Los supersabios y el Partido leninista
-
Upload
pcoe-sevilla -
Category
Documents
-
view
213 -
download
0
description
Transcript of Los supersabios y el Partido leninista
Partido Comunista Obrero Español
Los supersabios y el Partido Leninista
Desde el punto de vista convencional se considera a la caída de la Unión
Soviética el punto de partida para replantear sobre la base de la discusión más
profunda, la necesidad o no de la existencia de un Partido Comunista y de cuanto
gira a su alrededor, es decir, ¿para qué? Y ¿qué tipo de partido? Empleamos el
verbo replantear, dado que es del todo conocido que defensores y opositores son
paridos en el mismo momento en que Lenin concibe la organización obrera de
nuevo tipo. Sin embargo, con la Revolución Soviética y su posterior desarrollo se
produce la experiencia definitiva, que según se desprende de los debates que
suscita es el argumento clave para afirmar o negar el partido.
En demasiadas ocasiones las polémicas evolucionan superficialmente sin
atender a aquellas consideraciones indefectibles por las cuales Lenin llega al
convencimiento de que la clase obrera precisa de una organización superior. Se
recurre a la refutación de parte de su contenido por procedimientos distantes, para
finalmente desembocar en el objetivo de negarle al proletariado su partido. En
efecto, solo hay dos formas de aniquilar al Partido leninista, una es al estilo de la
burguesía, enfrentándose abiertamente contra él con todas las armas a su alcance
y la otra es desde el lado del oportunismo desvirtuando gradualmente su contenido
hasta transformarlo en otra cosa, como sucediera con el PCE. En ambos supuestos
se trata sin más de la burda estrategia de privar a las masas laboriosas de su
capacidad de organizarse autónomamente al objeto de impedir que se conviertan
en la gerente de la revolución socialista, lo que para cualquier marxista-leninista
equivale a renunciar al socialismo.
Desde 1991 la literatura política burguesa se recrea hasta lo insoportable en los
errores de la Revolución Bolchevique, con una clara intención de hundir con heridas
de muerte a los defraudados comunistas. Como es de suponer no se trata en modo
alguno de críticas inconexas, obedecen a un vasto plan preestablecido que consigue
que la clase obrera repudie cuanto huela a organización con estructura leninista.
La burguesía cuenta en su haber con una experiencia muy superior a la que atesora
la clase obrera. Es más vieja, ha dirimido cruentas y largas batallas frente al
feudalismo cosechando triunfos que se transformaron mas tarde en severas
derrotas, de las que extrajo consecuencias positivas y definitivas para lograr la
victoria final. Igualmente ha librado combates sanguinarios desde la atalaya del
Partido Comunista Obrero Español
poder contra la clase obrera en cuyos enfrentamientos ha sido sorprendida infinidad
de veces, recuperándose de todas ellas al filo de lo imposible. Nadie como la
burguesía conoce mejor los entresijos de la lucha de clases, además disfruta de
numerosos instrumentos represivos que comprenden desde la erosión psicológica
de sus enemigos hasta su reducción física por la fuerza criminal. La burguesía no
contempla en su código de conducta ni el remordimiento de conciencia, ni mucho
menos se presta al propósito de enmienda ético.
Precisamente una praxis tal dilatada y fecunda le advierte de la imposibilidad de
aniquilar en absoluto a su enemigo, que significaría su propia muerte. Como
excelente estratega su preocupación dominante consiste no en matar a la clase
opositora, sería proponerse una empresa irrealizable y suicida. Su fin ideal lo
sublima con su capacidad para frenar constantemente un tanto la velocidad que
arrastra al curso de la historia, ralentizar los episodios de tal modo que sobre las
mentes de sus adversarios fluya bravamente la impresión de que el capitalismo es
sempiterno. Ya sea sutil o de manera brusca dependiendo de las circunstancias de
cada momento, la burguesía apunta a la esencia, al corazón y cerebro de la clase
obrera, al Partido leninista.
Contra todo pronóstico sus análisis no se adoban con matices confusos,
tampoco con ingredientes estrafalarios. Los parámetros que utiliza son tan simples
como efectivos. Se sustentan en la historia: toda revolución acéfala es incapaz de
aguantar largo tiempo en el poder sin crear antes el partido. También nos enseña
que las revoluciones triunfantes involucionan axiomáticamente al desnaturalizarse
el partido. Cualquiera que sea su estudio, cualquiera que sea la vía que elija se
tropezará siempre con el partido, pero no con cualquier partido, ella sabe que solo
uno ha sido capaz de tumbarla y colocarla sobre las cuerdas flojas, el Partido
Leninista, los demás juegan a su favor rezagando la velocidad de la rueda de la
historia, por lo que son aceptados y estimulados.
¿Qué datos "objetivos" nos suministra la revolución rusa en opinión de la
burguesía y sus acólitos? La ineficacia de un sistema social que es el fiel reflejo de
la fuerza política que lo postula, elitista y dictatorial. Conclusiones tan rigurosas
tienen forzosamente que venir precedidas de una exposición argumental
penetrante, fácilmente asumible por las masas. El alma mater de los razonamientos
lo proporciona la derrota del socialismo. De acuerdo con las evidencias los
marxistas-leninistas deberíamos callarnos para siempre y aceptar silenciosos todo
cuanto se diga, porque el resultado final así lo aconseja, la experiencia soviética ha
sido nefasto, así pues, todo resulta válido, aunque provenga de la burguesía porque
Partido Comunista Obrero Español
enseguida se vindica la historia inapelable que nos fotografía una sociedad y un
partido rotos por sus propios errores.
Los marxistas englobando en este capítulo a más de un partido "marxistas-
leninistas", se olvidan con sospechosa facilidad de la dialéctica en sus ensayos,
informes y comunicados. Al criticar el proceso soviético atribuyen exclusivamente a
causas internas el derrumbe de la sociedad socialista. Posición que lideran los
maoístas siendo estos auxiliados por trotskistas y un grupo específico de filo
soviéticos, amén de un sinfín de oportunistas que apuestan porque triunfe la tesis
de la autodestrucción que tanto gusta defender la apología burguesa. El grupo de
"pro soviéticos" se siente especialmente dañado en su orgullo al percatarse que
todo cuanto defendieron con ahínco era pura "falsedad". En su desesperación se
precipitan a situarse en el lado opuesto. Como quiera que carecieran en todo
momento de una preparación ideología adecuada se dejan arrastrar por
sentimientos frustrados. En los posicionamientos de estos últimos y en el de los
trotskistas subyacen resoluciones concluyentes que finalmente son muy semejantes
entre sí y que podríamos resumir en el siguiente veredicto: la sociedad soviética se
suicida porque su corazón, el partido, estaba enfermo. ¿Pero cómo establecer el
momento exacto de la decadencia? Stalin es el argumento magro, sus crímenes y
su marxismo vulgarizado fue ampliamente divulgado y hábilmente manejado por la
burguesía internacional en los momentos en que en la lucha de clases mundial
preponderaba la lucha ideológica.
Al volcar todas las maldades del sistema en Stalin, los trotskistas y los
resabiados pro soviéticos pretendían preservarse como comunistas reflexivos, sin
embargo, los efectos que resultan de sus estudios favorecen a los enfoques
burgueses. Un partido que engendra un monstruo como Stalin tiene que ser por
fuerza con antelación un partido terriblemente malvado. Para esta ocasión lo mismo
los oportunistas que la burguesía resaltaban el carácter interactivo del binomio
partido-sociedad. Por este lado el capitalismo internacional atrapaba y estrangulaba
a sus compinches que mostraron total conformidad en lo referente a la naturaleza
mezquina del socialismo soviético.
El abandono de la dialéctica por parte de los maoístas surgió por derivación
lógica de su concepción del mundo. El maoísmo autodenominado marxista-leninista
negó a la URSS su carácter socialista, jamás admitió que la contradicción
fundamental del mundo de aquellos días la constituía la confrontación a nivel
mundial entre el capitalismo y el socialismo. Para el maoísmo la Unión Soviética era
tan imperialista como los EE.UU o tal vez más. Obviamente de una opinión de este
Partido Comunista Obrero Español
calibre no puede deducirse más que el partido ideólogo de la sociedad socialista
había ya fallecido por infección inoculada por sus propios vicios. Ahora bien, los
maoístas reconocen a Lenin y a Stalin. ¿Podemos imaginarnos a trotskistas y
maoístas enzarzados por establecer el punto de inflexión de la revolución soviética
en medio de un ambiente de euforia para el capitalismo? Pero por más que lo
intentasen no pudieron privar a la burguesía del goce de su utilización. ¿Cómo
revocar la teoría que viene a asegurar que no puede existir una sociedad humana
camino de la perfección y que en un segundo, a la muerte de Stalin, se tuerza
radicalmente hasta aniquilarse así misma, cuando sus liquidadores pertenecían al
mismo glorioso partido de Lenin y Stalin? La burguesía posee la envidiable pericia
de servirse de las contradicciones de sus presuntos enemigos.
Liberada de todo cuanto representaba la URSS en el movimiento obrero y
comunista internacional, las flaquezas de estos se hacen mas ostensibles. Mientras
las izquierdas actuaban destempladas bajo el influjo de la pérdida del campo del
socialismo y dedicaban todo su tiempo en sacar a la superficie las causas de la
involución, cuando aún no habían madurado las condiciones que permitieran
efectuar un balance objetivo y se mantenían al margen, por tanto, de los
gravísimos acontecimientos coetáneos, la burguesía internacional se dispuso a
librar la contienda final con el campo de batalla despejado de enemigos.
La acometida ideológica desde todos los flancos fue brutal a fin de enterrar a una
clase obrera demasiado replegada, dividida y huérfana de partido. El capitalismo
envalentonado por sus éxitos mostró su verdadero rostro explotador sin ruborizarse
por la magnitud de las atrocidades, violentando pueblos enteros y como no podía
ser de otra forma, agrediendo las conquistas sociales, derechos económicos y
políticos arrancados por los trabajadores en las grandes luchas estimuladas por la
emulación que imprimía la sola existencia de la Unión Soviética.
Se abrió una nueva época cuyo rasgo distintivo es la ostensión de la figura en
actitud apabullante de la burguesía, que estremece los corazones proletarios
debilitados por la derrota y sin perspectivas en el horizonte de recuperarse a corto
plazo. La consigna ¡sálvese el que pueda! define mejor que nada el estado del
mundo del trabajo. Se configura a gusto del capitalista el ambiente mas atractivo y
beneficioso al quehacer de los especuladores que disfrutan de impunidad para sus
corruptelas, ya no están obligados a guardar las formas. La rapiña se intensifica a
costa del debilitamiento del bando obrero, favorecida por unas estructuras
económicas burguesas sin reparos para destapar toda su podredumbre sin que
haya nadie capaz de echárselo en cara.
Partido Comunista Obrero Español
La sacudida que sigue tras la desaparición de la URSS, hace que junto con la
burguesía salgan victoriosas las facciones reformistas en el seno de los grandes
partidos comunistas de Europa al deslizarse a su favor la correlación de fuerzas, lo
que les permiten poner en práctica su anhelada ilusión, hacer desaparecer de una u
otra forma a los partidos comunistas, con la única justificación de quitarse de en
medio a los marxistas-leninistas. Se evapora el partido italiano sin resistencia, al
mismo tiempo que culminan sus respectivos procesos de abjuraciones y
desnaturalizaciones el francés y el español. Al calor de este acontecimiento se
esfuman otras organizaciones de menor entidad en tanto reaparecen viejas
formulaciones ideológicas fustigadas por la historia, simultáneamente a la
recreación del escenario que facilita la irrupción por enésima vez de la anacrónica y
arrinconada estructuras orgánicas horizontales que tanto defendió Anton
Pannekoek.
El ambiente de euforia que predomina en el mundo burgués se transmite
inmediatamente a todas las esferas de la sociedad capitalista. Los patronos
imponen sus leyes y sus convenios sin dificultad. Los gobiernos pro capitalistas
dictan decretos que secuestran derechos económicos y políticos también sin
oposición. La sociedad se había dispuesto para que los ricos ya sin necesidad de
ofrecer migajas para frenar la emulación soviética se lancen sin límites a
incrementar en progresión colosal sus riquezas, no importa el medio que empleen
con tal de fraguar sus lucrativos negocios. La anarquía estructural necesita de
leyes morales que legitimen los desmanes que de ellas se derivan. A tal efecto, el
gobierno de turno les proporciona además de prebendas a modo de desmedidas
subvenciones el respaldo ético a sus tropelías al instituir la cultura del pelotazo.
Dice entonces el PSOE que en España cualquiera puede enriquecerse de la noche a
la mañana. Claro está cualquiera que reúna las condiciones benditas, es decir, lo
millonarios y ricos usureros y especuladores. Es la ley del menor esfuerzo que
penetra en la sociedad e invade los cinco sentidos de los ciudadanos.
Al hacer el resumen de lo expuesto hasta aquí, obtenemos un cuadro muy
sugerente que nos ayudará a comprender mejor del por qué de la aparición de
nuevas propuestas que parecían sepultadas para siempre.
Coincidiendo con el momento álgido de la crisis del Movimiento Comunista
Internacional, así como del reflujo del movimiento obrero mundial hace acto de
presencia "inesperadamente" dos tipos de propuestas que aún hoy se mantienen,
aunque hayan perdido bastante fuerza. La primera revisa aspecto tan importante
como el sujeto de la revolución y la segunda, continuación de la anterior reivindica
Partido Comunista Obrero Español
cualquier tipo de organización, especialmente la denominada horizontal, con tal de
anular al partido marxista-leninista.
Después de la gran derrota y con la clase obrera replegada sin posibilidad
alguna de rehacerse, los "teóricos de salón" especulan con todo tipo de
movimiento, se aferran a lo que hay con tal de ser los primeros en descubrir la
salida al problema de la revolución aplazada. Consiguientemente la clase obrera es
relegada a un segundo término pues debido a su letargo da pruebas de no
convertirse nunca más, para ellos, en la clase dirigente del proceso de lucha,
excusados en este motivo la suplantan por grupos heterogéneos. Pero para dar
consistencia a las nuevas teorías se recurre a todo tipo de subterfugios. Fruto del
esfuerzo mental de nuestros sabios redentores, un conglomerado de "fuerzas
sociales" toman la cabecera de la revolución teórica: ONGs, feminismo, ecologistas
etc. No resulta complicado entender que el concepto de clases que presiden las
ideas de Marx, Engels y Lenin ha sido abandonado por muchas piruetas que
realicen los nuevos ideólogos para demostrar que sus tesis se entroncan en el
marxismo y en algunos casos en el marxismo-leninismo. Lo que en un principio se
asoma al fantástico mundo de la política con manifiesta timidez, ante la indolencia
de un movimiento comunista en franca decadencia, sin capaz de refutarles, se
yerguen y recrecen por minutos hasta lograr confeccionar un sistema completo,
cuya expresión mas acabada la encontramos en el Socialismo del Siglo XXI de
Dieterich y otros ideólogos de nuevo cuño.
Según el continente los nuevos actores son distintos pero en el fondo de lo que se
trata es de desplazar a la clase obrera y por consiguiente a su partido de sus
labores de dirección. Por ejemplo, en América Latina se utiliza mucho al sector
indígena como un nuevo actor que da sustento a las tendencias populistas
contemporáneas, algunos partidos marxistas-leninistas sin "quitarle" el
protagonismo al proletariado entienden que merece especial mención el
movimiento étnico hasta se ha supuesto como revolución socialista los conflictos
encabezados por los zapatistas. Al respecto son muy certeras las observaciones que
precisa el Partido Popular Socialista de México en su ponencia desarrollada en el
17º Seminario Comunista Internacional, celebrado en Bruselas, los pasados días
16 , 17 y 18 de mayo de 2008, convocado por el Partido del Trabajo de Bélgica, con
los temas: "La clase obrera, su rol y su misión actual. Las tareas y las experiencias
concretas del Partido Comunista en la clase obrera y en el sindicato":
"(el PPS) No comparte la idea que presentan algunos autores y organizaciones,
que dicen que los cambios que se han producido en la economía y en la
composición de la sociedad han privado a la clase obrera de su papel histórico;
Partido Comunista Obrero Español
tampoco el aserto de que han surgido "nuevos" actores en la lucha social y política
que la privan de esa función. …"
…"Advertimos, sin embargo, que no hay que perder de vista que la lucha de los
indígenas no es nueva, pues se han venido rebelando desde siglos atrás; de hecho,
desde los mismos días de la invasión de los europeos, hace quinientos años; desde
entonces, nunca han dejado de brotar levantamientos indígenas en unos y otros
lugares del subcontinente. Y batallan con beligerancia las mujeres, sobre todo las
de las clases sociales explotadas, como género discriminado y doblemente abusado.
Lucha la juventud, poniendo en ello toda su energía, con sus demandas propias, y a
veces enarbolando otras más generales de la sociedad. Luchan los campesinos
pobres, exigiendo un trozo de tierra para cultivar, y condiciones al menos de
sobrevivencia, a las que difícilmente pueden acceder, cada vez menos en nuestros
países. Y numerosos sectores de la pequeña burguesía también luchan, porque el
proceso de saqueo al que somete el imperialismo a nuestra región, muy agudizado
en los últimos 25 años, les va arrebatando toda clase de beneficios y los amenaza
con la proletarización; y hasta del lumpen también lucha.
Pero en nuestra opinión es equívoco llamar a todos éstos o a parte de ellos
"nuevos" actores. No lo son. Los indígenas de América Latina, por ejemplo, llevan
cinco centurias de lucha, como ya se dijo, desde el siglo XVI, en tanto que la clase
obrera apareció después, apenas cuando el desarrollo histórico hizo posible la
industrialización en algunos países de Europa, por lo que bien puede decirse que se
trata de una clase social moderna; con más razón cuando se habla de nuestra
región, cuya industrialización es tardía, incipiente e inconclusa hasta hoy. Por todo
esto, nosotros afirmamos que todo ese amplio conjunto, al que algunos han
llamado "nuevos" actores, más bien está conformado por actores "viejos" y
curtidos, unos más que otros en su diversidad, en el ámbito de las luchas sociales.
En nuestros análisis hay otro elemento que destacamos como indispensable a
considerar para entender la realidad latinoamericana y actuar en ella de un modo
certero: el hecho de que esa amplia gama de grupos y segmentos de la población,
distintos de la clase obrera pero que igual que ésta luchan contra las injusticias, no
necesariamente comparten el objetivo de destruir al capitalismo para construir el
socialismo, sino que son otros sus fines, como puede ser el reparto de la tierra;
acceso a fertilizantes y a créditos; cambios a las leyes y a las prácticas que
reconozcan la plena igualdad de la mujer; los derechos de los jóvenes a la
educación, a la salud y al deporte; acabar con la discriminación, y una amplia
Partido Comunista Obrero Español
variedad más. Como regla general todas son demandas justas, aunque algunas
muy concretas y circunstanciales."
Después de leer a tan elocuentes apóstoles de la teoría sobran ganas de
acometer la tarea de denunciar la arrogancia con que se expresan. En verdad, la
petulancia es el método casi perfecto de encubrir su ignorancia garrafal.
El panorama que nos ha legado la desaparición del campo del socialismo puede
conducir al neófito a deducciones inconcretas e incorrectas, siendo así porque su
escasa preparación ideológica no da para más. Esta no es la situación de toda una
pléyade de ególatras y falsos ideólogos que más allá de expresar sus pensamientos,
se atreven a más repartir gratuitamente sus consejos subjetivos al conjunto de la
militancia de la izquierda, algunos hasta se suben a las barbas de Cuba. Damos por
supuesto la posesión de conocimientos amplísimos. No es éste el lugar ni nuestra
pretensión para abordar uno por uno a tan prestigiosos doctores y a sus propuestas
"extraordinarias" y "singulares". Haremos uso de la generalidad.
Tanto los propagandistas del socialismo del siglo XXI como otros grupos que
cuestionan el liderazgo de la clase obrera se encuentran en un callejón sin salida
producto de sus numerosísimas contradicciones. ¿Qué es lo que falla, la clase
obrera o el partido leninista? Los hay en abundancia que nos advierten de que los
vicios partidistas son trasladados inexorablemente al conjunto de la sociedad
revertiendo sus efectos negativos en la clase obrera hasta hacerle perder su
protagonismo. De ser cierto, la calidad de director que los leninistas le atribuimos al
proletariado no se ha perdido, en todo caso le ha sido robada por la organización,
luego su recuperación es factible solamente con adecuar el partido o establecer el
partido adecuado. Admitir la deducción consecuente de sus ponencias colocaría a
nuestros sabios en una situación harta comprometida, porque la discusión se
centraría, sin mas remedio en el tipo de partido, debate que nos llevaría a un único
lugar siguiendo un discurso dialéctico, al partido leninista, si de verdad la historia
cuenta para algo.
Por esa razón nuestros consejeros rompen a su favor fraguando todas las tretas
posibles que le niegue a la clase obrera su capacidad de gerente y garante de la
revolución. Esta, a tenor del pensamiento moderno, no presenta el mismo
contenido que en ataño, cuando era indiscutible su liderato, ahora compiten con
ella otras fuerzas por hacerse acreedora de la organización hegemónica; aunque en
no pocos casos ya se dice abiertamente que la clase obrera ni siquiera puede
competir con los nuevos elementos revolucionarios.
Partido Comunista Obrero Español
¿En qué quedamos? ¿Es el partido el que desnaturaliza a la clase obrera? O por
el contrario ¿es el proletariado cambiante y pasivo el que invalida al partido? De
llegar a esta última conclusión perderían fuerzas todas las denuncias sobre la
maldad y la corrupción del partido, o sea, de los comunistas. Por algo unos resultan
ser más sabios que otros y cogen por el camino del centro para que nadie lo
atrapen en una pifia, ni el partido, ni la clase obrera son ya válidos y creen por este
procedimiento evitar la contradicción. Solo los marxistas-leninistas conocemos del
engarce dialectico de las contradicciones, a una le sucede otra y así sucesivamente.
Resulta que para sustituir a la clase obrera junto con su partido sin renunciar al
socialismo, han de ocultar forzosamente más de un siglo de historia, pasarían pues
por verdaderos estúpidos porque no encontrarían jamás un sustento con mayor o
menor rigor a su descabellada teoría.
En todos los supuestos, los supersabios solitarios se equivocan en cuanto creen
que sus pensamientos atinados o no, es el producto de la historia reflejada en sus
mentes. ¡Cuán equivocados están! Ni son tan sabios, ni revolucionarios, ni sus
teorías son nuevas, ni provienen de las condiciones históricas dadas. Lo que
denotan es que no han leído o no han comprendido en absoluto cuanto Lenin dijo y
cuanto la historia nos ha dejado. En definitiva, estos señores son productos de la
sociedad burguesa, de la que no solo son incapaces de liberarse de sus influencias,
sino que además sus pensamientos son el reflejo de las actuales estructuras
económicas capitalistas tras la desaparición de la Unión Soviética.
La historia como fuente de datos inapelables ante la torpeza de los liquidadores
del partido, brinda una nueva oportunidad a los comunistas para recuperar su
honor, pero hablamos sin tapujo alguno de los marxistas-leninistas. Cuánta sangre
roja derramada, cuántas muertes de auténticos mártires. Ni en cantidad ni en
calidad ha existido una fuerza colectiva humana que haya superado tanto sacrificio.
Pero cuánto saber también en sus filas, fundamentalmente para el tema que nos
trae el esplendor de la figura de Lenin es indestructible, contra ella chocan todos
los traidores y burgueses. Esta parte de la historia de la humanidad no admite
dudas.
La gran derrota de 1905, produjo la espantada en la clase obrera rusa, el partido
bolchevique sufrió los estragos de la misma en su militancia quedando muy
diezmado, mientras que los soviets fueron perseguidos y reducidos a su mínima
expresión. Por momentos el ambiente originado fue de impotencia y de repliegue
total y de forma idéntica a la caída de la URSS, hablar de comunistas o de
socialismo científico era hacer un mal uso de la palabra revolucionaria.
Partido Comunista Obrero Español
También como en el presente numerosas voces se alzaron contra el partido y sus
planteamientos revolucionarios, aprovechando la oportunidad que le ofrecía el
reflujo del movimiento obrero. El Partido dirigido por Lenin en vez de acobardarse y
de extraer conclusiones pesimistas, reafirmó su fe en el proletariado ruso. El
periodo comprendido entre 1905 hasta la Revolución de Octubre se convierte en la
época mas fecunda de la obra de Lenin, toda ella de un rigor científico insuperable,
la prueba es que doce años después triunfa el proletariado ruso: "Las enseñanzas
de la insurrección de Moscú", "El imperialismo fase superior del capitalismo".
"Informe sobre la revolución de 1905" "El programa militar de la revolución
proletaria" "El Estado y la Revolución" entre otras muchas acredita que el leninismo
partiendo de la realidad existente se propuso despertar al proletariado de su
letargo. Más Lenin no se inventó nada, la evidencia se imponía. De la clase obrera
aprendió su manera de organizarse (soviet) y su forma de combatir en las calles.
Comprendiéndola en profundidad y potenciando lo que hacía, sabía hacer y deseaba
hacer, fue la clave para que de nuevo proletario y partido se fundieran como un
solo cuerpo, porque uno sin otro no era nada, no es nada, sin olvidar en absoluto
como fin primordial para ganarse al proletariado de nuevo, que había que
desenmascarar y derrotar al oportunismo de derecha e izquierda.
Esta parte de la historia de la humanidad es obviada por quienes odian el
socialismo ¿Qué nos ofrecen los supersabios? ¿Se basan en la realidad existente?
¿De qué organización nos hablan? ¿Cuales son sus formas de luchas? Como no
tienen respuestas se saltan este capítulo se van directo hacia la construcción del
socialismo, donde tienen lugar los fallos, igual que hace la burguesía para aferrarse
a algún argumento con el que poder sobrevivir.
Aunque por mucho que quieran encerrarse en el periodo de la construcción del
socialismo, han de dar forzosamente alguna salida a la situación que vivimos.
¿Cómo pasar del capitalismo al socialismo? En este cometido se nos antoja que
tienen poco que decir, viéndose obligados a mentir y a transmitir un mundo
inexistente e irrisorio, porque es hasta ridículo. ¿Acaso suplantar a la clase obrera
por ecologistas, y otras cosechas propias no es causa de sonrojo? Solo pasa
vergüenza quien la tiene. La realidad es que 20 millones de trabajadores en
nuestro país, creadores de toda la riqueza material y espiritual de nuestra sociedad
tienen que ceder su lugar a un puñado de personas inarticuladas, bastante
desclasadas, que en todo el estado español sobrepasaría los mil con muchas fatigas
y además tenemos que aceptar como auténticos majaderos que la revolución será
concebida y ejecutada por estos desideologizados sentados en unas mesas de
debates en un plano horizontal sin disciplina orgánica etc. etc. ¿Es así como
Partido Comunista Obrero Español
pretenden abatir el estado capitalista, con su ejército, con su rey, sus policías, sus
jueces, sus partidos etc.? O ¿Quizás son de la opinión de que todas estas
instituciones respetarían pasivas e indolentes el acceso al socialismo por la vía que
sea? Aún así, nos negamos a aceptar la ficción como realidad no es posible ver 20
millones de trabajadores que junto a sus familias y jubilados (también
trabajadores) es el 80% de la ciudadanía seguir ciegamente a un puñado anárquico
que no saben quiénes son, de donde vienen y hacia donde van. En verdad lo que
hacen es sustituir al partido por un fantasma que solo puede ser originado en la
cabeza hueca de un descerebrado que ve a la clase obrera como una masa
irreflexiva, amorfa, maleable y necia. ¿Cómo creen ellos que se va a construir el
socialismo si los que ha de fabricar los bienes materiales y concebir los espirituales
que lo haga posible, ya no van a desempeñar el papel de director? Tendría que ser
alguien o algo ajenos a los trabajadores los que les impongan qué tienen que hacer
y cómo llevarlo a cabo. Por lo tanto nos engañan, porque nos llevan al mismo sitio
que ellos, denuncian para cambias los métodos, pero con una solución abominable.
Mientras los marxistas-leninistas como parte integrante de la clase obrera
queremos ir juntos a los trabajadores dotándoles de ideología para que se
fortalezcan ante los ataques de la burguesía, nuestros supersabios idean que sea
desde fuera de la clase obrera donde se geste todo, y a esto le denominan
socialismo democrático.
Cualquiera en su juicio reconocerá que la indisciplina, la falta de compromiso y
riesgo, es decir, el facilismo que se imprime a estas teorías es la expresión del
momento que abarca e impregna a toda la sociedad, (cultura, deporte, música,
trabajo etc.) originado por la cultura del pelotazo recogida en la ley del mínimo
esfuerzo, que fueron engendradas por las estructuras económicas capitalistas
resultantes de la amplitud que toman alguna relaciones de producción desde la
caída de la Unión Soviética ¿quién en su sano juicio no ve absorbidos por esta
realidad al conjunto de escritorcitos, justos confirmadores del mínimo esfuerzo? No
pertenecen a partidos, pasan por revolucionarios, no arriesgan absolutamente nada
y desde sus casas a través de su ordenador pretenden darnos lecciones y tal vez
los hayan que hasta ganen dinero con esto. ¿Qué diferencias existen entre estos y
los especuladores del dinero que tanto proliferan en estos tiempos? Unos y otros
son productos de la sociedad burguesa y más concretamente del tiempo que corre.
En este apartado se incluye aquellos otros que abogan por el partido leninista,
defienden el marxismo-leninismo pero que no militan. Hablan de la clase obrera,
pero no hablan con la clase obrera; escriben y aconsejan a los partidos, pero no
militan; elaboran tácticas, pero no la ejecutan. Lógicamente nunca fallan porque
sus teorías siempre están pendientes. ¿Son o no sabihondos? Los hay quienes ya
Partido Comunista Obrero Español
superan el ámbito, estrecho para su sabiduría, de los medios alternativos y se
dirigen a "las masas" por medio de un blog particular. Lo dicho la ley del menor
esfuerzo.
La idea del partido de Lenin que transmiten los ideólogos burgueses coincide al fin y
al cabo con la que se desprende de la propuesta de organización planteada por
nuestros "ingenuos" "reformadores" o reformistas. La figura de Lenin es atacada
subrepticia e impúdicamente convirtiéndole en un ser deleznable, dictatorial,
creador de una formación que será la madre del stalinismo. Ningún atisbo de
racionalidad se le adjudica en el proyecto, solo oscurantismo y soberbia. No solo
son exageradas las apreciaciones que se vierten, sino que además no se
corresponden con la realidad, pero al emplear epítetos desagradables, sus
detractores procuran desviar el debate que en sus últimas consecuencias podría
descubrir las razones que condujeron a Lenin a proponer al partido el nuevo
método de organización.
El partido leninista es la respuesta coherente a la lucha de clases, pues está
ideado para contrarrestar las estructuras institucional burguesa y tiene en cuenta el
proceso natural que rige para la toma de conciencia en el proletariado, cerrando las
puertas al capricho, a la espontaneidad y a la anarquía.
Para Lenin el combate contra la burguesía era un problema de clase y no de
fricción personal. De este modo contravenía las tesis terroristas (anarquismo) y
revisionistas, porque para aniquilar a la burguesía hay que derrumbar las
instituciones que las sostiene como clase, de lo contrario el capitalismo se regenera
espontáneamente día a día. Si el estado burgués, con su parlamento, fuerzas
represivas, justicia, partidos, instituciones locales etc., es el producto y la base de
la sociedad burguesa. El partido debía ser estructurado de forma diferente y
adecuada para la nueva sociedad socialista, de ahí el centralismo democrático.
Cualquiera de los estamentos burgueses está configurado sobre la fórmula única de
organización y disciplina y cuando se trata de confrontarlo a la lucha de los
trabajadores esta disciplina es férrea, agresiva y criminal. Si de verdad se desea
mantenerse firme ante los embates de las instituciones burguesas especialmente
ante las fuerzas represivas e ideológicas, es obligatorio dotarse de la misma
disciplina y homogeneidad ideológica. Máxime cuando el proletariado no tiene en
sus manos ningún canal de preparación teórica. Por este sagrado motivo atacar al
partido leninista favorece a la burguesía dado que priva a la clase obrera de la
Partido Comunista Obrero Español
única vía para entender el mundo desde su interés de clase. Por otro lado, la
articulación leninista se orienta para el estudio colectivo con el propósito de que el
comunista no se rinda ante especulaciones subjetivas. En la actualidad se descarta
por todo el mundo científico el estudio en solitario. Los avances científicos y
sociales, requieren del esfuerzo del conjunto de los investigadores. El partido
leninista cubre esta necesidad moderna como el que más.
El centralismo democrático permite además de la participación de todos, el
control de la dirección. Incluido el secretario general está obligado a formar parte
de una célula de base. En el centralismo democrático la democracia fluye de abajo
hacia arriba y en sentido contrario. Estas características unidas a la no permisividad
de fraccionamientos o existencia de grupos y mucho menos de la división
ideológica en sus filas, sin que sea óbice para la defensa de posiciones contrarias a
las de la mayoría, le proporciona al partido una potencialidad enorme que es objeto
de las iras de la burguesía. No en balde la propaganda capitalista contra el partido
leninista, cualquiera que sea el modo que emplee se reproduce constantemente sin
reparar en gastos por muy millonarios que resulten, entre los que figuran la compra
de traidores y las bonificaciones por vía indirecta a aquellos que atentan a la
integridad del partido. Es un hecho constatable que la burguesía no teme tanto el
descontento de miles de trabajadores, como la existencia de un partido marxista-
leninista consecuente con sus ideas.
Después de la función de la defensa ideológica y política ante las acometidas de
la burguesía el segundo cometido más importante es el de preparar a los
trabajadores a fin de que cumplan con su destino histórico. Lenin profundizó en el
proceso que se sufre hasta la toma de conciencia de clase y constata que ésta no
se produce inmediatamente ni surge por actividad espontánea.
Las condiciones materiales sociales en la existencia de un individuo, su trabajo
diario, además de las experiencias obtenidas en su vida se manifiesta en la psique
humana a modo de sentimientos, impulsos, hábitos, estados de ánimo etc., sin que
constituya un sistema organizado de juicios y nociones que solo puede provenir de
la conciencia, es la psicología social. En cualquiera de sus parcelas la psicología
social reacciona en principio con actividad espontánea. El estudio de la historia del
movimiento obrero nos revela que en un principio los trabajadores destruían las
maquinas impulsados por la creencia de que éstas era el motivo de sus desgracias
mientras consideraban inocente al sistema capitalista. El problema radica en que el
obrero es un producto de la sociedad burguesa, desde que nace hasta muere todo
el mundo que le rodea es burgués y el se siente parte del mismo, también ve al
Partido Comunista Obrero Español
modo de producción capitalista el único posible, no conoce a otro, y estima que la
sociedad en la que vive es irreductible, no puede por simple deducción tomar
conciencia de que su clase debe destruir la organización social en la que vive y de
la que depende para vivir. La caída de la Unión soviética y del campo del socialismo
les afirma en su estado original, ya no tiene el referente ideológico universal, ni el
partido que le explique las razones del momento. El obrero vuelve a ser el producto
burgués que es al nacer.
La psicología social tiene una doble vertiente, la sumisión y la rebeldía. La falta
de ideología lleva al trabajador a considerar al mundo que le rodea
inconmensurable y lo más perfecto posible, el sistema capitalista y el patrón como
su representante genuino le impone terror a lo imbatible, Después de una huelga,
en el supuesto de un derrota, prende la impotencia y la impresión de que la lucha
lesiona sus intereses: pérdida de salario, represión, despido lo que le ocasiona
miedo a los conflictos, luego se le suma el ambiente que le rodea, familiar y social
tremendamente burgués que le aconseja ser sumiso para no "perder" lo que tiene.
Si no existe un partido que le explique las raíces de la derrota y lo prepare para las
próximas batallas, el obrero se perderá para la causa.
Por otro lado, puede suceder que la psicología desemboque en la rebeldía, que
como en los casos anteriores se produce por espontaneidad. El trabajador sabe lo
que no quiere pero no sabe donde ir, ni siquiera si debe ir hacia algún lado gane o
pierda en su disputa, cuando más solo puede aspirar a aglutinarse en una
agrupación de especie sindical apolítica y desideologizada para defender sus
intereses inmediatos pero sin salir del sistema burgués al que pertenece. Cada
obrero ganado para la lucha de clases representa grandes batallas libradas por el
partido contra el capitalismo, luchas que se desarrollan tanto en el aspecto
económico, como en lo político e ideológico organizadamente, cualidades todas que
les son negadas a la espontaneidad a la que rinde pleitesía Anton Pannekoek al
propugnar la organización horizontal en detrimento del Partido leninista.
Pero el partido no es un ente ajeno a los trabajadores, es la parte mas avanzada de
la clase obrera que posee la conciencia que le falta a la clase. El partido se arroga
la misión de transformar la psicología en conciencia de clase, hace que las
nociones, estados de ánimo, opiniones y demás caracteres de la sicología social que
reflejan las condiciones materiales y espirituales de vida en la mente del obrero de
forma "individualizadas" y desconectadas entre sí, se conviertan en un sistema
armónico y en instrumento de lucha (ideología). Pero el partido se ha de ganar el
honroso título de vanguardia de los trabajadores, compartiendo con ellos para
Partido Comunista Obrero Español
conocer in sito en cada instante cuál es la psicología social reinante y a partir de ahí
elaborar el programa de actividades, tácticas de concienciación.
Estos son los argumentos que esconde la burguesía pero que le induce a
fomentar, subvencionar y tolerar que los supersabios se pronuncien contra el
capitalismo, todo queda de boquilla cuando después arremeten contra el partido de
Lenin, porque sin él los capitalistas son conscientes de que la clase obrera no
existe, porque la clase obrera sin partido no es revolucionaria, porque sin el
protagonismo del proletariado no hay socialismo, todo lo demás es una pura
quimera.