Luciano Lira El Pardo

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93 La primera mujer en el Parnaso Uruguayo po, ARTURO SERGIO VISCA 1. EL PARNASO ORIENTAL XACTAMENTE una década des- pués de ia Declaratoria de la Independencia de la Provin- i Oriental efectuada, el 25 de agosta 'de 1825, por b Asamblea reunida en la Villa de la Florida y formado por representantes de todos los pueblos del territorio, comenzó a circular en Montevi- deo una obro titulada Parnaso Orien- tal o Guirnalda poética de la Repú- blica Uruguaya, cuyos dos primeros volúmenes aparecieron en 1835 y fueron completados con un tercero en 1 837. Del autor de la obra, Luciano Lira, poco se sabe. En el prólogo de b reimpresión realizada por el Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay en 1927, el doctor Gustavo Gollinal proporciona al- gunos datos: Luciano Lira, hijo de Francis- co Lira y Mario del Rosario Reyes, era natura! de Buenos Aires, dónele integró el Batallón 1° de Cazadores, alcanzan- do el grado de Capitón; emigrado a Montevideo, casó, el 12 de enero de 1833, con Saturnina Navarro y se dedicó a lo enseñanza, como ayudante de Juan Manuel de lo Soto, primeto, en lo Escue- la Normal, y como regente, -después, del establecimiento El Ateneo, fundado por el mismo Luciano Lira; alistado, en 1840, en las huestes del Ge ñero I La val le que invadieron el territorio argentino, enfermo de muerte, como consecuencia de las duros marchas cuando la invasión de Mascarillas a Corrientes y murió en la campaña, mereciendo Sos elogios de la prensa montevideano por sus virtudes civiles y militares. En lo que se refiere a la impresión del Parnaso Oriental, el doctor Goilina! expreso: "El primer volumen no lleva píe de imprenta;

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La primera mujeren el

Parnaso Uruguayo

po, ARTURO SERGIO VISCA

1. EL PARNASO ORIENTAL

XACTAMENTE una década des-pués de ia Declaratoria de laIndependencia de la Provin-

i Oriental efectuada, el 25 de agosta'de 1825, por b Asamblea reunida enla Villa de la Florida y formado porrepresentantes de todos los pueblos delterritorio, comenzó a circular en Montevi-deo una obro titulada Parnaso Orien-tal o Guirnalda poética de la Repú-blica Uruguaya, cuyos dos primerosvolúmenes aparecieron en 1835 y fueroncompletados con un tercero en 1 837. Delautor de la obra, Luciano Lira, poco sesabe. En el prólogo de b reimpresiónrealizada por el Instituto Histórico yGeográfico del Uruguay en 1927, eldoctor Gustavo Gollinal proporciona al-gunos datos: Luciano Lira, hijo de Francis-co Lira y Mario del Rosario Reyes, eranatura! de Buenos Aires, dónele integró elBatallón 1° de Cazadores, alcanzan-do el grado de Capitón; emigrado aMontevideo, casó, el 12 de enero de1833, con Saturnina Navarro y se dedicóa lo enseñanza, como ayudante de JuanManuel de lo Soto, primeto, en lo Escue-la Normal, y como regente, -después,del establecimiento El Ateneo, fundadopor el mismo Luciano Lira; alistado, en1840, en las huestes del Ge ñero I La val leque invadieron el territorio argentino,

enfermo de muerte, como consecuenciade las duros marchas cuando la invasiónde Mascarillas a Corrientes y murió en lacampaña, mereciendo Sos elogios de laprensa montevideano por sus virtudesciviles y militares. En lo que se refiere a laimpresión del Parnaso Oriental, eldoctor Goilina! expreso: "El primervolumen no lleva píe de imprenta;

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e! segundo se imprimió en Monte-video, en la Imprenta de la Cari-dad, y el tercero y último, en laImprenta Oriental, situada en lacalle de San Fernando de esta ciu-dad, propiedad del editor". SegúnHoracio Arredondo (hijo), el primer volu-men habría sido impteso en Buenos Aires,en lo Imprenta de la Libertad, caiteCongo fio N~ 58, frente al teatro.

El Parnaso Oriental, primera anto-logía poético uruguaya, congrego, a lolargo de los tres volúmenes que lo compo-nen, un material poético muy diverso. Enel volumen primero predominan ios poe-mas de carácter patriótico y de tonoheroico, tanto de los poetas cuflos, uru-guayos y argentinos, entre los que figu-ran Francisco Acuña de Fígueroa, JuanCruz Vorela, Manuel y Francisco Araú-cho, Carlos G. Villademoros, como lascomposiciones del incipiente género gau-chesco, representado poi Bar!olomé Hi-dalgo, de quien recoge, además, algunosde sus fexlos de tendencia culta (Lamarcha oriental y el unipersonal Sen-timientos de un patriota). En los dosvolúmenes siguientes, las composicionesde la misma índole persisten, aunque nopon la misma frecuencia, pero don cabi-da, en cambio, o dos piezas de teatro deparejo interés histórico: La lealtad másacendrada y Buenos Aires venga-da, drama en dos actos y en verso delPresbítero don Juan Francisco Martínez,primera obia teatral de outor uruguayoescrita y representada en Montevideo, yLas Treinta y Tres, caratulada comocomedia en tres actos, del doctorCoraos G. Villademoros. Las composicio-nes de distinto índole o los de inspiraciónpatriótico y heroica, poco abundantes enel primer volumen, toman mayor espacioen fas dos siguientes, donde aparecen,por ejemplo, junto con letrillas de inspira-ción anacreóntica y versos satíricos, algu-nas de las Tara ido i de Francisco Acuñade Figueroa (composiciones que, dichosea entre paréntesis, constituyen, juntocon La malambrunada o La conjura-

ción de ios viejas contra las jóve-nes, dos de cuyos cantos aparecen t?n •.antología de Lira, algunos de los mejorf smomentos de !a musa festiva del outorOlra novedad ofrecen el volumen segur.do y tercero: la presencia de uno vo;poética femenino, ausente en et volumer.primero. Esa voz es la de doña PetronaRoseride de io 5Íerra, cronológicamentela primera poetisa uruguaya. Nutridamente representodd en el ptínier volumencon diez y nueve poemas, figura en eitercero sólo con cuatro, pero estos veinti-trés poemas eran, en esos momentos,

.expresión limitada de su producción, yoque. e¡ antoiogista, en una breve paginepreliminar manifiesta: ",.. quedan enmi poder un gran número de com-posiciones métricas que me ha sidoimposible registrarlas en este vo-lumen, la mayor parte de la distin-guida poetisa la Sra. Petrona Ro-sende de 'a Sierra; si apareciere ei4° volumen, en él serán insertadas,como también la conclusión d,elPoema joco-serio def Sr. D. Fran-cisco Acuña de Figueroa, que cierraéste ,

2. LA POETISA

Pocos son ¡os datos biográficos que seposeen de doña Petrona Rasende de laSperro. En su Diccionario uruguayo deBiografías: 1810-1 940 (Montevideo,Editorial Amerindia, 1945), el Dr. JoséMo. Fernández Saldana proporciono al-gunos. Nacida en Montevideo el 18 deoctubre de 1787, emigró del país en hépoca de la dominación luso-brasileña, yradicada en Buenos Aires, dirigió unperiódico femenino, La Aljaba, desdejioviembre de 1830 a enero de 183 i .Regresó, poca después de esa fecha, aMontevideo, escribiendo, con tal motivo,un soneto titulado El Arribo a mipatria, que comienza así:Salve, ¡oh Patria adorada!, feliz-

[menteLlego a besar tus plácidas arenasY miro con delicia en tus almenasFlamear el pabellón independiente.

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LA PRIMERA MUJER EN EL PARNASO URUGUAYO 95

Radicado definitivamente en Montevi-deo, repartió su tiempo entre et ejerciciode las letras y sus tareas de educacionis-ta, en las que tuvo destacada actuación.Conoció grandes dolores: dos de sushijos, Benjamín y Anociefo, fueron muer-ÍS en una de las guerras civiles urugua-as, y uno hija, Máxima, falleció cuandoacia apenas dos días que había contraí-

do enloce. Murió a tes 75 oños, el 28 dearo de 1863, destacando Fernández

itdaño que "las cámaras le votarontn abril de 1861, una modesta

snsión mensual de setenta pesos,acias a la cual vtéronse un tanto

liiviados los días de su anciani-' , pensión que, apunto e) mismo

íor, le fue concedida "por sus servi-los a la causa de la educaciónsopulor".

23 COMPOSICIONES MÉTRICAS

Ese versificador infatigable, y simpoti-jísimo personaje, aunque moralmente

tonto desaprensivo, que fue don Fran-;o Acuña de Figueroa, afirmó, en unalas muchas décimas laudatorias que

)digó generosamente, que dono Pello-Rosende de la Sierra ero lo Safo

'oriental y la Décima Musa. Ningunode ombos calificativos es francamentecompartible aunque, en k> galante plu-mo de don Francisca, pueden justificarsepor estor destinados a la primera damauruguaya que escribió y publicó versos.

^Más criticamente riguroso es Luciano Liracuando afirma, en la nota del Editor delsegundo volumen, y tras de explicar porqué incluye en su Parnaso los poemasde don José Prego de OÜver, lo siguiente:"Si es satisfactorio al Editor pre-sentar las bellezas del numen delseñor Oltver, no lo es menos ofre-cer las producciones de la señoradoña Petrona Rosende, porqueconsagrada a dirigir una casa deeducación del bello sexo/ pareceque el tiempo que debía consagraral descanso y lleno de las obliga-

ciones de una madre de familia, loha distribuido entre ese deber y elestudio con que ha llegado a dis-tinguirse entre sus contemporá-neas". Y en efecto: las 23 composicio-nes métricas de doña Petrona Rosende de¡a Sierra que figuran en et ParnasoOriental, y no obstante haber en algu-nas un transiendo de cálido sentimientofemenino, evidencian no a uno poetisa deintensa inspiración sino a una discípuloaplicada que sigue dócilmente tas ense-ñanzas de sus modelos clasicistos. Sustexios san, con todo rigor, ejercicios deredacción poética, realizados con co-rrecta fluidez.

La afirmación anterior no impide, sinembargo, que los 23 composiciones mé-tricas de lo cronológicamente primerapoetisa uruguaya tengan inferes y enalgunos aspectos destaquen dentro delhumilde alborear del Parnaso nacional.Interés, en primer término, por ser laprimera expresión de sensibilidad femeni-na en ese Parnaso, y, en segundotérmino, porque entre sus composicioneshay algunos que destocan en el conjuntode lo antología de Luciana Lira. Previo-mente o la consideración particular dealgunos de las composiciones métricos dedoña Petrona Rosende de lo Sierra, con-viene señalar que, o pesar del reducidonúmero de fas mismas, és visible en elconjunto uno notable variedad de motiva-ciones temáticas. El conjunto admite divi-dirse en estos varios tipos de motivacio-nes: Patrióticas (dos Acrósticos al 25de Mayo, A las damas orientales,himno al 25 de Mayo y una Oda deexofloción de la misma fecho. El arriboa mi patria),- Laudatorias (A la rei-na regente de España, oda'dedicadao la reino Cristina, y A la joven Da.Coralina Cáceres y Bianqui, breveromance dedicado • una de sus alumnoscuyos virtudes canta); Alegóricas (Lacolina alegórica, Diálogo entre elcorazón y el entendimiento, A laenvidia),' Satíricas y jocosas (Letri-lla jocosa, A los que hacen versos a

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cada cosa, A Julia, Sátira); Paraniños {El alfiler, El anillo. La aguja.Lo cotorra y los patos, fábula}; Senti-mentales y Elegiacos (A la memo-ria de una hija amada por su des-consolada madre, acróstico, Elegía,A una abeja, A ia múska, Elegía,dedicada, como la anterior, a la memoriade su hijo}. Con esta diversidad temáticase corresponde, como es natural, unacierta variedad formal en el uso deformas métricas y estróficas, según loscánones de las tendencias poéticasckisicístos.

Las composiciones del primer grupo, ysalvada la nobleza del sentimiento inspi-rador, no sobrepasan el nive! literario delos muchos medianos poemas de la mismaíndole que recoge lo antología (y que noalcanzan, ni de lejos, la fuerza poética deios que con el mismo motivo inspiradorescribieron el argentino Juan Crui Várelay e¡ uruguayo Manuel Aroúcho, autor delprimer libro de poemas, Un paso en elPindó, 1835, publicado en el Uruguaypoi un poeta nacional). De tas cuatrocomposiciones que integran este primergrupo, la más destacabie es el soneto Elarribo a mi patria, donde al sentimien-to patriótico se une la personal emociónde quien, en et exilio, soñó con elregreso. No alcanza mayor nivel ía se-gunda de las dos composiciones laudato-rias citadas, A la ¡oven Da. CarolinaCáceres y Bianqui, aunque el elogio desus virtudes parece no convencionat sinorealmenie sentido, en tanto que la prime-ra, A la reina regente de España,logra un buen nivel por el sostenido ritmoverbal —utilizando endecasílabos y hepfa-sílabos y combinando versos libres yaconsonanto dos— aunque la loo no mues-tre otros valores creativos, no obstante bsinceridad emotiva visible en el elogio dela reina Cristina, en quien ve no sólo a lareina sino, y fundamenta I mente, a lamujer virtuosa. Los tres poemas alegóri-cos entran de lleno, y aún más que elresto de la producción de la poetisa, en lamanera que se ha definido como ejerci-

cios de redacción poética. No estánsentidos sino pensados para alego^zar en el soneto A la envidia y en Lacolina alegórica una idea moral, y enDiálogo entre el corazón y el en-tendimiento, una situación sicológicoEn las tres composiciones, la idea quirlas fundamentan es absolutamente trivia!la fealdad moral de la envidia, !a necesi-dad de conjugar disciplina y talento parolograr éxito en las ciencias y las artes y lecontradicción entre sentimiento y razón(con un final reproche del corazón otentendimiento por no ser capaz el segun-do de imponerse y regir ai primero). Deestos tres composiciones la que alcanzomejor nivel es La colina alegóricaque, aunque ingenua, tiene cierto frescu-ra expresiva. Dejando para considerarlosdespués las composiciones satíricos yjocosas, se anotará aquí unas brevesobservaciones sobre las que se han clasi-ficado como poemas para niños. Tresde ellos {El alfiler, El anille y Laaguja) más que paro niños parecendestinados a niñas, específicamente, (yno debe olvidarse que la poetisa regen-teaba un establecimiento de educaciónpara señoritas). Escritos en versos aso-nantados de cinco sílabas, esos trespoemas tienen un ritmo ligero y agrada-ble y no corece de ingenio e( autorre-trato Que el alfiler, el anillo y )a agujopostulan en esas composiciones. Tambiénhay ingenio en la fábula La cotorra ylos patos, que sigue, sin lugai a dudas,la lineo de ios españoles Iriarfe y Sarna-niego, pero está bien construida y narra-do con nitidez y economía de elementosnarrativos. Supera, en esto, la otra com-posición del mismo género publicada enel Parnaso bajo el título Fábula yescrito por el Dr. Corios G. Villademoros.

Las cuatro composiciones métricas re-cien comentados constituyen la transición,cualitativamente hablando, entre ¡o másdébil (poemas patrióticos y laudatorios) yte mejor de la producción de doña Petro-na Rosende de la Sierra, que curiosamen-te, se hallo en dos ámbitos de inspiración

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oporentemente antagónicos: las composi-ciones satíricas y jocosas y los poemaslentimenlales y elegiacos. En ei primerode estos dos géneros, es, sin lugar adudas en el Uruguay, el maestro indiscuti-do don Francisco Acuño de Figueíoa, aquien tomo por modelo la poetisa perosiguiéndolo con verdadera maestría. En laprimero de sus cuatro composiciones satí-ricos y jocosas, hace la poetisa el retratode una viuda "de cincuenta paraarriba/ que con añejos melindres/pensaba hacer sus conquistas'1. Al-gunos rasgos de incisivo ingenio ("te-nían sus ojos de antaño/ dos feasviejas por niñas") don realce a estoLetrilla jocosa, peto más que por toshallazgos parciales, es lo nitidez de dibu-jo del relroto considerado globalmente loque hace recordable a esta composición.Escrita hace ya cosi ciento cincuentaaños, tiene un sentido satírico aún válido,pues el tipo humana que retrata no hadesaporcado todavía. Igual ocurre con locomposición titulada A Julia, donde, conpretexto de aconseja/ a una ¡oven en rela-ción con su posible futuro esposo, satirizaa otros dos tipos: el ptesumido (que "seextiende como muerto/ al espal-dar de la silla,/ cuidando no se learrugue/ el frente de la camisa;/digo el frente, porque el fondo/ nosabemos si es per ¡stam...") y elpedante (que "se levanta con Hora-cio,/ y con Hornero se acuesta,/almuerza con Cicerón,/ y con Só-crates merienda"), y concluye al fin,aconsejando acepte al tercer pretendien-te, de modestas pero seguras virtudes.Las otros dos composiciones jocosas —deágil ritmo verbal, logrado con el uso deversos asonontados de cinco silabas—sonmenos memorables pero no carecen deingenio (haciendo, en una de ellas, burlade sí misma). Antagónicas a estas compo-siciones satíricas y jocosas son tas senti-mentales y elegiacas. De las primeras,una. A urttt abeja, expresa delicada-mente, y en forma casi simbólico, sunostalgia y amor por la patrio lejana; la

otro, A la música, a través del temaobjetivo (exaltación de la música comoarte divino) trasciende, recatadamente,lo expresión de un doloroso sentimientopersonal que encuentra consuelo en esedivino arte. La primero de estas doscomposiciones, de tono más ¡igero, escaratulada como letrilla, y ¡a segunda,como oda. Los tres poemas, elegiacos,que completan la producción de doñaPetrona Rosende de la Sierra, estáninspirados en la muerte de su hija. En lostres, y cualquiera sea su logro poético,expresan con vigor un auténtico desga-rramiento del ser como consecuencia dela pérdida de olguien entrañablemeniequerido cuya ausencia deja un dolor sinconsuelo. De los tres poemas, el primero,un acróstico titulado A la memoria deuna hija amada, por su desconsola-da madre, aunque reveia la sinceridaddel dolor materno, carece de valorespoéticos. No así los otros dos exten-sos poemas escritos en endecasílabosasonantados, en los cuales, no sóio seevidencio un humano desgarro miento in-terior sino que logra —considerados lostextos con la imprescindible perspectivahistórico— excelencias de realización quelos destacan sobie el resto de la produc-ción de lo autora y, asimismo, sobre lamayor parte de los poemas recogidos enel Parnaso Oriental (excluidos, natu-ralmente, Francisco Acuña de Figueroa,Juon Cruz Várela y algún otro de losrepresentantes mayores del clasicismorioplatense, y excluidos, también, losdiálogos y cielitos de Bartolomé HídaEgo).Con acierto señóla Afberto Zum Fefde, ensu Proceso intelectual del Uruguay(1930), que con estos poemas de doñaPetrona Rosende de la Sierra aparece porprimero vez en b poesía uruguayo unlirismo personal e íntimo, ajeno a! aconte-cer social y público. En estos dos poemas,titulados uno y otro con un mismo voca-blo: Elegía, ocurre lo mismo que ensatíricos y jocosos: no se valorizan poraciertos parciales metafóricos o verbalessino por la impresión global que produce

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la lectura total, que impacta por teverdad sentimental con que está vivido yexpresada la trágica situación. Sin em-

bargo, v para dar uno ¡dea de lo que lo»poemas son, conviene transcribir unfragmento;

¡Tu muerte fue un instante, mas su efectoe* esta herida cruel, que hasta la tumbacon tu memoria llevaré en el pecholljilos últimos suspiros que tu almaen mi seno exhaló, puñales fueron,que escondidos están, y que aguzadosme hieren sin cesar cada momento!!!¡¡Mi corazón vertió fúnebre lloro...Y las ardientes gotas que corrieron,anublando mis ojos inundaron;mas ¡ay! en vano! tu cadáver yerto!Que en un mármol helado convertidoNo sintió la vehemencia de su fuego!!!

IOS INDOEUROPEOS

Hoy no te'pierna yo, como en otro tiempo, que los "mdoeuiopíot fueron, en su origen,uno raza único, y ni siquier que tuviesen uno emulación marenal común. Oe hecho. laarqwologrQ no te conseguido eitonfrar su cuna, o pesar de que k> que vierte ¡nwntondo *desde date un siglo y en muchas dilecciones. Los indoeuropeos serien mas bien unosagregados a cnsloiiíaciones de pueblos, seguramente yo muy enttemeicíadbi; en uno lechamuy Fajara —entre el quinto y ef cuarto miieriios— tt produciría en eílas una ¡nf»owaciórilingüística, cop-to!, quitó semejan* a tos mutaciones en et mundo vegetal; lo lengua básica defea Europa meioISita, aún muy ftuida -lengua oglutinnnte que debía de serv» de iubi(fo»D al(pupo indoeuropeo, asi como o oíros grupas que $a comermn fielmente: a/upo ugrofinés, ^wa«o.,.—se habrÁ *ra nstormaéo en una lengua defleiión: el indoeuropeo,

" Esie itnporM"tÍ5'mo feneomeno se desarfoKaría en dos regíonei refalivameníe alejadasentre si: por una patie, en las estepas de la Rusia mendiona). junto o b í orilbs áe! MorNegro; por ofrof en ios confínes carpoío-danubianos. De estos dos grupos -ponfico-caucásico y£Ófpa£>dan!¿íofK>— pudo rtr^er surgido b^ diferenciación que se observo en tos lenguasindoeuropeui en dos con|untos deiignado! con el nombre correspondiente al número cien en

; sánscrilo y en toiírt el grupo w t e n t (o grupo orisníal) y ei gnq» c a n t u n ¡a grupo

; occidenlol, oí que loneipondeei griegoJ.Sea como fuere, antes del oño 2000 se rompe lo unidad de fas indoeuropeos, sin dudo

poco cofnpacla; ¡rédase entonces una serie de m»grocrones que los fragmentó en muchosgrupos, lo* cuales evotuctonorkin en adelante mdependienternento (KKorios, indoí^onios,hiltlos, armenios, griegos, itálicos, celtas, balfoesbyos, germanos^. Esfas mrgtoc'Ofíes, a folaigode los ̂ es mrfensH liguientes, garonSioiían la población de Europa y do poríe de Alia.Sin riingún género de dudo, representan uno de los fenómenoi más importantes de !o historioMundial-.

PUttn lEViQUE, La oventvn »r¡»9O,