MAG+S deja huella · —Y vosotros, ¿quién decís que soy? mar parte de algo que merece la pena,...

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Señor, ayúdame a amar y servir siempre, cada día, en cada momento. Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Felipe, preguntó a los discípulos: —¿Quién dice la gente que es este Hombre? Ellos contestaron: —Unos que Juan el Bausta; otros que Elías; otros que Jeremías o algún otro profeta. Él les dijo: —Y vosotros, ¿quién decís que soy? Simón Pedro respondió: —Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le dijo: —¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo ha revelado nadie de carne y san- gre, sino mi Padre del cielo! Pues yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta Piedra cons- truiré mi Iglesia, y el imperio de la muerte no la vencerá. A te daré las llaves del reino de Dios: lo que ates en la erra quedará atado en el cielo; lo que desates en la erra quedará desatado en el cielo. Entonces les ordenó que no dijeran a nadie que él era el Mesías. A parr de entonces Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén, padecer mucho a causa de los senadores, sumos sacerdotes y letrados, sufrir la muerte y al tercer día resucitar. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: —¡Dios te libre, Señor! No te sucederá tal cosa. Él se volvió y dijo a Pedro: —¡Aléjate, Satanás! Quieres hacerme caer. Piensas como los hombres, no como Dios. Entonces Jesús dijo a los discípulos: —Quien quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Quien se empeñe en salvar su vida la perderá; pero quien pierda la vida por mí la conservará. ¿Qué le aprovecha al hombre ganar todo el mundo a costa de su vida?, ¿qué precio pagará por su vida? El Hijo del Hombre ha de venir con la gloria de su Padre y acompa- ñado de sus ángeles. Entonces pagará a cada uno según su conducta. Os lo aseguro: hay algunos de los que están aquí que no morirán antes de ver al Hijo del Hombre venir como rey. (Mt 16,13-28) a) Los que reconocen a Jesús como Mesías son los discípulos, sus amigos. Ellos eran personas muy normales. No eran los más listos (en el Evangelio nos los presentan muchas veces como algo torpes), ni los más poderosos (eran pescadores) . Ahora jate en . ¿Eres tú también del grupo de los que han tenido la suerte de reconocer a Jesús?, ¿dónde lo has reconocido?, ¿cuál ha sido su Palabra para ?. b) En el relato es Pedro el que reconoce a Jesús. Es muy capaz de ver el lado "glorioso" de seguirle: sensación de alegría, paz, ánimo, fortaleza, ilusión al for- mar parte de algo que merece la pena, etc. No obstante, la actud de Pedro cam- bia cuando Jesús comenta que tendrá que padecer mucho si quiere vivir hasta las úlmas consecuencias construyendo el Reino de Dios. Entonces Pedro no recono- ce a Jesús, lo rechaza en lo que le cuesta, en lo que supone entrega y esfuerzo. ¿Te pasa a , también?, ¿cuando las cosas se ponen complicadas, diciles, com- promeendo demasiado, haces como si Jesús no fuese congo?, ¿Te descubres siguiendo a Jesús solamente cuando las cosas van bien, es agradable o te encuentras a gusto?, ¿te cuesta acogerlo cuando hay que darse, a veces en medio de la incomprensión, cuando no hay aplausos?. c) La clave para entender la propuesta de Jesús está en estas palabras: "quien quiera conservar la vida la perderá pero el que la pierda por mí la salvará". ¿Qué crees que quiere decir esto?, ¿En qué momentos "perdemos" la vida por Cristo?, ¿has experimentado alguna vez que merece la pena perder”, entregar la vida, el empo para que otros tengan vida?, ¿Tiene esto algo que ver con re- nunciar al propio placer, con renunciar a estar cómodos e, incluso, con re- nunciar a senrse bien para poder darse a los demás? MAG+S deja huella...

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Señor, ayúdame a amar y servir siempre,

cada día, en cada momento.

Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Felipe, preguntó a los discípulos:

—¿Quién dice la gente que es este Hombre?

Ellos contestaron:

—Unos que Juan el Bautista; otros que Elías; otros que Jeremías o algún otro profeta.

Él les dijo:

—Y vosotros, ¿quién decís que soy?

Simón Pedro respondió:

—Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le dijo:

—¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo ha revelado nadie de carne y san-

gre, sino mi Padre del cielo! Pues yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta Piedra cons-

truiré mi Iglesia, y el imperio de la muerte no la vencerá. A ti te daré las llaves del reino

de Dios: lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo; lo que desates en la tierra

quedará desatado en el cielo.

Entonces les ordenó que no dijeran a nadie que él era el Mesías.

A partir de entonces Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén,

padecer mucho a causa de los senadores, sumos sacerdotes y letrados, sufrir la muerte

y al tercer día resucitar.

Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:

—¡Dios te libre, Señor! No te sucederá tal cosa.

Él se volvió y dijo a Pedro:

—¡Aléjate, Satanás! Quieres hacerme caer. Piensas como los hombres, no como Dios.

Entonces Jesús dijo a los discípulos:

—Quien quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Quien

se empeñe en salvar su vida la perderá; pero quien pierda la vida por mí la conservará.

¿Qué le aprovecha al hombre ganar todo el mundo a costa de su vida?, ¿qué precio

pagará por su vida? El Hijo del Hombre ha de venir con la gloria de su Padre y acompa-

ñado de sus ángeles. Entonces pagará a cada uno según su conducta. Os lo aseguro:

hay algunos de los que están aquí que no morirán antes de ver al Hijo del Hombre venir

como rey. (Mt 16,13-28)

a) Los que reconocen a Jesús como Mesías son los discípulos,

sus amigos. Ellos eran personas muy normales. No eran los

más listos (en el Evangelio nos los presentan muchas veces

como algo torpes), ni los más poderosos (eran pescadores) .

Ahora fíjate en ti.

¿Eres tú también del grupo de los que han tenido la suerte

de reconocer a Jesús?, ¿dónde lo has reconocido?,

¿cuál ha sido su Palabra para ti?.

b) En el relato es Pedro el que reconoce a Jesús. Es muy capaz de ver el lado

"glorioso" de seguirle: sensación de alegría, paz, ánimo, fortaleza, ilusión al for-

mar parte de algo que merece la pena, etc. No obstante, la actitud de Pedro cam-

bia cuando Jesús comenta que tendrá que padecer mucho si quiere vivir hasta las

últimas consecuencias construyendo el Reino de Dios. Entonces Pedro no recono-

ce a Jesús, lo rechaza en lo que le cuesta, en lo que supone entrega y esfuerzo.

¿Te pasa a ti, también?, ¿cuando las cosas se ponen complicadas, difíciles, com-

prometiendo demasiado, haces como si Jesús no fuese contigo?, ¿Te

descubres siguiendo a Jesús solamente cuando las cosas van bien, es

agradable o te encuentras a gusto?, ¿te cuesta acogerlo cuando hay que darse,

a veces en medio de la incomprensión, cuando no hay aplausos?.

c) La clave para entender la propuesta de Jesús está en estas palabras: "quien

quiera conservar la vida la perderá pero el que la pierda por mí la salvará".

¿Qué crees que quiere decir esto?, ¿En qué momentos "perdemos" la vida por

Cristo?, ¿has experimentado alguna vez que merece la pena “perder”, entregar

la vida, el tiempo para que otros tengan vida?, ¿Tiene esto algo que ver con re-

nunciar al propio placer, con renunciar a estar cómodos e, incluso, con re-

nunciar a sentirse bien para poder darse a los demás?

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Ya está. Ya hemos vuelto de las vacaciones, parece que todo está empezando a volver a la normalidad y, co-

mo no, también toca la vuelta al estudio y al trabajo.

Parece que lo vivido en el verano queda lejos, como un resonar de palabras, caras, risas, descubrimientos,

sentimientos. Empieza el curso y parece que queda como un recuerdo las personas que has conocido, lugares

donde has estado, situaciones que has vivido, la experiencia MAG+S donde estuviste...

Es extraño ¿no?

¡Cuidado!. Que las prisas, las distracciones, los agobios pueden hacer que cambies rápidamente el “registro”

y suene falso lo vivido, como tatuarse con una calcomanía "en todo amar y servir" en el corazón solamente

unos días de verano para dejarlo borrar cuando vuelven las preocupaciones del curso.

Quizá es un buen momento para detenerse y pensar en qué queda todo lo vivido. Tu historia continúa es-

cribiéndose en conexión con lo vivido, no cortes brutalmente con lo que te ha dado vida, no es sólo para el

verano. Ahora en tu realidad concreta también puedes encontrar hueco y espacios para seguir creciendo en

profundidad y servicio.

¿Qué sentiste en la experiencia MAG+S

donde estuviste?

¿Sientes que h

Pues eso no cambia. Sigue siendo verdadero y auténtico, dar la vida por los demás vale la pena.

Busca un grupo de jóvenes, una comunidad de fe, parroquia, Centro ( si es que no lo tienes) .

Pregunta en MAG+S quizás haya alguno cerca de ti al que te puedas unir.

Esta es la actitud MAG+S: jóvenes dispuestos a cambiar el mundo desde lo más pequeño, compartiendo y

cuidando su fe, acogiendo y sirviendo, regalando vida y alegría…

Tienes una misión, una tarea para la que estás capacitado/a, que dará vida a otros y que te hará feliz a ti

d) Jesús nos lanza una invitación, una propuesta: “quien quiera

seguirme”… ¿quieres seguir a ese Jesús con el que te has encontra-

do este verano y vas descubriendo?. Hacer de los sueños, de los

descubrimientos una historia real pasa por incorporarlo en mi vida

cotidiana. Hacer vida las experiencias MAG+S pasa por llevar lo

aprendido a tus decisiones y gestos concretos.

¿Qué has descubierto en el tiempo de experiencia MAG+S?¿A qué

te invita durante el curso?¿qué no quieres olvidar de lo vivido?

¿Qué es para ti seguirá Jesús hoy?

Para Pensar:

Mi equipaje será ligero, para poder avanzar rápido. Tendré que dejar tras de mí la carga inútil: las dudas que paralizan y no me dejan moverme. Los temores que me impiden saltar al vacío contigo. Las cosas que me encadenan y me aseguran. Tendré que dejar tras de mí el espejo de mí mismo, el 'yo' como únicas gafas, mi palabra ruidosa. Y llevaré todo aquello que no pesa: Muchos nombres con su historia, mil rostros en el recuerdo, la vida en el horizonte, proyectos para el camino. Valor si tú me lo das, amor que cura y no exige. Tú como guía y maestro, y una oración que te haga presente: «A ti, Señor, levanto mi alma, en ti confío, no me dejes. Enséñame tu camino, Mira mi esfuerzo. Perdona mis faltas. Ilumina mi vida, porque espero en ti».

¿Tendría algún sentido que pasemos de página y lo que has vivido en tu experiencia MAG+S

quede solamente en un "rollito de verano", más fotos para colgar, historias que contar?

¿De qué sirve ayudar, rezar, servir, trabajar, vivir “despiertos” si es sólo unos días al año?

¿Qué sentiste en la experiencia MAG+S donde estuviste?

¿Sientes que había algo de verdad, de auténtico en ello?.

¿Te has planteado cómo lo vas a vivir ahora? .

¿Te ayudó compartir con otros lo que ibas viviendo?.

¿Te ayudó servir a los demás: cuidar, acompañar, ayudar?¿Por qué no

continuar amando y sirviendo echando una mano en tu entorno más cercano

o en algún voluntariado?.