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Hace unos días, escuché por casualidad aquella canción que lanzó a la fama al dueto de Simon & Garfunkel: “Sounds of Silence” 1965 http://en.wikipedia.org/wiki/Simon_and_Garfunkel

El título de esta bella canción me reflejó la necesidad que he experimentado en los últimos meses, de sumergirme en el silencio para reordenar, recuperar, re-valorar muchos aspectos de mi vida.

Contrastando la forma de vida en centros urbanos con alta concentración demográfica

y poblados alejados de las ciudades, del campo, la Sierra o alguna otra locación menos accesible, la manera en que se vive en uno y en otro lugar tiene muchas diferencias, particularmente respecto a la contaminación auditiva que es omnipresente en las ciudades, a todas horas del día, con fines lúdicos, de festejo o

simplemente de mercadotecnia.

En una época en la cual, los niños y los adolescentes urbanos de manera especial,

viven inmersos en un ambiente contaminado por el ruido de forma casi constante, sea la televisión, el cine, la radio, los teléfonos celulares, la propaganda musical que se escucha en las calles, en las plazas comerciales y culturales; me da la impresión que quedan muy pocos espacios donde se pueda experimentar el silencio, incluso,

desde hace varios años, en muchas escuelas, he podido corroborar la dificultad de niños y adolescentes de interiorizar, reflexionar, escuchar, disfrutar el silencio.

Y esta capacidad reflexiva o contemplativa, tan "extraña y peculiar" en nuestro tiempo, en nuestras ciudades; es uno de los valores que se encuentran

Los Sonidos del Silenciomartes, 22 de diciembre de 2015 10:42 p. m.

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tiempo, en nuestras ciudades; es uno de los valores que se encuentran abundantemente en poblados pequeños, donde las personas, todavía están acostumbrados a escuchar a otros sin tantas interrupciones, a disfrutar del silencio

reflexionando sobre la vida, los eventos del día o simplemente apreciando los sonidos de la naturaleza.

Mi percepción al respecto es que algunas sociedades actuales han recalcado y dado

tanto valor a las habilidades sociales y de comunicación que han dejado de lado, esa dimensión que todos los seres humanos también compartimos: la interioridad.

Pero lejos de hacer una defensa del silencio sobre la palabra, sobre el bullicio que nos evoca el compartir humano, quiero hablar tan sólo un poco del Valor y el Papel que tiene el silencio en nuestras vidas.

• El silencio es el ámbito en el que podemos encontrar nuestra verdadera identidad.

• El silencio es nuestro hogar, donde recuperamos las fuerzas después de una

enfermedad, después de una crisis, después de aquellas experiencias que nos agotan y nos roban la energía.

• El silencio es la escuela donde aprendemos de nuestras acciones y nuestras

omisiones en la vida.• El silencio es un elemento fundamental para crear cualquier música o melodía, si

recordamos la definición de Música: Es el Arte de combinar melodía y silencios con el ritmo http://es.wikipedia.org/wiki/Portal:Música

• En el Silencio surge la poesía y la imaginación humana.

• El silencio es el teatro donde podemos recordar y revivir nuestras experiencias

humanas, positivas y negativas.• El silencio hace posible la palabra inteligente y la comunicación auténtica, que supone

saber escuchar, como dice la sabiduría popular; no hay peor diálogo que el de dos sordos.

• El silencio nos hermana con la naturaleza y el medio ambiente, nos hace apreciarlo, reconocerlo y valorarlo, existir en armonía con el universo.

• El silencio es el espejo que refleja nuestra conciencia, nuestra valoración sobre lo

bueno y lo malo que hay en nosotros y en los demás.• El silencio es el cofre del tesoro donde encontramos nuestra razón de ser y nuestra

misión en este mundo.No estoy en contra de la palabra, del diálogo y la fiesta, del baile y las fanfarrias, solamente creo que cada día encuentro menos personas capaces de escuchar, que se interesen en conocer a otros seres humanos sin caer en la tentación primera de bombardear con su palabra al otro.El ser humano entre todas sus necesidades vitales, tiene también sed de dialogar consigo mismo, para reconocerse entre la multitud, para clarificar sus metas y sus actos, para recuperar su dignidad y su valor cuando no encuentra en su exterior la empatía y el reconocimiento.

Recuperemos el balance que nos trae el silencio eso nos dará una perspectiva más

completa y más fecunda.

Sergio Moreno Ibarra

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