Ma Rzo Abril 2005

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revista san miguel 2005

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  • No. 12 Ao 3 marzo - abril 2005 4 aos: $20

    SSAANN MMIIGGUUEELLPARA EL TRIUNFO DE LA INMACULADA

    Un peridico de Laicos Catlicospor el Reino de Jess y Maraen las almas, familias y naciones

    Pilgrims of Saint Michael - Peregrinos de San Miguel Arcngel1101 Principale Street, Rougemont, QC J0L 1M0 - CanadaTel.: (450) 469-2209; (514) 856-5714; Fax: (450) 469-2601

    Por una economa de Crdito Socialde acuerdo con las enseanzas de la Iglesia

    a travs de la accin vigilante de padres de familiay no a travs de partidos polticosImpreso en Canad

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    TE ADORAMOS, OH CRISTO!, Y TE BENDECIMOS, QUEPOR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

    Rutina ante la Cruz?Rutina ante la Cruz?11

    Si recorris mentalmente el Santo Evangelio, encontraris tal vez algunas otrasescenas presididas por personajes rutinarios. Yo me quedo con este pasaje delGlgota, donde hay sangre y ruido de dados, voces de la soldadesca y murmullo divi-no: Perdnales, porque no saben lo que hacen! 2.

    Tradicionalmente los despojos del ajusticiado correspondan a sus verdugos. Poreso, de las ropas de Cristo se han hecho cuatro partes: cada una para un soldado. Perola tnica, el traje que usaba a diario Jesus, era sin costura y no quisieron desgarrarla.iEs tremendo el contraste! Mientras Cristo est muriendo despojado en la Cruz, cuatrosoldados se juegan su tnica a los dados. Esto si que es acostumbrarse y vivir con ruti-na el dolor de los dems! Somos como bestias. Nos hemos acostumbrado al hambre,a la sed, a la fatiga y a la Sangre de Cristo. Y tal vez, la peor de las rutinas es la deacostumbrarse a las cosas santas. La rutina en las prcticas de piedad, que suele serel comienzo de la tibieza, termina en la insensibilidad para las cosas de Dios. As seexplica que muchos, por desgracia, se hayan acostumbrado a asistir y a celebrar laSanta Misa.

    "No descubro nada nuevo si digo que algunos cristianos tienen una visin muypobre de la Santa Misa, que para otros es un mero rito exterior, cuando no un conven-cionalismo social. Y es que nuestros corazones, mezquinos, son capaces de vivir ruti-nariamente la mayor donacion de Dios a los hombres" 3.

    Tenemos que luchar contra la rutina en las cosas santas. "Huyamos de la rutina"como del mismo demonio. -El gran medio para no caer en ese abismo, sepulcro de laverdadera piedad, es la continua presencia de Dios. 4.

    "Que no nos acostumbremos a los milagros que se operan ante nosotros: a esteadmirable portento de que el Seor baje cada dia a las manos del Sacerdote. Jessnos quiere despiertos" 5.

    iDios! Que me acerque a Ti con hambre. Desecha de mi vida la rutina en el trabajo;que no me acostumbre al trato con las gentes; que no me habite al dolor del prjimo;que no pierda mi fervor en la vida espiritual. Mas de uno, erroneamente, por evitar ruti-nas, espacian la vida sacramental. Dejan la confesin y la comunin para mas adelan-te. No, no suprimis la comunin, suprimid la rutina!

    VIERNES SANTOPASIN DE NUESTRO SEOR,JESS MUERE EN LA CRUZ.

    - En el Calvario: Jess pide perdn porquienes le maltratan y crucifican.

    - Cristo crucificado: se consuma la obra denuestra Redencin.

    - Jess nos da a su Madre como Madrenuestra: los frutos de la Cruz. El buen ladrn.

    I. Jess es clavado en la cruz. Y canta la litur-gia: Dulces clavos! Dulce rbol donde la Vidaempieza...!6.

    Toda la vida de Jess esta dirigida a estemomento supremo. Ahora apenas logra llegar,jadeando y exhausto, a la cima de aquel pequeoaltozano llamado "lugar de la calavera". Enseguidalo tienden sobre el suelo y comienzan a clavarle enel madero. Introducen los hierros primero en lasmanos, con desgarro de nervios y carne. Luego esizado hasta quedar erguido sobre el palo verticalque esta fijo en el suelo. A continuacin le clavanlos pies. Mara, su Madre, contempla toda la esce-na.

    El Seor est firmemente clavado en la Cruz."Haba esperado en ella muchos aos, y aquel dase iba a cumplir su deseo de redimir a los hombres(...). Lo que hasta El haba sido un instrumentoinfame y deshonroso, se converta en rbol de viday escalera de gloria. Una honda alegra le llenabaal extender los brazos sobre la cruz, para quesupieran todos que as tendra siempre los brazo-sabiertos para los pecadores que se acercaran aEl: (...)."

    "Vio, y eso le llen de alegra, cmo iba aser amada y adorada la Cruz, porque EI iba amorir en ella. Vio a los mrtires, que, por suamor y por defender la verdad, iban a padecerun martirio semejante. Vio el amor de sus ami-gos, vio sus lgrimas ante la Cruz. Vio el triun-fo y la victoria que alcanzaran los cristianoscon el arma de la Cruz. Vio los grandes mila-gros que con la seal de la Cruz se iban a hacera lo largo del mundo. Vio tantos hombres que,con su vida, iban a ser santos, porque supieronmorir como El y vencieron al pecado" 7.Contempl tantas veces como nosotros ba-mos a besar un crucifijo; nuestros recomenzaren tantas ocasiones..."

    Jess esta elevado en la Cruz. A su alrededorhay un espectculo desolador; algunos pasan y leinjurian; los prncipes de los sacerdotes, mashirientes y mordaces, se burlan; y otros, indiferen-tes, miran el acontecimiento. Muchos de los allpresentes le haban visto bendecir, e incluso hacermilagros. No hay reproches en los ojos de Jess,solo piedad y compasin. Le ofrecen vino conmirra. Dad licor a los miserables y vino a los afligi-dos: que bebiendo olviden su miseria y no seacuerden ms de sus dolores8. Era costumbrereservar estos gestos humanitarios con los conde-nados. La bebida -un vino fuerte con algo de mirra-adormeca y aliviaba el terrible sufrimiento.

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    ya por "nosotros", de modo genrico, sino por m,como si fuese nico. Se actualiza la Redencinsalvadora de Cristo cada vez que en el altar secelebra la Santa Misa 14.

    "Jesucristo quiso someterse por amor, conplena conciencia, entera libertad y corazn sensi-ble (...). Nadie ha muerto como Jesucristo, porqueera la misma vida. Nadie ha expiado el pecadocomo El, porque era la misma pureza" 15. Nosotrosestamos recibiendo ahora copiosamente los frutosde aquel amor de Jess en la Cruz. Solo nuestro"no querer" puede hacer balda la Pasin de Cristo.

    "La Madre de Jess, Magdalena, Mara deCleofas y Juan, estaban cerca de la Cruz delSalvador, mirndolo. Mara peda interiormenteque Jess la dejara morir con l. El Salvador lamir con ternura inefable, y volviendo los ojoshacia Juan, dijo a Mara: "Mujer, ste es tu hijo".Despus dijo a Juan: "sta es tu Madre". Juanbes respetuosamente el pie de la Cruz delRedentor moribundo, y a la Madre de Jess, queera ya la suya.

    La Virgen Santsima se sinti tan acabada dedolor al or estas ltimas disposiciones de su Hijo,que cay sin conocimiento en los brazos de lassantas mujeres, que la llevaron a cierta distancia.

    No s si Jess pronunci expresamente todasestas palabras; pero yo sent en mi interior quedaba a Mara por madre a Juan, y a Juan por hijoa Mara. En visiones semejantes se perciben bienlas cosas que no estn escritas, y hay muy pocasque se puedan expresar claramente con el lengua-je humano, a pesar de que, vindolas, parece quese comprenden por s solas.

    As, no parece extrao que Jess, dirigindosea la Virgen, no la llame Madre ma, sino Mujer, por-que aparece como la mujer por excelencia, quedebe pisar la cabeza de la serpiente, sobre todo eneste momento, en que se cumple esta promesapor la muerte de su Hijo.Tambin se siente que,dndola por Madre a Juan, la da por Madre a todoslos que creen en su nombre y se hacen hijos deDios, que no han nacido de la carne ni de la san-gre, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios. Secomprende tambin que la ms pura, la ms humil-de, la ms obediente de las mujeres, que habien-do dicho al ngel: "Ved aqu la esclava del Seor,hgase en m segn tu palabra", se hizo Madre delVerbo hecho hombre; oyendo a su Hijo que debeser la Madre espiritual de otro hijo, ha repetidoestas mismas palabras en su corazn con unahumilde obediencia, y ha adoptado por hijos suyostodos los hijos de Dios, todos los hermanos deJesucristo. Es ms fcil de sentir todo esto por la

    El Seor lo prob por gratitud al que se lo ofre-ca, pero no quiso tomarlo, para apurar el cliz deldolor. Por qu tanto padecimiento?, se preguntaSan Agustn. Y responde: "Todo lo que padecies el precio de nuestro rescate" 9. No se conten-t con sufrir un poco: quiso agotar el cliz sin reser-varse nada, para que aprendiramos la grandezade su amor y la bajeza del pecado. Para que fu-ramos generosos en la entrega, en la mortificacin,en el servicio a los dems.

    II. La crucifixin era la ejecucin ms cruel yafrentosa que conoci la antigedad. Un ciudada-no romano no poda ser crucificado. La muertesobrevena despus de una larga agona. A veces,los verdugos aceleraban el final del crucificadoquebrantndole las piernas. Desde los tiemposapostlicos hasta nuestros das muchos son losque se niegan a aceptar a un Dios hecho hombreque muere en un madero para salvarnos: el dramade la Cruz sigue siendo motivo de escndalo paralos judos y locura para los gentiles 10. Desdesiempre, ahora tambin, ha existido la tentacin dedesvirtuar el sentido de la Cruz.

    La unin ntima de cada cristiano con su Seornecesita de ese conocimiento completo de su vida,tambin de este captulo de la Cruz. Aqu se con-suma nuestra Redencin, aqu encuentra sentidoel dolor en el mundo, aqu conocemos un poco lamalicia del pecado y el amor de Dios por cadahombre. No quedemos indiferentes ante unCrucifijo.

    "Ya han clavado a Jess al madero. Los verdu-gos han ejecutado despiadadamente la sentencia.El Seor ha dejado hacer, con mansedumbre infi-nita. "

    No era necesario tanto tormento. El pudohaber evitado aquellas amarguras, aquellashumillaciones, aquellos malos tratos, aquel jui-cio inicuo, y la vergenza del patbulo, y los cla-vos, y la lanza... Pero quiso sufrir todo eso porti y por m. Y nosotros, no vamos a sabercorresponder?

    "Es muy posible que en alguna ocasin, asolas con un crucifijo, se te vengan las lgrimas alos ojos. No te domines... Pero procura que esellanto acabe en un propsito" 11.

    III. Los frutos de la Cruz no se hicieron espe-rar. Uno de los ladrones, despus de reconocersus pecados, se dirige a Jess: Seor, acurdatede m cuando ests en Tu Reino. Le habla con laconfianza que le otorga el ser compaero de supli-cio. Seguramente habra odo hablar antes deCristo, de su vida, de sus milagros. Ahora ha coin-cidido con l en los momentos en que parece estaroculta su divinidad. Pero ha visto su comporta-miento desde que emprendieron la marcha haciael Calvario: su silencio que impresiona, su mirarlleno de compasin ante las gentes, su majestadgrande en medio, de tanto cansancio y de tantodolor. Estas palabras que ahora pronuncia no sonimprovisadas: expresan el resultado final de unproceso que se inici en su interior desde elmomento en que se uni a Jess. Para convertir-se en discpulo de Cristo no ha necesitado deningn milagro; le ha bastado contemplar decerca el sufrimiento del Seor. Otros muchosse convertiran al meditar los hechos de laPasin recogidos por los Evangelistas.

    Escuch el Seor emocionado, entre tantosinsultos, aquella voz que le reconoca como Dios.Debi producir alegra en su corazn, despus detanto sufrimiento. Yo te aseguro, le dijo, que hoymismo estars conmigo en el Paraso 12.

    La eficacia de la Pasin no tiene fin. Ha lle-nado el mundo de paz, de gracia, de perdn, defelicidad en las almas, de salvacin. AquellaRedencin que Cristo realiz una vez, se aplica acada hombre, con la cooperacin de su libertad.Cada uno de nosotros puede decir en verdad: elHijo de Dios me am y se entreg por m 13. No

    gracia de Dios, que expresarlo con palabras, yentonces me acuerdo de lo que me ha dicho unavez mi Padre celestial: "Todo est en los hijos de laIglesia que creen, que esperan y que aman".16

    Jess, despus de darse a s mismo en la ltimaCena, nos da ahora lo que ms quiere en la tierra, lomas precioso que le queda. Le han despojado detodo. Y El nos da a Mara como Madre nuestra.

    Este gesto tiene un doble sentido. Por unaparte se preocupa de la Virgen, cumpliendo contoda fidelidad el Cuarto Mandamiento delDeclogo. Por otra, declara que Ella es nuestraMadre. "La Santsima Virgen avanz tambin en laperegrinacin de la fe, y mantuvo fielmente suunin con el Hijo hasta la Cruz, junto a la cual, nosin designio divino, se mantuvo de pie (Jn 19, 25),sufriendo profundamente con su Unignito y aso-cindose con entraas de madre a su sacrificio,consintiendo amorosamente en la inmolacin de laVctima que Ella misma haba engendrado; y, final-mente, fue dada por el mismo Cristo Jess, agoni-zante en la Cruz, como madre al discpulo" 17.

    "Se apaga la luminaria del cielo, y la tierraqueda sumida en tinieblas. Son cerca de las tres,cuando Jess exclama:

    -Eli, Eli, lam ma sabachtani?! Esto es: Dios mo,Dios mo, por que me has abandonado? (Mt 27, 46).

    Despus, sabiendo que todas las cosas estna punto de ser consumadas, para que se cumpla laEscritura, dice:

    -Tengo sed (Jn 19, 28).

    Los soldados empapan en vinagre una espon-ja, y ponindola en una cana de hisopo se la acer-can a la boca. Jess sorbe el vinagre, y exclama:

    -Todo esta cumplido (Jn 19, 30).

    El velo del templo se rasga, y tiembla la tierra,cuando clama el Seor con una gran voz:

    -Padre, en tus manos encomiendo mi esp-ritu (Lc 23, 46). Y expir.

    Ama el sacrificio, que es fuente de vida interior.Ama la Cruz, que es altar del sacrificio. Ama el dolor,hasta beber, como Cristo, las heces del cliz" 18

    Con Mara, nuestra Madre, nos ser ms fcil,y por eso le cantamos con el himno litrgico: " Ohdulce fuente de amor!, hazme sentir tu dolor paraque llore contigo. Hazme contigo llorar y dolermede veras de sus penas mientras vivo; porquedeseo acompaar en la Cruz, donde le veo, tucorazn compasivo. Haz que me enamore su Cruzy que en ella viva y more... " 19.

    Michael Journal: 1101 Principale St., Rougemont QC, J0L 1M0, Canada, Fax:(450)469-2601"Peregrinos de San Miguel Arcngel" - Casilla Postal 17-21-1701 Quito-Ecuador, Tel.: 099 707 879 marzo - abril 2005

    1 Los defectos de los Santos, JESUS URTEAGA. 2 Lc 23, 34; 3 Es Cristo que pasa, num. 87; 4 Camino, num. 551.; 5 Es Cristo que pasa, num. 159; 6 Himno Crux fidelis. Adoracinde la Cruz.-7 L. DE LA PALMA, La Pasin del Seor, pp. 168-169. - 8 Prov. 31, 6-7. - 9 SAN AGUSTIN, Comentario sobre el salmo 21, 11, 8. - 10 Cfr. 1 Cor 1, 23. - 11 J. ESCRIV DEBALAGUER, Va Crucis, XI, 1. - 12 Lc 23, 43. - 13 Gal 2, 20. - 14 Cfr. CONC. VAT. II, Const. Lumen gentium, 3 y Oracin sobre las Ofrendas del Domingo II del tiempo ordinario. - 15 R.GUARDINI, El Seor, Madrid 1956, vol. II, p. 170. - 16 ANA CATALINA EMMERICK, La Dolorosa Pasin...XLIII. - 17 CONC. VAT. II, Const. Lumen gentium, 58. - 18 J. ESCRIVA DE BALA-GUER, Va Crucis, X1I. - 19 Himno Stabat Mater. Recopilado de: Hablar con Dios de Rev. P. Francisco Fernndez-Carvajal

    Editado por UMP

  • sus Discpulos y dijo a ocho de los que le acompa-aban que se quedasen all; llev consigo a Pedro,Juan y Santiago y entr en el Huerto de los Olivos.Estaba sumamente triste pues el tiempo de laprueba se acercaba, vea por todos lados la angus-tia y la tentacin acercarse como nubes cargadasde figuras terribles, entonces dijo a los tresApstoles: "Quedaos ah; velad y orad conmigopara no caer en tentacin". Jess se ocult en unpeasco en una gruta, vio a su alrededor un crcu-lo de figuras horrendas que lo estrechaban cadavez ms; penetro temblando en la gruta para orar;esta estrecha caverna pareca presentar el horribleespectculo de todos los pecados cometidosdesde la cada del primer hombre hasta el fin delmundo y su castigo.

    Postrado en tierra, inclinado su rostro e inunda-do de un mar de tristeza, todos los pecados delmundo se le aparecieron bajo infinitas formas entoda su fealdad interior; tom todos sobre s y seofreci en su oracin a la justicia de su PadreCelestial para pagar esta terrible deuda. PeroSatans se agitaba en medio de todos estos horro-res con una sonrisa infernal, se enfureca contraJess haciendo pasar ante sus ojos pinturas cadaves ms horribles, le suscit como en el desierto,tentaciones innumerables, una serie de acusacio-nes imaginarias. Satans se hizo el Fariseo mshbil y ms severo. Nuestro Divino Salvador dejpredominar su santa humanidad y quiso sufrir lastentaciones que asaltan al hombre justo en lamuerte: el mrito de sus buenas obras.

    Al principio Jess estaba arrodillado y orabacon serenidad, pero despus su alma se horrorizal aspecto de los crmenes innumerables de loshombres y de su ingratitud para con Dios sinti undolor tan vehemente, que exclam diciendo:"Padre mo, si es posible, aleja de m estecliz! Padre mo, todo te es posible; aleja estecliz " despus se recogi y dijo, "que TuVoluntad se haga, y no la ma"

    Por fin se levant, sus rodillas trmulas, ape-nas podan sostenerlo, tena la fisonoma descom-puesta, y estaba desconocido, plidos los labios yerizados los cabellos. Eran cerca de las diez cuan-do se levant, y temblando, cayndose a cadapaso, baado de un sudor fro, fue a donde esta-ban los tres Apstoles y los encontr dormidos,rendidos de fatiga, de tristeza, y de inquietud. Lasterribles visiones le asediaban implacables, juntolas manos, cay junto a ellos lleno de tristeza y deinquietud y dijo: "no podais velar una horaconmigo?" cuando lo vieron descompuesto, pli-do, temblando, empapado de sudor, cuando oye-ron su voz alterada y casi extinguida, no supieronqu pensar; y si no se les hubiera aparecido rode-ado de una luz radiante, le hubiesen desconocido.Volvise a la gruta, creciendo siempre su angustia,ellos extendan las manos hacia l, lloraban, seechaban en los brazos los unos de los otros,comenzaron a orar con la cabeza cubierta llenosde ansiedad y de tristeza. Cuando Jess volvi a lagruta y con l todos su dolores, se postr con elrostro sobre el suelo y los brazos extendidos, y enesta actitud rog a su Padre Celestial, vinieronngeles a mostrarle en una serie de visiones todoslos dolores que haba de padecer para expiar elpecado, vio el origen de todos los pecados, en elprimer pecado; la significacin y la esencia de laconcupiscencia, sus terribles efectos sobre lasfuerzas del alma humana y tambin la esencia y lasignificacin de todas las penas correspondientesa la concupiscencia. La deuda del gnero huma-no deba ser satisfecha por la naturaleza huma-na exenta de pecado, del Hijo de Dios, ningnlenguaje puede expresar el dolor y el espantoque sobresaltaron el alma de Jess a la vista deestas terribles expiaciones; el horror de estavisin fue tal, que un sudor de sangre sali detodo su cuerpo. Cuando el salvador en el Montede los Olivos quiso poner a prueba y dominar esta

    Las meditaciones siguientes ocuparn quizsun lugar honroso entre muchas obras msticas,fruto del amor contemplativo de Jess; pero nopretenden tener un carcter de verdad histrica, ynosotros debemos declararlo solemnemente. Sonpiadosas meditaciones de Cuaresma de una reli-giosa devota, narradas sin arte y escritas con sen-cillez, segn su relacin, y que las comunic porobediencia y por orden reiterada de sus respeta-bles directores espirituales.

    Esta religiosa fue un alma extraordinaria, quemereci ser objeto por parte de Dios de singularesdones y espirituales carismas. Sea cul fuere elpunto de vista que se adopte respecto de almasmsticas como la de Ana Catalina Emmerick, yrelativamente a sus particulares revelaciones, unacosa es indudable, saber, que stas, resultansumamente interesantes, instructivas y edificantes.

    Ana Catalina Emmerick, mstica Alemana vivien el siglo XVIII; desde muy nia creci en unatmsfera de sobre naturalidad ya que poseadones excepcionales como: la Ciencia Infusa,tena visiones de los sucesos del mundo, cercanosy lejanos, de peligros, de robos, de naufragios, deenfermos impacientes, de prisioneros afligidos, deviajeros extraviados, de moribundos abandonadospor los que oraba fervientemente para que Dios lossocorriera.

    A esta religiosa Agustina Dios le dio el donextraordinario de la visin y pudo vivir lapasin de nuestro Seor Jesucristo, adems detener Sus estigmas, todo ello a quedado impre-so en unos escritos maravillosos de los cualesqueremos tomar lo referente a la agona en elHuerto de los Olivos en la que sobresale espe-cialmente el dolor interior por nuestros peca-dos que sufri nuestro Divino Salvador.

    Despus de haber institudo la Eucarista,Jess sali del cenculo con los once Apstoles,su alma estaba turbada y su tristeza se iba aumen-tando. Condujo a los once por un sendero aparta-do, al valle Josafay, atravesaron el torrente cedrny se dirigieron a Getseman que era un huerto,lugar de recreo y oracin; el Huerto de los Olivosestaba separado del de Getseman por un caminoy era ms pequeo, haba en l grutas y muchosolivos y fcilmente se encontraban sitios para laoracin y la meditacin. Jess fue a orar al msretirado de todos. Eran cerca de las de las nuevede la noche cuando Jess lleg a Getseman con

    violenta repugnancia de la naturaleza humana con-tra el dolor y la muerte, que hace parte de todopadecimiento, fue permitido al tentador hacer conl lo que hace con el hombre que quiere sacrificar-se por una causa santa.

    En la primera agona, Satans present alSeor la enormidad de la deuda que quera satis-facer y llev la audacia hasta buscar culpas en lasobras mismas del Salvador. En la segunda agona,Jess vio en toda su extensin el padecimientoexpiatorio necesario para satisfacer a la justiciadivina: esto le fue presentado por los ngeles,pues no pertenece a Satans hacer ver que laexpiacin es posible, el padre de la mentira y de ladesesperacin no puede mostrar las obras de lamisericordia divina.

    Jess que haba resistido victoriosamente atodos estos combates por su abandono completo ala voluntad de su Padre Celestial, hubo de versede nuevo en crculo de horribles visiones que lefueron presentadas. La duda y la inquietud que

    CONTENIDOSAN MIGUEL

    marzo - abril 2005 Pgina

    Te Adoramos, Oh Cristo! y te Bendecimos . . . 1-2La Agona de Jess, Jess en el Monte . . . . . . 3-4 Mensaje del Santo Padre, J.P.II para Cuaresma.. 5Etica y Economa. La Injusticia Institucionalizada.. 6-7En esta Era de bundancial . . . . . . . . . . . . . . . . . 8-9Lo Social en el Catecismo de la Iglesia . . . . . . . 10-11 Tiendas llenas, bolsillos vacos en Madagascar.. 12-13Globalizacin y Nueva Evangelizacin . . . . . . . 14 Sacerdota para la eternidad . . . . . . . . . . . . . . . . 15

    Dolorosa de Quito, Reina del Ecuador . . . . . .

    por edicin 5 March - April 2005

    Date of issue: February 2005

    marzo - abril 2005 Publicado 5 veces al ao

    Impreso por:Instituto por La Justicia Social Louis EvenJefe de Edicin:Thrse TardifRedaccin y traduccin: (edicin en espaol)Carlos Reyes (Canad), Patricia Beltrn & NemilizAmeyali Gutirrez Arroyo (Mxico), A. A. (Ecuador).Oficina Principal y Direccin de Correo:

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    SSAANN MMIIGGUUEELLPARA EL TRIUNFO DE LA INMACULADA

    LA AGONA DE JESSJESS EN EL MONTE DE LOS OLIVOS

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    Ana Catalina Emmerick, campesina iletrada,nacida en Westfalia, en una aldea cerca a lapequea ciudad de Coesfeld en el ao de1774.

    Cerro Huitzilac mz 738, lt.6Fracc. Jardines de Morelos, Ecatepec

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  • preceden al sacrificio en el hombre que se ofrecepor vctima asaltaron el alma del seor, que sehizo esta terrible pregunta: cul ser el fruto deeste sacrificio? Y el cuadro ms terrible, vino aoprimir su amante corazn.

    Aparecindose a los ojos de Jess todoslos padecimientos futuros de sus Apstoles,de sus Discpulos y de sus amigos; vio a laiglesia primitiva tan pequea, y a medida queiba creciendo, vio las herejas y los sistemasasaltarla, y renovar la primera cada del hom-bre por el orgullo y la desobediencia. Vio lafrialdad, la corrupcin y la malicia de unnmero infinito de cristianos; la mentira y laastucia de todos los doctores orgullosos; lossacrilegios de todos los sacerdotes viciosos;las funestas consecuencias de todos estosactos, la abominacin y la desolacin en elReino de Dios, en el santuario de esta ingratahumanidad, que l quera rescatar con su san-gre al precio de padecimientos indecibles.

    Vio los escndalos de todos los sigloshasta nuestro tiempo y hasta el fin del mundo,todas las formas del error, del fanatismo furio-so y de la malicia; todos los apstatas, losherejes, los reformadores con la apariencia desantos. Los corruptores y los corrompidos loultrajaban y lo atormentaban como si a susojos no hubiera sido bien crucificado, nohabiendo sufrido como ellos lo entendan o selo imaginaban; muchos lo maltrataban, lo insul-taban, lo renegaban: muchos, al or su nombre,alzaban los hombros y menaban la cabeza enseal de desprecio; evitaban la mano que lestenda, y volvan al abismo donde estabansumergidos. Vio infinidad de otros que no seatrevan a dejarlo abiertamente, pero que sealejaban con disgusto de las plagas de suIglesia, como el levita se alej del pobre asesi-nado por los ladrones. Se alejaban de suEsposa herida, como hijos cobardes y sin feabandonan a su madre cuando llega la noche,cuando vienen los malhechores, a los cules lanegligencia o la malicia han abierto la puerta.

    Jess vio a todos esos hombres, tan prontoseparados de la verdadera via y teidos entre losracimos silvestres, tan pronto como un rebaoextraviado, llor por ellos, quiso sufrir por todos losque lo ven y que no quieren llevar su cruz con l ala ciudad edificada sobre la piedra, a la cual se hadado en el Santsimo Sacramento, y contra la cuallas puertas del infierno no prevalecern nunca.

    En estas pinturas dolorosas que pasabandelante del alma de Jess, Satans le arrancabacon violencia una multitud de hombres rescatadoscon su sangre y ungidos con su Sacramento. ElSalvador vio con amargo dolor toda la ingrati-tud, toda la corrupcin de los cristianos detodos los tiempos. Todas estas apariciones, enla que la voz del tentador repeta sin cesar:"Quieres T sufrir por estos ingratos?", ven-an sobre Jess con tanta impetuosidad, que unaangustia indecible oprima su humanidad.Jesucristo, el Hijo del Hombre, luchaba y juntabalas manos; caa como abrumado sobre sus rodi-llas, y su voluntad humana libraba un combate tanterrible contra la repugnancia de sufrir tanto poruna raza tan ingrata, que el sudor de sangre caade su cuerpo a gotas sobre el suelo Jess elev lavoz y dio gritos dolorosos, las imgenes horrendasde la ingratitud de los hombres futuros, cuya deudatomaba sobre s, eran cada vez ms terribles.

    En medio de estas apariciones Satans semovi bajo diversas formas horribles, que repre-sentaban diferentes especies de pecados, eransmbolos de abominacin, de discordia, de contra-diccin, de pecado; en fin, formas de demonio.Estas figuras diablicas empujaban, arrastra-ban, laceraban, a los ojos de Jess, una multi-tud de hombres, por cuya redencin entraba enel camino doloroso de la cruz. Era un horribleespectculo, pues lo llenaban de ultrajes, demaldiciones; lo heran, lo golpeaban.

    En medio de estas legiones furiosas, Jessestaba herido como si realmente hubiera experi-mentado sus golpes; vacilante en extremo, tanpronto se levantaba como caa; y la serpiente, enmedio de esa multitud que gritaba sin cesar contraJess, bata ac y all con su cola, despellejandoa todos los que derribaba.

    Estos enemigos del Salvador eran los quemaltrataban a Jesucristo cuya presencia es realen el Santsimo Sacramento, estaban entreellos todas las especies de profanadores de laSagrada Eucarista, todos los ultrajes, desde lairreverencia, la negligencia, la omisin, hasta eldesprecio, el abuso y el sacrilegio; desde laadhesin a los dolos del mundo, a las tinieblasy a la falsa ciencia, hasta el error, la increduli-dad, el fanatismo y la persecucin.

    Gotas de sangre caen sobre la plida faz delSalvador, sus cabellos estaban pegados y erizadossobre su cabeza, y su barba ensangrentada y endesorden, como si lo hubieran querido arrancar.Sali fuera de la caverna y volvi hacia los discpu-los, su modo de andar era como el de un hombrecubierto de heridas, cargado con una mole inmen-sa, tropezaba a cada paso. Encontr a losApstoles con la cabeza cubierta, doblegadossobre las rodillas, en la misma posicin que teniala gente de ese pas cuando esta de luto o quiereorar.

    Jess temblando y gimiendo, se acerca a ellos,pero cuando a la luz de la luna lo vieron delante, depie, con la cara plida y ensangrentada, el pelo endesorden y los ojos cansados, no lo conocieron depronto, pues estaba muy desfigurado. Al verle jun-tar las manos, se levantaron, lo tomaron por losbrazos, lo sostuvieron con amor y l les dijo contristeza que lo mataran al da siguiente, que loaprenderan dentro de una hora, que lo llevaranante un tribunal, que sera maltratado, azotado yentregado a la muerte ms cruel. Les rog queconsolasen a su madre, los Apstoles crean queestaba delirando. Cuando quiso volver a la grutano tuvo fuerzas para andar, Juan y Santiago locondujeron y volvieron cuando entr en ella.

    Jess continuaba orando, luchando contra larepugnancia de su naturaleza humana y abando-nndose a la voluntad del Padre. Aqu el abismo seabri delante de l y los primeros grados del limbose le presentaron en donde estaban, Adn y Eva,los Patriarcas, los Profetas, los justos, los parien-tes de su madre y Juan Bautista que estaban espe-rando su llegada con un deseo tan violento, queest vista fortific y anim su corazn lleno deamor. Su muerte deba abrir el Cielo a estos cauti-vos. Cuando Jess hubo mirado con emocin pro-funda estos Santos del mundo antiguo, los nge-

    les le presentaron todos los legiones de losBienaventurados futuros que juntando sus com-bates a los mritos de su pasin, deban unirsepor medio de l al Padre Celestial. Era sta unavisin bella consoladora. Vio la salvacin y la san-tificacin saliendo como un ro inagotable delmanantial de redencin, abierta despus de sumuerte.

    La accin y la influencia reciprocas que todosesos santos ejercan unos sobre otros; el modocomo participaban de la nica fuente, delSantsimo Sacramento y de la Pasin del Seorofrecan un espectculo tierno y maravilloso.Nada de ello pareca casual: sus obras, su marti-rio, sus victorias, su apariencia y sus vestidos,todo, aunque bien diverso, se confunda en unaarmona y unidad infinitas; y esta unidad en ladiversidad era producida por rayos de un solnico, por la Pasin del Seor, del Verbo echohombre, en quien estaba la vida, luz de los hom-bres, que brilla en la tinieblas y que las tinieblasno han comprendido.

    Era la Comunin de los Santos futuros quepasaba ante el espritu del Salvador, el cual esta-ba entre los deseos de los Patriarcas y el ejrcito

    triunfante de los bienaventurados futuros; estasdos muchedumbres, completndose la una a laotra, rodeaban al Corazn amante del Redentorcomo una corona. Este espectculo tierno di alalma de Jess un poco de alivio y de fuerza.

    Amaba tanto a sus hermanos y a sus criatu-ras, que hubiera aceptado gustoso todos lospadecimientos que iba a sufrir por la redencinde una sola alma.

    Pero estas imgenes consoladoras desapare-cieron y los ngeles le presentaron su Pasin, quese acercaba. Vi desde el beso de Judas, hasta lasltimas palabras sobre la Cruz. Acept todo volun-tariamente, y a todo se someti por amor de loshombres. Vi y sinti tambin del dolor actual desu Madre, a quien la unin interior con sus padeci-mientos haba hecho caer sin sentidos en los bra-zos de sus amigas.

    Al fin de las visiones sobre la Pasin, Jesscae sobre su rostro como moribundo: los ngelesdesaparecieron, el sudor de sangre corri con msabundancia y atraves sus vestidos. La ms pro-fundo oscuridad reinaba en la gruta. Un ngel bajhacia Jess, estaba vestido como un sacerdote ytraa en sus manos un pequeo cliz semejante alde la Cena; en la boca de este cliz se vea unacosa ovalada que esparca una luz rojiza. El ngel,sin bajar hasta el suelo, extendi la mano derechahacia Jess, que se enderez; le meti en la bocaeste alimento misterioso y le dio de beber en elpequeo cliz luminoso. Despus desapareci.Habiendo Jess aceptado libremente el cliz desus padecimientos y recibiendo nueva fuerza,estuvo todava algunos minutos en la gruta enmeditacin tranquila, dando gracias a su PadreCelestial. Estaba todava afligido, pero confortadonaturalmente hasta el punto de poder ir al sitiodonde estaban los discpulos, sin caerse y sinsucumbir bajo el peso de su dolor. Estaba plido,como siempre, pero su paso era firme. Habaselimpiado la cara con un sudario y compuesto loscabellos que le caan sobre las espaldas empapa-dos en sangre.

    Cuando Jess lleg a sus discpulos, losencontr dormidos, les dijo no es tiempo de dormirque deban despertarse y orar. "Ved aqu la horaen que el Hijo del Hombre ser entregado enmanos de lo pecadores, les dijo; levantos y ande-mos. El traidor est cerca: ms le valdra no habernacido". Les habl todava con serenidad, sali delHuerto de los Olivos con sus tres discpulos y vinoal encuentro de los soldados en el camino queestaba entre aqul y Getseman.

    Las huellas del cuerpo y manos de Jess que-daron estampadas en la piedra y fueron veneradasms tarde, pero no se sabe en que momento serealiz este prodigio.

    4 Michael Journal: 1101 Principale St., Rougemont QC, J0L 1M0, Canada, Fax:(450)469-2601"Peregrinos de San Miguel Arcngel" - Casilla Postal 17-21-1701 Quito-Ecuador, Tel.: 099 707 879 marzo - abril 2005

    JJEESSSS EENN EELL MMOONNTTEE DDEE LLOOSS OOLLIIVVOOSS

    Nuestro Seor Jess, es consolado por unngel, en el huerto de los olivos.

    por Vilma Landazuri

  • La Cuaresma, con su fuerte llamada a la con-versin y a la solidaridad, nos ayuda este aoa reflexionar sobre estos importantes temasque ataen a todos. QU SUCEDERA SI ELPUEBLO DE DIOS CEDIERA A UNA CIERTA MENTALIDADACTUAL QUE CONSIDERA CASI INTILES A ESTOS HER-MANOS NUESTROS, CUANDO MERMAN SUS CAPACIDA-DES POR LOS ACHAQUES DE LA EDAD O DE LA ENFER-MEDAD? Qu diferentes sern nuestras comu-nidades si, a partir de la familia, trataremosde mantenernos siempre con actitud abierta yacogedora hacia ellos!

    4Queridos Hermanos y Hermanas,durante la Cuaresma, ayudados por laPalabra de Dios, meditemos cunimportante es que cada comunidad acompaecon comprensin y con cario a aquellos herma-nos y hermanas que envejecen. Adems, todosdebemos acostumbrarnos a pensar con con-fianza en el misterio de la muerte, para que elencuentro definitivo con Dios acontezca enun clima de paz interior, en la certeza que nosacoger Aquel "que me ha tejido en el vientrede mi madre" (Sal 139,13b), y nos ha creado"a su imagen y semejanza" (Gn l, 26).

    Mara, nuestra gua en el itinerario cuares-mal, conduzca a todos los creyentes, espe-cialmente a las personas ancianas, a unconocimiento cada vez ms profundo deCristo muerto y resucitado, razn ltima denuestra existencia. Ella, la fiel sierva de sudivino Hijo, junto a Santa Ana y a SanJoaqun, intercedan por cada uno de noso-tros "ahora y en la hora de nuestra muerte."

    Con afecto os imparto mi Bendicin.

    marzo - abril 2005 Michael Journal: 1101 Principale St., Rougemont QC, J0L 1M0, Canada, Fax:(450)469-2601"Peregrinos de San Miguel Arcngel" - Casilla Postal 17-21-1701 Quito-Ecuador, Tel.: 099 707 879 5

    no se sientan un peso para la comunidad o,incluso, para sus propias familias, y evitar quevivan en una situacin de soledad, que los expo-ne fcilmente a la tentacin de encerrarse en smismos y al desnimo.

    Hay que hacer crecer en la opinin pbli-ca la conciencia de que los ancianos consti-tuyen, en todo caso, un gran valor que debeser debidamente apreciado y acogido. Debenser incrementadas, por tanto, las ayudas eco-nmicas y las iniciativas legislativas que evi-ten su exclusin de la vida social. Es justosealar que, en las ltimas dcadas, la sociedadest prestando mayor atencin a sus exigencias,y que la medicina ha desarrollado terapias palia-tivas que, con una visin integral del ser huma-no, resultan particularmente beneficiosas paralos enfermos.

    3El mayor tiempo a disposicin en estafase de la existencia, brinda a las per-sonas ancianas la oportunidad deafrontar interrogantes existenciales, que quizshaban sido descuidados anteriormente por laprioridad que se otorgaba a cuestiones conside-radas ms apremiantes. La conciencia de lacercana de la meta final, induce al anciano aconcentrarse en lo esencial, en aquello que elpaso de los aos no destruye.

    Es precisamente por esta condicin, que elanciano puede desarrollar una gran funcin en lasociedad. Si es cierto que el hombre vive de laherencia de quien le ha precedido, y su futu-ro depende de manera determinante de cmole han sido transmitidos los valores de la cul-tura del pueblo al que pertenece, la sabiduray la experiencia de los ancianos pueden ilu-minar el camino del hombre en la va del pro-greso hacia una forma de civilizacin cadavez ms plena.

    Qu importante es descubrir este recprocoenriquecimiento entre las distintas generaciones!

    QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS!

    1Cada ao, la Cuaresma nos propone untiempo propicio para intensificar la ora-cin y la penitencia y para abrir el cora-zn a la acogida dcil de la Voluntad Divina. Ellanos invita a recorrer un itinerario espiritualque nos prepara a revivir el gran Misterio dela muerte y resurreccin de Jesucristo, antetodo mediante la escucha asidua de laPalabra de Dios y la prctica ms intensa dela mortificacin, gracias a la cual podemosayudar con mayor generosidad al prjimonecesitado.

    Es mi deseo proponer este ao a vuestraatencin, amados Hermanos y Hermanas, untema de gran actualidad, ilustrado apropiada-mente por estos versculos del libro delDeuteronomio: "En l est tu vida, as como laprolongacin de tus das" (Dt 30,20). Sonpalabras que Moiss dirige al pueblo invitndoloa estrechar la alianza con el Seor en el pas deMoab, "Escoge la vida, para que vivas, t y tudescendencia, amando al Seor tu Dios,escuchando su voz, viviendo unido a l" (Dt30, 19-20). La fidelidad a esta alianza Divina,constituye para Israel una garanta de futuro,"mientras habites en la tierra que el Seorjur dar a tus padres Abrahm, Isaac yJacob" (Dt 30,20). Llegar a la edad madura es,en la visual bblica, signo de la bendicin y de labenevolencia del Altsimo. La longevidad se pre-senta de este modo, como un especial don divi-no.

    Deseara que durante la Cuaresma pudira-mos reflexionar sobre este tema. Ello nos ayuda-r a alcanzar una mayor comprensin de la fun-cin que las personas ancianas estn llamadas aejercer en la sociedad y en la Iglesia, y, de estemodo, disponer tambin nuestro espritu a laafectuosa acogida que a stos se debe. En lasociedad moderna, gracias a la contribucin dela ciencia y de la medicina, estamos asistiendo auna prolongacin de la vida humana y a un con-siguiente incremento del nmero de las personasancianas. Todo ello solicita una atencin msespecfica al mundo de la llamada "terceraedad", con el fin de ayudar a estas personas avivir sus grandes potencialidades con mayor ple-nitud, ponindolas al servicio de toda la comuni-dad. El cuidado de las personas ancianas,sobre todo cuando atraviesan momentos dif-ciles, debe estar en el centro de inters detodos los fieles, especialmente de las comu-nidades eclesiales de las sociedades occi-dentales, donde dicha realidad se encuentrapresente en modo particular.

    2La vida del hombre es un don precio-so que hay que amar y defender encada fase. El mandamiento "No mata-rs", exige siempre el respeto y la promocin dela vida, desde su principio hasta su ocaso natu-ral. Es un mandamiento que no pierde su vigen-cia ante la presencia de las enfermedades, ycuando el debilitamiento de las fuerzas reduce laautonoma del ser humano. Si el envejecimien-to, con sus inevitables condicionamientos, esacogido serenamente a la luz de la fe, puedeconvertirse en una ocasin maravillosa paracomprender y vivir el Misterio de la Cruz, queda un sentido completo a la existencia huma-na.

    Es en esta perspectiva que el anciano nece-sita ser comprendido y ayudado. Deseo expresarmi estima a cuantos trabajan con denuedo porafrontar estas exigencias y os exhorto a todos,amadsimos hermanos y hermanas, a aprove-char esta Cuaresma para ofrecer tambinvuestra generosa contribucin personal.Vuestra ayuda permitir a muchos ancianos que

    MENSAJE DEL SANTO PADRE, JUAN PABLO IIPARA LA CUARESMA 2005

    TIEMPO DE ORACIN, AYUNO Y CARIDADLa Cuaresma, tiempo" fuerte" de oracin, ayuno y atencin a los necesitados, ofrece a todo cris-tiano la posibilidad de prepararse a la Pascua haciendo un serio discernimiento de la propia vida,confrontndose de manera especial con la Palabra de Dios, que ilumina el itinerario cotidiano delos creyentes. Este ao, como gua para la reflexin cuaresmal, quisiera proponer aquella frase de los Hechosde los Apstoles: "Hay mayor felicidad en dar que en recibir" (20,35). No se trata de un simple lla-mamiento moral, ni de un mandato que llega al hombre desde fuera. La inclinacin a dar estradicada en lo ms hondo del corazn humano: toda persona siente el deseo de ponerse en con-tacto con los otros, y se realiza plenamente cuando se da libremente a los dems.

  • En un recorrido por la historia del hombre,encontramos que siempre la injusticia ha hecho delas suyas en el convivir de los seres humanos, staha existido y existe en medio de nuestra sociedad.Su causa principal es el pecado; la desobedienciaa los mandatos de Dios. El pecado, ayer y hoy esten que el hombre sigue su propio criterio y dicta supropia ley, sin guiarse por la Ley de Dios (manda-mientos), queriendo ser para s mismo el criterionico, exclusivo y absoluto de su comportamiento,del conocimiento del bien y del mal: el hombrequiere ser Dios al hacer y deshacer con todo lo quele rodea y consigo mismo. El hombre es libre paraaceptar rechazar la Ley de Dios y, desde esalibertad nos exige reconocer que el hombre salide las manos de Dios muy bien; porque as fuecreado; a imagen de Dios y todo lo que haba cre-ado era bueno (Gn 1,31). El egosmo, el orgullo, lasoberbia han trastornado aquel "Dios todo lo hizobueno en su origen".

    El hombre desde su comienzo, rechaz elamor de su Dios. No tuvo inters por la comunincon El, quiso construir un reino en este mundoprescindiendo de Dios. No am al Dios verdadero,ador a falsos dolos, a las obras de sus manos, alas cosas que el mundo puede ofrecer; se ador as mismo. Por eso el hombre se desgarr interior-mente y en la vida social. Entraron en el mundo elmal, la muerte, la injusticia, la violencia, el odio y elmiedo. Se destruy la convivencia fraterna (cfPuebla, 185)

    El pecado por lo tanto es un rechazo a Dios;cuando uno rompe la relacin con Dios su padrecreador, y por ende no puede amar verdaderamen-te a Dios sin amar al mismo tiempo al hermano quele rodea, y viceversa, porque al pecar no negamosa Dios; es en el hecho que lo negamos. Cundo?decidimos por nosotros mismos, prescindiendo deDios, siendo El nuestro camino a la felicidad.Cuando con los hechos odiamos a los hermanos,"el que dice: yo amo a Dios, y odia a su hermano,es un mentiroso" (1 Jn 4,20), porque todo el quecomete pecado es un esclavo, esclavo de su pro-pia corrupcin. No quiere reconocerse como cria-tura delante del Creador, quiere ser como Dios,considerndose independiente y valioso, que nodesea rendir cuentas a nadie de su vida personal ysocial.

    Es muy importante que enfoquemos la causade la injusticia que viene acarreando el pecado,porque no es solamente un asunto entre t y Dios,el pecado cometido tiene una retribucin: "debilitaentre los hombres; el amor, la alegra, la justicia ytodas las virtudes". La mayor parte de los malesque existen en el mundo son causados por elpecado de los hombres y de ah que se bloquea lagracia para el progreso, el desarrollo espiritual,personal y social. Lo contrario exige para una con-vivencia digna de ser hijos de Dios.

    Hacia el ao 1200 antes de Cristo, nos narrael Antiguo Testamento; los descendientes deAbraham viven en Egipto. Llega un momento enque son humillados; condenados a trabajos forza-dos como esclavos (Ex 1,8-12;11-15). Eran muyprolficos, nacan muchos nios, y los egipciosempiezan a tener miedo y establecen un control denatalidad arbitrario e inhumano: decretan matar atodos los nios varones hebreos que nazcan: (Ex1,15-22). La venta de personas debi ser normalen los tiempos ms antiguos; el Profeta Ams pro-clama que Yavh ser flexible con su pueblo "porqu venden al inocente por dinero y al pobre porun par de sandalias?" (Ams 2,6; cf 8,6). Diosjams ha olvidado a su pueblo, lo liber de la

    esclavitud de Egipto, por pura bondad y misericor-dia (cf Dt 26,5-10), a pesar del auxilio patente deDios, el pueblo fabric un becerro de oro a Baal, loador, desobedeciendo as el primer y gran man-damiento (cf Ex 32,1-4).

    Hoy, 2000 aos despus de Cristo, quien vinoa dar su vida para redimirnos del pecado, liberar-nos de las injusticias, opresiones, esclavitud delpecado, y la Buena Noticia ha llegado a todos losrincones del mundo, vivimos igual peor?.Abiertamente denunciamos al pecado que vive hoyel hombre, por no corresponder a las gracias san-tificantes en los Sacramentos y fundamentalmenteen los Mandamientos. Repetidas veces se confir-ma la situacin en que vivimos como "injusticia ins-titucionalizada" tambin llamada "violencia insti-tucionalizada", es el ms devastador y humillanteflagelo, la situacin de inhumana pobreza en queviven millones de seres humanos; la mortalidadinfantil, problemas de salud, desempleo, migracio-nes masivas forzadas por la situacin econmica,drogadiccin, alcoholismo, etc "Jesucristo, nosofrece su gracia, ms abundante que nuestropecado" (cf Rm 5,20).

    La sociedad moderna est excesivamente tei-da de materialismo, en ella se compra y se vende,a todo se le pone precio; incluso a aquellas reali-dades que por su propia naturaleza no deberacomercializarse, ms se resisten a ello. Pero elcaptar estos excesos no puede llevarnos a cerrarlos ojos ante ese dato de la realidad a que hemosaludido; el mundo de lo econmico factor importan-te que debera ponerse al servicio del ms pobrecon una moral solidaria, como madre que cuida detodos sus hijos, sin que uno se quede sin llevar unpan a su boca, por el contrario es austera e inhu-mana.

    La materia econmica no aporta una dimen-sin de realismo; ejercicios puramente tcnicos,clculos fros, bajo una concepcin despiadada,porque no se preocupa del ms pobre. La econo-ma se ha vuelto una limitacin para el hombre, entodos los campos entorpece su desarrollo perso-nal, espiritual, socio-comunitario, una materia demoral econmica injusta puesta al orden de lahumanidad, quin ordena en el mundo a que seincremente bajen los precios de; petrleo, gaso-lina, servicios bsicos, alimentos etc ocasionan-do mayores problemas sociales de pobreza, ham-

    bre, desempleo?. Es cierto que tenemos mandata-rios en todas la naciones, acaso se fan delTodopoderoso, Dios nico dueo de la creacin,para llevar a cabo su mandato? Qu difcil es miraral pobre como un hermano, hijo de Dios que nece-sita lo dispensable para sobrevivir.

    Puede abrumar al lector la enumeracin detantas injusticias institucionalizadas, sin embargoenunciamos algo de lo que se ha convertido en uninconsciente aceptar diario, nos hemos acostum-brado a ver la injusticia sin reaccionar, nos queda-mos en un letargo que hoy estamos cosechandouna sociedad manchada por la iniquidad, creo queun futuro nos costar mucho lamento el no haberreaccionado cuando an haba la oportunidad deaportar con un granito de arena para construir unmundo donde reine la justicia para todo ser huma-no.

    La situacin se ha agravado tanto que, la tec-nologa en comunicaciones siendo un medio quecircula en las masas y que se prestara para laevangelizacin y portador de buenas noticias parahacer el bien a la humanidad, por lo opuesto estacabando con ella; llevando al caos la vida espiri-tual, se propicia abiertamente, sin pudor; la porno-grafa, el paganismo, la seduccin, la lujuria, elmaterialismo, el consumismo, etc... un pecadosocial que afecta a todo nivel de la sociedad, msan aporta a que reboce la copa de la justsima irade un Padre que ama a sus hijos y quiere el biende las almas para la eternidad, de regreso a casa.

    El P. Haring narra en una conferencia enBukavu, Zaire; un grupo de mujeres rusas le con-taban el nmero de abortos que cada una de ellashaba tenido: una deca que cinco, otra que cator-ce, etc. Estaba tan asombrado por el hecho, por lanaturalidad con que lo decan, l pregunt: uste-des no saben que eso es pecado?. Ellas respon-dieron: qu es pecado?. Era la poca del stalinis-mo cuando en Rusia se promova el aborto, hab-an sido educadas en la fbrica del hombre nuevo,donde no se da el conocimiento de Dios y la pre-gunta no tena significado alguno para aquellasmujeres, no exista el sentido del pecado a nivel dela fe, pero su conciencia lo deca todo en sus ros-tros transformados en dolor, angustia, opresin.Estamos atestados de instituciones que; "se hanincrementado los medios de planificacin familiarque daan seriamente la salud, y an ms, el abor-

    Michael Journal: 1101 Principale St., Rougemont QC, J0L 1M0, Canada, Fax:(450)469-2601"Peregrinos de San Miguel Arcngel" - Casilla Postal 17-21-1701 Quito-Ecuador, Tel.: 099 707 8796 marzo - abril 2005

    U n a p o r t e al necesario dilogo entre tica y economa

    "Hacer justicia y derecho es ms agradable a Yahv que los sacrificios" (Pr 21,3)

    Injusticia es, no reconocer a Dios como nuestro creador y dejar de cumplir sus mandamientos.

    La Injust ic ia Inst i tucional izada

    por A.A.

  • necesidad, en que viven muchos de nuestros her-manos, es el mismo Seor Jess quien viene ainterpelarnos (cf. Mt 25,31-46).

    Llamamos injusticia institucionalizada a todasituacin que va en contra del ser humano en cual-quier estado o condicin que ste se encuentre, seha comprobado que las ideologas liberales, socia-listas, marxistas, comunistas, etc., no son mas queun lobo disfrazado como un cordero que en reali-dad van mutilando al ser humano, pretendiendodar soluciones a la vida social, mientras que enmuchos casos han empeorado y entorpecido elsistema de vida social - comunitaria, porque susprincipios se han basado en ideologas puramentehumanas, dominados por una lgica y razn queva en contra de la fe, sin pedir el auxilio de suCreador para regir a una sociedad. La verdad esque estas ideologas hay que mirarlas desde elpunto de vista de la fe, lo importante y esencial nolo toman en cuenta, jams encontramos los valo-res evanglicos en sus ideologas an ser aplica-dos, Cristo el nico que nos deja claramente lamisin del servicio al bien comn. Como conse-cuencia la vida del hombre recto en justicia, ama alprjimo como a s mismo, quien presenta lo contra-rio est atentando a la dignidad del ser humanoporque es hijo del Padre Creador, Dios dueoabsoluto de todo lo creado.

    Nuestro Dios, el Dios de Jesucristo, es un Diosque est involucrado en todo problema de la vidahumana, en la historia humana, en este irsehaciendo el mundo y la vida de los hombres, quienes el nico que sigue siendo fiel, que no aborrecenada de lo creado. Decamos como un padre, "Elsiente ternura por sus hijos, siente el Seor ternu-ra por sus fieles, porque El conoce nuestra masa,y se acuerda de que somos barro" (cf Sal 102, 13)Dios Jesucristo que vino al mundo en una pobrezaextrema, sufri injustamente, muri en la cruzcomo un bandido ante el desconcierto e impoten-cia de todo un Dios, difcil entender en nuestracapacidad humana, pero ah est Jess siendo elportador del Amor del Padre, por eso creemos queexiste un Dios misericordioso, bondadoso, aunqueel mal tambin exista, sin desanimarnos por talescircunstancias de corrupcin, pecado - injusticia,exhortamos a creer fielmente que podemos llegara ver el Reino de Dios aqu en la tierra, porqueJess anunci un Reino para esta vida, El curmuchos enfermos, prefiri al pobre, al marginado(cf Mt 11,4-6), se enfrent con los hipcritas, ambi-ciosos, injustos (cf Mt 23; Jn 2, 15-16). En las par-bolas nos dice Jess que el Reinado de Dios seinicia ya aqu, la semilla se lanza aqu, y es algoincontenible que nada ni nadie puede parar, aun-que parezca pequeo e insignificante como ungrano de mostaza o un poco de levadura, porquetodo lo que es grande nace pequeo y el futuronace en el presente (cf Mc 4,30-32 Mt 13,31-33).

    DICHOSOS LOS QUE TIENEN HAMBRE YSED DE JUSTICIA, PORQUE ELLOS ERANSACIADOS

    to, mata directamente al ser que ya ha venido a lavida (desde el primer instante de su concepcin esuna persona con derecho y dignidad), es moral-mente ilcito, es un crimen abominable" (Vat. IIConstitucin sobre la Iglesia en el mundo actual.51).

    La situacin de inhumana de pobreza, cuantasfamilias no tienen qu comer, no conocen el pandiario; la muerte de tantos nios con desnutricincrnica, cientos de hospitales estn repletos deenfermos por falta alimentacin, acaso Dios quie-re esa vida para sus hijos?. Estas situaciones quese viven a diario se hacen rutina y algo normal anuestros ojos, no hay dolor por el hermano quesufre ante el hambre y la enfermedad, por qu nodespertar de este letargo? La falta de viviendas,que es un problema en s grave, hasta en los pa-ses desarrollados presentan el triste espectculode individuos y familias que se esfuerzan porsobrevivir, sin techo o con uno tan precario que escomo si no tuviera. Esta verdad es enfocada comoresultado del orden social vigente, de una estructu-ra, de un conflicto estructural, cuya gravedad loseal el Papa Juan Pablo II cuando afirm enPuebla que "la riqueza creciente de unos pocossigue paralela a la creciente miseria de las masas"(Discurso Inaugural, Puebla, III 4; ver N. 1209).

    La distorsin entre naciones, por el desenfre-nado abuso del poder en poltica, ha conllevado aconstruir armamento blico, invirtiendo millones dedinero e intelecto humano, para destruir al prjimo,sus bienes, a la naturaleza, con la justificacin dederecho y defensa de sus ideales. Por qu no sepreocupan por invertir en produccin de alimentos,viviendas, hospitales, etc., sta sera la verdaderasolidaridad con los ms necesitados, para alivianarla miseria que viven muchos hermanos en elmundo. Un poder que es ms fuerte que el hombrees el mal, son las "mltiples estructuras de pecadoen las que est envuelta nuestra vida personal,familiar y social" (S.S. Juan Pablo II, Homila enZapopan). El que no ama, no ha conocido a Dios;pues Dios es Amor (1 Jn 4,8). Cuando Dios ocupeel centro de nuestro ser ntimo, el hombre s podrexclamar con todo su corazn: hermanos queri-dos, conocemos a Dios que es el Camino, laVerdad, la Vida, en donde reina la Luz, el Amor y laJusticia.

    La injusticia se ha implantado como un biencomn para quienes no tienen conciencia delsanto temor de Dios; la justicia humana va msall, destruye al inocente, al dbil, al explotado, alpobre, al humilde mientras que engrandece y favo-rece al egosta, al que compra las conciencias conchantajes y dinero. Quien acta sin conciencia a lomalo lo ve como un bien, y a lo bueno lo ve comoun mal; no hay distincin del pecado en sus actos.A dnde hemos llegado al aceptar esta estructurade pecado?, acaso debemos seguir callando anteesta destruccin espiritual, corporal y material?,no, cada uno de nosotros en algn momento ten-dr que dar cuentas de todo lo que pudo haberecho y no lo hizo, nuestro comportamiento ante lasociedad, como ciudadano, como hermano enCristo; ante estos dramas de total indigencia y

    Partiendo de la realidad de la vida, confiemosen Dios, uniendo la oracin y la accin, porque notodo el que diga; "Seor, Seor, entrar en elReino de los Cielos, sino el que haga la Voluntadde mi Padre Celestial" (Mt 7,21), Decir Seor,Seor es fcil, pero la fidelidad a Dios se demues-tra en nuestras actividades, ante los problemasreales que enfrenta diariamente es ah el compro-miso a cumplir.

    Tener fe en Dios, Sabio y Bueno, no significacruzarnos de brazos ante las fuerzas del mal quepretenden presidir en nuestra sociedad, Dios quie-re que venzamos nuestra soberbia, egosmo ynuestra pasividad, para reconocer que sin Diosnada podemos, hay tantos medios en nuestraIglesia Catlica para salir de este sistema de injus-ticia institucionalizada, unamos fuerza con la ora-cin para que el Espritu Santo nos asista paraactuar segn la Voluntad de Dios para construir unmundo mejor, es nuestro deber como cristianosaplicar la Buena Nueva en nuestras vidas para viviren comn unidad como hijos de un mismo Padre,tome en serio su responsabilidad personal conDios por justicia a hacer realidad estas frases ensu vida personal y comunitaria; vivir, servir, anun-ciar y establecer.

    Vivir como Jess nos ha enseado: "menseunos a otros como yo los he amado" (Jn 15,12)

    Servir en el lugar que te encuentres: "a imita-cin del Hijo del Hombre que no vino para que losirvan sino para servir y para dar su vida como pre-cio por la salvacin de todos" (Mt 20,28)

    Anunciar y establecer el Reino de Dios enmedio de nuestros hermanos, siendo portadoresde la justicia como Dios quiere que vivan sus hijos.

    Convencidos de que las enseanzas delEvangelio, del Magisterio y de los Santos Padres,nos exhortan a cambiar las estructuras del pecado,hacemos un llamado a la conciencia de cada unode lo laicos, a aportar con un compromiso serio decambio de vida; somos responsables de los malesque sufre la humanidad, queremos construir la feli-cidad, para hacer realidad este sueo en primerlugar tomemos en cuenta a Dios, al Creador detodo el universo, y segundo a cumplir el primermandamiento; amar a Dios sobre todas las cosasy al prjimo como a ti mismo. Si no cumplimos coneste principal mandamiento jams podremos cum-plir los dems, nuestro fin ser aspirar con laayuda de Dios cambiar este mundo de inmundiciapor una vida ms digna donde reine la justicia, elverdadero amor y la paz, construyamos el Reinode Dios en medio de nuestros hermanos aqu en latierra como es en el Cielo.

    7 Michael Journal: 1101 Principale St., Rougemont QC, J0L 1M0, Canada, Fax:(450)469-2601"Peregrinos de San Miguel Arcngel" - Casilla Postal 17-21-1701 Quito-Ecuador, Tel.: 099 707 879marzo - abril 2005

    TICA Y ECONOMA - LA INJUSTICIA INSTITUCIONALIZADA

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  • La distribucin delnuevo dinero medianteel dividendo nacionales por tanto un mediopara incrementar laprovisin de dinero delpas cuando es nece-sario y de ponerlodirectamente en lasmanos de los consumi-dores.

    Pero, para benefi-cio del consumidor,esta distribucin de

    dinero debe constituir un incremento real en elpoder adquisitivo del consumidor.

    Ahora, este poder adquisitivo depende de dosfactores: de la cantidad de dinero en manos delcomprador y del precio de los productos en venta.

    Si el precio de los productos disminuye, elpoder adquisitivo del consumidor se incremen-ta, an sin que aumente el dinero. Ahora, yotengo $10.00 para comprar mantequilla, si elprecio de la mantequilla es de $2.50 por libra,tengo en mis manos el poder de comprar 4libras, si el precio de la mantequilla se reduce a$2.00, mi poder adquisitivo crece y as podrcomprar entonces 5 libras.

    Si el precio sube, afecta desfavorablemen-te el poder de compra del consumidor y, eneste caso, incluso un incremento de dineropuede perder su efecto. De este modo, si untrabajador que ganaba $200.00 en 1967 y des-pus $400.00 en 1987, estara perdido ya queel costo de la vida se ha incrementado ms deldoble en esos veinte aos. Eran necesarios, almenos $772.00 en 1987 en Canad para com-prar lo que se adquira por $200.00 en 1967.

    El consecuente incremento en el precio de losproductos es la razn por la que se incrementanlos salarios, lo cual adems no es una solucinadecuada. Los empleadores no fabrican el dineroy si necesitan gastar ms para pagar a sus obre-ros estn obligados a vender sus productos a pre-cios ms altos para evitar la bancarrota.

    El dividendo nacional no est incluido en losprecios, dado que est formado por dinero nuevo,distribuido, independientemente del trabajo, porel Gobierno.

    Sin embargo, con ms dinero en las manosdel pblico, los minoristas tenderan a incremen-tar los precios de los productos aunque stos noles costaran ms en su produccin.

    Igualmente, una reforma monetaria que, almismo tiempo, no toma las riendas para impe-dir el alza injustificada de precios, sera unareforma incompleta. Se volvera una catstro-fe que provocara una tremenda inflacin.

    El establecimiento arbitrario de los precios, unlmite general, o un congelamiento de los mismos,tambin puede tener efectos perjudiciales quedesalentaran la produccin. Ahora la reduccinde la produccin es la forma ms segura para elincremento de los precios. El legislador, enton-ces, obtiene lo opuesto a lo que busca: provoca lainflacin cuando trata torpemente de combatirla;para evitar las sanciones, la inflacin hace suaparicin, por medio del mercado negro.

    El Crdito Social lanza una tcnica queautomticamente combate la inflacin: es latcnica propuesta del "ajuste en el precio", odel "descuento compensatorio", que seranparte de la forma en que el dinero es emitidopara colocar al poder adquisitivo total a nivelde la oferta total de produccin.

    El precio justoDado que los productos son hechos para el

    consumidor, es claro que, para alcanzar su obje-tivo, los productos deben ofrecerse a ste a unprecio que le permita adquirirlos. En otras pala-bras, en todo tiempo, debe haber un equilibrioentre los precios colectivos y el poder colectivo decompra de todos los consumidores.

    Para establecer el precio de venta al pblico,los productores o los comerciantes calculan elcosto de lo que se ha manufacturado y le agreganlos costos por manejo, transportacin, almacena-miento y las utilidades necesarias para los dife-rentes intermediarios. Pero nada asegura que elprecio marcado corresponda al poder de compradel consumidor.

    El precio marcado, deber ser atribuido, porel minorista, sin ocasionar bancarrotas en la lneaentre minorista y productor. Adems el precio apagar por el comprador debe ser tal que corres-ponda al poder adquisitivo del consumidor. Deotro modo, los productos no podrn venderse apesar de las necesidades reales.

    He aqu la necesidad del ajuste de los precios

    La tcnica monetaria del Crdito Social seasegura de esto.

    En el vocabulario del Crdito Social, le lla-mamos "precio justo" al precio que corres-ponde exactamente al consumo.

    Cuando hablamos de "precio justo" no quere-mos decir lo que es honesto o justo. El preciomarcado por el vendedor puede ser completa-mente honesto, completamente justo, pero contodo, puede no ser el precio exacto.

    Durante la Depresin los precios marcadospudieron haber sido honestos y justos, pero noeran exactos, no correspondan al consumo.Cuando la produccin total de artculos requeri-dos excede el total del consumo, estos precios noson ciertamente exactos, dado que el consumode un cierto perodo muestra, concluyentemente,los gastos reales en los que incurri la produccindurante este mismo perodo.

    El precio honesto es una cuestin moral;el precio exacto o "justo" es una cuestinmatemtica.

    El precio exacto, el "precio justo" del sistemade Crdito Social, se logra a travs de una reglaaritmtica. As no existe una fijacin arbitraria deprecios, o de techos, ni las restricciones, recom-pensas o castigos - sino simple aritmtica.

    La tcnica del Crdito Social involucra doscifras, que son hechas por el pueblo mismo y queno se fijan arbitrariamente por algunos hombresque tienen la mana de imponer su voluntad aotros:

    1. La cifra expresada por la suma total de losprecios (establecida por los mismos productores)

    2. La cifra expresada por el poder de comprade los consumidores (establecida por los deseosde los consumidores en relacin a cmo quierengastar el dinero del que disponen)

    Para poder poner el signo de (=) entre estasdos cifras, el Crdito Social baja el primero alnivel del segundo.

    Permtasenos explicarlo, primero presentan-do algunas ideas poco familiares pero que tienenconsecuencias de gran alcance.

    El costo real de la produccinEl costo real de un producto es la suma del

    total de gastos en los que se incurri para su pro-

    duccin. Esto es cierto si contamos en dlares,horas-hombre, o cualquier otra unidad de medida.

    Digamos que un trabajo requiere de cuatrohoras, diez onzas de sudor, la comida del tra-bajador, el desgaste de la herramienta. Si laenumeracin es completa, el precio exacto deeste trabajo es: cuatro horas, diez onzas desudor, la comida del trabajador y el desgastede la herramienta - ni ms ni menos.

    Como uno est acostumbrado a evaluar loscostos en dlares en Canad y como tambinestamos acostumbrados a evaluar el trabajo de lamisma forma, tanto el desgaste junto con losotros elementos que forman los gastos, resultaposible establecer una relacin entre ambos, entrminos de dlares.

    Si, con todo, los gastos de material, el traba-jo, la energa, el desgaste, suman $100.00, elprecio exacto, el costo real del producto es de$100.00.

    Pero tambin est el precio contable, el costofinanciero. Durante la produccin de un artculoen una fbrica, se lleva una cuenta sobre la mate-ria prima que se compr, los costos de procesa-miento, los sueldos y salarios, los costos de capi-tal, etc. Todo esto constituye el costo financierode la produccin del artculo.

    Son el precio contable y el precio exactolos mismos? Aunque, incidentalmente lo sonen algunos casos, es fcil probar que, en sutotalidad, no lo son.

    Tomemos un pequeo pas que suministra enun ao, bienes capitales y bienes de consumo,para una produccin total evaluada en 100 millo-nes de dlares. Si, durante ese tiempo, el total degastos de los habitantes del lugar son evaluadosen 80 millones de dlares, uno puede admitir quela produccin del pas durante ese ao ha costa-do exactamente 80 millones, dado que fueron 80millones los que consumi la poblacin que hizola produccin. El costo financiero de la produc-cin ha sido evaluado en $100.00 millones, peroslo fueron 80 millones en gastos reales. Este esun hecho inevitable: ambos totales estn ah.

    El precio exacto de la produccin de 100millones ha sido entonces de 80 millones.

    En otras palabras, mientras se han producido100 millones de riqueza, se han consumido 80millones de la misma. El consumo de 80 millonesde la produccin es el precio real de la produccinde 100 millones.

    El precio real de la produccin es el consumo.

    Como hemos dicho anteriormente, si la pro-duccin existe para el consumo, el consumo debeser capaz de pagar por la produccin.

    En el ejemplo anterior, el pas merece su pro-duccin. Si, gastando 80 millones, se producen100 millones de bienes y servicios, debe ser posi-ble obtener estos 100 millones de la produccinmientras se gastan los 80 millones. En otras pala-bras, pagando 80 millones, los consumidoresdeben obtener los 100 millones de la produccin.Si no, los 20 millones de la produccin quedaranpara su contemplacin, hasta que se diera sudestruccin, frente a los indigentes y desespera-dos ciudadanos.

    El incremento y reduccin de la riquezaUn pas se enriquece en bienes cuando desa-

    rrolla sus medios de produccin: sus mquinas,fbricas, medios de transporte, etc. Estos sonllamados bienes de capital. O cuando produceartculos para su consumo: trigo, carne, muebles,ropa. Estos son llamados bienes de consumo.

    Tambin lo hace cuando obtiene bienes delexterior. De este modo Canad se enriquece enfrutas cuando compra sus pltanos, naranjas ypias. Esto se llama importacin.

    EN ESTA ERA DE ABUNDANCIALOS BIENES AL SERVICIO DE LAS NECESIDADES A TRAVS DEL CRDITO SOCIAL

    Louis Even

    Captulo 15El Dinero y los Precios

    Captulo 16El Ajuste en el Precio

    8 Michael Journal: 1101 Principale St., Rougemont QC, J0L 1M0, Canada, Fax:(450)469-2601"Peregrinos de San Miguel Arcngel" - Casilla Postal 17-21-1701 Quito-Ecuador, Tel.: 099 707 879 marzo - abril 2005

  • venta en el mercado, simplemente no los compra-rn y los productores dejarn de fabricarlos dadoque no son riqueza en s mismos pues no satisfa-cen las necesidades de los consumidores.

    Los comerciantes obtendrn de los compra-dores nicamente el 75% de sus precios. Nopodran subsistir a menos que obtengan de otrafuente el 25 % que les hace falta.

    Esta otra fuente puede ser solamente, laOficina Nacional de Crdito encargada de ponerel dinero en relacin a los requerimientos.Mediante la presentacin de las notas adecuadas(vales), comprobando la venta y el descuentonacional permitido, los comerciantes obtendrn,de dicha oficina, el dinero que representa ese25% faltante.

    El objetivo se alcanzar. Todos los consumi-dores podrn comprar los bienes producidos porel pas de acuerdo a sus necesidades. Loscomerciantes y, a travs de ellos, los productores,obtendrn las cantidades necesarias para cubrirsus costos de produccin y de distribucin.

    No habr inflacin dado que no habr esca-sez de productos frente a la demanda. Este dine-ro nuevo es creado nicamente cuando se quiereun producto y se compra.

    Adems, esto no se incluye en el precio de lafactura, dado que no es ni sueldo ni salario, niinversin: viene despus de que el producto esfabricado, valuado y vendido.

    Otra forma de llegar al mismo resultado serahacer que el comprador pagara por el precio total.El vendedor le dara un recibo certificando lacompra. Mediante la presentacin de dicho reciboen la Oficina Nacional de Crdito, el compradorobtendra el 25% del total de la compra.

    El primer mtodo es un descuento compensa-torio, un descuento otorgado por el vendedor ypagado a ste ltimo por la Oficina Nacional deCrdito.

    El segundo mtodo es un reembolso hecho alcomprador. El resultado es exactamente elmismo.

    En cualquier caso, el precio pagado por elconsumidor debe ser la fraccin del precio marca-do expresado por la proporcin del total del con-sumo y el total de la produccin. De otro modo, laproduccin sera nicamente accesible de formaparcial para los consumidores, para quienes esthecha.

    Es muy agradable decir que cada hombre,mujer y nio, como miembros de una sociedadorganizada, tienen derecho a los beneficios deasociacin. Tambin es exacto sealar queestos beneficios deben garantizar por lo menos

    Los bienes de un pas se reducen cuando haydestruccin o desgaste de los medios de produc-cin: cuando se queman las fbricas, se descom-ponen las mquinas, etc. Esto se llama depre-ciacin.

    Los bienes de un pas tambin se reducencuando son consumidos. Los alimentos ingeridos,la ropa desgastada, etc. que no estn disponiblespor ms tiempo. Esto es destruccin a travs delconsumo. Esta reduccin de bienes tambin seda cuando dejan el pas: por ejemplo, habrnmenos manzanas, mantequilla y tocino enCanad si los enviamos a Inglaterra. Esto sellama exportacin.

    A partir de esto podemos concluir:

    Mientras el pas se enriqueci con $12 billo-nes de produccin, nicamente consumi oexport $9 billones.

    El costo real de la produccin de $12 billoneses de $9 billones. Si le cuesta al pas $9 billonesproducir $12 billones de bienes y servicios, elpas debe ser capaz de disfrutar sus $12 billonesde produccin mientras gasta nicamente $9billones.

    Con $9 billones uno debe ser capaz de pagar$12 billones. Pagar 12 con 9. Esto requiere unajuste del precio: bajar el precio contable, 12, alnivel del precio real, 9, y esto hacerlo sin violen-tar a nadie ni perjudicar a nadie.

    Frente a este balance la siguiente conclusinresulta lgica en una economa donde la produc-cin existe para el consumo: Dado que el consu-mo de $9 billones de produccin, tomando encuenta ya el desgaste de la maquinaria, permiti$12 billones de produccin, incluidas ya las mejo-ras, $9 billones es el precio real de la produccin.Para que el pas sea capaz de usar esta produc-cin, siempre que sea deseable, debe ser capazde obtenerla a su precio real, $ 9 billones, lo queno impedira que los comerciantes se viesen obli-gados a reclamar $12 billones.

    Por un lado, los consumidores del pas debenpoder comprar 12 con 9. Deben ser capaces deconsumir la produccin del pas pagando por ella9/12 del precio marcado.

    Por otra parte, los comerciantes deben recu-perar la cantidad total: 12, de otro modo nopodran cubrir sus costos y obtener sus ganan-cias, que son el salario por sus servicios.

    El descuento compensatorioEl comprador pagar nicamente 9/12 del

    precio marcado, si se le otorga un descuento de3/12, 25%.

    El valor de una mesa es $120.00, y ser ven-dida al comprador a $90.00. Unas medias cues-tan $4.00, sern vendidas a $3.00.

    Del mismo modo, esta misma tasa se aplica atodos los productos en venta en el pas, porquees un descuento nacional decretado por la OficinaNacional de Crdito, para as lograr el objetivopara lo que sta fue establecida.

    Si todos los bienes consumibles del pas sonpagados al 75% de su precio marcado, los consu-midores podrn obtener toda la produccin de$12 billones con los $9 billones que gasten parasu consumo. Si no desean algunos productos, de

    las necesidades bsicas de la vida a todos ycada uno, desde la cuna hasta la tumba, en unmundo donde sobreabunda la riqueza, dondesu mayor problema es precisamente ver quhacer con ella.

    Y hemos visto que la expresin prctica de lagaranta de las necesidades bsicas de la vida,es en la moderna economa distributiva, la garan-ta a un peridico poder adquisitivo suficientepara obtener el mnimo necesario para la sobrevi-vencia.

    Este poder de compra es presentado de dosmaneras: un dividendo directo en dinero, y lareduccin de los precios de los productos en elmomento de su compra por el consumidor final.

    En ambos casos, la Oficina Nacional deCrdito necesita una fuente de dnde echar manopara distribuir los dividendos a todos los ciudada-nos; de dnde echar mano para compensar a losvendedores por las reducciones de los preciosdecretadas a favor de los compradores.

    Esta fuente recae en el crdito nacional.

    Dos clases de crditoDos clases de crditoLa idea de crdito es sinnimo de la idea de

    confianza. Uno le da crdito a alguien solamentesi se confa en esa persona.

    Toda confianza descansa en algo, en unabase. Y este objeto de confianza puede variar.

    As, las predicciones climticas puedendarme la confianza necesaria de que maanaser un hermoso da. El carcter de mi amigo mepermitir confiar que siempre me ser leal. Misestudios me permitirn confiar en que tendrxito en el examen.

    En todo esto el dinero no es el asunto. Esla confianza.

    Si soy un comerciante y le vendo a un clienteque promete pagarme en tres meses, mi confian-za estar influenciada en la capacidad de pago dedicho cliente. Le otorgo un crdito porque confoen que encontrar el dinero necesario para regre-srmelo en ese tiempo. Esta confianza tambin leconcierne a las finanzas.

    Los Creditistas Sociales distinguen entre cr-dito real y crdito financiero.

    Crdito realCuando los franceses del siglo diecisiete lle-

    garon a colonizar las orillas del Ro San Lorenzo,en lo que despus sera conocido como Canad,no lo hicieron sin la confianza de que podran viviren este pas. Su confianza se basaba en la capa-cidad atribuida al Nuevo Mundo en que ste lesproporcionara lo necesario para satisfacer susnecesidades de vida. Este era el crdito real delNuevo Mundo.

    El colonizador que llega al Norte de Quebectiene confianza en esa rea. Cree que tanto elbosque como el suelo de la zona le permitirnvivir y criar a su familia. Este es el Crdito real delNorte de Quebec.

    La competencia del mdico le da la confianzanecesaria al paciente que lo consulta. Este es elcrdito real del mdico.

    El crdito real surge de la capacidad paraproducir bienes o servicios de acuerdo a lasnecesidades.

    El crdito real de Canad es la habilidad queeste pas tiene para producir y entregar bienes yservicios donde y cuando se requiere.

    El crdito real crece con el desarrollo de lacapacidad productiva del pas. La diferencia entreel Canad de hoy y el Canad habitado solamen-te por los indios hace cuatro siglos, marca el cre-cimiento del crdito real de Canad durante elcurso de estos aos.

    El crdito real es la riqueza del pas expre-sada en posibles bienes y servicios.

    ......contina en nuestra prxima edicin

    marzo - abril 2005 Michael Journal: 1101 Principale St., Rougemont QC, J0L 1M0, Canada, Fax:(450)469-2601"Peregrinos de San Miguel Arcngel" - Casilla Postal 17-21-1701 Quito-Ecuador, Tel.: 099 707 879 9

    Captulo 17El Crdito Nacional

    Calculando el precio justoSupongamos que el balance

    de un ao es el siguiente:Produccin de bienes de capital...$3 billones

    Produccin de bienes de consumo..$7 billones

    Importacin.......................$2 billones

    Total de adquisiciones.$12 billones

    Adems de:

    Depreciacin de bienes de capital..$1.8 billones

    Consumo..................$5.2 billones

    Exportaciones............................$2.0 billones

    Reduccin total......................$9.0 billones

    El precio justo = precio de venta X consumoproduccin

    YY an dudan en cambiar la ruedaan dudan en cambiar la rueda

  • EL QUINTO MANDAMIENTO2258 "La vida humana es sagrada, porque

    desde su inicio comporta la accin creadora deDios y permanece siempre en una especial rela-cin con el Creador, su nico fin. Slo Dios esSeor de la vida desde su comienzo hasta su tr-mino; nadie, en ninguna circunstancia, puede atri-buirse el derecho de matar de modo directo a unser humano inocente" (CDF, instr. "Donum vitae",22).

    I. EL RESPETO DE LA VIDA HUMANA2259 La Escritura, en el relato de la muerte de

    Abel a manos de su hermano Can (cf Gn 4,8-12),revela, desde los comienzos de la historia humana,la presencia en el hombre de la ira y la codicia,consecuencias del pecado original. El hombre seconvirti en el enemigo de sus semejantes. Diosmanifiesta la maldad de este fratricidio: "Qu hashecho? Se oye la sangre de tu hermano clamar am desde el suelo. Pues bien: maldito seas, lejosde este suelo que abri su boca para recibir de tumano la sangre de tu hermano" (Gn 4,10-11).

    2260 La alianza de Dios y de la humanidadest tejida de llamamientos a reconocer la vidahumana como don divino y de la existencia de unaviolencia fratricida en el corazn del hombre:

    2269 El quinto mandamiento prohbe haceralgo con intencin de provocar indirectamente lamuerte de una persona. La ley moral prohbe expo-ner a alguien sin razn grave a un riesgo mortal ascomo negar la asistencia a una persona en peligro.

    La aceptacin por parte de la sociedad dehambres que provocan la muerte sin esforzar-se por remediarlas es una escandalosa injusti-cia y una falta grave. Los traficantes cuyasprcticas usureras y mercantiles provocan elhambre y la muerte de sus hermanos los hom-bres, cometen indirectamente un homicidio.Este les es imputable (cf. Am 8,4-10).

    2273 El derecho inalienable a la vida de todoindividuo humano inocente constituye un elementoconstitutivo de la sociedad civil y de su legislacin:

    "Cuando una ley positiva priva a una cate-gora de seres humanos de la proteccin que elordenamiento civil les debe, el Estado niega laigualdad de todos ante la ley. Cuando el Estadono pone su poder al servicio de los derechosde todo ciudadano, y particularmente de quienes ms dbil, se quebrantan los fundamentosmismos del Estado de derecho...

    II. EL RESPETO DE LA DIGNIDAD DE LAS PERSONAS

    2284 El escndalo es la actitud o el compor-tamiento que llevan a otro a hacer el mal. El queescandaliza se convierte en tentador de su prji-mo. Atenta contra la virtud y el derecho; puedeocasionar a su hermano la muerte espiritual. Elescndalo constituye una falta grave, si por accinu omisin, arrastra deliberadamente a otro a unafalta grave.

    2285 El escndalo adquiere una gravedad par-ticular segn la autoridad de quienes lo causan ode la debilidad de quienes lo padecen. Inspir anuestro Seor esta maldicin: "al que escandalicea uno de estos pequeos que creen en m, ms levale que le cuelguen al cuello una de esas piedrasde molino que mueven los asnos y le hundan en loprofundo del mar" (Mt 18,6; cf 1 Co 8,10-13). Elescndalo es grave cuando es causado porquienes, por naturaleza o por funcin, estnobligados a ensear y educar a los otros.Jess, en efecto, lo reprocha a los escribas y fari-seos: los compara a lobos disfrazados de corderos(cf Mt 7,15).

    2286 El escndalo puede ser provocado por laley o por las instituciones, por la moda o por la opi-nin.

    As se hacen culpables de escndalo quie-nes instituyen leyes o estructuras sociales quellevan a la degradacin de las costumbres y a

    la corrupcin de la vida religiosa, o a "condicio-nes sociales que, voluntaria o involuntariamen-te, hacen ardua y prcticamente imposible unaconducta cristiana conforme a los mandamien-tos" (Po XII, discurso 1 Junio 1941). Lo mismoha de decirse de los empresarios que imponenprocedimientos que incitan al fraude, de loseducadores que "exasperan" a sus alumnos (cfEf 6,4; Col 3,21), o los que, manipulando la opi-nin pblica, la desvan de los valores morales.

    2287 El que usa los poderes de que disponeen condiciones que arrastran a hacer el mal sehace culpable de escndalo y responsable del malque directa o indirectamente ha favorecido. "Esimposible que no vengan escndalos; pero, ayde aquel por quien vienen!" (Lc 17,1).

    2288 La vida y la salud fsica son bienes pre-ciosos confiados por Dios. Debemos cuidar deellos racionalmente teniendo en cuenta las necesi-dades de los dems y el bien comn.

    El cuidado de la salud de los ciudadanosrequiere la ayuda de la sociedad para lograr lascondiciones de existencia que permiten crecer yllegar a la madurez: alimento y vestido, vivienda,cuidados sanitarios, enseanza bsica,empleo, asistencia social.

    III. LA DEFENSA DE LA PAZ2304 El respeto y el crecimiento de la vida

    humana exigen la paz. La paz no es slo ausen-cia de guerra y no se limita a asegurar el equi-librio de fuerzas adversas. La paz no puedealcanzarse en la tierra, sin la salvaguarda delos bienes de las personas, la libre comunica-cin entre los seres humanos, el respeto de ladignidad de las personas y de los pueblos, laprctica asidua de la fraternidad. Es "tranquili-dad del orden" (S. Agustn, civ. 19,13). Es obrade la justicia (cf Is 32,17) y efecto de la caridad(cf GS 78, 1-2).

    2317 Las injusticias, las desigualdades excesi-vas de orden econmico o social, la envidia, ladesconfianza y el orgullo, que existen entre loshombres y las naciones, amenazan sin cesar lapaz y causan las guerras. Todo lo que se hace parasuperar estos desrdenes contribuye a edificar lapaz y evitar la guerra:

    EL SPTIMO MANDAMIENTONo robars (Ex 20,15; Dt 5,19).

    No robars (Mt 19,18).2401 El sptimo mandamiento prohbe tomar o

    retener el bien del prjimo injustamente y hacerdao al prjimo en sus bienes de cualquier mane-ra. Prescribe la justicia y la caridad en la gestin delos bienes terrenos y los frutos del trabajo de loshombres. Con miras al bien comn exige el respe-to del destino universal de los bienes y del derechode propiedad privada. La vida cristiana se esfuerzapor ordenar a Dios y a la caridad fraterna los bie-nes de este mundo.

    I. EL DESTINO UNIVERSAL Y LAPROPIEDAD PRIVADA DE LOS BIENES

    2402 Al comienzo Dios confi la tierra y susrecursos a la administracin comn de la humani-dad para que tenga cuidado de ellos, los dominemediante su trabajo y se beneficie de sus frutos (cfGn 1,26-29). Los bienes de la creacin estn des-tinados a todo el gnero humano. Sin embargo, latierra est repartida entre los hombres para darseguridad a su vida, expuesta a la penuria y ame-nazada por la violencia. La apropiacin de bieneses legtima para garantizar la libertad y la dignidadde las personas, para ayudar a cada uno a atendersus necesidades fundamentales y las necesidadesde los que estn a su cargo. Debe hacer posibleque se viva una solidaridad natural entre los hom-bres.

    2403 El derecho a la propiedad privada, adqui-rida o recibida de modo justo, no anula la donacinoriginal de la tierra al conjunto de la humanidad. Eldestino universal de los bienes contina siendo pri-mordial, aunque la promocin del bien comn exija

    el respeto de la propiedad privada, de su derechoy de su ejercicio.

    2404 "El hombre, al servirse de esos bienes ,debe considerar las cosas externas que poseelegtimamente, no slo como suyas, sino tambincomo comunes, en el sentido de que han de apro-vechar no slo a l, sino tambin a los dems" (GS69,1). La propiedad de un bien hace de su dueoun administrador de la providencia para hacerlofructificar y comunicar sus beneficios a otros, antetodo a sus prximos.

    2405 Los bienes de produccin -materiales oinmateriales- como tierras o fbricas, profesiones oartes, requieren los cuidados de sus posesorespara que su fecundidad aproveche al mayor nme-ro de personas. Los poseedores de bienes de usoy consumo deben usarlos con templanza reservan-do la mejor parte al husped, al enfermo, al pobre.

    II. EL RESPETO DE LAS PERSONASY DE SUS BIENES

    2407 En materia econmica el respeto de ladignidad humana exige la prctica de la virtud dela templanza, para moderar el apego a los bienesde este mundo; de la justicia, para preservar losderechos del prjimo y darle lo que le es debido; yde la solidaridad, siguiendo la regla de oro ysegn la liberalidad del Seor, que "siendo rico,por vosotros se hizo pobre a fin de que os enrique-cierais con su pobreza" (2 Co 8,9).

    2411 Los contratos estn sometidos a la justi-cia conmutativa, que regula los intercambios entrelas personas y entre las instituciones, en el respe-to exacto de sus derechos. La justicia conmutativaobliga estrictamente; exige la salvaguarda de losderechos de propiedad, el pago de las deudas y laprestacin de obligaciones libremente contradas.Sin justicia conmutativa no es posible ninguna otraforma de justicia.

    2414 El sptimo mandamiento proscribe losactos o empresas que, por una u otra razn, ego-sta o ideolgica, mercantil o totalitaria, conduce aesclavizar seres humanos, a menospreciar su dig-nidad personal, a comprarlos, a venderlos y a cam-biarlos como mercanca. Es un pecado contra ladignidad de las personas y sus derechos funda-mentales reducirlos por la violencia a un objeto deconsumo o a una fuente de beneficio. S. Pabloordenaba a un amo cristiano que tratase a suesclavo cristiano "no como esclavo, sino...como unhermano...en el Seor" (Flm 16).

    El respeto de la integridad de la creacin2415 El sptimo mandamiento exige el respeto

    de la integridad de la creacin. Los animales, comolas plantas y los seres inanimados, estn natural-mente destinados al bien comn de la humanidadpasada, presente y futura (cf Gn 1,28-31). El usode los recursos minerales, vegetales y animalesdel universo no puede ser separado del respeto alas exigencias morales. El dominio concedido porel Creador al hombre sobre los seres inanimados ylos seres vivos no es absoluto; est regulado por elcuidado de la calidad de la vida del prjimo com-prendidas las generaciones venideras; exige unrespeto religioso de la integridad de la creacin (cfCA 37-38).

    III. LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA2419 "La