Los árboles que olvidaron sus nombres

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©EnriqueLaso,2018Todoslosderechosreservados

Nosepermitelareproduccióntotaloparcialdeestelibro,nisuincorporaciónaunsistemainformático,nisutransmisiónencualquierformaoporcualquiermedio,seaésteelectrónico,mecánico,porfotocopia,porgrabaciónuotrosmétodos,sinelpermiso

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ÍndiceÍndiceCapítuloICapítuloIICapítuloIIICapítuloIVCapítuloVCapítuloVICapítuloVIICapítuloVIIICapítuloIXCapítuloXCapítuloXICapítuloXIICapítuloXIIICapítuloXIVCapítuloXVCapítuloXVICapítuloXVIICapítuloXVIIICapítuloXIXNovelaRegalo—MiradaInfinita

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Elmalescomounárbolderaíceslargasyprofundasquesehundenenlatierraysealimentandelaoscuridad.Vemoselexterior:eltroncoestilizado,lasramasqueseestirancomobrazosylashermosashojasquecambiandecolorconlasestaciones.Sinembargotodoloquedavidaaesabellezasuperficialesnegro,pútridoyopaco.Asíeslamentecomplejadelasesinoenserie.Detrásdeunasonrisaamableydeunosademanesserenosseescondelaescoria;unaideaenfermizayrepugnanteque le impeleamatarunayotravez,porqueen lamuerteajenaencuentrasudescanso,hallalapaz.

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CapítuloIEl comienzo de 2019 fue duro. Mi unidad se vio obligada a dar servicio adecenasdepeticionesquellegabandetodoslospuntosdelpaísyapenastuvimostiempoparareflexionaroparadedicaranuestrasfamilias.Yoalmenosteníalasuerte de cruzarme de vez en cuando conLiz,mi compañera, y regalarle unacaricia o un beso furtivo, saltándome todas las normas de comportamiento y,quizá,deldebidodecoro.Las pesadillas por lamuerte demi padre casi habían desaparecido, pero eransustituidasporotras:elniñoalquenopudesalvarlavidaenArizona,elrostroaplastado amartillazosde la señoraWalkero loque lehabía acontecido aunprometedor joven,HenryLong, debido ami ambicióny ami falta de pericia.Tenersólo34añosyhaberllegadotanlejosenelFBInohabíasalidogratis;elpeajeeraalto,mayúsculo,pormomentosinsoportable.Perocuandolasfuerzasmeflaqueabansiempreestabaahímijefe,PeterWharton,paraanimarmeypararecordarmeloquesiemprehabíaopinado,casidesdequemevioporprimeravezenQuántico:«Cadaunonacemosconundonespecial,yeltuyoesdescubriralosasesinosy,portanto,salvarlasvidasdecientosdeinocentes».Noeraparatanto,yapesardetodosíquehabíacolaboradodemaneramuyactivaaencerraraunpuñadodedesalmadosquehabíansembradoelhorror.A finales de marzo, cuando mi hijo estaba a punto de celebrar su primercumpleaños,recibíunallamadatelefónica,unaquehubieradeseadocontodaelalma que no se hubiera producido jamás; y no por egoísmo, como en otrasocasiones,másbienpormantenerlaideadequeelhorrornoserepite,noestancíclicocomolarealidadseempecinaendemostrarconhechos.—Jefe,ahorayanocabeningunaduda…nosenfrentamosaunasesinoenserie.Telodije.EraTom,antiguocolegadelFBIqueahoraejercíacomodetectivedehomicidiosen elDepartamentodePolicíadeSanFrancisco, la ciudad en laqueyohabíanacido yme había criado.Una ciudad que se encontraba en la otra punta delpaís,acasi3.000millasdedistanciadeWashington.—Sí,meloadvertiste.Creoquefuepor…—Noviembre.Tom había sido el mejor agente especial sobre el terreno con el que habíatrabajado en la vida. Era astuto, podía confundirse con la gente corriente sinlevantar sospechasyposeíaunsentidocomúnqueamíme faltabaa raudales.

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Nos habíamos complementado muy bien y yo había llevado fatal queabandonaseelFBIparamudarseamiciudad.Sinembargoélestabatratandodereabrir el casodehomicidiodemipadrey, ahoraquemenecesitaba,volvíaallamarmejefe,comoenlosviejostiempos.Enrealidadestabadeseandotrabajarcodoacodoconélyayudarleenloquefuerapreciso.—Mismo modus operandi —musité, convencido de que aquel comentariosobraba.—Idéntico. Y hasta tenemos una cadencia: mata cada cuatro meses. Siempreniñas.Siempredediezaños.Siempreaparecensemienterradasalospiesdeunárbol.Tepuedomandaruninforme.—Tom,¿tehaspuestoencontactoconlaOficinadelFBIenSanFrancisco?Micolegase saltaba todas las reglasal telefonearmedemaneradirecta.NoseencontrabaenunestadoenelquenohubieraunaOficinadelFBI,nisiquieraenunaciudadquecareciesedeella;SanFranciscocontabaconunaoficinacentralynadamenosquesieteoficinassatélitequedabanservicio,enconjunto,amásdetresmillonesdehabitantes.—Sí.Hehabladoinclusoconelagenteespecialalmando,nosoytancretino.—¿Y?—pregunté,inquieto.—LehecomentadoquenosconocíamosdemiépocaenQuánticoyleroguéquerepasasetucurrículum.—Joder…—Está dispuesto a realizar una solicitud formal para que Peter Wharton latramite.Sólohacefaltaque túestésconformeyquemuevasallí loshilosparaqueteplantesaquíloantesposible.—Tom, soy jefe de una unidad. No me encargo de crímenes ni secuestros amenores.—Estuviste en Arizona. Me sé de memoria tu vida y milagros, jefe. Esto separecemuchoalodePhoenix.Mi colega tenía razón.Un asesino en serie de niños había asolado la enormeciudaddePhoenix,matandoavariosniñoscuyoscuerposhabíaidodejandoporel desierto de Sonora. Era un caso que deseaba olvidar, que me causaba unprofundodolordevolveramimemoria.Porprimeravezenmividaelasesinoactuabaunavezyomehabíainvolucradoenlainvestigación.Eraunaheridaquenocicatrizaba,quemeseguíamartirizandomásdedosañosdespués.—Nosé…Tom.—Ya te insinué que este animal volvería a matar. ¿Quieres esperar a queaparezca el cadáver de otra chiquilla inocente o prefieres hacer el esfuerzo yayudarnosaponerfinaestapesadilla?

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CapítuloIIEnefecto el agente especial almandode laOficinadelFBIenSanFranciscocursóunapeticiónoficialparaqueunmiembroconexperienciadelaUnidaddeAnálisisdeConductaseincorporasealainvestigacióndelcasodelastresniñasasesinadas.Mi jefe,PeterWharton,erabrillante,astutoy,además,meconocíamuybien.Apenasrecibiólademandafueabuscarmeamidespacho.Tratabademantener los nervios templados, pero la agitación que mostraba su manoderecha, con la que sujetaba un puñado de papeles,me indicaba que estaba apuntodeestallar.—EstoesalgoquehabéisfraguadoentreTomytú,¿verdad?Nisiquierasemolestóensaludarmeoenexplicarmeaquéasuntoserefería.Fuedirectoalgrano.Aquellomedabaunapequeñaoportunidad.—Andoa tope convarios casosy tengoa los chicoshaciendohoras extra, demodo que o te esfuerzas un poco o sinceramente no voy a poder seguirte—mentí.Petersepegóamimesaymelanzólosfoliosquehabíatraídoconsigosobreelteclado.Habíalogradoenojarlo.—Tresniñasasesinadas.SanFrancisco.Vaya,¡quécasualidad!CreoqueesallídondeahoratrabajaTomcomodetectivedehomicidios.Hoyherecibido,casialmismotiempo,solicitudesporpartedelagenteespecialalmandodelaOficinadelFBIyde,nadamenos,quedelJefedelDepartamentodePolicía.¿Mevasadeciralacaraquenotienesnilamásremotaideadeloqueteestoyhablando?—Puessíquetengounpocodeidea.Tommecomentóporencimaqueestabametidoeneso,peronadamás—respondí,sinapartarlaspupilasdelapantallademiordenador.—Novasacambiarnunca.Noentiendesnada…—Estoy cambiando. Peter, te garantizo que estoy cambiando —murmuré,sincero.—Sí,deacuerdo,perolohacestandespacioquehastauncaracolteganaríaenunacarrerade100yardas.YanoereselcríoquellegóaQuánticosóloconsubrillantetítulodeStanfordbajoelbrazo.Tienes34años,erespadreytehedadolaresponsabilidaddedirigirunaunidad.—Entoncesnopierdaseltiempoviniendohastamidespacho—dije,mirándoloporprimeravezalosojosdesdequehabíairrumpidoenlaestancia.

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—¡Noestansencillo!—exclamóWharton,dandounapalmadaviolentasobrelamesa.—¿Porqué?—Porque ya me tienes donde querías. O donde el maldito de Tom deseaba.Entrelaespadaylapared.—Peter…—Simeniegoyapareceotrachiquillamuertadentrodeunassemanasnomeloperdonaré,yesposiblequenomeloperdonenenSanFrancisco.Tendránaunchivo expiatorio al que señalar. Y si no lo hago… os habréis salido con lavuestra.—Puede ir otra persona. Yo estoy dedicado a la violencia contra los adultosdesde hace tiempo —dije, calculando muy bien el tono conciliador de mispalabras.—Irás tú. Los dos lo sabemos. Esto me ha recordado de inmediato a lo deArizona.Eslomásparecidoquehasucedidoentodoelpaísdesdeentonces,yallíhicisteunbuentrabajo.Nopuedomandaraotro.—¿MeestáspidiendoqueviajeaSanFrancisco?Conaquellapreguntarocélaimpertinenciay,alomejor,estuveenuntrisdequetodosefueraalgareteyPetermedejasesentadoenunsillónparaelrestodemisdías.Sinembargoélhabíareconocidounagranverdad:estabaatrapadoysóloteníaunasalida.—Sí, ¡maldita sea! ¿Cuándo podrías estar allí sin que todo lo que llevas sedesmorone?—Endiez días, quizá ocho. Sólo necesito delegar en alguien y establecer unaagendaclara.Ynoperderéelcontactoconmiequipo.—Esoyameloprometisteesteverano,antesdeviajaraKansas.—Todo salió bien. Y apenas estuve una semana en Topeka—musité, en midefensa.—Deacuerdo.Irépidiendouninformecompleto.O,quizá,yalotienes.—Lo necesito, Peter. Al menos para echarle un vistazo —dije, como si enrealidadnosupieradequéibalacosa.Mijefe,porsupuesto,notragó.—Es un degenerando, Ethan. Como el de Phoenix. Niñas, niñas de sólo diezaños.Tienesqueayudaraesagente.Noquierounasolaniñamuertamás.Atrapaaesehijodeputacomosea.Wharton comenzaba a hacerse mayor y a estar cansado de tanta maldad, dellevar décadas combatiendo el mal y descubriendo que el mal no se acababanunca.Bajosupuntodevistaaquellonoteníaexplicación;bajoelmíonoteníajustificación,perosícientosdeexplicacionesdistintas.Quesoltaraun tacoerainsólito en un hombre sereno, con tanta responsabilidad y experiencia. Pero

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todostenemosunlímite.—Lointentaré.—Hazlo.Queloprocuresnomebasta.Poresovoyaacertarlaspeticionesyporesarazónteelijoati.Quieroquelohagas.Nosoportoqueasesinenaunadultoinocente…peroaunaspobresniñas.Mierda,estanochetendréquemetermeunpuñadodepastillasdeAtivan™enelcuerpoparapoderconciliarelsueño.—Yonoloharía,Peter.—Dejadedarmeconsejos.Eldíaqueocupesmipuesto,siesquellega,medaslecciones.Yo te escucharé, ya retirado, sin alterarme,desde elporchedeunacasita en primera línea de playa enVirginiaBeach.Ya nome harán falta losansiolíticosni todasesasmierdas.Mebastarácondar largascaminatasporesepaseoinfinitoquetantomeagrada.—Entendido.—Organizatodo.Sipuedesestarallíenunasemanamejorqueendiezdías.Telo repito: no quiero que aparezca ninguna chiquilla sin vida de nuevo en SanFrancisco.Wharton semarchó yme dejó durante variosminutos petrificado.Todo habíasalidomejor de lo esperado. Sin duda le había afectado el tema. Ya casi mesuplicó que me implicase en el turbio asunto de Arizona, cuando las dudasacercadesidebíacontinuarenelFBImeasaltaron,yahorarepetíasuapelación.Confiabademasiadoenmiinstinto.Teníalaideaférreadequeeraunespécimenúnicocapazde salvar lasvidasdemuchaspersonasy enbase a esomehabíatoleradoinfinidaddelapsuseidioteces.Cuandoestuvesegurodequeseencontrabalejosdemidespachoabríunasesiónen mi cuenta personal de Gmail, usando un método seguro que me habíaenseñado el genio de Mark —tan sencillo como emplear uno de aquellospendrivedelaépoca—yrepaséalgunasfotosqueTommehabíaremitidopararemoverme las tripas y para conseguir que menease el culo de mi asiento yregresaseamiciudad,SanFrancisco.Una de las instantáneasmostraba a una pequeña, vestida, como las otras dosvíctimas, con un camisón blanco, y apenas oculta por cinco paladas de tierra.Estaba boca abajo, y su melena rubia rozaba la base del tronco de un árbolenorme.Volvióeldolordeestómago,lapunzadainsoportableenelcardiasquearrastraba desde que comencé a investigar casos en el FBI. Me quedécontemplando la espeluznante imagen, hipnotizado y aterrado, y pensé en mihijo,yen losniñosasesinadosenPhoenix,yen lofunestae injustaqueera laexistenciaparaalgunos;enrealidadparademasiados.Alcabodeunratoapretélosdientes,estrujéunfolioenblancoqueteníasobrelamesaymeprometíquenodescansaríaunsolodíahastadarcazaaesebárbaro

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quehabíaencontradoenelasesinatounaformadeentretenerseydeapaciguarlosmonstruosquelecorroíanlasentrañas.

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CapítuloIIINoteníaaungrupodeniñatosamisórdenes.Habíapasadodeestarapoyadopordosbecariossinexperienciaasereljefedeunaunidadpequeñaperoplagadadeprofesionales competentes y entregados a su labor. Era un afortunado.Dejé auno de los agentes como encargado de supervisar al resto y de actuar comoenlaceconmigomientrasmeencontrabaenCalifornia.Añosmástardesupe,porellos, que el hecho de que su superior se ausentara deQuántico dos veces enapenas unos meses no sólo les había llamado la atención, también les habíaparecido un comportamiento impropio de alguien con tanta popularidad en elFBIyquesiendotanjovenyaasumíagrandesresponsabilidades.Noeraunbuenejemploparanadie.Sin embargo lo peor fue tener que explicarle todo a Liz. Ella sabía que algohabía sucedido en Kansas, aunque guardara un prudente y, por momentos,incómodo silencio. Ahora volvía a marcharme, a la otra punta del país, y ladejabasolaconnuestropequeño,queacababadecumplirsuprimeraño.—¿Deverdaddeseasqueestoseaunafamilia?La preguntame dejó estupefacto. En Topeka sólo había estado unos días y aCalifornia, como mucho, se suponía que viajaría un par de semanas, aunquenadielopodíagarantizar.—Somosunafamilia,Liz.—No,noeselrecuerdoqueyotengodemicasa.—Mierda,enlosochentacasiningunamujertrabajabaytupadreerapolicíaenunazonasinproblemasypodíapermitirseestaralahoradelacenaconvosotrostodoslosdías—repliqué,unpocoenojado.—Me refiero a otras cosas. Apenas nos vemos. Y aprovechas cualquieroportunidadparasalirpitandodeWashington.ElrestodeagentesespecialesdelaUAChuyen de eso comode la peste.A ti te encanta.Antes podía llegar acomprenderlo, hace cuatro años, cuando nos trasladamos juntos a Oskaloosa.Hastayosentíaunpocodeemoción.Peroahorayanotienegracia,Ethan.—Sonsólodossemanas…—Otres,ocuatro…Tequedarásallíhastaqueatrapesalasesinodeesasniñas,lo tengo claro. Lo normal es que dieras tu opinión y que dejases a los de laoficina del FBI que se encargasen del resto. Bueno, lo normal es que ni tansiquieratedesplazasesallí.

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—Tengoquehacerlo.YestáTom…—YSanFrancisco,Ethan.Noquieroqueestésallí, comodetestoquevayasaKansas. Regresarás con la cabeza inundada de recuerdos y volverán laspesadillas.¿Hasolvidadotodoeso?Yono.Yoestabaatulado,yoeralaquesedespertaba enmitad de la noche y te tranquilizaba. Quién sabe qué efecto tepuedeproducirpasarallíuntiempo.Noeresnormal.Eresmásinteligentequelamayoría de las personas, pero también más sensible y más introvertido. ¿Deverdadtengoqueexplicarteestascosas?Y quizá no hacía falta, porque yo las sabía, aunqueme negase a aceptarmisdebilidades, los profundos traumas que arrastraba y que me impedíancomportarmedeunmodosensato.—NopuedodejarcolgadoaTom.Túmepedistequeledieraunaoportunidad.Él es la única persona en el mundo que se ha preocupado de reabrir lainvestigaciónporelhomicidiodemipadre.ViajaréaCalifornia,Liz.Algúndíalocomprenderás.En el fondo fui yo el que un día entendió que estaba matando su amor conaquella actitud, y que nuestros problemas se fueron acumulando gracias amiegoísmo y a la manera de encarar nuestra relación. La perspectiva que sóloconcede el paso del tiempo permite observar los acontecimientos desde fuera,conobjetividad.Siendoobjetivosellapusomás,muchísimomásqueyoenesarelaciónqueyahabíadadounfrutomaravilloso:nuestropequeñohijo.Peseatodoaprimerosdeabril,unavezorganizadostodosmisasuntos,toméunvuelo hasta San Francisco. Durante las casi seis horas de trayecto escuchécancionesquedetestaba,quemerecordabanamiciudad.Tambiénmepuseunspot,enmiopiniónelmejordelahistoria,realizadoporunadelascompañíasmásingeniosasdelValle;aquelfabuloso1984deApple.Selanzóaprincipiosdeañoyyohabíanacidoafinales.Aquel1984apocalípticoquenoshabíamostradoenunanovelaGeorgeOrwellnoeralapanacea,perotampocoeldesastrequeelbrillante autor inglés había descrito 35 años antes. Lo más curioso es que elsegundo spot que más me gustaba también lo había creado la compañía deCupertino,ubicadaasólounasmillasdemihogarfamiliar;aquelfamosoCrazyOnes,conesesloganextraordinario,ThinkDifferent,quemehabíaenamoradoen1997yquehabíasalvadoalaempresadelamanzanamordidadecaerenlabancarrota.DuranteuntiempobarajélaposibilidaddeestudiarunaingenieríaydeconseguirunempleobienremuneradoenSiliconValley, algo relativamentesencilloenlaépoca;peromisinteresesvariaronylatrágicamuertedemipadreme hizo centrarme en un propósito: entrar a formar parte del FBI. No podíapermitir que los malos saliesen impunes de sus actos horrendos, y la mejormaneradeevitarloeraenlugardegritaraloscuatrovientoshincarloscodose

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implicarme de un modo directo en dar con ellos y lograr que la policía y lajusticia los metiera entre rejas para que no causasen más daño al resto de lacomunidad,queintentabaconvivirenpaz.Casi cuando estábamos a punto de aterrizar volví a ver, por enésima vez, eldiscursoqueSteveJobsdioenmiUniversidad,enlagraduaciónde2005.Amínomecorrespondíaestarallí,peromecoléentrelosestudiantesparaescucharaaquel tipo singular que había sido capaz de levantarse después de recibir ungolpe terribleyquehabía creadoproductosde ensueño.Meencandiló aquellacharla,ymeemocionó.DevezencuandoselaponíaaalgunodemiscolegasoaLiz.NosólomerecordabamisañosenStanford,tambiéneraunmensajequemeanimabaenlosmomentosdifícilesyquemeayudabaasoportarlapérdidademipadre.PorsuerteTomestabaenelaeropuertopararecibirmeconsuampliasonrisaysuabrazodisipóenuninstantetodoslosrecuerdosquemepodíanhacerflaquear,yunaenormesensacióndealegríameinvadió.—Jefe,hascambiadomucho;senotaqueyaerespadreyqueenelFBItehasconvertidoenunodeesosmalditosmandamases.Micolegamemirabacomolohacenlasabuelasdespuésdeuntiemposinhaberestadoencontactoconsusnietos.Susojoscentelleabanymeseñalabacomolohacen los jugadores de baloncesto a un compañero después de recibir unaasistenciagenialqueleshadejadounacanastaenbandeja.—Pues tú estás igual. Al final me vas a tener que mandar la receta de esosdichososbatidos.—Tengoquecuidarmismúsculos,ya losabes.Además,estaciudadnoes tanidílicacomomeladibujabasynecesitoestarenplenaforma.SillegoasaberloquemeibaaencontrarpidodestinoenDetroitoenSanLuis.Tombromeaba,comosiempre.HabíacitadolasdosciudadesconmayoríndicedecriminalidaddelosEstadosUnidos,muyalejadosdelapacíficaurbedeSanFrancisco. Pero al otro lado de la Bahía sí que se encontraba el único puntonegrodelazona:Oakland,dondelostiroteos,losasaltos,losrobosenviviendas,lasdrogasylaprostitucióneranunserioproblema.Unaexcepcióndentrodeunazona privilegiada en la que se apiñaban millonarios, artistas, estudiantes ydocentes de todos los lugares del mundo y gente bohemia que lo último quedeseabaenlavidaerameterseenlíos.Charlandodemaneradistendidallegamoshastaelcochedemiviejoamigo.Sedetuvo conmedia sonrisa dibujada en el rostro yme señaló un flamanteFordTaurus2017decolorrojoplateadofullequipconunasespectacularesllantasdeveintepulgadas.—Nopuedesercierto—musité,recordandoquelaúltimavezqueestuvimosen

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Kansashabíaalquiladounomuysimilarparainvestigarporlosalrededores.—Estecocheesperfectoparamí.Vaconmipersonalidad.Yademás,lepegaaunaciudadcomoSanFrancisco.—¿Dedóndenariceshassacadolapasta?—De mis ahorros dejándome la piel en el FBI. Ahorré mucho. Era la únicaventajadetantoaburrimiento…NosmontamosyTommecomentóqueloprimeroera llevarmeamihotel.Sehabía ocupado personalmente de buscarme un buen alojamiento, no estabadispuestoaquecualquieramemandaseaunlugardemalamuerte.—¿Estáscontentocontunuevaetapa?—pregunté,porqueyoloechabamuchodemenos.—Sí,jefe,loestoy.Yalosabes.EnelFBIsólomedivertíacuandomedejabasescaparme de Quántico y meterme de lleno en las investigaciones. No estoyhechoparamatarel tiempoencerradoenundespacho.Ganounpocomenosytengoquesoportarauntipoalquelegustademasiadoalzarlavoz,peroporlodemásnotengoqueja.Yestaciudadesfantástica.—Notengosustitutoparati—repliqué,sintenerencuentatodoloqueTommeacababadeconfesar.—Ya surgirá alguien.Haymiles de chavales deseando ser agentes especiales.Las series de televisión y las novelas juegan a tu favor. Seguro que ya estádelantedetiyaúnnitehasfijadoenél.Además,yonoeratanbueno.Tehasolvidadoprontodelocabreosquetepillabasconmigo.Forcé una mueca que intentaba mostrar conformidad, pero mi rostro reflejóciertadesazón.No,noeranadasencilloencontrarauntipocomoelqueeneseinstante conducía su ansiado Ford Taurus, aunque, como él comentaba,hubiéramosmantenidodecenasdediscusionesenelpasado.Yoprecisabaaunagente que fuera capaz de infiltrarse entre la gente corriente, de abrir unacerraduraenunpestañeoodetenerelarrojodesaltarselasnormassintenerquepasarme horas explicando que no teníamos otra opción y que la vida de uninocenteestabaenjuegomientrasperdíamoseltiempoensandecesburocráticas.Éljamásmehabíafallado.Llegamos a South Beach y aparcamos en la puerta del Hotel Via, como legustaba hacer a él. Había reservado paramí una fantástica suite con vistas alAT&TPark,queseencontraba justoenfrente.Habíasido todoundetalle,perodeinmediatosediocuentadequealgonomarchababien.—¿Qué es lo que sucede, jefe? Joder, esta habitación es lamonda, tiene unasvistasextraordinariasyestáasólomediamilladelaCentraldelDepartamentodePolicía.Mi amigo tenía razón. La ubicación era perfecta y estaba a sólo diezminutos

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paseandodel lugar en el que tendríaquemantener las reuniones casi a diario;peroallí,enfrente,estabaelAT&TPark.—Noesculpatuya.Nomehagascaso.Meencanta.Deverdad,jamásmehabíanmimadotanto.—¡Vengaya!Aúnpuedobuscarotrolugar.Perovamos,queyaquisierayounasuite así. Tú me mandabas a moteles de tercera para pasar inadvertido, ¿lorecuerdas?—SiemprecercadeunMcDonald’s.Nosechamosa reíryaquellome relajó.Fui sacandomiscosasde lamaletaytratédedisimular.—¿Melovasacontar?—preguntóTom,dandoaentenderqueyanoinsistiríamás.SeñaléconmiíndicederechocondesganaelAT&TPark.Micolegasegiróyseencogiódehombros.—LosGiantseranelequipofavoritodemipadre.Fuimuchasvecesconélaeseestadio. Pasamos muchas horas los dos juntos en las gradas, viendo jugar anuestroequipoconlaBahíaalfondo.Eraunapasionadodelbéisbol.—Lahejodido.Losiento.—No, no has jodido nada. Han pasado muchos años, Tom. Es mi malditacabeza,quenolograsuperarlo.—Esecasolovamosaresolverjuntos,¿losabes?Sí, él se había ocupado nada más llegar a San Francisco de reabrir lainvestigacióndelhomicidiodemipadre,a laquehabíandadocarpetazodeunmodorápidoydesinteresado.Nopodíareprocharlenada.—Sí,peroantestenemosaunasesinodeniñasentremanos.Yanosocuparemosdeeso.Yolvidalodecambiardehotel.Meencantaestasuite.Nolacambiaríaniporunavillade1.500piescuadradosenHawái.—Lolamento.Deverdadquecreíaqueteharíailusión—murmuróeldetective,desconsolado.—Ymelahace.Sólohasidolaprimeraimpresión,peroessensacional.Venga,dejemosdeperdereltiempoycoméntamealgosobreelcaso.Herecorrido3.000millasparaserútil.Tomseacercóhastamíymesacudióconafecto.DespuéscogiómiszapatillasNewBalanceysoltóunacarcajada.—¿Siguescorriendo?—Cadavezquepuedo.Dejó las zapatillas y se sentó al borde de la cama. Sumirada se perdía en elinfinito.—Tenecesito.Tenecesitamos,jefe.Tenemosunamierdadeperfilyunpuñado

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desospechosos.Séqueningunoeselculpable.Asíestamosahoramismo.

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CapítuloIVAquellanochecenéprontoymeacostétemprano.Deseaballegaraprimerahora,con la mente despejada, a la Central del Departamento de Policía. SegúnmehabíaexplicadoTomteníamosmuchafaenapordelante,pesealosmesesqueyallevabaninvestigandoelasunto.El edificio principal del Departamento de Policía de San Francisco eraespectacular: una base de hormigón en bloques paralelos, cinco alturascompletamenteacristaladasyunrecubrimientorectangulardemetalgalvanizadoenun elegante tonogris en los laterales y el techo. Impresionaba.También ladiminuta y antigua estación de bomberos, de ladrillo rojizo, con una enormecampana al costado, enChinaBasin Street, que se hacía hueco entre aquellasmolesquealbergabanamásdemilempleados.Al atravesar la entrada una enorme insignia, que todos los agentes llevabancosidaensushombros,medeslumbró,conaquelfénixresurgiendodelasllamasconlasalasextendidasyellemadelaciudad,elcondadoylapolicía,escritoencastellano:«Oroenpaz,fierroenguerra».Todaunadeclaracióndeintencionesque se remontaba casi dos siglos atrás.Era algo que losmás jóvenes y cultossolían gritar en las casas cuando llevaban ya algunas cervezas de más en elcuerpo. Yo, que era prácticamente abstemio —sólo una cerveza ocasionalrompíamirenunciaalalcohol—,jamáshabíaparticipadonideadolescentenienelcampusdeStanforddeaquellosritos,porlodemás,untantoridículos.NadamásllegarTommerecibióycomosolíasucedercuandohabíaestadoenciudadesgrandes—DetroitoPhoenix—me tocó rellenaralgunos formularios.Burocracia necesaria para que un agente especial de laUnidad deAnálisis deConducta llegado desde Quántico pudiera participar en la investigación deaquellos asesinatos salvajes. Después me guio hasta una sala magnífica,equipada con la última tecnología y conmuebles de diseño, en la que yameesperabancuatropersonas.Miamigomehabíaadvertidodequemiactitudfuesepasivaenunprincipioyquepocoapocomefuesesoltando.Endefinitiva,quenolacagasenadamásponerunpieallí.Me presentó yme fue diciendo quiénes se encontraban en la estancia:MasonSmith, Capitán del Departamento de Policía; Aria Martínez, detective dehomicidios, como mi colega; Luke Evans, investigador principal asignado alcasoy, porúltimo,KaitlynPeterson, agente especial responsablede la oficina

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satélitedelFBIenSantaRosa,quecubríaelCondadodeMarin,dondehabíansidohalladosloscadáveresdelaschiquillas.Todosteníanelsemblanteserioyparecíanaguardaraqueyomesacasedeunachistera,oquizádelamangadelachaqueta,unconejoqueresolvieradeunplumazotodossusproblemas.Smith, el Capitán, antes de entrar en los pormenores del caso, se centró enexplicarme la enorme presión que ya soportaban: la comunidad, el alcalde, elgobernadory,enespecial,losmediosdecomunicación.—Noshansalidodosgranosenelculo,simepermitelaexpresión.UnoesunveteranoperiodistadelChronicle,queparecequeantesde retirarsenosquieretocarlasnarices;elotroestáenelextremoopuesto,esunnovatoquellegóhacepocoalExamineryqueimaginoquedeseahacerméritos,aunqueseaacostadeunatragediacomolaquetenemosentremanos.ElCapitánhablabacomosi escupiera cadapalabra, comosimascara tabacoydeseara lanzarmuy lejos cada bola de hojas trituradas por susmuelas deRedMan. Era un tipo duro, de los que a primera vista te causan una impresióninciertayquesabesquepertenecenalaviejaescuela.—¿Ylastelevisiones?—pregunté,másinteresadoenmispropiosfantasmasqueenlosqueacosabanaSmith.—Demomentonoestándemasiado interesadas.Lo típico: laFOX, laCBS, laABC, la NBC y Univision le están dedicando un poco de cobertura, pero nomolestanalasfamiliasynosdejantrabajarmásomenosenpaz.Seconformanconunaruedadeprensacadadossemanasy listo.Tampocoa lospolíticos lesinteresa que se monte un gran follón, y con los canales pueden ejercer máspresiónqueconlosperiódicos,yamecomprende.Podía comprenderle, porque el alcance de un periódico, aunque fuese de unaciudadcomoSanFrancisco,eralimitado,perosisemetíanlastelevisiones,ynodigamossielcasopasabaaserdeinterésnacional,nuestralaborsecomplicaríaentodoslossentidos.Asentí.LaagenteespecialPeterson,traslaintroducciónrealizadaporelCapitán,entróendetalles.Describiódeunmodoconcisolaspesquisasquesehabíanrealizadoenlasúltimassemanas,desdequequedópatentequetodosnosenfrentábamosaun asesino en serie. Era una sospecha que había cobrado mucha fuerza ennoviembre, cuando encontraron a la segunda víctima —y cuando Tom metelefoneóporprimeravez—,peroahorayanocabíaningunaduda.—HaymuchascosasquenoestánenelinformequeremitimosaQuántico.Dehecho la mayoría sólo las conocemos los que estamos aquí reunidos, otroinvestigador,otrodetective,unforense,elJefedePolicíayelagenteespecialalmandodelaOficinadelFBI.Nadiemás.Mequedéensilencio,observandoelrostroagradabledelaagenteKaitlyn,que

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memirabasinpestañear,indicandoqueaquelloeraalgomuyserio.—Imaginoqueexisteunpatrónmuydefinido—dije,titubeante.—Asíes.Siempresonniñas.Dediezaños.Lasrapta,lasmatacasideinmediatoyalospocosdíasabandonaloscuerposylosdejasemienterradosalpiedeunárbol.Dosdelaspequeñasteníanelpelocastaño,perolaúltimaerarubia.—¿Oportunidad?—pregunté,aunquenoestabaseguronideloquehablaba.—No creo, agente Bush. Tomarse tantas molestias en secuestrar a tres niñas,siempre de la misma edad, y de súbito cambiar el modus operandi por unacuestióndeoportunidad…Nomelotrago.—Yotampoco—reconocí—.Entiendoquelaprensaestáaltantodetodoeso…—Sí.Ydealgunacosamás.Hemostenidofiltracionesyporesoahorallevamosmáscuidado.—¿Filtraciones?—Sí,escasinormal.Sóloenesteedificiotrabajancientosdepersonas;entodoelDepartamentodePolicíamásdedosmil.Nosepuedecontrolaratantagente,amenosquepongasuntamizmuyestricto.Ahoratrabajamosasí.—¿Quésehafiltrado?—pregunté, liberadoalsaberqueeldocumentoquemehabíanenviadohurtabamuchadelainformacióndelcaso.LadetectiveAriaMartínez,quemás tardesupequeeraunaestadounidensedeprimera generación, hija de dos inmigrantes ilegales mexicanos, carraspeó ylevantólamano.ElCapitánlehizoungesto,invitándolaaintervenir.—Las viste con camisones blancos. Las pequeñas llevaban ropa de callecorriente.Creemosqueelasesinoselasquedacomotrofeo.Lasmata, laslavaconesmeroydespuéslesponeuncamisón,comosilasfueraadejardormidasenelbosque.—¡Mierda!—exclamé,conrabia.—Ya está todo bajo control.Usted se suma a una listamuy reducida.Hemoscreado tres tiposde informes:unoparaelgrupoprincipal,otro interno,alquepuedenaccederlosagentesimplicadosenlainvestigación,yelquedifundimosalaprensa—dijoelCapitán,segurodesímismo.—¿Y cómo se aseguran de que el primero sólo lo leen las personasseleccionadas?—inquirí,suspicaz.Mason Smith me tendió una carpeta marrón, de esas baratas que se podíanadquirir en cualquier Walmart por menos de un centavo. No llevaba ningúnsello, ni marca ni estampado. La abrí y descubrí, asombrado, que estabaredactadaamáquina,conunadeesasmáquinasdeescribirantiguas,queyaen2019sólopodíasencontrarenlosmuseosoenelfondodealgúntrastero.TuveunasensaciónagradableypenséquemehabíadejadoolvidadosmiscuadernosMoleskineenlahabitacióndelhotel.

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—Evans usa una Royal Epoch bastante moderna. Lo malo es que ahora lasfabrican en China. Ya casi todo lo hacen los chinos. Al menos seguimosinventandonosotros.—Ya.Demodoqueelnúmerodecopiaseslimitado.—Cuandoterminaelinformehagolasfotocopiasenmidespacho,lasnumeroylas firmo; despuésmeto en la trituradora de papel el original. Es como haberregresado a los setenta. Lo analógico siempre es la última solución, y casisiemprelamejor—musitóelCapitán,sonriente.—Opino lo mismo —murmuré, intentando ganarme las simpatías de Smithdesdeelprincipio—.¿Algunafiltraciónmás?—Pequeños detalles sin importancia —respondió Peterson—. Lo que síconocen,obvio,eslaidentidaddelasvíctimas,cómolasencontramosyquelasdejasiemprealpiedeunárbol.—Untraumaprofundoinfantil—musité,reflexionandoenvozalta.—Eslateoríamássólida—dijoelinvestigadorEvans,unhombrereservadoquesefrotabalasmanosdeunmodocasipatológico.—AgenteBush,ahoralleganlassorpresas—manifestóladetectiveMartínez—.Lospormenoresquesólonosotrosconocemosyquelepermitiráncrearunperfilconmásprecisión.Algunosnostienenconsternados.Todos,casia lavez,bajaron lacabeza,comosiestuvieranorandoadios justoantes de la cena del Día de Acción de Gracias o algo semejante. Me quedéatónito.HastaTomparecíaotro.—Porejemplo—dije,animandoaladetective.—¿LesuenaelAsesinodelZodiaco?

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CapítuloVSiacasitodoslosmayoresde50añosdelpaísalosquepreguntaseslessonaría,deunmodomásomenosvago,elAsesinodelZodiaco,nodigamosacualquieranacidoenSanFrancisco,ymásamí,queeraagenteespecialdelFBI.Eraelcrimensinresolvermásfamosodelahistoriadelaciudad,yaúnpesabasobre las concienciasde agentes retiradosydemuchosperiodistasquehabíanhecholoimposiblepordarconlaidentidaddeundesalmadoquehabíaacabado,porlomenos,conlavidadecincoinocentes,aunqueelnúmerototaldeposiblesvíctimasoscilabaentreunadecenaymediocentenar.Hablamosdefinalesdelossesentadelsiglopasado,unaépocaenlaquenoexistíannilaspruebasdeADNnimuchasde las técnicas forensesnoyaactuales—desde luego—,nisiquieranadasemejantealoqueyaserealizabaaprincipiosde2019.MicompañeraLizeraunaexpertaeneltemaycontribuyódeunmodomuysignificativoenelusodelosfenotiposydeotraspruebasqueahoranospermitensalvarmuchasvidasyatraparalosculpablesconrelativafacilidad.La cuestión truculenta era que el monstruo que buscábamos dibujaba con unrotulador permanente de tinta negra un sencillo dibujo en el cuello de laspequeñas.EraelmismoqueelAsesinodelZodiacohabíaempleadoparafirmarsuscartasdirigidasadiversosmediosdecomunicación,entreelloselChronicleyelExaminer,queaúnseguíanencirculaciónyqueprecisamenteeranlosmásinteresadosenelcasodelaspequeñas.Elsímboloeraunsimplecírculoconunacruzencima.Era idénticoal logotipode lamarcade relojes suizaZodiac,quecontaba con más de un siglo de antigüedad. Para todos los implicados en lainvestigaciónaquelloeraunabromamuymacabra.Paramí,sinembargo,eraunmensaje,unapista sólidaquepodíaconducirnosdirectoshaciaelparaderodelculpable.AqueldíamelopaséporcompletoencerradoenlaCentraldelDepartamentodePolicía.Habíaotrosdetallesquenohabían trascendidoyquesóloconocíamosunospocos:laposiciónexactaenlaquedejabaloscuerpos,quesiempreapenaslos enterraba o que jamás había abusado sexualmente de las niñas.El Jefe dePolicía y el agente especial almando del FBI habían permitido que la prensaespeculasecondicha información,demodoqueelasesinosesintieseseguroyconfiado.Tampocohabíancomentadoqueya sabían lamarcade rotulador,decamisónodejabónqueaquelengendroempleaba.Peseaserbastantecomunes,

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yeconómicas,cualquierdespistepodíadarnosunindicioquefueseelhilodesdeelquecomenzaratirarparadarcazaaesetiposinescrúpulos.ElinvestigadorEvansylaagentePetersonhabíanelaboradounprimerperfildelasesinoquedeseabanqueyorepasaseporlanoche,justoantesdeirmeadormir,paraquecompartieseconellosmisimpresiones.Todoeramuyprecipitado,perotambiénelestrésquesoportabandebíasermayúsculo,demodoquemelimitéaaceptar y pensé que ya tendría tiempo de explicarles que nimimente era tanrápidanieraapropiado forzar lamáquina,aunque la siguientevíctimapudieraestaralcaer.Elperfilestababastanteelaborado:proponíanqueelasesinodebíarondarlos30años, contar con una formación sólida, ciertas habilidades sociales, unosmodales exquisitos, bien integrado aunque con escasas relaciones con lacomunidad, lo más probable es que estuviera casado pero sin hijos, que sehubiera criado enuna familia desestructuraday quehubiera sufridoun severotrauma en la infancia, lo más seguro que a la edad de diez años. Tambiénsugeríanquepodíatratarsedeunhomosexualodealguienmuypocointeresadopor las relaciones íntimas.Casi seguro que era un varón, caucásico, fornido yquemimabasusalud.Másinsegurossemostrabanalahoradeestablecercómocontactabaconlaspequeñas,aunquetodashabíansidoraptadasenparques:¿Eramonitordeactividadesparaniños?¿Impartíaclasesenuncolegiodeprimaria?¿Se dedicaba a la psicología infantil? Lo cierto es que las posibilidades eranmuchas. Inclusobastabaconquesumadureznosehubieradesarrolladodeunmodo apropiado para ser capaz de ponerse al nivel de un pequeño y generarconfianza en él. En un aterrador experimento realizado por la UAC enWashingtonyalrededores,conlaautorizacióndealgunasfamilias,unagentedepaisanohabíaconseguidoconvencerenapenasdosminutosamásdeun80%delos niños participantes para que lo acompañasen a cambiode entregarles unasgolosinasounpequeño juguete.Casi todos loschiquillos sehabían limitadoapreguntarsiconocíaasuspadres,yalagentelehabíabastadoconresponderquesí.Sólounaminoríagritó,senegóofueapreguntarasusprogenitoresantesdeabandonarlosparquesdelamanodeuncompletodesconocido.Esteensayoyase había realizado en el pasado y también en otros países desarrollados y losresultados eran casi idénticos. Engañar a un niño, a poco que uno se hubierapreparado,eralomássencillodelmundo.Pavoroso.Meacostérendidoyapenasdescansé,porquevariaspesadillasmeatosigaronalolargodelanoche.Cuandonoveíaloscadáveresdelaspequeñasmeveníaalamente la imagen de mi padre, vivo, entrenando conmigo al béisbol. LasintencionesdeTomhabíansidobuenas,perotenerelAT&TParkjustoenfrentemeestabaacogotando.

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Me levanté muy temprano. Un día típico de primavera de San Francisco merecibió,conunadensanieblaquemeimpedíavermásalládetrespalmosdelacristalerademihabitación.Estabaencasa.Salíacorrerytomédirecciónnorte,siguiendoelpaseoTheEmbarcadero,conaquellasvistas fabulosasa laBahía.Mecrucécondecenasderunners quemesaludaban sonrientes. Mi ciudad era, según las estadísticas, la que tenía unamayortasadegentecorrientequepracticabadeporteyque,portanto,manteníaun espléndido estado de forma. Recorrí poco más de dos millas y media,pasandopordebajodelfabulosoOaklandBayBridgeyllegandohastaelpunto,atestado de restaurantes y comercios, desde el que salían los ferries llenos deturistasqueseacercabanhastalaisladeAlcatraz,LaRoca,aecharunvistazoalaantiguayfamosapenitenciaria.Yodescanséunratoenunbonitomiradordemaderaqueno recordabaqueexistieraañosatrás, aunque laespesabrumameimpidiódisfrutardelasvistas.Regreséabuenritmo,hastacompletarundecenteentrenamientode5millas,ymediunaduchafríaquemedespejóporcompleto.Cuandosalíporlapuertadelhotelyahabíaescampadoyelsollucíaenuncielodeuncolortanazulcomomaravilloso.Esecieloquetantoechabademenos.ElpaseohastaelDepartamentodePolicíaerabreveperoagradableypermitíareflexionarduranteun rato antesde afrontar la jornada.Aqueldía comprendíaque mi amigo no podía haberme encontrado un alojamiento mejor y que yohabíasidounestúpido—denuevo—aldejarmearrastrarpormissentimientos,que ya debían estar sepultados por toneladas de experiencias y por el efectosanadorqueelpasodelosañosprocura.Antesdeentraralmodernoedificiomequedécontemplandolapequeñaestacióndebomberosylahermosacampana,juntoalaquealgunosforasterosseestabanhaciendoselfies.Meparecíamentiraestarenmiciudadyrecordéquenohabíatelefoneadoamimadre,queahoraresidíaenLosBaños,unapequeñapoblacióndesólo35.000habitantessituadaaunpardehorasencochedeSanFrancisco.Comoimaginabamepidióquemeescapaseencuantopudieraparavisitarla.Lomaloesqueaquellosuponíatenerqueirconella,actoseguido,alcementeriodeMariposa, 70millasmás al este, a limpiar la lápida demi padre, poner floresfrescasydirigirlealgunaspalabras.Ellaeraunacreyentefervorosamientrasqueyoeraunateoconvencido.BusquéaTomensudespachoyporsuerteloencontrésolo.Deseabacomentarcon él todo lo acaecido la jornada anterior y saber qué papel habían planeadoentretodosqueteníaquejugaryoenlainvestigación.—Jefe,deseoqueseastú,túmismo.Notienesquecambiarnada.Bueno,sierestan amable prefiero que no te comportes lamitad del tiempo como un necio,peroelcupodemilagroscreoqueyalohecubiertoynoestoyencondicionesde

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pedirmás.—Esquenomesientocómodo.EstoyunpococomoenPhoenix—musité.—Allínometeníasamí.Estabassolo—replicómiamigo,dolido.—Losiento,Tom.Nomeheexplicadobien.Además,aunquemellamesjefenopodemostrabajarcomoantaño.—¿Quiénhadichoeso?—No sé… Ya no formas parte del FBI, eres detective de homicidios aquí ydependesdelCapitánSmith.Seamoshonestos.—¿Quéesloquequieres?Tom se reclinó en su moderno asiento de diseño y entrelazó sus manos pordetrásdelanuca,aguardandomirespuesta.—Lomismoquetúmehasdichoantes.Deseoqueseastú.DeseorecuperaralTomdelFBI.Para calmar mis nervios metí la mano derecha en el bolsillo exterior de michaqueta y apreté con fuerza las tapas demi libretaMoleskine, que no habíaolvidadoenlahabitacióndelhotel,cuyotactosuaveycálidomereconfortó.—Aquí está, delante de ti. Sólo tenemos que ponernos a colaborar comosiempre.—Comosiempre…—¿Ponmeaprueba?Mesentéynopudecontenerlanzarunsilbido.Estabacontento.—Estonomeloesperaba.—LohabléconSmith,antesdepedirtequeteimplicases.Medijoquepodíamoshacerloquenosdieralagana,peroqueparásemosestacarnicería.NadieentodalazonadelaBahíaquiereaotraniñamuertaalospiesdeunárbol,jefe.Yosoyel primero que me pongo enfermo sólo de imaginarlo, que doy un respingocuandosuenaesteteléfono.Tenemosvíalibre.Estánasesinandorenacuajos.Noesunabroma.—Deacuerdo.Necesitoconocertodoloposibledelaprimeravíctima.—Laqueaparecióenverano,amediadosdejulio…—Exacto.Nohaynadasemejante,¿verdad?Miamigonegóconlacabeza,mientrasindagabaensuordenador.—Lo más parecido, y de eso han transcurrido ya dos años, es el caso queresolvisteenArizona.Porsuertelosasesinosenseriedeniñosnoabundan.Hayqueestarmuytaradoparamataraunchiquilloinocente,hayquesermuyhijodeputa.—Noloresolvíyosolo,Tom.Fueuntrabajodeequipo,comosiempre.Ysinollegaaserporunainvestigadora,EmilyYoung,mehabríanvoladolossesosyahoramiscenizasestaríanflotandodetrásdeesteedificio,amerceddelasaguas

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delaBahía.—Puesharemoslomismo…—No,tenemosquehacerlomejor.Almenosyodebodeesforzarmemuchomás.—Jefe,noempieces,porfavor.Micolegadejóeltecladoymeguiñóunojo.Estabaconfundidoynosabíaaloquemerefería,poresomeregañaba.—Un pequeño apareció asesinado cuando ya me encontraba en Phoenix. Noquierovolverasentir lomismo.Vamosaatraparaesemonstruoantesdequevuelvaaactuar.—Recuerdasquetellaméennoviembre…—Sí,Tom,esimposiblequeloolvide.Élyamehabíaavisadodequeaunquesólohubieranaparecidodoscuerposseenfrentabanaunpeligrosoasesinoen serie.Yono lehabíaprestado ladebidaatenciónyalfinal,pordesgracia,eltiempolehabíadadolarazón.—Puesnohacefaltaqueteexpliquecómonossentimos.Cadaunadeesasniñasescomosi formarapartedenuestra familia.Paramísoncomomissobrinasocomo unas hijas imaginarias que jamás tendré —murmuró, cabizbajo. Deinmediato señaló un reloj digital que tenía colgado de una de las paredes deldespacho—.Llegamostardeaunareunión.NadamásterminarregresamosaquíytedigotodoloquesérespectoaLucySims.—¿LucySims?—pregunté,desnortado.—Laprimerapequeñaqueasesinaron.Laquetantoteinteresa.Tommellevóalamismasalaenlaquehabíaestadoeldíaanterior.Asistíamostambiénlasmismasseispersonas.Allímeexplicaronquecadaunocoordinabaaungrupo:elCapitánSmitha todos losdetectives, investigadoresyagentesdelDepartamento de Policía de San Francisco; Peterson al personal del FBI; elinvestigadorEvansalosforensesdetodoslosámbitos; ladetectiveMartínezatodoslosdesumismorangoentodalazonadelaBahíayTomeraelenlace,yyomismoeraunaprueba,entreelFBI,yaquehabíasidoagenteespecialvariosaños,yelDepartamentodePolicía.SanFrancisco eraunaurbepeculiar, enmuchos sentidos: era laúnica ciudad-condadodetodoelestadodeCalifornia,yunadelaspocasdelpaís;tambiénerala segunda en densidad de población, en términos de habitantes por millacuadrada, sólo superada por Nueva York. Estos aspectos, en apariencia pocorelevantes, en términos legales en 2019 sí suponían un galimatías que encualquierotrolugarhubieraestadomuchomásclaro.Unadelassingularidadesmáscuriosasesquelasheriffdelcondado—porprimeravezporentoncesunamujer ocupaba ese cargo—y su oficina estaba almargen de la investigación,salvo para determinadas labores de apoyo. Era el enorme Departamento de

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Policía, en colaboración con la oficina local del FBI, el que asumía toda laresponsabilidad y el Jefe de Policía el que tenía un control absoluto sobrecualquiermateriarelacionadaconelcaso.AquellamañanaelCapitán,empleandounagigantescapantallade105’’conunaresolución 5K que me dejó un buen rato con la boca abierta, fue mostrandoimágenesdelaslocalizacionesenlasqueresidíanlasvíctimasyloslugaresenlosquefueronhalladosloscadáveres.TodoslosemplazamientossituadosenelCondado deMarin, en la zona de grandes parques pegados a la costa que seubicabanaloestedelGoldenGate.Nocabía lamenordudadequeaquel tipoconocíamuybienelterrenoyquesemovíaporélconcomodidadysintemor.SinembargolasniñashabíansidoraptadasenSanFranciscociudad,enpuntosdistantes entre sí y en circunstancias similares pero que presentaban ciertaspeculiaridades.Todosaquellosdatospermitíanseguirelaborandounperfilmásfidedignodelmonstruoqueperseguíamos,yquesisucadenciaseguíaelmismopatrónvolveríaaasesinaraunapequeñaenjulio.Endefinitiva,contábamosconmenosdetresmesesparameterloenuncalabozoydejarloallíencerradohastaquesepudriese.EnCalifornia,pordesgracia,aúneralegallapenademuerteen2019,aunquenoseaplicabadesdehacíamásdeunadécadaymásde700presosaguardabanenelcorredorde lamuerte.Yoerapartidariodeque la inyecciónletal fuera suprimida y que el estado en el que había nacido aboliese, por fin,aquellaformasalvajedehacerjusticia,quenoservíaniparaevitarlosdelitosdesangreniparaconsolaralasvíctimasoasusfamiliasyamigos—conelpasodeltiemposucedíajustolocontrario;aflorabansentimientosdeculpaylasensacióndequelavenganzajamástraedebajodelbrazonadabueno—.Según las autopsias el desalmado que raptaba a las pequeñas tardaba poco enmatarlasyendeshacersedesuscuerpos,aunquelosmanteníaensupoderentre24y72horas—elqueabandonara loscadáveresenzonaspocotransitadasnoayudabaaestablecerunmargenestrecho—.Teníamoslamarcaderotuladorqueempleaba—unabarataquesevendíaentiendasdetodoaundólarfabricadaenChina—ylasdelostresblusonesquehabíapuestoalaschiquillastraslavarlasaconciencia,queerandeunaempresasituadaalaafuerasdeVallejo—esdecir,muy próxima a San Francisco— y que trabajaba para diversas marcas; elproblema es que algunos empleados vendían de forma subrepticia prendassueltas o por lotes sin etiquetar, y esas eran las que habían colocado a loscadáveres.Pordesgracianohabíacámarasdevigilanciayesoslotesnoestabannumeradosyportantoseguirleselrastroeracomplicado.Siaesolesumábamosque los trabajadores tampocodeseabancolaborarmucho,porquehacerlopodíasuponerlesundespidodisciplinario,nostopábamosconuncóctelquejugabaennuestracontra.

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Elasesino,comotantosinfanticidas,noempleabalaviolencianiparasecuestrarni para matar a las niñas. Las autopsias siempre habían arrojado el mismoresultado: muerte por depresión respiratoria causada por una combinación demorfina, metoclopramida y bajas dosis de alcohol mezclado con zumo denaranja.En losestómagos tambiénsehabíanhalladogolosinassin terminardedigerir, en cantidades diversas, abundando unas gominolas de banana que sedistribuíanenexclusivaentiendasRaley’s—quesólooperabanalotroladodelaBahía—.Esonospermitía imaginar lasituación:elmonstruoengatusaa laspequeñasconlasgolosinasydespués,yaenunlugarqueélconsideraseguro,lasenvenenaconunmejunjede saboragradablequecombinaunpotente sedante,unantieméticoyunpotenciadordelosefectos,sobretodoenmenores,comoeselalcohol.Aunquelasdiferenciaseranevidentes,enespecialporelestadoenelquequedabanlospequeños,mimenteregresabaunayotravezalcasoquemehabía llevado hasta Arizona. Resultaba imposible sacarlo de mi cabeza y,también,eraabsurdocreerquemelibraríadelhorrordeantaño.Losagentes,losinvestigadores, losdetectivesy todos losquedeunmododirecto tenemosqueenfrentarnosalasatrocidadesqueelserhumanoescapazdellevaracabovamosacumulando muescas en el hipocampo que jamás desaparecen, que nuncacicatrizan, y que de un modo u otro —demencia, pesadillas, depresión,adicciones o incluso explosiones de violencia— acaban pasando factura ysaliendoalaluz.—Las desnuda, pero no abusa de las niñas. Quizá les saque fotos, quizá semasturbedespuésconlaropaohagarecreacionesmentalesconlasquecalmarsuansiedadduranteesosmesesdelatenciaenlosquenoactúa—musitóKaitlynPetersonconunafrialdadquemesobrecogió.—Noemplealaviolencia,lasdejaconmimoalospiesdeunárbol,lasbañaaconcienciaydespuéslasvisteconesecamisón.Nosé...—reflexioné;enalgunazonademicerebrotodoaquelloteníaunaexplicación.—¿Quéopina,agenteBush?—preguntóladetectiveMartínez,muyinteresada.Odiaba lanzar una hipótesis cuando apenas llevaba un día completo en SanFrancisco y asistía a mi segunda reunión. Pero para eso habían solicitadomiparticipación:paraqueexpresaramisopinionesydieraunenfoquedistintoalainvestigación.—Tengo la impresióndeque siempreexageramoselmóvil sexual cuandonosenfrentamosaasesinosenserie.Bajomipuntodevistalasrazonessonmuchomáscomplejasyvariadas,aunqueenporcentajedesdeluegoelsexosigasiendoelelementomás frecuente.Sinembargohay traumasque segeneranporotrascausasyque,pasados losaños,desembocanenconductasagresivas,comodarmuerte a unas niñas inocentes. Aquí observomucho tacto, si me permiten la

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expresión.—¿Tacto?—inquirióelCapitán,perplejo.—Sí—respondí,concalma—.Laslava,lesponeunaropaqueparaéltieneunsignificadoespecial,lasabandonajuntoaunárbolylasmatadeunmodoquenosólono esviolento…ademáshaceque las pequeñasno sufran.Nomeencajaconunpederastaquehaperdidoeljuicioyseensaña.Tampococonunpsicópatadesorganizado.—Pero,agenteBush…¡esetipoesunbárbaro!—Desde luego, Capitán Smith; cómo poner eso en duda. Ahora nos tocameternosensucerebroycomprenderquéleimpeleaactuardeesamanera.—Esobvio:lalocura,unalocuraqueningunodelosqueestamosaquípodemosllegaraentender.—Puesesnuestraobligación.Tenemosqueentenderaesemonstruo.Ylomásprobable es que no esté tan alienado como imagina. Sufre un trauma severo,profundo, relacionado con su etapa infantil, pero es capaz de moverse entrenosotrossinllamarlaatención.Poresohamatadoyaatresniñas.Poresohantranscurridomásdenuevemesesdesdequeactuóporprimeravezyaúnno lohemosatrapado.Aquelúltimocomentariohabía sidocruely todos losquemeacompañaban lorecibieroncomounapuñalada.AunquehubieseempleadoelpluralenelfondoeracomosilosresponsabilizaradequeesedesalmadotodavíaanduvierasueltoporlazonadelaBahía,campandoasusanchas.Noeramiintención.Loqueyodeseabaeraquecomprendiesenqueeraun individuoperturbado,pero tambiénmuyinteligenteyconsentimientos,pesealacasitotalausenciadeempatíahaciaelrestodesereshumanos.—Nohacefaltaquenosrecuerdeque todavíaestá libre;somosconscientesdeello y le garantizo que es en lo último que pensamos antes de quedarnosdormidos,siesquelogramosconciliarelsueño.—Lo lamento—dije, sincero—.Me he expresado mal. Lo que deseo es quetodoslosaquípresentesvaríenelenfoque.Todosustedestienenexperiencia.Losasesinosenserierespondenaunospatrones,peroconmaticespropios,queloshacen singulares. El ViCAP y todos los casos que tenemos registrados nosayudaránaatraparaesemalnacido,sinembargodebemoscomenzara razonarcomoélonosvaaresultarcasiimposiblemeterloenuncalabozo.—¿Y cómo semete uno en la sesera de un animal que asesina niñas de diezaños?—inquirióelCapitánSmith,cuyapacienciaseestabaagotando.—Estudiandoalasvíctimas.Hoymegustaríaconocermejoralaprimera,queeslamásrelevante.—¿LucySims?

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—Creoquesí.—Pues no pierda más el tiempo. La agente especial Peterson y Tom puedenllevarle al lugar donde encontraron su cadáver, mostrarle la ficha que hemosconfeccionadoeincluso,sisearmadevalor,acompañarleavisitaralospadres.Noes lomismoestarenQuántico repasando informesquemirara losojosdeunamadrealaquelehanasesinadounahija.MasonSmithestabatodavíamolestoconmigo,ypeseatodoconfiabaenTomyenelagenteespecialalmandodelaOficinadelFBIenSanFrancisco;amboslehabíanhabladomuybiendemí.—Capitán,síséloqueesestardelantedeunosprogenitoresquehanperdidodeformaviolenta a un hijo.No soyunburócrata deWashington que se pasa lashorasmuertasencerradoenundespachodandoórdenes.Tengo34añosyestaeslanovenavezmeescapodeallíparacolaborarcondepartamentosdepolicíayoficinas del sheriff de varios estados. No le han recomendado a un imbécil,aunquepuedadarleesaimpresión.Smith se quedó mirándome, con los labios muy apretados, aguantando larespiraciónycontandohastadiezantesdereplicar.—Parecesólouncríoreciénsalidodelaacademia,perohablacomounveteranocurtido.Tratarédepensarmás en cómo se expresaque en su aspecto.Sólo leruego quemuestre respeto hacia todos los que estamos aquí, desde el Jefe dePolicíahastaelúltimoagentedelaoficinadelsheriffmáspequeñadelaBahía,¿meexplico?—Desdeluego.—Entalcasovayaaconocertodoloposiblesobrelavidadeesapequeña.Amímecuestahastapronunciarsusnombres.¿Espadre?—Sí.Mihijocumpliósuprimerañohaceunassemanas.—Mejor.Ustedmehablademeterseenelpellejodeesesalvaje,yolepidoqueseponga tambiénenel sitiode las familiasde lasvíctimas.Tratedehacer lasdoscosas.Tengoentendidoqueesmuybuenoensuespecialidad.Yosólovalgoparalosegundo.Cuando nos despedimos la tensión eramuy alta.Apenas abandonamos la salaTommediounpuntapiéylanzóunbufido.—¡Jefe,creíaquehabíasmadurandoduranteestetiempo!—Ylohehecho.Heprogresadomucho.—Yunamierda.Nosacabasderestregarlamuertedetresniñasinocentesporlacara y te has quedado tan ancho.Eres elmismoEthan que conocí hace cincoaños;quizáunpocomáscomedido…La agente especial Peterson, que mantenía la frialdad y no se había sentidoagraviadapormicomentario,intervinoconlucidez.

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—EsdeahoraoyasellevabanasídebienenQuántico…Tom y yo nos miramos, un poco avergonzados. Nos habíamos olvidado porcompleto que nos acompañabaKaitlyn y que seguíamos por los pasillos de laCentraldelDepartamentodePolicíadeSanFrancisco.—Vienedelejos—musité.—Nonoshagascaso.Nosentendemosmejordeloquepareceyhacemosbuenequipo.Perodescubrirásqueesuncretino,siesquenotehasdadocuentaya.LaagenteespecialdelFBIyTomsedirigíanenun tonocordial,casicomosifuerancolegas.ElpasadodemiamigoenWashingtonyuna investigación tanduraycomplejaayudabanaestrecharlazos.—Esperonohaberlamolestadoconmiapreciacióndehaceun rato.Nadamáslejos demi voluntad—murmuré, aunque ya intuía que estaba delante de unamujerduraysincomplejos.—Olvidado.Reflexionabaenvozaltaylehafaltadotacto,seamosfrancos.Loquetengomuyclaroesquenopretendíaofendernos.—Mejor.ElCapitánnolohaencajadodelmismomodo.Petersonhizounaspavientoydespuésladeólacabeza,casideunmodocoqueto.—Tenemostrabajo,agenteBush,¿pordóndequierecomenzar?—Antesdeconoceralospadresmegustaríaestudiarellugarenelquedejaronelcuerposinvidadelapequeña.Deseoveresemalditoárbol…

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CapítuloVILapequeñadesólodiezañosLucySimshabíasidovistaconvidaporúltimavezenlosalrededoresdelparqueTwinPeaks,situadoenelcentrode laciudaddeSanFrancisco.Laniñayaconocíalazonaysusprogenitoresestabanhabituadosadejarlalibreparaquejugaseconotroschiquillosdesumismaedad.Ningúntestigo,aquellatranquilamañanademediadosdejuliode2018,lahabíavisto abandonar el lugar, mucho menos acompañada de un adulto. Todo unmisterio.Parallegaralsitioenelquefuehalladosucadáver,montadosenelFordTaurusdemiamigo,hicimosloquecualquierhabitantedeSanFrancisco:seguirlarutamás corta hacia el Condado de Marin, tomando la 101 y cruzando elarchiconocidoGoldenGate,pagandolastasascorrespondientes.—No la llevópor aquí—murmuré,mientras circulábamosporunode los trescarrilesendirecciónnorteyyocontemplabaamiizquierdaelOcéanoPacíficoya mi derecha, entre los transeúntes que discurrían por la vía protegida parapeatones,laBahía,conLaRocaenelcentro—.Esimposible.—Hemoscontempladoesahipótesis—replicóTom,serio.—Estoestáplagadodecámaras,hayuntráficointensocasilas24horasdeldíayes necesario pasar por la zona de peaje. Demasiado riesgo para un asesinoorganizado.—AgenteBush,tambiénpudoemplearunodelosotrossietepuentesdelosquedispone laBahía,pero losproblemas serían similares, aunqueno tanacusadoscomo cruzando el Golden Gate —dijo Peterson, señalando diversos puntosubicados al este del puente que yo casi podía situar en unmapa con los ojoscerrados—.Ysí,hayunaúltimaopción,queesincómodayaterradora:quedieratodounrodeocontaldeevitarloslugaresmáspeliagudos.Mequedécavilandounossegundos.Aquellateoríaeraundislate,peropermitíaalasesinousardiversasrutasyponernosdifícila los investigadoresseguirleelrastro.—¿Habéishechouncálculoaproximado?—Jefe,comomínimo250millas—meespetómiamigo,meneandolacabeza—.Poraquísonapenas20millas.¿Deverdadpiensasquesevaameteresapalizacuandopuede ahorrarse 5 horas encerrado en un coche con el cadáver de unaniña?

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—Yasabemosdóndevive—dije,contodalamalababadelmundo.—No, no tenemos la menor idea—musitó Peterson, queme había calado alinstante.—EstaréisempleandoalgúnSIG,imagino…—Sólodesdemarzo.Condosvíctimassabesquenosonmuyfiables.Nisiquieracon tres me fio de esos cacharros. Estás pensando enMark, como si pudieraleertelamente—manifestóTom,quequizásearrepentíadehabermeinvitadoamezclarmeenaquelasuntotanturbio.—Sí,me has leído lamente—repliqué, entre risas, para rebajar la tirantez—.Ese chiflado puede que secuestre a las pequeñas en San Francisco y queabandonesuscuerpossinvidaenlosparquesdeloestedelCondadodeMarin,peropuederesidirenSanJosé,enStockton,enConcord,enVallejooinclusoenSacramento.Dehechoesloqueconsideromásplausible.—¿QuiénesMark?—preguntólaagenteespecial,obviandomisreflexiones.—Otrocerebrito,comomijefe.UnforenseinformáticoquetrabajaenQuántico,deesosquesepasantodoeldíadelantedevariaspantallasdeordenadoryquesealimentan a base de comida que piden por Internet. Antes era un hackerpeligrosoydesdehaceunosañossehapasadoalladodelosbuenos.—¿Podemoscontarconél?—inquirióPeterson,mientrasnosinternábamosenelMountTamalpaisStatePark.—Agente, la pregunta se la debo formular yo a usted. He venido desdeWashington a petición de la Oficina del FBI de San Francisco. No estoy encondiciones de marcar las reglas—contesté, como si decenas de veces en elpasado no me hubiera saltado las normas sin sentir ni un mínimo deremordimiento.—Haga lo que considere. Tenemos a la opinión pública, al alcalde y algobernadorechándonoselalientoenelcuello.Sinosdamosdebrucesconunacuartavíctimaunterremotonosvaaparecerunabroma.Tienevíalibre.—Fabuloso. Ahora sólo queda pelearme conmi superior—murmuré, aunqueestabaasombrandodelavoluntadférreadePeterson.—Hemosllegado.¿Recuerdaslasfotografíasomejorlassacodeunmaletínquellevoenelmaletero?—preguntóTom,quemeconocíadesobrayseanticipabaamuchosdemispensamientos.Estaba a su ladoy era como si jamáshubieraabandonadoelFBI.Hastame llamaba jefe constantemente.Algoqueyohabíadetestadoantañoperoqueeneseinstanteadoraba.—No quiero ver más esas instantáneas. De momento trataré de apañarme—respondí,bajandodelvehículoyechandounvistazoalosalrededores.Tom había estacionado su Ford en una pequeña zona despejada de laserpenteante Muir Woods Road, en la que había un poste que indicaba con

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claridadqueallínosepodíaaparcar.Ellugareramaravilloso,yrecordabahaberestadoconmispadresvariasvecesporlazona,paseandoycomprandorecuerdosenelcentrodevisitasdelparque.—Aquítuvoquedejarelcoche.Eslaúnicaopción.—¿Estásseguro,Tom?—Luego,cuandoregresemosalDepartamentodePolicía,lodiscutimossobreunmapa.Creemosquellegódemadrugadayquenosearriesgóaaproximarsemásalparkingoalascasetas.Además,elcuerpodeLucySimsfueencontradomuycercadedondeestamos.Seguí a mi amigo y a la agente, que sortearon una pequeña cerca hecha conpostesbajosdemaderayunatriplealambradadeespino.Eramásdisuasoriaqueefectiva.Continuamosporunasendaincómodayplagadadearbustos,hastaquealcanzamos,apenasrecorridas70yardas,unazonaunpocomásabiertaenlaqueabundaban los helechos y en la que se alzaba una enorme secuoya roja de nomenosde150piesdealtura.Allínosdetuvimos.—Aquí la dejó semienterrada.La hipótesis es que la llevó al hombro, pues lapequeñaeraligeraytampocoeltrechoeslargo,ydespuéslaposóalospiesdelárbol.Latierradeaquíeshúmedayloúnicoquehizofuerecogerunpuñadodelosalrededores,empleandounosguantesdelátex,ycubrirla—dijo,porprimeravezalgoafectada,laagenteKaitlyn.—¿Siempresonsecuoyasrojas?—pregunté,tocandoelanchoyrugosotronco.—Sí,lastresveces.Enlugaresnomuydistantesdeaquí,peronoenestamismazona.—¿Algúnsignificado?—ApartededemostrarquefrecuentaestalocalizacióndeSanFranciscoyquelaconocemuybien,lassecuoyasrojassonlosárbolesmásaltosquecrecenenelplanetaydelosmáslongevos.Nocreoqueestosaspectoshayaninfluidoenladecisióndeesemalnacido—respondióPeterson,quehabíaarrancadounafrondade un helecho enorme y la agitaba, como si de esemodo pudiera espantar elespíritu de la pequeñaLucy, quequizá aún flotaba en aquel rincón idílico delTamalpais,ahoratransformadoenunespaciohorrendo.—Yo disiento —dijo Tom—. Por algún lugar de los alrededores está elHyperion,unasecuoyamuysimilaryconsideradaelárbolmásaltodelmundo.Nocreoenlascasualidades;comotú,jefe.En efecto, yo desde hacíamucho había dejado de pensar que las casualidadeseranunhechofrecuente.Miopinión,quenohavariado,eslamismaquetengodelasuerteoel infortunio:suceden,peroanivelporcentual,sobreelconjuntodeacontecimientos,soninsignificantes.Lagentedeseaaferrarsealaideadequeelazaroeldestinojueganunpapelfundamentalensusvidas,ylaverdadesque

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noesasí.Quizáalprincipio,cuandonacemosendeterminadafamilia,ciudadopaís.Pensamos en la ventura como si se tratase deunavaritamágicaquenoscambiará la vida, cuando tenemos muchas más posibilidades de sufrir unaccidente de tráfico que de que nos toque la lotería. El tesón, el esfuerzo, laconstancia… esos valores que despreciamos porque no suponen ningún atajosonlosquedefinennuestroporvenir.Volvíapalparlacortezadeaquelárbolmagnífico,deunabellezasinigual,queseelevababuscandoelcielocaliforniano.Casicreíoírunavoz;lossusurrosdela secuoya, queme contaba la historia de lo acaecido junto a su base.Así deimpactadomehallabaeneseinstante.—Tuvo que sucederle algo terrible en estos bosques o junto a uno de estosárboles. No es casual, desde luego, pero el mensaje que nos lanza no esvoluntario.Estáhablándonossualmaatormentada.—¿Sigues viéndote con frecuencia conmédiumsy espiritistas?—preguntómiamigo,consorna,queseguroestabaalcorrientedemiúltimasalidadeQuánticoytodoloacaecidoenKansas.—No—contesté,tajante—.Sigoestudiandoelcomportamientodelosasesinosenserieorganizados,eintentomejorarcadadía.AlCapitánlecuestameterseenlamolleradeesagente,peronuestraobligación,almenoslamía,esconseguirloloantesposibleyayudarosaapresarlosinquesufranmásvíctimas.—Joder, jefe, estaba bromeando. Ya estamos lo bastante puteados como paratomarnosloquenosdecimostanenserio.Tomseguíasiendoelmismo.Quizáhabíamejorado,peronopodíaevitarhacerchanzas en los momentos menos oportunos. Era su manera de protegerse deldelirio, y seguro que también su voluntad era lograr idéntico efecto en losdemás.Jamássemepasóporlacabezaquelohicieraconmalaintención.—Enfin—continuédisertandoenvozalta—,quebuscóunsitioapartado,queconocía,conelqueseguroguardaalgunavinculación,yaquídejóalapobredeLucy.—Notanapartado,agenteBush—musitóPeterson.—¿Cómo?Laagenteespecialmehizoungestoconlamanoparaquelasiguiera.Detrásdemí pude escuchar la suave risa demi amigo, que prefirió quedarse junto a lasecuoya.Petersonapenashabíadadounoscuantospasos,entreárboles,helechosenormesyotrasplantassilvestres,cuandomemostróunasendadevariospiesdeancho, delimitada a ambos lados por un bonito y elegante vallado demadera.Hasta tuvimos lasuerte de cruzarnosconuna familiadecuatromiembrosqueestaban visitando el parque y tomando fotografías de lasmagníficas secuoyasrojas,queseapiñabancreandounpaisajeespectacular.

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—Noshan indicadoen la entradaquenoestápermitidopasar alotro ladodelcercado—nos reprendió, con educación, lamujer del grupo, que imaginé queseríalaesposadelhombreylamadredelosdoschavalesqueibanjuntoaellos.—Lolamentamos—dijolaagenteespecial,mostrandosuplacadeinmediato—.SomosdelFBI.Enseguidavolveremosalcamino.Lafamiliaselimitóaacelerarelpasoyaalejarseloantesposibledenosotros.No tuve claro si los habíamos asustado o, por el contrario, causado unaimpresión tan fuerte que habían reaccionado de un modo instintivo, como loharíaunamanada.—Yanocabeningunaduda,eltipoquebuscamossesabedememoriahastalaúltimayrecónditasendadelTamalpais—farfullé,enrabietado.—AgenteBush,esohacemuchoquelosabemos.Enserio,esperodeustedideassobresalientes.Lodequeelasesinotieneuntraumaasociadoaestosárbolesmehagustado.Parecía que Kaitlyn Peterson me estaba evaluando, cuando ni siquiera era laagente especial al mando de la Oficina del FBI en San Francisco. Sólo laresponsabledeunasatélitedelaprimeraubicadaenSantaRosa,unapoblacióndeapenas150.000habitantes.Sinembargoaquellamujerteníaelcarácterdeunveteranodeguerraqueselashavistoenmilbatallas.Nosaltabanlascicatricesalavista,perosuformadehablarydemanejarseloevidenciaba.—Sí,vaatocarrepasarmuchosexpedientes.Yestaesunadelaszonasconmásdensidaddepoblacióndelpaís.—ElDepartamentodePolicíadeSanFranciscoesgrande.Nosecorte.LaagenteespecialmediolaespaldayregresójuntoaTom,queestabatomandofotografíasconsucelularalárbolysusalrededores.—¿Quésesuponequetratasdehacer?—pregunté,intrigado.—AlfinalvasameteraMarkenesto.YcasiseguroquetambiénimplicarásaLiz.Yatienesatuantiguoequipoalcompleto.—Noséloquevoyahacer,ytampocomehasrespondido.—Ese genio de la informática va a necesitar algo más de lo que le tenemospreparado.Vaunpasopordelante,jefe,yestoyobligadoaecharleunamano.—¿Quéhoraes?—La de ir a comer. Ya tengo hambre —contestó mi amigo, frotándose elestómagoconlamano.—Perfecto. Acaba de atardecer enWashington. No quiero meter la pata estanoche.Sin dudar un instante marqué el teléfono de Mark, que descolgó casi almomento.—Yatardabasenllamar.

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—¿Estabaspegadoalcelularesperandoqueaparecieseminombre?—inquirí,debuenhumor.—Másomenos.Enrealidadestabatrasteandoconélparaaumentarsuvelocidadconuntruco.YaquenohaypresupuestoparacomprarmeunomejortengoquerecurriratrucosdeadolescenteespabiladocriadoenmitaddeBrownsville.—TengodelanteaTomycadadíahablasmásparecidoaél.—Nuncatehaspreguntadosienrealidadelproblemaerestú…—Tocadoyhundido.—¿Quénecesitas?—Tienes una copia del informe ya en tu correo. Te vamos a mandar másinformación.—Lo he visto, aunque no lo he abierto; albergaba la esperanza de que teconformases con los dosmil agentes que pululan por tu ciudad.Además, estáimplicadalaOficinadelFBIdeSanFrancisco.Tuschicossonbuenagenteymellevobienconellos.—Mischicosdeberíanmantenerlabocacerrada—repliqué,enojado.—Nolapaguesconellos.Yotengolaculpa.Sabíaquemeibasameterenestejaleoydeseabaestarunpocoaltanto.—ConlobienquevivíasencerradoenunajaulayahoratemuevesporQuánticocomosifueranlospasillosdetubloquedeapartamentos.—Nohe llegado tan lejos, sólo tienesquedarmedoso tresañosdemargenyseréunaratamásenesteinfierno.—Joder,Mark,nosésiteprefierocuandohabíaquearrancartelaspalabrasconunsacamuelasoahoraqueestásdesatado.—Estoyaprendiendodelmejor—murmuróelinformático,entrecarcajadas.—Perfecto.Quiero que te centres en las fotografías de los lugares en los quefueron hallados los cadáveres de las víctimas, en las de las autopsias y querastreestodoslosteléfonosquecoincidanenunáreadecincomillasenlosdíasde lasdesapariciones.Ojaláesecretino lleveelcelularencima todoelmalditodía.—Notehagasilusiones.SifuesetantorpeyalohabríanpilladoytúnoestaríasdevacacionesporCalifornia.—EstonoesLongBeach.Estamosenabrilyhaceunfríoquepela.Porsifuerapocolahumedad,lamalditaniebla,hacequesetecongelenhastaloshuesos.ElclimadeSanFrancisco,muyparticularporserunaciudadencajonadaentreelOcéanoPacíficoyuna inmensaBahía, erabastante estable a lo largodel año.Eso significabaqueni el veranoni laprimavera eran tan agradables como losque jamás la habían pisado imaginaban. Además, las frecuentes corrientes deaireylaaltahumedadsólocontribuíanaempeorarlascosas.

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—Puessiempreandasechandodemenosesascallesempinadas,lospuentesytumaravillosauniversidad.—Unosiempreañoraellugarenelquesehacriado.HastalosquehannacidoenmitaddeldesiertodelGobiechandemenosaloscamellosesosrarosquesóloexistenallí.—Gracias por la clase de fauna y geografía. Cuando puedame pongo con lotuyo.Noesprioritario.Y,mierda,seguroqueallítienesforensesinformáticosapatadascomoparatenerquemetermeenesteembrollo.TeníaunasenlamangaysabíaqueMarksevolveríaloconadamásutilizarlo.Eraunmalditofrikiyaquellascosaslechiflaban,justolocontrariodeloquemesucedíaamí.Aunquesabíaloquedesataríanomequedabaotraalternativaqueemplearloonomeharíamuchocaso.—Espera.Tengoquedarteundatoimportante,quenohatrascendidoalaprensayquenoconocennisiquieralamayoríadelosagentesdeaquí.—Vasatimarme…—No, al contrario. Te necesito usando esos programas con los que hacescontrastes.Tenecesitohurgandoen elViCAPcomo sólo tú sabeshacerlo.TenecesitoyendomásalládeloqueRIGELoPREDATORpuedandarnosporsísolos.Esaeslaúnicaverdad,Mark—mesinceré.—Venga, escupe de una vez qué anzuelo tienes preparado para captar miatención.—¿RecuerdaselAsesinodelZodiaco?—Claroquesí.MeheleídounpardelibrosycreoquesabesquelapelículaquerodóDavidFincheren2007sobreel casoesunademis favoritas, aunque losmamonesdelaAcademianolanominarannisiquieraporelpósterpromocional.Aguantéunos segundos la respiración, en absoluto silencio.El anzuelovolabasobreelcaucedelrío.—PuesestesalvajedibujaelsímbolodeZodiacconunrotuladorenelcuerpodelasniñasqueasesina.

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CapítuloVIIMarkeraunodeesosindividuosquedisfrutabandesutiempolibreleyendobestsellers o zampándose series de misterio y crimen, ya fueran de canalestradicionales como la CBS y HBO o los más modernos por entonces enstreamingNetflixyAmazon.Tambiénadorabaelcine; ledaba igualelúltimoestreno en salas que un clásico demediados del sigloXX, la cuestión es quefuera una buena película. Su problema es que le encantaba vincular la ficciónconloscasosqueinvestigabacomoforenseinformático.Aquellaextravaganciamehabíaayudadoenalgunaocasión,peroenotrashabíasupuestounmartirio,puessacaraesegeniodelsoftwaredesusmaníasnoeraunatareasencilla.YollevabacasicincoañostrabajandoconMark,perojamáshabíadependidodemíenlajerarquíadelFBI.Sinembargohabíaconseguidoqueleaumentaranelsalariounpardevecesyquesuprestigioen laagencia se incrementaradeunmodo paulatino. Se lo había ganado a pulso, desde luego, aunque sin midenodado esfuerzo nadie le hubiera prestado la menor atención y lo másprobableesqueporentoncesyahicieratiempoquesehubieselargadoconsustrastosaotraparteparasacarseundineralcomohacker,yafuerahaciendocosasbuenasomalas.Por fortuna en la investigación que nos traíamos entre manos —con aquelsímbolo tanparticulardibujadoen lasvíctimas—semezclaban la ficcióny larealidad,puesaunqueloslibrosdediversosautoressobreelAsesinodelZodiacoy la película de Fincher no hacían otra cosa que especular sobre un caso quehabíaquedadosinresolver,partíandehechosverídicosyportantodelosquesísepodíanextraerconclusionesqueasociaralpresente.Yononegabaquelaficcióntuvieseunainfluenciaendeterminadosaspectosdelcomportamientodeunasesinoenserie,peroeranbagatelascomparadasconelimpacto que los traumas sufridos en la infancia y en la adolescencia ejercíansobreelmodusoperandidelhomicidacuandoperpetrabasuscrímenes.Preferíaentrevistarme con asesinos convictos o repasar expedientes que guardasensimilitudesconelcasoenelqueestabaimplicado.Enlaficciónsepermitenunaseriedelicenciasqueenelmundorealnosedan,yporelcontrariolarealidadnos sorprende con explicaciones que ni la imaginaciónmás retorcida hubierasidocapazdeengendrar.LacuestiónesqueyateníaaMarkenelboteyquecontarconsuayudapodía

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ser clave para encontrar al culpable. En mi última escapada de Quántico, enKansas, sin su colaboración hubiera sido imposible resolver aquel casoendiablado.CuandoPeterson,Tomyyoterminamosdeinspeccionarellugarenelqueunosturistas habían encontrado a la pequeña Lucy Sims tratamos de ir aentrevistarnos con sus padres, con los que ya habíamos quedado, pero senegaron. Nos solicitaron algunos días de demora, pues la señora Sims alenterarsedequeunagentedelFBIvenidodesdeWashingtonsehabíaimplicadoen la investigación sufrió un ataque de ansiedad. Nada fuera de lo corriente.Cuandounohaperdidoaunhijodeunamaneratancrueltodo,hastaeldetallemás nimio, que perturbe la paz y que devuelva a lamente ese drama terriblepuededesataruncataclismoemocional.Pasé la tarde en la Central del Departamento de Policía con un puñado deagentesquehabíanestadotrasteandoconvariosSIG—SistemasdeInformaciónGeográfica— para intentar ubicar el lugar de residencia del asesino. Losresultadoserantandisparesquenoservíandemucho,yademásyonoestabadeacuerdocon susconclusiones.Lamayoríaapostabanporque tenía suhogarenOakland—la ciudadmás conflictiva, con diferencia, de toda laBahía—o enSan Rafael—una población mediana, sede del Condado deMarin, en dondehabían aparecido todos los cuerpos sin vida de las niñas—, ya que eso lepermitíatantoaccederaloslugaresenlosqueserealizabanlossecuestroscomoalazonaenlaquedejabaloscadáveres.Bajomipuntodevistalascosasnoerantansencillasnieltipoquebuscábamoseratanestúpido.Alcontrario,sabíaqueera bastante inteligente, por muy retorcidas y asquerosas que fueran susintenciones. Asumir eso para los agentes con menos experiencia o pocoacostumbrados a esta clase de fenómenos es complicado. Siempre consideranqueestándelantedeunchifladoqueesincapazdellevarunavidanormalyquesepasaeldíadelantedeuntelevisorviendopornografíamientrasdevoracarnehumana sin cocinar. Para nuestra desgracia hay sujetos por ahí sueltos muybrillantes y preparados que son capaces de llevar a cabo las atrocidades másespeluznantes.Aúltimahoramemostraronavariossospechososalosquehabíaninvestigado,peroqueniellosmismossecreíanquefueranelculpabledelostrescrímenes.Pederastas,niñatosdebarrioquerobanentiendasde24horasoengasolineras,miembrosdebandasocamorristas cuyoexpedienteestabaplagadodearrestosporaltercadosenlocalesoenplenacalleenmitaddelamadrugada.Noteníannada.Ytampocohacíafalta,porsuerte,queyotuvieraqueexplicarlo.—¿Ylamorfina?—pregunté,cuandoyatodosestábamospensadoenregresaranuestrascamasadescansarunratoparacontinuaraldíasiguiente.

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—Noessencilloseguirleelrastro—respondióunodelosdetectives.EstabaponiéndomeenlapieldeLiz.Elladeinmediatomeindicaríaqueporahíteníaunapistaqueseguir.NovasaunWalmartoaunafarmacia,pidesmorfinaytelaentregancomosifueseunaaspirina.—Restringe el número de sospechosos. Médicos, enfermeros, farmacéuticos,químicos,veterinarios…—Lo primero es que en un radio de 50 millas tenemos miles de esosprofesionales—comentó un investigador—; y lo segundo es que no podemostener la certezadequeno la haya conseguido en elmercadonegroy estemosbuscandounaagujaenelpajarequivocado.Teníanrazón.Mesacabanmesesdeventajaenlainvestigaciónyesosenotabaen algunos aspectos, aunque no hubieran logrado avances significativos y elhombre que buscábamos seguía campando a sus anchas por algún lugar de laBahía.—Elmercadonegrodemorfinatienequesermuylimitado.Losyonquisnoesloquesuelenbuscar.—No,esos seenganchanamierdascomo laheroínaoelcrack.Lamorfina lacompran ejecutivos, abogados, intelectuales o agentes de bolsa. Saben lo quehacenyalgúnamigooinclusosumédicoprivadoleshasugeridoquepuestosacolocarsemejorquelohaganconunadrogasegura.Yparaelloseldineronoesunproblema.Además,tampocoescara.—Síloes—replicóunagente.—Quierodecirqueesonosuponeuncostemuyrelevanteparaunapersonaconaltos ingresos. Y es barata de producir. El problema está en sacarla de loshospitales. Su control, por culpa del abuso del propio personal, se haincrementadoenlosúltimosaños.—Vale.YporInternet…—sugerí,comoúltimaopción.—AtravésdelaDeepWebpuedesconseguirquetemandenalapuertadecasapormensajeríahastaplutonioenriquecido.Aunque,claro,puedetratarsedeunaestafayloquerecibasseansólounasbolitasmuymonasdeplomoquenosirvenparanada.YaledabavueltasalaideadequemicolegaMarkrastreasepedidosdelopiáceollegadosa lazonadelaBahíaenlosúltimosdosaños.Eraunatareadelocos,peroélpodíarealizarla.—¿Dedóndellega?—Colombia, Perú, Rusia, India, China… Es mejor que hablemos con los denarcóticos,sitaninteresadoestáeneltema.PeroesmássencilloirdepaseoporlanocheaalgunosbarriosdeSanJosé,OaklandoVallejo.SevenconfrecuenciacochesdemarcascomoLexus,CadillacoTesla.

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—¡Pero esos no van a por droga, van por las prostitutas! —exclamó undetective,provocandolascarcajadasdelresto.Yonoteníaánimosniparaesbozarunasonrisa.Elasuntoerademasiadoserio,aunque entendía que aquellos agentes estuvieran cansados y que, de vez encuando,descargasenadrenalinaytensiónconbromasinocentes.AlterminarTompropusoacercarmealhotel,peroledijequemelohabíapilladotan cerca de laCentral delDepartamento de Policía que era preferible dar unligeropaseo.Hacíafríoaquellanoche.Apenascorríaviento,perolatemperaturaerabajaylahumedadmuyalta.Lanieblanoeraespesa,aunquesí losuficientecomoparadarunairebrumosoytétricoalaluzdelasfarolas.LleguéalhotelyantesdedejarmecaersobrelacamamedediquédurantemediahoraatomarnotasenunodeloscuadernosMoleskinequehabíatraídoconmigo.Eneseinstanteloquemásmepreocupabaeraelaborarunperfillomásajustadoposible para que los investigadores, detectives y demás agentes implicadospudieranestrecharelcercodebúsquedadesospechosos,quehastalafechaerademasiadoamplio.Una vez terminé de escribir mis reflexiones me tumbé sobre el colchón, aúnvestido de chaqueta, y me quedé un rato como adormilado, hasta que unosgolpesenlapuertamedespertarondellevesopor.Abrí sin preguntar y me encontré con una mujer con el cabello rubio muycuidado, perfectamentemaquillada y con un elegante vestido que no debía decostarmenosde3.000dólares.Sonreía.—¿Puedopasar?—No,nopuedes.NisiquieraséquédiabloshacesenSanFrancisco—contesté,malhumorado.—Averquédíatedascuentadequesomosamigos,muybuenosamigos.Nohetraídocena,peropodemospedirlayasílacargamosatuhabitación.ClariceBrown,laperiodistaquepresentabaelprogramademásaudienciadelaCBS, se colópor debajodemibrazoy se sentó en la silla que estaba situadajuntoalamesaenlaquedescansabantodosmisapuntes.—No somos nada —repliqué, cabreado y deseando que se largase de mihabitación.—Después de cuatro años, varios casos, dos entrevistas y algunas cenas…somos algo más que amigos, Ethan. Llámalo como quieras, pero tú y yomantenemosunaestrechayespecialrelación.

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CapítuloVIIIPuessí,teníaqueadmitirqueClariceBrownnoeraunamujercualquieraenmivida.Ellamehabíaayudadoconelenrevesadocasoquemehabía llevadoporprimeravezaKansasyhabíadadounimpulsoamiimagendentrodelFBIcondosentrevistasensufamosoprograma,quemehabíanconvertidoenunaespeciede referencia para todos los agentes especiales novatos que se incorporaban aQuántico y, también, para no pocos de los mandamases. Mantener buenasrelacionesconlaprensayquehablasenbiendenosotroseraunodelosobjetivosnoescritosdelFBI.Esanochecenamosunossándwichesfríos,acompañadosderefrescossinazúcarnicafeína,juntosenlahabitacióndemihotel,convistasalAT&TPark,alqueyameestabaacostumbrando.—¿Noestarásalojadaaquí?—Nidebroma.Estoycerca,perotedejarérespirar.Además,amítampocomeconvienequenosrelacionentanto—respondiólaperiodista,aguantandolarisa.—Ya;poresocruzastodoelpaísparameterlasnaricesenunainvestigaciónquedemomentosólotienetrascendenciaaescalalocal.—Demomento…—Túvasadesmadrartodo,Clarice.Teruegoquenosdejestrabajartranquilos.Yasoportamosmuchapresión.—Llegastarde,Ethan,comotantasveces.SihevenidohastaSanFranciscoconmiequipoesporqueséqueestovaaestallarennadaenlaABC,laNBC,laFoxydemáscanales.Yesosinmencionaralosquesólopersiguencrímenesdeestaíndole.—¿Quésabes?—Poco,muypoco.Acabodeaterrizar.LoquehepodidoleerenelChronicleyen elExaminer. Y también lo queme ha facilitado el responsable de nuestracadenaenlaBahía,quehasidocasinada.Cuandoletelefoneétuvelaimpresióndeestaryomásaldíadelasuntoqueél.—¿Enquéhotelestás?—EnelLoewsRegency.Nimuycercanidemasiadolejosdeaquí.Laperiodistasealojabaenunode losestablecimientosmás lujososycarosdetodalaciudad.SenotabacómohabíaascendidodentrodelaCBSdesdequelaconociera,añosatrás.

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—Vaya—dije,casialmismotiempoquelanzabaunsilbido—.Menudonivel.—Unaseacostumbraprontoa lobueno.EstoyenelConsejo,aunquesóloseaparamantenerlacafeterasurtidaconsuficientescápsulasdecapuchinoallado.Eldíaquemecaigadelrascacieloseltrompazovaaserdelosquehacenhistoria—comentó, burlándose de sí misma, algo que hacía con la elegancia de unamodelocurtidaenmilbatallas.—No tendré esa suerte. Clarice, seguirás subiendo. Acabarás siendo CEO oVicepresidentaantesdequenosdemoscuenta—murmuré,confranqueza.—Noaspiroa esospuestos.Megusta la acción.Ahoramismopodría estar enNuevaYork,tantranquilaenmiapartamentodeManhattan;yaquímetienes,enSanFrancisco,conunaniebladeldemonioydispuestaarecorrerlascallescomounareporteraprincipiante.—¿Esoesloquetramas?LaperiodistaterminósusegundosándwichyselimpiólabocaconunaservilletadepapelconlamismaclasequesiestuviéramoscenandoenunreservadodeLeBernardinoDaniel.Habíanacidoconesagraciaquealgunaspersonasnosoncapacesdeaprenderentodasuexistencia.—Sí.Lodesiempre.Yteecharéunamano.Claro,acambiodequetúhagaslomismopormí.Recordétodalainformaciónqueestabavetadanosóloalaprensa,tambiénalospropios agentes delDepartamentodePolicía.Tenía que llevarmucho cuidadoporqueClariceeramuyastuta.—Vaasercomplicado.Nopuedoofrecertenada.—Seguroquesí.SanFranciscocuentaconunaOficinadelFBIdecenteyconunenormeDepartamentodePolicía…¿PorquéhanpermitidoqueuntipocomotúvengadesdeQuántico?—Teloheconfesado.Losreporterosdemomentonosonunproblema,perohaymuchapresiónporpartedelacomunidadydelospolíticos.Hanasesinadoatresniñas.Estonoesunjuego.—No insinúes, como de costumbre, que me lo tomo así. Yo también quierocolaborarparaqueesemiserableseadetenidoloantesposible.—PuesregresaaNuevaYorkmañanaenelprimervuelo,ahorragastosalaCBSycuidatuprivilegiadaposicióndentrodelConsejo.Brownseincorporóysequedócontemplando,atravésdelinmensoventanaldemisuite,laslucesquebrillabanalotroladodelaBahía,enAlamedaIsland.Lanieblaeramenosdensaylasvistaseranfantásticas.Tardómásdecincominutosen hablar. Estaba reflexionando, con los brazos cruzados y la melenaligeramenterevuelta.Ellaobservabalasaguasoscurasyyolamirabaaella,unpocoembelesado.

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—Mequedaréaquí.Menecesitaspararesolverestecaso.Yyo,laverdad,deseohacerjusticiaaesaspequeñas.NuevaYorkpuedeesperar.Apenassalgodeesaciudadentodoelaño.Soportarépasarunosdíasalejadadelruido,lapoluciónymisbrevespaseosporCentralPark.—Clarice…Lareporterasemeacercóymepusolamanoderechaenloslabios,indicándomequemejormequedasecallado.—Conozco el camino de vuelta. Cuando tenga algo interesante con lo quechantajearte te vendré a ver aquí, ome tropezaré contigo sin querermientrasdeambulasporLandsEndrepasandotuMoleskinedeturno.Brownsemarchóyelolorde superfumedealmenos100dólares laonza sequedó flotando en la estancia, como si aún siguiera pegada a la cristalera,pensativa,meditandoquéhacerno sólo al día siguiente, quizá también con suvida.Un extraño sentimiento de culpa me hizo telefonear a Liz, olvidando ladiferenciahorariaydespertándolaenmitaddelamadrugada.Lepedídisculpasyledijequelaechabademenos.Despuéshablamosunratodenuestroretoñoysólocomentamosmuyporencimaalgunosaspectosdelcaso.Ellatemíaquelaimplicase,comodecostumbre,yyonodeseaba recurriraesaopciónamenosquenomequedaseotraalternativa.Medespertétempranoysalíacorrer.Hacíabastantefríoylanieblaeraespesa,tantoquedeinmediatosentílahumedadenlafrente.HabíaolvidadoelclimademiciudadymehabíaacostumbradodemasiadorápidoaldeWashington.ComosinotuvieseotracosaquehacerentodoeldíamediunabuenapalizaylleguéhastaGoldenGatePark,demodoquetuvequeregresarforzandoelpasoy sintiendo que mi forma física dejaba bastante que desear. Aquellas nuevemillas corriendo en poco más de una hora me permitieron darle vueltas a lainvestigación y que una idea se fijase enmimente como si fuera una verdadinamovible:elasesinohabíaperdidoaunahermanaoaunaamigamuyqueridaquehabíasidoenterradaalospiesdeunárbol.Algúnestresorhabíadevueltoasu cabeza aquel trauma infantil y ahora se limitaba a reproducir la terribleexperiencia en la confianza de que eso calmaría su ansiedad y su profundotormento.Medi unaducha rápiday llegué a laCentral delDepartamentodePolicía sinnada en el estómago. Tomme acercó hasta una cafetería cutre situada en lasinmediacionesdeEspritParkyallímetoméuncafébiencargadoyunoshuevosrevueltosacompañadosdejudíassalteadas.—Yahascomprendido la razónpor laque insistí enquevinieras—murmuró,conlacabezagacha.

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—Sí.Lopeoresquenotengoclarosipodréaportaralgoalainvestigación.—Seguro…Esasneuronasnuncamehandefraudado.—Tengounaidea.Unahipótesis.Miamigocambiódesúbitodeactitud,acercósusillaalamesaymeclavólaspupilasenlosojos.—¡Cuenta!—Estávengandolamuertedeunserquerido.Unahermanaounaamiga,quizálaúnicaamigaquehatenidoentodasuvida.—¿Vengando?—inquirióTom,comosiescupieraunpedazodecarnepodrida.—Esuna formadehablar.Algúnhechohadevueltoesesuceso traumáticodelpasadoasucabezayahorapalíasudolormatandoaniñasdelamismaedad.—¡Joder,jefe!—Sí, es una mierda. Estamos ante un sujeto muy inteligente pero conlimitaciones y con unamanera de ver elmundomuy distinta a la de la gentenormal.—Desdeluego.Lagentequepierdeunserqueridonovaporahímatandoparasentirsemejor.—No es nada frecuente, pero hay precedentes a patadas, Tom. Tú y yoinvestigamosunoydimosconelculpable—lerecordéamiantiguocolegadelFBI.—Prefieronohablardeeso.—Yotampoco.—Volvamos a este caso. ¿Qué tenemos que buscar? Nos estamos volviendotodosmajarasyaúnnotenemosaunsospechosoclaro.—Tendríamosqueremontarnosaprincipiosdeestesiglo.Uncrimendeunaniñaquefueradejadacomoundespojodelantedeunárbol.Quizáunasecuoyaroja.—¿Estáimitandoalasesinodesuhermana?—Tom,sóloesunahipótesisdetrabajo.Teruegoquenoteemocionesyquenopongasamuchopersonaldetrásdeestateoría.La conjetura había surgido en mi cabeza en un estado de agotamiento físicoextremoy tampoco teníaaún la informaciónnecesariacomoparaplantearqueesafueseunalíneadeinvestigaciónfiable.Tambiénmejugabamiprestigio.—¿LukeyKaitlyn?El investigador y la agente especial del FBI. Me pareció una propuesta muyrazonable.—Genial.Puedenserdiscretosyalmismotiempocadaunodisponederecursosdiferentes.Aceptolamoción—respondí,sonriente.—Pues acaba de una maldita vez el desayuno y regresemos a mi despacho.Tenemosmuchotrabajo.Mañanavienesconlabarrigallena.

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—Enelfondodeseabamantenerestaconversaciónenprivadocontigo.Aunquemehayastraídoauncuchitrilhemospodidohablartranquilosylacomidaestábuena.—Que no te engañe el aspecto.Más adelante pasamos un día a la cocina, tepresentoaMaríaypruebasunodesustacosacorazados.CreoqueeslomejorquehecomidodesdequelleguéaSanFrancisco.—¿Tacosacorazados?Laverdad,Tom,suenafatal.Yyosoydeaquíyjamásheprobadoeso.—FueladetectiveAriaMartínezlaquemelosdescubrió,ylaquemeinvitóaveniraestesitio.SonunostacosmexicanosdelazonadeMorelos.Casisuperanamisbatidosdeproteínasyamisadoradashamburguesas.Sóloestánunescalónpordebajo.—Fabuloso—comenté,sintiendounpocodenauseas.CuandoregresamosalDepartamentodePolicíaestábamosdebuenhumor,peroprecisamente en la entrada nos encontramos con la detectiveMartínez, que semostrabamuynerviosa.—Sabíadóndeencontrarte.Ibaentubusca.Tenemosunapista,unapistasólidayquedeberíamoshaberindagadodesdequesecometióelsegundocrimen.Ladetectiveestabaporun ladoenojadayporotroansiosapor seguiradelanteconunindicioquepodíadarungiroalainvestigación.—Tranquila,Aria,¿quéhapasado?—Los forenses del FBI, los de la Oficina de la Avenida Golden Gate, hanidentificadoaunindividuoquesaleenlasfotostomadasenlostresfunerales.Unapunzadaenelestómago.Laseñaldealertaquesiempreponíamissentidosenórbita.—¡Cómo!Enfin,¿estánseguros?—Hanusado técnicas avanzadasde reconocimiento facial antesde atreverse atransmitirlainformación.Perovamos,Tom,quesólohacefaltaecharunvistazoalasmismasparadarsecuentadequeeselmismotipo.Miamigolanzóungruñidoygolpeóunadelasparedesdeledificio,llamandolaatencióndedecenasdeagentesypersonaladministrativo.—Y ese sujeto, por casualidad, no será un familiar o un amigo de las tresfamilias…Nometamoslapatahastalacadera…—Ya se lo hanmostrado a los padres de las tres pequeñas. Dicen que no loconocendenada.

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CapítuloIXYaenlaOficinadelFBIenSanFrancisco,ubicadaenunfabulosoedificiode20alturasenelcrucedelaAvenidaGoldenGateconPolkStreet,pudecomprenderque en realidad los forenses no habían sido tan incompetentes como pudieraparecer. Agentes de paisano habían tomado numerosas fotografías tanto en elsegundo funeral como en el tercero, pero no del primero. En julio todospensabanque se tratabade un crimenhorrible, pero aislado, y que aquello noacabaríaenlacazadeunasesinoenseriedeniñas.Debidoaesacircunstancialas instantáneasde aquella ceremonia celebradaen juliohabían ido llegandoacuentagotasydescubrirquehabíaunfulanoquesiempreestabapresenteenlossepeliosde todas lasvíctimasnohabía sidouna tarea sencilla, pese aqueporentoncesya secontabaconmodernosprogramasde reconocimiento facialquefacilitabanmucholatareaderastrearaunindividuoenconcreto.Como el tipo no contaba con antecedentes, relacionar aquel rostro con unnombrenoera fácil.Sinembargoyopropuseque los informáticos fueranmásallá,comoeramicostumbre.—Recurran a otras bases de datos en las que se digitalicen los rostros —murmuré.En la estancia estaban Tom, la detective Aria Martínez, la agente especialPeterson,elagenteespecialalmandodelaOficinadelFBIdeSanFrancisco—MichaelBennett—ytresforensesinformáticos.Seissequedaronpasmadosantemisugerencia;sóloTomfruncióelceñoindicándomequenoestábamoslosdossolosenunMcDonald’shablandodecómorealizarunallanamientodemoradapasandodefiscalesyjueces.—Por favor, agente Bush, ¿qué es lo que está queriendo decir? —preguntóBennett,conlosbrazosenjarras.—Licenciasdeconducir,elpaseanualalTamalpaisStatePark,basesdedatosdelasuniversidadesdelazona…—respondí,sininmutarme.—Esonopodemoshacerlo.Es cruzar una línea roja.Necesitamoshacer antesmucho papeleo y recibir decenas de permisos. No sé ni cómo narices estoycomentandoesteaspectoconunagentedesunivel.Como si oyera llover y no entendiese lo que me decía el agente especial almandomedirigíalosforensesinformáticos.UnodeelloseramuyjovenyteníalamismapintaqueMarkcuandoaterrizóenQuántico.

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—¿Vosotros sois capaces de hacer lo que acabo de insinuar? —inquirí, casiretándoles.Lostreschavalesrespondieronasintiendoconlascabezas,aunquesinperderdevista aMichael Bennett, que a fin de cuentas era el jefe de todo el personalcontratadoporelFBIenSanFrancisco.—ImaginoquenoesasícomosuelenactuarenQuántico…—No.Yosoyunararaavis,yaesto tenemosquesumarleque lavidadeunaniña está en peligro. Si los cálculos que todos hemos hecho no fallan en sólounassemanasaparecerásemienterradajuntoaunárbol—musité,frotándomelasmanosconsuavidad.—¿Quién asume la responsabilidad de esta imprudencia?—preguntóBennett,comobuenburócrata.—Yo.Sihacefaltalefirmoahoramismoundocumento.Elagenteespecialalmandosellevólasmanosalassienesyselasmasajeóconenergía.Nosdejóatodosenviloduranteunpardeminutos.—Adelante—dijoalfin,dirigiéndosealosinformáticos—,hacedloquepodáis.PeroqueparezcaqueelrastreoloestáhaciendounchifladodesdeTaiwánquenotieneotracosamejorquehacerensusratoslibres.—Sidamosconélsiemprepodremosalegarquealgúnagentelohareconocidopor su aspecto—propuso Tom, intentando calmar las cosas y echándome uncable.—Sidamosconélyaveremoscómodiabloslojustificamos.Sinoeselculpablesólotendríamosproblemassiencuentraunpicapleitosavispado;sieseltipoqueandamos buscando… seremos nosotros los que tendremos que ver cómo nosapañamosconelfiscaldeldistrito.Bennett se largó, airado, pero dejando caer que no sería la primera vez en sulargacarreraenlaquellegabaaacuerdossingularescontaldemeterentrerejasaunpeligrosoasesino.Aquellometranquilizó.—Gracias señor —se atrevió a decir el forense más joven—. Sabemos biencómohacerloquenoshasugerido,ynadiepodrárastrearqueloinvestigamosdesdeaquí.Elchicosacódesumochilaunextrañoaparato,parecidoaunroutermodernoperomássofisticado,ysonrióasuscolegas.—Demostrad de lo que sois capaces—les animé, posandomimano sobre elhombrodelinformáticoquemehabíadadolasgracias.—Téngalo por seguro. Aquí el problema es que siempre nos tienen con lasmanosatadas.Ahíafueralosmalosnoseandancontonterías.TomvolvióagruñiryfueincapazderecordarqueyanoformabapartedelFBIyqueeraundetectivedehomicidios.

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—AquíelproblemaesquenosotrossolemoscumplirconlaLey,mientrasquelosmaloscampanasusanchas.Estavezhabéis tenidosuerteporquealagenteBush le falta un tornillo, Bennett ha sido muy comprensivo y además nadiequierequeaparezcaotrachiquillamuerta.Pero,porfavor,noosacostumbréisotendréismuchosproblemasenlavida.—¿Nos dejáis trabajar? —preguntó Peterson, muy incómoda con todo loacaecido,invitándonosamarcharnosconungesto.—Porsupuesto,Kaitlyn.Lolamento.Sólodeseabadejarlascosasclarasyquenoseconfundan.Aúnsonmuyjóvenes.Tom, Martínez y yo salimos a la Avenida Golden Gate. La niebla se habíalevantado y un cielo azul resplandeciente nos recibió en la calle. Mi amigoseguíaunpocoenfadado.—No esperaba que dos colegas montaseis un espectáculo semejante en unaoficinadelFBI—dijoladetective,mássorprendidaqueirritada—.MenosmalquePetersonnoshaechadodebuenasmaneras.Yome encogí dehombros, aceptando el rapapolvoy admitiendoqueno teníaremedio. Tom se hizo una visera con la mano derecha, contempló el cielo ydespuésseñalóconsuíndiceeloeste.—¿Tenéisganasdecaminarunrato?—Estamos en mitad de una investigación —contestó Martínez, esta vez símolesta.—No, va en serio. Ethan siempre dice que tienes que conocer al asesino yponerteensulugar,¿noesasí,jefe?Estamosadosmillasdelparqueenelquesecuestrarona la segundavíctimaya tresdel lugarenquese llevaronaLucySims.PodemosregresaralaCentralahoraoecharunvistazojuntosydespuéscomerporlazona.—Es una buena idea. Andando nos plantamos en Buena Vista Park en solomediahora—admitióladetective.—Adelante.Conozco los dos parques, pero han pasadomuchos años desde laúltimavezquelosvisité.Mesientocomounforasteroenmipropiaciudad—reconocí.AlolargodeltrayectoquenosseparabadeBuenaVistaParkapenashablamos.Cada uno estaba pensando en sus cosas y, lo más probable, asimilando loocurridoaquellaagitadamañana.Yo tuve tiempode ir imaginandoqueeraundepredador en busca de una niña inocente. Una niña a la que ya tenía queconocer y de la que sabía su edad. En ese instante me detuve en seco. Unpinchazoenlabocadelestómago,undolorintensoquemeobligóallevarmelasmanosalvientre,comosimeacabasendeherirdeundisparodebala.—¿Quésucede?—inquirióMartínez,alarmada.

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—Tranquila—respondióTom,quemeconocíacasitanbiencomomimadre—.Sóloesunaseñal.Seleacabadeiluminarelcerebro.Enefecto,misneuronassehabíanalborotadoyel recuerdodeotroscasosquehabía estudiado e incluso de uno en el que me había visto implicado, enNebraska,dispararonmiintuición.—¿Habéisanalizadotodoslosposiblesvínculosentrelastrespequeñas?—Sémásespecífico,jefe,puestodostienedemasiadasconnotaciones.—Noibanalosmismoscolegios—respondióladetective,queencajabatanmalelhumornegrodemiamigocomoyo—, tampocoseconocían las familiasni,que sepamoshasta elmomento, lasniñas realizabanactividades extraescolarescomunes.—Ese tipo sabía sus edades y por dónde se movían. Tiene que haber unaconexiónquesenosescapa—mascullé,mientrasapretabaconfuerzaunodemispuños.—TieneslacabezaenNebraska,¿verdad?—preguntóTom,queafindecuentasmehabíaacompañadoenvariasinvestigacionesycuyosentidocomúnsíqueeraunavirtuddelaqueyoandabaescaso.—No sólo allí.También en otros expedientes que han pasadopormismanos.Tenemos que ponernos las pilas —contesté, aún preso de un leve ataque deansiedad.Miamigosemeacercóymediounapalmadaenlaespalda.Sonreía,satisfecho.—Por esomeempeñé tanto enquedejasesporunosdías elDCyvolvieses acasa.Eresuncretino,perosóloatiseteocurrenestascosas.Hacescontodoslomismoqueconesoschavalesquecon losquehemosestadohaceun rato:nosempujasa llegarunpocomás lejos,aunqueesosupongameternosenel fondodelabismo.PoresoWhartontetoleracasicualquierdislate,yporesolosquetequeremostelosperdonamos.AriaMartínezseinterpusoentremiamigoyyo,altiempoquelanzabaunlargosilbido.—Estábien.Habéishecholaspacesylamentojoderlaescenayelmomentodelbesofinal,peroeltiemposiguecorriendo.Caminemos.Llegamos aBuenaVistaParkporBakerStreet ynos internamos en el parquesubiendo las escalinatas de la zona noreste. Parecía mentira que un lugar tanbonito y apacible fuera el escenario de un rapto que había terminado enasesinato.—Porlastardesestoestámásanimadoyplagadodeniños.Yaquínuncapasanadamalo—apuntómiamigo,mientrasgirabahacialaderecha,enbuscadelazonadejuegosinfantiles.Apenastuvimosquedarunoscuantospasosyyanosencontrábamosenellugar

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del secuestro. Como si estuviéramos realizando una reconstrucción AriaMartínezrepresentóelpapeldemadreyTomeldelapequeñaPaytonWoods.La señoraWoods había estado charlando con otras madres, no muy lejos dedonde seconcentraban todos lospequeños, aunque reconocióen su testimonioquedurantealmenosdiezminutosnoprestóatenciónasuhija.Eseespaciodetiempoesunaeternidadparaundepredador.Elparque infantil sólo teníadossalidas:unadeellasestababloqueadapor losfamiliaresdelospequeños,quesereuníanencorroscharlandocontranquilidad;laotraeranunasescalerasbienfranqueadasporárbolesyespesavegetación.—TuvoquecaptarelinterésdePaytondesdeallí.Nopodíapasarporestazonasin llamar la atención de todos los padres—indicóMartínez—. Además, eselugarpermiteocultarseentrelosarbustossinproblemas.—¿Yhaciadóndellevanestasescaleras?—pregunté,mientrasdescendíaunpardepeldaños.—Puedes seguir bajando hasta alcanzar Haight Street o puedes girar a laizquierda y perderte por la Avenida BuenaVista y las calles de alrededor—respondióTom.—Nosdecantamospor lasegundaopción—dijoladetective, llegandohastaelsitioenelquemeencontraba,cavilando,intentandoconvertirmeenelmonstruo.—¿Yeso?—Soncallesmenostransitadasytepermitenaccederavariasescapatorias,sisepresentan problemas. Ese tipo planifica cada detalle. Luego sobre un mapaseguroqueloveigualquenosotros.Tom asintió y bajó las escaleras para que yo pudiera hacerme una ideaaproximadadequéhizo el sujetonadamás convenció a lapequeñadeque sefueraconél.Todoresultabapavoroso.—Yaves,jefe,enunabrirycerrardeojosestamosfueradelparque,lejosdelospadresyendisposicióndemontarnosenunvehículoysalircagandolechesdeaquí.Sí, mi amigo tenía razón. Y ni siquiera hacía falta tener un coche. Inclusocaminando, con la niña de la mano, si aquel desalmado era tan hábil comoimaginaba, podía distanciarse de la zona sin llamar la atención. Sólo era unadultodeunostreintaaños—almenosesocalculaba—llevandoasuhijaoasusobrinaacasa.Esoesloquelosdemástranseúntesverían.Asídesimple.Asídeterrible.—¿Cámaras?—pregunté,mirandoentodasdirecciones.—Hay algunas, pero de momento no han servido para nada. Si montó a lapequeñaensucochetenemosvehículospararevisardurantemeses.—Entonces,enlasimágenes,noseveanadieconunapequeñacaminando…

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—Las que tenemos a nuestra disposición no. Esa es otra razón por la quecreemosquetomódirecciónoeste—comentóladetective—,porallíhaymenoscámarasytepuedesmeterenunacallepocotransitadadeinmediato.—Vale,tengosuficiente—balbuceé,desencantado—.Vayamosalparqueenelquesecuestróalaprimeravíctima.Eseeselquemásmeinteresa.—Estamosmuycerca—dijoTom,posandosumanoenmicabezaconafecto,dándomeenergía.TomamosClaytonStreetyenapenasdiezminutosestábamosenelparqueTwinPeaks. Era un lugar muy turístico, y su nombre se debía a las dos pequeñascolinas, casi de la misma altura, que permitían a los visitantes tener unapanorámica de la ciudad espectacular.Nome entraba en lamollera que aquelmonstruoselahubiesejugadoenplenoverano,temporadaaltaenSanFrancisco,conlacantidaddegentequeteníaquehaberporlosalrededores.YoyameproponíasubirlaempinadacuestadeTwinPeaksBoulevardcuandomiamigoyladetectivemeindicaronqueestabatomandoelcaminoerróneo.—Noestanimbécil.AquelloesmuybonitoparacontemplarSanFrancisco,elOcéanoPacíficoylaBahía,peroestápeladodevegetaciónyplagadodeturistas—musitóMartínez,comosiresultaraobvioysusexplicacionessobraran.—¿Entonces?DimosunrodeoyalcanzamoslaAvenidaPaloAlto,ydesdeallíMarviewWay,unacalleporlaqueyojuraríanohabíapasadoentodamivida.Enesazonasíque abundaban los altos pinos y otros arbustos en los que nuestro sospechosopodíahaberseescondido,aguardandosuoportunidad.—LosSimsvinieronhastaaquíconmotivodelacelebracióndelcumpleañosdeuna amiga de Lucy. Todos los padres, como es costumbre, se quedaron en lacasatomandoalgo,ydejaronalospequeñosquejugaranporlosalrededores—meexplicó la detective—.Nopodemos culparlos, puesdenuevo aquí lo peorque te puede suceder es que en alguno de los aparcamientos de las colinas terompanunaventanillapararobarteloquehayasdejadoalavistaentucoche.—¿Cuántosniñossalieronalacalle?—Ocho. Y tenemos malas noticias. Lucy desapareció mientras jugaban alescondite.Ahíselepierdelapista.Setuvoqueocultarporaquíyahísediodebrucesconsuasesino.Lancéunganchoalaire,contodalarabiadelmundo.Aquelmodusoperandieratan habitual, tan propio, de los pederastas. Sabían cómo confundirse, cómocamuflarse con el entorno, y aprovechar la oportunidad. La cuestión que meplanteabaenaquelinstanteerasiLucyhabíasidounavíctimapropiciatoriaosieraelobjetivo,loqueandababuscandoaquelbárbaro.—TengoquetelefonearaMark.Dadmeunsegundo.

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—Túmandas, jefe—murmuróTom, que repasaba la escena como si fuera laprimeravezqueseencontrabaenella.Antesdellamaramicolegaleremitípormaillasfichasdelastrespequeñasquehabían sido asesinadas.La idea que se había gestado hacía poco enmimenteseguía creciendo y creciendo y me veía en la obligación de hacer algo alrespecto.—Graciasportelefonearaunahoradecente.—Mark, no estoy para bromas. Tengo ganas de vomitar. Este caso es tanrepugnantecomoelquemellevóhastaArizona.—Disculpa.Sólodeseabaresultaragradable.¿Quénecesitas?—Estamañana he visitado la Oficina del FBI en San Francisco. Por lo vistotienen un equipo de informáticosmuy competente, pero nome fio. De todosmodosloquetevoyapediratiesdistintoaloquevanainvestigarellos.—Escupedeunavez…—Tienesyaentucorreolosnombresdelastresvíctimas.Quieroqueaverigüessi existe algo que las relacione.Me da igual que rastrees los teléfonos de lospadres,que temetasen lasbasesdedatosde todas lasempresasdeCaliforniaque realizan campamentos de verano y excursiones o que violes mil normas.Sólo te pido una conexión entre ellas.Aunque sea un solo día. Sin eso estoyperdido.Estamostodosperdidos.Markaguantóensilenciounossegundos.Pudeoírsuteclado,porloqueestabayatramandoalgo;o,enelpeordeloscasos,suatenciónsehallabaenotroladoyselimitabaahacerquemeescuchabaconinterés.—Loquesolicitasesmuyjodido,Ethan.—Poresoteloestoyrogandoati.Nadiemáspuedehacerlo.Estoyconvencidodeello.—¿Estássegurodequehayunanexoentreesasniñas?—Sí.Al100%—respondí,arriesgandomucho,puesesacertezaeraimposible.Todosebasabaenunférreopresentimiento—.Esetipoconocíasusedades,suaspectofísicoypordóndesemovían.Lotienequehaber.—Ya. Pero eso lo consigo yo yendo de colegio en colegio de primaria yfijándomeenalgunaschiquillas.Enrealidadnoestancomplicado.Obcecado por el caso de Nebraska y por numerosos expedientes que habíanpasadopormismanossemeescapabanentrelosdedoslosrazonamientosmássencillos.—Nocreoqueactúeasí—repliqué.—Yaestamoscontuspoderesparanormales…—No,eslavozdelaexperiencia.—Esunamerasuposición.¿Porquéconsiderasquehayalgoquevinculaaesas

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pobresniñas?Apretélosdientesygiréconbrusquedadelcuerpo.CasigolpeoaTom,queseme había acercado y que me hacía un gesto con los dedos indicándome quecortaseyalallamada.—Porqueseparecenmucho.—Dossonmorenasyunaesrubia.—Losé,esalgoquenoencaja,ytienequehaberunaexplicación.Peroelfísicosíesmuysimilar.Tambiénhayalgomás…—Teescucho,Ethan.—Lasmataparacalmarsudolor.Tienequehaberlasvistodurantealgúntiempopara que ellas hayan sido las elegidas. Como siempre,Mark, casualidades lasjustas.Porfavor,encuentraeselazoinvisiblequelasrelaciona.—Haréloquepueda.Ytodopeseaconsiderarqueestásenunerror.Estoyenlaotrapuntadelpaísymisextosentido—dijomicolega,conironía—meindicaqueteequivocas.—Zodiac.—¡Quénarices!Recurrí a la última esperanza queme quedaba para queMark se tomase casicomoalgopersonallatareaqueleestabaencomendando.—¿TúcreesqueelAsesinodelZodiacoelegíaasusvíctimasalazar?Respecto a ese caso sin resolver existían múltiples hipótesis. A Mark leencantabanlasconspiracionesylasexplicacionesmásdescabelladas.—No.Nolohacíaasí.—Puesyoopinolomismodeestecaso.Ponteenmilugar.ColguésindespedirmeymegiréparaencararaTom,quemehabíatiradodelamangadelachaquetaunpardeveces.—DejaenpazaMark.YaLiz.YatodoslosquetienesbajotumandoahoraenQuántico.Aquí tienespersonalcualificadoyconexperienciadesobra.Nonosmenosprecies.—Nadamáslejosdeloquepienso.—Puesnolosllames.—Tom…¿porquémehaspedidoquevengaaSanFrancisco?El detective alzó los brazos y soltó un improperio. Yo podía sacar de quiciohastaalmástempladodelosagentes.—Mejorlodejamos.Elsegunderonosedetienemientrasdiscutimos—replicó,mostrándomesurelojdepulsera.Nohicemuchocasoamiamigoyascendíhastallegaralaprimeradelascolinasgemelas, la que estaba rodeada por Christmas Tree Point Road.Allí arriba elvientosoplabaconfuerzayhacíaunpocodefrío.Sinembargo lasvistaseran

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sensacionales.MientrasgirabapudeverelPacífico,elGoldenGate,LaRoca,elOaklandBayBridgeyAlamedaIsland.Comolanieblahabíadesaparecidoyelsol lucía con fuerza podía apreciar detalles muy lejanos sin problema. Meemocioné.Recordé ami padre y las veces queme había llevado hasta allí deniño y de adolescente, para que contemplara la maravillosa ciudad en la quevivíamos.Muchasvecesaprovechóparahablarmede lavida,para filosofarunpocoyparaseñalarmeelcaminocorrecto.Era,desde luego,elemplazamientoidóneoparacharlaracercadelfuturoydelossueños.CuandoladetectiveAriaMartínezyTomllegaronhastadondemeencontrabasequedaron en silencio, sin protestar. Algo les hizo percatarse de que no era elmomento, de que estaba ensimismado, rememorando o muy metido en misentrañas.Ellostambiénaprovecharonaquelinstantecasiespiritualparameditarcallados, mientras el viento húmedo y salado que llegaba del Pacífico seempeñaba en arrancarnos de la colina y en sacarnos de nuestro pequeñomomentodepazysosiego.DesúbitoelteléfonodeMartíneznosdevolvióalarealidadyyofuiconscientedequenoeraunchavalqueestabadepaseoconsupadrehablandodequémedepararíaeldestino.—Salimoshaciaallídeinmediato.Tardemosunpoco.Estábamosvisitandolosparquesenlosquefueronsecuestradaslaspequeñas.La detective colgó y se nos quedómirando,muy seria.No le hacía lamenorgracialoquelehabíancomunicado.—AlguienhaenviadounacartaanónimaalChronicle.Diceserelasesinodelasniñas.TenemosyaeloriginalenlaCentraldelDepartamentodePolicía.

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CapítuloXUna hora más tarde estábamos en una sala acompañados del Capitán MasonSmith y del investigadorLukeEvans. Todos teníamos una copia de lamisivaremitidaalChronicle,cuyooriginalyasehallabaenmanosdelosforenses.La epístola era breve y rezaba: «Ya he matado a tres. No pienso parar. Esdivertido.Mehacefeliz.Esasniñassontaninocentes.Hastaquenomeatrapéisno acabaré. Cada muerte pesará sobre vuestras conciencias. Yo no soyculpable.Lasociedadtienelaculpa.Elinfanticida.»—¿Qué opina, agente Bush? —preguntó Smith, cuando apenas llevaba diezminutossentadojuntoalosdemásalrededordeunamesa.—Esprecipitado…—¿Y?—No creo que sea el asesino. No facilita ningún dato. Esto lo puede haberescrito cualquier imbécil con ganas de llamar la atención. Esa es mi primerahipótesis—respondí,bastanteinseguro.—EstoyconEthan—dijoTom.—Y yo. Demasiado ambigua. Vale casi para cualquier ola de crímenes —murmuróMartínez,nerviosa.—Puesyoconsideroque tenemosqueanalizarla a fondo.Muchosasesinos enserie que han mantenido correspondencia con la prensa o con nosotroscomienzanasí,conun textovagoyquenodapistas.Tampocodeseanque losatrapemos de inmediato o ponernos el tema tan fácil—opinó el investigadorEvans,mirandoconfirmezaalCapitán.—Yonoestoysugiriendoqueladejemosdelado,sóloopinoquemeparecequees de un desgraciado que no ha encontradomejormanera de captar el interéssobreél—musité,tranquilo.Me vino a la cabeza el caso de Phoenix, donde también había una carta quehabíamandado,enprincipio,elresponsabledeunosterribleshomicidios.Todoseterminóaclarando.—Ya está enmanos de los forenses.Además, al sermanuscrita, aunque hayaempleado una letra mayúscula un tanto forzada, será sencillo cotejarla concualquier sospechoso llegado el momento—dijo el Capitán, que en el fondodeseabaqueesamisivafueraunprimerindiciorelevante.—¿CómollegóalChronicle?—preguntóMartínez.

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—Laentregóenlarecepciónunchavaldedoceaños.Segúnsutestimonioseladio un hombre con barba, gabardina, sombrero y gafas de sol.Vamos, que ladescripción no ayuda mucho. Le dio 20 dólares y le indicó dónde tenía quellevarla.—¿Enseriopensáisqueelasesinosecomportaríadeunamanera tanabsurda?—inquirióTom,agitandolacabezairritado.—Esunchifladoqueyasehacargadoatresniñas.Puedesercapazdecualquiercosa—respondióelinvestigador.—Noestátantarado,Luke—declaróAriaMartínez,posandosusmanossobrelamesa—.Quizátengaremordimientos,esposible,peronomeencajaconsuperfilqueleapetezcaqueloatrapemos.—Pues yo debo vivir en otro planeta—refunfuñóEvans—, porque encuentromuchosparalelismos.—¿Paralelismos?—preguntóTom,abriendodeunmodoexageradolosojos.—Sí,conelAsesinodelZodíaco.EldibujoenelcuerpodelaspequeñasyahoraunaprimeracartaalChronicle,¿noossuena?En efecto el Asesino del Zodíaco había mandado en su día varias epístolas,algunascifradas,adiversosperiódicos,entreelloselChronicleyelExaminer.Elinvestigadorhabíaestablecidounaasociaciónqueteníasuvalor.—SinembargonisiquieralahafirmadoconellogotipodelosrelojesZodiac—musitómiamigo.—ElAsesinodelZodiaco tampoco lo hizo en todas.Ni siquiera sabemos aúncuáles eran suyas y cuáles no —replicó Luke Evans, agitando el folio quesosteníaconsumanoderecha.Eraunasuntoquetodavíaeramotivodecontroversiaentreperiodistasyautoresque se dedicaban, en 2019, a seguir intentando desvelar la identidad de aquelhomicidaquetantoimpactohabíacausadoenlacomunidadmediosigloantes.—SerámejorquenosolvidemosdelAsesinodelZodiaco.Nosvaahacerperdertiempo y, a lo peor, a desquiciar—murmuré, imaginando aMark buscando atravésdeLaRedmilvínculosentreestoscrímenesylosacaecidosafinalesdelossesentadelsiglopasado.—AgenteBush,esoquepideesunaquimera.Elanimalque intentamosmeterentrerejasdibujasiempreenelcuellodelaspequeñaseselogo,lamismafirmaqueusabaZodiac.¿Pretendequelopasemosporalto?—meinterpelóelCapitán.—Nohedichoquepasemosporaltoeseaspecto.Alcontrario,loconsideroundatomuyrelevante.Peroloestamosasociandoaunasesinoenseriecuyomodusoperandi y cuyos traumas e historial eranmuy diferentes al que investigamosahora.—NotenemoslamenorideadequiéndiabloseraelAsesinodelZodiaco…

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—Enefecto—continué,imperturbable—,perosítenemosunperfildeél.Ynose dedicaba amatar niñas conmorfina y a dejarlas semienterradas junto a unárbolvestidasconuncamisónblanco.—En eso el agente Bush tiene toda la razón —dijo el investigador Evans,demostrandoquenoeratanzoquetecomohabíaimaginado.—PuesagenteBush,megustaríacontarloantesposibleconunperfilelaboradopor usted. Segúnme informaron es de losmejores en su campo y por eso havenido desdeQuántico—murmuróMasonSmith, golpeando con su plumade500dólareselbordedelamesa,comoretándome.—Apenas acabo de poner un pie en San Francisco, y sin embargo ya tengoalgunascosasclaras—repliqué,un tantomolesto.ElCapitánsoportabamuchapresión,peroerainjustoquedescargasesuansiedadconmigo.Nolehabíacaídoengraciadesdeelprincipioylleguéalaconclusióndequeesaimpresiónibaasermuydifícildemodificar.—Leescuchamosatentos.—Es un poco atípico, pero intentaré, ya que insiste, dar mi opinión, sin quetengaelvalordeuninformedetalladocomoelqueestoypreparando.—Nos hacemos cargo—masculló Smith, casi sonriendo.Había entrado en unjuego que no me gustaba nada y que a los demás también les resultabaincómodo.—Es un varón, caucásico, de entre 30 y 35 años. Posee una formación muyavanzada, puede que incluso haya cursado dos grados o posea un doctorado.Vivesoloy jamássehacasadoni tienehijos.Esunsociópatao tiene severosrasgos de dicho trastorno de la personalidad, lo que le impide mantenerrelacionesconvencionalesconelrestodepersonas.Peseaelloresultaeducadoyencantador,porqueasísabequeobtienebeneficios.Selimitaafingir,aactuar.Suscapacidadesintelectualessonnotables,aunquelostraumasquearrastranolehan permitido sacar todo el fruto a lasmismas. No creo que sea su principalfuente de ingresos, pero colabora con asociaciones o entidades que entran encontactoconniños;yaseacomomonitor,vigilante,cuidadoroalgoporelestilo.No es un pederasta, ni siquiera un pedófilo. El móvil de los crímenes no essexual.Hayunaprofundaheridaemocionalquenohacicatrizadoyquedesdeluego guarda relación con una hermana o con una amiga o familiar femeninomuyamado,esposibledelaspocaspersonasalasquehaqueridodeverdadensu vida. Fue asesinada a la edad de diez años o sufrió un accidente que élconsiderauncrimen.Ensumenteeslomismo.Unainjusticia.Afinalesde2017oprincipiode2018unestresor,quizáundespido,unanoticiaolamuertedeotroserquerido,hizoquesumentesedesbocaseyquecomenzaseafantasearconlosasesinatos.LucySimsesclave,porqueeslaprimeravíctimayteníaqueserpor

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obligaciónalguienmuycercanoyaccesible:hijadeunosvecinos,alumnaounapequeñaquefrecuentabaelparquealqueélsueleirparadespejarseymeditar.Noeshomosexual.Másbienesasexual,nosienteinterésalgunoporestetipoderelacionesysilashamantenidohasidodeformaesporádicayconindividuosdesumismaedad.Comoeshabitual,ensuhistorialtienequehaberconflictosenlaadolescencia, que ojalá estén registrados en alguna parte. Pudo desdematar aanimales hasta agredir a niñas de edades parecidas a las víctimas, pero sin elgrado de exactitud que ahoramanifiesta.No creo que sufra ninguna parafilia,aunque podemos contemplar la dendrofilia, la hifefilia, la somnofilia y lanecrofilia como patrones a estudiar. Por el contrario sí considero que padecealgunas fobias,ydesde luego lamás reseñablees lapedofobia.Aunquepuedaparecercontradictorio,porquehecomentadoqueserelacionaconniños,lohaceconelúnicoobjetivodeganarsesuconfianzayatravésdelasesinatocalmarsuangustia. No va a parar y mejorará la manera de perpetrar los secuestros, dellevaracabolosasesinatos.Aprendedesuserroresylosanaliza.Esposiblequela cadencia aumente, con periodos de latencia cada vez más breves. Será uncambiopaulatino,noradical,demodoqueaúntenemostiempohastaquevuelvaa actuar.No escoge a sus víctimas por una cuestión de oportunidad, no es unasesinodesorganizado,todolocontrario.Esescrupulosoydedicamuchashorasaelegira laniñaconcreta,aseguirsusmovimientos,aconocersushorariosycostumbres,hastatenerunestudiomuycompleto.Antesdeesonodaráelpasoderaptar.Insisto:nodeseaseratrapado,aunquesímuestrarasgosdesentimientodeculpa.Peropuedoafirmarquelosmismostienensuorigenenquepersonificaenlasvíctimasaesaniñaqueélperdiódeunmodotrágicosiendosólouncrío.Quizá, trasmatarlas, se dé cuenta del disparate queha cometido; pero sólo esunapresunción.Yunaspectomuyrelevante…nosecomunicarániconnosotrosni con laprensa.Por esoestoy tan segurodequeesta carta—dije, apuntandoconmiíndicelacopiadelamisivaqueteníadelante—esdeunidiotaodeunperturbadoquesóloansíaqueleprestenatención.Alacabarmisermóntoméaireybebíunpocodeagua.Todosmeobservabanconincredulidad,salvoTom,quemeguiñóunojo.—Joder, agente Bush, ¿y todo eso lo lleva metido en la sesera? —inquirióMasonSmith,quehabíalanzadosubolígrafosobrelamesacondesdén.Antes de contestar busqué enmi chaquetami libretaMoleskine, la saqué y lamostréconciertoorgullo.—Tengo una memoria nefasta. Pero jamás viajo sin un puñado de estoscuadernos.Ellos hacen las veces demi hipocampoy de parte de las neuronasquemefaltan.—¿Quéopinan?

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—Deboadmitirquemehadejadoimpresionado.Ynosé,estimoquevaporelbuencamino—contestóelinvestigadorEvans,queeraelquemáspesoteníaenaquelmomento,dadosutrabajo.—Entonces les dejo en paz. Aquí ahora mismo sobro. Cada minuto, cadasegundo que pasa, es una losa que nos está aplastando. Ténganlo presente entodomomento.El Capitán soltó aquella despedida que imaginé intentaba espolearnos y semarchó.Todosguardamossilenciodurantecasicincoinfinitosminutos,comosicadaunoestuvieradigiriendoloocurridoasumanera.—¡Joder,jefe,bravo,lehasdadounabuenalecciónaesecapullo!—exclamóalfinTom,provocandolascarcajadasdelosdemás.—¿Cómo?—pregunté,estupefacto.—Smithnoesdelagradodelamayoría.Tieneunestilountantoautoritario.Ycuandoseponedelosnervioslacosaempeora.Ustedloacabadedesmontaryesono esmuy frecuente, que digamos—musitóAriaMartínez, aclarandoporquéTomhabíasidotanexplícitoyporquéellossehabíanreídoconganas.—AgenteBush,esonosignificaquecoincidaen todoconustedoque leresteimportanciaalacarta.Quedaclaro,¿no?—inquirióEvans.—Ojalá esamisiva nos llevé directos al asesino. Nadame alegraríamás. Sinembargonotengolamenorfeendichaposibilidad.—Dejando a un lado la carta, ¿cómo puede ayudarnos el perfil a encontrar alasesino? —preguntó la detective, que se había quedado atrapada en midescripción del sospechoso, más pormenorizada de lo que yo mismo teníaanotado enmis papeles. La rabia había iluminado las sinapsis demi cerebro,todavíaperezosas.—SidejamosmanoslibresalosforensesinformáticosquehemosvisitadoestamañanaymiscolegasdeQuánticose implicanunpoco…lentamentenos iránllegandoexpedientesyfichas.EláreadelaBahíacuentaconmásde7millonesdehabitantes,peropocostienenunperfilsemejante.Tenemossusexo,suedadaproximada,sucapacidadintelectual,suestadocivil,laposibilidaddequetengaantecedentes,algunadesusmanías…—Todoesoasumiendoqueelperfilqueestáelaborandoseacertero—mascullóLukeEvans,sinmirarmealosojos.—Coincide bastante con el que ya manejabais aquí. Sólo he puntualizadoalgunosdetalles—repliqué,aguantandolasganasdesermáscontundente.—Descarta por completo el sexo como uno de los móviles y también estáempeñadoenquetodoesdebidoauntraumarelacionadoconunaniñaalaqueelasesinoquería,quefuematadaalamismaedaddelasvíctimas.Untantofueradelocomún.

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—¿Ha estado trabajando con el ViCAP?—inquirí, cuando yomismo aún noteníalosresultadosdelmismo.—LosdelaoficinadelFBIdeaquílohanhecho.—¿Algúnmodusoperandiqueseparezca?Formulé la pregunta en un tono poco amigable. Me había sentido atacado yrespondícomoniñomalcriado.—Parecidosí…—¿Enserio?Yo me había ocupado del último caso de un asesino en serie de niñosdesarrolladoenlosEstadosUnidos,elquemehabíallevadohastaArizonadosaños antes. No me hacía falta dejarme los ojos hurgando en bases de datosporqueaquellainvestigaciónmehabíamarcadoparatodalavida.—Bueno,noconexactitud.Tiposquehanmatadoniños,meentiende…—Evans,noeslomismomatarauno,oinclusoadosniños,queserunasesinoenseriedechiquillos.Hayunsaltoabismal—musité.—Losé—reconocióel investigador, incómodo—.Nohace faltaquesepongaenplanagresivo.—Chikatilo,elAsesinodelOtaku,Olson,Garavito,PomeroyoElMonstruodelosAndessonalgunossalvajesquemevienenalamemoriaydelosqueesperoinformesdetalladospronto.PeroEvans,sumodusoperandieramuydistintoaldel tipo que actúa aquí y a la mayoría de ellos los movía un impulso deviolencia,dominaciónysexo.AqueldesplieguesólopretendíademostrarleaLukeEvansqueyosabíaloquedecía y que en cinco años trabajando duro enQuántico algo había aprendido.Necesitaba que Mark me ayudase, pero en mi mente ya flotaban decenas deexpedientesy casosdelpasadoquede algunamanerapodían servir comounavagareferencia.SielCapitányelrestodeagentesimplicadosnomerespetabanmi presencia en San Francisco era estéril, y para eso mejor regresaba aWashington,prestabaatenciónamipequeñoequipoydedicabatiempoaLizynuestroqueridohijodeapenasunaño.—Lepidodisculpas.Nadamáslejosdemiintenciónqueimportunarle.—Esoespero,Luke.ComoEthannosdejecolgadosestamosjodidos,créeme.Sémejorquetúqueesunpocomajadero,pueslohetenidoquesoportarcomojefeduranteaños.Sinembargo…eselmejorqueconozcoensucampo—manifestóTom,enunalegatoquenosabíacuántoteníadeelogioycuántodereproche.—Entonces,¿quéhacemos?¿Esperardebrazoscruzadosaquelosinformáticosnos vayan dando pistas?—preguntó AriaMartínez, que estaba como en otradimensión,alejadadenuestrasdisputascargadasdeinsípidatestosterona.—En absoluto —respondí, de inmediato—. Quiero ver a los padres de las

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pequeñas,aunqueséquesemuestranreacios,ydeseovisitarelotroparqueenelquefuesecuestradalaúltimavíctimayloslugaresenlosquefuerondejadoslosdoscadáveresquerestan.Todoesonosayudaráaseguirconstruyendounperfilmásajustado.—Lospadresvanasuponeruncontratiempo.Noestánparaquelesmolestemoscon nuestras preguntas. Y ya los hemos incordiado mucho, sobre todo a losSims. Por Dios, desde julio… ¡estamos ya en abril! —exclamó la detective,demostrandouna empatía queme resultómuy reconfortante en el contexto deaquelladurareunión.—Coincidoconlosdos—dijoEvans—.Peroasumamos,yoelprimero,quesenos pueden haber escapado detalles que ahora el agenteBush pueda desvelar,desde un nuevo en foque. Por ejemplo me acosa una pregunta desde hacesemanas,cuandoencontramosalaterceraniña.—Somosunequipo—murmuré—.¿Quéleatormenta?—El cambio de patrón. El modus operandi es idéntico, pero la pequeña erarubia.Esonoencajaenabsoluto,¿estamosdeacuerdo?Elinvestigadorteníatodalarazón.Podíaparecerunacuestiónmenor,a laquenohacíafaltadedicarhorasdereflexión,oalmenosasíloentenderíanmuchosagentes. Craso error. Un asesino tanmetódico, que conocía las edades y quehabíaelegidoasusvíctimascontantoesmeronopodíahabercometidoundeslizsemejante sin una causa que lo explicase. Y quizá tras la explicaciónencontrásemosunasendaquenosguiasehastaél.—Ahora mismo no tengo ninguna teoría. Pero descarto la oportunidad comoargumentoparajustificardichocomportamiento—expuse.Mi Smartphone vibró. Por un segundo temí que fuese un mensaje de VeraTaylor,desdesuhogardeKansas,perosetratabadeClariceBrown.Eraescuetay directa: «Ya tengo un primer sospechoso. Un sujeto que es excursionistahabitualdelTamalpaisStatePark.¿Cenamosjuntosestanoche?».

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CapítuloXILafamosapresentadoradelaCBSyyoyanosconocíamoslosuficientecomopara saber que no se tiraba faroles conmigo; era una insensatez que sólo leconduciría a que la apartase demi pequeño círculo de confianza.SimehabíamandadoaquelSMSeraporqueteníaalgosólidoentremanos,demodoquecondisimulorespondíconunescueto:«Sí.Tetelefoneoenunrato.»Lareunióncontinuó,aunqueyoyanoestabaallí, tenía lamenteenotraparte.Tomy ladetectiveMartínez,por loquepudeentender, esbozaronunaagendaquemeincluíaparairaveralospadresyparavisitarelrestodezonasclavedelainvestigaciónenlasqueaúnnohabíapuestounpie.Cadavezquememirabanmelimitabaaasentir.Cuandotodoterminómiamigoseofreció,denuevo,aacercarmealhotelensuflamanteTaurus.—Prefieropasear.Mevienemuybiencaminarantesdemetermeenlacama.—Jefe,¿quéesloquehasucedido?—Nosébienaquéterefieres…Tommeneó la cabeza y me lanzó un directo que no llegó a impactar en mimentón. Era un gestomuy propio de él.Me gustaba que lo conservase y queapenashubieracambiadosucarácterdesdequeabandonaraelFBI.—Amínomeengañas.Hasidounareuniónmuytensa,aunqueporfortunalacosahaacabadobien.—Sí,tedebounamás.YameveíadevueltaaWashington.—Nilosueñes.Antestienenquepasarporencimademicadáver.—Yamehedadocuenta.—Puesyodeloquemehedadocuentaesdequeenunmomentodeterminadohas desconectado, ¿comprendes? No eras tú. Y quiero que seas tú todo eltiempo,hastacuandoteaborrezco.AquíenSanFranciscohayagentesespecialesdel FBI a montones, esto no es un pueblo perdido delMedioOeste. Hemospateado juntos esas pistas polvorientas a las que llaman carreteras y hemospasadomuchotiempobajoelmismotecho.Asíescomoaprendesaconocerdeverdadalagente.Tenecesitocontodoslossentidospuestosenlainvestigación.Eres diferente. Con lo convencional no nos está dando para atrapar a esedesgraciado.Mi amigo me tenía clavadas las pupilas en el entrecejo y aquello resultaba

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incómodo. No podíamentirle, ni siquierame sentía capaz de escamotearle laverdad.Noselomerecía.—Vale.EraClariceBrown.Voyacenarconella.Creequetieneunapista.—Joder,esamujernoseaburredeti…—Parecequetodolocontrario.—¿Estáisliadosoalgoporelestilo?—preguntóTom,sinconvicción.—Esecomentarioespropiodeunmemo—respondí,enfadado.—YasabesqueyonosoyprecisamenteEinstein.—Eresunodelostiposmáslistosqueheconocidoentodamivida.—Ytúelmásinteligente.Poresoesbuenoquetrabajemosjuntos.—YaestábamosjuntosenelFBI—murmuré,dolido.—Bueno,seguimoscolaborando.Esoesloimportante.Disculpaporlatonteríaquehedicho.Esquenoentiendolotuyoconesaperiodista…—GraciasaellaresolvimosloscrímenesdeKansas.—Esoesexagerarunpoco.—Digamosquesinsucolaboraciónnoshubierallevadomástiempo.Ytambiénmehaechadounamanomásveces.—YtehaentrevistadoendosocasionesenPrimeTime,noloolvidemos.—Mevoyalhotelyyasabesloqueestaréhaciendodespués.Lesaludéconlamanoycomencéacaminarpor3rdStreet,peromiamigomesujetódelhombroymegiróconsuavidad.Estabaenformayerauntipofuertequesemachacabaenelgimnasio.Podíaaplastarmecomoaunamoscasiledabalagana.—Jefe,nolacagues,telosuplico.—¿Quéinsinúas?—inquirí,sintenerclaroaquésepodíaestarrefiriendo.—Aquí sólounaspocaspersonas conocen losdetalles del caso.Es importantemantenerlabocacerrada.Losabes.Esareporteratanguapanoestaninteligentecomotú,perosítanespabiladacomoyo.Notevaadarinformaciónacambiodenada.Ojalálascosasfueranasí.—Yaverécómomelasapaño.—Hazlo sin meter la pata. Ya sé lo que es toparme con la CBS dando unaexclusivaenunasuntoquellevábamosnosotros.Meexplico…—Hastamañana,Tom.Mientraselairefríomeazotabaelrostromeditabaacercadelaspalabrasdemiamigo. Yo estaba cabreado y sin embargo él estaba cargado de razones parahaber mantenido aquella conversación. No podía estropear lo que con tantoesfuerzoellosestabanconsiguiendo:manteneralaprensaaraya.Al llegar al hotel telefoneé a Clarice y quedamos para cenar en un coquetorestaurante francésubicadoen laAvenidaVanNess.Medi unaducha rápida,

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mecambiédetrajeylemandéunmailaLizyotroaMark.Elprimeroeraparademostrar quenomeolvidabade ella ni de nuestro pequeño, el segundoparaquemigenioinformáticonoseolvidasedemí.Lleguéunpocotardealacitaylaperiodistayameaguardabatomandouncóctelsuave.Selevantónadamásvermeyvinoasaludarme.—ElseñorEthanBush…¡cuántotiemposinverte!—¿Teestásburlandodemí?—Enabsoluto.¿Mepermitesquetedéunabrazo?Miré ami alrededor.Noconocía anadie.Estaba en la ciudaden laquehabíanacido, me había criado y había terminado mis estudios universitarios y mesentíacomofueradelugar.—Unobreve,paraquenotequejes.Estuvisteenlahabitacióndemihotelelotrodía,porsitehasdespistado.Claricemeabrazócondelicadezaypudeolersuperfume,máspropiodelacostaeste,deloscírculosenlosquesemueveeldineroyelpoderenlugardedondeseengendranlasideas.Sucabellomerozólamejillaymeestremecí.Yoapenaslaestreché.—Bueno, menos es nada. Pero tengo la sensación de haber ceñido con misbrazosuniceberg.Oquizáalgomásfrío,aúnmequedandudas—murmurólareportera,ladeandoelrostroyllevándoseelíndicederechoaloslabios.—Estamosenunrestauranteynonosconvienequenosveanenunaactitudtanafectiva.Nisiquieratendríaqueestaraquíahoramismo.Deberíaestarvolcadosobremislibretasodescansandoparalajornadademañana.Clarice no me hizo ni caso y me indicó que ocupase mi asiento en la mesa.Estaba espectacular.Cada vez queme encontraba con ella la veíamás guapa,másradiante.Elpasodelosañosleestabansentandogenialyelladominabaelescenario; se movía como si los focos de su magnífico plató la estuviesenpersiguiendo a todas partes. Era complicado no quedarse medio extasiadomirándola.Atravésdelapequeñapantallacautivabaamillonesdeespectadorescada domingo, presentando el programa de más éxito de la historia de latelevisiónestadounidense,ysinembargocaraacararesultabamásencantadorayseductora.Ellaseencargódeelegirlosplatosyelvino.Medijoquenomepreocupase,quelaCBScorreríaconlosgastos.Lehabíanincrementadoelpresupuestodedietasy salía tan poco de Nueva York que era la ejecutiva que hacía un uso másmodestodelmismo.—Estásenel lugarexacto,Ethan.Tengo información relevante.No tehubieramolestadoconunachorrada.—Poresohas logradoquecenecontigo.Tomteodia,elCapitánmedetestay

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todoslosagentesmemataríanconsuspropiasmanossisupieranqueestoyaquíconunaperiodistadelaCBS.—¿Habéislevantadounmurodesilencio?—Más o menos. Cualquier pirado puede atribuirse estos asesinatos y nosestamos para gilipolleces —dije, pensando en la carta que había recibido elChronicle.—Terefieresalamisivadeesechiflado,¿no?Claricecruzólaspalmasdesusmanospordebajodelabarbillaymeregalóunasonrisacargadadeironía.Laodié.—Yaestásalcorriente…—Hagomitrabajo,Ethan.Nosabessacarmetodoelpartidoyalfinaltetengoqueponerlascosasenbandeja.Enelfondo,desdequenosconocimos,hesidomuybuenacontigo.—Seguro.—Aúnnomehaspreguntadopormisospechoso…En ese instante nos sirvieron un par de ensaladas acompañadas de filetes deterneradecortemuyfinoconunaliñosingular.Antesdecomerprobéelvinoypeseaqueyoeracasiabstemioysólotomabaalgunacervezadevezencuandomesupoagloria.—¿Québrebajeeseste?—pregunté,agitandoconcuidadomicopadevino.—Uncaldofrancésexcepcional.Ymuycaro.Teruegoquenolomeneescomosifueraunrefrescobarato.—Entretodosvaisalograrquemeconviertaenunmalditoborracho.Yoodiabaelalcohol.SitomounaBudweiserocasionalmenteesporquemerecuerdaamipadre.—Entonces come antes de beber. Es un consejo de experta en estas lides. Ysiempre haz que parezca que bebes más de lo que en realidad ingieres. Nodeberíacontarteestascosasporqueebrioquizábajeslasdefensasyesemurosedesmorone…peromecaesbien.—Deacuerdo.Háblamedeesetipo—dije,centrándomeenelmotivodeaquelencuentro.—Eres tan aburrido en ocasiones, Ethan. A mandar. Lleva unos cinco añosyendotodoslosfinesdesemanaalTamalpais.Sólohafalladounpardevecesentodoeste tiempo.Enocasiones tambiénacudeun juevesounviernes.Pagasupaseanualysededicaarecorrertodoslossenderos.Losqueestánseñaladosylosquesóloconocenlosguardiasyempleadosdelparque.—Joder, Clarice, ¿de dónde lo has sacado? Aquí hay agentes que llevaninvestigandodesdejuliodelañopasado.Ydesdenoviembreyaesunacuestióndemáximaprioridad.Notecuentocuandoaparecióenmarzolaterceravíctima.

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—Poresosiempremenecesitas.—Heresueltocasossintuayuda.Muchoscasos.Tambiéneresunproblema—repliqué,molesto.—Puesaquíyameestoyganandounabrazodeverdad,nolamenudenciaconlaquemehasobsequiadoalllegar.—Vale,¿meexplicastodo?—Y tú…quémeofreces—musitó la reportera, sinmirarme, como el que nopretendeobtenernadasignificativo.—Niidea.Estoyatadodemanos.—Hacéislascosasmal.Bueno,notodo,porsupuesto.Peroyoheestadoconlosquelimpianelparque,conlosquellevanlacomidaenfurgonetas,conlosquelacalientanenhornosprofesionales,conlosquevigilanlafauna,conlosvisitantesmásasiduos…—Ya.Eresmuchomásguapaquenosotrosynoapestasapoliatresmillasdedistancia.Esolotengomuyclaro.NotodoelmundoestádispuestoacolaborarconlaLey,perosíachismorrearunrato,yalosabes.—Esetíoesmuyraro.Llevaunapinta…Alguiendeberíairasucasa.Unodemischicoshatomadofotografías,perononoshemosatrevidoallegarmáslejos.Tienehastaunapodo.—¿Apodo?—Sí,entrealgunosempleadosdelparque:Elexcursionista.—Nosehancalentadomucholacabeza.—Levacomoanilloaldedo.ElTamalpaisesunaespeciedesegundohogar.Nolehacefaltaunmapapararecorrerloporcompletosinperderse,hastaenlosdíasdenieblamásespesa.MefastidiabaqueClariceBrowndenuevonossacaraventajadeunmodo tanburdoysencillo.Tambiéneraciertoque lagente,engeneral, tendíaasermásfrancaconunperiodistaqueconunagentedepolicía.PoresoTomempleabalaestrategia de hacerse pasar por uno cada vez que tenía que indagar entre laspersonas corrientes.Nada de placas.Nada de pistolas.Nada de órdenes ni desalasconcámarasdevídeoygrabadoras.Sóloélyun testigoalque lecuestacontartodalaverdadaunindividuoconuniforme.Funcionaba.—Tienequehabermontonesdesujetoscomoél.—Poresome lohanmencionadovariosempleadosencuanto leshe tiradounpocodelalengua,¿verdad?Lareporteraestabaenlocierto.Sihabía levantadosospechasentreelpersonaldelparquequizátuviéramosqueescarbarenlavidadeesetipo.—Esquenoessuficiente…—Va siempre con una furgoneta destartalada. La aparca en un lugar que

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consideracomopropio.Asaberloquetienemetidoenella.Quizátodounkitdesecuestro,comovosotroslodenomináis.Aquellos kit, tan frecuentes entre los asesinos en serie organizados, secomponían de bridas, esposas, cuerdas, cuchillos, cinta de embalar, mantas,plásticoseinclusoarmasconlasquereduciryamordazaralasvíctimas.Noerankitsparasecuestrar,eraparadominarymatar.—Lodelafurgonetaesinteresante.—Nosoyunapipiola,Ethan.Viveaúnencasaconsumadre.Tiene29añosysólotrabajaamediajornadaenunaestacióndeservicioalasafuerasdedondereside,unpueblollamadoOrinda,cercadeBerkeleyyOakland.—¡Joder! —exclamé sin darme cuenta de que me hallaba cenando en unelegante restaurante francés de 200 dólares el cubierto; la mitad de loscomensalesmedirigieronunamiradareprobatoria.—Ahora yame prestas atención—continuóClarice, haciendo caso omiso delrestodelagente.—Pues sí. Cualquier día te nombramos agente honorífica y te regalamos unaplacadeplásticoparaquelapuedasllevarenelbolso.—Todavíahaymás.—¿Más? —pregunté, como si resultase imposible que me facilitase nuevosdatos.—Sí.—Venga…La periodista sonrió, bebió un poco de vino y se puso a comer, en silencio.Habíamosllegadoalpuntoqueelladeseabayyoestabametidoenlatrampaysinposibilidaddezafarme.—Necesitoquemecuentesalgoacambio.Asífuncionaestemundotancruel—murmuróalfin,impostandolavozdeunaniñaangelical.—Todoestoparahacerloquecualquierotroperiodista.Ydespuésquieresquetetratecomoaunaamigaoyoquésé—dije,malhumorado.—No, no…Te equivocas, Ethan. Casi nadie te hubiera invitado a cenar a unsitio como este ymuchomenos para servirte en bandeja a un sospechoso tanparticular.—Acepto. Pero te he comentado que estoy atado demanos.Ni siquiera llevometido tiempo en la investigación—repliqué, recordando aTomy lo quemehabíadichoalsalirdelDepartamentodePolicía.—No cuela. Te han hecho venir desde Washington. Tendrás montones depapelesytehabránllenadolacabezadedatosparaquepuedascrearunperfil.Nometomeselpelo,porfavor.Miré a Clarice y suspiré. Ya que no podía contar nada de lo que habían

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descubierto los demásme aferré a lo único de valor que yo había aportado alcasodesdemillegadaaSanFrancisco.—Seestávengando.—¿Cómo?—Creo que se está vengando. Asesina a esas niñas porque en su cabezarepresentanaunapersonamuyqueridaensuinfancia.Esuntraumaquenohasuperado. Tiene asociados otros problemas, desde luego, pero esa es lamotivaciónprincipal.Sedesahogamatandoaesaspequeñasinocentes.—Mediopaísestáparaencerrarenunmanicomio.Ylevendenarmasalprimerimbécilquejunta800dólaresparahacerseconunapistolamediodecente.—Teveosensibilizada.—¿Novesningunodemisprogramas?—Alguno. Un par de veces has llevado a un fanfarrón del FBI —contesté,burlón.—Notienegracia.Hicimosunespecialsobrelaventadescontroladadearmasenlamayoría de los estados. Ethan, uno de cada cuatro estadounidenses tiene almenosunapistola,yportodoelpaíshaymásde300millonesdearmas,muchasdeasaltoodegrancalibre.Heestadocongentealaquedeberíasencerrardeporvida,aunquetodavíanohayanmatadoanadie.—Está complicado, pero si lo deseas dejo todo yme dedico a promover queremuevandeunavez laSegundaEnmienda.Hasta la fecha todo elmundohafracasado, tiene casi 230 años desde que se promulgó y en 2010 la CorteSupremalaratificó.Estamosjodidos,Clarice.—Gracias por la clase de historia. Al menos sé que tengo delante a uno queopinalomismoqueyo.—Dejemosaunladolasutopías.Tetoca…Lareporteratomósucopadevinoylaagitóconsuavidaddelantedemisojos.—Noheterminadodeentenderlodeesechalado.Necesitoquemeloexpliquesmejor.—Hellegadodemasiadolejos.Cumple.Mitonodevozfueenérgicoytajante.NoestabadispuestoaqueClaricejugaseconmigomientrasunanuevavíctimapodíaestaralcaer.—Notecabreesconmigo.—Simeprovocas…—Esetíosecriosoloconlamadre.Loecharondesecundariaporacosara laschicasyporsoltarimproperiosporlabocaadiestroysiniestro.—Noencaja—musité,pensandoenvozalta.—Desde entonces ha procurado meterse en pocos líos, aunque no le gusta anadie—continuó la reportera, como si nomehubiera escuchado—.Almenos

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cuida sus modales y, lo más interesante… con frecuencia hace de guía, sincobrarnada,paralasescuelasdeprimariadelaBahía.¿Estotampococoncuerdaconloquetienesrondandoporlacabeza?

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CapítuloXIIAcabamosdecenarmuytardeycuandolleguéalhotelestabaunpocomareado.PeseaellonodejabadedarlevueltasaloquemehabíacontadoClariceBrownsobreaqueltipo,Elexcursionista.Habíaaspectosdesuperfilquemecuadrabanyotrosqueno.Necesitabaquealguienloinvestigaseafondo.QuefrecuentaseelTamalpaisStatePark,quefueseconocidoporelpersonal,quesuresidenciaseubicaseenunapequeñapoblaciónalestedelaBahía,quellevaseunafurgonetao,paraponerlaguindaalpastel,queseencargasedeformavoluntariadehacerde monitor para diversas escuelas sumaban muchos puntos en su contra. Sinembargoqueapenastuvieraformación,quefueraunempleadoatiempoparcialymalpagadooqueaúnvivieraenlacasadesumadresesalíadelcercoqueyoestabaestrechando.Acosadoporlasdudasyporlosrecuerdosdemipadreapenasconciliéelsueño.Tuveunpardepesadillas, algoque suponíahabíadejadoatrás,ymedespertésudandocomounpollo.Alamanecerunanieblacompactaygrismeimpedíavernadadesdemiventana.Porsi fuerapoco,una terrible resacamesacudíaelcráneo,comounboxeadorqueestásufriendolapalizadesuvida.Noestabaacostumbradoabeberalcohol,y aunque sólo había tomado un par de copas de vino mi cuerpo las habíarecibidocomounaintoxicaciónetílicadeprimernivel.Adoptélamejormedidaparaestascircunstancias:beberaguasindescanso.Saliracorrerunratotambiéneraunasolución,peromefallabantantolasfuerzascomolasganas.Tuve suerte y al abandonar el hotel la humedad y el frío, que bien podíanhaberme provocado una pulmonía, me espabilaron en sólo cinco minutos.Algunaventaja teníaque teneraquellamañanahostilquesepresentabaduraycompleja.Fui directo al despacho de Tom. Estaba trabajando y sólo me saludó con lamano,sindespegarlamiradadelapantalladesuordenador.—Nolafastidié—mentí,mientrasmesentabajuntoasumesa.—Esosólolodemostraráeltiempo,jefe.Mehasacostumbradoanofiarmedetupalabra.Eshorrible,perotelohasganadoapulso.—Tienesrazón—musité.—Ergo…quizásilajodisteunpoco.—JamesBarnes—dije,alzandolavoz,algoquemeprovocóundolorterribleen

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lassienes.—¿Quiénnaricesesesetipo?—Anotasunombre.ViveenOrinda,consumadre,yesunsospechoso.Esofuelomejordeanoche.—¿Ylopeor?—preguntómiamigo,mirándomeporfin.—TenerqueestarenpúblicoacompañadoporClariceBrowneingerirunpardecopasdevino.—¡Vino!—Sí,esejugofermentadoqueseobtienedelauva.—Ya tenías que estar idiotizado. Eres abstemio, jefe. Tú sólo bebes, enocasionesmuyespeciales,untragodecerveza.—Creoqueestabaalgopeorqueidiotizado.Loasumo.Perosielprecioapagaresundolordecabezapasajeroacambiode teneraunsospechoso…repitounmillóndeveceslaexperiencia.—Tenemosunareuniónenunahora.Yateestásinventandounabonitahistoriaparaexplicardedóndetehassacadoesetipo.Guardésilencio.Elaguanoestabasurtiendo tantoefectoymecostabacavilarconprecisión.—Misplaneseranotros…—Unsegundo.Antesdequesuelteslagilipollezqueimaginotomaesto.MiantiguocolegadelFBIbuscóenunodesuscajonesydespuésmetendióunapastillayunabotelladeagua.—¿Quémeestásdando?—Vitaminas. Las tomo los días que no puedo alimentarme como deseo ysiempretengounboteamano.EnesapíldorahayCysuficientesdelgrupoBcomoparaquesalgasadisputarunmaratón.Teharánbien.Me tragué la pastilla sin rechistar yme bebí toda el agua que quedaba en labotelladeTom.Micuerpomeseguíapidiendoagritosmáshidratación.—Gracias.—¿Hasdesayunado?—Sólohebebidoagua.Creoquevoycaminodelosdoslitros.—OK.Ahorabuscamosenlasmáquinasmediolitrodeyogurtlíquido.Yantesde entrar en la reunión temojas el rostro con agua helada. En realidad tienesbuenapinta.Doscopasdevinonohanmatadoanadie.—Elyogurtmehasonadobien.¿Cómosabestantoderesacas?—inquirí,porquemiamigoeratanabstemiocomoyo.—Aquí cuando se resuelve un caso complicado lo celebran bebiendo cervezacomosinohubieraunmañana.O te sumasa lamanadao teconviertesenunbichoraro.Sólo llevocuatrocogorzasdesdequeaterricéenSanFrancisco,de

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modoqueresistiré.Una vez el asunto demimalestar parecía encauzado centrémi atención en lapropuestadescabelladaquedebíahacerleaTom.—QuieroquelodeBarnesquede,demomento,entrenosotros—balbuceé.Mi amigo agitó todo el cuerpo, como si estuviera sufriendo una descargaeléctrica.Eraunpayasosinposibilidadderehabilitación.—Estás más pirado que los malnacidos a los que perseguimos. Te crees quecampas a tus anchas, como en Kansas, donde no hay oficina del FBI y sólotienesqueenfrentarteaunsheriffqueestádemierdahastaelcuello.Tom hablaba de nuestras dos primeras estancias en aquel estado, en las queresolvimoselcasoalqueClariceBrowndiounpomposonombre:LosCrímenesAzules.Enefecto,lascircunstanciaseranbiendistintas.—Es sólo mientras indagas. Como en los viejos tiempos. Tú mismo me hascomentadoquequieresacción.—¿Quépretendes?Esapreguntamedabaunaoportunidad.Teníaquemanejarcontactolaocasión.—Quevayasaveraesetipo.Quetecuelesensumadriguerayantesdeponersunombreencimadelamesasepamossimerecelapena.—Imposible,jefe.TenemosqueinformaralCapitányalgrupo.Somosunapiña.—La fastidiaremos. Si es él se bloqueará y dejará de matar durante muchotiempo.—Mierda,¡quétieneesodemalo!—Quedejedeasesinarnada,por supuesto;noestoy tan idocomosupones—aclaré—.Sin embargoelque se asuste al sentirnuestro aliento enel cogoteyparalicesuactividad…puedeacabarmal.—¿Mal?—Zodiac—musité.—Estoyhastalasnaricesdequehablemosdeeseasesino.—Cuyaidentidadsiguesiendotodounmisterio.Eramidesesperadointentodehacerleverquelamayoríadelasveceselcaminorecto no es elmás adecuado, ni siquiera el que conduce al lugar que esperas.Ahorayanoopino igual.ElEthande34añosestabamáscurtidoqueel jovenarrogantequehabíallegadosiendoapenasuncríoaQuánticoypeseatodoaúnme quedaba mucho, muchísimo por aprender. Los golpes que propina laexperiencia,loserroresimperdonables,sonenseñanzasquesequedanaferradasenlamemoria,comosoldadas,yqueteobliganamadurar.—Jefe,vamosairalareuniónyloprimeroqueharásescomentarquesospechasdealguien.—Elexcursionista.

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—Mecuestaseguirte.Yanotengoclaroquiénestáresacosodelosdos…—Esel apodoque lehanpuesto los empleadosdelTamalpais.El tipova conmuchafrecuenciadesdehacetiempoynosóloconoceatodoelmundo,tambiénhastaelúltimorecovecodelparque.—Vaya…Tomsequedópensativo.Sefrotólabarbadeunasemanaysegiró,paramiraratravésdelaventanadesudespachoelanimadotránsitode3rdStreet.Lanieblasehabíalevantado.Quizáhabíalogradoenpartemiobjetivo.—Sí,esomismomedijeanochevariasveces,cuandotratabadedormir.—Tenemosquecontarlo,jefe.Peronosahorramoslodetuplan.—¿Quéplan?—Haréloquemepides.Pasarmeporunperiodistasimpáticoyallanarlacasadeese tipo, o de sumadre. En esome has convencido. Si esperamos a que aquíagilicen todos los papeles puede llegar el verano y aún no podermover ni undedo.—Poresarazónmeveoobligadoasaltarmelasnormas,Tom—musité.—No, jefe. Lo haces porque eres un capullo. Todavía estoy a tiempo dearrepentirme.Sóloteruegoqueleshablesdeeseindividuoalresto.Mi amigo logró que dejase de lado el tema. Nos centramos en elaborar unaestrategia en común y después acudimos a la reunión. Allí estaban loshabituales:elCapitán,ladetectiveAriaMartínez,elinvestigadorLukeEvansylaagenteespecialKaitlynPeterson,quefuelaprimeraentomarlapalabra.—Los forenses informáticos han cumplido.Es cierto que para ello nos hemossaltado unos cuantos protocolos y que tendremos que encontrar la manera deexplicarelasuntoenuninformesinqueesosupongaqueunabogado,oinclusolapropiafiscalía,tumbenelcasosinhaberllegadonisiquieraajuicio.Petersonmemirabamientrassemovíaporlaestanciaconunmandoenlamano.Todoscaptaronloquesignificabaaquello.Despuéspulsóunbotónyelrostrodeun hombre joven apareció en la fabulosa pantalla de 105’’ 5K con la quecontabanenlaCentraldelDepartamentodePolicía.—Ya me han hablado de sus ocurrencias, agente Bush. Por fortuna me hancomunicadoqueustedesunasingularidaddentrodelFBIyqueel99%delosagentesespecialesquetrabajanenQuánticoseatienenalaLeyesquenoshemosdadoyalaautoridadquepermitequeelsistemafuncione—dijoMasonSmith,impertérrito,comosisedirigieseaunente indeterminado,aalguienquenosehallaraenlasaladereuniones.—Los forenses informáticos han cumplido. Si los atamos de manos jamáspodremosexprimirlestodoeljugo,sacarloquellevanensuinterior.TenemosagentemuybuenaenelFBI,comodemuestraesaimagendelapantalla—musité,

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condureza,reafirmandomialegato,sinachantarmeniporlosgestosdePetersonni por el desdén público del Capitán—. Los monstruos no se andan conchiquitasymientrasnospensamossiloquehacemosestábienoestámallavidadeunaniñadediezañospendedeunhilo.Yalodijeensumomento…siemprepodránecharmelaculpadetodoamí;nocorreriesgolacarreradenadie.—Esusteduninsensato—meespetóSmith—.Meimportaunbledomifuturoprofesional.Loquenoquieroesqueporundesliztodoelesfuerzosenosvayaporelsumidero.—Señores,¿podemosseguiradelante?—inquiriólaagentedelFBI,tratándonoscomoachiquillos.—Porsupuesto.Disculpe…—murmuróelCapitán,abochornado.Petersonhizoungestoconlamanoindicandoquetodoestabaolvidadoyqueloqueahoradeseabaesquenoscentrásemosenlapantalla.—EsteesMaxStewart.Eseljovenqueacudió,sinquenadieloinvitase,alostresfuneralesdelasvíctimas.—¿Cómolohabéisidentificado?—preguntóEvans,quedespuésapretóentrelosdienteselextremodeunbolígrafodeplástico.—Esafuelapartemássencilla.RecurrieronalosperfilespúblicosdeFacebook,comenzando por los residentes enSanFrancisco, y enmenos de dos horas loteníamos.Hastaahítodobien.—¿Viveaquí?—interpeléalaagente,desconcertado.—Sí, en un bonito pero diminuto apartamento situado en Moraga Street. Seindependizóhacedosaños.Ellugartienesuenjundia,yparaesolomejoresquelesmuestreunmapa.Petersonvolvióapulsarelbotóndesumandoadistanciaylaimagendeljovenfue reemplazadapor unavisióndeGoogleMapsdel centrodeSanFrancisco.Losparquesenlosquehabíansidosecuestradaslaspequeñasestabanresaltadosen rojo y unidos por líneas del mismo color, lo que formaba un singulartriángulo.MoragaStreetsesituabadentrodelmismo,alaalturadeTwinPeaksyescoradahacia eloeste.Aquel individuo tenía a sólomediahora caminandocadaunode losparques.Sidejábamosde ladoelTamalpaisStatePark,dondelos cadáveres fueron abandonados, cualquier SIG, o el sentido común, nosindicaríaqueestabaenelsitioidóneoparaperpetrarlosraptos.—¿Qué sabemos de ese Stewart? —pregunté, como si sólo la agente de laoficinasatélitedelFBIenSantaRosayyonoshallásemosenlaestancia.—Bueno, ahí es donde nuestros jóvenes forenses comenzaron a meterse enlíos…—¿Hemostenidoalgúnproblema?—inquirióMasonSmith.—No,demomento.Sehancoladoenbasesdedatosdetodaíndole,desdelasde

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centrosparamenoreshastaladeunauniversidad.—Continúe,porfavor.—MaxesunchicolistoquecrecióenelmejorbarriodeRichmond.Sufamiliaes conocida, porque su padre es un médico de cierto prestigio y su madreparticipa enmuchos actos benéficos de su iglesia y de su comunidad. Pero eljovenlessalióproblemáticoyyadeniñolotuvieronquecambiardeescuelaendosocasiones.—Motivos… —murmuró la detective Martínez, que trajinaba con su iPadmientrasPetersonhablaba.—Laprimeravezpormalcomportamiento,así,untantoinespecífico.Creemosqueporinsultardemanerareiteradaalosprofesoresyalumnos.Lasegundapormataralospájarosqueanidabanporelentorno.—¿Tenía una pistola de balines siendo tan pequeño?—preguntóLukeEvans,abriendolosbrazos.—Loscazabaempleandounaredydespuéslosmatabaagolpes.Fuedenunciadoporpadresdeotroscompañerosquellegabantraumatizadosasuscasas.Eraunabuenaescuela,demodoqueeldinerodelosStewartnolessirvióparasilenciarelasunto.Loexpulsaron.—Entonces, concluyó o no sus estudios… Ha comentado algo de unauniversidad—dije,tomandoalgunosapunteseinteresadoenlapersonalidaddeesejovenquenoteníamejorcosaquehacerensusratoslibresqueacudiralossepeliosdevíctimasdeasesinato.—Lohizo.Yconbuenasnotas.SegraduóporBerkeley.Susestudios:cienciascognitivas. Le ha salido un competidor, agente Bush. Aunque no ejerce enningúncampovinculadoaesegrado.Sededicaalafotografíayalartedigital.Trabaja desde su apartamento y puedemantenerse gracias a que sus padres leayudan con un traspaso a su cuenta bancaria cada primero de mes. Quizáprefierantenerasuvástagoamásde20millasdecasaenlugardemetidoenelsótanohaciendosusdespropósitos.—Joder,cadadíaentiendomenosalagente—comentóTom,queestabaconlosbrazoscruzados,expectante,comositodavíanolehubieranconvencidodequeallíteníamosmaterialsuficientecomoparainvertirnuestropreciadotiempo.—¿Edad?—insistí.—26años.—Pondréyamismoadosagentesdisponibleslas24horasparaquesiganaestetipo hasta cuando va amear—dijo el Capitán, dando un leve golpe sobre lamesaconsupuñoderecho.—No terminadeencajar enelperfil—señalé, dubitativo—,aunqueestoyconustedenquehayqueponerlevigilancia.

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—Un segundo, agenteBush—dijoPeterson, con educación—.Todavía no heconcluido. Sé que la edad y su lugar de residencia no le convencen, ¿meequivoco?—Estáenlocierto—admití.—Aunquemuchosasesinosenseriedeniñosencajanconestesujeto…Siaesoleañadimosquesupadreesmédicoyqueesolefacilitaelaccesoadrogasmuycontroladas como, por ejemplo, la morfina, tenemos a un sospechoso cuyoapartamento estámuy cerca de los tres parques en los que secuestraron a laspequeñas.—Deacuerdoentodo.—Pues aún falta lo mejor —musitó la agente especial del FBI, pulsando denuevoelbotónparaqueenlapantallaapareciesendosinformespsicológicos—.Resulta que tanto de adolescente como hace sólo un año a Max Stewart lediagnosticaronrasgosdepsicopatía.—Esonoconvierteanadieenasesino, comobien sabe—repliqué,porque lospsicópatas, en términos porcentuales, no asesinan más que el resto de losmortales. Tendemos a confiar en esa idea, como una manera de sentirnos asalvo: que hace falta algún trastorno grave de la personalidad para que unapersona mate, pero por desgracia la mayoría de los homicidios los provocanpersonassinpatologíasseveras.—Lotengoclaro.Esunindicioquesumaralresto.Ysonvarios.NoteníamossospechosossólidosydebereconocerqueStewartsíloes.Petersonme había acorralado.Yo estaba bloqueado por el perfil que tenía enmenteypor la informaciónqueClariceBrownmehabíafacilitado,peronegarque aquel individuo reunía muchas papeletas para ser el desalmado quebuscábamoshubierasidounatorpezamayúscula.—Claro.Esoesevidente.—Nuestros forenses informáticos, espoleados por usted, han ido lo más lejosposible. Uno de los informes es de una escuela donde cursó estudios desecundaria y el otro se corresponde conunas pruebas psicológicas que realizópara una gran compañía de Silicon Valley, donde optó a un puestomuy bienremunerado.Suformidableexpedienteacadémiconolesirvió.Yahaybastanteslunáticos sueltos por allí entre los cargos directivos como para que losempleadosqueseincorporantraigandeserieuntornillodemenos.Soltémilibretayladejécaersobrelamesa,conestridencia,comounrenacuajomimadoquedebeaceptarquenotodosalesiempreasugusto.—Me ha convencido. Estoy con el Capitán. Hay que seguir la pista a eseStewart.Quizá seanuestrohombreycometauna torpezaonos lleveél soloarevelarsuidentidad.

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—Perfecto —dijo Mason Smith, incorporándose—, gran trabajo. Me alegrasaber que tenemos ya un nombre. Ahora debo dejarles. Les ruego que secoordinen.AriaMartínezasignarádospolicíasalamisióndevigilanciadeunalistaquetendráensumailendiezminutos.—¡Un segundo!—exclamó Tom—. Creo que el agente Bush tiene algo queañadir.Odiéamiantiguocolegayleregaléunamiradacortante.Nadamáslejosdemisintenciones en aquel instante que ponerme a hablar de James Barnes, Elexcursionista, y mucho menos del modo por el que había obtenido lainformaciónacercadedichoindividuo.—No,seconfunde.Tenemosqueestarcentrados.Eraunaestupidez—mentí—.Acabodedarmecuenta.ElCapitán semarchó y Peterson lideró el resto de la reunión.LukeEvans seencargaría de seguir rastreando la pista del sospechoso, Aria Martínezmantendríaelcontrolsobrelosdospolicíasquelovigilaríanlas24horas,Tomcoordinaríaalosdetectivesqueestabansiguiendoposiblesvíasalternativasyyocontinuaríatrabajandoenafinarelperfildelasesino.—¿Lespareceunabuenaestrategia?—inquirióconcortesía laagenteespecialdelFBI.Todosasentimosconlacabeza,aunqueningunoparecimosmuyentusiasmados.ImaginéquecadacualalbergabasusdudasyqueeltensodebateentrePetersonyyolashabíaafianzado.Comoestabalibre,alsalirdelareuniónacompañéaTomasudespacho.Queríahablarconélydeseabacalmarsumásquejustificadoenfado.Nadamásentrarambosenlaestanciamiamigocerrólapuertaconviolencia.—¡Eresincorregible!—Tranquilo, Tom.Ya tienen a un sospechoso.Dejémosles trabajar y si lo deBarnesseponeseriocompartimosnuestrasindagacionesdeinmediato.—¿Nuestras?—Sí.Yo lepediréaMarkque lo rastreéporLaRedy tú teocupasde loquehemosacordado.—Loquehabíamospactadoesquecompartiríaselasuntoconelresto,jefe.Nopuedohacerloquemedélagana.Nisiquierasésiquiero.YanosoyunagentedelFBI.Mequedé un rato en silencio.Mi antiguo colega era elmismopor fuera perohabía cambiado un poco por dentro.Además, lo que yo le pedía era bastantearriesgado.—Asumolaresponsabilidad—musité,aladesesperada.—Tú siempre con esa cantinela.Creesque con soltar esapatochadaya lohas

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resueltotodo…Era cierto: era una herramienta que me había funcionado en infinidad deocasiones. A fin de cuentas al que echarían a la calle era a mí y los demástendríanunescudoprotector.Tomestabacansadodemisartimañas.—Tienesqueecharmeunamano.Ytalycomoestabalasituacióneraimposiblesacar el tema deBarnes sin pasarme después una hora dando explicaciones yjustificandomimaneradeproceder.EsmejorponerElexploradorsobrelamesacuandotengamosevidenciasclaras—razoné.—Es decir, después de habernos comportado como unos capullos y de haberdejadodeladoalresto.Somosunequipo,jefe.Aquílagenteseestádejandoelpellejopara encontrar al asesinodeesasniñasymerecen respeto.Túno se lotienesanadie.Anadie.Pensé en Liz, en mi superior, Peter Wharton, en Mark, en mis colegas deQuántico, en las personas con las que había colaborado en decenas deinvestigaciones y, por supuesto, en Tom. En efecto, yo no respetaba a nadie.Mejoraba y sin embargo el fin siempre justificaba los medios. Y el fin eraatrapar al criminal lo antes posible, sin reparar en recursos ni en exquisitecesburocráticas.—Escierto,joder.PeroTom,túmehasllamadoynoconozcootrocaminoquelosatajosparapillaraesasbestiassinescrúpulos.NoquieroquemesucedalomismoqueenArizona.Medanarcadassólodeimaginarlo,¿comprendes?Miamigoserelajóyseacercóalaventana.Comohacíasólounratosequedócontemplandoeltráficoyalagentequeibadeunladoaotro.—Haydíasenlosqueteheechadomuchodemenos,jefe.Perolamayorpartedel tiempo no. Aquí estoy bien. Si no llego a toparme con este asunto no teimplico. Está lo de tu padre, aunque eso es diferente; es como una deuda decompañerismo.—Gracias…—Sé que has cambiado un poco —continuó Tom, mirando a través de lacristalera—, que te han ascendido, que has sido padre y que has ayudado aresolvervarioscasosintrincados.Sinembargosiguessiendoelmismomajaderoqueconocíhacecincoaños.Lollevasenlasentrañasyonopuedesonoquieresdeshacertedeesapartetandañinadetucarácter.—Nopuedo—admití.—Lo haremos a tu estilo. A fin de cuentas yo tengo la culpa. Pongámonosmanosalaobrayyaveremosmásadelantecómosalimosdeesteenredo.MesentéjuntoalamesademiantiguocolegadelFBIyllevémuchocuidadocon lo que sugería. Cualquier estupidez y saltaría hecho un basilisco. Yahabíamosllegadoalpuntoquedeseaba.

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—Tedebounamás.—Sí, y no queda espacio en la culata demi pistola para hacermásmuescas.Algúndíametendrásquecompensarporreunirtantapaciencia.—Lo voy a hacer estas semanas, Tom. Antes de lo que nadie imaginaatraparemosalasesinodeesaschiquillas.Miamigomedevolvióunasonrisa,sesentóygirólapantalladesuordenadorparaquelosdospudiéramosverla.—Vamos,antesdequemearrepienta.EstuvimosunahoraplanificandocómoespiaraJamesBarnes.JuntoshabíamoshechocosasparecidasenKansasoenNebraska.TeneraunagentecomoTomynosacarlesumejorpartidoeraundislate.Yosabíaelpotencialqueteníadelanteyestabadispuestoaaprovecharloalmáximo.Alterminarmiamigomedijoqueseibaahusmearunpocoyquemeprestabasudespachoparaquepudieracamparamisanchas.AprovechéparamandarmásmailsaMark,quemeteníaabandonado,yparaestaraldíaacercadelosasuntosquemiequipomanejabaenQuántico.Peternomeperdonaríaamiregresoquehubierafalladocomojefedeunapequeñaunidad.AsílohabíamospactadoantesdeviajaraSanFrancisco.MesentícómodoyluegorellenétrespáginasdemiMoleskineconsuposicionesacerca del perfil. Odiaba que hasta aquel instante sólo tuviéramos dos mediosospechososyunamisivaquepodíahaberescritocualquierimbécil.Ademásdesuedadysuestilodevidameinteresabanotrosaspectos.Teníamuyclaroque era alguien conbuena formación, capazde controlar sus impulsosyresultar encantador o educado, solitario, bastante inteligente y ya maduro. Eltraumaquelohabíatransformadoenunmonstruomeobsesionaba.Ahíestabalaclave para comenzar a tirar del hilo. Eso y la conexión, segura, entre lasvíctimas. Pero qué filias y qué fobias padecía…En un arrebato había soltadocasideformaautomáticavariasdeellas,yyaqueestabasolo,teníamicuadernoyaccesoaLaRedrepaséloqueyomismohabíaconjeturado.Ladendrofiliaesla atracción sexual hacia los árboles y las plantas. Ahí entraban en juego lasseucoyasrojas,aunquepodíanestarrelacionadasconotrasobsesionesoconelpropio shock que había dado un giro a su existencia. La hifefilia es el deseovinculado a la posesión de objetos de otra persona. Al faltar la ropa de laspequeñasconsiderabaqueselasquedabacomotrofeo,quizáparaluegoempleardichas prendas en sus más macabras fantasías, recreando lo que ya habíaexperimentadoentresocasiones.Lasomnofiliaeslaatracciónirrefrenablehaciapersonasqueduermen,estánsedadasoenunestadosomnoliento.Provocaunagran excitación en los sujetos que la padecen y no necesitan establecer uncontactodirectoconlasvíctimas,pudiendolimitarseaemplearlamasturbación

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comomedioparaaliviarsuansiedad.EstaparafiliaesconocidatambiéncomoelSíndrome de la Bella Durmiente, por su evidente asociación con el famosocuento.Elqueelasesinodejasealaspequeñassemienterradas,vestidasconuncamisón y junto a un árbol gigante era un aspecto que revelabamucho de supersonalidad. Debía de profundizar en ello. Por último tenía identificada unafobia, que con asiduidad no se vinculaban con actos violentos en aquellostiempos, porque el individuo tiende a alejarse o a rehuir de aquello que leprovoca miedo o pavor; sin embargo decenas de casos demostraban que enocasioneslareacciónerajustolacontrariayensituacionesdeestréseracapazdetransformareseestadodeangustiaenunatorbellinodeviolencia,comométododesesperadodedefensafrentealhorror.Escomoungatoqueseveacorraladoyenlugardeescaparselanzaalataquedesupredadorantelatesituradenoteneryanadaqueperder.Estaba tan embebido en mis propias especulaciones que no advertí que ladetectiveAriaMartínezhabíaentradoeneldespachodeTomycuandolatuveasólounpalmodedistanciadiunbrincoqueporpocodesembocaenuninfarto.—Me acaba de dar un susto demuerte—murmuré, llevándome lasmanos alpecho,deunmodountantogrotescoycasiirrisorio.—Losiento.Estabatanconcentradoquemehallamadolaatenciónynisiquierahetenidolaprecaucióndellamaralapuerta—replicóladetective,aguantandodemalmodounacarcajada.—Trabajoenelperfildelasesino.Cadavezestoymásconvencidodequeloqueeraprovisionalseconvertiráendefinitivopronto.—¿YTom?—Sehamarchado.Creoquevaainterrogaraunoscuantossoplonesqueconoce—mentí.—En fin, quizá tú seas elmás indicado para ver esto. No os lo han remitidodesdeelDepartamentodePolicíadeSanRafael.Martínezme tendió un par de hojas. Eran la impresión de unos dibujosmuybonitos.SindudasetratabadesecuoyasdelTamalpais.Loquehelabalasangreera que en mitad de los troncos el autor había trazado, como si estuvierangrabadosenlacortezaafuego,ellogotipodelamarcaderelojesZodiac.

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CapítuloXIIIAquella tarde me quedé estudiando esa nueva vía de investigación con ladetective. Mataba dos pájaros de un tiro: Tom estaba libre para hacer de lassuyasyyocolaborabaenseguirlapistadeunnuevosospechoso.Gavin Tracey era un hombre de 32 años que residía en San Rafael, en elCondado de Marin —el mismo en el que habían sido hallados todos loscadáveres—. De hecho su casa distaba apenas 10 millas de la entrada delTamalpaisStateParkysóloteníaquecruzarelGoldenGateyenmenosdetrescuartosdehoraestabaenplenocentrodeSanFrancisco.Eralaciudad,juntoconOakland, que todos los investigadores y detectives habían señalado como ellugarmásprobabledemoradadelasesino.Yesasuposiciónteníatodasulógica:estabapegadaalazonadegrandesparquesdelacostaoestedelaBahía,eraunaurbe mediana, con unos 60.000 habitantes, y le separaban 40 millas de loslugaresenlosquelaspequeñashabíansidoraptadas.UnpardeagentesdelDepartamentodePolicíadeSanRafaelhabíanvistoauntipofueradelrecorridomarcadoporelvalladodemaderaquepermitíadisfrutardelasenormessecuoyasrojas.Aquellolesllamólaatenciónyfueronaindagarquénaricesestabahaciendo.Descubrieronquesólodibujaba,oquequizádetrásde esos esbozos podía haber mucho más, algo terrible y siniestro. Con unaexcusabanalletomaronlosdatosylerequisaronelcuadernodedibujo,aloqueTraceynopusodemasiadaspegas,contaldequeselodevolviesenenperfectoestado.Nisiquiera reclamósusderechosodijoqueacudiríaaunabogado.Laactitudtantodealguieninocenteunpocointimidadocomoladeunasesinoqueescapazdemantenerlacabezafría.Aqueldibujanteresultóserunreputadodiseñadorindustrialquetrabajabadesdesu casa, donde había habilitado un enorme estudio, para varias compañías deSiliconValley.Eraunfreelancequeproponíabocetosdeproductosacabadosdealtatecnologíayquesólocobrabacuandolasempresasaceptabansusservicios.Sinembargocadavezqueteníaéxitosusemolumentoscompensabanconcrecestantaincertidumbreytantoesfuerzo.NosfaltabanmuchosdatosacercadeGavinTracey,perotantoladetectivecomoyoconsideramosqueerademasiadacasualidadquedibujasesecuoyasrojasconellogotipodelosrelojesZodiacenmitaddeltronco.Decidimosqueaprimerahoradeldíasiguientenosacercaríamoshastasu residenciay le formularíamos

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algunaspreguntas.Nopodíamosdejarloescapar.Mientras regresaba al hotel, envuelto otra vez por la niebla, pensaba quehabíamos pasado en poco tiempo de no tener sospechosos a contar con tres:JamesBarnes,MaxStewartyGavinTracey.YesosincontarconelautordelacartadirigidaalChronicle,quepodíaserunodeellosuotrosujetodistinto.Al llegar al puente de acero de 3rd Street me quedé parado en mitad de lapasareladetablillasdemaderaparalospeatones,contemplandoMcCoveyCove.Desde ese lugar privilegiadopodía vislumbrar las luces deAlameda Island, alotroladodelaBahía,otenerunapanorámicasensacionaldelagradaoestedelAT&TPark,quetantorecuerdosmetraía.Apoyadosobrelabarandilladehierroforjado creí viajar en el tiempoy volver a ser un adolescente que regresaba acasadespuésdehaberestadoencompañíadeunosamigos.Lanieblacontribuíaa dar al ambiente un aire de ensoñación y todo parecía mágico y hermoso.Durante apenas unos segundos sentí que mi padre aún vivía y que si meapresuraba llegaría a mi antiguo hogar y podría estrecharlo entre mis brazos.Una ráfagadeairegélidoyhúmedomeespabilóycomprendíquesóloeraunpobre diablo que fantaseaba desde un puente mientras es probable que estépillandounresfriadodeórdago.Al llegaralhotelhablépor teléfonoconmimadre,que insistíaenquefueseaverlaloantesposible,ahoraqueestábamostancerca,ydespuéscharléconLiz,queansiabaqueregresaseaWashingtonymeolvidasedeSanFrancisco.Mecambiéderopa,mecalcélaszapatillasysalíacorrer.ParamiasombroTheEmbarcadero estaba plagado de runners, casi seguro ejecutivos demultinacionalesquenoaguatabanyamáselestrés,yaquellomeanimó.ApretélazancadayenunosminutosalcancélazonadelosrestaurantesconvistasaLaRoca.Habíaentradoencaloryenunpuestoambulantepedíunahamburguesaqueteníaunsabormuydiferentealasquesehacíanenlacostaeste;aquellaeramuchomejor, y ademásme recordaba a las que comía cuando eramás joven.FueentoncescuandopordelantedemípasóunguíaturísticoconunpuñadodejaponesesquenosecansabandesacarfotografíasconsusflamantesSmartphonea todo y a todos. Algunos incluso se pusieron delante de mí y me retrataronmientras terminabadedevorarmihamburguesa,comosiyofueseunelementopintorescomásdelpaisaje.Lacuestiónesqueimaginéaunmonitorllevandoaun grupo de chiquillos por los entresijos del Tamalpais y aprovechando laocasión para establecer alguna relación con una niña que había despertado suinterés. Era como si pudiera verlo todo sentado en la butaca de un cine. Laniebla,elagotamientoy laoscuridadme turbaron,pero tambiéndispararonmicapacidaddeelucubrar.Allíestabaesedesalmadocharlandoconlaqueyahabíadecididoseríasupróximavíctimaylepedía,conextremaamabilidad,sucuenta

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de alguna red social o su número de teléfono con la excusa demandarlemástardealgunasfotografíasde la inolvidable jornada.Eraun tiponormal,quenodespertabarecelosnientrelospequeñosnientrelosadultos.Sutonodevozeraagradable y estaba acostumbrado a tratar con niños, demodo que le resultabamuyfácilponerseasunivelyganarsesuconfianza.Resultabaaterrador.ErayamuytardeenWashington,peronodudéenllamaraMark,antesdequeseesfumaseesaimagen.—Joder,Ethan,yamehasvueltoadespertar.—Esimportante.—Yaheleídotumail.Estoytrabajando,teloaseguro.Sinembargo,aunquenotelocreas,aquítengomuchastareasymuchosagentespresionándomeparaquelas termine. Tu caso no es el único caso que maneja el FBI. Yo ni siquieradeberíaestarhablandocontigo.Allícuentasconrecursosdesobra.—Tedoy las gracias,Mark.De todosmodos, ¿a cuántos asesinos en serie deniñosestássiguiendolapistaenlaactualidad?—pregunté,tratandodealcanzarsucorazón.—Esanoeslacuestión.TrabajoenQuántico,tengomisdeberesytúestásallíparaecharunamano.Mierda,hayunDepartamentodePolicíadescomunalyunaOficinadelFBIcondecenasdeagentesespeciales.Apáñateconesagente.—Lointento, te loprometo.PeroMark,ereselmejor.Sólopuedodecireso…ereselmejor.Micolegaaguantólarespiración.Casipudeescucharloslatidosdesucorazónatravésdelcelular.Alfinresopló.—Ahoraquemehasinfladoelego…cuenta.—¿Hasencontradoelmalditonexoentrelasvíctimas?—Ethan, si lo hubiera hecho ya tendrías unmail hace tiempo.No, apenas hepodidodedicarleunashorasyesollevabastantetrabajo.Estonoesunaseriedetelevisión.—Losé.Túereselfanáticoquenosepierdeninguna.—Puesnotecomportescomosilascosasfuncionaranasíenelmundoreal.—Disculpa.He pensado en unmonitor, en un vigilante o en un guía.Casi escomounarevelación.—¿Hasdejadodeserateo?—Noestoyparabromas…—Yotampoco,ymequedansólounashorasparaquesueneeldespertador.—Porfavor,Mark,encuentraquédiablosvinculaaesasniñas.Aunqueseaquepasaronalgunavezporelmismoparquedeatracciones.Oporelmismozoo.Meda lomismo.Mevoyavolver loco.Séquealgo lasuneyquesólo túpuedeshallareseenlaceinvisibleyescurridizo.

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—No es tan sencillo. ¿Puedo recurrir a uno de tus chicos para que haga eltrabajosucio?—¿Eltrabajosucio?—Sí, mierda, pasarse horas delante de tres o cuatro pantallasmientras variosordenadores rastrean por laDeep a ver si encontramos algo.Yo le enseño unprotocoloyélmedalosresultados.Provéemederecursos,Ethan.YaquetúnoaprovechaslosquetienesenSanFranciscodameunpocodemargenaquí.—Deacuerdo—dije,sinrepararenlasconsecuencias,sintenerencuentaamijefe,PeterWharton,ysintenerclarocuáldemisagentesestaríadisponible.—QuieroaFoster.—¿Foster?—pregunté,pueseraunchavalalqueyonoconsiderabamuydotadoyalquerelegabaparalosencargosmássencillos.—Sí.Esaplicado,noprotestayademásmellevobienconél.—Genial.Notengodelantesuagendaperomejuegoelcuelloquehaselegidoalmás apropiado —musité, mientras notaba que mis piernas comenzaban aquedarseentumecidasporculpadelfríoydeladichosahumedad.—Ahoranobromeo.—Yotampoco.Estoyenlacalle,perodesdeelmóvillemandoahoramismounmailaFosterparaquemañanasepongaatudisposición.—Tumañanaesmidentrodeunrato.—OK.Cuelgo.Descansa.Teruegoquehagasunmilagro.Lavidadeunaniñadesólodiezañosdependedenosotros.—¿Descansa? ¡Yme vienes con esas! Nome cargues sobre los hombros esaresponsabilidad.Medanganasdemandarte apaseoyque te las apañes comopuedas.—Nomehagascaso.Tengofrío,estoyreventadoysólonecesitoquemeechesunamano.Sintiestoyperdido.PeroMark,salvarlavidadeesapequeñaqueniconozconoestucometido…eselmío.Sólomío—murmuré,comosidenuevome estuviera acercando al cadáver de un pequeño vestido con una sudaderaamarilla, un cactus verde estampado en ella y debajo delmismo una palabra:Arizona. Sentí las lágrimas inundandomis ojos y cómo alguna rodaba pormirostrohastaelmentón.Eldoloryelsentimientodeculpaeraninfinitos.—Buenasnoches,Ethan.Necesitointentardormirunpocomás.Volví al hotel empleando el dobledel tiempoque en el recorrido inverso.Mecostabaavanzar,estabacongeladoyelterroraquecualquierdíaunanuevaniñaapareciesemuertemeangustiaba.Alalcanzarmihabitaciónmediunaduchaconaguamuycalienteymemetíenla cama tiritando. Me quedé dormido con una sola idea circulando por elentresijo que formaban las casi 100.000millones de neuronas de mi cerebro:

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encerraralbárbaroquehabíaasesinadoaaquellastrespequeñasinocentes.Nomedespertólaalarmademicelular,lohizoelsol,cuyosrayosiluminabantodalaestancia.«Undíasinniebla»,pensé,aliviado.ComoeratempranopedíeldesayunoyalllegaralaCentraldelDepartamentodePolicíaestabaconlaspilasbiencargadas.Pesealcielodespejadoyaestarenplenomesdeabrillatemperaturaeramuybaja,apenas50°Fahrenheit;aunquenohabíapilladouncatarrolanocheanterior,comotemía.EvitéaTomymedirigíhaciaeldespachodeAriaMartínez,quemeacogióconununagransonrisaymuyanimada.—¿Dispuestoparadarlomejordesí,agenteBush?—Desdeluego.Eltiemponosacompaña.—Yameheaseguradodequenuestroextrañodibujante seencuentraencasa.PodemossaliryamismohaciaSanRafael.—¿Haquedadoconél?—No,no…Lehepedidoaunagentedepolicíadeallíqueechaseunvistazoyquesequedasevigilandohastaquelleguemos,porsisenosescapa.Quieroquenuestravisitaseaunasorpresa.CincominutosdespuésyaestábamosmetidoseneldensotráficodelaRuta101,que atravesaba de norte a sur todo el estado de California, y que nos llevabadirectosaSanRafael,unavezcruzadoelGoldenGateyllegadosalCondadodeMarin.—Estoy nervioso—reconocí, pues avanzábamos a paso de tortuga y de algoteníaquehablar.—Yotambién.Aunqueporotrapartemesientofeliz.—¿Feliz?—Noteníamossospechosos.Unacarpetaconunapandadechifladosquetodossabemosquesonincapacesdehabercometidoestoscrímenes.Ahoratrabajamosconunaterna,comoporartedemagia.Noshatraídosuerte,agenteBush—dijoladetective,sonriente.—Mecuestaverloasí…Martínez tenía motivos para, después de semanas de arduo trabajo casiinfructuoso,estarsatisfechaconloquehabíamoslogrado.Mipuntodevistaeradistinto.Elasesinodeniñasseguíasueltoymimayortemoreraqueaparecieseunacuartavíctima.Nomeloperdonaría.—YahaydoshombrespisandolostalonesaStewart,eltipoesequeacudióalostres funerales —comentó la detective, al comprobar que nuestra manera deencararaquellajornadaeramuydiferente.

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—Esgenial,aunquesabequedudomuchoseaelsujetoquebuscamos.—Esunpsicópata.AmíPetersonmeconvenció.—Noloes.MaxStewarttienerasgosdeesetrastorno,queesmuydistinto.Detodos modos, detective Martínez, estamos rodeados de psicópatas. Quizá lamitaddelosmandosdelDepartamentodePolicíadeSanFranciscolosean,yyavequenovanporahímatandoadiestroysiniestro.Pensé enmímismo, conmis altas capacidades,mis problemas emocionales ymispropiosrasgosdediversosdesórdenesdelapersonalidadconlosquellevabaconviviendo desde que era un adolescente. Me costaba horrores establecerrelacionespersonalessincerasyduraderas,mentíacasideunmodocompulsivoynorespetabacasiningunanorma…peronolehabíahechodañoaunamoscaen todami vida. Ni siquiera, pudiendo hacerlo, iba armado, lo queme habíaacarreadoalgunasituaciónpeliagudaenelpasadode laquemehabíansacadoTom o la investigadora Emily Young. Imposible olvidar a aquella mujer quehabía reaccionado con la agilidad de un felino para evitar quemevolasen lossesos.—¿Quéleocurre?—inquiriódesúbitoAriaMartínez.Miré a mi alrededor y descubrí que ya casi estábamos en el tramo final delGolden Gate. Me había quedado en ensimismado, atrapado como tantasocasionesenlosrecuerdos,quemeasaltabansintregua.—Acabodepensarenuncasodehaceunpardeaños.Sóloeseso—respondí,incómodo.—¿EldeArizona?DejédemirarhacialaBahíayencaréconbrusquedadaladetective,comosiunresorteenmicuellomepermitiesegirarloenmilésimasdesegundo.—Sí,exacto.¿Cómolohadeducido?—Allí usted colaboró a atrapar a un loco que había matado a cuatro niños.Tampocoestandifícil.—Cinco—maticé,compungido.—Claro,disculpe…fueroncinco.Apenasechéunvistazoalinforme.Tuvoqueserduro.De nuevo aquel renacuajo inocente, sin vida, con su diminuta sudadera,abandonadoenmitaddelanada,aunasmillasdePhoenix,estabadelantedemí.Jamásdejaríadeperseguirme,losabía,ynomeequivocaba.—Mucho.Todosloshomicidiossonunaatrocidad,perolosdelosniñossonlosquemásmeduelen,losquenuncaseolvidan.Además,eseanimalleshacíaunascosasaloschiquillosque…—¿Senaceasí?—Noentiendo—respondí,aturdido.

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—Esas alimañas, ¿nacen con esamaldado es una cuestiónde educaciónydeentorno?Excelentepregunta.AriaMartínezera listayalmenosseplanteabacuestionesprofundas, en lugarde limitarsea trazaruna líneagruesaque separabaelbiendelmal.—Nadienaceasí…—¿Entonces?—Esunasumadefactores,detectiveMartínez.Essimilaraunaccidenteaéreo:ningúnaviónlosufreporunasolacausa.—Deberíamoshacer como las compañías áreas y los fabricantes de aviones…prevenirlafatalidad.—Eseesnuestroproblema.Martínez,noescasualidad,nidelejos,quenuestropaísconcentremásdel95%deloscasosdeasesinosenseriedetodoelplaneta.No educamos bien a los pequeños. No detectamos de forma temprana susproblemas,cuandosurgenenlaadolescencia.Noencauzamossustraumasosusfantasías.No invertimoscasinadaenprevención.Y, además,300millonesdearmas pululan por la nación sin apenas control. También batimos récords enasesinosdemasas,aunquenoseanmiespecialidad.YpeseatodosestosdatosahísiguelaSegundaEnmiendaintocable.Yahísiguelapírricapartidadestinadaalospsicólogosdeapoyoenloscolegiospúblicos.—¿Creequeseríaposibleerradicaralosasesinosenserieantesdequellegasenacometersuprimercrimen?HabíamoscruzadoalotroladodelGoldenGate.EstábamosalaalturadeVistaPoint,enSausalito:amiizquierdasealzabanlosverdesmontículosdelParqueMarinHeadlandsyamiderecha lasvistasa laBahíaque tantoapreciaban losvisitantes en días despejados como el que disfrutábamos.Estuve en un tris derogarle a la detective que tomase el desvío hacia el este para pedir unossándwiches y un par de refrescos y seguir charlando desde el mirador.Contemplando el icónico puente de mi ciudad, LaRoca o Angel Island todotendría una nueva perspectiva y afrontaríamos el encuentro con Stewart másunidos.—Nodeltodo,perosídeunmodosignificativo—dijealfin,cuandolasalidaendirecciónaVistaPointhabíaquedadoatrás.—Usted puede cambiar las cosas. Yo sólo soy una detective dentro de unenjambre,elDepartamentodePolicíadeSanFrancisco.—Nosehagailusiones.Yyosoyunpobrediablo,demasiadojoven,queapenasllevauntiempodirigiendounapequeñaunidaddelFBIenQuántico.Además,esun problema cultural. No se cambia de un día para otro. Si transformamosnuestrasociedadalgunavez…noestaremosaquíparadisfrutarlo.

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—Esoesmuypesimista.—Esmuyrealista,Martínez.Asquerosamenterealista—murmuré,forzandounamuecaderesignación.AquellaconversaciónmientrasllegábamosaSanRafaellarecuerdocomosilahubiera mantenido esta misma mañana. Los tiempos han cambiado y hemosevolucionadomucho endosdécadas, pero seguimos liderando los rankingsdeasesinos en serie y de asesinos de masas de los países desarrollados. Unaauténticatragedia.La detective aparcó delante de una espectacular casa ubicada en la AvenidaMission,casienfrentedelaIglesiadeSanRafael.—Buen lugar para trabajar y para vivir —murmuré, mientras caminábamoshacialaescalinataquedabaaccesoalapropiedaddeTracey.—Selopuedepermitir—replicóMartínez,queyateníasuplacaenlamanoyque había comprobado que su arma se hallaba en su lugar, por si hacía faltarecurriraella.Justohabíasubido tresescalonescuandomi teléfonovibró.EraTomyconungestoleindiquéaladetectivequemedieseunsegundo.—Estamosapuntodevernosconunsospechoso.¿Esmuyurgente?—Nomefastidies,jefe.MehejugadoelpescuezocolándomeenlacasadelosBarnesconsumadredentro.Creoquelapobremujerestámediosordayesomehafacilitadolalabor.—Perfecto.Simeestásllamandoesporquehasencontradoalgo.—Bueno,apenasheestadodiezminutoscurioseando.Lahabitacióndeesetipoestáenlaplantadearribaysenotaqueeslasuya.Tuexploradoresunsujetountantorarito.—Venga,queMartínezseestáimpacientando.—Vaya,poniéndome loscuernoscon laprimeraquese tecruzaenelcamino.Nosepuedefiaryaunodenadie.Allí estaba Tom, de vuelta, el agente especial del FBI cuyo humor negrodetestaba pero al que admiraba y necesitaba como el agua para sobrevivir. Susarcasmoestuvolejosdesentarmemal,comohubieraocurridoenelpasado.Alcontrario,tuvequereírme.—Algrano…—Tieneun listadoconlosnombresde lasalumnasdevarioscolegiospara losquehatrabajadocomoguía.—¿Sóloalumnas?—Sólo.Hasubrayadolosnombresdealgunasyaotrasleshasacadofotografías.Lotienetodoenunacarpetaqueescondeenuncajónbajollave.—¿Notehabráscargadoesecajón?

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—Deverdad,mehieresconesasdudas.Estáintacto.Llevabamikitdeasaltoylohedejadotodocomosiniunamariposasehubieseposadoenlaestancia.Noheperdidofacultades.Mi antiguo colega seguía hablándome en un tono burlón que yo me veíaobligado a soportar. Era eso o perderlo con todas sus bondades para lainvestigación.—¿Algomás?—Tengotodoenmicámaradeespíaymástardepodremosverlo.Heescuchadoruidosabajoyhetenidoqueescabullirmeporlaventana.Nomehadadotiempoaescudriñarmásafondo.LoqueestáclaroesqueBarnesnoestrigolimpioyque tu amiga Clarice nos ha puesto sobre la pista de un sospechoso. Loreconozco.—¡Noesmiamiga!—Loquequieras.AhoravoyadarmeunavueltaporOrindaapreguntarporélydespuésmezamparéunahamburguesagiganteenunestablecimientodelquemehancontadomaravillas.CreoquevoyapasardeiraunMcDonald’s.—Maravilloso.NosvemosestatardeenlaCentraldelDepartamentodePolicía.—Alaorden,jefe.Medisculpécon ladetectivey ledijequeeraTomyque teníaqueatendersullamadasíosí.—¿Quéesloqueeratanimperioso?—inquirióMartínez,recelosa.Losdosestábamosen laescalinata,ellaunpardepeldañosmásarriba, loquenosigualabaenestatura.Memirabafijamentealosojos.—Unindicio—respondí,mientrasmepellizcabaelmusloconlamanoqueteníametidaenelbolsilloderechodemipantalón.—Algoquedebasaber…—Creo que sí. Es fruto de un chivatazo de la prensa, por eso lo llevo condiscreción—argumenté.—¿Yhaymuchosmásindiciosqueestéllevandoconesamismareserva?Lapreguntaestabaformuladaenuntonosecoyuntantodesafiante.Estabamuymolesta.Ynosepreocupabadedisimularsudisgusto.—No, por supuesto. Ya sabe… uno no puede fiarse de los periodistas. Tecuentancualquiermilongacontaldesacarteunpocodeinformaciónacambio.Ladetectivemepusounamanoenelhombroyagachólacabeza.Sequedóunosdiez segundos en esa posición, paralizada, como si fuera una estatua. Yoaguardabasuganchocomoelqueesperasuejecución.—Delosfederalestampocopuedeunafiarse,¿losabía?Ymuchomenosdeunoquehavenidodesdelaotrapuntadelpaís.—Martínez,megustaríaexplicarme—balbuceé.

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La detective me soltó y se fue en busca de la puerta de entrada.Me replicódándomelaespalda.—Tendremos tiempo.Ahoranos toca colaborary somosun tándem.Yono levoyafallaraustednimevoyaguardarningúnasenlamanga.Noañadínada.Martínezyaestaballamandoaltimbreycomoellahabíadichotocabatrabajarenequipo.Alcabodeunossegundosunhombre—noaparentabalos 32 años que contaba— casi calvo, con barba descuidada de varios días yvestidoconunpijamanosabríalapuertadelavivienda.—¿ElseñorGavinTracey?—preguntóladetective,mostrandosuplaca.—Sí,joder…¡Quédiablosestápasando!Traceynosemolestóenocultarsumalestarylepropinóunapatadaalmarcodelapuerta.—Estamosconunainvestigaciónabiertayustedpuedeayudarnos.Sóloeseso.¿Podemospasarycharlarunrato?El tipo se inclinó, demanera grotesca, y haciendo un gesto con lamano nosindicóquepodíamosentrar.—Adelante. Si uno no colabora con los polis se convierte de inmediato ensospechoso,¿noesasí?—¿Quiénlehasugeridoeso?—inquirí,conbastantecuriosidad.—Nadie.Meencantanlasseriespolicíacasylosprogramasesossobrecrímenesreales.Alfinalteacabaspareciendoaunodeellos,osimilar.—Quizá—musité, recordandolacantidaddeasesinosenseriea lo largode lahistoriaadictosaprogramasdetelevisión,periódicosyrevistascuyoejecentraleranloshomicidiosyotrosdelitosmenosgraves.—Yusted…¿nomemuestrasuplaca?—Claro. En realidad es una tarjeta de identificación sencilla —respondí,empleando su mismo tono, mientras sacaba mi credencial y se la ensañaba,sonriendo.—¡Mierda! Un federal. Pero… ¿Tengo que ir pensando en contratar a unabogado?—preguntó,buscandoaMartínez,queyasehabíaacomodadoenunosdelossillonesdelsalóndeTracey.—Puedehacerloquequiera.Inclusopuedeecharnosyamismodesucasa.Claroqueeso…síqueresultaríasospechoso.Peroestáensuderecho.Sólopodemosconversarsiustedestádeacuerdo.Ladetectivesehabíadirigidoaldiseñadorcomosienrealidadyofueseelmalodelapelículayellaunangelitoqueseencontrabaallíparaprotegerle.—Hecolaboradodesdequeaquellosagentesmequitaronmicuadernodedibujo.Noentiendonadadeloquesucede,perosalvoqueinsinúenalgoextrañoestoyaquíparahablardeloquehagafalta.

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TraceysesentóalladodeMartínezyyomesituéjustoenfrente.Teníamuchasganasdecoserleapreguntasysinembargosupemantenerlatemplanza.—¿Porquéhaceestosdibujos?¿Quésignificadotienen?—inquirióladetective,mostrandounasfotografíasdelosmismosenlapantalladesuiPad.El diseñador se rascó la coronilla y después se frotó el escaso y fino cabello,comosilemolestaraenlacabezaydeseaseperderlodeltodo.—¿Puedofumar?—Hagaloquequiera.Estáensucasa.Traceybuscóenunacajitadelamesadecentrounpitilloyunmecheroytrasencender el cigarrillo se puso a darle profundas caladas, como si en lugar devenenoaquelrollodehojasdetabacoleproporcionaseoxígeno.—Soydiseñador.MeganolavidahaciendodiseñosparaalgunascompañíasdelValle.—Estupendo.Untrabajomaravilloso,queademáslepermiteestarensuhogaraestas horas enfundado en su elegante traje para dormir—comentó Martínez,sarcástica.—Pequeñoslujos.Cuandovoydevisitaleaseguroqueestoymáspresentableyquemeafeito.PeroparaestarencerradoenmiestudiodelantedemiiMacPronohacefaltaquemevistadeArmani.—En fin… Ya nos conocemos mejor. Volvamos a los dibujos —insistió ladetective,señalandolapantalladesuTablet.—Merelajodibujando.Meencantairalosparquesdelacostayperdermeporloscaminos.Tengodibujosdeárboles,desendas,deriscoseinclusodelocéano.Depequeñomechiflabadibujar.Escomouna terapia.Todoeldíadelantedelordenador agota, y no resulta creativo, aunquemucha gente crea que hacer elchasisdeunnuevotrastoesfascinante.—¿Terapia? —pregunté, porque me pareció una expresión cargada designificado.—Nosé…Esunmododedecirlo.Descanso,relax,desconexióndelarutina…Traceysehabíarelajadoyestabamáscómodo.Yoseguíasiendounincordioyapenasmemiraba,mientrasqueenMartínezbuscabacomprensión.—¿Porquésecuoyasrojas?—Megustan.Legustanatodoelmundo.Haycolalosfinesdesemanacasitodoelaño,hastalosdíasdelluvia,paravisitarlasysacarseunosselfies.Ladetectivecarraspeó.EmpleandosusdedosampliólafotografíaquemostrabalapantalladesuiPadyresaltóellogotipodelamarcaderelojesZodiac.—Yesto,¿quépintaeneltroncodelosárboles?Traceysepusonervioso.Comenzóasudarporlafrenteylasaxilasyunleveticnervioso hacía que menease un poco la cabeza, de forma repetitiva. Tardó

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muchoenresponder.TardótantoqueaMartínezlediotiempodemirarmeydehacerme un gesto con los labios. Los dos pensábamos que estábamos conalguienaquientendríamosqueinvestigarmuchoapartirdeeseinstante.—Esmuylargodeexplicar.Sonmanías.Mefijoendetallesyluegolosmetoenmisdibujos.Tengomásejemplos.—Gavin—musité,tuteandoalsospechosodeunmodocordial—,hemosvenidohasta aquí desde San Francisco sin prisas. Podríamos ir a su estudio y podríamostrarnosesosejemplos.Seríafantástico.—Nomegustausted.—Esnormal.Nosuelocaersimpáticoanadie.—Quieroque semarchen, ahora.Siguen sin explicarmenadaymehanhechorecordaralgodesagradable.—Gavin, soy psicólogo. Puedes confiar en mí, aunque no te agrade. Puedeshablarnosdeesosrecuerdos.—¿Meacusandealgo?—preguntó,buscandounnuevocigarrilloconlasmanostemblorosas.—No,no,porfavor—contestóMartínez.—Esqueno comprendoporqué se llevaronmi cuadernoyquénariceshacenustedesahoraaquí,enmipropiedad,molestándome.Quieroquesevayanyvoyaponermeencontactoconunabogado.Estonoesnormal.—Gavin…No pude continuar. La detective se levantó, se llevó el índice derecho a loslabios indicándome que cerrase el pico y me empujó con suavidad hacia elzaguán.—Noslargamos,señorTracey.Leagradecemoseltiempoquenoshadedicadoylepedimosdisculpassilehemosincordiado.Eldiseñadornossiguióhastalasescalinatas,saliendoenpijamaalacalle.—Noeseso.Nomemalinterprete.Vienenaquí,sindarexplicacionesyseponenapreguntarme.Tengomisderechos.—Desdeluego.Poresonosvamos.Gracias.DosminutosdespuésyacirculábamosporlacalleB,deregresoalDepartamentodePolicía.—¿Quéhahecho?—inquirí,molesto.—Evitarquelafastidiase.Noséquénormassonlasqueustedrespeta,peroestecaso es nuestro y no la vamos a cagar por una torpeza que hasta un novatoevitaría.—Loteníamos.Losabe,igualqueyo…loteníamosylohemosdejadoescapar.—No hemos dejado escapar nada. Está bajo vigilancia y no quiero que unpicapleitos de tres al cuarto pueda tumbar una investigación por no hacer las

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cosascomoesdebido.Lancéunbufidoylediunpequeñogolpealsalpicadero.Sabíaqueladetectiveteníapartederazón,perotambiénqueacabábamosdeperderunaoportunidad.Quizánuestraúnicaoportunidad.—Esetipoestabacagadodemiedo.Ahoraandarádestruyendopruebasyveteasaberquémás.—AgenteBush…nosomoscomoellos.Nosotroshacemoslascosasbien.El celular de la detective vibró con fuerza y aquello evitó unadiscusión entreambos.—¿Vaacontestar?—Esunmensaje.Nomeestánllamando.MartínezestacionóelvehículoenelparkingdeunconcesionarioVolkswagen,situado casi al final de Francisco Boulevard y leyó el aviso. Su cara setransformóysentísuiracomosipudieracontagiarla.—¿Malasnoticias?—Peorqueeso.LamalditacartaquedirigieronalChronicle…—Sí…—murmuré.—Laenvióunodelosnuestro.Unagentedepolicía.Menudoasco.

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CapítuloXIVNos llevócasiunahora llegarhasta laCentraldelDepartamentodePolicíadeSanFrancisco.Ladetectiveduranteel trayectonodejódemaldecirydesoltartodaclasedeimproperios.Estabamuyirritada.Lepreguntésiconocíadealgoalpolicíaymecontestóqueno;quesólosabía,porloqueindicabaelmensaje,quetrabajabaen laComisaríadelDistritoNorte, situadaen la calleFillmore,muycercadelaOficinadelSheriffdelCondado.—Teloestástomandocomoalgopersonal—musité.—Esalgopersonal.¿Sabeloquesuponeestoparalaimagendelcuerpo?AgenteBush, usted va de por libre, lo percibo, nome andaré con dobleces. Aquí nosomosasí.Vamos,casienningunapartemehetopadoconunagentequesenotaalaleguaqueleimportaunbledoelrestodelaspersonasconlasquecolabora.NosésiesalgoquelesenseñanenQuántico,perolosdelFBIdeSanFranciscoseparecenmuchoanosotros.Somosunapiña.Aguantéelrapapolvosinrechistarynohicemáscomentarioshastaquellegamosa lasalade reunionesque teníamosasignadaen losedificiosde3rdStreet.AlllegarnosencontramosconelJefedePolicíadelaComisaríadelDistritoNorte,conelinvestigadorLukeEvansyconmicolegadelFBIKaitlynPeterson.Todosestaban tanalteradosomásqueMartínez.Mi frialdad les resultabaal restountantoextraña.Peterson,solicitandoelpermisoalJefedePolicíaporunacuestióndemodales,nosexplicócómohabíanllegadohastaJaceyMorrison,unagenteconcasiunadécadaenelcuerpoyquehabíatenidounpardeincidentesenelpasado.Unodeellos había sido una pelea con otro compañero, por el que fue suspendido deempleoysueldoduranteunmes.Apartirdeahípareciómejorarsuconductaysuactitud.LacuestiónesqueasuntosinternossehabíavistoobligadaasolicitarmuestrasdeADNa todos los implicadosenelaltercadoyhabíanguardadoenunabasededatosdichainformación.Losforenses,porsuparte,habíanhalladounaminúsculamuestradematerialgenéticoenelsobrequeconteníalamisiva,queestabanconvencidosproveníadeunagotade sudordelhombrequehabíaentregado elmismo a un chaval de 12 años para que a su vez lo dejara en elChronicle.Fueron tirandodebasesdedatos, sin resultado,hastaqueaunodeellos se le ocurrió la feliz idea de plantear que podía tratarse de un agente depolicía.Unahoradespuésaquelladescabelladateoríaresultósercierta.

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Antes de informar a sus superiores, dado lo delicado del asunto, los forensesrecurrieronaunexpertocaligráficoparaquerealizaseunaperitacióndelaletra,comparándolaconotrosescritosdeMorrison.Peseaqueelpolicíahabíausadomayúsculas y había tratado de disimular su caligrafía el resultado fueconcluyenteylaletradelamisivaerasuya.—AhoralotenemosenunodeloscalabozosdenuestraComisaría.Demomentose ha negado a hablar—dijo, con resignación, el Jefe de Policía del DistritoNorte.—¿Qué opina, agente Bush?—me preguntó Peterson, como si de lo que yorespondiesedependieraelfuturodeaquelhombre.—Ya lo comenté en su día.Me falta información y necesito conocer a fondotodoloposibledeMorrison,perotengolaimpresióndequenoeselculpabledelosasesinatosdelasniñas.—Yoopinoquetenemosqueapretarlebienlastuercasynodesecharlo—replicóEvans,conelqueyahabíadiscrepadosobrelafamosacartaensudía—.¿Paraquéibaahacerunpolicíasemejanteidiotez?—Yo creo que si fuese culpable la estupidez sería aún mayor—musité, contranquilidad.—¿EstaríadispuestoaacompañarnosalJefedePolicíayamíhastalacomisaríaeintentarsonsacaraMorrison?—inquiriólaagenteespecial,enungirodelosacontecimientosquenoesperaba.—Desdeluego.Loqueconsideroesquelomásprobableesqueelviajeresulteenbalde.—Usted es un federal, y cuenta con cierta fama. No perdemos nada porintentarlo.DemalaganamemarchéconPetersonyconelJefedePolicíahastalacomisaríadelacalleFillmore.DuranteeltrayectopensabaenTomyensusindagacionesoenelsingularencuentroqueaquellamismamañanahabíamantenidoconGavinTracey. Tenía claro que perdía el tiempo, aunque no podíamostrarme tajanteporquenadaninadiegarantizabaqueaquelinsensatoquehabíaescritolacartafueseinocente.Llegamos a la comisaría, unmodesto edificio cuya fachada estaba cubierta debaldosas rectangulares en distintos tonos azules, y el Jefe de Policía nos guiohastaunasaladeinterrogatorios.—VoyasolicitaraunagentequetraigaaJacey.Lomásconvenienteesquesevea sólo conustedes.Yoprefierono estar presente.Además…estoy llevandomaltodaestasituación.PetersonasintióyyomelimitéasacardemichaquetaunodemiscuadernosylaúltimaMontblancquemehabíaregaladoLiz.

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—Acabadellamaralsospechosoporsunombredepila—musitólaagentedelFBI.—Esnormal.Eslomismoquehabríahechoyo…ousted.Confíaquetodoseaunmalentendidoounapesadillaydespertarloantesposible—repliqué.—Siesunpolivamosatenermuchosproblemas.—Yahaocurridoenelpasadoyelmundosiguesucurso.Unamanzanapodridasecuelaencualquiercesto…—Esdiferente,agenteBush.—¿Diferente? No sé, quizá sea distinto a ver a dos policías acribillando abalazosaunafroamericanoinocenteconlasmanosenaltocuyoúnicodelitohasidoprotestarconvehemenciaporeltratovejatorioqueestabarecibiendo.Comentaba un caso reciente que había convulsionado el país y en el que semostraba, por enésima vez, el trato brutal, cuando no criminal, con el que seempleabanlasfuerzasdelordenconlacomunidadnegraenalgunosestados.Lopeor es que muchos de aquellos salvajes eran exculpados en los juicios orecibíancondenasleves.Jamássucedíaesosilavíctimaeraunblancoinocente.Con al auge de las redes sociales y debido a que en 2019 ya todo el mundollevabaunacámaraamanograciasalosSmartphoneaquellosactosmonstruososquedabanregistradosylostestimoniosdelospolicías—quedurantedécadassehabíanprotegidolosunosalosotros—carecíanderelevanciaantelaevidenciadeloshechos.—¡Quédiablos!¿Meestáacusandoderacismo?Tieneustedfamadeinsolente,ypareceserqueselahaganadoapulso.Peterson estabamuy ofendida y había alzado un poco la voz. Unmechón decabellolecruzóelrostroyloapartóconviolencia.—Esquenoterminodecomprendersuspalabras.—Puesquevamosatenerproblemas,comoeslógico,porquelospolicíasestánparaprotegeralaciudadanía…noparairasesinandoniñasporahí.La puerta de la sala de interrogatorios se abrió y entraron dos hombres. Unoestaba abatido y el otro enfadado. Estaba claro quién era Morrison. Iba sinesposas, pero también le habían quitado el arma y el uniforme y le habíanprestadoropadepaisano.—Aquí les dejo una ficha. El Jefeme ha dicho que quizá les sea útil. Si haycualquier problema que sepan que estaré al otro lado de la puerta por si menecesitan.ElagentenosdejóasolasconMorrison.Erauntipogrande,conelpelorizadoyclaro y los ojos verdes. Si hubiera cuidado su aspecto sería el de un actor deseries de televisión, pero estaba muy abandonado. También se le notabadesconcertadoyapesadumbrado.

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—HolaJacey,¿podemostutearte?—preguntóPeterson,conhabilidad.—Sí,sí…Desdeluego—respondióelpolicía,titubeante.—Nosésitehaninformado,perosomosagentesdelFBI.MinombreesKaitlyny trabajo aquí, en laOficina de laAvenidaGoldenGate.Mi colega se llamaEthan,yhavenidodesdeQuántico.—¿Washington?—Sí,Jacey,nohaymásQuánticosenelFBI.Llevasdiezañosenelcuerpoyestolosabehastaelmásestúpidodeloscadetes—espetóPeterson,cuyorictussehabíavueltosevero.—Ya…Estoy confundido.Yademás, no esperaba encontrarmeconunpar defederales.Esdemasiado.MicolegadejóelfolioconlosdatosprincipalesdeMorrisonamivista,porsideseaba consultar algún apunte quepudiera ayudarme en el interrogatorio.Yopreferíamiraralosojosdeaquelindividuotímidoyasustado.—Bueno, es que te hasmetido enun lío de los gordos.Llevasmucho tiempocomo policía para saberlo. Haznos un favor, y hazte un favor, y cuenta tododesde el principio—murmuróPeterson, cambiando el tonoy usandounomáscercanoyamable.—¿Desdeelprincipio?—Sí,joder,Jacey,desdeelprincipio.Empiezaaexplicarnosquéeslohashecho—respondiómicolega,denuevocontundente.—Escribíesacarta…YonoleapartabalosojosaMorrison,peroélaunquerespondíaaPetersonmemirabaamí.Ensucabezayoeraelelementopeligroso,algodisonanteque lesacabadequicio.—Bien,vamosporelbuencamino.Continúa.—Deseabaapuntarmeuntanto.Esunaestupidez.Llevoaquímuchosañosynohelogradonadadignodereseñar.Esecasoeraunaoportunidad.—Unaoportunidad…¿paraqué?—Paradestacar.—Nocomprendoelmodoenqueesaconductateibaallevaradestacar.—Teníaunplan…—Teescuchamos.—Tenía un pacto con un periodista delChronicle, al que llamaba desde lospocos teléfonos públicos que quedan en el área de la Bahía. Yo le facilitabainformacióny él amí.No le he contadoque soyunpoli, claro.Aveces esostiposencuentranalosasesinosantesquenosotrosyenfin…—¿Enserioesperasquenoszampemoseschorrada?—Eslaverdad.Nohaymás.

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—Jacey—musité—,vamosarepasartuvida,desdequellegastealmundohastaeldíadehoy.Notecompliquesmáslaexistencia.—Soyunceroalaizquierda.Novaisaencontrarnada.—Unceroalaizquierdaalqueseleabrióunexpediente—dijoPeterson.—Hacemuchodeesoyesunaexcepción.Podéispreguntar.Nadiesevaacreerqueyohematadoaesasniñas.Soyincapaz.—Aunqueparaunagilipollezcomomandarunacartaaunperiódicohaciéndotepasarporelasesinosítienescojones.Morrisonsequedópetrificado.MicolegadelFBIestabasiendodura,peroniyoesperabaqueempleaseunlenguajetanvulgar,ymenossabiendoqueestábamossiendograbadosenlasaladeinterrogatoriosdeunacomisaríacorriente.—Estáismetiendolapata.Deverdad.Elpolihablabamuydespacioyenvozmuybaja.Costabaentenderloquedecía.Nosecorrespondíaconsuaspectoyaquellometeníaescamado.—¿Quéopinasdeesoscrímenes?—inquirí,paravercómoreaccionaba.—Sonunabarbaridad.Ojalá deis pronto con el culpable.Merece la inyecciónletal.Recordé que apenas 20 millas nos separaban de la Prisión Estatal de SanQuintín,encuyointeriorseencontrabalasalaenlaqueseteníanquepracticaresas ejecuciones en el estado de California y la única con un corredor de lamuerte. Se me erizó el vello. También pude percibir que Morrison habíacontestado sin mostrar un ápice de emoción, como lo hubiera hecho unpsicópata.—Erestodounadaliddelajusticia—comentóPeterson,sarcástica.Posé mi mano sobre la de mi colega y negué con la cabeza. Allí ya nopintábamosnada.—Vámonos.Hacefaltamuchainformación.Cuandola tengan,siesquenohaconfesado ya, regresamos y le hacemos un interrogatorio con todas lasherramientasprecisas.—Loquetúdigas.—¿Yasemarchan?—preguntóMorrison,inquieto.—Amenosquetengasalgoquecontarnosquemerezcalapena…sí—respondiólaagentedelFBI.AntesdeabandonarlacomisaríamantuvimosunareuniónconelJefedePolicía.Jacey tendría que pasar algún tiempo en el calabozo y ellos se ocuparían delpapeleo.Nopodíamosasegurarquefueseelresponsabledelosasesinatos,perotampocoqueestuvieselibredeculpa.Aunquenos separaban tresmillasde laCentral,Petersonyyocoincidimosenquelomásacertadoeraregresardandountranquilopaseoycomerencualquier

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restaurante que se nos cruzase en el camino y ofreciese un menú digno.Acabamosenunitalianocoquetoenelquepodíasponertelasbotasporsólo20dólares.Tomhubieradisfrutado.—¿Qué tepasaconmigo?—pregunté, cuandoya teníamos losprimerosplatossobrelamesaydespuésdehaberestadodivagandoacercadeMorrison.—Yapodemostratarnosdetú…Petersonsequedómirándome,conmediasonrisadibujadaenelseverorostro.—Sí,claro.SomosagentesdelFBI,porfavor.—Mepasalomismoqueatodos,Ethan.Nomecaesbien.Creoquenisiquieralecaesbienatuamigo,Tom,yqueharecurridoatiporquenolequedabamásremedio.—Tampoco es que esté en San Francisco para hacer amistades, pero no locomprendo.Soysincero.—Yo no trabajo en laUnidad deAnálisis de Conducta ni tengo un grado enpsicología por Stanford; sin embargo algo de formación poseo y también unpocodeexperiencia.—Esevidente…—Vasa la tuya,Ethan.Se tevevenirdesdemuy lejos.Hastaelmás idiotasepercata de ello si le das unpocode tiempo.Como resulta que aquí haygentemuycualificadametidaenestainvestigación…lopillanrápido.Ahítienesquéesloquemepasa.Meacabodequitarunpesodeencima.Petersonsepusoadegustarsuantipastoconagrado,comosiloqueyopudiesereplicar le resultase indiferente porque carecía de valor. Mi sentencia estabadictada.—Quieroencontraralasesino,Kaitlyn.—Ya, y los demás estamosdeseandoqueotra chiquilla aparezcamuerta a lospiesdeunasecuoya.Vengaya.—No,nopretendíanipretendoquenadieinterpreteeso—dije,turbado.—Pero…Aspiréunabuenabocanadadeaireantesdevolverahablar.AmimemoriavinoelsheriffdelCondadodeJefferson,enKansas.Mehabíacontagiadoaquelgestotanpropiosuyo.—Mehastíanlasnormas.Sonunobstáculoparanosotrosyunaventajaparaloscriminales.Mi colega también tuvo que contenerse y para ello se aferró con fuerza a lamesa.Poruninstanteimaginéquemelaibaatirarencima.—Ethan,noesyaqueprescindasde lasnormas,quenospermitencolaborarytrabajarenarmonía,esquetútesaltaslasLeyes,loqueteconvierte…enalgoparecidoaundelincuente.Ysilapifiamosresultaqueloscriminalessalenlibres

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porqueexistealgoque se llama juiciodondesedetermina laculpabilidado lainocencia. Prefiero no traspasar ninguna línea roja y servirle en bandeja a unabogadolaposibilidaddetumbartodaunainvestigación.—Kaitlyn,¿sabescómonaciómiUnidaddelFBI?—Notengoniideadedóndequieresiraparaahora.—Es sencillo. Yo soy un psicólogo y aquí me tienes, colaborando para queatrapemosaunasesinoenseriedeniñas.SinoexistieralaUnidaddeAnálisisdeConductaestonopodríaserposible.Mientraslaagentecalifornianamecontemplabaalgoestupefactayopensabaenmi héroe desde hacía años: Robert Ressler. Había leído todos sus libros ymanualesyenmuchosaspectoseraunareferenciaparamídesdequeentraraaformarpartedelFBI.—¿Y?—Pues que dos tipos fueron valientes y se saltaron las normas, y pasaron depuntillas por encima de algunas leyes, para demostrar que comprender a unasesinoesfundamentalparalograratraparlo.Sinohubierandadoelpaso,sisehubieranquedadoquietosysehubieranconformadoconloqueexistía…milesdeinocenteshabríanperdidolavidaenlasúltimasdécadas.Asídeclaro.Yomeparezcomuchoaellos,aunqueestoylejosdetenersuarrojoosusaptitudes.Peterson bebió un sorbo de su refresco de cola sin azúcar e hizo una extrañamuecaquemecostóinterpretar.—YasécómosecreólaUAC.Tambiénconozcolafamadecapulloqueteníaunodeesosgenios.Elotrovelabaparaquetodoloqueestabanmontandonosefueraalgarete.—Másomenos—admití.—¿Quiéneselbuensamaritanoquevigila tuspasosparaquenotecaigasporunasimayjamásterescatendesusprofundidades?Me quedé reflexionando. Era una buena pregunta. Mientras me dedicaba adiscurrir la agente solicitaba al camarero que retirase los primeros y que nostrajeselossegundos.Yoapenashabíaprobadobocado.—Supongoquehaidovariandoconeltiempo.Ytambiénmehetopadoencadainvestigación con alguien con criterio que me ha echado una mano y me hasujetadoantesdehundirmeenelfango—respondí,confranqueza.—Estábienqueloadmitas.Dicemuchoatufavor.Pormimentepasaronlosrostros,acelerados,deLiz,Tom,Mark,Wharton,mipadre, Worth, Jenkins, Young y de otras personas cuyos nombres teníaapuntadosenalgunaMoleskineperoqueyano recordaba.Sí,eranmuchos losquemehabíansalvadoelculoalolargodemiexistencia.—Lalistaeslarga.

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—Empiezasacaermemejor.Detectounabriznadehumildadydesensibilidaddetrásdeesacorazadeaceroqueluces.—Nomeconoces,Kaitlyn—repliqué,dolidoporquelapérdidademipadreeraunaheridaquenocicatrizabayquemehabíacambiadoelcarácter—.Además,túnoeresloquesedicelapersonificacióndelaalegríaylaternura.—Es verdad. Pero quizá sea la que te agarre del brazo justo antes de que tecuelesenelabismo.Quizáloestéhaciendoenesteinstanteyni tedascuenta.Todoslosquetenéisaltascapacidadesintelectualessoisiguales.Me quedé perplejo. Esperé porque el camarero, canturreando, nos dejó lossegundosynosobsequióconunaagradablesonrisaantesdemarcharse.—¿Dequévatodoesto?—Deti.Deestecasodeldemonio.DetuantiguocolegaTomquetehametidodellenoenelasunto.Dequenoaparezcaningunaniñaasesinada.Deatraparalhijodeputaquebuscamos.—Y para eso ha sido necesario que husmees en mi vida y en mi trayectoriadentrodelFBI—dije,enfadado.—Sí,Ethan.Megustasaberconquiénmelaestoyjugando.Atodoslosdemáslosconozco.Quizánotantocomoquisiera,peromeconformo.TúllegasdesdeWashington,algoqueyasuponeunaanomalía,yademásnoteimplicasconelequipo.Se me pasó por la cabeza ponerme en contacto conMichael Bennett, agenteespecialalmandodelaOficinadelFBIenSanFrancisco,yespetarlequeteníaaunachifladaensusfilas.—Joder.Loquenollegoaentenderescómonaricesnohabéisdadoyaconelasesino…desdejuliodelañopasado—musité,conlapeordelasintenciones.—Yo me impliqué en noviembre, cuando apareció el cadáver de la pequeñaPaytonWoods.Aunquenoesunargumentodepeso.Aceptolapuñaladaquemehasdado.—Noeramiintención,peromehasprovocado.—Ytúsiguessincomprender.—¿Quétengoqueasimilar?—Colabora,mierda.Vedefrenteysúmatealosdemás.Sóloteruegoquenoshagasesefavor.Mi celular vibró y al ver que eraMark el que telefoneaba me vi obligado acontestar.—Estoyenmitaddeunadiscusión.—Vale, si quieres lo dejamos para otro día. Sólo llamaba para decirte que heencontradoladichosaconexiónqueteobsesionaba.

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CapítuloXVEnocasionesparecequedasunpasoadelanteyenrealidadteestásmetiendoenun caos del que te costará salir, y en otras tienes la sensación de quedarteestancadoyjustoacabasdetoparteconlasoluciónalproblemaqueteacuciaba.Ya lo había experimentado en Nebraska o en Arizona. Así de singular yfascinanteeslavida.ElgeniodeMarkporfinhabíadadoconelnexoque,desdeelprincipio,yosabíaque tenía que existir entre las tres niñas asesinadas. Era obvio. Lo que ya noresultabatansencilloeraencontraresevínculo.Peroéllologró.Nohabíasidounatareasencillaporquelaspequeñassehabíanregistradoenunabasededatosenlaquesóloconstabasuinicialysuapellido.LucySims,PaytonWoodsyNevaehPortmanlashacíamuyreconociblesenunaciudaddemenosdeunmillóndehabitantes,comoSanFrancisco.PeroSims,WoodsyPortmanyaeranapellidosrelativamentefrecuentesylafaenasecomplicaba.SinembargoMarktuvolabrillante idea,despuésdehaberagotadotodaslasposibilidadesydehaberexprimidoalmáximoalpobredeFoster,unodelosintegrantesdemiunidadque lehacíael trabajosucio, de limitarse a encontrar coincidencias enbases de datos donde figurasen esos tres patronímicos. De cero coincidenciaspasaron a hallar cientos. Bueno, era un cambio radical. Ya sólo se trataba defiltrar por edad —si es que figuraba en los registros— y de comprobar lasiniciales.Todasestabanenunabasededatos:ladelosSanFranciscoVikings,un clubde fútbol—soccer—que tenía35 equipos compitiendoyque ademásdisponía de un Campus de verano tanto para niños como para niñas. Bingo.Horas y horas ocupadas dejándose los ojos delante de la pantalla de unordenadorhabíandadosusfrutos.Aquel descubrimiento fue el inicio de una larga pesadilla que nos tuvo unasemanaocupadosalosprincipalesmiembrosdelainvestigación.MayoestabaalcaerysinembargononosquedabamásremedioquecentrarnosenunapistaqueyohabíaseñaladocomocrucialyquehastaelCapitánMasonSmithreconocióque nos llevaría, casi seguro, hasta el culpable. Pese a ello, el reloj seguíaavanzando a velocidad de vértigo y nada nos garantizaba que el monstruomantuviese su cadencia y en lugar dematar a principios de julio—según sumacabralógica—lohicieseantesdeloprevisto.Losasesinosenserie,hastalosorganizados,resultanimprevisiblesenmuchasdesusconductasyhayqueestar

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preparadoparalopeor,paraelmayordelosdesastres.TomyMartínezrepasaronlasnumerosasentrevistasconlospadresyadosdeellos se les había pasado por alto, pese al empeño que habían puesto losdetectivesenseñalarquecadadetalle,pornimioquepareciese,eracrucial,quesus hijas se habían dado de alta en los Vikings. Sólo los de Lucy Sims lorecordaronylomanifestaronenvariasocasiones.SuretoñohabíacomenzadoajugarconsóloochoañosyseledabagenialaqueldeportequetandemodaseestabaponiendoentodaCalifornia,quecontabaconelmejorequipodelaMajorLeagueSoccer—MLS—,LosÁngelesGalaxy.PaytonWoods sólo había disfrutado del Campus a largo de dos sesiones delveranode2017yNavaehPortman sehabía apuntadoaunapara el veranode2018,aunquesóloacudióundíaylesdijoasuspadresquenilegustabaaqueldeportenileagradabanlasniñasconlasqueteníaquejugar,demodoquepeseahaber pagado por adelantado no regresó por allí. Aquello, de alguna manera,justificabalamalamemoriadelosprogenitores.LaúnicaaficionadaalfútbolymiembrodelosVikingseraSims.Debatimos durante jornadas enteras si era suficiente que, en el mejor de loscasos, el asesino hubiese mantenido contacto sólo una vez con dos de lasvíctimas. A una de ellas incluso era posible que ni la hubiera visto. Daba lacasualidaddequeNavaehPortmanerarubia,enlugardemorenacomoLucyyPayton. Podía ser la explicación del cambio en el modus operandi, aunqueresultabamuy raro en un individuo tan organizado como el que intentábamosatrapar.DesúbitotodoslosempleadosdelosSanFranciscoVikings,inclusivecualquieraficionado asiduo o jugador habitual de cierta edad, se convirtieron ensospechosos.Teníamos ya cuatro nombres, pero ninguno, en apariencia, habíaestadovinculadoconelclubdeportivo.—Esonolosdescarta—dijoEvans,enunadelasinfinitasreunionesdeaquellosdías.—Escierto.Hapodidoemplearunnombrefalso—apuntóMartínez.—¿Parasercontratado?—preguntó,pococonvencida,Peterson.—Vale,quizánoesplausible.Hayqueabrirlamente.Lacuestiónessiademásde los empleados hay voluntarios. En casi todos los equipos hay decenas devoluntarios, y los requisitos son que tengas ganas de trabajar a cambio de unpase,deunbocadillooinclusodenada;poraltruismo.Nadiesevaamolestarenrevisartuscredencialescuandoestásdispuestoasudarlagotagordagratis.Yomismo dedico parte de mi tiempo libre a una asociación benéfica de micomunidad—manifestóelinvestigador.—Hayvoluntarios—declaróladetective,conrotundidad—,fueunadelascosas

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que pregunté nadamás visitarlos por primera vez. Y lomás interesante… semultiplicanparalosCampusdeverano.Tienesentido.—Sí. Más horas ociosas, buen tiempo y la posibilidad de hacer algo por unpuñadodechavales—dijoTom,queeraelquemásimplicadoestabacontodoaquelloyalquemásleafectabaaquelcasosiniestro.—¿Quéopináis?—inquiriólaagentedelFBI.—Tendremosquerecurriradosvíasparalelas—respondí.—Teescuchamos,Ethan.—Porunladorevisarlosexpedientesdelosempleadosparaversialgunoencajaconelperfilquemanejamos.—Buena idea. Me puedo encargar de eso —dijo Luke Evans, animado. Deinmediato pensé que el perfil que yo tenía en mente no era exactamente elmismoqueelsuyo.—¿Ylasegundavía?—preguntóMartínez,esperandoquenofueseunatareatanasequible.—Bueno…llevarásutiempoynadanosgarantizaeléxito.—¡Vamos,jefe,suéltaloya!—exclamóTom.—Irconlasfotografíasdelossospechososymostrárselasalosfamiliaresdelasvíctimas,alosempleadosdelosVikingseinclusoaalgunosvoluntariosdelosCampus de verano. No es fiable. Es lento y pesado. Es regresar a la viejaescuela,ysinembargoquizáseanuestrocaminodebaldosasamarillas.—Esoesundisparate,Ethan—replicóPeterson.—Losé.—El único de ellos que está en un calabozo, y existen motivos de sobra, esMorrison.Losotrosnisiquieraestánacusados.Nopodemosirporahíconsusretratospreguntandoaunmontóndepersonas.—Primerolasfamilias—sugerí.Tomdioungolpealamesaconunacarpetaquesosteníaconsumanoderecha.Nossobresaltóatodoslospresentes.—Yopuedoocuparmedeesemarrón.—¿Quéesloqueesosignifica?—inquirióPeterson,imaginandoquenadabuenopodíamostramarmiamigoyyo.—Quesabecómohacerlosindisparartodaslasalarmas.Eselmejor—respondí,firme.—Yaestamosbuscando lamaneradesaltarnos las reglasydeponerenriesgocualquierdescubrimiento.—No, Kaitlyn —murmuró Tom—. Las chapuzas se las dejo a Ethan. Sinembargoloqueproponetienetodomiapoyo.Nosapañaremos.Confíaenmí.—¡Cómo!—exclamólaagentedelFBI.

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—Yendo paso a paso. Con mucho tiento. Y no seré un detective delDepartamento de Policía de San Francisco… me convertiré en un reporteromedioleloquenecesitaunpocodemisericordiaparamantenersuempleo.—¡Eseeselplan!¿Losdemásloaprobáis?Todoslosquenoshallábamosenlasalaasentimos,conmásomenosafán.Mesentí reconfortado y le guiñé un ojo a mi antiguo colega de Quántico. Eraexcepcionalyporesoloañorabatanto.—Entonces…¡vamosaello!Decenasdeagentes,investigadoresydetectivesdedicaban14horascadadíaalabúsqueda de nuestro hombre.El pánico a que una chiquilla apareciesemuertaiba en aumento cada segundo que transcurría. Éramos conscientes de queparticipábamos en una contrarreloj en la que no teníamos que batir a ningúnadversario…eramuchopeor:setratabadesalvarlavidadeunaniñainocente.Abril se extinguía cuandounanoche, al llegar al hotel,me encontré aClariceBrownsentadadelantede lapuertademihabitaciónconunabolsadecomidatailandesaparallevar.—Ibaaponermeacenarsinti.Seestáenfriandoypierdemuchocuandonoestábiencaliente.Lopeoresquemehacostadounapasta.—Notengohambre,Clarice,niganasdecharlarcontigo.Estoyrendidoysólomeapetecedormir.—Genial.Yocomoytúmecomentascómovanlascosasdesdelacama.Nosoyunamojigataynosllevamosbien.Abrílapuertaydejéentraralareportera.Nossentamosjuntosaingeriraquellosmanjaresorientalesmientraslanieblaseapelmazabacontralascristalerasdelasuite.ApenassedistinguíanlaslucesdelAT&TParkqueestabajustoenfrente.Porsupuesto,nohabíarastrodelaBahía.—Estamosatascados.Tenemosunperfilytenemosunapistamuyfiable,peroescomosidegolpenoshubiéramostopadoconunmuro—reconocí.—YeseMorrisonqueestáenuncalabozode laComisaríadelDistritoNorte,¿noeselculpable?Brown era capaz de hablar de los asuntos más relevantes como si no lesconcedieraimportancia.Erasuestrategiaparaqueunobajaselaguardia.—Notengoniidea.Hastalafechasólohametidolapataconunachorrada.—¿Quéhizo?—Deberíassaberlo.Casisiemprevasdospasospordelantedemí—contesté,unpocovacilante,pues resultabaanómaloqueno supieseque sedebíaa lode lamisiva,delaqueellayaestabaalcorriente.—Es un poli. Bastante es queme han soplado que lo tenéis escondido y quetodoslosestamentosdelaciudadydelestadodeseanquelaprensamantengala

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bocacerrada.Soltélospalillosconlosqueestabadegustandounamásqueexcelentesopadefideosypescadoyme limpié los labiosconunaservilletadepapelde inusualcalidad.—¿Has viajado hasta el Royal Orchid Sheraton de Bangkok para traerme lacena?—Casi aciertas. Aunque prefiero que me digas lo que estabas a punto decontarme…—El muy idiota escribió una carta, de su puño y letra, y se la entregó a unperiodistadelChronicle—admití.—Vaya.Conrazónsehacorridounacortinadeacerosobrelacuestión.—Sí.Es…unasandez.—Considerasqueeseagentenotienenadaqueverconloscrímenes,¿verdad?—Esunahipótesis.—Ydeltipodelquetehablé,JamesBarnes,Elexcursionista,¿nohabéissacadonadaenclaro?Tardé en responder.Necesitaba reponer fuerzas y la sopame había abierto elapetito.Encontré un envase con pollo al curry rojo yme entretuve devorandounos cuantos daditos con parsimonia. La presentadora de la CBS aguantó ensilenciosininmutarse.Eraunaprofesionalsobresaliente.—Lo tienes vigilado. Me lo ha contado Tom. Él es más espabilado que lospipiolosquecolaboranaquícontigo.—Tienes toda la razón. Me las he de apañar como puedo. Aun así te estoysiendoútil.—Sí, Clarice. Barnes encabezami lista de sospechosos. AMorrison lo tengotachado,aunqueestamostanperdidosqueveteasaber.—Lista de sospechosos —musitó la periodista, como si participase en unconcursodedeletrearpalabras—.¿Cuántosnombreshayentucuaderno?Casimeatragantoymeviobligadobeberunpocodeagua.EldescarodeBrownnoteníalímite.—Laseñora seconformaconelnúmero…¿odesea también losapellidos, lasdireccionesylosteléfonos?—Dameunpocodecancha,Ethan.HetenidoquevolardosvecesaNuevaYorkla pasada semana. Estoy en el Consejo, pero soy el últimomono. Prontomesugerirán,contacto,queeshoradepasarmelosdíasenManhattan,enclaustradaenBlack Rock, en lugar de estar disfrutando de unas vacaciones pagadas porCalifornia.La reportera se había levantado y estaba casi pegada al ventanal de mihabitación.La niebla era tan densa que impedía ver nada al otro ladoy había

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transformadoelcristalenunsingularespejoquemedevolvíaunaimagencasideensueñodeClarice.Aguardabaconunbrazosobreelvientreyelcododelotroapoyado sobre el anterior. La mano que le quedaba a la altura del rostro laempleaba para acariciarse el mentón con suavidad. Esperaba mis palabras ymeditaba.—Cuatroocinco—dije,alcabodecincominutos.—YtuprincipalcandidatoesJamesBarnes…—dijolaperiodista,sinmirarme.—Bueno, hay otro que me tiene mosca, pero hasta aquí puedo leer. Ya essuficiente,Clarice.—Meconformo.Terminamosdecenarynosdedicamosacharlaracercadenuestrasvidas,demihijo,alqueapenasveía,ydesusnulasrelacionesíntimas.—Deberíascasarte—sugerí,casisinpensar.—Creoquenoereselmásindicadoparadarmeeseconsejo.Túnoloestás.—Vale, pues encuentra un novio y vive con él. Estás las 24 horas del díapensandoeneltrabajoyesonoesbueno.—Noencuentro candidatos,Ethan.En losúltimos cinco años lomásparecidoquehetenidoaunnovio…erestú.—¡Qué!Yohebebidoagua,perocreoqueatiesebrebajetehasentadofatalyahorasueltaschorradas.—Puedeser—musitóBrown,acariciandoconlayemadesuíndicederechoelbordedeunvasodeplásticovacío—.¿Medejasquedarmeadormir aquí estanoche?De repente Liz y Vera Taylor surgieron en mi imaginación y unas nauseasprofundasmeinvadieron.Teníaqueestarenmitaddeunaterriblealucinación.—Tedejopediruntaxiysiquieresteacompañohastaelhalldelhotel,apesarde que no quiero que nos vean juntos a estas horas por aquí.Mañana estaráslúcidaydescubrirásquenoestabasentuscabales.Clariceseincorporó,buscósubolso,lorecogióconeleganciayfuedirectahacialapuertademisuite.Noestababorrachaninadadeloquehabíamoscenadoleperturbabaelentendimiento.—Estásequivocado,comotantasveces,Ethan.Yasoymayorcita.Repito…ereslomássimilarquehetenidoaunnoviodesde2014.Unapenaquetucabecitayaestéocupadapordosmujeres.Quizálleguéunpelíntardeoquizálavidaaúndémuchasvueltas.Nuncasesabe.Graciasporlainformaciónyporhabercenadoconmigo.ApenaslaperiodistaabandonólahabitacióntelefoneéaLiz.Eramuytardeenlacostaeste,peronecesitabahablarconella,aunquesólofueseparadecirlequelaechabamuchodemenosyquequeríaanuestrohijoconlocura.Ellamereplicó

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quetodoesoeramuybonito,aunquepreferíaqueselodijesealolargodeldía,noenmitaddelamadrugada.Comosabíaqueyanopegaríaojoentodalanochemepuselaropadecorrerysalíarodarporlascallescasidesiertasdemiciudad.Laespesanieblaprontomeempapótodoelcuerpoehizoqueel fríopenetrasehasta lomáshondodemishuesos.Loqueenotro instantehubiera resultadodesagradablemeprovocóuninmensoalivio.Eramicastigo, lamaneradeexpiarmispecadosyde regresarconlaconciencialimpia.Alllegaralahabitaciónmediunaduchamuycalienteymetumbédoshorasenla cama. No dormí, pero por mi cabeza sí que pasaron decenas de imágenesrelacionadasconelcaso:lassecuoyasrojas, losrostrosdelossospechosos, lasfotografíasdeloscadáveresdelaspequeñas,ellogotipodeZodiac,losparquesen los que se habían realizado los secuestros, el escudo de los San FranciscoVikings,laspizarrasenlasquesugeríamosteorías…Di un brinco y llamé a Tom. Estaba convencido de quemi amigo ya estaríadespierto.—¿Unamalanoche,jefe?—Sí,otramás.—Teentiendo.Si quieres te vienes ami despachoydesayunamos juntos, queaúnnoheprobadobocado.—¡YaestásenlaCentraldelDepartamentodePolicía!—Desdehace sóloun rato.Paraperder el tiempodandovueltas encimadeuncolchónprefieroaprovecharcadaminutoaquí.—Salgoennada.Loquetardeenvestirmeyencaminarhastaallí.—Bueno,¿paraquédiablosmetelefoneabas?—TenemosquevisitaralospadresdeLucy,quieranellosono.Estoyhartoderespetar su duelo. Es duro, pero a ella ya la hemos perdido.Hay que hacerlejusticia y también… es nuestra obligación evitar que otra pequeña aparezcamuerta.—Meencargo.—Perfecto.Losvasavisandoyencuantolleguesalimoshaciasucasa.—No, no… Me encargo de hablarles y de explicarles la situación. Nospresentamos allí sin comunicarles nada. Creo que va a ser el único modo delograrquenosatiendan.—Túsabrás—repliqué,porque loqueansiabaeraobtener respuestas, fuesealcostequefuese.Me vestí y casi fui corriendo por 3rd Street para llegar lo antes posible a laCentral.Tommeobligóadesayunarundonutyuncafé.—Jefe,eresunagenteespecialdelFBIytienesquedarunabuenaimagen.Ya

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meentiendes.Esospadresestánhastalasnaricesdenosotros.Lohemosvividootrasvecesyalgoderazónlesasiste.—Claro que les sobran los motivos para mandarnos al infierno. Yo haría lomismo.—Entonceshazlascosascomocuandodaslomejordeti.Paraesoinsistítantoenquevinieras,yporesohesidocapazdeganarmelaenemistaddelamitaddemisnuevoscolegas.Demuestraloquevales,¿deacuerdo?MelimitéaasentiryaseguiramiamigohastasuTaurus,quequizáeraelobjetoo persona a la quemás quería en el mundo. No tardamosmucho en llegar aPierceStreet,unaempinadaytranquilacalle.LosSimsresidíanenunedificio,comotantosotrosdeSanFrancisco,decincoalturas.Lafachadaestabapintadaenunespantosotonoverde,peroelrestodedetallesmeresultarondemuybuengusto. Tom aparcó justo delante de la entrada, a la que se accedía por unaescalinataquedabaalaacera.—Songentededinero—musité.—Notehacesunaidea.Duranteunpardemesescontrataronaundetectivedepostín,perodespués,siguiendonuestroconsejo,lodespidieronyaqueltipodejódemeterlasnaricesentodaspartes.Mequedémirandoalrededor,antesdesubirelprimerpeldaño,notandoesedolorcaracterísticoenelestómagoquesiempremeacosacuandomiinstintoseponeenfuncionamiento.—Mecuestaorientarme,despuésdetantosañosfuera,pero…¿laComisaríadelDistritoNortenoquedamuycercadeaquí?—Asólodiezminutospaseando.—Joder…LaseñoraSimsnosatendióconamabilidad.Miamigoinvirtiócasiunahoraenexplicarlecómoibalainvestigaciónyquépintabayoensucasa.Aunquemuydemalagana,aceptabasusargumentos.—¿Dóndeestásuesposo?—preguntóTom,cuandoconsideróquehabíallegadoelmomentodemiintervención.—Sehamarchado.Haintuidoquevenían.NoquiereverleaustednitieneganasdeconoceralagenteBush.—Esto es muy importante. ¿Hay alguna manera de localizarle? —insistió eldetective.—Mire,Tom,yo lesestoyaceptandoenmihogarconvariosansiolíticosenelcuerpoyporquequizá,sóloquizá,puedaserdeayudaparaevitarqueotraniñacomomi hija sea asesinada.Mimarido se ha ido a Santa Cruz, a casa de sumadre,yhadejadoaquíelcelular.Noregresaráhastamañana.Yanoesquenoquiera hablar conustedes, es queni siquiera desea escuchar sus nombres.Les

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odia. Yo sólo pienso que son una panda de incompetentes y hasta me danlástima.Las duras palabras de la señora Sims dejaron muy a las claras que aquellareuniónibaaresultarbastantecomplicada.—Necesito saber con quién, de más de 30 años, se veía su hija—murmuré,tratandoderesultarlomássumisoposible.—Conmuchagente, agenteBush.Acudía a la escuela, paseabapor las calles,iba sola hasta Raymond Kimbell Playground, el parque que hay al final denuestracalle.—Ya,comprendo.YtambiénestabanlosVikings,¿no?—Sí,jugabamuybienalfútbol.EntrenabalosfinesdesemanaynoseperdíalosCampusdeverano.Todoestoyaloherepetidounmillóndeveces.—Losé,ylepidodisculpas.Pero,yloadmito,algosenoshapasadoporaltoydeahíqueresultatansustancialsucolaboración.—Selestienenquehaberescapadomuchascosas,agenteBush,oelmalnacidoquematóamipequeñaestaríaenSanQuintínhaceyasemanas.Laenterramosen julioyyaestamosamediadosdeprimavera.Alprincipionosprometieron,conmuchaseguridad,queenunosdíasdaríanconél.Cuestióndedías…LaseñoraSimsestaba relajada,perosenotabaqueeradebidoalefectode lostranquilizantes. De vez en cuando se le trababan las palabras y le costabamantenerlacabezaerguida.Yoestabaconvencidodequehabíaensuestómagounadosiscapazdetumbaraunelefanteafricano.—¿Larecuerdateniendounarelaciónespecialconalgúnentrenador,unvecino,un adulto del parque o incluso algún policía de los alrededores?—pregunté,obviandosusreproches.—Desdeluego.Lucyeramuyconfiadaysimpática.Fueundesconocido.Nadiede los alrededores es capaz de semejante atrocidad—sentenció lamujer, conrotundidad.Aquel bloqueo mental me impedía obtener la información que precisaba.Ademásestabadelantedeunamadreaturdidayhastiadaderesponderpreguntassin obtener contestación a la única que a ella le martirizaba. Seguir con elinterrogatoriocarecíadesentido,demodoquedebíamodificarmiestrategiayoptarporunaalternativaqueyahabíaempleadoconéxitoantaño.—¿Podríamosversuhabitación?—inquirí,envozmuybaja.—Yalahanpuestopatasarribadosveces.Nomegustaquetoquensuscosas.Nisiquierayolohago.LaseñoraSimsteníarazónysurespuestaeralaesperada.Aningúnprogenitorquehaperdidoaunhijo,ymenossihasidodeunmodotantrágico,leapeteceque un desconocido meta sus sucias manos en el santuario —en eso se

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transformanlasestanciasdelosseresqueridosquenoshandejadoparasiempre—desupequeño.—Sabe lo quehace.Concédanos sólo unosminutos y le dejaremos enpaz—intervinoTom.La mujer se mostró dubitativa y estuvo contemplando sus manos, un tantoajadas,mientraslasfrotabacontraunpliegodesufaldaconnerviosismo.—Estábien.Tuvimosque subirdosplantashasta llegara lahabitacióndeLucy.La señoraSimsnosfranqueóelpasoysequedóenlapuerta,sincruzarelumbral,comosisufunciónfuesevigilarnosaltiempoqueevitabaponerunpiesobrelamoquetade dibujos infantiles. Paramí todo aquello resultabamuy incómodoy ademásme trasladaba hasta mi primera estancia en Kansas, cuando registraba laspertenencias de Sharon Nichols mientras el sheriff Stevens aguardaba en elrellano.—¿Manteníasuhijaundiariooalgoporelestilo?—pregunté,despuésdediezminutostrasteandoloquesolíatenerunachiquilladediezañosensucuartoen2019.—No.Nadadeeso.Sabía que el celular lo habían revisado,másbiendestripado, y que estaba tanrestringidoquelapequeñacasiniledabauso.Lospadresconsiderabanqueaúneraprontoparaqueaccediesearedessocialesoserviciosdemensajería,algoporotroladobastantesensato.—¿Unálbumdefotos?—Sí,lotienejustoalalcancedelamano.Eldetapasdefranjasrojasyverdes.LaseñoraSimsseñalóelálbum,perosinmoverseunmilímetrodellugarenquese había quedado clavada, como si una barrera invisible le impidiese avanzar.Unatristezaprofundameinvadió.Pasé varias páginas y vi fotografías de la niña jugando con amigos, haciendoposes,disfrazadaparaeldíadeHalloweenoequipadaparapracticarsudeportefavorito:elfútbol.—¿Haymás?—Sí,claro.Enrealidadsóloimprimíaalgunasfotosylaspegabaporqueyoseloindicaba.Esunacostumbrepasadademoda.Peroensuportátildeberíadehabercentenares.Yaselollevaronycreoquehicieronunacopiadetodas.—Enefecto—dijoTom,golpeándomeenelcostadocondisimuloparaquenocometiesemásdeslices.Salí de la habitacióndeLucy, comoel que escapadeunhorno, y encaré a laseñoraSims.—Lehesidosincerodesdeelprincipio.Hayalgoquenoencaja.Elsalvajeque

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mató a su hija lo hizo porque se fijó en ella, vio algo en ella que captó suatención.Yparaesonecesitótiempo,¿comprende?—No,lociertoesquenoentiendonada.Sentíunapatadaenelgemeloizquierdo.Denuevomiamigomeintentabaponercoto.—Hagaunesfuerzoynotratedeprotegeranadie.Noleestáhaciendoningúnfavor,alcontrario.Piense,seloruego,piensecomolehedichoenunvecino,unentrenador, un policía o incluso su profesor. ¿Conquiénmantenía su hija unarelaciónespecial?Por fin la mujer dejó a un lado su desazón y el efecto narcótico de losansiolíticos ymemostró que reflexionaba con ahínco. Estuvo almenos cincominutosmirandoelsuelohastaquesurostrosetransformó.—Esundisparate…noesposible.—¡Vamos!Sólohablamosentrenosotros,señoraSims.Sinotieneimportancialodescubriremos,peroquizáseasignificativo—comenté,animándola.—Devezencuandoséque laacercabadesdeelparqueunpolicíade lazona.Sólo estamos a cuatro manzanas… pero a ella le hacía ilusión. Jamás mepreocupó.PorDios,¡eraunpolicía!—Nuncaanteshabíacomentadoesto—musitóTom,calmadoperoserio.—¡Esquehastahoynihabíapensadoenello!Hasidopor la insistenciadesucolega.¿Deverdadselespasaporlacabezaqueunpolicíaandeporahímatandoniñas?Tom buscó en su chaqueta y sacó un retrato deMorrison. Se lo mostró a laseñoraSims.—¿Eraestehombre?Lamujernegóconungestoysellevólasmanosalacara,apuntoderomperallorar.—Esa fotografíaya lahabíaobservado.Me laenseñóunadetectivehaceunosdías.Selocomentéaella…nolohevistoenmivida.—Ya,ysinembargotodohacambiado.PudieraserelagentequetraíaaLucydesdeelparque—insistiómiamigo.—Jamáslleguéaverlo.Ladejódelantedelapuertadecasacincooseisvecesalosumo,ydeesoharáunaño.—¿Le dijo su hija cómo se llamaba su amigo el policía? —pregunté,esperanzado.—No…Nolosé.MeatrevíaposarmimanoconternurasobreelhombrodelaseñoraSims.—Estárondandoporsumemoria.Póngaleelmáximotesón.—QuizáJaden…oJeray.Esquetampocoesalgodeloquehablásemosmucho.

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—Jacey—dijoTom,contundente.Denuevoelrostrodelamujerseiluminó.—Exacto.Jacey…—musitó,reflexiva.—¿Estásegura,señoraSims?—inquirí.—Ahorasí.Estoyconvencida.

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CapítuloXVITeníamosuna conexión conMorrison, pero era tan endeblequeno serviríaniparaqueelfiscaldeldistritonosdejasebeberunsorbodeaguaensudespacho.Todoslosabíamos.PetersonyEvansfueronavisitaralpolicíayloúnicoquelograron,despuésdedos horas cosiéndolo a preguntas, fue que reconociese que era posible quealgunavezmontaseensuvehículoaLucyylaacercasehastasucasa,peroqueesoeraalgoque tambiénhacíaconotroschavalescuandoveíaqueera tardeysalíandelparqueyadenoche.Pudimosverificarquenohabíamentido,aunqueeso no lo exoneraba en absoluto. Para algunos sí, ya que su testimonio erasólido,mientrasqueparaotrosloconvertíaenundepredadorquequizásevalíade su autoridad para secuestrar a unos niños que a la última persona a la quetemeríanseríaaunagente.Llegómayo,quetrajoconsigounpardedíasdelluviaintensayconstante,yelCapitán Mason Smith se mostró más histérico que nunca antes. Mi amigaClarice Brown, para terminar de arreglar las cosas, había anunciado, a escalanacional, que lapolicíay elFBIdeSanFranciscoperseguían aun asesino enseriedeniñasyqueyamanejabancuatroocinconombres.Todos,porsupuesto,aunquese loguardasen, intuíanqueyoestabadetrásdedichas filtraciones.Lapresión del alcalde, el gobernador y la comunidad aumentó, y la presa queconteníaaquelcaudaldetemorestabaapuntoderesquebrajarse.Yoseguíaalomíoyenesadinámicaarrastréalosjóvenesforensesinformáticosde laOficina del FBI enSanFrancisco, a la detectiveAriaMartínez y, desdeluego, a Tom. Cada uno logró significativos avances, aunque para nuestradesgracia lo único que consiguieron fue liarmás lamadeja y desconcertarnoshastalaextenuación.LoschavalesdelFBIfueroncapacesdehallarunasolicitud,enviadaporcorreoelectrónico,anombredeGavinTracey,parasermonitorvoluntariodelCampusde verano de 2016 que organizaba los Vikings. Jamás llegó a colaborar y,además,hacíademasiadotiempodeaquello.Tomtratódecolarseenlaviviendadel diseñador, pero como se pasaba el díametido en ella—apenas salía unosminutosparaqueledieseunpocoelaire,algoqueyareflejabanlosinformesdelospolicíasdeSanRafael—susesfuerzosfueronenvano.Aria Martínez sí que, pasándose al lado oscuro, e imitando nuestros

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procedimientos, consiguió entrar en la vivienda del jovenMax Stewart. Sacóunasfotografíasdeunahabitaciónqueestabaplagadaderecortesdeperiódicosyrevistas, anotaciones, instantáneas propias y croquis parecidos a los querealizamoslosinvestigadoresvinculadosconelcaso.Atodossenospusolapielde gallina y el Capitán quería una orden de registro inmediata, antes de quepudieradestruiraquellasevidencias,obtenidasalmargendelaLey.Y por último el bueno de Tom le echó arrojo y regresó a la propiedad de laseñoraBarnes,dondeseguíaviviendosuhijoJames,Elexcursionista,yconelladentro,aligualquelaprimeravez,sededicóaindagarmásenprofundidad.Diocon lo que buscaba: un listado de colegios, bastante amplio, pero en el queestabansubrayadosconunrotuladoramarillofosforitosólocuatro.Treseranalosqueacudían lasvíctimas…elcuarto,paramiamigo,eraelde la siguienteniña inocente,a laqueya teníaechadoelojo,aunqueno indicaseporningunaparte su nombre. Sólo faltaban unas semanas para la llegada del verano y delmes de julio. Esta evidencia se sumaba a las que ya había obtenido en aquellugarensuanteriorallanamiento.Eracomprensible,pues,queconesaavalanchadeinformacióntuviéramosganasdesalircorriendohastaelGoldenGatey,comoantiguamente,lanzarnosdesdeélparaescapardelademencia.Desdequesecomenzaraainstalar,en2017,laredsalvavidas,lagentesehabíabuscadootramaneradeacabarconsusdías.Mandétodo,absolutamentetodo,conloquecontabaaQuánticoylessupliquéaMarky aLiz que realizasenun sacrificiomás—el enésimo—a favor deunainvestigaciónenlaqueyoestabainvolucradoperoquenoformabapartedesustareas.Ambosaceptaronelreto,perosóloporquelavidadeunapequeñaestabaen serio riesgo. En el fondo me odiaban cada vez que me olvidaba de PeterWharton y de todo lo que supusiese un obstáculo con tal de obtener lo quedeseaba.Paraellos,quemeconocíanbien,micomportamientoeraelpropiodeunadultomalcriadoquenoreparaenlasconsecuenciasdesusactosyquesóloestápendientedelarecompensafinal,asíardaTroya.El Capitán Smith convocó una reunión aquella primera semana de mayo. Elsemblante de ese hombre recio y duro había cambiado desdemi llegada a laciudad. Ahora parecía más endeble y mustio. También estaba dispuesto aescucharmissugerenciasmásquenunca.—Agente Bush, su incorporación ha supuesto un gran acicate para lainvestigación. El mérito es de todo el equipo, pero no negaré que sin sucontribuciónquizánoestaríamosrozandoconlapuntadelosdedoslasolución.Pidaporsuboca.MasonSmith, conaquella invitaciónyconese reconocimiento,meobligabaaser sincero. Lo primero que hice, para alivio de Tom, fue contar todo lo que

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teníamos de JamesBarnes y cómo lo habíamos obtenido.No fue un plato debuengusto y sin embargo era imprescindible poner las cartas sobre lamesaydejarde jugar con trampas.Paramidesconciertonadie se sorprendió.Aquellarevelaciónestabadescontadaytodos,másomenos,sabíanquealgoocultaba.—En definitiva —intervino Peterson, para concederme un respiro—, quecontamos con cuatro sospechosos.Stewart,Tracey,Morrisony, nuestro reciénllegado,Barnes.Asentí, resignado, mientras la agente del FBI anotaba los apellidos en unapizarra.—¿Esposible centrar la atenciónenunoenconcreto con losdatosde losquedisponemos? —preguntó el Capitán, cuyo nerviosismo se evidenciaba en elinsoportable movimiento de la punta de sus pies por debajo de la mesa, queproducía un ruido ligero pero bastante molesto. Era como obligar a estarencerradoenclaseaunchavalqueseorinaencima.—YoapuestoporStewart—respondióLukeEvans,adelantándoseatodos.—YoporBarnes.Aunqueesnormal.Leheseguidolapistadesdehacesemanasynomegustanadaesetipo.Además,conoceelTamalpaiscomolapalmadesumano—declaróTom,echándosehaciaadelantecondeterminación.—Meimaginoquecadaunoseveinfluenciadoporloquehainvestigado.Yomedecanto porMorrison y por Tracey. Cualquiera de los dos puede ser nuestromonstruo—murmuróladetectiveMartínez.Todosmemiraronycomprendíquehabíallegadomiturno.Repaséelperfildelasesinoquehabíatrazadoylosdatosconlosquecontábamos.—En realidad yo tengo el convencimiento de quién no ha sido. Descarto porcompleto a Stewart. Morrison me genera muchas dudas. De modo que estoyentre Tracey y Barnes. Aunque insisto, sólo divago en voz alta —dije,acariciando las tapas de miMoleskine, como si aquella libretita resguardasefórmulasmágicasalalcanceexclusivodelmejordelosalquimistas.Todos nos quedamos en silencio. La agente del FBI había ido apuntandonuestrosvotos,comosiaquello fueseunconcursodebellezao laeleccióndeldelegadodeclase.—Yusted,Peterson,¿dequiénsospecha?—inquirióMasonSmith,queseguíadescargandosuansiedadagitandodemodoincansablelosdedosdesuspies.Mi colega se cruzó de brazos, nos dio la espalda y se dedicó un buen rato acontemplarlapizarra.Sequedóenesaposicióncomosilehubieracaídoencimauncubodenitrógenolíquidoytodosucuerpoestuvierayacongelado.—Estoyconfusa.Todosparecenculpablesyloqueesseguroesquetresdeellosno lo son. Basándome en lo que hemos conseguido hasta el día de hoy meinclino por Stewart o por Barnes, ya que este último cuadra bastante con el

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perfil.DeseoconfiarenquelodeMorrisonesunafatalcasualidad.LaagentedelFBIanotósuspropioscandidatosysealejóunpardepasosdelapizarra.—Según loqueveoparecequenuestro recién llegado,Elexcursionista, se haconvertidoderepenteenel individuoconmáspapeletas.Tambiénaprecioquelescuestaadmitirqueunpolicíapuedahaberasesinadoatresniñasdeunmodotanabominable.Esinteresante—comentóelCapitán,quemepareciómáslúcidoquedecostumbre.—Hay más —dijo Peterson, regresando al talero plástico con el rotulador.Dibujóunanuevacolumnayenellaescribió:«Perfil».—Estoyconella.Sigamosconesto—musité—.Empleemosalmáximotodoelpotencialquehayenestaestancia.—¿Quétenemosquedecir?—preguntóMartínez.—Cómo es el hombre que buscamos, y después lo cotejamos con Barnes,Morrisony el resto.Es casi undivertimento, aunque se tratedeun asunto tanserio.—Vale.Legustanlasniñas—espetóladetective.—Noeseltérminoqueyoemplearía,peroestamosenmitaddeunatormentadeideas.Loapunto.—Tiene un trauma profundo que se generó durante su infancia —propuse,entrandoenelplanteamientodemicolega.—Unsegundo—dijoelinvestigador—.Estoesunachorrada.Contamoscondosperfiles.El nuestroy el que elaboró el agenteBush.Separecenbastante. ¿Deverdadesprecisoperdereltiempoconsemejanterecreo?—Sí,Evans.Nospermitetrabajarenequipoy,alomejor,obtenerunpuntodevistanuevoounenfoquedesdeunaperspectivadiferente.Estamoscasialfinaldeltúnel,peronohemosalcanzadolasalida.Estoservirá—sentencióPeterson.—Puesnada,adelante.Yocreoqueposeeuncocienteintelectualaltoyquetienesuresidenciacercadelosparquesenlosquefueronsecuestradaslasniñas.—Apuntado.—Sienteculpatrascometerlosasesinatos—dijoTom.—Cierto. Las deja medio enterradas, boca abajo y las limpia —murmuró laagentedelFBImientrasescribíaconelrotulador.—Zodiac.Nonosolvidemosdeeso—recordóEvans.—TampocoquealgodelTamalpaisovinculadoalassecuoyasleobsesiona—resaltóMartínez.CasitodoloquePetersonponíaenlapizarrayaestabaenlosdosinformesquecontenían los perfiles que barajábamos, sin embargo era bueno aquellaimplicaciónporpartedelosreunidosytenerdelantedelosojoslosnombresde

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los sospechosos y detalles acerca del comportamiento o la forma de ser delasesino.—Loscamisones.Nosé,esalgoquemeobsesionadesdequedescubrimosalasegundavíctima—dijoelCapitán,cerrandolosojosyfrotándoselospárpadosconlasmanos,comosiunaterriblejaquecaleacuciara.—Elnexo.LosSanFranciscoVikings—recordé,pueseralaclaveparahallaralmonstruo. Todas las pequeñas, en mayor o menor medida, habían estadovinculadasconelclubdefútbol.—Losparques.Aunqueparezcaobvio—musitómiamigo—noloestanto.Laspodía haber secuestrado a la salida del colegio, de camino a sus casas o encualquierotrolugar.Alastreslascaptóenparquesdelaciudad.—Lamorfina.Noes fácildeobtener.Esunapistaa laquenoconcedemos laimportanciadebida—dijoLukeEvans.La columna Perfil estaba plagada de anotaciones y la agente Peterson habíallegado hasta el final de la pizarra.De nuevo se alejó un poco de lamismayanalizó qué habíamos ido proponiendo en cascada todos los demás. Estabasatisfecha.—No debe ser tan complicado encajar la mitad del puzle con su otra parte,¿verdad?—La edad. Es muy importante —señalé, pues era uno de los puntosdiscordantes.—Sí,escierto.Laedadesrelevante…—Segúnmicriterio,sóloencajaríanTraceyyBarnes.—Yonoconsideroqueestemosencondicionesdeacotarlaedaddelasesino—replicóelinvestigador.Petersonevitóqueseentablaseunadiscusiónynosrogóquecontinuásemosconelejercicio.Fueenbuscadeotrapizarrayapartirdeesepuntotodosevolviómás adusto e incluso técnico. Consideré que el Capitán, Tom y Martínezdeberíandeandaruntantoperdidos,peroaportaronpuntosdevistacargadosdesentidocomúnquelaagentedelFBI,elinvestigadoryyojamáshubiéramossidocapacesdedar.Sufaltadeformaciónenpsicologíalesliberaba.Estuvimos hablando de fobias, de filias, de traumas y de la formación delcarácter de un sujeto que acaba asesinando a tres niñas de la misma edad ydejando sus cuerpos sin vida a los pies de árboles enormes. Pormomentos lareuniónparecíauncongresodepsiquiatríaentreneófitosyexpertos.Peseaello,Peterson había sidomuy hábil y nos estaba uniendo en torno al objetivo queperseguíamos,sindistinciones.Unaciertomayúsculo.Allíteníamoselperfilyallíestabanlossospechosos.Aunquenosfaltabamuchainformaciónpodíamosdarnosporsatisfechosysentirnosorgullososdelalabor

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realizadaenlasúltimassemanas.—¿Están convencidos de que el culpable es uno de esos cuatro tipos? —preguntóMasonSmith,yamuy tarde,deseandodarporconcluidauna reuniónqueyanosteníaagotados.—Absolutamente—respondí, antes de que nadie pudiera ni abrir la boca. Elrestoselimitaronaconfirmarmicontestaciónconungesto.—Pues vayamos a casa, descansemos unas pocas horas y mañana tempranotrabajemoscontodoloasimilado.EstavezaceptélapropuestadeTomydejéquemeacercaseensucochehastaelhotel. Nome apetecía recorrer solo el pequeño trecho queme separaba de laCentraldelDepartamentoPolicía.—Hasidofantástico—comentómiamigo.—Sí. Tengo que reconocer que íbamos como pollos sin cabeza y Kaitlyn hasabidoponerordenenelcaos.—Esmuybuena.Yencima…hemoscontadotodalaverdad,jefe.—También.Sí,esotambiénesimportante—mentí.—¿Creesquelopillaremosantesdefinalesdemayo?Estaba claro que a Tom le preocupaba que se acercase el verano o que, porcualquiermotivo,unestresor inesperado,porejemplo,elasesinoactuaseantesdeloprevisto.—Notengoniidea.Vamosavernosobligadosaforzarlamáquina.Parecequelotenemosy,sinembargo,almismotiempo,estamoslejosdelaverdad.—Nodigaseso…Miamigohabíaaparcadojustodelantedelapuertadeentradademihotel,conlas luces de posición intermitente encendidas. Nos quedamos un ratoreflexionando,hastaquemicelularvibró.EraMark.—¿Cómomellamasaestashoras?—pregunté,ansioso,porqueenlacostaesteyaerademadrugada.—Hacetreslustrosunaniña,vestidaconuncamisón,apareciómuertasinsignosdeviolenciacercadelacunetadeunacarreterasecundaria.—¡Cómo!–exclamé.—Tengolafotodelante.LaposiciónyelaspectodelapequeñaesuncalcoaldelasescenasqueestáisinvestigandoenSanFrancisco.

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CapítuloXVIITom pasó aquella noche en mi habitación. Si nos hubiéramos encontrado enKansas o en Nebraska, aunque ya estuviéramos nada menos que en 2019,aquellohubierasidolacomidillademediopersonaldelhotel,peroporfortunanoshallábamosenSanFrancisco,unaciudadmuyprogresistaymuyadelantada,encasitodoslosaspectos,alrestodelosEstadosUnidos.—Marktienerazón,jefe,laposturaesidéntica:bocaabajo,consólounpuñadodetierraporencimayataviadaconunblusónpálido.—Peroladejaronalladodeunacuneta,enunazonadesértica…¡situadaentreAlburquerqueySantaFe,NuevoMéxico!Yoenlugardeestarcentradoenelcasorecordabalatrágicamuertedemipadre,que también había perdido la vida en una cuneta, después de haber sidoatropelladoporundesalmadomientrascorría.Aquelhechohabíacambiadoporcompletomiexistencia.Enestasmemorias,cuandorepasoloescrito,comprendoque aún sigue ahí clavada la espina y queme repito, una y otra vez, como sitantos años después siguiese sin comprender que él semarchópara siempre yque jamás podré estrecharle entre mis brazos. Es de esos sueños que sonimposibles,peroqueunonopuededesterrardesumente.—Jefe,túeresdelaspersonasquemenoscreeenlascasualidades.Meenseñasteesoalpocodeconocernos.Queríasunnexoentrelasniñas,yyatenemosalosSanFranciscoVikings.Genial.Ahorahemosdadootropasodegigante.Esteeseltraumaquebuscabas,lotenemosenlapantalla,parecementiraquenoloveas.Esapequeñaeslahermanaolaamigadelasesinoqueahorasededicaamitigarsudolorcausandoelterror.Ynosedetendrá.Sólonosotrospodemospararlo.—Bravo, Tom. Me siento muy orgulloso de ti. Hablas como un experto enasesinosenserie.QuizáquetelargasesdelFBInohayasidotanmaloyahora,liberado,estésdandolomejordeti.—Estásmuyraro,ynoséaquédiablossedebe.Piensa,porfavor.Céntrateyagitaesemontóndeneuronasquetienesencimadeloshombros,encerradasenelcráneo.Mi amigo, como tantas veces, tenía razón.Mepuse a reflexionar conpausa ydejando a un lado las emociones. Los días seguían pasando y si no dábamosprontoconelsalvajeyloencerrábamosotraniñaperderíalavida.La pequeña Lillian Wilson, de sólo diez años, había aparecido muerta a

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mediados de 2004. Era hija de un tipo que se había dado a la fuga nadamásenterarsedequeibaaserpadreydeunamujerquemalvivíaenunaespeciedecaravanaalasafuerasdeSantaFe.Noteníacualificaciónyaceptabatrabajardecualquiercosa,aunquesumalhumorysuadicciónalalcoholmalograbantodossus intentos de durarmás de tresmeses empleada. Su reputación era nefasta.Lillianestabadesatendidayhacía loqueleveníaengana,por loquepudimosleer en los atestados e informes policiales. La investigación de su extrañadefunciónapenasocupóunassemanasa laOficinadelSheriffdelCondadodeSantaFe,puesteníanfaenadesobra—esapequeñaciudad,capitaldelestado,y,sobre todo, la cercanaAlburquerque, presentaban índicesde criminalidadmuysuperiores a lamedia del país—y la autopsia no había revelado ni signos deviolencianideagresiónsexual.Sediocarpetazoalasuntoytodoquedóenunaextrañamuerte,sincausadeterminada,deunachiquillaquenitansiquierateníaelcuidadodesuprogenitora.Eraunahistoriaduraytrágica,comomuchasdelasqueacaecíanporentoncescasiadiariodelacostaestealaoeste.Juntoamiamigo repasé las fichasde los cuatro sospechosos.SidábamosporválidalahipótesisdequeLillianera laniñaquehabíaprovocadoel traumadenuestroasesinoahoratocabarelacionarlaconalgunodelosnombresdelaexigualistaquehabíamosidocerrando.—DeberíamosdescartaraStewartyaBarnes—musité,mientrasporelventanaldemisuitecomprobéqueyacomenzabaaclarear.—¿Yeso?—Por lo que sabemos siempre han residido en la zona de la Bahía. De lainfanciadeTraceyydeMorrison tenemosmenos informaciónyquizápasaranalguna temporada en Nuevo México. Toca que los chavales del FBI de laOficinadeSanFranciscosedejenlapiel.MarkyFosterhanllegadomuylejos.—DesdeelprincipiohasestadoempeñadoenquitardeenmedioaStewart—comentómiamigo.—Esdemasiadojoven.Ysuperfilsealejamuchodelqueyoheelaborado.—Nomehasdejadoterminar.Coincidocontigoeneso.PeroahoraquieresdejarfueraaBarnes,yporahínopaso.Tuinseparableperiodista,Brown,noslosirvióen bandeja porque le mosqueaba. Yo he podido comprobar que estaba en locierto. En realidad no tenemos ni idea del pasado deEl excursionista, te dascuenta…Tomestabaacertandodepleno.YohabíadadoporsentadoqueaquelindividuosehabíapasadotodasuexistenciaenOrinda,pegadoalasfaldasdesumadreydisfrutandodelTamalpaiscadavezquepodía.Sinembargoseabríanunsinfíndeposibilidadesquedebíamosanalizar.—RegresemosalaCentral.Hayqueponerseyamismomanosalaobra.

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—Yesosignifica…—musitóTom.—Quiénes narices son en realidad Tracey yMorrison. También localizar a laseñoraWilson.Deseomantenerunacharlaconella,aunquetengamosquevolarhastaAlbuquerque.Unitedtieneunodirectoquenosplantaallíendoshorasymedia—comenté,mientrastrasteabaenmiSmartphone.—Loquetúdigas,jefe.Vamosanecesitarmuchacafeínaenvenaparaaguantarlajornada.—Enfrentehayunpuestoquevenderefrescosdeesosenergéticosqueteponencomounamoto.—Detestoesabasura,perohoyesnecesariosacrificarse—dijomicompañero,mientrasrecogíasuscosas.—OdiasesaporqueríaperotechiflanlashamburguesasdelMcDonald’s.Asíesimposiblequeencuentresunamujerquetesoporte.—YonotengounaflorenelculocomotúymehetropezadoaúnconunaLizalolargodemicarrera.Norepliqué.Penséenmicompañera,alaquehabíadejadoenWashingtonsola,cuidandodenuestropequeñodepocomásdeunaño.Los remordimientosmeatenazaron, aunque pronto la adrenalina hizo que todo pasase a un segundoplano.FuemontarmeenelFordTaurusdeTomy tener la confianzaciegaenqueesedíaibaasertrascendental.Primero estuvimos en el despacho de mi amigo, mandando mails a diestro ysiniestroparaque indagasenmása fondoaLillianWilson,a sumadreya loscuatro sospechosos. Se suponía que ya contábamos con toneladas deinformación,peroerainsuficiente.Cuando Martínez, Evans y Peterson llegaron nos metimos en la sala dereunionesy lespusimosal corriente.Laemocióny laansiedadsecontagiaroncomounvirus.Enapenasunosminutostodosestábamosrealizandollamadasyempleando nuestros celulares o Tablet para realizar gestiones que permitiesenatrapar al monstruo de una vez por todas. La contrarreloj había llegado a sumomentoculminante.—YanoexisteunaseñoraWilson—dijolaagentedelFBI,despuésdeunahora.—Nocomprendo…—murmuré.—Renunció a su apellido de casada y le permitieron hacerse con una nuevaidentidad,enlugarderecuperareldesoltera.—¡Noesposible!—exclamóMartínez.—Loes.Podemosdecir que es anómalo, desde luego, pero sucedió.Y fue en2005,sólounañodespuésdelamuertedesuhija.Imaginoquelasautoridadestuvieron en cuenta sus circunstancias y consideraron que aquella pobremujermerecíaunanuevaoportunidad.

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—¿Cómosellamaahora?—pregunté,furioso.—Niidea.Estáprotegidaysuidentidadpreservada.—Deberíamos…—¡No, Ethan! —profirió Peterson, adivinando mis intenciones—. Tenemosvariasfotografíasylociertoesquemerecuerdamuchoaalguien,comoosvaapasara todos.Agotemoslasvíasreglamentariasantesdeseguirviolandoleyescomosifuéramosunabandademafiosos.Rodeamos a mi colega del FBI y contemplamos un par de imágenes de unamujerqueenprincipionodebíadecontarconmásde35añosperoqueparecíamuymayor.Nohabíanpasadoni24horasdesdequemostramosatodoscómoeralamadredeJamesBarnesyladeliPaddePetersonoerasuhermanagemelaosetratabadelamismapersona.—¿Quiénsevieneconmigoaverlayamismo?–inquirióTom,fueradesí.—Túnopuedesir—respondí,sujetandoamiamigo.—¡Quéinsinúas!—Estáscontaminado—declarólaagentedelFBI,echándomeuncable—.SerámejorqueseocupeMartínez.—Estoesinaudito.Mehecurradolodeesetipejoyahoramedejáisaunlado,como si no tuviera nada que ver con el asunto. ¡Esas fotografías de la señoraBarneslashiceyo!MientrastranquilizábamosamiamigoladetectiveAriaMartíneznoperdíaniunsegundoysalíaacompañadadeunagentehaciaOrinda,quequedabaacasitrescuartosdehoraencochedeSanFrancisco.Invertimos mucho tiempo después en ordenar las ideas y en repartirnoscometidos. Teníamos los nervios desquiciados y mantener la calma costabamucho, aunque todos los presentes fuésemos profesionales con varios años deexperienciaymultituddecasosresueltosanuestrasespaldas.Esalgoquejamáscambia: la zozobra que se desata cuando tienes la convicción de que estás apunto de solventar una endiablada investigación. Dos décadas después sigosintiendolomismollegadoeseinstante.Por fin decidimos que Peterson se acercaría a laComisaría delDistritoNortepara verse las caras conMorrison.ATomy amí nos tocabaviajar hastaSanRafaelparalograrsonsacar,siesquesedejaba,aGavinTracey.—¿YMaxStewart?—inquirióelinvestigador.—Demomentolodejamosaparte—respondiómicolega—.Séqueencabezatulista de sospechosos y no estoy sugiriendo que nos olvidemos de él, pero teprefiero aquí coordinando a tu equipo y en contacto con los forensesinformáticosdelaOficinadelFBI.LukeEvansaceptódemalaganaysefuedelasalasindespedirseysinhacerel

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menorcomentario.Considerabaque todosestábamosenunerroryquepodríasalirmuycaro.—Yomeparezcoaélbastante,demodoquelocomprendo—musité.—Evansesmástransparente—replicóPeterson—.Serámejorquenosdejemosdecharlasysalgamoshacianuestrosdestinos.Hoyesposiblequepongamosfinaunalargapesadilla.ObedecimosyTomyyosalimosensucochehaciaSanRafael.MiamigoestabademalhumorynecesitabaqueseolvidasedeBarnesycomenzaseapensareneldiseñador.—Martínezharáunbuentrabajo.Confíaenella.—Yotambiénlohabríahecho.Ahoravoyalaviviendadeuncapulloquenosvaaechardesupropiedadapenaspongamosunpieenella.—Tom,nisiquieradeseabasinvestigaraElexplorador,¿lorecuerdas?—Claroquesí.—EntoncescogeaireyvamosamachacaraTracey,comoPetersonvaahacerconMorrison.Tenecesito.—Joder,jefe,esquemelohecurrado.Graciasalchivatazodetuamiga,Brown,esverdad…perodespuéslehededicadohorasyhoras.—Tefastidiaqueotraseapunteeltanto—murmuré.Tomgiró lacabezaymemiróa losojosunossegundos.Estabaalgomásqueenojado.Despuéssecentródenuevoenlacarretera.—Supongoquesí.—Túmeenseñastequesomosunequipo.—Tienes razón. Vamos a por ese gilipollas. Lo importante es que hoydetengamosalasesino,lepongalasesposasquienselasponga.—¡Asímegusta!—exclamé,eufórico.—Unacosa…¿deverdadtienestanclaroqueStewartnoesnuestrohombre?YacruzábamoselGoldenGate.ObservélaBahía,queresplandecíaenaqueldíadespejadodeprimavera.—Es una corazonada. No creo que un chaval mimado de 26 años sea elresponsabledeestamonstruosidad.—Porquesepareceati…—Nonosasemejamosennada,Tom.—Vale,vale…PeroBarnessólo tiene tresañosmás.Tampocomepareceunadiferenciadeedaddescomunal.—Barnesencaja,esasídesencillo.—¿Seguro?—No sé si pretendes ofuscarme o volverme loco. Hace un segundo estabasdeseandoiraporélyahoracuestionasqueseaelculpable.

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—Sólopiensoenvozaltamientrasnosacercamosa la casadeldiseñador.DerepentemehedadocuentadequeElexploradornoestaninteligente…yentuperfilesonocuadra.—¿Noestaninteligente?—No,jefe.Esalguiennormal.Almenosenapariencia.Estáobsesionadoconlasniñas,desdeluego,peroquedamuylejosdeserungeniointelectual.—Esohapasadoconfrecuenciaenotroscasosdeasesinosenserieorganizadosalosquesehadespreciado.—El psicólogo y el experto en crear perfiles eres tú. Yo, como te he dicho,reflexionomientrasconduzcoparaquetúalimentestusneuronas.Miamigoenlugardedarlesustentoamiscélulasgrisesloqueestabalograndoeraalterarme.—¿Dóndenaricesquieresllegar?—ASanRafael. Según elGPS estamos a sólo diezminutos del hogar de esealelado.—Nomedesesperes…—Esestepequeñoviaje loquemeestáobligandoacavilar.Conformeavanzounamillame doy cuenta de queEvans no va tan desencaminado,mientras túquizásí.PenséenStewart, tantranquiloensuapartamento,enMoragaStreet,situadoasólounosminutosapiedelosparquesdondelaspequeñashabíansidoraptadas.RecordésuformaciónenBerkeley,quelehabíandetectadorasgosdepsicopatíay que su padre era médico. Sí, el investigador tenía motivos de sobra parasospechardeesejovenmalcriadoymimado.—VamosprimeroaverquélesacamosaTraceyyalavueltanosacercamosavisitaraMax—claudiqué.—Estamosflotandoenunmardedudas.Siel traumase loprovocólaniñade2004tienemáslógicaqueseaStewart,queporentoncescontaba11años,queeldiseñador,queyaandabaporlos17,¿no?—Acelera,joder,queeltiempoapremia—dije,cabreado.TomestacionósuFordenlaAvenidaMission,justoalladodelacasadeTracey.Lecomentéqueyono lehabíagustadodesdeelprimermomentoyquemejorfueraélquienhablaseparaquenosdejaseentrarensuvivienda.—Jefe, no me extraña que le repateases. Provocas ese sentimiento en muchagente.Deberíasplanteartesihayalgoquenohacesbien.—Enunosdíasmesueltasunsermónacercademicarácter.Ahoravamosaporestetipo—murmuré,empujandohacialaescalinataamiamigo.TomllamóalaviviendayseocupódecamelaraTracey,quenomequitabaelojodeencima.Yateníamosotravezalpolibueno,miamigo,yalpolimalo,yo.

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—Yamepuseencontactoconunabogado.—Esoestámuybien.Nosotros sólodeseamos charlar un rato contigo.Seguroquenotienesnadaquetemerydejarnospasarseríaunamuestradetuinocencia.—Antesdepasarnecesitoquemedigaquéesloqueinvestigan.—Venga,tutéame,porfavor.Creíaqueestabasalcorriente—musitómiamigo,dirigiéndomeunamiradadesafiante,quenotuveclarosierafingidaoverdadera.—Puesno.—EssobreesastrespequeñasqueaparecieronmuertasenelTamalpais.Túvasporallíyestamosmolestandounpocoalosquefrecuentanesazona.Purarutina.Yno le hagasmucho caso a ese—dijoTom, señalándome—.Yo tampoco losoporto. Es un maldito federal, pero nos obligan a llevarlos en la chepa enocasiones.Hayniñosdepormedioyestascosasmontandemasiadojaleo.Traceynosdejóentrar.SusalónseguíasiendotanespectacularyeclécticocomocuandoestuveallíconMartínez.Apenasteníamobiliario,perotodoeradelujoylasencillezcreabaunambientedearmoníaqueresultabacasihipnotizador.—Medevolvieronelcuaderno.Conozcomisderechosyllamaréamiabogadosihacencualquiercosaextraña.—Gavin, no seas así. Vengo para librarte de esteperro de presa, apenas nosconocemosymiracómometratas.—Lo lamento. Aunque tienes que entender que me ponga un poco nervioso.¿Puedofumar?—¡Claro!Estamosentusalón,portodosloscielos.Fuma.Tomestabaactuando.Pocasveceslohabíatenidodelantecuandoseponíaasí,enplancolega,conunsospechosoountestigo.MientrastrabajamosjuntosenelFBIse limitó,salvoexcepciones,a traermelosresultadosdesus indagaciones.Solía pasarse por periodista novato y atontado. Lo hacía de fábula. Y allí,viéndolo,mequedépasmadoycomprendíquéeraloquemeobligabaaecharlotantodemenos.Durante una hora me limité a observar y a escuchar. Mi amigo llevaba aldiseñador de lamano como un artista. Tracey se había soltado y hablaba sincesar.Hasta sonreía.Nome lopodíacreer.Enunmomentodadonos invitóaunos refrescos y aceptamos. Cuanto más bajase la guardia el diseñador mássencilloseríaquecometieseunerror.—Imaginoquetodoestáaclarado.—Porsupuesto,Gavin.Disculpa,¿puedo iral aseso?Llevamosmucho tiempodeambulandoporahíyelrefrescomehaapretadolavejiga—dijoeldetective,convozdemosquitamuerta.—Sí,claro.Estájustoahíallado,alfondodelpasillo.Peronomedejesmuchoratosóloconeste.

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Y Tom logró lo que ansiaba: tener vía libre en la propiedad de un tipo queapenas había salido de casa desde que le requisaran el cuaderno y le pusieranvigilancia.—Lamentocausarentitanmalaimpresión—dije,cabizbajo.—Essumirada,¿sabe?Nosésilohacecontodoelmundo,peroesosojossuyosmesacandequicio.—Ya te comenté que soy psicólogo. En el fondo sólo pretendo echarte unamano.—Unamano…¿conqué?—Niidea.Séquesufres,peronotengopoderes.Sitúnomecuentasquéesloquepasaportumenteyosoyincapazdeverlo.Traceyaplastócontraelcenicerouncigarrilloaúnmedioconsumidoyencendióotrodeinmediato.—Notieneniputaidea.—Exacto.Túlohasdicho.Aunquehedadoenladiana,justoenelcentro.—Haycosasquedeseoolvidar.Esmejornohablardeellas,connadie.—Asínocuramoslascicatrices.Creemosqueescondiendolamierdadebajodeunaalfombradesaparece,hastaqueundíatropezamosconunbultoyllenamostodoelsalóndeporquería.—Esustedtodounpoeta.Deberíaayudarmeconlosdiseños.Seledamuybienimaginar.—Tengo una imaginación pésima. Sólo describo lo que veo. Date unaoportunidadylíbratedeeselastrequetantodañotecausa.Traceydiounalargacaladaasucigarrillo.Estabavacilando,comosicaminaseporunalambreyelvientoleestuvierajugandounamalapasada.—¿Quedaríaentrenosotros?—Secreto profesional.Aunque ahora resida enWashington soy de aquí, de laBahía. Mi grado en psicología lo obtuve no muy lejos de donde nosencontramos.EstudiéenStanford.—Deacuerdo…FueeneseinstantecuandoregresóTom,sonriente.AborrecíqueapareciesedegolpejustocuandoTraceyestabaapuntodecomenzarahablar.—Oye, Gavin, disculpa —dijo mi amigo, golpeándose las sienes con ambasmanos—.Soyundesastreymeheperdido.—¿Cómo?—Sí,yaves,quétontería…Lacuestiónesqueheacabadoentuestudio,enellugardonderealizaslosdiseños.Esfabuloso.—Noentiendonada…—Ahoralovasaentender,porquevoyatenerquellevarteesposado.Teleerétus

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derechosyavisaréalosdosagentesdelDepartamentodePolicíadeSanRafaelquesepasanlashorasmuertasadosmanzanasdetucasa.Podrástelefonearatuabogado.Yyoentulugarcerraríaelpicohastaquelotuvieraamilado.Consejodeamigo.—¿Dequédiablosestáshablando?—Resulta queme he topado con un viejo reloj Zodiac en una estantería. Nofunciona,peroesmuybonito.Tambiéntienes,ylaverdadesquedeberíashabersidomásprecavido,a lavistaunmapadelParqueTamalpaisy, loqueesmásinteresante, otro de San Francisco. Me ha fascinado descubrir que con ellogotipodel reloj teníasmarcadoscon rotulador los tres lugaresen losque lasniñasfueronraptadas.Teprometoquenohetocadonada,peroquelehesacadofotografíasatodo.Vamosatenerqueponerpatasarribatupreciosavivienda.Aúnestupefactopor todo loqueTomhabíadeclaradosentí lavibracióndemiteléfono en la chaqueta. Vi que la que llamaba era Peterson y descolgué deinmediatoparaponerlaaldía.—Kaitlyn…notevasacreernada—murmuré.—Bueno,tútampoco.Dejadloqueestéishaciendo.JamesBarneshaconfesado.

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CapítuloXVIIICasitodosloscasosenlosqueheintervenidodemaneradirectaseresuelvenporun detalle, aunque en realidad si no hubieras estado trabajando con ahíncodurante semanaso inclusomesesdichopormenor lomás seguroesquehabríasido pasado por alto o jamás lo hubieras vinculado con una sucesión deconjeturasquetellevanhastalasolución.También es habitual que de repente el tiempo se acelere y que lo que antestranscurría de un modo pausado de súbito se amontone en un torbellino deacontecimientosalosquecuestadarcrédito.Asíeselmundorealyasíescomoponemosfinaunainvestigación.InclusoLizmeenseñóquesóloenlaspelículasy en las series de ficción todos los interrogantes tienen respuesta, pues yomeempecinaba con obstinación en que ninguna pregunta quedase en el aire. Porsupuestofracasaba,ysigonaufragando.LocuriosodelcasodeSanFranciscoesquenosencontramoscondosculpables,uno de ellos confeso, casi a la vez. Tom y yo estábamos convencidos de queGavinTraceyeraelmonstruo,mientrasqueAriaMartínez,enel transcursodesuvisitaaOrinda,habíalogradoqueElexploradoradmitieraserresponsabledelosasesinatos.Unalocura.Por fortuna están las pruebas forenses. Cada día decenas de chiflados, gentedesesperada e incluso presos que están cumpliendo condena se declaranculpables de homicidios que han tenido alguna repercusiónmediática.No eraalgonuevoen2019,muyal contrario.Pero losque servimosalordenpúblicosabemosquelainmensamayoríadelavecesesosindividuosloúnicoquetratanesllamarlaatenciónyconcitarunpocodeinteréssobreellos.Nadamás.Barnes no era el que habíamatado a las tres pequeñas, aunque un cúmulo decasualidades lohabíanpuestoenunasituacióndeestrésquedebidoa sudébilpersonalidadlehabíanconducidoadecirquesílohabíahecho.¿Quéprobabilidadeshabíadeque laseñoraBarnesfueseenrealidad laseñoraWilson,lamadredeLillian,laniñaqueapreciómuertaalasafuerasdeSantaFe,Nuevo México? ¿Era posible que esa misma mujer se hubiera mudado, trascambiarsuapellido,aSanFrancisco,parahacersecargodesusobrinohuérfano,de 14 años? ¿Podíamos aceptar la idea de que las autoridades le hubieranpermitido dar su nuevo patronímico a su hijo adoptivo, que pasó a llamarseJamesBarnes? ¿Cuántos planetas debían alinearse para queGavin Tracey, un

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joven adolescente en 2004, que se había escapado de casa unos días,traumatizadoporlaspalizasqueledabasupadredesdepequeño,fueseelsujetoque se encontró con el cuerpodeLillianydieseparte a las autoridades? ¿Eraadmisible la teoría de que el padre deTracey, un drogadictomaltratador, quehabíaperdidoasuesposaporquesehabíafugadodesuhogartemiendoporsuvida—si es que en verdad no la habíamatado—, tuviese un reloj de pulseraZodiacdelquenoseseparabajamás?¿PodríaalguienensusanojuicioaceptarqueparaTraceylassecuoyasrojaseranelsímbolodelavidaeternaporquesumadre,mientrasaúnestuvoasulado,solíallevarlodepaseoalTamalpaisylecontabahistoriaslegendariasrelacionadasconesosárbolesextraordinarios?TodoesoeraciertoysinembargodesdeelCapitánhastamí—elmásformadoparaaceptarqueelmundoesunpañueloyquetodoestámásinterconectadodeloqueimaginamos—éramosincapacesdeasimilarlo.Perolarealidadestozuda.MebastóunencuentroconElexploradorparadescartarlo.Tendríaquehaberlohechomucho antes, perome cegaba el detener a alguien, el poder ofrecer unnombre. Clarice me lo había servido en bandeja y aunque yo le habíamanifestado que no encajaba con el perfil me había empeñado en acoplarlocomo fuese. Estábamos perdidos y poder aferrarme a un sospechoso era unregalo en esas circunstancias. Barnes era un hombre simple, incapaz deplanificarcontantoesmero.AligualqueMaxStewartteníainformaciónrelativaalosasesinatosporquelehabíanllamadolaatenciónyseguíalaspesquisasdelasquedabacuentalaprensa.Esalgoquehacenmuchosasesinosenserie,perotambiéngentecorrientequejuegaaserinvestigadorporunratocuandoelhorrorse presenta cerca de su entorno. Barnes conocía bien el Tamalpais y Stewartresidíadentrodeltriánguloqueformabanlostresparquesenlosquehabíansidosecuestradas lasniñas.LoqueElexplorador no sabía era que su tía, a la quellamabamadre y le había cambiado el apellido, era la progenitora de Lillian.Estabamásvinculadoaloshorrendoscrímenesdeloqueélmismoimaginaba.TalycomoTomhabíasugerido…graciasaunaordenjudiciallapropiedaddeGavinTracey fue puesta patas arriba. Pese a su alto cociente intelectual,muyparecidoalmío,habíacometido infinidaddeerrores.Entre losmásdestacadosguardarenelsótanodesuviviendaalgunasprendasdelasvíctimas.¿Untrofeo?Consideréqueno.Eracomoelquesequedaconlascenizasdeunserqueridotraslaincineración:unaformaderetenerlasydeintentarmantenerlasconvida.TambiénfuehalladoensuestudioelrotuladorconelquedibujabaellogotipodeZodiacenelcuellodelasniñas.Segúndeclarónoeraélelquelasmataba,eraelespíritudesupadre,quesehabía instaladoensusentrañasydelquenopodíaliberarse. Tres peritos calígrafos habían relacionado la escritura del diseñadorconlosdibujosenlapieldeloscadáveres.

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Enlacocinateníagolosinas,lasmismasquefueronhalladasenlosestómagosdelas pequeñas.Enterrados en su patio, a pocomásde tres pies de profundidad,teníaunabolsaconcuatrocamisones.Eranidénticosalosqueelasesinoponíaalaschiquillasdespuésdedesnudarlasylavarlas.Lamarcaeralamismayaunquefaltabanlasetiquetas,elfabricanterelacionótodoslosblusones,pertenecientesauna partida, gracias a las muestras de tela. Habían sido adquiridos al mismotiempo.Esonospermitiólocalizarelestablecimiento—sólounoenunáreade200millashabíavendidosietedeunavez—yqueundependientedeclarasequeaunque llevaba gorra y gafas quizá el que le había pagado en efectivo fueseTracey.Dabaigual.Siguiendomi teoríadequerodeaba toda laBahía,pesea lapérdidade tiempoquesuponía,paraevitarelGoldenGate, rastreamos todas lascámarasqueaúndisponíandeimágenes—bancos,gasolinerasysupermercados—ypudimosdarcon su vehículo transitando endirecciónSanFrancisco, desdeSanRafael, losdíasdelossecuestrosdePaytonWoodsydeNevaehPortman.PordesgracianohabíanadadeLucySims,peropocoimportaba.Suficienteconloquehabíamosrescatado. ¿Cómo las secuestraba? ¿Qué ruta tomaba para regresar a suvivienda?¿Quémomentoelegíaparaacabarconlaspequeñas?Interrogantesquesiguenesperandoalgunaréplica.Encontramos, al fin, decenas de testigos que habían visto a Gavin Traceymerodeando por Beach Chalet Fields, donde los Vikings solían entrenar ycelebraban su famosoCampusdeverano.Trasno ser admitida su solicituden2016eldiseñadorsehabíaconvertidoenunmeroespectador.Allísefijabaensuspotencialespresasyeseeraelnexoquelasvinculabaatodas.Casocerrado.Sin embargo tenía tantas preguntas que conseguí que el fiscal del distritomepermitieseentrevistarme,asolas,conTraceyantesdecelebrareljuicio.Estabadispuestoallegaraunacuerdo—sejugabasercondenadoalapenacapital—yadeclararseculpable.Yoloqueansiaba—muchomásqueevitarelpleito—eraconocermásenprofundidad lamentedeunasesinoorganizado,delquenadiejamáshubiera sospechado.Se tratabadeun jovenbien formado,exitosoen sutrabajo,muyeducadoyconaltascapacidadesintelectuales.Perosusproblemaspsicológicoserandemasiados:traumascausadosporelmaltratoyporlavisióndel cadáver de una niña inocente, abandono por parte de su madre —aúnseguimossinsabersienrealidadfuematadaporsuesposo—yvariostrastornosde lapersonalidad—paranoia, obsesivo/compulsivo, rasgosde sociopatíaydeidentidaddisociativa—jamástratados.Logréqueeldiseñadorseabrieseymeexplicasetodoloquelehabíaconducidoa, según sus propias palabras, convertirse en unengendro.Necesitaba quemeindicaseelestresorquehabíadesatadoelcaos,ymediolarespuesta:lamuerte

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repentinadeunperritoquehabíarecogidodelacallesiendocachorroyconelquehabíacompartidocincoañosdevida.Cuandosetopóconelcadáverdelcanal que tanto cariño tenía la imagen de LillianWilson, a la que había logradoolvidar, regresó con fuerza. De ese modo tan inesperado se iniciaron laspesadillas primero y las fantasías después. Se mezclaban las imágenes de supadrepegándolesindescansoconlasdesumadrehablándoledelabellezadelassecuoyas. Y la inocente Lillian como dormida. Así terminaba todo, asíencontraba la paz y se despertaba aliviado. Ahora necesitaba descubrir siacabandocon lavidadeunaniñaparecidapodíaconseguirqueeseestado tanbrevedesosiegoseprolongase.Buscólamanerademezclarseconniñasdediezaños y lamejor que encontró fue colarse en losVikings.No lo logró, pero laobsesiónyaestabametidaensusentrañasyloquehizofueconfundirseentrelosaficionados e ir logrando información de las pequeñas. Pronto le llamó laatenciónLucySimsytuvoclaroqueseríasuprimeravíctima.Trasmatarla,sincausarle dolor alguno, y dejar su cuerpo a los pies de una secuoya roja en elTamalpais…laspesadillascesarondurantealgunassemanas. ¡Habíahallado lasoluciónasuterribleproblema!Perono.Llegadoelotoñotodoeradenuevouninfiernoydebíaencontrarunavíctimaquelesirvierademedicinaparapaliarsusufrimiento.PaytonWoods.Ocurriólomismo:untiempodecalmayotravezelretorno a la inquietud más abominable. Ya teníamos el estresor, el modusoperandiylacadencia.¿Porquécambiar?¿QuélehizofijarseenPortman,queera rubia? Había coincidido con ella el único día que asistió al Campus delveranode2018ysequedóconsuextrañonombre,Nevaeh,yconsuparticularfísico.EnmarzollegóalaconclusióndequeparadesterraralosfantasmasqueleacosabanlomásadecuadoeramodificaralgoyprobóconPortman.Funcionó.Laarmoníaregresóasuvida,hastaqueyoaparecíymiréenlosabismosqueélyahabíacerradoparasiempre.Al terminar le pregunté por las drogas. No habíamos encontrado nada en supropiedad. Me respondió que las compraba a las afueras de Vallejo, a untraficante demedio pelo que sabía jamás lo delataría o que nosotros—comosucedió—nuncalocalizaríamos.Olíaalapolicíaamillasdedistancia.Traceyseprocuróladosisletalentresocasiones.Esoreafirmabasuargumentodequeélsóloqueríaponerfinalinfiernoenelqueestabametido.Tresvecesladosisparafulminar a una sola víctima. No planeó convertirse en un asesino en serie.También el hecho—no se cansó de repetírmelo—de evitar que las pequeñassufrieran.Sinembargohabíaadquiridosietecamisonesenunasolacompra.Noquisohablardelasuntoydioporterminadoelencuentro,conbrusquedad.Paratodos era fabuloso, había logrado un gran éxito. Yo, al contrario, regresé aWashingtonconlasensacióndehabermequedadosinlasrespuestasqueansiaba

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yqueaúnenesteinstanteflotanenelaire.

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CapítuloXIXPocoapocoentreLiz,nuestrohijo,elajetreocotidianoyelpasodelassemanasme fui olvidando del caso que me había llevado de vuelta a mi ciudad, SanFrancisco.Micompañera,quemeconocíamejorquenadie,insistíaenquedejasedeladoloquenosabíasobreGavinTraceyyquemecentraseenlopositivo:lohabíamosatrapadoyahoradormíaentrerejas.Contodacertezahabíamossalvadolavidadevariasniñasinocentes.Yointentabaconsolarmeconeso.Clarice Brown me telefoneó varias veces, pues deseaba entrevistarme en suprogramaporterceravez.LoconsultéconPeterWhartonylosdosllegamosalaconclusión de que mejor lo dejábamos para más adelante. Ya había llamadomucholaatenciónenlosúltimostiemposcomoparaexponermemás.Tom,porsuparte,seguíaempeñadoenhacerjusticiaamipadreeindagabaensusratoslibres.Yoleestabaagradecido,perotambiénaquellosuponíaabrirunaheridaquesibiennohabíacicatrizadoalmenosnomolestabacomounosañosatrás.DeseabaquemeliberaseunpardemesesymefueseaSanFranciscoparaayudarle con todo. Era tentador, pero dejar a Liz sola tan pronto suponía unriesgodemasiadoaltocomoparaasumirlo.Ytambiénmeestabaacostumbrandoadisfrutardelapaternidad.Nodeseabaserunmalejemploparamipequeño.YasídiscurríalavidacuandoPetermellamóasudespachoaúltimahoradeundía caluroso de finales de septiembre. Recuerdo que aunque estábamos ya enotoñolaluzdelocasotodavíasepercibíaatravésdeloscristales.Elrostrodemijefemevaticinóqueteníamuymalasnoticiasparamí.—Serámejorquetesientes,Ethan.—Peter,disculpa,peromeestásasustando.—Esuntemapersonal…ynosécómodecírtelo.—Suéltaloya.Eslamejormanera—murmuré,temblandodemiedo.—Mehan telefoneadodeTopeka.Han asesinado a tu amigo, el detective JimWorth.

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GRACIASLECTORSitehagustadolanovela,puedesdejaruncomentariopositivoenlapáginadellibroenAmazon.Estarás

contribuyendoaladifusióndelaLiteratura,ymeestarásayudandoaseguirescribiendonuevostítulos.

Conafecto,EnriqueLaso

Enlaceatodasmisnovelas

LINK>http://relinks.me/EnriqueLaso

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NovelaRegalo—MiradaInfinita

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Sonmuchoslos lectoresquemehanescritosolicitandoinformaciónacercadelos casos en los queme he basado para dotar de verosimilitud ami serie denovelas negras protagonizadas por el agente de la Unidad de Análisis deConducta delFBIEthanBush. Suelo responder amablemente que no facilitoesosdatos,aligualquetampocoelnombredelosex-agentesdelaagenciaquecolaboranconmigoparaacercarlaficciónalarealidad.LoscasosdeEthanson inventados,perogranpartede loqueenellossucedeestá cimentado sobre expedientes e informes reales. ‘Mirada Infinita’ es unejemplo.Quizáenelfuturonarrealgunomás.

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IElcuerposinvidadelajovenSarahBrownfueencontradolamañanadelsábado8 de marzo por un grupo de búsqueda conformado por estudiantes de launiversidad de Northern Iowa y vecinos que se habían presentado de formavoluntaria para echar una mano. Se habían creado varias cuadrillas, dirigidascadaunaporunagentede lapolicía localdeCedarFalls,yunadeellashabíatardadopocoendarconelcadáver.SarahBrownestabatendidaenmitaddeunaarboleda,ubicadaenlazonasurdelcampus,muycercadelosapartamentosparaestudiantesHillsideydeJenningsDrive.Parecíadescansartumbadabocaarriba.Sinohubierasidouncadáverlaestamparesultabacasiidílica:unahermosajovendecabellorubioyojosclarosrecostadaen lahierbamientrascontemplaelcieloa travésde lascopasde losárbolesenunadespejadamañanainvernal.Elcuerponopresentabaapenassignosdeviolenciaoforcejeo,yparecíaquelohabíantrasladadohastaallíylohabíandejadoconmimosobrelayerbacubiertaporlaescarcha.Perounaheridadebaladepequeñocalibreensusienizquierda,delaquesurgíaunhilodesangrereseca,indicabaquelaescenanoeraladeunmomento de ensoñado relax; todo lo contrario, se trataba del escenario de uncrimenatroz.Unforenseseafanabaensacartodaslasfotografíasposiblesdelcadáver,desdetodoslosángulosydistanciasimaginables.Lohacíaconlafrialdaddequienestáacostumbrado a esta clase de menesteres. Gordon Stevens, detective de laOficinadelSheriffdelcondadodeBlackHawk,ubicadaenlacercanaciudaddeWaterloo,locontemplabaensimismado,evitandoasítenerquevolveramiraralos ojos abiertos de Sarah Brown. Él no estaba habituado a un crimen tanhorrendo,ysentíasusentrañasrevueltasyundolorsemejantealqueprovocaunpuñetazo en la boca del estómago. ¿Quién podía haber hecho eso?Waterloo,CedarFalls,todoeljodidocondadodeBlackHawkeraunlugarpacíficoenelquelopeorquelepodíasucederaunoesquelerobasenlabicicletaquehabíadejado sin candado en la puerta de un supermercado, pensó el detective conrabia.—¿Cómolollevas?—lepreguntóKaren,delapolicíalocal,alaqueconocíadevarioscursosdeformaciónenlosquehabíancoincidido.Brownsegiróbruscamente,pueslohabíanarrancadodesusensoñacionesycasihabíaolvidadodóndeseencontraba.—Ah,Karen,erestú.Disculpa,notehabíavisto…—¿Teheasustado?

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—Bueno, no lo sé.Creo que desde que he llegado a este lugar estoy algo asícomoaterrado.—Parecementira…Eldetectivedirigiósusojoshaciaelcordónpolicialquerodeabalazona.Juntoalacintaamarillaseagolpabanyaalgunosfotógrafosdelaprensa,vecinosyunbuen puñado de estudiantes, alguno de los cuales lloraba desconsoladamente,abrazándoseasuscompañeros.—Sí,parecementira.—¿Puedetratarsedeunsuicidio?—inquirióKaren,tartamudeandolevemente.—Lodudo.Sienizquierda,nohayrastrodelapistolayparecequeelcadáverlohan traído hasta esta zona. Pero no sabemos todavía si era zurda, si algúndesalmadosehapodidohacerconelarmaysi,porincreíblequeparezca,quedóenesaposicióntrasreventarseelcerebro.—Tranquilo,Gordon.—Noestoytranquilo,Karen,losiento.Yalgomedicequelapersonaquehayahechoestono sólohadestrozado lavidadeuna joven, con todoel futuropordelante,tambiénnoshajodidoparasiempreatodosnosotros.

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IISarahBrownfuevistaporúltimavezconvidalamañanadeljueves6demarzo.HabíaquedadoparairdecomprashastaWaterlooconsusdosmejoresamigas,BelindaMyersyCarolWeight.Lastresseconocíandesdehacíaaños,pueserannaturales de Sheldon, un pueblo ubicado a pocomás de 200millas de CedarFalls,yhabíanestudiadojuntaslasecundaria.Sarah acompañó a Carol hasta el aparcamiento de los apartamentos paraestudiantesPrimeFalls,donderesidíanlastresamigas,perosedisculpóypidióque la esperasen porque se había dejado olvidado el bolso en su habitación.Carol se quedó en su vehículo, hasta que aparecióBelinda, que había llegadoquinceminutos tarde.Alcabodemediahoraaguardando, ambasconsideraronque había pasado demasiado tiempo, y que seguramente Sarah se habíaencontradoconalgúnamigo,oconsunovio,MarkWalton,tambiénnaturaldeSheldonyqueestudiabaenlamismauniversidad,graciasaunabecadeportiva;demodoquedecidieronmarcharsesinellayseguirsegúnloplaneado.CuandoBelindayCarolregresaron,yadenoche,alosapartamentosPrimeFalls,descubrieron que nadie había tenido noticias de Sarah, ni siquiera su novioMark.Todos creían que se encontraba con ellas, pasando un día fantástico enWaterloo.Deinmediatosedispararonlasalarmas,ycomenzaronabuscarlaporlaresidenciayporloslugaresmásfrecuentadosdelcampus,sinéxito.Desesperados, los amigos telefonearon a los padres de Sarah, que seguíanresidiendo en Sheldon, y descubrieron que no habían hablado con ella desdeprimerahorade lamañanadeaquel jueves,cuando loshabía telefoneadoparacontarlessusplanesparalajornada.Sindudarlo,lospadrestomaronelcocheyaúltimahorasepresentaronen laoficinade lapolicía localdeCedarFallsparapresentarunadenunciapordesaparición.La policía informó a los familiares que al tratarse de una mayor de edad nopodían iniciar su búsqueda hasta transcurridas 24 horas de la desaparición, demodo que éstos y algunos amigos de Sarah se organizaron y estuvieronbuscándola por el campus hasta bien entrada la madrugada del viernes. Noobtuvieron ningún resultado, parecía como si a la pobre joven se la hubieratragadolatierra.Almediodíadelviernes7demarzolapolicíalocalpudoiniciarlainvestigacióndeladesaparicióndeSarah.Entrevistaronasusdosmejoresamigas,BelindayCarol,yasunovio,Mark.TambiéninterrogaronaotrosestudiantesqueresidíanenlosapartamentosPrimeFalls,enbuscadealgúntestigooalgúnindicioquelesseñalaraquédireccióndebía tomarelcursodesuspesquisas.Pordesgracia

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todoelmundocoincidíaenseñalarquedesdeeldíaanteriorporlamañananadiesehabíacruzadoconlajoven,enningúnlugardelcampus.AmediatardedelviernesunpolicíalocalyunpsicólogohabíanmantenidounalargacharlaconlospadresdeSarahBrown,tratandodeconocerunpocomásafondo el carácter y la situaciónpersonal de la desaparecida.Se tratabadeunachicanormal,buenaestudiante,deportista,conunnoviodesdehacíaañosyquededicaba los finesdesemanaacolaborarconentidadesbenéficas. Jamásanteshabíadesaparecido,ymanteníaunaestrecharelaciónconsuspadres,a losquesolía telefoneardosveces aldíay a losquevisitabacomomínimounavezalmes. No tomaba drogas ni se metía en líos. Era, para ellos, absolutamenteimposible que hubiese desaparecido por voluntad propia. Alguien debía dehaberlasecuestradoytenerlaretenidaenalgunaparte.Aúltimahoradelvierneseljefedelapolicíalocalteníayaclarasdoscosas:quedebía solicitar la ayuda de la oficina del sheriff del condado y que,probablemente,SarahBrownseríahallada,tardeotemprano,sinvida.Lamañana del sábado 8 demarzo se organizaron varios grupos de búsqueda,conformados cada uno por un agente de la policía local, un puñado deestudiantesyalgunosvecinosdeCedarFallsquehabíantenidoconocimientodeladesapariciónysehabíanpresentadocomovoluntarios.Lagenteestabamuynerviosa,yporlamentedetodosyasurcabalapeordelasposibilidades.Pocoantesdelmediodía,elgrupoqueliderabalaagenteKarenPhillipssedabadebrucesconel cuerpo sinvidadeSarahBrown.Sehallabaenmitaddeunaarboleda,ubicadaenlosconfinesdelazonasurdelcampusuniversitario.Estabacompletamentevestidaytumbadabocaarriba,conlosojosabiertos.Ensusienizquierda se apreciaba a simple vista un orificio, del que manaba un hilo desangre.La zona fue acordonada de inmediato, y se procedió a informar al sheriff delcondado,queasignóundetectivealcaso.El detective Gordon Stevens acababa de repasar mentalmente los puntosesencialesdelinformepolicialqueKarenlehabíapreparado,yqueleserviríadebaseparaelquetendríaqueelaborarélmismo.Lanzó un largo suspiro, casi un bufido, mientras se aflojaba el nudo de lacorbata.YaatardecíasobreWaterloo,yaaquellashorasdeunsábadolaoficinadel sheriff estaba medio vacía. Miró a través de la estrecha ventana de sudespacho,ydeseóqueunamalditalíneadeedificiossequitasedeenmedioparapodercontemplar lamajestuosabellezadelaorilladelríoCedar.Pensóenlospadres de la joven Sarah, en sus rostros desencajados mientras les habíaformuladoalgunaspreguntas.QuizáélsólofueseunmodestodetectivedeunapequeñaciudadperdidaenmitaddelosEstadosUnidos,perosabíabienelcielo

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quese ibaadejarelpellejoparadescubrirquiéndiabloshabíaacabadocon lavidadeSarahBrown.

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IIILapequeñasaladereunionesdeldepartamentodelapolicíalocaldeCedarFallsestabaatiborradadegente.GordonStevensyeljefedelapolicíalocal,PatrickThomas, trataban de poner orden e iniciar la charla. Todos estaban muynerviosos.—Chicos,comprendoqueestasituaciónossupere,puesyosientolomismoquevosotros—arrancófinalmenteThomas—,perodebemosestaralaalturadelascircunstancias.Os he reunido aquí para que compartamos toda la informaciónquetenemoshastaelmomentoyparaquenosconozcamoslosunosalosotros.HavenidoparaecharnosunamanoeldetectiveGordonStevens,delaoficinadelsheriff, con el que muchos ya habéis coincidido, o incluso habéis sidocompañerosdeclase.Sehizoderepenteelsilencio.Allíestabancongregadastodaslaspersonasqueeljefe de la policía local había considerado adecuadas para formar el equipoprincipaldetrabajoparaelcasodeSarahBrown:ochoagentes,entrelosqueseencontrabaKarenPhillips,uninvestigador,elpropioPatrickyGordon.—Gracias —musitó Stevens, tomando la palabra—. Lo primero que deseotransmitirosesqueyoestoytandesoladoytanapesadumbradocomovosotros.AfindecuentasWaterlooyCedarFallssonprácticamenteunamismaciudad,yyomismoestudiéenlauniversidaddeNorthernIowa;demodoqueescomosihubieranacabadoconlavidadeunacompañeraodeunavecina.Amuchosdevosotros ya os conozco, y es un honor formar parte de este fabuloso equipohumano. Nos enfrentamos a un hecho atroz, al que, por fortuna, no estamosacostumbrados, pero sé que os vais a dejar lomejor de vosotrosmismos paraesclarecerestehorriblecrimen.Vaisarobarlehorasdesueñoavuestrasvidas,ytiempo en común a vuestras familias. Pero considero que por encima de todoestádevolverlatranquilidadanuestracomunidad,yesonololograremoshastaqueresolvamosestecaso.Eljefedelapolicíalocalseacercóhastaunapared,enlaquehabíaunapizarradeplásticoyunpaneldecorchoqueibadesdeeltechohastaelsuelo.—Paraorganizarnosaquívamosaircolocandounacopiadetodaslaspruebasyevidenciasquevayamosobteniendoeneltranscursodelainvestigación.Yahayunpardeinformes,algunasfotografíasdelavíctimayunplanodelcampus,enel que están señalados el lugar en el que fue encontrado el cadáver y losapartamentosenlosqueresidía,enlosquefuevistaporúltimavez.—Con el fin de evitar que esto se convierta en un dislate, la agente KarenPhillipsserálaresponsabledeescribirenlapizarraydecolocarunacopiadelas

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pistasmás relevantes en el corcho.Os ruego que no lo hagáis al resto.Todospodemosydebemoshacernuestrasaportaciones,perodebemosseguirunorden—sentencióStevens.Desúbitoalguienllamóalapuerta.Eralasecretariadeljefedelapolicíalocal.—¿Qué sucede, Susan? —inquirió con preocupación Thomas, pues era muyextraño que le interrumpiera su asistente mientras estaba reunido a puertacerrada.—Se ha presentado una estudiante en la recepción. Dice que tiene algoimportantequecontarnos.Creequepuedefijarlahoradelasesinato.

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IVLa joven les aguardaba mordiéndose las uñas en una de las salas deinterrogatorio con lasquecontabaeldepartamentode lapolicía local.Cuandovioentraralosagentesdiounpequeñorespingoensuasiento.—Tranquila. Estás en lasmejoresmanos, y nos alegra que te hayas acercadohastaaquí.El jefe de la policía local había decidido que sólo fuesen a interrogar a laestudiantetrespersonas:eldetectiveGordonStevens,queafindecuentasestabaa cargo del caso, el investigador Ron Davies y la agente Karen Phillips, quellevaríalavozcantante.Todospensaronqueconunamujersesentiríaalgomáscómoda,aunquequizásólosetratasedeviejosprejuiciosalgomachistas.—Lo siento, es que estoy un poco asustada. Yo conocía a Sarah. No éramosamigas,perolaconocía…Lajovensepusoasollozar,yKarenletendióamablementeunpañuelodepapel.—Comprendo. Es algo que todos vamos a tardar algún tiempo en asimilar.¿Cómotellamas?—Maddie—respondiólaestudiante,enunsusurro.—Genial,Maddie.Nos han dicho que has venido a contarnos algo.Cualquiercosaquevierasoescuchasesesdesumaimportancia,yporesodeseoennombredetodosdartelasgracias—dijoKaren,quesedirigíaalajovenconuntonodevozsuaveyagradable.—Yosufrodeasma,saben…—Entiendo.El detective y el investigador se miraron extrañados, pero dejaron seguirhaciendoalaagente,puesestabamanejandoladelicadasituaciónconmaestría.Lachicaestabarealmenteconmocionada,yun testigoenesasituaciónesmuysusceptible ante cualquier comentario o gesto que admita múltiplesinterpretaciones.—Lamadrugadadel sábado,a lasdosymedia,medespertéconunataquedeasma.Casi a tientas pude coger el inhalador y recuperarme. Siempre lo tengoencimadelamesillaporsisurgealgunaurgencia.—Eso es tremendamente sensato,Maddie. Estoy convencida de que eres unaestudiantemuyresponsable.Porprimeravez la jovenesbozóuna levesonrisa.Eraunbuensíntoma.Yaseencontrabacómoda.—Esocreo.Muchasgracias.—Entonces —dijo Karen, que no deseaba perder el hilo principal de la

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conversación— te despertaste y recuperaste el aliento. Eran aproximadamentelasdosymediadelamadrugadadelsábado…—Sí, eso es. Lo recuerdo bien porque miré la hora en el radio-despertador.Siemprequesufrounataquedeasmaporlanochesuelomirarlahora.—Y,¿quésucediódespués?—YomealojoenlosapartamentosHillside.—En Jennings Drive, a las afueras del campus—confirmóKaren, sin quererrecordarquejustoenlaarboledasituadafrenteaaquellosapartamentoshabíanhalladoelcadáverdeSarahBrown.—Exacto.Elcasoesqueparasentirmemejormeacerquéalaventanaylaabrí.—¿Vistealgo?—No,laverdad,novinadasospechoso.Todoestabatranquilo.Elaireeramuyfrío, pero necesitaba respirar.No vi nada, pero sí escuché algo parecido a unpetardo. Almenos eso pensé en un primermomento. Pero luego, cuandomeenterédeloquehabíapasado…Laestudiantevolvióasollozar,aunquetratabadereprimirsusemociones.—Tranquila.Teenterastedeloocurridoy,¿quépensaste?—Puespenséqueenrealidadnohabíasidounpetardo.Quenadielanzapetardosa esas horas, y menos en este campus. Comprendí que tenía que tratarse deldisparo, ¿comprenden?YoescuchéeldisparoconelquemataronaSarah, ¡eshorrible!Despuésdetranquilizarla,laagenteKarenPhillipssellevóalajovenaotrasalapara que rellenase un formulario y firmase su declaración.Entretanto,GordonStevensyRonDaviessequedaroncomentandosusimpresionesacercadeloqueacababandeescuchar.—¿QuécreesGordon?—Noséquédecirte.Siloquenosacabadecontarestaestudianteescierto,siloque escuchó fue el disparoquemató aSarahBrown,yapodemos comenzar atrazarunalíneatemporal.—Ya,tesigo.Desaparecióeljueves,porlamañana.Ynoacabaronconsuvidahastaelsábadodemadrugada.—Efectivamente,Ron.Yen tal caso, ¿quiéndiablosyporquémotivo la tuvoretenida durante cerca de 40 horas?Y, lo que es igual de importante, ¿dóndediantreslamantuvoescondidatodoesetiempo?

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VGordonStevenssepasótodalamañanadellunesinterrogandoaestudiantesqueresidíanenlosapartamentosHillsideencompañíadelinvestigadordelapolicíalocalRonDavies.Deseabanencontraralgúntestimonioqueratificaseloqueleshabía contado la joven Maddie. Debían manejarse con astucia, pues por elmomento todoelmundoeraunsospechosopotencialycualquierelucubraciónformuladaporlosagentespodíaponerenalertaalasesinooasesinos.Hacia el mediodía habían entrevistado a más de 50 estudiantes, y ningunorecordaba nada digno demención.Casi todos estaban a esas horas durmiendoprofundamente,yotrabuenapartesehabíamarchado la tardedelviernesparapasarelfindesemanaensuslugaresdeorigen.GordonyDaviesdecidieronqueseríabuenorealizarunpaseodesdeellugarenelquefuehalladoelcuerposinvidadeSarahBrownhastaelúltimolugarenelquefuevistaconvida:losapartamentosPrimeFalls,queseencontrabanjustoalotroladodelcampus,enelextremonorte.Desde Jennings Drive tomaron el camino natural que cualquier alumno de launiversidad hubiera cogido por comodidad, y subieron por la calle Campus,hastallegaralcentrodelcomplejoestudiantil,dondesealzabaenmitaddeunaexplanadaunatorreconocidacomo‘ElCampanario’.Alolargodeltrayectosehabían topadoconzonasrelativamentedespejadas,principalmenteconampliasáreasdeaparcamiento.—Joder, Ron —exclamó Stevens,mientras lanzaba al aire un puntapié—, esprácticamenteimposiblellevaruncuerpohastaallísinqueteveaalguien.—Piensaenlahora.Esteesuncampustranquilo,yseguramente,vivaomuerta,trasladaronalavíctimahastaallíencoche—replicóelinvestigador.Gordondirigió sumiradahacia lo alto de ‘ElCampanario’ y pudover que seestabahaciendotardeparaalmorzarenunodeloscuatrorelojesqueadornabanlatorre.Sesentíaimpotente,yenrabietado,yambascosasnosignificabannadabueno para un detective que debía mantener la calma y descubrir una sendahacialaverdadloantesposible.Todavíanohabíasidocapaznitansiquieradeesbozarunahipótesis,yesolemartirizabaaúnmás.¿EstaríaalaalturadeloqueSarahBrowny su familia precisabapara que se hiciese justicia?Unprofundodolorenlabocadelestómagovolvióasacudirle.—Tienesrazón.Venga,continuemos.AmboshombressiguieronporlacalleCampus,hastaelfinal.Desembocabaenla calle 19, y justo a la derecha se encontraban los apartamentos Prime Falls,donde había residido la víctima. Stevens miró en todas direcciones, como si

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tuviera un radar y fuera capaz de percibir algún rastro que el culpable oculpableshubierandejadoenelambiente.—Sabes,Ron,algonomecuadra…Davies, que conocía mejor la universidad y, en realidad, todas las calles deCedarFallscomolapalmadesumano,puesnoenvanosehabíapasadomediavida patrullando aquellas aceras, de inmediato creyó encajar alguna pieza delpuzlealqueseenfrentaban.—Sí,ycreoquetienesrazón.Nopudieronllevarlapordondehemosvenido.Esdecir,noquisieronhacerlo.—¿Cómolosabes?—Porque teníanmejores alternativas. Yo hubiera tomado la 19 hasta HudsonRoad,yhubierabajadohastalaavenidaUniversidad.Desdeallíenunminutoteplantas en Jennings Drive, y has dado un buen rodeo, pero a cambio hascirculadoporcallesmuytransitadas,porlasquenollamaríaslaatención.Eldetectivesimulólanzarunderechazoalmentóndesucompañero,sonriendo.Eralaprimeravezquesonreíadesdeelviernesanterior.—Eresungenio,¿losabes?—Melodicemimujercasitodaslasnoches—respondióDavies,carcajeándose.ElsonidodelSmartphonedeStevenssacóalosdosagentesdesuscavilaciones.EraKarenPhillips.—Gordon,¿dóndeestás?—ConRon,dandounavueltaporelcampus,intentandoponernosenlapieldeldesalmado o desalmados que mataron a Sarah—contestó el detective, en untono serio, y dejando de un plumazo atrás el buen clima que por un instantehabíalogradorespirar.—Genial,asíyaostengolocalizadosalosdos.Osnecesitocuantoantesaquí,enlasoficinasdeldepartamento.—¿Hapasadoalgo?—Tengoenmismanoselinformepreliminardelforense.Esbastanterevelador.

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VICuandoeldetectiveyelinvestigadorllegaronaldepartamentodepolicíaKarenyalesaguardabadelantedelapizarra,enlaquehabíadibujadasdoscolumnas.—Nohabéistardadonada.—Sabesbiencómoatraer laatencióndedos tiposmadurosyatractivos—dijoRon,guiñandounojoycarcajeándose.Gordon,menosdadoalasbromas,tomóasientoysequedómirandofijamentelapizarra.—¿Quétenemos,Karen?Daviescaptólaindirectayfueasentarsejuntoasucolega.Élsiempretratabadesuavizar las situacionesmás incómodasconunpocodehumorbenévolo,perosabíaquenosiempreeranbienrecibidassusinocenteschanzas.—ElmédicoforensehaestablecidoquelamuertedeSarahdebiódeproducirseentre8y16horasdesdequefuerahallada.Esonosbrindadoshipótesis—dijolaagente, mientras escribía en la pizarra—. La primera: efectivamente Maddieescuchóeldisparo,aesodelas2:30horasdelsábado,queacabóconlavíctima.La segunda: que la asesinaron antes y luego trasladaron su cuerpo hasta laarboleda.Ambasposibilidadesentrandentrodeesemarcotemporal.—¿Hareveladoalgúndatomáslaautopsia?—inquirióStevens,mientrasensucabezaseagolpabandecenasdepensamientosqueeraincapazdemanejar.—Sí.Ledispararonmuycercaconunarmadelcalibre22,algoqueyaseintuíapor el orificio que presentaba en la sien. La joven era diestra, por lo quepodemosdescartarcasiporcompletolateoríadelsuicidio.—¿Presentabaalgúnsignodeviolencia?—preguntóRon,quesentíaescalofríossólodeimaginarloquepudollegarasufriraquellachiquillaantesdemorir.—Ninguno.Nitansiquieraunpequeñomoratón.Tampocoexistenevidenciasdeagresiónsexual.Gordontamborileóenlamesadereunionesconsusnudillos;eraunacostumbrequeteníadesdeadolescente,yquelepermitíaconcentrarsecuandomásturbiasseponíanlascosas.Eracomotrasladarpartedelatensiónqueleatenazabaalamadera,ydeesaformapoderliberarsuspensamientos.—Entoncestuvoqueestarconalguienquelaconocíabien,alguienenquienellaconfiaba,aquiennotemíaenabsoluto.Karensiguióanotandolasaportacionesqueibansurgiendoenlaampliapizarraplásticaconunrotuladorazul.Dealgúnmodo,portristequeleresultaseensufueromásinterno,sesentíaemocionadadeestarallí,conuninvestigadoryconun detective; implicada en la resolución de un caso de homicidio. Era una

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amargasatisfacción,peronopodíaevitarsueuforia.AhoradebíacanalizartodaesafuerzaarrolladoraentratardehacerjusticiaaSarahBrown.—También es posible que la drogaran de algún modo, sin que ella se dieracuenta, y quedase a merced de un desconocido —sugirió Davies, que habíaconocidodecasossimilaresatravésdelosprogramasdeinvestigaciónpolicialqueemitíanentelevisión,yalosqueeraadicto.Siempresedisculpabaantesumujerconlaexcusadequeaquelloeratambiénpartedesuformación.Karen consultó con rapidez una carpeta, que contenía el informe preliminarelaborado por el forense. Tan sólo deseaba ratificar algo que ya sabía deantemano.—Ron,demospordescartadaesaopción.Ensucuerponohabíaningunadroga;esmás,ningunaclasedesustanciatóxica.Esverdadqueaúnfaltanporrealizardiversosanálisisa losrestosdesuestómago,peroelforenseyahadejadoestaanotación.—Entalcaso,noquedaotraopción:todoapuntaaquelamatóalguiencercano,alguienquelaconocíabien.—¿Habéisacabadoconlosinterrogatoriosalosamigos?—inquirióGordon,quehabíamanifestadoquedeseabaestarpresentesienalgunodeellossurgíaalgunavíadeinterés.—Bueno,estamosrecopilandotodavíamuchainformación.Tenemospendientehablar conMarkWalton, el novio de la chica. Hemos pensado que es mejorhacerlo habiendo recabado antes datos acerca de la relación que ambosmantenían: si todo iba bien, celos, discusiones, peleas; esa clase de cosas—contestóconseguridadlaagente.—Mepareceunabuenaestrategia.Ysusdosamigas,conlasquehabíaquedadoparairaWaterloo,¿habéispodidoentrevistarlas?—Aunadeellas sí, aCarolWeight.Yoheestadopresente enelmismo, estamañana. Nos interesaba porque es la última persona que vio con vida a lavíctima,yyaconocéiseldicho…—Elúltimotestigoeselprincipalsospechoso—murmuróDavies,algosocarrón,comosiaquellofueseunasufrida letaníaquehabía tenidoqueestar repitiendotodasuvida.—¿Ybien?—preguntóGordon,impaciente.—Nada de interés. Nos ha reiterado lo que ya sabemos. Y, por suerte o pordesgracia, tiene una sólida coartada para todo el viernes y la madrugada delsábado:pasólanocheconunaamigayconlosfamiliaresdeésta.—Entalcasonecesitamosinterrogaralaotraamigayalnovioloantesposible.Unagenteentróenlasalabruscamente,sinllamar.SesorprendióalencontrarenellaaRonyaGordon,yaplacósuímpetu.

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—Perdón,pensabaqueestabaKarensolaaquítrabajando.—No pasa nada. ¿Alguna novedad? —inquirió el detective, intuyendo queaquellaprecipitacióndebíadetenerunaexplicaciónsólida.—Sí,tenemosunsospechoso.—¿Unsospechoso?—preguntóDavies,anonadado,comosinodieracréditoaloqueacababadeescuchar.PorunmomentosintióqueélyGordonhabíanestadoperdiendo el tiempo mientras el resto de sus compañeros se esmeraban sindescanso.—Sí.Se nos ocurrió buscar entre los expedientes a personas con antecedentesquetuvieranaccesoalcampusy…¡bingo!Untipoquetrabajaenmantenimientodesde hace unos meses trató de violar a una joven no hace mucho, y tieneregistradosotrosincidentesmenoresensupasado.—¡Joder!—exclamóStevensmientrasgolpeabalamesaconrabia.LeenfurecíaquecosasasípudieransucederenlosEstadosUnidos.Estabaconvencidodequeconunabuenabasededatoscompartidaanivelestatal,ymenosmiramientosycomplacenciasporpartededeterminados jueces, sepodíamantener alejados agentedeesaclasedeempleosquelespermitiesentenerasusvíctimasatirodepiedra—.Buentrabajo.¿Sabemosdóndeseencuentraelsujetoencuestión?—Estáaquí.Lohemosdetenidoyestáenunadelassalasdeinterrogatorio.

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VIIKaren, Ron y Gordon se tomaron su tiempo antes de entrar en la sala deinterrogatorios, donde les aguardaba Jeff Simpson, el empleado demantenimiento de los apartamentos Prime Falls, lugar en el que había estadoresidiendohastaeldíadesudesapariciónlavíctima,SarahBrown.Deseabanconocerunpocomásafondoaaquelhombre,antesdeabordarlo.Eraunsospechosoconmuchaspapeletas,yeljefedelapolicíahabíahechobienenautorizar su detención inmediata. Pero ahora que ya lo tenían allí no podíanpermitirseningúndesliz,olopagaríancaroenelfuturo.Tras revisar el expediente varias veces, decidieron queGordon llevase la vozcantante en esta ocasión, pues tenía experiencia con esta clase de individuos.También optaron por que entrase solo en la sala, mientras Karen y Ronobservabanelinterrogatorioatravésdeuncristal.Stevens trató de sacar su mejor sonrisa, tragándose todos los sapos que sugarganta admitía, y le tendió afablemente la mano al empleado demantenimiento.—HolaJeff,minombreesGordon,ysoydetectivedelaoficinadelsheriffdelcondadodeBlackHawk.Simpson, un hombre fornido, de color, de aspecto huraño y ojos un tantohundidos, sudaba amares.Gotas de sudor le rodaban desde la frente hasta elmentón,ylacamisaazulquellevabaestabahúmedaenlazonadelpechoydelasaxilas.—Yonodeberíaestaraquí.Estáncometiendoungraveerror.Loquepasaesquesoynegro,ypobre,yquierenendilgarleaundesgraciadolamuertedeesajovenpara ponerse rápido una medalla —masculló el detenido, mientras dirigía sumiradahaciatodoslosrinconesdelasala.—Las cosas no funcionan así, Jeff. Y creo que lo sabes bien. Ya has tenidoproblemasenelpasadoconlajusticia.—Bobadasdeadolescente.Sisehubieracriadoenelbarrioenelqueyocrecí,enDetroit,nomeimaginoquécosashubierahechoustedenmilugar.—Bueno,esciertoquetuexpedienteparecíalimpiounaveztemudastealestadodeIowa.Sí,cualquieradiríaquetehabíasesmeradoeniniciarunanuevavida.Pero Jeff, está el intento de violación y secuestro de hace unos pocosmeses.¿HasolvidadoloquepasóenDavenporttanrápido?—inquirióGordon,comolohubierahechounmentorounbuenamigo.Sabíaqueeralamaneracorrectadeactuar, que aquello funcionaba, pero le costaba reprimir las náuseas en lamayoríadelasocasiones.

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Simpsonlanzóunlargobufido,casiungruñido.Despuéstratódetranquilizarse,ycomenzóahablarmuydespacio.—Aquellofueundisparate.Yalehepedidoamiabogadoqueloretirendemiexpediente. Pero como es de oficio tienemil cosas de las que ocuparse, y demomentoahísigueesamierda,comounalosa.Yonohicenada.Absolutamentenada.Estabaenellugarequivocado,yunatestigomeconfundió,nadamás.HepedidoqueserealicenpruebasdeADN,oloquesea.Hepasadoeldetectordementiras, y el juez me ha dejado en libertad sin cargos, ¡pero ahí sigue esamalditamanchaenmiexpediente!El detective se sintió confundido. Aquel tipo parecía sincero, y realmenteenojadoconelsistema.Podíaserunactordenarices,pueseraciertoquehabíapasado la pruebadel polígrafo, perono era la impresiónque, amenosde trespalmosdedistancia,leestabacausando.—Entalcaso,Jeff,¿porquéestástannervioso?—Joder, tío, ¡joder! Estoy cagado de miedo. Hace unos meses tuve quemudarmedeciudadporculpadealgoquenohabíahecho.Peseatodo,consigounempleodecenteaquí,enCedarFalls,¡nadamenosqueenlauniversidad!Noganoungransueldo,peropuedopagarmialquilerypermitirmealgúncapricho.Parecía que la vidame sonreía y ahora pasa esto, ¡yme lo queréis colgar sinningunaprueba!Paseloquepase,yaestoyjodido,estoybienjodido.Simpson no pudo evitar comenzar a sollozar. Normalmente Gordon no sentíalástima de ningún detenido, de ningún sospecho, mucho menos de uno porasesinato.Peroestavezeradiferente,yporalgunarazónestabaconmovido.—Estábien,Jeff.Dimequédiablosestuvistehaciendoelpasadojueves,desdelamañanahastabienentradalatarde.—¿Eljueves?—Sí, el 6 de marzo —respondió Stevens, sabiendo que aquella fecha ya nopodríaolvidarlajamásenlavida.El empleado demantenimiento se quedó pensando algunos segundos. Parecíarealmenteestarechandoatrásenel tiempo, tratandodeubicarsea símismo lasemanaanterior.—¡Yalorecuerdo!MepasétodoeldíaenelMcLeodCenter.Hubounafugadeaguaytuvimosqueemplearnosafondo.—¿Tuvimos?—preguntóGordon,notandoqueletemblabanlaspiernas.Parecíaquenadiesehabíapreocupadodesaberdóndeseencontrabaelsospechosoalahoraenlaquelavíctimahabíasidosecuestrada.—Sí,estabaconLeonard,otroempleadodemantenimiento.Ytambiénhabíaunfontaneroquemandóelseguro,peronorecuerdosunombre.—Jeff,¿estássegurodequeloquemeestáscontandoesabsolutamentecierto?

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—SelopuedojurarencimadeunaBiblia,siasílodesea.Además,sólotienequepreguntárseloaellos.Tambiénmevieronporallívariosgruposdeestudiantes,pues querían saber cuándo iban a estar operativas las duchas de nuevo. Allíjueganalbaloncesto,ynoleshacíagracialaideadetenerquesalirsudadosdeallíenplenoinvierno.Nosontanduroscomoimaginan…Stevensgolpeólamesasuavementeconlospapelesquellevabaenlamano.Sesentíafrustrado,indignadoy,también,agotado.—Tengoquecomprobartucoartada.Siesciertoloquemedices,yomismomeocuparédequesalgasdeaquípitandoydequenotengasningúnproblemacontuempleo.Simpsonsequedóboquiabierto.Nocomprendíanada,peroparecíaquetodoseibaasolucionarcomoporartedemagia.Aquel tipoduroydegestoserioqueteníadelanteparecíaquealfinalleibaasalvarelculo.Desúbitosintióqueunacorrientecalientedeindignaciónseadueñabadesusentrañas.—Enrealidadleestoyagradecido,sabe,leestoyinfinitamenteagradecido.Pero,¿porquérayosnoempezaronsuscolegashaciéndomeesamismapreguntaantesdedetenerme?EsomismopensabaGordon,mientrasabandonaba lasalayse ibaenbuscadeKaren y Ron. Se encontraron en mitad de un pasillo y el detective no pudoreprimirsuindignación.—Mierda,¿cómodiablosseleshapodidoescaparalgotanobvio?—Tranquilo, aún tenemos que verificar que ese hombre nos está contando laverdad—replicóPhilips,enuntonosuaveperofirme.—Karen, tegarantizoal100%queese tipomeacabadecontar laverdad.Notengolamenorduda—sentencióStevens,intentandosinéxitoaplacarsurabia.

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VIIIDos días después del interrogatorio a Simpson el equipo de investigación alcompletoteníalasensacióndeencontrarseenuncallejónsinsalida.Leonard,elotroempleadodemantenimientodelcampus,yelfontaneroquehabíaenviadoel seguro, ratificaron, sin lugar a dudas, la coartada que le había expuesto aStevens. También varios estudiantes que formaban parte del equipo debaloncestoyquesolíanentrenarenelMcLeodCenterconfirmaronqueJeffsehabíapasadotodalajornadadeljuevesdía6demarzoendichasinstalaciones.GordonasistíaaunareuniónquedirigíaconaplomoPatrickThomas,eljefedelapolicíalocal,unhombrecurtidoyconmesura,quesabíamantenerlacalma.Él, sin embargo, estaba enrabietado, y creía que no estaban haciendo losuficiente, y que además cometían errores propios depipiolos. Pero, en ciertaforma,nodejabandeserlo:nosehabíanenfrentadoensusvidasauncasonitansiquiera parecido. Seguramente lo que más aturdía a Stevens, lo que más ledesasosegaba, no era que el conjunto de personas reunidas en aquella sala noestuvieraalaalturadelascircunstancias;loqueverdaderamenteleatormentabaeralaposibilidaddequeélnoestuvieraalaaltura,dequeélpersonalmentelefallaraaaquellapobrechicayjamásselehicierajusticia.Sedespertabaporlasnoches empapado en sudor, acuciado por extrañas pesadillas, fruto de ladesesperaciónmásabsolutaycruel.—Segúnlaversióndelospadres,Saraheraunachicamuyquerida,alaquenose le conocían enemigos. Es algo que también opinan sus profesores yconocidos.Nadiedeseaba lamuertede la joven,y jamáshabía recibidoni tansiquieralamásleveseñaldeamenaza—musitóThomas,sacandoaldetectivedesusangustiosastribulaciones.—Disculpe, pero es evidente que alguien sí deseaba sumuerte, porque es unhechoquelahanasesinado.Otracosadistintaesquetodavíanohayamossidocapacesdeencontrarlo—dijoGordon,coneltonodevozsecoycansino.Aquellacorrección,untantoimpertinente,aunqueacertada,abrióunespaciodeincómodosilencio.El jefedepolicía,experimentadoy juicioso,nose lo tomócomoalgopersonal.—Claro,Gordon.Esaesnuestraresponsabilidad.Estoydandolaversióndelosallegados, nada más. Está claro que alguna persona la odiaba, la odiaba losuficientecomoparadesearsumuerte…yconvertirsusdeseosenrealidad.—Esonosllevaapensarespecialmenteensunovio,enMarkWalton—apuntóunodelosagentes.—Sí,esverdad.Perotenemosqueandarnosconmuchocuidado.Despuésdelo

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quenoshapasadoconSimpsonnopodemosdarunpasoenfalso.Ahoraeljuezse lo va a pensar dos veces antes de autorizarnos cualquier movimiento. Ytenemossuertedeque,demomento,laprensanosehayavolcadoespecialmenteconestecaso.Silohacen,todavíaestaremosmáspilladosdelasmanos.Karennodejabadedarlevueltasalasuntodequeelcuerponopresentasesignosdeviolencia.Eraalgoanómalo,yquedebíatenerunaexplicaciónbienfundada.Derepenteunabombillaseiluminóconfuerzaensucerebro.—Señor, se me acaba de ocurrir una posibilidad, que todavía no hemosestudiado.—Te escuchamos, Karen —dijo el jefe de policía, que sabía que de aquellaagente sólo podía esperar o el más absoluto mutismo o alguna reflexióninteligente.Muchasvecespensabacómodiablosseguíaallí,enCedarFalls,enlugardehabersetrasladadoaChicagoamejorarsuformaciónybuscarunlugarenelquepudieradarriendasueltaasusinfinitascapacidades.—Nose tratadedescartar lahipótesisdequealgúnamigoo inclusosunovio,vete a saber por qué motivo, la matasen. Pero veo muy poca rabia en estecrimen,muypocavinculaciónemocional,nosésimeexplico.—Perfectamente.Prosigue,porfavor.—Pero, ¿y si la asesinó una persona con autoridad? Alguien a quien ella noopusieraresistenciaporquenadamalopodíaesperardeesaclasedesujeto.—¿Unprofesor?—preguntóRon,intrigadoyfascinadoporlaidea.—Sí,unprofesor,oinclusounagentedepolicía…PatrickThomasnopudoevitardardospequeñospasoshaciaatrás.Jamásselehubiera ocurrido semejante atrocidad, pese a que sabía de sobras lo cruel ymalvadoquepodíallegaraserunindividuoperturbado.—¿Algunodelosnuestros?—Nonecesariamente.Alguienvenidodesde lejos,deRochester, porejemplo,inclusodeMinneapolis…Noseríalaprimeravezqueunpolicíaseaprovechadesustatusparacometeruncrimen,sabiendoquelavíctimaestaráconlaguardiabaja.—No lovoyadescartar,Karen,peromecuestamuchopensarqueeste sea elcaso.Prefierocreerquese tratadeunprofesorqueestabaencaprichadoconlajoven,yquelacosaselefuedelasmanos—murmuróeljefedepolicía,todavíaalgoaturdido.—Resulta igualmente perturbador, señor—apuntó Ron, que no dejaba ya dedarlevueltasadichaposibilidad,yqueenvidiabalacapacidadimaginativadesucompañeraKaren.Stevens había escuchado en silencio, absorbiendo la información, como si sefiltraraatravésdesusporosyle llegaseenoleadaseléctricashastaelcerebro.

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Admiraba a la agente Phillips, y allí tenía una evidencia más de que aquelladevociónteníasólidoscimientos.Porprimeravezdesdequehabíaentradoalareuniónsesentíaextrañamenteeufórico.—¿Estecampuscuentaconvigilancia,verdad?—Sí, claro. Tiene 4 vigilantes que se alternan por parejas semanalmente: doshacenel turnodedíayotrosdoseldenoche—respondióel jefedepolicíadeinmediato.—¿Alguienloshainterrogado?Nadierespondióalapregunta.Unsilencioimponenteseadueñódelaestancia,como recordando a todos y cada uno de los que allí se encontraban que enverdad no estaban preparados para afrontar una investigación de semejantescaracterísticas,yquetendríanqueesforzarsemuchomássideseabandeverdaddarconelasesinoloantesposible.—Gordon,nonosmartiricemosmás,esevidentequeno,quenadielohahecho.Lamayoríadenosotrosconoceaesostipos,colaboramosconellosdesdehaceaños,ysinollegaaserporelcomentariodeKarenamíenlavidasemehubierapasadoporlacabezasospechardeningunodeloscuatro…Ycreoquehabloennombredetodos—dijoRon,asumiendoenprimerlugarsucandoralahoradebuscarposiblesculpables.—En talcasodebemos interrogarlos, aunquesólo seaparadescartarlos.Ahoramismo,nosemeocurrensospechososmásconsistentesqueellos.

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IXHabíantomadoladecisióndeinterrogaralosvigilantesalmismotiempo.Dabala casualidad de que los mismos vigilantes, Mike Johnson y Tom Campbell,habían hecho los turnos tanto el día de la desaparición deSarahBrown comodurante la madrugada en la que fue asesinada. Los turnos eran rotatorios, ycambiaban precisamente cada viernes. Podía tratarse sólo de una casualidad,peromerecíalapenainvestigarelasunto.En una sala Ron y un agente venido de la oficina del sheriff como refuerzopuntualestabanconMikeJohnson,mientrasGordonyKarenhacíanlopropioenotraconTomCampbell.La ideaeraque tantoDaviescomoPhilipsestuvieranacompañadosduranteel interrogatorioporalguienqueno tuvieseunaestrecharelaciónconlosvigilantes,yquedeesemodonoseperdieselaobjetividad.Johnson y Campbell acudieron de forma voluntaria a la oficina de la policíalocal,ysemostraronmuycolaborativosentodomomento.Susversionesdeloocurridoenlajornadadeljuevesyalolargodelamadrugadadelsábadoerancoincidentes,salvopordetallesmenores.Eljueveshabíasidoundíatranquilo,ynadahabíallamadosuatención,hastabienentradalatarde.Fueentoncescuandoalgunos estudiantes les reclamaron, porquedecíanqueunade las chicashabíadesaparecido.SeacercaronalosapartamentosPrimeFallsyestuvieronhablandoconvariosjóvenes.MarkWalton,elnoviodeSarah,estabamuynervioso,peroellosnoledieronmayorimportancia.Tampocoalhechodequeunaalumnadelauniversidadhubiesedesaparecido: erabastante frecuentequealguienechaseenfaltaaunamigooconocidounoodosdías,yqueesteluegoapareciesesinmásderegreso,alegandoqueselohabíapasadoengrandeenDubuque,CedarRapids, Davenport o incluso Chicago. A fin de cuentas eran estudiantesuniversitarios,yasesabe,unpocoalocadosperoyamayoresdeedad.Elviernesfueroninformadosdequelapolicíahabíatomadocartasenelasunto,yquelospadresdelachicasehabíantrasladadoaCedarFalls.Aquelloseponíaserio. Lamadrugada del sábado hicieron su turno, y la noche se presentó sinsobresaltos, salvo por un detallemenor que del que no habían informado porrestarleimportancia:sobrelasdosymediasehallabanenlasinmediacionesdelGallagherBluedorn,enelcrucedelacalleCampusconlaavenidaUniversidadcuando creyeron escuchar una especie de petardo. Ambos pensaron que setratabadealgúngamberroquevolvíadefiestaysiguieronconlaronda.Ninguno conocía personalmente a Sarah Brown, ni tan siquiera recordabanhaberlavisto.Llevabapocotiempoenelcampusynoeraunajovenpopular,niquesemetieseen líoso llamaseparticularmente laatención.Ambosvigilantes

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contabanconexpedientesimpecablesybuenasreferencias,demodoquetrasdoshorasdepreguntaslosdejaronmarcharsinmás.Nadamásfinalizarlosinterrogatorios,Karen,RonyGordonseencontraronenlo que habían pasado a denominar, quizá de forma algo grandilocuente peroefectiva:centrodeoperaciones.ElcentrodeoperacionesnoeraotrolugarquelapequeñasaladereunionesdelapolicíalocaldeCedarFallsconlapizarrayelcorcho,enelqueyaseapelmazabandecenasdepapelessujetosconchinchetas.—CreoquetenemosyaseguralahoraexactaenlaqueSarahfueasesinada—manifestóDavies,sinpodercontenerunciertogradodesatisfacción.—Es cierto, Ron, pero no tenemos nada más —replicó Gordon, que habíaconfiadomuchoenquepudieransacaralgomásdelosvigilantes.—¿Osparecequehagamosunrepaso?—preguntóPhilips,dirigiéndoseconunrotuladorhacialapizarra.—Me parece perfecto—respondió el detective, que deseaba que la agente leiluminasenuevamenteconalgunaideabrillante.—Yocreoquesíquetenemosbastantescosasya.Empezandoporlahoraexactadelamuerte,comoapuntabaRon.SabemosqueSarahfuevistaporúltimavezeljuevesdía6demarzopor lamañana,yquenadiemásvolvióa tenernoticiassuyas.Sabemosquealguien,unconocidoounapersonaconautoridad, latuvoretenidaduranteunas40horas.Sabemosquelamataronconunarmadelcalibre22.Yqueprobablementeledispararonenelmismositioenelquefuehalladosucadáver,omuycerca.Nohuboagresiónsexual.Nohubomásviolencia.Daviessequedócontemplando lapizarra,orgullosodesucolegayasombradodelarapidezyordenconelquehabíaidoanotandodetallesqueaéllehubierallevadounpardehorasrecordarconmeridianaexactitud.—Esunbuenpuntodeinicio,¿nocreesGordon?Stevenslanzóunbufido,comosidesearaexpulsartodoelairequeacumulabasugenerosotórax.Mirólapizarra,yactoseguidoclavósusojosenelsuelo.—Nomegustajoderoslatarde,chicos,peroopinoquenotenemosunamierda.Creoqueestamosprácticamentecomoalprincipio,yqueesta investigaciónsenosestácomplicandopormomentos.

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XEldetectivedelaoficinadelsheriffdelcondadodeBlackHawkhabíadadoenladiana:transcurridasdossemanasdesdequeelcuerposinvidadeSarahBrownfuera hallado en una arboleda de la zona sur del campus de la universidad deNorthernIowalainvestigaciónparecíaestancada.Habían estudiado las coartadas de los amigos y amigas más cercanos de lavíctima,incluyendoladelnovio,MarkWalton,queenprincipioparecíatenerunmontón de papeletas para ser el principal sospechoso, y todos las teníanmuysólidas para la jornada del jueves 6 demarzo, el día de la desaparición de lajoven.Tambiénhabíananalizado losmovimientosduranteaquellosdíasde losdelincuentesviolentosfichadosenCedarFalls,Waterlooyotraspoblacionesdelosalrededores.Nada.Un poco a la desesperada, habían hurgado en las vidas de los profesoresvinculados con la víctima, en busca de algún comportamiento anormal ollamativo, que pudiera llevarles hacia una nueva vía de investigación, sinresultados.Ladesazóny la impotenciacomenzabanahacermellaenel equipoquehabíaconformado Patrick Thomas, y él era consciente de la situación. Si pasabanalgunos días más sin avances significativos, tendría que pedir la ayuda de lapolicíadelestado,oincluso, llegadoelcaso,dealgúnagenteespecialdelFBI,aunquesabíaquenoestabanparanaderíassemejantes.Tenerquelidiardíasíydía tambiéncon la familiaBrown leestaba suponiendoundesgastemayordelquehubiera imaginadoensuspeorespesadillas.Aquellospadresmerecíanunarespuesta,merecían que se hiciera justicia.Bien sabía él que eso nunca jamáscompensaría la terriblepérdidadeunahijaenlaflordelavida,peroalmenosservíaparapodercontribuiraquelaheridacicatrizase.Uncrimensinresolveresuna llaga abierta, que supura constantemente una especie de pus dolorosoquecorroeelalma,lasentrañas,detodoslosqueestánvinculadosaél.—Señor,tenemosunaviso.Pareceserquehanencontradoalgo.Eljefedepolicíacasidiounbrincodesuasiento.Susan,susecretaría,lehabíaarrancado tan bruscamente de sus reflexiones que sintió que lo habíandespertadoenmitaddeunsueñoestresante.—¿Algo?¿Quiénes?—No lo sé, deseanhablar directamente conusted.Creoque son esos tiposdeMasonCity—respondiólaasistentealgodubitativa.—Deacuerdo.Ponteencontactoconelagenteque losacompañaypásame lallamada,porfavor.

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PatrickThomasrecordóqueunaempresadedicadaa labúsquedademetalesabaja profundidady de estudio del subsuelomediante radar, ubicada enMasonCity, a unas ochenta millas al noroeste de Cedar Falls, se había ofrecido deformadesinteresadaparacolaboraren la investigación,poniendoadisposicióndelapolicíaadosdesushombresypartedesusequiposdeúltimatecnología.Estaban conmocionados por lo acaecido en el campus, y creían que debíanimplicarse. Él había encargado que un agente de su departamento losacompañaseentodomomento,mientrassemovíanporlauniversidad.AlcabodeunpardeminutosteníaalotroladodelalíneaaBrad,elagentequeese día estaba acompañando a aquellos tipos un tanto singulares y de los quePatrickhabíaesperadomuypocosresultados.—¿Quéhapasado?—Señor,estagentehaencontradounarmasemienterrada.Esdelcalibre22,ynopareceestardeterioradanillevarmuchotiempoabandonada.Eljefedepolicíaaspiróprofundamente.Quizáaqueleraelgolpedesuertequenecesitabanparaempezaravislumbrarelfinaldelcamino.—¿Dóndelahabéishallado?—Noselovaacreer—respondióelagente,queseguramentetampocosalíadesuasombro.—Joder,Brad,escúpelodeunamalditavez—dijoThomas,usandounlenguajeimpropiodeél,quesóloevidenciabasuestadodenervios.—Enlamismaarboledaenlaqueencontramoselcuerpodelachica.Unpocomásalsur,casitocandoconGreenhillRoad.—¡Mierda,Brad!Somosunapandillade inútiles—exclamóel jefedepolicía,mientrasgolpeabalamesaconsumanoderecha,intentandodeshacersedetodalarabiaydelsentimientodeculpaqueloembargaba.

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XIGordonStevens esperaba los resultados de balística con nerviosismo.El armadel calibre 22 que habían hallado cerca del lugar en el que fue encontrado elcadáverdeSarahBrownestabaenmuybuenascondiciones,yseespeculabaquellevaríasemienterradaentredosyseissemanas,loquecuadrabaconelespaciotemporalenelquefuecometidoelcrimen.Desgraciadamente,lapistolaestabalimpia,ynosehabíapodidoobtenerningunahuelladelamisma.—Ojalá las cosas fueran igual que en esas malditas series que emiten portelevisión—masculló el detective, mientras tamborileaba con sus dedos paracalmarsuansiedad.—Bueno,tranquiloGordon,másprontoquetardesabremossieseeselarmaqueusaronparaasesinaraSarah,yapartirdeahípodemoscomenzara tirardeunhilo—dijo Karen, que era tan adicta como Ron a dichos programas, sentadaenfrentedeldetective,repasandolastranscripcionesdelosinterrogatoriosalosquenohabíaasistido.—Gracias—murmuróenuntonoapenasaudibleStevens.Philipsledevolviólamejordesussonrisas.—¿Gracias?Nomefastidies,hombre.—Enserio,Karen.Eresunaagenteexcepcional,y loestáshaciendodefábula.Tecomportascomounainvestigadora…Joder,¡quédigo!Teestascomportandocomounaauténticadetectiveconañosdeexperiencia.La agente no pudo evitar sonrojarse levemente. Estaba acostumbrada a loselogiosdesuscompañeros,peronoaldealguienalqueteníaentanaltaestima,queademássabíabienloquesedecía.—Nosé.Yasabes,megustaeste trabajo.Heasistidoadecenasdecursos,mezampo esas series que tú pareces detestar y leo libros y revistas todas lassemanas.Quizáestecasoestéponiendoapruebamissupuestosconocimientos—replicó,tratandodeserhumildeperoesquivandolafalsamodestia.—¿Porquésiguesaquí?Karensoltólosinformesqueteníaentrelasmanos,oquizásencillamenteselecayeron.—Meloestáspreguntandoenserio…—Sí, claro. Creo que tienes talento, de verdad. Podrías estar en alguna granciudad. Te imagino no ya como detective, como sargento o teniente en algúngrandepartamentodeKansasCityodeChicago.—CedarFallsesmicasa.Aquínací,aquíhecrecido,aquítrabajamimaridoyaquíestoycriandoamishijos.Nomeimaginounavidamejorencualquierotro

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lugar.El detective se quedó contemplando los grandes y expresivos ojos de Karen.Estaba siendo absolutamente sincera con él. Pese a todo, no llegaba acomprenderla,noentendíaqueellamismasecolocaseuntechotanbajoparasusposibilidades.—Estábien,loacepto.Peroesunapena,deverdad.—Gordon, ¿por qué no encuentras unamujer fabulosa ymontas con ella unafamilia?Stevenssequedóparalizado.Noibaaresponderaaquellapregunta,nosesentíaniconfuerzasniconganasdeexplicarleaKarenqueleaterrabaesaidea,quehabíatenidomalasexperienciasenelpasadoyquehabíadecidoconvertirseenunlobosolitariodeporvida.Erademasiadotriste,yridículo.—Creoquevoyadarunpaseoyadejarquemedéelaire.Necesitorespiraryestirarlaspiernas.Laagenteobviólafaltaderespuestaasupregunta,yvolvióamirarlospapelesqueteníaesperandosobrelamesa.—Como quieras.Aquí estaré esperándote.Cuando regreses te comento si hayalgointeresantequesenoshayapodidopasarporalto.—Genial—dijo el detective, escabulléndose como un estudiante que hubierasidopilladoenfalta.GordonabandonólasoficinasdeldepartamentoysalióalacalleClay.Nadamáshacerlo pensó que lo de que necesitaba respirar aire fresco había sido unaarguciaparaeludirlapreguntadeKaren,peroenrealidadleestabasentandodemaravilla tanto a su cuerpo como a su mente. La imagen de un puñado dechavalesjugandoconunbalónderugbyenlaverdeexplanadaqueseabríajustofrentealaentradadeldepartamentoterminóderelajarle.Recordósusañosenlaescuelasecundaria,cuandotodavíasoñabaconlaposibilidaddellegaraserunbuenquarterbackenlaNFL.De repente el sonido chirriante de los frenosdeunadestartalada rancheraquecasi había estacionado a su lado lo sobresaltó. Pensó que sólo un auténticochiflado podía actuar así, y se dirigió hacia la puerta del conductor bastanteenojado.—¡Quédiablossecreequeestáhaciendo!Aquícruzanniños,yencimaestamosjustodelantedeldepartamentodepolicía…Stevens no pudo proseguir con su colérico discurso, porque descubrió que alvolante había sentado un hombre bastante mayor, de escaso pelo canoso,famélico,quesollozabacomounchiquillo.—Losiento,losiento.Estodotanterrible,lolamentomuchísimo—dijoeltipo,mientrasabandonabaelvehículoyselanzabaalosbrazosdeldetective.

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—Tranquilícese.¿Quélesucede?—Tengoqueiralapolicía.Esmideber,eshorribleperoesmideber.Tengoqueiracontarlesalgoterrible.Gordonsintióqueunnuevoderechazosehundíaensuestómago,yeldolorenlomásprofundodesusentrañasregresó.Sacósuplacayselamostróalhombre,quesesujetabaasushombrosparanodesmoronarse.—Yosoydetective.¿Quéesesotanatrozquetienequecontarnos?Elhombrelanzóunaespeciedealarido,quesefueahogandolentamente,antesdesercapazderesponder.Parecieraquenecesitaratomarfuerzasparahacerlo.—Creo…Creoquemihijomatóaesaestudiante.Eshorrible,creoquemihijoesunasesinoyestoyaquíparadelatarlo.

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XIIKarenyGordonpasaronel restode la tarde con JamesStone,unhombrequeparecía derrumbarse a pedazos mientras les contaba que a su hijo Aarón lehabían diagnosticado una enfermedad mental haría un par de años. Viudo,malviviendodeunamodestapensiónytratandodeeducaraunniñoquesiemprehabíaresultadohoscoeintrovertido,lanoticianolesorprendió,peroterminódehundirle.—Había dejado los estudios. Siempre se le dieron mal. Pero su actitudempeoraba,yunodemismejoresamigos,casidiríaelúnicoquetengo,medijoquedebía llevarloaunmédico.Aceptarondejármeloencustodia,porquesisemedicanorepresentaungranpeligroparanadie…Peronosiempreconsigoquesetomesuspastillas,yameentienden.Karenescuchabaconatenciónaaqueltipo,cuyaedadnoeracapazdeestimar.Quizá tenía sesenta, pero aparentabamuchosmás años. Le conmovía el dolorqueexpresabaatravésdesuspalabrasydesusgestos.—¿Cómohallegadoalaconclusióndequesuhijomatóalachica?—Me lo dijo él mismo hace un par de días. Y además me entregó esto —murmuró,mientrasponíasobrelamesaunapistolaenvueltaenunpañuelo.—¡Joder! —exclamó Gordon, mientras apartaba el arma tratando de nocontaminarlaconsuspropiashuellas.—Cómo…¿Cómodiablosha llegadohastaestasalaconesearma?—inquirióPhilips,perpleja.—Laculpaesmía.Yomehesaltadolosprotocolosyloheconducidohastaaquísin que lo registrasen ni pasase bajo el arco detector de metales—respondióStevens,mientrassegolpeabalassienesconambasmanos.James Stone no dejaba de sollozar, ajeno a las miradas que la agente y eldetective sedirigían,comunicándosesinmediarpalabra,zanjandounpactodesilenciosobreloocurrido.—Estábien—continuóKaren—, suhijo le entregóestapistola; perode ahí apensarqueesunasesinovaunlargotrecho…—No lo comprenden.Aarón tiene veinte años, lamisma edad que todos esoschavalesqueestudianen launiversidad.Nosotrosvivimosa las afueras, cercadel parque Black Hawk. Muchos días me toma prestado el coche, sin miconsentimiento,ysevaalcampus.Normalmenteloúnicoquehaceespasearsepor sus aceras durante horas, como si fuese un alumnomás. Eso es lo que legustaría,serunchiconormal.—¿Entonces?

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—Desde la desaparición de esa joven semostrómuy alterado, y todavíamáscuando corrió la noticia de que la habían encontrado muerta. Yo no le dabamayor importancia, cualquieradenosotros estaba confundidoy asustado.Peroconformepasabaeltiempounaideafuecobrandofuerzaenmicabeza:¿ysihasidoAarón?—Yélmismofinalmenteselohaconfesado.—No exactamente.Hace un par de días reuní todo el valor que pude y se lopregunté. Se echó a llorar y me dijo que sí, que lo había hecho. Luego meentregó la pistola, y vi que era del calibre 22, el mismo con el que habíandisparadoaesaestudiante.Nosabíabienquéhacer,hastahoy.Hoymehedichoqueteníaqueveniradenunciarlo,queeralomejorparaAarón,paramíyparalaseguridaddetodos—susurróelseñorStone,mientrasahogabaunnuevosollozo.Gordon, que todavía estaba un poco alterado por haber cometido un error taninfantil y a la vez de consecuencias imprevisibles, contempló el arma.Habíanpasado de no tener ninguna evidencia a contar con dos pistolas del calibre 22paraseranalizadas.PorsuertelabalaqueacabóconlavidadeSarahBrownsehabíaquedadoalojadaensucerebrosin,milagrosamente,apenashabersufridodaños;demodoquenolesseríacomplicadoalosdebalísticadeterminarcuáldelasdoshabíasidoutilizadaparallevaracaboelcrimen.—Tendráquefirmarsudeclaración,¿mecomprende?El hombre asintió, como si ya no le quedasen fuerzas para seguir hablando.Habíacumplidoconsudeber,pormáspenosoqueresultase.—¿Sabe dónde se encuentra en estemomento su hijo?—inquirióKaren, conextremadotacto.—Quizá en casa, quizápaseando con lasmanos en losbolsillospor el parqueBlackHawk…StevensyPhilipsdejaronalseñorStoneencompañíadeunagente,ysefueronaprepararlasdiligenciasparaqueelarmafueraanalizadayparacursarunaordendebúsquedaycapturaanombredeAarónStone.—¿Quécrees,Gordon?—No lo sé,Karen.No tengo lamenor idea.Necesito poner todo en orden—respondió el detective, que seguía dándole vueltas a la idea de que no podríaestar a la altura de lo que Sarah Brown necesitaba de él—. Mierda, ¿no sesuponíaqueCedarFallseraunlugardeensueño?

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XIIIEsamismanocheAarónStone lapasóenel calabozo.No fuecomplicadodarcon él, y una patrulla lo encontró, tal y como su padre había sugerido, en elextremonorte del parqueBlackHawk, junto a unade las orillas del ríoLittleCedar.Parecíadesorientadoyconfundido.Decidieronqueeramejorrealizarelinterrogatorioaldíasiguiente,encompañíadeunespecialista.Por la mañana llegó al departamento de policía el informe de balística de laprimera arma, la que había sido encontrada en la arboleda. Negativo. No setratabadelapistolaconlaquehabíandisparadoaSarahBrown.Unmazazo,dealgúnmodo.Porotrolado,reafirmabalaposibilidaddequeelverdaderoasesinoseencontraseyaentrerejas.Cuando Stevens llegó a la sala de interrogatorios ya le aguardaban allí elsospechoso y un psicólogo, que en principio no tenía por qué intervenir, peroqueconsideraronnecesarioqueacompañaraaldetective.ElseñorStonenohabíareclamado la presencia de un abogado, y había optado por asistir alinterrogatoriodesdeelotroladodelcristal,juntoaKarenyRon.Gordon tomó asiento y repasó la declaración firmada del padre del chaval,aunque casi se la sabía de memoria. Después se dedicó unos minutos aobservarlo, antes de lanzarle la primera pregunta. Era un joven moreno,espigado, de ojos huidizos y cargado de tics, que el detective no sabía si loacompañabandesdehacíaañososieranproductodelnerviosismo.—HolaAarón, soy el detectiveGordon Stevens, de la oficina del sheriff.Meimaginoquesabeselmotivoporelquetehemostraídoaquí…—Sí,losé.Yomatéaesachica,alaestudiante.Stevens no pudo evitar echarse levemente hacia atrás, hasta sentir el respaldodurodesusilla.Sabíaquedebíacontinuarconel interrogatorio,que teníaqueesperarlaspruebasdebalística,quelaintuiciónessólounapartedeltrabajo…peronadamásescucharaljoventuvolaimpresión,casilacerteza,dequenoerasuhombre,dequeaquelpobrediablonohabíamatadoaunamoscaensuvida.—Estábien.¿Porquélohiciste?—No lo sé. Imagino que por rabia. Voymuchas veces al campus a pasear ynadieme hace caso.No es la primera vez que siento ganas dematar a algúnestudiante.GordonhizoquesetomabamuyenseriolaspalabrasdeAarón,yfingióbuscaralgoensuexpediente,comosiallíhubierainformaciónprivilegiada,datosquepodíanrevelartodalaverdadsinnecesidaddequeélabrieseelpico.—¿Habíasmatadoantesaalguien?

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Stonesequedócomopetrificado.Susojossaltones,queviajabandeun ladoaotro de la sala, incansables, se quedaron fijos en los del detective. Estabasorprendidoyunpocoasustado.—Cre…Creoqueno.Nomeacuerdo.Elpsicólogonodijonada,perodiounlevepuntapiéaStevenspordebajodelamesa.—¿Cómolasecuestraste?—Fuemuysencillo.Yosoydelgado,perofuerte.Sólotuvequetaparlelabocaparaquenochillaseyluegolametíenelcochedemipadre.—¿Haslavadoelcoche?—¿Cómo?No,nohelavadoelcoche.¿Quéimportanciatieneeso?LaimpresióninicialdeGordonnohacíamásqueafianzarse.Sabíaquenoestabarealizando el interrogatorio de la manera correcta, sabía perfectamente queformulaba las preguntas como si las respuestas ya le hubieran sido dadas poranticipado.CogióunafotografíadelcadáverdeSarahyselatendióaStone.Eljovennopudoevitarapartarlamiradadelainstantánea,crudayaterradora.—¿Dóndeconseguisteelarma?—Se la compré hace meses a un tipo en Allison. Quedamos por Internet.Necesitabaunapistola.Queríatenerunapistola.—¿QuéhicisteconSarahdesdeeljuevesporlamañanahastaquelepegasteeltiroenlacabeza?Aaróncomenzóatemblar.Tambiénagitabalospies,comosi lefueseadarunataquedeepilepsiaencualquiermomento.—Nomeacuerdo.Todoesconfuso—tartamudeó—.Sólorecuerdoquelamatéyqueladejéallí,dondelaencontraron.Stevens no aguantó más y se incorporó. No se molestó en despedirse delsospechosonidelpsicólogoyfueenbuscadeKarenydeRon,quesehallabanenlasaladealladoconelseñorStone.—¡Estecríonosestáhaciendoperdereltiempo!¡Mejuegounapiernaaqueseestáinventadoabsolutamentetodo!—¡Gordon,por favor!—exclamóKaren, señalandodiscretamentealpadredeljoven.—Losiento.Enrealidadleestoydandounabuenanoticia.—Bueno, será mejor que esperemos al informe de balística —musitó Ron,tratando poner algo de calma y cordura—. También vamos a tener quequedarnosconsuranchera,señorStone,paraanalizarla.James Stone, que ya no sabía ni qué pensar ni qué creer, se limitó a asentirlevemente.Unapartede suserdeseabaconfiarciegamenteenaqueldetective,agarrasea laesperanzadeque todoquedase finalmenteenunamalapesadilla,

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perootrateníaseriasdudasdequesuhijonoestuvieracontándoleslaverdad.—Serámejor queme acompañe—dijo Karen, llevándose de la sala al señorStone,yregalandoasucolegaStevensunamiradacargadadereproches.—¿Quédiablostepasa,Gordon?—preguntóDavies,nadamásquedarseasolasconeldetective.—¿Deverdadnolohasvisto?¿Deverdadtengoqueexplicártelo?—No soy nadie para decirte esto, pero jamás deberías dar nada por sentado.Además,acabasdeponerenriesgolainvestigación,ylosabesperfectamente.—¡Aldiablo!De súbito el Smartphone de Ron se agitó en su chaqueta. El investigadordescolgóyescuchóalotroladolavozagitadadeunodelosagentesmásjóvenesdeldepartamento.—Ron,tienesquevenir,urgentemente.—¿Quémoscatehapicado?Hablascomosiacabarasdeverunfantasma.El jovenagentetardóalgunossegundosenresponder.Seguramentelaanalogíale había terminado de noquear, y debía recuperar el aliento antes de poderhablar.—EstoyenlacasadeTomCampbell.Estoyahoramismodelantedesucadáver.

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XIVEl médico forense dictaminó de manera oficiosa que el vigilante de launiversidad de Northern Iowa Tom Campbell llevaría muerto unos tres díascuandofinalmente lapolicía loencontróensucasa,sentadofrenteaunamesaplagada de recortes de periódico en los que se hablaba del asesinato deSarahBrown y de los escasos progresos que los investigadores habían logrado paraesclarecerlo.Suscompañerosyelpersonaladministrativodelauniversidadlohabíanechadoen falta, y finalmente dos agentes habían acudido al domicilio del vigilante.Parecía que se había suicidado ingiriendo somníferos mezclados con alcohol,porqueenlamesahabíaunpardebotesvacíosdelosprimerosyunabotelladevodkaalaquefaltabalamitaddelcontenido.Laautopsiadeterminaríalacausadefinitivadelamuerte.Cuando Stevens y Davies llegaron a la vivienda, ya estaba acordonada y almenos cuatro agentes estaban procediendo a un primer registro. El cuerpo sinvida de Tom Campbell presentaba un aspecto horrible, tenía la piel comoamoratada y se intuía que el proceso natural de descomposición se habíainiciado.—¿Quéhabéisencontradohastaelmomento?—preguntóRonal jovenagentequelehabíatelefoneadodesdelacasaparapedirlequeacudieracuantoantes.—Este tipo era muy raro. Raro de verdad, no sé cómo narices consiguió elpuestodevigilante.—Explícate,porfavor.El agente le tendióvarios librosydeuvedés.Lamayoría de elloshablabandeasesinatos o de autolisis, pero también los había sobre tortura y secuestro.Resultabanespeluznantes.—Mierda,noconocesanadiehastaqueentrasensuchoza—murmuróDavies,mientrasletendíalosartículosaStevens.—Peroesonoeslopeor.Haymás,muchomás.Seguidme.Llegaronaunahabitación,queestabacasiempapeladaconfotografíassacadasde la prensa de Sarah Brown. Casi todas eran la misma imagen: una jovensonriente,derostroangelical.Tambiénhabíamásrecortesenlosquesehablabadecómoavanzabalainvestigacióny,lomássorprendente,unacopiadelinformeoficial de la autopsia realizada a la estudiante. Parecía que el vigilante habíaanotadoenélsuspropiasreflexionesabolígrafo.—¡Joder, cómo diablos este tipo ha conseguido una copia de la autopsia!—exclamóGordon,lanzadounapatadacontraelmarcodelapuerta.

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—Señor,serámejorquetomeaire—dijoeljovenagente,intentandoresultarlomáseducadoycomedidoposible—,porquetodavíanohavistolopeor.—¿Cómo?¿Hayalgomásaún?El agente les guio hasta una especie de trampilla que permitía el acceso a unsingulardesvánsituadoenlaplantasuperiordelavivienda.Tuvieronquesubirpor los precarios peldaños de la escalera demadera de uno en uno, pues eraincómodayestrecha.Labuhardillaerauncuchitrilapestoso,apenasiluminadoporunventanucocuyocristalestabaimpregnadodemugreyconunatechumbrebajaquenopermitíamantenererguidoelcuerpo.—¡Qué asco! Este tipo me está provocando nauseas. Mierda, no lo conocíademasiado, pero lo tenía por una buena persona —masculló Ron, como sihablaseconsigomismoenvozalta.—Ahoraquieroqueveanesto.Yosíquenohepodidovomitaraldescubrirlo.Eljovenagentealumbróconsulinternaunaesquinadelaestancia.Allíhabíanconstruidounaespeciedecelda,conunaalambradametálicaypostesdemaderareforzadaconchapa.Unapequeñapuerta,comosiporellasólofueraapasarunniño,suponíaelúnicoacceso,yestabaaseguradaporvariosgruesoscandados.Elsueloeraunamezcladepaja,excrementosymanchasrepugnantesdeorigeninimaginable.—¡Qué coño es eso!—exclamóDavies, llevándose las manos a la cabeza, ypensandoquesucapacidaddeasombroacababaderompertodaslasbarreras.—Una jaula, Ron. Una maldita jaula para poder mantener secuestrada a unajovenyhacerloquequierasconella—replicóStevens,conlavozcargadadeirayasco.

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XVDurantelossiguientesdosdíasvariosagentessededicaronarepasarelhistorialdel vigilante, y descubrieron con asombro que había intentado en numerosasocasiones, y en distintos estados, entrar a formar parte del cuerpo de policía.Normalmente todomarchaba bien, pero todas sus tentativas se habían topadofinalmente con el mismo obstáculo: la evaluación psicológica. Siempre habíaresultadonegativa,yportantoinvalidanteparapoderllegaraseragente.AlfinTom Campbell se había conformado con ser vigilante, algo que no requeríapasarunoscontrolestanestrictosyquealmismotiempolepermitíasentirsedealgunamaneraprotectorygarantedelaley.Tambiéndescubrieronquenoeralaprimeravezqueseobsesionabaconuncaso,que en al menos cinco ocasiones había intentado colaborar con diferentesoficinas del sheriff de los condados en los que residía para esclarecer algúnasesinato. Este dato en un primer momento despertó la alarma en eldepartamento de policía, pero pronto vieron que todos esos casos ya estabanresueltos,yqueCampbellnohabíatenidonadaqueverconellos.Sinembargo,encriminalísticaeradesobraconocidoqueennumerosasocasioneselculpabledeunhomicidiotratadeinvolucrarseenlainvestigación,fingiendocolaborar:avecessóloparaestaraltantodelosavances,otrassencillamenteparaentorpecerlalaborpolicialydespistaralosagentes.Stevens,porprimeravezdesdequehallaranelcuerposinvidadeSarahBrown,sesentíaeufórico,con fuerzas,yparticipabaen todas las reunionesycharlabaanimosamente con cualquiera que aportase información novedosa sobre TomCampbell. Sabía que lo tenían. La autopsia del cadáver había confirmado lahipótesis inicial: suicidio causado por una sobredosis de somníferos.Seguramente el tipo no había aguantado la presión, y siguiendo sus propiaspesquisas había intuido que más pronto que tarde lo iban a descubrir. Unamuertedulcesentadoensuviviendaeramuchomejorqueenfrentarseaunjuicioy, seguramente, a una condena de por vida en una cárcel infestada de presosansiososporcebarseconunmiserablequehabíaasesinadoaunajoveninocentecontodoelfuturopordelante.Inclusoenlospresidiosexisteuncódigoéticoymoral,queserigesegúnunasnormasnoescritasqueseaplicansinambages.Entretanto, al departamento de policía de Cedar Falls llegó el informe debalísticasobreelarmaquesupuestamentehabíausadoAaronStoneparamataraSarah Brown. Negativo. No sólo no coincidía con las marcas del proyectilalojado en el cráneo de la víctima, es que además esa pistola llevaba por lomenosunañosinhaberrealizadounmíserodisparo.Tampocoenlarancheradel

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señorStone,quesegúnsuhijohabíautilizadoparasecuestraraSarah,sehallóningún indicio de su presencia: ni cabellos, ni sangre, ni ningún rastro de suADN.Sospechosodescartado.Loquepara algunos agentes había supuestounmazazo,paraGordonhabíasidolaconfirmaciónmedianteevidenciasdequesuintuiciónnolehabíafallado.Una semana tras la aparición del cadáver de Tom Campbell en su viviendaPhilips yStevens se afanaban en elcentrodeoperaciones por tratar de ponerorden a los infinitos documentos y testimonios que lo convertían en elsospechosoideal.Desgraciadamente,todavíanoteníanningunapruebasólida.—Tuvoqueserél,Karen.Sólonoshacefaltaencajardosotrespiezasdelpuzleysurostromacabrosenosapareceráalfin.Laagentedevolvióunasonrisatorcidaasucompañero.Noloteníatanclaro.Esmás,cadadíaquepasabalasdudasleacuciabanconmásfuerza.NoterminabadeveresemalditopuzlequeaGordonleparecíatanevidente.—Necesitamosmás.Enunjuicioconloquetenemosnovamosaningunaparte.Comomucho amostrar que Campbell era un perturbado obsesivo, pero pocomás.—Lo sé, y por eso tenemos que trabajar con más empeño. Tenemos al pezmordiendoelanzuelo,ynolopodemosdejarescapar.SelodebemosaSarah—replicó Stevens, enérgico, como si hubiera tomado alguna sustancia queimpulsarasuorganismoconunagarrainusitada.Karenasintió,pococonvencida.Peseatodo,siguióanotandoloqueconsiderabapodía ser importante de cara a la investigación en un cuaderno, mientrasrepasaba con ojo de halcón cada uno de los expedientes que desbordaban lamesadelcentrodeoperaciones.Durante una hora el silencio se adueñó de la estancia. Gordon estabaconcentrado,ydealgunamanerasentíaunaespeciedealivio,comosiacabaradequitarseunaespinaquelehubieramortificadoalolargodevariassemanas.Sarahmerecíaqueselehicierajusticia,yyaacariciabaconlayemadelosdedoseseinstantefeliz.—Sabíaqueosencontraríaaquíalosdos.Lavoz apagadayunpoco afónicadeRon rompió elmutismoquepresidía elcentrodeoperaciones.TantoeltonodesuspalabrascomosuexpresióncorporalnohicieronaugurarnadabuenoaKaren.—¿Quéhasucedido?—Malas noticias, chicos—respondióDavies,mientras tomaba asiento junto asuscompañeros.—No te demores y suéltalo de una vez —murmuró Stevens, tratando depreparaseparalopeor.

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—¿OsacordáisdeMikeJohnson?—Sí,elvigilantequehacíaelturnoconCampbell—contestóraudaPhilips.—Exacto. Pues tenemos una declaración jurada en la que afirma que no sedespegódeélen toda la jornadadeldía6demarzo,precisamenteeldíade ladesaparición de Sarah. Esmás, asegura que en la franja horariamás probableparaelsecuestroseencontrabanenlaotrapuntadelcampus.—¡Esonosignificaunamierda!—exclamóGordon,airado.—Espera. También hemos encontrado a un familiar deCampbell que aseguraque esa jaula llevaba construida años, y que seguramente llevaría meses sinusarse.Elpadredelvigilante,quefallecióamediadosdelañopasado,padecíademencia senil, y cuando él no estaba en casa se dedicaba a molestar a losvecinosoapasearseenpelotasportodoelbarrio.ACampbell,queyasabemosque eraunperturbado,no se le ocurrióotra cosaque construir una celdaparameterenellaasuprogenitorcuandotuvieraqueausentarse.Undisparate.Stevens sintió que elmundo se le venía encima.De nuevo un puñetazo en laboca del estómago, de nuevo una espina larga y astillada atravesándole lasentrañas.—Tendremos que esperar a ver los resultados de los análisis que estánrealizandoalosrestosdeADNquehabíalacelda—murmuróKaren,sinmuchaconvicción,perotratandoqueGordonnosederrumbaraallímismo.—Sí, habrá que esperar. Quizá tanto el vigilante como el familiar esténmintiendo,intentandoprotegerelbuennombredealguienaquienapreciabanyque ya no está entre nosotros para defenderse—musitó Stevens, apagándose,notandoquemillonesdepensamientosleacribillabanelcerebro.Davies no deseaba dar la puntilla definitiva a su colega. Pero tampoco podíapermanecercalladopormástiempo,porqueesosíqueeraunabajeza.—Hay algo que no os he contado, porque intenté restarle importancia en sumomento. Estábamos todos tan ilusionados con la idea de que ya teníamos alasesinoqueyomismodeseeapartarlodemimente.—Continúa, por favor —espetó Philips, que quería que si había más malasnoticiasllegaranloantesposible.—ElforensequerealizólaautopsiaaSarahmetelefoneóunosdíasdespuésdeencontrarelcuerposinvidadeCampbell.Medijoquesehabíaenteradodelasextrañascostumbresdelvigilante,yde lode lamalditayasquerosa jaula.Medijoquesóloeraunaimpresiónsuya,peroquenosolvidásemosdelaideadequelachicahubierapodidoestarallí encerradani tan siquieraunpardehoras,nodigamoscasidosdías.—¿Y eso? —preguntó Karen, desconcertada y anhelando una explicaciónrazonadaparaaquellahipótesis.

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—El cadáver de Sarah, obviando la herida de bala, no presentaba ni un solorasguño.Niunpequeñocorte,niunsolomoratón,nitansiquieraunauñaalgoquebrada.Leresultabainconcebiblepensarqueelcuerpodeunapersonahubierapodido estar encerrado durante horas en un lugar tan lóbrego, agobiante yfunestocomounaceldaartesanalsinsufrirsiquieraunamínimalesión.

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XVILos resultados del análisis de los restos deADN encontrados en la jaula queTomCampbellhabíaconstruidoeneldesvándesuviviendaconfirmaronloqueyasepresentía: allí sólohabíanestadoelpropioCampbelly sudifuntopadre.Nadiemás.EntodalaviviendadelvigilantetampocosehallóniuncabelloquelovinculaseconelcrimendeSarahBrown.Habíanllegadoaunavíamuerta.EldepartamentodepolicíadeCedarFallsnoteníasospechosos,nitestimonios,nielmenorindiciodequiénhabíapodidoacabarconlavidadelaestudiante.Pocomás de un año después del día en que fue descubierto su cuerpo sin vida lainvestigacióneraarchivada.UnamásengrosandolaslistasdecasossinresolverdelosEstadosUnidosdeAmérica.Stevensnopudosuperarelgolpe.TeníapesadillasconstantesenlasqueSarahlepedíaquenolaabandonase,quenoseolvidasedeella.Enesascondicionesleresultaba imposible continuar con su rutina diaria, de modo que solicitó unaexcedenciayselargódeWaterlooparatrabajarenunagranjafamiliarubicadaenelestadodeKansas.Davies resistió mejor el golpe, y consiguió un puesto como detective enChicago,ciudadconlaquellevabaañossoñando.Allíloshomicidioseranelpannuestrodecadadía,demodoquelacapaduradeprotecciónquedebedesarrollartodobuenpolicíasecurtióconrapidez.Sumentalidadpornaturalezaoptimistale permitía convivir cada día con lo peor de la sociedad, sin olvidar que lamayoría de las personas quehabitan estemundo son fabulosas, y que sólo unpuñadodecanallassepreocupadeperturbarlapazdelacomunidad.Élestabaallí para arrestarlos,para evitarqueelmal sepropagase.Yeso lehacía sentirbien.Philips siguió en Cedar Falls. Consiguió primero un ascenso a investigadora.Consiguióañosdespués,traslajubilacióndePatrickThomas,convertirseenjefade la policía local.Consiguió, conmucho esfuerzo, dejar aparcado el horriblecrimen de SarahBrown para que aquel hecho no le impidiese disfrutar de sutrabajo,desufamiliaydesupreciosaciudad.Lavidadebíacontinuar.

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XVIIHabía transcurrido una década desde el crimen en la universidad deNorthernIowa.ApenasunpuñadodepersonasentodoslosEstadosUnidosselevantabancadamañanarecordandoaSarahBrown.Eraalgodolorosoparaellos,peronopodían evitarlo, no lograban superarlo. El resto habían sido capaces de dejaratrás aquel hecho terrible y sólo muy de cuando en cuando lo recordabanvagamente,eintentabanapagarlosrescoldoscontodassusfuerzas,paraquelacosanofueseamayores.KarenPhilipseraunadeesaspersonasquehabíanlogradoencontrarlafelicidady dominar la memoria, doblegando su voluntad de acosarla con recuerdosespantosos que sólo podían causarle daño. Nada más. Sus hijos ya eranadolescentescrecidos,sumaridolaadorabayellahabíallegadomásaltodeloquehabíasoñadojamás.YseguíaensuadoradaCedarFalls.Peroderepenteunprogramadetelevisiónlaarrancódesumundoidílico.Seguíaenganchadaalasseries y documentales sobre investigación criminal. Hoy la presentadora, confingido gesto compungido, repasaba el espeluznante caso sin resolver de unamaravillosa alumnauniversitaria natural deSheldon, cuyonombre no era otroqueSarahBrown.Karennosepodíacreerloqueveíaatravésdesupantalladeplasma, y no pudo evitar emitir un quejido que se sostuvo durante variossegundosenelaire.—Tranquila,cariño.Esteprogramasededicaaestascosas.Eraalgoquepodíasuceder—manifestó elmarido deKaren, que estaba sentado a su lado, y quecomprendíaloquesumujerdebíadeestarsufriendo.—Nisiquierasehandignadoallamarme,almenosparaquediesemiopiniónalrespecto.—Han pedido permiso a la familia. Ya lo han comentado. No te atormentes.Mejorapagamoslatelevisión.—¡No,porfavor!Quieroverlo,quieroverlotodo.Quierosaberexactamentequéesloquevanacontar.Para su tranquilidad el relato de lo acaecido no era abordado consensacionalismo ni detalles escabrosos, al contrario: el tacto y el rigor delreportajeerandignosdeadmirar.Peseatodo,seguíamolesta,ynocomprendíaquenohubiesencontrastadoconellatodalahistoria.Afindecuentasahoraerala máxima responsable del departamento de la policía local de Cedar Falls.Luegopensóenlafamilia,yleatormentólaideadequehubieransidolospadresdeSarah,quemásdeunavezlehabíanreprochadoalacaraqueelcasohubierasido archivado, los que además del consentimiento hubieran impuesto algunas

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condiciones.Entre lasmismas: queno se hablase conningunode los agentes,investigadoresydetectivesvinculadoscon la investigacióndel asesinatode supequeña.Cuando acabó el programaKaren estaba agitada, como si hubiese corridounacarrerade400metroslisosoestuvieraapuntodeiniciaruncombatedeboxeo.Sumaridoestabapreocupado.—¿Quieresquetetraigaunapastillaparadormir?Philips se quedó pensando unos segundos. La voz suave y agradable de suesposo la relajó,peroaunasísabíaquesinunaracióndobledeLorazepamnopodríadescansar.—Sí,creoquevaaserlomássensato.Gracias.ApenasKarenhabíaingeridodospastillasdelfármacosonóelteléfono.¿Quiéndiablospodíallamartantardeacasa?Sólocabíaunaposibilidad,ysedijoquenoestabaencondicionesdeafrontaralgunaurgencia,ymenosdecogerelcocheytrasladarsehastaeldepartamentodepolicía.Deseócontodaelalmaquefuerasusuegra,yquesepasaseunbuenratocharlandoconsumaridoacercadesusnietos.—Cariño, te llaman del trabajo—musitó su esposo, mientras le acercaba unteléfonoinalámbrico.Philipssuspirócondesgana,yluegocogióelaparatoanhelandoquenosetratasedenadaverdaderamenteimportante.—¿Quésucede?—Señora,necesitamosquevenga.AlguiennoshatelefoneadodesdeSheldonynoshadejadoelnúmerodeunacabinapública.Dicequesóloquierehablarconusted.La voz del agente de guardia, anodina y monótona, no pudo enmascarar larelevanciaextremadelainformaciónqueleestabatrasladando.Karensintióquesupechosehinchaba,ysupoqueerasucorazón,quegolpeabacomouncaballodesbocadoelesternón.—Sheldon…Diosmío.¿Tehadichoalgomás?—Sí. Dice que tiene que contarle algo muy importante sobre el asesinato deSarahBrown.

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XVIIIDiezañossondemasiadosaños.Sinembargo,losremordimientos,eldolorylaculpanoconocendelpasodeltiempo,yhacenquecualquierhecho,porlejanoqueseencuentre,estétanpresenteenlamemoriacomolovividosólohaceunossegundos.Karenviajabaenunvehículopolicial,conducidoporunode losagentesdesudepartamento,conlaventanilladelcopilotobajada.Elvientoagitabasucabello,leobligabaa llevar losojosentrecerrados,hacíaqueel frío leerizase lapieleincrementabaelconsumodegasolina;todoerandesventajas.Sinembargo,habíadecidido que lo mejor para enfrentarse a los fantasmas del pasado que leaguardabanenSheldonerasentirenelrostroelairelimpioquerecorreelestadodeIowa.La llamada anónima, realizada por una joven que decía ser familiar de CarolWeight, no le había dado demasiados detalles, y quizá en cualquier otracircunstanciahubieradecididonohacerleelmenorcaso.Perorecibirlajustotrasel programa sobre el crimen de Sarah, el mismo programa que según lainformantelehabíaobligadoasincerarsetrasmásdeunadécadadesilencio,lehabíaprovocadounaconmoción.EnresumenselimitabaasolicitaraKarenquevisitasealpadredeCarol,queseguíaresidiendoenSheldon.Ahoraeraunviudojubilado,peroestabaconvencidadequelaspesadillasylasdudaslecarcomíantantoomásqueaella.Lainformantehabíainsistidoenquelepreguntasen,sindilacionesnimiramientos,poreldiariodesuhija.Despuésdecuatrohorasdetrayectoaparcaronfrenteaunabonitaycuidadacasadedosalturas,conuna fachadapintadadeun resplandecienteyelegantecolorazulyunfrondosojardínqueennadaenvidiabaalosdeVersalles.Karensebajódel coche temblando, no demasiado convencida de lo que estaba a punto dehacer.—Señora,¿estáseguradequenoquierequelaacompañe?—preguntóelagentedesdeelinteriordelvehículopolicial.—Completamente. Sólo si ves algo extraño, o tardo demasiado en regresar,intervén.Esmejorasí,teloaseguro.Philipsllamóalapuertadelaviviendayseencontróconunhombredeunos60años bien llevados, alto, todavía fornido, y de ojos amigables, de color muyclaro.—Disculpe,¿habloconelseñorLiamWeight?Karenformulósupreguntaalmismotiempoquemostrabasuplacadejefedelapolicía local de Cedar Falls. De inmediato apreció que el nerviosismo se

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adueñaba de aquel tipo, que ahora miraba por encima de su hombro,seguramentevislumbradoqueaparcadofrenteasupuertahabíauncochedelapolicía.—Sí,soyyo—respondió,conlavozmortecina.Philips supo desde ese instante que la informante no era una bromista demalgusto que se había entretenido en telefonear desde una cabina pública aldepartamentoparadaruntestimoniofalsoconelquevolverlocosporunosdíasaunpuñadodeagentes.Aunquehabíatenidosusdudas.Antesdeiniciaraquellargo viaje había comprobado la coartada y los testimonios de Carol, y eransólidoscomodiamantes.En tal casoalgose leshabíaescapado,yahorano lequedabamásremedioqueformularleaaquelhombreunapreguntadirecta,comounbuenderechazoquelodejaseKOysincapacidaddeimprovisación.—SeñorWeight,hevenidohastaaquíporquenecesitoquememuestreeldiariodesuhija.Liamsetambaleólevemente,perologrómantenerseerguido.Llevabaesperandoesavisitadiezaños.Quizáhabíatardadodemasiadoenllegar;siemprepensóqueseríaalcabodeunaño,a losumodos.Ysinembargo,ahoraquesumemoriahabíaconseguidoemborronarelpasadoallíestabaesajefadelapolicíalocaldeCedarFalls,casitemblando,comoél,mientraslesolicitabaconrotundidad,peroamablemente,quetraicionaseasupropiahija.Albergabalaesperanzadequealomejoresoeraloquedebíahacer,porquenuncasehabíasentidoconfuerzascomoparapreguntarleasupequeña,nuncajamáshabíaencontradoelmomento.Sencillamente había decidido construir unmuro demutismo y reserva, con laesperanza de que la duda era sin parangón mucho mejor que una certezahorrible.Perosehabíaacabadoeltiempodelosfingimientos,ytocabaconocerlaverdad.Quizá,ysóloquizá,habíaestadoequivocadotodosesosañosysuhijanoeraelmonstruoqueimaginaba.Sólocolaborandopondríafinatantotiempodesufrimiento.—¿Ylapistola?¿Vaanecesitartambiénqueleentreguelapistola?

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XIXLopeornofueencontrarundiarioplagadodeamenazasydeodiohaciaSarahBrown por parte de su amiga desde la infancia CarolWeight, lo peor no fuehallar en una de sus páginas una confesión detallada del horrendo crimen, lopeorniconmuchofueobtenersushuellasdelapistoladelcalibre22propiedaddesupadreyrelacionarpositivamenteelarmaconlabalaalojadaenelcráneodelavíctima,lopeornofuetampocodescubrirconasombroqueaquellainquinavenía desde muy lejos y tenía que ver con que Carol estaba perdidamenteenamorada de Mark Walton, el novio de Sarah. Todo lo dicho sólo habíafacilitadolascosas,evidenciadoquesehabíacometidoalgúnimperdonableerroralolargodelainvestigaciónyqueyateníanporfin,unadécadadespués,alaculpabledelasesinatodeSarahBrown.EnrealidadlopeorfuedemostrarquelacoartadadeCarolWeighterafalsa,porqueenverdadelcrimenfuecometidolamismamañana de la desaparición de la estudiante, y no en lamadrugada delsábado8demarzo.Los testimonios de Maddie, que residía en los apartamentos Hillside, muypróximosallugarenelquefueencontradoelcadáver,sumadosalosdelosdosvigilantesdel turnodeaquella fatídicanoche,yal informedel forense,habíanllevadoatodosaconcluirqueSarahhabíasidodisparadaenlasienalas2:30delamadrugadadeaquelsábado.Perolascosasnohabíansucedidoasí.Esoestabamuyclaro.Philips no había logrado convencer a la ayudante del fiscal del distrito de laimportanciadereabrirelcaso:necesitabaalgomás,unapruebacontundente,uninformeforensequeexpusieraconcertezaqueenrealidadelcuerpodelajovenllevaba abandonado en la arboledadesdeprimerahoradel jueves6demarzo.Durantedías lemortificó la ideadeque eso fuerapocomenosque imposible.Perosinembargolasoluciónlellegódesdesupropiacasa,procedentedelavozdeunodesusqueridoshijos,quedeseabaestudiarmedicinaysiempreandabaleyendorevistascientíficas.—Mamá, ¿por qué no pides ayuda a la universidad de Chicago? Tienen undepartamento que precisamente se dedica a estudiar el proceso dedescomposicióndeuncuerpoenfuncióndel lugarenelqueseencuentreydelascaracterísticasambientalesdelazona.Sólodosdíasmástardecuatroexpertoshabíanmontadounagranjadecadáveresenlaarboleda.Porsuerteestabanenplenoinvierno,demodoquenohabíaqueesperarparaquelascondicionesclimatológicasfueransimilares.AlcabodeunasemanaKaren tenía sobre sumesaun informeconcluyente: a las 48horas los

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cuerpos presentaban el mismo estado de casi nula descomposición y escasapresenciadeactividaddeinsectosqueeldeSarahBrown,demodoqueafirmabaquelomásprobableesquelahoradesuasesinatosesituaseentrelasnueveylasoncedelamañanadeljueves6demarzo.Aunque ya estaba jubilado, Philips fue a visitar al médico forense que habíafirmadolaprimeraautopsia,yquehabíaestablecidolahoradelamuerte.Teníaquedejarlotodoatadoybienatadoantesdevolveraenfrentarsealaayudantedelfiscal.Elmédicoreconociósuerror,aduciendoquedesdeentonceslacienciahabía avanzado una barbaridad, y que seguramente se equivocó. Aceptó sinplantearobjecioneselnuevoinformeforenseyconesosellóeldestinodeCarolWeight.La antigua alumna de la universidad de Northern Iowa residía ahora enMarshalltown (les había costado un poco localizarla, pues había contraídomatrimoniohacíaunpardeaños,perdiendosuapellidodesoltera),aapenas60millasdeCedarFalls.Nadielehabíaavisadodequelaestabaninvestigando,nisiquierasupadrelehabíacomunicadoqueestabacolaborandoconlosagentes.DemodoqueCarolWeightsuponadamásveraparcarjuntoalporchedesucasados vehículos de policía que la función había llegado a su fin, que era elmomentodeexpiarsuhorrendopecado.Pese a los consejos de su abogado, Carol no supuso ningún problema. Entrelágrimasysollozosaceptótodaslaspruebasensucontra:eldiario,lapistola,elmotivoquelallevóamatarasuamigaSarahylamaneraenquellevóacabosuplan.Carol llevaba enamorada deMark desde la época del instituto, prácticamentedesdeelmismomomentoenquesumejoramiga,SarahBrown,comenzóasalircon él. Todos residían en Sheldon, todos formaban, en apariencia, una bonitapiña.Todos sematricularonen lamismauniversidad,y fueallídondeWeightcomprendióqueWaltonestabalocoporsuamiga,yquelaúnicaposibilidaddeconseguiratraersuatencióneraquitarladeenmedio,pordolorosoycruelqueresultase.Trazóunplan,ylamañanadeljueves6demarzo,bientemprano,lallevóensucochehasta laarboleda,con laexcusadequenecesitabaencontraralgunasplantasparauntrabajodebiología.Nosupusoningúnproblemapegarleun tiro en la sien, a apenas un palmo de distancia de su amiga, entretenidabuscandoesasplantasinexistentes,ajenaalodioyasupróximofin.Carolhabíahurtadounarmadelcalibre22delacasadesupadre,ysólotuvoquesacarladelbolsoydisparar.MatóaSarah,peronologróqueMarkseenamorasedeella,alcontrario:sóloconsiguiósumirloenunaprofundadepresión,delaqueaúnnosehabíarecuperadocompletamente.Para su propia sorpresa, el plan que había trazado, con la coartada del viaje a

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Waterloo,funcionóinclusomejordeloquehabíasoñado.Cuandoseenteródequeelcasosecerrabaporfaltadepruebasysospechosos,casisequedóatónita.Nosabíaqueotrostormentoslaesperabanalavueltadeunosmeses.Weightsemaldecíatodaslasnochesantesdeapagarlaluzydormirse,acosadapor una verdad que comprendió la acosaría hasta el infinito. Pese a todo,consiguiórehacersuvida,ydealgunamaneraescapódelapolicíaprimeroydelpasadomástarde.Peroolvidóundetalle:lehabíaentregadovariosenseresaunaprimaparaquesupadrelosguardaseensutrastero.Entreellosseencontrabanundiariomuyreveladoryunapistolainculpatoria.El jurado apenas tardó una hora en decidir por unanimidad que Carol eraculpabledehomicidioenprimergrado.Lajuezafuebenévolaensusentencia,porque la encausada había mostrado arrepentimiento y había confesado sucrimen. Sólo le cayeron encima 25 años, con posibilidad de revisión de lacondenaalos15.Dealgunamanera,sehabíahechojusticia.Philipssintióquetodoelprocesohabíaduradoapenasunossegundos,enlugardemeses.Quizáel tenerquelidiarconunhechotanremoto,reconstruyéndolocasi con la pericia de un artesano, a la vez que se enfrentaba a los pequeñosdelitos cotidianos que llegaban al departamento a diario, había distraído sumente,hastatalpuntodeperderlanocióndelpasodeltiempo.Ahoraquetodohabíaterminadosesentíareconfortadaporunlado,perotremendamenteagotadayvacíaporotro.KarensehabíaapoyadoensuequipodelapolicíalocaldeCedarFalls,yelloshabíanrespondidoconpericiaygranprofesionalidad.Habíamantenidoaltantode losprogresosa subuenamigoRonDavies,quedesdeChicagohizo loqueestabaensumanoporacelerarlostrámitesyserparteactivadelaresolucióndelcaso.Peroahoraquetodohabíaterminadodebíarealizarunallamada.Sehabíaprometido no importunarlo, no atormentarlo con los ecos del pasado, y sóloponerseencontactoconélcuandoyalaculpableestuvieseentrerejas.Creyóqueeralomásjusto,lomásapropiado.—¿Gordon?—Karen… ¿Eres tú, Karen? —preguntó Stevens, sorprendido. Quizá habíanpasadocincoañosdesde laúltimavezquehabíaconversadoconPhilips,peroreconociósuvozalmomento.—Sí,Gordon,soyyo.Yapodemosdescansar.Yatodohaterminado.LehemoshechojusticiaaSarahBrown.Yapuedesperdonarte…Karennorecibiórespuestaasuspalabras.Alcabodeunossegundossólopudoescucharelsollozodeunbuenhombrequeacababadehacerlaspacesconsigomismo.Yentoncesellatambiénsepusoallorar.

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XXFinalmentelospadresdeSarahBrownhabíanlogradosuobjetivoalponerseencontacto con aquel programa que se dedicaba a rescatar del pasado casos quehabíanquedadosinresolver.Esperabanqueaquelloremovieselaconcienciadealgún televidentecon remordimientosyqueespolease la laborestancadade lapolicía.GordonStevenshabíaconducidoensucocheparticularvarioscientosdemillasdesdeel surdeKansashasta llegar aSheldon.Ahoraqueestabadelantede lacasade losBrownse sintió sin fuerzaspara llamara lapuertaypresentar susrespetos. Consideró que no era apropiado, que quizá aquellos padres no setomasenabiensuvisita,onosupierancomprenderelcarácterdelamisma.Yadabaigual.Enrealidadelviejodetectivenosehabíadadoaquellapalizadesietehorasdetrayectoparaeso.Elobjetivodesuperiploestabaenotraparte,aunquenomuylejosdeallí.SabíaquelosrestosdeSarahBrowndescansabanenelcementerioEastLawn,demodoquefuehastaallícaminando.Notuvoelvalordepreguntaranadie,ynecesitócasitreshoraspaseandoentrelaslápidasparadarconlaplacadelaestudiante.Estabalimpia,biencuidada,yunramilletedefloressilvestresque no habían marchitado evidenciaba que por allí alguien pasaba con ciertafrecuencia.Latumbaestabaprotegidapordosaltosyfrondososárboles,quelaprotegíanyesparcíansobreellasumajestuosasombra.Miróasualrededor,paraasegurarsedequenadie loobservaba.DespuésGordonclavósusrodillasenelmullidocéspedysepusoarezar.Hacíaporlomenosveinteañosquenooraba,perosintióesanecesidadynadaninadieseloibaaimpedir.Nadamásterminardejóunarosasobrelaplaca.—Losiento,Sarah, sientonohaber estadoa la altura.Esperoqueestésdondequieraqueestésmehayasperdonado.Esperoqueestésdondequieraqueestésyahayasencontradolapazquemereces…

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TableofContentsÍndiceCapítuloICapítuloIICapítuloIIICapítuloIVCapítuloVCapítuloVICapítuloVIICapítuloVIIICapítuloIXCapítuloXCapítuloXICapítuloXIICapítuloXIIICapítuloXIVCapítuloXVCapítuloXVICapítuloXVIICapítuloXVIIICapítuloXIXNovelaRegalo—MiradaInfinita