Maestros y guías de la vida espiritual

109
Maestros y guías de la vida espiritual [cycloneslider id=”maestros-y-guias-de-la-vida-espiritual- slider”] Cristian Romano: Nos acompaña el padre Alejandro Nicola , quien es párroco de la parroquia Cristo Redentor, es bachiller en teología por la universidad Católica Argentina, Magister licenciado en teología con mención en patrística por la Pontificia Universidad Católica de Chile Padre .¿Quiénes son los padres de la iglesia y cual es su importancia para nosotros? . Padre Alejandro: Son aquellos hombres que con su testimonio y con su pensamiento han logrado hacer una lectura de la palabra de Dios adecuándola a la realidad que le tocó vivir sentando las bases de lo que la iglesia es hoy. Ellos dieron a luz la vida de la iglesia, la teología, una manera concreta de vivir eclesialmente. C.R.: En este tiempo de adviento que nos invita a la reflexión nos quedemos con un solo ámbito de la conversión, solamente en pensar y reflexionar, quedándonos en lo teórico y el compromiso concreto con el hermano, queda para más adelante. P.A.: Por eso San Juan Crisóstomo con su testimonio, prédica, hablar y obrar fue delineado el origen del compromiso social de los cristianos en medio de su pueblo. Crisóstomo en griego significa boca de oro, por la fuerza y el fuego de su predicación C.R.: Vamos dejar planteada la consigna a través de algunas pregunta. ¿Dios quiero que yo sea pobre? ¿ es malo ser rico? San Juan Crisóstomo vivía en una época concreta, podrías contextualizar en que época estamos ubicados a nivel histórico, político y social.

Transcript of Maestros y guías de la vida espiritual

Maestros y guías de la vidaespiritual

[cycloneslider id=”maestros-y-guias-de-la-vida-espiritual-slider”]

Cristian Romano: Nos acompaña el padre Alejandro Nicola ,quien es párroco de la parroquia Cristo Redentor, es bachilleren teología por la universidad Católica Argentina, Magisterlicenciado en teología con mención en patrística por laPontificia Universidad Católica de ChilePadre .¿Quiénes son los padres de la iglesia y cual es suimportancia para nosotros? .

Padre Alejandro: Son aquellos hombres que con su testimonio ycon su pensamiento han logrado hacer una lectura de la palabrade Dios adecuándola a la realidad que le tocó vivir sentandolas bases de lo que la iglesia es hoy. Ellos dieron a luz lavida de la iglesia, la teología, una manera concreta de vivireclesialmente.

C.R.: En este tiempo de adviento que nos invita a la reflexiónnos quedemos con un solo ámbito de la conversión, solamente enpensar y reflexionar, quedándonos en lo teórico y elcompromiso concreto con el hermano, queda para más adelante.

P.A.: Por eso San Juan Crisóstomo con su testimonio, prédica,hablar y obrar fue delineado el origen del compromiso socialde los cristianos en medio de su pueblo.Crisóstomo en griego significa boca de oro, por la fuerza y elfuego de su predicación

C.R.: Vamos dejar planteada la consigna a través de algunaspregunta.¿Dios quiero que yo sea pobre? ¿ es malo ser rico? San Juan Crisóstomo vivía en una época concreta, podríascontextualizar en que época estamos ubicados a nivelhistórico, político y social.

P.A.: No tenemos que trasladar al siglo cuarto de la eracristiana en el cercano oriente, zona del Asia Menor lo que esla actual Turquía, particularmente en la zona deConstantinopla, capital del imperio romano en oriente. HoyConstantinopla es Estambul la capital de Turquía.En la zona sur frente al mar Mediterráneo se encuentra otraciudad importante, Antioquía. Aquí estuvo Pablo, también SanIgnacio , una ciudad bastante grande , aquí tuvo lugar laescuela de antioquena que junto con la escuela de Alejandría ,son las principales escuelas filosóficas y teológicas de laépoca.Nos vamos a situar en Antioquía en el año 349 Este año naceSan Juan Crisóstomo quien vive un tiempo en Antioquía ydespués se traslada como obispo a ConstantinoplaEsta es una época de los grandes padres de la iglesia deoriente, y vienen de grandes familias cristianas y hanrecibido una formación clásica en filosofía y en retórica,aunque han postergado su bautismo para cuando sean másjóvenes. San Juan Crisóstomo se va a bautizar a los 18 años.El recibe una fuerte enseñanza griega y comienza a brillardesde sus comienzos. Sus maestros le tenían gran aprecio yadmiración por la elocuencia en su manera de expresarse, hablar y su oratoria . Otra de las características es queConstantinopla va a ser el centro y va a mantener la culturapor más de diez siglos. El imperio romano de occidente va acaer el 476, en cambio el imperio romano de oriente va a durarhasta 1453. Se hace fuerte la centralidad del poder y la corteimperial va a residir ahí.Constantinopla es una gran ciudad cosmopolita de unos 200.000habitantes aproximadamente, donde residía el poder imperial,la corte, allí estaba el palacio del emperador. Una ciudad consuburbios, comercios y la pobreza también crecía en losalrededores.

C.R.: Ese sería en contexto donde se va a mover San JuanCrisóstomo ¿como ha sido la vida de San Juan Crisóstomo?

P.A.: San Juan Crisóstomo comienza con algo que le transmitesu madre, un gran deseo de vivir el cristianismo y de seguir aJesús, por eso el se va a las montañas a leer la biblia y losevangelios y nutrirse de Jesucristo. Está un tiempo comomonje, después es ordenado diácono y durante su diaconadoejerce una labor caritativa durante 5 años dedicándose a lospobre y más necesitados. Luego es ordenado sacerdote. A partirde aquí comienza un periodo de gran predicación. La gentellena las iglesias y comienza a traer a gente de otros ladosdebido a la fama y la belleza de su predicación sobre todo porel contenido. Llegaba profundamente al corazón de laspersonas. De allí lo de ‘boca de oro’ ya que no solo había elocuencia sino que llegaba al corazón y transmitía la verdaddespertando en la gente el deseo de imitar lo que el estabatransmitiendo.

C.R.: En el hoy, ¿existe elocuencia? Hay muchas palabras queno transmiten sabiduría

P.A.: Uno puede recurrir al uso de palabras bonitas pero lahora de la verdad no transmiten nada. En San Juan Crisóstomo se combina la belleza de la expresión, el estilo con la verdad, el resultado es dinamizador para el oyente.

C.R.: esta rectitud en proclamar ha hecho que San JuanCrisóstomo se gane muchos enemigos.

P.A.: Al ser elegido obispo de Constantinopla ocupaba elmáximo lugar, era el patriarca de muchos obispados. Estando enConstantinopla era el que le tenía que predicar al emperador.El emperador era cristiano y tenía que ir a misa. San JuanCrisóstomo está en la capital del imperio donde se digita eldestino de una nación.

C.R.: muchos dicen que mueren de la forma en que han vivido.Como ha terminado San Juan Crisóstomo?

P.A.: San Juan Crisóstomo como obispo señala los excesos decorte imperial, el lujo, el despilfarro. Por ese motivo se lo

exilia tres veces fuera de Constantinopla, aunque fue y vinopor pedido de la gente. Pero termina en el exilio. Lo últimoes que lo mandan a que camine y camine, de hecho muerecaminando con un amor, entregado a defender la verdad, con laconvicción de que el evangelio tocara todos los sectores de lavida y de la gente de su pueblo. Desde el emperador hasta elúltimo artesano.

C.R.: ¿Eso puede ser verdad hoy, padre?

P.A.: Deberíamos descubrir si el evangelio nos compromete comolo comprometió de corazón a San Juan Crisóstomo

C.R.:Es un ejemplo que nos está interpelando

P.A.: San Juan Crisóstomo fue un hombre que vivió el evangeliohasta las máximas consecuencias. Hasta fue destituido de sulabor como pastor, por defender una verdad, siendo coherente.El predicaba en la basílica de Santa Sofía, en la actualidades una mezquita mozárabe, es inmensa y San Juan Crisóstomollenaba, aproximadamente cien mil personas escuchaban lashomilías las cuales no eran para nada cortas, pero el sepreocupaba desde el que pedía moneditas en la puerta hasta elque estaba en el primer banco con joyas y coronas. Por eso elevangelio de Jesús es para todos

C.R.: San Juan Crisóstomo siempre denunció este contrasteentre el despilfarro extravagante del los ricos y laindigencia de los pobres, pero para poder tener esteconocimiento el entró en la realidad de su pueblo, ha tenidoel oído de su pueblo y un oído en el evangelio ¿Cómo hace paraconocer esta realidad?

P.A.: San Juan Crisóstomo conoce el corazón y la circunstanciaen la que vive cada una de las personas a las cuales debepastorear. Conoce los matrimonios, las viudas, sussacerdotes, las vírgenes, los artesanos, la corte, es unhombre que se mueve por todas partes de alma noble y grande, que va mirando, escuchando, por eso antes de señalar cualquier

exceso el primero se dedica a contemplar cada una de lasrealidades que le toca vivir a su gente. Por eso la figura delobispo y pastor es de un gran hombre que atiende a ladimensión de la dignidad integral de la persona. San JuanCrisóstomo tiene uno de los primeros tratados sobre elmatrimonio y las familias.Pensemos que estamos hablando del siglo IV, ya hacía unaadvertencia sobre esta cuestión, lo que muestra que San JuanCrisóstomo era una persona que caminaba las calles de supueblo, miraba las familias. También va viendo los excesos quetiene el clero de su época, el apego al dinero a los bienes,las riquezas. Frente a esto, plantea una reforma dentro de laiglesia. Hace falta mayor austeridad y dedicación, pero con lacolaboración de los laicos .Pensaba en la necesidad de vivir en comunión, entre todos serresponsables, no solamente el cura el que todo lo sabe sinoque entre todos ser responsables de la tarea de evangelizar .

C.R.: camino a la navidad compartimos la vianda con el padreAmérico Aguirre , Dios que camina hacia nosotros paraencontrarnos.

Padre Américo Aguirre: Dios camina hacia nosotros, ya San Juandecía vino a los suyos y no lo hemos recibido. En esa venidaDios tomó la iniciativa antes que nosotros lo mereciéramos, ELpensaba en nosotros. No desperdiciemos este momento. Para ellocomo decíamos en la primera meditación, debemos estar atentosy vigilantes. Este Dios es desconcertante, en cualquiermomento aparece y hay que descubrirlo. Para entender a Diostenemos que familiarizarnos con EL, de manera de saber cuandonos está probando cuando nos hace gustar todo lo que nos varegalando y muchas veces no lo descubrimos. En la meditaciónnos damos cuenta que Dios se ha encontrado muchas veces connosotros.Cuando Juan el bautista estaba anunciando la llegada , de eseencuentro, insistía en la en algo importante , la conversión.Ese Dios cuando se encuentra con nosotros ese Dios tiene que

hacer un cambio profundo. A Juan el bautista le preguntaban¿Qué debemos hacer? , pregunta que nos deberíamos hacertambién nosotros. El encuentro con Dios debe darnos signosconcretos de que El está en nosotros.La llegada de Dios al mundo habla de ese cambio profundo ytransformación, lo cual nos lleva a hacer. Muchas veces faltael compromiso entre los cristianos, hablamos y hablamos y nohacemos. En el hacer en primer lugar tenemos que cambiar elcorazón, recordemos que uno de los manjares que ya hablamos, era la reconciliación de manera que nos encontremos con eseDios que viene a transformarnos, a sacarnos de nuestraindiferencia, a interesarnos por el hermano, a ponernos ardorfrente a nuestra tibieza y sobre todo a que tratemos deencontrarnos con Él , Él ya tomó la iniciativa.Todo lo que Dios toca transforma.

C.R.: San Juan Crisóstomo tenía la valentía de pararse frenteal poder imperial y con mucho respeto y humildad hacer unacrítica a este lujo excesivo del cual se rodeaban

P.A.: En una de las homilías le habla a la emperatriz.:consideras sino junto a cuantos vientres vacíos pasas conesa figura , junto a cuantos cuerpos desnudos con esa pompasatánica , cuanto mejor fuera alimentar esas almashambrientas que no horadar los lóbulos de las orejas y colgarde allí , vana y neciamente, el sustento de miles de pobres.¿es acaso para ti ser rica? ¿es una alabanza ir cargada deoro? Aún cuando todo eso que llevas puesto fuera fruto de tujusto trabajo tu culpa sería muy grande, mas eso se añade queprocede de la injusticia considera a que extremo llegará¿Cómo podrás así ataviada besar y abrazar los pies de Cristo?Él rechaza esos adornos por eso quiso nacer en la casa de un artesano o mejor decir, ni siquiera en la casa, en un establo,en un pesebre. ¿Como pues podrás verle sino tienes la bellezaque el ama ni te adornas con el ornato que le es agradablesino con el que le es aborrecible? Porque quien a Cristo seacerca no tiene que engalanarse con tales vestidos sino con la

vestidura de la virtud.Es un texto de 1600 años, para pensar en nuestra realidad.San Juan Crisóstomo de cara a la emperatriz le señala estaincoherencia

C.R.: San Juan Crisóstomo no trata de enfrentar a pobres yricos.

P.A.: El señala la inequidad y el mal uso de los bienes. El noestá en contra de los ricos , él lo dice y también le llama laatención a los pobres, no es malo ser rico, no es malo serpobres, es malo cuando no se comparte . Una de las claves esla comunicación de los bienes. Uno puede ser pobre y muyegoísta y no colaborar con nada. No hay que entrar en bandossino buscar un equilibrio en la sociedad.

C.R.: Podríamos ir dando alguna respuesta. Cuando hablamos dericos hacemos referencia a los que tienen grandes cantidadesmateriales pero también hablamos de actitud de lo que está enlo profundo del corazón, es decir como el hombre se vacomportando en torno a lo que tiene-

P.A.: San Juan Crisóstomo señala que no es malo el vino sinola embriaguez, no es malo ser rico sino la avaricia, el usodesmedido de los bienes, el despilfarro..No está mal tenerbienes. Hago mal cuando pongo mi seguridad en esos bienes,cuando me vanaglorio y me lleno de orgullo, de soberbia comosi eso me hiciera más importante con respecto a los que menostienen. Si tenemos bienes y riquezas, se humilde, sencillo ycompartilo.

C.R.: pensaba en el texto anterior ‘a quien a Cristo se acercano tiene que engalanarse con vestidos ’ y me pregunto¿nosotros queremos acercarnos a Cristo?

P.A.: San Juan Crisóstomo juega con esta imagen de losvestidos, el ornato, el oro, las joyas de la riqueza externapara contrastar con la riqueza interior. El verdadero vestidoes la virtud y la virtud es el recto uso de los bienes, es

la humildad, la sencillez. San Mateo dice en lasbienaventuranzas, “bienaventurados los que tienen el corazónde pobres porque de ellos es el reino de los cielos”. No es lapobreza alabada como condición social sino a la capacidad deser desprendido. Uno puede ser muy rico y tener mucho dinero yno tener miedo de sentar a su mesa a un pobre. Esa es laactitud y la virtud que alaba San Juan Crisóstomo. No es elrico el que está rodeado de muchas cosas sino el que nonecesita de muchas, ni es pobre el que no posee nada sino elque desea muchas cosas. La riqueza es saber vivir con lonecesario, no desear de más, en cambio el pobre es el quequiere tener mucho más ¿que señala Jesús en su evangelio? Quedifícil será para los ricos entrar en el Reino de lo cielos,pero para Dios no hay nada imposible. Allí Jesús nos alienta,

C.R.: Hablamos sobre la pobreza espiritual y la riquezaespiritual.

P.A.: Hay una realidad de pobreza material que tiene que vercon miseria y con situaciones de indignidad. Hay una riquezamaterial que tiene que ver con la cantidad de bienes perotambién hay una pobreza espiritual que tiene que ver con laactitud con la que se viven los bienes. Uno puede ser pobrematerialmente y rico espiritualmente, y puede ser ricomaterialmente y también rico espiritualmente y vivir con unaactitud de humildad y pobreza. No debemos pensar que los ricospor ser ricos son malosSan Juan Crisóstomo dice: si usas de la riqueza para practicarla beneficencia la riqueza a sido para ti ocasión de un bien,mas si la empleas como instrumento de avaricia, de rapiña y deinsolencia le has dado un uso contrario al anterior. Siquieratampoco la riqueza tenga la culpa de ella sino el que usó dela riqueza para esa insolencia. Lo mismo cave decir de lapobreza, si generosamente la sobrellevas con asimiento degracia al Señor, la pobreza se habrá convertido para ti enocasión y motivo de gloria. Más si blasfemas por ella a tuCreador y maldices su providencia has hecho a su vez mal uso

de la pobreza. Sin embargo como en el caso del rico no era lariqueza culpable de la avaricia, sino el que hizo mal uso deella. Así aquí, no culpemos de la blasfemia a la pobreza sinoel que no quiso llevarla con rectitud. En todos los casos laalabanza o vituperio, tiene por blanco nuestra intención ylibre albedrío. Buena es la riqueza pero no en absoluto, sinoaquella que está limpia de pecado. Mala por el contrario es lapobreza, pero tampoco en forma absoluta sino en la boca delimpío porque se irrita y blasfema y se impacienta y maldice dequien lo ha creado.

No es la riqueza o la pobreza sino la actitud interior con quela enfrentamos

C.R.: otro punto es como San Juan Crisóstomo relaciona aCristo en la Eucaristía y en el pobre.

P.A.: El va a señalar que Jesús está presente en el pobre. Recordemos que en esa época se vivía una gran liturgia muycuidada y muchos signos, con canto, adornos, lleno deefusividad.Nosotros estamos adorando a Cristo, el está presente en laeucaristía , pero, ¿qué pasa con la presencia de Cristo queestá en el hermano?

C.R.: quiero compartir una homilía de San Juan Crisóstomo.¿quieres honrar el cuerpo de Cristo ? No permitas que andedesnudo, no lo honres vistiéndolo aquí con ropa de sedamientras permites que afuera se muera de frío y desnudez. Élque dijo, éste es mi cuerpo y con su palabra dio fundamento anuestra práctica es el mismo que dijo, me viste hambriento yno me diste de comer y también lo que no has hecho con uno deestos pequeños tampoco me lo hiciste a mi. Este sacramento nonecesita manteles limpios sino almas puras. En cambio el pobrerequiere mucha dedicación, aprendamos entonces a pensar comocorresponde y a honrar a Cristo como El quiere ser honrado,para quien recibe un honor, el honor más grato es el que Élquiere, no el que nosotros imaginamos. Pedro pensaba que

honraba al Señor al no permitirle que no le lavara los pies,pero esto no era honor sino lo contrario. Tú hónralo con estemismo honor que el estableció por ley. Gasta tus riquezas enlos pobres porque Dios no tiene necesidad en vasos de oro sinode almas de oro. Cuando hablo de esta manera no estoyprohibiendo que se hagan éstas ofrendas sino que estoyexigiendo que después, incluso antes de hacerlas, se hagalimosna. Dios acepta las ofrendas para el templo pero muchomás la limosna. En el primer caso se beneficia solamente elque las da, pero en el segundo es beneficiado también el querecibe , en la ofrenda puede suceder que la acción sea causade ostentación, en la limosna todo es amor al hombre.Recordemos lo que ha dicho el Papa Benedicto XVi en eldiscurso inaugural de la 5ta Conferencia Episcopal latinoamericana:: la evangelización ha ido siempre unida a lapromoción humana y a la auténtica liberación cristiana

Las pérdidas, el duelo: cómoelaborar positivamente laspérdidas.

[cycloneslider id=”las-perdidas-el-duelo-como-elaborar-positivamente-las-perdidas-2-slider”]

Hoy retomamos el tema de un programa anterior: cómo elaborarpositivamente las pérdidas humanas, el significado del dueloel vida de las personas y la importancia de poder elaborarlosde un modo creativo, superador , sacar de lo que parecía nada,carencia u oscuridad podamos encontrar la luz. Nos acompaña elpadre Tomás PastorinoPara ir entrando en tema prestemos atención a la siguientehistoria

Cristina había descubierto que tenía un tumor poco después dehaber regresado del viaje de bodas con Martín. Su malestarpersistente le había convencido de someterse a una serie depruebas diagnosticas. Su tumor pronto fue confirmadoamargamente. Se sometió a una operación inmediata y a unaserie intensiva de terapias, radioterapias y quimioterapiasque tenían la finalidad de detener el mal antes que tomaraventaja. Las semanas y los meses siguientes se caracterizaronpor un vaivén de esperanzas y contratiempos por unaperegrinación agotadora entre la casa y el hospital.Martín y Cristina desde el comienzo habían instaurado unarelación basada en la honestidad ante la realidad de lasituación que ellos llevaban adelante. Esto les habíapermitido abrirse libremente, ya sea para deshogar loscontratiempos y temores, ya sea para animarse y sostenerse concualquier prisma de optimismo por el desarrollo de lasituación. Cuando Cristina quedaba agotada después de lasesión de quimioterapia y se dormía, Martín se quedaba cerca yantes de volver al trabajo le dejaba en la mesita de noche susmensajes de afecto y de ánimo. Era una relación de amor,conmovedora en la que ambos luchaban juntos por su futuro.Había uno que otro día sereno pero eran cada vez másfrecuentes los días de lluvia. A medida que sus esperanzas sedebilitaban, aprovechaban el tiempo presente compartían suspensamientos y los largos silencios cargados de significado.Poco a poco se estaban diciendo adiós llorando juntos por lossueños y las esperanzas a los que se veían obligados arenunciar pero reafirmando la fuerza de su amor aunquesumergido en el sufrimiento. Finalmente cuando Cristina expiróentre los brazos del marido el adiós fue triste pero tambiénen cierto modo había sido preparado por todos aquellosmomentos que lo habían anticipado

Cristian Romano: Padre Tomás , verdaderamente un dueloanticipado

Padre Tomás Pastorino: Si. Todos los seres humanos deberíamos

ir preparándonos para la partida de este mundo al otro. Eltema de la muerte nos causa miedo porque no lo conocemos.Debemos pensar más allá de lo físico, el amor y la entrega nospermite vivirlo de un modo distinto. Si bien hay unaseparación física en las pérdidas humanas, hay que vivir otradimensión, una relación en el amor que va más allá de tiempo ydel lugar, como el amor de Dios que es eterno y para siempre

C.R.: Ante una partida que es inevitable, lo importante es noquedarse y compartir los sentimientos y preparándonos para lapartida

P.T.:. Es vivir la realidad con otros ojos. Hay dos caminos:el positivo es el que me ayuda a trabajarlo y a enfrentarlo.Lo voy a llevar adelante con otra carga de contenido y elcontenido va a ser el que yo le ponga a la vida, a cada gestoen cada instante de mi día.La otra es ir pateando piedras, el camino lo recorro de igualmanera pero con ánimo y con una carga emocional distinta

C.R.: Una carga emocional y ánimo distinto, traducida enesperanza

P.T.: El amor es espera, es vivir el diario hacer de lascosas, Dios nos invita a ser llamándonos a ser hijos de Dios.El amor de Dios transforma lo que toca porque es difusivo,allí está el misterio de Dios. Desde aquí en la tierra puedodar ese salto a la eternidad, un salto hasta Dios. El amorcomienza pero no tiene fin.

C.R.: En este tiempo de espera el Señor nos invita a alimentarla esperanza y a descubrirla. . La propuesta es: ¿Comoelaboramos las pérdidas en clave de esperanza?

P.T.: El término duelo, viene del latín dŏlus, dolor y seríala respuesta emotiva y natural a la pérdida de algo o dealguien y se va manifestar en el proceso de reaccionespersonales que siguen a una separación.El término luto del latín luyere, llorar, es la aflicción por

la muerte de una persona querida. Se va a manifestar ensignos visibles externos, en comportamientos sociales, enritos religiosos. Uno de los signos en el siglo pasado cuandouno perdía un ser querido, era llevar un brazalete negro. Alprincipio todo de negro por un determinado tiempo, despuéspasado ese tiempo, medio luto, tenían que llevar algo negro,hasta llegar a una cintita negra. Son comportamientos socialesque mostraban que esa persona había perdido un ser querido.

C.R.: Cuando uno va creciendo se producen separaciones ypérdidas, sobre todo cuando una persona fallece.

P.T.: Visto desde la fe no es una pérdida sino una ganancia.Nuestros seres queridos ya están en el cielo, lugar dondenosotros queremos llegar. Ellos se han adelantado en estecaminar. Nosotros vamos hacia ese objetivo que es el encuentrodefinitivo con Dios.En vez de preguntarnos Señor ¿esto por que? , debemospreguntarnos, Señor ¿esto para qué? ¿Qué querés conmigo? ¿Quéquerés con esta pérdida? ¿Señor, en qué tengo que crecer? ¿Aqué me llamas a madurar?Hay un llamado a reorganizar nuestra escala de valores, atrabajar y elaborar las pérdidas, para que la pérdida puedaser un elemento positivo de crecimiento y maduración humana ycristiana y de esa manera poder seguir caminando más integradoa la vida, sin patear piedras. Dios me llama a vivirintegrado, en armonía yendo hacia ese encuentro definitivo conEl.

C.R.: Kubel Ross define etapas en un proceso de duelo

P.T.: Lo primero que atinamos a decir es ‘a mi no me pasónada’. La negación y el rechazo .Es el mecanismo por el cualla persona rechaza la idea de pérdida. Esto no me puedesuceder a mi. Hay una muestra de incredulidad ante el tema.Niego lo que me está sucediendo. Después me enojo, ya quecomienzo a reconocer la verdad de lo que me está pasando. Aparece aquí un elemento natural, la rabia, el enojo contra

Dios, contra los demás.Luego viene el pacto, se da el compromiso sobre la verdad,pero con condicionantes por la falta. Hacemos algunos arregloscomo para ir pasándola, es como tirar la pelota para adelanteFrente a la constatación de la verdad se produce elabatimiento. Bajo los brazos, esto es imposible para mí, yo nopuedo, se me terminó el mundo y me deprimoEl último paso maduro es la aceptación. Se da unareconciliación con la verdad. Afirmo la verdad, estoy listo yme pongo a caminar. Al dolor no lo saco de mi vida, sino quelo incorporo, lo pongo a un costado, no lo tapo, reconozco eldolor. Asumo que no puedo estar físicamente con el serquerido. Entonces voy caminando asumiendo sanamente el podercompartir espiritualmente con el ser querido. No me detengo,no paro.Caso contrario cuando niego, tapo y reprimo la situación,humanamente me destruyo.

C.R.: Me paro en una parte de mi camino y no avanzo

P.T.: El árbol me tapa el bosque

C.R.: También hay reacciones típicas y normales ante elduelo. Y se expresan en todas las dimensiones de nuestrapersona. No sólo somos físico, mental o espiritual.

P.T.: Somos una unidad por lo tanto vamos a tener distintasreacciones, frente a diferentes pérdidas no siempre vamos areaccionar de la misma manera. Todo depende de lo que hemospuesto en la persona qua ha partido, que no siempre es igualen todas las personas. Por ejemplo mi relación con mi padre ocon mi madre, no son iguales. Si bien es la misma persona laque reacciona ante la pérdida, ha habido una forma derelación distinta entre una persona y al otraLa pregunta que debemos hacernos es ¿Qué quiero hacer de mivida, quiero seguir sufriendo?, o quiero asumir la cruz comolo hizo Jesús para que sea un elemento de Pascua, de paso dela muerte a la vida, a la resurrección, para que me ayude a

crecer y madurar y así vivir plenamente la vida que Dios nosregala

C.R.: Compartimos con ustedes algunas reacciones físicas. Lamuerte de una persona repercute en nuestro cuerpo produciendoalteraciones en el aparato digestivo, circulatorio nervioso yglandular. Otros pueden experimentar hasta la pérdida delapetito, es como que el cuerpo se revela y rechaza elalimento. Esto sucede con personas que viven solas, falta lamotivación de prepararlos, solo se limitan a comer parasobrevivir.También sucede con personas que han ido de viaje y tambiénsucede en los más pequeños que ante la falta de cariño hastaperdían la motivación de vivir

P.T.: Me ha tocado ver a niños en un hospital que a pesar detener todo para vivir, la falta de afecto producía tristeza.Pero cuando alguien le daba afecto y cariño el cambio era muynotorio.

C.R.: La aflicción del cuerpo debe ser escuchado, acompañado ytambién curado. Algunas investigaciones han revelado quemuchas dolencias físicas y mentales vienen después del duelo

P.T.: Estas reacciones son normales, debemos saber que esto vaa suceder , no hay que alarmarse ya que es un proceso naturaly tenemos que acompañarlo, darnos el tiempo para podertrabajarlo y seguir caminando para vivir en plenitud.

C.R.: Estamos en tiempo de preparación, de espera y esperanza.¿Que me pide el Señor? ¿Qué me quiere mostrar con esta pérdidaen clave de esperanza?Vamos a compartir el testimonio de un hermano. Nos acompaña elpadre Américo Aguirre párroco de la parroquia Nuestra Señorade Pompeya de la ciudad de La Plata, en la provincia de BuenosAires, referente de la diócesis de La Plata para los medios decomunicación. Va a compartir con nosotros caminar atentos paramantenernos en pié el día de su visita, preparándonos en este

camino a la Navidad en este tiempo de adviento

Padre Américo Aguirre: Jesús se definió, Yo soy el camino. Losprimeros cristianos llamaban a la fe el camino que tenían querecorrer y todos nosotros somos peregrinos. Aquí en la Platacuado tomamos una diagonal el camino se puede acortar pero sila tomamos mal se puede alargar. Una linda experiencia son loscaminos monótonos, largos . Yo soy de La Pampa , y muchasveces recorro largos caminos de llanuras a los que decimosmonótonos, pero son lindos ya que podemos contemplar,aprovechando el silencio, también a meditar y así poder entraren mi mismo, alimentar la soledad tratando en el silencio deescuchar al Señor. Muchas veces nos alimentamos con elsilencio y la contemplación. Las distancias y los caminoshacen que estemos atentos. La primer palabra de adviento fuevigilen, estén atentos no se duerman. Muchas veces resultatrágico dormirse en el camino. Cuantas cosas lindascontemplamos en el camino en la naturaleza y en el interior denosotros mismos, lo que hace muchas veces el camino más corto.Aprovechar el caminar saboreando lo que el camino nos propone.En este tiempo de espera de la venida intermedia de Jesús. Elya vino a traernos la redención, estamos esperando al Jesúsque ha de venir al final de los tiempos, y estamos viviendoeste tiempo intermedio donde nosotros debemos ir descubriendolas constantes presencias del Señor de diferentes maneras.¿Como ir atentos en este caminar? Le propongo tres manjarespara ir preparando esta Navidad . El primero es preguntarnos¿Cómo está mi corazón? ¿Mi corazón esta alejado de Dios?.¿Necesito una reconciliación? ¿Hay cosas que me distraen?Acudir a las citas comunitarias de la penitencia, que enmuchas parroquias lo hacenEl otro manjar es la Eucaristía, es sentir esa presenciaconstante de Jesús que nos alimenta espiritualmenteEl tercer manjar sería el de los simbolismos. Hoy nos ofrecenel árbol de Navidad, papá Noel, pero me quedaría con elpesebre que es el más claro y el que nos enseña como llegóJesús. Estuve en Israel y me conmoví mucho visitando estos

lugares sobre todo aquellos que hoy nos toca vivir, el lugardel pesebre, con sus símbolos que mostraban la presencia deJesús, María, José y. los pastorcitos. Un Jesús que venia atraer la paz.Un cuadro muy lindo mostraba a los pastorcito cuando se lesanunciaba el nacimiento de Jesús. Dicen que los pastorcitos seasustaron. Un detalle muy particular, un perrito ladrabafuriosamente y en un segundo momento cuando el ángel la da lanoticia del nacimiento de Jesús, se ve al mismo perrito conuna serenidad. Con este sentido debemos caminar esta Navidadque vamos a celebrar

C.R.: Estar atentos a estos tres manjares, a ver como está micorazón, mi comunidad. Con un corazón abierto. En camino a laNavidad, gracias, Padre Américo por esta viandita.

Retomamos el tema de las pérdidas. Padre Tomás, me quede conalgo que dijo un hermano oyente: si Dios quiso así, así tieneque ser. . Elaboramos este tipo de respuestas para tratar deconformarnos, pero realmente el duelo que vamos haciendo no vapor ese lado es como forzar algo internamente. Es comoreprimir cosas que están dando vueltas.

P.T.: Es una visión fatalista y sin esperanzas. Le hecho laculpa Dios y creo que eso me va ayudar a sufrir menos. O biendescargo la bronca. Tengo que enfrentar el problema no mepuedo quedar a mitad de camino. Debo tomar conciencia de lapérdida del ser querido y me pongo trabajar sobre esto.Elaboro el duelo y veo mis reacciones, dándole el cause que lecorresponde.La primer pérdida grande y grave que hemos tenido, es haberdejado el vientre materno, allí donde teníamos todo paraempezar a pelear la vida hasta el encuentro definitivo conDios. Cristo nos muestra que la vida no termina aquí, en elsepulcro. Tengo que hacer el esfuerzo para no quedarme a mitadde camino

C.R.: Ante el duelo, hay mecanismos de defensas. Estos

mecanismos ¿son buenos o malos? ¿Debemos dejar que surjan?

P.T.:: No buenos ni malos. Están en los seres humanos, perovan a ser buenos o malos de acuerdo a lo que yo haga conellos. Están en nosotros y los sicólogos lo definen como mecanismo de defensa inconciente frente al dolor, ante elesfuerzo. Este mecanismo trata salir para el lado contrariopara no enfrentarme con la realidad. La persona madura no leva a prestar atención y va aponer toda esa energía paraenfrentarse a la situación, dándole el cause que lecorrespondeLa persona inmadura se va a dejar llevar por esto que siente,escapándose. El problema en definitiva va a estar siempre ahí,hasta que algún día lo enfrente y lo trabaje.

C.R.:.¿Cuándo estos mecanismos terminan siendo negativos ?

P.T.: Cuando los pongo al servicio de mi necesidad es decir de lo que quiero y siento, y no de lo que debo hacer para querealmente me ayude a superar la situación.

C.R.: Cuando me agreden o me insultan tiendo a quererescaparme, pero al tiempo siento ganas de devolverle, ganas de venganza

P.T.: Si yo le contesto me estoy vengando y haciendo lo quesiento, pero ¿me ayudó a superar el problema? ¿Me ayudó acrecer humanamente? ¿Me ayudó a la sana convivencia? No, alcontrario, sigo aumentando el dolor, la bronca, la rabia y laangustia. Para enfrentar un insulto tiene que haber paz yarmonía.

C.R.: Mencionamos entonces algunos mecanismos

P.T.: : Del libro de Arnaldo Pangrazzi, El Duelo, comoelaborar positivamente las pérdidas humanas, (Editorial SanPablo) mencionamos algunos mecanismos de defensas:• La negación. Es la tendencia a negar la realidad .No quererenfrentar experiencias dolorosas. Me escapo, lo niego, no es

para mi.• Represión: Remoción en el ámbito de la conciencia de hechoso estados de ánimo que conllevan ansiedad. El mecanismo impideque los sentimientos salgan a flote. No quiero llorar, metrago el llanto. Tengo una frase muy plástica: Todo lo que sesepulta porque es cristiano, resucita. Yo lo sepulto en unlado, pero sale por otro. Recordemos que Jesús lloró ante lamuerte de Lázaro. A través del llanto puedo expresar el dolory la angustia, lo que vivo interiormente. Tampoco debo llorartoda la vida• La fijación: Es una detención en el desarrollo evolutivo quese manifiesta en ideas obsesivas. Puede ser causado porsituaciones en que la persona se siente demasiada protegida odemasiada frustrada. Me quedo fijo en una idea y de ahí no memuevo. Esto es dañino porque me quedo en este punto a partirde aquí, hago mi vida• La racionalización: Es un mecanismo adoptado frecuentementepara controlar la dimensión emotiva. Quien lo usa favorece ladimensión racional y no permite que emergen los sentimientos.Tengo que llevar en mi mano el sentimiento, trabajarlo yencausarlo y así poder manejarlo.

C.R.: Pienso en aquellos que han tenido una educación dondetodo era reprimido

P.T.: Es parte de una formación que hemos recibido pero notengo que irme al polo contrario y hacer lo que siento, porquevoy a terminar destruyéndome, y a los que tengo a mi lado. Notengo que dejarme llevar de las narices por el sentimiento,debo encausarlo y manejarlo. Con una actitud madura lo integropositivamente a mi vida.Otro de los puntos es:• El aislamiento: Tiendo a retirarme. Me niego a establecerrelaciones con los demás. Me quedo fijo con la persona que semurió.• La regresión: Me retrotraigo a un estadío de comportamientoanterior con el cual el individuo restringe el campo de sus

intereses y se vuelve niño. Me quedo en una etapa anterior.Si lo ven desde afuera, van a ver que no tiene uncomportamiento de adulto sino de niño.• La somatización: Es el mecanismo por el cual no se libera latensión sino que es absorbida por el organismo. Allí sepresentan los problemas tales como la gastritis, úlceras,problemas nerviosos. Inconcientemente toda esa energía vaaplicada a ese órgano del cuerpo. Así terminoautodestruyéndome.• La identificación: Es un proceso síquico y de identificacióncon otro. En este caso con el difunto del cual elsobreviviente interioriza los valores, los sentimientos, losintereses, los comportamientos de la persona que ha fallecido.Como si yo fuera el otro, vivo.

C.R.: El comprender la función de estos mecanismos deautoprotección que hemos presentado es para saber que estascosas nos ocurren. Debemos tener en cuenta la intensidad y laduración en el tiempo de estos mecanismos. Cuando permanecepor demasiado tiempo se vuelve patológico y nos desvían. Losmecanismos de autoprotección se vuelven rígidos,condicionándonos y bloqueándonos.

P.T.: La persona que no se deja llevar por estos mecanismos,mira cara a cara la realidad aún la que desconcierta,construyéndose un sistema de vida en el que tiene en cuentalos propios defectos y temores.

Los Amigos del Camino(Introducción a los Padres de

la Iglesia)Te invito a que cierres los ojos un ratito y te dejes llevarpor la imaginación, puedas poner tu corazón en este lugar.Vamos a compartir un hermoso cuento de Mamerto Menapacepublicado en La sal de la Tierra, editorial Patria Grande, sellama “Los dos paraísos”:“En el patio de tierra de mi casa había dos grandes paraísos.De chico, nunca me pregunté si ellos también habían nacido,crecido o sido transplantados. Simplemente, estaban allí, enel patio, como estaban el cielo, las estrellas, la cañada enel campo y el arroyo allá, dentro del monte.Estos dos grandes paraísos nos ayudaron a ponernos de pie,ofreciéndonos el rugoso apoyo de su fuerte tronco sin espinas.Encaramados a sus ramas miramos por primera vez, con miedo ycon asombro, la tierra allá abajo y un horizonte más amplioalrededor.Fue en ellos donde aprendimos que la primavera florece. Paraseptiembre, el perfume de los paraísos llenaba los patios y elviento de éste metía su aroma hasta dentro del rancho. Noperfumaban tan fuerte como los naranjos, pero su perfume eramás parejo, parecía como que abarcara más ancho. A veces, ungolpe de aire nos traía su aroma hasta más allá de loscorrales.Fue apoyados en sus troncos, con la cara escondida con elbrazo, donde puchereamos nuestros primeros lloros después delas palizas. Allí, en silencio, escuchaban el apagarse denuestros suspiros entrecortados por palabras incoherentes quepuntuaban nuestras primeras reflexiones internas de niñoscastigados. Los dos paraísos, en el silencio de sus arrugas,guardaron junto con nuestros lagrimones, esas primerasexperiencias sobre nuestra justicia, sobre la culpa, elcastigo y la autoridad.Los dos paraísos, cuando jugábamos a la mancha, transformabansu quietud en la piedra del “Pido” que nos convertido que nosconvertía en invulnerables. Y en el juego de la escondida

escuchaban recitar contra su tronco la cuenta que ibadisminuyendo el tiempo para ubicar un escondite. Y luego eranla meta que era preciso alcanzar antes que el otro para noquedar descalificado. Los dos paraísos participaron de todosnuestros juegos y fueron los confidentes de todos nuestrosmomentos importantes.Estos dos paraísos, al llegar la noche, podían estar allí ennuestro mundo amigo que se atrincheraba alrededor de ellos. Elfarol se colgaba de una de sus ramas y creaba una pequeñageografía de luz que era todo lo que nos pertenecía en estemundo. Desde la noche sabía llegar hasta nuestro puerto la luzde algún forastero o algún amigo náufrago de las sombras quehabía logrado ubicar el faro de nuestra lámpara suspendidaallí, en una de las ramas de los paraísos.Y es así que, cuando me vine al Sur, la imagen de los paraísosvino conmigo y conmigo fue creciendo al ritmo de mi propiocrecimiento. Los veía, simplemente, como parte de mi propiahistoria.Al volver luego de unos años, me impresionó ver nuevamente amis dos viejos paraísos familiares. Sí, eran los mismos,ocupaban el mismo sitio, los aseguraban las mismas raíces ylos identificaba por las mismas arrugas de sus troncos amigos.Estos dos paraísos, sin embargo, me parecieron más pequeños.Cierto: la cabellera de sus copas se había raleado y tal vezsus ramas ya no eran tan flexibles, pero fundamentalmentehabían quedado iguales, idénticos. No fue por haber cambiadoque me resultaron más pequeños. Yo diría que fue mi relacióncon ellos lo que había crecido, lo que me daba de ellos unavisión distinta. Quizás no es que los viera más pequeños, sinoque ya no me parec&i

Deseos no cumplidos,frustraciones y malosentendidos en los vínculos[cycloneslider id=”deseos-no-cumplidos-frustraciones-y-malos-

entendidos-en-los-vinculos-slider”]Te invito a que te puedas internar en esta escena que queremospresentarte:“- ¡Qué trabajo que me está dando esto! La verdad, no penséque me iba a llegar este tiempo. ¡No doy más! Esta maleza delas frustraciones, ¡cómo me hacen resistencia! Así no voy allegar a ningún lado. ¡Estas espinas de los malos entendidoscon mi esposo! ¡Yo cada vez me enredo más!A ver…ay, sí…acá estaba. ¡Cierto! Traje la herramienta deldiálogo para arrancar todos estos malos entendidos. Peroclaro, ¡qué me voy a acordar si estoy todo el día insinuandolo que necesito en vez de comunicar lo que pienso y lo quesiento!Ah, bueno… ¡Lo que me faltaba! Mirá este yuyo de laincomprensión, cuántas veces le habré dicho lo importante quees este evento para mí, pero claro, como nunca quiere ir… esmás, siempre le tengo que insistir…y claro, total, la quesiempre tiene que ceder soy yo…Como si esto fuera poco, me parece que me estoy hundiendo enel pantano de los no reconocimientos de mis esfuerzos. Enfin…”

¿Te han pasado alguna vez estas cosas? Malos entendidos,deseos no expresados de manera concreta y sencilla,comunicación distorsionada, insinuaciones…cuántas de estascosas se cruzan diariamente en este caminar que tenemos y nosvan entorpeciendo el paso y, por supuesto, nos van complicandola existencia, no solamente a nosotros, sino también a los quenos rodean. ¿Somos conscientes de estas malezas que nos vandificultando el paso? Vamos a descubrir y profundizar estas

cosas y otras más para ayudarnos a mejorar nuestracomunicación con los demás. Esto quiere ser un itinerario quenos permita identificar estos arbustos- a veces árboles omalezas- que nos impiden comunicar nuestra riqueza interior yrecibir lo que el otro nos entrega, nos impiden comunicarnuestro sentir y, de esta manera, abrir el camino paraencontrarnos los unos con los otros.Es claro que queremos dar pasos cada día y experimentar que noestamos quietos y estáticos, que queremos crecer, sentir queavanzamos con otros, no solos. Para esto se haceimprescindible que tengamos una comunicación madura y libre yque no dé lugar a equívocos, a suposiciones, a imaginacionesque nada tienen que ver con lo real, que nada tiene que vercon lo que verdaderamente pasa en el corazón de los otros.La comunicación no significa conversación, intercambio defrases, preguntas o respuestas. Ni siquiera significaexactamente diálogo. Podríamos decir que la comunicación esrelación y revelación interpersonal. Y es aquí donde nuestrocotidiano caminar se detiene porque fallamos y aparecen losconflictos y la sensación de insatisfacción con nuestrosvínculos y no encontramos respuesta al por qué de esto.La consigna es: en la relación con los demás- por ejemplo, contu esposo, con tu esposa, con tus hijos con tus amigos ocompañeros de trabajo- ¿a qué se deben los malos entendidos?Estos deseos no cumplidos o también frustraciones que solemosexperimentar muy cotidianamente.

Venimos conversando acerca de las grietas que tiene nuestracomunicación con los demás. Esas malezas que debemosidentificar que acechan justo en medio del sendero. Te acercoesta frase, este razonamiento que me vas a decir si te suenafamiliar. Por ejemplo: Si me ama, si me quiere, si me estima,si me considera su amigo, su compañero, tiene que descubrir yconocer mis deseos y realizarlos, tiene que saber qué esperode él. Si tengo que decírselo es señal de que es desatento oes señal de que no me ama, no me estima, no me valora. ¿Tesuena? Esto de creer que, porque el otro me ama, es amigo,

tiene que descubrir y conocer mis deseos. Este ejemplo nospasa a quienes tenemos unos poquitos años de casados, en losprimeros tiempos, en los que la comunicación verbal es muyintensa, gestos, miradas, pero, al pasar el tiempo, esto vacambiando. ¿Y qué ocurre? ¿Por qué ocurre este conflicto yaparece como una insatisfacción? ¿Cuál es el error frecuenteen este tipo de escenas?El error, según la experiencia, parece ser esta suposición,este dar por descontado que el otro ya conoce mis deseoscuando la realidad muestra que no es así. Ninguna de las dospartes advierte que sus deseos son desconocidos por el otro,ya sea por el cónyuge, por el amigo. Lo que pasa es queninguno comunicó claramente lo que quería. ¿Cómo te va a vosen estas situaciones? ¿Te ocurrió? ¿Te pasó esto de “yo penséque el otro me conocía” o “hace cuánto tiempo que nosconocemos, entonces ya tendría que saber qué es lo que megusta y qué no”? mientras tanto, yo no se lo manifiesto,mientras tanto yo no se lo he compartido a este deseo queahora veo frustrado porque el otro no puede darle realización.Es claro percibir cómo, cuando estas primeras expectativas,esperanzas que nosotros las lanzamos en el otro y las lanzamosy son defraudadas, por ejemplo, “yo creía que me iba aacompañar” y no lo hizo, “yo esperaba que sólo me escuchara” y¿qué hizo? Terminó sermoneándome y diciéndome qué tenía quehacer, en vez de escuchar y contenerme, que es lo quenecesitaba. Cuando pasa esto, cuando nuestras esperanzas quehemos lanzado al otro, sin decirle qué esperábamos, sondefraudadas, se van instalando una insatisfacción que me vaalejando paulatina y misteriosamente del otro. Y se vaacrecentando una sensación de frustración. Imagináte si pasanlos años y yo me obstino, me empecino en no decir nada porqueel otro tiene que reaccionar de acuerdo a lo que yo estoypensando y, si el otro también actúa de esta forma, imaginátea dónde vamos a ir llegando. ¿Qué ocurre? ¿Qué pasa? ¿Cuál esel punto clave de este conflicto? Y es cierto: nos estáfaltando una clara comunicación de las expectativas.“Expectativa” es lo que espero del otro, lo que cada uno

espera del otro, es mutuo. Es necesario que esta informaciónsea lo más exacta y concreta, como también ir renovándolacontinuamente en el curso del tiempo. Con tu marido, con tuesposa, con tus hijos, quizás, también con tu jefe, con tuscompañeros de trabajo, ¿comunicás con claridad tusexpectativas? ¿O me baso o me quedo o me amotino en que por sucariño hacia mí él tiene que saber lo que yo deseo? Ésta es lainvitación que te hago: que pongamos en marcha el corazón, bajo la luz del Espíritu Santo, para poder mirar sobrenuestros vínculos, sobre nuestras relaciones para que podamosdescubrir, por sobre todas las cosas, la verdad y en la verdadvivir y sentirnos libres y, siendo libres, amar y sentirnosamados. Éstos son algunos de los elementos que te vamosdejando en el camino. ¿Cómo vamos sacando del medio de nuestracomunicación, del camino estas malezas que aparecen? Éste esel tema que queremos dejarte para que juntos vayamos amasandoeste trigo que esperamos se convierta en harina para quepodamos alimentarnos del pan que nos pueda ir dando vida cadadía de nuestra existencia.

Es evidente que el punto clave es la comunicación. Y nos puedepasar que, por esta falta de comunicación mutua, esto de “loque espero del otro y lo que el otro espera de mí”, nosotrosdeterminemos muchas veces qué quiere el otro. ¿Por qué? Porqueno sé o, por lo menos, creo suponerlo. Iniciamos como uncertero proceso de imaginación de los deseos del otro, nosponemos especialistas en imaginarnos los deseos del otro deacuerdo a lo que creemos, a lo que vemos o a lo que nosparece. Y muchas veces, en realidad, no existen. Entoncesdesarrollamos una serie de acciones, todas dispuestas asatisfacer los deseos que el otro no tiene.Por ejemplo, se da lo que al otro no le interesa recibir. Ynosotros, por otro lado, deseamos ardientemente lo que el otrono nos da. Cada uno se va empecinando en este pensar que loque intuye es lo que el otro quiere o debe querer. Es como quenosotros autodeterminamos qué necesita el otro, en cambio deabrir el corazón y animarnos a preguntar qué está pasando en

este lugar de conflicto. ¿Tenemos miedo de preguntar qué deseael otro por miedo a no llegar a sus expectativas? Yo teconfieso que sí, en muchos casos me ha pasado. No pregunto porqué me imagino que el otro va a desear algo que yo no estoydispuesto a dar o aquello que me cuesta demasiado y que enrealidad no voy a llegar y me voy a sentir frustrado porque novoy a poder satisfacerlo, entonces trato de determinar qué eslo que el otro quiere. ¿Qué está pasando aquí? ¿No le preguntoporque estoy tan seguro de mí mismo y de mis conocimientos quetodo lo sé? Entonces, ¿para qué le voy a preguntar si ya losé? Paso por arriba del otro. Es como que lo atropello, nisiquiera me interesa lo que el otro me va a decir. Y a vecesestamos parados en ese lugar. No consulto porque yo quierodecidir imponiéndoselo implícitamente. Cloro, lo que él me vaa pedir no es algo que yo quisiera que él quiera, entonces yovoy a determinar lo que él quiere. Parece un juego depalabras, pero a veces nuestro corazón actúa de esa forma. Yen último caso, puede pasar que en realidad no me preocupasaber qué le gusta y yo decido por él. Estas preguntas sonpara que las mastiquemos nosotros y las guardemos en elcorazón y pensemos un poquito acerca de nuestras relaciones ynuestros vínculos. Esto de suponer, por un lado, lo que elotro desea y lo que yo también espero, pero no consigo y, porel otro, determinarlo.Pasa también que las distintas tradiciones familiares, losmodos de ser de cada uno, las distintas costumbres de losambientes en los que hemos vividos van creando diferenciasentre las necesidades que tenés vos y que tengo yo y lasformas de expresarlas. Eso es claro. Por ejemplo, una mujerque proviene de una familia donde los deseos se expresan sólocomo preguntas indirectas: “¿Irías al cine esta noche?”, tipocondicional, ¿no? Y el marido que viene de otro ambientetotalmente distinto y con un carácter muy diferente leresponde: “No”. La mujer como apenada, con cara triste despuésde diez minutos le reprocha: “Tú nunca quieres salir conmigo”.Y el marido le responde asombrado: “Es que tú nunca me lo haspedido”. Y ella respondiendo ante semejante frase: “Querido,

hace diez minutos que te lo pido y tú no me escuchas. ¿Quépasa? ¿Soy indiferente para vos?”. Y el marido: “Tú no me lohas pedido, me preguntaste si lo deseaba, pero podemosprepararnos para ir al cine, tu deseo lo escucho y quierosatisfacerlo”.Resulta claro que los códigos no son comunes. Uno con unapregunta expresa un deseo y el otro no percibe en la preguntael deseo. Por eso, qué tal si nos animamos a decodificar elmensaje y decimos: “Para mí una pregunta no es un deseo, no lareconozco como deseo”. Y también decir “Un deseo tuyo quieroescucharlo y satisfacerlo”. Hay que tener en cuenta cuando quepueden haber códigos distintos, le demos la chance a que elcódigo a veces es distinto y, por eso, falla la comunicación yno podemos entablar este encuentro de corazones, porque cadauno apunta a un lugar distinto y así no podemos encontrarnosen un lugar común.Y así como no se comprenden los mismos códigos pasa algoparecido con las insinuaciones, que como “tiros porelevación”, tiro arriba a ver si pasa cerca como lo quellamamos “indirectas”, esto de dar a entender una cosa sin másque indicarla muy ligeramente. El otro decodifica, entiende lainsinuación como una simple ocurrencia, sin tomarla al pie dela letra y para nosotros resulta una frustración, porque lainsinuación no llega. Por ejemplo, “¡Qué cansancio esto delimpiar toda la casa sola cada sábado! Es realmente agotador”.Es un grito en el fondo al marido: ¡Ayudáme, por favor!”. Peroella lo está insinuando, está tratando de que él se dé cuenta,pero lo dice de manera totalmente indirecta. ¿Qué tal sidecimos las cosas por el nombre? ¿Qué tal si nos acercamos yexpresamos lo que siente nuestro corazón y lo que vemos en larealidad? Esto nos aliviaría mucho más y podría quitarlepresión, hacer más sencillo y haber menos fricción entre losdos, si pudiéramos encontrar este punto. Aparte, a veces lasinsinuaciones son duras, agresivas, fuertes y, sin darnoscuenta, a veces tiramos a pegar por abajo, duro y nosotrosestamos, más que queriendo construir, queriendo descargarnosde esa bronca y ese dolor que tenemos adentro. Es importante

que podamos hacer esta mirada, distinta, de un lugar nuevodesde donde decir lo que tenemos que decir y poderencontrarnos de una vez entre los dos, entre vos y tu amigo,entre vos y tu esposo, entre vos y tu esposa, entre vos y tushijos.

A veces uno cree que ha comunicado claramente sus deseos y,sin embargo, podemos tener estos mismos deseos insatisfechos,no cumplidos por mucho tiempo, sin que el otro cambie suconducta. “Intenté todo, pero él- o ella- no cambió, no meescucha”. La pregunta que nos deberíamos hacer nosotros,porque el que tiene que cambiar más que el otro es uno, soy yoel que tiene que cambiar, el que puede cambiar porque puedehacer el paso. El otro tiene su tiempo, su libertad, tiene sufuerza de voluntad, entonces, el que puede dar el paso decambio soy yo. Por eso, sería bueno preguntarnos: ¿cómo afirmomis deseos? ¿Los afirmo de manera exigente, el otro estáobligado? ¿Cómo una crítica, en una manera de agresión, deamenaza, de extorsión? Porque de alguna forma quierocastigarlo por lo que no ha hecho. A veces se nos escapa y nohay que tener miedo y descubrir que eso sale del corazón. Y,para que lo podamos identificar y sacar de la raíz, hay queponerle un nombre: es “bronca” lo que me sale y pedirdisculpas cuando sale. Te aseguro que te vas a ir sintiendocada vez más libre con esto. ¿He utilizado alguna vez algunaforma de poder, de compulsión, de desafiarlo al otro? ¿Cómo meexpresé? ¿Me dejé llevar por la impotencia de querer cambiaral otro? ¿Usé alguna forma negativa para impulsarlo a cambiar?Estas formas negativas de expresión van produciendo, en últimainstancia, un mecanismo de defensa que va impulsando al otro acerrarse cada vez más y a negar lo que nosotros les estamospidiendo.Estas frases no sé si te suenan: “Eso nunca lo hacés”, “Esodeberías hacerlo siempre”, “Tenemos que salir más”, “Nuncavisitamos a nuestros parientes”, “Nunca vamos al cine”, “Nuncasalimos a cenar”, “Tendríamos que conversar con másfrecuencia”. Es como que le damos un toque de aspecto

cuantitativo. Alguien me decía que las palabras nunca, todo ynada hay que utilizarlas como mucho cuidado. Sería bueno quenos preguntemos con qué frecuencia e ir descubriendo cuántasveces a la semana o por mes, porque estas preguntas van apermitir conocer lo que cada uno espera y así vamos a poderllegar y elaborar un acuerdo, un criterio, una norma en lacual hemos participado y acordado.

Podría haber una simetría porque con el tiempo uno seacostumbra a recibir y el otro se acostumbra a dar. Entoncesse produce una asimetría, hay más de un lado que del otro. Yes un peligro porque el que da y no recibe no puede estarsatisfecho por mucho tiempo. Y, cuando el que da y no recibese despierte de este lugar, se le despierte a él también estainsatisfacción, porque entrega, entrega y no sabe o no puederecibir, el otro no va a estar preparado para entregarleaquello que él va a reclamar. Por eso, en el encuentro de lacomunicación es muy importante que podamos tener en cuentaque, para que podamos hacer una comunicación de ida y vuelta,aprendamos también a recibir, más que a dar. Yo tenía unaamiga en la adolescencia que era muy buena, era compañera, eraconsejera y siempre nos escuchaba. Pero nosotros necesitábamosque ella pudiera compartir de su vida interior, porque siemprenos encontrábamos en esta asimetría: nosotros recibíamos yella daba. Nosotros queríamos recibir de su corazón escucharqué sentía, qué vivía, porque a nosotros nos hacía mucho bientambién poder decirles algunas palabras que la pudierancontener, ayudar, queríamos también sentirnos útiles para suvida. Este puede llegar a ser un ejemplo de asimetría encualquiera de las relaciones en las que nos posicionamos, porejemplo, en el de dar y no recibimos. Creo que es importantetambién aprender a ser receptor. Para eso te voy a compartiralgunos elementos que nos pueden servir.El primer punto que me parece interesante compartirte es querecuerdes el texto del encuentro de Jesús con Marta y María.¿Te acordás? Marta que estaba haciendo todas las cosas de lacasa, mientras María estaba sentada a los pies del Señor

escuchando su palabra. Y Marta estaba ocupada con losquehaceres de la casa y hace el reclamo a Jesús: “¿No teimporta que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dileque me ayude”. Pero el Señor aclara la importancia de laescucha de Su Palabra, de “la escucha” podríamos decir. Veodos cosas: primero, esto de la escucha. Jesús es claro conMarta, podría haber esperado que ella se sentara a sus pies;sin embargo, terminó diciéndoselo. Él no supuso lo que Martaiba a hacer- amén de que quizás lo sabía-, Él se lo quisodecir también. Ése es un punto para tener en cuenta en laescucha, quizás a veces más importante que el entregar todo eltiempo. El otro es hacer silencio la fuerza, pero sin darverdadera importancia a la persona del otro. Es lo que a vecessolemos hacer y no nos ayuda a ser receptivo. “Hacer silencioa la fuerza”, esto es “me tengo que callar y te tengo queescuchar”, no es una verdadera escucha, distraerme y hacercreer que escuché y entendí todo, escuchar emitiendo juicios opensando, mientras habla el otro, qué consejos le voy a dar,escuchar sólo lo que me pueda ser útil o interesante o cambiarde tema cuando algo no me interesa o me angustia, serdemasiado cargoso absorbiendo al otro, demasiado duro cuandole doy opiniones o le respondo sobre cosas que me molestan, notener nunca un gesto de afecto o de generosidad que le permitaal otro sentir que es importante para mí, creer que ya conozcobien al otro y lo que el otro puede decir y, por lo tanto, elasombro no va a existir respecto a lo nuevo que me puedacompartir aquella persona que quiere entregarme parte de sucorazón.

Pensaba también en la oración, ¿le decís a Jesús qué sentís,qué esperás? Más allá de que Él lo sabe, quiere que se lodigas, se lo preguntes, se lo compartas, se lo acerques en laoración. Él es real y está al lado tuyo. Cada mañana cuandooramos está la presencia del Señor. A veces queda solamente enla relación con Jesús nuestros malos entendidos. Nosotrosesperamos algo de Jesús, Él no nos ha garantizado que todoesté ok. Si nos ha dicho que junto a Él vamos a llegar a un

lugar distinto y más allá de lo soñado por nosotros, pero nosdice claramente: “El que quiera seguirme que se niegue a símismo, cargue con su cruz y me siga”. No ha prometidoacompañarnos, ser providente: “Yo estaré hasta el fin de lostiempos con ustedes”. Son las promesas de los que nos podemostomar y desde allí, en relación al Señor, poder armar todasnuestras expectativas en torno a sus promesas.

Los malos entendidos se producen por errores comunes, que esimportante que los podamos identificar. Para que exista unabuena comunicación hay que dar un paso indispensable: tratarde interpretar bien al otro, comprenderlo, entender lo quepasa por su intimidad, lo que quiere decir cuando habla, perono desde mis criterios, sino abriéndome, escuchando,recibiendo, porque si no voy a estar parado siempre desde eselugar. Es un paso grande, al que, quizás, no estamosacostumbrados: darle el beneficio al otro de que puede serdistinto de lo que yo pienso, de que puede estar fuera de mispropios esquemas y, desde allí, a voy a poder establecer estoque se llama empatía, ponerme en el lugar del otro y poderalcanzar una comprensión profunda y verdadera.En realidad, uno se siente comunicado con el otro cuandocomprende bien lo que el otro vive y cuando se sientecomprendido por el otro. Lo hemos compartido infinidad deveces en el programa, esta sensación de cuando “nos sacamoslas caretas de manera sencilla, humilde frente al otro yponemos el corazón en la mesa, te aseguro que los beneficiosson mucho mayores y aprendemos a reconocer lo que tenemosnosotros, lo que podemos dar, a aceptarnos a nosotros mismosen cosas que no podemos darle al otro y proponerle lo que sípodemos darle. Tener la conciencia de que el otro tambiéntiene sus límites y no puede más de lo que yo le estoyexigiendo. Pero para eso hay que conocerlo y tenemos queabrirnos a descubrir lo que hay adentro de él.

Confirmamos que es inútil pensar que, si el otro me ama deverdad, tendría que saber lo que necesito, quedarnos parados

en ese lugar, porque por ahí es muy fácil ubicarnos. ¿Por qué?Porque la responsabilidad total le tiene el otro, que el otrovenga a mí, que me dé lo que yo estoy esperando. ¿Y si nosabe? ¿Cómo se puede acercar? ¿Cómo puede darme aquello que nosabe o no conoce? ¿Y por qué tengo que suponer? Quizás es útildeclarar nuestros deseos de manera abierta y clara, porquequien nos ama verdaderamente también tiene derecho a saber loque nos pasa. Para él no es una molestia escuchar lo que mepasa, si realmente me ama. Pensá eso: si la otra persona teama de verdad, lo que vos le vayas a contar, a acercar no lova a despreciar, lo va a tener en su corazón y con esaconfianza acercarse, poder procurar el encuentro.Estamos llamados a amar en la verdad y desde la verdad.

Las pérdidas, el duelo: cómoelaborar positivamente laspérdidas.

[cycloneslider id=”las-perdidas-el-duelo-como-elaborar-positivamente-las-perdidas-slider”]

Muchas veces en el caminar te habrá pasado cuando vasdistraído que vamos avanzando y van quedando cosas atrás y nosvamos separando del paisaje anterior, pero ya no podemosvolver para atrás, porque tenemos que seguir hacia delante. Escomo experimentar lo que se vive con el crecimiento igual quever nuestros hijos, cómo la ropa le queda chica porque ya vancreciendo y van dejando de tener esa estatura, esa dimensiónpequeña y van encontrándose con otra realidad.Crecer implica ir dejando algunas cosas y a la vez irincorporando otras y como decíamos recién en este proceso sevan produciendo separaciones. Estas separaciones muchas veces

nos ocasionan sufrimientos. Por eso claro aunque nos cuestavivirlo, que no se puede crecer sin sufrir. El sufrimientotiene variadísimos rostros, lo experimentamos a diario, puedeser causado por irresponsabilidad humana o por circunstanciasque están fuera de nuestras manos, circunstanciasimprevisibles, es como que está escrito, en nuestra mismanaturaleza esta realidad, esta dinámica de la separación y asíse presenta constante en nuestra vida humana.Crecemos entonces, en la medida que vayamos aceptando estarealidad de la separación que es inevitable pero de una maneracreativa. Este principio de separación lo podemos ir aceptandode una manera creativa, esta pérdida que se nos vaapareciendo en el camino de la vida lo podamos ir aceptando demanera creativa y podremos decir, hasta como una condiciónnecesaria, para poder vivir mejor.Es claro, te pasa a vos, me pasa a mí, se estudia poco, sediscute menos todavía esta experiencia del sufrimiento y esclaro que tenemos que reconocer que no vamos a poder dar unpaso para adelante, no vamos a poder resolver los problemasque nos van acuciando a cada momento si no hablamos de ello.Es más, se complica el trabajo, es importante descubrir quelas separaciones, que las pérdidas, forman parte y formaránsiempre parte de nuestra vidaEn este programa, vamos a tratar de hacer una pequeñaintroducción, porque el tiempo que tenemos no es mucho, a unode estos temas fundamentales de la vida humana. Las pérdidas,el duelo y de cómo elaborar positivamente las pérdidas.Para esto hemos querido compartir este programa con vos y conel Padre Tomás Pastorino, él es párroco de la parroquia SanFrancisco de Asís del barrio Las Flores de la ciudad deCórdoba, egresado también de la Escuela para Formadores,María Madre de los Consagrados, cuya misión es la de ayudar alos formadores de personas, él es asesor diocesano de la Ligade Madres de Familia en Córdoba y consiliario de la provinciasur de los equipos de Nuestra Señora, un grupo de matrimonios,que con un sacerdote, profundizan las gracias sacramental delmatrimonio y del orden sagrado .

C.R.: -Muy buenas noches padre Tomás: ¿Cómo estás?

Padre Tomás: – Buenas noches Cristian. Buenas noches a toda laaudiencia.

C.R.: -Recordamos padre que contigo habíamos estadocompartiendo el camino de la dirección espiritual.P.T: -Exactamente, allí surgieron como algunas cosas y temitasque eran necesario trabajarlo. Uno era este tema de lasseparaciones, las pérdidas, el duelo. Conversando dijimos queíbamos a hacer un programa especial. Queremos comentarle atoda la audiencia que todo lo que vamos a comentar, lo hemostomado prestado de autores que se han puesto a estudiarespecíficamente esto. Uno de los que ha trabajado mucho estetema, es el padre Arnaldo Pangrazzi, él tiene un libro que sellama El Duelo, como elaborar positivamente las pérdidashumanas, (Editorial San Pablo) en dónde nosotros vamos a sacarde allí y otros autores. Autores que él cita, también algunaslíneas claves para que podamos escuchar qué nos dicen los quesaben y después cómo podemos hacer para llevarlo a nuestravida. Como vos bien decías recién, estas cosas que no sehablan, nos van a complicar el trabajo después en la vida yeso lo veíamos en el tema de la dirección espiritual y por esoera la necesidad de tocarlo específicamente.

C. R: -Padre, vamos a dejar puesta una pregunta, para que enel próximo bloque comencemos a transitar. La consigna quequeremos compartir con vos que nos estás escuchando es unaconsigna que va con compromiso: ¿Qué pérdida necesito hoy, queel Señor me ayude a elaborar positivamente?

P.T : -Todo trabajo humano maduro, necesariamente tiene uncompromiso, sino vamos a quedar a mitad de camino y nos vamosa quedar sentado el borde del camino mirando pasar la vida.Este planteo que hacemos, esta consigna es muy clara y gráfica, de lo que Dios nos propone para poder superarla,levantarnos y poder caminar hacia aquella felicidad que elSeñor nos propone a cada uno.

C. R: -No es entonces solamente largar la pérdida sino que meestoy comprometiendo.

P.T: -La estoy elaborando

C.R.: -Dios la está tomando en esta noche y sabemos cuálesson las pérdidas que necesitamos que hoy el Señor te ayude aelaborarlas positivamente, porque la tarea va a ser de losdos; del Señor con su gracia que es la que prima

P.T: -Y la tarea humana que una sin la otra, no anda.Necesariamente hacen falta las dos cosas para que uno puedadar ese paso adelante y ponerse de pie. Nosotros solos sin lagracia de Dios no hacemos nada y la gracia de Dios por más queDios quiera, sin nuestra voluntad y sin nuestra libertad quedecimos sí, y lo hacemos junto de la mano de Dios.

C.R: -Estamos compartiendo ¿Cómo elaborar positivamente laspérdidas? Recién hablábamos que perder, esta separación esparte del crecer, es algo inevitable. La primera pérdida es laque se da en el nacimiento. Podríamos decir que es la primeray la más dolorosa. El impacto del nacimiento, esta separación,donde cambio de la seguridad materna a la incertidumbreexterna. Esta pérdida de la protección del vientre, dondeestábamos muy a gusto, con nuestra madre. Obviamente que nosomos concientes en primera instancia. Pero ocurre unaseparación, una pérdida. También hay una pérdida en los padresporque la llegada de un hijo comienza a suscitar cambios,adaptaciones. Estos nuevos padres, tienen la experiencia deesta inadaptación inicial, porque no han sido nunca padres,van a ser padres por primera vez. Van a encontrase con unacriatura frágil y dependiente. Aparece la pérdida del sueño, se despierta a media noche. ‘Levantate vos, no que levantate vos , que te toca a vos , quehay que darle la mamadera, que puede ser que esté enfermito,que tiene que estar allí al lado acompañándolo. Que no sabepor qué llora y hay que aprender.Son parte del camino. Hay también que redistribuir los

afectos. Ya no está la libertad de salir y volver a cualquierhora como matrimonio y quedarnos en la casa de nuestros amigosdurante tanto tiempo. El que va determinando los horarios esel hijo, es el bebé de alguna manera. Ya no podemos ir a dóndequeremos porque tenemos que volver temprano, porque hace muchofrío, porque es muy lejos. Hay muchas pérdidas que se vandando entorno a la entrega como padres.Me pasa en lo personal, en el camino de acompañar unoshermosos niños como hijos del corazón que también hemosempezado a encontrarnos con estas pérdidas, pero nos vamosdando cuenta cómo nos permiten ir creciendo cada vez más.

P.T: -En esto que decías recién, estaba pensando el hecho delnacimiento, lo que es el parto.El niño dentro del vientre de la madre tiene todo, no le faltaabsolutamente nada y tener que dejar ese mundo placentero, muylindo, se va a enfrentar a un mundo hostil en el cual tieneque empezar a trabajar por si mismo porque ya no va a dependerde la madre y la primera pérdida que tiene el hombre esespecialmente el nacimiento, dejar eso, algo bueno, pero parabuscar y adquirir algo mucho mejor porque le va a permitir elcrecer, el desarrollarse, el realizarse como persona, parallegar un día al encuentro definitivo con Dios. Eso es unelemento clave que de algún modo va a marcar toda nuestravida.Yo dejo algo bueno, a veces no son buenas las cosas que hemosadquirido, pero para buscar algo siempre mejor. Es unaperspectiva positiva que debemos ver en todo este tema de laspérdidas porque muchas veces nos quedamos encerrados ay yodejé eso, o perdí esto, o no encuentro esto … y nos quedamosencerrados como mirándonos el ombligo y no terminamos de verque el árbol me está tapando el bosque, el universo, es esabasurita que no me deja abrir el ojo y mirar toda la creaciónque Dios me ofrece para disfrutar y planificar la vida. Frentea eso tenemos las perdidas del crecimiento. ¿A qué hacereferencia esto?: a las distintas cosas que nosotros vamos air viviendo, en todas las etapas de nuestra vida. Voy a dejar

una cosa atrás para adquirir otra que tengo adelante muchomejor. De bebé paso a la niñez, de la niñez a la adolescencia,de la adolescencia a la juventud, de la juventud a personasmaduras, de personas maduras a personas ancianas, la terceraedad hasta que nos llegue el momento en el cual Dios nos llamaa su encuentro y cada una de esas etapas tiene un dejar algopara adquirir otra cosa que debería, eso que nos dice lassagrada escrituras, dejar el hombre viejo para adquirir elhombre nuevo, dejar la inmadurez para buscar la madurez, dejarla inconsistencia para buscar la consistencia, buscando quécosa: ese proyecto primero original que Dios ha querido paracada uno de nosotros, y permíteme que te lo recuerde porquecreo que es algo que hay que marcarlo , que tiene la vida.Le vamos a pedir a alguien que sabe mucho del tema, a SanIgnacio de Loyola, que nos diga qué es y para qué está hechoel hombre, él lo dice muy claramente, como primer elemento delmes de ejercicios espirituales, el principio fundamento: elhombre es creado para alabar, hacer reverencia y servir a Diosnuestro Señor y mediante esto salvar su alma y las otras cosassobre la faz de la tierra son creadas para el hombre y paraque lo ayuden a conseguir el fin para el que es creado; dedonde se sigue que el hombre tanto ha de usar de ellas cuantole ayudan para su fin; tanto debe privarse de ellas cuantopara ello le impidan. Entonces, somos creados para alabar,hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor. Ahí está lomás pleno que Dios quiere para el hombre. Porque en eso elhombre va a encontrar ese verdadero sentido y yo debo usartanto cuanto las cosas.Y ahí la pregunta. ¿Donde tengo puesto el corazón? Como diceen otra parte del evangelio, donde esté tu tesoro, estará tucorazón. ¿A qué cosas me estoy aferrando? ¿A qué cosas estoyponiendo el corazón? ¿Por cuáles cosas voy a llorar, voy ahacer duelo, voy a sufrir esta pérdida? A lo mejor no es unapersona, un ser querido por lo que voy a hacer duelo. Se meperdió una medallita, se me perdió una lapicera, se me perdióla llave de la casa, y para mi se me terminó el mundo.Donde ponga el corazón allí estará el tesoro. Entonces, en

esto del crecimiento, es la tarea que debemos ir desarrollandoa lo largo de toda la vida. Tenemos que crecer para poderrealizar plenamente todas esas capacidades, dones, talentosque Dios ha puesto en nuestras manos.

C. R.: -La pérdida, Padre, sería parte de un proceso, miradodesde un proyecto.

P.T.: -Exactamente. El ejemplo de la semilla: si la semilla nomuere, no puede nacer la planta, no puede crecer, no puede darfrutos. Si nosotros no morimos a ciertas cosas, si nosotros nodejamos ciertas cosas de lado tampoco vamos a poder darfrutos, tampoco vamos a poder plenificarnos, tampoco vamos apoder crecer, madurar, llegar a esa plenitud que Dios nos estáproponiendo. En eso es claro y clave este proceso que tengoque ir haciendo de acompañar este proceso de crecimiento, esteproceso de maduración que Dios me va proponiendo cada instantede mi día. No así al pasar, Señor te ofrezco el día y se acabóel partido. No, cada momento, cada segundo, cada milésima desegundo para Dios cuenta. A lo mejor para nosotros se nos pasay se pasó volando, pero Dios se fijó en todo eso, al punto talque Dios ha puesto algunos elementos de nuestra vida humana,corazón, respiración, circulación, una serie de cosas en unlugar donde nuestra libertad no lo puede tocar porque sidependiera de nosotros, que nos acordáramos de respirar y queel corazón funcionara, seguramente nos hubiéramos olvidado deun montón de cosas. Entonces, Dios en esa infinita sabiduríaha puesto eso y nos invita a este proceso de crecimiento paraque nosotros podamos ir acompañando, en el ritmo de vida todosestos pacitos que tenemos que ir dando, como vos decías alprincipio, la gracia de Dios está y hace falta necesariamentenuestro aporte personal para poder crecer.

C. R: Padre, tomo lo que vos decías recién respecto a lo queestamos aferrados, porque estamos como inclinados o apegados a objetos externos que absorben constantemente nuestrasenergías emotivas; ropas, libros y ni hablar del deseo, elcual nos atrapa, de querer obtenerlo. Para muchos la pérdida

más difícil es la de la propia casa, que obviamente representamucho, el propio pasado y el entorno donde hemos tenido mucholo afectivo. Cada lugar, cada espacio, realmente es muy duro.Mucha gente manifiesta la pérdida cuando pierde su casa porejemplo por algún tipo de deuda y es como que se derrumba todoel mundo. Creo que tiene un poco de relación con lo que vosdecías padre, porque también están dadas allí la fuerza y laintensidad de estos lazos afectivos con los cuales nosotrosnos tomamos de las cosas.

P.T.: Esto es un proceso que hay que tener en cuenta, no lovoy a resolver de un día para el otro. Esto lleva mucho tiempoy mucha paciencia en cada uno de nosotros. Este proceso estáhecho de separaciones y de encuentros. Algunas cosas que voy adejar a un costado para encontrarme con otra que me van ayudara crecer, a madurar, a poder ir desarrollándome. Lo importanteen esto es poner el corazón y dónde poner el corazón. Si yopongo el corazón en Dios y le pido a Él que me vaya llevandoadelante en este proyecto que Él tiene para mí, el proceso vaa ser mucho más alentador, mucho más lleno de esperanza.Ayudados por la gracia de Dios que siempre está, porque yo leestoy abriendo el corazón. Distinto es cuando yo me cierro yme pongo a llorar por las cosas que yo quiero y me encaprichocon eso. De algún modo, si bien las comparaciones son odiosas,permíteme que ponga el tema de Judas, después de la traición aJesús lloró amargamente y fue para otro lado. En cambio Pedrollora por haber traicionado a Jesús pero se abre a la graciade Dios y Dios lo transforma: Sobre esta piedra edificaré MiIglesia. Tenemos dos ejemplos de separaciones, de duelo, deencontrarse con una amargura en la vida, pero con dos caminosdistintos. ¿Qué quiero hacer yo? ¿Cuál es el camino que quieroseguir yo? ¿Cuál es el sentido que le quiero dar a la vida?Depende de eso los elementos que voy a tomar para un lado uotro. Dios nos llama siempre a algo mejor: a la vida Eterna.

C. R: Padre, podríamos decir que siempre que hay una pérdida,aparece un nuevo encuentro.

P.T.: Exactamente

C. R: Me quedo tan focalizado en la pérdida, que ni me doycuenta del nuevo encuentro que se me avecina.

P.T.: Muchas veces ese es el problema. Me quedo encerrado,enceguecido, encaprichado con aquello que dejé y no me estoyabriendo a aquello que viene que puede ser mucho mejor. Lo quedice San Pablo en una de sus cartas: “donde abundó el pecado,sobreabundó mucho más aún la gracia de Dios”. Aún en ese caso,que hayamos caído en el pecado, Dios nos abre la posibilidadde una transformación tan grande, con la conversión, con lagracia, el seguir el camino del Señor. va a ser mucho másgrande lo que Dios nos está proponiendo ahí está donde estoyparado. ¿Qué quiero hacer? ¿Por dónde quiero caminar? ¿Haciadónde me quiere dirigir? Es allí donde fallamos porque nosencerramos en nosotros mismos, quiero hacer lo que yo quiero yahí desdibujamos el proyecto amoroso y misericordioso de Diossobre cada uno de nosotros.

C. R: Es como hacer foco sobre algo pequeñito, como decíamosrecién del árbol y olvidarnos del inmenso bosque, el paraísoque se nos está proponiendo hacia delante como proyecto. No esque ese árbol no tenga valor, tiene valor, pero no es todo elvalor de ese lugar.

P.T: Tiene un valor relativo. Es más, uno dice dos valoresimportantes, el amor y la vida; pero hay uno que tiene másfuerza que el otro. La vida está por debajo del valor delamor. El amor va a permanecer para siempre. La vida humanaterrenal es por un tiempo después eso se termina, vamos a lavida eterna, se va a transformar y el amor va a ser mucho máspleno. Allí está la escala de valores que nosotros vamos a irconstruyendo. ¿Dónde pongo mi corazón, donde esté el tesoro?¿Qué elijo? ¿Cuál es mi escala de valores? ¿Hacia dónde voycaminando?

C. R: Padre Tomás, habíamos dejado planteado la realidad de

los lazos afectivos, por separaciones, divorcio, por larelación entre los padres y los hijos, aquellos quienes hanperdido un ser querido que no está más físicamente entreellos.

P.T: Toda nuestra vida está marcada, por adioses vividos más omenos intensamente. ¿De qué depende eso? Según la profundidadque nosotros ponemos en la relación lo vamos a sentir máscuando hemos puesto mayor profundidad en el amor, en laentrega en ese compartir y lo vamos a sentir menos cuandohemos puesto menos profundidad. Existe el adiós causado por lanecesidad de la circunstancia, como cuando un amigo setraslada a otra parte por razones de estudio, de trabajo; cómono mencionar también el sentido de fracaso que acompaña laruptura de una relación sentimental. A veces se trata de unarelación cultivada durante muchos años y queda la consecuenciade la desilusión. El temor a confiar en nuevas relaciones,cómo voy a confiar de nuevo si ya vengo de un fracaso.Otra ruptura es la del drama de los padres e hijos que ya nose comunican. De los ancianos que se lamentan porque sonolvidados por la generaciones más jóvenes. Pero tal vez lapérdida más dramática es el divorcio ya que incluye elementosde posible responsabilidad personal por la disolución. Por ahílos padres sólo piensan en ellos y no preguntan a los hijosqué quieren ellos o la necesidad de los hijos; el hijo va anecesitar siempre a papá y a mamá juntos.Otra de las pérdidas de los lazos afectivos es la de un serquerido. Ahí va a depender de la profundidad que pongamos enla relación. Ese grado de familiaridad que tenemos con lapersona que ha fallecido, esposo, esposa, hijo, hermana,hermano, padres, el grado de dependencia sicológica respectodel difunto. A lo mejor yo he hecho depender ciertas cosas demi vida en esa persona que parte, entonces, lo voy a sentirmucho.El grado de dependencia económica social a lo mejor es unallegado pero que me ha ayudado me ha mantenido en sociedad.Claro, con la pérdida se me viene el mundo abajo, todo se

termina. Puede ser también un sentimiento de culpa, unainfidelidad a la persona que ha fallecido, una dificultad decomunicación, no le pude decir esto, no terminé de arreglarlas cosas con esta persona. Puede ser también un factor, eltema del sexo del sobreviviente la clase social, la presenciao no de otras experiencias de pérdidas que yo he podido tenerantes. Presencia o no, de factores culturales que no permitenla expresión del dolor. Muchas veces se dice por allí, no, notenés que llorar, tenés que ser fuerte, cuando Dios ha puestoen nuestra naturaleza el hecho del llanto, el poder llorarpara poder sacar toda esa emoción, todo eso que voy viviendoadentro. Muchas veces sepultamos eso y nos va a salir mal porotro lado. Necesitamos expresar también todo eso que voyviviendo interiormente, no me lo puedo guardar, todo eso lodebo expresar, vivir, llevarlo adelante en una actitud madura,en una actitud responsable, con esa gracia de Dios que vosdecías al principio, pero también poniendo de mi parte, lo queyo necesito para poder crecer para no quedarme encerrado eneso que he dejado.Muchas veces incluso yo lo comentaba con motivo de laconmemoración de los fieles difuntos en la homilía, hablábamosde la pérdida. ¿El cristiano puede hablar de pérdida de un serquerido cuando el ser querido se va junto a Dios cuando seencuentra con la felicidad plena para siempre, donde no va atener ninguna dificultad, nada que lo vaya a perturbar?

C. R: Lo que pasa es que pienso desde mí, padre.

P.T: Fijate esto Cristian: para que yo no sufra, que el otrose quede acá sufriendo y privándose de la gracia de Dios.Hasta dónde llega nuestro egoísmo, esto en lo que estoyencerrado en mi mismo, sobre todo con respecto a las personasque fallecen. Le estamos privando al otro del bien mayor quees la presencia de Dios, la felicidad eterna que es el cielo,que Dios nos propone a todos. Lo que decía San Ignacio en losejercicios espirituales: Ahí hace falta un trabajo deconversión, de maduración personal para poder ir despacito

cambiando. Nos cuesta, evidentemente que nos va a costar. Voya dejar eso que estoy tan cómodo, como decíamos con respectoal tema del nacimiento, ese mundo en el cual he estadoviviendo, dejo eso para asumir otra cosa distinta. Pero ¿tengola capacidad para hacerlo? Sí, porque Dios me ha dado lacapacidad, me acompaña y va a poner las personas a mi ladopara que me ayuden a poder lograr ese crecimiento, ese paso,esa elaboración del duelo de la pérdida, que va a ser lo queme va a ayudar a crecer como persona.

C. R.: Otra de las pérdidas es la salud. Puede ser a través deun incidente, un descuido, una caída o también costumbresalimenticias perjudiciales, que nos van llevando poco a poco adesarrollar trastornos en la salud, en el trabajo o en elfuturo. Estas pérdidas de la salud, también están presentes.Otra de las pérdidas, es la pérdida de lo que nunca se hatenido, por ejemplo: la pérdida de un sueño o la expectativaque tenía sobre alguien o sobre algo: yo esperaba que mi jefeme reconociera este mes.

P.T.: O de los padres con respecto de los hijos: yo quiero quemi hijo sea tal cosa.

C. R.: Cuantos que han entrado en el seminario, le ha costadoal padre encontrar el proceso de que el joven pudiera llevarsu vida hacia delante y decidir algo distinto a lo que élquería para su propio hijo.

P.T.: Ahí está la pérdida de ese sueño que él había fabricado.Me animaría a decir casi injustamente, porque el chico tienelibertad de elegir lo que Dios le ha propuesto. Y yo papá mehe fabricado este sueño para que él haga lo que yo quiera.

C. R.: No nos damos cuenta de eso. Igual que con mi esposa ocon quien tengo al lado mío, con quien vamos caminando en lavida. Yo esperaba que él me responda de tal manera o de talforma, o esperaba que también esperara lo mismo que yo.

P.T.: Ahí estamos encerrados en lo mío. El quinto evangelio

según san yo: Yo digo, yo quiero, yo dispongo, yo hago. ¿Y loque Dios me propone? ¿Lo que el otro en su libertad quiereelegir?

C. R.: Dos puntitos más dentro de las pérdidas de lo que no seha tenido. El caso de las personas que por varias razones,tuvieron que renunciar a una carrera o un proyecto de vida.Una mamá que para poder cuidar a sus hijos, hace la opciónfeliz contenta de no ejercer esa carrera para la cual estudióy dedicarse a la familia. La pregunta es: ¿Ha podido elaborarpositivamente esa pequeña pérdida?

P.T.: Ha optado por lo mejor de la vida por esa vocación queDios le ha puesto al ser mamá, al darle vida a una criatura, aun ser humano. Esa mamá está colaborando con Dios en laformación de la persona, de ese corazón, de la personalidad deese hijo, esa hija, para que esa persona pueda responder aDios en todo lo que Dios le pida. Como si fuera un artesanoque va a hacer una estatua. Tiene que esculpir la piedra,darle un golpe al cincel con el martillo para ir sacando de lapiedra, lo que la piedra está ocultando, que no se vea esafigura que Dios quiere para él. Una tarea ardua porque lapiedra se va a quejar al sacarle una parte. La mamá tiene quehacer un esfuerzo, en el martillo, en el golpe del cincelcontra la piedra para poder sacar eso. Pero la obra la va apoder ver terminada al final, allí la podrá contemplar. En elcamino solamente suele aparecer el esfuerzo que hay que hacer,que es lo que nos suele pasar cuando tengo que elaborar laspérdidas, el duelo. Nos fijamos más en el esfuerzo que tengoque hacer, que en el fin al cual yo voy tendiendo a alcanzar.En la medida que podamos ver más el fin que los medios,entonces ahí, ese medio, ese esfuerzo que tengo que hacer va aser muchísimo más llevadero.C.R.: El tema de la esterilidad que sufren tantas parejas yque se sienten probadas respecto del derecho de realizar estesueño tan profundamente humano de ser padres, aquí se estáexperimentando la pérdida de ser padres biológicamente

hablando.

P.T.: Esa esterilidad sería la esterilidad física. Lapregunta a los papás que no pueden físicamente concebir unhijo sería ésta: ¿El hijo dónde se lo concibe? ¿En el senomaterno o en el corazón de papá y mamá? Si el hijo no seconcibe en el seno del corazón de papá y mamá puedo llegar atener una cría. El perro y la perra tienen cría, pero notienen hijo. El ser humano puede tener hijos y también puedetener cría. Cuidado con todo lo que estoy haciendo, ¿dónde loestoy generando? Si lo genero desde el corazón, entonces seráun hijo. Este hijo puede ser un biológico o en adopción ya quelo engendré desde el corazón. La paternidad, la maternidad se vive plenamente porque está engendrado en el corazón.

C.R.: Eso sería el nuevo encuentro. Esta pérdida de laesterilidad física nos invita quizás, a muchos, a un nuevoencuentro de la mirada de la paternidad querida por Dios.

P.T.: Exactamente, mirarlo no con los ojos del cuerpo sinomirarlo desde el corazón. Hacer pasar esa mirada desde elcorazón como hizo Jesús en su vida. Todo lo hizo mirando desdeel corazón, con misericordia.

C.R.: Cuántos santos con sus pérdidas asumidas, aceptadas,quizás no terminadas de cerrar nunca, pero trabajadas pudieronser motivo de encuentro para otros.

P.T.: Yo pensaba como muchas veces el hombre siempre sepreocupa por el hacer en vez de preocuparse por el ser y mellegaba a la mente la imagen de una vela que se vaconsumiendo. A la vela la puedo colocar en un lado, en otro, la vela se consume, no va a preguntar porque me pusieron aquí,porque me pusieron allá. Al ser humano lo ponen aquí, allá yvivimos chillando y pataleando por esto y por lo otro.El testimonio de Juliana, allí donde ella está, le entrega suvida a Dios y eso es lo que hace que tenga esta esperanzafuerte que nos transmitía a todos, este ánimo de vida que se

notaba en su voz, en su expresión que es muy importante. Esoes muy lindo y que lo pueda compartir, no solamente se quedaen ella, lo comparte con nosotros, lo comparte con cada oyentey eso va dejando algo distinto en el corazón, distinto en lapersona. ¿Y eso qué es? Esta hermana nuestra que se abre a lagracia de Dios, deja que Dios la transforme y esa gracia através ella, está llegando a un montón de gente. Y Dios nosestá diciendo algo a cada uno de nosotros. Cuando uno se abre,esa gracia de Dios se puede extender por lugares insospechadosy de formas insospechadas y por otro lado cuando nosencerramos nos terminamos destruyendo a nosotros mismos.

C.R.: Seguimos para adelante y te animo a que te preguntes:¿De qué querés ser parte?¿Hacia dónde querés remar? si me quiero quedar en la pérdida oquiero darme cuenta y descubrir cuál es el nuevo encuentro queel Señor me invita. ¿Qué quiero buscar? ¿Dónde buscarlo? Tusmiedos, tus pérdidas ¿te continúan deteniendo? ¿Dónde los vasa dejar? Te invito a que veas que en vos, están lasrespuestas, sólo hace falta que te pongas en marcha haciendolo más pequeño, aunque creas que sea insignificante, porque enla fidelidad de las pequeñas cosas vamos a poder llegar aaquello grande que soñamos.Padre,. ¿Qué es el duelo y qué es el luto? ¿Qué diferenciahay?

P.T.: El término duelo, viene del latín dŏlus, dolor y seríala respuesta emotiva y natural a la pérdida de algo o dealguien y se va manifestar en el proceso de reaccionespersonales que siguen a una separación. El término luto dellatín luyere, llorar, es la aflicción por la muerte de unapersona querida. ¿En qué signos se va a manifestar? En signosvisibles externos, en comportamientos sociales, en ritosreligiosos.

C.R.: ¿El luto es siempre por la muerte de alguien o puedohacer luto por alguna otra pérdida?

P.T.: Fuertemente es por la muerte de una persona querida.

C.R.: El luto me recuerda al color negro

P.T.: Antiguamente había que llevar luto, todo de negro portanto tiempo después pasado ese tiempo, medio luto, tenían quellevar algo negro, pero no tanto como la otra vez y despuéscasi al final, algún signo que manifestara que había tenido lapérdida de algún ser querido. Entonces así se veíavisiblemente que esa persona había perdido un ser querido.Sería como un rito, un comportamiento social que había en esaépoca. Sobre todo a principio del siglo pasado, casi amediados del siglo pasado; socialmente se manifestaba de esamanera.

C.R.: El duelo por la muerte y el dolor por otras pérdidas.¿Hay alguna diferencia?

P.T.: El duelo es la matriz que reúne la respuesta a lasseparaciones de ambientes, bienes materiales, roles sociales,valores religiosos, lazos afectivos, la salud y la separaciónde las personas queridas. Hay dos características quediferencian el duelo por la muerte, del dolor por otraspérdidas.¿Cuales son? Primero, la intensidad de los sentimientos. Lamuerte de una persona querida generalmente causa una reacciónmás profunda y prolongada en el tiempo. Y lo definitivo de lapérdida es que con la muerte de alguien concluye laexperiencia de un contacto directo.En cambio para otras pérdidas queda siempre la posibilidad derecuperar lo que se ha perdido. Perdí la birome que me regalóuna persona querida, yo tengo la posibilidad y no pierdo laesperanza de volver a encontrarla en algún momento. Mientrasque cuando se muere alguien, eso concluye la experiencia de uncontacto directo porque se terminó esa relación humana.Ahora, murió la persona, dejo de tener contacto directo, estemodo de relacionarme persona a persona, Dios desde laesperanza de la fe, me abre una posibilidad distinta de la

comunicación que es la comunicación espiritual desde corazónen el amor. Muchas veces nos quedamos encerrados con estapérdida física y no terminamos de descubrir que la fe, laesperanza, el amor, nos posibilita esta otra realidad decontacto espiritual que muchas veces no la conocemos y por noconocerla no la utilizamos. Ahí estamos perdiendo esa riquezaque Dios nos regala porque muchas veces nos quedamosencerrados en esa pérdida física.

C.R.: Este dolor como respuesta emotiva a las pérdidas tienecaracterísticas concretas. El duelo ante las pérdidas esinevitable. Estar sanos no implica que estemos constantementesumergidos en la experiencia del duelo.

P.T.: No puedo no hacerlo, sería antihumano tratar desepultarlo, hacer que esta pérdida no existió. Sucedió y lotengo que asumir. Nos va a costar, lo vamos a sepultar porqueno me quiero enfrentar con esa realidad. Es inevitable, estáallí y naturalmente algo va a surgir en mí frente a esapérdida que he tenido.

C.R.: Es inevitable, porque si quiero crecer, tengo queaceptar que esta es una condición indispensable porque elcrecimiento, implica cambio y el cambio no se puede dar si nohay separaciones. Toda separación produce estas reacciones máso menos atenuadas de duelo.

P.T.: El cambio debería ser para el bien, nunca para el mal.Si es un cambio verdadero, maduro de la persona, va a ser parael bien, me va ayudar a crecer, a encontrar el verdaderosentido de la vida

C.R.: Por ese camino es el que hablamos. Este cambio denuestra vida para el crecimiento invita a que podamos hacer elduelo pero también conlleva al sufrimiento.

P.T.: Para entender esto que estamos trabajando en este punto,podemos comparar el duelo con un túnel. ¿Cómo se sale de untúnel? ¿Cómo hacemos para salir de él? Entramos por un lado y

tenemos que salir por el otro no me puedo quedar en el medioen la oscuridad ni volverme por el camino que había hechonecesariamente tengo que salir por el otro lado y eso me vaayudar a entender cómo se va a elaborar el duelo. El únicomodo de salir de ese túnel es atravesarlo, es decir, aceptarsu oscuridad como condición para acercarse gradualmente a laluz. Todos hemos hecho la experiencia que cuando estamos aoscuras y encendemos la luz de noche como que las pupilas setienen que acomodar y ajustar. De la misma forma lo tenemosque hacer humanamente frente al duelo. Ese túnel hay queatravesarlo y gradualmente vamos ir encontrando la luz.Gradualmente en un proceso, cuidado con esto, tenemos quetener paciencia. Esto es un proceso y lleva tiempo, nostenemos que regalar el tiempo que Dios nos regala paraelaborar el duelo, para trabajarlo. No lo podemos hacer de hoypara mañana ni para la semana pasada.

C.R.: No hay proceso si no hay inicio.

P.T.: Eso va a llevar a un paso y después el otro. Yo no puedosubir y pasar del primer peldaño al último en un solo salto.Un escalón me lleva al otro, al que sigue, al que sigue, hastaque llegue al final de la escalera. Quien evita entrar en esetúnel, quien evita tratar, trabajar, elaborar ese tema, quienvuelve atrás, elude el itinerario necesario para volver aentrar en la vida. Nos quedamos a mitad de camino, es como sinos cortamos los pies, no podemos andar y necesitamos caminar,no nos podemos quedar quietos. En la vida Dios me invita avivir la vida, a amar, a plenificarme cuando yo postergo oprolongo ese dolor en la elaboración del duelo, la palabraclave va a ser el proceso. No me puedo quedar estancado. No vahaber progreso ni mejoría si me quedo quieto, es un camino quese debe transitar, no le tenemos que tener miedo. ¿Por quémuchas veces no lo hacemos? Porque no conocemos que pasa alfinal del túnel. Porque no sabemos qué vamos a encontrar alfinal del túnel, qué va a pasar después, porque es unaexperiencia que no hemos vivido antes. Ahí es dónde tenemos

que tener paciencia, mirar que es un proceso, que esto me va allevar tiempo, esfuerzo, voy a tener que poner toda mi vida,todo mi corazón, no hay nada de mi ser que no lo vaya a tenerque poner para trabajar eso, para transitar ese túnel, paraelaborar ese duelo, esa pérdida. Dios me llama a poner todomis ser, todo mi amor, toda mi vida para ir al encuentro deesa luz.

C.R.: Si hablamos de proceso, de camino a recorrer, hayetapas.

P.T.: Kubel Ross ha estudiado más a fondo esas etapas que lassintetiza con varias palabritas. La primera es la negacióncomo rechazo de la verdad. En esta etapa es el mecanismo porla cual la persona rechaza la idea de pérdida, muestraincredulidad, es lo que nos lleva a decir ‘no puede ser que sehaya muerto, lo ví ayer por la calle’ cuando inesperadamenterecibimos la noticia de la muerte de un amigo, aunque sepamosque hay muchas formas de morir en pocas horas. Esto es negarel hecho.Después viene la rabia frente a lo que me ha pasado. Es elreconocimiento de la verdad y nos podemos plantear. ¿Por quéme pasó a mí? ¿Por qué Dios me pasó a mí esto?. Frente a lamuerte buscamos culpar al creador de la Vida en vez de preguntarnos: Señor, ¿esto para qué?, ¿qué querés conmigo?Después vendría el pacto, se da el compromiso sobre la verdadpero con condicionamientos por la falta.Después habla de la depresión, se da el abatimiento ante laverdad como que todo se nos termina, que el mundo se nos vinoarriba. No tengo fuerzas, no me puedo levantar y muchas vecesnos tiramos a la cama. Dios nos invita a pasar por esto sí,pero a levantarnos, a no quedarnos echados.Por último en esta etapa viene la aceptación, se da lareconciliación con la verdad, afirmamos la verdad y estamoslistos.

C.R.: Decimos esto ocurrió, esto me pasó a mí. Acá estoy conesto y sé que puedo seguir adelante .

P.T.: Y con esto voy a seguir adelante. ¿Por qué? Porque lagracia de Dios me ayuda y este hermano mío que ha partido a lacasa del Padre me está esperando donde yo un día quiero llegary eso nos abre las puertas de la esperanza, nos hace ver laluz al final del túnel entonces sigo avanzando, sigocaminando, me lleva a un crecimiento interior y es lo que tododuelo es portador de crecimiento. Es decir que no se puedecrecer sin sufrir, si la semilla que yo pongo en tierra nomuere no da frutos.

C.R.: es interesante hacer hincapié en lo del portador decrecimiento, en esos nuevos encuentros. Las pérdidas nospermiten encontrarnos.

P.T.: Por eso decíamos que la vida es una sucesión de adioses,de separaciones y de encuentros. No es simplemente yo meseparé y listo, no, me separo hoy físicamente y el día demañana me voy a volver a encontrar. También tener esapaciencia, tener esa esperanza, confiar en Dios que nos ainvitado vivir la vida, la alegría del amor que tiene tiemposdistintos para uno y para otros.

C.R.: He escuchado decir, se adelantó. Me espera allá

P.T.: Exactamente, donde nosotros vamos caminando, por eso eslindo pensarlo, él ya tiene ese bien mayor, ese bien inmensoque es Dios al cual yo quiero llegar un día y alcanzarlo.

C.R.: Si él se va a encontrar con el Señor, yo también quieroencontrarme con el Señor. Puede ser un buen motivo de decir,tengo que llevar una vida como corresponde para poderencontrarme con el Señor y con mis seres queridos que van aestar con él también

P.T.: Es algo que todo cristiano debería ir preparándose parala muerte de los seres queridos, pero también para nuestrapropia muerte. Casi siempre la tiramos para atrás para que nola veamos, no la pensemos y es lo único que tenemos cuando lohacemos

C.R.: ¿Armaste alguna vez tu testamento?

P.T.: parte de la tarea espiritual, no. En retiro si. Me quedatodavía como deuda conmigo mismo poder escribirlo completo deuna sola leída para tenerlo como más gráficamente y poderdesde allí ir trabajando algunos elementos que me van a irayudando también al encuentro definitivo con Dios y a ponerlos valores donde realmente corresponde.

C.R.: ¿Qué sentiste al momento de decir? estoy escribiendo mitestamento. ¿Te sentiste cercano a la muerte? En el sentido decomo anticipándote.

P.T.: No cercano a la muerte sino cercano a Dios y donde Diosme ponga .Cuando Dios me llamó a ser sacerdote yo le dije quesi a la propuesta que El me hacía, donde me ponga es problemade El no mío. Que El me de su gracia y que me ayude a decirleque si y a vivirlo con plenitud. Por ahí voy a complicar unpoco la vida a nuestros oyentes. Analicemos esterazonamiento: la muerte ¿es una actividad del hombre? ¿Elhombre vive la muerte? ¿Todo acto del hombre es libre?. Lamuerte por ser un acto del hombre es un acto libre que elhombre hace. En definitiva cuando Dios me venga a buscarfrente a ese llamado que me hace Dios para estar con el,también lo tengo que aceptar.

C.R.: Tengo que estar disponible. Cuando vos quieras Señor

P.T.: Ir en lo de cada día, de cada momento, preparando aquelmomento. ¿Cómo y de qué forma?¿Qué es lo que voy hacer? ¿Qué es lo que voy a vivir? Lo queyo quiero o lo que Jesús me invita a vivir desde el evangelio,desde las bienaventuranzas, desde los mandamientos. Yoquisiera estar en tal lugar haciendo tal cosa. Muero a esopara resucitar a esto que Jesús me propone con lasbienaventuranzas. En la medida que yo vaya viviendo elmisterio pascual que en definitiva es lo que Dios nos proponecon su vida como camino de obediencia al Padre yo voy

preparando aquel momento y cuando Dios me venga a buscar enesa última llamada si logré poder hacerlo cada día, me vahacer mucho más fácil responderle que sí. Decirle que si a eseproyecto y a esa última invitación que Dios me hace para estarcon él para siempre.

C.R.: Sería como la parábola del ladrón que va a la casa deeste hombre o el de las vírgenes que están con las velasencendidas

P.T.: Debo estar con las lámparas preparadas con el aceite dereserva. Va a venir en cualquier momento, me tiene queencontrar preparado. Por ejemplo: si yo tuviera la posibilidadde regalarte diez millones de dólares ahora. ¿Vos que medirías si o no?

C.R.: Si

P.T.: El estar con Dios en el cielo ¿vale diez millones dedólares o mucho más?

C.R.: No tiene valor.

P.T.: Es mucho más grande ese valor que Dios nos propone. SiDios me viene a proponer eso ¿vamos a ser capaces de decirleque no, de renunciar a eso? Es muy grande el amor , es muygrande el estar con Dios y por eso uno lo ve en la vida de lossantos en el momento culmen de su vida , en la muerte, como sehan entregado a Dios y eso también nos ayuda a nosotros avivir y a tratar de pedirle a Dios la gracia de la buenamuerte, como nos enseñaban en el catecismo para que esemomento sea un momento de paz , como hizo el buen ladrón en elúltimo momento de su vida ”Señor acuérdate de mi cuando estésen Tu reino”Y Jesús que le respondió? “Hoy mismo estarás conmigo en elparaiso”

C.R.: ¿Cómo de ahora en más yo doy respuesta a esto que reciboa esta situación que estoy viviendo? ¿Cómo camino de acá en

más?

P.T.: La tarea como cristianos, como hijos de Dios tenemosque ir haciendo cada día, es ir aceptando esas pequeñas cosasy poder trabajarlas. En la medida que la trabajemospositivamente, maduramente nos van a plenificar, en la medidaque nosotros nos quedemos en estos pasos que decíamos recién,en la negación, nos vamos a quedar en el primer paso, nosvamos a perder la alegría de ver la luz, me he quedado en elmedio del túnel, no veo nada y estoy eligiendo quedarme acásufriendo por el sufrimiento. Dios no nos pide el sufrir porsufrimiento, eso sería masoquismo, Dios nos invita a morir anosotros mismos pero para resucitar, que en definitiva es elmisterio de la Pascua. Jesús nos muestra como hacer parallegar a la casa del Padre, Jesús nos muestra como hacer en locotidiano.En el huerto de los olivos Jesús le dijo al Padre: Padre yono quiero la muerte, el sufrimiento, el dolor , yo no quierola cruz . “Padre aparta de mi este cáliz, pero que no se hagami voluntad sino la tuy”a. Padre yo acepto la Cruz porque através de esto vamos a salvar a la humanidad y vamos a darVida a la humanidad y ese es el sentido que tenemos que darlea todo este proceso. El proceso de la pascua, el proceso de lapasión, de la muerte de la resurrección de Jesús. Es elproceso que tenemos que hacer en cada uno de nosotros. Lanegación, la rabia, el pacto, la depresión, la aceptaciónpara que esto sea crecimiento para que esto me traiga luz paraque pueda llegar a la luz. ¿Y quién es la Luz? Jesús, elPadre, el espíritu, ellos nos están mostrando el camino y pordonde tenemos que andar. Jesús ya anduvo primero el camino acáen la tierra. A él le toco vivir la muerte de su amigo Lázaro.San Juan en el evangelio nos dice: ”Jesús lloró” y nosmuestra profundamente, humanamente lo que vivió con la muertede su amigo Lázaro. Jesús hizo duelo, hizo ese proceso,evidentemente porque tenía las cosas ordenadas en su corazón ,en su mente porque era el hijo de Dios lo hizo comocorresponde , lo hizo maduramente, lo hizo en el camino que

debe ser , ese camino de la verdad que él nos propone. Allínos está mostrando cual es el camino que nosotros tenemos quehacer. Jesús es el camino, la verdad y la vida. ¿Adonde quierollegar? ¿Quiero llegar a la vida? Tengo que hacer el camino deJesús.

C.R.: Pensaba que en muchas corrientes de autoayuda todo estoencajaría perfecto, la única diferencia es que no aparece lapresencia de la gracia y del misterio pascual, que es lo másimportante de todo esto. Es lo que va a permitir que nosotrosen el Señor y con la gracia de El podamos encontrar la Vidaque le hace falta a nuestra vida para salir de este lugar.

P.T.: Lo importante allí es que la persona esté abierta. A lomejor hay una persona que no cree del todo en Dios pero elsabe que hay un ser superior, que alguien por arriba que esmás grande y ese hermano, esa hermana, esta abierta a lagracia de Dios. Como dice el Concilio Vaticano 2do. : haycaminos de salvación solo por Dios conocido, entonces esehermano ya está abierto, esa persona ya está abierta a lagracia de Dios, ya está recibiendo la gracia de Dios. No losabrá en plenitud, concientemente tal vez como uno lo puedevivenciar, pero está abierto y Dios se va a manifestar entodos sin distinción porque no hace distinción, nosotros losseres humanos hacemos la distinción, Él no, en su misericordiamira desde el corazón al hombre y no ve lo bueno, lo malo quehayamos hecho. Ve que hay una persona, va que hay un hijo deDios y ahí se entrega para amarlo totalmente.

C.R.: Me quedó una pregunta que podría cambiar el punto deequilibrio ¿cual es el nuevo encuentro que me propone Dios conesta pérdida?

P.T.: Hay un modo distinto en el cual yo con la persona que hapartido a la casa del Padre puedo llegar a entrar en relación.Antes estaba acostumbrado a verlo físicamente, abrazarlo,besarlo, que me besara que me abrazara, charlar con la personay demás. Hoy después de su muerte física no lo tengo más y

Dios me propone, me ofrece, me da la posibilidad de que lopueda hacer desde la parte espiritual como decimos en el credoal final creo en la comunión de los santos, creo en laresurrección de los muertos. El modo es distinto,evidentemente tengo que aprender a comunicarme con ese serquerido que ya está junto a Dios de un modo distinto. Cuandoempezamos a caminar, nos costó mucho, cuando éramos chiquitos,nos ayudaron, no teníamos tanta conciencia, hasta queaprendimos a caminar. En esto DIOS nos invita a que lo hagamosconcientemente, libremente, que yo vaya eligiendo este ponermeen camino para aprender este modo distinto de comunicarme coneste ser querido. Que es también un modo de comunicarme conDios porque si yo me comunico con el ser que está junto a Diosme estoy comunicando con Dios, me está ayudando a trascender avivir la trascendencia a no quedarme encerrado en las cuatroparedes del mundo. Allí está el desafío que Dios nos plantea acada uno de nosotros.

Oración de abandono de Carlos De Foucauld :Padre, me pongo en tus manos.Haz de mí lo que quieras.Sea lo que sea, te doy gracias.Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal que tuvoluntad se cumpla en mí y en todas las criaturas.No deseo más, Padre.Te confío mi alma, te la doy con todo el amor de que soycapaz.Porque te amo y necesito darme a tí, ponerme en tus manos, sinlimitación, sin medida, con una confianza infinita, porque túeres mi Padre.AMEN.Para comunicarse con el Padre Tomas Pastorino el correoelectrónico es : [email protected]

El ministerio de la escuchaPara iniciar este camino te pido a que prestes atención en elsiguiente relato.

Una semana después del nacimiento de nuestra hija Valentina,mi esposa Ana y yo estábamos completamente exhaustos.Valentina nos despertaba todas las noches, Ana se habíadesgarrado en el parto y estaba tomando calmantes, apenaspodía caminar. Después de quedarme cinco días en casa paraayudar volví al trabajo. Ella parecía estar mejorando. En miausencia se quedó sin pastillas, en lugar de llamarme a laoficina le pidió a uno de mis hermanos que estaba de visitaque le comprara más. Sin embargo mi hermano no regresó con laspastillas por consiguiente pasó todo el día con dolorencargándose de la recién nacida. Yo no tenía idea que su díahabía sido tan espantoso. Cuando regresé a casa estaba muytrastornada, malinterpreté la causa de su aflicción y penséque me estaba culpando.-Me sentí dolorida todo el día, me quedé sin pastillas estuve tirada en cama y a nadie le importa.Entonces dije en forma defensiva:– ¿Y por qué no me llamaste?– Le pedí a tu hermano pero se olvidó lo estuve esperandotodo el día, que se supone que tengo que hacer, apenas puedocaminar, me siento abandonada Lucas.En ese momento exploté, no tenía mucha paciencia ese día.Estaba enojado porque no me había llamado estaba furioso deque me echara la culpa sin que yo ni siquiera supiera queestaba dolorida. Después de intercambiar algunas palabrasduras me dirigí hacia la puerta, me sentía cansado, irritado yno estaba dispuesto a seguir escuchando. Ambos habíamosalcanzado el límite. Entonces comenzó a suceder algo que

cambiaría mi vida.

– Esperá por favor no te vayas, este es el momento que más tenecesito, estoy dolorida no ves, hace días que no duermo, porfavor escuchameMe detuve un instante para escuchar – Lucas, sos un interesado, mientras soy dulce y afectuosa tequedás acá conmigo, pero en cuando dejo de serlo te vas poresa puerta.

Hizo una pausa y sus ojos se llenaron de lágrimas, su tonocambió y dijo:

– En este mismo momento estoy dolorida, no tengo nada para darahora. Ahora es cuando más te necesito. Por favor acercate,abrazame no digas nada no hace falta, solo necesito que tusbrazos me rodeen, por favor no te vayas.

Me acerqué y la abracé en silencio. Lloró en mis brazos,después de unos minutos me agradeció por no haberme ido. Medijo que solo necesita sentir que la abrazara.En ese momento comencé a darme cuenta del significado delamor, del amor incondicional. Siempre pensé que yo era unapersona afectuosa, pero ella tenía razón, había sido un amigointeresado. En la medida que ella se mostraba feliz yagradable yo demostraba amor, pero si ella no estaba feliz oestaba enojada, me sentía agredido discutía o tomabadistancia. Ese día por primera vez no la abandoné, me quedé yfue muy bueno, pude brindarme a ella cuando realmente lonecesitaba. Parecía amor verdadero, preocuparme por el otro,confiar en nuestro amor, estar allí en el momento en queella lo necesitaba. Me maravillé de lo fácil que me resultaba apoyarla cuando seme mostraba el camino. ¿Cómo no había podido verlo? Ella solonecesitaba que me acercara y la abrazara, como hombre no sabíaque el hecho de tocarla, abrazarla y escucharla era algo tanimportante para ella. Al descubrirlo comencé a aprender una

nueva manera de relacionarme con mi esposa, una nueva manerade escucharnos mutuamente.

Te habrá pasado alguna vez. No se puede entender la vidahumana sino es desde el amor. El amor es el que nos permiteabrirnos para entendernos. Esta palabra que expresa comohorizonte una experiencia para toda la humanidad, quetrasciende los credos, las razas, las naciones, nos permite elencuentro con el otro. Supone entonces dos actitudes básicasque nos permite comprendernos y comunicarnos verdaderamente.La de recibir al otro y la de escuchar.

Te invitamos a que nos describas ¿en qué situaciones te hassentido verdaderamente escuchado y con quién?

Bajo el cartel Te escucho de la plaza del barrio de Shibuya,de Tokio , el señor Van Dame de 30 años de edad realiza unatarea que el mismo denomina , escuchador, brindando suservicio gratuitamente. Van Dame ofrece sus oídos a unas cienpersonas por semana y recibe confidencias de hombres denegocios, pastores, docentes, profesionales que quierenacercarse para narrar simplemente lo que les sucede, aunquesepan que no tendrán más respuestas que la amabilidad de estaatenta escucha.

Sobre el tema, la socióloga japonesa Kawaniski opina que unade las características de sus compatriotas es que no sedeciden a manifestar sus dificultades y conflictos a otraspersonas cercanas para evitar ser molestas. Por eso dice ella:facilita contar los problemas al escuchador ya que este notiene vínculo alguno con su vida privada.Verificamos también que aparece la necesidad cada vez másimperiosa de ser escuchado. Habrás percibido esta expresión:prestame una oreja. Expresión que indica que estamos en labúsqueda de la oportunidad y la persona apropiada para podercontar algo importante. A su vez, está la superficialidad paraenfrentar las dificultades resumidas en esta frase ‘está todobien’, y esto nos lleva a acumular la tensión que tarde o

temprano va a requerir a este atento confidente o escuchador.

En nuestro mundo hay mucho ruido, muchas palabras, pocosilencio. Mucho menos escucha. Percibimos también que losmedios de comunicación son muy efectivos, televisióninteractiva, Internet, telefonía celular, el SMS que desdecualquier lugar nos podemos estar conectando, pero a su vezparadójicamente nunca como ahora, hemos experimentado tantosproblemas de soledad, de aislamiento. En realidad una faltade escucha real.Entonces frente a esta realidad, situación y circunstancia¿cómo podemos ir haciendo ese caminito de tener las cosas quehacemos cotidianamente y darle paso y espacio a la otrapersona en mi vida? ¿Cómo nos dejamos sorprender por lapresencia del otro muy distinta a la mía? Esta es unapregunta que nos hacemos muchas veces, es una realidad quetiene una doble respuesta. Nos están faltando dos actitudes,la de recibir y escuchar al otro. Esto requiere en primerainstancia un silencio del propio yo. Eclesiástico 20 versículo7, dice: ”el sabio guarda el silencio hasta el momentooportuno, el insensato siempre se adelanta”.Este silencio del propio yo, nos puede llevar a irdescubriendo cual es el sendero para poder abrir el corazón.Martín Heidegeer nos muestra que todos, cuando vamos a hablarcon otro, tenemos preguntas previas, porque tenemos unproyecto personal, y cuando escuchamos algo nos preguntamosque tiene que ver eso con nuestro propio proyecto. Si nuestroproyecto es amar y comunicarnos, vamos a escuchar atenta ydesinteresadamente al otro, vamos a poder recibirlo sincondicionamientos, sin invadir al otro, a estar claramente enuna actitud de contemplación amantiva, porque nuestro proyectoes amar y comunicarnos. Si no es nuestro proyecto, vamos aestar interesados sólo con lo que tenga que ver con nuestrosintereses y con las preguntas que nosotros nos hacemos. ¿Cómosalir? Sería bueno pensar que podemos salir y comunicarnosbien con el otro encontrando algún proyecto que tengamos encomún. Este proyecto de amar puede sumarnos al otro, que puede

permitirnos recibirlo al otro tal cual es.

Este silencio interior para poder escuchar al otro sin ruidosen el corazón y en la mente. ¿Qué significa esto? No estarpendiente en lo yo tenga que decir, pensando que le voy aresponder o estoy atento, atrincherado cubriéndome antecualquier posible ataque o mala intención o error en lo que elotro me dice. Así no se puede vivir. Es importante tener estacapacidad para recibir al otro, este acto repetitivo que setransforma en hábito de estar atento al otro para poderinterpretarlo, atención llena de amor valorando su persona.Nos gusta que nos escuchen. Mi hermano también lo necesita, elque subió conmigo el ascensor, el pasajero que subió a mitaxi. Si soy abogado, el cliente que viene hablar conmigo

La consigna es: ¿en que situaciones te has sentidoverdaderamente escuchado y con quién?

Es un aprendizaje el de escuchar. Muchas veces nos paramos ennosotros mismos. Cuando creemos que nos bastamos a nosotrosmismos es cuando nos damos cuenta que estamos encerrados y nosquedamos aislados. Hay una sola verdad, la mía, un soloevangelio, el evangelio de san yo. Escuchar es más que prestarla oreja, significa una actitud de atención esmerada y deinterés comprometido por lo que la otra persona me va amanifestar y a la que según mis posibilidades voy a poderresponder. Atención esmerada y con interés si el otro meinteresa. El otro me va a interesar en la medida que yo me decuenta que no soy autosuficiente, el otro es un don para mí ytiene una riqueza que yo no tengo. Nadie es tan pobre que nopueda ofrecer lo que tiene y nadie es tan rico que nonecesite de los demás.Es importante el silencio de nuestro propio yo, hacer silenciode nuestro interior para poder escuchar sin ruidos. Debemostener el hábito de estar atentos. Un hábito se logra si lorepetimos, al principio nos va a costar pero luego va a ser unhábito, va a ser una actitud, una manera de estar en la vida yvamos a descubrir otro mundo, que la vida es otra cosa, ya no

estoy tan vulnerable, las cosas no me molestan tanto comoantes, porque no estoy parado sobre mi mismo, estoy abiertoal otro. Otro punto es la amplitud mental al momento de escuchar parano encerrarme obsesivamente en unas pocas ideas que tengo yque las defiendo a muerte. Con esa flexibilidad puedomodificar y completar mis opiniones porque me abro a lo que elotro me está compartiendo.Otro punto es liberarnos de los preconceptos. No creer que yase lo que el otro me puede decir o me quiere decir. Tengo queevitar todo tipo de generalización que surgen a partir de lasmalas experiencias que hemos tenido antes. Hay que tener encuenta estos elementos al momento del encuentro con elhermano.Es bueno descubrir también que cuando estoy conversado yescuchando al otro, no sólo tengo que intentar captar lasideas de lo que dice, sino que debemos tratar de profundizarmás y captar sus sentimientos, la pasión que él pone, porqueallí vamos a descubrir algo más allá de las palabras. Vamos apoder interpretarlo mejor, lo que él quiere decir cuando noshabla, no solamente el contenido intelectual sino interpretarqué me está queriendo acercar con su propia manera de ser.Estamos poco atentos para descubrir lo que el otro nos quierecomunicar, que intenta trasmitirnos, lo que él lleva adentro.Estamos más atentos al sentido que eso pueda tener paranosotros a la utilidad que podemos obtener de lo que el otroestá diciendo.Por ejemplo si alguien me dice que tiene un problema económico¿qué es lo primero que pensamos? Pienso que me va a pedirplata. Si me habla de una necesidad afectiva, lo primero quepienso es que está tratando de seducirme. Si me habla de susplanes, me da envidia que yo no pueda planear lo mismo.El centro soy yo y mis cosas personales, no tengo espacio paradarle al otro.

Esta costumbre, este hábito de estar atento al otro sólo se vaa dar cuando yo salga de mi mismo y me pueda abrirme al

encuentro con el otro y cuando pueda prestar mi oreja demanera verdaderamente desinteresada. Abrirme me da laposibilidad de ponerme en el lugar del otro para entender loque le preocupa en el fondo de su corazónLo principal no es el concepto de lo que me dice, debemosacompañar lo que él me está queriendo trasmitir detrás de laspalabras. Pueden ser palabras con euforia, depresión oalegría. Esto me permite encontrar las claves deinterpretación de este lenguaje tan complejo que tenemos losseres humanos que trasciende claramente las palabras y estálleno de gestos, de aquello que no podemos escuchar connuestros oídos, pero podemos percibir si tenemos un corazónabierto y dispuesto.

En los barrios, en las familias existen personas a las que se les reconoce la cualidad de ser escuchadores. Pensemos enlas abuelas o en los abuelos, escuchadores con mayúsculas. Endistintas profesiones también hemos encontrado profesionalesde la escucha, trabajadores de la salud que no sólo estándiagnosticando y tratando enfermedades, sino que ellos sabenque van a dedicar un tiempo de la consulta o de la atención, apoder escuchar atentamente situaciones personales o familiaresde sus pacientes.Otros escuchadores son los directivos de establecimientoseducativos, profesores, maestros que tienen la experiencia dela preguntita fuera de la hora de clase y que significadisponerse verdaderamente. La revelación extensa de una tensasituación que está afectando al alumno. Abogados, contadores,administradores que no sólo se dedican a la resolución deproblemas legales, económicos de sus clientes, que andan entrepapeles sino que más de una vez tienen que estar dispuestos aescuchar las dimensiones fuertes de densidad humana que estánallí detrás de su labor.Los taxistas, remiseros, choferes de colectivo que sonverdaderos confesores urbanos y se convierten en receptores detemas y de secretos de pasajeros que van revelando suintimidad amparados en el anonimato de esta persona que los

escucha. Son mucho los profesionales de la escucha.

Compartimos el testimonio junto a Elías Curi de profesiónescribano

C.R.: ¿Cómo se da esta realidad de la escucha?

Elías Curi: La realidad parte de dos situaciones. Primero quenada la persona se acerca por la profesión que uno ejerce.Es muy difícil que se de en la primera vez que se acerca peroen las siguientes veces si sos una persona dispuesta, ellalentamente va adquiriendo confianza y de allí surge justamentela escucha. Cuando uno está con una disposición deescucha, la persona que está necesitada que alguien la oiga,se abre. Al abrirse si uno le va dando eco, la persona vaconfiando y cada vez te va diciendo más. Parte del hecho quehaya un acto de disposición de parte del profesional hacia elcliente.

C.R.: En estos 26 años de profesión tendrás alguna anécdotapara compartir

E.C.: Hay muchísimas anécdotas hasta para escribir un libro.Una señora viuda tenía un hijo en edad de casarse, el hijo secasa y por la situación económica imperante se queda a vivirjunto a su esposa con la madre. Al tiempo tiene hijos ylógicamente necesita más espacio físico y va ocupando lacasa. El tiempo pasa y la madre va resignando más espaciofísico a tal punto que va a parar al galpón de la casa. Llegael momento que me necesita para hacerle la donación al hijo.Después de varias charlas me comenta su situación. A micriterio no veo justa la situación, seguimos charlando sobreesta situación hasta que le hice la donación. Para mi fue unaclienta más. Pasó el tiempo y a los seis o siete años estaseñora vuelve a la escribanía y comienza agradecerme. No sabíade que me estaba hablando. A medida que la charla continua medoy cuenta quien era. El agradecimiento tenía que ver con laúltima charla que tuvimos. Me cuenta que le planteó al hijo

lo que me había planteado a mi. Tomó el coraje suficiente, lomaduró, no fue enseguida, fue luego de unos meses. La charlaque tuvo con el hijo, que no se había atrevido a hacerla, leabrió el corazón al hijo, el hijo entendió el problema se pusoen campaña para vivir en otro lado, alquiló y cedió nuevamente la casa a la madre. Esta señora pensó que gracias ala charla que tuvimos surgió este desenlace.La señora ordenó sus pensamientos gracias a la charla quetuvimos. En realidad fueron muchas charlas, la confianza se vaganando con el tiempo, difícilmente la persona se de cómo conun sacerdote, es uno el que le brinda esa confianza y esorequiere de tiempo

C.R.:¿A partir de cuando percibiste que esta profesión incluíaalgo más que la propia tarea de la escribanía?

E.C.: En el camino, porque al principio cuando uno sale dela facultad cree que su profesión es todo lo que uno estudió,pero a los tres o cuatro años me di cuenta que la gentequería algo más y en ese querer algo más, forman parte lascreencias de uno, yo soy católico practicante y lo que veía en la palabra de Dios lo podía aplicar sin mayores esfuerzos,solamente resignando parte de mi tiempo en función y vista delotro. Empecé a aplicar primero la escucha, con el tiempo me dicuenta que no era suficiente la escucha que también eranecesario comprometerse y opinar sin entrar demasiado. Amedida que opinaba percibía que la persona tenía másconfianza, comentaba más porque la persona no da toda lainformación, uno la debe ir ganando. Esto nos permiteubicarnos mejor y con la cantidad de casos similares nuestraopinión es más acertada

C.R.: Que lindo eso que decías ‘descubrir que la gente queríaalgo más’. Elías con su corazón y preparación, gracias a Dios con criterios parados en el encuentro con el Señor, podíabrindarle la escucha y luego el compromiso que parte desde lamisma escucha

E.C.: La escucha sola no alcanza se necesita un poco de lootro, te diría que no totalmente sino parcialmente, el granproblema que está detrás de eso, es la falta de Dios, eso eslo otro que uno va descubriendo y en la medida que el clientete permita meterte en esa rama te resulta más fácil porque sidescubrís que el cliente que está siendo escuchado por vostiene religión, tiene un Dios, es mucho más fácil llegar paradarle soluciones

C.R.: En el fondo es producto de la verdadera escucha y dondevas descubriendo el motivo final de esa necesidad que tiene lapersona. Vas descubriendo que en el fondo están necesitando lapresencia de Dios en sus vidas. Has podo abrir el corazón yeso se logra con tiempo, dedicación e interés.¿Qué frutos has podido recoger a lo largo de los años en estaexperiencia?

E.C.: En lo personal el fruto más grande fue primero unapaz conmigo mismo, tranquilidad, darle seguridad y luz al quete está escuchando y eso hace que te sientas recompensado elciento por uno. Recibís muchísimo más de lo que das. Lorecibís en tranquilidad y seguridad delante de los otros

C.R.: Esta experiencia de morir a uno para poder escuchar loque trae el otro.

E.C.: No morir en uno, crecés en uno.

C.R.: Morir a uno en el proyecto de la semilla, si el granode trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. ¿ Qué ledirías a todos aquellos que tienen esta posibilidad deescucha, a los taxistas , profesionales de la salud?

E.C.: Le diría que si tienen la posibilidad, que no la pierdanporque no sabemos nunca si la oportunidad golpea dos veces ala puerta de nosotros. Cuando tenemos la posibilidad deescuchar que no es ningún gasto y que le estás haciendo muchobien a alguien en alguna medida estás cumpliendo la misiónpor la cual estás acá. Nuestra misión es pasajera todo lo que

podamos hacer acá nos puede servir en el otro, lo bueno y lomalo.

C.R.: Muchas gracias Elías por tu compartir.

Seguimos caminando y la pregunta que me hago es : Jesús, ¿sesentirá escuchado por mi? , la Virgen ¿se sentirá escuchadopor mi? En la medida que yo no sepa escuchar a quien veodifícilmente pueda escuchar a quien no veo.El amor es el que nos va a llevar a recibir y a contemplar elmisterio del otro como persona particular, pero también, desdela mirada de la fe algo que tenemos que aprender a hacer,recibirlo al otro como sagrario del Señor que está presenteallí. No es un simple recibir humano, hay algo más en estelugar, es encontrarnos y tener esta mirada contemplativaamando y descubriendo que en el otro está presente el Señor.El otro se presenta como un don, un don para el que Dios hacreado, pero también un don con sus riquezas para nosotros. Ala vez nos lleva a tener un compromiso con este don que es elde abrirnos al otro y aprender a entablar relaciones sanas. Nosiempre tenemos este compromiso, no nos sale como quisiéramos.Tenemos defectos o actitudes que tendríamos que examinar ycambiar ya que no nos ayudan cuando somos receptores delotro. Por eso te invito a que revisemos algunas.• La manía de hacer una valoración del otro, diciendo ‘pobrecito, siempre el mismo’, este preconcepto, lo veo veniry ya se con que me va a salir.¿Por qué no me abro a que elotro pude traer algo distinto? ¿Por qué no me dejo sorprenderpor la presencia del otro?• Distraerme como si no me interesara lo que me dice y luegohacer creer que entendí.• Escuchar y emitir juicios mientras el otro está hablandosin dejarlo terminar de expresarse. Yo me adelanto creyendoque se lo que me va a decir sin dejarlo terminar• Escuchar solo buscando lo que me es útil, de esta manera loestoy usando al otro porque lo tomo como el emisor de aquello que necesito sin importarme que trae y que quiere compartirme

de verdadSería interesante también tener un gesto de afecto mostrandoal otro que es importante para mí.Percibir la presencia del otro como presencia de Dios que meestá queriendo decir algo. Por ejemplo el trabajar mi propianaturaleza, purificar, convertir, transformar estas actitudes.A veces me molesta mucho lo que el otro me comparte, porquequizás yo también lo tengo y está tocando aquello que estáherido en mi corazón. Entonces me cierro automáticamente a loque el otro me va a compartir. Es un momento para descubriruna posibilidad de conversión

Te propongo que podamos ir descubriendo en el encuentro con elotro y en el recibirlo al otro, recibirlo como aquel que seviene a entregar y que también Dios me va a hablar. Dios se vaa encontrar conmigo a través del otro.Cuando yo me voy a encontrar con el otro también me voy aencontrar con el Señor. Lo recibo y Dios habla y ofrece suamor allí en medio de la gente. La gente que Él nos estáenviando. Hay cosas que El me está queriendo decir en esta circunstancia y lo hace a través de mi hermano lo cualrequiere de una sensibilidad especial para poder captar.Tratemos de descubrir en aquellas personas que nos han sabidoescuchar algo del modelo que nosotros podríamos aplicar parapoder escuchar a otros, la paciencia, la apertura, ladisponibilidad y el tiempo porque esto está dentro de unproceso.

Actitud del dirigente frente

a las personas (parte II)[cycloneslider id=”actitud-del-dirigente-frente-a-las-

personas-parte-ii-slider”]“Un padre estaba observando a su hijo pequeño que trataba demover una maseta con flores muy pesada. El pequeño seesforzaba, sudaba, pero no conseguía desplazar la maseta ni unmilímetro.-¿Has empleado todas tus fuerzas?- preguntó el padre.– Sí, respondió- el niño.– No- replicó el padre-aún no me has pedido que te ayude”

¡Qué hermosas actitudes las que tiene este padre! Primero,dejar que vaya obrando, tratando de resolver esta situación. Yluego, al ver que no puede lograrlo, no lo desestima, no lodesprecia, ni lo avergüenza porque no lo pudo lograr, si noque, al contrario, él le ofrece la ayuda.

Te cuento otro breve cuento:“Un día un maestro que vio a un niño dando excusas de unaexplosión de ira lo llevó a la clase y, entregándole una hojade papel, le dijo:– Estrújalo.Asombrado, el niño obedeció e hizo una bolita.– Ahora dejálo como estaba antes- le dijo elmaestro. Por supuesto que no puedo dejarlo como estaba. Por más que lointentó, no pudo. El papel estaba lleno de pliegues y arrugas.– El corazón de las personas- dijo el maestro- es como esepapel: la impresión que en ellos dejás, será tan difícil deborrar como esas arrugas y esos pliegues”.

Nuestras actitudes hacia los demás, en cualquier ámbito o rolque nos toque cumplir, por ejemplo, el de la dirección, enaquéllos lugares en los que nos encontremos, pueden tener esteefecto: dejar huellas difíciles de borrar en otros. Te invitoa que empecemos a transitar un caminito acerca de las

actitudes hacia las personas en el lugar de la dirección.Vamos a trabajar con el libro de Anselm Grümm Orientarpersonas, despertar vidas. Este rico material nos va adespertar para estar atentos a desarrollar y potenciar todaslas buenas actitudes que nos van ayudando a plenificar comopersonas a otros y, por supuesto, también a nosotros.Te lanzo la consigna para que la podamos ir compartiendo: enmi tarea de conducción, de guía, de pastoreo a otros hermanosque seguro la tenés, con tus amigos cuando vas a salir, en elsecundario también, en la coordinación de un grupo o si sospadre o docente, si tuvieras que elegir de entras tresactitudes, ¿cuál le pedirías al Señor que te regale y por qué?Discernimiento, valorar al otro, atención cariñosa.

Voy a comenzar este tema con la Palabra de Dios, que nos va ailuminar. Ezequiel 34, 1-6: “La Palabra del Señor vino a mí enestos términos: Profetiza, hijo de hombre, profetiza contralos pastores de Israel. Tú dirás a esos pastores: Así habla elSeñor: “Ay de los pastores de Israel que se apacientan a símismos. ¿Acaso los pastores no deben apacentar el rebaño? Peroustedes se alimentan con la leche, se visten con la lana,sacrifican a las ovejas más gordas y no apacientan el rebaño.No han fortalecido a la oveja débil, no han curado a laenferma, no han vendado a la herida, no han hecho volver a ladescarriada, ni han buscado a la que estaba perdida. Alcontrario, las han dominado con rigor y crueldad. Ellas se handispersado por falta de pastor, se han convertido en presa detodas las bestias salvajes. Mis ovejas se han dispersado yandan errantes por todas las montañas y todas las colinaselevadas. Mis ovejas están dispersas por toda la tierra ynadie se ocupa de ellas, ni trata de buscarlas”.

En este texto el Señor lo invita, le ordena a Ezequiel quehaga este anuncio, esta profecía que busca un cambio total dela vida social en Israel, apuntado o dirigido, especialmente,a las autoridades civiles, reyes, magistrados y jueces, en laépoca de Israel. Hay una parte de este texto muy clara en la

cual se descubre que estos pastores, que tenían la tarea de irconduciendo a otros, se han ido conduciendo a sí mismos. Y másclaro queda con esto: “No han curado a la oveja enferma, novendado a la herida”. A este rebaño, que no es de lospastores, no lo han sabido cuidar y es que el Señor, a travésdel profeta, sale a favor de estas ovejas.Queremos ir tomando los elementos que nos ha dejado AnselmGrümm haciendo una reflexión sobre la tarea de dirigir entorno al “testamento” que nos ha dejado San Benito cuandohabla del abad, del administrador del monasterio.Te mencionaba esta parte del texto “No han curado a la ovejaenferma, no vendado a la herida”, justamente, Anselm Grümmrecuerda la actitud del dirigente frente a otro: la actitud de“ser médico”. Nos invita Anselm Grümm a una nueva forma de ver lasrelaciones, a buscar vivificar a otro. El guía, el queconduce, debe permitir que las otras personas puedanencontrar, puedan orientarse hacia su integridad total en elseno de la comunidad. Ésta es la manera Jesús de dirigir:permitir que las personas puedan levantarse de su postración, como lo hizo tantas veces el Señor con los milagros, cuandocuraba a los paralíticos, cuando lo levantaba al ciego que separe de ese lugar y lo sanaba, permitir que las personaspuedan estar animadas, dándoles vida, permitir que puedancurarse, que puedan sanarse. Esta integridad total es llevar auna sanación y el que conduce puede, justamente con suservicio, o levantar y llevar a la integridad total o humillary, poco a poco, llevarlo a una muerte lenta. Se logra sanacióncuando aquéllos que están coordinando puedan respetar,valorar, tomar en serio estas heridas del empleado, delcolaborador y no restregar sus llagas. Tenemos que darnoscuenta de cómo podemos ayudarlo. Te voy a dar un pequeñoejemplo:Un directivo o padre que tras haber observado atentamente a undirigido puede acercársele, corregirlo desde la valoración desu persona y ubicarlo en otro puesto de acuerdo a su perfilcorrespondiente, ya que en ese lugar, no sólo no hacía las

cosas bien, quizás porque no podía, porque no estabahumanamente preparado para ello, sino también porque descubríaque esa persona no se sentía bien en ese lugar. Qué importantepoder, como directivo, como padre, descubrir, mirar la vidadel otro y ver que no está cómodo, no está bien en ese lugar.Si se lo cambia, si se lo ubica en otro lugar puede ayudar asanarlo porque, quizás, permanecer demasiado tiempo allí puedeprovocarle más heridas o tocar ciertas heridas que él todavíano ha sanado. Qué importancia que tiene la mirada del pastoren ese lugar. Es muy claro Ezequiel cuando está reclamándole alos pastores que no se han preocupado por la oveja enferma oherida. Y, por el otro lado, cuánto bien podemos hacer conaquéllos que están dependiendo de nosotros en la tareacotidiana.

Vamos a hablar lo que Anselm Grümm en el libro Orientarpersonas, despertar vidas nos menciona acerca deldiscernimiento tomando como base lo que San Benito nos hadejado.Dice San Benito que el don del discernimiento es la madre detodas las virtudes y es la condición previa para una direcciónprudente y reflexiva. Yo me preguntaba: ¿A dónde quieroconducir a mis dirigidos? ¿A dónde quiero conducir a mishijos? ¿Por dónde voy a ir hacia ese lugar al que quierollevarlos? ¿Cómo voy a llegar? ¿De qué manera? Estos son todoscuestionamientos a los que sólo podemos responder certeramentesi antes hemos realizado un verdadero discernimiento. Puesbien, ¿qué es discernir?Podríamos decir muy brevemente que discernir es “identificar,reconocer, a la luz del Espíritu Santo, por dónde me estáinvitando el Señor a caminar”. Discernimos cuando conprudencia juzgamos las tomas de decisiones y distinguimoscuáles debemos seguir y cuáles no, teniendo en cuentacriterios concretos, verdaderos, ciertos, que en el caso delos cristianos están basados en el camino que el Señor nos vaproponiendo. Pero discernimos entre este camino y este otro.Es fácil pensar que discernimos entre lo que es bueno y lo que

es malo. Eso está bien. Pero también el discernimiento se haceentre lo bueno y lo que es mejor en ese momento. Y eso lo vadiciendo el Señor, lo va mostrando en el camino diario.El guía, el dirigente, el coordinador puede tener eldiscernimiento como un don del Espíritu Santo recibido, comoun carisma. O también como una habilidad que podemos irdesarrollando desde el amor. ¿Cómo lo hacemos? Observandoatentamente en nosotros mismos los propios pensamientos,sentimientos y aprender ahí a discernirlos, a identificar areconocer si es de Dios, no es de Dios, voy descubriendo quepor acá encuentro la paz. Un fruto que es de Dios es irencontrando la paz, más que una tranquilidad que me dejaconforme. Y si el discernimiento lo vamos aprendiendo a hacercon nosotros mismos, lo vamos a hacer también para ayudar aotros. Por eso, la importancia de que podamos formando en élcon una recta y moderada conciencia, con criterios claros. Hanpasado grandes líderes carismáticos con muchísima autoridadsobre la gente, pero con tan poco gobierno en su vida y tanpoca moderación de sí mismos que pronto provocan la caída detodo lo que habían levantado con excelencia, porque no hanpodido conducir su propia vida, menos pueden conducir ydirigir a otro. Por eso, es clave que tengamos presente: quienes capaz de discernimiento puede decidir en virtud de esto yhacerlo correctamente, acertadamente la mayoría de las veces.Entonces cuánto será confiable para orientar la vida de otros.Por ahí pienso en personas que me han estado dirigiendo o medirigen, me acompañan y veo cómo llevan también su vida, lacoherencia. Y eso me ayuda mucho porque me da una tranquilidadde que lo que me van diciendo o por donde me van acompañandoes un camino bueno, seguro.

San Benito cita en el ejemplo de Jacob, que no quería fatigarexcesivamente a su rebaño- como dice la palabra de Dios-porque de lo contrario todos los animales iban a perecer.Vemos que el don del discernimiento no sólo va acompañado porla decisión clara de no caminar más de lo que pueden caminar,de lo que el conviene al rebaño, sino también porque hay una

debida moderación. Por eso, discretio. En latín dignificaambas cosas. Por un lado, el don del discernimiento, perotambién moderación. La moderación va acompañando eldiscernimiento. Sólo el que sepa atenerse a la debidamoderación va a ser capaz de trabajar bien y con eficacia.Hemos experimentados cuántas veces algunos jefes que nostransmiten constantemente la sensación de que trabajamos muypoco. Y también estos jefes trabajan interrumpidamente yesperan inconscientemente que nosotros hagamos lo mismo. Lalabor de dirección significa que yo conozco y respeto lamedida que conviene a cada individuo. No porque yo como jefetrabaje mucho y trabaje ininterrumpidamente y a mi modo elotro va a tener que hacer lo mismo. Yo no puedo ser la medidade mis colaboradores, la medida de mis hijos. Tengo que irdescubriendo y ayudando a que ellos vayan descubriendo suspropios límites, tengo que desafiarlos a que descubran ellímite y su propia capacidad de rendimiento. Pero, cuandoellos tropiecen con su límite, voy a tener que saberrespetarlos. Es decir, yo no soy la medida de miscolaboradores o de quienes yo dirijo, sino que cada uno deellos en sí mismo tiene un límite, una capacidad. Allí tieneque estar también la moderación.

Estamos recorriendo el camino de la actitud frente a losotros en la tarea que el Señor nos ha encomendado, en elservicio que tenemos de acompañar a otros. Todos, de algunamanera, estamos acompañando en el camino a otros, ya sea comopadres, como docentes, ya sea en nuestros vínculos yamistades, nos toca organizar, nos toca preparar algo paraotros y tenemos que coordinar a la gente, tenemos que hacernoscargo de una responsabilidad que implica acompañar y guiar aotros.Lo decíamos: a veces, tenemos que invitar a otros, adesafiarlos en sus límites, sin sobrepasarnos, sin creer quenosotros somos la medida. Por eso, hablábamos de lamoderación. La moderación dada también a los límites y a loque el otro puede, porque tiene una realidad muy distinta a la

mía. En lo que sí somos iguales es en lo que nos proponereconocer Anselm Grümm como “reconocer la propia fragilidad”.Por eso, cuando hablamos de los límites y nos asalta esteimpulso de querer censurar rigurosamente, muchas vecesterminamos no siendo capaces de observar lo que le estamosexigiendo al otro. Podemos caer en esto de exigir lo que nuncahacemos, de caer en una clara incoherencia. Hoy suele haber unenorme abismo, hiato, entre lo que muchos gerentes exigen asus colaboradores y en el estilo de vida que ellos mismosllevan. Y también se ve muy claramente en nuestra realidadsocial, económica y política. Exigen a los colaboradores elestilo de vida que ellos no llevan, pero ningún jefe es capazde poder ocultar a sus colaboradores la vida que él lleva enrealidad. Este abismo existe entre las exigencias y larealidad y hace que los colaboradores se decepciones, pierdanmotivaciones y así vayan cayendo, poco a poco, en un desgano ycuántas veces, quizás, en una indiferencia y en envidias,celos, odios, rabias, que lo paralizan al colaborador.Habría que preguntarnos si miramos nuestro interiorcuidadosamente y encontramos que somos o no capaces derealizar lo que le estamos demandando a otros o lo que estamoscorrigiendo en otros. Si yo reconozco mi propia fragilidad,que tanto miedo me da a veces, seguro que voy a tratar másbenignamente aquéllos a quienes yo tengo que servir, en miscompañeros de trabajo, quizás en mis hijos. Y no me voy acolocar sobre ellos porque voy a descubrir que yo también soyfrágil y, para poder reconoce esta fragilidad, tengo queanimarme a reconciliarme con estos dos lugares de nuestro ser:el lugar débil y el lugar en el que me siento fuerte. A veces,gastamos las energías en tapar nuestra debilidad. Allíperdemos todo nuestro tiempo, en vez de animarnos a mostrarque nuestra verdadera fortaleza: la de permitirnos serdébiles.

Los invito a que demos otro pasito más con el punto que nosayuda a mirar Anselm Grümm: la prudencia. San Benito, envarios de los escritos- dice Anselm Grümm- , pide al abad que

tenga prudencia y lo repite. Una persona que vive la virtud dela prudencia se distingue porque en su trabajo, sus relacionescon los demás, va tomando información que interiormente puedeenjuiciar de acuerdo a criterios rectos y verdaderos, luegoanaliza las consecuencias, si son buenas o malas para sí mismay para los demás y, por último, antes toma la decisión, deactuar o de dejar actuar de acuerdo con lo que ha decidido, esdecir, se toma un tiempo para poder dar el paso. Está muyrelacionada con el discernimiento esta virtud. Decía MarcoAurelio, emperador romano, “no lo hagas si no conviene, no lodigas si no es verdad”. Esta virtud de la prudencia nospermite reflexionar adecuadamente antes de tomar cualquierdecisión. Y, para decidir, es necesario reflexionar con calmapara ver lo que es bueno y lo que es malo de esta decisión. Sino tenemos una buena reflexión, las decisiones van a terminarsiendo erradas. Por eso, es importante la reflexión para nocaer en la superficialidad o para no caer en la equivocación.¿Qué puede atacar esto? ¿Qué nos puede estar tentando? Laprecipitación. Cuando decimos sin reflexionar, como decimosmuchas veces “a lo bestia”, nos largamos. También esta como unenemigo de la prudencia la debilidad de la voluntad, cuandosomos débiles en la voluntad y nos dejamos llevar por losestados de ánimo, por los enojos, por las impaciencias. Y nonos permite pensar bien antes de tomar la decisión que serequiere. Esto es por falta de dominio personal. Estasreacciones que tenemos ante lo que alguien nos dice, seaofensa o sea una corrección. Y yo actúo saliéndome de mímismo. Justamente allí actúa este otro punto: las pasiones.Si por un lado la debilidad de la voluntad nos hace serimprudentes, las pasiones son el otro enemigo que entra enjuego. Si yo no sé cómo dominar las pasiones y ellas meterminan dominando a mí, me van a terminar cegando al momentode tomar cada decisión.

El término prudencia deriva del latín prudentia, que significaproveer. Por eso, la persona prudente ve más allá de lo quesalta a vista. Es como si se adelantara en ese espacio de

reflexión de alguna manera. El dirigente prudente es, porejemplo, el que contempla las faltas de sus colaboradores,pero en un contexto más amplio. La persona prudente se toma sutiempo para escuchar los argumentos de quien corrige, mira larealidad desde todos sus aspectos y luego decide. Es locontrario de lo impulsivo. La persona prudente no emite elveredicto inmediatamente, automáticamente, sino que vaconsiderando maduramente el asunto sin precipitarse a emitirjuicio. La persona prudente piensa con el corazón. ¿Por qué?Porque tiene un sentido fino y no superficial, ve eltrasfondo, piensa con el corazón. Por eso, decimos que laprudencia está asociada siempre con el amor.Podemos decir cómo hacemos para desarrollar la prudencia. Creoque algunas capacidades a desarrollar pueden ser saberobservar bien, saber distinguir entre lo que sucedió y lo quela gente dice que sucedió, saber distinguir entre lo que esimportante y lo que no es, saber buscar bien la informaciónque va a permitir decidir bien, mirar con el corazón, abrirmea la bondad que tiene el otro, confiar en la bondad del otro,no juzgarla de antemano, creer en la inocencia del otro antesde emitir mi juicio y para eso también tengo que aprender aencontrar el corazón del otro.

San Benito nos invita, nos propone en la dirección, en latarea de dirigir, la atención cariñosa.“Cuando a los 32 años- nos dice Anselm Grümm- fui nombradomayordomo, tenía la impresión de que algunas cosas iban tanmal en nuestro monasterio que era imposible arreglar nada.Conversaba con frecuencia con el padre Richard, que había sidodurante mucho tiempo director de una empresa antes de ingresaral monasterio a la edad de 69 años, él no aceptaba esoslamentos y pensaba que todo dependía de la labor de ladirección”. La dirección es un acto de organizar y plasmaractivamente, dirigir es, sobre todo, tener atención cariñosa.Por eso, cuando muchas cosas están mal hechas, salen mal,vamos descubriendo que no es como debería, suele,generalmente, a ser señal de que los colaboradores pueden no

estar sintiéndose considerados o, quizás, de que nadie jamásse ha preocupado realmente por ellos. Entonces, fomentar elhablar mal de nuestros colaboradores y compañeros porque nohacen algo o porque está saliendo mal, destruye la comunidad.Por el contrario, la labor de la dirección consiste en estaactitud de abordar las faltas- como dice San Benito-extirparlas, cortarlas de raíz y no limitarse sólo con lossíntomas, que son las discusiones, los malos entendidos, losenojos. Pero eso se puede lograr sacar de raíz cuando se hagaque la comunidad afronte su propia verdad, cuando dialogue encomún sobre qué tienen unos contra otros. Este corte de raízse logra desde ese lugar del diálogo, de este modo se va atratar a fondo los malos entendidos y conflictos. Vamos allegar al lugar de fondo y no nos vamos a quedar sólo con lasdiscusiones, con las rabias, con los celos o con las envidiasque están dando vuelta y tanto mal hacen a la comunidad.Para extirpar, para poder abordar estas faltas y vicios quetenemos en todas las comunidades, en la familia, en el lugarlaboral, la parroquia, el grupo de amigos, tenemos quetrabajar junto a la prudencia y junto al amor. Dice AnselmGrümm: “Muchas comunidades religiosas y también muchasempresas son incapaces de ponerse hablar abiertamente de losproblemas reales que tienen unos con otros”. En tu empresa,¿hablan de los problemas reales que tienen unos con otros? Deverdad, de corazón a corazón. En tu familia, ¿se animan ahablar de esa manera? Dice Anselm Grümm que sólo lo hacen conagresividad e hiriéndose mutuamente. Quizás sea el modo en elque lo hacemos nosotros también. Hace que cada se retracte ensu interior y trate de mirar solo y por sí mismo. Y en esteclima de incomunicación en el que no se habla de nada muchaspersonas se enferman. Clima de incomunicación que tambiénnosotros en casa generamos. Me enojé porque me miró mal y ahínomás le hice el silencio, me enojé porque no hizo lo que yoesperaba, me enojé porque las cosas vienen saliendo mal hacetiempo. ¿No será también parte de mi responsabilidad? Caigo eneste espacio de la incomunicación, que enferma al otro y meenferma a mí. Por eso, es bueno que todo directivo tenga esta

experiencia de materia de dinámica de grupo para poderfomentar el diálogo, para poder convertirlo en un modo sano depurificar la comunidad. Purificarlo en conjunto. De esto setrata la atención cariñosa: de afrontar la verdad que tieneesa comunidad y de llegar al trasfondo de todos los malosentendidos y enojos. Si no llegamos hasta ahí y solamentecesan las discusiones, vamos a estar tapando el síntoma, perono vamos a llegar a la médula de la enfermedad.Hablábamos de esta atención cariñosa, este amor que tambiénhace que pueda valorarlo al otro, no solamente lo atiendacariñosamente, sino que lo valore en lo que es. Cuando no estála valoración y aparece la envidia, este deseo de algo queotro posee, perdemos la paz interior los que estamosdirigiendo y le sacamos energía y lo desmotivamos alcolaborador. Como jefe sentimos envidia de quienes son máscapaces que nosotros, de los que son más populares quenosotros entre los colaboradores. Como jefes no nos permitimosver lo bueno que hay en el otro, en el compañero, en elfamiliar para poder resaltarlo. ¿Por qué? Porque, quizás, esopuede opacarnos la presencia. “Por ejemplo, una religiosaenfermera- dice Anselm Grümm- me contaba que la superiora lehacía los más graves reproches cuando el jefe de la clínica enla que ella brindaba el servicio la alababa. Esta religiosaenfermera se veía obligada a empequeñecerse a sí misma paraque la superiora no la empequeñeciera cuando los de afuera lefueran mostrando el reconocimiento y el afecto”. Hasta estepunto se llega: hasta el desprecio por la envidia. Y estoparalizaba por completo a esta religiosa enfermera y lecortaba las alas porque su superiora, aquélla que estaba acargo de esta hermana, no la estaba valorando. La relación conesta superiora envidiosa era más costosa que la laborcotidiana con los pacientes y en este clima es imposible podertrabajar bien. En este caso, en vez de dirigir, lo que se hacees inhibir. Y como decíamos en la palabra de Ezequiel, estapastora o este pastor, en vez de apacentar al rebaño, buscaapacentarse a sí mismo.Dice el novelista francés Víctor Hugo: “¿Qué es un envidioso?

Un envidioso es un ingrato que detesta la luz que le alumbra yla luz que le da calor”. Solamente sin envidia vamos a poderdejar que los demás tengan su lugar que le corresponde, vamosa poder valorar lo que Dios le ha regalado al otro y reconocerque nosotros también tenemos algún complejo, algo que no hemosresuelto. También con la envidia aparece la suspicacia. ¿Quées? La idea de la sospecha, la desconfianza. Ser suspicaz esestar propenso a la duda o a la desconfianza constante delotro y no veo al otro como realmente es, sino que lo veo através de los lentes de la sospecha, de los celos, de lasimple idea que yo me hago del otro y voy manchando la imagendel otro a través de mis prejuicios y mis preconceptos quetengo de él. Entonces, como dirigente, constantemente estoypreocupado por lo que puede decir de mí porque estoydesconfiando constantemente del otro. Y así no se puedebrindar la tarea y el servicio de dirigir.

“Algunos gerentes no son capaces de escuchar- nos dice AnselmGrümm-. Olfatean en cada petición de un empleado una ofensadirigida contra ellos mismos. No prestan atención a lo queellos dicen, sino que se construyen inmediatamente una teoríasobre lo que el otro pretende en realidad. En ese clima desospecha y desasosiego no puede producirse nada bueno”. Eneste clima de sospecha no se puede producir nada bueno porqueestoy como directivo yo pensando qué está pensando elcolaborador. Estoy más en eso que en la tarea que tengo querealizar.

Dirigir significa entonces “hacer justicia a todos”. Justiciavalorando lo que los otros son, con sus propios límites.Dirigir es comunicar a todos el gusto por la convivencia y porel trabajo. Dirigir es infundir en todos el sentimiento de queson valiosos y útiles. Es apoyar, es estimular, es animar. Deesta forma, incluso a los que llamamos y nos llamamos débilespodemos sentir que aportamos nuestro lado fuerte y apostamospor lo bueno que cada uno tiene. El dirigente tiene queaprender a ver esta presencia de Dios a través del

discernimiento, con mucha prudencia y valorando con muchoafecto la presencia de Dios en el corazón del hombre ydescubrir que cada uno es bendición para la comunidad.

Si al comienzo iniciábamos con la palabra de Ezequiel en laque expresaba un oráculo contra los pastores de Israel einvitaba. Él decía que el Señor les invitaba, él decía que Élmismo iba a poder congregar a todas las ovejas y denunciaba aestos pastores, nosotros hoy podemos disfrutar del BuenPastor, en Juan 10, 11- 16, nuestro modelo, buscar nuestroservicio desde este lugar:“Yo Soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da su vida por las ovejas.Pero el asalariado, que no es pastor,a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo,abandona las ovejas y huye,y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el Buen Pastor y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí– como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre-y doy mi vida por mis ovejas.También tengo otras ovejasque no son de este redil, también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi vozy habrá un solo rebaño y un solo Pastor”.

El Señor es el Pastor. Yo te diría que en este texto tambiénaparece el portero. No está nombrado, pero aparece en eltexto. Nosotros seríamos este portero que permite abrir lapuerta para que el Pastor pueda entrar y, junto a él,acompañar el rebaño que nos ha delegado el Señor en cada

situación, como padres, como docentes. Él es el Pastorverdadero, nosotros simplemente somos los porteros quepermitimos que las ovejas estén allí, pero el que dirige, elque va acompañando verdaderamente es Él.

El antídoto contra el venenode la ansiedad – parte II

[cycloneslider id=”el-antidoto-contra-el-veneno-de-la-ansiedad-parte-ii-slider”]

Todos, en mayor o menor medida, en algún momento de nuestravida tenemos esta prisa interior que nos da vuelta, que giraen nuestro corazón y que, a veces, nos impulsa a girar tambiénen torno al ritmo que ella lleva en nuestro interior. Lasufren los estudiantes, los niños, los grandes, los abuelos. Yesto verdaderamente repercute en nuestra forma de vida.Gracias a Dios que siempre tiene una palabra para nosotros yyo quiero compartírtela. Nos dice en Ecli., 3: “No pretendaslo que te sobrepasa. Hijo, no te preocupes en demasiadosasuntos porque así no terminarás bien. Por más que corras, noalcanzarás”.Creo que es común esta experiencia de que cuando hay ansiedad,hay desorden, confusión y esto se opone a la paz que el Señorquiere que nosotros tengamos. Y este desorden no nos hace paranada bien. Y en realidad, cuando queramos ordenar nuestrointerior, no lo vamos a poder hacer si no nos paramos en unfundamento concreto, básico, sólido que nos permita encontrarla serenidad. Y ese lugar es la paz de Dios.Muy lindo, muy claro- me podrás decir vos-pero, a veces,preferimos la ansiedad. Es como el estado nervioso de unnerviosismo que está adentro, es algo normal para poderconducirme en la vida, generar muchas tareas porque me lo

requiere constantemente el trabajo, la casa. Me tengo quelevantar temprano, levantar a los chicos, cambiarlos, darlesel desayuno, preparar todo para que salgan porque viene eltransporte, a mi marido debo prepararle el desayuno, lavar losplatos…Son muchas tareas y esto forma parte de la vida. Eltema es que no se termina haciendo nada con verdadera calidad.Es bueno, por ahí, analizar y ver con qué calidad voy haciendocada una de las cosas que realizo a lo largo de mi día.Puede pasar también que, como quiero hacer todo rápido,incorporo muchas tareas y actividades, quizás también me puedopreguntar: “¿de qué estoy escapando? ¿O de qué dificultad mepuedo librar? ¿Qué es lo que no quiero asumir?”. Y allí poderencontrar la calma que en realidad no la puedo encontrarporque creo que, si busco muchas actividades para hacer, voytras esa paz que, supuestamente me da el creer que he hecho yestoy pleno en todo lo que hago. En realidad, si no tenemoscalma, no podemos gozar intensamente de ninguna tarea y deninguna cosa. Y la verdadera paz es poder disfrutar conintensidad todo lo que la vida nos ofrece, todo lo que la vidame ofrece: desde levantarme temprano, aunque me moleste tenerque preparar el desayuno, a los hijos, la camisa que preparéanoche que tengo que ir a buscar en la otra pieza, que faltaplanchar, que están remoloneando en la cama. Todas estas cosasestán y Dios las dispone para que las puedas disfrutar. Laclave es que con la ansiedad pasan por arriba. Si yo llego alfin del día y me pregunto “¿En qué momento he podido disfrutarcon intensidad de la vida?”. Te invito a que te hagas esapregunta esta noche cuando te vayas a dormir: ¿En qué hedisfrutado intensamente? ¿O he sentido que mi corazón hasaltado de un lado para otro por la cantidad de actividades?He estado haciendo todo, pero, en realidad y en verdad, no heconcretado en mi corazón nada que pueda disfrutar. La consignaes simple, nos permite hacer un stop en la vida cotidiana.Sería la frase esta: puedo encontrar calma y orden en micorazón cuando…- te puedo compartir la mía- tengo unaconversación detenida con mi esposa. Puedo encontrar calma yorden en mi corazón cuando me encuentro con el Señor orando.

Puedo encontrar calma y orden en mi corazón cuando miro a mihijo cuando él duerme. ¿Cuál es tu frase? puedo encontrarcalma y orden en mi corazón cuando… y ahí le agregás en dondevos encontrás calma y orden en tu corazón. Vas a ver que haymuchas más cosas que podemos percibir cuando nosotros tenemosatención.

Esta paz de la que hablamos seguro que en algún momento de tuvida la pudiste experimentar es a lo que apuntamos en laconsigna. Cuántas veces a través del corazón de otra personanos podemos reconocer. La paz y la gracia de Dios pueden estaren interior si nosotros apostamos para que ellas puedaningresar en nuestro corazón. Es el mismo Dios. Él no esmonotonía ni aburrimiento. Un corazón que está lleno de Dios-y de eso hablan muy bien los santos- está bien despiertoatento a la vida y pude siempre atravesar las distintassituaciones más torrentosas, más tormentosas en una paz y enuna tranquilidad que no se está escapando de la realidad, sinoque está asentada en una clara confianza en el poder de Dios.Esto de lo que estamos hablando es aprender a confiar en laProvidencia Divina, no en algunos casos, sino como un estilode vida. Un estilo de vida basado en la Providencia. Este Diosque se adelanta y que nos da todo lo que necesitamos. Pero quetambién la Providencia se manifiesta en nuestro “sí”, ennuestra apertura, por ejemplo, a no estar esclavos de nuestrosplanes. Me pasó hace muy poco aferrarme a una idea, a unosproyectos y haberme encontrado con que la realidad me decíaotra cosa. Y yo estaba sufriendo con la ansiedad de que eso secumpliera porque me había tomado de ese lugar, de esosproyectos que no eran míos. Y Dios me invita constantemente aser flexible en eso.Esta paz también la podemos ir logrando si vamos seleccionandonuestras tareas y dejando para después lo que puede esperar.Esto es también un ejercicio. Si yo no tengo este ejerciciocotidiano y constantemente voy tomando lo que me viene y no meorganizo- y para organizarme necesito un momento de silencio,más que de descanso, de reflexión- obviamente, mi corazón,

cuando llegue el final del día, va a estar exhausto, perovació. Podemos llegar exhaustos, cansados y bien llenos ocansados y vacíos de todo.“Cuidado, Cristian”, me dice el Señor a mí. Creo que a vos tedice también. La ansiedad te puede convertir en una personasuperficial, justamente esa persona superficial a quien vosaborreces. Aquélla que se queda en lo efímero. La ansiedad nosva llevando, al pasar de una cosa a otra y de otra a otra,caer en la superficialidad porque no caemos en la profundidadde nada. El corazón ansioso no es capaz de detenerse en nadaporque, quizás, no soporta la quietud interior o no estáacostumbrado. Y también, si no soporta esta quietud interior,cuán poco puede estar atento para escuchar a Dios. Y si no seescucha a Dios, menos aún se va a poder gustar del sabor másagradable que tienen las cosas. Puedo encontrar calma y ordenen mi corazón, ¿cuándo?

“No se inquieten por su vida pensando qué van a comer ni porsu cuerpo pesando con qué se van a vestir. ¿No vale más lavida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren lospájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan ni acumulanen graneros; sin embargo, el Padre que está en el Cielo losalimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?”. Éste esMateo 6, 25-27. Cómo nos habla de la Providencia. Me vino alcorazón esta Palabra, por eso, quería compartírtela, para irdescubriendo esta otra cara de la ansiedad, este lugar desdeel cual el Señor nos invita a buscar esta profundidad interiory esta paz: “Confía, Yo estoy con vos, al lado tuyo. No temas,Yo te voy a acompañar”.Venimos hablando de la ansiedad, de cómo encontrar calma ennuestro corazón, dimos algunos ejemplos, pero ¿y Jesús? ¿Cómofue en Jesús esto de la ansiedad? Nosotros sabemos que en Éltodo es perfección y armonía y en Él la vida es intensa y concalma, al mismo tiempo. ¿Te fijaste? Es intensa, pero concalma. Profunda y con calma. Me quedé pensando en esto: esintensa y con calma. A veces, creemos que porque hacemosmuchas cosas, realizamos muchas actividades, hablamos con

mucha gente, cerramos muchos negocios, juntamos mucho dinero,estamos en distintos lugares, hemos viajado por aquí y porallá, ha sido intensa nuestra vida. Quizás no. La intensidadno depende de la cantidad de actividades, sino de cuánto hepuesto mi corazón en cada actividad.La vida de Jesús ha sido sin prisa, pero sin pausa. El Señorha estado por amor, con confianza, sometido a la Voluntad delPadre. Una sumisión de amor que le permitía a Él entregarsepor entero a cada actividad que Él hacía sin anticiparse anada. Incluso si recordamos, Él pasó toda Su vida trabajandocomo carpintero, en el silencio y la sencillez de la vida deNazareth. Jesús tenía poder cambiarlo todo. Sin embargo, notenía prisa y fue aceptando con humildad los procesos y eltiempo, este espacio que le tocaba tener, que era el trabajooculto y simple, allí en un pequeño pueblo. Nada de ansiedad,todo a su tiempo. Incluso, no fue ansioso con Sus discípulos yla verdad que eran duros de entender. Varias veces lo decía,lo expresaba: se dormían en la oración, querían llevarlo porotro camino. Sin embargo, Jesús soportando con paciencia lasimperfecciones, la ignorancia, la infidelidad de susdiscípulos, hasta sus vanidades, porque sabía que elcrecimiento de las personas, de cada uno de ellos, llevabatiempo. Y Jesús respetaba este proceso.Te invito a que puedas preguntarte cómo sos con tus amigos,con tus familiares, con tus compañeros. ¿Tenés paciencia consus defectos, con sus vanidades, con su ignorancia, con susimperfecciones, con aquello que te molesta claramente deellos? ¿Soportás con paciencia su infidelidad en torno al amorque te debería tributar y no lo hace? ¿Al egoísmo que, aveces, anida en su corazón? Esto es un gran acto demisericordia que el Maestro, el Señor, nos mostró que lo hizo.¡Y vaya que cuesta! Pero Él nos propone este camino, el caminode no ser ansiosos co quienes tenemos alrededor nuestro.Es hermoso descubrir cómo Jesús puede detenerse un largo ratocon Nicodemo, darle tiempo a la samaritana para que vayadescubriendo quién es Él o compartir el descanso con loshermanos de Betania. Jesús le regalaba sinceramente ese tiempo

de atención y de amable diálogo. Tal vez sea un buen momentopara orar a Jesús diciéndole “Gracias, Señor mío, porquetambién para mí dispones de ese tiempo y de ese amor atento”.El resto puede esperar, somos libres para elegir cada momentode nuestra vida y cada momento de nuestra entrega haciendocaso a los llamados de Dios. Podríamos hacernos la pregunta ola reflexión de que así como exijo tiempo completo a Dios,¿nuestros planes son todos ofrecidos y acordes a Su Voluntad,ofrecidos a Él? Jesús invitaba a Sus discípulos a prestaratención, a contemplar las cosas y la vida con amor, apercibir el mensaje de la naturaleza. Lo que te proclamabarecién de la Palabra: “Miren los lirios del campo, el sol decada día o la lluvia, las flores, la salud”. Te Señor teinvita también a que vos puedas contemplar a tu alrededor y nodejar que pasemos de una cosa a otra constantemente ydisfrutar con intensidad, poder encontrar calma y orden denuestro corazón, ¿cuándo?

Infaltable modelo para nosotros es nuestra Madre María. Nosdice el Evangelio de Lucas: “María, por su parte, guardabatodas estas cosas y las meditaba en su corazón” (Lc 2, 19).No puedo terminar de imaginarme cuántas cosas pasaron porMaría en menos de un año: Anunciación, Visitación a su prima,tenerlo a Jesús, que vengas los pastores, los Reyes Magos.Todas estas cosas y después más todavía: cuando llegó apresentar al Niño le dijeron que una espada iba a atravesar sucorazón. ¿Qué pasó con esto? La Madre, a pesar de todo estoque iba viviendo- lo dice la Palabra- “Guardaba todo y lomeditaba”. Es claro que lo hacía con Dios. Es claro tambiénque, a pesar de todas las cosas que le podría haber producidotanta ansiedad, Ella, parada desde el Señor, saboreaba la viday se detenía en las cosas y seguro que las penetraba con laluz preciosa del amor que fuertemente anidaba en su corazón.Fijáte qué lindo cuando el Evangelio nos dice que Ella estabaatenta a todo lo que sucedía en el corazón y en la vida deJesús e iba meditando en Su corazón todo. María no “manoseaba”los regalos que iba recibiendo del Señor, no los tomaba a la

ligera, menos tomaba a la ligera lo que Dios le ofrecía y lepresentaba. Más allá de que sea difícil de asumir y aceptar,Ella claramente descubría que era Dios el que le ibapresentando todo. Imagináte la ansiedad de la Madre o lasituación tan dificultosa cuando Jesús no está con ellos yellos volvían de la fiesta de Jerusalén y Jesús estaba en eltemplo. Si te ha pasado alguna que, por momentos, has perdidoa tu hijo o a tu hija, esa desesperación que toma el corazón.La Madre lo iba viviendo de una manera distinta: era madre yla ansiedad quizás acechaba. El tema es desde dónde Maríaatravesaba este lugar. Ella lo hacía desde descubrir que Diostenía todo esto bajo sus manos y que no los iba a dejar. Laansiedad no tenía lugar, poder en su corazón. Por eso, Maríano pasaba descuidadamente de una cosa a la otra, de una tareaa la otra, de una lugar al otro como si nada. Todo tenía sutiempo, todo tenía su momento. Por eso, a la luz de María nospodríamos preguntar dónde queda lo que Dios nos da. ¿Lopercibo como Dios me lo presenta, me lo da? Esta situacióndolorosa, dificultosa, Dios la permite. Quizás no es algo quehe pedido, pero es algo por lo que estoy pasando y, si Diospermite que yo pase, es porque algo bueno quiere sacar. Laansiedad ante todas estas miradas desde Dios va disminuyendo.¿Nos olvidamos de lo que nos fue dado por Dios? ¿Lo valoramos?¿O una vez que ya lo tenemos pasamos por arriba, “total ya lotengo”? ¿Buscamos siempre más sin llegar a contentarnos con lavida, con Dios? ¿Somos eternos insaciables? Sería lindo que lepidamos a María que interceda ante el Señor para que podamosvivir así nuestra existencia cotidiana, al modo que la vivióElla. ¿Cómo la vivió? Vivirla como que cada momento seasagrado y no estemos precipitándonos, saltando de una cosa aotra y mirando el mañana desde el hoy, sin vivir el hoy. Lepidamos a Jesús la gracia de ser delicadamente cuidadosos contodo lo que Él nos conceda vivir, como lo era Su MadreSantísima.

El antídoto contra el venenode la ansiedad – parte I

[cycloneslider id=”el-antidoto-contra-el-veneno-de-la-ansiedad-parte-i-slider”]

El antídoto contra el veneno de la ansiedad – parte I

¿Viste cuando desesperadamente queremos tenerlo todo bajocontrol, bajo nuestro control, sin que nada se escape anuestra planificación? ¿Viste cuando luchamos con un empeñoimpresionante para ver rápidamente los frutos de nuestroesfuerzo y estamos absolutamente pendiente de esto sin quepodamos disfrutar verdaderamente de lo que hacemos? Cuandopasa eso, sin darnos cuenta y progresivamente el corazón senos va llenando de ansiedad y nerviosismo. Como que apareceuna brisa interior y permanente que no nos permite disfrutarplenamente de nada de lo que hagamos, ni siquiera darle unsentido profundo a lo que hacemos. Yo me pregunto: ¿no seráque queremos ocupar el lugar de Dios para nuestra vida? Poreso, te invito a que dejemos que sólo Dios sea Dios en nuestravida y experimentemos el real sabor de una vida feliz y unseguro destino. Iniciamos el camino que nos lleva a encontrarel antídoto contra el veneno de la ansiedad. Encontrar elantídoto contra el veneno de la ansiedad, es decir, algo, unmedicamento contra el veneno, algo que nos ayude apreservarnos de esta ansiedad que nos va destruyendo a vecespor dentro, algo con que nos podamos prevenir este veneno,esta “sustancia espiritual” que se mete en nuestro corazón ynos ocasiona grandes trastornos y hasta el vivir en una vidaque no es vida, sino que nos lleva casi a la muerte sin poderdejarnos ver a nosotros lo pequeños y lo hermoso de la vida dehoy.La consigna: ¿Yo? experimento ansiedad? ¿Cuándo? Por ejemplo,

¿cuándo estoy por rendir un examen? Cuando tengo pensado algoy busco que sí o sí se lleve a cabo, ¿yo experimento ansiedad?¿Cuándo experimento? Y quizás cuando me voy a encontrar con lapersona que hace latir mi corazón de una manera especial, ahíexperimento ansiedad. ¿Experimento ansiedad? ¿Cuándo? Quizáscuando estoy mirando el partido de fútbol de la Selección. Yosoy futbolero y experimento ansiedad. ¿Cuándo experimentoansiedad?

Te proponer la siguiente escena, que te puedas meter en eselugar para que podamos percibir lo que hace la ansiedad desdela vida cotidiana:– Hola, Ricardo. ¿Cómo te va? ¿Qué contás?– Bien, bien. Acá ando, Martín, un poco nervioso, apurado.Tengo trescientos trámites por hacer.– Epa, che. ¿Por qué tanto? ¿No era que tenías una personaque te ayudaba con eso?– Ah, no, sí, sí. Pero quedó en la oficina porque la verdades que cada vez que este chico sale a hacer algo demora tantoque me crea un estado de ansiedad terrible. Entonces, prefierohacerlo yo. Aparte así realmente me aseguro de que nada mesalga mal.– Ajá, entiendo. Igual vos no te podés hacer cargo de todo,che. A propósito, ¿seguís a cargo del área de producción?– Obvio, ni loco dejo ese puesto. Sabés que mi jefe estásúper contento conmigo. Soy tan eficiente. Imagináte: cada vezque me pide algo, me pongo tan ansioso por terminarlo que mequedo hasta altas horas de la tarde- noche. Imagináte que nolo puedo dejar.– Claro, claro. Ya veo. Pero supongo que, cuando llegas atu casa, te relajas te poco y disfrutás en familia.– Eh… sí, eso quisiera, pero no hay tiempo para disfrutar.Yo llego tan tarde y tan cansado que, apenas llego, me pongo aayudarle a mi esposa a hacer la cena. Es que tengo tantaansiedad por terminar rápido y acostarme que no puedo darme ellujo de relajarme.– Che, pero en algún momento tenés que parar. Así no podés

seguir.– Sí, eso quisiera yo también. Pero estos tiempos que noscorren, bueno, son así.

En esto de recién percibimos este veneno que se llama“ansiedad”. Esta especie de prisa interior permanente en laque podemos mostrarnos seremos por fuera, pero por dentro,estamos verdaderamente acelerados.Es como sentir una necesidad imperiosa de resolver pronto,rapidísimo, todas las dificultades y de hacerlo todoinmediatamente, ya, como si todo fuera urgente, como si todofuera indispensable. Y decimos que es un problema relacionadocon el tiempo. ¿Es un problema relacionado con el tiempo? Lapersona que quiere terminar rápidamente todo lo que tiene quehacer, sin dejar nada pendiente es la persona que vaexperimentando esta ansiedad. ¿Y no te pasa a vos que estáshaciendo una actividad ahora y estás pensando en lo que viene?Yo me pongo nervioso cuando estoy esperando una personaquerida que va a venir. Una vez yo, era chico, estaba jugandoal fútbol y estaba ansioso porque llegaran unos familiares.Veo un auto que para cerca, me fui corriendo a la ventanilla.Era igual el auto. Cuando iba a decir “hola”, nada que ver,era otra persona totalmente distinta. No sabía dónde meterme.Salí corriendo. Eso es lo que hacía la ansiedad en mí: mesacaba de lugar, no prestaba atención a lo que estabaexperimentando, tenía la mente más adelante. Es esto de que,cuando estamos haciendo algo, estamos a la vez pensando en loque vamos a tener que hacer después y no nos detenemos en nadacon profundidad. Si alguien te está hablando y está expresandoy está compartiendo su corazón y vos tenés tu corazón y tumente puesto en lo que viene, voy a decirle que sí lo escucho,pero en realidad no pasa eso. Por esta ansiedad no podemosdisfrutar plenamente de ninguna actividad ni tampoco darle unsentido profundo a lo que hacemos.Podemos llegar a sentir que no estamos viviendo en estemomento y que estamos postergando la vida para el futuro.Entonces, al no estar viviendo en este momento, es como si no

viviéramos una vida real. Y también con los hermanos pasa eso,pasa también con Dios. A veces estoy en la oración y estoypensando en lo que voy a hacer en el trabajo luego. El Señordándome de todo su amor, de toda su vida y yo cero atenciónpara Él, cero atención para Aquél que me está abriendo elcorazón. A veces escuchamos pensando en lo que deberíamosresponder o en lo que tendríamos que hacer con lo que nos vadiciendo, en vez de, simplemente, escucharnos.Esta ansiedad, por eso decimos, es un veneno que va entrandode a poco, sin que nos demos cuenta y que nos terminaafectando desde el aspecto psicológico, que nos pone inquietosy mal hasta lo físico, nuestro cuerpo. Es como si hubieraconstantemente una prisa permanente. ¿A dónde voy tan rápido?A veces yo manejando el auto y mi esposa dice: “¿Por qué vastan rápido? ¿Quién te persigue?”. Y en realidad nadie. Y enrealidad no sé por qué voy tan rápido. Es esta ansiedad que,en muchos casos graves, produce enfermedades, alergias,problemas digestivos, palpitaciones y, sobre todo, el desgastey el cansancio de nuestro sistema nervioso. Y Por todo esto esque queremos compartir con vos y buscar juntos el antídotopara este veneno. Y es importante que nos detengamos a buscarlas motivaciones para que esta ansiedad que tenemos, que, aveces, es una compañera cotidiana que no la percibimos comonegativa, sino ya más como algo que está en nuestra vida ydecimos que lo vamos haciendo porque tenemos que aprovechartodo el tiempo y en realidad vamos desperdiciando el tiempo yel regalo del hoy que el Señor nos va permitiendo y nos varegalando.Yo experimento ansiedad. ¿Cuándo?

Y quería aclarar que la ansiedad adaptativa, es decir, cuandovos vas a tomar un trabajo, por ejemplo, hay una ciertaansiedad que es la que te permite prepararte para algo nuevoque viene y que vos no sabés y es normal lo que nos ocurre. Elproblema es cuando la ansiedad se repite y está de manerapermanente en nuestra vida, por ejemplo, con afirmaciones quevan reduciendo nuestra calidad de vida y que nos aumentan la

ansiedad y que, en realidad, despiertan miedo. Por ejemplo,las que te voy a compartir.Quizás te pasó alguna vez que pensaste de esta forma:– “Se que las experiencias negativas ocurren raramente, perosé que me ocurrirá a mí”.-“Esta mala situación todavía no me ocurrió a mí, de maneraque ya sería tiempo de que me toque”.– “Justo cuando uno se relaja y baja la guardia es cuando máses probable que ocurra un desastre”.– “Si controlo una vez más que algo esté bien, es bueno.Controlarlo diez veces, diez veces será mejor”.– “Es mejor predecir el desastre, adelantarme al desastre, deesa manera nunca me voy a sentir defraudado y voy a estarpreparado”.– “Yo debería tener el control completo de mi vida, por lotanto, si algo malo sucede, va a ser por culpa mía”.En realidad todas estas cosas nos colocan una trampa, estamosatrapados por la ansiedad que, constantemente, nos vaimpulsando desde el interior para salir urgente de este lugaren el cual- en muchos casos- hemos sembrado algunos miedos através de estos pensamientos, de estas afirmaciones que, porlo general, no tienen ningún asidero sólido.Por eso, tenemos que hacer un camino largo para liberarnos dela ansiedad. Lo primero que te propongo es que juntos podamosrenunciar a sentirnos dioses. Sí, aceptar que dependemos deDios y que le demos a Dios los controles de nuestra vida y quesólo Él sea el Señor de nuestro futuro. Dice Mateo 6: “¿Quiénde ustedes puede agregarle un solo minuto a su vida? Así queno se preocupen por el mañana”. En el fondo de la ansiedad hayun deseo de ser dioses ilimitados, de hacerlo todo, deexperimentarlo todo, sin que nos perdamos nada, de tener TODObajo nuestro control sin que NADA se escape a nuestraplanificación y sin que nada se escape de nuestra actividad.Tenemos que saberlo todo, quizás sin pensar que más adelantepodemos entender algunas cosas que aparecen en nuestra vida.Sin embargo, estamos llamados a otra cosa, a descubrir elverdadero lugar: somos creaturas, no podemos abarcarlo todo ni

controlarlo todo.Por eso, la ansiedad nos surge por esta búsqueda desenfrenadade tener todo controlado, de que nada se me escape. Y entoncessufro tremendamente cuando aparecen imprevistos o cosas que noestaban en nuestros planes. Y es doloroso y golpea e impactafuertemente y, a veces, de muy distinta manera de acuerdo aquién le llegue eso. Es bueno que podamos descubrir que sóloDios sabe perfectamente lo que nosotros necesitamos. Pero amenudo vamos desgastando nuestras energías haciendo oplaneando cosas que en realidad no sirven o no alcanzan losresultados que esperamos. Nos dice la Carta a Santiago en elcapítulo 4: “Ustedes, que dicen que hoy y mañana irán a talciudad, pasarán el año allí, negociarán y ganarán dinero,ustedes, no saben que será de su vida el día de mañana. Soncomo un vapor que aparece y luego desaparece en un instante”.Aquí podamos ir viendo algunos de los elementos que nos puedenayudar a encontrar el antídoto contra este veneno, entregarnosde lleno en cada cosa que tengamos que hacer pensando sólo eneso y dejando que el futuro o el día de mañana se queden enlas manos del Señor. Le decimos stop a esta prisa interior, ledecimos “Pará”, “Basta” a esta prisa interior. A veces tenemosclaro dónde queremos ir, pero no nos dejamos sorprender por elmodo de llegar a ese lugar. Y eso es lo más bello. Y ni hablarcuando Dios permite que se cambien los planes y que no seacomo uno esperaba. La ansiedad constantemente aumenta porqueen lo que nosotros queremos y en el manejo de nuestra propiavida totalmente, sin que nada se escape, ahí está puestonuestro corazón.Ojo: hay que saber planificar y saber prevenir, pero nopretender tenerlo todo previsto y preparado. Un viaje, elestudio de mis hijos, un regalo que quiero hacer, lo puedotener previsto, preparado, pensado, pero, quizás, no quedarmeencaprichado en ese lugar si no se lleva a cabo. Es descubriren el fondo que Dios es el Rey, el Señor de nuestro futuro,que Él guía nuestra vida y que todo estará salvo con Él. Si yome siento débil y humillado y busco hacerme grande y fuertecon mis planes y sacrificios no lo voy a poder lograr porque

voy a intentar constantemente protegerme yo solo. Será lafuerza de Dios lo que me va a hacer firme y seguro, si deverdad confío en Él y voy depositando en Él mi futuro. Es elSeñor el que construye la casa y en vano trabajamos nosotros,si el Señor no está allí. Como dice el texto del Salmo 127:“Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan losalbañiles”. Con este texto te invito a que podamos dar un pasomás con otra consigna. Escuchaste que el texto dice: “Si elSeñor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles”,te propongo que vos armes tu frase pensando que Dios es elarquitecto y nosotros ponemos la mano de obra. Por ejemplo: Siel Señor no me da su sabiduría para discernir, en vano trabajael albañil. Ese albañil sos vos, soy yo. Si el Señor no mefortalece, en vano trabaja el albañil. Si el Señor…-ahí ponelo que vos creas que el Señor hace con tu vida- … en vanotrabaja el albañil.

No queremos quedarnos solamente en qué cosas somos ansiosos,queremos ir descubriendo y diciéndole al Señor “En esto soyansioso concretamente, quiero salir de ese lugar”. Obviamente,que en muchos casos, cuando se transforma en algo crónico, enalgo un poco más grave, es necesario trabajar con algúnprofesional. Te confieso que en su momento, haciendo untrabajo psicológico, mi psicóloga me aconsejó trabajar algunascuestiones de ansiedad con una persona especializada másconcretamente en la psiquiatría. Y fui y me encontré y mesentí un poco raro y me ayudó con algunas medicaciones. Ellame dio esta expresión, me hizo este ejemplo: “Estas pastillassencillas, no muy fuertes te van a ayudar a que en el bote detu vida, en que a veces te cuesta remar vos puedas poner comosi fuera un motor fuera de borda, un motor que pueda ir dandovuelta y te permita llevar el barco. Pero va a llegar unmomento en el que hay que sacar ese motor fuera de borda yutilizar los remos, es decir, hay un momento en el cual ya laayuda del fármaco ya puede mermar porque en ese tiempo pudistepensar mucho las cosas”. Te aseguro que me ayudó mucho, mepermitió encontrar un lugar en el cual podía yo encontrarme

conmigo mismo, con Dios y con los demás y no dejarme pasar porarriba por esta prisa interior muy fuerte en mí mismo, que nopodía controlar y que sentía que me controlaba a mí. Es lagracia de Dios que actúa también a través de losprofesionales, en las distintas áreas de las medicinas, que esbueno descubrirlo a Dios aquí presente.

Estamos trabajando este tema de la ansiedad porque queremos ycreemos fervientemente que el Señor invita a vivir una vida degozo, de alegría al entregarnos al trabajo y tratar dedisfrutar en medio de las tareas. La ansiedad no nos dejadisfrutar, nos mantiene con la cabeza en el mañana, en el másallá. Pero también, a veces nos mantiene con la cabezademasiado pendiente de los resultados que vamos a obtener deltrabajo que estamos realizando y queremos ver rápidamente losfrutos de nuestros esfuerzos. Entonces estamos haciendo algo yestamos pensando en los aplausos o en las felicitaciones quevamos a recibir. Estoy cocinando y estoy pensando cómo me vana felicitar mis hijos y mi esposo- o mi esposa. Si estoyrealizando mi tarea cada día con empeño, estoy pensando cómolos demás me van a reconocer. Estoy pensando en el premio quevoy a merecer por eso o en el placer que voy a sentir al verel resultado del trabajo. Estoy pensando en eso, en vez dedisfrutar la tarea que estoy realizando.Estamos pensando constantemente en los frutos, en cómo va asalir, que es importante tenerlo en cuenta, la clave es noobsesionarse con esa realidad porque se nos va escapando elplacer de poder trabajar, de realizar esa actividad. Salimos aandar en bicicleta con la familia un día domingo a la tarde.Salimos todos: vos en tu bicicleta, tu esposa, tu esposo, loschicos. O salimos en el auto. Yo no puedo estar con la cabezapuesta en los resultados de la presentación que tengo querealizar mañana cuando vaya al trabajo. Estoy perdiéndome deese momento, perdiéndome disfrutar de lo que el Señor me estáregalando. Éste es el placer de poder trabajar, de poderrealizar una actividad que la ansiedad no me lo permite. Laansiedad me lo tapa, me lo empaña. Este veneno hace estragos,

estragos con el tiempo de hoy de cada uno.Será difícil pensar que podemos estar en paz y orando ennuestro trabajo. Dice la Palabra de Dios que para el hombresabio el objeto de su oración son los trabajos de su oficio(Ecli. 38, 34). Justamente el sabio es el que es capaz de oraren medio de su trabajo, puede vivir en la presencia de Diosmientras trabaja, sin ansiedad por ver rápidamente los frutosde ese trabajo. Yo creo también que sin estar plantados desdeya con la cabeza puesta en los frutos del trabajo o loslogros, quizás, podamos hacer más grandes los frutos o loslogros. En las cosas que hacemos para Dios tenemos quedesprendernos de los frutos, Dios va a recoger los frutos delo que hacemos a Su manera y para Su gloria. Ya Jesús lodecía: cuando terminamos una tarea tenemos que decir “somospobres siervos, sólo hicimos lo que teníamos que hacer”. Perojustamente la persona que vive dominada por la ansiedad estápendiente del fruto de su trabajo. Entonces no los disfrutamucho tiempo, porque pronto va a necesitar obtener algo muchomás nuevo, algo nuevo. Por eso, a quienes ponemos nuestraconfianza en los logros más que en el Señor nos puede caber laprofecía de Miqueas, que dice: “Sembrarás, pero no cosecharás.Pisarás la aceituna, pero no te ungirás con su aceite” (Miq.6, 15). Y esto es parte, a veces, de nuestra que nos lleva a seransiosos y dependientes de los frutos. Pero el amor nos llevaa entregarnos al trabajo para cumplir una misión, entregarnosal trabajo para cumplir una misión desprendidos de esta gloriaa la cual nosotros nos tomamos, desprendidos de estosresultados a los cuales nosotros nos vamos encaprichando y alos cuales queremos llegar y no dejamos los resultados enmanos de Dios. No dejamos que Dios sea el Señor de nuestrofuturo y que los frutos de nuestro trabajo queden en susmanos. Queremos nosotros seguir teniendo el control y no se loentregamos a Él. Cuando se lo entreguemos, nos va a liberar detodo nerviosismo, prisa o de todo urgencia porque Él sabe loque nos conviene y conoce claramente cuál es el camino que noslleva a ser felices.

Queremos compartir con ustedes una oración:“Señor, concédeme serenidad,serenidad para aceptar las cosas,aquellas cosas que no puedo cambiar.Concédeme valor para poder cambiar síaquellas cosas que puedo.concédeme Sabiduría, Tu Sabiduríapara poder diferenciarentre las cosas que no puedo cambiary entre las cosas que sí puedo cambiar.Regaláme la gracia, Señor,de poder hacer Tu voluntady no la mía. Amén”.

Espero que esto te haya ayudado a percibir que en el tiempoDios está presente y que el Señor en cada instante y en cadamomento se manifiesta y que la ansiedad no nos permitedescubrirlo. Entonces, la alegría y el gozo no van a llegarporque yo me apure más, sino porque yo disfrute másintensamente aquellos lugares cotidianos de la vida.

Caminar la soltería desde elSeñor[cycloneslider id=”caminar-la-solteria-desde-el-senor-slider”]Está el Padre Daniel Nardini, párroco del la Parroquia“Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa”, asesor de Cáritas ycapellán de la cárcel de mujeres en Bowen, en la ciudad delCórdoba, para compartir con nosotros. Vamos a darle inicioformal al tema para que caminemos, y no solos, por eso, hemosplanteado este tema que tiene relación con lo charlado elmartes pasado. El martes pasado hablamos de la soledad,

compartíamos distintas instancias: una soledad positiva, unasoledad amarga.Vamos a compartir poder entender la realidad del la soltería.Este no tener pareja y estar en ese lugar, ¿cómo vivimos?,¿cómo caminamos? Quienes estamos haciendo ya el camino deconsagrados, de casados debemos atender a los que vamos acompartir porque es un tema que a muchos nos toca, ya sea porla realidad que vivimos nosotros, como también la posibilidadde poder colaborar con otros hermanos que están viviendo desdeeste lugar.Estando en Bariloche, aproveché la oportunidad de tenerlo alPadre Fernando Maletti, obispo de Bariloche, y le pregunté aél sobre la soltería: si la soltería era un camino vocacional,si la soltería era un camino al cual también el Señor nos iballamando. Ésta es la primera parte de lo que él nos contaba.Para iniciar, te pido que prestes atención a lo que el PadreFernando Maletti nos decía:

– Bueno, la vocación entre lo que Dios quiere y lo quenosotros elegimos. Y esto se traduce en lo cotidiano en que lomejor que nos puede pasar en la vida es lo que Dios quiera. Yeso es que la mejor suerte que podemos correr es correr lamisma suerte que Jesús. A partir de ahí, el estado civil deuna persona no es lo que te conduce a la felicidad como sifuera fruto de una obsesión, sino como el interactuar, por unlado, la realidad y las circunstancias y, por otro lado, en ellibre albedrío de cada persona, como cada uno va encarando larealidad. A partir de eso, hay mucha gente, no frustrada, sinorealizada que es soltera, no solterona. La “solteronía” es unafrustración. Soltera es una realización. Son esas personas queno se han consagrado en el matrimonio, a una mujer, a unvarón, a una familia, a unos hijos, por esas cosas de la vidahubiese querido, pero no salió. Y tampoco se consagró en unaopción de vida, de consagración religiosa o sacerdotal o en uninstituto secular o una consagración laical, sino la Soltería.

-¡Qué iluminador lo del Padre Fernando! Yo me hacía la

pregunta cómo vivís vos que no tenés pareja, por distintassituaciones de la vida que están ocurriendo, que pasan, pordistintas, situaciones en las cuales vos vas descubriendo estavida y sabés que estás en búsqueda de una persona con quiencompartir tu vida. Por eso, cabe hacerte la pregunta ¿cómo loestás viviendo? ¿Vos vivís este ser soltero como que vas enbúsqueda de lo que Dios quiere para vos de una manera digna enla cual ves que hay esperanza para ir rehaciendo la vida? ¿Olo sentís como una frustración? ¿Sentís como un rechazo alcorazón?Quienes vamos caminando por otro lugar también podamoscompartir cómo lo hemos vivido porque, en una de esas, quizás,el compartir nuestro testimonio de cómo lo hemos vivido puededarle muchas luces a hermanos que van por ese camino y muchasveces piden mucha ayuda para vivir lo que se está viviendo.

Vamos a darle la bienvenida el Padre Daniel Nardini.Nos dice una mujer en una entrevista: “En todas nuestrasreuniones se hablaba de perder el tren de la maternidad, de lapareja que no llegaba, de las salidas fallidas, de los hombresque no se comprometían, de la opción Realización personal vs.Familia”. Esta mujer tuvo una vivencia de estar sola ycontaba: “Nos mirábamos con mis amigas de treinta y pico ydecíamos “¿Qué nos pasa? ¿Por qué no encontramos a alguien conquien estar y compartir la vida? Porque la frase “estar solo”no significa estar solo, sino ser solo. Es ponerse a pensarqué es lo que una quiere de su vida porque para poder estar dea dos hay que saber cómo se quiere y cómo se puede estar conuna misma,es cuestionarse qué prioriza una de la vida, cómo se abre aesa vida porque muchas veces esta soledad se retroalimenta:una se da manija con el tema y, en vez de abrirse, se vametiendo más para adentro y ni qué hablar si se juntan variasen una misma situación”.Los números de la soledad nos dicen que hay cada vez más genteque vive sola y nuestro país no es ajeno a esta realidad. Enla Argentina hay nueve millones de solteros, un millón

doscientos mil divorciados y un millón setecientos mil viudos.Se estima que para el 2010 un 20% de los hogares argentinosserán unipersonales. Estos números de la realidad, estassoledades, padre, estás búsquedas, en este caso yo ponía elejemplo de una mujer, pero también encontramos de los dossexos, varones y mujeres, que van caminando, que van buscandoa Jesús y se encuentran con esta realidad, a veces, en muchoscasos, que duramente desespera y se pregunta ¿cómo es lacosa?. Padre, están los que se casan, están los que seconsagran al Señor, ¿y los solteros? ¿Será una vocación? ¿Esuna vocación la soltería? Yo permanezco en este lugar y sufrouna cierta tensión y me pregunto cómo vivir esta realidad.

-Creo que hay que hacer varias apreciaciones, pero desde unaóptica, que es desde dónde queremos responder nuestrarealidad. Yo puedo responderla desde la psicología, desde lasociología, pero como cristiano debo intentar mirar mi vida ala luz de Aquél que me ha creado, que me ha llamado y Aquélque en el llamado me ha dado el sentido de mi existencia.

– Ésa tiene que ser mi clave de interpretación sobre mirealidad.

-Yo sugiero, me parece que ése es el lugar donde uno va aencontrar la mayor luz y por dónde normalmente uno puedetransitar, no sé si con las seguridades ciertas, pero sí conlas seguridades del amor de Dios. Me parece que la Soltería,si nosotros la planteamos dramáticamente, puede ser causa dederrota, de frustración, de sinsabores. Pero también puedeser, mirándolo desde la perspectiva de la fe, la aperturaespiritual a una plenitud mucho más profunda.Pedro en una de sus cartas dice, citando al texto delLevítico: “Sean santos como Yo, vuestro Dios, soy santo”. Éstaes la primera y fundamental- y casi única- llamada que tenemoslos hombres: la de ser santos, llamados al Amor. La santidades la plenitud del amor. ¿Por qué? Porque es la plenitud es laplenitud de Dios en el corazón, porque nuestro corazón ha sidotomado por Dios. Cuando el corazón ha sido embebido de tal

Manero que yo no puedo entenderme si no es en la clave delamor, de este amor creador y salvífico que nos da el Señor,que nos dona el Señor, difícilmente pueda encontrar otra razónpara caminar en este tiempo de prueba que es la Soltería. Aveces, ciertamente, nos cuesta interpretarnos a la luz de lafe porque culturalmente y socialmente nosotros muchas veces ennuestra vida religiosa hemos hecho en camino inverso: hemostratado de acomodar la fe a lo que nosotros somos. Y elproceso es inverso: la fe nos acomoda a lo que verdaderamentesomos. Es decir, la fe es la que nos acomoda, nosotros no nosacomodamos a la fe. Podemos utilizar un montón de cosas enorden a la vida de la fe, pero ciertamente, el verdaderoencuentro con quién soy y para qué y por dónde debo ir es eseencuentro vivo con el Dios vivo, no hay otro modo.

– “¿Qué hice para que nadie me valore?” empiezan a dar vueltaestas cosas.

– Lo que pasa es que buscamos como solteros. ¿La soltería quéhace? Me encierra en mí mismo. Y, cuando más voy encerrándomeen mí, menos voy a dar lugar para la posibilidad de que otroenganche.

– ¿Desde dónde me paro, padre?

– Desde la Libertad. Ser libre frente a uno mismo porque “LaVerdad te hace libre”, dice el Señor en el Evangelio. Hay queser profundamente libre para poder aceptar que el amor es amarlo distinto, no lo que yo quiero que ame. El sentido de laprofundidad del amor es cómo Dios nos ama. ¿Cómo amó Dios?“Dios amó tanto al mundo que envió a su hijo al mundo”, “Aquélque, siendo rico, se hizo pobre, que, siendo Dios, se hizohombre”. Es decir, desde esta aparente contradicción,encontramos el sentido profundo. Cuando uno “busca”difícilmente encuentre lo que busca porque busca de acuerdo asus parámetros. En cambio, cuando uno “se deja encontrar”, esdistinta la experiencia. Cuando yo busco, busco según misparámetros, mis apetencias, mis necesidades, lo que a mí me

hace falta. Cuando yo vivo mi vida en clave de donación, deentrega, el amor me encuentra.

-Hay un testimonio. Ella nos dice: “Hola. Ser soltero osoltera no es tan malo, tiene sus ventajas. Aprendés aconocerte a vos mismo acerca de tus capacidades y debilidades,te ayuda a darte a los demás en actos que los matrimonios notiene tiempo para eso: hacer la caridad, participar en gruposde ayuda por más tiempo, disfrutar un poco más de la vida. Haymuchas cosas de las cuales debemos estar un poco orgullosos deser solteritos. Soy soltera. Me he enamorado, pero soy felizsiendo soltera. Debo eliminar cualquier malestar del pasadopara conseguir la sanación de recuerdos y tratar de crecerespiritualmente para tener mucho que dar a esa linda personaque Dios ponga en tu camino para compartir tu vida. Si andásdejando un poco de vos en cada relación que tengas, cuandollegue la persona idónea para compartir tu vida, no tendrásmucho para dar porque parte de ti está en cada uno de elloscon quienes te has entregado.” Éste es el testimonio de unasoltera, cómo ella lo va viviendo. Algunos elementosimportantes uno puede ir tomando: esta realidad que ella vivela busca vivir en esta clave de la oblatividad, de laapertura.

– Claro, todos hemos sido solteros. El tema no está en que uno“sea” soltero, sino que piense que ése es su estilo de vidapara siempre. Aquello que decíamos: cuando Dios crea al hombrea su imagen y semejanza, crea al hombre varón y mujer. Dice:“Vayan, sean fecundos, multiplíquense y dominen la tierra”. Lafecundidad de la vida es lo que podemos identificar con lafecundidad. ¿La fecundidad cuál es? La fecundidad como Dios esfecundo. ¿Cómo es fecundo Dios? En el amor, regalando vida,engendrando vida. Por eso, aun quienes hemos hecho una opciónde no casarnos- ya vamos a tocar el texto de Mateo 10-, aun sinosotros no tuviéramos esta dimensión de fecundidad en nuestravida, como sacerdotes, consagrados, religiosos, es decir, unafecundidad que se note feliz, que transmita felicidad de lo

que vos sos, entonces, también estaríamos siendo infieles aaquello que el Señor nos ha regalado como vocación.

– Dice Mateo, 19: “Hay quienes han renunciado al matrimoniopor el Reino de los Cielos. Que lo comprenda aquél que puedacomprenderlo pues no todos comprenden esta enseñanza, sinosólo aquéllos a quienes se les ha concedido”. Esto en relaciónconcreta y clara al celibato. Lo podemos aplicar también aquienes han hecho una opción por vivir solteros, con unadedicación a la profesión o al servicio del bien social.

– Retomo la pregunta que te había hecho en torno al texto enel cual nos dice Mateo, 19: “Hay quienes han renunciado almatrimonio por el Reino de los Cielos. Que lo comprenda aquélque pueda comprenderlo pues no todos comprenden estaenseñanza, sino sólo aquéllos a quienes se les ha concedido”.La tradición de la Iglesia hace referencia con esto a lagracia del celibato- que no es el tema-, pero queríapreguntarte si también se puede aplicar a quienes han hechouna opción por vivir solteros con la dedicación a unaprofesión, servicio o bien social, ¿cómo sería esto, padre?

– Yo creo que el texto nos da como una clave deinterpretación: la causa siempre es el Reino de los Cielos.¿Por qué? Porque el Reino de los Cielos va a ser la plenitudde mi vida, el modo cómo yo voy a alcanzar el cumplimiento deesa vocación a la cual el Señor me ha llamado, que, comodecíamos, citando a Pedro, es la Santidad. O la Iglesia nosenseña también en el LUMEN GENTIUM: “Toda la Iglesia, todoslos que pertenecemos a la Iglesia, estamos llamados a laSantidad”. Y éste es un punto que es central, medular, porqueesto es lo que hace que nosotros podamos descubrir nuestravida en la amplitud que el Espíritu la va guiando. Por eso, laIglesia siempre, en sintonía con la Sagrada Escritura, varespetando lo que es Espíritu va suscitando en cada uno. Poreso, hay que discernir el camino en el cual yo quierocomprometer mi vida para saber si verdaderamente es unallamada, un modo de responder o estoy simplemente sintiéndome

cómodo, no me comprometo con nada, estoy tranquilo. El Reinode Dios, trabajar por el Reino siempre me va a dejar inquieto.Así como un padre de familia o una madre tiene que vivir surealidad como esposo, como esposa, como trabajador en lainquietud de vivir en la Iglesia doméstica, aquéllos que viveno quieren vivir sin una consagración matrimonial su vidatambién tienen que tener este otro horizonte, que es elhorizonte del Reino de los Cielos. Si no, hay que, como diceel mismo texto, ver si han sido, en algunos textos dice“castrados” desde el vientre de su madre o los castraron loshombres. A veces pueden ser que las heridas de la vida, comodice el refrán “Aquél que se quema con leche ve la vaca yllora”. Puede pasarnos a veces que en nuestra existenciamuchas opciones que hacemos estén marcadas por esto. Me pareceque la dimensión que nos abre este texto de Mateo es ladimensión a mirar nuestra vida, porque siempre la Palabra esun desafío, algo que me interpela. Es mi opción. Esta decisiónque yo hago, ¿es comodidad? ¿Es un anhelo? ¿Un compromiso desantidad en sintonía con la vida del Reino?

– También puede pasar que estoy discerniendo y descubro,padre, que el Señor me llama a encintrarme con otro, porejemplo, en el matrimonio y no llega ese otro. Y nuestrarealidad de solteros será un tiempo de espera y por ahí unodesespera. Y en ese tiempo de desesperación uno se vapreguntando distintas cosas: esto que decíamos de sentirserechazado, de caminos que van enturbiando o empañando estavivencia que estoy teniendo tan fuerte. Son distintas lassituaciones que se van viviendo, pero creo que es iluminadoresto que vos decís, padre, de desde dónde hago yo esta opciónde estar solo. ¿Por comodidad? ¿Lo hago porque hay ciertasheridas en mi corazón que todavía no han sanado y me cuestaencontrarme con otro? ¿Realmente siento el llamado? ¿O tengomiedo de una consagración especial a Dios? ¿O de unaconsagración y siento el llamado? Esto está tocando el tema dela vocación, que no es el tema específicamente.

-Pero el tema vocacional siempre va a tener que estar comohorizonte en nuestra vida. Pasa que nosotros nos hemosacostumbrados a vivir muy rápidamente y, a veces, muysuperficialmente nuestra vida. No digo con mala intención,sino porque, a veces, la vida nos pasa por encima con laspreocupaciones, con tantas cosas que hemos creado sobrenosotros mismos y tantas exigencias que nos hemos puesto. Lavida pierde el detalle gozoso de lo simple también como unmodo de ir olfateando por dónde yo quiero mi vida. A veces nonos animamos a vivir la vida que queremos.

– Dice un testimonio, el que leíamos al principio: “Hoy unamujer de 30 años o un poco más, quiere tener una pareja, estaracompañada. Las que se animan a decirlo y las que, de algunamanera, se construyen un mundo aparte para suplirlo odisimularlo, haciéndose adictas al trabajo, renegando de loshombres en todas sus formas o diciendo que nada les da másplacer en su vida que comer fideos solas en la cama. Seconstruyen un mundo que las recubre, pero creo que todasquieren tener a alguien a su lado. Hay muchos corazonessolitarios. El tema es preguntarse ¿por qué no se puedenencontrar o qué pasa cuando se encuentran?” Estas preguntaslas hace una persona que no está hablando desde la fe, pero sídesde lo meramente humano. El tema del compromiso también hadado mucha vuelta. Son distintos factores.

– Y esto va a ir, Cristian, como en una tendencia cada vezpreocupante. No porque haya más solteros, sino porque va ahaber cada vez más gente que no sabe lo que quiere de su viday eso es lo problemático. Porque esta falta de compromiso,entusiasmo por vivir en profundidad en el compromiso deldesafío de la donación, del amor, de la verdadera libertad, dela renuncia, del sacrificio. Esto hoy no está presente. Y entoda opción, en toda opción tenés que vivirla. Y aun cuandovos creas que quedándote soltero la vas a evitar, eso te va atraer angustia y amargura. En tu vida de opción, de vocaciónrealizada o “en camino de” o de discernimiento te va a ser,

quizás, una espina. Pero las espinas se sacan.Pero me parece que es bueno reflexionar cómo estoy yo paradofrente a mi vida.

– Yo quería compartir, padre, un audio de la conversación quetuvimos con Monseñor Fernando Maletti, que va agregandoalgunas cosas sobre este camino desde dónde también se puedevivir la soltería, en algunos casos, como una situación que espasajera; en otros, como situación que se ha optado. Habrá quever si eso es lo que verdaderamente discerní y desde dónde lohice.

– “La soltería que, en todo caso, el podríamos decir lapersona que no ha renunciado al amor, sino que lo vive desdeun modo y a partir de un punto de cocción especial, máspersonal. ¿Cómo doy amor a los demás? A partir de una libertadque me da el no compromiso de una consagración religiosa osacerdotal y el no compromiso de una consagración matrimonial.Y, por lo tanto, dedicarme a los demás y ser feliz haciendofelices a otros. Todos conocemos muchísimas personas que,siendo solteras, hacen mucho bien a los demás, son muy felicesy como que cronifican una vida de donación, de entrega, deapertura, de generosidad, de poner el centro de gravedad ennosotros”.

– Es lo que venimos hablando. Recién vos decías la Santidad,la vocación a la Santidad. Prestemos atención: la Santidad noes el conjunto de leyes canónicas y textos bíblicos yestampita, sino es vivir el amor. Eso es.

– Esto me hace acordar a una experiencia. Hay un testimoniomuy lindo. Dice: “Hola. Tengo 62 años. Soy soltera, dediqué mivida a mi profesión y a mis padres y no me pesa, estoy bien”.De esto se trata: se trata de que vos encuentres tu plenituden el amor. Soy de las sierras. En las sierras había unafamilia de muchas hermanas y siempre se decía que una teníaque quedarse soltera para cuidar la familia, a los padres. Yopensaba esto. Se puede pensar “¡Qué frustración!”. Sin

embargo, en un contexto cultural, en un contexto de otraépoca, esto era vivir como una oblación y era como un honor elque era elegido para cuidar a los padres. Y esta dimensiónoblativa de este amor. Me parece que ahí está el secreto:donde yo ponga y no esconda la plenitud del amor.

– Vamos a hacer esta pregunta: ¿Cómo vivís vos el amor en tusoltería? ¿Lo vivís como una experiencia frustrante porque nose lleva a cabo aquello que estás esperando en el corazón? ¿Olo estás viviendo en un momento de esperanza que, por ahídecae un poco?El padre Maletti nos decía que la vocación estaba en laconjugación entre el deseo que Dios ponía en nuestro corazón yla providencia que se iba dando. Si este deseo está allí deuna manera genuina y auténtica, Dios lo ha querido y Él se vaa encargar en este tiempo, hasta que llegue la persona que Élme quiera poner para que podamos compartir la vida yentregarla, de preparar mi vida, de ir enriqueciéndome parapoder entregarme quizás con mayor plenitud del tiempo que yoestoy esperando.

– Pero eso es tomar tu soltería, tu etapa de soltero como uninstrumento de plenitud. Ése es el sentido también. Es como eltiempo en que la masa se va leudando para que el pan seasabroso. Me parece que esto también es importante, este tiempoes un tiempo muy importante porque también encuentro lo queespero también y cómo he esperado eso que voy buscando. Lodecíamos recién, pero ahora lo decimos con otras palabras:generar en mi corazón la actitud, la disposición, losmomentos, los lugares en donde yo creo que voy a irencontrando aquello que Dios me va pidiendo. Por eso, tambiénes un tiempo de mucho discernimiento. Si yo lo quiero vivir enla clave de la fe, es la oración, el discernimiento, elejercicio del amor concreto, del gesto concreto.