Luz Teresa Gómez de Mantilla - Universidad Nacional de...
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L A C R Í T I C A DE M A X W E B E R AL H I S T O R I C I S M O :
S U P E R A C I Ó N M E T O D O L Ó G I C A D E LA C O N C E P C I Ó N
R I C K E R T I A N A DE LA C O M P R E N S I Ó N 1
Luz Teresa Gómez de Mantilla
L A TF.NSIONALIDAD RACIONALIDAD-IRRACIONALIDAD
El pensamiento weberiano privilegia en sus reflexiones la articulación de la realidad con la interpretación comprensiva que el sujeto investigador hace de ella. Su objetivo central es vincular el continuo heterogéneo con la multiplicidad de sus incomprensiones y con la racionalidad que se expresa en la ética, la cultura y la ciencia. Podemos señalar, entonces, que la diversidad de tópicos analizados por Weber en su erudita obra se vinculan en esta tensionalidad, dejando ver claramente la influencia kantiana en su pensamiento.
Weber maneja sabiamente la relación entre el todo y las partes. La totalidad que busca es precisamente ésta, la que el hombre permite y la que a su vez lo constituye como sujeto social porque, como lo veremos al tratar sobre su concepción ética, el ser hombre consiste en elevarse por encima del continuo heterogéneo, manifestándose como personalidad.
La reflexión racional no es una repetición de la realidad. Su construcción teórica es un intento de comprender lo irracional en lo racional y lo incomprensible en lo comprendido. El pensamiento del hombre se mueve precisamente entre estos dos polos, cobijando todos los aspectos de la vida cotidiana, de la ciencia, de la técnica y de
i. La base para la reflexión aquí propuesta es la ponencia "Max Weber sociólogo de contratensionalidades", presentada al vn Congreso Nacional de Sociología. Para esta edición se ha revisado el texto en su totalidad. Agradezco en especial el trabajo del sociólogo Carlos Leopoldo Piedrahita, quien realizó un cuidadoso examen de revisión sintáctica y de precisión textual de las notas y citas.
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los valores. Su concepción de una realidad en movimiento, con múltiples intrincaciones también cambiantes, es la que impide formular leyes generales para las ciencias sociales. Es por esto que Max Weber relativiza los diversos puntos de vista, no en el sentido de quitarles valor sino, por el contrario, advirtiendo el papel determinante de lo individual.
Es la individualidad, en última instancia, la que puede definir—tanto en el investigador como en el investigado— las motivaciones y los valores objeto de la comprensión. Esta lectura es la que sustenta su mirada sobre lo irracional. Lo que es irracional para Weber sólo puede entenderse desde un punto de vista racional, es decir, desde una mirada particular de la comprensión.
No existen "racionalidad" e "irracionalidad" en abstracto, sino sólo desde posiciones valorativas. Por eso, en su ensayo sobre Roscher y Knies Weber expresa: "... en cualquier caso no es posible hablar sin restricciones de un plus 'objetivo' de irracionalidad inherente a la 'acción' humana independientemente de nuestros puntos de vista valo-rativos"2.
Contrariamente a lo afirmado por críticos e intérpretes reduccionistas, la concepción weberiana de racionalidad no es estática. Weber define contundentemente en una nota de La ética protestante y el espíritu del capitalismo su posición no mecánica y formal sobre lo racional:
Lo "irracional" no es algo sustantivo, sino en relación a un determina
do punto de vista "racional". Para el irreligioso, toda conducta religio
sa es irracional, como lo es toda conducta ascética para el hedonista,
aun cuando, con el criterio de un valor supremo, sea una "raciona
lización". Si este trabajo nuestro sirve para algo, lo será por lo menos
para descubrir el múltiple sentido del concepto aparentemente unívoco
de lo "racional"'.
2. Weber, "Roscher y Knies...", p. 77. Los datos bibliográficos completos de los libros citados en este artículo se presentan en la bibliografía final (N. del £.).
3. Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, p. 48.
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LA CRÍTICA DE MAX WEBER AL HISTORICISMO
En la introducción "tardía" (1920) de este texto, Weber nos plantea por qué es necesario mantener siempre presente la tensionalidad racionalidad-irracionalidad. Lo racional es siempre relativo e histórico. Dice Weber:
Es evidente que, en todos estos casos, se trata de un "racionalismo"
específico y peculiar de la civilización occidental. Ahora bien, bajo es
tas dos palabras pueden entenderse cosas harto diversas, como habrá
ocasión de poner de relieve en las páginas siguientes. Hay, por ejem
plo, "racionalizaciones" de la contemplación mística (es decir, de una
actividad que, vista desde otras esferas vitales, constituye algo espe
cíficamente "irracional"), como las hay de la economía, de la técnica,
del trabajo científico, de la educación, de la guerra, de la justicia y de la
administración. Además, cada una de estas esferas puede ser "raciona
lizada" desde distintos puntos de vista, y lo que desde uno se conside
ra "racional" parece "irracional" desde otro4.
De esta manera, la reflexión sobre "lo irracional" está articulada al elemento individual de la acción. Aun las acciones de masas sólo pueden comprenderse como acciones de individuos históricos, inmersos en un continuo-heterogéneo, imposible de conocerse en su totalidad y que es aprehendido sólo a partir de selecciones particulares.
Podemos señalar, entonces, que la tensionalidad racional-irracional debe estar articulada a la tensionalidad individualidad-generalidad. Al respecto señala Weber en el ensayo sobre los problemas lógicos de la Escuela Histórica de Economía:
Naturalmente, en cuanto que se trata del problema de la irracionali
dad, no se realiza ninguna distinción de principio entre las acciones
de un individuo y las de muchos individuos: ojalá que el viejo y ridícu
lo prejuicio de los naturalistas diletantes, según el cual los "fenóme
nos de masa", cuando son considerados como causas o como efectos
4. Ibid., p. 17.
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históricos en un contexto dado, serían "objetivamente" menos "indivi
duales" que las acciones de los "héroes", no permanezca ya por mucho
tiempo en la cabeza de los "sociólogos"5.
Otro énfasis a señalar en este aspecto es que la reflexión weberiana de lo individual quiere diferenciarse de la psicología. Su búsqueda va i) hacia la acción orientada en lo subjetivo de una manera racional; 2) hacia los medios que el individuo considera subjetivamente como unívocamente adecuados; 3) hacia los fines unívocos y claros; pero también, 4) hacia los elementos irracionales, incómodos, incomprensibles, donde la relación medio-fines no es manifiesta y unívoca.
A continuación reflexionaremos sobre tres tensionalidades, que se inscriben en el contexto de la tensionalidad racionalidad-irracionalidad tratada en este punto, pero que a su vez presentan su especificidad particular: la contratensionalidad causalidad-comprensión, la tensionalidad generalidad-individualidad y la tensionalidad ser-deber ser. Aunque en las líneas anteriores se encuentra la esencia de lo expresado en este punto, me ha parecido oportuno, a manera de concreción y síntesis, mostrar este aspecto sistemático y analítico de la obra weberiana, que sin perder la coherencia del planteamiento total, permite ver movimientos particulares.
Max Weber es un teórico de tensionalidades que, inmerso en la compleja gama conceptual del siglo xix, percibió el carácter transitorio de la realidad en que vivía y supo colocarse como mediador, como puente creativo entre el pasado y el futuro, proyectándose hasta nuestros días, cuando sus planteamientos metodológicos tienen vigencia incuestionable.
El planteamiento weberiano sobre el movimiento de lo racional articulado al movimiento de lo irracional traslada cada uno de estos aspectos a un traspaso con su contrario, que los convierte el uno en el otro. Lo irracional se hace racional, en tanto se hace comprensible. Lo racional es sólo una forma de manifestación de un continuo heterogéneo comprendido. Esta complementariedad discurre en una viva y
5. Weber, "Roscher y Knies", p. 59.
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LA CRÍTICA DE MAX WEBER AL HISTORICISMO
entrelazada gama de tensionalidades. Incluso podría hablarse de una condición de contra-tensionalidad en que cada uno de los momentos interfiere en el otro; pero no nos atrevemos a decir que dialécticamente, conociendo la inspiración kantiana en la metodología de Weber, pero sí insistimos en esas oposiciones que evidencian circulación y movimiento.
LA TENSIONALIDAD CAUSALIDAD-COMPRENSIÓN
En este punto se hace necesario controvertir la posición que identifica la comprensión weberiana con la comprensión neokantiana que dice enfáticamente con Dilthey, por ejemplo, que: "Lo que distingue a las ciencias del espíritu de las ciencias de la naturaleza en el terreno metodológico es la antítesis entre explicación y comprensión, entre la causalidad y el 'comprender'" .
Esta posición del historicismo es frecuentemente trasladada a Weber en las interpretaciones superficiales que se hacen de su teoría, alegando su orientación hacia la creación de la sociología comprensiva. Como lo hemos planteado, nada estaba más lejos de la intención y de la reflexión teórica de Max Weber: la relación comprensiva resulta válida si al mismo tiempo es causal. A este respecto, José María García Blanco señala que para Weber, "la utilización de categorías como experiencia inmediata, intuición, penetración simpática, etc., no posibilita la caracterización objetiva del conocimiento histórico, sino que, por el contrario, conduce a la imposibilidad de explicar (causalmente) la acción humana"7.
Hay un elemento de rigurosidad que debe estar presente en la interpretación sociológica. En su temprano planteamiento titulado "Roscher y Knies y los problemas lógicos de la Escuela Histórica de Economía", de 1903, Weber rompe con la concepción historicista según la cual el proceso histórico podría ser reproducido a partir de las
6. Pietro Rossi, "Introducción", en: Ensayos sobre metodología sociológica, p. 14. 7. José María García Blanco, "Estudio preliminar", en: El problema de la irracio
nalidad en las ciencias sociales, Tecnos, Madrid, 1985, p. xvm.
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fuentes inmediatas; critica la concepción sobre los estadios de la cultura y se distancia de las teorías psicologistas de Dilthey, que habían erigido a la vivencia como el pedestal sobre el que debía construirse la reflexión de las ciencias del espíritu. La crítica a la escuela historicista es contundente en este aspecto. Dice Weber:
... la pretensión de compartir un juicio ético o estético sobre un objeto
no tendría ningún sentido si —a pesar de la acción recíproca de los
componentes "emocionales" incomunicables— la "exigencia" conte
nida en el juicio no fuese "comprendida" de forma idéntica en sus
principales puntos. La relación de lo individual con los "valores" posi
bles significa siempre el alejarse en cierta medida —aunque relativa
mente— de los "sentimientos" puramente "intuitivos" .
En este texto Weber adelanta su definición de comprensión, que no se puede equiparar a intuición o sentimiento. La comprensión tiene que ver con causalidad. Dice Weber: "... es, a la inversa, la 'valoración' personal quien sirve de instrumento de la 'comprensión', lo que aquí significa: de la interpretación causal de una acción ajena"9.
Es por esto que se hace necesario diferenciar dos tipos de comprensión, la actual y la práctica:
... en mi opinión, sería en cualquier caso erróneo —como ya hemos
visto— pensar que el proceso del "comprender" se realice sólo en el
"conocimiento objetivo". Lo decisivo es que este tipo de "compren
sión"—de una orden, de un problema, de una afirmación, de una ape
lación a la compasión, al patriotismo, o cosas por el estilo— se refiere
a un proceso que transcurre dentro de la esfera de la "actualidad que
toma posición" {Stellungnehmende Aktualitat), si queremos decirlo con
las palabras de Münsterberg, que aquí son muy adecuadas. La "inter-
8. Weber, "Roschner y Knies y los problemas lógicos de la Escuela Histórica de Economía", en El problema de la irracionalidad en las ciencias sociales", Editorial Tecnos, Madrid, 1985, p. 148.
9. Ibid., p. 150.
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LA CRÍTICA DE MAX WEBER AL HISTORICISMO
pretación", en el sentido que nosotros la entendemos, no tiene nada
que ver con la comprensión "actual". Ella se efectúa sólo en el caso, por
ejemplo, de que no se "comprenda" inmediatamente el "significado"
de una expresión —no importa cuál sea el contenido— y no sea posi
ble "comunicarse" con su autor, siendo absolutamente necesario lle
gar a su comprensión práctica10.
Ésta, como vemos, es una diferenciación importantísima que
Weber va a retomar en sus escritos posteriores y que culmina con la
reflexión que hace en 1913 en Economía y sociedad, donde recoge diez
años de reflexión y plasma su definición madura de comprensión,
explicitando las dos formas de la misma y señalando cómo el investi
gador debe trascender su forma explicativa, pero manteniendo el ele
mento explicativo. Dice Weber:
Puede entenderse por comprensión: 1, la comprensión actual del sen
tido mentado en una acción (inclusive: de una manifestación). Com
prendemos, por ejemplo, de un modo actual el sentido de la proposi
ción 2 x 2 = 4, que oímos o leemos (comprensión racional, actual de
pensamientos), o un estallido de cólera manifestado en gestos faciales,
interjecciones y movimientos irracionales (comprensión irracional,
actual, de afectos), o la conducta de un leñador o de alguien que pone
su mano en el pomo de la puerta para cerrarla o que dispara sobre un
animal (comprensión racional, actual, de acciones) —pero también:
2, la comprensión explicativa. Comprendemos por sus motivos qué
sentido puso en ello quien formuló o escribió la proposición 2x2 = 4,
para qué lo hizo precisamente en ese momento y en esa conexión, cuando
lo vemos ocupado en una operación mercantil, en una demostración
científica, en un cálculo técnico o en otra acción a cuya conexión total
pertenece aquella proposición por el sentido que vemos vinculado a
ella; es decir, esa proposición logra una "conexión de sentido" com
prensible para nosotros (comprensión racional por motivos)".
10. Ihid.,v., 112, IL. Weber, Economía y sociedad, p. 8.
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Weber aclara, entonces, con ejemplos, de qué manera debe desarrollarse la comprensión y cómo debe trascender a los sentidos:
Comprendemos al leñador o al que apunta con un arma, no sólo de
un modo actual, sino por sus motivos, cuando sabemos que el prime
ro ejecuta esa acción por ganarse un salario o para cubrir sus necesi
dades o por diversión (racional) o porque "reaccionó" de tal modo a
una excitación ("irracional")... Comprendemos, por último, un acto
de cólera por sus motivos cuando sabemos que detrás de él hay celos,
vanidad enfermiza u honor lesionado (afectivamente condicionado:
comprensión irracional por motivos). Todas éstas representan conexio
nes de sentido comprensibles, la comprensión de las cuales tenemos
por una explicación del desarrollo real de la acción12.
Por esto, para Weber, comprensión equivale a la captación del sentido interpretativamente, ya sea del sentido expreso de una acción, o de la construcción de un tipo ideal de un fenómeno que aparece constantemente en la sociedad.
Pero la elaboración de tipos ideales de conducta, construidos con base en la comprensión, no tiene solamente como objetivo la aclaración y la guía o la referencia teórica. Su objetivo es la transformación de la realidad, el servicio a la vida.
Si la sociología tuviera un objeto exclusivamente teórico y se colocara por encima de la conciencia subjetiva de los individuos, no podría llegar verdaderamente a discernir el sentido individual, ni tampoco a establecer relación alguna entre los procesos sociales generales y el actor individualmente responsable.
La tarea de la sociología no es sólo informar al individuo de las condiciones de su actuar, de su aquí y de su ahora, sino de ayudarlo en la búsqueda de las causas últimas de su acción. Wolfgang Mommsen señala al respecto:
12. Ibid., p . 9.
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LA CRÍTICA DE MAX WEBER AL HISTORICISMO
Weber exige pues, que se distinga siempre entre las diversas formas
del comportamiento y en verdad desde el punto de vista de saber has
ta qué grado —medido de acuerdo con las respectivas motivaciones y
objetos propios— este comportamiento puede ser racional. El méto
do de la "comprensión" está de esta manera, totalmente desprovisto
del carácter intuicionista que originariamente tenía. Sirve más bien
para describir de la manera más subjetiva posible, el comportamiento
social de individuos o de grupos con miras a sus propias motivaciones
subjetivas y situaciones de conciencia y, con ello, captar el significado
de contextos causales13.
Con su formulación de comprensión, Weber supera la concepción de Simmel, de Gottl y de Jaspers entendida como comprensión actual, como "comprensión de una expresión". Trasciende estas reflexiones gracias a la búsqueda racional de conexiones últimas, dejando atrás los procedimientos inexactos e intuitivos del historicismo y la inmediatez del positivismo. Esas conexiones últimas buscan, sin duda, explicación.
La solución al problema la presenta Weber al plantearse en la perspectiva de la relación saber-acontecer y no solamente en el acontecer —en el objeto de estudio—, como lo hacían unos y otros. Según Weber, ni los naturalistas, ni los filósofos de la vida dan solución, porque creen que la objetividad es una propiedad del objeto y no una cualidad del conocimiento. La matematización de las ciencias naturales no es el fundamento de su cientificidad sino de su precisión. Es el rigor conceptual y no la precisión matemática el que ha colocado a las ciencias naturales en el plano de la ciencia. Así, las ciencias de la cultura no gozan de ningún privilegio ni de ninguna limitación en la necesidad de presentar sus análisis de manera comunicable, controlable y sometida a prueba; está es la crítica al intuicionismo.
Por otro lado, hay una reflexión que no puede desvincularse del análisis de la tensionalidad causalidad-comprensión; es una tensio-
13. Wolfgang Mommsen, Max Weber: sociedad, política e historia, Editorial Alfa, Buenos Aires, 1981, p. 257.
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nalidad articulada con ella, pero que presenta un cariz particular: la tensionalidad comprensión-incomprensión. Y esto porque: "En el análisis del comportamiento humano, nuestra exigencia de explicación causal puede satisfacerse de modos cualitativamente diversos, es decir, de modos que dan una entonación cualitativamente diferente al concepto de irracionalidad"14.
En esta relación encontramos la influencia de Karl Jaspers, quien plantea: "La comprensión lleva a la explicación causal no como tal, sino a través del impulso a lo incomprensible"13.
Decíamos que la filosofía de la vida había dado a los procesos humanos un carácter irracional y contingente, justificando así el tratamiento individual y dejando de lado los elementos comprensibles. Weber supera esta herencia incorporando lo incomprensible a lo comprensible, planteándose metodológicamente un trabajo de excavación a partir de lo evidente, hasta esclarecer los intereses y los valores incomprensibles. La vida del hombre está llena de ambas manifestaciones, unas aparecen expresas, otras están latentes y el investigador debe sacarlas a la luz. Es un proceso de comprensión-genética en la que lo comprensible surge de lo incomprensible y se convierte en problema. Metodológicamente nos encontramos aquí con el camino de la negación, del tratamiento de las variables en su apariencia y en su trasfondo; con lo que podríamos llamar con Jaspers, la búsqueda de una causalidad desde dentro. Se trata de tener en cuenta, en la búsqueda de valores, que lo que no aparece a la evidencia también es importante.
El intento de la sociología como ciencia de lo individual debe estar, para Weber, en el paso de lo incomprensible a lo comprensible. Todas las limitaciones de lo comprensible en lo incomprensible deben ser un estímulo para poder apropiarse esta tensionalidad en todo su contenido.
Jaspers había dicho antes que la tarea de la psicología era "llevar lo inadvertido a la conciencia". De la misma manera, el papel de la
14. Weber, "Roscher y Knies...", p. 80. 15. Karl Jaspers, Psicopatólogía general, p. 350.
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sociología es esclarecer progresivamente lo incomprensible; hacer que lo inadvertido se vuelva consciente, porque esparte de la acción social y de la relación social. Todo lo comprensivo debe tener el matiz de valoración positiva y negativa.
Al asumir lo incomprensible como irracional, Weber nos remite, entonces, a la tensionalidad racionalidad-irracionalidad. Podemos señalar, para concluir este punto, que la tensionalidad causalidad-comprensión que hemos planteado, se mueve a su vez en uno de los polos de la tensionalidad racionalidad-irracionalidad, esto es, en el plano de lo racional.
Para Max Weber el investigador de la realidad social se debate entre la articulación de las relaciones causales y la comprensión del sentido de la acción individual. Podríamos decir que ésta es la tensionalidad que está en el fundamento de la reflexión teórica. A su vez, en el aspecto de la comprensión se mueve otra tensionalidad: la tensionalidad comprensión-incomprensión, forma especial de presentación, desde la reflexión teórica, de la tensionalidad racionalidad-irracionalidad, que busca convertir en unidad racional la captación de los motivos y la irracionalidad del continuo heterogéneo, con sus aspectos incomprensibles, haciendo así evidente la identidad entre cognoscente y conocido. Aquí se corrobora esta intrincada red de tensionalidades que muestran a Max Weber como un teórico unitario y analítico que maneja un particular método que, a la vez que unifica, desglosa.
LA TENSIONALIDAD INDIVIDUALIDAD-GENERALIDAD
Podemos afirmar que el método weberiano tiene una técnica mayéutica, en el sentido en que pretende sacar de la oscuridad de las vivencias particulares la claridad de los conceptos. El comprender debe llevar a la claridad de la conciencia, la oscuridad de la vivencia. Y este proceso sólo es posible si se comprende la acción individual en relación con otras acciones individuales. En ningún caso, dice Weber,
... puede la realidad de la vida deducirse de "leyes" y "factores" ... con
relación al conocimiento de la realidad, nos interesa la constelación en
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que se agrupan esos "factores" (hipotéticos) en un fenómeno cultural
históricamente significativo para nosotros; ... si queremos "explicar
causalmente" esta configuración individual, debemos recurrir a otras
configuraciones, igualmente individuales, sobre la base de las cuales
explicaremos aquella mediante el empleo, desde luego, de esos con
ceptos (¡hipotéticos!) de "leyes"11.
Si sólo se puede comprender lo que tiene un sentido para un hombre específico, el sociólogo debe llegar al establecimiento de las historias individuales con sus nexos y regularidades con otras historias individuales.
Además, la historia como tal es la historia de las individualidades que han proyectado su acción hacia el reconocimiento y hacia los sentidos de los hombres de su época. Las relaciones generales sólo se entienden como relaciones de individualidades. Al respecto apunta Max Weber:
No importa cuanto podamos retroceder hacia la gris nebulosa del pa
sado remoto: la realidad a la cual se aplican las leyes sigue siendo indi
vidual, no deducible a partir de leyes ... El interés de las ciencias socia
les parte, sin duda alguna, de la configuración real y, por lo tanto, indi
vidual de la vida social17.
La acción social individual que aparece en el trasfondo de la comprensión weberiana, como el objeto de la sociología es, en su pensamiento, el elemento avalador de lo individual; sin embargo, lo individual no puede entenderse como lo individualista, pues Weber apunta a la individualidad histórica. Su objeto no es lo singular a secas, sino lo individual dotado de sentido:
Porque y en cuanto que puede "significar" algo para nosotros, una
"realidad" psíquica o física, o que incluya ambos aspectos, es plásma
lo. Max Weber, "La objetividad cognoscitiva de la ciencia social y de la política social", en Ensayos sobre metodología, pp. 64-65.
17. Ibid., p. 63.
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LA CRÍTICA DE MAX WEBER AL HISTORICISMO
da como "individualidad histórica" —puesto que es determinable a
través de una referencia a la "valoración" y al "significado", el compor
tamiento humano interpretable y "provisto de sentido" ("acción") es
comprendido específicamente por nuestro interés causal en la expli
cación "histórica" de una tal "individualidad"—; en fin: en tanto que
esté orientada por "valoraciones" provistas de sentido y sea con-
frontable con ellas, la conducta humana puede ser "comprendida" de
forma específicamente "evidente"' .
Sin embargo, Weber aclara cómo el objeto de la historia y de la
sociología no puede caer en la mera interpretación psicológica. En su
texto sobre Roscher y Knies señala:
La explicación completa de los componentes históricamente relevan
tes del "desarrollo interior" de una "personalidad histórica" (por ejem
plo Goethe o Bismarck), o incluso sólo de su acción concreta en un
contexto concreto históricamente relevante, puede ser lograda en rea
lidad sólo a través de la confrontación de las posibles "valoraciones" de
su comportamiento, de modo que superar este estadio psicológico
transitorio, en la génesis de su conocimiento, tiene que ser una pre
tensión del historiador19.
Es por esto que el carácter empírico de la ciencia social tiene apo
yo definitivo en la búsqueda de las individualidades históricas. Su ri
queza de contenido se deriva precisamente de allí, haciendo con este
principio y esta metodología una contundente crítica al historicismo.
Por otro lado, la selección de las acciones sociales que interesan a
la sociología va a lo subjetivo tomado en el sentido de lo que tiene
importancia cultural. Cada acción es única e irrepetible, pero de esta
multiplicidad no se puede derivar una imposibilidad de conocimien
to científico. Es necesario que la sociología se adentre en el análisis
18. Weber, "Roscher y Knies", p. 151. 19. Ibid., p. 149.
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causal que sea objetivo, válido y confiable; la validez no es sólo para un investigador sino para todos los investigadores.
El enfrentamiento permanente de Weber con las concepciones generalizantes, lo lleva a impugnar la pasividad a que puede llegar una concepción universalizadora de las leyes y de la ciencia, pero no puede caerse en otra pasividad fundada en la imposibilidad de generalización.
De esta manera se explícita para la sociología comprensiva la tensionalidad individualidad-generalidad.
i. Importa la acción social individual pero no individualista, pues el método weberiano va a la individualidad histórica y cultural:
En todo caso deben eliminarse tanto el enorme equívoco implicado al
pensar que un método individualista significa una valoración indivi
dualista (en cualquier sentido) como la opinión de que una construc
ción conceptual de carácter inevitablemente (en términos relativos)
racionalista significa una creencia en el predominio de los motivos ra
cionales o simplemente una valoración positiva del "racionalismo" .
2. Lo individual importa en cuanto está en relación con otras individualidades. No es la comprensión en el sentido psicológico, sino la comprensión en el sentido de lo social, por eso la base de su reflexión conecta al individuo con la sociedad: acción social. La acción social no tiene sentido sin la relación social. La acción que estudia Weber no es acción a secas, es acción social, como momento de la relación social. Señala Weber en Economía y sociedad:
Por "relación" social debe entenderse una conducta plural —de va
rios— que, por el sentido que encierra, se presenta como recíproca
mente referida, orientándose por esa reciprocidad. La relación social
consiste, pues, plena y exclusivamente, en la probabilidad de que se
actuará socialmente en una forma (con sentido) indicable".
20. Weber, Economía y sociedad, p. 15. 21. Ibid., v. 21.
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LA CRÍTICA DE MAX WEBER AL HISTORICISMO
3. La sociología, como ciencia, busca conexiones causales, tanto en el interior de la propia disciplina como en relación con las otras áreas del conocimiento. Al respecto Weber señala:
... la doctrina científica de la economía tiene otras tareas, además de la
de proporcionar fórmulas puramente típico-ideales, por un lado, y,
por el otro, la de comprobar tales conexiones particulares económico-
causales (...) Tiene que investigar la totalidad de los fenómenos socia
les en cuanto al modo de su co-condicionamiento a través de causas
económicas: he ahí la tarea de la interpretación económica de la his
toria y la sociedad. Por otra parte, tiene que proporcionar el condiciona
miento de los procesos económicos y formas de economía a través de
los fenómenos sociales de acuerdo con sus distintos tipos y estadios
de desarrollo: es la tarea de la historia y de la sociología de la econo-
mía .
4. Existen en todas las sociedades elementos culturales unificado-res, en cuanto a los valores y al sentido de la acción, específicos de un estadio histórico particular, que posibilitan un nivel de generalización, en cuanto su objetivo apunta a las uniformidades de la conducta humana con sus conexiones causales concretas. Aquí Weber va apuntando relaciones significativas para ir definiendo una postura sobre las leyes sociales.
"Lo general", en Weber, se consolida en la construcción específica del tipo ideal. A esa elaboración conceptual deben remitirse los hechos concretos para ser comparados; éstos tienen un referente que articula genéticamente lo significativo.
Con el tipo ideal tiene Weber el instrumento de relación entre lo general y lo individual. Para él es imposible la aprehensión de la totalidad, pero en la medida en que se capte el sentido y se apropien los valores de los individuos, se pueden construir cuadros unitarios del
22. Weber, "El sentido de la neutralidad valorativa", en Ensayos sobre metodología sociológica, p. 266.
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acontecer a los que se puede remitir la realidad. La generalidad de Weber es una generalidad individualizada.
LA TENSIONALIDAD SER-DEBER SER CONCEPTUAL
Para Weber, el tipo ideal no es una descripción de la realidad; se distingue de ella por su carácter lógico, pero la construcción de tipos ideales no tiene sentido en sí misma, sino en la medida en que se relaciona con un problema concreto. Se trata de mirar la diferencia y establecer los vínculos del ser y del deber ser conceptual al que apunta el tipo ideal. En los Ensayos sobre metodología..., refiriéndose a la diferencia entre realidad y tipo ideal, señala Weber:
Todas las exposiciones sobre una "esencia" del cristianismo, por ejem
plo, son tipos ideales cuya validez siempre y necesariamente sigue sien
do muy relativa y problemática cuando pretenden ser considerados
como exposición histórica de lo que existe empíricamente; en cam
bio, revisten un elevado valor heurístico para la investigación y un
considerable valor sistemático para la exposición cuando se los aplica
exclusivamente como un medio conceptual para la comparación y
medición de la realidad respecto a ellos. En esta función, precisamen
te, son imprescindibles ".
El investigador debe tener presente que en su construcción son sus propios valores y concepciones los que elaboran ese deber ser conceptual, que puede diferenciarse de los valores de los actores estudiados. Al respecto dice Weber:
Pretenden ser, o lo son inconscientemente, tipos ideales, no sólo en
sentido lógico, sino también práctico: modelos que contienen —en
nuestro ejemplo— lo que el cristianismo, en opinión del expositor,
23. Weber, "La objetividad cognoscitiva", en Ensayos sobre metodología..., p. 87.
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LA CRÍTICA DE MAX WEBER AL HISTORICISMO
debe ser, aquello que en él, y para él es "esencial" porque está provisto
de valor permanente1^'.
Sin embargo, el tipo ideal no se crea solamente en el nivel de un movimiento de categorías, en ellas mismas, en el pensamiento, sino que parte de un problema de la realidad y debe servir para su comparación y medición.
Weber es reiterativo:
La relación causal entre la idea históricamente verificable que gobier
na a los hombres y aquellos elementos de la realidad histórica a partir
de los cuales es posible abstraer el tipo ideal correspondiente puede,
como es natural, configurarse de maneras muy diversas. Sólo cabe es
tablecer, en principio, que ambas cosas son fundamentalmente dis
tintas. ... Aquellas "ideas" mismas que gobiernan a los hombres de una
época, esto es, que operan en ellos de manera difusa, sólo pueden ser
aprehendidas a su vez con precisión conceptual —en cuanto se trate
de formaciones conceptuales algo complicadas— bajo la forma de un
tipo ideal, porque ellas alientan en las cabezas de una multitud inde
terminada y cambiante de individuos y experimentan en ellos las más
variadas gradaciones de forma y contenido, claridad y sentido25.
De allí el carácter ordenador y selectivo del tipo ideal como elemento de método fundamental en Max Weber.
Por otro lado, en la diferenciación del ser y del deber-ser-concep-tual, tiene también un papel la diferencia entre:
i. Lo adecuado por el sentido (comprensión). 2. Lo causalmente adecuado (explicación). 3. La interpretación causal válida. El problema está en que lo adecuado por el sentido y lo causalmente
adecuado, se pretendan como la interpretación causal válida a la que
24. Ibid., p. 87. 25. Ibid., p. 85.
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no puede llegar la ciencia, pues sólo puede contentarse con una hipótesis particularmente evidente.
Insiste también Weber en la captación de lo negativo como forma de apropiación de lo real. El error no surge de la búsqueda de los elementos desviados o que no aparecen explícitamente. El error surge de confundir la realidad con la formulación teórica, o en pretender que en la formulación teórica se encuentre la realidad totalmente expresada.
La comparación típico-ideal no descarta estas dos pretensiones. Por otro lado, un tipo ideal de una determinada situación social puede ser, en un momento histórico determinado, un ideal social, pero éste es sólo un caso específico:
Un tipo ideal de una determinada situación social, que admite ser abstraí
do a partir de ciertos fenómenos sociales característicos de una época,
puede —y con mucha frecuencia es éste el caso— haber estado presen
te para los contemporáneos como ideal por alcanzar prácticamente o
como máxima para la regulación de determinadas relaciones sociales"'.
Decíamos anteriormente que el tipo ideal debe tener un carácter creador, que debe probar esa propiedad heurística. Pero aun en los casos en que el proceso prueba la relación entre la teoría y la realidad, la diferencia entre las dos no puede perderse de vista en ningún momento. En el caso de la construcción de tipos ideales sobre procesos, este peligro es más grande.
Veamos cómo formula Weber, en su "Ensayo sobre la objetividad", la necesidad de esta diferencia: "También los procesos de desarrollo admiten, por cierto, ser construidos como tipos ideales, y estas construcciones pueden revestir altísimo valor heurístico. Pero en la misma medida aparece con ello el peligro de que tipo ideal y realidad sean confundidos entre sí"27.
Para que esto no ocurra hay que ir a un aspecto y en él conocer lo significativo culturalmente. Es fácil dejarse llevar por la tentación de
26. Ibid., v. 84.
27. Ibid., p . 90.
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LA CRÍTICA DE MAX WEBER AL HISTORICISMO
construir generalizaciones y cuadros totales de la realidad, pero esto
es imposible.
Aparece así expresado el elemento de la validez a posteriori de la
investigación sociológica. El proceso será:
Realidad ->• tipo ideal ->• hipótesis - • comprobación de hipótesis
-*• justificación del tipo ideal.
LA RELACIÓN INVESTIGACIÓN-EXPOSICIÓN
La diferencia entre ser y deber-ser conceptual determina la diferen
ciación lógica entre la investigación y la exposición. Argumenta Weber:
El tipo ideal es, en particular en esta función, el intento de aprehen
der, en conceptos genéticos, individuos históricos o sus elementos sin
gulares. Considérese, por ejemplo, los conceptos de "iglesia" y "secta".
Éstos admiten ser resueltos, por la vía puramente clasificatoria, en com
plejos de rasgos, con lo cual no sólo los límites entre ambos sino tam
bién su contenido conceptual ha de permanecer siempre fluctuante.
Pero si quiero captar genéticamente el concepto de "secta", por ejem
plo, con relación a ciertas significaciones culturales importantes que
el "espíritu de secta" ha tenido para la cultura moderna, entonces de
terminados rasgos de ambos se vuelven esenciales porque se encuen
tran en una relación de causación adecuada respecto de aquellos efec
tos. Pero esos conceptos se vuelven al punto ivpico-ideales, es decir
que, en su plena pureza conceptual, no encuentran representante en
la realidad, o lo encuentran sólo parcialmente. Aquí, como en todas
partes, cualquier concepto que no sea.puramente clasificatorio, se aparta
de la realidad. (...) Con seguridad, nuestra fantasía puede prescindir a
menudo de su formulación expresa como medio de la investigación;
no obstante, para la exposición, en la medida en que esta quiera ser
unívoca, su empleo es totalmente imprescindible en numerosísimos
casos en el campo del análisis de la cultura2 .
28. Ibid.,p. 82.
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Luz TERESA GÓMEZ DE MANTILLA
La investigación requiere la captación de los elementos significativos. Pero para aprehender conceptualmente el objeto, para llegar a una formulación genética, se ha debido pasar por el tamiz de la selección que propicia la investigación. Con Weber, la diferencia entre la investigación y la exposición está referida a la diferencia entre lo genérico y lo genético.
La investigación ha de apropiarse el "concreto real" en sus significaciones culturales, la exposición es un proceso posterior de carácter genético-conceptual que se materializa en la formulación de tipos ideales. Lo genético permite aislar lo significativo. En su reflexión sobre la exposición, Weber diferencia lo genético, que cobra carácter teórico gracias a la conexión de sentido, de lo genérico, que se refiere a los elementos comunes y generales de una determinada situación.
Por otro lado, no pueden considerarse los dos procesos como independientes. De una parte, la investigación supone la teoría como punto de partida y de llegada, en la medida en que determinadas exposiciones de otros investigadores que presentan sus propias ordenaciones, o los propios tipos ideales con los que se pretende comparar la realidad, sirven como referencia. De otra parte, la realidad es también punto de partida y de llegada de la teoría; de la búsqueda, en ella, de las conexiones de sentido, surgen los tipos ideales, los cuales se construyen para ser, a su vez, contrastados con dicha realidad.
Al respecto señala Weber:
En cuanto al "cómo", al método de investigación, el "punto de vista"
orientador es determinante —como hemos de ver— para la construc
ción del esquema conceptual que se empleará en la investigación. En
el modo de su uso, sin embargo, el investigador está evidentemente
ligado, en este caso como en todos, por las normas de nuestro pensa
miento. Pues la verdad científica es lo que pretende valer para todos
aquellos que quieren la verdad29.
29. Ibid., p . 73.
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LA CRÍTICA DE MAX WEBER AL HISTORICISMO
Por otra parte, insiste Weber:
... las construcciones teóricas están exclusivamente al servicio del co
nocimiento de las realidades, que ellas mismas no pueden proporcio
nar; y las realidades, a consecuencia de su acción recíproca con otras
circunstancias y series de motivos, no contenidos en aquellas, aun en
el caso extremo sólo muestran aproximaciones al proceso construido.
Pero ello nada prueba, de acuerdo con todo lo dicho, en contra de la
utilidad y necesidad de la teoría pura30.
La teoría permite guiarse en la búsqueda de los elementos ordenadores. Sólo ella permite diferenciar lo principal de lo secundario. Gracias a la construcción teórica del tipo ideal se pueden formular hipótesis sobre la realidad. Sin embargo, no olvidemos que las construcciones teóricas son, en el mejor de los casos, sólo aproximaciones a la realidad.
Podemos decir, entonces, que Weber diferencia cada uno de los polos: la teoría es teoría, la realidad es realidad. Sin embargo, la relación de los dos aspectos es indisoluble puesto que la teoría no es especulación, tiene su fundamento en la realidad que pretende explicar; como decíamos, su misión es convertir en racional los elementos incomprensibles del continuo heterogéneo. Y, a su vez, el continuo heterogéneo es comprendido y explicado en la teoría.
De esta forma, la tensionalidad ser-deber ser conceptual está también cobijada, por así decirlo, por la gran tensionalidad racionalidad-irracionalidad.
EL MÉTODO Y SU MOVIMIENTO
Para concluir, reflexionemos brevemente sobre el método webe-riano. En él aparecen dos ideas principales. La primera hace referencia a la vinculación estrecha entre teoría y realidad, la segunda desarrolla una
30. Weber, "El sentido de la neutralidad valorativa", en Ensayos sobre metodología..., p. 266.
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posición hacia la metodología consagrada como paradigma de la ciencia, mostrando la necesidad de un método en movimiento.
Si bien Weber es enfático en señalar el papel de la teoría en el conocimiento, no desconoce las características del objeto investigado como punto determinante para la escogencia de los métodos e instrumentos para conocerlo: "En cualquier tarea profesional, la materia misma impone sus reglas y exige que se respeten sus propias leyes"31.
Podríamos decir que es el objeto el que impone el método de acuerdo con su específico momento histórico. No existe un único método para la sociología y cada proceso, por su movimiento, requiere adecuaciones y nuevas formas de abordarlo, acordadas con su desarrollo.
Todo "logro científico" implica nuevas cuestiones y ha de ser superado y ha de envejecer. Todo el que quiera dedicarse a la ciencia tiene que contar con esto:
... el ser superados necesariamente no es sólo el destino de todos no
sotros, sino también la finalidad propia de nuestra tarea común. No
podemos trabajar sin la esperanza de que otros han de llegar más allá
que nosotros, en un progreso que, en principio, no tiene fin32.
Así, se hace evidente no sólo la posición que debe suponerse para la ciencia en general, sino también la condición weberiana de científico honesto. Por lo mismo dice: "La duda más radical, en efecto, es progenitora del conocimiento"33.
Y esto es mucho más cierto para las ciencias sociales que, como lo hemos dicho ya, tienen un carácter hipotético; y que, además, deben descubrir tras la apariencia, la verdad; tras el aparente error, el hecho cierto. Porque lo "correcto" es sólo un caso especial que aparece como evidente y que, a su vez, debe ser cuestionado.
31. Ibid., p. 226. 32. Weber, El político y el científico, p. 197. 33. Weber, "El sentido de la neutralidad valorativa", p. 228.
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LA CRÍTICA DE MAX WEBER AL HISTORICISMO
AJ respecto, dice Weber que el hecho de que el pensamiento "falso" y el "error" sean accesibles, en principio, a la comprensión, lo mismo que el pensamiento "correcto", demuestra que esto último entra en consideración como un tipo convencional, cuya comprensión resulta particularmente fácil.
Aspectos que en un momento no ofrecieron significación, pueden ser relevantes en otro. Y elementos con sentido en todas las épocas tienen un cariz particular en cada una de ellas.
Por otro lado, las discusiones metodológicas o gnoseoló^icas, en abstracto, no tienen sentido. Sólo tienen validez cuando la reflexión de métodos nace en la realidad y en la exigencia de que el método sea modificado:
Solo delimitando y resolviendo problemas concretos se fundaron las cien
cias, y sólo así desarrollan su método; las reflexiones puramente
epistemológicas o metodológicas, por lo contrario, jamás contribuye
ron decisivamente a ello. Tales discusiones suelen revestir importancia
para el cultivo de la ciencia sólo cuando, a consecuencia de desplaza
mientos notables de "los puntos de vista" a partir de los cuales cierta
materia se vuelve objeto de la exposición, surge la idea de que esos "pun
tos de vista" nuevos exigen también una revisión de las formas lógicas
dentro de las cuales se desenvolvía el modo de "cultivo" consagrado, lo
que arroja incertidumbre sobre la "esencia" de la propia labor34.
Éste es un significativo aporte de Weber al desarrollo de la ciencia social, pues el positivismo había consagrado el método como la panacea que curaría a las ciencias de todos sus errores y el historicismo había sucumbido en la polémica metodológica. Con su "no podemos trabajar sin la esperanza de que alguien llegue más allá que nosotros", Weber sella su crítica a las posiciones estáticas y esquemáticas sobre la metodología:
34. Weber, "Estudios críticos sobre la lógica de las ciencias de la cultura", en Ensayos sobre metodología..., p. 104.
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En el momento actual (1913), prevalece en nuestra disciplina algo pa
recido a una pestilencia metodológica. Es casi imposible encontrar un
simple trabajo empírico cuyo autor —en interés de su propia reputa
ción— no crea necesario plantear algunas consideraciones "metodo
lógicas". Esto puede ser comparado a un estado de cosas que nos re
cuerda el "flagelo de las ranas". Para caminar no es preciso conocer la
anatomía de las propias piernas. La anatomía se convierte en algo real
mente importante sólo cuando algo va mal3'.
Este l lamado de Weber es muy significativo aún en el presente
para la sociología, pues en muchas ocasiones la disputa por los ins
t rumentos hace que se pierdan de vista las características propias del
objeto investigado y, para Weber, sólo teniéndolo presente es que se
lograrán esclarecimientos. Una discusión sobre la metodología lleva
da a cabo sólo en la teoría es una parálisis de la misma metodología, la
cual sólo se desarrolla en cada proceso particular.
A este respecto señala García Blanco:
Para Weber la realidad no es conocida de antemano, y los conceptos
no son calificados antes de su concreto uso: una y otros se unen en
una continua y arriesgada empresa del investigador empírico, que no
posee la garantía trascendental de su síntesis apriori para obtener unos
conocimientos siempre nuevos y cambiantes. Este relativismo radical
de Weber en relación a su concepción de la realidad y su referencia a la
reflexividad constructivo-conceptual del sujeto científico, tienen como
consecuencia la necesidad de una guía metodológica que esté fuera de
la conexión fundamental de la teoría trascendental de Rickert y que le
garantice la demostrabilidad y controlabilidad —esto es, la "objetivi
dad"— de sus realizaciones3 .
35. Gutachten zur Verturteilsdiskussion, in Ausschuss des Vereins fur Sozialpo-litik, citado por J. M. García Blanco en El problema de la irracionalidad en las ciencias sociales, p. ix.
36. J. M. García Blanco, "Introducción", en El problema..., p. xxi.
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LA CRÍTICA DE MAX WEBER AL HISTORICISMO
Aquí Weber maneja la tensionalidad entre atenerse a la realidad y su movimiento, para lo cual no puede acogerse a categorías abstractas y trascendentales y, por otro lado, garantizar la objetividad de la reflexión del investigador en la exposición de su descubrimiento de la realidad:
El problema para Weber, pues, es el de cómo puede determinar el in
vestigador empírico su herramienta conceptual, en la medida en que
con ella ha de operar lógicamente y transformar, pensándolo, el mate
rial empírico que le llega a través de la sensibilidad. Para Weber esto
significa que todo ordenamiento conceptual de la realidad empírica
presupone, si es que sus resultados han de ser "objetivos" —es decir
intersubjetivamente comunicables y verificables—, que sus medios ló
gicos y conceptuales están estrictamente establecidos y son demos
trables sin ninguna duda a cualquiera37.
Esto es planteado por Weber en su ensayo sobre la objetividad cognoscitiva de las ciencias sociales de la siguiente forma: "En efecto, es y seguirá siendo cierto que una demostración científica metodológicamente correcta en el ámbito de las ciencias sociales, si pretende haber alcanzado su fin, tiene que ser reconocida también como correcta por un chino"3 .
De esta manera, es necesario garantizar la objetividad y la confiabilidad en los datos, manteniendo siempre presente el movimiento, tanto del objeto como de los instrumentos. Por esto, hasta es posible tener en cuenta métodos utilizados por la ciencia natural, debidamente ubicados:
Weber no comparte la ¡dea rickertiana sobre la existencia de valores
culturales y objetivos universales, sino que los asume como meros cri
terios selectivos que pueden variar según los objetivos de la investiga-
37. Ibid., p. xx. 38. Weber, "La objetividad cognoscitiva", en Ensayos sobre metodología..., p. 47.
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ción. En segundo lugar, la decisiva importancia atribuida por Rickert
a los conceptos individuales para las ciencias de la cultura es atenuada
por Weber hasta llegar a admitir la posibilidad de utilizar, con igual
dignidad, conceptos típicos de las ciencias naturales, como son los
conceptos de género y los tipos-promedio. Por otro lado, la argumen
tación contra los conceptos colectivos del organicismo historicista y
contra los conceptos esencialistas derivados del emanantismo he
geliano, en oposición al discurso de Rickert, se mantiene dentro de los
límites de la afirmación del carácter no filosófico del conocimiento
histórico-sociafybusca, exclusivamente, delimitar los elementos fun
damentales de una perspectiva no metafísica dentro de la que el in
vestigador pueda desarrollar su labor científica39.
Además, la ciencia sólo avanza cuando se abordan nuevos problemas con métodos nuevos, o cuando los mismos problemas son abordados con preguntas diferentes. La corriente del progreso fluye según Weber hasta "la eternidad"; los problemas de la cultura nacen permanentemente y en cada nacimiento presentan nuevos aspectos. Sin embargo, el científico social no puede caer en el escepticismo de considerar que ninguna regla es válida. Weber asume nuevamente el papel entre el dogmatismo y el escepticismo metodológicos.
Si bien cada teoría debe ser consecuente con un método acorde a sus postulados fundamentales, los instrumentos, como elementos que permiten la medición, deben cumplir con características lógicas y metodológicas que los hagan más efectivos en la consecución e interpretación de los datos.
Hay procesos metodológicos que están por encima del sectarismo y cada objeto en particular impone una forma especial de apropiación, un método particular, para que su contenido verdadero sea conocido. Y este método de aproximación es absolutamente exclusivo. Hay que manejar muy cuidadosamente los dos polos de esta tensionalidad.
39. J. M. García Blanco, "Introducción", en El problema de la irracionalidad..., p. XIX.
LA CRÍTICA DE MAX WEBER AL HISTORICISMO
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