Mantenimiento al sitio arqueológico El Santuario, Cerro de ...

Juana Moreno Hernández*

Mantenimiento al sitio arqueológico El Santuario, Cerro de la Estrella, Iztapalapa

* Dirección de Estudios Arqueológicos, inah.

Resumen: El sitio arqueológico El Santuario se localiza en la ladera norte del Cerro de la Estrella y está dentro de la poli-gonal de protección de la zona arqueológica del mismo nombre; contiene una serie de vestigios arquitectónicos que van desde el Preclásico tardío hasta el Epiclásico, que se dejaron expuestos como resultado de la investigación arqueológica realizada entre 1977 y 1979. El sitio no recibía mantenimiento desde 1989, y, como se encuentra inmerso en una zona den-samente poblada, con el transcurso del tiempo se convirtió en un basurero, lo cual provoca gran deterioro de los elementos arqueológicos que raya en el olvido del mismo. En este trabajo se presentan las actividades de mantenimiento y conservación realizadas como parte de las primeras acciones del “Proyecto de Investigación del Conjunto Arqueológico El Santuario”, con las que se logró la protección y dignificación del mismo.Palabras clave: mantenimiento, consolidación, arquitectura, restos arqueológicos y preservación.

Abstract: The archaeological site of El Santuario is located on the northern slope of Cerro de la Estrella and is within the protection zone of the archaeological site of the same name. It has a series of architectural remains from the Late Preclassic to the Epiclassic, which were left exposed as a result of archaeological research carried out between 1977 and 1979. Main-tenance work had not been done at the site since 1989 and because it is immersed in a densely populated area, through time it became a garbage dump, causing considerable damage to archaeological elements, until they were almost entirely forgotten. This paper presents the conservation and maintenance activities carried out as part of the first actions undertaken by the “Research Project on El Santuario Archaeological Compound,” which has managed to protect and reinstate the dignity of the site.Keywords: maintenance, consolidation, architecture, archaeological remains and preservation.

En 2011 se inició una nueva etapa de trabajos arqueológicos en el Cerro de la Estrella que continuó hasta 2013, centrándose en el mantenimiento y conservación de vestigios expuestos. El proyecto estuvo bajo la dirección del maestro Raúl Arana Álvarez, apoyado por un grupo de investigadoras de la Dirección de Es-tudios Arqueológicos del inah: Josefina del Carmen Chacón Guerrero, Susana Victoria Gurrola Briones y la que suscribe.

El objetivo principal del proyecto consistió en realizar mantenimiento mayor al Templo del Fuego Nuevo, ubicado en la cima del mencionado cerro, con la intención de continuar las investigaciones arqueológicas en varios puntos del área que comprende la Poligonal Oficial de Zona de Monumentos Arqueológicos, pues en todo el cerro y sus inmediaciones existen evidencias de múltiples ocupaciones y usos culturales que van desde el Preclásico hasta el Posclásico.

Como parte de los vestigios arqueológicos existen zonas de terrazas para cul-tivo y habitación, restos de origen tolteca ubicados en el espacio de la Escuela y Centro Social Villa Estrella, así como distintos materiales y elementos arquitec-tónicos en la mayoría de las 142 cuevas, además de seis grupos de petrograbados

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con más de 72 representaciones. Otra área de evi-dencias es la conocida como El Santuario o La Pasión, la cual contiene restos arquitectónicos de una larga ocupación que comprende del Preclási-co superior al Posclásico, con un periodo de ocu-pación teotihuacano.

Para este sitio se propuso un proyecto de inves-tigación integral y su etapa inicial consiste en un programa de mantenimiento y consolidación rea-lizado en la primera temporada de trabajo de 2013, cuyos resultados se presentan aquí. Cabe mencio-nar que el sitio tiene un gran potencial de investi-gación, pues hasta el momento se encuentra explorado sólo en parte; además, por su localiza-ción dentro de la cuenca, investigadores como Blanton (1979) y Jeffrey R. Parsons (1971, 1989) consideran que puede llegar a explicar las diná-micas de organización de la población de la cuen-ca central de México.

El proyecto “El Santuario” se desprende del proyecto general en el Cerro de la Estrella como una investigación particular con objetivos propios, dada la importancia y potencial del sitio, así como por los objetivos de investigación del proyecto general. El primer objetivo propuesto consiste en definir con claridad las etapas cronológicas de ocupación prehispánica del sitio; es decir, existen discrepancias en la cronología reportada, pues las dos intervenciones realizadas en el asentamiento fueron parciales y sobre la misma área. La prime-ra estuvo bajo la dirección de Manfred Reinhold entre 1977 y 1979, cuando se reportaron tres eta-pas de ocupación en el sitio. La segunda interven-ción estuvo dirigida por Nicolás García en 1997 y 1998, con la colaboración de Miguel Pérez Ne-grete, quien concluyó que en el sitio había eviden-cias de cuatro etapas de ocupación (Pérez Negrete, 2004: 38-61),

El segundo objetivo fue definir la temporalidad de dichas ocupaciones; en cuanto a la cronología de los vestigios localizados en el sitio hay acuerdo entre Reinhold (1979) y Pérez Negrete (2004), pero falta explicar la existencia de material cerá-mico Coyotlatelco, ya que Reinhold no lo mencio-na y Pérez Negrete lo justifica al señalar su pertenencia al sitio de Villa Estrella y que llegó al sitio por arrastre natural, pues Villa Estrella se encuentra en una zona inmediata y más alta.

Localización

El Cerro de la Estrella se ubica en la Delegación Iztapalapa, en el oriente del Distrito Federal, co-linda con las delegaciones Iztacalco, Benito Juá-rez, Coyoacán, Xochimilco y Tláhuac, y con los municipios Nicolás Romero y La Paz, en el Esta-do de México. Está considerado como reserva ecológica y fue declarado Área Natural Protegida por la Comisión de Recursos Naturales de la Se-cretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal; en 2005 se le declaró Zona Ecológica y Cultural por el Gobierno del Distrito Federal.

La Poligonal de Delimitación de la Zona Ar-queológica del Cerro de la Estrella fue decretada por el Instituto Nacional de Antropología e His-toria (inah) en 2002 y así consta en los archivos de la Dirección de Registro Público de Monumen-tos y Zonas Arqueológicas del inah (fig. 1).

El sitio arqueológico El Santuario se localiza en la ladera norte del Cerro de la Estrella, en la colonia del mismo nombre; también se le deno-mina La Pasión, por encontrarse en el predio co-nocido con ese nombre y que se sitúa enfrente del lugar donde cada año se escenifica la muerte de Jesús, en la representación que hacen los pobla-dores del lugar sobre la Pasión de Cristo en Se-mana Santa (fig. 2).

Exploraciones arqueológicas realizadas en El Santuario

El primero en realizar trabajos de exploración ar-queológica en el sitio fue Manfred Reinhold, quien efectuó tres temporadas entre 1977 a 1979; su primera temporada de campo fue durante los meses de septiembre y octubre de 1977. El obje-tivo de esa temporada de campo fue verificar la existencia de vestigios arqueológicos, ya que los dueños de las parcelas habían solicitado permisos de construcción (Reinhold, 1979).

La segunda temporada de trabajo se realizó como parte del proyecto de investigación aproba-do por el Consejo de Arqueología, del 16 de oc-tubre de 1978 al 15 de enero de 1979. Fue entonces cuando se descubrió un conjunto habitacional con pisos aplanados y huellas de muros, el conjunto

MANTENIMIENTO AL SITIO ARQUEOLÓGICO EL SANTUARIO, CERRO DE LA ESTRELLA, IZTAPALAPA75

tenía una extensión de 20 por 40 m. También se encontró una subestructura, todos los vestigios fueron consolidados.

La tercera temporada la realizó del 1 de marzo al 15 de septiembre de 1979, con el objetivo de terminar la consolidación de los vestigios locali-zados durante la segunda temporada de trabajo. “Al estar limpiando la subestructura localizada, aparecieron otros vestigios entre el conjunto ha-bitacional y la subestructura I, tratándose de un templo sobre una pirámide de un solo cuerpo” (Reinhold, 1979). Reinhold dejó expuestos ele-

mentos arquitectónicos de la primera a la cuarta etapas constructivas, como muestra de los vesti-gios encontrados (figs. 3 y 4).

El sitio no recibió mantenimiento ni limpieza hasta diciembre de 1997, cuando se le incluyó en el Proyecto Arqueológico Cerro de la Estrella; las obras fueron realizadas por José Martín González Albarrán bajo la dirección de Nicolás García Or-tiz (González Albarrán, 1979). Como parte del Pro-yecto de Mantenimiento Mayor del Templo del Fuego Nuevo, iniciado en 2011, se hizo la limpie-za del sitio en las dos temporadas realizadas has-

Fig. 1 Poligonal de delimitación de la zona arqueológica del Cerro de la Estrella.


Fig. 2 Ubicación del sitio El Santuario en el área de monumentos arqueológicos del Cerro de la Estrella.


ta el momento, consistentes en retirar la vegetación y la basura acumulada en la superficie de los res-tos arquitectónicos.

Descripción del sitio El Santuario

El sitio es una unidad arquitectónica con cuatro etapas de ocupación definidas por Pérez Negrete, (2004) en contraposición a las tres definidas por Manfred Reinhold. (1979). A la primera etapa co-rresponden los elementos arquitectónicos más antiguos localizados en el sitio: los restos de lo que parece ser una plataforma compuesta por mu-ros asociados a escalinatas hechas de piedra; estos vestigios se ubican en el extremo oeste del sitio y se han fechado para el Preclásico terminal.

Para la segunda etapa, la plataforma anterior se cubrió con un basamento durante las ex-plo raciones realizadas por Reinhold, (1979); se localizaron restos de cuartos ubicados sobre el basamento. Reinhold situó esta etapa entre 200 a.C. y 100 d.C., que corresponde al Preclási-co terminal. Para la tercera etapa los vestigios consisten en una serie de cuartos con muros de adobe y cimientos de piedra, así como pisos estu-cados construidos sobre el templo y el basamento de la etapa anterior. Reinhold localizó dos in-censarios tipo teatro en una ofrenda, y reporta que en los elementos arquitectónicos de esta etapa en-contró un sistema constructivo similar al teoti-huacano con talud-tablero, por ello asigna a esta etapa una correspondencia con el Clásico (150- 450 d.C).

Por último, la cuarta etapa está compuesta por un conjunto arquitectónico, llamado “departa-mental” por Pérez Negrete (2004: 47), con una extensión de 1 224 m2, el cual consta de un patio central rodeado por una serie de cuartos. De acuerdo con los elementos constructivos y sus ca-racterísticas, así como por la cerámica recupera-da, Pérez Negrete fecha esta etapa para el periodo de transición Clásico—Epiclásico y parte tempra-na del Epiclásico.

Condición del sitio antes de la intervención

Desde la primera exploración arqueológica el sitio estaba rodeado de asentamientos modernos, de los cuales solamente estaba separado por vialida-des en los extremos norte y este —sin ningún tipo de resguardo—, situación que se mantiene hasta la fecha (fig. 5). En consecuencia, el sitio ha sido invadido por los propios vecinos del lugar; por ejemplo, en el extremo norte la calle se extendió de forma paulatina y para la década de 1970 el arroyo vehicular se había transformado en área ajardinada al frente de las casas, y para transitar con sus vehículos los vecinos debieron tender una plancha de asfalto sobre el extremo del sito, cu-briendo un patio estucado. El resto del patio fue transformado en jardín y se utiliza como área de estacionamiento.

Fig. 3 Muros de la tercera etapa constructiva (imagen tomada de Reinhold, 1979).

Fig. 4 Pisos estucados y muros de la cuarta etapa constructiva (imagen tomada de Reinhold, 1979).


Por otro lado, sobre los montículos no excava-dos cruzaban los vehículos, había autos abando-nados, basura, y en ocasiones el sitio incluso se utilizaba como taller mecánico o área para sepa-rar y almacenar desperdicios (figs. 6 y 7). Los muros y pisos estucados de origen prehispánico

de consolidación urgente, por el grave deterioro físico que presentaban los elementos arquitectó-nicos; este proceso de consolidación perseguía tres objetivos particulares: 1) limpieza en general de vegetación superficial, basura y todo tipo de materiales ajenos al sitio; 2) protección y conso-lidación de los restos arqueológicos y 3) cerrar la ventana arqueológica dejada por Reinhold en 1979. De manera paralela, se consideró gestionar ante la Delegación delimitar el área del sitio con malla, de tal forma que permitiera continuar la exploración con cierta seguridad —tanto para los vestigios arqueológicos como para el personal de investigación—, así como elaborar cédulas infor-mativas para que los vecinos y visitantes pudieran comprender el sitio y valorar su relevancia.

Por la complejidad y nivel de amenaza en que se encontraban los elementos arquitectónicos del sitio, se realizó una evaluación general del mismo y se efectuó el estudio particular de cada elemen-to, y del diagnóstico completo se desprendieron

Fig. 5 El extremo norte del sitio limitado por una calle transitada.

Fig. 6 Automóviles estacionados sobre un patio estucado.

estaban en muy malas condiciones: los muros pre-sentaban grietas y faltantes de piedras, lo que ponía en riesgo su estabilidad, mientras los pisos se encontraban totalmente expuestos y se estaban desintegrando.

Temporada de campo 2013

La temporada se realizó del 18 de noviembre al 27 de diciembre de 2013, e inició con un programa

las acciones necesarias para su conservación. Los trabajos de consolidación y mantenimiento se ini-ciaron en el extremo noroeste, por ser el área más afectada y se continuaron hacía el este.

Metodología

Para la restauración y consolidación de elementos arqueológicos expuestos se tuvieron en cuenta los principios básicos establecidos en la Carta Inter-

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nacional sobre la Conservación y la Restauración de Monumentos y de Conjuntos Histórico-Artís-ticos o Carta de Venecia, cuyo artículo 9° señala:

La restauración es una operación que debe guardar un carácter excepcional. Tiene como fin conservar y revelar los valores estéticos e históricos del mo-numento y se fundamenta en el respeto hacia la

substancia antigua y a los documentos auténticos. Se detiene allí donde comienza la hipótesis; más allá, todo trabajo de complemento reconocido como indispensable por razones estéticas o técnicas de-penderá de la composición arquitectónica y llevará la marca de nuestro tiempo. La restauración estará siempre precedida y acompañada de un estudio ar-queológico e histórico del monumento.

Para ello se usaron métodos que permitieron mantener la condición original tanto de materiales como de formas, a fin de no alterar el valor ar-queológico de los componentes del sitio; para ase-gurar la estabilidad y permanencia de sus elementos se utilizó arena, mortero, cal y la piedra recuperada en el sitio —y que era parte de los mismos componentes arquitectónicos—; el pro-pósito fue establecer las condiciones para garan-tizar la permanencia del sitio frente a fenómenos naturales y antrópicos. La principal técnica con-sistió en restituir elementos faltantes, un problema que afectaba a la mayoría de elementos arquitec-tónicos del sitio.

A fin de consolidar los componentes que esta-ban a punto de colapsar, así como para resti tuir elementos faltantes, se utilizó una mezcla de dos tantos de cal, uno de mortero y tres de arena. Se eligió esta argamasa por ofrecer buen rango de re sistencia y plasticidad, además de ser permea- ble a la humedad.

Actividades realizadas

La situación del sitio al iniciar la temporada de campo era de completo abandono: estaba cu - bierto de vegetación, en algunos lugares hasta de dos metros de altura, lo cual impedía observar los vestigios arqueológicos, además de contener gran-des cantidades de basura y cascajo (fig. 8). Sin embargo, en virtud de los informes recuperados durante los trabajos de las temporadas 1997-99 se conocía la cantidad y características de los vesti-gios existentes.

La primera tarea fue retirar a mano la vegeta-ción, cuidando no afectar los elementos arquitec-tónicos. También se retiró vegetación de las áreas circundantes, para mantener limpio el sitio y que

Fig. 7 Concentración de basura y cascajo sobre los vestigios arqueológicos.

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la zona ofreciera un mejor aspecto; después se retiró una gran cantidad de basura. Una vez des-hierbada la superficie del sitio, pudo observarse que algunas áreas estaban cubiertas de escombro mezclado con basura y cubría la mayor parte de los elementos arqueológicos, sobre todo en el ex-tremo norponiente, pues resultaba el sector más bajo de la zona. En ciertos puntos la capa de es-combro llegó a tener hasta 1.70 m de grosor, al grado de cubrir por completo pisos, escaleras y hasta muros.

Diagnóstico preliminar

El sitio El Santuario está conformado por cuatro plataformas distribuidas en cerca de 2 000 m2. Cada plataforma contiene muros de grosor y altu-ra variable, pisos y escaleras formados con piedras careadas de basalto y tezontle; el cementante era una mezcla de arena y cemento, como resultado de intervenciones anteriores. En esta nueva tem-porada empezó a trabajarse en el ex tremo noroes-te, enfocándose en los elementos arquitectónicos de tres de las cuatro plataformas (fig. 9).

La mayoría de elementos arqueológicos mos-traban deterioro en el cementante, cuya ausencia en algunos puntos provocó la disgregación de los materiales. Al retirar el escombro que cubría los mu ros se detectó otro grave problema en el desplante de los mismos: al parecer, estas áreas no fueron consolidadas en intervenciones anteriores,

por lo cual la mayor parte e los muros estaban en riesgo de colapsar.

Plataforma 1

Se localiza en el extremo oeste del sitio y mide 13.80 m de largo por 5.50 m de ancho y 1.40 de altura. Está delimitada por un muro de piedra volcánica de 30 cm de ancho (fig. 10). Los muros que delimitan la plataforma mostraban faltantes de piedra en algunas áreas, y de hecho sin cementante —sobre todo en el arranque de los muros—, lo que ponía en grave riesgo su estabi-lidad (fig. 11).

Una vez limpia y consolidada la parte afecta da de la plataforma, se niveló el área y se cubrieron los desplantes de ambos muros, compactando la capa de tierra y dejando una ligera pendiente para evitar la erosión pluvial (fig. 12). Aquí se realizó un pozo de sondeo para para conocer sus carac-terísticas; se trazó como una cala en el extremo sur de la plataforma, con una orientación norte-sur y de 2 m de largo por uno de ancho (fig. 13).

Se inició la excavación del pozo norte (Pozo 1); se localizaron cuatro capas estratigráficas, ningu-na de ellas con material arqueológico, se detuvo la exploración a 1.10 m de profundidad, nivel en que se localizaron dos fragmentos de vidrio, uno verde y otro color ámbar. Por tanto, el área fue excavada y rellenada en alguna de las interven-ciones anteriores.

Fig. 8 Vista general de las plataformas 1, 2, 3 y 4 antes de la limpieza.

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Fig. 9 A partir de la planta realizada en 1998, incluye cada una de las plataformas que conforman el sitio.

Plataforma 2

Se localiza en el extremo oeste, y mide 13.50 m de sur a norte y 5 m de oeste a este. El muro este en su extremo norte, al terminar la plataforma, tiene un agregado de menor altura, 6.80 m, con

dirección de sur a norte. En el extremo sur del muro oeste, en la parte media superior creció un arbusto cuyas raíces penetraron y desprendieron algunas piedras, lo cual provocó la pérdida de la verticalidad del área circundante. Por el grado de afectación, y como debía retirarse la raíz por com-


Fig. 10 Limpieza y chapeo de la Plataforma 1. Aspecto general antes de la intervención.

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Fig. 11 Muro norte de la Plataforma 1, donde se aprecia el faltante de cementante entre las piedras y sobre todo en el desplante del mismo.

Fig. 12 Aspecto final de la Plataforma 1 después de la consolidación.

pleto, fue necesario mover algunas piedras del muro porque la raíz había penetrado 0.50 m hacia dentro del mismo; el área fue consolidada median-te anastilosis, sellándola con mezcla (figs. 14 y 15).

La extensión del muro este tiene características particulares y divide dos áreas: al oeste se encuen-tra un área abierta y del lado este se localiza la llamada escalera 2, acceso con una combinación de rampas y escaleras de piedra volcánica. En el extremo norte del muro, en su cara este, mide 1.70 m de altura. En el arranque presenta un talud, que cambia a 0.60 m de altura por un muro recto de 0.50 m; después presenta una especie de mol-dura, que podría ser el inicio de un tablero. Esta parte del muro es de tezontle y está muy bien re-cortada y careada; el muro termina con un tramo recto hecho con piedras irregulares, en apariencia agregado en alguna de las restauraciones realiza-das en el sitio, ya que se encuentra marcada con un rajueleo de pequeñas piedras (fig. 16).

Al limpiar esta parte del muro pudimos obser-var las diferentes etapas en que había sido restau-rado, pues cada una de ellas se diferenciaba por las técnicas con que fueron unidas las piedras, además del rajueleo ya mencionado y que marca la última sección del muro (figs. 17 y 18).

Plataforma 3

Respecto a las plataformas descritas, denomina-mos Plataforma 3 al elemento arquitectónico que


Fig. 13 Ubicación de la cala 1 en la Plataforma 1.

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Fig. 14 Plataforma 2, aspecto general antes y después de la limpieza de vegetación.

continúa hacia el este para situarse en el extremo oeste del sitio; más que una plataforma, en reali-dad es otro nivel de vestigios, ya que para cons-truir un nuevo elemento se tomaba el anterior como parte del basamento para construir el nuevo edificio.

En las exploraciones realizadas por Reinhold en 1978, se consideró oportuno dejar una ventana arqueológica para observar dos momentos cons-tructivos del sitio; fue así como se construyó una loza de concreto apoyada en elementos prehispá-nicos y en dos pilares realizados con piedra vol-


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Fig. 15 Vista general del muro oeste liberado, se aprecia el desplante y el tronco en la parte media superior en el extremo sur.

Fig. 16 Corte Sur-Norte y alzado del muro norte adosado a la Plataforma 2, cara Este.

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Fig. 17 Parte final del muro, en el cual se observa las diferentes intervenciones que ha tenido en su restauración.


Fig. 18 Aspecto final del muro oeste de la Plataforma 2, caras oeste y este.

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cánica en el centro del área expuesta, y sobre la loza se levantó parte de los muros de la última etapa constructiva del sitio (fig. 19).

Desgraciadamente, la falta de vigilancia provo-có que esa ventana fuera utilizada como basurero y refugio para indigentes, por lo cual se propuso clau surarla. En el lado norte de la plataforma se localizó una serie de muros o elementos con diver-sas características constructivas que con forman el límite norte de este nivel constructivo (fig. 20).

Ventana arqueológica

La ventana arqueológica estaba compuesta por cuatro vanos o espacios abiertos; el primero, en el

extremo sur, es un espacio de 0.50 m en la base entre el muro construido en el extremo sur de esta zona para contener el área no explorada y un muro en talud original. El segundo vano estaba parcial-mente cerrado por el muro en talud y dos muros en escuadra, todos ellos originales. Seguían dos vanos separados por dos pilares de piedra volcá-nica, construidos para soportar la loza colada; por último, había otro muro original de 1.50 m de altura, con la cara sur a plomo y las caras oeste y norte en talud, tramo que cierra la ventana arqueo-lógica en su extremo norte.

Los muros originales del segundo vano estaban deteriorados; el del sur estaba completo y conser-vaba la verticalidad, pero había perdido todo el cementante entre las piedras; el del lado este se

Fig. 19 Vista general de las 3 plataformas desde el oeste, al fondo se puede observar la ventana arqueológica.

Fig. 20 Vista general del extremo norte de la Plataforma 3.


encontraba en muy malas condiciones en la esqui-na sur, pues había perdido el cementante y las piedras que lo componían se habían colapsado. El muro no cerraba por completo la ventana, ya que le faltaban en promedio 0.30 m de altura.

Para cerrar esta ventana arqueológica los vanos se tapiaron con un muro de 0.30 m de ancho, he-cho con piedras sin carear, para diferenciarlos de los tramos originales realizados con piedras ca-readas. Para ello se excavó una zanja de 0.40 m de profundidad antes de iniciar la construcción, para que funcionara como cimiento, y al mismo tiempo se rellenaba el interior con tierra (fig. 21).

Muro norte de la Plataforma 3

Más que muros de contención de una plataforma, este nivel de vestigios se caracteriza por ofrecer una serie de elementos arquitectónicos que segu-ramente eran parte de distintos edificios o mo-mentos constructivos, a juzgar por la variedad de características, formas y dimensiones.

En el extremo oeste se encuentra un muro en talud de 5.20 m de largo por 1.60 de altura, cons-truido con piedra tezontle careada; continúa con una especie de contrafuerte de 3.30 m de largo por 0.80 de ancho y un metro de altura en prome-dio. Después de este punto hay una serie de mu-ros, remetimientos y otros elementos que parecen ser parte del núcleo de alguna estructura; este conjunto de elementos mide 24.60 m de largo has-

ta topar con el muro que cierra la Plataforma 4, en el extremo este, alineada en dirección sur-nor-te (figs. 22 y 23).

Al parecer, en las intervenciones anteriores se colocó una mezcla compuesta con cemento en áreas que carecían del cementante original —tal vez lodo—; a la fecha se perdió el resto del lodo original y tan solo se encontraron pequeñas áreas consolidadas con la mezcla moderna. La inter-vención consistió en consolidar todos los elemen-tos con la argamasa ya mencionada, mientras en otras áreas fue necesario restituir la forma y vo-lumen —indicados por los restos originales— con piedras de las mismas características que forma-ban los muros (figs. 24-26).

Fig. 21 Ventana arqueológica cerrada en la Plataforma 3.

Fig. 22 Vista general del muro norte de la Plataforma 3, donde se pueden apreciar los diferentes elementos que la componen.

Fig. 23 Detalle del primer tramo de la sección oeste del muro norte de la Plataforma 3.


Plataforma 4

Está ubicada en el extremo norponiente del sitio y se conformaba por dos muros en su extremo oeste: el más largo es el del extremo norte, con 6 m de longitud por 2.20 de altura y limita con la escalera 1; en el extremo sur tiene 3 m de largo, una altura promedio de 1.60 m y limita con la escalera 2.

La plataforma corre de este a oeste en casi todo el extremo norte del sitio, mide 25 m por 12.80 m de sur a norte. Solamente se liberó el extremo oeste de la plataforma, pues el muro que la limita presentaba en general buenas condiciones; el mayor daño se encontró en la esquina noroeste, donde de hecho toda la esquina superior

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Fig. 24 Segunda sección de muro antes y después de la intervención.

Fig. 25 Vista panorámica del muro norte de la Plataforma 3, ya restaurado y consolidado.

Fig. 26 Vista general del extremo oeste de la Plataforma 3; en primer plano se observa la escalera 2.


estaba colapsada y por ello fue la primera en atender se; ello implicó desprender totalmente la sección y restaurarla por medio de anastilosis (fig. 27).

Escalera 1

Se dio ese nombre a la escalera adosada al extre-mo norte de la Plataforma 4. Cuando se hizo la limpieza de basura y vegetación superficial tan sólo podían observarse cinco escalones; sin em-bargo, en el levantamiento realizado durante los trabajos a cargo de Nicolás García, en 1998, se descubrieron nueve escalones (fig. 28).

Los trabajos iniciaron con la remoción de la capa de escombro que cubría los restos arqueoló-gicos, y así apareció cada uno de los escalones. Al final se llegó al desplante de la escalera sobre un piso de lajas de piedra unidas con cemento, producto de anteriores intervenciones, se descu-brió la escalera completa y fue posible observar los dos muros que la flanqueaban (fig. 29).

Tanto la escalera como los muros se encontra-ban en buenas condiciones, solamente requerían limpieza. Cabe señalar que en los trabajos de res-tauración de alguna de las dos temporadas de trabajo anteriores, los primeros cinco escalones fueron consolidados con cemento y se les incrus-taron fragmentos de cerámica (fig. 30).

Fig. 27 Esquina norte del muro oeste, antes y después de la restauración.

Fig. 28 Diferentes momentos de limpieza de la escalera 1, donde solamente se observaban 5 escalones de los 9 que la componen.

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Fig. 29 Escalera totalmente liberada, vista de Oeste a Este y de Este a Oeste.

Fig. 30 Detalle de la escalera 1, donde se observan los fragmentos de cerámica colocados durante la restauración.

Escalera 2

La escalera 2 es un acceso compuesto por áreas escalonadas y rampas empedradas localizadas en el extremo noroeste del sitio, entre el muro norte de la Plataforma 4 y la extensión del muro oeste de la Plataforma 2. Inicia con dos escalones en el extremo norte del área mencionada, seguidos de una rampa de 3 m de largo y dirección norte-sur; ahí continúan otros dos escalones para llegar a una segunda rampa de 4 m de largo con dirección oeste-este, la cual termina con tres escalones y da acceso a la Plataforma 4 (fig. 31).

Las condiciones generales de la escalera eran malas, ya que las zonas con escalones, a pesar de tener casi completas las piedras constituyentes, carecían de cementante y estaban a punto de co-lapsar; las rampas también habían perdido el ce-mentante en algunas áreas y evidenciaban faltantes de piedra. Se consolidaron las juntas y se restituyeron las piedras donde fue necesario (figs. 32 y 33).


podría no considerarse parte de la plataforma, se encuentra sobre ella y limita el espacio de la mis-ma. El muro corre de norte a sur a lo largo de 12.80 m, con altura promedio de 1.40 m. Su esta-do de conservación era crítico: se encontraba to-talmente expuesto y había perdido el cementante en su desplante; además, por la aparente disminu-ción en la altura de la plataforma sobre la cual está construido, de hecho se encontraba “flotando”. Tal situación provocó que el estrato detrás del muro saliera por la parte inferior del mismo y dejara espacios vacíos detrás, lo cual era otra amenaza para su estabilidad. Se consolidó de la misma for-ma que los elementos anteriores (fig. 34).

Muro perimetral de protección

Otro de los objetivos de la temporada 2013 fue crear condiciones que permitieran proteger el si-tio, pues se encuentra inmerso en una zona den-samente poblada y expuesto tanto al vandalismo como a un mal uso del sitio y del área circundan-te. La propuesta era construir un muro perimetral, pero se estimaba poco probable ante la oposición de los vecinos a perder espacios que ya conside-raban propios. Sin embargo, se inició la gestión ante el licenciado Daniel Cuapio, director Jurí-dico y de Gobierno en la Delegación Iztapalapa, quien apoyó para convencer a los colonos, además de facilitar dos camiones de piedra para la mam-postería y seis rollos de malla ciclónica.

Fig. 31 Vista de Norte a Sur del área de la escalera 2, antes de la limpieza.

Fig. 32 Primer tramo de escalera, antes y después de la intervención.

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Muro este de la Plataforma 4

Es un elemento que limita la Plataforma 4 por el extremo este; y si en estricto apego a su función

Fig. 33 Vista general de Norte a Sur de la escalera 2 al terminar la consolidación.


La construcción del muro perimetral consistió en un muro de 0.40 m de ancho por 0.80 de altu-ra en promedio, con una longitud de 50 m; fue realizado en tramos rectos escalonados de 6 m de largo y su trazo seguía los límites de la calle pa-vimentada, según se acordó con los vecinos y con las autoridades de la Delegación Iztapalapa.

El muro se inició en el extremo noroeste del sitio, a partir de la esquina norte de la barda que limita en ese extremo el área de vestigios. Para construir el muro se cavó una zanja de 0.30 m de profundidad para cimentarlo; los postes para su-jetar la malla ciclónica estaban anclados al muro en tramos de 6 m, para darle resistencia y estabi-lidad a la malla (figs. 35, 36 y 37).

Fig. 34 Vista general del muro este antes y después de la intervención.

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Fig. 35 Construcción del muro base para la malla ciclónica en el extremo noroeste del sitio.

Fig. 36B Aspecto final del muro perimetral en el extremo noreste de la zona.

Fig. 36A Muro de cimentación para la malla ciclónica terminado, en el extremo norte del sitio.

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Fig. 37 Vista general Oeste-Este, final de la temporada de campo 2013.

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Conclusiones

En la temporada de campo 2013 se cumplieron la mayoría de objetivos propuestos en el proyecto: la limpieza general del sitio arqueológico y de las áreas circunvecinas; la consolidación de 50% de los restos arqueológicos expuestos, y se cerró y cubrió con un muro de protección la ventana arqueológica realizada por Reinhold en 1978.

También se puso en marcha la construcción del muro perimetral en su extremo norte, y se conti-nuaron las gestiones ante la Delegación Iztapala-pa para la delimitación total del sitio. Cabe mencionar que se acordó el compromiso de con-tinuar la construcción del mismo. Y si bien faltó colocar cédulas con información del sitio, desde mediados de 2013 se inició el proceso para elabo-rarlas, en un trabajo en colaboración con la Direc-ción de Operación de Sitios del inah.

Con los trabajos realizados en 2013, además de asegurar la preservación de los elementos y la in-formación arqueológica de ese importante sitio, se dignificó y se puso en valor la zona arqueoló-gica de El Santuario, abandonada por más de 15 años, tiempo en que fue convertida en un basure-ro por los vecinos, al grado de que ellos mismos habían olvidado sus dimensiones y características. Al colocarse el muro de protección se le dio un nuevo aspecto y se logró que tanto autoridades delegacionales como vecinos del lugar cambiaran su percepción del sitio y los planes de ampliación y trazo de nuevas calles que partirían el sito al menos en dos secciones (figs. 37 y 38).

Bibliografía

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• González Albarrán, José Martín.1979. “Informe técnico del Proyecto de Investiga-ción, Protección y Adecuación de la Zona Arqueoló-

Fig. 38. Vista del sitio arqueológico desde el extremo este, final de la temporada de campo 2013.


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