Mangostán y cancer

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MANGOSTÁN Y EL CÁNCER

“MANGOSTEEN AND CANCER” del Dr. J. Frederic Templeman

Lo más importante es entender que no existe cura fiable para el cáncer. A pesar de

décadas de investigación, en 2003 murió el mismo porcentaje de personas de cáncer de

cólon, pecho, pulmón y próstata que en 1957. Sin embargo, incluso con estas malas

noticias, hay esperanza para los pacientes con cáncer.

Cáncer es un término amplio que cubre una amplia variedad de desórdenes con el elemento común de un

crecimiento celular anormal e incontrolado, que no se detiene por sí mismo. En condiciones normales, el

crecimiento celular está estrictamente controlado equiparando nacimientos celulares con muertes celulares de

manera que el número total de células en el cuerpo se mantenga relativamente constante. A veces, puede ocurrir un

crecimiento anormal no canceroso. Seguimos denominando al tejido anormal “tumor” pero es benigno y no maligno

(canceroso). En este documento sólamente trataré del cáncer.

El mecanismo que estimula a las células para dividirse y multiplicarse (cuando se necesita reparar o reemplazar

en el cuerpo) y después de ello para dicha estimulación está bajo el control de los genes contenidos en los

cromosomas de los núcleos de todas las células. Podemos pensar en estos genes, compuestos de ADN, como la

policía de la sociedad de las células. El núcleo de la célula sería, así, el centro de control de todas las actividades

reguladoras.

En el núcleo, el ADN, al estilo de un disco duro de un ordenador, contiene toda la programación para el cuerpo.

Cuando es dañado por radicales libres, por ejemplo, se puede corromper. Este daño se denomina mutación y es el

evento crítico que conduce al cáncer. Una mutación puede verse como la incapacidad de un gen de llevar a cabo su

tarea. Utilizando la comparación con la policía de nuevo, la mutación es posible sólo si el policía (gen) está corrupto

por elementos criminales y entonces se convierte en criminal él mismo, o si se queda dormido durante el trabajo y

no hace nada mientras suceden cambios desastrosos a su alrededor.

Continuando con la analogía, las enfermedades, virus, contaminantes medio ambientales, alimentos peligrosos,

etc. pueden tratarse como elementos criminales cuyo propósito es desbaratar la sociedad de células de nuestro

cuerpo y después beneficiarse del caos y el daño resultantes. Estos elementos criminales tienen agentes trabajando

para ellos llamados radicales libres. Los radicales libres arremeten contra cualquier parte del cuerpo como si fueran

locos armados con armas automáticas disparando a todas partes y dañando así las células sanas. Después roban

electrones de las células dañadas por sus ataques. Sus objetivos principales son el ADN de los núcleos, el centro de

comando de la célula donde pueden infligir el mayor daño.

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El Dr. Bruce Ames, un eminente investigador de los radicales libres, estima que el material ADN en cada una de

los trillones de células de nuestro cuerpo recibe alrededor de ¡diez mil ataques de radicales libres al día! La

prevención de brechas en las defensas del cuerpo frente a un ataque de tal magnitud requiere los esfuerzos

conjuntos de todos los agentes del sistema inmunitario, que pueden verse como las fuerzas armadas del cuerpo,

junto con la colaboración de la policía o mecanismo de regulación de los genes.

Cuando, a pesar de los mejores esfuerzos del cuerpo, se abre una brecha en las defensas, se forma un tumor.

Cual ciudad capturada por las fuerzas enemigas, el tumor se convierte en una fortaleza con múltiples sistemas de

defensa con los cuales resiste los ataques continuos del sistema inmunitario. Dentro de la fortaleza proliferan virus

tumorales y células trastornadas que son enviadas como si se tratara de agentes secretos para corromper (infectar) a

células sanas en cualquier parte. Las células del mismo tumor crecen sin las restricciones normalesy, de manera casi

immediata, se convierte en el tejido con mayor índice de crecimiento del cuerpo. A la vez que crecen rápidamente,

roban nutrientes y energía necesaria para las células sanas. Por este motivo, los pacientes de cáncer pueden parecer

famélicos y agotados (un término médico denominado cachexia).

Los tumores causan dolor al hacerse suficientemente grandes como para presionar nervios u otras estructuras

sensitivas. Pueden obstruir conductos o intestinos ocasionando graves disfunciones corporales. A menudo se

apoderan de órganos completos, como el hígado o los pulmones, arrinconando las células funcionales y conduciendo

a la muerte del órgano.

Muchos cánceres se extienden o metastatizan a otras áreas del cuerpo invadiendo órganos lejos de donde

originalmente comenzaron. Contrastando con este comportamiento, la mayoría de las células normales están

ancladas en su lugar. Debido a esta movilidad, una célulua de cáncer de pecho puede abrirse camino hasta el

cerebro, por ejemplo, y empezar un nuevo tumor. Cuando se presenta la metástasis (sitios distintos de la invasión

del cáncer), el enemigo ya ha desarrollado varias fortalezas a lo largo del cuerpo. Si el cáncer no ha sido notado, la

muerte es inevitable.

La intervención estándar del cáncer consite en la extirpación por cirugía de los tumores y/o su destrucción por

radiación o quimioterapia. También existen terapias inmuno-simulativas, aunque son raras. Desafortunadamente,

muchas de estas intervenciones también dañan el tejido sano. Por ejemplo, la quimioterapia destruye

indiscriminadamente todas las células de crecimiento rápido, acabando con los folículos capilares normales, las

células de la médula productoras de sangre, las células que alinean el intestino y, las más importantes, las células

protectores del sistema inmunitario que son esenciales para prevenir infecciones. El reto es destruir el cáncer antes

de que la quimioterapia u otro tratamiento debilite mortalmente al paciente.

Es irónico considerar que la radiación y los radicales libres del ataque de la quimioterapia utilizados

para destruir los tumores pueden parecerse a los procesos que causaron en primer lugar que el cáncer

apareciera

Aunque no se reconocen como norma general por la mayoría de médicos, los suplementos alimenticios pueden

ser aliados valiosos en la terapia estándar contra el cáncer. No existen evidencias convincentes que prueben que

interfieren significativamente con la quimioterapia aunque algunos investigadores han examinado esta posibilidad.

Además, al contrario que las medicinas, que no hacen nada para prevenir el cáncer, los suplementos alimenticios

son extremadamente efectivos para regular las disfunciones celulares que conducen a la mutación y el cáncer. ¡La

expresión “Un gramo de prevención vale un kilo de curación” nunca se aplicó mejor!

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Las xantonas del mangostán (fitocéuticos encontrados sólamente en esta planta) han demostrado su habilidad

de destruir células cancerosas en estudios de laboratorio. Por ejemplo, la garcinone E, una xantona, fué más efectiva

que cinco agentes utilizados comúnmente en la quimioterapia (vincristine, mitoxantrone, 5-flourouracil, cisplastin y

methotrexate) en cánceres de estómago, pulmón e hígado en un reciente y bien diseñado estudio in vitro.

Con el fin de comprender las diferentes formas en las que los fitocéuticos del mangostán nos protegen del

cáncer, debo volver un momento a la teoría más aceptada del desarrollo del cáncer.

PASO UNO

El material genético (ADN) de las células resulta dañado por radicales libres derivados de la contaminación,

residuos metabólicos e infección o enfermedad, y ocurre la MUTACIÓN.

PASO DOS

La célula dañada se divide y comienza a desobedecer las normas de la replicación celular normal. Ahora ya existe

el cáncer.

PASO TRES

Agentes promotores tumorales como el PGE 2 estimulan el crecimiento del tumor, a menudo conduciendo a

metástasis.

¿Cuándo intervienen los fitocéuticos del mangostán en este proceso? Bien, la respuesta es que además de ser

agentes anti-tumorales cuando ya existe el cáncer, previenen y detienen los cambios cancerosos en cada uno de los

pasos.

Es bastante imposible para nosotros evitar la exposición a los agentes cancerígenos y a los asaltos de los

radicales libres que vienen a continuación, pero los antioxidantes y otros fitocéuticos activos del mangostán pueden

proteger de daños críticos celulares. Hacen esto regulando la expresión de los genes, reparando el daño de los

radicales libres y bloqueando la producción de agentes promotores tumorales.

Como inhibidor COX 2, por ejemplo, el mangostán bloquea la producción de PGE 2 (prostaglandin E2) y de esa

manera impide la promoción y progresión del cáncer cuando ocurre el daño en el ADN. Finalmente, atacan

directamente las células tumorales.

Unas palabras para la precaución. Describí previamente en “Mangosteen, the X-factor” las diferencias entre

fitocéuticos y medicamentos.

Los medicamentos son como grandes mazos comparados con los martillitos cubiertos de goma de los

fitocéuticos.

NO PARE NINGÚN TRATAMIENTO PARA EL CÁNCER PARA SUSTITUIRLO POR

MANGOSTÁN. Los fitocéuticos harán su trabajo incluso en presencia de otras terapias para el cáncer.

Por último, aunque es excitante caer en la cuenta de lo que los fitocéuticos del mangostán van a hacer en el área

del tratamiento del cáncer, es mucho más importante prevenir el desarrollo del cáncer en primer lugar. Esperar a

que desarrolles cáncer para después aprender cómo combatirlo simplemente no es inteligente. Puede que no

sientas el trabajo protector que el mangostán está haciendo en tu cuerpo, pero a medida que pasan los años, los

resultados que experimentarás serán difíciles de imaginar. Desafortunadamente, muchos de tus amigos que

eligieron no tomar suplementos alimenticios no estarán ahí para celebrar tu buena salud.

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DOSIS RECOMENDADA

Como prevención, 30ml o más de una a tres veces al día.

Si el cáncer ya está presente, de 60 a 90ml o más de dos a tres veces al día.

El Dr. Templeman es médico de atención primaria, certificado en Estados Unidos y en

Canadá, con más de veinte años de experiencia clínica.

Como Director Médico de Phytoceutical Research,el Dr. Templeman es responsable

del desarrollo de proyectos de investigación y de la evaluación de los datos clínicos. Está

siendo muy demandado internacionalmente como orador y autor sobre salud, nutrición y

sobre las propiedades de salud del mangostán.

El Dr. Templeman viaja regularmente al Sudeste asiático, donde ha establecido

numerosas asociaciones con científicos en varios países con el fin de continuar la investigación de la fruta del

mangostán y la poderosas Xantonas exclusivas de esta fuente botánica.

Además de sus responsabilidades normales, el Dr. Templeman ofrece regularmente sus servicios voluntarios como

médico en el tercer mundo, proporcionando su esencial ayuda médica a estas comunidades incomunicadas

sumergidas en la pobreza.

El Dr. Templeman y su esposa Michele son padres de diez hijos y actualmente residen en Utah.