Los secretos del ariete hidráulico

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Los secretos del ariete hidráulico Un simple salto en el curso de un río y un ariete hidráulico permiten elevar el agua a una altura varias veces superior al desnivel del cauce, sin recurrir a portadores energéticos fósiles o nucleares. Frente a los castillos medievales recurría la soldadesca de infantería con una viga larga y pesada, que reforzaban en un extremo con una pieza labrada de hierro o bronce, comúnmente en forma de cabeza de carnero. ¡Ariete a la vista!, vociferaban los defensores desde los recintos amurallados. Los asaltantes arremetían con ímpetu contra las puertas o baluartes vulnerables para inferir una brecha hacia los aposentos de la fortificación. El servil y estratégico ariete podía decidir el color de la bandera que ondearía en el mástil cardinal de la fortaleza asediada. Con los siglos las catapultas y los arietes cedieron su linaje a la pólvora y el cañón. El Imperio actual recurre a los mísiles desde un bunker informatizado. Pareciera que el vocablo ariete caería en el saco de las palabras referentes sólo a las contiendas del Medioevo. En una cervecería del condado inglés de Cheshire, John Whitehurst fermentó su ingenio para construir un aparato con un principio de funcionamiento novedoso: accionaba manualmente un grifo en una tubería conectada a un tanque de abasto, en un nivel superior, para provocar el fenómeno físico conocido como golpe de ariete, que permitía elevar el líquido a un tanque de almacenamiento colocado a una altura mayor (Fig. 1) Fig. 1. Esquema de funcionamiento del ariete ideado por John Whitehurst: 1. Tanque de entrega 2. Tubería inclinada 3. Válvula principal 4. Tubería auxiliar 5. Válvula o grifo 6. Cámara de aire 7. Tubería de subida 8. Tanque elevado. Un niño se ocupaba de accionar el artefacto, que funcionó desde 1772 hasta 1800. La sagacidad humana añadió elementos al invento cervecero, y seis años antes de que Joseph Montgolfier junto a su

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Los secretos del ariete hidráulico  

Un simple salto en el curso de un río y un ariete hidráulico permiten elevar el agua a una altura varias veces superior al desnivel del cauce, sin recurrira portadores energéticos fósiles o nucleares.

Frente a los castillos medievales recurría la soldadesca de infantería con una viga larga y pesada, que reforzaban en un extremo con una pieza labrada de hierro o bronce, comúnmente en forma de cabeza de carnero. ¡Ariete a la vista!, vociferaban los defensores desde los recintos amurallados. Los asaltantes arremetían con ímpetu contra las puertas o baluartes vulnerables para inferir una brecha hacia los aposentos de la fortificación. El servil y estratégico ariete podía decidir el color de la bandera que ondearía en el mástil cardinal de la fortaleza asediada. 

Con los siglos las catapultas y los arietes cedieron su linaje a la pólvora y el cañón. El Imperio actual recurre a los mísiles desde un bunker informatizado. Pareciera que el vocablo ariete caería en el saco de las palabras referentes sólo a las contiendas del Medioevo.

En una cervecería del condado inglés de Cheshire, John Whitehurst fermentó su ingenio para construir un aparato con un principio de funcionamiento novedoso: accionaba manualmente un grifo en una tubería conectada a un tanque de abasto, en un nivel superior, para provocar el fenómeno físico conocido como golpe de ariete, que permitía elevar el líquido a un tanque de almacenamiento colocado a una altura mayor (Fig. 1)

 

Fig. 1. Esquema de funcionamiento del ariete ideado por John Whitehurst: 1. Tanque de entrega 2. Tubería inclinada 3. Válvula principal 4. Tubería auxiliar 5. Válvula o grifo 6. Cámara de aire 7. Tubería de subida8. Tanque elevado.

Un niño se ocupaba de accionar el artefacto, que funcionó desde 1772 hasta 1800.La sagacidad humana añadió elementos al invento cervecero, y seis años antes de que Joseph Montgolfier junto a su hermano Étienne inventara el globo aerostático, concibió un ariete automático, en principio similar a los contemporáneos, aunque entonces lo denominó le belier hydraulique (Fig. 2).

La novedad, reconocida en 1776, libró a los infantes (y adultos) de la servidumbre humana como fuerza motriz. Después de la muerte del ilustre francés otros se ocuparon de añadir bondades al equipo e investigaron los secretos de su aparente magia.

 

Fig. 2. Esquema del ariete hidráulico ideado por Joseph Michael Montgolfier, construido con el mismo principio de funcionamiento de los equipos actuales.

Los adeptos a la invención concibieron diseños que combinaron el ariete