Machado de Assis y El Alienista

Introducción

El presente trabajo busca analizar esta obra que tiene, extrañamente, por pertenecer

al siglo XIX, una vigencia extraordinaria y sorprendente. El abordaje que en ella se hace

del papel de la ciencia, una ciencia naciente, es visionario en su concepción. De ahí que

dicho análisis tratará de dilucidar determinados aspectos curiosos y a su vez, aclaratorios de

conflictos que enfrenta la sociedad del XXI.

El trabajo se estructurará mediante tres unidades. La primera se concentra

fundamentalmente en el contexto histórico de la obra, puntualizaciones y caracterizaciones

del personaje principal, Simón Bacamarte. Se busca de esta manera crear un marco

histórico- social de la obra.

La segunda unidad se centra en el aspecto filosófico que vincula a la obra con el

positivismo europeo, luchas internas y externas, una doctrina inductiva y el poder de la

ciencia. De esta forma, introducimos la última unidad, a modo de conclusión, donde se

cuestiona la dialéctica creación-creador.

1 Creación y creador: La visión profética de Machado de Assis en el cuento O Alienista – Literatura Iberoamericana I Juan Becerra – Literatura 3B

Simón Bacamarte: “Hombre de Ciencia”

El cuento, nos afiliamos a Massaud Moises en su afirmación de que es un cuento y

no una novela ya que “Si fuese novela corta, habría sido la única que la pluma de Machado

de Assis habría escrito, cuando por otra parte sabemos, por las características

fundamentales (gran número de células dramáticas, preocupación por el enredo,

superficialidad de los caracteres, juego de intriga, entretejida para mantener viva la

atención del lector, golpes de efecto, etc.) que su talento era ajeno a tales preocupaciones.

Es un cuento, de los más extensos, pero cuento a pesar de todo, pues el número de páginas

es un pormenor secundario para clasificar la obra”1, fue publicado en un folletín entre

1881 y 1882; luego fue publicado en Papeis Avulsos de 1882.

Dentro del contexto histórico, la obra se enmarca dentro de un sistema donde el

patriarquismo rural se encontraba en declinación de una burguesía liberal favorecida por el

crecimiento de la urbe. De esta forma el país se establecía bajo modelos y formas

previamente establecidas en Europa desde la revolución francesa. Pero así como esta, las

contradicciones que se establecían en Brasil eran manifiestas. Roberto Schwarz establece:

“Cada uno a su modo, estos autores referían la disparidad entre la sociedad brasilera,

esclavista, y las ideas del liberalismo europeo”2. De esta forma, se propugnaba un

liberalismo capitalista en función de las libertades y por otro lado, la esclavitud continuaba

dentro del territorio brasilero. Machado de Assis no es ajeno a esta realidad. La abolición

de la esclavitud llegará recién el 13 de mayo 1888 con la Ley Áurea instaurada por decreto

por la princesa Isabel I de Bragança, La Redentora.

En estas contradicciones, Schwarz señala en la narrativa de Machado de Assis la

lógica del favor. “Trayendo de países distantes nuestras formas de vida, nuestras

instituciones y nuestra visión del mundo… somos desterrados en nuestra propia tierra” y

explicando la conformación que se establece a partir de los nuevos regímenes establece que

hay tres clases de hombres, los latifundistas, los esclavos y los hombres libres, que son en

realidad dependientes. Las relaciones entre el primero y el segundo son muy claras. Ahora,

el lugar que ocupa la tercera clase no es claro y en cierta forma ese destierro se hace patente

1? Massaud Moisés, Prólogo a la edición de El Alienista, Cultrix (2000)

2 Schwarz, Roberto, Ao vencedor as batatas, pag. 12


en esta escala social. “Ni son propietarios ni son proletarios, su acceso a la vida social y a

sus bienes depende esencialmente del favor, directo o indirecto de un grande.” De esta

forma no hay igualdad sino que las relaciones de poder se mantienen. Pero no solamente se

mantienen sino que se reproducen. Por lo tanto se pierde la originalidad en función de la

reproducción de ideologías de clases dominantes. La tendencia que se reproduce es la del

pensamiento libre pero la que subyace a todo esto es la ideología burguesa que establece

sus propios paradigmas. Y en palabras de Schwarz “O favor é a nossa mediação quase

universal3 y siendo más simpático que el lazo esclavista, la otra relación que la colonia nos

legara, y es comprensible que los escritores hayan basado su interpretación de Brasil,

involuntariamente disfrazando la violencia que siempre reinó en la esfera de la

producción”. La ideología por lo tanto se adapta y se establece. La instaura la clase

dominante y se reproduce maquinariamente bajo consignas exportadas. Como nada es

propio, nada se entiende y todo lo que se construye se basa en esquemas previamente

establecidos pero no cuestionados ya que el liberalismo, la evolución y la ciencia no lo

permiten. Cuestionar la razón es cuestionar a Dios.

En esta misma dialéctica que se establece entre las relaciones de poderes también se

establecen otras. En este marco se establece la dualidad localismo y universalismo,

preguntas como las establecidas más arriba o ¿cómo se armonizan ideas como liberalismo y

esclavitud?. En este sentido Schwarz toma el concepto de ideas fuera de lugar. Ya que el

pensamiento en ideas y el cuestionamiento no tiene lugar. Las contradicciones se producen

en un desfaje entre las ideas y la práctica. Las ideas, En el libro Ao vencedor as batatas, se

cita el libro The atlas of European Novel, donde se hace referencia al doble discurso que se

articula. Mientras que el liberalismo era un discurso establecido, programada y publicado

para el mundo externo europeo occidental; para adentro, el discurso era el contrario debido

a las estructuras que se fomentaban y reproducían.

Por lo tanto, estas contradicciones de importación, que fallan desde el mismo

momento en que se aboga por la universalidad sin detenerse en la individualidad, los

sistemas políticos como el liberal y el burgués establece discordancias. Es claro el ejemplo

del libro Siglo de las luces (1962) cuando el personaje principal, Victor Hughes, decide

3 Raízes do Brasil, “A herencia rural”


liberar la isla de Guadalupe a fuerza de ideas revolucionarias francesas y patíbulo. La

herramienta europea y referente del nuevo mundo de la liberación en ese libro es una

guillotina (que se exhibe con sumo orgullo revolucionario) y la contradicción se establece

entre el antes y el después. Cuando buscando cambios sólo se encuentran los mismos

problemas y el cambio, externo e importado, solo promueve un calco de las condiciones

anteriores. Mismo perro con distinto collar. En O Alienista, la herramienta es la Casa Verde

(la esperanza que trae el conocimiento); el medio y herramienta: la ciencia; la nueva

religión: el positivismo de la razón cartesiana. Lo maravilloso de Machado de Assis, es la

capacidad de darse cuenta, un siglo y medio antes, del poder incuestionable y subliminal de

la ciencia. Establece en el 1880 los conceptos analizados por la profesora Carriquiry en el

Congreso de Profesores de Literatura: “Vagabundos y errantes…”. Las contradicciones que

llevan al hombre a no saber donde está parado porque nada es lo que aparenta ser. Esa

misma ciencia que defiende Bacamarte, ese norte, ese Dios, nos falla y sin Dios, el hombre

está perdido “Meus senhores, a ciência é coisa séria, e merece ser tratada com seriedade.

Não dou razão dos meus atos de alienista a ninguém, salvo aos mestres e a meu Deus.

2-El positivismo


El positivismo en esta obra de Machado de Assis es tangible y explícito. Esta

corriente nace en Europa a inicios del siglo XIX y tuvo una importancia fundamental dentro

del esquema epistemológico, social y económico; además de consolidar aspectos filosóficos

plenamente burgueses. Teniendo como mayor exponente a Auguste Comte, el positivismo

se basa en la experiencia y en lo hechos reales verificados por la experiencia. Explica

Ferrater Mora: “Sin embargo, algunos rasgos se han destacado de modo tan eminente, que,

al final, parecen haber absorbido las principales tendencias del positivismo. Si nos

atenemos a ellos, podremos decir que el positivismo es una teoría del saber que se niega a

admitir otra realidad que no sean los hechos y a investigar otra cosa que no sean las

relaciones entre los hechos”.

Este conocimiento mediante la experiencia tiene un despliegue como nunca visto

antes, en la historia moderna. Porque el positivismo lograba establecer la ciencia. Fue en

este período donde lo científico logró tomar impulso y autonomía. Enmarcado en un

período histórico donde la revolución industrial se desarrolla, la ciencia cobra vital

importancia para hacer funcionar la maquinaria burguesa. Esta se consolidó a través de la

Razón cartesiana como si fuera un dios. La iglesia lentamente fue abandonando el trono

que ocupó durante siglos y la ciencia tomó su lugar. Todo conocimiento era comprobable y

reafirmado entre otras cosas por la Teoría Evolucionista Moderna del siglo XIX, entre

otras, de Darwin, el hombre podía conocerlo todo. El hombre a través de su creación podía

ser. El hombre en la ciencia y con la razón como doctrina, lograba apoderarse del mundo.

Caía la monarquía y la iglesia; tomaba su lugar, la burguesía y la razón.

Y es en este contexto donde se desarrolla la obra de Machado de Assis. Simón

Bacamarte llega desde Portugal con la ciencia, religión redentora de todo mal. Como lo

dice en las primeras páginas: “-La ciencia -dijo él a su majestad- es mi compromiso

exclusivo; Itaguaí es mi universo.”. De esta forma el científico logra establecerse en el

campo científico, tiene su compromiso establecido lo que le permite trazarse objetivos y

tiene el campo de estudio, el universo de estudio, Itagui. Ya desde el comienzo se

establecen los principios rectores del cuento. Pero el narrador es lo suficientemente

inteligente como para establecer las contradicciones y dualidades propias del Brasil que le

tocaba vivir. En el comienzo del cuento, el narrador opta por utilizar un verbo impersonal


semántico cuando utiliza “dicen” en contradicción valorativa y exacta de la ciencia que

individualiza para luego generalizar.

En el comienzo, también dice: “Las crónicas de la villa de Itaguaí dicen que en

tiempos remotos había vivido allí un cierto médico, el doctor Simón Bacamarte, hijo de la

nobleza de la tierra y el más grande de los médicos del Brasil, de Portugal y de las

Españas”. Pero no solamente eso, las contradicciones son a cada sentencia ya que pese a

ser el médico “más grande” no se puede afirmar; se lo caracteriza como “un cierto médico”

en contradicción con la grandeza que luego se le atribuirá. De esta forma, los lineamientos

duales que se establecen en el país, también se establecen en los personajes, comenzando

por Simón Bacamarte.

Queriendo focalizar mi estudio en el aspecto esencialmente epistémico, el otro

aspecto del análisis se centra en la Casa Verde. Una religión sin templo no es religión. Y

para eso, Simón Bacamarte, mediante el uso de la ciencia y justificando en ella su

incuestionabilidad, patrimonio y legado de un positivismo y cientificismo europeo

plenamente consolidado y no cuestionado, logra establecer su culto a la razón.

Pero he aquí que se establece otras de las grandes contradicciones, sino la más y no

distinguida en demasía por los críticos: la ciencia que desea implementar Bacamarte es

justamente una ciencia que entra en contradicción directa con la suya. Desea establecer el

estudio de la locura, algo que empíricamente no es comprobable. Y es este el segundo

punto que entra en discusión y hace irónica y sarcástica la crítica de Machado de Assis.

Cuando Bracamarte desea establecer un hogar para “locos”, automáticamente se

excluye, o por lo menos entra en un terreno fangoso, del área que concierne al positivismo.

Esto se debe a que el positivismo se aleja de la metafísica y de todo comportamiento que no

pueda ser comprobado mediante la experiencia y los sentidos. El positivismo es una ciencia

pragmática. Entonces, Bracamarte, se adelanta a Watson y a Pavlov en sus estudios

conductistas del siglo XX. Porque, el estudio del comportamiento visible solo puede ser

comprobado mediante la experiencia. Y como se sabe, la locura no puede ser comprobada.

Y es en este desafío dialectico de utilizar la ciencia en una no ciencia para el estudio

científico de algo que en ese momento no lo era. Las contradicciones se establecen a cada

paso. Es así que uno de los grandes problemas que tuvieron que vencer Sigmund Freud y

Carl Jung, es el ataque permanente del positivismo, de la ciencia, e inclusive del


neopositivismo proveniente de la Escuela de Viena, ya que se consideraba la psicología

como metafísica y esta no tenía un objeto de estudio “positivo”.

Bracamarte, como representación de la ciencia, se basa solamente en ella para

establecer juicio que son en realidad prejuicios. Es un hombre ascético ya que sus

“compromiso con la ciencia” así lo dictamina. Y como se compromete con ella, también

basa su forma de vida en este cientificismo. De esta forma, el método utilizado en su vida

para caracterizar el mundo es el inductivo (método por el cual se obtienen leyes generales a

partir de las observaciones particulares). No hay amor en Bracamarte porque no le

corresponde a la ciencia lo místico y lo no tangible. Tal es el caso cuando describe y elige a

su mujer, no por sus datos amatorios o por su forma de ser en cuanto a ser humano sino a

sus características biológicas. Como científico busca una esposa para procrear, que se

adapte a los cánones de la ciencia. No busca nada más como lo explicita: “Evarista reunía

condiciones fisiológicas y anatómicas de primer orden, digería con facilidad, dormía

regularmente, tenía buen pulso y excelente vista; estaba, en consecuencia, apta para darle

hijos robustos, sanos e inteligentes. Si además de estos atributos -únicos dignos de

preocupación por parte de un sabio- doña Evarista era mal compuesta de facciones, eso

era algo que, lejos de lastimarlo, él agradecía a Dios, porque no corría el riesgo de

posponer los intereses de la ciencia en favor de la contemplación exclusiva, menuda y

vulgar, de la consorte”. Desde el comienzo, la ciencia falla. Las observaciones particulares

establecen leyes. Evarista estaba en condiciones para dar a luz, pero no lo hizo. Las

contradicciones además se establecen entre el texto, el lector y la recepción a través del

tiempo. Era muy común, antes, entre las matronas observar las caderas de las mujeres. Si

estas eran anchas, no tendría problema en el parto y se decía que “servía” como mujer.

¿Habla así Bracamarte como hombre de ciencia o como hombre conocedor de la cultura? El

folclore y la sabiduría popular se mezclan con los preceptos científicos, lo que hace la

interpretación del texto aún más dificultosa.

Por último, no se debe dejar de lado el aspecto psiquiátrico. Desde este punto de

vista, la ciencia adquiere dimensiones más tangibles y es en este sentido que Bracamarte

comienza su proyecto. Foucault establece en su libro “La historia de la locura”:


“Esta práctica psiquiátrica se había hecho misteriosa y oscura incluso

para aquellos mismos que la utilizaban; esto se debió en gran parte a la situación

extraña del loco dentro del mundo medicinal. Primeramente, porque la medicina del

espíritu, por primera vez en la historia de la ciencia occidental, va a adquirir una

autonomía casi completa: desde los griegos, no era sino un capítulo de la medicina, y

hemos visto a Willis estudiar las locuras bajo la rúbrica de "enfermedades de la

cabeza"; después de Pinel y Tuke, la psiquiatría va a llegar a ser una medicina con

un estilo particular:los más encarnizados en descubrir el origen de la locura en las

causas orgánicas o en las disposiciones hereditarias no escaparán de este estilo. Aún

menos podrán escapar puesto que ese estilo particular —con la puesta en juego de

los poderes morales, cada día más oscuros— será el origen de una especie de mala

conciencia: cuanto más se encierren en su positivismo, más sentirán que sus

prácticas son diferentes de sus principios.”

Y en ese momento, Bracamarte, comienza con su templo, pero el templo comienza a

devorarse fieles. Fieles a fuerza de su propia voluntad pero convencidos de una ciencia que

no tenía lugar a los cuestionamientos. De esta forma, Machado hace su crítica a la ideología

dominante importada y reproducida por los grandes sectores liberales del Brasil. El poder

no cuestiona sino que acata la doctrina extranjera, “ideas fuera de lugar” cuando al

adaptarlas fracasan rotundamente. La persecución de la locura, científica al principio, toma

toda la ciudad hasta que tres cuartas partes del pueblo se encuentran encarceladas “en

nombre de la ciencia”. Lo que venía a ser claridad termina siendo oscuridad. Las ideas de la

iluminación fracasan sin cuestionamiento porque no hay posibilidad de rever estas ideas.

Las “ideas fuera de lugar” se establece en estas contradicciones remedio-enfermedad,

locura-razón, universalidad-localismos. Es muy clara la imagen cuando los revolucionarios

quieren linchar a Bacamarte y este les responde desde el balcón, claro distanciamiento

ciencia-sinrazón/burguesía-pueblo: “Señores míos, la ciencia es cosa seria y merece ser

tratada con seriedad. No doy razón de mis actos de alienista ante nadie, excepción hecha

de los maestros y de Dios.” El problema sigue siendo del hombre. La ciencia no se

cuestiona. Tampoco las ideas y así se imponen. Reproducción ideológica fundada en la

razón maquinista de los hechos. Faltarían muchos años, casi 60 años, con Kuhn, para que el


cuestionamiento de la neutralidad del pensamiento científico se establezca con

contundencia y firmeza. La ciencia falla porque no todo es observable y cuantificable, no

todos es principio de observación y no todo se puede hacer ley. La locura y la verdad entran

en conflicto y el esquema científico no puede abarcarlo. Machado de Assis, nos muestra en

este texto como el pensamiento correcto pero incompleto en cuanto a su lógica, nos lleva a

una consecución de disparates e insensatez que nos arranca la risa y nos lleva también a

reflexiones que asustan. ¿Quién está verdaderamente sano?

Al final la locura se apodera del curador de locura. La locura definida por

Bracamarte es razón y es enfermedad. La enfermedad es remedio también. La contradicción

permanente permite establecer tantos ejes de interpretación permitiendo una lectura tan

enriquecedora como contagiosa de la insensatez manifiesta en el texto. No se sabe quién es

el loco y quien es el sano. En palabras de Simón Bacamarte “Suponiendo que el espíritu

humano fuese una vasta concha, mi propósito, señor Soares, es ver si puedo extraer la perla,

que es la razón; en otros términos, demarquemos definitivamente los límites entre la razón

y la locura. La razón es el perfecto equilibrio de todas las facultades; fuera de ella, todo es

insania, insania y nada más que insania.” La razón, según la ciencia está dentro del ser

humano. Hay que extraerla, sin ella, fuera del equilibrio que da la razón, somos todos locos.

En palabras de Foucault: “Si quisieran analizarse las estructuras profundas de la

objetividad en el conocimiento y en la práctica psiquiátrica del siglo XIX, de Pinel a

Freud, sería preciso mostrar que esa objetividad es desde el principio una cosificación de

orden mágico, que no ha podido realizarse sino con la complicidad del mismo enfermo, y a

partir de una práctica moral, transparente y clara al principio,pero olvidada poco a poco a

medida que el positivismo imponía sus mitos de la objetividad científica; práctica de la

cual se han olvidado los principios y el sentido, pero siempre utilizada y siempre

presente.”


Conclusión: La creación y el problema del creador

En 1798 se estrena en Viena, La creación, obra a cargo del compositor Joseph Franz

Haydn. El texto basado en El Paraíso Perdido de John Milton, poeta romántico por

excelencia, se caracterizaba por representar el Génesis. En el oratorio No. 13. Die Himmel

erzählen die Ehre Gottes (Los cielos están cantando la gloria de Dios) y el más popular de

la obra, Haydn manifiesta que el orden universal y divino se está rompiendo. El siglo XIX

se iniciaba y que siguiendo los descubrimientos de Newton (especialmente el del

movimiento matemático de los cuerpos) establecía un nuevo paradigma universal que

amenazaba el orden anterior. La ciencia daba sus primeros pasos pero no existía el control

sobre ella. Y en esta obra de Haydn se plantea una cuestión que hoy, es más patente que

nunca. El desorden universal y ¿qué sucede cuando la creación supera el creador?

Machado de Assís, seguramente conocía este oratorio de Haydn. Y tanto la

problemática que se plantea en La creación como en O Alienista es la misma. La ciencia

devorando el científico; esta como ente todopoderoso ocupando el lugar de religión. Todo

se fundamenta y todo es válido en nombre de su nombre sagrado.

En el artículo Machado de Assis: autor do século XXI?, Cándido plantea lo

propuesto anteriormente, “la transformación del hombre en objeto del hombre”. Y es en

este sentido que quiero finalizar dicho trabajo. La creación supera el hombre. Basta

mencionar la bomba de Hiroshima, las guerras mundiales, la clonación. La ciencia corre

mientras que el hombre camina lento bajo la mirada complaciente de la primera. Y fue esto

lo que vio Machado de Assis. Pues, dentro de ese esquema evolutivo, nuestras latitudes,

van más lento aún ya que adaptamos ciencia que no entendemos pero que instauramos. Nos

dan lápices sin saber escribir, nos dan libros sin saber leer. Seguimos aplicando dogmas

extranjeros, hablamos hacia fuera como país “en vía de desarrollo” cuando para adentro nos

acercamos al esquema más subdesarrollos y dependientes. Discurso para afuera. Realidad

para adentro.

La ciencia progresa y nadie la cuestiona. La ciencia y el progreso no su pueden

frenar. Eso le pertenece a los ignorantes. Pero el invento ya no le pertenece al inventor. Los

límites están tan difusos y las fronteras son tan líquidas que se evaporan.


En este contexto, estamos perdidos y errantes. “Desterrados en nuestra propia

tierra”No sabemos para donde ir porque no tenemos norte, ni sur, ni este ni oeste. Perdidos

en estructuras impuestas que no entendemos, aceptamos lo dominante. Al igual que los que

vivían del favor, nos han atrapado en esta locura de contradicciones, dónde nada es lo que

es. Y es en este contexto es que O Alienista es literatura del siglo XXI. En la sociedad de

ese cuento, nadie sabe hacia dónde ir. Nadie conoce lo que está bien ni lo que está mal. Y

tomando palabras de Simón Bracamonte cuando explicaba su teoría de la razón “La razón

es el perfecto equilibrio de todas las facultades” luego se contradice y establece en nombre

de la ciencia “La razón es el desequilibrio de todas las facultades”. Y él que sí lo sabe, es

él que más perdido está…


Bibliografía

- Schwarz, Roberto, Ao vencedor as batatas, Libraria Duas ciudades,2000

- Foucault, Michel, La historia de la locura, Fondo de cultura económica, Barcelona,

2006

- Carneiro, Flavio, Machado de Assis: autor do século XXI?,

http://www.3ammagazine.com/brasil/

- Ferrater Mora, José, Diccionario de filosofía, Ariel, Barcelona, 2006.

- Análisis del personaje de Simón Bacamarte, documento pdf,

http://casadafilosofiaclinica.com/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=141


http://www.3ammagazine.com/brasil/

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