MANDATO-MANDATOS CNTTS

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1 1 Documento de trabajo. [email protected] MEMORIAS CONGRESO NACIONAL TIERRAS, TERRITORIOS Y SOBERANIAS

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Comunidades Campesinas, indígenas, afro descendientes, pueblos raizales, mujeres, jóvenes,niños y niñas, pobladores urbano populares, trabajadores sindicalizados, trabajadores de la cultura y de la comunicación, estudiantes, compañeros internacionalistas, victimizados, segregados, excluidos y despojados…. A PARTIR DE ESTE MOMENTO TODOS Y TODAS ¡CONGRESISTAS!Reafirmamos QUE ESTA TIERRA ES NUESTRA Y EL TERRITORIO LO CONSTRUIMOS LOSPUEBLOS

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    MEMORIAS CONGRESO NACIONAL TIERRAS,

    TERRITORIOS Y SOBERANIAS

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    DOCUMENTO DE TRABAJO HACIA LAS MEMORIAS CONGRESO NACIONAL TIERRAS, TERRITORIOS Y SOBERANIAS

    CONTENIDO

    1 LLAMAMIENTO A LOS PUEBLOS DE COLOMBIA Y EL MUNDO A ORGANIZAR Y REALIZAR EL CONGRESO NACIONAL DE TIERRAS, TERRITORIOS Y SOBERANIAS. .............................................................. 4

    2 DOCUMENTO DE APERTURA ....................................................................................................... 7

    3 INTRODUCCIN TIERRA, TERRITORIO Y SOBERANIA: UNA OPORTUNIDAD PARA SOAR LA NACIN COLOMBIANA Y HACERLA REALIDAD DESDE LA DIVERSIDAD. ........................................................ 9

    4 MANDATO DE MANDATOS: LA SOBERANA ES POPULAR, LOS TERRITORIOS SON DE LOS PUEBLOS LA MADRE TIERRA ES DE QUIEN LA CUIDA. ................................................................................ 21

    5 TRABAJO POR EJES .................................................................................................................... 27

    5.1 EJE1: TIERRAS (USO, ACCESO Y PROPIEDAD), REDISTRIBUCIN, RESISTENCIA, RECUPERACIN, RETORNO, REUBICACIN. .................................................................................................................................................. 27

    5.1.1 Polticas estatales sobre tierras, territorios y desarrollo rural ........................................... 27 5.1.2 MANDATOS EJE1: Tierras (Uso, Acceso y propiedad), redistribucin, resistencia,

    recuperacin, retorno, reubicacin. ......................................................................................................... 34 5.2 EJE2: ECONOMAS EXTRACTIVAS, MINERA, HIDROCARBURO, CARBN, COCA. ........................ 36

    5.2.1 DOCUMENTO DE CONTEXTO: LA POLTICA MINERO-ENERGETICA EN EL CENTRO DE LA DISPUTA TERRITORIAL ............................................................................................................................. 36

    5.2.1.1 Las urgencias de la globalizacin del capital. ................................................................................ 36 5.2.1.2 Levntate! Nos roban la energa! ................................................................................................. 37 5.2.1.3 LOS CRTERES AMBIENTALES Y SOCIALES DE LA MINERA .......................................................... 38 5.2.1.4 UN MODELO MINERO-ENERGETICO QUE ATIZA LOS CONFLICTOS .............................................. 40 5.2.1.5 IDEAS PARA ORGANIZAR Y MANDAR............................................................................................ 42

    5.2.2 SINTESIS DE DISCUCIONES EN LAS MESAS. ............................ Error! Marcador no definido. 5.2.3 MANDATOS EJE2: Economas extractivas, minera, hidrocarburo, carbn, coca. .............. 43

    5.3 EJE 3: AGUAS: MARINAS, SUBMARINAS, ROS, HUMEDALES, CINAGAS, PARAMOS, MANGLARES, CUENCAS, ACUEDUCTOS. .................................................................................................................................................. 46

    5.3.1 AGUA: BIEN COMUN PARA LA VIDA, NUNCA MERCANCA. ............................................... 46 5.3.1.1 CONTEXTO Y SENTIDO .................................................................................................................. 46 5.3.1.2 CARACTERIZACIN DE CONFLICTOS ............................................................................................. 47 5.3.1.3 PROPUESTAS - LNEAS DE MANDATO ........................................................................................... 48

    5.3.2 SINTESIS DE DISCUCIONES EN LAS MESAS. ............................ Error! Marcador no definido.

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    5.3.3 MANDATOS Eje 3: Aguas: Marinas, submarinas, ros, humedales, cinagas, paramos, manglares, cuencas, acueductos. ............................................................................................................ 49

    5.4 EJE4:SABERES, CULTURA E IDENTIDAD. ...................................................................................... 52 5.4.1 DOCUMENTO DE CONTEXTO ............................................................................................. 52

    5.5 MANDATOS EJE4: SABERES, CULTURA E IDENTIDAD. ................................................................. 52 5.6 EJE5: ECONOMA CAMPESINA, ECONOMAS PROPIAS Y POPULARES Y SOBERANA ALIMENTARIA. ..................... 53

    5.6.1 ELEMENTOS PARA EL TEMA DE ECONOMA CAMPESINA Y SOBERANA ALIMENTARIA SITUACIN NACIONAL. ............................................................................................................................ 53

    5.6.1.1 PARA LEGISLAR DESDE LOS PUEBLOS HABRA QUE TENER EN CUENTA ....................................... 56 5.6.1.2 La soberana alimentaria contempla: ........................................................................................... 56

    5.6.2 MANDATOS: Economa campesina, economas propias y populares y soberana alimentaria. 58

    5.7 EJE6: TIERRAS Y TERRITORIOS URBANOS. ............................................................................................. 61 5.7.1 DOCUMENTO NACIONAL URBANO .................................................................................... 61

    5.7.1.1 EJES PROBLEMATIZADORES PARA EL TRABAJO DE CONGRESO DE TTyS ...................................... 66 5.7.2 MANDATOS: EJE6: Tierras y Territorios urbanos. .............................................................. 68

    5.8 EJE7: GUERRA Y CONFLICTO ARMADO. ................................................................................................ 71 5.8.1 CONSTRUYAMOS UNA NUEVA NACION EN PAZ, EQUIDAD Y JUSTICIA SOCIAL ................. 71

    5.8.1.1 LA PAZ ES UNA TRANSFORMACIN DEMOCRTICA DE LA SOCIEDAD ......................................... 71 5.8.1.2 LA PAZ UN PROCESO EN CONSTRUCCIN .................................................................................... 72 5.8.1.3 DERECHO DE LOS PUEBLOS A PARTICIPAR EN LA POLTICA DE PAZ ............................................. 73 5.8.1.4 RESPETO A LA POBLACIN CIVIL .................................................................................................. 74 5.8.1.5 LA PAZ PARA UN FUTURO FELIZ ................................................................................................... 74

    5.8.2 El conflicto armado y el problema de la tierra (para provocar la reflexin): Al principio de la guerra, fueron la tierra y los terratenientes ........................................................................................ 75

    5.8.3 MANDATOS EJE7: Guerra y conflicto armado .................................................................... 79

    6 SINTESIS MACROREGIONALES ................................................................................................... 82

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    LLAMAMIENTO A LOS PUEBLOS DE COLOMBIA Y EL MUNDO A ORGANIZAR Y REALIZAR EL CONGRESO NACIONAL DE TIERRAS, TERRITORIOS Y SOBERANIAS.

    En Septiembre nos encontraremos en la ciudad de Cali para deliberar, decidir y legislar en torno a nuestras tierras, territorios y soberanas. Marcharemos hacia Cajamarca donde haremos

    pblicos los mandatos.

    A un ao del asesinato de Rogelio Martnez Mercado, lder campesino y luchador por la restitucin de tierras en el departamento de Sucre,

    asesinado por paramilitares el 18 de Mayo de 2010

    Los das 19 y 20 de mayo de 2011, nos convocamos en la ciudad de Bogot alrededor de 200 delegados y delegadas de procesos sociales, populares y fuerzas polticas, urbanas y rurales, provenientes de todas las regiones colombianas. Llegamos con la responsabilidad delegada por nuestras comunidades y procesos de persistir en la construccin de alternativas frente a las crticas condiciones de vida de colombianos y colombianas en campos y ciudades, con la necesidad de generar procesos que lleven la voz de los excluidos y excluidas, de quienes no tienen voz, y que permitan que las propuestas de pas gestadas desde las comunidades y procesos populares puedan ser escuchadas y construidas a travs de mandatos y cabildos por las grandes mayoras. Hacemos parte del renovado proceso de luchas sociales, donde la tierra, el agua, el territorio, nuestros bienes comunes (minerales, bosques, biodiversidad, educacin, salud, etc.), la soberana alimentaria y energtica, y la autonoma de comunidades campesinas, indgenas, afrocolombianas, pescadoras, agromineras, trabajadoras y urbanas van tomando cada vez ms fuerza. Somos parte de mltiples procesos de movilizacin, acompaados por esfuerzos de confluencia de diversos movimientos como el Movimiento Nacional de Vctimas de Crmenes de Estado MOVICE, Movimiento Nacional en Defensa del Agua y de la Vida, Marcha Nacional de Mujeres Campesinas, la Red Colombiana Frente a La Gran Minera Transnacional-RECLAME, El Congreso Nacional de Los Pueblos y la Minga de Resistencia Social y Comunitaria, entre otras. Nos hemos ido encontrando bajo la necesidad histrica que exige escenarios de unidad popular en pro de una solucin poltica negociada al Conflicto Social y Armado que vive nuestro pas, de la reivindicacin de los Derechos polticos, sociales, econmicos, culturales y ambientales y su exigibilidad frente al Estado, de la lucha por la tierra, la vida y la permanencia en los territorios, y sobre todo de la necesidad de construir propuestas alternativas al proyecto de muerte que nos han impuesto en Colombia. Todas estas apuestas son cada vez ms vitales en nuestras dinmicas de movilizacin y nos exige la organizacin de agendas conjuntas y de confluencia. Desde una lectura de los hechos por los cuales estamos atravesando, vemos cmo el despojo de las tierras, de los territorios, del agua, de nuestros derechos y bienes comunes, de nuestros barrios y ciudades, y de nuestras culturas, es una estrategia que el proceso de acumulacin del capital desarrolla a nivel mundial. Por esto, queremos profundizar nuestro hermanamiento para la lucha con los pueblos del mundo.

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    Dicha estrategia de despojo sufrida por el pueblo colombiano tiene en las polticas e iniciativas legislativas actuales preocupantes expresiones donde el capital financiero y las empresas transnacionales se convierten en sujetos privilegiados por parte del gobierno nacional. Manifestamos nuestra oposicin a las polticas y legislacin del Gobierno de Juan Manuel Santos y sus antecesores, que profundizan el despojo y la dependencia de nuestra nacin. No existen acciones concretas que permitan que la verdad, la justicia y la reparacin integral sean una realidad que garantice los derechos de los millones de vctimas en Colombia. Rechazamos las propuestas de militarizacin de todas las dimensiones de la sociedad colombiana, as como la continuidad de la guerra en nuestras tierras y territorios. Consideramos que los diferentes espacios a los que el gobierno ha convocado expresiones sociales, no son para dar solucin alguna a las problemticas del pueblo colombiano, son una simulacin de la participacin que tiene como propsito la cooptacin y la fragmentacin de los movimientos sociales y populares. Convocamos a realizar el Congreso Nacional de Tierras, Territorios y Soberanas como un momento importante en la confluencia de los movimientos sociales, polticos y populares en Colombia. Este escenario debe ser amplio y unitario, que permita la deliberacin y construccin de mandatos desde las comunidades frente a la tierra, el territorio y las soberanas de los pueblos. Esta deliberacin deber construir y decidir propuestas alternativas, un mandato de permanencia en nuestras tierras y territorios, y una legislacin propia sobre nuestros bienes comunes en armona con la naturaleza, la vida y la soberana popular. Este congreso fortalecer la construccin de propuestas de pas desde el pueblo colombiano; confrontar el modelo de desarrollo expresado en la agenda legislativa y poltica del actual gobierno; articular las luchas del movimiento social y popular como una construccin desde la base; reconocer y recoger los acumulados, agendas y procesos sociales, visibilizndolos y potenciando las luchas. LLAMAMOS y convocamos a comunidades, procesos sociales, polticos y a ciudadanos y ciudadanas colombianos y del mundo a articularnos en la lucha y propuesta, por los derechos de las comunidades campesinas, indgenas, afrodescendientes, pescadoras, agromineras, trabajadoras y urbanas; contra la extranjerizacin de la tierra y por la defensa de la madre tierra. La construccin del Congreso tendr una agenda de preparacin en escenarios de articulacin regional y nacional. En Septiembre nos encontraremos en la ciudad de Cali (departamento del Valle del Cauca) para deliberar, decidir y legislar en torno a nuestras tierras, territorios y soberanas. Marcharemos hacia Cajamarca (Tolima) donde haremos pblicos los mandatos.

    TODOS Y TODAS AL CONGRESO NACIONAL DE TIERRAS, TERRITORIOS Y

    SOBERANA

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    Convocan: CONGRESO DE LOS PUEBLOS, MINGA DE RESISTENCIA SOCIAL Y COMUNITARIA MOVIMIENTO DE VCTIMAS DE CRMENES DE

    ESTADO, RED COLOMBIANA FRENTE A LA GRAN MINERA TRANSNACIONALASOCIACIN NACIONAL DE DESPLAZADOS DE COLOMBIA ANDESCOL, ASOCIACIN DE USUARIOS DE UPAC DEL META-AUPACMET,CONFLUENCIA DE MUJERES PARA LA ACCIN PUBLICA, ASOCIACION NACIONAL DE AYUDA SOLIDARIA ANDAS, ORGANIZACIN NACIONAL DE POBLACIN DESPLAZADA DESARRAIGADA INDEPENDIENTE OPDDI, ASOCIACIN NACIONAL DE DESPLAZADOS EN COLOMBIA ANDESCOL, ASOCICIN DE FAMILIAS DESPLAZADAS DE COLOMBIA ASOFADESCOL, ASOCIACIN DE CABILDOS INDGENAS DEL NORTE DEL CAUCA ACIN, IDENTIDAD ESTUDIANTIL, CORPORACIN SOCIAL PARA LA ASESORA Y CAPACITACIN COMUNITARIA COSPACC, COMISIN PERMANENTE DE DERECHOS HUMANOS-CPDH, CORPORACIN CLARETIANA NORMAN PREZ BELLO, CORPORACIN PARA LA EDUCACIN, EL DESARROLLO Y LA INVESTIGACIN POPULAR - INSTITUTO NACIONAL SINDICAL-CEDINS, ASOCIACIN MINGA, PROCESO DE COMUNIDADES NEGRAS DE COLOMBIA-PCN COLOMBIA, COLECTIVO ABYA YALA, COMIT CVICO POPULAR ORGANIZACIONES SOCIALES CENTRO ORIENTE DE COLOMBIA, COORDINADOR NACIONAL AGRARIO - C.N.A, ASOCIACIN DE TRABAJO INTERDISCIPLINARIO ATI, CAMPAA EN DEFENSA DE LA SOBERANA, SEGURIDAD Y AUTONOMA ALIMENTARIA CAMPAA SALSA, CAMPAA CONTRA EL DESPOJO, PLANETA PAZ, AGROSOLIDARIA, RUTA PACIFICA DE LAS MUJERES, LA FUNDACIN COMIT DE SOLIDARIDAD CON LOS PRESOS POLTICOS FCSPP, FUERZA COMN, RED CONTRA EL HAMBRE Y LA POBREZA, SINDICATO DE TRABAJADORES AGRCOLAS INDEPENDIENTES DEL DEPARTAMENTO DEL META- SINTRAGRIM, ASOCIACIN NACIONAL DE USUARIOS CAMPESINOS UNIDAD Y RECONSTRUCCIN -ANUC UR, CORPORACIN PARA EL DESARROLLO CULTURAL Y SOCIAL- SINAPSIS CDSC, CENTRO NACIONAL SALUD AMBIENTE Y TRABAJO - CENSAT AGUA VIVA, ORGANZACIN FEMENINA POPULAR-OFP, HIJAS E HIJOS POR LA MEMORIA Y CONTRA LA IMPUNIDAD-HIJOS COLOMBIA, FEDERACIN AGROMINERA DEL SUR DE BOLIVAR-FEDEAGROMISBOL, PODER Y UNIDAD POPULAR- PUP, ACCIN PERMANENTE POR LA PAZ, COMISIN INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ CIJP, TERRE DES HOMMES ALEMANIA- TDH ALEMANIA, ASOCIACIN PARA LA INVESTIGACIN Y ACCIN SOCIAL NOMADESC, CORPORACIN SERVICIOS PROFESIONALES COMUNITARIOS SEMBRAR-CORPORACIN SEMBRAR, CONSEJERIA EN PROYECTOS-PCS COLOMBIA, MARCHA NACIONAL DE MUJERES CAMPESINAS, INSTITUTO INVESTIGACION ACCION EN PROCESOS EDUCATIVOS Y SOCIALES ORLANDO FALS BORDA- IAPES-OFB, ASOCIACIN DE AFROCOLOMBIANOS DESPLAZADOS-AFRODES, RED DE HERMANDAD Y SOLIDARIDAD CON COLOMBIA-REDHER, ASOCIACIN DE POBLACIN DESPLAZADA DEL GUAVIARE-ASPODEGUA, CAMPAA PERMANENTE TIERRA VIDA Y DIGNIDAD, CORPORACIN JURDICA YIRA CASTRO. CORDINADORA NACIONAL CAMPESINA-CNC, COMIT DE IMPULSO REGIONAL CUNDINAMARCA POR LA DEFENSA DE LA SOBERANA, AUTONOMA ALIMENTARIA Y EL TERRITORIO- SALSA, CORPORACION JURIDICA LIBERTAD, COMUNA UNIVERSITARIA, MINGA JUVENIL, RED PROYECTO SUR, PARTIDO COMUNISTA COLOMBIANO-PCC, MOVIMIENTO POR LA DEFENSA DE LOS DERECHOS DEL PUEBLO MODEP, COLECTIVO SOBERANA Y RECURSOS NATURALES, IVN CEPEDA CASTRO REPRESENTANTE A LA CMARA PDA, WILSON ARIAS CASTILLO REPRESENTANTE A LA CMARA PDA.PARA SUSCRIBIR LA CONVOCATORIA ESCRIBE A [email protected]

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    1 DOCUMENTO DE APERTURA

    Comunidades Campesinas, indgenas, afro descendientes, pueblos raizales, mujeres, jvenes, nios y nias, pobladores urbano populares, trabajadores sindicalizados, trabajadores de la cultura y de la comunicacin, estudiantes, compaeros internacionalistas, victimizados, segregados, excluidos y despojados. A PARTIR DE ESTE MOMENTO TODOS Y TODAS CONGRESISTAS!

    Reafirmamos QUE ESTA TIERRA ES NUESTRA Y EL TERRITORIO LO CONSTRUIMOS LOS

    PUEBLOS. Para hacerlo, estamos aqu cerca de 15.000 mil delegados y delegadas de comunidades y

    procesos sociales de todos los territorios colombianos. Muchos y muchas no han podido llegar. Quienes nos encontramos aqu tenemos la responsabilidad de poner en comn los mandatos construidos y las propuestas de nuevo pas. Pensaremos en todo momento en quienes desendolo, no han podido llegar. Un saludo a todos y a todas y la conviccin firme de que no seremos inferiores a los sueos colectivos y los de las prximas generaciones.

    TULPAS son las tres piedras que sostienen el fogn. As como sostienen la olla que alimenta

    nuestros cuerpos, sern ahora soporte para encontrar las voces de los que nunca hemos hablado. Cocinaremos el alimento comn que fortalezca nuestras sentido de vida, nuestras ideas y nuestros sueos, para que de la diferencia broten propsitos de vida para nuestras comunidades. Juntando iniciativas y experiencias en el camino, hacia un pas para todos y todas, una humanidad viva.

    Hacemos parte del proceso de luchas sociales, donde la tierra, el agua, los bienes comunes, la

    soberana alimentaria y energtica, y la autonoma de las comunidades toman cada vez ms fuerza.

    Las mujeres, tejedoras de vida y de territorio, luchadoras incansables por la tierra y la soberana alimentaria tambin estamos aqu presentes, construyendo nuestros mandatos hacia el pas de la esperanza, la alegra y el buen vivir en armona con nuestros cuerpos y la madre tierra.

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    Somos parte de mltiples procesos de movilizacin, acompaados por esfuerzos de confluencia de diversos movimientos como el Movimiento Nacional de Vctimas de Crmenes de Estado MOVICE, Movimiento Nacional en Defensa del Agua y de la Vida, Marcha Nacional de Mujeres Campesinas, la Red Colombiana Frente a La Gran Minera Transnacional-RECLAME, El Congreso de Los Pueblos, la Minga de Resistencia Social y Comunitaria, La Marcha Patritica entre otras.

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    2 INTRODUCCIN TIERRA, TERRITORIO Y SOBERANIA: UNA OPORTUNIDAD PARA SOAR LA NACIN COLOMBIANA Y HACERLA REALIDAD DESDE LA DIVERSIDAD.

    La tierra y el territorio siempre han sido disputados. Desde antes de la invasin espaola y posteriormente con la llegada del invasor, primero entre pueblos indgenas y blancos espaoles. Luego entre blancos criollos y pueblos indgenas. Posteriormente entre afro descendientes, pueblos indgenas y blancos criollos. Luego entre indgenas, afros y campesinos enfrentados con latifundistas y hacendados, empresarios agrcolas y militares, hroes de guerras republicanas. No pocas veces, tambin fue disputada entre indios, campesinos y afro descendientes cuando la presin del latifundio y la ganadera, la construccin de obras de infraestructura y en general la modernizacin econmica tocaron las puertas de la sociedad nacional en la primera mitad del siglo XX.

    Sin embargo, la tierra no ha sido disputada como un fin en s mismo. Se ha peleado para ser utilizada como fuente de poder y riqueza. Como fuente de recursos para la acumulacin de capital y para la satisfaccin de necesidades, que en nuestro caso, ha estado mediada por las demandas del mercado mundial, los ciclos de precios de las mercancas y la especulacin. Primero en el marco del sistema mercantil, luego en el del capitalismo industrial y ahora, en la fase capitalista de la mundializacin neoliberal.

    La tierra tambin ha sido disputada en virtud del proceso de desarrollo, en la medida en que diversas misiones internacionales y analistas han definido lo sectores de la economa que deberan apalancar el proceso de crecimiento y acumulacin econmica. El despegue inicial de algunas economas fue definido a partir de la agricultura. En este sentido, la tierra servira para el desarrollo de la economa, inicialmente mediante el impulso a la agricultura y posteriormente de la agroindustria. Simultneamente, dentro un proceso de modernizacin, los pases deberan irse urbanizando, promovindose la emigracin poblacional y en no pocas veces el desplazamiento forzado de poblacin.

    Esta modernizacin capitalista implic por una parte la estructuracin de formas de relacin

    con la tierra, en las que se privilegi la propiedad privada y la concentracin de la propiedad, alimentada por la herencia colonial espaola que en torno a la propiedad de la tierra orden

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    relaciones de prestigio, poder poltico y econmico, materializados todos en los sistemas econmicos de plantacin y de hacienda. Se privilegi igualmente la apropiacin de grandes porciones de espacio para el desarrollo de economas extractivas y posteriormente de enclaves, que favorecieron a empresas multinacionales como la Tropical Oil Company o la United Fruit Company en diversas regiones del pas. Incluso, de la herencia de enclaves mineros en regiones como Andagoya en Choc con la compaa minera del Choc, subsidiaria de la norteamericana International Mining Corporation o de Barbacoas en Nario, en los cuales como en el caso de Andagoya, predomino el dominio norteamericano con prcticas (en lo social, lo poltico, lo econmico y lo territorial), similares a las del apartheid en Sudfrica impuesto por los Holandeses a los sudafricanos, indios y mestizos. Tambin el enclave en el bajo cauca, propiedad de la Frontino. Sin contar el trabajo esclavo de afro descendientes e indgenas en las haciendas de caa y ganado. O el de campesinos aparceros, tabloneros, partijeros y jornaleros agrcolas en diversas regiones del pas.

    La modernizacin, liberal y conservadora de la economa nacional, promovi bajo la doctrina

    del desarrollo capitalista y la asesora internacional, la construccin de infraestructura e institucionalidad pblica, la concentracin de la tierra, la emigracin y el desplazamiento forzado de poblacin. Mientras se consolidaba la economa cafetera, el pas vivi la guerra de los mil das y posteriormente la violencia liberal conservadora. En tanto en el seno de la Federacin Nacional de Cafeteros participaban por igual liberales y conservadores, el pas se desangraba. La sociedad iba mal, pero la economa bien. La urbanizacin del pas y la modernizacin apalancada por la danza de los millones derivados de la indemnizacin norteamericana a Colombia por la segregacin de Panam, agudizo conflictos sociales emanados de la explotacin de trabajadores en las haciendas y en las economas de enclave petrolero consolidadas en el Magdalena Medio. Pero tambin de los obreros de los puertos y de los braceros del rio magdalena en la primera mitad del siglo XX. Conflictos complementados con los vividos en las zonas rurales, principalmente en zonas de colonizacin, a las cuales fueron arrojados los campesinos, indgenas y afrocolombianos desposedos y/o despojados. O enclavados en las haciendas cafeteras. Tambin dio origen a conflictos asociados a la preservacin de instituciones coloniales, como en el caso de la costa Caribe, en el que los campesinos se levantaron contra la modernizacin liberal que propona el gobierno en la dcada del 30. Esta misma regin, reordenada a travs de la violencia, la expansin de la ganadera y la concentracin de la tierra, seria escenario y cuna de la movilizacin social campesina de la ANUC en los aos setenta y ochenta. Tambin de la violencia demencial y del despojo a lo largo de su historia, principalmente desde la dcada del 70 hasta el presente.

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    La consolidacin de esta economa, dispuso entonces la tierra como medio para la

    acumulacin. El Estado defini polticas para regular las relaciones de acceso, uso y propiedad. Para el acceso, se empleo por una parte la violencia, mediante la cual se constituyeron derechos de propiedad a travs del fraude en la titulacin. Pero tambin de la ley, pues al establecerse el INCORA en la dcada del 60 y el Banco Central Hipotecario BCH desde los aos 40, la disputa enfrento a nacientes empresarios urbanos con tradicionales latifundistas y hacendados rurales. Los primeros, buscaban modernizar la economa y liberar tierras y mano de obra, as como desconcentrar los procesos productivos concentrados en la hacienda, de tal manera que la produccin, procesamiento, distribucin y consumo de mercancas pudieran ser distribuidas espacialmente, correspondiendo al campo la produccin primaria y a la ciudad, el procesamiento y el consumo. Pero tambin era una pelea de poder. Entre tanto, los hacendados luchaban por conservar sus privilegios. El campesinado fue relegado a zonas de colonizacin y esa fue una de las formas en que el Estado resolvi el acceso a la propiedad para el campesinado. Los pueblos Indgenas quedaron confinados en sus zonas de resguardo, recuperadas algunas de ellas mediante la lucha desatada en los aos veinte y profundizada en la dcada del 70, con el surgimiento del CRIC y del CRIT. Los Afro descendientes, en sus zonas tradicionales de poblamiento, solo en los aos noventa veran el reconocimiento de su cultura y su territorio.

    En materia de uso, se privilegi por una parte la agricultura y posteriormente la agroindustria,

    conduciendo a una revolucin tecnolgica y productiva, dictada bajo parmetros de la revolucin verde: monocultivo, uso intensivo del suelo, adecuacin de suelos, construccin de sistema de riego y transporte, concentracin de la tierra, expulsin del campesinado. As mismo el fortalecimiento en regiones como la Costa Caribe, de la ganadera extensiva y en los llanos orientales y la amazonia, de los procesos de colonizacin, como de los conflictos entre colonos e indgenas. Significo tambin, la desaparicin de la hacienda como sistema productivo ms no de la concentracin de la tierra o del latifundio.

    Sin embargo, no todas las haciendas fueron desvertebradas a travs de la parcelacin, la

    compra y la mentada redistribucin de tierras promovida por las reformas modernizantes del Estado a travs de las polticas de reforma agraria. Principalmente fueron afectadas las haciendas de la zona cafetera y algunas de la Costa Caribe y el Valle del Cauca. En la primera, se parcelaron tierras de buena calidad, en tanto en la segunda, las peores. En el Valle, con la parcelacin se dio impulso a la modernizacin agroindustrial, previo despojo de las tierras planas a indgenas y afrocolombianos. Coincidan dos expectativas y un momento histrico: las de la modernizacin capitalista que adopto para la economa cafetera la va campesinista del desarrollo y la de los campesinos que demandaban tierra. Y un momento histrico de lucha social en el que el campesinado desestabilizaba la sociedad, (entendiendo que era la poblacin mayoritaria) en un contexto de lucha social creciente por la tierra en Amrica Latina y de configuracin de movimientos revolucionarios armados que promovan la transformacin social mediante la lucha guerrillera, siendo conseguida ya en algunos pases como Cuba. Eran los aos sesenta y setenta. El Estado estaba interesado en modernizar, estabilizar, impulsar el desarrollo y la acumulacin capitalista, pero tambin en anular y neutralizar la oposicin social y poltica.

    La tendencia en el uso del suelo cambiaria en los aos 70, al entrar de manera ms fuerte la

    extraccin de hidrocarburos como componente fundamental de la economa y de las polticas del

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    desarrollo. Tambin al privilegiarse la urbanizacin y la concentracin de poblacin en ciudades, como patrn de ordenamiento social del territorio, disponiendo los conflictos no solo en las zonas rurales, sino tambin en las urbanas, en las que las gentes expulsadas de territorios rurales y asentadas en la ciudad, disputaran un lugar en la sociedad y el territorio, dando origen a asentamientos urbano populares, que al igual que muchos asentamientos campesinos, fueron construidos mediante la lucha social y la ocupacin del suelo. Las ciudades colombianas se fueron configurando casa a casa, barrio a barrio, bajo el sistema de autoproduccin, que al igual que en la finca campesina, provea al habitante urbano de un espacio en la ciudad caracterizado por la polifuncionalidad en el uso, similar al policultivo y la diversidad de las zonas campesinas, antes de la especializacin derivada del monocultivo. Era como si el sistema espacial del campo fuera trasladado y ajustado a la ciudad, en la medida en que era poblacin rural la que llegaba a morar y ser. Tambin fue el momento en el que el narcotrfico empez a entra de lleno, no solo en la sociedad, sino tambin en la guerra.

    El tejido territorial del pas se transform. En una parte mediado por la concentracin de la

    tierra y de la poblacin en centros urbanos y por otra, por la modernizacin de la economa, dando origen en lo rural a un sistema contrapuesto de minifunido - latifundio. Tambin por la construccin de una infraestructura comercial dispuesta de forma paralela a las cordilleras y en los valles inter andinos, en la que las vas de trasporte fluvial, frreo y de carreteras, llevan las mercancas para los puertos en el mar Caribe y ahora para el pacfico. Tambin por una estructura institucional pblica y privada que hizo de las ciudades capitales e intermedias, el epicentro del poder pblico y privado, pero tambin en el marco del conflicto armado y de las economas legales e ilegales, el epicentro del control social y territorial, erigiendo a las ciudades en centros de control territorial regional y en espacios de regulacin social y poltica; de consumo, pero tambin de movilizacin electoral, convirtindolos de cierta forma en fuertes ideolgicos de las elites dominantes, a partir de lo cual, se vende la idea de que en la ciudad se escapa a la pobreza y se materializa la libertad, consiguiendo el sueo moderno del bienestar y la riqueza, en oposicin al atraso y la pobreza rural. Sin embargo, los hechos reales aportan elementos para discutir esto. De esta construccin quedaron marginadas muchas regiones y zonas del pas, que ahora intentan ser incorporadas. Tambin fueron marginados grandes sectores de la poblacin, que disputaron al modelo hegemnico un espacio mediante la lucha social y la organizacin popular. La naturaleza por su parte, fue sometida: en la ciudad, los humedales fueron urbanizados y en las zonas rurales, las cinagas y caos fueron ocupados por la ganadera extensiva. Los baldos, fueron feriados al capital nacional e internacional y sus pobladores expulsados a nuevas zonas de colonizacin.

    Este territorio construido a partir de la economa, la poltica y lo social, necesariamente tena

    que ser controlado, regulado y dominado. No solo por los recursos sino tambin por su poblacin. El territorio fue subdividido en municipios y departamentos, a los cuales se les atribuyeron jurisdicciones y competencias en cabeza de gobernantes. El espacio fue clasificado en reas para el uso del suelo: agrcola, industrial, pecuario, de conservacin Surgi la divisin entre lo rural y lo urbano, el centro y la periferia, no solo a nivel nacional, sino internacional, regido esto por la divisin internacional del trabajo. A cada porcin del espacio, fragmentada de forma artificial por el poder, se asign un gobernante, una institucin y un presupuesto. Todo esto se rigi por una constitucin o ley de leyes, construida por el poder. Sin embargo, una era la constitucin de papel y otra la real. Se construyeron fronteras. Primero establecidas por la propiedad privada de la tierra, luego por la jurisdiccin municipal, departamental y nacional. Tambin se fomentaron

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    identidades locales y regionales. Ligado a esto, otras instituciones de carcter militar, y privado como la iglesia o las empresas, construyeron su propia forma de control territorial. Es decir, el poder se ordeno sobre el espacio. Construy territorialidad.

    Este no fue solo un ejercicio del poder hegemnico. En el caso de la poblacin rural, por

    ejemplo, en proceso de confrontacin con esta forma de orden social y territorial, constituyeron poblados de hombres libres en los que se mesclaban indios, negros, campesinos y hasta blancos pobres; rochelas, palenques, pero tambin zonas de colonizacin y lo que el gobierno de los aos sesenta llamara repblicas independientes. Tambin surgieron los baluartes campesinos de Lomagrande y Tinajones en el Sin o la zona del Pata en el Cauca. En la medida en que se fortaleci la lucha armada, surgiran las llamadas zonas liberadas. En las ciudades, los barrios populares se convirtieron en ejemplos de lucha social y en espacios colectivos y comunitarios, por ejemplo el barrio Policarpa en Bogot. En el caso de los pueblos indgenas que lograron recuperar a travs de la lucha el control de una porcin territorial, promovieron formas tradicionales de autogobierno y economa propia que hasta el da se constituyen en baluartes de lucha social y en puntos de apoyo para otros sectores sociales populares. Es decir, surgieron y se confrontaron mltiples territorialidades y diversas visiones de cmo ordenar el territorio.

    Las relaciones de propiedad y tenencia, uso, y acceso a la tierra, configuradas a lo largo de esta

    historia nacional, as como los procesos de modernizacin econmica y lucha social, conformaron lo que es nuestro territorio en la actualidad, dndole forma y contenido al concepto territorial. Segn el poder hegemnico o la concepcin de lo popular, el territorio y la tierra, podrn ser vida o mercanca. El territorio se podr vaciar, desocupar, repoblar y explotar, o compartir, construir colectivamente y de forma horizontal, para la satisfaccin de las necesidades comunes y no para el beneficio del inters particular.

    Durante las dcadas del setenta y ochenta, el pas vivi una fase de transicin en las polticas

    del desarrollo, que privilegiaron la extraccin de hidrocarburos, la industria y los servicios. Para los aos 80, la participacin en el producto interno bruto de la produccin agropecuaria era del 21.6%. La poblacin rural haba pasado a representar el 36% del total, en tanto la urbana participaba con el 64%. La llamada dcada perdida de Amrica latina marco entonces un profundo cambio estructural en la sociedad nacional y en las polticas del desarrollo sentenciando la suerte presente de la poblacin rural y urbana en su conjunto. Se reprodujo entonces la idea de que Colombia era un pas urbano. Sin embargo en la actualidad, organismos internacionales cuestionan este hecho proponiendo que un poco ms del 90% del territorio nacional es rural, as la poblacin est concentrada en las ciudades.

    A juicio de algunos analistas, varios factores permitieron esta gran transformacin:

    La dcada de los aos 50 coincide con la maduracin de una serie de condiciones que habran de contribuir a las profundas transformaciones de la estructura productiva nacional en los aos subsiguientes:

    a) Una poltica econmica que desde 1944 se orient especialmente al fomento de las

    actividades industriales, brindando facilidades para la importacin de maquinaria y materias primas;

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    b) Una situacin favorable de precios externos del caf, que prevaleca desde finales de los aos cuarenta y, como consecuencia directa, una expansin de la demanda agregada de la cual el sector industrial se vio altamente beneficiado;

    c) El estmulo importante que el creciente proceso de urbanizacin le imprimi a las actividades terciarias, en las que sobresalan especialmente el comercio y los servicios financieros;

    d) Una mayor integracin del mercado nacional que fue el resultado de un esfuerzo inicial de comunicacin intrarregional, ya bastante avanzado desde los aos veinte, y que responda a la visin de articular la economa del pas en torno a su perfil primario exportador, y

    e) Un Estado con mayores instrumentos de accin, tanto para regular la economa en materia fiscal, monetaria y cambiaria, como para atender la funcin de proveedor de servicios bsicos ante una poblacin urbana en constante expansin.

    En este contexto, las actividades industriales y de servicios empezaron a adquirir un peso importante en la generacin del producto bruto nacional, mientras que el sector agropecuario iniciaba una fase de declinacin en su participacin http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/colhoy/colo16.htm

    Tanto la atraccin poblacional generada por las ciudades y la inversin estatal, como la

    violencia y el despojo de la poblacin rural se conjugaron para la concentracin poblacional en las ciudades. Amn de las polticas del desarrollo. En sntesis, ad portas de la apertura econmica, la institucionalidad nacional se adecuo, en un contexto de creciente represin mediada por el Estatuto de Seguridad Nacional y la poltica de seguridad nacional que combata principalmente al enemigo interno, en tanto la gran potencia del norte, garantizaba la seguridad externa, muy a pesar de que dcadas despus, el comunismo real desapareciera. Conjugndose con esta realidad, la lucha armada se enraiz en el pas, expresndose a travs de diversas fuerzas insurgentes que en procura de objetivos tal vez dismiles y con fundamentos ideolgicos diversos, haban originado el Ejrcito Popular de Liberacin Nacional, EPL; La Autodefensa Obrera ADO; El Partido Revolucionario de los Trabajadores; El Manuel Quintn Lame y El Ejrcito de Liberacin Nacional ELN y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC.

    Igualmente surgieron diversas expresiones sociales y organizativas tanto en el mundo rural

    como urbano, que en el caso campesino estuvieron alimentadas por mltiples vertientes y tendencias ideolgicas, que afectaran igualmente las formas organizativas de lo obrero y lo popular urbano. Algunas de ellas, como la ANUC, sufrieron un desvertebramiento significativo y una profunda divisin en la dcada del setenta. Muchas divergencias polticas e ideolgicas del presente se originan en aquella poca, o incluso desde los aos veintes.

    En este proceso de transicin, se posiciono el discurso de la nueva ruralidad. En poca de crisis

    mundial y de incremento de la demanda mundial de recursos energticos, alimentarios y en general de materias primas, la produccin agrcola dej de ser definitivamente el pilar del crecimiento econmico y la acumulacin de capital. Bajo este concepto, el campo y principalmente lo rural, debera orientarse a impulsar el crecimiento econmico global, bajo la explotacin econmica de todos los recursos asociados al suelo, el subsuelo, al patrimonio ambiental, y sobre todo, potenciar la transicin hacia una sociedad no dependiente del petrleo. Lo rural, desde la perspectiva econmica fue redefinido en funcin del proceso de acumulacin de

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    capital. En este sentido, se fortalecieron lneas de explotacin econmica extractiva que venan desde siglos atrs, pero tambin aparecieron nuevas mercancas: la biodiversidad, los servicios ambientales, el paisaje consumido a travs del turismo; el mercado del agua; y en particular la produccin de energas alternativas (sumadas a la minera) elevaron la presin sobre la tierra y por ende los conflictos, en sociedades que como la nuestra, nunca ha resolvi el problema agrario, presentndose ahora mltiples disputas por el territorio y la territorialidad.

    A este proceso se lig la articulacin del sistema financiero mundial, pblico y privado, que en

    aras de la acumulacin especulativa de riqueza, comercializaron mercancas a futuro, sin que estas fueran producidas, promoviendo el incremento de precios, a partir de la escases ficticia de productos en el mercado, verbi gracia, la anuencia y promocin de un nuevo orden mundial y de la creacin de nuevas entidades multilaterales como la Organizacin Mundial del Comercio por parte de gobiernos, empresas multinacionales y grupos financieros globales.

    As entonces, las polticas del desarrollo cambiaron nuevamente, marcando distancia con

    medidas tomadas dcadas atrs, que le daban un lugar privilegiado a la construccin del mercado interno o incluso a la reforma agraria como va para el desarrollo capitalista. En la medida en que el campesinado y la poblacin rural fueron regulados y controlados a travs de la violencia, de la imposicin normativa del estado nacional como de las ilusiones del desarrollo y el consumo, y que dejaron de ser un problema social y poltico para el desarrollo capitalista, la redistribucin de la tierra dejo de ser una prioridad. Incluso, desde la dcada del 70, el pacto de Chicoral marco el rumbo del desarrollo agrario y rural en Colombia. Sin embargo en la medida en que la poblacin rural se desplazaba a las ciudades, fue apareciendo la disputa por el suelo urbano. Las ciudades se convirtieron entonces en el epicentro del proceso productivo, hasta que en la dcada del noventa se revirti el equilibrio regional en la acumulacin, concentrndose en Bogot principalmente la inversin de capital transnacional a travs del sistema financiero y los servicios. De un modelo de cuadricefalia urbana, pasamos a la macrocefalia capitalina.

    Esta drstica transformacin significo entre muchas otras cosas el incremento del flujo de

    poblacin rural hacia la ciudad, por diversas razones y causas, hasta que al finalizar la dcada del 2000, aproximadamente el 25% del total poblacional nacional habitaba el campo. De cierta manera, se puso de presente con este nuevo enfoque, el tema territorial. El territorio como fuente de bienes y recursos, no solamente agrcolas. Tambin energticos, mineros, agroindustriales, y de servicios, entre los que se incluyen telecomunicaciones, transporte, turismo y mercados verdes del aire, el agua, los productos agrcolas y especies promisorias de flora y fauna. Tambin la cultura entro en este proceso de mercantilizacin mediante el turismo y los estudios de conocimiento tradicional sobre flora y fauna. El agua, como bien escaso adquiri una nueva dimensin: como ruta de transporte en el caso de los ros, y como fuente para la generacin de energa alternativa a la dependencia petrolera. Sin contar el agua para el consumo humano, que se mercantilizo, al punto en el que en ciudades como Medelln, tanto el servicio de energa, gas y agua, son prepago. Igualmente el agua para los sistemas de riego de las grandes plantaciones. En el caso del mar y de las aguas de cinagas, pramos y ros, esta tambin fue privatizada, sino en la propiedad, si en el uso. En materia de energa, la explotacin petrolera qued principalmente en manos de empresas transnacionales, al igual que la explotacin de gas y carbn. Situacin similar se gener con la explotacin de otros metales preciosos como el oro y otros minerales como el coltan y el molibdeno demandados por la industria tecnolgica mundial.

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    No solo se profundizo este modelo, sino que a la vez se trasform en la medida en que no es la misma economa de enclave que aportaba recursos al desarrollo regional. Ahora se trata de extraer y de llevar las riquezas directamente para el exterior. Incluso en economas agroindustriales, los circuitos productivos incorporan poblacin y tecnologas extranjeras, exportando el producto, sin generar empleo ni inversin local, mucho menos regional.

    Otra dimensin de la energa se relaciona con el alimento, en tanto es fundamental para la

    reproduccin de los seres humanos, los cuales demandan una cantidad especfica de kilo caloras da para trabajar y producir. Nuestro pas pas en las ltimas dcadas a importar aproximadamente 10 millones de toneladas de alimento, que bien podra producirse aqu. Pero solo esto no es lo grave. La mayor cantidad de tierras aptas para la agricultura estn destinadas a la ganadera extensiva y en virtud de las polticas del Estado, al cultivo de agrocombustibles como la palma, la caa y otros productos. Las cadenas de comercializacin y procesamiento, as como grandes procesos productivos, estn en manos de cadenas multinacionales como la nestl, general foods, carrefour y casino. Estas mismas empresas han tendido a concentrar la distribucin y regular el consumo a partir del establecimiento de almacenes de gran capacidad o grandes superficies que disputan mercado y espacio en la ciudad con tiendas de barrio y plazas de mercado. En ltimas el circuito alimentario que provee alimento y energa a la sociedad, tiende a estar en manos de empresas multinacionales, afectando los hbitos de consumo de la poblacin y los circuitos alimentarios que vinculan la ciudad con la finca campesina. Todo esto sin contar con el hecho de que para comprar alimento se necesita dinero, el cual se percibe con el trabajo. Si el trabajo en un 70% en nuestro pas es informal, y si las nuevas mediciones multivariables de la pobreza establecen que un colombiano vive con 190.000 pesos, qu energa vamos a reponer? No hacemos referencia al impacto del monopolio en la produccin y distribucin de semillas, ni a la dependencia de los paquetes tecnolgicos derivados de la revolucin verde y de la biotecnologa.

    La generacin de energa elctrica como la prestacin del servicio estn en manos de grandes

    empresas multinacionales extranjeras y nacionales: EPM, Empresa de Energa de Bogot e ISAGEN. Este proceso ha contribuido a la privatizacin de grandes extensiones de tierra, al desplazamiento forzado de de poblacin como en el oriente antioqueo y Tierralta en Crdoba, pero tambin a la privatizacin de las cuencas hidrogrficas generadoras del agua, vital para todos los colombianos. Fenmeno similar se registra con la minera a gran escala. De la tierra, tanto rural como urbana ni hablar. Despojo, desplazamiento forzado y apropiacin violenta de predios urbanos y rurales. Se estima entre 6 y 10 millones de hectreas la cantidad de tierras despojadas en el pas, principalmente a pobladores rurales. Sin embargo, ms all de la concentracin, es importante hablar de la disputa por el usufructo y control del patrimonio ambiental y de los recursos minerales y energticos contenidos tanto en el suelo, como en el subsuelo. Esta disputa es creciente y esta mediada por el ejercicio de la violencia y el papel de capitales lcitos e ilcitos.

    En su conjunto estos procesos han derivado en dinmicas de reordenamiento econmico del

    territorio, a partir de las cuales, la institucionalidad pblica ha tendido a adecuarse a partir de la expedicin de normas y del desarrollo de proyectos de inversin favorables a la inversin de capital multinacional y al inters particular. Mediante la apropiacin predio a predio, tanto a nivel urbano como rural, se ha ido promoviendo este proceso, el cual ha conducido entre muchas otras cosas, a la alta especializacin econmica en el uso del suelo, la privatizacin de recursos y bienes

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    de uso e inters comn; la integracin vertical de procesos productivos y de la formulacin de polticas en manos de monopolios y empresas transnacionales; y en ltimas la agudizacin de la violencia y de transacciones comerciales con capitales ilcitos y lcitos para la compra de voluntades polticas y conciencias, en otras palabras, de la corrupcin.

    Esta lgica se ha aplicado tanto a bienes y recursos de carcter energtico, de patrimonio

    ambiental, a la tierra, el suelo y el sub suelo; al aire y al agua. Es como si las empresas transnacionales se quisieran apropiar de nuestro fuego, nuestro aire, nuestra agua y nuestra tierra, es decir de nuestro territorio. La ambicin ya no se centra exclusivamente sobre predios agrcolas o pecuarios. Se concentra en espacios territoriales que ofrezcan posibilidad y oportunidad para la acumulacin regional, estos espacios pueden ser de carcter sub regional, regional o nacional.

    As entonces se han afectado negativamente desde la perspectiva de las comunidades y

    pueblos, las relaciones de ACCESO, USO Y TENENCIA respecto de la tierra, pero tambin de los recursos y del patrimonio ambiental. Estas relaciones se han orientado principalmente a la satisfaccin de intereses particulares, privados y corporativos de grandes empresas. Tambin se han afectado las relaciones de propiedad, mediante el despojo y la violencia. En materia Territorial, el Estado ha tendido a privilegiar a empresarios y empresas transnacionales y nacionales en el control de recursos y personas, convirtiendo la tierra, el territorio, los recursos y bienes comunes contenidos en ellos, en mercancas transables que se pueden exportar y/o consumir en el lugar en el que se encuentran, como el caso del paisaje, los ros, las minas, y el patrimonio ambiental en general. Todo en funcin del mercado internacional y de la acumulacin de riqueza, en detrimento del bienestar de la poblacin y del patrimonio comn, como de los regmenes de uso comn que se tenan establecidos en comunidades rurales respecto de la tierra, las sabanas comunales, los humedales, las cinagas, los caminos, las carreteras, las playas, playones, manglares y otros espacios de uso comn.

    En general, insistimos, se ha producido un proceso de reordenamiento territorial y de

    transformacin institucional al servicio del inters particular. El reordenamiento se materializado a travs de diversas estrategias entre las que se cuentan el despojo y el desplazamiento forzado de poblacin urbana y rural; la cooptacin de lderes y organizaciones; la anulacin de la oposicin social y poltica a grandes proyectos de inversin mediante la provisin de programas asistenciales, ayudas o incluso mediante la intimidacin y la violencia. Tambin a travs de la formulacin de polticas pblicas que cada vez, son construidas con mayor incidencia del sector privado, gracias a que empresarios o altos ejecutivos de empresas transnacionales son elegidos gobernantes o miembros del gobierno nacional en cargos importantes de formulacin de poltica, para luego de cumplir su misin, volver al sector privado. Esto ha sucedido recientemente en los ministerios de comercio exterior, de medio ambiente, vivienda y desarrollo, comunicaciones y minas y energa. Otra estrategia ha sido la de aprovechar o generar conflictos entre comunidades indgenas, campesinas y afrocolombianas, pero tambin entre pobladores urbanos, gracias a entrega de subsidios, medidas de reparacin, e incluso, a la aplicacin mal sana de medidas y normas constitucionales que en principio fueron creadas para favorecer la convivencia multicultural de la poblacin.

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    En general, esto ha derivado en la construccin de una serie de problemas que se expresan en diversos mbitos de la vida cotidiana. En materia de produccin, vista est en un sentido amplio, se ha propiciado un modelo de acumulacin monoplica de los recursos y la riqueza, agenciado por empresas nacionales y extranjeras; se ha promovido la alta especializacin econmica en el uso del suelo, bajo un rgimen extractivista y de produccin de materias primas para el mercado internacional, regido adems por la especulacin financiera y el inters particular y la extranjerizacin de la propiedad rural y urbana. Para ello, el trabajo se ha informalizado o ha cobrado otras formas, reproducidas bajo una mentalidad empresarial en la que la familia, es una fami empresa, o en la que las cadenas y alianzas productivas subordinan al pequeo y mediano productor a la gran multinacional. Todo esto enfrentado con una concepcin popular, en la que la produccin debera ser colectiva y comn, en la que los recursos y bienes se asignen segn la capacidad y el trabajo de cada quien, o segn criterios de solidaridad y equidad, derivando esto en oportunidades para toda la sociedad y no solo para un sector de clase.

    En materia de la naturaleza, la tendencia es la de convertir en mercanca todo el patrimonio

    ambiental, para ser incorporado en circuitos de produccin consumo, regulados por empresas y empresarios extranjeros. En la costa Caribe, por ejemplo, tanto el agua como la prestacin del servicio estn en manos de la llamada empresa Triple A, afectando no solo la prestacin del servicio, sino tambin las tarifas, las cuales tienden a incrementarse sin que exista correspondencia con la calidad y la frecuencia de prestacin del servicio, ni mucho menos con el acceso. En contraposicin, la naturaleza para los pobladores urbanos y rurales, la naturaleza es vida, es madre y difcilmente se mercantiliza. Tambin es de uso comn. Es para ser protegida y no explotada.

    En materia de poder, entendido este como una relacin social de dominacin y control, se

    est privilegiando en esta sociedad el inters particular y la estructuracin de instituciones pblicas a la imagen y semejanza de la empresa privada, tendiendo a que las polticas sean pblicas en la forma, ms no en el contenido. Se ha jerarquizado la toma de decisiones a travs de la planeacin del desarrollo, en la que toman parte especialistas, doctos en temas, los cuales excluyen a los pobladores, calificndolos como ignorantes. Todo esto se complementa con acciones de violencia y control poblacional que impiden la participacin colectiva en la definicin de un rumbo comn y colectivo. Esto en oposicin a apuestas populares que buscan horizontalizar las relaciones sociales o incluso, regular el poder, a favor de lo comn y del inters general, del bienestar de la poblacin. Otras apuestas se orientan a abolir cualquier expresin y forma de dominacin social y de gnero, incluyendo aqu el patriarcado.

    Desde la perspectiva cultural, se busca la homogenizacin de lo diverso a travs del consumo y

    del mercado, en una poltica de integracin cultural construida a imagen y semejanza de las sociedades llamadas del primer mundo. Este proceso involucra estrategias para la generacin de dependencia, la transformacin de patrones de consumo y de hbitos alimentarios por ejemplo, pero tambin la dependencia y el control del sistema alimentario, de los recursos y de las instituciones pblicas y de cooperacin al desarrollo. Podemos pensar social y culturalmente que a travs de la cooperacin estamos construyendo una sociedad alternativa, pero en la prctica, podemos estar siendo integrados al sistema. Por ejemplo, podemos pensar que estamos construyendo seguridad y soberana alimentaria con las huertas, pero en realidad estamos ampliando la dependencia en la medida en que nuestro proveedor de semilla es la Monsanto.

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    Cmo hacemos para no depender? Cmo hacemos para producir nuestra semilla? Cmo hacemos para recuperar la cultura de produccin tradicional? Cmo hacemos para ser soberanos/as? Cmo hacemos para no ser subordinados en lo cultural ni hegemonizados por los pases y los poderes dominantes? Cmo rompemos el patriarcado a partir de nuestras prcticas cotidianas?

    Este proceso, ha derivado entonces en el reordenamiento territorial y en la imposicin de un

    modelo dominante, que explota, subordina y excluye social y espacialmente. Un sistema que altera las relaciones de uso, tenencia, acceso y propiedad a favor del capital y el inters particular, en contra del disfrute colectivo de los bienes y recursos, como de la permanencia y pervivencia de pueblos y comunidades. Un modelo que jerarquiza la toma de decisiones en los centros urbanos y que integra y regula la produccin a partir del monopolio. Un sistema en el que la clase dominante nos presenta la realidad de forma fragmentada, mientras ellos se piensan el pas de forma integral, ordenando el territorio a partir de la idea de ciudades regin, zonas de desarrollo empresarial, reas de desarrollo rural, distritos mineros y en el caso de las ciudades, parques empresariales, zonas francas, zonas de servicios y habitacionales, destruyendo el tejido urbano popular y negando el acceso a ciertos espacios de la ciudad bien porque no se tiene el poder adquisitivo para consumir o porque estn vigilados por seguridad privada. O porque el espacio urbano fue encerrado en conjuntos residenciales privados. Se da espacio a casinos, hoteles, bancos, oficinas, pero no a viviendas dignas, ni mucho menos a educacin de calidad, predominando adems la desconexin de los servicios cuando no se puede pagar. Es como si la ciudad y el campo, parecieran estar negados para sus habitantes.

    A esto se ha enfrentado la poblacin urbana y rural a travs de movilizaciones histricas y de

    procesos de construccin popular y social del territorio; mediante marchas y paros, tomas a entidades pblicas y construccin de mandatos. Recientemente, mediante el impulso de procesos de convergencia social y poltica que desde finales de los aos noventa han originado una capacidad de interpelacin al estado y al sector privado que debe ser fortalecida, pues expresa en esencia un modelo de sociedad diferente. Ahora, se expresa mediante el congreso de los pueblos, la minga social e indgena, los procesos de movilizacin de vctimas y de otros sectores sociales como la marcha patritica y las organizaciones urbano populares. Sin embargo, en estas lgicas muchas identidades se han transformado, en funcin de los programas de asistencia social del Estado. El campesinado por ejemplo, como sujeto histrico de la poblacin rural, paso a ser llamado desplazado, desmovilizado, familia en accin, o recientemente vctima. Algo similar sucedi con algunos integrantes de los pueblos indgenas y las comunidades negras. Cmo hacemos para reconstruir identidades histricas y buscar elementos en comn en medio de la diversidad, expresando esto en un mandato?

    Mientras ellos se piensan el pas de forma integral y lo planifican, nosotros seguimos pensando

    en la vereda y el municipio. Seguimos viendo la realidad de forma fragmentada. Tenemos el reto en este congreso, de comprender la realidad de manera integral. Qu tiene que ver la tierra, con el agua, con la minera y los recursos energticos? Con la guerra y el conflicto armado, con el saber, la identidad y la cultura? Con las economas propias? Qu tienen que ver todos estos temas con el territorio? Cmo hacemos para gobernarnos y decidir sobre nuestros bienes, recursos y patrimonio ambiental? Cmo controlamos y gobernamos nuestro territorio? De lo contario, podramos percibir que esta realidad no se puede cambiar.

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    Pero no olvidemos, que el territorio es un campo en el que se confrontan fuerzas. Para eso,

    nuestra fuerza popular debe fluir, se debe encontrar en una sola voz, alimentada por diversas notas. Debemos dar vida al sujeto territorial, recordando que nuestra voz fue forjada de la mano con el territorio. Caminando la palabra podremos responder a la pregunta: Nosotros y nosotras, qu sociedad queremos? Cmo la vamos a construir?

    Bienvenidas, bienvenidos a la palabra, bienvenidos/as al Congreso Popular de la Tierra, los

    territorios y la soberana.

    Cambio de uso del suelo, Diversidad social y cultural

    Especializacin

    Destruccin de produccin

    tradicional y de relaciones comunitarias

    Reorganizacin de las

    relaciones de propiedad a travs del DESPOJO

    Creacin de organizaciones

    paralelas y cooptacin de lderes. VIOLENCIA

    Concentracin de propiedadDesplazamiento y expulsin de

    poblacin

    MONOCULTIVO

    Control social, Militarizacin,

    Dominacin

    Cambio en las formas y contenidos del territorio.

    En la cultura

    Reordenamiento TerritorialPlanificacin, Megaproyectos

    LEYES DEL DESPOJO SEGURIDAD/GUERRA ORDENAMIENTO TERRITORIAL (PLANIFICACIN)

    MODELO DE DESARROLO Acumulacin: RN, -Mercado externo

    -Capital financieroRACIONALIDAD Y LGICA.

    -Explotacin econmica y de lose seres humanos.

    QUE ARBOL QUEREMOS CULTIVAR?

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    3 MANDATO DE MANDATOS: LA SOBERANA ES POPULAR, LOS TERRITORIOS SON DE LOS PUEBLOS LA MADRE TIERRA ES DE QUIEN LA CUIDA.

    15.000 delegadas y delegados de las organizaciones campesinas y de trabajadores y

    trabajadoras del campo y las ciudades, de los pueblos indgenas y afrodescendientes, de

    pobladores urbanos, las organizaciones de vctimas de crmenes de Estado y de vctimas del

    desarrollo capitalista, nos hemos reunido en Cali entre el 30 de septiembre y el 4 de octubre de

    2011 en torno de la defensa de la vida y de la Madre Tierra, para ratificar nuestra voluntad de

    trabajo y movilizacin conjunta, y continuar el proceso de legislacin propia sobre el territorio.

    1. Hemos venido a defender la vida y la Madre Tierra. Hemos comprobado que la nica

    opcin de vida no es el consumismo, la adiccin al petrleo, la destruccin de la naturaleza y la

    economa impulsada por la guerra. Los aqu presentes ya venimos construyendo la alternativa:

    territorios gobernados por las comunidades, relaciones sociales y de trabajo equitativas e

    igualitarias, economas sustentables donde impera el uso respetuoso de los bienes de la

    naturaleza, decisin autnoma sobre la produccin de alimentos.

    Lamentamos que el gobierno y algunos medios de comunicacin insistan en sealar que estos

    propsitos, y las movilizaciones que realizamos para concretarlos, sean amenazas terroristas.

    Como ha dicho el editorial de El Tiempo del 3 de octubre, hay un aumento sensible de la

    movilizacin popular; pero se equivoca al ver que tras estas acciones est la presencia insurgente.

    El uso rutinario del sealamiento les impide ver que detrs de la movilizacin social en realidad

    est la respuesta indignada de la gente frente a la destruccin de la naturaleza, la invasin de los

    territorios por las industrias extractivas, el despojo de los bienes naturales, la continuidad de una

    estructura agraria inicua --denunciada estos das en el Informe de PNUD.

    2. Dos tesis hemos confirmado: la profunda inequidad del sistema poltico y socio-econmico

    que rige a Colombia, y la oposicin del bloque poltico en el poder para transformar ese modelo y

    reformarse a s mismo. Por el contrario: el pas sigue secuestrado por las mafias y la parapoltica, y

    las acciones que el gobierno nacional dice realizar para enfrentar estos sectores evidencian que no

    ir a la raz del problema --la persistencia del latifundio armado y la alianza de ste con la

    oligarqua industrial y financiera--, y por el contrario utilizar la justa aspiracin social de combatir

    el paramilitarismo y el despojo de tierras, para ajustar an ms el modelo territorial a los

    requerimientos del capital.

    Esta certeza ratifica lo que venimos diciendo de tiempo atrs. Que no ser en los espacios de

    la institucionalidad donde los sectores populares encontraremos la respuesta a nuestras

    exigencias por los derechos; que nos ha tocado legislar y actuar por nuestra propia cuenta para

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    garantizarlos; que debemos ir ms all de ser oposicin poltica, y construir por nuestro lado y a

    nuestro modo el pas que soamos y queremos. Nuestra intervencin en espacios

    gubernamentales para exigir el cumplimiento de las obligaciones del Estado frente a los derechos

    humanos, solo tiene sentido si al mismo tiempo en las comunidades construimos gobierno propio

    y fortalecemos nuestra capacidad de ordenar la vida y el territorio.

    3. El conjunto de las medidas legislativas y de polticas que los ltimos gobiernos vienen

    impulsando o pretende llevar a cabo la conversin de Colombia en una mina a cielo abierto, la

    imposicin de las llamadas locomotoras del progreso, la entrega del campo a las Zonas de

    Desarrollo Empresarial, la adjudicacin del pas a la industria minero-energtica, el

    estrangulamiento de los ros y las aguas, en suma, volver a Colombia una zona franca de 200

    millones de hectreas, no es otra cosa que la agenda del capital nacional y transnacional, y se

    sintetizan en lo que podemos llamar la privatizacin de los territorios, es decir, quitarle a la

    sociedad y los pueblos el derecho de ordenar y gobernar sus espacios de vida y entregrselos al

    capital privado.

    Cada una de las luchas que nuestros pueblos vienen dando los ltimos meses, son para

    enfrentar este despojo. En Santurbn (Santander) para que las decisiones sobre el agua

    las adopten las comunidades que la beben; en el Quimbo (Huila) e Hidroituango

    (Antioquia) para que la eleccin entre comida para las comunidades o energa para las

    transnacionales sea una decisin de los pobladores y no de las burocracias al servicio del

    capital; en Puerto Gaitn (Meta) para restituir al pas el patrimonio del subsuelo; en La

    Toma (Cauca) para que las comunidades afrodescendientes sigan mandando sobre sus

    fuentes de vida; en La Colosa (Tolima) para seguir siendo los dueos de su agua y de su

    vida; en el norte del Cauca indgena, para que el TLC con los Estados Unidos no despoje a

    los pueblos de su autonoma alimentaria; en Baha Mlaga (Valle), Baha Solano (Choc) y

    Baha Portete para que los puertos no destruyan la base alimentaria de las comunidades;

    en San Andrs para que los raizales no sean desterrados en su propia tierra; en las grandes

    ciudades para que las zonas francas y los puertos secos no sean sitios prohibidos para la

    poblacin; en la Regin del Catatumbo, para impedir que la Madre Tierra sea profanada

    mediante la explotacin del carbn; en el Cesar y la serrana del Perija para que MPX

    empresa de explotacin de gas y petrleo detenga las excavaciones. Cada una de estas

    luchas populares son para impedir la desterritorializacin y el despojo.

    4. Aunque vctimas del desarrollo y del despojo, nuestras comunidades han pasado a ser

    defensoras de la soberana que el Estado -que debera ser su garante- ha abandonado en la feria

    de la confianza inversionista. La reactivacin de las luchas sociales populares en Colombia se

    viene dando justo por el camino de defender la Madre Tierra, los territorios y la soberana

    nacional.

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    Se trata de una dinmica similar en todo el mundo. La captura de los Estados por los intereses

    privados ha despertado una ola de indignacin en Europa, Suramrica y los Estados Unidos contra

    el despojo de la economa y la vida pblica. Todos ellos reclaman, igual que nosotros y nosotras, el

    derecho de dirigir sus vidas, sus economas y sus pases. No dudamos en decir que somos parte de

    sos, los indignados y las indignadas del mundo.

    5. Los pueblos, organizaciones y procesos asistentes hemos adoptado siete mandatos

    temticos, diez macro regionales y un Mandato de Mandatos sobre Tierras, Territorios y

    Soberanas. Se trata de compromisos serios en la construccin del nuevo pas, adquiridos por

    organizaciones y procesos que asumimos la responsabilidad de realizarlos. Entre ellos

    consideramos de vital importancia los siguientes:

    Consolidar la unidad del movimiento y las organizaciones populares para cuidar a la

    Madre Tierra, defender los territorios y consolidar la soberana popular. El espritu

    unitario y fraternal que nos ha acompaado en este Congreso, tendr que converger en un

    gran Movimiento Social y Popular por la Tierra, el Territorio y la Soberana. Un primer paso

    es la conformacin de un espacio de coordinacin de los procesos que nos sumamos a

    estos mandatos.

    El segundo mandato general es cuidar la Madre Tierra y reconocerle sus derechos. Quien

    no cuida la Madre Tierra no la merece. Y no la merecen los que destruyen las fuentes de

    agua para explotar oro o petrleo. Este Congreso ha mandatado prohibir la gran minera y

    la explotacin petrolera desaforada. En consecuencia, ha declarado no grata e ilegal la

    presencia en nuestros territorios de la Anglo Gold Ashanti, la BHP Billiton, Xtrata, Pacific

    Rubiales, MPX, Cosigo Resources, Smurfitt Kappa Carton de Colombia, Cemex, Medoro

    Resources, Grey Star (hoy Eco Oro Minerals Corp) y Unin Fenosa, por su participacin

    directa en agresiones a las comunidades y territorios, y su atentado sistemtico a la

    soberana nacional. Les notificamos que acudiendo al derecho ancestral de indgenas y

    afrodescendientes, a los derechos de los pueblos y de la Madre Tierra, al derecho a la vida

    y paz, y a las normas constitucionales y del derecho internacional de los derechos

    humanos, realizaremos las acciones que correspondan para impedir su presencia, para

    que salgan del pas y sean sancionados.

    El tercer mandato es realizar como organizaciones sociales populares-- todas las

    acciones polticas civiles para construir un camino hacia la solucin poltica y negociada

    del conflicto social y armado. La guerra en nuestros territorios altera profundamente la

    armona de las comunidades y de la naturaleza, y no es posible esperar mejoras en los

    derechos humanos si el conflicto contina. El derecho a la paz solo se cumplir si la

    realizamos nosotros y nosotras mismas con la resistencia a la guerra, la exigencia a los

    actores armados para que respeten el derecho humanitario --en especial la oposicin a

    que el cuerpo de las mujeres sea utilizado como botn de guerra--, y las acciones directas

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    de desmilitarizacin de nuestros territorios. El pueblo colombiano y todas sus expresiones

    sociales adoptaremos una agenda de dilogos nacional y regionales en el Congreso

    Nacional de Paz que tendr lugar el prximo ao, al cual nos convocamos.

    El cuarto mandato general es profundizar la liberacin de la Madre Tierra y la realizacin

    participativa de la reforma agraria. No permitiremos que en el lugar de los grandes

    latifundios del narcotrfico y el paramilitarismo, que deben ser desmantelados, se instale

    el gran latifundio de los conglomerados agroindustriales. Por el contrario, esas tierras

    robadas en cientos de aos a indgenas, campesinos y afrodescendientes-- deben

    restituirse a nuestras comunidades. Ocuparemos pacficamente lo que por historia y por

    derecho nos pertenece; y all donde se puedan presentar diferencias sobre los derechos

    territoriales de cada pueblo o sector, acudiremos a los principios de la unidad y el respeto

    intertnico para resolverlas.

    El quinto mandato general es constituir a las organizaciones sociales y comunidades

    como protectoras del agua. Desde el ejercicio del gobierno propio y autoridad,

    abordaremos el manejo, gestin y proteccin de las fuentes de agua, confrontando su

    privatizacin y degradacin producto de la expansin de la frontera agropecuaria y

    minero-energtica y el desarrollo de megaproyectos que amenazan su disponibilidad.

    El sexto mandato general es construir una economa propia y articulada de los pueblos,

    no supeditada al mercado global, que garantice la soberana y autonoma alimentarias y

    los saberes asociados a las semillas, las plantas y los alimentos. Vamos a fortalecer las

    prcticas de produccin, transformacin, intercambio y consumo culturalmente

    apropiadas, socialmente justas y en armona con la vida; no utilizaremos ni permitiremos

    agro txicos y transgnicos; impediremos la presencia de los agrocombustibles,

    plantaciones forestales y otros monocultivos que amenazan nuestra soberana territorial y

    alimentaria.

    El sptimo mandato es realizar un ordenamiento social del territorio urbano.

    Proponiendo suelo y agua como bienes vitales, pblicos y comunes. Reconociendo la

    diversidad y las diferencias de los pobladores que habitan las ciudades de Colombia.

    Legalizacin de territorios urbanos y no reubicacin forzada.

    El octavo mandato general es emprender todas las acciones necesarias hasta que los

    responsables intelectuales y materiales del exterminio contra nuestros pueblos sean

    juzgados. Recogemos las semillas de vida, memoria, verdad, justicia y reparacin,

    sembradas por las luchadoras y luchadores populares en la defensa de la vida y de la

    Madre Tierra, y vctimas de este conflicto.

    El Noveno Mandato es consolidar espacios para que los nios y nias de nuestros

    territorios deliberen y decidan. El futuro del territorio est en peligro si no despertamos

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    nuestros corazones y conciencias para que sus aportes sean tenidos en cuenta.

    Obedeciendo su palabra mayor, generaremos siempre los espacios donde los nios y nias

    de nuestros pueblos puedan pensar, construir y defender el pas de sus sueos.

    stos son los mandatos de los pueblos y las organizaciones populares. Los cumpliremos. Nos

    movilizaremos en calles y campos para hacerlos realidad. Llamamos a todos y todas a

    comprometerse con ellos, a la intelectualidad a sumarse a esta construccin de pas, a los partidos

    polticos populares a acatarlos.

    Cansados de obedecer. Cansados de ser consultados mientras otros deciden. Queremos

    gobernar. Vamos a gobernar en nuestros territorios!

    Cali, 3 de octubre de 2011.

    La Madre Tierra es de quien la cuida, los territorios son de los pueblos, la soberana es popular.

    Porque esta tierra es nuestra, el territorio lo construimos los pueblos!.

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    4 TRABAJO POR EJES

    4.1 EJE1: Tierras (Uso, Acceso y propiedad), redistribucin, resistencia, recuperacin, retorno, reubicacin.

    4.1.1 Polticas estatales sobre tierras, territorios y desarrollo rural

    A comienzos de la dcada de 1990 en algunos medios acadmicos se propuso la nocin de

    nueva ruralidad, como concepto paraguas para una agenda de investigacin sobre las relaciones entre los procesos globales y los procesos territoriales1. En el marco de este enfoque se pretende explicar que lo rural va ms all de lo agrario tradicional, contemplando variadas y complejas realidades sociales, territoriales, econmicas y culturales interdependientes. En el contexto de la globalizacin capitalista este debate sobre la nueva ruralidad, termin instrumentalizndose como soporte terico- conceptual a la intensificacin del dominio del capital sobre el agro en el marco de un proceso capitalista crecientemente globalizado2. Se incorporaron nuevas mercancas al proceso de acumulacin de capital, tales como la biodiversidad, el turismo, los servicios ambientales y la generacin energtica, los cuales articulados con la minera a gran escala, permitiran a los gobiernos y empresas diversificar los procesos econmicos para satisfacer la demanda del mercado internacional, fortalecindose un proceso de transicin en las polticas del desarrollo, que conducira a complementar y superar la produccin agrcola con la economa de servicios, agroindustria, la industria (principalmente extractiva) y la especulacin financiera, como bases del crecimiento econmico y la acumulacin privada de capital.

    Ese proceso conlleva implcita una mayor concentracin de la tierra, la consolidacin de un

    nuevo latifundismo en el medio rural relacionado con el capital financiero y agroindustrial, la mayor concentracin del capital en los diversos sectores que integran los sistemas agroalimentarios de los pases latinoamericanos, la provisin de nuevos insumos y tecnologa agropecuaria, la transnacionalizacin de partes importantes del sistema agroindustrial al que se asocia al medio rural3. Esta nueva ruralidad tambin conlleva una creciente descampesinizacin y cambios profundos en el uso del suelo; as, han cambiado las prioridades en materia agropecuaria: la tierra, vista tradicionalmente como un recurso que deba ser utilizado para la produccin de alimentos bsicos, se destina cada vez ms a la produccin agropecuaria exportable4 y al desarrollo de actividades que permitan resolver la crisis energtica mundial; a la gran minera y al turismo, promovindose desde los Estados y las empresas privadas nacionales y extranjeras, la incorporacin de grandes porciones de espacio regional a los procesos de acumulacin de riqueza y explotacin.

    En este marco de subordinacin del mundo rural al capitalismo mundial, la poltica agraria y de

    desarrollo rural del gobierno Colombiano se orienta a: Asegurar la reconversin econmica del uso del suelo,

    1 Prez Edelmira y Llambi Luis. Nuevas Ruralidades y Viejos Campesinismos

    2 Teubal Miguel. Globalizacin y nueva ruralidad en Amrica Latina 3 Idem 4 Idem

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    Profundizar el acaparamiento, despojo y extranjerizacin de la propiedad de la tierra y Consolidar un ordenamiento del territorio funcional a la acumulacin capitalista5. Para tales efectos, el gobierno consigui la aprobacin en el Congreso de la Repblica de la ley

    1450 del PND, que tiene en las locomotoras agropecuaria y minera dos de las frmulas para el crecimiento y el desarrollo econmico, conjugando una tragedia histrica de explotacin de materias primas con la industrializacin a gran escala de procesos extractivos, la articulacin al capital financiero legal e ilegal, as como a circuitos de mercado trasnacional. De forma simultnea, el gobierno promovi y logro la aprobacin de la Ley Orgnica de Ordenamiento Territorial, como instrumento para controlar social, econmica y polticamente los territorios al privilegiar la integracin funcional local y regional de municipios y departamentos, para la constitucin de zonas especiales de inversin econmica, imponiendo la figura del convenio plan, lo cual contribuir a subordinar la inversin pblica a proyectos de gran envergadura definidos por el gobierno nacional. Igualmente est preparando una reforma sustancial al Cdigo Minero que conlleva una ofensiva contra la pequea y mediana minera, las comunidades rurales y la naturaleza. Esta reforma intenta superar las limitaciones impuestas por la Corte Constitucional6. Como parte del paquete legislativo gubernamental se est preparando, igualmente, la ley general agraria y de desarrollo rural que en lo sustancial no se diferencia del enfoque de desarrollo rural presente en el derogado Estatuto de Desarrollo Rural del gobierno anterior.7

    As mismo, el ejecutivo present al Congreso de la Repblica un proyecto de ley sobre

    formalizacin de la propiedad (rural y urbana) para dinamizar el mercado de tierras y legalizar el despojo; incluy en la ley de vctimas el captulo de restitucin de tierras despojadas sin garantas de sostenibilidad, seguridad, retorno, restitucin, ni goce efectivo, lo que contribuir al creciente acaparamiento de tierras y la reconversin del uso del suelo, al verse obligadas las vctimas que sean restituidas a vender sus derechos de propiedad, ante la imposibilidad de ponerlas a producir,

    5 El desarrollo de la forma capitalista de produccin ha seccionado el nervio vital de la pequea explotacin en la agricultura; la pequea explotacin agrcola decae y marcha irremisiblemente hacia la ruina. Engels. Federico. El problema campesino en Francia y Alemania. 6 Sentencia C-366/11 Resuelve: Primero.- Declarar INEXEQUIBLE la Ley 1382 de 2010, por la cual se modifica la Ley 685 de 2001 Cdigo de Minas. Segundo.- Diferir los efectos de la inexequibilidad declarada por el trmino de dos (2) aos, de conformidad con lo expuesto en la parte motiva de esta sentencia. 7Debe llamar la atencin que los gobiernos endurecen las polticas luego de declaratorias de inexequibilidad, lo que implica disear estrategias integrales de confrontacin de las polticas estatales.

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    excepto si se articulan de forma subordinada al modelo econmico hegemnico de la regin o pasan a ser jornaleros. A pesar de que esta ley, y otras, sern formalmente consultadas previamente con comunidades afrocolombianas y pueblos indgenas, su enfoque de desarrollo no variar en lo sustancial.

    Toda esta poltica hace parte de la fase de aseguramiento y consolidacin territorial,

    complementada con procesos sistemticos de desplazamiento forzado, despojo, violencia, terror y desterritorializacin de pueblos y comunidades, intensificada desde el gobierno de lvaro Uribe Vlez y continuada por el actual. Uno de sus propsitos es adecuar el agro a los patrones de divisin internacional del trabajo y la superacin de las crisis recurrentes del sistema capitalista, reprimarizando las economas de Amrica Latina, para generar nuevas fuentes de inversin y acumulacin.

    La tierra, y sus riquezas de suelo y subsuelo, a nivel mundial, son prioridad de inversin para el

    capital trasnacional industrial y financiero. Se constituyen en alternativas de riqueza y especulacin para sortear la crisis hipotecaria y financiera en EEUU y el paulatino derrumbe de la zona Euro, que han frenado el ritmo de crecimiento de la tasa de ganancia. La tierra es objeto de especulacin financiera en las bolsas, al venderse a futuro, yacimientos de oro sin explotar, cultivos sin cosechar, pozos petroleros y yacimientos mineros sin explotar, reservas de agua sin consumir, provocando entre otras cosas, aumento en los precios de los alimentos a nivel mundial, pero tambin del petrleo y de los combustibles. En el caso del oro, la inflacin generada conducir a otra crisis similar o peor con las consabidas consecuencias nocivas para los pueblos del mundo.

    El proyecto de ley general agraria y de desarrollo rural presentado por el gobierno, plantea

    abordar la ruralidad desde un enfoque integral del territorio, a partir del cual, el uso adecuado del suelo deber garantizar la productividad y la competitividad. En otras palabras, el control del territorio para producir y satisfacer principalmente las demandas del mercado internacional en condiciones de competitividad, asegurando una alta tasa de ganancia (productividad), marginando y, en consecuencia, quebrando la economa campesina y otras formas productivas propias de las comunidades y pueblos, que durante dcadas, han garantizado la soberana y solvencia alimentaria en el pas, as como el abastecimiento de mercados locales y regionales.

    En concordancia con este enfoque en el documento titulado Bases del Plan de Desarrollo

    2010-1014: Prosperidad para todos 8 se define como una de las estrategias, exportar nuevos productos y concretar nuevos acuerdos comerciales, segn las oportunidades del mercado (demanda capitalista de materias primas) y el desarrollo de sectores de talla mundial en materia de agro combustibles, minera, hidrocarburos, energas alternativas, agua, biodiversidad, cultura y turismo. En otras palabras, profundizar la apertura (sin mayores restricciones sociales, ambientales, laborales) al capital internacional, iniciada en los aos 90.

    En el Plan se plantea que el presupuesto destinado a la locomotora agropecuaria y desarrollo

    rural ser de $11.702.486 millones comparado con $96.625.212 para desarrollo minero y la expansin energtica; $33.701.343 para infraestructura y transporte y $92.152.274 para vivienda y ciudades amables. La financiacin provendr en un 40% del sector central y el 60% del sector

    8 El documento es parte integrante de la Ley 1450 junio 2011 que aprob el PND

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    privado, mientras que para Defensa y Seguridad Ciudadana el 100%, de un total de $59.500.505 ser aportado por el gobierno central. Tomando en cuenta la procedencia oficial del presupuesto para defensa, este resulta ser 13 veces ms que el de la locomotora agropecuaria. Bajo el enfoque agro empresarial de la locomotora agropecuaria, es obvio deducir que se priorizar presupuestalmente la inversin en infraestructura e incentivos para los agro negocios y sus empresarios. Equivale a decir que en esa locomotora no viajarn la economa campesina, ni la produccin de alimentos, tampoco los pueblos indgenas ni las comunidades negras, a menos que trabajen o se alen subordinadamente con las multinacionales.

    El elemento central de diagnstico del PND sobre el sector agrario es la existencia de baja

    competitividad y productividad atribuibles, falsamente, a la baja rentabilidad de la economa campesina. Para superar tal situacin, el gobierno decide que hay que entregar la tierra al capital financiero y agroindustrial para que la competitividad sea el elemento central del modelo de crecimiento y desarrollo del sector a partir de mejorar la productividad agrcola, bajo un modelo de empresarizacin del campo. La concentracin de la propiedad de la tierra a travs de fraudulentas compras masivas y la reconversin del uso del suelo para proyectos madereros, ganaderos y de palma aceitera en Montes de Mara, son testimonios irrefutables de esta poltica agraria en el pas. Qu decir de la nueva frontera del desarrollo agroindustrial y pecuario: la altillanura?

    El artculo 60 de la ley 1450 del PND modifica la Ley 160 de 1994, adicionndole el artculo 72

    A9 que allana el camino para eliminar las Unidades Agrcolas Familiares (UAF) que, segn el Ministro Juan Camilo Restrepo, constituyen una traba burocrtica para el desarrollo de proyectos agro empresariales. En la prctica se crean las Unidades Agrcolas Empresariales para impulsar las Zonas de Desarrollo Empresarial, para lo cual se promovern conglomerados productivos que integren vertical y horizontalmente la produccin, transformacin y comercializacin, e involucrar a pequeos productores y productoras en esquemas asociativos: procesos de empresarizacin y articulacin con empresarios privados. Esquemas asociativos absolutamente asimtricos que transformarn el campesinado en proletariado agrcola bajo el eufemismo de empresarios o marginndolos territorialmente en zonas de reserva funcionales al proceso de modernizacin agroindustrial.

    Para apuntalar lo anterior el artculo 61 tambin modificatorio de la ley 160/94, mediante la

    adicin del artculo 72B, crea la Comisin de Proyectos Especiales de Desarrollo Agropecuario y Forestal cuya misin ser bendecir legalmente la consolidacin de propiedades que excedan 10 UAF para proyectos especiales agropecuarios y forestales, dando preferencia a los casos en los cuales se aportan predios y a aquellos en los cuales se configuran alianzas o asociaciones entre pequeos, medianos y/o grandes productores. El artculo 62 igualmente modificatorio de la ley 160 establece que las sociedades de cualquier ndole que sean reconocidas por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural como empresas especializadas del sector agropecuario y forestal, podrn solicitar autorizacin para el uso y aprovechamiento de terrenos baldos en las Zonas de Desarrollo Empresarial.

    9 Artculo 72 A: Proyectos Especiales Agropecuarios o Forestales. A solicitud del interesado se podrn autorizar actos o contratos en virtud de los cuales una persona natural o jurdi