(Los Niños y Sus Juegos Infantiles en La Historia Del Arte)

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El ocio de los niños en la Historia del Arte La figura del niño en la Historia del Arte ha ido evolucionando a lo largo de los siglos. Mientras que en el siglo XVIII aparece representado como un simple vástago merecedor de perpetuar la especie y el patrimonio familiar, poco a poco se le representará de manera cada vez más aislada. Con el concepto de la familia nuclear durante el siglo XIX, se desarrolla la necesidad de interacción entre padres e hijos. Esto viene evidentemente enlazado con el descubrimiento de la fotografía. Es de destacar la importancia del juego como algo ligado a la faceta infantil. El juego es esencial para la capacidad intelectual del niño. Desde los siete años hasta que alcanza los diez, considerada la edad de madurez, posee una indumentaria propia de su edad. Al niño se le da un simbolismo estético y se advierte que no está preparado para enfrentarse a la vida, ya que aún es un ser indefenso ante la sociedad. En esta primera infancia, por tanto, el juguete se convierte en el objeto que el adulto le deja poseer. Con esta “dominación del objeto”, el niño puede manejar su propio mundo infantil. Pintores del siglo XVIII como Chardin, o Goya, representaron esta misma idea. En otros casos puede ocurrir que los niños jueguen a ser adultos, como se puede apreciar por ejemplo en la obra que os pongo abajo del pintor francés Jean-Antoine Watteau. El llamado “siglo de las luces”, dominado por la galantería y la mundanidad, marcó también la diferencia entre los sexos. Mientras que en los niños ejerce fascinación el mundo militar, la caza y las armas, las niñas se limitaban a seguir las directrices de la madre, patriarca de los

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  • El ocio de los nios en la Historia del Arte

    La figura del nio en la Historia del Arte ha ido evolucionando a lo largo de los siglos. Mientras que en el siglo XVIII aparece representado como un simple vstago merecedor de perpetuar la especie y el patrimonio familiar, poco a poco se le representar de manera cada vez ms aislada. Con el concepto de la familia nuclear durante el siglo XIX, se desarrolla la necesidad de interaccin entre padres e hijos. Esto viene evidentemente enlazado con el descubrimiento de la fotografa.

    Es de destacar la importancia del juego como algo ligado a la faceta infantil. El juego es esencial para la capacidad intelectual del nio. Desde los siete aos hasta que alcanza los diez, considerada la edad de madurez, posee una indumentaria propia de su edad. Al nio se le da un simbolismo esttico y se advierte que no est preparado para enfrentarse a la vida, ya que an es un ser indefenso ante la sociedad. En esta primera infancia, por tanto, el juguete se convierte en el objeto que el adulto le deja poseer.

    Con esta dominacin del objeto, el nio puede manejar su propio mundo infantil. Pintores del siglo XVIII como Chardin, o Goya, representaron esta misma idea.

    En otros casos puede ocurrir que los nios jueguen a ser adultos, como se puede apreciar por ejemplo en la obra que os pongo abajo del pintor francs Jean-Antoine Watteau. El llamado siglo de las luces, dominado por la galantera y la mundanidad, marc tambin la diferencia entre los sexos. Mientras que en los nios ejerce fascinacin el mundo militar, la caza y las armas, las nias se limitaban a seguir las directrices de la madre, patriarca de los

  • modales y el mbito domstico. Es evidente en esta cuestin la obra del ya mencionado Chardin, donde la mujer atiende los quehaceres de la casa y ensea a las hijas a comportarse.

    Por otra parte, el juego evoluciona desde el concepto de diversin y evasin del mundo exterior, a un concepto educativo que alcanza incluso al mundo adulto. No obstante, las nias s que compartan con los varones juegos como el ajedrez o los naipes. El juego del volante en cambio, es exclusivamente femenino.

  • Por otra parte, la mueca como smbolo de la infancia en s mismo, no es slo un mero objeto de diversin, si no que se va a convertir en monopolio social de la Edad Moderna. A la mueca se le va a ir adjudicando una funcin decorativa y/o expositiva, convirtindose de esta manera en un verdadero maniqu de moda. Dentro de este mbito, existan las llamadas pandoras, ejecutoras de la transmisin de la moda y los modales. Estas pandoras eran utilizadas por las clases ms nobles e incluso por mujeres adultas. En el siglo XVIII se condena esta prctica, ya que se consideraba que poda estimular la frivolidad. En este sentido, la mueca se converta en el soporte del juego del rol a ser mayor.

    En el siglo XVII, en cambio, se haba llegado a trminos si cabe ms sorprendentes, pues las casas de muecas no tienen un fin solamente infantil, sino adulto, ya que no dejan de ser una miniaturizacin de la vida social y, por tanto, un modelo de cmo haba que comportarse en sociedad. En el caso de las nias, estas inocentes casas de muecas, eran una gua til de cmo ser una buena ama de casa.

    No ser hasta el siglo XIX cuando aparezca la verdadera y creciente industria de las muecas. Es en este momento cuando aparecen los catlogos especializados y las exposiciones destinadas a ellas. A lo largo del siglo XX, los materiales y el mecanismo de las muecas, van evolucionando cada vez ms. Se humanizan, crecen en tamao, se visten de acuerdo con la moda, e incluso apelan a las nias a comportarse y a vestir como ellas. No obstante, la industria de las muecas se estanca debido a las dos grandes guerras, as como su creatividad. No ser hasta 1960, cuando la sociedad americana experimente un despegue con el lanzamiento de un modelo de mujer independiente y moderna, la Barbie, una muestra ms de la sociedad de consumo.

  • Para finalizar, os dejo una seleccin de fotografas del siglo XX.

  • Nio vestido con uniforme militar alemn de la Primera Guerra Mundial y muecos de la marca Knig y Wernicke; seora con mueca Armand Marseille

  • http://www.el-prado.com/fotografia.htm