Madrid Guiarama

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por Javier Martínez Reverte, Fernando de Giles e Ignacio Medina Revisada, ampliada y actualizada por Silvia Roba Madrid

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La guía ideal para una rápida y completa visita a Madrid, conociendo sus lugares más emblemáticos, sus costumbres y gastronomía. También incluye las excursiones fundamentales para conocer sus alrededores

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por Javier Martínez Reverte, Fernando de Giles e Ignacio Medina

Revisada, ampliada y actualizada por Silvia Roba

Madrid

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1La conocida plaza, que rivaliza con su vecina Plaza Mayor y la no muy lejana Cibeles, es tal vez la más popular de la ciudad.

Durante varios siglos se la ha considerado como el centro de la capital, y en cierta ma nera el centro

de España, pues en ella está el kilómetro cero desde el que se cuentan las distancias de todas las carreteras radiales del país. Aquí está el alma del viejo Madrid, su corazón más auténtico.

En la lonja de un antiguo templo ya desaparecido, el de san Felipe, se reunía el mentidero de Madrid, el lugar donde se recogían todos los rumores relacionados con la política y los es cán dalos amorosos. También fue la plaza escenario de asesinatos sonados, como el del con de de Villamediana en el año 1622 y el del pri mer mi­nis tro Canalejas en 1912. Y aquí en con tra ron marco los acontecimientos políticos más im portantes de la historia madrileña, como el alzamiento del 2 de mayo de 1808, el recibimiento popular a Wellington, la proclamación de la Constitución de Cádiz de 1812 y la celebración por el triunfo de la Segunda República en el año 1931.

La plaza conserva, pese al impulso de modernización vivido por la ciudad en las últimas décadas, su sabor añejo. Entran y salen de aquí, como de un hormiguero incesante, gentes de toda condición y edad. Hay nume­roso comercio al re dedor, rincones repletos de restau­rantes y de tas cas típicas, churrerías, quioscos donde se en cuentran periódicos y revistas de todo el mun do...

Pero en la plaza, sobre todo, importa la gen te, la va­riedad de tipos, los paseantes, los que van de compras, los que venden ba ratijas en tenderetes, los viajeros que acaban de llegar a la ciudad, un mundo, en fin, muy se me jante al que surgió aquí mismo hace siglos, que retrató Quevedo, que describieron Galdós y Baroja, que está vivo para dar fe to da vía de lo que fue Madrid en el pasado.

La Puerta del Sol

I Reflejos del anuncio de Tío Pepe (retirado provisionalmente en 2012) y de la plaza en la nueva estación de metro

y cercanías de Sol.

Info

B B3

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2Su símbolo no debería ser un oso, sino una le­chuza, porque Madrid es sin duda la ciudad más noctámbula de Europa. Quizás sea ésta la razón por la que a los madrileños se les llame gatos.

Lo cierto es que la noche en Madrid, desde siem pre, ha sido profana, lúdica y, en muchos lugares, pecami­

nosa. Y ha sido también viva, ruidosa, repleta de gentes que no sabían existir a otras horas y que huían del sol como de la pes te. La bohemia madrileña es nocturna. Los conquistadores madrileños son nocturnos. En Ma­drid, además, desde siempre hubo locales abiertos a cualquier hora de la no che.

En la actualidad, Madrid es una de las pocas ciudades en donde, durante los fines de semana, puede uno toparse con atascos de tráfico a las cuatro o las cinco de la ma­

drugada. Los ta xis hacen un gran negocio a esas horas y, si uno repasa la lista de cualquier guía lúdica de la ciudad, se dará cuenta de que hay locales abiertos donde se pue­de comer cualquier cosa a cualquier hora después de las doce. Hay comercios que mantienen sus puertas abiertas a lo largo de toda la no che, y el metro es uno de los que más tarde cie rra en Europa durante los fines de semana.

La noche tiene sus re glas y sus zonas. La Gran Vía, un área comercial y brillante durante el día, se vuelve después del atardecer algo sórdida y pecaminosa; en Argüelles se concentra la movida es tudiantil; la plaza de Santa Ana y Huertas son zonas turísticas, repletas de cafés, teatros, cervecerías. Malasaña es juvenil y amiga de lo he te rodoxo; Chamberí es de taberna y partidas de mus hasta la madrugada en locales de luz mortecina, y cientos de pubs, cafés y bares de tapas se reparten entre Bilbao, Alonso Martínez y Chueca, el barrio gay por excelencia, el más divertido de Madrid. El tramo central de la Castellana, entre Emilio Castelar y Colón, a derecha y a izquierda, es chic, de precios altos por copa y una rutilante exhibición de la posmodernidad en el diseño. Y así... el cuento de nunca acabar.

La noche de Madrid

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MadridMadrid

está situada en el centro peninsular, se encuentra perfecta-

mente comunicada y dispone del más importante aeropuerto de la nación. Es la

capital del Estado y su aspecto es el de una dinámica ciudad que cuenta con una vigoro-sa vida tanto en el ámbito de lo económico

–es el centro financiero del país–, como de lo cultural gracias a las numerosas

instituciones y medios que alberga en su seno.

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MUSEO DEL PRADO ✱✱

La primera pinacoteca de España y, según muchos exper-tos, del mundo es el Museo del Prado, que se encuentra en el segundo tramo del paseo entre Neptuno y Atocha.

El edificio es obra de Juan de Villanueva, proyectada en 1785 y encargada por el conde de Floridablanca para albergar el Gabinete de Historia Natural y Academia de Ciencias, que sería el complemento del vecino Jardín Botánico. Villanueva haría también el Observatorio As-tronómico, que se encuentra tras el Botánico en el cerro de San Blas, a la entrada del Retiro, completándose con ello el proyecto típico de la Ilustración de dotar a Madrid con un complejo científico adecuado a su importancia.

Los secretarios de Estado, Aranda y Godoy, menos entusiastas de la ciencia, no fomentaron las obras del actual museo en sintonía con Carlos IV, que se olvidó de las obras civiles y públicas en beneficio de los reales lugares para la Corte.

La invasión francesa convirtió el edificio destinado a Museo de Historia Natural en cuartel de la soldadesca y el Observatorio en polvorín, lo que ocasionó grandes daños a los edificios. Nunca sería el edificio de Villa-nueva, obra maestra del neoclásico, utilizado para lo proyectado, ya que en 1818 María Isabel de Braganza, esposa de Fernando VII, pensó y decidió que era buen lugar para museo y así se inauguró en 1819.

Los fondos del museo –unas 8.000 obras de las que sólo una mínima parte están expuestas al públi-co– proceden fundamentalmente de las colecciones reales iniciadas por Carlos I y enriquecidas por Felipe II, los restantes Austrias y Felipe V y los sucesivos Bor-bones. Es de destacar que ni una sola de las obras de las colecciones reales procede de la requisa, saqueo o incautación durante guerras de ocupación, como suele ser frecuente en otros museos europeos.

El Estado también llevó al museo muchas obras de conventos e iglesias, a raíz de la desamortización de Mendizábal, y, más recientemente, una política de com-pras ha procurado llenar vacíos en la colección.

El museo, tras la ampliación de 2007, está formado por varios edificios. En el palacio de Villanueva se aloja la casi totalidad de los fondos; el nuevo edificio de Mo-neo, levantado en torno al claustro de los Jerónimos, alberga, entre otras dependencias, un auditorio y salas de exposiciones; el Casón del Buen Retiro se destina a centro de estudios, y el Salón de Reinos, se convierte en un nuevo espacio para exposiciones. Estas ampliaciones y una política de mejoras y cambios, aconsejan eliminar del recorrido por el museo toda alusión a la distribución por salas de las obras expuestas. Así pues, lo haremos

❙ Planificación de la visitaSe sabe que una buena parte de los visitantes que acuden a Madrid lo hacen con un interés primordial: la visita a la que es, con toda probabilidad, la primera pinacoteca del mundo, el Museo del Prado. Entre las páginas 31-50 se des-criben las principales joyas del museo siguiendo un cri-terio cronológico. A continuación se proponen varios itinerarios por distin-tas zonas de la capital, en los que se describen los princi-pales monumentos y lugares de interés: El Madrid de los Austrias, El Barrio de las Letras y Lavapiés, El Ma-drid de la Ilustración, El Madrid mo derno, El Ma-drid elegante y futuro y Otros lugares de interés.En las páginas 32-33, apa-rece un plano en el que figuran los monumentos descritos en los itinerarios.El símbolo B remite a la localización en el plano.Las estellas (✱ o ✱✱ ) que acompañan a los mo-numentos hacen referencia a su importancia o especial interés.

G Vista aérea del Museo del Prado.

B D5Museo del PradoD Paseo del Prado, s/n.G 902 10 70 77. l www.museodelprado.esF De lunes a sábado, de 10 h a

20 h. Domingo y festivos, de 10 h a 19 h.c Entrada gratuita a la

colección permanente de lunes a sábado, de 18 h a 20 h, y domingo y festivos de 17 h a 19 h.

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MUSEO DEL PRADO

siguiendo un orden cronológico ya que, sean cuales sean los criterios de distribución en el futuro, las obras siempre estarán agrupadas por artistas y escuelas.

❙ LOS cOMIEnzOS: PIntURA ROMánIcA y gótIcAIniciamos la visita por el arte románico español en dos impresionantes capillas de los siglos xi y xii adaptadas con asombrosa fidelidad a las salas del museo.

Son estas dos capillas románicas de gran importancia: la de San Baudelio de Berlanga, del siglo xi, y la de la ermita de Santa Cruz de Maderuelo, del siglo xii. Ambas pinturas murales se han situado en reproducciones de las capillas originales. Las de San Baudelio están realizadas al fresco y las de Santa Cruz trasladadas a lienzo e insta-ladas en el Prado en 1947. La capilla de San Baudelio, de estilo mozárabe, estaba en Casillas de Berlanga, provincia de Soria, y las pinturas, que se arrancaron y exportaron a Estados Unidos en 1926, se hallan en depósito en el Metropolitan Museum de Nueva York, que conserva, a cambio y en iguales condiciones, las ruinas de la iglesia de San Martín de Fuentidueña (Segovia).

Visitamos a continuación la pintura española del góti-co, el hispano-flamenco y Renacimiento: el gótico lineal y el trecentismo están representados por una serie de retablos de gran interés, como el de San Cristóbal y el del arzobispo don Sancho Rojas, de artistas anónimos.

Del gótico internacional tenemos la obra de Nicolás Francés y otros artistas de este tiempo que se caracte-riza por una combinación del gótico francés, en lo lineal, y el pictoricismo italiano de la escuela de Siena, que se traduce en cierta monumentalidad combinada con el gusto por el detalle en la observación de la realidad.

H La Última Cena, de Juan de Juanes, obra datada en 1562, correspondiente a un precursor del Renacimiento español.

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El hispano-flamenco es un estilo que se produce an-tes de la mitad del siglo xv por la influencia de la pintura nórdica, siendo especialmente poderosa la influencia del modelo flamenco en Castilla y Andalucía. Los lazos comerciales y políticos entre España y Flandes, muy estrechos en este siglo, son determinantes para el estilo. Junto a artistas como Fernando Gallego, Bermejo, Sisla... es muy importante la obra de Juan de Flandes, espe-cialmente la Resurrección de Lázaro. Juan de Flandes es el seudónimo de un artista de biografía desconocida quien, pese al nombre, está considerado español porque toda su obra conocida la realizó en España.

Viene a continuación la obra de los grandes artistas precursores del Renacimiento español, con Pedro Berruguete como figura máxima y artistas ya renacen-tistas e incluso manieristas. Yáñez de la Almedina, Juan de Juanes, Correa, Morales, Sánchez Coello o Pantoja de la Cruz son todos ellos artistas representativos de esta época, renacentista y manierista, que se inicia bajo los Reyes Católicos, se generaliza con Carlos V y termina con El Greco, ya en el reinado de Felipe II.

De la magnífica colección de obras de Berruguete que posee el Prado, destacamos la serie de pinturas pertene-cientes al retablo de San Pedro Mártir y, sobre todo, su Auto de fe presidido por Santo Domingo de Guzmán –con-siderada una de las cien mejores obras del museo–, porque en él podemos apreciar la complejidad tan renacentista de la composición y la minuciosidad de los detalles.

Y de Fernando Yáñez veremos su obra maestra titu-lada Santa Catalina, en la que está patente el espíritu de Leonardo da Vinci y, sobre todo, de la Gioconda.

Tres Vírgenes con Niño tiene el Prado de Morales, llamado el Divino, y la catalogada con el número 2.656 es tal vez la más perfecta en cuanto al refinamiento de la técnica y el tratamiento de los colores, que desta-can los diferentes volúmenes sobre un fondo oscuro y opaco. Una gran espiritualidad es el efecto conseguido.

❙ EScUELA FLAMEncADesde la Baja Edad Media, las relaciones de España con los territorios de Flandes fueron muy estrechas y el arte que allí se hacía determinó las tendencias de la pintura española durante mucho tiempo, especialmente en el siglo xv. Luego, los reyes de España desde Carlos V hasta Carlos II fueron también soberanos, durante casi dos siglos, de los estados flamencos. Todo ello propició un flujo de arte muy intenso entre ambos mundos y también el que las colecciones reales españolas fueran tan ricas en pintura flamenca. Estas obras del Prado son maestras en su gran mayoría y, de algunos artistas, las mejores de su producción.

H San Juan Bautista y el maestro franciscano Enrique de Wers, de Robert Campin, de 1438.

I Santa Bárbara, de Robert Campin, ca. 1438. Ambas obras pertencen al estilo gótico de la escuela flamenca.

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Excursiones desde

MadridMadrid,

en el centro de la Pe-nínsula Ibérica, no es tan sólo

la capital y la ciudad más grande del país, sino también una Comunidad Autó-

noma que pue de sor prender por la diversidad de sus ofertas que van de lo agreste de la sierra

a lo ameno de las riberas del Tajo. Extraordinarios y monumentales lugares, atrac tivos pueblos, ciudades

históricas, si tuados a unos kiló metros de la gran urbe, son al gunas de las posibilidades que la región ofrece al visitante. Se recomiendan a continuación

cuatro excursiones de las cuales una sobrepasa el marco estrictamente provincial, es la que

se di rige a La Granja, en la provincia de Segovia, pero que se recomienda

por el interés y por la proxi-midad a Madrid.

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❙ El EscorialPara llegar al Escorial desde Madrid hay que to-mar la carretera de La Coruña, la A 6, y desviarse a la altura de Las Rozas para tomar la carretera M 505 (está perfectamente señalizado). En el ca-mino se atraviesan numerosos pueblos peque-ños y urbanizaciones modernas donde los ma-drileños pasan los fines de semana; monte bajo y robledales a los lados de la carretera. También se pueden ver dehesas donde pasta el ganado vacuno; y siempre al fondo, en el horizonte, la grandiosa estructura de la sierra de Guadarrama.

El Escorial se extiende al pie del monte de Avantos. El nombre del lugar viene de una especie de ro ble muy abundante en la zona, cuyo nombre latino es aesculus. El lugar, que era una pequeña aldea hasta el siglo xvi, se fue transformando en un importante enclave cuando el rey Felipe II lo eligió para levantar un gran pa lacio en conmemoración de su triun fo sobre los franceses en la batalla de San Quintín y dedicado a San Lorenzo. También nació del encargo hecho por Carlos V a su hijo referido a buscar un lugar adecuado para su enterra-miento. Al tiempo, construiría un monasterio para los monjes de la orden de San Jerónimo, por los que sentía una especial predilección.

El palacio, del que el mismo rey puso la primera piedra el 23 de abril de 1563, se concluyó el 13 de se-tiembre de 1584. Aunque en sus inicios intervinieron varios arquitectos, la dirección de las obras que dó por fin adjudicada a Juan de Herrera, que dotó a este gran monumento de un estilo propio, conocido como estilo escurialense. El complejo, declarado por la Unesco mo-numento de interés mundial, se divide en varias zo nas bien diferenciadas: el palacio, la iglesia, el monasterio y el panteón de los reyes.

La iglesia es espectacular, con 43 altares, cada uno de ellos adornado con su correspondiente retablo pinta-do, y un imponente altar mayor, presidido por un retablo y un tabernáculo y flanqueado por los sepulcros de Car-los I y Felipe II. La cúpula de la iglesia es monumental y está inspirada en la de San Pedro de Roma. Mu chos pintores de primera fila participaron en la ornamentación de esta iglesia, como Zucaro, Peregrini, Sánchez Coello y Trezzo. En una de las capillas laterales se halla una verdadera joya del arte universal: el Cristo de Benven-utto Cellini, esculpido en 1562.

El monasterio, que perteneció primero a la orden de los jerónimos, más tarde a los escolapios y después G Monasterio de El Escorial.

❙ Planificación de la visitaLa primera excursión se dirige hacia el oeste de la capital, a la sierra de Guadarrama, uno de los paisajes más atractivos de la provincia de Madrid. En estos parajes tiene su asen-tamiento el mo nasterio de El Escorial, que fue rea lizado en el si glo xvi, y es visita impres cin dible para cono cer y admirar no sólo la grandeza de la sie -rra sino también de la obra herreriana.En la segunda excursión se propone visitar la parte este de la Comunidad de Madrid, llegar hasta Alca­lá de He nares, segunda villa de la provincia, en la vega del río Henares. Es el contrapunto paisajístico al primer recorrido; en esta zona Madrid se hace más árido, más meseteño, pero no menos hermoso.La tercera salida pone rum-bo al sur, para llegar hasta la fértil vega del río Tajo, donde se encuentra Aran­juez, el “pe queño Versa-lles” español; la visita será inolvidable como lo son los jardines y en general todo el complejo que ro dea al Palacio Real.La cuarta excursión se di-rige ha cia San Ildefonso o La Granja, a través de la sierra madrileña, donde se encuentra, a los pies del Peñalara, el Real Sitio de La Granja mandado construir por el rey Felipe V, el pri-mer Borbón español.