Maestría en Relaciones Internacionales. Seminario integrador. · El ‘comunista’ tal como lo...
Transcript of Maestría en Relaciones Internacionales. Seminario integrador. · El ‘comunista’ tal como lo...
1
Maestría en Relaciones Internacionales.
Seminario integrador.
Título: La responsabilidad de las empresas
internacionales como actores en el
conflicto social y armado en Colombia. Su
relación con los grupos paramilitares.
Autor: Jesús Rafael Mora González.
LA HABANA, EDICIÓN 201
2
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN. ........................................................................ 3
DESARROLLO. ............................................................................ 4
CONCLUSIONES ....................................................................... 10
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................ 11
Resumen:
El capital transnacional, ha jugado en América Latina, un papel funesto y criminal,
durante el proceso de expansión del capitalismo, en el que Colombia ha sido un
botín, con la complicidad directa de la elitista clase dirigente. El presente trabajo
pretende demostrar, que durante el proceso de globalización neoliberal, que ha
vivido Colombia, con un conflicto social y armado, las empresas internacionales y la
oligarquía colombiana, con el empleo de los grupos paramilitares, han consolidado
la expansión del capitalismo, con consecuencias humanitarias y medioambientales
nefastas en las comunidades y territorios. El articulo concluye demostrando que la
relación directa entre las empresas internacionales y el paramilitarismo, ha sido un
pilar fundamental para mantener el Estado Colombiano, y garantizar la acumulación
irracional de capital, en la segunda fase de consolidación del modelo neoliberal en
América Latina.
Abstrac:
The transnational capital has played a deadly and criminal role in Latin America
during the process of expansion of capitalism, in which Colombia has been a booty,
with the direct complicity of the elitist ruling class. The present work tries to
demonstrate, that during the process of neoliberal globalization, that Colombia has
lived, with a social and armed conflict, the international companies and the
Colombian oligarchy, with the employment of the paramilitary groups, have
consolidated the expansion of capitalism, with harmful humanitarian and
environmental consequences in the communities and territories. The article
concludes to demonstrating that the direct relationship between international
companies and paramilitarism has been a fundamental pillar to maintain the
Colombian State, and guarantee the irrational accumulation of capital, in the second
phase of consolidation of the neoliberal model in Latin America.
3
Introducción:
En la era de la globalización neoliberal, el capital transnacional, ha jugado en
América Latina, un papel funesto y criminal, durante el proceso de expansión del
capitalismo, en el que Colombia ha sido un botín, con la complicidad directa de la
elitista clase dirigente (Ortiz, 2016).
Este país se ubican dentro de los que tienen mayor biodiversidad, dada su riqueza
topográfica, con un alto valor en el mercado internacional y posición de relevante
importancia en términos geopolíticos. (Gutiérrez, 2015).
Como se observa, los altos índices de concentración de la tierra y de la riqueza, en
manos de la oligarquía colombiana, propició los conflictos violentos, entre la clase
dominante y la población, por la posesión de la tierra, dando origen a los actores
armados, los cuales persisten hoy.
Por tal motivo, ante el temor de perder su propiedades, la burguesía colombiana,
exigió al gobierno, la creación formal de grupos armados al margen del estado,
como organizaciones de defensa civil, para proteger su propiedad, dando
surgimiento al fenómeno del paramilitarismo en Colombia.
Luego de las bonanzas cafeteras alcanzadas en la década del setenta, la clase
gobernante, se insertó en el proceso de globalización neoliberal, a través de su
industria minera, atrayendo el interés de las empresas internacionales.
Al mismo tiempo, el proceso de globalización neoliberal, ha situado las sociedades
transnacionales, como actores de primer orden en la toma de decisiones y como
responsables de las crisis políticas, económicas, sociales, ecológicas y culturales
que afecta actualmente a la humanidad. Estas se protegen por medio de normas
supranacionales, con las políticas de ajuste y préstamos, condicionados por la
Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional, el Sistema
de Solución de Diferencias de la OMC1 y el Banco Mundial, que debilitando la
soberanía de los Estados receptores (Tietelbaum, 2011).
El objetivo de este trabajo es demostrar, que durante el proceso de globalización
neoliberal, que ha vivido Colombia, con un conflicto social y armado, las empresas
internacionales y la oligarquía colombiana, con el empleo de los grupos
paramilitares, han consolidado la expansión del capitalismo, con consecuencias
humanitarias y medioambientales nefastas en las comunidades y territorios.
________________ 1El procedimiento de solución de diferencias es la piedra angular del sistema multilateral de comercio y una contribución excepcional de la OMC a la estabilidad de la economía mundial, hace hincapié en el imperio de la ley y da mayor seguridad y previsibilidad al sistema de comercio. Se basa en normas claramente definidas y se establecen plazos para ultimar el procedimiento.
4
Desarrollo:
El verdadero origen del Paramilitarismo [como una práctica sistemática],
comprobado documentalmente, se encuentra en la Misión Yarborough o visita a
Colombia, en febrero de 1962, de oficiales de la Escuela de Guerra Especial de Fort
Bragg (Carolina del Norte) quienes dejaron un documento secreto, acompañado de
un Anexo ultra-secreto en el cual orientaban a conformar grupos mixtos de civiles y
militares, entrenados clandestinamente y utilizables en caso de que la seguridad
nacional se deteriorara. (Edgar, 2018)
El Estado continúa negando la existencia de grupos paramilitares y desde 2006 los
bautiza con nombres que enmascaran su carácter político y los vínculos que estos
grupos tienen con la institucionalidad; Bandas Criminales (BACRIM) o Grupos
Armados Organizados (GAOs).
El Ministerio de Defensa Colombiano ha defendido reiteradamente que “En
Colombia no hay paramilitarismo”. Decir que en Colombia hay paramilitarismo
significaría otorgar un reconocimiento político a unos bandidos dedicados a la
delincuencia común u organizada, desconociendo que la paternidad que el Estado
tiene en la creación y mantenimiento de las estructuras paramilitares, favoreciendo
su creación a través de distintos manuales de combate de contraguerrillas y de
doctrina contrainsurgente del Estado. (Edgar, 2018)
El paramilitarismo hace parte de una política de Estado, anclada en la doctrina de
seguridad nacional, la cual establece entre sus estrategias de lucha
contrainsurgente, la persecución al movimiento social, opositores, líderes y lideresas
sociales, y defensores y defensoras de derechos humanos, a quienes se les
denomina enemigo interno y se les equipara con la guerrilla, y con base en ese
fundamento se le estigmatiza y agrede. (Edgar, 2018)
Para la sociedad civil es preocupante que pese al Acuerdo de Paz, esta doctrina
esté vigente y no haya sido modificada, máxime que esta continua justificando y
naturalizando las agresiones contra el movimiento social y de derechos humanos.
La persistencia del fenómeno del paramilitarismo se puede explicar a partir de
cuatro elementos;
En primer lugar, no todos los grupos paramilitares se desmovilizaron,
En segundo lugar, los efectos de las desmovilizaciones, no fueron efectivos debido
a que la desmovilización no fue simultánea.
5
En tercer lugar, muchos mandos medios no se acogieron al acuerdo y siguieron
delinquiendo y por último, los financiadores y terceros beneficiados por el
paramilitarismo no fueron efectivamente investigados y sus estructuras se
mantuvieron intactas en las regiones tras la desmovilización, y siguen sin rendir
cuentas, aunque la legislación reciente para superar las atrocidades del conflicto les
da la opción de hacerlo de manera “voluntaria”, ya que la justicia ordinaria no lo ha
hecho y nada indica que lo hará. (Edgar, 2018)
Durante el año 2017 se responsabiliza a los grupos paramilitares de realizar 283
amenazas contra personas defensoras de DDHH lo que equivale al 76% de las
amenazas registradas el año pasado.
Los principales responsables de las amenazas son las “Águilas Negras” con el 36%
de las mismas y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia con el 14%. (Edgar,
2018)
Esta información resulta llamativa, ya que según diversos informes elaborados por
organizaciones de DDHH el grupo de las ‘Águilas Negras’ tiene poca presencia
territorial y más parece obedecer a estrategias de acciones encubiertas de
entidades que deberían al contrario ocuparse de la seguridad ciudadana.”
En el arsenal doctrinario de la Seguridad Nacional de Colombia, compuesto
fundamentalmente por libros (Biblioteca del Ejército Nacional), editoriales y artículos
aparecidos en la Revista de las Fuerzas Armadas y en la Revista del Ejército,
discursos, exposiciones e informes de altos mandos militares y asesores suyos, así
como por una colección de Manuales de Contrainsurgencia editados con carácter
secreto o ‘de reserva’, allí el perfil del ‘comunista’ se identifica explícitamente con el
sindicalista, el campesino que no simpatiza o se muestra renuente ante las tropas
militares que penetran en su vereda o en su vivienda, el estudiante que participa en
protestas callejeras, el militante de fuerzas políticas no tradicionales y críticas, el
defensor de derechos humanos, el teólogo de la liberación y en general el poblador
inconforme con el Statu quo. (Edgar, 2018)
En ese perfil desmesurado del ‘comunista’, la acción militar se articula
perfectamente con el modelo de Estado que se fue configurando en Colombia a
través de los conflictos sociales y que tanto Paul Oquist como Juan Friede
definieron tan acertadamente como excluyente y elitista. (Edgar, 2018)
El ‘comunista’ tal como lo definen los manuales de estudio y entrenamiento de la
Escuela de Las Américas y el arsenal doctrinario del Ejército colombiano, es
justamente el que no se ajusta a los intereses elitistas y excluyentes de la clase
dirigente colombiana’.” (Edgar, 2018)
6
Por otra parte, de acuerdo al Banco Mundial, el país se ha integrado a las dinámicas
internacionales de la globalización económica, financiera y comercial, con el mejor
clima para los negocios en América Latina “por simplificar los trámites de crédito,
protección de la inversión, y simplificación en el pago de impuestos” (Valbuena,
2012).
Fue el sector minero quien facilitó el ingreso del país en esas dinámicas
neoliberales, con la privatización de minas y refinerías. En este nuevo escenario, las
empresas internacionales, con la complicidad de las clases dominantes,
establecieron alianzas siniestras con los grupos paramilitares, obteniendo
importantes márgenes de utilidad, sin asumir su responsabilidad social
coorporativa2.
La Fiscalía General de Colombia, recibió centenares de denuncias que confirmaron
estas alianza, principalmente de las regiones de mayor concentración de riquezas
naturales: el Choco y su selva; el Putumayo y Arauca con el petróleo; Bolívar y su
oro; La Guajira por su carbón; o Antioquia por su contexto favorable a la generación
de energía eléctrica (Edgar, 2018).
Las declaraciones tomadas durante el proceso de Justicia y Paz3, a los
comandantes de estos grupos paramilitares como Salvatore Mancuso Gómez (alias
“Santander Lozada”), Rodrigo Tovar Pupo (alias “Jorge 40”), Nodier Giraldo (alias “el
Cabezón o Jota”), y Éver Veloza García (alias “HH”), aportaron pruebas que
quedaron registradas en los sistemas judiciales de Colombia y Estados Unidos.
Confirmando la implicación de las empresas internacionales, en las acciones
cometidas en contra de la población, en especial; las empresas bananeras como
Chiquita Brands Inc, Dole, Banacol, Uniban, Proban y Multifruits, filial de Delmonte.
La decisión de extraditarlos a los Estados Unidos, dejó fuera del alcance del sistema
judicial colombiano, sus argumentos contra las élites políticas y económicas tanto
colombianas como extranjeras (Edgar, 2018).
Algunos ejemplos de estas relaciones son:
Multifruits, filial de Delmonte, reconoció su relación con los paramilitares a fin de
desplazar a 2.500 colombianos de raza negra, en la región del Choco,
permitiéndoles a esos grupos saquear casas y usarlas como centro de operaciones.
______________ 2La responsabilidad social corporativa (RSC) también llamada responsabilidad social empresarial (RSE) o inversión socialmente responsable, se define como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, con el objetivo de mejorar su situación competitiva, valorativa y su valor añadido
3 El proceso de Justicia y Paz está reglamentado por la Ley 975 de 2005, fue un procedimiento especial de carácter jurisdiccional, temporal, transicional y alternativo, que estableció una pena alternativa a los miembros de grupos armados organizados al margen de la ley, a cambio de su colaboración en la obtención de la satisfacción de las víctimas de sus derechos a las verdad, la justicia y la reparación.
7
Chiquita Brands, multinacional bananera antiguamente conocida como la United Fruits Company, fue uno de los importantes financiadores de los grupos paramilitares, que admitió en marzo 2007 haber pedido protección para sus actividades, lo que condujo a la masiva comisión de crímenes de lesa humanidad y graves violaciones a los derechos humanos, en las regiones Uraba y Santa Marta, también fue identificada en facturas y otros documentos como el destinatario de envíos desde Nicaragua de 3.000 rifles de asalto AK-47 y 5 millones de cartuchos de munición, entregadas a estos grupos, testimonios registrados en documentos judiciales (Edgar, 2018).
Las pruebas del caso de Chiquita Brands quedaron protegidas después de un
acuerdo entre la empresa y los fiscales de los Estados Unidos, para no conseguir un
castigo penal. Los ejecutivos admitieron ante el tribunal que su filial en Colombia
(Banadex S.A.) pagó aproximadamente US$1.7 millones a los grupos paramilitares
entre 1997 y 2004, incluso después de que el gobierno de los Estados Unidos los
designó como organizaciones terroristas en 2001. El tribunal impuso una multa de
$25 millones de dólares, este dinero fue al Departamento de Justicia, ni un centavo
fue pagado a las víctimas en Colombia (Edgar, 2018).
Otro ejemplo que evidencia la vinculación de las empresas con los paramilitares y la
represión al movimiento sindical colombiano es el caso del Sindicato Nacional de
Trabajadores del Sistema Agroalimentario (SINALTRAINAL). Los datos aportados
recogen que más de 100 de sus miembros, fueron blancos de asesinatos selectivos,
por los paramilitares, cumpliendo órdenes de varias empresas, entre ellos 17 eran
empleados de la multinacional Nestlé y 7 empleados de Coca Cola (Edgar, 2018).
Con respecto a estos crímenes, el Juez Segundo Penal del Circuito Especializado,
José Nirio Sánchez, condenó a informantes del antiguo servicio de inteligencia del
Estado colombiano y paramilitares como autores materiales del asesinato de
sindicalistas y ex trabajadores de Nestlé, ordenando abrir una investigación contra
los directivos de la Empresa Cicolac–Nestlé, para demostrar la participación de la
multinacional en la sistemática persecución contra los dirigentes sindicales, este
magistrado terminó recibiendo amenazas y tuvo que exiliarse en Estados Unidos.
Allí, ante la Comisión de Educación y Trabajo de la Cámara, declaró que “quienes
ordenan y financian las ejecuciones, los autores intelectuales, son más culpables
que los autores materiales de la persistencia de la violencia, que no se detendrá
mientras los verdaderos perpetradores no sean enjuiciados” (Edgar, 2018).
También quedó demostrada la responsabilidad de las empresas que se dedican al
cultivo de la palma africana, como la transnacional italo-española Poligrow acusada
de ser responsable por el desplazamiento forzado de poblaciones, amenazando a
los opositores, con los grupos paramilitares para apoderarse de sus tierras. La
corrupción y debilidad de las instituciones estatales e internacionales y el temor
meterse con los paramilitares, fue aprovechado para evadir las investigaciones y
procesamientos judiciales por las empresas Drummond, British Petroleum, BHP
Billiton, Glencore-Xstrata, Anglo American y la empresa Cargill (Edgar, 2018).
8
El muy documentado informe “El lado oscuro del carbón” (Mor, 2014), denuncia la
estremecedora ola de violencia desatada en el departamento del Cesar, en el
noreste del país, por grupos paramilitares que actuaban con el apoyo y complicidad
de las trasnacionales mineras Drummond y Prodeco.
Con base en cifras oficiales, dicha investigación que puede calificarse como el
informe del horror, realizado por solicitud explícita de las víctimas, hace un cálculo
conservador durante el periodo comprendido entre 1996 y 2002. Estableció que en
esta región carbonífera colombiana los paramilitares con la colaboración financiera y
logística de las citadas empresas transnacionales cometieron no menos de 2.600
asesinatos selectivos, ejecutaron masacres en las que murieron unas 500 personas,
e hicieron desaparecer a más de 240 habitantes de la zona, generando más de 59
mil desplazamientos forzados, con lo cual, además, se produjo un fenómeno de
apropiación ilegal de tierras (Ortiz, 2016).
El informe es además un relato de lo que constituye la acumulación por
desposesión. Colombia es el país paradigmático de este fenómeno de saqueo y
latrocinio. Se trata, como bien lo ha reseñado el sociólogo portugués Boaventura de
Sousa Santos, de la “apropiación, casi siempre ilegal, violenta, y siempre con
recurso a mecanismos extraeconómicos, políticos, coercitivos, de la tierra, de los
recursos naturales y de la fuerza de trabajo necesarios para sostener la
reproducción ampliada. Esos mecanismos han incluido históricamente el despojo
colonial, la esclavitud, la coerción política, la violencia paramilitar, la ocupación
extranjera para controlar los recursos naturales y las poblaciones”.
Con la firma del Acuerdo sobre las víctimas del conflicto5 y la creación de una
Jurisdicción Especial para la Paz6, se ofrecen garantías jurídicas a quienes
participaron de manera directa o indirecta en el conflicto armado, incluyendo a las
empresas internacionales, la expectativa radica en la posibilidad cierta o remota que
se abre con este proceso, si los terceros responsables en la comisión de delitos de
lesa humanidad van a responder a las víctimas.
La competencia de dicha Jurisdicción alcanza a quienes han financiado grupos
paramilitares, como es el caso concreto de varias transnacionales que operan en
territorio colombiano, teniendo en cuenta también “las vulneraciones que en razón
del conflicto hubieran tenido los derechos económicos”. (Ortiz, 2016) _______________ 5 El contenido del Acuerdo sobre Víctimas firmado entre las FARC y el Gobierno Colombiano hace referencia al reconocimiento y el compromiso con sus derechos, con la no impunidad, y las garantías de no repetición que sean compatibles con sus derechos. 6 Jurisdicción Especial de Paz es una circunscripción al que habrán de concurrir responsables de graves violaciones desde todos los actores, armados y no armados, comprometidos en el conflicto; una fórmula de amnistía e indulto para los acogidos al acuerdo de paz, siempre y cuando no tengan responsabilidades con graves violaciones.
9
La responsabilidad corporativa de varias transnacionales que tienen rentables negocios en el territorio colombiano deben ser materia de investigación, habida cuenta que hay suficiente material probatorio en el sentido de que han sido cómplices y articuladores de delitos de lesa humanidad, se han aprovechado de la confrontación armada y del histórico debilitamiento institucional de este país para consolidar sus inversiones vía fractura social y territorial.
Sin embargo, la Corte Penal Internacional debe esperar hasta que salga algún
resultado definitivo de la justicia transicional y la justicia convencional colombianas
antes de asumir jurisdicción para procesar la demanda (y posiblemente otras
similares, por ejemplo en contra de los ejecutivos de Nestlé). En este momento
parece muy poco probable que el Congreso o el Ejecutivo colombianos permitirán
las medidas necesarias para investigar y enjuiciar a los ‘terceros partidos’ que
establecieron, financiaron y apoyaron los grupos paramilitares y que más han
beneficiado de sus actividades.
10
Conclusiones: El proceso de investigación nos permitió llegar a las siguientes conclusiones:
La presencia de las empresas internacionales en territorio colombiano, se enmarca
en la segunda fase del modelo neoliberal en América Latina, denominada “el
Consenso de los Commodities7”, que fue llamada “la locomotora minera8” durante el
gobierno de Juan Manuel Santo, como continuación al Consenso de Washington9.
El papel desempeñado por el paramilitarismo, ha sido un pilar fundamental para
mantener el Estado Colombiano, y garantizar, con la consolidación de la
globalización neoliberal, por todos los medios posibles, la acumulación irracional de
capital, por las empresas transnacionales, subordinando la soberanía de Colombia y
sus políticas económicas, al poder financiero trasnacional, en esta fase de
desarrollo del capitalismo neoliberal.
Las víctimas de los asesinatos selectivos, han respondido a una estrategia de los
victimarios, las empresas internacionales, empleando el mismo patrón de exterminio
aplicado durante décadas, enmarcado en la doctrina de seguridad nacional
colombiana10: el anticomunismo.
El modelo económico neoliberal del Estado Colombiano, que ha protegido los
intereses de la clase dominante, lo hace responsable de la pobreza, la exclusión, la
impunidad, la violación de derechos humanos, el deterioro del medio ambiente y la
tragedia humana vivida por el pueblo de Colombia.
________________ 7El Consenso de los Commodities subraya el ingreso de América Latina en un nuevo orden económico y político-ideológico, sostenido por el boom de los precios internacionales de las materias primas y los bienes de consumo demandados cada vez más por los países centrales y las potencias emergentes. 8La locomotora minera fue una de las apuestas para la prosperidad del gobierno de Juan Manuel Santos en su primer mandato quien propuso convertir a Colombia en uno de los principales destinos latinoamericanos de la inversión privada, interna y externa, destinada a la exploración minera; y alcanzar un crecimiento del PIB minero por encima del promedio latinoamericano. 9El Consenso de Washington se refiere al conjunto de medidas de política económica de corte neoliberal aplicadas a partir de los años ochenta para, por un lado, hacer frente a la reducción de la tasa de beneficio en los países del Norte tras la crisis económica de los setenta, y por otro, como salida impuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) a los países del Sur ante el estallido de la crisis de la deuda externa. Todo ello por medio de la condicionalidad macroeconómica vinculada a la financiación concedida por estos organismos. 10La doctrina de seguridad nacional en Colombia ha sido una herramienta para la continuación y deshumanización del conflicto social y armado que vive el país hace 60 años. La seguridad del Estado colombiano ha sido la premisa para darle un sentido militarista a las estrategias de seguridad nacional, buscando darle una solución militar a las causas sociales, económicas y políticas que han desencadenado el conflicto armado. Las políticas de seguridad nacional han generado una militarización de lo civil y la creación de un enemigo interno, lo que ha llevado a que la población civil se vea inmersa en las dinámicas de guerra. La inclusión de la población civil en el conflicto colombiano ha generado innumerables violaciones al Derecho Internacional Humanitario- DIH y los Derechos Humanos-DD.HH, sobre todo la no distinción entre combatientes y no combatientes por parte de todos los actores armados.
11
Bibliografía
Edgar, D. (2018). Las Multinacionales entre los intocables del conflicto armado y
social en Colombia. Recuperado el 23 de Noviembre de 2018, de
http://www.resumenlatinoamericano.org/2018/07/27/las-multinacionales-entre-
los-intocables-del-conflicto-armado-y-social-en-colombia/
Fernández, G. (2016). Colombia, paz y empresas transnacionales. Recuperado el
23 de Noviembre de 2018, de http://omal.info/spip.php?article7435
Florian, J. F. (2016). La responsabilidad de las empresas en el conflicto armado
colombiano: algunas reflecciones jurídicas. Recuperado el 23 de Noviembre
de 2018, de https://www.investigaction.net/es/la-responsabilidad-de-las-
empresas- en-el-conflicto-armado-colombiano-algunas-reflexiones-juridicas/
Gutiérrez, J. S. (2015). Geopolíticas, recursos naturales y zonas estratégicas en
Colombia. Recuperado el 23 de Noviembre de 2018, de
https://repository.unimilitar.edu.co/bitstream/handle/10654/13560/geopolitica,%
20recursos%20naturales%20y%20zonas%20estrategicas%20en%20colombia
%20.pdf;jsessionid=3dc8f97e67530c11162ea9a7c4d517f1?sequence=2
Humanos, C. P. (2016). El impacto de las transnacionales y las multinacionales en
Colombia sobre el Medioambiente y los Derechos Humanos. Recuperado el 23
de Noviembre de 2018, de
http://www.aipazcomun.org/wpcontent/uploads/2016/06/CPDDH-Decl-escrit-El-
Impacto-de-las-Transnacionales-y-Multinacionales-en-Colombia-sobre-el-
MAmbiente-y-DDHH-juni-20161.pdf
Mor, M. (2014). El Lado Oscuro del Carbón. Recuperado el 23 de Noviembre de
2018, de
https://cronicon.net/paginas/Documentos/El%20Lado%20oscuro%20del%20ca
rbon.pdf
Ortiz, F. A. (2016). La responsabilidad de las transnacionales como actores en el
conflicto armado en Colombia. Recuperado el 23 de Noviembre de 2018, de
http://omal.info/spip.php?article7793
Pinedo, M. M. (2017). Globalización y violencia transnacional: dinámicas, costos y
propuestas. Recuperado el 23 de Noviembre de 2018, de
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2787369.pdf
Plaza, B. (2016). Empresas transnacionales y desplazamiento forzado: una mirada
crítica. Recuperado el 23 de Noviembre de 2018, de
http://www.revistapueblos.org/blog/2016/05/19/empresas-transnacionales-y-
desplazamiento-forzado-una-mirada-critica/
12
Salazar, L. G. (2016). Conclifto armado y configuración territorial: elementos para la
consolidación de la paz en Colombia. Recuperado el 23 de Noviembre de
2018, de http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S0124-
79132016000200005
Tietelbaum, A. (2011). Sociedades transnacionales autores mayores en las
violaciones de los derechos humanos. Recuperado el 23 de noviembre de
2018, de http://rio20.net/documentos/sociedades-transnacionales-autores-
mayores-en-las-violaciones-de-los-derechos-humanos/
Valbuena, S. M. (2012). Economía y conflicto armado en Colombia: los efectos dela
globalización en la transformación de la guerra. Recuperado el 23 de
Noviembre de 2018, de Red de Revistas Científicas de América Latina y el
Caribe, España y Portugal: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=64024698003
Verger, A. (2003). El sutil poder de las transnacionales. Recuperado el 23 de
Noviembre de 2018, de https://www.odg.cat/sites/default/files/etncast.pdf