Lucia

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Para Lucía El 12 de febrero de 2010 nuestras vidas cambiaron, el test de embarazo dio positivo, ¡madre mía!, papa y mama estábamos locos de contentos, tanto que no podíamos casi creerlo… ¡íbamos a ser papas! La primera vez que te vimos tenías ocho semanas y dos días de gestación, medías 13,2 mm. (¡que cosita!), eras un granito de arroz, nuestro granito de arroz. Todas las semanas escribíamos en tu diario las cosas que iban ocurriendo durante tu gestación, no queríamos que se nos olvidase ni una sola de las emociones y sensaciones nuevas que estábamos teniendo. Cada vez que te veíamos en una ecografía nuestro amor por ti crecía más y más y contábamos los días que faltaban para poder verte de nuevo. Tu papi decía que eras una PRINCESITA y te imaginaba muy guapa y con unas coletitas muy graciosas. El 1 de junio de 2010 en la ecografía de las 20 semanas nos dijeron que algo iba mal, vieron que tenías un pequeño agujerito en el corazón y que además eras demasiado pequeñita para la edad gestacional que tenías. Los médicos decidieron hacerle a mama una amniocentesis, pero los resultados salieron bien y nos dijeron: “que sea pequeñita seguramente es porque la placenta no funcione bien, cuando nazca crecerá con normalidad”. Con la noticia llorábamos de alegría, nuestra princesita estaba bien y todo quedaría en un gran susto, pero no fue así… ya que en las posteriores ecografías se pudo ver que el retraso de crecimiento era notorio, y que el líquido amniótico estaba disminuyendo bastante. En la semana 31 de gestación los médicos decidieron que era el momento de que nacieras. El 10 de agosto de 2010, la fecha más bonita del mundo, tu nacimiento. Pesaste 870 gr. y mediste 34 cm. Poco a poco los médicos nos fueron informando sobre tu estado de salud. Solo tenías un riñón, y no funcionaba del todo bien, la comunicación intraauricular en el corazón, problemas respiratorios que te hicieron estar entubada más de 2 meses, una fisura palatal simple y el ya conocido retraso del crecimiento. Por todo lo anterior los médicos sospechaban que tenía que haber algo que uniese todos esos problemas. Pequeñina, la mami estaba todo el día contigo en el hospital y se emociono cuando te dieron con una jeringuilla el primer mililitro de su leche. La primera vez que te cogí en brazos pesabas un kilo, nunca olvidaré tu olor y esa mirada tan tierna que solo tú tienes.

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Para Lucía

El 12 de febrero de 2010 nuestras vidas cambiaron, el test de embarazo dio positivo, ¡madre mía!, papa y mama estábamos locos de contentos, tanto que no podíamos casi creerlo… ¡íbamos a ser papas!

La primera vez que te vimos tenías ocho semanas y dos días de gestación, medías 13,2 mm. (¡que cosita!), eras un granito de arroz, nuestro granito de arroz.

Todas las semanas escribíamos en tu diario las cosas que iban ocurriendo durante tu gestación, no queríamos que se nos olvidase ni una sola de las emociones y sensaciones nuevas que estábamos teniendo. Cada vez que te veíamos en una ecografía nuestro amor por ti crecía más y más y contábamos los días que faltaban para poder verte de nuevo. Tu papi decía que eras una PRINCESITA y te imaginaba muy guapa y con unas coletitas muy graciosas.

El 1 de junio de 2010 en la ecografía de las 20 semanas nos dijeron que algo iba mal, vieron que tenías un pequeño agujerito en el corazón y que además eras demasiado pequeñita para la edad gestacional que tenías. Los médicos decidieron hacerle a mama una amniocentesis, pero los resultados salieron bien y nos dijeron: “que sea pequeñita seguramente es porque la placenta no funcione bien, cuando nazca crecerá con normalidad”. Con la noticia llorábamos de alegría, nuestra princesita estaba bien y todo quedaría en un gran susto, pero no fue así… ya que en las posteriores ecografías se pudo ver que el retraso de crecimiento era notorio, y que el líquido amniótico estaba disminuyendo bastante.

En la semana 31 de gestación los médicos decidieron que era el momento de que nacieras. El 10 de agosto de 2010, la fecha más bonita del mundo, tu nacimiento. Pesaste 870 gr. y mediste 34 cm.

Poco a poco los médicos nos fueron informando sobre tu estado de salud. Solo tenías un riñón, y no funcionaba del todo bien, la comunicación intraauricular en el corazón, problemas respiratorios que te hicieron estar entubada más de 2 meses, una fisura palatal simple y el ya conocido retraso del crecimiento. Por todo lo anterior los médicos sospechaban que tenía que haber algo que uniese todos esos problemas.

Pequeñina, la mami estaba todo el día contigo en el hospital y se emociono cuando te dieron con una jeringuilla el primer mililitro de su leche. La primera vez que te cogí en brazos pesabas un kilo, nunca olvidaré tu olor y esa mirada tan tierna que solo tú tienes.

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Los días pasaban lentos, muy lentos en el hospital y no veíamos el momento de llegar a casa. Durante el tiempo que permaneciste hospitalizada estuviste dos veces en la UCI de neonatos y las dos veces saliste adelante, fuiste y eres muy fuerte y eso nos ha hecho quererte con todas nuestras fuerzas. Cuando llego el resultado del estudio genético, nos comunicaron que tenías una enfermedad genética llamada Sindrome de Wolf – Hirschhorn, pero los papis estaban preparados para sacar adelante a toda una campeona, a una luchadora que había demostrado que si algo quería con fuerza, era seguir viviendo.

Tras más de cuatro meses en el hospital clínico de Valencia, el 20 de diciembre, por fin llegaste a casa. ¡Nuestra princesita estaba con sus papis! Viniste del hospital con sonda naso gástrica, pero a las pocas semanas ya no la necesitabas; la alimentación ha sido y es lo más complicado ¿verdad peque?…Pero bueno, poco a poco vas creciendo y cogiendo peso (4 kilos 580 gr. y 55 cm actualmente).

En casa pese a que tienes una habitación muy bonita, sigues durmiendo con nosotros en una cuna colecho, y muchas mañanas (por no decir todas) terminas en nuestra cama jugando y besuqueándote. Mama no quiere que te separes de su lado, ¡y eso que la mini cuna se te está quedando pequeña!

Te encanta pasear, y cuando estás en la calle eres una autentica cotilla que no para de mirar a todos lados. Últimamente, te fijas mucho en los papis y sonríes sin parar cuando te dicen cositas; no sabes lo felices que nos haces cada vez que eso ocurre.

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Cuando las cosas empezaban a normalizarse, surgieron las convulsiones, en tu caso eran lo que se llaman espasmos de flexión, afortunadamente tras pasar unas semanas en el hospital regularon la medicación y consiguieron hacerlas desaparecer. No obstante, sigues teniendo mioclonias que los papis junto con la doctora harán que desaparezcan lo antes posible.

En la actualidad, semanalmente, vas una hora a estimulación, 45 minutos de fisioterapia (Paqui, tu fisio, está muy contenta con tus avances) y algo que hemos empezado hace solo tres semanas y que hemos descubierto que te encanta es la natación, a la cual vas los martes y los viernes. Fernanda, tu monitora, dice que eres una diosa en el agua.

Los papis pensamos que eres un solete, una niña buenísima, muy dulce, mimosa, simpática, guapa,… ¡¿qué van a decir tus papis de ti?!

Lucía, mi pequeño granito de arroz y mi gran amor, tras un duro camino y superándote a ti misma has conseguido ser la PRINCESITA de los papis.

Te queremos,

Papa y mama