Luis y la nutria pardina

7

Click here to load reader

description

una historia sobre, biodiversidad

Transcript of Luis y la nutria pardina

Page 1: Luis y la nutria pardina

1  

LUIS Y LA NUTRIA

PARDINA

Mª ÁNGELES CARRASCO CASTAÑÓN

 

 

Page 2: Luis y la nutria pardina

2  

oda la familia había ido a pasar el fin de semana al pueblo. Luis cogió su bicicleta y salió a dar un solitario paseo enfundado en su viejo y querido anorak que, aunque

ya le quedaba pequeño, era su compañero de juegos cuando visitaba a los abuelos en invierno.

La gente, pensó él, prefiere el campo en primavera, pero yo creo que cuando está más bonito es en el otoño por su colorido, y hasta, diría yo, que es más hermoso, aún, bajo los fríos del invierno, cuando los árboles están desnudos, con sus ramas quebradizas cubiertas de líquenes. Entonces pierden su aspecto imponente y parecen seres frágiles a los que cualquiera podría hacer daño.

Miró el cielo gris. El aire olía ligeramente a humo de algún hogar cercano. No llovía, tampoco hacía viento, pero, posiblemente, al llegar la noche volvería a helar. El frío y el hielo, en el campo, tienen un olor

propio, cortante… quizás es el frío el que nos ayuda a regresar al interior de nosotros mismos y a buscar el calor del hogar.

Estaba oscureciendo. A lo lejos vio el pueblo que ya tenía ese color característico de los amaneceres encargados a la electricidad. Pensó que ya era hora de regresar de su paseo.

Atravesaba el puente sobre el río de aguas cristalinas, a la par que admiraba la vegetación colindante, cuando, de repente, algo corrió por la orilla del río y se sumergió en él a toda prisa. Parece una nutria, pensó, ¿qué otro animal puede ser?... Pero él había oído decir a los mayores que las nutrias habían desaparecido del lugar hacia la mitad del siglo XX…

T

Page 3: Luis y la nutria pardina

3  

-Se lo diré a mi abuelo a ver qué opina… -pensó en voz alta-

Y silbando despreocupadamente se dirigió a casa.

La cena fue larga y amena, ¡había tanto de qué hablar!... ¡tanto que recordar!... ¡tantos proyectos que hacer!... que Luis olvidó contarle a su abuelo lo que había visto al anochecer, cuando regresaba de su paseo.

Ya en su habitación, y mirando por la ventana la total oscuridad de la noche, pensó que al día siguiente hablaría con su abuelo sobre sus sospechas.

Se acostó, se arropó, se acomodó y su cabeza aún seguía dándole vueltas a si había sido, o no, una nutria. Decidió, pues, levantarse y sigilosamente se puso su viejo anorak, cogió su bicicleta y una linterna, y muy despacio, hasta que sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, se dirigió a la zona del río en la que le pareció haber visto al animal.

Una vez allí, con su linterna encendida, comenzó a husmear el terreno como si de Sherlock Holmes se tratara… pero… ¿qué es lo que buscaba?... no sabía… huellas…, huellas de algo que no fuera normal.

De repente vio la cabeza de un pescado al lado de una especie de pequeña guarida. Decidió esperar y ver qué sucedía. Se quitó su anorak y se sentó pacientemente sobre él. Al rato llegó la nutria, porque si, era una nutria. Su pelo era hermoso, de color canela, aclarándose en su parte inferior para llegar a ser

Page 4: Luis y la nutria pardina

4  

casi blanco en la garganta. Lo que le impresionó un poco fue su boca, de la que colgaba un hermoso pez que aún estaba ahogándose de aire.

La nutria, al ver a Luis, se asustó y se le cayó el pez de la boca.

-No temas, le dijo Luis, no te voy a hacer daño. Solo quería asegurarme de que no había tenido una alucinación cuando me pareció verte al anochecer, pues yo tenía entendido que ya no habitabais aquí desde hacía muchos años.

-Espera un momento, voy a darle la comida a mis crías y te contaré la historia de mi familia.

Dicho esto, recogió el pez, le arrancó con sus potentes dientes la cabeza y la cola y desapareció dentro de la guarida. Al momento se oyó un rumor de lejanos y festivos gritos. Luis pensó que en casa de la nutria estaba siendo la hora de la cena.

Al cabo de un rato que a Luis le pareció una eternidad, salió la nutria con dos crías, y dirigiéndose a él le dijo:

-Estas son mis crías. Estarán conmigo hasta el verano, entonces ya cumplirán un año y habrán aprendido lo suficiente como para poder sustentarse y vivir solas. Y como es la primera vez que ven a un humano, déjame que les explique algo; y mirando a sus crías les dijo: mirad, hijos míos, así son los hombres. Huid de ellos porque son nuestros enemigos. Nos matan porque quieren nuestra piel.

Luis sintió una vergüenza infinita y le dijo:

Page 5: Luis y la nutria pardina

5  

-Mira, no todos os queremos matar, yo quiero ser tu amigo. Me llamo Luis, y no vivo aquí, nací en la ciudad, pero vengo a casa de mis abuelos, y, si quieres ser mi amiga, pasaré a verte cada vez que venga al pueblo.

-Yo me llamo Pardina y, como tú, tampoco soy de aquí. Nací en otras riveras lejanas, pero mis antepasados habitaron aquí y yo sentía nostalgia de estas aguas debido a lo que ellos fueron contando a través de generaciones, aunque la historia no tuvo un buen final… Verás: mi familia estaba feliz aquí, pero poco a poco fue habiendo menos agua debido a canalizaciones y embalses, y la

poca que quedaba estaba sucia, y llena de residuos nocivos. Cada vez había menos peces, y los que había estaban enfermos. Los cangrejos desaparecieron, y ellos son también base de nuestro alimento. Las nutrias resistían

como podían hasta que ellas también empezaron a enfermar. Enfermaron tanto que hasta su pelo dejó de ser valioso. En una ocasión un hombre capturó a un familiar mío y enseguida lo arrojó al río porque tenía calvas y manchas en la piel. A los pocos días murió; y este fue el motivo por el que mi familia buscó otro lugar para vivir.

Ahora he vuelto porque el río tiene agua abundante y de buena calidad y han vuelto los cangrejos, aunque no son cangrejos autóctonos. Estos dicen que son americanos, son mucho mayores y lo peor es que son portadores y transmisores de la peste del cangrejo, que poco a poco ha esquilmado a los autóctonos, y es

Page 6: Luis y la nutria pardina

6  

que los hombres, no sé por qué, estáis siempre empeñados en destruir el trabajo de la naturaleza, y no pensáis que, con el tiempo, esas acciones van a volverse en contra vuestra y también vosotros, como mis antepasados, enfermareis.

-Luis, venga, levántate que ya está el desayuno en la mesa.

Luis abrió unos ojos como platos y se desperezó al momento,… no entendía nada… Él creía estar con Pardina a la orilla del río, y… ¡ahora resulta que había sido un sueño…! … ¡qué decepción!... El caso es que estaba helado… Claro… ¡había sido un sueño tan real…!

Se aseó rápidamente y se dispuso a desayunar. Buenos días a todos. Saludó al entrar.

- Buenos días, ¿has dormido bien, Luis?

-Muy bien, gracias. He tenido un sueño muy bonito y he aprendido mucho.

El abuelo de Luis desayunaba siempre viendo las noticias en la tele. Luis no prestaba atención, pero… de repente una noticia le sobresaltó. Dijo el presentador que en Cantabria, en la ribera del Ebro, se habían vuelto a ver nutrias, que debía de ser porque había suficiente agua, que esta era de buena calidad, y que, además, había aumentado la población del cangrejo americano. Esto último ya no le gustó mucho a Luis…

De repente le entró una prisa tremenda, decidió ir a visitar a Pardina. Pidió permiso para salir a dar un paseo, y una vez que lo obtuvo se dispuso a recoger su viejo anorak y su bicicleta, pero… el anorak no estaba en su sitio…

Page 7: Luis y la nutria pardina

7  

eso si que le desconcertó… Recordaba que en el sueño se había sentado sobre él al lado de la guarida de Pardina… Ahora sí que ya no entendía nada… ¿Habría sido sueño o realidad?... Daba igual. De lo que si estaba seguro, era de que él era muy importante en eso de la biodiversidad. Sueño o realidad, le diría a Pardina que lo había entendido, que haría siempre lo que estuviera en su mano por cuidar la Naturaleza para que todos los seres creados puedan vivir con tranquilidad en su hábitat natural.