 9.1. Marco conceptual para diseñar medidas de éxito de proyectos de conservación 138

Cuadro 9.2. Ejemplos de objetivos e indicadores del éxito 139

Diagrama 9.3. Ejemplo de modelo conceptual y tipo deindicadores 140

Diagrama 9.4. Guía para decidir sobre la asignación derecursos para el monitoreo de proyectos deconservación 142

Cuadro 9.5. Ejemplo de monitoreo del Libro de Trabajode Excel 144

Mapa 9.6. Puntos de muestreo para recopilarindicadores del estado de salud de labiodiversidad en Pacaya-Samiria, Perú 147

10 Cuadro 10.1. Ejemplo de la plantilla utilizada en los talleres para cruzar presiones con fuentes 156

Cuadro 10.2. Formato de la agrupación de losobjetos de conservación 160

Cuadro 10. 3. Resumen de presiones 162

11 Pantalla 11.1. Ventana inicial del Libro de Trabajo de Excel 173

Pantalla 11.2. Barra de herramientas 174Pantalla 11.3. Ventana de comentarios 175Pantalla 11. 4. Evaluación de la viabilidad del objeto

de conservación 176Pantalla 11.5. Evaluación de la viabilidad del objeto

de conservación 177Pantalla 11.6. Atributos ecológicos clave 178

Índ ice de material gráf ico

Capítulo

Capítulo

Capítulo

xii

Pantalla 11.7. Ventana para incorporar umbrales a losi n d i c a d o re s 179

Cuadro 11.8. Resumen global de la viabilidad 180Pantalla 11.9. Ejemplo de viabilidad y presiones del objeto

monte espinoso-bosque seco en Motagua, Guatemala 181

Cuadro 11.10. Ejemplo de análisis de contribucióne irreversibilidad 182

Pantalla 11.11. Fuentes de presión predeterminadas por elLibro de Trabajo de Excel 182

Cuadro 11.12. Resumen de las amenazas críticas en Motagua, Guatemala 183

Cuadro 11.13. Resumen de las amenazas críticas y accionesestratégicas 184

Cuadro 11.14. Ejemplo de objetivos y acciones estratégicas en Motagua, Guatemala 185

Pantalla 11.15. Ventana para incluir acciones estratégicas de un menú predeterminado 185

Pantalla 11.16. Ejemplo de la contribución de las accionesestratégicas al cumplimiento del objetivode conservación 186

Pantalla 11.17. Calificación del valor jerárquico de las estrategias 187

Cuadro 11.18. Priorización de las estrategias 188Pantalla 11.19. Ventana de monitoreo ordenada por

indicador 189Pantalla 11.20. Ejemplo del asistente para introducir la

información para el programa de monitoreo 190

Cuadro 11.21. Recursos para el proyecto 191

Índice de mater ial gráfi co

La Planificación para la Conservación de Áreas, PCA, metodologíac reada por The Na t u re Conservancy y sus socios hace catorce años,es una de las pocas herramientas exc l u s i vamente diseñadas para d e s a r rollar estrategias y acciones en espacios donde es import a n t ecuidar la biodiversidad. Con distintos nombres en el curso de su his-toria –Esquema de las 5 “S”, Planificación para la Conservación deSitios, Conservation Project Management, Conservation Ac t i o nPlan-, su uso se ha extendido rápidamente en Latinoamérica.Incluso en algunos países es considerada una de las metodologías“o f i c i a l e s” de los sistemas nacionales de áreas protegidas para la ela-boración de planes de manejo.

Desde que comenzó a aplicarse la PCA en América Latina demostróser un instrumento versátil, fácil de utilizar, barato y eficaz. Solamenteen Sudamérica, alrededor de treinta PCA han sido elaboradas en losúltimos seis años con el apoyo de The Nature Conservancy; muchasmás se han llevado a cabo de forma independiente en países dondeTNC no tiene un programa formal de trabajo, como la Argentina. LaPCA se ha realizado en diferentes contextos y situaciones, en zonastanto públicas como privadas, con pueblos indígenas y otras comuni-dades rurales y también en espacios urbanos. La experiencia adquiridaen Latinoamérica con la aplicación de esta metodología ha permitidoactualizarla permanentemente e incorporar nuevos elementos, porejemplo, los aspectos sociales de la conservación. Es más, enCentroamérica la herramienta ha sido adaptada con éxito a la planifi-cación de los aspectos culturales en ciertos sitios, particularmente losarqueológicos, elegidos para ser preservados.

Presentación

xiii

xiv

Este libro preparado por TNC responde a la necesidad de contar conun manual actualizado para llevar a cabo una Planificación para laC o n s e rvación de Áreas. Está dirigido a funcionarios-as técnicos-as delos Ministerios del Ambiente y agencias a cargo de las áreas pro t e g i-das, en particular a quienes trabajan en planificación, jefes de áre a ,g u a rd a p a rques, funcionarios-as de las ONG que contribuyen a la ela-boración de planes de manejo, funcionarios-as de gobiernos secciona-les (municipios, departamentos, estados federales) que se ocupan deestos aspectos, indígenas a cargo de la elaboración de planes demanejo de sus territorios y dueños de tierras que desean elaborarlospara sus propiedades privadas. También está dirigido a pro f e s o re s ,p rofesoras y estudiantes de universidades y centros de enseñanzas u p e r i o r, donde lo programas de estudio cubren aspectos re l a c i o n a d o scon planificación para la conserva c i ó n .

Esta publicación ha sido posible gracias al esfuerzo colectivo de ungrupo de funcionarios y funcionarias de The Nature Conservancyradicados en Centroamérica y Sudamérica y liderado por TarsicioGranizo; también han participado activamente muchas ONG socias.Sin duda que este Manual contribuirá a mejorar las capacidades dediseño, manejo y gestión de las áreas de conservación.

Joe KeenanDirector,

Región de Conservación de SudaméricaThe Nature Conservancy

Río de Janeiro, Brasil

Junio de 2006

xv

Las siguientes personas e instituciones han sido

i m p rescindibles para la realización de este manual.

Qu e remos expresar nuestro agradecimiento a Ma r i s e l

Allende, Jeff Ba u m g a rt n e r, Ed u a rdo Durand, familia

Ef roymson, Ma a rten Kappelle, Cristina Lasch, Andre a s

L e n h o f f, Rodrigo López, Greg Low, Angela Ma rt i n ,

Gre g o ry Mi l l e r, Claudia Ol l e r, David Oren, Mónica

Ostria, Jeff Parrish, Steffen Reichle, Jim Rieger, Da n

Sa l ze r, Je r ry To u val, Ro b e rto Troya y Jora Yo u n g .

Agradecimientos

Supongamos que nos piden asesoría para conservarun área que contiene animales y plantas especiales yúnicos. Supongamos que si no logramos salvar estaárea, dichas plantas y animales podrían perdersepara siempre y nuestros hijos e hijas no las veríanmás. El futuro de estas especies está en nuestrasmanos. ¿Por dónde empezar? ¿A dónde queremosllegar? ¿Cómo lo hacemos? ¿Con quién? Solo podre-mos responder estas preguntas si planificamos nues-tras actividades, para lo cual necesitamos herramien-tas. Precisamente lo que ofrecemos en este libro esuna herramienta de planificación lógica, sencilla,barata y específica para la conservación de la biodi-versidad: La Planificación para la Conservación deÁreas ó PCA, en inglés conocida como“Conservation Action Plan”, CAP.

La PCA es una metodología creada y desarro l l a d apor The Na t u re Conserva n c y, TNC y sus socios,para identificar prioridades de conservación en áre a sde importancia para la biodiversidad. Se empezó ad e s a r rollar en 1992 cuando se la llamó “Esquema delas cinco S”, debido a que en inglés, los cinco pasosidentificados en ese momento empezaban con laletra S: Systems (sistemas), St resses (pre s i o n e s ) ,So u rces (fuentes de presión), Strategies (estrategias) ySuccess (éxito). Más tarde se habló de la sexta S,Stakeholders (actores) dada la importancia que este

análisis fue cobrando, particularmente, en AméricaLatina. La metodología ha recibido muchos otro sn o m b res en inglés y en español, como Pl a n i f i c a c i ó npara la Conservación de Sitios, PCS, con el que aúnhasta hoy se la identifica en varios países latinoameri-canos, Enhaced 5-S (5-S Mejorado), o Conserva t i o nProject Management (Manejo de Proyectos deC o n s e rvación). El marco conceptual de esta metodo-logía de planificación se ha ido refinando y adaptan-do a las necesidades concretas, no sólo de AméricaLatina sino incluso dentro de Estados Unidos, pero ,en esencia, los pasos metodológicos se han manteni-do con pocas modificaciones.

Este libro es un manual en el que hemos reunido losresultados de las experiencias de varios años de apli-cación de la PCA en áreas de conservación enAmérica Latina y el Caribe. También contiene losresultados de los llamados “Talleres Efroymson”1 enlos que se analizan las experiencias en las que se hausado la PCA y se extraen lecciones para mejorar yactualizar la metodología. Por último, hemos prepa-rado este libro en respuesta a la demanda demuchos usuarios y usuarias de la metodología, quie-

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Introducción a la Planificación parala Conservación de Áreas, PCA

Tarsicio Granizo

1 Han sido denominados “Efroymson” porque éste es el apellido de lafamilia que los financia. Son encuentros en donde quienes participan sereúnen con el objetivo de revisar varias experiencias de PCA.

nes nos han pedido que produzcamos un manualactualizado y en español, con el cual apoyarsedurante su trabajo en la conservación de áreas enLatinoamérica y el Caribe.

Como cualquier otra metodología de planificaciónpara la conservación, la PCA tiene característicasmuy particulares. Imbach (1997) ha señalado quedicha planificación debe ser entendida de formadiferente a la que se hace, por ejemplo, para obtenerun producto tangible como la construcción de unacasa o la fabricación de un auto. Sostiene que, en elcaso de la conservación, “la mayor parte de los ele-mentos que se requieren para planificar, es descono-cida. Existen algunas ideas de lo que se quierelograr, pero no se puede prever el estado final ni ase-gurar estados intermedios” (Imbach 1997, 17).Añade que, por ello, debemos diseñar un esquemamuy flexible y dinámico que nos permita verificar,con relativa frecuencia, si estamos avanzando en ladirección correcta. Su modelo de planificación sebasa en un funcionamiento cíclico de reflexión-acción, en lugar de la linealidad que caracteriza a laplanificación tradicional.

La Planificación para la Conservación de Áreas haadoptado ese modelo. Se inicia con un momento dereflexión que corresponde al acercamiento a la reali-dad sobre la que queremos actuar, momento al quellamamos diagnóstico. Luego continuamos con laformulación de hipótesis o estrategias a ser validadasen la práctica. Después viene el momento de actuar,es decir cuando ponemos en práctica las acciones delas estrategias. Enseguida volvemos a la reflexión,momento en el cual evaluamos las acciones, revisa-mos el diagnóstico, repasamos los objetivos y lashipótesis, medimos nuestro éxito y planificamos elsiguiente ciclo de acción, nuevamente el proceso dereflexión, el de acción y, así, sucesivamente.

En cualquier proceso de planificación debemospriorizar las acciones. No siempre nuestros recursos

son suficientes para cumplir con todas nuestrasmetas y objetivos, o ciertos objetivos y metas sonmás urgentes que otras. Durante un proceso dereflexión-acción debemos ser capaces de descubrirqué hacemos primero y qué dejamos para después.

Si bien existen muchas otras metodologías de plani-ficación, incluso para la conservación de la biodiver-sidad, consideramos que la PCA tiene las siguientesparticularidades a tener en cuenta:• Ha sido exclusivamente diseñada para establecer

prioridades en áreas que son muy importantespara la conservación de la biodiversidad, a dife-rencia de otras metodologías de planificación,que necesitan ser adaptadas para poderlas aplicara la conservación de la biodiversidad.

• Es utilizada para planificar estrategias y accionescon el fin de conservar la biodiversidad en gene-ral, no solo de las áreas protegidas. Puede, por lotanto, ser útil para planificar más allá de los lími-tes de esas áreas. Por ejemplo, el Plan deConservación del Parque Nacional Podocarpusen el sur del Ecuador cubre casi el doble de laextensión total de dicho Parque.

• Un proceso de PCA puede servir también comoplan de manejo de un área protegida, tal comoaconteció en el Parque Nacional Noel KempffMercado al este de Bolivia, o puede ayudarnos acomplementar o priorizar acciones de planes ela-borados con otras metodologías.

• Podemos obtener orientaciones para priorizar lasi n versiones en conservación y también las necesi-dades de investigación. Por ejemplo, en elProyecto “Pa rques en Pe l i g ro”, ejecutado con fon-dos de la Agencia de los Estados Unidos para elDe s a r rollo Internacional, USAID, y TNC, utiliza-mos la PCA para priorizar dónde inve rtir re c u r s o s .

• Las PCA son una excelente herramienta demonitoreo y de medición del éxito en conserva-ción, como veremos más adelante.

• Puede ser utilizada para diseñar la forma y eltamaño de un área protegida. Al estar enfocada

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T. Granizo

en elementos críticos de la biodiversidad, nosayuda a diseñar, con base en la distribución deestos elementos críticos y las amenazas a dichoselementos, los límites de un área con el fin deconservarlos eficientemente.

• Su uso no está sujeto a la escala o el tamaño delárea. Con los debidos ajustes podemos aplicarlaen sitios muy pequeños o en grandes extensio-nes. Por ejemplo en el Perú ha sido usada en losPantanos de Villa (396 ha) y en Pacaya-Samiria(2.080.000 ha).

• Al ser un proceso cíclico proporciona unamemoria institucional sobre un área determina-da: cambios, avances o retrocesos en la conserva-ción de su biodiversidad.

• Podemos elaborar una PCA utilizando la infor-mación disponible. Por lo general, cuando selec-cionamos trabajar en un área considerada impor-tante para la biodiversidad, contamos con unmínimo de información para arrancar el proceso.La ventaja de la PCA es que podemos empezarcon lo que hay, aunque, ciertamente, mientrasmás y mejor información exista, mejores y másfiables serán los resultados.

• Es una metodología fácil de aprender y utilizar y,además, barata.

• Podemos utilizarla para planificar no solo unárea particular, sino un conjunto de áreas; tam-bién para planificar proyectos dentro de áreas.De allí su nombre en inglés: “ConservationAction Plan” (Plan de Acciones para laConservación).

• Podemos utilizarla para otros fines que no estándirectamente relacionados con la conservaciónde la diversidad biológica. Por ejemplo, enCentroamérica se la ha usado para priorizaraspectos arqueológicos y de diversidad cultural,tema que tratamos en varios capítulos.

• Puede ser utilizada para zonificar un área prote-gida. Aunque no tenemos suficientes ejemplosde una zonificación elaborada a partir de unaPCA, creemos que si los objetos de conserva-

ción, las amenazas, los actores y las estrategiasestán bien mapeados será más fácil pensar endónde puede estar la zona núcleo, dónde la zonade uso extensivo, la de recuperación, etc.

Proceso de conservación de TNC:conservación por diseño

Con el objetivo de cumplir su misión de largo plazoy lograr sus metas The Nature Conservancy ha des-arrollado un esquema de conservación integraldenominado “Conservación por Diseño” o “Diseñopara la Conservación”. Pretende ser una alternativamás eficiente y con mayor impacto que otros esque-mas como la conservación por oportunidad, en laque “se hace conservación donde hay como… y no,donde se necesita”, como dijo alguna vez un asisten-te a un taller de planificación en Bolivia.

A continuación describimos los cuatro componentesfundamentales de la Conservación por diseño, quetambién constan en el esquema 1.1: establecimientode prioridades, desarrollo de estrategias, toma dedecisiones, y medición del éxito:

El primer paso del proceso de conservación, TNC,consiste en diseñar los llamados “portafolios de con-servación” o áreas que, por su importancia para ladiversidad, deben ser conservadas o manejadas deuna forma especial. Realizamos esta identificacióndentro y a través de ecorregiones que, como sabe-mos, son unidades que contienen similares caracte-rísticas ecológicas, comparten similares especies ypresentan similares condiciones ambientales. Esos“portafolios” ecorregionales representan la distribu-ción y diversidad completa de especies nativas,comunidades naturales y sistemas ecológicos (obje-tos de conservación) dentro de cada ecorregión. Eldiseño de portafolios es un proceso complejo queconsta de cinco pasos: identificar las especies, comu-

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I n t roducción a la PCA

nidades y sistemas ecológicos dentro de la ecorre-gión; establecer metas específicas en cuanto alnúmero y distribución de estos objetos de conserva-ción; agregar la información sobre la ubicación ycalidad de los objetos; diseñar una red de áreas deconservación que cumpla con las metas de maneraefectiva y, por último, seleccionar las áreas priorita-rias de conservación.

Una vez identificadas las áreas prioritarias, TNC ysus socios implementan estrategias de conservacióntanto para sitios individuales como para múltipleslugares o para sistemas de áreas protegidas.Utilizamos la metodología de la Planificación parala Conservación de Áreas en la definición de talesestrategias.

Con el fin de traducir las estrategias a acciones en elcampo, TNC y sus socios realizan proyectos de con-servación, tanto en sitios individuales como en siste-

mas nacionales. Esas acciones son tan diversas comodiversa es la realidad de las regiones en donde traba-jamos. Así, las acciones pueden ser de apoyo directoa un área protegida, a un territorio indígena, trabajocon propietarios privados, proyectos productivos enzonas críticas para disminuir amenazas, educaciónambiental, desarrollo de políticas y legislación,cabildeo, mecanismos de financiamiento, etc. Estepaso incluye las estrategias que afectan a múltiplessitios, por ejemplo, la definición de políticas de con-servación, la promoción del desarrollo económicocompatible y el cambio climático.

En TNC consideramos que la misión institucionalha sido cumplida con éxito cuando logramos miti-gar o eliminar las amenazas sobre la biodive r s i d a d ,y mejorar su “s a l u d” en el largo plazo. Para ello esnecesario medir, con cierta regularidad, los nive l e sde amenaza y de salud de la biodiversidad en elsitio individual y en el sistema. La metodología de

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T. Granizo

Esquema 1.1. Componentes de la conservción por diseño de TNC

la PCA, además de servirnos para planificar, nosayuda a conocer estos parámetros y a detectar siestamos transitando por el camino correcto (si re a l-mente estamos impactando en la conservación) o sidebemos revisar y refinar alguno de los pasos delp ro c e s o.

Pasos previos de una PCA

Ya hemos señalado que la PCA es una de las tantasmetodologías usadas para priorizar acciones de con-servación en áreas con manejo especial, ya sean éstasoficialmente declaradas parte de los SistemasNacionales de Áreas Protegidas, o que, por suimportancia para la diversidad biológica, requierende estrategias y acciones de conservación.

El primer paso para empezar un proceso de planifi-cación es definir para quién o para qué. ¿Será laPCA utilizada para diseñar una nueva área pro t e g i-

da ó para elaborar el plan de manejo de una yaestablecida? ¿O tal vez para identificar prioridadesde inversión? ¿Acaso para priorizar un plan demanejo ya elaborado? ¿O para diseñar un corre d o recológico? ¿O para el diseño de un plan de monito-reo? Este es un primer momento de reflexión quec o r responde a lo que llamamos: diagnóstico.

Por lo general, un proceso de PCA se inicia en uná rea o un conjunto de áreas que conocemos soni m p o rtantes para la conservación de la biodive r s i-dad. Existen numerosas fuentes bibliográficas quenos ayudan a entender mejor las características delá rea y la información re l e vante para realizar unaPCA. La mínima información requerida para estep roceso es la re l a t i va a las características biológicasy ecológicas del área; el contexto social y económi-co; la situación actual, particularmente las amena-zas o peligros que enfrenta el área; las oport u n i d a-des para la conservación, etc. Tal como ilustramosen el esquema 1.2, dichas fuentes pueden ser ded i f e rente tipo.

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I n t roducción a la PCA

Esquema 1.2. Fuentes de información para una Planificación para la Conservación de Áreas

• En el modelo de Conservación por Diseño, laPlanificación Ecorregional juega un rol impor-tantísimo, ya que, a través de este proceso, debe-ríamos seleccionar aquellas áreas críticas para laconservación de la biodiversidad, y en dondevamos a aplicar la PCA; también deberíamosponer énfasis en la relación, secuencial y clara,entre definición de prioridades e identificaciónde estrategias, que antes señalamos. Muchainformación obtenida de una PlanificaciónEcorregional será útil para un proceso de planifi-cación de áreas como veremos adelante.

• La investigación científica es una fuente impor-tante de información para una PCA. Si conoce-mos en profundidad lo que contiene un áreaconsiderada crítica para la biodiversidad, serámucho más fácil llevar a cabo el proceso y losresultados serán más confiables.

• La información secundaria es también impor-tante para desarrollar una PCA. Debemos con-sultar la información de museos, de coleccionescientíficas, informes inéditos y la bibliografíaespecializada sobre el área antes de empezar unaPCA. Aquí consideramos también la informa-ción que poseen los especialistas y las especialis-tas, entendiéndose como tales no sólo a quienestienen una información académica formal, sinotambién a quienes conocen el área, porque vive ny trabajan allí, o porque utilizan sus re c u r s o sn a t u r a l e s .

• Las Evaluaciones Ecológicas Rápidas pueden seruna herramienta útil cuando no hay suficienteinformación científica o secundaria.

• Los análisis sociales son relevantes en ciertas fasesdel proceso y fundamentales al momento deidentificar actores y diseñar estrategias de conser-vación.

• La re t roalimentación consiste en juntar va r i a sexperiencias de PCA o de ejercicios de planifi-cación elaborados con otras metodologías, eidentificar las mejores prácticas y las leccionesa p re n d i d a s .

El análisis de la información recopilada de cualquie-ra de las fuentes citadas nos permitirá entendermejor la escala con la que vamos a trabajar. ¿El áreaes grande, mediana o pequeña? ¿Es una sola o unconjunto de unidades de conservación? ¿Es pública,privada o una combinación de diversos tipos detenencia?

La otra pregunta importante es ¿quién es el cliente?Los requerimientos de personal, el número de talle-res y de participantes van a variar de acuerdo con elgrupo humano que va a utilizar la planificación.Obviamente, no es lo mismo desarrollar un procesoen un área aislada de un remoto rincón de laAmazonía, en donde los problemas socioambientalesexisten, pero no son tan complejos dada la baja den-sidad de población, como en áreas andinas rodeadaspor centenares de comunidades humanas, general-mente pobres.

Con esta información general ya tenemos una ideadel alcance del proceso de planificación, la mismaque puede cambiar a medida que avanzamos y reco-gemos más información. Con este primer diagnósti-co también tenemos ya algún conocimiento sobre lasituación del área. No se trata de un trabajo tan for-mal como solemos imaginar; mediante un taller oentrevistando a las personas que conocen el áreapodemos tener un panorama general y suficientepara empezar la PCA.

Aquí cabe una disgreción sobre lo que podría con-siderarse un área de conservación. Re c o rdemos queesta metodología sirve para planificar la conserva-ción y aunque puede hacerse en un sistema o enmúltiples áreas, la PCA ha sido tradicionalmenteutilizada para áreas individuales. En nuestro crite-rio, un área es funcional cuando reúne los atributosmás adecuados para conservar la diversidad biológi-ca a largo plazo o, como lo manifiestan Poiani yRichter (2000) es un área que “mantiene a las espe-cies, comunidades y/o sistemas de interés focal y a

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T. Granizo

los procesos ecológicos que los sustentan, dentro desus rangos naturales de va r i a c i ó n”. Por lo tanto, sutamaño y forma deberían estar determinados porlas características de las especies, comunidadesnaturales y sistemas ecológicos elegidos como obje-tos de conservación, y no por límites políticos oa rtificiales. Los patrones y procesos ecológicos fun-damentales que mantienen a esos objetos deberíanmantenerse dentro de sus rangos naturales de va r i a-ción, esto es, en un estado lo más natural posible.Las actividades humanas relacionadas con el uso oa p rovechamiento de los recursos naturales dentrode los límites del área o en su zona de influenciadeberían también tener en cuenta los rangos natu-rales de variación a fin de lograr la sostenibilidad enel uso de dichos recursos y evitar su colapso.Entendemos, por ende, que desde el punto de vistade la ciencia de la conservación, una actividad sos-tenible es aquella en la cual los procesos ecológicosse mantienen dentro de los rangos de variación másc e rcanos al estado natural o, al menos, dentro derangos re s t a u r a b l e s .

Un área funcional puede requerir manejo o restaura-ción ecológicos para mantener su funcionalidad. Porlo tanto, toda área de conservación que se precie detal debería ser funcional.

El equipo planificador

Cuando hayamos reunido toda esa informaciónpodremos empezar a pensar en el equipo de planifi-cación. Ya conocemos el alcance de nuestro trabajo,ya sabemos qué contiene el área, ya tenemos unaidea de los actores que podrían o deberían estarinvolucrados, y ya sabemos a dónde queremos lle-gar. Para entonces ya habremos hecho una o másvisitas de campo, si es que no vivimos dentro ocerca del área o no la habíamos conocido suficiente-mente, antes del diagnóstico.

¿Qué equipo requerimos para arrancar un procesode PCA? Es indudable que eso dependerá demuchos factores que van desde nuestro nivel deconocimiento sobre el área, hasta qué tan participa-tivo decidamos que será el proceso. Sin embargo,creemos que es necesario al menos contar con unequipo central de planificación integrado por:1. Una persona que lidere el proceso, cuya visión

sea amplia, que conozca la metodología perfecta-mente y que sea capaz de coordinar a los demásmiembros del equipo. Esta persona será respon-sable de velar por la calidad técnica de la planifi-cación y deberá ser capaz de preparar la (o las)arena/s política/s en las que se desenvuelva laPCA, en términos de concertación con los acto-res relevantes, manejo de conflictos, etc.

2. Uno o más biólogos y biólogas. Es importantecontar con un-a ecólogo-a que tenga énfasis enbotánica o un conocimiento profundo en biolo-gía de la conservación, y, si fuere necesario, un-azoólogo-a.

3. Un especialista en sistemas de información geo-gráfica que maneje ese tipo de datos y cree losmapas necesarios.

4. Un especialista social, puede ser economistaambiental, sociólogo-a o antropólogo-a, conconocimientos en ciencias ambientales. El núme-ro de especialistas dependerá de la complejidadsocial y económica del área.

5. Un equipo administrativo-financiero que libere ala persona que coordina el proyecto, de activida-des de micro-manejo económico, y que le apoyecon la preparación de contratos para consultorías(si son requeridas), pagos, adquisición de equipo,etc.

Ot ro personal u otras instancias podrían ser cre a d a spara acompañar el pro c e s o. Así, por ejemplo, si setrata de elaborar un Plan de Manejo en un área yadeclarada, será necesario contar en el equipo centralde planificación con personal de la dependenciagubernamental a cargo de las áreas protegidas, o tal

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I n t roducción a la PCA

vez que uno de los puestos sea ocupado por alguiende esa dependencia. Si se trata de una PCA en unterritorio indígena será indispensable contratar a téc-nicos indígenas o especialistas en este campo.Disponer de un comité de seguimiento conformadopor actores clave del área es una buena idea. Si rvepara que el equipo de planificación mantenga altanto del proceso a los actores clave, por ejemplo alas autoridades municipales y a los re s p e c t i vos minis-terios, a re p resentantes de organizaciones locales, etc.Además de que los actores clave estarán al tanto delp roceso, un comité de este tipo da un soporte políti-co al equipo central de planificación. Otra instanciaútil para el seguimiento en una PCA es un comitécientífico conformado por inve s t i g a d o res que cono-cen la biodiversidad del área o aspectos económicos,sociales y culturales. Puede ser útil cuando tratemosaspectos bastante técnicos del proceso, como los aná-lisis de viabilidad de los que hablaremos más adelan-te. Ayuda también a llenar vacíos de información o agarantizar la calidad y el rigor científico del pro c e s o.

La Planificación para laConservación de Áreas.¿Cómo usar este manual?

A continuación presentamos la manera en quehemos organizado este manual de PCA, que contie-ne 11 capítulos, con el objetivo de que puedan utili-zarlo de manera efectiva.

Un área de conservación, protegida o no, deberíareunir un conjunto de elementos de la dive r s i d a dbiológica, definidos por esta metodología comoobjetos de conservación; son los elementos focalesque re p resentan y capturan la biodiversidad (o aspec-tos culturales) que queremos conserva r. En el capítu-lo 2 analizamos qué son y cómo se identifican estosobjetos de conservación. Lo que perseguimos con laPCA es que dichos elementos y los procesos ecológi-

cos que los sustentan se mantengan en buen estadoen el largo plazo. En el capítulo 3 mostramos cómoanalizar la viabilidad, es decir la “s a l u d” ecológica delos objetos de conservación. Contando con la infor-mación sobre objetos de conservación y su viabilidadestamos listos-as para realizar un análisis de amena-zas en el cual separamos lo que llamamos pre s i o n e s ,es decir los daños funcionales de los factores queayudan a determinar la viabilidad de un objeto dec o n s e rvación, tema del capítulo 4, de las fuentes deesas presiones. Éstas últimas son las actividadeshumanas no sostenibles que están ocasionandodichos daños y que analizamos en el capítulo 5.

El capítulo 6 está dedicado al análisis de actores, pasofundamental de una PCA cuando trabajamos ená reas con mucha complejidad económica y social. Enel capítulo 7 describimos cómo desarrollar estrategiasusando la información recabada en los pasos anterio-res, además presentamos algunas consideracionesgenerales sobre planes de trabajo. El tema del capítu-lo 8 es la capacidad de conservación, uno de los ele-mentos necesarios para obtener éxito en el trabajoc o n s e rvacionista, mientras que en el capítulo 9 des-cribimos cómo usar la PCA para evaluar dicho éxito,entendido éste como el mejoramiento de la viabili-dad de los objetos de conservación, la mitigación desus amenazas y la situación de la conserva c i ó n .

En el capítulo 10 ofrecemos algunas recomendacio-nes sobre la preparación y desarrollo de un taller dePCA, las partes de las que consta el documento finaly la manera de prepararlo. En el 11 entregamosinformación sobre el Libro de Trabajo de Excel, creado por TNC con el propósito de facilitar algu-nos cálculos necesarios para obtener resultados.

En algunos capítulos hemos incluido ejemplos yrecomendaciones de PCA elaboradas con elementosculturales, bastante utilizados particularmente enCentroamérica. En cada capítulo hemos colocadotambién algunas ideas de cómo realizar el paso

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T. Granizo

metodológico descrito, basadas en nuestras expe-riencias más recientes y complementadas con ejem-plos reales de las PCA, que hemos desarrollado endiversos puntos de América Latina y el Caribe.Muchas de las recomendaciones obtenidas de los“Talleres Efroymson” son también parte de estemanual. Además, presentamos la bibliografía utiliza-da y algunos anexos que podrían ser útiles a quienesutilicen PCA.

Después del procesode planificación

Luego del proceso de planificación, que termina conla definición de estrategias y eventualmente en unplan de acción, pasamos a implementar las accionesen el sitio o áreas elegidas. Sobre esto no vamos aabundar en detalles, pues quienes trabajamos enconservación sabemos lo que se debe hacer (y no

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I n t roducción a la PCA

Esquema 1.3. Planificación para la Conservación de Áreas dentro del ciclo de un proyecto

hacer) para implementar un proyecto de conserva-ción. Además, la medición del éxito a través de indi-cadores nos ayudará a entender si estamos haciendolas cosas bien.

La permanente recopilación y análisis de informa-ción es un paso indispensable en todo proyecto, siqueremos aprender de las experiencias y de los erro-res, para que otras personas y nosotros-as mismos-as, no los repitamos. El aprendizaje de las experien-cias es algo novedoso, pero cada vez más común detener en cuenta entre conservacionistas; incluso haymetodologías que permiten hacerlo sistemáticamen-te. Las experiencias, tanto buenas como malas, nosayudan a adaptar nuestro proyecto a los frecuentescambios de las situaciones biológicas, pero sobretodo de las económicas y sociales, particularmenteante la incertidumbre que viven las sociedades lati-noamericanas. Esta habilidad de modificar y re-redi-señar un proyecto o un emprendimiento es lo quese conoce como manejo adaptativo.

Por último, ningún proyecto es completo si no con-templa un espacio para intercambiar, divulgar ymultiplicar las experiencias logradas. Para ello debe-mos recurrir a publicaciones, audiovisuales, reunio-nes, talleres y charlas. Los intercambios ayudan tam-bién al manejo adaptativo y permiten realizar mejo-ras en la ejecución del proyecto. El círculo se cierracuando volvemos a analizar el proceso, desde elcomienzo, para ajustarlo o para empezar una nuevafase.

En los esquemas 1.3 y 1.4 resumimos los pasos meto-dológicas de la Planificación para la Conservación deÁ reas. En este libro tratamos extensamente los círc u-los superior y derecho del esquema 1.3 y, en menorgrado, los círculos inferior e izquierdo, porque estosson los procesos que se desarrollan después de la apli-cación de la PCA. Sin embargo, vale la pena que lostengamos en cuenta.

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T. Granizo

Esquema 1.4. Adaptaciones de la PCA a los objetos naturales

Introducción

El primer paso para llevar a cabo un proceso dePlanificación para la Conservación de Áreas o PCAes identificar los objetos de conservación. Estosobjetos son aquellas entidades, características o valo-res que queremos conservar en un área: especies,ecosistemas u otros aspectos importantes de la bio-diversidad. En algunos casos coincidirá la necesidadde identificar tanto los objetos naturales como losobjetos culturales.

El paso metodológico tiene dos fases:1. Selección de los objetos de conservación2. Análisis de su viabilidad

Objetos naturales

Antes de entrar en detalles sobre qué son los objetosnaturales de conservación y cómo sugerimos esco-gerlos, explicaremos qué entendemos por diversidadbiológica o biodiversidad. De acuerdo con la defini-ción del Convenio de Diversidad Biológica es la“variabilidad de organismos vivos de todo tipo,incluyendo entre otras cosas, los sistemas ecológicosterrestres, marinos y acuáticos y de los complejos

ecológicos de los cuales forman parte; esto incluye ladiversidad dentro de las especies, entre especies y delos ecosistemas” (Artículo 2, 1992). Así, la diversi-dad biológica ocurre a diferentes niveles de organi-zación: de genes a ecosistemas y paisajes (Noss1990; Peck 1998). En varias teorías se sostiene quelos más altos niveles de organización (sistemas eco-lógicos y paisajes) contienen y afectan a los másbajos como genes, especies y poblaciones (O’Neill,Johnson y King 1986).

Además, tal diversidad biológica ocurre a diferentesescalas espaciales. Poiani y sus colaboradores (2000)han desarrollado un modelo en el cual se distinguencuatro escalas: local, intermedia, amplia y regional.Por supuesto que los números son relativos, sobretodo cuando tratamos de definir una escala nacio-nal, pues no es lo mismo una escala local en elBrasil que en El Salvador (esquema 2.1).

Para ejemplificar las escalas espaciales Groves (2003)se vale de especies que habitan el Gran Chaco ame-ricano tales como:• El armadillo pichiciego Chlamyphorus retusus,

una especie de escala local, cuyo territorio nosobrepasa una decena de hectáreas y está confi-nado a suelos arenosos.

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Objetos de conservación

Tarsicio GranizoEstuardo SecairaMaría Elena Molina

• El armadillo de tres bandas Tolypeutes matacus,una especie de escala intermedia, pues ocupadiferentes hábitats y su territorio puede tener uncentenar de hectáreas.

• El venado guasú Mazama gouzouvira, una espe-cie de escala gruesa, cuyo territorio puede alcan-zar los 1.000 km.

• El puma Felis concolor, una especie regional quepuede habitar territorios de varios miles de kiló-metros cuadrados.

Sugerimos utilizar el enfoque “filtro grueso-filtrofino” cuya hipótesis es que conservando los nivelesde organización más altos, como los sistemas ecoló-gicos o paisajes que corresponden al filtro grueso, seconserva todo lo que se encuentra en su interiorcomo pequeñas comunidades naturales, especies ydiversidad genética (filtro fino). En dicha hipótesisse supone también que algunas especies podrían noser conservadas por el filtro grueso y deberían, porlo tanto, ser conservadas a través de esfuerzos indivi-

duales. Dentro de esta categoría entran las que estánen peligro crítico de extinción, las muy locales oaquéllas de amplio rango.

Existen detractores y seguidores de esta aproxima-ción del filtro grueso-filtro fino, como Brooks, daFonseca y Rodrigues (2004), quienes defienden lanecesidad de enfocarse en especies. Ellos sostienenque los datos espaciales sobre las especies son esen-ciales en la planificación para la conservación y queno pueden ser reemplazados por los filtros gruesos.Asimismo, en sus trabajos sobre “bosques vacíos”Redford (1992) indica que los grandes mamíferos,las especies generalistas o las de amplio rango nonecesariamente se conservan solo con el filtro grue-so. Como no siempre hay información suficienteque nos ayude a entender el estado de conservaciónde los grandes ecosistemas, en efecto podría tratarsede “ecosistemas vacíos”, que no tienen la suficienteintegridad ecológica y, por lo tanto, no protegen loque deberían.

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T. Granizo , E . Secaira y M. Molina

Esquema 2.1. Ejemplos de escalas espaciales de la biodiversidad

Sin embargo, ante la ausencia de información sobreespecies, en áreas no muy fragmentadas el filtrogrueso parece trabajar adecuadamente como un“substituto” de lo que se encuentra en su interior yque muchas veces no conocemos. Los trabajos deMacNally y colaboradores (2002) realizados enAustralia, y los de Kirkpatrick y Gilfedder (1995)desarrollados en Tasmania, comprueban que el filtrogrueso es una aproximación útil, ya que “captura” lagran mayoría de especies y procesos biológicos deun área.

Categorías de los objetos naturales

Según la metodología de Planificación para laConservación de Áreas, en América Latina y enotras partes del mundo consideramos objetos deconservación a las especies, las comunidades natura-les y los sistemas ecológicos. Además de estas trescategorías incluimos los procesos naturales que losmantienen. Así, llamamos sistemas al conjunto deobjetos y procesos. Antes de tratar sobre la selecciónde los sistemas explicaremos detalladamente cadauna de las categorías.

Con respecto a la primera categoría, esto es las espe-cies, hay dos tipos que podrían calificar como obje-tos de conservación: aquéllas que no estarían bienconservadas sólo con el filtro grueso, por ejemplo,las especies en peligro de extinción, y las “especiesparaguas” (Groves 2003), es decir las que por su his-toria natural particular tienen influencia sobre otras.

Las especies en peligro o amenazadas son las quecorren el riesgo de extinguirse si no se toman medi-das para evitarlo, puesto que sus poblaciones handisminuido. Generalmente se las identifica mediantelas listas rojas auspiciadas por la Unión Mundialpara la Naturaleza (UICN) a escala global y, en cier-tos países, a escala nacional. La UICN las ha catego-rizado como: CR (en peligro crítico), EN (en peli-gro) y VU (vulnerables); existe una categoría más

denominada NT (casi amenazadas). Recomendamosutilizar listas nacionales o subnacionales, si existenen el país o la región, ya que muchas veces son másacertadas que las de escala global.

Las especies en riesgo no constan en las listas rojaspero conocemos que sus poblaciones están declinan-do y también las consideradas naturalmente raras.Sin embargo, recomendamos no tomar en cuentalas especies “vagabundas” o “accidentales”.

Las especies endémicas tienen una distribución muylocal; incluyéndolas se presenta la oportunidad deconservarlas. Una desventaja es que con frecuenciano conocemos muy bien los endemismos de unárea. Un ejemplo de especie endémica es el gavilánde Galápagos Buteo galapagoensis.

Las especies “bandera”son las carismáticas o simbóli-cas para la conservación. Por lo general son grandes,llamativas y, a veces, amenazadas. Lo importante esque han captado la atención social y cuentan con elapoyo político para ser conservadas. La desventajade usarlas como símbolos es que, por lo general, notienen una validez ecológica importante. Por lotanto, sugerimos usarlas con cautela. Un ejemploconstituye el cóndor andino Vultur gryphus.

Las especies “paraguas” son aquellas cuya conserva-ción tiene un efecto directo sobre otras especies aso-ciadas. Por lo general sus rangos de distribución ymovimiento son amplios, viven en hábitat heterogé-neos y son vulnerables a las actividades humanas.Un ejemplo es el oso pardo Ursus arctos. En los estu-dios sobre esta especie, realizados en EstadosUnidos, se ha comprobado que al protegerlo se con-tribuye a la conservación del 10% de la distribuciónde las dos terceras partes de todos los tipos de vege-tación, y del 65% de los vertebrados de Idaho(Groves 2003). Existe un tipo de especies “paraguas”a las que denominamos especies focales. Los crite-rios utilizados para seleccionarlas pueden servirnos

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Objetos de conserv a c i ó n

para identificar objetos de conservación. Entre lasespecies focales podemos identificar:• Las especies de área limitada, es decir las que

habitan en pequeños parches de vegetación ocomunidades naturales que no aparecen en el fil-tro grueso;

• Las especies con recursos limitados son aquellasque dependen de algún recurso escaso, por logeneral alimentario o relacionado con la repro-ducción;

• Las especies con dispersión limitada cuya presen-cia ocurre cuando los parches están demasiadoaislados para que haya dispersión, por ejemplode semillas;

• Las especies de procesos limitados son las quedependen de algún proceso o régimen ecológico,por ejemplo de las inundaciones periódicas.

Las especies “c l a ve” (en inglés llamadas keystonespecies) son las que tienen un gran impacto enuna comunidad o en un ecosistema; suelen sermás evidentes en los ambientes marinos, como loscorales, que forman arrecifes, o la anchoveta y las a rdina, bases de la alimentación de muchas otrasespecies. Algunas son consideradas “c o n s t ru c t o r a sdel ecosistema” como ciertos ro e d o res de pastizalesque forman galerías y cuevas, las cuales modificanel paisaje.

Las especies indicadoras utilizadas como índice parae valuar tanto las condiciones de un hábitat o eco-sistema, como la presencia de otras especies difícilesde evaluar u observa r. Muchas veces se las seleccio-na como “s u s t i t u t o s” cuando no hay otra informa-ción disponible, pero recomendamos hacerlo caute-losamente. Es preferible utilizarlas como indicado-ras en el plan de monitoreo y no como objetos dec o n s e rva c i ó n .

Denominamos agrupaciones de especies a los gru-pos de especies que comparten entre sí procesosnaturales o cuyos requisitos de conservación son

similares. Podemos incluir como objetos de conser-vación a todo el grupo de “los crácidos” o pavas demonte.

Finalmente, las agregaciones de especies de impor-tancia global corresponden, por ejemplo, a una con-gregación de aves costeras migratorias.

La segunda categoría de objetos de conservación sonlas comunidades naturales. Existe confusión sobre ladefinición y la escala de una comunidad natural.Whittaker (1975) la define como “un ensamble depoblaciones de plantas, animales, bacterias y hongosque viven en un entorno e interactúan unos conotros formando un sistema viviente distinto”, mien-tras que un ecosistema sería la suma de comunida-des y sus entornos tratados como sistemas funciona-les que transfieren y circulan energía y materia(Groves 2003). En el Esquema de las 5 S para laconservación de sitios (The Nature Conservancy2000) se indica que las comunidades ecológicas son“agrupaciones de especies que se localizan juntas enel paisaje”. Para algunas personas éste es el niveloperativo más fino de una jerarquía de clasificaciónde comunidades, por ejemplo, la de “asociación” dela Clasificación Nacional de Vegetación de EEUU, yla de “alianza” de la Clasificación de ComunidadesAcuáticas de The Nature Conservancy.

Otros ejemplos de comunidades naturales podríanser ciertos humedales que, por sus característicasecológicas, merecen ser tratados fuera del filtrogrueso que los contiene; también las formacionesvegetales raras, en general basadas en la vegetación,cuando se trata de comunidades terrestres. A escalamarina y acuática, donde la información es escasa y,por lo tanto, es más difícil definir comunidadesnaturales, algunas personas han descrito comunida-des animales (la comunidad de peces, por ejemplo)o han nombrado una comunidad por la especie ani-mal dominante (un “garzal” o comunidad de garzasen humedales o pastizales).

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La tercera categoría de objetos naturales correspon-de a los sistemas ecológicos. Hasta hace poco noexistía una clasificación estándar en América Latina.Hubo intentos de hacerlo utilizando la fisonomía oestructura de la vegetación, la composición florísticao ambos (Grossman et al. 1999). Los trabajos deHoldridge (1967) basados en zonas de vida son unejemplo de una clasificación basada en la fisonomíaque ha sido muy utilizada en América Latina para laplanificación. Otras clasificaciones, como la elabora-da por Braun-Blanquet (1928) es un ejemplo basa-do en aspectos florísticos de especies dominantes.“NatureServe” está elaborando un sistema de clasifi-cación basado, tanto en aspectos fisonómicos comoflorísticos.

Muchas veces, sin embargo, conviene usar una clasi-ficación que se adecue a la escala a la que estamostrabajando. Si estamos elaborando un proceso dePlanificación para la Conservación de Áreas parauna pequeña extensión de pocos cientos de hectáre-as es probable que necesitemos crear un sistema pro-pio de clasificación tratando, eso sí, de mantener lajerarquía de las clasificaciones más generales.Podemos también hacer planes de conservación enáreas pequeñas usando objetos de conservación de

escala de paisaje, si es que eso es pertinente a losfines del ejercicio.

Ya que a escala acuática es más difícil conseguirinformación, TNC y World Wildlife Found, WWFestán elaborando un nuevo mapa de ecorregionesacuáticas para América del Sur, pero todavía no exis-te una clasificación completa de los sistemas acuáti-cos. En algunos planes ecorregionales sudamericanosse han elaborado clasificaciones propias basadas enaspectos geomorfológicos, sedimentación y otrosfactores abióticos.

La escasez de información es más crítica a escalamarina; las pocas clasificaciones existentes se basanen factores abióticos, usados cuando no dispone-mos de una clasificación basada en la vegetación oen otros parámetros biológicos. Incluso en los paí-ses con poca información, generalmente existendatos sobre variables ambientales o físicas (geomor-fología, geología, clima, substrato, etc.). Au s t i n ,Nicholls y Margules (1990) han comprobado quelas formaciones basadas en parámetros abióticosi n f l u yen en la distribución de especies. Esas unida-des abióticas llamadas también Unidades Ec o l ó g i c a sTe r re s t res (UET) resultan de la combinación de

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varias capas de información (por lo general utilizan-do un SIG o sistema de información geográfica)como lluvia, temperatura, fertilidad del suelo, pen-diente, etc. Muchas veces las unidades deHoldridge han sido usadas como UET. En los siste-mas de agua dulce utilizamos parámetros comocaudal, gradiente, tipo de sustrato, temperatura delagua, etc. A escala marina podemos utilizar batime-tría, tipo de sustrato, temperatura superficial, etc.Sin embargo, cuando hay alguna información sobreaspectos bióticos es importante que la combinemoscon estos parámetros abióticos, para tener una cla-sificación más pre c i s a .

Selección de los objetos de conservación

La selección de objetos de conservación es casi unarte. Todos los pasos subsiguientes de un proceso dePlanificación para la Conservación de Áreas depen-den de una adecuada selección de objetos de conser-vación, de lo cual podemos inferir que esta es unaetapa crítica en el proceso. En dicha planificación,los objetos de conservación deberían cumplir conlos siguientes requisitos:• Representar toda la biodiversidad del área de

estudio.• Reflejar las amenazas al área.• Reflejar la escala a la que se está trabajando y ser

útiles para dicha escala.

La situación se complica cuando, por razones meto-dológicas, limitamos a ocho los objetos de conserva-ción para cualquier área donde aplicamos esa plani-ficación. ¿Por qué solo ocho? Recordemos que amedida que avanzamos en los pasos metodológico elproceso se complica más y más, ya que para cadaobjeto de conservación identificaremos hasta ochopresiones, y para cada presión hasta ocho fuentes depresión, y para cada fuente de presión tendremosque identificar una serie de actores y estrategias. Deacuerdo con la experiencia acumulada durante añosde elaboración de esos planes, no solo en América

Latina sino en otras partes del mundo, ocho objetosde conservación parece ser el número máximomanejable en talleres realizados con comunidades,con especialistas o con otros actores y en los poste-riores análisis de gabinete.

¿Cómo seleccionar ocho objetos en países mega-diversos donde pequeñas extensiones pueden conte-ner centenares de especies y docenas de sistemasecológicos y comunidades naturales? Aquí es donderadica “el arte” de tal selección. Analicemos primerolos requisitos.

Debemos seleccionar los ocho objetos que conten-gan o representen toda la biodiversidad existente.Por esta razón conviene trabajar con la aproxima-ción filtro grueso-filtro fino, es decir, seleccionarprimero las grandes unidades para luego “filtrar” lascomunidades y especies que, por algún motivo,requieran de una atención especial o que no fueronadecuadamente “capturadas” por el filtro grueso.Muchos planes contienen solo a los sistemas ecoló-gicos como objetos de conservación. Inclusomuchos contienen menos de ocho objetos (como severá en ejemplos posteriores). ¿Qué tanta diferenciapuede haber entre ocho y doce objetos de conserva-ción? ¿O entre ocho y veinte? No mucha cuando enuna hectárea de bosque húmedo tropical podemostener miles de objetos.

Debemos reflejar las amenazas al área. Recordemosque la idea de esta metodología de planificaciónpara la conservación de área es mejorar la salud dela biodiversidad y enfrentar las amenazas que pesansobre ella. En esta planificación buscamos enfrentartodas las amenazas que existen en la zona estudiada.Por lo tanto, los ocho objetos de conservacióndeben estar afectados por todas las amenazas, directao indirectamente. De nada sirve escoger un objetode conservación biológicamente importante, pero alque ninguna amenaza está poniendo en riesgo susupervivencia.

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T. Granizo , E . Secaira y M. Molina

Debemos reflejar la escala de trabajo En el plan rea-lizado en la Reserva Ecológica Antisana (120.000 haen los altos Andes del Ecuador) seleccionamos alcóndor andino como objeto de conservación. Larazón primordial fue que esa Reserva es una de laspocas en las que esta ave puede ser observada en elEcuador. Sin embargo, los análisis posteriores mos-traron que el territorio de un cóndor es muchomayor que la extensión total de la Reserva.Aparentemente los cóndores son capaces de volarcientos de kilómetros en un día. Por lo tanto, laReserva Antisana no garantiza por sí sola una pobla-ción ecológicamente saludable. En cambio es muyimportante para proteger al oso andino Tremarctosornatos cuyo territorio es mucho menor. Como laReserva puede albergar a una población aceptable deosos optamos por seleccionar a éste y no al cóndorcomo objeto de conservación.

Otras recomendaciones para la selección de objetosde conservación son las siguientes:1. Si existe un diagnóstico o plan en la-s ecorre-

gión-es en las que se encuentra el área de estu-dio, empezar seleccionando objetos de conserva-ción identificados a escala ecorregional, porquelo importante es preguntarse: ¿qué contribuye aconservar mi área de trabajo a nivel nacional yecorregional? ¿En qué contribuye mi área a laconservación de objetos de conservación ecorre-gionales?

2. Identificar objetos de conservación a diferentesescalas espaciales y niveles de organización bioló-gica, tanto como sea posible y siempre que hayainformación sin perder de vista la escala a la queestamos trabajando.

3 . Em p ezar la selección por las escalas generales oamplias (sistemas ecológicos ecorregionales), paraluego seguir con especies consolidadas en gru p o so comunidades naturales consolidadas en ecosiste-mas; luego seleccionar comunidades y especiescon requerimientos especiales (que de otra manera“se perd e r í a n”) y, por último, especies “p a r a g u a s” .

4. Revisar todas las categorías posibles de objetos deconservación explicadas antes (especies amenaza-das, focales, paraguas, etc.).

5. De ser necesario incluir especies que pueden serde importancia para la población de la región,aunque no consten en las categorías anteriores.

6 . Justificar la selección de los objetos de conserva-ción. Los planes ayudan a re c rear la “m e m o r i a”del área y a entender las tendencias del estadode conservación de los objetos. Uno de estospuede salir de la lista si cambia su estado, ya seap o rque se extinguió o porque con el trabajo dec o n s e rvación mejoró su viabilidad y disminuye-ron las amenazas. Re c o rdemos que después ve n-drán otras personas que querrán saber por quése seleccionaron o cambiaron los objetos.

7. Agrupar los objetos de conservación relacionadosentre sí, pues lo importante es enfocar los esfuer-zos en los más representativos y amenazados. Si,por ejemplo, hemos seleccionado peces de unadeterminada especie, bosques ribereños y tortu-gas acuáticas, analicemos la posibilidad de agru-parlos en un solo objeto denominado “sistemaacuático del río de tal nombre”. Si tenemos unvenado pampeano y un ciervo del pantano, agru-parlos en un objeto denominado “cérvidos”.

8. Tener en cuenta que los objetos de conservaciónobtendrán el mismo peso en los análisis posterio-res. Por lo tanto, no hay objetos de conservaciónmás importantes que otros.

Objetos culturales

En muchas áreas protegidas y de conservación, laprotección del patrimonio cultural es tan crucialcomo la de la biodiversidad. Las diversas manifesta-ciones culturales inmateriales y materiales expresanlas variadas formas de apropiación y ocupación delterritorio a lo largo de las etapas históricas, la adap-tación e interacción de los grupos humanos con sus

21

Objetos de conserv a c i ó n

ecosistemas, su cosmovisión relacionada con el usode los recursos naturales y la configuración del paisaje en las áreas de conservación. Por lo tanto, esmuy útil contar con una herramienta integrada deplanificación. Los objetos culturales pueden sermateriales, como sitios arqueológicos, edificios colo-niales y antiguos, o inmateriales, como el conoci-miento etnobotánico, la tradición oral, la memoriahistórica, cosmovisión o lenguajes sobre el área detrabajo. A continuación presentamos algunas cate-gorías de objetos culturales materiales e inmaterialesque puede servir de guía.

Categorías de los objetos culturalesmateriales de conservación

Para clasificar y seleccionar a los objetivos culturalesmateriales los podemos dividir en las siguientes cate-gorías:• Región cultural o conjunto de áreas culturales

con características comunes asociadas por laconectividad, continuidad o coherencia históri-co-cultural, por ejemplo, la región mesoamerica-na, la región de misiones jesuíticas guaraníes.

• Área cultural o conjunto de zonas ligadas porcaracterísticas históricas, etnológicas o estilísticas,por ejemplo las tierras bajas mayas del norte, lacosta del Pacífico de la región maya.1

• Zona cultural o conjunto de sitios vinculados aeventos, ocupaciones o actividades histórico-cul-turales, por ejemplo la zona arqueológica deChan Chan en el Perú, la zona arqueológicaKaminal Juyú en Guatemala.

• Sitio cultural. Es la ubicación de un evento sig-nificativo, lugar ceremonial, una ocupación oactividad prehistórica o histórica, un edificio,estructura o agrupaciones de los mismos, queposee valor histórico, cultural o arqueológico(EEUU, 1977). Puede coincidir con áreas ocu-padas por asentamientos humanos de diferentestamaños: ciudades, poblados, aldeas, sitiosarqueológicos y prehistóricos, cementerios, san-tuarios, entre otros, por ejemplo la Joya deCerén en El Salvador, Tiwanaku en Bolivia,

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1 Las escalas de estas tres primeras categorías varían según el área de tra-bajo y el criterio del especialista y la especialista culturales. Por lo tantodebemos adoptarlas con flexibilidad y adaptarlas a las denominacionesaceptadas localmente.

Piedras Negras en Guatemala o Macchu Pichuen el Perú.

• Grupo, sector o conjunto de edificaciones oconstrucciones asociado por la época histórica enla que fue construido o por la función que cum-plió, tales como los juegos de pelota, acrópolis,plazas, complejos arqueológicos, barrios o secto-res urbanos, conjuntos religiosos, habitacionalesy productivos, entre otros, por ejemplo el con-junto religioso de San Francisco de Lima en elPerú y la acrópolis norte de Tikal en Guatemala.

• Edificación/construcción. Corresponden a obrasfísicas individuales relacionadas con actividadesdomésticas, civiles, militares/defensivas, produc-tivas, de transporte y recreación, etc. Puedenalbergar actividades humanas como viviendas,templos, palacios, hoteles y otras construccionescreadas para cumplir funciones diferentes, talescomo puentes, calzadas, acueductos, murallas,túneles, etc., por ejemplo el templo I de Tikal yla catedral de la ciudad de México.

• Bien cultural mueble. Usamos este término paradenominar a los componentes de una escala rela-tivamente pequeña, que pueden ser fácilmentemóvibles y que, tal como en los casos anteriores,poseen un valor histórico, artístico, etnológico,paleontológico, arqueológico, tecnológico u otro.Estos objetos pueden ser esculturas, estucos, este-las, pinturas, utensilios, frisos, dinteles, murales,petroglifos, huesos, etc.

Categorías de los objetos culturalesinmateriales

El patrimonio inmaterial son las prácticas, represen-taciones, expresiones, simbolismos, cosmovisiones,así como los conocimientos asociados y las destrezasnecesarias que las comunidades, grupos y, en ciertoscasos, individuos reconocen como parte de sus valo-res y que, por ende, están directamente ligados almanejo y transformación de las áreas que queremosconservar. A continuación presentamos algunas

categorías de objetos culturales inmateriales quepueden servirnos de guía para seleccionar una listade este tipo de objetos.

• Va l o res inmateriales. Son los que asociamos aalgún área o paisaje específico. Pueden ser espiri-tuales, re c re a t i vos, identitarios, artísticos, estéti-cos, educativos, científicos (investigación y moni-t o reo), asociados a la paz y terapéuticos (modifi-cado a partir de Harmon y Putney 2003).

• Conocimiento local y prácticas sobre la naturale-za. Son todos aquellos conocimientos y prácticasque la sociedad desea conservar como parte de supatrimonio cultural y natural, especialmentecuando son los instrumentos de una coexistenciasostenible en la relación con la naturaleza. Estosconocimientos son propios de sociedades quehan convivido, durante varias generaciones, conlos sistemas naturales en una geografía específica.Abarcan prácticas agrícolas, agroforestales, silvo-pastoriles, veterinarias, médicas y la elaboraciónde artesanías. Asimismo, usando el conocimientodel entorno podemos desarrollar sistemas de cla-sificación propios en temas como la botánica, lazoología, la edafología, que valga la pena rescatary revitalizar.

• Instituciones sociales. Son las formas de organiza-ción social sobre las cuales se constru ye el manejoy la conservación de objetos naturales y cultura-les. Pueden ser cruciales para el mantenimientode muchos paisajes en Latinoamérica. Una deestas instituciones es el derecho consuetudinarioconformado por el sistema de normas, autorida-des y procedimientos que hoy en día continúarigiendo la administración de los recursos natura-les en muchas comunidades indígenas y mestizasde América Latina. Un caso paradigmático sonlos bosques comunales de To t o n i c a p á n ,Guatemala, donde las autoridades indígenas( Ma y a - K ’ i c h e’) cuentan con un sistema estrictode autorización para el aprovechamiento fore s t a l .Una de las normas de este sistema solo permite

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Objetos de conserv a c i ó n

extraer madera seca o árboles caídos cuando van aser usados como leña, o solo permite a las pare j a sde recién casados cortar los árboles suficientespara construir una casa.

• Espiritualidad. Las prácticas de muchas formas deespiritualidad (desde las cosmovisiones indígenashasta ciertas corrientes cristianas), otorgan unvalor fundamental a la conservación de la natura-l eza. Muchas ceremonias o rituales se realizan ala i re libre, en lugares naturales como cimas dec e r ros o volcanes, cuevas, orillas de lagunas o ríos.Hoy, estos lugares sagrados se encuentran dentrode áreas protegidas o paisajes de conserva c i ó n .Cuidarlos y respetarlos es muy importante paralas comunidades cercanas a dichas áreas y por lotanto, la responsabilidad es compartida con laspersonas que administran esas áreas pro t e g i d a s .

• Memoria colectiva. Los acontecimientos históri-cos y míticos forman parte del acervo cultural delos pueblos y comunidades del mundo. Dichosacontecimientos han ocurrido en sitios específi-cos que, a menudo, se encuentran en áreas pro-tegidas y paisajes de interés para la conservación.La memoria colectiva asociada a dichos sitios estan importante de conservar como los sitios mis-mos, pues de ello depende la vigencia y vitalidaddel conocimiento de los sitios. Por ejemplo, en elParque Nacional Sierra del Lacandón se refugia-ron comunidades durante el conflicto armadoque desangró a Guatemala en la década de 1980.Las evidencias culturales y la memoria colectivade las comunidades que sobrevivieron gracias alcobijo de la selva fueron identificadas como unobjeto cultural en el plan maestro de esa áreaprotegida.

• Hábitos, tradiciones y costumbres. Esta ampliacategoría abarca todas aquellas prácticas cultura-les, no especificadas anteriormente, pero que tie-nen una relación intrínseca con el área protegidao paisaje de conservación, especialmente si estánasociadas a objetos naturales de conservación.Abarca idiomas, lenguaje y expresiones, tradición

oral, mitología, música, canto, danza, teatro, gas-tronomía, fiestas y juegos tradicionales.

Selección de los objetos culturales

Recomendamos usar dos tipos de criterios para eva-luar la significación y seleccionar los objetos cultura-les de conservación: intrínsecos y extrínsecos

Los criterios intrínsecos son los siguientes:• Representatividad. Expresa las características de

los procesos culturales de una región o área. Sudesignación está basada en información históri-ca, arqueológica y etnohistórica.

• Singularidad. Constituyen los ejemplos únicos,según su período histórico, riqueza artística,tipología, procedencia, originalidad, autentici-dad, tecnología utilizada, aporte científico, etc.

• Integridad. Grado en cual el objeto mantiene suscaracterísticas originales tanto desde el punto devista de lo que expresa como de su composiciónfísica, material y de sistemas constructivos, en elcaso de objetos culturales tangibles, o su mensa-je, simbolismo y función originales, en el caso deobjetos culturales inmateriales.2

• Autenticidad. Grado en cual el objeto expresa suverdadero origen, evolución y valores (aunque lefalten componentes).

• Conectividad. Vinculación y relación histórica ycultural entre distintas épocas y regiones, asícomo entre una generación y otra. El objeto cul-tural permite conectar el pasado con el presentey el futuro, educar y fortalecer la identidad a tra-vés de la información que contiene.

• Antigüedad. Se refiere a la época en la cual fuecreado el objeto. El valor intrínseco que se leotorga depende del tiempo transcurrido desdeentonces.

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2 Integridad es un asunto de edad y autenticidad es la correspondenciacon las asociaciones del pasado, en términos de lo que se expresa(National Parks Service 1998).

Los criterios extrínsecos son los siguientes:• Manejo. Enfocarnos en los objetos culturales de

conservación muy amenazados y vulnerables nosayudará a identificar las más importantes causasde su deterioro, y a definir estrategias para suconservación.

• Popularidad. Se refiere a la aceptación que pue-den tener ciertos objetos culturales entre elpúblico en general, razón por la cual se justifiquesu conservación. Debemos manejar cautelosa-mente este criterio, de forma tal que no sea elfactor determinante en la selección de objetos.

Sugerimos tener en cuenta que algunos criteriospueden prevalecer sobre otros. También podemosidentificar que existe una contradicción, por ejem-plo entre conservar la autenticidad del elemento yexponerlo al público debido a su popularidad. Porlo tanto, debemos utilizar el mejor criterio y conoci-miento del equipo planificador.

El proceso de selección de objetos culturales essimilar al de objetos naturales. Debemos buscar lare p resentatividad de todos los objetos import a n-tes, de acuerdo con los criterios expuestos y enfo-carnos en aquellos que requieran acciones de re s-cate y revitalización. Estos objetos deben estarintrínsecamente ligados al área protegida o dec o n s e rvación e, idealmente, pro p o rcionar unaargumentación más sólida y apoyo social para lac o n s e rvación del área. Debemos unir o separarobjetos, con el fin de contar con una lista nom a yor de ocho objetos culturales (tangibles einmateriales). Podemos unir objetos si coexistenen el paisaje, si se prevé que tendrán las mismascalificaciones de integridad, las mismas amenazas,y si visualizamos que requerirán de las mismasestrategias para conserva r l o s .

Basándonos en la experiencia acumulada durante laaplicación de esta metodología a objetos culturalesen Guatemala, Honduras y el Perú sugerimos:

• Desarrollar listas separadas de objetos naturales yculturales, trabajando en dos hojas diferentes delLibro de Trabajo de Excel.

• Realizar un análisis paralelo pero interconectado,es decir como parte de un mismo proceso deplanificación. Organizar grupos de trabajo o reu-niones para analizar en unas los objetos naturalesy en otras los culturales. Tales reuniones deberánser consecutivas, de forma tal que el equipo pla-nificador del proceso participe, aprenda y aporteen ambas temáticas.

• Separar el análisis partiendo para ello de la defi-nición de estrategias y consolidar ambas partesdel proceso de la siguiente manera. Primerocomparamos las estrategias que surjan paraambos tipos de objetos y luego las juntamos enla redacción cuando se refieran básicamente almismo tipo de actividad. Por ejemplo, fortalecerel sistema de control y vigilancia es una estrate-gia que sirve para proteger tanto objetos natura-les como culturales. Elaboramos una sola lista delas estrategias priorizadas para objetos naturales yculturales, ya que la protección y manejo de unárea debe visualizarse e implementarse en formaintegrada y coordinada. Este establecimientoconjunto de prioridades podría asignar unamayor valoración a aquellas estrategias que per-mitan proteger simultáneamente ambos tipos deobjetos.

Otros tipos de objetosde conservación

Otros tipos de objetos de conservación son los pro-cesos ecológicos, las referencias geográficas y algunosmás que han aparecido recientemente y que discuti-mos abajo. De acuerdo con Groves (2003) los pro-cesos ecológicos y regímenes de disturbios no hanrecibido tanta atención en la planificación para laconservación, como los patrones y composición de

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Objetos de conserv a c i ó n

la biodiversidad. Algunos científicos como Margulesy Pressey (2000) sugieren que los procesos ecológi-cos pueden ser considerados objetos de conserva-ción, mientras que Tracy y Brussard (1994), Noss,O´Conell y Murphy (1997) y Simberloff (1997) seoponen argumentando que, muchas veces, los eco-sistemas con una pobre integridad biológica mantie-nen procesos ecológicos en funcionamiento. Laexperiencia ha demostrado que conviene más identi-ficar primero a los objetos de conservación basadosen los patrones de diversidad biológica y, luego,determinar en qué localizaciones u ocurrencias, losprocesos ecológicos aún están intactos o pueden serrestaurados.

En algunos planes para la conservación de áreas seutilizan referencias geográficas como objetos de con-servación, por ejemplo “el norte del ParqueNacional de tal nombre” o el “cerro tal”. Sin embar-go, consideramos que los objetos de conservacióndeben estar basados en criterios estrictamente técni-cos. Por lo tanto, el “norte del Parque Nacional... ”no podría ser un objeto a menos que se justificaranlas razones biológicas por las cuales se lo incluyó enla lista. Del mismo modo los aspectos geomorfoló-gicos relevantes tampoco son en sí mismos objetosde conservación, a menos que determinadas razonesbiológicas lo obliguen.

Mientras hemos estado utilizando la metodología dePlanificación para la Conservación de Áreas hansurgido una serie de objetos de conservación quepueden dar lugar a confusión o a discusiones, talescomo el agua, los grupos heterogéneos de especies oalgunos aspectos culturales. A continuación los des-cribimos y dejamos a lectores y lectoras en la liber-tad de decidir si les parecen o no apropiados.• Muchas áreas protegidas de América Latina

como la Reserva Ecológica Antisana en elEcuador y la Reserva de Fauna y Flora deTariquía en Bolivia han sido creadas por suimportancia como fuentes de agua para consumo

humano. Por lo tanto, un objeto de conservaciónque surge automáticamente es precisamente elagua. Teniendo en cuenta que su creación res-pondió a la necesidad de garantizar una apropia-da calidad y cantidad de agua ¿cómo no incluireste elemento como objeto de conservación?Muchas personas han sugerido que el objeto deconservación deberían ser los sistemas hídricos ola biodiversidad acuática, puesto que así seincluirían los aspectos biológicos del agua. Sinembargo, ello no garantiza que la calidad y lacantidad de agua sean apropiadas para el consu-mo humano. Al contrario, ¡lo que se busca esagua libre de biodiversidad! Recordemos que laconservación es, ante todo, un hecho político y,por lo tanto, es válido cualquier medio que con-tribuya a conservar –directa o indirectamente- labiodiversidad. Si conservando una apropiadacalidad y cantidad de agua estamos contribuyen-do a la conservación de la biodiversidad asociadaa este elemento, pues adelante. Otra variante enáreas montañosas son los glaciares, que por efec-to del calentamiento global se están reduciendoen varios lugares. ¿Justifica su inclusión comoobjeto de conservación?

• En ciertos planes de conservación de áreas se hanintegrado a los “peces comerciales del río de talnombre” como objetos de conservación. Si bienestas especies tienen requerimientos similares yestán afectados por fuentes de presión parecidas,un conjunto de peces comerciales generalmentees heterogéneo, pues está conformado por pecesmigrantes, peces de fondo, peces sumamentegrandes, medianos y pequeños. O puede darse elcaso de “los grandes vertebrados del área” en elcual nos conviene tener mucho cuidado paraidentificar los vertebrados que tengan algo encomún, ya sea un requerimiento biológico oalguna fuente de presión o amenaza.

• Incluir en los planes de conservación de áreas aciertos aspectos culturales e incluso a las culturasindígenas es muy polémico; algunas personas

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pensamos que los pueblos indígenas no debenser objetos de conservación, sino más bien suje-tos de la conservación, es decir quienes partici-pan activamente en la toma de decisiones.Incluir ciertos rasgos culturales es un aspectointeresante de esta metodología, como ya señala-mos. Sin embargo, en caso de hacerlo sugerimosno mezclar los objetos biológicos con los cultura-les en un mismo ejercicio del plan, por ser meto-dológicamente incomparables. En un ejerciciorealizado en la Reserva de Paracas en el Perú jun-tamos, en un mismo plan, los objetos biológicosy los arqueológicos. Como fue muy difícil hacercomparaciones y como los resultados se inclina-ron más hacia lo cultural optamos por hacer dosejercicios: uno con objetos biológicos y otro conobjetos culturales.

Métodos para la selecciónde los objetos de conservación

Por lo general, necesitamos uno o más talleres paraseleccionar los objetos de conservación en un proce-so de Planificación para la Conservación de Áreas.Asimismo, las vías para elaborar tal planificaciónson tan variadas como son las necesidades y losrecursos. Por supuesto que también podemos hacer-la entre el equipo planificador central o con ungrupo reducido de especialistas, pero entonces per-demos una característica que debería tener todoproceso de planificación: la participación.

Hemos mencionado que mientras más participativoes un proceso, más tiempo y recursos demanda, locual se compensa con la obtención de resultadosmás ricos y sobre todo produce un sentimiento deapropiación entre los actores involucrados.

La selección de los objetos de conservación es unp roceso crítico pues impacta en todos los demás

pasos de la metodología. La Planificación para laC o n s e rvación de Áreas o cualquier otra metodolo-gía de planificación deben ser dinámicas. Mu c h o sobjetos de conservación van a cambiar en el trans-curso del proceso cuando nos demos cuenta deque no hay suficiente información o descubramosque su estatus de conservación es diferente al quep e n s á b a m o s .

Podemos utilizar varios métodos para identificar losobjetos de conservación; cada uno tiene sus ventajasy desventajas. La selección de uno de ellos depende-rá de las características de quienes participen en elproceso y de los niveles de información que tengan.A continuación enumeramos algunos.

Lluvia de ideas. Podemos usarla en grupos de traba-jo o en plenaria si el número de participantes no esmuy grande. En el primer caso la persona que actúacomo facilitadora puede utilizar varias técnicas paradefinir un máximo de ocho objetos de conserva-ción. Debe anotar en una pizarra o papelógrafotodas las ideas de las perso-nas participantes y luegotratar de agrupar objetoshasta obtener los re q u e-ridos. También puedepedir a las personas part i-cipantes que anoten en tarje-tas los dos o tres o más objetosque crean deberían ser inclui-dos y luego pegar una a unalas tarjetas tratando de juntarobjetos relacionados. En elsegundo caso podemos formarg rupos de trabajo integradospor no más de cinco personas.El objetivo es que cada gru p odefina sus objetos de conserva-ción para posteriormente discutir-los en la plenaria. También pode-mos formar grupos por temas, por

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Objetos de conserv a c i ó n

ejemplo, uno de objetos terre s t res, otro de objetosacuáticos, un terc e ro de objetos marinos, un cuart ode objetos culturales. Los grupos pueden ser arma-dos según ecosistemas, comunidades y especies, ode acuerdo con aspectos geográficos, por ejemplolas partes alta y baja del áre a .

Durante la plenaria obtendremos los objetos necesa-rios, agrupándolos y separándolos cuando sea posi-ble y necesario. Podría ocurrir que el grupo de espe-cies definió a la nutria y el grupo de ecosistemas a lavegetación ribereña, en cuyo caso podríamos reunir-los en un solo objeto, el de sistemas hídricos.

Muchas veces no hay acuerdo entre participantessobre algún objeto de conservación. Para salir delestancamiento hay algunas soluciones: formar unacomisión al final del día para discutir el tema, some-ter a votación en plenaria, suspender la discusiónhasta consultar con otros especialistas y tomar unadecisión posteriormente.

Listas pre-elaboradas. Consiste en llevar al taller unalista de potenciales objetos de conservación, elabora-da con especialistas y personas que conocen bien elárea, para validarla durante el taller. En éste, las per-sonas participantes discuten los objetos de conserva-ción, afinan la lista o clarifican la información. Contales listas podemos obtener rápidamente resultados,aunque algunas veces se pierdan las ricas discusionesque siempre ocurren en los talleres. Sin embargo,cuando existe un plan ecorregional en el área, con-viene mostrar a las personas participantes los objetosde conservación seleccionados a nivel ecorregional,para que definan qué objetos ecorregionales sonmejor conservados en el área de estudio.

Uso de sistemas de selección más complejos.Existen otras metodologías para seleccionar objetosde conservación, por ejemplo, las matrices en lascuales podemos incluir objetos de diferentes nive-les de organización biológica y de diferentes escalas

geográficas. Este método puede complementar alos anteriores. En la Bi o r re s e rva del Cóndor( Ecuador) utilizamos un sofisticado sistema deselección basado en un análisis profundo con dife-rentes parámetros. Para la selección de especiesrecurrimos a una lista preliminar con la cual anali-zamos el grado de amenaza, su presencia en forma-ciones vegetales, endemismo y re p re s e n t a t i v i d a dt a xonómica (entendida como la importancia de laespecie respecto de la re p resentación de su génerod e n t ro de la Bi o r re s e rva). Estos criterios fuero nponderados y las especies que obtuvieron losm a yo res va l o res fueron las candidatas a ser selec-cionadas como objetos de conservación. Ta m b i é ndefinimos gremios o grupos de especies (por ejem-plo, el gremio de los granívo ros, o el de los árbo-les). Éstos fueron valorados de acuerdo con la agre-gación de los va l o res individuales corre s p o n d i e n t e sa las especies animales y vegetales que constituye ncada uno de estos grupos. Para no dar más peso alos gremios compuestos por una mayor cantidadde especies, determinamos el número total de espe-cies del gremio, calculamos el valor potencial decada gremio asumiendo el valor máximo que cadaespecie podría obtener (5 puntos). Después calcu-lamos el porcentaje alcanzado por la sumatoria delos va l o res reales de las especies que constituían elg remio en relación con el valor potencial. El totalobtenido nos permitió priorizar aquéllos conm a yor potencial de ser considerados objetos dec o n s e rvación. Para los ecosistemas utilizamos unalista de formaciones vegetales con la cual analiza-mos la re p resentatividad de cada formación, suremanencia, su grado de protección y el valor delas especies animales y vegetales que habitaban encada una. Para valorar los parámetros utilizamosfórmulas matemáticas. En el re c u a d ro 2.2 p re s e n-tamos algunos ejemplos de objetos de conserva-c i ó n .

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Problemas en la identificación delos objetos

• El número de objetos es mayor a ocho y no hayacuerdo para eliminar algunos. Uno de losinconvenientes de esta situación es que el Librode Trabajo de Excel3, creado para ayudarnos asistematizar la información, acepta automática-mente un máximo de ocho objetos. Sin embar-go, podemos hacer los cálculos manualmente outilizar dos hojas de Excel.

• Las personas participantes quieren incluir unobjeto que nos parece errado, como especiesintroducidas o cultivos. Recordemos que alempezar un ejercicio de planificación para laconservación de áreas, las reglas deben estar cla-ras para todas las personas participantes: lo quepretendemos hacer es un ejercicio para establecerprioridades en la conservación de la biodiversi-dad. Quienes lideran el proceso deben, desde elprincipio, plantear claramente su agenda y susobjetivos. Recordemos que un proceso de plani-ficación y de conservación es también un proce-so de negociación y, por lo tanto, las personas

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Objetos de conserv a c i ó n

Recuadro 2.2. Ejemplos de objetos de conservación

Biorreserva del Cóndor (Ecuador)

Gremio de anfibios que se reproducen en ríos de montañaOso andino (Tremarctos ornatus)Tapir de montaña (Tapirus pinchaque)Nutria de río (Pteronura brasiliensis)Bosque montano bajoPáramoBosque de pie de monteBosque montano interandino

Nevados de Chillán (Chile)

Huemul (Hippocamelus bisulcus)Guiña (Oncifelis guigna)Puma (Felis concolor)Colo-Colo (Lynchailurus colocolo)Estepa altoandinaBosqueSistema hídrico

Pacaya-Samiria (Perú)Cochas/lagunasAguajales (Mauritia flexuosa)Ríos y cañosRestingas de uso especialBosques inundablesPlayasColinas

Parque Nacional Sierra Lacandón (Guatemala)

Bosque alto-mediano de planicie y serraníaRío Usumancita y sus afluentesCuerpo de agua lénticos y cenotesGuacamaya roja (Ara cyanoptera)Jaguar (Pantera onca)Xate (Chamaedorea spp.)

Territorio indígena Yuqui (Bolivia)Peta (Podocnemis spp.)Aves mayores (crácidos, psitácidos y anátidos)Árboles muy valiosos: mara (Swietenia macrophylla), cedro (Cedrela sp.)Ríos principalesLontra (Pteronura brasiliensis)Mamíferos de caza mayor: venado (Mazama spp), anta (Tapirus terrestris)y puerco de monte (Tayassu spp.)

3 El Libro de Trabajo de Excel puede ser descargado de la página “web”http://conserveonline.org/workspaces/cap o solicitado en las oficinas deTNC más cercanas.

que actúan como facilitadoras deben ser capacesde “negociar” los objetos de conservación. Si loscultivos o medios de producción son parteintrínseca del área protegida o paisaje de conser-vación, podemos definir una categoría aparte deobjetos de producción y realizar un análisis para-lelo de amenazas y oportunidades. Éste podríaser conducido por instituciones o miembros delequipo versados en la materia, velando porqueno haya incompatibilidad en las estrategias.

• Hay una inclinación muy fuerte hacia algúng rupo taxo n ó m i c o. Muchas veces acuden a untaller una mayoría de, por ejemplo, ornitólogos,

con lo cual aumenta la posibilidad de que lam a yor parte de objetos sean aves. Éste suele ser unp roblema frecuente en los talleres y ocurre cuan-do: no hemos seleccionado un grupo multidisci-plinario, no hemos hecho el seguimiento apro p i a-do de quienes han confirmado su asistencia alt a l l e r, las personas facilitadoras tienen determina-das inclinaciones o no llegaron todas las personasque fueron invitadas. Si la situación es grave con-viene trabajar solamente con los grupos taxo n ó m i-cos que las personas participantes conocen, y dejaro t ros objetos para considerarlos en un segundotaller o, en el peor de los casos, posponer el taller.

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Parque Nacional Tikal (Guatemala)

Objetos culturales:• Zona arqueológica núcleo• Zona arqueológica central• Zona arqueológica periférica• Bienes muebles in situ expuestos • Bienes muebles in situ no expuestos• Bienes muebles depositados en el parque• Material documental

Objetos naturales-Sistemas ecológicos:• Bosque alto-mediano en serranía• Bosque alto-mediano intercolinar o en planicie• Bosque bajo• Bosque ripario• Bosque de pino• Humedales

Agrupaciones de especies1:• Aves rapaces• Felinos• Especies cinegéticas• Especies maderables• Especies de flora extraidas • Especies de fauna potencialmente traficadas (Psitácidos)

1 Si bien desarrollamos tres tipos de objetos, al final del análisis, elLibro de Trabajo de Excel para agrupaciones de especies solo agregóuna amenaza y sus respectivas estrategias.

Reserva de Biosfera de Bosawas (Nicaragua)

Objetos naturales:• Bosque latifoliado• Agroecosistemas sostenibles• Red hidrológica y humedales• Especies forestales extraídas• Especies de fauna amenazadas• Rasgos geomorfológicos únicos• Área de Conservación Waula

Objetos culturales2:• Sitios históricos (petroglifos, lugares sagrados,

ocupación en tiempos de la guerra, ocupacionesantiguas)

• Historia de las comunidades y el territorio• Valores, conocimientos y normas de uso sostenible• Valores de organización comunitaria• Tradiciones orales (cuentos, leyendas, personajes

del bosque, mitos, danza, música, cantos y rit-uales)

• Artes indígenas (vestimenta, arquitectura, cerámi-ca y madera)

• Conocimiento y uso de medicina tradicional• Lenguas mayangna y miskitu

2 Esta re s e rva de biosfera, 728.000 ha, abarca seis territoriosindígenas, por lo cual es comprensible que los pueblos quela habitan quieran conservar su legado cultural, tangible ei n t a n g i b l e .

Recuadro 2.2. (Cont.)

• Demasiadas especies y uno o dos ecosistemas.Sucede cuando no hemos seguido el método defiltro grueso-filtro fino o cuando en el taller estásesgado hacia especies. Conviene entonces revisarsi las especies seleccionadas realmente represen-tan la biodiversidad y las amenazas del sitio.

• Todos los objetos de conservación son de filtrogrueso. Se da este caso en áreas sumamente gran-des en donde la única forma de representar todala biodiversidad del sitio es mediante ecosistemasy donde probablemente no hay una especie“paraguas” apropiada. Esta situación es perfecta-mente válida y recomendable para grandes paisa-jes. No hay ningún problema en tener todos losobjetos de filtro grueso.

• Hay solo dos o tres objetos de conservación.Algunas veces hay una gran inclinación hacia elfiltro grueso, también en áreas pequeñas. Si doso tres objetos son suficientes para establecer lasprioridades de las estrategias de conservación,entonces no hay problema. También hay unatendencia a que el área en sí misma sea el únicoobjeto de conservación. Ya mencionamos que losobjetos deben ser entidades biológicas y no geo-gráficas. Incluso en áreas pequeñas hay diferentesespecies, ecosistemas o procesos que podemostrabajarlos separadamente, para poder definirestrategias, que es uno de los productos másimportantes de un proceso de planificación parala conservación de áreas.

Sugerencias para identificar losobjetos de conservación

a. Justifiquemos concienzudamente la selecciónde los objetos de conservación. Incluyamostoda la información pertinente de por qué loselegimos. No olvidemos mencionar los ele-mentos de la biodiversidad asociados oincluidos en los objetos seleccionados.

b. Recordemos que todos los objetos de conser-vación tienen el mismo peso. Ninguno esmás importantes que otros. Análisis como losde viabilidad, de amenazas o de factibilidadnos permitirán priorizar, más adelante, peroen principio, todos los objetos son igualmen-te importantes.

c. Recordemos la escala a la que estamos planifi-cando y con base en esto, seleccionemos losobjetos más apropiados.

d. Recordemos juntar objetos de conservaciónrelacionados. Ya que solo tenemos ocho espa-cios en la hoja de selección, si por ejemplohemos identificado peces como un objeto yríos como otro, para ganar un espacio pode-mos juntarlos en uno solo denominado “bio-diversidad asociada a ríos”.

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Objetos de conserv a c i ó n

Recuadro 2.3. Datos tomados de ejemplos de las PCA de Centroamérica y Sudamérica

• En un análisis de las PCA elaboradas en Bolivia, Chile,Ecuador y Perú, el 58% de los objetos de conserva c i ó nf u e ron ecosistemas. De estos, el 58% son ecosistemast e r re s t res, el 29% marinos, el 13% acuáticos. El 22% delos objetos identificados en estos cuatro países fuero ne s p e c i e s

• En un análisis similar, elaborado en Centroamérica porAngela Martin, el 30% de los objetos fueron ecosistemas

terrestres, el 25% grupos de especies, el 17% sistemashídricos, el 12% humedales de agua dulce y el restohumedales marino-costeros

• En Centroamérica, el 45% fueron objetos terre s t re s ,el 43% acuáticos y marinos y el 10% fueron objetosc u l t u r a l e s .

• En los países andinos, el objeto de conservación que másveces se repitió fue el oso andino (Tremarctos ornatus)

Introducción

Una vez seleccionados los objetos de conservaciónen nuestra área de estudio, evaluamos su estado desalud. ¿Podemos garantizar su supervivencia? Estepaso es de gran importancia para comprender, desdeun punto de vista ecológico/biológico, cuáles son lasnecesidades del objeto para mantenerse en el largoplazo. Además, esta parte del proceso permitiráidentificar aquellos objetos que requieren de aten-ción inmediata, y qué parámetros medir para hacerajustes en el manejo, con el fin de lograr la conser-vación exitosa del objeto a lo largo del tiempo. Tal ycomo lo señalan Herrera y Corrales (2004a), esteanálisis también permite definir las prioridades deinvestigación relacionadas con el proyecto de con-servación del área. Las preguntas específicas quedebemos contestar en este paso son:

¿Cómo definimos la “salud” de cada uno de losobjetos?¿Cuál es el estado actual de los objetos?¿Cuál es el estado deseado de cada uno de losobjetos?

Al implementar proyectos de conservación espera-mos que la biodiversidad, reflejada en el conjuntode objetos de conservación seleccionados, se man-tenga en el futuro. Para esto es necesario preguntar-

nos si nuestros objetos de conservación tienen untamaño suficiente para recuperarse de disturbiosnaturales, poseen procesos ecológicos funcionales, ycuentan con una composición, estructura y funciónnaturales que les permitan mantenerse en el largoplazo (Parrish, Braun y Unnasch 2003).

Antes de describir los pasos para evaluar la viabili-dad de los objetos es importante comprender térmi-nos como viabilidad e integridad ecológica. Ennuestra metodología la viabilidad es la habilidad deun objeto de conservación de persistir por variasgeneraciones, a través de largos períodos. Usamos eltérmino viabilidad principalmente cuando nos refe-rimos a poblaciones de especies, mientras que recu-rrimos al término integridad ecológica para referir-nos a comunidades o ecosistemas (Groves 2003).

La evaluación de la viabilidad es muy importante enla Planificación para la Conservación de Áreas, por-que permite establecer, con mayor facilidad, metasde conservación basadas en la ecología del objeto deconservación. También, como veremos más adelan-te, facilita la identificación de las presiones quesufren los objetos y, por lo tanto, ayuda a analizarlas amenazas. Este paso metodológico nos asegura eldiseño de estrategias de manejo y restauración bienenfocadas y, por último, a través de los indicadores

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Análisis de la viabilidad de losobjetos de conservación

Tarsicio GranizoBernal HerreraSilvia Benítez

se facilita el monitoreo de nuestro objetos, comovemos a continuación.

Un sistema ecológico o especie tiene integridad o esviable cuando sus características ecológicas domi-nantes (composición, estructura, función y procesosecológicos) se encuentran dentro de sus rangosnaturales de variación, y pueden recuperarse de lamayoría de los disturbios causados por la dinámicanatural del ecosistema o por disturbios humanos(Parrish, Braun y Unnasch 2003). Estos autoresdefinen a la integridad ecológica como la capacidadde un sistema de mantener comunidades bióticasque tienen una diversidad y composición de espe-cies, así como una organización funcional compara-ble con los hábitats naturales presentes en la región.Y si estamos hablando de especies, una poblaciónviable es aquella que mantiene su vigor ecológico ysu potencial para adaptaciones evolutivas (Soule1987).

Dado que en este manual incluimos aspectos cultu-rales en la elaboración de la planificación, hemosdividido este capítulo en la viabilidad de objetos deconservación naturales, por un lado, y los culturales,por el otro.

Análisis de la viabilidad de losobjetos naturalesde conservación

Seguiremos los siguientes pasos para realizar el análi-sis de viabilidad o integridad ecológica:• Seleccionar atributos ecológicos clave.• Identificar indicadores para cada atributo ecoló-

gico clave.• Determinar los rangos de variación aceptable

para cada atributo ecológico clave.• Determinar el estado actual y el deseado de los

atributos ecológicos clave.

En el gráfico 3.1 constan estos pasos y la relaciónentre ellos.

Selección de atributos ecológicos clave

Como hemos visto, los atributos ecológicos clavepueden corresponder a tres categorías o criterios:tamaño, condición y contexto paisajístico. Tamañoes una medida del área o abundancia de las localiza-ciones del objeto de conservación. Puede simple-mente ser una medida del área del parche o de lacobertura geográfica en el caso de sistemas ecológi-cos y comunidades. Para especies de plantas y ani-males, el tamaño toma en cuenta el área de ocupa-ción y el número de individuos o también lo que seconoce como “área dinámica mínima” o área nece-saria para asegurar la supervivencia o restablecimien-to de un objeto de conservación después de un dis-turbio natural.

La condición es una medida integral de la composi-ción, estructura e interacciones bióticas que caracte-rizan la localización. Esto incluye atributos talescomo reproducción, estructura de edades, composi-ción biológica (por ejemplo, la presencia de especiesnativas versus exóticas; la presencia de tipos de par-che característicos en los sistemas ecológicos),estructura física y espacial (por ejemplo, dosel, soto-bosque y cubierta herbácea en una comunidad bos-cosa; distribución espacial y yuxtaposición de tiposde parche o etapas de sucesión en un sistema ecoló-gico) e interacciones bióticas en las que el objeto deconservación interviene directamente (como la com-petencia, depredación y enfermedad), es decir atri-butos “internos” o inherentes al objeto.

El contexto paisajístico es una medida integral dedos atributos: los regímenes y procesos ambientalesdominantes que establecen y mantienen la localiza-ción del objeto de conservación y la conectividad.Los regímenes y procesos ambientales dominantesi n c l u yen: regímenes hidrológicos y de química del

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agua (superficial y subterránea), procesos geomorf o-lógicos, regímenes climáticos (temperatura y pre c i p i-tación), regímenes de incendios y muchos tipos dedisturbios naturales. La conectividad incluye atribu-tos tales como: acceso de las especies a los hábitats yrecursos necesarios para completar su ciclo de vida,fragmentación de comunidades y sistemas ecológicosy la habilidad de cualquier objeto de conservación deresponder a cambios ambientales mediante la disper-sión, migración o recolonización. Es decir, tiene quever con factores extrínsecos al objeto (TNC 2000).

La viabilidad o integridad ecológica de un objeto deconservación está basada en la idea de que existe unnúmero de atributos ecológicos clave dentro de és-tos criterios de tamaño, condición y contexto paisa-jístico. Estos atributos son los que operan el sistema:

especie, comunidad natural o ecosistema, y son los“que hacen que el objeto de conservación sea lo quees… y no otra cosa”, tales como polinización, dis-persión de semillas, regímenes hidrológicos, clarosde bosque, depredación, herbivorismo, etc. (cuadro3.2). Los atributos ecológicos clave son, por lotanto, críticos para el mantenimiento de la diversi-dad biológica dentro del sistema ecológico; si estánausentes o alterados el objeto podrá perderse en undeterminado período.

Para poder desarrollar acciones tendentes a conser-var los objetos que hemos seleccionado es importan-te entender su ecología. Los atributos ecológicos decualquier objeto de conservación incluyen no sóloelementos de su composición biológica, sino tam-bién sus interacciones bióticas, procesos ambientales

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Viabil idad de objetos de conserv a c i ó n

Establecer umbrales de integridad míni-ma para los factores clave (con base en

los rangos naturales de va r i a c i ó n )

Determinar metas de conserva c i ó n :• Estado futuro deseado

• Estado mínimo restaurablepara el tamaño, condición ycontexto paisajístico del sitio

Calificar el tamaño, condicióny contexto paisajístico

Estrategias de conservación:• Mitigar fuentes de presión

• Reducir presiones persistentes

Presionesy fuentes

Identificar factores clavedel tamaño, condición y

contexto paisajístico

Evaluar el estado actual de cadafactor clave (con base en los

umbrales de integridad mínima)

Gráfico 3.1. Pasos metodológicos para evaluar la integridad ecológica de un sitio prioritariopara la conservación

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Cuadro 3.2. Elementos útiles para la identificación de los atributos ecológicos clave

Principales características de la composi-ción biológica y de su estructura espacial,tales como:

Interacciones bióticas que definen o con-trolan la variación de la composición bio-lógica y su estructura espacial, tales como:

Regímenes ambientales y restricciones (ointeracciones abióticas), que definen lascondiciones físicas y químicas del hábitat y,por lo tanto, la variación de la composiciónbiológica y su estructura espacial. Debenconsiderarse las variaciones extremas, pro-ducto de disturbios ambientales, así comola “variación normal”. Por ejemplo:

C o n e c t i v i d a d1 ambiental y ecológica.Afecta la habilidad de las especies, gruposde especies o sus propágulos para moverse(viento, el agua u otra biota), en el paisajemarino o terrestre, para mantener la varia-ción natural de genes, especies y diversidaden comunidades ecológicas. También afec-ta la habilidad de los procesos ambientalesnaturales, para transportar materia queforma el hábitat, a través del paisaje:nutrientes disueltos, suelos, sedimentos ymateria orgánica

• Especies características o especies clave, grupos funcionales o gremios• Estructura de la población y/o comunidad, incluyendo el tamaño mínimo necesario

para que la población meta sea viable• Presencia y distribución de especies características, comunidades ecológicas, o estados

sucesionales así como gradientes y banco de semillas• Relaciones características, horizontales o verticales, entre el tamaño/edad de cohortes,

especies, comunidades ecológicas o estados sucesionales y gradientes• Especies o grupos de especies que impactan significativamente en la distribución de la

biomasa en diferentes niveles tróficos o en la estructura física o química del hábitat• Balance entre producción primaria/respiración

• Dinámica de la cadena alimenticia: niveles de depredación o herbivoría a gran escala• Competencia inter-específica y sucesión• Migración, agregación y dispersión• Patógenos, infestaciones, invasiones y otros disturbios naturales• Polinización, envejecimiento y reproducción

• Temperatura atmosférica y precipitación• Regímenes de disturbio; fuego; viento, precipitación e inundaciones extremas• Erosión del suelo • Temperaturas extremas• Eventos geológicos • Extensión espacial del disturbio• Regímenes hidrológicos superficiales y subterráneos; humedad del suelo; elevación de

la capa subterránea de agua; nieve; congelamiento; circulación y mezcla de aguas;niveles de variación en lagos; flujo de agua; tormentas

• Química del agua y suelo; química(nutrientes, hidrocarburos, gases, salinidad); diso-lución de materia orgánica; claridad/turbidez del agua

• Geología, topografía/batimetría y geomorfología; estructura del suelo y drenaje, poro-sidad y textura; materia orgánica; topografía coralina; complejidad de la línea costera

• Conectividad con sistemas adyacentes (terrestres/acuáticos)• Conectividad entre parches (corredores de bosques riparios dentro de cuencas)• Fragmentación

1 Si la conectividad es un atributo ecológico clave de algún objeto debemos especificar “conectividad para qué”. Esto permitirá la interacción genéticaentre colonias o manadas asociadas a algún tipo de vegetación, o el desplazamiento de grupos específicos de fauna, para cumplir su ciclo biológico.Siendo específicos, el manejo enfocará mejor las necesidades reales del objeto.

y estructura del paisaje que influyen en la composi-ción del objeto y su dinámica natural (Noss 1990;Noss 1996; Christensen et al. 1996; Schwartz 1999;Poiani et al. 2000; The Nature Conservancy 2000;Young y Sanzone 2002 citado en Parrish,Braun yUnnasch 2003). Dichos atributos nos ayudan adefinir la “salud” del objeto de conservación, si éstetiene todos esos atributos en buen estado podemosdecir que goza de buena salud.

La identificación de atributos clave consiste en com-prender cómo operan los objetos de conservación¿qué es lo que mantiene a las diversas comunidadesy especies dentro del sistema ecológico? Podemoshacerlo mediante la observación directa, la comuni-cación con expertos, el desarrollo de modelos ecoló-gicos y la revisión de publicaciones.

Los atributos ecológicos clave de cualquier objeto deconservación incluyen los siguientes elementos (cua-dro 3.2):• Composición biológica y sus patrones de varia-

ción en el espacio. En este punto incluiremos losatributos relacionados con la abundancia de lasespecies y el espacio vital del objeto de conserva-ción.

• Interacciones bióticas y sus procesos incluso losdisturbios y la dinámica de la sucesión.

• Regímenes ambientales y presiones. Atributos dela estructura del paisaje y sus características espa-ciales que sustentan la composición del objeto deconservación y su dinámica natural.

Lo más probable es que existan objetos cuya ecolo-gía no comprendamos completamente, y esto confrecuencia representa un obstáculo para identificaratributos clave. Sin embargo, hay expertos-as fami-liarizados-as con la composición, estructura y fun-ción generales del sistema que estamos analizando ode uno similar con el cual podemos compararlo. Elconocimiento de expertos y expertas puede servirnosde base para avanzar hacia la evaluación rigurosa de

la viabilidad e integridad ecológica, que guiará elesfuerzo invertido en la conservación. No debemospermitir que el “no sabemos lo suficiente...” sea unaexcusa para no evaluar los objetos. Debemos avanzarcon la mejor información disponible, documentarnuestras suposiciones, hipótesis y vacíos de informa-ción, permitir que nuestras acciones de conservaciónse basen en un fundamento científico firme. Esimportante identificar las preguntas científicas quepor el momento representan una limitación paratomar decisiones acertadas, comenzar a contestarlasy mejorar constantemente el manejo.

En la identificación de los atributos ecológicos clavees muy útil empezar con una síntesis del conoci-miento ecológico disponible sobre los objetos deconservación, para lo cual recomendamos desarro-llar un modelo ecológico. Mediante éste podemosidentificar un número limitado de característicasbiológicas, procesos ecológicos e interacciones con elambiente, además de los vínculos entre estos ele-mentos (Parrish, Braun y Unnasch 2003). Unmodelo ecológico es un diagrama simple en el cualdescribimos los componentes ecológicos más rele-vantes y sus interacciones para cada objeto de con-servación (Grant, Pedersen y Marín 1997). Cuandoconstruimos los modelos ecológicos es importanteque pensemos en cuáles son aquellos atributos másimportantes en la persistencia, espacial y temporal,del objeto de conservación. Es muy útil empezarcon una lluvia de ideas entre quienes participan enel ejercicio, la cual describa el conocimiento existen-te del objeto. Recomendamos utilizar los criterios detamaño, condición y contexto paisajístico como unaguía de selección de los atributos. Con esta basepodremos después priorizar aquellos atributos queinfluyen más sobre el objeto, aquellos sobre los queconocemos más, y aquellos sobre los que pensamospuede haber problemas que podrían afectar a lasalud del objeto. En el esquema 3.3 consta unmodelo ecológico en el cual ilustramos los atributosclave de un típico ecosistema de agua dulce.

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Viabil idad de objetos de conserv a c i ó n

Recomendamos identificar al menos un atributoecológico clave y no más de cinco para cada objetode conservación. Es muy importante, durante estepaso, documentar toda la discusión y las hipótesisalrededor de los atributos; nos servirán cuandoexpliquemos el ejercicio a otros-as colegas, cuandoconstruyamos el plan de monitoreo y para actuali-zar, a futuro, el ejercicio. Algunas preguntas quepueden ayudar a documentar la información rele-vante en este paso son:• ¿Cuál es el atributo ecológico clave y con qué

categoría lo asociamos: tamaño, condición ocontexto paisajístico?

• ¿Cómo justificamos que es un atributo clave?• ¿Hay alguna necesidad concreta de investigación

que nos podría ayudar a determinar algo críticosobre el atributo, por ejemplo, comprobar sirealmente es un atributo clave?

Una vez identificados los atributos ecológicos clavepara un objeto de conservación procedemos a selec-

cionar un indicador que nos permita medir cambiosen dichos atributos. Estos pueden ser medidos deuna manera directa, o a través de un indicador quedescriba su estado, pero con frecuencia son difícilesde cuantificar directamente. Cuando este sea el caso,es necesario identificar un indicador que puede sermedido de una manera razonable y eficiente.

Debemos elegir al menos un atributo ecológicoclave para cada objeto de conservación, junto conun indicador que podamos cuantificar. Los indica-dores pueden mejorarse conforme obtengamosmayor conocimiento e información sobre los atribu-tos ecológicos identificados previamente para cadaobjeto de conservación. Un indicador útil para elmonitoreo de viabilidad o integridad ecológica debecumplir con todas o la mayoría de las siguientescaracterísticas: “cuantificable (que pueda ser medidofácilmente), preciso, consistente, sensible a los cam-bios), relevante desde el punto de vista biológico,sensible a las presiones de origen antropogénico, que

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Esquema 3.3. Ejemplo de un modelo ecológico de un ecosistema de agua dulce

anticipe en el estado del atributo clave, costo-efecti-vo (es decir provee la máxima información con elmínimo de tiempo, personal, y dinero) y relevantedesde el punto de vista social”. (The NatureConservancy 2003b: 6). Conviene también que, através del indicador, podamos obtener una medidaintegral espacial y temporal, lo cual significa quemediante el indicador conseguiremos la mayor can-tidad de información acerca del sistema que estamosevaluando (Herrera y Corrales 2004).

Con el fin de conocer cuán urgente es definir indi-cadores adicionales debemos considerar lo siguiente:• Si la viabilidad del objeto de conservación está

claramente amenazada requeriremos suficientesatributos ecológicos clave e indicadores para ase-gurarnos de que las amenazas están siendo miti-gadas con las estrategias.

• Si el equipo ha diseñado estrategias, objetivos yacciones para mejorar el estado actual de un obje-to de conservación, debemos identificar los atribu-tos ecológicos clave e indicadores de cada accióndiseñada para mejorar la viabilidad del objeto.

• Cuando el equipo del proyecto está preocupadosobre el riesgo incurrido si los supuestos del aná-lisis de viabilidad son incorrectos, dichos riesgospueden asociarse al objeto de conservación (porejemplo, extinción, daños colaterales de estrate-gias de conservación) o al programa (por ejem-plo: relaciones políticas o públicas). Si el riesgoes alto, el equipo deberá pensar con detalle sobreatributos ecológicos clave múltiples considerandoel tamaño, condición y contexto paisajístico, asícomo sus respectivos indicadores.

Determinación de los rangos naturalesde variación para cada atributoecológico clave

Después de identificar los atributos ecológicos clavey sus indicadores necesitamos entender cuáles sonlos rangos naturales de variación, para evaluar su

estado considerando las fluctuaciones naturales decada objeto. Al evaluar la salud de los objetos deconservación partimos de la premisa de que si losatributos ecológicos se encuentran dentro de susrangos naturales de variación, el objeto será viableen términos ecológicos. Por esta razón, nuestrosesfuerzos de conservación deben mantener a losobjetos de conservación y los procesos ecológicosque los apoyan, dentro de rangos de variación acep-tables, con el fin de mantener su persistencia saluda-ble a largo plazo. Cualquier atributo ecológico clavey, por lo tanto, sus indicadores varían en el tiempobajo condiciones naturales. Por ejemplo, una pobla-ción de conejos no siempre es numéricamente igual;atributos climáticos, de alimentación, de espacio,entre otros inciden en su aumento o disminuciónnatural, sin que su viabilidad sea alterada sustancial-mente. En general, los atributos ecológicos clavetambién varían en forma natural. El pH del agua deun río, por ejemplo, puede ser una décima másbásica o una décima más ácida en determinadashoras del día o en cierta época del año.

Esta variación no es aleatoria sino limitada a unrango específico que podemos catalogarla como:1. Natural y consistente con la permanencia en el

largo plazo de cada objeto de conservación. Estasvariaciones influenciadas por atributos no huma-nos fluctúan en un rango al que llamamos“rango natural de variación”.

2. Fuera del rango natural de variación debido ainfluencias de origen antropogénico. Cuandopor una perturbación humana este rango naturalde variación se “rompe” o se extiende más allá desus umbrales puede ocurrir que la viabilidad delobjeto de conservación se altere y, en el peor delos casos, el objeto sea extirpado o extinguidodefinitivamente. Puede ocurrir que dicha varia-ción cruce el umbral superior, en cuyo caso yvolviendo al ejemplo de la población de conejos,tendríamos, no un aumento natural de la pobla-ción sino una plaga de conejos.

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Viabil idad de objetos de conserv a c i ó n

En el esquema 3.4 ilustramos el comportamiento deun factor clave. En el eje de la X está el tiempo y enel de la Y el proceso o estado del ecosistema o de lapoblación de una especie. Las líneas quebradasmuestran los denominados “umbrales de integridadmínima” en los cuales debe mantenerse el factorpara ser viable. Más allá de éstos el sistema o el fac-tor clave sufre una pérdida de integridad, es decirque cambian el tamaño, la estructura, la composi-ción y el funcionamiento. Una vez excedida estacondición, la integridad del sistema ecológico (eco-sistema, comunidad natural o especie) no puede res-taurarse mientras que el factor alterado continúeafectado.

Por supuesto que definir esos umbrales será el traba-jo más difícil de este paso metodológico, debido a lafalta de información puntual e incluso general sobrelos objetos de conservación. Tal vez este sea el pasomás complicado de una Planificación para laConservación de Áreas. Hemos realizado una seriede aproximaciones para encontrar estos umbrales deintegridad mínima: la revisión de registros históri-cos, la comparación de resultados entre objetos o

atributos clave similares, el desarrollo de modelosecológicos que permiten entender mejor los atribu-tos ecológicos claves, entre otros.

Si bien existen estudios puntuales sobre los rangosnaturales de variación de atributos clave de algunasespecies o ecosistemas, con frecuencia debemos acu-dir a otros recursos. Preguntas tales como ¿En quépunto cambia por completo la estructura, composi-ción o función del objeto de conservación?¿Cuándo, como conservacionistas o especialistas enun determinado objeto de conservación, empezamosa preocuparnos por el cambio de un factor que afec-ta la habilidad de un objeto de conservación parapersistir?

Un objeto se considerará “conservado” cuando todoslos atributos ecológicos clave se mantengan o restau-ren dentro de cierto rango de variación espacial ytemporal (Parrish, Braun y Unnasch 2003). Si elatributo cambia más allá de este rango de variaciónaceptable podemos considerar que está degradado.Durante este paso del ejercicio necesitamos especifi-car -basándonos en el mejor conocimiento posible-

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Esquema 3.4. Rangos naturales de variación

cuál constituiría un rango aceptable de variación,utilizando al indicador del atributo ecológico clavepara cuantificar estos rangos. Estos rangos o umbra-les constituyen el estado mínimo que debemoslograr o mantener mediante nuestros esfuerzos deconservación (ya sea de mitigación de amenazas orestauración y manejo de objetos de conservación),con el fin de lograr una conservación verdaderamen-te efectiva.

Calificación de la viabilidad:estado actual

Cada paso metodológico de una Planificación parala Conservación de Áreas nos ayuda a priorizarhacia dónde enfocar nuestros esfuerzos. La califica-ción de la viabilidad de nuestros objetos de conser-vación es, por ende, un paso analítico crítico. Eneste paso debemos evaluar el estado de cada uno delos atributos ecológicos clave de nuestros objetosutilizando los criterios de muy bueno, bueno, regu-lar y pobre. A continuación detallamos los pasosespecíficos en este proceso de calificación.

El primer paso consiste en evaluar el estado de cadaindicador. Incluye dos tareas: 1) reunir y analizar losdatos relevantes provenientes del monitoreo de cadaindicador; y 2) utilizando los resultados de este aná-lisis determinar la categoría apropiada para cadaindicador. Este paso es un componente importantede la medida total del éxito en la conservación, porejemplo, del estado de la integridad ecológica delárea protegida. Debemos calificar cada indicadorutilizando las categorías y valores que detallamos enel cuadro 3.5.

El segundo paso consiste en definir las metas de cadaindicador estableciendo un plazo para alcanzar elestado deseado de cada uno. En este pro c e d i m i e n t o sdebemos asignar el valor deseado a cada indicador:p o b re, re g u l a r, bueno, muy bueno. Debido a que lasestrategias de conservación se centran principalmenteen indicadores que pasan de la categoría “re g u l a r” a“ b u e n o” o en el mantenimiento de un atributo ecoló-gico clave en la categoría “bueno” o “muy bueno”, lascategorías “bueno” y “re g u l a r” son las más import a n-tes de definir ( c u a d ro 3.5). Las categorías asignadas a

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Viabil idad de objetos de conserv a c i ó n

Cuadro 3.5. Valores de los indicadores de viabilidad

Basado en: Parrish, Braun y Unnasch 2003.

Calificación

Muy bueno

Bueno

Regular

Pobre

Descripción

El indicador se encuentra en un estado ecológicamente deseable. Es probable que se requiera poca intervenciónhumana para el mantenimiento de los rangos naturales de variación

El indicador se encuentra dentro de un rango de variación aceptable. Podemos requerir alguna intervenciónhumana para su mantenimiento

El indicador se encuentra fuera del rango de variación aceptable. Requerimos de la intervención humana parasu mantenimiento. Si no damos seguimiento, el objeto de conservación podrá sufrir una degradación severa

Si permitimos que el indicador se mantenga en esta categoría, la restauración o prevención, a largo plazo, delobjeto de conservación será imposible (complicada, costosa y con poca certeza de poder revertir el proceso dealteración)

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cada indicador describen explícitamente cada objetode conservación. Si el estado deseado es diferente al“estatus actual”, debemos determinar una fecha en lacual alcanzaremos lo deseado. Idealmente, la re s t a u r a-ción o el mantenimiento de los atributos ecológicosdebería llevarlos a todos a la condición de “m u yb u e n o”. No obstante, mantener o restaurarlos en lacategoría “bueno” es más realista. Además, debemoscalcular los costos y la factibilidad de pasar un indica-dor de la condición “bueno” a “muy bueno”antes decualquier acción.

Una vez identificados y evaluados los estados de cadai n d i c a d o r, el último paso consiste en determinar elestado del objeto de conservación. El Libro deTrabajo en Excel desarrollado para la PCA automáti-camente genera las calificaciones de los atributosecológicos clave, sus re s p e c t i vas categorías y la califi-cación de esos objetos. El proceso automático decalificación incluye: 1) la calificación de la condi-ción, tamaño y contexto paisajístico a partir de losatributos identificados, 2) la calificación de cada atri-buto a partir de las calificaciones de los indicadore s ,y 3) la evaluación del lugar asignado a cada indica-dor de acuerdo con el rango de las calificaciones.

Si todos los atributos ecológicos clave son auto-sus-tentables dentro de sus rangos naturales de varia-ción, es decir se encuentran en perfecto estado, lacalificación de la viabilidad para el factor ecológicoes muy buena. Ello significa que este está dentro desus umbrales de integridad mínima e incluso tienela posibilidad de un “colchón” aceptable en su rangonatural de variación. Este valor del atributo ecológi-co es, sin embargo, específico para un área geográfi-ca determinada, lo cual significa que puede cambiarde lugar en lugar.

Algunos ejemplos de viabilidad muy buena• La conectividad de la zona rivereña es continua;

las interrupciones son naturales: arroyos queconectan y salientes geológicas.

• El régimen de intercambio de agua superficial ysubterránea está dentro del rango natural devariación y es auto-sustentable.

• La hidrología está afectada por una presa, ríoarriba. El régimen de flujo se maneja dentro delrango natural de variación mediante acuerdolegal con los operadores de la presa.

• La disponibilidad de alimento para las aves fru-gívoras en un bosque es muy buena, ya que semantiene el número natural de los árboles queproveen frutos.

Si todos los atributos ecológicos clave están almenos en sus umbrales de integridad mínima, elfactor puede ser calificado como bueno. Este valores el mismo en cualquier sitio donde se lo analice. Si uno o más atributos ecológicos clave están debajo(o encima) de los umbrales de integridad mínima,pero pueden ser restaurados, la calificación es regu-lar. Así, el umbral de integridad mínima es la líneaque separa lo bueno de lo regular. Si uno o más atri-butos clave no pueden restaurarse hablamos de unaviabilidad pobre. Algunos ejemplos de este caso:• Se han drenado grandes áreas de un humedal

costero y aun reestableciendo parcialmente losflujos, las condiciones de la fauna y flora asocia-das no serán saludables porque el sistema estádemasiado alterado.

• El intercambio de agua superficial y subterráneaes más difícil de restaurar; si cae fuera del umbralde integridad mínima, el contexto paisajísticodebe calificarse como pobre.

• Una población aislada no es capaz de respondera un disturbio natural, porque su tamaño ya noes el adecuado. En este caso el tamaño debe cali-ficarse como pobre.

• Los árboles proveedores de frutos han sido tala-dos en un bosque, por lo cual las aves frugívorasno disponen de una adecuada cantidad de ali-mento. La condición en este caso debe calificarsecomo pobre.

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La evaluación de estos atributos clave puede pare-cernos difícil a primera vista. No obstante, cualquieradministrador o conservacionista de una zona, conun poco de referencia ecológica, podría determinaren qué punto empezaría a preocuparle mucho lahabilidad del objeto de conservación para persistiren el sitio. Tal punto es básicamente un umbral delos límites naturales de esta variación fuera del cualse esperaría observar – algunas veces ya se ha obser-vado – el inicio de la degradación del objeto. Laconsideración de tales umbrales para determinar losatributos clave es el medio principal a través del cualproponemos valorar la salud de los objetos de con-servación.

Con el propósito de facilitar la asignación de valoressobre los estados actual y deseado de los atributosecológicos utilizamos una matriz en la cual tratamosde establecer diferentes “estados” para cada uno, esdecir, un punto de referencia para saber si el atribu-to se encuentra en condiciones óptimas, muybueno, ligeramente degradado pero en buen funcio-namiento, bueno, en un estado seriamente degrada-do pero restaurable, regular, o en un estado que yano es restaurable, es decir pobre.

En el cuadro 3.6 mostramos un ejemplo de califica-ción de la viabilidad de los atributos clave del hue-mul (Hippocamelus bisulcus), un cérvido que existe

Viabil idad de objetos de conserv a c i ó n

Cuadro 3.6. Algunos atributos clave calificados para el huemul Hippocamelus bisulcus enNevados de Chillán, Chile

Categoría

Contextopaisajístico

Contextopaisajístico

Condición

Condición

Tamaño

Atributosclave

Aislamientode grupos

Aislamiento degrupos

Condiciónsanitaria

Disponibilidad dehábitat (calidad ycantidad)

Densidadpoblacional

Indicadores

Presencia debarreras

Presencia decorredores

Carga parasitariade fecas

Número de sitiosutilizados

Densidad relativa(individuos/área)

Pobre

Grandes barreras:embalses, vallesurbanizados, pre-sencia de ganado yde perros

Sin corredores

Alta

< 8

< 1/700 ha

Regular

Pequeñas barreras:oleoductos, gaseo-ductos, caminosrurales con caseríosdispersos sin perros

Corredores entresitios secundariossolamente

Moderada

De 8 a 20

1/500 ha

Bueno

Pequeñasbarreras; caminosrurales poco tran -sitados

Corredores entresitios primarios ysecundarios

Leve

De 20 a 40

> 1/400 ha

Muy Bueno

Sin barreras:grupostotalmenteconectados

Corredores entodos los sitios(primarios ysecundarios), gru-pos totalmenteconectados

Negativo

> 40

> 1/50 ha

Calificaciones del indicador

en el sitio Nevados de Chillán en Chile. Este trabajofue elaborado bajo la coordinación de RodrigoLópez de la Corporación de Defensa de la Fauna yFlora, CODEFF. Sólo hemos recogido una parte delanálisis. Hemos seleccionado cuatro atributos ecoló-gicos clave con cinco indicadores:• Aislamiento de grupos (atributo del contexto

paisajístico), con dos indicadores: presencia debarreras y presencia de corredores.

• Condición sanitaria (atributo de condición) conel indicador carga parasitaria de fecas.

• Disponibilidad de hábitat (atributo de condición)con el indicador número de sitios utilizados.

• Tendencia poblacional (atributo de tamaño) conel indicador densidad re l a t i va manifestada enn ú m e ro de individuos por área. En las cuatrocolumnas de la derecha aparecen los va l o re sasignados a cada indicador para definir cuándola situación del factor clave es considerada “m u yb u e n a”, “buena”, “re g u l a r” o “p o b re”. Así, porejemplo, en el primer atributo ecológico clave ,aislamiento de grupos, consideramos la situa-ción “muy buena” cuando no hay barreras y losg rupos de huemules están totalmente conecta-dos; “buena” cuando hay pocas barreras; “re g u-l a r” cuando las barreras son mayo res; y “p o b re”cuando grandes barreras impiden la conectivi-dad y el intercambio entre los grupos de hue-mules. En n e g ri t a s indicamos la situación actualy en c u r s i vas la situación deseada. Esta últimapuede ser el estado futuro deseado o, al menos,un estado mínimo restaurable para aquellos atri-butos en mal estado. Tanto el uno como el otrovendrían a ser las metas de conservación en elh o r i zonte de planificación del sitio (en este caso,los próximos cinco años). Hemos seguido losmismos criterios para los demás atributos ecoló-gicos clave. Su calificación puede ser cuantitati-va, como en el caso de la disponibilidad dehábitat, o cualitativa como en el ejemplo queacabamos de señalar con el atributo aislamientode gru p o s .

Por supuesto que para llenar una matriz así necesi-tamos conocer profundamente la ecología del obje-to de conservación. Muchas veces (diríamos que lam a yor parte de las veces) los va l o res cuantitativos, eincluso los cualitativos, no provienen de trabajoscientíficos publicados o validados. En ese casonecesitamos apelar al conocimiento especialistass o b re el objeto de conservación. Tal vez la part emás complicada de este paso metodológico sea con-vencerles de la necesidad de tener al menos unn ú m e ro o valor aproximado de los atributos ecoló-gicos clave .

Una forma de ayudar al especialista a pensar enn ú m e ros es preguntarle: para tal atributo clave ¿enqué momento usted empezaría a preocuparse porsu estado? Si estuviéramos trabajando con los hue-mules de Ne vados de Chillán una pregunta sería¿ Cuál es el número mínimo de individuos por uni-

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dad de área en la que usted consideraría que laespecie empieza a tener problemas? El especialistao la especialista podría responder: “Yo consideroque con menos de un individuo por 500 ha podrí-amos considerar que la especie está en pro b l e m a s” .Así, adoptaríamos el valor “un individuo por cada500 ha” como el umbral de integridad mínima y,por lo tanto, la línea que separa una calificación“ b u e n a” de una “re g u l a r”. Otra pregunta al espe-cialista podría ser: ¿a partir de qué número ustedconsidera que la especie ya no puede recuperarse oes muy difícil hacerlo? Si el especialista o la espe-cialista responde: “Si hay menos de un individuopor cada 700 hectáreas yo considero que es críticopara el huemul, habremos obtenido los va l o re sc o r respondientes a una situación pobre”. A part i rde allí es más fácil definir los demás umbrales y,por ende, las demás calificaciones para cada factorecológico clave .

Los valores finales de la viabilidad para cada objetode conservación y para el sitio en general están defi-nidos por algunos criterios. Hemos incluido estasección porque si bien podemos calcularlos deforma automática utilizando el Libro de Trabajo enExcel (del que hablaremos en un capítulo posterior),es posible también hacerlo manualmente.

Lo primero que debemos hacer es analizar todos losatributos ecológicos clave para cada categoría, esdecir, comparar todos los atributos de tamaño, con-dición y contexto paisajístico. Al final obtendremosun valor único para tamaño, uno para condición yuno para contexto, por cada objeto de conservaciónanalizado. En ciertos casos, un objeto puede teneratributos sólo para alguna de estas categorías, no esnecesario que los tenga para las tres. Hemos utili-zando los siguientes criterios:• Si de todos los atributos ecológicos clave para

una categoría (tamaño, condición o contextopaisajístico) alguno obtiene la calificación“pobre”, el valor de la categoría final será“pobre”.

• Si entre los atributos ecológico clave existe algu-no con calificación “regular”, el valor de la cate-goría final será “regular”.

• Si todos los atributos han sido calificados como“bueno” o “muy bueno”, la categoría final será“buena”, siempre que el número de atributos“buenos” sea igual o superior al de “muy bue-nos”, mientras que la categoría final será “muybuena” si la mayoría de atributos ha sido califica-da como “muy bueno”.

La viabilidad global para el sitio es el valor prome-dio de las calificaciones finales para tamaño, condi-ción y contexto paisajístico, teniendo en cuenta lossiguientes valores:• “Muy Bueno” 4,0 puntos• “Bueno” 3,5 puntos• “Regular” 2,5 puntos• “Pobre” 1,0 punto

47

Viabil idad de objetos de conserv a c i ó n

Al sacar el promedio aplicamos los siguientesumbrales:• “Pobre” Desde 0,95 puntos• “Regular” Desde 1,745 puntos• “Bueno” Desde 2,995 puntos• “Muy bueno” Desde 3, 745 puntos

Hemos tomado el siguiente ejemplo del Libro deTrabajo de Excel para el oso andino Tremarctos orna -tus de la Biorreserva del Cóndor en el Ecuador (cua-dro 3.7) para mostrar el resultado final de la evalua-ción de la viabilidad de los objetos de conservacióny del sitio en general. El valor denominado “peso”nos da la posibilidad de reducir la importancia deuna categoría en un determinado objeto de conser-vación. Por ejemplo, si dicho objeto es un río, eltamaño eventualmente no tendría el mismo pesoque criterios de condición o contexto paisajístico.En ese caso, el valor no es 1 sino 0,75 (75% delvalor) 0,5 (50% del valor) o incluso menos.

Pongamos el caso del Bosque Montano Bajo ( c u a-d ro 3.8). Tiene una calificación de “muy bueno” (4puntos) para el contexto paisajístico y “bueno”(3,5 puntos) para la condición y el tamaño. El pro-medio, es decir, 4 puntos + 3,5 puntos + 3,5 pun-tos divididos entre tres categorías nos da comoresultado 3,6 puntos, que corresponde a un va l o rde viabilidad para dicho objeto de “bueno”, ya queno llega a los 3,745 requeridos para obtener un“muy bueno”. La calificación de la esquina inferiord e recha indica el valor de la biodiversidad en els i t i o. Cinco objetos de conservación con va l o r

“re g u l a r” (5 x 2,5) y tres con “bueno” (3 x 3,5) nosdan 23 puntos. Estos, divididos entre ocho objetosnos da 2,875, que corresponde a “re g u l a r”, ya queno llega a los 2,995 que requeriríamos para otor-garle un “bueno” .

Métodos para la calificaciónde la viabilidad

Las siguientes son algunas ideas para llevar a caboeste paso metodológico. Si bien el grado de conoci-miento requerido para realizar este ejercicio esgrande, uno de los resultados es que podemos iden-tificar las primeras estrategias de conserva c i ó n ,s o b re todo aquellas relacionadas con el manejo yrestauración de los objetos. También quedarán enevidencia las lagunas de información y podre m o splantear propuestas para realizar investigación cien-tífica. Cualquiera que sea el método para analizar laviabilidad o integridad ecológica de los objetos dec o n s e rvación, siempre utilizaremos un marco con-ceptual parecido a este. Los siguientes son algunosrecursos para calificar la viabilidad.

Ta l l e res con especialistas. Un método probado esun taller con especialistas conocedores de la ecolo-gía o biología de los objetos de conservación. Laspersonas participantes pueden dividirse en gru p o s ,según objeto, y definir tanto los atributos ecológi-cos clave como los umbrales de su calificaciónactual y deseada.

48

T. Granizo , B. Herrera y S. Benítez

Cuadro 3.7. Resultado final de la evaluación de la viabilidad del oso andino, Tremarctosornatus en la Biorreserva del Cóndor, Ecuador

Oso andino

Resumen de viabilidadContexto paisajístico Condición Tamaño Calificación

Regular Regular Bueno Regular

Reuniones cara a cara con especialistas. El equipoplanificador podría visitar a las personas especialistasen cada objeto de conservación, para determinar losatributos ecológicos clave, los umbrales y las califica-ciones. Recomendamos visitar también a especialis-tas que validen o rectifiquen los resultados de untaller de especialistas.

Envío de resultados por correo a especialistas. Esprobable que las personas especialistas en un deter-minado objeto de conservación no vivan en laregión o en el país, en cuyo caso podemos enviarleslos resultados, ya sea de los talleres o de las entrevis-tas con especialistas locales, para que los validen.Dichas comunicaciones deberán ir con una explica-ción detallada del proceso y la metodología.

Método directo de evaluación. Muchas veces nopodemos realizar todo el ejercicio de evaluación dela viabilidad utilizando atributos ecológicos clave ydefiniendo umbrales cuantitativos y cualitativos. Sid e s a r rollamos la Planificación para la Conserva c i ó nde Áreas en ámbitos donde no hay especialistas, oal menos especialistas no académicos, o si necesita-mos obtener resultados rápidos, puesto que no esposible hacer análisis más profundos, hemos utili-zado muchas veces un método directo: preguntar ala audiencia su opinión sobre las categorías detamaño, condición y contexto paisajístico paracada objeto. Lo podemos realizar en grupos porobjetos o agrupaciones de objetos, o en plenaria.En el cuadro 3.9 mostramos el resultado de la eva-luación de la viabilidad en Irupana, Bolivia re a l i z a-

da con gente campesina. Podrían argumentar queeste resultado no es “c i e n t í f i c o”, ya que no utiliza-mos atributos ecológicos clave, indicadore s ,umbrales, etc. Sin embargo, con el profundo cono-cimiento que la gente campesina tienen de susobjetos, los resultados son extraord i n a r i a m e n t ep recisos. Esto demuestra que la ciencia y el conoci-miento no son patrimonio exc l u s i vo de científi-cos-as y académicos-as.

Problemas al analizarla viabilidad de los objetosde conservación

• Falta de información. Como ya dijimos siempreenfrentaremos esa falencia pero no debería sermotivo para dejar de analizar. La revisión biblio-gráfica, la identificación y consulta a expertosson fundamentales. No debemos permitir que lafalta de información nos paralice.

• Expertos y expertas no se arriesgan a aventurarnúmeros u opiniones sobre la viabilidad de losobjetos. Una forma de solventar esta situación espresentándoles números o valores colocados porel equipo planificador para que los revisen, vali-den o modifiquen. De esta forma la “responsabi-lidad” es compartida. También es importantehacerles notar que las decisiones de manejo nopueden esperar y que con su ayuda al menospodemos fundamentarlas en la mejor informa-ción disponible.

49

Viabil idad de objetos de conserv a c i ó n

Bosque Montano Bajo

Resumen de viabilidadContexto paisajístico Condición Tamaño Calificación

Muy bueno Bueno Bueno Bueno

Cuadro 3.8. Resultado final de la evaluación de la viabilidad del bosque montano en la Biorreservadel Cóndor, Ecuador

• Hay información sobre algunos objetos pero nosobre otros. Ante la ausencia de información yde expertos-as sobre un objeto de conservación,tenemos dos caminos: que el equipo planificadorponga sus propias hipótesis basadas en el conoci-miento empírico o en el sentido común, o queno califiquemos la viabilidad de los objetos queno conocemos.

Documentación de las fuentesde información

Si bien el entendimiento de la viabilidad y el estadoactual del objeto de conservación es un paso críticoen la Planificación para la Conservación de Áreas,por lo general conocemos poco sobre los objetosque queremos proteger, pero posiblemente se hayanformulado hipótesis sobre su estado o su viabilidad.Por esta razón, recomendamos que se tomen eltiempo para revisar las fuentes de información, así

como el razonamiento y supuestos que antes fueronutilizados con ese fin. El documentar de una mane-ra completa la discusión y las preguntas que fueronformuladas durante el ejercicio, ayudará a llenarvacíos de información a futuro, así como apoyará,en la explicación del ejercicio de planificación, aquienes no han participado. En particular es impor-tante explicitar cualquier aspecto que pueda impli-car incertidumbre en los datos que manejamos. Siespecificamos las necesidades de investigación queson críticas para afinar o validar las definiciones delos cuatro estados de viabilidad para los atributosque lo requieran, podremos contribuir al manejoadaptativo, a través de la ciencia aplicada.

Análisis de viabilidad de losobjetos culturales de conserv a c i ó n

El procedimiento metodológico cuando analizamosobjetos de conservación culturales es similar al

50

T. Granizo , B. Herrera y S. Benítez

Cuadro 3.9. Resultado de la evaluación de la viabilidad en Irupana, Bolivia, medianteel método directo

Objetos de conservación Tamaño Condición Contexto Rango de la paisajístico viabilidad

Valor jerárquico Peso Valor jerárquico Peso Valor jerárquico Peso

Bosque de altura Regular 1 Regular 1 Regular 1 Regular

Bosque de bajura Pobre 1 Pobre 1 Pobre 1 Pobre

Cedro fino Pobre 1 Pobre 1 Regular 1 Pobre

Cóndor Pobre 1 Pobre 1 Regular 1 Pobre

Jukumari (oso andino) Regular 1 Pobre 1 Regular 1 Regular

Bosque seco Regular 1 Regular 1 Regular 1 Regular

Colo Pobre 1 Pobre 1 Regular 1 Pobre

Ojos de agua Regular 1 Bueno 1 Bueno 1 Bueno

Valor de la salud de labiodiversidad en el área Regular

usado en los objetos naturales. Una vez identificadoslos elementos culturales tangibles prioritarios delárea en la que estamos trabajando, debemos analizarsu integridad, es decir, su estado de conservacióndetectando los atributos de los cuales depende suexistencia en el largo plazo. Estos se clasifican en losde contenido conceptual, los de condición física ylos de contexto.• Contenido conceptual es el grado en cual el

objeto refleja los valores sociales-culturales de laépoca o épocas que representa, la autenticidad,antigüedad, información, mensajes y significadosque trasmite.

• Condición física es la comparación entre el esta-do original del objeto, o el estado en el cual se loencontró, y su estado actual estableciendo cuáncompletas están las partes que lo integran encomparación con su tamaño original, qué tanfragmentado (extensión, volumen, número deelementos arquitectónicos), qué tan alterado estáespacialmente por cambios, agregados justifica-dos y no justificados, estratificaciones, etc.; quétan degradados están sus materiales y formas.

• C o n t e x t o. Se re f i e re a los atributos naturales ysociales del entorno del objeto, que contribuye no inciden en su conservación o degradación.En t re los naturales se encuentran los re g í m e n e sambientales, como viento, lluvia, temperatura,humedad, microclima, geología, sismos, fuego einundaciones que pueden incidir en la destru c-ción y deterioro de los objetos culturales de con-s e rvación. Atributos sociales pueden ser re g í m e-nes de propiedad, políticas de desarro l l o( i n f r a e s t ructura de transporte, habitacional,turística, pro d u c t i va), cambios en los usos delsuelo, etc. Estos atributos clave, naturales ysociales, afectan la estructura, los materiales ylos mensajes de los recursos culturales. En t o n c e spodríamos hablar de cambios físicos (deterioroquímico y biológico), espaciales (pérdida de laestática en la estructura) y conceptuales (pérd i d ade información, ideas, símbolos, asociaciones,

conectividad histórica, artística, tecnológica yc i e n t í f i c a ) .

Sugerimos los siguientes pasos para analizar la inte-gridad de los elementos culturales tangibles:1. Definir entre tres y cinco atributos clave para

cada objeto cultural de los cuales dependa suconservación en el largo plazo. Estos atributosdeben ser clasificados de acuerdo con las trescategorías: contenido conceptual, condición físi-ca y contexto. Igual que todos los resultados deeste proceso metodológico, podemos afinarlos enposteriores revisiones del plan de conservación.

2. Escoger los mejores indicadores para cada factorclave observando las siguientes recomendaciones:a. Que estén directamente relacionados con el

estado del factor clave.b. Que sean eficientes y podamos medirlos fácil-

mente.c. Que nos permitan calificar diferentes grados

de conservación: “muy bueno”, “bueno”,“regular”, “pobre”.

d. Que nos alerten rápido en caso de deterioro,es decir, que sean sensibles a la presencia deamenazas a los objetos culturales.

e. De preferencia, que podamos aplicarlos a doso más atributos clave.

3. Proponer los rangos de calificación para cadafactor clave, con base en la siguiente propuestaconceptual:a. “Muy bueno”: cuando el indicador se

encuentra en su rango óptimo de variación yno requiere intervención para su manteni-miento.

b. “Bueno”: cuando el indicador se encuentra enun rango adecuado de variación, pero requie-re de intervención para su mantenimiento.

c . “ Re g u l a r”: cuando el indicador se encuentrafuera de su rango adecuado de variación yre q u i e re intervención para su re s t a b l e c i m i e n t o.

d . “ Po b re”: cuando el indicador se encuentra muyalejado de su rango adecuado de variación y,

51

Viabil idad de objetos de conserv a c i ó n

de no intervenirse en el corto plazo, es muyp robable que desaparezca o se deteriore irre ve r-s i b l e m e n t e .

4. Calificar el estado actual del factor clave usandola mejor información disponible. Si no contamoscon un adecuado sistema de monitoreo podemosrecurrir a la opinión de expertos-as que conozcanel área de conservación. A medida que reunamosmás y mejor información podremos ir corrigien-do y actualizando la calificación asignada.

5. Definir cuál será la calificación deseada quepodremos alcanzar razonablemente en el plazode vigencia del plan.

Debemos documentar las razones en las que se hanbasado las decisiones que hemos tomado en cadapaso del análisis de integridad, con el fin de quequede constancia y pueda ser evaluada en futurasinteracciones. En el cuadro 3.10 presentamos ejem-plos de atributos clave y sus rangos de calificación

52

T. Granizo , B. Herrera y S. Benítez

Cuadro 3.10. Ejemplos de rangos de calificación de atributos clave de los objetos culturales,Guatemala

Categoría

Contexto

Contexto

Condiciónfísica

Condiciónfísica

Contenidoconceptual

Contenidoconceptual

Factorclave

Conservacióndel paisajecircundante

Fragmentaciónfísica, social ypolítica delpaisaje

Integridad física

Integridad física

Informacióncientíficadisponible

Autenticidad

Indicador

Nº de asentamientoshumanos permanenteso temporales, cuyasactividades impactannegativamente en laconservación del obje-to cultural

Nº de carreteras, lími-tes de propiedad of ronteras políticas, quefragmentan el objetode conserva c i ó n

Porcentaje de estruc-turas saqueadas

Porcentaje de pérdidadel volumen original

Nº de publicacionescientíficas sobre elobjeto de conservación

Porcentaje de estruc-turas de un sitio cul-tural intervenidas sinsustento científico

Pobre

Más de 20asentamientoshumanos

Más de 5

Más del 50%

Más del 75%

No hay publica-ciones científicasen la región

Más de 50%

Regular

De 10 a 20 asenta-mientos humanos

De 3 a 5

Del 25 al 50%

Del 50 al 75%

De 1 a 10 publica-ciones científicasen la región

Del 25 al 50%

Bueno

Menos de 10asentamientoshumanos

1 a 2

Del 10 al 25%

Del 25 al 50%

De 11 a 20 publi-caciones científicasen la región

Menos del 25%

Muy Bueno

No hayasentamientoshumanos

No estáfragmentado

Menos del 10%

Menos del 25%

Más de 20 publi-caciones científicasen la región

Ninguna

Rangos de calificación

definidos para planes de conservación enGuatemala.

Una vez conocidos los elementos culturales intangi-bles y prioritarios del área en la que estamos traba-jando, debemos analizar su significación, es decir suestado de conservación identificando los atributosde los cuales depende su existencia en el largo plazo.Las categorías bajo las cuales se agrupan tales atribu-tos son: funcionalidad, transmisibilidad y contexto.Funcionalidad es el grado en cual el objeto culturalintangible se mantiene vigente y corresponde con laideología que le dio origen, o bien su significado hasido sustituido pero sigue siendo válido para la

población actual. Transmisibilidad se refiere a laexistencia de mecanismos efectivos de transmisióndel conocimiento y práctica del objeto culturalintangible. Contexto se refiere a los atributos delentorno del objeto que contribuyen o inciden en suconservación o degradación. Uno de los más impor-tantes es el marco legal, institucional y social en elque se desenvuelve el objeto cultural.

Los pasos sugeridos para realizar el análisis de signi-ficación de los elementos culturales intangibles sonlos mismos que para el análisis de viabilidad e inte-gridad. Los indicadores pueden ser cuantitativos ycualitativos cuadro 3.11.

54

Cuadro 3.11. Ejemplo de calificación utilizado en los ánalisis de significación, Guatemala

Categoría yfactor clave

Contexto• Hay apoyo legal,

político y financiero

Contexto• Apoyo institucional,

(diversidad de tiposde instituciones)

Transmisibilidad• Presencia de jóve n e s

que ejercen la prácticacultural “x”

Transmisibilidad• Mecanismos tradi-

cionales de transmi-sión de la prácticacultural “x”

Transmisibilidad• Mecanismos formales

de transmisión de lapráctica cultural “x”

Transmisibilidad• Conocimiento y

divulgación de lapráctica cultural “x”

Funcionalidad• Correspondencia

entre mensaje y sim-bolismo original ycontexto actual

Funcionalidad• Permanencia de la

práctica cultural “x”

Indicador

Nivel de apoyo a la valo-rización de la prácticacultural “x”

Nº y tipo de organizacio-nes (locales, ong naciona-les, ong internacionales einstituciones gubernamen-tales) que apoyan estapráctica cultural “x”

Porcentaje de practican-tes por debajo de los 25años

Vigencia de los mecanis-mos tradicionales detransmisión de la prácticacultural “x”

Inclusión de la prácticacultural “x”en el sistemade educación formal

Nº de publicaciones,documentos y materialde divulgación que regis-tren la práctica cultural“x”

Grado de vigencia y sucobertura geográfica

Grado o porcentaje depermanencia del conoci-miento de la práctica cul-tural “x”, a partir de líneabase. Ejemplo: Nº deplantas que tienen nombreen idioma nativo

Pobre

El marco legal es des-favorable, no existevoluntad política, nifinanciamiento

No existe apoyo deningún tipo de organi-zación

Menos del 40%

Los mecanismos tradi-cionales de transmi-sión de la práctica cul-tural “x” ya no estánvigentes

No existen iniciativas yla práctica cultural “x”no es parte del currí-culo

Menos de 50

La mayoría de aspectosde la cultura local seestá perdiendo rápida-mente, y se practica enmuy pocas comunida-des de la región

Menos del 30%

Regular

El marco legal es favora-ble, pero no existe volun-tad política ni financia-miento

Existe una de las cuatrocategorías de organizacio-nes

41% al 60%

Están los mecanismostradicionales de transmi-sión de la práctica cultu-ral “x” , pero en francop roceso de deterioro

Existe la iniciativa deincluir la práctica cultural“x” en el currículo escolar

De 50 a 100

Pocos aspectos de la cul-tura local están vigentes,y se práctican en pocascomunidades de la región

Del 31 al 69%

Bueno

El marco legal es favora-ble, existe voluntadpolítica, pero no hayfinanciamiento

Existen al menos dos delas cuatro categorías deorganizaciones

61 al 89%

Están vigentes los meca-nismos tradicionales detransmisión de la prácti-ca cultural “x”

La práctica cultural “x”está incluida en el currí-culo escolar

De 100 a 150

Algunos aspectos de lacultural local estánvigentes en la mayorparte de las comunida-des de la región

Del 70 al 89%

Muy Bueno

El marco legal esfavorable, existevoluntad política yfinanciamiento

Existe al menosuna de cada unade las categorías deorganizaciones

90% o más

Están vigentes losmecanismos tradi-cionales de trans-misión de la prác-tica cultural “x” yse fortalecen conmecanismos for-males

La práctica cultu-ral “x” se transmiteeficazmente comoparte del currículoescolar

Más de 150

La mayoría deaspectos de la cul-tura local estávigente y se practi-can en todas lascomunidades de laregión

Más del 90%

Rangos de calificación

En la Planificación para la Conservación de Áreas,PCA proponemos un análisis de las amenazas dis-gregándolo en las presiones o degradaciones sobrelos sistemas y las fuentes de presión, o causas que lasprovocan. Esta separación entre las presiones y suscausas tiene sus ventajas: muchas veces pasamos poralto ciertas amenazas a la biodiversidad que sonmenos perceptibles, porque no entendemos o consi-deramos los daños funcionales a la integridad ecoló-gica de los objetos. También, dicha separación nospermite comprender que en determinadas circuns-tancias nuestras estrategias deben dirigirse a las pre-siones y no a las actividades humanas que las cau-san. Esta es la situación cuando, por ejemplo, laamenaza no puede mitigarse o, si se ha mitigado, laintegridad del objeto aún no se recupera y continúasufriendo persistentemente una presión.

Las presiones van a afectar directamente los factore secológicos clave originando la reducción de la viabili-dad de nuestros objetos de conservación. Como vimosen el capítulo 3, los factores ecológicos clave son aque-llos atributos naturales y culturales característicos delobjeto, los cuales deben mantenerse en buenas condi-ciones para que éste perd u re adecuadamente.

El análisis de amenazas dentro de la Pl a n i f i c a c i ó npara la Conservación de Áreas conlleva dos pre g u n-

tas. ¿Qué les está pasando a nuestros objetos de con-s e rvación? y ¿cuáles son las causas de las pre s i o n e sque sufren? Una pre s i ó n es el daño funcional o ladegradación de los atributos clave de un objeto dec o n s e rvación, lo cual disminuye su viabilidad. Esd e c i r, las presiones son intrínsecas al objeto de con-s e rvación y no están necesariamente relacionadas conactividades humanas. Las presiones son mejor enten-didas cuando se las analiza junto a las fuentes que lascausan. Esta agregación de las presiones más lasfuentes de presión es lo que llamamos amenaza a losobjetos de conservación. El análisis de este binomiop rovee una mejor información para entender no sólocómo la amenaza afecta a nuestros objetos son afec-tados, sino la razón de ser de esta amenaza. Lai m p o rtancia de este análisis radica en que nos permi-te identificar dónde son requeridas nuestras accionesde conservación y dónde éstas serán más efectiva s .

Los objetos de conservación pueden sufrir alteracio-nes de origen natural y antrópico Las primeras for-man parte del equilibrio natural; los sistemas, por logeneral aunque no siempre, se recuperan restable-ciéndose el equilibrio original y dando origen a unnuevo equilibrio. Las alteraciones de origen naturalpueden ser causadas por: deslizamientos de tierra,incendios por rayos, erupciones volcánicas, huraca-nes, fenómenos atmosféricos recurrentes (El Niño),

57

Presiones

Sandra ÍsolaEstuardo SecairaMaría Elena MolinaTarsicio Granizo

entre otros muchos. Las alteraciones de origenantrópico son más peligrosas, sobre todo si se pro-longan por mucho tiempo. Cuando se producen engrandes extensiones geográficas pueden llegar a serirreversibles y conllevar la extinción de especies.Pueden ser causadas por hechos como el aumentocontinuo de la población, su concentración progre-siva en grandes centros urbanos, el desarrollo indus-trial o el avance de la frontera agropecuaria en detri-mento de los sistemas naturales. Las presionesantrópicas amenazan la estructura y funcionamientode los objetos de conservación.

En la metodología de la Planificación para laConservación de Áreas postulamos que los objetosde conservación pueden sufrir una degradación desus atributos ecológicos clave lo cual reduce su via-bilidad. Por lo tanto, el siguiente paso metodológicoes la elaboración de un análisis de presiones.

Tal como discutimos en el capítulo 3, los objetos deconservación pueden ser naturales y culturales.Estos últimos constituyen el patrimonio culturalencarnado en los diferentes grupos humanos quehabitan el territorio de una nación, y que tiene suspropias expresiones idiomáticas, musicales, folclóri-cas, tecnológicas, las cuales deben ser rescatadas,registradas y conservadas. El patrimonio culturalforma parte de la relación armoniosa entre el serhumano y su ambiente, a través de un proceso queha durado miles de años. En tal sentido, la metodo-logía de Planificación para la Conservación de Áreasha sido también adaptada para promover la conser-vación de los objetos culturales y ha resultado muyútil cuando la hemos usado en países comoGuatemala o el Perú (esquema 4.1).

Para comenzar el análisis de amenazas es importantetener claro cuál será el horizonte temporal de plani-ficación, y a lo que consideraremos deterioros, suscausas presentes, así como las que se presentarán enun futuro temporalmente definido.

Análisis de las presionesde los objetos naturales

En este punto presentamos los pasos del análisis depresiones y sus fuentes para el caso de los objetosnaturales. Como ya dijimos, la presión es aqueldaño, destrucción o degradación que afecta a losatributos ecológicos clave del objeto de conservaciónreduciendo su viabilidad. Es causada, directa o indi-rectamente, por el ser humano.

Para poder determinar qué es lo que está afectandola viabilidad de nuestros objetos de conservacióndebemos identificar las presiones y luego calificarlas.Previamente, recomendamos considerar los siguien-tes aspectos:• Que para cada objeto de conservación, las pre-

siones sean directas e indirectas• Que estén ocurriendo en el presente o que pue-

dan ocurrir dentro del horizonte temporal deplanificación que nos hemos propuesto para elárea de trabajo.

• Que esas presiones sean lo más precisas posible.

Identificación de las presiones que afectana los objetos naturales de conservación

La pérdida del hábitat provocada por las actividadeshumanas es la causa principal de la disminución dela biodiversidad. Esta pérdida puede ser total o par-cial. Si es total, como el caso de la inundación de

58

S .Í so la, E .Secai ra, M. Mol ina y T. Granizo

Una manera fácil de determinar la presión escolocar el atributo ecológico clave en negativo.

Por ejemplo, si este es “calidad del agua”,entonces nuestra presión será la alteración en

la calidad del agua.

bosques al construir una represa, hablamos de ladestrucción de hábitat. Si es parcial, como la conta-minación atmosférica y lluvia ácida por la cual sepierden algunas especies, interacciones ecológicas yprocesos ecosistémicos, hablamos de degradacióndel hábitat. Entre los dos extremos existe una gamaque va desde la pérdida de algunas especies, estruc-turas y funciones hasta la transformación completadel hábitat (Primack et al. 2001).

Todo sistema natural está sujeto a disturbios losmismos que pueden variar desde degradacioneshasta destrucciones del hábitat. En la metodologíade PCA, consideramos presiones a los disturbioscausados directa o indirectamente por las personas.Una manera sencilla de identificarlas es partir de losatributos ecológicos clave determinados durante elanálisis de viabilidad, pero puestos en negativo. Nospermiten identificar con facilidad las degradaciones

o destrucciones generadas sobre los objetos de con-servación. También podemos valernos de los mode-los ecológicos tratados en el capítulo 3. En el esque-ma 4.2 hemos usado esos modelos poniendo ennegativo los atributos ecológicos clave para ilustrarlas potenciales presiones que podrían afectar a unsistema ecológico acuático.

Calificación de las presiones que afectanlos objetos naturales de conservación

Una vez que hemos identificado las presiones queafectan a los objetos de conservación, procedemos aasignar va l o res a la severidad y alcance de las mismas.La severidad es el grado del daño, gravedad o inten-sidad en una determinada localización, mientras queel alcance es la extensión geográfica de la presión enel sitio. Un ejemplo es la degradación de la calidaddel agua de un río (presión) causada por un derrame

59

P re s i o n e s

Esquema 4.1. Adaptaciones de la PCA a los objetos culturales

p e t ro l e ro menor (fuente de presión). En este casop o d remos tener un daño seve ro con la eliminacióndel 90% de los seres vivos del río en el sitio mismodel derrame. Sin embargo, es posible que un par dek i l ó m e t ros aguas abajo, la capacidad de re s i l i e n c i adel río, es decir, su capacidad de recuperación luegode sufrir la presión, haga que éste retorne a su inte-gridad inicial. El alcance geográfico de la pre s i ó n ,por lo tanto, no es tan grande, pues se limita al sitiodel derrame y a un área circundante pequeña.

Podríamos tener en cambio el caso de un proceso dedisminución de poblaciones de un árbol de maderafina (presión) por tala selectiva (fuente de pre s i ó n ) .Es probable que la severidad del daño sea baja sidicha tala selectiva es manejada apro p i a d a m e n t e .Pe ro si esta actividad, aunque de bajo impacto, serealiza en toda el área de trabajo, entonces tenemos

una severidad baja pero un alcance geográfico gran-de. La severidad es calificada de acuerdo con el gradode daño que está produciendo actualmente al objetode conservación, o que se espera le ocasione en elperíodo de planificación que nos hemos pro p u e s t o.La calificación se basa en los siguientes criterios:

“Muy alta”. Es probable que la presión elimineuna porción del objeto de conservación.“Alta”. Es probable que la presión deteriore seria-mente una porción del objeto de conservación.“Media”. Es probable que la presión deterioremoderadamente una porción del objeto de con-servación.“Baja”. Es probable que la presión deteriore lige-ramente una porción del objeto de conservación.

No existe ningún mecanismo universal para enten-der la diferencia entre los conceptos “moderadamen-

60

S .Í so la, E .Secai ra, M. Mol ina y T. Granizo

Esquema 4.2. Ejemplo de potenciales presiones en un ecosistema de agua dulce

te” y “seriamente”. Las características que marcandicha diferencia quedan a consideración del equipoplanificador o de los asistentes al taller en el que sedefina este paso metodológico.

El alcance también es calificado utilizando comoparámetro la extensión geográfica de la presiónsobre el objeto de conservación, en el presente o enplazo futuro fijado durante nuestro ejercicio de pla-nificación. Las calificaciones para el alcance son lassiguientes:

“Muy alto”. Es probable que la presión estéampliamente distribuida y afecte todas las locali-zaciones (u ocurrencias) del objeto de conserva-ción (más del 75%).“Alto”. Es probable que la presión tenga amplioalcance y afecte muchas localizaciones (50-75%).“Medio”. Es probable que la presión tenga unalcance local y afecte algunas localizaciones (25-50%).“Bajo”. Es probable que la presión tenga alcancelimitado y afecte pocas localizaciones (menos de25%).

Igual que con la severidad, conceptos como “algunaslocalizaciones” o “muchas localizaciones” deben serevaluados por el equipo planificador y responderánal conocimiento que tengamos de los objetos, delárea en la que estamos trabajando, de las amenazas,de la viabilidad identificada, etc. Una vez quehemos obtenidos los valores para severidad y alcan-ce, los combinamos para obtener un valor global dela presión para cada objeto de conservación utilizan-do los criterios del cuadro 4.3. Eso significa que siuna presión tiene un alcance Alto y una severidadMedia, el valor global de la presión será Medio.

En los tres siguientes cuadros 4.4, 4.5 y 4.6, ilustra-mos varias evaluaciones de las presiones de objetosde conservación hechas en totorales, sistemas hídri-cos y selva montana en el Perú, Chile y Bolivia, res-pectivamente.

Análisis de las presionesde los objetos culturales

Los efectos de deterioro son los tipos de degrada-ción y daño al contenido conceptual, la condiciónfísica, la correspondencia, la transmisibilidad o elcontexto de un objeto cultural de conservación, locual reducen su integridad. Es importante queconozcamos la problemática del área y que enfoque-mos las estrategias de conservación para la mitiga-ción y eliminación de los principales efectos dedeterioro físicos y conceptuales.

Entre los deterioros físicos podemos mencionar lossiguientes:• Destrucción: colapso, mutilación, pérdida de

volumen, pérdida de elementos artísticos, hundi-miento.

• Desintegración de material: erosión, salinización,pulverización, disolución, decoloración, exfolia-ción, oxidación, etc.

• Inestabilidad estructural: grietas, fracturas, sobre-carga, filtración, etc.

• Alteración: espacial, del entorno, manchas, hue-llas, turgicencia (manchas de raíces), etc.

• Deterioros conceptuales: pérdida de informa-ción, pérdida de conectividad histórica y su con-texto, pérdida de la capacidad de interpretación.

Entre los deterioros conceptuales podemos mencio-nar los siguientes:

61

P re s i o n e s

Un efecto de deterioro en la Reserv aNacional Paracas (Perú) es la disminución-

degradación de los yacimientos paleontológi-cos (elemento cultural) debido a la

sustracción ilegal de fósiles

62

S .Í so la, E .Secai ra, M. Mol ina y T. Granizo

Presión Severidad Alcance Valor global

Disminución del área del totoral Medio Bajo Medio

Alteración del nivel del agua Alto Alto Alto

Aumento del caudal de agua superficial Muy alto Muy alto Muy alto

Cuadro 4.4. Evaluación de las presiones del objeto totorales en Pantanos de Villa, Perú

Presión Severidad Alcance Valor global

Régimen hidrológico alterado Medio Alto Medio

Alteración de la calidad del agua Alto Medio Medio

Destrucción o pérdida del hábitat Alto Alto Alto

Cuadro 4.5. Evaluación de las presiones del objeto sistemas hídricos en Punta Curiñanco, Chile

Presión Severidad Alcance Valor global

Disminución de la fauna Medio Medio Medio

Fragmentación del hábitat Medio Medio Medio

Pérdida de la cobertura vegetal natural Alto Medio Medio

Pérdida de la diversidad florística Medio Medio Medio

Cuadro 4.6. Evaluación de las presiones del objeto selva montana en Tariquía, Bolivia

Alcance

Severidad

Muy alto Alto Medio Bajo

Muy alto Muy alto Alto Medio Bajo

Alto Alto Alto Medio Bajo

Medio Medio Medio Medio Bajo

Bajo Bajo Bajo Bajo Bajo

Cuadro 4.3. Criterios para obtener el valor global de la presión

• Pérdida de información.• Pérdida de conectividad histórica y su contexto.• Pérdida de capacidad de interpretación.• Pérdida de contenido científico, etc.

Los deterioros de los objetos culturales intangiblespueden ser:• Debilitamiento o fragmentación de las institu-

ciones sociales.• Sustitución del objeto.• Pérdida o abandono del conocimiento o prácti-

cas locales.• Pérdida de la identidad cultural del objeto.• Pérdida del significado original del objeto.

Al igual que en el caso de objetos naturales, paraanalizar los objetos culturales primero debemos iden-tificar los efectos de deterioro y luego calificarlos.

Identificación de los efectos del deterioro

Todo objeto de conservación cultural está sujeto aalteraciones, producto de causas humanas y natura-les. Debemos considerar como disturbio tanto lapérdida total como parcial de los objetos culturalespresentes en el área de estudio. En la metodologíade la PCA denominamos efectos de deterioro a estasalteraciones ocasionadas a los objetos culturales.Tales efectos pueden estar ocurriendo en el momen-to de la planificación o esperamos que ocurrandurante el período determinado inicialmente para laplanificación del área, o en los próximos diez años.

Asignación de valores a los efectos deldeterioro

Posteriormente, asignamos valores a los efectos deldeterioro según su intensidad y alcance. La intensi-dad es el grado del daño o la gravedad en una deter-minada localización, mientras que el alcance es laextensión geográfica o magnitud de la presión en elsitio.

Las calificaciones para la intensidad del daño son lassiguientes:• “ Muy seve ro”. El deterioro probablemente va a

d e s t ruir o eliminar una porción del objeto cultural.• “Severo”. El deterioro probablemente va a degra-

dar una porción del objeto cultural.• “Moderado”. El deterioro probablemente va a

degradar moderadamente una porción del objetocultural.

• “Bajo”. El deterioro probablemente va a degradarlevemente una porción del objeto cultural.

Las calificaciones para el alcance del daño son lassiguientes:• “Muy alto”. El alcance geográfico o espacial del

deterioro probablemente tiene una distribuciónmuy amplia y afecta a todos los componentes delobjeto cultural.

• “Alto”. El alcance geográfico o espacial del dete-rioro probablemente tiene una distribuciónamplia y afecta a muchos de componentes delobjeto cultural.

• “Medio”. El alcance geográfico o espacial deldeterioro probablemente tiene una distribuciónlimitada y afecta a algunos componentes delobjeto cultural.

• “Bajo”. El alcance geográfico o espacial del dete-rioro probablemente tiene una distribución muylimitada y afecta a muy pocos o a ningún com-ponente del objeto cultural.

Je r a rquizar los efectos del deterioro permite evaluar sies conveniente preocuparse por el efecto cuyo simpactos afectan intensivamente un área reducida, opor los efectos sobre un amplio espectro aunque seande baja intensidad. Recomendamos que las estrategiasde conservación se orienten a reducir o eliminaraquellos efectos de deterioro que tienen una altaintensidad combinada con un amplio alcance. En elc u a d ro 4.7 p resentamos un ejemplo de evaluación delas presiones en un sitio arqueológico en el Perú, y enel c u a d ro 4.8 de otro objeto cultural en Gu a t e m a l a .

63

P re s i o n e s

Sugerencias sobre técnicaspara la identificación ycalificación de las presiones

Este paso metodológico es relativamente simple sipreviamente hemos analizado los atributos ecológi-cos clave para determinar la viabilidad de los objetosde conservación. Cuando no tenemos claro cuálesson esos atributos, muchas veces nos conviene iden-tificar primero las fuentes de presión (actividadeshumanas que están afectando a nuestros objetos) yluego definir qué efectos negativos producen ennuestros objetos, tal como ilustramos en el esquema4.9 en el cual el objeto de conservación es el bosquede que sufre la tala ilegal, incendios agrícolas, reco-lección de leña, cacería de subsistencia y caceríadeportiva. En el esquema 4.10 mostramos las pre-siones producidas por las amenazas sobre este objetode conservación.

El método de talleres ha resultado muy eficiente yrápido para identificar las presiones. Consiste endividir a las personas participantes en grupos según

objeto o conjunto de objetos. Para identificarlastenemos algunas posibilidades. La más fácil es utili-zar los mismo modelos ecológicos desarrollados paracalificar los atributos ecológicos clave. Colocamosen el modelo la severidad y el alcance de las presio-nes e identificamos a cada una con una S o una A.

Una variación del anterior es el diagrama de círculosconcéntricos (esquema 4.11) utilizando tarjetas dediferentes colores. El procedimiento consiste encolocar una primera tarjeta con el objeto de conser-vación al centro. Luego, alrededor de cada objetocolocamos las siguientes con los atributos, las pre-siones y, sobre éstas, las fuentes. De esta manera vacreciendo el círculo hacia afuera con tarjetas de dis-tintos colores, formas y tamaños. Podemos realizarel ejercicio en el suelo o una pizarra siempre y cuan-do podamos mover las tarjetas las veces que seanecesario. Recién cuando esté definido el trabajo laspegaremos en un papelote y presentaremos el resul-tado en plenaria. El uso de las tarjetas de colores nospermite ordenar mejor las ideas y llegar a un con-senso con mayor facilidad. Para la presentación enplenaria sugerimos numerar las tarjetas e irlas colo-

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Presiones Severidad Alcance Presión

Sustitución parcial de prácticas tradicionales por foráneas Alto Alto Alto

Disminución del número de practicantes Alto Alto Alto

Pérdida de valores tradicionales Alto Alto Alto

Cuadro 4.8. Evaluación de las presiones del objeto memoria histórica, conocimientos y prácticastradicionales, en Lago Atitlán, Guatemala

Presión Severidad Alcance Valor global

Desintegración del material Bajo Bajo Bajo

Pérdida de información Medio Medio Medio

Cuadro 4.7. Evaluación de las presiones del objeto sitio arqueológico Cerro Colorado en Paracas,Perú

S .Í so la, E .Secai ra, M. Mol ina y T. Granizo

65

P re s i o n e s

Esquema 4.9. Identificación de fuentes de presión del objeto bosque de altura

Esquema 4.10. Identificación de las presiones del objeto bosque de altura

cando conforme se desarrolle la plenaria, para que elpúblico mantenga la atención en lo que se estácomentando.

Cualquiera que sea el método escogido recomenda-mos usar la terminología adecuada y observar quelos conceptos estén bien definidos y colocados en lasparedes o en los alrededor del lugar donde se desarrolla el taller. Otro recurso son los cuadros enlos cuales constan los valores y definiciones de seve-ridad y alcance los cuales deben estar a la vista de laspersonas participantes. Asimismo, sugerimos utilizarejemplos durante las presentaciones y ponerlos enlas paredes para que la personas que facilita puedadejar a los grupos trabajando solos.

Trabajar con grupos de personas de las comunidadeso localidades del área donde estamos realizando la

PCA puede ser bastante complejo. En ciertas ocasio-nes, ha sido útil llevar sonidos de diversos animales,fotos o videos para que la gente de esas comunida-des los identifiquen. De esta manera se van sintien-do cada vez más cómodas lo cual facilita el desarro-llo adecuado de trabajos grupales.

En otras ocasiones recomendamos trabajar condibujos hechos durante el taller por las personasp a rticipantes. En este caso debemos tener muy encuenta que necesitamos mucho más tiempo tantopara que dibujen como para que interpre t e n ,s o b re todo cuando trabajamos con comunidadescampesinas o indígenas. En todo caso, sugerimosanotar el mensaje que han querido transmitir através de los dibujos o la forma en que debemosi n t e r p re t a r l o s .

66

Esquema 4.11. Modelo ecológico creado a través de círculos concéntricos

S .Í so la, E .Secai ra, M. Mol ina y T. Granizo

En el capítulo 4 formulamos dos preguntas paraanalizar las amenazas sobre nuestros objetos de con-s e rvación: ¿qué les está pasando a nuestros objetosde conservación? y ¿cuáles son las causas de ladegradación que sufren? En ese mismo capítuloe valuamos las presiones con base en su severidad ysu alcance, lo cual nos permitió identificar un va l o rglobal de las presiones en nuestra área. Ahora eva-l u a remos y calificaremos las fuentes, es decir, aque-llo que origina las presiones. Esta evaluación nospermite obtener un valor global de las fuentes. Conestos dos datos globales podremos identificar cuálesson las amenazas críticas, un paso fundamental ennuestra PCA.

Fuentes de presión de los objetosnaturales de conservación

En el caso de los objetos naturales, las fuentes dep resión son las actividades humanas no sostenibles:usos mal planificados de los recursos naturales, dela tierra, del agua, de los mares, etc. Para evitarconfusiones entre presiones y fuentes re c o rd e m o ss i e m p re que una fuente es casi siempre una activi-dad humana. Ya ve remos más adelante cuándo nolo es.

Una cuestión semántica importante de aclarar esque, en algunos países, el término “a m e n a z a” impli-ca un suceso futuro, mientras que en otros sonsucesos presentes y futuros. No s o t ros, sin embargo,u t i l i z a remos una segunda acepción: la amenaza sere f i e re a una actividad humana que está ocurriendoy que podrá ocurrir dentro del período que hemosestablecido para nuestra planificación.

Asuntos importantes a considerar

Debemos tener en cuenta que una presión puede sercausada por diversas fuentes. Por ejemplo, la frag-mentación del hábitat en la Reserva de la BiosferaMaya de Guatemala, se debe tanto al avance de lafrontera agrícola, como a la construcción de infraes-tructura incompatible: caminos y carreteras.

Asimismo, las fuentes de presión pueden estar aso-ciadas entre sí e incluso reforzarse mutuamente. EnAmboró-Carrasco, Bolivia, la construcción de cami-nos y carreteras ha permitido el avance de la fronte-ra agrícola y el cultivo de la coca.

Finalmente, no debemos olvidar que una mismafuente es capaz de causar más de una presión y que,de igual manera, puede afectar a más de un objetode conservación. Por lo tanto, identificar aquellas

69

Las fuentes de presión

Óscar MaldonadoTarsicio GranizoEstuardo SecairaMaría Elena Molina

fuentes de presión que son más “culpables” puedeorientarnos posteriormente a diseñar mejor nuestrasestrategias. En el Plan de Conservación de la regiónsemiárida del valle del Motagua en Guatemala, porcitar un caso, la principal fuente de presión fueronlas prácticas agrícolas incompatibles, es decir los sis-temas agrícolas extensivos y la agricultura de subsis-tencia. En este caso, ese tipo agricultura afectaba demanera “muy alta” a la conservación de todos losobjetos.

La causa de la mayor parte de las fuentes de presiónson los usos incompatibles de los recursos naturales(fauna, flora, suelo, agua, entre otros) con la viabili-dad de nuestros objetos de conservación, por ejem-plo, la cacería furtiva, agricultura no sostenible,sobre-pastoreo, desarrollo de infraestructura o desarrollo residencial. Al final de este capítulo, en elrecuadro 5.8 consta una lista de las fuentes de pre-sión comunes en América Latina. No es una listaexhaustiva sino orientadora, a la cual pueden agre-gar muchas que ustedes conocen en su práctica deconservación.

Recomendamos enfocar la atención en las fuentesmás cercanas y no en aquellas más contextuales. Porejemplo, si la mala práctica agrícola está destruyen-do un hábitat identificado como objeto de conser-vación, es ésta la fuente y no, por ejemplo, la faltade asistencia técnica. El análisis del contexto sirvepara entender la naturaleza de la amenaza tal comodescribimos en el recuadro 5.1. Una fuente de pre-sión es tangible, es algo que existe y que está cau-sándolas. Las suposiciones sobre “posibles” fuentesde presión confunden y desorientan el posterior desarrollo de estrategias.

Debemos concentrarnos en las fuentes de presiónque están causando impactos en la actualidad, opodrán causarlos en el corto plazo. Una fuente pre-sente es la descarga de aguas servidas en cuerpos deagua dulce. Una fuente potencial es, por ejemplo, la

construcción de infraestructura hotelera contempla-da en planes locales de desarrollo en el corto omediano plazo, no mayor de 10 años. Las fuentespueden también ser pasadas o históricas, que ocu-rrieron en el pasado y aunque ya no ocurren las pre-siones o efectos que causaron son aún tangibles,continúan ocurriendo pese a que la fuente desapare-ció. La cacería de tortugas (Geochelone elephantopus)de Galápagos, en el siglo XIX e inicios del siglo XX,mermó algunas poblaciones. Cuando las islas fuerondeclaradas Parque Nacional, esta actividad fue elimi-nada, pero ciertas poblaciones aún no se recuperandel todo. La amenaza terminó, pero las presionespersisten.

Las perturbaciones naturales son parte de la dinámi-ca de los ecosistemas y, en principio, no constituyenfuentes de presión. Sin embargo, si combinadas conactividades humanas o usos no sostenibles, dichasperturbaciones tienen efectos catastróficos, podemosconsiderarlas una fuente de presión. Por ejemplo, enel lago Atitlán, en Guatemala intervienen una diver-sidad de perturbaciones naturales, tanto atmosféri-cas como geológicas, que funcionan en distintasescalas temporales y geográficas y que afectan sunivel. El terremoto de 1976 fue una perturbaciónnatural que redujo considerablemente el nivel dellago. Junto con otras presiones (introducción deespecies exóticas, reducción del hábitat de anida-ción), el descenso del nivel del lago fue un factordesencadenante en la extinción del pato zambullidor“poc” (Podylimbus gigas), una especie endémica dellugar.

Cuando hacemos un ejercicio de PCA no debe-mos considerar que todas las actividades humanasson una amenaza. Hacerlo sería negar la posibili-dad de un uso sostenible de la biodiversidad ytambién de que el uso de los recursos naturalescontribuya al desarrollo local. Lo que debe pre o-cuparnos son aquellas actividades desarrolladas enforma no sostenible, no ambientalmente amiga-

70

O.Maldonado, T.Granizo, E .Secaira y M. Molina

bles o mal planificadas. Existen actividades huma-nas pro d u c t i vas o de subsistencia que son sosteni-bles, y por lo tanto, no debemos considerarlasfuentes de presión. Por ejemplo, podemos consi-derar sostenibles a las actividades de subsistenciarelacionadas con la agricultura, la extracción demadera y la pesca que llevan a cabo los habitantesde las várzeas de Mamirauá en el Brasil, pues lascomunidades han desarrollado mecanismos quegarantizan el uso presente y, al mismo tiempo, suc o n s e rvación en el largo plazo.

Ya que nuestras presiones tendrán diversas y múlti-ples fuentes, calificar esas fuentes resulta primor-dial para poder identificar el curso de nuestrasacciones posteriores. ¿Por dónde empezar? Po raquellas que tienen más peso causal sobre las pre-siones a nuestros objetos de conservación. En elcapítulo 4 calificamos a las presiones de acuerd ocon su severidad y alcance. En el caso de las fuen-tes, las calificaremos de acuerdo con otros dosp a r á m e t ros: su contribución a una o más pre s i o n e sy su irre ve r s i b i l i d a d .

71

Fuentes de pre s i ó n

Para entender una presión sobre un objeto de con-servación es necesario conocer cuál es la fuentedirecta que la causa. Sin embargo, muchas vecesconocerla no necesariamente nos lleva a identificarla naturaleza de la amenaza, con lo cual obtenemosuna visión parcial del problema. Un análisis de con-texto explica qué hay debajo de la punta del icebergy ayuda a visualizar todos los componentes del pro-blema, tales como los sociales, económicos, cultura-les, políticos e institucionales en los cuales ocurre laamenaza y donde tendremos que ejecutar nuestrasacciones.

Las acciones efectivas son aquellas que nos ayudan acombatir la fuente de una presión. Muchas vecespara que sean efectivas tenemos que trabajarlas en elcontexto en el cual se origina la fuente. En el PlanMaestro de la Reserva de la Biosfera Maya enGuatemala, la agricultura insostenible fue identifica-da como una de las principales fuentes de presión.Sin embargo, las acciones para reducir esta amenazaiban mucho más allá de la difusión de técnicas agrí-colas compatibles; comprendían también accionesen los planos político e institucional, tales como laplanificación territorial y el catastro.

Es también muy importante conocer las oportunida-des que, a pesar de las amenazas, han permitidoexistir a los objetos de conservación, así como lasoportunidades que permiten abatir las amenazas ocrear un ambiente favorable para combatirlas.

No todas las amenazas son negativas; el turismo esun claro ejemplo. Durante la planificación ecorre-gional de la Selva Maya, Olmeca y Zoque hemoscomprobado que aun cuando el incremento de laactividad del turismo ha propiciado un desarrollosin precedentes en las costas del Caribe mexicano,también mucha gente se ha trasladado a las ciudadesmás que al campo y la pobreza ha disminuido en lasáreas deprimidas. ¡El análisis del contexto permitever las diversas caras de una amenaza!

Finalmente, debemos desarrollar un análisis de acto-res que nos permita comprender quiénes (personas,agrupaciones, instituciones) están ligados negativa opositivamente a la amenaza.

Existen un sinnúmero de metodologías para un aná-lisis de actores. En los planes del sureste de Méxicose ha desarrollado un sistema que permite identificara los actores relacionados con una amenaza. Una vezque las amenazas han sido identificadas, se reconocea los actores relacionados mediante su ubicación enlas siguientes categorías: ejecutores de la actividad;reguladores; promotores/actores que apoyan; benefi-ciados-as; damnificados-as.

En el Plan de Conservación de Sitio de la CadenaVolcánica de Atitlán se desarrolló un análisis deactores basado en la identificación de los que estánprovocando directamente la amenaza, y luego bus-cando sus motivaciones.

Recuadro 5.1. Causas subyacentes de una fuente de presión

Contribución a la presión

¿Hasta qué punto la presión es causada por la fuen-te? La respuesta a esta pregunta nos indica la contri-bución de una fuente particular a una presión, sininguna acción de mitigación es llevada a cabo o,en el caso de áreas bajo manejo, si se mantiene lasmismas acciones de manejo y conservación.

Hemos visto que una misma fuente puede causarvarias presiones. Sin embargo, su contribución a lasdistintas presiones puede no ser igual. Por ejemplo,la tala selectiva de caoba (Switenia macrophila) enun bosque determinado puede ser una fuenteimportante para la disminución de las poblacionesde esta especie, pero contribuye muy poco a la dis-minución de alguna especie de fauna no asociada ala caoba.

Es importante considerar que las fuentes de presiónpueden estar asociadas entre sí e incluso reforzarsemutuamente, con lo cual aumentan su contribucióna una presión. En muchos casos de América Latina(Selva Maya, Amazonía), la construcción de infraes-tructura vial ha abierto brechas que han permitidoel avance de la frontera agrícola, por lo que su con-tribución a la fragmentación es mayor de la que loscaminos y carreteras crean por sí solos.

Contamos con cuatro niveles para calificar la contri-bución de una fuente a la presión:• “Muy alto”. La fuente es un contribuyente muy

grande a la presión particular (el principal o unode los principales). Por ejemplo, si nuestra pre-sión fuera la “pérdida de conectividad fluvial” yésta fuera causada por una represa hidroeléctrica,la contribución de la fuente recibiría la califica-

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O.Maldonado, T.Granizo, E .Secaira y M. Molina

ción de “muy alta” por los efectos que las hidroe-léctricas causan en el movimiento de especiesacuáticas.

• “Alto”. La fuente es un contribuyente grande a lapresión particular. Por ejemplo, la extracciónselectiva de especies suele tener una contribución“alta” en áreas donde la combinación del creci-miento demográfico y la dependencia económicasobre esas especies crea una fuerte presión sobreellas, extraídas otrora sosteniblemente.

• “Medio”. La fuente es un contribuyente modera -do a la presión particular. Por ejemplo, el turis-mo masivo suele ser impactante en un área pro-tegida. Sin embargo, cuando está localizado, sucontribución a la perturbación de hábitats sueleser más bien “mediana.”

• “Bajo”. La fuente es un contribuyente pequeño ala presión particular. Por ejemplo, la cacería desubsistencia en áreas de poca densidad poblacio-nal suele ser calificada de “baja” contribución enla disminución de especies cinegéticas.

Como resulta difícil encontrar las diferencias entrelas calificaciones “alto” y “medio” es el equipo plani-ficador o las personas que asistan a los talleres, quie-nes definirán dicha diferencia, basándose en elconocimiento del área.

Irreversibilidad de la presióncon respecto a la fuente

¿Cuán irreversible es el impacto de la presión quecausa nuestra fuente? Los impactos causados tienendiversos grados de irreversibilidad. Contestando lapregunta podemos identificar el grado de irreversibi-lidad de una presión, el cual puede ir desde muyalto, para aquellos efectos que son irreversibles oreversibles a un altísimo costo, hasta bajo para aque-llos efectos que la misma resilencia de nuestros obje-tos de conservación permite su recuperación. Paracalificar la irreversibilidad nos basamos tanto en cri-terios ecológicos como en parámetros económicos.

Los siguientes son los cuatro niveles para calificar lairreversibilidad de la presión causada por la fuente:

• “Muy alto”, cuando los impactos son permanen-tes, o cuando las dificultades (tiempo, logística,capacidades técnicas, etc.) o los costos pararevertirlos son demasiados altos. Por ejemplo, laconstrucción de una hidroeléctrica sobre el ríoUsumacinta en la Selva Maya, anegaría granparte de las áreas boscosas de México yGuatemala e inundaría antigüas ciudades mayasde incalculable valor cultural. Así, la irreversibili-dad de la presión es calificada con un valor “muyalto.”

• “Alto”, cuando la reversión se encuentra en losmárgenes de lo posible, pero presenta dificulta-des, tiene un costo elevado y requiere de una altainversión de tiempo. Por ejemplo, los efectos deincendios forestales extensivos y recurrentes, par-ticularmente en ecosistemas de poca resiliencia,requieren de mucho tiempo y, en muchos casosde acciones de restauración. Por esa razón suirreversibilidad es “alta.” Así mismo, aunque seanecológicamente reversibles, no son económica-mente viables.

• “Medio”, cuando las dificultades, costos y tiem-po para revertir los impactos son moderadas. Porejemplo, la reconversión de agricultura a áreassilvestres puede suceder de manera natural enalgunos casos, teniendo un costo bajo aunqueello necesite vigilancia para evitar la recoloniza-ción, así como el tiempo necesario para que lossistemas naturales se recobren. La irreversibilidaden este caso puede ser calificada como “modera-da.”

• “Bajo”, cuando las dificultades, costos y tiempopermiten una fácil reversión de los impactos dela presión. Por ejemplo, los impactos de incen-dios forestales eventuales y de poca extensiónsuelen ser revertidos por la propia naturaleza enun tiempo relativamente corto. La irreversibiliad,en estos casos, puede calificarse de “baja.”

73

Fuentes de pre s i ó n

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O.Maldonado, T.Granizo, E .Secaira y M. Molina

Calificación global de la fuente de presióne identificación de las amenazas críticas

En el capítulo 4, cuando tratamos las presiones,combinamos la severidad y el alcance para determi-nar un “valor global de la presión”. En este caso,para calcular el “valor global de la fuente” compara-mos los valores de contribución a la presión e irre-versibilidad. Una vez obtenido el “valor global de lafuente” podemos confrontarlo con el “valor globalde la presión”, que ya lo tenemos y que correspondea cada objeto de conservación. Es así como identifi-caremos las amenazas más críticas a los objetos deconservación y, por ende, al área donde estamos tra-bajando. Recordemos que la “amenaza” es la combi-nación de la presión y la fuente de presión.

El primer cálculo consiste en obtener un va l o rcombinado de la contribución y la irre ve r s i b i l i d a dde acuerdo con los parámetros que constan en elcu a d ro 5.2.

Esto significa, por ejemplo, que si la contribuciónde una fuente a una presión particular es “alta”, y sila irreversibilidad es “media”, el valor global de lafuente será “medio”.

En el segundo cálculo combinamos el valor global dela fuente con el valor global de la presión, ejerc i c i oque ya prendimos en el capítulo 4. Para ello, utiliza-mos los parámetros del cuadro 5.3. Por ejemplo, si elvalor global de la presión es “muy alto” y el valor glo-bal de la fuente es “bajo”, el valor combinado de lafuente y la presión es “m e d i o”. Estos cálculos se re a l i-zan para cada objeto de conservación. Para ilustrareste procedimiento incluimos el resultado de un análi-sis de amenazas elaborado en el Pa rque Nacional No e lKempff Me rcado, en Bolivia. Estos va l o res corre s p o n-den al objeto de conservación “boro c h i” o lobo decrin (C h ry s o c yon bra c h y u ru s) han sido tomados delL i b ro de Trabajo de Excel. Para entender todo el pro-ceso hemos incluido, en el cuadro 5.4 también el aná-

lisis de las presiones. En la columna de la izquierd adel cuadro 5.5 aparecen las fuentes de presión queafectan a las poblaciones del lobo de crin en el Pa rq u eNacional Noel Kempff Me rcado: cacería indiscrimi-nada, asentamientos humanos desordenados, falta dequemas (se re f i e re a que esta especie vive en el“ C e r r a d o”, que es un ecosistema modelado por elfuego y, por lo tanto su ausencia, se considera unafuente de presión) y turismo mal planificado. En laprimera fila encontramos las mismas presiones quef u e ron identificadas en el cuadro 5.4: disminución delhábitat, enfermedades parasitarias, cambio de com-p o rtamiento, y disminución de poblaciones. Cadacasilla del cuadro5.5 se compone de dos secciones: lade la izquierda contiene el valor otorgado a la contri-bución e irre versibilidad de cada presión con re s p e c t oa la fuente, así como el valor global de la fuente, elcual combina contribución e irre versibilidad, mientrasque en la sección coloreada de la derecha aparece lacombinación del valor global de presión y el de lafuente, lo que genera un valor final de la amenaza.

Como ejemplo vamos a combinar la fuente de pre-sión “turismo mal planificado” con la presión“enfermedades”. El valor global de la presión “enfer-medades” es “muy alto”. La contribución del “turis-mo mal planificado” como fuente de enfermedadeses “medio”, lo mismo que la irreversibilidad. Comovemos en el cuadro 5.2, cuando la contribución y lairreversibilidad obtienen valores “medio”, el valorglobal de la fuente es también “medio”. Al combinareste valor con el de la presión, que es “muy alto”, elvalor final de la amenaza es “alto”. Puede ser queuna fuente no contribuya en absoluto a una presiónparticular. En ese caso dejamos el casillero en blan-co. Por ejemplo, una fuente como “cacería de sub-sistencia” no tendría por qué contribuir a una fuen-te “alteración de la calidad del agua”.

El siguiente ejercicio consiste en encontrar el valorjerárquico de la amenaza al objeto de conservación.Es el resumen de todos los valores finales de las

75

Fuentes de pre s i ó n

Presiones Severidad Alcance Valor globalde la presión

Disminucion del hábitat Muy alto Alto Alto

Enfermedades Muy alto Muy alto Muy alto

Cambio de comportamiento Medio Bajo Bajo

Disminución de poblaciones Bajo Alto Bajo

Cuadro 5.4. Cálculo del valor global de la presión para el “borochi” Chrysocyon brachyurus enNoel Kempff Mercado, Bolivia

Cuadro 5.2. Criterios para obtener el valor combinado de contribución e irreversibilidad

IrreversibilidadContribución

Muy alto Alto Medio Bajo

Muy alto Muy alto Alto Alto Medio

Alto Muy alto Alto Medio Medio

Medio Alto Medio Medio Bajo

Bajo Alto Medio Bajo Bajo

Fuente = f (contribución e irreversibilidad).

Cuadro 5.3. Criterios para obtener el valor combinado global de la fuente y la presión

Amenaza = f (fuente y presión)

Muy alto Alto Medio Bajo

Muy Alto Muy alto Muy alto Alto Medio

Alto Alto Alto Medio Bajo

Medio Medio Medio Bajo Bajo

Bajo Bajo Bajo Bajo

PresiónFuente

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O.Maldonado, T.Granizo, E .Secaira y M. Molina

amenaza asociadas con una fuente de presión parti-cular sobre un objeto de conservación. En el cuadro5.6. resumimos los valores jerárquicos individualesmostrados en cada columna de presión. Este valores, al menos, el valor jerárquico más alto dado acualquier amenaza asociada con una fuente particu-lar de presión. Por lo tanto, si cualquiera de las ame-nazas asociadas con una fuente de presión es califi-cada con un “muy alto” dentro del objeto, el valorjerárquico de amenaza para esa línea de fuente seráal menos “muy alto”.

Si hay múltiples valores finales de las amenazas rela-cionadas con la misma fuente de presión, el valorjerárquico de la amenaza estará determinado por laaplicación de la regla “3-5-7” de la siguiente forma:

• Tres valores jerárquicos “altos” equivalen a “muyalto”

• Cinco valores jerárquicos “medios” equivalen a“alto”

• Siete valores jerárquicos “bajos” equivalen a“medio”

Como ejemplo asumamos que para un determinadoobjeto de conservación tenemos las siguientes ame-nazas asociadas a la misma fuente de presión: dosvalores “altos” y cinco valores “medios”, a lo largo desiete columnas de presión. Estos cinco valorescorresponden, de acuerdo con la regla “3-5-7”, a unvalor “alto”. Entonces tendremos tres valores “altos”.Aplicando de nuevo la regla, el valor jerárquico de laamenaza al objeto de conservación será “muy alto”.

Cuadro 5.5. Análisis de contribución e irreversibilidad de las fuentes de presión que afectanal “borochi” Chrysocyon brachyurus en Noel Kempff Mercado, Bolivia

Fuentes de presiónDisminución Enfermedades Cambio de Disminución de del hábitat parasitarias comportamiento poblaciones

Alto Muy alto Bajo Bajo

Contribución Bajo

Bajo

Bajo

Medio

Medio

Bajo

Bajo

BajoCacería Irreversibilidad Bajo Medio Alto Medio

indiscriminada

Valor global fuente Bajo Bajo Medio Bajo

Contribución Alto

Alto

Medio

Alto

Alto

Bajo

Alto

BajoIrreversibilidad Muy alto Alto Alto Alto

Valor global fuente Alto Medio Alto Alto

Contribución Muy alto

Alto

Bajo

Medio

Alto

Bajo

Alto

BajoIrreversibilidad Medio Bajo Medio Bajo

Valor global fuente Alto Bajo Medio Medio

Contribución Bajo

Bajo

Medio

Alto

Alto

BajoIrreversibilidad Bajo Medio Alto

Valor global fuente Bajo Medio Alto

Asentamientoshumanosdesordenados

Falta de quemas

Turismo malplanificado

En el ejemplo del borochi o lobo de crin del ParqueNacional Noel Kempff Mercado, la fuente de pre-sión “cacería indiscriminada” tiene los valores“bajo”, “medio”, “bajo” y “medio”. Como el máselevado valor jerárquico es “medio”, el valor jerár-quico de esta amenaza al borochi es “medio”. En elmismo ejemplo, el valor más elevado para “asenta-mientos humanos desordenados”, “falta de quemas”y “turismo no planificado” es “alto”. Por lo tanto,los valores jerárquicos para esas fuentes son “altos”como ilustramos en el cuadro 5.6 Esto quiere decirque esas tres son las amenazas más graves para ellobo de crin, en el Parque Nacional Noel KempffMercado, mientras que la cacería no parece ser unaamenaza importante para esta especie.

Si bien esos cálculos pueden realizar automática-mente usando el Libro de Trabajo de Excel desarro-llado por TNC (ver capítulo 11), hemos queridoexplicar cómo hacerlo manualmente.

Una vez que tenemos las matrices con las presionesy las fuentes de presión y con los valores jerárquicosde la amenaza para cada objeto de conservación,procedemos a encontrar las amenazas más críticaspara el área donde desarrollamos la PCA. Para ello,revisemos el resultado obtenido en la PCA delParque Nacional Noel Kempff Mercado.

En el cuadro 5.7 ilustramos las fuentes de pre s i ó n(primera columna) que afectan a todos los objetosde conservación (fila superior). En la última filamostramos el estado de la amenaza para cada obje-t o. ¿Cómo calculamos este va l o r ?

Este valor caracteriza el estado global de la amenazapara cada objeto de conservación. Determinamoslos valores jerárquicos usando la regla “2 primo” queexplicamos a continuación:• Dos valores jerárquicos de amenaza “muy alto”

dan un valor jerárquico global de amenaza “muyalto”.

• Un valor jerárquico de amenaza “muy alto” odos o más “altos” dan un valor jerárquico globalde amenaza “alto”.

• Un valor jerárquico de amenaza “alto”; o dos omás “medios” dan un valor jerárquico global deamenaza “medio”.

• Menos de dos valores jerárquicos de amenaza“medios” dan un valor jerárquico global de ame-naza “bajo”.

En la columna del cuadro 5.7 que corresponde anuestro borochi, tenemos tres valores “altos” y uno“medio”. Aplicando la regla “2 primo” obtenemos“dos o más valores altos”, por lo tanto, el estado deamenaza para este objeto de conservación es “alto”

77

Fuentes de pre s i ó n

Fuentes de presión Valor jerárquico de la amenaza al objeto

Cacería indiscriminada Medio

Asentamientos humanosdesordenados Alto

Falta de quemas Alto

Turismo malplanificado Alto

Cuadro 5.6. Valores jerárquicos de la amenaza al “borochi” Chrysocyon brachyurus en NoelKempff Mercado, Bolivia

O.Maldonado, T.Granizo, E .Secaira y M. Molina

como consta en la última fila del cuadro 5.7. Encambio, para los cérvidos de la pampa tenemos dosvalores “medios” y tres “bajos”. Aplicando la regla “2primo” encontramos “dos o más valores medios”con lo cual el valor de la amenaza para este objeto es“medio”.

Estos valores jerárquicos, sin embargo, no deben serusados para calcular el estado de amenaza globalpara el sitio. Éste lo calculamos a partir de los valo-res jerárquicos que mostramos en la penúltimacolumna del cuadro 5.7, denominada “Calificaciónglobal de la amenaza” como veremos más adelante.

Calificación global de la amenaza

Volvamos al cuadro 5.7 donde mostramos los resul-tados del Libro de Trabajo de Excel del ParqueNacional Noel Kempff Mercado. En la penúltimacolumna de ese cuadro aparecen los valores globalesde la amenaza para cada fuente de presión identifi-cada. Tal como en la asignación de valores jerárqui-cos de las amenazas a los objetos de conservación,los valores jerárquicos de amenaza múltiples sonagregados usando la regla “3-5-7” antes de calcularel valor jerárquico global de amenaza. Por ende, tresvalores jerárquicos de amenaza “altos” equivalen aun valor jerárquico de amenaza “muy alto”; cincovalores jerárquicos de amenaza “medios” equivalen aun valor jerárquico de amenaza “alto”, y siete valoresjerárquicos de amenaza “bajos” equivalen a un valorjerárquico de amenaza “medio”. Luego aplicamos laregla “2 Primo” que ya explicamos.

Asumamos que un valor jerárquico (marcado por sufuente de presión) tiene tres valores jerárquicos deamenaza “altos” y cinco “medios” a lo largo de ochocolumnas de objetos focales. Esos cinco valores“medios” equivalen a un valor jerárquico de amena-za “alto”, por lo cual dan lugar a cuatro valoresjerárquicos “altos”. Dado que tres valores jerárquicos“altos” equivalen a uno “muy alto”, esto da igual a

un valor jerárquico “muy alto”, más uno “alto”. deacuerdo con la regla “2 Primo” un valor jerárquicoglobal de amenaza “muy alto” requiere de dos “muyaltos”, con lo cual el valor jerárquico global de ame-naza sería sólo “alto”.Veamos ejemplos del ParqueNacional Noel Kempff Mercado. Si tomamos lafuente de presión “turismo mal planificado”, tene-mos tres valores “bajos”, uno “medio” y uno “alto”.La regla 3-5-7 no se aplica aquí, pues no hay tres“altos” ni cinco “medios” ni siete “bajos” para quepodamos reagrupar valores. Si aplicamos la regla “2primo” el resultado es “medio” ya que al menos haydos valores “medios”.

Cada amenaza global puede también recibir unpuntaje numérico además de su valor jerárq u i c o.Un ejemplo de este puntaje global de amenazaconsta en la última columna del cuadro 5.7 con elejemplo del Pa rque Nacional Noel Ke m p f fMe rc a d o. Podemos usar estos puntajes numéricospara crear barras y gráficos, no para calcular ningúnvalor jerárquico resumen. Estos puntajes, que danva l o res entre cero y diez, muestran la magnitud delvalor jerárquico de amenaza a un nivel más finoque el obtenido con los va l o res “muy alto”, “a l t o” ,“m e d i o” y “bajo” mientras que a la vez son consis-tentes con las reglas “2 Pr i m o” y “3-5-7” de lamanera siguiente:

“Muy alto”: 4.5 - 10.0“Alto”: 2.0 - 4.49“Medio”: 0.4 - 1.99“Bajo” 0.01 - 0.399

Calificamos de acuerdo con las siguientes reglas:“Muy alto”: primer valor jerárquico = 3 puntos.Valores jerárquicos subsecuentes = 1.5 puntos(hasta un máximo de diez).“Alto”: primeros 3 valores jerárquicos = 1 punto.Valores jerárquicos subsecuentes = 0.5 puntos.“Medio”: primeros 5 valores jerárquicos = 0.20puntos.Valores jerárquicos subsecuentes = 0.10 puntos.

79

Fuentes de pre s i ó n

“Bajo”: primeros 6 valores jerárquicos = 0.03puntos.Séptimo valor jerárquico = 0.02.Valores jerárquicos subsecuentes = 0.015 puntos.

Valor de la amenaza para el sitio

En la última fila de la penúltima columna del cua-dro 5.7 con el ejemplo de las amenazas para elParque Nacional Noel Kempff Mercado de Bolivia,tenemos un valor “alto”. El valor combinado detodas las amenazas sobre todos los objetos de con-servación significa que el Parque tiene una califica-ción de amenaza “alta”. Si hemos dicho que losobjetos de conservación deben reflejar toda la biodi-versidad del área y todas las amenazas al área, quedaclaro, una vez más, que una incorrecta definición delos objetos de conservación no nos permitirá obte-ner un resultado real sobre la situación de las ame-nazas al área.

Precisamente este va l o r, que corresponde a la ame-naza para el sitio es el último que vamos calcular acontinuación; indica el estado de las amenazass o b re toda el área sobre la cual estamos planifican-d o. Se lo determina usando las reglas “3-5-7” y “2Pr i m o” en el valor jerárquico global de la amena-za. Se basa en los va l o res jerárquicos de las ochomás altas amenazas globales, ajustadas bajo ciert a scondiciones por la regla “valor mayoritario domi-n a n t e” .

La regla “2 primo” es más sensible a las amenazasque afectan a múltiples objetos focales dentro de unsitio que a las que afectan a uno solo.De s a f o rtunadamente, en casos donde los objetosfocales enfrentan múltiples amenazas no re l a c i o n a-das, el valor jerárquico del estado de amenaza de unsitio puede no ser lo suficientemente alto.Supongamos que los objetos A, B y C de un sitioestán amenazados independientemente con un

80

O.Maldonado, T.Granizo, E .Secaira y M. Molina

valor jerárquico “muy alto” y que las amenazas sonX,Y y Z. Bajo la regla “2 Pr i m o” el valor jerárq u i c ode cada amenaza sería “a l t o” y usando la regla “2Pr i m o” de nuevo, los tres va l o res jerárquicos “a l t o”darían un estado de amenaza “a l t o” para el sitio.Para elevar ese valor en casos similares a los delejemplo, la regla del “valor jerárquico mayo r i t a r i o”entraría en acción. Esta regla dice que si más de un50% de los objetos focales dentro de un sitio tieneuna amenaza al sistema con un valor “muy alto” ,“a l t o”, o “m e d i o”, entonces el estado de amenazadel sitio sería “muy alto”, o “a l t o” o “m e d i o”, re s-p e c t i va m e n t e .

Una vez hecho todos esos cálculos, que pueden serfácil y automáticamente realizados por el Libro deTrabajo de Excel desarrollada por The Na t u reC o n s e rva n c y, tendremos una idea de cuáles son lasamenazas más graves al área, y cuáles son los obje-tos de conservación más amenazados. En el ejemplodel Pa rque Nacional Noel Kempff Me rcado es claroque nuestro trabajo de conservación debería enfo-carse en las amenazas con va l o res “a l t o s”: la hidro-vía, el cambio climático, el avance de la fro n t e r aa g ropecuaria y la contaminación por minería. Amedida que aumenten los recursos podríamosincluir las amenazas con calificación “m e d i a” y, conmás recursos, a las de calificación “baja”. To d o sestos cálculos y ejercicios nos permiten una vez másestablecer prioridades y definir sobre cuáles amena-zas trabajar primero.

Para la identificación y calificación de las fuentes depresión o causas del deterioro en los objetos cultura-les, el procedimiento es exactamente el mismo. Porlo general las fuentes de presión que afectan a losobjetos naturales son las mismas que afectan a losculturales: avance no sostenible de la frontera agro-pecuaria, turismo mal planificado, construcción deobras de infraestructura, etc. (Cuadro 5.8 y recua-dro 5.9).

¿Cómo se realiza este pasometodológico?

Como en los casos anteriores, las formas de obtenerla información son variadas. La más común es a tra-vés de talleres. Las personas participantes pueden seragrupadas por objeto o grupos de objetos de conser-vación, con el propósito de que identifiquen lasfuentes de presión utilizando los modelos ecológicosque nos sirvieron para determinar atributos ecológi-cos clave y presiones. El uso de tarjetas de colorestambién puede ayudar a identificar las fuentes depresión.

Quienes participan en los talleres deben ser capacesde identificar las fuentes de presión y de calificarlasde acuerdo con la contribución y a la irre ve r s i b i l i d a d .Es aconsejable para ello tener en las paredes del salóno salones los conceptos “muy alto”, “a l t o”, “m e d i o” y“ b a j o” utilizados para calificar dichos parámetro s .Para que trabajen en la combinación de fuentes yp resiones, ha demostrado ser muy útil tener pre p a r a-das matrices en grandes papeles para que las llenen.En el c u a d ro 5.10 p resentamos una matriz de estascaracterísticas. No recomendamos, sin embargo, quelos complejos cálculos para determinar los va l o re sj e r á rquicos de las amenazas que hemos revisado se loshagan con los grupos durante el taller. Si no utilizanel Libro de Trabajo de Excel preparado por T N C ,recomendamos que esos cálculos los haga el equipoplanificador al final del taller y que presenten losresultados al día siguiente. Si el grupo así lo re q u i e re ,los cálculos pueden ser revisados y validados poste-riormente por las personas part i c i p a n t e s .

Problemas en el momento dedefinir las fuentes de presión

Uno de los problemas más comunes es el no ponersede acuerdo sobre el nombre de la fuente de la pre s i ó n

81

Fuentes de pre s i ó n

82

Recuadro 5.8. Lista de fuentes de presión (objetos naturales) y causas del deterioro (objetosculturales)

Fuentes de presión relacionadas con la agricultura• Avance de la frontera agrícola/cambio de uso del

suelo• Prácticas agrícolas incompatibles• Ganadería incompatible• Prácticas de pastoreo incompatibles• Uso de agroquímicos• Introducción y uso de especies invasoras (pastos)

Fuentes de presión relacionadas con el desarrollo urbano, industrial e infraestructura• Urbanización/desarrollo urbano no planificado• Desarrollo industrial y comercial no planificado • Desarrollo de infraestructura vial no planificado• Desarrollo hidroeléctrico• Desarrollo turístico no planificado• Exploración y explotación petrolera• Minería incompatible• Disposición incorrecta de desechos sólidos• Disposición incorrecta de desechos tóxicos• Descargas industriales

Fuentes de presión relacionadas con el manejo deagua dulce• Captación excesiva• Prácticas de riego incompatibles• Desvío y canalización de ríos• Mal manejo de aguas servidas• Diques y otras obras

Fuentes de presión relacionadas con la extracción de recursos• Sobre-cacería• Prácticas incompatibles de cacería• Extracción selectiva de especies animales• Extracción selectiva de productos forestales

no maderables• Extracción selectiva de productos forestales

maderables• Sobre-pesca

Fuentes de presión relacionadas con recreación y turismo• Visitas masiva• Turismo incompatible• Usos recreativos incompatibles• Vehículos recreativos

Fuentes de presión relacionadas con recursos bioló-gicos

• Especies invasoras• Introducción de especies invasoras• Tala de árboles en bosques de galería• Incendios forestales• Patógenos

Causas del deterioro relacionadas con los objetos culturales tangibles• Avance de la frontera agrícola• Incendios• Saqueo• Robo• Vandalismo• Intemperismo• Manejo inadecuado de la actividad turística• Desarrollo urbano y rural no planificado• Desarrollo inadecuado de la infraestructura

(represas, carreteras, etc.)

Causas de deterioro relacionadas con objetos culturales intangibles• Alto costo de las tradiciones culturales• Cambios tecnológicos• Influencia cultural externa• Conflictos sociales y políticos• Desastres naturales• Fraccionamiento social• Movimientos migratorios• Inseguridad• Falta de valoración del ambiente y la cultura

O.Maldonado, T.Granizo, E .Secaira y M. Molina

o amenaza. Esto ocurre sobre todo cuando hemostrabajado en grupos y no hemos tenido el cuidado dea c o rd a r, pre f e rentemente en plenaria, qué significacada fuente de presión. Por ejemplo, es posible quelos términos: “d e f o re s t a c i ó n”, “extracción selectiva dem a d e r a”, “c h a q u e o” (llamado así en algunos países alp roceso de tumba, roza y quema) o “expansión de laf rontera agro p e c u a r i a” pudieran significar lo mismo.O, a lo mejor, “d e f o re s t a c i ó n” es diferente a “c h a-q u e o” y debe ser considerada una amenaza separada.Por lo tanto, es necesario que los grupos de trabajoestandaricen los nombres que dan a las fuentes dep resión. Definirla claramente y asociarla a la pre s i ó npuede ser útil para lograr un consenso.

También es común que unos grupos concentre nfuentes de presión mientras que otros las disgre g u e n .Un grupo puede identificar como fuente de pre s i ó n“cambio de uso del suelo” dentro de la cual incluye n

n u m e rosas fuentes como actividades agro p e c u a r i a s ,urbanización, maricultura, plantaciones fore s t a l e s ,etc. Ot ro, por ejemplo puede mencionar “c o n s t ru c-ción de infraestru c t u r a” en la cual pueden incluiractividades tan dispares como construcción de carre-teras, re p resas, puentes o túneles, etc. No está de másdiscutir si conviene agrupar o separar las fuentes, paralo cual una previa y bre ve visualización de los actore srelacionados y eventuales estrategias pueden ayudar.Una regla de oro para esto es: “unir cuando se pueda,separar cuando se deba”. Conviene que quienes actú-an como facilitadores-as del taller recorran los gru p o stratando de uniformizar los conceptos relacionados alas fuentes de presión. En el cuadro 5.8 mostramosalgunas fuentes de presión que podrían ser utilizadasen los ejercicios de Planificación para laC o n s e rvación de Áreas. Es una lista general y noe x h a u s t i va. Por consiguiente, pueden agregar otrasfuentes que encuentren en su práctica.

83

Fuentes de pre s i ó n

En un análisis de 16 PCA elaboradas en Bolivia, Chile,Ecuador y Perú, las fuentes de presión más frecuentes,en orden de importancia, fueron:

• Cacería no sostenible• Uso de agroquímicos• Asentamientos humanos desordenados• Infraestructura vial• Agricultura no sostenible• Ganadería no sostenible • Introducción de especies exóticas

Las menos frecuentes fueron:• Prácticas forestales de gran escala• Acuicultura • Comercio ilegal de especies silvestres• Fenómeno de El Niño• Procesos erosivos provocados

Las fuentes de presión críticas más frecuentes fueron: • Agricultura no sostenible• Asentamientos humanos desordenados• Ganadería• Infraestructura vial

En un análisis de 12 PCA elaboradas enCentroamérica, las amenazas que afectaron al mayornúmero de objetos fueron:

• Prácticas agrícolas no sostenibles• Prácticas forestales no sostenibles• Infraestructura vial y portuaria• Cacería indiscriminada

En Centroamérica las amenazas consideradas menosrelevantes fueron:

• Turismo• Desechos sólidos• Prácticas pesqueras incompatibles • Extracción de productos no maderables

Recuadro 5.9. Algunos datos de interés

Otro problema es no poner adjetivos en el momen-to de identificar las fuentes de presión. La amenazano es la cacería, sino “las prácticas incompatibles decacería”. El problema no es “el turismo” sino las

“visitas masivas”. De esta forma damos la alternativade que es posible utilizar los recursos de tal formaque no sean una amenaza para nuestros objetos deconservación y nuestra área.

84

O.Maldonado, T.Granizo, E .Secaira y M. Molina

Cuadro 5.10. Matriz para trabajar en la combinación de fuentes y presiones

Objeto deconservación

Fuente 1

Fuente 2

Etc. (no más de 8)

Presión 1

Valor global de la presión =

Contribución=

Irreversibilidad=

Valor global de la fuente(contribución por irre ve r s i b i l i d a d ) =

Combinación valor globalfuente por presión=

Contribución=

Irreversibilidad=

Valor global de la fuente(contribución por irreversibilidad)=

Combinación valor globalfuente por presión=

Presión 2

Valor global de la presión =

Contribución=

Irreversibilidad=

Valor global de la fuente(contribución por irreversibilidad)=

Combinación valor globalfuente por presión=

Contribución=

Irreversibilidad=

Valor global de la fuente(contribución por irreversibilidad)=

Combinación valor global fuentepor presión=

Etc. (no más de 8)

Contribución=

Irreversibilidad=

Valor global de la fuente(contribución por irre ve r s i b i l i d a d ) =

Combinación valor globalfuente por presión=

Contribución=

Irreversibilidad=

Valor global de la fuente (con-tribución por irreversibilidad)=

Combinación valor globalfuente por presión=

Introducción

¿ Qué aspectos sociales del paisaje necesitamosconocer y qué tipo de participación esperamos delos grupos humanos e individuos re l a c i o n a d o s ,d i recta e indirectamente, con ese paisaje? Estasson algunas de las preguntas que el equipo deberáplantearse antes de iniciar la Planificación para laC o n s e rvación de Áreas, PCA. El conocimientodel contexto humano es muy importante paratomar decisiones sobre las prioridades y estrate-gias de conservación, así como para conseguir ela p oyo de los grupos sociales desde el inicio ylograr conciliar los objetivos de conservación cone l l o s .

El análisis de los aspectos sociales es igualmentei m p o rtante que el de los biológicos, ya que muchasveces son determinantes en el éxito de nuestrasacciones de conservación. También es indispensa-ble que los actores sociales, particularmente losg rupos de interesados, participen en las decisionesque tomamos sobre la conservación ya que por logeneral, necesitamos establecer alianzas con esosg rupos para poder cumplir con los objetivos quenos planteamos.

Los actores sociales son los grupos humanos y losindividuos vinculados con el área y sus recursos,independientemente de cuán cerca o lejos del lugarse encuentren. Dentro de este grupo amplio, hayuno particular, los grupos de interesados, es decirquienes tienen algo que ganar o perder en cualquiercambio que se opere dentro del área, porque suinterés es directo, significativo y específico sobre unterritorio o conjunto de recursos naturales; este inte-rés puede ser histórico, puede haberse originado porproximidad geográfica, por dependencia económica,por mandato institucional, por ritos, costumbres,religión, entre otros.

Participación en losprocesos de PCA

Considerar la participación de los actores sociales enla conservación es una estrategia que ha cobradofuerza desde principios de la década de 1990.Tradicionalmente, lo que ha ocurrido es que losEstados han asumido este rol impulsando accionesque han excluido a los grupos de interesados locales,especialmente cuando se ha tratado de áreas protegi-das públicas. Según Borrini-Feyerabend (1997),

87

Análisis del contexto humano.La participación de los actores sociales

Michelle LibbyPaulina Arroyo

luego se buscó la colaboración de algunas ONG,especialmente de aquellas que promueven la partici-pación, hasta llegar a la situación actual, en la cuallos actores locales adquieren un papel protagónico.

El desafío es evitar caer en una participación falsa oen el “mito de la comunidad”. La comunidad, unconcepto complejo y heterogéneo, está constituidapor la agrupación natural de personas unidas porl a zos de parentesco, vecindad, dentro de una culturay un espacio geográfico (Ulfelder 2001). El conceptoha evolucionado mucho; actualmente abarca desdeun pueblo que vive en la selva hasta un grupo con uninterés en común. Lo importante es tener en cuentano solo los rasgos comunes del grupo sino tambiénsus diferencias internas. Por lo tanto, sugerimos abrirel abanico de intereses de tal manera que incluya alm a yor número de interesados: la organización social,el club, el gremio, los hombres, las mujeres, la juve n-tud, etc., para entender cómo cada cual influye, ded i versa manera, en el uso de los recursos naturales.Pensemos que tanto una persona con poder paradecidir como un cazador que vive en una aldea cerc a-na al sitio, pueden incidir en el diseño y la ejecuciónde las estrategias de conservación de un áre a .

El éxito de la conservación depende de que integre-mos adecuadamente tanto a las mujeres como a loshombres de esos grupos en nuestras acciones, y quelo hagamos durante todo el proceso, desde antes dela planificación hasta la implementación del plan.Muchas experiencias de conservación enLatinoamérica y el Caribe nos han demostrado quesin la participación y el apoyo de los grupos de inte-resados, y sin el conocimiento del contexto socioe-conómico surgen confusiones, polémicas y resisten-cias. La falta de claridad y transparencia restringe laejecución de las acciones previstas y, eventualmente,de los logros. Por lo tanto, entender bien el contex-to humano facilita el diálogo con los actores y nospermite desarrollar estrategias de conservación quebeneficien a todas las partes.

Como hemos mencionado en los capítulos anterio-res, antes de iniciar la PCA debemos decidir quiénesdeberán participar, cómo y cuándo. El criterio prin-cipal es que las personas elegidas aporten en la selec-ción y análisis de los objetos de conservación y delas fuentes de presión, así como en la elaboración delas estrategias, de tal manera que en éstas consten lasnecesidades sociales, económicas y culturales delárea. También va a depender de la escala del trabajo;si el área objeto de la planificación es un paisajeamplio y complejo es posible que necesitemos invi-tar a personas que lo conozcan completamente, y nosolo a su pueblo o una zona específica.

El aspecto fundamental que deberá considerar elequipo de planificación es que mientras más pro-m u e va la participación, más dispuesto deberá estara ceder algunos de los objetivos de conserva c i ó n ,ya que durante el proceso será necesario negociarlos intereses de todos los grupos; las personas con-s e rvacionistas son apenas uno de los actores intere-sados en el área. Aunque se trata de un pro c e s olento y complejo, la ventaja es que cuando la part i-cipación es amplia y hay consenso, aseguramos queel plan tendrá buena acogida y su implementaciónserá exitosa.

Según Poats et al. (2002), la participación en elmanejo de un área protegida puede ser de va r i o stipos. Pa s i va es cuando la agencia externa contro l ael manejo del área: el grupo de interesados es infor-mado pero no influye en las decisiones que setoman. Intermedia o de colaboración es cuando losa c t o res externos buscan el consenso y la negocia-ción involucrando a la gente de las localidades enlas decisiones. De auto-movilización comunitaria escuando los actores interesados re s u e l ven los pro b l e-mas e incluso asumen la autoridad y re s p o n s a b i l i-dades en el pro c e s o.

88

M.Libby y P. A rro y o

Conformación del equipode planificación

El primer paso consiste en identificar a individuos,grupos, organizaciones e instituciones que posean lainformación ecológica requerida para la planifica-ción, que conozcan la flora, fauna y el contextosocioeconómico y cultural del área, por ejemplo,profesores-as, investigadores-as y personas que viveny trabajan en el lugar y que tienen un conocimientocientíficos de los recursos. Además necesitaremospersonas que nos provean de los conocimientosempíricos y locales, por ejemplo, líderes, agriculto-res-as, maestros-as, empresarios-as y, en general, lasque están involucradas en actividades que podríanser fuentes de presión de los objetos de conservacióno que podrían mitigar esas presiones. Es importanteque en la selección haya un equilibro numérico dehombres y mujeres, no tanto para cumplir con unacuota, sino para asegurar que los intereses de ambosgéneros estén adecuadamente representados en elproceso.

En la aceptación de una PCA tienen mucho peso elque haya sido aprobada o validada por los gru p o scon poder de decisión, y que estén a favor del pro-yecto que proponemos. Por lo tanto, también debe-mos identificar a aquellos actores con capacidad demoldear la opinión pública, por ejemplo, los re p re-sentantes de los gobiernos locales y nacionales yl í d e res del sector privado que tengan gran influen-cia sobre lo que se hace o deja de hacer en determi-nada área. Se trata de incluir tanto a quienes pue-den influir positivamente, como a los que puedenhacerlo negativamente; así conoceremos amboslados y podremos trabajar con ambas posiciones.De este heterogéneo grupo de actores sugerimosidentificar a los potenciales aliados y opositores dela PCA, ya sea porque el proceso o sus re s u l t a d o sles beneficiará o porque la conservación del área iráen contra de sus intereses. Asimismo, re c o m e n d a-

mos tener presente a qué actores conocemos ohemos conocido y con los cuales tenemos o hemostenido buenas relaciones, a qué actores no conoce-mos, y aquellos con los que tenemos o hemos teni-do relaciones conflictiva s .

Si la PCA se realiza a través de talleres, debemosdeterminar quiénes participarán y cuándo, ya queno es necesario que lo hagan todas las personas almismo tiempo. En este caso, lo importante es defi-nir claramente el objetivo del taller, para saber aquienes invitar. Por ejemplo, si el propósito es selec-cionar los objetos de conservación, deben asistir laspersonas que conocen a fondo la fauna, la flora y losprocesos ecológicos del área.

Si el objetivo del taller es la identificación y com-prensión de las fuentes de presión sobre los objetosde conservación, necesitamos invitar a quienesconozcan muy bien lo que sucede en el área, inclu-yendo a los actores involucrados en actividades quecausen las presiones. Conviene invitar algunas per-sonas que participaron en la selección de los objetosde conservación, ya que de esta manera aseguramosla continuidad del proceso y contamos con argu-mentos biológico/ecológicos en la discusión sobrelas fuentes de presión. Cuando hay grupos de acto-res cuyos intereses en el área son incompatibles, noconviene invitarlos a una misma reunión. Sinembargo, debemos prever cómo y cuándo abordar elobjetivo con los más conflictivos, ya que una plani-ficación e implementación exitosa dependerán de laresolución de estos conflictos. Es posible que con losresultados del taller podamos entrevistar a cada unode estos actores, con el fin de validar o agregar susideas al proceso.

Los talleres no son los únicos medios para la moti-var la participación ni para tomar decisiones. Si bienson muy útiles en ese sentido, muchas veces puedenahondar las diferencias (entre hombres y mujeres,entre jóvenes y anciano-as, o entre grupos de dife-

89

P a r t i c ipación de los actores sociales

rentes niveles socioeconómicos), ya que quien hablamás es quien más influye en las decisiones finales.Para garantizar que la opinión de todas las personassea recogida, a veces es conveniente organizar reu-niones con grupos solo de mujeres o de jóvenes, unamanera muy útil de validar la información de lostalleres. Otra forma de acercarse a la gente son lasentrevistas individuales con líderes, formales o no, ycon actores interesados, quienes en el pasado no hanparticipado en foros amplios o han tenido un con-flicto con el área o con las organizaciones asociadas.

Los siguientes grupos de personas podrían contri-buir en una PCA.• Hombres y mujeres de las localidades que estén

familiarizadas con el sitio y sus áreas aledañas.• Historiadores-as y etnógrafos-as que puedan

impartir una charla informativa sobre el área.• Cientistas sociales (antropólogos-as, sociólogos-

as, geógrafos-as), profesores y profesoras quehayan trabajado en el área.

• Líderes y lideresas de las localidades y otros acto-res con influencia sobre el sitio y el área.

También se recomienda incluir a cientistas socialesen el equipo de planificación. Estos profesionalescontribuyen significativamente en el proceso de pla-nificación, ya que:• Ayudan a definir las variables sociales apropiadas

para la PCA, aportan metodologías para su aná-lisis, aseguran que en el proceso de planificaciónincorporemos los aspectos socioeconómicos a sudebido tiempo, y garantizan que obtengamos unplan integral.

• Contribuyen a la selección inicial de actores yproponen métodos de participación.

• Aportan metodologías para llevar a cabo el análi-sis de los actores interesados.

• Recopilan y analizan la información socioeconó-mica que luego usaremos en el análisis de actoresy situaciones, en el diseño de estrategias y en laimplementación del plan.

El análisis del contexto humano

Entendemos por contexto humano a las interaccio-nes entre los actores y su entorno natural y social.Está compuesto por las personas y los procesos his-tóricos, políticos, económicos, ambientales, legales ysociales internacionales, nacionales, regionales ylocales, que interactúan para regular las actividadessociales. El análisis de actores es un componente delanálisis del contexto humano; es el que nos permiteconocer las relaciones sociales y sus vínculos con lasamenazas críticas de un área protegida.

En la PCA analizamos el contexto humano antes,durante y después de la planificación. A continua-ción describimos las actividades de esas tres etapassucesivas.

En la primera, es decir en la que antecede a la eje-cución de la PCA, es cuando recopilamos la infor-mación necesaria para analizar y comprender elcontexto humano. También es cuando selecciona-mos los actores sociales que participarán y empez a-mos a definir el tipo y grado de participación quetendrán durante el pro c e s o. Igualmente el equipode planificación escoge las variables sociales queanalizará basándose en las decisiones sobre las prio-ridades de conservación y tomando en cuenta queesas variables influirán sobre esas prioridades dec o n s e rvación.

La segunda etapa se inicia después de que las ame-nazas críticas han sido identificadas y antes del dise-ño de las estrategias. En este momento identifica-mos a los actores interesados que podrían participaren la implementación de estrategias y en la mitiga-ción de amenazas. Para ello llevamos acabo un aná-lisis de actores y situaciones.

La tercera etapa se inicia después de que el planha sido escrito. Es común que un proceso de pla-

90

M.Libby y P. A rro y o

nificación genere más preguntas ya que demandaun entendimiento más profundo del contextoh u m a n o. Por lo tanto, en la tercera etapa es nece-sario profundizar en ciertos aspectos como la bús-queda de más información, la aproximación a losa c t o res clave para lograr su participación en laimplementación de las estrategias que se han pro-puesto, y también la socialización del plan paralograr una aceptación amplia de los diferentes gru-pos de intere s a d o s

En el diagrama 6.1 ilustramos los momentos de laPCA en los cuales debemos tener en cuenta losaspectos sociales

Primera etapa: recopilacióny análisis de la informaciónsocioeconómica

La información socioeconómica ayuda a sustentar elanálisis de presiones, fuentes de presión, actores,situaciones y sirve de base para la selección y el dise-ño de las estrategias.

Debemos recopilar y analizar información secunda-ria socioeconómica sobre el sitio, que nos ayude a:• Conocer las causas sociales y económicas que nos

permitan entender por qué el paisaje que quere-mos conservar está en el estado en que está.

• Sustentar el estado de la viabilidad de un objetode conservación y las presiones que sufre.

• Enfocar las fuentes de presión sobre el sitio.

Algunas fuentes secundarias son los censos de pobla-ción, los catastros, los diagnósticos e informes deproyectos ejecutados en la zona por las ONG, losestudios hechos por las universidades sobre el área,los que producen las asociaciones, cooperativas, igle-sias, grupos comunitarios, así como las listas demiembros de estas organizaciones. Las fuentes

secundarias pueden ser: locales (individual, familiar,comunitaria), municipales, regionales, estatales,nacionales o internacionales. Su nivel de desagrega-ción depende de las características del sitio, lasmetas del manejo y la calidad y disponibilidad de lainformación. Esto lo debe decidir el equipo de pla-nificación desde el inicio.

Recomendamos recopilar información sobre loscontextos social, económico y político-legal, queconforman el contexto humano. A continuacióndescribimos qué podemos recoger en cada caso.

Contexto económico. Toda la información relativaal uso de los recursos naturales tanto para finescomerciales como de subsistencia; los mercados paralos productos y servicios del sitio; la situación eco-nómica del país o región y sus impactos sobre elsitio incluyendo las políticas económicas, la econo-mía comunitaria y familiar del sitio y sus áreas ale-dañas. Las siguientes preguntas pueden ayudarnos:• ¿Cuales son las actividades económicas a escala

local, regional, nacional e internacional queinfluyen sobre el sitio? Por ejemplo, en el Brasil,el ecoturismo internacional es tan fuerte que laclase media-alta del centro urbano más cercanoestá llegando al sitio para construir casas y pen-siones, lo cual margina económicamente a lascomunidades locales; a su vez, el aumento devisitantes crea problemas con la basura y la lim-pieza en las afueras del sitio.

• ¿Cómo están los mercados para los productos yservicios principales del sitio y de las zonas aleda-ñas? ¿Cómo se transportan los productos? ¿Quéimpacto tiene en el sitio la comercialización detales productos?

• ¿Existen leyes y políticas agrícolas que podríanimpactar en esos mercados? Por ejemplo, la crea-ción de un subsidio para la producción de café, através de servicios de extensión agrícola, podríaaumentar la deforestación, porque se intensifica-ría la agricultura alrededor del sitio.

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P a r t i c ipación de los actores sociales

Contexto político-legal. Toda la información relativaa la tenencia de la tierra, leyes y políticas que afec-tan al sitio, decretos y acciones de la política públi-ca. Las siguientes preguntas pueden ayudarnos en larecolección:• ¿Cuál es la historia legal del sitio (cuándo fue

creado, por qué, etc.)?• ¿Cuáles leyes y regulaciones influyen sobre el

uso, acceso y control de los recursos naturales delsitio?

• ¿Existen diferencias legales en términos de accesoa los recursos naturales del sitio para las comuni-dades y los individuos residentes dentro del área,comparadas con quienes residen afuera? ¿Talesdiferencias han provocado conflictos?

• ¿Está bien demarcado el sitio? ¿Sabe la gente sivive dentro o fuera del área protegida?

• ¿Qué organizaciones y otros actores están involu-crados en los aspectos legales del sitio? (por

ejemplo, abogados, asociaciones legales querepresentan a los residentes, empresario/as conintereses económicos afectados por las leyesambientales, etc.)

• ¿Cuál es el ambiente político del país y la actituddel Estado y de los gobiernos locales con respec-to a la conservación de la biodiversidad?

Contexto social. Es la información re l a t i va a laspersonas relacionadas, directa e indirectamente, conel sitio: dónde viven, qué hacen, cuáles son sus acti-tudes y acciones hacia el sitio y hacia la conserva-ción en general, sus prácticas y tradiciones cultura-les. De n t ro de este contexto están quienes viven enel lugar, las poblaciones de las áreas urbanas cerc a-nas y hasta el turista temporal, ya que todas esaspersonas están relacionadas con el sitio de una uotra manera.

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Diagrama 6.1. Etapas relacionadas con los aspectos sociales de una PCA

Con respecto a la información relacionada con elcontexto social, lo más importantes es considerar ladiversidad de actores de acuerdo con la clase social,la etnicidad, el género y la generación. Para que laconservación sea efectiva debemos reconocer yentender el conocimiento local, los valores sociales,las prácticas tradicionales y las inequidades debidasal género, la clase social, la etnia y la generación.

Las siguientes preguntas pueden ayudarnos en larecolección de la información sobre el contextosocial.• ¿Quiénes viven dentro o cerca del sitio?• ¿Dónde viven? • ¿Cuáles son las formas de tenencia de tierra?

¿Quiénes son los dueños legales de tierras aden-tro y cerca del sitio?

• ¿A qué se dedica esta gente? ¿Cuáles son susfuentes de ingreso? ¿Dónde trabajan?

• ¿Cuál es la división de trabajo dentro de lasfamilias y de las comunidades, entre hombres,mujeres, adolescentes, niños, niñas y personasmayores?

• ¿Quiénes toman las decisiones relacionadas conel uso de los recursos naturales del sitio? ¿Quiénrepresenta a la familia? ¿Quién vende los produc-tos familiares?

• ¿Qué grupos étnicos viven en el sitio? • ¿Cuáles son los patrones migratorios (estaciona-

les y permanentes) de la gente del sitio? ¿Cuálesson los motivos e impactos de tales migraciones?

• ¿Qué relación mantienen con el área protegida?¿Cuáles son sus actitudes hacia la conservación?

• ¿Cuáles son las organizaciones e institucionesasentadas alrededor del sitio: asociaciones, clubesde madres, iglesias, sindicatos, empresas, opera-ciones turísticas, etc.?

• ¿Qué infraestructura existe y dónde: escuelas,puestos de salud, caminos, servicios públicos?

• ¿Qué tendencias históricas han influido en el usode la tierra?

Es posible que tengamos más información de lanecesaria o menos de la suficiente, antes de comen-zar la PCA. Lo importante, sin embargo, es iniciarel proceso de planificación con una cantidad relati-vamente aceptable de información y estar abiertos-as a conseguir más durante el proceso, si fuere nece-sario. Conviene elaborar una bibliografía anotadapara recordar toda la información que hemos reco-pilado y poder darle un uso apropiado en su debidomomento. También sugerimos resumir por escrito elanálisis de las variables sociales que escogimos alcomienzo del proceso identificando los puntosdonde existen conflictos o incompatibilidad de usocon los objetos de conservación y el paisaje.

Podemos llenar los vacíos de información a través deentrevistas, encuestas, y conversaciones informales.Una combinación de información documentada yde personas expertas que participen en la PCA essuficiente para comenzar, especialmente cuando sonescasos los recursos para invertir en nuevos estudiosy hay poco tiempo para la planificación. Sin embar-go, sugerimos dar importancia a este paso e invertiralgunos recursos financieros y humanos en la reco-pilación y el análisis de la información secundaria.

Los productos de la primera etapa son los siguientes:1. Lista de actores que participarán en el proceso de

planificación señalando cuándo y cómo lo harán.2. Lista de las variables sociales a ser analizadas3. Bibliografía anotada de la información socioeco-

nómica recopilada. 4. Resumen del análisis de las variables sociales.

Segunda etapa: análisis de actores

El objetivo principal del análisis de actores y situa-ciones durante la PCA es identificar aquéllos queestán vinculados con las presiones y fuentes de pre-sión críticas, comprender las fuerzas y motivacionesque empujan sus decisiones y buscar las oportunida-des para establecer alianzas.

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P a r t i c ipación de los actores sociales

Al análisis de actores sociales debemos agregar elenfoque de género, el mismo que nos permite com-prender las relaciones construidas socialmente entrehombres y mujeres, las cuales varían espacial y tem-poralmente.1 Cuando lo usamos es más fácil enten-der otros factores como los históricos, demográficos,institucionales, socioeconómicos y ecológicos, queafectan la gestión de los recursos naturales. La apli-cación de dicho enfoque no significa centrar la aten-ción solo en las mujeres, sino identificar quién usaqué zonas del área, antes de determinar cuáles seránlos sitios que se usarán y cuáles no ya que muchasveces, cuando tomamos ciertas decisiones, no consi-deramos las diferencias entre hombres y mujeres enla utilización del territorio o del área natural.

Los diagramas de actores y situaciones

Analizamos actores y situaciones después de haberidentificado las fuentes de presión o amenazas críti-cas, es decir aquellas actividades que están impac-tando de forma negativa sobre un objeto de conser-vación, y que las tratamos en el capítulo 5. Para elloelaboramos diagramas de causa y efecto a los quedenominamos diagramas de situaciones y actores. Setrata de un ejercicio de mapeo en el cual las relacio-nes entre las fuentes de presión, los actores y lasfuerzas que empujan o motivan su comportamientoestán representadas y conectadas espacialmente.

Estos diagramas ayudan a identificar y describir lasrelaciones entre las amenazas críticas y los actores, ya decidir dónde intervenir para mitigar las presio-nes, mejorar la viabilidad de los objetos de conserva-ción y fortalecer la capacidad de conservación.

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1 TNC adopta la definición de género propuesta por el ProgramaManejando Ecosistemas y Recursos con Enfoque de Género, MERGE(Schmink 1999).

También nos permiten visualizar las relaciones queexisten entre las personas, los grupos sociales, lasorganizaciones, las instituciones y sus actividades.Sirven para que quienes planifican conceptualicensituaciones complejas del sitio e identifiquen losactores ligados a estas situaciones y, por ende, pue-dan diseñar estrategias de conservación que corres-pondan a la realidad socioeconómica y política delsitio

La creación de diagramas de actores y situaciones essimple, si contamos con un ejemplo que nos guíe.Aunque podemos dibujarlos, su efecto es más pode-roso cuando usamos papel de distintas formas ycolores para representar los diversos componentesdel diagrama, y si lo elaboramos sobre grandessuperficies, puesto que facilitamos la participacióndel grupo que lo está construyendo. Además, lospedazos de papel permiten acomodar y mover laspiezas con facilidad para reflejar mejor la discusióndel grupo.

En la construcción de los diagramas deben partici-par tanto los miembros del equipo de planificacióncomo los grupos involucrados en la PCA. Es esen-cial que personas con conocimiento socioeconómi-co, político y cultural del sitio estén presentes.Como el proceso de diagramación en sí mismo enri-quece el conocimiento del área y proporciona infor-mación útil para la elaboración de estrategias, reco-mendamos documentar las discusiones, para lo cualnecesitamos armar un equipo de facilitación confor-mado por: una persona para facilitar la discusión,otra para documentarla y una tercera para evaluar elproceso e identificar los vacíos de información. Sino es posible contar con esas personas, estas tareasdeberán repartirse entre los miembros del equipoexistente.

Necesitamos los siguientes materiales:• Papel grueso de al menos cuatro colores. Si lo

queremos de formas diferentes debemos recortar-

lo. Los colores y las formas usados para construirlos diagramas son escogidos por los equipos quelos elaboran, pero lo que debemos tomar encuenta cuando los escogemos es la consistencia.Cuando trabajamos solo con colores recomenda-mos usar un color para la amenaza crítica y lasactividades especificas, otro para los actores, yotros dos colores para las motivaciones y las cau-sas subyacentes.

• Tijeras, cinta adhesiva, marcadores.• Una superficie amplia para desplegar el diagrama.• Rotafolio sobre el cual elaborar el diagrama.• Dependiendo del tamaño del grupo y del núme-

ro de amenazas críticas analizadas, conviene divi-dir al grupo en pequeños grupos de cinco a sietepersonas.

• Cada grupo selecciona una o dos amenazas críti-cas y empieza el proceso de diagramación.

• Cada grupo presenta sus resultados en plenariapara discusión y consenso.

Cinco pasos para crear diagramas

1. Seleccionar la amenaza crítica. Luego de haberanalizado las principales amenazas, escribimos laseleccionada, es decir la amenaza más crítica, enun pedazo de papel, lo colocamos en el centro dela superficie de trabajo y construimos el diagra-ma alrededor de esta amenaza crítica. Si estaabarca varias actividades que podrían ocurrir pordiferentes razones, dividimos la amenaza críticaen actividades específicas, puesto que será másfácil identificar a los actores a través de estas acti-vidades. Ciertas actividades contribuyen directa-mente a la existencia de la amenaza crítica.Identificarlas es importante para focalizar y prio-rizar los demás componentes del análisis y des-arrollar las estrategias más adecuadas. Por ejem-plo, si la amenaza crítica es la cacería, debemosidentificar qué tipos de cacería se practican en elárea (por ejemplo, de subsistencia, deportiva/re-creativa, y comercial) las cuales corresponden a

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P a r t i c ipación de los actores sociales

las actividades que constituyen la amenaza críticaa la que hemos denominado, en términos gene-rales, cacería. Otro ejemplo es la deforestación,cuyos tipos pueden ser de pequeña escala comopor ejemplo para “limpiar” chacras o conucos, ode escala mayor para plantar banano o soya. Eldiagrama 6.2 muestra un ejemplo tomado de unejercicio de PCA elaborado en el ParqueNacional Galápagos en donde se identificó elcambio de uso del suelo como la amenaza críti-ca, y dentro de ésta, la construcción de infraes-tructura, la misma que puede ser para turismo,comercio o vivienda. La clara identificación delas actividades específicas que conforman la ame-naza crítica, facilita la identificación de actores,

causas subyacentes, actividades indirectas, yestrategias.

2. Identificar a los actores relacionados con la ame-naza crítica o con las actividades específicas.¿Qué individuos, grupos u organizaciones estándetrás de la actividad o las actividades que con-forman la amenaza crítica? Puede haber actoresdirectos, es decir todos aquellos que tienen algúninterés en el área, en el objeto de conservación oque contribuyen directamente a la amenaza críti-ca. Los actores directos son por ende aquellosque realizan la actividad que está causando unareducción de la viabilidad de esos objetos. Unejemplo son los agricultores involucrados en acti-

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Diagrama 6.2. Amenazas críticas identificadas en el Parque Nacional Galápagos, Ecuador

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vidades productivas inadecuadas. Pero tambiénhay actores que pueden mantener una relaciónindirecta o menos visible con la fuente de pre-sión, como por ejemplo una agencia agrícolaestatal cuyas políticas promuevan el uso innece-sario de plaguicidas. Debemos tener muy encuenta que ciertas amenazas críticas pueden noser el resultado de acciones humanas actuales ofuturas, como por ejemplo fuentes de presiónhistóricas como las que vimos en el capítulo 5.En esos casos el análisis de actores ayudará aidentificar con quién podremos implementarestrategias de mitigación o de restauración ecoló-gica. En el ejemplo del diagrama 6.3 del Parque

Nacional Galápagos, Ecuador, se han identifica-do los actores principales relacionados con laconstrucción de infraestructura para las activida-des de turismo, comercio y vivienda.

3 . Determinar las motivaciones del actor. ¿ Por quélos actores están participando en la actividadespecífica? ¿Qué los motiva? ¿Qué genera suactividad? Denominamos “m o t i vo” a la razónpor la cual el actor realiza la actividad que estáimpactando negativamente sobre los objetos dec o n s e rvación. Ejemplos de estos motivos son ell u c ro, la superv i vencia, la imagen política, losi n c e n t i vos perversos tal como ilustramos en el

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P a r t i c ipación de los actores sociales

Diagrama 6.3. Actores relacionados con las amenazas críticas en el Parque Nacional Galápagos,Ecuador

diagrama 6.4, tomado del Pa rque Na c i o n a lGalápagos, Ec u a d o r.

4. Determinar las causas subyacentes (fuerzas dispa-radoras, impulsoras o controladoras). ¿Hay facto-res que están motivando o facilitando las activi-dades del actor? Las fuerzas controladoras soncomo portones, ponen límites definiendo hastadónde cada interesado puede continuar partici-pando en su actividad. Si el portón se muevepara un lado facilita o incrementa la actividaddel actor, mientras que si se mueve para elopuesto, puede obstaculizarla o terminarla. Lascausas subyacentes o controladoras son, a menu-

do, el punto de partida para empezar a pensar enlas estrategias. Las causas subyacentes o principa-les son factores disparadores o impulsadores deuna determinada actividad. Si bien son muycomplejos y cambiantes, la experiencia nos hademostrado que son críticos, ya que cuandoenfocamos las estrategias para atacarlos, atacamoslas causas más profundas del problema y, por lotanto, tenemos más posibilidad de éxito. Estascausas pueden ser muy variadas o estar relaciona-dos con diversos factores tales como:• El crecimiento demográfico, inmigración y

emigración, la densidad de la población, sudistribución por edades. Por ejemplo, colo-

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Diagrama 6.4. Motivaciones identificadas en el Parque Nacional Galápagos, Ecuador

nos-as y campesinos-as que vienen de zonasdeprimidas o que huyen de la violencia y seasientan en un área de conservación cambianla tendencia demográfica.

• El crecimiento de los mercados o la falta delos mismos, los procesos de industrialización,el aumento de la pobreza, desempleo losincentivos o desincentivos económicos queafectan a la biodiversidad, los cambios en eluso del suelo, la inflación, la falta de recursospara la conservación y la falta de alternativasproductivas. Por ejemplo, una campaña deincentivos crediticios para quienes cultivenun producto de exportación puede provocarcambios en el uso del suelo.

• El cambio o mejoramiento de una tecnologíaproductiva, la pérdida de una tecnologíaapropiada, el mal uso de otra, como la intro-ducción de agroquímicos en cultivos queantes no los utilizaban.

• El clima político, los problemas de goberna-bilidad, la falta de marcos legales, la debilidadinstitucional, la corrupción, la represión polí-tica y la falta de participación social. Unejemplo es la falta de legitimidad de la agen-cia gubernamental que administra las áreasprotegidas.

• La inseguridad ciudadana, la violencia delin-cuencial, problemas de orden público entorno a grupos de alzados en armas, guerras,los cultivos ilegales, luchas en torno a la pro-piedad de la tierra, problemas de violación dederechos humanos, cultivos ilícitos en el áreade conservación, etc.

• Las tradiciones, costumbres, valores, creenciasy mitos de las comunidades. Por ejemplo enuna fiesta de la comunidad se acostumbrasacrificar alguna especie en peligro de extin-ción.

• Otros factores biofísicos como los fuegos irre-gulares, las actividades volcánicas, inundacio-nes, huracanes, fenómeno de El Niño, plagas,

sequías y terremotos como la falta de planesde contingencia para enfrentar el recurrentefenómeno de El Niño.

En el diagrama 6.5 podemos ver cómo cuatro causassubyacentes o principales “entran” en cualquierparte del diagrama. Si, como consta en el ejemplo,la causa subyacente de la actividad turística no sos-tenible es la falta de regulaciones para el turismolocal, la estrategia consistirá en elaborar regulacionespara dicho turismo.

5. Revisar la lista de actores identificados: ¿Se hanidentificado todos los actores que están partici-pando o que están relacionados con la amenazacrítica y con las actividades específicas? ¿Hayactores en todas las actividades y causas subya-centes? ¿Podemos especificar más las característi-cas de ciertos grupos de actores?

Un diagrama de actores y situaciones terminadopuede ser muy complejo y proveer mucha infor-mación acerca de los aspectos que afectan a laamenaza crítica. Puede generar mucha discusiónsobre el contexto humano del sitio, lo cual con-tribuye a la formulación de estrategias concretas.Elaborar un diagrama en el cual las relaciones einteracciones son comprensibles constituye des-afío; requiere mucho ingenio del equipo que loestá construyendo. Lo importante es lograr undiagrama fácil de entender, aún para quienes nohayan estado presentes durante su elaboración.

En el ejemplo ilustrado en el diagrama 6.6, laamenaza crítica es la cacería de tres tipos (activi-dades directas), los actores (cazadores furtivos,comunidades, etc.) aparecen en otro entramado,en otro las motivaciones (tradición, diversión,etc.) y en otro las causas subyacentes (falta defuentes de proteína barata, falta de reforzamientode regulaciones para la caza, etc.).

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P a r t i c ipación de los actores sociales

Una vez que hemos completado el diagrama desituaciones y actores podemos colocar una pon-deración sobre la ruta crítica que más influye enlos objetos de conservación, es decir, un porcen-taje que indique cuál es la contribución de esefactor a la fuente de presión (hasta 100%). Asípodremos dar prioridad a la ruta cuyo peso sea elmayor. En el caso que hemos puesto como ejem-plo y que corresponde al Parque NacionalGalápagos, Ecuador, dichos porcentajes aparecenen el diagrama 6.7, mientras que en el diagrama6.8 consta la ruta crítica identificada como laprioritaria. Del ejercicio se desprende que si mediante nues-tras estrategias de conservación queremos re d u c i rla amenaza del cambio de uso del suelo, debere-mos enfocarlas en la disminución de la constru c-ción de infraestructura para el turismo y trabajarcon los empresarios locales, ya que el turismore p resenta el 80% del problema. La estrategiapara que sea más efectiva debería atacar la causa“ Falta de regulaciones para el turismo local”d e s a r rollando dichas regulaciones. Debemos re a l i-zar la ponderación teniendo en cuenta el impactode la amenaza sobre el objeto de conservación.

Los productos de la segunda etapa son los siguientes:1. Los diagramas de situaciones para cada fuente de

presión (amenaza) crítica. 2. La documentación de las discusiones generadas

durante la elaboración de esos diagramas. 3. Las rutas críticas de acción que indiquen cual es

la contribución más fuerte a una fuente de pre-sión, y que sirvan como puntos de partida parala selección y diseño de estrategias. Las de mayorponderación son las más urgentes de tratar.

En resumen, los diagramas nos permiten identi-ficar a los actores vinculados a las amenazas crí-ticas y conocer mejor las fuerzas o motiva c i o n e sque impulsan su comport a m i e n t o. El re s u l t a d ofinal debería ser la comprensión de la situación

socioeconómica que rodea a cada fuente de pre-sión, conocimiento que es esencial para la elabo-ración de estrategias.

Tercera etapa: El rol de losactores después del procesode planificación

La información socioeconómica generada debe ser-virnos también para la construcción de las metas deconservación, y para fijar los indicadores con loscuales evaluaremos el éxito de nuestras estrategias.

En las dos etapas anteriores de la PCA, el equiporeunió la información socioeconómica necesariapara decidir sobre las prioridades de conservación ylas estrategias. En esta profundizamos y afinamos losaspectos del proceso de planificación, especialmentela socialización del plan y la participación de losactores en la ejecución del mismo. Las siguientespreguntas nos ayudarán a precisar los aspectos rela-cionados con esa participación:

¿Conocemos bien a los actores involucrados enla ruta crítica del diagrama? Puede ocurrir quesean desconocidos, en cuyo caso debemos des-a r rollar una estrategia para aproximarnos yconocer con más detalle sus intereses. Solo asís a b remos cómo deberían o podrían part i c i p a ren la estrategia de conservación deseada. Si esun grupo de actores (una organización/asocia-ción) debemos indagar quién tiene el poder dedecisión o influencia necesarios para implemen-tar la estrategia. Identificar claramente, desde elprincipio, a los actores que impulsarán unaestrategia de conservación, aunque requiera deuna inversión de tiempo adicional, a la larga esuna ganancia.¿Conocemos la disposición del actor a part i c i-par en una estrategia de conservación? Si tienepoca disposición deberemos desarrollar esfuer-

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zos para estimular su participación motivándoloy despertando su confianza. Este tipo de esfuer-zos no tienen un efecto inmediato y, por ende,pueden retrasar y alargar el proceso de imple-mentación de una estrategia de conserva c i ó n .Sin embargo, son indispensables para lograr elé x i t o.¿Cómo se relacionan los diferentes actores repre-sentados en el diagrama? ¿Es posible que unactor influya sobre otro, negativa o positivamen-te? Necesitamos tener una idea de las dinámicasinterpersonales e interinstitucionales que existanentre los actores vinculados a la amenaza crítica.Podemos requerir que uno o dos actores partici-pen en la implementación de una estrategia yque esa participación esté sujeta a la influenciade otros, que genere expectativas erróneas o quesuscite situaciones incómodas con otros actores;cualquiera de estas situaciones dificultarán laimplementación. El éxito de la estrategia va adepender, en gran medida, del buen manejo delas relaciones entre los actores interesados, inde-pendientemente de que participen o no en laimplementación.

En esta etapa también debemos considerar cómoimplementaremos el plan y quiénes deberán partici-par en la gobernabilidad del área Los siguientes fac-tores pueden influir en la gobernabilidad y, por lotanto, debemos considerarlos cuando proponemos ydesarrollamos los esquemas sobre este tema: • El marco legal. ¿Es un área protegida del Estado,

es privada o es comunal? ¿Existe un marco jurí-dico que permite la participación en su manejo?

• Legislación nacional. ¿Hay mecanismos dentrode la ley para la participación y la conformaciónde un grupo asesor o de un comité de manejo?

• Capacidad de los actores para implementar elplan. ¿Tienen las personas la capacidad técnica,política y física para implementarlo?

• Voluntad política. ¿Los políticos de la localidad yde la región están dispuestos a apoyar esa imple-mentación?

Las respuestas a esas preguntas nos permiten propo-ner un esquema de gobernabilidad apropiado parael contexto humano del área. Puede ser que antes deimplementar un plan sea necesario cambiar o agre-gar componentes al marco legal. Puede ser que noexista capacidad para implementarlo y, por lo tanto,que debamos diseñar planes de capacitación y capa-citar a personal antes de la implementación . Si nohay voluntad política deberemos cabildear para con-seguirla. En fin, las variables pueden ser muchas, loimportante es anticiparnos con planes para manejar-las y facilitar la implementación del plan.

Un paso importante para asegurar la part i c i p a c i ó nsocial después de la planificación es socializar el con-tenido del plan con los actores tanto con los que par-t i c i p a ron como con los que no lo hicieron. Para ello,sugerimos preparar material didáctico y difundirlo através de charlas, talleres y visitas a ciertos gru p o s .

Los productos de la tercera etapa son los siguientes:1. Contar con mecanismos para asegurar la partici-

pación de los actores clave en la implementaciónde las estrategias de conservación.

2. Haber identificado los factores de gobernabilidadpara desarrollar los respectivos esquemas.

3. Disponer de estrategia para socializar el plan: ¿aqué grupos, cómo, cuándo?

4. Disponer de materiales didácticos para socializarel plan.

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P a r t i c ipación de los actores sociales

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Diagrama 6.5. Causas subyacentes identificadas en el Parque Nacional Galápagos, Ecuador

P a r t i c ipación de los actores sociales

Diagrama 6.6. Ejemplo del análisis de actores con la cacería como amenaza crítica

Diagrama 6.7. Ponderación (porcentaje) de los diferentes componentes del análisis de actores enel Parque Nacional Galápagos, Ecuador

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Diagrama 6.8. Identificación de la “ruta crítica prioritaria” en el ejemplo del Parque NacionalGalápagos, Ecuador

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Preámbulo

En los capítulos anteriores hemos descrito la infor-mación fundamental que necesitamos para desarro-llar las estrategias de conservación. Hemos defini-do, concreta y prácticamente, qué es lo que pro p o-nemos conserva r, qué vuelve viable a un objeto dec o n s e rvación durante un determinado período, ycuáles son las amenazas y el contexto que enmarc a na esos objetos. En este capítulo revisamos por quées tan importante contar con esa información cuan-do diseñamos estrategias adecuadas, suficientes ye f e c t i vas. También describimos las partes de las queestá compuesta una estrategia y cómo desarro l l a r l a sde la mejor forma posible. El propósito es obtenerinformación clara y registrarla de tal manera quepodamos revisarla y, así, modificar y adaptar lasestrategias de conservación durante la ejecución delp roye c t o.

Componentes de una estrategia

Una estrategia no es más que la forma en que llega-mos del punto A al punto B. Es aquella idea bri-llante que conduce al éxito de la conservación deun área, proyecto, múltiples sitios o el paisaje. Alreconocer que partimos de A, determinamos que

existe un estado actual el cual queremos modificar op robablemente mantener si es que está amenazado.Esa información es la que nos permite conocers o b re los sistemas que proyectamos conserva r, losobjetos de conservación y sus atributos, viabilidad yamenazas. Al reconocer que debemos llegar alpunto B estamos estableciendo un objetivo. Este esel primer componente de una estrategia. De b e m o sser explícitos en cuanto a lo que deseamos alcanzary cuantificarlo para un determinado período yl u g a r. Este objetivo, también conocido como metade conservación, es el estado de salud de la biodi-versidad, o la mitigación de las amenazas críticas, ola capacidad de conservación que queremos lograr af u t u ro en un área determinada.

Hay un sinnúmero de posibilidades para llegardesde A hasta B. Es aquí donde empleamos el cono-cimiento de las amenazas y del contexto que rodea alos objetos de conservación, para diseñar accionesestratégicas, segundo componente de una estrategia.Éstas son las intervenciones que debemos realizarpara cumplir con el objetivo. Por último están lospasos de acción y las tareas de monitoreo; son aque-llas actividades específicas y detalladas en las queaclaramos cómo planeamos desarrollar la estrategia ymonitorear su efectividad.

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Estrategias

Tarsicio GranizoMauricio Castro Schmitz

Desarrollo de las estrategias

El desarrollo de una estrategia exige que pensemosdinámicamente, ya sea de manera individual o gru-pal, de forma que podamos plantear diferentes ideasen las cuales incluyamos la información con la quecontamos sobre los objetos de conservación, susatributos y viabilidad, las amenazas persistentes aescala, y los actores críticos que están detrás de esasamenazas. Para poder ilustrar las ideas es importantetener claro cuál sería un escenario exitoso en el pro-yecto de conservación que estamos formulando. Siconocemos lo que estamos entendiendo por éxito enla conservación, nos será más fácil determinar obje-tivos claros, concretos y suficientes. Con esto enmente la primera tarea que debemos realizar es ladefinición de los objetivos de conservación o esepunto B al que queremos llegar. En el objetivo des-cribimos qué debemos alcanzar y cómo hacerlo detal manera que lo podamos medir en un tiempo yen un lugar determinados.

Por ejemplo: “En el año 2010 se habrá reducido enun 50% el ingreso ilegal de cazadores al área. Eneste caso el estado actual (o punto A) es una ame-naza concreta: la entrada ilegal de cazadores alá rea. El estado deseado (o punto B) es reducir esei n g reso a la mitad. El éxito es entonces, lograr esare d u c c i ó n” .

Una vez definidos los objetivos recomendamosexplorar varias formas de alcanzarlos. Una buenalluvia de idea entre las personas involucradas en elproceso de planificación de conservación es clavepara encontrar cómo pasar del punto A al punto B,a través de acciones estratégicas en las que podamossondear las amenazas persistentes a los objetos deconservación, las cuales se han vuelto visibles en elproceso inicial de planificación. Durante la genera-ción de ideas debemos tener en cuenta cuál es lapresión directa sobre los objetos y cuál es la cadenaque la está causando. Un abanico de posibles solu-

ciones al problema es el principal producto de estasección.

Una vez seleccionadas las acciones estratégicas másadecuadas a la situación del proyecto de conserva-ción, hacemos énfasis en las que presenten el másalto impacto posible para alcanzar los objetivos pro-puestos. Seleccionamos con base en un proceso quenos permita calificar los beneficios, la factibilidad delas acciones y su costo. Una vez realizado esto des-cribimos sucintamente las acciones estratégicas dealto impacto y determinamos los pasos estratégicosclave de cada acción estratégica.

En resumen, una estrategia de conservación es unaacción que nos permite alcanzar un objetivo especí-fico (resultado) y que:1 . Reduce o minimiza una amenaza.2 . Aumenta la viabilidad del objeto de conserva c i ó n .3 . Mejora la capacidad de conserva c i ó n .

Los objetivos de una estrategia se basan en las ame-nazas y en la información sobre la viabilidad de losobjetos de conservación. La labor que realizamos através de un proyecto de conservación consiste encambiar el estado de alerta (representado por loscolores amarillo y rojo en el Libro de Trabajo deExcel, capítulo 11) a valores aceptables u óptimos.En otras palabras, cambiar los valores de “regular” o“malo” por valores de “muy bueno” o “bueno” en elcaso de la viabilidad, o los valores de “muy alto” y“alto” por “medios” y “bajos”, en el caso de las ame-nazas. Este trabajo a veces nos puede tomar años,incluso toda una vida, dependiendo de la compleji-dad del problema.

De s a r rollar entre tres y cinco estrategias de conser-vación sólidas, además de ser una labor ardua, esla base del proceso en el cual se definirá el conjun-to de intervenciones y la inversión que hare m o sen el proye c t o. Por tener tanta importancia, esasestrategias deben ser desarrolladas con deteni-

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T.Granizo y M.Castro

miento, suficiente análisis y con el conocimientoa d e c u a d o.

Preguntas críticas en relacióncon el objetivo

Durante el desarrollo de los objetivos y sus accionesestratégicas sugerimos auto-evaluar constantementeel proceso. Cuando enfocamos el objetivo es muyútil preguntarnos: ¿reúne las características quehacen de él un buen objetivo? ¿Es medible? ¿Estádeterminado temporalmente? ¿Lo podemos conectarsiempre a los objetos de conservación y sus atributosecológicos clave o a las amenazas persistentes queexisten? Asimismo, en relación con lo que entende-mos por éxito del proyecto: ¿Es el objetivo igual aléxito? ¿Refleja lo que significaría haber alcanzado eléxito en el proyecto? ¿O apenas representa lo míni-mos que podemos hacer?

Un buen objetivo de conservación debería cumplircon una serie de criterios básicos:• Estar orientado a tener impacto. Esto significa

que debe reflejar los cambios que queremoslograr en el área donde estamos planificando:

mejorar la salud de la biodiversidad, eliminar omitigar sus amenazas y mejorar la capacidad deconservación.

• Ser medible en número, porcentaje, fracciones oen términos cualitativos.

• Tener un horizonte temporal dentro del cualpodamos ver resultados.

• Ser específico o focalizado, claro y comprensible,sin dejar lugar a ambigüedades.

• Ser factible, apropiado y que pueda cumplirse enel tiempo previsto, con los recursos disponibles yen el área donde estamos trabajando.

• Ser riguroso, creíble y el producto de la mejorinformación científica disponible.

La definición de adecuados objetivos de conserva-ción o metas es clave, es el secreto del éxito de lasbuenas estrategias, ya que nos dan una visión dehacia dónde queremos ir, nos dice adónde queremosllegar. Sabiendo lo que queremos, nos será más fácildefinir las acciones para lograrlo, establecer mejorlas prioridades y nos facilitará la evaluación y elmonitoreo. Estos criterios, por lo tanto, son suma-mente importantes para definir los objetivos de con-servación. En el cuadro 7.1 incluimos algunos ejem-plos de objetivos antes y después de someterse a

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E s t r a t e g i a s

Cuadro 7.1. Ejemplos de objetivos antes y después de aplicar los criterios

Antes de aplicar los criterios

Reducir las especies invasoras

Reducir el saqueo de bienes culturales

Eliminar las amenazas al oso andino

Restaurar las áreas degradadas

Mejorar la capacidad de conservación del Ministerio

Después de aplicar los criterios

Hasta 2008 reducir a menos del 5% la cobertura de especies invaso-ras, en las 20.000 hectáreas del área afectada

Hasta 2009 reducir un 20% el saqueo y el tráfico ilícito de recursosculturales del área arqueológica del parque

Hasta 2010 reducir un 50% la cacería ilegal de osos andinos en áreascríticas de la Reserva

Restaurar con especies nativas un área de 5.000 hectáreas hasta el 2008

Terminar en 2006 un plan de sostenibilidad financiera a largo plazopara el Sistema Nacional de Áreas Protegidas

estos criterios. Pueden constatar, allí, cómo se clari-fica y se precisa lo que queremos obtener.

Las estrategias de conservación deberían enfocarseen la salud de la biodiversidad, la eliminación omitigación de amenazas y el mejoramiento de lacapacidad de conservación. Las que se enfocan en lasalud de la biodiversidad están relacionadas conactividades de restauración de los atributos ecológi-cos clave, manejo de especies (manejo en cautiverio,reintroducciones, etc.), reforestación, y otros por elestilo. Por lo general, son estrategias costosas y querequieren profundos conocimientos de biología yecología. Las estrategias de restauración pueden seridentificadas con el análisis de viabilidad de losobjetos, a través de los atributos ecológicos clave,como lo indica el siguiente ejemplo tomado delobjeto de conservación huemul (Hippocamelus bisulcus) de Nevados de Chillán, en Chile (cuadro7.2).

Las estrategias de mitigación de las amenazas debenenfocarse en las amenazas críticas identificadas en elcapítulo 5, particularmente en los objetos más ame-nazados, tal como lo mostramos en el cuadro 7.3.Hemos tomado el ejemplo del Libro de Trabajo deExcel desarrollado para la PCA en el ParqueNacional Podocarpus en el sur del Ecuador. En esteejemplo, las amenazas con las calificaciones “muyalto” o “alto” son la tala y quema, la agricultura,contaminación infraestructura económica, ganade-

ría, extracción forestal selectiva y los cultivos ilegalesde amapola. El objeto de conservación más amena-zado son los bosques de altura. Un objetivo de con-servación podría ser: reducir un 50% de la tala yquema en los bosques de altura en los próximoscinco años.

El flujograma que presentamos en el diagrama 7.4ilustra el análisis de actores y la identificación derutas críticas que utilizamos para determinar dóndeimplementar estrategias de conservación. Hemostomado el ejemplo del Parque Nacional Galápagosen el Ecuador. Aquí, un objetivo de conservaciónsería: hasta fin de año haber definido e implementa-do con los empresarios locales, regulaciones para elturismo, con el fin de controlar la construcción deinfraestructura para este sector.

Estos ejemplos muestran la relación entre los pasosde la PCA que hemos aprendido hasta ahora y ladefinición de estrategias de conservación. El análisisde viabilidad nos permite “aterrizar” en estrategiasde restauración. Los análisis de amenazas y de acto-res nos permiten afinar las estrategias de mitigaciónde amenazas e identificar otras para mejorar la capa-cidad de conservación.

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Cuadro 7.2. Ejemplo del análisis de viabilidad de un atributo ecológico clave del “huemul”Hippocamelus bisulcus, en Nevados de Chillán, Chile

Categoría Atributos clave Indicadores Calificaciones del indicador

Pobre Regular Bueno Muy Bueno

Tamaño Densidad Densidad relativa < 1/700 ha 1/500 ha > 1/400 ha > 1/50 hapoblacional (individuos/área)

Acciones estratégicas ypasos de acción

Las acciones estratégicas son aquellas que permitenel cumplimiento del objetivo de conservación,mientras que los pasos de acción son los que permi-ten el cumplimiento de dichas acciones. Podríamosdecir que las primeras son las actividades y lossegundos las sub-actividades. Para tener buenasacciones estratégicas y buenos pasos de acción debe-mos formular buenos objetivos estratégicos. Tantoesas acciones como los pasos deben ser suficiente-mente claros y completos, para saber, en cualquiermomento, si han sido cumplidas y si han contribui-

do al objetivo de conservación. A continuación pre-sentamos algunos ejemplos de acciones estratégicasy pasos de acción:

Ob j e t i vo. Al menos 776.203 ha de cobert u r anatural se han mantenido en cuatro áreas pro t e g i-das de la Bi o r re s e rva del Cóndor (Ecuador) en lospróximos 5 años (los pasos de acción son hipotéti-c o s ) .

Acción estratégica 1: apoyar al Ministerio delAmbiente con la implementación del SistemaIntegrado de Control y Vigilancia (SIVA).

Paso de acción 1.1: identificar las áreas críti-cas donde se requiere complementar la labordel Ministerio del Ambiente.

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Bosques Bosques Bosques de Bosques Oso Podocarpaceas, Zonas Calificaciónde altura de puna terrazas y ribereños mascarón Meliaceas húmedas global de la

colinas y Lauraceas de puna amenaza

Tala y quema Muy alto Alto Alto AltoAgricultura Muy alto Bajo Medio Medio AltoContaminación Muy alto Bajo AltoInfraestructura económica Muy alto Bajo AltoGanadería Muy alto AltoExtracción forestal selectiva Alto Bajo Bajo Alto AltoCultivo de amapola Alto Ato AltoCaza Medio Medio Bajo Bajo MedioCarreteras Bajo Medio Bajo Bajo BajoActividades petroleras Medio BajoIntroducción de especies exóticas Medio BajoColonización Medio BajoQuemas intencionales Bajo Bajo BajoDeforestación Bajo BajoTurismo no planificado Bajo BajoPesca Bajo BajoEstado de la amenaza para los objetos focales y para todo el sitio Muy alto Bajo Alto Medio Medio Alto Bajo Muy alto

Cuadro 7.3. Resumen de las amenazas críticas en Podocarpus, Ecuador

Objetos másamenazados

Amenazascríticas

Amenazas

Objetos

Paso de acción 1.2: realizar reuniones con lascomunidades de las áreas identificadas comocríticas y analizar su interés en formar partedel SIVA.Paso de acción 1.3: capacitar, entrenar y equi-par a guardaparques seleccionados por lascomunidades.Paso de acción 1.4: realizar reuniones regula-res de coordinación entre los guardaparquesdel Ministerio y los del SIVA, para accionesconjuntas y medición de éxitos.

Acción estratégica 2: perfeccionar el manejo delárea protegida mejorando las instalaciones físicas.

Paso de acción 2.1: realizar, junto con losguardaparques, un inventario de los arreglos

más importantes y urgentes en al menos tresáreas de la Biorreserva.Paso de acción 2.2: elaborar un presupuesto yun cronograma y abrir una licitación públicapara mejorar las instalaciones físicas.Paso de acción 2.3: conseguir los recursoseconómicos y humanos necesarios para llevara cabo los trabajos.

Objetivo. Hasta el 2007 se han establecido al menoscuatro áreas de conectividad o corredores que man-tienen la calidad y cantidad del hábitat entre lasáreas protegidas de la Biorreserva del Cóndor

Acción estratégica 1: establecer acuerdos de conser-vación con propietarios-as privados-as de tierras.

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Diagrama 7.4. Análisis de los actores e identificación de rutas críticas en el Parque NacionalGalápagos, Ecuador

Paso de acción 1.1: elaborar estudios biofísi-cos y socioeconómicos, así como tambiénanálisis legales de las áreas identificadas comocorredores.Paso de acción 1.2: establecer un esquema demanejo en las áreas de conectividad, inclu-yendo planes de monitoreo.Paso de acción 1.3: negociar con propieta-rios-as de tierras, los mecanismos legales parala protección de los corredores.

Objetivo. Reducir, en un 20%, el saqueo y el tráficoilícito de recursos culturales del Parque NacionalSierra del Lacandón (Guatemala) para el año 2009(los pasos de acción son hipotéticos).

Acción estratégica 1: realizar patrullajes periódi-cos en las áreas más vulnerables a las amenazasidentificadas al patrimonio natural y cultural delparque.

Paso de acción 1.1: contratar, capacitar yequipar a 12 guardaparques de la zona entemas críticos de sus funciones.Paso de acción 1.2: adquirir ocho caballos enla zona norte y dos motos en la zona sur parala movilización de los guardaparques.Paso de acción 1.3: producir una hoja deregistro de las reuniones.Paso de acción 1.4: medir el número dereniones registradas por los guardaparques.

Acción estratégica 2: exigir el cumplimiento dela legislación nacional e internacional vigentespara la protección del patrimonio natural y cul-tural.

Paso de acción 2.1: producir 3000 afiches enlos que se muestre la importancia del patri-monio natural y cultural del área y distribuir-los.Paso de acción 2.2: dar ocho charlas de capa-citación a funcionarios y funcionarias delpoder judicial y de la policía, sobre la impor-tancia del patrimonio natural y cultural.Paso de acción 2.3: contratar un abogado o

una abogada que se encargue de dar segui-miento a los casos relacionados con el saqueoy tráfico ilegal en el parque.

Evaluación de las estrategias

En el Libro de Trabajo de Excel consta una herra-mienta que permite establecer prioridades y evaluarlas estrategias utilizadas en algunos procesos dePCA. Con esa herramienta podemos evaluar lasacciones estratégicas y determinar, utilizando algu-nos criterios, su pertinencia para el logro del objeti-vo estratégico. Los criterios y la calificación queotorgamos a través de la herramienta son:1. Contribución, entendida como el grado en el

que una acción estratégica conduce al logro deun objetivo de conservación. Será “muy alta”cuando la acción estratégica en sí misma ayuda alograr más de un objetivo de conservación. Será“alta”, cuando contribuye sustancialmente allogro de uno o más objetivos estratégicos, perono es suficiente por sí misma.“Media” cuandoaporta de manera significativa al logro de uno omás objetivos estratégicos. Finalmente, será“baja” cuando la contribución de dicha acciónestratégica es limitada.

2. Mitigación de la amenaza. Con ese Libro deTrabajo podemos seleccionar cuál o cuáles ame-nazas mitigan la acción estratégica y con cuántosobjetos están relacionadas.

3. Mejoramiento de la viabilidad. En ese mismoLibro también señalamos si la acción estratégicacontribuye a mejorar la viabilidad de un objetode conservación.

4. Duración del resultado. Es el grado en el que laestrategia, si es implementada satisfactoriamente,nos permitirá lograr un resultado de largo plazo.“Muy alto” será cuando logramos un resultadode largo plazo (compra de tierra, algún fondo delargo plazo para la conservación del área, alguna

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E s t r a t e g i a s

política o ley). “Alto” cuando ese resultado es deunos 10 años, por ejemplo un acuerdo de con-servación por ese período. “Medio” si el plazo esde tres a cinco años, por ejemplo un plan demanejo. “Bajo” si la estrategia implementadasatisfactoriamente logrará un resultado de cortoplazo (un año), por ejemplo un plan operativoanual.

5. Apalancamiento o influencia de otras estrategiasde alto impacto. “Muy alto” es cuando logramosresultados inmediatos, visibles, tangibles y conun alto apalancamiento (leverage) hacia otrasestrategias también con alto impacto. “Alto”cuando los resultados son inmediatos, visibles,tangibles o, en su defecto, con un alto apalanca-miento hacia otras estrategias de alto impac-to.“Medio” cuando el apalancamiento es mode-rado y “bajo” cuando es incipiente.

6. Liderazgo. Si hay un individuo o institución quelideran la estrategia, el puntaje será “muy alto”siempre que quien lidere tengan suficiente tiem-po, talento, experiencia y apoyo institucionalpara implementar la estrategia. “Alto” si quienlidera tiene suficiente tiempo, talento, algo deexperiencia y cuenta con el apoyo institucionalpara implementar la estrategia. “Medio” cuandoquien lidera tiene suficiente tiempo, talento,pero no mucha experiencia ni apoyo institucio-nal. “Bajo” es cuando no hay quien lidere.

7. Facilidad de implementación de la estrategia.“Muy alto” es cuando está asegurada la imple-mentación de la estrategia y cuando ya se hanhecho estrategias similares con frecuencia. “Alto”cuando dicha implementación es relativamentesegura y ya se han hecho estrategias similares confrecuencia. “Medio” si esa implementación pre-senta una cierta complejidad o incertidumbre ycuando pocas veces se han hecho estrategiassimilares. “Bajo” si existen muchas complejidadese incertidumbres para implementar la estrategiay nunca se ha hecho una estrategia similar.

8. Motivación. Nos referimos al grado de motiva-ción y conocimiento que tienen los actores prin-cipales sobre la estrategia. Es “muy alto” si lasmotivaciones y el conocimiento de los actoresclave son bien entendidos y la estrategia estárelacionada con esas motivaciones. “Alto” cuandoentendemos bien a los actores relacionados conla estrategia y ésta corresponde a sus motivacio-nes. “Medio” cuando entendemos algo sobrequiénes son los actores relacionados con la estra-tegia y ésta se relaciona en algún grado con susmotivaciones. “Bajo” cuando no sabemos quie-nes son los actores.

9. Costo de la estrategia. En el Libro de Trabajo deExcel hemos incluido información sobre costospara un período máximo de diez años, en térmi-nos de:• Costos incurridos por una sola vez, por ejem-

plo, la compra de tierra.• Costos anuales incluyendo personal y otros

costos directos.• Personal, incluyendo a las personas que traba-

jan un porcentaje de su tiempo en la imple-mentación de la estrategia.

• Un máximo de diez años.

Monitoreo de las estrategias

Es necesario que nos hagamos algunas preguntaspara poder decidir cómo monitorear las estrategias:• ¿Realmente están las estrategias funcionando?• ¿Están las amenazas mitigándose?• ¿Están los objetos de conservación estables o

mejorando?• ¿Es posible corregir las estrategias si identifica-

mos qué problemas presentan?

Es claro que el monitoreo de las estrategias en unaPlanificación para la Conservación de Áreas estará

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T.Granizo y M.Castro

directamente vinculado con el monitoreo del proce-so en sí mismo. Sin embargo, existen innumerablesmecanismos para realizar un monitoreo de proceso ydefinir el avance de las actividades.

Recomendaciones

• Recuerde que las estrategias deben estar encami-nadas a mejorar la salud de la biodiversidad, eli-minar o mitigar amenazas, y mejorar la capaci-dad de conservación.

• Trabaje mucho en los objetivos de conservaciónantes de elaborar sus acciones y pasos.

• Si es necesario y pertinente, utilice dos horizon-tes temporales para sus objetivos de conserva-ción, uno a corto o mediano plazos (5-10 años)y otro a largo plazo (40-60 años).

• A veces el resultado esperado en un objetivo deconservación no es claro, por ejemplo, cuandohablamos de mejorar un factor ecológico clave.En este caso podemos formularlo así: “a serdeterminado en el futuro”. Una acción estratégi-ca o un paso de acción para un objetivo de estetipo será: “realizar estudios para determinar elestado deseado”.

• Por experiencia consideramos que el paso quec o r responde a la elaboración de estrategias deberíaser dado de la manera más part i c i p a t i va posible.Al fin y al cabo muchas estrategias pueden afectarlas vidas de las comunidades que ocupan en elá rea donde estamos planificando. Es por ello quela evaluación de actores es crítica para el desarro l l ode buenas estrategias de conservación. Pro c u reque las estrategias salgan de las mismas comunida-des, y evite imponer cosas que la gente va a re c h a-zar o, en el mejor de los casos, no va a part i c i p a r.

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E s t r a t e g i a s

Flujograma 7.5. Sobre el éxito de las estrategias de conservación

• Muchas veces consideramos que un proyecto deconservación no está funcionando porque susestrategias son inadecuadas. Puede que así sea,pero también pueden haber otras razones. Lomismo ocurre con una PCA. Tal vez no logra-mos los resultados esperados porque las estrate-gias no están bien definidas o tal vez sean otraslas causas: que no identificamos bien a los obje-tos (no representan las biodiversidad, las amena-zas o la escala), que no hicimos un adecuadoanálisis de viabilidad, o un buen análisis de lasamenazas, o porque los actores identificados notienen la influencia que creíamos sobre los obje-tos o sobre las amenazas. El flujograma 7.5ayuda a entender esta situación.

Breves consideraciones sobrelos planes de trabajo

Por medio de un plan de trabajo, plan de acción oplan operativo establecemos los pasos para ejecutaruna estrategia o para llegar a un objetivo estratégico.Es, por lo general, preparado anualmente. El Pl a nOp e r a t i vo Anual, POA, es una herramienta efectivapara definir cuándo, cómo, con quién y cuánto va acostar el trabajo de conservación en un área. Ad e m á sde lo que hemos dicho hasta ahora, es import a n t eque nos hagamos las siguientes preguntas y re f l e x i o-nes para construir un buen Plan de Ac c i ó n .

¿Dónde estoy ahora? o ¿en qué nivel de desarrolloestá mi trabajo de conservación con respecto al áreadonde estoy trabajando? Así es como evaluamosnuestras logros y progreso hacia la meta y, de sernecesario, introducimos las adaptaciones necesariasy parte del proceso que hemos llamado “manejoadaptativo”.

¿Dónde quiero estar? ó ¿adónde quiero llegar conmi trabajo de conservación durante el año en curso?

Si bien cuando tracé objetivos estratégicos o metasya sabía qué es lo que estoy buscando y en quétiempo, conviene preguntarme hasta dónde puedollegar en el año que incluye el POA.¿Cómo llego a donde quiero? Mediante esta pregun-ta defino los pasos que debo dar hasta final del año.Podemos hablar de actividades primarias, secunda-rias, de subactividades o de cualquier otro nivel dedetalle al que queramos o podamos llegar. En estemomento definimos responsabilidades y presupues-tos en el orden cronológico más adecuado.

¿Cómo sé que he llegado a donde quería? En elcapítulo 8 analizamos cómo medir el éxito de laconservación. Sin embargo, al igual que en cual-quier proyecto necesitamos herramientas que nospermitan evaluar el avance de un POA.

Un típico Plan Operativo Anual puede contener lossiguientes campos:• Las actividades principales a ser cumplidas

durante el año.• El objetivo estratégico al que contribuyen esas

actividades. Recordemos que un POA conducela estrategia hacia la acción. Por lo tanto todaslas acciones deben estar relacionadas a un objeti-vo meta.

• La amenaza u objeto de conservación relaciona-da con uno o más objetivos y actividades.

• El lugar donde se realiza la actividad. Convieneprecisarlo cuando los planes son complejos y lasáreas en donde ejecutamos las actividades songrandes.

• La persona o personas responsables de la actividad.• El cronograma, que puede ser diario, quincenal,

mensual, bimensual, trimestral, o semestraldependiendo del nivel de detalle del POA o deltipo de actividad.

• El presupuesto. Hay diferentes formas de prepa-rarlo. Puede ser tan detallado como requiramos.Podemos poner un valor total o el valor porrubro. Por ejemplo, en el Programa “Parques en

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T.Granizo y M.Castro

Peligro” financiado por USAID y TNC, el rubrode cada actividad es bastante detallado y se divi-de en salarios, compra de equipo, consultorías,viajes, etc.

• La fuente o fuentes de financiamiento con lasque financiaremos la actividad o las actividades.

• Los recursos necesarios para llevar a cabo la acti-vidad: personas, algún equipo en particular,vehículo, etc.

• La prioridad a la que podemos darle valores, porejemplo, 1,2 y 3

• Los actores involucrados, tanto los responsablesde la actividad, como beneficiarios o perjudica-dos por ella.

• Imprevistos o motivos que podrían demorar oimpedir la ejecución de la actividad

• EIA o las evaluaciones de impacto ambiental.Algunos donantes y en algunos países exigen unaEIA cuando se trata de construcciones u obrasciviles.

¿Cómo hacer un Plan de Acción oun Plan Operativo Anual?

Muchas veces podemos elaborar una parte del Plande Acción en el último taller de una PCA. Sinembargo, es el equipo planificador con la colabora-ción de unos pocos actores clave quienes deberían,luego de los talleres, hacer un profundo trabajo degabinete para elaborarlo. No es tan importante quesea participativo, ya que si las estrategias fueron ela-

boradas junto con los actores, los planes son sola-mente la forma de implementarlas. Hay variosmecanismos para hacer un POA de forma eficiente,uno de ellos es el proceso del marco lógico, tenien-do en cuenta que muchas de sus premisas (visión,misión, meta, etc.) ya han sido identificados en elproceso.

Cualquiera sea la metodología que utilicemos parallevar la estrategia a la acción, los planes de acción oplanes operativos anuales deberían ser:

Breves y fáciles de usar ya que los detalles delmismo constan en otros documentos. Este essolamente un plan para ejecutar actividades quenos llevarán al cumplimiento de un objetivoestratégico.Compuestos de acciones factibles. De nada sir-ven planes en donde incluyamos acciones invero-símiles o para las cuales no tenemos presupuestou otros recursos.Con prioridades. Recordemos la premisa de quecuando todo es prioritario nada lo es.Deberíamos establecerlas incluso para las activi-dades y pasos de acción.Revisados y discutidos regularmente. Los planesno pueden estar escritos en piedra, deben serdinámicos, cambiantes, ajustables, sin que esosuponga ajustarlos para justificar nuestra inefi-ciencia. Deben ser revisados o evaluados por elequipo planificador, para ver en dónde estánfallando o si están avanzando como deben.

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E s t r a t e g i a s

En los capítulos anteriores hemos señalado que lasestrategias de un proceso de Planificación para laC o n s e rvación de Áreas deben encaminarse a mejo-rar la salud de la biodiversidad, a eliminar o mitigaramenazas y a mejorar la capacidad de conserva c i ó n .¿ En qué consiste esta capacidad de conservación deun área en la que estamos elaborando un pro c e s ode planificación? Existen muchos conceptos sobrelo que significa dicha “c a p a c i d a d”, desde las habili-dades personales o de los individuos, hasta la capa-cidad de la sociedad para lograr algo. En el casoque nos ocupa, esto es la planificación para la con-s e rvación de la biodiversidad, entendemos porcapacidad a la disponibilidad de aquellos elementoshumanos, institucionales, financieros, legales, polí-ticos y de participación requeridos para llevar ade-lante el trabajo de conservación, es decir, parapoder implementar las actividades que nos permiti-rán alcanzar los objetivos estratégicos, los cuales, asu vez, ayudarán a mitigar las amenazas o a mejorarla salud de nuestros objetos de conservación. Un aherramienta que nos permita evaluar esos elemen-tos y nos indique si la capacidad es adecuada, debe-ría ser aplicada tanto en un área protegida como enun área importante para la conservación, aunqueno esté inscrita bajo la categoría oficial de manejo,tanto en sitios individuales como en sitios múltipleso en sistemas.

Las Evaluaciones de Efectividad de Manejo, EEMque están elaborando en muchos países pueden serherramientas útiles para conocer la capacidad deconservación en un sitio determinado. No vamos arevisar detalladamente las herramientas disponiblespara evaluar tal efectividad, sino analizar unas dosque nos ayuden a responder las siguientes preguntas,una vez que tenemos las estrategias: ¿Hay capacidaden el área para implementar las estrategias? ¿Existe elpersonal adecuado, los recursos, el equipamiento ylos materiales requeridos? ¿Está el personal debida-mente entrenado? ¿Cuáles son las interaccionesentre el personal que implementará las estrategias ylos miembros de las comunidades circundantes?¿Son los miembros de esas comunidades quienesimplementarán las estrategias? ¿Están capacitadaspara ello? ¿Qué les falta? ¿Existen los marcos legalesy políticos adecuados?

Algunas herramientas para medirla efectividad del manejo

Ervin (2005) ha identificado varios tipos de herra-mientas de EEM tales como: el análisis profundo ycomplejo que lleva años (por ejemplo, aquellos lle-vados a cabo en Tasmania); la evaluación de todas

La capacidad de conservación

Tarsicio Granizo

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las áreas en forma, más o menos, profunda(Colombia); las tablas de calificación, como las utili-zadas en el “Programa Parques en Peligro”; y las eva-luaciones del sistema nacional de áreas protegidas,herramienta usada por TNC en Sudamérica. De lascerca de 30 metodologías para la Evaluación deEfectividad de Manejo (Hockings, 2003), a conti-nuación presentamos algunas, tomadas de un docu-mento de Ervin (2005).

• Marco de la Comisión Mundial de ÁreasProtegidas de la UICN No es en sí mismo unametodología. Se basa en seis criterios que cual-quier EEM debería contener: contexto, planifica-ción, insumos, procesos, productos y resultados.Mayor información en Hockings, Stolton yDudley (2000).

• Herramienta de rastreo. Cubre 36 elementos deuna EEM y fue desarrollada para evaluar elimpacto de las inversiones de WWF y del BancoMundial en áreas protegidas individuales. Cadauno de los 36 indicadores tiene cuatro respuestaspredeterminadas, las mismas que ayudan a ras-trear o evaluar los objetivos más importantes, lasactividades críticas de manejo y las amenazas.Más información en Stolton y colaboradores(2003).

• Evaluación RAPPAM de WWF. RAPPAM signi-fica Rapid Assessment and Prioritization ofProtected Area Management (Evaluación yPriorización Rápida del Manejo de ÁreasProtegidas). Es un cuestionario que cubre casi100 indicadores diferentes de efectividad demanejo. Se utiliza para evaluar y comparar esaefectividad dentro de un sistema de áreas prote-gidas y priorizar políticas, manejo e inversionesbasados en el estado de las amenazas, rendimien-to del manejo e importancia biológica. Másinformación en Ervin. (2003).

• Eficiencia en el Manejo Marino. La herramientaha sido desarrollada por la AdministraciónNacional del Océano y la Atmósfera de EEUU,NOAA por sus siglas en inglés, y WWF.Evidentemente enfocada en áreas marinas, losindicadores de esta herramienta cubren algunoselementos como entrenamiento, planificación,participación de actores, abundancia de especies,calidad del agua y composición y estructura.Pomeroy, Parks y Watson (2004) tratan condetenimiento esta herramienta.

• Reporte del Estado de los Parques de Canadá. Esuna metodología que combina la efectividad delmanejo con la integridad ecológica; se utiliza enáreas para las que existe información de buenacalidad. Ver, por ejemplo, Canadian Heritage(1998).

• Hoja de Calificación de “Parques en Peligro”.Más adelante tratamos detalladamente estaherramienta.

Análisis de la capacidad en elLibro de Trabajo de Excel

En el Libro de Trabajo de Excel que hemos prepara-do para implementar la Planificación para laConservación de Áreas consta una herramienta dise-ñada para evaluar la capacidad de conservación. Sebasa en la calificación de algunos criterios paradeterminar cuál es la situación de los “recursos”tanto internos como externos que contribuirán a laimplementación de las estrategias y al éxito del pro-ceso. Los criterios, que se califican de “muy alto”,“alto”, “medio” y “bajo”, son los siguientes:

• Liderazgo. Se refiere a la presencia de responsa-bles a cargo de la conservación del área. La califi-cación será “muy alta” cuando las responsabilida-

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T. G r a n i z o

des de quien lidera el equipo están claramenteasignadas y esa persona reúne tres características:autoridad y poder de decisión sobre esa área;experiencia en la implementación de estrategiasde conservación; y tiempo suficiente para des-arrollarlas. Además, si es que hay más de un líderes importante que quienes lideran compartanuna misma visión del lo que entienden por éxitoy cuenten con mecanismos de colaboración entrequienes integran el equipo. La calificación será“alta” cuando quien lidera el equipo tiene dos delas tres características (responsabilidad, experien-cia y tiempo) y hay dificultades de colaboraciónen el caso de que haya más de una persona lide-rando. La calificación será “media”cuando quienlidera reúne una de las tres características y si haymás de una persona liderando no comparten unamisma visión ni hay mecanismos de colabora-ción. La calificación será “baja” cuando no existealguien que lidere el equipo.

• El equipo multidisciplinario a cargo de la imple-mentación de las estrategias se encuentra en elsitio y forma parte de la organización que liderao de las organizaciones socias. La calificación

será “muy alta” si el proyecto recibe suficienteapoyo especializado del equipo en todo lo quefuere necesario para la implementación de lasestrategias. “Alta” será cuando existe ese apoyopero no de forma regular en todas las necesida-des. ”Media” será cuando ese apoyo no es regularen varias de las necesidades del proyecto. “Baja”si el proyecto recibe insuficiente asistencia en lamayoría de áreas programáticas.

• Liderazgo institucional. La organización priva d a ,la agencia estatal u otra institución del sector pri-vado o comunitario lidera el desarrollo y ejecu-ción de las estrategias de conservación en el áre adel proye c t o. Si hay más de una institución impli-cada, todas deben compartir una misma visión deéxito y de los mecanismos de colaboración. “Mu ya l t o” será cuando el liderazgo es claro y prov i e n ede una o más instituciones que han establecidoresponsabilidades claras y han desarrollado lacapacidad adecuada para implementar las estrate-gias. Si hay más de una institución implicada,todas deben tener una visión compartida del éxitoy de los mecanismos de colaboración. La califica-ción será “a l t a” cuando hay liderazgo, la asigna-

Capacidad de conserv a c i ó n

ción de responsabilidades o la capacidad no alcan-zan un nivel suficiente y las instituciones implica-das tienen dificultades de coordinación entre sí.Será “m e d i o” cuando no hay suficiente liderazgoni capacidad para ejecutar las estrategias, aunquela responsabilidad sobre el área del proyecto hasido aceptada por una o más instituciones y si hayserias dificultades de colaboración entre las insti-tuciones implicadas cuando más de una lidera.“ Ba j a” será si ninguna institución tiene re s p o n s a-bilidad clara o capacidad adecuada para ejecutarlas estrategias de conserva c i ó n .

• Financiamiento. ¿Hay suficiente financiamientopara apoyar los gastos de personal y operativos,así como para implementar las estrategias clave?El financiamiento proviene de los sectores priva-dos y públicos: fondos públicos, contribucionesde donantes, etc. La calificación será “muy alta”si el financiamiento para implementar las estrate-gias y operaciones básicas es seguro, ha sido pro-metido o es muy probable que llegue al menospor dos años. El proyecto ha identificado proba-bles fuentes del financiamiento a largo plazopara sostener las estrategias y costos operativosdurante cinco años. “Alto” será cuando hayfinanciamiento seguro, prometido o muy proba-ble para implementar estrategias y operacionesbásicas al menos dos años. “Medio” será cuandoel financiamiento es seguro, ha sido prometido oes muy probable durante al menos un año y elproyecto ha identificado algunas fuentes poten-ciales de financiamiento a largo plazo para soste-ner las estrategias y costos operativos. “Bajo” serácuando no está asegurado ni prometido el finan-ciamiento para ejecutar las estrategias y operacio-nes básicas, al menos durante un año, ni se hanidentificado fuentes financieras a largo plazo.

• Marco Social/Legal para la conservación. ¿Existeun marco jurídico apropiado de protección ypolíticas que aseguran la conservación en el área

del proyecto? Los mecanismos legales puedenincluir diferentes tipos de tenencia de tierras uotros como las servidumbres ecológicas y la con-servación comunitaria. Las políticas pueden serordenanzas para el desarrollo, permisos legales,restricciones estacionales o áreas restringidas parala industria pesquera. “Muy alto” será cuandoexista un marco jurídico apropiado que puedaser en el área del proyecto. “Alto” será cuandoexista la mayoría de los componentes del marcojurídico, pero alguno debe ser autorizado oenmendado substancialmente. “Medio” serácuando estén presentes algunos componentes deese marco, pero dos o más de estos o de las polí-ticas, necesiten ser autorizados o enmendadossubstancialmente. “Bajo” será si solo existenpocos, o no existen, los componentes del marcojurídico para la conservación.

• Apoyo de la comunidad. El equipo de proyectoinvolucra y obtiene apoyo de actores clave de lalocalidad. “Muy alto” será si los actores clave dela localidad están involucrados y apoyan al equi-po de proyecto y a su programa y si no hay resis-tencias importantes de la comunidad que obsta-culicen la ejecución de la estrategia. “Alto” serácuando los actores clave de la localidad esténinvolucrados y apoyen al equipo de proyecto y asu programa, pero hay una cierta dificultad enejecutar la estrategia debido a las resistencias dela comunidad. “Media” será cuando hay senti-mientos encontrados dentro de la comunidadsobre el equipo de proyecto y su programa ycuando existe una oposición fuerte de la comu-nidad a la implementación de las estrategias.“Bajo” será cuando el equipo de proyecto y suprograma tienen muy poca ayuda de la comuni-dad y hay una fuerte oposición a la implementa-ción de las estrategias.

La mejor forma de calcular el valor final de la capa-cidad en un área es usando el Libro de Trabajo de

124

T. G r a n i z o

Excel, ya que podremos hacerlo automáticamente.Los resultados nos permitirán saber la capacidad deconservación y, lo más importante, podremos desa-rrollar estrategias para mejorar dicha capacidad.Además de esta metodología, en aquellas áreas deCentroamérica y Sudamérica que se han beneficiadodel Programa “Parques en Peligro”, y donde hemosaplicado la Planificación para la Conservación deÁreas, también hemos usado una matriz de califica-ción desarrollada por ese programa que resumimosen el siguiente punto.

Análisis de la capacidad deconservación elaborado por elPrograma “Parques en Peligro”

“ Pa rques en Pe l i g ro”, Pe P, es un programa financiadopor USAID y TNC. Fue creado para fortalecer lac o n s e rvación de áreas protegidas a través de ONG yOG en países en los cuales las áreas protegidas estánlegalmente reconocidas pero faltan los medios finan-c i e ros y técnicos para su manejo. A través de Pe Pfomentamos el apoyo local usando un proceso deno-minado “consolidación del sitio”. Consiste en re u n i rlos recursos financieros, técnicos y humanos, lai n f r a e s t ructura adecuada, el apoyo de los gru p o sa c t i vos, una fuerte capacidad para la planificaciónestratégica, el apoyo político y la información ecoló-gica, para poder apoyar la conservación a largo plazoen áreas específicas. Un sitio consolidado es aquél enel cual las instituciones encargadas de su manejo tie-nen las herramientas para enfrentar las amenazas ydesafíos del presente, así como la capacidad para re s-ponder a las amenazas que surjan en el futuro. El“S c o re c a rd” (tabla de puntuación) de consolidaciónde sitios de Pa rques en Pe l i g ro es una herramientade vital ayuda para que los administradores del sitioe s t a b l ezcan prioridades para el desarrollo de la capa-cidad de conservación, midan su pro g reso y mejore nla eficiencia y el impacto del programa. Estas son

algunas de las iniciativas que alentamos a través delPrograma “Pa rques en Pe l i g ro” .

Muy temprano en el proceso de consolidación desitios, quienes dirigen el proyecto llevan a cabonuestra metodología, Planificación para laConservación de Áreas, con el propósito de identifi-car elementos de conservación prioritarios y amena-zas críticas. Esta metodología también provee linea-mientos para trabajar con actores interesados y des-arrollar estrategias centradas en las acciones másimportantes para proteger y conservar el sitio.

Si queremos implementar estrategias efectivas parala conservación, en el sitio deben existir los recursosadecuados para la conservación, es decir informa-ción, capacidad para la planificación estratégica ypara la ejecución, financiamiento y apoyo de losgrupos locales. Usamos el “Scorecard” de consolida-ción de sitios para medir esta capacidad técnica.

Puesto que las organizaciones locales deben hacersecargo de la conservación, a largo plazo, de cualquierá rea protegida deberán ofrecer la capacidad técnicamedida por el “S c o re c a rd” de consolidación de sitios.También trabajamos para fortalecer a tales organiza-ciones. Al concentrarnos en elementos re l a c i o n a d o scon el desarrollo institucional, tales como la misiónde la organización, el liderazgo, la capacidad demanejo y administración y el talento para colaborarcon otras instituciones, habrá “s o c i o s” conserva c i o-nistas fuertes que podrán mantener la conserva c i ó nen el sitio. Del Programa PeP empleamos la He r r a -mienta de autoevaluación institucional, pro d u c i d apor Devine y colaboradores (2001), un “S c o re c a rd”con 22 indicadores de fort a l eza institucional, a travésde los cuales priorizamos las debilidades y vacíos ins-titucionales, a la vez que medimos las mejorasdurante el período de intervención del Pro g r a m a .

Hemos escogido cuatro categorías para clasificar lacapacidad de conservación de un sitio: la planifica-

125

Capacidad de conserv a c i ó n

ción estratégica; la protección básica en el sitio; elfinanciamiento a largo plazo; y el apoyo de gruposactivos en el área del proyecto. Dentro de estas cate-gorías, el “Scorecard” provee 17 indicadores paramedir la consolidación, divididos, cada uno, encinco puntos de referencia. Cada punto de referen-cia refleja un nivel similar de progreso en todos losindicadores. En el cuadro 8.1 presentamos, enforma resumida, dichos niveles

Planificación estratégica

Con respecto a la primera categoría hemos elabora-do cuatro cuadros. En el cuadro 8.2 presentamos losi n d i c a d o res sobre zonificación del área del proye c t o ;en el cuadro 8.3, los relacionados con el plan demanejo a largo plazo en el sitio; en el cuadro 8.4, l ae valuación de necesidades de ciencia e informaciónpara el área del proyecto; y en el cuadro 8.5, eld e s a r rollo e implementación de un programa dem o n i t o reo para esa área. La calificación para cadauno de los indicadores consta a la izquierda decada cuadro.

Protección básica en el sitio

Con respecto a la protección básica en el sitio(segunda categoría), hemos elaborado seis cuadros.En el cuadro 8.6 presentamos los indicadores sobrela infraestructura física del área del proyecto; en elcuadro 8.7, los relativos al personal en esa mismaárea; en el cuadro 8.8 constan los indicadores sobreel plan de capacitación para ese personal; en el cua-dro 8.9, los relacionados con tenencia de la tierra enel área del proyecto; en el 8.10, los de amenazas endicha área, y en el 8.11 los relacionados con ladeclaración oficial del estatus de área protegida. Lacalificación para cada uno de los indicadores constaa la izquierda de cada cuadro.

Financiamiento a largo plazo

El financiamiento a largo plazo corresponde a la ter-cera categoría. En el cuadro 8.12 presentamos losindicadores del plan de financiamiento a largo plazopara el área del proyecto. La calificación para cadauno de los indicadores consta a la izquierda de esecuadro.

Apoyo de los grupos activos localesal proyecto

Finalmente, para la cuarta categoría, apoyo de losgrupos activos locales al proyecto, hemos elaboradoseis cuadros. En el cuadro 8.13 presentamos losindicadores sobre los comités técnicos y de manejoque funcionan en el área del proyecto; en el cuadro8.14, los relativos a la participación comunitaria; enel cuadro 8.15 los que tienen relación con el apoyode grupos de interesados y de actores locales; en elcuadro 8.16, los que corresponden al desarrollo deuna agenda política; en el 8.17 constan los indica-dores sobre los programas de comunicación y edu-cación ambiental; finalmente en el cuadro 8.18incluimos los relacionados con el liderazgo institu-cional.

En todos esos puntajes podremos definir cuál de lascategorías o cuál indicador es el que requiere “subir”su puntaje y, de esa forma, identificar la estrategiarequerida para tal efecto. Es, al mismo tiempo, unaherramienta de monitoreo, pues si la llenamosanualmente podremos constatar los avances (o retro-cesos) que el sitio experimenta en cuanto a la capa-cidad de conservación. Cualquiera sea la metodolo-gía de evaluación que usemos, recordemos siemprela importancia que este paso tiene para ser más efi-cientes en la implementación de las estrategias y enel logro de los objetivos.

126

T. G r a n i z o

127

Capacidad de conserv a c i ó n

Cuadro 8.1. Niveles del scorecard del programa “Parques en Peligro”

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Excelente (está asegurado el manejo apropiado del área del proyecto)

Suficiente (la mayoría de las amenazas y los elementos prioritarios de conservación del área del proyecto es administradaadecuadamente)

Se ha progresado (el manejo del área del proyecto tiende a ser adecuado)

El trabajo se ha iniciado (el manejo adecuado del área del proyecto ha progresado poco)

No se ha hecho ningún trabajo (el área del proyecto aún no ha sido administrada)

Cuadro 8.3. Plan de manejo del sitio a largo plazo

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Se ha completado un Plan para el área de conservación u otro equivalente a largo plazo, se lo está implementando y se lorevisa periódicamente para que refleje los cambios circunstanciales y la nueva información

Se ha completado un Plan para el área de conservación u otro equivalente a largo plazo, que es implementado por losadministradores de la conservación en el sitio

Se ha completado un Plan para el área de conservación u otro equivalent a largo plazo, basado en un análisis de los ele-mentos de conservación prioritarios, las amenazas críticas y los interesados, pero todavía no se lo ha implementado

Se está preparando un Plan para el área de conservación u otro equivalente a largo plazo, basado en un análisis de los ele-mentos de conservación prioritarios, las amenazas críticas y los interesados

Todavía no existe un Plan para el área de conservación u otro equivalente a largo plazo, basado en un análisis de los ele-mentos de conservación prioritarios, las amenazas críticas y los interesados

Cuadro 8.2. Zonificación del área del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Se completó el plan de zonificación de uso del suelo en el área del proyecto; los patrones de dicho uso se ajustan a lasnormas establecidas para las zonas

Se completó el plan de zonificación de uso del suelo en el área del proyecto; los patrones de dicho uso se ajustan a lasnormas establecidas solamente en algunas zonas críticas

Hay un proceso participativo para llegar a un acuerdo sobre las zonas de uso del suelo

Se realizan estudios para determinar las zonas de uso apropiado que reflejen las prioridades de un Plan para el Área deConservación, plan de manejo u otro análisis basado en amenazas

No existe una división de zonas de uso dentro de la reserva

128

T. G r a n i z o

Cuadro 8.5. Desarrollo e implementación de un programa de monitoreo para el área del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Se ha concluido el plan de monitoreo y se lo está implementando. Directores-as de los proyectos de conservación cuentancon información y análisis de monitoreo sobre los elementos de conservación prioritarios y las amenzas críticas, para elmanejo del área

Se ha concluido el plan de monitoreo y se supervisan las variables precisas y relacionadas con los elementos de conserva-ción prioritarios y las amenazas críticas

Se identificaron variables de monitoreo precisas y relacionadas con los elementos de conservación prioritarios y las ame-nazas críticas; se recabó y clasificó la información general, pero todavía no se ha concluido el plan de monitoreo

Se recolectó alguna información, pero sin establecer una relación clara con los elementos de conservación prioritarios ylas amenazas críticas de un plan de monitoreo

No se llevó a cabo ningún monitoreo ambiental relevante

Cuadro 8.4. Evaluación de la ciencia y la información necesarias para el área del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Organizaciones científicas y de investigación, así como científicos e investigadores coordinan con la dirección de la reser-va para analizar las necesidades científicas y de información

Se han identificado, clasificado y distribuido las necesidades científicas y de información y se ha establecido contacto conorganizaciones para analizarlas

A través de la Planificación para el Área de Conservación u otro análisis basado en amenazas se están identificando y cla-sificando las necesidades científicas y de información

Se conocen las necesidades científicas y de información, pero no han sido identificadas a través de un análisis formal, talcomo la PCA u otro instrumento basado en amenazas

Se desconocen las necesidades científicas y de información

129

Capacidad de conserv a c i ó n

Cuadro 8.6. Infraestructura física del área del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Existe toda la infraestructura física necesaria para el manejo de la reserva según las prioridades establecidas en el plan demanejo o en la PCA. No existen vacíos significativos

Existe la mayor parte de la infraestructura física necesaria para el manejo de la reserva, recomendada en la PCA, plan demanejo u otro análisis de las necesidades de infraestructura basado en amenazas, y también la capacidad para hacerles fren-te, así como a otros asuntos prioritarios del manejo

Existe poca infraestructura para el manejo básico de la reserva recomendada en la PCA, plan de manejo u otro análisis delas necesidades de infraestructura basado en amenazas; hay todavía vacíos considerables

En el plan de manejo, PCA u otro análisis de las necesidades de infraestructura se ha prorizado aquella destinada a lareducción de amenazas

No existe la infraestructura para el manejo de la reserva, recomendada en el la PCA, el plan de manejo u otro análisis delas necesidades de infraestructura basado en amenazas

Cuadro 8.7. Personal en el área del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

La cantidad y las posiciones del personal en el sitio son suficientes para llevar a cabo todas las actividades de manejosiguiendo un plan, PCA u otro análisis de las necesidades de personal basado en amenazas; el equipo está capacitado paramitigar todas las amenazas urgentes

La cantidad y las posiciones del personal en el sitio son adecuadas para llevar a cabo las actividades básicas siguiendo unplan, PCA u otro análisis de sus necesidades basado en amenazas; el equipo está capacitado para mitigar la mayor parte delas amenazas urgentes

El equipo que trabaja en el sitio lo hace según un plan de manejo, PCA u otro análisis de necesidades basado en amena-zas; el personal está capacitado para hacer frente a algunas amenazas críticas

Poco personal en el sitio que sea capaz de ejecutar algunas actividades de manejo

No hay personal en el sitio

130

T. G r a n i z o

Cuadro 8.8. Plan de capacitación para el personal del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Hay un plan de capacitación enfocado en las aptitudes relacionadas con las amenazas y los elementos de conservación; seimparte capacitación para cumplir por lo menos con el 80% de las prioridades de capacitación identificadas

Hay un plan de capacitación enfocado en las aptitudes relacionadas con las amenazas y los elementos de conservación; sehan impartido algunos cursos sobre las prioridades identificadas en el plan

Se completó un plan de capacitación enfocado en las aptitudes relacionadas con las amenazas, pero todavía no se ha inicia-do la capacitación

Se están identificando las necesidades de capacitación, a fin de mejorar las aptitudes para hacer frente a las amenazas y alos elementos de conservación; todavía no se ha completado el plan de capacitación

No se ha realizado una evaluación formal de las necesidades de capacitación del personal

Cuadro 8.9. Tenencia de la tierra en el área del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Hay información sobre la tenencia de la tierra para toda el área del projecto y se la usa para tomar decisiones estratégicas

Hay información sobre la tenencia de la tierra para las áreas críticas identificadas en el análisis de amenazas y se la usa paratomar decisiones estratégicas

Hay información sobre la tenencia de la tierra para las áreas críticas identificadas pero no se la usa

No hay información adecuada sobre la tenencia de la tierra

No hay información sobre la tenencia de la tierra

Cuadro 8.10. Análisis de amenazas en el área del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Se han identificado, priorizado y abordado las amenazas, a través de acciones de manejo

Se han identificado y priorizado las amenazas; se elaboran estrategias para abordar las prioritarias

Está listo el análisis de amenazas; aún no se han elaborado las estrategias para abordarlas

Está elaborándose el análisis de las amenazas

No existe análisis de amenazas

131

Capacidad de conserv a c i ó n

Cuadro 8.11. Declaración oficial del estatus de área protegida para la zona del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Hay una declaración oficial apropiada del área protegida y la reserva está correctamente delimitada

Fue presentada a las autoridades pertinentes la propuesta para la declaración oficial de la reserva que incluye la delimita-ción correcta, pero aún no se ha obtenido una declaración

Se está prepararando la propuesta para la declaración que incluye la delimitación correcta de la reserva

Existe un decreto para el área protegida; los límites están incorrectamente demarcados

No existe un decreto para el área protegida

Cuadroo 8.12. Plan para el financiamiento a largo plazo del área del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Se ha completado el plan financiero a largo plazo; se dispone de un portafolio de fuentes y mecanismos de financiamientopara cubrir los costos del manejo de la reserva; se ha identificado financiamiento para dos a cinco años

Se ha completado el plan financiero a largo plazo; se están implementando fuentes y mecanismos recurrentes y sosteniblespara cubrir los costos de manejo de la reserva; hay financiamiento para cubrir los costos de manejo básico de la reservadurante el próximo año fiscal

Se ha completado el borrador del plan financiero; se han identificado fuentes y mecanismos recurrentes y sostenibles paracubrir los costos de manejo básico de la reserva

Se está preparando una planificación financiera

No hay una planificación financiera ni una diversificación de las fuentes para obtener fondos

Cuadro 8.13. Comité de manejo o comité técnico asesor para el área del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

El comité asesor se reúne regularmente y participa de manera activa en las decisiones sobre el manejo de la reserva

El comité asesor incluye a los principales interesados y, ocasionalmente, participa en las decisiones sobre el manejo dela reserva

Se ha conformado un comité de manejo o un comité técnico asesor, a partir de un análisis completo de los grupos deinteresados

Se está organizando un comité de manejo o comité técnico asesor, a partir de un análisis de los grupos de interesadosen la reserva

No existe un comité de manejo o comité técnico asesor

132

T. G r a n i z o

Cuadro 8.15. Apoyo de los actores interesados y los grupos activos en el área del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Directores-as del proyecto y del programa reciben el apoyo de los grupos de interesados clave para la implementación de lamayor parte de las estrategias en toda el área del proyecto. No hay obstáculos importantes ni resistencia de los interesadospara implementarlas

Directores-as del proyecto y del programa reciben el apoyo de los grupos de interesados clave para la implementación delas estrategias prioritarias en todas las áreas críticas o con todas las comunidades críticas del área del proyecto, pero hay difi-cultad en ejecutar estrategias en otras áreas debido a la resistencia de los interesados

Directores-as del proyecto y del programa tienen suficiente apoyo de los grupos de interesados para la implementación delas estrategias clave en algunas áreas críticas o con algunas comunidades críticas del área del proyecto. Hay oposición signifi-cativa de los interesados para implementar las estrategias

Directores-as del proyecto y del programa tienen poco apoyo de los grupos de interesados, pero su oposición no impide laimplementación de algunas estrategias clave en la reserva

Directores-as del proyecto y del programa tienen muy poco apoyo de los grupos de interesados. Hay una oposición signifi-cativa para impedir la implementación de cualquier estrategia clave

Cuadro 8.14. Participación comunitaria en el uso de los recursos del área del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Hay iniciativas bien documentadas para el uso compatible de los recursos, que cuentan con la cooperación de las organiza-ciones comunitarias u otros interesados clave en zonas críticas del área del proyecto; se demuestra el impacto sobre los ele-mentos de conservación o las amenazas críticas

Hay iniciativas bien documentadas para el uso compatible de los recursos, que cuentan con la cooperación de las organiza-ciones comunitarias u otros interesados clave en zonas críticas del área del proyecto

Hay iniciativas para usar los recursos de forma compatible que cuentan con la cooperación de las comunidades, personas oresidentes en las zonas críticas del área del proyecto; se están documentando los resultados

Hay iniciativas para usar los recursos de forma compatible, pero sin la participación de las comunidades

No hay un uso compatible de los recursos

133

Capacidad de conserv a c i ó n

Cuadro 8.16. Desarrollo de la agenda política nacional, regional y local del área del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

En el plan o agenda se priorizan los cambios de las políticas con el fin de apoyar la conservación en el área del proyecto, yse toman en cuenta los elementos de conservación prioritarios y las amenazas críticas. Se implementan las estrategias reco-mendadas en el plan; hay un relativo éxito en el cambio de las políticas o en su ejecución

En el plan o agenda se priorizan los cambios de las políticas con el fin de apoyar la conservación en el área del proyecto, yse toman en cuenta los elementos de conservación prioritarios y las amenazas críticas. Directores-as del proyecto se ocupande la mayor parte de los asuntos políticos críticos

Se completó un plan o agenda con el fin de asegurar políticas de conservación apropiadas. El plan se basa en la PCA, elplan de manejo u otro análisis de amenazas

No se desarrolló un plan o agenda formal para promover políticas de conservación apropiadas. Sin embargo se llevan acabo acciones para desarrollar políticas que promuevan la conservación del área del proyecto

No se realizó ninguna acción para desarrollar o promover políticas de conservación para la seguridad del área

Cuadro 8.17. Programas de comunicación y educación ambiental para el área del proyecto

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

En el plan de comunicación y educación ambiental se identificaron metas, público, mensajes y medidas y se lo aplicó conun público crítico. Se registran cambios positivos cuantificables en relación con la concientización, conocimiento, actitu-des, aptitudes y participación

En el plan de comunicación y educación ambiental se identificaron metas, público, mensajes y medidas y se lo aplicó conun público crítico. Todavía no se registraron cambios positivos cuantificables en relación con la concientización, conoci-miento, actitudes, aptitudes y participación

Se desarrolló un plan de comunicación y educación ambiental para hacer frente a las amenazas críticas en el área del pro-yecto y se están desarrollando actividades

Se está desarrollando un plan de comunicación y educación ambiental para hacer frente a las amenazas críticas en el áreadel proyecto; no se están desarrollando actividades

No hay un plan de comunicación o educación ambiental; no se están desarrollando las actividades correspondientes

134

T. G r a n i z o

Cuadro 8.18. Liderazgo institucional

5 =

4 =

3 =

2 =

1 =

Una o varias instituciones ejercen un liderazgo claro en las áreas críticas del sitio: 1) crean y demuestran tener una visiónde éxito a largo plazo; 2) aseguran la implementación y el monitoreo de estrategias prioritarias mediante la concentraciónde los esfuerzos y el uso de un enfoque de manejo adaptativo; y 3) motivan a los grupos de interesados a trabajar conbuena voluntad en la implementación de las estrategias prioritarias. Las instituciones involucradas comparten la visión deéxito, han establecido algunos mecanismos de colaboración tales como estructuras, autoridad, papeles y responsabilidadesdefinidas

Una o varias instituciones ejercen un liderazgo claro en las áreas críticas del sitio: 1) crean y demuestran tener una visiónde éxito a largo plazo; 2) aseguran la implementación y el monitoreo de estrategias prioritarias mediante la concentraciónde los esfuerzos y el uso de un enfoque de manejo adaptativo; y 3) motivan a los grupos de interesados a trabajar conbuena voluntad en la implementación de las estrategias prioritarias. Las instituciones involucradas comparten la visión deéxito y han establecido algunos mecanismos de colaboración

Una o varias instituciones aplican dos de los tres elementos de liderazgo (visión, concentración en la implementación,motivación) en alguna parte del área del proyecto. Si hay muchas instituciones involucradas, puede haber ciertas dificulta-des de colaboración

Una o varias instituciones aplican uno de los tres elementos de liderazgo (visión, concentración en la implementación,motivación) en alguna parte del área del proyecto. Si hay muchas instituciones involucradas, puede haber visiones conflic-tivas sobre el éxito sin ningún mecanismo de colaboración

Ninguna institución demuestra liderazgo en el área del proyecto

Introducción

A través del monitoreo y la evaluación recolectamos,periódicamente, los datos que utilizamos para tomarlas decisiones sobre la conservación de la biodiversi-dad (Salzer y Salafsky 2003). No obstante, conside-rando que un plan de monitoreo es costoso y queusualmente los recursos de los proyectos de conser-vación son limitados, hay ciertas decisiones que sonfundamentales cuando diseñamos un sistema demonitoreo para que este sea práctico, efectivo y debajo costo (Salzer y Salafsky 2003; Beale 2005). EnThe Nature Conservancy hemos definido que eléxito en la conservación consiste en lograr avancessustanciales en la mitigación duradera de las amena-zas críticas y en el mantenimiento o mejoramientosostenido de la viabilidad de los objetos de conser-vación en los sitios identificados con tal fin (TNC2000; TNC 2003b).

Entonces, uno de los retos principales en los pro-yectos de conservación es evaluar si una estrategiade conservación específica reducirá o abatirá aquellaamenaza o amenazas criticas y, por lo tanto, mejo-rara la viabilidad de un objeto de conserva c i ó n( Salafsky y Margoluis 1999; Beale 2005). En estesentido, las medidas de éxito constituyen un paso

fundamental en el proceso de planificación y moni-t o reo de acciones, ya que es un instrumento claveen la re t roalimentación, mejoramiento y adaptaciónde las estrategias de conservación de un sitio (Be a l e2 0 0 5 ) .

Los sistemas de monitoreo pueden ayudar a lascomunidades y a quienes ejecutan el proyecto aobtener la información requerida para manejar losrecursos locales de una forma más efectiva, y amodificar las acciones de acuerdo con la nuevainformación recopilada (Taylor 1996). En lo que alimpacto del manejo se refiere, con esa informacióngenerada, los equipos del proyecto, los donantes ylos socios conocerán más sobre los proyectos ypodrán precisar las lecciones aprendidas a través deldiseño de estrategias de conservación efectiva.(Margoluis y Salafsky 1998; Salafsky y Margoluis1999). Lo que buscamos, entonces, es un conjuntode indicadores que nos guíen en cuanto al avance eimpacto del proyecto, y no necesariamente el des-arrollo de un programa de monitoreo biológico yecológico (Noss 1990; Kremen,Merenlender yMurphy 1994).

137

Medidas del éxitoen la conservación

Bernal Herrera-F.

Criterios para la medición deléxito en la conservación

Las medidas de conservación de TNC (2000) estándiseñadas para cumplir con los siguientes criterios:• Medir los resultados de las metas de conserva-

ción en los sitios donde The NatureConservancy está trabajando directamente o consus socios. Este es el primer criterio para diseñar-las; los otros se subordinan a este.

• Motivar a los conservacionistas a que implemen-ten estrategias rentables y eficientes para eliminarlas amenazas críticas en los sitios prioritarios. Laprevención o reducción de amenazas, a su vez,debe conducir al mantenimiento o mejoramien-to de la salud de los objetos de conservaciónclave en los sitios. En algunos casos debentomarse acciones para restaurar ciertos objetos deconservación.

• Establecer medidas funcionales y de costo ase-quible, a través de las cuales obtendremos infor-mación razonable acerca de nuestro avance haciala consecución de las metas de conservación quenos hemos fijado. Aceptar que ningún conjuntode medidas será un instrumento perfecto para

tratar las complejidades de la naturaleza y nues-tro conocimiento imperfecto de la biodiversidad,viabilidad e impactos humanos en el mundonatural.

• Contar con medidas claras y persuasivas quesean comprendidas por todo el personal involu-crado en el manejo de un área de conservación.Aunque las medidas pueden basarse en concep-tos científicos complejos, debemos usar un len-guaje persuasivo cuando las presentemos, y valer-nos de material gráfico en el que ilustremos losresultados y las mejoras alcanzadas a través deltiempo. Otro recurso son los mapas a color enlos cuales podemos observar fácilmente el avanceque hemos logrado en la conservación de lossitios prioritarios.

Marco conceptual

El marco conceptual, a partir del cual se generan lasmedidas de éxito, se basa en la relación estado-pre-sión-respuesta (diagrama 9.1). Lo que evaluamosson las presiones sobre los objetos de conservación,las amenazas, los cambios de los componentes de los

138

B . H e rre r a

Diagrama 9.1. Marco conceptual para diseñar medidas de éxito de proyectos de conservación

objetos, la salud general del ecosistema (Rossi,Lipsey y Freeman 2004), y la efectividad de nuestrasrespuestas para lograr la conservación de esos obje-tos. En el marco conceptual también tomamos encuenta, como veremos más adelante, la capacidad deconservación, que implica analizar el liderazgo, lasestrategias y el apoyo financiero al proyecto de con-servación. En el cuadro 9.2 presentamos ejemplosde objetivos e indicadores de éxito. Allí hemos aso-ciado el indicador a la amenaza identificada, a la vezque al cumplimiento del objetivo: reducir a cero elárea afectada por incendios.

Marco operativo

Para volver operativo al marco conceptual arriba tra-tado, en el punto 5 de este capítulo desarrollamos elplan de monitoreo. Sin embargo, antes de ello, acontinuación analizamos dos componentes clave delproyecto de conservación, que están estrechamenterelacionados: la efectividad de las acciones por unlado y por el otro, el estado de los objetos de con-servación, el cambio de sus amenazas y la capacidadde conservación del proyecto.

Para ello necesitamos crear indicadores que nos per-mitan evaluar periódicamente las acciones. Paramedir si estas acciones, comúnmente ejecutadas en

sitios prioritarios para la conservación, tienen elimpacto deseado debemos comprender el estado desalud o viabilidad de los objetos de conservación yel de sus amenazas (Salzer y Salafsky 2003). A conti-nuación discutimos sobre las características de laevaluación de los dos componentes: efectividad yestado.

Evaluación de la efectividad

Evaluando la efectividad lo que perseguimos esobtener información confiable sobre el impactoque las acciones planificadas han tenido en losobjetos de conservación y por ende en la biodive r-sidad del área. Para ello, previamente hemos dise-ñado indicadores específicos asociados con loso b j e t i vos estratégicos que ya tratamos en el capítu-lo 7 y a los cuales denominamos indicadores ded i a g n ó s t i c o. Podemos asignarlos a las acciones des-a r rolladas para cumplir con el objetivo estratégico,a las amenazas (directas e indirectas) o a los atribu-tos ecológicos clave del objeto de conserva c i ó n .Para identificar este tipo de indicadores podemosvalernos del modelo conceptual que hemos des-a r rollado y que es una herramienta útil.1 En el d i a-grama 9.3 p resentamos un ejemplo de la asigna-

139

Medidas del éx ito

Cuadro 9.2. Ejemplos de objetivos e indicadores del éxito

Objetivo estratégico

Objetos de conservación relacionados

Amenazas

Indicador (efectividad y estado)

En el año 2010 se ha reducido a cero la zona del bosque proclive a incendios,dentro del área de amortiguamiento del

Parque Internacional La Amistad, Costa Rica

Bosque de transición

La ganadería intensiva provoca incendios

Hectáreas de bosque quemadas

1 Conversación personal con Indra Candanedo de TNC en Panamá,2005.

ción de indicadores en un modelo conceptual deun proyecto de conservación hipotético. En estafigura podemos usar el indicador de diagnóstico( á rea del bosque) también como indicador de aler-ta temprana.

Un paso fundamental, tal y como presentamos en eldiagrama 9.3 es la medición del avance en el cum-plimiento de los objetivos estratégicos del proyecto.Es por esto que el diseño de objetivos claros y cuan-tificables nos permitirá incluir indicadores que posi-biliten medir dicho cumplimiento. En este caso, esesencial que los objetivos estratégicos estén ligados ala reducción de la amenaza, para lo cual debemosutilizar el modelo conceptual desarrollado (cuadro9.2). Recordemos que un objetivo estratégico puedetener múltiples indicadores (Margoluis y Salafsky1998).

Evaluación del estado

El objetivo principal del monitoreo sobre el estadode salud de los objetos de conservación es deter-minar si han ocurrido cambios que justifiquenuna intervención o acción. Un segundo pro p ó s i t oes actualizar el estado de la biodiversidad dentrodel proyecto: su estado de salud, el cambio de lasamenazas y la capacidad de ejecutar acciones dec o n s e rva c i ó n .

Con el fin de ahorrar recursos, si no existen amena-zas actuales o potenciales, algunos objetos de con-servación o sus atributos ecológicos clave no debe-rán ser monitoreados. No obstante, es necesario eva-luar estos dos elementos y reevaluar sus amenazas,para estar al tanto de los posibles efectos sobre labiodiversidad no detectados en el análisis de amena-

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Diagrama 9.3. Ejemplo de modelo conceptual y tipo de indicadores

zas y en el de actores y determinar, así, con base enuna información confiable, las acciones necesarias.Para estas evaluaciones utilizamos los “indicadoresde alerta temprana” que, como su nombre lo indica,proveen información anticipada y a tiempo sobre loscambios en el estado de la biodiversidad y las ame-nazas presentes y potenciales (Salzer y Salafsky2003; diagrama 9.3).

Tanto los indicadores de efectividad como los deestado pueden seleccionarse con base en el objeto deconservación derivados directamente del análisis deviabilidad, o con base en las amenazas identificadasen los análisis correspondientes. Por lo tanto, debe-mos tomar una decisión adicional acerca de la com-binación de indicadores más adecuada para el pro-yecto en cuestión, tema que abordamos más adelan-te. Además, tal y como puede deducirse de la dia-grama 9.3, podemos utilizar un indicador de efecti-vidad para monitorear el estado de la biodiversidad,y un indicador de estado para obtener informaciónsobre la efectividad.

Evaluación de la capacidadde conservación

Existen métodos bien enfocados para aplicarlos enlos sitos aprovechando las capacidades desarrolladaspor The Nature Conservancy y sus socios, entreellas contar con una persona que radique en el sitiode conservación para dirigir el proyecto (TNC2000). De nuestra experiencia deducimos que sontres las condiciones clave para el éxito en los sitios:• Liderazgo y apoyo al proyecto.• Método estratégico.• Financiamiento adecuado.

A su vez, creando esas tres condiciones tendremos lacapacidad de ejecutar estrategias que eliminen lasamenazas críticas y mejoren o mantengan los obje-tos de conservación. Disponemos de siete indicado-res que nos permiten calificarlas, así como determi-

nar la capacidad general en un sitio determinado,tema que desarrollamos en el capítulo 8.

Desarrollo de un plande monitoreo

Una vez comprendido el marco conceptual, elsiguiente paso consiste en desarrollar el plan de moni-t o reo, en el cual incluiremos las formas de re c o l e c t a re incorporar la información al proyecto de conserva-ción, es decir, empez a remos a “cerrar el círc u l o” .

Identificación de las necesidadesde información y de la audiencia

Para desarrollar el plan de monitoreo requerimos delanálisis de viabilidad de los objetos de conservacióny del análisis de las amenazas críticas a estos objetos(diagrama 9.3). El monitoreo se relaciona tambiéncon el cumplimiento de los objetivos estratégicos, yaque uno de los fines de esta actividad es la mediciónde los esfuerzos de conservación sobre la biodiversi-dad (cuadro 9.2).

Como cada proyecto puede tener diversas audien-cias, recomendamos que el equipo planificadorcomience este proceso de selección discutiendo alrespecto y elaborando una lista de los diversos gru-pos que considere podrían estar interesados en losresultados del proyecto y del trabajo de monitoreo.Parece claro que en muchos, si no en todos los pro-yectos de conservación, la audiencia primordial es elmismo equipo. Otras posibles audiencias son losmiembros de la comunidad local y, otros grupos quese encuentren colaborando con la organización. Lasaudiencias externas al sitio son los donantes, los res-ponsables de las políticas gubernamentales, otrosmiembros de la comunidad conservacionista, de lasorganizaciones de desarrollo y el público en general(Salafsky y Margoluis 1999).

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Medidas del éx ito

Desarrollo de indicadores

Teniendo claro qué información debemos recopilary cuáles son las fuentes procedemos a seleccionar losindicadores para medir la efectividad o el estatus.Un indicador es una unidad de información que semide en el tiempo y en el espacio y que documentael cambio de una condición específica (Herrera yCorrales 2004).

Aunque no existen reglas específicas para la selec-ción de los indicadores es posible generar una seriede escenarios que permitan decidir el tipo de indica-dores y la combinación más adecuada. Por ejemplo,si sabemos que no existen amenazas presentes ofuturas para los objetos de conservación, no es nece-sario tomar acción y, por lo tanto, el monitoreo nodebe considerar este aspecto, sino monitorear lasituación general del sitio. Pero si las amenazas han

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Diagrama 9.4. Guía para decidir sobre la asignación de recursos para el monitoreo de proyectosde conservación

sido claramente identificadas y se las puede afrontar,entonces lo que aplica es tomar acción y monitorearlos resultados. Otro escenario posible es que existanamenazas, pero no la certeza de cómo afrontarlas, encuyo caso lo oportuno es experimentar algunasacciones y monitorear los resultados (Salzer ySalafsky 2003). En el diagrama 9.4 mostramos losdiferentes escenarios de las acciones y el uso de indi-cadores de efectividad o de estado.

La siguiente decisión es determinar si debemos con-centrar nuestro esfuerzo en monitorear los atributosecológicos clave de los objetos de conservación, o enmonitorear las amenazas a la biodiversidad. Lasmedidas de éxito generadas a partir de los objetos deconservación provienen directamente de sus caracte-rísticas biológicas o ecológicas intrínsecas y puedenconsiderarse menos subjetivas, mientras que la gene-radas a partir de las amenazas tienen la ventaja deser más sensibles a los cambios de corto plazo y mássencillas de recolectar e interpretar. Una regla empí-rica sugiere que la combinación exacta de los indica-dores basados en los objetos de conservación con losbasados en las amenazas dependerá de la situaciónespecífica de cada proyecto. Puede haber casos enlos que exista una relación directa entre amenazas yobjeto de conservación, mientras que en otros talrelación sea poco conocida.

Cuando las amenazas no requieran acción o esténausentes solo necesitaremos indicadores de alertatemprana. No obstante, si se conocen amenazaspotenciales, ambos tipos de indicadores, de diagnós-tico y de alerta temprana, son necesarios. En los doscasos, solo se estaría evaluando el estado. Si lasacciones para reducir las amenazas son claras y facti-bles también necesitamos los dos tipos de indicado-res. Si no hay certeza de la efectividad de dichasacciones, entonces solo las probamos y monitorea-mos. Si no podemos ejecutar acciones debido a quelas amenazas son infranqueables, necesitamos indi-cadores de diagnóstico para decidir si continuamos

o no trabajando en este sitio o si iniciamos accionesen otro.

Cada indicador debe cumplir con los siguientes cri-terios (Herrera y Corrales 2004; Rossi, Lipsey yFreeman 2004):• Ser medible: se lo puede registrar y analizar

cuantitativa o cualitativamente.• Ser preciso: es definido y comprendido de la

misma manera por diferentes personas.• Ser consistente: no cambia con el paso del tiem-

po, de tal forma que siempre mide el mismofenómeno.

• Ser sensible: cambia proporcionalmente en res-puesta a los cambios reales en la condición oconcepto que mide.

Una vez que hemos definido los indicadores y sustipos utilizamos el Libro de Trabajo de Excel paracompletar los siguientes pasos (cuadro 9.5).

Selección de los métodos y tareaspara la recopilación de los datos

Una vez identificados los indicadores necesitamosdefinir el método para recolectar la información decada uno y las tareas asociadas. Como existe unagran variedad de métodos de recolección, si tene-mos poca o ninguna experiencia lo re c o m e n d a b l ees conversar con personas que sí la tengan, tomarcursos especializados o revisar la literatura científi-ca. También sugerimos tener en cuenta los siguien-tes criterios generales de Margoluis y Sa l a f s k y( 1 9 9 8 ) .• Exactitud y confiabilidad. ¿Cuál es el error aso-

ciado con los resultados si aplicamos ese méto-do? Por ejemplo, si debemos decidir sobre unindicador relacionado con la cantidad de hojasde palma extraídas en un bosque húmedo tropi-cal, una forma de hacerlo es revisando la literatu-ra, método que será mucho menos preciso querealizar una medición directamente en el sitio.

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Medidas del éx ito

• Costo-efectividad. ¿Qué inversión re q u i e re elmétodo? ¿Existen otros menos costosos paraobtener los mismos datos? Con la inve r s i ó nrequerida, ¿la decisión que tomemos y suimpacto en la conservación superan la inve r-sión en la recolección de los datos? Este crite-rio es muy importante considerando que elm o n i t o reo es una actividad costosa, común-mente circunscrita a la recolección de datos, yque no contribuye necesariamente al ciclo detoma de decisiones. Tomemos como ejemploun indicador para medir el área de un bosque.Podemos utilizar la brújula y cinta métrica ofotografías aéreas. La decisión entre uno u otrométodo dependerá del costo y la precisión quebusquemos Posiblemente, la medición terre s t reserá mucho más precisa pero, ¿será esa pre c i-sión determinante o necesaria para nuestro sf i n e s ?

• La factibilidad es otro criterio importante.¿Existe en el proyecto la capacidad para utilizareste método? Como regla general recomendamosusar métodos tan sencillos como sea posible(Margoluis y Salafasky 1998). Por ejemplo, eluso aparentemente sencillo de un Sistema dePosicionamiento Global (GPS por sus siglas eninglés), que puede ser utilizado para el mapeo decomunidades boscosas requiere, no solo de losfondos para adquirirlos y darle mantenimiento alequipo, sino de personal capacitado en el uso deesta tecnología.

• Apropiado. ¿Tiene sentido utilizar este método?¿Es culturalmente aceptado? Puede ser que elmétodo seleccionado cumpla con los criteriosantes mencionados, pero que no sea el más apro-piado desde el punto de vista cultural, un crite-rio muy relevante. Por ejemplo, en algunos casoses inaceptable preguntar a las familias sobre suingreso (Margoluis y Salafsky 1998) ó, desde elpunto de vista técnico, no sea apropiado utilizarel GPS bajo el dosel del bosque porque allí nollega la señal de los satélites.

Determinar cuándo se recopilarán losdatos, quiénes y dónde

Una vez que hemos seleccionado los métodos, debe-mos decidir cuándo realizaremos las mediciones,dónde lo haremos y las personas responsables derealizarlas. A continuación presentamos algunoslineamientos para completar el sistema de monito-reo, los cuales provienen del Libro de Trabajo deExcel (cuadro 9.5).

Es indispensable determinar la frecuencia y momen-to de la recopilación de los datos, para cada indica-dor y para cada método. Para medir el éxito del pro-yecto debemos recopilar datos de base y finales paracada indicador. Determinar la frecuencia de lasmediciones es más un arte que una ciencia. Si bienexiste literatura científica en la que se justifica esafrecuencia para algunos indicadores basados en losobjetos de conservación (Finegan et al. 2004), talfrecuencia está relacionado con el fenómeno a eva-luar, donde factores intrínsecos del objeto de conser-vación (por ejemplo, la floración, la época de repro-ducción, la recolección de granos del cafeto) debentomarse en cuenta. Si vamos a recoger informacióna través de encuestas o talleres, el lugar y el horariode trabajo de las personas son aspectos importantesa tener cuenta para llevar a cabo esta tarea.

Si se trata de indicadores basados en los objetos,después de una medición inicial sobre la salud de labiodiversidad, que se volverá a evaluar cada tres acinco años. En la práctica, la frecuencia se basará enla escala temporal adecuada para observar los cam-bios que afectan a los objetos de conservación.Algunos pueden requerir una evaluación más fre-cuente, pero generalmente observamos cambios sig-nificativos en la salud de la biodiversidad en unperíodo largo, dada la variabilidad de las condicio-nes naturales (Parrish, Braun y Unnasch 2003).Adicionalmente, debemos considerar que necesita-mos bastante tiempo para que el impacto de las

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Medidas del éx ito

estrategias de conservación se refleje en la viabilidadde un objeto. El caso de aquellos indicadores basa-dos en las amenazas es similar al de los objetos: des-pués de una medición inicial, evaluaremos el estadode la amenaza cada dos a tres años. La frecuenciadebe basarse en la escala de tiempo adecuada paraobservar cambios en los sitios de trabajo y en ladinámica socioeconómica del mismo. Las estrategiasde conservación deben llevarse a cabo por unospocos años para observar cambios significativos enel estado de amenaza y para ver reflejado su impactoen la viabilidad del objeto de conservación. Sinembargo, un gran proyecto de protección de tierraspuede, por ejemplo, cambiar dramáticamente elestado de amenaza (TNC 2003b).

Necesitamos definir dentro del equipo y para cadaindicador las personas a cargo de recopilar lainformación y de supervisar la recolección de losdatos (Margoluis y Salafsky 1998). So b re funcio-narios-as de los programas estatales o nacionalesjunto con conservacionistas radicados-as en elsitio recae la responsabilidad de llevar a cabo lasmediciones. Ecólogos-as u otros-as científicos-asque conocen sobre el sitio, generalmente son quie-nes evalúan la salud de la biodiversidad. La infor-mación puede proceder de una variedad de fuen-tes: personal del aparato estatal, inve s t i g a d o re s ,i n vestigadoras y otras instituciones que actúancomo socias o contrapartes. El estado de amenazacomúnmente es evaluado por un equipo en el cualestá la persona responsable de la conservación delsitio y un ecólogo, una ecóloga u otro científico ocientífica que trabaja para el sitio. La informaciónp roviene de diferentes fuentes, como en el casoa n t e r i o r. En este sentido sugerimos asociacionescon instituciones especializada para desarrollar elplan de monitore o. Cuando se lo implementa através de socios, es importante formalizar estasacciones mediante contratos, cartas de entendi-miento (Beale 2005).

Finalmente necesitamos escoger dónde ejecutaremosel monitoreo. Es difícil proporcionar reglas rígidasya que la decisión depende del método elegido y delsitio particular. Lo que sí recomendamos es quecuando estemos decidiendo dónde llevar a caboestas actividades, tratemos de ser lo más específicosposible. Por ejemplo es mejor decir que realizaremoslas encuestas en “una muestra de 30 viviendas delpueblo de Orosi” en lugar de decir solamente “enlos pueblos” (Margoluis y Salafsky 1998). Tener unmapa con la localización de los puntos de muestreo(mapa 9.6), ya sea en SIG o a mano alzada, es muyútil, sobre todo si vamos a medir el indicador siste-máticamente, por ejemplo cada año. Este es el típi-co caso de la medición del crecimiento del bosqueen parcelas permanentes de muestreo.

Es muy común que iniciemos algunos proyectos deconservación –y aun de investigación – recolectandodatos, hasta darnos cuenta repentinamente de queno podemos manejar tan enorme la cantidad dedatos obtenidos. Para evitar este problema debemostener claro, antes de iniciar la recolección, cómovamos a sistematizar, almacenar y analizar los datos,ya sea que recojamos información sobre algunosindicadores clave o sobre una gran variedad de indi-cadores (Beale 2005).

Podemos registrar los datos en una libreta de campoo en archivos digitales. Otros aspectos fundamenta-les son la forma en que los ordenaremos y los proce-dimientos de verificación de errores cuando ingresan(Beale 2005). Es muy útil diseñar formularios yestándares para la recolección de la información.Para mayores detalles sobre este tema recomenda-mos consultar a Margoluis y Salafsky (1998), Theisy Grady (1991) o U.S. Environmental ProtectionAgency (1994).

Con respecto al almacenamiento de los datos, cuan-do diseñamos el plan de monitoreo debemos plani-ficar el lugar en el que los guardaremos, el tipo de

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“software” que usaremos (por ejemplo, hoja electró-nica o base de datos) y la forma y frecuencia en lasque haremos los respaldos.

Un aspecto fundamental es el análisis de los datos.En el plan de monitoreo debe quedar claro quiénesserán los responsables. ¿Realizaremos el análisis den-tro del equipo o lo encargaremos a una contraparte?Otros aspectos respecto del análisis son si haremos

este trabajo junto con el equipo, qué tipo de análisisprevio requerimos y cómo incorporaremos los resul-tados al proyecto. Todos estos son elementos que elequipo de planificación debe considerar en el des-arrollo del monitoreo. El último paso corresponde ala sistematización. Es importante redactar un infor-me, para que un público amplio puede acceder a losdatos y al análisis y qué esta experiencia sirva debase para futuros esfuerzos de monitoreo.

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Medidas del éx ito

Mapa 9.6. Puntos de muestreo para recopilar indicadores del estado de salud de la biodiversidaden Pacaya-Samiria, Perú

Fuente: CDC y UNALM 2005.

En la mayoría de los casos, un proceso dePlanificación para la Conservación de Áreas, PCA,se lleva acabo a través de talleres. En este capítulopresentamos algunas ideas, recogidas de múltiplesexperiencias, sobre cómo organizar talleres de PCALos motivos de esta elección los hemos tratadoextensamente en los capítulos anteriores, pero ensíntesis son los siguientes:• Es la mejor manera de juntar en una misma sala

a varias tipos de interesados clave.• Facilitan el intercambio de ideas y opiniones

entre las personas participantes.• Son una forma eficiente de motivar la participa-

ción. Por supuesto, esto dependerá de cómo seorganicen los talleres.

• Permiten una rápida recolección de información.

Organización y secuenciade los talleres

El punto de partida en la organización de un tallerconsta en el capítulo 1 en el cual mencionamosalgunos requisitos generales de la PCA:1. Contar con un equipo planificador.2. Saber los alcances de esa planificación y tener la

información básica del área en la que vamos aaplicarla.

3. Haber identificado a los actores clave.4. Haber determinado el alcance que tendrá la par-

ticipación de los interesados en la Planificación.

La primera pregunta que nos hacemos es ¿Uno ovarios talleres? La respuesta dependerá de nuestradecisión sobre el nivel de participación que tendráel pro c e s o. Re c o rdemos que un proceso de PCApuede ser tan part i c i p a t i vo como se quiera, sepueda o se deba. Re c o rdemos también que un pro-ceso muy part i c i p a t i vo es más lento y pro b a b l e-mente más costoso, pero al mismo tiempo es másrico y quienes participan se apropian más de losresultados. De acuerdo con nuestra experiencia, tre sy cuatro talleres, cada uno de tres o cuatro días, sonsuficientes para completar una PCA. La secuenciaes la siguiente.

En el primer taller explicamos los pasos de la PCA yla identificación de los objetos de conservación. Antesde este taller, las personas participantes deberán estaral tanto de varios aspectos del proceso: quiénes hacenla planificación, por qué lo hacen, dónde, etc. Cons u e rte, en este primer taller podríamos incluso com-pletar los pasos básicos del análisis de viabilidad.

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Ideas para organizar talleresde Planificación para laConservación de Áreas

Tarsicio Granizo

Este primer taller es clave para el éxito del procesopues es el momento en el cual identificamos losobjetos de conservación que, como hemos discutidoen los capítulos anteriores, guiará el resto dePlanificación. Muchas veces, los resultados de estetaller son validados por especialistas y, por lo tanto,algunos objetos podrían cambiar. Si este fuese elcaso, es indispensable que en el segundo taller vali-demos esos cambios. Un comentario al margen: si loque queremos es un proceso participativo debería-mos respetar los resultados de los talleres porque, alfin y al cabo, son los que los actores esperan obte-ner. Así que debemos ser cuidadosos-as cuandocambiemos los resultados obtenidos en un tallerparticipativo, y debemos estar seguros-as de que las

personas participantes conozcan bien la agenda deconservación del equipo planificador (o de las orga-nizaciones) a cargo del proceso. Esas personas debensaber, desde el principio, que una PCA sirve paraconservar la diversidad biológica y no otra cosa.También ayuda invitar a actores que aporten al pro-ceso y que se interesen por la conservación.

La comunidad indígena “Oyacachi”, localizada en elinterior de la Reserva Ecológica Cayambe-Coca enel noreste del Ecuador, firmó un convenio con elEstado ecuatoriano mediante el cual este reconocíala soberanía de la comunidad sobre las tierras, acambio de que ésta elaborara un plan de manejo desu territorio. Con este objetivo se aplicó laPlanificación para la Conservación de Áreas. Uno delos primeros ejercicios –realizados con toda lacomunidad- fue seleccionar los objetos de conserva-ción. Por la falta de claridad entre la comunidad y elequipo planificador, las personas participantes selec-cionaron objetos de conservación poco relevantesdesde el punto de vista biológico: “los pastos paralas vacas (la mayoría son especies introducidas)”,“las vacas (ya que es una comunidad ganadera)”,“los alisos Alnus acuminata (árbol abundante en lazona y útil para la comunidad)” y otros objetos quepara las personas participantes eran importantesdesde el punto de vista económico y social.Asimismo, las amenazas que identificaron fueron lososos y los pumas, precisamente las dos especies queel equipo planificador quería conservar. En este casolo que falló fue un paso previo: los interesados notenían claro que lo que interesaba al equipo planifi-cador era la conservación de la biodiversidad. Alfinal hubo que retroceder y negociar con la comuni-dad para cambiar los objetos; solo el puma siguiósiendo innegociable, ya que era considerado por lacomunidad como el principal enemigo del ganado.

Aunque muchas personas creen que el análisis deviabilidad es demasiado técnico para ser hecho enun taller participativo, hemos realizado numerosos

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T. G r a n i z o

Reserva Ecológica Cayambe-Coca, Ecuador

talleres en los que hemos logrado incluso determinarumbrales para los factores ecológicos clave. La deci-sión de si dicho análisis puede o no ser hecho en untaller participativo quedará a consideración del equi-po planificador, una vez evaluada su pertinencia. Enalgunas PCA hemos realizado ese análisis consultan-do a especialistas o en grupos pequeños, y hemosvalidado, posteriormente, los resultados en unsegundo taller. En el primer taller, por ende, podría-mos incluir también un análisis de viabilidad.

En el segundo taller revisamos lo realizado (o modi-ficado) en el primero y nos enfocamos en el análisisde amenazas. Esta es una parte más o menos sencilladel proceso de Planificación, ya que la mayor partede los interesados conoce las amenazas a la biodiver-sidad o a un sitio determinado. La parte tediosa esel cruce de presiones con fuentes, pero cuando lohacemos en grupos aprovechamos de mejor manerael tiempo. Dependiendo de la rapidez con que ana-licemos las amenazas, en este segundo taller podría-mos incluir el análisis de actores.

No conviene espaciar mucho el tiempo que transcu-rre entre talleres, para no perder la continuidad delproceso entre quienes están participando. Muchasveces quedan “tareas pendientes”, por ejemplo com-pletar el análisis de algún objeto de conservación, encuyo caso, la primera actividad del equipo planifica-dor es terminar lo pendiente. Otra tarea de ese equi-po es consultar a especialistas para validar los resul-tados. También, y tal vez lo más importante, poneren el papel lo discutido en el taller, es decir, elaborarlas memorias que serán el insumo más importantepara la redacción del documento final.

En ocasiones, las personas que asistieron al primertaller no son las mismas que asisten al segundo, yaque el equipo planificador puede decidir quiénesparticipan en el primero deben tener un perfil dis-tinto a quienes participan en el segundo. En estecaso conviene tomarse un tiempo, al inicio del

segundo taller, para explicar todo el proceso a losparticipantes. En el lapso entre el segundo y el ter-cer taller, las tareas del equipo planificador seránsimilares a las realizadas entre el primero y el segun-do taller.

En el tercer taller hacemos un recuento de lo avan-zado. Conviene “recordar” a quienes participan, lafase en la que se encuentra el proceso de PCA. Eneste taller el enfoque se centra en las estrategias ymedidas de éxito y, eventualmente, en algunas ideaspara elaborar un plan de acción. Es probable queasista otro conjunto de actores, por lo que convieneseguir las sugerencias arriba señaladas, con el fin deque estos participantes conozcan el proceso.Realizamos un cuarto taller si necesitamos terminaralgo que no pudimos completar en los anteriores, opara mostrar los resultados finales y validarlos con-juntamente.

Suelen decir que la explicación más simple es usual-mente la mejor; en este sentido postulamos que unp roceso de PCA debe serlo, sin perder el rigor técni-co y científico. Si sostenemos que esta Pl a n i f i c a c i ó nes “con la gente y para la gente” part i c u l a r m e n t ecuando la llevamos a cabo en Latinoamérica y elCaribe, entonces requerimos usar un lenguaje senci-llo en los talleres, que lo comprenda todo el mundo,aclarando constantemente términos y conceptoscomplicados para la audiencia. Muchas veces es tras-cendental, sobre todo en situaciones conflictiva s ,contratar un facilitador o una facilitadora pro f e s i o-nal, al que habrá que ponerle al tanto del objetivo dela planificación y de la metodología.A f o rtunadamente, en Latinoamérica y el Caribe exis-ten numerosos profesionales con extraordinaria expe-riencia en la facilitación de talleres part i c i p a t i vo s .

Algo importante de mencionar es que puede haberdos tipos de talleres: uno para elaborar la PCA enun área determinada y otro para entrenamiento enesta metodología, por ejemplo, talleres para capaci-

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Ta l l e res de PCA

tadores. En este caso, tres días serán suficientes ypodemos usar ejemplos, reales o ficticios, de un pro-ceso de planificación.

Recomendamos colgar en una de las paredes de lasala principal de reuniones un gráfico de la metodo-logía y una marca movible, una flecha, por ejemplo,para que las personas participantes sepan en quépaso de la metodología están.

¿Dónde llevar a cabo un taller de PCA? La eleccióndepende de muchos factores, particularmente delperfil de quienes participarán y de los recursos eco-nómicos disponibles. Un equipo facilitador entrena-do en la metodología debería ser capaz de organizary llevar a cabo un taller en las más diversas circuns-tancias, desde un salón en la capital del país contodas las facilidades posibles, hasta debajo de unachoza, sin luz eléctrica, en plena selva a dos días encanoa. Lo importante es lograr que las personas asis-tentes se sientan bien y estén dispuestas a trabajar.Recordemos que esas personas abandonarán suslabores cotidianas al menos cinco días, los tres quedura el taller más dos que usualmente demora elviaje. Por lo general, se les cubre pasajes, estadía yalimentación, pero no una remuneración por suparticipación. La situación es más delicada cuandohacemos una PCA con habitantes de comunidadesempobrecidas, lo cual nos obliga a brindar las facili-dades mínimas: un sitio cómodo donde hospedarse,buena (y abundante) comida, una o más salas paraorganizar reuniones por grupos y reuniones plena-rias, y algún tiempo de esparcimiento.

Las salas comunales que existen en varias comunida-des suelen ser buenos lugares, también lo son hotelesy hosterías siempre y cuando tengan salas para elefecto y pocas distracciones, puesto que éstas suelenactuar en contra de la eficiencia del taller. Algunaspersonas pre f i e ren hacer los talleres en áreas alejadasde las ciudades o pueblos para evitar “d e s e rc i o n e s”; encambio otras pre f i e ren hacerlo en las ciudades, con el

fin de que puedan distraerse fuera de horas del taller.La selección del sitio estará supeditada al equipo pla-nificador que, sin duda, conocerá o tendrá algunaidea del perfil de los-as participantes. Varios sitios sonpoco recomendables: las escuelas ya que muchas per-sonas han tenido experiencias traumáticas en suinfancia; las salas de las oficinas públicas porque suelehaber rencillas políticas entre los miembros de lacomunidad; las salas de organizaciones o empre s a sque no han tenido buenas relaciones con la comuni-dad o con un grupo de la localidad (por ejemplo, unasala prestada por una petrolera); áreas muy ruidosas ocon tránsito constante de personas o ve h í c u l o s .

En cualquier caso (y dependiendo del número departicipantes) es conveniente tener más de una salapara el taller. En una, se reunirá todo el grupodurante las plenarias, mientras que en otras salastrabajarán los grupos que se conformen para usareficientemente el tiempo, sobre todo cuando elnúmero de participantes es más o menos grande.Podemos formar un grupo que trabaje en la defini-ción de objetos de conservación, otro que se dedi-que a objetos ecosistemas, otro a objetos especies yotro a objetos culturales. Asimismo, se podrán crearcuatro grupos para el análisis de viabilidad, cadauno de los cuales podrá analizar dos objetos de con-servación (asumiendo que hay ocho objetos), lomismo que para amenazas y para los demás pasosmetodológicos. Por supuesto que el equipo planifi-cador deberá tener tantos facilitadores y facilitadorascomo grupos han de formarse. Demás está decir quesi no disponemos de varias salas, las personas parti-cipantes deberán adaptarse a las condiciones y bus-car la mejor manera de llevar a cabo el proceso. ¡Lainiciativa e inventiva de la gente es ilimitada!

Un par de comentarios sobre el trabajo en grupos.Las ventajas de dividir al grupo grande en variospequeños nos permite usar eficientemente el tiem-po, ya que todos los grupos trabajan simultánea-mente; mejora y aumenta la participación, ya que

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T. G r a n i z o

algunas personas se cohíben cuando el grupo esgrande; podemos profundizar en los temas; y haymayor intercambio entre participantes. Al habermás participación e intercambios la gente tiende ano aburrirse. Sin embargo, también hay algunasdesventajas o desafíos. Una es llegar a diferentesresultados por cada tema, ya que cada grupo puedeentender ciertos aspectos o conceptos de forma dis-tinta. Otra es que ciertos grupos trabajan más lenta-mente que otros y, por lo tanto, aquellos que termi-nan antes la tarea asignada quedan “flotando”.

Algunas recomendaciones para organizar grupos detrabajo son:• Asegurarse de que cada grupo tenga un facilita-

dor o una facilitadora.• El número de participantes por grupo debe ser

manejable.• En algunas circunstancias es mejor que sean gru-

pos multidisciplinarios.• Asegurarse, antes de empezar el trabajo, de nom-

brar a una persona como relatora y a otra paraque registre la información. Es mejor si sonseleccionadas de entre los mismos participantes.

• Asegurarse que siempre haya una reunión plena-ria para presentar los resultados de los grupos detrabajo. Es allí donde podemos uniformizar lainformación de los grupos y promover la retroa-limentación entre participantes.

Preparación de un taller de PCA

Una vez que sabemos quién asistirá y dónde se lleva-rá a cabo el taller de PCA es importante pensar enla logística. Un paso trascendental es recopilar todala información biológica, social, económica y carto-gráfica del área a ser planificada. El equipo deberáanalizar la pertinencia de enviar a las personas parti-cipantes la que considere más útil, antes del taller, asabiendas de que poca gente la leerá.

Una de las herramientas más útiles son los mapas.Lo ideal es tener copias (en color o en blanco ynegro) de varios, para que las personas participantespuedan escribir sobre ellos o colorearlos. En losmapas es más fácil “dibujar” la distribución de losobjetos de conservación, identificar amenazas, ubi-car actores y definir áreas de intervención. Previo alos talleres es importante que el equipo planificadorhaya recabado también información inédita y de losexpertos (académicos-as y no académicos-as).

La información recolectada -libros, artículos, infor-mes, separatas-, deberá estar a la mano para que laspersonas participantes la consulten durante el taller.Entre esa información debe estar la metodología dePCA, por ejemplo este manual. En los talleres sobreamenazas son indispensables hojas de papel o lospapelotes (papelógrafos) donde poder cruzar lainformación de presiones con la de fuentes, como semuestra en el cuadro 10.1.

Algo muy importante es que cada part i c i p a n t e ,una vez que llega al sitio del taller, se inscriba indi-cando su nombre, organización o comunidad a laque pertenece y otras coordenadas (dirección, telé-fono, correo electrónico, etc.). En ese momentodebemos entregarle una carpeta con información,una bienvenida, la agenda, hojas de papel o un“ b l o c k” de papel y un lápiz o bolígrafo. También seacostumbra incluir una etiqueta con el nombre dela persona participante o, simplemente, se suelepedir que escriban su nombre en un pedazo decinta adhesiva (“masking tape”) y se lo peguen enla solapa.

Hemos constatado que el uso del proyector “LCD”es útil en los talleres de PCA. No es el único recursoy también el menos indicado si el sitio donde sedesarrolla el taller no dispone de energía eléctrica. Siusamos el proyector LCD deberemos preparar pre-sentaciones en “Power Point” de cada paso metodo-lógico, o si no usar cartulinas en los que explique-

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Ta l l e res de PCA

mos esos pasos. Es una buena idea, al final del taller,distribuir la mayor cantidad de información a quie-nes han participado, en la cual recomendamosincluir las presentaciones. Los CD son una buenaforma de hacerlo.

Logística del taller

En la logística de un taller se cumple aquel dicho deque “el diablo está en los detalles”. Por lo tanto, nodebemos que suponer que no queda nada por hacer,cuando hemos resuelto todo lo relacionado con elsitio. Los siguientes son otros aspectos a tener encuenta:

• ¿Han llegado todo las personas invitadas? ¿Estánalojados en las instalaciones reservadas para elefecto?

• ¿Están todos los materiales necesarios en orden?Es conveniente preparar una lista que incluya lossiguientes equipos y materiales y verificarla:Acetatos/ proyector de transparencias (si es perti-nente).Impresora portátil.Hojas de papel para cada participante y paraimpresión de documentos.Marcadores permanentes y para pizarra.Hojas de rotafolio y rotafolios.LCD/proyector de cañón.Pantalla para proyección.Carpetas para participantes.Cinta adhesiva.

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T. G r a n i z o

Cuadro 10.1. Ejemplo de la plantilla utilizada en los talleres para cruzar presiones con fuentes

Objeto deconservación

Fuente 1

Fuente 2

Etc. (no más de 8)

Presión 1

Valor global de la presión =

Contribución=

Irreversibilidad=

Valor global de la fuente(contribución por irre ve r s i b i l i d a d ) =

Combinación valor globalfuente por presión=

Contribución=

Irreversibilidad=

Valor global de la fuente(contribución por irreversibilidad)=

Combinación valor globalfuente por presión=

Presión 2

Valor global de la presión =

Contribución=

Irreversibilidad=

Valor global de la fuente(contribución por irreversibilidad)=

Combinación valor globalfuente por presión=

Contribución=

Irreversibilidad=

Valor global de la fuente(contribución por irreversibilidad)=

Combinación valor global fuentepor presión=

Etc. (no más de 8)

Contribución=

Irreversibilidad=

Valor global de la fuente(contribución por irre ve r s i b i l i d a d ) =

Combinación valor globalfuente por presión=

Contribución=

Irreversibilidad=

Valor global de la fuente (con-tribución por irreversibilidad)=

Combinación valor globalfuente por presión=

Manuales de PCA.Computadoras.CD en blanco.Mapas.Tarjetas.Tomacorrientes, adaptadores y extensiones.Tinta para la impresora.Diplomas para las personas participantes.Cámara de fotos.Comida.¡Café para los recesos!Viaje de campo preparado.Tiempo libre y tiempo para aire fresco.Cortinas negras o algún otro mecanismo paraoscurecer las salas.Etiquetas con nombre de los participantes.Un plan B en caso de que se produzca un cortede luz. En algunos lugares suelen haber plantaseléctricas propias, sobre todo en países o regionesdonde son frecuentes los cortes del fluido eléctri-co. Si no existe esta garantía, lo mejor es que elequipo planificador tenga un segundo plan paraenfrentar un corte de luz que puede echar a per-der un taller con el consiguiente gasto económi-co y de credibilidad. Estar preparados-as parahacer el ejercicio “a mano” cuando no se puedausar computadoras y tener un conjunto de pre-sentaciones en cartulina.¿Están las personas que facilitarán el taller yquienes registrarán la información? Es muyimportante que en las sesiones plenarias hayauno o más personas que tomen notas para regis-trar las interesantes discusiones y las resolucionesdel taller.¿Están listas las salas? ¿Hay suficientes para poderformar varios grupos? De lo contrario ¿cuál es lamejor manera de organizar los grupos?

En un taller de PCA usualmente hay una “salida decampo”, ya sea al final o en el segundo día (si eltaller dura cuatro días). Un evento de este tipo sirve

para que quienes participan socialicen entre sí,conozcan algún buen trabajo de conservación in situo simplemente se relajen. Si bien una salida decampo es una inversión adicional de tiempo y recur-sos económicos y humanos, es la manera de “pre-miar” a quienes asisten al taller. Sin embargo, nosexige considerar, dentro de la logística del taller, eltransporte, la alimentación y los arreglos con perso-nas del sitio a ser visitado.

La Agenda

Capítulo aparte merece la elaboración de la agendapara una PCA. Esta debe ser lo más precisa posible,ya que su presentación y cumplimiento demuestranel respeto del equipo organizador hacia quienes par-ticipantes en el taller. Algunas sugerencias para ela-borarla son:• No sobrecargue la agenda. Cuando los talleres

son demasiado intensos quienes participan sue-len cansarse rápidamente y dejar de aportar enforma eficiente.

• Va l o re los recesos, no solo como un “re s p i ro”sino para dar oportunidad a las personas part i c i-pantes para que socialicen, conversen y sec o n o zc a n .

• Deje tiempo libre para imprevistos. En talleres“recargados” cualquier imprevisto se vuelveinmanejable: un corte de luz, un problema conalgún equipo, la demora de un presentador, ouna actividad que se extienda más de lo previstoprolongan el taller con el consiguiente cansanciode todos. Lo mejor es adoptar una actitud gene-rosa con los tiempos.

• Reserve las mañanas para las sesiones más difíci-les o “pesadas”, ya que las personas participantesestán más despejadas.

• Pida a otros colegas que revisen la agenda ysugieran modificaciones. Así podrá identificarfallas de las que no se había percatado.

157

Ta l l e res de PCA

• Prepare una agenda específica para facilitadores yfacilitadoras en la que conste, además de la infor-mación de la agenda general, los objetivos alograrse, los materiales necesarios, las personasresponsables y los productos esperados. Esto lesayudará a enfocarse en lo que el equipo organiza-dor quiere lograr al final del taller.

¡No minimice la elaboración de la agenda! Y respé-tela. Si es necesario cambiarla, hágalo buscando elconsenso de las personas participantes.

El desarrollo del taller

Las siguientes son algunas recomendaciones dirigi-das sobre todo a facilitadores y facilitadoras durantela ejecución del taller.• Deje que las personas participantes presenten los

resultados de los grupos de trabajo. De estaforma usted podrá, entre otras cosas, “medir” elnivel de entendimiento y apropiación de lagente. Algunos-as facilitadores-as prefieren que lapersona más activa sea la que presente, otros pre-fieren que lo haga quien ha participado pocodurante el taller. La decisión queda a discreciónde la persona que facilita el taller.

• Es importante que alguien del equipo planifica-dor o, mejor todavía, algún participante llene enel Libro de Trabajo Excel, los datos que vansaliendo del taller, lo cual facilita la posterior ela-boración de las memorias y también la presenta-ción de los mismos al final del taller.

• Motive la participación de todas las personas,pero adoptando una actitud flexible. Evalúe a sugrupo, analice cuándo la gente está cansada yrequiere un receso, cuando no entiende algúnaspecto de la metodología. Responda, con senci-llez y humildad, todas las preguntas que lehagan. No hay peor cosa que un facilitador ouna facilitadora arrogante e intolerante.

• Asegúrese de preparar un formulario de evalua-ción en el que conste no solo una evaluación delas sesiones, sino también de la logística en gene-ral. Si bien cada taller de PCA es único, las eva-luaciones permiten afinar ciertos detalles para losfuturos.

• Algunos-as facilitadores y facilitadoras gustan derealizar “dinámicas” durante los talleres, ya sea alinicio, para presentar a las personas participan-tes, o durante el desarrollo, para motivar la parti-cipación, o cuando las personas lucen cansadas oaburridas. A otros-as, en cambio, les disgustanlas dinámicas puesto que consideran son el resul-tado de la ineficiencia de quien está facilitando.Si va a realizar dinámicas, le sugerimos pensar enaquellas que correspondan a los patrones cultura-les de la gente asistente al taller, para no herirsusceptibilidades.

El informe final1

Si bien el trabajo de conservación empieza con unproceso de planificación, uno de los hitos de lametodología es el documento en el que se recoge elresultado del proceso. Presentamos, a continuación,algunas recomendaciones de cómo preparar uninforme de una PCA.• El documento debe ser tan conciso como sea

posible y, aun así, transmitir una imagen com-pleta del sitio, de los sistemas y su estado desalud, de las amenazas (presiones y fuentes), delos actores, de las estrategias de conservación yde las medidas del éxito. Recomendamos que laextensión máxima sea 15 páginas fuera de losapéndices. Sugerimos usar estos últimos paraincluir la gran cantidad de datos, cuadros ymaterial gráficos sobre el desarrollo de la PCA enun sitio. ¡Utilice libremente los apéndices!

158

1 Tomado de International Site Conservation Planning (2001).

T. G r a n i z o

• Use mapas, figuras y fotografías libremente paratransmitir imágenes sobre el sitio, sus fronteras,objetos de conservación y su distribución, ame-nazas y estrategias. La representación espacial delos datos y su análisis, con frecuencia, ofrecen unmensaje más fuerte y claro. ¡Una imagen valemás que mil palabras!

• Proporcione un índice y una lista de mapas,apéndices o recursos adjuntos para facilitar suubicación dentro del texto.

• C o n s i d e re el uso de la herramienta de “hipere n l a-c e” en “Mi c rosoft Wo rd”, dentro del menú“ In s e rt a r”, para ofrecer vínculos rápidos con otro sdocumentos de apoyo, tales como el Libro deTrabajo de Excel para las medidas del éxito, unae valuación ecológica rápida, un análisis del con-texto humano, descripciones de actores o gru p o si n t e resados, etc. Esta función facilita mucho labúsqueda de información adicional a quieneslean el plan mediante una computadora. Si ustedemplea esta función para enviar informacións o b re el sitio a los lectores y lectoras, re c u e rd eenviar en un solo paquete el plan para la conser-vación del área y los documentos de apoyo, de talmanera que sea posible acceder a dichos docu-mentos desde cualquier computadora.

• Si lo cree pertinente, elabore un resumen ejecuti-vo de no más de 5 páginas en el que describa elárea, explique la metodología e indique las estra-tegias identificadas.

Bosquejo para redactar el informe final

¿Qué debemos considerar cuando redactemos unplan para la conservación de un área? A continua-ción ofrecemos recomendaciones al respecto, asícomo plantillas para elaborar cuadros en los cualesresuma sus análisis e ideas.• Es útil preparar una página de presentación que

contenga el nombre del sitio, la fecha del plan yuna foto de los rasgos biológicos especiales delsitio.

• Describa la ubicación física y política del sitio, laszonas de vida, ecorregión y los tipos de hábitatm a yo res en los cuales está insert o. A veces podemosdar una bre ve descripción geológica del lugar, a tra-vés de aspectos tales como procesos y disturbiosecológicos, distribución de la vegetación y funcio-namiento de los sistemas marinos y de agua dulce.

• Anote los nombres de quienes han apoyado en laplanificación: funcionarios del gobierno, de lasONG y otros contactos e informantes.

• Describa los rasgos dominantes del paisaje, talescomo montañas, arrecifes de barrera, lagos, lagu-nas, ríos, etc.

• Describa la presencia humana dentro y alrededordel sitio y su dependencia física y económica delos recursos naturales, incluyendo sus relacionescon los objetos de conservación. Describa, porejemplo, las tendencias demográficas sobresalien-tes: cambios en el crecimiento de la población,migraciones, etc. Comente sobre las creencias yprácticas particulares sobre la tierra o a la biodi-versidad. Mencione cualquier consideraciónespecífica legal o política que pudiera afectar laconservación del sitio.

• Describa el área específica cubierta por el proce-so de PCA.

• Elabore una lista de sus objetos de conservaciónen el sitio, justifique esa selección y mencionecualquier biodiversidad importante que esté den-tro de esos objetos seleccionados. En el cuadro10.2 consta el formato que hemos preparadopara presentar esa información.

En esta parte, dedicada a los objetos de conserva-ción, debemos responder a las siguientes preguntas:• ¿Cuáles fueron los sistemas ecológicos, comuni-

dades o especies (o los objetos culturales) elegi-dos para enfocar los esfuerzos de planificaciónpara la conservación del sitio?

• ¿Por qué fueron elegidos esos objetos? Por ejem-plo, una especie en lugar de un sistema ecológicode escala gruesa.

159

Ta l l e res de PCA

• ¿En dónde se encuentran los objetos de conser-vación naturales y culturales dentro del área?¿Migran por temporada? ¿Dónde se encuentranen diferentes épocas del año?

• ¿Qué biodiversidad se representa y capturamediante la selección de los objetos de conserva-ción como parte de la planificación de sitios (esdecir, ¿se conserva bajo la sombrilla de los obje-tos que usted eligió para el sitio)? ¿Qué objetosde conservación ecorregionales quedan incluidoso subordinados en la selección de un objeto deconservación del sitio? ¿Qué biodiversidad o pro-cesos naturales de importancia para los actoreslocales se han incluido explícitamente en la selec-ción de objetos de conservación en el sitio detrabajo?

Los mapas de distribución de objetos de conserva-ción – ya sean sistemas ecológicos, comunidades,especies u objetos culturales? son herramientasindispensables para comprender los aspectos relacio-nados con la salud de la biodiversidad, las amenazasa los objetos de conservación, los actores o gruposinteresados y la ubicación de las estrategias de con-servación. Por ello, recomendamos incluirlos en laredacción del plan para la conservación de un área.Si la distribución de todos esos objetos puede resu-

mirse en un solo mapa, recomendamos incluirlo enel texto. La experiencia nos ha enseñado que lomejor es resumir dicha distribución en pocosmapas, pero garantizando la legibilidad visual.Podemos presentar los objetos de conservaciónterrestres, acuáticos y marinos en mapas separados ycolocarlos en apéndices. Sugerimos ubicar los obje-tos culturales y los naturales en diferentes mapas.

La evaluación de la viabilidad o salud de la biodiver-sidad es uno de los pasos más importantes del pro-ceso de PCA y demanda la mayor cantidad de datoscientíficos y otra información. Los nuevos métodospara estimular el rigor y guiar el proceso de evalua-ción de la salud de la biodiversidad requieren másdatos, reflexión, análisis y justificación.Recomendamos explicar detalladamente sobre elestado de la integridad ecológica de los objetos deconservación del área, así como justificar por quéestablecimos los valores jerárquicos de “muy bueno,“bueno”, “regular” o “pobre”. La justificación deesos valores para el tamaño, condición y contextopaisajístico deberá incluir un breve listado de losfactores ecológicos clave, que afectan el tamaño,condición y contexto paisajístico del objeto de con-servación, sus umbrales (si fueron identificados) y elestado actual de los factores ecológicos que dieron

160

T. G r a n i z o

Cuadro 10.2. Formato de la agrupación de los objetos de conservación

Objeto de conservación del sitiopara el que se planifica

Bosque nublado

Justificación de la selección de losobjetos de conservación para el sitio

Este es uno de los ejemplos más intac-tos de los bosques nublados de laregión norte de los Andes. Este ecosis-tema abarca aproximadamente 25% delas fronteras del sitio. Incluye un grannúmero de aves, plantas epífitas einsectos endémicos y las mayorespoblaciones remanentes del oso andinoTremarctos ornatus

Especies, comunidades o sistemas ecológicos subor-dinados (incluir tanto objetos de conservación ecorre -gionales como aquellos determinados por los actores)

Comunidades epífitas endémicas, el ave endémica yde rareza global Eythrura psittacea; la corteza deespecies de Podocarpus, de usos medicinales. El osoandino Tremarctos ornatus

como resultado el valor jerárquico otorgado a esacategoría de salud de la biodiversidad. Aunque lasiguiente información también es muy importante,sugerimos colocarla en los apéndices del plan:• Descripciones detalladas de la biología de los

objetos de conservación y explicaciones másextensas de los factores ecológicos clave emplea-dos en la evaluación del tamaño, condición ycontexto paisajístico para cada objeto.

• Las escalas de los va l o res jerárquicos, umbralespesos y cálculos para el tamaño, condición ycontexto paisajístico de cada objeto de conserva-ción, para que en el futuro puedan documentar-se las mejoras y deterioros del estado de un fac-tor ecológico clave y, por lo tanto, de la catego-ría de salud de la biodiversidad, usando unaescala estandarizada para el sitio. Así, contribui-mos a la creación de una memoria institucionaly un medio riguroso para medir el éxito en lac o n s e rva c i ó n .

• Cualquier modelo ecológico para diagramar elconocimiento de cómo funciona y se mantieneel sistema ecológico, comunidad o especie.

• Cualquier referencia bibliográfica u otra fuentede información utilizada en la evaluación de lasalud de la biodiversidad.

Después de evaluar la salud de la biodiversidad yhaber logrado una mejor comprensión de los facto-res esenciales para el mantenimiento a largo plazode los objetos de conservación, debemos mencionarclaramente las metas de conservación para el sitio.La mejor manera de presentarlas es en formatotabular para cada objeto. Estas metas guiarán lavisión para la acción de conservación en el sitiodurante el periodo para el cual hemos planificado, yasegurarán que la ciencia ecológica empleada en laevaluación de la salud de la biodiversidad sea la queconduzca la actividad en el sitio.

Como hemos visto, la evaluación de amenazas com-prende la aplicación del análisis de presiones y fuen-

tes. Recomendamos que en la redacción del planpara la conservación del sitio registren solo los resul-tados más importantes de ese análisis usando paraello dos cuadros-resumen que describimos más ade-lante. Dos opciones para ofrecer materiales de apoyoal mismo tiempo que se facilita el acceso al docu-mento escrito son:1. Proporcionar el Libro de Trabajo de Excel para

las medidas del éxito (y vincularlo electrónica-mente a su documento) como un recurso deapoyo.

2. Copiar los cuadros del análisis de presiones yfuentes para cada objeto de conservación en unapéndice de su plan para la conservación delsitio.

En una buena versión escrita del plan para la con-servación de un área debería constar una descrip-ción resumida del análisis de las presiones por cadaobjeto de conservación. La mejor manera de resu-mir y presentar esta información es en un cuadro-resumen. Los datos de la tabla de presiones en cadauna de sus hojas de objetos de conservación en elLibro de Trabajo de Excel, deben transferirse direc-tamente al cuadro 10.3.

Resultados del análisis de las fuentes de presión.Este análisis se representa mejor mediante el uso deun cuadro de amenazas críticas. El Libro de TrabajoExcel para las medidas del éxito contiene este cua-dro, cuyo cálculo ha sido hecho automáticamente apartir de los análisis detallados de presiones y fuen-tes realizados para cada objeto de conservación.Contiene las amenazas activas que enfrentan losobjetos de conservación en el sitio. Sin embargo,podemos incluir un cuadro similar para las amena-zas históricas que pueden requerir manejo o restau-ración ecológica para reducir las presiones que cau-san, cuando tales amenazas existan.

Debido a que la distribución e intensidad de lasamenazas se manifiestan espacialmente, recomenda-

161

Ta l l e res de PCA

mos, insistentemente, que el equipo planificadorproduzca mapas en los cuales ilustren la ubicación yextensión de ciertas prácticas que crean presiones alos objetos de conservación. Si la intensidad de lapresión causada por la fuente varía mucho desde elpunto de vista espacial, conviene producir mapas enlos cuales mostremos, con colores, la intensidad decierta fuente de presión a lo largo de la distribucióndel objeto de conservación. Los mapas de distribu-ción de amenazas son útiles, tanto para cada objetode conservación (un mapa por objeto) como para elsitio en general. Resultarán esenciales para identifi-car estrategias de conservación y delimitar zonas enel sitio. Aunque es mejor colocarlos en los apéndi-ces, recomendamos incluir en el texto del plan unmapa del resumen de distribución de amenazas,cuando sea posible.

Otra sección del plan escrito es la que correspondeal análisis de actores. Allí recomendamos describirtodo aquello que ayudará a mejorar el conocimientosobre el contexto humano, con respecto a los obje-tos de conservación y las amenazas críticas identifi-cados durante el proceso de PCA. Por ende se sugie-re incluir en este capítulo información general sobreel contexto humano así como breves explicacionesde los resultados del análisis elaborado durante elproceso de planificación, incluyendo la amenaza crí-

tica, las actividades, los actores, sus motivaciones, lascausas principales y eventualmente los actoressecundarios. Es importante incluir en el reporte laruta crítica identificada y hacer hincapié en los acto-res considerados prioritarios para el trabajo de con-servación. Puede ser interesante incluir en el reportetodo el diagrama y especificar si usted conoce y tra-baja o ha trabajado con el actor y determine si estarelación es “positiva” (+), “conflictiva” (-) o “inter-media” (~).

Reserve una sección a la capacidad de conservaciónen la cual deberá incluir un informe sobre los valo-res de los indicadores de eficiencia, por ejemplo losutilizados por el programa “Parques en Peligro”, conuna breve justificación de cada uno.

Las estrategias y acciones de conservación es unode los productos más importantes de un pro c e s ode PCA Por lo tanto, cuando redactemos esta sec-ción debemos asegurarnos de que estén bien des-critas y ordenadas jerárquicamente. El Libro deTrabajo de Excel es una herramienta que facilita laidentificación y jerarquización del costo y benefi-cio de las estrategias para cada objeto de conserva-ción; allí se resumen los resultados para cada estra-tegia y para cada objeto de conservación con el finde crear un conjunto de estrategias para la conser-

162

T. G r a n i z o

Cuadro 10.3. Resumen de presiones

Objeto de conservación

Objeto 1

Objeto 2

Objeto 3

Presión Severidad Alcance

Presión 1 Bajo Alto

Presión 2

Presión 3

Presión 1

Presión 2

Presión 1

vación del sitio. Por lo tanto, basta con que en suplan presente un resumen de las estrategias de con-s e rvación con sus va l o res jerárquicos y su va l o rtotal de costo-beneficio-factibilidad para cada obje-to de conservación. Este cuadro se genera automá-ticamente en el Libro de Trabajo de Exc e l .

Medidas del éxito y plan de monitoreo. Estas medi-das se generan al medir la salud de la biodiversidad,la mitigación de amenazas y la capacidad de conser-vación en un sitio, a través del tiempo. Sin embar-go, para que sean confiables, el plan de monitoreodebe estar bien enfocado y basado tanto en los obje-tos de conservación como en las amenazas del sitio.Este plan debe tener prioridades de acuerdo con lasdebilidades de viabilidad y amenazas críticas en elsitio, y también teniendo en cuenta los vacíos deinformación identificados durante el proceso de pla-nificación. Los planes de monitoreo deben observarprimero los indicadores que nos informarán sobrelos aspectos de la viabilidad de los objetos de con-servación que más nos preocupan, así como la infor-mación sobre la severidad y alcance de las amenazascríticas en las cuales se enfocan las estrategias deconservación. El plan de monitoreo debe abordar lassiguientes preguntas:• ¿Qué indicador se va a medir?• ¿De qué factor de viabilidad o atributo de ame-

naza se obtendrá información mediante esteindicador? Por ejemplo, el alcance o distribuciónde la actividad amenazante; la extensión geográ-fica o tamaño del sistema ecológico que es objetode conservación (salud de la biodiversidad, atri-buto de amenaza que se mide).

• ¿Cuáles son los métodos de medición?• ¿Con qué frecuencia se tomarán las mediciones?

¿Cuándo o a qué hora del día o año va usted amedir?

• ¿Dónde va usted a medir?• ¿Quién va a medir? ¿A quién podrá usted asignar

esta tarea ?• ¿Quién va a pagar?

Si bien los planes de trabajo, por lo general, sonanuales, puede ser interesante incluir el documentoel del primer año, indicando actividad, sub-activi-dad, responsable, cronograma, presupuesto y fuentede financiamiento.

Recomendamos incluir tanto la bibliografía consul-tada, como otras fuentes, por ejemplo los enlaces apáginas “web”. Al final del documento se colocaránlos siguientes apéndices:• Lista de personas contactadas y de informantes

del los miembros del equipo planificador, nom-bres de instituciones involucradas en el sitio.

• Recursos cartográficos adicionales que comple-menten la explicación del contexto y las priori-dades del sitio.

• Escalas de calificación, peso y cálculo de los fac-tores clave para el tamaño, condición y contextopaisajístico de cada objeto de conservación: quése considera “muy bueno”, “bueno”, “regular” y“pobre”.

• Un cuadro donde se resuman los valores de lasestrategias y donde conste el análisis de costo-beneficio-factibilidad de todas las estrategias pri-marias seleccionadas.

• Descripciones de la biología de los objetos deconservación y los factores clave importantespara su mantenimiento y funcionamiento.

• Modelos ecológicos empleados para esquematizarel conocimiento presente sobre cómo se mantie-ne ecológicamente al objeto de conservación.

• Proceso para desarrollar el plan para la conserva-ción del área (número de talleres, institución eindividuos líderes, gente involucrada, metodolo-gía, grado de participación con actores locales).

• Breve descripción de la metodología de PCA• Listados de especies endémicas o amenazadas

que se encuentran en el sitio.• Ot ro cuadros, mapas o figuras que deban colo-

carse fuera del texto principal con el fin decumplir con los estándares de “legibilidad” yc o n c i s i ó n .

163

Ta l l e res de PCA

A fin de facilitar los procesos de Planificación parala Conservación de Áreas, PCA, The NatureConservancy ha desarrollado una herramienta enExcel: El Libro de Trabajo para Administración deProyectos de Conservación. En este Libro hemosincluido toda la información del proceso que hemosdesarrollado en los capítulos anteriores y es suma-mente útil porque:• Reúne toda la información del proceso de

Planificación para la Conservación de Áreas conlo cual es mucho más fácil elaborar un docu-mento final.

• Nos permite calcular rápidamente los valores deviabilidad y de amenazas.

• Nos sirve tanto para evaluar la salud de los obje-tos de conservación como para determinar elestado de las amenazas y la capacidad de conser-vación.

• Contribuye al desarrollo y evaluación de la efec-tividad de las estrategias de conservación.

• Nos ayuda a completar las medidas del éxito enla conservación basadas en proyectos.

• Es un recurso visual de extraordinario impactocuando llevamos a cabo los talleres de PCA, yaque podemos mostrar, en varios formatos, lainformación que las personas participantes hanproporcionado.

En lugar de explicar exhaustivamente el uso de estaherramienta, lo que a continuación hacemos es unb re ve resumen de las posibilidades que ofrece y de susfunciones más importantes. El Libro de Trabajo y losmanuales pueden ser descargados de la página “we b”h t t p : / / c o n s e rve o n l i n e . o r g / w o rk s p a c e s / c a p en dondeencontrarán las más recientes versiones de la PCA,i n c l u yendo este manual, o solicitado a la oficina másc e rcana de TNC. La información de este capítulo hasido tomada del documento Ad m i n i s t ración deProyectos de Conservación, Manual para Usuarios delLi b ro de Tra b a j o, Versión 4.b, de agosto de 2005 p re p a-rado por el grupo de Medidas de Conservación, elGrupo de De s a r rollo de Estrategias y el De p a rt a -mento de Sistemas de Tecnología e Información deThe Na t u re Conserva n c y.

Como toda herramienta, el Libro de Trabajo deExcel tiene algunas limitaciones. No puede ser utili-zado en lugares donde no hay energía eléctrica o sinel apoyo de computadoras. A veces no es tan amiga-ble aunque continuamente estamos introduciendocambios que faciliten su uso. Se requiere de capaci-tación para utilizarlo adecuadamente. Es difícil usar-lo para quienes tienen poca experiencia en el mane-jo de computadoras o de este tipo de programas, ypor último, no incluye el análisis de actores sociales.

167

El libro de Trabajo de Excel

Tarsicio Granizo

De todas formas, una vez entendida la herramientay con un poco de práctica puede ser extraordinaria-mente útil, no solo para planificar estrategias yacciones de conservación, sino para evaluar y moni-torear un proyecto de conservación o el manejo deun área.

El menú inicial

Una vez que abrimos el Libro de Trabajo debemosactivar inmediatamente los macros, a fin de que elprograma sea capaz de realizar todas las funcionespara las que está diseñado. Presentamos el menú ini-cial en la pantalla 11.1. La parte de color azul es laque ha sido llenada por el usuario o la usuaria. Eneste menú inicial escribimos los objetos de conserva-ción del área, que son cinco en el caso de la regiónsemiárida del valle del Motagua en Guatemala usadacomo ejemplo. Incluimos, además, alguna informa-ción sobre quién llenó el Libro. Oprimimos lasteclas grises de la derecha para acceder a los otrosmenús. Los signos de interrogación (?) son ayudascuando las requerimos. Las teclas de color rojocorresponden a “instrucciones” y “barra de herra-mientas”. La primera ofrece más de 150 páginas deinstrucciones sobre cómo usar el Libro, mientrasque la segunda nos permite acceder a una barra conlas herramientas de la pantalla 11.2.

Dentro de esta barra de herramientas, que puedeestar situada al costado de la pantalla o en la partesuperior, hay un icono especialmente importante,puesto que “abre un cuadro de comentarios”, en elcual podemos guardar los nuestros sobre los objetosde conservación, tal como ilustramos en la pantalla11.3. Esto es muy útil porque la opción “cargarcomentarios a Microsoft Word”, que se encuentraen la parte inferior izquierda, nos facilitará la edi-ción del documento final, ya que podremos copiardirectamente estos comentarios en un documento

de Word. La tecla “Establecer Libro de Trabajo” nospermite elegir entre los idiomas inglés, español oportugués.

Evaluación de la viabilidad

Si en la ventana inicial oprimimos la tecla “Evaluarviabilidad del objeto de conservación” encontrare-mos la pantalla 11. 4. Cada fila de esta figura repre-senta un atributo ecológico clave, particular, su indi-cador y sus respectivas calificaciones para un objetode conservación determinado. Las trece columnasde la hoja de cálculo representan información sobreel atributo ecológico clave particular incluyendo:• Objeto de conservación. Este objeto (número y

nombre) descrito por el atributo ecológico clave.• Categoría. Tamaño, condición o contexto paisa-

jístico a la cual puede asignarse el atributo ecoló-gico clave.

• Atributo ecológico clave. El nombre del atributo.• Indicador. Entidad mensurable usada para eva-

luar el atributo clave.• Calificaciones del indicador. Descripción de su

estado como “muy bueno”, “bueno”, “regular” y“pobre” (cuatro columnas).

• Estado actual del indicador. Corresponde al esta-do del atributo ecológico clave dentro de las cali-ficaciones del indicador descritas.

• Calificación actual. La del indicador para el atri-buto ecológico clave.

• Calificación deseada. La del indicador, deseadapara el atributo ecológico clave.

• Fecha de la calificación actual. La asociada con laasignación de la calificación actual.

• Fecha de la calificación deseada. La fecha en laque esperamos para lograrla.

En el Libro de Trabajo, cada paso tiene un asistente(señalado con este símbolo en la barra de herra-mientas) que orienta al usuario y la usuaria. En el

168

T. G r a n i z o

caso de la evaluación de la viabilidad, el asistentenos mostrará las siguientes pantallas. En la pantalla11.5 elegimos el objeto de conservación con el quequeremos trabajar, mientras que en las dos siguien-tes (pantallas 11.6 y 11.7) seleccionamos los atribu-tos ecológicos clave y los indicadores que nos servi-rán para el monitoreo. En la pantalla 11.7 tambiénestablecemos los umbrales: la situación actual y ladeseada. Con el Libro de Trabajo podemos hacertodos los cálculos de cada objeto de conservación ydeterminar su viabilidad, así como la viabilidad glo-bal del área donde estamos realizando la PCA. Paraello desplegamos los mismos cuadros del capítulo 3en donde analizamos la viabilidad. En esos cuadrosaparece cada atributo ecológico clave con susumbrales y sus calificaciones.

Uno de los resultados de este proceso generadoautomáticamente por el Libro de Trabajo es el cua-dro 11.8 en el cual mostramos la calificación delcontexto paisajístico, la condición y el tamaño decada objeto de conservación. En la parte inferiorderecha consta el valor global de la viabilidad delárea. Los colores que se asignan son los mismos entodo el proceso: rojo corresponde a “pobre” cuandotratamos la viabilidad, o a “muy alto” si estamosanalizando amenazas; amarillo es “regular” en viabi-lidad o “alto” en amenazas; verde es “bueno” en via-bilidad o “medio” en amenazas; y verde oscuro es“muy bueno” en viabilidad o “bajo” en amenazas.

Presiones y fuentes de presión

Si oprimimos la tecla “Presiones y Fuentes dePresión” en el menú de inicio, aparecerá la pantallaque consta en el cuadro 11.9. Allí observamos, enprimer lugar, el resumen de la viabilidad de cadaobjeto de conservación; en este caso el del monteespinoso-bosque seco, en el que mostramos los valo-res de “contexto paisajístico”, “condición” y “tama-

ño” y, a la derecha de estos valores, el valor jerárqui-co de la viabilidad. Estos valores han sido calculadospor el programa de forma automática. Luego apare-ce una cuadro con las presiones en donde la infor-mación introducida por el usuario o la usuaria es lade color azul y en donde también aparecen los valo-res de “severidad” y “alcance”. El programa calculaautomáticamente el valor de la presión que apareceen la columna de “presión” y asigna el color corres-pondiente. Si la persona usuaria no está conformecon el resultado obtenido del programa puede reem-plazarlo con el valor que crea conveniente, en laúltima columna.

El cuadro 11.10 nos ayuda a combinar los valoresde cada fuente de presión identificada, con cadapresión para cada objeto. En el ejemplo hemosincluido una sola amenaza. En la parte superior deeste cuadro observamos las presiones que fueroncargadas en el menú anterior. La amenaza (fuente depresión) que ha sido introducida por el usuario o lausuaria y los valores de “contribución” e “irreversibi-lidad” aparecen en color azul. El programa calculaestos valores y los combina con los de las presiones;en el extremo derecho aparece el valor jerárquico dela amenaza al sistema. Estos cálculos son realizadospara cada amenaza (fuente de presión) de cada obje-to de conservación. El Libro de Trabajo incluyealgunos menús para que escojamos las fuentes depresión predeterminadas, tal como constan en lapantalla 11.11.

Cuadro resumen

Luego de haberse llenado la información sobre via-bilidad y amenazas, el Libro de Trabajo produce elcuadro 11.12, uno de los más importantes del pro-ceso de planificación, porque nos facilita informa-ción crítica para la elaboración de estrategias. En lacolumna de la izquierda constan todas las amenazas

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El Libro de Excel

(fuentes de presión) identificadas, en la fila superiortodos los objetos y, en el medio, los valores de cadaamenaza para cada objeto. En la columna de laderecha aparece el valor jerárquico global de la ame-naza, de donde se coligen las más críticas, es deciraquellas con los valores más altos. En este ejemplodel valle del Motagua en Guatemala, la amenazamás crítica son las “Prácticas agrícolas incompatiblescon la conservación”, cuyo valor es “muy alto”,seguida por aquellas de valor “alto” que se encuen-tran en color amarillo. En la fila inferior está elgrado de amenaza de cada objeto: los más amenaza-dos (en color rojo) son el sistema fluvial y laHeloderma horridum, un tipo de lagarto venenosoque habita en el área. El cuadro 11.12 también nospermite identificar hacia qué amenazas críticas diri-giremos nuestras estrategias y cuáles son los objetosque probablemente requerirán estrategias de restau-ración.

Otro resultado producido por el programa, una vezintroducidas las estrategias que veremos más adelan-te es el cuadro 11.13, en el cual aparecen las amena-zas con el número de acciones estratégicas a ellasrelacionadas. En este caso constatamos que el mayornúmero de acciones estratégicas (primer númeroluego de los valores en color) está relacionado conlas amenazas más críticas, lo cual es bueno ya quepoco impacto habría si la mayor parte de accionesestuvieran relacionadas con las amenazas de valoresbajos.

El Libro de Trabajo ofrece muchas otras posibilida-des de presentar la información de acuerdo con lasnecesidades del usuario y la usuaria.

Estrategias

Usando la hoja de cálculo de estrategias del Libro deTrabajo podemos crear varios cuadros para describir

las estrategias de conservación del proyecto. Laúnica restricción es que solo podemos crear y ver uncuadro a la vez en la hoja de cálculo. El cuadro11.14 es un ejemplo de los diez disponibles en lahoja de cálculo de estrategias. El asistente para laintroducción de estrategias ofrece una serie de pan-tallas para insertar la información. También es posi-ble jerarquizar las estrategias utilizando menús pre-determinados como los que presentamos en la pan-talla 11.15

En la pantalla 11.16 podemos asignar la contribu-ción de cada acción estratégica al cumplimiento delobjetivo de conservación. Y, de la misma manera, enpantallas similares podemos incluir el resto de infor-mación para priorizar estrategias como las amenazasque estas contribuyen a mitigar; los atributos ecoló-gicos clave relacionados con la estrategia; los benefi-cios y factibilidad de cada estrategia; y los presu-puestos. En la pantalla 11.17 obtenemos una califi-cación para cada estrategia.

Otro de los resultados de este proceso es un resu-men de la priorización de las mismas que ilustramosen el cuadro 11.18

Existe un proceso similar para las acciones estraté-gicas. Re c o rdemos que el Libro de Trabajo nosbrinda numerosas opciones para presentar la infor-mación. Estúdialas y aplícalas de acuerdo con tusn e c e s i d a d e s .

Monitoreo

La hoja de cálculo del monitoreo es una de las apli-caciones más utilizadas por quienes han trabajadocon este programa. Captura una breve descripciónde todos los indicadores de monitoreo usados ya seapara el monitoreo de amenazas o de viabilidad. Enla hoja de cálculo aparece la información del moni-toreo en múltiples formatos, aunque sólo se crea y

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es visible un cuadro a la vez, la información puedeser presentada en diferentes formatos. El cuadro11.19 es un ejemplo del formato ‘Por indicador’.

Identificamos un re g i s t ro de monitoreo mediantesu indicador. Cada indicador puede apoyar avarios objetos de conservación, categorías (porejemplo, viabilidad o amenaza) e incluso a losatributos ecológicos clave dentro de cinco catego-rías de monitore o :1. Contexto paisajístico.2. Condición.3. Tamaño.4. Monitoreo basado en amenazas.5. Otro tipo de monitoreo (por ejemplo, mejoras

en la capacidad de conservación).

Usualmente definimos primero los indicadores pararegistros de monitoreo que apoyan las evaluacionesde viabilidad del objeto de conservación (1-3) y losintroducimos en el cuadro de las evaluaciones deviabilidad de ese objeto en la hoja de cálculo de via-bilidad. Un registro de monitoreo y su indicadorpueden vincularse a múltiples objetos, categorías yatributos clave. Con la palabra “efectividad” etique-tamos en los cuadros los indicadores que apoyan alos objetivos, y los que no están vinculados a losobjetivos con la palabra “estado”. En las primerascolumnas del cuadro 11.19 aparecen los indicado-res, los objetos de conservación, las categorías y losatributos clave (en formatos distintos que describi-mos a continuación). En las doce columnas restan-tes dentro de la hoja de cálculo desplegamos infor-mación particular sobre el programa de monitoreo eindicador incluyendo:• Referencias a las amenazas.• Referencias a los objetivos.• Métodos.• Valores jerarquizados.• Estado, ya sea el planeado o el actual (de aquí en

adelante no aparecen las demás columnas en elcuadro 11.19).

• Frecuencia y tiempos.• Ubicación.• Quién monitorea.• Costo anual.• Fuente de financiamiento.• Referencia al plan de monitoreo detallado.• Referencia al último informe actualizado de resu-

men o análisis.

Para crear un cuadro de monitoreo existe tambiénun asistente que nos brinda una serie de pantallaspara que introduzcamos la información, como laque presentamos en la pantalla 11.20 y, así, sucesi-vamente hasta crear todo el cuadro.

Capacidad

El propósito de la hoja de cálculo de capacidad,denominada Recursos del Proyecto en el Libro deTrabajo, es evaluar y calificar los recursos internos yexternos disponibles para el éxito del proyecto. Paraello desplegamos una pantalla similar a la del cuadro11.21 y evaluamos cada criterio, según vimos en elcapítulo 8.

Mejoras

En las últimas versiones del Libro de Trabajo hemosintroducido mejoras sustanciales. Quien haya intro-ducido información en las versiones más antiguaspuede trasladarla a las más recientes en segundos.Además, en el Libro de Trabajo hemos incluido unaexplicación de cómo asignar los puntajes, la cualpuede ser muy útil para desarrollar un proceso dePCA cuando no disponemos del Libro de Excel.

Estas son algunas otras novedades de las últimasve r s i o n e s :

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• Versión básica dentro de la versión ‘completa’.Las personas que la usan pueden seleccionar laversión ‘básica’ del Libro de Trabajo en la panta-lla de inicio y, así, limitar a la funcionalidadesencial del libro el número de campos de datos,los cuadros, las opciones de formatos de cuadrosy los asistentes que desean ver.

• Edición de cuadros de las estrategias y otras adi-ciones. Ahora podemos editar directamente en lahoja de cálculo las acciones estratégicas y suspasos. Además, podemos también editar rápida-mente los nombres de los objetivos, acciones,pasos e indicadores oprimiendo el nombre conun doble clic o (cuando calificamos las accionesestratégicas) ir directamente al lugar adecuadodel asistente al hacer doble-clic en la jerarquíarelevante. Las acciones estratégicas y pasos tam-bién tienen opciones adicionales de ordenamien-to. Y hemos agregado un campo para rastrear elestatus de las acciones y los pasos.

• Mejoras en el asistente de viabilidad. Ahora ofre-ce una versión ‘básica’ más corta, proporcionauna lista para seleccionar los atributos ecológicosclave y otra para seleccionar los indicadores.

• Mejor integración de indicadores. Ahora pode-mos crear y seleccionar entre los indicadores deuna lista. Los indicadores creados en el cuadrode viabilidad ahora son automáticamente partedel monitoreo. Los asistentes ya no tienen doslistas (indicadores de monitoreo y de viabilidad),sino una sola. Hemos agregado un campo dedatos para el estado actual del indicador queapoya al de viabilidad, a los indicadores basadosen amenazas y a otros.

• Mejoras en el cuadro resumen. Los cuadros deresumen contienen más de lo que apare n t a n .Al hacer un doble-clic en las jerarquías mostra-das en el cuadro de resumen de las amenazas oen los dos de resumen de viabilidad apare c e r á

una lista de acciones estratégicas, atributos eco-lógicos clave o indicadores que están vincula-dos a la jerarquía de amenaza o de viabilidadseleccionada. Además, ahora podemos ver elResumen de Amenazas, tanto mediante uníndice de indicadores como mediante uno dee s t r a t e g i a s .

• Acceso mediante doble-clic a los asistentes, edi-ción de términos y formatos de cuadros.Podemos ir directamente a un asistente, editar elnombre de un objetivo, acción estratégica, pasoo indicador, o ir a un formulario de formato decuadro con un doble-clic en ciertas áreas de lashojas de cálculo de viabilidad, estrategias, moni-toreo y objetos de conservación relacionados.

• Acceso a funciones clave mediante un clic dere-cho. Ahora, un clic derecho del ratón nos permi-te acceder rápidamente a las funciones de forma-to del cuadro, instrucción, comentario, búsqueday asistente.

• Adición de taxonomías estándares para amenazasy estrategias. Podemos definir las amenazas yestrategias y hacerlo usando taxonomías estánda-res. Éstas últimas mejorarán la habilidad de bús-queda y utilización de los libros de trabajo deuna audiencia más amplia.

• Reclasificación global de ecorregiones. Hemosexpandido y clasificado la lista de ecorregionesbajo reinos y tipos de hábitat principales.

• Los cuadros pueden copiarse a “MicrosoftWord”. Los usuarios y las usuarias de “MicrosoftOffice 2002” o más reciente pueden copiar auto-máticamente los cuadros

• Quienes deseen imprimir en blanco y negro y enun formato más legible las jerarquías que apare-cen a color, ahora pueden definir el formato dedichas jerarquías. Usuarios-as de “Excel 2000” omás reciente pueden trabajar en una hoja de cál-culo con las instrucciones abiertas.

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Pantalla 11.1. Ventana inicial del Libro de Trabajo de Excel

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Pantalla 11.2. Barra de herramientas

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Pantalla 11.3. Ventana de comentarios

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Pantalla 11.4. Evaluación de la viabilidad del objeto de conservación

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Pantalla 11.5. Asistente para la evaluación de la viabilidad del objeto de conservación

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Pantalla 11.6. Atributos ecológicos clave

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Pantalla 11.7. Ventana para incorporar umbrales a los indicadores

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Cuadro 11.8. Resumen global de la viabilidad

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Pantalla 11.9. Ejemplo de viabilidad y presiones del objeto monte espinoso-bosque seco en Motagua,Guatemala

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Cuadro 11.10. Ejemplo de análisis de contribución e irreversibilidad

Pantalla 11.11. Fuentes de presión predeterminadas por el Libro de Trabajo de Excel

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Cuadro 11.12. Resumen de las amenazas críticas en Motagua, Guatemala

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Cuadro 11.13. Resumen de las amenazas críticas y acciones estratégicas

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Pantalla 11.15. Ventana para incluir acciones estratégicas de un menú predeterminado

Cuadro 11.14. Ejemplo de objetivos y acciones estratégicas en Motagua, Guatemala

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Pantalla 11. 16. Ejemplo de la contribución de las acciones estratégicas al cumplimientodel objetivo de conservación

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Pantalla 11.17. Calificación del valor jerárquico de las estrategias

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Cuadro 11.18. Priorización de las estrategias

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Pantalla 11.20. Ejemplo del asistente para introducir la información para el programa de monitoreo

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CAP: Conservation Action PlanCATIE: Centro Agronómico Tropical de Investigación y EnseñanzaCODEFF: Corporación de Defensa de la Fauna y FloraCD: Compact disk o disco compactoCIDAT: Centro Interamericano de desarrollo e Investigación

Ambiental y TerritorialCR: En peligro críticoEEM: Evaluaciones de Efectividad de ManejoEIA: Evaluaciones de impacto ambientalEN: En peligroFAO: Fondo de Naciones Unidas para la Agricultura y la

AlimentaciónFLACSO: Facultad Latinoamericana de Ciencias SocialesGCAT: Equipo Global de Enfoque de ConservaciónGPS: Global Positioning System o Sistema de Posicionamiento

GlobalINRENA: Instituto Nacional de Recursos Naturales, PerúLCD: Liquid Crystal Display o proyector “Infocus”NOAA: National Oceanic and Atmospheric Administration o

Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de EEUUNT: Casi amenazadasOG: Organización gubernamentalONG: Organización no gubernamentalPALOMAP: Proyecto Participación Local en el Manejo de Áreas

Protegidas

Glosario deacrónimos

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PCA: Planificación para la Conservación de ÁreasPCS: Planificación para la Conservación de SitiosPeP: Parques en PeligroPOA: Plan operativo anualPNUD: Programa de Naciones Unidas para el DesarrolloPROARCA: Programa Ambiental Regional para CentroaméricaRAPPAM: Rapid Assessment and Prioritization of Protected Area

Management o Evaluación y Priorización Rápida del Manejo deÁreas Protegidas

SIG: Sistemas de información geográficaSIVA: Sistema integrado de control y vigilanciaTNC: The Nature ConservancyUET: Unidades ecológicas terrestresUICN: Unión Mundial para la NaturalezaUNESCO: Fondo de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia

y la CulturaUSAID: Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo

InternacionalVU: VulnerableWWF: World Wildlife Fund o Fondo Mundial para la Naturaleza

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Paulina Arroyo. Ecuatoriana. Estudió temas ambientales en laUniversidad de Waterloo, Canadá. Desde mediados de la década de1990 está dedicada a la conservación y manejo de áreas protegidas conénfasis en la participación comunitaria en el Ecuador, particularmenteen la capacitación e investigación de los procesos sociales que facilitanla conservación. Desde 1998 colabora con TNC, primero en elProyecto Participación Local en el Manejo de Áreas Protegidas(PALOMAP). Luego dedicó dos años a capacitar a profesionales y téc-nicos-as de campo en la aplicación del enfoque de género en el mane-jo participativo de los recursos naturales. En 2001 se integró a la plan-ta de TNC. En 2006 coordina el “Programa Parques en Peligro” en laBiorreserva del Cóndor, que abarca siete áreas protegidas en elEcuador, dentro del Programa Andes Tropicales del Norte.

Silvia Benítez. Ecuatoriana. Inició sus estudios universitarios en laUniversidad San Francisco de Quito, Ecuador, en donde obtuvo eltítulo de Baccaulaures en Ciencias Ambientales. Luego cursó unaMaestría en Gestión Ambiental (“Environmental Management”) en laUniversidad de Yale. Se especializa en el manejo de recursos naturalesy biodiversidad, con un énfasis en la planificación para la conserva-ción y la integración de la ciencia en los procesos de toma de decisio-nes. Trabaja con TNC desde 2001 como Directora de Proyectos deConservación para el Programa Ecuador. En 2006 coordina los pro-yectos de conservación del Programa Andes Tropicales del Norte.

Mauricio Castro Schmitz. Colombiano. Magíster en Manejo deRecursos Naturales y SIG por la Universidad de Wageningen, Países

Autores yautoras

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A u t o res y autoras

Bajos. Es ingeniero forestal graduado en la Universidad de São Paulo,Brasil. Fue socio fundador de la Fundación Herencia Verde deColombia con la que trabajó en este país. Posteriormente fue coordi-nador forestal y de planificación de conservación en el FondoMundial para la Naturaleza, WWF en Colombia. Entre 1999 y 2002fue miembro del directorio internacional del Forest StewardshipCouncil, FSC donde apoyó el establecimiento del mecanismo de cer-tificación forestal voluntaria, sobre todo en los países del Sur. Desde2003 trabaja en el Equipo Global del Enfoque de Conservación,GCAT de TNC, y en la Región de Conservación de Suramérica consede en Cartagena, Colombia. Como “Senior Conservation Scientist”desarrolla actividades de planificación, análisis global del hábitat, usode las herramientas de TNC, ejecución de estrategias y análisis deamenazas a la conservación.

Tarsicio Granizo. Ecuatoriano. Trabaja en el campo de la conserva-ción desde la década de 1980, en organizaciones gubernamentales yno gubernamentales del Ecuador y otros países de América Latina,tales como: Centro de Datos para la Conservación en Paraguay yEcuador; la Fundación Natura, Ecuador; la Fundación Antisana,Ecuador; y la Unión Mundial para la Naturaleza donde fue coordina-dor del Programa de Humedales para Sudamérica. Desde 1998 estávinculado a TNC, primero como Especialista en Áreas Protegidas delPrograma Ecuador, luego como Director del Programa deConservación de la División Andes y, desde 2004, como AsesorCientífico para Sistemas Nacionales de Áreas Protegidas de la RegiónSudamericana. Es autor y fue coautor de varias publicaciones científi-cas, y fue profesor de planificación para la conservación del ProgramaLíderes Sociales del Instituto Tecnológico de Monterrey.

Bernal Herrera-F. Costarricense. Obtuvo el título de ingenieroforestal de la Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica y el deMagíster en Manejo y Conservación de Bosques Tropicales en elCentro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza, CATIE.Es Doctor en Recursos Naturales de la Universidad de Freiburg,Alemania. Desde mediados de la década de 1990 está desarrollandoinvestigaciones y metodologías para la conservación, planificación ymanejo de la biodiversidad en Centro América. Es autor de más deveinte publicaciones sobre estos temas. Ha trabajado como investiga-dor, docente y coordinador de proyectos en el CATIE, la UniversidadNacional (Heredia, Costa Rica), el Centro de Investigaciones

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Agronómicas de la Universidad de Costa Rica y la Universidad deFreiburg, Alemania. Ha sido consultor de FAO, UICN y PROARCA.En 2006 es Director del Programa de Ciencia, TNC, Costa Rica.

Sandra Ísola. Peruana. Desde 2003 es coordinadora del proyectoPacaya-Samiria, Programa Amazonía de TNC. Tuvo a su cargo elPrograma de Capacitación en Planificación para la Conservación deÁreas, PCA, en el Perú; junto con el Instituto Nacional de RecursosNaturales (INRENA) capacitó a más de 60 personas. Antes de unirsea TNC estuvo investigando sobre la nutria gigante o lobo de río y tra-bajando con organizaciones conservacionistas, como el Centro deDatos para la Conservación, World Wildlife Fund y WildlifeConservation Society.

Michelle Libby - Te w i s . Costarricense. Di rectora de Im p l e m e n -tación para la Estrategia de Áreas Pro t e g i d a s en la región deMesoamerica y el Caribe, TNC. Desde mediados de las década de1990 se dedica a estudiar la conservación comunitaria y planificaciónestratégica en las áreas protegidas haciendo énfasis en la part i c i p a c i ó nsocial y en la incorporación de los diagnósticos y análisis de actores alas estrategias de conservación. Ha liderado procesos de diagnósticosocial y económico en la planificación a nivel ecorregional; inició yc o o rdinó un programa de conservación marina binacional en los paísesde San Vicente y Grenada. Fue Di rectora del Programa de Alianzaspara la Conservación de TNC en Mesoamérica y El Caribe. Ha re a l i z a-do estudios en antropología, historia y desarrollo social y económico.

Óscar Maldonado. Guatemalteco. Desde principios de la décadade 1990 trabaja en la planificación estratégica para el manejo de áreasprotegidas y uso de los recursos naturales. Ha liderado equipos multi-disciplinarios relacionados con la conservación de la biodiversidad, enproyectos de ONG, organizaciones de base, instituciones académicas,agencias gubernamentales y organismos internacionales. Ha enfocadosu trabajo en el diseño de metodologías que mejoran la participación,análisis y entendimiento de los aspectos sociales y políticos de la con-servación, así como la aplicación de los enfoques multidisciplinariosen las ciencias de conservación. Es antropólogo social de laUniversidad Autónoma Metropolitana, México, y de la UniversidadSan Carlos, Guatemala. Ha realizado estudios de postgrado en medioambiente y desarrollo en la FLACSO, Guatemala y evaluaciones deimpacto ambiental en el CIDIAT, Venezuela. Es Magíster en geogra-

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fía, Universidad de Texas en Austin. En 2006 forma parte del EquipoGlobal de Enfoque de Conservación, GCAT, de TNC.

María Elena Molina. Guatemalteca. Posee formación y experien-cia en conservación del patrimonio cultural y en gestión ambiental ydesarrollo sostenible. Es arquitecta con Magíster en Restauración deMonumentos, Centros y Sitios Históricos. Ha sido consultora de laUNESCO en Lima, del PNUD, del Banco Interamericano deDesarrollo y de World Resources Institute en los temas de proyectos,políticas y planificación de recursos naturales, culturales y ordena-miento territorial. Desde 1992 es profesora en temas de conservación,planificación y manejo del patrimonio natural, cultural y ecoturismo,de la Universidad de San Carlos, Guatemala. Desde 2000 se desempe-ña como Coordinadora de Programas de TNC en Guatemala, endonde ha liderado el desarrollo de la metodología de planificación derecursos culturales, en forma integrada a la metodología dePlanificación para la Conservación de Áreas, PCA. Ha participado enla conducción, facilitación, capacitación y asesoría metodológica de almenos quince PCA.

Estuardo Secaira. Guatemalteco. Desde 2001 es asesor en Cienciay Manejo para la Conservación de TNC, Guatemala. Estudió agrono-mía en la Escuela Agrícola Panamericana, El Zamorano, Honduras yEconomía de Recursos Naturales de la Universidad de Florida,Gainesville. Es Magíster en Biología de la Conservación y Desarrollosostenible, Universidad de Wisconsin, Madison. Desde principios dela década de 1990 ha trabajado en manejo y planificación de áreasprotegidas y paisajes en el Petén, noroeste de Guatemala (Sierra de lasMinas, Bocas del Polochic y la región semiárida del valle del Motagua)y la cadena volcánica occidental. El énfasis de su trabajo como conser-vacionista está puesto en la agricultura sostenible, la relación con pue-blos indígenas y el patrimonio cultural; más recientemente está dedi-cado a la planificación para la conservación.