M10 C1 SOA 04-Schweinheim-UnEnfoqueInstitucionalDeLaReformaAdministrativa

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Un Enfoque Institucional de la Reforma Administrativa Guillermo F. F. Schweinheim 1 I Introducción Una maravillosa evidencia repetida a lo largo de la historia de la ciencia está constituida por la relación entre problemas y el desarrollo de las teorías científicas. Cuando los paradigmas o programas de investigación dominantes no logran resolver los problemas teóricos, las paradojas empíricas y los obstáculos prácticos con que se enfrentan las comunidades científicas y tecnológicas, entonces en tales momentos se asiste o bien a la aparición de nuevas teorías y paradigmas o bien a un posicionamiento más central de programas de investigación que hasta entonces tenían una valorización secundaria o marginal (Khun, 1975). Esta regularidad se ha verificado también en los últimos quince años con relación al problema de la naturaleza de las instituciones y sus efectos sobre el desempeño de las economías, las sociedades y los sistemas políticos (North, 1993). La economía, la ciencia política y la sociología han debido incorporar la explicación institucional a sus análisis frente a enigmas y paradojas que sistemáticamente aparecieron en problemas vinculados con el crecimiento económico, el desarrollo humano o el funcionamiento de la democracia. En este posicionamiento del análisis institucional, fue fundamental el reconocimiento parcial realizado por los organismos multilaterales de crédito sobre la necesidad de incorporar la problemática institucional a la perspectiva de abordaje de las reformas (Banco Mundial, 1997; BID, 1998). De hecho, luego de quince años de iniciadas unas tendencias concomitantes de reforma democrática y de reformas económica y del Estado orientadas al mercado, tanto en América Latina como Europa Oriental, claramente influenciadas por la teoría económica neoclásica, los resultados distaron en una enorme proporción de ser los esperados. Aunque el enfoque de los organismos multilaterales no deja todavía de estar centralmente influido por el enfoque neoclásico, ya son notorios algunos resultados que permiten arrojar unas explicaciones más completas sobre la influencia de las instituciones sobre las políticas públicas en general y sobre la economía política de las reformas en particular. De la misma manera, las ciencias aplicadas del Estado tales como la economía del sector público, la administración pública, la administración financiera y la teoría de la gestión pública, con más atraso ciertamente pero no por ello con menos necesidad, han comenzado progresivamente a incorporar a sus análisis el enfoque institucional (Prats i Catalá, 1998). Esta historia reciente de aplicación del análisis institucional a las perspectivas vinculadas a las ciencias aplicadas del Estado se origina en los lentos avances y aún en los notorios retrocesos que en muchos casos se han observado en los procesos de reforma administrativa iniciados hacia fines de los años 80. Del mismo modo que en la reforma económica y del 1 Coordinador Ejecutivo de la Maestría en Auditoría Gubernamental de la Escuela en Política y Gobierno de la Universidad Nacional de San Martín. Investigador del Instituto Nacional de la Administración Pública.

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Enfoque de la reforma

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  • Un Enfoque Institucional de la Reforma Administrativa

    Guillermo F. F. Schweinheim1

    I

    Introduccin

    Una maravillosa evidencia repetida a lo largo de la historia de la ciencia est constituida

    por la relacin entre problemas y el desarrollo de las teoras cientficas. Cuando los

    paradigmas o programas de investigacin dominantes no logran resolver los problemas

    tericos, las paradojas empricas y los obstculos prcticos con que se enfrentan las

    comunidades cientficas y tecnolgicas, entonces en tales momentos se asiste o bien a la

    aparicin de nuevas teoras y paradigmas o bien a un posicionamiento ms central de

    programas de investigacin que hasta entonces tenan una valorizacin secundaria o

    marginal (Khun, 1975).

    Esta regularidad se ha verificado tambin en los ltimos quince aos con relacin al

    problema de la naturaleza de las instituciones y sus efectos sobre el desempeo de las

    economas, las sociedades y los sistemas polticos (North, 1993). La economa, la ciencia

    poltica y la sociologa han debido incorporar la explicacin institucional a sus anlisis

    frente a enigmas y paradojas que sistemticamente aparecieron en problemas vinculados

    con el crecimiento econmico, el desarrollo humano o el funcionamiento de la democracia.

    En este posicionamiento del anlisis institucional, fue fundamental el reconocimiento

    parcial realizado por los organismos multilaterales de crdito sobre la necesidad de

    incorporar la problemtica institucional a la perspectiva de abordaje de las reformas (Banco

    Mundial, 1997; BID, 1998). De hecho, luego de quince aos de iniciadas unas tendencias

    concomitantes de reforma democrtica y de reformas econmica y del Estado orientadas al

    mercado, tanto en Amrica Latina como Europa Oriental, claramente influenciadas por la

    teora econmica neoclsica, los resultados distaron en una enorme proporcin de ser los

    esperados. Aunque el enfoque de los organismos multilaterales no deja todava de estar

    centralmente influido por el enfoque neoclsico, ya son notorios algunos resultados que

    permiten arrojar unas explicaciones ms completas sobre la influencia de las instituciones

    sobre las polticas pblicas en general y sobre la economa poltica de las reformas en

    particular.

    De la misma manera, las ciencias aplicadas del Estado tales como la economa del sector

    pblico, la administracin pblica, la administracin financiera y la teora de la gestin

    pblica, con ms atraso ciertamente pero no por ello con menos necesidad, han comenzado

    progresivamente a incorporar a sus anlisis el enfoque institucional (Prats i Catal, 1998).

    Esta historia reciente de aplicacin del anlisis institucional a las perspectivas vinculadas a

    las ciencias aplicadas del Estado se origina en los lentos avances y an en los notorios

    retrocesos que en muchos casos se han observado en los procesos de reforma administrativa

    iniciados hacia fines de los aos 80. Del mismo modo que en la reforma econmica y del

    1 Coordinador Ejecutivo de la Maestra en Auditora Gubernamental de la Escuela en Poltica y Gobierno de

    la Universidad Nacional de San Martn. Investigador del Instituto Nacional de la Administracin Pblica.

  • Estado prim un enfoque neoclsico que supona que el mtodo consista en adoptar las

    normas formales necesarias que corrigieran la asignacin de recursos distorsionada por el

    tamao del Estado y sus distintos modos de intervenir en los mercados, las reformas

    administrativas tuvieron una perspectiva de sistemas que supona que el mtodo reformista

    consista en adoptar las normas formales necesarias que introdujeran un modelo de insumo

    producto en los sistemas y tecnologas de gestin. Y as como el enfoque neoclsico puro se

    revel incorrecto en sus supuestos sobre el mtodo de reforma econmica conduciendo a

    notorios fracasos a lo largo de los aos 90, el enfoque de sistemas se ha evidenciado como

    claramente limitado si se evalan las marchas y contramarchas en los procesos de reforma

    administrativa y de los sistemas de gestin pblica.

    Este ensayo es entonces un intento de identificar algunos conceptos, hiptesis y modelos

    que nos permitan tener una comprensin ms acabada de los procesos de reforma

    administrativa desde un enfoque institucional. Intenta reflejar algunos resultados de

    desarrollo terico, investigacin y prctica de los ltimos dos aos sobre la

    institucionalidad administrativa. Y si bien tiene pretensin de generalidad para los pases

    que atravesaron de modo concomitante procesos de reforma democrtica, de reforma

    econmica y del Estado y de reforma administrativa desde la dcada del 80, en particular

    para Amrica Latina, su referencia emprica es principalmente el caso argentino.

    La experiencia argentina en materia de reforma administrativa y de los sistemas de gestin

    pblica ofrece una enorme evidencia emprica sobre la limitacin del enfoque sistmico y

    de la necesidad de incorporar una perspectiva institucional. Desde la primera mitad de la

    dcada del 90 y hasta el ao 2001, y en el marco ofrecido por el tipo de reformas

    econmica y del Estado ya comentadas, el sector pblico nacional de la Repblica

    Argentina asisti a una implementacin de todo el recetario de reformas a los sistemas

    administrativos y de gestin pblica. El sistema integrado de administracin financiera, el

    sistema de control interno y auditora interna y externa, el sistema de profesin

    administrativa, el sistema de compras y contrataciones, los sistemas de tica pblica y

    transparencia, los sistemas y tecnologas de informacin y comunicacin para el sector

    pblico, las tecnologas de gestin orientadas a resultados (planeamiento estratgico,

    formulacin de programas, indicadores de gestin, diseo de procesos, calidad de servicios,

    carta compromiso, acuerdos programa) y la evaluacin de programas y polticas (sistema de

    evaluacin y monitoreo de programas sociales, evaluacin de la calidad educativa,

    evaluacin y acreditacin universitaria, evaluacin de impacto en salud y epidemiologa)

    son solo algunos de elementos de un men amplio de experiencias de implantacin de

    nuevos sistemas y tecnologas.

    Sin embargo, la evidencia prctica y la evaluacin fundada de los funcionarios pblicos, los

    expertos, los cuadros polticos superiores o intermedios que lideraron tales cambios y los

    expertos internacionales de la banca multilateral que financi en gran medida los mismos,

    es de decepcin. No slo muchos de los cambios impulsados tuvieron escasos avances, sino

    que ha habido retrocesos notorios en sistemas que se supona consolidados en el sector

    pblico nacional. La reforma administrativa fue casi marginal a nivel subnacional, tanto en

    provincias como en municipios, ya sea en reas de menor grado de desarrollo econmico

    social como en el distrito econmico y socialmente ms avanzado como lo es la Ciudad de

    Buenos Aires.

  • Debemos contar entonces con un marco conceptual que nos permita explicar este devenir a

    partir de la comprensin de cmo las reglas de juego (con o sin formalidad jurdica),

    institucionalizadas a partir de los comportamientos, las percepciones, los incentivos y la

    cultura de los actores, afectan los procesos de reforma administrativa. Aqu ofrecer un

    intento de desarrollo de tal marco conceptual. En la segunda seccin, argumentar que los

    sistemas de gestin modernos que intentaron ser implantados en las reformas

    administrativas de los 90 slo han prosperado en el contexto de una institucionalidad

    administrativa de naturaleza republicana. Y que un contexto de institucionalidad

    administrativa y de gestin pblica delegativa, propio de los pases que atravesaron a un

    mismo tiempo procesos de reforma econmica y del Estado orientadas por el mercado y de

    transicin democrtica reciente, impide la consolidacin de los programas de

    modernizacin de los sistemas administrativos. En la tercera seccin, ofrecer un modelo

    institucional explicativo de las razones de la aparicin de instituciones administrativas de

    naturaleza delegativa. En primer lugar, analizar la importancia del, pero al mismo tiempo

    la limitacin que significa reducir la perspectiva histrico institucional al anlisis cultural.

    Posteriormente, me concentrar en una explicacin del porqu de la consolidacin del

    patrn de institucionalizacin delegativo, desde el juego de las transacciones. En la cuarta

    seccin, y de modo ms especfico, expondr unas hiptesis institucionales que permitan

    comprender los avances y posteriores retrocesos en el sistema de administracin financiera.

    Finalmente, en la quinta seccin, intentar identificar algunas pistas que permitan resolver

    el laberinto del mejoramiento de la institucionalidad administrativa y de las decisiones

    pblicas, como precondicin para poder avanzar el mejoramiento de los sistemas

    administrativos y de gestin.

    II

    La institucionalidad administrativa republicana como contexto institucional de los

    sistemas administrativos y de gestin modernos

    Las teoras de la modernizacin y de la innovacin nos han permitido comprender el modo

    en que los sistemas polticos hacen frente a las nuevos desafos de su ambiente: buscan

    opciones de resolucin de problemas y de recombinacin de recursos tanto en el ambiente

    externo como en su propia memoria interna (Schweinheim, 1998). La mayor o menor dosis

    de incorporacin modernizante de modelos externos o de desarrollo autnomo de

    innovaciones ms o menos originales son funcin del grado de desarrollo relativo y

    complejidad de cada sistema poltico o bien de la originalidad de los problemas que

    requiere a su vez de cambios estructurales originales. Este patrn se repiti a lo largo de las

    experiencias de reforma en Amrica Latina. En casos como el argentino, el brasileo o el

    mexicano, el grado de desarrollo relativo, la complejidad y la originalidad de sus

    problemas, determinaron un enfoque de adaptacin modernizante y an de innovacin.

    Otros, en cambio, atravesaron por procesos de modernizacin administrativa de carcter

    fuertemente modernizante y dependiente.

    Sin embargo, a pesar de verificarse en los primeros casos mayores niveles de adaptacin o

    innovacin, el enfoque general de los reformistas fue (por razones que expondremos luego)

    de sistemas. Esto es, la identificacin de que en las democracias del capitalismo avanzado

    los sectores pblicos eran eficaces, eficientes, econmicos, equitativos, sustentables,

  • transparentes y participativos, porque en ellos se verificaban procesos y sistemas de gestin

    que lo garantizaban. Y aunque en Argentina o en Brasil nunca se trat de una

    modernizacin a-crtica sino ms bien de una adaptacin creativa, este enfoque impidi

    observar que tales sistemas funcionan adecuadamente solo en un contexto institucional

    republicano.

    A qu denomino instituciones administrativas y de gestin pblica republicanas?

    (Schweinheim, 2003-a)?. A continuacin expongo sintticamente el modelo tpico ideal:

    1. Una estructura del poder ejecutivo que diferencia los rganos formuladores de polticas pblicas de los rganos de ejecucin (direcciones, gerencias, programas, agencias, entes

    pblicos no estatales, fundaciones pblicas, fondos de inversin y fiduciarios, empresas

    pblicas, banca pblica, rganos de recaudacin) y de los rganos de regulacin y

    control de servicios pblicos de gestin privada o pblica, regulacin de mercados y de

    actividades econmico sociales.

    2. La limitacin de las autoridades polticas a los roles de formulacin de polticas, concertacin social de polticas (y eventualmente y de acuerdo al caso, de presupuestos

    participativos) y elaboracin y elevacin al parlamento de proyectos de ley vinculados

    al rgimen impositivo y marcos regulatorios. Les corresponde adems la defensa de

    tales polticas y presupuestos, regmenes impositivos y marcos normativos y

    regulatorios en sede legislativa. Son responsables de la evaluacin de resultados de los

    procesos de implementacin a cargo de los rganos de ejecucin, recaudacin y de

    control y regulacin. Implica una importante limitacin a la disposicin directa de

    recursos pblicos de todo tipo (financieros, humanos, patrimoniales) o para contratar a

    nombre del estado o para la designacin de funcionarios y empleados pblicos.

    3. La designacin sobre el principio del mrito y seleccin transparente de autoridades de agencias, organismos autnomos, empresas del estado, banca pblica y otros

    organismos autnomos y autrquicos, incluidas entidades de regulacin monetaria y

    superintendencia bancaria, rganos de recaudacin impositiva, rganos de control de

    derechos ciudadanos y auditoras, estabilidad con plazos preestablecidos y evaluacin

    de desempeo sobre la base de acuerdos, programas o convenios de gestin o

    resultados.

    4. La designacin sobre el principio del mrito y seleccin transparente dentro del cuerpo del servicio civil para los cargos de direccin, gerencia, jefaturas de los programas y

    an de cargos de viceministros o secretarios generales encargados de la coordinacin,

    continuidad y logro de resultados de los programas y de la gestin equilibrada, solvente,

    evaluable, controlable y auditable de recursos pblicos.

    5. La consolidacin de un cuerpo estable de funcionarios pblicos de servicio civil estableciendo mecanismos de carrera administrativa sobre la base del principio del

    mrito y la evaluacin permanente de desempeo, como garanta del logro de la

    autonoma del funcionariado frente a intereses particulares, sectoriales y de partido y de

    la defensa del inters pblico y ciudadano y del respeto al orden normativo instituido

    democrticamente.

  • 6. El funcionamiento de principios y mecanismos de:

    Responsabilizacin poltica de las autoridades ejecutivas gubernamentales sobre los resultados de las polticas pblicas a travs del control parlamentario.

    Responsabilizacin administrativa y de gestin para autoridades de rganos autnomos, entes reguladores y directivos del servicio civil a cargo de rganos (direcciones,

    programas, gerencias) de ejecucin centralizada.

    Rendicin de cuentas y de responsabilidad patrimonial y de resultados frente a parlamentos, rganos fiscalizadores y de auditora, asociaciones de la sociedad civil,

    opinin pblica y la ciudadana en general.

    7. El funcionamiento institucionalizado del rol del legislativo en la aprobacin de presupuestos del sector pblico, por programas claramente diferenciados, con metas de

    produccin institucional, resultados e impactos preestablecidos y evaluables, as como

    mecanismos permanentes de control parlamentario del gasto. Supone la asistencia de

    organismos tcnicos independientes (Contraloras, Auditoras, Tribunales de Cuentas)

    de auditora de resultados.

    8. El funcionamiento institucionalizado de la participacin (Consejos Consultivos, de Administracin) de organizaciones econmico sociales y de la sociedad civil y de

    organizaciones ciudadanas, de usuarios y de consumidores en la elaboracin de las

    polticas y presupuestos, en el acceso a la informacin pblica y en la evaluacin,

    control y auditora social de resultados.

    9. La institucionalizacin de principios de:

    Equidad contributiva promotora de niveles adecuados de inversin privada y generadora de empleo pero al mismo tiempo favorecedora del mercado interno de

    consumo ciudadano de bienes y servicios (incluidos bienes pblicos de carcter social)

    en cantidad y calidad adecuados en un marco de igualdad de oportunidades.

    Equilibrio y solvencia fiscal macro de la hacienda pblica a travs de polticas presupuestarias priorizadas y coordinadas con la recaudacin de recursos pblicos y con

    sustentables niveles de endeudamiento.

    Responsabilizacin fiscal por el manejo directivo y gerencial micro de recursos en las distintas entidades estatales.

    10. La institucionalizacin de modelos (principios y tecnologas) de gestin orientados a resultados, de informacin a la ciudadana de estndares y resultados de servicio, de la

    formulacin estratgica de polticas, de la programacin operativa eficaz, eficiente y

    econmica de asignacin de recursos y logro de metas, de valores y prcticas de control

    de la transparencia y la tica pblica y la participacin de la sociedad civil, usuarios y

    beneficiarios de la accin pblica.

  • 11. La institucionalizacin de los principios y mecanismos de organizacin y funcionamiento administrativo y de gestin y del servicio civil a todos los poderes

    pblicos, incluidos el legislativo y el judicial.

    12. La institucionalizacin de este modelo a nivel estadual o provincial y a nivel local, comunal o municipal.

    Cabe destacar, que con diferencias de grado o detalle, con distintos momentos y ritmos de

    implementacin o con un mayor o menor grado de formalizacin legal, estas reglas

    institucionales caracterizan a los pases democrticos del capitalismo central, ya sea su

    rgimen presidencialista (v.gr. EEUU), semipresidencialista (v.gr. Francia) o parlamentario

    (v.gr. Reino Unido, Espaa, Alemania, Canad, Australia).

    No es momento aqu para exponer la historia del desarrollo de estas instituciones. Baste

    sealar, que resultaron del largo y complejo proceso de la modernizacin occidental que

    combin el despliegue concomitante del capitalismo, la democracia y la sociedad civil

    occidentales. Y, en relacin a las democracias modernas avanzadas, que las mismas son el

    resultado de una compleja articulacin de tradiciones liberales (respeto a los derechos

    individuales), republicanas (accin activa gubernamental para garantizar el bien comn,

    con controles horizontales legislativos y administrativos) y democrticas (principio de la

    representacin poltica) (ODonnell, 1998), consecuencia de la historia poltica y social de dichas democracias.

    La institucionalidad administrativa delegativa

    Por el contrario, en los pases que en los ltimos veinte aos atravesaron de modo

    concomitante por procesos de democratizacin y de reforma econmicas y del Estado

    orientadas al mercado, el patrn institucional de la administracin y la gestin de las

    decisiones pblicas se ha caracterizado por las siguientes tendencias modales que denomino

    institucionalidad administrativa delegativa (Schweinheim, 2003-b):

    1. Una estructura del poder ejecutivo que establece una dependencia poltica (va designacin de autoridades, intervenciones o intromisiones, formal o informalmente

    estatuidas) de los rganos de ejecucin y de los rganos de regulacin y control con

    respecto a los rganos formuladores de polticas pblicas (presidente, ministros,

    secretarios de estado).

    2. La concentracin de capacidades en las autoridades democrticas ejecutivas tanto para ejercer los roles de formulacin como los de adopcin e implementacin de polticas.

    La continuidad de las polticas pblicas y programas debe ser revisada ante cualquier

    cambio de gobierno o incluso reemplazo de ministros o directivos. En consecuencia, las

    organizaciones y agencias del sector pblico deben poder ser creadas, reestructuradas o

    incluso cerradas con fuertes facultades para el decisor de turno. No existe virtualmente

    limitacin a la disposicin de recursos pblicos de todo tipo (financieros, humanos,

    patrimoniales) o para contratar a nombre del estado o para la designacin de

    funcionarios y empleados pblicos, bajo el principio de quin puede lo ms puede lo

    menos.

  • 3. La designacin discrecional por parte de la autoridades democrticas de autoridades de agencias, organismos autnomos, empresas del estado, banca pblica y otros

    organismos autnomos y autrquicos, incluidas entidades de regulacin monetaria y

    superintendencia bancaria, rganos de recaudacin impositiva, rganos de control de

    derechos ciudadanos y auditoras, que slo cuentan con una estabilidad impropia, deben

    convencionalmente renunciar ante los recambios democrticos gubernamentales y cuya

    evaluacin de desempeo carece de procedimientos estables e institucionalizados.

    4. La designacin discrecional por parte de la autoridades democrticas de los ocupantes de los cargos de direccin, gerencia y jefaturas de los programas, que slo cuentan con

    una estabilidad impropia y cuya evaluacin de desempeo carece de procedimientos

    estables e institucionalizados.

    5. La coexistencia de un cuerpo de funcionarios pblicos estables (con limitados mecanismos de carrera administrativa) con una planta de personal transitorio,

    contratado o provisional. Institucionalizacin del principio de la designacin

    discrecional, para todos los tipos de personal, por parte de las autoridades democrticas

    y por parte de las autoridades de agencias designadas por el gobierno de turno.

    6. El funcionamiento de principios y mecanismos de:

    Responsabilizacin poltica difusa de las autoridades ejecutivas democrticas sobre los resultados de las polticas pblicas.

    Responsabilizacin administrativa y de gestin difusa para autoridades de rganos autnomos, entes reguladores y directivos a cargo de direcciones, programas y

    gerencias.

    Rendicin de cuentas documental tradicional y de responsabilidad patrimonial difusa frente a parlamentos, rganos fiscalizadores y de auditora, Inexistente o difusamente

    estatuida responsabilidad por resultados frente asociaciones de la sociedad civil,

    opinin pblica y la ciudadana en general.

    7. El reflejo presupuestario de toda nueva poltica o reestructuracin organizacional debe ser flexible, con amplios poderes de reasignacin de recursos para el Ejecutivo y

    acompaados por el Legislativo en las modificaciones de base legal Ello deriva en un

    funcionamiento institucionalizado dbil del rol del legislativo en materia presupuestaria

    (de hecho o constitucional o legalmente establecido, mediante procedimientos de

    emergencia, necesidad y urgencia o de delegacin de facultades). De all, la escasa

    supervisin de las estructuras institucionales o diseos organizacionales del sector

    pblico centralizado o descentralizado por parte del poder legislativo. Supone la

    asistencia de organismos tcnicos independientes (Contraloras, Auditoras, Tribunales

    de Cuentas) que slo atienden la rendicin de cuentas de los ejercicios presupuestarios

    en trminos de regularidad formal.

  • 8. El funcionamiento de la participacin de organizaciones econmico sociales y de la sociedad civil y de organizaciones ciudadanas, de usuarios y de consumidores, slo con

    carcter de veedura formal. Inexistentes o difusos mecanismos de participacin en la

    elaboracin de las polticas y presupuestos, en el acceso a la informacin pblica y en la

    evaluacin, control y auditora social de resultados.

    9. La ausencia o difusa institucionalizacin de principios de equidad contributiva, equilibrio y solvencia fiscal macro de la hacienda pblica y de responsabilizacin fiscal

    por el manejo directivo y gerencial micro de recursos en las distintas entidades

    estatales.

    10. Baja institucionalizacin de modelos (principios y tecnologas) de gestin orientados a resultados, de informacin a la ciudadana de estndares y resultados de servicio, de

    formulacin estratgica de polticas, de programacin operativa, de valores y prcticas

    de control de la transparencia y la tica pblica y la participacin de la sociedad civil,

    usuarios y beneficiarios de la accin pblica. Cuando por exigencia de organismos

    multilaterales o de la opinin pblica los gobiernos se ven obligados a instaurar

    instituciones vinculadas a regmenes de servicio civil, sistemas de responsabilizacin,

    mecanismos de responsabilidad y solvencia fiscales, modelos de gestin por resultados,

    autonoma institucionalizada de agencias, organismos de auditora, sistemas de control

    y participacin ciudadana y regmenes de transparencia y tica pblica, las reglas

    formales son suficientemente vagas y ambiguas como para evitar la colisin con el

    principio institucionalizado de la discrecionalidad.

    11. La institucionalizacin de los principios y mecanismos de organizacin y funcionamiento administrativo y de gestin discrecional en todos los poderes pblicos,

    incluidos el legislativo y el judicial.

    12. La institucionalizacin de este modelo a nivel estadual o provincial y a nivel local, comunal o municipal.

    Estas instituciones administrativas, en tanto reglas formal o informalmente estatuidas, han

    caracterizado no slo a la Repblica Argentina sino en gran medida a todos los pases de

    Amrica Latina. En primer lugar, a la mayora de los recientemente democratizados (con un

    Chile como excepcin ms notoria, con un Brasil con algunos cambios republicanos a partir

    de la Constitucin de 1988 y, en particular, de la gestin Cardoso). Pero, tambin se

    verifica en pases como Venezuela, Colombia o Mxico, de mayor tradicin institucional

    democrtica. Este patrn de institucionalizacin de las reglas de juego administrativas y de

    gestin est asociada al patrn de institucionalizacin poltico denominado democracia

    delegativa.

    Consecuencias de la institucionalidad delegativa sobre los resultados de los procesos

    de reforma de los sistemas administrativos y de gestin

    La discrecionalidad administrativa y de gestin es entonces la regla institucional bsica de

    este tipo institucional. Por razones que explorar en las siguientes secciones, la resultante

    de la historia institucional econmica, social y poltica, ha sido la consagracin del

  • principio de la discrecionalidad, consagrado jurdicamente como principio doctrinario de la

    zona de reserva de la administracin o constitucionalmente con la incorporacin de la

    legislacin de emergencia, la legislacin de delegacin de facultades o de los decretos de

    necesidad y urgencia como procedimientos aceptados por la norma fundamental.

    Ciertamente, todo gobernante ejecutivo en democracia, e incluso las autoridades del

    Legislativo, del Judicial y de los rganos de control del sector pblico y an de las

    agencias, empresas y organismos, deben contar con un alto grado de capacidad para la toma

    de decisiones. Esta caracterstica es lo que habitualmente se conoce como discrecionalidad

    en las funciones ejecutivas, decisorias, administrativas y de gestin. Pero, cuando la

    necesaria discrecionalidad poltica ejecutiva no est asociada a una institucionalizacin

    administrativa republicana sino a una democracia y a una institucionalizacin

    administrativa de carcter delegativo y a una cultura y liderazgo poltico de naturaleza

    autoritaria, entonces la toma de decisiones se convierte de discrecional en arbitraria o

    deriva en transgresiones (ODonnell, 2001).

    La arbitrariedad poltica o la trasgresin tiene gravsimas consecuencias negativas en

    trminos de la dimensin liberal de la democracia (libertades y condiciones de vida de los

    ciudadanos) y del ejercicio republicano del gobierno. En particular en esta ltima

    dimensin, puede afirmarse que a mayor arbitrariedad en la gestin pblica menor

    responsabilizacin de los gobernantes, menor responsabilidad fiscal, menor orientacin a la

    gestin de resultados, menor continuidad y coordinacin de programas y polticas pblicas,

    menor transparencia, menor participacin y control ciudadanos de la gestin pblica y

    menor auditabilidad. En verdad, la arbitrariedad, derivada de la ausencia de instituciones

    administrativas y de gestin republicanas, conspira en la prctica con respecto a la mayora

    de las polticas de equilibrio fiscal, manejo ordenado del endeudamiento y reforma del

    sector pblico que los ncleos reformistas y los organismos multilaterales impulsaron de la

    mano de las democracias de corte delegativo.

    No es de extraar entonces que si se realiza un balance del estado de las instituciones y las

    reformas administrativas hacia fines de los aos 90 y an despus de la transicin

    gubernamental de 1999 y de los procesos post crisis del 2001 y 2002 podra identificarse

    claramente la siguiente evidencia:

    Las polticas pblicas, en particular aquellas vinculadas a los procesos de privatizacin/reestatizacin, reestructuracin, transferencia de servicios a las provincias

    y desregulacin/reregulacin, implicaron hacia fines de los 90, durante y luego de la

    crisis de fines del 2001, una fuerte inestabilidad en los rganos formuladores de polticas

    pblicas, la inestabilidad y an en muchos casos el debilitamiento de la gestin y de los

    controles internos y externos de los rganos de ejecucin (direcciones, gerencias,

    programas, agencias, entes pblicos no estatales, fondos de inversin y fiduciarios,

    empresas pblicas, banca pblica, rganos de recaudacin) y de los rganos de

    regulacin y control de servicios pblicos de gestin privada o pblica, regulacin de

    mercados y de actividades econmico sociales. En particular, las leyes de emergencia

    han contenido invariablemente facultades para modificar el patrn de intervencin

    estatal y el tamao y la morfologa (reestructuraciones organizacionales), an de los

    organismos creados por ley.

  • Las leyes de presupuesto han contenido invariablemente autorizaciones amplias al Poder Ejecutivo para la reasignacin de partidas entre programas presupuestarios y sus

    jurisdicciones. El Ejecutivo ha comenzado a incrementar el presupuesto con emisin en

    el 2002 o asignando el supervit por decreto de necesidad y urgencia.

    La seleccin abierta reglamentada que pudiera existir para el nombramiento de directivos de agencias autnomas fue reemplazada progresivamente por la designacin

    discrecional bajo el principio del necesario alineamiento de los mismos con el Poder

    Ejecutivo. Cuando se instauran reglas que establecen la intervencin del Poder

    Legislativo en la seleccin de tales directivos, el propio Parlamento, an con la misma

    composicin partidaria y an de legisladores, ha acompaado las remociones impulsadas

    por el Ejecutivo cuando este ha requerido alineamiento de tales agencias (v.gr. Banco

    Central).

    Las designaciones transitorias de los niveles de direccin o gerencia previstas necesariamente ante vacancias posibles, se transformaron progresivamente en la regla.

    Las reglas de conformacin de jurados o comits de seleccin omitieron deliberadamente que el funcionario poltico de turno pudiera elegir discrecionalmente a

    los integrantes de tales instancias de evaluacin.

    El impulso a la contractualizacin (flexibilizacin de las condiciones de empleo) del personal pblico impulsado por los reformistas y los organismos internacionales deriv

    en una planta de personal, profesionales y consultores contratados que conspiraron

    contra las escasas reformas orientadas hacia la conformacin de un servicio civil. Una

    coalicin de reformistas y polticos con vocacin delegativa, y an clientelar y

    prebendaria, deriv en un crecimiento sistemtico de las plantas de personal contratado,

    de designacin discrecional. En programas con financiamiento externo, esta

    combinacin, tecnocrtica y clientelstica al mismo tiempo, tuvo efectos directos sobre

    la ineficiencia e ineficacia de los programas, en general, y de los programas sociales, en

    particular, incluidos aquellos con financiamiento internacional, que a su vez aumentaron

    significativamente el endeudamiento.

    El reemplazo (impulsado por organismos internacionales) de sistemas tradicionales de rendicin de cuentas documental (ante un rgano jurisdiccional administrativo como el

    Tribunal de Cuentas) por balances de cuenta de inversin auditables integralmente (ante

    un rgano como la Auditora General de la Nacin), se realiz exceptuando no slo el

    cargo patrimonial tradicional sino tambin la responsabilizacin de los funcionarios

    polticos. Estas reglas, sumadas a la eliminacin de controles externos y previos y la

    debilidad del sistema de control interno permitieron un aumento significativo de

    situaciones de corrupcin poltica.

    La designacin en posiciones de auditora, contralora o sindicatura no se han basado en el principio de merito y de independencia del auditor generalmente aceptados sino en la

    discrecionalidad poltica.

  • Las leyes de responsabilidad fiscal han carecido de aplicacin en sus objetivos de equilibrio y solvencia fiscal y en la instrumentacin de sanciones a los responsables.

    Ello deriv en desequilibrios fiscales crecientes y aumento sistemtico del

    endeudamiento interno y externo del sector pblico. An ms, no han podido evitar que

    los patrones de institucionalizacin tradicionales preburocrticos a nivel provincial o

    municipal se consolidaran o bien que se institucionalizara el patrn delegativo.

    La curva de creacin de fondos fiduciarios se aceler con a partir de la crisis de solvencia fiscal desde 1999 y a partir de la devaluacin del 2002 y del nuevo perodo

    presidencial inaugurado en el ao 2003. A la utilizacin de la figura de la fiducia para la

    constitucin lisa y llana de cuentas especiales, se le ha agregado a partir de 2004 la no-

    sujecin de los fondos fiduciarios a los controles internos y a la auditora interna y

    externa establecidos por la ley de administracin financiera.

    Las polticas de modernizacin de instrumentos de gestin (planeamiento, programacin, acuerdos programas, cartas compromiso) impulsados por programas con

    financiamiento de organismos internacionales han responsabilizado por la

    implementacin de los mismos a los funcionarios polticos, lo cual ha derivado en

    fracasos, interrupciones o retrasos reiterados en los procesos de implementacin.

    Este inventario de conjuntos genricos de modos en que la institucionalidad administrativa

    delegativa afect los objetivos de los procesos de reforma permite ilustrar el significativo

    peso de la influencia de los patrones institucionales sobre las polticas pblicas de

    modernizacin o innovacin administrativa.

    III

    Una explicacin del patrn institucional desde la psicologa social y la sociologa de la

    cultura

    Cmo explicar entonces las causas que dan origen a un determinado patrn de

    institucionalizacin que, como se ha analizado, determinan de modo tan determinante los

    procesos de reforma?.

    Ciertamente, una de las virtudes del nuevo institucionalismo econmico es haber valorizado

    la psicologa del aprendizaje y del comportamiento y la institucionalizacin de la cultura

    como causas explicativas antecedentes del surgimiento de las reglas de juego.

    Sin duda, desde esta perspectiva, aparecen como razones, causas o variables antecedentes

    ms profundas de la naturaleza de la institucionalizacin poltica y de la administracin

    pblica en los pases que han atravesado de manera concomitante procesos de transicin

    democrtica y procesos de reforma estatal y econmica orientadas por reglas de mercado, el

    modo autoritario (patrimonialista) de la cultura poltica y del liderazgo poltico (y del

    liderazgo societal y organizacional en general). En los ltimos aos, la cuestin de la

    cultura poltica y los estilos de liderazgo ha vuelto a merecer la atencin de ciertas

    corrientes de las ciencias sociales, quizs desde una perspectiva conservadora (Harrison y

  • Huntington, 2001). Pero, para lo que aqu importa, basta destacar que entiendo por cultura

    poltica autoritaria a un conjunto de valores compartidos por los tomadores de decisin que

    valora al poder entendindolo como la posesin de recursos de todo tipo que permiten

    obtener a su vez otros medios y que principalmente permite controlar las conductas de

    otros. Del mismo modo, el liderazgo autoritario est orientado bsicamente por una

    motivacin por el poder en el sentido antes expuesto (Mc Clelland, 1981). En tal sentido, la

    cultura y el liderazgo autoritarios se diferencian de los democrticos, ya que en estos

    ltimos el poder es entendido como la capacidad para la alcanzar metas, objetivos o

    resultados, en este caso de naturaleza colectiva. De este modo mientras la cultura y el

    liderazgo autoritarios disvaloran la deliberacin, el debate y los controles mutuos, la cultura

    y el liderazgo democrticos los valoran positivamente en funcin de la exploracin de

    medios y resultados para el conjunto. Ciertamente, los procesos de transicin han

    demostrado que la sobrevivencia de culturas y liderazgos polticos autoritarios, en el

    sentido aqu definido, no ha sido incompatible con la institucionalizacin democrtica.

    Esta naturaleza autoritaria de la cultura y el liderazgo polticos, pueden constituir una

    primera explicacin de por qu, frente a los contextos econmicos y fiscales mundiales,

    regionales y nacionales al momento de la transicin, se verificaron al mismo tiempo una

    institucionalizacin democrtica de bajo espritu republicano asociada con procesos de

    reforma estatal y econmica orientadas por el mercado (Cavarozzi, 1992). Mucho se ha

    expuesto tambin sobre como a las reformas estatales y econmicas, que para estos pases

    impusieron los organismos multilaterales de crditos y el grupo de pases capitalistas

    centrales, le era funcional el tipo de institucionalizacin delegativa que se verific en la

    transicin democrtica (Vilas, 2000).

    Para el caso argentino y para otros pases en procesos en transicin de caractersticas

    federales, la complejidad del proceso es mayor debido a la autonoma de gobiernos

    provinciales y municipales. Dada la institucionalizacin democrtica verificada, result

    posible la coexistencia de gobiernos nacionales, provinciales y municipales de distinto

    signo, todos con fuertes tendencias delegativas (y con cultura y liderazgo poltico

    autoritario) que deban tomar decisiones de distinto tipo en relacin a la crisis econmica y

    social. Mientras los gobiernos nacionales encaraban con distinto ritmo e intensidad los

    procesos de ajuste y reforma estatal y econmica de acuerdo al paradigma de mercado, los

    gobiernos estaduales y locales institucionalizaron en alto grado los modos prebendarios,

    patrimonialistas y clientelistas de ejercicio del poder. Esta naturaleza del juego poltico y de

    las polticas fiscales deriv en un juego fiscal imposible, donde la solvencia y la

    responsabilidad fiscales requeridas para hacer frente al proceso de reestructuracin estatal y

    econmica y a las polticas de tratamiento del endeudamiento nacional y externo se

    volvieron inviables. Mientras los gobiernos provinciales y municipales con contacto directo

    con la ciudadana y los sectores populares requieren crecientemente recursos pblicos

    derivados de la naturaleza clientelar con que buscaban afrontar los costos sociales de la

    reestructuracin estatal y econmica, los gobiernos nacionales carecen del manejo de todos

    los poderes de disposicin que el ajuste fiscal y la reforma estatal requeran para al mismo

    tiempo lidiar con el manejo de la deuda pblica. Esta situacin reforzaba la

    institucionalizacin delegativa de los gobiernos nacionales, verificada en cada uno de los

    planes de estabilizacin, ajuste y reforma econmica y estatal que se implementaron en el

    perodo (ODonnell, 1996).

  • Dados esta combinacin entre la naturaleza de los procesos de transicin democrtica y

    reformas orientadas al mercado con un modo de la cultura y el liderazgo de naturaleza

    autoritaria, no es de extraar entonces la ausencia de reglas de juego e instituciones para la

    organizacin y funcionamiento de la administracin pblica de naturaleza republicana. Y,

    que se haya desarrollado y consolidado un tipo de institucionalidad administrativa asociada

    con la democracia delegativa (ODonnell, 1994).

    Sin embargo, y si bien es necesario considerar las dimensiones culturales y de psicologa

    social del comportamiento del liderazgo, una explicacin puramente cultural podra llevar a

    conclusiones errneas.

    En primer lugar, la perspectiva exclusivamente cultural podra contentarnos con aceptar

    hiptesis que, a esta altura del conocimiento cientfico, sean incompletas y de escaso valor

    explicativo. Por ejemplo, las conocidas explicaciones basadas en la diferencia entre las

    culturas latinas y las anglosajonas o entre las catlicas y las puritanas. Pero, estos enfoques

    no slo no pueden explicar el desarrollo poltico y administrativo republicano y el

    desarrollo social y econmico de pases como Francia o Blgica, sino el ms reciente de

    pases como Espaa o Irlanda. Y, adems, son incompletos al describir, por ejemplo, la

    historia poltica, administrativa, social y econmica de los Estados Unidos, si slo se toma

    en cuenta el hecho de que de las trece colonias originarias muy pocas eran estrictamente

    puritanas, que muchas eran anglicanas y que haba tambin una importante presencia

    catlica. De tal modo, que el anlisis institucional, adems de permitirnos integrar

    elementos de la cultura y de la psicologa social del comportamiento, nos debe permitir

    comprender el modo en que estos factores estn asociados al resto de las instituciones

    sociales, polticas y econmicas y de qu modo la historia econmica, poltica y social

    particular de cada pas y el juego de las transacciones dio lugar a un patrn de

    institucionalizacin de los comportamientos, la cultura y las instituciones.

    En segundo lugar, la explicacin no slo sera incompleta en sus componentes y en sus

    causas, sino que puede provocar una actitud de desaliento frente al desafo que significa

    intentar intervenir sobre los patrones culturales o sobre los patrones de comportamiento

    social.

    Por ello se requiere un esfuerzo por intentar desentraar el modo particular en que estos

    patrones se articularon con el juego de las transacciones y las instituciones polticas y

    econmicas (Spiller y Tomassi, 2003). Y si bien es un trabajo pendiente una historia del

    desarrollo econmico, social y poltico desde una perspectiva institucional para Amrica

    Latina, en general, y la Repblica Argentina, en particular, aqu nos concentraremos en

    algunos aspectos recientes que permitan una comprensin ms acabada de las razones de la

    aparicin de una institucionalidad administrativa y de gestin de las decisiones pblicas de

    naturaleza delegativa y de sus efectos sobre los procesos de modernizacin y reforma

    administrativa.

  • Una explicacin del patrn de institucionalizacin desde el juego de las transacciones

    polticas a partir de la transicin democrtica2

    El proceso de institucionalizacin democrtico de las ltimas dos dcadas se materializ al

    mismo tiempo en que se estaban produciendo radicales transformaciones econmicas,

    sociales y tecnolgicas del contexto internacional y nacional. En consecuencia, los partidos

    polticos nacionales (antiguos o nuevos) parecen haberse visto sometidos a importantes

    desafos vinculados con su institucionalizacin organizativa interna, con la adaptacin de

    sus plataformas polticas y con los modos de ejercicio de la representacin de la ciudadana.

    Asimismo, la inestabilidad constitucional desde la dcada del 30 motiv unas percepciones,

    valores y objetivos principalmente orientados a tratar de consolidar en escaso tiempo el

    juego constitucional, frente a la latente amenaza de interrupciones frente a una eventual

    reaparicin de golpes y amenazas militares. Estas situaciones de un contexto global

    radicalmente distinto junto con un tipo de comportamiento y desempeo de los polticos

    influenciado por las dificultades de la consolidacin de la democracia provocaron

    importantes dificultades para el fortalecimiento de los partidos polticos, en general, y para

    lo que aqu importa, para la preparacin continua de su organizacin interna para el

    ejercicio de funciones ejecutivas y parlamentarias. Incluso estos factores pueden explicar la

    alta volatilidad en las estrategias de accin de gobierno, an al interior de un mismo partido

    poltico. Consecuentemente, no es de extraar, que la accin gubernamental se caracterizara

    por altos costos de transaccin en la formulacin, adopcin e implementacin de polticas

    pblicas, dada la alta diversidad de ideas de accin gubernamental y de consolidacin

    democrtica an entre los distintos grupos poltico partidarios al interior de los propios

    partidos.

    Asimismo, la debilidad de los partidos polticos nacionales para el ejercicio de la

    representacin de la ciudadana, las dificultades para la institucionalizacin de su

    funcionamiento permanente, las amenazas del contexto internacional y propios de la

    transicin democrtica y la naturaleza presidencialista del rgimen poltico parecen

    encontrarse entre las principales causas de la notoria debilidad del Congreso en sus roles de

    participacin en el proceso de formulacin y control de ejecucin de las polticas pblicas.

    Dada la naturaleza presidencialista del rgimen poltico, salvo para la figura del Presidente,

    la percepcin media de la accin de gobierno por parte de los grupos poltico partidarios

    que constituyen los gabinetes, ha sido entonces la de un horizonte de participacin de

    escaso tiempo y sometido a altos niveles de inestabilidad. En consecuencia, los incentivos

    para la toma de decisiones referidas a procesos de reformas de los sistemas administrativos,

    que implican no slo la adopcin de medidas formales, sino tambin importantes esfuerzos

    por el cambio real de los procesos de gestin, son escasos. En otros trminos, las

    expectativas de resultados en trminos de los patrones de utilidad percibida media por parte

    de los equipos gobernantes para la adopcin de polticas de reforma parecen ser bajo, dados

    los altos costos en los que deben incurrir para la adopcin de tales medidas y su puesta en

    prctica. La negociacin intrapartidaria, la negociacin interpartidaria, la existencia de

    2 Este captulo se ha beneficiado de la investigacin realizada por encargo del Banco Mundial a la Maestra en

    Auditora Gubernamental, Escuela de Poltica y Gobierno, Universidad Nacional de San Martn, en el marco

    del Proyecto Institutional and Governance Review Argentina, durante el primer semestre de 2004.

  • actores internos y externos a la administracin pblica que perciben acertada o

    errneamente un menoscabo a su posicin relativa, los costos de transaccin derivados de

    la necesidad de afectar recursos financieros, humanos y simblicos al proceso de reforma

    implican altos costos frente unas expectativas de resultados que solo son de mediano plazo

    y por las cuales no se percibe utilidad, en trminos de un juego poltico caracterizado por la

    volatilidad y la alta rotacin.

    Estas caractersticas del proceso de toma de decisiones, solo fue alterado frente a incentivos

    o desafos externos o del contexto. Solo frente a situaciones de crisis (en general de

    naturaleza fiscal) o frente a demandas de actores de la sociedad civil (activados en general

    frente a problemticas vinculadas a la transparencia) o frente a incentivos derivados del

    ofrecimiento de lneas de crdito de los organismos multilaterales para la realizacin de

    programas de ajuste estructural o de reforma, los equipos poltico partidarios fueron

    motivados para la adopcin de medidas de orientadas a mejorar el desempeo

    gubernamental.

    Sin embargo, estas caractersticas del proceso de formacin de las polticas pblicas

    provocaron algunas de las siguientes tendencias:

    Dada la debilidad de los partidos polticos en la constitucin de equipos relativamente preparados para el ejercicio de la accin de gobierno, los grupos poltico partidarios con

    participacin en el gabinete, particularmente en aquellas reas con responsabilidad en

    los procesos de reforma de los sistemas administrativos, recurrieron habitualmente a la

    convocatoria de y la alianza con ncleos o sectores tecnocrticos expertos, a efectos de

    la formulacin y la adopcin de tales polticas. Algunos de estos ncleos expertos han

    estado constituidos por tecnoburocracias del propio sector pblico. Pero, en buena

    medida, han estado conformadas por equipos de consultores, fundaciones, universidades

    o institutos de estudios e investigaciones, particularmente aquellos especializados en

    polticas econmicas.

    Dada la naturaleza voltil del proceso de formacin de las polticas pblicas, tales sectores tecnocrticos expertos (especialmente los constituidos por ncleos externos al

    sector pblico) exigieron un alto nivel de concentracin de facultades, a efectos de poder

    formular e implementar las polticas de reforma, tambin en el marco de la percepcin

    generalizada de los altos costos de transaccin y volatilidad en las polticas.

    Esta alianza habitual entre distintos grupos poltico partidarios y distintos ncleos tecnocrticos expertos, frente a los altos costos de transaccin presentes en los procesos

    de reforma, buscaron y consiguieron obtener del Congreso amplias facultades para su

    implementacin o bien demandaron de los bloques parlamentarios oficialistas una

    aprobacin de las medidas en la cual el debate parlamentario introdujera pocas o

    ninguna modificacin. La debilidad sealada del Congreso en su rol en la formulacin o

    el control de las polticas pblicas y la dependencia de la carrera poltica de los

    legisladores del partido oficialista de su apoyo a las polticas pblicas del Ejecutivo (an

    las que por motivo de la volatilidad en las polticas pblicas, tuvieran naturaleza

    contradictoria con respecto a otras decisiones anteriores) estuvieron en el origen de la

  • tendencia a aprobar una amplia delegacin de facultades al Poder Ejecutivo o a ejercer

    escasos controles frente a las polticas pblicas en general, y frente a las polticas de

    reforma de los sistemas administrativos, en particular. Ms an, la institucionalizacin

    de la delegacin de facultades al Poder Ejecutivo impulsada por los bloques

    parlamentarios mayoritarios impidi consensos interpartidarios en materia de reformas

    administrativas. Esta modalidad fue tambin el caso, cuando los bloques minoritarios

    acompaaron formalmente con su voto. Parece haber estado presente un juego partisano

    de negociacin de apoyos en la votacin a cambio de otros pagos laterales (v.gr. en la

    afectacin de recursos financieros para jurisdicciones provinciales o municipales base de

    representacin de legisladores opositores).

    Ante cada cambio de elenco de responsables (como consecuencia de cambios ministeriales en un mismo gobierno, o como consecuencia de elecciones presidenciales)

    los costos de transicin se volvieron crecientemente altos (discontinuidad, perdida de

    expertez, ineficiencia por retrasos en la ejecucin de los cambios, fatiga de reforma, etc.)

    hasta que se reeditaran las alianzas circunstanciales entre los grupos poltico partidarios

    con los ncleos tecnocrticos expertos en reforma de los sistemas administrativos.

    Esta naturaleza del proceso de adopcin de las polticas de reforma deriv en otro conjunto

    de consecuencias:

    En tanto que muchas de estas medidas de reforma de los sistemas administrativos se originaron en demandas o incentivos del entorno, y no estuvieron motivadas en una

    visin partidaria y de los gobiernos en la necesidad de una mejora sistemtica de la

    gestin pblica, es altamente plausible la explicacin de que la mayor parte de los

    apoyos de los grupos poltico partidarios a los cuales les cupo la responsabilidad por la

    formulacin y la implementacin de las polticas pblicas, estuvieron concentrados en la

    etapa de adopcin de las medidas recomendadas. Por el contrario, fueron escasos los

    esfuerzos sistemticos por la movilizacin efectiva de apoyos y recursos cuando de

    cambios en los procesos internos y logro de resultados esperados se trataba.

    Dadas la escasa participacin del Congreso y la tendencia a la delegacin de facultades, una importante cantidad de medidas de detalle que permitieran el logro de cambios y

    resultados dependa de decisiones adoptada a nivel del Ejecutivo o de Ministerios. Dada

    la naturaleza de la percepcin media de los costos y utilidades de la toma de tales

    decisiones, no es de extraar el ritmo lento que adquiri la adopcin de medidas de

    detalle.

    Frente a la naturaleza voltil del proceso de formacin de las polticas pblicas, los ncleos o sectores tecnocrticos se comportaron con una estrategia que privilegi la

    adopcin de medidas formales rgidas y la obtencin de facultades reglamentarias

    amplias, independientes de los funcionarios de origen partidario. Asimismo, dada la

    dbil institucionalizacin de un servicio civil meritocrtico a lo largo de todo el perodo,

    y la propia naturaleza de ncleos tecnocrticos expertos, muchos de ellos externos a la

    administracin, estos sectores privilegiaron la conformacin de equipos constituidos por

    consultores externos. Y todo ello, adems , para evitar los costos de transaccin en la

  • implementacin de las reformas con el personal permanente de carrera del sector

    pblico.

    Paradjicamente, este comportamiento de los ncleos tecnocrticos expertos habra provocado efectos negativos con respecto al xito del proceso de la reforma de los

    sistemas administrativos. La amplia discrecionalidad y la propia naturaleza ad hoc de los equipos expertos de reforma generaron fuertes resistencias por parte del resto de la

    administracin a implantar los cambios en los procesos internos y para alcanzar

    resultados. La delegacin de facultades en el Ejecutivo por parte del Congreso para la

    adopcin medidas provoc que no slo contaron con discrecionalidad decisoria los

    ncleos tecnocrticos externos sino los propios grupos poltico partidarios en ejercicio

    de la accin de gobierno. Esta situacin colabor con el bajo nivel de apoyo que los

    polticos otorgaron a los ncleos tecnocrticos en ir ms all de la adopcin formal de

    nuevos marcos normativos. Y, adems, facilit la adopcin de medidas contradictorias

    con respecto a los objetivos de reforma. Estas consecuencias reforzaron la tendencia de

    los ncleos expertos en enfoques de medidas rgidas y en tratar de concentrar facultades

    de decisin.

    Esta excesiva rigidez y formalismo de las medidas de reforma y los altos costos en los que deban incurrir los grupos poltico partidarios con responsabilidad en los procesos de

    reforma si efectivamente queran alcanzar cambios y resultados, explica por qu en

    general las medidas no estuvieran acompaadas por un rgimen de premios y castigos

    para las jurisdicciones que efectivamente implantaban los nuevos sistemas. En

    consecuencia, ni los polticos responsables de los procesos de reforma, ni los polticos

    responsables de las jurisdicciones ni el personal permanente de la administracin

    contaron con los incentivos necesarios para cambiar los procesos internos y alcanzar los

    resultados esperados.

    Esta ausencia de incentivos para los polticos responsables de las reformas de los sistemas administrativos (escasa utilidad en trminos de unas carreras polticas

    sometidas a una alta inestabilidad, altos costos para con otros grupos poltico partidarios

    con responsabilidad en otras jurisdicciones del gobierno, altos costos con respecto al

    personal permanente), el enfoque formal y tecnocrtico de las mismas y las tendencias

    de la etapa democrtica a exacerbar el presidencialismo y la delegacin de facultades

    discrecionales, explican adems el escaso incentivo general por la reforma

    administrativa. En ltima instancia, la implantacin de reformas a los sistemas

    administrativos supone la implantacin de unos procesos de gestin que limitan

    fuertemente la discrecionalidad decisoria orientndola por criterios de eficacia,

    eficiencia, transparencia, equidad y participacin. Frente a unas caractersticas altamente

    voltiles de la accin de gobierno y de las carreras polticas, la implantacin de sistemas

    administrativos y de gestin es percibida como una limitacin y amenaza a la capacidad

    de decisin (en la gestin financiera, en los procesos de compras, en la administracin

    de personal, en la implantacin de controles internos, en la adopcin de sistemas de

    transparencia), de escasos rditos.

  • En al mbito del Congreso, la naturaleza de los procesos de reforma (delegacin de facultades, ausencia de debate y de consensos interpartidarios) reforz las tendencias a la

    debilidad institucional del parlamento. Y motiv tambin un descuidado diseo de

    detalle de las medidas vinculadas a los cambios necesarios en los procesos que deban

    darse en el propio Congreso frente a los cambios en los procesos en los sistemas

    administrativos del sector pblico e impidi que se alcanzaran resultados en los nuevos

    roles que el Congreso debera cumplir a partir de los procesos de reforma.

    Los actores econmicos adecuaron su comportamiento y sus estrategias a estas transacciones. Los modelos mentales de la dirigencia empresarial parecen haber estado

    influenciados por visiones rgidas de la gestin fiscal y en consecuencia carecieron de la

    motivacin por demandar reformas de los sistemas administrativos, con efectos en el

    mediano plazo sobre la mejora de la gestin pblica. An ms, apoyaron decididamente

    la delegacin de facultades en general y la concentracin de las mismas en los sectores

    tecnocrticos expertos.

    Los actores de la sociedad civil orientados por el mejoramiento de la transparencia carecieron de percepciones complejas de las medidas y cambios de detalle requeridos en

    los procesos de reforma y de la necesidad de su persistencia en el tiempo.

    Los sindicatos del personal pblico criticaron o apoyaron las estrategias de reforma con facultades ampliamente discrecionales para los grupos polticos partidarios con

    responsabilidad en tales reas o los ncleos tecnocrticos, en funcin de la lucha poltica

    o en funcin de la posibilidad de obtener pagos laterales (recursos, participacin en el

    proceso decisorio, etc.).

    Si esta modelo simplificado del juego de las transacciones en los ltimos veinte aos es

    razonablemente correcto, entonces es posible concluir que:

    El patrn de institucionalizacin de la administracin y la gestin de las decisiones pblicas no podra haber sido otro que el de la institucionalidad administrativa

    delegativa.

    El juego de las transacciones polticas de los ltimos veinte aos es el principal factor causal del patrn de institucionalizacin, que deriv en el modo delegativo y que

    impidi una transicin hacia el modo republicano (como puede observarse en la

    trayectoria de la transicin en Espaa o Chile, y en menor medida, del Brasil).

    La trayectoria de la transicin hacia el modo delegativo reforz las dimensiones culturales y psicosociales de naturaleza autoritaria (en lugar de provocar un progresivo

    cambio cultural y del comportamiento como en las transiciones con mayor componente

    republicano).

    Dado el patrn de institucionalizacin delegativo que refuerza los patrones culturales y de liderazgo, entonces se explican los retrocesos, la discontinuidad y el lento ritmo de

    avance en materia de reforma administrativa.

  • IV

    Consecuencias del patrn de institucionalizacin sobre el sistema de administracin

    financiera

    En este marco de razonamiento, se puede exponer un modelo simplificado de las

    consecuencias del patrn de institucionalizacin delegativo sobre la reforma del sistema de

    administracin financiera.

    Dado la crisis hiperinflacionaria de 1989-90, y a partir de la alta concentracin de

    facultades delegadas en el Poder Ejecutivo, los ncleos tecnocrticos convocados ad hoc

    para la gestin de las polticas econmicas y fiscales lograron impulsar la adopcin de unas

    reglas formales presupuestarias que permitieron obtener resultados en materia de eficiencia

    y transparencia del gasto pblico, de acuerdo con los principios de presupuestacin y

    administracin financiera generalmente aceptados (Ley de Administracin Financiera). Las

    nuevas reglas de juego presupuestarias implicaban la necesidad de una alta coherencia con

    los parmetros macroeconmicos derivados de la Ley de Convertibilidad y de la poltica de

    ingresos pblicos y de endeudamiento.

    Es necesario destacar que los patrones de institucionalizacin que determinaron la debilidad

    del Congreso en su rol en la formulacin y el control del presupuesto incentiv un diseo

    institucional de la Auditora General de la Nacin donde no se garantizaron reglas

    generalmente aceptadas de independencia de las organizaciones fiscalizadoras superiores,

    en su rol de auditora integral del sector pblico.

    Hasta el ao 1996, el proceso presupuestario se caracteriz por un juego de transacciones

    entre el Ministerio de Economa (en particular los ncleos tecnocrticos que sucesivamente

    ocuparon la Secretara de Hacienda), los Ministerios y Agencias del Poder Ejecutivo, y el

    Presidente en la etapa de elaboracin presupuestaria, con alguna participacin de algunos

    legisladores influyentes, particularmente los de las Comisiones de Presupuesto y Hacienda

    de ambas cmaras, y algunos gobernadores. La participacin del Congreso (Comisiones de

    Presupuesto y Hacienda, Comisin Mixta Revisora de Cuentas) en las etapas de aprobacin

    y control del presupuesto fue escasa o nula.

    Durante el proceso de ejecucin presupuestaria, el Ministerio de Economa cont con

    amplias facultades para efectuar modificaciones administrativas al presupuesto (en general,

    reducciones o endeudamiento interno y externo), dada la creciente rigidez que el resto de

    las reglas macroeconmicas (rgimen de coparticipacin federal, convertibilidad, apertura

    externa, desregulacin laboral con impacto en la recaudacin previsional, reforma del

    sistema de seguridad social) y la performance de la recaudacin impositiva, aduanera y

    previsional implicaban para la gestin del presupuesto.

    Las reducciones presupuestarias impulsadas desde del Ministerio de Economa en particular

    en los gastos financiados con fondos del Tesoro, pero tambin la relativa facilidad para los

    Ministerios y agencias para contar con fuentes de financiamiento externo hasta 1999, la

    ausencia de un servicio civil consolidado en los Servicios Administrativo Financieros de las

    jurisdicciones, la debilidad del control interno y el escaso impacto del control externo,

  • incentivaron una baja calidad del proceso de formulacin y ejecucin presupuestaria en las

    jurisdicciones.

    Como consecuencia de ello, los ncleos tecnoburocrticos de la Secretara de Hacienda se

    comportaron de acuerdo con varias estrategias. En primer lugar, promoviendo mayores

    recortes presupuestarios ad hoc frente al crecimiento de los desequilibrios. En segundo lugar, centralizando decisiones de asignacin prioritaria de recursos (a travs de estrategias

    tales como techos presupuestarios o centralizando las rdenes de pago a travs del sistema

    de Cuenta nica). Finalmente, dando escaso impulso a las acciones orientadas a otorgarles

    mayor capacidad decisoria a los responsables de los servicios administrativo financieros de

    las jurisdicciones. Estas estrategias conspiraron contra la institucionalizacin real del

    principio de centralizacin normativa y descentralizacin ejecutiva. Como consecuencia, se

    reforzaron las tendencias a la resistencia a los cambios por parte de los responsables

    administrativos de las jurisdicciones y las tendencias a un comportamiento decisorio

    discrecional y despreocupado por la calidad del gasto de los grupos poltico partidarios

    responsables de Ministerios y Organismos.

    Desde mediados de 1996 y dada la debilidad de los partidos polticos nacionales y el

    creciente poder de los gobernadores, el proceso presupuestario se vio fuertemente

    influenciado por el juego poltico electoral de cara a las elecciones presidenciales de 1999.

    En particular, el nivel del gasto y del endeudamiento provincial fue en aumento y, en

    general, las provincias no avanzaron en las reformas al rgimen presupuestario y de

    administracin financiera. As, la ley de convertibilidad, los incentivos para el

    endeudamiento creciente, la baja responsabilidad fiscal micro de las jurisdicciones, el

    rgimen impositivo, el problema del financiamiento del rgimen previsional, el rgimen de

    coparticipacin federal de impuestos y las crecientes necesidades de gasto pblico del

    gobierno nacional y de los gobiernos provinciales se volvieron fuertemente incoherentes,

    determinando resultados fiscales crecientemente negativos.

    La debilidad de los legisladores, cada vez ms dependientes en su carrera poltica de los

    gobernadores y autoridades polticas provinciales y la debilidad de la Auditora General de

    la Nacin determin que el Congreso no controlara esta creciente incoherencia en el

    comportamiento fiscal.

    A partir de 1996, los ncleos tecnocrticos convocados ad hoc para la gestin de la poltica

    econmica y presupuestaria recurrieron como estrategia a polticas de ajuste y de

    endeudamiento, dada la insustentabilidad de los presupuestos aprobados. La ley de

    responsabilidad fiscal de 1999, las polticas de ajuste va aumento de la presin impositiva

    o disminucin de haberes del sector pblico, jubilaciones y pensiones del ao 2000, los

    pactos fiscales, el llamado blindaje financiero, el denominado megacanje de la deuda

    externa y la ley de dficit cero no lograron corregir dicha insustentabilidad, dada la

    incoherencia y la rigidez del resto de las reglas de juego (coparticipacin federal,

    convertibilidad, etc.).

    Esta situacin se mantuvo hasta la crisis del 2001. A partir de entonces, el abandono del

    rgimen de convertibilidad y las nuevas reglas macroeconmicas han reforzado el rol del

    Presidente y del Ministerio de Economa y de los gobernadores en el proceso

  • presupuestario (estos ltimos particularmente a partir de la falta de establecimiento de

    reglas de correspondencia, solvencia y responsabilidad fiscal federales y de regmenes

    presupuestarios concordantes con el sistema nacional de administracin financiera). Las

    necesidades de las autoridades nacionales de contar con mecanismos menos rgidos para la

    gestin del gasto pblico han determinado a partir del 2001 una inclusin creciente de

    partidas de transferencias (subsidios) a sectores econmicos y sociales y a provincias y

    municipios, incluso va decretos de necesidad y urgencia, la delegacin de facultades en la

    Jefatura de Gabinete de Ministros para la asignacin presupuestaria, la creacin de un

    nmero constantemente en aumento de fondos fiduciarios por fuera de la administracin

    nacional y de nuevas empresas pblicas, rompiendo con las reglas presupuestarias y de

    control interno y externo generalmente aceptadas, implantadas con la reforma de la

    administracin financiera de 1992.

    Si bien luego de la devaluacin y durante los aos 2003 y 2004, los resultados de la

    formulacin y la ejecucin presupuestaria han mejorado su desempeo relativo, las

    caractersticas del juego de la interaccin entre los actores influyentes en el proceso

    presupuestario y fiscal (Presidente, Ministerio de Economa y Gobernadores) no garantizan

    un proceso sustentable (v.gr. ausencia de un rgimen institucionalizado de responsabilidad

    fiscal), eficiencia (v.gr. bajos incentivos para aumentar el rendimiento, la efectividad y la

    transparencia del presupuesto en las jurisdicciones de la administracin nacional, fondos

    fiduciarios, provincias y municipios) y la representatividad del gasto (dado la escasa o nula

    participacin de los legislativos en el proceso de formulacin y control de ejecucin del

    presupuesto).

    V

    Conjeturas para la salida del laberinto

    Si el enfoque institucional nos permite comprender los procesos que determinaron un juego

    de transacciones y su estabilizacin en un patrn de reglas de conducta y culturales, no es

    menos cierto que nos enfrenta a los interrogantes de cmo intervenir eficazmente en el

    proceso de cambio institucional. Y si bien hoy conocemos mucho ms de cmo el juego de

    las transacciones, las instituciones, la cultura y los patrones de liderazgo influyen sobre el

    desempeo de la gestin pblica, tambin debe decirse que nuestro conocimiento terico y

    prctico de cmo estas intervenciones son posibles es decididamente escaso.

    En consecuencia, las ideas que se exponen a continuacin no constituyen ms que algunas

    pistas.

    En primer lugar, puede haber un rol importante a cumplir por parte de los ncleos expertos.

    Si los ncleos expertos que seguramente seguirn siendo convocados para la implantacin

    de procesos de reforma administrativa dejaran de exigir facultades discrecionales amplias

    tanto legales como reglamentarias para la implementacin de las mismas, se estara

    contribuyendo en buena medida a provocar un cambio en el juego de las transacciones con

    los cuadros puramente polticos. Si bien tradicionalmente su paradigma, valores y

    comportamiento contribuyeron a reforzar el patrn delegativo, no es menos cierto que el

  • pobre desempeo de los esfuerzos de reforma podra constituir un incentivo a modificar

    unas conductas que se revelaron como fuertemente contradictorias con el objetivo buscado.

    En segundo lugar, pareciera necesario que la conciencia sobre estos problemas alcance a las

    organizaciones de la sociedad civil. Si bien estas han cumplido un rol importante en la

    demanda de transparencia y accountability, no es menos cierto que han sido tradicionalmente poco concientes sobre la importancia de la institucionalidad

    administrativa y de gestin para generar las condiciones sustentables para el logro de sus

    demandas. Una caracterizacin del problema fuertemente sesgada hacia la problemtica del

    Poder Judicial, de la corrupcin o del sistema electoral y de representacin, ha impedido

    que cumplan un rol en la demanda por un nuevo patrn institucional para la administracin

    pblica.

    En tercer lugar, parece necesario unas alianzas con aquellos sectores de la banca

    multilateral que vienen insistiendo en la necesidad de un enfoque institucional en la

    orientacin de las reformas administrativas y de gestin. Si estos sectores contaran con

    mayor influencia en la banca multilateral, los efectos seran ampliamente beneficiosos. Por

    ejemplo, si las condicionalidades de los crditos estuvieran ms atadas a avanzar en

    cambios institucionales que en las tradicionales condicionalidades de ajuste o implantacin

    de sistemas y procesos.

    En cuarto lugar, es necesario aprovechar las tendencias a la integracin del Cono Sur. As

    como la Unin Europea ha significado un incentivo para los nuevos integrantes para

    modificar sus instituciones de administracin y gestin pblica, la integracin

    sudamericana podra ayudar a desarrollar un ambiente externo que incentive tales cambios.

    Los procesos de republicanizacin de la administracin pblica en Chile y Brasil son un buen parmetro.

    En quinto lugar, necesitamos reflexionar, explicar e investigar ms estos procesos. Sin ello,

    careceremos de los conocimientos empricos, tericos y tcnicos necesarios para actuar.

    Finalmente, es necesario una mayor difusin de estas ideas, un debate menos tcnico y

    menos ideolgico y un dilogo poltico en bsqueda de diagnsticos comunes y de

    consensos institucionales.

    Quizs luego de equivocarnos muchas veces en la salida del laberinto encontremos la

    salida. El desafo no es menor. Pero, las recompensas seguro son inmensas. Slo pensemos

    que de la naturaleza de nuestras instituciones estatales dependen en gran medida la libertad,

    el crecimiento y el desarrollo, y, con ello, la salida de la pobreza para la mitad de nuestros

    pueblos.

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