Los Oficios de Cristo

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INTRODUCCIN:La presente monografa, lleva por ttulo LOS OFICIOS DE CRISTO y tiene por finalidad mostrar cmo se relacionan los oficios de profeta, sacerdote y rey en el Antiguo Testamento con la persona y obra de Cristo Jess y a la vez cmo afecta al cristiano. Haba tres oficios principales en el pueblo de Israel en el A. T. el de profeta (2 Samuel 7:2), el del sacerdote (1 Samuel 30:7), y el de rey (2 Samuel 5:3). Estos tres oficios eran distintos; el profeta comunicaba el mensaje de Dios al pueblo, el sacerdote mediaba entre Dios y el pueblo, y el rey, quien gobernaba al pueblo representando a Dios. Estos tres oficios anticipaban la obra de Cristo en maneras distintas. Todo esto en una forma panormica pero con mucho cuidado se ver en este material. Tambin se ver algunas cosas que son necesarias volver recordar y no olvidar, ya que se ha descuidado enfatizar esta parte la doctrina bblica, incluso algunos temen ensear esto porque creen que sera deshumanizar a Cristo pero esto es una declaracin extrema que est fuera de la realidad. Es un tema muy importante para la iglesia que debera ser enseada y no omitida ya que muestra al creyente la obra de Jesucristo a favor de nosotros.

I. CRISTO COMO PROFETA

1.1. QU ERA UN PROFETA?Entre los trminos ms usados en el Antiguo Testamento para referirse a al profeta el ms comn es nahb, al parecer su significado se puede ver en xodo 7.1 y Deuteronomio 18:18. el gr. prophtes significa el que habla delante, o en lugar, de otro. Esto quiere decir que el profeta es aqul que habla con la autoridad de otro y en nombre de ese otro. El profeta en el Antiguo Testamento era un hombre llamado por Dios y enviado por el con el objetivo de anunciar el mensaje de Dios al pueblo, no hablaban en su propio nombre sino que la autoridad con la que hablaban era la de Dios.

Lo que hace que los escritos de los profetas sean tan importantes es que hay elementos en su predicacin cuyo significado va ms all de la ocasin en que fuera pronunciada.

Floreal Ureta muestra estos elementos: (1) el concepto de Dios como Dios universal y conductor de la historia humana; (2)la exigencia en el nombre de Dios de un servicio que se expresa en la justicia, el amor al prjimo y la confianza en Dios(03) la profundizacin de la relacin personal con Dios en que se mira decididamente hacia el futuro; (4) el anuncio del futuro mesinico tan notable en la profecaTodas, menos la ltima, que en Jess deja de ser profeca para transformarse en cumplimiento, se ajustan exactamente al carcter de la predicacin de Jess. [footnoteRef:1] [1: ELEMENTOS DE TEOLOGA CRISTIANA .Floreal Ureta, Casa Bautista de Pulicaciones, pgs. 142 -143.]

En el Antiguo Testamento uno puede ver a Moiss como el primer gran profeta, adems de autor del Pentateuco. Luego de su muerte hubieron muchos ms profetas que Dios levant para comunicar su voluntad al pueblo de Israel. Pero Moiss predijo que en los siglos futuros vendra otro profeta como l que Dios levantara y Moiss advierte al pueblo que deben orle (Dt.18:15-18).

Al estudiar el Nuevo Testamento vemos que Jess se consideraba as mismo como profeta (Mt. 13:57; Mr. 6.44; Lc. 13.33; Jn.4.44) y en todas ellas ms o menos indirectamente. Uno puede ver tambin en los evangelios que la gente lo consideraba un profeta, pero el N.T no lo considera solo como un profeta sino como el profeta prometido por Moiss.

1.2. LAS FUNCIONES DE CRISTO COMO PROFETAAntes de su encarnacin, l revel a Dios, sus propsitos y su voluntad, no solamente mediante manifestaciones personales de s mismo a los patriarcas y profetas, sino tambin mediante su Espritu, en la revelacin de la verdad y de la voluntad de Dios, Cristo estuvo detrs de la inspiracin de las Escrituras del A.T, adems l era quien iluminaba las mentes de Su pueblo, llevndolos al conocimiento salvador de la verdad, un ejemplo de esto lo vemos en las revelaciones especiales del ngel del Seor, en las enseanzas de los profetas en quienes actu como el Espritu de revelacin (1P.1:11) y no solo esto sino que sigue hasta hoy pero no dando nuevas revelaciones sino iluminando las mentes de los cristianos con la verdad revelada de las Escrituras a travs de la predicacin bblica cristocntrica.G.H Lacy por su parte dice: El profeta no solamente predice, sino tambin habla por otro en cuanto a las cosas presentes, o podemos llamarle portavoz de otro. [footnoteRef:2] [2: INTRODUCCIN A LA TEOLOGA SISTEMTICA G.H Lacy, Casa Bautista de Publicaciones, 1986, pg.229]

Mientras estaba aqu en la tierra, Cristo segua ejerciendo su oficio proftico pero esta vez de una manera personal, en carne. l ejerca este oficio a travs de sus enseanzas e instrucciones personales, en sus discursos, parbolas y exposiciones de la Ley y de los profetas; y en todo lo que l ense referente a su propia persona y obra.

Charles Hodge complementa al respecto: Desde Su ascensin, l lleva a cabo el mismo oficio no slo en la ms plena revelacin del evangelio dada a los Apstoles y en la inspiracin de los mismos como maestros infalibles, sino tambin en la institucin del ministerio y llamando constantemente a los hombres a aquel oficio, y por la influencia del Espritu Santo, que coopera con la verdad en cada corazn humano, y que la hace eficaz para la santificacin y salvacin de Su propio pueblo. As desde el principio, tanto en Su estado de humillacin como de exaltacin, tanto antes como despus de Su venida en la carne, Cristo ejecuta el oficio de profeta al revelamos mediante Su Palabra y Espritu la voluntad de Dios para nuestra salvacin. [footnoteRef:3] [3: TEOLOGA SISTEMTICA VOLUMEN II. Charles Hudge, traduccin e condensacin Santiago Escuain 1991 por Editorial CLIE para esta edicin en castellano, pg. 14]

Aunque Jess es el profeta que Moiss anticipo, es mucho ms grande que cualquiera de los otros profetas del Antiguo Testamento.

l es aquel acerca de quien se hablaba en las profecas del Antiguo Testamento. Acaso no tena Cristo que sufrir las cosas antes de entrar en su gloria?, donde se dice que los profetas del Antiguo Testamento testificaron de antemano acerca de los sufrimientos de Cristo y de la gloria que vendra.

Jess no fue simplemente un mensajero de revelacin de Dios, sino que el mismo era la fuente de la revelacin de Dios. Los profetas del A.T, eran meros intermediarios, para comunicar al pueblo el mensaje de Dios, por eso, toda la fuerza de su mensaje estaba en la frase: As dice Yahveh. En cambio, Jess no dice: As dice Dios, sino: Pero yo os digo, donde prueba que l no es un mero profeta al estilo de los dems, sino Alguien que tiene autoridad divina, tanto como el Padre. Por consiguiente, los escritores de las Epstolas, inspirados por Dios, obraron correctamente al no mencionar a Cristo como profeta. Si hay mencin, muy importante, en Hechos 3:22-23.

Jess la hablar los haca con su propia autoridad, Yo os digo, a diferencia de los profetas del A.T que solo decan As dijo Jehov, l no hablaba como los que reciben la palabra de otro. La fuente de la profeca era Cristo mismo y la propia encarnacin de ella, l vino a revelar en su persona a su Padre amado.

Con todo, cuando leemos los Evangelios, percibimos que el pueblo no vio en Jess el profeta anunciado por Moiss; escasamente tenemos unas pocas referencias a Jess como un profeta; por ejemplo Mateo 16:14 o uno de los profetas; Lucas 7:16 un gran profeta se ha levantado entre nosotros; Juan 4:19 Seor, me parece que t eres profeta; Juan 9:17 Y l dijo: Que es profeta.

Pero hay dos momentos en que la gente se da cuenta de que en Jess se cumple lo dicho por Moiss: Juan 6:14 Este verdaderamente es el profeta que haba de venir al mundo, y Juan 7:40 Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decan Verdaderamente este es el profeta.

Existe un sentido en que podemos decir que los expositores de la palabra de Dios actuales son profetas, no en el sentido de ser inspirados infaliblemente, sino en el sentido de ser portavoz de Dios en la explicacin de la palabra ya revelada de Dios, las Escrituras.

II. CRISTO COMO SACERDOTE

2.1 QU ERA UN SACERDOTE?El vocablo hebreo para sacerdote es kohen; el griego, hierus. Y, ya de entrada, quiero hacer una observacin importante: en el Antiguo Testamento, el sacerdocio de la nacin israelita estaba representado delante de Dios por una casta sacerdotal. En cambio, en el Nuevo Testamento, no existe ninguna casta sacerdotal. Todo el pueblo de Dios constituye globalmente un sacerdocio regio (ver, p.ej., 1 P. 2:9), en unin con el nico a quien el N.T. llama individualmente, no solo sacerdote (He. 5:6; 7:17, 21 en cumplimiento de lo profetizado en Sal. 110:4; 10:21), sino sumo sacerdote (gr. arjierus lit. jefe de sacerdotes) en Hebreos 2:17; 3:1; 4:14 gran sumo sacerdote; 5:10; 6:20; 7:26; 8:1; 9:11. Ningn lder o gua, ministro o pastor de creyentes es llamado hierus en el N.T. Por esa razn fuerte es inaudito que lderes que tomen el nombre de sacerdotes, pontfices y sumos pontfices, es difcil de comprender a la luz de la palabra de Dios.

La Escritura nos muestra que Dios por su libre eleccin escogi a la tribu de Lev para que sean sus sacerdotes (Nm.18:1-7; Esd.2:58-62), a la familia de Aarn para los cargos principales del sacerdocio y los restantes de la tribu levita como ministros de los sacerdotes. Este oficio era hereditario, pero para ejercerlo el cargo deba ser solemnemente consagrado. (Ex.29; Lv.8)

Para conocer las caractersticas del sacerdote, basta analizar la descripcin que nos proporciona Hebreos 5:1: Pues todo sumo sacerdote, tomado de entre los hombres, es constituido en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios, para presentar tanto ofrendas como sacrificios por los pecados

Por aqu vemos que:A. el sacerdote es tomado de entre los hombres, porque, acta como representante de los hombres de cara a Dios (v. 1).B. el sacerdote no es designado por los hombres, sino por Dios (v. 4).C. su actividad tiene que ver con las cosas que se refieren a Dios (v. 1).D. su funcin especfica es presentar ofrendas y sacrificios por los pecados (v. 1), pero dentro de esta funcin se incluye la intercesin como aspecto esencial de la funcin sacerdotal (ver He. 7:25).

Mediante su ministerio los sacerdotes santificaban al pueblo o le hacan aceptable para acercarse a la presencia de Dios, si bien es cierto que de una forma limitada en el perodo del Antiguo Testamento.

Charles Hudge por su parte dice: Al pueblo no se le permita allegarse a Dios. Slo el Sumo Sacerdote poda entrar dentro del velo; y slo poda hacerlo con la sangre que haba ofrecido por l mismo y por los pecados del pueblo. Todo esto era simblico y tpico. Lo que los sacerdotes Aarnicos eran simblicamente, Cristo lo fue realmente. Lo que ellos tipificaban en su oficio y servicios fue cumplido en l. Ellos eran la sombra, l fue la sustancia. Ellos enseaban cmo sera quitado el pecado, y l realmente lo quit. [footnoteRef:4] [4: TEOLOGA SISTEMTICA VOLUMEN II. Charles Hudge, traduccin e condensacin Santiago Escuain 1991 por Editorial CLIE para esta edicin en castellano, pg 150 .]

2.2. LAS FUNCIONES DE CRISTO COMO SACERDOTECristo no slo es llamado sacerdote en Hebreos, sino que a travs de esta Epstola el Apstol demuestra: (a) que l tena todas las calificaciones para el oficio. (b) Que l haba sido designado por Dios. (c) Que l era sacerdote de un orden ms elevado que el de Aarn. (d) Que su sacerdocio derogaba todos los dems. (e) Que l llev a cabo todas las funciones del oficio: mediacin, sacrificio e intercesin. (j) Que tal fue la eficacia de Su sacrificio que no tiene que ser repetido. Por aquella una ofrenda de S mismo ha obtenido eterna redencin para nosotros.

Los efectos o beneficios alcanzados por la obra de Cristo son los que fluyen del ejercicio del oficio sacerdotal en nuestro favor. Estos beneficios son: (a) La expiacin de nuestra culpa; (b) La propiciacin de Dios; y (c) Nuestra consiguiente reconciliacin con l, de donde fluyen todas las bendiciones subjetivas de la vida espiritual y eterna. Estos son unos beneficios que no son logrados por la enseanza, ni por la influencia moral, ni por el ejemplo, ni por ningn cambio interior obrado en nosotros. Por ello, Cristo es verdaderamente un sacerdote en el pleno sentido escriturario del trmino.

Wayne Grudem por su parte afirma: Jess abri para nosotros el camino de acceso a Dios de manera que podamos continuamente acercamos a la misma presencia de Dios sin temor, con plena libertad y con la plena seguridad que da la fe. [footnoteRef:5] [5: TEOLOGA SISTEMTICA. Wayne Grudem 2007 EDITORIAL VIDAMiami, Florida, Traduccin: Miguel Mesas, Jos Luis Martnez, Omar Daz de Arce pg. 659]

El pueblo judo sali de Egipto justificado delante de Dios mediante la fe en la sangre del cordero pascual que era el smbolo por excelencia de Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn. 1:29). Pero esta sangre, como tambin la derramada por Cristo en el Calvario, resguardaba al pueblo de la accin del ngel exterminador, pero no salvaba automticamente a cada individuo del pueblo, sino al que ejercitaba una verdadera fe que, por fuerza, ha de incluir el arrepentimiento personal para que sea una autntica conversin. Por eso, en el gran Da de la Expiacin, todo el solemne aparato sacrificial no bastaba para la reconciliacin del pecador; era necesario que cada individuo diese pblicamente prueba de su arrepentimiento; es preciso dejar los dolos para volverse a Dios (ver 1 Ts. 1:9-10). Por dos veces exhorta el texto sagrado (Lv. 16:29, 31): afligiris vuestras almas.

Hay una parte de esta enseanza acerca de Cristo como sumo sacerdote y sacrificio que se debe tomar en cuenta, En una de las historias ms picas del Antiguo Testamento, al patriarca Abraham le es ordenado llevar a su hijo Isaac al Monte Moriah y all ofrecerlo como sacrificio a Dios. Las Escrituras son cuidadosas en contarnos que l fue ordenado a ofrecer a su hijo nico hijo a quien amaba. La especificacidad parece diseado para agarrar nuestra atencin y hacernos pensar que hay un significado ms oculto en estas palabras de lasque podemos ver.

En el tercer da los dos llegaron al lugar indicado, y el padre mismo at a su amado hijo con sus propias manos. Finalmente en sumisin a lo que deba hacer, l puso su mano sobre su hijo y tom el cuchillo para sacrificar a su hijo. En ese momento, la misericordia y gracia de Dios se interpuso, y la mano del anciano se detuvo. Dios lo llamo desde el cielo y dijo: Abraham, Abraham!... No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada; porque ahora s que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu nico.

A la voz del Seor, Abraham alzo los ojos y vio un carnero atrapado por los cuernos. Tomo el carnero y lo ofreci en lugar de su hijo. Y luego nombro el lugar Jehov-Jireh o el Seor proveer. Al venir a un cierre de cortina en este momento pico en la historia, no solamente Abraham, pero tambin todos los que han ledo este acontecimiento dan un suspiro de alivio que muchacho se hubiera salvado. El que lee este hecho histrico dice que hermoso fin, pero no es el fin, era una simple intermedio.

Dos mil aos ms tarde, las cortinas se vuelven a abrir. El fondo es oscuro y ominoso. En el centro del escenario est el Hijo de Dios en el Monte de la Calavera. l est atado por la obediencia de la voluntad de su Padre. l cuelga llevando el pecado de Su gente. l es maldito, traicionado por su creacin y desamparado de Dios. Entonces, el silencio es roto con el horroroso trueno de la ira de Dios. El padre toma el cuchillo, levanta el brazo, y sacrifico a su hijo, [el] nico, a quien amas, y las palabras del profeta Isaas son cumplidas:

Ciertamente El llev nuestras enfermedades, y carg con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido. Ms l fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cay sobre El, y por sus heridas hemos sido sanadosPero quiso el SEOR quebrantarle, sometindole a padecimiento. Cuando l se entregue a s mismo como ofrenda de expiacin, ver a su descendencia, prolongar sus das, y la voluntad del SEOR en su mano prosperar.

La cortina viene a un cierre con un Hijo sacrificado y un Mesas crucificado. A diferencia de Isaac no haba carnero que muriera en Su lugar. l era el cordero quien morira por los pecados del mundo. l es la provisin de Dios para la redencin de Su gente. l es el cumplimiento de quien el carnero e Isaac solo eran sombras. En l el Monte de la Calavera es renombrado Jehov-Jireh o el Seor proveer. El Calvario era el monte y la salvacin fue proveda, As el creyente discerniente clama Dios, Dios, s que me amas ya que no me has rehusado tu hijo, tu nico.

Es una injusticia al Calvario que el verdadero dolor de la Cruz es a menudo pasado por alto por un tema romntico y menos poderoso. A menudo es predicado que el Padre miro desde el cielo y testifico el sufrimiento que era colmada sobre Su Hijo por manos humanas, y que l cont tal afliccin como pago por nuestros pecados. Esto es hereja de la peor clase. Cristo satisfizo la justicia divina no solo soportando la afliccin de los hombres, pero soportando y muriendo bajo la ira de su Padre. El creyente es salvado no solo porque por lo que le hicieron los hombres a Cristo en la Cruz, pero por lo que Dios le hizo a l. l lo moli bajo toda la fuerza de Su ira contra nosotros. Raramente esta verdad se hace suficientemente clara en la predica contempornea del evangelio!

El ser y la existencia de Cristo pertenecen totalmente a los designios salvficos de Dios sobre el hombre. Es el ungido y enviado para la redencin o rescate de todos los hombres.

El N.T nos dice que todos los creyentes son sacerdotes en el nico sentido en que los hombres son sacerdotes bajo el Evangelio. Esto es, todos tienen libertad para acceder a Dios por medio de Cristo. l ha hecho a todo Su pueblo reyes y sacerdotes para Dios. El creyente puede por medio del sacrificio perfecto de Cristo acercarse ante el Padre con libertad.

Otra de las funciones sacerdotales en el Antiguo Testamento era la de orar a favor del pueblo. El autor de Hebreos nos dice que Jess tambin cumple con esta funcin: Por esto tambin puede salvar por completo a los que por medio de l se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos (He 7:25). Pablo afirma lo mismo cuando dice que Cristo Jess est a la derecha de Dios e intercede por nosotros (Ro 8:34). Pablo como el autor de Hebreos est diciendo que Jess vive continuamente en la presencia de Dios para hacer peticiones especficas y para llevar a Dios peticiones especficas a nuestro favor. Esta es una funcin de Jess, como Dios-hombre, para la que est singularmente calificado. Berkhof dice: Es un pensamiento consolador saber que Cristo est orando por nosotros, incluso cuando somos negligentes en nuestra vida de oracin; que est presentando al Padre aquellas necesidades espirituales que no estaban presentes en nuestra mente y que a menudo olvidamos incluir en nuestras oraciones; y que ora por nuestra proteccin en contra de peligros de los que no estamos conscientes, y en contra de enemigos que nos amenazan, aun cuando nosotros no nos demos cuenta. Est orando que nuestra fe no cese y que salgamos al final vencedores. [footnoteRef:6] [6: SYSTEMATIC THEOLOGY, Louis Berkhof, pg. 403.]

En resumen, Cristo fue el nico que tena la libertad de acceso a Dios, por medio de su muerte expiatoria s que podemos hoy como creyentes presentarnos delante de Dios con libertad porque Cristo ha hecho que Dios en conformidad con los requisitos de su santidad puede ser propicio a los hombres.En cuanto al sacerdocio de los creyentes, todos los cristianos verdaderos son sacerdotes, en el sentido de que todos tienen la perfecta libertad de acceso a Dios por Cristo. Uno de ellos no es ms sacerdote que otro. Todos tienen acceso a los beneficios de la redencin. Los ministros del evangelio no son sacerdotes en el sentido de que estn autorizados para ofrecer sacrificios ni para interceder de una manera especial con Dios, no son mediadores, solo Cristo.

III. CRISTO COMO REY

3.1 QUIN ERA UN REY?Un rey en Israel era un rey ungido por Dios y sujeto a Dios con el fin de dirigir a la nacin en los preceptos y la voluntad de Dios, tena poderes legislativos, ejecutivos, judiciales, econmicos, y militares. El concepto de Cristo como Rey puede contemplarse alrededor de cinco palabras: prometido, predicho, propuesto, rechazado, y realizado. El pacto misericordioso de Dios con David prometa que el derecho de reinar siempre permanecera en la dinasta de David. No prometa el reinar sin interrupcin, porque, de hecho, el cautiverio babilnico lo interrumpi. Isaas profetiz que un Nio que iba a nacer establecera y reinara sobre el trono de David.

Aunque el reino de Dios haba existido desde el principio, sin embargo, como todo lo conectado con lo anterior del Advenimiento era meramente preparatorio.

3.2 LAS FUNCIONES DE CRISTO COMO REYEn el Antiguo Testamento el rey tena la autoridad de gobernar sobre la nacin de Israel. En el Nuevo Testamento, Jess naci para ser rey de los judos (Mt 2:2), pero rehus los intentos de las personas para hacerle rey terrenal con poder terrenal militar y poltico On6:15).Jess respondi a Pilato: Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, mis propios guardias pelearan para impedir que los judos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo On 18:36). Sin embargo, Jess tiene un reino cuya llegada l anunci en su predicacin (Mt 4: 17,23; 12:28, et al). l es en realidad el verdadero rey del nuevo pueblo de Dios. Por eso no quiso reprender a sus discpulos cuando le aclamaban en su entrada triunfal a Jerusaln: Bendito el Rey que viene en el nombre del Seor! (Lc 19:38; cf. vv. 39-40; tambin Mt 21:5; Jn 1:49; Hch 17:7).

Despus de su resurreccin, Jess recibi del Padre mucha ms autoridad sobre la iglesia y el universo. Dios lo resucit de entre los muertos y lo sent a su derecha en las regiones celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no slo en este mundo sino tambin en el venidero. Dios someti todas las cosas al dominio de Cristo, y lo dio como cabeza de todo a la iglesia (Ef 1:20-22; Mt 28:18; 1 Ca 15:25).

Esa autoridad sobre la iglesia y sobre el universo quedar completamente reconocida por las personas cuando Jess regrese a la tierra en poder y gran gloria para reinar (Mt 26:64; 2 Ts 1:7-10; Ap 19:11-16). En aquel da ser reconocido como Rey de reyes y Seor de seores (Ap 19:16) y toda rodilla se doblar ante l (Fil2:1O).Cristo tiene un reino de poder que consiste en que l es soberano sobre todo el universo entero.

Tiene un reino de gracia que ste se exhibe en dos aspectos. Incluye la relacin que l tiene con Su verdadero pueblo individual y colectivamente (la Iglesia invisible); y la relacin que tiene con la Iglesia visible, o el cuerpo de Su pueblo profesante. l es el rey de cada alma viviente. l la traslada del reino de las tinieblas. l la trae a la sujecin a l mismo. l gobierna y reina sobre la misma. Cada creyente reconoce a Cristo como su Soberano absoluto; Seor de su vida interior as como de la exterior. Las leyes de este reino demandan primero y por encima de todo, fe en Jesucristo; la sincera creencia de que l, es el Hijo de Dios y el Salvador del mundo, y un cordial sometimiento a l y confianza en l como nuestro profeta, sacerdote y rey. Con esta fe va unida uno amor supremo. Las leyes del reino, adems, demandan no slo estos deberes para con Cristo, sino que Su pueblo sea santo de corazn y de vida. La ley especial del reino de Cristo es que sus miembros se amen unos a otros, no slo con el amor de la complacencia y del deleite, sino con amor fraternal. Este reinado de Cristo sobre Su pueblo es ejercido no slo por su poder en su proteccin y direccin, sino especialmente por Su Palabra y Espritu, por medio del cual y por quien l reina y gobierna sobre ellos. Este reino de Cristo es eterno. Esto es, la relacin que los creyentes tienen con Cristo en la tierra la tendrn con Cristo eternamente.

Aunque El nunca cesa de ser Rey y, por supuesto, es Rey hoy como siempre, Cristo nunca se designa como Rey de la iglesia (Hechos 17:7 y 1 Timoteo 1:17 no son excepciones, y en Apocalipsis 15:3, Rey de los santos en la versin Reina-Valera, es Rey de las naciones en los textos crticos y de la mayora). Aunque Cristo es Rey hoy en da, El no gobierna como Rey. Esto se espera en Su segunda venida. Entonces se realizar el reino davdico. Entonces el Sacerdote se sentar en Su trono, trayendo a esta tierra la tan esperada Edad de Oro.

El reino de gloria, hay diversidad de opinin en cuanto al momento en que ser inaugurado este reino. En 1 Corintios 15:25, 28, es una cita que nos habla que Cristo entrega al Dios y Padre celestial a su iglesia, por toda su obra, Cristo entrega a la iglesia como fruto de su victoria sobre el pecado y los poderes de las tinieblas a su Padre para as terminar con su oficio de Mediador y Dios sea todo en todos. En otras palabras el propsito especial de Cristo como Mediador la humanidad redimida ser cumplido; por la razn de que la realeza original de la humanidad redimida ha sido restaurada, l ya no necesitar ser su Mediador, ahora Dios ser todo en todos.

Wayne Grudem dice algo que sera bueno considerar: Cuando Cristo regrese y reine sobre los nuevos cielos y nueva tierra, seremos una vez ms verdaderos profetas porque nuestro conocimiento ser perfecto y conoceremos como somos conocidos (1 Ca 13:12). Hablaremos entonces solo la verdad acerca de Dios y acerca de este mundo, y se cumplir en nosotros el propsito proftico original que Dios tena con Adn. Seremos sacerdotes para siempre, porque le adoraremos eternamente y ofreceremos oraciones a Dios al contemplar su rostro y morar en su presencia (Ap 22:3-4). Continuamente nos ofreceremos a nosotros mismos y todo lo que somos y tenemos como sacrificios a nuestro Rey que todo lo merece.[footnoteRef:7] [7: TEOLOGA SISTEMTICA. Wayne Grudem 2007 EDITORIAL VIDAMiami, Florida, Traduccin: Miguel Mesas, Jos Luis Martnez, Omar Daz de Arce, Pg 663]

CONCLUSIONES

1. Como creyentes, aunque en una forma subordinada, tenemos una funcin proftica al proclamar el evangelio al mundo llevando a las personas la Palabra salvadora de Dios. Esto no sera posible si Cristo no nos hubiera dado autoridad para hacerlo. Esto es lo que se ha demostrado en este material.

2. Como creyentes redimidos por el sacrificio expiatorio del Santo Hijo de Dios, todos somos sacerdotes capacitados para entrar al lugar santsimo (He 10:19, 22) y ofrecer continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre (He 13: 15). Y nuestras buenas obras son sacrificios agradables a Dios: No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque sos son los sacrificios que agradan a Dios (He 13: 16). Y como dijera Pablo somos un sacrificio vivo, santo y agradable para Dios. Esto tambin se ha desarrollado claramente en este material, es necesario pues entender el alcance de la obra de Cristo para cada creyente, que si no fuera por la obra de Cristo en la cruz, no podra el creyente acercarse al Santo Dios libremente.

3. Como creyentes en Cristo Jess, Nosotros tambin compartimos en parte en el reinado de Cristo, puesto que hemos sido resucitados para sentamos con l en los lugares celestiales (Ef 2:6), l nos ha dado autoridad incluso sobre las fuerzas de las tinieblas (Ef 6:10-18; Stg 4:7; 1 P 5:9; 1Jn 4:4). Dios incluso ha puesto en nuestras manos autoridad sobre varias reas en este mundo o en la iglesia, dndonos algo de autoridad sobre mucho y algo de autoridad sobre poco. Pero cuando el Seor regrese los que sean fieles sobre lo poco les ser dada autoridad sobre mucho (Mt 25:14-30). El creyente tambin, en sujecin a Dios, participara en el gobierno del universo, porque reinar con l por los siglos de los siglos (Ap 22:5).

BILIOGRAFA ELEMENTOS DE TEOLOGA CRISTIANA .Floreal Ureta. Casa Bautista de Publicaciones, INTRODUCCIN A LA TEOLOGA SISTEMTICA G.H Lacy, Casa Bautista de Publicaciones. TEOLOGA SISTEMTICA VOLUMEN II. Charles Hudge, traduccin e condensacin Santiago Escuain 1991 por Editorial CLIE para esta edicin en castellano TEOLOGA SISTEMTICA. Wayne Grudem 2007 EDITORIAL VIDA, Miami, Florida, Traduccin: Miguel Mesas, Jos Luis Martnez, Omar Daz de Arce. SYSTEMATIC THEOLOGY, Louis Berkhof, Wm. B. Eerdmans Publishing, 1996 -984 pginas