Los Pájaros y Otras Historias

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  • 7/25/2019 Los Pjaros y Otras Historias

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    Seis inquietantes historias de diferentes gneros recopiladas en un mismo

    libro: Los pjaros (llevada al cine por Hitchcock) !onte "erit #l man$ano

    #l peque%o fot&grafo 'same otra ve$ desconocido #l anciano

    Los pjaros

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    El 3 de diciembre, el viento cambi de la noche a la maana, y lleg el invierno. Hastaentonces, el otoo haba sido suave y apacible. Las hojas, de un rojo dorado, se haban

    mantenido en los rboles y los setos vivos estaban verdes todava. La tierra era !rtil en loslugares donde el arado la haba removido.

    "at Hoc#en, debido a una incapacidad contrada durante la guerra, disrutaba una pensin y notrabajaba todos los das en la granja. $rabajaba tres das a la semana y le encomendaban lastareas ms sencillas% poner vallas, embardar, reparar las ediicaciones de la granja...

    &un'ue casado, y con hijos, tena tendencia a la soledad( preera trabajar solo. Le agradaba'ue le encargasen construir un di'ue o reparar un portillo en el e)tremo ms lejano de lapennsula, donde el mar rodeaba por ambos lados a la tierra de labran*a. Entonces, almedioda, haca una pausa para comer el pastel de carne 'ue su mujer haba cocido para !l, ysentndose en el borde de la escollera, contemplaba a los pjaros. El otoo era !poca para

    esto, mejor 'ue la primavera. En primavera, los pjaros volaban tierra adentro resueltos,decididos( saban cul era su destino( el ritmo y el ritual de su vida no admitan dilaciones. Enotoo, los 'ue no haban emigrado allende el mar, sino 'ue se haban 'uedado a pasar elinvierno, se vean animados por los mismos impulsos, pero, como la emigracin les estabanegada, seguan su propia norma de conducta. Llegaban en grandes bandadas a la pennsula,in'uietos( ora describiendo crculos en el irmamento, ora posndose, para alimentarse, en latierra reci!n removida, pero incluso cuando se alimentaban, era como si lo hiciesen sin hambre,sin deseo. El desasosiego les empujaba de nuevo a los cielos.

    +lancos y negros, gaviotas y chovas, me*cladas en e)traa camaradera, buscando algunaespecie de liberacin, nunca satisechas, nunca inmviles. +andadas de estorninos,

    susurrantes como pie*as de seda, volaban hacia los rescos pastos, impulsados por id!nticanecesidad de movimiento, y los pjaros ms pe'ueos, los pin*ones y las alondras, sedispersaban sobre los rboles y los setos.

    "at los miraba, y observaba tambi!n a las aves marinas. &bajo, en la ensenada, esperaban lamarea. $enan ms paciencia. escadoras de ostras, *ancudas y *arapitos aguardaban alborde del agua( cuando el lento mar lama la orilla y se retiraba luego dejando al descubierto laranja de algas y los guijarros, las aves marinas emprendan velo* carrera y corran sobre lasplayas. Entonces, les invada tambi!n a ellas a'uel mismo impulso de volar. -hillando,gimiendo, gritando, pasaban ro*ando el plcido mar y se alejaban de la costa. e apresuraban,aceleraban, se precipitaban, huan( pero /adonde, y con 'u! inalidad0 La in'uieta urgencia delmelanclico otoo haba arrojado un hechi*o sobre ellas y deban congregarse, girar y chillar(

    tenan 'ue saturarse de movimiento antes de 'ue llegase el invierno.

    12ui* pensaba "at, masticando su pastel de carne en el borde de la escollera los pjarosreciben en otoo un mensaje, algo as como un aviso. 4a a llegar el invierno. 5uchos de ellosperecen. 6 los pjaros se comportan de orma semejante a las personas 'ue, temiendo 'ue lesllegue la muerte antes de tiempo, se vuelcan en el trabajo, o se entregan a la insensate*.7

    Los pjaros haban estado ms alborotados 'ue nunca en este declinar del ao( su agitacinresaltaba ms por'ue los das eran muy tran'uilos. -uando el tractor tra*aba su camino sobrelas colinas del 8este, recortada ante el volante la silueta del granjero, hombre y vehculo seperdan momentneamente en la gran nube de pjaros 'ue giraban y chillaban. Haba muchos

    ms 'ue de ordinario. "at estaba seguro de ello. iempre seguan al arado en otoo, pero noen bandadas tan grandes como !sas, no con ese clamor.

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    "at lo hi*o notar cuando hubo terminado el trabajo del da.

    dijo el granjero , hay ms pjaros 'ue de costumbre( yo tambi!n me he dado cuenta.6 muy atrevidos algunos de ellos( no hacan ning9n caso del tractor. Esta tarde, una o dosgaviotas han pasado tan cerca de mi cabe*a 'ue crea 'ue me haban arrebatado la gorra.-omo 'ue apenas poda ver lo 'ue estaba haciendo cuando se hallaban sobre m y me daba el

    sol en los ojos. 5e da la impresin de 'ue va a cambiar el tiempo. er un invierno muy duro.or eso estn in'uietos los pjaros.

    &l cru*ar los campos y bajar por el sendero 'ue conduca a su casa, "at, con el 9ltimo destellodel sol, vio a los pjaros reuni!ndose todava en las colinas del 8este. "o corra ni un soplo deviento, y el grisceo mar estaba alto y en calma. :estacaba en los setos la coronaria, a9n enlor, y el aire se mantena plcido. El granjero tena ra*n, sin embargo, y ue esa noche cuandocambi el tiempo. El dormitorio de "at estaba orientado al Este. e despert poco despu!s delas dos y oy el ruido del viento en la chimenea. "o el urioso bramido del temporal deludoeste 'ue traa la lluvia, sino el viento del Este, seco y ro. ;esonaba cavernosamente enla chimenea, y una teja suelta bata sobre el tejado. "at prest atencin y pudo or el rugido del

    mar en la ensenada.

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    "o estoy e)agerando replic !l, enojado por la insinuacin de la mujer. $e digo 'ue lospjaros estaban en el al!i*ar, intentando entrar en el cuarto.

    :e pronto, de la habitacin 'ue dorman los nios, situada al otro lado del pasillo, surgi ungrito de terror.

    Es >ill dijo su mujer, sentndose en la cama completamente espabilada . 4e a ver 'u! lepasa.

    "at encendi la vela, pero, al abrir la puerta del dormitorio para atravesar el pasillo, la corrienteapag la llama.

    on otro grito de terror, esta ve* de los dos nios, y !l se precipit en su habitacin, sintiendoinmediatamente el batir de alas a su alrededor, en la oscuridad. La ventana estaba abierta depar en par. & trav!s de ella, entraban los pjaros, chocando primero contra el techo y lasparedes y, luego, rectiicando su vuelo, se lan*aban sobre los nios, tendidos en sus camas.

    $ran'uili*aos. Estoy a'u grit "at, y los nios corrieron chillando hacia !l, mientras en la

    oscuridad, los pjaros se remontaban, descendan y le atacaban una y otra ve*.

    /2u! es, "at0 /2u! ocurre0 pregunt su mujer desde el otro dormitorio.

    "at empuj apresuradamente a los nios hacia el pasillo y cerr la puerta tras ellos, de modo'ue se 'ued solo con los pjaros en la habitacin.

    -ogi una manta de la cama ms pr)ima y, utili*ndola como arma, la blandi a diestro ysiniestro en el aire. "otaba cmo caan los cuerpos, oa el *umbido de las alas, pero los pjarosno se daban por vencidos, sino 'ue, una y otra ve*, volvan al asalto, pun*ndole las manos yla cabe*a con sus pe'ueos picos, agudos como las ailadas p9as de una horca. La manta seconvirti en un arma deensiva( se la arroll en la cabe*a y, entonces, en la oscuridad ms

    absoluta, sigui golpeando a los pjaros con las manos desnudas. "o se atreva a llegarse a lapuerta y abrirla, no uera 'ue, al hacerlo, le siguiesen los pjaros.

    "o poda decir cunto tiempo estuvo luchando con ellos en medio de la oscuridad, pero al in,ue disminuyendo a su alrededor el batir de alas y luego, ces por completo. erciba un d!bilresplandor a trav!s del espesor de la manta. Esper, escuch( no se oa ning9n sonido, salvoel llanto de uno de los nios en el otro dormitorio. La vibracin, el *umbido de las alas, se habae)tinguido.

    e 'uit la manta de la cabe*a y mir a su alrededor. La lu*, ra y gris, de la maana iluminabael cuarto. El alba, y la ventana abierta haban llamado a los pjaros vivos. Los muertos yacanen el suelo. "at contempl, horrori*ado, los pe'ueos cadveres. Haba petirrojos, pin*ones,

    paros a*ules, gorriones, alondras, pin*ones reales, pjaros 'ue, por ley natural se adherane)clusivamente a su propia bandada y a su propia regin y ahora, al unirse unos a otros en susimpulsos de lucha, se haban destruido a s mismos contra las paredes de la habitacin, ohaban sido destruidos por !l en la reriega. &lgunos haban perdido las plumas en la lucha(otros tenan sangre, sangre de !l, en sus picos.

    &s'ueado, "at se acerc a la ventana y contempl los campos, ms all de su pe'ueo huerto.

    Haca un ro intenso, y la tierra apareca endurecida por la helada. "o la helada blanca, laescarcha 'ue brilla al sol de la maana, sino la negra helada 'ue trae consigo el viento delEste. El mar, embravecido con el cambio de la marea, encrespado y espumoso, rompa

    broncamente en la ensenada. "o haba ni rastro de los pjaros. "i un gorrin trinaba en el seto,al otro lado del huerto, ni una chova, ni un mirlo, picoteaban la hierba en busca de gusanos. "ose oa ning9n sonido( slo el ruido del viento y del mar.

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    "at cerr la ventana y la puerta del pe'ueo dormitorio y cru* el pasillo en direccin al suyo.u mujer estaba sentada en la cama, con uno de los nios dormido a su lado y el mspe'ueo, con la cara vendada, entre sus bra*os. Las cortinas estaban completamente corridasante la ventana y las velas encendidas. u rostro destacaba plidamente a la amarillenta lu*.Hi*o a "at una sea con la cabe*a para 'ue guardara silencio.

    &hora est durmiendo cuchiche , pero acaba de coger el sueo. &lgo le ha debido deherir( tena sangre en las comisuras de los ojos. >ill dice 'ue eran pjaros. :ice 'ue sedespert y los pjaros estaban en la habitacin.

    5ir a "at, buscando una conirmacin en su rostro. areca aturdida, aterrada, y !l no 'uera'ue se diese cuenta de 'ue tambi!n !l estaba e)citado, trastornado casi, por los sucesos delas 9ltimas horas.

    Hay pjaros all dentro dijo, pjaros muertos, unos cincuenta por lo menos. etirrojos,reye*uelos, todos los pjaros pe'ueos de los alrededores. Es como si, con el viento del Este,se hubiese apoderado de ellos una e)traa locura. e sent en la cama, junto a su mujer y lecogi la mano . Es el tiempo dijo( eso debe ser, el mal tiempo. robablemente, no sonlos pjaros de por a'u. Han sido empujados a estos lugares desde la parte alta de la regin.

    ero, "at susurr la mujer, ha sido esta noche cuando ha cambiado el tiempo. "o hanvenido empujados por la nieve. 6 no pueden estar hambrientos todava. $ienen alimento desobra ah uera, en los campos.

    Es el tiempo repiti "at. $e digo 'ue es el tiempo. u rostro estaba tenso y atigado,como el de ella. :urante un rato, se miraron uno a otro en silencio.

    4oy abajo a hacer un poco de t! dijo !l.

    La vista de la cocina le tran'uili*. Las ta*as y los platillos ordenadamente apilados sobre el

    parador, la mesa y las sillas, la madeja de labor de su mujer en su cestillo, los juguetes de losnios en el armario del rincn...

    e arrodill, ati* los rescoldos y encendi el uego. El arder de la lea, la humeante olla y lanegru*ca tetera le dieron una impresin de normalidad, de alivio, de seguridad. +ebi un pocode t! y subi una ta*a a su mujer. Luego, se lav en la regadera, se cal* las botas y abri lapuerta trasera.

    El cielo estaba pesado y plomi*o, y las pardas colinas 'ue el da anterior brillaban radiantes ala lu* del sol aparecan l9gubres y sombras. El viento del Este cortaba los rboles como unanavaja, y las hojas, crujientes y secas se desprendan de las ramas y se esparcan con las

    ragas del viento. "at restreg su bota contra la tierra. Estaba dura, helada. "unca haba vistoun cambio tan repentino. En una sola noche haba llegado el invierno.

    Los nios se haban despertado. >ill estaba parloteando en el piso de arriba y el pe'ueo>ohnny llorando otra ve*. "at oy la vo* de su mujer calmndole, tran'uili*ndole. &l cabo deun rato, bajaron. "at les haba preparado el desayuno, y la rutina del da comen*.

    /Echaste a los pjaros0 pregunt >ill, tran'uili*ada ya por el uego de la cocina, por el da,por el desayuno.

    , ya se han ido todos respondi "at.=ue el viento del Este lo 'ue les hi*o entrar. ehaban e)traviado, estaban asustados y 'ueran reugiarse en alg9n lado.

    ill . e tiraban a los ojos de >ohnny.

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    Les impulsaba el miedo contest "at a la nia. En la oscuridad del dormitorio, no sabandnde estaban.

    Espero 'ue no vuelvan dijo >ill . i les ponemos un poco de pan en la parte de uera dela ventana, 'ui* lo coman y se marchen.

    $ermin de desayunar y luego, ue en busca de su abrigo y su capucha, los libros de la escuelay la cartera. "at no dijo nada, pero su mujer le mir por encima de la mesa. ?n silenciosomensaje cru* entre ellos.

    ill, con capuchas, ateridos de ro sus rostros.

    >ill corri hacia ellas agitando la mano.

    5i pap dice 'ue no va a nevar e)clam . 4a a ser un invierno negro.

    "o dijo nada de los pjaros y empe* a dar empujones, jugando, a una de las nias. El autob9sremont, ren'ueando, la colina. "at la vio subir a !l y luego, dando media vuelta, se dirigi a lagranja. "o era su da de trabajo, pero 'uera cerciorarse de 'ue todo iba bien. >im, el va'uero,estaba trajinando en el corral.

    /Est por ah el patrn0 pregunt "at.

    =ue al mercado repuso >im. Es martes, /no0

    6, andando pesadamente, dobl la es'uina de un coberti*o. "o tena tiempo para "at. :ecan'ue "at era superior. Lea libros, y cosas de esas. "at haba olvidado 'ue era martes. Esodemostraba hasta 'u! punto le haban trastornado los acontecimientos de la noche pasada.=ue a la puerta trasera de la casa y oy cantar en la cocina a la seora $rigg( la radio pona unteln de ondo a su cancin.

    /Est usted ah, seora0 llam "at.

    ali ella a la puerta, rechoncha, radiante, una mujer de buen humor.

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    Hola, seor Hoc#en dijo la seora $rigg. /uede decirme de dnde viene este ro0 /:e;usia0 "unca he visto un cambio as. 6 la radio dice 'ue va a continuar. El -rculo olar Articotiene algo 'ue ver.

    "osotros no hemos puesto la radio esta maana dijo "at. Lo cierto es 'ue hemos tenidouna noche agitada.

    /e han puesto malos los nios0

    "o...

    "o saba cmo e)plicarlo. &hora, a la lu* del da, la batalla con los pjaros sonara absurda.

    $rat de contar a la seora $rigg lo 'ue haba sucedido, pero vea en sus ojos 'ue ella seiguraba 'ue su historia era producto de una pesadilla.

    /eguro 'ue eran pjaros de verdad0 dijo, sonriendo. /-on plumas y todo0 /"o seriande esa clase tan curiosa 'ue los hombres ven los sbados por la noche despu!s de la hora de

    cerrar0

    eora $rigg dijo !l, hay cincuenta pjaros muertos, petirrojos, reye*uelos y otros por elestilo, tendidos en el suelo del dormitorio de los nios. 5e atacaron( intentaron lan*arse contralos ojos del pe'ueo >ohnny.

    La seora $rigg le mir, dudosa.

    +ueno contest, supongo 'ue les empuj el mal tiempo. ?na ve* en la habitacin, nosabran dnde se encontraban. jaros e)tranjeros, 'ui* de ese -rculo Artico.

    "o replic "at, eran los pjaros 'ue usted ve todos los das por a'u.

    ?na cosa muy curiosa dijo la seora $rigg, realmente ine)plicable. :ebera usted escribiruna carta al Buardin contndoselo. eguramente 'ue le sabran dar alguna respuesta. +ueno,tengo 'ue seguir con lo mo.

    im. "unca heodo hablar de pjaros 'ue se porten salvajemente dijo al in. uelen domesticarse. 6o leshe visto acercarse a las ventanas en busca de migajas.

    Los pjaros de anoche no estaban domesticados.

    /"o0 El ro, 'ui*s. Estaran hambrientos. rueba a echarles algunas migajas.

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    >im no senta ms inter!s 'ue la seora $rigg. 1Era pensaba "at, como las incursionesa!reas durante la guerra. "adie, en este e)tremo del pas, saba lo 'ue haban visto y suridolas gentes de lymouth. ara 'ue a uno le conmueva algo, es necesario haberlo padecidoantes.7 ;egres a su casa, andando por el sendero, y cru* la puerta. Encontr a su mujer enla cocina con el pe'ueo >ohnny.

    /Has visto a alguien0 pregunt ella.

    & >im y a la seora $rigg respondi. 5e parece 'ue no me han credo ni una palabra. :etodos modos, por all no ha pasado nada.

    odras llevarte auera los pjaros dijo ella. "o me atrevo a entrar en el cuarto parahacer las camas. Estoy asustada.

    "o tienes nada de 'ue asustarte ahora replic "at. Estn muertos, /no0

    ubi con un saco y ech en !l, uno a uno, los rgidos cuerpos. , haba cincuenta en total.jaros corrientes, de los 'ue recuentaban los setos, ninguno si'uiera tan grande como un

    tordo. :eba de haber sido el miedo lo 'ue les impuls a obrar de a'uella orma. aros a*ules,reye*uelos, era increble pensar en la uer*a de sus pe'ueos picos hiri!ndole el rostro y lasmanos la noche anterior. Llev el saco al huerto, y se le plante entonces un nuevo problema.El suelo estaba demasiado duro para cavar. Estaba helado, compacto y sin embargo, no habanevado( lo 9nico 'ue haba ocurrido en las 9ltimas horas haba sido la llegada del viento delEste. Era e)trao, antinatural. :eban de tener ra*n los vaticinadores del tiempo. El cambioera algo relacionado con el -rculo Artico.

    5ientras estaba all, vacilante, con el saco en la mano, el viento pareci penetrarle hasta loshuesos. oda ver las blancas crestas de las olas rompiendo all abajo, en la ensenada.:ecidi llevar los pjaros a la playa y enterrarlos all.

    -uando lleg a la costa, por debajo del aralln, apenas poda tenerse en pie, tal era la uer*adel viento. Le costaba respirar y tena a*uladas las manos. "unca haba sentido tanto ro enninguno de los malos inviernos 'ue poda recordar. Haba marea baja. -amin sobre losguijarros hacia la arena y, entonces, de espaldas al viento practic un hoyo en el suelo con elpie. e propona echar en !l los pjaros, pero al abrir el saco, la uer*a del viento los arrastr,los al* como si nuevamente volvieran a volar, y los cuerpos helados de los cincuenta pjarosse elevaron de !l a lo largo de la playa, sacudidos como plumas, esparcidos, desparramados.Haba algo repugnante en la escena. "o le gustaba. El viento arrebat los pjaros y los llevlejos de !l.

    1-uando la marea suba se los llevar7, dijo para s.

    5ir al mar y contempl las espumosas rompientes, mati*adas de una cierta tonalidad verdosa.e al*aban briosas, se encrespaban, rompan y, a causa de la marea baja, su bramido sonabadistante, remoto, sin el tonante estruendo de la pleamar.

    Entonces las vio. Las gaviotas. &ll lejos, lotando sobre las olas.

    Lo 'ue, al principio, haba tomado por las blancas crestas de las olas eran gaviotas.-entenares, millares, decenas de millares...

    uban y bajaban con el movimiento de las aguas, de cara al viento, esperando la marea, comouna poderosa escuadra 'ue hubiese echado el ancla. Hacia el Este y hacia el 8este, las

    gaviotas estaban all. Hilera tras hilera, se e)tendan en estrecha ormacin tan lejos comopoda alcan*ar la vista. i el mar hubiese estado inmvil, habran, cubierto la baha como un

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    velo blanco, cabe*a con cabe*a, cuerpo con cuerpo. lo el viento del Este, arremolinando elmar en las rompientes, las ocultaba desde la playa.

    "at dio media vuelta y, abandonando la costa, trep por el empinado sendero en direccin a sucasa. &lguien debera saber esto. &lguien debera enterarse. & causa del viento del Este y deltiempo, estaba sucediendo algo 'ue no comprenda. e pregunt si deba llegarse a la cabina

    telenica, junto a la parada del autob9s y llamar a la olica. ero /'u! podran hacer0 /2u!podra hacer nadie0 :ecenas de miles de gaviotas posadas sobre el mar, all, en la baha, acausa del temporal, a causa del hambre. La olica le creera loco, o borracho, o se tomaracon toda calma su declaracin. 1Bracias. , ya se nos ha inormado de la cuestin. El maltiempo est empujando tierra adentro a los pjaros en gran n9mero.7 "at mir a su alrededor."o se vean seales de ning9n otro pjaro. /era el ro lo 'ue les haba hecho llegar a todosdesde la parte alta de la regin0 &l acercarse a la casa, su mujer sali a recibirle a la puerta. Lellam, e)citada.

    "at dijo , lo han dicho por la radio. &caban de leer un boletn especial de noticias. Lo hetomado por escrito.

    /2u! es lo 'ue han dicho por la radio0 pregunt !l.

    Lo de los pjaros respondi . "o es slo a'u, es en todas partes. En Londres, en todoel pas. &lgo les ha ocurrido a los pjaros.

    Entraron juntos en la cocina. "at cogi el tro*o de papel 'ue haba sobre la mesa y lo ley.

    1"ota oicial del 5inisterio del

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    /-rees 'ue esos gorriones, y petirrojos, y los dems, podran penetrar con las ventanascerradas0 C2u! vaD /-mo iban a poder0

    "at no contest. "o estaba pensando en los gorriones, ni en los petirrojos. ensaba en lasgaviotas...

    =ue al piso de arriba, y el resto de la maana estuvo all trabajando, asegurando con tablas lasventanas de los dormitorios, rellenando la parte baja de las chimeneas. ;eali* una buenaaena( era su da libre y no estaba trabajando en la granja. e acord de los viejos tiempos, alprincipio de la guerra. "o estaba casado entonces, y en la casa de su madre, en lymouth,haba instalado las tablas protectoras de las ventanas para evitar 'ue se iltrase lu* al e)terior.$ambi!n haba construido el reugio, aun'ue, ciertamente, no ue de ninguna utilidad cuandolleg el momento. e pregunt si tomaran todas las precauciones en la granja. Lo dudaba.Harry $rigg y su mujer eran demasiado indolentes. robablemente se reiran de todo esto. eiran a bailar o a jugar una partida de hist.

    La comida est lista grit ella desde la cocina.

    Est bien. &hora bajo.

    Estaba satisecho de su trabajo. Los entramados encajaban perectamente sobre los pe'ueosvidrios y en la base de las chimeneas.

    ?na ve* terminada la comida, y mientras su mujer regaba los platos, "at sintoni* el diariohablado de la una. =ue repetido el mismo aviso, el 'ue ella haba anotado por la maana, peroel boletn de noticias dio ms detalles.

    1Las bandadas de pjaros han causado trastornos en todas las comarcas deca el locutor,y, en Londres, el cielo estaba tan oscuro a las die* de esta maana, 'ue pareca como si todala ciudad estuviese cubierta por una inmensa nube negra.

    7Los pjaros se posaban en lo alto de los tejados, en los al!i*ares de las ventanas y en laschimeneas. Las especies incluan mirlos, tordos, gorriones y, como era de esperar en lametrpoli, una gran cantidad de palomas y estorninos, y ese recuentador del ro de Londres, lagaviota de cabe*a negra. El espectculo ha sido tan inusitado 'ue el trico se ha detenido enmuchas vas p9blicas, el trabajo abandonado en tiendas y oicinas y las calles se han vistoabarrotadas de gente 'ue contemplaba a los pjaros.7

    =ueron relatados varios incidentes, volvieron a enunciarse las causas probables del ro y elhambre y se repitieron los consejos a los dueos de casa. La vo* del locutor era tran'uila ysuave. "at tena la impresin de 'ue este hombre trataba la cuestin como si uera una broma

    preparada. Habra otros como !l, centenares de personas 'ue no saban lo 'ue era luchar en laoscuridad con una bandada de pjaros. Esta noche se celebraran iestas en Londres, igual 'uelos das de elecciones. Bente 'ue se reuna, gritaba, rea, se emborrachaba. 1C4enid a ver lospjarosD7

    "at desconect la radio. e levant y empe* a trabajar en las ventanas de la cocina. u mujerle observaba, con el pe'ueo >ohnny pegado a sus aldas.

    ero /tambi!n a'u vas a poner tablas0 e)clam. "o voy a tener ms remedio 'ueencender la lu* antes de las tres. & m me parece 'ue a'u abajo no es necesario.

    5s vale prevenir 'ue lamentar respondi "at. "o 'uiero correr riesgos.

    Lo 'ue deban hacer dijo ella es sacar al Ej!rcito para 'ue disparara contra los pjaros.Eso les espantara en seguida.

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    2ue lo intenten replic "at. /-mo iban a conseguirlo0

    -uando los portuarios se declaran en huelga, ya llevan al Ej!rcito a los muelles contestella . Los soldados bajan y descargan los barcos.

    dijo "at , y Londres tiene ocho millones de habitantes, o ms. iensa en todos los

    ediicios, los pisos, las casas. /-rees 'ue tienen suicientes soldados como para llevarlos adisparar contra los pjaros desde los tejados0

    "o s!. ero debera hacerse algo. $ienen 'ue hacer algo.

    "at pens para sus adentros 'ue 1ellos7 estaban, sin duda, considerando el problema en esemismo momento, pero 'ue cual'uier cosa 'ue decidiesen hacer en Londres y en las grandesciudades no les sera de ninguna utilidad a las gentes 'ue, como ellos, vivan a trescientasmillas de distancia. -ada vecino debera cuidar de s mismo.

    /-mo andamos de vveres0 pregunt.

    +ueno, "at, /'u! pasa ahora0

    "o te preocupes. /2u! tienes en la despensa0

    Es maana cuando tengo 'ue ir a hacer la compra, ya sabes. "unca guardo alimentos sincocer, se estropean. El carnicero no viene hasta pasado maana. ero puedo traer algocuando vaya maana a la ciudad.

    "at no 'uera asustarla. ensaba 'ue era posible 'ue no pudiese ir maana a la ciudad. 5iren la despensa y en el armario donde ella guardaba las latas de conserva. $enan para un parde das. an, haba poco.

    /6 'u! hay del panadero0$ambi!n viene maana.

    8bserv 'ue haba harina. i el panadero no vena, haba suiciente para cocer una hoga*a.

    Era mejor en los viejos tiempos dijo, cuando las mujeres hacan pan dos veces a lasemana, y tenan sardinas saladas, y haba alimentos suicientes para 'ue una amiliaresistiese un blo'ueo, si haca alta.

    He tratado de dar pescado en conserva a los nios, pero no les gusta contest ella.

    "at sigui clavando tablas ante las ventanas de la cocina. 4elas. $ambi!n andaban escasos de

    velas. 8tra cosa 'ue haba 'ue comprar maana. +ueno, no 'uedaba ms remedio. Estanoche tendran 'ue irse pronto a la cama. Es decir, si...

    e levant, sali por la puerta trasera y se detuvo en el huerto, mirando hacia el mar. "o hababrillado el sol en todo el da y ahora, apenas las tres de la tarde, haba ya cierta oscuridad y elcielo estaba sombro, melanclico, descolorido como la sal. oda or el retumbar del marcontra las rocas. Ech a andar, sendero abajo, y hacia la playa, hasta mitad de camino. 6entonces se detuvo. e dio cuenta de 'ue la marea haba subido. La roca 'ue asomaba amedia maana sobre las aguas estaba ahora cubierta, pero no era el mar lo 'ue atraa suatencin. Las gaviotas se haban levantado. -entenares de ellas, millares de ellas, describancrculos en el aire, al*ando sus alas contra el viento. Eran las gaviotas las 'ue haban

    oscurecido el cielo. 6 volaban en silencio. "o producan ning9n sonido. Biraban en crculos,remontndose, descendiendo, probando su uer*a contra el viento.

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    "at dio media vuelta. ubi corriendo el sendero y regres a su casa.

    4oy a buscar a >ill dijo . La esperar! en la parada del autob9s.

    /2u! ocurre0 pregunt su mujer. Ests muy plido.

    5anten dentro a >ohnny dijo. -ierra bien la puerta. Enciende la lu* y corre las cortinas.

    ero si acaban de dar las tres objet ella.

    "o importa. Ha* lo 'ue te digo.

    5ir dentro del coberti*o 'ue haba junto a la puerta trasera. "o encontr nada 'ue uese degran utilidad. El pico era demasiado pesado, y la horca no serva. -ogi la a*ada. Era la 9nicaherramienta adecuada, y lo bastante ligera para llevarla consigo.

    Ech a andar, camino arriba, en direccin a la parada del autob9s( de ve* en cuando mirabahacia atrs por encima del hombro.

    Las gaviotas volaban ahora a mayor altura( sus crculos eran ms abiertos, ms amplios( sedesplegaban por el cielo en inmensa ormacin.

    e apresur( aun'ue saba 'ue el autob9s no llegara a lo alto de la colina antes de las cuatro,tena 'ue apresurarse. "o adelant a nadie por el camino. e alegraba. "o haba tiempo parapararse a charlar.

    ?na ve* en la cima de la colina, esper. Era demasiado pronto. =altaba todava media hora. Elviento del Este, procedente de las tierras altas, cru*aba impetuoso los campos. Bolpe el suelocon los pies y se sopl las manos. oda ver a lo lejos las arcillosas colinas recortndosentidamente contra la intensa palide* del irmamento. :esde detrs de ellas surgi algo negro,

    semejante al principio de un ti*nn, 'ue ue ensanchndose despu!s y haci!ndose ms amplio(luego, el ti*nn se convirti en una nube, y la nube en otras cinco nubes 'ue se e)tendieronhacia el "orte, el ur, el Este y el 8este, y no eran nubes, eran pjaros. e 'ued mirndolos,viendo cmo cru*aban el cielo, y cuando una de las secciones en 'ue se haban dividido pasa un centenar de metros por encima de su cabe*a, se dio cuenta, por la velocidad 'uellevaban, de 'ue se dirigan tierra adentro, a la parte alta del pas, de 'ue no sentan ning9ninter!s por la gente de la pennsula. Eran grajos, cuervos, chovas, urracas, arrendajos, pjarostodos 'ue, habitualmente, solan hacer presa en las especies ms pe'ueas( pero, esta tarde,estaban destinados a alguna otra misin.

    1e dirigen a las ciudades pens "at( saben lo 'ue tienen 'ue hacer. Los de a'u tenemosmenos importancia. Las gaviotas se ocuparn de nosotros. Los otros van a las ciudades.7

    e acerc a la cabina telenica, entr en ella y levant el auricular. En la central seencargaran de transmitir el mensaje.

    Hablo desde Highay dijo, junto a la parada del autob9s. :eseo inormar de 'ue seestn adentrando en la regin grandes ormaciones de pjaros. Las gaviotas estn ormandotambi!n en la baha.

    5uy bien contest la vo*, lacnica, cansada.

    /e encargar usted de transmitir este mensaje al departamento correspondiente0

    ...s...La vo* sonaba ahora impaciente, hastiada. El *umbido de la lnea se restableci.

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    1Ella es distinta pens "at( todo eso le tiene sin cuidado. $al ve* ha tenido 'ue estar todoel da contestando llamadas. iensa irse al cine esta noche. &ceptar la mano de alg9n amigo%FC5ira cuntos pjarosDF $odo eso le tiene sin cuidado.7

    El autob9s lleg ren'ueando a lo alto de la colina. +ajaron >ill y otras tres o cuatro nias. Elautob9s continu a la ciudad.

    /ara 'u! es la a*ada, pap0

    Las nias le rodearon ri!ndose, sealndole.

    He estado usndola dijo . 6 ahora vamonos a casa. Hace ro para 'uedarse por ah.5irar! cmo cru*is los campos, a ver a 'u! velocidad pod!is correr.

    Estaba hablando a las compaeras de >ill, las cuales pertenecan a distintas amilias 'ue vivanen las casitas de los alrededores. ?n corto atajo les llevara hasta sus casas.

    2ueremos jugar un poco dijo una de ellas.

    "o. 8s vais a casa, o se lo digo a vuestras mams.

    -uchichearon entre s, y luego echaron a correr a trav!s de los campos. >ill mir, enurruada,a su padre.

    iempre nos 'uedamos a jugar un rato dijo.

    Esta noche, no contest !l. 4amos, no perdamos tiempo.

    oda ver ahora a las gaviotas describiendo crculos sobre los campos, adentrndose poco apoco sobre la tierra. in ruido. ilenciosas todava.

    5ira all arriba, pap, mira a las gaviotas.

    . :ate prisa.

    /Hacia dnde vuelan0 /&donde van0

    $ierra adentro, supongo. & donde haga ms calor.

    La cogi de la mano y la arrastr tras s a lo largo del sendero.

    "o vayas tan deprisa. "o puedo seguirte.

    Las gaviotas estaban mirando a los grajos y a los cuervos. e estaban desplegando enormacin de un lado a otro del cielo. Brupos de miles de ellas volaban a los cuatro puntoscardinales.

    /2u! es eso, pap0 /2u! estn haciendo las gaviotas0

    u vuelo no era todava decidido, como el de los grajos y las chovas. eguan describiendocrculos en el aire. $ampoco volaban tan alto. -omo si esperasen alguna seal. -omo sihubiesen de tomar alguna decisin. La orden no estaba clara.

    /2uieres 'ue te lleve, >ill0 4en, s9bete a cuestas.

    :e esta orma crea poder ir ms de prisa( pero se e'uivocaba. >ill pesaba mucho y se

    desli*aba. Estaba llorando, adems. u sensacin de urgencia, de temor, se le habacontagiado a la nia.

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    2uiero 'ue se vayan las gaviotas. "o me gustan. e estn acercando al camino.

    La volvi a poner en el suelo. Ech a correr, llevando a >ill como a remol'ue. &l doblar elrecodo 'ue haca el camino junto a la granja vio al granjero 'ue estaba metiendo el coche en elgaraje. "at le llam.

    /uede hacernos un avor0 dijo.

    /2u! es0

    El seor $rigg se volvi en el asiento y les mir. ?na sonrisa ilumin su rostro, rubicundo yjovial.

    arece 'ue tenemos diversin dijo. /Ha visto las gaviotas0 >im y yo vamos a salir y lessoltaremos unos cuantos tiros. $odo el mundo habla de ellas. He odo decir 'ue le hanmolestado esta noche. /2uiere una escopeta0

    "at deneg con la cabe*a.

    El pe'ueo coche estaba abarrotado de cosas. lo haba sitio para >ill, si se pona encima delas latas de petrleo en el asiento de atrs.

    "o necesito una escopeta dijo "at, pero le agradecera 'ue llevase a >ill a casa. e haasustado de los pjaros.

    Lo dijo apresuradamente. "o 'uera hablar delante de >ill.

    :e acuerdo asinti el granjero. La llevar! a casa. /or 'u! no se 'ueda usted y se uneal concurso de tiro0 Haremos volar las plumas.

    ubi >ill, y el conductor, dando la vuelta al coche, aceler por el camino en direccin a la casa."at ech a andar detrs% $rigg deba de estar loco. /:e 'u! serva una escopeta contra unirmamento de pjaros0

    "at, libre ahora de la preocupacin de >ill, tena tiempo de mirar a su alrededor. Los pjarosseguan describiendo crculos sobre los campos. Eran gaviotas corrientes casi todas, pero,entre ellas, se hallaba tambi!n la gaviota negra. or lo general, se mantenan apartadas, peroahora marchaban juntas. &lg9n la*o las haba unido. La gaviota negra atacaba a los pjarosms pe'ueos e incluso, seg9n haba odo decir, a los corderos reci!n nacidos. @l no lo habavisto. Lo recordaba ahora, no obstante, al mirar hacia el cielo. e estaban acercando a lagranja. us crculos iban siendo ms bajos, y las gaviotas negras volaban al rente, las gaviotasnegras conducan las bandadas. La granja era, pues, su objetivo. e dirigan a la granja.

    "at aceler el paso en direccin a su casa. 4io dar la vuelta al coche del granjero y emprenderel camino de regreso. -uando lleg junto a !l, ren bruscamente.

    La nia ya est dentro dijo el granjero. u mujer la estaba esperando. +ueno, /'u! leparece0 En la ciudad dicen 'ue lo han hecho los rusos. 2ue los rusos han envenenado a lospjaros.

    /-mo podran hacerlo0 pregunt "at.

    & m no me pregunte. 6a sabe cmo surgen los bulos. /2u!0 /e viene a mi concurso detiro0

    "o( pienso 'uedarme en casa. 5i mujer se in'uietara.

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    La ma dice 'ue estara bien si pudi!semos comer gaviota dijo $rigg( tendramos gaviotaasada, gaviota cocida y, por si uera poco, gaviota en escabeche. Espere usted a 'ue les suelteunos tiros. Eso las asustar.

    /Ha puesto usted tablas en las ventanas0

    "o. C2u! tonteraD & los de la radio les gusta asustar a la gente. Hoy he tenido cosas msimportantes 'ue hacer 'ue andar clavando las ventanas.

    6o, en su lugar, lo hara.

    C+ahD E)agera usted. /2uiere venirse a dormir en nuestra casa0

    "o( gracias, de todos modos.

    +ueno. i!nselo maana. Le daremos gaviota para desayunar.

    El granjero sonri y, luego, enil el coche hacia la puerta de la granja.

    "at se apresur. &traves el bos'uecillo, rebas el viejo granero y cru* el portillo 'ue dabaacceso al prado.

    &l pasar por el portillo, oy un *umbido de alas. ?na gaviota negra descenda en picado sobre!l, err, torci el vuelo y se remont para volver a lan*arse de nuevo. En un instante se leunieron otras, seis, siete, una docena de gaviotas, blancas y negras me*cladas. "at tir laa*ada. "o le serva. -ubri!ndose la cabe*a con los bra*os, corri hacia la casa. Las gaviotascontinuaron lan*ndose sobre !l, en un absoluto silencio, slo interrumpido por el batir de lasalas, las terribles y *umbadoras alas. enta sangre en las manos, en las muecas, en elcuello. Los agudos picos rasgaban la carne. i por lo menos pudiese mantenerlas apartadas desus ojos... Era lo 9nico 'ue importaba. $ena 'ue mantenerlas alejadas de sus ojos. &9n no

    haban aprendido cmo aerrarse a un hombre, cmo desgarrar la ropa, cmo arrojarse enmasa contra la cabe*a, contra el cuerpo. ero, a cada nuevo descenso, a cada nuevo ata'ue,se volvan ms audaces. 6 no se preocupaban en absoluto de s mismas. -uando se lan*abanen picado y allaban, se estrellaban violentamente y 'uedaban sobre el suelo, magulladas,reventadas. "at, al correr, trope*aba con sus cuerpos destro*ados, 'ue empujaba con los pieshacia delante.

    Lleg a la puerta y la golpe con sus ensangrentadas manos. :ebido a las tablas clavadas antelas ventanas, no brillaba ninguna lu*. $odo estaba oscuro.

    :!jame entrar grit( soy "at. :!jame entrar.

    Britaba uerte para hacerse or por encima del *umbido de las alas de las gaviotas.

    Entonces vio al planga, suspendido sobre !l en el cielo, presto a lan*arse en picado. Lasgaviotas giraban, se retiraban, se remontaban juntas contra el viento. lo el plangapermaneca. ?n solo planga en el cielo sobre !l. Las alas se plegaron s9bitamente a lo largo desu cuerpo, y se dej caer como una piedra. "at chill, y la puerta se abri. $raspusoprecipitadamente el umbral y su mujer arroj contra la puerta todo el peso de su cuerpo.

    8yeron el golpe del planga caer.

    u mujer le cur las heridas. "o eran proundas. Las muecas y el dorso de las manos era lo'ue ms haba surido. i no hubiese llevado gorra, le habran alcan*ado en la cabe*a. En

    cuanto al planga... El planga poda haberle roto el cuello.

    Los nios estaban llorando, naturalmente. Haban visto sangre en las manos de su padre.

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    $odo va bien ahora les dijo . "o me duele. "o son ms 'ue unos rasguos. >uega con>ohnny, >ill. 5am lavar estas heridas.

    Entorn la puerta, de modo 'ue no le pudiesen ver. u mujer estaba plida. Empe* a echarleagua de la artesa.

    Las he visto all arriba cuchiche ella. Empe*aron a reunirse justo cuando entr >ill conel seor $rigg. -err! apresuradamente la puerta, y se atranc. or eso no he podido abrirla enseguida al llegar t9.

    Bracias a :ios 'ue me han esperado a m dijo !l. >ill habra cado en seguida. ?n solopjaro lo habra conseguido.

    =urtivamente, de modo 'ue no se alarmasen los nios, siguieron hablando en susurros,mientras ella le vendaba las manos y el cuello.

    Estn volando tierra adentro deca !l. 5iles de ellos% grajos, cuervos, todos los pjarosms grandes. Los he visto desde la parada del autob9s. e dirigen a las ciudades.

    ero /'u! pueden hacer, "at0

    &tacarn. &tacarn a todo el 'ue encuentren en las calles. Luego probarn con las ventanas,las chimeneas.

    /or 'u! no hacen algo las autoridades0 /or 'u! no sacan al Ej!rcito, ponenametralladoras, algo0

    "o ha habido tiempo. "adie est preparado. En las noticias de las seis oiremos lo 'uetengan 'ue decir.

    "at volvi a la cocina, seguido de su mujer. >ohnny estaba jugando tran'uilamente en el suelo.lo >ill pareca in'uieta.

    8igo a los pjaros dijo . Escucha, pap.

    "at escuch. :e las ventanas, de la puerta, llegaban sonidos ahogados. &las 'ue ro*aban lasupericie, desli*ndose, rascando, buscando un medio de entrar. El ruido de muchos cuerposapretujados 'ue se restregaban contra los muros. :e ve* en cuando, un golpe sordo, un ragor,el lan*amiento en picado de alg9n pjaro 'ue se estrellaba contra el suelo.

    1&lgunos se matarn de esta orma pens , pero no es bastante. "unca es bastante.7

    +ueno dijo en vo* alta , he puesto tablas en las ventanas. Los pjaros no pueden entrar.

    =ue e)aminando todas las ventanas. u trabajo haba sido concien*udo. $odas las rendijasestaban tapadas. Hara algo ms, no obstante. Encontr cuas, tro*os de lata, listones demadera, tiras de metal, y los sujet a los lados para reor*ar las tablas. Los martilla*oscontribuan a amortiguar el ruido de los pjaros, los rotes, los golpecitos y, ms siniestro no'uera 'ue sus hijos lo oyesen , el crujido de los vidrios al romperse.

    on la radio dijo( a ver 'u! dice.

    Esto disimulara tambi!n los ruidos. ubi a los dormitorios y reor* las ventanas. oda or alos pjaros en el tejado, el rascar de uas, un sonido insistente, continuo.

    :ecidi 'ue deban dormir en la cocina( mantendran encendido el uego, bajaran loscolchones y los tenderan en el suelo. "o se senta muy tran'uilo con las chimeneas de los

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    dormitorios. Las tablas 'ue haba colocado en la base de las chimeneas podan desprenderse.En la cocina, gracias al uego, estaran a salvo. $endra 'ue hacer una diversin de todo ello.=ingir ante los nios 'ue estaban jugando a campamentos. i ocurra lo peor y los pjarosor*aban una entrada por las chimeneas de los dormitorios, pasaran horas, 'ui* das, antesde 'ue pudiesen destruir las puertas. Los pjaros 'uedaran aprisionados en los dormitorios.&ll no podran hacer ning9n dao. Hacinados entre sus paredes, moriran soocados.

    Empe* a bajar los colchones. &l verlo, a su mujer se le dilataron los ojos de miedo. ens 'uelos pjaros haban irrumpido ya en el piso de arriba.

    +ueno dijo !l en tono jovial , esta noche vamos a dormir todos juntos en la cocina.;esulta ms agradable dormir a'u abajo, junto al uego. &s no nos molestarn estosest9pidos pajarracos 'ue andan por ah dando golpecitos en las ventanas.

    Hi*o 'ue los nios le ayudasen a apartar los muebles y tuvo la precaucin de, con la ayuda desu mujer, colocar el armario pegado a la ventana. Encajaba bien. Era una proteccin adicional.&hora ya se podan poner los colchones, uno junto a otro, contra la pared en 'ue haba estadoel armario.

    1Estamos bastante seguros ahora pens , estamos cmodos y aislados, como en unreugio antia!reo. odemos resistir. Lo 9nico 'ue me preocupa son los vveres. 4veres ycarbn para el uego. $enemos para uno o dos das, no ms. Entonces...7

    :e nada serva ormar proyectos con tanta antelacin. 6a daran instrucciones por la radio.:iran a la gente lo 'ue tena 'ue hacer. 6, entonces, en medio de sus problemas, se diocuenta de 'ue la radio no transmita ms 'ue m9sica de baile. "o el programa inantil, comodeba haber sido. 5ir el da. , estaba puesta la emisora local. +ailables. aba el motivo. Losprogramas habituales haban sido abandonados. Esto slo suceda en ocasionese)cepcionales. Elecciones y cosas as.

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    $ocaron el Himno "acional. "o pas nada ms. "at apag la radio. 5ir a su mujer y ella ledevolvi la mirada.

    /2u! ocurre0 pregunt >ill . /2u! ha dicho la radio0

    "o va a haber ms programas esta noche dijo "at. Ha habido una avera en la +.+.-.

    /Es por los pjaros0 pregunt >ill . /Lo han hecho los pjaros0

    "o respondi "at, es slo 'ue todo el mundo est muy ocupado, y adems tienen 'uedesembara*arse de los pjaros, 'ue andan revolvi!ndolo todo all arriba, en las ciudades.+ueno, por una noche podemos arreglarnos sin la radio.

    8jal tuvi!ramos un gramono dijo >ill( eso sera mejor 'ue nada.

    $ena el rostro vuelto hacia el armario, apoyado contra las ventanas. &un'ue intentabanignorarlo, perciban claramente los roces, los chas'uidos, el persistente batir de alas.

    -enaremos pronto sugiri "at. dele a mam algo bueno. &lgo 'ue nos guste a todos,/eh0

    Hi*o una sea a su mujer y le gui el ojo. 2uera 'ue la mirada de temor, de aprensin,desapareciese del rostro de >ill.

    5ientras se haca la cena, estuvo silbando, cantando, haciendo todo el ruido 'ue poda, y lepareci 'ue los sonidos e)teriores no eran tan uertes como al principio. ubi en seguida a losdormitorios y escuch. 6a no se oa el rascar de antes sobre el tejado.

    1Han ad'uirido la acultad de ra*onar pens( saben 'ue es dicil entrar a'u. robarn enotra parte. "o perdern su tiempo con nosotros.7

    La cena transcurri sin incidentes, y entonces, cuando estaban 'uitando la mesa, oyeron unnuevo sonido, runruneante, amiliar, un sonido 'ue todos ellos conocan y comprendan.

    u mujer le mir, iluminado el rostro.

    on aviones dijo , estn enviando aviones tras los pjaros. Eso es lo 'ue yo he dichodesde el principio 'ue deban hacer. Eso los ahuyentar. /on caona*os0 /"o os caones0

    2ui* uese uego de can, all en el mar. "at no podra decirlo. Los grandes caonesnavales puede 'ue tuviesen eicacia contra las gaviotas en el mar, pero las gaviotas estabanahora tierra adentro. Los caones no podan bombardear la costa, a causa de la poblacin.

    Es agradable or los aviones, /verdad0 dijo su mujer.

    6 >ill, captando su entusiasmo, se puso a brincar de un lado para otro con >ohnny.

    Los aviones alcan*arn a los pjaros. Los aviones los echarn.

    >ustamente entonces oyeron un estampido a unas dos millas de distancia, seguido de otro y,luego, de otro ms. El ron'uido de los motores se ue alejando y desapareci sobre el mar.

    /2u! ha sido eso0 pregunt la mujer. /Estaban tirando bombas sobre los pjaros0

    "o s! contest "at , no creo.

    "o 'uera decirle 'ue el ruido 'ue haban odo era el estampido de un avin al estrellarse. Era,sin duda, un riesgo por parte de las autoridades enviar uer*as de reconocimiento, pero podan

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    haberse dado cuenta de 'ue la operacin era suicida. /2u! podan hacer los aviones contrapjaros 'ue se lan*aban para morir contra las h!lices y los uselajes, sino arrojarse ellosmismos al suelo0 upona 'ue esto se estaba intentando ahora por todo el pas. 6 a un preciomuy caro. &lguien de los de arriba haba perdido la cabe*a.

    /&donde se han ido los aviones, pap0 pregunt >ill.

    Han vuelto a su base respondi . +ueno, ya es hora de acostarse.

    5antuvo ocupada a su mujer, desnudando a los nios delante del uego, arreglando loscolchones y haciendo otras muchas cosas, mientras !l recorra de nuevo la casa paraasegurarse de 'ue todo segua bien. 6a no se oa el *umbido de la aviacin, y los caoneshaban dejado de disparar.

    1?na p!rdida de vidas y de esuer*os se dijo "at. "o podemos matar suicientes pjarosde esa manera. -uesta demasiado. 2ueda el gas. 2ui*s intenten echar gases, gasesvenenosos. "aturalmente, nos avisaran primero, si lo hiciesen. ?na cosa es cierta( los mejorescerebros del pas pasarn la noche concentrados en este asunto.7

    En cierto modo, la idea le tran'uili*. e representaba un plantel de cienticos, naturalistas yt!cnicos reunidos en consejo para deliberar( ya estarn trabajando sobre el problema. @sta noera tarea para el Bobierno, ni para los jees de Estado 5ayor( !stos se limitaran a llevar a laprctica las rdenes de los cienticos.

    1$endrn 'ue ser implacables pens . Lo peor es 'ue, si deciden utili*ar el gas, tendrn'ue arriesgar ms vidas. $odo el ganado y toda la tierra 'uedaran contaminados tambi!n.5ientras nadie se deje llevar por el pnico... Eso es lo malo. 2ue la gente caiga en pnico ypierda la cabe*a. La +.+.-. ha hecho bien en advertirnos eso.7

    &rriba, en los dormitorios, todo estaba tran'uilo. "o se oa araar y rascar en las ventanas. ?na

    tregua en la batalla. ;eagrupacin de uer*as. /"o era as como lo llamaban en los partes deguerra0 El viento, sin embargo, no haba cesado. oda orlo todava, rugiendo en laschimeneas. 6 al mar rompiendo all abajo, en la playa. Entonces se acord de la marea. Lamarea estara bajando. 2ui* la tregua era debida a la marea. Haba alguna ley 'ue obedecanlos pjaros y 'ue estaba relacionada con el viento del Este y con la marea.

    5ir al reloj. -asi las ocho. La pleamar deba de haber sido haca una hora. Eso e)plicaba latregua. Los pjaros atacaban con la marea alta. uede 'ue no actuaran as tierra adentro, pero!sta pareca ser la tctica 'ue seguan en la costa. -alcul mentalmente el tiempo. $enan seishoras por delante. -uando la marea subiese de nuevo, a eso de la una y veinte de lamadrugada, los pjaros volveran...

    Haba dos cosas 'ue poda hacer. La primera, descansar con su mujer y sus hijos, dormir todolo 'ue pudiesen hasta la madrugada. La segunda, salir, ver cmo le iba a los de la granja y sitodava uncionaba el tel!ono, para poder obtener noticias de la central.

    Llam en vo* baja a su mujer, 'ue acababa de acostar a los nios. Ella subi hasta la mitad dela escalera, y !l le e)puso lo 'ue se propona hacer.

    "o te vayas dijo ella al instante, no te vayas dejndome sola con los nios. "o podraresistirlo.

    u vo* se elev hist!ricamente. @l la apacigu, la calm.

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    Est bien dijo, est bien. Esperar! a maana. & las siete oiremos el boletn de noticiasde la radio. ero, por la maana, cuando vuelva a bajar la marea, me acercar! a la granja a versi nos dan pan y patatas, y tambi!n algo de leche.

    u mente se hallaba ocupada, ormando planes en previsin de posibles contingencias."aturalmente, esta noche no habran ordeado a las vacas. e habran 'uedado uera, en el

    corral, mientras los moradores de la casa se atrincheraban tras las ventanas entabladas, igual'ue ellos. Es decir, si haban tenido tiempo de tomar precauciones. ens en $rigg, sonri!ndoledesde el coche. "o habra habido concurso de tiro esta noche.

    Los nios se haban dormido. u mujer, a9n vestida, estaba sentada en su colchn. 5irnerviosamente a su marido.

    /2u! vas a hacer0 cuchiche.

    "at movi la cabe*a, indicndole 'ue guardara silencio. Lentamente, con cuidado, abri lapuerta trasera y mir al e)terior.

    La oscuridad era absoluta. El viento soplaba ms uerte 'ue nunca, helado, llegando en rpidasragas desde el mar. uso el pie sobre el escaln del otro lado de la puerta. Estaba lleno depjaros. Haba pjaros muertos por todas partes. +ajo las ventanas, contra las paredes. Eranlos suicidas, los somorgujos, y tenan los cuellos rotos. &donde'uiera 'ue miraba vea pjarosmuertos. "i rastro de los vivos. -on el cambio de la marea los vivos haban volado hacia elmar. Las gaviotas estaran ahora posadas sobre las aguas, como lo haban estado por lamaana.

    & lo lejos, sobre la colina donde dos das antes haba estado el tractor, estaba ardiendo algo.?no de los aviones 'ue se haban estrellado( el uego, impulsado por el viento, haba prendidoa un almiar.

    -ontempl los cuerpos de los pjaros y se le ocurri 'ue, si los apilaba uno encima de otrosobre los al!i*ares de las ventanas, constituiran una proteccin adicional para el siguienteata'ue. "o mucho, tal ve*, pero algo s. Los cadveres tendran 'ue ser desgarrados,picoteados y apartados a un lado, antes de 'ue los pjaros vivos pudiesen aian*arse en losal!i*ares y atacar los cristales. e puso a trabajar en la oscuridad. Era ridculo( le repugnabatocarlos. Los cadveres estaban todava calientes y enGsangrentados. Las plumas estabanmanchadas de sangre. inti 'ue se le revolva el estmago, pero continu con su trabajo. edio cuenta, con horror, de 'ue todos los cristales de las ventanas estaban rotos. lo las tablashaban impedido 'ue entraran los pjaros. ;ellen los cristales rotos con sangrantes cuerposde los pjaros.

    -uando hubo terminado, volvi a entrar en la casa. &tranc la puerta de la cocina, para mayorseguridad. e 'uit las vendas, empapadas de la sangre de los pjaros, no de la de susheridas, y se puso un parche nuevo.

    u mujer le haba hecho cacao, y lo bebi vidamente. Estaba muy cansado.

    +ueno dijo sonriendo , no te preocupes. $odo ir bien.

    e tendi en su colchn y cerr los ojos. e durmi en seguida. $uvo un dormir agitado, por'uea trav!s de sus sueos se desli*aba la sombra de algo 'ue haba olvidado. &lgo 'ue tena 'uehaber hecho y se le haba pasado. &lguna precaucin 'ue se le haba ocurrido tomar, pero 'ueno haba llevado a la prctica y a la 'ue no poda identiicar en su sueo. Estaba relacionada

    de alguna manera con el avin en llamas y con el almiar de la colina. "o obstante, sigui

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    durmiendo( no se despertaba. =ue su mujer 'uien, sacudi!ndole del hombro, le despert porin.

    6a han empe*ado sollo* , han empe*ado hace una hora. "o puedo escuchar sola porms tiempo. 6, adems, hay algo 'ue huele mal, algo 'ue se est 'uemando.

    Entonces record. e haba olvidado de encender el uego. lo 'uedaban rescoldos a puntode apagarse. e levant rpidamente y encendi la lmpara. El golpeteo haba comen*ado yaa sonar en la puerta y en las ventanas, pero no era eso lo 'ue atraa su atencin. Era el olor aplumas chamuscadas. El olor llenaba la cocina. e dio cuenta en seguida de lo 'ue era. Lospjaros estaban bajando por la chimenea, abri!ndose camino hacia la cocina.

    -ogi papel y astillas, y las puso sobre las ascuas( luego alcan* el bote de paraina.

    onte lejos orden a su mujer( tenemos 'ue correr este riesgo.

    &rroj la paraina en el uego. ?na rugiente llamarada subi por el can de la chimenea, y,sobre el uego, cayeron los cuerpos abrasados, ennegrecidos, de los pjaros.

    Los nios se despertaron y empe*aron a llorar.

    /2u! pasa0 pregunt >ill. /2u! ha ocurrido0

    "at no tena tiempo para contestar. Estaba apartando de la chimenea los cadveres yarrojndolos al suelo. Las llamas seguan rugiendo y haba 'ue hacer rente al peligro de 'uese propagara el uego 'ue haba encendido. Las llamas ahuyentaran de la boca de lachimenea a los pjaros vivos. La diicultad estaba en la parte baja. @sta se hallaba obstruidapor los cuerpos, humeantes e inertes, de los pjaros sorprendidos por el uego. &penas siprestaba atencin a los ata'ues 'ue se concentraban sobre la puerta y las ventanas. 2uebatiesen las alas, 'ue se rompiesen los picos, 'ue perdiesen la vida en su intento de or*ar una

    entrada a su hogar. "o lo conseguiran. :aba gracias a :ios por tener una casa antigua conventanas pe'ueas y slidas paredes. "o como las casas nuevas del pueblo. 2ue el cieloamparase a los 'ue vivan en ellas.

    :ejad de llorar grit a los nios . "o hay nada 'ue temer( dejad de llorar.

    igui apartando los humeantes cuerpos a medida 'ue caan al uego.

    1Esto les convencer se dijo . 5ientras el uego no prenda a la chimenea, estamosseguros. 5erecera 'ue me usilasen por esto. Lo 9ltimo 'ue tena 'ue haber hecho antes deacostarme era encender el uego. aba 'ue haba algo.7

    5e*clado con los roces y los golpes sobre las tablas de las ventanas, se oy de pronto elamiliar sonido del reloj de la cocina al dar la hora. Las tres de la madrugada. &9n tenan 'uepasar algo ms de cuatro horas. "o estaba seguro de la hora e)acta en 'ue haba marea alta.-alculaba 'ue no empe*ara a bajar mucho antes de las siete y media, o las ocho menosveinte.

    Enciende el hornillo dijo a su mujer. Ha*nos un poco de t!, y un poco de cacao para losnios. "o tiene objeto estar sentado sin hacer nada.

    @sa era la lnea a seguir. 5antenerles ocupados a ella y a los nios. &ndar de un lado paraotro, comer, beber( lo mejor era estar siempre en movimiento.

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    &guard junto al uego. Las llamas iban e)tingui!ndose. ero por la chimenea ya no caan mscuerpos. ill( !se ya no tiene nada 'ue hacer.

    dijo "at, ya est listo ese granuja.

    @sta era la orma de tomarlo. @ste era el espritu. i lograban mantenerlo hasta las siete,cuando transmitiesen el primer boletn de noticias, mucho habran conseguido.

    :anos un pitillo dijo a su mujer. ?n poco de humo disipar el olor a plumas 'uemadas.

    "o 'uedan ms 'ue dos en el pa'uete dijo ella. $ena 'ue haberte comprado ms.

    +ueno. -oger! uno, y guardar! el otro para cuando haya escase*.

    Era in9til tratar de dormir a los nios. "o era posible dormir mientras continuaran los golpes ylos roces en las ventanas. e sent en el colchn, rodeando con un bra*o a >ill y con el otro asu mujer, 'ue tena a >ohnny en su rega*o, cubiertos los cuatro con las mantas.

    "o puedo por menos de admirar a estos bribones dijo( tienen constancia. ?no pensara'ue ya tenan 'ue haberse cansado del juego, pero no hay tal.

    La admiracin era dicil de mantenerse. El golpeteo continuaba incesante y un nuevo sonido,de algo 'ue raspaba, hiri el odo de "at, como si un pico ms ailado 'ue ninguno de losanteriores hubiese venido a ocupar el lugar de sus compaeros. $rat de recordar los nombresde los pjaros, trat de pensar 'u! especies en particular serviran para esta tarea. "o era el

    rtmico golpear del pjaro carpintero. Habra sido rpido y suave. @ste era ms serio, por'ue, sicontinuaba mucho tiempo, la madera acabara astillndose igual 'ue los cristales. Entonces, se

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    acord de los halcones. /era posible 'ue los halcones hubiesen sustituido a las gaviotas0/Haba ahora busardos en los al!i*ares de las ventanas, empleando las garras, adems de lospicos0 Halcones, busardos, cerncalos, gavilanes..., haba olvidado a las aves de presa. ehaba olvidado de la uer*a de las aves de presa. =altaban tres horas, y, mientras esperaban elmomento en 'ue oyeran astillarse la madera, las garras seguan rascando.

    "at mir a su alrededor, considerando 'u! muebles poda romper para ortiicar la puerta. Lasventanas estaban seguras por el armario. ero no tena mucha conian*a en la puerta. ubi laescalera, pero al llegar al descansillo se detuvo y escuch. e oa una sucesin de apagadosgolpecitos, producidos por el ro*ar de algo sobre el suelo del dormitorio de los nios. Lospjaros se haban abierto camino... &plic el odo contra la puerta. "o haba duda. erciba elsusurro de las alas y los leves roces contra el suelo. El otro dormitorio estaba libre todava.Entr en !l y empe* a sacar los muebles( apilados en lo alto de la escalera protegeran lapuerta del dormitorio de los nios. Era una precaucin. 2ui* resultara innecesaria. "o podaamontonar los muebles contra la puerta, por'ue !sta se abra hacia dentro. Lo 9nico 'ue cabahacer era colocarlos en lo alto de la escalera.

    +aja, "at, /'u! ests haciendo0 grit su mujer.

    4oy en seguida respondi . Estoy terminando de poner en orden las cosas a'u arriba.

    "o 'uera 'ue subiese( no 'uera 'ue ella oyera el ruido de las patas en el cuarto de los nios,el ro*ar de a'uellas alas contra la puerta.

    & las cinco y media, propuso 'ue desayunaran, tocino y pan rito, aun'ue slo uera por atajarel incipiente pnico 'ue comen*aba a relejarse en los ojos de su mujer y calmar a losasustados nios. Ella no saba 'ue los pjaros haban penetrado ya en el piso de arriba.&ortunadamente, el dormitorio no caa encima de la cocina. :e haber sido as, ella no podrapor menos de haber odo el ruido 'ue hacan all arriba, pegando contra las tablas. 6 el

    est9pido e insensato golpetear de los pjaros suicidas 'ue volaban dentro de la habitacin,aplastndose la cabe*a contra las paredes. -onoca bien a las gaviotas blancas. "o tenancerebro. Las negras eran dierentes, saban muy bien lo 'ue se hacan. 6 tambi!n losbusardos, los halcones...

    e encontr a s mismo observando el reloj, mirando a las manecillas, 'ue con tanta lentitudgiraban alrededor, de la esera. e daba cuenta de 'ue, si su teora no era correcta, si elata'ue no cesaba con el cambio de la marea, terminaran siendo derrotados. "o podrancontinuar durante todo el largo da sin aire, sin descanso, sin ms combustible, sin... upensamiento volaba. aba 'ue necesitaban muchas cosas para resistir un asedio. "o estabanbien preparados. "o estaban prevenidos. 2ui*, despu!s de todo, estuviesen ms seguros enlas ciudades. u primo viva a poca distancia de all en tren. i lograba teleonearle desde la

    granja, podran al'uilar un coche. Eso sera ms rpido% al'uilar un coche entre dos pleamares.

    La vo* de su mujer, llamndole una y otra ve* por su nombre, le ahuyent el s9bito ydesesperado deseo de dormir.

    /2u! hay0 /2u! pasa0 e)clam desabridamente.

    La radio dijo su mujer. Haba estado mirando el reloj. on casi las siete.

    "o gires el mando e)clam, impaciente por primera ve*( est puesta en la +.+.-.Hablarn desde ah.

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    Esperaron. El reloj de la cocina dio las siete. "o lleg ning9n sonido. "inguna campanada,nada de m9sica. Esperaron hasta las siete y cuarto y cambiaron de emisora. El resultado ue elmismo. "o haba ning9n boletn de noticias.

    Hemos entendido mal dijo !l. "o emitirn hasta las ocho.

    :ejaron conectado el aparato, y "at pens en la batera, preguntndose cunta carga le'uedara. Beneralmente, la recargaban cuando su mujer iba de compras a la ciudad. i allabala batera, no podran escuchar las instrucciones.

    Est aclarando susurr su mujer. "o lo veo, pero lo noto. 6 los pjaros no golpean yacon tanta uer*a.

    $ena ra*n. Los golpes y los roces se iban debilitando por momentos. 6 tambi!n losempellones, el orcejeo para abrirse paso 'ue se oa junto a la puerta, sobre los al!i*ares.Haba empe*ado a bajar la marea. & las ocho, no se oa ya ning9n ruido. lo el viento. Losnios, amodorrados por el silencio, se durmieron. & las ocho y media, "at desconect la radio.

    /2u! haces0 "os perderemos las noticias dijo su mujer.

    "o va a haber noticias respondi "at. $endremos 'ue depender de nosotros mismos.

    e dirigi a la puerta y apart lentamente los obstculos 'ue haba colocado. Levant loscerrojos y, pisando los cadveres 'ue yacan en el escaln de la entrada, aspir el aire ro.$ena seis horas por delante, y saba 'ue deba reservar sus uer*as para las cosas necesarias,en manera alguna deba derrocharlas. 4veres, lu*, combustible% !sas eran cosas necesarias. i lograba obtenerlas en cantidad suiciente, podran resistir otra noche ms.

    :io un paso hacia delante, y entonces vio a los pjaros vivos. Las gaviotas se haban ido, comoantes, al mar( all buscaban su alimento y el empuje de la marea antes de volver al ata'ue. Los

    pjaros terrestres, no. Esperaban y vigilaban. "at los vea sobre los setos, en el suelo,apiados en los rboles, lnea tras lnea de pjaros, 'uietos, inmviles.

    &nduvo hasta el e)tremo de su pe'ueo huerto. Los pjaros no se movieron. eguanvigilndole.

    1$engo 'ue conseguir vveres se dijo "at . $engo 'ue ir a la granja a buscar vveres.7

    ;egres a la casa. E)amin las puertas y las ventanas. ubi la escalera y entr en el cuartode los nios. Estaba vaco, uera de los pjaros muertos 'ue yacan en el suelo. Los vivosestaban all uera, en el huerto, en los campos. +aj a la cocina.

    5e voy a la granja dijo.

    u mujer le cogi del bra*o. Haba visto a los pjaros a trav!s de la puerta abierta.

    Ll!vanos suplic( no podemos 'uedarnos a'u solos. reiero morir antes 'ue 'uedarmesola.

    "at consider la cuestin. 5ovi la cabe*a.

    4amos, pues dijo , trae cestas y el cochecito de >ohnny. odemos cargar de cosas elcochecito.

    e vistieron adecuadamente para hacer rente al cortante viento y se pusieron guantes ybuandas. "at cogi a >ill de la mano, y su mujer puso a >ohnny en el cochecito.

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    Los pjaros gimi >ill estn todos ah uera, en los campos.

    "o nos harn dao dijo !l( de da, no.

    Echaron a andar hacia el portillo, cru*ando el campo, y los pjaros no se movieron. Esperaban,vueltas hacia el viento sus cabe*as.

    &l llegar al recodo 'ue daba a la granja, "at se detuvo y dijo a su mujer 'ue le esperara con losnios al abrigo de la cerca.

    ues yo 'uiero ver a la seora $rigg protest ella . Hay montones de cosas 'ue lepodemos pedir prestadas, si ueron ayer al mercado( adems de pan...

    Espera a'u interrumpi "at. 4uelvo en seguida.

    Las vacas estaban mugiendo, movi!ndose in'uietas por el corral, y "at pudo ver el bo'uete dela valla por donde haban abierto camino las ovejas 'ue ahora vagaban libres por el huerto,situado delante de la casa. "o sala humo de las chimeneas. "o senta ning9n deseo de 'ue su

    mujer, o sus hijos, entraran en la granja.

    "o vengas e)clam speramente, "at . Ha* lo 'ue te digo.

    u mujer retrocedi con el cochecito junto a la cerca, protegi!ndose, y protegiendo a los niosdel viento.

    "at penetr solo en la granja. e abri paso por entre la grey de mugientes vacas, 'ue,molestas por sus repletas ubres, vagaban dando vueltas de un lado a otro. 8bserv 'ue elcoche estaba junto a la puerta, uera del garaje. Las ventanas de la casa estaban destro*adas.Haba muchas gaviotas muertas, tendidas en el patio y esparcidas alrededor de la casa. Lospjaros vivos se hallaban posados sobre los rboles del pe'ueo bos'uecillo 'ue se e)tenda

    detrs de la granja y en el tejado de la casa. ermanecan completamente inmviles. Levigilaban.

    El cuerpo de >im..., lo 'ue 'uedaba de !l, yaca tendido en el patio. Las vacas le habanpisoteado, despu!s de haber terminado los pjaros. >unto a !l se hallaba su escopeta. Lapuerta de la casa estaba cerrada y atrancada, pero, como las ventanas estaban rotas, era cillevantarlas y entrar por ellas. El cuerpo de $rigg estaba junto al tel!ono. :eba de haberestado intentando comunicar con la central cuando los pjaros se lan*aron contra !l. Elreceptor penda suelto, y la caja haba sido arrancada de la pared. "i rastro de la seora $rigg.Estara en el piso de arriba. /ara 'u! subir0 "at saba lo 'ue iba a encontrar.

    1Bracias a :ios, no haba nios7, se dijo.

    Hi*o un esuer*o para subir la escalera, pero, a mitad de camino, dio media vuelta y descendide nuevo. oda ver sus piernas, sobresaliendo por la abierta puerta del dormitorio. :etrs deella, yacan los cadveres de las gaviotas negras y un paraguas roto.

    1Es in9til hacer nada pens "at. "o dispongo ms 'ue de cinco horas, incluso menos. Los$rigg comprenderan. $engo 'ue cargar con todo lo 'ue encuentre.7

    ;egres al lado de su mujer y los nios.

    4oy a llenar el coche de cosas dijo. 5eter! carbn, y paraina para el iniernillo. Lollevaremos a casa y volveremos para una nueva carga.

    /2u! hay de los $rigg0 pregunt su mujer.

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    :eben de haberse ido a casa de algunos amigos respondi.

    /$e ayudo0

    "o( hay un barullo enorme ah dentro. Las vacas y las ovejas andan sueltas por todas partes.Espera, sacar! el coche. od!is sentaros en !l.

    $orpemente, hi*o dar Da vuelta al coche y lo situ en el camino. u mujer y los nios no podanver desde all el cuerpo de >im.

    2u!date a'u dijo, no te preocupes del coche del nio. Luego vendremos a por !l.&hora voy a cargar el auto.

    Los ojos de ella no se apartaban de los de "at. @ste supuso 'ue su mujer comprenda( de otromodo, no se habra orecido a ayudarle a encontrar el pan y los dems comestibles.

    Hicieron en total tres viajes, entre su casa y la granja, antes de convencerse de 'ue tenan todolo 'ue necesitaban. Era sorprendente, cuando se empe*aba a pensar en ello, cuntas cosas

    eran necesarias. -asi lo ms importante de todo era la tabla*n para las ventanas. "at tuvo'ue andar de un lado para otro buscando madera. 2uera reponer las tablas de todas lasventanas de la casa. 4elas, paraina, clavos, hojalata( la lista era interminable. &dems, ordea tres de las vacas. Las dems tendran 'ue seguir mugiendo, las pobres.

    En el 9ltimo viaje, condujo el coche hasta la parada del autob9s, sali y se dirigi a la cabinatelenica. Esper unos minutos haciendo sonar el aparato. in resultado. La lnea estabamuerta. e subi a una loma y mir en derredor, pero no se vea signo alguno de vida. & todo lolargo de los campos, nada( nada, salvo los pjaros, e)pectantes, en acecho. &lgunos dorman(poda ver los picos arropados entre las plumas.

    1Lo lgico sera 'ue se estuviesen alimentando pens , no ah 'uietos, de esa manera.7

    Entonces record. Estaban atiborrados de alimento. Haban comido hasta hartarse durante lanoche. or eso no se movan esta maana...

    "o sala nada de humo de las chimeneas de las dems casas. ens en las nias 'ue habancorrido por los campos la noche anterior.

    1:eb darme cuenta pens . $ena 'ue haberlas llevado conmigo.7

    Levant la vista hacia el cielo. Estaba descolorido y gris. Los desnudos rboles del paisajeparecan doblarse y ennegrecerse ante el viento del Este. El ro no aectaba a los pjaros, 'ueseguan esperando all en los campos.

    &hora es cuando deban ir por ellos dijo "at( su objetivo est claro. :eben de estarhaciendo esto por todo el pas. /or 'u! no despega ahora nuestra aviacin y los roca congases venenosos0

    /2u! hacen nuestros muchachos0 $ienen 'ue saber, tienen 'ue verlo por s mismos.

    4olvi al coche y se sent ante el volante.

    -ru*a de prisa la segunda puerta cuchiche su mujer. El cartero est tendido all. "o'uiero 'ue >ill le vea.

    &celer. El pe'ueo 15orris7 saltaba y rechinaba a lo largo del camino. Los nios gritabancontentos.

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    & la una menos cuarto llegaron a la casa. =altaba solamente una hora.

    reiero hacer una comida ra dijo "at. -alienta algo para ti y para los nios( un poco desopa, por ejemplo. 6o no tengo tiempo de comer ahora. $engo 'ue descargar todas estascosas.

    Lo meti todo dentro de la casa. $iempo habra de ordenarlo. $odos deban tener algo 'uehacer durante las largas horas 'ue se avecinaban. &nte todo, deba echar un vista*o a laspuertas y ventanas.

    :io la vuelta a la casa, comprobando metdicamente cada puerta, cada ventana. ubitambi!n al tejado y cerr con tablas todas las chimeneas, e)cepto la de la cocina. El ro era tanintenso 'ue apenas poda soportarlo, pero era un trabajo 'ue tena 'ue hacerse. :e ve* encuando levantaba la vista hacia el cielo, esperan*ado, en busca de aviones. "o vena ninguno.5ientras trabajaba, maldijo la ineicacia de las autoridades.

    iempre igual murmur , siempre nos abandonan. Est9pido, est9pido desde el principio."ing9n plan, ninguna organi*acin. 6 los de a'u no tenemos importancia. Eso es lo 'ue pasa.

    La gente de tierra adentro tiene prioridad. eguro 'ue all ya estn empleando gases y hanlan*ado a toda la aviacin. "osotros tenemos 'ue esperar y aguantar lo 'ue venga.

    Hi*o una pausa, terminado su trabajo en la chimenea del dormitorio y mir al mar. &lgo seestaba moviendo all lejos. &lgo gris y blanco entre las rompientes.

    Es la &rmada dijo( ellos no nos abandonan. 4ienen por el canal y estn entrando en labaha.

    &guard or*ando la vista, llorosos los ojos a causa del viento, mirando en direccin al mar. ehaba e'uivocado. "o eran barcos. "o estaba all la &rmada. Las gaviotas se estabanlevantando del mar. En los campos, las nutridas bandadas de pjaros ascendan en ormacin

    desde el suelo y, ala con ala, se remontaban hacia el cielo.

    Haba llegado la pleamar.

    "at baj por la escalera de mano 'ue haba utili*ado y entr en la cocina. u amilia estabacomiendo. Eran poco ms de las dos. &tranc la puerta, levantando la barricada ante ella yencendi la lmpara.

    Es de noche dijo el pe'ueo >ohnny.

    u mujer haba vuelto a conectar la radio, pero ning9n sonido sala de ella.

    He dado toda la vuelta al dial dijo , emisoras e)tranjeras y todo. "o he podido cogernada.

    2ui* tengan ellos el mismo trastorno dijo, 'ui*s est! ocurriendo lo mismo por todaEuropa.

    Ella sirvi en un plato sopa de los $rigg, cort una rebanada grande de pan de los $rigg y launt con mante'uilla.

    -omieron en silencio. ?n poco de mante'uilla se desli* por la mejilla de >ohnny y cay sobrela mesa.

    5odales, >ohnny dijo >ill, tienes 'ue aprender a secarte los labios.

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    -omen* el repi'ueteo en las ventanas, en la puerta. Los roces, los crujidos, el orcejeo paratomar posiciones en los al!i*ares. El primer golpe de un pjaro suicida contra la pared.

    /"o harn algo los americanos0 e)clam su mujer. iempre han sido nuestros aliados,/no0 eguramente harn algo.

    "at no respondi. Las tablas colocadas en las ventanas eran recias, y tambi!n las de laschimeneas. La casa estaba llena de provisiones, de combustible, de todo lo 'ue necesitaranen varios das. -uando terminara de comer, sacara las cosas, las ordenara, las ira colocandoen sus sitios. u mujer y los nios podran ayudarle. Era necesario tenerlos ocupados en algo.&cabaran rendidos a las nueve menos cuarto, cuando la marea estuviese baja otra ve*(entonces, les hara acostarse en sus colchones y procurara 'ue durmiesen proundamentehasta las tres de la madrugada.

    $ena una nueva idea para las ventanas, 'ue consista en poner alambre de espinto delante delas tablas. e haba trado un rollo grande de la granja. Lo malo era 'ue tendra 'ue trabajar aoscuras, durante la tregua entre las nueve y las tres. Era una lstima 'ue no se le hubieseocurrido antes. Lo principal era 'ue hubiese tran'uilidad mientras dorman su mujer y los nios.

    Los pjaros pe'ueos estaban ya en*ar*ados con la ventana.

    ;econoci el ligero repi'ueteo de sus picos y el suave roce de sus alas. Los halcones nohacan caso de las ventanas. Ellos concentraban su ata'ue en la puerta. "at escuch elviolento chas'uido de la madera al astillarse y se pregunt cuntos millones de aos derecuerdos estaban almacenados en a'uellos pe'ueos cerebros, tras los hirientes picos y lostaladrantes ojos, 'ue ahora hacan nacer en ellos este instinto de destruir a la Humanidad contoda la certera y demoledora precisin de unas m'uinas implacables.

    5e umar! ese 9ltimo pitillo dijo a su mujer. Est9pido de m, es lo 9nico 'ue he olvidado

    traer de la granja.Lo cogi y conect la radio. $ir al uego el pa'uete vaco y se 'ued mirando cmo arda.

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    MONTE VERIT

    :espu!s me dijeron 'ue no haban encontrado nada. "i el menor rastro de nadie, ni vivo nimuerto. Enlo'uecidos por la ira, y yo creo 'ue por el miedo, haban conseguido irrumpir por inentre a'uellos muros prohibidos, temidos y evitados durante innumerables aos, paraencontrarse con el silencio. :eraudadas, desconcertadas, aterrori*adas, uriosas ante la vistade a'uellas celdas vacas, de a'uel patio desnudo, las gentes del valle recurrieron a losprimitivos m!todos 'ue tantos aldeanos haban utili*ado durante tantos siglos% el uego y ladestruccin.

    Era la 9nica respuesta, supongo, a algo 'ue no comprendan. Luego, disipada su ira, debieronde darse cuenta de 'ue nada en absoluto haba sido destruido. Los humeantes y ennegrecidosmuros 'ue contemplaron sus ojos en el estrellado y ro amanecer les haban burlado a la

    postre.

    =ueron despachadas, naturalmente, e)pediciones de b9s'ueda. Los escaladores mse)pertos, sin arredrarse ante la pelada roca de la cima de la montaa, recorrieron toda lacordillera, de "orte a ur, de Este a 8este, sin resultado.

    6 !se es el inal de la historia. "ada ms se sabe.

    :os hombres del pueblo me ayudaron a llevar al valle el cadver de 4ctor, 'ue ue enterrado alpie de 5onte 4erit. -reo 'ue le envidi!. @l haba conservado su sueo.

    En cuanto a m, mi antigua vida me reclamaba de nuevo. La egunda Buerra 5undial

    conmova una ve* ms al mundo. Hoy, pr)imo ya a los setenta aos, tengo pocas ilusiones(sin embargo, pienso a menudo en 5onte 4erit y me pregunto cul podra haber sido larespuesta inal.

    $engo tres teoras, pero ninguna de ellas puede ser cierta.

    La primera, y la ms antstica, es 'ue, despu!s de todo, 4ctor tena ra*n al sostener sucreencia de 'ue los habitantes de 5onte 4erit haban alcan*ado alg9n e)trao estado deinmortalidad 'ue les acultaba, cuando llegaba el momento necesario, para desvanecerse enlos cielos, como los proetas de la antigedad. Los antiguos griegos crean esto de sus dioses,los judos lo crean de Elas, los cristianos de su =undador. & todo lo largo de la dilatada historiade la credulidad y de la supersticin religiosa, discurre la nunca alterada conviccin de 'uealgunas personas alcan*an tal grado de poder y santidad 'ue pueden vencer la muerte. Esta ees muy prounda en los pases orientales y en Arica( slo a nuestros soisticados ojosoccidentales parece imposible la desaparicin de cosas tangibles, de personas de carne yhueso.

    Los maestros religiosos discrepan cuando tratan de e)plicar la dierencia entre el bien y el mal%lo 'ue para uno es un milagro, es magia negra para otro. Los buenos proetas han sidoapedreados, pero tambi!n los m!dicosGbrujos. Lo 'ue en una !poca es blasemia se convierteen palabra sagrada en la siguiente, y la hereja de hoy es el credo de maana.

    6o no soy un gran pensador, y nunca lo he sido. ero, de mis viejos tiempos de escalador, s!

    con certe*a 'ue en las montaas es donde ms cerca estamos de 'uien 'uiera 'ue sea el er.'ue rige nuestros destinos. Las grandes declaraciones de la antigedad ueron pronunciadasdesde cimas de montaas( los proetas siempre trepaban a ellas. Los santos, los mesas, se

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    reunan con sus padres en las nubes. ara m, lo declaro solemnemente, es perectamenteverosmil 'ue un poder mgico descendi a'uella noche sobre 5onte 4erit y llev a a'uellasalmas a la salvacin.

    ;ecordad, yo mismo vi la luna llena brillando sobre la montaa. 6o tambi!n, al medioda, vi elsol. Lo 'ue vi, o y sent no era de este mundo. ienso en la supericie de la roca, bajo la luna(

    oigo el cntico de los muros prohibidos( veo la sima, redondeada como un cli*, entre los dospicos gemelos de la montaa( oigo la risa( veo los desnudos y bronceados bra*os alargadoshacia el sol.

    -uando recuerdo estas cosas, creo en la inmortalidad.

    Luego y esto 'ui* sea por'ue ya han concluido mis das de escalador, y la magia de lasmontaas pierde su garra sobre los viejos recuerdos, como lo hace sobre las piernas viejas,recuerdo 'ue los ojos 'ue yo vi a'uel 9ltimo da en 5onte 4erit eran los ojos de una persona'ue viva y respiraba, y 'ue las manos 'ue yo to'u! eran de carne.

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    recuerdos y ms improbable. iento por ello, la necesidad de dejarla escrita, antes de 'ue lamemoria me alle por completo. 2ui*s alguno de los 'ue la lean sienta hacia las montaas elmismo amor 'ue yo sent en otro tiempo y pueda as aportar al relato su propia interpretacin.

    ?na advertencia. Hay muchos picos montaosos en Europa, y puede 'ue gran n9mero de elloslleven el nombre de 5onte 4erit. Los hay en ui*a, en =rancia, en Espaa, en

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    Las mejores horas de mi vida son las 'ue pas!, de joven, en las montaas. & ese impulso dederrochar nuestras energas, de suprimir nuestros pensamientos, de sentirnos anulados bajo laamplia capa de los cielos, 4ctor y yo lo denominbamos la iebre de las montaas. @l solarecobrarse antes 'ue yo. 5iraba a su alrededor, metdica y cuidadosamente, planeando eldescenso, mientras yo permaneca como hechi*ado, sumido en un sueo 'ue no podacomprender. Haba sido puesta a prueba nuestra resistencia, la cumbre era nuestra, pero habaalgo indeinible 'ue esperaba a9n ser con'uistado. iempre me era negada la e)periencia 'ueapeteca, y una vo* interior pareca decirme 'ue la culpa era ma. ero eran buenos tiemposa'uellos. Los mejores 'ue he conocido...

    ?n verano, poco despu!s de haber vuelto a Londres, tras un viaje de negocios al -anad,recib una carta de 4ctor, escrita con inusitada alegra. e haba prometido en matrimonio.

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    &nna es miedosa terci 4ctor. iempre 'ue le propongo una e)cursin, me sale conalguna e)cusa.

    &nna se volvi hacia !l con un vivo movimiento.

    "o, 4ctor, no es eso dijo. $9 no comprendes. "o me da miedo escalar.

    ues /'u! es, entonces0 pregunt !l.

    &larg la mano sobre la mesa y cogi la de ella. 5e daba cuenta de lo mucho 'ue la 'uera yde cuan elices habran de ser en el uturo. Ella volvi la vista hacia m, sondendome con losojos, y, de pronto, supe instintivamente lo 'ue iba a decir.

    Las montaas son muy e)igentes dijo.$iene uno 'ue darles todo. ara las personascomo yo, es ms prudente mantenerse alejadas de ellas.

    -omprend lo 'ue 'uera decir( al menos, as lo cre entonces. 5as dado 'ue 4ctor estabaenamorado de ella, y ella de !l, me pareci 'ue sera e)celente 'ue ambos compartiesen la

    misma aicin, una ve* vencido el temor inicial de ella.

    ero eso es estupendo dije( se halla usted en una situacin ideal para aicionarse a laescalada. :esde luego, hay 'ue darlo todo, pero, juntos, lo pueden conseguir. 4ctor nopermitir 'ue intente nada 'ue est! ms all de sus posibilidades. Es ms prudente 'ue yo.

    &nna sonri y retir su mano de la de 4ctor.

    on ustedes muy obstinados dijo , y ninguno de los dos comprende. 6o he nacido en lasmontaas. ! lo 'ue 'uiero decir.

    6 entonces se acerc a la mesa un amigo nuestro 'ue deseaba ser presentado a &nna, y ya no

    se habl ms de las montaas.e casaron seis semanas despu!s, y nunca he visto una novia ms encantadora 'ue &nna.4ctor estaba plido, nervioso, lo recuerdo muy bien, y ue entonces cuando pens! 'ue pesabasobre sus hombros la gran responsabilidad de hacer eli* a una muchacha durante toda suvida.

    Les vi con recuencia durante las seis semanas 'ue precedieron a la boda y, aun'ue 4ctor nose dio cuenta de ello ni por un instante, lo cierto es 'ue llegu! a enamorarme perdidamente deella. "o era su encanto natural, ni si'uiera su belle*a, sino una e)traa me*cla de ambascosas, una especie de irradiacin interior, lo 'ue me atraa hacia ella. 5i 9nico recelo ante suuturo era 'ue 4ctor llegara a mostrarse demasiado turbulento en la intimidad, demasiado

    alegre y atolondrado era de carcter e)pansivo y sencillo , y 'ue por esta causa ella llegaraa encerrarse en s misma. -iertamente, hacan una pareja e)celente cuando salan delban'uete nupcial, orecido por una anciana ta de &nna, ya 'ue sus padres haban muerto, y,movido por mi sentimentalismo, acced a pasar una temporada con ellos en hropshire y a serpadrino de su primer hijo.

    5is negocios me obligaron a separarme de ellos poco despu!s de la boda y pas alg9n tiemposin tener noticias de 4ctor, hasta 'ue en diciembre recib una invitacin suya proponi!ndome'ue pasara con ellos las "avidades. &cept! encantado.

    Haca ocho meses 'ue se haban casado. 4ctor pareca encontrarse muy bien y sentirse muyeli* y &nna se me antoj ms hermosa 'ue nunca. 5e costaba trabajo apartar la vista de ella.

    5e hicieron un gran recibimiento y pas! una semana deliciosa en la espl!ndida casa de 4ctor,'ue ya conoca por visitas anteriores. El matrimonio, tal como yo haba previsto desde el

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    principio constitua un !)ito completo. 6 aun'ue no pareca 'ue se hallara en camino ning9nheredero, haba tiempo de sobra para eso.

    asebamos por la inca, ca*bamos de ve* en cuando, leamos durante las veladas yormbamos un tro eli*.

    5e di cuenta de 'ue 4ctor se haba adaptado a la personalidad de &nna, notablemente msreposada 'ue la suya, aun'ue 'ui* no sea !sta la palabra ms adecuada para deinir susosiego. Este sosiego no encuentro otro vocablo ms apropiado surga de lo ms ntimode su ser y proyectaba su inlujo sobre toda la casa. iempre haba sido !sta, con susespaciosas habitaciones y sus amplios ventanales, un lugar agradable de habitar, pero ahora laplacide* de su atmsera se haba intensiicado y proundi*ado, y era como si cada una de lashabitaciones se hubiera impregnado de un e)trao y acariciante silencio, e)traordinariamentenotable a mi modo de ver, y muy distinto del ambiente de mero reposo 'ue e)ista antes.

    Es curioso, pero al evocar a'uellas "avidades no puedo rememorar nada de la estividadpropiamente dicha. "o recuerdo lo 'ue comimos o bebimos, ni si uimos a la iglesia, cosa 'uecon toda seguridad, haramos, ya 'ue 4ctor era el hacendado ms importante de la localidad.Lo 9nico 'ue puedo recordar es la indescriptible pa* de nuestras veladas, cuando cerrados lospostigos, nos sentbamos ante el uego 'ue arda en el gran saln. 5i viaje de negocios debade haberme atigado ms de lo 'ue crea, pues, sentado all, en la casa de &nna y 4ctor, notena ganas de hacer nada ms 'ue descansar y sumergirme en a'uel bendito y reparadorsilencio.

    8tro cambio se haba producido en la casa, del 'ue yo no me di cuenta hasta pasados unosdas. Las habitaciones estaban mucho ms desnudas 'ue antes. Las m9ltiples chucheras y lacoleccin de muebles 'ue 4ctor haba heredado de sus antepasados parecan haberdesaparecido. Las grandes habitaciones estaban ahora desamuebladas, y el saln en 'uesolamos sentarnos no tena nada ms 'ue una larga mesa de comedor y las sillas junto al

    uego. & m me pareca muy bien 'ue la casa estuviese as, pero, al pensar en ello, se meantoj un tanto e)trao 'ue uese una mujer la autora de esta transormacin. Las reci!ncasadas acostumbran a comprar cortinas y alombras nuevas para dar un to'ue emenino a lacasa de un soltero. 5e aventur! a hac!rselo notar a 4ctor.

    &h, s respondi, echando una mirada vaga a su alrededor. "os hemos desembara*adode un montn de cosas. Ha sido idea de &nna. "o le gusta 'ue haya muchas cosas por medio."o es 'ue hayamos hecho almoneda, ni nada de eso. Lo hemos regalado todo.

    El cuarto de los hu!spedes 'ue me haba sido asignado, el mismo 'ue haba ocupado enocasiones anteriores, no haba surido ning9n cambio. 6 disrutaba en !l de las mismascomodidades de siempre% vasijas de agua caliente, t! por la maana, galletas sobre la mesita

    de noche, cigarrera llena, todos los detalles propios de una anitriona previsora.

    ?na ve*, al pasar por el largo corredor 'ue conduca al rellano de la escalera, me di cuenta de'ue la puerta del cuarto de &nna, habitualmente cerrada, se hallaba abierta. aba 'ue, enotros tiempos, haba sido la habitacin de la madre de 4ctor y 'ue haba en ella una hermosacama de dosel y varios muebles antiguos y seoriales 'ue armoni*aban con el estilo de lacasa. 5ovido por la curiosidad, ech! un vista*o a su interior. La alcoba estaba desprovista demuebles. "o haba cortinas en las ventanas, ni alombra alguna sobre el suelo. lo una mesa,una silla y un largo catre de tijera cubierto 9nicamente por una manta. Las ventanas estabanabiertas de par en par y por ellas penetraba la d!bil claridad del crep9sculo. :i media vuelta yempec! a bajar la escalera y, al hacerlo, me encontr! de manos a boca con 4ctor 'ue suba.

    :eba de haberme visto mirar por la habitacin y yo no 'uera 'ue mi comportamiento lepareciese urtivo.

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    erdona le intromisin dije, pero la habitacin me ha parecido muy dierente de cuandola ocupaba tu madre.

    respondi lacnicamente. &nna aborrece los adornos superluos. /4ienes a comer05e ha enviado a buscarte.

    6 sin hablar ms bajamos juntos por la escalera. 6o no poda apartar de mi imaginacin lasencille* de a'uel dormitorio y, comparndolo con la lujosa molicie del mo, me senta rebajadoal pensar 'ue &nna deba considerarme incapa* de prescindir de comodidades y elegancias alas 'ue ella haba renunciado.

    &'uella noche, la estuve contemplando mientras nos hallbamos sentados junto al uego.4ctor haba salido del saln para atender alg9n asunto, y ella y yo 'uedamos solos duranteunos instantes. -omo de costumbre, me sent invadido de la pa* sedante y serena 'ueemanaba de ella en medio del silencio( pareca como si me rodease, como si me envolviese, yera distinta a todo cuanto yo conoca en mi rutinaria vida( esa calma, ese sosiego, brotaba deella y, sin embargo, pareca provenir de otro mundo. 2uera hablarle de ello, pero noencontraba palabras. :ije, por in%

    Ha cambiado usted esta casa. "o lo comprendo.

    /"o0 replic ella. 5e parece 'ue s. :espu!s de todo, los dos estamos buscando lomismo.

    or alguna ra*n desconocida, sent miedo. ersista la 'uietud, pero intensiicada, casiirresistible.

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    uede 'ue usted y yo contestramos a eso de orma dierente dijo( de todos modos, a9nno estoy segura de cul sera mi respuesta. &lg9n da lo sabr!.

    &l mirarla, pensaba para mis adentros 'ue, con su belle*a, su serenidad, su comprensin, ellatena ya su respues