Manual Del Pintor de Historia

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 MANUAL PINTOR DE HISTORIA

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MANUAL

PINTOR DE HISTORIA.

MANUALDEL

PINTOR DE HISTORIA. SEA RECOPILACIN DE LAS PRINCIPALES REGLAS, MXIMAS Y PRECEPTOS PARA LOS QUE SE DEDICAN ESTA PROFESIN,

D. FRANCISCO DE MENDOZA,Profesor de la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado, Seccin Elemental, etc.. etc., etc.

MADRIDIMPRENTA D E T. FORTANETCALLE DE LA LlBEnTAD , NM. 2 9

1870

Exento. Sr. . ros iLuis be mtljeTa,

Juy Sr. mo; ^/djunto remito 'V. el MANUAL DEL D HISTORIA, (jue h escrito para su publicacin. E

PINTOR

^or el prembulo podr 'V. ver cul ha sido mi deseo al ocuparme en este trabajo. J^ada ms natural cjue moleste su atencin, como celoso 'director de la 'Sscucla Superior de pellas ^rtes, cargo est la direccin de la enseanza. "desear la examine v vea si he llenado el objeto que me he propuesto; por cuya molestia le quedar agradecido su afectsimo subordinado profesor y amigo q. 1. s. m. ^ cufo

Francisco de Mendoza.

Miiflrkl n INTURA, ESCULTURA Y GRABADO.D I R E C C I N . PARTICLAB.

Sr. . Francisco be Menciona.

D^Li aprcciahle amigo: 2/c leido el MANUAL DEL

PINTOR

D HS O I (uc sc ha scrvido 'l-^. remitirme, f me rs E I T RA muy grato el felicitarle por su. oportuno y esmerado trabajo. "Greo mxLy til su puhlicacion, conviniendo con '^ . en la necesidad de tener reunido en un gratado Manual las principales reglas, mximas f preceptos tan necesarios los jvenes cjue se dedican al estudio de las Tacllas (Artes; porque aun agellas r/ue la viva voz del maestro se les ensena, las suden olvidar con la mayor facilidad. aprovecha la ocasin de ofrecerse suyo afectsimo amigo y compaero q. 1. s. m.Carlos Luis de Ribera.

l.T rto Sr'licmln'e flp ]"0.

AL LECTOR.

Me ha movido slo al emprender este trabajo el deseo de poder prestar nn gran servicio la juventud que se dedica al cultivo de las Bellas Artes, y nuiy particularmente al Pintoi- de historia, llenando un vaco que he encontrado desde los primeros aos de mi carrera, y que aun contina; facilitando por este medio el (|ue puedan aprender y tener ;'i la mano desde los primeros aos de estudio, las mximas, reglas y preceptos genersiles, y hacer aplicacin de unas y otros segn sus adelantos. Estas doctrinas estn adoptadas y sancionadas por todos los grandes maestros, tanto en sus escritos y tratados de Pintura, como en sus obras prcticas, observndose, respetndose, y sirviendo de enseanza en todos tiempos: asi que poco dir de nuevo, aunque emitir alguna idea hija del estudio, y aun discutida y aclarada en controvei'sias artsticas, tanto en Espaa como en el extranjero. Como no est establecido rigorosamente mtodo ni costumbre alguna en las Escuelas para la enseanza terica de estas reglas y preceptos en toda su exten-

sion, teniendo cada uno que buscarse el modo de aprenderlas, leyendo los autores indicados, de aqu la necesidad de hacer un tratadito que, recopilando lo expuesto, pueda estudiarse fcilmente y con poco coste, sin tener que acudir dichas obras, que, si l)ien muy recomendables por su objeto y mrito, son demasiado enciclopdicas, algo difusas y sobrado incmodas de manejar, por su volumen poca facilidad de encontrarlas; no siendo tampoco insignificante su coste para los que no cuentan con bastantes medios de fortuna. He procurado recopilar nada ms que lo verdaderamente til y necesario, como son las proporciones del cuerpo humano, las reglas de composicin, las mximas y preceptos de colorido, y la armona, gracia y belleza, omitiendo la anatoma y perspectiva, por haber clases especiales donde se ensean terica y prcticamente en toda su extensin; abandonando tanto frrago de doctrinas impracticables de algunos autores, especie de recetas que no pueden tener aplicacin la prctica. Este tratado puede ser de provecho tambin y utilidad los profesores encargados de la enseanza, auxilindolos y evitndoles la repeticin de doctrinas que suelen olvidar los discpulos con la mayor facilidad, como asimismo muy curioso para los amantes y aficionados las Bellas Artes, quienes servir igualmente de guia para poder juzgar con ms acierto y seguridad de una obra. Desear haber llenado con este Manual el objeto

que me lie propuesto, facilitando medios prontos y eficaces de ejecucin 4 la juventud artstica y estudiosa. El plan que ms propsito he credo para estal)lecer un orden conveniente, ha sido empezar por la simetra proporciones del cuerpo humano, como lo primero que se debe aprender para dibujar el natu-~ ral y antiguo, pues con este conocimiento es ms fcil obtener la correccin y exactitud del contorno. Con la simetra, sean proporciones del cuerpo humano, se aprende, no slo dar con acierto y seguridad cada miembro parte de que se compone la figura, sino que se adquiere tambin la facultad y el instinto de saber escoger de la naturaleza los modelos y cuerpos ms perfectos. Esta ciencia es la que hizo los griegos tan superiores nosotros. De estas proporciones se derivan la belleza, la gracia y el'movimiento. Es asimismo absolutamente indispensable el conocimiento de esta parte los escultores, por su completa aplicacin las estatuas.

DE LA SIMETRA Y PROPORCIONES

CUERPO HUMANO

La base de la simetra proporciones del cuerpo humano, es la cabeza, rostro, de la cual se saca la proporcin y simetra para todos los dems miembros de la figura cuerpo humano; y as, bien sea una otra la que se tome para este fin, se divide en cierto nmero de partes iguales, para que, sirviendo como de escala, se midan mejor, y se d cada uno su justo tamao, y esto aun en los ms diminutos, como son los artejos y uas. Lo ms ordinario y comunmente establecido, y en lo que convienen todos los autores, es en dividir el largo de la cabeza en cuatro partes iguales, las que se da el nombre de tercios, no obstante sean cuatro las divisiones, porque tres de ellos forman el largo de la cara rostro. Luego cada una de estas partes se divide en dos y se llaman sextos, y as, con estas divisiones y subdivisiones, se mide una figura de bella proporcin.

DE LA FIGURA.

Alto y ancho, mirada de frente. La figura humana bien formada tiene de alto ocho cabezas , repartidas en esta forma: La primera, la misma cabeza, sea desde la coronilla parte superior del parietal la punta de la barba. La segunda, de hi barba hasta la lnea recta de los pezones de la tetilla. La tercera, de la tetilla al ombligo. La cuarta, del ombligo hasta la divisin del tronco. La quinta y sexta, desde el tronco hasta la parte superior de la rtula de la rodilla. Y la stima y octava, lo restante de la pierna hasta la planta de) pi.

Ancho, defrente. Tiene de ancho el cuerpo, mirado de frente por los pechos, cabeza y media, sean seis tercios. La misma medida tiene por las caderas. Por la cintura tiene cinco tercios.

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De lado, su grueso.Por acintura, su ancho es una cabeza, sean cuatro tercios. Por los pechos tiene cinco tercios. Y por las caderas igual medida.

Proporciones de la cabeza.ll largo de la cabeza, como ya se ha dicho al principio, se divide en cuatro partes. i'rimera, del alto del crneo al nacimiento del pelo en la frcnt(!. Segunda, de! nacimiento del pelo hasta el arranque de la nariz. Tercera, toda la nariz. Cuarta, de la nariz . la extremidad de la barba. Esta ltima parte se dividir en cuatro, para dar la colocacin la boca. De este modo: la primera parte para el labio superior; la segunda para el inferior, y las dos restantes para la barba. La nariz tiene de ancho la mitad de su alto, sea un sexto. La cara tiene de ancho dos tercios y un sexto. Los ojos tienen de largo, desde el lagrimal . su extremo opuesto, un sexto. El espacio que media entre uno y otro ojo es otro ojo, sea un sexto. El espacio que hay cada lado de los ojos hasta com-

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pletar el ancho de la cara, es un sexto por cada lado, lo cual da el resultado del ancho de la cara. El ojo se divide en tres partes iguales, y una de ellas es el dimetro de la pupila. La oreja es igual al alto largo de la nariz, su ancho la mitad del alto; ste se divide en tres partes iguales, y la del centro es la proporcin de su concha concavidad. La oreja se coloca dentro de las dos paralelas de la nariz.

Del cuello. El cuello tiene de largo desde la oreja al hoyuelo de la garganta, dos tercios y sexto. De ancho, por cualquier parte que se mire, dos tercios.

De los brazos. Los brazos extendidos, haciendo ngulo recto con el cuerpo, tienen de largo lo mismo que tiene toda la figura de alto. Cada brazo en particular, contando desde la articulacin del hombro hasta el extremo del dedo largo de la mano, tiene de largo tres cabezas y media, repartidas del modo siguiente: cabeza y media desde la articulacin del hombro hasta la del codo: una cabeza y tercio del codo l mueca, y tres tercios un rostro, que es lo mismo, para la mano. El grueso mayor, tanto del brazo como del antebrazo. es poco ms ste largo de las manos se divide en nueve partes, para dar la proporcin k loa dedos en esta forma: Mirada por la palma, cinco partes se da k sta de largo, y las cuatro restantes k los dedos. Mirada por la jiarte opuesta, es al contrario; cinco partes se dan los dedos de largo, y las otras cuatro k lo restante de la mano, hasta la mueca, advirtiendo que el primer artejo de los cuatro dedos es la mitad del largo de cada uno de ellos. il dedo pulgar tiene de largo sus dos primeros artejos; se entiende hasta la articulacin con la jjalraa, un tercio. El ancho de la mano, mirada en lnea recta por la articulacin do los dedos con la palma, ti(;ne la mitad de su largo, que son cuatro partes y media, de stas en que se ha dividido la mano. La uas en todos los dedos, son la mitad del artejo que (corresponden. De las piernas. VA largo de las piernas es de cuatro cabezas, como queda demostrado en la medida general de la figura, y rejjartidas en la forma expresada. El ancho de los muslos, por su nacimiento, es de tres tercios, un rostro. Por la rodilla, el ancho es de dos tercios, y por lo ms delgado, encima de los tobillos, slo de uno.

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Todo esto se entiende mirada la figura de frente; porque mirada de lado, esta ltima parte, encima de los tobillos, so aumenta un poco ms, esto es, tiene tercio y sexto. Por los mu-slos, en su nacimiento y rodillas, tiene el mismo ancho que de frente.

Del pi. ll pi tiene de largo una cabeza, sean cuatro tercios, no obstante que las estatuas antiguas tienen algo ms. El ancho medio rostro, sea tercio y sexto; lo mismo tiene de grueso alto, contando desde la planta h la articulacin con la pierna. 8u anclio por el taln es de un tercio. Dividido ol ancho del pi en tres partes ig-uales, se tiene la proporcin de los dedos, porque la primera divisin determina el ancho del dedo gordo; la segunda de los dos inmediatos, y la tercera de los dos restantes. Kl alto del pi dividido lo mismo, en tres partes iguales, da igualmente el alto de los dedos, el cual es el de una de estas partes.

PROPORCIONES DE LA MUJER.

La mujer tiene las mismas proporciones que la figura del hombre: slo en la cadera y vientre ha de ser algo ms ancha que el liombre. Lo mismo las piernas y los muslos: son un poco ms gruesos, y van adelgazando hasta la articulacin con el pi. .Su construccin en general es ms redonda que en el hombre, y por consiguiente ms suave, y ranos pronunciados los msculos.

SIMETRA Y PROPORCIONES DE LOS NIOS EN LA INFANCIA.

Pongo la simetra escala de las proporciones de los nios en la edad infantil, para que aunque pasajera, por decirlo as, pueda, sin embargo, servir de auxilio y como de base siempre que haya necesidad de representar nios hasta la edad de siete aos, facilitando y aclarando por este medio ciertas dudas que suelen ocurrir en este caso sobre la' relacin de proporciones de los miembros del cuerpo respecto de la cabeza. los nios de esta edad les dieron tambin los antiguos proporciones relativas como al cuerpo del hombre. Considrase la infancia de los nios la edad de tres aos, cuando los miembros tiernos de su cuerpo sp disponen moverse, pues en esta edad se hallan en ^ti medio crecimiento.

Descripcin de las proporciones de los nios. La base escala para las pw>,porcones de los niijos es, como en el hombre, la cabeza ^ eon la diferencia de que sta

se divide en tres partes iguales, las que se da tambin el nombre de tercios, y stos se subdividen su vez en mitades, llamadas sextos, como en la figura del hombre. Tngase, sin embargo, presente, que lo que dejamos dicho de la divisin en tres partes, se refiere toda la cabeza, y que la del hombre se distribuye en cuatro, aunque una y otra divisin reciban el mismo nombre de tercios y sextos: y la aclaracin de esta diferencia queda hecha en la simetra de la figura del hombre.

Altura. La altura de un nio de esta edad es de cinco cabezas, por mejor decir, su altura se divide en cinco partes, en esta forma: una parte la cabeza, dos al cuerpo, y dos las piernas, repartindose una de stas en tercios y sextos, como dejarnos expuesto.

De la cabeza. Sabemos ya que la cabeza se le da una de las cinco partes de su altura: im tercio desde el nacimiento del pelo en la frente hasta la parte superior del crneo; otro del nacimiento del pelo hasta las cejas, y otro tercio de las cejas la barba. ll largo de la nariz es de un sexto, mitad del ltimo tercio. El otro sexto se da la boca y barba, dividindose este ltimo en tres partes, una para el labio superior, otra para el inferior y otra para la barba. El ancho del rostro es de dos tercios.

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La garganta cuello tiene de ancho un tercio, y de alto otro; medio de ste, desde la barba la oreja, y el otro desde la barba al hoyo de la garganta; de manera que en el perfil no se ve garganta entre la cabeza y el hombro.

Cuerpo, brazos y piernas. Desde la barba hasta los pechos hay dos tercios, y de alh al nacimiento de las piernas una cabeza y un tercio, sean cuatro tercios. Los muslos tienen de largo tres tercios, sea una cabeza hasta la rodilla. Las piernas, desde la rodilla hasta la garganta del pi, miden dos tercios y un sexto de largo. Los muslos de ancho un tercio y sexto. De ancho las piernas por la pautorrilla, un tercio y un cuarto de tercio; por la garganta del pi, im tercio de ancho. El pi tiene de largo dos tercios, y de alto un sexto. Los brazos miden de largo, desde el sobaco hasta el dedo largo de la mano, cinco tercios. La longitud de la mano es un tercio; dividido ste por mitad, la primera es para la palma, y la otra para los dedos. El brazo consta de dos tercios, desde la mueca hasta el codo, y de otros dos desde ste hasta el sobaco.

OBSERVACIONES Y REGLAS GENERALES

DE

LA

FIGURA

Memas de la simetra y reglas de proporcin que dejamos explicadas, hay otras particulares muy tiles y dignas de tenerse presentes. La primera de ellas es la estatura de la fgura humana, que necesariamente debe procurarse sea bella y majestuosa, por ser el tipo ms perfecto de la especie. Lo general, conforme las observaciones y estudios hechos por cuantos han escrito sobre esto, vara segn los pases. Buffon dice que la estatura general es de 1,624 lm,730, y la gran talla varia hasta lm,760. Pellot de Montabert cree que el trmino medio de la talla del hombre no pasa de 1,625, y el sabio fisiologista Haller cree que debe alcanzar de 1,670 1^,786 ; pero en esta opinin no est acertado, porque juzga por las tallas que generalmente hay en Suiza, donde son elevadisimas. As que, resumiendo todas estas opiniones, y segn nuestros climas, puede ser una figura perfectamente esbelta y no pasar su altura de im,624 1,678, y la de la mujer 1,625. El artista, sin embargo, puede elegir el tamao que le convenga y sea de su agrado, dndole las proporciones convenientes, pues las medidas tallas expuestas se refieren slo lo que se llama tamao natural. No obstante,

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una observacin har, y es que el tamao de 1,200 no es del mejor efecto, siendo insufrible y mucho peor en retratos de cuerpo entero, pues aunque las proporciones estn bien, hacen el efecto de enanos y hombres chiquitos. La cabeza tiene su forma ovalada. En el hombre es un poco ms cuadrada que en la mujer, y en los nios ms redonda. Los ojos son ms largos que redondos; y respecto las pupilas, hay que tener mucho cuidado de que giren y se muevan siempre un lado. La nariz sale tanto de la superficie de la cara como es su ancho. Bajando dos perpendiculares por los extremos de la boca, dan el ancho de la barba, y de los nudillos de la clavcula que estn los lados del hoyuelo de la garganta. Las orejas en los jvenes deben ser ms pequeas y redondas que largas; en los, viejos son ms crecidas y grandes, asi como las narices. Kn los brazos y piernas, sobre todo, hay que tener presente que si un msculo sobresale hacia un lado, del otro se hunde el contrario proporcin, fin de que nunca haya por ambos lados una misma forma de contorno; porque observando bien el natural, asi lo demuestra, y de otro modo hace malo y abalaustrado, y contrario la verdadera forma de la naturaleza; regla y precepto fijo que se observa en las obras de los grandes maestros. En las piernas se manifiesta la regla anterior muy marcadamente, porque los msculos caen siempre ms por la parte interior que por la exterior. La punta de la rodilla debe estar ms alta que la corva. El codo del brazo ms adelante que la sangra doblez del mismo. Los dedos de las manos ms delgados hacia las uas, que en su nacimiento.

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En los dedos de los pies al contrario; son ms gruesos en sus puntas que en su nacimiento. Los cuatro dedos menores del pi estn encorvados y juntos, al contrario de los de las manos, que estn sueltos y libres. El ms largo de los dedos del pi es el inmediato al dedo gordo: los dems cada vez ms cortos y retrados, hasta el punto de que el ms pequeo caiga enfrente del juanete del dedo gordo.

D E L A COMPOSICIN.

Composicin es la buena disposicin y colocacin de las figuras, y de las dems partes de que consta el asunto cuadro. Las partes de que se compone el asunto, unas son esenciales, y otras accidentales. Las esenciales son aquellas sin las cuales no puede subsistir ni presentarse con claridad el argumento; las accidentales son las que, sin ser absolutamente necesarias al asunto, pueden emplearse para expresarlo mejor y ponerlo al alcance de todo el mundo. Aqu entra el buen criterio del artista, en distinguir lo esencial de lo innecesario; la colocacin de los personajes y dems objetos, segn su importancia, dando la preferencia y mejor lugar al hroe hroes principales sobre los que no lo son tanto, de modo qu sin dificultad ni embarazo se encuentren al momento, y no se titubee al verlos, comprendiendo desde luego el asunto que el artista se ha propuesto representar. Asi que, debe meditarse mucho sobre la eleccin del asunto, para que tenga inters, y el pblico ilustrado lo comprenda en el acto, y sea una pgina de la historia, que recuerde un hecho notable bajo cualquier concepto que sea: porque por bien ejecutado que est, si el asunto no tiene inters, rebaja infinito el mrito de la obra.

Una de las mximas esenciales que dan belleza la composicin, es no ag-lomerar muchas fig-uras ni demasiados objetos. Con la sencillez en la composicin se consig-ne el lucimiento del g-rnpo principal, dndole espacio suficiente; siendo cierto que multiplicando indiscretamente los objetos, stos estorban el g-oce de lo principal, y distraen la atencin de lo esencial. Debe observarse en la disposicin del todo una distribucin perfecta, de la cual resulte un conjunto ag'radable: qu(f haya unidad y dependencia reciproca entre el grupo principal y el accesorio; y para conseg-uir e.sto, puede tam'en recurrirse la variedad de sexos, edades y calidades. i el asunto lo permite. No se debe omitir por neglig-encia ninguno de aquellos adherent