Magazín Nuestramérica No.7

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Magazín de la Fundación La gRan Colombia Para La Integración de los Pueblos

Transcript of Magazín Nuestramérica No.7

  • 1FUNDACIN PARA EL INTERCAMBIO CULTURAL Y LA INTEGRACIN DE LOS PUEBLOS DE NUESTRA AMRICA

    Cuando veas a un gigante, examina antes la posicin del sol, no vaya a ser la sombra de un enano

    Novalis

    No nos cansaremos de insistir desde esta modesta trinchera informativa y de anlisis que es el Magazn Pginas de Nuestramrica, y con la razn que nos asiste ante el silencio cmplice de la prensa; que sobre el continente americano se adelanta con una silenciosa vertiginosidad una avanzada de los Estados Unidos en su proyecto de militarizacin del continente, con el propsito de controlar los recursos naturales y sobrellevar -a costa de los pueblos- la cada vez ms profunda crisis por la que atraviesa.

    Este avance en el control de los E.U sobre el continente se ha facilitado des-de la manipulada e impasible actitud de la llamada Comunidad Internacional, que definitivamente se grada como simple aderezo del manoseado Derecho Internacional y reduce su rol al de legitimadora de las feroces guerras impe-riales, los golpes de Estado y las tiranas encubiertas llamadas ahora estados fallidos.

    Los enormes recursos de hidrocarburos y acuferos de Centroamrica, las grandes reservas de agua dulce de la Tripe Frontera (Paraguay, Argentina, Brasil) que posee el 70% del agua dulce de la regin, la riqueza gasfera y mineral de Bolivia que cuenta con la mitad de las reservas de litio del mundo, el petrleo venezolano cuyas reservas deberan durar entre 100 y 150 aos bajo condicio-nes de explotacin intensa, las frtiles tierras y las an inconmensurables reser-vas de oro de Colombia cuyos datos las cuantifican entre ms de 30 millones de onzas solo con los descubrimientos de los ltimos meses, la biodiversidad y extensa riqueza mineral de toda la cuenca amaznica objetivo central de las multinacionales farmacuticas; hacen de nuestro continente objeto del apetito y prioridad blica del imperio.

    La historia ensea que las guerras han tenido siempre adherida una raz eco-nmica indudable con el fin de conquistar el derecho internacional al despojo. La excusas para tal objetivo siempre estarn a la orden del da; la invasin y masacre que con la comedia de guerra preventiva cometen los E.U contra Irak en razn al supuesto desarrollo de armas qumicas y biolgicas por el anterior rgimen (comedia que hoy pretende repetirse en el caso de Irn), tiene como resultado hoy, no solo la inexistencia de dichas armas sino el asesinato de ms de un milln de inocentes por las huestes del imperio, el envenenamiento de millones de personas y un futuro de malformaciones genticas en la poblacin por las secuelas del uranio empobrecido y las sustancias qumicas descargadas por los nuevos cruzados, una resistencia popular indoblegable en medio de un pas destruido y el control sobre los principales pozos de petrleo en manos de la British Petroleum, Shell y otras empresas multinacionales.

    Otra simulada justificacin imperial ha sido los derechos humanos y las gue-rras humanitarias como en el caso de la intervencin en Yugoslavia y ahora la invasin a Libia. En los Balcanes el objetivo econmico fue el control sobre las reservas de hierro, plomo, cinc y carbn, y en Libia el resultado es que la OTAN comandada por los E.U. bombardea all diariamente escuelas, iglesias y hospi-tales y hoy se cuentan en miles los muertos civiles por el control del petrleo.

    Versin digital www.wix.com/nuestramrica/magazin-nuestramericaFacebook nuestramericamagazin/

    Correos electrnicos [email protected] / [email protected]: 311 217 6197 / 314 291 7310

    ISSN 2215-7905Bogot - Colombia

    N 7 Abril - Junio de 2011

    Presidente Fundacin la Gran Colombia para la

    Integracin de los PueblosJorge Elicer Meja Romero

    DirectorDarin Giraldo Hernndez

    Consejo de RedaccinYaneth Muoz MoralesUrbano Garca CceresEugenia Castro BuenoRicardo Torres Ortega

    Eunice PradaGloria Hercilia Nio Corredor

    Seccin Galera NuestramricaPatricia Tafur Perdomo

    Colectivo Tierra Firme (Colombia)Tribu Muralista La Mancha (Venezuela)

    Vientos del Sur (Ecuador)

    Diseo y diagramacinMario Alberto vila

    Impresin Imagen Publicidad Alternativa

    [email protected]

    Portada Convalecencia

    Vientos del Sur (Ecuador)

    Colaboraron en este nmeroRen Liero Baqueiro (Mxico)

    Maria Eugenia Zambrano(Colombia)Miguel Augusto Cocompech (Mxico)Hector Rolando Chaparro (Colombia)

    Edgardo Lander (Venezuela)Patricia Tafur Perdomo (Colombia)

    Oscar Huera (Ecuador)Antonio Romero (Ecuador)

    CEAN (Colombia)Ernesto R. Centurin (Paraguay)

    Plinio Bernal (Colombia)Gladys Menda (Chile)

    Jhoana Carolina Snchez (Colombia)ngela Roco Pirabaguen C. (Colombia)

    Corresponsales en Nuestra AmricaOscar Huera ( Ecuador)

    Janette Rodrguez (Venezuela)Nicanor Cifuentes Gil (Venezuela)

    Oscar Sotillo M. (Venezuela)Mariana Hernndez (Mxico)

    Gladys Menda (Chile)Miguel A. Cocompech (Mxico)

    Antonio Romero Zurita (Ecuador)Lilvia Soto (Mxico. Tucson - Arizona)

    Ernesto R. Centurin (Paraguay)

    Las opiniones presentadas en los artculos, son responsabilidad

    exclusiva de sus autores

  • 2Debemos mencionar tambin el pretexto intervencionista de la gue-rra contra el narcotrfico y el terro-rismo y basta ver casos como el de Afganistn que antes de la invasin estadounidense haba reducido la produccin de opio al 0.5%; hoy, es el principal productor en el mundo. En Mxico la ayuda de ms de 1.500 millones de dlares para la po-ltica antidrogas fracas y ha llevado a Mxico a una provocada? crisis desastrosa. En Colombia la guerra contrainsurgente y contra popular se ha presentado como guerra contra las drogas y el terrorismo, miles de millones de dlares invertidos por los Estados Unidos han sido real-mente concebidos y materializados contra el movimiento popular y la insurgencia, la susodicha guerra con-tra las drogas tambin fracas como en todo el planeta, y solo agrav el terrorismo de Estado, la produccin y el consumo de drogas y forj en Colombia un Estado mafioso o narco Estado. Razn tena Ramn Alonso Carrizales ex vicepresidente de Ve-nezuela, cuando declar que la DEA es parte del cartel de la droga y que es algo sabido internacionalmente, resaltando adems, que desde que sali la DEA de Venezuela ha aumen-tado la incautacin de drogas.

    Adems como lo afirma el ex agente federal Michael Ruppert: En el escenario estadounidense, el dinero de la droga provena desde el Cono Sur y se converta en dinero legtimo en Wall Street. En el escenario latino-americano, este mismo dinero, una vez blanqueado, volva a la regin en forma de fondos para el paramilitaris-mo Sin duda un negocio redondo, que se desenvuelve en el contexto de una realidad que nos demuestra que solo la poblacin de los Estados Unidos que equivale al 5% de la po-blacin mundial consume el 60% de la droga que se produce en el pla-neta.

    Los propsitos reales de las in-

    tervenciones militares de los E.U., son adems de propender por di-namizar su decadente economa a partir de la generacin de carreras armamentsticas que impulsen la industria militar; el saqueo de los recursos naturales, la esclavitud, la

    aniquilacin del movimiento social y popular o su neutralizacin desde la pene-tracin ideolgica por medio de dispositivos como algunas ONGs para de esta manera controlar sus alcances polticos, evitando pongan en peligro el sistema y sirvan consciente o inconscientemente como vlvula de escape de los deseos profundos de cambio en los pueblos, que de otra manera detonaran produ-ciendo transformaciones en la naturaleza misma del sistema.

    Es en esa direccin que grandes pasos se estn dando hacia la recoloniza-cin total del continente, hacia la penetracin definitiva y la intervencin ge-neralizada en Nuestramrica, sta avanzada de los Estados Unidos se expresa en la permanencia e instalacin de nuevas bases militares con el objetivo ofi-cial de combatir el mercado de las drogas, la contrainsurgencia, la asistencia a las naciones, el profesionalismo militar, y la implementacin de programas, pero de lo que se trata en realidad es de la apresurada incursin del Ejrcito Sur y de las Fuerzas Navales del Comando Sur de EE.UU en todo el continente: Palmerola y Comayagua en Honduras; la construccin en silencio de una base militar en el estado de Puebla en Mxico que se suma a la militarizacin de la frontera. Bases en Panam, Comalapa en El Salvador; Liberia en Costa Rica, en las Antillas Holandesas, Reina Beatriz en Aruba; Hato en Curazao, estas dos ltimas a escasos kilmetros de Venezuela; bases en Jamaica de donde parten vuelos de espionaje a Colombia y Venezuela, Vieques en Puerto Rico, Hait a travs de la MINUSTAH, Guantnamo en Cuba. En Per las bases de Iquitos, Santa Luca y Nanay. En Colombia entre otras; Tres Esquinas, Larandia, Puerto Leguizam y Leticia, en Paraguay la Base Militar Mariscal Estigarribia y por su puesto la amenazante IV Flota en los ocanos; hacen parte del proceso de militarizacin continuo y acelerado de los Estados Unidos como epicentro de su proyecto Geoestratgico continental y que marcha paralelo a los objetivos econmicos y comerciales.

    De all que hoy tomen vigencia las palabras del Comandante del Comando Sur en su informe del ao 2005; El retiro programado de nuestras Fuerzas en Irak nos permitir conformar un grupo de pases con pequeos ejrcitos pero afines ideo-lgicamente con los Estados Unidos. Tal fin implica la defensa de nuestros intereses estratgicos y comerciales en el Caribe, el Atlntico y el Pacfico hasta el Norte de Chile.

    Es urgente entonces que los pueblos latinoamericanos, verdaderos culti-vadores y legatarios de las riquezas naturales de la Patria Grande y herede-ros de una vitalidad comprobadamente insumisa; continen avanzando en su gesta independentista y se movilicen resueltamente para exigir la expul-sin de las tropas y las bases militares estadounidenses, el retiro inmediato de la MINUSTAH de Hait, denuncien la ilegalidad de la permanencia de ba-ses del imperio en Colombia, demanden el respeto de los derechos huma-nos por parte de los Estados Unidos de acuerdo a las leyes internacionales y avancen en la edificacin de la paz con justicia social para todos los pueblos de Nuestramrica.

    LIBERTAD7500 [email protected]

    [email protected]

    Internacional

    a la criminalizacin del Estado colombiano

    NO

  • 3La Aventura DemocrticaFallida en Mxico y elCrimen organizado

    El 23 de marzo de 1994, es asesinado, Lus Donaldo Colosio Murrieta, can-didato del entonces partido oficialista PRI (Partido Revolucionario Institu-cional). Designado por el todopoderoso Carlos Salinas de Gortari, el presiden-te ms polmico y cuestionado en la historia, el malogrado Colosio pretendi tempranamente sacudirse del anhelo de maximato asumiendo un discurso, una visin de pas y un proyecto que amenazaba con separarse del neoliberalismo en que Salinas dejaba sumido al pas, con un costo poltico, social y econmico que iniciaba su clmax ese mismo 1994 con el estallido de la guerrilla en Chiapas por parte del EZLN (Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional). Colosio _se dice_ habra desairado varias invitaciones por parte de importantes capos del narco-trfico de la poca, actividad ilcita de la cual _tambin se dice_ participaba ni ms ni menos que el mismo hermano del presidente, Ral Salinas de Gortari y el Jefe de la Oficina de la Presidencia (una suerte de vicepresidente de facto) Joseph Marie Crdoba Montoya. Fue entonces cuando la maquinaria PRIista (dictadura oligrquica cuasi perfecta) comenzaba a hacer agua despus de casi 70 aos en el poder en ese entonces, designando como candidato presi-dencial emergente al gris personaje de Ernesto Zedillo Ponce de Len, quin para garantizar la continuidad del proyecto neoliberal en el poder requiri que el opositor partido de derecha PAN (Partido Accin Nacional) se sumara al pro-yecto legitimador de Zedillo; Un poco para darle gobernabilidad al pas y otro poco bajo acuerdos polticos antidemocrticos que en aquellos tiempos como moda sexenal se sola llamar como consertacesiones

    Zedillo asume la presidencia el 1 de diciembre de 1994 y acto seguido, ese mismo mes, se fugan masivamente capitales golondrinos de los que Mxico dependa insanamente; En cuestin de pocos das, la paridad del peso junto al dlar se duplicaba, Mxico se desmoronaba; William Clinton, presidente de los Estados Unidos de Amrica, gestiona ante el capitolio un prstamo urgente a Mxico de $20,000,000.00 de dlares, los cuales fueron cuestionados por muchos congresistas que exigan negociar, ms bien con-

    Por el LicenciadoREN LIERO BAQUEIRO

    Ren Liero Baqueiro. Veracruz, Mxico. Licenciado en Derecho.

    Especialidades en Derecho de Amparo, en la Universidad Pa-

    namericana U.P., en la ciudad de Mxico, D.F. y en Sistemas Jur-dicos Mxico-Norteamericanos,

    en la U.N.A.M en la ciudad de Mxico, D.F. Miembro fundador,

    promotor y primer representante de la Facultad de Derecho, del

    Consejo de Egresados de la Universidad Cristbal Coln, en la ciudad de Veracruz, Miembro

    del Colegio de Abogados de Veracruz, A.C., Catedrtico en

    la Escuela Libre de Derecho de Veracruz.

    Enviado por Mariana Hernndez

    Para el Magazn Pginas de Nuestramrica

    (Veracruz Mxico)

    Mural Revolucin Mexicana

  • 4dicionar, dicho apoyo econmico a Mxico a plegarse aun mas a la agenda poltico-econmica de Washington, incluyendo la llamada clusula demo-crtica.

    Durante el mandato de Zedillo, el combate al narcotrfico se mantena en los niveles acostumbrados hasta que Amado Carrillo Fuentes apodado el seor de los cielos por su dominio en el traslado de drogas hacia los Estados Unidos va area, muere polmicamente como consecuencia de una supuesta intervencin quirrgica esttica para cambiar radicalmente su apariencia; Pero lo que sin duda marc un inusual giro, fue el encarcela-miento de Mario Villanueva Madrid, Gobernador del paradisiaco estado de Quintana Roo por delitos contra la salud en su modalidad de narcotrfico, siendo encarcelado en la prisin de mxima seguridad de Almoloya (hoy La Palma) y exhibido y humillado en televisin nacional como un convicto co-mn y corriente, un narcopoltico cado en desgracia. Zedillo designa como encargado de combatir el narcotrfico al General Gutirrez Rebollo, quin para sorpresa de propios y extraos fue encarcelado por hacer todo lo con-trario a la labor que le fue encomendada, dejando ver con ello la increble infiltracin del narcotrfico en el gobierno y su poder corruptor.

    Con el cambio de siglo, en 2000 por primera vez en la historia, el PRI pierde una eleccin presidencial ante Vicente Fox Quezada, carismtico candidato del PAN que haba realizado un buen desempeo como gobernador del Estado de Guanajuato y encarnaba la esperanza de cambio y el hartazgo de los mexicanos por los sistemticos abusos PRIistas en ms de 70 aos en el poder; Sin embar-go, el PRI perda la presidencia de la repblica pero se mantena como primer fuerza poltica. En concordancia con ello, el PAN tena la Presidencia pero segua siendo, por mucho, la segunda fuerza poltica nacional, lo que a la postre habra de significar un sexenio perdido en dnde la parlisis poltica, legislativa y el ambiente de enfrentamiento y encono seran el sello de ese periodo.

    Desde el punto de vista poltico, los vacos de poder que se generaron con motivo del enfrentamiento partidista a raz de la alternancia en el poder hicieron que como estrategia de repliegue y contencin, fueran llenados por los gobernadores de los estados, particularmente los PRIistas, quienes

    emancipados del otrora omnmo-do poder presidencial del viejo r-gimen, disfrutaban por primera vez de las mieles de gobernar Estados Libres y Soberanos, erigindose como verdaderos seores feu-dales; Mas no solo ellos llenaron los vacos, tambin el crimen or-ganizado se enraiz en el tejido social. Mxico, de ser un pas de paso de la droga en trnsito hacia los estados Unidos se transforma a velocidad alarmante en un pas consumidor, en gran parte debi-do al cierre de fronteras en los estados Unidos con motivo de los atentados sufridos en su territorio en 2001 y de su guerra contra el terrorismo.

    Por otra parte, en el sexenio Foxista, particularmente en 2001 se fuga misteriosamente del penal de mxima seguridad de Puente Grande en el Estado de Jalisco, Joa-qun Guzmn Loera, alias El Chapo Guzmn, ya desde entonces el ms importante narcotraficante, quin se reincorporara de inmediato a su liderazgo delictivo. En ese contexto se realiza la aventura de mandar un selecto grupo de militares perte-necientes a los GAFES (Grupo Aero-mvil de Fuerzas Especiales) a recibir entrenamiento de lite a los Estados Unidos para combatir el narcotrfi-co. A su regreso, son inmediatamen-te corrompidos por parte de Osiel Crdenas Guillen, entonces lder del llamado Cartel del Golfo rival del Chapo Guzmn; As, los exgafes, se transformaban en Los Zetas que a manera de brazo armado trabaja-ban para el Cartel del Golfo (hoy los zetas son un grupo criminal indepen-diente). Creca por todo el territorio

    Vicente Fox estaba rebasado, minimizado y acobardado, sumiendo al pas en la descomposicin social y la impunidad

    Imagen / Internet

  • 5nacional el dominio y disputa de los crteles de la droga, el presidente de la repblica ve acotadas sus faculta-des ante el aplastante crecimiento del poder fctico del crimen orga-nizado y la proteccin institucional pactada con los gobernadores de los estados, alcaldes y de varios funcio-narios de la misma administracin pblica federal, crecan adems las bandas de secuestradores. Vicente Fox estaba rebasado, minimizado y acobardado, sumiendo al pas en la descomposicin social y la impunidad.

    En 2006, con solo el 0.5% de ventaja sobre el izquierdista radi-cal Andrs Manuel Lpez Obrador, Felipe de Jess Caldern Hinojosa gana las elecciones presidenciales generndose un tenso y serio con-flicto postelectoral que amenaza la seguridad nacional, entonces el PRI devuelve el favor histrico al PAN y en una operacin cual de lite militar apenas y le rene el qurum necesario para que ste tome protesta como presidente ante un ambiente legislativo de mximo enfrentamiento y acusado de ser un presidente espurio. Ur-ga implementar acciones para le-gitimar a Caldern y ste empren-de la osada aventura de declarar la guerra al crimen organizado y lanza una agresiva ofensiva militar en Michoacn, su estado natal. Fe-lipe Caldern inmediatamente se ve rebasado por la realidad de una bestial descomposicin social que ni siquiera pudo haber imaginado. En breve, en un controversial acci-dente areo muere estrellado en la zona ms cosmopolita y poblada de la capital del pas su Secretario de Gobernacin, su hombre fuerte y mejor aliado Juan Camilo Mouri-o y Santiago Vasconcelos quin se habra desempaado como zar an-tidrogas. Caldern ampla su cruza-da militar a nivel nacional, misma que se ha prolongado con resulta-dos positivos pero muy limitados a todo el territorio mexicano; logra la captura de importantes capos de la droga, pero se ve solo en su lu-cha, pues no encuentra apoyo en los gobernadores de los estados ni

    el anhelado apoyo por parte de los Estados Unidos y mucho menos al seno del Congreso de la Unin, dominado por legisladores PRIistas.

    Durante el calderonismo el PRI recupera espacios y logra cohesin bajo la meditica figura de Enrique Pea Nieto, gobernador del Estado de Mxi-co, puntero indiscutible en las preferencias electorales de cara al proceso electoral de 2012. Pea Nieto, joven de edad, es el Caballo de Troya de la ms rancia y recalcitrante clase poltica autoritaria del pasado rgimen que amenaza regresar. Mientras, Caldern con o sin razn es cada vez ms cuestionado por parte de una ciudadana que se ve dividida entre quienes desean que saque al ejrcito de las calles y otros que desearan una ms decidida y agresiva intervencin militar; Los crteles hegemnicos de la droga luchan por el dominio del territorio, se sofistican, mutan, infiltran y corrompen todo a su paso y gozan de proteccin institucional; poco ms de 4 aos son lapidariamente insuficientes para que se adviertan los pri-meros logros en una lucha de tal envergadura y compleja etiologa. La po-blacin, empobrecida, traicionada, desilusionada y en general atribulada es completamente aptica e incrdula ante la clase poltica en general. No creen en nada ni en nadie, en vez de explosin social, se percibe implosin social; el individuo se desmorona y junto con l su familia y la sociedad.

    Hoy el futuro de Mxico se antoja incierto y sin soluciones al mediano plazo, la izquierda aunque pretende crear un bloque electoral opositor se encuentra sumida en la divisin; En el PAN no se advierten candidato alguno capaz de superar las preferencias electorales hacia Pea Nieto y ste ltimo pareciera que solo pudiera ser detenido en sus aspiraciones presidenciales, ya sea por la utpica unin de los partidos de izquierda en torno a un mismo candidato, o ms probable an, la traicin por parte de los gobernadores PRIistas hacia el inminente candidato de su partido, por la razn lgica que regresar a fortale-cer el presidencialismo omnmodo del viejo rgimen les implica, de inmediato, perder nuevamente el control poltico, econmico y social efectivo que hoy de-tentan cual seores feudales. Independientemente de ello, la gran amenaza es la infiltracin del narcotrfico en el proceso electoral de 2012, la generacin de compromisos por parte de los candidatos en aras de procurarse su simpata, sus favores y principalmente su financiamiento y, con ello, echar por la borda los avances logrados hasta el momento en un combate que ha trado muchos costos para Mxico, principalmente ms de 30,000 muertes en lo que va de la presente administracin. Las opciones no se vislumbran nada alentadoras. Aca-so el arribo de una dictadura militar? El regreso de una dictadura de partido que gobern ya durante ms de 70 aos y que empobreci sistemticamente a los mexicanos? El arribo de una izquierda populista y clientelar que genere parlisis poltica como en tiempos de Fox? La continuidad del Calderonismo y su enves-tida militar con todos los costos que ello implica? Un pacto o armisticio con el crimen organizado? Una intervencin militar directa por parte de Los Estados Unidos o la O.N.U? La respuesta no es nada sencilla y lo nico seguro es que si existe una solucin, sta ser necesariamente transgeneracional.

    Hoy, la experiencia de la incipiente democracia en Mxico ha resulta-do una pesadilla, una simulacin, todos y cada uno de los partidos polti-cos son dignos representantes de alta traicin a la patria, la clase poltica, cada vez ms voraz y mezquina se encuentra plegada a los intereses parti-culares y de grupo; el transformismo y la prostitucin poltica es cosa co-tidiana y para colmo de males, la poblacin, aptica y hastiada de ellos se ve obligada en gran medida a vender su voto, su conciencia, sus principios y esperanza a cambio de ddivas que en algunos casos representan im-portantes cantidades de dinero. El viejo rgimen, el autoritarismo del PRI sala barato; Ahora, todo acuerdo poltico en todos los niveles de gobier-no, adems de ser un circo, se rige por el principio de Pago por Evento.

  • 6Las PedagogasContemporneasy la concepcin crtica de la educacin

    La llegada del siglo XX trajo con-sigo no solamente las dos con-frontaciones blicas ms grandes de la historia (la primera y segunda guerra mundial) y las muchas otras que a travs del tiempo se han ges-tado y desarrollado entre naciones por el control poltico y econmi-co del mundo. Trajo consigo tam-bin unos importantes avances en cuanto a la ciencia, la tecnolo-ga, la filosofa y por supuesto; la pedagoga enmarcadas desde las perspectivas positivas resultantes de la modernidad que consideraba como su proyecto el logro de una comunidad de individuos libres y racionales, que viviran sobre los escombros de los viejos sistemas que haban gobernado arbitraria-mente a travs la tradicin y la ley divina. El objetivo de la moderni-dad fue convertir al ser humano en un trabajador y ciudadano libre, donde los intereses y necesidades se correspondern perfectamente; es decir, la organizacin racional de la sociedad deba permitir el li-bre desenvolvimiento de todas las necesidades individuales, y lo indi-vidual y lo colectivo deba comple-mentarse o conjugarse totalmente.

    Los profundos cambios produ-cidos en la sociedad contempor-nea han convertido en obsoletas y estriles formas y modelos de escuela que han parecido eficaces a lo largo de siglos. Se desmorona un edificio y no aparecen claras las orientaciones del nuevo que hay que construir. Las escuelas deben procurar la formacin de las nue-vas generaciones para un mundo

    el educador problematizador rehace constantemente, su acto cognoscente, en la cognoscibilidad de los educandos. Estos, en lugar de ser recipientes dciles de depsitos, son ahora investigadores crticos, en dialogo con el educador, investigador crtico, tambin.1

    Seccin Ctedra de Nuestramrica

    MARA EUGENIA ZAMBRANO / Ctedra Nuestramrica

    Villavicencio - Colombia

    1FREIRE, Paulo. La pedagoga del Oprimido. Editorial Amrica Latina. Bogot.

    Imag

    en /

    Inte

    rnet

  • 7en el que el futuro impredecible requiere capacidad de adaptacin, iniciativa, creatividad y tolerancia a la ambigedad y a la incertidumbre.

    La escuela, que durante estos siglos tanto ha contribuido a la ex-tensin del conocimiento, a la su-peracin de la ignorancia y de las supersticiones que esclavizaban al individuo, a la preparacin perso-nal y profesional de los ciudadanos, y a la disminucin de la desigual-dad, ha sido, por otra parte, el fiel reflejo de los valores y contradic-ciones de la cultura moderna y de las huellas de la era premoderna. En ella podemos encontrar la exa-geracin e incluso la caricatura de los rasgos ms caractersticos de la modernidad. No solo abraz la concepcin positivista del conoci-miento cientfico y sus aplicaciones tecnolgicas, sino que present la aventura del conocimiento huma-no despojada de la riqueza de los procesos, ofrecindose como un conjunto abstracto de resultados objetivos y descarnados. En con-secuencia, el currculo escolar do-minante no solo ha ignorado las peculiaridades y diferencias del de-sarrollo individual y cultural, impo-niendo la adquisicin homognea, la mayora de las veces sin sentido, de los contenidos considerados perennes de una cultura, la propia, sino que tambin olvida o despre-cia, por lo general, los procesos, contradicciones y conflictos en la historia del pensar y del hacer, y restringe el objeto de enseanza al conocimiento, desatendiendo as el amplio territorio de las intuicio-nes, emociones, y sensibilidades.

    Propuestas Pedaggicas

    La escuela nueva que tiene sus inicios precisamente junto con la prime-ra guerra mundial se presenta ante el espectro de la educacin como una frmula para salvar la nueva humanidad de las atrocidades de la guerra. Es claramente una propuesta pedaggica en consonancia con los plantea-mientos de la modernidad que personajes como Maria Montessori, John Dewey, Celestn Freinet y otros pedagogos innovadores lanzaron a la arena de la pedagoga para hablar de la importancia de una nueva pedagoga y de una nueva concepcin de la humanidad y tcitamente tambin surgen las nuevas concepciones de maestro y del tipo de relaciones que se da entre los maestros y los estudiantes.

    Ya no estn valido aqu hablar de un docente gur que vaca sus cono-cimientos de manera automtica en mentes vrgenes que memorizan datos y conceptos como maquinas. Si el concepto con respecto a la transmisin de conocimientos se redirecciona hacia el acompaamiento en el descubrimiento activo del mundo, es lgico que el papel del maestro se redirecciona de igual manera, no siendo ms un sujeto vertedor de datos sino ahora un ser cons-ciente de su propia realidad y de la realidad el otro, capaz de comprender y de acompaar los procesos de descubrimiento de los nios y las nias.

    La relacin de maestros y maestras con la poblacin que exista en la escuela tradicional que era de poder sumisin, se trasforma aqu en una relacin flexible, sin horarios y el objetivo principal de la existencia del maestro es el acompaamiento libre y espontneo al desarrollo del nio. Segn Jess Palacios2 las actitudes solidarias y las relaciones de cama-radera priman en las relaciones escolares, la cooperacin y la concepcin de las escuelas como comunidades se vuelven determinantes dentro de las dinmicas internas de las comunidades escolares y se fusionan con las concepciones de sujeto y sociedad que se promueven en la escuela nueva.

    Otras corrientes contemporneas que evidentemente surgieron de la es-cuela nueva, pero que generaron ciertas crticas a este movimiento por con-siderarlo en algunas ocasiones como escuela burguesa, se sustentan en una posicin ms radical frente a la educacin y su papel poltico y social. Estas son las pedagogas antiautorirtarias entre las que encontramos variadas expe-riencias como la escuela de Summerhill desarrollada por S. Neill; la propuesta de la enseanza no directiva de C. Rogers; Ferrer Gurdia en Barcelona , y en Amrica latina la experiencia de Paulo Freire y su pedagoga para la libertad.

    Aunque Freire reconoce la importancia de la escuela nueva como pri-mera experiencia de avanzada en el campo de la pedagoga con respecto a la educacin tradicional, denuncia que si bien esta escuela puede servir a la educacin como practica de libertad, tambin lo podra hacer como edu-cacin como prctica de la dominacin3 (burguesa o capitalista). De ah la importancia de una nueva visin en el campo de la pedagoga que se nutre de ideales an ms libertarios y menos liberales y que obviamente acoge en su seno la concepcin y el ideal del maestro.

    Educar no es ser omiso, ser indiferente, ser neutro frente a la sociedad actual. Dejar al nio a la educacin espontnea de la sociedad es tambin de-jarlo al autoritarismo de una sociedad nada espontnea. El papel del educa-dor es intervenir, tomar posicin, mostrar un camino y no omitirse. La omisin es tambin una forma de intervencin 4

    Tenemos entonces que el papel del docente no es solamente direccio-nar u omitirse como si entre estas dos acciones no existiera un punto de

    El papel del educador es intervenir, tomar posicin, mostrar un camino y no omitirse

  • 8reconciliacin. Entendiendo que la educacin es un acto poltico, el educador es tambin un actor poltico determinante e influyente en las relaciones que se generan en la sociedad. El maestro ahora se entiende como un ser reflexivo y crtico de su prctica educativa que debe generar interlocuciones con la sociedad y que es responsable de forjar la discusin de la cotidia-nidad en la escuela.

    El maestro y la maestra se comprenden como un agente so-cial comprometido con el mundo exterior y con responsabilidades histricas concretas, no solamente con algunas tareas en la escuela o en el aula desligadas del resto de la sociedad y del devenir de esta. Responde como sujeto social a las dinmicas especiales de cada co-

    munidad y ubica el conocimiento como una posibilidad de liberacin a la dominacin ideolgica de quienes ostentan el poder. Conocimiento ya no en cuanto a la cantidad de datos que el nio pueda memorizar, es decir, como educacin bancaria segn Freire; sino como la relacin terico prctica que se genera a partir de las experiencias en la escuela, pero que trascienden sus paredes y se nutren de las situaciones y aprendizajes del mundo.

    Se hace necesario que los maestros y maestras contemporneos gene-ren reflexiones sobre su quehacer, sobre el papel poltico que tiene cada una de sus acciones y los impactos que estos tiene tanto en nias y nias como en la sociedad a la que se corresponde. Que maestros y maestras se entienda como un ser inacabado que necesita de la interaccin con los otros para poder generar menos relaciones de poder verticales y ms relaciones fraternales en donde la educacin sea una experiencia enriquecedora y li-beradora para todos quienes hacen parte de esta; porque como lo expresa Paulo Freire en la Pedagoga del Oprimido: Los hombre se educan entre s, mediatizados por el mundo

    La importancia en la toma de conciencia por parte de la o el docente a cerca de lo inacabado y lo curioso del ser humano, se sustenta en la misma condicin inacabada del ser humano y la caracterstica que le hace prevale-cer como inacabado o inacabada: la conciencia del ser.

    Seccin Ctedra de Nuestramrica

    Del poder jerrquico a la corrosin del carcter: Noticias Universitarias

    En su Postdata a las sociedades de control, Gilles Deleuze hace tanto una revisin a los conceptos de sociedad de soberana como de sociedad disciplinaria propuesta por su colega y amigo Michel Foucault, como una apuesta segn la cual exis-te una nueva forma de regulacin social, poltica y econmica que, in-ducida por los grupos hegemnicos y las instancias gubernativas, como un nuevo monstruo apoyado en las tecnologas electrnicas y digita-les desarrolla una organizacin social basada en el capitalismo ms desa-rrollado donde rigen la sobrepro-duccin y el consumo exacerbado, el marketing y la publicidad, los servi-cios y los flujos financieros globales, y de manera tangencial la creativi-dad, alentada y democratizada con fines monetarios.

    HCTOR ROLANDO CHAPARRO HURTADO / Grupo de investigacin Juego, Cuerpo y MotricidadPeridico de APULL No. 6 / (Asociacin de Profesores de la Universidad de los Llanos) / Colombia

    De esta forma, ya no se hace necesaria la supervisin o el castigo per-manente de los poderes convencionales hacia los cuerpos o las formas de actuar de las personas, sino que simplemente se requiere estimular su de-seo sobredimensionado por el placer, por el consumo o por la espectaculari-zacin de la intimidad para atolondrar los vnculos sociales, y por aadidura acallar las cada vez ms reducidas voces discordantes y opacar e incluso proscribir- las acciones divergentes y el pensamiento crtico.

    Caramelo, diramos nosotros, el que nos han dosificado con exactitud de cirujano para silenciar la independencia y hacer ver con ojos de sorpresa el pensamiento alternativo y la opinin contraria (esos mechudos!, esas mamertadas!, esos buenos-para-nada-que-no aportan-y-no-sirven!, esos anormales!).

    En nuestra querida Universidad de los Llanos, por supuesto, dichos asun-tos no podran de ninguna manera ser ajenos o pasar inadvertidos, a la luz de los acontecimientos actuales y de cara a quienes allan urgentemente para que esas voces se acallen de forma voluntaria o de lo contrario abandonen los remos y los canaletes, y se arrojen al agua como las ratas o los turistas.

    Quienes nos hemos resistido a esta visin totalizante y homogenizan-te de la realidad y de la verdad, siempre hemos sugerido la necesidad de

  • 92PALACIOS, Jess. (1984) La Cuestin Escolar. Editorial Laia. Barcelona.3GADOTTI, Moacir. Historias de las pedagogas. Editorial S XXI. Mxico.4Ibid.

    Esa conciencia nos permite develarnos como seres histricos, inteligi-bles y en permanente bsqueda a partir de la inconclusin; inconclusin que por dems no descubre como seres educables (no adiestrables). En esta perspectiva, la curiosidad se asocia con la accin desde el reconocimiento del ser polticos, que transforma el entorno a partir de la bsqueda acompaa-da de la esperanza con consideraciones ticas propias de las construcciones socio- histricas, estrechamente ligadas al ejemplo y la solidaridad como mximo rector de la prctica pedaggica.

    El reconocimiento de la inteligibilidad del ser humano permite al maestro o maestra el uso de la razn y el lenguaje para acercarse a los objetos inteligidos y as propiciar escenarios de interaccin (no solo transmisin) entre los sujetos que conocen, los objetos (ideas) y los escenarios del saber, desde un lenguaje que no simplista sino que logre la simplicidad, que no minimice la seriedad y complejidad del objeto de estudio, pero que permita el acercamiento a este por parte de las mujeres y los hombres, desde sus capacidades, necesidades y contextos.

    Desde la perspectiva Freiriana critica de la educacin se plantea que la es-cuela como institucin no solo permite la reproduccin de la cultura y de los modos de dominacin de clase, como lo hace la perspectiva crtica reproduccio-nista, sino que es un escenario en el cual se pueden modificar las condiciones por las cuales la opresin ha sido la constante de las relaciones sociales, econ-micas y polticas. La propuesta de renovacin terica y metodolgica de la tra-

    dicin critica no consiste en romper con la ciencia, con la pretensin de hacer ciencia o con la tradicin cien-tfica como un todo, sino ms bien en romper con el paradigma domi-nante de la ciencia social moderna, con la racionalidad que ha hecho que se torne esotrica, elusiva y desentendida de sus consecuencias prcticas. Se trata de poner en ten-sin todas aquellas ideas, supuestos y prcticas que hicieron posible una ciencia social cuya forma de conoci-miento procede por la transforma-cin de la relacin yo/ tu en relacin sujeto/objeto, una relacin hecha de distancia y subordinacin del sujeto al objeto.

    construir desde lo otro (y desde el otro), justamente en la divergencia y la diferencia, como siempre ha sido la tradicin universitaria desde sus inicios. Esta versin permite responder a los argumentos y no al alarido del auto-ritarismo, permite reconocer la diversidad del otro, permite observar con mayor detalle las fisuras de los acontecimientos, permite el imperio de la razn sobre las buenas intenciones y la fe a toda prueba. Permite, en lti-mas, confianza, respeto por la idea ajena, socialidad, saberes compartidos, pensamiento complejo y transdisciplinar, individuos autnomos respetuo-sos y respetados.

    Su oposicin, como parece es el caso de nuestra alma mater, estimula la inaccin, la simulacin, la servidumbre: esos docentes devenidos fun-cionarios que, afanados y sudorosos, deambulan vertiginosamente por los pasillos universitarios papeles en la mano- recordndonos sus mltiples y complejsimas funciones, que muchas veces slo ellos conocen; esos funcio-narios de funcionarios de funcionarios que nadie entiende bien qu hacen; esos auxiliares que se ven constantemente interpelados por la politiquera local que les exige los voticos para que, s sumerc, pueda contar con el con-tratico para el prximo semestre; esas publicaciones universitarias cada vez menos frecuentes- que se callan por alcahuetera o por vergenza; esos profesores de uno u otro contrato- que obedecen ciega y silenciosamente a los aullidos de las jefaturas de uno y otro orden- y que luego son saca-dos a sombrerazos por razones bastante insospechadas; esos diques para la participacin (el formato, la lista, los correos electrnicos, las planillas, los miedos a las as); esos tratamientos innobles hacia la condicin de pro-fesor; esos burcratas juveniles que cada vez abundan ms en las oficinas; ese olvido de las prcticas de cortesa electrnica; esos silencios incmodos ante la solicitud de los informes; esas afectaciones a la norma

    Corrosin del carcter, segn Richard Sennett, que anula la subje-tividad e impide la libre de circulacin de ideas, que domstica y si-

    lencia, y que advierte una nueva premonicin citada por Deleuze: el control no slo tendr que enfrentarse con la disipacin de las fronteras, sino tambin con las explosiones de villasmiseria y guetos.

    De esta manera, entendida como derecho, la participacin y la deliberacin constituyen ele-mentos centrales de la vida en democracia, que se debate fun-damentalmente entre la repre-sentacin y la participacin di-recta, y que presume el paso del yo al nosotros que implica inelu-diblemente un ejercicio de for-macin democrtica no slo de la voluntad humana sino de sus in-teracciones, en el establecimien-to de lo que Habermas propone como acuerdo de mnimos que haga posible y funcional el ejerci-cio democrtico ciudadano en la Universidad de los Llanos.

    Digo yo, si no es mucho pro-blema en la imperante lgica de la simulacin de todos tan conocida.

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    En Perij se juega en un sentido muy profundo el destino del proceso venezolano

    NACG: Primero comentarle el agradecimiento por haber tocado el tema de Perij y lo que representa en trminos de encrucijada civilizatoria. [] Para Ud. esto que recin comentaba de Perij, la explotacin del carbn, comprometer los acuferos, desplazar comunidades indgenas y el complejo ganadero militar que no termina de entender esas cosmovisiones en esos espacios, en qu momento eso estara riiendo, o est riiendo ya, con el concepto de patria grande bolivariana que desde ac se impulsa?

    E.L.: Bueno, como dije en la presentacin, yo creo que concretamente en Perij se juega en un sentido muy profundo el destino del proceso vene-zolano, porque ah estn en juego demasiadas cosas. Est en juego si efecti-vamente el texto constitucional en relacin a un Estado Plural que reconoce por primera vez en la historia el derecho de la diferencia, el derecho del otro es un papel. Est en juego de si podemos construir una sociedad democr-tica o no. Est en juego que en el tema de la delimitacin de los pueblos indgenas, un problema medular que qued claro con el Caso Sabino, que es que en la medida que los pueblos indgenas contemplados en la Cons-titucin son dependientes de la delimitacin territorial, la no delimitacin hace que en realidad no existan derechos de pueblos indgenas. Entonces estamos ahora igualitos que antes de aprobar la Constitucin. El caso del carbn a m me parece imperdonable, porque obviamente la dependencia de Venezuela del petrleo es de muy larga data y, como dije tambin en la intervencin, no puedes cerrar el grifo de un da para otro. Yo creo que hay que plantearse de forma radical e inmediata la transicin hacia una econo-

    Entrevista a EDGARDO LANDER

    (Escuela de Sociologa de la Universidad Central de

    Venezuela)

    Martes 24 de mayo de 2011. Saln Simn Bolvar

    de la Universidad Bolivariana de Venezuela (Sede Los

    Chaguaramos Caracas). En el marco del Foro 3: Geopoltica

    de la Biodiversidad. II Congreso Venezolano de Diversidad

    Biolgica.

    Lcdo. NICANOR A. CIFUENTES GIL

    (NACG)

    Docente del Programa de Formacin de Grado en Gestin

    Ambiental. UBV-Sede Zulia.Corresponsal de Magazn Pginas

    de Nuestramrica.Fotografas: Heberto Prieto.

  • 11

    ma no petrolera, pero lo que no tiene sentido es que se est incentivando una cosa que ni siquiera tiene historia, porque una vez que se instale, una vez que hay un nmero grande de trabajadores involucrados, una vez que la economa de la zona se hace dependiente de eso, echar eso para atrs es mucho ms difcil. Entonces creo que eso no tiene justificacin alguna en un lugar donde est afectando la diversidad gentica donde los acuferos como t decas estn siendo afectados; esa es una zona del pas de proble-mas de agua severos y donde no solo hay comunidades indgenas, sino que hay comunidades indgenas que estn peleando por sus derechos, o sea, no son unos indiecitos que andan por ah, sino que son comunidades son pue-blos que andan reivindicando sus derechos. Y ese derecho que viene por su puesto de una forma de relacin con su entorno que no puede ser por la va de la explotacin petrolera, o no puede ser, como dice Nicia Maldonado con unas posadas tursticas para que los indios reciban vista en La Sierra, o sea, eso no tiene ni pies ni cabeza.

    NACG: Y a la hora de evaluar la gestin para no personalizar, del Ministe-rio del Poder Popular para los Pueblos y Comunidades Indgenas (ms all de las siglas), ser que es muy contra producente Ud. hablaba de un arrase inclusive mayor de lo que ha generado el perodo colonial y colonial republicano?

    E.L.: Yo creo que la lgica que, inclusive puede hacerse con la mejor in-tencin posible, pero es una lgica que piensa los pueblos indgenas como pobres y carentes, y si los pueblos indgenas son pobres y carentes enton-ces el gobierno popular y revolucionario tiene la obligacin de llevarle a Entonces qu les lleva: bueno, primero franelas rojas rojitas, les lleva trac-tores inclusive casas de metal, o sea, lleva toda la lgica de los Consejos Comunales; entonces es todo un proyecto de transformacin civilizatorio de llevar aquello que no tienen, pero no tienen no por pobres, no tienen porque evidentemente son carentes, por qu son carentes? porque han sido desplazados de sus territorios, porque les han quitado sus vas de acceso, porque hay presencia militar permanente, porque hay violencia, porque las aguas estn contaminadas entonces bueno, eso pasa por la reivindicacin de derechos. Ahora, una poltica en relacin a los pueblos indgenas en Venezuela tiene que reconocer que, como sujetos, los pueblos indgenas en Venezuela, son unos sujetos extraordinariamente golpeados, o sea, uno no se encuentra con un vigoroso movimiento indgena y de comu-nidades que tienen una conciencia histrica muy clara... Por qu? porque son quinientos aos de sometimiento. Entonces el papel de lo que seala la Constitucin, lo que seala la Ley de los Pueblos Indgenas, tiene que ver

    con un extraordinariamente com-plejo de contribuir al refortaleci-miento y recuperacin de los pue-blos y no el atropello que significa la modernizacin en gran escala, con las mejores intenciones, pero que est destruyendo la diferencia. Eso que declara Nicia Maldonado, de que no le entrega la plata a las autoridades tradicionales de los pueblos indgenas porque el dine-ro corrompe, y entonces se lo en-trega a los Consejos Comunales eso es cortarle la cabeza por com-pleto a las formas de autoridad, eso es descomponer la estructura de la comunidad de los pueblos. Entonces esto es una poltica ab-solutamente antagnica, inclusi-ve con el texto constitucional, o sea, uno ni siquiera tendra aho-rita que pedirles que se inventen otra cosa sino, sobre lo que dice la Constitucin, es una violacin sistemtica y la violacin mayor tiene que ver con el hecho de que la no delimitacin impide la posi-bilidad de reconocimiento real de los derechos porque los derechos, como se vio en el Caso Sabino, se deca: no, eso no ocurri en terri-torio indgena Pero cmo va a ocurrir en territorio indgena sino hay tal cosa en Venezuela? No hay!!! Y por qu no hay? bue-no porque sencillamente el go-bierno no lo ha hecho, eso es una poltica.!!!

    NACG: Bueno. Agradecido.

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    La mujer adolescente para muchos es aquella rebelde que desea explorar el mundo y que en ocasiones es la que queda embarazada, la que no termina sus estudios, etc. Tambin hay quienes dicen que la mujer adolescente es la ms bella, la que tiene un cuerpo fenomenal, la dulce y tierna flor de la vida pero nunca se han detenido a preguntarnos para uno que es ser mujer adoles-cente? Yo respondera: la mujer adolecente es la que se abre a nuevos mundos, la que quiere tener mucho ms conocimiento, es la mujer capaz de criticar lo bueno y malo de nosotras mismas, donde nos empezamos a cuestionar si vivi-mos en un mundo real o solo fantasas que nos plantearon en la infancia.

    En la infancia jugbamos con muecas, con maquillaje de mentiras, con cocinitas, porque segn nuestros padres eso nos enseara a ser delicadas y aprender desde pequeas el oficio de la casa. Pero lo que no se dieron cuenta es que las muecas, como las BARBIES, solo nos ensean que lo nico que importaba era ser bonitas y ya; resaltaban la superficialidad y el consumismo. Esto se ve recalcado cuando llegamos a la adolescencia,

    Ser MujerLa pregunta vital de un grupo de nias - mujeres, por cul es su esencia como mujer y como joven, gener una serie de

    reflexiones y debates en las aulas de un colegio distrital de Bogot. La motivacin inicial haba sido la lectura y reflexin sobre el ensayo de Jos Mart, Nuestra Amrica. De lo que se trat luego fue de pensar esa esencia americana de la cual nos habla

    Mart, en sus vidas cotidianas. Producto de esta autorreflexin femenina surgen textos de jvenes de 15 y 16 aos, como los que a continuacin encuentran, que podrn ponernos a pensar, tanto a hombres y mujeres, a jvenes y viejos.

    cuando queremos vernos bonitas, lucir bien y compramos mucha ropa que nos llevan a la MODA, maquillaje que nos lleva a la SU-PERFICIALIDAD Y A LA BELLEZA y no nos damos cuenta que cuando crecemos, todo eso se acaba y lo nico que nos quedar ser lo que aprendimos; pero como solo estu-vimos preocupadas por la belleza, entonces no nos quedar nada, todo esto gracias a las muecas.

    Deca Octavio Paz: las muje-res son seres inferiores porque al entregarse se abren. Su inferiori-dad es constitucional radica en su sexo. Es as como la cultura pa-triarcal nos posiciona en esta so-ciedad machista, donde el hombre es el sujeto nico y universal.

    Respecto a ello solo puedo rer, porque es incoherente y realmente ilgico cmo el hombre puede ser el sujeto nico y universal, si sabe-

    La Mujer AdolescenteJOHANA CAROLINA SNCHEZ / Grado 10. Colegio Carlos Pizarro Leongmez / Localidad de Bosa, Bogot, Colombia.

    Seccin Mujer

    Joven!Mural / David Alfaro Siqueiros

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    mos que la mujer es el ser ms verraco, luchador, que puede sacar dos, tres o hasta ms hijos adelante SOLA, sin un apoyo, ah es donde yo me pregunto dnde est su sujeto nico y universal.

    Una mujer adolescente ve este y muchos casos ms, a medida que pasa el tiempo y ah es donde nos preguntamos si realmente somos inferiores al hombre. Por mi parte yo me he dado cuenta que somos el nico ser capaz de engendrar, criar, educar, mantener y apoyar a sus hijos sin depender de un hombre.

    Pero al paso que vamos en esta sociedad de machismo, de capitalismo, de consumismo y superficialidad, que son influenciadas por los medios de comuni-

    cacin con sus programas de Barbie, con sus productos de belleza y toda esa zarpa de mentiras que nos ven-de, la mujer muy pronto o mejor ya se empez a ver como un juguete se-xual incapaz e inferior, que solo sirve para cocinar, si no es que ya nos han exhibido en vitrinas como cualquier producto barato para que su supues-to sujeto nico y universal haga con nosotras lo que les venga en gana.

    Jvenes Encadenadas

    Esclavas eternas de la opresin y el machismo

    NGELA ROCO PIRABAGUEN CIFUENTES / Grado 10. Colegio Carlos Pizarro Leongmez / Localidad de Bosa, Bogot, Colombia.

    A veces las adolescentes nos sentimos as recriminadas, por el hecho de no ser delicadas, de no ser sumisas ante las groseras y los abusos que co-meten hacia nosotras. Cmo nos exigen respeto nuestros compaeros hom-bres? Si muchas veces se refieren a nosotras con palabras feas, llamndonos como animales, como si realmente perteneciramos a esa raza. Algunos nos creen inferiores por el hecho de no ser igual a ellos, pero hay que entender sobre todo que la mujer juega un importante rol en la sociedad. Sin nosotras las jvenes, no podran tener a unas excelentes mamas, esposas e hijas.

    Hoy en da ser una adolescente es bastante difcil. Si nos encontramos en los estratos bajos, no tendremos las mismas luchas ni necesidades que una adolescente del ms alto estrato. Muchas tienen que madrugar al estu-dio sin un desayuno, cuando en los colegios distritales no haba comedores escolares, tienen que rendir en su estudio, hacerse cargo de la casa y de sus hermanos (son menores que ella). Muchas veces esto las lleva a desmayarse en plena clase, en la calle o en casa de tanto agotamiento. Cmo es posible que una adolescente, quien no ha pasado a ser mujer profesional, ni ha formado una familia, se haga cargo de todo este peso, de criar a sus her-manitos, ser la guisa de sus padres y tratar de salir adelante en su estudio.

    Hay muchas adolescentes que llegan a la depresin de tal desgaste inhu-mano que sufren. Esto a corto plazo afecta en su salud y se preguntan luego los padres por qu se van de la casa a vivir con sus familiares, novio o amiga. Porque muchos seores padres creen que debe haber una sirvienta que los atienda al llegar de trabajar, pero cundo se ocupan o mejor se preocupan de ayudarla un poco? Las mujeres jvenes como nosotras no soportan tanto abuso. Estamos cansadas de no tener un poco de libertad de poder despreo-cuparnos, as sea un da, de no sentirnos sofocadas por nuestros padres o hermanos, todava no tenemos un hogar para ocuparnos de l, y el da que lo tengamos tendremos la certeza de darle un mejor bienestar a nuestras hijas, ya que nosotras no lo tuvimos; pero lucharemos para que no haya ms opre-sin hacia nosotras las futuras madres, esposas e hijas de Colombia

    LAS COMPAERASDe: Ivn Camilo para Mary

    IBajo el ramaje verde de la selvaDonde filtra el sol, rayos como estrellasQue iluminan la penumbra yertaCon paso firme avanzan las guerreras

    IILa mirada azul y el odo atentoAcunan en su pecho como a un nioEl fusil que un da cambiaranDejando libros, hogares y semillas

    IIIAl salir del monte a la sabanaEl viento agita sus largas cabellerasOtean el llano con mirada expertaSiguen adelante con actitud serena

    IVLa enemiga tropa, sin temor rastreanSiguen las huellas marcadas en la arenaQue llevan hasta el nido de la fieraAcosada por las valientes compaeras

    VEn ellas encontramos siempreEl refugio seguro de amor y de ternuraDonde sanan todas las heridasDonde soamos y vibramos de esperanza

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    La noche del 14 y 15 de mayo de 1811 se proclama la independencia del Paraguay, en una revolucin pacfica en la que no hay derramamiento de sangre, los mestizos nacidos en las tierras de los guaranes, deciden tomar las riendas de la patria, luego de trescientos aos de saqueo y colonizacin de los espaoles.

    Varios son los antecedentes de lucha por la emancipacin del pueblo, desde la Revolucin Comunera dirigida por Antequera y Castro en 1717, la Revolucin Francesa de 1789 y la invasin inglesa al Ro de la Plata (1806), en la cual participan hombres de las tierras patrias en defensa del suelo Latinoamericano. Sin embargo, es la revolucin del 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires, la que traza el camino hacia la revolucin pacfica de los ciudadanos del Paraguay.

    El caos generado por las guerras de independencia que se llevan adelan-te en los diferentes puntos del continente, y las traiciones de las oligarquas criollas para el establecimiento de los estados nacionales, conducen al Pa-raguay hacia un gobierno sui generis en los primeros aos de su formacin. Sin embargo, el compromiso independentista prima ante a los intereses anexionistas de los portugueses y los porteos. As en la nota escrita el 20 de julio de 1811 al gobierno de Buenos Aires, se expresa que el Paraguay con su revolucin no ha querido cambiar unas cadenas por otras ni mudar de amo .

    Bicentenariode la independencia del Paraguay,

    en busca de la tierra sin mal

    ERNESTO R. CENTURIN

    Para Magazn Pginas de Nuestramrica

    Paraguay

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    Pyt yma mbytre,

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    Seccin Historia de Nuestramerica

    Con esta afirmacin se inicia un prolongado periodo de casi treinta aos donde la autogestin y el autoabastecimiento marcan la poltica econmica del prcer Dr. Gaspar Rodrguez de Francia. l, protegiendo las fronteras de los in-vasores y manteniendo los principios firmes contra las oligarquas nacionales y extranjeras, deja con su muerte un pas que produce los alimentos y objetos ne-cesarios para la vida de todos los ciudadanos. En este periodo (1820), el caudillo Jos Gervasio Artigas pide asilo al Dr. Francia, y llega a las selvas paraguayas para vivir hasta su muerte, alejado de las traiciones de las que es vctima.

    En 1840 muere el Dr. Francia, y Carlos Antonio Lpez asume la presi-dencia, que se caracteriza por los esfuerzos por lograr el reconocimiento de la Repblica del Paraguay, la formalizacin de las relaciones diplomticas con las dems naciones, el desarrollo econmico a travs de la industria nacional, la utilizacin de la materia prima en la produccin como la fun-dicin de hierro de Ybycu, avances en educacin, apertura de escuela y Universidades, aparicin de los primeros peridicos, construccin del se-gundo ferrocarril de Amrica del Sur que se extiende en tierras guaranes, a su vez enva a estudiantes a universidades de Europa y contrata tcnicos extranjeros (especialmente ingleses), todo esto sucede sin intervencin del capital extranjero. Un desarrollo sin deuda externa y con la incursin de los productos nacionales en el mercado y su expansin al mercado exterior principalmente de Brasil y la Argentina. Esto por su puesto no es bien visto por las potencias del norte y en especial por la corona inglesa.

    En 1862 muere el presidente Carlos Antonio Lpez y lo sucede su hijo, el brigadier general Francisco Solano Lpez, que continuara la labor empren-dida por su padre. El modelo de estado nacin se desarrolla, se extiende el telgrafo y la produccin, pero la belicosidad de los imperios no permite que contine el mal ejemplo para los dems pueblos de Amrica Latina. Y as, luego de varias idas y vueltas en las tensas relaciones diplomticas de los pases vecinos y las oligarquas de cada uno de ellos da lugar a una de las guarras fratricidas ms crueles que se desarrolla en el continente, desde 1864 a 1870 dura la guerra del Paraguay contra la Triple Alianza , que cul-minar con la aniquilacin de dos tercios de la poblacin paraguaya, y los avances tecnolgicos reducidos a la nada.

    Al finalizar la Guerra Grande, solo quedan nios y mujeres, las Residen-tas encargadas de reconstruir el pas, o ms bien levantarlo de esa gran se-pultura. En estas condiciones se conforma un triunvirato hecho a la medida de las potencias vencedoras y el signo de la opresin caer sobre la Repbli-ca. La anarqua y el sometimiento gobernaron varios aos, se conformaron los dos partidos polticos conservadores tradicionales del pas, el colorado y el liberal, ambas conformadas por los oligarcas. Ya en 1900 el Paraguay comenzaba a despertar del largo y siniestro legado de la guerra, en Amrica Latina el Modernismo abra sus puertas al mundo con Jos Mart y Rubn Daro. El continente dejaba atrs su vida colonial de la corona espaola, pero ya el imperio Norteamericano afianzaba sus tentculos en lo que ms tarde se conoce como la doctrina Monroe de colonizacin de nuestramerica.

    A principios del siglo XX llega a Paraguay el periodista anarquista espa-ol Rafael Barrett, quien da los primeros pasos en la conformacin de una literatura de contenido social y muy crtica a la lite gobernante. La mayor produccin literaria del autor se produce en el Paraguay, denunciando las condiciones de esclavitud en que vive el pueblo. Barrett tratar de ser ocul-tado muchos aos por las oligarquas en el pas.

    El Paraguay busca redescubrir su ADN cultural en los primeros aos del siglo XX, y polticamente vive dependiente de las potencias extranjeras hasta el nuevo siglo que hoy nos toca vivir.

    Otro periodo muy difcil en la historia se da en la dcada del trein-ta, cuando se aviva un conflicto por el territorio chaqueo con la her-mana Repblica de Bolivia. El con-flicto es activado por las potencias petroleras que buscaban hacerse con el control del crudo en esta zona. La Guerra del Chaco dura tres aos, de 1932 a 1935, ao que se firma el tratado de paz. Esta guerra intensifica la efervescencia de los campesinos que van a combatir y al final de la contienda quedan aban-donados y olvidados, por lo que surgieron movimientos intelectua-les y armados que buscaban trans-formar las condiciones de vida de los habitantes. En 1947 estalla una guerra civil, pero en el mismo ao es sofocada por el gobierno autori-tario del general Higinio Mornigo que gobern de 1940-1948.

    En Amrica Latina el Modernismo abra sus puertas al mundo con Jos Mart y Rubn Daro

    Ya en 1954 el Paraguay ingre-sa a una de las pocas ms crue-les de su historia, con el gobierno del Dictador militar, general Al-fredo Stroessner, con el apoyo de los Estados Unidos continuar en el poder el caudillo Colorado. Du-rante su gobierno se produjeron los peores crmenes, torturas, des-apariciones y en la dcada del 70 el rgimen terrorista es el centro de

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    control de actividades de la llamada Operacin Cndor . Durante este perio-do se construye, con el Brasil, la segunda represa hidroelctrica ms grande del mundo, llamada Itaip y que esconde un costo ecolgico muy alto. As mismo, se firma un tratado leonino en favor del Brasil.

    En el ao 1989, luego de 35 aos, es derrocada la dictadura de Stroessner por medio de un nuevo golpe de estado militar hecho por su consuegro y jefe del narcotrfico, el general Andrs Rodrguez, dando paso al proceso de transicin democrtica que hoy vive el pas. Sin embargo, los siguientes vein-te aos el Estado Paraguayo sigue en manos del partido colorado, y con los mismos personajes que se formaron y fortalecieron durante la dictadura stro-nista, apoyados por el gobierno de EE.UU.

    En los ltimos aos con los procesos de transformacin que se generan en Amrica Latina, el Paraguay viene incursionando tmidamente en este proceso con el esfuerzo de las organizaciones sociales que llevan a Fernan-do Lugo como presidente. La ciudadana en el ao 2008 da un duro golpe a la oligarqua dominante, representado por el gobierno del partido colorado, que gobern durante ms de 60 aos el pas. Sin embargo, el gobierno se encuentra con las manos atadas, pues la mayora en el congreso integran representantes conservadores. Aun as, logros importantes se han obteni-do, como el ajuste por compensacin de la energa de Itaip, as tambin en el campo social, la salud y la educacin han sido puntos fuertes que ha obtenido el gobierno.

    El partido colorado que qued sin el gobierno, hoy se ve obligado a aliar-se al narcotrfico y conseguir dinero a travs de este medio. Ante la ausen-cia de figuras polticas en el pas, la imagen de un empresario, fuertemente relacionado al lavado de dinero y al contrabando quiere instaurarse como la nueva opcin comprando con monedas sucias la conciencia de la gente. Los progresistas que conquistaron algunos espacios en el gobierno, apuesta por el referndum constitucional que posibilite la reeleccin del Presidente Fernando Lugo, y as conseguir cambios que an no se conquistaron por las trabas puestas en el congreso, como el ingreso de Venezuela al Mercosur, el Impuesto a la Renta Personal (IRP), entre otros cambios estructurales nece-sarios para afianzar el proceso de Transformacin.

    La cultura guaran, originaria del pueblo paraguayo, expresada a travs de su lengua, donde la pa-labra hablada es uno de los dones ms preciados y que en la mitolo-ga observamos su importancia, lo podemos notar en la primera cita de este escrito. Tambin existe un mito muy difundido en la cosmo-visin de estos pueblos, la tierra sin mal, un lugar donde no exista el mal, se puede interpretar en una sociedad sin clases sociales, la so-ciedad del futuro.

    El escritor paraguayo, Augusto Roa Bastos, que vivi largos aos en el exilio durante la oscura dic-tadura estronista deca Parece ser que el infortunio se enamor del Paraguay, ese infortunio que sig-nifica no tener costa sobre el mar, ese infortunio que significa haber vivido una cruenta guerra en un momento de gran desarrollo, ese infortunio que significa vivir bajo las ordenes de gobiernos forneos, ese infortunio que a nuestra Am-rica Latina los imperios lo quieren imponer. Sin embargo, los festejos de los 200 aos del Paraguay nos demuestran que el pueblo es ale-gre y cuando existe un mnimo de posibilidad es capaz de tomar las calle y festejar con jbilo, es la vi-talidad de los pueblos la que nos ayudan a seguir adelante en esta larga lucha por la unidad de nues-tros pueblos de Amrica Latina, a los que impusieron 500 aos de historia y deberan ser ms, a los pueblos que nos vemos con los lentes de otros continentes. Dos-cientos aos son pocos para los 2011 que tiene nuestra era.

    Con este escrito espero acercar un poco ms a nuestros pueblos separa-dos por fronteras mentales que nos imponen para dividirnos y vencernos, pero somos los hijos de los deshere-dados de Amrica, de los desapareci-dos, asesinados y torturados de con-tinente, los hijos del bicentenario, los que debemos dar nuestras vidas en la tarea de ser un pueblo cada vez ms digno y justo para alcanzar la anhela-da tierra sin mal.

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    Miguel Len-Portilla tambin es un prcer que nos est dando patria. Ma cualli motlacatiliz iilhuiuh, temachtiani. Feliz cumpleaos, maestro!

    En este febrero de 2011 que se sita todava en la estela festiva-conmemora-tiva del bicentenario de la Independencia, el vocablo insurgencia cobra un valor propio y remite inconfundiblemente a la gesta blica que culmin con la fundacin de Mxico como nacin libre y soberana. Participaron en ella criollos, mestizos, espaoles, as como los pueblos originarios, primeros pobladores de esta tierra. Estos ltimos podran haber pensado que la victoria final los librara del yugo espaol y que el atributo identitario de mexicanos que les iba a confe-rir la constitucin cambiara todo. De hecho, el yugo dej de ser espaol pero no dej de ser yugo, y la segregacin institucional que confinaba a los indgenas en pueblos de indios o los relegaba en la periferia de las urbes coloniales, se mud en marginacin socio-econmica dejando estigmas muy parecidos.

    Explotados y menospreciados, los indgenas haban sido, de alguna ma-nera, culturalmente reconocidos durante el periodo virreinal. Unas cdulas reales, aunque raramente aplicadas, los amparaban contra todo tipo de abu-sos y contribuan a preservar su identidad. Por otra parte, la vitalidad cultural indgena haba permeado los espacios espaoles y criollos de la sociedad no-vohispana generando asimismo esta cultura mestiza tan mexicana.

    A partir de la Independencia, conforme a ideales republicanos y progre-sistas, la sociedad mexicana busc homogeneizarse eliminando supuestos atavismos indgenas que parecan entorpecer el desarrollo del pas. Parad-jicamente, la especificidad cultural de los pueblos nativos que haba sido re-conocida durante la Colonia se volvi un sinnimo de miseria en este nuevo contexto socio-poltico. El trmino indio, despojado de sus referentes cultu-rales, adquiri matices retrgradas afines.

    En el mbito acadmico, a la curiosidad y al exotismo que caracteriza-ron el primer acercamiento a los pueblos originarios, sucedi un inters ms objetivo, cientfico, que condujo al rescate de muchos documentos valiossimos, dejando sin embargo un abismo entre el indgena prehis-

    pnico o indio muerto al que se poda reivindicar cmodamente mediante imgenes o nociones fosilizadas, y el indio vivo, objeto de estudios etnogrficos serios pero que estorbaba.

    Es en este contexto social y aca-dmico que se sita la obra de Mi-guel Len-Portilla, una obra inicial-mente orientada hacia el pasado prehispnico que rescata y reva-loriza paradigmas atemporales del pensamiento indgena. Conocer su historia es, como en el sicoanli-sis, trabajar en su propia emanci-pacin, escribi el filsofo francs Luc Ferry. Como historiador, filso-fo y fillogo, Miguel Len-Portilla dio a conocer una cultura indgena prehispnica que haba escogido una manera de ser en la tierra, una vida cuyos paradigmas culturales revelaba una grandeza de espri-tu y una opcin existencial vlida. Pona a los indgenas contempor-neos en posesin de un pasado del que haban sido despojados, del cual podan estar orgullosos y que constitua, en muchos aspectos, los fundamentos de lo que podra ser su existencia hoy da. Este co-nocimiento de s mismo propiciaba su emancipacin cultural.

    La insurgencia cultural indigenista de Len-Portilla

    PATRICK JOHANSSON K. / Doctor en letras por la Universidad de Pars, discpulo de Miguel Len-Portilla.Enviado por Miguel Augusto Cocompech Para Magazn Pginas de Nuestramrica Mxico

    Mural Zapatista

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    Sin menospreciar las aportacio-nes de numerosos investigadores mexicanos y extranjeros, quienes rea-lizaron trabajos valiosos, podemos afirmar que la obra de Len-Portilla representa un parteaguas en la histo-ria de los estudios mesoamericanos. Se pas de unos estudios eruditos, objetivos, pero que reducan la otre-dad del indgena, en el marco de los valores predominantes en el contexto cultural del investigador, a una aproxi-macin humanista, la cual, sin dejar de ser histricamente objetiva, per-mita una visin emptica de la cultu-ra de los vencidos, vencidos quienes, de alguna manera, fueron tambin vencedores, ya que su lengua y su cul-tura se han mantenido vigentes hasta nuestros das.

    El indigenismo de Miguel Len-Portilla es un indigenismo militante, activo. Considera al hombre nativo de Mxico, provisto de los atributos culturales de su razn de ser, desde los tiempos precolombinos hasta nuestros das. Pugna para que la dignidad deje de ser un concepto vago, abstracto e ideolgicamente manipulable y se concrete en de-rechos constitucionales; para que la piedad y la conmiseracin con-descendientes que despierta, en el mejor de los casos, la condicin de los indgenas, se convierta en un re-conocimiento que enaltece.

    Por otro lado, lo que define a la cultura mexicana, en gran parte, son las culturas indgenas vigentes. Sus aguas subterrneas, invisibles para muchos pero que nutren la raz mesti-za de Mxico, permiten a nuestro pas seguir floreciendo con esta diversidad que le es propia y que lo distingue de otras naciones.

    En este contexto histrico, Miguel Len-Portilla figura como un insurgen-te, un humanista que se subleva en contra del olvido y de la inercia, con las armas culturales contundentes y a ve-ces punzocortantes de sus libros, sus artculos en peridicos y revistas, o sus intervenciones ante diferentes instan-cias polticas de la nacin; en favor de los indgenas y para bien de Mxico.

    EL DILOGO ES LA RUTAEncuentro Nacional de Comunidades Campesinas, Afrodescendientes

    e Indgenas por la Tierra y la Paz de Colombia

    Con el propsito de Brindarle a toda la sociedad Colombiana y del mundo un escenario desde las mismas comunidades para sentar a todos los actores polticos y sociales a pensar y construir desde la esperanza un pas con propuestas para la Paz y no para la guerra, se desarrollar en Barrancabermeja del 12 al 15 de agosto de 2011 El Encuentro Nacional de Comunidades Campesinas, Afrodescendientes e Indgenas por la Tierra y la Paz de Colombia El dilogo es la Ruta.

    Procesos populares y organizaciones de diferentes regiones del pas como la Asociacin Campesina del Valle del Ro Cimitarra ACVC, la Asociacin Campesina del Catatumbo ASCAMCAT, la Coordinacin Nacional Agraria y Popular CONAP, la Federacin Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria FENSUAGRO, Colombianas y Colombianos por la Paz, organizaciones indgenas y afrodescendientes entre otras, se darn cita en Barrancabermeja regin donde se encuentra la principal refinera de petrleo de Colombia, con enormes riquezas naturales e histricamente con uno de los niveles ms altos de miseria, territorio donde se asientan diversas multinaciona-les y en el que sus movimientos sociales son constantemente reprimidos.

    Con temticas como Tierra, territorio y Paz, Democracia y garantas polticas para la paz, Estado y recursos para la paz, Nueva economa para la justicia social y la paz, entre muchos otras, centenares de colombianos y colombianas y decenas de organizaciones populares, se preparan para ofrecerle al pas una propuesta en direccin hacia un Estado y sociedad de derecho como nica va para la paz en Co-lombia y por eso propenden por desarrollar un intercambio y dilogo sobre temas importantes para la construccin de propuestas polticas de Paz en Colombia desde las comunidades rurales, los gremios, el gobierno, y la insurgencia colombiana.

    El encuentro sin duda dar la pauta y visibilizar para la comunidad nacional e internacional la necesidad impostergable de una salida poltica negociada al conflic-to armado generando un espacio amplio de socializacin de propuestas polticas y negociadas por la Paz en Colombia

    Es de destacar que desde hace varias semanas viene avanzando este gran en-cuentro nacional, con eventos masivos y preencuentros regionales desde donde las organizaciones y procesos populares debaten e informan respecto a la urgencia de una salida poltica negociada al conflicto armado. Eventos como el de los das 29 y 30 de julio en Bogot donde se llev a cabo el Preencuentro Distrital por la Paz hacia el Encuentro Nacional, con la participaron de diversas organizaciones, proce-sos y sectores sociales y con mltiples actividades como conciertos, estampado de camisetas, presentaciones artsticas, ponencias, y paneles sobre el tema de la paz; le dan un empuje ms a este gran movimiento que tiene la certeza que la paz ser posible; mediante la realizacin de reformas polticas, econmicas y sociales, que permitan mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la poblacin colombiana. Pero tambin, a partir de la voluntad y la decisin poltica expresa de las fuerzas en contienda.

    Tambin se han efectuado eventos de lanzamiento del Encuentro Nacional por la Tierra y la Paz en Colombia en la ciudad de Medelln y otras regiones. El da 23 de ju-lio en la ciudad de Villavicencio la Mesa de Unidad Cvica Agraria Popular del Oriente Colombiano llev a cabo el prelanzamiento del Encuentro Nacional por Paz. El 20 de julio pasado se realizaron actividades culturales, de discusin y ambientacin en Remedios Antioquia, una de las regiones que ms ha sufrido la embestida del para-militarismo desde la dcada de los 80 del siglo XX. Ese mismo da en la ciudad de Santiago de Cali se realiz el Preencuentro Popular por la Tierra y la Paz, organizado por El Consejo Patritico departamental, organizaciones sociales y populares que en el Valle del Cauca impulsan una salida negociada por la paz en Colombia.

    Convocamos al acompaamiento y solidaridad de los pueblos de Nuestramrica con este Encuentro ya que brota como expresin de la resistencia y voluntad de paz del pueblo colombiano.

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    Tal vez uno de los aciertos ms importantes de Ernest Fischer en su obra La Necesidad Del Arte, sea su definicin del arte, como expresin m-gico social en los inicios de la humanidad; y en ese sentido como expresin del espritu y el sentido colectivista del ser humano, que contribuy enor-memente a su proceso de humanizacin.

    El arte mural, como todas las expresiones artsticas y humanas, en su devenir, ha sufrido diferentes transformaciones; y es claro, como lo afirma Gil Tovar, sin que ello implique, alguna minusvala del arte precolombino frente al arte actual. Es necesario tener en cuenta que las expresiones del arte mural en sus comienzos, adems de evidenciar una intencionalidad mgica, fue de vital importancia para la colectivizacin de la actividad eco-nmica, poltica, social y espiritual de las colectividades; cmo se puede observar en la obra mural de nuestras culturas precolombinas: entre los aztecas, Los Mayas, los Incas, y los chibchas, entre otros. En stas obras, no solo est presente el inters por cohesionar a los grupos humanos desde un acto artstico creador, con el propsito de influir mgicamente sobre la na-turaleza y obtener el resultado esperado de la cacera o de la cosecha; sino que como dira Mario Bunge, se observa la realizacin de un acto creador de carcter altrico, que busca superar las limitaciones de la individualidad humana, para cohesionar psicolgica y fsicamente a los grupos, que en la individualidad, resultan vulnerables frente a las amenazas de la misma naturaleza.

    En este sentido, encontramos que an ms en nuestros das, el carc-ter mgico social del arte, viene siendo implementado desde diferentes

    Arte Mural y Muralismo como Expresin de la Cultura Popular en Nuestramrica

    Patricia Tafur Perdomo

    Colectivo Tierra Firme / Colombia

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    pticas filosficas; pero ante todo, obedeciendo a intereses ideolgi-cos, polticos y econmicos, traza-dos por los centros de poder glo-balizado, que imponen patrones culturales para la expansin de sus dominios y el control de sus colo-nias. Sin embargo, desde el anli-sis dialectico, encontramos que en oposicin a este tipo de expresio-nes, tambin aparecen formas de mural y de muralismo, que surgen como alternativas de contraculta y como expresin de la resistencia e inconformidad de los sectores po-pulares.

    Por otro lado, desde el valor histrico que constituyen, y como patrimonio cultural de la huma-nidad, hoy estos murales, son el testimonio del pensamiento, de los modos de vida de nuestras cul-turas raizales, de sus modelos de produccin, de sus creencias, de sus principios de respeto a la na-turaleza, y de su sentido ecologista de la vida; que es de resaltar, segn algunos antroplogos e historiado-res, se dieron dentro de distintas formas de propiedad colectiva: evidenciando la no existencia de la propiedad privada, ni la economa Neoliberal depredadora, que hoy nos tiene al borde de la destruc-cin del planeta.

    En Nuestra Amrica, y con la in-vasin europea a partir de 1.400, se presenta todo un fenmeno de aculturacin y destruccin de nuestras culturas raizales, que dio lugar a la desaparicin de muchos de los testimonios artsticos de nuestros grandes creadores; y con ellos, a la desaparicin de su sen-tido colectivista y de la libertad de expresin de sus artistas. De sta manera, se sustituyen sus mitos y creencias, por los mitos y creencias de las culturas europeas, dando paso a la expresin ideolgica y la exaltacin de sus modos de vida, como se puede observar en el tes-timonio de innumerables obras de arte: retratos de la nobleza, e iconografa religiosa, que an po-demos apreciar en murales, escul-

    turas y pinturas, iglesias y museos, en cada una de nuestras ciudades y de nuestros pases.

    Hacia 1.700, con la llegada de la ilustracin a Nuestra Amrica, que dio paso a los inicios de la nueva gesta libertadora, resurgen en los granadinos, las inquietudes y las luchas por la defensa de nuestra identidad, y el dere-cho a la expresin autentica de los sectores populares; como lo menciona la Doctora Margarita Garrido, en su obra Palabras que nos cambiaron, donde menciona, que al mismo Antonio Nario, le fue confiscado un dise-o para realizar una obra mural, que exaltaba el movimiento ilustracionista de la poca. Con el avance del mismo proceso libertador, aunque aparecen artistas como Pedro Figueroa, Arturo Michelena , Antonio Herrera y Juan Lo-bera , que dejan innumerables obras alusivas a la misma gesta libertadora y a nuestros prceres; de los cuales hoy tenemos distintas versiones iconogr-ficas, la expresin artstica dentro del arte mural entr en un breve receso.

    Solo es hacia comienzos de 1.900, con la revolucin mejicana, y como producto de los nuevos procesos de insurgencia que se dan en Nuestra Amrica, cuando aparece la inquietud por el arte pblico; por el arte popular y colectivista, desde donde se genera todo un movimiento ar-tstico de carcter poltico y revolucionario, que hoy conocemos con el nombre de Movimiento Muralista Mejicano, y que desde entonces, es

    Tribu Muralista La Mancha / Venezuela

    Tribu Muralista La Mancha / Venezuela

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    heredado por distintos pases nuestros: desde Mjico hasta la Patago-nia; asumiendo diferentes manifestaciones, a travs de toda la historia hasta la actualidad.

    Desde una visin innovadora del arte, surge el muralismo mejicano con toda una concepcin revolucionaria, universal e integral del arte; partiendo de la investigacin y el conocimiento de la historia del arte mural y sus orgenes, pero fundamentalmente de la historia nacional, de sus races cul-turales y de sus luchas sociales.

    Con la herencia de Siqueiros, Orozco, y Rivera: los grandes maestros del muralismo Mejicano, desde su filosofa del arte de compromiso con la de-fensa de la soberana nacional, de la identidad y de las luchas sociales; surgen expresiones y movimientos de obra mural, que luego en Argentina con Ricardo Carpany, y hoy, con innumerables maestros y jvenes creado-res de toda Nuestra Amrica, siguen siendo expresin de la lucha contra los imperios, las desigualdades sociales y las dictaduras. Estas obras murales, hacia los aos 70 y 80, se caracterizan por que ante todo son un gesto de rechazo a las dictaduras de la poca, y porque son elaboradas al lado y con los trabajadores, los sindicatos y los luchadores sociales; que de nuevo por estos das, tambin levantan su voz de protesta contra la voracidad del im-perio Norte americano.

    El muralismo mejicano por sus grandes aportes a la plsti-ca, no solo desde su concepto como registro histrico y cultu-ral, constituye adems todo un aporte revolucionario, por los mismos desarrollos estticos, tcnicos y plsticos que l alcan-za: la creacin de la perspectiva poli angular, el uso del Screen, el proyector de imgenes, las pin-turas acrlicas y las lacas para la realizacin de los murales, son los aportes de los grandes maes-tros del muralismo, que cons-tituyeron todo un salto cualita-tivo en la historia universal del arte mural. Entre sus seguidores, encontramos despus artistas como Oswaldo Guayasamn, Pe-dro Nel Gmez, Arles Herrera y diferentes artistas; que en toda Nuestra Amrica, hoy proclaman por un arte que vuelva a sus races comunitarias, y ms an, por un arte mural de concep-cin identitaria, revolucionario y comprometido con los cambios que requiere nuestra sociedad y nuestro tiempo.

    Desde otros espacios y otros contextos en Nuestra Amrica, que evidencian en gran medida el abandono de los Estados y la falta de polticas culturales; son mu-chos los y las jvenes, que dentro de nuevas expresiones del arte mural, ahora asociado a expresio-nes musicales y danzaras, como el Rap y el Hip HOP, o a veces desde expresiones expontaneistas, que tambin levantan sus nuevas ban-deras, para reclamar por un arte y un movimiento cultural que les de voz y voto, que les reconozca un espacio digno en la vida social y poltica, y su derecho a la liber-tada y posibilidad de expresin: por una concepcin del arte, que ante todo, respete su derecho a protestar contra la discriminacin socioeconmica y en general con-tra la descomposicin y el estado actual de cosas, que vulneran has-ta sus ms elementales derechos. Hoy son multitudes de jvenes, que gritan desde las paredes, por

    Tribu Muralista La Mancha / Venezuela

    Tribu Muralista La Mancha / Venezuela

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    un arte que hable de su realidad, de sus limitaciones y de sus angus-tias, de su inconformidad por el abandono, la descomposicin y la miseria, en que los han sumergido por estos das, las elites y los go-biernos neoliberales.

    Pero las expresiones dentro del arte mural, son un fenme-no mucho ms complejo, grande y profundo dentro del modelo de sociedad capitalista Neoliberal; aqu tambin el burgus se hace victima de su invento, y hoy en nuestras sociedades, de una u otra manera, todos los jvenes crecen en medio del abandono: cuando no carecen de condiciones dignas de vida y de los derechos funda-mentales, que les garantice forma-se para desarrollar sus aptitudes

    estticas, carecen de afecto, de la compaa de sus padres y de espacios de comunicacin con stos ; limitndose igualmente el desarrollo del ser humano y sus habilidades expresivas. Es por eso, que como obedeciendo a la naturaleza social que dio origen a la cultura Humana, hoy los jvenes en su gran mayora, buscan la manera de colectivizarse y de expresarse; y sus grafitis y pinturas en las paredes, son las formas que ms proliferan por estos das en todas las ciudades.

    Sin embargo y como consecuencia lgica del abandono estatal, encon-tramos que muchos de stos murales, son realizados por jvenes sin ma-yores conocimientos sobre la historia del arte, del mural y del muralismo, sobre las teoras del arte y sus filosofas, sobre sus medios y sus tcnicas; o simplemente son realizados en forma rudimentaria, porque estos jve-nes, no solo carecen de los recursos para su formacin, sino tambin para la misma ejecucin de sus murales. Estas carencias en la formacin de los jvenes artistas y en la elaboracin de sus murales, solo revelan, reitero, la falta real de polticas culturales de carcter democrtico, que tengan en cuenta a los jvenes y las jvenes en sus distintas necesidades de expresin y colectivizacin; pero de igual manera, las necesidades de expresin de los jvenes de los distintos sectores sociales.

    Junio 27 de 2011

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    Lo tendra todo,si no me faltara el miedo...

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    UNA LECCIN HISTRICA. Oportuna leccin viene a constituirse la pu-blicacin en nuestra revista del siguiente documento, para las actuales circunstancias de aparentes reparaciones de vctimas y de uso constitu-cional de la democracia en varios de los pases de Nuestra Amrica. Pues tales acciones no esconden otra cosa que liberar de trabas y justificar los Tratados de Libre Comercio con los Estados Unidos, que se encuentran en curso de aprobacin; mostrando en el papel la defensa y proteccin de los derechos humanos, sobre los cuales tanto se ha presionado desde el congre-so norteamericano, a los pases interesados en la aprobacin de tal tratado.

    Se trata del documento escrito por el maestro Ernesto Sbato, para el in-forme entregado al gobierno argentino en 1984, en el cual se dan a conocer una buena parte de los inmensos crmenes cometidos por la dictadura. No son un conjunto de maquillados procesos judiciales o campaas de perdn como las impulsadas (con el mismo nombre del documento de Sbato, nun-ca ms, que irona!) en los ltimos das por nuestro Ministerio de Defensa.

    Eso viene a ser el rescate de este texto: una leccin histrica para ese camino de crmenes de Estado que se sigue repitiendo en nuestro pases, por parte de ese hombre fallecido el pasado 30 de abril, y para quien sus preocupaciones metafsicas siempre fueron ms all de los Hroes y tumbas de cada pas, de los Abaddones y exterminadores apocalpticos pregonados en las ltimas dcadas y de ese Tnel oscuro y desconocido que todos lleva-mos dentro, por el cual llegamos a realizar las peores atrocidades de nuestra especie. Fue el compromiso de un verdadero intelectual americano.

    Seleccin:Ricardo Torres Ortega

    http://www.nuncamas.org/investig/articulo/nuncamas/

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    La CONADEP estuvo integrada por Ernesto Sbato (presiden-te), Magadalena Ruiz Guiaz, Ricardo Colombres, Ren Fa-

    valoro, Hilario Fernandez Long, Carlos Gattinoni, Gregorio Kli-

    movsky, Marshall Meyer, Mons. Jamie F. de Nevares, Eduardo

    Rabossi, Santiago Lpez, Hugo Piucill, Horacio Huarte, Gracie-

    la Fernandez Meijide, Daniel Salvador, Ral Aragon, Alberto

    Mansur y Leopoldo Silgueira.

    Nunca MsInforme de la Conadep

    Septiembre de 1984

    Ricardo Torres Ortega - Redaccin Nuestramrica

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    A poco de hacerse cargo del gobierno, el presidente Ral Alfon-sn orden el procesamiento de las Juntas Militares que gobernaron durante la dictadura militar (1976 - 83), responsables, en ltima ins-tancia, de los horrores cometidos y nombr una comisin para inves-tigar esos crmenes (CONADEP). Como presidente fue designado Ernesto Sbato. Al cabo de nueve meses, esa comisin expidi sus conclusiones, resumidas en el libro Nunca ms, que lleva un prlogo escrito por el propio Sbato que aqu transcribimos.

    PorERNESTO SBATO

    Durante la dcada del 70 la Ar-gentina fue convulsionada por un terror que provena tanto desde la extrema derecha como de la ex-trema izquierda, fenmeno que ha ocurrido en muchos otros pases.

    As aconteci en Italia, que durante largos aos debi sufrir la despiadada ac-cin de las formaciones fascistas, de las Brigadas Rojas y de grupos similares. Pero esa nacin no abandon en ningn momento los principios del derecho para combatirlo, y lo hizo con absoluta eficacia, mediante los tribunales ordi-narios, ofreciendo a los acusados todas las garantas de la defensa en juicio; y en ocasin del secuestro de Aldo Moro, cuando un miembro de los servicios de seguridad le propuso al General Della Chiesa torturar a un detenido que pareca saber mucho, le respondi con palabras memorables: Italia puede permitirse perder a Aldo Moro. No, en cambio, implantar la tortura.

    No fue de esta manera en nuestro pas: a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el podero y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinand