Los últimos años de Sor Juana
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Los últimos años de Sor Juana
Cuando Dorothy Schons tituló su señero artículo de 1926 «Some Obscure
Points in the Life of Sor Juana Inés de la Cruz» identificó para siempre al
formidable adversario con el que se enfrenta la crítica sobre la Fénix de México:
esos puntos oscuros, esos segmentos de vida y obra reticentes que ponen en jaque
o, por lo menos, en lista de espera las investigaciones e interpretaciones sobre la
mayor figura literaria del siglo XVII americano. Los últimos años de su vida son
—86→ especialmente turbios: ¿reclusión voluntaria o involuntaria?; ¿vuelo
hacia la virtud o trampas de la fe? Por esta razón, son, además, objeto de
controversia.
Pero este apartado inicial no sólo refiere al período 1690-95 sino también a
la profusión de estudios críticos en los últimos ocho años (1990-98); son los
últimos años sobre sor Juana. Tres factores principales contribuyen a tal interés.
En primer lugar, aparecen las conmemoraciones de su natalicio (¿1648?
¿1651?) o de su fallecimiento (1695), junto con el aniversario de la publicación
de textos como la Carta Atenagórica (1690, en adelante CA) o la Respuesta a Sor
Filotea de la Cruz (1691, en adelanteRSF)2. Entre algunos de los libros más
importantes para el período señalado pueden mencionarse Feminist Perspectives
on Sor Juana Inés de la Cruz (1991); «Y diversa de mí misma / entre vuestras
plumas ando», homenaje organizado por El Colegio de México en 1991 (1993);
la Memoria del Coloquio Internacional Sor Juana Inés de la Cruz y el
pensamiento novohispano (1995); el proyecto de la Universidad del Claustro de
Sor Juana Sor Juana y su mundo: una mirada actual (1995); la edición de Sor
Juana Inés de la Cruz y sus contemporáneos (1998) y el anejo de la
revista Tinta, Sor Juana & Vieira, trescientos años después (1998).
En segundo lugar, debe tenerse en cuenta la continua revisión crítica que
sigue suscitando la obra. Entre los múltiples enfoques existentes, cabe señalar el
libro de George H. Tavard, Juana Inés de la Cruz and the Theology of Beauty.
The First Mexican Theology(1991); el de Alessandra Luiselli, El Sueño
manierista de Sor Juana Inés de la Cruz (1993); el de José Pascual Buxó, El
enamorado de Sor Juana (1993); el de Margo Glantz, Sor Juana Inés de la Cruz:
¿hagiografía o autobiografía? (1995); y tres volúmenes muy recientes: la
colección de artículos de Georgina Sabat de Rivers, En busca de Sor
Juana (1998); la lectura que hace Jean-Michel Wissmer en Las sombras de lo
fingido: sacrificio y simulacro en Sor Juana Inés de la Cruz (1998) y la
monografía de Pamela Kirk, Sor Juana Inés de la Cruz: Religion, Art and
Feminism (1998).
La última escena en este panorama tal vez sea la más decisiva. En 1980 los
estudios sorjuaninos recibieron una fuerte sacudida con laCarta al Padre
Núñez (en adelante CPN), que se situaría hacia 16823. Quince años después, Elías
Trabulse da noticias de la Carta de Serafina de Cristo (en adelante CSC), otra
carta en torno a sor Juana, firmada el primero de febrero de 1691. El historiador
mexicano habla por primera vez de este documento en «La guerra de las finezas.
—87→ La otra Respuesta a Sor Filotea en un manuscrito inédito de 1691»,
ponencia leída en el Coloquio Internacional Sor Juana Inés de la Cruz y el
pensamiento novohispano (Toluca, México, abril de 1995)4. Trabulse, a partir de
una secuencia de entregas «parciales», elabora una serie de hipótesis -basadas en
recientes hallazgos y datos históricos- que otorgan autoría material de la carta a
sor Juana y plantean nuevas relaciones (sospechadas en algunos casos,
insospechadas en otros) con los personajes de su entorno. Este proceso culmina
con su edición de la CSC en 19965. Un año antes, y gracias a la labor de María
Águeda Méndez y su equipo de investigación que cataloga los textos marginados
por la Inquisición mexicana, aparece un artículo de Ricardo Camarena
Castellanos sobre La fineza mayor, sermón leído el 26 de enero de 1691 en el
convento de San Jerónimo, en la ciudad de México. En esta oratoria, luego
publicada, el clérigo Francisco Xavier Palavicino Villarasa elogia abiertamente a
sor Juana6. El sermón fue requisado por la Inquisición y su autor reprendido por
adular a una «mujer introducida a teóloga y escriturista» (Dorantes 1997, p. 64) 7.
Podría argüirse que esta efervescencia crítica y estos nuevos aportes
documentales ya no sugieren sino que obligan a una relectura de la vida y obra
de la monja jerónima para reanudar los nexos entre autor, texto, contexto y
lector. Mi trabajo se inscribe en esta necesidad y, más específicamente, en las
diversas cartas que tienen a sor Juana como remitente o como destinataria. El
planteamiento propone una estrategia de correspondencias, es decir, intenta
identificar y analizar los cruces entre estos documentos que permitan trazar las
coordenadas en las que aspira a moverse y moldearse el «pensamiento
sorjuanino». En esta ocasión, reparo en un aspecto poco explorado -la
argumentación de la fineza que propone —88→ sor Juana en la CA- para,
desde allí y en relación con las otras cartas, examinar la tensión entre ciertos
paradigmas institucionales presentes en el contexto sociocultural de la época y la
pugna de sor Juana por construir un espacio físico y textual propio que, a la vez,
participe y se diferencie de este contexto.
Doble final: el post-scriptum de la Carta Atenagórica
El tema visible de la CA es el debate teológico sobre cuál fue la mayor fineza
(favor) de Cristo para con los seres humanos. En la primera parte de la carta, sor
Juana resume los argumentos que el famoso jesuita portugués Antonio Vieira
había urdido en su Sermão do mandato8 contra las posiciones de San Agustín,
Santo Tomás y San Juan Crisóstomo, defiende las finezas propuestas por éstos y
refuta la tesis de Vieira. Aquí se mueve dentro del campo discursivo instaurado
por las estructuras jerárquicas (la corte virreinal y los estamentos eclesiásticos,
por ejemplo) y los paradigmas ideológicos oficiales de la sociedad novohispana
del siglo XVII.
En el terreno de la disquisición teológica, uno de estos paradigmas es la
apelación al argumento de autoridad para apoyar el propio razonamiento. El uso
que hace sor Juana de este recurso es magistral ya que pone gran cuidado en
basar su crítica en las palabras de los Padres de la Iglesia y en las Sagradas
Escrituras. Por ejemplo, al detenerse en la posición de San Agustín sobre la
fineza de Cristo dice que éste justifica su posición probándola con el texto de
Juan 15:13 (maiorem hac dilectionem nemo habet, ut animam suam ponat quis
pro amicis suis) y luego por discurso. Sor Juana utiliza la misma estrategia y la
desarrolla con otros pasajes:
Pruébase no sólo con el texto: maiorem hac
dilectionem, etc., el cual se puede entender de otros
amores; sino con otros infinitos. Sea uno en el que
Cristo dice que es buen Pastor: Ego sum pastor bonus.
Bonus pastor animam suam dat pro ovibus suis, donde
Cristo habla de sí mismo y califica su fineza con la
muerte.
Sor Juana pasa a distinguir dos términos para una fineza (a quo y ad quem) y
a elaborar su argumentación en defensa de San Agustín, apoyándose
constantemente en la autoridad del texto bíblico; examina la Resurrección, la
Eucaristía, la Encarnación y los pasajes sobre Jacob y Ester, antes de refutar «las
razones del autor» (ibid., p. 418). De esta manera, diferencia no sólo su
argumentación sino también su método del de Vieira, quien se jacta de no
recurrir a la Biblia o la —89→ Patrística para probar su fineza10. La «elación»
de este procedimiento debe reprocharse11 ya que, según la disertante, «[...] cree el
orador que puede aventajar su ingenio a los de los tres Santos Padres y no cree
que puede haber quien le iguale» (ibid., p. 435) . Sor Juana sabe que es necesario
que tanto su argumentación como su estrategia discursiva se conformen de
acuerdo con ciertos cánones de escritura y de comportamiento para no «tener
ruidos»12 con nadie. Por eso, su disquisición sigue los carriles ya señalados. En la
conclusión de la primera parte, sor Juana pone lo dicho bajo la censura del
destinatario y de la Iglesia católica -como corresponde a una fiel y obediente
monja respetuosa de las instancias superiores- y se despide con un «vale».
Pero hay una posdata: son nueve párrafos que ilustran la tesis de sor Juana
sobre la mayor fineza de Cristo. Dice el inicio de esta segunda parte: «Bien
habrá V. md. creído, viéndome clausurar este discurso, que me he olvidado de
ese otro punto que V. md. me mandó que escribiese: Que cuál es, en mi sentir, la
mayor fineza del Amor Divino». Aquí hay un giro: la interpretación propuesta no
coincide con ninguna de las reseñadas anteriormente: «Como hablamos de
finezas, dije yo que la mayor fineza de Dios, en mi sentir, eran los beneficios
negativos; esto es, los beneficios que nos deja de hacer porque sabe lo mal que
los hemos de corresponder». Sor Juana razona de la siguiente manera: Dios
quiere hacernos finezas ya que va con el «corriente natural» de su infinita
bondad, amor y poder. Pero los seres humanos pueden ser ingratos o usar mal los
«regalos» divinos, dañándose a sí mismos. Ergo, cuando Dios no nos hace una
fineza, nos está haciendo la mayor fineza. Es de notar la estructura paradójica (la
(Méndez Plancarte 1951-57, p. 415)9
palabra refiere etimológicamente a «contrario a la opinión común») del
argumento: por lo general se asume que Dios es generoso porque da finezas; aquí
se adopta la posición contraria.
—90→
Inmediatamente, sor Juana, para proteger su argumentación, apela a la Biblia
y halla dos ejemplos de esta abnegada renuncia divina. Del Evangelio de San
Mateo recoge la crítica que le hacen los habitantes de Nazareth a Cristo. A causa
de esta ingratitud, el Hijo de Dios decide no hacerles finezas para, según sor
Juana, «no darles la ocasión de cometer mayor pecado»13. Del Génesis toma el
diluvio universal para demostrar las consecuencias de una fineza mal utilizada.
Dios se ha regocijado en la creación del mundo pero, ofendido por la maldad
demostrada por sus criaturas, decide destruir a los seres humanos y
sentencia: «me arrepiento de haberlos hecho». Aparece luego en esta prueba un
«desvío» que trata el tema de la envidia; a esto volveré más adelante. Hacia el
final, sor Juana arguye que esta definición «negativa» de fineza debe trascender
el discurso especulativo y transformarse en servicios prácticos; de este modo, las
finezas adquirirán una cualidad positiva. Sor Juana mantiene entonces la
coherencia entre su definición general de fineza (actos de amor, con el énfasis en
«actos») y la argumentación con la que propone su propia fineza, ya que ambas
postulan un pasaje de la reflexión teológica a la ejecución práctica (ibid.,pp. 435-
439)14.
Dentro de la intrincada argumentación de la CA, sor Juana intenta crear un
espacio que nazca de la intersección entre las diversas reglas (conventuales,
inquisitoriales, de amistad y recelo) que regulan el discurso novohispano y la
libertad de razonamiento a la que aspira su propia intelectualidad. En esta carta,
que ha sido entendida bien como disertación teológica, bien como manifiesto
político, la fineza propuesta por sor Juana incluye una dimensión personal cuya
textualización apunta a la formación de un pensamiento. Este pensamiento,
presente en otros textos pero muy especialmente en las cartas que rodean a sor
Juana, se basa en dos pilares centrales: la envidia y el libre albedrío, elementos
que examino a continuación.
—91→
En perseguirme, mundo, ¿qué interesas?15
El tema de la envidia es medular en la CPN. Allí, sor Juana se queja de su
situación y enarbola una defensa que pone en escena -con impecable humor- las
contradicciones que resultan de la combinatoria de acusaciones que formulan sus
detractores:
¿De qué envidia no soy blanco? ¿De qué mala
intención no soy objeto? ¿Qué acción hago sin temor?
¿Qué palabra digo sin recelo? Las mujeres sienten que
las exceda. Los hombres, que parezca que los igualo.
Unos no quisieran que supiera tanto. Otros dicen que
había de saber más, para tanto aplauso. Las viejas no
quisieran que otras supieran más. Las mozas, que otras
parezcan bien. Y unos y otros, que viese conforme a las
reglas de su dictamen.
Debe recordarse, sin embargo, que sor Juana se dirige a su por entonces
confesor. Como observa Mabel Moraña: «en este juego de apropiaciones y
máscaras barrocas, Núñez de Miranda es siempre el otro [...] Esta posicionalidad
variable del otro requiere de la monja una similar capacidad de acomodación
retórica y pragmática» (Moraña 1998, p. 323) . El padre Núñez es uno de los
personajes centrales, aunque no único, para examinar la envidia como tema y
problema en la obra de sor Juana.
Lo que me interesa subrayar aquí es el uso insistente que hace sor Juana de
este tópico que «no será materia para una carta, sino para muchos volúmenes
muy copiosos» (Alatorre 1987, p. 621) . A pesar de que no pueda elaborar un
tratado sobre el asunto, sor Juana le da otro uso: argumenta con él. Es de notar
que, en la CA, la prueba que utiliza para su fineza recorre un curioso camino: de
una estructura de «prúebase por discurso-pruébase por texto» -es decir,
enunciado que plantea una hipótesis-ejemplos que confirman la validez de la
proposición- a una diatriba (¿digresión?) contra la envidia16. En el Comulgador
Penitente (la primera edición de este volumen es de 1664; se vuelve a editar en
1690 en la misma imprenta que imprime la CA) Núñez combina varios de sus
intereses: la doctrina de la frecuente comunión, la regla 18 de la Congregación de
la Purísima y, por supuesto, la admonición a las monjas. Allí exclama:
Pues tú, que eres hija de Dios, ¿cómo no te
desprecias, antes te precias de tan viles ejercicios;
olvidada de ti misma de tu sobrenatural ser, de tus altas
y (en realidad de verdad) divinas obligaciones? Dime,
¿esos pensamientos en que —92→ te devanas son
dignos de una hija de Dios? Esas ocupaciones, esos
divertimientos, esos designios, ¿son dignos de una hija
de Dios?
Esta exhortación parece hecha para sor Juana (Trabulse 1995a, pp. 56-57).
En la CA, podría ser sor Juana la que exhorta ahora a Núñez cuando dice, como
parte de esa diatriba contra la envidia:
Envidiamos en nuestros prójimos los bienes de
fortuna, los dotes naturales. ¡Oh, qué errado va el objeto
de la envidia, pues sólo debía serlo de la lástima el gran
cargo que tiene, de que ha de dar cuenta estrecha! Y ya
(Alatorre 1987, pp. 620-621; se moderniza ortografía)
que queremos envidiar, no envidiemos las mercedes que
Dios le hizo, sino lo bien que corresponde a ellas, que
esto es lo que se debe envidiar, que es lo que da mérito;
no el haberlas recibido, que eso es cargo.
Son las maneras de hacer uso de las «mercedes» que Dios nos dio -y no las
mercedes mismas, que son naturales y representan un agobio- las que deben ser
objeto de envidia. Hay un error en la argumentación de estos «envidiosos». Si
quieren envidiar, envidien bien, parece decir la monja jerónima.
Este uso de la envidia como herramienta argumentativa privilegiada
reaparece en la RSF. Además de la admirable narrativa sobre la inclinación a las
letras, hay en este texto tres pasajes definitorios. Dos de ellos son ya clásicos
para los estudiosos de sor Juana: el catálogo de mujeres sabias (ls. 845-907) y la
disquisición sobre el dictum de San Pablo Mulieres in Eclesiis taceant (ls. 908-
1259). El otro requiere atención especial en este trabajo: las reflexiones sobre la
envidia (ls. 527-714). Allí, sor Juana toma el motivo de aquel «que se señala -o le
señala Dios, que es quien sólo lo puede hacer- [y] es recibido como enemigo
común» y se hace eco de la máxima de Maquiavelo -«aborrecer al que se señala
porque desluce a los otros»17- para equiparar sus pesadumbres con las sufridas
por Cristo ante los fariseos. Sor Juana enfatiza lo inexplicable -¿lo irracional?-
del sufrimiento del Hijo de Dios, condenado por hacer milagros: «¿Cómo es
posible que [...] no les arrebatara las almas, que no fuesen enamorados y elevados
tras él?». La irritación de sor Juana es tal que no puede dejar de señalar que «así
es, que cuando se apasionan los hombres doctos prorrumpen en semejantes
inconsecuencias», un tiro por elevación no demasiado elevado hacia sus críticos.
Sor Juana luego dedica la parte final de su argumento a comentar críticamente la
—93→ corona de espinas que recibe Cristo de los soldados18 y el milagro de la
resurrección de Lázaro; es decir, hace una exégesis de nuevos pasajes bíblicos
para apoyar su argumentación. Concluye que «menos intolerable es para la
soberbia oír las reprensiones que para la envidia ver los milagros» (Méndez
Plancarte 1951-57, pp. 453-457) .
El tópico de la envidia en la CA y en la RSF le sirve a sor Juana para
defender su «infeliz habilidad de hacer versos» (ibid., p. 452). La idea se
relaciona con su perspectiva acerca del talento natural; en la RSF habla de «este
natural impulso que Dios puso en mí» (ibid., p. 444). Lógicamente, no podría
criticarse algo dado por vía natural (y no adquirida) porque no se ha participado
en su elección; es más, según la monja jerónima, es «cargo». Renunciar (como
quería Núñez y tal vez otros personajes de su entorno) a este «don» sería contra
natura y, dado que Dios dispone los bienes naturales, contra la voluntad divina.
(Méndez Plancarte 1951-57, pp. 438-439; énfasis mío)
Nací con [este genio] y con él he de morir19
Esta determinación de vivir y morir respetando sus propias convicciones
alude al tema del libre albedrío, el otro elemento clave en la formación del
pensamiento de sor Juana. Las estrategias argumentativas y la fineza propuesta
en la CA hallan su fundamento en esta noción. La autora no se basa en las
Sagradas Escrituras al enunciar su «sentir» aunque, como se dijo anteriormente,
sí apoya su demostración con algunos ejemplos bíblicos. Su tesis habrá
escandalizado a muchos; la primera crítica conocida es la del obispo de Puebla
Manuel Fernández de Santa Cruz en la Carta de Sor Filotea de la Cruz (en
adelante CSF), texto que servirá de «prólogo» a la CA:
Por más que la discreción de V. md. les llame
finezas [a los beneficios negativos], yo los tengo por
castigos: porque sólo es beneficio el que Dios hace al
corazón humano previniéndole con su gracia para que le
corresponda agradecido, disponiéndose con un beneficio
reconocido, para que no represada, la liberalidad divina
se los haga mayores.
La apuesta de sor Juana por la libertad de acción era, si no radical, sí
arriesgada, aun dentro de la polémica que suscitó el tema en su época21. Para su
—94→ posición de mujer (monja) e intelectual en el siglo XVII novohispano,
lugar que requería un precario equilibrio entre obediencia debida y vocación
librepensadora, proponer que el regalo más grande que nos hace Dios es
sacrificar su propia libertad para dejarnos libres y poder manejar así nuestro
propio destino era exponerse a reproches como los de Fernández de Santa Cruz, e
incluso más serios.
En la CSC se dice que ha salido «no sé qué soldado castellano a la demanda
del valentísimo Portugués» (Carta de Serafina de Cristo,p. 37)22. Si se lee
«demanda» como defensa de Vieira -según el DRAE, «salir a la demanda» es, en
términos forenses, mostrarse parte en un pleito, oponiéndose al que es contrario
en él y, en su acepción figurativa, hacer oposición a otro o defender alguna cosa-
es claro que había oposición a la postura de sor Juana y a su «intromisión» en
asuntos teológicos. Un lector contemporáneo como Robert Ricard, por ejemplo,
se quejaba de las complicaciones silogísticas que usa sor Juana para rebatir a
Vieira y, en cuanto a la fineza que postula la poeta novohispana, comentaba:
¿Quién no se juzgaría defraudado? Esta carta, en la
que una emoción sincera y un sentimiento profundo
surgen a menudo debajo de la pedantería escolástica y la
(Méndez Plancarte 1951-57, p. 696)20
agudeza, a veces fuera de lugar, de una preciosidad sutil,
acaba por un juego de espíritu. En una obra anterior, la
monja mexicana había hecho de la Encarnación la
mayor fineza de Cristo; aquí, y aun teniendo en cuenta
que no habla de Cristo encarnado, sino de Dios, puede
decirse que la mujer de letras ha vencido a la religiosa.
El argumento que presenta sor Juana no lo convence; a Ricard no se le
escapa la posible analogía entre su reflexión y la carta del obispo de Puebla,
escrita dos siglos y medio antes; incluso indica que sor Filotea «no se equivocaba
del todo» (id.). En un artículo muy reciente Emil Volek, desde una mirada
favorable hacia sor Juana y crítica hacia Fernández de Santa Cruz, habla de la
lógica «algo torcida» del suplemento de la CA y de su «dialéctica alucinante»
(Volek 1998, p. 339) . Habría que examinar si esto realmente es así, si se
considera el hecho que sor Juana labora para formar su pensamiento de acuerdo
con los dos ejes que se han venido discutiendo en este trabajo y, por ende,
construye su propia lógica. El mismo Volek entiende que, aunque sor Juana
cuenta con instrumentos inadecuados (afirmación discutible), «en el escrito de la
autora no se trata sólo de teología: su fin y su tema final es la libertad humana»
(ibid., p. 348).
—95→
Como dice la monja jerónima en la CA, «es menester acordarse que Dios dio
al hombre libre albedrío con que puede querer y no querer obrar bien o mal, sin
que para esto pueda padecer violencia, porque es homenaje que Dios le hizo y
carta de libertad auténtica que le otorgó» (Méndez Plancarte 1951-57, p. 431).
Ese «homenaje» es la fineza mayor para sor Juana. La pregunta es: ¿fue
imprudente esgrimir esta carta en esta instancia, de esta manera? Lo que puede
afirmarse sin temor al equívoco es que el concepto de libre albedrío, esencial
para entender la lucha por crear un discurso propio, es congruente con la
apología de la vocación intelectual en la RSF y con la defensa armada en la CPN.
Con este tópico sor Juana organiza un contraataque contra aquellos que
impugnan sus actividades. En la CPN invoca el asunto para interpelar a
Núñez: «¿Cuál era el dominio directo que tenía V. R. para disponer de mi
persona y del albedrío (sacando el que mi amor le daba y le dará siempre) que
Dios me dio?»; más adelante pregunta, ya en tono de franca
sorna: «¿Restringióse y limitóse la misericordia de Dios a un hombre, aunque sea
tan discreto, tan docto y tan santo como V. R.?» (Alatorre 1987, pp. 623, 626).
Nótese cómo se contrapone la figura divina -símbolo de libertad- a la figura de
Núñez, que evoca palabras como «dominio», «restricción» y «límite». Sor Juana
reclama su derecho a elegir y a despedir, si fuera necesario, a su confesor
espiritual. Sin embargo, en la Plática doctrinal (1679) Núñez señala que el voto
de obediencia significa la renuncia de las monjas al libre albedrío. María Dolores
(Ricard 1951, p. 70)
Bravo afirma que el Testamento místico de Núñez (publicado
póstumamente) «demanda de la religiosa una absoluta autoenajenación, física,
intelectual y anímica» (Bravo 1993, p. 41); estos dos ejemplos provocarían una
evidente fricción con la «disposición natural» de sor Juana23. Con la CPN la
monja jerónima se despide de su confesor, pero los últimos hallazgos apuntan
hacia una continuidad en el hostigamiento o, al menos, un sostenido recelo por
parte de Núñez o de personajes asociados con él24. ¿Cómo proceder frente a esta
encrucijada?
En la CA, para afirmar el derecho a réplica sor Juana planeó una estrategia:
contrastó su «humildad» frente a la supuesta arrogancia de Vieira y, quizás, de
sus críticos: «A vista del elevado ingenio del autor aun los muy gigantes parecen
enanos. ¿Pues qué hará una pobre mujer?» (Méndez Plancarte 1951-57, p. 434).
La extensión del término «autor» podría pasar de la «máscara» de Vieira (sor
Juana no lo nombra en la CA; sí aparece en la CSF, en la CSC y en la RSF) a
Núñez25 y a otros oscuros personajes. Sor Juana, «pobre mujer», no sólo inicia
—96→ con esta estrategia la defensa de su vocación de escritora y pensadora -
luego cristalizada en su brillante y valiente respuesta autobiográfica- sino que
también solidifica los ejes de su pensamiento. En la RSF la mayoría de las
referencias a la libertad de elección se enlazan explícitamente con la CA, ese
«crimen» que ha cometido:
¿Fue aquella más que referir sencillamente mi sentir
con todas las venias que debo a nuestra Santa Madre
Iglesia? Pues si ella, con su santísima autoridad, no me
lo prohíbe, ¿por qué me lo han de prohibir otros?
¿Llevar una opinión contraria de Vieyra fue en mí
atrevimiento, y no lo fue en su Paternidad llevarla contra
los tres Santos Padres de la Iglesia? Mi entendimiento
tal cual ¿no es tan libre como el suyo, pues viene de un
solar? ¿Es alguno de los principios de la Santa Fe,
revelados, su opinión, para que la hayamos de creer a
ojos cerrados?
¡Ay, la incorregible sor Juana y sus preguntas! Aquí el cuestionamiento
parece personal pero no lo es: sor Juana opone al discurso oficial que calla la
palabra del «débil», en términos -no absolutos, por cierto- de Josefina Ludmer, el
derecho (masculino y femenino) al disentimiento porque «como yo fui libre para
disentir de Vieyra, lo será cualquiera para disentir de mi dictamen» (ibid., 469).
Este derecho, arguye la poeta novohispana, está protegido por la Santa Madre
Iglesia -máxima autoridad- en tanto uno observe los procedimientos del caso
(«venias»); a él recurre al despedirse de su confesor: «Conque podré gobernarme
con las reglas generales de la Santa Madre Iglesia mientras el Señor no me da luz
de que haga otra cosa, y elegir libremente padre espiritual» (Alatorre
(Ibid., p. 468)
1987, p. 626). Destaca el énfasis que sor Juana pone en el entendimiento para
cimentar su posición, rasgo que se repite en otros momentos y que sería clave
para la conformación de su pensamiento.
Un extraño género de martirio26
La reflexión sobre la envidia y el libre albedrío en las cartas que rodean a sor
Juana (enfocada en estas páginas no tanto en su variante temática sino en su
utilización como estrategia argumentativa) ha tenido como objetivo analizar la
tensión que se produce entre discurso institucional y espacio subjetivo, contexto
y texto, paradigmas ideológicos oficiales y paradigmas alternativos. En estas
conclusiones, lo que planteo son una serie de hipótesis que esperan su
demostración; la idea es construir perspectivas que aspiren a identificar algunos
de los puntos centrales del «pensamiento sorjuanino».
—97→
En el espacio personal que construye sor Juana para su discurso, la envidia,
como se ha visto, tiene una función importante. ¿Cuál sería la correspondencia
que subyace en el plano público? Podría postularse un paradigma de
la competencia. Según el padre Calleja, sor Juana, a los ocho años, compite por
un premio (un libro, por supuesto) y compone una loa; a los diecisiete años
ocurre el famoso examen ante los cuarenta sabios, aprobado con mayúsculo éxito
(Calleja 1980, pp. 141, 143). Luego sigue la competencia literaria imaginaria con
Quevedo, Lope, Calderón y el magno Primero Sueño, de tintes gongorinos. En la
Nueva España, se «enfrenta» amistosamente con Carlos de Sigüenza y Góngora
en la composición de arcos triunfales27 y no tan amistosamente con el padre
Núñez, también autor de arcos triunfales, villancicos y profuso tratadista
religioso28.
¿Cómo responde sor Juana a este paradigma de la competencia? Lo concibe
como diálogo, como estímulo intelectual, como prueba de inteligencia y entonces
su obra se transforma en el inextinguible sol del cielo literario novohispano29.
Éste sería el efecto positivo. Es aclamada; el motivo del «aplauso no solicitado»
aparece en la CPN («los aplausos y las celebraciones vulgares ¿los solicité?»
Alatorre 1987,p. 621) y en la RSF («¿quién no creerá, viendo tan generales
aplausos, que he navegado viento en popa y mar en leche?» Méndez Plancarte
1951-57, p. 452). Y tanto el sermón predicado por Palavicino como
la CSC demuestran que la competencia sobre ciertos asuntos (las finezas de
Cristo, por ejemplo) podía ser peligrosa. Ahora bien, ¿cómo responden los otros
ante el ineludible protagonismo de la monja jerónima? Con la envidia. Alatorre y
Trabulse han tratado el tema de los «celos profesionales» que podía haber
suscitado la fama de sor Juana en el padre Núñez, por ejemplo (Alatorre 1987 y
Trabulse 1995a). No sería el único caso, seguramente. Éste sería el efecto
negativo. Pero lo que aparenta ser queja en sor Juana se convierte en estrategia de
pensamiento y argumentación: contra la envidia, defiende los dotes naturales y
sólo la justifica cuando éstos se utilizan erróneamente, es decir, cuando las
acciones «no corresponden» a las mercedes que otorga Dios. Y aquí se produce
un enlace significativo: en la RSF sor Juana habla de la «fuerza de su
inclinación» y de los problemas que ha tenido por ello:
—98→
Entre las flores de esas mismas aclamaciones se han
despertado tales áspides de emulaciones y
persecuciones, cuántas no podré contar, y los que más
nocivos y sensibles para mí han sido, no son aquellos
que con declarado odio y malevolencia me han
perseguido, sino los que amándome y deseando mi bien
(y por ventura, mereciendo mucho con Dios por la
buena intención) me han mortificado y atormentado más
que los otros.
En este pasaje se aúnan el motivo del «aplauso no solicitado», el tema de la
envidia, resultado del paradigma de la competencia, y tal vez haya que pensar en
algo más: ¿no estará poniendo a funcionar sor Juana su teoría sobre los
beneficios negativos, aplicada a su caso? Se diría que es una exhortación a sus
más «amorosos» detractores (vaya paradoja): «no me hagan más favores, que la
mayor fineza es dejarme libre», parece decir sor Juana.
En la competencia sor Juana funciona adecuadamente. El efecto nocivo de
este paradigma (el discurso «envidioso» de los otros) perturba su espacio privado
y por esto se apropia del tópico y lo convierte en estrategia de argumentación.
Con el libre albedrío es al revés: la respuesta privada de sor Juana ante el
paradigma público de la obediencia -uno de los cuatro votos, junto con el de
castidad, pobreza y clausura, que hacían las religiosas al enclaustrarse- perturba
el espacio oficial de las reglas religiosas y, en consecuencia, a sus intransigentes
defensores. El tema es prevalente en las cartas de sor Juana. En la CPN, sor
Juana aduce que haberse rehusado a componer el Neptuno Alegórico «era
inobediencia» (Alatorre 1987, p. 619); en la CA repite constantemente que la
escribe porque se lo han pedido y debe responder (Méndez Plancarte 1951-
57, p. 412 y passim); en la RSF protesta que sólo escribe por obedecer y habla de
la «reverencia» que le debe a Fernández de Santa Cruz (ibid., pp. 464, 474-475).
Asunción Lavrin, entre otras, ha incursionado e iluminado el terreno de la
obediencia debida de las monjas hacia sus superiores. En «Vida conventual:
rasgos históricos» dice que la RSF es una mezcla de desafío y atrición. Por eso
concluye: «el cuerpo de la Respuesta es una mezcla de expresión de libre
albedrío y de reiteración de obediencia» (Lavrin 1995, pp. 56-63). Recuérdese la
admonición de Fernández de Santa Cruz en la CSF: «Letras que engendran
elación, no las quiere Dios en la mujer; pero no las reprueba el Apóstol cuando
no sacan a la mujer del estado de obediente» (Méndez Plancarte 1951-57, p. 695)
(Méndez Plancarte 1951-57, p. 452)
. Sin embargo, se ha visto cómo sor Juana defiende su derecho a pensar
libremente y cómo se vale de esa opción en sus argumentaciones; cuando es
necesario, sólo declara obediencia a la Santa Iglesia. Habría que decir que este
énfasis en la libertad de pensamiento es lo que permite a las lecturas feministas
hablar de un «reto al orden falocéntrico literario» en la obra de sor Juana (por
ejemplo, Bergmann 1983, p. 182). Lo que destaca del análisis de Lavrin y que
sirve a nuestro enfoque es ese vaivén áspero entre la presunta libertad del espacio
literario y la camisa de fuerza instaurada en la vida de la mujer en el siglo XVII;
esto también se convierte en —99→ estrategia argumentativa para sor Juana.
Uno no puede dejar de preguntarse sobre las causas del ocaso del libre albedrío
(léase la escritura)30 en la poeta novohispana y plantearse si no fue un «exceso de
obediencia» (la redacción de la CA)31 lo que provoca el colapso final.
Frente a la tensión entre paradigmas públicos (competencia/obediencia) y
respuestas públicas (brillo intelectual/cumplimiento formal) y privadas
(argumentación a partir de la envidia; argumentación a partir del libre albedrío),
¿existe una tercera vía, un atisbo de resolución en la obra de sor Juana? En otro
trabajo, me he ocupado de señalar las posibles direcciones de relectura de
la CA32. Una de ellas propone concentrarse en la fineza que presenta sor Juana
como condensadora de esos conflictos. ¿Es en el post-scriptum de la carta donde
sor Juana intenta, por un lado, mantener una arquitectura argumentativa que
atiende tanto a los procedimientos retóricos de la época como a los paradigmas
señalados (aun en un documento que, en principio, era de carácter privado) y, por
el otro, rebatir ya no a Vieira sino a sus detractores a partir de ejes de
pensamiento propios?
En este delicado juego de proporciones, sor Juana no pierde nunca la razón.
Una hipótesis posible es entonces construir un paradigma (marginal) para
caracterizar el pensamiento de sor Juana: la racionalidad. En la RSF dice
confesarse «con la verdad y claridad que en mí es siempre natural y costumbre»;
intenta justificar su inclinación a las letras porque se lo indicó «la primera luz de
la razón»; al ocuparse de los sufrimientos de Cristo dice que la eminencia que
más padece la envidia «es la del entendimiento» (Méndez Plancarte 1951-
57, pp. 443, 444, 455). La razón es natural en sor Juana; hasta el mismo
Fernández de Santa Cruz lo reconoce (y refuerza el argumento sobre los «dotes
naturales» que alberga la monja jerónima): «Éste [la claridad, compañera de la
sabiduría] es uno de los muchos beneficios que debe V. md. a Dios; porque la
claridad no se adquiere con el trabajo e industria: es don que se infunde con el
alma» (ibid., p. 694). Esta claridad fundamentada en la razón y conjuntada con el
ánimo inquisitivo es quizá lo que irrita a algunos de sus lectores.
—100→
En la CA, el contexto es diferente. Sor Juana se refiere primero
al «entendimiento humano, potencia libre y que asiente o disiente necesario a lo
que juzga ser o no ser verdad». La libertad de pensamiento vuelve a aparecer,
esta vez como calificadora de la razón33. Más adelante, y teniendo en cuenta el
asunto que la mueve a escribir, sor Juana no deja de recordar que a ella le
interesa la argumentación: «Allá verá V. md. en el sermón lo elegante de esta
prueba; que a mí me importa, primero, averiguar la forma de este silogismo, y
ver cómo arguye el Santo [Tomás] y cómo replica el autor». La razón se liga aquí
a la argumentación silogística: «pruébolo por razón», dice sor Juana
(ibid.,pp. 413, 420, 425). Y es justamente la argumentación de la CA -«la viveza
de los conceptos, la discreción de sus pruebas»- lo que admira sor Filotea
(ibid., p. 694). Como ejemplo de esta «viveza» no puede dejar de citarse el
argumento que presenta sor Juana para refutar la proposición de Vieira sobre el
llanto de Magdalena por Cristo, ausente al pie de la cruz y presente ante el
sepulcro. Vieira infiere que hay mayor dolor en la ausencia que en el momento
de la muerte. Sor Juana contesta que un dolor muy grande inhibe nuestras
acciones y movimientos; cuando se modera, se exhala el llanto, «de donde se
prueba, por razón natural, que es menor el dolor cuando da lugar al llanto [...]
luego no son indicio de muy grave dolor las lágrimas, pues es un signo tan
común, que indiferentemente sirven al pesar y al gusto» (ibid.,pp. 418-419).
Las pruebas textuales que permiten hablar de la racionalidad como rasgo
central en el pensamiento de sor Juana están ya condensadas en la CPN. Allí, dos
veces aparece el conflicto entre fuerza y razón: «Ojalá y la santidad fuera cosa
que se pudiera mandar, que con eso la tuviera yo segura. Pero yo juzgo que se
persuade, no se manda». Sor Juana se reserva la capacidad de juzgar (razonar) la
viabilidad de una proposición. Ante el afán que muestra Núñez por indicarle el
camino de la salvación, sor Juana hace una distinción clave: «Si es mera caridad,
parezca mera caridad y proceda como tal, suavemente, que el exasperarme no es
buen modo de reducirme, ni yo tengo tan servil natural que haga por amenazas
lo que no me persuade la razón» (Alatorre 1987, p. 624; énfasis mío). Más allá
de la lección doctrinal que le da sor Juana a su confesor (la caridad es suave y
usted no lo es), lo que se deduce de este pasaje es que el único modo de
persuasión válido para sor Juana es la argumentación razonada; su naturaleza
rechaza otros métodos que no se conducen con su «servil natural»34. Y aquí hay
otro cruce posible; la frase se enlazaría con lo que dice Calleja en su
biografía: «la caridad era su virtud —101→ reina: si no es para guisarlas la
comida, o disponerlas los remedios a las que enfermaban, no se apartaba de su
cabecera» (Calleja 1980, p. 145)35 y también con la caridad, virtud de los
serafines de Dios, como posible respuesta a la envidia, relación que examina Sara
Poot Herrera en un trabajo reciente36.
Como vimos en nuestro recorrido por las cartas que rodean a sor Juana37,
desde una lectura moderna puede argumentarse que el poder equitativo y
universal de la razón para persuadir -no el de la emoción ni el del autoritarismo-
fue algo en lo que la monja jerónima creyó con fervor, no así sus
contemporáneos. Por esto, este paradigma racional, para seguir con las paradojas,
no era modelo o, por lo menos, no era un modelo oficial y, por tanto, aplicable.
La racionalidad, en el caso de sor Juana, debía ser neutralizada por la obediencia
y la envidia. En los intersticios de su obra, sor Juana se permitió diferir. Por eso
la pregunta de la (sin dudas ya) pensadora novohispana, planteada en el último
epígrafe, era tan pertinente: «[las mujeres] ¿no tienen alma racional como los
hombres?».
-Conflicto entre Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla, y la Compañía de Jesús. -Gracián, Oráculo manual y arte de la prudencia. -Rebelión en Sicilia, capitaneada por José Alesio, contra los españoles. -En Nápoles, rebelión de Massaniello contra la administración española. -Juan de Solórzano Pereyra, Política indiana.
-Pira sacra a Baltasar Carlos de Austria. -Brevísima noticia de las exequias del Príncipe Baltasar Carlos de Austria. -Anónimo, Real mausoleo y funeral pompa que erigió el señor conde de Salvatierra [...] a las memorias del [...] Príncipe Baltasar Carlos.
1648 -Noviembre 12. Posible año de nacimiento de Juana de Asuaje en San Miguel Nepantla, México [1651?]. Sus padres don Pedro Manuel de Asuaje, probablemente natural de Canarias y doña Isabel Ramírez de Çantillaña, natural de Yacapistla, Nueva España.
-Auto de fe; mueren 28 personas. -El pintor Sebastián López de Arteaga llega a México. -El doctor Marcos de Torres y Rueda, obispo de Yucatán, es virrey interino desde el 13 de mayo hasta abril de 1649. -Se abre al culto, en la catedral, la Capilla de Plateros con fiesta solemne que dura ocho días. -El dominico fray Diego de los Ríos, calificador del Santo Oficio, confesor del virrey es nombrado rector de la Universidad. -Rebeliones tarahumaras en Chihuahua (hasta 1690). -Primera dedicación de la Catedral de México. -Paz de Westfalia. -Independencia de los Países Bajos. -Felipe IV contrae matrimonio por poder con Mariana de Austria. -Muere Tirso de Molina. -Fallece Rojas Zorrilla. -Malestar en Navarra y Aragón; prisión del duque de Hijar. -Sumisión de Nápoles a los españoles. -Thomas Gage, Nueva relación de las Indias occidentales.
-Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro Escondido en el Santo Carmelo mexicano. -Andrés de Morales: Ediscalia sacra en honor de Francisco de Lara y Antonia Suárez de Mendoza. -Miguel de Bárcena Valmaceda: Relación de la pompa festiva y colocación de una cruz de piedra. -Miguel Sánchez, sermón Imagen de la Virgen María Madre de Dios Guadalupe. -Miguel Sánchez, Imagen de la Virgen María madre de Dios de Guadalupe, celebrada en su historia con la profecía del capítulo doce del Apocalipsis.
1649 -Auto de fe del Santo Oficio: trece quemados vivos, entre ellos, Tomás Treviño de Sobremonte, judaizante. -Muere el virrey Marcos de Torres. -Llega a México Horacio Carochi, lingüista italiano. -Fray Diego de los Ríos es reelecto rector de la Universidad. -Interinato virreinal de la Real Audiencia de México el 22 de abril hasta el 28 de junio de 1650. -El obispo Juan de Palafox y Mendoza dedica la catedral de Puebla y poco después sale de la Nueva España. -[Ca.] Nace el pintor novohispano Cristóbal de Villalpando (muere en 1714).
-Desagravios de Christo en el triunfo de su cruz contra el judaísmo (poema heroico-sacro) de Francisco Corchero Carreño. -Matías de Bocanegra compone Auto público y general de la fe, celebrado en la muy noble y muy leal Ciudad de México. -Dedicación de la Catedral de Puebla. -Luis Laso de la Vega, Huei Tlamahuizoltica omonexiti ilhuicac tlatoca ihwapilli Sancta María. -Hernando Becerra, Tratado del Azogue. -Martín del Castillo, Sermón a la dedicación del Templo de las Mercedes en la ciudad de los Ángeles.
1650 -Levantamiento de indios chichimecas. -Muere el arzobispo de México, Juan de Mañozca. -Dedicación de la Iglesia de San
-Portada alegórica que la Iglesia Metropolitana dedicó al Conde de Alva de Aliste. -Alonso Alavés Pinelo, Astro mitológico, político que consagró la
Lorenzo, perteneciente a las religiosas jerónimas. -Nace el músico y poeta Antonio de Salazar. -Antonio Vieyra predica su Sermón del mandato. -Incursionan los españoles en Texas. -Luis Enríquez de Guzmán, IX conde de Alba de Liste toma posesión como virrey el 28 de junio. Entrega el mando en agosto de 1563. -Sede vacante del arzobispado, hasta 1653. -Muere Descartes. -Felipe IV apoya a los frondistas franceses; sigue la lucha entre Francia y España.
ciudad de México al Conde Alva de Aliste. -[Ca.] Historia natural de la Nueva España de Francisco Hernández.
1651 -A los tres años pidió que le diesen lección [1654?]. A los cinco años ya sabía leer, escribir y contar. [Calleja y Respuesta a Sor Filotea].
-Pacificación de los indios papigoches. -Fundación de la Real y Pontificia Universidad de México. -Se prohíbe a los jesuitas no hispánicos entrar a las Indias. -Guerra anglo-española. -Gracián, El criticón. -Leviathán de Hobbes. -Condé, jefe rebelde frondista, se une a los españoles. -Sublevación en Cataluña: don Juan José de Austria asedia Barcelona.
-Libro de la vida del próximo evangélico exemplificado en la vida del Venerable Bernardino Álvarez, español, patriarca de la orden de la caridad [...] y en las vidas de algunos hermanos que fueron compañeros del venerable.
1652 -Insurrección indígena en Yucatán. -El capitán Juan de Chavarría Valera recibe el hábito de la Orden de Santiago. -El mercedario fray Juan de Airolo Flores y maestro de la facultad de Artes es electo rector de la Universidad. -Felipe IV reconoce los derechos históricos de los catalanes. -Proyecto de alianza de Cromwell con España. -Rendición de Barcelona a don Juan José de Austria: la Generalidad reconoce por rey a Felipe IV. -Rendición de Barcelona, fin de la guerra de Cataluña. -Fin de la guerra con Francia.
-Diego Rodríguez, Discurso Etheorológico. -Gabriel López de Bonilla, Discurso y Relación Cometográphica. -Ambrosio de Solís Aguirre, Altar de Nuestra Señora la Antigua. -Marte católico, auto triunfal erigido en honor del duque de Alburquerque. -Arte breve y vocabulario de la lengua tzoque conforme se habla en el pueblo de Tepatlan [...] de fray Luis González. -[Ca.] Antonio Tello, Crónica miscelánea de la Santa Provincia de Xalisco.
1653 -Fuerte temblor en la ciudad de México. -Aparición de un cometa. -Muere el arzobispo Marcelo López de Azcona. -Aparece un cometa en la ciudad de México. -Francisco Fernández de la Cueva Enríquez, X duque de Alburquerque toma posesión como virrey el 15 de agosto. Entrega el mando en septiembre de 1660. -La Universidad organiza gran festividad en honor de la Inmaculada Concepción. -El señor Marcelo López de Azcona es arzobispo de México. Muere el mismo año. -Gracián, El criticón (2ª parte). -Felipe IV confirma los privilegios catalanes: don Juan José de Austria, virrey de Cataluña, rechaza a los
-Juan Ruiz, Discurso hecho sobre la significación de dos impresiones metereológicas. -Esfera de Apolo en honor del Arzobispo Marcelo López de Azcona. -Elogio panegíricodedicado al virrey Francisco Fernández de la Cueva. -Arco triunfal por la llegada del Duque de Alburquerque: Marte católico, astro político, planeta de héroes. -Anónimo. Relación prodigiosa de la vida y hechos de Catalina de Erauzo (la monja alférez). -Anónimo. Discurso hecho sobre la significación de dos impresiones metereológicas.
franceses en Gerona y Figueras.
1654 -A los tres años aprende a leer con la llamada Amiga, maestra de niñas.
- Se deroga la prohibición a jesuitas no españoles para entrar a colonias hispánicas. -Inauguración del Templo de Nuestra Señora de las Mercedes en México. -Fallece el pintor Alonso López de Herrera. -Proceso al bibliófilo Melchor Pérez de Soto por astrólogo. -El doctor Juan de Poblete es electo rector de la Universidad. -Publicación de la primera parte de las comedias de Agustín Moreto.
-Nace el padre Pedro de Avendaño. -Entre este año y 1688 escribe el padre Juan de Guevara -Canción lírica a la Inmaculada Concepción, Capitán don Luis de Verrio. -Juan d Guevara, Certamen poético que celebró la docta y lucida Escuela de los Estudiantes de la Real Universidad de México a la Inmaculada Concepción. -Diego González de Contreras, Romance de «vaya» al diablo. -Agustín de Salazar y Torres, Romance del escudo de María.
1655 -Muere fray Francisco Naranjo, catedrático escolástico. -Construcción del Templo de la Inmaculada Concepción en la ciudad de México. -El doctor Mateo Sagade Bugueiro es arzobispo de México, hasta 1663. -El dominico fray Luis de Cifuentes, catedrático de Prima de Cánones es electo rector de la Universidad. -Prosigue la guerra hispano-francesa: don Juan José de Austria ocupa Berga y Campodón.
-Teatro eclesiástico de la primitiva Iglesia de las Indias Occidentales.
1656 -Nace Diego Ruiz Lozano, medio hermano de Sor Juana. -A los ocho años escribió una loa para la fiesta del Santísimo Sacramento en Amecameca [Calleja y Respuesta a Sor Filotea] a los ocho años. Pedía a sus padres que la dejasen vestir de hombre y estudiar. Autodidacta.
-Consagración de la Catedral de México. -Se inicia la construcción de la Catedral de Campeche. -Fallece el pintor novohispano Sebastián López de Arteaga. -El archiduque Leopoldo renuncia al gobierno de los Países Bajos que pasa a ocupar don Juan José de Austria.
-Luis de Cifuentes, Oración en la dedicación del templo consagrado a la Purísima Concepción. -Juan de la Torre y Castro, Sacra dedicación del Templo de la Concepción Purísima.
1657 -[Ca.] Las Meninas de Velázquez. -Buorromini empieza a construir la columnata de San Pedro (termina en 1665). -Se formaliza la alianza anglo-francesa contra España. -Blake destruye en Tenerife una flota española procedente de América.
1658 -Terrible sequía en México. -Epidemia de viruela. -El padre maestro y agustino fray Antonio de Barrientos es electo rector de la Universidad. -Muere Gracián. -César Oudin, Refranes o proverbios castellanos traduzidos en lengua francesa.
-Fray Marcos Chacón, Canción Real del V. P.Fray Francisco Solano.
1659 -Nace su media hermana Antonia Ruiz Lozano. -Sor Juana estudia latín con el bachiller Martín de Olivas, lengua que aprendió en veinte lecciones [Calleja]. -Nace su media hermana Inés Ruiz Lozano.
- Auto general de fe. Se quema a don Guillén de Lampart, por pretender independizar a la Nueva España de la Península. -Construcción de la Iglesia de San José de Gracia. -Muere en Osma Juan de Palafox y Mendoza.
- Pedro Gutiérrez de Arjona, Genealógico Atlante consagrado al nacimiento de Felipe Próspero, hijo de Felipe IV. -Se representó El gentil hombre de Dios, de Luis de Sandoval Zapata.
-El Tratado de los Pirineos confirma el hundimiento de imperio español. Paz entre Francia y España; se fijan las fronteras entre ambos países. -Se concreta el matrimonio entre Luis XIV y María Teresa, hija de Felipe IV.
1660 -Los padres de Sor Juana la llevan a vivir con su abuelo en la Ciudad de México [Calleja].
-Atentado en la Catedral de México contra el virrey duque de Alburquerque. -Se inicia la construcción de la Catedral de Valladolid, Morelia. -Muere Baltasar de Echave, pintor criollo. -Fallece el pintor Velázquez. -Juan Francisco de Leyva, II marqués de Leyva toma posesión como virrey el 16 de septiembre. Entrega el mando en junio de 1664. -El doctor Juan de Ortega y Montañés es nombrado fiscal del Santo Oficio. Llegó a ser Inquisidor Mayor. -Año de la primera información conocida del jesuita Antonio Núñez de Miranda como censor del Santo Oficio. Es calificador hasta su muerte en 1695. -Muere Velázquez. -Los españoles fortifican Bruselas.
-Nace Gabriel de Mendieta Revollo. -Pedro Fernández Osorio: Júpiter benévolo que la Iglesia Metropolitana dedica a los Virreyes de la Cerda. -Noticia de la mitralogía política y empresas del arco triunfal que la ciudad de México erigió en honor de los virreyes de la Cerda. -Mateo Cruz, Relación de la milagrosa aparición de Nuestra Señora de Guadalupe de México.
1661 -El mercedario padre maestro fray Juan de Herrera es electo rector de la Universidad. -Luis XIV asume el poder en pleno. Se comienza la construcción del palacio de Versares. -Guerra hispano-portuguesa: campañas de don Juan José de Austria. -Se inicia la publicación de la Gaceta de Madrid.
-Descripción breve de la plausible pompa [...] que hizo el religioso convento de San José de Gracia [...] en la suntuosa dedicación de su nuevo templo de Diego de Ribera.
1662 -Intento de los ingleses de establecerse en Yucatán. -Muere Pascal. -Segunda campaña de don Juan José de Austria en Portugal. -Los ingleses destruyen Santiago de Cuba. -Juan de Espinosa de Medrano «El Lunarejo»,Apologético a favor de don Luis de Góngora.
-Entre este año y 1696 escribe Alonso Ramírez de Vargas.
-Entra a la corte del virrey Mancera. Fue muy querida de la virreina.
-El doctor Diego Osorio de Escobar y Llamas es arzobispo de México, hasta 1664. -Nueva campaña española contra Portugal; toma de Evora y Alcázar de la Sal. -Contraofensiva portuguesa: derrota y retirada de don Juan José de Austria; se refugia en Badajoz.
-Ambrosio de Solís, Memorias del siervo de Dios Gregorio López.
1664 -El licenciado Diego de Escobar y Llamas, obispo de Puebla, es virrey interino del 29 de junio al 15 de octubre. -Antonio Sebastián de Toledo Molina y Salazar, I marqués de Mancera toma posesión como virrey el 15 de octubre. Entrega el mando en noviembre de 1673.
-Pedro Salguero, Vida del venerable padre y ejemplarísimo varón fray Diego de Basalenque. -Alonso Bonifacio, Carta del padre... rector del colegio de San Pedro y San Pablo de la Compañía de Jesús de la ciudad de México... acerca de la muerte, virtudes y ministerios del padre Pedro Ihoan Castini.
-El doctor Alonso de Cuevas Dávalos es arzobispo de México, hasta 1665. -Muere Zurbarán. -Tartufo de Molière. -Calderón de la Barca publica la tercera parte de sus comedias.
1665 -Muere Felipe IV. Le sucede Carlos II. Regencia de Mariana de Austria y del jesuita Nithard hasta 1675. -El rey francés reclama los derechos de herencia de su esposa María Teresa sobre los territorios de los Países Bajos españoles. -Muere la monja María de Jesús de Ágreda, autora de la Mística ciudad de Dios.
-Esteban García, Crónica de la Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de México. Libro Quinto. -Anónimo, Empresa métrica o certamen de la inmaculada en la nueva dedicación de Jesús Nazareno.
1666 -Soneto fúnebre a Felipe IV. -Fray Marcos Ramírez de Prado es arzobispo de México, hasta 1667. -Newton, descomposición de la luz.
-Isidro Sariñana, Llanto del Occidente en el ocaso del más claro Sol de las Españas en las exequias del Rey Felipe IV.Del mismo autor, Décimas al desengaño de la vida. -Bernabé de Herrera, Solemnísimas exequias de la Iglesia Catedral de Valladolid en memoria del Rey Felipe IV. -Luis Becerra Tanco, Origen milagroso del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, extramuros de la ciudad de México.
1667 -Fuertes temblores en la Ciudad de México. -Dedicación de la Catedral de México. -Virgen de Guadalupe, lienzo de Juan Correa. -Guerra «de devolución»: las tropas de Luis XIV invaden los Países Bajos españoles. -Tratado secreto entre Luis XIV y Carlos III de Inglaterra. -Se representa una loa de Antonio Medina Solís en honor de la Virgen de Guadalupe.
-Diego de Ribera, Poética descripción de la dedicación de la Catedral de México en diciembre de 1667. -Francisco Uribe y Antonio Núñez: Honorario túmulo: Pompa exequias y imperial mausoleo en honor del Rey Felipe IV. -Sáenz Ovecuri, fray Diego, Thomasiada al sol de la Iglesia y su doctor Santo Thomás de Aquino.
1668 -Antonio Núñez de Miranda la convence de entrar al convento. Don Pedro Velázquez de la Cadena le paga la dote [Calleja]. -Tenía no más de 17 años cuando la examinaron cuarenta «tertulios» especialistas en diversas disciplinas. Salió airosa de la prueba [Calleja]. -El 14 de agosto ingresa como novicia al Convento de las Carmelitas Descalzas de San José de México. Sale de esa orden el 18 de noviembre del mismo año, por encontrar demasiado rígida la disciplina y por motivos de salud [Oviedo].
-Fray Payo Enríquez de Rivera es arzobispo de México, hasta 1680. -El jesuita Antonio Núñez de Miranda es confesor de los virreyes. -Fábulas de La Fontaine. -Choques políticos de don Juan José de Austria con la reina Mariana y el padre Nithard. Don Juan José de Austria se retira a Barcelona; allí es aclamado. -Tratado hispano-portugués, España reconoce la independencia de Portugal. -Muere Francisco Corchero Carreño.
-Isidro Sariñana, La catedral de México en 1668. Noticia breve de la solemne dedicación del Templo Metropolitano de México. -Familiar prosopopeia. Epístola estimativa de Antonio Núñez de Miranda. Obra, publicada anónimamente y denunciada ante el Santo Oficio. Se prohíbe su circulación el mismo año, sin reprimenda a su autor. -Primavera Indiana [...] idea de María Santísima de Guadalupe, de Carlos de Sigüenza y Góngora.
1669 -El 24 de febrero entra al Convento de la Orden de San Jerónimo, también llamado de Santa Paula. Profesa definitivamente y permanece allí hasta el día de su muerte. -Su madre le da una esclava, a
-Don Juan José de Austria rompe abiertamente con el gobierno español. Marcha hacia Madrid y obliga al padre Nithard a parir para el destierro. Le sustituye Valenzuela en la privanza de la reina.
-José López de Avilés escribe entre 1669 y 1684.
Juana de San José [Libro de profesiones del Convento de San Jerónimo]. -Se inicia su relación con el jesuita Antonio Núñez de Miranda como su confesor. -Hace un testamento en el que renuncia a todos sus bienes. -Profesa como religiosa con el nombre de Sor Juana Inés de la Cruz.
1670 -[Ca.] Las Artes Liberales y los Cuatro Elementos, pintura de Juan Correa. -Fundación del Teatro de Comedias en la ciudad de México. -Tratado de Madrid: el gobierno español cede definitivamente la isla de Jamaica a los ingleses.
-Palestra historial de virtudes y ejemplares apostólicos [...] de la Sagrada Orden de Predicadores, de Francisco de Burgoa.
1671 -Romance al arzobispo fray Payo Enríquez de Ribera.
-Diego de Ribera, Poética descripción, compendio breve, de la pompa en la dedicación del templo de Nuestra Señora de Balvanera. -Menologio de los varones más señalados en la perfección religiosa de la Compañía de Jesús de Francisco de Florencia.
1672 -Carlos de Sigüenza y Góngora ingresa como profesor de Astrología y Matemáticas en la Universidad de México.
-Sermón último en las fiestas de la canonización de San Francisco de Borja, de Antonio Núñez de Miranda. -Tesoro de medicinas de Gregorio López. -Anónimo, Festivo aparato [certamen de San Francisco de Borja].
1673 -Sonetos fúnebres al duque de Veragua. -Soneto acróstico a Martín de Olivas.
-Muerte del duque de Veragua. -Pedro Nuño Colón de Portugal y Castro, VI duque de Veragua toma posesión como virrey el 20 de noviembre. Entrega el mando en diciembre del mismo año. -Fray Payo Enríquez de Rivera es virrey interino desde el 13 de diciembre hasta noviembre de 1680. -Muere Molière.
-Diego Basalenque: Historia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Michoacán. -Miguel de Perea Quintanilla y Diego de Ribera, Histórica imagen de proezas del original Perseo en honor del virrey Pedro Colón de Portugal. -Arte de la Lengua Mexicana, de fray Agustín de Vetancurt. -Diego de Ribera, Breve relación de la plausible pompa [...] con que se celebró la Dedicación de tempo del ínclito Mártir San Felipe de Jesús.
1674 -Sonetos fúnebres en honor del fallecimiento de la marquesa de Mancera.
-Inundación de la ciudad de México. -Muerte de la marquesa de Mancera en Tepeaca. -Motines contra los españoles en Messina, Sicilia.
-Francisco de Burgoa, Geográfica descripción de la parte septentrional del Polo Ártico de la América.
1675 -Mayoría de edad de Carlos II («El hechizado») de España: su reinado hasta 1700. -Sigue la oposición expectante de don Juan José de Austria. -Miguel de Molinos escribe su Guía espiritual.
-Felicidad de México en el principio y milagroso origen que tuvo el santuario de la Virgen María, nuestra Señora de Guadalupede Luis Becerra Tanco.
1676 -Se publican en México los Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Metropolitana de México en los maitines de la Purísima Concepción de Nuestra Señora.
-Carlos de Sigüenza y Góngora es inspector jefe de artillería y cosmógrafo del virreinato.
-Vida y virtudes heroicas de la madre María de Jesús, de Francisco Pardo.
1677 -Se publican en México los Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Catedral de México a los maytines del Gloriosisimo Príncipe de la Iglesia, el Señor San Pedro.
-Nueva marcha de don Juan José de Austria hacia Madrid, para imponer su voluntad a Carlos II de España; destierro de la reina Mariana de Austria y de su favorito Valenzuela. -Martín de Velasco, Arte de sermones para saber hazerlos y predicarlos.
-Auto en que el Ilustrísimo y Excelentísimo Señor fray Payo Enríquez de Ribera, Arzobispo de México [...] declara por milagro la reintegración de los Panecitos de la gloriosa Virgen Santa Teresa de Jesús. -Ignacio de Santacruz Aldana, Relación de las Reales Fiestas por los Felices Años de Carlos II.
1678 -Edición española de los Sermones de Vieyra dedicados a Aguiar y Seijas. -Don Juan José de Austria, primer ministro y dueño efectivo del gobierno español.
-Sermón [...] a la declaración del Milagro de los Panecitos de Santa Teresa de Jesús, de Isidro Sariñana y Cuenca. -Antonio Núñez de Miranda, Sermón de Santa Teresa de Jesús en la fiesta que [...] celebró por auténtica declaración del milagro de la prodigiosa reintegración de sus panecitos.
1679 -Se publican en México los Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Metropolitana de México en honor de María Santísima en su Asunción triunfante.
-Matrimonio de Carlos II de España con María Luisa de Orleans; influencia de Luis XIV en la corte española. -Muere don Juan José de Austria.
-Del mismo autor, Plática doctrinal [...] en la profesión de una señora religiosa del convento de San Lorenzo.
1680 -Escribe el Neptuno Alegórico en honor del virrey don Tomás de la Cerda, Marqués de La Laguna. -Año probable de la composición de Hombres necios que acusáis... -Se publica en México el Neptuno alegórico, océano de colores, simulacro político que erigió la muy esclarecida, sacra y augusta Iglesia Metropolitana de México, en las lucidas alegóricas ideas de un arco triunfal que consagró obsequiosa y dedicó amante a la feliz entrada de [...] el Conde de Paredes, Marqués de la Laguna.
-Aparición de un cometa que suscita polémicas entre Carlos de Sigüenza y Góngora y Eusebio Kino. -[Ca.] Expulsión del Paraíso, lienzo de Juan Correa. -Tomás Antonio de la Cerda Enríquez y Afán de Rivera, III marqués de la Laguna toma posesión como virrey el 7 de noviembre. Entrega el mando en noviembre de 1686. -Se estrena la capilla de Nuestra Señora de Loreto en la iglesia de San Gregorio. -Ataques piratas en la costa del Golfo (hasta 1689). -Rebelión de los indios de Nuevo México (hasta 1693). -Muere Bernini. -Se funda la Comedia Francesa. -Malebranche, Tratado de la naturaleza y de la gracia. -Se representa un auto en honor de la Inmaculada Concepción.
-Carlos de Sigüenza y Góngora: · Glorias de Querétaro en la nueva congregación eclesiástica de Marta Santísima de Guadalupe, · Teatro de virtudes políticas, que constituyen a un Príncipe advertidas en los Monarcas antiguos del Mexicano Imperio, · Noticia cronológica de los reyes, emperadores, gobernadores, presidentes y virreyes, que desde su primera fundación, hasta el tiempo presente han gobernado esta nobilísima imperial ciudad de México. -Antonio Ramírez Santibáñez, Piérica narración de la plausible pompa con que entró [...] el Señor Conde de Paredes, Marqués de la Laguna. -Octava Maravilla y sin segundo milagro de México, perpetuado en las rosas de Guadalupe de Francisco de Castro. -Nazareno en la Santa Veracruz. -Antonio Fernández Lechuga: Memorioso recuerdo a la venida del virrey Manuel de la Cerda. -Cartilla de la doctrina religiosa [...] de Antonio Núñez de Miranda.
1681 -Sale de México hacia España fray Payo Enríquez de Ribera. -Indios de Nuevo México matan a misioneros. -Muere Calderón de la Barca el 25 de mayo. -Tratado hispano-portugués de límites referente a los territorios americanos.
-Manifiesto filosófico contra los cometas desposados del imperio que tenían sobre los tímidos de Carlos de Sigüenza y Góngora. -Eusebio Kino: Exposición astronómica del Cometa del año de 1680 para los meses de noviembre y diciembre y este año de 1681 para los meses de enero y febrero. -Discurso cometológico de Joseph de Escobar. -Felipe de Santoyo García Galán y Contreras:Panegírica dedicación del
templo dedicado a Santa Isabel. -Géminis alegórico de la casa del cielo de Baltasar de Medina. -Práctica de la teología mística, de Miguel de Godínez. -Cythara de Apolo de Agustín de Salazar y Torres.
1682 -Probable composición de la Autodefensa espiritual, también conocida como la Carta de Monterrey. -Rompe con su confesor, Antonio Núñez de Miranda. -Sor Juana se confiesa con el hijo espiritual de Núñez de Miranda, Pedro de Arellano y Sosa.
-Fuerte temblor en la ciudad de México. -Certamen poético en honor de la Inmaculada Concepción. -El capitán Juan de Chavarría Valera costea la renovación de la iglesia de San Gregorio que se comienza en 2 de julio, se dedica en junio de 1685 y se concluyen la torre y fachadas en 1691. -El doctor Francisco de Aguiar y Seijas es arzobispo de México, hasta 1698. -El capitán Juan de Chavarría Valera muere en México el 29 de noviembre de 1682, viudo de doña Luisa de Vivero y Velasco, de la familia de los condes del Valle de Orizaba. Se le sepulta en San Lorenzo. -Muere el pintor Murillo.
-Baltasar de Medina, Crónica de la santa provincia de San Diego de México. -Francisco de Florencia, Sermón en la dedicación del templo de Tepotzotlán. -Juan Pérez de Montalbán, El valor perseguido y traición vengada. -Pedro Vecerra, Del sacristán. -Entre este año y 1699 escribe Antonio Delgado y Buenrostro. -Entre este año y 1691 escribe Gabriel de Santillana. -Entre este año y 1718 escribe el padre Pedro Muñoz de Castro.
1683 -Se representa, con la asistencia de los virreyes condes de Paredes, su comedia Los empeños de una casa. -Se publican en México, por segunda vez, losVillancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Catedral de México a los maytines del Gloriosisimo Príncipe de la Iglesia, el Señor San Pedro.
-Nace Juan de Villa y Sánchez. -Los jesuitas envían misioneros al noroeste de Nueva España, entre los cuales destaca el padre Eusebio Kino. -Erección de un arco triunfal en honor del arzobispo Aguiar y Seixas. -Saqueo al puerto de Veracruz por los piratas Agramont y Lorencillo. -Nace en Versalles el príncipe Felipe, duque de Anjou, futuro monarca español. España devuelve la Colonia de Sacramento, en el Río de la Plata a los portugueses.
-Carlos de Sigüenza y Góngora, Triunfo Parténico. Relación de los certámenes poéticos celebrados entre 1682 y 1683, organizados por la Universidad. En honor de la Inmaculada Concepción de la Virgen. -Constituciones y ordenazas para el gobierno de la familia y la casa, de Manuel Fernández de Santa Cruz. -Anónimo. Explicación del arco que la Santa Iglesia Metropolitana de México erigió [...] a fray Payo Enríquez de Rivera, arzobispo de dicha Santa Iglesia. -Padre Tomás de Guadalajara: Compendio del arte de la lengua de los tarahumara. -Baltasar de Medina, Vida, martirio y beatificación del invicto protomártir del Japón San Felipe de las Casas o de Jesús. -Pedro Salgado Somoza, Breve noticia de la devotísima imagen de Nuestra Señora de la Defensa.
1684 -Se inicia la construcción del templo de San Francisco en la ciudad de México. -Se representa en El Coliseo de Comedias elPregonero de Dios y patriarca de los pobresde Francisco de Acevedo. -Antonio de Solís y Rivadeneira, Historia de la Conquista, Población y Progressos de la América Septentrional, conocida por el nombre de Nueva España.
-Parayso Occidental de Carlos de Sigüenza y Góngora. -El pregonero de Dios y patriarca de los pobres de Francisco de Acevedo. -Anónimo. Transformación theopolítica, idea mitológica de príncipe pastor. [En honor del arzobispo Francisco de Aguiar y Seijas]. -Antonio Núñez, Oración funeral de honras [...] a don Juan de Chavarría Valera. -Debido recuerdo de agradecimiento a [...] fray Payo Enríquez de Ribera de José López de Avilés. -Arte y vocabulario de la lengua maya de fray Gabriel de San
Buenaventura.
1685 -Se publican en México, por segunda vez,Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Metropolitana de México en honor de María Santísima en su Asunción triunfante.
-Nace Lucas Fernández del Rincón, S. J. -La Iglesia militante y la Iglesia triunfante, cuadro de Cristóbal de Villalpando.
-La milagrosa invención de un tesoro escondido [...] patente ya en el Santuario de los Remedios de Francisco de Florencia. -Lorenzo de Mendoza, Origen de la milagrosa imagen y santuario de Nuestra Señora de los Remedios de México. -Juan de Robles, Oración fúnebre, elogio sepulcral en el aniversario de la muy ilustre señora y venerable madre Antonia de San jacinto del [...] Convento de Santa Clara de Jesús en la ciudad de Querétaro.
1686 -Se construye una nueva Capilla de Nuestra Señora de Loreto. Se estrena el 12 de mayo. -El triunfo de la Iglesia ode la Eucaristía, lienzo de Cristóbal de Villalpando. -Melchor Portocarrero y Lasso de la Vega, III conde de la Monclova toma posesión como virrey el 16 de noviembre. Entrega el mando en noviembre de 1688.
1687 -Combates entre la armada española y corsarios ingleses.
-Villancicos a la Asunción en Puebla, Ambrosio Francisco De Montoya y Cárdenas. -Explicación literal y sumaria al decreto de los señores cardenales, de Antonio Núñez de Miranda. Esta obra es denunciada ante el Santo Oficio en 1695; no se prohíbe su circulación.
1688 -Muere Isabel Ramírez de Santillana, madre de Sor Juana. -Escribe la comedia mitológica de enredoAmor es más laberinto.
-Los condes de Paredes, marqueses de La Laguna salen de la Nueva España. -Antonio de Salazar, músico, es nombrado maestro de capilla de la Catedral de México. -Muere Catalina de San Juan «La China Poblana». -Gaspar de la Cerda Sandoval Silva y Mendoza, VIII conde de Galve toma posesión como virrey el 20 de noviembre. Entrega el mando en febrero de 1696. Se recita una loa de Alonso Ramírez de Vargas a la llegada del Virrey Conde de Galve.
-La estrella del norte de México aparecida al rayar el día de la Luz Evangélica en este Nuevo Mundo en la cumbre de el cerro del Tepeyac, de Francisco de Florencia. -Alonso Ramírez de Vargas, Simulacro histórico político, idea simbólica del héroe Cadmo que en la suntuosa fábrica de un arco triunfal, dedica al Conde de Galve. -Sermón en que fe da noticia de la vida admirable, virtudes heroicas y preciosa muerte de la venerable señora Catarina de San Juan, de Francisco de Aguilera. -Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán. -Alonso Alberto de Velasco, Renovación por sí misma de la soberana imagen de Cristo Señor Nuestro crucificado que llaman de Itzmiquilpan.
1689 -Amor es más laberinto para celebrar el cumpleaños del virrey conde de Galve. -Inundación Castálida de la Única Poetisa, Musa Décima de México, Sor Juana Inés de la Cruz es publicada en Madrid, bajo el auspicio de la condesa de Paredes. -Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Catedral de la Puebla de los Ángeles en los maytines
-En el puerto de Campeche se inicia la construcción de las murallas que fungirán como protección en contra de piratas franceses, ingleses y holandeses, principalmente. -Juan Correa pinta La Asunción de la Virgen. -El Diluvio Universal, cuadro de Cristóbal de Villalpando. -Asunción y coronación de La Virgen, óleo de Juan Correa.
-Villancicos de la Asunción en México, Francisco de Azevedo. -Villancicos de Navidad en Puebla, Pedro de Soto Espinosa. -Piedad heroica de don Hernando Cortés de Carlos de Sigüenza y Góngora. -Francisco de Florencia, La casa peregrina en que nación la Reina de los Ángeles. -Del mismo autor, Descripción
solemnes de la Purísima Concepción de nuestra Señora.
-Carlos II de España contrae matrimonio con Mariana de Neoburgo.
histórica y moral del yermo de San Miguel de las Cuevas en el Reino de la Nueva España. -Alonso, Ramos, De los prodigios de la omnipotencia y Milagros de la gracia en la vida de la venerable sierva de Dios Catarina de San Juan. -Arte de la lengua mexicana de Antonio Vázquez Gastelu. -Fray Joseph Gómez, Vida de la venerable madre de San Jacinto [...] hija del Real y religiosísimo convento de Santa Clara de Jesús de la ciudad de Santiago de Querétaro.
1690 -Manuel Fernández de Santa Cruz, obispo de Puebla, publica la Carta atenagórica de la madre Juana Inés de la Cruz, religiosa profesa de velo y coro en el muy religioso Convento de San Gerónimo de la ciudad de México, cabeza de Nueva España. -Se publica en México el auto sacramental:El Divino Narciso. -Se publican en México, por tercera vez,Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Metropolitana de México en honor de María Santísima en su Asunción triunfante. -Se publica por primera vez, en Madrid,Poemas de la única poetisa americana, musa décima, sor Juana Inés de la Cruz. [Primer tomo de sus obras]. -Se publican en México, por tercera vez, losVillancicos con que se solemnizaron en la Santa Iglesia Catedral de la Ciudad de la Puebla de los Ángeles, los maytines del Gloriosisimo Patriarca señor San José. -Manuel Fernández de Santa Cruz («Sor Filotea de la Cruz») envía su Carta a Sor Juana. -Carta.
-Rebelión de indios en Nuevo México; matan a los colonos españoles. -Inauguración de la Capilla del Rosario en Puebla. -Empieza la reconquista de Nuevo México. -Se fundan misiones en el este de Tejas, cerca del río Neches (se abandonan tres años después).
-Villancicos de Nuestra Señora de Guadalupe en México, Felipe de Santoyo García. -Libra Astronómica y Filosófica [...] contra los cometas, de Carlos de Sigüenza y Góngora [respuesta a la teoría del padre Eusebio Kino, de 1680]. -Infortunios que Alonso Ramírez, natural de la ciudad de San Juan Puerto Rico padeció, de Carlos de Sigüenza y Góngora. -Segunda parte de los prodigios [...] en la vida de la Sierva de Dios Catalina de San Juan, de Alonso Ramos. -Comulgador penitente de la Purísima. Explicación doctrinal, ascética [...] de la confesión y comunión, de Antonio Núñez de Miranda. -Anónimo, Vocabulario de la lengua maya [...](«Diccionario de Ticul»).
1691 -Tres meses después de la publicación de laCarta Atenagórica compone y se publica laRespuesta a Sor Filotea. -Villancicos con que se solemnizaron en la Santa Iglesia y primera catedral de la ciudad de Antequera, valle de Oaxaca, los maytines de la Gloriosa Mártir Santa Catarina. -Se publica por segunda vez, en Barcelona,Poemas de la única poetisa americana, musa décima, sor Juana Inés de la Cruz. [Primer tomo de sus obras].
-Eclipse total de sol, presagio funesto. -Calamidades naturales azotan a la Nueva España: lluvias y plagas causando graves pérdidas en la agricultura. -Entrada de Jesús a Jerusalén y La apoteosis de San Miguel, pinturas de Juan Correa. -La Armada de Barlovento derrota a los franceses.
-Sermón panegírico [...] en la celebridad de la dedicación del Templo Nuevo de San Bernardo, de Antonio Núñez de Miranda. -La fineza mayor. Sermón panegírico [...] predicado a los gloriosos natalicios de [...] la matrona romana Paula [...] Dedicado [entre otros] a la Madre Juana Inés de la Cruz, de Francisco Xavier Palavicino. -Sagrado padrón, panegíricos sermones [...] al suntuoso magnífico templo [...] del Convento de Religiosas del glorioso Abad San Bernardo, de Alonso Ramírez de Vargas. -Trofeo de la Justicia Española en el castigo de la alevosía francesa de Carlos de Sigüenza y Góngora.
1692 -En Puebla se publican los Villancicos a Santa Catarina de Alejandría cantados en la Catedral de Oaxaca. -Se publica, por tercera vez, en ZaragozaPoemas de la única
-8 de junio. Motín popular y saqueos en la Ciudad de México, después de la pérdida de las cosechas de granos, situación que provocó gran carestía de alimentos y hambre. -Incendio de edificios, comercios,
-Del mismo autor, Alboroto y motín de los indios de México. -Fray Juan de Guerra, Arte de la lengua mexicana según la acostumbran hablar los indios en el obispado de Guadalajara, parte de
poetisa americana, musa décima, sor Juana Inés de la Cruz. [Primer tomo de sus obras]. -El segundo tomo de sus Obras se publica en Sevilla por primera vez. Se reedita en Barcelona. Contiene El Sueño, publicado por vez primera; El cetro de José, El mártir del sacramento, San Hermenegildo y El Divino Narciso; Los empeños de una casa, Amor es más laberinto, Carta Atenagórica. Se publica también el soneto acróstico que Sor Juana dedica a su maestro el bachiller Martín de Olivas.
del Palacio Virreinal. Sigüenza salva los archivos del Ayuntamiento. -23 de agosto, eclipse total de sol; se interpreta como mal presagio. -Se representa una mascarada para celebrar el matrimonio del rey Carlos. -Certamen poético en la dedicación del templo de San Agustín.
Guadiana y del de Mechoacán. -Francisco de Florencia, Narración de la maravillosa aparición que hizo el arcángel san Miguel a Diego Lázaro de San Francisco, indio feligrés del pueblo de San Bernabé. -Anónimo, Relación del tumulto sucedido en esta ciudad de México, el día 8 de junio, infraoctava de Corpus [...]
1693 -Sor Juana renuncia a las letras y dona su biblioteca y aparatos científicos. -Se publica por segunda vez, en Barcelona, el Segundo volumen de las obras de Sor Juana Inés de la Cruz. -Regresa con su guía espiritual Núñez de Miranda.
-El artista Rodríguez Camero pinta cuatro grandes cuadros para el templo de la Concepción en Puebla. -Se dedica la capilla mayor de la iglesia de Santa Catarina Mártir.
-Carlos de Sigüenza y Góngora publica elMercurio Volante. -Juan de Castro, Oración panegírica en el centenario de la fundación del Monasterio de la Encarnación. -Práctica de las estaciones de los viernes como las andava la venerable madre María de la Antigua, de Antonio Núñez de Miranda. Publicada como anónima, es denunciada ante el Santo Oficio en 1695. No se prohíbe su circulación.
1694 -8 de febrero. Sor Juana ratifica sus votos religiosos; el 18 protesta defender la Inmaculada Concepción. -El 5 de marzo firma la Protesta con su sangre.
-Francisco de Florencia, Historia de la provincia de la Compañía de Jesús. -Del mismo autor, Origen de los dos célebres santuarios de Nueva Galicia. -Matías de Bocanegra, Auto general de la Fe. -Carlos de Sigüenza y Góngora, Piedad heroica de don Fernando Cortés, Marqués del Valle.
1695 -El 17 de abril, víctima de la peste, fallece Sor Juana a las tres de la mañana. -Lisboa, Enigmas ofrecidos a la discreta inteligencia de la Soberana Asamblea de la Casa del Placer.
-El diarista Antonio de Robles, al consignar su muerte la define como «insigne mujer en todas facultades y admirada poeta» -En España el padre Calleja le dedica una Elegía en tercetos endecasílabos. -Nace Miguel Cabrera; pintará el célebre retrato de Sor Juana. -Fallece Francisco de Flores, historiador, escritor y autor guadalupano. -Pedro de Arrieta, arquitecto, dirige la construcción de la Basílica de Guadalupe. -En la Catedral de México se inaugura un órgano monumental traído de España. -El 17 de febrero muere el jesuita Antonio Núñez de Miranda. -El arzobispo Aguiar y Seijas pone la primera piedra del nuevo templo de la Señora de Guadalupe el 25 de marzo. -Muere Francisco de Florencia.
-Juan de Espinosa, Sermón panegírico en la fiesta de la reedificación del templo de San Juan de Dios en Zacatecas. -Ejercicios espirituales de San Ignacio acomodados a el Estado y Profesión Religiosa de las señoras vírgenes, Esposas de Cristo, de Antonio Núñez de Miranda. -Vida del siervo de Dios fray Juan de Angulo y Miranda, de fray Joseph de Castro. -Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Metropolitana de México, de Felipe de Santoyo.
1696 -El doctor Juan de Ortega Montañés, obispo de Michoacán, es virrey interino desde el 27 de febrero
-Modo de dar el hábito, profesión y velo a las religiosas agustinas recoletas Sacado del Impreso en
hasta diciembre. -Tumulto de estudiantes el 27 de marzo para quemar la picota en la Plaza Mayor. Se restablece el orden a fines de abril. -José Sarmiento de Valladares, conde de Moctezuma toma posesión como virrey el 16 de diciembre. Entrega el mando en noviembre de 1701.
Madrid en la Imprenta del Reyno, año de 1636. Por orden del [...] Doctor don Manuel Fernández de Santa Cruz, Obispo de Puebla de los Ángeles.
1697 -Se plantea el problema de la sucesión al trono español: partidos austriaco y Bávaro en la corte de Madrid. -Intrigas francesas en torno a Carlos II de España.
-Sermón de la esclarecida Virgen Santa Bárbara, de Pedro Avendaño Suárez.
1698 -Muere el arzobispo de México Francisco de Aguiar y Seijas. -La Conquista de México, tablas enconchadas de Miguel y Juan González. -Luis XIV, ante la eventualidad del fallecimiento de Carlos II de España, firma en La Haya un tratado secreto con ingleses y holandeses para repartirse los dominios españoles.
-Sermón en las honras que hizo el venerable orden tercero de penitencia del Señor San Francisco de México al Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Francisco de Aguiar y Seijas, arzobispo de México, de fray José de Torres Pezellín. -Teatro mexicano, descripción breve de los sucesos ejemplares, históricos, políticos, militares y religiosos del Nuevo Mundo, de Agustín de Vetancurt.
1699 -Luis XIV, ante el Inminente fallecimiento de Carlos II de España, firma en la Haya un tratado secreto con ingleses y holandeses para repartirse los dominios españoles. -Muere Manuel Fernández de Santa Cruz, obispo de Puebla («Sor Filotea de la Cruz»). -El doctor Juan de Ortega y Montañés es arzobispo-virrey de México, hasta 1710. -Muere José Fernando de Baviera, pretendiente al trono español: quedan enfrentados los partidos austriaco y francés en la corte de Carlos II.
-Breve relación de la vida y muerte del Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Doctor Don Francisco de Aguiar y Seijas, de José de Lezamis. -Del mismo autor, Vida del apóstol Santiago el mayor. -Anónimo, Voces del desengaño para la penitencia. -Clemente de Ledesma, Despertador Republicano. -Entre este año y 1742 escribe Juan Carlos de Apello Corbalucho.
1700 -Primera edición del tercer volumen de sus obras en Madrid: Fama y Obras Póstumas con aprobación del jesuita Diego Calleja, además, éste publica la primera biografía de la escritora. Incluye Petición que en forma causídica presenta al Tribunal Divino.
-Fallece Carlos II de España, dejando el trono al duque de Anjou, Felipe V. Carlos, archiduque de Austria se considera legítimo heredero de la Corona española. -Muerte del polígrafo y científico Carlos de Sigüenza y Góngora. -Fallece el cronista franciscano Agustín de Vetancurt. -Muerte de Carlos II. -Guerra de sucesión en España. -Reinado de Felipe V hasta 1746. -[Ca.] 1700-1714 Los desposorios de la Virgen, óleo de Cristóbal de Villalpando.
-Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de México de Antonio de Salazar. -Oriental planeta evangélico. Epopeya sacropanegírica al apóstol grande de las Indias, San Francisco Javier de Carlos de Sigüenza y Góngora. -Durante el primer tercio del siglo XVIII escribe Fray Juan de la Anunciación.
1701 -Se publica por segunda vez, en Barcelona,Fama y obras póstumas, tomo tercero, del Fénix de México y décima musa, poetisa de la América, Sor Juana Inés de la Cruz. [Tercer tomo de sus obras]. -Se publica, por tercera vez, en Lisboa laFama y obras pósthumas.
-El doctor Juan de Ortega y Montañés, obispo de Michoacán, es virrey interino por segunda vez desde el 4 de noviembre hasta noviembre de 1702. -Inicio del gobierno de los Borbones. -Coalición europea contra Francia; empieza la guerra de sucesión española.
-Vuelos de la Imperial Águila Tezcucana, José Francisco de Isla, porla jura de Felipe V.
1702 -Felipe V en Italia; junto con el general Vendôme vence a Eugenio de Saboya en Luzzara.
-Vida exemplar, heroicas virtudes [...] de el V.P. Antonio Núñez de Miranda de Juan Antonio de Oviedo.
1703 -Luis XIV envía consejeros políticos a Madrid: Amelot, D'Orry y la princesa de los Ursinos.
1704 -El archiduque Carlos de Austria llega a España para posesionarse del trono.
1707 -Pedro de Arrieta concluye la construcción del Santuario de la Virgen de Guadalupe.
-Testamento místico de una alma religiosa [...], de Antonio Núñez de Miranda.
1709 -Se publica por cuarta vez, en Valencia,Poemas de la única poetisa americana, musa décima, sor Juana Inés de la Cruz. [Primer tomo de sus obras].
1711 -Fundación de la Biblioteca Nacional española.
1712 -Entre este año y 1728 Escribe José Luis de Velasco Arellano Distribución de las obras ordinarias y extraordinarias del día para hacerlas perfectamente conforme al estado de las señoras religiosas, de Antonio Núñez de Miranda.
1713 -Primer retrato de Sor Juana, encargo del Convento Jerónimo. -España pierde Gibraltar y Menorca. -Felipe V promulga la ley sálica en orden a la sucesión del trono español.
-Entre este año y 1718, escribe Diego Ambrosio de Orcolaga.
1714 -Se publica, por cuarta vez, en Madrid, laFama y obras póstumas del fénix de México, décima musa, poetisa americana, sor Juana Inés de la Cruz. [Tercer tomo de sus obras]. -Se publica por quinta vez, en Madrid,Poemas de la única poetisa americana, musa décima, sor Juana Inés de la Cruz. [Primer tomo de sus obras].
-Muere María Luisa de Saboya; Felipe V contrae nuevo matrimonio con Isabel de Farnesio: se expulsa de España a la princesa de los Ursinos.
1715 -Se publica el tomo segundo de las Obras, por tercera vez, en Madrid.
-Paz entre España y Portugal.
1725 -Este año se hacen dos ediciones, por quinta y sexta vez, en Madrid, del primer tomo de lasObras. -Se publican también en Madrid el tomo segundo, por cuarta vez, y la Fama y obras pósthumas por quinta vez.
1726 -Sumarias meditaciones [...] a la Devoción y Socorro de las Benditas Almas del Purgatorio, de Antonio Núñez de Miranda.
1729 -Apertura de la nueva Casa de
Moneda de la Nueva España.
1740 -Sevilla, reedición de Enigmas ofrecidos a la discreta inteligencia de la soberana asamblea de la Casa del Placer.
1748 -Inauguración de dos nuevas imprentas en la Nueva España.
1750 -Segunda edición de la Cartilla de la doctrina religiosa, de Antonio Núñez de Miranda.
1765 -Reformas borbónicas (hasta 1696).
1767 -Expulsión de los jesuitas de la Nueva España.
1771 -Cuarto Concilio Provincial Mexicano.
1786 -Establecimiento de las Intendencias.
1804 -Ley de consolidación de vales reales.
1861 -Cierra el Convento de las Jerónimas.
Su fama creció a medida que sus proezas intelectuales provocaban el
«pasmo» en la corte virreinal. Desde muy joven, como favorita en la corte de la
marquesa de Mancera, es motivo de atracción universal: la admiran por igual los
visitantes extranjeros y los principales cortesanos de la capital novohispana, la
muy Noble y Leal Ciudad de México, alguna vez conocida como la Ciudad de
los Palacios. Ese joven prodigio empieza su carrera con un examen público,
idéntico en su teatralidad grandilocuente a los frecuentes y fastuosos
espectáculos característicos de la época barroca con que se deslumbraba -
«espantaba»- a los espectadores y se afirmaba el poderío de la monarquía3. El
mismo Calleja lo afirma «con certitud no disputable», cuando relata la muy
célebre escena en que Juana Inés contesta, ante la corte, ese «gran teatro del
mundo», las preguntas que 40 sabios le hacen para comprobar si su «sabiduría,
tan admirable», era «infusa» o «adquirida», esto es, sobrenatural o humana:
—17→
Concurrieron, pues, el día señalado a certamen de
curiosa admiración: atestigua el Señor Marqués, que no
cabe en humano juicio creer lo que vio, pues dice: que a
la manera que un Galeón Real (traslado las palabras de
su Excelencia) se defendería de pocas Chalupas que le
embistieran, así se desembarazaba Juana Inés de las
preguntas, argumentos y réplicas, que tantos, cada uno
en su clase, le propusieron.
Entonces no es exagerado afirmar que mientras vivió su fama alcanzó los
límites del inmenso mundo hispánico y que esa fama perduró todavía muchos
años, como puede comprobarse por las sucesivas ediciones, las numerosas
reimpresiones y la recepción de sus obras, cuyo impacto se verifica además en
las advertencias y aprobaciones de sus versos y en los poemas que le dedicaron
sus contemporáneos, durante el periodo comprendido entre su muerte y el primer
tercio del siglo XVIII. Después, un paulatino silencio, apenas roto por algunas
voces; para la segunda mitad del siglo XVIII, la moda neoclásica -que abominó
del barroco y sus excesos- empieza a despojarla de su fama, sus obras van
cayendo en el olvido como las de Góngora, y, aunque solemos verla mencionada,
es casi un lugar común advertir que ya no se le toma en cuenta como poeta, sino
sólo como una docta, erudita, grande mujer5.
El siglo XX ha respondido a ese silencio prolongado con una enorme
bibliografía y la ha «redescubierto» -como a América-, triunfal resurgimiento. En
estas últimas décadas finiseculares, milenaristas, se advierte una gran
proliferación de escritos críticos y el hallazgo de algunas obras suyas que se
creían perdidas (o totalmente desconocidas como la llamada Carta de
Monterrey), aunque haya quienes planteen dudas sobre su autenticidad6. A
medida que se recobra ese mundo que —18→ se nos aparece como evasivo,
(AP, s. f.)4.
monstruoso, grandilocuente, aún vigente en varias de las actuales
manifestaciones populares de nuestro país, las facetas oscuras que recubrían a
Sor Juana, semejantes en su proyección a las de las pirámides y funestas sombras
del Primero sueño, empiezan a dibujar un nuevo contorno quizá menos
deformante. Cabe subrayar la contraparte: la excesiva proliferación de escritos
sobre su obra puede provocar confusión. Las innumerables voces se convierten
en ruido, un equivalente relativo de la mudez, tema varias veces tratado por ella -
por ejemplo, en el Neptuno alegórico y laRespuesta a Sor Filotea.
Admirablemente lo sintetiza en El Divino Narciso, en las palabras de su
personaje Naturaleza Humana:
... en proporcionada pena,
correspondió en divisiones
la confusión de las lenguas...
Bien sabemos que la confusión de las lenguas -la de la Torre de Babel-
produce ecos informes, sonidos «borrados», disonantes, o quizá para decirlo de
nuevo con Sor Juana se queda uno «a media voz», estado en que la ninfa Eco
permanece cuando se ve privada para siempre de Narciso, el Divino Redentor, en
el mencionado auto sacramental.
Para exacerbar la hipérbole, hay que insistir en que su vida y obra no pueden
estudiarse sin tomar en cuenta la gran admiración y hasta —19→ el estupor
que su figura ha provocado, estupor que en parte la halagaba y, sobre todo, la
indignaba: «No os veréis/ en ese Fénix, bergantes»7.
El proceso de mitificación que la convierte en un ser extraño, monstruoso,
excepcional, tranquiliza en parte a quienes intentan clarificar su paso por el
mundo de las letras barrocas de la Nueva España. Al legendarizarla o eximirla de
la normalidad la neutralizan: se relativiza el hecho, para muchos asombroso, de
que tan gran talento haya pertenecido a una mujer prodigio, «salida de madre de
lo natural». Antes de entrar a examinar su obra, debo detenerme y trazar una
somera revista a la producción crítica que ha suscitado y analizar la reiterativa
alusión a su talento e ineludiblemente, a su condición de criolla y de mujer;
condición ésta, inseparable de su genio, admirado con «espanto», como puede
corroborarse por las palabras de su contemporáneo y admirador, don Carlos de
Sigüenza y Góngora. Las uso para redondear la hipérbole:
... manifestar al mundo cuánto es lo que atesora su
capacidad en la enciclopedia y universalidad de las
letras, para que se supiera que en un solo individuo goza
México lo que, en siglos anteriores, repartieron las
(P. 38).
Gracias a cuantas doctas mujeres son el asombro
venerablede las historias8.
El siglo olvidado...
Los cambios ideológicos y políticos que recientemente se han producido en
el mundo alteran, aunados a los acaecidos en México, la lectura de nuestro
periodo colonial. Este proceso afecta, es obvio, la recepción de la obra de Sor
Juana y la de todo su periodo. Es preciso entonces hacer una aclaración: desde
antes de la Independencia de México de la metrópoli española, se fue
conformando una visión negativa de la época colonial. Después del largo periodo
de anarquía —20→ iniciado al ocurrir la Independencia, la llegada de los
liberales al poder genera cambios definitivos y provoca la separación de la
Iglesia y el Estado, a través de las Leyes de Reforma. Las consecuencias fueron
no sólo políticas, sino materiales: con la destrucción de los conventos y la
exclaustración se perdió una gran cantidad de documentos. Los restantes fueron
refundidos en desorden en archivos y bibliotecas y la fisonomía concreta del país
y sus ciudades principales cambió de manera radical. La ideología liberal, oficial
en nuestro país, sobre todo a partir de la Reforma (1857) y la República
restaurada (1867), continuó durante el Porfiriato (1870-1910), a tal punto que el
ministro de Instrucción Pública, Justo Sierra, resume, acudiendo a un lugar
común y a una institución, la animadversión de los que entonces estaban en el
poder contra el periodo colonial, haciendo suya esa Leyenda Negra construida
por los enemigos tradicionales de España desde finales del siglo XVI:
La tremenda clausura intelectual en que aquella
sociedad vivía, altísimo, impenetrable muro vigilado por
un dragón negro, la Santa Inquisición, que no permitía la
entrada de un libro o de una idea que no tuviera su sello
siniestro, produjo no la atrofia, porque en realidad no
había órgano, puesto que jamás hubo función, sino la
imposibilidad de nacer al espíritu científico9.
De manera casi invisible, esas ideas se han revertido en México; un viraje
manifiesto con diversos signos. Me contento con anotarlos aquí y subrayar las
consecuencias que ese proceso ideológico ha tenido en la nueva visión que sobre
Sor Juana se está conformando, aunque, quisiera reiterarlo con especial cuidado,
es digno de una reflexión mucho más profunda. Enumero los signos, mejor sería
decir los síntomas:
Un primer plano a considerar: el periodo colonial fue concebido por los
escritores liberales como nuestra Edad Media, una época de —21→
oscurantismo. De manera global se piensa que, como resultado de la «represiva»
política de la Iglesia, de la Inquisición y del gobierno virreinal, se engendra «una
perversidad» en la cultura que enturbia el gusto, calificado, de manera repetitiva,
por distintas personalidades decimonónicas, de «depravado» (Icazbalceta) por
su «enmarañado e insufrible gongorismo» (Pimentel), por «su letal
estancamiento» (González Peña) y, para rematar, por «un naufragio de la
producción total», según el decir de don Julio Jiménez Rueda. Este último, con
otros escritores mexicanos de la primera mitad del siglo XX -Francisco
Monterde, entre otros -, formaba parte del grupo de los «colonialistas»,
preocupado por rescatar, en pleno periodo revolucionario, la producción literaria
mexicana de la Colonia, continuando en parte la investigación histórica de
algunos novelistas del siglo XIX: Justo Sierra O'Reilly, detractor de la Colonia,
pero decidido admirador de los jesuitas, o Vicente Riva Palacio, autor de célebres
novelas, en donde los estereotipos aplicados a las instituciones coloniales -por
ejemplo, la Inquisición-, las hace desempeñar un papel siniestro y represor.
A esta opinión política se agrega un juicio literario sancionado por el
filólogo español Marcelino Menéndez y Pelayo, la máxima autoridad literaria de
ese periodo, para quien el gusto barroco era sólo «pedantería y aberración». Sor
Juana parece ser la única figura colonial rescatable por «no haberse
contaminado» de gongorismo (José María Vigil), o porque cuando utilizó los
procedimientos del maestro cordobés no lo hizo «sinceramente» (Jiménez Rueda,
González Peña), pasando por alto su declaración expresa en la Respuesta a Sor
Filotea: «No me acuerdo haber escrito por mi gusto sino es un papelillo que
llaman El Sueño», de molde totalmente gongorino10.
Ya lo habíamos señalado: los liberales reexaminan el periodo colonial de
manera semejante a aquella con que los europeos revisan su Edad Media: los
mexicanos, para subrayar los beneficios de la Independencia, la excelencia de la
República Restaurada y el oscurantismo del Virreinato y las tinieblas de la
Inquisición. Podría decirse, de manera esquemática, que justifican y consolidan
así el movimiento legal que trajo como consecuencia la separación de la Iglesia y
el Estado y la desamortización de los bienes del clero, transformados más tarde
en latifundios. En cierto modo, la exacerbación de esta ideología provoca —
22→ como paradoja la reforma agraria y un movimiento de contrarreforma
religiosa, la de los cristeros, en la década de los veinte.
El patrimonio perdido
Los estudios gongorinos repuntan a partir del primer cuarto de este siglo con
la generación de los poetas españoles del 27, y en América con el movimiento
neobarroco, especialmente en Cuba, con la revista Orígenes y Lezama Lima,
Carpentier, y más tarde, Severo Sarduy. En México sucede algo semejante con
los estudios sobre el arte colonial revalorados por Manuel Toussaint y Francisco
de la Maza, entre otros estudiosos, aunque se mantenga una visión en parte
negativa de las instituciones coloniales. Políticamente, parecía imposible
reivindicar a la Colonia; artísticamente sí, aislando las manifestaciones escritas y
plásticas del barroco. Para mediados de este siglo, se produce en México una
bifurcación ideológica que enaltece a la estética barroca y mantiene el viejo
prejuicio liberal contra la sociedad que la produjo. Así lo apuntan Andrés Lira y
Luis Muro en el capítulo «El siglo de la integración».
Nuestro siglo XVII exige una historiografía propia.
Hasta la fecha aparece en manuales y obras generales
como una etapa de vacíos y de rutinas. Esta imagen es el
producto de visiones superficiales, en las que no se ha
intentado superar la dificultad de la información que los
historiadores consideran como característica de este
periodo. Se le ha llamado «siglo olvidado»,
«cicatero», etc. Los estudiosos, que así lo califican,
están de acuerdo en el tono opaco del XVII, adquirido
no por serle sustancial, sino por la constante
comparación con otras épocas de la vida novohispana,
los siglos XVI y XVIII... Algo así como esa imagen
negativa que tejieron con tanta argucia e insensibilidad
quienes juzgaban con «las luces» de siglos gloriosos a la
Edad Media... la edad de las tinieblas, que sólo empezó
a rehabilitarse y a mostrar sus propias luces... por un
esfuerzo de comprensión y hasta de exaltación, como lo
fue el movimiento romántico con su literatura histórica y
hasta historicista11.
Las cosas han cambiado: el tradicional desprecio se ha trocado en
admiración: no es casual que la proliferación de estudios sobre la —23→
monja coincida con la proliferación de estudios sobre la Colonia, incrementados
en la década de los setenta e innumerables a partir de la de los ochenta. Es más,
el acentuado interés por ese tipo de estudios traspone, en México, los límites
meramente académicos para convertirse en un programa oficial trasmitido por
todos los medios y sostenido por espectáculos culturales. Al principio de la
década de los setenta, el gobierno del presidente Echeverría se preocupa por
restaurar el Centro Histórico de la ciudad de México y por proteger sus
monumentos, y reitera su carácter de patrimonio nacional; con el presidente
López Portillo, a finales de la década de los setenta, se reorganiza el Archivo
General de la Nación, rico filón de documentos novohispanos; se oficializan los
estudios sorjuanianos en el Convento de San Jerónimo; y, para el inicio de la
década de los ochenta se instaura el Festival del Centro Histórico que recicla los
monumentos coloniales y los jerarquiza como espacios idóneos para representar
los espectáculos barrocos nacionales e internacionales. Esta oficialización se hace
efectiva mediante una extensión a los medios de difusión y El patrimonio
perdido, documentado libro de Guillermo de Tovar y de Teresa, uno de los
actuales y más destacados estudiosos de la historia del arte colonial mexicano, se
convierte, a través de la publicidad televisiva, en el símbolo de una
reconstrucción material e ideológica del periodo.
Puede aventurarse, de manera un tanto arbitraria, que dos de las últimas
consecuencias políticas de esta nueva lectura general sobre la Colonia quizá
expliquen en parte la reforma del artículo constitucional que regula las relaciones
entre la Iglesia y el Estado, y una revisión radical de lo que, a partir de la
institucionalización del movimiento armado de 1910, se llamó la Reforma
Agraria.
Por último, quizá uno de los acontecimientos más importantes en este
sentido, y específicamente, en relación con la obra de Sor Juana, sea la aparición,
al principio de la década de los ochenta, del libro de Octavio Paz, Las trampas de
la fe. Su intento de «restitución» (véase nota 9) de la poetisa coincide, para él,
con un intento de «restituir» a la Colonia dentro de la historia de México. Su
libro tiene repercusiones positivas y negativas: su gran fuerza hizo posible la
internacionalización de Sor Juana y, de refilón, de la historia de México, pero a la
vez podría opacar, por ese mismo motivo, algunas otras lecturas válidas que
sobre la monja jerónima y la Colonia se pretendan hacer. Inscribo aquí uno de los
párrafos significativos del libro:
—24→
Nuestra historia es un texto lleno de pasajes escritos
con tinta negra y otros escritos con tinta invisible.
Párrafos pletóricos de signos de admiración seguidos de
párrafos tachados. Uno de los periodos que han sido
tachados, borroneados y enmendados con más furia ha
sido el de la Nueva España.
Es evidente que estos hechos provocan profundos cambios políticos, más
bien revelan un cambio cualitativo esencial de las relaciones del estado todavía
llamado «liberal» con su tradicional enemigo, la Iglesia Católica.
La construcción de la fábrica
Para entrar en la misteriosa recepción de la obra de Sor Juana y en algunas
de sus modalidades, tanto en su tiempo como después, debo subrayar la
imposibilidad de agotar el tema en este ensayo y apuntar la arbitrariedad
inevitable de pasar por alto numerosos textos importantes. Historiar la forma en
que fue recibida su obra, de cualquier manera que se emprenda, conduce
inevitablemente a reseñar el asombro -vuelvo a repetir, el «pasmo»- con que ella,
la mujer excepcional, fue mirada, al grado de que ni entonces ni hoy es posible
deslindar su obra de su vida. Cualquiera que sea la metodología empleada -casi
empre interesante-, salta a la vista la enorme (y a veces hasta malsana) curiosidad
que el personaje despierta: en los varones porque fue mujer; en las mujeres,
(P. 23).
porque es posible convertirla en una de las primeras feministas y erigirla como
modelo; en los críticos católicos porque, por añadidura, fue una monja; en los
poetas o críticos literarios porque, siendo una extraordinaria poeta, fue además
una gran intelectual y científica; y los intelectuales la injertan -por su actividad
filosófica y su capacidad de transgresión- a sus propias teorías sobre el mundo.
En cada enfoque se percibe una declaración de principios el deseo explícito o
implícito de insertarla como elemento esencial dentro de una teoría, a pesar de
que la enormidad de sus proporciones hace incierta también su exacta
localización.
Algunos investigadores se han ocupado específicamente en analizar el
impacto de su Fama. Destacan Francisco de la Maza y Antonio Alatorre12, ambos
lectores polémicos; el primero hizo una larga, —25→ obsesiva y minuciosa,
que se deseaba exhaustiva, investigación, publicada póstumamente. Alatorre
propone «una lectura filológica» de la Fama y obras póstumas, muy atenta y
precisa, de la que, entre otras cosas, parece desprenderse que, a pesar de ser una
mina de oro por la importancia de lo recopilado, el libro de De la Maza,
historiador del arte, presenta varias fallas, entre otras, su inexactitud -¿acaso
porque su investigación fue interrumpida por la muerte?-, y aunque, «hay gran
cantidad de materiales útiles..., da muestras de haber entendido mal...; la
transcripción material de los textos deja mucho que desear... y la ignorancia
literaria del recopilador es a veces impresionante...»13. Es fundamental añadir el
trabajo de edición de Alfonso Méndez Plancarte, cuya muerte impidió que
concluyera sus anotaciones a las Obras completas de Sor Juana (terminadas por
Alberto G. Salceda) y su proyecto de «poner al día» la Fama, «copiando o
extractando lo más hermoso y certero que se ha escrito en verso y prosa sobre la
poeta a lo largo de tres siglos»14. Sea lo que fuere, la manera minuciosa con que
estos investigadores ordenan el material, la pesquisa misma y muchas de sus
observaciones disipan algunas incertidumbres, provocadas por la enorme tarea
que estudiar a la monja supone, y proporcionan coartadas para aislar ciertos
temas. Los propongo, sin agotarlos15.
—26→
Publicar en la época en que vivió Sor Juana era muy difícil. El papel costaba
caro y los trámites burocráticos necesarios para emprender la publicación, muy
complicados: el obstáculo de varias censuras, tanto de las autoridades civiles
como de las religiosas y, entre ellas, la Inquisición. Se precisaba por lo general
un mecenas, y no escasean las quejas como la siguiente, formulada por un
predicador:
Cuando todo lo que dedico a Vuestra merced (que
imprimo, después de ochocientos <sermones> que
predico en este Reino), no es más que un buen deseo...16
O, mucho más patético, aunque más conocido, el lamento del polígrafo
Carlos de Sigüenza y Góngora, cuando expresa su frustración por no poder
publicar sus múltiples obras, debido a su «extremada» pobreza. Es más, las
mujeres permanecían la mayor parte de las veces inéditas y, aunque solían
escribir, sus manuscritos eran luego «descifrados» por algún predicador que los
reformulaba y los utilizaba en sus escritos17. Dentro de este contexto es aún más
sorprendente criticar que la obra de Sor Juana, publicada primero en México en
ediciones sueltas, y luego en volúmenes cuidadosos en la metrópolis, haya tenido
tantas reediciones. Cabe sugerir que su «discreción», es decir, su capacidad de
discernimiento (si manejamos el vocablo como se utilizaba en el barroco) era tan
grande como su genio y supo —27→ adaptarse con perfección a las
convenciones de su época, dicho con otras palabras, ahora «modernas», respetaba
totalmente al sistema -el «establishment»-, única manera de transgredirlo con
propiedad y con menos riesgo18.
Siguiendo el modelo tradicional de impresión en la época, sus obras están
siempre precedidas de aprobaciones y elogios; aprobaciones necesarias para
tranquilizar a las autoridades civiles y religiosas; y elogios suficientes para
justificar la publicación y, de refilón, en el caso de la Inundación castálida -el
primer tomo compilado de sus obras-19, para exaltar a María Luisa Manrique de
Lara, su mecenas y autora intelectual de la impresión. La portada de este libro
exhibe el largo y gongorino título20 que antes he transcrito por entero. Su
exagerado garigoleo responde a una intención enmascarada, pero efectiva: la
Fuente Castalia, consagrada a Apolo, era símbolo de fecundidad artística y de
pureza. Se señala así un lazo sutil, inestable, a la vez insistente e incierto entre la
literatura y la religión. Una monja es casta, o por lo menos debe serlo, y su
feracidad es figurada, intelectual; al equipararla con una profetisa, una musa, la
décima, se corrige el trastorno que su vocación por las letras y las ciencias
provoca en el orden «natural» y —28→ social, donde las mujeres tenían un
sitio perfectamente definido, como se deduce de estas palabras de la carta que el
obispo de Santa Cruz dirigió a Sor Juana, cuando publicó a sus costas la que él
llamó Carta atenagórica: «Letras que engendran elación <soberbia, presunción>,
no las quiere Dios en la mujer...».
Como elegida de Apolo, esta «Minerva indiana» garantiza que sus «furores»
mentales sean a «lo divino», a fin de «fertiliza(r)», a través«de diversos metros,
estilos, idiomas..., varios asuntos, con elegantes, laxos, ingeniosos, útiles versos,
para enseñanza, recreo y admiración...», insisto, una monja-poeta es un artefacto
sorprendente pero peligroso; bien clasificada, puede controlarse su
productividad, inscribirse en una sección especial, una galería de retratos en
donde las mujeres ocupan el lugar que les corresponde como modelos de
imitación: se completa así una taxonomía sobre lo femenino que tranquiliza a sus
detractores y, de paso, protege a las mujeres, si se mantienen dentro de los límites
preconizados por la clasificación:
La costumbre que tenían los antiguos, que las casas
de los señores se adornaban de los retratos de sus
mayores, ya en estatuas, ya en pinceles, ya en
inscripciones, para que teniéndolas siempre a la vista, se
animasen a la imitación todos los que de nuevo fuesen
entrando a la familia...; en las cuadras de vivienda o
salas de estrado de las señoras se ponían las más
singulares heroínas...21
—29→
Los elogios y las defensas prodigadas a la monja en este tipo de
publicaciones configuran un catálogo de estereotipos, la serie de cualidades que
se aplicaba a la mujer, acrisoladas cuando se trataba de una monja, y refinadas al
máximo cuando la monja era Sor Juana. Parten de una normalidad, vertida en una
práctica: las cualidades y los defectos femeninos determinados de antemano por
la sociedad colonial que todo lo delimitaba por escrito, a través de sus catecismos
y manuales -la distribución de las horas del día, las prácticas de confesión y
oración, las conductas discretas y honestas; en fin, configuran una ritualización
expresada en gestos específicos, la retórica de la cortesanía, sintetizada en las
palabras «decoro» y «discreción», y exacerbada en el convento. A partir de sus
primeras actuaciones en la vida pública del virreinato, Sor Juana distribuye en el
espacio y en el tiempo que le tocó vivir un texto y una imagen que cristaliza y la
hace inseparable de una mirada decantada en posiciones y fórmulas reiterativas;
aún no podemos liberarnos de ellas, siguen funcionando a manera de clisés en
nuestra mente y anquilosan nuestra lectura sobre la monja; son, para decirlo con
sus palabras, «silogismos de colores».
El retrato que de Sor Juana nos dan los otros se vuelve un estereotipo, un
retrato en el que ella no se reconocía cabalmente. Los rasgos del retrato pintado
por el «vulgo», aislados y articulados como en un catálogo, podrían ser los
siguientes:
La musa y la sibila
Sor Juana fue concebida primero como musa, es decir, se advirtió que una de
las cualidades que mejor la definían era su inclinación a las letras. Desde que
empezó a publicar, se le elogia con comentarios hiperbólicos, exacerbados aun en
esa época en que el elogio superlativo era una de las —30→ características de
la cortesanía, los cuales son producto de la genuina admiración que despertaba.
El bachiller Diego de Ribera, en un soneto de florido título la eleva, cuando era
muy joven y quizá por primera vez, a la categoría de musa. La elogia, al incluirla,
cuando dice: «De doña Juana de Asbaje, glorioso honor del Mexicano Museo»22.
En la Inundación castálida se la designa no sólo así, a secas, sino como a
«Décima Musa», el nombre que Platón le diera a Safo de Lesbos y, en México,
dato curioso, el que a veces se le daba a la Virgen María23. El apelativo de musa,
manejado primero tímidamente -quizá como una simple retórica cortesana-, se
acuña y aparece después en los escritos consagrados a la monja como un epíteto
normal, el que le cuadra, de manera semejante en su uso al que Homero daba a
sus héroes o a sus dioses (Aquiles, el de los pies ligeros = Sor Juana, la Décima
Musa)24. Esta exaltación produce comparaciones cada vez más extremas y
trasmutaciones sucesivas: de musa se convierte en pitonisa («profetisa arrebatada
con divino espíritu»25), luego en sibila («Pudo verse en la Madre Juana un como
resumen de las diez Sibilas»26) y, por fin, en rara avis, el fénix. Ya es, en suma,
un «monstruo».
¿Qué características tenían las musas? Vivían en un museo, y aunque esa
palabra no tenía la connotación actual, recuérdese que ya existían —31→ en el
México prehispánico lugares especiales en donde se albergaba a los
«monstruos», los seres «diferentes» que muestran las «salidas de madre de lo
natural» (Calderón), explicadas por Pierre Boaistuau así:
No existe nada que asombre tanto al ser humano,
que provoque mayor admiración o un terror más grande
que los monstruos, los prodigios y las abominaciones, a
través de ellos las obras de la naturaleza se nos muestran
como mutiladas, trastrocadas o truncadas27.
¿El «monstruo» de las mujeres?28
Convertida en Fénix, está en la cima de la monstruosidad. Bien lo entiende
ella así, sabe que es mirada como si fuera un bufón, un objeto de circo, el centro
de atracción. Se le ha otorgado un lugar especial entre las mujeres, se la ha
etiquetado, separado, y el disturbio que su genial inteligencia y su excepcional
discreción han provocado puede mantenerse bajo control: se le ha dado un
nombre. Sin embargo, la atención que se le presta puede asemejarse, repito, a la
que reciben los fenómenos en las ferias o los bufones en la corte; devoción del
vulgo y de los poderosos que puede muy bien sintetizarse, como anillo al dedo,
con una definición de Covarrubias:
El enano tiene mucho de monstruosidad, porque
naturaleza quiso hacer en ellos un juguete de burlas,
como en los demás monstruos... Destos enanos se suelen
servir los grandes señores... En fin, tienen dicha con los
príncipes estos monstruos, como todos los demás que
crían por curiosidad y para su recreación...
—32→
La posición de Sor Juana en la corte, cuando fue dama de Leonor Carreto, la
marquesa de Mancera, y luego, desde su locutorio, como privada de los
marqueses de la Laguna, se inscribe perfectamente en la descripción de
Covarrubias: «(de ella) se solían servir los señores» ¿No la exhibe Mancera ante
40 sabios? ¿No prepara Sor Juana el Arco triunfal para recibir a los virreyes?
¿No es acaso la Inundación castálida un monumento a Lysi? ¿No es la autora de
numerosos sonetos cortesanos en que se celebran los años del rey, la reina o los
virreyes? Sor Juana es consciente de esa situación, sabe ejercer de manera
altísima la autocrítica: rechaza ese lugar e intenta recolocarse en otro, el que a
ella le parece acorde con su libre albedrío, el de ser racional, encerrado, además,
«por su propia voluntad», en un convento:
¡Qué dieran los saltimbancos,
a poder, por agarrarme
y llevarme, como Monstruo,
por esos andurriales
de Italia y Francia, que son
amigas de novedades
y que pagaran por ver
la cabeza del gigante,
diciendo; Quien ver el Fénix,
quisiere dos cuartos pague,
que lo muestra Maese Pedro
en la posada de Jaques
¡Aquesto no! No os veréis
en ese Fénix, bergantes;
que por eso está encerrado
debajo de treinta llaves
29.
Los bestiarios de América
¿Cómo identificar a un monstruo? ¿En qué consiste su anormalidad? Para
empezar, en América abundan, según los conquistadores hispanos, los
monstruos; allí se generan y forman parte de un bestiario iniciado desde el
descubrimiento, en él se insertan hombres con un —33→ solo ojo, perros que
no ladran, manatíes-sirenas, animales con el espinazo al revés, gigantes, enanos,
amén de sodomitas, antropófagos, sacrificadores de hombres y las amazonas,
paradigma de la mujer varonil. Debe advertirse además que lo que es normal en
un hombre puede ser monstruoso en una mujer y viceversa. La monstruosidad es
artículo de museo, de feria, de catalogación; se inserta en un espacio
predeterminado de antemano, y en la época colonial se incluye en él, de manera
muy especial, a las mujeres. Citemos, a guisa de ejemplo, una definición de fray
Luis de León, que incluye varios de los lugares comunes clásicos, muy reiterados
en el siglo XVII:
Porque como la mujer sea de su natural flaca y
deleznable más que ningún otro animal... al mostrarse
una mujer la que debe entre tantas ocasiones y
dificultades de vida, siendo de suyo tan flaca, es clara
señal de un caudal de rarísima y casi heroica virtud...
Porque cosa de tan poco ser como es esto que llamamos
mujer, nunca ni emprende ni alcanza cosa de valor, ni de
ser, si no es porque le inclina a ello y la despierta y la
alienta alguna fuerza de increíble virtud que, o el cielo
ha puesto en su alma, o algún don de Dios singular30.
Sor Juana, entonces, es un producto divino, pues ha recibido dones de virtud
extraordinarios, singulares; es por ello digna de admiración: no se ajusta en
absoluto a la definición de lo femenino en su tiempo. Su sabiduría provoca
«espanto»; aquello que causa horror, miedo o admiración (Covarrubias) o,
reiterando la frase de Fernández de Santa Cruz, se entrega a esas actividades que
provocan soberbia, y que «no las quiere Dios en la mujer...». Sigüenza piensa,
por su parte, que en Sor Juana se ha cumplido la cuota: la Naturaleza, preocupada
a veces por conformar seres de excepción, decidió otorgarle a la monja todos los
dones; los cuales, si repartidos con parsimonia entre las demás mujeres, no
hubiesen provocado tan desproporcionada admiración. La abundancia de bienes
derramados sobre un solo ser es aceptada como un don divino, pero también
provoca desconcierto, furia, envidia, acoso. Admirada por su gran habilidad para
versificar, por ella aceptada como natural, se da por descontada su habilidad
como poetisa y aunque se le critica el que sea monja y cultive la poesía, pronto
este don esencial se multiplica; su inclinación a las letras no es —34→ el
único aspecto de su Fama, asentada de manera muy especial en su erudición, es
decir, en su condición de mujer sabia. José Pérez de Montoro lo expresa en un
romance:
Pues en ti sola este Mundo
tiene mujer, que afemine
la docta opinión de nuestros
sabios Varones insignes...
En ti sola (estudio sea
o sea ingenio) reside
todo el comprender, si lees,
y todo el pasmar, si escribes
tú sola al Árbol Sagrado
de la Gran Minerva, exprimes
el fruto, Sabia, Ingeniosa,
y más que Prudente, Virgen
31.
La sabiduría de la poeta, reconocida por todos, la equipara con la deidad
pagana, tributo que su admirador y detractor Fernández de Santa Cruz le rinde,
cuando al dar a la imprenta la Crisis de Sor Juana a un sermón del jesuita
portugués Antonio de Vieyra la intitula Carta atenagórica. Otro de sus
admiradores rendidos, Cristóbal Báñez de Salcedo, destaca «la universalidad de
noticias de todas ciencias y artes que con tanto resplandor rompen en las obras de
la Madre Juana», y añade, incrédulo: «Confieso que si a esta Censura no se
siguiese el —35→ libro, donde los doctos hallarán fácil la prueba de lo
propuesto, me contuviera el peligro de no ser creído»32. Expresión que desata ese
famoso adagio: «Mujer que sabe latín...».
Sin embargo, hay que subrayar el hecho de que cuando ella misma se dirige
a otra mujer, en cierta medida parecida a ella, sobre todo por su interés en las
ciencias, Sor Juana emplea los mismos adjetivos, las mismas metáforas usadas
por sus admiradores para clasificarla; por ejemplo, en su romance dedicado a la
marquesa de Aveyro la llama «gran Minerva de Lisboa», «cifra de las nueve
blusas», «de los hombres docto ultraje», «primogénita de Apolo», «clara Sibila
española»33. Sor Juana ha internalizado, como dirían los psicoanalistas, a ese tipo
de mujer como «monstruo», además de manejar la clásica retórica cortesana para
describirla.
Cabe otra aclaración: algunas mujeres destacan en esa época; en varios
escritos se enumeran sus cualidades y se aquilatan por lo que valen; su valor
depende, empero, de su «normalidad», es decir, del respeto al orden instituido,
características de lo que entonces se concedía a las mujeres. Se clasifican sin
asombro, aunque se haga uso de hipérboles en los casos excepcionales. La
hiperbolización descansa en la exacerbación de una cualidad considerada como
natural y que el empeño de la mujer transforma, por acumulación y reiteración,
en milagrosa. Estas cualidades, o mejor, virtudes, caracterizan a las monjas
edificadas: la abnegación, la paciencia, la docilidad, la mortificación, la
obediencia, la castidad y la soledad, etc. Aun así, las mujeres señaladas desde su
infancia para ser santas, deben propasarse para ser reconocidas como tales, según
consejos del padre Oviedo, autor de una vida del jesuita Núñez de Miranda,
confesor de Sor Juana,«excediendo los límites de la medida, peso y número
ordinario»34. Practicar en exceso las virtudes normales puede dar como resultado
la santidad.
De esas virtudes, de las ordinarias en las mujeres, carece Sor Juana. Muy
bien lo señala el padre Calleja:
Veinte y siete años vivió en la religión sin los retiros
a que empeña el estruendoso y buen nombre de extática;
más con el cumplimiento sustancial a que obliga el
estado de religiosa.
—36→
El «estruendo» está en otra parte, se deriva del gigantismo, de la
exacerbación de cualidades negativas en una mujer, de su monstruosidad. Sólo
manejándolas dentro de otra clasificación, como productos de un «aborto», es
(AP, s. f.).
decir un parto prodigioso, excepcional, esos seres pasmosos pueden aceptarse y
hasta entenderse, aunque provoquen «susto».
Sor Juana, el oro racional
La fama de Sor Juana es muy pronto el producto de una metaforización,
como de manera muy inteligente asienta Antonio Alatorre35; mediante este
ejercicio retórico, acuñado desde la Inundación castálida, Sor Juana se convierte
en el paradigma de lo americano; adopta las características esenciales de la tierra
en donde fue engendrada: el tesoro que los españoles, desde su llegada, buscan
en el Nuevo Mundo. Es, ni más ni menos, igual que el oro, arrancado de las vetas
minerales de la gigantesca y prodigiosa América. Según la ley de la analogía, un
monstruo sólo puede ser engendrado en la monstruosidad y el Nuevo Mundo
siempre ha sido mirado, como Sor Juana, con asombro -«pasmo», «susto»-, pero
también con desprecio -«el clima inculto», «lo bárbaro», «lo irracional».
Aquí se produce otro vuelco de sentido. Al ser objeto de una metaforización
tan extremada, al verse equiparada con el producto arrancado de la tierra, tiene
lugar una sustitución. La ecuación metaforizada, América = oro natural, se
transforma por extensión en Sor Juana = oro racional:
¡Oh América! ¡Oh hasta cuándo
de esa tu preñez fecunda
inventando estarás nuevas
a la admiración disculpas!
¡Hasta cuándo!¿No te basta
ver que la Luciente pluvia
de tus arterias dos Mundos
preciosamente fluctúan?
¿No el ver han saciado tanta
soberbia ambición difusa
—37→
de tus huesos las brillantes
endurecidas médulas,
sin el mostrar que, desta alma
tu seno taller, oculta
también de oros racionales
las más apreciables sumas?...
36
Ese enaltecimiento equivale sin embargo a una reducción: es un tesoro
extraído de las entrañas de la tierra, en suma, materia prima, y toda materia
prima, lo sabemos bien, es un producto natural («la pura mina de conceptos
suyos,/ cuyas entrañas oro resplandecen»37). Exaltar a Sor Juana, hacerla igual
que América es reducirlas a ambas -asimilarla a ella- a algo concreto, hacer la
alquimia, transformarla en un objeto natural. Las expresiones «tus huesos», «tus
endurecidas médulas», «tus arterias» conforman un cuerpo; al precisar que en él
hay un «seno taller», dotado de «preñez fecunda» se precisa que es un cuerpo
femenino, metáfora trillada sobre la tierra y su fecundidad, la de América,
productora de tesoros enviados a España; en América se engendra a Sor Juana,
en cuyo entendimiento se gesta el oro racional. Puede advertirse aquí una
operación retórica, característica del barroco: hiperbolizar mediante imágenes
muy frecuentadas de tipo mineral -el oro o las piedras preciosas- para elogiar con
desmesura su talento. Vista con detenimiento, la metaforización empleada para
exaltar a Sor Juana remite a algo más profundo; esa metáfora no sólo se utiliza
para designarla a ella, califica también a otras mujeres, entre ellas a ciertas
monjas destacadas, éstas sí santas o aspirantes a la santidad:
—38→
Esta América Septentrional, tan celebrada por sus
ricos minerales, puede gloriarse de haber sido patria de
una mujer tan heroica que podemos aplicarle el epíteto
de la mujer fuerte...38
La fecundidad de la tierra, concebida siempre como elemento femenino, se
extiende a la fertilidad de las mujeres, semejantes en toda la tierra, extremada, a
su vez, en una tierra extraordinariamente fértil, América. La imagen mineral,
reiterada en varios de los poemas dedicados a Sor Juana en la Fama -y en
algunos anteriores-, se convierte así en un lugar común, su riqueza intelectual
como producto fértil arrancado de la rica tierra de América; afirmado con la
también reiterativa alusión a su nacimiento, presidido por los famosos volcanes
levados Iztaccíhuatl y Popocatépetl, emblema de la mexicanidad y asombro de la
naturaleza pródiga de este continente. Los menciona Calleja, unidos:
Sabed, que donde muere el sol, y el oro
dejar por testamento al clima ordena,
le nació en Juana Inés otro tesoro,
que ganaba al del sol en la cuantía:
y entre dos montes fue su primer lloro.
Estos de nieve, y lumbre y noche y día,
volcanes son, que al fin la primavera
vive de frío y fuego en cercanía
aquí, pues, gorjeó la aura primera
Juana Inca...
Alatorre dedica varias páginas a analizar este símil muy revelador39; a mí me
interesa especialmente porque reitera una preocupación mía: Sor Juana, ese
prodigio de la naturaleza, está mucho más arraigada a ella -por ser mujer-, que
cualquier hombre. De allí, en parte, el asombro40.
—39→
Las mujeres fueron hechas para estar encerradas
En su poderoso libro Las trampas de la fe, Octavio Paz afirma que la
sociedad en que Sor Juana vivió tenía «un carácter acentuadamente masculino...
La única posibilidad que ellas (las mujeres) tenían de penetrar en el mundo
cerrado de la cultura masculina era deslizarse por la puerta entreabierta de la
corte y de la Iglesia». A este hecho, que, añade, «ha sido poco advertido por los
biógrafos de Sor Juana»41, habría que ponerle mucho mayor atención. No puede
dudarse, como dice Paz, que la sociedad novohispana se mantuviera estable por
un rígido aparato de control generalizado en donde, de muy especial manera, se
vigilaba a la mujer para excluirla de los espacios visibles de poder. Retomando
esa aseveración, yo reformularía la pregunta: si la sociedad novohispana reprimía
de tal manera a sus mujeres, cosa imposible de negar, ¿por qué entonces les
concedía, a la vez, tanta importancia? No me cabe la menor duda de que los
severos intentos de represión que norman cualquiera de las manifestaciones
femeninas del periodo exhiben una forma de terror, el que las mujeres producían
en los hombres42. Es obvia la necesidad de tenerlas perfectamente encasilladas en
espacios supervisados con estrechez, donde pudieran estar aisladas, al alcance de
la mano, incapaces de causar daño. Y solamente causa daño aquello que por su
misma naturaleza infringe las estrictas reglas que una sociedad ha erigido como
válidas para controlar todo lo que se salga de su concepto de normalidad.
—40→
Esta estricta subordinación, este estrecho encasillamiento, esta parcelación
compartimentada, se aplicaba también a los indios, quienes, como las mujeres,
eran un producto natural. En muy raros casos esta compartimentación
permanecía estanca; se trataba de mantener una jerarquización, reforzándola
siempre para evitar la anarquía. La inserción de Sor Juana en la monstruosidad
americana forma parte de esta política y da cuenta de ese terror, espanto y a la
vez fascinación que debieran razonarse con atención. Una rígida disciplina y la
vigilancia estrecha de los miembros de la sociedad se hace más crítica en Nueva
España que en la metrópoli, porque en su territorio han nacido los «naturales»,
producto, como los minerales, de este suelo, de la misma manera que Sor Juana
es un tesoro «natural», extraído de las entrañas de la tierra americana, aunque por
su sofisticada inteligencia se haya transformado en oro intelectual, en tesoro
simbólico. Los indios son separados de los blancos y existe para ellos una ciudad
indígena, supuestamente cercenada en su totalidad de la ciudad española. De
(Fama, s. f.)
hecho no es así, como lo demuestra el pánico expresado de Sigüenza y Góngora
durante el motín del 8 de junio de 1692, cuando al precipitarse a salvar de un
incendio los archivos del Cabildo, advirtió que a su alrededor era imposible «ver
una cara blanca». Contra cualquier posible motín futuro, Sigüenza propone una
rígida reglamentación mediante la cual se aparta a los indios de los españoles,
reglamentación establecida desde Cortés, pero relajada por la falta de vigilancia y
por la naturaleza misma de las relaciones sociales, a finales del siglo XVII.
Para todo lo cual, teniendo por justo, santo, bueno y
precisamente necesario retirarlos de lo principal desta
ciudad de México, y reduciendo otra vez a práctica lo
que en su fundación se hizo, después de haber
contemplado muy de espacio la planta topográfica de
esta ciudad, y después de haber andado sus barrios y
contornos tres o cuatro veces en estos días... Y para que
no haya en ello confusión alguna... se dé un traslado de
estos linderos, para que, después de reconocerlos y
hacerse capaces de cómo corren, se observe
inviolablemente, lo que Vuestra Excelencia mande, que
será siempre lo mejor...43
—41→
La búsqueda de esa «inviolabilidad» da origen a subdivisiones curiosas,
sancionadas por varios epítetos determinantes, utilizados por Sigüenza: son
decretos «santos, sabios, justos, necesarios»; los «naturales» de la tierra deben
habitar en espacios separados, distintos a los lugares habitados por los que
también nacidos en la tierra o los que en ella viven, procedentes de la metrópoli,
son vistos como seres racionales. La racionalidad del indio, lo sabemos bien, dio
origen a discusiones perpetuas que aún subsisten como estereotipos y la
expresión «gente de razón» sigue siendo un lugar común en la literatura
mexicana, ya avanzado el siglo XIX y principios del XX. El concepto de
irracionalidad está ligado con lo bárbaro; ambos conceptos aparecen en varios
poemas de la Fama dedicados en España a la poetisa mexicana, veamos un
ejemplo:
Murió y una mujer que tanta gloria
al medio mundo de su clima inculto,
y al débil de su sexo le concede;
que rendido a su mérito, y memoria,
el medio mundo racional y el culto,
al bárbaro respeta, al débil cede.
(Fama, s. f.).
Leído así, se aprecian por lo menos dos parejas de conceptos: lo racional-y-
culto, enfrentado a lo bárbaro-y-débil: ambos polos situados en espacios
geográficos diferentes, «precisamente» cercenados el uno del otro, el lugar donde
se localiza la metrópoli -«racional» y «culto»-, opuesto al lugar del otro mundo,
el Nuevo -«bárbaro» y «débil».
¿No soy yo gente?
La mujer, tradicionalmente concebida como un ser débil y, a juzgar por la
literatura de la época -reforzada por las quejas de Sor Juana-, también irracional
(bárbara), se asemeja al indio. Las fuerzas de la naturaleza, irracionales, no son
nunca débiles sino espantosas, caóticas, violentas, como las de un volcán en
erupción44, las cuales, no controladas, —42→ ocasionan daños, alborotos,
descuadramientos. Más vale tenerlos a raya; a los indios, fuera de la ciudad, a las
mujeres en lugares cerrados, en fortalezas que en lugar de protegerlas a ellas,
parecen proteger a los habitantes de la ciudad contra su influjo o servirles de
pararrayos. La fuerza femenina pareciera tanto o más disruptiva que la de los
mismos naturales. Basta hacerse algunas preguntas para contestar en parte esa
aparente anomalía. ¿Cómo explicar el pavor que asaltaba al temible arzobispo
Aguiar y Seijas cuando se cruzaba ante él una mujer, al grado de que las
amenazaba con la excomunión? ¿Cómo explicar la satisfacción de los habitantes
de las más importantes ciudades novohispanas cuando sus conventos de monjas -
mientras más dura la regla, mejor-, se convertían en el orgullo visible de su
comunidad?
Casi podría decirse, cuando uno lee los textos de la época y verifica los
resultados de las investigaciones de los historiadores, que la sociedad colonial
trataba de organizarse como un armario provisto de miles de cajones donde se
iban colocando en lugares perfectamente definidos los distintos estamentos
sociales, un lugar para los indios, otro para las mujeres, otro para las castas, otro
para los españoles, subdividido concienzudamente a la vez, como el propio
palacio nacional, en sí mismo, una réplica de la ciudad, en miniatura. Las tiendas
se llamaban sintomáticamente cajones, término que persistía en el vocabulario
comercial del centro de la ciudad de México hasta mediados de este siglo y aún
conservamos el término estanquillo para las tiendas que venden productos
misceláneos de baja categoría. Eran estanquillos porque las cosas debían
permanecer inmóviles -estancas- y estancar —43→ es, según el diccionario de
la Academia: «Detener y parar el curso y corriente de alguna cosa, y hacer que no
pase adelante o bien prohibir el curso libre de determinada mercancía,
concediendo su venta a determinadas personas o entidades; también significa
suspender, detener el curso de una dependencia, asunto, negocio, etc., por haber
sobrevenido algún embarazo o reparo en su prosecución... aquello que debe
permanecer inmóvil».
En este contexto, ocupan un lugar primordial los lugares donde se recluía a
las mujeres, primero, los conventos de monjas por su especial significación y,
luego los recogimientos o, término muy revelador, los emparedamientos de
mujeres donde éstas quedaban literalmente encerradas entre cuatro paredes, como
reclusas o convictas, sin comunicación con el exterior, sin la nobleza y aprecio
social que aparejaba pronunciar los votos de clausura, aceptados por las monjas
cuyo estatus social era altísimo, como vírgenes y castas viudas, ¿no eran acaso
las esposas de Cristo?
Vuelvo a plantear la pregunta, ¿por qué se creía necesario emparedar, esto
es, enterrar en vida, a las mujeres?45 Visto desde esta perspectiva, parecería que,
en la época colonial, las mujeres ocuparan el lugar de los orates medievales
quienes, para preservar del contagio a los habitantes sanos, debían ser aislados y
colocados en medio del mar en barcos especiales -las naves de los locos-; o para
manejar un símil más adecuado en esa época, como leprosos o pestiferados,
cercenados por su enfermedad de la población sana.
Porque comúnmente las mujeres están y fueron
hechas para estar encerradas e andar ocupadas en sus
casas, y los varones para andar e procurar las cosas de
fuera...46
—44→
Basta analizar uno de los votos que tenían que pronunciar las monjas al
entrar al convento, el de la clausura, y luego examinar la estructura arquitectónica
de los edificios que las albergaban para visualizarlo con perfección. Cierto es que
la separación exigida por el aparato legal no solía respetarse en la práctica como
es fácil verificar, acudiendo al mismo ejemplo del motín descrito por Sigüenza y
Góngora en 1692 (que parece haber tenido, según los críticos, tanta influencia en
la «conversión» de Sor Juana): los indios no estaban separados totalmente de los
españoles, lo cual era imposible por la estructura misma de servicio a la que
estaban sometidos; las mujeres escapaban con bastante frecuencia a las
constricciones sobre ellas impuestas, y es posible dar muchos ejemplos de su
amplio margen de acción, en donde obviamente puede incluirse a las monjas,
entre las cuales es ejemplo destacado Sor Juana, a pesar de que estuviera, como
ella misma dice, «encerrada debajo de treinta llaves».
Se hará disciplina...
Si se lee de corrido el Diario de sucesos notables de Antonio de Robles47,
llama la atención la forma como se organizan los sucesos y también como se
maneja la estricta y escueta separación de razas y clases. La alusión a los
naturales y a las castas engendradas por la hibridación es de carácter colectivo y
anónimo: «... mató o degolló a un mulato a un negro...». «Este día prendieron a
un lobo porque alcahueteaba mujeres». «Este día emplumaron a un mulato,
llamado Cagueñas, con coroza, debajo de la horca, por alcahuete». «... a las once
del día azotaron al pie de la horca tres indios». «Este día entraron tres indios
presos de Tacuba». «Han preso indios y mestizos, hombres y mujeres con ropa
de los cajones...». «Han prohibido el baratillo y echado a los indios fuera de la
ciudad». «Este dicho día, a la tarde, cortaron las manos a los cuatro indios, y las
pusieron en unos palos en la horca y puerta de palacio; era uno de los indios cojo,
zapatero del barrio de Montserrate». Indios, mulatos, negros, lobos, anónimos o
con su nombre de pila o apodos, eran integrantes de grupos estrechamente
vigilados y temidos. En cambio, las alusiones a los miembros de la clase
dominante individualizan, dan cuenta del nombre y títulos —45→ de los
aludidos: «Murió el doctor don Diego Osorio, catedrático de víspera de
Medicina, clérigo protomédico... lo enterraron en la Catedral en la capilla de la
Antigua; fue admirable entierro». «Este día fue el capítulo en San Hipólito, y
salió electo provincial fray José Crocoles...».«Esta tarde enterraron a Juan de
Navarro, en San José de Gracia; deja 250000 pesos». «Este día se dio la sacristía
del colegio de las Niñas, a don Matías de Peralta, capellán real». Muchas de las
noticias relacionadas con los españoles tienen que ver con cosas religiosas, y
suele ser frecuente que los personajes distinguidos y ricos hagan donación de sus
bienes para la fundación o enriquecimiento de alguna obra pía, a menudo un
convento de monjas. Los extremos se tocan, varios negros, lobos o mulatos,
miembros de castas, son castigados por dedicarse a prostituir mujeres, y muchos
potentados dejan al morir su dinero para que otras se mantengan perpetuamente y
vírgenes: «Murió don Andrés de Carabajal, fundador del Colegio de San Andrés
de la Compañía de Jesús de esta ciudad, y grandísimo limosnero; se juzga dio
más de dos millones para obras pías. Se enterró dicho día de cabildo en la casa
profesa a las cuatro de la tarde: dejó 100000 en reales; los 50000 para que se
acabe el convento de religiosas de Santa Isabel con 30000 que había dado; dicen
que con la comunidad de San Francisco, asistió la ciudad y Real Audiencia, cosa
nueva y todos los ministros de dicha audiencia».
¿Qué relación existe entre estos dos extremos tan diversos en apariencia? Por
un lado, está la enorme masa amorfa de mexicanos, pululante, controlada hasta
cierto punto y temida por sus exabruptos, cuando «degeneran de sus
obligaciones» (véase nota 43). Primero, se destacan los indios por ser los
verdaderos «naturales»; los otros, agrupados en castas, son el producto de una
impureza, la hibridación sexual. El control se ejerce, primordialmente, sobre el
cuerpo azotado, arcabuceado, ahorcado, mutilado, y puesto como escarmiento a
manera de espectáculo teatral; se exhiben la cabeza, las manos, los pies: son
saldo inevitable de un motín o de un orden alterado. Vuelvo a hacer la pregunta,
¿qué relación entre el cuerpo perseguido de los «naturales» y las castas con el de
las mujeres? Y dentro de este sexo, ¿qué relación puede existir entre las monjas y
los indios?
«... el ascetismo y... las disciplinas de tipo monástico... tienen por función
garantizar renunciaciones más que aumentos de utilidad, y que, si bien —46→
implican la obediencia a otro, tienen por objeto principal un aumento del dominio
de cada cual sobre su propio cuerpo...» (explica Foucault, estableciendo las
diferencias de modalidad del control del cuerpo48).
Recluidas en su convento, encerradas en sus casas, emparedadas en los
recogimientos, las mujeres se concentran en lugares estancos. Existe una
intención precisa en esa separación. Cuidadosamente puestos en su lugar estos
grupos están marcados, como también lo están sus funciones. ¿Y cuáles son estas
funciones? Ambos grupos, mujeres y naturales, tienen como tarea una
productividad, las mujeres la maternidad, los indios la extracción de los tesoros
de la tierra, tan naturales como ellos. ¿Qué utilidad tienen entonces en este
contexto las monjas?
El objetivo de la disciplina, además de castigar el
cuerpo pecador, era sufrirlo por el mundo de fuera, por
aquellos que lo necesitaban: por el aumento de la fe en
la cristiandad, por los bienhechores y por las ánimas del
purgatorio. ¿Cómo no se iba a «consentir» a ese
monasterio (San José de carmelitas descalzas en la
ciudad de México) sabiendo que las «vírgenes» ofrecían
sus vidas por la sociedad, que entre rezandera y
pecadora, prefería pagar monetariamente al convento
para descargar sus pecados?49
Las monjas constituían una comunidad femenina de la clase dominante,
criollos o españolas, que se clausuraban entre cuatro paredes para dedicase a
Dios, en oración, en contemplación y en disciplina. La fundación de un convento
de monjas era un acontecimiento público, un motivo de alborozo y de despliegue
de intereses, escena de litigios por posiciones de poder y expresión de la feroz
lucha entablada entre lo eclesiástico y lo cortesano50. Esa lucha que elige como
campo de batalla, aparentemente neutral, al convento -tierra santa- tiene su —
47→ lugar estricto en la sexualidad -la carne y el mundo-. El intento por hacer
desaparecer al sexo -al cuerpo inmundo- mediante la observancia rigurosa de los
cuatro votos y la disciplina, produce una retórica ambigua donde el sexo se
nombra. Cabe de nuevo formular una pregunta: ¿con qué objeto una parte
importante de la sociedad activa se negaba a los fines de la reproducción?
Dedicar tan gran número de hombres y mujeres de la más alta sociedad a la
clausura y al celibato provocaba el mestizaje y la proliferación del desorden, y el
desorden, tan temido, equivalía a una catástrofe natural o era provocado por ella.
Lo débil y bárbaro, características de América, de lo incivilizado, entrañan
en sí mismos una paradoja. Un ser débil puede ser dominado con facilidad, pero
si es además bárbaro, esa debilidad se neutraliza, pues en la naturaleza del
bárbaro está la violencia, el salvajismo. A diferencia de las catástrofes naturales
que son imposibles de controlar, excepto con plegarias destinadas a producir
milagros, todos los bárbaros-irracionales pueden estar sujetos al orden racional.
Como españolas o criollas, las mujeres deberían ser «gente de razón», por su
clase y su origen están en una categoría superior, entran al convento con dote,
tienen esclavas y criadas a su servicio y gracias a su habilidad producen riqueza,
ya sea por obra de sus manos, por la administración de los negocios o por la
usura. La humedad y frialdad de su sexo las hace incompatibles, sin embargo,
con la racionalidad, y las coloca, por ello, en la clase de los irracionales y por
tanto bárbaros (Cf. infra). La rigurosa vigilancia de los confesores que dirige y
descifra su razón, unida a las disciplinas reglamentarias tanto de oración como de
flagelación mantiene a raya el aspecto instintivo característico del irracional.
La inteligencia tan admirada de Sor Juana produce elación en la mujer, y ese
pecado de soberbia es soportado mientras la monja es uno de los adornos más
destacados de su convento, y por tanto, su máxima atracción, rico tesoro de
limosnas, privilegios, prebendas. Su erudición sin medida la hace capaz de
dialogar por escrito con las más altas mentes de su tiempo y dirimir en lo
cotidiano todas las discrepancias que en torno de ella se generan: las que
enfrentan a los poderes en juego. Cuando ese equilibrio social se rompe, y
cuando la cohesión y coherencia del gobierno virreinal se ven amenazadas por
fuerzas imposibles de contener, el cuerpo irracional es maniatado, torturado,
cancelado.
Juana Ramírez de Asbaje, mujer del siglo XVII novohispano, ha sido conocida por su nombre religioso
como Sor Juana Inés de la Cruz, nombre que se relaciona también con otros dos famosos epítetos que
llevó en vida la monja jerónima: Décima Musa y Fénix de México. Los años de nacimiento y muerte han
sido discutidos, sin embargo, después de varios estudios se puede concluir que nació el 12 de noviembre
de 1651 (se pensó durante mucho tiempo en la fecha de 1648); murió el 17 de abril de 1695.
La semblanza familiar de la niña Juana Inés comienza con la llegada de sus abuelos maternos, Pedro
Ramírez de Santillana y Beatriz Rendón quienes, al parecer venían de Sanlúcar de Barrameda
(Andalucía) y se instalaron entre los pueblos de Huichapan y Yecapixtla. De esta pareja nació, entre once
hijos, la que fuera madre de la poetisa, Isabel Ramírez quien después conoció en San Miguel Nepantla al
capitán (de origen vasco) Pedro Manuel de Asbaje y Vargas Machuca, con quien procreó a tres mujeres:
María, Josefa y Juana Inés. Tiempo después el capitán Asbaje desaparece de la vida de Isabel Ramírez,
uniéndose esta mujer a otro capitán de nombre Diego Ruiz Lozano, con quien procreó otros hijos: Diego,
Antonia e Inés.
La niña Juana Inés creció principalmente entre las haciendas de Nepantla y Panoaya junto a su abuelo
materno quien sembraba maíz, trigo y criaba ganado; se sabía que para la labranza ocupaba algunos
esclavos (negros y mulatos). Los abuelos maternos de Juana Inés murieron entre los años 1655 y 1657,
haciéndose cargo por completo de las haciendas la madre de Sor Juana. Hacia estos años van naciendo
sus tres medios hermanos. Ella compone su primera Loa al Santísimo Sacramento hacia 1657. Según
datos de su biógrafo, el padre Calleja, Juana Inés pudo haberse trasladado a la capital del reino desde los
ocho años de edad, sin embargo, se tienen noticias más certeras a partir de los quince años de la
jovencita.
La vida de Juana Inés cambiará en la muy leal y noble ciudad de México. Primero llegó a casa de su tía
María, donde aprendió labores femeninas y al mismo tiempo empezó a recibir sus primeras lecciones de
gramática latina con el bachiller Martín Olivas. Tiempo después se sabe que ingresa a la Corte Virreinal
hacia 1665 y el 14 de agosto de 1667 ingresa al convento de San José de carmelitas descalzas, el 18 de
noviembre del mismo año lo abandona, se cree que fue por motivos personales de no aceptar las durezas
de la orden teresiana.
Hacia el año de 1668, en febrero, Juana Inés ingresa como novicia al convento de San Jerónimo, de las
hijas de Santa Paula (fundado desde 1585) y donde se practicaba la regla de San Agustín. Profesa como
religiosa en este mismo convento el 24 de febrero de 1669. Una primera enfermedad del tifus la pone en
verdadero peligro hacia los años de 1671 o 1672. En este lugar pasará el resto de su vida la joven monja,
aproximadamente 27 años, de los cuales sobresalió más que en el ejercicio religioso (que cumplía
cabalmente) en la escritura y en la administración del convento del que fue contadora durante nueve
años. Estos fueron años en que sor Juana convivió fraternalmente con los marqueses de Mancera, a
quienes quería mucho y dedicaba parte de su poesía. Hacia el año de 1674 morirá la que fuera su
protectora La marquesa de Mancera, Leonor Carreto (en Tepeaca, Puebla, rumbo a Veracruz).
El año de 1680 será muy significativo para la ciudad virreinal así como para la monja jerónima, ya que
compone el Arco Triunfal del Neptuno alegórico de los virreyes recién llegados, los marqueses de la
Laguna. A partir de este momento la fama de la monja jerónima así como su madurez en las letras van
llegando de uno en uno, además de recibir apoyos económicos para sus proyectos personales y
conventuales.
Su buena relación con la Corte le permitió escribir más cada día. Para 1676 se publicaron algunos de sus
villancicos que continuarían hasta 1691. La mayor parte de su obra se publicó en un volumen en Madrid,
conocido como la Inundación Castálida de 1689. En esta edición española se dan a conocer todos los
poemas bellísimos de Sor Juana que ya la habían consagrado más que como monja como una poeta de
la vida, del amor y de los requiebros de los desamores, podemos encontrar sus conocidos sonetos,
romances, redondillas, endechas, liras y otros géneros líricos. Además de su poesía, sor Juana escribió
dos comedias de teatro, Los empeños de una casa (se estrenó en 1683) y Amor es más laberinto. La
primera es una obra que se debe toda a la escritora y la segunda la hizo en colaboración con Juan de
Guevara (quien escribió el acto segundo). Las dos son típicas comedias de capa y espada o también
llamadas en la península comedias de enredo, tienen el sabor del verdadero teatro de los siglos de oro
españoles con tintes que van desde el teatro nacional de Lope de Vega hasta el teatro más complejo de
Calderón de la Barca. De este último dramaturgo español también encontramos correspondencia con el
otro gran género trabajado por la jerónima, se trata de tres autos sacramentales que escribiera Sor Juana:
El cetro de José, El mártir del sacramento, san Hermenegildo y El divino Narciso (publicación en 1690). El
primero de los autos sacramentales de carácter bíblico, el segundo histórico y el último mitológico.
Sor Juana escribe en el año 1690 la conocida Carta Atenagórica, cuyo nombre original fue La crisis de un
sermón en donde contesta un famoso sermón del padre portugués Antonio Vieyra (predicado en Lisboa
desde 1650) y donde replica acerca de las finezas de Cristo, carta que le costó un fuerte regaño y duras
aseveraciones sobre su vida religiosa y sus ratos de ocio en la escritura por parte del Obispo de Puebla,
cuyo seudónimo fue para la ocasión del regaño el de Sor Filotea de la Cruz. Para contestar la carta del
Obispo Manuel Fernández de Santa Cruz.
En la Respuesta a Sor Filotea de 1691, pueden conocerse varios datos biográficos e intelectuales de Sor
Juana, aquí ella declara haber escrito por propio gusto un papelillo “que llaman El sueño”. Poema
filosófico de 975 versos escritos en una silva que sigue los modelos retóricos de la época. Se ha señalado
que pudo haber sido a semejanza del de Góngora, Las soledades. No obstante, la intención en este
poema es la de plasmar un viaje del conocimiento y la impotencia de poder poseer todo al final del mundo
iluminado.
Hacia el año de 1692 se publica el segundo volumen de sus obras, y a continuación (1692-1693) escribe
sus interesantes Enigmas para la Casa do placer de las monjas portuguesas. Muy pronto en 1693
encontramos ya una separación rotunda y un retiro en la monja escritora, deja ya de acudir al locutorio e
inicia un silencio sin retorno. Por último en el año anterior a su muerte en 1694 ratifica sus votos religiosos
y para el año de 1695, el 17 de abril, muere como consecuencia de la típica enfermedad epidémica de la
época, el tifus. Se le sepulta en el coro bajo de la iglesia del templo de San Jerónimo, actualmente ex
templo de San Jerónimo de la Universidad Claustro de Sor Juana. En 1700 se publican en Madrid sus
Obras póstumas.
INTRODUCCIÓN
Muchas han sido las mujeres que marcaron su nombre en la historia de la humanidad.
Independientemente de su época, todas aquellas que han trascendido han tenido un
factor en común: han explorado.
Tal fue el caso de Sor Juana Inés de la Cruz, también conocida como "El Fénix de
América", quien dejó al mundo un legado de ardua actividadintelectual, consagrándose
como filósofa, poeta, dramaturga y artista.
Su alma exploradora despertó desde la niñez, con los clásicos griegos y romanos,
logrando que su formación autodidacta la colocara en una posición a la que muy pocas
mujeres pudieron acceder en su momento. Su búsqueda fue mucho más allá de lo
superfluo y lo temporal, y es precisamente por ello que sigue vigente. Su osadía y la
polémica que provocó en su medio, tanto por su personalidad, ideas y singular
temperamento, como por su obra, no era común en tiempos en los que la inquisición
seguía presente.
¿Genialidad o disciplina? Cualquiera de los ejes que haya convertido a Juana de
Asbaje y Ramírez en una referencia obligada dentro de la cultura e historia de México,
su interés por descubrir y por saber, dieron un fruto del que puede desprenderse
mucho más que la inclusión de su imagen en los billetes de doscientos pesos.
He aquí el caso de una exploradora nata, que llegó a hacer lo inimaginable y a romper
esquemas, aún cuando dicho afán le despojara de sus tesoros (su biblioteca, sus
instrumentos musicales y matemáticos), tras su intervención en una disputa teológica,
que derivó de una crítica que hizo respecto a un sermón de un predicador muy
conocido, en donde además tuvo el atrevimiento y descaro de defender la labor
intelectual de la mujer.
Su hambre de conocimiento jamás fue saciada pues no obstante contar con gran
preparación en astronomía, matemáticas, lengua, filosofía, mitología, historia, teología,
música y pintura adopto métodos didácticos poco convencionales, como lo era
cortarse el pelo y no permitir que éste creciera a determinada altura, sin haber
aprendido en ese lapso alguna nueva habilidad que le interesara.
Sin duda, el legado de este personaje, su aguda inteligencia y su permanente interés y
espíritu inquieto, la convierten en una mujer excepcionalmente adelantada a su
momento histórico, y en un icono mexicano no sólo de la literatura y la cultura
novohispana, sino de la exploración y la búsqueda permanente de la trascendencia.
LA VIDA DE SOR JUANA INES DE LA CRUZ
Poeta y humanista nacida en México. Su poesía, ingeniosa, elocuente y expresiva, la
convirtió en la personalidad más destacada de las letras virreinales del siglo XVII.
Figura de las letras mexicanas. Trazar en un mapa el camino que recorrió la llamada
Décima Musa no es tarea difícil. A grandes rasgos, y en orden estrictamente
cronológico, de la esquina sureste del Valle y Estado de México se inicia un
semicírculo que pasa por las estribaciones occidentales de los volcanes nevados y
termina en la capital del virreinato, ahora Centro Histórico de la Ciudad de México. Los
poblados se pueden contar con los dedos de las manos.
El primer punto del recorrido es San Miguel Nepantla, un pueblito del estado de
México, casi en el límite con el estado de Morelos. El primer atractivo de este lugar es
su extraordinaria panorámica. En los días claros pueden admirarse, desde el sitio
mismo, tanto las formidables cumbres nevadas del Popocatépetl y del Iztaccíhuatl,
como los serenos verdores del valle de Cuautla. En medio de tales extremos, llegaron
sus abuelos maternos, Pedro Ramírez de Santillana y Beatriz Rendón quienes, al
parecer venían de Sanlúcar de Barrameda (Andalucía) y se instalaron entre los
pueblos de Huichapan y Yecapixtla, nació, entre once hijos, la que fuera madre de la
poetisa, Isabel Ramírez quien después conoció en San Miguel Nepantla al capitán (de
origen vasco) Pedro Manuel de Asbaje y Vargas Machuca, con quien procreó a tres
mujeres: María, Josefa y Juana Inés.
Tiempo después el capitán Asbaje desaparece de la vida de Isabel Ramírez,
uniéndose esta mujer a otro capitán de nombre Diego Ruiz Lozano, con quien procreó
otros hijos: Diego, Antonia e Inés. El 12 de noviembre de 1648, nació en la hacienda
de San Miguel Nepantla, Sor Juana Inés de la Cruz. Su nombre, antes de tomar el
hábito, fue Juana Inés de Asbaje y Ramírez. El lugar donde nació ha desaparecido,
solo quedan los cimientos y las primeras piedras de lo que fue la habitación donde
nació. Éstas se hallan protegidas por una compleja edificación que alberga el Centro
Cultural Sor Juana Inés de la Cruz. A su lado se halla un puente porfiriano, de vía
angosta, del Ferrocarril Interoceánico, que hace muchos años dejó de transitar.
En el camino a Amecameca, cuando Sor Juana tenía tres años, seguramente vio estos
pueblos gemelos, y mucho de lo que todavía nosotros podemos encontrar. Las iglesias
ya estaban ahí; la de Tepetlixpa, con sus hermosos arcos en el atrio y su sobria
fachada, recuerda el siglo XVI. La de Ozumba, sin embargo, cambió mucho desde
entonces. Seguramente ganó bastante con su nuevo retablo barroco del ábside y la
tribuna en la parte alta; ambos, prodigios del siglo XVIII. Pero perdió con la
"renovación", en 1848, de los murales de la portería del convento que, pese a todo,
aún dejan ver su temática: los inicios del cristianismo en la Nueva España, Ozumba es
más sorjuanista de lo que uno podría suponer. Parte de su parentela fue oriunda de
ese pueblo, incluido su sobrino, el notable científico novohispano don José Antonio
Alzate, en cuyo honor la ciudad agregó a su nombre ese apellido.
Hacia el sur, se sitúan San Vicente Chimalchuacán-Chalco; ambos fueron, alguna vez,
pueblos separados, y ahora están conurbados. La iglesia de "Chimal", como llaman los
lugareños a este pueblo, es tremendamente significativa y hermosa. Es una de las
muy pocas del siglo XVI que se mantienen en pie, tiene una de las más interesantes
portadas virreinales del país. Un alfiz encuadra un espacio delicadamente labrado que
es algo mayor que el portón; el conjunto, en estilo mudéjar y plateresco, es inigualable.
A su lado, una placa moderna de mosaicos recuerda el bautizo de Sor Juana. En el
interior, el bautisterio contiene la pila donde Sor Juana fue iniciada en la fe católica, se
trata de la pila bautismal más antigua de México, y de una verdadera joya escultórica.
Al igual que todas las pilas del siglo XVI, fue trabajada en una sola pieza, a manera de
un molcajete gigantesco y con base. Su ornamentación es exquisita. Entre dos franjas
labradas con motivos vegetales se lee la inscripción: ANNO DNI MQXLII
PONTIFICANTE PAVLO TERTIO AD LAUDEM DEI, que significa "Año del Señor de
1542, en el pontificado de Paulo III, a la gloria de Dios." Otras partes del conjunto
parroquial también merecen ser celebradas: el sencillo claustro dominicano de hace
cuatro siglos, el apacible atrio pleno de tumbas y árboles, el sólido muro que lo rodea.
Existen dos lugares importantes en la vida de la poetisa, El primero es la hacienda de
Panoayan, donde la poetisa vivió hasta los ocho años de edad. Como dice Francisco
de la Maza en La Ruta de Sor Juana: "en realidad Juana Inés pertenece a Panoayan
más que a Nepantla". Esta ex hacienda propiamente hablando, está a la vera de la
carretera, rumbo a Chalco y México, a un par de kilómetros del centro de Amecameca.
El casco conserva la sencillez original del siglo XVII, los techos de teja sostenidos por
simples columnas de madera y quizá la misma capillita; sus dueños se han
preocupado por mantenerla en buen estado.
Sor Juana se crió con su abuelo materno Pedro Ramírez, en la cercana hacienda de
Panoayan, la cual arrendó desde el año de 1635, y se dedicaba a sembrar maíz, trigo
y criar ganado; se sabía que para la labranza ocupaba algunos esclavos (negros y
mulatos).
Fue allí donde Sor Juana aprendió a leer. A escondidas de su mamá, con la
complicidad de su hermana Josefa, y timando a su maestra, logró la hazaña a los tres
años de edad. Fue una niña prodigio ya que su genio se manifestó desde temprana
edad: habiendo estudiado apenas las primeras letras en Amecameca, a los tres años
ya sabía leer debido a que a escondidas de su madre, acompañaba a su hermana
mayor a sus clases, y surgió en ella un deseo tan grande de aprender a leer que le
mintió a la maestra diciéndole que su madre ordenaba que también a ella le diese la
lección. Compone su primera Loa al Santísimo Sacramento hacia 1657 con la que
gana un concurso local.
En la hacienda de su abuelo, además de correr por el campo y jugar con los animales,
se pasaba horas enteras disfrutando la lectura de los libros del abuelo, a pesar de los
constantes castigos que por esto recibió. En este lugar también aprendió a hablar
náhuatl, de tanto que le agradaba platicar con los indígenas. A los siete años, pidió a
sus padres la dejaran vestir de hombre para que la mandaran a estudiar a la
Universidad y a los ocho escribió una loa para la fiesta de Corpus. Los abuelos
maternos de Juana Inés murieron entre los años 1656, haciéndose cargo por completo
de las haciendas la madre de Sor Juana. Hacia éstos años van naciendo sus tres
medios hermanos.
En 1656, cuando muere su abuelo, su madre la envió ciudad de México a vivir a casa
de su hermana, María Ramírez, esposa del acaudalado Juan de Mata, donde Juana
estudió latín “en veinte lecciones” con el bachiller Martín de Olivas, bastándole
solamente esas pocas para dominar esta lengua, lo que le permitió leer los libros de
filosofía y ciencia, que en esa época se escribían en latín. Cosa que se demuestra en
la maestría de varias de sus obras, sobre todo en los villancicos, que contienen versos
latinos. Ahí pasó Juana su adolescencia.
Según ella misma cuenta en su Carta respuesta a Sor Filotea de la Cruz, leía,
estudiaba mucho y era tal su obstinación por aprender que llegó a recurrir al método
autocoercitivo de cortarse el cabello que consistía en que se fijaba un límite de tiempo
para aprender algo, y si no lo lograba se iba recortando el cabello, pues no le parecía
"...que estuviese vestida de cabellos, cabeza que estaba tan desnuda de noticias..."
Su gran esfuerzo fue recompensado, pues empezó a sobresalir por sus grandes
conocimientos y su memoria. Sor Juana leyó mucho durante toda su vida tanto autores
clásicos romanos y griegos como españoles.
En 1665 admirada por su talento y precocidad Sor Juana ingresó a la corte como
dama de compañía de la virreina Leonor María Carreto, marquesa de Mancera,
esposa del virrey Antonio Sebastián de Toledo, quien era una dama muy culta y sentía
un gran amor por las letras. El ambiente de la corte influyó definitivamente en la
formación de Juana Inés, quien contaba con apenas 17 años de edad; a ella le dedicó
algunos sonetos con el nombre de Laura. El virrey, admirado de su curiosidad
científica y de su sapiencia, hizo reunir a cuarenta letrados de todas facultades para
someterla a un examen sin igual del cual, por supuesto, salió triunfante, dejando
admirados a los sabios por haber contestado con sabiduría toda pregunta, argumento
y réplica que estos le hicieran. Fue apadrinada y protegida por los marqueses de
Mancera y brilló en la corte virreinal de Nueva España por su erudición y habilidad
versificadora. Vivió en el Palacio Virreinal, ubicado en lo que ahora es el Palacio
Nacional. En ese palacio destruido posteriormente durante los motines de 1692, la
predilecta amiga de la esposa del marqués de Mancera habitó algunos años.
A los 19 años, harta de la vida cortesana y sin muchas opciones por delante, tomó una
de las decisiones más importantes de su vida, entró al convento de San José de las
Carmelitas Descalzas en 1667 (cuyo convento distaba unos cuatro metros del palacio)
porque, según ella misma dice, “para la total negación que tenía al matrimonio era lo
más decente que podía elegir en materia de la seguridad de mi salvación” y que este
camino era la única opción que tenía una mujer para poder dedicarse al estudio. Salió
de ahí a los tres meses, por la severidad de la regla y el rigor de la orden, el cual
causó grandes estragos en su estado de salud.
Durante Un año y medio permaneció en el Palacio y después regresó a la vida de
religiosa, esta vez en una orden más flexible, “la orden de las Jerónimas”, en el
convento de San Jerónimo. El 24 de febrero de 1669 tomó los votos definitivos y se
convirtió en Sor Juana Inés de la Cruz.
De 1669 hasta 1693 Sor Juana vivió en el convento. Dentro del convento Juana fue
una monja devota y rigurosa con sus obligaciones, sin embargo, el estudio de la
ciencia y las letras fueron siempre para Sor Juana "su mayor delicia".
Esto le trajo constantes regaños por parte de su confesor, el padre Antonio Núñez de
Miranda, quien pensaba que esto no era correcto para una monja. En el convento, Sor
Juana desempeñó los cargos de bibliotecaria y encargada de la contaduría, (oficio que
desempeñó hasta el día de su muerte) pero, más que nada, se dedicó al estudio y a la
escritura. Gracias a la protección de los virreyes, sus poemas fueron bien recibidos
para los festejos y ceremonia oficiales, lo que le trajo beneficios económicos, influencia
y prestigio. Su fama se extendió por toda España y América del Sur.
El convento se convirtió, gracias a ella, en un salón donde se hablaba toda clase de
asuntos: literarios, teológicos y filosóficos. Dentro de su celda – que era una especie
de apartamento con varias piezas espaciosas, de altos techos, en donde
cómodamente podía dedicarse a la lectura y el estudio - llegó a poseer más de 4,000
volúmenes, instrumentos musicales, mapas y aparatos de medición y a tener
conocimientos profundos en astronomía, matemáticas, lengua, filosofía, mitología,
historia, teología, música y pintura, por citar solamente algunas de sus disciplinas
favoritas.
En 1674, el virrey marqués de Mancera y su esposa regresaron a España. El 8 de
mayo de 1680 se designa el nuevo virrey, el marqués de la Laguna. El y su esposa,
María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga llegaron a admirar también la obra de Sor
Juana. La marquesa procuró la amistad de la monja y la protegió siempre. Fue
precisamente durante este periodo que Sor Juana produjo la mayor parte de su obra.
Muy famosa, aun dentro del claustro, constantemente era llamada para escribir obras
por encargo: en 1689 se le encargó hacer el “Arco Triunfal” debido a la llegada a la
capital de los Marqueses de la Laguna y Condes de Paredes, obra que concluyó con
éxito y que tituló “Neptuno Alegórico”. Tres años después ganó dos premios en el
certamen universitario del Triunfo Parténico y constantemente se le encargaban
villancicos para las festividades religiosas, además de la importante cantidad de
sonetos, rondillas, décimas, silbas y liras que constantemente componía.
El primer libro publicado por Sor Juana fue “Inundación Castálida”, que reunió una
buena parte de su obra poética y fue publicada en Madrid, antes que en la Nueva
España.
Durante mucho tiempo, Sor Juana no tuvo mayores problemas en su vida conventual
hasta que, escribió unas obras en prosa, una la publicó con el largo título de “Carta
atenagórica, de la madre Juana Inés de la Cruz”, en la cual Sor Juana Inés de la Cruz
analiza un sermón del muy afamado teólogo de la época, el Jesuita portugués Antonio
Vieira.
Este papel debió pasar de mano en mano en copias manuscritas hasta llegar a poder
del obispo de Puebla, don Manuel Fernández de Santa Cruz, quien finalmente lo
publicó, sus motivos fueron dos: acallar las voces de los enemigos de la monja,
avalando con su autoridad el texto, y hacer ver a ésta que, pese a la correcta
estructuración formal de su argumentación había en ella cierto tufillo vanidoso,
producto seguramente de años de alabanzas y aplausos que, sin hacer mella de
ningún modo en su carácter siempre dócil, parecían haberla hecho, aunque fuese sólo
momentáneamente y allí, perder la humildad. Éste iba precedido por una carta-prólogo
suya conocida como Carta de Sor Filotea de la Cruz. El escrito de Sor Juana trata
materias totalmente teológicas, terreno reservado entonces no sólo a los varones, sino
a varones de alta calidad intelectual. Debido precisamente al espléndido nivel
mostrado por la poetisa, el obispo, deslumbrado, lo daría a la prensa. Pero antes,
como es obvio, habíase ya excitado en algunos.
La envidia atrajo asimismo el escándalo de aquellos que no toleraban a una mujer
teóloga. Además, en don Manuel existió cierto resquemor de que los argumentos
usados por la monja (¡todos ellos impecables desde el punto de vista ortodoxo!) la
hicieran envanecerse. Por eso el prólogo firmado como Sor Filotea primero la alaba,
defendiéndola de quienes la critican, pero asimismo la amonesta, en bien público y,
sobre todo, a su propia alma.
Esta crítica tuvo nefastas consecuencias, el problema fue que al llegar a manos del
arzobispo de México fue tan grande su enojo que determinó reconvenirla y aconsejarle
que se dedicase a asuntos menos profanos y más santos.
En 1694, cuando Sor Juana Inés de la Cruz celebró sus 25 años de vida religiosa, sus
superiores la presionan para que "en pago al tiempo que había dedicado a las
actividades mundanas" se desprenda de sus cosas, de lo que más quería en la vida:
sus libros, fue obligada a deshacerse de su biblioteca, sus instrumentos musicales y
matemáticos, y obligada a dedicarse exclusivamente al convento.
Regaló sus instrumentos musicales y todas sus pertenencias; donó algunos de sus
libros y otros se vendieron. La monja, incluso abandonó sus habitaciones, pues no
soportaba mirar sus altas paredes sin sus amados objetos.
Por si no bastara, 1692 fue trágico para la Nueva España. Hubo problemas con los
granos, pues una plaga redujo severamente las cosechas, lo cual causó especulación
y elevación de los precios. Un motín fue lo resultante. Las cosas no se veían bien. Los
novohispanos entendieron que Dios los reprendía. Hubo rogativas y procesiones. Sor
Juana debió reflexionar y hacer examen de conciencia. Las amorosas palabras de Sor
Filotea cayeron en terreno fértil, y la gran poetisa, teniendo en cuenta los tiempos, con
humildad le otorgó la razón. Entonces se reconcilió con su antiguo confesor quien salió
a encontrarla con actitud paternal.
Sor Juana no dejó del todo ni los estudios ni las letras: las plumas de Iberoamérica
seguían solicitándola, y su cortesía no estaba peleada con su fe. Viéndola cambiada,
el mismo padre Núñez, más viejo y sabio, muy probablemente no le exigió abandonos
totales: Sor Juana se había transformado, pues ya no era el centro de su vida la
obsesión libresca (es conocida la venta de su biblioteca en aras de los pobres).
Era la hora de ir a buscar la verdad en un sitio más alto: la caridad. Y en este camino
fue ahora la Verdad la que salió en busca suya. Una epidemia de peste apareció en la
ciudad de México y en pocos días penetró al convento de las jerónimas. En ese tiempo
no había curación posible para esa enfermedad y Sor Juana se dedicó a cuidar a las
monjas enfermas y desafortunadamente se contagió.
Murió el 17 de abril de 1695, a las tres de la mañana. A pesar de las críticas y de las
envidias que tuvo que padecer, sus contemporáneos reconocieron en Sor Juana su
digna rebeldía y su incomparable talento. Le dieron el nombre de "Décima musa" y
"Fénix de América". Y como dice el padre Calleja, fue para ella "el principio de la
eternidad”
Sor Juana escribe su obra hacia finales del siglo XVII, y el estilo que regía el arte en
ese tiempo era el barroco. Las características más importantes de este estilo son el
uso constante de los adjetivos, el gusto por las imágenes opuestas y las metáforas
exageradas. Sor Juana Inés de la Cruz y don Carlos de Sigüenza y Góngora son los
representantes más sobresalientes del barroco mexicano.
OBRA DE SOR JUANA INES DE LA CRUZ
Dentro de la obra de Sor Juana existen tres géneros distintos: la poesía, el teatro y la
prosa. La poesía lírica de Sor Juana comprende más de doscientas piezas que
pueden ser clasificadas según la rima y la métrica en sonetos, romances, décimas,
redondillas, villancicos, liras y otras. Gran parte de sus versos están dedicados al tema
amoroso.
Alguna vez Sor Juana Inés de la Cruz se definió a sí misma como buscadora de la
verdad: "aunque sea contra mí dijo me ha hecho Dios la merced de darme grandísimo
amor a la verdad" (Respuesta, l. 186s.). Esta es, luego una de las claves que explican
su vida; una vida entregada al estudio y a la comprensión del enigma de la existencia.
Pero la Verdad primera y última para ella fue Dios, eje y misterio, meta y punto de
partida.
Se piensa que pudo enamorarse antes de entrar al convento, aunque también se
habla del amor y la devoción a Dios. También otra parte de sus obras fue escrita por
encargo para ocasiones especiales y un gran número de ellos fueron escritos para los
marqueses de la Laguna. Uno de sus poemas más importante es la obra llamada el
Primer Sueño, entramada red alegórica de su búsqueda interior, obra que ha merecido
la asombrada y admirativa atención de Karl Vossler, Menéndez Pelayo, José Gaos y
Octavio Paz. La virreina y mecenas de Sor Juana, su amiga Leonor Carreto, se en
cargó de la primera publicación de su obra, la colección poética Inundación Castálida.
La edición completa de sus obras la llevó a cabo Méndez Plancarte, editada en 4
tomos por el Fondo de Cultura Económica en 1951.
En la obra de Sor Juana se conjugan las ricas tradiciones literarias que florecieron en
la Nueva España. Se dice que su poesía sintetiza las dos tendencias predominantes
de la época. Culteranismo y conceptismo. Sin embargo, muchos autores hacen ver
que aun en sus ejercicios líricos más profundos, prevalece el ejercicio retórico sobre la
experiencia vivida; el enfoque discursivo sobre la emoción poética; la idea sobre la
imagen. Su obra abarca poesías dramáticas, líricas, alegóricas, sacras y festivas de
muy distintos temas. Con frecuencia escribió también tocotines, poesías populares de
inspiración náhuatl, cinco obras de teatro de las cuales dos eran comedias, La más
famosa de sus obras es: “Los empeños de una casa”, representada por primera vez el
4 de octubre de 1683, y “Amor es más laberinto”; Los tres autos sacramentales que
escribió Sor Juana fueron: “El divino Narciso”, “El mártir del Sacramento” y “El cetro de
José” en los que se ven influencias de Calderón de la Barca. Los autos sacramentales
son piezas teatrales realizadas en un acto y se representaban en la fiesta de Corpus
Cristi, en estas creaciones se combinaban elementos precolombinos con la tradición
religiosa cristiana, con un gran contenido simbólico y complejo, muy característico de
la época barroca.
Las antiguas ediciones de sor Juana se publicaron en la península y contienen -con la
excepción de obras sueltas- la totalidad de sus escritos; salieron a la luz en vida de sor
Juana o algunos años después de su muerte. Son tres tomos, editados varias veces
cada uno: la primera edición del primer tomo lleva el barroco llamativo título de
“Inundación Castálida” (Madrid, 1692), que se cambio en ediciones posteriores a
segundo tomo y más tarde al de obras poéticas, publicándose un total de seis veces.
El tercer tomo, que siempre tuvo el mismo título de fama y obras póstumas (Madrid,
1770), se publico un total de cinco veces. Solo el renombre de Sor Juana puede
explicarnos este gran éxito de librería.
La fama de la monja de México se ha basado, mayormente, en su obra lírica; tienen
importancia sus obras en prosa, particularmente por explicarnos su formación
escolástica, sus intereses vitales y personalidad. La maestría de la monja se basa en
el amplio conocimiento de la poesía española de su tiempo y en el sello personal que
le imprimió. Conocía y utilizaba con originalidad a los grandes maestros (Góngora,
Quevedo, Lope de Vega, Calderón) así como a otros poetas menores de la península
y posiblemente de la colonia. Empleo con gran habilidad los juegos lingüísticos
culteranos y conceptistas; aprovecho gran variedad de formas y de rimas así como de
temas, con un entusiasmo que resulta nuevo y lleno de frescura. La poesía de sor
Juana refleja la de su época y por lo tanto no transmite sentimientos personales, al
estilo romántico, aunque evidentemente se basa en vivencias.
Sus trabajos en prosa más renombrados son: Neptuno alegórico, Explicación del arco,
Carta atenagórica y Razón de la fábrica alegórica y aplicación de la fábula. Pero, en
este renglón, fue probablemente otra su obra más importante. Él obispo de Puebla le
dirigió una carta bajo el nombre de Sor Filotea, en la que criticaba su falta de piedad al
dedicarse a las letras. Sor Juana le contestó con su famosa Respuesta a Sor Filotea,
documento extraordinario que revela las dificultades de una mujer inteligente del siglo
XVII.
La poesía culta de su tiempo, como dijo hace años Raimundo Lida (El libro y el pueblo,
México, 1932, p. 4) es un artificioso ejercicio retórico. La escritura de la monje es
eminentemente intelectual, impregnada, al mismo tiempo -como observo Vossler- de
una curiosidad ingenua ante el mundo le interesaba darse a conocer, que supieran de
su saber y su maestría probando que dominaba todas las corrientes y los tópicos,
todas las formulas que se practicaban en poesía para así ocupar un lugar
preponderante en la corte y en su mundo intelectual.
Intentemos, para mayor claridad, una nueva clasificación (siempre arriesgada porque
hay poemas que combinan más de un tópico) de la obra de Sor Juana basándonos en
géneros y en temas; algunas de estas secciones las subdividiremos en apartados
teniendo en cuenta la obra total de sor Juana y también los ejemplos que demos:
Lírica personal:
1.- Poesía de tema amoroso: retorica del llanto, “encontradas correspondencias”,
fidelidad en el amor, celos, ausencia, poder de la fantasía;
2.- Poesía del homenaje y peticiones; de discreteo; retratos, los enigmas;
3.- Poesía de tema religioso y funeral;
4.- Poesía satírica y burlesca;
5.- Poesía de tema filosófico: el sueño.
Villancicos, Letras de San Bernardo.
Teatro: loas “sueltas”, autos sacramentales con sus loas, comedias.
Prosa: El Neptuno alegórico, carta de sor Juana Inés de la Cruz a su confesor “Carta
de Monterrey”; Carta Atenagórica: Crisis de un sermón, Respuesta a sor Filotea.
Lírica personal
La poesía de Sor Juana tiene una larga y variada historia, que se remonta, por lo
menos, a la literatura griega recoge las tradiciones de amor cortes de la edad Media
cristiana francesa, en particular, y, más tarde, del doce stil nuovo de Dante y, sobre
todo, de Petrarca, hasta llegar, con este bagaje, a los grande maestros de la
península. La lírica personal -que así llamo Méndez Plancarte-, el género más
prestigioso de la época, parece haber sido pasada, en el caso de sor Juana,
repitámoslo, por la criba de lógica y de lo intelectual: piensa, reflexiona, arguye. Utiliza
gran variedad de metros: sonetos, redondillas, romances, liras, décimas, endechas,
glosa y silabas.
Poesía de tema amoroso
Lo primero que hay que notar en la poesía de tipo amorosos de sor Juana es la gran
novedad que significa el hecho de que el “yo” poético sea femenino; es decir, sor
Juana invierte y aun revoluciona los papeles en la poesía de amor cortes y
petrarquista, donde el trovador y poeta masculino. Pero sor Juana, mujer poeta, se
siente compelida a utilizar diferentes voces: la voz femenina que se dirige al amado; la
voz masculina que le habla a la mujer querida; la cual, a veces, da consejos o sirve de
juez. El cambio de voces puede pensarse también como ejercicio retorico.
En su poesía de amor predominan sonetos, genero que, entre todos, gozaba de gran
prestigio por su dificultad y concisión. Veamos uno de los dos en el que trata la
cuestión de la “retorica del llanto”:
Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
Como en tu rostro y en tus acciones vía
Que con palabras no te persuadía,
Que el corazón me vieses deseaba;
Y Amor, que mis intentos ayudaba,
Venció lo que imposible parecía,
Pues entre el llanto, que el dolor vertía,
El corazón desecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste;
No te atormenten más celos tiranos,
Ni el vil recelo tu quietud contraste
Con las sombras necias, con indicios vanos,
Pues ya el líquido humor viste y tocaste
Mi corazón deshecho entre tus manos.
Según se desprende de este soneto, la persona amada a expresado recelos y el yo
poético no ha podido persuadir por medio de las palabras; el dolor que produce esta
incomprensión hace que brote el llanto para convence; las lagrimas, pues, tienen un
papel retórico. Nótese la imagen del corazón -donde reside el amor-, que se destila en
lagrimas a través de los ojos y ruedan hasta las manos del amado dando evidencia de
ese amor.
En ocasiones, sor Juana analiza aspectos del amor atada a la demostración de una
teoría como la del hilomorfismo: “Probable opinión es...”; a unos consonantes
determinados: “Dices que yo...” y “Dices que no te acuerdas...”; al tópico de rutina de
Troya: “Cogióme sin...” la cuestión amorosa puede servir para polemizar, sobresalir y
asombrar. Son conocidos los sonetos de “encontradas correspondencias” (según dice
el epígrafe del primero desde Inundación) por presentar un aspecto del amor que se
escurre de una persona a otra sin que haya correspondencia, como sucedía en el
teatro del Siglo de Oro y en las novelas cortesanas y pastoriles. La tradición lírica, de
“encontrados amores”, venia de los epigramas antitéticos de Ausonio; representaría un
juego refinado y sutil con el que la poeta se divertiría.
Un grupo de cinco sonetos que llaman la atención -y que sor Juana escribiría
temprano pues aparecen juntos desde “Inundación Castálida”- son dedicados a alabar
la “fidelidad en el amor”, cualidad que se adjudica a la mujer y que en la mayoría de
estos sonetos es conyugal. Se trata de mujeres famosas de la historia y del mundo
clásico: Julia, Porcia, Lucrecia y Tisbe. En esas composiciones histórico - mitológicas,
sor Juana nos transmite otro aspecto de su deseo de honrar a la mujer elevándola a
una altura heroica. Es interesante su tratamiento del suicidio; sor Juana adopta la
postura clásica que lo justifica como medio para salvar el honor (como en el caso de
Cleopatra, en los Villancicos de Santa Catarina). Se notan también el amor y la
fidelidad al esposo o amado y el valor de estas heroínas ante la muerte: fortaleza y
valentía, dos apreciadas virtudes que generalmente se adjudican al género masculino.
En estos sonetos se propone, asimismo, una reelaboración profana del “muero porque
no muero” de la literatura mística; como en otras partes de su obra, Juana declara que
el sentimiento interno de dolor profundo debía ser suficiente para provocar la muerte.
Las antítesis abundan en estos sonetos epigramáticos como, por ejemplo, en el
segundo que se dedica a Lucrecia (epítome tradicional de la fidelidad) cuando termina
con estos versos: “¡Oh providencia de deidad suprema, tu honestidad motiva tu
deshonra, y tu deshonra te eterniza honrada!” La muerte de las heroínas, en todos los
cinco sonetos, asegura la perdurabilidad de ese amor analizado.
Otro de los motivos que trato sor Juana en su poesía amorosa es de los “celos”; estos
son -según nos dice en el romance que comienza “si es causa amor productiva” la
verdadera prueba del amor. Pero esta se basaba en un juego poético, retorico, ya que:
“La opinión que yo quería seguir, seguiste primero; dísteme celos, y tuve la contraria
de tenerlos”. Es decir: Juana hubiera preferido haber escrito que los celos no eran
prueba del amor pero un amigo poeta se le adelanto y no le quedo sino probar lo
contrario. En este largo romance donde “discurre con ingenuidad ingeniosa sobre la
pasión de los celos” (según dice el epígrafe), la poeta presta variación a un tema que
era muy gustado en la época probando que las “finezas” y los rendimientos, que son
indicios del amor, pueden fingirse, pero no los celos: “¿Hay celos?, luego hay amor;
¿hay amor? Luego habrá celos.
Antes de dejar este apartado de los celos, veamos las liras que comienzan “pues estoy
condenada”, (“que dan encarecida satisfacción a unos celos “, según el epígrafe). En
ellas, la voz lirica protesta contra los celos infundados y organiza, reflexivamente, el
caso de su defensa como si fuera ante la ley, exigiendo que el amado la escuche:” y la
sentencia airada ni la apelo, ni resisto ni la huyo, óyeme, que no hay reo tan culpado a
quien el confesar le sea negado” estos nos muestran conceptos que sor Juana aplico
a algunos de sus escritos y a su propia vida.
Hay otros aspectos en esta composición que hemos visto antes, como cuando
pondera “él” haya creído lo que otros le han contado: “¿y pueden en tu pecho
enfurecido, mas la noticia incierta, que no es ciencia, que de tantas verdades la
experiencia?” lo “que no es ciencia”, es decir, lo que no verdad, repite la idea vista
antes en el pasaje de las negaciones de San Pedro. E incluso tenemos aquí en la
última estrofa:
Perdón, en fin, te pido
De las muchas ofensas que te he hecho
En haberte querido:
Que ofensas son, pues son a tu despecho;
Y con razón te ofendes de mi trato,
Pues que yo, con quererte, te hago ingrato.
Es una variación, traspuesta al amor profano, de la original composición teológica de
sor Juana en la Carta Atenagórica (Crisis de un sermón): la “fineza” mayor de dios es
no hacernos favores para que no incurramos en más pecados al no poder
agradecérselos, ya que somos ingratos por naturaleza.
Sin embargo, nos dice la poeta, “la ausencia”, en particular si es de muerte, es mucho
peor que los celos. Este es una de los tópicos en el que Juana tal vez se nos aparece
de modo más personal. Veamos muestras en unas endechas y unas liras. En estas
composiciones habla “una mujer amante de su marido muerto”; veamos, que, de todos
modos, la poeta pone distancia entre su persona y el yo lirico (“Ágora que conmigo”,
“amado dueño mío” y “A estos peñascos”). Hay mesura y sujeción entre el dolor actual
que sufre y el pasado que se remota en el escenario de un lugar apartado donde todo
lo que la rodea es mundo; son notables las notas liricas de estos versos, aunque no se
deja de lado el tono discursivo. Por la comparación se opone el mal presente y el bien
disfrutado por los demás: los celos, las dudas y las ofensas no son nada comparadas
a la pérdida definitiva que trae la muerte, a la cual, aquí también, se le confía la
perpetuidad del amor. Se establece un paralelo entre el vacio de la ausencia y las
voces de los enojos y las quejas que no se profieren porque son escritura muda en el
verso:
Óyeme con los ojos,
Ya que están tan distantes los oídos,
Y de ausentes enojos
En ecos, de mi pluma mis gemidos;
Y ya que a ti no llega mi voz ruda,
Óyeme sordo, pues me quejo muda
Para terminar con la primera parte de esta sección de “lirica personal”, veamos el
soneto de sor Juana con el tema singular del “poder de la fantasía”, es decir, la
posesión mental del amado a pesar suyo:
Detente, sombra de mi bien esquivo,
Imagen del hechizo que más quiero,
Bella ilusión por quien alegre muero,
Dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias activo
Sirve mi pecho de obediente acero,
¿Para qué me enamoras lisonjero
Si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
De que triunfa de mí tu tiranía:
Que aunque dejas burlado el lazo estrecho
Que tu forma fantástica ceñía,
Poco importa burlar brazos y pecho
Si te labra prisión mi fantasía.
Se trata de un amor no correspondido, y de la posesión imaginaria de este por medio
de la fantasía. La poeta adopta aquí calara voz femenina; utiliza los pronombres yo, tú
y conceptos aristotélicos con la palabra raíz latina: “sombra”, “imagen”, “ilusión”,
“ficción”, los cuales, al mismo tiempo, sirven para dirigirse al ser amado; se muestra
así una relación estrecha entre lo mental y los sentimientos amorosos. Es de notar la
idea de un corazón de “acero”, porque, aunque nos diga que es “Obediente” al “Imán”
de las gracias del amado, es un aviso de la fortaleza para lo que viene después: tu
tiranía no triunfa de mí; por eso empezó por decirle “Detente”. La mente lo puede todo,
incluso aprende a aprisionar a la persona amada. Relacionado con los conceptos de
este soneto, escribió sor Juana unas decimas (“Copia divina…”) en las que
encontramos aspectos que se pueden aproximar; véase los siguientes versos: “pero,
como quiera, adquiere la dicha de poseer, porque al fin en mi poder. Hallamos
también, sobre todo en el soneto, rasgos de la seguridad en sí misma de la monja,
quien, como se ha dicho, prescinde el varón.
Poesía de homenaje y peticiones; de discreteo; retratos; los enigmas
Dentro de los poemas que colocamos en esta subdivisión, con gran variedad de temas
y de metros, se encuentran los de felicitación de cumpleaños o de ocasiones o fechas
señaladas; los que envían o agradecen regalos o elogios recibidos; los de
enhorabuena, saludo o despedida; los que expresan admiración; los que hacen una
petición. Se utilizan latines, personajes mitológicos. Léxico de derecho y teología.
Muchos están dirigidos a los virreyes; hayamos aquí, por ejemplo, los romances
dedicados al que llama su padrino, don Pedro Velásquez de la Cadena, o don José de
Vega y Vique, en el que hace alarde de erudición.
También los que cubren ruegos personales, como el escrito al obispo don payo
Enríquez de Ribera, pidiéndole que la confirme. En este ultimo hace una larga relación
donde se mezclan sentimientos cristianos con los del infierno pagano; o los versos que
envía a favor de desafortunados: una viuda que pierde su casa, un inglés preso que
pide la libertad. Hay juegos lingüísticos donde lo artificioso se opone a lo natural; hay
agudeza mental para llamar la atención.
En los cumpleaños, sin poder evitar las expresiones corteses de deseo de vida infinita,
en ejemplos de átomos, luceros, números, donde recurre a lo cíclico, hace Juana, al
mismo tiempo, gala de su saber mitológico e histórico. Aprovechaba la ocasión para
disertar sobre filosofía y darnos lecciones de ciencia, como en el soneto que
comienza: “Vuestra edad, gran señor, en tanto exceda a la capacidad que abraza el
acero, que la combinatoria de kirkero, multiplicar su cuantidad no pueda”. Y de
filosofía, donde se notan conceptos expresados en otras partes: “No en lo diurno del
tiempo la larga vida consiste; tal vez las canas del seso honran años juveniles. Quien
llega necio a pisar de la vejez los confines, vergüenza peina y no canas.
También en este apartado colocamos las decimas que envía “a persona de autoridad”
–como dice el epígrafe- junto con el que significaría, entonces, el magnífico regalo de
un reloj: “los buenos días me allano a que os de un reloj, señor”. A través de estas
decimas, nos revela su asombro ante el mecanismo de la pequeña maquina del reloj y
su fascinación barroca por influir en el tiempo. En este dilatado grupo colocamos,
asimismo, el romance que comienza “grande duquesa de Aveiro” sor Juana muestra
aquí la erudición tan típica de ella al par que rinde homenaje a la fama de sabia que
tenia doña Guadalupe de Lancaster, la duquesa. De este modo Juana se adscribe a
una genealogía femenina contemporánea suya; en este caso, diciéndole claramente
que se acercan a ella sin interés por que América es rica y abundante; sale a relucir su
orgullo de ser americana, que, “Europa mejor lo diga, pues a tanto que, insaciable, de
sus abundantes venas desangra los minerales…” haciendo, a los europeos
“despreciar los patrios lares” y “olvidar los propios nidos”.
Antes de cerrar esta sección del “homenaje”, mencionamos el largo e importante
poema en silbas que sor Juana escribió en homenaje a una victoria naval contra los
franceses, de las fuerzas españolas de barlovento, cuyo título comienza epinicio
gratulatorio al conde de galve… (1691), mi rey entonces de la nueva España. Méndez
Plancarte considera a esta oda “tan genuinamente pindárica y tan fastuosamente
gongorina que resulta hoy demasiado ardua al lector común.
Los poemas de “discreteo” lo componen decimas en las que sor Juana, pretendiendo
banalizar, hace reflexiones más o menos serias sobre el mal de ojo o “fascinación”; el
ser discreto se prueba callando; el aprender a guardar secretos; consejos a seguir en
un caso determinado; o se expresa la opinión de que, una vez que se ha obrado mal,
debe uno callarse pues el excusarse acentúa la mala acción; o donde hallamos
disculpas por no contestar de su mano por falta de salud.
Retratos
Al escribir sus “retratos”, Juana continua la tradición, intensificada tardíamente en el
siglo de oro, de anteriores cultivadores: Góngora en sus romances de Tisbe, Jacinto
polo en su retrato en “ovillejos “de la “mulata, su dama”, trillo y Figueroa, Bartolomé L.
de Argensola. El retrato poético es una relación, más o menos elaborada, de un
esquema fijo –que se estableció en la edad media- donde se enumeran los rasgos de
la hermosa desde la cabeza hasta los pies: cabello, frente, cejas, según aparece en
esta decima a Fili, mínimo compendio de los retratos de sor Juana:
Tersa frente, oro en el cabello,
Cejas arcos, zafir ojos,
Bruñida tez, labios rojos,
Nariz recta, ebúrneo cuello;
Talle airoso, cuerpo bello,
Cándidas manos en que
El centro de amor se ve,
Tiene Fili; en oro engasta
Ni un pie.
Los retratos le sirven a la poeta para digresiones de variado tipo: para expresar amor y
admiración o para filosofar, para demostrar sus conocimientos musicales, para
disertar. Es notable el de Lisarda por sus reflexiones jocosas y satíricas con respecto a
los “encantos” de esta y a la utilización de los poetas del tiempo de “lugares comunes”,
todo en una forma sabia y conocedora. El retrato, un romance decasílabo, que le
escribió Juana a maría luisa Manrique de Lara -cuando ya esta se había ausentado de
México-, Lisi o Lisida, Fili o Filis en su poesía, es muy llamativo: utiliza versos
quintaesenciados de esdrújulos iníciales, lo cual lo hace sofisticado, barroco; el poeta
español Gerardo Diego (1896-1989) lo prefería sobre otras composiciones de la
monja. Nos sugiere el modo esplendoroso en el que la distancia, Juana recordaba a su
amiga: “lamina sirva del cielo al retrato, Lisida, de tu angelical forma; calamos forme el
sol de tus luces, silabas las estrellas compongan”.
Para escribir de la belleza extraterrenal de la marquesa, “angélica forma”, sólo el
firmamento podía servir de “lamina”, de este modo se aseguraba la incorruptibilidad de
tal hermosura. Varios de estos “retratos” cabrían en la denominación de “cortesanos”
por sus vínculos con la poesía provenzal y por referirse a mujeres de la corte: Juana
es el vate que canta sus perfecciones; todo intento de copiar su belleza es inútil; lo que
cuenta es la oportunidad de mostrar, con el dedo índice que sujeta el pincel, que “la
afición” es “el índice del corazón”. El objeto amoroso copiado, el cuerpo, pasa a la tela
y levanta tales emociones que no puede creerse sin vida, y la queja es que no
responda; pero la poeta desarrolla modos de poseer mentalmente.
Los enigmas
El título completo es el siguiente: enigmas ofrecidos a la discreta inteligencia de la
soberana asamblea de la casa del placer, que es seguramente un testimonio clave
sobre la fama de que gozaba sor Juana en la península y de la solidaridad existente
entre las monjas letradas (muchas de ellas pertenecientes a la alta clase) y mujeres
nobles. La importancia de esta obra, asimismo, en la participación de dos de estas -
emparentadas entre sí- (María Luisa Manrique de Lara y Guadalupe de Lancaster, de
origen portugués), ya mencionadas, con esas monjas. Las religiosas de Portugal, y
probablemente las de otras partes, estarían muy al tanto de la energía con la cual la
monja mexicana se defendía y combatía el magisterio exclusivista de la clase clerical,
y se sentirían solidarias en la defensa del derecho de la mujer a la intelectualidad. Le
pidieron, pues, a sor Juana, que colaborara con ellas en el grupo de Enigmas
constituido por la “Casa del Placer”, según reza en el titulo. En la poesía de esa
asamblea se ventilaban cuestiones cortesanas de juego profano, entre las cuales era
de rigor inventar enigmas, un “pasatiempo obligatorio de las academias”. (Martínez
López, 1968, p.57).
El librito de los enigmas está hecho a mano, a la imitación de una obra impresa, y está
fechado el año de la muerte de la monja, 1965. Por tanto su confección se ha
caducado anterior en dos o tres años. Sor Juana con tribuyo en esa orbita de sus
hermanas religiosas de Portugal, con un romance –dedicatoria, un soneto que hace
varias veces de prologo y veinte redondillas, el metro por excelencia de los enigmas,
además de sor Juana, ocho monjas portuguesas colaboraron de distinta forma;
también hay un romance de María Luisa Manrique de Lara. No es que los enigmas,
literalmente, añadan a la fama ya bien establecida de la monja mexicana, pero si
expresan aspectos nuevos a su personalidad de poeta y de mujer: no solo es su sutil y
aguda, es graciosa y juguetona. De acuerdo con el análisis que hemos hecho en otra
parte de su romance-dedicatoria, notamos como la monja les decía a las portuguesas
que los enigmas propuestos podrían resolverse conociendo ellas –como conocían- su
obra porque “todo lo que es conocer ya no será adivinar.
Poesía del tema religioso y funeral
No son muchos los poemas de tema religioso de sor Juana (dejando aparte los
villancicos); hay romances, glosa y un soneto. Se ocupan de misterios de dogma
católico, como el de la encarnación, y de pasajes del Nuevo Testamento donde se
alababa a San José y recuerda a sor Juana la “sinrazón”, la falta de verdad, de las
negaciones de san Pedro: “Del descuido de una culpa, un gallo, Pedro, os avisa, que
aun lo irracional reprehende, a quien la razón olvida”.
La poesía funeral de sor Juana consta únicamente de sonetos; tres se escribieron a la
muerte de Leonor Carreto, Marquesa de Mancera, quien había acogido a Juana en el
palacio virreinal, y otros tres a la muerte del viejo duque de Veragua, fallecido casi
recién llegado a la Nueva España a donde venía a ocupar el cargo de virrey. La
formación escolástica de nuestra monja la había preparado perfectamente para la
concisión formal del soneto y su juego logístico y conceptuoso. Los sonetos funerales
pueden servir de modelo. En ellos hallamos oposiciones entre lo material y lo
espiritual, que llegan a la sublimación o a la sobrevivencia, sean basadas en
conceptos pagamos así como o cristianos o personales. Hallamos en ellos vació y
perdida; solo la memoria –guardada en el corazón y en la mente- conservará el
recuerdo de los muertos.
Poesía satírica y burlesca
Sor Juana tiene composiciones que podemos clasificar bajo este rotulo. Los recursos
creadores son los mismos; la diferencia se encuentra en la forma de expresión y
también en que la sátira es un enunciado individual, y no necesariamente expresión de
la mayoría. Por tanto, en cuanto al punto de vista estético la poesía satírica y jocosa o
burlesca es verdadera poesía. Desde el gran maestro de la sátira antigua, Arquíloco,
se puede trazar la utilización de la lirica como instrumento para mostrar animosidad
contra el individuo o asuntos relacionados con la vida social o pública.
Por ejemplo, tenemos la pieza más antologada de sor Juana: las redondillas cuyo
verso inicial es “hombres necios que acusáis”. La tradición detrás de esta composición
es muy larga: recoge las invectivas, en prosa, en contra y a favor de las mujeres en la
Edad Media, repetidas en verso y en los cancioneros. Pero la más cercana inspiración
que hallaría sor Juana en el “Canto de florista” de la “Diana enamorada” de gil polo,
donde se denuncia la arrogancia varonil.
En los poemas burlescos, guana se prueba consumada artista. Son una serie de cinco
sonetos publicados en la edición del primer tomo de poemas, 1690, el año síguete a la
“Inundación Castálida”. En ellos la poeta utiliza los recursos de género pesare a quien
le pesare, haciendo un tour de forcé al seguir el “pie forzado” para cada uno de ellos.
Estos versos como los de “germanía”, emplean chistes y referencias más o menos
abiertas a cornudos y “cabrones”, a chicas zafias que vociferan, engañan e invitan a
“refocilarse” en el amor… Aquí cabe el “Jocoso a la Rosa”, que denota purito poético
que la movía “porque todo poeta aquí se roza”.
Poesía de tema filosófico; el sueño
La poesía de tema filosófico es la que, dentro de la lírica y en conjunto, ha hecho más
por la fama de sor Juana. En los dos sonetos que vamos a considerar primero,
hallamos desengaño del mundo, varias menciones de la palabra “entendimiento” y lo
que parecen ser consejos e incluso resentimiento personales, evidentes en las
lamentaciones de sonetos como “en perseguirme, mundo, ¿qué interesas?” , y “¿tan
grande ¡Ay hado!, mi delito ha sido...?. En el primero nos explica, en el segundo
cuarteto, su concepto de vida: “yo no estimo tesoros ni riquezas; y así, siempre me
causa más contento poner riquezas en mi entendimiento, que no mi entendimiento en
las riquezas”. En el segundo, discutiendo con el Hado, se queja “a que solo me diste
entendimiento porque fuese mi daño mas crecido”, idea que se aproxima a los que
comenta en la respuesta sobre la responsabilidad, según sor Juana (Inundación
Castálida, 1689), parece confirmar lo que se ha dicho: los problemas que ya tenía la
monja se agraciaran después de 1680 o 1681. Veamos los tercetos finales:
Dísteme aplausos para más baldones,
Subirme hiciste para penas tales,
Y aun pienso que me dieron tus traiciones
Penas a mi desdicha desiguales
Porque, viéndome rica de tus dones,
Nadie tuviese lastima de tus males
Relacionados con estos pensamientos de desaliente, de lo que se ha llamado
desengaño barroco, se encuentran dos sonetos suyos de dedicados a la esperanza
(“Diurna enfermedad de la esperanza” y “Verde embeleso de la vida humana”). La
esperanza es vista, no como virtud teologal, sino considerada al estilo pagano: la
esperanza es mentirosa; solo retrasa la verdad que, tarde o temprano se impone, por
eso es “homicida” y da “más dilatada la muerte” a “los que, con verdes vidrios por
antejos, todo lo ven pintado a su deseo”. Pero la poeta considera que “la fortuna” suya
ha sido “mas cuerda”, pues -nos dice- “tengo en entrapadas manos ambos ojos y
solamente lo que toco veo”. Lo cual nos lleva a los emblemas de Alciati, la “cordura”
de Gracian, y todo un complejo de motivos barrocos relacionados con el “ver” y
“tocar”.
La rosa, en su carácter de maestra, tiene una larga tradición renacentista, desde el
“carpe diem” de Horacio y el “collige, virgo, rosas” de ausonio. Simbolizada la vida y
hermosura femeninas en lo caduco y efímero; es por eso, la rosa, aleccionadora: “que
es fortuna morirte siendo hermosa y no ver el ultraje de ser vieja”. En unas glosas en
décimas nos transmite el concepto de que un modo de salvaguardarse para la mujer
es no entregarse, no permitir “que te corte la mano osada” porque “en perdiéndose el
color, también serás desdichada”. Lo cual nos lleva indirectamente a la idea personal
de rechazo contra la unión tipo marital.
Antes de concluir esta sección, consideremos uno de los poemas más celebrados y
comentados de sor Juana, el cual, según dice el epígrafe, “procura desmentir los
elogios” a un retrato de la poeta.
Este, que ves, engaño colorido,
Que del arte ostentando los primores,
Con falsos silogismos de colores
Es cauteloso engaño del sentido;
Este, en quien la lisonja ha pretendido
Excusar de los años los horrores,
Y venciendo del tiempo los rigores
Triunfar de la vejez y del olvido,
Es un vano artificio del cuidado,
Es una flor al viento delicada,
Es un resguardo inútil para el hado:
Es una necia diligencia errada,
Es un afán caduco y, bien mirado,
Es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
or Juana, evocando algún verso de Garcilaso y Góngora, parece contemplar el retrato
mismo, “engaño colorido”, con sus colores mentirosos, los “silogismos”, para
desarrollar en distintos planos, aspectos diferentes de la vulnerabilidad de la materia:
el retrato aparenta ser lo que no es, puesto que no reproduce a la persona verdadera y
total (como lo pensaba Platón), ni siquiera a la persona misma pues sólo está
“copiada”; la vemos, además, en solo una instancia de los sucesivos momentos
vividos. En un plano más trascendental –que sobre pasa el de los sentidos- hay
engaño en cuanto a que el cuerpo reproducido es mortal: envejecerá y se convertirá
en “cadáver”, en “polvo”, pasando luego a ser “sombra” y absolutamente “nada”; es la
aniquilación total que, seguramente, alcanzara a la misma materia, la tela, donde se
pinto el retrato.
Villancicos; Letras de San Bernardo
Sor Juana ofrece maestría de artista junto a la vena popular en la creación de sus
villancicos y letras; son, asimismo, la mejor muestra de lo religioso en su poesía y,
después de su lírica personal, lo más conocido y admirado de su obra. El villancico de
las fiestas litúrgicas originalmente se dedicaba al canto coral, con intervención de dos
o más voces; a esta denominación pertenecen los juegos de villancicos que escribió
sor Juana para ser cantados en los maitines de las catedrales de México, Puebla y
Oaxaca. El cultivo del villancico llegaría a sor Juana -según explica Méndez Plancarte-
a través del padre Diego Calleja, quien había colaborado con el español Manuel León
Marchante (hacia 1625-1680), primoroso escritor de piezas; otra vía posible que es la
de Pérez de Montoro, autor de villancicos para la catedral de Cádiz o en sus
conventos, con quien sor Juana había competido en una composición sobre los celos.
La obra villancesca de sor Juana -piezas que le encargaban y pagaban- constan de
doce juegos de villancicos, hay, además, las letras de San Bernardo, y otras piezas
sueltas que tal vez pertenecieran a juegos completos hoy perdidos. Cada juego
representa un esquema fijo: tres nocturnos firmados, cada uno de ellos, por tres
villancicos que, a su vez, constan de coplas, estribillos, jácaras, glosas o ensaladas;
son nueve composiciones en total; algunas veces hay solo ocho ya que la ultima se
podía sustituir por el “Te Deum”. Están dedicados a la Asunción (1676, 1679, 1685 y
1690); a la concepción (1676, 1689); a San Pedro (1690), y Santa Catarina (1691). De
los doce juegos completos de sor Juana, seis se dedicaban a la virgen, lo cual dio a la
poeta ocasión oportuna para desarrollar el tema de valoración de la mujer.
La monja continúa empleando en sus villancicos motivos tradiciones: los personajes
que hablan mal el castellano u otras lenguas con la intención de producir efectos
cómicos; los “estudiantes” o “sacristanes”, hablando a veces latín macarrónico.
La monja utilizo todos los recursos que recibió de la Vieja España, pero les prestó
frescura inusitada al introducir sus intereses personales y la cultura que veía a su
alrededor: indicios que hablan de sus preocupaciones inmediatas codeándose con los
tradicionales negros y estudiantes, villancicos en náhuatl, personajes de su mundo
clerical y coral, defensa del vizcaíno por pagar tributo al padre que dijo serlo, así como
dualismos conceptistas, sugeridores y enigmáticos.
En los villancicos aparece también -exaltando a María o a Catarina-, la defensa que
hace sor Juana a su derecho de la intelectualidad, su “feminismo”.
La soberana Doctora
De las Escuelas divinas,
De que los Ángeles todos
Dependían de sabiduría
Por ser quien inteligencia
Mejor de dios participa,
A leer la suprema nube
Cátedra de teología
Por último, en los villancicos dedicados a la navidad (1689, hallamos motivos
relacionados con la vida y misión de Jesucristo, con el sueño (imago mortis) y con su
propio sueño. Al referirse al Niño -Dios, exclama: “déjenle dormir, que quien duerme,
en el sueño se ensaya a morir”. Esto se aplica luego al ave reina de Júpiter, el águila
con corona, circulo continuo. El gobernante, como el niño, tiene la responsabilidad de
reinar y no pueden abandonarse al sueño: “Aunque duerma, no cierre los ojos, que es
león de Judá, y ha de estar con los ojos abiertos quien nace a reinar”.
En conclusión, en los villancicos y las letras, también sor Juana supo unir lo intelectual
a lo aristocrático y lo popular imponiéndose por su maestría consumada; es, por tanto,
“la villanciquera mayor del mundo hispánico”, como la titulo Méndez Plancarte.
Teatro: loas “sueltas”, autos sacramentales con sus loas, comedias.
Las loas “sueltas”, que en algún caso tal vez no lo fueran sino que se representaran
antes de alguna comedia, son, con probabilidad, de lo menos preciado de la monja. La
loa fue un desarrollo del “introito” del teatro español de la primera mitad del siglo XVI;
las loas de sor Juana son el envés de sus villancicos ya que, si a través de estos se
puede atisbar el mundo social diario de su tiempo, las loas nos permiten vislumbrar el
de la corte virreinal o el de la alta sociedad de la misma época. Entre las piezas
encargadas a nuestra poeta, en las loas podía mejor lucir sus conocimientos,
especialmente cuando trataba tópicos de mitología y alegóricos, ya que se
presentaban ante un público culto y educado.
El esquema es muy sencillo: introducción, trama y desenlace; la música la abre y la
cierra e interviene a lo largo de la pieza. Según se utilizan en ellas muchos de los
recursos estilísticos barrocos; ecos, anáforas, antítesis, enumeraciones,
recopilaciones, paralelismos; es como si en estas fiestas de luz, color, sonido y
aromas, las palabras representan personajes.
Las loas de sus autos sacramentales merecen atención especial. Sor Juana las
escribió entre los años 1680 y 1691, y proponemos este orden de composición de
acuerdo con su creciente interés por América y el mundo Azteca: el mártir del
sacramento..., el Divino Narciso, y el cetro de José. Al escribir estas loas, sor Juana lo
hacía contando en el ofrecimiento que se había hecho -de parte de la marquesa de la
Laguna- de que se representaría en la corte de Madrid; escribía para un público
peninsular (de esto hay constancia, además, en las mismas loas al hacer los
ofrecimientos y menciones de costumbre). Sin embargo, todo parece atestiguar que
sus autos nunca se presentaron en Madrid; creo que debemos interrogarnos porque.
La imagen negativa del indio ya se había impuesto en la península.
Sor Juana seguramente interesaría a su amiga, la marquesa de Laguna, en las
cuestiones aztecas; es impensable que María Luisa ignorara esos temas incorporados
por la monja en sus loas. Para tratar de penetrar en la intención que monja tendría en
poner ante los ojos de los peninsulares el mundo americano y el mas suyo azteca,
conviene recordar no solo el ambiente conceptual y de tradición literaria que había
recibido, sino también el mundo social e histórico en el que estaba sumida.
Prosa: El Neptuno; carta de sor Juana a su confesor. Autodefensa espiritual, (“La
Carta de Sor Juana al Padre Núñez” de 1682, “Carta de Monterrey”); Carta
Atenagórica (Crisis sobre un sermón), Respuesta a sor Filotea.
En noviembre de 1680 el marqués de la Laguna había de tomar posesión del virreinato
de la Nueva España, y para esta triunfal ocasión la catedral de México le dio a sor
Juana el remunerado carga de planear un arco adornado con toda una serie de textos
simbólicos; ella lo describió en prosa y en versos (estos se declamarían ante el publico
el día de la entrada). Nos queda la relación completa, en tres partes, del
acontecimiento redactada por la monja, llamado “Neptuno Alegórico” y publicada, sin
fecha pero probablemente poco tiempo después, en México.
Las varias Cartas
La carta de sor Juana Inés de la Cruz a su confesor (1681-1682), La Carta de
Monterrey, es un documento importante descubierto por Aureliano Tapia Méndez en la
Arquidiócesis de Monterrey. Es unos diez años anterior a la respuesta; en ella sor
Juana trata temas desarrollados luego en este último documento en una forma más
extensa y mesurada, a la vez que añade otros nuevos. En la “Carta a Monterrey” Sor
Juana muestra una gran seguridad en sí misma y en los derechos que dios le otorga
para actuar con libertad.
En su época fue muy popular; se le llamó "Única Poetisa" y "Décima Musa". Aun
enclaustrada en San Jerónimo llegó a ganar galardones literarios en la capital del
virreinato. Pero después de su muerte, la reacción antibarroca y el odio anticolonial
terminaron por confinarla al olvido. Fue ya en este siglo cuando el Modernismo la
rescató.
En décadas recientes se ha percibido a veces a una nueva ola de rechazo a su figura,
que más bien puede ser respuesta a la torpe política que la ha inflado excesivamente,
haciéndola aparecer como la única gloria artística del México virreinal. Con todo, Sor
Juana Inés de la Cruz no deja de ser el paradigma de tres siglos de literatura
mexicana. Como apunta el historiador Jorge Alberto Manrique, toda esa alabanza
exclusivista e ignorante "no quita que Sor Juana represente, por última, por mujer y por
la extensa y gran variedad de su producción... la suma y cumbre de la poesía
novohispana".
El Instituto Mexiquense de Cultura realizó el primer Festival Internacional “Musa de los
Volcanes”, en el marco del 313 aniversario de la muerte de sor Juana Inés de la Cruz,
una de las primeras mujeres poetas de la América hispanohablante. Su mito perdura a
pesar de los siglos, y su poesía sigue siendo el enigma del amor cortés de una
religiosa y la inspiración femenina de las letras.
Lo cierto es que Sor Juana, poeta, logró que publicaran su obra y que sus versos
fueran conocidos en Madrid y “la Nueva España”, tal como dijo el escritor mexicano
Octavio Paz, colándose por la rendija entreabierta del clero y la nobleza.
Ser mujer no era fácil en esa época, nunca lo fue dentro de un esquema patriarcal que
limitaba la participación social e intelectual de las mujeres; pero su tajante y terca
vocación rompieron las limitaciones establecidas y lograron que, trescientos años
después, su obra siga siendo estudiada y su vida se haya convertido en inspiración de
mujeres y hombres, feministas, artistas o simplemente amantes de las grandes
historias.
La llamada “musa de los volcanes”; por haber nacido en San Miguel Nepantla, muy
cerca de las cumbres nevadas del Popocatpetl e Iztaccíhuatl; fue homenajeada
durante el mes de abril en su pueblo natal por el Instituto Mexiquense de la Cultura
que organizó una serie de recitales y presentaciones artísticas en su nombre.
Entre los eventos que incluyó el aniversario luctuoso se llevó a cabo el III Encuentro de
Escritoras en Amecameca, con lecturas en el centro cultural Sor Juana Inés de la
Cruz. Grupos de adolescentes y jóvenes participaron en algunas actividades de
creación literaria, en las cuales escribieron versos de amor, pero también algunos
dedicados a la máxima figura femenina de las letras mexicanas.
Sor Juana es conocida tanto por su vasta obra como por su peculiar biografía. Sin
embargo, una de sus obras cumbres “El sueño” o “Primer sueño” (ya no hubo ni
segundo, ni tercero) fue escrito por iniciativa propia y sin destinatario particular alguno.
Reflexión filosófica de unos mil versos, “El sueño” es la recreación del ideal de la
ascensión del alma en busca de la suprema verdad.
Su primer libro publicado fue “Inundación Castálida”, en Madrid, en 1689. Entre sus
obras se cuentan, para el teatro, tres autos sacramentales: “El cetro de José”, “El
mártir del sacramento” y “El divino Narciso”; dos comedias: “Los empeños de una
casa” y “Amor es más laberinto”; en prosa “Explicación del arco”, “Razón de la fábrica
alegórica y aplicación de la fábula”, “Las meditaciones del Rosario y la Encarnación”,
además de varios opúsculos y manuscritos hoy extraviados como “El equilibrio moral”
y un tratado de música, “El caracol”.
Uno de sus poemas más conocidos es “Hombres necios”, poema retórico en el que
acusa a los hombres del doble discurso: mujer pura para casarse versus mujer
apasionada para la cama.
Durante muchos años, por éste y otros poemas, los estudiosos se preguntaron cómo
es que una religiosa pudo escribir poemas que conocieran los asuntos intrínsecos del
amor. Los más adelantados aseguraban que Sor Juana habría mantenido un romance
en secreto, platónico al menos, sin que esto haya sido comprobado hasta la fecha.
Asimismo, se intentó encontrar resquicios de manifestaciones lesbianas en algunos de
sus poemas dedicados a sus amigas, olvidando que el tono de las cartas de esa
época era por demás efusivo. No obstante, esto tampoco ha sido aclarado aún.
Sin embargo, su obra continúa estudiándose y leyéndose trescientos trece años
después, y logra inspirar no solo a los académicos sino a los adolescentes que
escriben versos de amor.
ESTUDIOS RECIENTES
El siglo XX ha demostrado en cambio un gran interés por ella y su obra volvió a
frecuentarse y admirarse gracias a varios autores, entre los que se cuentan -para
mencionar sólo a algunos- Amado Nervo, Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña,
Ermilo Abreu Gómez, Xavier Villaurrutia, José Gorostiza, Dorothy Schöns, Ezequiel
Adeadato Chávez , Karl Vossler, Ludwig Pfandl, Robert Ricard). Y a partir del trabajo
extraordinario de Alfonso Méndez Plancarte -quien en 1951 inició la publicación de sus
Obras Completas -se incrementó el interés sobre la obra de la monja (Antonio Alatorre,
Ramón Xirau, Dario Puccini, Giuseppe Bellini, Elías Trabulse, Sergio Fernández,
Georgina Sabat-Rivers, Marie Cécile-Benassy, Rosa Perelmuter, Jean Franco...) que
culmina con Las Trampas de la fe de Octavio Paz a principios de la década del 80.
Debido en parte a la importancia que han adquirido los estudios de género y al cada
vez más profundo interés por los estudios coloniales, esa cantidad de escritos ha
engendrado distintas consecuencias, a primera vista, una producción de ruido, la de
multitud de voces desconforme, como decía la propia Sor Juana, o la erección de una
nueva Torre de Babel para sembrar la confusión, semejante a la construida por
Calderón en algunas de sus obras dramáticas. Nuevos aportes asimismo y muy
valiosos para descifrar enigmas acerca del tiempo que le tocó vivir a Sor Juana y
suscitar cuestionamientos sobre su obra que aunque parezca imposible aún no habían
sido planteados.
Desde la misma década de los ochenta, se han descubierto nuevos documentos de la
monja, como la Carta al Padre Núñez, encontrada por Aureliano Tapia Méndez en una
Biblioteca de Monterrey, y los Enigmas a la Casa del Placer, descubiertos por Enrique
Martínez López en la Biblioteca Nacional de Lisboa en la década de los 60 y cuya
edición crítica, a cargo de Antonio Alatorre, apareció en 1994. Sonetos desconocidos,
una probable contribución a una obra de teatro La segunda Celestina y la publicación
por Elías Trabulse en 1995 del facsimilar de un documento intitulado La carta de
Serafina de Cristo que ha provocado a su vez una intensa polémica, pues mientras el
historiador le atribuía su autoría a la propia Sor Juana, Antonio Alatorre y Marta Lilia
Tenorio la impugnaban. También se difundió completo un proceso inquisitorial contra
el presbítero Javier Palavicino quien en enero de 1691 había elogiado a la monja y
defendido las tesis que el jesuita brasileño Antonio Vieira sostenía en su Sermón del
Mandato, impugnado por Sor Juana en su Atenagórica.
El investigador peruano José Antonio Rodríguez Garrido descubrió en la Biblioteca
Nacional del Perú dos documentos fundamentales de los cuales dio cuenta en 2004:
firmado uno por don Pedro Muñoz de Castro intitulado Defensa del Sermón del
Mandato del padre Antonio Vieira, y otro anónimo, Discurso apologético en respuesta
a la Fe de erratas que sacó un soldado sobre la Carta atenagórica de la madre Juana
Inés de la Cruz.
Y esta polémica no sólo aporta nuevos y valiosos documentos para el estudio de
nuestra Décima Musa, sino que esos documentos, al ser analizados, realzan un
debate en torno al ejercicio de la libertad intelectual que, desde su celda en el
convento de San Jerónimo de la ciudad de México, Sor Juana desató. Debate, hay
que confesar, siempre necesario y siempre vigente.
Documentos todos que siguen esclareciendo las numerosas las dudas en relación con
este polémico escrito, a partir de su publicación en el año de 1690 por Sor Filotea,
pseudónimo del Obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, polémica que,
curiosamente, se mantiene viva entre los sorjuanistas actuales, junto con otros
problemas igualmente enigmáticos y vigentes en relación a toda su producción tanto
poética, como dramática y religiosa.
La crítica actual coincide unánimemente con Sor Juana cuando en la Respuesta a Sor
Filotea avisa que no me acuerdo haber escrito por mi gusto sino es un papelillo que
llama “El sueño”. Pero sólo es unánime la universal aprobación al poema: las múltiples
interpretaciones aparecidas durante la segunda mitad de este siglo suelen enredarse
igualmente en una polémica aún lejos de terminarse. José Gaos asegura que este
poema pertenece a la historia de las ideas en México (1968) y antes Francisco López
Cámara advirtió vestigios de cartesianismo en él y, por tanto, indicios seguros de
modernidad; Robert Ricard (1957) relacionó el poema con el Corpus Hermeticum de
Hermes Trismegisto y la tradición neoplatónica del renacentismo, además, con el
jesuita alemán Atanasio Kircher. Octavio Paz retoma esta interpretación, y añade los
tratados de mitología de Cartario, Valeriano y otros, José Pascual Buxó analiza estos
tratados mitológicos desde el punto de vista de los emblemas y los relaciona con las
empresas de Saavedra Fajardo; Antonio Alatorre, fiel a la tradición filológica, le imputa
a Paz haber tomado demasiado en cuenta las interpretaciones de Frances Yates
sobre Bruno y el hermetismo y se concentra esencialmente en el análisis de la poesía
y en su modelo gongorino.
En un texto reciente, Pascual Buxó repiensa sus propias interpretaciones, admite que
se ha exagerado la influencia de los modelos neoplatónicos, y, coincidiendo con la
interpretación neotomista de Méndez Plancarte, analiza las conexiones que el poema
tiene con Aristóteles. Por su parte, Georgina Sabat analiza la genealogía del poema
dentro de la producción de los Siglos de Oro y Rosa Perelmuter la no tan decisiva
impronta gongorina de su lenguaje poético.
¿Qué demuestra esta polémica? Quizá sólo subraye la desbordante riqueza poética y
filosófica de El Sueño, así como las vastas ramificaciones y maravilla de toda su obra,
además de su grande y justa celebridad (que ya en 1700 mereciera la edición
extraordinaria del volumen tercero de sus obras en España, intitulado Fama y obras
póstumas, honor que sólo Lope de Vega recibiera antes que ella), verificando así la
necesidad de reexaminarla con mayor profundidad a la luz de otras figuras y
disciplinas de su tiempo.
IMPORTANCIA DE SOR JUANA PARA LAS LETRAS IBEROAMERICANAS
La monja mexicana Sor Juana Inés de la Cruz (Juana Inés de Asbaje) fue llamada
Fénix de América y Décima Musa porque está considerada por muchos críticos y
analistas como la mayor figura literaria del período colonial hispanoamericano. Gran
figura barroca de las letras hispanoamericanas, su espíritu reflexivo, analítico y
científico (habiendo vivido ella en el siglo VII pues nació en 1651 y murió en 1696) es
ya un preludio del fecundo siglo XVIII. Defendió la sabiduría profana y exaltó la labor
cultural de la mujer, sobresaliendo también en los temas del amor humano.
Tuvo influencias gongorinas pero fue más allá de ellas y supuso una nueva actitud
cartesiana y didáctica (ambas cosas maduraron en la literatura del siglo XVIII). Hizo de
sus poemas un caso singularísimo en el barroco español. Su poesía era más
intelectual que lírica y suele ser de tipo discursivo. Demostró estar muy preocupada
por la extensión y limitaciones del conocimiento intelectual pues tenía un apasionado
amor por las ciencias. Su visión racional se extiende a sus emociones y la pugna entre
la razón y el irracionalismo es uno de sus temas predilectos.
En los versos que escribió influenciada por Góngora carece de la sensualidad y la
fuerza plástica del poeta español pero la suya es una posición más intelectual. Fue
también una prolífica autora teatral con comedias de enredo y obras de tipo pastoril.
Fue un ejemplo de escritora cuya imaginación estaba encadenada por un ambiente
provinciano que le ofrecía horizontes muy pequeños para su talento y por eso tuvo que
luchar contra tantos prejuicios de su época sobre las mujeres.
Su legado es la gran contribución a las letras hispanoamericanas, debido a su gran
capacidad para escribir la poesía, lirica, villancicos, teatro y prosa.
Seguramente hubo muchas más mujeres que contribuyeron a las letras
hispanoamericanas durante el período colonial español además de aquéllas cuyos
nombres nos han llegado de La Española, la antigua República Dominicana de hoy,
del Perú y de la Nueva España. Y no es extraño que precisamente nos lleguen de
esos lugares que, en distintos momentos de la historia colonial, representaron los
centros culturales por excelencia. En ellos, mayormente, la mujer no dejó de reclamar
su derecho a hacer oír su voz al lado del hombre escritor. Si lo que nos ha llegado es
poco y, en ocasiones, sus nombres se han perdido, se debe a la tradición imperante
de no ser ése el mundo en que se suponía la mujer debía moverse, y a la reticencia
con que se la aceptaba por considerársela traspasadora de límites culturales.
En Hispanoamérica se seguían, en líneas generales, las costumbres de España
donde: «Las doncellas y damas honestas solían vivir bajo la custodia de severos
guardianes domésticos esposos, padres o hermanos, que no hallaban otro recurso
para mantener su honor libre de asechanzas sino poner a sus pupilas bajo cancel y
celosía. Con todo, no queda sino repetir que Sor Juana Inés de la Cruz, representante
máxima de ese esfuerzo de la mujer por participar en un mundo literario en el que
podía medirse intelectualmente con el hombre, no es un caso insólito o un milagro; su
nombre representa una cumbre no en un páramo sino en una cordillera.
Por motivos en los que puede haber intervenido el cambio de conceptos en el paso del
Renacimiento al Barroco, el destino de Sor Juana Inés de la Cruz no fue,
afortunadamente, el mismo de las dos excelentes poetas peruanas Clarinda y Amarilis
a las que conocemos sólo por sus nombres literarios. Sor Juana, si bien ha sufrido los
altibajos históricos del culteranismo, no tuvo nunca que esconder su nombre y ha sido
siempre legítima gloria de su patria y del mundo todo de la literatura hispana.
Sor Juana, como sabemos, expresamente y con toda conciencia no sólo abandonó
toda actividad acordada a las mujeres para dedicarse de lleno, como monja, a la
actividad intelectual que como tal le podía ser permitida, sino que se empeñó en
proclamar su condición neutra de virgen, de no válida para ningún hombre,
estableciendo así su libertad primaria.
El título de Décima Musa que se les dio a María de Zayas y a Sor Juana, y por el que
aquellas épocas mostraban predilección al unirlo al de las mujeres que se destacaban
en el área de la literatura, parece tener en sí mismo cierto carácter ambiguo al unir los
dos conceptos contradictorios de la mujer rebelde que no acepta las normas sociales,
al de madre, reforzado a su vez, en el caso de Sor Juana, por su calidad de monja.
Cabe preguntarse, a propósito, si la gloria que se le concedió a esta mujer en su
propio tiempo, la época posterior al Renacimiento, se debería tanto al genio que como
condición primaria poseía, como aquellos conceptos barrocos de lo raro, del
maravillar, del «mundo al revés», de la búsqueda de la experiencia singularizadora,
con los que, inevitablemente, hubo de identificarse su nombre.
Sor Juana no se resignó a ser una poeta sin derechos ni opiniones en ese sistema
paternalista; fue una mujer que ofreció, que sigue ofreciendo, la gran seguridad que
tenía en sus capacidades y, por tanto, su deseo de reconocimiento en cuanto a la
equiparación del nivel intelectual de la mujer y del hombre, la llevan a corregir por
medio de la práctica, la idea que se tenía de la mujer, de mostrar por medio del
ejemplo, lo que una escritora era capaz de alcanzar dentro de la alta categoría literaria
del Siglo de Oro, y esto lo realiza de modo conmovedor y total. Porque Sor Juana es
uno de esos casos raros de escritora que, desde siempre, no representa la condición
de «natural» que se le acuerda a la mujer, sino la de «cultural». La monja no escribió
precisamente para las mujeres que cosían bajo la lámpara de la sala; sus libros sí se
colocaron en las bibliotecas de los hombres cultos de la época.
Utiliza en su poesía y en su prosa recursos estilísticos y sintácticos que se hallan en
las predecesoras de su «patria»: la falsa modestia, los catálogos de mujeres ilustres,
las contradicciones, las formas indirectas de decir las cosas y la sororidad con su
sexo. Pero la mexicana, tomando la bandera de las que abrieron brecha antes que
ella, no se limita a esos rasgos que, mejor o peor disimulados, asoman en la escritura
femenina; los asume y los supera.
Sor Juana sólo en contadas ocasiones habló en contra de los hombres, siendo el
ejemplo más conocido las redondillas que comienzan con el «Hombres necios», y esta
composición, incluso, podría explicarse dentro de las coordenadas de la tradición
pastoril combinada con su preocupación por la mujer, lo que realmente le preocupaba
era la equiparación del sexo femenino al masculino en el nivel literario e intelectual,
según lo revela específica o implícitamente a lo largo de su obra.
Es revelador leer el «papelillo» amado de Sor Juana, El Sueño, a la luz de las
interpretaciones de la crítica centrada en los modos de expresión utilizados por la
mujer escritora. Porque si bien Sor Juana nos presenta, en esta su obra más
importante, preocupaciones que pertenecen al ser humano en general y que se han
considerado esenciales al pensamiento milenario del hombre: cómo captar el saber
universal, superando su condición de mujer y convirtiendo a su protagonista, el Alma,
en intelecto puro ofreciendo reflexiones de carácter universal, no hay duda de que
podemos detectar, aparte del definitivo verso final: “el mundo iluminado y yo
despierta”, otros rasgos que acusan a la mujer que mueve la pluma con que escribe.
Lo que llama primero la atención en esta relectura de El Sueño es la preponderancia e
importancia de los personajes femeninos y de los sustantivos de ese género que
aparecen. Naturalmente, en el segundo caso es cuestión de género gramatical y todos
tenemos que usar ambos. Lo que no tiene fácil explicación es el hecho de que la musa
prefiriera los femeninos, quizá de modo inconsciente, en mayor número que los
masculinos; mencionaremos, de paso, los más significativos. En el caso de los
personajes femeninos, lo más llamativo son los significados que les adjudica, la
relevancia que tienen en el pasaje y la dimensión que les confiere. Si la multiplicidad y
la variedad, a más de barrocos, se han considerado rasgos de la escritura de la mujer,
no hay duda de que Sor Juana se encontró a gusto doblemente inmersa en ambos.
A continuación nombramos las obras de Sor Juana Inés de la Cruz.
OBRAS DE TEATRO
1. Loa para el auto sacramental de El divino Narciso
2. Auto sacramental de El divino Narciso
3. Loa para el auto intitulado El mártir del sacramento
4. El Mártir del sacramento, San Hermenegildo
5. Loa para el auto intitulado El cetro de José
6. Auto historial alegórico El cetro de José
7. Loa de la Concepción que, celebrando la de María Santí
8. Loa en celebración de los años del Rey Nuestro Señor
9. Loa a los años del Rey [II]
10. Loa a los años del Rey [III]
11. Loa a los años del Rey [IV]
12. Loa a los años del Rey [V]
13. Loa a los años de la Reina nuestra señora, doña Marí
14. Loa a los años de la Reina Madre, doña Mariana de Austria
15. Loa a los felices años del señor Virrey Marqués de la Laguna
16. Loa en las huertas donde fue a divertirse la Excma.
17. Loa al año que cumplió el señor don José de la Cerda
18. Loa a los felices años del señor Virrey Marqués de la Cerda
19. Encomiástico poema a los años de la Excma. Sra. Condesa de Paredes
20. Loa a los años del Revmo. P. Maestro Fray Diego Velázquez de la Cadena
21. Festejo de los Empeños de una casa
22. Los empeños de una casa
23. Sainete primero de palacio
24. Sainete segundo
25. Sarao de cuatro naciones
26. Festejo de Amor es más laberinto
27. Amor es más laberinto
POESIA
1. LÍRICA PERSONAL
1. ROMANCES
1. Filosóficos y amorosos
2. A Don Fray Payo Enríquez de Ribera (entre 1671 y 1680)
3. A los Marqueses de la Laguna (I. De Nov. de 1680 a Julio de 1683)
4. A los Marqueses de la Laguna (II. De Julio de 1683 a 1685)
5. Otros romances epistolares (1680-1686)
6. A la condesa de Galve (1688-1696)
7. Otros romances epistolares (sin fechas conjeturables)
8. Romances sacros
9. Romances decasílabos
10. Laberinto endecasílabo
11. Bailes y tonos provinciales
2. ENDECHAS
1. Romancillos hexasílabos
2. Romancillos heptasílabos
3. Seguidillas
4. Endechas de siete y diez
5. Endechas reales
3. REDONDILLAS
1. De amor y de discreción
2. A la Marquesa de la Laguna
3. Sátira filosófica
4. Epigramas
5. Versión de una plegaria Latina
4. DÉCIMAS
1. De amor y de discreción
2. Homenajes de letras
3. Billetes y otros poemitas
4. A los Marqueses de la Laguna
5. Una décima en dos versiones latinas
5. GLOSAS
1. En décimas
2. En quintillas dobles
3. Quintilla y redondillas
6. SONETOS
1. Filosóficos-morales
2. Histórico-mitológicos
3. Satírico-burlescos
4. De amor y de discreción
5. Homenajes de corte, amistad o letras
1. A. D. Felipe IV (1666)
2. A la Marquesa de Mancera (¿1667?)
3. Funerales a la Marquesa de Mancera
4. Funerales al Duque de Veraguas (1673)
5. Al Marqués de la Laguna (1681)
6. A. D. Carlos II (1685)
7. Otros varios
8. Sagrados
7. LIRAS
8. OVILLEJOS
9. SILVAS
1. Epinicio gratulatorio al Conde de Galve (1691)
10. EL SUEÑO
VILLANCICOS Y LETRAS SACRAS
11. Asunción, 1676
12. Concepción, 1676
13. San Pedro Nolasco, 1677
14. San Pedro Apóstol, 1677
15. Asunción, 1679
16. San Pedro Apóstol, 1683
17. Asunción, 1685
18. Concepción, 1689
19. Navidad, 1689
20. San José, 1690
21. Asunción, 1690
22. Santa Catarina, 1691
OTRAS LETRAS SAGRADAS PARA CANTAR
23. Letras de San Bernardo
24. A la presentación de Nuestra Señora
25. A la Encarnación
26. En la Solemnidad del Nacimiento
27. En la profesión de una religiosa
VILLANCICOS ATRIBUÍBLES
28. Asunción, 1677
29. Navidad, 1678
30. San Pedro Apóstol, 1680
31. Navidad, 1680
32. Asunción, 1681
33. San Pedro Apóstol, 1684
34. Asunción, 1686
35. San Pedro Apóstol, 1690
36. San Pedro Apóstol, 1691
37. San Pedro Apóstol, 1692
PROSA
1. Neptuno Alegórico
2. Dedicatoria del segundo volumen de sus obras en la edición de Sevilla de 1692
3. Carta Atenagórica
4. Respuesta a Sor Filotea
5. Ejercicios Devotos
6. Ofrecimientos para el Santo Rosario
7. Explicación del Misterio
8. Protesta
9. Petición Causídica
10. Documentos en el Libro de Profesiones
11. «Autodefensa Espiritual» editada por Aureliano Tapia Méndez
12. Sermón del Padre Vieira
13. Carta de Sor Filotea de la Cruz
Sor Juana se inspiraba en cualquier cosa que tuviera a su alrededor, como lo
podemos ver en la siguiente poesía:
Piramidal, funesta, de la tierra
nacida sombra...
que abre el poema y la cual pretende escalar en vano las estrellas, hace su aparición
la luna, a la que la sombra tampoco puede llegar:
que su atezado ceño
al superior convexo aun no llegaba
del orbe de la diosa
que tres veces hermosa
con tres hermosos rostros ser ostenta...
El astro de la noche se presenta en su carácter mitológico triple, la diosa de tres caras:
Hécate (la luna) en el cielo, Diana en la tierra y Proserpina en los infiernos
estableciendo así Sor Juana, desde el comienzo, un universo donde impera la mujer
como fuerza cósmica
En la descripción de la “Noche y sueño del cosmos”, siguen “las nocturnas aves” que,
a diferencia de otros pasajes donde aparecen en obras del Siglo de Oro, son
mencionadas por sus nombres y son todas femeninas excepto “Ascálafo” y, en el caso
de “las hijas de Minias”, también múltiples. Aunque todos estos protagonistas se
presentan con connotaciones negativas, como aves fúnebres compañeras de la
noche, podemos percibir ciertos rasgos suavizadores al hablar de aquéllos encarnados
por personificaciones femeninas.
En nuestra búsqueda encontramos unos sonetos y redondillas de Sor Juana Inés de la
Cruz, que marcaron las letras hispanoamericanas:
Sonetos
1.-Procura desmentir los elogios que a un retrato de la poetisa inscribió la verdad, que
llama pasión
Éste que ves, engaño colorido,
que, del arte ostentado los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;
éste en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido:
es un vano artificio del cuidado;
es una flor al viento delicada;
es un resguardo inútil para el hado;
es una necia diligencia errada;
es un afán caduco, y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
2.-Quéjase de la suerte: insinúa su aversión a los vicios y justifica su divertimiento a
las Musas
¿En perseguirme, mundo, qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?
Yo no estimo tesoros ni riquezas,
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi entendimiento
que no mi entendimiento en las riquezas.
Yo no estimo hermosura que vencida
es despojo civil de las edades
ni riqueza me agrada fementida,
teniendo por mejor en mis verdades
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.
3.-Muestra sentir que la baldonen par los aplausos de su habilidad
¿Tan grande, ¡ay hado!, mi delito ha sido
que por castigo de él o por tormento
no basta el que adelanta el pensamiento
sino el que le previenes al oído?
Tan severo en mi contra has procedido,
que me persuado, de tu duro intento,
a que sólo me diste entendimiento
porque fuese mi daño más crecido.
Dísteme aplausos para más baldones,
subir me hiciste, para penas tales;
y aun pienso que me dieron tus traiciones
penas a mi desdicha desiguales
porque viéndome rica de tus dones
nadie tuviese lástima a mis males.
4.-Cadena por crueldad disimulada el alivio que la esperanza da
Diuturna enfermedad de la esperanza
que así entretienes mis cansados años
y en el fiel de los bienes y los daños
tienes en equilibrio la balanza;
que siempre suspendida en la tardanza
de inclinarse, no dejan tus engaños
que lleguen a excederse en los tamaños
la desesperación o la confianza:
¿quién te ha quitado el nombre de homicida
pues lo eres más severa, si se advierte
que suspendes el alma entretenida
y entre la infausta o la felice suerte
no lo haces tú por conservar la vida
sino por dar más dilatada muerte?
5.-En que da moral censura a una rosa, y en ella a sus semejantes
Rosa divina que en gentil cultura
eres con tu fragante sutileza
magisterio purpúreo en la belleza,
enseñanza nevada a la hermosura;
amago de la humana arquitectura,
ejemplo de la vana gentileza
en cuyo ser unió naturaleza
la cuna alegre y triste sepultura:
¡cuán altiva en tu pompa, presumida,
soberbia, el riesgo de morir desdeñas;
y luego, desmayada y encogida,
de tu caduco ser das mustias señas!
¡Con qué, con docta muerte y necia vida,
viviendo engañas y muriendo enseñas!
6.-Muestra se debe escoger antes morir que exponerse a los ultrajes de la vejez
Miró Celia una rosa que en el prado
ostentaba feliz la pompa vana
y con afeites de carmín y grana
bañaba alegre el rostro delicado;
y dijo: Goza, sin temor del hado,
el curso breve de tu edad lozana,
pues no podrá la muerte de mañana
quitarte lo que hubieres hoy gozado.
Y aunque llega la muerte presurosa
y tu fragante vida se te aleja,
no sientas el morir tan bella y moza;
mira que la experiencia te aconseja
que es fortuna morirte siendo hermosa
y no ver el ultraje de ser vieja.
7.-Contiene una fantasía contenta con amar decente
Detente, sombra de mi bien esquivo
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mí tu tiranía;
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
8.-En que satisfaga un recelo con la retórica del llanto
Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba.
Y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía,
pues entre el llanto que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste,
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu quietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos:
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.
9.-Efectos muy penosos de amor, y que no por grandes igualan con las prendas de
quien le causa
¿Vesme, Alcino, que atada a la cadena
de amor, paso, en sus hierros aherrojada,
mísera esclavitud desesperada,
de libertad y de consuelo ajena?
¿Ves de dolor y angustia el alma llena,
de tan fieros tormentos lastimada,
y entre las vivas llamas abrasada,
juzgarse por indigna de su pena?
¿Vesme seguir sin alma un desatino
que yo misma condeno por extraño?
¿Vesme derramar sangre en el camino
siguiendo los vestigios de un engaño?
¿Muy admirado estás? ¿Pues ves, Alcino?
Más merece la causa de mi daño.
10.- No quiero pasar por olvido lo descuidado
Dices que yo te olvido, Celio, y mientes,
en decir que me acuerdo de olvidarte,
pues no hay en mi memoria alguna parte
en que, aun como olvidado, te presentes.
Mis pensamientos son tan diferentes
y en todo tan ajenos de tratarte,
que ni saben ni pueden olvidarte,
ni si te olvidan saben si lo sientes.
Si tú fueras capaz de ser querido,
fueras capaz de olvido; y ya era gloria
al menos la potencia de haber sido.
Mas tan lejos estás de esa victoria,
que aqueste no acordarme no es olvido
sino una negación de la memoria.
11.- Prosigue el mismo pesar y dice que aún no se debe aborrecer tan indigno sujeto,
por no tenerle aún así cerca del corazón
Silvio, yo te aborrezco y aun condeno
el que estés de esta suerte en mi sentido,
que infama el hierro el escorpión herido
y a quien lo huella mancha inmundo cieno.
Eres como el mortífero veneno,
que daña quien lo vierte inadvertido;
y en fin, eres tan malo y fementido,
que aun para aborrecido no eres bueno.
Tu aspecto vil a mi memoria ofrezco,
aunque con susto me lo contradice,
por darme yo la pena que merezco,
pues cuando considero lo que hice,
no sólo a ti, corrida, te aborrezco,
pero a mí, por el tiempo que te quise.
12.-De amor, puesto antes en sujeto indigno, es enmienda blasonar del
arrepentimiento
Cuando mi error y tu vileza veo,
contemplo, Silvio, de mi amor errado,
cuán grave es la malicia del pecado,
cuán violenta la fuerza de un deseo.
A mi misma memoria apenas creo
que pudiese caber en mi cuidado
la última línea de lo despreciado,
el término final de un mal empleo.
Yo bien quisiera, cuando llego a verte,
viendo mi infame amor poder negarlo;
mas luego la razón justa me advierte
que sólo me remedia en publicarlo;
porque del gran delito de quererte
sólo es bastante pena confesarlo.
13.-Un celoso refiere el común pesar, que todos padecen, y advierte a la causa el fin
que puede tener la lucha de afectos encontrados
Yo no dudo, Lisarda, que te quiero,
aunque sé que me tienes agraviado;
mas estoy tan amante y tan airado,
que afectos que distingo no prefiero:
De ver que odio y amor te tengo, infiero
que ninguno estar puede en sumo grado,
pues no le puede el odio haber ganado
sin haberle perdido amor primero.
Y si piensas que el alma que te quiso
ha de estar siempre a tu afición ligada,
de tu satisfacción vana te aviso.
Pues si el amor al odio ha dado entrada,
el que bajó de sumo a ser remiso
de lo remiso pasará a ser nada.
14.-Que consuela un celoso epilogando la serie de los amores
Amor empieza por desasosiego,
solicitud, ardores y desvelos;
crece con riesgos, lances y recelos;
susténtase de llantos y de ruego.
Doctrínanle tibiezas y despego,
conserva el ser entre engañosos velos,
hasta que con agravios o con celos
apaga con sus lágrimas su fuego.
Su principio, su medio y fin es éste:
¿pues por qué, Alcino, sientes el desvío
de Celia, que otro tiempo bien te quiso?
¿Qué razón hay de que dolor te cueste?
Pues no te engaño amor, Alcino mío,
sino que llegó el término preciso.
15.-De una reflexión cuerda con que mitiga el dolor de una pasión
Con el dolor de la mortal herida,
de un agravio de amor me lamentaba,
y por ver si la muerte se llegaba
procuraba que fuese más crecida.
Toda en su mal el alma divertida,
pena por pena su dolor sumaba,
y en cada circunstancia ponderaba
que sobraban mil muertes a una vida.
Y cuando, al golpe de uno y otro tiro
rendido el corazón, daba penoso
señas de dar el último suspiro.
no sé por qué destino prodigioso
volví a mi acuerdo y dije: ¿qué me admiro?
¿Quién en amor ha sido más dichoso?
16.-Sólo con aguda ingeniosidad esfuerza el dictamen de que sea la ausencia mayor
mal que los celos
El ausente, el celoso, se provoca,
aquél con sentimiento, éste con ira;
presume éste la ofensa que no mira
y siente aquél la realidad que toca:
Éste templa tal vez su furia loca
cuando el discurso en su favor delira;
y sin intermisión aquél suspira,
pues nada a su dolor la fuerza apoca.
Éste aflige dudoso su paciencia
y aquél padece ciertos sus desvelos;
éste al dolor opone resistencia;
aquél, sin ella, sufre desconsuelos:
y si es pena de daño, al fin, la ausencia,
luego es mayor tormento que los celos.
17.-Resuelve la cuestión de cuál sea pesar más molesto en encontradas
correspondencias: amar o aborrecer
Que no me quiera Fabio al verse amado
es dolor sin igual, en mi sentido;
mas que me quiera Silvio aborrecido
es menor mal, mas no menor enfado.
¿Qué sufrimiento no estará cansado,
si siempre le resuenan al oído,
tras la vana arrogancia de un querido,
el cansado gemir de un desdeñado?
Si de Silvio me cansa el rendimiento,
a Fabio canso con estar rendida:
si de éste busco el agradecimiento,
a mí me busca el otro agradecida:
por activa y pasiva es mi tormento,
pues padezco en querer y ser querida.
18.-Prosigue el mismo asunto y determina que prevalezca la razón contra el gusto
Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.
Al que trato de amor hallo diamante;
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata
y mato a quien me quiere ver triunfante.
Si a éste pago, padece mi deseo:
si ruego aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.
Pero yo por mejor partido escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,
que de quien no me quiere, vil despojo.
19.-Continúa el asunto y aun le expresa con más viva elegancia
Feliciano me adora y le aborrezco;
Lisardo me aborrece y yo le adoro;
por quien no me apetece ingrato, lloro,
y al que me llora tierno, no apetezco:
a quien más me desdora, el alma ofrezco;
a quien me ofrece víctimas, desdoro;
desprecio al que enriquece mi decoro
y al que le hace desprecios enriquezco;
si con mi ofensa al uno reconvengo,
me reconviene el otro a mí ofendido
y al padecer de todos modos vengo;
pues ambos atormentan mi sentido:
aquéste con pedir lo que no tengo
y aquél con no tener lo que le pido.
20.-Enseña cómo un solo empleo en amar es razón y conveniencia
Fabio, en el ser de todos adoradas
son todas las beldades ambiciosas,
porque tienen las aras por ociosas
si no las ven de víctimas colmadas.
Y así, sí de uno solo son amadas,
viven de la fortuna querellosas;
porque piensan que más que ser hermosas
constituyen deidad al ser rogadas.
Mas yo soy en aquesto tan medida,
que en viendo a muchos mi atención zozobra
y sólo quiero ser correspondido.
de aquel que de mi amor réditos cobra;
porque es la sal del gusto al ser querido:
que daña lo que falta y lo que sobra.
Alaba con especial acierto el de un músico primoroso
Dulce deidad del viento armoniosa,
suspensión del sentido deseada,
donde gustosamente aprisionada
se mira la atención más bulliciosa;
perdona a mi zampoña licenciosa
si al escuchar tu lira delicada
canta con ruda voz desentonada
prodigios de la tuya milagrosa.
Pause su lira el Tracio, que aunque calma
puso a las negras sombras del olvido,
cederte debe más gloriosa palma,
pues más que a ciencia el arte has reducido
haciendo suspensión de toda un alma
el que sólo era objeto de un sentido.
21.-Contrapone el amor al fuego material y quiere achacar remisiones a éste, con
ocasión de contar el suceso de Porcia
¿Qué pasión, Porcia, qué dolor tan ciego
te obliga a ser de ti fiera homicida?
¿O en qué te ofende tu inocente vida
que así le das batalla a sangre y fuego?
Si la fortuna airada al justo ruego
de tu esposo se muestra endurecida,
bástale el mal de ver su acción perdida;
no acabes, con tu vida, su sosiego.
Deja las brasas, Porcia, que mortales
impaciente tu amor elegir quiere;
no al fuego de tu amor el fuego iguales;
porque si bien de tu pasión se infiere,
mal morirá a las brasas materiales
quien a las llamas del amor no muere.
22.-Engrandece el hecho de Lucrecia
¡Oh, famosa Lucrecia, gentil dama,
de cuyo ensangrentado noble pecho
salió la sangre que extinguió a despecho
del rey injusto la lasciva llama!
¡Oh, con cuánta razón el mundo aclama
tu virtud, pues por premio de tal hecho
aún es para tus sienes cerco estrecho
la amplísima corona de tu fama!
Pero si el modo de tu fin violento
puedes borrar del tiempo y sus anales,
quita la punta del puñal sangriento
con que pusiste fin a tantos males;
que es mengua de tu honrado sentimiento
decir que te ayudaste de puñales.
23.-Nueva alabanza del mismo hecho
Intenta de Tarquino el artificio
a tu pecho, Lucrecia, dar batalla;
ya amante llora, ya modesto calla;
ya ofrece toda el alma en sacrificio.
Y cuando piensa ya que más propicio
tu pecho a tanto imperio se avasalla,
el premio, como Sísifo, que halla,
es empezar de nuevo el ejercicio.
Arde furioso y la amorosa tema
crece en la resistencia de tu honda,
con tanta privación más obstinada.
¡Oh providencia de deidad suprema:
tu honestidad motiva tu deshonra
y tu deshonra te eterniza honrada!
24.-Refiere con ajuste la tragedia de Píramo y Tisbe
De un funesto moral la negra sombra,
de horrores mil, y confusiones llena,
en cuyo hueco tronco aún hoy resuena
el eco que doliente a Tisbe nombra,
cubrió la verde matizada alfombra
en que Píramo amante abrió la vena
del corazón, y Tisbe de su pena
dio la señal que aún hoy al mundo asombra.
Mas viendo del amor tanto despecho,
la muerte, entonces de ellos lastimada,
sus dos pechos juntó con lazo estrecho:
mas ¡ay de la infeliz y desdichada
que a su Píramo dar no puede el pecho
ni aun por los duros filos de una espada!
25.-Convaleciente de una enfermedad grave, discreta con la señora virreina,
marquesa de Mancera, atribuyendo a su mucho amor aún su mejoría en morir
En la vida que siempre tuya fue,
Laura divina, y siempre lo será,
la Parca fiera, que en seguirme da,
quiso asentar por triunfo el mortal pie.
Yo de su atrevimiento me admiré,
que si debajo de su imperio está,
tener poder no puede en ella ya,
pues del suyo contigo me libré.
Para cortar el hilo que no hiló,
la tijera mortal abierta vi.
-¡Ay, parca fiera! -dije entonces yo-.
Mira que sola Laura manda aquí.
Ella corrida al punto se apartó.
Y déjome vivir sólo por ti.
26.-En la muerte de la excelentísima señora marquesa de Mancera (1674)
De la beldad de Laura enamorados
los cielos, la robaron a su altura,
porque no era decente a su luz pura
ilustrar estos valles desdichados.
O porque los mortales, engañados
de su cuerpo en la hermosa arquitectura,
admirados de ver tanta hermosura
no se juzgasen bienaventurados.
Nació donde el Oriente el rojo velo
corre al nacer al astro rubicundo
y murió donde con ardiente anhelo
da sepultura a su luz el mar profundo:
que fue preciso a su divino vuelo
que diese como el sol la vuelta al mundo.
27.-A lo mismo
Bello compuesto en Laura dividido,
alma inmortal, espíritu glorioso,
¿por qué dejaste cuerpo tan hermoso?
¿Y para qué tal alma has despedido?
Pero ya ha penetrado en mi sentido
que sufres el divorcio riguroso
porque el día final puedas gozoso
volver a ser enteramente unido.
Alza tú, alma dichosa, el presto vuelo,
y de tu hermosa cárcel desatada,
dejando vuelto su arrebol en hielo,
sube a ser de luceros coronada:
que bien es necesario todo el cielo
porque no eches de menos tu morada.
28.-A la esperanza, escrito en uno de sus retratos
Verde embeleso de la vida humana,
loca esperanza, frenesí dorado,
sueño de los despiertos intrincado,
como de sueños, de tesoros vana;
alma del mundo, senectud lozana,
decrépito verdor imaginado,
el hoy de los dichosos esperado
y de los desdichados el mañana:
sigan tu sombra en busca de tu día
los que, con verdes vidrios por anteojos,
todo lo ven pintado a su deseo:
que yo, más cuerda en la fortuna mía,
tengo en entrambas manos ambos ojos
y solamente lo que toco veo.
29.-Atribuido a la poetisa
Cítara de carmín que amaneciste
trinando endechas a tu amada esposa
y, paciéndole el ámbar a la rosa,
el pico de oro, de coral teñiste;
dulce jilguero, pajarito triste,
que apenas el aurora viste hermosa
cuando el tono primero de una glosa
la muerte hallaste y el compás perdiste:
no hay en la vida, no, segura suerte;
tu misma voz al cazador convida
para que el golpe cuando tire acierte.
¡Oh fortuna buscada aunque temida!
¿Quién pensara que cómplice en tu muerte
fuera, por no callar, tu propia vida?
Redondillas
1.-Que responde a un caballero que dijo ponerse hermosa la mujer con querer bien
Silvio, tu opinión va errada,
que en lo común, si se apura,
no admiten por hermosura
hermosura enamorada.
Pues si bien de la extrañeza
el atractivo más grato
es el agrio de lo ingrato
la sazón de la belleza.
Porque gozando excepciones
de perfección más que humana,
la acredita soberana
lo libre de las pasiones.
Que no se conserva bien
ni tiene seguridad
la rosa de la beldad
sin la espina del desdén.
Mas si el amor hace hermosas,
pudiera excusar ufana
con merecer la manzana
la contienda de las diosas.
Belleza llego a tener
de mano ten generosa,
que dices que seré hermosa
solamente con querer.
Y así en lid contenciosa
fuera siempre la triunfante;
que, pues nadie es tan amante,
luego nadie tan hermosa.
Mas si de amor el primor
la belleza me asegura,
te deberé la hermosura,
pues me causas el amor.
Del amor tuyo confío
la beldad que me atribuyo
porque siendo obsequio tuyo
resulta en provecho mío.
Pero a todo satisfago
con ofrecerte de nuevo
la hermosura que te debo
y el amor con que te pago.
2.-En que describe racionalmente los efectos irracionales del Amor
Este amoroso tormento
que en mi corazón se ve,
sé que lo siento, y no sé
la causa por que lo siento.
Siento una grave agonía
por lograr un devaneo
que empieza como deseo
y para en melancolía.
Y cuando con más terneza
mi infeliz estado lloro,
sé que estoy triste e ignoro
la causa de mi tristeza.
Siento un anhelo tirano
por la ocasión a que aspiro
y cuando cerca la miro
yo misma aparto la mano.
Porque si acaso se ofrece
después de tanto desvelo,
la desazona el recelo
o el susto la desvanece.
Y si alguna vez sin susto
consigo tal posesión,
cualquiera leve ocasión
me malogra todo el gusto.
Siento mal del mismo bien
con receloso temor,
y me obliga el mismo amor
tal vez a mostrar desdén.
Cualquier leve ocasión labra
en mi pecho de manera 30
que el que imposibles venciera
se irrita de una palabra.
Con poca causa ofendida
suelo en mitad de mi amor
negar un leve favor
a quien le diera la vida.
Ya sufrida, ya irritada,
con contrarias penas lucho,
que por él sufriré mucho
y con él sufriré nada.
No sé en qué lógica cabe
el que tal cuestión se pruebe,
que por él lo grave es leve
y con él lo leve es grave.
Sin bastantes fundamentos
forman mis tristes cuidados,
de conceptos engañados,
un monte de sentimientos.
Y en aquel fiero conjunto
hallo, cuando se derriba,
que aquella máquina altiva
sólo estribaba en un punto.
Tal vez el dolor me engaña,
y presumo sin razón
que no habrá satisfacción
que pueda templar mi saña.
Y cuando a averiguar llego
el agravio porque riño,
es como espanto de niño
que para en burlas y juego.
Y aunque el desengaño toco,
con la misma pena lucho
de ver que padezco mucho
padeciendo por tan poco.
A vengarse se abalanza
tal vez el alma ofendida
y después arrepentida
toma de mí otra venganza.
Y si al desdén satisfago
es con tan ambiguo error
que yo pienso que es rigor
y se remata en halago.
Hasta el labio desatento
suele equívoco tal vez,
por usar de la altivez,
encontrar el rendimiento.
Cuando por soñada culpa
con más enojo me incito,
yo le acrimino el delito
y le busco la disculpa.
No huyo el mal ni busco el bien,
porque en mi confuso error
ni me asegura el amor
ni me despecha el desdén.
En mi ciego devaneo,
bien hallada con mi engaño,
solicito el desengaño
y no encontrarlo deseo.
Si alguno mis quejas oye,
más a decirlas me obliga,
porque me las contradiga,
que no porque las apoye.
Porque si con la pasión
algo contra mi amor digo,
es mi mayor enemigo
quien me concede razón.
Y si acaso en mi provecho
hallo la razón propicia,
me embaraza la injusticia
y ando cediendo el derecho.
Nunca hallo gusto cumplido,
porque entre alivio y dolor
hallo culpa en el amor
y disculpa en el olvido.
Esto de mi pena dura
es algo del dolor fiero
y mucho más no refiero
porque pasa de locura.
Si acaso me contradigo
en este confuso error,
aquel que tuviese amor
entenderá lo que digo.
3.-Arguye de inconsecuencia el gusto y la censura de los hombres, que en las mujeres
acusan lo que acusan
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.
Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y queja enhorabuena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
¿Pues para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
4.-Enseña modo con que la Hermosura, solicitada de amor importuno, pueda quedarse
fuera de él, con entereza tan cortés que haga bienquisto hasta el mismo desaire
Dos dudas en que escoger
tengo y no sé a cuál prefiera,
pues vos sentís que no quiera
y yo sintiera querer.
Con que si a cualquier lado
quiero inclinarme, es forzoso,
quedando el uno gustoso,
que otro quede disgustado.
Si daros gusto me ordena
la obligación, es injusto
que por daros a vos gusto
haya yo de tener pena.
Y no juzgo que habrá quien
apruebe sentencia tal
como que me trate mal
por trataros a vos bien.
Mas por otra parte siento
que es también mucho rigor
que lo que os debo en amor
pague en aborrecimiento.
Y aun irracional parece
este rigor, pues se infiere,
si aborrezco a quien me quiere,
¿qué haré con quien aborrezco?
No sé cómo despacharos,
pues hallo al determinarme
que amaros es disgustarme
y no amaros disgustaros.
Pero dar un medio justo
en estas dudas pretendo,
pues no queriendo os ofendo
y queriéndoos me disgusto.
Y sea ésta la sentencia,
porque no os podáis quejar:
que entre aborrecer y amar
se parta la diferencia.
De modo que entre el rigor
y el llegar a querer bien
ni vos encontréis desdén
ni yo pueda hallar amor.
Esto el discurso aconseja,
pues con esta conveniencia
ni yo quedo con violencia
ni vos partís con queja.
Y que estaremos infiero
gustosos con lo que ofrezco,
vos, de ver que no aborrezco,
yo, de saber que no quiero.
Sólo este medio es bastante
a ajustarnos, si os contenta:
que vos me logréis atenta
sin que yo pase a lo amante.
Y así quedo, en mi entender,
esta vez bien con los dos:
con agradecer, con vos;
conmigo, con no querer.
Que aunque a nadie llegue a darse
en esto gusto cumplido
ver que es igual el partido
servirá de resignarse.
Ediciones antiguas
Inundación castálida de la única poetisa, musa décima, Sor Juana Inés de la Cruz,
religiosa profesa en el monasterio de San Jerónimo de la Imperial Ciudad de México,
que en varios metros, idiomas y estilos, fertiliza varios asuntos: con elegantes, sutiles,
claros, ingeniosos, útiles versos: para enseñanza, recreo y admiración. Dedícalos a la
Excelma. Señora D. María Luisa Gonzaga Manrique de Lara, Condesa de Paredes,
Marquesa de la Laguna, y los saca a la luz D. Juan Camacho Gayna, caballero del
orden de Santiago, Mayordomo y Caballerizo que fue de su Excelencia Gobernador
actual de la Ciudad del Puerto de Santa María. Con privilegio. En Madrid: Por Juan
García Infanzón. Año de 1689. Para ediciones modernas ver, Inundación Castálida.
Madrid: Castalia, 1982. Editora Georgina Sabat-Rivers. Para facsímile ver el editado
en México: Frente de Afirmación Hispanista, 1995, con prólogo de Fedro Arias de la
Canal. También edición facsimilar en México: Instituto Mexiquense de Cultura, 1995;
con estudios de Aureliano Tapia Méndez y Tarsicio Herrera Zapién.
Segundo volumen de las obras de Sor Juana Inés de la Cruz, monja profesa en el
monasterio del señor san Gerónimo de la ciudad de México, dedicado por su misma
autora a D. Juan de Orue y Arbierto caballero de la orden de Santiago. Año 1692. Con
privilegio, en Sevilla, Por Tomás López de Haro, impresor y mercader de libros. Para
una edición facsimilar ver Segundo tomo de las obras de sor Juana Inés de la Cruz y
La segunda Celestina. México: Frente de Afirmación Hispanista, 1995; con
introducción de Fredo Arias de la Canal y prólogo de Guillermo Schmidhuber de la
Mora.
Fama y obras pósthumas del Fénix de México, décima musa, poetisa americana, Sor
Juana Inés de la Cruz, religiosa profesa en el convento de San Gerónimo de la
Imperial Ciudad de México, que sacó a luz el Doctor Don Juan Ignacio de Castorena y
Ursúa, Capellán de Honor de su Majestad, Protonotario Juez Apostólico por su
Santidad, Teólogo, Examinador de la Nunciatura de España, prebendado de la Santa
Iglesia Metropolitana de México. Consagradas a la majestad católica de la Reina
nuestra señora Doña Mariana de Neoburg Baviera Palatina del Rhin, por mano de la
Excma. Señora Doña Juana de Aragón y Cortés, Duquesa de Monteleón y Terra Nova,
Marquesa del Valle de Oaxaca, etc. El doctor Don Juan Ignacio de Castorena y Ursúa,
Capellán de Honor de su Majestad, Protonotario Juez Apostólico por su Santidad,
teólogo, examinador de la Nunciatura de España, prebendado de la Santa Iglesia
Metropolitana de México Con privilegio, En Madrid: en la calle de la Habana. Año de
1700.
Fama y obras pósthumas del Fénix de México, Décima Musa, poetisa americana,
Sor Juana Inés de la Cruz, religiosa profesa en el convento de San Gerónimo de la
Imperial Ciudad de México, que sacó a luz el Doctor Don Juan Ignacio de Castorena y
Ursúa, Capellán de honor de Su Majestad, Protonotario Juez Apostólico por Su
Santidad, Teólogo, Examinador de la Nunciatura de España, Prebendado de la Santa
Iglesia Metropolitana de México. Consagradas a la Soberana Emperatriz de Cielo, y
Tierra, María Nuestra Señora. Con licencia, En Madrid: En la Imprenta de Antonio
González de Reyes, año de 1714. Prólogo de Fredo Arias de la Canal. México: Frente
de Afirmación Hispanista, 1989 [facsímile de la edición de 1714]. Edición citada en el
presente libro.
Auto sacramental del divino Narciso, por alegorías: compuesto por el singular numen
y nunca bien alabado ingenio, claridad y propiedad de frase castellana, de la Madre
Juana Inés de la Cruz, Religiosa Profesa en el Monasterio del señor San Gerónimo de
la Imperial Ciudad de México, a instancias de la Excma. Señora Condesa de Paredes,
Marquesa de la Laguna, virreina de esta Nueva España, singular patrona y aficionada
de la Madre Juana, para llevarlo a la Corte de Madrid para que se representase en
ella. Sácalo a la luz pública el Dr. D. Ambrosio de Lima, que lo fue de Cámara de su
Excia., En la Imprenta de la Viuda de Bernardoy pudo lograr una copia Calderón,
1690. Existen además dos sueltas sin fecha, editadas en Madrid, ver Obras Completas
vol. 4, pp. 513.
La gran comedia de la segunda Celestina, Fiesta para los años de nuestra Señora,
año de 1676. De Agustín de Salazar [y sor Juana Inés de la Cruz]. Cuarto suelto con
loa y comedia, sin fecha ni lugar de publicación, 48 páginas.
Fuentes contemporáneas
"Juana Inés de la Cruz, sor. Obras completas". 4 volúmenes. México: Fondo de
Cultura Económica, 1976. En el vol. 1 se edita la lírica personal; en el vol. 2 se reúnen
los villancicos y las letras sacras; en el vol. 3 se agrupan los autos y loas, y en el
volumen 4, las comedias, sainetes y la prosa. Los editores son Alfonso Méndez
Plancarte de los tres primeros volúmenes, y Alberto G. Salceda, del último. Para
facilitar, esta edición es citada como OC, y se agrega el número de vo-lumen y de
página, por ejemplo OC 4: 207.
"Obras completas", en CD-ROM. Rosario, Argentina. Ediciones Nueva Hélade 2004.
Con la colaboración de Héctor A. Piccoli, Ailén Delmonte, Guadalupe Correa y Tadeo
Stein.
"La segunda Celestina". Agustín de Salazar y Torres, Ed. Guillermo Schmidhuber y
Olga Martha Peña Doria. México: Editorial Vuelta, 1990. Con prólogo de Octavio Paz
(“¿Azar o justicia?”) y un estudio crítico de Guillermo Schmidhuber.
"El encanto es la hermosura y el hechizo sin hechizo, La segunda Celestina".
Agustín de Salazar y Torres y Vera Tassis, Binghamton, New York: Medieval and
Renaissance Texts and Studies, 1994. Edición crítica e introducción de Thomas Austin
O’Connor.
"La gran comedia de La segunda Celestina (facsímile)", en Segundo tomo de las
obras de sor Juana Inés de la Cruz y La segunda Celestina. México: Frente de
Afirmación Hispanista, 1995; con introducción de Fredo Arias de la Canal y dos
prólogos de Guillermo Schmidhuber de la Mora. Incluye también el facsimilar de
Protesta de la fe y renovación de Votos Religiosos, que hizo, y dejó escrita con su
sangre la M. Juana Inés de la Cruz Monja Profesa en templo de san Gerónimo de
México.
"La gran comedia de La segunda Celestina", en Guillermo Schmidhuber, Sor Juana
Inés de la Cruz y La gran comedia de La segunda Celestina. Estado de México:
Instituto Mexiquense de Cultura, 2005. Edición de Olga Martha Peña Doria.
"La gran comedia de La segunda Celestina", pieza teatral iniciada por el dramaturgo
español Agustín de Salazar y Torres, quien murió en 1675 dejando la obra incompleta,
y que fue terminada por sor Juana. El descubrimiento de esta comedia perdida de sor
Juana fue de Guillermo Schmidhuber de la Mora (Universidad de Guadalajara, México)
y el hallazgo fue publicado en 1990 con un prólogo de Octavio Paz (Editorial Vuelta,
1990). Posteriormente hay varias ediciones, destacan el facsimilar publicado por el
Frente de Afirmación Hispanista y la edición crítica de Guillermo Schmidhuber
publicada por el Instituto Mexiquense de Cultura, Toluca, México.
"Protesta de Fe y renovación de votos", escrito religioso de sor Juana que no está
incluido en sus obras antiguas ni en la edición de las obras completas de Méndez
Plancarte. La oración fue descubierta por Guillermo Schmidhuber de la Mora en la
Hispanic Society de Nueva York y publicada por la revista Hispania (USA), y
posteriormente en forma facsimilar fue editada por el Frente de Afirmación Hispanista,
México, D.F.
ESTUDIOS CONTEMPORANEOS
Muchas son las personas que se han interesado por la Fénix de América, y en un
intento de descubrir nuevas cosas en su paso por las letras, a continuación
mostraremos algunos de y sus estudios en el tema:
Fernández, Cristina Beatriz
Carlos de Sigüenza y Góngora: las letras, la astronomía y el saber criollo. Sor Juana
Inés de la Cruz.
De los cielos a los textos: el duelo hermenéutico en la "Libra astronómica y filosófica"
de Carlos de Sigüenza y Góngora. Sor Juana Inés de la Cruz.
Bellini, Giuseppe .
Caviedes y Sor Juana. Figuras del hispanismo. Sor Juana Inés de la Cruz.
Sor Juana desde Italia. Sor Juana Inés de la Cruz.
L'umorismo, arma femminista nel teatro di Sor Juana. Sor Juana Inés de la Cruz.
Beuchot Puente, Mauricio
Sor Juana: una filosofía barroca.
Bravo Arriaga, María Dolores
Algunas consideraciones sobre el discurso de poder y la autoría de Núñez de
Miranda, en el Túmulo a Felipe IV, de 1666. Biblioteca Universitaria.
El discurso de la espiritualidad dirigida: Antonio Núñez de Miranda, confesor de Sor
Juana.
La excepción y la regla: estudios sobre espiritualidad y cultura en la Nueva España.
Fuentes y documentos para la historia de México.
Brescia, Pablo A.J
Las razones de Sor Juana Inés de la Cruz. Biblioteca Universitaria.
Cervera Salinas, Vicente
El creacionismo de Sor Juana.
La lírica de la paradoja.
Sor Juana Inés de la Cruz, musa del relativismo.
Egan, Linda
Contabilidad poética de Sor Juana: finos cálculos y "errores" calculados.
Diosas, demonios y debate: Las armas metafísicas de Sor Juana.
Un estudio de caso: Sor Juana y Vieira: trescientos años después.
Juana Inés: bajo "la perfección del arte".
Sor Juana and Carlos Fuentes between Times and Lines.
Sor Juana's life and work: open texts.
Glantz, Margo.
Las ascesis y las rateras noticias de la tierra: Manuel Fernández de Santa Cruz,
obispo de Puebla.
El jeroglífico del sentimiento: la poesía amorosa de Sor Juana. Biblioteca
Universitaria.
Sor Juana Inés de la Cruz: ¿Hagiografía o autobiografía?
Gonzalbo Aizpuru, Pilar
Con amor y reverencia. Mujeres y familias en el México colonial. Fuentes y
documentos para la historia de México.
De huipil o terciopelo.
De la penuria y el lujo en la Nueva España. Siglos XVI-XVIII. Fuentes y documentos
para la historia de México.
Del bueno y del mal amor en el siglo XVIII novohispano.
Entre la calle y el claustro ¿cuál es la dicha mayor? La familia novohispana y la
ruptura de los modelos. Fuentes y documentos para la historia de México.
La intimidad divulgada. La comunicación escrita en la vida privada en la Nueva
España.
González, Aurelio
Construcción teatral del festejo barroco: "Los empeños de una casa" de Sor Juana.
Biblioteca Universitaria.
Hernández-Araico, Susana (1947-)
Coros y coreografía en Sor Juana.
Festejos teatrales mitológicos de 1689 en la Nueva España y el Perú, de Sor Juana y
Lorenzo de las Llamosas: (una aproximación crítica).
Problemas de fecha y montaje en "Los empeños de una casa" de Sor Juana Inés de
la Cruz.
Problemas de fecha y montaje en "Los empeños de una casa" de Sor Juana Inés de
la Cruz.
Lavrin, Asunción
Monjas y beatas: la escritura femenina en la espiritualidad barroca novohispana:
siglos XVII y XVIII / Asunción Lavrin y Rosalva Loreto L., editoras.
Loreto López, Rosalva
Monjas y beatas: la escritura femenina en la espiritualidad barroca novohispana:
siglos XVII y XVIII / Asunción Lavrin y Rosalva Loreto L., editoras.
Martínez-San Miguel, Yolanda
Saberes americanos: constitución de una subjetividad intelectual femenina en la
poesía lírica de Sor Juana.
Saberes americanos: la constitución de una subjetividad colonial en los villancicos de
Sor Juana.
Subalternidad, poder y conocimiento en el contexto colonial: las conflictividades de la
conciencia criolla. Fuentes y documentos para la historia de México.
Méndez Herrera, María Águeda
Antonio Núñez de Miranda, confesor de Sor Juana: un administrador poco común.
Biblioteca Universitaria.
Secretos del oficio: avatares de la Inquisición novohispana.
Olivares Zorrilla, Rocío
El enigma emblemático del "Primero sueño", de Sor Juana Inés de la Cruz.
Asociación Internacional de Hispanistas.
El libro metágrafo de Alejo de Venegas y "El sueño" de sor Juana: la lectura del
universo. Asociación Internacional de Hispanistas.
Noche órfica y silencio pitagórico en Sor Juana. Asociación Internacional de
Hispanistas.
La poética matemática en Sor Juana. Asociación Internacional de Hispanistas.
Precursores en la sombra: los otros modelos poéticos del "El sueño" / Sor Juana
Inés de la Cruz. Asociación Internacional de Hispanistas.
Retórica y emblemática en "El sueño", de Sor Juana Inés de la Cruz. Asociación
Internacional de Hispanistas.
Sor Juana y la arquitectura sagrada. Asociación Internacional de Hispanistas.
Sor Juana y la tradición mística. Asociación Internacional de Hispanistas.
"Spiritus phantasticus”: epifanía y artificio en el "Primero sueño". Asociación
Internacional de Hispanistas.
"El Sueño" y la emblemática. Asociación Internacional de Hispanistas.
Los tópicos del sueño y del microcosmos: la tradición de Sor Juana Inés de la Cruz /
Rocío Olivares Zorrilla. Asociación Internacional de Hispanistas. Tradición de la poesía
visionaria y emblemática mística y moral en el "Primero sueño", de Sor Juana.
Asociación Internacional de Hispanistas.
Parodi, Claudia
Teatro de monjas en la Nueva España.
Partida Tayzan, Armando
El "Tocotín" en la loa para el Auto "El Divino Narciso”: ¿Criollismo sorjuanino?
Pascual Buxó, José
Función política de los emblemas en el "Neptuno Alegórico" de Sor Juana Inés de la
Cruz.
Poot Herrera, Sara
Procesos inquisitoriales y obras teatrales en el diecisiete mexicano. La segunda
historia de la censura.
Sor Juana: nuevos hallazgos, viejas relaciones. Biblioteca Universitaria.
Rivera, Octavio
Teatro y poder en el virreinato de Nueva España: las loas profanas de Sor Juana
Inés de la Cruz. Biblioteca Universitaria.
Rodríguez Garrido, José Antonio
Escritura femenina y representación del poder en "Amor es más laberinto" de Sor
Juana Inés de la Cruz (Loa y comedia).
Rubial García, Antonio
Las generaciones pre ilustradas novohispanas y la literatura compendiosa en la
época de Sor Juana.
Las monjas se inconforman. Los bienes de Sor Juana en el espolio del arzobispo
Francisco de Aguiar y Seijas.
Nueva España: imágenes de una identidad unificada. Fuentes y documentos para la
historia de México.
Los santos fallidos y los olvidados. Los "venerables" contemporáneos de Sor Juana.
Sor Juana y los poderosos.
Sabat de Rivers, Georgina (1924- 2008)
Bibliografía y otras cuestiúnculas sorjuanistas.
En busca de Sor Juana.
Estudios de literatura hispanoamericana: Sor Juana Inés de la Cruz y otros poetas
barrocos de la Colonia.
"El Neptuno" de Sor Juana: fiesta barroca y programa político.
El "Sueño" de Sor Juana Inés de la Cruz: tradiciones literarias y originalidad.
Veintiún sonetos de Sor Juana y su casuística del amor.
Schmidhuber de la Mora, Guillermo
En búsqueda de textos perdidos de Sor Juana.
La primera dramaturga en lengua moderna.
Zanelli Velásquez, Carmela
Cultura indígena e impronta femenina en dos loas de Sor Juana Inés de la Cruz.
La loa de "El Divino Narciso" de Sor Juana Inés de la Cruz y la doble recuperación
de la cultura indígena mexicana.
También se cuenta con algunas grabaciones sonoras:
El Divino Narciso (loa y auto sacramental) / dirigida por José Luís Ibáñez para el
Fondo de Cultura Económica.
Funesta: seis arias de Marcela Rodríguez sobre textos de Sor Juana Inés de la Cruz
/ Juana Inés de la Cruz.
Sor Juana Inés de la Cruz / textos de Sor Juana Inés de la Cruz; selección, Margo
Glantz; voz, Ofelia Medina; musicalización, Javier Platas; cuidado de la edición Sonia
Herrera.
CRONOLOGÍA DE LA VIDA, OBRA Y CONTRIBUCIÓN DE SOR JUANA INES DE LA
CRUZ A LAS LETRAS IBEROAMERICANAS
La presente cronología abarca un tiempo amplio de cultura y literatura en México
vinculado de uno u otro modo a sor Juana Inés de la Cruz: desde el nacimiento del
primer gran poeta criollo hasta acontecimientos muy posteriores a la muerte de sor
Juana, pero que guardan vinculación con su obra, la de sus contemporáneos o incluso
el contexto social y cultural en el que se desarrollaron éstas.
(1534-1861)
AÑO VIDA Y OBRA DE
SOR JUANA CONTEXTO HISTÓRICO,
SOCIAL Y CULTURAL TEATRO, POESÍA Y
PROSA EN LA NUEVA
ESPAÑA
1525 -Posible fecha de nacimiento de Francisco Terrazas.
1534 -Nacen Pedro de Trejo y Fernán González de Eslava.
1539 -Primera imprenta en la Nueva España.
1543 -Nace Juan de la Cueva.
1545 -Nace el padre Juan Pérez Ramírez.
1559 -Francisco Cervantes de Salazar, Túmulo Imperial... a la muerte de Carlos V.
1561 -Posiblemente en este año nace Bernardo de Balbuena.
1568 -Posiblemente en este año nace Fernando de Alva Ixtlixóchitl.
1571 -Fundación del Tribunal del Santo Oficio en la Nueva España.
1580 -Posiblemente en este año nace Juan Ruiz de Alarcón.
1585 -Posiblemente en este año nace Fray Miguel de Guevara.
1588 -Inicio de las misiones de los jesuitas.
1598 -Felipe II, al borde de la muerte, manda cerrar los teatros.
-Muere Felipe II y le sucede Felipe III.
-Se inaugura The Globe en Londres Llega a Nueva España Mateo Rosas de
Oquendo.
1599 -Nace Velázquez.
-Mateo Alemán, Guzmán de Alfarache.
-William Shakespeare, Julio César.
-Antonio de Saavedra Guzmán, El peregrino indiano. -Antonio de Saavedra Guzmán,
El peregrino indiano.
1600 -Ejecución de Giordano Bruno.
-Publicación del Romancero General en que se contienen todos los romances que
andan impresos en las nueve partes de Romanceros.
-Nace Calderón el 17 de enero.
-Derrota de las tropas españolas al mando del Archiduque Alberto en la batalla de Las
Dunas.
-Alonso de Ledesma, Primera parte de los conceptos espirituales y morales.
-Gaspar Mercader, El prado de Valencia [Ca.] Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, Horribles
crueldades de los conquistadores de México y de los indios que los auxiliaron.
-Crónica mexicana de Hernando Alvarado Tezozómoc.
1601 -Nace Baltasar Gracián.
-Muere Francisco Sánchez de las Brozas «el Brocense».
-Se traslada la Corte española a Valladolid -Elogios en loor de los tres famosos
varones don Jaime de Aragón, don Fernando Cortés y don Álvaro de Bazán de Gabriel
Lobo Lasso de la Vega.
1602 -El Duque de Lerma, valido del Rey.
-Lope de Vega, La hermosura de Angélica.
-Mateo Luján, Segunda parte del Guzmán de Alfarache.
-Nace Juan Pérez de Montalbán. -[Ca.] Muerte de Fernán González de Eslava.
-Juan de Torquemada, Vida y milagros del santo confesor de Cristo, fray Sebastián de
Aparicio, fraile lego de la orden del seráfico padre San Francisco de la provincia del
Santo Evangelio.
1603 -Juan Manuel de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros toma posesión
como virrey el 27 de octubre. Entrega el mando en julio de 1607.
-Ordena la construcción de represas, canales y avenidas para mejorar el desagüe y
evitar las frecuentes inundaciones.
-Muere Isabel I de Inglaterra.
-Francisco de Ocaña, Cancionero para cantar la noche de Navidad y las fiestas de
Pascua.
1604 -Rebeliones indígenas en Nueva Vizcaya (hasta 1609).
-Lope de Vega, El peregrino en su patria.
-Mateo Alemán, Segunda parte del Guzmán (por su verdadero autor). -Bernardo de
Balbuena, Grandeza mexicana.
1605 -Se publica la primera parte de El Quijote.
-La pícara Justina, Francisco López de Úbeda.
-Lope de Vega, Peribáñez y el comendador de Ocaña.
-Shakespeare, El rey Leary
-Macbeth.
-Ben Johnson, Volpone. -Fray Alonso Urbano, Arte breve de la lengua otomí
1606 -Alonso de Ledesma, Segunda parte de los Conceptos espirituales y morales. -
Enrico Martínez, Repertorio de los tiempos e historia de esta Nueva España.
1607 -Rebelión de la población africana cerca de Orizaba (hasta 1611). -El siglo de oro
en las selvas de Erífile de Bernardo de Balbuena.
1608 -Nace en Lisboa Antonio Vieyra.
-Nace Rembrandt.
-Nace Corneille.
-Se publican las primeras Ordenanzas sobre teatro.
-El 17 de septiembre se celebra la construcción del sistema de drenaje del valle de
México.
-Llega a México Mateo Alemán como parte del séquito del arzobispo fray García
Guerra.
-Llega a México Mateo Alemán.
-Compañía de representaciones teatrales a cargo de Gonzalo de Riancho. -Hernando
Ojea, Libro tercero de la Historia Religiosa de la Provincia de México de la Orden de
Nuestro Padre Santo Domingo.
1610 -Muere Caravaggio.
-Enrique IV muere asesinado en Francia.
-La dama boba y El perro del hortelano de Lope de Vega.
-Gaspar Pérez de Villagrá, Historia de la Nueva México. -González de Eslava,
Coloquios espirituales y sacramentales y canciones divinas.
-[Ca.] Historia chichimeca de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl.
-Gaspar Pérez de Villagrá, Historia de la Nueva México.
1611 - El arzobispo fray García Guerra toma posesión como virrey el 19 de junio.
Entrega el mando en febrero de 1612. Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua
castellana o española.
-Fray Diego de Hojeda, La Cristiada.
-Alonso de Ledesma, Juegos de Nochebuena moralizadosa la vida de Christo,
martirios de santos y reformación de costumbres. - Pedro de Arenas, Vocabulario
manual de las lenguas castellana y mexicana.
1612 - Ambrosio de Salazar, Almoneda general de las más curiosas recopilacines de
los reynos de España.
-Joseph de Valdivielso, Primera parte del Romancero espiritual.
1613 - Góngora, Soledades I y Polifemo.
-Novelas ejemplares de Cervantes.
-Mateo Alemán, Sucesos de don fray García Guerra, arzobispo de México.
-Gaspar de los Reyes, Tesoro de conceptos divinos compuestos en todo género de
verso. -Francisco Losa, La vida que hizo el siervo de Dios Gregorio López en algunos
lugares de la Nueva España.
1614 - Muere El Greco.
-Lope de Vega, Rimas sacras.
-Cervantes, Viaje del Parnaso.
-Quijote de Avellaneda.
-Ambrosio de Salazar, Espexo general de la gramática en diálogos. -Alonso de Bonilla,
Peregrinos pensamientos de mysterios divinos en varios versos y glosas dificultosas.
-Francisco Pareja, Arte y pronunciación en lengua timuquana y castellana.
1616 -Rebelión de los tepehuanos en Durango (hasta 1617).
-Muere Cervantes.
-Fallece Shakespeare.
-La Inquisición prohíbe a Galileo le enseñanza de sus teorías. -[Ca.] La prueba de las
promesas y Las paredes oyen, de Juan Ruiz de Alarcón.
1615 -Se publica la segunda parte de El Quijote.
-Se publican las segundas Ordenanzas sobre teatros. -Monarquía indiana de fray Juan
de Torquemada.
1617 -Estudiantes jesuitas representan El pregonero de Dios y patriarca de los pobres,
de Francisco de Acevedo.
1618 -Antonio Núñez de Miranda nace en Zacatecas el 4 de noviembre.
-Juan de Chen, Laberinto amoroso de los mejores romances que hasta ágora han
salido a luz.
-Nace Agustín Moreto.
-Vicente Espinel, Vida del escudero Marcos de Obregón.
-Comienza la Guerra de los Treinta años. -Breve relación de los artífices, plateros,
vecinos celebraron a la Virgen María.
-Anónimo, Certamen de plateros.
1619 -Se imprime el Coloquio de la nueva conversión de los cuatro últimos reyes de
Tlaxcala, de Gutiérrez de Luna.
1620 -El caballero de Olmedo y Lo fingido verdadero de Lope de Vega. -Los Sirgueros
de la Virgen sin original pecado, de Francisco Bramón.
1621 -Muere Felipe III. Reinado de Felipe IV hasta 1665. Nombra valido al Conde
Duque de Olivares. Intenta desarrollar un programa de información regional, (que
agrava la crisis de la unidad ibérica) semejante al de Richelieu, aumenta impuestos y
tributos (origen de agitaciones sociales), intenta mantener la supremacía frente a
Francia y consolidar el dominio de los Países Bajos tras el fin de la Tregua de los doce
años.
-Nace La Fontaine. -[Ca.] La verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón.
-Luis de Cisneros, Historia de el principio y origen, progresos, venidas a México y
milagros de la imagen de Nuestra Señora de los Remedios.
1622 -Nace Molière.
-Se publica el Tratado de la Pintura de Rubens.
-Apoyo al emperador Fernando II en la guerra de los Treinta Años.
-Joseph de Valdivielso, Doze actos sacramentales y dos comedias divinas. -[Ca.]
Representación de Los favores del mundo, Las paredes oyen, Mudarse para
mejorarse y Todo es ventura, de Juan Ruiz de Alarcón.
1623 -Se consagra el Templo de San Jerónimo en la ciudad de México.
-Nace Pascal.
-Edición de las Obras completas de Shakespeare.
-Alonso Remón, Entretenimientos y juegos honestos y recreaciones christianas. -Arias
de Villalobos: Honras fúnebres a Felipe III. Del mismo autor: segunda parte del
Mercurio histórico y descriptivo de esta ciudad de México, o Canto titulado Mercurio.
1624 -Fuertes sequías y escasez de granos.
-Rebelión de los huachichiles.
-Los holandeses saquean el puerto de Acapulco.
-Nadie fíe su secreto de Calderón.
-Tirso, Los cigarrales de Toledo.
-Gaspar Lozano Regalado, Nuevos conceptos espirituales en vario género de verso. -
Se representa en España La verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón.
-El Bernardo o Victoria de Roncesvalles de Bernardo de Balbuena.
-Juan Martínez de Jáuregui, Discurso poético.
1625 -Decreto que prohíbe imprimir comedias en Castilla (hasta 1634).
-Doctores de la Iglesia, cuadro de Baltasar de Echave Ibía. -[Ca.] Anónimo
franciscano, Bocabulario de mayathan por su abecedario.
1626 -Una vez nombrado relator interino del Consejo de Indias, Juan Ruiz de Alarcón
se retira del teatro.
-El Buscón de Quevedo.
-Francisco Metge, Tesoro escondido de todos los más famosos romances, así
antiguos como modernos, del Cid.
-Triunfo diplomático frente a Francia en el pleito de la Valtelina (Paz de Monzón).
1627 -Piratas holandeses y franceses atacan los galeones españoles en el Golfo de
México.
-Muere Góngora.
-Sueños. Discursos de Quevedo.
-Correas, Vocabulario de refranes y frases proverbiales.
-Beatificación de Felipe de Jesús.
-Fernando Vera y Montoya, Panegírico por la poesía.
1628 -Planta y sitio de la ciudad de México, de Juan Gómez de Trasmonte.
1629 -Inundación del valle de México (hasta 1633).
-Se ordena la creación de la Armada de Barlovento.
-Muere Kepler.
-Nace el príncipe Baltasar Carlos.
-La dama duende de Calderón.
-Antonio de León Pinelo, Epítome de la Biblioteca Oriental i Occidental, náutica i
geográfica.
1630 -[Ca.] La anunciación. Cuadro de Alonso López de Herrera («El divino»).
-Motines en Vizcaya contra la leva de soldados y el estanco de la sal (hasta 1631). -
Nace el padre Francisco de Ayerra Santa María
-Se publica Ganar amigos, de Juan Ruiz de Alarcón.
1631 -Escudo de monjas, cuadro de Luis Lagarto.
-Muere Guillén de Castro.
-Muere John Donne.
-El castigo sin venganza de Lope de Vega. -[Ca.] Juan Ruiz de Alarcón escribe El
examen de maridos.
1632 -Rebelión de los guazaparis.
-Lección de anatomía, óleo de Rembrandt.
-Se publica en Madrid la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de
Bernal Díaz del Castillo. -Anónimo, Vocabulario mui copioso en lengua española y
maya de Yucatán [«Diccionario Solana»].
1633 -Juan Ruiz de Alarcón es nombrado relator propietario del Consejo de Indias.
-Retractación de Galileo ante la Inquisición.
-Luis de Góngora, Todas las obras. -Bernardo de Lizana, Historia de Yucatán,
Devocionario de Nuestra Señora de Izamal y Conquista Espiritual.
1634 -Lope de Vega, Rimas humanas y divinas. -Se imprimen: Los empeños de un
engaño, El dueño de las estrellas, La amistad castigada, La manganilla de Melilla, El
Anticristo, Los pechos privilegiados y La crueldad por el honor, de Juan Ruiz de
Alarcón.
1635 -El abuelo de Sor Juana, Pedro Ramírez de Santillana, arrienda la hacienda de
Nepantla. -Lope Díez de Armendáriz, marqués de Cadereyta toma posesión como
virrey el 16 de septiembre. Entrega el mando en agosto de 1640. Primer criollo en
gobernar la Nueva España.
-Muere Lope de Vega.
-Richelieu crea la Academia Francesa. -Fray Juan Bautista Méndez, Historia de la
fundación del convento de San José de la ciudad de México.
-Pedro de Marmolejo, Loa sacramental [...] de las calles de México.
1636 -Andrés Pérez de Rivas, Vida, virtudes y muerte del padre Juan de Ledesma.
-Miguel Sánchez, Sermón que predicó el bachiller Miguel Sánchez, en las exequias
funerales de la Madre Ana de la Presentación, Priora del Convento de S. Laurencio de
México.
1637 -Manuel Fernández de Santa Cruz, «Sor Filotea de la Cruz», nace en Palencia,
España.
-Discurso del método de Descartes. -Fernando de Cepeda y Fernando Alfonso Carrillo:
Relación universal legítima del sitio en que está fundada la ciudad de México.
-Diego de Nájera Yanguas, Doctrina y enseñanza en la lengua mazahua.
1638 -Nace Malebranche. -Fray Miguel de Guevara, Arte doctrinal y modo general
para aprender la lengua matlatzinca.
1639 -Muere Juan Ruiz de Alarcón el 4 de agosto.
-Malestar político en Cataluña.
-Batalla de las Dunas: el holandés Van Tromp derrota a la flota española.
-Velázquez pinta el Cristo.
-Fernando Pizarro y Orellana, Varones ilustres del Nuevo Mundo. -Juan Rodríguez de
León, Elegías a fray Hortensio Félix Paravicino.
-Del mismo autor, Panegyrico Augusto, Castellano Latino, con prosa de lengua propia,
y versos de la extraña; más repetidos los de Lucano, y Claudiano, por ser de
españoles y menos puestos Poetas y Oradores por estar desengañados.
1640 -Diego López Pacheco Cabrera y Bobadilla «grande de España», VII marqués de
Villena toma posesión como virrey el 28 de agosto. Entrega el mando en junio de
1642.
-El señor Juan de Palafox y Mendoza es obispo de Puebla, hasta 1650.
-Mandamiento del 21 de marzo. Se funda en la Universidad la cátedra de las lenguas
mexicana y otomí. El 9 de mayo le es conferida al agustino fray Diego Galdós de
Guzmán.
-Portugal se separa de España y proclama a Juan IV, duque de Braganza. Guerra
hispano-portuguesa.
-Rebelión de Cataluña.
-Muere Rubens.
-Los jesuitas prohíben la enseñanza de la filosofía cartesiana en sus colegios.
-Saavedra Fajardo compone las Empresas políticas.
-Comienza la guerra de Cataluña (durará 12 años).
-Se representan obras en honor del Virrey Duque de Escalona. -Se publica el Viaje de
tierra y mar que hizo el Marqués de Villena de Cristóbal Gutiérrez de Medina.
-Sermón del criollo Miguel Sánchez en honor de San Felipe de Jesús.
-María de Estrada Medinilla, Relación escrita [...] a una religiosa monja prima suya, de
la feliz entrada en México [...] del Marqués de Villena.
1641 -Vélez de Guevara, El diablo cojuelo.
-Meditaciones metafísicas de Descartes.
-Conjuración separatista de Andalucía.
-Muerte de Richelieu.
-Fallece Van Dyck. -Matías de Bocanegra Teatro jerárquico de la luz y
-Del mismo autor, Canción alegórica a la vista de un desengaño y Comedia de San
Francisco de Borja a la feliz venida del [...] marqués de Villena.
1642 -Palafox destituye de su cargo al Marqués de Villena y es nombrado virrey de la
Nueva España. Comienza su discordia con los jesuitas.
-El conde de Salvatierra lo sustituye en el poder.
-El señor Juan Palafox y Mendoza es arzobispo de México, hasta 1643. Es virrey
interino de junio a noviembre.
-García Sarmiento de Sotomayor y Enríquez de Luna, II conde de Salvatierra toma
posesión como virrey el 23 de noviembre. Entrega el mando en mayo de 1648.
-Gracián, Agudeza y arte de ingenio.
-Muere Galileo.
-Nace Newton.
-Calderón de la Barca compone El alcalde de Zalamea. -Alonso Fernández Osorio:
Breve relación de las solemníssimas exequias [...] en la translación y entierro del [...]
Arzobispo de México Feliciano de la Vega.
-Varón de deseos, de Juan de Palafox y Mendoza, se imprime en México.
-Arte y vocabulario de la lengua matlalzinga vuelto a la castellana de fray Diego
Basalenque.
-Arte mexicano de fray Diego de Galdo Guzmán.
1643 -El señor Juan de Mañozca y Zamora es arzobispo de México, hasta 1650. Es
sobrino de Pedro de Mañozca, primer secretario del Santo Oficio.
-Deja de ser valido el Conde Duque de Olivares; le sucede otro valido: Luis de Haro.
-Correspondencia de Felipe IV con sor María de Águeda.
-El general francés Condé vence a los tercios españoles; ocaso militar de España.
-Muere Claudio Monteverdi. -Juan de Ávalos, Relación de la prodigiosa imagen de
Nuestra Señora de Cosamaloapan en la costa norte del obispado de la Puebla de los
Ángeles.
-Alonso de la Rea, Crónica de la orden de Nuestro Seráfico Padre San Francisco;
provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán de la Nueva España.
-[Ca.] Ambrosio de Solís Aguirre, Tercetos a la Cruz de Mañozca.
1644 -Rebelión de los tarahumaras.
-Se establecen casas de comercio en Acapulco y Veracruz.
-Muere Vélez de Guevara.
-Descartes, Principios de filosofía.
-Las presiones de los moralistas y la muerte de la reina Isabel de Borbón provocan
unas severas Ordenanzas contra el teatro y el cierre de los corrales.
-Las fuerzas de Felipe IV reconquistan Lérida.
-Las tropas españolas son vencidas en Montijo, Portugal. -Diego de Reynoso, Arte y
Vocabulario de la Lengua Mame.
-[Ca.] Fray Diego Basalenque, Arte de la lengua tarasca.
-Juan de Palafox y Mendoza, Carta pastoral a las madres abadesas y religiosas de
monasterios sitos en la ciudad de los Ángeles con el tratado espiritual de El Pastor de
Nochebuena.
1645 -Nace en la ciudad de México Carlos de Sigüenza y Góngora.
-Fin del ministerio del duque de Olivares.
-[Ca.] La incredulidad de Santo Tomás, cuadro de Sebastián López de Arteaga.
-Muere Francisco de Quevedo.
-Andrés Pérez de Rivas, Historia de los triumphos de nuestra santa Fee entre gentes
las más bárbaras y fieras del Nuevo Orbe: conseguidos por los soldados de la milicia
de la Compañía de Jesús en las misiones de Nueva España. -Panegírico de la
paciencia de Luis de Sandoval Zapata.
-Crónica de San Pedro y San Pablo de Alonso de la Rea.
-[Ca.] Horacio Carochi: Arte de la Lengua Mexicana.
-Histórico compendio de las lágrimas que lloró la piedad de los sentimientos en la
muerte de Isabel de Borbón de Pedro Estrada y Escobedo.
-Alonso Díaz Priego: Oración panegírica que el Tribunal de la Inquisición hizo a Isabel
de Borbón.
-Martín de Espinoza y Monzón: Relación breve de las exequias que la Iglesia Catedral
de Valladolid hizo a la Reina Isabel de Borbón.
-Cristóbal Negrete de Vera: Túmulo, exequias y funeral a la memoria de la Reina
Isabel de Borbón.
-Antonio de Quintana y Guido: Epitafios originales en honor de la Reina Isabel de
Borbón.
-Pompa Funeral a las memorias de la Reina Isabel de Borbón.
1646 -Auto de fe de la Inquisición.
-Auto del 12 de octubre. El doctor Juan de Palafox y Mendoza manda que se notifique
a los consiliarios «que en manera alguna hiciesen elección de rector de la Universidad
en religioso ninguno de las órdenes regulares, en contravención de los estatutos que
lo prohíben». Éste no se obedece.
-Nace Juan de Correa, autor del Biombo de las artes liberales. Muere en 1716.
-Gracián, El discreto.
-Muere el heredero Baltasar Carlos.
-Nace Leibnitz. -Se imprime la Relación del Auto de fe de 1646, de Pedro de Estrada y
Escobedo.
1647 -Conflicto entre Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla, y la Compañía de
Jesús.
-Gracián, Oráculo manual y arte de la prudencia.
-Rebelión en Sicilia, capitaneada por José Alesio, contra los españoles.
-En Nápoles, rebelión de Massaniello contra la administración española.
-Juan de Solórzano Pereyra, Política indiana. -Pira sacra a Baltasar Carlos de Austria.
-Brevísima noticia de las exequias del Príncipe Baltasar Carlos de Austria.
-Anónimo, Real mausoleo y funeral pompa que erigió el señor conde de Salvatierra [...]
a las memorias del [...] Príncipe Baltasar Carlos.
1648 -Noviembre 12. Posible año de nacimiento de Juana de Asbaje en San Miguel
Nepantla, México [1651?]. Sus padres don Pedro Manuel de Asbaje, probablemente
natural de Canarias y doña Isabel Ramírez de Çantillaña, natural de Yacapistla, Nueva
España. -Auto de fe; mueren 28 personas.
-El pintor Sebastián López de Arteaga llega a México.
-El doctor Marcos de Torres y Rueda, obispo de Yucatán, es virrey interino desde el 13
de mayo hasta abril de 1649.
-Se abre al culto, en la catedral, la Capilla de Plateros con fiesta solemne que dura
ocho días.
-El dominico fray Diego de los Ríos, calificador del Santo Oficio, confesor del virrey es
nombrado rector de la Universidad.
-Rebeliones tarahumaras en Chihuahua (hasta 1690).
-Primera dedicación de la Catedral de México.
-Paz de Westfalia.
-Independencia de los Países Bajos.
-Felipe IV contrae matrimonio por poder con Mariana de Austria.
-Muere Tirso de Molina.
-Fallece Rojas Zorrilla.
-Malestar en Navarra y Aragón; prisión del duque de Hijar.
-Sumisión de Nápoles a los españoles.
-Thomas Gage, Nueva relación de las Indias occidentales. -Fray Agustín de la Madre
de Dios, Tesoro Escondido en el Santo Carmelo mexicano.
-Andrés de Morales: Ediscalia sacra en honor de Francisco de Lara y Antonia Suárez
de Mendoza.
-Miguel de Bárcena Valmaceda: Relación de la pompa festiva y colocación de una cruz
de piedra.
-Miguel Sánchez, sermón Imagen de la Virgen María Madre de Dios Guadalupe.
-Miguel Sánchez, Imagen de la Virgen María madre de Dios de Guadalupe, celebrada
en su historia con la profecía del capítulo doce del Apocalipsis.
1649 -Auto de fe del Santo Oficio: trece quemados vivos, entre ellos, Tomás Treviño
de Sobremonte, judaizante.
-Muere el virrey Marcos de Torres.
-Llega a México Horacio Carochi, lingüista italiano.
-Fray Diego de los Ríos es reelecto rector de la Universidad.
-Interinato virreinal de la Real Audiencia de México el 22 de abril hasta el 28 de junio
de 1650.
-El obispo Juan de Palafox y Mendoza dedica la catedral de Puebla y poco después
sale de la Nueva España.
-[Ca.] Nace el pintor novohispano Cristóbal de Villalpando (muere en 1714). -
Desagravios de Christo en el triunfo de su cruz contra el judaísmo (poema heroico-
sacro) de Francisco Corchero Carreño.
-Matías de Bocanegra compone Auto público y general de la fe, celebrado en la muy
noble y muy leal Ciudad de México.
-Dedicación de la Catedral de Puebla.
-Luis Laso de la Vega, Huei Tlamahuizoltica omonexiti ilhuicac tlatoca ihwapilli Sancta
María.
-Hernando Becerra, Tratado del Azogue.
-Martín del Castillo, Sermón a la dedicación del Templo de las Mercedes en la ciudad
de los Ángeles.
1650 -Levantamiento de indios chichimecas.
-Muere el arzobispo de México, Juan de Mañozca.
-Dedicación de la Iglesia de San Lorenzo, perteneciente a las religiosas jerónimas.
-Nace el músico y poeta Antonio de Salazar.
-Antonio Vieyra predica su Sermón del mandato.
-Incursionan los españoles en Texas.
-Luis Enríquez de Guzmán, IX conde de Alba de Liste toma posesión como virrey el 28
de junio. Entrega el mando en agosto de 1563.
-Sede vacante del arzobispado, hasta 1653.
-Muere Descartes.
-Felipe IV apoya a los frondistas franceses; sigue la lucha entre Francia y España. -
Portada alegórica que la Iglesia Metropolitana dedicó al Conde de Alva de Aliste.
-Alonso Alavés Pinelo, Astro mitológico, político que consagró la ciudad de México al
Conde Alva de Aliste.
-[Ca.] Historia natural de la Nueva España de Francisco Hernández.
1651 -A los tres años pidió que le diesen lección [1654?]. A los cinco años ya sabía
leer, escribir y contar. [Calleja y Respuesta a Sor Filotea]. -Pacificación de los indios
papigoches.
-Fundación de la Real y Pontificia Universidad de México.
-Se prohíbe a los jesuitas no hispánicos entrar a las Indias.
-Guerra anglo-española.
-Gracián, El criticón.
-Leviathán de Hobbes.
-Condé, jefe rebelde frondista, se une a los españoles.
-Sublevación en Cataluña: don Juan José de Austria asedia Barcelona. -Libro de la
vida del próximo evangélico exemplificado en la vida del Venerable Bernardino
Álvarez, español, patriarca de la orden de la caridad [...] y en las vidas de algunos
hermanos que fueron compañeros del venerable.
1652 -Insurrección indígena en Yucatán.
-El capitán Juan de Chavarría Valera recibe el hábito de la Orden de Santiago.
-El mercedario fray Juan de Airolo Flores y maestro de la facultad de Artes es electo
rector de la Universidad.
-Felipe IV reconoce los derechos históricos de los catalanes.
-Proyecto de alianza de Cromwell con España.
-Rendición de Barcelona a don Juan José de Austria: la Generalidad reconoce por rey
a Felipe IV.
-Rendición de Barcelona, fin de la guerra de Cataluña.
-Fin de la guerra con Francia. -Diego Rodríguez, Discurso Etheorológico.
-Gabriel López de Bonilla, Discurso y Relación Cometográphica.
-Ambrosio de Solís Aguirre, Altar de Nuestra Señora la Antigua.
-Marte católico, auto triunfal erigido en honor del duque de Alburquerque.
-Arte breve y vocabulario de la lengua tzoque conforme se habla en el pueblo de
Tepatlan [...] de fray Luis González.
-[Ca.] Antonio Tello, Crónica miscelánea de la Santa Provincia de Xalisco.
1653 -Fuerte temblor en la ciudad de México.
-Aparición de un cometa.
-Muere el arzobispo Marcelo López de Azcona.
-Aparece un cometa en la ciudad de México.
-Francisco Fernández de la Cueva Enríquez, X duque de Alburquerque toma posesión
como virrey el 15 de agosto. Entrega el mando en septiembre de 1660.
-La Universidad organiza gran festividad en honor de la Inmaculada Concepción.
-El señor Marcelo López de Azcona es arzobispo de México. Muere el mismo año.
-Gracián, El criticón (2ª parte).
-Felipe IV confirma los privilegios catalanes: don Juan José de Austria, virrey de
Cataluña, rechaza a los franceses en Gerona y Figueras. -Juan Ruiz, Discurso hecho
sobre la significación de dos impresiones metereológicas.
-Esfera de Apolo en honor del Arzobispo Marcelo López de Azcona.
-Elogio panegíricodedicado al virrey Francisco Fernández de la Cueva.
-Arco triunfal por la llegada del Duque de Alburquerque: Marte católico, astro político,
planeta de héroes.
-Anónimo. Relación prodigiosa de la vida y hechos de Catalina de Erauzo (la monja
alférez).
-Anónimo. Discurso hecho sobre la significación de dos impresiones metereológicas.
1654 -A los tres años aprende a leer con la llamada Amiga, maestra de niñas. - Se
deroga la prohibición a jesuitas no españoles para entrar a colonias hispánicas.
-Inauguración del Templo de Nuestra Señora de las Mercedes en México.
-Fallece el pintor Alonso López de Herrera.
-Proceso al bibliófilo Melchor Pérez de Soto por astrólogo.
-El doctor Juan de Poblete es electo rector de la Universidad.
-Publicación de la primera parte de las comedias de Agustín Moreto. -Nace el padre
Pedro de Avendaño.
-Entre este año y 1688 escribe el padre Juan de Guevara
-Canción lírica a la Inmaculada Concepción, Capitán don Luis de Verrio.
-Juan d Guevara, Certamen poético que celebró la docta y lucida Escuela de los
Estudiantes de la Real Universidad de México a la Inmaculada Concepción.
-Diego González de Contreras, Romance de «vaya» al diablo.
-Agustín de Salazar y Torres, Romance del escudo de María.
1655 -Muere fray Francisco Naranjo, catedrático escolástico.
-Construcción del Templo de la Inmaculada Concepción en la ciudad de México.
-El doctor Mateo Sagade Bugueiro es arzobispo de México, hasta 1663.
-El dominico fray Luis de Cifuentes, catedrático de Prima de Cánones es electo rector
de la Universidad.
-Prosigue la guerra hispano-francesa: don Juan José de Austria ocupa Berga y
Campodón. -Teatro eclesiástico de la primitiva Iglesia de las Indias Occidentales.
1656 -Nace Diego Ruiz Lozano, medio hermano de Sor Juana.
-A los ocho años escribió una loa para la fiesta del Santísimo Sacramento en
Amecameca [Calleja y Respuesta a Sor Filotea] a los ocho años. Pedía a sus padres
que la dejasen vestir de hombre y estudiar. Autodidacta. -Consagración de la Catedral
de México.
-Se inicia la construcción de la Catedral de Campeche.
-Fallece el pintor novohispano Sebastián López de Arteaga.
-El archiduque Leopoldo renuncia al gobierno de los Países Bajos que pasa a ocupar
don Juan José de Austria. -Luis de Cifuentes, Oración en la dedicación del templo
consagrado a la Purísima Concepción.
-Juan de la Torre y Castro, Sacra dedicación del Templo de la Concepción Purísima.
1657 -[Ca.] Las Meninas de Velázquez.
-Buorromini empieza a construir la columnata de San Pedro (termina en 1665).
-Se formaliza la alianza anglo-francesa contra España.
-Blake destruye en Tenerife una flota española procedente de América.
1658 -Terrible sequía en México.
-Epidemia de viruela.
-El padre maestro y agustino fray Antonio de Barrientos es electo rector de la
Universidad.
-Muere Gracián.
-César Oudin, Refranes o proverbios castellanos traduzidos en lengua francesa. -Fray
Marcos Chacón, Canción Real del V. P. Fray Francisco Solano.
1659 -Nace su media hermana Antonia Ruiz Lozano.
-Sor Juana estudia latín con el bachiller Martín de Olivas, lengua que aprendió en
veinte lecciones [Calleja].
-Nace su media hermana Inés Ruiz Lozano. - Auto general de fe. Se quema a don
Guillén de Lampart, por pretender independizar a la Nueva España de la Península.
-Construcción de la Iglesia de San José de Gracia.
-Muere en Osma Juan de Palafox y Mendoza.
-El Tratado de los Pirineos confirma el hundimiento de imperio español. Paz entre
Francia y España; se fijan las fronteras entre ambos países.
-Se concreta el matrimonio entre Luis XIV y María Teresa, hija de Felipe IV. - Pedro
Gutiérrez de Arjona, Genealógico Atlante consagrado al nacimiento de Felipe
Próspero, hijo de Felipe IV.
-Se representó El gentil hombre de Dios, de Luis de Sandoval Zapata.
1660 -Los padres de Sor Juana la llevan a vivir con su abuelo en la Ciudad de México
[Calleja]. -Atentado en la Catedral de México contra el virrey duque de Alburquerque.
-Se inicia la construcción de la Catedral de Valladolid, Morelia.
-Muere Baltasar de Echave, pintor criollo.
-Fallece el pintor Velázquez.
-Juan Francisco de Leyva, II marqués de Leyva toma posesión como virrey el 16 de
septiembre. Entrega el mando en junio de 1664.
-El doctor Juan de Ortega y Montañés es nombrado fiscal del Santo Oficio. Llegó a ser
Inquisidor Mayor.
-Año de la primera información conocida del jesuita Antonio Núñez de Miranda como
censor del Santo Oficio. Es calificador hasta su muerte en 1695.
-Muere Velázquez.
-Los españoles fortifican Bruselas. -Nace Gabriel de Mendieta Revollo.
-Pedro Fernández Osorio: Júpiter benévolo que la Iglesia Metropolitana dedica a los
Virreyes de la Cerda.
-Noticia de la mitralogía política y empresas del arco triunfal que la ciudad de México
erigió en honor de los virreyes de la Cerda.
-Mateo Cruz, Relación de la milagrosa aparición de Nuestra Señora de Guadalupe de
México.
1661 -El mercedario padre maestro fray Juan de Herrera es electo rector de la
Universidad.
-Luis XIV asume el poder en pleno. Se comienza la construcción del palacio de
Versares.
-Guerra hispano-portuguesa: campañas de don Juan José de Austria.
-Se inicia la publicación de la Gaceta de Madrid. -Descripción breve de la plausible
pompa [...] que hizo el religioso convento de San José de Gracia [...] en la suntuosa
dedicación de su nuevo templo de Diego de Ribera.
1662 -Intento de los ingleses de establecerse en Yucatán.
-Muere Pascal.
-Segunda campaña de don Juan José de Austria en Portugal.
-Los ingleses destruyen Santiago de Cuba.
-Juan de Espinosa de Medrano «El Lunarejo», Apologético a favor de don Luis de
Góngora. -Entre este año y 1696 escribe Alonso Ramírez de Vargas.
1663 -Entra a la corte del virrey Mancera. Fue muy querida de la virreina. -El doctor
Diego Osorio de Escobar y Llamas es arzobispo de México, hasta 1664.
-Nueva campaña española contra Portugal; toma de Évora y Alcázar de la Sal.
-Contraofensiva portuguesa: derrota y retirada de don Juan José de Austria; se refugia
en Badajoz. -Ambrosio de Solís, Memorias del siervo de Dios Gregorio López.
1664 -El licenciado Diego de Escobar y Llamas, obispo de Puebla, es virrey interino
del 29 de junio al 15 de octubre.
-Antonio Sebastián de Toledo Molina y Salazar, I marqués de Mancera toma posesión
como virrey el 15 de octubre. Entrega el mando en noviembre de 1673.
-El doctor Alonso de Cuevas Dávalos es arzobispo de México, hasta 1665.
-Muere Zurbarán.
-Tartufo de Molière.
-Calderón de la Barca publica la tercera parte de sus comedias. -Pedro Salguero, Vida
del venerable padre y ejemplarísimo varón fray Diego de Basalenque.
-Alonso Bonifacio, Carta del padre... rector del colegio de San Pedro y San Pablo de la
Compañía de Jesús de la ciudad de México... acerca de la muerte, virtudes y
ministerios del padre Pedro Ihoan Castini.
1665 -Muere Felipe IV. Le sucede Carlos II. Regencia de Mariana de Austria y del
jesuita Nithard hasta 1675.
-El rey francés reclama los derechos de herencia de su esposa María Teresa sobre los
territorios de los Países Bajos españoles.
-Muere la monja María de Jesús de Ágreda, autora de la Mística ciudad de Dios. -
Esteban García, Crónica de la Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús
de México. Libro Quinto.
-Anónimo, Empresa métrica o certamen de la inmaculada en la nueva dedicación de
Jesús Nazareno.
1666 -Soneto fúnebre a Felipe IV. -Fray Marcos Ramírez de Prado es arzobispo de
México, hasta 1667.
-Newton, descomposición de la luz. -Isidro Sariñana, Llanto del Occidente en el ocaso
del más claro Sol de las Españas en las exequias del Rey Felipe IV. Del mismo autor,
Décimas al desengaño de la vida.
-Bernabé de Herrera, Solemnísimas exequias de la Iglesia Catedral de Valladolid en
memoria del Rey Felipe IV.
-Luis Becerra Tanco, Origen milagroso del santuario de Nuestra Señora de
Guadalupe, extramuros de la ciudad de México.
1667 -Fuertes temblores en la Ciudad de México.
-Dedicación de la Catedral de México.
-Virgen de Guadalupe, lienzo de Juan Correa.
-Guerra «de devolución»: las tropas de Luis XIV invaden los Países Bajos españoles.
-Tratado secreto entre Luis XIV y Carlos III de Inglaterra.
-Se representa una loa de Antonio Medina Solís en honor de la Virgen de Guadalupe. -
Diego de Ribera, Poética descripción de la dedicación de la Catedral de México en
diciembre de 1667.
-Francisco Uribe y Antonio Núñez: Honorario túmulo: Pompa exequias y imperial
mausoleo en honor del Rey Felipe IV.
-Sáenz Ovecuri, fray Diego, Thomasiada al sol de la Iglesia y su doctor Santo Thomás
de Aquino.
1668 -Antonio Núñez de Miranda la convence de entrar al convento. Don Pedro
Velázquez de la Cadena le paga la dote [Calleja].
-Tenía no más de 17 años cuando la examinaron cuarenta «tertulios» especialistas en
diversas disciplinas. Salió airosa de la prueba [Calleja].
-El 14 de agosto ingresa como novicia al Convento de las Carmelitas Descalzas de
San José de México. Sale de esa orden el 18 de noviembre del mismo año, por
encontrar demasiado rígida la disciplina y por motivos de salud [Oviedo]. -Fray Payo
Enríquez de Rivera es arzobispo de México, hasta 1680.
-El jesuita Antonio Núñez de Miranda es confesor de los virreyes.
-Fábulas de La Fontaine.
-Choques políticos de don Juan José de Austria con la reina Mariana y el padre
Nithard. Don Juan José de Austria se retira a Barcelona; allí es aclamado.
-Tratado hispano-portugués, España reconoce la independencia de Portugal.
-Muere Francisco Corchero Carreño. -Isidro Sariñana, La catedral de México en 1668.
Noticia breve de la solemne dedicación del Templo Metropolitano de México.
-Familiar prosopopeia. Epístola estimativa de Antonio Núñez de Miranda. Obra,
publicada anónimamente y denunciada ante el Santo Oficio. Se prohíbe su circulación
el mismo año, sin reprimenda a su autor.
-Primavera Indiana [...] idea de María Santísima de Guadalupe, de Carlos de Sigüenza
y Góngora.
1669 -El 24 de febrero entra al Convento de la Orden de San Jerónimo, también
llamado de Santa Paula. Profesa definitivamente y permanece allí hasta el día de su
muerte.
-Su madre le da una esclava, a Juana de San José [Libro de profesiones del Convento
de San Jerónimo].
-Se inicia su relación con el jesuita Antonio Núñez de Miranda como su confesor.
-Hace un testamento en el que renuncia a todos sus bienes.
-Profesa como religiosa con el nombre de Sor Juana Inés de la Cruz. -Don Juan José
de Austria rompe abiertamente con el gobierno español. Marcha hacia Madrid y obliga
al padre Nithard a parir para el destierro. Le sustituye Valenzuela en la privanza de la
reina. -José López de Avilés escribe entre 1669 y 1684.
1670 -[Ca.] Las Artes Liberales y los Cuatro Elementos, pintura de Juan Correa.
-Fundación del Teatro de Comedias en la ciudad de México.
-Tratado de Madrid: el gobierno español cede definitivamente la isla de Jamaica a los
ingleses. -Palestra historial de virtudes y ejemplares apostólicos [...] de la Sagrada
Orden de Predicadores, de Francisco de Burgoa.
1671 -Romance al arzobispo fray Payo Enríquez de Ribera. -Diego de Ribera, Poética
descripción, compendio breve, de la pompa en la dedicación del templo de Nuestra
Señora de Balvanera.
-Menologio de los varones más señalados en la perfección religiosa de la Compañía
de Jesús de Francisco de Florencia.
1672 -Carlos de Sigüenza y Góngora ingresa como profesor de Astrología y
Matemáticas en la Universidad de México. -Sermón último en las fiestas de la
canonización de San Francisco de Borja, de Antonio Núñez de Miranda.
-Tesoro de medicinas de Gregorio López.
-Anónimo, Festivo aparato [certamen de San Francisco de Borja].
1673 -Sonetos fúnebres al duque de Veragua.
-Soneto acróstico a Martín de Olivas. -Muerte del duque de Veragua.
-Pedro Nuño Colón de Portugal y Castro, VI duque de Veragua toma posesión como
virrey el 20 de noviembre. Entrega el mando en diciembre del mismo año.
-Fray Payo Enríquez de Rivera es virrey interino desde el 13 de diciembre hasta
noviembre de 1680.
-Muere Molière. -Diego Basalenque: Historia de la Provincia de San Nicolás de
Tolentino de Michoacán.
-Miguel de Perea Quintanilla y Diego de Ribera, Histórica imagen de proezas del
original Perseo en honor del virrey Pedro Colón de Portugal.
-Arte de la Lengua Mexicana, de fray Agustín de Vetancurt.
-Diego de Ribera, Breve relación de la plausible pompa [...] con que se celebró la
Dedicación de tempo del ínclito Mártir San Felipe de Jesús.
1674 -Sonetos fúnebres en honor del fallecimiento de la marquesa de Mancera. -
Inundación de la ciudad de México.
-Muerte de la marquesa de Mancera en Tepeaca.
-Motines contra los españoles en Messina, Sicilia. -Francisco de Burgoa, Geográfica
descripción de la parte septentrional del Polo Ártico de la América.
1675 -Mayoría de edad de Carlos II («El hechizado») de España: su reinado hasta
1700.
-Sigue la oposición expectante de don Juan José de Austria.
-Miguel de Molinos escribe su Guía espiritual. -Felicidad de México en el principio y
milagroso origen que tuvo el santuario de la Virgen María, nuestra Señora de
Guadalupe de Luis Becerra Tanco.
1676 -Se publican en México los Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia
Metropolitana de México en los maitines de la Purísima Concepción de Nuestra
Señora. -Carlos de Sigüenza y Góngora es inspector jefe de artillería y cosmógrafo del
virreinato. -Vida y virtudes heroicas de la madre María de Jesús, de Francisco Pardo.
1677 -Se publican en México los Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia
Catedral de México a los maytines del Gloriosísimo Príncipe de la Iglesia, el Señor San
Pedro. -Nueva marcha de don Juan José de Austria hacia Madrid, para imponer su
voluntad a Carlos II de España; destierro de la reina Mariana de Austria y de su
favorito Valenzuela.
-Martín de Velasco, Arte de sermones para saber hacerlos y predicarlos. -Auto en que
el Ilustrísimo y Excelentísimo Señor fray Payo Enríquez de Ribera, Arzobispo de
México [...] declara por milagro la reintegración de los Panecitos de la gloriosa Virgen
Santa Teresa de Jesús.
-Ignacio de Santacruz Aldana, Relación de las Reales Fiestas por los Felices Años de
Carlos II.
1678 -Edición española de los Sermones de Vieyra dedicados a Aguiar y Seijas.
-Don Juan José de Austria, primer ministro y dueño efectivo del gobierno español. -
Sermón [...] a la declaración del Milagro de los Panecitos de Santa Teresa de Jesús,
de Isidro Sariñana y Cuenca.
-Antonio Núñez de Miranda, Sermón de Santa Teresa de Jesús en la fiesta que [...]
celebró por auténtica declaración del milagro de la prodigiosa reintegración de sus
panecitos.
1679 -Se publican en México los Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia
Metropolitana de México en honor de María Santísima en su Asunción triunfante. -
Matrimonio de Carlos II de España con María Luisa de Orleans; influencia de Luis XIV
en la corte española.
-Muere don Juan José de Austria. -Del mismo autor, Plática doctrinal [...] en la
profesión de una señora religiosa del convento de San Lorenzo.
1680 -Escribe el Neptuno Alegórico en honor del virrey don Tomás de la Cerda,
Marqués de La Laguna.
-Año probable de la composición de Hombres necios que acusáis...
-Se publica en México el Neptuno alegórico, océano de colores, simulacro político que
erigió la muy esclarecida, sacra y augusta Iglesia Metropolitana de México, en las
lucidas alegóricas ideas de un arco triunfal que consagró obsequiosa y dedicó amante
a la feliz entrada de [...] el Conde de Paredes, Marqués de la Laguna. -Aparición de un
cometa que suscita polémicas entre Carlos de Sigüenza y Góngora y Eusebio Kino.
-[Ca.] Expulsión del Paraíso, lienzo de Juan Correa.
-Tomás Antonio de la Cerda Enríquez y Afán de Rivera, III marqués de la Laguna toma
posesión como virrey el 7 de noviembre. Entrega el mando en noviembre de 1686.
-Se estrena la capilla de Nuestra Señora de Loreto en la iglesia de San Gregorio.
-Ataques piratas en la costa del Golfo (hasta 1689).
-Rebelión de los indios de Nuevo México (hasta 1693).
-Muere Bernini.
-Se funda la Comedia Francesa.
-Malebranche, Tratado de la naturaleza y de la gracia.
-Se representa un auto en honor de la Inmaculada Concepción. -Carlos de Sigüenza y
Góngora:
• Glorias de Querétaro en la nueva congregación eclesiástica de Marta Santísima de
Guadalupe,
• Teatro de virtudes políticas, que constituyen a un Príncipe advertidas en los
Monarcas antiguos del Mexicano Imperio,
• Noticia cronológica de los reyes, emperadores, gobernadores, presidentes y virreyes,
que desde su primera fundación, hasta el tiempo presente han gobernado esta
nobilísima imperial ciudad de México.
-Antonio Ramírez Santibáñez, Piérica narración de la plausible pompa con que entró
[...] el Señor Conde de Paredes, Marqués de la Laguna.
-Octava Maravilla y sin segundo milagro de México, perpetuado en las rosas de
Guadalupe de Francisco de Castro.
-Nazareno en la Santa Veracruz.
-Antonio Fernández Lechuga: Memorioso recuerdo a la venida del virrey Manuel de la
Cerda.
-Cartilla de la doctrina religiosa [...] de Antonio Núñez de Miranda.
1681 -Sale de México hacia España fray Payo Enríquez de Ribera.
-Indios de Nuevo México matan a misioneros.
-Muere Calderón de la Barca el 25 de mayo.
-Tratado hispano-portugués de límites referente a los territorios americanos. -
Manifiesto filosófico contra los cometas desposados del imperio que tenían sobre los
tímidos de Carlos de Sigüenza y Góngora.
-Eusebio Kino: Exposición astronómica del Cometa del año de 1680 para los meses de
noviembre y diciembre y este año de 1681 para los meses de enero y febrero.
-Discurso cometológico de Joseph de Escobar.
-Felipe de Santoyo García Galán y Contreras: Panegírica dedicación del templo
dedicado a Santa Isabel.
-Géminis alegórico de la casa del cielo de Baltasar de Medina.
-Práctica de la teología mística, de Miguel de Godínez.
-Cythara de Apolo de Agustín de Salazar y Torres.
1682 -Probable composición de la Autodefensa espiritual, también conocida como la
Carta de Monterrey.
-Rompe con su confesor, Antonio Núñez de Miranda.
-Sor Juana se confiesa con el hijo espiritual de Núñez de Miranda, Pedro de Arellano y
Sosa. -Fuerte temblor en la ciudad de México.
-Certamen poético en honor de la Inmaculada Concepción.
-El capitán Juan de Chavarría Valera costea la renovación de la iglesia de San
Gregorio que se comienza en 2 de julio, se dedica en junio de 1685 y se concluyen la
torre y fachadas en 1691.
-El doctor Francisco de Aguiar y Seijas es arzobispo de México, hasta 1698.
-El capitán Juan de Chavarría Valera muere en México el 29 de noviembre de 1682,
viudo de doña Luisa de Vivero y Velasco, de la familia de los condes del Valle de
Orizaba. Se le sepulta en San Lorenzo.
-Muere el pintor Murillo. -Baltasar de Medina, Crónica de la santa provincia de San
Diego de México.
-Francisco de Florencia, Sermón en la dedicación del templo de Tepotzotlán.
-Juan Pérez de Montalbán, El valor perseguido y traición vengada.
-Pedro Vecerra, Del sacristán.
-Entre este año y 1699 escribe Antonio Delgado y Buenrostro.
-Entre este año y 1691 escribe Gabriel de Santillana.
-Entre este año y 1718 escribe el padre Pedro Muñoz de Castro.
1683 -Se representa, con la asistencia de los virreyes condes de Paredes, su comedia
Los empeños de una casa.
-Se publican en México, por segunda vez, los Villancicos que se cantaron en la Santa
Iglesia Catedral de México a los maytines del Gloriosísimo Príncipe de la Iglesia, el
Señor San Pedro. -Nace Juan de Villa y Sánchez.
-Los jesuitas envían misioneros al noroeste de Nueva España, entre los cuales
destaca el padre Eusebio Kino.
-Erección de un arco triunfal en honor del arzobispo Aguiar y Seixas.
-Saqueo al puerto de Veracruz por los piratas Agramont y Lorencillo.
-Nace en Versalles el príncipe Felipe, duque de Anjou, futuro monarca español.
España devuelve la Colonia de Sacramento, en el Río de la Plata a los portugueses. -
Carlos de Sigüenza y Góngora, Triunfo Parténico. Relación de los certámenes
poéticos celebrados entre 1682 y 1683, organizados por la Universidad. En honor de la
Inmaculada Concepción de la Virgen.
-Constituciones y ordenanzas para el gobierno de la familia y la casa, de Manuel
Fernández de Santa Cruz.
-Anónimo. Explicación del arco que la Santa Iglesia Metropolitana de México erigió [...]
a fray Payo Enríquez de Rivera, arzobispo de dicha Santa Iglesia.
-Padre Tomás de Guadalajara: Compendio del arte de la lengua de los tarahumara.
-Baltasar de Medina, Vida, martirio y beatificación del invicto protomártir del Japón San
Felipe de las Casas o de Jesús.
-Pedro Salgado Somoza, Breve noticia de la devotísima imagen de Nuestra Señora de
la Defensa.
1684 -Se inicia la construcción del templo de San Francisco en la ciudad de México.
-Se representa en El Coliseo de Comedias el Pregonero de Dios y patriarca de los
pobres de Francisco de Acevedo.
-Antonio de Solís y Rivadeneira, Historia de la Conquista, Población y Progressos de
la América Septentrional, conocida por el nombre de Nueva España. -Paraíso
Occidental de Carlos de Sigüenza y Góngora.
-El pregonero de Dios y patriarca de los pobres de Francisco de Acevedo.
-Anónimo. Transformación theopolítica, idea mitológica de príncipe pastor. [En honor
del arzobispo Francisco de Aguiar y Seijas].
-Antonio Núñez, Oración funeral de honras [...] a don Juan de Chavarría Valera.
-Debido recuerdo de agradecimiento a [...] fray Payo Enríquez de Ribera de José
López de Avilés.
-Arte y vocabulario de la lengua maya de fray Gabriel de San Buenaventura.
1685 -Se publican en México, por segunda vez, Villancicos que se cantaron en la
Santa Iglesia Metropolitana de México en honor de María Santísima en su Asunción
triunfante. -Nace Lucas Fernández del Rincón, S. J.
-La Iglesia militante y la Iglesia triunfante, cuadro de Cristóbal de Villalpando. -La
milagrosa invención de un tesoro escondido [...] patente ya en el Santuario de los
Remedios de Francisco de Florencia.
-Lorenzo de Mendoza, Origen de la milagrosa imagen y santuario de Nuestra Señora
de los Remedios de México.
-Juan de Robles, Oración fúnebre, elogio sepulcral en el aniversario de la muy ilustre
señora y venerable madre Antonia de San Jacinto del [...] Convento de Santa Clara de
Jesús en la ciudad de Querétaro.
1686 -Se construye una nueva Capilla de Nuestra Señora de Loreto. Se estrena el 12
de mayo.
-El triunfo de la Iglesia ode la Eucaristía, lienzo de Cristóbal de Villalpando.
-Melchor Portocarrero y Lasso de la Vega, III conde de la Monclova toma posesión
como virrey el 16 de noviembre. Entrega el mando en noviembre de 1688.
1687 -Combates entre la armada española y corsarios ingleses. -Villancicos a la
Asunción en Puebla, Ambrosio Francisco De Montoya y Cárdenas.
-Explicación literal y sumaria al decreto de los señores cardenales, de Antonio Núñez
de Miranda. Esta obra es denunciada ante el Santo Oficio en 1695; no se prohíbe su
circulación.
1688 -Muere Isabel Ramírez de Santillana, madre de Sor Juana.
-Escribe la comedia mitológica de enredo Amor es más laberinto. -Los condes de
Paredes, marqueses de La Laguna salen de la Nueva España.
-Antonio de Salazar, músico, es nombrado maestro de capilla de la Catedral de
México.
-Muere Catalina de San Juan «La China Poblana».
-Gaspar de la Cerda Sandoval Silva y Mendoza, VIII conde de Galve toma posesión
como virrey el 20 de noviembre. Entrega el mando en febrero de 1696. Se recita una
loa de Alonso Ramírez de Vargas a la llegada del Virrey Conde de Galve. -La estrella
del norte de México aparecida al rayar el día de la Luz Evangélica en este Nuevo
Mundo en la cumbre de el cerro del Tepeyac, de Francisco de Florencia.
-Alonso Ramírez de Vargas, Simulacro histórico político, idea simbólica del héroe
Cadmo que en la suntuosa fábrica de un arco triunfal, dedica al Conde de Galve.
-Sermón en que fe da noticia de la vida admirable, virtudes heroicas y preciosa muerte
de la venerable señora Catarina de San Juan, de Francisco de Aguilera.
-Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán.
-Alonso Alberto de Velasco, Renovación por sí misma de la soberana imagen de Cristo
Señor Nuestro crucificado que llaman de Itzmiquilpan.
1689 -Amor es más laberinto para celebrar el cumpleaños del virrey conde de Galve.
-Inundación Castálida de la Única Poetisa, Musa Décima de México, Sor Juana Inés
de la Cruz es publicada en Madrid, bajo el auspicio de la condesa de Paredes.
-Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Catedral de la Puebla de los Ángeles
en los maytines solemnes de la Purísima Concepción de nuestra Señora. -En el puerto
de Campeche se inicia la construcción de las murallas que fungirán como protección
en contra de piratas franceses, ingleses y holandeses, principalmente.
-Juan Correa pinta La Asunción de la Virgen.
-El Diluvio Universal, cuadro de Cristóbal de Villalpando.
-Asunción y coronación de La Virgen, óleo de Juan Correa.
-Carlos II de España contrae matrimonio con Mariana de Neoburgo. -Villancicos de la
Asunción en México, Francisco de Azevedo.
-Villancicos de Navidad en Puebla, Pedro de Soto Espinosa.
-Piedad heroica de don Hernando Cortés de Carlos de Sigüenza y Góngora.
-Francisco de Florencia, La casa peregrina en que nación la Reina de los Ángeles.
-Del mismo autor, Descripción histórica y moral del yermo de San Miguel de las
Cuevas en el Reino de la Nueva España.
-Alonso, Ramos, De los prodigios de la omnipotencia y Milagros de la gracia en la vida
de la venerable sierva de Dios Catarina de San Juan.
-Arte de la lengua mexicana de Antonio Vázquez Gastelu.
-Fray Joseph Gómez, Vida de la venerable madre de San Jacinto [...] hija del Real y
religiosísimo convento de Santa Clara de Jesús de la ciudad de Santiago de
Querétaro.
1690 -Manuel Fernández de Santa Cruz, obispo de Puebla, publica la Carta
atenagórica de la madre Juana Inés de la Cruz, religiosa profesa de velo y coro en el
muy religioso Convento de San Gerónimo de la ciudad de México, cabeza de Nueva
España.
-Se publica en México el auto sacramental: El Divino Narciso.
-Se publican en México, por tercera vez, Villancicos que se cantaron en la Santa
Iglesia Metropolitana de México en honor de María Santísima en su Asunción
triunfante.
-Se publica por primera vez, en Madrid, Poemas de la única poetisa americana, musa
décima, sor Juana Inés de la Cruz. [Primer tomo de sus obras].
-Se publican en México, por tercera vez, los Villancicos con que se solemnizaron en la
Santa Iglesia Catedral de la Ciudad de la Puebla de los Ángeles, los maytines del
Gloriosísimo Patriarca señor San José.
-Manuel Fernández de Santa Cruz («Sor Filotea de la Cruz») envía su Carta a Sor
Juana.
-Carta. -Rebelión de indios en Nuevo México; matan a los colonos españoles.
-Inauguración de la Capilla del Rosario en Puebla.
-Empieza la reconquista de Nuevo México.
-Se fundan misiones en el este de Tejas, cerca del río Neches (se abandonan tres
años después). -Villancicos de Nuestra Señora de Guadalupe en México, Felipe de
Santoyo García.
-Libra Astronómica y Filosófica [...] contra los cometas, de Carlos de Sigüenza y
Góngora [respuesta a la teoría del padre Eusebio Kino, de 1680].
-Infortunios que Alonso Ramírez, natural de la ciudad de San Juan Puerto Rico
padeció, de Carlos de Sigüenza y Góngora.
-Segunda parte de los prodigios [...] en la vida de la Sierva de Dios Catalina de San
Juan, de Alonso Ramos.
-Comulgador penitente de la Purísima. Explicación doctrinal, ascética [...] de la
confesión y comunión, de Antonio Núñez de Miranda.
-Anónimo, Vocabulario de la lengua maya [...] («Diccionario de Ticul»).
1691 -Tres meses después de la publicación de la Carta Atenagórica compone y se
publica la Respuesta a Sor Filotea.
-Villancicos con que se solemnizaron en la Santa Iglesia y primera catedral de la
ciudad de Antequera, valle de Oaxaca, los maytines de la Gloriosa Mártir Santa
Catarina.
-Se publica por segunda vez, en Barcelona, Poemas de la única poetisa americana,
musa décima, sor Juana Inés de la Cruz. [Primer tomo de sus obras]. -Eclipse total de
sol, presagio funesto.
-Calamidades naturales azotan a la Nueva España: lluvias y plagas causando graves
pérdidas en la agricultura.
-Entrada de Jesús a Jerusalén y La apoteosis de San Miguel, pinturas de Juan
Correa.
-La Armada de Barlovento derrota a los franceses. -Sermón panegírico [...] en la
celebridad de la dedicación del Templo Nuevo de San Bernardo, de Antonio Núñez de
Miranda.
-La fineza mayor. Sermón panegírico [...] predicado a los gloriosos natalicios de [...] la
matrona romana Paula [...] Dedicado [entre otros] a la Madre Juana Inés de la Cruz, de
Francisco Xavier Palavicino.
-Sagrado padrón, panegíricos sermones [...] al suntuoso magnífico templo [...] del
Convento de Religiosas del glorioso Abad San Bernardo, de Alonso Ramírez de
Vargas.
-Trofeo de la Justicia Española en el castigo de la alevosía francesa de Carlos de
Sigüenza y Góngora.
1692 -En Puebla se publican los Villancicos a Santa Catarina de Alejandría cantados
en la Catedral de Oaxaca.
-Se publica, por tercera vez, en Zaragoza Poemas de la única poetisa americana,
musa décima, sor Juana Inés de la Cruz. [Primer tomo de sus obras].
-El segundo tomo de sus Obras se publica en Sevilla por primera vez. Se reedita en
Barcelona. Contiene El Sueño, publicado por vez primera; El cetro de José, El mártir
del sacramento, San Hermenegildo y El Divino Narciso; Los empeños de una casa,
Amor es más laberinto, Carta Atenagórica. Se publica también el soneto acróstico que
Sor Juana dedica a su maestro el bachiller Martín de Olivas. -8 de junio. Motín popular
y saqueos en la Ciudad de México, después de la pérdida de las cosechas de granos,
situación que provocó gran carestía de alimentos y hambre.
-Incendio de edificios, comercios, del Palacio Virreinal. Sigüenza salva los archivos del
Ayuntamiento.
-23 de agosto, eclipse total de sol; se interpreta como mal presagio.
-Se representa una mascarada para celebrar el matrimonio del rey Carlos.
-Certamen poético en la dedicación del templo de San Agustín. -Del mismo autor,
Alboroto y motín de los indios de México.
-Fray Juan de Guerra, Arte de la lengua mexicana según la acostumbran hablar los
indios en el obispado de Guadalajara, parte de Guadiana y del de Mechoacán.
-Francisco de Florencia, Narración de la maravillosa aparición que hizo el arcángel san
Miguel a Diego Lázaro de San Francisco, indio feligrés del pueblo de San Bernabé.
-Anónimo, Relación del tumulto sucedido en esta ciudad de México, el día 8 de junio,
infraoctava de Corpus [...]
1693 -Sor Juana renuncia a las letras y dona su biblioteca y aparatos científicos.
-Se publica por segunda vez, en Barcelona, el Segundo volumen de las obras de Sor
Juana Inés de la Cruz.
-Regresa con su guía espiritual Núñez de Miranda. -El artista Rodríguez Camero pinta
cuatro grandes cuadros para el templo de la Concepción en Puebla.
-Se dedica la capilla mayor de la iglesia de Santa Catarina Mártir. -Carlos de Sigüenza
y Góngora publica el Mercurio Volante.
-Juan de Castro, Oración panegírica en el centenario de la fundación del Monasterio
de la Encarnación.
-Práctica de las estaciones de los viernes como las andava la venerable madre María
de la Antigua, de Antonio Núñez de Miranda. Publicada como anónima, es denunciada
ante el Santo Oficio en 1695. No se prohíbe su circulación.
1694 -8 de febrero. Sor Juana ratifica sus votos religiosos; el 18 protesta defender la
Inmaculada Concepción.
-El 5 de marzo firma la Protesta con su sangre. -Francisco de Florencia, Historia de la
provincia de la Compañía de Jesús.
-Del mismo autor, Origen de los dos célebres santuarios de Nueva Galicia.
-Matías de Bocanegra, Auto general de la Fe.
-Carlos de Sigüenza y Góngora, Piedad heroica de don Fernando Cortés, Marqués del
Valle.
1695 -El 17 de abril, víctima de la peste, fallece Sor Juana a las tres de la mañana.
-Lisboa, Enigmas ofrecidos a la discreta inteligencia de la Soberana Asamblea de la
Casa del Placer. -El diarista Antonio de Robles, al consignar su muerte la define como
«insigne mujer en todas facultades y admirada poeta»
-En España el padre Calleja le dedica una Elegía en tercetos endecasílabos.
-Nace Miguel Cabrera; pintará el célebre retrato de Sor Juana.
-Fallece Francisco de Flores, historiador, escritor y autor guadalupano.
-Pedro de Arrieta, arquitecto, dirige la construcción de la Basílica de Guadalupe.
-En la Catedral de México se inaugura un órgano monumental traído de España.
-El 17 de febrero muere el jesuita Antonio Núñez de Miranda.
-El arzobispo Aguiar y Seijas pone la primera piedra del nuevo templo de la Señora de
Guadalupe el 25 de marzo.
-Muere Francisco de Florencia. -Juan de Espinosa, Sermón panegírico en la fiesta de
la reedificación del templo de San Juan de Dios en Zacatecas.
-Ejercicios espirituales de San Ignacio acomodados al Estado y Profesión Religiosa de
las señoras vírgenes, Esposas de Cristo, de Antonio Núñez de Miranda.
-Vida del siervo de Dios fray Juan de Angulo y Miranda, de fray Joseph de Castro.
-Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Metropolitana de México, de Felipe de
Santoyo.
1696 -El doctor Juan de Ortega Montañés, obispo de Michoacán, es virrey interino
desde el 27 de febrero hasta diciembre.
-Tumulto de estudiantes el 27 de marzo para quemar la picota en la Plaza Mayor. Se
restablece el orden a fines de abril.
-José Sarmiento de Valladares, conde de Moctezuma toma posesión como virrey el 16
de diciembre. Entrega el mando en noviembre de 1701. -Modo de dar el hábito,
profesión y velo a las religiosas agustinas recoletas Sacado del Impreso en Madrid en
la Imprenta del Reino, año de 1636. Por orden del [...] Doctor don Manuel Fernández
de Santa Cruz, Obispo de Puebla de los Ángeles.
1697 -Se plantea el problema de la sucesión al trono español: partidos austriaco y
Bávaro en la corte de Madrid.
-Intrigas francesas en torno a Carlos II de España. -Sermón de la esclarecida Virgen
Santa Bárbara, de Pedro Avendaño Suárez.
1698 -Muere el arzobispo de México Francisco de Aguiar y Seijas.
-La Conquista de México, tablas enconchadas de Miguel y Juan González.
-Luis XIV, ante la eventualidad del fallecimiento de Carlos II de España, firma en La
Haya un tratado secreto con ingleses y holandeses para repartirse los dominios
españoles. -Sermón en las honras que hizo el venerable orden tercero de penitencia
del Señor San Francisco de México al Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Francisco de
Aguiar y Seijas, arzobispo de México, de fray José de Torres Pezellín.
-Teatro mexicano, descripción breve de los sucesos ejemplares, históricos, políticos,
militares y religiosos del Nuevo Mundo, de Agustín de Vetancurt.
1699 -Luis XIV, ante el Inminente fallecimiento de Carlos II de España, firma en la
Haya un tratado secreto con ingleses y holandeses para repartirse los dominios
españoles.
-Muere Manuel Fernández de Santa Cruz, obispo de Puebla («Sor Filotea de la
Cruz»).
-El doctor Juan de Ortega y Montañés es arzobispo-virrey de México, hasta 1710.
-Muere José Fernando de Baviera, pretendiente al trono español: quedan enfrentados
los partidos austriaco y francés en la corte de Carlos II. -Breve relación de la vida y
muerte del Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Doctor Don Francisco de Aguiar y
Seijas, de José de Lezamis.
-Del mismo autor, Vida del apóstol Santiago el mayor.
-Anónimo, Voces del desengaño para la penitencia.
-Clemente de Ledesma, Despertador Republicano.
-Entre este año y 1742 escribe Juan Carlos de Apello Corbalucho.
1700 -Primera edición del tercer volumen de sus obras en Madrid: Fama y Obras
Póstumas con aprobación del jesuita Diego Calleja, además, éste publica la primera
biografía de la escritora. Incluye Petición que en forma causídica presenta al Tribunal
Divino. -Fallece Carlos II de España, dejando el trono al duque de Anjou, Felipe V.
Carlos, archiduque de Austria se considera legítimo heredero de la Corona española.
-Muerte del polígrafo y científico Carlos de Sigüenza y Góngora.
-Fallece el cronista franciscano Agustín de Vetancurt.
-Muerte de Carlos II.
-Guerra de sucesión en España.
-Reinado de Felipe V hasta 1746.
-[Ca.] 1700-1714 Los desposorios de la Virgen, óleo de Cristóbal de Villalpando. -
Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de México de
Antonio de Salazar.
-Oriental planeta evangélico. Epopeya sacropanegírica al apóstol grande de las Indias,
San Francisco Javier de Carlos de Sigüenza y Góngora.
-Durante el primer tercio del siglo XVIII escribe Fray Juan de la Anunciación.
1701 -Se publica por segunda vez, en Barcelona, Fama y obras póstumas, tomo
tercero, del Fénix de México y décima musa, poetisa de la América, Sor Juana Inés de
la Cruz. [Tercer tomo de sus obras].
-Se publica, por tercera vez, en Lisboa la Fama y obras pósthumas. -El doctor Juan de
Ortega y Montañés, obispo de Michoacán, es virrey interino por segunda vez desde el
4 de noviembre hasta noviembre de 1702.
-Inicio del gobierno de los Borbones.
-Coalición europea contra Francia; empieza la guerra de sucesión española. -Vuelos
de la Imperial Águila Tezcucana, José Francisco de Isla, por la jura de Felipe V.
1702 -Felipe V en Italia; junto con el general Vendôme vence a Eugenio de Saboya en
Luzzara. -Vida exemplar, heroicas virtudes [...] de el V. P. Antonio Núñez de Miranda
de Juan Antonio de Oviedo.
1703 -Luis XIV envía consejeros políticos a Madrid: Amelot, D'Orry y la princesa de los
Ursinos.
1704 -El archiduque Carlos de Austria llega a España para posesionarse del trono.
1707 -Pedro de Arrieta concluye la construcción del Santuario de la Virgen de
Guadalupe. -Testamento místico de una alma religiosa [...], de Antonio Núñez de
Miranda.
1709 -Se publica por cuarta vez, en Valencia, Poemas de la única poetisa americana,
musa décima, sor Juana Inés de la Cruz. [Primer tomo de sus obras].
1711 -Fundación de la Biblioteca Nacional española.
1712 -Entre este año y 1728 Escribe José Luis de Velasco Arellano Distribución de las
obras ordinarias y extraordinarias del día para hacerlas perfectamente conforme al
estado de las señoras religiosas, de Antonio Núñez de Miranda.
1713 -Primer retrato de Sor Juana, encargo del Convento Jerónimo.
-España pierde Gibraltar y Menorca.
-Felipe V promulga la ley sálica en orden a la sucesión del trono español. -Entre este
año y 1718, escribe Diego Ambrosio de Orcolaga.
1714 -Se publica, por cuarta vez, en Madrid, la Fama y obras póstumas del fénix de
México, décima musa, poetisa americana, sor Juana Inés de la Cruz. [Tercer tomo de
sus obras].
-Se publica por quinta vez, en Madrid, Poemas de la única poetisa americana, musa
décima, sor Juana Inés de la Cruz. [Primer tomo de sus obras]. -Muere María Luisa de
Saboya; Felipe V contrae nuevo matrimonio con Isabel de Farnesio: se expulsa de
España a la princesa de los Ursinos.
1715 -Se publica el tomo segundo de las Obras, por tercera vez, en Madrid. -Paz entre
España y Portugal.
1725 -Este año se hacen dos ediciones, por quinta y sexta vez, en Madrid, del primer
tomo de las Obras.
-Se publican también en Madrid el tomo segundo, por cuarta vez, y la Fama y obras
pósthumas por quinta vez.
1726 -Sumarias meditaciones [...] a la Devoción y Socorro de las Benditas Almas del
Purgatorio, de Antonio Núñez de Miranda.
1729 -Apertura de la nueva Casa de Moneda de la Nueva España.
1740 -Sevilla, reedición de Enigmas ofrecidos a la discreta inteligencia de la soberana
asamblea de la Casa del Placer.
1748 -Inauguración de dos nuevas imprentas en la Nueva España.
1750 -Segunda edición de la Cartilla de la doctrina religiosa, de Antonio Núñez de
Miranda.
1765 -Reformas borbónicas (hasta 1696).
1767 -Expulsión de los jesuitas de la Nueva España.
1771 -Cuarto Concilio Provincial Mexicano.
1786 -Establecimiento de las Intendencias.
1804 -Ley de consolidación de vales reales.
1861 -Cierra el Convento de las Jerónimas.