Manual Arbolado

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manejo de arbolado en la construcción y mantenimiento de infraestructuras Manual Con la colaboración de: P robablemente ninguno de los habitantes de países civilizados podría imaginar vivir en un lugar sin árboles, sin parques o vegetación. El paisaje sería desolador, la contaminación dominaría las ciudades y se perdería gran parte de la calidad de vida que diariamente disfrutamos. Sin árboles, la ciudad se convierte en un paisaje estéril de ladrillo, acero y asfalto. Los árboles, en las ciudades, son bosques de salud y contribuyen a hacerlas más habitables para la gente, fomentando un ambiente natural, añadiendo belleza y creando un lugar beneficioso para la salud mental de sus habitantes. Ayudan a eliminar, atrapar y sostener partículas contaminantes (polvo, cenizas, polen y humo) que pueden causar daños a los seres humanos. Absorben C0 2 y otros gases peligrosos y, a cambio, restauran la atmósfera con oxígeno. Los árboles también reducen el efecto invernadero al proporcionar sombra a nuestras casas y edificios de oficinas, disminuyendo la necesidad de usar el aire acondicionado hasta un 30 por ciento. Por todo ello, los árboles son un elemento fundamental de nuestras vidas que debemos cuidar con especial atención. Es por este motivo que Bosques Sin Fronteras, junto con la Fundación Biodiversidad y las empresas de Ferrovial, ha promovido la elaboración de este manual que pretende fomentar el cuidado y manejo de los árboles dentro del ámbito de las obras y la realización de infraestructuras. Se trata de un manual técnico que recoge toda la información necesaria para todos aquellos técnicos, operarios, contratistas, promotores y constructores que desarrollen su labor dentro del ámbito de la obra civil, así como para los profesionales relacionados con el medio ambiente. www.bosquessinfronteras.org Manual de manejo de arbolado en la construcción y mantenimiento de infraestructuras

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manejo de arboladoen la construccióny mantenimientode infraestructuras

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Con la colaboración de:

P robablemente ninguno de los habitantes de países civilizados podría imaginar vivir en un lugar sin árboles, sin parques o vegetación. El paisaje sería desolador, la contaminación dominaría las ciudades y se

perdería gran parte de la calidad de vida que diariamente disfrutamos.

Sin árboles, la ciudad se convierte en un paisaje estéril de ladrillo, acero y asfalto. Los árboles, en las ciudades, son bosques de salud y contribuyen a hacerlas más habitables para la gente, fomentando un ambiente natural, añadiendo belleza y creando un lugar beneficioso para la salud mental de sus habitantes. Ayudan a eliminar, atrapar y sostener partículas contaminantes (polvo, cenizas, polen y humo) que pueden causar daños a los seres humanos. Absorben C02 y otros gases peligrosos y, a cambio, restauran la atmósfera con oxígeno.

Los árboles también reducen el efecto invernadero al proporcionar sombra a nuestras casas y edificios de oficinas, disminuyendo la necesidad de usar el aire acondicionado hasta un 30 por ciento.

Por todo ello, los árboles son un elemento fundamental de nuestras vidas que debemos cuidar con especial atención. Es por este motivo que Bosques Sin Fronteras, junto con la Fundación Biodiversidad y las empresas de Ferrovial, ha promovido la elaboración de este manual que pretende fomentar el cuidado y manejo de los árboles dentro del ámbito de las obras y la realización de infraestructuras. Se trata de un manual técnico que recoge toda la información necesaria para todos aquellos técnicos, operarios, contratistas, promotores y constructores que desarrollen su labor dentro del ámbito de la obra civil, así como para los profesionales relacionados con el medio ambiente.

www.bosquessinfronteras.org

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Edita: SDL Ediciones. www.sdlmedioambiente.com©Edición: SDL Ediciones.Coordinación editorial: Susana Domínguez/Bosques Sin Fronteras.©Textos: José L. Rodríguez, Teodoro Lobato, Claudio Sánchez, Sonia Álvarez, Juan J. Rosado, Marta Arroyo, Marta González, Juan Barrero, Mónica de la Cueva, Félix Olivares, Susana Domínguez.Diseño y maquetación: Adela Ruiz-Bravo/SDL Ediciones.©Fotografías: De los autores.Depósito Legal: M-38524-2012Impresión: Advantia.ISBN: 978-84-938700-2-7

manejo de arboladoen la construccióny mantenimientode infraestructuras

ManualProhibida la reproducción total o parcial de esta obra sin permiso previo de los autores.

E D I C I O N E S

de

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Índice

página 112BIBLIOGRAFÍA Y PÁGINAS WEB

EL ÁRBOL DEL VIVERO A LA OBRAl Selección de especiel Selección de procedencia y control de calidad en vivero l Recepción en obra y control de calidadl Transporte l Descarga l Acopio

página 40INTRODUCCIÓNl Problemátical Aspectos genéricosl Como determinar el estado de saludl El sistema de raícesl La parte aérea. Equilibrio y necesidadesl Formación de personal técnicol Instrumentos y materiales

página 12

PROTECCIÓN DEL ARBOLADO EN EJECUCIÓN DE OBRASl Arbolado Urbano. Particularidades de su gestión y mantenimientol Inventariación y uso de G.I.S.l Detección de ejemplares peligrosos y solución individualizada. Cálculo de Dianal Medidas para proteger los árboles en obras: l Protección parte aérea l Protección sistema radicular

TRASPLANTESl Consideraciones previas l Identificación y señalización del ejemplarl Época de los trasplantes l Condicionantesl Poda del ejemplar l Ejecución del trasplantel Protección del cepellónl Maquinaria y condiciones de transportel Colocación y aporte de material vegetall Mantenimiento de los ejemplares

PODAS Y TALAS EN OBRAl Consideraciones generalesl Tipo de podasl Efectos de las podasl Herramientas y tipos de cortel Época de podal Talasl Procedimiento administrativo

página 56

Capítulo 1Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 2

Capítulo 5

página 88PLANTACIONES l Consideraciones generales l Época de plantaciónl Procedimientos y tipos de plantaciónl Calidad de plantal Preparación del hoyol Características del terrenol Operaciones complementariasl Ejecución de alcorquesl Sistemas de sujeción y protección l Tutoresl Barreras antirraícesl Control de calidadl Mantenimiento

EJEmPLO PRÁCTICO: PLANTACIONES REALIZADAS EN EL PARQUE JUAN CARLOS I (mADRID)

PLANTACIÓN DE ARBOLADO DE GRANDES DImENSIONES l Selección del arbolado en viverol Repicado y poda en árboles de grandes dimensionesl Extracción, manipulación y transporte l Maquinaria y metodología en la manipulación l Dimensionamiento del volumen de suelol Drenajes y sistemas de sujeción del cepellón.l Programa de mantenimiento

Capítulo 6

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José Luis Rodríguez Gamo es Ingeniero de Montes por la UPM, Programa de Gestión Directiva por el Instituto de Empresa y Máster de conservación y mantenimiento de zonas verdes urbanas por la UPM. Su trayectoria profesional ha estado siempre vinculada al mundo de la empresa, dentro de la gestión de espacios verdes, tanto del medio natural y forestal como urbano. En la actualidad es Gerente de Obras y Servicios de Jardinería y Forestales dentro de la empresa CESPA.

Juan José Rosado López es licenciado en Biología por la Universi-dad Autónoma de Madrid. Trabaja en Ferrovial-Agroman desde hace 12 años, siendo en la actualidad responsable del Servicio de Medio

Ambiente de la empresa. Participa en otras actividades como Gru-pos de Trabajo en AENOR, SEOPAN así como profesor en cursos y

master relacionados con la gestión ambiental en construcción.

Sonia Alvarez Torres es Ingeniera de Montes por la UPM. Des-de 2004 trabaja para Cespa, en la que desarrolla su labor como Jefe de Servicio dentro de la gerencia de obras de jardinería y servicios forestales. Ha realizado grandes obras para el Ayunta-miento de Madrid tales como el Parque Juan Pablo II, la Cuña Ver-de de O´Donnell, el Parque de Arroyo Pozuelo y diferentes fases de Madrid Río, así como en el Parque Forestal de Valdebebas.

Marta Glez-Quirós Mdez de Luarca, es Ingeniera Técnica Agrícola con especialidad en Jardinería y Hortofruticultura; Jardinero Proyectista por la

Escuela de Jardinería y Paisajismo Castillo de Batres; Master en Admi-nistración de Empresas por la U.P.M.; Técnico Superior en Prevención de

Riesgos Laborales. Actualmente es Jefe de Servicio en CESPA, responsable de Mantenimiento de Zonas Verdes Municipales de la Ciudad de Madrid.

Marta Arroyo Gutiérrez es Bióloga por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Gestión Medioambiental por la EOI. Desde hace 9 años es Técnico del Servicio de Medio Ambiente de Ferrovial-Agromán, donde realiza tareas de implantación y mantenimiento del Sistema de Gestión Ambiental de la empresa, asistencia técnica a las obras, especialmente en lo relativo a la gestión del arbolado, y participa en actividades de formación ambiental, tanto presenciales como on-line.

Teodoro Lobato Delgado es Ingeniero Técnico Agrícola por la UPM. Master en Jardinería y Paisaje por la UPV yTécnico Superior en Pre-vención de Riesgos Laborales. Desde el año 1994 ha trabajado en la empresa CESPA, como técnico responsable del mantenimiento de zonas verdes y arbolado urbano en distintos distritos de Ma-drid y, desde el año 2005, trabaja como técnico responsable del mantenimiento integral del PARQUE JUAN CARLOS I de Madrid.

Félix Ignacio Olivares Ponce es licenciado en Biología y consultor técnico y científico en restauración ecológica del paisaje y jardi-

nería. Trabaja desde el año 2004 en Ferrovial-Agromán como jefe de calidad y medio ambiente y Jefe de producción de jardinería.

Mónica de la Cueva Dobao es Ingeniera Técnica Agrícola por la UPM. Desde 1998 trabaja para el Grupo Ferrovial, inicial-mente realizó labores de técnico y jefe de servicio en diversos contratos de la CAM y actualmente es Gerente del área de man-tenimiento de zonas verdes para el Ayuntamiento de Madrid, gestionando el Parque Juan Carlos I y 10 distritos de Madrid.

Claudio Sánchez Alonso es Ingeniero de Montes por la U.P.M, des-de 2001 desarrolla su actividad profesional en CESPA, como Jefe de

Servicio de Jardinería y Obras Forestales, en donde ha dirigido, entre otras, las obras de restauración de los bosquetes y alineaciones de la

Canal, restauración de la Carrera de Caballos , mejora de paseos en los Jardines de la Granja de San Ildefonso y recuperación de los Jardines

Históricos del Consejo de Administración de Patrimonio Nacional.

Juan Barrero Beltrán. Es técnico responsable en labores de man-tenimiento y gestión del arbolado en el Real Jardín Botánico de Madrid. Es especialista en cableados y sustentación artificial de árboles. Posee el Certificado de Podador Especialista en Árboles Ornamentales otorgado por la Asociación Española de Arboricultura.

Autores AutoresAutores AutoresAutoresAutoresAutoresAutores Autores Autores

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Los árboles son un componente fundamental de la biodiversidad. Una biodiversidad que se ve permanentemente presionada, entre otros factores, por la construcción de nuevas infraestructuras. Desde la Fundación Biodiversidad trabajamos para preservar el buen estado de los ecosistemas y

para restaurar su funcionalidad, como vía para mantener los importantes servicios que nos prestan. Es desde nuestro punto de vista imprescindible avanzar en la integración de las políticas ambientales en el resto de actividades.

Este es el objetivo del presente “Manual de manejo de arbolado en la construcción y conservación de infraestructuras”, elaborado por Bosques Sin Fronteras y empresas de referencia como CESPA, FERROVIAL y FERROVIAL AGROMÁN, que dotan a la obra de la razón generada a través de muchaexperiencia práctica y conocimiento de causa.

Se trata de una guía para conocer la biología y fisiología de las especies arbóreas, con información, ejemplos, imágenes, normativas y claves que ayudarán a la hora de gestionar y proteger a los árboles como pieza fundamental en construcción y mantenimiento de toda infraestructura. Es por tanto, una publicación destinada a expertos y responsables técnicos durante la ejecución de obras. Un Manual eminentemente práctico.

La Fundación Biodiversidad colabora con la edición de esta publicación, que supone un paso más hacia la preservación y el uso sostenible de la biodiversidad, un nuevo instrumento que aporta los conocimientos teórico-prácticos necesarios para el tratamiento correcto del arbolado y que pone de manifiesto el destacado papel de los árboles en nuestra sociedad. Dejar de lado esta problemática significaría olvidar un objetivo tan esencial como es garantizar la sostenibilidad de las infraestructuras.

Durante la última década, se han ejecutado un gran número de proyectos en España con incidencia sobre el arbolado. A su vez, ha ido evolucionado la percepción de la ciudadanía sobre el paisaje urbano hacia una concienciación colectiva sobre la importancia que tienen

los árboles y los jardines en las ciudades, lo que ha tenido su reflejo en Ordenanzas y Leyes.

Ferrovial Agromán se ha enfrentado a muy diversas ejecuciones de obra, donde la existencia de distinto tipo de arbolado ha sido un factor determinante de la actuación. Ello nos ha proporcionado una magnífica experiencia que hemos querido recopilar en un Manual, a fin de facilitar al personal responsable de obra, los conocimientos prácticos que requiere el manejo de arbolado. Con la incorporación de las experiencias de CESPA y Bosques sin Fronteras, el Manual adquiere un alcance público y trasciende al ámbito de la responsabilidad corporativa de la empresa, marcado por nuestro compromiso con la construcción sostenible.

Confiamos en que este Manual sirva de ayuda y referencia a todos aquellos que, de una u otra manera, se encuentran con la oportunidad, y a menudo con el problema, de manejar arbolado urbano. Si facilitamos su labor es que habremos alcanzado nuestro objetivo.

Ferrovial es una de las mayores empresas de infraestructuras del mundo, dedicada fundamentalmente al diseño, financiación, construcción y operación de estos activos en más de treinta países. Como es sabido, la construcción de grandes infraestructuras de transporte

conlleva frecuentemente un significativo impacto sobre la vegetación prexistente, tanto en el medio natural como en el entorno urbano. Constituye éste uno de los principales impactos ambientales que produce la actividad de Ferrovial y, por tanto, nos preocupamos por encontrar fórmulas que mitiguen o corrijan sus efectos. En este sentido, por ejemplo, venimos trabajando desde hace más de una década con diversas instituciones científicas y administraciones públicas, en el diseño de innovadores métodos para facilitar la restauración ecológica de la vegetación afectada por estas grandes obras.

Sin embargo, en lo que a la gestión de los impactos ambientales se refiere, no todas las soluciones pasan por restaurar el medio dañado a su estado anterior; más aún, cada vez se hace mayor hincapié en la prevención del daño como el mejor mecanismo para reducir los efectos adversos de estas infraestructuras. El manual que el lector tiene ahora en sus manos recoge la experiencia práctica de numerosos expertos, precisamente en este aspecto de la gestión ambiental: cómo podemos ser más eficientes para proteger y preservar la vegetación existente durante la construcción y mantenimiento de infraestructuras, haciendo un especial énfasis en el arbolado. Para ello, diversas instituciones nos hemos puesto de acuerdo en contribuir con nuestros recursos y experiencia a la edición de esta obra; instituciones que compartimos el convencimiento de que prevenir el daño sobre la vegetación no es sino actuar con más inteligencia y sentido común, aprendiendo de la experiencia precedente para evitar daños que, de otra manera deberemos reparar con cuantiosas inversiones económicas y recursos adicionales.

É ste es un manual que pretende ser de utilidad a gestores de conservación y/o de construcción de infraestructuras en las que se maneje arbolado. Este documento refleja el conocimiento adquirido por nuestros técnicos y expertos en arboricultura, a lo largo

de más de 20 años de experiencia de trabajo con las distintas administraciones públicas.

Es una manual técnico porque expone los cuidados que han de ser tenidos en cuenta a la hora de gestionar arbolado, para no comprometer su viabilidad y pervivencia; pero también pretende servir de guía para personal técnico no experto en las disciplinas de la ingeniería agroforestal, que necesite comprender el funcionamiento y el comportamiento de las plantas, así como las repercusiones que puede tener un manejo defectuoso.

Desde Cespa, empresa líder en la gestión de zonas verdes a nivel nacional, ponemos en valor los conocimientos de nuestros expertos, acercándolos al público más generalista o a expertos y gestores, de empresas o administraciones, que deseen ampliar sus conocimientos en esta materia.

Esperamos que os sea de utilidad.

Valentín AlfayaDirector de Calidad y Medio AmbienteFerrovial

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Sonia Castañeda Directora de la Fundación Biodiversidad

Juan Elízaga Corrales Director de Relaciones Institucionales e I+D+i.Ferrovial Agromán

Javier Llansó BenitoDirector GeneralCespa

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Los árboles son aliados en nuestra vida y en el desarrollo de nuestra sociedad. Necesitamos de sus beneficios y, por

tanto, se merecen que intentemos vivir en ar-monía. Por ello, se presenta este manual que pretende contribuir a la mejora del arbolado que se encuentra presente en obras e infraes-tructuras, aportando consejos, ideas, resulta-dos de casos concretos y soluciones reales.

Para saber cómo tratar y mejorar el estado de nuestros árboles es preciso conocer su biolo-gía y todos aquellos aspectos de su fisiología que inciden en el manejo de estos seres vivos, por ello, en el capítulo 1 se realiza un repaso sobre sus aspectos genéricos, cómo determi-nar su estado de salud, el tamaño y necesida-des de oxígeno de las raíces, de la copa y los instrumentos necesarios para tener un cono-cimiento práctico y dirigido a los técnicos y responsables de las obras.

Uno de los principales trabajos que se debe realizar en las obras, es el de proteger al arbo-lado de los movimientos de tierras y trasiegos que se realizan. En el capítulo 2, se detallan las protecciones que se deben realizar, tanto de la parte aérea como del sistema de raíces, ha-ciendo especial hincapié en el arbolado viario.

La procedencia y tratamiento dado a la planta, hasta que se coloca en la ubicación prevista, es uno de los aspectos más importantes y que menos se consideran en la gestión del arbo-lado en obra. Por ello, en este manual, se de-dica un capítulo, extenso y detallado, a todos y cada uno de los factores que influyen, tales como la selección de especie y procedencia, tipo de viveros, calidad de planta, etc.

Por falta de espacio o formación de copa, etc, es bastante habitual realizar podas y talas en el arbolado viario. Para poder llevarlas a cabo de forma adecuada y responsable, es preciso conocer en profundidad la normativa y los conceptos más importantes. El capítulo 4 se dedica plenamente a tratar todos estos temas.

Un árbol constituye un sistema de aire acondicionado natural. Si es de hoja caduca proporciona sombra en verano y deja pasar el sol y la luz en invierno, mejora el microclima del entorno y el valor de nuestras casas y ciudades.

1.IntroducciónTrasplantar un árbol es una operación delica-da y compleja, que requiere de conocimientos sobre la fisiología de cada especie y de una buena y adecuada gestión y planificación de los trabajos. La época más adecuada para rea-lizarlos, los problemas que se pueden presen-tar, la poda y protección del cepellón, la ma-quinaria utilizada y el mantenimiento de los ejemplares, son algunos de los aspectos más importantes que se tratan en el capítulo 5 de este manual.

Realizar una buena plantación es fundamen-tal para conseguir el máximo éxito del pro-yecto de obra. Tan importante es conocer la forma de manejar los cepellones, almacenar, embalar, transportar y plantar, como el man-tenimiento posterior de esas plantaciones. Los riegos, la colocación de tutores, los tratamien-tos fitosanitarios, las fertilizaciones y enmien-das son puntos, junto con los mencionados anteriormente, que se detallan y explican en el capítulo 6, en donde también se dedica un apartado extenso a la plantación de arbolado de grandes dimensiones.

Susana Domínguez LerenaPresidenta de Bosques Sin Fronteras

- Un parque en la ciudad de tan solo 5000 m2 reduce la temperatura más de 3ºC.

- 1 Ha de árboles fija unas 50 Tm de polvo y libera de 4 a 10 Tm de oxígeno.

- Una pantalla de árboles reduce el sonido en 10 decibelios por metro de espesor.

Para saber como tratar y mejorar el estado de nuestros árboles, es preciso conocer su biología y todos aquellos aspectos de su fisiología que inciden en su manejo.

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el tipo de suelo (textura y drenaje), la dispo-nibilidad de agua, la resistencia a la polución, la proximidad a edificios, la anchura de las aceras y de las calles, la interferencia con el mobiliario urbano (semáforos, farolas, etc.), el aparcamiento de vehículos (golpes en el tron-co) o la circulación de vehículos altos (golpes en las ramas). Por ello, es imprescindible lle-gar a un conocimiento profundo de cada una de las especies arbóreas que forman parte de nuestro proyecto de plantación o de gestión del arbolado. Conociendo en profundidad a nuestras especies, podremos dar una respues-ta adecuada a todos los condicionantes que afectan al desarrollo de los árboles.

1.2. Aspectos genéricos.NocioNes sobre su crecimieNtoLos árboles son capaces de crecer a lo ancho de forma considerable, gracias a un grupo de células, situadas a unos milímetros por deba-jo de la corteza, que son capaces de añadir al grosor del árbol un anillo de tejido diferencia-do y a unos poderosos tejidos de sostén que aseguran su forma erguida.

Es, por ello, que la parte más delicada del ár-bol se encuentra precisamente debajo de su corteza. Ahí se sitúa el crecimiento en grosor del árbol y todo su aparato circulatorio y de flujo de savia.

1.1.Problemática.

Los árboles forman parte de nuestras vidas, de nuestras ciudades, parques y jardines. Pero no son mobiliario urbano, necesitan una serie de tratamientos y cuidados pero, sobre todo, ne-cesitan que les tratemos como lo que son, se-res vivos, aunque convivan al lado de farolas, pavimentos, aceras, papeleras y bancos.

Para poder plantar, mantener y gestionar nuestros árboles es preciso conocer cómo se comportan, cuáles son sus necesidades, su forma de desarrollo y su capacidad de creci-miento. Todos aquellos que trabajen con árbo-les deben informarse de la especie con la que tratan, para conseguir la máxima eficacia de cada uno de ellos.

Una parte importante del arbolado de nues-tras calles, parques e infraestructuras está constituida por árboles adultos, ya enveje-cidos por diferentes motivos, bien porque fueron plantados hace años en condiciones ambientales más favorables que las actuales, (suelos más permeables, menor contamina-ción, menor densidad de edificación), bien porque han sido sometidos a podas drásticas y continuadas que les han provocado heridas, chancros y debilidad. En la actualidad, los cri-terios de plantación y de mantenimiento son más respetuosos con la biología del árbol y se tienen en cuenta criterios de sostenibilidad en la elección de la especie a plantar. Se debe tener siempre presente que el arbolado ha de adaptarse no sólo a las condiciones climáticas, sino también a toda una serie de condicio-nantes medioambientales y espaciales que influyen decisivamente en su desarrollo, como

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El sol es la fuente de luz necesaria para la fotosíntesis de los árboles, sin embargo, en determinadas momentos, puede ejercer una función muy dañina para las propias hojas u otras partes del árbol, sobre todo cuando no se ubican adecuadamente las especies a plan-tar. En función de esta variable se pueden cla-sificar las especies vegetales en: especies de luz, de media sombra y de sombra.

Las especies de luz la necesitan y, por tanto, intentarán por todos los medios buscarla y es posible que se produzcan deformaciones o gi-ros en su intento. Sin embargo, las especies de sombra necesitan vivir en condiciones de ma-yor oscuridad y la luz excesiva puede provocar daños irreparables en sus células.

Forma de copa y ramas

Cada especie arbórea tiene una geometría especial que la caracteriza. La forma de los árboles se adapta a la función que las ra-mas tienen en el medio ambiente en el que se desarrollan, por lo que es muy importante observar la forma de la copa y la distribución de las ramas, ya que condicionan su relación con los agentes atmosféricos como el viento o la nieve y con el hábitat o lugar donde se encuentran.

La finalidad de la forma de la copa de los ár-boles es captar la máxima luz. Para conseguir esto cada árbol aporta su propia solución. El aspecto de la copa está fuertemente condicio-nado por el ángulo de inserción de los brotes laterales, siendo constante para cada especie:

Un chopo absorbe cerca de 800 litros de agua al día en verano y un abedul 200.

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RLas obras y trabajos cercanos al árbol deberán tener especial cuidado en no dañar la corteza y zonas aledañas, por la importancia que conlleva esta parte del árbol para su crecimiento y supervivencia.

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de sus hojas, estos son tan abundantes que pueden estar presentes en la hoja entre 10 y 200 por mm2. También se produce intercambio gaseoso a través de unos pequeños orificios de la corteza, llamados lenticelas.

el aparato circulatorio

La savia circula por una serie de finos capila-res, el movimiento de abajo hacia arriba de la copa se produce gracias a la presión que ejer-cen la transpiración de las hojas, que tiran de ella hacia arriba. Los árboles pueden impulsar esa savia hasta 100 m de altura, ya que la fuerza que ejerce la transpiración de las hojas es superior a la fuerza de gravedad.

El problema no es tanto conseguir llevar la savia hasta la copa, sino que en esos finos ca-pilares no se produzcan discontinuidades de líquido y aparezcan burbujas de aire que pro-voquen el colapso de los vasos (que es lo que se conoce como CAVITACION). La cavitación se puede producir por problemas de estrés hídri-co y puede llegar a matar a la planta, siempre que el sistema de bombeo de las raíces no lo remedie.

Las hojas de las coníferas, finas y con forma de aguja, están hechas para resistir las heladas, la sequía y la deshidratación. Es por ello, que es-tas especies son más indicadas en situaciones de estrés hídrico, tanto por frío como por calor.

exigeNcias y preFereNcias de los árboles

Cuando una especie de árbol es capaz de adaptarse a diferentes condiciones de clima y suelo se dice que es una especie PLÁSTICA. Sin embargo, muchas especies de árboles ne-cesitan vivir en determinadas condiciones de

suelo para poder desarrollarse adecuadamente.

- Especies de suelo superficial o poco profun-do: álamo, aliso, abedul, pino negro, pino ca-rrasco, haya, carpe, picea.- Especies que necesitan suelo muy profundo: alerce, castaño, abeto, robles.- Especies calcífugas (evitan suelos ricos en cal): castaño, aliso, alcornoque, pino resinero.- Especies calcícolas (prefieren suelos ricos en cal): roble, pino laricio, arce campestre.- Especies gypsícolas (viven en suelos ricos en sulfatos de yeso): pino carrasco, coscoja.

el agua y los árboles

Cada árbol posee unas características morfo-lógicas determinadas por su propia especie, pero también por la forma de manejo y situa-ción en la que se encuentra. Los árboles con bajos consumos de agua suelen tener creci-mientos lentos y poseen, generalmente, carac-terísticas diferentes a aquellos con mayores crecimientos y elevados consumos de agua. La forma y cantidad de riego condiciona el sis-tema de raíces del árbol. Si realizamos riegos escasos en cantidad de agua y frecuentes, fo-mentaremos un sistema de raíces más superfi-cial, mientras que los riegos más abundantes y de menor frecuencia, fomentarán sistemas de raíces situados en capas más profundas.

1.3. Como determinar el estado de salud.

Los árboles son capaces de emitir señales in-detectables para los humanos, pero que pue-den ser percibidas por otros seres vivos. Un árbol enfermo o estresado emite señales que avisan a sus parásitos de su debilidad.A través de sustancias químicas volátiles, lla-madas kairomonas, cada uno de los individuos desarrollan señales “olfativas” que alertan a sus posibles predadores atrayéndolos, en el caso del árbol enfermo, o disuayéndolos, en el caso del árbol sano.

AGUDO: Haya, MUY AGUDO: Chopo, RECTO: Alerce y Roble, OBTUSO: Picea

El tipo de ramificación varía con los años. En la fase juvenil las ramas tienden a ir hacia arriba, mientras que en la madurez tienden a ensancharse y en la vejez a ir hacia abajo, reduciéndose considerablemente su número y longitud.

los árboles respiraN y traNspiraN

Absorben CO2 y expulsan O2, sobre todo esta función se incrementa hasta hacerse total durante la noche. Transpiran gracias a los es-tomas que se encuentran en la cara inferior

CARACTERISTICAS DE LAS ESPECIES CON BAJOS CONSUMOS DE AGUA- Hojas pequeñas o lineales y de consistencia dura, por lo que evaporan poco agua- Hoja perenne- Crecimiento lento y sostenido en el tiempo- Adaptadas al clima seco y caluroso en verano y frío en invierno - Algunos ejemplos: encina, enebro, sabina, ciprés, arce de Montpellier

- Un árbol de 12 m de altura puede absorber 225 l de solución nutritiva al día, las hojas transforman esta solución en aprox. 5 kg de H-C y liberan 1’7 m3 de oxígeno puro al aire.- El 900/0 del agua absorbida por las raíces es devuelta a la atmósfera como vapor de agua mediante la transpiración de las hojas. - Se calcula que en Europa existen unas 2000 especies de árboles entre autóctonos e introducidos de otros continentes.

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CARACTERISTICAS DE ESPECIES CON ALTOS CONSUMOS DE AGUA- Hojas grandes y delgadas por lo que evaporan mucha agua- Hoja caduca- Crecimiento rápido- Adaptadas a mucha precipitación por lo que necesitan mucha agua durante el verano - Algunos ejemplos: chopo, álamo, sauces, robles, arces de hoja ancha

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No obstante, es preciso conocer que los árbo-les resisten de forma natural a sus parásitos naturales (indígenas), pues desarrollan frente a ellos defensas pasivas como una corteza gruesa u hojas revestidas de ceras, o defensas activas como la emisión de corchos o sustan-cias químicas tóxicas en la zona de ataque. Es, por ello, que siempre es más conveniente, en la medida de lo posible, la utilización de es-

pecies autóctonas, adaptadas a la zona y con mayor capacidad de resistencia a los posibles parásitos locales.

deFeNsas Naturales de los árboles La corteza sirve de barrera natural frente a las pudriciones; el corcho es, de hecho, un auténtico escudo casi inabordable. Por eso, las heridas ocasionadas en la corteza, por cual-quier motivo, incluso las podas, son el vehí-culo de entrada de insectos y de pudriciones. Los hongos y las bacterias son los causantes de las pudriciones en el árbol, pues segregan diferentes y abundantes enzimas que descom-

ponen la madera. El árbol consigue proteger-se de una forma activa de ellas intentando aislar la zona afectada, mediante la oclusión de los vasos conductores. Para ello, las célu-las que los rodean se hinchan y se depositan en los materiales que los taponan. La eficacia de esta medida es limitada y si la propaga-ción de la pudrición continúa, únicamente se encontrará con barreras anatómicas pasivas

características de cada especie, como son los anillos de crecimiento, los vasos y los radios medulares. En algunas especies, estas barreras logran disminuir considerablemente la propa-gación de la pudrición pero, en otras, una vez pasada la primera barrera activa, la infección evoluciona muy rápidamente. Mediante un examen visual podemos deter-minar de una forma rápida y adecuada el es-tado de salud de un árbol, con tan solo fijarse en algunos puntos de su estructura.

La copa es una de las partes del árbol que más información nos proporciona acerca del

estado del árbol. Una elevada cantidad de hojas, así como elevados crecimientos en los brotes, implica que el árbol tiene una capaci-dad grande de producir y recargar energía. Así mismo, también es importante la superficie que alcanzan las hojas, pues tiende a dismi-nuir cuando el árbol está en proceso de estrés hídrico. En este caso se deberá comparar el ta-maño normal de hoja que alcance la especie y

su relación con el que alcanza el ejemplar que estamos analizando. Las heridas evolucionan de forma diferente en las coníferas y en las frondosas. Las infec-ciones por heridas en las coníferas son menos probables, pues la emisión de resinas consi-guen eliminarlas, sin embargo no ocurre así en las frondosas con lo que la posibilidad de infección es mayor.

1.4. El Sistema de raíces. Las raíces son una parte de los árboles que se considera muy importante, debido a sus

múltiples funciones y a sus numerosas facetas desconocidas para el ser humano. Se encargan de suministrar a la copa el agua y las sales minerales, también tiene funciones mecánicas y de reserva de agua, glucosa y nu-trientes. Las raíces tienen un comportamiento adaptativo que es función del suelo y de la cantidad de agua que encuentren. Exploran el terreno y mediante el sistema de prueba-

error colonizan las zonas mejores y que más probabilidades presentan de acumular agua y nutrientes. La relación copa-raíces y el equili-brio entre ambas es fruto de un proceso largo y tedioso, en el que el árbol va generando más o menos cantidad de raíces y ramas en fun-ción del entorno. A más agua, menos biomasa radical; a menos agua, más recursos tendrá que emplear el árbol para captarla.

1.4.1. Tamaño y Dimensión.El árbol desarrolla, por tanto, raíces de so-bra que activa en función del momento y las

CLASIFICACIÓN DE LOS SISTEMAS RADICALES (GONZÁLEZ VÁZQUEZ,1938): 1º TIPO: Raíz principal penetrante y profunda con las secundarias poco desarrolladas. Ej: Quercus robur, Q. petrea, Q,suber. 2º TIPO: Tanto la raíz principal como las secundarias son penetrantes y profundas. Ej: Abies alba, A. pinsapo, Pinus sylvestris, Castanea sativa. 3º TIPO: La raíz principal poco desarrollada y las secundarias verticales y profundas. Ej: Pinus nigra, Quercus ilex, Q. faginea. 4º TIPO: Raíz principal y secundarias poco profundas pero desarrolladas, en conjunto sistema radical reducido. Ej: Fagus sylvatica, Fraxinus sp., Acer sp. 5º TIPO: Todas las raíces son muy someras. Ej: Picea abies, Populus sp.

Las raíces evitan los suelos pobres por eso en las ciudades es conveniente enterrar los conductos subterráneos entre capas de arena o grava.

- Una raíz de chopo puede crecer 1 cm al día. Una raíz de haya: 5 mm al día.- Las raíces de un árbol de 20 metros de altura exploran entre 200 y 250 m3 de suelo.

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necesidades del suelo. Por eso, las especies de climas mediterráneos desarrollan sistemas radicales fuertemente pivotantes y profundos en busca del agua.

Aunque el sistema de raíces de cada especie se encuentra genéticamente determinado, su desarrollo puede estar condicionado por la temperatura, humedad y compactación del suelo e, incluso, por el tipo de preparación del terreno a la hora de la plantación, el tiempo de cultivo en vivero y el tipo de envase.

El momento de crecimiento de las raíces pue-de variar entre especies, aunque, a nivel gene-ral, existe una relación directa entre el desa-rrollo de la parte aérea y el de la parte radical. Entre las resinosas (pinos, abetos, piceas, ce-dros..) el crecimiento suele ser alternativo, mientras que en las frondosas el crecimiento se produce a la vez.

También la temperatura del suelo es un factor que condiciona el crecimiento de las raíces. Las temperaturas óptimas suelen ser supe-

riores a los 20 º C, mientras que el umbral mínimo para crecer suele estar entre los 2 º y los 4 º C. Por debajo de estas temperaturas el sistema de raíces detiene su crecimiento. Cuanto mayor es la temperatura y la humedad del suelo, más cantidad de raíces secundarias y principales produce el árbol.Es conocido que el volumen de las raíces es muy superior al volumen de la copa de los ár-boles. No podría ser de otra manera, pues la raíz no sólo alimenta la copa, sino que funcio-na como un auténtico sistema de anclaje que sujeta, de forma efectiva y segura, las tonela-das de peso que presenta el árbol en el exte-

rior. La superficie que ocupan las raíces suele ser del orden de 2 a 3 veces la superficie ocu-pada por la copa.

A las raíces principales y laterales, se suman pequeñas raicillas que funcionan como pelos absorbentes que multiplican por 20 la super-ficie de absorción de las raíces. Tienen una vida media de unas pocas semanas y suelen ser sustituidas por micorrizas (simbiosis entre hongos y raíces que consigue la mejora en la absorción y nutrición de la planta).

Generalmente las raíces absorbentes se sitúan en los primeros 40 cm de profundidad. Son las raíces no absorbentes las que se lignifican y se encargan de sustentarlo. Estas raíces van

El umbral óptimo para el desarrollo de las raíces se encuentra en aquellos suelos con presencia, al menos, de un 100/0 de oxigeno. Por debajo de estos valores la concentración de raíces disminuye, produciéndose la muerte del sistema radical cuando la concentración de oxígeno se encuentra por debajo del 30/0.

Raíces superficiales de haya (Fagus sylvatica).

Raiz profunda de encina (Quercus ilex) en sus primeros años de vida.

Cada especie posee un sistema de raíces característico que es tremendamente plástico y se adapta a cada situación y lugar, en función de los recursos de que dispone.

creciendo poco a poco, intentando conseguir la máxima superficie de contacto con el suelo o con algún elemento al que se puedan an-clar (rocas, piedras), de forma que se reduzca al máximo el riesgo mecánico o de rotura. Al principio la relación copa/raíz es favorable a la raíz, pero a medida que el árbol va cre-ciendo el peso de la copa hace que las raíces consigan mayor superficie de contacto con el suelo y, por tanto, mayor anclaje, por ello el crecimiento de las raíces empieza a disminuir y se hace mayor la producción de biomasa ha-cia el exterior.

1.4.2. Necesidades de oxígeno.Las raíces necesitan oxígeno para poder obte-ner agua y nutrientes para la copa. Los proce-sos químicos de absorción y elaboración que se necesitan, dependen de la presencia del oxígeno en el suelo. Podemos tener el suelo más abundante de agua y nutrientes posible, pero si el oxígeno no está presente en él, el árbol es incapaz de absorber ni una sola gota de estos recursos.

La cantidad de oxígeno en el suelo depende de varios factores:

- TIPO DE SUELO: los suelos arenosos y poco apelmazados producen sistemas radicales bastante profusos y profundos, mientras que

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tonos rojos, naranjas y amarillos que pode-mos observar durante el otoño. Antes de que se caigan las hojas, el árbol traslada las sus-tancias nutritivas y minerales al tallo y a las raíces, de forma que cuando se caen tiran úni-camente materia orgánica (celulosa y lignina).La forma y aspecto de las hojas, asi como la densidad de la copa permite conocer el estado sanitario de los árboles. Hojas más pequeñas de lo normal para la especie u hojas lacias y sin turgencia, nos informan de situaciones de estrés hídrico, bien por sequía o frío excesivo. También copas con escasa cantidad de hojas nos muestran este mismo aspecto.

Las hojas de los pinos, abetos, cedros tienen la capacidad de captar la luz en todas las di-recciones y además presentan, frente al aire y el sol, una superficie muy reducida, por lo que permite resistir la desecación de los vientos invernales o estivales y el calentamiento de la hoja. Al ser una hoja persistente puede activar

su proceso de fotosíntesis en cuanto la tem-peratura y la duración del día sea propicia y, así, poder aprovechar los cortos periodos fa-vorables del que dispone para su crecimiento, en las montañas más frías o en las zonas más secas del territorio donde se asientan.

1.6. Formación de personal técnico.La dirección técnica de los trabajos de jar-dinería, en el ámbito de la poda, plantación y otras labores de arboricultura, requiere de una formación específica. Al frente de estos trabajos es importante contar con un equipo multidisciplinar de técnicos especializados (Biólogos, Geólogos, Ingenieros de Montes, Ingenieros Agrónomos, Ingenieros Técnicos Forestales y Agrícolas, etc.) con amplios cono-cimientos técnicos en ecología, botánica, ana-tomía y fisiología vegetal, edafología, hidrolo-gía y estructuras, entre otras ciencias.

los suelos de estructura más fina y compacta, como los arcillosos, producen un sistema de raíces menos abundante y más superficial.

- COMPACTACIÓN: un suelo muy compac-tado complica la captación de oxígeno por parte de las raíces. Dependiendo del tipo de suelo los valores de compactación pueden ser más o menos graves.

- ENCHARCAMIENTO: es sabido que el agua es necesaria para las plantas pero un exceso de ella puede ocasionar problemas graves a las raíces, sobre todo porque de-masiada cantidad de agua significa menor presencia de oxígeno. Existen especies adap-tadas a vivir en ambientes más o menos en-charcados, como el Ciprés de los pantanos (Taxodium disticum), el sauce (Salix sp.) o el aliso (Alnus glutinosa).

1.5. La parte aérea. Equilibrio y necesidades.La parte aérea es la parte visible del árbol y la que más información nos proporciona. La for-ma y tipo de hojas nos indican muchos pará-metros. El primero de ellos es el tipo de hoja que tiene el árbol, tanto si es de hoja caduca o perenne, el tamaño normal que alcanza la hoja en su situación óptima, o bien la densi-dad de la copa.

En otoño la materia orgánica de las hojas se transforma en azúcares, que son almacenados en el leño. Cuando se reducen las horas de luz y disminuyen las temperaturas, los azúcares no pueden ser desplazados y se acumulan en las hojas tornándose de color rojo, a la vez que los compuestos de la clorofila se descom-ponen y se vuelven visibles y se convierten en

No es bueno podar en demasía los árboles, sobre

todo en las zonas más altas, pues disminuye su superficie

productora.

Es fundamental conocer si la especie que se maneja es de hoja perenne o caduca, o marcescentes (las que mantienen las hojas secas hasta la nueva brotación) y cual es su secuencia temporal de brotación en primavera, pues

muchas veces se consideran muertos o afectados árboles de hojas caducas con brotaciones tardías o marcescentes dando lugar a equívocos como en Taxodium mucronatum; Quercus pyrenaica o Q. faginea; Q. humilis; Q. canariensis.

Las especies de hoja perenne también tiran las hojas pero nunca a la vez. Las acículas viven entre 2 y 10 años, dependiendo de lo gruesa que sea y la

energía que se invierta en producir la acícula. Las de los pinos, con acícula más fina viven, unos 3 años; las de las piceas, 6 a 9 años y las del abeto, 10 años.

Podemos tener el suelo más abundante de agua y nutrientes posible, pero si el oxígeno no está presente en él, el árbol es incapaz de absorber ni una sola gota de

estos recursos.

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Estos serán los responsables de la redacción de los proyectos y su cumplimiento, en los cuales se contemplen todos los factores que afectan al arbolado (selección de especies, podas, método de poda, viabilidad de planta-ción etc,). Además para la correcta realización de inventarios y su procesado en las bases de datos de GIS es necesaria la especialización en “Sistemas de Información Geográfica Aplica-dos a la Gestión Ambiental y Análisis Vectorial”

En la ejecución de la obra serán los responsa-bles de la gestión y dirección de los trabajos de Arboricultura, realizando las operaciones en función de las mejores prácticas culturales, tecnológicas y medioambientales.

También serán sus ámbitos de actuación los trabajos de planificación, gestión y control que garanticen las buenas prácticas culturales, con especial incidencia en los planes que contem-plen la elección de especie en función de los factores físicos y climáticos, la selección apro-piada del vivero de producción y de la planta, además de una correcta dirección y ejecución de las obras y actuaciones sobre los árboles.

Las labores propias de plantación y poda de-berán ser ejecutadas por oficiales jardineros, con especial dominio del oficio y cuya forma-ción debe ser amplia en el ámbito de la ar-boricultura. La estática del arbolado, la mani-pulación de maquinaria y equipos de trabajo (motosierras y plataformas), las técnicas de acceso al arbolado y técnicas de apeo y poda, son algunas de las disciplinas necesarias.

La Asociación Española de Arboricultura (AEA), avalada por el Consejo Europeo de Arboricul-tura, oferta para profesionales del sector de la arboricultura, acreditar su profesionalidad y conocimientos mediante la “Certificación del Arbolista Europeo” (European Treeworker, ETW). Hasta la fecha, es voluntaria y no se exi-ge a ningún podador tenerla para poder desa-rrollar las labores de poda.

Esta certificación puede ser considerada como un paso más hacia la excelencia, de forma que diversos Ayuntamientos comienzan a exigir, a las empresas adjudicatarias del mantenimien-to de sus parques y jardines, que cuenten con profesionales certificados para el desarrollo de las labores de poda.

La tendencia, según profesionales del sec-tor, es que esta certificación acabe siendo un carnét exigible a profesionales dedicados a la poda de arbolado urbano.

Dado que las labores de poda de arbolado se realizan en altura, para la ejecución de las mismas es necesario contar con un recurso preventivo, con formación en Prevención de Riesgos Laborales, que vele porque se cum-plan las normas de seguridad que la ley exige (de conformidad con el artículo 32 bis de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Preven-ción de Riesgos Laborales)

Así mismo, cualquier profesional debe recibir formación sobre los riesgos específicos deri-vados del desarrollo de su actividad laboral.

Para la realización de los tratamientos fito-sanitarios, la empresa contratada para ello, debe estar inscrita en el registro oficial de establecimientos y servicios plaguicidas de su comunidad y el personal que realiza los tratamientos tiene que estar, al menos, en dis-posición del carnét de aplicador de productos fitosanitarios, nivel básico.

1.7. Instrumentos y materiales.El examen de la estabilidad física y mecánica de los árboles es la base de los programas de gestión y prevención del arbolado. Se basan en estudios biológicos y de ingeniería, con respecto a la estructura interna de la made-ra y sus características físicas y químicas. En función de los resultados de estos análisis, se realizan predicciones ajustadas del estado mecánico y estructural del árbol.

La evaluación de cada árbol comienza con la recopilación de los datos iniciales del estudio, que incluyen la identificación y la caracteriza-ción dendrométrica del ejemplar.

Se catalogan las anomalías visibles detecta-das, éstas representan además del riesgo que pueden conllevar por sí mismas, una señal in-equívoca de la presencia de defectos mecáni-cos y físicos en el interior.

También es necesario el examen de los peli-gros potenciales, que incluye la valoración de defectos estructurales, el reconocimiento del

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Los trabajos de manipulación de arbolado

y apertura de hoyos que requieran el uso de grúas o camiones, deberán ser ejecutados por oficiales

jardineros con una alta especialización y

experiencia en el manejo, manipulación y protección

del material vegetal.

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entorno inmediato y la determinación de in-fraestructuras y bienes personales y materia-les, que pudieran verse dañados en el caso de caída del ejemplar.

Esta primera etapa es la base para el diag-nóstico instrumental que aporta un análisis más profundo, tanto en zonas aparentemente sanas, como en aquellas donde se manifiestan los defectos detallados durante el reconoci-miento visual.

El estudio de las características mecánicas y químicas en el arbolado, se realiza en base a las lecturas obtenidas a través de cuatro ins-trumentos independientes, con el fin de con-seguir, en la medida de lo posible, los resulta-dos más ajustados a la realidad.

Estos aparatos desarrollan tecnologías dife-rentes y aportan mediciones de parámetros muy útiles, cuando se combinan sus resulta-dos a la hora de confirmar o matizar la eva-luación final de la estabilidad del arbolado.Los instrumentos utilizados para la diagnosis de estabilidad son los siguientes:

Tomógrafo sónico: Mediante la emisión y re-cepción del sonido a través de sensores, efec-túa una gráfica de la sección transversal del árbol en el nivel estudiado, basada en la velo-cidad de transmisión de dichas ondas a través de la madera.

El tomógrafo sónico nos proporciona una ima-gen digital en dos dimensiones de la sección del tronco. Las diferentes tonalidades obtenidas se corresponden con distintos estados de la madera en la zona estudiada.

El tomógrafo consta de una serie de sensores, normalmente de 8 a 14, situados alrededor del tronco del árbol, pudiendo variar la distan-cia entre los sensores, dependiendo de si su interior está macizo o hueco. Los sensores re-gistran los tiempos de recorrido de las ondas de sonido inducidas.

Tomógrafo de Impedancia Eléctrica: Se fun-damenta en la propagación de la corriente eléctrica en el interior del tronco para obtener información de las propiedades químicas de la sección estudiada del árbol.

Fractómetro: Dispositivo mecánico de medi-ción para la determinación de los valores de resistencia a la compresión y a la ruptura por flexión de la madera, que permite la evalua-ción de sus propiedades mecánicas.

Resistógrafo: Equipo de medición de resis-tencia a la perforación. Utilizado para obtener perfiles de densidad que permiten cuantificar y posicionar aquellas áreas donde se dan va-riaciones respecto a la media, lo que repre-senta un indicador de la degradación fúngica (por hongos) de las zonas de compartimenta-ción y de los daños producidos por insectos, grietas y zonas huecas.

El resistógrafo consta de una varilla perforado-ra que tiene una cabeza de 3 mm de diámetro, siendo la anchura del resto de la varilla de 1,5 mm y su longitud de 40 cm. La varilla penetra en el árbol a una velocidad constante, que pue-de ser seleccionada. El resistógrafo se aplica di-rectamente sobre la corteza del árbol. La varilla atraviesa la corteza, perforando la madera y ob-teniendo una gráfica que nos permite estudiar la presencia de defectos internos.

Tras los análisis visuales e instrumentales, se realiza un dictamen de la estabilidad del ar-bolado, utilizando tres métodos independien-tes de diagnostico, de manera que el análisis integrado de los resultados, obtenidos apli-cando cada sistema de forma particular, nos

permite determinar el riesgo que representa el árbol estudiado.

Las técnicas empleadas son: Método EVA, o Evaluación visual del arbolado (Visual Tree Assessement), el Método SIA (Statics Integra-ting Assessement) y al Método TreeSA (Tree Stability Assessement). La diferencia entre los citados sistemas de evaluación reside en los parámetros que valora cada uno de ellos para estimar dicha magnitud.

DATOS QUE SE RECOGEN DEL EJEMPLAR EN LA TOMA DE DATOS DE SUS DIMENSIONES DENDOMÉTRICAS:- Especie y variedad - Localización (Coor.GPS), ubicación y disposición- Altura total (m)- Altura primer verticilo vivo (m)- Perímetro (m)- Diámetro normal (cm)- Radio máximo de la copa (m)- Inclinación respecto a la vertical

Es importante desde el punto de vista fitosanitario, una valoración de la vitalidad aparente del ejemplar y la definición y localización de cualquier signo de degradación, incluyendo la presencia de cuerpos fructíferos de hongos.

El tomógrafo sónico es el equivalente a un “escaner” o “ecografía” del árbol.

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2. Protección del arbolado en ejecución de obras2.1. Arbolado Urbano. Particularidades de su gestión y mantenimiento.El arbolado es un patrimonio indiscutible de nuestras ciudades, parques e infraestructuras. Cada vez más los organismos y ayuntamien-tos son conscientes de su importancia, por los beneficios que aporta al bienestar de los ciudadanos.

Por su convivencia en un entorno tan agresivo como son las ciudades, precisa de cuidados es-pecíficos de mantenimiento para desarrollarse adecuadamente y poder sobrevivir a diferen-tes factores adversos, como la contaminación, el transporte, los pavimentos y edificaciones y las obras. El arbolado viario tiene que aguan-tar un hábitat, ya de por sí difícil, con lo que se deben extremar sus cuidados y su gestión.

A menudo nos encontramos con problemas en el arbolado viario que son consecuencia de llevar a cabo una serie de malas prácticas, como son:

- Inadecuada elección de especies.- Incorrecta elección en su ubicación.- Alta densidad de plantación.- Excesiva compactación del terreno.- Podas abusivas y sin justificación.- Escasa o nula desinfección del material de corte (poda).- Consecuencias graves, vuelcos, fracturas de troncos y ramas, etc.

En este capítulo se van a tratar las diferentes formas que existen de protección del arbola-do, tanto desde el punto de vista práctico, en la propia obra, como analítico, conociendo con

detalle el estado y situación de cada uno de los ejemplares. 2.2.Inventariación y uso de G.I.S.El objetivo del inventario del arbolado es la recogida de los datos necesarios, tomados en un tiempo juicioso, para que sirvan como información re-levante y adecuada en la ges-tión y protección del arbolado.

La toma de datos en campo se apoya en la cartografía, proce-dente de los levantamientos topográficos realizados en las zonas verdes gestionadas.

Se realiza un inventario en campo, en el que se recogen una serie de datos de cada árbol objeto de gestión. Los datos se anotan en estadillos bien en papel, reflejando en un plano la localización de los árboles, o bien directamente en bases de datos georefe-renciadas mediante el uso de tablets rugerizados.

Los árboles que forman parte de masas forestales, entendi-dos como parques periurbanos forestales, no se inventarían como elementos individuales. Su definición exige cumplir

Nº identificativoEspeciePerímetro: medido a 1,30 m de altura desde la base. Altura: medida en interva-los de 0,5 m.Radio medio de copa: me-dido a intervalos de 0,25 m, hallando un valor medio so-bre los diferentes sentidos que pueden definirse bajo las copas. Edad: se clasifican los árbo-les a medir en recién plan-tado, joven, maduro, viejo, muerto y tocón.Riego: sistema que se em-plea para regar el árbol: goteo, aspersión, difusión, manguera, cisterna o sin riego.Tipo de agua de riego: se clasifica como agua de pozo, agua regenerada o agua de la red de abasteci-miento.Disposición: referida a la forma en que están situa-dos los árboles en el par-que: en alineaciones hete-rogéneas u homogéneas según la especie, aislados o en bosquete.Ocupación: define el lugar sobre el que se asienta el árbol.Índice de forma: si existe algún tipo de bifurcación en el árbol.

Inclinación: medida en gra-dos sexagesimales a partir de la vertical. Cuando la in-clinación de un árbol está está entre 0º y 10º, no se toma la dirección al consi-derarse mínima o nula di-cha inclinación.Orientación: define la di-rección que toma el árbol inclinado. Interferencias: se apuntan las interferencias existen-tes y potenciales que pue-da tener un árbol con el mobiliario urbano, el tránsi-to de las personas, etc.Desequilibrio estructural: parámetro que define si el árbol tiene su centro de gravedad en una zona que pueda entrañar algún peli-gro para su ruptura.Apoyos estructurales: si el árbol tiene sujecciones, protector o tutor.Alcorque o jardinera: si el árbol está sobre algún al-corque o jardinera anotan-do el identificador de los mismos.Afecciones: se explica en detalle en el apartado de detección de arbolado po-tencialmente peligroso.Árbol catalogado: se anota si el árbol se encuentra en el catálogo de árboles sin-gulares en ese Ayuntamien-to o Comunidad.

DATOS NECESARIOS PARA EL INVENTARIO

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necesarios para una evaluación exhaustiva del arbolado, se deben de contemplar una serie de parámetros para llegar, después de todo el análisis, a la propuesta de actuación más fa-vorable que ocasione los menores daños posi-bles al arbolado, pero que priorice la máxima seguridad.

Los parámetros necesarios para poder tomar la decisión más adecuada son los siguientes:

1.- DESCRIPCIÓN DEL EJEMPLAR donde se de-ben resaltar las características más relevantes y destacadas del árbol objeto de estudio.

2.- DIANA DEL EJEMPLAR, que consiste en determinar todo lo que podría verse afectado en caso de producirse un accidente.

Todo aquello que se encuentra situado bajo el árbol y el perímetro de terreno sobre el que podría caer. Este es un parámetro muy impor-

tante. Se debe tener especial atención a la ubicación de los ejemplares estudiados y el riesgo potencial sobre vidas humanas y bienes materiales, de forma que un mismo ejemplar con un mismo daño tendría una diana mayor si se encontrara junto a un camino, zona de juegos infantiles o paso de vehículos, que si estuviese ubicado en una zona aislada y sin posibilidad de paso de personas y vehículos.

Por lo tanto, la diana no sólo es el conjunto de bienes materiales o personas que pueden resultar dañados, en caso de vuelco o rotura parcial de alguna de las partes del árbol, la diana también lleva implícito el grado de im-portancia de lo que pueda ser dañado por el árbol en su caída.

3.- ESPECIE, pues cada una de ellas posee características intrínsecas que determinan diferentes formas de comportamiento ante determinadas situaciones. Características de la

madera como fragilidad o reacción ante heri-das, pudriciones, etc., son variables a tener en cuenta a la hora de realizar la inspección del ejemplar. De esta forma se podrá detectar cuál podría ser la evolución del árbol frente a de-terminados defectos que puedan presentarse.

4.- OBSERVACIÓN DEL ENTORNO, donde se analizará si existen cambios o modificacio-nes recientes en el suelo grietas o pavimento, con el objeto de analizar posibles alteraciones en el sistema radicular del ejemplar.

5.- DESCRIPCIÓN DE LA ESTRUCTURA así como los defectos que se aprecien . Se co-mienza con un análisis exhaustivo de la copa, valorando la pérdida de copa ocasionada por descabezados y terciados, pudriciones, etc., identificando los puntos más débiles, zonas de posible rotura, etc. En el tronco, se realizará un análisis visual teniendo en cuenta la madera vista, oquedades, presencia de pudriciones,

unos criterios de homogeneidad, en cuanto a estructura del arbolado y gestión del mismo, por lo que el inventario se realiza para toda la superficie.

Después de la labor de inventariado y la toma medidas de los ejemplares (perímetro, altura, proyección de copa, etc.) puede ser que se de-tecten defectos estructurales visibles y otros síntomas potencialmente peligrosos, que nos hagan adoptar medidas concretas, como la realización de informes advirtiendo sobre una problemática puntual y específica en un árbol o en un grupo de ejemplares.

2.3. Detección de ejemplares peligrosos y solución individualizada. Cálculo de Diana.

Con objeto de considerar todos los aspectos

- Nº identificativo: si los datos se recogen sobre estadillos en formato pa-pel, el número se debe-rá corresponder con el número del plano; si los datos se editan directa-mente en campo, en las geodatabases, el número identificativo de la masa arbórea se corresponde con el ID autonumérico de la tabla de atributos.

- Tipo de agrupación: si la masa arbórea está com-puesta por una especie se calificará como agru-

NIVEL DE PELIGRO DE UN ÁRBOL EN FUNCION DE LA DIANA

DATOS A TOMAR EN EL INVENTARIO DE MASAS FORESTALES O PARQUES PERIURBANOS

pación monoespe-cífica; en el caso de estar compuesta por varias especies se calificará como agru-pación heteroespe-cífica.

- Densidad de vías: estimación de los metros lineales de vías por ha.

- Estrato inferior: descripción del tipo de superficie so-bre la que se asien-ta la masa forestal.

Se podrá calificar como: arbustivo, terrizo, pradera, mixto.

- Especie o especies: se anota la especie o especies que confor-man la masa fores-tal. Además hay que reseñar: la cober-tura de la masa ar-bórea y otros datos ecológicos y paisajís-ticos como topogra-fía, orientación y es-tructura paisajística de partida.

BAJO: Baja afluencia de viandantes o bajo interés histórico o cultural. MEDIO: Media afluencia de viandantes o bajo interés histórico o cultural.

ALTO: Alta afluencia de viandantes o bajo interés histórico o cultural.

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que tendría en caso de desarrollo máximo para unas condiciones ideales de luz, espacio, agua, nutrientes, ausencia de podas, etc.), así como su transparencia (baja densidad foliar o poca superficie fotosintetizadora). En el caso de detectar regresión, es útil anotar si existen o no diferentes síntomas como muerte centrí-peta de la copa, aparición de rebrotes en tron-co y ramas principales, presencia de ramillas secas en copa, elongaciones escasas de los brotes del año, brotaciones desordenadas, etc.

8.- EL EMPUJE DEL VIENTO en las copas de los árboles puede causar diferentes daños,

desde la caída de ramillas y ramas vivas o secas, hasta el vuelco total del árbol. Tam-bién, es importante consi-derar otros aspectos, como la altura del árbol, su porte más o menos espigado, el efecto vela de la copa (de-

terminado por su mayor o menor tamaño) y la existencia o no de inclinación del ejemplar.

9.- Por último se realiza una VALORACIÓN GLOBAL del árbol, recogiendo un resumen de los aspectos más importantes del informe (es-pecie, diana, vitalidad y vigor, empuje del vien-to, altura, inclinación, testificaciones y otros factores destacables). Considerando todos y cada uno de estos elementos, se analiza el posible riesgo del árbol objeto de estudio y se valora la evolución esperada del ejemplar. A partir de todas estas consideraciones, se hace una propuesta de actuación que cumpla con una serie de medidas para reducir el riesgo de producir accidentes, en aquellos casos en los que sea necesario.

etc. Se estudiará la base, identificando defec-tos significativos y su íntima relación con las primeras raíces estructurales y su estado. Fi-nalmente, se realizará un análisis de las posi-bles afecciones sobre el terreno, como grietas o abultamientos, que puedan revelar proble-mas con el anclaje del ejemplar.

6.- IDENTIFICACIÓN DE PLAGAS Y EN-FERMEDADES que puedan suponer un pe-ligro para la salud del árbol. En este apartado se debe reflejar la presencia de cuerpos de hongos fructíferos originados por procesos de pudrición de la madera.

7.- LA VITALIDAD Y VI-GOR del árbol, así como la etapa de desarrollo en la que se encuentra, son datos primordiales a considerar en la evaluación del arbola-do. Un ejemplar vital es ca-paz de hacer frente a la mayoría de las agre-siones que se le presenten. Sin embargo, un ejemplar con la vitalidad disminuida o nula no podrá responder con la misma efectividad ante el avance de pudriciones, plagas o enfer-medades. Asimismo, la etapa de desarrollo del árbol resulta muy importante en su diagnósis. Una regresión de copa acusada o atrinchera-miento, indica una fase de decrepitud avan-zada que implica que el sistema radicular se encuentra en un grave estado degenerativo, lo que puede condicionar el adecuado anclaje del árbol al suelo.

Para el análisis del estado de la copa se eva-lúa la presencia de copa del árbol, (relación entre la copa real que presenta el árbol y la

Cada especie posee características intrínsecas que determinan diferentes formas de comportamiento.

Un ejemplar vital es capaz de hacer frente

a la mayoría de las agresiones que se le

presenten.

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2.4 Medidas para proteger los árboles en ejecución de obras.La ejecución de obras de construcción, en el entorno de ejemplares arbóreos, puede pro-vocar daños en su parte aérea a consecuencia de golpes o rozaduras debidas al movimien-to de la maquinaria, al acopio de materiales en sus proximidades y a la compactación del suelo, que puede afectar al funcionamiento de las raíces y, en ocasiones, puede provocar la muerte del árbol.

Para conseguir integrar la protección de la ve-getación como un activo durante la ejecución de la obra, es fundamental un primer estudio de todo el ámbito de la misma, participando activamente en el emplazamiento de las dis-tintas áreas de trabajo. Un ejemplo claro de esto sería ubicar las zonas de casetas en las áreas con mayor cobertura arbórea, restrin-giendo siempre el tráfico de vehículos en ellas, con lo que por un lado, mejoramos las condiciones ambientales de trabajo y, por otro, reducimos el coste de la refrigeración de las instalaciones en verano.

Para evitar los daños a la vegetación se pro-ponen una serie de medidas de protección, distinguiendo entre dos tipos de circunstan-cias, según se trate de pies aislados o en al-corque, o de zonas más amplias de arbolado (masas forestales autóctonas, parques periur-banos, etc.) menos habituado a la compacta-ción del terreno.

En el caso de pies aislados, se llevará a cabo una protección individual, tanto de la parte

aérea como del sistema radicular. Sin em-bargo, a la hora de evitar afecciones a varios ejemplares, se tomarán medidas preventivas de carácter más general. Así, aquellas activi-dades de obra que impliquen una ocupación del suelo (desbroces, instalaciones auxiliares, apertura de caminos, etc.) deben tener iden-tificada la superficie de ejecución autorizada (según proyecto o autorización específica), realizando para ello un jalonamiento peri-metral, que servirá tanto para proteger la vegetación como para delimitar el espacio ocupado, con objeto de impedir la circulación de vehículos y maquinaria sobre las raíces o el depósito de materiales en las proximidades del tronco. Dicho jalonamiento, se realizará mediante mojones o con una malla plástica sujeta por estacas. Deberá estar siempre visi-ble y será retirado al finalizar las actuaciones.

2.4.1. Protección de la parte aérea.Aquellos ejemplares arbóreos que puedan su-frir daños por encontrarse en el ámbito de la obra y que se deben conservar, por no estar incluidos en la tala y desbroce o por indica-ción expresa del proyecto o del cliente, han de ser convenientemente protegidos.

La protección más adecuada consiste en deli-mitar un recinto a su alrededor, con un cerca-do de madera de altura suficiente para prote-ger la mayor parte del tronco (en función de su altura, normalmente en torno a 1,5 - 2 m, hasta las primeras ramas principales) o con una malla plástica de balizamiento.

El volumen de las raíces es igual o superior

Ejemplo de protección de ejemplares singulares en el ámbito de una obra.

Acopio de materiales

alrededor de ejemplares

de pinos no protegidos.

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dera de unos 2 m. de alto alrededor del tronco y, si es necesario, podar las ramas colgantes que puedan ser dañadas.

2.- Como actuación mínima, recubrir con ta-blones de madera, ligados con alambre, el tronco hasta una altura suficiente (1,5 – 2 m en función de su altura).

3.- Es muy conveniente que, bajo la protección rígida, se proteja la corteza con algún material blando poroso tipo geotextil o huevera perfo-rada, especialmente si el ejemplar ha sido po-dado y es de corteza fina (especies atlánticas como el Tilo, Tilia sp) o sin engrosar (ejempla-res jóvenes).

Se evitará la instalación de cualquier elemen-to que roce, presione, estrangule o deforme el tronco (pretiles, horquillas, barandillas, señales, tensores, báculos, etc.), así como los atornillados, clavados, encadenados, atados y elementos que cuelguen de ellos.

Todas las protecciones empleadas (mallas, estacas, tablones, y demás materiales) se reti-rarán una vez finalizada la obra.

2.4.2. Protección del sistema radicular.Es muy importante tener en cuenta los cam-bios en la topografía del terreno, que produ-cen modificaciones en las escorrentías. Se pueden crear cárcavas o acúmulos de finos y cambios de posición relativa de los perfiles hidráulicos del suelo, lo que produce nuevas zonas de encharcamiento, que pueden resul-tar letales para muchas especies.

Las excavaciones realizadas en las proximida-des del árbol deben tener lugar a una distan-cia mínima de 5 veces el diámetro del tronco, medido a 1,2 m del suelo. Esta distancia nun-ca debe ser inferior a 0,5 m desde la base del tronco.

Si resultaran alcanzadas raíces con diámetro superior a 5 cm, éstas deben ser cortadas con serrucho dejando heridas limpias y lisas. En estos casos se debe procurar retapar el hueco

en un plazo inferior a 3 días y volver a cubrir las raíces afectadas lo antes posible, regando inmediatamente después de forma abundante.

Las operaciones que puedan afectar al siste-ma de raíces de la planta, se deben realizar durante la época de reposo vegetativo (entre los mese de diciembre y febrero en clima con-tinental y entre julio y agosto, en especies con parada vegetativa estival).

Es importante evitar la circulación de todo tipo de vehículos ya sean pesados o no, en el entor-no de las raíces, pues la compactación depen-de de la frecuencia de paso, casi tanto, como del peso. La circulación de maquinaria sobre la zona radicular provoca una compactación que

al volumen de la copa, por lo que, como regla general orientativa, la zona de protección mí-nima se deberá definir a través de la proyec-ción vertical de la copa, aunque variará mucho dependiendo de la especie que se trate y de su tipo de sistema de raíces.

Siempre que sea posible, resulta aconsejable dejar un resguardo de un metro de distancia adicional, de esta manera se consigue prote-ger a la parte aérea de posibles impactos ac-cidentales y las raíces de una posible compac-

En ningún caso se deben utilizar los árboles como parte del vallado, para clavar carteles o cualquier otro elemento que pueda dañarlo.

Aquellos ejemplares arbóreos que puedan sufrir daños por encontrarse en el ámbito de la obra y que se deben conservar, por no estar incluidos en la tala y desbroce o por indicación expresa del proyecto o del cliente, han de ser convenientemente protegidos.

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tación, a la vez que se evita la posibilidad de establecer acopios de materiales demasiado próximos entre sí.

En caso de que por carencia de espacio esta medida sea inviable, antes del inicio de las operaciones que puedan suponer un riesgo para el árbol, se debe proteger el tronco del siguiente modo:

1.- A poder ser, establecer un cercado de ma-

Protección adecuada de un árbol en un entorno de obra.

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disminuye la porosidad del suelo y, por tanto, el acceso de las raíces a los recursos de agua y nutrientes, así como un impedimento mecá-nico a su crecimiento.

Es conveniente realizar una zanja a modo de cuneta entre la zona de tráfico rodado y el árbol, eliminando físicamente la conexión de todas las raíces en la zona de compactación con el ejemplar.

De esta forma conseguimos dos efectos pro-tectores, por un lado evitamos los aportes hídricos excesivos de las zonas compactadas a las protegidas y, por otro, eliminamos la po-sibilidad de auto pudrición radicular por pu-driscinas, moléculas producidas por las raíces en pudrición que estimulan, a su vez, la elimi-nación de raíces cercanas.

En aquellas situaciones en que, por falta de espacio o por requerimientos constructivos, sea inevitable circular sobre las raíces del ejemplar, es necesario, especialmente en el caso de árboles singulares, instalar una es-tructura de refuerzo temporal para soportar el peso de la maquinaria.

Si esto no es viable, puede recurrirse, incluso, al hormigonado de un carril de acceso que, por una parte, restrinja el área compactada a la menor superficie posible y, por otra, dismi-nuya cualquier tipo de presión ejercida sobre el suelo natural.

En ambos casos, se requiere una cuidadosa re-tirada una vez finalizada la actividad en obra, así como llevar a cabo labores de descompac-tación de la capa superficial del terreno.

Para evitar la compactación del terreno,

es importante impedir la circulación de todo

tipo de vehículos en el entorno de las raíces de

los árboles.

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Analizar el proceso que sigue un árbol desde que sale del vivero hasta que se realiza la plantación, nos aporta

información de cómo puede ser su comporta-miento posterior a lo largo de los años. Al au-mentar los controles sobre la producción y la ejecución, se aumentan las garantías de éxito en la plantación posterior.Todos y cada uno de los pasos: selección de especie y procedencia de la planta; control de calidad en vivero; recepción, carga y des-carga; proceso de plantación y consolidación, son parte indisoluble de un proceso que debe seguirse con escrupuloso cuidado y atención para que se consiga el mayor éxito posible en la plantación del ejemplar.

3.1.Selección de especie.La adecuada selección de las especies ar-bóreas, es una de las decisiones más impor-tantes que hay que acometer en la fase de un proyecto de plantación. Esta decisión del proyectista se tiene que ver modificada, en ocasiones, por lo cambios producidos en la realidad de la obra, en el tiempo transcurrido entre la redacción del proyecto y la ejecución. Estos plazos de tiempo, sobre todo en el caso

de las administraciones públicas, pueden lle-gar a ser muy amplios por lo que las modifica-ciones al proyecto original son algo habitual.

3.1.1.Problemática.En muchas obras hay que modificar la funcio-nalidad de algunos espacios ya proyectados. Zonas destinadas inicialmente a un uso con-creto, varían su uso por las demandas de la población adyacente y, por tanto, se hace ne-cesario modificar también la vegetación que acompaña a estos espacios. Ejemplos de ello son cambios de zonas ajardinadas por zonas infantiles, paseos por zonas de estancia o por zonas deportivas, etc.

El objetivo que tiene el árbol en cada uno de estos espacios es diferente, por eso la elec-ción de la mejor especie está condicionada a la función que cumple el árbol en su espacio real.

Es mejor que la selección de las especies se realice por el técnico que gestiona la obra, pues se tiene un mayor conocimiento de la realidad en todos los aspectos, se conoce el terreno, como ha sido la ejecución previa, que

El árbol, desde que sale del vivero hasta que llega a su lugar de plantación, sigue una serie de manipulados, pasos y procesos que es necesario conocer.

3. El árbol: Del vivero a la obra

Controlar la calidad de los procesos desde el vivero hasta la obra, redunda en un mayor éxito posterior en la instalación del ejemplar.

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Siempre que la calidad sea la misma tendrán prioridad los viveros más cercanos, con ello se disminuye los tiempos de transporte y se igualan las condiciones de cultivo con las del lugar de plantación.

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las labores de obra civil previas. Se realizan instalaciones o elementos que posteriormente dificultan la supervivencia de la especie ele-gida, ya sea por problemas de drenaje o por limitación del espacio físico necesario, lo que supone que las soluciones posteriores sean muy costosas y complicadas.

3.1.3. Criterio estético.El diseño de la obra debe prevalecer durante toda la ejecución de la misma. La estética del proyecto, a veces, se va perdiendo según avan-za la obra. Es primordial mantener el criterio estético del proyecto original en la elección de las nuevas especies, ya que la unión de pequeños cambios puede producir una des-conexión del proyecto global. El proyecto de obra debe considerarse como un todo, por lo

demanda la población, el mercado…Es, por ello, que las especies seleccionadas en el pro-yecto original, pueden llegar a variar, aunque sin desvirtuar el objetivo que se quiso conse-guir en el proyecto mencionado.

Otro condicionante, más frecuente de lo espe-rado, es el económico. Los cambios necesarios a realizar en un proyecto no siempre pueden costearse, por lo que es necesario aglutinar las necesidades y primar unas sobre otras.

3.1.2. Ubicación.La ubicación del árbol es, sin duda, uno de los factores que más condicionan el cambio de especie en la realización de una obra. No siempre la situación es la adecuada para la plantación del árbol elegido.

Unas veces el problema es económico, pues no se puede afrontar un mayor gasto para permitir las enmiendas, drenajes o anclajes necesarios y, otras veces, los inconvenientes no son susceptibles de cambiar dadas sus circunstancias, como la existencia de canaliza-ciones, nuevas estructuras o nuevos usos.

Por ello, para que el árbol se desarrolle con garantías, su ubicación final es un parámetro definitivo en la selección de especies.

Un ejemplo de cambio de especie por una

mala ubicación se puede comprobar en la plantación de árboles en alcorques. Los al-corques son construidos con anterioridad a las plantaciones, se realizan sin comprobar la capacidad drenante de cada uno de ellos, por lo que, en la posterior plantación, pueden existir problemas de encharcamiento que pro-bablemente no pueda soportar la especie pro-yectada. Ante este problema, existen algunas posibles soluciones, como la realización de drenajes profundos o la colocación de tubos de aireación. Sin embargo, estas acciones no siempre son suficientes y es, en estas situacio-nes, cuando se puede plantear el cambio de especie con respecto al proyecto original.

Los problemas de ubicación se suelen en-contrar en obras de urbanización, donde la jardinería pocas veces está coordinada con

La ubicación del árbol es, sin duda, uno

de los factores que más condicionan el

cambio de especie en la realización de una

obra.

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3.2.1. Origen.

El primer paso, es analizar las existencias de la planta proyectada en los diversos viveros del país y de fuera de éste, buscando siempre las existencias, previamente, en aquellos que se tienen de referencia por sus criterios de producción y de calidad de la planta.

El orígen del arbolado está intrínsecamente relacionado con las condiciones edafoclimá-ticas donde se establece la planta. De hecho, es algo que hay que tener muy presente en la plantación y durante los primeros años de mantenimiento.

Aunque se debe tender a buscar planta lo más adaptada posible a las condiciones locales en donde va a vivir, a veces no resulta factible la compra en viveros locales o cercanos, por lo que se deben buscar los árboles en viveros más lejanos, dentro del ámbito nacional o en el extranjero, en paises como Bélgica, Italia o Alemania. A pesar de que muchas de las zonas donde se sitúan estos viveros difieren enor-memente de las condiciones donde luego se van a plantar, la experiencia demuestra que con los cuidados necesarios durante el trans-porte y la plantación, el desarrollo posterior de la planta, en general, se puede considerar óptimo y adecuado.

3.2.2. Criterios de producción.Normalmente, cada vivero establece sus pro-pias pautas de producción y éstas se reflejan posteriormente en la planta que ponen a la venta. En algunas obras, las especificaciones

que cada uno de sus elementos son funda-mentales para mantener esta estructura que lo hará especial.

3.1.4. Mercado, existencias.Las existencias de plantas en el mercado, es algo que no siempre puede ser controlado por el proyectista, dados los desfases antes comentados, entre la redacción del proyecto y su ejecución.

La ventaja de la elección de especie dentro de la obra es que las existencias del mercado son reales, por tanto, nuestra elección será viable y real. En estos casos, la elección de la especie tiene que ir unida a un análisis, in situ, de las existencias en vivero, para comprobar la cali-dad y cantidad de las especies en stock.

3.1.5. Planificación de la producción.Planificar la producción, es el sueño de los productores de plantas y de las empresas eje-cutoras. Poder saber, con tiempo de antelación la planta necesaria para la obra, supone llegar

al óptimo del diseño y ejecución, pero por otro lado, esto es algo muy difícilmente alcanzable.

Sólo en algunos casos contados en los con-cursos, la fase de diseño se une a la fase de adjudicación de la empresa ejecutora. En este caso, se pueden planificar las producciones, y el diseñador conoce con antelación con que planta cuenta y cual se puede producir o mo-dificar para llegar al óptimo en el momento de la ejecución.

El ejecutor reserva la producción asegurándo-se su suministro en el momento óptimo y, a su vez, el viverista asegura las especies necesa-rias para la producción.

3.2. Procedencia - Control de calidad en vivero.El primer trabajo de los técnicos de obra, cuando inician la ejecución de un nuevo pro-yecto, es encontrar las especies que se vayan a plantar en los distintos viveros existentes. En el proceso de búsqueda se deben seguir una serie de pasos y factores fundamentales que a continuación se van a plantear.

Se debe establecer un número de árboles máximo por camión dependiendo principalmente del calibre, especie y formación. Un rango adecuado puede estar entorno a los 20-25 árboles para calibre mayores de 35 cm de perímetro; 40 árboles para calibres entre 25-35 cm y 60-70 para calibres de 20-25 cm de perímetro.

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El responsable del vivero en obra, se encargará de la administración de los pedidos, de las descargas y del control de existencias, identificando posibles fallos en la recepción o en el tiempo de acopio.

- Sistemas de sujeción. Los sistemas de sujeción en ningún caso pueden dañar la corteza. Deben de ser tales que ayuden en el crecimiento recto del árbol y que permitan su conformación adecuada, es decir, que el árbol pueda sujetarse por sí mismo, su crecimiento esté proporcionado, desechándose los árboles cuya altura no se encuentre en relación adecuada al gro-sor de su tronco.

- Tipo de riegos. Los riegos pueden ser manuales o mediante sistemas de goteo, dependiendo de la extensión del vivero y de sus instalaciones.

- Número de trasplantes. Los trasplantes que tenga un árbol en su vida en el vivero, nos aporta información acerca de la adap-tabilidad posterior de su sistema radicular.

- Número de repicados. Los repicados que se efectúen en el vivero resultan funda-mentales para asegurar una buena forma-ción del cepellón.

- Tipo de podas. Las podas en el arbolado de vivero deben de conseguir una forma-ción de la copa adecuada a su posterior uso. Dependiendo del árbol que se bus-que, se preferirá un tratamiento más na-turalizado con podas que no actúen sobre la guía principal, consiguiendo árboles flechados o, por el contrario, tratamientos más artificiales con podas que consigan copas a la altura deseada en cada caso.

Estos son los aspectos que debemos analizar a la hora de elegir el vivero.

La selección de árboles de baja calidad puede condicionar para siempre el futuro de la plantación y, por tanto, el futuro de la obra proyectada. La elección de arbolado de calidad, asegura un crecimiento y una supervivencia adecuada y una óptima conformación de la obra.

del pliego llegan hasta la concreción de los tratamientos que tienen que cumplir el culti-vo de los árboles en vivero, pero esto no suele ser lo habitual, por lo que la elección del tipo de cultivo y vivero, suele ser una decisión úni-camente del contratista.

Pero la práctica y la experiencia demuestran que los procedimientos que se siguen en el cultivo de los árboles en vivero, condicionan fuertemente su aspecto y la posterior viabili-dad del arbolado.

3.2.3. Calidad.

La calidad de la planta es directamente pro-porcional a todos y cada uno de los cuidados suministrados en su producción, por ello, las plantas de buena calidad tienen un coste ma-yor, siendo éste el principal condicionante en la gran parte de las obras.

La plantación de árboles de baja calidad puede condicionar para siempre su futuro y, por tanto, el futuro de la obra proyectada y ejecutada. El arbolado mal conformado, sin posibilidad de arreglo, crecerá sin estructu-ra y sin conseguir el objetivo para el que se diseñó, devaluando al resto de elementos del proyecto de obra. Sin embargo, la elección de arbolado de calidad, asegura un crecimiento adecuado y, por tanto, una conformación de la obra óptima a lo largo de los años.

Algunas de las diferencias que se pueden ver entre los distintos viveros se centran en los siguientes aspectos:

- Marco de plantación. A mayor marco de plantación, mejor desarrollo de la especie. En los viveros en los que el arbolado está plantado a muy poca distancia, se produce una mayor competencia entre plantas por la luz y los nutrientes, que afecta a la cali-dad de la planta y a la forma del árbol. La copa se hace irregular y, por tanto, menos estética y funcional en su posterior uso. Por ello, resulta más interesante y adecua-do, seleccionar aquellos viveros con mayor marco de plantación.

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El transporte de la planta requiere atención y extremo cuidado.

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Pueden existir varios criterios para considerar un árbol de calidad, pero entre todos ellos po-demos destacar algunos aspectos fundamen-tales que la planta debe cumplir:

- Formación proporcionada con equilibrio es-tructural entre tronco, copa y sistema radical.

- Carecer de síntomas externos que sean fruto de patología o que reduzcan su calidad orna-mental, tales como heridas, defoliaciones, de-coloraciones, etc.

- Si la planta se sirve en contenedor debe de haber permanecido en el mismo, al menos, un ciclo vegetativo, presentando cabelleras radi-culares jóvenes y nunca lignificadas.

- Si la planta se sirve en cepellón, ha sido cul-tivada en suelo y posteriormente ha sido repi-cada, debe de haber pasado como mínimo un año desde el último repicado.

- Buena formación del sistema radicular, ra-mificado equilibradamente, con numerosas raicillas laterales y abundantes terminaciones meristemáticas o puntas blancas.

3.2.4. Marcaje.Una vez seleccionado el vivero para la compra del arbolado, se procede al marcaje de éste. No en todas las obras se produce el marca-je individualizado de cada árbol, en muchas se deja en manos del viverista, quien decide cuales son los árboles más adecuados den-tro de los que tiene en su stock. Sin embargo es mejor la selección y marcaje propio, pues, aunque esto supone un esfuerzo en tiempo y

realiza el marcaje individualizado de cada ár-bol, analizando todos los aspectos de calidad antes mencionados. Este marcaje para el arbo-lado caduco suele coincidir con el momento de caída de la hoja, para así poder apreciar mejor la estructura de la copa.

3.3. Recepción en obra y Control de calidad.Tras la selección de la planta en el vivero, queda uno de los trabajos más importantes y delicados de todo el proceso. Transportar, re-cepcionar y aviverar la planta adecuadamente, son trabajos fundamentales que deben reali-zarse correctamente.

El árbol debe llegar a la obra en el momento más adecuado para su especie, caduca o pe-renne, y para su tipo de cultivo, en cepellón o en contenedor. El árbol cultivado en contene-dor tiene mayor rango de tiempo para su im-plantación que aquel que es cultivado con ce-pellón, pero su utilización no suele ser posible en las obras de plantaciones masivas, ya que es difícil encontrar existencias de una misma

en dinero, el control de calidad que se realiza mientras se marca cada árbol individualmen-te, asegura, casi siempre, un buen resultado posterior, y una mayor tranquilidad en la re-cepción de la planta en obra.

El marcaje se debe hacer en vivero bien de forma conjunta o individualizada, siendo ésta última manera, la más correcta y fiable. Para ello, se utilizan etiquetas en las que se espe-cifica la empresa u obra, y un número de serie que lo identifica individualmente. De esta ma-nera podemos saber que el árbol que llega a la obra con dicha etiqueta, es el mismo que nosotros elegimos en vivero y no otro similar. Una vez plantado el árbol, se puede decidir su retirada o su mantenimiento hasta pasado un tiempo después de la plantación, con el ob-jeto de poder controlar el arraigo de forma individualizada.

A veces se realizan dos marcajes, uno previo, en primavera-verano, donde se analizan los campos donde se encuentran plantados los árboles y se realiza una prereserva de éstos y, otro marcaje posterior y definitivo, cercano al momento de plantación en obra, donde se

Es fundamental que el árbol

seleccionado presente

una correcta estructura entre

tronco, copa y raíces. Extracción

de planta seleccionada

de las eras del vivero.

Selección conjunta de árboles en un vivero.

En el marcaje se utilizan etiquetas en donde se especifica la empresa u obra y un número de serie.

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2.- Se deben evitar los camiones peque-ños, de caja abierta, pues la planta se encuentra al aire y se pueden producir desecaciones en el cepellón. Para recorri-dos muy largos o en épocas delicadas se utilizan camiones refrigerados, cuyo coste suele ser mayor.

3.- Es necesario una buena comunicación con el viverista para que lleve a cabo la carga de la forma más ordenada posible para su posterior descarga en obra, sobre todo en camiones de carga compartida con otro cliente o en camiones con varias especies.

4.- Programar el transporte. No siempre se puede elegir cuando se quiere recibir la planta, tanto por circunstancias de la obra como por circunstancias ocurridas durante el propio transporte, pero es pre-ferible evitar las recepciones que conlle-ven parones de los camiones con la planta dentro durante mucho tiempo. Por ejem-plo, los domingos en muchos lugares no se permite la circulación de camiones en las carreteras, con lo que tienen que estar

estacionados con la planta dentro un día entero, para cumplir la prohibición.

5.- Tener en cuenta en la programación de los transportes el momento de la caída de la hoja en el caso de las especies caducas suministradas en cepellón. Es necesario, para evitar sufrimientos, que el árbol se encuentre en parada vegetativa. De igual forma se valorará la fenología de las es-pecies, adecuando los transportes a las mejores épocas de plantación en obra en función de la climatología.

3.3.2. Descarga.Una descarga adecuada lleva tiempo, depen-diendo del número de árboles y de las carac-terísticas del camión, por lo que, a veces, hay que contemplar la descarga doble con dos ca-miones, uno por cada lado del trailer para así reducir los tiempos y que no se entorpezcan las labores de plantación.

En la descarga hay que tener en cuenta las condiciones atmosféricas, sobre todo la llu-via y el viento. Ambos factores pueden alterar

mucho las condiciones de trabajo, aumentan-do los peligros para el arbolado y para el per-sonal que lo maneja.

1.- En la descarga es fundamental una buena organización. Se debe conseguir el menor movimiento posible del arbolado, por lo que el lugar de descarga deberá coincidir con la zona de acopio o con la zona de plantación. En las obras en las que las plantaciones de arbolado son muy ex-tensas, como ocurre en las plantaciones de alineación de calles, la descarga cercana al punto de plantación resulta imposible, por lo que se puede realizar sobre las cajas del camión que va a efectuar la plantación, llevando acabo una única descarga e impi-diendo movimientos del arbolado. Las ca-jas se acondicionan y protegen para evitar roces y se colocan acoples para apoyar los troncos con seguridad.

2.- Es imprescindible que cualquier maqui-naria que vaya a estar en contacto con el arbolado, esté adecuadamente protegida para prevenir cualquier toque accidental que pueda dañar a la planta.

especie con formación similar. En estos casos, la planta con cepellón suele ser la elección más utilizada, a pesar de que limita el periodo de plantación al otoño-invierno.

3.3.1. Transporte.El transporte del arbolado es un trabajo que requiere atención y extremo cuidado. Una mala colocación dentro del camión o un ex-ceso de individuos, pueden provocar daños importantes en el árbol, como ramas rotas, heridas en la corteza, cepellones dañados, etc.

Algunos consejos que se deben seguir en el proceso del transporte son:

1.- Preferiblemente no compartir la carga. Una práctica común en los viveros comer-ciales es compartir el espacio de los ca-miones con los pedidos de varios clientes, cuando los camiones no se completan con uno solo. Es preferible, siempre que sea posible, evitar esta acción, ya que una descarga previa puede desestabilizar a los árboles que quedan, llegando a producir daños y roturas indeseables.

El arbolado cultivado deberá presentar un sistema radicular ramificado y equilibrado.

La inadecuada colocación de la planta o un exceso de ejemplares en la carga, pueden producir daños en los plantones transportados.

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3.- La supervisión del proceso de descarga se deberá realizar por personal cualifica-do, que deberá comprobar la coincidencia con el árbol elegido y su estado.

Las cinchas que se utilicen para amarrar los árboles, durante el proceso de carga y descar-ga en los camiones, deben de ser suficiente-mente anchas para impedir que se marquen en la corteza. La forma correcta de descarga es sujentando éste por 3 puntos, pero esto a veces no se lleva a cabo, por las prisas u otras circunstancias, amarrando el árbol de cual-quier forma y manera. Se producen, en algu-nos de estos casos, daños irreparables en la corteza. La sujeción en tres puntos es funda-mental para arbolado de grandes dimensiones o de corteza muy delicada.

3.3.3. Acopio.Es importante en toda obra, evitar, en la medi-da de lo posible, el acopio de arbolado.

Lo ideal, es hacer que las descargas en obra coincidan con la programación de la planta-ción. Pero esto no siempre es posible, pues existen múltiples factores que hacen que el acopio sea necesario, como son:

- Malas condiciones climatológicas en el momento de la descarga. A veces las llu-vias, incluso la nieve, hace imposible plan-tar toda la planta que llega, por lo que se hace necesario su acopio.

- Retrasos en la llegada de los camiones de planta. Sobre todo en camiones que vienen desde otros países es bastante co-

mún que la hora de llegada estimada se vea modificada, por lo que no da tiempo en la jornada laboral a plantar todo el ar-bolado recibido.

Por todo ello, el acopio del arbolado debe de prepararse con anterioridad. Es necesario con-tar con zonas llanas, provistas de riego, con buen drenaje, sombreadas y con abrigo, según las necesidades del momento. Es fundamen-tal ordenar el acopio, sobre todo en grandes plantaciones donde el ritmo de plantación obliga a tener plantas acopiadas de muchas especies diferentes e, incluso, de diferentes viveros de producción.

Se debe acondicionar la zona de acopio para que la planta pueda estar el tiempo mínimo necesario. Algunos consejos necesarios para un buen acopio de la planta son:

1.- Siempre que sea posible, se debe instalar riego por goteo y varias tomas para el riego con manguera.

2.- Se deben colocar estructuras de sombreado y realizar zanjas para conseguir cubrir los ce-pellones de los árboles y, así, protegerlos del frío o de las altas temperaturas.

3.- Si por algún tipo de imprevisto, el arbolado se tuviera que quedar en la caja del camión de un día para otro, se deben tapar los cepe-llones con paja y mantas térmicas.

4.- Para el arbolado en contenedor es funda-mental utilizar sistemas de sujeción ante la aparición de posibles vientos que produzcan la caída de la planta.

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4.1. Consideraciones generales sobre las podas.La poda es una técnica que gravita sobre dos principios necesarios y fundamentales. El co-nocimiento del árbol, su morfología, estructu-ra y función; su realización debe estar motiva-da y justificada adecuadamente.

También por medio de la poda se pueden eli-minar tejidos muertos, enfermos o dañados. Una poda adecuada permite mantener el ár-bol sano, superar una enfermedad o subsanar un daño. Pero existen otros motivos por los que se pueden podar los árboles: dar forma, necesidades de espacio, potenciar el creci-miento, aumentar la floración o la fructifica-ción, así como disminuir los requerimientos hídricos de la planta, sobre todo si tiene las raíces confinadas en alcorques o si se va a proceder a su trasplante.

Pero en las ciudades y entornos urbanos la mayoría de las veces se podan los árboles por dirigir la forma de sus copas, evitando que inunden las calles, para mejorar el tránsito entre calles, para evitar un excesivo ramaje o conseguir algún efecto estético.

4.1.1. Tipos de podas.Según la naturaleza de la intervención, se puede distinguir dos tipos de poda: PODA

NATURAL realizada espontáneamente por la naturaleza y PODA ARTIFICIAL realizada por la intervención humana.

La poda NaturaL

Se produce debido a la presión de la compe-tencia entre las ramas del árbol. Normalmente las hojas de un árbol mueren cuando su con-sumo es mayor a la producción. Las ramas ba-jas e interiores, por falta de luz, van perdiendo sus hojas y, debido a ello, se interrumpe la circulación de savia dentro de ellas, de forma que van muriendo desde el extremo más le-jano al árbol hasta su inserción en el tronco. Así, en un árbol aislado, únicamente la sombra de la copa sobre el tronco puede producir la muerte de las hojas de las ramas inferiores y así la posterior muerte de la rama.

Las ramas secas siguen adheridas al árbol en algunas especies, dando lugar a los famosos nudos muertos o sueltos que se presentan en la madera. En otras especies la escamonda natural o desprendimiento de las ramas secas es más fácil y habitual. Los hongos, insectos, el viento y otros agentes meteorológicos facili-tan la poda natural de las ramas secas.

La poda artificiaL

Consiste en la supresión de la ramas de un ár-bol mediante corte provocado por el hombre. Se pueden distinguir dos tipos: la poda de ra-mas secas y la poda de ramas verdes.

4. Podas y talas en obra

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En las especies mediterráneas que utilizan estrategias de autosombreado para limitar la irradiación solar, como la encina, los procesos de poda natural son muy limitados, por lo que hay que tenerlo en cuenta a la hora de llevar a cabo una poda artificial, ya que si se dejan grandes huecos en la copa se pueden dañar las hojas productoras, menos esclerófilas y tomentosas que las de las zonas expuestas, lo que reduce la producción del árbol y, en ejemplares maduros poco vitales, este hecho puede ser letal.

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La poda es una técnica que necesita del conocimiento del árbol, su morfología, estructura y función.

Podar un árbol es una labor que trata de suprimir algunas ramas para que se potencie el crecimiento de otras, con el objetivo de mejorar la forma de la especie, su fructificación o su floración.

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completa, significa que la poda realizada ha sido abusiva. La cicatrización debe realizarse en un periodo de tiempo corto, de forma que no se inicien pudriciones que puedan llegar a afectar al tronco, deteriorando la madera y afectando a la estabilidad y futuro del árbol.

Para evitar el riesgo de pudrición o alargar el proceso mientras se produce la cicatrización, existen en el mercado pinturas o recubrimien-tos que protegen el corte del exterior. En la actualidad, no se suelen aplicar este tipo de productos, pues los estudios realizados y la experiencia posterior han demostrado que pueden provocar más daño que beneficio al árbol. La película que se forma entorno a la herida genera, con el tiempo y la humedad, un caldo de cultivo en el que se desarrollan con mayor profusión los hongos, acelerando y pro-vocando procesos de pudrición que se pueden extender a otras zonas del ejemplar.

El cierre de las heridas es directamente pro-porcional al crecimiento en diámetro de la parte del tronco adyacente a la herida. Por eso es preciso, la necesidad de evitar, en la medida de lo posible, las podas en árboles o partes de

árboles con escaso, lento o nulo crecimiento.Es muy importante recordar que es la sa-via elaborada por las hojas la que genera el proceso de cicatrización. Por eso, hacen falta hojas sobre la rama en la que se asienta la herida y cuantas más mejor.

4.1.3. Efectos de la poda.La poda no solo tiene efectos morfológicos, sino que tiene claros efectos fisiológicos que pueden influir, de manera determinante, en la vida posterior del árbol.

La supresión de parte de las ramas y hojas del árbol provoca una aceleración del crecimiento para las ramas y hojas restantes, pues hay una mayor disponibilidad de luz, agua y nutrientes minerales. Pero, a veces, se olvida que también con las podas abusivas se produce una fuerte reducción de la capacidad y producción foto-sintética del árbol.

EfEcto dE Las podas EN La fructificacióN

Las podas se han reconocido, desde siempre, como uno de los medios más eficaces para

Cuando se podan las ramas secas o muertas de un árbol se trata de adelantar el proceso natural de pudrición y caída de las ramas, evi-tando la probabilidad de entrada de pudrición de la rama al interior del tronco.

Si se realiza en el periodo de tiempo com-prendido entre la muerte del follaje y la muerte de la base de la rama, el corte realiza-do sobre madera viva cicatrizará mejor.

Este tipo de poda se aplica especialmente en los casos en que la poda de las ramas vivas puede significar un riesgo de pudrición para el corazón de la madera. Estos casos son:

- Cuando el crecimiento del árbol es reducido debido a su especie, edad, vigor o enfermedad o lugar donde se encuentre la rama. Ya que un

crecimiento lento se traduce en un mal proce-so de cicatrización de las heridas.

- Cuando la rama cortada sobrepasa los 3-5 cm de diámetro y si contiene duramen, pues en este tejido muerto no se desarrollan meca-nismos de autodefensa, con lo que los hongos de pudrición pueden penetrar más fácilmente.

4.1.2 Heridas y proceso de compartimentación.Cuando el proceso de compartimentación o cicatrización no se realiza de forma rápida y

La poda de ramas secas, a diferencia de la poda de ramas verdes, se puede practicar en cualquier época del año y, si se realiza correctamente, no daña ni pone al descubierto los tejidos vivos del vegetal.

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Cuando el proceso de cicatrización no se realiza de forma rápida y completa, significa que la poda realizada ha sido abusiva.

Es preciso que las podas se realicen por personal espeializado y con los instrumentos adecuados para su correcta ejecución.

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barrera química que aísla la madera sana de la enferma. Cuando se consigue el aislamien-to perfecto, la enfermedad no se expande y la zona afectada suele morir por falta de aisla-miento y se desprende sola. Si el aislamiento no se produce y la madera muerta no consi-gue desprenderse, se termina por pudrir y se llena de hongos con lo que se convierte en un peligro potencial para el resto del árbol. Si se intenta cortar la infección cortando en un punto en el que la madera está sana, el árbol se ve forzado a invertir mucha energía en cu-rar la herida, con lo que no favoreceremos su mejora. Es conveniente, por ello, eliminar casi toda la madera infectada pero sin llegar a to-car la madera sana.

Las copas de los ejemplares añosos se van llenando de troncos y ramas secas y débiles. Conviene sanearlos manteniendo las premisas que se han comentado anteriormente, pero

aumentar la fructificación de un árbol. Una poda moderada, en general, se traduce en una mejora en la producción de fruto del árbol, sin embargo una poda abusiva provoca que los brotes durmientes que podrían pasar a brotes florales y convertirse en frutos, se transformen en brotes leñosos, mas conocidos como “bro-tes chupones”, que quitan fuerza al árbol y que deben ser eliminados antes de que no crezcan en exceso y se hagan más grandes.

EfEcto dE La poda EN EL crEcimiENto

En general, se reconoce que la reducción fo-tosintética del árbol, por efecto de la poda, produce una reducción en su crecimiento. Siendo mayor el efecto en el crecimiento en diámetro, que en altura. Está demostrado que una supresión de ramas inferiores e interiores en torno al 25%, sobre el total del árbol, no reduce su crecimiento e incluso puede llegar a mejorarlo. Sin embargo, las podas superiores al 50%, sobre el total de copa, tienen un efec-to negativo sobre el crecimiento.

4.1.4. La poda en árboles adultos.Los árboles adultos no precisan de una poda regular, similar a la que necesitan otras plantas.

El proceso de envejecimiento de un árbol se caracteriza por un desequilibrio entre la par-te aérea y las raíces, de forma que finalmente éstas últimas no logran satisfacer las necesi-dades de toda la copa. Primeramente, los bro-tes anuales se hacen muy cortos, más tarde se pierde la fructificación y aparece el puntiseca-do del árbol, consecuencia de la vejez. Parece

como si el árbol no lograra alimentar a todas sus partes, ni fuera capaz de llegar a los extre-mos de sus ramas y, finalmente, después de un tiempo largo el árbol muere. Con el recorte de las ramas, el árbol parece revivir y reacciona realizando un “derroche”, sacando hojas, flores e incluso frutos. Pero el rejuvenecimiento es aparente y hay que tener presente que estas podas pueden acelerar la muerte del árbol.

4.1.5. Poda de Saneamiento y riesgos sanitarios.Las podas de saneamiento son aquellas podas realizadas con el fin de liberar al árbol de una enfermedad, plaga o parásito.

Para eliminar una parte enferma debemos saber y conocer el sistema de defensa de la planta. Las partes enfermas de un árbol nun-ca se recuperan, ya que el ejemplar crea una

Los riesgos de pudrición son mayores en las frondosas que en las coníferas y se incrementan cuando existe alta humedad y temperatura, situaciones ideales para el desarrollo de los hongos.

Una copa desequilibrada

y asimétrica, además de

incrementar el riesgo de vuelco

conduce a la aparición

de madera de reacción.

R

Las podas superiores al

50% del total de follaje del árbol, tienen un efecto

negativo sobre el crecimiento.

Para la poda de las ramillas superiores es preciso utilizar plataformas adecuadas.

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gruesas de entre 4 y 5 cm de diámetro. Ya que el peligro principal de las heridas de poda es que la pudrición pueda llegar a través de ellas al interior del tronco, el corte debe ser lo más pequeño posible y lo más ajustado al tronco que se pueda, respetando la axila y el cuello de la rama. Las pudriciones avanzan mejor por el agua que se acumula en los cortes y por la irregularidades que se producen. Así, es conve-niente que los cortes se den de forma inclina-da, para que ayude a escurrir el agua y de la forma más regular posible.

Hay que evitar desgarraduras en el momen-to que cae la rama, por eso cuando la rama es gruesa o está verde hay que realizar una

insectos al interior del árbol por ello, en sitios donde se teman ataques, no es con-veniente realizar podas masivas.- Es preciso realizar la desinfección com-pleta de los instrumentos de poda para evitar el contagio entre árboles y entre ramas del propio árbol.

4.1.6. Herramientas y forma de corte.La motosierra es el instrumento más usado, sobre todo cuando se trata de podar las ramas más gruesas. El tamaño de este instrumento

debe ser el adecuado para que sea manejable y sobre todo ligero, lo ideal es que oscile en-tre 2 y 3 kg de peso.

Otros instrumentos empleados, aunque menos frecuentes, son la tijera de poda a dos manos que sirve para podar ramas de pequeño tama-ño (menores de 2,5 cm de diámetro); la tijera con cuerda sobre pértiga, que presenta las mismas limitaciones que la anterior pero con la que se puede trabajar a mayores alturas; y las tijeras neumáticas sobre pértiga, que per-miten podar a 6 o 7 m de altura, sin escalera y con las que se pueden cortar ramas algo más

si, al ir podando y al llegar al tronco siguen apareciendo signos de pudrición significará que la infección está muy avanzada. También es bastante frecuente la rotura de ramas por rayo, nieve u otras causas. En este caso, es me-jor quitarlas del todo, siempre que no afecte a la estructura y equilibrio del ejemplar.

No obstante, es preciso mantener una serie de cuidados para evitar posibles riesgos sanitarios:

- Eliminar las ramas secas.- Las heridas de podas son canales por los que se facilita la entrada de hongos e

Herramientas: hacha, podones, tijeras, serrucho, motosierra.

Es preciso realizar la desinfección completa de los instrumentos de poda para evitar el contagio entre árboles y entre las ramas del propio árbol.

R

entalladura de caída. Si la rama es demasiado grande se deberá realizar el corte en 3 veces y un último corte final.

4.1.7. Época de poda.La época de reposo vegetativo es la más re-comendable para realizar la poda. Aunque es necesario evitar los periodos de heladas fuer-tes, pues las ramas se vuelven quebradizas y se cortan mal, produciéndose desgajaduras o heridas no deseadas.

Durante los meses de invierno, el árbol sangra menos y, además, en el caso de los caducifolios el podador puede observar mejor la estructura

Cuando la rama es gruesa o está verde hay que realizar una entalladura de caída.

Si la rama es demasiado grande se deberá realizar el corte en 3 veces y un último corte final.

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ción de tala otorgada por el organismo corres-pondiente de la Consejería de Medio Ambien-te de la Comunidad Autónoma.

EN domiNio púbLico hidráuLico

Para la realización de talas en zona de Domi-nio Público Hidráulico (incluyendo la zona de policía) es necesario solicitar autorización de tala al organismo de cuenca correspondiente, indicando en la solicitud el tramo de cauce donde se va a realizar la tala, el tipo de arbo-lado y el número de ejemplares que se van a cortar. Es conveniente, asimismo, adjuntar un croquis de situación.

EN mEdio urbaNo

Para la correcta realización de talas de ejem-plares arbóreos en suelo urbano, ya sean de propiedad pública o privada, es necesario

del árbol al no presentar hojas en sus ramas. También, en invierno, la ausencia de actividad de los vectores (insectos) reduce mucho cual-quier posibilidad de infección.

En todos los trabajos se tendrán en cuenta siempre todas las medidas de seguridad ne-cesarias para la realización de los mismos, según la normativa vigente y el sistema de prevención de riesgos, implantado por la em-presa que ejecuta la obra.

4.2. Talas.En ocasiones, las obras de construcción o re-habilitación implican la retirada de árboles y arbustos, bien porque coinciden con nuevas infraestructuras (edificaciones, viales, accesos) o bien porque, aunque en teoría el elemento proyectado no afecte al árbol, éste se sitúa tan

próximo, que pone en riesgo, tanto la vida del propio árbol como la seguridad en su entorno (caso de apertura de zanjas que, si bien, no afectan al tronco, suponen la eliminación de una parte importante de las raíces).

Por ello, es prioritario identificar esta proble-mática lo antes posible. Lo más conveniente es que se recoja en el proyecto de obra y se proceda a la solicitud de autorización para la realización de dichas talas.

4.2.1. Procedimiento administrativo.EN mEdio NaturaL

Para los desbroces y talas que se realizan en masas boscosas o arbóreas, fuera del entorno urbano, es necesario contar con la autoriza-

contar con la correspondiente autorización de tala otorgada por el Ayuntamiento u organis-mo competente en esta materia.

Para su aprobación se deberá presentar una solicitud de autorización de tala en el Ayun-tamiento u organismo correspondiente al que pertenezca la obra, en la que se suele incluir la siguiente información:

- Plano de situación de las especies afec-tadas con sus diámetros correspondientes.

- Plano a escala de la zona de afección.

- Especies afectadas numeradas, además de aportar sus datos de ubicación, nombre científico, perímetro, altura, estado vege-tativo y estado fitosanitario y propuesta razonada de actuación.

La autorización para la tala es necesaria, tanto si se trata de arbolado público como de árboles situados en terrenos privados.

La tala de árboles, sin autorización, puede suponer una infracción de las ordenanzas municipales e, incluso, de la normativa autonómica, si se trata de ejemplaresprotegidos o que constituyen masa boscosa.

Consejos para la actuación en talas

Se procederá al desmoche de los fustes y apeo final, sin que exista riesgo de producir daños en otros elementos cercanos al entorno.

Tras el apeo de troncos y ramas, se procederá a su tronzado y posterior acopio de trozas y ramas, en una zona delimitada dentro del perímetro autorizado de las obras.

La saca de los restos de poda y tala se realizará mediante camión, que accederá hasta la zona de acopio utilizando para ello el menor tiempo posible.

Finalmente, todos los residuos vegetales se intentarán destinar a un segundo uso (creación de mantillos, plantas de fabricación de aglomerados, plantas de generación por biomasa, venta de leña, etc.) lo que puede generar recursos propios para la gestión ambiental en el contexto de una obra. En caso de no poder dar a los residuos un segundo uso, se transportarán al vertedero municipal más próximo.

R

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66 67

- En caso de trasplante, es preciso in-dicar el lugar de la nueva ubicación y el compromiso de mantenimiento que garantice su supervivencia.

Presentada la solicitud, los técnicos mu-nicipales del área de parques y jardines o equivalente, emitirán un informe so-bre los ejemplares que se autorice talar, aquellos que deben ser trasplantados y, en su caso, los ejemplares que hay que aportar a los viveros municipales en sus-titución de los talados.

Es prioritario identificar las actuaciones de talas lo antes posible, por lo que, lo más conveniente, es que la tala de los ejemplares se recoja en el proyecto de obra y se proceda a la solicitud de autorización para la realización de las mismas.

En caso de peligro inminente de caída de todo el ejemplar o de ramas, se debe perimetrar el área lo más rápidamente posible y, si se puede, adoptar medidas de seguridad inmediata, como sujetar el ejemplar o las ramas rotas con grúas. Si no se dispone de los medios para asegu-rar convenientemente la zona de caída, o el tiempo necesario para esperar el per-miso, se documentará la situación y se procederá a la tala o apeo. En estos casos es muy útil, para evitar problemas poste-riores, la presencia de la policía que pue-da dar prueba de la situación.

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y la propia especie. También depende del tipo de poda, la cantidad de ramas y raíces cortadas y el momento en el que se realizó la misma.

Debido a todo ello, la salud del árbol se ve afectada considerablemente. La abundancia de heridas y el esfuerzo energético que realiza se traduce en una pérdida de vigor considera-ble, que los insectos oportunistas que viven a costa de los vegetales saben aprovechar. Las heridas, además de ser un elemento determi-nante de la pérdida de vigor, son un vehículo de entrada de insectos comedores de madera.

Por otro lado, el trasplante disminuye la capa-cidad de anclaje del árbol al terreno. Debido a ello, podemos encontrarnos con problemas graves e importantes de árboles caídos por causas meteorológicas como el viento o la nieve, que pueden afectar peligrosamente a personas, edificios o cualquier obra de infraes-tructura.

5.1.2. Influencia de la especie.La mayoría de los árboles, que generan fá-cilmente raíces superficiales, son capaces de regenerar, de forma rápida, gran parte de su sistema de raíces tras un trasplante.

5. Trasplantes El trasplante es una operación compleja y complicada, pero sobre todo dura y traumática para cualquier árbol. Sólo se debería llevar a cabo en ocasiones puntuales, en las que no quepa otra posibilidad o solución para salvaguardar un patrimonio arbóreo en peligro.

5.1. Introducción.

En el caso de determinados árboles mo-numentales o especiales, apreciados por su forma o estructura, después del

trasplante y por la abundancia de podas que éste lleva consigo, pueden perder esta con-sideración y disminuir considerablemente su valor por el que eran apreciados, además de su vigor y crecimiento.

Dejar a los árboles en el lugar de origen, a pesar de los posibles cambios que se puedan producir en su entorno, suele ser la mejor de las soluciones, pues se suelen dar mayores garantías de supervivencia. Sólo si no existe otra posibilidad de que el árbol continúe con ciertas garantías en su lugar original, se pue-de pensar en la posibilidad de trasplantarlo.

5.1.1. Efectos de los trasplantes en el árbol.Los trasplantes generan un alto nivel de es-trés en el árbol debido a los cambios morfo-lógicos que se producen en el ejemplar, por necesidades operativas del transporte y de la manipulación, como la poda de sus raíces y ramas. Una vez ubicado en la nueva situación el árbol debe hacer un esfuerzo doble: recu-perarse de las heridas realizadas en la poda y sus raíces, desorientadas en el nuevo sitio y con gran parte de su sistema radicular decapi-tado y buscar nuevos caminos para encontrar suficiente agua, creando nuevas raíces con abundantes terminales absorbentes.

La capacidad de tolerar el estrés varía mucho en función de la edad, la salud, la estructura

Es muy importante que se aporte agua en abundancia a los árboles trasplantados, pues su sistema de raíces está gravemente dañado y necesita volver a crear nuevas raíces buscadoras de agua y explorar nuevas fuentes de suministro.

R

Si no existe otra posibilidad de que el árbol continúe con ciertas garantías en su lugar original, se puede pensar en la posibilidad de trasplantarlo.

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un técnico especializado, el cual, mediante catas en el terreno podrá determinar el tipo, tamaño y profundidad de las raíces, el tipo de suelo y las estructuras que puedan llegar a afectar al trasplante, como las tuberías de agua, conducciones eléctricas, etc.

- ANÁLISIS DEL VOLUMEN DE SUELO a mover en función de la especie, edad, el tipo de suelo y de las condiciones circundantes.Hay que tener en cuenta que:

A.- Cada especie presenta unas condicio-nes de partida que es necesario analizar.

B.- Los árboles jóvenes pueden desarro-llar perfectamente su nuevo sistema de raíces tras el trasplante, con tan solo el 5% de sus raíces originales. Sin embargo, los árboles en edad madura y avanzada necesitan al menos el 15% del total de sus raíces, para garantizar su arraigo de una forma adecuada.C.- Los suelos muy compactos, como los arcillosos, producen raíces superficiales y extensas, con lo que la superficie de

Con carácter general, las que mejor responden al trasplante son las frondosas caducifolias y las que peor, las especies de coníferas perennes.

Entre las especies de coníferas, la familia de las Cupresáceas y Pináceas son las que ma-yores problemas presentan para regenerarse correctamente, ya que necesitan un volumen grande de cepellón.

5.2. Trabajos para realizar un trasplante.

- LAS OPERACIONES PREVIAS antes del trasplante, deben incluir primeramente la evaluación del estado fitosanitario y de seguridad del árbol a trasplantar, ya que no es conveniente el trasplante de ejemplares que van a ser incapaces de recuperarse tras la operación o puedan tener pocas probabi-lidades de supervivencia.

- ESPACIO: También, es necesario compro-bar que hay suficiente espacio para llevar a cabo toda la operativa, incluida la del trans-porte y acceso de la maquinaria.

- ANÁLISIS DEL SUELO Y DEL AGUA, en el lugar donde se va a ubicar el ejemplar, con la idea de asegurar la adecuación del árbol que va a ser trasplantado

- ESTUDIO PREVIO DE LAS CONDI-CIONES ECOLÓGICAS DEL ENTORNO.Este estudio nos puede dar una información importante para preparar los trabajos. Por ejemplo, en carreteras y zonas urbanas con grandes concentraciones de CO2 atmosféri-co y abundancia de agua en el suelo (rie-

go), los árboles desarrollan enormemente su parte aérea, desproporcionan el árbol y crean problemas de estabilidad que pueden representar un gran peligro para los traba-jadores en los trabajos de trasplante. Por lo tanto, sólo en estas situaciones, la poda previa debe ser más fuerte que lo habitual para prevenirlo.

- EXAMEN PREVIO DE LA SITUACIÓN DE LAS RAÍCES. Debe ser realizado por

Especies difícilesAbedulCedroPino

CiprésEucalipto

Especies aptasArce

Falso plátanoAlmezOlmoAcacia

AligustreCirueloPeral

suelo a mover será mayor. Los suelos más porosos, como los arenosos, producen raí-ces más profundas, más ramificadas y con una menor longitud.

- ÉPOCA DE LA REALIZACIÓN: entre no-viembre y febrero, pues es el momento en el que la actividad vegetativa de los árbo-les se encuentra muy ralentizada, incluido el sistema de raíces.

- PODA DE LA COPA. La poda de la copa no es estrictamente necesaria para llevar a

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Los olivos se transplantan con frecuencia siendo, en general, su arraigo altamente satisfactorio.

TOLERANCIA AL TRASPLANTE

RHay que desechar la poda drástica de los árboles en el trasplante.

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cabo un trasplante. Se podrá admitir una semejante a la que haríamos en condicio-nes normales, pero nunca más allá de esa. La copa es el elemento productivo y el ge-nerador de energía del árbol. El árbol se readaptará a la nueva situación generando hojas más pequeñas y coriáceas que eviten la pérdida de agua en el caso de que se pro-duzca. Si el trasplante se realiza en épocas

berá colocar su copa con la misma orien-tación que tenía en su lugar de origen.- Aportar sustratos porosos para incenti-var el crecimiento de las raíces.- En el lugar de recepción del cepellón, se debe contar con los medios necesarios para aportar agua de forma constante.- Se deberán poner algún tipo de estruc-turas que garanticen el anclaje del árbol.

- CUIDADOS DE MANTENIMIENTO. Para una adecuada adaptación, el periodo de mantenimiento debe oscilar entre 4 y 6 años y tiene que ser realizado por técnicos especializados, que determinen el estado de salud del árbol y sus necesidades de agua y nutrientes.

5.2.1. Autorizaciones necesarias.Con carácter general, la realización de cual-quier tipo de trasplante requiere de una auto-rización administrativa, que será solicitada al

o condiciones desfavorables, por ejemplo en verano, es aconsejable el uso de productos que reduzcan la transpiración.

- EL CEPELLÓN debe ser protegido y hu-medecido para evitar la desecación.

- LA PLANTACIÓN: debe cumplir con los siguientes requisitos:

- No debe ser profunda, sino que tiene que realizarse unos centímetros por en-cima del cuello de la raíz, los suficientes para evitar la desecación del cepellón.- Para la mejor adaptación del árbol, se de-

órgano competente correspondiente, pudién-dose distinguir los siguientes casos:

- Si las obras se realizan en medio urbano, la autoridad competente será el departamento de Parques y Jardines o el de Medio Ambiente del Ayuntamiento.

- Si las obras se realizan en medio natural, la

autoridad competente será la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma.

- Si las obras se realizan en Dominio Público Hidráulico, habrá que remitir dicho informe a la Confederación Hidrográfica u Organismo de Cuenca correspondiente.

- En el caso de espacios pertenecientes a Pa-trimonio Nacional o los Parques Nacionales, existen organismos propios de decisión en estos temas.

Para solicitar la autorización es necesario:

1.- Realizar un inventario de los árboles y arbustos de todas las zonas directamente afectadas y de los más próximos a la parce-la/zona de obra. El inventario deberá conte-ner, al menos:

- Memoria, donde se describa de mane-ra pormenorizada los árboles y arbustos afectados por la obra (alturas, diámetros,

etc.) y su posible problemática (estado sanitario, malformaciones, etc.).

- Planos o croquis a escala de superficie afectada, con referencias acotadas de la separación entre los pies afectados y en-tre estos y elementos estructurales como fachadas muros, etc.

- Anexo fotográfico detallado y extenso.

2.- El inventario se entregará a la propiedad que es, en principio, la encargada de solici-tar la autorización.

Los trasplantes necesitan de maquinaria y utensilios especializados.

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3.- La administración correspondiente, remi-tirá un informe en el que se detallará qué hacer con cada uno de los ejemplares, si se han de proteger, podar, talar, plantar com-pensatoriamente o trasplantar.

5.2.2. Identificación y señalización del ejemplar.Los ejemplares que se vayan a trasplantar de-berán ser identificados con el fin de tener un control sobre los mismos. La forma de identi-ficar los ejemplares, que se van a trasplantar, será mediante una marca en el tronco (por ejemplo mediante un spray), a una altura vi-sible. La marca señalará preferentemente la orientación Norte.

En cualquier caso los datos mínimos a recabar serán los siguientes:

- Especie- Perímetro a 1,30 m del suelo- Estado del ejemplar

5.2.3. Época de los trasplantes.La época en la que se efectúa la operación de trasplante, es un factor muy determinante en el éxito del mismo. Aún así, no siempre es po-sible planificar los trabajos en una obra para que sean acordes con los ciclos naturales, en este caso, las precauciones deben ser mayo-res y habrá que aceptar que la operación de trasplante va a estar condicionada desde el primer momento.

La mejor época para trasplantar es cuando el

ejemplar se encuentra en parada vegetativa. Esta situación depende de las características climatológicas de cada lugar, ya que las plan-tas adaptan sus mecanismos a la estaciona-lidad del clima (en España, el rango de días propicios para realizar trasplantes varía lige-ramente de unas regiones a otras).

En general, se recomienda esta operación entre el final del otoño o durante el invierno. Mientras más sensible sea la especie a las ba-jas temperaturas, más tarde se deberá hacer el trasplante en invierno, cuando hayan pasa-do los grandes fríos. Por ello, en lugares con temperaturas habituales muy por debajo de los 0ºC, no es recomendable trasplantar en los meses más fríos.

En verano, algunas especies, como las palme-

ras, pueden detener su crecimiento debido al estrés ambiental producido por el calor (especialmente en localizaciones áridas). Sin embargo, aunque se encuentren en parada vegetativa, el trasplante no es aconsejable en esa época porque el suelo no cuenta con la humedad necesaria para que las raíces finas se desarrollen.

5.2.4. Poda del ejemplar.Antes del trasplante se procederá a la realiza-ción de una poda de reducción de copa para compensar el desequilibrio ocasionado por el corte de raíces. Esta poda debe estar ade-cuada a cada ejemplar, teniendo en cuenta la capacidad de cada especie de aceptarla o si se trata de una conífera o una frondosa, bien sea perenne o caducifolia.

Trasplantes de árboles con máquina trasplantadora tipo Optimal.

Es fundamental elegir adecuadamente el momento y modo de realizar el trasplante. En general, se recomienda esta operación

entre el final del otoño o durante el invierno.

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Forma correcta de podar una rama gruesa.

La unión del tronco con la

rama queda por debajo del

corte.3

2

1

Procedimiento de actuación:

- Todas las operaciones de poda serán realizadas por operarios especializados (jardinero podador y peón jardinero) y su-pervisadas por un capataz jardinero.

- El volumen de copa afectado por la poda, en principio, debería ser proporcional al volumen afectado por la poda del siste-ma radical. Sin embargo, por la diferente arquitectura de la planta, esto no se po-

trada de agentes patógenos. En caso de cor-tar ramas gruesas, se deberá hacer en 2 ó 3 pasos para que no se produzcan desgarros en el punto de corte: se cortará primero una par-te y luego el tocón final que quede, retocan-do el corte con una navaja hasta que quede perfilado y limpio. El corte se efectuará lo más pegado posible a la rama soporte del labio cicatrizante, procurando que la superficie del tocón sea la mínima, es decir, el corte deberá formar un ángulo recto con la rama cortada. En el caso de las ramas más finas el corte se puede realizar paralelo a la rama.

La poda deberá ser más agresiva cuanto más desfavorable sea la época de trasplante en términos de evapotranspiración, es decir cuan-to más estrés por temperatura y sequedad haya. Se puede aprovechar para realizar una poda de formación y corregir la estructura del árbol.

5.2.5. Protección del cepellón.Las características del cepellón deberán ade-cuarse a las características de la planta. En principio, cuanto más grande sea éste, mayo-res serán las probabilidades de éxito ya que la

poda de raíces finas será menor. Sin embargo, el manejo es más dificultoso en estos casos y esto repercute tanto en el plano económico como en el de seguridad (del árbol y de los trabajadores).

Se deberán conocer las características de la raíz de la especie a trasplantar, ya que de ello dependerá la forma del cepellón. Si la raíz es pivotante predominante, el cepellón deberá ser más profundo y estrecho, mientras que si posee un sistema radical horizontal, el cepe-llón deberá ser menos profundo y más ancho.

Además del material de sujeción necesario para inmovilizar el cepellón (tela de arpillera, malla metálica, geotextil, etc.) serán necesa-rias cuerdas para atarlos (o alambres o simi-lares). Es recomendable cubrir el cepellón con un par de vueltas del material de sujeción

5.3. Maquinaria a utilizar.Las formas de realizar un trasplante son diver-sas y varían, en función del tamaño del árbol y del peso total a mover, entre cepellón y parte aérea. En el caso de árboles de gran tamaño

Algunos principios a seguir para la poda en los trasplantes:

- No podar la rama dominante.

- Podar las ramas secundarias.

- Podar las ramas que crecen hacia el interior o las que se tocan.

- Cortar las ramas bifurcadas con pocas ramificaciones.

- Podar las ramas rotas o dañadas.

- Quitar los chupones.

- Quitar las pequeñas ramas finas desprovistas de brotes, éstas se encuentran principalmente en las zonas umbrías de la planta, en la base y en el centro.

Todas las herramientas utilizadas en las operaciones de poda deben estar muy bien afiladas y desinfectadas.

drá realizar en las coníferas (si por razo-nes de precaución hubiese que hacerlo, se realizará por verticilos, es decir, todas las ramas de un anillo cada vez y siempre empezando por las más bajas).

- No se debe, en ningún caso, quitar más de un tercio de la parte verde.

Se cortarán las ramas enteras, sin desgarrar-las, ya que el desgarramiento facilita la en-

Sistemas de sujección del cepellón.

Se deberá rodear el cepellón con malla, geotextil, etc e inmovilizarlo con cuerdas, alambres o similares.

Cuanto más grande sea el cepellón, mayores serán las probabilidades de éxito de la planta a trasplantar.

R

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el peso a mover es considerable y, por tanto, si se realiza el trasplante de forma convencional, se precisa de varios tipos de maquinaria muy concreta y de gran potencia; como retroexca-vadoras, camiones gruas, trailers e, incluso, en algunos casos de manejo de grandes volúme-nes, plataformas elevadoras.

En el caso de realizar el trasplante con ma-quinaria especializada, como la trasplantadora tipo optimal, las operaciones se facilitan con-siderablemente.

Estas máquinas, compuestas de un círculo de palas montado sobre un vehículo tractor o remolque, extraen, transportan y colocan los árboles hasta su ubicación definitiva.

Con este tipo de máquinas se facilita enorme-mente las operaciones de trasplante y se op-timiza la relación volumen de suelo-cantidad de cepellón, pues se extrae la menor cantidad de suelo con la máxima cantidad de raíces. Su único problema es el precio, lo que en muchas ocasiones hace difícil o inviable su utilización.

5.3.1. Cálculo del peso del árbol a trasplantar.En el caso de realizar el trasplante mediante sistemas convencionales, se debe calcular el peso del ejemplar, que se va a levantar, para la elección del camión grúa con potencia sufi-ciente para ello.

Primeramente, se deberá estimar el peso del cepellón para, posteriormente, sumar la esti-mación del peso del árbol, a partir del volu-men del tronco. Una vez realizado este cálcu-

lo, se escogerá el primer camión grúa capaz de levantar, al menos, algo más de las tonela-das obtenidas

Para el cálculo del peso del cepellón, prime-ramente, deberemos conocer el tipo de suelo en donde se asienta el árbol y el tamaño y profundidad del cepellón, con estos valores y consultando la Tabla 1 podremos llegar a co-nocer el peso del cepellón

Al valor obtenido, se le debe añadir el peso del tronco del árbol a trasplantar. Para ello, se debe conocer la densidad de la madera, que varía, ampliamente, entre las diferentes espe-cies. Como referencia, se utiliza el valor que alcanzan las especies más utilizadas para ob-tener leña, que oscila entre 0,650 a 0,750 tm/m3. Una vez conocido el diámetro del fuste y la altura del ejemplar, se puede hacer una rá-pida estimación de su peso total.

Calculado el peso total del ejemplar a tras-plantar se debe seleccionar la máquina más adecuada para el levantamiento de este peso.Para ello se debe considerar que, además, pueda levantar la altura de todo el árbol, in-cluido el cepellón. Normalmente, estos datos pueden ser proporcionados por los proveedo-res de maquinaria, que aportan los datos de peso y altura efectiva que pueden llegar a tra-bajar cada una de sus máquinas.

5.4. Pasos a realizar en la extracción del ejemplar.Antes de llevar a cabo la extracción, se deberá buscar el nivel adecuado de tempero (hume-dad y aireación óptima) del suelo. Para ello, si

En el caso de los pinos se pueden cortar los verticilos hasta llegar a una forma de seta, pero no se podarán las ramas superiores en ningún caso. En las especies con crecimiento piramidal está especialmente contraindicada la poda de la yema apical.

Tipo de suelo

Diámetro (m)

Profundidad (m)

Volumen (m3)

Peso (tm)

Arenoso 1 1 0,8 0,8  1 2 1,6 1,6  1 3 2,4 2,4  2 1 3,1 3,1  2 2 6,3 6,3  2 3 9,4 9,4  3 1 7,1 7,1  3 2 14,1 14,1  3 3 21,2 21,2

Franco 1 1 0,8 1,0  1 2 1,6 2,0  1 3 2,4 2,9  2 1 3,1 3,9  2 2 6,3 7,9  2 3 9,4 11,8  3 1 7,1 8,8  3 2 14,1 17,7  3 3 21,2 26,5

Arcilloso 1 1 0,8 1,2  1 2 1,6 2,4  1 3 2,4 3,5  2 1 3,1 4,7  2 2 6,3 9,4  2 3 9,4 14,1  3 1 7,1 10,6  3 2 14,1 21,2  3 3 21,2 31,8

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R

Tabla 1.- Valores orientativos de peso del cepellón dependiendo de la naturaleza del suelo, diámetro y profundidad del cepellón.

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las condiciones no fueran las recomendables y no se prevé la presencia de lluvia, se deberá regar el ejemplar, de forma abundante, uno o dos días antes del trasplante. De esta manera, se facilita la extracción del árbol y se garantiza que viaje a su lugar de destino con las máximas reservas de agua (en estado de máxima turgencia) y con la protec-ción de la tierra pegada a sus raíces.

Los pasos a realizar para la extracción del ejemplar son los siguientes:

1.- Marcado de los ejemplares a trasplan-tar, señalando su orientación.

2.- Apertura de una zanja alrededor del árbol, en forma circular y con un diámetro mínimo de cinco veces el del fuste del ár-bol y, en ningún caso, inferior a 0,5 m. La profundidad de la zanja estará delimitada hasta que no aparezcan raíces importantes.

3.- Corte limpio por la parte inferior de la zanja, formando el cepellón. Las raíces que

salgan del mismo se deberán cortar lim-piamente con tijera o serrucho y se aplica-rán productos antitranspirantes adecuados.

4.- Extracción de la planta de su lugar de emplazamiento.

5.- Protección del cepellón con un geo-textil, una tela de yute, arpillera, una lona o un plástico resistente. Se deberá atar fuertemente, para evitar la pérdida de tierra durante la extracción y el transpor-

te. La tela de arpillera se puede sujetar, utilizando una malla metálica, lo que le aportará más consistencia al cepellón. Lo fundamental, es que no queden raíces expuestas al aire. A su vez, es imprescin-dible que durante todas las operaciones de trasplante, el cepellón se mantenga, en todo momento, húmedo.

6.- En la apertura de zanjas será precisa utilizar maquinaria con accesorios de su-perficie lisa, para evitar desgarramientos.

Una adecuada humedad y aireación del suelo es fundamental para la realización del trasplante.

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En la extracción de los grandes y media-nos ejemplares, se utilizará una retroex-cavadora de gran capacidad. Para los ejemplares más pequeños bastará con una máquina mixta.

5.5. Transporte del ejemplar.Una vez preparado el cepellón, los ejemplares se pueden elevar con un camión grúa o con la propia maquinaria de extracción, median-te cinchas colocadas en uno más puntos del tronco y cepellón, de manera que no se ponga en peligro la estabilidad e integridad física de cada uno de los árboles.

Se repasarán, con una navaja o instrumento de corte similar, las raíces cortadas visibles, hasta que la superficie de cada corte quede completamente lisa. En las raíces gruesas se aplicarán productos antitranspirantes.

Es recomendable plantar el ejemplar, en su nueva ubicación, el mismo día que se extrae. Si esto no fuera posible, se deberá acondicio-nar una zona de acopio o vivero de obra, que tendrá que reunir una serie de requisitos:

.- Que sea una zona que no interfiera con fases posteriores de la obra.

.- Que esté cercana a un punto de agua para efectuar los riegos.

.- Que esté sombreada.

.- Que esté cercana a la zona de los traba-jos que se vayan a realizar.

Una vez elegida su ubicación se construirá el vivero de obra de la siguiente manera:

1.- Excavación de una zanja lo suficientemen-te grande y profunda.

2.- Disposición de una capa de drenaje de grava de 20 cm de espesor en el fondo de la zanja. Sobre ella, se extenderá sobre ella una capa de arena de río, a modo de lecho, para los árboles trasplantados. La arena facilitará la extracción posterior de los árboles si el cepellón lleva tiempo acopiado y se han de-sarrollado raíces.

3.- Colocación de los árboles verticales, bien calzados y próximos entre sí. De esta forma, mejora la protección de los mismos frente al viento durante el periodo de mantenimiento, ahorra espacio y tiempo en las revisiones y tareas de mantenimiento.

4.- Cubrición de los cepellones con tierra, has-ta formar caballones. De esta forma, se evita el movimiento de los árboles y se protege el cuello de la raíz.

5.- Riego copioso para la consolidación de las tierras y eliminación de posibles bolsas de aire en el cepellón. Esta acción, contribuye a paliar el estrés hídrico que sufre la planta como con-secuencia de la operación. El cepellón deberá quedar completamente cubierto y protegido.

6.- Jalonamiento de la zona con vallas y cintas de seguridad.

El traslado a su ubicación definitiva general-mente exige medios mecánicos (pluma, pala,

Los ejemplares trasplantados se transportan verticalmente, para evitar daños al sistema radical y aéreo.

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camión grúa, etc.) y varios trabajadores.

Lo ideal es que los ejemplares se transporten verticalmente, para evitar daños al sistema radical o aéreo. En el caso de grandes ejem-plares, éstos serán transportados en oblicuo, protegiendo las zonas más expuestas al daño, situadas en los puntos de apoyo.

Es conveniente colocar mantas o materiales acolchados sobre las aristas de la caja del camión, para evitar la posibilidad de golpes y daños en la corteza del ejemplar.

Si el lugar de destino se encuentra alejado del inicial, se deberá cuidar especialmente el nivel de humedad del cepellón. Para evitar la acción desecante del viento, se pueden cubrir los ejemplares con una lona o similar y regar con frecuencia los cepellones.

caber perfectamente y colocarse de manera espaciosa en el hoyo.

El árbol se plantará de la manera habitual, su-ficientemente protegido, asegurado y anclado para impedir descalces y descuajes. Para faci-litar la colocación y la orientación del ejem-plar, se dará la forma conveniente a la base del hoyo. Cuando se haya colocado y se hayan retirado las protecciones al cepellón, se pro-cederá a completar el relleno del hoyo por capas, compactando ligeramente el terreno y cuidando de que no queden bolsas de aire.

Una vez plantados los ejemplares, se prepara el alcorque, de dimensión proporcional a la planta. Inmediatamente después se deberá regar copiosamente.

En casos de trasplantes de árboles de escasas dimensiones, bastará con la realización de un riego semanal hasta el asentamiento (aproxi-madamente un mes).

En el caso de árboles de grandes dimensio-nes, el periodo de mantenimiento debe ser entre 4 y 6 años y debe ser realizado por técnicos especializados, que determinen el estado de salud del árbol y sus necesidades de agua y nutrientes.

Después de la plantación los árboles tardan en recuperarse y su proceso de adaptación es lento y delicado. En esta situación, el ejem-plar trasplantado requiere cuidados especia-les, principalmente dirigidos a la restauración de su sistema de raíces. Para ayudar al de-sarrollo del ejemplar es preciso realizar una serie de trabajos:

Es conveniente colocar mantas o materiales acolchados sobre las aristas de la caja del camión para evitar golpes y daños en la corteza del ejemplar.

5.6. Colocación de la planta, aporte de material vegetal y cuidados finales.

La apertura de hoyos se debe realizar con an-terioridad o, simultáneamente, a la extracción de los ejemplares, nunca después.

Las dimensiones del hoyo de plantación serán como mínimo de 1,3 veces las del cepellón a instalar, de tal manera, que las plantas puedan

Se deberá tener especial cuidado con el nivel de humedad del cepellón.

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El árbol se plantará suficientemente protegido, asegurado y anclado para impedir descalces y descuajes.

- ENTUTORAR CON FIRMEZA EL ÁRBOL Las raíces del árbol se encuentran confi-nadas en el cepellón y tardarán en colo-nizar el nuevo suelo. Por tanto, es preciso sujetar firmemente el ejemplar, para evitar caídas por viento o cualquier elemento de presión que pueda surgir. Se pueden usar palos, estacas o tirantes.

Las ataduras deben ser de material flexi-ble, que no produzca rozaduras. Si se trata de un ejemplar grande, se pueden usar tres cuerdas tensas o “vientos”, sujetas a un anillo o brazalete de caucho o goma espuma que rodee al tronco.

- RIEGOS ABUNDANTES Y PERIÓDI-COS como mínimo una vez a la semana, si no ha habido presencia de lluvia. No obstante, es preciso conocer el estado de humedad del suelo, si es posible con algún instrumento medidor, pues una ex-cesiva acumulación de agua puede ser letal para la planta.

Una vez realizadas todas las operaciones, es fundamental continuar con un control perió-dico del estado del árbol trasplantado y com-probar su estabilidad, hasta que se confirme el éxito del trasplante.

En los controles que se hagan periódicamente, se deberá probar si existe algún tipo de movi-miento del cepellón o de la base del ejemplar, además será preciso tomar datos del aspecto y estado fitosanitario del individuo y el estado de los tutores, vientos y anclajes, sobre todo cuando se produzcan episodios de vientos fuertes y lluvias copiosas.

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6.1. Ejecución.Es preciso que todas las labores de planta-ción vayan acompañadas del máximo cuidado y detalle, para asegurar el mayor éxito en la supervivencia y desarrollo de los árboles. Por tanto, es necesario conocer con detalle las la-bores básicas y necesarias en la ejecución de las plantaciones.

6.1.1. Consideraciones generales.La plantación nunca se debe realizar sobre suelo helado o en momentos de heladas o fuertes vientos. El suelo debe estar con “tem-pero”, con humedad y porosidad óptima para conseguir el mejor desarrollo de las raíces en sus primeros momentos de crecimiento.

Durante la plantación se deberán tomar las debidas precauciones para evitar golpes, ro-turas u otros daños físicos a raíces, troncos o ramas de las plantas. Se observará especial cuidado en:

- Centrar árboles y arbustos y, al mismo tiempo, garantizar que queden rectos y correctamente orientados.- Quitar el contenedor en plantas con con-tenedor no recuperable.- Cortar las raíces que sobresalgan en for-maciones helicoidales, por la parte infe-rior del mismo.

- Rellenar el hoyo de plantación por ton-gadas, compactando simultáneamente, de manera que se evite la formación de bol-sas de aire que puedan causar la anoxia y, consiguientemente, la muerte de las raíces.- Limpieza de la zona. Los materiales so-brantes (contenedores no recuperables, sacos de abono, restos de jardinería, etc) se tendrán que transportar al vertedero controlado asignado.

6.1.2. Época de plantación.El momento de la plantación es una decisión clave para el buen desarrollo de los árboles.

No existe un periodo del año único para todas las plantaciones, sino que está condicionado por el clima, especie y procedimiento de plan-tación o suministro.

Las plantaciones a raíz desnuda y en cepellón deben llevarse a cabo en periodo de parada vegetativa. Si la planta es suministrada en contenedor la limitación no es tan fuerte, ya que se mantienen mejor las condiciones de humedad (ver 6.1.3.2). Experiencias realizadas en obra, demuestran que se puede plantar bien durante todo el año con planta cultiva-da en contenedor, no existiendo diferencias “significativas” entre las marras producidas en plantaciones de invierno y las de verano.

A pesar de estar en una época favorable, a savia parada, no se deberá plantar nunca en suelo helado o excesivamente mojado, ni en condiciones climáticas muy desfavorables (pe-riodo de heladas, fuertes vientos, fuertes ma-reas, temperaturas excesivamente altas, etc)

En caso de realizarse en pleno verano, siem-pre se debe utilizar planta en contenedor, nunca se debe hacer en las horas centrales del día o en días con viento, especialmente en áreas con baja humedad ambiental y, además, el ejemplar a plantar deberá tener disponibili-dad hídrica abundante.

6. PlantacionesLos árboles son seres vivos que necesitan que se les trate como tales. La introducción de pequeñas plantas o plantones en una nueva ubicación, supone para la planta un estrés añadido al que debe acompañar de un esfuerzo energético considerable para superarlo.

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6.1.3. Procedimientos y tipos de plantación.

Las tres formas de cultivar la planta, a raíz desnuda, en cepellón y en contenedor, con-dicionan la forma de plantación posterior en campo. La conveniencia en la elección de uno u otro tipo de cultivo, es función princi-palmente de la especie, la calidad de estación o características mejores o peores del lugar de plantación, la duración de la campaña de plantación y de la economía disponible para realizar el proyecto.

6.1.3.1. A raíz desnuda.La plantación a raíz desnuda sólo se puede realizar con algunas especies determinadas de fácil enraizamiento. Se realiza exclusi-vamente en época de parada vegetativa. En zonas cálidas y áridas, características del cli-ma mediterráneo, no es conveniente por los

problemas de deshidratación que se pueden producir en las plantaciones.

Cuando se planta a raíz desnuda, se procede a eliminar las raíces dañadas en la operación de arranque, tratando de conservar el mayor número posible de raicillas vivas. Antes de la plantación, es muy aconsejable sumergir el sistema radicular en un baño con hormonas de enraizamiento, para favorecer la emisión de nuevas raicillas e impedir su desecación.

La plantación a raíz desnuda presenta la di-ficultad de ser mucho más delicada que la que se realiza con contenedor o cepellón. Se debe realizar un control más cuidadoso en la ejecución, sobre todo evitando doblar las raí-ces y cuidando el manejo y aviveramiento de la planta. Además, requiere de una elevada exigencia en las condiciones de humedad y porosidad del suelo y en la ejecución, dentro del periodo climático óptimo de plantación.

6.1.3.2. Con cepellón.Las plantaciones de árboles con cepellón, tanto si se aportan en contenedor o con ce-pellón protegido o tapado, permite actuar con condiciones de suelo menos exigen-tes, pudiendo ampliarse la duración de la campaña de plantación. Este tipo de plan-tación es preferible en estaciones áridas y en climas más secos, pues se consigue más supervivencia y mejores desarrollos de las plantas, lo que puede permitir proyectar la plantación con una menor cantidad de planta por unidad de superficie. Igualmen-te, requiere menor cuidado en la ejecución. Sin embargo, dependiendo de la especie, se

pueden producir reviramientos de las raíces, cuando el tiempo de cultivo en vivero supera más allá de dos años.

El coste de este tipo de plantación es superior a la plantación a raíz desnuda, pues la planta es más cara y el rendimiento medio en la eje-cución es menor.

6.1.3.3. A raíz profunda con retroexcavadora.Es un procedimiento ligado a plantaciones con especies propias de la vegetación de ribe-ra como chopos, tarays o sauces y a una pre-paración puntual del suelo mecanizada.

El procedimiento implica el replanteo previo de los hoyos y el conocimiento de la profundi-dad a la que se encuentra el nivel freático en verano, a través de la ejecución de una serie de catas. De esta forma, los niveles freáticos

de la época más seca no descenderán del al-cance de las raíces más profundas del árbol.

La retro abre un hoyo de profundidad para al-canzar el nivel freático estival (de 1,5 a 3 m). Un operario introduce manualmente un plan-tón de dos o tres savias, de longitud superior a 4 m aprovechando la última paletada de la cuchara de la máquina e inclinando el plantón por debajo de ésta. Así, mientras el plantador coloca la base del plantón en el punto más bajo, los propios desmoronamientos que pro-voca la extracción lo sujetan. Seguidamente, la máquina termina de rellenar el hoyo con la tierra extraída del siguiente, procediéndose así sucesivamente.

6.1.4. Comprobación de la calidad de la planta.Se comprobará que el lote de planta esté compuesto por, al menos, un 95% de plantas

El rendimiento medio de la plantación a raíz desnuda, ejecutada manualmente, incluido el transporte de la planta en el tajo, es de aproximadamente 175 plantas/jornal.

El rendimiento medio de la plantación en contenedor o cepellón, ejecutada manualmente, incluido el transporte de la planta en el tajo, es de 150 plantas/jornal.

El rendimiento medio de la plantación a raíz profunda ejecutada con retroexcavadora, incluido el transporte de la planta en el tajo, es de 6-10 minutos/planta.

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aceptables, para ello se realizará un muestreo sistemático del 10% sobre el total de la po-blación. Una vez analizada la muestra se com-probará si la proporción de planta aceptable llega al 95% deseable. Se rechazará el lote de plantas cuando:

- En cualquiera de sus órganos o en su madera sufran, o puedan ser portadoras, de plagas o enfermedades.

- Hayan sido cultivadas en condiciones de alta densidad y sufran problemas de ahilamiento (excesiva altura respecto al diámetro desarrollado).

- Hayan tenido crecimientos desproporcio-nados, por haber sido sometidas a trata-mientos especiales o por otras causas.

- Lleven en cada uno de los cepellones plántulas de malas hierbas.

- Durante el arranque o el transporte ha-yan sufrido daños que afecten a la óptima calidad de la planta.

- No vengan protegidas por su embalaje correspondiente.

6.2. Preparación del hoyo.Realizar un buen hoyo de plantación no siem-pre es fácil, sobre todo en obras de urbaniza-ción en donde los espacios suelen estar muy condicionados a los pavimentos cercanos. En la plantación de arbolado en alcorques de acera, la posibilidad del tamaño del hoyo está determinada por el tamaño que tenga el

alcorque, es decir, al espacio que limiten los bordillos ya colocados, lo que muchas veces es insuficiente para el calibre de arbolado proyectado. En estos casos, es preferible cam-biar el calibre e incluso, a veces la especie se-leccionada en el proyecto de obra.

El cepellón del árbol recién plantado necesi-ta tener a su alrededor terreno con textura y composición adecuada que le facilite el enrai-zamiento y, por tanto, su establecimiento en su nueva ubicación. El tamaño del hoyo de-penderá del calibre del árbol a plantar, siendo válido el hoyo de 1x1x1 m para arbolado de calibres hasta 18-20.

El ahoyado suele ser mecánico, preferible-mente con retroexcavadora, antes que con ahoyador, ya que este último, según el terreno, tiende a compactar las paredes del hoyo que produce, pudiendo dificultar, posteriormente, el paso de las raíces.

La preparación de un buen hoyo, junto con la tierra y los componentes que se consideren necesarios añadir, son vitales para el posterior establecimiento del árbol, sobre todo durante los dos primeros años.

6.3. Características del terreno, análisis y añadidos.El suelo no es un mero soporte físico e inerte donde colocar las plantas, sino un complejo ecosistema en continua evolución, en el que los componentes físico, químicos, ambientales y biológicos se interrelacionan modifican-do continuamente el todo. Por lo tanto en la creación de un sustrato adecuado para la

plantación hay que tener muy en cuenta va-rios factores, como que las condiciones clima-tológicas (precipitaciones, vientos, etc.) van a aportar al sistema nuevos elementos que lo modificarán (aporte de elementos muy finos y con gran contenido en carbono y nitrógeno), por lo que se parte de un suelo con poca pro-porción de finos y que sea capaz de soportar los nuevos aportes externos.

De esta manera, habrá que aportar una en-mienda orgánica que proporcione los valores nutricionales básicos, sin llegar a ser excesi-vamente altos y una buena flora/fauna edáfica (de macroinvertebrados y bacterias) que sea capaz, rápidamente, de poner en marcha los procesos químicos y biológicos que autorregu-lan estos sistemas mediante, por ejemplo, la utilización de lodos de depuradora refinados y libres de cualquier elemento nocivo.

El último parámetro a tener en cuenta en la obtención de un buen suelo es la consecución de una buena estructura del mismo. En los suelos naturales bien estructurados, la dispo-sición de los distintos elementos que lo for-man (arenas, limos, arcillas y materia orgánica) están agrupados entre ellos, formando los de-nominados agregados.

El tamaño, la cohesión y la forma de los agre-gados que se formen en el suelo, van a deter-minar de manera importantísima el futuro éxi-to de las plantaciones y siembras a realizar, ya que, al final, la manera en que los componentes se combinen de forma más o menos adecuada, es lo que determinará la correcta disponibili-dad de agua, aire y nutrientes para las raíces, así como la estabilidad final del terreno.

El tamaño del hoyo depende del calibre del árbol a plantar.

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Es decir, hay que establecer unos parámetros mínimos físico-químicos (textura, granulome-tría, relación Carbono/Nitrógeno, % materia orgánica, pH y conductividad eléctrica) que deberán cumplir los suelos creados.

6.3.1. Trabajos a realizar en el terreno.Una vez abierto el hoyo de plantación, se debe comprobar la capacidad del terreno para drenar. Para ello, se realiza una sencilla prueba de infiltración, que consiste en el lle-nado del hoyo con agua y su revisión posterior pasadas 24 y 48 horas. Cuando el número de árboles es elevado y supone un gasto de agua muy importante, se puede sustituir el llenado de todo el hoyo por el de un agujero central realizado con una barrena.

Si tras realizar la prueba de infiltración, el agua se ha filtrado pasadas 24 o 48 horas, supondrá que no existen problemas de drena-je, por lo que será suficiente rellenar el hoyo con una capa de 25-30 cm de grava gruesa y posteriormente 10-15 cm de piñoncillo. En el caso de que se manifiesten problemas de

drenaje, se debe realizar una segunda prueba para asegurar. Si tras ésta, se confirma la falta de drenaje en el hoyo, se deberán barajar dis-tintas opciones, desde zanjas de drenaje para la evacuación del agua, hasta la realización de drenajes profundos en el mismo hoyo.

Un vez realizadas las capas de drenaje con la grava y el piñoncillo, se añade la tierra vege-tal seleccionada hasta la cota donde apoye el cepellón. Colocado el árbol, se rodea el cepe-llón con el tubo de aireación (tubo perfora-do rodeado de geotextil) dejando una de las puntas, o mejor las dos, a cota de superficie. Las puntas se taparán con una tapa plástica perforada o algo similar. Colocado el tubo de aireación se rellenará lo que queda del hoyo con la misma tierra vegetal hasta el cuello del árbol, sin taparlo en ningún caso.

Se debe recortar la malla metálica del ce-pellón en las proximidades del cuello, sobre todo cuando ésta se encuentra muy pegada, para evitar daños en el crecimiento.

Existen discrepancias sobre si es bueno pisar o no la tierra de relleno alrededor del árbol,

al final, lo importante es que no queden bol-sas de aire, que la tierra asiente y que, con ella, asiente el cepellón, sin que ello conlle-ve una compactación del terreno, ya sea por aporte de agua de forma continua, por pisar, o por ambas. En caso de ser sustratos de nueva creación (mezclas), que no presentan agregados, es preferible no pisar para evitar compactaciones diferenciales de los elemen-tos más finos. Si es una tierra vegetal natural, con buena textura y estructura, el pisado suele aumentar mucho el rendimiento de la planta-ción y no presenta problemas apreciables en la evolución del suelo.

6.4. Riegos.El riego tras la plantación es fundamental. El riego con manguera es primordial después de la plantación y no es suficiente confiar en el riego por goteo. Para que los riegos con man-guera sean eficaces y permitan que el agua se vaya absorbiendo poco a poco por el árbol, es necesario efectuar alcorques provisionales, aporcando la tierra que rodea el árbol, para así evitar que el agua se deslice hacia otras zonas. Estos alcorques provisionales también facilita-rán la retención del agua de lluvia, para po-nerla a disposición del árbol recién plantado.

El agua que se utilice para el riego de las plantaciones, debe cumplir las siguientes es-pecificaciones:

- Oxígeno disuelto superior a 3 mg/l.

- No contendrá bicarbonatos ferrosos, áci-dos sulfídricos, metales pesados (plomo, selenio, arsénico), cromatos ni cianuros.

El bioactivador se debe añadir al hoyo de plantación mezclado con el agua del primer riego.

REl abono de liberación lenta se debe mezclar con la tierra vegetal antes de colocarlo en el hoyo de plantación.

Los alcorques evitan que el agua de lluvia y riego se deslice hacia otras zonas y consiguen

retenerla.

R

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- No contendrán más de 1% de cloruros sódicos o magnésicos.

- El pH deberá ser superior a 6.

- La conductividad eléctrica oscilará entre 0-3 mmho/cm.

- El aporte de enraizantes en los primeros riegos, supone un coste pequeño compa-rado con los resultados tan buenos que se obtienen, de igual forma, ocurre con los abonos químicos, pero ambos productos pocas veces se incluyen en los proyectos de plantación de los árboles.

6.5. Operaciones complementarias.Bajo esta denominación se engloban las si-guientes operaciones fundamentales: fertili-zación, riego de implantación, abonado y apli-cación de bioactivadores.

Aunque la necesidad de ejecución y dosis de aplicación normalmente vienen determina-das en el Proyecto de Construcción, a modo de ejemplo se presentan en la Tabla-2 unas dosificaciones de referencia en función de las dimensiones del hoyo de plantación.

6.6. Ejecución de alcorques.El alcorque es la cavidad que se practica al-rededor del tronco de un árbol, para almace-nar el agua de riego o de lluvia, de forma que impida que se pierda y no pueda ser aprove-chada por el propio árbol. Existe una amplia variedad de alcorques en cuanto a tamaño,

forma y tipo de construcción. Su colocación vie-ne indicada por el entorno en que se ubican. El alcorque debe ser lo más amplio posible para que permita al árbol desarrollarse y recoger el agua de riego y lluvia sin problema. Sin embar-go, el escaso tamaño de las aceras o lugares de paso complica considerablemente la ubicación y dimensionamiento de los alcorques.

No obstante, en el caso de que la zona se en-cuentre ya urbanizada, será conveniente elegir especies de escaso crecimiento y tamaño para los alcorques más pequeños y reservar las es-pecies de mayor tamaño para aquellos alcor-ques que sean más grandes.

El alcorque debe ser lo más amplio posible para que permita al árbol desarrollarse y recoger el agua de riego y lluvia sin problema.

Componentes Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3

Abono mineral de liberación lenta 53 gr 100 gr 150 gr

Agua de riego 5 l 32 l 44 l

Enmienda orgánica 0,5 kg 4 kg 6 kg

Bioactivador 1 cm3 3 cm3 3 cm3

DIMENSIÓN DEL HOYO DE PLANTACIÓN (CM)

Tabla 2. Dosificaciones tipo en función del tamaño del hoyo de plantación. Grupo 1: hoyo de plantación pequeño (dimensiones 30 x 30 x 35 cm); Grupo 2: hoyo de plantación medio (dimensiones 60 x 60 x 60 cm); Grupo 3: hoyo de plantación grande (dimensiones 70 x 70 x 70 cm)

siempre son beneficiosos, su elevado coste reduce su uso al arbolado ejemplar o de gran porte. En cambio, los tutores son más econó-micos y se suelen utilizar en el arbolado de pequeñas dimensiones, sobre todo en los primeros años hasta que se consiga afianzar completamente el arraigo del ejemplar.

6.7.1. Tutores.Los tutores, a veces, también tienen una fun-ción protectora del arbolado, sobre todo en urbanizaciones en ejecución donde las obras son continuas, por lo que esta doble función, junto con su bajo coste, lo convierten en el sistema de sujeción más utilizado.

Es muy común encontrarse tutores mal di-mensionados, poco anclados al terreno, con cintas que dañan al tronco, clavados sobre el cepellón y mal sujetos, produciendo daños en el arbolado, muchas veces, irreparables.

Consejos para la ColoCaCión de tutores:- La longitud y diámetro del tutor debe de estar en proporción al calibre del árbol donde se va a instalar.

- Se deben de colocar mínimo 2 tutores por árbol, para asegurar su verticalidad, de forma opuesta y a la misma distancia del tronco, salvando el ancho del cepellón.

- Es importante que una parte del tutor se clave en terreno natural, para afianzar con seguridad su sujeción, nunca debe de clavarse en el cepellón. Su colocación sue-le ser manual, pero en algunos casos, se utiliza maquinaria para tener más fuerza para hundirlos en el terreno.

- Las cintas que sujetan al tutor con el ár-bol, deben de ser flexibles y con posibili-dad de ajuste, para que con el tiempo se vayan adaptando al crecimiento del árbol.

Se encuentran en el mercado algunos mate-riales de relleno del alcorque, mediante áridos y resinas, que consiguen eliminar el problema de espacio, facilitan el mantenimiento y aho-rran hasta un 75% de agua de riego, siendo, a la vez, beneficiosos para el árbol

6.7. Sistemas de sujección y protección.Existen diferentes sistemas de sujeción del arbolado, desde los sistemas subterráneos, que anclan el cepellón, hasta los sistemas aé-reos, como tutores o vientos.

Cada sistema tiene sus beneficios y sus indi-caciones. Los anclajes subterráneos, aunque

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- Las cintas se clavan al tutor una vez co-locadas mediante grapas o clavos.

- Los tutores interfieren en la estética del árbol, por lo que deben de plantearse como una ayuda transitoria al arbolado, hasta que el enraizamiento se haya com-pletado, no como un elemento continuo.

Se deben retirar cuando la función para la que se colocaron se ha cumplido. Pero hasta este momento, es importante rea-

lizar un adecuado mantenimiento que supervise y corrija los posibles cambios que se produzcan en la sujeción, para así evitar daños al arbolado.

Los tutores ejercen una doble función de su-jeción y de protección, pero ambas pueden verse muy perjudicadas por una colocación errónea.

Los tutores protegen al árbol, al impedir que se puedan acercar a él, crean una cierta ba-

rrera ante golpes fortuitos de vehículos, ma-quinaría o personas. De ahí su utilidad en las urbanizaciones en construcción, donde las labores de edificación suelen coincidir con la jardinería ya finalizada.

6.7.2. Barreras antirraíces.Las barreras antirraíces no suelen ser elemen-tos muy utilizados en las obras, a pesar de que los resultados obtenidos con estas estructuras son buenos. Su colocación está especialmente

indicada en alcorques y con especies de gran crecimiento radicular. El dimensionamiento de los alcorques, no siempre es el adecuado, resultando reducidos, y la colocación de barre-ras antirraíces empeora esta situación, ya que reduce aún más el espacio libre del alcorque.

Las barreras están diseñadas para desviar las raíces en su crecimiento horizontal a capas más profundas, evitando así dañar las superfi-cies pavimentadas. Además, poseen un diseño que evita el posible crecimiento en espiral.

6.8. Consolidación-Control de Calidad en conservación.La labor de los técnicos que ejecutan las obras no acaba en el momento que se terminan las plantaciones. En el caso de plantaciones in-cluidas en contratos de construcción, no siem-pre es posible prolongar el mantenimiento de dichas plantaciones, más allá del periodo de garantía. Sin embargo, en contratos específi-cos de plantaciones, es cada vez más frecuen-te que se incluya su mantenimiento a lo largo de los primeros años, ya que es conveniente seguir la “trazabilidad” de los árboles y del mantenimiento que se les está aplicando, al menos durante los dos primeros años.

Es preciso analizar el trabajo realizado y cómo ha sido su comportamiento y así, aprender de ellas para tenerlas en cuenta en futuras plan-taciones. Para ello, es más sencillo si el man-tenimiento se encarga a la misma empresa que realiza la ejecución, sino, a veces, es difícil diferenciar las causas de una mala adecuación de la planta.

Se deben de tener en cuenta todos los trata-mientos que necesita el árbol, en estos pri-meros años de vida de su nueva ubicación. El árbol viene de un hábitat mimado, como es el vivero, y se encuentra con el impacto del tras-

plante en una nueva ubicación donde debe vi-vir sin los cuidados anteriores, por lo que hay que intentar minimizar el estrés producido, con el aporte de agua y nutrientes necesarios.

Es en estos primeros años, donde el árbol tie-ne que ampliar su sistema radicular, intentan-do compensarlo con su masa foliar. Por ello, es necesario un control exhaustivo del arbolado y de su adecuación a su nuevo entorno.

6.8.1 Mantenimiento.De forma general, teniendo en cuenta los re-querimientos de cada unidad de plantación, se establecen 3 grupos de procesos de manteni-miento, en función del tamaño del árbol:

- GRUPO 1: Árbol pequeño. (dimensiones del hoyo de plantación de 30 x 30 x 35 cm)- GRUPO 2: Árbol mediano. (dimensiones del hoyo de plantación de 60 x 60 x 60 cm)- GRUPO 3: Árbol grande. (dimensiones del hoyo de plantación de 70 x 70 x 70 cm)

Los riegos conviene realizarlos durante las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde. Estos riegos, se ejecutan de modo

Ejemplos de colocación de diferentes tipos de tutores en distintas alineaciones de árboles.

La colocación de barreras antirraíces está indicada en alcorques y con especies de gran crecimiento radicular.

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que no provoquen descalzados, erosiones o lavados de suelo.

La cantidad de riegos y el volumen de los mis-mos dependen, en gran medida, de las espe-cies utilizadas, del clima (termopluviometría) y de la capacidad de campo de los suelos, aunque de forma orientativa pueden utilizarse los valores de que se presentan en la Tabla 3.

Al menos dos veces por año, se debe proceder al mantenimiento de alcorques, restablecien-do las formas de los mismos, de forma que se garantice la eficacia de próximos riegos. Para ello, se realizará un entrecavado, con una profundidad comprendida entre los 12-15 cm, con sumo cuidado para que en ningún caso afecte al sistema radical. Las escardas se reali-zarán manualmente, con un radio de acción de 60 cm alrededor de la planta.

Durante el período de mantenimiento, se de-ben destensar o cambiar las ligaduras de los tutores, para evitar posibles estrangulamien-tos a lo largo del tronco.

El abonado se debe aportar en otoño, prefe-riblemente entre los meses de septiembre y octubre. Se utiliza, de forma orientativa, la cantidad de abono especificada en la Tabla 4.

6.9. Ejemplo práctico: Plantaciones realizadas en el Parque Juan Carlos I (Madrid).

El Parque Juan Carlos I está situado en el dis-trito de Barajas, en el Campo de las Naciones junto a IFEMA-Feria de Madrid. Tiene una su-perficie de 160 ha.

Se estructura entorno a un anillo distribuidor y, en líneas generales, presenta una clara di-ferencia entre una jardinería más antropizada: Jardín de las Tres Culturas, Jardines Monote-máticos y Estufa fría y otra más naturalizada: olivar, praderas naturales, bosquetes y zonas forestales.

Anualmente se programan las plantaciones de la campaña en función de las necesidades de-tectadas y de los presupuestos.

Del total de los 14.742 árboles que tiene el parque (2011), se sustituyen anualmente por marras unos 75 árboles y se plantan nuevos una media de 162.

Para ello, se sigue un estricto protocolo de plantación que se explica a continuación.

N

V

N

V

N 1

V 5

N 1 1 1

V 5 32 44

N 2 1 1

V 5 32 44

N 2 1 1

V 5 32 44

N 3 1 2

V 5 32 44

N 2 1 1

V 5 32 44

N 1 1 1

V 5 32 44

N 1

V 5

N

V

N

V

Riegos 13 7 7

Volumen 65 224 308

Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3

ENERO

FEBRERO

MARZO

ABRIL

MAYO

JUNIO

JULIO

AGOSTO

SEPTIEMBRE

OCTUBRE

NOVIEMBRE

DICIEMBRE

TOTAL AÑO

Tabla 3: Riegos de mantenimiento a lo largo del año en función de las dimensiones del hoyo de plantación; Grupo 1: hoyo de plantación pequeño (dimensiones 30 x 30 x 35 cm); Grupo 2: hoyo de plantación medio (dimensiones 60 x 60 x 60 cm); Grupo 3: hoyo de plantación grande (dimensiones 70 x 70 x 70 cm); N : Número de riegos, V: Volumen de agua por riego (en litros).

Componentes Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3

Abono mineral 0,05 kg 0,3 kg 0,5 kg

Enmienda orgánica 0,5 kg 4 kg 6 kg

Tabla 4: Cantidad de abono a aportar (kg/año) durante el año de mantenimiento para los diferentes tamaños de hoyo de plantación; Grupo 1: hoyo de plantación pequeño (dimensiones 30 x 30 x 35 cm); Grupo 2: hoyo de plantación medio (dimensiones 60 x 60 x 60 cm); Grupo 3: hoyo de plantación grande (dimensiones 70 x 70 x 70 cm).

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103102

6.9.1. Protocolo de plantación.

El análisis agronómico de los diferentes sue-los del Parque Juan Carlos I muestra una se-rie de problemas, que se resumen en suelos muy compactados y sin drenaje, con falta de estructura y con textura inadecuada para un establecimiento óptimo de las plantaciones.

6.9.1.1. Propuesta de manejo del suelo.El hoyo de plantación se realiza según el dia-grama de la I. S. A. (Internacional Society of Arboriculture), tendente a facilitar el mejor desarrollo radicular. Como medidas de refe-rencia se toma 1,5 veces la altura del cepellón en profundidad y 2 veces el diámetro del ce-pellón en anchura.

El manejo de suelo se centra en la mejora de los caracteres físicos sobre los nutricionales, ya que los análisis reflejan una adecuada pro-

porción en nutrientes, frente a las deficientes características texturales y estructurales. El objetivo es facilitar la exploración horizontal y lateral de las raíces. Para ello, se intenta aproximar, en lo posible, la mezcla obtenida con el suelo autóctono, pero con resistencia a la penetración menor que el sustrato de origen, para estimular la elongación radicular y evitar la espiralización de las raíces en el hoyo de plantación.

Para el manejo de suelo se distinguen tres zo-nas principales de relleno:

1.- Subsuelo2.- Suelo 3.- Mulch de cobertura

1.- SUBSUELOCorresponde a la capa inferior, puede llegar a 1,5 m de profundidad, pero siempre estará por debajo de 30-40 cm desde la superficie. Se elabora sobre el terreno, con un suelo que contenga, en volumen, media parte de grava por una parte de suelo autóctono. Los suelos del Parque superan el 40% de arcilla + limo, en el mejor de los casos y contienen una ele-vada proporción de arenas finas que le confie-ren cierto carácter pesado. Al incorporar una fracción de grava, se consigue disminuir, de modo importante, el contenido de finos a una proporción inferior al 30% limitante (aproxi-mándonos en casos al óptimo) y se aumenta el contenido en arenas gruesas o gravas.

Antes de rellenar el hoyo se hace una prueba de infiltración, sobre una cubeta, con el nuevo suelo compactado artificialmente, que se re-petirá en el hoyo de plantación mediante la

aplicación de un medidor adecuado (infiltró-metro de doble anillo).

2.- SUELOCapa superior, que ocupa desde la superficie hasta 30-40 cm de profundidad. Se elabora del siguiente modo: se añade una parte de suelo por media de arena de río no lavada, a la que se agrega un 5% del peso total de la mezcla en materia orgánica (M.O.)

La M.O. estable se convierte en reservorio nu-tricional y una fuente de retención de agua

y nutrientes, en la base estructural del hoyo de plantación. Esto, junto con la mejora de la textura, asegura la buena aireación del terre-no y una suficiente capacidad de lavado y de retención de agua para suministrar al cultivo.

3.- MULCH DE COBERTURAPara minimizar los problemas de compacta-ción que puedan existir, mantener el equili-brio hídrico y favorecer el desarrollo de mi-croorganismos, se debe aplicar un mulch en cobertura, de origen orgánico procedente del triturado de ramas.

Suelos muy poco permeables: Ejecución de drenaje de doble banda con desagüe en lixiviadero o pozo ciego a una profundidad mínima de 40 cm (tubo de dren a unos 60 cm) para minimizar un posible colapso por colonización radicular de

tubo de dren, sin geotextil (por idéntico motivo radicular) y filtro de arena.

Suelos poco permeables: Ejecución de drenaje simple, con posibilidad de colectores parciales de plantación, esto es, espina de pez cuyos extremos se introduzcan en

el hoyo de plantación.

Suelos permeables: Hoyo de plantación de gran profundidad, para impedir acumulación de grandes precipitaciones.

Suelos muy permeables: Sin drenaje.

TIPOS DE DRENAJE EN FUNCIÓN DE LA PERMEABILIDAD DEL SUELO

Dibujo del hoyo de plantación realizado según el diagrama de la International Society of Arboriculture.

Mantenga el mulch de 1 a 2 pulgadas (2,5 a 5 cm) lejos del

árbol

Capa de 2 a 4 pulgadas (5 a 10

cm) de mulch

Corte la arpillera y la cuerda

alejándose del primer tercio del cepellón

Cuello del árbol Apisone suavemente

el suelo de relleno regándolo para asentar el suelo alrededor del cepellón

Asiente el cepellón sobre suelo firmemente apisonado para prevenir asentamientos

Si es necesario estacar, utilice dos amarres opuestos y flexibles

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105

6.9.1.2. Entutorado y anclaje.Tanto los tutores, como los anclajes o vientos, se colocan en el hoyo de plantación, cuando aún se encuentra el hoyo abierto.

6.9.1.3. Drenaje y aireado.Siempre se realiza un aireado con tubo de po-lietileno de diversos tamaños recubierto con una capa de geotextil.

Los drenajes no son realizados en cualquier situación, sino que parten de realidades téc-nicas y se adopta la solución más adecuada según el caso. Siempre que sea viable, se uti-liza el sistema de doble zanjeo lateral, siendo también técnica habitual la colocación de gra-villa en el fondo de plantación, como medida de drenaje extra.

Previo a la plantación, en el hoyo, se ejecuta una prueba de infiltración a una profundidad mínima de 40 cm para conocer el tipo de sue-lo en el que se trabaja: desde suelos muy poco permeables, hasta suelos muy permeables.

6.10. Plantación de arbolado de grandes dimensiones.

La plantación de árboles grandes conlleva una serie de operaciones específicas para este tipo de plantas. Los elevados calibres, el peso de los cepellones y las dimensiones de la copa, complican y dificultan considerablemente las operaciones de plantación y necesitan de ma-

quinaria y personal especializado, para que el trabajo se realice de forma satisfactoria.

6.10.1. Repicado y poda en árboles de grandes dimensiones.

Los viveros someten a la planta de mayor ta-maño, antes de la comercialización, a dos ope-raciones principales, el repicado de las raíces y el pinzado de la copa.

El repicado se basa en el corte de las raíces, emitidas por el árbol, con el fin de estimular la producción de otras nuevas. De esta forma, se evitan las raíces leñosas y se garantiza la continua formación de “raicillas” con pelos ab-sorbentes jóvenes, capaces de captar los nu-trientes del suelo y el agua.

El resultado es un arbolado de gran porte (en diámetro y altura) pero con una gran masa ra-dicular que nos asegura, en la plantación, una gran actividad en la búsqueda de recursos, como nutrientes y agua.

El vivero debe proporcionar la información correspondiente al número de repicados al que ha sido sometida la planta, siendo acon-sejable, antes de la carga de los ejemplares, desmenuzar alguno de los cepellones en ori-gen y comprobar la calidad y cantidad de las raíces encontradas en el interior.

El pinzado de la copa, guiado o flechado, per-mite mantener la actividad apical de los árbo-les. La selección de arbolado en campo, debe ser minuciosa, debiendo observar la inserción

y calidad de las yemas (dominancia apical, simples, opuestas, etc). En el caso de que se observara ausencia de yemas apicales o con poco vigor, puede ser un síntoma de que el árbol no ha recibido la poda de formación adecuada en su etapa de cultivo, con lo que la planta debe rechazarse.

6.10.2. Selección del arbolado en vivero.La selección en vivero de los árboles es una de las labores más importantes. El arbolado debe de tener yemas potentes y éstas deben respetar la forma natural de la especie. Las

Los drenajes no son realizados en cualquier situación y se adoptan las soluciones más adecuadas según el caso.

104

Los viveros someten a la planta de mayor tamaño, antes de la comercialización, a dos operaciones, el repicado de las raíces y el pinzado de la copa.

copas deben de mantener el fenotipo de la especie, evitando las posibles inclinaciones de tronco y ramas a poniente buscando la luz. Se deben desechar los árboles que presenten fisuras por diferentes motivos en los troncos (estrés hídrico, hongos, daños físicos, etc.)

El arbolado de grandes dimensiones se dis-tribuye en cepellón o contenedor. La elección de una u otra forma de cultivo está condicio-nada por factores climáticos y económicos, así como por la estación del año en que se lleve a cabo la plantación. Si el árbol es suministrado en cepellón, desde que se arranca hasta que es plantado, no debe transcurrir más de una

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semana, evitando, en la medida de lo posible, los acopios en obra. Para ello, debemos de elaborar un plan de obra real que nos permita disminuir al máximo los tiempos, desde que el árbol es arrancado en vivero hasta que ocupe su lugar definitivo.

Si, por el contrario, las plantaciones se eje-cutan en los meses de primavera o verano, la presentación deberá ser en contenedor. El arbolado en contenedor debe, al menos, haber sido cultivado 2 años en él desde su extrac-ción del campo de cultivo.

La operación de encepellonado del árbol en vivero de orígen, es una operación muy impor-tante. El vivero productor debe de ofrecernos las máximas garantías; los cepellones no pue-den tener bolsas de aire, ni fisuras, ni espacios entre las raíces y la tierra que lo forman.

Si esto ocurriese debemos de rechazar la planta, ya que el riesgo de desecación de las raíces se incrementa y puede comprometer la posterior adaptación de los árboles.

6.10.3.Extracción manipulación y transporte. El buen manejo del arbolado y la cuidada y esmerada realización de las operaciones de plantación de árboles de grandes dimensio-nes, son fundamentales para la supervivencia de los ejemplares.

Su viabilidad futura y el buen desarrollo del individuo puede verse comprometido, por una mala ejecución de las labores de plantación y un déficit en los programas de mantenimien-

to, correspondientes al periodo de adaptación.La extracción del arbolado de grandes dimen-siones se ejecuta con máquinas especiales, que disponen de dos cuchillas que practican un corte limpio en las raíces. Los cepellones, posteriormente, son embalados con tela de yute y malla arpillera.

El tronco del árbol debe protegerse, también, con tela de yute y la copa recogida y embala-da con cinta. No se debe permitir que el vive-ro, en esta operación, corte ramas estructura-les del árbol a transplantar.

La descarga del arbolado de los trailers se realiza con camiones pluma con capacidad suficiente para aguantar el peso del arbolado. Resulta importante el estudio de este factor. Errores en la dimensión de las grúas, pueden provocar tensiones en la descarga del arbo-lado y movimientos inútiles que induzcan la rotura de los cepellones o daños en el tronco y copa. Estas operaciones deben de realizarse por personal especializado en el manejo de este arbolado con suficiente formación y ex-periencia en su manipulación.

Lo ideal es llevar a cabo el suministro de la planta en el momento en el que se va a rea-lizar la plantación, con el objeto de minimizar los movimientos innecesarios y acopios.

En ocasiones, las heladas obligan a la para-lización de los trabajos. En este caso, resulta conveniente acopiar el arbolado cubriendo los cepellones con arena, balas de paja o mantas térmicas para evitar su congelación.

En ausencia de heladas y, en cualquier otro

acopio, resulta imprescindible el riego de los cepellones, para mantener un grado de hume-dad adecuado y evitar la desecación.

La plantación de arbolado en cepellón se debe realizar durante la parada invernal de la planta. Nunca debemos ejecutar las labores de plantación, una vez que el árbol haya comen-zado a mover savia.

El peso del arbolado y la utilización de eslin-gas, pueden dañar los vasos conductores de la planta. También, la descarga del árbol del ca-mión y su emplazamiento en el fondo del hoyo, puede ser complicado y, si no se ejecuta correc-tamente, producir daños importantes.

Antes de realizar estas operaciones, hay que asegurarse de que el hoyo está preparado y po-der evitar así movimientos innecesarios.

Cuando se levante el ejemplar del camión, deberá estar sujeto con eslingas (nunca con cables o cuerdas para evitar el anillamiento del tronco). Las eslingas deben ceñirse al tronco fuertemente a mano, antes de que la pluma comience a levantarlo, de lo contrario puede dañarse la corteza. Además, deberá colocarse alguna protección entre la corteza y la eslinga. Para ello, se puede emplear caucho, tela artillera gruesa, cuero, material de yute u otros materiales similares. Las eslingas deberán sujetar al árbol por el cepellón y por el tronco al mismo tiempo, al menos por tres puntos, evitando así que se produzca balanceo. Es muy importante que no se ejerza toda la presión sobre un único punto y, mucho menos, si éste se encuentra en el tronco. Sólo deben sujetarse eslingas al tronco cuando no exista movimiento de savia.

CONSEJOS PARA EL USO DE LAS ESLINGAS

Lo ideal es suministrar la planta cuando se va a realizar la plantación, con el objeto de minimizar los movimientos innecesarios y acopios.

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6.10.4. Dimensionamiento del volumen del suelo.La altura y la anchura son los dos factores fundamentales que nos determinan el volu-men y forma del hoyo de plantación.

Con respecto a la altura, es el cuello del árbol el que nos indica la profundidad del hoyo. El cuello, no debe de quedar nunca enterrado y debe mantenerse a nivel del suelo o, como mucho, elevarse entre 5 y 10 cm.

Se debe realizar un drenaje somero, introdu-ciendo grava en el fondo del hoyo (10-15 cm). Se debe mullir y soltar bien la tierra en el fon-do del hoyo, antes de proceder a la plantación.

La anchura de los hoyos de plantación, si es posible, debe ser de al menos dos veces el diá-metro del cepellón, con el objeto de facilitar a los árboles suficiente sustrato colonizable.

Determinado el volumen de los hoyos de plantación y verificados los drenajes, se relle-nará el fondo del hoyo con grava gruesa hasta que el desnivel entre el suelo y la parte su-perior de la grava, sea exactamente igual a la altura del cepellón de la planta.

6.10.5. Plantación. Sobre la capa de grava, se posará suavemente el cepellón del árbol, con ayuda de la grúa y un par de operarios, teniendo cuidado que el cuello de la raíz quede exactamente a la altu-ra del terreno, jamás tapado o por debajo.

Una vez colocado el cepellón en el fondo del

hoyo, no debemos retirar la malla metálica del cepellón, ni la tela de yute. Si bien, resulta conveniente, unos cortes en la parte superior más próxima al cuello de la raíz, para evitar problemas con el crecimiento futuro.

Si se contempla la utilización de sistemas de sujeción con cinchas o cables de acero, éstos se colocarán una vez aplomado el árbol. A continuación, se rellenará la mitad del hoyo con sustrato vegetal, se regará con manguera para que la tierra termine de asentarse y se terminará el relleno del hoyo con el resto de la tierra, pisando manualmente y terminando hasta completar el nivel del terreno. Como última operación, se procederá a la formación del alcorque con el mismo tipo de sustrato.

Inmediatamente, después de terminar de plantar el árbol habrá que realizar el riego final, con el objetivo de permitir de nuevo el contacto íntimo entre las raíces y el sustrato. La cantidad de riego necesaria, dependerá de las medidas del ejemplar y del tipo de terre-no, siendo recomendable en el primer riego anegar totalmente el cepellón y el alcorque donde se asiente.

6.10.6. Drenajesy sistemas de sujeción.Una vez ejecutado los hoyos de plantación, resulta conveniente tomar varias muestras del suelo con el objetivo de conocer las caracte-rísticas físicas del mismo.

Para testar si el suelo es suficientemente per-meable, se rellena parcialmente el hoyo con agua y se comprueba que el agua se filtra, lo

(Cuadro XX)

De manera general para arbolado de grandes dimensiones > 25 cm, el diámetro del cepellón nunca debe de ser inferior a 80 cm, incrementándose

a medida que aumenta el perímetro del tronco y siempre estando acorde con la proyección de las ramas y altura del arbolado.

R

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111110

que indicará que no existirán problemas de falta de oxígeno en las raíces en el futuro.

En suelos con pocos problemas de permeabi-lidad, su déficit se podrá solucionar con una simple base de grava de 10- 15 cm sobre la base del cepellón, que permita mantener un grado de humedad en el terreno, pero no un encharcamiento de las raíces.

En casos más complicados, se puede rodear la base del cepellón con tubos de drenaje de 5 cm de diámetro y conectarlos con tubos verti-cales, que permitan evacuar el agua.

Los sistemas de sujeción del arbolado de grandes dimensiones son específicos para es-tos ejemplares. Los tutores de madera resul-

tan insuficientes en estos casos, pues en días de fuertes vientos, la copa funciona a modo de vela y ofrece una gran resistencia al aíre, pudiendo provocar el vuelco. Además, es ne-cesaria la inmovilización del árbol durante los primeros años, con el fin de que el sistema ra-dicular sufra lo menos posible.

En estos casos los sistemas consisten en an-clar al terreno con cinchas elásticas provistas de cierres, con tensores o con cables de acero galvanizado. En este sentido, los sistemas de sujeción subterráneos de arbolado, suponen una mejora del impacto visual frente a los aé-reos, mejorando el anclaje al terreno durante los primeros años de implantación, ofreciendo apoyo al árbol mientras sus raíces se desa-rrollan y estableciendo, a la vez, un aumento

en la estabilidad del cepellón. La elección de las cinchas o cables de acero, anchuras y ten-siones de trabajo, están condicionados por las dimensiones del arbolado. Si el arbolado esta comprendido entre 25/50 cm de perímetro, las cinchas de poliester de 4,5 cm de anchura son suficientes. En dimensiones superiores es reco-mendable la utilización de cables de acero.

6.10.7. Programa de mantenimiento.La labor de la plantación de arbolado de gran-des dimensiones no debe darse por acabada, hasta que no se compruebe la respuesta de la planta en su nueva instalación.

Es preciso una continuidad en la observación

del arbolado por técnicos especializados, que evalúen la adaptación de estos árboles en sus nuevos jardines y elaboren programas de mantenimiento (riegos, abonados).

Se debe prestar especial atención al desarrollo de la masa foliar, la elongación de nuevos bro-tes, el tamaño, la coloración, la caída prematura o necrosis de las hojas, la presencia o ausencia de regresión apical o si existen brotes epicór-nicos, plagas, enfermedades y minadores.

En el caso de detectar que el arbolado sufre estrés o debilitamiento, debemos de determi-nar las causas. Para ello, será necesario ela-borar un plan y llevar a cabo un análisis de suelo y una serie de programas específicos y concretos de riego y abonado.

Es preciso una continuidad en la observación del arbolado por técnicos especializados, que evalúen la adaptación de estos árboles en sus nuevos jardines.

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Revista de ámbito forestal de los colegios profesionales de ingenieros de montes e ingenieros técnicos forestaleswww.revistamontes.net

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Este Manual está impreso en papel FSC®, procedente de bosques con una gestión responsable.

FSC® colabora en la actualidad con importantes proyectos que desarrollan empresas del Grupo Ferrovial, con el objeto de lograr

una gestión forestal responsable de los bosques españoles, así como la mejora de los ecosistemas forestales y la biodiversidad

presente en los mismos.

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